Oración Al Espíritu Santo

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ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven, Espíritu Santo, a nuestros corazones y envía desde el cielo un rayo de tu luz.

Ven a nosotros, Padre de los pobres, ven dispensador de dones, ven luz de nuestros corazones.

Consolador supremo, dulce huésped de nuestras almas, apaciguante frescura.

En el trabajo, eres descanso, en la fiebre, frescura, en el llanto, consuelo.

Oh luz dichosísima, ven a inundar hasta lo más íntimo el corazón de todos tus fieles.

Sin tu poder divino, nada hay en el hombre, nada que sea puro.

Lava lo que está sucio en mí, con la Sangre de Cristo.

Baña lo que está árido en mi espíritu con el agua del Costado de Cristo.

Sana lo que está herido en mi vida con las santas llagas de Jesús.

Suaviza lo que está rígido en mi inteligencia con tu unción soberana.

Inflama lo que está frío en mi corazón con la llama de tu amor.

Endereza lo que está extraviado en mi entendimiento con el esplendor de tu verdad.

Amén

Salmos 91

Dios Habla Hoy (DHH)

El Señor es nuestro refugio

1 El que vive bajo la sombra protectora

del Altísimo y Todopoderoso,

2 dice al Señor: «Tú eres mi refugio,

mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!»

3 Sólo él puede librarte

de trampas ocultas y plagas mortales,

4 pues te cubrirá con sus alas,

y bajo ellas estarás seguro.

¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!


5 No tengas miedo a los peligros nocturnos,

ni a las flechas lanzadas de día,

6 ni a las plagas que llegan con la oscuridad,

ni a las que destruyen a pleno sol;

7 pues mil caerán muertos a tu izquierda

y diez mil a tu derecha,

pero a ti nada te pasará.

8 Solamente lo habrás de presenciar:

verás a los malvados recibir su merecido.

9 Ya que has hecho del Señor tu refugio,

del Altísimo tu lugar de protección,

10 no te sobrevendrá ningún mal

ni la enfermedad llegará a tu casa;

11 pues él mandará que sus ángeles

te cuiden por dondequiera que vayas.

12 Te levantarán con sus manos

para que no tropieces con piedra alguna.

13 Podrás andar entre leones,

entre monstruos y serpientes.

14 «Yo lo pondré a salvo,

fuera del alcance de todos,

porque él me ama y me conoce.

15 Cuando me llame, le contestaré;

¡yo mismo estaré con él!

Lo libraré de la angustia

y lo colmaré de honores;

16 lo haré disfrutar de una larga vida:

¡lo haré gozar de mi salvación!»

[29/9 10:49 a. m.] +52 932 119 9427: Oración de Sello


con la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo para iniciar el día

Señor Jesús, en Tu nombre y con el Poder de Tu Sangre Preciosa sellamos toda persona, hechos o
acontecimientos a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño.

Con el Poder de la Sangre de Jesús sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua,
en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno y en
el mundo en el cual nos moveremos hoy.

Con el poder de la Sangre de Cristo sellamos los volcanes, los cráteres, las montañas, los lagos y lagunas,
los ríos, los océanos y los mares y los límites de ellos con la tierra, sellamos el universo entero con la
Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

Te suplico Señor que selles mi vida personal con todas mis pertenencias. Sello mi salvación con Tu
Preciosisima Sangre, sello mis sentimientos, para que todos mis afectos sean cubiertos. Sello con Tu
Sangre mis inquietudes para estar seguro de alcanzar la respuesta a mis necesidades. Sello mi corazón
para que no entre ningún espíritu de rencor, amargura, odio, depresión, soberbia, orgullo, vanidad,
jactancia, tristeza, duda o miedo.

Sello Señor con Tu Sangre mi voluntad para que esté presta siempre a hacer el bien, sello mi mente para
que entren solo pensamientos que me permitan alcanzar el gozo, la paz y así cambiar mi manera de vivir.

Sello con Tu Sangre, Señor, mi cuerpo para que reciba la salud, sea protegido del pecado, de las
enfermedades, adulterios, robos, atracos o asaltos, extorcion, secuestros y accidentes.

