Medidas de Seguridad
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Autor Resumen
Juan Pablo Cavada Herrera El artículo 10 N° 1 del Código Penal exime de responsabilidad penal al
Email: [email protected] "loco o demente, a no ser que haya obrado en un intervalo lúcido, y el
Tel.: (56) 32 226 3905 que, por cualquier causa independiente de su voluntad, se halla privado
totalmente de razón.".
Nº SUP: 122833
Esta circunstancia se encuentra tratada en la doctrina y es regulada en
el Código Procesal Penal.
Introducción
El presente Informe trata sobre aspectos generales de la causal de inimputabilidad por locura o
demencia que pueda favorecer a un imputado, y las medidas de seguridad que proceden sobre él.
La Revista de Estudios Jurídicos (en adelante, REJ, 2008:109,109) señala que desde el año 2000
existe un procedimiento legal con todas las garantías del debido proceso para el enajenado mental a
quien se atribuye la comisión de un delito y respecto de quien se solicita la aplicación de una medida
de seguridad, y que tal decisión político-legislativa se relaciona directamente con la impronta garantista
del nuevo sistema procesal penal y con modelos de derecho comparado (REJ, 2008:108,109).
Se analiza el tratamiento procesal penal del imputado enajenado mental, esto es, “el loco o demente” y
el que “por cualquier causa independiente de su voluntad se halla privado totalmente de razón”
(artículo 10 Nº 1 del Código Penal). Por lo tanto no se analiza la inimputabilidad del menor de 14 años,
que es la única persona que puede ser considerada inimputable por minoría de edad desde la vigencia
de la Ley N° 20.084, ni se analiza la determinación de qué es una enfermedad mental y cuáles son sus
diversas manifestaciones.
El artículo 10 n° 1 del Código Penal exime de responsabilidad penal a causa de su incapacidad para
comprender lo injusto de su actuar y de autodeterminarse conforme a ese conocimiento, al loco o
demente, a no ser que haya actuado en un intervalo lúcido, y al que, por cualquier causa
independiente de su voluntad, se halle privado totalmente de razón (Cury, 1985:38).
Cury (1985:38,39) señala que en el estado actual de la ciencia, las expresiones locura y demencia
carecen de un contenido preciso y por lo mismo, en principio parecen inaprovechables. Sin embargo
cita diversas opiniones sobre este concepto.
En el mismo sentido Villarroel (2016:201) señala que los conceptos de locura y demencia han sido
objeto de un creciente tecnicismo, pero coincidente con la noción de carencia de juicio. Sintetiza la
evolución del concepto, disponendo que los primeros comentaristas introdujeron un catálogo de
enfermedades que se hizo cada vez más complejo, siendo mejor relacionar estos conceptos con la
incapacidad de adaptación social, y que en la segunda mitad del siglo XX la enajenación mental se
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tuvo como análoga a la privación de razón, diferenciándose de ésta última por su transitoriedad, pero
entendiendo que la razón engloba todos los aspectos de la psiquis de un individuo.
Finalmente señala Villarroel (2016:201) que al no contemplar la Psiquiatría afecciones que calcen con
las expresiones del artículo 10 N° 1, es necesario precisar el alcance normativo de estos términos, y
que:
“se identifican con ellos a los individuos que no gozan de lucidez en el juicio y lucidez es claridad
de razonamiento, así los enfermos a los que alude la norma son los que carecen de claridad en
su razón o juicio. De lo anterior se tiene que no todo enfermo mental es inimputable, lo será el
que a causa de su afección esté ostensiblemente privado de sus facultades intelectivas o
volitivas. Sumado a lo anterior, se tiene que las expresiones contenidas en la norma, siendo de
contenido coloquial no contrastan con la terminología técnica y gozan de eficacia expresiva. La
intención de la ley es declarar exento de responsabilidad a todo el que obre bajo la influencia de
cualquier enajenación capaz de impedirle la libre o consciente determinación de sus acciones.”.
