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Conspectus operum quodlibeticam ad quaestionem erudiendam recteque scribendam

Prof. Uriel Iglesias Colón

Lineamientos generales para entregar un trabajo

06-08-2018

Prof. Uriel Iglesias Colón (ULSA)

¿Cómo realizar un trabajo? Esta pregunta conlleva a una reflexión sobre el orden del
mismo y la presentación formal. Si bien hay varios manuales disponibles con esta
temática, esta selección de normas y sugerencias puede ser de utilidad. Las sugerencias
son sumarias y pretenden ofrecer una revisión general y son de uso particular para los
estudiantes. Así, se divide en las formas de hacer bibliografía y algunos consejos en la
elaboración del trabajo.

Contenido
Elaboración de trabajos............................................................................................................. 3
Tipos de trabajos ........................................................................................................................ 6
Usos de referencias, aparato crítico y signos .......................................................................... 8
¿Cómo realizar una bibliografía? ............................................................................................ 14
Método filológico ................................................................................................................. 14
Otros medios para citar libros ............................................................................................ 20
MLA ....................................................................................................................................... 20
Chicago .................................................................................................................................. 21
Capítulos de libros ................................................................................................................... 23
Método filológico ................................................................................................................. 23
MLA ....................................................................................................................................... 24
Chicago .................................................................................................................................. 24
Hemerografía ............................................................................................................................ 25
Método filológico ................................................................................................................. 25
MLA ....................................................................................................................................... 25
Chicago .................................................................................................................................. 26
Textos en internet .................................................................................................................... 27

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Elaboración de trabajos
La elaboración de un trabajo varía dependiendo de la solicitud de cada uno, pero en
términos generales estos consejos pueden ser de utilidad:

1. Ubicar una tesis. Es una pregunta o una enunciación que unirá todo el trabajo y
es el punto a discutir. Tener clara la tesis significa que la argumentación estará
bien enfocada, especialmente cuando se trate de temas complejos o con muchas
variantes. La no obtención o no clarificación de una tesis podría llevar a un
trabajo con incoherencias entre el argumento principal y los secundarios.
2. Esquema. Es deseable elaborar un breve esquema con títulos con el fin de que
sea completado conforme se va planteando el proyecto. Como forma general,
recomiendo el esquema escolástico o el de cinco párrafos para mayor
organización.
a. El esquema de cinco párrafos es el más usual y consiste en una división
de tres partes de la siguiente manera:
i. El primer párrafo contendrá la introducción al tema.
ii. El segundo, tercero y cuarto párrafo contendrán el desarrollo del
tema, yendo desde un aspecto más simple a uno más complejo.
iii. El quinto párrafo contendrá una valoración general y un cierre, es
decir, una conclusión.
b. El esquema escolástico consiste en plantear un problema a manera de
disputa. Es especialmente útil por su organización lógica y para discutir y
debatir argumentos, aunque no siempre se puede llevar hacia otro tipo de
discusiones. Se puede decir que utiliza cuatro párrafos:
i. El primer párrafo se trata de una introducción al estado de la
cuestión concreto que se está trabajando y es un caso reducido.
Para esto es importante que la pregunta sea lo suficientemente
concreta.
ii. El segundo párrafo contendrá una serie de argumentos que
soporten la postura.

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iii. El tercer párrafo contendrá una serie de contraargumentos y le


seguirán una resolución de los conflictos.
iv. La conclusión que buscaría mediar entre los argumentos y
contraargumentos.
v. En ocasiones se establece un corolario que es una consecución
lógica de la argumentación.
c. Si bien planteo el asunto por medio de párrafos, en la elaboración de
textos pueden ser más o menos párrafos, pero estos esquemas pueden
ser de utilidad cuando se comienza un trabajo.
3. Introducción. El tema no puede ser planteado de la nada y por el contrario
necesita una introducción sopesada sobre cómo se debe tratar; sin embargo, hay
que tomar en cuenta estos consejos:
a. La introducción no implica que se lleve hasta necesariamente la
prehistoria, sino a partir de donde se tome el problema. Es una buena
opción dar un contexto histórico para ubicar, con fecha y concreción, de
dónde parte la tesis.
b. Es conveniente asumir que el lector no conoce nada del tema, pero
tampoco se debe llenar de datos superfluos. Por ejemplo: una
introducción de corte histórico debe contar con los datos mínimos pero
sin caer en un periplo abundante, sobre todo si es un período
relativamente conocido; en este caso, es mejor dirigir hacia otras obras en
caso de que el lector quiera abundar en dicho período.
c. Las primeras oraciones son importantes ya que se debe tener resumido
todo el contenido del trabajo. Habrá después ocasión para explicarlo.
d. Es conveniente que se explique la metodología o la organización de todo
el trabajo en este punto.
e. No hay que olvidar que la introducción es la carta de presentación de un
texto y como tal en la medida que sea concisa y clara se puede tener éxito
para conectar con un lector.