Sello mi pasado para que toda herida que aún me haga daño sea sanada con Tu Sangre bendita.

Sello mi presente para que todas mis actividades sean cubiertas con Tu Sangre protectora.

Sello mi futuro para que mis planes, proyectos sean preservados de todo ataque y toda influencia del
maligno.

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestra casa y a todos los que habitan en ella (nombrarlos a
todos con nombre y apellido), sellamos con el Poder de la Sangre de Jesús a todas las personas que El
Señor enviará a nuestra casa, así como los alimentos y los bienes que El Señor generosamente nos envíe
para nuestro sustento.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos, ropa, paredes, techos y
pisos, el aire que respiramos y en fe colocamos un círculo de Su Sangre Preciosisima alrededor de toda
nuestra familia.

Sello a mis seres queridos, a mis amigos, vecinos, a mis compañeros de trabajo (mencionar a quienes
más)... para que todos sean protegidos.

Con el Poder de la Sangre de Jesús sellamos los lugares en donde vamos a estar en este día y las
personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar (nombrar cada una de ellas).

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de toda
nuestra familia, los vehículos de todos ellos, las carreteras, los aires, las vías y cualquier medio de
transporte que habremos de utilizar.

Con Tu Sangre Preciosa sellamos los actos, las mentes y los corazones de todos los habitantes y
dirigentes de nuestra patria a fin de que Tu Paz y Tu Corazón reinen en ella.

Sello mi economía, para que se derrame abundantemente Tu Providencia en mi vida, para que nunca nos
falte de Tu Mano casa, vestido y sustento, no me des mucho Señor porque podría olvidarme de Ti y no
me des tan poco porque podría renegar de Ti, dame lo necesario para vivir como digno hijo tuyo y
permíteme también poder socorrer a mi hermano. Sello mis deudas para que el devorador huya y
desaparezcan.

Invoco Tu Sangre preciosa sobre mi boca y sello mis palabras para que sean sólo de bendición.

Tu Sangre preciosa me haga invisible, cuando se nos acerque el enemigo nos permita reconocerlo y
vencerlo por la invocación de Tu Nombre.

Sello todo mi ser y me coloco bajo tu protección para que me libres de toda acechanza del mal.

Con el poder de la Sangre de Jesucristo rompo y destruyo toda potestad de interferencia, la interacción
del maligno y prohíbo toda comunicación entre espíritus en el Nombre Del Señor.

Pido Señor Jesús, que envíes a Tu Santísima Madre del Perpetuo Socorro, para que se haga presente en
mi hogar y en mi trabajo y me acompañe junto con San Miguel Arcángel, y sus nueve coros angélicos,
San Gabriel, San Rafael y mi Angel de la Guarda. Gracias Señor porque Tu eres el guardián que nunca
duermes. Gracias Señor, por Tu Sangre preciosa, porque gracias a ella somos preservados de todo mal.
Tu Sangre nos hace invisibles, bendito y alabado seas por siempre Señor.
Amén.

La Armadura de Dios

Efesíos 6, 10-20

Por lo demás, me fortalezco en el Señor con la fuerza de su poder.

Me Revísto con la armadura de Dios, para que pueda resistir las insidias del demonio.

Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los principados y potestades,
contra los soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio.

Por lo tanto, tomo la armadura de Dios, para que pueda resistir en el día malo y mantenerme firme
después de haber superado todos los obstáculos.

Permanezco en pie, ceñido con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza.

Calzo mis pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz.

Tengo siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podré apagar todas las flechas encendidas del
Maligno.

Tomo el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.

Elevó constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animadas por el Espíritu. Decido con
perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos, y también por mí, a fin de que encuentre
palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio, del cual yo soy embajador en
medio de mis cadenas. ¡Así podré hablar libremente de él, como debo hacerlo!

Oración a San Miguel Arcángel.

Papa León XIII

San Miguel Arcángel defiéndenos en la pelea. Sé nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas del
demonio.

¡Reprímele Oh Dios como rendidamente te lo suplicamos!