El artículo 10 N° 1 del Código Penal proviene de su versión original de 1874, sin sufrir modificaciones,
el que a su vez proviene del artículo 8 N° 1 del Código Penal español de 1850, que disponía:
En la sesión quinta de la Comisión Redactora del Código Penal, realizada el 7 de mayo de 1870, se
modificó el artículo 8 N° 1, cubriendo el caso de quien sin padecer de una enfermedad mental que lo
califique de loco o demente, obra privado de razón (Villarroel, 2016:16):
Luego de dicha modificación, el texto definitivo del artículo 10 N° 1, inciso primero del Proyecto de
Código Penal, persona a probación del Parlamento fue el siguiente:
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III. Situación general del imputado enajenado mental en el Código Procesal Penal
1. Requisitos de aplicación del procedimiento especial previsto en el Título VII del Libro IV
del CPP
El artículo 458 del Código Procesal Penal establece los requisitos para la procedencia del
procedimiento especial en caso de personas imputados, que parecieren padecer de enajenación
mental.
Artículo 458. Imputado enajenado mental. Cuando en el curso del procedimiento aparecieren
antecedentes que permitieren presumir la inimputabilidad por enajenación mental del imputado,
el Ministerio Público o juez de garantía, de oficio o a petición de parte, solicitará el informe
psiquiátrico correspondiente, explicitando la conducta punible que se investiga en relación a éste.
El juez ordenará la suspensión del procedimiento hasta tanto no se remitiere el informe
requerido, sin perjuicio de continuarse respecto de los demás coimputados, si los hubiere.
La sospecha de enajenación mental del imputado obliga a realizar ciertas actuaciones para confirmar o
descartar la sospecha, y si ella es confirmada corresponde aplicar un procedimiento especial que
asegure de modo reforzado el ejercicio de los derechos y garantías vinculados al debido proceso a
quien adolece de ciertas capacidades cognitivas o intelectuales para defenderse adecuadamente de
una imputación penal (REJ, 2008:110).
El procedimiento previsto en el Título VII del Libro IV del CPP no se aplica a todo inculpado
inimputable por enajenación mental o trastorno mental transitorio, pues tal calidad constituye sólo uno
de sus requisitos. En efecto, la ley exige:
a) que se trate de un persona que sea declarado inimputable por el tribunal, por encontrase en alguno
de los supuestos de hecho contemplados en el artículo 10 Nº 1 del Código Penal;
b) que dicho persona haya sido imputado de la comisión de un hecho típico y antijurídico; y
c) que existan antecedentes calificados que permitan presumir que atentará contra sí mismo o contra
otras personas, de tal forma que se haga necesaria la aplicación de una medida de seguridad.
Si durante el procedimiento se determina que la persona no cometió el delito que se le imputa o que
concurre a su respecto cualquiera de las causales que eximen o extinguen la responsabilidad penal,
distinta de la prevista en el artículo 10 Nº 1 del Código Penal, el Ministerio Público debe solicitar el
sobreseimiento definitivo, y si tales circunstancias se establecen en el respectivo juicio oral, el tribunal
debe absolver al imputado aunque existan antecedentes calificados que permitan presumir que
atentará contra sí mismo o contra otras personas, pues el presupuesto de aplicación de la medida de
seguridad es la comisión de un delito y no la mera peligrosidad dla persona (REJ, 2008:111).
Lo anterior se funda en los artículos 455, 460 inciso 1º, 462 inciso 1º y 463 letra c) del CPP:
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típico y antijurídico y siempre que existieren antecedentes calificados que permitieren presumir
que atentará contra sí mismo o contra otras personas.
Artículo 460. Actuación del Ministerio Público. Si el fiscal hallare mérito para sobreseer temporal
o definitivamente la causa, efectuará la solicitud respectiva en la oportunidad señalada en el
artículo 248, caso en el cual procederá de acuerdo a las reglas generales (...).
Este procedimiento es aplicable a la persona que era inimputable al momento de cometer el delito
(hipótesis del artículo 10 Nº 1 del Código Penal), y al que cae en enajenación mental después de
iniciado el procedimiento y respecto de quien se hubiere formalizado la investigación o deducido
acusación en su contra, si se estima -además- que corresponde aplicar una medida de seguridad por
estimarse que podría atentar contra sí mismo o contra terceros (artículo 465 CPP).
Es decir, también es aplicable el procedimiento especial a quien era imputable al momento de cometer
el delito pero que deja de serlo durante el proceso penal en su contra y sea considerado peligroso.
Existiendo antecedentes que permitan presumir la inimputabilidad por enajenación mental del
imputado, el Ministerio Público puede solicitar al juez de garantía –quien también podría decretarla de
oficio- que se emita un informe psiquiátrico del imputado.
