Robert Nisbet (1993) Los Dogmas Conservadores

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EL C O N S E R V A D U R I S M O como ideología política

surgió tras la Revolución francesa en respuesta a su


l
impacto sobre l a sociedad tradicional. D e n u n c i a de

aquellos a c o n t e c i m i e n t o s , así como de esa r e v o l u c i ó n de

m á s a m p l i o alcance que denominamos m o d e r n i d a d , las

tesis de Edrnund 13urke constituyen la hase sobre la que

se a s i e n t a el conservadurismo contemporáneo. Desde

Burke, B o n n l d , de Maistrc y Savigny hasta T. S . E l i o t ,

C h r l s t o p hc r D u w s o n , M i c h a c l Oakshott, l r v i n g Babbit y
l
R u s s c l l K i r k , llOHERT N I S B E T e x a m i n a breve y
,\
rigurosamente los lemas centrales del conservadurismo
· ,

.! --historia, t r a d i c i ó n , propiedad, autoridad. libertad


·1

·¡ y religión� y d i r i g e sus críticas tanto al colectivismo


.

;' cómo al individualisrno radical. Finalmente, aborda la


:.

i crisis del conservadurismo, que estaría causada


F
en buena m e d i d a por su adopción en la escena política
i1
,.
de principios del liberalismo e c o n ó m i c o y del Estado

del bienestar. En esta m i s m a colección: « L i b e r t a d »

(LB 1587), de Zygmunt B a u m a n ; «Democracia»

(LB 1 5 9 7 ) , de A n i h o n y Arblustcr; «El Estado»

( L B 1603), de J o h n A. l l a l l y G. John lkcnberry;

« L i b e r a l i s m o » ( L B 1659), de J o h n G r a y ,

Y. « S o c i a l i sm o » ( L l3 1673), de Bernard Crick.

ISBN-81,-20.6-0728-2

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El libro de b o l s i l l o
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Alianza Editorial ij('][(tf'ttf'.

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Título original. Couseruatism Prefacio

Traducción: Diana Goldberg Mayo

Revisión:José Antonio Pérez Alvajar

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. El conservadurismo es una de las tres ideologías políti­

\:· cas más importantes. de los dos últimos siglos en Occiden-

111 te. Las· otras dos son el socialismo y el liberalismo; soy

Reservados todos ios derechos. De conformidad con lo dispuesto en el


;i] consciente de que algunos escritores han evitado el uso de

are. 534-bis del Código Penal vigente, podrán ser casugados c�m penas

de multa y p r i v a c i ó n de libcrc�d qu!cnes r_ep_roclujer�n �· plag1�ren, en­ t este término para referirse al conservadurismo, aparente­

todo o . en parce, una obra literaria, a_n1st1ca º. c1 ?ufica fi1ada en·


7 / mente apoyados 'en la teoría de que, por su naturaleza,

cualquier tipo de sopone sin la precepu,·a auwnzac1on.


f' esta filosofía carece de los elementos de activismo y refor­

f ma que supuestamente caracterizan a una' auténtica ideo-

t logía. . . .

. , Pero esto equivale a asumir una visión estrecha y limita- ·

da de la «ideología». Sin embargo el significado Je este

· © 1986 Robert Nisbet concepto en nuestra época es muy claro y completamente

© Editorial Patria, S.A. de C.U. México útil si dejamos de lado los significados históricos que· ha

© Alianza Editorial. S. A., Madrid, 1995


tenido, tales como la referencia peyorativa a cierto tipo de

'Calle J. l. Lucn de Tena, 15. teléf. 393 88 88; 28027 Madrid


, ideas en la época de Napoleón, o la utilización que de la
I.S.B.N.: 84-206-0728-2

Depósito lega]: M. 14.705/1995 \ mi sma hiz o M ar x como concien cia colectiva de un a clase

Impreso en Fernández Ciudad, S. L. ·,: social, D icho en pocas p alabras , u na ideolo g ía es un con -

,·,
Carnlina Suárez, 19.28007 Madrid
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Printed in Spain ·i 7
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juntq,_razonabl�entei.coherente,=..�.::ideas-rnor��·�co� -=te-itle'id�ologfa;-toélos-ellos-scm�ü�li'vez�ríül-S gnm�es-y=:== =,=I;) ·----�.

nómicas, sociales y culturales, que �ene una relación ,c?n- más pequeños que las ideologfas que representan. Como 1!.í
: · : · ·

sistente y bien conocida con la política Y el poder polí�co; Anteo, el político debe, en ocasiones, descender al terreno :1J:

más específicamente, una base d� poder que.hace P?s1ble de la ideología, pero nunca deberíamos sbbestimar las ·

la victoria de ese conjunto de 1dea_s; Una 1�eolog1a, e? tentaciones del poder, o del deseo de dcrrqtar por com-

cont ra ste con una mera configurac1�n pasajera ?e opi- pleto a la oposición y, de vez en c ua ndo , del impulso de la
n i ó n , permanece viva durante un cons1de�able periodo d: venganza. · .

tie mp o , tiene defensores y portavoces importantes, asr La Proclama ele Emancipación de Lincoln, el impulso

como un grado respetable de institucionalización. Es pro- de Bismarck al seguro de d e s em p leo, el vira7e de Disraeli

bab le que en su historia haya figuras carismáticas -tales hacia las reformas de la década de 1870, la adhesión de

como Burke, Disraeli, Churchill, etc.-, entre los conser- Churchill a los liberales en 1909 y las iniciativas de ley en

vadores o sus equivalentes entre liberales Y socialistas: contra de la a ri s to c ra c ia, incluso el uso del licor y la asorri-
. . .·
.

U na ideología evoca asociaciones con la práctica políti- brosa m a r c ha atrás que dio De Gaulle a su pro pia política

ca -la esfera de políticos, partidos políticos, manifiestos en Argelia, todos estos son i n trépid o s golpes realizados

yleyes aprobadas- así como con libros, artí�ulos Y con- por conservadores de toda la vi da . Pero tratar ele incluir-

ferencias. En primera instancia podemos sentir preferen- los a la fuerza den t ro de la ideología conscrvhdo]a reinan-

cia por la primera· esfera, la esfera de las campañas, elec- te es absurdo. Ello implica s u b e stima r el registro histórico

cienes, gobiernos en el poder y discursos po�ticos? �ás que existe en la mente de los graneles políticos en relación

que por la. s e g unda . Pero a la larga esto resuha;�usor10, m� con sus deseos· profundos o con las exig e n c i as del país.

cluso engañoso. Naturalmente hay una relación entre l� Disrneli se refirió a este p unto:

política práctica y la ideología, pero no se trata de una re­

lación firme y no existe nada que mantenga la lealtad eter­

na a la ideología de los líderes incluso si se trata del parti­

do más disciplinado. Es posible, y sucede a menudo que

situaciones críticas, accidentes y decisiones tácticas con­

duzcan a la apostasía doctrinal. Esto puede no ser muy

importante puesto que se produce nor!llalmen_te en nom­

bré. de la victoria individual o del partido. A fin de cuen­

tas, el partido político tiene un objetivo do?�ina?te:. :l

"triunfo. Lo m ismo sucede en el caso del polftico 111d1v1-

dual, en todo caso, del político s e ri o . �-·-·-�-·-··· _ _

··-----El intento ele.derivar la ideología de decisiones y actos!­

--- .. ·-aun '.cJekiif polífü:os más iinportántes, a menudo no hace

· más que originar confusión. No es que las ideol�g�as� s_ean

inml!��ble�_e ill?:P�rm_�ables. a; lo�� �bª;�Jl de _los políticos

y los acontecimientos. Pero nmgun político vive solamen-


iO fü,ben. Nisbct ,¡
·. Prefacio 11

las riendas.» A �{obespierre se le da crédito po� haber di- :] hafta contemporáneos tales como. Russell Kirk, Michacl

cho: «Es pre�en_bl_e que sucu!11b:i1·1 las colonias a que su- Oa�eshott Y Bert and deJouvenel: Lo más importante en
.j
7
cum�a un prmc1p1?»-. Pero nII�gun verdadero líder políti- r W1 libro de est_e Upo son, �or_s�puesto, las ideas y los va­

c�·- ru Croi:nwell_, 111 Lincoln, 111 De Gaulle, ni ningún otro ¡1/ lo es com¡�a.rudos, los prmcipio� y dog�as del pensa­
7
diría semejante insensatez. U·: miento político, Y no las personalidades ni el entorno in-

¿En· d ónde, entonces, debemos buscar la esencia de �: mediato de los personajes principales. Este libro no es un

una �deología? Hace treinta años, en una conferencia so- t. trabajo so?re la �toria del conservadurismo, sino sobre

bre literatura y política', T. S. Eliot dio una respuesta tan- it" la anatomt� de la ideología, o c�mo lo llamo en el capítu­

to para el conservadurismo como para cualquier otra !; l? 2 , el con¡,w1to de dogmas. Lo importante para mis obje­

ideología. Eliot <lijo que la naturaleza de la práctica políti- 1, nvos se refiere a la trayectoria de las perspectivas, los los

ca nos oblig� � dir�gi1�nos hacia un _nivel d�erent� de re- 1¡ g:os Y las propuestas es_enciales, así como el impulso inte­

cursos, que Eliot, siguiendo a su arrugo V. I�. Demant, lla- 1_r lectualdel conservadurismo, ya que este cuerpo doctrinal

rnó el estrato «prepolitico». Según Eliot, éste es el «estra- :!,. ha estado presente en Occidente durante los últimos dos-

to hacia el que todo pensamiento político profundo debe '; cientos años. .

dirigir su s raíces y del cual d ebe nut r i rse ». Es el estrato ··· He centrado mi atención en los elementos del conserva­

creado a Jo largo de un considerable periodo de tiempo, �' d�_risn�o _qt�e me parecen no sólo importantes sino tam-

por una diversidad de per s ona s , críticos sociales, filósofos bien distintivos cuando se contrastan con los fundamen-

·
�. políticos, ensayistas, incluso Jos propios políticos de alto tos de otras ideologías. Puede ser cierto llamar al conser-

· . t . nivel. Lo que éstos tienen en común es el compromiso con v?durismc� l_a «política de la libertad» o «la búsqueda de la

un gran objetivo político, del tipo que en Occidente está virtud política», por referimos a dos caracterizaciones re-

mejor representado por el liberalismo, el conservaduris- cientes p�ro, a mi parecer, esto no nos proporciona ningu-

·
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mo y · el socialismo. Eliot afirmó que normalmente habrá I�a ventaja cuando, correcta o incorrectamente, el libera-

u�a «graduación de tipos entre el pensamiento y la ac- �smo Y el socialismo pueden describirse a sí' mismos de

·····�� cion», en un extremo el contemplativo y en el otro «el igual manera con el mismo fundamento. En consecuencia
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N.C . 0. 2 de la política»; entre estos dos extremos se en- he buscado aquellos temas que al mismo tiempo sean ca-

cuentra el «prepolítico». racrerísticas del conservadurismo y que hayan tenido una

Mi preocupación principal en es t e libro es el estrato cont inuidad demostrable durante los últimos doscientos

«prepolitico» del conservadurismo moderno, aunque no años._ . .

ha s ta el extremo de descuidar por completo el político. Mas por el estilo que por el contenido se recogen citas

E1: su mayor parte me ocupo de la tradición del pensa- de los_ filósofo� más prominentes del c on se rv a du r i s m o .

miento político que se extiende desde Edmund Burke He evitado deliberadamente cualquier ubicación ideoló-
gica de éstos porque, como se hizo notar, esto no es una

historia sino una anatomía del conservadurismo y, lo que '


I
Tbe Litcraturc o/ Politics {1955), publicado por The Conservative es más importante, a mi parecer, porque sirve como recor­
.',
. Polltical Centre, Londres,
·. .
datorio de que cualquier tema relevante del conservadu­
2
- · " Lri�:sigl;¡iN.C.O. responden a Noncontissioncd 0//icer, que significa
. · · .
rismo goza de tanta actualidad hoy en día como hace un
suboficial. [N. de la T]
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12
Robert Nisbet
l . Las fuentes del conservadurismo

siglo o más. He cit�d;� Burk�;��s que-;��alq�;;;t��; �-=-- ·


esto es adecuado y, de hecho, inevitable. Burke es el pro-

feta --el Marx o el Mili- del conservadurismo, y es una
prueba de su permanente condición profética el que haya

sido citado y reconocido durante el último cuarto de siglo

por los conservadores de América y Gran Bretaña en gra-

do mucho mayor que durante cualquier otro .periodo

· anterior. Forma parte de la esencia de una ideología im­

portante, como la religión y la teología, subrayar su conti­

nuidad y consistencia. Las ciencias buscan constantemen­

te sobrepasar a sus fundadores, no así las ideologías. Es

por ello por lo que Burke rendría poca dificultad para

conversar, en la actualidad, con los Jouvenel, Kirk y

Oakeshott del estrato «prepolítico» y tambien con gente

como TI1atcher y Reagan del estrato político.

El conservadurismo no formó parte del discurso políti­

- co en Inglaterra hasta alrededor· de 1 8 3 0 . Pero Edmund

Burke trajo al mundo su sustancia filosófica en 1790, en su

libro Reflections 011 tbe Revolution in France. Pocas veces

:. e11: la historia del pensamiento un conjunto de ideas ha de­

. pendido de manera tan estrecha de un solo hombre y un

¡ ; suceso singular 'como el consetvadurismo moderno de

Edmund Burke y su reacción enardecida ante la Revolu-

1 ción francesa. En grado notable los temas centrales del

· : conservadurismo durante los últimos dos siglos no son

': sino nmpliaciones de temas que Burke enunció haciendo

; referencia específica a la Francia revolucionaria.

: Élmismo era 1:lnramente consciente de que la Revolu-


_¡_ció11_frances�Jue en realidad una revolución europea; ------ --- -----------·------·------- ----·---- --------- ------- ----- ------- :'-:

' pero esta verdad tuvoqueagúarcli'ti·;--para sti'fottnulación-·------ --------------------------------------·-----

) detallada, a los escritos de.tradicionalistas fc1vientes como

1
1 ¡ Bonald, de Maistrc y Tocqueville. Tanto en Burke como

; . l}

! - . .
;i
2 . Los dogmas conservadores·

Las ideologías, al igual que las teologías, tienen sus dog­

mas: gmpos de creencias y valores más o menos coheren­

tes y duraderos que tienen una influencia determinante en

al menos una parte de la vida de quienes los sustentan. En

última instancia ambos se refieren al lugar que ha de ocu­

par el individuo bajo un sistema de autoridad, ya sea divi­

na o secular. El tratamiento de las tres ideologías moder­

nas de socialismo, liberalismo y conservadurismo se hace

comúnmente en términos· de la relación entre el individuo

y el Estado, de acuerdo c o n un a tradición del pensamien­

to político que se remonta al Renacimiento. Es decir, en

términos de la relación legítima y deseable entre el indivi­

duo y el Estado. ,

. Sin embargo una perspectiva más úúl agrega a la rela-r

ción individuo-Estado. un tercer factor, el de la estructura

de grupos y asociaciones que se sitúan en un lugar inter­

medio entre las dos entidades polares. Como hemos visto,

39

...
...

i:

40 Robert Nisbet I Conservadurismo


l.

____ _ gran:;parte:dehdrama0sociakcl@::hic:fü�-voh1eién-franeesa eon° · 0 i�. sodili"sm:o-;=-=e� -cbntta-''éle�Ias-ex1geaeias-áe-la�teoríaciusna- . .·.

s i s t i ó en el impacto que tuvieron sobre la sociedad inter­ l turalista y del más reciente utilit�iri.smo, p�r. una parte, Y

media las nuevas declaraciones de derechos individuales y, · ¡ del Estado nacional, cada vez mas i:lemocrauc�, por otra.

Jo que no es m enos importante, los derechos recién decla­ '. t En cada una de las áreas específicas de la doctrina cons�r-

rados el poder del Estado revolucionario. El resultado


d ; ! vadera 'que se presentarán en e�t� capitulo, la premisa .

fue, por. supues t o, cuestionar los derechos históricos de . l constante es el derecho a sobrevivir -:-smg1<lo �el d es a - 1

grupos tales como la Iglesia, la familia, el gremio y la cla­ rrollo histórico y social- de todas las _estruc.turns mte�·m�­

-se social. El pun t o de partida. de gran parte de la jurispru­ dias de la nación en contra de las corrientes tanto del indi­

dencia del siglo XIX Jo constituyeron, por una parte, los vidualismo como del nacionalismo. .

derechos de los viejos y los nuevos grupos contra el Esta­ . Entre las tres ideologías el ����·- al menos en �u

do y, por otra parte, los individuos. Al final del siglo, emi­ ! carácter principal y a fin de cuentas marx1s�a'. es el que ne-

n entes eruditos como Maitland, Figgís y Vinogradov, a ne un��p.eto por lo�_?_;�e����.r�1�<:i�-��s de los . .

quienes durante un tiempo siguió el joven Harold Laski, grupos interme� La posicion soc1�hsta acerca � e _ la

situaro n gran parte d e la historia de Europa occidental, de prop1eaacf tenclio a preparar e1. e scenano p ara sus o pinio­

la Edad Media en adelante, dentro de la perspectiva de la nes sobre la familia , la comunidad local y, sobre to�o, la

relación triangular del Estado, el grupo corporativo y el in­ clase social. ¿Cóm o , se p l an t e ó i�n¡?lícit�mente, podna _de­

dividuo antes que en la relación dual más convencional de arrollarse el


s nuevo h o mbre soc i a l i s t a st p ermanece sujeto

Estado eindividuo que había surgido de la tradición iusna­ !� a los patriotismos hi stóricos menores �sí. com? :il Estad<:_ ,

turalista. M�íclaríd esJribió �cercá dé las fuerzas «pulveri­ ·,, bu rgués? Bl s ocialismo se enciJen�ra ª?•• !_deologica��eJ

zadoras y macadamizadoras» del Estado y del individuo ;!; en el extremo opuesto al conse1vadunsmo. . .

que a c t ú a n sobre todo lo que se interpone ntre el hombre


e · l:: --mlinerál�o queda a mito.cl1Te camino .. C on;i9 r esulta­

y el Estado. Otto von Gierke en Alemania y Fustel de Cou­ .[; do d e la huella qu e dejó Tocqueville en !"fill h\1bo algu na

langes en Francia se encontraban entré los eruditos que i in dulgencia en ciertas áreas del pens?m;tento liberal prra

t ambién percibieron como esencial esa· relación triangular. i los grupos, en especial para_ las ��<:><;:.p1qo�s�.�cJ1:�!ll�9:�1t

La mayor parte de la obra de Henrv Maine sobre institu­ ¡' que se agregaban a un pluralismo .liberal. Pe_ro! en lo esen-

ciones comparadas derivó esencialmente en el po de pro­


ti cial, el «único principio muy sen:illo» de �111 ¡u�to con :1
.· :: .

blema que constituía el ema central de su Ancient Lato, la


t utilitarismo de Benthmn mantuvieron las simpattas domi­

lucha entre la exigencia de soberanía del Estado y las auto­ nantes del liberalismo con el !�yim1.Q Y su�__gg�<;:Q.Q�.�n

ridades t radicionales de la familia patriarcal y el clan o lina­ contra tanto del Estado como del grupo social.
--·- · - ------ -
-·--·-- --- -· _.,._
. . . . -··· ·-··· -·---. ·--·--···

je. Durante el siglo, movimientos de reforma tales como el


--------···-·-----··--····------------· . -----------f . . . -
__ .. \. p)uralisirto,_B sindicalismo,_eLsocialismo.gremial y las coo- -·-----·--·-·· --·-- --·----- -·····-----· , : ··--- --
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_;_ p_erativas hiciersmdt::1,_p_t.obl�m.q_.c;l.<:dos.d�rechos.delos gm��- -_-_-Historia-y-tradición-.:....,__··--------�-��·-,�.�----��---�


I
pos la cuestión central de una más amplia reforma social '

En general, la filosofía del conservadurismo hizo lo mis- { La v i s i ó n del papel de la historia es crucial en la polítJ-

m ó , Acogió en su .seno los derechos de la falesia, clase so- 1


· ca conservadora. La «historia», en lo esencial, no es mas

cial, f¡unili�_J'. propiedad, más que el liberalismo y que el !' que��· y e s en la confianza conservadora en la
- , ..., . - · . J · -.

42

Roberr Nishct Conservudurlsmo 43.

experiencia por encima Jd . . .


ductivo en mareriu de 1
· pensaih.11!t.11L..9Jb.fil:n1crg__y de- cronológica, sino en la persistencia de estructura s, comu- { ¡
( �1 · - - - , re ac1011es u l
rnncá su confianza en la 11. st /· n�a�as en o que se nidad�_s,_há�y prejuicios eneración tras eneración.
01
más célebre de B ·k e: Is !�\) Quizas la observación "Erv;rdadero m é t o o i s t ó r i c o n o es sólo una constante
• e en sus Reflectiom sea a
U1 ·ll· l
reflexión en el tiempo, mucho menos el relato de historias
que repudia específicamente la fe d � l . TI qu�- a en a
contrato: no meramente el �. e a1 ust:ac1on en el narrativas; es el E:!.ª�tudiar el presente d�_tal.!!}�­

trato social al que recurrier�:�1�i ato en e sentido del con­ nera __ � se haga resaltar toclolo que se encuentra en el

y tantos otros filósofos ) I' . . . obbes, Loclce, PufenJ9!(.; , p3��n� !2._gH�.. signifl�.ª �!!_q_�raipfmidafl -ªe fo!.:­
Estado sino e11 el .df o mcosh como el fi.mdamento del , mas de_ comportamiento y );LCnsamiento_que no pueocn
r :;:. - · , � senn o m u e O 1 1 1 - I ·
que\!�Qi-;-.,.,eau · . - as rcvo uc1onario del comprenderse cabalmente si no es partiendo del recono-
�:::::..:-" suvio: esto es como 1 .
y p�manente de la s�beranía B' urke a J�b"�1sa contim1a cimiento de �����pas_ac.Io_ _ _ _
. -----..:..._ escn 10: -
La concrecton de la expenencia y de la historia es un en­

fasis conservador persistente gue puede verse en Burke,


La sociedad es de hecho un •

· · =• contrarr, Es un · d d
ciencia; un socio de todo art . .' ··· socio e tu a en Ranke y en una sucesión que llega hasta Oakeshott y

perfección ... se.convierte en �;�in s�c10 en :ªda virtud y en toda Voegelin en nuestros días. En la Ilustración la· «historia»
llos que viven, sino entre a ue!J;;c10 n� solo entre todos aque­ característica que utilizaron los pbilosopbes, y también
muertos y aquellos que hn qd que viven, aquellos que están
•• n e nacer. muchos de los racionalistas ingleses, fue la historia que se

caracterizaba a sí misma como «natural», «conjetural»,

Otra frase i G 1m - «hipotética» o «razonada», en la que cualquier afirmación


lib R .ir . g a ente celebre de Burke tarnbié d
ro ,e_¡.ecllons es: «quienes n . . , . len e su quedaba referida al presente. Se trataba de obras delibera­

pasados nunca pod - unca muan hacia sus ante- damente muy abstractas, y no en absoluto de historia ya
ran prever el po . e
gran parte del · rventr,» ontra lo que en el sentido de obras contemporáneas como-Dec!zi1e and
pensamiento raci al. l bí .
demostrar desde el punto d . od
n Bista la la mtentado· Fa!l o/ the Roman Empire de Gibbon 'o la History o/ Scot­
• e vista e urk el
li land de Robertson ya en el sentido de la historiografía que
;
.
'f es brc de rehacer la estmctura socia] '; pres�nte no
de la imaginación del , . i segun los dictados florecería por todas partes en Occidente' en el siglo si­
O
· «espinru Je in d N
cierto que la legitimidad d l F d d nova or». o es guiente. Lo gue hizo Rousseau en su historia «hipotética»

del consenso táciro de 1· . e . zsta o ependa solamente de la desigualdad ha de ser visto más'como el anteceden­
• ,1111ces·111tc re 1 · - d l
to social por la que clamaba I ovac1on. R_e �ontra- , te de los esquemas de evolución· social ·del siglc XIX que

resultado de la historia y d 1· ou�scd�u: La legmm1dad es como una obra de historia en sentido estricto. Cuando
d 1 e as tia rciones qu -
illa
- e os recursos de e al . . . - e van mas Rousseau escribió «Empecemos por Ídejar los hechos de

eVer las cosas corn u quier generac:ion particular. lado, ya que éstos no afectan al problema», no estaba eli­
vlannh eirn o ui:i conservador au té n tico», escribe
minando todos los hechos sino sólo aquellos irrelevantes o
e • «es experunentar los · .
cuerdo con una a ct itud d . acontecimientos de sin consecuencia alguna para su esfuerzo por demostrar la

ladones andadas en el pa::;(1�t�e Jircunstancias >: si­ iniquidad de la desigualdad y los medios por los que ad­

e Burke, de Maistre Saví O> • es e _el punto de vista quirió su predominio en la sociedad moderna. «Las inves- ·

ores, la verdadera I1Íst�riagny Y_ºt:·os pnmeros conserva- tigaciones que consignamos aquí», escribió Rousseau, «no
se ex pr es a no en forma lineal,
deben ser consideradas como verdades históricas, sino

'---.�··
...
--------------····
,.,. . . ·-·-··

45 ·
44 Robert Nisbet Conservadurismo

sólo corno_r.�[email protected],i�e>-�-=�Qr-:i.�li�kmales:-e:-hipotéticos>>, "' ; ;�- -=:Desde.el punto·cle·vista consciviraor l:1 'te11líclmfsocial'·�'-

"m�s"comolasT1ipótesÍs de los físicos que como las cróni- :, se entendía mejor mediante una aproximación histórica.

cas y anales de los historiadores. No podemos saber dónde estamos, mucho menos adónde

Adam Srnith, Hume, Ferguson, Helvetius y Condorcet vamos hasta que no sepamos en dónde hemos estado.