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4. Marco teórico. Todo trabajo incluye un marco teórico implícito o explícito: éste
permite ubicar de qué presupuestos está partiendo el autor en la elaboración del
trabajo. En el caso de la historia, no es lo mismo partir del presupuesto de la
historia social, cultural o económica, aunque se hable del mismo tema. Cuando
el marco teórico es explícito, implica que se está adhiriendo a determinada teoría
o problema filosófico después de sopesar el contenido del mismo.
5. Estado de la cuestión. Es la parte más importante en un trabajo de investigación
y consiste en el recorrido breve de los trabajos que se han realizado en torno al
tema de investigación. Éste es fundamental porque permite identificar con
mayor facilidad la tesis y saber cuáles han sido los desarrollos del mismo.
6. Conclusiones. Deben cerrar el trabajo haciendo una valoración general del
mismo y aportar el cierre fuerte. No es un resumen, sino que se parte de que el
lector ya conoce a profundidad el desarrollo del mismo y, por lo tanto, tiene la
capacidad de seguir el argumento al final.
7. Presentar una investigación ajena, ya sea descargada de alguna página de internet
(aunque tenga ligeras modificaciones) o de un libro constituye un PLAGIO.
Éste está penado en las legislaciones escolares.
8. A pesar de los tiempos, es recomendable asistir a la biblioteca en función del
orden que requiere aprender a trabajar con fichas y en libros, antes de la
computadora.

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Tipos de trabajos
El trabajo académico abarca distintas solicitudes con sus respectivos fines. A
continuación presento brevemente un muy esquemático compendio de los principales
trabajos que serán solicitados en una carrera, cabe recordar que en ocasiones algún
profesor puede solicitar un muy concreto texto y, en tal caso, es preciso seguir las
indicaciones dadas por él.

1. Resumen: es el más elemental tipo de trabajo y consiste en abreviar un texto a su


mínima expresión. Por lo general un resumen no debe abarcar más allá de la
décima parte del original y puede entremezclar palabras del autor y paráfrasis.
No es un trabajo original y sirve para tener en pocas palabras el contenido de
una obra.
2. Ficha: contiene la información necesaria y una referencia para poder encontrar
un pasaje en un libro. Son, por lo general, de uso personal como preámbulo para
una investigación.
3. Reseña: presenta los principales argumentos de un libro y también ofrece una
valoración y crítica para otros lectores que no han consultado el libro.
4. Artículo: suele ofrecer un estudio muy concreto y basado a menudo en un
objetivo muy delimitado. Suele estar escrito en lenguaje técnico, ya que se dirige
a especialistas.
5. Ensayo: es el más literario de los trabajos académicos, ya que permite explorar
un tema o una tesis bajo distintos criterios. La argumentación suele presentarse
de forma más amable que un artículo y se permite exponer más o menos detalles
dependiendo del texto.
6. Reflexión: ofrece una valoración sobre una lectura. Se distingue de un resumen
ya que busca ir más allá de la paráfrasis del contenido y a menudo se suele
contrastar con otros textos o bien dirigirse sobre todo a una sección de un texto.
7. Control de lectura: es un punto medio entre el resumen y la reflexión, ya que
con esto se busca conocer si el estudiante leyó y tuvo una comprensión del
texto.

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8. Investigación: término genérico a cualquier texto escrito con el interés de rebatir


y argumentar a favor o en contra de otro texto o de un tema. Suele buscar un
lenguaje sobrio y debe tener una base sólida, tanto argumental como en cuestión
de fuentes, por lo que es necesario que se envuelva en un aparato crítico.

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Usos de referencias, aparato crítico y signos


Hay una serie de signos que nos son útiles en la elaboración de un trabajo académico y
sirven para evitar siempre el plagio. A continuación menciono los principales y sus
funciones:

1. Citas. Las citas son el instrumento con el cual se precisa o estudia en concreto
las palabras mismas de un autor.
a. Las citas de menos de cinco líneas deben anotarse en el texto y se deben
enmarcar entre comillas.
b. Las citas de cinco líneas o más deben anotarse en un párrafo separado,
con márgenes más reducidos y tipo de letra más pequeño.
c. Las citas siempre son fragmentarias, y por ello se puede recurrir a agregar
una parte del texto para que pueda ser comprensible. Cualquier texto
modificado del original se debe marcar usando corchetes (véase abajo).
2. Paráfrasis. Cuando una idea general de un autor es explicada aunque sin usar las
palabras mismas del autor se recurre en una paráfrasis. Ésta no debe ir entre
comillas, ya que no son palabras textuales del autor, pero sí se debe poner la
referencia o bien indicar en el texto que esta paráfrasis pertenece a la exposición
de otro autor.
3. Referencias. Las referencias son lo más importante en una investigación
científica, ya que se denotan cómo se sostiene un argumento a partir de la cita de
otros autores que soporten nuestra argumentación, o bien contra los cuales se
establece una crítica. La referencia debe ser siempre precisa con el fin de que
cualquier lector del trabajo pueda consultar el texto que está en disputa.
a. Las referencias deben tener los contenidos mínimos, (nombre y obra y
página o capítulo al que se hace referencia), puesto que los datos
ampliados aparecerán al final de la obra, en la bibliografía. Por ejemplo:
i. Método filológico, es decir, se cita en las notas a pie de página:
Marc Bloch, Introducción a la historia, p. 25.

