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UNIVERSIDAD DE

AQUINO BOLIVIA

SOPORTE DE VIDA
BÁSICO
TRAUMA DE ADBOMEN Y
TÓRAX
FACULTAD: CIENCIAS DE LA SALUD
CARRERA: MEDICINA
DOCENTE: Dr.: TERCEROS CUADRADO, José A.

ALUMNO: CABRERA SOSA, Danna, Sofía

LAGOS TINCO, Dayana

OLIVARES ZUÑIGA, Yahaira

PALOMINO GUTIERREZ, Henry

VILLANUEVA ANGULO, Valeria

GRUPO: “B”
1. TRAUMA DE ABDOMEN
1.1. ANATOMÍA DEL ABDOMEN
El abdomen esta parciamente incluido en el tórax inferior. El abdomen
anterior se define como el área entre los rebordes costales
Por arroba, los ligamentos inguinales, y la sínfisis pubiana por debajo y las
líneas axilares anteriores es por afuera. La mayoría de las vísceras huecas
pueden estar involucradas cuando se presentan lesiones de abdomen
anterior. La región toracoabdominal es el área delimitada anteriormente por
el área inferior a la línea transmamilar,
por detrás por el borde inferior de las
escapulas y abajo por la línea inferior
que pasa por los rebordes costales. Esta
región se encuentra protegida, en parte,
por los huesos del tórax e incluye el
diafragma, el hígado, el bazo y el
estómago.
Dado que el diafragma se eleva hasta el
cuarto espacio intercostal durante la espiración completa, las fracturas de
las costillas inferiores o las heridas penetrantes por debajo de la línea
transmamilas, esta fractura puede ocasionar lesiones de vísceras
abdominales. El flanco es el área entre los iliones axilares anterior y
posterior desde el sexto espacio intercostal hasta la cresta iliaca. Las
gruesas musculaturas de la pared abdominal de esta son, en comparación
con la pared anterior, mucho más delgada, actúa como una barrera parcial
a las lesiones penetrantes, en particular las heridas por arma blanca.
El dorso es el área localizada entre las líneas axilares posteriores, desde la
punta de las escapulas hasta las crestas iliacas. Al igual que en los flancos,
la gruesa musculatura del dorso y los músculos para vertebrales actúan
como una barrera parcial a las heridas penetrantes. Los flancos y el dorso
contienen los órganos retroperitoneales. Este espacio potencial
corresponde al área posterior al recubrimiento peritoneal del abdomen y
contiene a la aorta abdominal, la vena cava inferior la mayor parte del
duodeno, el páncreas, los riñones y uréteres las paredes posteriores del
colon descendente y ascendente y los componentes retroperitoneales de la
cavidad pélvica.
Nota: las lesiones de las estructuras viscerales retroperitoneales son
difíciles de reconoces porque el área es poco accesible al examen físico y
porque estas lesiones inicialmente pueden no presentar signos o síntomas
de peritonitis. Además, este espacio no es evaluado por el lavado peritoneal
diagnosticado LPD ni tampoco bien visualizado con la evaluación por
ecografía focalizada en trauma (Fast).
La cavidad pélvica rodeada por los huesos pélvicos, es esencialmente la
parte inferior de los espacios retroperitoneal e intraperitoneal. Contiene el
recto, la vejiga, los vasos iliacos, y, en las mujeres, los órganos
reproductivos. Nota: los órganos pélvicos o los propios huesos pelvianos
pueden originar pérdida importante importante de sangre.

1.2. PELIGROS LATENTES


La demora en el reconocimiento de las lesiones intraabdominales o pélvica
pueden ocasionar la muerte temprana por hemorragia o la muerte tardía por
lesión visceral.