La necesidad de ratificar o negar la sospecha de inimputabilidad que recae sobre el imputado obliga a
suspender el procedimiento, pues se requiere el pronunciamiento previo de especialistas en la materia.
La regla supletoria del artículo 456 CPP remite a las disposiciones del Libro II del CPP, en la medida
que no sean contradictorias con las del Título VII del Libro IV del CPP. Las medidas cautelares
personales se regulan en el Libro I del CPP y la única disposición que se refiere a ellas es artículo 464
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del CPP, que se refiere a la internación provisional del imputado y hace aplicables, en lo pertinente, las
normas contenidas en los párrafos 4º, 5º y 6º del Título V del Libro I.
Artículo 464. Internación provisional del imputado. Durante el procedimiento puede ordenar, a
petición de alguno de los intervinientes, la internación provisional del imputado en un
establecimiento asistencial, cuando concurrieren los requisitos señalados en los artículos 140 y
141, y el informe psiquiátrico practicado al imputado señalare que éste sufre una grave alteración
o insuficiencia en sus facultades mentales que hicieren temer que atentará contra sí o contra
otras personas.
Es decir, la internación provisional de un inimputable sólo procede cuando: a) concurran los requisitos
de aplicación de cualquier medida cautelar personal (arts. 140 y 141 CPP) y, b) el informe psiquiátrico
del imputado señale que por su estado mental, es peligroso para sí mismo o para terceros.
Por lo tanto, no son aplicables en el ámbito penal los arts. 130 y 131 del Código Sanitario que
autorizan, entre otras, la internación judicial de los enfermos mentales, remitiéndose al Reglamento
correspondiente1. En efecto, el Reglamento Nª 570, de 1998, publicado en el Diario Oficial el 14 de
Julio de 2000, trata en general de todos aquellos casos en que un persona requiera de tratamiento
psiquiátrico en un establecimiento especializado, ya sea en forma voluntaria o no voluntaria, y en este
último caso, la internación puede ser: a) de urgencia; b) administrativa; o c) judicial. El artículo 15 del
Reglamento señala que la internación judicial “es aquella dispuesta por resolución de un Tribunal de
Justicia”. A su turno, el artículo 9 dispone :
Para proceder a cualquier tipo de internación u hospitalización de una persona con enfermedad o
trastorno mental, la medida deberá ser indicada por un médico cirujano, preferentemente que
cumpla las condiciones de médico tratante que señala el artículo 6 número 7 y, sólo en el evento
de no existir este último en la localidad o que, habiéndolo, no sea posible su asistencia
profesional, por otros médicos cirujanos. En este caso, la medida deberá ser evaluada y
confirmada por un médico tratante o por el mismo, previamente asesorado por aquel, dentro de
un plazo de 72 horas, de lo que se dejará constancia en la ficha clínica. Sólo procederá la
internación psiquiátrica cuando concurran una o más de las siguientes condiciones:
1
El Código Sanitario, al posibilitar la internación administrativa del enfermo mental, introduce una exepción al artículo 466 del
Código Civil, que establece: “El demente no será privado de su libertad personal, sino en los casos en que sea de temer que
usando de ella se dañe a sí mismo, o cause peligro o notable incomodidad a otros. Ni puede ser trasladado a una casa de
locos, ni encerrado, ni atado, sino momentáneamente, mientras a solicitud del curador o de cualquiera persona del pueblo, se
obtiene autorización judicial para cualquiera de estas medidas”. Según REJ (2008:116), infringe una regla constitucional
fundamental, consistente en que para poder afectar o perturbar derechos protegidos por la Constitución debe solicitarse
aprobación judicial previa (artículo 83 CPR).
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Existen exigencias reglamentarias para la internación psiquiátrica de una persona, las que no son
siempre copulativas y que para REJ (2008:116) generan dudas sobre la constitucionalidad de los
artículos 130 y 131 del Código Sanitario. No obstante, cuando se trata de la imputación de un delito,
prevalecen las disposiciones de la Constitución (artículo 83 inciso 3º), que requieren la aprobación
judicial previa de la internación, y las del Código Procesal Penal, que prevalecen sobre las del Código
Sanitario: a) por haber sido dictadas con posterioridad a ellas (artículo 24 de la Ley sobre efecto
retroactivo de las leyes) y; b) porque regulan un procedimiento particular (principio de especialidad)
para el caso en que deba decidirse la internación judicial provisoria de un enfermo o enajenado mental
a quien se le atribuye la comisión de un delito (REJ, 2008:117).
