LFLACSO 02 Viteri PUBCOM

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ec

BOLÍVAR A. VITERI G.

OSWALDO E. VILLALBA
CESAR MONTESDEOCA M.

MONOGRAFÍA
DE SAN ANTONIO DE IBARRA
EDICIONES IADAP
I N S T I T U T O A N D I N O D E A R T E S POPULARES
D E L C O N V E N I O AÑORES BELLO

Director Ejecutivo t Ledo. Eugenio Cabrera Marchan


Editora i Jenny Londofto
Levantamiento de textos• Nelly Jiménez V.
Olagramaclóni WHfrldo Acotta P.
Impresión i Washington Padilla

Los autores del libro agradecen al Consejo Provincial de Imbabura y


al artista sanantonense: Sr. Gilberto Almeida E., por el auspicio eco-
nómico entregado para esta publicación.

Igualmente, al Instituto Andino de Artes Populares -IADAP- del


Convenio "Andrés Bello", por la corrección, levantamiento, diagra-
mación de los textos e impresión del libro.
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S.5. Temática Social de la Artesanía Artística

Para aprender artesanías existían dos formas: el maestro y el catálogo venido


de España o Italia. Sin embargo, algún discípulo indisciplinado, aprovechando
un descuido del jefe, comenzó a observar a su alrededor, y al no encontrar los
modelos de santos y vírgenes, fue atraída su atención al mirar las figuras de
indios ricamente ataviados en tránsito diario por la población o que se reunían
en las fiestas religiosas de Corpus, San Juan o Las Lajas, formando conjuntos
muy vistosos y folklóricos. Pensó él que esa era nuestra realidad y se puso a
representar en madera tales escenas, apareciendo "las costumbres".

5.5.1. Las "Costumbres" o "Bartolos"

Se las denominó con este nombre, así en plural, a unas figuritas de 15 o 16 cm


de altura. La mayoría de ellas estaban de pie, caracterizando a los indígenas de
Natabuela y Los Óvalos, parcialidades que pertenecieron a San Antonio.

Por los años de la década del 40, había algunos talleres como el de don Mariano
Reyes, de los hermanos Montesdeoca, etc., los alumnos, después de cumplir con
I as exigencias impuestas por el profesor sobre la misma temática religiosa empe-
zaron a ver e interesarse en otros temas y en el aporte teórico-conceptual del
Colegio "Daniel Reyes", observaron a los indios lujosamente vestidos, muy
limpios y elegantes que pasaban por el pueblo hacia Ibarra causando la admira-
ción de todos. Los hombres lucían camisa y pantalón blancos, alpargatas en los
pies y un sombrero de ala grande de su propia fabricación sobre la cabeza, con
el pelo peinado en trenzas, el poncho rojo o azul con franjas decorativas muy mi-
nuciosas de una abigarada composición ornamental. Eran nítidos. La mujer,
una blusa blanca llena de encajes y bordados a mano, un largo anaco azul de
bayeta hasta los tobillos de los pies que envolvía su cuerpo dejando una abertu-
ra en uno de sus lados. La cintura sujetaba otra prenda muy hermosa, la faja
tejida manualmente y adornada con motivos precolombinos bien concebidos.
El cuello lleno de guaicas brillantes y doradas llamadas "sartas" que dan muchas
vueltas alrededor y bajo el mentón. Su longitud depende del gusto y de la
situación económica de su dueña. Las muñecas de sus manos ostentaban
"series" de coral rojo rotando varias veces en su contorno, cual pulseras; además,
zarcillos brillosos y cubriendo la cabeza un sombrero grande, diferente al del
hombre por la disposición de sus alas. Sobre sus hombros lleva la fachalina, una
especie de pañolón pequeño de fina tela. Su aspecto físico-somático también
causa admiración, tiene rasgos característicos de su raza indígena y con tales
facciones muy indias, aparece muy guapa. Los hombres son fornidos. Sin lugar
a dudas, los natabuelas son los indios de mejor raza y bien presentados. En las
fiestas solían ir al centro del pueblo muy cachacos. Volviendo al taller, los
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aprendices, cansados de hacer santos, plasman estos temas para salir de la rutina
y aplicar sus conocimientos en otros motivos. Ponen todo el esmero que llega al
virtuosismo, representándolos llenos de gracia y con el máximo de detalles.