1.3. TRAUMATISMO DEL ABDOMEN


El traumatismo abdominal es una
de las lesiones que
frecuentemente pasan
desapercibidas y cuando esto
sucede, presentan una de las
principales causas de muerte.
Los traumatismos de abdomen son
divididos en: cerradas y abiertas
esto depende si la cavidad abdominal a sido o no comunicada con el
exterior.
1.3.1. CLASIFICACIÓN:
 TRAUMA CERRADO
En estos las lesiones orgánicas son impredecibles y la situación
empeora debido a que el abdomen da tardíamente, sinología que
permita su diagnóstico y generalmente se trata de estallidos de viseras
solidad y huecas. El estado de las vísceras solidas se relaciona con
hemorragia interna (hígado y bazo) y Las vísceras huecas con peritonitis
(intestino delgado y grueso, vejiga urinaria). El cuadro de shock permite
reconocer inmediatamente la posible existencia de hemorragia interna,
la que, asociada a un
aumento progresivo
del diámetro
abdominal, hacen que
la sospecha
diagnostica sea
dirigida hacia la
cavidad
intrabdominal. Un
impacto directo como
un golpe contra el
borde inferior del
volante o una puerta que se deforma por el impacto que golpea a los
pasajeros en la colisión vehicular lateral, pueden causas compresión y
lesión por aplastamiento de las vísceras abdominales y la pelvis. Tales
fuerzas deforman órganos sólidos y vísceras huecas y pueden causar
ruptura, con hemorragia secundaria, contaminación por contenido
visceral y peritonitis. Las lesiones por cizallamiento son una forma de
lesión por aplastamiento que puede ocurrí cuando un dispositivo de
sujeción es mal utilizado. Los pacientes involucrados en colisiones
vehiculares también pueden sufrir lesiones por desaceleración, en las
que ocurre un movimiento diferencial entre las partes fijas y móviles del
cuerpo. Ejemplo de ello, son las laceraciones del hígado y el bazo,
ambos órganos móviles, a nivel de sus ligamentos de fijación. Las
lesiones del intestino delgado en asa de valde son otros ejemplos de
lesiones por desaceleración.
Los órganos lesiones con mayor frecuencia en paciente que sufren
traumas cerrado incluyen el bazo (40% -50%), el hígado (35%- 45%) y el
intestino delgado (5%-10%) además, hay una incidencia de un 15% de
hematoma retroperitoneal en pacientes que se someten a una
laparotomía por trauma cerrado. Aunque los dispositivos de seguridad
provienen un número mayor de lesiones graves, pueden producir
patrones específicos de lesiones.
Nota: el despliegue del airbag no excluye la presencia de lesiones
abdominales.

 TRAUMA ABIERTO
También llamado penetrante, estos traumatismos se puede calcular el
daño de órganos internos al conocer el objetivo causante y siguiente le
trayecto de la herida.
Las
lesiones
por arma
blanca y
las armas
de fuego
por
proyectiles
de baja velocidad causan daño a los tejidos las errándolos y
cortándolos. Las heridas por proyectiles de alta velocidad transfieren
más energía cinética a las vísceras abdominales. Estas lesiones pueden
causar mayor daño a los tejidos vecinos debido a la cavitación
temporaria que se produce alrededor del trayecto de proyectil.
Las lesiones por arma blanca atraviesan las estructuras abdominales
adyacentes, más comúnmente el hígado (40%), el intestino delgado
(30%), el diafragma (20%) y el colon (15%).
Las heridas por arma de fuego pueden causar lesiones intraabdominales
adicionales de vidas a la trayectoria, el efecto de cavitación y la
posibilidad de fragmentación del proyectil. Los órganos lesionados con
mayor frecuencia en las heridas por arma de fuego son: El intestino
delgado (50%), el colon (40%), el hígado (30%) y las estructuras
vasculares abdominales (25%).
Las explosiones pueden causar lesiones atrás vez de varios
mecanismos, incluyendo heridas penetrantes por fragmentos y lesiones
contusas que ocurren cuando el paciente es lanzado u golpeado. Se
debe considerar la posibilidad de mecanismos tanto penetrantes como
cerrados en estos casos. Los pacientes cercanos a la fuente de la
explosión pueden tener lesiones adicionales, pulmonares o de viseras
huecas, de vidas al aumento de presión que causa la onda expansiva de
la explosión que pueden manifestarse de forma tardía.

NOTA: la posibilidad de lesiones por el aumento de la presión no debe


distraer al médico de la realización de una revisión sistemática ABC para
identificar y manejar las lesiones cerradas y penetrantes más comunes.
Sistema de seguridad Lesión
Cinturón de cadera (de dos puntos)  Desgarro o avulsión del mesenterio
*compresión (asa de balde).
*Hiperflexion  Rptura del intestino delgado o colon.
 Trombosis de la arteria iliaca o de la
aorta abdominal.
 Fractura de Chance de vértebra
lumbar.
 Lesión pancreática o duodenal.
Arnés del hombro  Desgarro o trombosis de las arterias
*deslizamiento por debajo del cinturón innominadas, carótidas, subclavias o
*Compresión vertebrales.
 Fractura o luxación de la columna
cervical.
 Fractura costal.
 Contusión pulmonar.
 Ruptura de víscera abdominal
superior.

1.4. EVALUACION DE TRAUMA ABDOMINAL


La evaluación del trauma penetrante involucra consideraciones especiales
para detectar lesiones
penetrantes del abdomen
y de la región
toracoabdominal. Las
opciones de evaluación
incluyen examen físico
seriado o LPD para
lesiones por instrumentos
punzocortantes en
abdomen anterior o región toracoabdominal. La TAC con doble o triple
contraste es útil para lesiones en el flanco o región lumbar. Puede ser
necesaria cirugía para hacer el diagnóstico y tratamiento inmediato.
En la mayoría de las lesiones abdominales por arma de fuego está indicada
la laparotomía exploradora, ya que, cuando existe penetración del
peritoneo, la incidencia de una lesión intraperitoneal importante se acerca al
98%. Las heridas abdominales por arma blanca pueden ser manejadas con
criterio más selectivo, pero alrededor de 30% tienen una lesión
intraperitoneal. Así, las indicaciones para laparotomía en pacientes con
lesiones penetrantes del abdomen incluyen:
 Pacientes con alteración hemodinámica.
 Heridas por proyectil de arma de fuego con trayectoria
transperitoneal.
 Signos de irritación peritoneal.
 Signos de penetración de fascia.