Por lo tanto, cuando deba decidirse sobre la internación provisional del imputado sospechoso de ser
enajenado mental y peligroso, deben cumplirse los requisitos previstos en el artículo 464 CPP; el juez
penal no podría ordenar la internación dla persona en base a lo dispuesto en los arts. 130 y 131 del
Código Sanitario y 15 del Reglamento, porque el Código Procesal Penal contiene reglas más
exigentes y prevalecen sobre aquéllas2.
El artículo 458 CPP dispone que el juez deberá ordenar la suspensión del procedimiento hasta tanto
no se “remitiere” el informe requerido.
Si en base a las conclusiones del informe psiquiátrico, el Ministerio Público estima concurrente la
causal de exención de responsabilidad criminal prevista en el artículo 10 Nº 1 del Código Penal, y
además, considera aplicable una medida de seguridad, debe solicitar expresamente al tribunal que se
proceda conforme a las reglas previstas en el Título VII del Libro IV del CPP (artículo 461 CPP).
2
Conforme al artículo 9º del Reglamento Nº 570, se podría internar a un persona respecto del cual no existiese un informe
psiquiátrico de peligrosidad, porque esta exigencia se prevé de forma alternativa y no copulativa con las demás (REJ,
2008:117).
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También puede solicitar la internación provisional del imputado si estima que concurren los requisitos
contenidos en el artículo 464 CPP.
El curador ad lítem está definido en el artículo 494 del Código Civil, corresponde a las personas y en el
orden que señala el artículo 462 del mismo cuerpo legal y, a falta de estas personas, es designado por
el juez.
La designación del curador ad lítem procede cuando existen antecedentes acerca de la enajenación
mental del imputado. Por lo tanto, no es necesario esperar a la remisión del informe psiquiátrico a que
se refiere el artículo 458 CPP. El tribunal, de oficio o a petición de parte, podría efectuar la designación
en cualquier estado del procedimiento.
Si, por el contrario, el informe señala que es posible “establecer con certeza” la inimputabilidad de la
persona, conforme al artículo 462 del Código Procesal Penal, pero al mismo tiempo se afirma que no
existe peligro de atentado contra sí mismo o contra terceros, existen dos posibilidades, según los arts.
460 inciso 1º, 461 y 462, inciso 2º, todos del CPP (REJ, 2008:122).
En este caso el Ministerio Público debe cerrar la investigación y solicitar el sobreseimiento definitivo. Si
Antes de la solicitud del informe psiquiátrico, el Ministerio Público hubiere planteado un requerimiento
de aplicación de una medida de seguridad, según el artículo 461 CPP, el juez de garantía deberá
rechazar tal requerimiento.
Solo si el informe psiquiátrico señala la existencia cierta de enajenación mental en el imputado y una
alta probabilidad futura de atentado contra sí mismo o contra terceros, el juez deberá acceder al
requerimiento del Ministerio Público, de aplicar las reglas procesales especiales contempladas en el
Título VII del libro IV del CPP, para comprobar la existencia del hecho típico y antijurídico que se
atribuye al enajenado mental y requerir alguna medida de seguridad del artículo 457 del CPP (artículo
460, inciso 2º CPP).
La ley exige que el requerimiento se efectúe cumpliendo las menciones, en lo pertinente, del escrito de
acusación (artículo 461 CPP). Asimismo, prohíbe al Ministerio Público solicitar la aplicación del
procedimiento abreviado o la suspensión condicional del procedimiento, lo que se debe a que ambas
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a) Internación provisional del imputado y otras medidas cautelares aplicables al enajenado mental
La internación provisional es una medida cautelar específica del imputado enajenado mental que sólo
puede tener lugar “durante el procedimiento” de aplicación exclusiva de medidas de seguridad, esto
es, en el lapso que media entre la resolución judicial que aplica este procedimiento especial y la
(eventual) adjudicación de una medida de seguridad (REJ, 2008:123).