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ii. MLA: Se usa sólo en el texto, no en notas a pie de página. Por


ejemplo:
1. Y así comentó Bloch (25).
2. Así se estableció este argumento (Bloch 25).
iii. Chicago: se cita en las notas a pie de página. Por ejemplo: Marc
Bloch, Introducción a la historia (México: Fondo de Cultura
Económica, 2005), 25.
b. Cuando se cita en varias ocasiones una obra, se usan los siguientes
latinismos (Ojo: como son latinismos, se escriben en cursivas):
i. Ibidem: Mismo autor, misma obra, pero diferente página.
ii. Idem. Mismo autor, misma obra y misma página.
iii. Op. cit.=opere citato, es decir, en la obra citada. Se usa cuando entre
la obra referida hay otra obra. Se pone el nombre del autor y esta
sigla para no repetir el título de la obra, o bien, si en el texto está
señalada, sólo se da la referencia específica. Debe notarse que si se
cita más de una obra del mismo autor, esta abreviatura no será de
utilidad.
iv. Apud: En. Se usa cuando se cita un texto que está citado o
referido en otro autor y que, por lo tanto, no se está consultando
directamente.
c. En algunas obras antiguas, habida cuenta de la variación en la paginación,
se usan abreviaturas particulares que se prefiere. Por ejemplo: La Biblia,
las obras de Platón, Aristóteles y otros autores de la Antigüedad Clásica.
Hay obras también antiguas cuya forma de citar no ha sido estandarizada,
por lo que se puede recurrir a una abreviatura que la aclara, o bien a citar
las obras por el título completo.
i. En el caso de la Biblia, se cita de acuerdo a la abreviatura del libro
consultado. Estas abreviaturas se componen de las primeras letras
del nombre de cada libro en latín. Se pueden consultar estas

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abreviaturas al inicio de cualquier Biblia y corresponden al


nombre griego de la Septuaginta, pero latinizado. Por ejemplo:
1. Ex. 1.4 =Exodus (Éxodo), capítulo primero, versículo
cuarto. El nombre proviene del griego , en hebreo
el título se retoma de la primera palabra, es decir, ‫;שֵׁ מוׂת‬
sin embargo, por tradición, se cita el nombre latino. Los
títulos hebreos no siempre se preservan.
2. Jo. 2.4= Evangelium secundum Johannem (Evangelio según San
Juan), capítulo segundo, versículo cuarto.
3. Hay algunas excepciones:
a. El libro Eclesiastés, cuya abreviatura es Qoh., que
proviene del nombre hebreo ‫( קׂחֶ לֶת‬Qohelet), para
separarlo del libro del Eclesiástico.
b. El libro de Crónicas es un caso especial. En español
se suele citar con este nombre, aunque el latín (y la
abreviatura oficial, Par.) provenga del griego
que significa “lo que resta”. En
hebreo el título es ‫ ִּרבְ ֵׁדי הַ י ִָּּמים‬, esto significa, los
asuntos de los días.
ii. Las obras de Platón se citan siguiendo la edición de Stephanus. Se
anota el nombre del diálogo y luego la referencia. Por ejemplo:
Sym. 210b.=El banquete, p. 210 sección b de la edición Stephanus.
iii. Las obras de Aristóteles se citan siguiendo la edición de Bekker.
Se anota el nombre de la obra y luego la referencia. Por influencia
de Aristóteles en la filosofía, también se suele citar el libro y
capítulo de la obra. Por lo general, esta última forma de citar es
común entre los estudiosos de la escolástica; sin embargo, hay
algunos libros que, debido a los manuscritos, pueden tener una
cita distinta, de ahí que se suela estandarizar con la edición de

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Bekker. Por ejemplo: Met. 1046a=Met. VIII.1=La Metafísica, libro


octavo, capítulo primero, o la página 1046, sección a de la edición
de Bekker.
iv. Algunas otras obras antiguas, medievales o modernas (antes del
siglo XIX se suelen citar con el libro y capítulo en vez de la
página, por lo antes explicado. Por ejemplo:
1. Liv. I.iv.3=Tito Livio, primer libro, capítulo cuarto,
parágrafo tercero.
2. John Locke, An Essay Concerning Human Understanding,
II.xxi.3.
v. La poesía se suele citar por número de verso. Por ejemplo: Il.,
III.450=Homero, Ilíada, canto tercero, verso 450.
d. Hay obras citadas dentro de obras completas editadas en varios
volumenes, como ocurre con las obras de la Patrologia Latina y Patrologia
Graeca de Migne, o las obras de filósofos compiladas bajo un título (Por
ejemplo: Wilhelm Friederich Hegel, Werke). Es común este uso en
Alemania. En este caso se citan con el número del volumen y la página,
ya que, al ser ediciones autorizadas, son fáciles de encontrar.
Subsecuentes traducciones suelen respetar la paginación de estas
colecciones.
4. Variaciones en el texto. En las ediciones críticas de los autores, se suelen anotar
variantes al texto propuesto por el editor o alguna conjetura donde el editor
marcará las opciones y por qué razón eligió proponer una conjetura. Estas
variantes son las más significativas y son útiles cuando se lee una edición con
algunos problemas de transmisión; sin embargo, se deben tomar como variantes,
y no son textos de libre elección para violentar el sentido del texto según la
voluntad propia. Por ello hay que ser cauto con su uso.
5. Negritas. El uso de las negritas en textos académicos es inusitado y sólo aparece
cuando se quiere destacar algo o para los títulos de capítulos. La mayor parte de

