Merarit Viera. El Contexto Como Acertijo.
Merarit Viera. El Contexto Como Acertijo.
Merarit Viera. El Contexto Como Acertijo.
Coordinadora
Mónica Inés Cejas es profesora-investigadora
sin descontextualizarlo del problema que queremos analizar, de de la Maestría en Estudios de la Mujer y del
las vidas de las mujeres que relatamos, de nosotras mismas. Cómo Doctorado en Estudios Feministas del Departa-
tejer ese contexto de modo que sea la carne de la reflexión, la red mento de Política y Cultura en la Universidad
Autónoma Metropolitana ( )-Xochimilco. Es
El contexto como acertijo
de arterias y venas por donde corren nuestras ideas y a la vez la
doctora en Estudios Internacionales y Cultura-
que nos permite ver y entender ‘de otro modo’ las vidas que
les por la Universidad Tsuda de Tokio, Japón.
animan nuestros relatos y las relaciones de poder que las afectan. Sus líneas de investigación son mujeres, nación
¿Cómo evitar hacerlo un telón de fondo? No el paisaje que da y ciudadanía; activismo desde la cultura; movi-
marco a lo que relato, sino el relato mismo. De eso se trata y cómo mientos de mujeres y políticas de género en
lo hago en clave feminista” (Cejas, 2018). Sudáfrica; feminismos en África y políti-
CONSEJO EDITORIAL
Aleida Azamar Alonso / Gabriela Dutrénit Bielous
Diego Lizarazo Arias / Graciela Y. Pérez-Gavilán Rojas
José Alberto Sánchez Martínez
[email protected]
http://dcshpublicaciones.xoc.uam.mx
isbn uam: 978-607-28-1820-0
editorialitaca.com
isbn Itaca: 978-607-8651-41-2
*
Es doctora en ciencias sociales por la Universidad Autónoma Metropolitana (uam)-Xochi-
milco, maestra en estudios socioculturales por la Universidad Autónoma de Baja California
(uabc uabc-Tijuana. Actual-
mente es profesora investigadora, integrante del área de investigación “Mujer, identidad y
poder” del Departamento de Política y Cultura de la uam-Xochimilco. Sus investigaciones se
inscriben en la línea de estudios feministas, estudios culturales y juventudes.
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Hablo de hacer colectiva en el sentido y la tradición del activismo y de las prácticas polí-
ticas feministas que implican la acción colectiva entre y por las mujeres. Así pues, entiendo la
colectiva como el proceso y el resultado de la actividad de un grupo de mujeres cuyos objetivos
producen a su vez afectos que nos mueven a cumplir nuevos objetivos de movilización social
hacEr colEctiva DEsDE la frontEra...
El hacer colectiva entre mujeres punks representa una lucha política don-
de se conjuntan trabajos intelectuales y artísticos con prácticas cotidianas
afectivo de “ser amigas”, entre sí y con otras personas; impulso que no nos
exime de nuestras propias relaciones de poder. Por ello, este trabajo es un
En ese sentido, la colaboración de Alethia Montalvo González para este libro nos permite
ser mujeres bordelands en La Tijuana.
mErarit viEra
intento de realizar el ejercicio que Mónica Cejas (en su capítulo para este
puente para muchos migrantes que llegan para cruzar la frontera y cumplir
el “sueño americano”. Mario Ortiz Villacorta asegura que Tijuana en sus
inicios no era más que un montón de rancherías que se confundían entre Es-
tados Unidos y México; era una ciudad de paso donde “las noticias llegaban
-
miento de la ciudad convocó a dos simposios para debatir sobre la fecha de
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En la frontera y en la jerga tijuanense la palabra
origen estadounidense como al territorio de Estados Unidos de América, en especial a su
frontera más cercana: el estado de California.
hacEr colEctiva DEsDE la frontEra...
visitantes; sin embargo, lo único que se propició fue el crecimiento del sector
hotelero de la ciudad, pues los turistas preferían quedarse en la ciudad toda
la noche y regresar a territorio estadounidense al siguiente día. La Tijuana
del party —por sus bares y prostíbulos— también se convirtió, en el imagi-
nario popular nacional, en una ciudad de violencia y riesgo (representación
“leyenda negra” de la ciudad, leyenda que desde la década de los años veinte
del siglo pasado ha sido alimentada por la cultura popular binacional. Ti-
mErarit viEra
Este programa fue un acuerdo binacional que patrocinó el cruce legal y temporal de tra-
bajadores mexicanos a Estados Unidos.
hacEr colEctiva DEsDE la frontEra...
surgió la Casa de la Mujer “Grupo Factor X”, impulsada por Carmen Vala-
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ciudad lanzó una campaña llamada “Tijuana Coqueta”: su publicidad exhibía bares de la zona
dirigida a hombres y sobre todo a extranjeros. Véase “Campaña Tijuana Coqueta promoverá
funcionar como tal, pero no sin haber construido una serie de redes y grupos
que se orientaron a la capacitación y a otras acciones solidarias con otras
mujeres, lo cual se manifestó en dos de sus logros más importantes: la Red
Mexicana de Trabajadoras de la Maquila, y la Red de Solidaridad de la Ma-
Baja California. Ahí conocí a Inés Castillo, quien había participado activa-
mente en Factor X de 1994 a 1999. Ella asegura que “ahí me hice feminista
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imaginarios de la ciudad, siempre se han asociado más con Ciudad Juárez que con Tijuana.