· escribieron todos ellos «historias» del tipo de la que escri- Éstos son los fundamentos sólidos de las posiciones de la

bió Rousseau en su Segundo Discurso. The \Ve(dth o/ Na- filosofía conservadora de la historia. Cuando Newman de-

tions de Adarn Smith era en el fondo, como señalara su cidió responder a las críticas modernistas, presentó su ar-

.amigo y biógrafo Dugald Stewart, una forma de la historia gumentacíón en forma histórica en su Development o]

«para ilustrar las provisiones hechas por la naturaleza en Christian Doctrine, mostrando cómo la teología católica·

los fundamentos del pensamiento humano ... para un au- actual es el resultado histórico de un pasado que se re-

mento gradual y progresivo en los medios de la riqueza monta hasta la cristiandad apostólica. Sl el pasado es vital'

nacional». Quizá la de historia natural fue la etiqueta que entonces debe ser investigado meticulosa y objetivam�ntc.

con más frecuencia se aplicó a esta forma de escritura, ex- De nhí la famosa admonición ele Ranke a todos los histo-
, ..
presión que abarcaba obras sobre lenguaje, clase social, 1 riadores de recuperar el pasado une es eigentlicb geuiesen. ¡ .

matemáticas, riqueza y casi cualquier otro elemento de la i ist, exactamente como éste ocurrió singular y realmente.

civilización. Hutton escribió una «historia natural» del ; t En este a p ot e gm a, Ranke c r i tic aba no sólo los tratarnien­

universo y la tierra, al igual que Hume escribió una «his- i j tos románticos y subjetivos del p as ad o sin o t a m b i én, Y aún

toria natubral» ele la religión. . . .. ; ;:_ más incisivamente, las «historias na tural e s » de11_ siglo �vn1. I

Sin em argo, 'para Burke y el resto de los conservado- y· el «desarrollismo p r ó g resívo>>. 'ele presoció ogos tú es
i :

res, este ti po de historia era menos que nada como medio ¡. como Snint-Simon y Co mt e.

p ara c omp re n der la verdadera complejidad y concreción Para los conservadores el método histórico fue un me-

del p a s a do yel presente; asimismo era un medio, tan.corn- dio de ata c ar a los p erniciosos utilirarisras, empezando

pletamente abstracto y deductivo como la teoría del con- por Bentham. Disraeli escribió: «Las naciones tienen ca-

trato social, que podría originar cambios imprudentes en rácter, y el carácter nacional es precisamente la cualidad

el presente sin el escrutinio de los detalles de lo que se es- : ¡ que la nueva secta de hombres e.le Estad o niegan o pasa�1

taba ca m biando. Además, como Heller subrayó, está el 1


, por alto en sus esquemas y especulaciones.» La pe�spec�1-

hecho de que mientras los racionalistas progresivos ven el ¡ \ va del Estado. divulgada por Austin, a b stracta, rac ionalis-

presente como el comienzo del futuro, el modo verdadero r ; ta y d e du ctiva , fue totalmente rechazada por los h i s tor ia-

--conse1vador- es vedo como el último punto alcanza- , dores conservadores, c omen z an d o p or Mai ne. Para lama- . . .

do por. el pasado en un crecimiento continuo e i n c o n s ú t il , 1


· . yoría de los conservadores del siglo XIX, el �epugnant�----·-·---------------------·-·--······------------··-·--.:__�--

La sociedad no es algo medíi:!_ico,_ºQ�i:u1oa_máquina cu- ----efec t o -del- u til it a ri s mo fu e pe r pe t uandos<< s bfistas ; calcu- .. --.----.-
... -·-�----.-.--·· �--
-·---··yas paftesseaii-iiitercambiables Y....Q_esagregªhles_i.ndivL,.__ -ladores·yeconomistas»-que·Burke·rrató-con-desdén-en-�us . .. ... - . .. - .

· -�- dualmentE-Es orgafüca· en su articulación de institucio- Reflections. Palabras mies como «sin alma», «helado»,

nes y en su interrelación de funciones; también en su de- «mecánico» e «inh u mano» se aplica b an regularmente por

sarrollo necesario, acumulativo e irreversible a través del los conservadores a la perspectiva bentliamita del Estado

· tiempo. y del individuo. A finales d e l siglo para James Thompson


46

Roben Nisba Conservadurismo .\7


. Ia modernidad b e n t h a rn ir

J a era en el fond L .
1
a noc J
1e espantosa». ' o , « a ciudad de sideró la s «c ons tituci o nes» de lo s ja obin
c os co m o u na

N , 1 t u r aL J ·

.' 11ente, os conservado . .


mala br o ma . Están, esc ribió, «he ha c s para el Hombre .

tradición, no res¡)aldab, d res, en su mterés por la Pero e n la ti rra no exi


e s te el h om br e com o tal Y . o h e v i s­
. an to as y cada un d J . 1
cosas transmitidas desd 1 1 a e as re eas o t
o . . . f ance es, italian
r s os , ru sos , et c . G a r c ia s a Mo nt esq u ieu
: · . ·
: 1 • •
cionalismo es co, . e e pa_�ac o. La filosofía deJ tradi-

sé qu e uno in c luso puede s er p ersa , per o de claro qu e n u n ­


dición benefi�ios:1odtobdas las hlc�sofías, sefoGti� Una tra-
ca e n mi vida he vi s t
o un hombre, a m en os que de hecho
b i é . ' e e provenu· del . . d .
)
� ren debe ser desea ble , ·-·-. --·- .. .p_as,��· _p ero t�_J,!!:;¿ : . exi s ta y sea d esc o n ocido para mí». D e Maistre escribió
con el p. . . . . d- - . 1·· - . . . . . --��- s1 mi m I�s nu stro vfr .,il· ·. s a. e '
sa o. « os muert s a ,
a 1 bJ i 1 o o c
acerca d e la c o n stitu ión norteam r
c e ic ana y, sin pe ar c de

ger e n Francia cic·tndo un an>>, e bió Bour- la scri


inconsistente, la elogió y la c on i s de ró un buen pr es agio .
., J ' as co tempor' ,, , u n

nére, e gran crítico lite .· 1 . . an vagu Bruue- eo e.


Sin e mbarg o , y ést e e s el eni gma, la verdadera c o n ti ución
s t

te, T. S. Eliot se llic1"eronrauo ed11stonador y, p ost erfonne - n

de E t s ad o s Unid os e a, y co
r n tinua ía r s ien d o, no el docu­
f.le b a, e religión dere ·1
eco e esto
. .
I
J¡�
-
i:mz tr•.1 ere
d,
gni-
a n si
me n t o d e p pel a s ino t od a la con stelación de co tumbres y s

sagrado». Y ec 10, t1a ns m1 1 t r un <,depósito


tradiciones qu e se formaro n d ur an t e los d os sigl os d e ex is ­

Son pert in ente s u . tl b t e n cia d e l os a me ri an


c os e n el nuevo mundo . Había, pe n­
quizá eJ héroe más n s p¡_ a a id·as qu e pr o n nci u ó Fallcland
s ó, una c o rre pon s d encia admi able r en tre lo qu e el d o c u­
g num e o · e la G . e· il . ,
«
e uan no s necesa,1·0 e bº ueira mgle a:
do e IV s me n to de la c o nstitución de cía y l o qu e no d e cía, y la s tra­
O arn rares ne ·
Ji� b.Jar.>> n una expre . - ill . . c n no cam-
e esa o
d iciones que los ingleses traje on consigo pa a establ cer
r r e

. Sin e m barg o , los cons::�:Jenc a: «n o te c ur e s e n s alud». la gl o rio a s Nueva Inglaterra d e Ma ss achu set ts y á re as ad ­

ha n t ndid
e o a oponerse al oreb,. de Bu k r e en ade lante, no yace n te s. La idea d e Burke d e la v e r d ade ra c o n titu ión
s c

p r a a d u d a r de Ía sincericladc:;;1 B:rkomo tal. N o h�y razón de un puebl o , de cualquier pu blo, e s e conv rti ía en e r u n a
labr : «Un E t·1do qu
as d 1 n suss no i s p - e e co c da a
. de la s ide as má s p od er osas d el s igl o XIX: s e e n camó en la
' c r c di e a e e e

ca rec los me ios pa


e de . s m� los para cambfar
d o
m ultitu d de es tudi os c o n tituci
s on ale s ingles es , f anceses y
r

· lm s c n rvació s b ra u o se

vrrrua e te ven ró la R 1 . ,
n d n» eme q e . a os u
al e mane s y, de mane a in r te r es ant , en e las conviccio ne s de

¡ J , v ucron e 1688· . , e o

po� sc onoo mnericano o dº . b, ' ysu sunpaua s s ru sos como D o s oi


t e v ky,
s quie nes ll e ga ron a cr ee r tan pro­
regi tro deJ de arrollo d
s s i rad�c,_i_ ,1 _en gr a n parte en su
fu nda mente en una «c o n sti tuc i ó n » histórica, inalt erabl e y
L o que B ·k e a tra tetón mglesa.
s ag r d a, qua e e ra ins e parabl e de Ru ia, que
s s e cr ó u e n a d u­
ur e Y s u s s ucesores co b ·
JJ amó «el espíritu i nov· d. m atieron e Jo q ue él
n s
ra d era a ni m ad v rs ón contr
e i a l
os valo re s occi d e n tal es que
cambio e n �í mismo· la ,1 or>�;led�to es , Ja ad o ración vana d el
p e r d ura t od avía hoy . .
. , ne ces ic a sup e rficial
t e q ue s ient en las masas de distra . , per?yenetran- De Mai tr s e se divertía y d e sd eñaba la id e a de l os nor­
de no veda d es sin fin El , .
cdc1�n y e xc1t ac 1on a t ravés
team e rican os qu e aban do naban ciu d ade s ya co n st rui das

1 · espinru e mn · ,
a nn ent e l e tal cuando s e a Íica a 1 . ?Va�10n es particu. como N u v e a Y rk y Fila
o d elfia para d es cende r a la cenago­
Ha ta s nuestros di lp . as mst1tuc1 o n es humanas
s i dad y so le d a d de un pedazo.de Maryland con el fin d e
as, os c ons erva d o I h ·
e c o c ons tan t e de la pers . d r es se ran e cho co nst rui r ex nibilo la v erd a de ra capital de la nu e va n ación.
d pecnva e Burke d 1 ·
. er� �o��ftitutjqn.de unpuebl . id e que .ª ver d a­ Nun c a duraría, dij o de Ma tre. P ro antes
is e de apr e surar­

m t1tut1 s o n e s no en un d od1es1 e e n l a hi t s o na de sus no s dema ia s d o pronto a m o farno s ele de Mai s tre el pr f ­ o e

• pe a z o . e p pel De lviaistre con-


a .

t a , no e tá s fu ra e de luga r aplaudir alde Maistre el sociólo-

!
., ;

....
· . : ··:

· 48

Roberr Nisbet Consérvndurismo 49 . . . ·-:

!sp..trn,[email protected] .. La-híst0Ffo:a=-v.eces:patética=-y-=-otrns=gmn�-�--, l=lograr miis cle-lo-que-se-consiguc-con-esfos-pr<;K;sos-natu--.:=:----=---­

diosa, de Washington D.C., y su interminable lucha por · : rales de cambio y desarrollo son claramente ridículos.

una identidad, y su eterno sentimiento de inferioridad ¡ Pero ¿no son igualmente ridículos los esfuerzos del

como ciudad en comparación con Nueva York, Londres y ' hombre por lograr más de lo que consiguen los procesos
. . �,�

París es ';111 j1;1sto tribut� a Burke y de Maistre y sus teorías . equivalentes en )� his�o�ia humana? ¿No fue en e] fondo

<le constituciones y capitales.> absurdo, yt a m b i é n tragrco para los hombres, que mtenta-

Hay otro atributo en la veneración conservadora de lo ran construir una nueva sociedad y una nueva naturaleza

. viejo Y lo tradicional; la creencia de que, no importa cuán humana en la Francia de 1789 o en la Rusia de 1 9 1 7 ? Tal

�bsoleta pueda ser una estructura o modus vivendi: es po- es la teoría conservadora de la historia. , . ,

sible que en ella haya una/undón continua, incluso vital, En algún Jugar John Morley comparo la filosofía con-

de la que el hombre se beneficia psicológica O sociológica- servadora de la vida con u�a débil :s!)eranza �e _que las
.·.

mente. Seguramente, gran parte del pensamiento más cosas bien podrían ser mejores, agitándose deb1lme�te
. . ·.

�rofundo de los :onservadores sobre las leyes de reforma junto a una convicción gigantesca de que las cosas bien

liberales de los siglos XIX y XX reflejó esta creencia. Debi- podrían ser mucho peores. Por supuesto, alg<;> de sto hay.
7
do a su aparente arcaísmo, a la corrupción de los «distritos . .. Pero en realidad, no demasiado. Uno no se 1mag1�1a a los

podridos» y a la aparentemente impotente Cámara de los grandes conservadores �Burke, Disraeli, Ch:1:ch1ll o De

Lores después de que los liberales le quitaron sus poderes Gaulle- agitándose débilmente ante riada, f1s�co o m�n;

, verdaderos, no e_ra posible que estas entidades todavía rea- . tal. Tampoco imaginamos· a · Max Planck, quien rea�z?

Íizaran ·una función de valor parala sociedad, para la solí- uno de los dos treá mayores ·y más ·audaces descubrí-
O

daridad social, y para lo que Burke tenía en mente cuando mientas modernos en física, estremeciéndose ante lo nu_e-

es�ribió que: «La naturaleza del hombre es intrincada, los vo y lo incierto, a pesar de que. adoraba el p;�saclo e ins1�-

objetos <le la sociedad son de la !IlªYºr compléjidad posi- tía en que su teoría surgió de y _fue c.lesc:ub!e.rta a partir

ble?¡' por lo tanto ¿puede una simple disposición u orien- tanto del pensamiento físico antiguo y . trn?1.c1onal como

tacrón del poder ser adecuada ya sea para la naturaleza del del actual. En su ensayo sobre el talento individual Y la t�a-
. ··.·.

hombre o para la calidad de sus asuntos?» dición T. S. Eliot ha escrito como un tmdicionalista confir- ..·

: -�r·:·
Para l?s conservad9res la historia ha" sido en gran medí- mado y como un revolucionario en la rorma poétic:1 y en .
. . ��/:

da la misma �as7 de �erz� que la selección natural es las imágenes. El talento indi�idual es, s�1pl.ement�, im p o -

. .

para el evolucionista biológico. Nunca ha vivido indivi- tente, y está condenado a girar sobre st m_1smo., s1 carece

duo alguno, ru podría vivir -afirma el evolucionista- de una tradición escogida con la yue trabajar,

con poder de decisión bastante como para hacer surgir las ···- - - - - - - - - ·-· ·

¡_: especies. �s s§lo el funcionamiento mismo del proceso de - ·-· · - ·- - - - ------· �---_
· _
-· -_
· --_-- -----­

sele_�ción a _!_i:a�_s del.azar, a_tra:vés.del.ensayo-y-el-eno1; el--· · --Prej11icio-y-razó11--·- - - ----------------·---------------------------


único que hace posible el esplendor del mundo biológico.

·En la selección evolutiva está arraigada una sabiduría infi­


Uno de los ataques más audac_es de Burke .
ª �ª. Revolu­
. nitarnente superior a cualquier sabiduría imaginable en un
ción estriba en su notable tratnrruento del prejuicro en sus
hombre. Los esfuerzos de los criadores de animales por
Reflections:
50

Roben Nisbet
Conservadurismo 51

·Soy_ suficie�1:emente descarado para confesar que en esta épo­

tanda como una mera superstición. «Con ellos», escribió


�a �e ihrstración nosotros somos generalmente hombres de sen­

t�1�1entos �1� :ducados; que en vez de abandonar todos nuestros


Burke «es suficiente motivo para destruir un esquema an­

viejos pre�u1c10s los apreciamos en un g ra d o considerable . . . y tiguo de cosas el que sea antiguo. En cuanto a lo. �uevo,

cuanto mas generalmente hayan prevalecido, más los aprecia­ no se sienten en ningún modo temerosos en relación a la
mos.

duración de una construcción que ha crecido rápidamen­

te, con precipitación; porque la duración no es nada para


Para Burke, «prejuicio» es una destilación de una far-· , .
aquellos que piensan.que poco o nada se ha h:cho ar:nes
ma total de conocer, de entender y de sentir una forma·
de su época». Evidentemente, lo que Burke, esta d�af1�­
que él vio como algo que estaba en contraste total con Ias
do es un tipo de pensamiento que '.31canzo prommenc!�
formas de pensamiento que florecieron en la Ilustración
con los humanistas itali�os en el siglo XV, q�e resurgio 1
f��ncesa y luego, de manera trnscendemaJ, en la Revolu­
nuevamente con los pbilosopbes, y que estarra estrecha­
cron, Esas formas diero11 la mayor importancia a Ia razón
mente asociado con el pensamiento intelectual a lo �argo
pura, a la deducción estricta de la clase que se encuentra
de los siglos XIX y XX, para ser vi�tos en los despr�cmdos .•
en la ge?m�t�ía, y sostuvieron la luz de la búsqueda de la
«sofistas calculadores, y economistas» de Burke, siempre \
v�r�ad mdzvzdua/ en :ºn. tra de Jo que se inscribía en la tra­
compro�etidos tratando de pensar por toda soci�dad Y (
d i c i ó n y la expenencín . .Para los revolucionarios declarar
' , . d ill )
todo gobierno sin moverse lo mas _mm1?1o e sus s as. , .
alg? «conrrarlo a la naturaleza y contrario a la razón» era
El asalto de Burke contra el racionalismo puro a traves
s�!1c1ent�e. para proscribhlo eternamente de fa organiza­
cion política. de l�ba.QZa del inconsciente, de l�.wgr.acionaL�_t.J:sl.:

dicion encontró aQoyo en BEª� parte del pensam_1e!1!º


Sin embargo, Burke replicó, lo mismo que Vico un siglo
del sigloXÍX:-frónicamente, fa idea b�r.�eana de} preJUJC10
:i_ntes, que la forma geométrica del razonamiento no tiene
alimentó el acopio de ideas democráticas de la voluntad
.. t
ano los usos más limitados en los asuntos humanos. Los
del pueblo, puesto que la idea de Burk� e�a, sobre todo,
:�res l�umnn?s necesitan, para su educación y progreso un
una referencia al tipo de sentido, entendimiento y con?_c•­
!P«? diferente de razonamiento, uno que surja de Íos sen­
miento que es común entre los individuos de u?a ?ac1on,
umenros, de las emociones y de una gran experiencia;
no algo que es la propiedad exclusiva d_e �a elite intelec­
m�o c�m? d: la lógica pura: El prejuicio tiene su propia
tual. El «prejuicio» de Burke estaba d1sen�do para �po­
1b1duna mtrmseca, una que es anterior al intelecto. El
nerse al gnosticismo, esa enfermedad dela .intelectualidad
rejuicio «es de �plicación inme-dlataen -1�cia;
occidental a la que Eric Voegelin, el sucesor ?e Burke en
»npromere prevH1mcnte a la mente en una firme dircc­
el siglo xx, dedicó toda una vida para _segwrla desde l_a
ón de sabiduría y virtud y no deja al hombre dudando
cristiandad primitiva hasta los humanistas del R��ac1-
I el momento de [a decisión, escéptico, confundido e
:esuelto». · miento, pasando por los racionalist�s .de la ll1:1s�rac1on y, .

en nuestra propia época, por los socialistas mar�st_as y los


Para Burke el prejuicio es un epítome, en la mente indi­
freudianos. La idea misma de gnosis y de una elite mtelec-1
�ual, de la _autoridad y sabiduría que yace en la tradi­
tual única calificada para expresarla e interpretarla repu�­
·.·.··
in, Era el .9P9 .-9�- s�bjdµrfa que los filósofos iusnatura­
·
. ·.:.·
naba a Burke. Sólo en este aspecto hay, sin duda, una afi­
.·. · .
:as y e,spedaLnente los philosophes se deleirab,m presen-
nidad entre él y Rousseau, autor de la teoría de la volun-

• • ::1

·;·�

_..,.. ...,_,
...

¡ .
. -.''

...
::•··

53
52 Robert Nisbet Conservadurismo

. i . . • , . . .