Y tú, Principe de las Milicias Celestiales,

armado del Poder Divino, precipita al infierno a Satanás y todos los espíritus malignos que para la
perdición de las almas, vagan por el mundo.

Amén

San Miguel Arcángel con tu luz ilumínanos


San Miguel Arcángel con tus alas protégenos.

San Miguel Arcángel con tu espada defiéndenos.

Amén

ORACIÓN A SAN JOSÉ

del Papa León XIII

A vos, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación,

y después de invocar el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro
patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, os tuvo unido y, por
el paterno amor con que abrazasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos volváis benigno los ojos
a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con vuestro poder y auxilio socorráis nuestras
necesidades.

Proteged, oh providentísimo Custodio de la Sagrada Familia la escogida descendencia de Jesucristo;


apartad de nosotros toda mancha de error y corrupción; asistidnos propicio, desde el Cielo, fortísimo
libertador nuestro en esta lucha con el poder de las tinieblas y, como en otro tiempo librasteis al Niño
Jesús del inminente peligro de su vida, así, ahora, defended la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de
sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protegednos con perpetuo patrocinio, para
que, a ejemplo vuestro y sostenidos por vuestro auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente
morir y alcanzar en el Cielo la eterna felicidad.

Amén.

: Coronilla de Protección a San Miguel Arcangel

En vez del Padre Nuestro:

Ave María purísima, sin pecado concebida, hija de San Joaquín y Santa Ana, María Santísima.

En vez del Ave María (10 veces)

V: ¿Quién como Dios?

R: Nadie como Dios.

En vez de Gloria:

V: Huid poderes malignos

R: Venció Cristo el Señor.


Al final del Rosario, repetir 3 veces:

V: Corazones triunfantes de Jesús y de María,

R: Reinad en mi vida y en mi corazón.

Amén.

Hacerlo de rodillas y con los brazos extendidos en forma de Cruz

[29/9 10:53 a. m.] +52 932 119 9427: ️⃣ *SUPLICA ARDIENTE A LOS SANTOS ÁNGELES *️⃣

¡Dios Uno y Trino, Omnipotente y Eterno!

Antes de suplicar a Tus siervos los Santos Ángeles, nos postramos ante Ti y Te adoramos, Padre, Hijo y
Espíritu Santo!

¡Bendito y alabado seas por toda la eternidad, y que todos los Ángeles y hombres que has creado Te
adoren, Te amen y Te sirvan, oh Dios Santo, Fuerte e Inmortal!

Y tú, María, Reina de todos los Ángeles, acepta benigna las súplicas que dirigimos a tus siervos y
preséntalas ante el trono del Altísimo, tú que eres la omnipotencia suplicante, la medianera de las
gracias, a fin de que obtengamos gracia, salvación y auxilio. Amén.

Poderosos Santos Ángeles, que nos fuisteis concedidos por Dios para nuestra protección y auxilio, os
suplicamos en el nombre de Dios, Uno y Trino: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos en nombre de la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo: ¡Daos prisa en
socorrernos!

-Os suplicamos por el poderosísimo Nombre de Jesús: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos por todas las llagas de Nuestro Señor Jesucristo: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos por todos los martirios de Nuestro Señor Jesucristo: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos por la santa Palabra de Dios: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos por el Corazón de Nuestro Señor Jesucristo:¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos en nombre del amor de Dios por nosotros pobres: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos en nombre de la fidelidad de Dios con nosotros pobres: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos en nombre de la misericordia de Dios con nosotros pobres: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos en nombre de María, Madre de Dios y Madre nuestra: ¡Daos prisa en socorrernos!
-Os suplicamos en nombre de María, Reina del cielo y de la tierra: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos en nombre de María, vuestra Reina y Señora: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos por vuestra propia bienaventuranza: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos por vuestra propia fidelidad: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos por vuestro propio combate por el Reino de Dios: ¡Daos prisa en socorrernos!

-Os suplicamos:¡Cubridnos con vuestro escudo!

-Os suplicamos: ¡Protegednos con vuestra espada!

