Trabajo de GHC
Trabajo de GHC
Trabajo de GHC
Profesor: Estudiantes:
Griselys Sosa
Moises Rodriguez
5º "A"
La vocación de Bolívar era el ejercicio de las armas. En enero de 1797, ingresó como
cadete en el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua, del cual había sido
Coronel años atrás su propio padre. No tenía aún 14 años cumplidos. En julio del año
siguiente, cuando fue ascendido a Subteniente, se anotaba en su hoja de servicios:
Valor: conocido; aplicación: sobresaliente. El adiestramiento práctico en los deberes
militares lo combinaba Bolívar con el aprendizaje teórico de materias consideradas
entonces la base de la formación castrense: las matemáticas, el dibujo topográfico, la
física, etc., que aprendió en la Academia establecida en la propia casa de Bolívar por el
sabio Capuchino fray Francisco de Andújar desde mediados de 1798, y a la cual asistían
también varios amigos de Simón.
A comienzos de 1799, viajó a España. En Madrid, bajo la dirección de sus tíos Esteban y
Pedro Palacios y la rectoría moral e intelectual del sabio Marqués de Ustáriz, se entregó
con pasión al estudio. Recibió allí la educación propia de un gentilhombre que se
destinaba al mundo y al ejercicio de las armas: amplió sus conocimientos de historia, de
literatura clásica y moderna, y de matemáticas, inició el estudio del francés, y aprendió
también la esgrima y el baile, haciendo en todo rápidos progresos. La frecuentación de
tertulias y salones pulió su espíritu, enriqueció su idioma, y le dio mayor aplomo. En
Madrid conoció a María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, de quien se enamoró. A
fines de 1800 pensaba en constituir un hogar, asegurarse descendencia, y regresar a su
país, para atender al fomento de sus propiedades. Hubo un compás de espera: en la
primavera de 1801 viajó a Bilbao, donde permaneció casi todo el resto del año. Hizo
luego un breve recorrido por Francia que le condujo hasta París y Amiens. En mayo de
1802 estaba de nuevo en Madrid, donde contrajo matrimonio, el día 26, con María
Teresa. Los jóvenes esposos viajaron a Venezuela, pero poco duró la felicidad de Simón.
María Teresa murió en enero de 1803. El joven viudo regresó a Europa a fines de ese
mismo año, pasó por Cádiz y Madrid, y se estableció en París desde la primavera de
1804.
Retrato de Simón Bolívar (Anónimo, 1815)En la capital del naciente Imperio Francés los
placeres de una vida social, mundana, y los estímulos de orden intelectual, comparten la
atención de Bolívar, no menos que el espectáculo fascinante de una Europa en plena
ebullición política. Frecuenta teatro, tertulias y salones, donde conoce a bellas mujeres,
pero trata igualmente a sabios como Alejandro de Humboldt y Amado Bonpland, y asiste
a las conferencias y a los cursos libres de estudios donde se divulgan los conocimientos y
las teorías más recientes. En esta época de su vida se entrega con pasión a la lectura. Se
ha encontrado de nuevo con Simón Rodríguez, cuyo saber y cuya experiencia hacen de
él un extraordinario compañero de conversaciones, lecturas y viajes. Van juntos a Italia,
y cruzan a pie la Saboya. En Roma, un día de agosto de 1805, en el Monte Sacro, Bolívar
jura en presencia de su maestro no dar descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta
que haya logrado libertar al mundo Hispanoamericano de la tutela española. De nuevo
se separan Bolívar y Rodríguez. El primero, poco más tarde, asciende al Vesubio en
compañía del Barón de Humboldt y de otros científicos. Bolívar regresa a París, en donde
se afilia a una logia masónica. A fines de 1806, conocedor de los intentos realizados por
el Precursor Miranda en Venezuela, Bolívar considera que ha llegado el momento de
volver a su patria. Se embarca en un buque neutral que toca en Charleston en enero de
1807; recorre una parte de los Estados Unidos, y regresa a Venezuela a mediados del
mismo año.
Vive ahora como un joven aristócrata, atento al fomento de sus haciendas, y en 1808
sostiene un sonado pleito con Antonio Nicolás Briceño por los linderos de una de ellas;
pero piensa siempre en el porvenir del país. En las reuniones que él y su hermano Juan
Vicente celebran con sus amigos en la quinta de recreo que poseen en Caracas a orillas
del río Guaire, se habla de literatura, pero también se hacen planes para la
Independencia de Venezuela.
Llega el 19 de abril de 1810. La Junta establecida ese día nombra a Bolívar, en compañía
de Luis López Méndez y de Andrés Bello, comisionado ante el Gobierno Británico.