- tad-general.-La-v0luntad-genentl:::.era.,-::csegún::Rousseau¡::::la · • · - c-.-folíticas�sót>re-=-pl'irfGi¡jios=-abst-1.'h<=tOs=d@=GÍ�nGi:r::.rnórica�-�=--·-------·- ------- --···------------:------��--;t·

voluntad colectiva después de que ésta hubiera sido ex- ,; en vez de permitir que surjan del curso <le los acontecí- · · · ,;,¡;_

purgada de lo tradicional y de lo puramente experimental. ' mientas». ;(


Para Burke la «voluntad general» verdadera tendría que Hay todo un tipo de conocimiento comprometido. con · : o: ,

ser el resultado de un desarrollo de Jo tradicional en la el interés conservador por el prejui�i� en el compo.rta-11 · '{::·
conciencia popular. miento humano. Es el tipo de conocumento que W1lliam '.T.'::

· · Después de Burke pocos utilizaron la idea de «prejui- James describió como «éTcon_ocimientii.:ilc»1en contrastej] ./f.

. cio», pero sobre su base se formó un legado perdurable, 'con «el conocimiento sobre». El primero es el conoc1-,

u_no que completó la mta_ del racionalismo superficial ini- miento cjue-aclqu1ñmos simplemente a través de la -cxpe-

ciada por los pensadores iusnaruralistas de la Ilustración y rienda, a través de la exposición directa a la vida o por lo :-

) a la que Bentham y sus seguidores dieron su forma utilita- menos a las áreas más importantes de la vida. Su esencia es

ria. El interés siempre creciente que encontramos en el si- el sentido práctico. Se convierte en una parreintegral de

glo XlX por lo prerracional, por las fuentes de motivación miestrñs personalii:.lades porque su origen reside en el pro-

• y juicio que o bien se encuentran más allá del pensarnien- ceso de habituación, de convertir en predisposición gene-

to individual o bien en profundidades del mismo que, ralizada o «instinto» el conocimiento obtenido a través del

scncillamcnre, eran desconocidas para Voltaire y Diderot experimento, consciente o inconsciente, y de los normales

o, en no menor grado, en toda la esfera del pueblo o del ensayos de prueba ·y error. James adujo que el segundo

sentido y delsentimiento popular, puede rastrearse en las tipo de conocimiento es aquel que adquirirnos del Hbro de

corrientes-de pensamiento puestas en marcha p_qr los pri- : ¡ texto, <le'a1:irehder'acerca de algo que puede ser presenta-

meros conservadores. ·· · · . do en la forma de principio abstracto o general, algo que

· Tocquéville partía evidentemente del uso que Burke es susceptible de formularse prescriptivameiite Y en su

dio al término «prejuicio» cuando escribió: «Lo que ocu- . 1: momento más resplandeciente puede exponerse de mane-

rriría si todos se comprometieran a formar sus opiniones y ! l ra lógica. Si las virtudes culminantes del primer tipo de

a buscar la verdad por senderos aislados, sólo transitados conocimiento son fo inmediatez y el sentido práctico, la

en solitario, es que jamás ningún número apreciable de ¡ . abstracción y la generalidad lo son del segundo tipo. El

hombres se uniría en una creencia común.» Newman, en ! .: conocimiento acerca de la música o de la pintura puede

su Grammar o/ As1ent, quiso decir, con su «sentido ilati- adquirirlo cualquiera mediante el estudio. Pero el conoci-

vo», con su inclusión explícita del «buen sentido» y «sen- ¡ · miento de la música o del arte requiere, en el sentido de

tido común», precisamente lo que Burke había querido James, la clase de experiencia personal que sólo los rn ú s i -

decir con «prejuicio». Fue Newman también quien obser- ! cos y pintores o escultores tienen y pueden tener. Cual-
-.. . . . --��_§_ql,!� k>..? J:i9mbres morirán por.. un.dogma sin ni siquiera ! ·:·----quier imaginación-activa-puede presentarse haciendo va--·- - - - - --- ·· · · ·
- -- -- -- -· ------ ---- · -
-- ----- ---· ·· -::.; ··

___ _!ol_'l1a rse la mol e sti a d e _ b u s c: a r � u n a conclusión .. Y - m á s t a r - - - ; ;i--- ler-prir1eipi0s 0-ley es-de-g0bierno,pero-solan:1ente-alguien-- · · :· :·-·:

e
<l Ch esterton advirtió qu e el soldado meramente racional I
; ,·_ co n un r ico conoci m i e nto de p ue de pr o porc i on ar los me-

n,o luchará y qu� el amante racional no se casará. A prin- dios p r á c ti c o s para diri g ir o particip a r de cualquier otra

c::ipiq�.. del siglo Disraeli d eclaró la guerra a aquellos horn- j - forma e n un gobierno e
c.l he cho. · ·- · . · ·.r·· --

bres de E stado que buscaran «formar las instituciones .1 Ést.1 es la distinción entre tipos de conocimiento que se

1 .
54

Roben Nisber Conservadurismo 55

e?cuentra, �etnís de la crítica conservadora Je todo uto­


tipo, y d e cada ley d e eforma total. Más aún, «el Racion�­
r

prsrno político y ele una gran parte Je fo reforma política.


lismo como afirmación de que lo que he llamado conocí­
I��-- co!�serva<lor�s _:!rgumcntan que el utopista y el refor­
m iento práctico no es e n absoluto cono�imiento, s ino l_a
m�sta se parecen en que .safa�n mucho acerca de rincipios
afirmación d e que, propiamente hablando, no hay �onoc!­
.s, �d�al�� .P..c:=1:°.'. _1_�sW�_c1ada1llente, .. !11!-:!Y_poc:;_� acerca el
miento que no sea conocimien�o t�cnico». De � el on-
sentido de _oportumdacl, acerca �el sentido e!ácrico y del
. gen d el familiar lamento en la histom� de la_ humamda_d de
k,_u!IP. P.C!.ZIJ que esperamo�.. de c:_uálqUJer art esano, �el .

,, qué los gobiernos estén en rn�n?s d e mgen�eros, tecnocr�­


�.ªF8ª�9r.,ha�t¡� el cir ujano . .De fo de,,üdón-h;bituai .r1;; "'·
, tas y otros especialistas académicos. De ahí la gra� bendi-
reglas, prmc1p1os y abstracciones, hay una tendencía inevi­

ción que racionalistas políticos tales c omo los pbilosopbes


table a tratar con masas de p ersonas más que on
c las per­

del siglo xvm otorgaron a los «déspotas ilustrados». �r�


SOilas tal como la s e ncontramos realmente, com o indívi­

mucho más conveniente, para imponer las r eglas propias


duos co?cretos, como p adres, informad ores, trabajad ores,
consunudores y votant es. del comportamiento político a un� �oblaciÓI�, contar d�s-

. d e el principio on un d�pota �o<;il. Pero sr uno no dis­


c

Mi chael Oakesh ott pla nteó el asunto con precisión en


ponía de un déspota dócil no se_n_a_ mop<;>rt�o, �: ser �o­
un notable en_sayo so�re el «racionalismo en la política».
sible, c rearlo. Porque la transrmsion de mspiracron racio­
Oa keshott h a,ce e sencialmente la misma distinción entre
nalista al pueblo puede ser, en el mejor e los c�sos: lenta
d

clases de co?O_ci�iento que hizo James, usando las expre­


y vacilante si confiamos en. !os procéS_?S ordmai:ios ?e
s1<;>nes «co:io.cmuento Je la técnica» para uno y «conocí.
participación o represent�cion. A traves d� la historia,
m1en�� pracaco_» para e! otro. El primero es el que puede
por lo tanto, en dondequ1_er� que ha fl_orectdo el pensa­
adquirirse mediante la Inteligencia a través del libr ]
0' miento acionalista ha existido el ueno ya sea d: u n a
- l
ª. habili dad ' r s
a
ensenanza <;> para e l raciocinio. Es vasto en re-
gran .inteligencia ingular
s o d� alguna das� pequena. d e
gl?s, prescr�pciones y generalizaciones. El segundo está li­
inteligencias p ara gobernar directa y ommcomprens!va­
mitado estnctamente � !a experiencia, al esfuerzo para ha­
mente al pueblo, c oncebido como una masa .homogena,
cer al�o y.ª la elahorac1on d e lo que se aprendió como una
deshaciéndose de una vez por todas de· los tipos d e go­
parte malienable del p ensamiento y la propia personali­
bierno que s e fundan s obre la mer� usanza y costumbre,
da�. O�ceshott a rgumenta que Jo que nosotros lhun�mos
hábito, uso y tradición, y sobre los c uerpos represe?t�u­
r:1c1onalismo político en el p e n s amiento moderno de Oc­
vos comisiones emipúblicas y otros
s c uerpos, rnediacio­
cidenre es la suma y la glorific:ación del c o nocimiento téc­
nes judiciales así c omo otras re stricciones sobre a razón
l

nrco, de lo que James llamó el conocimiento «sobre»


ded uctiva pura. .
La historia moderna de Europa, dice Oalceshott,. está
Burkeíue uno de los primeros en ver que la men�e del

«plag;1da de os
l proyectos d e la política del Racionalis-
racionalista político e
s inclina natu�al�ente hacia ,llP
. m0>�; .Se�ún la formulación d e Oakeshott, la política del
tipo aeimperiahsmo �temo: «impenalismo demoG'.ra��­
Rac1onalism'? se .�ncuentra d etrás de cada utopía, de cada
CO» como lrvmg Babbm lo caractenza en s� l�r-oI:ea-
gran generali2,�c1on ac:erca del «curso de la historia» o de
aership and Democracy. Esto es, dada la atnbuc1�n a l a
«la naturaleza del hombre», d e cada c o n s titución instantá­
razón individual d e la c apacidad d e gobernar directa­
nea �ara un nuevo Estado o una asociación de cualquier
mente obre un
s p ueblo, resulta fácil y tentad�r dar un_

(IJ4jjjtfjlfij4 "i, . f T .-.. _. . , -·· - - - - .• '


.. •.

...
tp·I'
, ·

56 Conservadurismo · 57
Robert Nisbet

=-=:=!:l<lfü;'>--=:OJ.ás:_y..::aumentat:.el:ámbito::de.:gobietn-0.ae-esa-razón-·�:=: ::.·:cil:utoridad y-poder::::::-�=:::::.::: ::.::::::::.::::.====-":.:=:=:�:=-===:..'......:-:::::-=--=:====e=--=·=--·- .. · · .. ·· .. . ---··----==:-====:==--------.-=:-·-· ..

des?e lo puramente político y legal hasta lo económico' · . -·


-s
social, moral y espiritual. Fue con grupos intelectuales Ii- La autoridad, al igual que la ro iedad, es uno de los

berales Y socialistas en la mente, que Babbitt escribió- dos conceptos centrales de la filoso fa conservadora. Esto

,«!']i�gún movimiento ilustra más claramente gue el mo� no �esplaza a la libertad co1:1,º un_ valor conservador; des-

vurucnto supuest�me!1te democrático la manera en que p�es de todo, la preocupacion reiterada de �urke en sus

la voluntad de mrnorras altamente organizadas y decidí- . discursos acerca de los colonos . no.rteámencanos, y d_e
I
-das puede rrevalecer sobre la voluntad de la masa inerte aquellos sobre los pueblos de la ln�l1? e Irl_,mda fue In .h-

. Y desorganizada,» berrad de los seres humanos para vivir segun sus propias

Desde � punto de vista conservador, sólo el prejuicio costumbres y tradiciones. Esta fue la base invariable de

' en el sentido de Burke, puede mantener unida a la ciuda- sus acusaciones a lord North, Grenville y lord Hasting: su

<lanía en oposición al tipo de tiranía que e] racionalismo uso del «poder coercitivo» para destruir o debilitar la m1-
e�1 el gobierno Impone a veces sobre el pueblo: Burke te- tonomía. .

nra en mente.ª l<:>s racionalistas jacobinos cuando escribió Sin embargo aún es necesario ver la prioridad del orden

las palabras srguientes: _«Es Imposíble no observar que en · y la aut�rida�J ?1 e! tratamiento que hace Burke d.�l�H-

el esp1�1tu, �e esta distribución geométrica y de este arre- -�1taJ. «La unten libertad que yo propongo»,. declaro en >

glo antmenco, estos· pretendidos ciudadanos tratan a ¡ 1 sus Reflections, «es Una libertad conectada con el orden;';>

Francia, �xactamente com_o a un país de conquista,» Ésta I que no sólo �xi_ste jun�o con el orden v la virtud, pero. 9ue ¡
es la cr�t�ca a Ia burocracia y a la mentalidad racionalista , . no puede exisnr de runguna ma nera sm ellas». El primer

burocrática q ue hacen los c o n se rva do r es ,. y también de · requisito de una so cied ad , co n t i n úa B ur k e , es que los me-

c u ando en cuando , los liberales y socialistas, que ha surgí- dios existen p ara la restricción de las pasiones de los horn-

do constante � activam�nte �esde que Burke 1a dirigiera bres. Es impor�ante que «las incl i nacio n es del ho m bre de-

contra los «geómetras» jacobinos, ban ser obstruidas frecuentemente, su v o l untad c ontrola-

�urke, Y en general los conse�adores, han visto que da, y sus pasiones someterse a suj eción » . . .

ca.si toda la voluntad de resistencia que comúnmente se Burke pensó que el defecto fo tal de la escuela de los cl':!2

afirma es resultado del conocimiento interno de los dere- rechos naturales fue su indiferencia a los muros de aut<?ri-( . . . /\
r-::
chos naturales.º de los instintos internos de libertad re- dad representados por las tradiciones y los códigos socia-(

sulta, en camb�o, de los prejuicios construidos histórica- les. Rousseau y otros se ocuparon de la libertad sólo a la . . .

n:icnte con lentitud en el pensamiento del pueblo: prejui- l�z de las exigencias del individuo y del Estado. Pero esto,

c10� acerca de la religión, la propiedad, la autonomía (rgumentaban Burke y los dermis conservadores, es igno-


nac ional y
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los
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roles. de l
arga .tra
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1G1on en- el orden social. .
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___ J;stos, no los derechos abstractos,-son-d-poder-impulsor-·-· __ Ji.comumdad_local,_eLg1:e1n1o_y__o.t_rtg;-112,5t_tt.uJ:1on�.s_q_�e: ·-.-----� .....

he las luchas de los pueblos por la libertad que nosotros 'éi:an, todas ellas, ���ucturn� -��.. -��!2.d�le� y que requería?

mora m os. . . todas un grado sushmcial <le autonorrua --esto es, de li-

.. · . berrad corporativa- para re�1lizar ·sus funciones necesa-

rias. El problema de la libertad, insistió Burke, es insepa-


58 Conservadurismo
Roben Nisbct 59

rable Je un triángulo de autoridad, que involucra al indi­ ambos 'estaban enormemente limitados durante la Edad

viduo y al Estado pero también a los grupos intermedios Media. La autoridad se manifestaba entonces como una
entre estas dos entidades. cadena, análoga a la cadena del ser que dominó la teología

Hay un inexpugnable elemento Je feudalismo en la medieval. Tanto la libertad como la autoridad eran aspec­

teoría conservadora de la autoridad. Casi todos los con­ tos ineludibles de una cadena de grupos y asociaciones

servadores del siglo XlX -incluidos Burke, Bonald, Coie­ que surgían desde el individuo hasta la familia, la parro­

ridge, Hegel y Disraeli->- eran admiradores de�nfadados quia, la Iglesia, el Estado y culminaban en Dios. Este sen-

9e la Edad Media. Pocos cambios�ñef pe�mientl;fue�:· : ,, tido de la autoridad como una cadena o jerarquía desem­

ron más abruptos durante el siglo que el pasó del odio peñó un papel esencial en la perspectiva conservadora de

ilustrado a lo feudal al amor conservador por éste y por el la sociedad.

modelo que proporcionó para abordar las presiones poli­ La perspectiva de Burke.sobre la adecuada concepción

ticas y económicas de fa modernidad. Orto van Gierkc es­ de la autoridad dentro del Estado se expone lúcida y ati­

cribió a finales de siglo acerca de la Edad Media en una nadamente en su libro Tbougbts and Details 011 Scarcity,

forma que casi tocios los conservadores hubieran acep­ escrito en 1795 en respuesta a la solicitud del entonces
tado: primer ministro Pitt. Pitt pidió a Burke su consejo acerca

de la aproximación conveniente que el gobierno debería


De la idea fundamental del organismo social, la Edad Media hacer en caso de un desastre interno como, por ejemplo,
dedujo otra serie de ideas. En primer lugar, se desarrolló la no­
severa hambruna. ¿Qué organización <le los poderes gu­
ción dé pertenencia a un grupo para retratar las posiciones ocu­
bernamentales debería predominar? La respuesta de Bur­
padas por los individuos en los diversos grupos eclesiásticos y
ke fue tajante y directa al grano. La organización debería
políricos.i. de tal manera que los individuos que eran los elemen­
ser la misma, tanto en épocas normales como excepcio­
tos de estos cuerpos se concebían, no como unidades aritméticas
nales:
iguales, sino como miembros ele grupos sociales y por Jo tanto
diferenciados unos de otros.
El Estado debería confinarse a lo que concierne al Estado o a

P a ra B u rk e y para otros conservadores, la historia mo­ las criaturas del Estado, a saber, el establecimiento externo de la

religión, su magistratura, su fuerza militar terrestre y marítima,


derna podía ser vista adecuadamente como un Jedive
sus rentas, las corporaciones que deben su existencia a s u m a '"! ­
sostenido desde la síntesis feudal medieval <le autoridad y
dato; en una palabra, a todo lo que es verdadera y apropiada­
libertad. En el derecho medieval la «libertad» era, en pri­
mente público, a la paz pública, la seguridad pública, el orden
mer lugar, el derecho de un grupo corporativo a su debi­
público, y a la propiedad pública.
da autonomía. El panorama total de la historia occidental

podría verse como la desintegración de esta concepción Pero .110, subraya Burke, a los problemas y necesidades

corporativa y social en una dominada por las masas de in­ de la esfera privada. En esto no hay la más mínima dife­

dividuos. La filosofía de la historia de Tocqueville implíci­ rencia entre Burke y su amigo Adam Smith. De hecho, en

ta en su libro LA democracia en Améric,1, es una en la que Tbe W'ealth o/ Nations deSmith, el gobierno puede tomar
tanto el Estado político como el individuo aumentan su a su cargo de manera legítima la educación y ciertas otras

importancia· á expensas ele los lazos sociales con los que actividades que son necesarias para el bienestar público y

. 1

----�--��""'"'.' __;óll!JtJl!!!lilj.�
.. ---------_:_------+-'-f,.¡•...: __ � _

,;_

. . . :-··-·-···
....

60 Robert Nisbct Conservadurismo . 61

gue no_se P...!:!..��n encomendar a la iniciativa Rrivada. Pero ; . beranía de manera más o menos igual entre la familia, la __ ·- _ _ . . ·-·-·- - - - - - - · · · - · - · - ·
· · -Jglesia y el gooiemo político:Cnda porc100deest8autor1- ----·- · ····-·------· --·- · · .- .. -·- ------ .. -·-···-·--·--
- Burl<.e calla respecto a estos aumentos ele la responsaoili­

dad del gobierno con sus ciudadanos. A pesar de las insi­ dad asignada por Dios debe contemplarse como suprema

nuaciones ocasionales que de vez en cuando se dan entre en su propio reino. !-,aJ!!:!!QJ.Í.dad -y por Jo tanto la líber- .

quienes a sí mismos se denominan conservadores burkea­ : f: tad o la autonomía- de la fan.ülia es sacrosanta; ni el Es- 2
nos en el sentido de que Burke siguió un son distinto al de . � _ tado ni la Igles.h1-p�1edé"ñ.. úl111sgrcdir. legítimUmente Tás ?
Adam Srnith, no hay de hecho una diferencia seria entre ererr2!:?�_ti��-que. R.eiten�en ,al paren��§CQ. Precisamente

· ellos sobre la función del gobierno. Es un hecho estableci­ fo mismo se sostiene para el gobierno y la Iglesia. Cada

do que la admiración de Burke por The Wealth of Nations uno tiene su deber y adecuada autoridad en su propio á m ­

Je Smith era inmensa, tan grande como lo fue por la pri­ bito. La tiranía consiste, escribió Bonald, en la transgre­

mera obra de Smith, Tbeory o/ Moral Sentiments, que sión de una esfera sobre otra. El poder total del Estado re-

Burke reseñó con una alabanza casi extravagante en su . volucionario en Francia provino Je su injustificable inva­

Annual Register: , · sió9 en las esferas de la familia y la Iglesia.

La estructura feudal-conservadora de la autoridad polí­ '. · Este era un punto de vista común. En Alemania, Hegel

tica es también intensa en· el libro de Burke Thoughts and ofreció en su libro La filosofía del derecho una perspectiva

Details. Acerca de los poderes gubernamentales Burke es­ sustancialmente parecida. Los poderes de la Iglesia, ele la

cribe que: aristocracia, de la familia y del gobierno político se expo­

nen de manera plural. El Estado nunca _debe transgreQ.ir

A medida que descienden del Estado a una provincia, de una los derecho�1tono!nía�A�]g�_grnpp.i¡_Y-_e�tratos socia­
provincia a uha' parroquia, yde ' u n a p a r r ó q u i n a una casa priva­ lesñ1Is importantes. Haller construyó su com-p"letñy..ii1'0-
da aceleran su caída. No pueden hacer el deber inferior y, en la
ñüiñental-Yeoñtn/e/a., ciencias políticas y sociales, alrede­
medida en que lo intentan seguramente fallarán en el deber su­
dor de este pluralismo, de esta separación de esferas· y de
perior. Ellos deberían conocer las diferentes esferas de las cosas;
los derechos ele todos los grupos y asociaciones, empozan­
lo que pertenece a la ley y lo que sólo las costumbres pueden re­
do con la familia. Nuevamente es instructivorecordar el
gular. Los grandes políticos pueden apoyarse en éstas, pero no

pueden legisladas. ,· mandato demaistreiano de construir una sociedad no me­

ramente contrarrevolucionaria sino opuesta a la R�volu-

El laissez-faire y la descentralización son soberanos en ! ción. Y esto hicieron los conservado�1"ípezai1éfo"por

Burke, j ""Büife. . . .

En la obra conservadora la perspectiva esencialmente f; . Nunca han abandonado estos principios de. Estado y

feudal de la autoridad prevaleció en Alemania, Francia y sociedad al conservadurismo, salvo bajo los estímulos de

otras partes de Europa . .La Teoría del poder de Bonald, emergencias y necesidad política absoluta. Disraeli, New- . . . .

. publicada un año aniescle-fa muerte ele Burke y con un re-


�!. man, Tocquevillé, Bollrgéi:, Goclkii1;-Babfütt�liasfo· llegar. · · - · - - --·------·--·--------- -- -· . .

----------·--!:._- :·: -,
--·-- conocumento-al éstímülo cie IasReflectionsde Burke, acle.:. .,: en nuestros elfos a conservaclores tales como Oal<eshott,

l a n t ó una filosofía de la autoridad y del poder que pudo L Voegelin, Jouvenel y Kirk han subrayado sobre todo In ne-

provenir directamente de Tomás de Aquino. La sobera­ ¡ j.., cesidad imperativa de que el Estado político se mantenga

nía, .declaró Bonald, existe sólo en Dios. Él delega esta so- ¡ ii:·· tan lejos como sea posible de una intromisión en asuntos

� . ,. .
;. u •.