1.5. HERIDAS TORACOABDOMINALES


Las opciones diagnosticas en pacientes asintomáticos con posibles
lesiones en el diafragma y de las estructuras abdominales superiores
incluyen exámenes físicos seriados, radiografías de tórax seriados,
toracoscopia, laparoscopia y TAC (para heridas toracoabdominales del lado
derecho).
1.5.1. EXPLORACION LOCAL DE LAS HERIDAS Y EXAMEN FISICO
ABDOMINAL SERIADO
Aproximadamente 55 a 60 % de los pacientes con heridas por arma
blanca que penetran el peritoneo anterior tienen hipotensión, peritonitis
o evisceración del epiplón o intestino delgado. Estos pacientes
requieren una laparotomía de urgencia. En el resto de los pacientes, en
el que se puede sospechar o confirmar fuertemente de la penetración
peritoneal por la exploración local de la herida, cerca del 50% requiere
una operación. La laparotomía sigue siendo una opción razonable para
todos estos pacientes. Las operaciones diagnosticas menos invasivas
para pacientes relativamente asintomáticos (que pueden tener dolor en
el sitio de la herida) incluyen exámenes físicos seriados durante un
periodo de 24 horas LPD o laparoscopia diagnóstica.
Aunque un examen FAST positivo podría ser útil en esta situación, uno
negativo no excluye la posibilidad de una lesión intraabdominal
significativa que produzca volúmenes pequeños de líquido. Los
exámenes físicos seriados son laboriosos, pero tienen un índice de
certeza mayor al 96% cuando se utilizan parámetros de recuerdos
celulares específicos, en lugar de simple inspección del aspecto del
líquido obtenido. La aplicación de umbrales menores de trauma
penetrante aumenta la sensibilidad y disminuye la especificidad. La
laparoscopia diagnóstica puede confirmar o excluir la penetración
peritoneal, pero es menos útil en la identificación de lesiones
específicas.

1.5.2. EXAMEN FÍSICO SERIADO VERSUS TAC CON DOBLE O


TRIPLE CONTRASTE EN HERIDAS DEL LOS FLANCOS Y EL
DORSO
El espesor de los músculos del flanco y de la región lumbar protegen
las vísceras subyacentes de muchas lesiones punzocortantes y de
algunas heridas por arma de fuego en esas áreas. Aunque la
laparotomía puede ser una alternativa razonable para todos esto
pacientes, las opciones diagnosticas menos agresivas, en aquellos
pacientes que inicialmente están asintomáticos, no incluyen los
exámenes físicos seriados, la TAC con doble o triple contraste y el LPD.
El examen físico seriado en pacientes que inicialmente están
asintomáticos y luego se vuelven sintomáticos es muy preciso para
detectar lesiones intraperitoneales o retroperitoneales con heridas
posteriores a la línea axilar anterior.
La TAC con contraste doble (oral o intravenoso) o triple (oral,
intravenoso y rectal) requiere cierto tiempo para ser realizada, pero
puede evaluar
mejor el
segmento