Desde la década de 1990, el alto índice de feminicidios en Ciudad Juárez acaparó la atención
de los medios de comunicación y esta ciudad se convirtió en un foco rojo de violencia de género.
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Comunicación personal vía Facebook
además de ser una de las principales artistas de punk rock de la ciudad, es activista, mamá
y rockera. Inés fue parte de la banda Manos Sucias, Los Adixión y Parche de Ira. Debido a su
maternidad puso una pausa a la música, aunque ocasionalmente participa en algunos pro-
yectos. Ella fue mi compañera musical en las dos primeras bandas mencionadas (ella como
vocalista y yo como bajista).
hacEr colEctiva DEsDE la frontEra...
Guiadas por lemas como “lo personal es político”, las feministas llevaron lo
privado a lo público y señalaron entre otros malestares que se percibían y de-
mandaban en la época, la exclusión, la discriminación, la violencia, las dobles
jornadas, el acoso, el matrimonio obligatorio, el aislamiento en el hogar y la
heterosexualidad como única forma de vida, así como la maternidad no deseada
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No ahondaré sobre el zapatismo y la frontera norte; sólo quisiera enfatizar que en Tijua-
na mucho de lo que se construyó como política activista feminista, o como política de “izquier-
da”, fue lo que la otra frontera (la frontera sur) impulsaba con el movimiento zapatista. Véase
El punk rock, -
glaterra y en Estados Unidos, fue un movimiento musical protagonizado por
jóvenes que principalmente cuestionaban los estándares estéticos de la mú-
sica institucionalizada (desde la música clásica hasta el rock and roll más
que tenían un corte sexista, y hacer evidentes los abusos que como mujeres
jóvenes experimentaban por decidir un estilo de vida asociado al punk, al
hard core, al
Do it yourself, que avalaba la importancia de la autoges-
tión punk, estaba presente cuando, por ejemplo, en el año
un concierto llamado Lady Fest, en Olympia, Estados Unidos, donde se pre-
sentaron proyectos de mujeres de diversos estilos rockeros y otras artistas
con un claro posicionamiento feminista que hacía énfasis en la crítica de una
escena dominada por símbolos masculinos.
Las integrantes de la colectiva Tarantella estábamos atravesadas por la
-
máticas que las mujeres sufrían en Tijuana. La cercanía de Estados Unidos,
y por ende el conocimiento del movimiento Riot Grrrl, tuvo incidencia en
la conciencia de las mujeres jóvenes de la frontera, por cuanto dicho movi-
miento exigía reconocer una escena dominada por hombres. En las décadas
Kathleen Hanna es música, activista y escritora. En la década de los noventa fue líder
Fue la propulsora del movimiento Riot Grrrl, el cual manifestaba desde una postura abierta-
mente feminista una crítica al punk, por su carácter masculino.
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Este movimiento fue el legado de otras bandas de rock lideradas por mujeres de las déca-
las necesidades de quienes integran organizaciones políticas para denunciar alguna proble-
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Conciertos organizados de manera autogestiva, generalmente no masivos.
hacEr colEctiva DEsDE la frontEra...
integrantes de Vaginas Suicidas, Manos Sucias y Hell Dandys. Este reencuentro (denomi-
mErarit viEra
nacional
en todas nuestras intervenciones políticas: feminismo y punk.
político con Inés ni con las feministas de Tijuana, con quienes había cons-
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tas sobre sí mismas. Su principal fuente de producción política fue la elabo-
ración de fanzines. En su primera publicación independiente ellas declaran:
Tijuana; es bailarina gitana, actriz y una de las activistas punk más repre-
sentativa de la ciudad; Judith fue bajista de Vaginas Suicidas, vocalista
de la banda Rebelión Urbana y sigue participando activamente en apoyo
a la Caravana Migrante de latinoamericanos en Tijuana; Jo, como recién
llegada a Tijuana desde Alemania, estudiaba el punk en la frontera y se po-
siciona como feminista radical; impulsó el trabajo de la colectiva mediante
fanzines. Y Rocío, amante de la música punk, es fotógrafa y estudiosa de la
teoría feminista. Todas están posicionadas como anarquistas de clase me-
dia, todas tienen treinta y tantos (excepto Jo, que hasta hoy no cumple los
No hay mucho registro de ese concierto. En la búsqueda de alguna memoria del Lady
Fest, hallé algunos Grassroots Feminism Transnatio-
hacEr colEctiva DEsDE la frontEra...