¡¡¡.,

62 , ' . se�a<lurismo 63.

· i
ji·

económicos, sociales y morales; e, inversamente, ele qu.¿, · . �� y. s�ciales de un? 1!ación! quita�do de este modo un:' /)

}1 haga todo lo que sea posible para fortalecer y ampliar las . fuga al Estado y quizas al mismo tiempo cortando la� r�­

11· funciones de la familia, el barrio, y la asociación cooperd-' �es de lo que de otra manera podría ser _una burocracia sin

,� tiva voluntaria. Y en la práctica política de los dos últimos lfin, Por supuesto que en la Edad Media abundaban gru­

siglos, tanto en América como en países europeos, el sello i\


?pos como éstos, y no pocos permanecie_ron intactos en

distintivo de la política conservadora ha sido su mayor in- t -Europa mucho tiempo después d_e que la �dea d� � Esta­

clinación por el sector privado, por la familia y la comuni- ·\ 'do directo y centralizado se pusiera en circulac1on. G�­

dad local, por la economía y la propiedad privada y pór<=. ¡pos tales como la Comisión de, Subvenciones Univer�lta­

una sust.�ncial medida de q_c;_sf�!!.r_ali'.@óó.o.J;�1_eJ_g9pjei·no, · 'rias en Inglaterra y la Reserva Federal en Estados Unidos

q!,]e pudiera respetar los derechos corpg�a_rjvc;>s_ de [as uni- .constituyen ejemplos obvios, a pesar de que .p��ece que

ninguno durará mucho tiempo, dada la oposicíon �on�­


1.'.1��s m�n<:>_res de! Estado y de. la .s9c::.i�cJ�4 A pesar delo

extravagante que a primera vista pueda parecer atribuir la


tante de los elementos populistas y de la democracia di-

etiqueta de feudal a productos norteamericanos tales . recta. Los tribunales han tenido privilegios extraordina­

como Coolidge, Hoover, Goldwater y Reagan --o a sus l dos en la sociedad medieval, y han continuado en Occi-

equivalentes británicos- sus filosofías de gobierno mere­ f dente


l con un cierto.grado de autonomía feudal, por lo

cen en cualquier caso la etiqueta. ), menos en comparación con el estatus de los tribunales en

Lo que Burke, Bonald y Hegel comenzaron a este res­ f las naciones totalitarias. El Tribunal Supremo -también

pecto permaneció como una firme herencia durante todo �. objeto de ataques casi incesantes �e los populistas y d� los

el siglo XIX. Newrnan, en w10 de los pocos fragmentos que • t socialdemócratas- siempre ha sido en muchos sentidos
1

escribió acerca del gobierno, vio la adecuada autoridad en rl ;'. la rama de gobierno favorita en los corazones de los con-

el Estado como basada en los cuatro principios de coordi­ 11 '. servadores norteameri�anos: Hasta prin_cipios ?el siglo XX

nación, subordinación, delegación)' participación, en ese or­


� la voz del conservadunsmo fue la que hizo posible la elec-

den. En conjunto, éstos son esencialmente feudales. En


;
'. ción indir e ta
c de s ena d o es der E s ados
t U n do .
i s El S enado

Francia los escritos críticos de Bourget y las novelas de . ' fue co nc ebid o p or los F or adores como la c
j ám a a de l s
r o

Barrés ofrecen perspectivas similares de la autoridad. En J « conse rv a do e r s» com p arable a su m od o con la Cám a ra

;1 d e l o s· Lo r s
e cnÍngl at erra . M e or e
j nt on es p
c ar a lo s sena -
ambos encontramos un énfasis sobre el vínculo social la
·:!
" d o esr real i a
z r c am p a ñ a s directamente entr .e lo
s vo tan t e s y.
,
insignificancia relativa del individuo; el amor porla trudi­

ción, la jerarquía y el heroísmo; y. a d e m á s , como lo enun­ ,. orde n ar s us elec c o


i n es se gú n las le gisl tu as e
a r sta t ales, ot ro

e jempl o d e la p refe re ncia del conservadu�ismo por el go­


ció Bourget, «la disposición dé Ieudalizar y descentralizar

todo lo político». · .· bierno ind irec o y s t u s institucion e s m e di ado as y sal


r va·

guar dad or as . Se b us a c rá en v no en a la histori a de l pensa ­


Uno delos legados de la perspectiva conservadora-Ieu­
mient o conservador cualqtú er cosa q ue se pa e ca r z a la fi­
dal del gobierno y la sociedad es el de los cuerpos autóno­
l o o
s fí a de «un h om br e , un v oto ». L os conse rva dores
��1ipúblicos en�] reino, libres de 1u re���!1b4�fl¡¡d­
l uch ar on en l os Es ta do s Uni dos t n tenaa zme nte co m o p u­

.' ·(·· ·
� d�ecta ªe!� leg�§!a��f.�-º--º-� pueblo. Lorcl Keynes reco-
e o por a elección indirecta de los funcionarios, públi­
r.
. nodo la �-¡;ilji�µ!"iíl conservadora ·a éste-i·especto, reclaman­
di r n l

co s en las comunidad s locales y en los Estados asr co


e m o
do un mayor uso de tales cuerpos en los asuntos económi-

--- .,·
' - · - · · • • ' " ·--�--M .. -�-"-"--'-"',--'""-�......,..-------
:·:-, ··:

t· ••

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•. . : .

...

64 Robert Nisbct ·J
. . ·:··· ..

····-· n-el-g
e o lJi rn0-
e n ad0 n al,del-mi m0-m0d0-que--lo -con �r-- .\ ·
s s s
�bonstitución�=D@-ahí=la=oposiGión=de=I--lamilton=a=una=de::;:::==--==: ·---.-=-===-=.::.c­

v a dores in g leses lucharon por los « burgos» p odr i dos y daración de der e chos se p arada .

,p or el fort al ec im iento de la Cám ara de los L ores . Lo s co n ­ l .

se rv ador es, ya fu er an D m e ócratas o R p e u bli an c os, s e '.¡ . ¿Por qué declarar que las cosas no deberán hacerse cuando
1

. f no hay poder para hacerlas? ¿Por qué, por ejemplo, debe decir-
opusieron a cad a p aso a las me di das al tamente d emoc á r ti­

·; r '1 se que la libertad de la prensa no se restringirá cuando no se .


cas de i ni ci ati v a , revocaci ó n y referéndu m que s e in r t o ­
r¡ !i' ot.or�a ningún poder medi�ntc el cual se puedan imp_oner re�­
du j
eron en los Estados norteamericanos a com ien zo s d e

l¡ ( tncc1oncs! Por otra parte sr ft_iern. ·� hacer;e un'.1 mencion gr:ttlu-


siglo. .
f ta de tal libertad en la C o n s t i t u ci ó n , seria peligroso, en primer
L a C ons ti tución de los Est ados Unidos fu e una obra
: , lugar, elevada sobre otras posibles libertades, no menos irnpor-
mu y conse rv adora cuando qui enes la dise ñaron co n cluy ­ e
. : tnntes, pero penalizadas mediante su omisión en el documento.
I
ron sus tareas . en .Fila de lfia. L os p rin ci p ios conse rva d ores
!

de di vi sión de poder es, de pesos y contra p es o , s de gob ie r­ :


: E� cualquier caso, continuó H a rn il t o n , «¿Qué signífita

no in direc t o y iml ita c iones internas ; para evit ar en g n e er al . f una declaración de que la libertad de prensa deberá ser in­

tend e nci a s p os ibles en el g o b iern o n aci onal qu e si guieran . violable? ¿Qué es la libertad de prensa? ¿Quién puede

el camino <le los g o biernos e u ro pe os, s e re co noc ía n ca i s ,. darle una definición que no deje la máxima a m p l i tu d para

en cu alq uier parte de la C ons titu ción. L as l b i ertades de su evasión?». La larga y a menudo tortuosa historia de la

los indi v id u os se protege rí an . me jor si se aseg ur baa que e l Primera Enmienda sugiere que Hamilton y sus compañe­

g obiern o nacion al no p udiera inte rf


erir de ni n gu na ma n e- j ros conservadores no carecían de cierta perspicacia profé­

. ra, salvo en r arís imas circ un t s ancias , en las a utorid a des de ! t i c a . E ne l f o n d o .s ú doctrina delas libertades era esencial-

los Es t ados ni.identro de ell os , en l as co muni da de s loca­ .


1
i
1 · mente la del derecho medieval : que la mejor forma de ser­

les . C uando se presentó la idea de u na dec l ra aci ón e pe­ s vidas es con la doctrina . de la m á x im a libertad pa ra los

cial de d e rechos , Alexander Hamilt on habló en s u co nt ra organismos c orp or ativos , tales como la familia, el domi­

i
p or casi todos l os conse rva dores. E n primer lu gar, d cha i ¡ nio, la corporación: y t a mbi én m e d ia n t e el p ri n ci p io <le la

dec la raci ó n era in nec esar ia ; la Ca rta M g a na en Ingl terraa separación, dé la loc aliza ci ó n o regionalización, y de la

·. _,_

y p eticion es de derechos p osteriores eran apropiadas y v ­ a competencia entre los p oderes . U na y otra vez la historia

liosas simp l emen t e porque h ab ía poco, por n o d ecir nin­ constitucional de Estados U nidos es la h istor ia del conflic­

:,-·
guno, p od er del p ue b o l reconocido ; se ha bía rendid o á la ¡ to entre aquell o s que in s i s t en en la maximización de los

m o nar q uía. «Aq u í», escri b ió H amilt on, « el p ue bl o no j derechos indiuiduáles y a q uel l os que insisten en las au to ­

cede n a da ; y co m o lo retiene todo, no tiene ne c esidad d e ¡. : nomías de los derechos corporatiuos de los Estados y de las <:
. . ·- ,
rese rv as p ar ti cu lares». ¡ comunidades locales. . ,..

L b rt e iv d s y o ni m s loca­ ·· No dejemos, sin embargo, qu e se piense que los con ser- --- -----·- ·--··--- ·---·---· ------ -- ·-·--· ------- ------ --- :::;. ,:.:.

7
a li e ad d los ind i uo de los rga s o

le s-y-reg ionales -p o día-pro tege rse - me jor'-y- co mbin ars e· on:­


c f--vadores-han-estadoo-están-a-favo1'-de-un-gobiern0-ce:ntral-?'---­
---------·--· ---------l· --

: ··.

o p o rtu nidades para su m ás li bre desa r ro lJo y pr o perid d,


s a : déb il L j
. e os de esto , la dist in ci ó n q u e hizo T ocq u ev illc e n (. ·}-

ev itando cuidados am ente prescrip ci ones so bre l os mis­ . La demacrada en América e tr n e gobierno y administración <
mos en la C onsti tu ció n . L as li be rta d es, in divi d uales y co­ es tá irnplíclta al menos en c a
si todo el p e nsa m iento con - (

. m unal es e xi stí an, por as í deci rl o, en los int ers tici o s de la . · ;· _servadT El pr im ero , es cri b ó Tocqueville, de
i b e ser fuer e t
. � ·,·

,!ir

\il¡,

66 Roben Nisbct � l Conservadurismo ; st


.,.,

y e�tar unido. La última es la que debe, en interés tanto de ' 'M mo que había encontrado en el Renacimiento italiano, en ·

la libertad como del orden, estar tan descentralizada, loca-] l!!f sus «humanistas» desarraigados en guerra contra todo lo

lizuda y, en general, dejarse notar tan poco como sea posi-. � tradicional y comunal, y siempre des':osos de ser:1ir al i:iue-

l ble. De Maistre declaró que el verdugo público era la pie-: 1:! vo dinero y al nuevo poder de la Italia renacentista, v10 el

dru de toque distintiva del poder gubernamental sobre el ¡� futuro de Occidente en términos burkeanos. Pensó que la

pueblo. Tendemos, escribe, a alejarnos de él: ,:<Y aún a s í ¡ · l! glorificación de la naturaleza humana, la creencia en la

toda la grandeza, todo el poder y la subordinación radican ,. ' bondad intrínseca de los individuos, era una fuerza capaz

en .el verdugo; él es el horror y el vínculo de la asod:itióii:i: en'sí misma de destruir el tejido social, dejando así a los

humana.» De Maistre se burla del común 'aprecio de la • r'. seres humanos de ese momento como sujetos desprotegi­

gente por el soldado y su repugnancia por el verdugo. El ·if \


, dos frente a una nueva raza de «comandos amotinados».

soldado mata y mata; su causa cambia constantemente; . No existía un verdadero conflicto, argumentaban los

nunca tiene suficiente y es una amenaza constante al ' conservadores, entre las necesidades del gobierno político

gobierno civil. Los verdugos, sin embargo, son poco nu­ t· y las exigencias de autonomía de las esferas social y moral.

merosos, indiscernibles y constantes en su propósito: es­ l «Como tales divisiones de nuestro país se han formado

tán para prevenir así como para castigar el crimen. «Ya !! por hábito y no por una súbita sacudida de la autoridad,

que el crimen es parte del orden mundial», escribió de ¡l. no son sino pequeñas imágenes del gran país en las que el

Maistre, «y ya que sólo puede ser controlado mediante el �- corazón encontró algo que podría saciar. El amor a la to­

castigo, una vez que se prive al mundo del verdugo enton­ � talidad no se extingue por esta parcialidad subordinada.»

ces todo orden desaparecerá con él». Sin embargo, de la ¡· Esas palabras fueron escritas por Burke en su denuncia de

posición central del gobierno no se sigue que éste deba te­ los esquemas franceses de «simetría geométrica» del Esta­

ner una competencia ilimitada, ser responsable de la exis­ do, de una centralización del poder en nombre de la razón

·-�:.·
tencia diaria, estar siempre presente en nuestras vidas y, lo que no sólo destruiría todas las «hosterías y lugares de

··,f que es peor, ser supuesto maestro moral, guía hacia la vir­ descanso» y «nuestros barrios y conexiones provinciales»

tud y madre del espíritu. sino que «confundiría a . todos los ciudadanos . . . en una

Burke. advirtió que el precio de la erradicación o ero­ masa homogénea».

sión de todas las autoridades naturales en una sociedad se­ · El amplio impacto del utilitarismo benthamita fue. lo

ría una 'dominación militar creciente del gobierno. No hay. que mantuvo vivas las perspectivas de Estado y soberanía

alternativa a esto, escribe :.11 final de sus Rajlections, «por­ de Burke y Bonald durante el siglo XL'<. La aversión a esca

que ustedes han destruido diligentemente todas las opi­ filosofía que encontramos .en las páginas de Newman,

niones y los prejuicios ... todos los instintos que sostienen Disraeli y en la mayoría de los pensadores conservadores

al gobierno . . . Ustedes establecen proposiciones metafísi­ fue lo que siguió a la aversión inicial de Burke y Bonald a

cas que infieren consecuencias universales, y luego preten­ las leyes naturales y al derecho natural individual en gene­

denlimitar la lógica mediante el despotismo». La mayoría ral. Bentham poseía una brillantez de pensamiento, y tam­

de los conservadores de la corriente principal han presen­ bién un mesianismo mucho mayor que cualquiera de los

tado el_ problema de la autoridad en estos términos bur­ pbilosopbes, con excepción de Rousseau; y .fue capaz de

keanos. Burckhardt, que detestaba el tipo de individualis- atraer seguidores, muchos de ellos reformadores ejempla-

...
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... í,:: •

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6,8 Robert Nisbct Consc1vaduris;no


69
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_res.deL_gobiemo,Ago.g�e-Rou_ss:?u-nun�Jl.::l�gr.é,::s_al�o.:.en-:J ¡_. bién cidá::"iná_s=atr@vkla>>.l�sto;-es,la-�1as-osa8�ren-r�l�;ion

la medida en que su actitud nihilista hacia toda desigual- ·


j ,.
i al orden social y a sus autoridades inherentes y autono-
dad en la sociedad procurara una inspiración generalizada -1 . mas. Bonald escribió: «La monarquía reconoce instintiva-
1
·a los revolucionarios y buscadores de poder. Para Bent- 1 ·¡ mente a la sociedad y a s u s grupos constitutivos, mientras ··: ....,._

...�z-
ham la percepción de la diversidad pluralista, de la mezcla : l; que la democracia busca constantemente suplanrarlos,»

de lo viejo y lo nuevo, de lo puramente local o regional, so- 11 Irving Babbitt, en su estudio sobre la d em o c r a ci a y el lide­
)�:.:
bre todo de lo tradicional --«huellas sórdidas del p a s a - ¡ · · , razgo, vio en la democracia un «imperiali s mo» inextirpa-
.:,:.;-·

do»-- er_a suficiente para in s p irar ' rabia. Su principio pa- ¡. !, bfe que b\1sca const�!ntemcntc 11:var la di�ersi�ad _de la so-

nóptico, primero limitado a las prisiones, se convirtió, an- ¡ -:· ciedad bajo su propio molde uniforme e igualitario. · ·

tes de su 'muerte, en d epítome de su gélido racionalismo · ;;- Burke y Bonald culparon a las fuerzas democráticas de ·=··

en relación a todas las disposiciones h u mana s, asilos, es- 1


! .. la Revolución del gran incremento de . l a burocr a cia· del.

c u elas , fábricas, etc. Su «mayor bien para el mayor núme- :j : gobierno. Una vez que el Estado comienza a sustituir con
1
ro» era un detalle que se obtenía demasiado literalmente a ' ¡ '. su propia autoridad y patrón distintivo las innumerables

través de un «cálculo de felicidad», y Bentham parece no ;i ! formas de la sociedad no hay alternativa a una burocracia

h ab er dudado nunca de que los «dos amos soberanos» del , ! siempre creciente. Tocqueville llegó más lejos al declarar

hombre eran la, búsqueda del placer y el rechazo del dolor. 1 que la democracia _yja burocracia son tan semejantes en

Las características sociales, culturales, 'incluso raciales o I espíritu que se puede predecir el avance de la democracia
1

étnicas eran, según la 'perspectiva de Bentharn, irrelevan- :


l ¡ P�!..eL�v�n�i:.�e]i"b{1rc;sr�cf� y Yi�eyersa: . : · ······· · · ·- ··-··- .

tes e inmateriales. . . ·, .· .. , . ¡ Deeste m o d o �a"nil>íln hay una estrecha afinidad entre


·._··:.

Tocqueville pudo haber tenido en mente la democracia ' la democracia y la amp lia c ión y nivelación de la guerra. La

bentharnita cuando escribió acerca del tipo de poder so- .· Revolución, como tocios los primeros conservadores seña-

bre las vidas humanas que, ante todo las democracias, · ; laron, fue la que ins t ituyó por primera vez en la historia el

debían temer en sí mismas: [, reclutamiento nacional, la famosa levée en masse. De re-

t pente la guerra perdió el carácter limi t a do quetuvo enla ·

una multitud innumerable de hombres, todos iguales y semejan- 1 era prerrevolucionaria, con propósitos más o menos limi- .

tes, que se esfuerzan incesantemente en procurarse los placeres tados '--normaLncnte dinásticos o territoriales-c-, un or-

pequeños ·y mezquinos con los cuales saciar sus vidas ... [por en- den fijo de batalla y una gran cantidad 'de ceremonial

cima dé ellos] un poder' inmenso Y tutelar ... absoluto.Jnstantd- . posfcudal. Con los ejércitos revolucionarios en marcha, la
neo, constante, prudente y suave ... hasta que cada nación quede 1 d
reducida a.nada mejor que a una multitud de animales túnidos y '.
Í l · guerra se convirtió en a cruza a de la li b er t ad, la igualdad .

diligentes, de la que el gobierno es el pastor. · _ ! Y.la fratedrnidad que inevitablemente trajo consigo los ejér- _ :: \/:
--·----- .
.- --------�- --�- : - ...,.... ... - - - � 1 -: a t o s - c a a -vez ma y 0r es -y- con -p ro pós1t os s e· i m15 re expa n si=-·--·--------- -------:-;•'-:--:a·

D e B ur k e en ad.cl.ruJJ_t'!_t�Lp_ens@lÍento_conse1.vador...ba_;_� Lvo s.que. s e-viei:on-cm-el- s igJ0,'<:r:X-:--Taine- obs ervó-qmd¡rcJ=e---


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ta perspectiva d el des poti mo de
s m o c r ti
á c o en el · f l.· mocracia coloc a UJ?ll moch ila de so ldado en c ad_a ho m br e

"
p rimer pl ano de su c onsid racióne d e la democracia. «U na i l al con ce de rl e a c é d u l a electora .
l l Du r a n e
t el s glo
i xx l a

. . .

democracia p erf ecta »; escribió Bur k e, «es la cosa más ver- · ¡ 1 guerra masiva del tipo q ue a nte s sólo había sido un

gonzosa en el mundo. Así como la más vergonzosa tam- . ; 1 presagio se convirtió en realidad con · Ia Primera Guerra
70 Roben Nisbet Conservadurismo
�I

Mundial, al encerrar a millones de hombres en un mata­ do discernible menos por su número que por su falta Je

dero militar, suplantando todo el antiguo arte de la guerra estructura social interna, tradición integradora y valores

con ejércitos enormes, casi inmóviles, arrojándose siste­ morales compartidos. Burke pensó que uno de los efectos

máticamente granadas uno al otro, siendo el premio en de la peculiar forma de nihilismo de la Revolución era su

una batalla poco más que el avance de unos pocos cientos efectiva desocialización de los seres humanos, la atomiza­

de yardas. Winston Churchill escribió: «La guerra, que ción de la población por medio de su destructividad e.le

solía ser cruel y grandiosa, se ha convertido ahora en algo . , .. los vínculos sociales tradicionales. De este modo Burke se

sórdido y cruel» Todo, añadió Churchill, porque la ciefi�{,,f,. : � - refiere a la Revolución que «despedaza los grupos de su

cía y la democracia esconden un gran igualador: Fue en comunidad subordinada, y la convierte en un caos de par­

Inglaterra, entre las guerras mundiales, que el conserva­ tículas elementales asociales, aciviles y desconectadas».

dor mayor general Fuller dio extensión y envergadura his­ En alguna otra parte escribe que el gobierno revoluciona­

tóricas a las palabras de Churchill, mostrando en detalle la rio ha «intentado confundir, tanto como sea posible, a

estrecha relación histórica entre la expansión Je la base todo tipo de ciudadanos en una masa homogénea, y luego

demográfica y política del Estado nacional, y la expansión han dividido esta amalgama en un número de repúblicas

del patrón total de guerra en Occidente: su masa en t é rr n i ­ incoherentes».

nos puramente humanos, el armamento cada vez más le­ La idea de la masa se desarrolló y extendió arnpliamen­

tal, y especialmente, la ampliación de los objetivos de gue­ te en el siglo XIX. De forma señalada Tocqueville pensó

rra, de los simples objetivos territoriales y dinásticos a los que uno de los grandes peligros de la democracia era, en

ideológicos y morales. Como han señalado Fuller, Daw­ primer lugar, su creación de la masa -a través del énfasis

son, Churchill y otros conservadores, en la época feuda] la en la mayoría y de los valores igualitarios que tendían a

guerra estaba limitada en casi todos sus aspectos: por su igualar las poblaciones- y después, su dependencia cre­

tecnología, el número de los implicados, su código de ca­ ciente de la masa, que conducía a una dictadura plebisci­
·.;.:::....

ballería, por contrato u obligación limitadas para prestar taria. Tanto Burckhardt, como Nietzsche y Kierkegaard,

servicio y por las interdicciones de la iglesia. Al comienzo escribieron con aprensión acerca de la llegada de la socie­

de la Segunda Guerra Mundial, en contraste, las socieda­ dad de masas y su efecto desocializador sobre el indivi­

des democráticas de Occidente habían alcanzado objeti­ duo; un efecto que convertiría al gobierno en una combi-

vos ilimitados, términos de rendición incondicionales, ar­ nación de guardián y déspota. ·

mamento que podía matar por cientos de miles, y mayor Existía, por tanto, una considerable tradición en el uso

muerte y devastación en un solo año que en rodas las an­ de las «masas» en el pensamiento occidental antes de que

teriores guerras juntas. Ortega y Gasset publicara su libro La rebelión de las ma­

Las masas representan aún otra perspectiva del trata­ sas .en 1930. Ortega pensó que hal:i1a una reíac1on estre-

miento conservador del poder político: las masas y su re­ cha, simbiótica, entre la creación de las masas en la vida

lación con la centralización y el engrosamiento del poder moderna y la creación del Estado totalitario. ¿Cómo pue­

en el Estado occidental. Uso el término «masas» aquí en el de el Estado no ser total en su poder y responsabilidad, se

sentido en el que Jo encontramos en las obras de Ortega y pregunta Ortega, cuando la población que gobierna ha

Gasset y Hannah Arendt, entre muchos otros: un agrega- sido despojada ele todas las formas de autoridad y funcio-
. . .. · .. ,.