Cumplida su misión, Bolívar regresa de Londres a fines del mismo año. En Inglaterra ha
visto el funcionamiento práctico de las instituciones. En el seno de la Sociedad Patriótica
de Caracas es uno de los más ardientes abogados de la Independencia, que el Congreso
proclama el 5 de julio de 1811. Bolívar se incorpora al Ejército, y con el grado de Coronel
contribuye en 1811, bajo las órdenes de Miranda, al sometimiento de Valencia. En 1812,
a pesar de grandes esfuerzos, no logra evitar que la plaza de Puerto Cabello, de la cual
era comandante, caiga en poder de las fuerzas realistas por una traición. A mediados de
1812, el General Miranda capitula ante el jefe español Domingo de Monteverde. En el
puerto de La Guaira un grupo de oficiales jóvenes, entre los cuales figura Bolívar,
deseosos de continuar la lucha, arrestan al infortunado Precursor. Pero todos los
esfuerzos son inútiles. Bolívar logra salvarse gracias a la hidalguía de un amigo suyo, don
Francisco Iturbe, quien obtiene un pasaporte para él. Se traslada a Curazao, y luego a
Cartagena de Indias, donde redacta y publica su «Memoria dirigida a los ciudadanos de
la Nueva Granada por un caraqueño», uno de los escritos fundamentales, en el cual
expone ya su credo político, así como los principios que habrán de guiar su acción en los
años futuros.
Retrato de Simón Bolívar (Antonio Meucci, 1830)El período que va de agosto de 1813 a
julio de 1814, la Segunda República, es en verdad el Año Terrible de la Historia de
Venezuela. La Guerra a Muerte hace furor, y los combates y batallas indecisos,
afortunados o perdidos, se suceden unos a otros con gran rapidez. A pesar de victorias
como la de Araure, la de Bocachica, o la primera batalla de Carabobo, y de resistencias
tan heroicas como la del campo atrincherado de San Mateo y de la ciudad de Valencia,
tanto Bolívar como el General Santiago Mariño (quien había libertado antes el Oriente
del país) se ven obligados a ceder ante el número de los adversarios, cuyo principal
caudillo es el realista José Tomás Boves. Éste triunfa en la Batalla de La Puerta (junio de
1814), y los patriotas se ven en la necesidad de evacuar la ciudad de Caracas. Se produce
una gran emigración hacia el Oriente del país. Allí, Bolívar y Mariño ven su autoridad
desconocida por sus propios compañeros de armas. El Libertador halla de nuevo
fraterno asilo en la Nueva Granada, donde interviene con varia suerte en las contiendas
políticas internas y logra que la ciudad de Bogotá se incorpore a las Provincias Unidas. En
mayo de 1815, hallándose frente a Cartagena, Bolívar abandona el mando para evitar el
estallido de la guerra civil.
En 1818 la campaña del Centro se inicia bajo favorables auspicios, pues el Libertador
logra sorprender en la ciudad de Calabozo al general realista Morillo, pero los
republicanos son derrotados en el sitio de Semén. Días después, en el Rincón de los
Toros, Bolívar está a punto de morir a manos de una patrulla realista, en plena noche. El
5 de junio está de nuevo en Angostura. Llegan entonces un Agente Diplomático de los
Estados Unidos y un gran número de voluntarios europeos.
Retrato de Simón Bolívar (Anónimo, 1832)Lima cae en manos de los realistas, pero el
Congreso del Perú, antes de disolverse, nombra a Bolívar Dictador -como en la antigua
República Romana- con facultades ilimitadas para salvar al país. Él acepta serenamente
tan tremenda responsabilidad. Retirado a Trujillo, trabaja infatigablemente; su genio y su
fe en el destino de América operan el milagro. Emprende la ofensiva, y el 7 de agosto de
1824, en Junín, derrota al Ejército Real del Perú. La campaña continúa, y mientras Bolívar
entra en Lima y restablece el sitio del Callao, el General Sucre, en Ayacucho, pone el sello
definitivo a la libertad americana el 9 de diciembre de 1824. Dos días antes, desde Lima,
Bolívar había dirigido a los gobiernos de Hispanoamérica una invitación para enviar sus
plenipotenciarios al Congreso que habría de reunirse en Panamá, el cual efectivamente
se celebró en junio de 1826.
Ha terminado la fase militar de la Independencia. El 10 de febrero de 1825, ante el
Congreso Peruano reunido en Lima, Bolívar renuncia los poderes ilimitados que le
habían sido conferidos. Dos días más tarde aquel cuerpo decreta honores y recompensas
al Ejército y al Libertador, pero éste no acepta el millón de pesos que se le ofrecían
particularmente. Sale luego de la capital para visitar a Arequipa, El Cuzco y las provincias
que entonces se llamaban del Alto Perú. Éstas se constituyen en Nación, y lo hacen bajo
la égida del héroe: «República Bolívar», se llamó la que hoy conocemos con el nombre
de Bolivia. Para el Nuevo Estado Bolívar redacta en 1826 un Proyecto de Constitución en
el cual están expresadas sus ideas para la consolidación del orden y la independencia de
los países recién emancipados.
Entretanto, una Revolución acaudillada por el General Páez -«La Cosiata»- ha estallado
en Venezuela contra el Gobierno de Bogotá, en abril de 1826. Bolívar regresa a Caracas y
logra restablecer la paz a comienzos de 1827. Sin embargo, las fuerzas de disociación
predominan sobre las tendencias aglutinadoras. Bolívar se distancia más y más, política y
personalmente, del Vicepresidente Santander, hasta que sobreviene la ruptura total. El 4
de julio de 1827 Bolívar sale por última vez de Caracas, se embarca en La Guaira, y por la
vía de Cartagena llega a Bogotá. Allí, el 10 de septiembre, presta ante el Congreso
juramento como Presidente de la República.