Discapacidad, Tipos y Características

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad de las Ciencias de la Salud “Hugo Chávez Frías”
Cumaná, Edo-Sucre

Discapacidad, tipos y características

Profesora: Estudiantes:
Anais Jiménez Jahalsifi Orellana
Unidad curricular: C.I: 28.444.779
ACPD Kenya Orellana
C.I: 29.552.834
Priscila Orellana
C.I: 30.035.330
Angélica Ortíz
C:I: 29.760.124
Sara Rosales
C.I: 26.545.410
Maria Simon
C.I: 30.143.007

Mayo del 2021


Discapacidad, tipos y características

1. Discapacidad motora espástica


Es la imposibilidad de relajar los músculos o tenerlos rígidos. Se produce porque las
células nerviosas de la capa externa del cerebro no funcionan correctamente. Es la clase más
frecuente, ya que se da en el 60-70% de las personas con parálisis cerebral. Estas personas
encuentran dificultad para controlar algunos o todos sus músculos. Y estos tienden a estirarse
y debilitarse, lo cual dificulta el movimiento.
Existen diversos tipos de parálisis espástica, dependiendo de la zona afectada. En el
caso de las piernas se llama diaplejía espástica y es la forma más frecuente. En este caso, los
músculos rígidos de las caderas y las piernas hacen que estas se tuerzan hacia dentro y se
crucen a la altura de las rodillas. Esto provoca dificultades para caminar.
Si el problema se detecta en un lado del cuerpo se conoce como hemiplejia espástica.
Aquí suele ser el brazo el que está más afectado que la pierna y sus movimientos están muy
limitados. Por último, la más grave entre los tipos de parálisis espástica es la tretaplejia
espástica. En ella están afectados todas las extremidades y a menudo los músculos que
controlan la boca y la lengua. En estos casos, a la falta de movilidad y del control de la
postura se une la dificultad con el lenguaje y la cognitiva.

2. Discapacidad motora flácida


Es un tipo de parálisis en la cual el músculo se torna laxo y blando, no resistiendo a un
estiramiento pasivo, lo que da lugar a una debilidad extrema y la pérdida completa de los
reflejos tendinosos y cutáneos.
Su origen tiene lugar cuando se producen alteraciones del nervio periférico dando
como resultado una lesión de los grupos de neuronas motoras inferiores (NMI), localizadas
en el asta ventral de la médula espinal o bien desde las fibras que van hacia la periferia desde
las neuronas motoras inferiores hacia los músculos que inervan.2 Esta parálisis es muy
frecuente encontrarla en procesos infecciosos, metabólicos, es decir, acompaña a otros
trastornos o enfermedades.
3. Discapacidad visual
Es cualquier alteración del sentido de la vista, puede ser total o parcial. Para entender
la realidad que entraña esta discapacidad basta tener en cuenta que a través del sentido de la
vista obtenemos el 80% de la información del mundo exterior.
Existen dos tipos diferentes de discapacidad visual:
A. Deficiencia visual. Es una disminución significativa, pero que permite ver la luz,
orientarse en ella y usarla con propósitos funcionales. Las personas con esta
deficiencia tienen un campo de visión funcional, pero reducido, difuso, sin contornos
definidos, con predominio de sombras, por tanto, la información visual que perciben
no es completa.
B. Ceguera. Es la ausencia total o la percepción mínima de la luz que impide su uso
funcional. Estas personas obtienen información por vía auditiva y táctil
principalmente.

4. Discapacidad sensitiva
La discapacidad sensitiva o sensorial se refiere a la discapacidad que afecta a uno o
varios de los sentidos. Por lo general, las discapacidades sensoriales más reconocidas son la
discapacidad visual, que afecta a la capacidad de ver, y la discapacidad auditiva, que afecta a
la capacidad de oír. Aunque también se pueden desarrollar otras discapacidades de otros
sentidos como la falta de olfato, que se llama anosmia, y que es poco conocida.
Anteriormente definimos la discapacidad visual, siendo ésta una de las discapacidades
sensitivas, ahora bien, la discapacidad auditiva se define como la pérdida o anormalidad
funcionalidad del sistema auditivo y tiene su consecuencia inmediata en una dificultad para
oír, lo que implica también dificultades en el acceso al lenguaje y el habla por lo que,
cualquier trastorno en la percepción auditiva a edades tempranas afecta al desarrollo
lingüístico, comunicativo y a los procesos cognitivos. Para considerarse una discapacidad
auditiva, la deficiencia debe afectar a ambos oídos.