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72 Robert Nisbet Conservadurismo . 73


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poder del Estado es suyo. A través y por medio del Esta- ¡ La denuncia de Burke de fo Revolución francesa así

do, la máquina: anónima, las masas actúan por sí mismas». como su diferenciación rigurosa resP.�Ctó ge la Revolu-

Algo más tarde, y principalmente con la Alemania de Hit- ción n ortea mericana se basó en gran' m ed i d /s o b re Jo que

ler en mente, Peter Drucker escribió que «la desespera- él percibió como las soluciones diametralmente d i s ti ntas '.�· .

.::·.:."·'.·

c i ó n de las masas es la clave para e nt ender el fascismo». de la lib ertad y la i gu a l dad en los dos a cont e c im ie n tos . La ::·�:�··

Ninguna «rebelión de la mul tit u d », ningún «triunfo de primera revolución, p e n s ó Burke, estaba m o tiva d a sola- ,:·

. . .

una propaganda sin escrúpulos», sino «la gran desespera- mente por el deseo de libe r ta d : libertad de las colonias del

\\ ción ocasionada p ó r la ruptura del viejo orden y la ausen- gobierno bri t án ico y, -a través de su co n s ti tuc ió n , libertad "·''

11 cía de uno nuevo», Esto, concluyó Drucker en The End o/ para el pueblo de un gobierno que podría querer imponer

· ih7/ Economic Man, es el origen y la raison d'étre d el � � su voluntad ilegírimamente sobre los derechos inherentes

· do totalitario. Hannah Arendt se limitó a repetir esta Jeta- de los ci u dada n os i n di v idu a le s. Pero Burke pensó que

�;iá7��adora acerca de las masas en su monumental desde el principio la Revolución francesa hizo de la igual-

The Origins o/Totalitárianism. . dad y la nación los dos valores do m i n a nt e s , am b os inst ru ­

m e n t os posibles de tiranía op era n do consecuentemente la

erosión de las condiciones sociales y morales de la libertad

Libertad e tgzialdad de los ciudadanos. · .

Burke contemplaba la Revolución francesa, su Dedara- : ... -:.

, No hay n in g ú n principio �:ís: fundamental en la filoso- ción ele Derechos, susconstituciones sucesivas y la multi-

I fía conservadora, que el de la _incompatibilidad inherente tud de sus leyes, co m o un es fuer z o o d io s o y sin prececlen-

11 Y-��soluta entre lib:rt�d e i�alda?. D�cha incompatibili- · tes para transferir la primada de la l i b e r t a d del i nd iv iduo

dad surge cfelos obJetlvos contr�_c;lict r1os de ambos valo- a la n ació n . El lema revolucionario para la n a c i ó n , une et

res. El objetivo constante de lá. · erta ··es la protección de indiuisible, no dejó grietas ni fisuras en el organismo 'polí-

Ta .E!oJili:dad individual y familiar, palabra usada en su tico a través de las cuales pudieran surgir individuos enér- .

senti�o. más amplio para incliiirén la vida tanto lo inmate- gicos. Burke pensaba que la libertad que celebÍ:aban los ·

rial co�� l erial. Por otro lado, el objetivo inherente


at jacobinos era esencialmente la libertad del pueblo como

de la /gi1aldad onsiste en cierto tipo de redistribución o comunidad nacion al para ac t u ar contra todos los grupos,

i:ijvel��¡pn e la desi@alqad en la P.articj]iig@_d�� comenzando por la aristocracia y los m onárqu ic o s , que

lores materiales e inmateriales de una �omunidad. Más ¡ buscaban li m it a r o m od era r de alguna forma esta comuni- . . . .

· aún, todo.s los esfyi__�p�� com ensar l!_!!av�_s de la ley _ J_ da_cLmonolitica._El_tipo.m:ís.alto-de..libertad.no-era-la-«li-----------------------·--------:��.' · ·

--------·Y.� e go terno la ·· erencia U:inata e fá.ruftadesmental.es i_ bertad de�s.ino_más_bienJa3<libertad_para>>;.en-una-paln- . .... .. .. ... . . . .. . ---"·----�-�-.�·:·,:.,:

· ----�-y C?.�º!.�eJ"C:Jel individ!,!!)� sólo puecteles}ona_r las liberta- 1 bra, p�rticip01; en alg�na. comunidac! o causa m�yor que · . · ·.:::

/ des efe los afectado:;;, especialmente los mas brillantes y ca- 1 uno mismo. Esta babia sido la esencra del tratarmento.re- ·

'l..pacit�dos. Ésta es, en pocas palabras, la perspectiva per- ! volucionario de la l i b ertad que da Rousscau en su Contra-

sistentemente asumida por los escritores conservadores, a :i to Social. En todas partes, escribió Rousscau de manera

:r
74
Roben Nisbcr Conservadurismo 75

e�;Ll�ante, el hombre esni encadenado a pesar de gue na­


importante subrayar en quémedida este m ismo énfasis en
c10 hbr� . !lomper las cadenas era el objetivo que Rousseau
los grupos intermedios se convirtió en 1a base de una pers­
transmitió a todos los futuros revolucionarios y reformis­
pectiva con servadora de la libertad. Los grupos de indivi­
tas; pero con este mensaje vino otro más sutil pero más
duos --clases, c omunidades, gremios y �orporaciones-­
poderoso. La libertad verdadera estriba en el sometimien­
le.parecieron tanto a Burke com o a Tocqueville haber sido
to total del propio indiviJuo y de todas sus posesiones, in­
las víctimas principales de la Revolución d e Francia: éstos,
cluyendo sus derechos, a Ia comtmidad absoluta . Desde
t m ás que los individuos abstractos. Burke se refi�ió repetí­
�ousseau ha s ta ��nin, ésta ha sid o la interpretación esen-,
. <lamente a la violación de los d erechos corporativos y co­
c1almente colectivista --0 comunal- de la verdadera f.
r rnunales de los franceses por los jacobinos: derechos de
berrad,
� parentesco, religiosos, económicos y de otro tipo de aso-
El m ensaje ha sic lo in,variablemente objeto del incansa­
ciaciones.
ble ataque de l os c�mservadorcs. El poder es el poder, dijo
Por lo tanto, es tá implícita en Ja d efensa c onservadora
en efecto T ocqueville: no importa que el pod er sea ejercí­
de los grupos en contra del soberano un pluralismo que e
s

�º por_un ho-r nbre, u na camarilla o el pueblo ent e ro. Con­


convertiría en una de as filosofías más distintivas de fina­
l

unua sie ndo p oder y p or Jo tanto es opresivo. De sde esta


les del siglo XIX. En varios momentos este pluralismo -y
posición: expues ta por Burke desde el principio y de la
también el sindicalismo--, pudo haber sido ado p tad o , in­
q u e_�� lucieron e�? inmediatamente de Ma i st r e y Bonald,
distintamente, por las causas conservadoras, liberales y ra­
s�rg10 la p e r c e p c i ó n conservadora de la naturaleza poten­
dicales, se hizo v isible en el anarquismo proudhoniano y
cialmente despótica del gobierno po pular. El pensamien­
más tarde en el anarquismo de Kropotkin y después en el
t� se�uc_r�r de que _e� acrecentamiento de la base de poder
liberalismo de Mili, así cómo en el conservadurismo de

disminuiría a�1to�an�ameme el uso del poder, pues si no


Hegel, Tocqueville y Taine. La tesis común a todas estas
el pueblo se uraruzarín a sí m ismo conduciría, según la ar­
c ausas es exactamente la contraria a a
l enunciada por
gurnentacmn de los conservadores, a una forma nuev a de
Rousseau y los jacobinos. Las e xigencias e
d os grupos in­
l

�espotis?1� en la que el pueblo entero o una simple mayo­


termedios a sus m iembros no se añaden a l a tiranía, sino a
na pcdría imponer su voluntad tiránica bre las mino ­
so
los refuerzos necesarios para la libertad de los individuos.
rías, las elites creativas y otros organismos inferiores d e se­
Si los derechos d e grupos tales como la familia, la comuni­
res - h u m anos de la sociedad. Un conservador .se burló d e
dad y la provincia son invadidos por el Estado c ent ral-o
la p erspectiva rousseauniana-jacobina de Ju lib e rta d al e s­
más predeciblernente en nombre de individuos c onstante­
cribi_r: «t?das las m aña n as el ciudadano po dría mirarse al
mente despojados de s us derechos naturales- os verda­
l

espejo rruentrns se rasura, y ver el rostro de la diezmilloné­


deros muros de la libertad individual e derrumbarán
s con

sima parte de _un �irano r 1a cara de un esclavo completo».


el tiempo. La po sición conservadora, expuesta d� l� for­
Ya se menciono antenormente la inclinación que tienen
ma m ás elocuente por Tocqueville, es que las asociaciones
los con�ervadores por los grupos sociales iritetmedios y las
intermedias son valiosas como contextos m ediadores y
_ comu�1d�d.es en el orden so cial: aquellos que median en­
formativos del individuo e gualmente
i valiosas como
tre el l!l<liv,:1duo y un p oder político más grande. Esto se
amortiguadores en ontra
c del poder del Estado. Estas
:: •· ·.·: daba en'el contexto de una teoría de 1a a u t or i d a d . Aquí es
,

asociaciones intermedias son especialmente necesarias en
<: .

. .

.· .: .

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1
76
Robert Nisbet ·¡ Conscrvndurlsmo . . . . 77
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la democracia, declaró Tocqueville, �ues contraP--t::.�an en.. - l:---:
_ p::...oLr ª1oªscuc�
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-�---raz0n:cle:5ffex.Ístencfa-y-porfas-Jerutaclesque ofilienen · a e - · 1 11 • K

sus miembros, el poder siempre hipnotizador del Estado J Dawson, y Eliot y Kirk entre los modernos, que el libera-

social democrático y su credo de igualdad. 1 lismo es una especie de cabeza de turco del totalitarismo.

El énfasis conservador en grupos como la familia la i Se argumenta que el liberalismo, debido 'a su continua

. Iglesia Y la comun_idad loca! es también en la práctica el ¡ . función liberadora de los roles y autoridades tradicio n ales . ?t

énfasis sobre los diversos papeles sociales gue existen por . d� la sociedad , debilita la estructura social, estimul a la ·J.

.;·.·

fuerza en estos grupos, En consecuencia el ala conserva-. · multiplicación de los seres humanos «tipo-masa» y por lo

dora ha prestado un apoyo mínimo a los distintos rnovi- tanto atrae a los amos del totalitarismo al acecho. «Al des-

mientes de liberación del siglo xi Dado el temor de las truir los hábitos sociales de la gente», e s cribió Eliot;«y di:::

masas, la amenazante disolución de las m o l é c ul a s sociales solver la conciencia colectiva natural en sus componentes'

en átomos, el nihilismo generalizado hacia una sociedad y individuales... el liberalismo puede preparar el camino

una cultura resultado del hedonismo individualista y el para lo que es su propia negación». Dura nt e el apog<:o de

efecto fragmentador tanto del Estado como de la econo- Mussolini, Chrisropher Dawson declaró que el fascismo

mía sobre las comunidades tradicionales, apenas puede italiano era básicamente el resultado del liberalismo mo-

sorprender que desde el principio los conse1vadores ha- derno.

yan estado en la vanguardia de la resistencia a los moví- La igualdad no es más popular en la tradición conserva-

mientos feministas. Se puede oír decir al conservador que dora que la perspectiva liberal de la libertad individual . .

ª- aprecio Y el respeto a la mujer en su Pª.Rel de madre, es- He subrayado el modelo feudal en gran parte del pensa-

posa, hija es una cosa; pero algo inaceptªblemente dístin- miento conservador acerca ele la sociedad y el Estado. En

to es ver cómo el Itberalismo moderno separa a la mujer ningun a parte es más visible este m o del o que en las carac-

de sus papeles históricos. En gran medida se adopta la terísricas de igualdad, nivelación y u n iformidad, la' ausen-

misma posición en la religión y en la educación, sin olvi- da ele diferenciación vital, el carácter masivo que puede

dar la ciudadanía política misma, donde los conservado- ocasionar la igualdad desenfrenada en la sociedad. Como

res se opusieron por mucho tiempo a los derechos de voto hemos señalado, el feudalismo es la aplicació n a fo políti-

(y también a los económicos) de las mujeres, sobre la base ca de la teología de la cadena del ser. A igualdad d� Iun- .
.·.·.
de que su presencia en el proceso electoral las desfemini- ción, el rol y el poder son tan necesarios para el conjunto rr>,

�a.ría Y, a la vez, feminizarí� los roles y problemas de la po- del orden social como para la familia. «Desaparezcan las

lítica. Probablemente en runguna parte ha sido más visible categorías, desafinen esa cuerda. ¡ Y escuchen! qué discre-

el feudalismo innato de la ética conservadora que en la re- panda le sigue; todo se encuentra en total a n t a gonismo.»

curr:n�e resp�esta del conservadurismo a los sucesivos--·· _. . . !:Jc1q:t_1l.el <;_9nC>_<j__g_2.._P_l]:1:)tO �l_e. vista de Shak1::�2.eE.� ac.�!:..________ . - - - - · --

---m0vun1ent os -lib e rad or esdelmtilicto moderno. Donde el : ca de la nivelación de las categorías. ·---------··-------. ·-·------------------.-.·-. "-
. l(b:ral-ve un-probable·aumentoc:lela"lioertadycle"Ja" crea- -- -·-· ---rserpunr-o de vista de todos losconsetvadorés.· 1:,a di-

tividad como resultado de estas liberaciones, el conserva- ferenciación social, Ja jerarquíu y el consenso Iuncional,

�or. es más probable que vea, o por lo menos tema, inse- ;j .


. más que el mecánico son tan vitales p�rn la !ibertád corno

· gur1d�r.:! Y ali e n a c i ó n , para el orde n . Esta es la esencia de la filosofía conserv_ado-


'.j y� .
78 Hobcrr Ni�bq'. � 7 9 ·
:a:nsciv.1durismo

ra de b libertad e igualdad. Es posible que los socialisr�! r. d J. familia es buscar


vean a la última como esencial para la primera. El libera)\ <lnd. Generalmente l_a n�r1� ..e to a h'iios v el resto de
está cada vez m á s dispuesto a aceptarlo. Pero, con excep;¡ • . ·an 2os1 es 2ara sus _'J_:.J....:::.. ·- • .

�!}t�.�����ªJ?S .s.�"¡ - �s-�ecHe�áles de primogenitura y


c i ó n sólo del tipo de igu:t!Jad legal y constitucion.11 que l
!.!::!? n_1!i::ro.�ri:s. �asj. ey or medio Je las cuales podía pas_ar
1•
Inglaterra fue la primera en alcanzar en el siglo XVJJ, lama:¡
propiedad vmcu ?� ' P ta al hiio mayor y por custodia,
yorfa de fas formas Je igualdad --o mejor dicho, la mayo:_¡ In propiedad forn1l1ar_mtad / ba obviamente un gran
ria de los mecanismos para lograr la igualdad- amenazan I sin que pudiera ser aliena a, reelve a . medio posible de

en opinión de los conse1vaclores las libertades tanto dél;! · l familia como mejor d J
tesp�to. ror a . l dis ersión y fragmentación e a
individuo como del grupo, libertades que son insepara- !
proteccion frente a a d p ·dad era invariablemente
bles de la construcción de la diversidad, variedad y dife'. :
propiedad, cuyo Ct:ntr_? t�!:�;bre el cual los conserva­
renciación de oportunidades que tan a menudo constitu- !
la tierra. No hay mln gul lib ales y socialistas tan tenaz­
yen el blanco del igu:tlado1: l
dores hayan atucac o ª
1 os t er s legales que debilitan el
· el I as amenaza '
«Aquellos que in'tcntan nivelar, nunca igualan», escri- '
mente com� �n ce ' . d d a través de los impuestos
bió Burke en una nora famosa. De inmediato reconoce la control familiar de 1a propre a di ib .,
al . . forma de re rstrr uaon. d 1
importancia de los canales tanto verticales como horizon­
. o de cu qwer otrn . d 1 rotecciones antiguas e
tales del movimiento individual en una sociedad creativa y
; El argumento e! . colltr� h
� :: )as ventajas injustas que
productiva. «Desdichado el país que rechazara loca e im­
11 0

privilegio de farni ª ':? obre otro por razón de dcsi-


pianiente el servicio de los talentos y las virtudes» de la , tendría un grupo de �lIJO� so b r o contestan los con-
gente común. Debe haber formas para que los individuos gualdad en la herencia. Sin eml ªv!n;aja desigual que tie­
de posición inferior asciendan a una superior. Pero dicho
scrvadores, n'? protestamood�h�j;s en virtud de la t_ransmi­
ascenso no ha de ser demasiado fácil. «Sí él mérito excep­
ne un de1;_e?111dado gr3Jades de vigor e inteligencia; ¿p�r
cional es la más rara de todas las cosas raras, debería pasar
sión genenca e cua I testar or la herericia de cuali­
a través de algún tipo de gradación.»
qué entonces debcm?s pro p den haber requerido

En Coningsby Disrael¡ escribió a sus congéneres judíos dades cultural-materiales -q�e pue_, i y , que forman
. , })ara su 1ormacmn- ·
que la igualdad sería particularmente opresiva para ellos,
varias generaciones s otros consideramos como
dada su historia. «Su tendencia va hacia la religión, la pro­
parte igualm�nt_c deHlo ke no e�ta su�intamente el argu-
piedad y la aristocracia natural; y, d�bie1·a ser del interés familia y el linaje? aye pres ; . .. - · ·
mento conservador: i .
ele los hombres de Estado que esta tendencia de una gran

raza fuera estimulada y sus energías ·y poder creativo ase­


. · cer' ue la pertenencia a

gurados para la causa de la sociedad existente.» Disraeli Admitir esto es sencillamente reJº1-º e��nalidad individual,

una familia particular forma parte e a pf ' ilias como por in d i -


indica que sólo cuando se deniega a los judíos los privile­
d d , · t grada tanto por am el
gios de su ciudadanía, y la protección de su aristocracia que la socie a esta in _e., d la herencia de la civilización en

viduos, y que la transmts�on e ' t tan importante en la lucha


natural, su propiedad y su religión, se ven abocados algu­
<. .' -;
seno de la familia es un mstrumen lo es la herencia de atributos
nos de·ellos a un comportamiento aberrante}' radical.
del hombre por su progreso como . . . . . . .

Gran Pf1,rfe9,c=. la veneración conservadora por la fai��i­ físi cos positivos.

� estrib:í 'e11 la afinidad histórica entre familia '/ propie-


Además, dado el deseo probablemente inerradicable Je

·--.,
( .

---�-----------------------....::.."'·"Ril---------·---··

80 Robert Nisbet Conservadurlsmo 81

·. .

--=todoS:los=padr.es=p_or.:-lograr.:para::sus=hijos:tanto:bien:como=----= . �dosJos in-dividt1os:>>-=El=R>@r1JGho-¡::�n-=sun:m�@s=m-ás=a=�1-c:mo---=====-===--==-=-.:.·.:=-------�------�-------... --�

sea posible la simple transmisión de propiedad es menos ¡ do el destructor de las costumbres que su creador. · -. ·:

costosa para el conjunto de la sociedad que --en socíeda- ' La oposición conservadora --casi abrumadora d esd e su ·;:

des como las naciones comunistas en donde la herencia de comienzo mismo-- a la redistribu ción, a los .. derechos es- . · '.:

propiedad ha sido prohibida- la carrera de los padres pedales y a los programas de Acción Afirmativa, surge (Je :;

por colocar a sus hijos en los mejores empleos, sin impar- _, los efectos in e vitabl e m e nt e devastadores a largo plazo de

tar cuál sea el coste p ara el bien de la sociedad. T. S. Eliot !', éstos sobre la diversidad y variedad de la sociedad tan to

señaló que la c o mp e t e n c ia ahora tan. frecuente y, a menu- · � como, si no má s , sobre sus jerarquías. La j e rarquía, <le un

do nociva, de los padres para obtener _una plaza para sus ., tipo u otro, nunca será extirpada por el derecho. Como

hijos en las mejores escuelas y colegios, cualquiera que sea :; han mostrado los esfuerzos en este sentido de Iris socicda-

la pérdida tanto para el niño como para su programa de � . des socialistas, y en ningún lugar <le manera má s evidente

estudios, es el rabioso recurso que la gente adopta para li que en la Unión Soviética, la erradicación de fo jerarquía ha

p o d er compensar la pérdida de estratos de posición más ,; sido muy ineficaz, si no nula; sólo se ha producido un cnm-

antig uo s y reconocidos en el orden social. ·l bio impresionante en las bases del poder y la riqueza de
••

- · Pero Carlyle lo había dicho antes por los conservado- clase. Pero lo qu e , evidentemente, sí se e rr adi ca es la diver- ·

res. Sea o no reconocido, un hombre tiene' su��.rÍQ.�, � sidad cultural, social, psicológica y socioecológica de un

.l!PJ!_jerarguía regulada yrueñd:illa .dé.. éi';7xten�idos · ?e :


! . pueblo. c u a n do se aplica una vcrdaera red i s t r ibu c i ó n . Jou­

m an era ascendente, grado sobre grado hasta el cielo mis- r.


