Hermenéutica Avanzada
Hermenéutica Avanzada
Hermenéutica Avanzada
ENÉU
TICA
AVAN
ZADA
Pastor José A. Fonseca
Doctor en Ministerios
* Debe precisarse la relación del texto del Antiguo Testamento con el contexto del
Nuevo para comprobar si tiene o no una proyección que rebase tipológicamente o
proféticamente su significado original. Asimismo, se desprenderá la conclusión
relativa a su carácter normativo, si es de vigencia permanente o temporal, si sólo
obligaba al antiguo pueblo de Israel o si conserva su fuerza compulsiva también
para nosotros hoy.
Variantes Verbales
Formas Literarias
Del mismo modo que los profetas recibieron de Dios luz respecto al futuro, los
historiadores bíblicos pudieron recibirla respecto al más remoto pasado; y así
como los primeros pudieron predecir lo que había de acontecer, el narrador pudo
consignar por escrito lo que había acaecido no sólo en los albores de la
humanidad, sino “en el principio” y a lo largo de todo proceso creativo.
a. La creación Gn. 1 y 2.
b. La caída Gn. 3.
iii. El Tabernáculo.
i. El rey ha de ser el siervo de Yahveh. II S. 3:18; 7:5, 8, 19, 20, 21, 25-29.
TEXTOS PROFÉTICOS
El lenguaje de los mismos suele ser figurado, poético o simbólico, lo que origina
las consiguientes dificultades; y éstas aumentan cuando el pasaje tiene un
carácter predictivo.
Su etimología es incierta;
El profeta es aquel que llama o que es llamado y que anuncia algo, lo que coincide
con el carácter y función del profeta llamado por Dios para ser un portavoz.
VIDENTE PROFETA
COMUNIDADES PROFÉTICAS
Una forma del profetísmo colectiva fue en los tiempos de la monarquía israelita, en
las “escuelas” o grupos que se formaban en torno a destacadas figuras, como
Elías o Elíseo (2 R. 2:3 y ss; 4:38; 6:1) y se mantenían viviendo comunitariamente.
Son presentados por lo general en conexión con un santuario (Betel, Gilgal o
Jericó – 1 R. 13:11; 2 R. 2:1, 4, 5).
PROFETISMO
Los profetas cúlticos eran considerados como oficiales del santuario y ocupaban
un lugar de honor junto a los sacerdotes y demás funcionarios religiosos.
TIPOS Y SÍMBOLOS
Tipología
El término griego typos, del que se deriva la palabra “tipo” aparece catorce veces
en el Nuevo Testamento, con diversas asignaciones, de las cuales las dos más
importantes son: a) modelo; b) producto que se obtiene según el modelo. Se usa
especialmente en el sentido de patrón o ejemplo para la conducta moral del
cristiano (Fil. 3:17; 1 Ts. 1:7; 2 Ts. 3:9).
Pablo escribe respecto a Adán que “es figura del que había de venir” Ro. 5:14 y de
las experiencias de Israel en el desierto dice que “sucedieron como ejemplos para
nosotros” 1 Co. 10:6, 11. presidente o predicador. El contenido no permite una
división fácil pero se demarca como idea principal o tema la futilidad y los
contrasentidos de la vida, ante la que el hombre ha de asumir una actitud sabia,
positiva.
La palabra vanidad (hebel) que preside toda la temática del libro, significa también
“vaho, niebla”, lo que en el fondo equivale a sombra de misterio.
Los escritos más antiguos de este género, algunos pasajes de I Enoc, datan a lo
menos del siglo II antes de Cristo, mientras la producción comenzó a disminuirse a
mediados del segundo siglo d.C.. En algunos casos los expertos discrepan sobre
si determinado escrito pertenece estrictamente al género apocalíptico, pero la
colección es vasta, quizá dos o tres veces la extensión de la Biblia entera . La
colección más completa, la de James H Charlesworth en inglés, alcanza unas dos
mil páginas grandes. Por lo tanto es una fuente rica y valiosa para entender este
movimiento histórico como también el mismo Apocalipsis de Juan.