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las veces sirve para destacar, en una redacción a varias manos, la nueva de la
vieja redacción aunque este uso es por lo general, muy limitado.
6. Comillas. Sirven para separar una cita textual del resto del texto. Es importante
aclarar lo siguiente:
a. Las citas textuales se refieren a las exactas palabras del autor. Si hay algún
añadido hay que separarlo con corchetes.
b. Aunque se suelen poner comillas cuando se habla en sentido irónico, en
un texto académico este uso es incorrecto, ya que se tomaría por una cita
textual.
7. Corchetes. Sirven para marcar un anexo en una cita textual, o palabras que no
son del autor. A menudo y debido a que las citas textuales suelen estar
descontextualizadas, se les suele agregar o cortar una parte con el fin de hacerlas
más entendibles.
8. Numeración. Es imprescindible que exista una numeración en todas las páginas.
9. Sangrías. Aunque no es necesario, es conveniente que en todos los párrafos
salvo el primero se use una sangría, que consiste en una tabulación para marcar
el inicio del párrafo. Algunos procesadores de texto ya incluyen entre párrafo y
párrafo un pequeño espacio. Las sangrías sirven para poder leer de mejor
manera un texto y separar con claridad los párrafos.
10. Texto justificado. Por cuestión de uniformidad, el párrafo debe ir justificado. En
algunos lugares se permite un texto alineado a la izquierda ya que es
reminiscencia de la escritura en máquina de escribir, pero los procesadores de
texto modernos ya no tienen esa necesidad.
11. Espacio y tipo de letra. Para una mejor comodidad, es necesario que el texto esté
escrito en un tipo legible y en un espacio que permita la lectura.
a. Es conveniente elegir tipos de letra redondos frente a los angulares, ya
que éstos cansan más la vista. Se sugieren los siguientes: Garamond,
Times New Roman, Old Book Antiqua.

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b. El color de la fuente debe ser obscuro, negro o azul marino. Otros


colores pueden confundir o lastimar la vista.
c. El espacio debe ser cuando menos de 1.5 o 2.
12. Signos de interrogación y exclamación. El español, a diferencia de otros idiomas,
usa dos signos de interrogación y exclamación, uno que abre y otro que cierra la
oración. Hay que respetar esta característica de la lengua.

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¿Cómo realizar una bibliografía?


La bibliografía es el registro de los libros que se consultaron en la elaboración de un
trabajo. Es muy importante dar la referencia precisa para que la fuente pueda ser
consultada y para darle más fuerza a los argumentos ahí esgrimidos. Hay varios criterios
para realizar la bibliografía y algunos más usuales que otros. Voy a mostrar en esta
sección los más usuales pero comenzaré por el método filológico, que consigna la
mayor cantidad de datos y que, por lo tanto, de aprenderse, es más fácil pasar a los
demás que simplifican mucho más los textos.

Método filológico
Es el que recoge la mayor cantidad de datos. Se compone de las siguientes
características:

1. Nombre del autor.


2. Título de la obra.
3. Edición (si aplica).
4. Traductor o editor (si aplica).
5. Compilador (si aplica).
6. Prólogo, prefacio, introducción o posfacio, en caso de que haya sido escrito por
otra persona diferente del autor.
7. Editorial o impresor.
8. Ciudad de edición.
9. Año de edición.
10. Volúmenes (si aplica).
11. Número de páginas (opcional).
12. Colección (si aplica).

Los datos aquí consignados son los más que puede tener un libro, y no todos los libros
contienen todos estos datos. Por ejemplo:

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BLOCH, Marc, Introducción a la Historia. 4° ed. Trad. Pablo Gonzáles Casanova y Max
Aub. México: Fondo de Cultura Económica, 2006. 206 p.p. (Breviarios del
Fondo de Cultura Económica N° 64).

BRÉHIER, Émile, Historia de la Filosofía. 4° ed. Traducción por Demetrio Náñez.


Prólogo de José Ortega y Gasset. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1956.
III vol.

COLLINGWOOD, Robin George, Idea de la Historia. 3° ed. Edición, prefacio e


introducción de Jan van der Dussen. Trad. Edmundo O’Gorman, Jorge
Hernández Campos, María Guadalupe Benítez Toriello y Juan José Utrilla.
México: Fondo de Cultura Económica, 2010. 612 p.p. (Sección de Obras de
Historia).