Tarantella es un baile del sur de Italia, se decía que cuando te picaba una ta-
picadas por la tarántula porque era la única manera en que podían desahogar las
frustraciones y las represiones de las que eran objeto en su vida cotidiana. Taran-
tella era, en ese contexto, escaparse de ser sólo en relación con los otros, de ser
quien sólo sirve para servir o como objeto sexual, es una manera subversiva de
liberarse a través de divertirse, de gozar de la música y el cuerpo propio sin repre-
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En estado alcoholizado.
mErarit viEra
Usar los mejores recursos intelectuales disponibles para lograr una mejor com-
prensión de las relaciones de poder (como el estado de juego y equilibrio en un
campo de fuerzas) en un contexto particular, creyendo que tal conocimiento dará a
las personas más posibilidades de cambiar el contexto y, por ende, las relaciones de
poder. Es decir, […] entender no sólo las organizaciones del poder, sino también las
nosotras, sobre nuestras similitudes como mujeres, como punks, como Riots
Grrrl, como fronterizas y como feministas. Y sobre cómo entendíamos nues-
tras luchas en común. Pero también nos enfrentamos a una realidad que
en Tijuana y en el resto del país (e incluso podría asegurar que en todo el
mundo) emergía: la visibilidad de las violencias a través de las denuncias
90 hacEr colEctiva DEsDE la frontEra...
Uno de los principales objetivos de este trabajo fue “lanzar la primera pie-
dra” en lo relativo a las necesidades urgentes de los feminismos actuales,
entre las que se encuentra pensar en las tensiones que generan pausas en
nuestro actuar, ese “descolocarnos” por no saber qué hacer en los momentos
las mujeres, para poder derribar los muros que coartan nuestra libertad.
En la frontera tijuanense, donde la cotidianidad de la ciudad nos recuerda
que estamos inmersas en formas de violencia contra las mujeres que han
Tres fueron los escraches que apoyamos. Primero fue la denuncia de una
chica que se acercó a una de las integrantes de la colectiva a pedir apoyo,
pues había sido víctima de abuso sexual por parte de un integrante de una
banda de la ciudad; la colectiva decidió contactarla con una psicóloga y faci-
litarle apoyo legal para hacer la demanda. El segundo caso fue el de otra chi-
mErarit viEra
la ciudad, en una calle —el Pasaje Rodríguez— que ha sido utilizada como
pasillo cultural en una muestra de Fanzines independientes en la frontera.
Nuestra enunciación fue cuidadosa; no queríamos caer en el “chisme” sino
evidenciar cómo en la escena musical punk de la ciudad las violencias hacia
las mujeres existían y habían sido (siguen) normalizadas. En ese momento
nuestro actuar como colectiva se fortaleció, pero nos enfrentamos de diver-
sas maneras a críticas de quienes integran la misma escena. Nuestros “com-
pas” (hombres y mujeres) cuestionaban nuestra posición; incluso hubo quie-
nes nos declararon: “la nueva inquisición feminista”. Comenzaron entonces
-
tos con “amigos”, “parejas”, y en general con quienes nos rodean y están
presentes en los escenarios cotidianos de nuestro actuar punk y feminista.
La necesidad imperiosa de una pausa en nuestro activismo se hizo pre-
-
lectiva estaban de acuerdo con sostener la denuncia, pero otras sí. Entonces
94 hacEr colEctiva DEsDE la frontEra...
mantenernos juntas.
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minismos en México, y al mundo, y nosotras también lo estamos procesan-
do. La llamada “era digital” aparece como una herramienta que permite a
las mujeres “decir” a través de las redes sociales lo antes no dicho y hacer-
lo público con alcances que las instituciones no pueden controlar (Rovira,
ante ello nosotras nos quedamos sin herramientas de acción, lo cual nos ha
con nuestras relaciones fuera de la colectiva pero que sin duda la afectan en
sus dinámicas. La pausa fue más bien el resultado de los acuerdos tácitos
—producto del patriarcado— que han sido construidos e instituidos —na-
turalizados en algunos casos— en las relaciones sociales en Tijuana (y las
relaciones de poder en el punk local no son una excepción), en todo nuestro
país… en el mundo.
Para la colectiva Tarantella, el problema en realidad fue tener que en-
frentarnos en la frontera a un escenario de punk rock notoriamente incapaz
de cuestionar sus machismos, por lo que sigue perpetuando actos de violen-
cia normalizados, muchos de los cuales han sido protagonizados por nues-
tros “amigos o compas”. Los espacios de rock y de punk rock de la ciudad
todo ello. De ahí que en la escena musical tampoco el punk esté exento de
ser un campo de batalla para nosotras.
Las pausas en los procesos de trabajo de las colectivas son necesarias;
pero tales pausas no pueden quedarse en la nada; son de lo más útiles para
hacer un recuento que nos permita seguir re-construyendo “juntas” de ma-
nera política. Considero que “el análisis coyuntural también nos obliga a
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jora de nuestro actuar, de nuestras metodologías y que evitemos la banali-
zación de las mismas. Es necesario que los feminismos actuales no olviden
su historia y su contexto. Es preciso estar atentas y juntas pues “casi nada
escapa a las trampas del patriarcado, ni siquiera los feminismos, se ne-
cesitan constantemente nuevas herramientas conceptuales para la acción”
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