retroperitoneal del colon del lado de la herida. La exactitud del método


es comparable con el examen físico seriado, pero en pacientes
asintomáticos puede brindar un diagnóstico más temprano cuando la
TAC se hace de modo apropiado.
En raras ocasiones, estas lesiones retroperitoneales pueden o no ser
detectadas por los exámenes físicos seriados o en la TAC contrastada.
Debido a la sutil presentación de ciertas lesiones en el colon, es
indispensable hacer un seguimiento cercano en los pacientes a quienes
se ha dado de alta luego de un periodo de observación intrahospitalario
de 24 horas. En las lesiones de estas zonas también se puede usar el
LPD como prueba de evaluación temprana. Un LPD positivo es
indicación de la realización de la laparotomía de urgencia.
1.6. DIAGNÓSTICOS ESPECÍFICOS
El hígado, el bazo y los riñones son los órganos involucrados con mayores
frecuencias en el trauma abdominal cerrado. La incidencia de perforación
de víscera hueca, lesión de la columna lumbar y de ruptura uterina aumenta
con el uso incorrecto del cinturón de seguridad. El diagnóstico del
diafragma, duodeno, páncreas, sistema genitourinario o intestino delgado
puede ser difícil. La mayoría de las lesiones penetrantes son
diagnosticadas en la laparotomía.
1.6.1. LESIONES DIAFRAGMÁTICAS
Los desgarros del diafragma por trauma cerrado pueden ocurrí en
cualquier porción de este, pero el izquierdo es el que se lesiona con
más frecuencia. Lo más habitual es una lesión de 5 a 10 cm de largo en
la porción posterolateral del diafragma izquierda. Los hallazgos en la
radiografía inicial
de tórax incluyen:
evaluación o
“borramiento” del
diafragma,
hemotórax, una
sombra anormal
de gas que
oscurece el
diafragma si la
sonda gástrica
posicionada en el tórax. Sin embargo, en un porcentaje pequeño de
pacientes, la radiografía inicial de tórax puede ser normal. Se debe
sospechar el diagnostico en cualquier herida toracoabdominal, y debe
ser confirmado por laparotomía, toracoscopia o laparoscopia.
Nota: Peligros latentes: las heridas penetrantes del diafragma pueden
ser asintomáticas inicialmente.
1.6.2. LESIONES DUODENALES
La ruptura duodenal se
encuentra, por lo general, en
el conductor sin cinturón de
seguridad involucrado en una
colisión vehicular frontal y en
pacientes que reciben golpes
directos al abdomen; por
ejemplo, con el manubrio de una bicicleta. La aspiración de contenido
gástrico sanguíneo lento o la presencia de aire retroperitoneal en una
radiografía simple de abdomen o TAC abdominal aumentan la
sospecha de esta lesión. En pacientes con alto riesgo de presentar
estas lesiones, esta una seriada gastroduodenal o una TAC con doble
contraste.
1.6.3. LESIONES PANCREÁTICAS
Las lesiones pancreáticas ocurren generalmente por un golpe directo
en el epigástrico que comprime el órgano contra la columna vertebral.
Sin embargo, la persistencia de una amilasa elevada o en aumento
requiere una rápida evaluación del páncreas y de otras vísceras
abdominales. Una TAC con doble contraste puede no identificar una
lesión pancreática. Si existe alguna duda luego de una TAC que no es
concluyente, es necesario realizar una exploración quirúrgica del
páncreas.
1.6.4. LESIONES GENITOURINARIAS
Los golpes directos en la espalda o flancos que ocasiones contusiones,
hematomas o equimosis, indican posibles lesiones renales y requieren
una evaluación del aparato urinario (TAC o pielografia endovenosa).
Otras
indicaciones
para evaluar el
aparato urinario
incluyen
hematuria macroscópica o microscópica, un episodio de hipotensión
(presión sistólica menor de 90mmhg) en pacientes en trauma
abdominal cerrado y lesiones intraabdominales asociadas en pacientes
con trauma cerrado. En pacientes con traumas de shock, la hematuria
abundante y la hematuria microscópica son un indicador de riesgo de
presentar lesiones abdominales no renales. Un TAC abdominal con
contraste endovenoso pueden documentar la presencia y el nivel de
una lesión renal en un trauma cerrado, 95% de las cuales pueden
tratarse sin cirugía. La trombosis de la arteria renal o la disrupción del
pedículo renal secundaria a desaceleración es una lesión poco usual
del tracto genitourinario superior en el que puede no haber hematuria,
aunque el paciente puede tener dolor abdominal severo. En el
diagnóstico de cualquier de estas lesiones, son mucha utilidad una
TAC, una pielografia endovenosa o una arteriografía renal.
Las lesiones uretrales generalmente se asocian a una fractura pélvica
anterior. Se dividen en aquellos por encima (posteriores) o por debajo
(anteriores) al diafragma urogenital. Por el contrario, la lesión uretral
anterior es consecuencia de un impacto o horcajadas y puede ser una
lesión aislada.
1.6.5. LESIONES DE VÍSCERAS HUECAS
Las lesiones intestinales por trauma
cerrado generalmente ocurren por
una desaceleración brusca, con el
