Modulo 1
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NEGOCIACIONES ECONÓMICAS
1. Definición
La negociación es un proceso de intercambio de información y compromisos en el cuál
dos o más partes, que tienen intereses comunes y otros divergentes, intentan llegar a
un acuerdo.
• La negociación es un proceso en donde los agentes interesados en llegar a un
acuerdo sobre un asunto en particular, intercambian información, promesas y
aceptan compromisos formales. Cuando estos aspectos son económicos y
financieros, nos referimos a negociación económica.
• La negociación se suele dar en forma de diálogo entre las partes, en donde cada
uno tiene interés en lo que la otra parte tiene o puede ofrecer, pero no está
dispuesto a aceptar todas sus condiciones. De esta forma, cada parte busca que
la otra ceda en algo su postura para poder llegar a un punto de acuerdo
aceptable por ambos.
• La negociación es un medio de resolución de conflictos cuando las partes
desean mantener o continuar la relación de intercambio. La negociación existe
porque existe un conflicto, de forma que las partes pretenden resolverlo de
forma que la solución negociada sea satisfactoria para ambos.
3. Características de la Negociación
• Existen dos o más interesadas en negociar (partes negociadoras)
• Las partes negociadoras están interrelacionadas. Esto es, cada una de ellas tienen
algo de interés para la otra parte, lo que determina en gran parte su poder de
negociación. Si no hay nada que se pueda ofrecer, no se puede negociar.
• Existe un proceso dinámico en donde las partes se comunican, informan de sus
posiciones y discuten cuanto está cada uno dispuesto a ceder a cambio de algo que
el otro le puede otorgar.
• Cada una de las partes negociadoras tendrá una determinada estrategia negociadora
cuyo objetivo será que la mayor parte de sus condiciones sea aceptada. La estrategia
puede ser exitosa o no.
• Si la negociación es exitosa se llegará a un acuerdo formal en donde las partes se
comprometen con lo pactado.
4. Tipos de negociación
Podemos hablar de dos tipos básicos de negociación: distributiva e integrativa.
negociación distributiva: los resultados de las partes se hallan inversamente
relacionados, de forma que, si una de las partes gana, la otra pierde. También se
denomina "de pastel fijo" porque si dividimos un pastel en diez partes si uno se
lleva siete, al otro le quedan sólo tres partes. Este tipo de negociación suele aparecer
cuando se tratan aspectos cuantificables (salario) o dicotómicos (promoción - no
promoción). Lógicamente los resultados de esta negociación son negativos, ya que
el conflicto de intereses es evidente y los costos son elevados.
En la negociación integrativa se persigue que todas las partes puedan salir
satisfechas del proceso negociador. El objetivo es la distribución óptima de los
recursos. Se suele dar este tipo de negociación en aspectos no cuantificables, como
las relaciones interpersonales, el clima laboral. También se denomina de "pastel
variable".
6. Intereses en la negociación
Los intereses en la negociación son múltiples:
En una negociación siempre hay múltiples intereses. De momento podremos
identificar los profesionales, los personales y dentro de cada uno de ellos
habrá a su vez otros también distintos. Por ejemplo, en el alquiler de un piso
pueda ver diferentes intereses como el interés por alquilarlo lo más caro
posible, el interés por que sea por el mayor plazo posible, el interés porque
cuiden el piso, o el interés por tener un inquilino agradable.
No debemos asumir que el otro negociador tiene el mismo interés
que nosotros. Así si nosotros tenemos interés por alquilar a largo plazo,
el otro negociador puede tener interés, por lo contrario.
En negociaciones multilaterales o en negociaciones con varios negociadores
de cada parte, los intereses además pueden ser mucho más complejos.
No olvide que en una negociación hay personas que pueden tener mayor
poder de decisión. Sus intereses son la clave.
7. Comunicación adecuada y redacción y sustancia
7.1.Comunicación adecuada
Planifique los temas de conversación
Preste atención al lenguaje verbal y no verbal
Aprenda a escuchar activamente
Utilice el poder de la pregunta
7.2. Redacción y sustancia
Trabaje la relación antes de la negociación
Suave con la gente y duro con el problema
Cuando la persona es el problema, negocie específicamente la relación
8. Proceso Negociador
Fases de la negociación.
