17 10.2. Resume Las Reformas Impulsadas Durante El Bienio Reformista de La República
17 10.2. Resume Las Reformas Impulsadas Durante El Bienio Reformista de La República
17 10.2. Resume Las Reformas Impulsadas Durante El Bienio Reformista de La República
Reformas sociolaborales
El Ministro de Trabajo, el socialista Largo Caballero, emprendió una serie de reformas para
regular las relaciones laborales entre patronal y obreros. Se aprobaron una serie de medidas
como la Ley de Contratos de Trabajo, que priorizaba los convenios colectivos a la hora de
establecer las condiciones laborales, la Ley de Jurados Mixtos y la Inspección de trabajo. Se
trasladó la legislación laboral al campo con medidas, como la Ley de Términos Municipales, que
prohibía la contratación de jornaleros de otro municipio hasta que se hubiesen contratado todos
del primer municipio, la Ley de Laboreo Forzoso y la jornada de ocho horas en el campo.
Reforma agraria
Fue el proyecto socioeconómico de mayor magnitud, ya que España seguía siendo un país
agrario y la estructura de la propiedad lastraba el desarrollo de una agricultura competitiva y de
mercado. El ministro Marcelino Domingo aprobó la Ley de Bases para la Reforma Agraria en
1932, que tenía como objetivo crear una clase media propietaria agrícola. La puesta en práctica
fue encomendada al Instituto de la Reforma Agraria (IRA) que debía elaborar un censo de
tierras expropiables de Andalucía, Extremadura, Sur de Castilla y Salamanca, indemnizar a los
expropiados y asentar a las familias campesinas. Los resultados fueron escasos, debido a las
complejidades legales y burocráticas, junto a la falta de presupuesto. Además, el proceso contó
con la oposición de los grandes propietarios agrícolas, que en algunas zonas poseían el 50% de
la tierra, así como miles de propietarios de fincas de menos de 1000 ha.
Reforma militar
Las reformas impulsadas por Manuel Azaña, Ministro de la Guerra, pretendían modernizar la
estructura y organización del ejército, para lo cual era imprescindible eliminar la excesiva
burocracia y reducir el elevado número de oficiales. Se modernizó la enseñanza militar y se cerró
la Academia de Zaragoza; se clausuraron las Capitanías Generales y desaparecieron los
Tribunales de Honor y el Consejo Supremo de Justicia Militar. Para garantizar la obediencia del
ejército se dispersó a los altos oficiales más conservadores y se promovió el retiro voluntario.
Estas reformas fueron mal recibidas por los africanistas, que las entendieron como una agresión
a la institución militar. Se creó el cuerpo de la Guardia de Asalto, fuerza de orden público leal a
la República.
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Reforma de las relaciones Iglesia-Estado
La constitución de 1931 establecía que España era una unidad histórica y cultural, pero a la vez
reconocía el derecho de las regiones con sentimientos nacionalistas a tener una organización
propia y acceder a la autonomía. En Cataluña el líder de ERC (Esquerra Republicana de Cataluña)
Francesc Maciá proclamó la República Catalana dentro de la Federación Ibérica, aunque tras
negociar con el Gobierno central aceptó la legalidad republicana a cambio de un Gobierno
autonómico, la Generalitat. Posteriormente se aprobó el Estatuto de Autonomía (Estatuto de
Núria, septiembre de 1932), y se reconoció la cooficialidad del catalán. En el País Vasco el PNV
y los carlistas redactaron en junio de 1931 un proyecto de estatuto (Estatuto de Estella). La
oposición de los socialistas y de los republicanos de izquierda debido a su carácter confesional y
la llegada del bieno radical-cedista retrasó su aprobación, que finalmente se produjo en octubre
de 1936, ya comenzada la guerra. José Antonio Aguirre, del PNV, fue elegido primer lendakari.
En Galicia en junio de 1936 se sometió a plebiscito el proyecto de estatuto gallego, pero no llegó
a aplicarse debido al estallido de la guerra, pues Galicia cayó del lado del bando nacional.
En cuanto a la política cultural, se facilitó el acceso a la cultura a las clases populares con las
Misiones Pedagógicas (proyecto cultural en el que participaron de manera voluntaria artistas,
intelectuales, estudiantes, maestros que organizaban actividades culturales en los pueblos),
grupos teatrales como La Barraca de García Lorca, que viajaron por distintas partes de España,
las Universidades Populares y Casas de la Cultura, etc.
El esfuerzo reformista del Bienio intentó ser frenado por el general Sanjurjo quien, en agosto de
1932, llevó a cabo un golpe de Estado, finalmente fallido. El período de reformas acabó con la
llegada al poder en 1933 de la derecha que inauguró el Bienio Radical-Cedista.