:t venel ha escrito acerca de esto en su Etics of Redistribution:

mo y' Dios el Creador, quien hizo Su mundo no para la


1
1

anarquía sino para la ley y el orden. Antes de que el 'dine- . Yo poc l r ía v cr sin pena, por una vei, la desapari ci ón de mu­

ro --en efectivo-- se convirtiera en «el único nexo uni- ll · chas de las actividades que sirven ulos ricos, pero segu r amente

versal de hombre a hombre» -proseguía Carlyle- las ninguno podría aceptar gustosamente la desaparición de roelas

clases inferiores tenían a quienes poder admirar de forma las actividades que encuentran. su mercado en las clases que go-

más
O
menos natural. «Con el triunfo supremo del Dine- zan de más de 500 libras de ingreso neto. Cesaría la producción
de todos los bienes de primera c a li d a d . ·
ro se inició una nueva época; debiera aparecer un a nueva

a r i s t ocr acia». Carlyle no defendía la restauración de la


¿Y las consecuencias posteriores?
aristocracia semifeudal del siglo xvrrr en Inglaterra sino

má s bien la de un a a r i s t oc racia del p e n sam i e nt o y el espí­


En prim e r lugar, la priva c ió n personal para los injividuos con
r itu . Pero su perspectiva del nuevo mund o que lo rodea­
' gustos originales; en segundo Jug a r , la pér d ida para la sociedad
ba era pu ro conservadurismo burkeano. del esfuerzo especial que haría esta gente pura satisfacer sus ne-
_____ .. .Losconservadores.reconocicron ..pronto.las potcnciali- =-cesidudes especinlcs;-en-tercer-lug,1r,la-pérc.lid:1-p:1rn-la sociedad-- - ---- -- --- ·-- - ----- -- ------,--

. da<les,_ riiyeladori:is e igualitarias delDerechn.rlerecho.for-; __ .,_dcJa ..variedad.de.formas-que-rnsultan-dc!..los-csfuerzos-Gon-éxito - - - · ·

mal y estatutario. Como escribió Halévy: «De todas las le­ .'.! para satisfacer deseos e s p e cia le s ; en cuarto. la p érd id a para la .so-

yes se puede decir que en esencia son igualitarias e indivi­ -; cie<lad de estas a cti v id a d e s sustentadas por medios minoritarios.
· , .

'dualistas en .cuanto que tienden a considerar a todos los

individuos como iguales y a igualar las condiciones de to- De todos los conservadores que esc ribier o n d ur a nte los
82 u
¡.,

Hobc·ri Nisbct ¡ : Conservadurismo 83


,·.
_dos siglos pasados acerca de la «nivelación» « .
·: · Es int e r e s n e sa b e
a t r qu e e stas palabras fu ron e e s ritas
c

d_ad de la masa», y la «esterilizació d .. ' hom?gener­

·cmh> en la sociedad democdtica n � rangos y nivel so­ , '. p o r su aut


· or en u n a crítica m o rd az directa a Joh n D. Roe­

pcrado todavía a 1ocquevill� en m � d e in a , ninguno ha su­


;. k fell r, p ro no p
e e e o r el papel que d s mp ñó R e e e o ckefeller

cia en Amé .. . 'l , este tema. En la democra- :· e n la d eno mi n ada masac re de Ludl o w, en C o lorado, cuan-
rrca e aparento una indife . li .
de hecho nunca sostuve erencm O 1mp1ca gue, d o l
o s t abaja r d o re s d e la propi ed ad mine a' de Ro kcfelle
r c r

:.: . ' ' ·· ·' ' personaln S S,


(R_ecuerdos), la memoria qu 'ibió lente. us o11venirs fu er o n as e sina d os p o r su n gativa a dispersarse
e c ua n d o Jo
, · , e escri 10 acerca de , . · ·

o denó la poli ía; d


r c e n inguna manera por est o . La afirma-
�,1c1'?n en fo Revo lu c ión de 1848 P. . ' . . su_ JMt tlct:,
uparta a esa clase de í ualdad e
n ,111s, evidencia s u nn- ·.. . c i ó rr d e More de qu e la p ro pie d ad es más imp o rtante que

m i en to d e la gente e/: la co qued «fd1enctra e n �1. pensa- la vi d a fu e p ro vocada p or l o que él co n si der ó u na defensa
11
, rma e eseos en vr 1
hipócrita, ins gur e a e ind ec isa d e Rockefell er d e sus ac i c o ­
eg o1s a t s qu e si e mbran la s e milla Je . 1 . , e lasos y

A v ce e s resulta cómico en . ie�o �1c10nes f�t�ras». n s para pr


e ote ge r la p ro pi dae d p iva
r d a.

al aut o r tratar una y otra v La democr:1ci,1 "' A menea ver «Es el d sp ecio d e r e la propie d ad», escribió Burke en
' z co
e la me1o d n· · ,
a í ?ecirlo, la igualda
s d y lue�o, des u é s 1spoJ1c1�n, p�r d una carta de 1793, <<y la c on s cución de ci rtas supu stas
e e e

,. v en tajas d l Esta e do en c on tra d e su prin ipio (que di ho c c


na no, c ae r e n el sentimiento -� 1· e �n._e ogro run­

do que pend e sobre es V . �e ner, c_e pesnrusmn y míe- s a


e de paso e xis te sól o para su conservación) lo qu e h a

que debió hab r sido e �ucb1f:��· espec1almer:ite la parte II, traíd o t od os los ot os m r ale s que han arruina do a Fran ia c y
co n el título de !gualda� L 1 a co m o un_ libro s e parado pu sto a to e d a Eu opa r en pelig o inminentr e. »

en encontr r plasm't(la e.111ios a ectorilles n ti e o en n dificultad I n sistent m nt e e e e n sus Refleaions y en c asi t o d s las
a

. · . ' qu v e -1 rnen d oc e

1osa ysmu o smnent e , p ro en cual . '. e u o -ampu-


part s d e e su o bra e n qu e esc ibe acerca
r d e la R v e o lu ióc n

la te o l o gía s e c u lar que est� detrás d�l� cbasl�: c o n fu


!. e rza­
f an
r ce sa y la crisis e u ro p a proe d ucida po r la Rev o lución

de Orwell. ' e e -1011 eu a granja Bu k r e hac e d el as al t o ja co bin o a la propi da e d privada, a

t avés
r de su sup re sió n , na cion al ización o est icta r re gula­

ción, un d li o e t e quiparable a c ualquier ot ro qu e s


e c om ­ e

Propiedad y_!)!_dq__ ta c o ntra la C istian r d a d , o la m on a quía y 1a a is


r r to c acia.
r

Nada p ro p or cio n a u n a ilust a ión r c mejo r d el el m nt e e o

r e alista-m di val e e en el p nsamiento conservad


e or qu e la
«P ra e a l h o i:nbr e ·civilizado», escribióPaul EL M .
d f e en sa d e Burk e d e la propi dad eorporatiua y la propie- .
e
e n 1 9 1 5 , «los derechos de oro . d· d , . n er ore
qu e el de recho . 1 id 1 pi a s e on ma s impo rt an est d a d bajo e l Anden régime: propi ed ad c o nserva d a, t a n t o ·
. a a v 1 a». Después d e t d . ,
M d e h ec ho co m o p or tradició n histórica, por las gra n d e s
-�re, 1�. yid!l e s . .
a lgo primitivo· es d
, �2murna o o

1!!.1.?!1...���as
base biológica d l al . ' • . . . ,..C:C: qÜe]a fun d aci o n s semipúblicas,
e e clesiásticas y c ivil s, inclui
e do s
.. . .. ·-·�. . . .. . � s v or s que esumamo o -�·-�=- e

d los monast er ios las univ, er si d ades y las institu i c o n s e de ca­


!m,. «<;asi tod o _Jo_ qu e la hace rn ñ . � c -��-�:!_'.'._��a­
tros que par a l
a bestfo -se -aso- ���.eortante para _ngso­ rida d . E n nombr e de l o s d rechos natu al s
e r e de l indivi d ua­
·:) :i
!=6ñ'la p1uñie ad d d···- ·1-::v<?!ª c n
d uestros poses1.9�s. o n lismo, l o s gob er n nt s jac
a e o bin o s de clara on r n o e xist nt e e

-- .,.....=--· , es � e mtm nto que con 1 1 . · . e

-,
1--,
a s ocstras hasta los . d · · -: - .-- ·- P nt1n19,5 �911 la p ro pi dad e c o p r or ativa en tanto que bajo la t oría del e

.: .· .',> . · - - - . , ... .... -- . .. . prn uct s mas reftna os de la · .- o d

d r cho natural sól los indivi uos podían t n l títul


·. . . ·
n_��!�)f':.1 1.��áhá.>> -��1a��-- · ' .. ... .
e e o d e er e o

a dec uad o d e p ro pi e dad . E n e sto Burke llega al sa casm r o .

.· • ' · '. • •

.v ')

. .. . . . . . . . . . -- . . . . ----�--,.,....,..,,..........""""",.,_.:_ _
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1

.. . . ¡;¡¡. l i ll • ...

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84
Roben Nisbct �. Conscrvadurismo " 85
.�t

_ C u a n d o _ EnrLque. VIII exps,rnLa los monasterios __Ror lo __ :la-_Rropie_dad comen.zó ,1.e1:osion��«:!-�-<:;_l__f!2._CZ�t'.C:>�_:a :�ult� ...:_::_____ _ := .:=-=
z: ::.--.::: . ==....::: .. =====-==· .

-- merios·acuá.ío"'al recurso aehacer que una comisión en- -- . plicarse los derechos i n d i vi d u a l e s a la herencia fam1h�r. · · ··

centrara, o fingiera encontrar, ciertas divergencias en el ; Toda la esencia de la perspectiva cons ervadora de la -�
1

gobierno monástico. Pero él o


n sa bía y no podía saber ; propiedad, y del fuerte componen�e romano-feudal de la ::.

que: : misma, puede, por supu e st o , apreciarse e n las costumbr�s -'"

,
, y leyes de_primogenit�!-1:"ª l vin�ulaci�n: Ambas fuer?n di- :-':-·
un instrumento eficaz del despotismo se iba a encontrar en ese
; señadas para proteger clcaró�ter}amilwr d e l � pr�p1�dad, 'io

gran depósito de explosivos, los derechos del hombre ... Si el des­


, para salvarla de que se convierta en _la l?�ses1on _111;1erta,
tino lo hubiera reservado para nuestra época, cuatro términos
.i¡ posiblemente tra n sitor i a, ele m� _solo md1v1�uo. C:as1_ odo
t
técnicos le habrían dado la solución y salvado de todo problema;
l el derecho medieval de la familia y e l matrrmoruo, inclu-
todo lo que necesitaba era esta breve fórmula de encantamiento:
f yendo el riguroso énfasis sobre la cas�ida? de la mujer y �a
Filosofía, Luz, Liberalidad y Derechos del hombre.
· terrible penalización que podía ser ejercida por adulterio

Hay en la t eoría conse rvadora de la propiedad privada ,_



.!
: de la esposa, surge de un a reverencia casi �bsoluta ·a la
un fuerte car ácter romano. La propiedad es algo más que t propiedad, a la l e gítim a herencia de la propted.ad. ?,n lo
un a péndice e xterno del hombre, un mero s irviente inani-
I que se refiere al ini ci o de la modemida? en la )1,1stona º:·
. m ado de la neces idad h u m a na. Es, sobre todas las cosas cidental, la abolición de las leyes de la v i n c ul a c i ó n y la pn­

en la civilización, la co ndición misma de la humanidad del mogenitura, tienen tanta incid en cia como cualquier otr a

hombre, de su s uperioridad sobre el mundo na tural ente­ causa pa r ticu l a r en la Gran Transformación.. . . .
I

ro . Nunca; h a s t a que un ser humano, continúa el argumen­ Tocqueville e staba tan p ro fu n dam en t e 1�1pres1_on??º
to romano, en algún momento del pasado remoto tomó por el papel cru c ial que des e mp e ña la molécula familia-

un pedazo de ti erra para sí mismo y declaro «Esto es mío» , propiedad en la hist o ria que c o ncib i ó que la vercl�dera Re­

fue posible imponer la soberanía del hombre sobre la tie­ volución a mericana fue no los sucesos comprend1dos e ñTa.

rra y todo lo que est aba sobre ell a , y por lo tanto conver­
guerra revoluc�����-s.�mrn. . .Grnf! .. P.r�-t�!��·--�-1-�?..!9.s pr�-.
t id a en el primer paso del desarrollo de la civilización. En füñoos-cmñhlcis g�1� ��J,jci�ron casi inmediatamente des­

el derecho ro mano, especialmente e n as tablas y


l n el de­
e pués""tlc" fo-J���Ú-�l�1ció11 e n las nue vas legislatu_ras. e �?s.
d

r echo <le la República, fo raíz y el significado esencial de la fafoclos-i�éspecto u la n aturaleza de la propiedad. _Sm

familia es la propiedad, en particular la propiedad inmue­ e�cep�ió;;, los Estados en los que la primoge_nin_1ra y l a
ble; so bre todo la tierra, pero también toda propiedad que vincula ción, elementos ele la h er e ncia c o l o nial inglesa,

esté en Ja_ posesión h:reditar.ia de la patria potestas, la ley existían todavía cuando n aci ó . la nueva r e púb l ica, actua-

de la familia. La propiedad no podía nunca alienarse de la ·, ron velozment e para abol i r estas tradic iones an t i guas.

línea familiar salvo co mo co .risccuencia, determinada por , ¡, Tocqueville pe nsó que la desap?!·ición el e la_pJimogenitu- .... _
- - - - -- -- el Se.nado;de algún delito grave e 1:1npreséí-i2tibJe. Duran- . . - r� -YR�culación, reer�}Jilitzada�2or la «división g_uül d�----··--�
i . .

. " :· .

_t� to cia la Repú511ca cualq�ier derecho individual a la pro­ : la propiedad», sólo podía tener un rcs_ul�ado: «Qu�?ª
p iedad no era t anto repudiado cuanto sencillamente des­ '· · destruida la relación ínti m a e ntre lo s sentrmientos familia-

i c<!nocido y 1:or lo tanto inimaginable. Fue con el Imperio ir res y la co nservación de la propiedad paternal; la propie-
que c omenzo con los césares ando el control familiar de
cu
·� dad cesa de representar a la familia .. » De esta disolución,
1
1',7

86 Roben Nisbet Conservadurismo

rec�m.endación es la misma cuando se aborda el p_osib!�


de esta destrucción de la molécula familia-propiedad
apel del gobierno en tiempo de hambruna o de otras c
vino, según Tocqueville, gran parte del egoisme e indiui­

dualismo que él creyó percibir en el panorama norteame­ �is en la vida del pueblo.

ricano. «Donde el orgullo familiar deja de actuar, el egoís­


a nuestras necesidades no está al alcanEce ddel gobier­
mo individual entra en escena. Cuando la idea de la farni­ Proveer
., d l h bres de zstac o pensar

liu se vuelve vaga, indeterminada e incierta, el hombre no. Sería una vanatr�rn:�blo �º���ene a ellos, no ellos al

piensa en su conveniencia presente; se encarga del estable­ quebplueten_,1;�cr;Íer ckl gobierno evitar �u�hos 1�1.,lcs, per�)
cimiento de su inmediata generación sucesora y .nada i.·;
puc o. stah P d . . en esto o qutza en ninguna olla
poco puede_ acer _e .posmvo •
más.» Como es tan frecuente en L, democracia en Améri-
cosa (la cursiva es mía).
ca de Tocqueville, no es canto Estados Unidos en lo que él

está pensando realmente al exponer sus ideas, cuanto en Pero lo ue se pregunta Burke es «¿qué hacer s� el va-:

sus compañeros franceses; sin embargo, el punto esencial lor del sala¡io del trabajador está lejos de lo necesario paJa

es el mismo.
su subsistencia y la calamidad de la �pdca eh;:b��:?:
Podemos añadir que Tocqueville se revela como un ob­ como para an1enazar con una ver a era
servador de primera en sus Recuerdos, memoria de sus ex­ Burke se mantiene rigurosament� consecuente.
periencias en la legislatura francesa durante la revolución · \

de 1848. Votó regularmente con la clase propietaria como \ . . . - - s· pre,que un hombre no


En ese caso rru opunon es esta. iem gl d • -
legislador; adoptó totalmente el laissez-faire, y vio las «le­ . - d de acuerdo con las re as e comer
puede exigir na a que_ va�a. d f era de ese terreno y entra
yes de comercio» como «las leyes de Dios»; tomó a Nas-
cio y los principios del1ust�c1a,. quedia En
u esa esfera de acción el
sau Senior como su economista modelo y no a su amigo I
' ¡ · - sdi1��íón de a m1sencor a. .

John Stuart Mili; despreciaba al pueblo «débil» que pen- i


;;a¡�;1t;�do tiene nada que hace:'dsu intpe;��:cg:�i�� �?�::��
suba que el gobierno podía mitigar la desdicha causada . - d l opiedad cuyo comen o es .
lac1on e a pr l . obres es directa y obligatoria para to­
por Ía Providencia; criticó mordazmente a Larnartine, jefe duda, la caridad con _os p d l o ele deudas tan com­

de gobierno, por no dispersar con las fuerzas armadas a dos los Cristi:inéJs, casi en el ordel e Plfnitnmentc :n�s placen-
plcta C0!110 rigun)Sa, y por natura eza ID • .
las multitudes <le desempleados que rodeaban el edificio
rera para nosotros... , , _ . . .
legislativo; y, finulrnente, fue un gran admirador de Ed­
· · B. k una obligación <le
mund Burke.
La caridad es entonces, para ur mili el bl b -
Bien pudo serlo puesto, que Burlce también fue un
ia Iglesia, como también �o es de la fam a, pue o o a
aposto] del laissez-faire. La parte final <le Reflections 011 tbe
rrio, pero nunca del gobierno.
Reuolution in Franco aborda casi exclusivamente los males
. d d blos a pesar de ser <le-
producidos por la filosofía jacobina de gobierno, que de­
El lamento de la gente en ciu a es y pu� d • bi . . , ) el
cretaba el empleo de esquema tras esquema para el uso di­ ( el temor a su mulutu y com inacion •
d
safortuna amente por d b r de hecho el menos atendido
recto del poder gubernamental y los ingresos en los asun­
que más se tiene en cuenta, e c��dadanos.estlin en un Estado de
tos económicos, sociales y morales del pueblo. En sus
acerca de este te)ma; pdorlque }o�OS por los que serán alimentados,
Tbougbts rin4 Details 011 Scarcity, en el que ya hemos visto ignorancia abso uta e os me .t . • - •

. d· a su propia manurencton- .
una estl'ittá filosofía de localismo y descentralización, la y conmbuycn poco o na a... ¡ . . ·

...

.• 1 : ,, ..
...

88 Robert Nisbet Conservadurismo · 89

· Por más que lo intentemos,_ encontramgs_p.ocq_ =O - · .lo.que s� ccinocerfa-como .. la-<�lov1m--lnglat�Ha»,=.t11J=fl:10.1.d.:..-=..-==-======.::=--=.::::=-........::==.=:==-=-=-=-·-· .--=:':

==-=:.:=:.:=·-naaa=aparte-ae-omi mafiosa mamobra dctica partidaria, . . mien'to mu1oritario que intentó anular h1 i n fl u e n c i a ele los :· }:

para contrapesar la posición de Burke cuando acudimos a utílítaristas y de lo s propi eta r ios d e fábr icas e n Ing a e ra. l t r < ·
D sraeli. Q
i ue qu i sie r , y
a o btuvi era finalme n te, un grupo Robert Blake e sc rib e en su hi sto ri a del Pa t r ido C o nserva- ..

m siv a o d e votan tes para el Partido C o nservador, no dice do : «Es


r ta p os ibilidad at rajo par i t c u lar men te · a· i d ealis as, t ;,

na da e n s í mi m s o a e
c rca dé s u fil os ofí a so b e la
r ca ridad y :· románti cos , escapistas y a t o d os lo s que r etr oced í n a una
a 1

el bienest a r social. Es aba much t o m á s int e re ado en us r


s a ' dorada ·época pr e indus ria t l :n gran m�dida imaginaria» "�·

su b se el c or a e t al pa ra el fortalecimiento d e la corona, de la � La Jov n Ingl terr e a a n o dur o mu c h o uernpo, In cl us o su

arist o c ra ci a Y d e l
a iglesi , que en.cualquier mejoría direc-
a } fund ad o , Manners, c am b i ó d ás ic m
r r t a e nte d e m a n e ra d e

t a del ni vel de vid a de l s in o di gentes y de los q u e sufren. '.� pens r. Su p i


a r m e a r r e co menda ción para Manchester fue

Ob uv t o l
a b ase d e masas para s u p rtido a e n 1867, y c uan- ¡ que adoptara la f orm a d e vid a m o ná st i c a. Per o lleg ó a v e , r

d o , d e sp u é s d e c o n ve r i
t rse en Pri m e r Ministro, introdujo 1 despué s de u n a v i ita a Lancashire, que e
s l víncu o d l e pr o -

las l y e es d e ref o rm a en 1874, ést as a p na e s con tenían ele- � pied d a e n l a s fábri cas d e hil d a os n o e r a má s q ue una nue-

men to s d e mejo a r del biene tar popular, En'su m yoría


s a s e · va y p ro m et ed o ra f o r
ma de feudali smo . «Nun a hub c o un

r efe ían r a m edid s sani a iaa t r s y, c on la ironí a pr o pi a d e Dis- . sis ema f udal t n
t e a co mplet o », escr ibió, « co m o el d e las fá-

raeli, s u c o ment ar i o b ur les co s ob e r s us l yes e d e r eform a ;{ bricas¡ alma y cue p r o e st án o pueden e s a


t r a a d sp
l i o si ic ó n

fue: Sanitns sanitatum: omnia san itas. Más allá d e las medí- ,: de. un h om b re , y a mi par ece r es o n o es d e ningún mo d o

das sa n itarias, la s leyes s e oc uparo n de una· ast ut a· redivi- { un m l estado de la


a soc iedad.» T mp a oc o e ra un ma l cami-

. sión dedistritos electorales y de los co ntra tos e nt r e parro- �¡ no para t�rminnr co n la «Jovc1: _lngla�erra», _aú:nque t�1vb

· nes y empleados. ·· · · · · · · · · algo semejante a una resurrecc1on al ftnal del sigl o , en un

El últim o Y m jo e r bi grafo
ó d e Disraeli, R o bert Blake, � pequeñ o g rup o d e p o lít ico s tory d r gid i i os p o r Randolph

escribe: «C o mo todos los p o líti co s de su épo a, Disraeli c R Churchill, pa_dre d<=: Win t s o n, a_l s q�1e o l a v nída_d de 'un
a

tuvo que ad aptar sus v ela s a los vien os "libe ales" t r [. .. ] f «Cuar o P rtid
t a o » d i
o un p e qu e no es imu t lo a s u v ida. B a­ l

Much o s di ri g e n te s co nserv ado r es s ntían


e p re d ile cc ión l kc es d
l a una sepul ura d t ec ent e : «Ni la J o ven Ing a l te rra ni

po r la nor m a disraeliana, per o g e n e r lm


a e n e habían segui-
t J e Cuart
l o Partid o l o grar on nada s ignifi c ativ o , p r e o s u me­
· ;;;.

do a Peel e n la pr á ctic a, y a í s lo hiz o Disraeli,» Blake con- i moría atraerá siempre a aqu e l lo s r o mánt c i os incurables

t in ú a : «Q u iz á fue des af o r una


t do o imprudente al os ure- c J par a qui ne e s la v da p i o líti ca es a g l o má s que una profesi ón

c e r cualquier "fil oso fía" t o ry [. .. ] Po que di r o a sus enerni- t: aburrida.» · · . ·

g s o la oportunidad de señalar qu e h z i o muy poco para [· N o a v anzam os nada en n ues ra bú queda de una
t s v ena

llev ar l
a a la prá ct i a c cu and o es tuv o n
e e l p o de ... »r . · /ory sobre el bien s ar social cuand e t o r currim
e o s a J o hn _

E l o rig en d e la c re n ia
e c a ún e xi st e n te de que Disraeli _ . Henry Newman. Lo{micQ _g11_<:: pJ.lb]kó__ acerca deJa_políti=---·-: ----·· -----·--------·- --,-�- ·--·-- -
- -------··-----····-----:·-=-- _.