Podemos identificar cinco fases en la negociación: preparación, antagonismo, marco
común, propuestas (soluciones) y cierre.
Preparación:
Para preparar correctamente una negociación las partes deberán planificar los
siguientes aspectos:
• Determinar la naturaleza conflictiva en la que se encuentran, es decir, hacer un
diagnóstico previo.
• Determinar sus propias metas y objetivos, en dos términos: nivel de aspiraciones
máximo (el punto más favorable) y zona de resistencia (hasta donde estoy
dispuesto a ceder).
• Establecer una lista de posibles concesiones a la otra parte y su ponderación.
• Desarrollar un plan estratégico-táctico.
Antagonismo:
En esta fase los contendientes ponen sobre la mesa su nivel máximo de aspiraciones. El
objetivo es confirmar al oponente la firmeza de nuestros posicionamientos. Esta fase
cumple cinco funciones muy importantes:
• Salva la imagen del negociador ante aquellos a quienes represente.
• Ayuda a clarificar las metas y prioridades propias.
• Se tantea hasta qué punto se puede forzar a la otra parte a realizar concesiones.
• Se demuestra firmeza con respecto a los propios objetivos.
• Se explicitan las divergencias existentes.
Aceptación del marco común:
Existe un momento en el que las partes deben dilucidar si adoptan una postura
competitiva, de colaboración o de cesión unilateral. Dado que la meta de ambas partes
es la de lograr un acuerdo, se pueden acercar posiciones siempre que se perciban señales
de reciprocidad por parte de los elementos en conflicto.
Presentación de alternativas:
En esta fase se materializan las ofertas y contraofertas a la otra parte, hasta que
se acercan posiciones que permiten el acuerdo definitivo.
Cierre:
Una vez acercadas las posiciones, y expuestos los acuerdos alcanzados, se da por
concluida la negociación.
9. Estrategias y tácticas:
Entendemos como plan estratégico el conjunto de actividades coherentes e integradas
dirigidas a la consecución de los objetivos en la resolución del conflicto, mientras que las
tácticas se refieren a los pasos o acciones que las partes usan para obtener el mayor
rendimiento posible de la negociación y hacer prevalecer sus condiciones. Estos autores se
basan en los modelos clásicos de respuestas al conflicto considerando cuatro estrategias
básicas que el negociador puede utilizar:
• Solución de problemas: se caracteriza por el intento de encontrar alternativas aceptables
y satisfactorias para ambas partes.
• Rivalidad: se intentan conseguir los objetivos propios, forzando a la otra parte o
presionándola para que utilice una conducta más concesiva.
• Flexibilidad: implica una importante reducción de objetivos y aspiraciones.
• Inacción: la actividad es mínima, de forma que la acción de los negociadores queda
reducida sustancialmente.
La mayor parte de los autores diferencian entre dos tipos de estrategias: solución de
problemas y rivalidad, por este motivo haremos un mayor hincapié en dichas estrategias y
en las tácticas asociadas a las mismas. Dichas estrategias suelen aparecer de forma
diferencial en los tipos de negociación analizados en otro apartado integrativo y
distributivo- que se distinguen en lo siguiente:
9.1.Estrategia de resolución de problemas
Es una estrategia que persigue la colaboración y la conciliación. Esta estrategia genera los
mayores resultados conjuntos, permite el compromiso con el acuerdo y mejora las
relaciones interpersonales. Existen varios momentos claves que posibilitan la aparición de
la estrategia de solución de problemas:
a) al inicio de la interacción
mediante la identificación del problema,
b) a la hora de proponer alternativas y
soluciones al conflicto, y
c) en la fase final del proceso negociador.