Una vez reanudado el procedimiento, puede solicitarse la internación provisoria del imputado,
cumpliendo los requisitos señalados en los artículos 140 y 141 del CPP, es decir, que:
Por otro lado, el legislador hace aplicable también a la internación provisional los supuestos de
improcedencia de la prisión preventiva contenidos en el artículo 141 CPP, por tratarse, en todos los
casos, de delitos de ínfima o menor gravedad que no alcanzarían a tener relevancia como antecedente
sintomático de peligrosidad.
Junto a la remisión a las normas de la prisión preventiva, el inciso final del artículo 464 del CPP
también remite, entre otros, al párrafo 6º del Título V del Libro I del CPP y, Por lo tanto, a su artículo
155, esto es, son aplicables a los inimputables, “en lo que fueren pertinentes”, las demás medidas
cautelares personales previstas para los imputables. En síntesis, pueden decretarse otras medidas
cautelares personales, distintas a una privativa de libertad completa, como el arresto domiciliario (a
cargo de un curador), la sujeción a la vigilancia de una persona o institución determinada, la que debe
informar periódicamente al juez o la prohibición –controlada por un tercero- de aproximarse al ofendido
o su familia.
Si el juez de garantía, acogiendo el requerimiento del Ministerio Público (artículo 461 CPP), declara
que el imputado se encuentra en la situación prevista en el artículo 10 Nº 1 del Código Penal y que
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corresponde aplicar una medida de seguridad, deberá continuarse el procedimiento penal conforme a
las reglas especiales contempladas en el Título VII del Libro IV del CPP (artículo 462 CPP). Una de
ellas es que el procedimiento no se puede seguir conjuntamente contra personas enajenados
mentales y otros que no lo fueren (artículo 463 letra a) CPP).
El juicio oral, que debe desarrollarse ante el competente tribunal de juicio oral en lo penal, se tramita
conforme a las reglas del procedimiento ordinario, con la particularidad que debe realizarse a puerta
cerrada, sin la presencia del enajenado mental, cuando su estado imposibilite la audiencia (artículo
463 letra b) CPP).
Puede ocurrir que la persona haya sido tradada como imputable durante todo el procedimiento
(habiéndose eventualmente rechazado dicha calidad en la etapa de investigación preliminar), y que la
tesis de la defensa se base en la inculpabilidad del acusado por demencia o enajenación mental,
solicitando su exención de responsabilidad criminal en conformidad al artículo 10 Nº1 del Código
Penal.
En estos casos el Tribunal Oral en lo Penal deberá decidir si el acusado, al momento de cometer el
hecho imputado, era o no capaz de culpabilidad. Si se resuelve que la persona era imputable al
momento de cometer el hecho (plenamente o en forma mitigada), debe rechazarse la alegación de
inimputabilidad de la defensa e imponer la pena que corresponda por la infracción atribuida.
Si por el contrario, en el juicio oral se da por acreditado el hecho antijurídico y la participación del
acusado, pero que éste es inimputable por demencia o enajenación mental, procede la absolución en
virtud de lo dispuesto en el artículo 10 N° 1 del Código Penal.
Para que proceda una medida de seguridad en contra del sentenciado, debe probarse la peligrosidad
de éste mediante el informe psiquiátrico a que se refiere el artículo 458 CPP.
El artículo 1º del CPP establece que la imposición de una pena o de una medida de seguridad, debe
acatar el procedimiento establecido previamente por la ley para dicho efecto.
El Código Procesal Penal señala de manera genérica cuáles son las medidas de seguridad que
pueden imponerse a un persona inimputable a quien se le atribuya la comisión de un hecho típico y
antijurídico.
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artículo 457. Clases de medidas de seguridad. pueden imponerse al enajenado mental, según la
gravedad del caso, la internación en un establecimiento psiquiátrico o su custodia y tratamiento
(...)
Es decir, la ley establece sólo dos tipos de medidas de seguridad respecto de un inimputable a quien
se le atribuye la comisión de un hecho típico y antijurídico. Ellas son:
Además el CPP establece un orden de gravedad entre estas dos medidas. La internación es más
intensa desde la perspectiva de los intereses constitucionales afectados, y, en los casos en que el
mérito de los antecedentes no haga aconsejable la internación, queda aún la custodia y tratamiento,
menos intensa como puede concluirse de las reglas de ejecución que permiten la entrega del
enajenado mental, por ejemplo, a la familia (REJ, 2008:129).