·-era -encl fondourr'soeiülista tcffy'"parece origínarse en s u ' , ·ca púb i l ca fue \\7ho's To Blame en 1855. A_J.;>_o_rg�haJa_ci;· - �-· _ _ ... __ .... __ __ . . ·- - . -- - . - ---- . - · ·

---asod ción,b a re v y e co m:: sc a so interés, aurante los añosde sis en Inglaterra c au ada ps o r lo s de a tr s s es de Crimea. Hay

1840 con l or d Man ners y G eo rg e Smythe, d os jóvenes to- 6. algunas observaciones m o rda ce s sob e la na ura r t l suscepti-

ries r e ién salid


c os de Et o n y Carnbridge, a n sioso s d e reco- ·: bi idadl de un pu b e lo pa a r at rrar
e se en mo men os · de t

nocimien to en la C mara dá e los C o mun s, y que fr�daron


e f emergen ci a qu e e n s u p as ad o rec i n
e te habla s abid o m u-
·¡
90

Rohcrr Nisbc1 Conservadurismo 9)

cho de «par�icipación» en el gobierno pero no lo bastante


' entre otros, que declaró en uno de los primeros discur�os
de su autoridad protectora. En lo esencial, la excelente
de su campaña para la reelección: «No puede haber nm­
º.�ra .de Newman es una vigorosa defensa de la constitu.
guna duda de que el socialismo está íntim:1?'1ente entrela­
cron mglesa, defensa que tiene mucho de la filosofía de
zado con el totalitarismo y con la adoración abyecta .del
J�u�·ke, al que Ncwman,. igual que Disraeli, reverenciaba.
Estado.» A Jo que agregó su convicción de que un go�ter­
l ero de hecho, se necesua esforzarse para encontrar una·
;10 socialista en Gran Bretaña rápidamente, invocaría a
sugerencia de política gubernamental en asuntos de bie­
una policía secreta «del tipo �e la Gestapo». Ese era �I au­
n�star social que difiera de la de Burke. Newman téníá'la::
. .

téntico Churchill, el Churchill burkeano, � �hurchill ?e


·
.
misma ve�eraci?1� p�r la propiedad y la aristcicracia que
una devoción sin límite a la propiedad territorial, a la aris-
Burke Y D1sraeli. f�ma pocos deseos de refonna, y citaba
tocracia, a la monarquía y al imperio. .
la pregunta de Wellmgton en su oposición a la Ley de Re­
Nada de lo que he escrito acerca del con�ervadunsmo Y j··.
forma de f�32: «¿Cómo puede asumirse el gobierno del
Rey?» ; · la· propiedad -y acerca del bienestar social- pr<:tende

implicar que los conservadores s�, en con��c�e�cia, �-e­


. Bismarck es a menudo adamado como el verdadero I

cesariamente indiferentes en relación a la difícil srtuacion


«padre del Estado mo.dcrn? de bienestar social», pero
· de los indigentes y de los miserables. Su argumento puede
como en el caso e.le D1sr:1_eli, es escasa la evidencia que
formularse fácilmente: Hay grupos; empezando por la f�­
puede aportarse. Promov,o las leyes de seguro de desem­
1 rnilia e incluyendo el barrio y la igle�i_a, qu� están consti­
pleo y �nferme�ad solamente para frustrar y debilitar a los
tuidos adecuadamente para prestar asistencia, en la forma
)' 1:ermc1osos S<;>cialistas que dirigía Bebel, en lo que tuvo
de ayuda mutua, y no en la forma de caridad de_ altos vue­
exito. P�ro Btsmarck, qumtaesencia del ]zm/..�er prusiano,
los de una burocracia. Tales grupos son orgam�m�s. me­
se ocupo tan poco de sus reformas que no hay mención al­
diadores por naturaleza; están más próxi�os al m<li".1<luo
guna de ellas en sus copiosas memorias. Esas reformas tie­
y con su propia fuerza colectiva se con'?erten en al!ados
n�11 tanta relación con la filosofía de Bismarck como pu­
natureles del mismo. El propósito principal del gobierno
diera tener la travesura de Churchill en sus convicciones
es velar por que se fortalezcan estos grupos, �n tanto que
d� toda la vida, cuando en 1909 se salió del partido y apo­
son los más adecuados para abordar la may�na de los pro­
yo e� presupuest.o casi 1:�volucionario de Lloyd George.
blemas en las· vidas de los individuos, en virtud de siglos
En. �909 Chur:hill se urno realmente en apoyo de la rnuti­
de desarrollo histórico: Pero pasar �or �t<;> a estos grupos
l a c í ó n de J� Camar.a de los Lores, incluso en apoyo de al­
otorgando la ayuda de bienestar social directamente a cla­
guna� medidas entonces moderadas contra ésta. Pero cua­
ses designadas de individuos es a la_ ve�, a.rgrn�enta el �on­
lesqmer? que hayan sido entonces sus motivos, no era uno
servadurisrno, una invitación a la discr�macton.y a la me­
de ellos .un_ cambio substancial y duradero en su muy con­
ficacia, y una manera inexorable de erosionar la Importan- .
servadora 1d7ología de gobierno. De alguna manera logró
cia de estos grupos. Desuso y atrofia s�? pala�ras que de
tolerar a Stalm y la Unión Soviética --o más bien ser tole­
hecho se ajustan muy bien a la evoluc10.? so.�1al. Lamen­
rado por ellos- durante 1a Segunda Guerra Mundial.
nais lo expresó perfectamente: La centraliz�c10n crefl apo­
. . . Per? fue apenas.terminada la guerra, así como st1 camara­
::.·:·· . . plejía en el centro y anemia en las �xtrermda�es. Esta, Y
dería qµrarite la misma. con los socialistas Attlee y Bevin,
•.

más especialmente en asuntos de bienestar social, ha sido


. l

{.

...

92 Roben Nisbet ¡ · Conservadurismo 93


; .

históricamente la posición conservadora y, mutatis mutan- .. ! pcrtinc1itc estaba- en manos dc_.lqs_úl.tí.mos_._ELin.terés.mrn_1cti1i:io==-====·::::�==--=-'::======:===-=--===:::::::.

-==--==-a'ts-=lo-sig1:1e-s1enao-.---· -----'-· --�----- . =esrf por sí:i natUt\UCZa, mas pÍ·esto para crnilquicr empresa; y Sil ' .}

poseedor está más dispuesto a ni1evas empresas de cualquier %


«Las relaciones de grupos de hombres con la propie­
tipo ... Por lo tanto, es el tipo de riqueza a la que recurrirá cual- ·}
dad de la tierra», escribió Namier, «forman.el contenido
quiera que desee un cambio. ·i,

básico de la historia política.» Incluso cuando se trate de

tierra, es más probable que sea la propiedad dura, propie­ . Tocquevillc compartía completamente la aversion de

dad en las formas tangibles, visibles, esencialmente cosas Burke hacia la propiedad monetaria, fluiJa y móvil; pero

no ocultas, comenzando con el suelo mismo, más que con en vez de vituperarla directamente, la definió para su

los tipos «blandos» de propiedad que están contenidas en identificación como una de las «principales causas de esa

recibos, bonos, pagarés y crédito. En los escritos conser­ inestabilidad que siempre debe esperar en sus aspiracio- ··

vadores durante el siglo XIX a ambos lados del Atlántico, ncs la clase media». Tocqueville pensó que en Estados ·
se le da un fuerte molde feudal a la propiedad y a la rcla- · Unidos era poco probable que no se formara una verda­

ción entre ésta y la comunidad humana. En un prefacio dera clase terrateniente, porque la «fiebre de especula­

general a sus novelas, escribió Disraeli en 1870: «El siste­ ción» se va a encontrar incluso en aquellos, ya sean ricos o

ma feudal puede haberse agotado, pero su principio fun­ no, que acuden a la tierra. En las democracias, la gente
damental --que la tenencia dé la propiedad debería percibe la tierra no como el fundamento de una forma de

orientarse al cumplimiento de un deber-s- es la esencia del vida, sino como una mercancía cuyo valor comercial sube
buen gobierno,» No del Estado como repartidor de bie- · y desciende. Tocqueville y la mayoría de los conservadores
nes, sino de la propia cohesión, de la cadena de la asocia­ J pensaron que históricamente la tierra se ha justificado a sí .

ción humana ·basada en la propiedad, es ele donde debe misma por su inseparabilidad corno forma de riqueza de

provenir la caridad yla ayuda mutua. Hasta ahora, una va­ un alto grndo de responsabilidad social y económica (no

!
riante más o menos democratizada de ese dogma es parte I obstante su renuncia en algunos casos). Es decir, la tierra,

de la esencia del conservadurismo en cualquier parte de la ·, como base económica de la sociedad, requería de un gran
sociedad occidental. .. .� número de servidores para cultivarla y mantenerla. De

En gran medida, esta perspectiva feudal de la interde­ este modo, los empleos se fundaban en la riqueza territo-
....¡

pendencia humana estaba y está basada sobre el tipo de . · rial, Pero esto estaba lejos de ser cierto en las formas blun­
propiedad dura ·que está anclada en la tierra. Burke lo sa­ das de riqueza, como las representadas en acciones y bille­
bía y esto explica su enojo, elocuentemente expresado, tes. En su Democracy and Liberty Lecky observó la desa­
: · .
por las acciones de los «intereses derivados del dinero» en fortunada transformación de la propiedad territorial en
···.
Francia. así como por las leyes y decretos en contra de la meros lugares de recreo para sus propietarios bajo el nue-
::n:ru.iii.. ::.1. d� y la propiedad de los [acobinos. Creyó \'O orden económico que se basaba en los negQ_!:ios yJas fí: -···---··------- ··-···
· · �,-· · - � ·.:.n. ·:in-.::-:.tlo. entre-las dos fuerzas, ;-íufizaS:. é&!tán más numerosos los lugares dd <."alll�!....><�le-:,;..__ �---

-:-dic1iclos Ü mero pla,::c:r "Í delil.."'Olk.."Ctáa..is de cualquier P.,11� -, " .


1

,e::,lad �e \os i»di:e �- de; k.s: d��cs dd1 propü�ui ·¡ ir · ·:;. f.: : · . :.. . ';'

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1. 1. t
. il 1ill· ?"'·�,' •
. J i ' ' . .

94
Roben Nisbc1 f Conservadurismo 95

la historia nort�americana. En d oeste, el ocupante ilegal


/¡' un camino mucho más amplio en la erosión del sentido de
Y �1 colono podían luchar en contra del gobierno y del es­
. '. la propiedad, concluyó Schumpeter, y cuando tenga lugar
pec�ado� financiero de manera tan determinada como el
¡ la transición al· socialismo, «la gente ni siquiera se dará
El que nun­
prop1e�ano de vastas praderas para el ganado.
J cuenta de ello». · .
ca �e·. diera e?, 1:stados Un!dos algo semejante a la pasión
¡! · Sin embargo, otro aspecto ele la filosofía conservadora
�u1 opea Y asianca por la tierra, por el suelo de cualquier
/ de la propiedad en la historia moderna se encuentra en las
tipo o dimensión es, sin embargo, un aspecto de la vida es­
:!' frecuentes críticas de los conservadores al capitalismo, al
tadot.Jm�ense q�e no debe ser pasado por alto. N� o!Ss,'"· ;,,inclústdalismo, al comercio y a la tecnología. Como ya he
tan�e lo mconsc1ente que pu e da haber sido la confianza en
subrayado con anterioridad, el conservadurismo es casi
l a . tierra y en formas similares de propiedad en el pcnsa­
tanto una respuesta al industrialismo como a la revolución
m1 e ¡u o . de aqu�llos que libraron sus batallas por ellas,
democrática de fines del siglo XVIII. Aún antes de que Bur­
hub o cierta sabiduría en la lucha. Es mucho más fácil
ke escribiera las Reflections había un cuerpo sustancial de
com<? sabían �urke y todos los demás conservadores, in�
opinión tradicionalista en Europa occidental que incluía
�ndu· un sentido del valor del orden en cada ciudadano e
las fábricas y las min a s en sus denuncias del modernismo,
impu..ls_ar_su sentido de los valores verd:1deros de libertad
refiriéndose a ellas a menudo como el «sistema inglés».
cuan�o _tiene una sensación definida de poseer «intereses
Poco o nada de esto puede encontrarse en Burke. Se pa­
econom1cos en la soc ie d ad». Y esos «intereses» nunca son
recía tanto a su estimado amigo Adam' Smirh, que habla­
tan_persuasivos en la conciencia cómo cuando se trata de
ba de las «leyes del comercio» como si fueran tan «eter­
la tierra, o, en s� defecto, de formas similares de propie­
nas » como cualquiera de las leyes naturales del hombre.
da d. Desde e_l anstocrara terrateniente y el campesino en
Burke, tan perceptivo en la mayoría d� las cosas, era por
1a Ed�d Med1�, h ast a el propietario y el dueño de un piso
completo inconsciente de la aguda ironía que subyacía
e1: nues_tros ?las, pocas veces se ha modificado el princi­
tras su sentimental referencia al «dere&o de tenencia de
pio del interés de la sociedad.
un jardín de coles» en las Reflections, Y.'al tratamiento «ce­
Es en el sentido pleno de esta verdad, en el que el con­
remonioso» de este derecho por el Parlamento. Pero esta
se�a�or Joseph Schump e t er nos a<lvieite en Capitalism,
propiedad estaba siendo sistemáticamente destruida � tra­
Socialism, m�d De,:wcmcy, que la obra del socialismo y de
vés de docenas, incluso cientos de actas de cerramiento
la democracia social en gen e ral, resultan mhcho más Iáci­
dictadas en favor de los intereses de una nueva clase de
l�s debido a ciertas fue r za s erosivas qu e afectan a la pro­
antiguos terratenientes y ahora. nuevos ca¡>italistas indus-
pi e d a d, fuerzas qu e ya es t a ban muy avanzadas en fa socie­
triales. .
dad capitalista. «El proceso capitali s ta, sustituyendo por
Pero dejando de lado a Burke, la crítica del �a�italismo,
"". mero paque!e ele p art ic i paciones los muros y las má­
del nuevo orden económico en general, es dominante en
quinas de. una fabrica, arranca J? vida de la idea de propie­
los escritos conservadores del siglo XIX. Coleridge eviden­
_dad.>> La idea y la fe en la propiedad podrían volverse tan
ció su desconfianza hacia el «comercio» y hacia la identi­
tenues, concluyó Schumpeter, que moriría la voluntad de
ficación impersonal de los seres hwnanos mediante su es­
defen��li�x, con ello, la v o lu n tad de defender otras liber­
tatus de propietarios. Basó su argumento para la suprema­
tades irid1v1duales: Dejen que las fuerzas actuales recorran
cía de ciertos «intelectuales», en gran medida sobre los

...

' "' . .. , ... ,.. ' '

. � . '•, .¡ � •

¡[¡,\,�¡r,. f.¡
.
\ .:. 1 1 ,11 1 • • a , .

· �F· �tr1 ! · t�
'.,-,

...

·;,.· .

Roberr Nisbct Conservadurismo ·· 97


96

efectos «desgarradores, divisoriosy aniquiladores» del c�- _.g�. Éstribi.ó,:��Lª�vJda,_lll:b�1pa_.=traeJa-groximiclad-fís-i<=a==============�====: ·. . .·

__:=m-@rEio��la""inausffia�soure-el"h1stófkcl'vfücufo�sotili!:=]!n-· · · pero la -c11stancia social entre sus habitantes. En la vida ru-

sus Letters /rom England publicadas en 1807, Southey pa-· ral la gente está físicamente aparrada pero socialmente

rece un socialista de fines del siglo XIX por su denuncia de · unida.» A fines de siglo, toda u n a . escuela de sociología
:�
los males que trajo a Inglaterra el sistema de fábricas y de surgiría en lo esencial de esta penetrante observación. Y a
.

los pueblos y ciudades terriblemente congestionados re- lo largo del siglo, en las obras de Chateaubriand, Balzac,
. �!::.

sultantes de este sistema. Southey percibió directamente Flaubert, Brunetiére y Bourgct -profundamente conser-

en los nuevos pueblos, desviaciones y contagios sin prece- vadores- había un asalto continuo al individualismo, el

dentes en los barrios de la clase trabajadora. «Absoluta- secularisrno, la desorganización social, con las que el capi-

mente desprovistos de instrucción en los principios m á s talismo, tanto como la democracia popular, amenazaban

comunes de la religión y la moralidad, eran tan corruptos la vida de los seres humanos.

y licenciosos como seres humanos, como inevitablemente No mucho después de la década de 1820, y en gran par-

habrían de serlo bajo la influencia de tales circunstancias.» te a través del talento de Lamennais, c a t ó l i c o ultramonta-

Disraeli, casi en completo acuerdo con su respetado Cole- no, así como realista en sus comienzos, la atención ele la

ridge, expresó su desprecio hacia «una nación similar a Iglesia Católica Romana se fijó fatalmente en el fenómeno

una especie de hiladora con varios husos». Con mucha ra- del capitalismo. Por supuesto que habría obispos y carde-

z ó n , al final del' siglo, G. B. Shaw comentó que muchas nales amistosos con la vida industrial urbana, capaces de

críticas conservadoras del capitalismo eran más feroces verla como algo muy importante para el bienestar social

que las dé [os socialistas marxistas. La razón es evidente. de. millones de personas. Pero desde la década d e · 1820

Los marxistas almenos aceptaban fa estructura técnica hasta la época presente se ve un rasgo vívido de libera-

del capitalismo para el socialismo venidero. Para los con- ción, igualitarismo y socialismo o democracia social en el
servadores, en muchos casos ésa era la parte más odiosa mundo católico que hizo del capitalismo su enemigo, as-

de todas. . pirando a una sociedad «distributiva» más que capitalista,

En Francia, los conservadores, con Bonald a la cabeza, y que tuvo un efecto poderoso en Europa al generar fo de-

vieron el comercio, la industria y las grandes ciudades tan fensa sindical y cooperativa contra .el capitalismo indivi-

subversivas de la sociedad «constituida» como lo fueron . dualista. Es ilustrativo que incluso a comienzos de siglo,

las doctrinas jacobinas de los derechos naturales. En un Charles Maurras, cuyo conservadurismo alcanzó los lími-

interesante ensayo sobre los efectos comparativos en la fa- tes mismos de. la reacción, consideró al capitalismo y a sus ··,;·:

milia y el barrio de la vida rural y urbana, Bonald rechazó plutócratas tan culpables de la destrucción de la sociedad

esta última sobre la base de que incrementaba la distancia tradicional como los demócratas radicales y socialistas. · : ·

social entre los individuos, debilitaba los vínculos del roa- Pero no podemos cerrar _e§!..a secfión_sjn subrnyarnue-,., ---------···- ------- ---------------- -------------:·:-.:. ·

---;-,· --�-tdmonio�y�la-familia··y daba un-caráctermonetario a tocia - ·vaiñente-que, p1·esc111cfie�o de las variantes de las_aftitu- . . .. . . . . : . . : .-

----la-vida.qu�n0-estaba-presente·en-una-sociedad-ruraI-agrn-=--- --des conservac.foras hacia el capitalismo, o hacia cualquier

ria-terrateniente. En la sociedad tradicional, subrayó Bo- modo de economía más o menos concreto, la filosofía del

nald, la propia naturaleza del trabajo exige un fortaleci- conservadurismo ha sido inflexible acerca de la santidad .

· miento inconsciente de la familia y la cooperación entre la de la propiedad, En el corazón de todo verdadero conser-
98 Roben Nisbet Conservadurismo 99

vador hay, como escribe Russell Kirk adecuadamente, «el p or su p ues o es un


t J u g ar de d ef ens a. S in embar g o , tam­

convencimiento de que la propiedad y la libertad están li­ bién d eben emp enderse ope r cio
ra ne s ofen ivas.» s

gadas inseparablemente, y que la nivelación económica no El recuerdo y el sueño de la auténtica propiedad, la

es progreso económico. La propiedad se separa de l a p o ­ p ropiedad t erritorial sobre todo , y de la p opi dad
r e no

sesión privada y Ia libertad queda suprimida». Irving Bab­ .convertida en corporación vasta y amorfa, perm ne e fir­ a c

bitt fue aún más lejos: «Toda forma de justicia social... me en el p ensamiento conservador . Para los c onservado­

tiende a la confiscación, y la confiscación, cuando se prac� · res la idea de una corporación como la AT &T, a nt es de su

rica 'en gran escala, 'socava los niveles morales, y, .en n:¡áíf :'" { reciente despojo, can grande como muchos gobier n os so­

to a esto, sustituye la justicia verdadera por la ley de la as-· beranos d el m un do, con cientos de m iles de empl ados ·y e

tuda y la ley de la fuerza.» varios millones de accionis as, t p uede ser tan di fí cil de

Incluso en nuestra época, en los años decadentes del si­ aceptar como toda la burocracia federal. No es de extra­

glo y del milenio, cuando los principios liberales socialis­ ñar que m u c h os conservadores del oeste de Estados U n i­

tas del Estado de bienestar social se han convertido ya en dos consideren al noreste y sus cuarteles g neral
e es de

la sabiduría convencional de casi todos los ciudadanos, dentas de g r ndes cor


a p oraciones, como no gen u inam n­ e

cuando los «intereses man.etarios» y los «nuevos trafican­ te conservadores y rayando con lo liberal. El debate de

. tes » de Burke, as í como lo s l egis la do es y b


r ur ócratas q ue 1964 entre Nelson Rockefeller y Barry Goldwater en e l

él deno min ó los «teólogos pol ticos» y í « po lít cos teológi


i ­ P ar ido Rep
t u blicano resu m e cuanto decimos.
1 . •

cos» h an ver if icado ind ele bles incu rs iones en la antes sa ­

cros nta a p ropiedad , inc uso l ah ora la f or ma m s á p en tran e ­

te y s gura de discernir
e el pen a s m iento li b e ral , soci al ista y Religión y moralidad

conservador, el m ed o m s seg
i á u ro de iden tif icar cada g é­

nero lo constituye el t est d e la pro p ied d. Los romanos, y


a El conservadurismo es único entre las grandes ideolo­

más tarde los aristóc ra tas y los ca m pesi n os me di evales, g ías políticas p or su énfasis sobre la iglesia y la moralidad

p e ci
r b ie on r justamente la propied d como u a n a e x tensión j
u deocristiana. Todos los primeros co n servadores, y nin­

del cuerpo h umano , tan preciosa co m o un a p rte


a d el g uno con mayor profundidad q ue Burke, estab n horrori­ a

c uer p o y como la vida. P ar a Ri c h ard W eave i", f rec u ente ­ zados p or los golpes qu e asestaro n lcisjacob in os a la Igle­

mente den om in do la estre


a ll a lum nosa i del renac im iento sia en Francia . La referencia a e s t o , } correlativamente al

contemporá n eo del pensam ento cons i erv a d or en E st dos


a papel vital que desem p eña la religión en" la buena socie­

U nidos, l a p ropiedad es el «derecho meta físi co ú lt mo


i » . dad ocupa más pá g inas en las Reflections que cualquier

P ero incluso Wea ver, a pas o i n ado ene m i g o de los liber al es ot o tema, con la posible excepción de la propiedad. Ta
r m ­

y lo s so ci ali stas, encontró di fí cil de ace p t r como forma de


a bién se otorga gran importancia al establecimiento d e la

vid a la corpo
' ra ción mode rn a y las n u evas f orm s d a e pro ­ reli g ión en el Estado. P ara B u rke la religión es ablecida t

pi edad p riv ada . «Es ta mos busc ndo» a , e c


s ri bió W ea er v , era, p or sup u esto, la fe anglicana, a pesar de que su madre

« un lu g ar en donde se pued a hacer pa ra el l a gos una tri­ había sido una católica romana devota y él mismo prestó

buna el.e; éxito c o nt ra la ba b rie mode


r a rn a. P arece ser que m u cha atención a la difíc il sit
u ació n de los católicos roma­

la propiedad a pequejia escala ofrece t al tr in c h e ra, que n os en Gr an Bret aña . Bonald, de Maísrre y C h atea u b rian d

...
.... ,

...
...