PEREYRA, Carlos et alii, Historia ¿Para Qué? 13° ed. México: Siglo Veintiuno Editores,
1991. 248 p.p.

RAMÍREZ VIDAL, Gerardo (ed.), Conceptos y Objetos de la Retórica Ayer y Hoy. Homenaje
a Paola Vianello de Córdova. México: Universidad Nacional Autónoma de México-
Instituto de Investigaciones Filológicas, 2008. 346 p.p. (Bitácora de Retórica N°
23).

La bibliografía se debe ordenar de forma alfabética y se debe llenar con los datos tal y
como aparecen en el libro. En caso de que haya algún dato que falte es preferible no
apuntarlo salvo que, por otros medios, se puedan completar. Se debe tener en cuenta
las siguientes aclaraciones:

1. Nombre del autor. Debe ir con los apellidos en mayúsculas, seguido de una
coma y después el nombre en minúsculas.
a. Los autores hispánicos tienen dos apellidos, hay que poner ambos.
Autores germánicos o de otros países tienen por lo general un solo
apellido.

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b. En la medida de lo posible es preferible evitar abreviaciones en los


nombres, salvo que no estén apuntadas en el libro. Esto es especialmente
común en autores anglosajones.
c. Cuidado de no confundir procedencia del autor con su nombre. Por
ejemplo: Tomás de Aquino. Aquino no es un apellido, sino el lugar de
donde es originario, por lo que debe clasificarse bajo la “T”.
d. En algunos autores alemanes, el “von” denota procedencia de la realeza,
por lo tanto, no se debe ubicar bajo la “v”. Por ejemplo:
i. Es correcto apuntar: HUMBOLDT, Wilhelm von.
ii. Es incorrecto apuntar: VON HUMBOLDT, Wilhelm.
iii. Los grados honoríficos (en este caso, “von”), los grados
académicos y, en ocasiones, la pertenencia a alguna institución no
son registrados en la ficha bibliográfica.
e. Cuando son dos o tres autores, se apuntan todos, respetando el orden de
los apellidos con mayúsculas. Si son tres o más, se escribe el primero y se
apunta el latinismo et alii (con cursivas), que significa “y los demás”.
2. Título de la obra. Debe ir en cursivas. El título debe anotarse completo, con
subtítulos y demás que aparecen en la primera página. A menudo y por
cuestiones de mercado, en la portada se suele anotar una parte del título.
3. Edición (si aplica). Si es la primera edición, no se debe anotar. De la segunda
edición en adelante, se anota el número.
a. El número de reimpresiones no se debe anotar, sólo si es una edición.
Una reimpresión implica que el texto se reproduce exactamente igual que
la anterior, mientras que las ediciones implican algún cambio entre ellas.
b. En ocasiones, el cambio de edición implica también una reclasificación
en la casa editorial o el traductor y por lo general una revisión del texto.
Se debe anotar por este motivo.
4. Traductor o editor (si aplica). En ocasiones se usan como términos iguales; sin
embargo, se puede ensayar la siguiente distinción:

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a. Editor: es el que reúne, compila y en ocasiones da cuerpo a un texto. Se


pueden distinguir dos tipos:
i. El editor de un libro que reúne materiales y los forma para
presentar un texto único.
ii. La elaboración de una edición crítica donde se establecen algunas
adiciones y lecturas disímbolas. Sobre todo ocurre en textos
anteriores al siglo XIX, aunque también se habla de textos que
quedaron incompletos como manuscritos y entonces fueron
sometidos a un proceso de edición que implica la recolección y a
veces añadidos por parte de un tercero.
iii. Por ejemplo: ARISTOTELES, Metaphysica. .
Recognovit brevique adnotatione critica instruxit Werner Jaeger.
Oxonii: E typographeo Clarendoniano, 1957. XXII-312 p.p.
(Scriptorum Classicorum Bibliotheca Oxoniensis). El editor de
este libro es Werner Jaeger y el autor Aristóteles.
b. Traductor: es el que traduce de una lengua a otra. Por lo general está
especificado de qué lengua se traduce.
c. Hay veces en que el editor y traductor son la misma persona, a veces son
distintos y, como comenté al inicio, en ocasiones se usan como
sinónimos.
5. Compilador (si aplica). Se trata por lo general de obras de varios autores bajo un
solo volumen, o bien, de la recopilación de varios textos de un autor.
6. Prólogo, prefacio, introducción o postfacio, en caso de que haya sido escrito por
otra persona diferente del autor. En algunas ocasiones, se presenta un libro por
otro autor, por lo que es importante consignarlos.
7. Editorial o impresor. En libros actuales, la mayor parte de los editores
pertenecen a una casa editorial o varias que forman una coedición.
a. Se debe anotar el nombre de las editoriales sin anotar su condición de
personas morales, es decir: S. A. de C. V. y demás.