Cury (41) sostiene que solo el juez puede decidir si el autor padece de locura o demencia, pues tal
decisión tiene un carácter valorativo que sólo el juez está con condiciones de practicar. Señala que
informe de los perito es fundamental para establecer las bases fácticas de la resolución, pero que la
adopción de ésta le pertenece privativamente al juez.
Una vez adoptada la decisión judicial sobre el estado de demencia o locura del partícipe, procede la
aplicación de Medidas de seguridad en vez de una condena, como se explica en el punto siguiente.
Al dictar sentencia, el tribunal debe adquirir convicción, más allá de toda duda razonable, de que se
cometió un hecho típico y antijurídico y que el imputado tuvo participación en él. Por ello, la letra c),
primera parte, del artículo 463 CPP establece, como regla especial, que el tribunal debe absolver al
imputado si no constata, en la sentencia, la existencia de ambos extremos.
Por su lado, la segunda parte de la letra c) del artículo 463 CPP establece que si el tribunal se
convence, en los términos del artículo 340 CPP, de la existencia del injusto y la participación en él del
imputado, puede imponerle a este una medida de seguridad. Esto es una facultad del tribunal, pues
también podría estimar que la persona no es peligrosa en los términos que exige la ley y que, por lo
tanto, no se justifica aplicar ninguna medida de seguridad. También podría resolver la aplicación de
otra menos intensa, si estima que la medida solicitada por el fiscal es desproporcionada con el hecho
cometido y el pronóstico de peligrosidad.
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Si el tribunal decide imponer al imputado alguna de las medidas de seguridad que prevé el CPP, debe,
además, considerar las reglas contenidas en los incisos primero y segundo del artículo 481 CPP, que
establecen el límite temporal de las medidas de seguridad, el que debe ser fijado por el tribunal en la
sentencia. En efecto, ellas disponen que las medidas de seguridad:
(…) sólo pueden durar mientras subsistieren las condiciones que las hubieren hecho necesarias,
y en ningún caso pueden extenderse más allá de la sanción restrictiva o privativa de libertad que
hubiere podido imponérsele o del tiempo que correspondiere a la pena mínima probable, el que
será señalado por el tribunal en su fallo. Se entiende por pena mínima probable, para estos
efectos, el tiempo mínimo de privación o restricción de libertad que la ley prescribiere para el
delito o delitos por los cuales se hubiere dirigido el procedimiento en contra dla persona
enajenado mental, formalizado la investigación o acusado, según correspondiere.
Contra la sentencia que impone o rechaza la aplicación de una medida de seguridad al imputado
procede el recurso de nulidad, siendo aplicables supletoriamente las disposiciones del Libro II del
CPP, sobre juicio oral.
Dicho recurso también procede contra una sentencia absolutoria por el Tribunal Oral en lo Penal,
fundada en la causal de exención de responsabilidad criminal contemplada en el artículo 10 N° 1 del
Código Penal, pero imponiendo al sentenciado una medida de seguridad.
1. requisitos de la ejecución
El Código Procesal Penal regula ciertos aspectos prácticos de las medidas de seguridad, como por
ejemplo, su duración y las medidas de control (artículo 481).
Una vez definido el lugar, el artículo 481 del CPP dispone que las personas que puedan tener a su
cargo al inimputable en cumplimiento de una medida de seguridad, deben informar al Ministerio
Público y a su curador o a sus familiares, en el orden de prelación mencionado en el artículo 108.
Siempre es posible suspender la medida o modificar sus condiciones, facultades que pueden ser
ejercidas por el Ministerio Público, el curador o la familia (artículo 481).
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Existe un deber de control de las condiciones de ejecución de parte del Ministerio Público. El artículo
481 CPP dispone que al menos una vez cada seis meses el Ministerio Público debe inspeccionar todo
lugar donde se encuentre una persona en cumplimiento de una medida de seguridad.
Correlativamente, se establece un deber de información al juez de garantía competente en la
ejecución de la medida (artículo 466 CPP) del resultado de su inspección, solicitando, si fuere
necesario, la adopción de medidas para poner remedio a todo error, deficiencia o abuso ejercido sobre
los afectados por la medida. El incumplimiento de este deber podría dar lugar, de oficio, a solicitud del
defensor o del curador, en su caso, a una audiencia especialmente convocada al efecto, para remediar
prontamente la situación, cautelar los derechos de los eventualmente afectados, recabar cualquier
informe que considerare necesario, establecer las responsabilidades del caso y adoptar las medidas
que correspondieren conforme a la ley, entre ellas, la de efectuar la correspondiente denuncia a las
autoridades superiores del Ministerio Público en conformidad con los arts. 48 y ss. de la Ley Nº 19.640,
Orgánica Constitucional del Ministerio Público artículo 481 CPP).
