(Sintesis) El Problema Del Origen Del Conocimiento Humano

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El problema del origen del conocimiento humano.

Los supuestos
filosóficos con los que se pretende resolver
José Nava Bedolla, 2017

Epistemología y problemas del conocimiento DE21BD


Dr. Javier Alejandro Luna Mancilla

Mtro. José de Jesús Silva Ramírez


Abril 2021
Síntesis

Sabemos que el conocimiento humano es inagotable y que ha sido motivo de análisis desde
las diferentes disciplinas.

El doctor José Nava Bedolla sugieren algunos elementos para la exploración, descripción,
explicación, interpretación o comprensión con respecto a varios supuestos filosóficos que se
plantea, por ejemplo:
¿Es posible conocer la realidad?, ¿cuál es la fuente de los saberes humanos?, ¿qué es
la ciencia?, ¿cómo se clasifica?, ¿con qué criterios se puede aceptar que cierto
conocimiento sea verdadero o falso? Estas preguntas no han sido resueltas de manera
definitiva. ¿A qué se deberá?, ¿tendrán más de una solución? De ser así, ¿dichos
procedimientos serán afines o contradictorios y por qué? Algún recurso, ¿será mejor
que los otros?, ¿por qué? (Nava Bedolla, 2017)

En la primera parte (I. Los problemas del conocimiento), se realiza un mapeo sobre
las principales dificultades del conocimiento humano: definición, características,
elementos, función, finalidad, causas, consecuencias, clasificación y otros aspectos;
con miras a ubicar la problemática del fenómeno en estudio. (Nava Bedolla, 2017)

El conocimiento humano se puede entender como un proceso en el que se relacionan


un sujeto cognoscente y un objeto por conocer. Esto quiere decir que los elementos
esenciales de todo proceso de conocimiento son el sujeto cognoscente, el objeto por
conocer y la relación que debe establecerse entre ellos para que se dé el conocimiento.
(Nava Bedolla, 2017)

Dice el Dr. Nava: “El objeto de conocimiento surge en tanto que un ente (en este caso se
supone que únicamente el ser humano es capaz de conocer) fija su atención en otro ser
cualquiera (material o inmaterial) con la intención de conocerlo (…) el ser humano que fijo
su atención en otro ente con miras a conocerlo, de simple ente que era, antes de relacionarse
con el objeto para conocerlo, se transforma en sujeto cognoscente al fijar su atención en un
objeto para conocerlo.” (2017)

El hecho de encontrarse en distintas esferas hace que la relación de conocimiento


entre el sujeto cognoscente y el objeto por conocer no sea esencial, es decir, que se
fusionen, literalmente; para que se dé una verdadera relación de discernimiento. Por
tal motivo la relación, en esencia, es imposible. Cuando el sujeto cognoscente (el alma
humana) pretende traspasar la barrera del objeto por conocer (la realidad concreta o
abstracta) para aprehender literalmente al objeto por conocer, choca, también
literalmente, contra una barrera que le impone la realidad. (Nava Bedolla, 2017)

En segunda parte (II. Los supuestos con los que se pretende resolver los problemas
del conocimiento) se realiza otro mapeo sobre el concepto supuestos filosóficos”:
definición, características, elementos, función, finalidad, clasificación y otros
aspectos; y se precisa la relación entre éstos y las capacidades cognitivas del sujeto
cognoscente. (Nava Bedolla, 2017)

Por ejemplo, el autor establece que:


Cuando un sujeto cognoscente establece una relación de conocimiento con un objeto
por conocer, utiliza - consciente o inconscientemente - ciertos supuestos filosóficos
mediante los cuales pretende resolver los problemas del conocimiento y, de esa
manera, establece con el mismo una relación lógica, aunque no esencial. (Nava
Bedolla, 2017)