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b. En el caso de editoriales con siglas, es preferible desglosarlas. Por


ejemplo: FCE=Fondo de Cultura Económica; INAH=Instituto Nacional
de Antropología e Historia.
c. Cuando son dos o más editoriales las que participan en una coedición, se
deben anotar todas.
d. En algunas ocasiones se consignan institutos o entidades que dependen
de otro instituto, sobre todo en universidades. Debido a que son
independientes, es importante anotarlas. Por ejemplo: Universidad
Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Filológicas.
e. En el caso de algunos libros, se registra el nombre del impresor. Por
ejemplo: En la casa de la viuda de Sánchez. En editoriales europeas de
varios siglos se preserva el nombre del impresor. Por ejemplo:
i. NEYRAGUET, Deod., Compendium Theologiae Moralis Sancti
Alphonsi-Mariae de Ligorio. Nova editio revisa et aucta. Barcinone:
Apud Paulum Riera, Typographum et Bibliopolam, 1847. 846 p.p.
ii. VERGILIUS MARO, Publius, Bucolica. Las Bucólicas. Traducidas
en verso castellano por Joaquín D. Casasus, con los comentarios
de Conington, Nettleship y Haverfield y algunas notas del
traductor. México: Imprenta de Ignacio Escalante, 1903. XVIII-
448 p.p.
8. Ciudad de edición. Es muy importante anotar la ciudad donde se elaboró el
libro, aunque se deben notar los siguientes caveats:
a. En caso de un libro en lengua extranjera, es preferible anotar la ciudad en
español. Por ejemplo: Londres, en vez de London; Pekín en vez de
Beijing. Hay ciudades que no tienen una castellanización precisa por lo
que se anotan tal y como está.
b. No es necesario anotar el país salvo en casos de ciudades con nombres
iguales. Por ejemplo: Cambridge-Massachusetts (sede de la Universidad
de Harvard en Estados Unidos) para separar de Cambridge (sede de la

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Universidad de Cambridge en el Reino Unido); Córdoba-Argentina para


separar de Córdoba-Veracruz, entre otros.
c. En algunos países de habla inglesa, es común que se establezcan
abreviaciones, las cuales es conveniente desatar. Por ejemplo: Los
Ángeles, en vez de L. A.
9. Año de edición. Debe anotarse el año tal como aparece en la primera página. El
año es el más reciente que aparece, en ocasiones se distingue entre año de
edición y año de reedición, pero debe anotarse siempre el último. Tómense en
cuenta los mismos detalles que en la edición.
10. Volúmenes (si aplica). Sobre todo en el caso de obras voluminosas o
enciclopedias se apunta el total de tomos. Se entiende que el autor consultó
alguno de los volúmenes o artículos, por lo que, de haberse basado sólo en uno,
se debe considerar citarlo como capítulo de libro (véase más abajo).
11. Número de páginas. No es necesario que se anoten. Si son varios volúmenes, el
número de páginas es substituido por esta información.
12. Colección (si aplica). Algunas editoriales catalogan sus libros por colecciones. Es
importante consignar el nombre y, si tiene, el número con el cual están
catalogados.

Algunas notas más:

• Cuando se trabajen libros en lenguas extranjeras se debe anotar el título tal y


como aparece en el texto. No se debe traducir, salvo nombre de la ciudad. Por
ejemplo:
o AUERBACH, Erich, Dante als Dicther der irdischen Welt. 2° ed. Mit einem
Nachwort von Kurt Flasch. Berlín-Nueva York: Walter de Gruyter, 2001.
238 p.p.
o SHAKESPEARE, William, Titus Andronicus. Edited by Eugene M. Waith.
Nueva York: Oxford University Press, 2008. 226 p.p. (The Oxford
Shakespeare).

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• En algunos libros antiguos es posible que se carezca de algún dato de edición,


por lo que se usan las siguiente siglas:
o s. a.=sin año.
o s. p. i.=sin pie de imprenta/sin impresor.
• Sobre los formatos en los cuales se encuentra un libro, hay dos tipos de libros
que, si bien no son la edición original, cuentan como una: los facsimilares y los
libros digitales.
o Se denominan facsimilares (lat. fac-similis) a aquellos libros que son una
copia fiel de otro que es reproducido exactamente igual que una edición
anterior. Esto suele ocurrir en libros cuyos derechos de autor han
expirado.
o Se denominan libros digitales a textos escaneados de otros libros. Debido
a que se consulta exactamente el mismo contenido que el libro impreso y
lo único que cambia es el formato, no debe hacerse notar esto.

Otros medios para citar libros


Hay tres formatos importantes para citar libros: MLA y Chicago son los más usuales
para la elaboración de estas fichas. Debido a que estos tres formatos son reduccionistas
frente al modelo filológico, será más sencillo identificar qué datos traen cada uno; sin
embargo, habida cuenta de la fama y la sencillez para estos métodos, hay muchos
profesores y revistas que han decidido utilizarlos. A continuación presento de forma
sintética las características de estos modelos.

MLA
Contiene básicamente los mismos datos que el método filológico, pero borra los
prólogos, prefacio, introducción o postfacio, la colección y la referencia a los
volúmenes, además de que no usa mayúsculas en el apellido y prefiere los títulos
subrayados. Por lo tanto, pide los siguientes datos:

1. Nombre del autor.


2. Título de la obra.

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3. Edición (si aplica).


