El Alto Precio de Rechazar A Dios
El Alto Precio de Rechazar A Dios
El Alto Precio de Rechazar A Dios
Dios
Por John MacArthur
Nos estremecemos con razón ante las consecuencias eternas del
pecado y el castigo perpetuo que espera a los pecadores no
arrepentidos. Pero haríamos bien en considerar también el
costo temporal del pecado. Necesitamos reconocer cómo
contamina, pervierte y corrompe, y particularmente su
influencia destructiva en el pecador.
Pablo escribió sobre las consecuencias de rechazar a Dios en su
epístola a los romanos. “Porque la ira de Dios se revela desde
el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que
con injusticia restringen la verdad; porque lo que se conoce
acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios se lo hizo
evidente.” (Romanos 1:18-19). En el corazón de cada ser
humano está plantado el conocimiento de Dios. No
necesitamos que nos digan que Dios existe, nuestra capacidad
de razonar, de entender la simplicidad de la causa y el efecto,
es suficiente para señalarnos la existencia de nuestro Creador.
En este caso, el efecto pide a gritos la realidad de la causa.
Pablo lo explica así: “Porque desde la creación del mundo, sus
atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto
con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de
manera que no tienen excusa” (v. 20). Nadie puede alegar
ignorancia de la existencia de Dios – Su obra creativa no les
deja ninguna excusa para rechazarlo.
El apóstol continúa describiendo los extremos e irracionales a
los que llegarán los hombres en sus intentos de negar la
autoridad creadora de Dios sobre este mundo:
Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como
a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron
vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue
entenebrecido. Profesando ser sabios, se volvieron
necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible
por una imagen en forma de hombre corruptible, de
aves, de cuadrúpedos y de reptiles.. (Romanos
1:21–23)