desgarro ulterior cercano a un punto
de fijación, en especial si el paciente
ha utilizado el cinturón de seguridad
incorrectamente. La presencia de
equimosis lineal o transversal en la
pared abdominal (signo del cinturón
de seguridad) o la presencia
radiología de una fractura lumbar por distracción (fractura de Chance)
deben alertar al médico sobre la posibilidad de una lesión intestinal.
Algunos pacientes presentan dolor abdominal temprano, en otros el
diagnostico pueden ser difícil, especialmente porque las lesiones
intestinales pueden solo producir sangrados mínimos.
1.6.6. LESIONES DE ÓRGANOS SOLIDOS
Las lesiones del hígado, del bazo o del riñón que producen shock,
inestabilidad
hemodinámica o
evidencia de
sangrado
continua son
indicaciones
para una
laparotomía de
urgencia. En una
lesión aislada de
un órgano sólido, con el paciente hemodinámicamente compensado, se
puede aplicar un tratamiento no quirúrgico. Estos pacientes deben ser
internados para un seguimiento cuidadoso y es esencial que sean
evaluados por un cirujano. Se encuentran lesiones de vísceras huecas
en menos del 5% de los pacientes en los que inicialmente se sospechó
solo lesión de órganos sólidos.
1.6.7. FRACTURA PÉLVICAS Y LESIONES ASOCIADAS
Los pacientes con hipotensión y fracturas tienen una alta mortalidad,
por lo que la toma de decisiones apropiadas es crucial. Las fracturas de
pelvis asociadas a hemorragias con frecuencias presentan ruptura del
complejo ligamentario óseo
posterior (sacroiliaco,
sacroespinoso, sacrotuberoso y el
piso pélvico fribromuscular) por fracturas y/o luxaciones sacroiliacas
complejas o por una fractura sacra. La ruptura del anillo pelviano
compromete el plexo venoso pélvico y a veces involucrad la arteria
iliaca interna (lesión por compresión anteroposterior).
Los vasos iliacos pueden estar lesionados por desplazamiento vertical
de la unión sacroiliaca, provocando una hemorragia importante. Las
lesiones de anillo pelviano pueden ocurrir en colisiones de motocicleta,
colisones de peatones por vehículo a motor, aplastamiento directo de la
pelvis o por caídas mayores a 4 metros. La mortalidad de los pacientes
con cualquier tipo de fractura de pelvis es aproximadamente de uno
cada seis (5-30%). En pacientes con trauma cerrado de pelvis asociado
a hipotensión, la mortalidad aumenta a uno cada cuatro (10-40%) y
llega casi al 50% en fracturas pélvicas abiertas. La hemorragia es el
principal factor potencialmente reversible que contribuye a estas
mortalidades.
En las colisiones vehiculares, un mecanismo de fractura frecuente es la
fuerza lateral aplicada a la cara externa de la pelvis, que tiende a rotar
internamente la hemipelvis involucrada, cerrando el volumen pelviano y
disminuyendo la presión en el sistema vascular pélvico (lesión por
comprensión lateral). Este movimiento rotacional impacta el pubis en el
sistema genitourinario inferior, pudiendo provocar lesión de vejiga y/o
uretra. Las hemorragias de este tipo de lesiones o sus secuelas
raramente son causas de muerte. Mecanismo de lesión
Los cuatro patrones de lesión que provocan fracturas de pelvis son:
compresión anterosuperior (AP), compresión lateral, cizallamiento
vertical y complejo (combinado). Una lesión por compresión AP puede
ser causada por atropellamiento, por accidente de motocicleta, por
lesión directa por aplastamiento de la pelvis o por una caída de una
altura mayor a 4m. Con la ruptura de la sínfisis pubiana, generalmente
existe un desgarro de los complejos ligamentosos óseos posteriores
(sacroiliaco, sacrotuberoso y piso pélvico fibromuscular) por una
fractura y/o luxación sacroiliaca o fractura sacra. Con la apertura del
anillo pélvico puede haber hemorragia del plexo venoso pélvico
posterior y, y ocasionalmente, de las ramas de la arteria iliaca interna.
La lesión por compresión lateral es a menudo producida por una
colisión vehicular y causa la rotación interna de la hemi-pelvis afectada.
El volumen pélvico se reduce por la compresión y no es frecuente una
hemorragia que ponga en peligro la vida.
Una gran energía aplicada en el plano vertical provoca cizallamiento de
la pelvis, con ruptura de los ligamentos sacroespinosos y
sacrotuberosos, los que provoca inestabilidad pélvica mayor. Este tipo
de lesión suele verse en las caídas de altura.
2. TRAUMA DE TORAX
El tórax está formado por la caja costal y el diafragma, con una via de salida o
comunicación con el exterior que es la tráquea. Es un cilindro hueco sostenido
por 12 pares de costillas que se articulan posteriormente con la columna
torácica y anteriormente con el exterior. A lo largo del borde inferior de cada
costilla corre un nervio, una arteria y una vena. Los músculos intercostales
conectan cada costilla a la de arriba; estos músculos, conjuntamente con el
diafragma, son los músculos primarios de la ventilación.
El aspecto interior de