El control jurisdiccional es realizado por el juez de garantía que conoció de la fase preliminar e
intermedia (artículo 466 CPP). Conforme al artículo 481 CPP, el juez de garantía debe tomar las
providencias necesarias para la corrección de todos los vicios en que se incurra por cualquier
autoridad o persona durante la ejecución de las medidas. Dicho tribunal puede ordenar la modificación
de condiciones, citar a audiencias y tomar en general cualquier medida correctiva en protección dla
persona inimputable en cumplimiento de una determinada medida de seguridad.
En caso de caer el imputado en enajenación mental durante la condena debe sustituirse la pena por
una medida de seguridad. Conforme al artículo 482 CPP, se puede sustituir la pena por una medida de
seguridad en el caso de enfermedad mental sobreviniente a un reo después de dictada la sentencia.
VI. Reglas particulares para la persona que cae en enajenación mental durante el
procedimiento
artículo 465. Imputado que cae en enajenación durante el procedimiento. Si, después de iniciado
el procedimiento, el imputado cayere en enajenación mental, el juez de garantía decretará, a
petición del fiscal o de cualquiera de los intervinientes, previo informe psiquiátrico, el
sobreseimiento temporal del procedimiento hasta que desapareciere la incapacidad del imputado
o el sobreseimiento definitivo si se tratare de una enajenación mental incurable.
La regla anterior sólo se aplicará cuando no procediere la terminación del procedimiento por
cualquier otra causa.
Si en el momento de caer en enajenación el imputado se hubiere formalizado la investigación o
se hubiere deducido acusación en su contra, y se estimare que corresponde adoptar una medida
de seguridad, se aplicará lo dispuesto en el Párrafo 2º de este Título.
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Se trataría de la enajenación mental como una causal de incapacidad procesal sobreviniente, esto es,
la ausencia de condiciones psíquicas o mentales para representar racionalmente sus intereses, ejercer
sus derechos y conducir su defensa de forma inteligente o inteligible. Pero como respecto de este
individuo también puede existir un pronóstico de peligrosidad futura, la ley también contempla la
posibilidad de aplicar medidas de seguridad en esta hipótesis (REJ, 2008:137).
En este caso, según el artículo 465 CPP, el juez de garantía debe decretar, a petición del fiscal o de
cualquiera de los intervinientes y previo informe psiquiátrico, el sobreseimiento temporal del
procedimiento hasta que desaparezca la incapacidad del imputado o el sobreseimiento definitivo, si se
trata de una enajenación mental incurable.
Si la enajenación mental del imputado es transitoria (“intervalos lúcidos” a que se refiere el artículo 10
Nº 1 del Código Penal), el procedimiento penal debe ser reiniciado para que el imputado sea
enjuiciado conforme a las reglas generales (artículo 254 CPP).
Fuentes legales
Referencias
Centro de Estudios de la Justicia, Revista de Estudios de la Justicia (REJ, 2008), N° 10, El tratamiento
del inimputable enajenado mental en el Proceso Penal chileno.
Cury Urzúa, Enrique (1985). Derecho Peal Parte General T. II. Editorial Jurídica de Chile.
Maldonado Villarroel, María Angélica (2016), La eximente de responsabilidad contenida en el artículo
10 n° 1 del Código Penal y la eximente incompleta del artículo 11 n° 1 en relación con la locura o
demencia. Proyecto de actualización del repertorio de legislación y jurisprudencia del código
penal y sus leyes complementarias. Memoria de prueba para optar al Grado de Licenciada en
Ciencias Jurídicas y Sociales. Disponible en: http://bcn.cl/2csp0 (enero, 2020).
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Disclaimer
Asesoría Técnica Parlamentaria, está enfocada en apoyar preferentemente el trabajo de las Comisiones
Legislativas de ambas Cámaras, con especial atención al seguimiento de los proyectos de ley. Con lo cual se
pretende contribuir a la certeza legislativa y a disminuir la brecha de disponibilidad de información y análisis entre
Legislativo y Ejecutivo.
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