5. Discapacidad mental psicosocial


El término “discapacidad psicosocial” proviene de la Convención de las Naciones
Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad.
La palabra “psicosocial” tiene dos orígenes:
I. La psicología, es decir, cómo entendemos nuestras experiencias, el mundo, nuestras
emociones y sentimientos.
II. El aspecto social, es decir, cómo las personas con dolencias mentales son percibidas
por los demás o los que la sociedad define como “normales”.
La discapacidad psicosocial es la limitación de las personas que presentan
disfunciones temporales o permanentes de la mente para realizar una o más actividades
cotidianas. Se refiere mayormente a los impactos sociales y económicos de vivir con una
dolencia mental, por ejemplo, ganar dinero, comprar las cosas necesarias, o las relaciones con
amigos o parientes. Discapacidad psicosocial describe los desafíos que afronta la persona y
que están relacionados con su dolencia mental, que afectan su capacidad de participar en la
vida.

6. Discapacidad osteomusculoesquelética
El sistema osteomusculoesquelético es aquel que proporciona forma, estabilidad y
movimiento al cuerpo humano. Está constituido por los huesos del cuerpo (que conforman el
esqueleto), los músculos, los tendones, los ligamentos, las articulaciones, los cartílagos y
otras clases de tejido conjuntivo.
La discapacidad osteomusculoesquelética comprende más de 150 trastornos que
afectan el sistema locomotor. Abarcan desde trastornos repentinos y de corta duración, como
fracturas, esguinces y distensiones, a enfermedades crónicas que causan limitaciones de las
capacidades funcionales e incapacidad permanentes.

7. Discapacidad intelectual
La discapacidad intelectual implica una serie de limitaciones en las habilidades que la
persona aprende para funcionar en su vida diaria y que le permiten responder ante distintas
situaciones y lugares.
La discapacidad intelectual se expresa en la relación con el entorno. Por tanto,
depende tanto de la propia persona como de las barreras u obstáculos que tiene alrededor. Si
logramos un entorno más fácil y accesible, las personas con discapacidad intelectual tendrán
menos dificultades, y por ello, su discapacidad parecerá menor.
La discapacidad intelectual generalmente es permanente, es decir, para toda la vida, y
tiene un impacto importante en la vida de la persona y de su familia.
A. Tipos:
I. Discapacidad intelectual leve CI 50-55 a 70.
II. Discapacidad intelectual moderada CI 35-40 a 50-55.
III. Discapacidad intelectual grave CI 20-25 a 35-40.
IV. Discapacidad intelectual profunda CI 20-25.
V. Discapacidad intelectual de gravedad no especificada. Se utiliza cuando existe
claridad sobre la discapacidad, pero no es posible verificar mediante los test.

B. Patologías:
I. Síndrome Epiléptico
II. Síndrome de Rett
III. Síndrome de Dravet
IV. Síndrome de Prader-Willi
V. Síndrome de Down
VI. Autismo de Kanner
VII. Síndrome X frágil o Síndrome de Martín y Bell
VIII. Fenilcetonuria
IX. Alzheimer

8. Discapacidad respiratoria
Se refiere a personas que presentan alguna deficiencia grave de las funciones
respiratorias en su frecuencia, ansiedad, ritmo, presencia de defectos estructurales de alguna
parte del aparato respiratorio, etc. Incluye personas que dependen de aparatos artificiales para
mantener la respiración, laringectomizados, etc.
A. Patologías:
I. Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)
II. Asma
III. Hipertensión pulmonar
IV. Síndrome de dificultad respiratoria

9. Características de cada una de las discapacidades


A. Discapacidad motora espástica
 Afecta al movimiento y al control de los músculos.
 Aumento exagerado del tono muscular (hipertonía), por lo que hay movimientos
exagerados y poco coordinados.
 Problemas visuales y auditivos.
 Dificultades en el habla y el lenguaje.
 Diskinesia y alteraciones perceptivas.