100
Robert Nisbct
Conservadurismo 101

escogieron la religión católica romana como la religión es� ..· ;__ confr�- deJos-anglic:canQs,--E:_rJ::J:;-isamente:.sobre:.esto=:Burke-------�- - -=:-::=:::-.:::=--=====-===--: . .{
0

-···--, -tahl:<:_-eida:legítima;:-E@rl::F..EOn-inctepenoehcií?éle-la'clerio�i:��--i,[__ escribió una de sus cart:�s más �evela�oras a su ap.1igo el

nacron, todos los conservadores, Hegel, Haller y Colerid- ' Dr. Erskine. El Dr. Erskinc había enviado numerosas co-

ge incluidos, convirtieron la rcli?ión en la verdadera pie- ; pías de sermones <le] escocés disidente para co?�irmar a

dra de toque del Estado y la sociedad. 1 Burke que estos predicadores rechazaban cspecíficamen-
:·.
.....

Es el aspecto institucionn] de la religión solamente el te el uso de la violencia para defender su causa en contra

que es pertinente al conservadurismo político. Sería ab- de la Iglesia Anglicana . . Evidentemente Bu��<:;. no se_ irn-

surdo rec<:>?ocer_ a_los conservadores dd s�glo J(IX un� ma- presionó; y en este momento sus pal�1bras po�nan ?plicar-

yor devoción religiosa personal que a los liberales. Ningu- se, sin cambio alguno, a los extremistas antiabortistns de

no ele los principales conservadores de la época escribió Estados Unidos:

tan apasionada y comprometidamente acerca del cristia-

nismo como lo hizo el liberal, projacobino y genio cientí­


Representar a un hombre como inmoral por su rdigió?, p�r­
fico, Joseph Priestley. Estaba lejos de estar sólo entre los
fido por sus principios, un asesi�o �n cuanto a la con�1 ncia,
científicos -por ejemplo, Faraday y Maxwell- o entre 7
un enemigo de la piedad en los c11111cn1os Je toda r el a c i ón so­
aquellos que se identificaban con el liberalismo político o cial, y luego decirnos que, como un favor, dcbe?1os o_frecer la
servían finalmente a los propósitos liberales y socialdemó­ no violencia a tal persona, me parece mucho mas un m�ulto Y
cratas, como lo hicieron los wesleyanos. burla adicionales que cualquier tipo de medida correcuva d:I

El cristianismo de Priestley era evangélico y milenario daño que hacemos a nuestro vecino por el carácter que le atri­

con un intenso énfasis en las virtudes calvinistas de la gra­ buimos.

cia interna y también del conocimiento y devoción a la Bi-


bl ia como la palabra verdadera deDios. Ciertamente éste Bl.11·lce era .vnlicnte en sus esfuerzos [JOr conseguir para

no es el caso de algunos de los padres. fundadores del con- los disidente� todos sus derechos civiles, pero es dernasia-

servadurismo político: no de Burke, Coleridge, Southey, do f:ícil extraer la conclusión de que los consideró poco

Disraeli y Ncwrnan en Inglaterra, 0 Bonalcl, de Maistre y menos que estorbos sociales, siempre al borde de conver-

Chateaubriand en Francia. Para ellos la religión era pree- tir su entusiasmo en desorden público y de despertar el
. . .•

rninenternnente pública e institucional, algo a Jo que se odio de quienes no estaban de acuerdo con ellos. Burke . • .-1:·

. debía lealtad y un adecuado respeto f(?tmal, un pilar valio- estaba asombrosamente libre Je prejuicio religioso. Habla

so para el Estado y la sociedad, pero no una doctrina pro- ele los disidentes en el siguiente párrafo: .

funda y penetrante, y mucho menos una experiencia total. . , , y


Burke pensó que ese tipo ele religión caracterizaba a los Mis ideas de tolerancia van mucho ?1ªs .tlla de las suyas., o
d . id - al ' "d S d·1r'1·1 ·1 los judíos ·1 los mahometanos e incluso a los paganos-una .
1s1 entes, y sen o esto rcpcn as veces en sus cartas. u • • · ., . . .,, · .•. ... . �-'. ... __ ··---·-·-·--:- .. --·;-·- -------·---·--··----·---····-· ·-··--
• ' · C el bl . · . lj · ·ll , . B . ·- ·-·-·prote cc toffCIVJl·total, en la que mcluy o 111mtm1a,1i:l frente a toaa
k• .
---··--···· __ p_t.op1a re en . .estat eG1m1en t o- re gtoso evo a ur e a · b . , d eli · _ ' l li . ,,-d-poder·p·ancense- · · · - · · ·· ·
, d d · d _ -eJ- -- -pertur · aeton- · e-su-cu 1 to-r 1g1nso pu :> e 0 J , , . •

·
- --�ª-. �op_tar uli?-puntoal_ e-V1sta-mduy-pre]ocud�ª. o con entu- ñar su credo tanto en las escuelas como en los templos; especial-

srasmo re groso t como se . a en os isidentes. Por �u- mente si están en posesión de estas ventajas por su uso prolonga-

puesto que ellos _eran enemigos mortales, d� estaklrsh- do y prescriptivo tan sagrado en este ejercicio de derechos como
· 11/flll, y estaban lejos de rechazar el uso de la violencia en en cualquier otro.
103
102 Roben Nisbct Conse1vadurismo

ra destacada e inevitablemente fuerte, actuaría como con­


E!l s':1 acusación _a lord f lastings por sus ultrajes al pue­
trapeso del poder del Estado, frente a cualquiera de sus
blo indio y a sus costumbres, Burkc declaró que las escri­
actos de «poder arbitrario». Burke escribió al respecto:
turas musulmanas e hindúes eran equivalentes en morali­

dad y humanidad a las del c ri s t i a n i s m o , En unu ocasión en


es necesaria la consagración del Estado por una instimción esta -
que un grupo de indios que visitaban Londres no habían
tal religiosa ... para operar con un respeto p�dencial sobre los
podido obtener el consentimiento ni de los anglicanos ni
ciudadanos libres; porque, para asegurar su libertad, deben go­
de los disidentes para usar por poco tiempo su iglesia para
zar. alguna porción determinada de poder. Por �o !anto, para
sus propios servicios religiosos, Burke facilitó el uso de_sJ
ellos una religión unida al Estado y a su deber hacia esta, resulta
casa para este propósito. ·
más necesaria aún que en aquellas sociedades donde la gente,

El problema no es que uno desee llamarlo indiferencia debido a las condiciones de su sometimiento, está confinada a

o tolerancia. Es muy probable que Burke, Disraeli, y mu­ los sentimientos privados. ·

c�os_ otros �iembros de la Iglesia de Inglaterra hayan

sido.icomo dicen algunos, sordos como tapias cuando se Justo antes de ese pasaje hay otro �ue demue_stra con

trat_aba de asuntos de fe personal. Es posible que cada uno mayor claridad la perspecti�a plural1�ta,. �enc1almente

tuviera una fe profunda e indispensable en Dios. No losa­ equilibrada qu� Burke adopto sobre ,la iglesia y el Estado:

�emos. Burkc, en otra carta, escribió: «No aspiro a la glo­

na de ser un distinguido fanático de ninguna iglesia nacio­ · Estarnos resueltos a mantener una iglesia establecida, una mo­

nal hasta que pueda estar más seguro de lo que estoy de narquía establecida, una aristocracia establecida, una dem?cra­

cia establecida, cada una en el grado en que exista, y no mas.


que puedo honrada por medio ele mi doctrina o de mi
i

vida.» .
Así pues la Iglesia está institucionalizada éxa,ctamente
Pero la fe o la ausencia de fe en la religión no tiene nada·
de la misma manera en que lo están el gobierno, el orden
que ver con la posición que sostuvieron sobre la institu­
social y la gente. Cada uno es inevitablemente la restric­
ción religiosa la mayoría de los conservadores ingleses y
ción sobre el otro, ninguno más, ninguno menos. Hay mu­
algunos conservadores estadounidenses. Esa posición fue,
chas indicaciones, empezand_o con sus discursos sobre las
y sigue siendo en un número sorprendente de casos, lnse­
colonias americanas, de que Burke se dio cuenta de la fa­
parable del aspecto institucional, civil de la institución. La
cilidad con la que el gobierno puede ;inclinarse. hacía la
iglesia anglicana tenía dos funciones principales: primero,
opresión. En un párrafo famoso Burke decla_ró que inclu­
c<?nfcría cierto carácter sacro a funciones vitales del go­
so la aristocracia '--qUe él percibió en el mejor de los ca­
bierno ·y,_ sobre todo, al vínculo político o social. Debiera
sos como la verdadera base de la sociedad y seguramente
recordarse aquí que incluso Rousseau, archienemiso del
del Partido Whig- es intrínsecamente tan propensa al
cristianismo y de otras religiones reveladas, prescribió en
mal como al bien, y que sólo su arraigada tradición y su
su Contrato soda! una «religión civil» que celebrara la ciu­
disciplina la pueden conducir al bienestar fomún. Burke
dadanía. Y en el momento culminante de la Revolución los
no deja de considerar tampoco la democr�c1a � la luz de la
jacobinos estaban más que dispuestos a aceptar esto entre
necesidad de restricciones por parte de la 1gles1a y de otras
otras ens,�ií���a.s. de Rousseau, En segundo lugar, mm igle­

sia establecida, es decir, una iglesia representada de mane- instituciones superiores a ella. .

4,,, .. -----
' \ _ .

;---.J..L ...
.........
4,... J.•......
·- --�-

Robert Nisbet ·:'.·.·


· 104 Conservadurismo 105

Una perspectiva muy semejante de la insti_tuci��_'.1-liz�- - - - tum a describió=.admirablerríe11te-el--valor:=ae-la=-reJ.igi6i':----------·---··

-.-=ai5n-=-de-la=-religion-rigio=Jas·p-ers.(5"ecrivas delos conse1vaclo- para el gobierno, la sociedad, y para la libertad:

res franceses, suizos y alemanes. El gran objetivo, de he­

cho ambicioso, de B onald en s u Teoría del poder, fue el e


d Cuando yn no hay ningún principio <le autoridad ni en la reli­

restitui r a la iglesia católica parte de la a utonomía y ��to­ gión ni en la política, los hombres se atemorizan rápidamente

rielad intern a que había t enido ante s de la Revolución y ante la apariencia de una independencia sÍI) límite. La agitación

'constante de.todas las cosas que los rodean los alarma y los ago­
que s ólo d e manera parcial le habían sido de vueltas por �-
ta ... Por mi parte, <ludo que el hombre pueda alguna vez sopor­
Na po l e ón en el Concordato. Es Bo n al d , :I _científico_ polí­
tar al mismo tiempo una independencia religiosa completa y la
t ico así c o m o el católico r o man o, quien divide la sociedad
libertad política total. Y me inclino a pensar que si él desea la fe, .�
«legítima» en tres esferas: el gobierno, la glesia y la fa�­
i
debe subordinarse; y si es libre, debe creer.
lia, c ada una d estinada a se r soberana de ntro de su propio

reino. Casi nada hay en B o nal d -lo mismo que en de Sin eluda, las palabras de Tocqueville fijan la pcrspecti-

Maistre y Chateaubriand- acerca de la fe ca tólica o d�l va d e la mayoría de los conservadores de la mejor manera

d ogma; pero s í hay mucho acerca del de recho de la Iglesia posible. Disraeli era judío de na c imiento pe ro se acercó a :

Católica a t oda su autonomía d ebida e n su reino. Larnme- través de su padre a la Iglesia angli c a n a , de spués de haber-

nais, otalmente avergonzado por


t s u fe juvenil en el cris- se e ncolerizado co n s u rabino y r o m pe r de una vez or to-
p

tianisrno, y que fue un br illante prelado durante �gu�os das con la c reencia ju d aica formal. S abe m o s que Disraeli

años, tomó una perspectiva más mística d e la relación �- asistía re gularmente a los servicios anglicano s , y que acep-

clividual con la.Iglesia. Pero s u cl á s i c o Ensayo s'?breJa. tn- taba la c omunión, p ero también sabemos que lejos de _

diferencia, de 1817, aunque e staba comprometido um_ca- ocultar alguna vez su origen judío, se en o r g ulle c ía de é s t e :

mente e n fomentar el interés c atólico, es _en su contemdo y proclamó durante toda su vicia la grandeza de la «raza ·

abrurnadoramente institucional e histórico. Escribió que judía» y la profundidad y la v erd ad del credo judaic o . .:;·.

debía xistir una Iglesia ultramontana, que


e es tuviera est?- Pero, según nos d ice su biógrafo Robert Blake, eri lo que

blecida y totalmente reconocida, porque d e lo contrario concierne a fo creencia y al compromiso verdadero, e ra


..

� :..
Europa se hundiría en el abism<;> de l a incre�ulidad, salva- «curiosamente ambiguo». «SU c r i s tiani s mo no se ad ecua- .:.:· . .

da periódicamente por este o aquel e ntusiasmo secular ba a ninguna categoría c omún [. .. ] Probablemente es irn-

pasajero. · . . , . posible e xtraer un cuerpo coherente de doctrina a partir


1
-- En gran medida el apoyo conservador a la religión es-
d · de sus observaciones en torno a la r e ligión. El creía e n co-

cansa en la bien fundada creencia de que los seres huma- sas diferentes durante momentos diferentes y no logró · � ··

nos, una ve z que se han li berado d e una gran o rtodoxia, percibir s u incongruencia.» · __::_·::.:

probablemente s ufrirán algún gr�do d e trastorn�-�e P�!- :'. · .Unestudio.cuidadoso-revelaría s in-duda-que un-número -------------- . . .

-----------dida- de e91:1�brio. Burke·escrib1ó-en-üha _:�:t��:_su hiJ�-� L�Q!}_sid.crable .. de-conserva<lores-:-f(1;11es,-discípulos--de-Ecl��------�-------------

- _ que-la-relig1on-«es-la-fortaleza-del-hombre, en un mundo ; 1! mund Burke, contemplan la religión en grados que van de

que· de otra manera sería incomprensible Y por lo tanto � • la indiferencia ha s ta la ho s tilidad abierta. Tales perspecti­

. ·hostil?>. Tocqueville, cuya fe personal eri Roma -�ª r�a! ij : yas, incluyendo el agnosticismo y el ateísmo, pare_cen haber

·- pero mdudablemente i creta, antes


d s d e s u confesión pos- � l importado sorprendentemente p oco a los victonanos. Ro­


106 ,
Robert Nisbc1 Conservadurismo 107.

be_rt · !ngersoll, leal conservador republicano y elemento


p u é s de que sus Estados se hubieran liberado de las deno-
principal de la abogacía y fa Bolsa, era un ateo militante.
minaciones cristianas. ·
!-:· �- Mencken y AlbertJay Nock, enemigos ambos del so­
La mayor parte de los conservadores h� creí�o �n lo
c1lll!smo, de la socialdemocracia y del liberalismo político,
divino en la misma medida en que la gente instruida cree
c?S1 _dev?_tos de su creencia en el Estado mínimo y en lll mi­
en la gravedad o en la f?rma� esférica df la tierra, de ma_?e­
nu111fac10n de las posibles funciones sociales del Estado
ra firme pero no estática. El desprecio por el «entusras-
-münifíestas en el repudio de ambos hada Roosevelt y , d.., .
- mo» de los disidente s y de los wesleyanos en Inglaterra
Ncui ee.at- se oponían al cristianismo. Lo mismo Irviiig ..
i'·por parte de la mayor�a de los an�licanos del siglo XIX fue
Babbiu y Pau.l Elmer More, aunque el último con menos
enteramente compartido por casi todos los conserv?do­
entl!siasmo en los últimos años. Pero sin duda todos ellos
res. La religión es aceptable; de hecho.es algo bueno s1e?1-
hub1�ran estad?_ de acuerdo con 'focqueville en que es ne­
pre y c uando no constituya la base p�ra q�e Jas creencias
cesarte un bastión de fe para los seres humanos, incluso si
p e rson a le s se entrometan e? �l cu<=:rP,� publico de la na.­
se trata de un cuerpo de moralidad falsamente acreditado
ción. Sin duda nunca ha existido rungun conservador, e�
con inspiración divina, como medio para salvarlos de la
el sentido burkeano, que pudiera contemplar con ecuani­
peor de las consecuencias, la de contarse entre los aliena­
midacl la mayoría moral de nuestros días, con su tan
dos. Chesterton seguramente habría ganado la aquiescencia
frecuente confusión, descarada y calculada, de lo secular Y
de tod�s l_os conseivador�s con estas palabras: «El peligro
lo trascendentalmente religioso, puesta de manifiesto en
de la pérdida de la fe en D10s no es que entonces no se cree,
sus injerencias legales y sus en�ien?as _co��titucioi�ales.
r á en nada, s�o más bien que se creerá en cualquier cosa»
Jncluso T. S. Eliot, quien acepto la msutucion ª?glicana
No hay necesidad de recordar :.1 los lectores la medida en
junto con el realismo y el tradicionalisn:io, a�viruó en su
que el marxismo, el freudismo y otros grandes sistemas de
Idea o/ A Christian Society sobre los peligros inherentes a
clamorosa creencia secular han acabado convirtiéndose en
una institución religiosa que no esté _func�ada _s�bre co­
religiones de un gran número de occidentales.
rrientes poderosas y extendidas de la h�stona reli?1osa. t:Jo
:: I-,a r eligi ón como :cligión Úvtl es b que parece estar
se puede tener, escribió_E�ot, «una soc1ed_?d nacional cn_s­
. mas cerca de la esencia c o m ú n de la creencia conservado­
tiana [ . . .] si está constituida como un cumul?- de sectas_
¡ r�. una religión en la que su núcleo rrascenclcnral se rnnni­
priva d a s e independientes>�- Más aún, .«�n peligro perma­
il fiesta en -����-.r�1n.t<_? Jivil.G� _cQr�.,�.!��li_F�os, una en la nente ele la iglesia establecida es el erasnamsmo [...� el pe­
. que los días festivos mas sagntclos -rales coi'úo el Dia ele
ligro de que una Iglesi? na�ional se pueda conve�tir tam-
\ Gracias, la Navidad, la Pa s cua, y el Afio Nuevo- sirvan
bién en una iglesia nacionalista». .
/todos �n-�istintamente tanto a fines religiosos como civiles.
Hoy día Michael Oakeshott ha formulado admirable­
La religión que Tocqueville encontró en Estados Unidos
mente la perspectiva burkeana, y de hecho toda la pers­
e� 1�30-la re��ión americana- era casi a partes iguales pectiva conservadora de la relación adecuada entre el go­
< : ·: cnsnana (especrficamente puritana) y nacionalista. Cristo
bierno y la moralidad indivi�ual:
el Redentor y Estados Unidos la Nación Redentora exis­

tían uno !H.J:.tc!p dela otra. En ese sentido, Estados Unidos


De este modo, el acto de gobernar se reconoce como una ac­
continuó ·'tenienc!o u1:1::1 iglesia «establecida» tiempo des-
tividad específica y limitada (. . .] No se relaciona con personas
.• -· - --· ------ --·

.(,

¡:

� . . ::

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-------------�-------:-----_..:·_!"�·-.....,,,,..,.------·· , .

. .
:, - · .

108 Roben: Nisbet

conci:etas,_sino_con_actividades;-y-con .. actividaclcs-sólo-c:m-rnla---.- ==---

- -�ción con su propensión a entrar en conflicto unas con otras. No

se refiere a la moral debida o censurable. No est;J diseñado para

hacer buenos o mejores a los hombres; no es indispensable en

relación' con la «depravación natural del hombre» sino sencilla-

mente por su disposición actual a ser extravagante.

Esto es sin duda lo que Burke pensaba cuando dijo que

«La política y el púlpito son términos que no concuerdan.

No se debe escuchar en la iglesia ningún otro sonido que

no sea la voz consoladora de la caridad crisriana,»

N::¡Jie que esté familiarizado con In historia del pensa­

miento moderno europeo puede dejar de señalar l:i" dife­

rencia entre los siglos xvm y XJX en relación al pensamien­

to de ambos siglos acerca del hombre y ele la sociedad.

Por supuesto, hay elementos persistentes en el pensa­ r

miento del siglo xvm. individuo, Estado y civilización son

, brillantes conceptos del siglo XIX. El individualismo per­

. i' mnnece como una voz insistente en casi todas las discusio­

¡¡ nes políticas, con el utilitarismo sustituyendo en su mayor

11 parte a la teoría del derecho natural. La preeminencia de


..
• i lo que los franceses llamaron la patrie --el Estado que nu­ · ; " :

'· : ..

� tre- es más evidente que nunca en las corrientes rurbu­


.· ', -.

-� lentas del humanitarismo, d socialismo y la sociaklerno- i . » •

----.�- ------------: . .

. erada. Aunque la rigidez del concepto deciviUzac_¡ónse-­


- . . --.---�.-·
-----·---------------i � ve en buena meclicla sunviznda por laTascinación por la so-
::.. ciedad como concepto clave, no existe en el siglo XIX ncce­

.. :; sidad alguna de escribir acerca de la civilización pa�·a con-

J09

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