-Os suplicamos: ¡Iluminadnos con vuestra luz!

-Os suplicamos: ¡Salvadnos bajo el manto protector de María!

-Os suplicamos: ¡Guardadnos en el Corazón de María!

-Os suplicamos: ¡Colocadnos en las manos de María!

-Os suplicamos: ¡Mostradnos el camino que conduce a la puerta de la vida: el Corazón abierto de
Nuestro Señor!

¡Apresuraos, socorrednos, os suplicamos

¡Guiadnos seguros a la casa del Padre Celestial!

Todos vosotros, nueve coros de los espíritus bienaventurados: ¡Daos prisa en socorrernos!

Vosotros, especiales compañeros que Dios nos ha dado: ¡Daos prisa en socorrernos!

La Sangre preciosísima de Nuestro Señor y Rey fue derramada por nosotros pobres ¡Apresuraos,
socorrednos, os suplicamos!

El Corazón de nuestro Señor y Rey palpita de amor por nosotros pobres: ¡Apresuraos, socorrednos, os
suplicamos!

El Corazón Inmaculado de María, la Virgen Purísima vuestra Reina, palpita de amor por nosotros pobres:
¡Apresuraos, socorrednos, os suplicamos!

San Miguel Arcángel, Tú, príncipe de los ejércitos celestiales, vencedor del dragón infernal, recibiste de
Dios la fuerza y el poder para aniquilar, mediante la humildad, la soberbia de los poderes de las tinieblas.
Te suplicamos nos ayudes a tener una verdadera humildad de corazón, una fidelidad inquebrantable
para cumplir siempre la voluntad de Dios y la fortaleza en el sufrimiento y en la penuria. Socórrenos para
que no desfallezcamos delante del tribunal de Dios.

San Gabriel Arcángel, Tú, Ángel de la Encarnación, mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos también a
las suaves exhortaciones y llamadas del Corazón amoroso de Nuestro Señor. Te suplicamos que estés
siempre delante de nuestros ojos para que comprendamos bien la Palabra de Dios, la sigamos, la
obedezcamos y cumplamos lo que Dios quiere de nosotros. Ayúdanos para que alcancemos una vigilante
disponibilidad de modo que, cuando el Señor llegue, no nos encuentre durmiendo.

San Rafael Arcángel, Tú, flecha de amor y remedio del amor de Dios, te suplicamos, hiere nuestro
corazón con el amor ardiente de Dios y haz que esta herida nunca se cure de modo que en la vida
cotidiana también vayamos siempre por el camino del amor y todo venzamos a través del amor.

¡Socorrednos, poderosos hermanos santos, compañeros nuestros en el servicio ante Dios. Defendednos
de nosotros mismos, de nuestra propia cobardía y tibieza, de nuestro egoísmo y avaricia, de nuestra
envidia y desconfianza, de nuestro afán de saciedad, de bienestar y de ser admirados.

Desatadnos de las ataduras del pecado y del apego a las cosas terrenas.

Quitadnos de los ojos la venda, que nosotros mismos nos hemos puesto para no tener que ver las
necesidades que nos rodean y poder así, tranquilamente, contemplarnos y compadecernos de nosotros
mismos.

Clavad en nuestro corazón la espina de la santa inquietud por Dios para que no cesemos de buscarle con
anhelo, contrición y amor.

Contemplad la Sangre de Nuestro Señor derramada por nuestra causa.

Contemplad las lágrimas de vuestra Reina, lloradas por nuestra causa.

¡Contemplad en nosotros la imagen de Dios, que Él imprimió amorosamente en nuestra alma, y que
ahora se encuentra desfigurada por nuestros pecados!

¡Ayudadnos a conocer y adorar a Dios, amarle y servirle!

Ayudadnos en el combate contra los poderes de las tinieblas que nos acechan y asedian furtivamente.

Ayudadnos para que ninguno de nosotros se pierda y un día estemos reunidos jubilosamente en la
eterna bienaventuranza.

Amén.

Durante el día invocamos muchas veces a los santos Ángeles:


San Miguel, asístenos con tus Ángeles, ¡ayúdanos y ruega por nosotros!