4. Traductor o editor (si aplica).
5. Compilador (si aplica).
6. Editorial o impresor.
7. Ciudad de edición.
8. Año de edición.

Por ejemplo:

Bloch, Marc. Introducción a la Historia. 4° ed. Trad. Pablo Gonzáles Casanova y Max
Aub. México: Fondo de Cultura Económica, 2006.

Bréhier, Émile. Historia de la Filosofía. 4° ed. Traducción por Demetrio Náñez.


Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1956.

Collingwood, Robin George. Idea de la Historia. 3° ed. Edición, prefacio e


introducción de Jan van der Dussen. Trad. Edmundo O’Gorman, Jorge
Hernández Campos, María Guadalupe Benítez Toriello y Juan José Utrilla.
México: Fondo de Cultura Económica, 2010.

Pereyra, Carlos et alii. Historia ¿Para Qué? 13° ed. México: Siglo Veintiuno Editores,
1991.

Ramírez Vidal, Gerardo (ed.). Conceptos y Objetos de la Retórica Ayer y Hoy.


Homenaje a Paola Vianello de Córdova. México: Universidad Nacional
Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Filológicas, 2008.

Chicago
Sigue básicamente los lineamientos de la edición de MLA, aunque la diferencia principal
consiste en que el título de la obra aparece subrayado.

1. Nombre del autor.


2. Título de la obra.
3. Edición (si aplica).

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4. Traductor o editor (si aplica).


5. Compilador (si aplica).
6. Editorial o impresor.
7. Ciudad de edición.
8. Año de edición.

Por ejemplo:

Bloch, Marc. Introducción a la Historia. 4° ed. Trad. Pablo Gonzáles Casanova y Max Aub.
México: Fondo de Cultura Económica, 2006.

Bréhier, Émile. Historia de la Filosofía. 4° ed. Traducción por Demetrio Náñez. Buenos
Aires: Editorial Sudamericana, 1956.

Collingwood, Robin George. Idea de la Historia. 3° ed. Edición, prefacio e introducción


de Jan van der Dussen. Trad. Edmundo O’Gorman, Jorge Hernández Campos,
María Guadalupe Benítez Toriello y Juan José Utrilla. México: Fondo de Cultura
Económica, 2010.

Pereyra, Carlos et alii. Historia ¿Para Qué? 13° ed. México: Siglo Veintiuno Editores,
1991.

Ramírez Vidal, Gerardo (ed.). Conceptos y Objetos de la Retórica Ayer y Hoy. Homenaje a Paola
Vianello de Córdova. México: Universidad Nacional Autónoma de México-
Instituto de Investigaciones Filológicas, 2008.

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Conspectus operum quodlibeticam ad quaestionem erudiendam recteque scribendam
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Capítulos de libros
Esencialmente siguen el mismo orden que las fichas para libros, el único cambio es que
se anota que estamos consultando un capítulo de un libro. Esto es especialmente útil en
obras colectivas.

Método filológico
Se citan de acuerdo al siguiente orden (las aclaraciones de los libros son válidas para
esta sección):

1. Nombre del autor. Se sigue el mismo esquema que los libros.


2. Título del capítulo. Se usa entre comillas.
3. Nombre del autor o autores de la obra completa. Si es un libro cuyo autor es el
mismo que el capítulo del libro, no se repite.
4. Título de la obra.
5. Edición (si aplica).
6. Traductor o editor (si aplica).
7. Compilador (si aplica).
8. Prólogo, prefacio, introducción o postfacio, en caso de que haya sido escrito por
otra persona diferente del autor.
9. Editorial o impresor.
10. Ciudad de edición.
11. Año de edición.
12. Volúmenes (si aplica).
13. Número de páginas (opcional).
14. Colección (si aplica).

Por ejemplo:

KRAUS, Manfred, “El desarrollo de las artes retóricas en la Antigüedad”, en


RAMÍREZ VIDAL, Gerardo (ed.), Conceptos y Objetos de la Retórica Ayer y Hoy.
Homenaje a Paola Vianello de Córdova. México: Universidad Nacional Autónoma de

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México-Instituto de Investigaciones Filológicas, 2008. p. 19-36. (Bitácora de


Retórica N° 23)

VILLORO, Luis, “El sentido de la historia” en PEREYRA, Carlos et alii, Historia ¿Para
Qué? 13° ed. México: Siglo Veintiuno Editores, 1991. p. 33-52.

MLA
Sigue el mismo orden que la referencia de libros pero con el añadido que está en otra
obra, tal como ocurre con el método filológico. Por ejemplo:

Kraus, Manfred. “El desarrollo de las artes retóricas en la Antigüedad”, en Gerardo


Ramírez Vidal (ed.). Conceptos y Objetos de la Retórica Ayer y Hoy. Homenaje
a Paola Vianello de Córdova. México: Universidad Nacional Autónoma de
México-Instituto de Investigaciones Filológicas, 2008. p. 19-36. (Bitácora de
Retórica N° 23)

Villoro, Luis. “El sentido de la historia”, en Carlos Pereyra et alii. Historia ¿Para Qué?
13° ed. México: Siglo Veintiuno Editores, 1991. p. 33-52.