B. Discapacidad motora flácida


Las lesiones de las neuronas motoras inferiores conducen a la interrupción de los
reflejos de la médula espinal y los músculos, dando lugar a la eliminación de la actividad
refleja y a una disminución del tono muscular (hipotonía o atonía).
La lesión en el soma o axón de una NMI conlleva a un estado de mayor excitabilidad
(hiperexcitabilidad) acompañado de sacudidas y movimientos espasmódicos en las unidades
musculares, concretamente se manifiestan en la superficie muscular, este trastorno se
denomina fascicularizaciones. Estas fascicularizaciones normalmente provocan la muerte de
la neurona motora inferior, debido a esto la desnervación del músculo lleva consigo la atrofia
extrema, reduciendo su tamaño original en un período de tres a cuatro meses, tras esto la
reacción del músculo al estiramiento no se da.
En presencia de lesiones en determinadas partes de la vía extrapiramidal se da lugar a
una parálisis parcial con una disminución de la rapidez de la contracción, en estos casos el
reflejo tendinoso se reduce pero este no se pierde, además la atrofia muscular es menor. La
lesión de una NMI, asociada con una lesión en la médula espinal, se denomina lesión del
nervio periférico, el cual puede tener lugar a cualquier nivel de la médula espinal. Ejemplos
de esto son los siguientes:
La lesión del nervio periférico C7 conduce a una debilidad solo en la mano, a nivel
T12 o por debajo produce parálisis fláccida en todas las zonas que se localizan por debajo del
nivel del que se ha producido la lesión. Los músculos más perjudicados son el deltoides,
trapecio, cuádriceps, glúteos, intercostales y tibial.
C. Discapacidad visual
 Dificultades de percepción que le permitan identificar personas, objetos, espacios, etc.
de forma visual.
 Dificultad para leer textos que no tengan tipografía adecuada (de gran tamaño y con
un color con contraste en el fondo), trascripción al braille o con información sonora
adicional.
 Dificultades para detectar obstáculos.
 Dificultad de orientación en nuevos espacios.

D. Discapacidad sensitiva
Es la pérdida o atenuación de una o más funciones sensoriales humanas: la auditiva,
visual o ambas. Su presencia no afecta de ninguna manera en el potencial muscular y
funcional del pequeño, sino su vida social. Las discapacidades sensoriales a menudo afectan
más allá de la capacidad de comunicación, también a la autoimagen de la persona y a su
desempeño en la vida cotidiana.

E. Discapacidad psicosocial
Se manifiesta a través de deficiencias o trastornos de la conciencia, comportamiento,
razonamiento, estados de ánimo, afectividad, y/o comprensión de la realidad (irritabilidad,
depresión, inestabilidad emocional crónica). Esas deficiencias variarán según el nivel.

F. Discapacidad osteomusculoesquelética
Suelen cursar con dolor (a menudo persistente) y limitación de la movilidad, la
destreza y el nivel general de funcionamiento, lo que reduce la capacidad de las personas para
trabajar. Pueden afectar a: articulaciones (artrosis, artritis reumatoide, artritis psoriásica, gota,
espondilitis anquilosante); huesos (osteoporosis, osteopenia y fracturas debidas a la fragilidad
ósea, fracturas traumáticas); músculos (sarcopenia); la columna vertebral (dolor de espalda y
de cuello); varios sistemas o regiones del cuerpo (dolor regional o generalizado y
enfermedades inflamatorias, entre ellas los trastornos del tejido conectivo o la vasculitis, que
tienen manifestaciones musculoesqueléticas, como el lupus eritematoso sistémico).

G. Discapacidad intelectual
Se caracteriza por limitaciones significativas tanto en funcionamiento intelectual,
como en conducta adaptativa, tal y como se ha manifestado en habilidades adaptativas,
conceptuales y prácticas. Esta discapacidad se origina antes de los 18 años.

H. Discapacidad respiratoria
Se caracteriza básicamente por tener dificultades respiratorias, las personas que tengan alguna
discapacidad respiratoria suelen presentar frecuentemente: tos, silbidos y presión en el pecho,
secreciones, fatiga, estornudos, rinitis, entre otras.

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