PAUTAS HERMENÉUTICAS
(1) Es importante tomar en cuenta que los escritos apocalípticos son literatura
de la imaginación. No apelan en primer término al raciocinio lógico sino al
don de la fantasía.
(4) (4) En la literatura apocalíptica, las más de las veces el mensaje central
viene en visiones o sueños. Nos toca activar la imaginación y lograr ver esa
visión, asimilando sus diversos detalles en un solo cuadro coherente e
integral. Entonces debemos buscar el mensaje en el cuadro total. Las
palabras del Apocalipsis van pintando cuadros, y los cuadros hablan, como
si fueran pinturas en una galería. Si tratamos de convertir cada detalle en
alguna realidad literal, antes de ver y sentir el cuadro total, habremos
desmembrado el cuadro y emasculado su fuerza visual y dramática. En las
imágenes simbólicas del Apocalipsis, es perfectamente posible que un solo
detalle tenga dos significados distintos (las siete cabezas son siete montes,
y son siete reyes, 17:9-10) e igualmente posible que algún detalle no tenga
ningún referente externo sino que sea simplemente un detalle pictórico del
cuadro.
(5) Por su propio género literario y por los muchos siglos que han pasado, los
libros apocalípticos (incluso el de Juan) iuncluyen detalles que ahora no
podemos descodificar, porque hemos perdido las claves de interpretación.
Eso no debe sorprendernos, ya que se trata de escritos con códigos mucho
más sutiles (algo así como nuestras caricaturas políticas o como los
chistes) que en aquel entonces los lectores entendían pero que hoy no son
siempre explicables.
(7) Puede sorprender a algunos darse cuenta también que las visiones no son
necesariamente predictivas. En los relatos de visiones, los verbos suelen
aparecer en tiempo pasado, no futuro, porque se refieren al momento en
que el autor apocalíptico había recibido la visión. Generalmente hay poco o
nada en el relato para indicar que esté anunciando algo que vaya a pasar
en el futuro. Muchas visiones en el Apocalipsis simplemente describen
verdades espirituales sin pretender predecir sucesos futuros. La visión del
hijo de hombre (Apoc 1), del trono y el Cordero (Apoc 4-5) y de la media
hora de silencio (8:1-4), no deben entenderse como predicciones de futuros
acontecimientos. Si el lector opta por interpretar las visiones de las
trompetas y las copas como vaticinios de sucesos futuros específicos, eso
es decisión de ese intérprete a menos que demuestre del mismo texto que
la visión tuviera una intención predictiva.
PARÁBOLAS
Las parábolas, según C. H. Dodd, “son la expresión natural de una mentalidad que
ve la verdad en imágenes concretas en vez de concebirla por medio de
abstracciones”. La utilización de este modo facilita la comprensión de una verdad
espiritual, a la par que contribuye a fijarla en la memoria, pues no es una verdad
que se recibe directamente sino que se descubre mediante el proceso mental
comparativo por parte del oyente.
Interpretación
Normas Interpretativas
Como norma general puede decirse que, aunque algunas parábolas pueden
enseñar o ilustrar una doctrina, ninguna debería ser usada para probarla o
apoyarla.
En todos los casos, cualquier aspecto del Reino o cualquier doctrina que parezcan
hallarse contenidos en la parábola como enseñanza sustancial, antes de su
reconocimiento como tal, hemos de analizarlo comparándolo con los textos
fundamentales de la Escritura. Y en ningún caso ha de permitirse que los
presupuestos teológicos impidan distinguir lo que sin ellos probablemente se vería
de modo más claro y natural. Sólo así los mensajes de las parábolas llegarán a
nosotros con el encanto de su auténtico significado y con la plenitud de su fuerza
original.
BIBLIOGRAFIA