Ampliación de los elementos sobre los que se negocia: los puntos que el negociador pone
sobre la mesa de negociación responden a determinadas necesidades subyacentes. Cuando
las personas intentan utilizar una estrategia de resolución de problemas intentan dar
respuesta a esas necesidades subyacentes más que a los puntos concretos que se establecen
en la agenda negociadora. En este sentido, es posible que la solución acordada responda a
dichas necesidades sin quedar necesariamente plasmados en ella los puntos concretos
negociados. Veamos un ejemplo:
Antonio es director comercial de CABLES S.A., una empresa que suministra cables
eléctricos a grandes supermercados de bricolaje. La empresa Bricomanía S.L. le realizó
un pedido de 2000 m. de cable tipo A, 4000 m. de cable tipo B y 25000 m. de cable tipo C
para el 25 de septiembre. El pedido aceptado por Antonio, quien se comprometió a la
entrega en la fecha convenida, no obstante, en la empresa surgieron problemas que han
obligado a un ajuste en
las maquinarias, con lo que, a 1 de septiembre, Antonio cree imposible la entrega del
pedido, el cual cree que se retrasará 20 días, si no surgen nuevos problemas. Ante esta
demora, Antonio decide llamar a Bricomanía S.L. con el objetivo de anunciar el retraso,
ante el cual surge un conflicto que amenaza con romper las relaciones entre las dos
empresas.
Esta es una situación difícil y muy común en nuestros días. Un abordaje de solución de
problemas requiere un conocimiento exacto de las necesidades subyacentes de las partes,
las cuales desean seguir manteniendo sus relaciones. Cables S.A. no desea monopolizar su
producción en un único cliente y Bricomanía S.L tiene que entregar unos metros de cables
de alta calidad a un cliente muy importante con el que se ha comprometido. Por lo cual
una de las posibles soluciones de los negociadores es, conociendo las necesidades del
oponente, comprometerse a la entrega del mismo en la fecha prevista, negociando la fecha
de entrega del resto de los pedidos. En este caso, ampliando el margen temporal, quedan
satisfechas, en la solución negociada, las necesidades de las partes: CABLES S.A. dispone
de más tiempo para responder al cliente, y no necesita concentrar su producción en un
único pedido, y Bricomanía S.L puede obtener los cables que necesita urgentemente en la
fecha convenida.
Existen muchas negociaciones donde se amplían los elementos sobre los que se negocia,
sobretodo en negociaciones entre países.
Thomas (1992) resume las diferentes tácticas negociadoras en función del objetivo que
persigan, bien sea la modificación del marco racional o instrumental de la otra parte, el
marco normativo, o los aspectos emocionales, dichos puntos aparecen en la siguiente tabla:
9.2.Estrategia de rivalidad
Las tácticas de presión tienen como objetivo incrementar las concesiones del oponente,
hecho que se puede conseguir de diversas formas:
• Planteando demandas excesivas, o posicionamientos inalcanzables. Por ejemplo, la
solicitud del 90% de la totalidad de los beneficios de una transacción.
• Utilizando argumentos persuasivos, por ejemplo, intentar convencer al oponente de que
nuestros posicionamientos son también beneficiosos para la otra parte.
• Utilizando las amenazas. De retirarse de la negociación, o de infringir castigos al
oponente.
• Manejando la presión del tiempo. La utilización del factor tiempo es fundamental en la
negociación, de forma que los negociadores menos preocupados por el factor tiempo tienen
un mayor margen de maniobra.
En el uso de las tácticas coercitivas o punitivas tienen un papel fundamental las relaciones
de poder. En este sentido Munduate (1992) diferencia entre tres elementos
muy relacionados:
• La coerción: es la capacidad de reducir los beneficios de la otra parte, bien eliminando
los recursos de los que dispone o produciendo algún coste. Los negociadores utilizan la
coerción cuando castigan la conducta del otro o cuando entorpecen la consecución de sus
objetivos.
• El potencial coercitivo: es la máxima cantidad de castigo que una parte puede imponer a
otra. Es un concepto relacional y situacional, porque una persona puede tener un alto
potencial coercitivo sobre una persona concreta, pero no necesariamente sobre un conjunto
de ellas, y además dicho poder se circunscribirá a un contexto concreto. Por ejemplo, un
sargento del ejército tiene un alto potencial coercitivo sobre los reclutas, pero no sobre
otros sargentos y superiores, y además ese potencial coercitivo se circunscribe a un
contexto
concreto: el cuartel.
• El empleo de la coerción: es la exteriorización del potencial coercitivo, la modificación
real de los beneficios de la otra parte.