la cavidad torácica
está revestido por
una delgada
membrana llamada
pleura parietal y otra
membrana delgada
que cubren la
superficie externa de
cada pulmón, la
pleura visceral. Entre
las superficies
pleurales del pulmón
y la pared interna del
tórax hay una
pequeña cantidad de
líquido en la cual se crea una tención superficial entre ambas pleuras que las
mantiene juntas, resiste la elasticidad natural y tendencia de pulmón a
colapsarse, actúa de la misma manera que 2 piezas de vidrios unidad con una
gota de agua entre ellas, las cuales son muy difícil separar.
La tención de superficie es mayor en el espacio pleural debido a las proteínas y
electrolitos presentes en el líquido. Normalmente no hay espacio presente; sim
embargo, dado que la adhesión es el único mecanismo que las mantiene
unidad, existe un espacio potencial entre ellas. Este espacio potencial puede
colectar volúmenes de 3.000 cc o más en un adulto.
Los pulmones ocupan las mitades izquierda y derecha de la cavidad torácica.
En medio de la cavidad torácica se encuentra un aérea llamado mediastino.
Dentro del mediastino se encuentran todos los órganos y estructuras de la
cavidad torácica: El corazón, los grandes vasos, la tráquea, los bronquios y el
esófago. Cualquiera de estas estructuras puede ser lesionadas por un
traumatismo torácico.
La ventilación es el mecanismo por el cual el aire se moviliza desde la
atmosfera exterior a los alveolos y de este hacia afuera a través de las vías
aéreas. La respiración es el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre
la atmosfera exterior y las células del cuerpo, incluye la ventilación, intercambio
de oxígeno y dióxido de carbono entre los alveolos y los capilares alveolares, y
el transporte de oxígeno a las células corporales y de estas el dióxido de
carbono hacia los alveolos. Es importante entender que la capacidad de la
víctima para llevar el oxígeno necesario para dar vida a todas las células
de su cuerpo, depende de ambos procesos: El mecánico que trae aire
hacia dentro de los pulmones(ventilación) y el biológico(respiración) que
permite al oxigeno llegar a las células, donde será utilizado como un
combustible para el cuerpo.
Durante la inspiración se contraen el diafragma y los músculos
intercostales provocando que el diafragma se desplace hacia abajo y las
costillas se separen y se eleven. Este movimiento incrementa el volumen
dentro de la caja torácica. Debido a que en un sistema cerrado el volumen y la
presión son inversamente proporcionales, esto disminuye la presión
intratoracica a un nivel más bajo que el existente en el aire fuera del cuerpo,
causando la entrada de aire a los pulmones a través de las vías aéreas.
Durante la exhalación, se relaja el diafragma y los músculos intercostales
provocando el desplazamiento hacia arriba del diafragma y que las costillas
vuelvan a su posición original de reposo. Esto reduce el volumen torácico en
relación al alcanzado durante el pico máximo de la inhalación, incrementando
la presión torácica en un nivel superior al del aire fuera de la boca, y causa que
el aire de los pulmones sea forzado hacia fuera del cuerpo a través de los
bronquios, tráquea, faringe, nariz y boca.
Las lesiones torácicas pueden ser penetrantes o cerradas. Las lesiones
penetrantes son causadas por fuerzas distribuidas sobre una pequeña aérea,
como en heridas por armas de fuego, cuchilladas o caídas sobre objetos
puntiagudos. En las lesiones de trauma penetrante, cualquier estructura u
órgano de la cavidad torácica puede ser lesionada.
El corazón está situado entre el esternón y la columna vertebral. En el trauma
cerrado del tórax, como ocurre en colisiones frontales de vehículos, este
golpea primero al timón y al tablero y es comprimido entre el esternón y la
columna. Debido a su ubicación retro esternal el ventrículo derecho puede ser
dañado. Por su mayor proximidad al esternón, la pared del ventrículo derecho
es la más propensa a sufrir una contusión cardiaca, principalmente cuando la
contusión es frontal.
El trauma torácico en
especial en el
área del esternón
o aquellos por
lesión por
desaceleración
rápida son
susceptibles de
contusión cardiaca y
posible espasmo de
las arterias coronarias exponiéndolas al desarrollo de arritmias. La hipoxia y la
acidosis aumentan esta posibilidad. La presencia de una fractura esternal
puede ser predictiva de la presencia de lesión cardiaca y, por tanto, es
indicativa por sí sola de monitorear, pero siempre hay que estar alerta a este
mecanismo de lesión.
También se puede producir lesiones severas a nivel cardiaco y grandes vasos,
la lesión de órganos internos puede producirse con o sin lesiones externas del
tórax. Los grandes traumatismos del tórax se producen generalmente cuando
una persona es impactada contra un objeto sólido, el tipo de lesión dependerá
del tipo de accidente.