San Rafael, asístenos con tus Ángeles, ¡ayúdanos y ruega por nosotros!

San Gabriel, asístenos con tus Ángeles,

¡ayúdanos y ruega por nosotros!

[29/9 10:54 a. m.] +52 932 119 9427: 💞◽💞◽💞◽💞◽💞

DIÁLOGO CON JESÚS

29 de Septiembre

Mi Dios, gracias por todas las bendiciones que a lo largo de este día voy a vivir. Son muchas las acciones
mías que intentar romper la relación que tengo contigo, pero son muchas las acciones de perdón tuyas
que me muestran que aunque me cierre a amarte, ahí estás Tú amándome a mí. Saberme amado,
perdonado y bendecido es la mejor manera de motivarme a iniciar este nuevo día. Eso me hace saber
que mi vida tiene sentido y que debo vivir responsablemente por todo lo que me das. Te pido que hoy
me des la capacidad de ser comprensivo con todos aquellos que están mi lado y que por una reacción
rápida los rechazo y me cierro a ellos. Que aprenda a darles a los otros lo que Tú me das a mí. Que
aprenda a perdonar así como soy perdonado por Ti. Amén...

💞◽💞◽💞◽💞◽💞

[29/9 10:54 a. m.] +52 932 119 9427: Lectura Espiritual del día!

Del oficio Divino

De las Homilías de san Gregorio Magno, papa, sobre los Evangelios

(Homilía 34, 8-9: PL 76, 1250-1251)

El NOMBRE DE «ÁNGEL» DESIGNA LA FUNCIÓN, NO EL SER

Hay que saber que el nombre de «ángel» designa la función, no el ser, del que lo lleva. En efecto,
aquellos santos espíritus de la patria celestial son siempre espíritus, pero no siempre pueden ser
llamados ángeles, ya que solamente lo son cuando ejercen su oficio de mensajeros. Los que transmiten
mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se
llaman arcángeles.
Por esto a la Virgen María no le fue enviado un ángel cualquiera, sino el arcángel Gabriel, ya que un
mensaje de tal trascendencia requería que fuese transmitido por un ángel de la máxima categoría.

Por la misma razón se les atribuyen también nombres personales, que designan cuál es su actuación
propia. Porque en aquella ciudad santa, allí donde la visión del Dios omnipotente da un conocimiento
perfecto de todo, no son necesarios estos nombres propios para conocer a las personas, pero sí lo son
para nosotros, ya que a través de estos nombres conocemos cuál es la misión específica para la cual nos
son enviados. Y, así, «Miguel» significa: «¿Quién como Dios?», «Gabriel» significa: «Fortaleza de Dios» y
«Rafael» significa: «Medicina de Dios».

Por esto, cuando se trata de alguna misión que requiera un poder especial, es enviado Miguel, dando a
entender por su actuación y por su nombre que nadie puede hacer lo que sólo Dios puede hacer. De ahí
que aquel antiguo enemigo, que por su soberbia pretendió igualarse a Dios, diciendo: Escalaré los cielos,
por encima de los astros divinos levantaré mi trono, me igualaré al Altísimo, nos es mostrado luchando
contra el arcángel Miguel, cuando al fin del mundo será desposeído de su poder y destinado al extremo
suplicio, como nos lo presenta Juan: Se entabló una batalla con el arcángel Miguel.

A María le fue enviado Gabriel, cuyo nombre significa: «Fortaleza de Dios», porque venía a anunciar a
aquel que, a pesar de su apariencia humilde, había de reducir a los Principados y Potestades. Era, pues,
natural que aquel que es la fortaleza de Dios anunciara la venida del que es el Señor de los ejércitos y
héroe en las batallas.

«Rafael» significa, como dijimos: «Medicina de Dios»; este nombre le viene del hecho de haber curado a
Tobías, cuando, tocándole los ojos con sus manos, lo libró de las tinieblas de su ceguera. Si, pues, había
sido enviado a curar, con razón es llamado «Medicina de Dios».

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