Si los seres humanos no podemos conocer la esencia de la realidad, al menos podemos


suponer, estimar, presumir, conjeturar, atribuir, conceder o presuponer, qué es, cómo
es, sus características, función, finalidad, clasificación, problemática; es decir,
realizar un mapeo sobre todo aquello que podamos decir sobre cualquier fenómeno,
hecho, suceso, acontecimiento u objeto. En esto se opina que consiste la relación
lógica entre el sujeto cognoscente y el objeto por conocer, en realizar un discurso
sobre el mismo utilizando las únicas capacidades con las que contamos para
relacionarnos con cualquier realidad, sea esta concreta o abstracta: la razón y/o los
sentidos. (Nava Bedolla, 2017)

Indispensable el cuadro que el autor coloca con respecto a problemas filosóficos por resolver.
En este, se establece un resumen graficado de hacia dónde hay que voltear en el análisis de
los supuestos establecidos para esta cuestionante.

Cuadro 2: Los principales problemas filosóficos del conocimiento humano y los supuestos
con los que se pretenden resolver. (Nava, 2017).

En la tercera parte (III. ¿Cómo se ha intentado resolver el problema del origen del
conocimiento?), se analizan las diferentes maneras en que se intenta resolver el
problema del origen del conocimiento humano; mediante la utilización de distintos
supuestos filosóficos, que se derivan de diferentes capacidades que el sujeto
cognoscente puede poner en juego cuando establece una relación de conocimiento
con cualquier objeto de estudio: su razón y/o sus sentidos. (Nava Bedolla, 2017)

¿De dónde viene el conocimiento? Cuántas personas y cuántas veces nos hemos hecho esa
pregunta pues siempre nos ha sido importante identificar cómo es que generamos ese
conocimiento.

Al respecto siempre me viene el concepto metacognición, pues es con ese término que se
define nuestra capacidad para comprender (al menos en algunos aspectos) cómo es que
aprendemos o nos hacemos llegar de conocimiento.

En el tema 3.1. se analiza cómo es que pretendemos resolver el problema del origen del
conocimiento con la razón, a esto le llamamos racionalismo.

En el tema 3.2 se busca resolver el problema del origen del conocimiento con los sentidos.
Es decir, recurrimos al empirismo o sensualismo; concediendo, a partir de sus sentidos, que
todos los saberes proceden las sensaciones, impresiones, excitaciones, percepciones,
penetraciones o experiencias provocadas por el impacto de la realidad sobre los sentidos
humanos.

En esta parte es donde se establece la relación entre el problema del origen del conocimiento
y los supuestos filosóficos con los que se pretende resolver; dependiendo de los intereses
ontológicos del sujeto cognoscente.

Finalmente se llega a la conclusión de que no hay un supuesto filosófico que resuelva el


problema del origen del conocimiento; pues, todo se queda en conjeturas, opiniones
derivadas de la razón, los sentidos o de ambos y, ontológicamente, la elección dependerá de
los intereses existenciales de la persona o grupo de personas que los utilicen.
Se puede estimar que los seres humanos no venimos a este mundo con las facultades
necesarias para conocer la esencia de la realidad y que, por lo mismo, lo único que
podemos hacer, en términos cognitivos, es elaborar un mapeo de la misma
(definición, características, función, finalidad, clasificación, elementos, etc.)
utilizando para ello nuestras facultades (razón y/o sentidos) con las que elaboramos
ciertos supuestos con los que intentamos resolver los problemas del conocimiento
dependiendo de nuestros intereses ontológicos. (Nava Bedolla, 2017)

En el siguiente cuadro nos resume los supuestos filosóficos existentes.

(Nava, 2017)
Sin embargo, los seres humanos seguimos buscando dónde está ese origen del conocimiento.
Seguimos explorando en nuestro cerebro para encontrar la fisiología que aún no hemos
descubierto y que podría ser la clave del saber.

Y ¿por qué nos interesa saber el origen del conocimiento? Creo que, porque queremos saber
más, conocer más, profundizar en todo lo que nos rodea.

Referencia

Nava Bedolla, J. (2017) El problema del origen del conocimiento humano. Los supuestos filosóficos con los
que se pretende resolver. Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México. XTL
Revista Latinoamericana de Filosofía de la Educación. Volumen 4. Número 8. pp. 165 - 192

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