2.1. LESIONES TORÁCICAS


2.1.1. TRAUMATISMO TORÁCICO CERRADO
Las fuerzas se distribuyen sobre un área más grande y ocurren muchas
lesiones por
desaceleración, el
estallado y cizallamiento.
En trauma cerrado o
cuando el mecanismo de
esta lesión involucra a
una rápida
desaceleración se deben
sospechar condiciones
tales como neumotórax,
taponamiento cardiaco,
etc. No existe comunicación de la cavidad torácica con el exterior.
Se dividen según el mecanismo del impacto por:
 Impacto frontal del vehículo: Serán lesiones de pared torácica
anterior contusión miocárdica, neumotórax, contusión pulmonar y en
grandes desaceleraciones, rotura de grandes vasos
fundamentalmente de aorta. En este caso los pacientes sin cinturón
de seguridad
presentarán lesiones
mucho más graves.
 Impacto lateral: Trauma de pared torácica con contusión pulmonar,
neumotórax, rotura de diafragma.
 Expulsión del vehículo: El salir despedido fuera del vehículo
multiplica según algunos autores por 300 la gravedad de las lesiones
y su mortalidad. En estos casos de forma sistemática deberemos de
descartar la rotura de aorta torácica.
 Lesiones por vuelco del vehículo: En este tipo de accidentes
podemos observar cualquiera de las lesiones anteriores, sobre todo
si el paciente no portaba cinturón de seguridad.
 Atropello: No son las lesiones torácicas las más típicas en estos
casos, excepto en niños por su estatura y por golpe directo del
vehículo.
 Motociclistas: Aquí las lesiones torácicas son superponibles a las
descritas en los mecanismos de expulsión del vehículo.
 Caídas desde grandes alturas: en este tipo de accidentes se
sumarían las lesiones por desaceleración con las directas
superponibles a los traumas frontales y laterales.
 Explosiones: Son típicas las contusiones pulmonares y neumotórax.

2.1.2. TRAUMATISMO TORÁCICO ABIERTO


Existe una herida que comunica la cavidad torácica con el exterior. En
nuestro medio más del 90% son por arma blanca.
 Lesiones por arma de fuego: En todos los casos no se podrá
descartar nunca inicialmente lesiones cardíacas o vasculares.
 Lesiones por arma blanca: Deberemos sospechar una lesión
cardíaca siempre
que la herida de
entrada esté dentro
del rectángulo
central torácico
delimitado
lateralmente por una línea que uniría el punto medio de la
clavícula con las mamilas y el reborde anterior de la última
costilla.
Las lesiones más frecuentes de tórax son las fracturas costales
(segmentos laterales de las costillas 3-8), estas costillas son
largas, delgadas y pobremente protegidas.
Sus síntomas y signos tenemos lo siguiente: En adultos, son el
dolor con el movimiento, dolor a la palpación y quizá crepitación
ósea, esta fractura simple, rara vez pone en peligro la vida. Las
fracturas de las costillas inferiores (T8-T12) pueden asociarse
con lesiones del bazo, riñones e hígado. Las costillas superiores
1 y 2 por ser cortas, anchas y bien protegidas por la escapula,
clavículas y músculos torácicos superiores, necesitarían para
fracturarse, es así que se deduce del hecho que 30% de las
victimas que presentan fracturas de la primera o segunda
costilla, mueren como consecuencia de lesiones asociadas.
Estas lesiones son producidas generalmente por elementos
punzantes cortantes o armas de fuego, hay hemorragias con
burbujas, silbido por la herida al respirar, dolor, tos,
expectoración y dificultad al respirar porque hay lesión pulmonar.

 Cuando se presente este tipo de lesión es necesario que usted:


 Seque la herida con una tela limpia o gasa.
Si la herida es grande y no silba, cubra con una gasa o tela limpia
rápidamente en el momento de la espiración, sujete con esparadrapo
a con un vendaje, tratando de hacerlo lo más hermético posible para
evitar la entrada de aire. Si no tiene tela limpia o gasa utilice la palma
de la mano para cubrir la herida. “No introduzca ninguna clase de
material por la herida.”
Si la herida es pequeña y presenta succión en el tórax, cubra la
herida con apósito grande estéril, Fije el apósito con esparadrapo por
todos los bordes, menos por uno que debe quedar suelto para
permitir que el aire pueda salir durante la exhalación.
Coloque la víctima en posición lateral sobre el lado afectado para
evitar la complicación del otro pulmón. Si no soporta esta posición o
presenta dificultad para respirar, sitúelo en posición semisentada
ayudado con un espaldar, cojines u otros elementos para facilitar la
respiración. Procure trasladar la víctima rápidamente al centro
asistencial más cercano.
Lo que no se debe descuidar durante la evaluación primaria son las
siguientes lesiones torácicas:
2.2. OBSTRUCCION PARCIAL DE LA VIA AÉREA
Se procede a verificar si existe pulso e inmediatamente se busca causas
corregibles de la disnea, se inicia con
la limpieza de la cavidad bucal y
faringe por la posible presencia de
secreciones y/o sangre, si aun
después de la limpieza continua con
dificultad respiratoria se sospecharan
causas torácicas, para lo cual se
observa el cuello en busca de
desviación de la tráquea,
ingurgitación yugular ( venas yugulares del cuello distendidas) y se observa
el tórax en busca de lesiones evidentes como heridas penetrantes y
fracturas costales asociadas con asimetría funcionales.
2.3. NEUMOTÓRAX A TENSIÓN
Los síntomas incluyen dolor torácico, dificultad respiratoria, respiración
acelerada
frecuencia
cardíaca
extremadamente rápida, seguida de un choque, también incluyen ansiedad,
cianosis, taquipnea, alteración en el llenado capilar, abobamiento de los
músculos intercostales, distención de las venas del cuello (yugulares) y
desviación de la tráquea. Los médicos suelen diagnosticar la lesión
basándose en el historial de la persona afectada, sus síntomas y los
resultados de la exploración física. El médico introduce de inmediato una
aguja grande en el tórax para eliminar el aire.
En el neumotórax a tensión, el aire continúa entrando en el espacio pleural
conforme el paciente respira, con lo que aumenta la presión en el interior
del tórax. El aumento de la presión reduce la cantidad de sangre que
regresa al corazón debido a que la sangre no puede forzar su regreso al
corazón según circula por el tórax. Un neumotórax a tensión puede causar
la muerte de forma rápida.
2.4. TÓRAX INESTABLE
Cuando 3 o más costillas se fracturan en 2 o más sitios, los segmentos
involucrados pierden su soporte óseo y después que el espasmo muscular
sede, se moverá
paradójicamente sin
sincronización con el resto
de la pared torácica. El
espasmo muscular puede
permanecer de 24 a 48
horas. Este fragmento queda
suelto, sin seguir los
movimientos respiratorios del
tórax: Se deprime en la inspiración y protruye en la espiración. El segmento
inestable de la pared torácica será empujado “hacia adentro” por la presión
atmosférica externa, en tanto que el resto del tórax se expande. La presión
decrementada dentro del tórax permite el flujo de aire desde fuera debido a
la diferencia entre la presión atmosférica y la presión intratoracica. De la
misma manera en la espiración esta presión, se transmite hacia dentro a
través de la nasofaringe para expandir los pulmones, y empuja la pared
torácica inestable produciendo la protrusión “hacia afuera” del segmento
llevando a un movimiento paradójico de la misma.

2.5. HEMOTÓRAX
El hemotórax es la presencia de sangre en la cavidad pleural.
Generalmente está causado por lesiones torácicas, (arterias)pero puede
haber otras causas, tales como cáncer pulmonar o pleural, o incluso
cirugías torácicas o del corazón.
En una lesión traumática
con un objeto contundente,
una costilla puede herir
parte del tejido del pulmón
o de una arteria, causando
que la sangre entre en el
espacio pleural, en el caso
de una lesión
cortopunzante o una herida
de bala, puede haber
compromiso de pulmón.
Un hemotórax puede ir
asociado con un
neumotórax (entrada de aire en el espacio pleural), y dependiendo de la
cantidad de sangre, el hemotórax puede complicarse con un estado de
shock.
La cantidad de sangre acumulada varia de acuerdo con el diámetro del
vaso sanguíneo roto y tiempo que ha transcurrido desde que se produjo la
lesión, así tenemos que en un adulto se puede acumular 3 litros o más en
cada espacio pleural. El origen de este sangrado puede ser: vasos
intercostales, pulmones, vasos bronquiales, vasos pulmonares y los
grandes vasos torácicos.
2.6. TAPONAMIENTO CARDIACO
El corazón se encuentra envuelto en una membrana fibrosa El
taponamiento cardiaco se define como una acumulación de líquido en el
saco pericárdico,
creando un aumento de la presión en el espacio pericárdico que deteriora la
capacidad del corazón para llenarse y actuar como bomba. Como la función
del corazón como bomba se
encuentra deteriorada hay
una caída del gasto cardiaco
y de la perfusión sistémica
que lleva a la disfunción de
los órganos que amenazan la
vida. Un coágulo o un tumor
comprimiendo el pericardio
también tienen el mismo
efecto. Lo que es importante
es que la presencia de
cantidades anormalmente
grandes de líquido dentro del
saco pericárdico, no requieren siempre el desarrollo del taponamiento. Esto
es porque se va acumulando lentamente líquido lo que permite a los
mecanismos compensatorios fisiológicos limitar el aumento de la presión
pericárdica y por lo tanto evitar la falla de la bomba cardiaca. Por lo tanto,
un derrame pericárdico debe ser distinguido del taponamiento como un
diagnóstico anatómico, que describe la presencia de líquido anormal dentro
del saco pericárdico sin compromiso hemodinámico. Por el contrario, el
taponamiento cardiaco es un diagnóstico fisiológico en el que el derrame
pericárdico debe acompañarse de pruebas de choque obstructivo.

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