Chicago
Sigue esencialmente el orden de MLA con tres diferencias:

1. El título va en cursivas en vez de subrayado.


2. El título del libro (no del capítulo) se pone
3. antes que el editor y se separa por comas.
4. El número de páginas va antes de la ciudad.

Kraus, Manfred. “El desarrollo de las artes retóricas en la Antigüedad”, en Conceptos y


Objetos de la Retórica Ayer y Hoy. Homenaje a Paola Vianello de Córdova, Gerardo
Ramírez Vidal (ed.), p. 19-36. México: Universidad Nacional Autónoma de
México-Instituto de Investigaciones Filológicas, 2008.

Villoro, Luis. “El sentido de la historia”, en Historia ¿Para Qué?, Carlos Pereyra et alii,
13° ed. p. 33-52. México: Siglo Veintiuno Editores, 1991.

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Hemerografía
Sigue el mismo método que la cita en capítulos de libros, la única diferencia es que se
debe aclarar el número de la revista, ya que son publicaciones semestrales, anuales, o de
menor tiempo. Contienen menos datos que el libro.

Método filológico
Siguen este orden (también aplican las normas de la bibliografía):

1. Nombre del autor. Se sigue el mismo esquema que los libros.


2. Título del artículo. Se usa entre comillas.
3. Título de la revista. En cursivas.
4. Número de la revista. Algunas se dividen en época nueva o época vieja, pero
cada volumen trae un número a partir del año en que comenzó su publicación.
5. Año de la publicación. Algunas revistas publican más de un número por año,
por lo tanto, debe marcarse tal y como viene escrito.
6. Editorial. Muchas revistas son publicadas por alguna universidad o alguna
instancia de una universidad, por lo que se debe anotar si es el caso.
7. Ciudad de edición.
8. Número de páginas. Se anota la primera y la última página del libro.

Por ejemplo:

CASTAÑO, Ana, “Glosas: ¿lenguas del texto o malas lenguas? Lexicógrafos,


trasladadores y declaradores de textos en el Siglo de Oro”, en Acta Poética, 25-1,
2004. México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de
Investigaciones Filológicas. p. 117-130.

ZERMEÑO, Guillermo, “Sobre las huellas de Ranke”, en Historia y Grafía, 15, 2000.
México, Universidad Iberoamericana. p. 11-48.

MLA
Contiene los siguientes datos:

1. Autor. Comienza con los apellidos y sin mayúsculas.

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2. Título del artículo entre comillas.


3. Título de la revista en subrayado.
4. Número de la revista.
5. Año de la publicación entre comillas.
6. Páginas.

Por ejemplo:

Castaño, Ana. “Glosas: ¿lenguas del texto o malas lenguas? Lexicógrafos, trasladadores y
declaradores de textos en el Siglo de Oro”. Acta Poética 25-1 (2004). 117-130.

Zermeño, Guillermo. “Sobre las huellas de Ranke”. Historia y Grafía 15 (2000) 11-48.

Chicago
Sigue prácticamente la misma secuencia que MLA, aunque con el título en cursivas.

Por ejemplo:

Castaño, Ana. “Glosas: ¿lenguas del texto o malas lenguas? Lexicógrafos, trasladadores y
declaradores de textos en el Siglo de Oro”. Acta Poética 25-1 (2004): 117-130.

Zermeño, Guillermo. “Sobre las huellas de Ranke”. Historia y Grafía 15 (2000): 11-48.

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Textos en internet
Hay una variedad de objeciones y de diferencias en la cita de textos en internet. Lo
fundamental es que se pueden seguir las reglas de la bibliografía y el orden, sólo que se
debe anotar el vínculo y la fecha de consulta, habida cuenta de que el internet tiene
grandes cambios en poco tiempo y hay una posibilidad de que el documento
consultado cambie si es consultado meses o años después, o bien, que ya no esté
disponible.

En principio, es importante distinguir dos asuntos:

1. Documentos en internet provenientes de fuentes gubernamentales son textos


estables y que, por lo general, se pueden citar como libros porque suelen estar
sin modificaciones.
2. Libros digitalizados en PDF no son textos en internet sino libros en formatos
digitales, por lo tanto, siguen los mismos estándares de la bibliografía.
3. Blogs y páginas personales son propiamente textos en internet sobre el cual hay
todavía un trabajo en ciernes. No contienen los mismos datos, así que es
conveniente hacer referencias a ellos sólo a medida en que no tienen los datos
completos para poder referirlos. Es conveniente tener cuidado al citarlos sobre
todo en trabajos académicos debido a la naturaleza movediza de los mismos. 1

1Para una valoración al respecto, se puede consultar Tema y variaciones de literatura N° 45 (publicada por la
Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco), dedicado a la literatura digital.

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