Cuando un negociador utiliza la coerción ocurre un efecto directo y otro indirecto. El efecto
directo es que la parte que ha sido castigada reduce sus beneficios; el efecto indirecto
consiste en que la parte castigada es menos dependiente de la parte que castiga, por lo tanto,
esta última reduce su potencial coercitivo. Estos efectos los podemos observar en la
conducta de los padres y los hijos. Si una hija llega tarde un sábado por la noche, y la
madre la castiga a no ir el domingo a la piscina, donde la espera su novio, la madre le habrá
infringido a su hija el máximo castigo posible para ella, por lo que la dependencia de la hija
con respecto a la madre habrá disminuido y lo más probable es que adopte conductas de
rebeldía.
La amenaza
Una técnica basada en el uso del potencial coercitivo es la amenaza. La amenaza es la
información de la posibilidad de infringir un castigo al oponente. Está en función del
potencial coercitivo, es decir, de la capacidad potencial de una de las partes de infringir un
daño, por lo que la condición indispensable de la efectividad de la amenaza es la
credibilidad de la misma, esto implica que a) el amenazante pueda ejecutarla, y b)
efectivamente la ejecute.
La convivencia con la amenaza la conocen muy bien los niños, quienes discriminan
exactamente entre la amenaza que sustituye al castigo y la amenaza que lo predice.
Es una táctica valiosa porque se obtienen elevados beneficios con un mínimo coste, sin
embargo, el abuso de la amenaza puede decrementar la credibilidad del amenazante.
La amenaza es una aseveración que informa al oponente qué sucederá si no acepta una
determinada propuesta: ' si x, entonces y' o 'si no x, entonces z'. El castigo puede ser
explícito o quedar implícito y no aparecer claramente en el discurso.
La forma concreta en la cual la amenaza está redactada ejerce una influencia de diferente
signo en el oponente; no es lo mismo que el castigo quede implícito o implícito en el
discurso, o que esté redactada en términos positivos o negativos. Por este motivo muchos
autores (véase Gibbson, Bradac y Busch, 1992) han analizado lingüísticamente las formas
de la amenaza y sus efectos.
Las soluciones integrativas son las más deseadas por los negociadores porque son más
estables y duraderas en el tiempo y permiten que las partes en conflicto estén más
satisfechas.
La distribución equitativa de los resultados produce una gran satisfacción entre los
negociadores, mucho mayor que si los resultados son muy desfavorables para ellos, o,
paradójicamente, muy favorables (De Dreu, Lualhati. Y McCusker, 1994). No obstante,
cuando queremos conocer si un determinado resultado es equitativo, comenzamos a tener
problemas:
a) primero, porque la equidad no siempre es sinónimo de integración, y
b) segundo porque las experiencias subjetivas que los negociadores tienen de lo que es o no
equitativo son más importantes que la distribución objetiva de los resultados;
c) y tercero porque los negociadores también valoran en gran medida si el proceso ha sido o
no ha sido justo.
Por este motivo los investigadores suelen distinguir entre resultados objetivos,
cuantificables y tangibles y resultados subjetivos de la negociación, fruto de la percepción y
la valoración de los negociadores, a los primeros Thompson (1990) los denomina
Resultados Económicos y a los segundos Resultados Psicosociales.
Los resultados económicos: de la negociación se centran en los productos resultantes de la
misma. La base para el cálculo de los resultados económicos la encontramos en la zona de
común acuerdo, propuesta, entre otros autores, por Raiffa (1982), que está definida por los
puntos de reserva de cada uno de los negociadores. Dichos puntos de reserva representan el
nivel mínimo de aspiraciones que los negociadores pretenden conseguir en la transacción.
Si ese punto de reserva es superado, los negociadores pueden optar por su Mejor alternativa
a un acuerdo negociado, o por el mantenimiento del estatus quo. Si dichas zonas de común
acuerdo se solapan, existirá una zona de negociación positiva, mientras que, si están
distantes, existirá una zona de negociación negativa. Por ejemplo, si deseamos adquirir un
coche determinado y nuestro punto de reserva son 2000$, mientras que el punto de reserva
del vendedor es de 2200$, nos encontramos con una zona negativa, al contrario, sucede si
nuestro punto de reserva es de 2300$.