Al comienzo, el acabado era a base de pintura para dar la apariencia real, luego
algún turista se aficionó de una obra que estaba sin terminar, únicamente tallada,
y la compró así. Los artesanos pensaron que era de mal gusto la compra, pero,en
fin. . . Al observar sus propias figuras, se dieron cuenta de que a la belleza del
trabajo se le añadía la de la madera, quedaba expuesto el encanto natural de la
fibra de esta. Más tarde, el acabado era sólo de dicha manera, característica que
se observa hasta hoy.

Los temas de las "costumbres" se siguen trabajando hasta la actualidad, aunque


su producción no se ha ampliado como la del "mendigo", en razón de que para
representar una figura indígena se debe conocer sus formas y las peculiaridades
anatómicas de sus rostros para poder modelarla, y muy pocos operarios han
hecho este estudio y el aprendizaje formal en el taller.

Siendo lo más típico de nuestra provincia, se debe motivar para retornar a la


buena producción artesanal de estas figuras, porque "las costumbres" llaman la
atención de propios y extraños. En forma burlona, se les dio el mote de
"Bartolos".
En los años 50, más o menos, cuando estas estaban incursionando en la vida
artesanal, social y económica de San Antonio, vivía un indio muy conocido
llamado Bartolo que cuando se chumaba iba cantando por las calles una canción
de la cual recordamos algunos versos:

"Que se vendan, que se vendan


las haciendas del titula
para enterrar, para enterrar
a la difunta Bartola".

Un día cualquiera, un coterráneo al ver una imagen de indio hecha en madera,


dijo: "Este, parece el Bartolo", divulgóse el comentario, pasó el tiempo y se
popularizó el apodo no solo para las"costumbres", sino para toda la producción
que no es religiosa.

Aplícase el sobrenombre a trabajos y trabajadores, así se dice: ¿Qué producen


en este taller?, "Bartolos" es la respuesta. ¿En qué trabaja fulano? Es bartole-
ro, responden, queriendo, además, dar el significado de mala artesanía y de mal
artesano. -
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" L a costumbre" y "el mendigo" constituyen los temas representados de las


artesanías. "Las costumbres" con más propiedad porque significan escenas
folklóricas, cotidianas, tradicionales y familiares de una comunidad fácilmen-
te identificable. Sus motivos son muy pintorescos, escultóricos, llenos de
gracia y corresponden a nuestra realidad étnica, cultural, social y económica.

Son muy buscadas y tienen gran demanda, se trabajan por parejas: hombre y
mujer, bailando, con instrumentos musicales, tales como el rondador, la flauta,
la guitarra, etc.

La madera utilizada en el mayor número de obras es el naranjillo de color blan-


co amarillento, permite un fino acabado parecido al mármol. Es duro, pero
bello. Algunos remojan el trozo para suavizarle y facilitar el trabajo. Esta clase
de materia prima no se encuentra en pedazos de gran volumen. Al terminarla,
la figura es pulida, lijada y abrillantada con pasta de cera. También, estas arte-
sanías se elaboran en nogal, fibra fina y noble.

No es muy frecuente encontrar "costumbres" de tamaños más grandes que los


señalados, aunque sí las hay y tienen una rápida salida y son bien valoradas:
Estos son los "Bartolos" ejecutados en madera por los obreros de nuestra comu-
nidad artesanal.

Algunas personas, entre ellas: don Julio Viten, Carlos y Miguel Montesdeoca,
Manuel Cevallos, etc., tuvieron la feliz iniciativa de comerciar estas muestras de
artesanía, principiando así una gran actividad económica que ha cambiado
radicalmente la producción artístico-costumbrista de nuestro pueblo.

5.5.2 El Mendigo

No hacemos referencia a la persona que golpea de puerta en puerta pidiendo un


mendrugo de pan. No. Deseamos describir la figura de madera tallada por los
artesanos de San Antonio, con gran demostración de habilidad, en nogal, cedro,
sauce o aguacate.

Explicaremos la razón de la presencia de este personaje en las artesanías de


nuestro terruño:

El mal llamado "Mendigo" es un motivo escultórico que se convirtió en la mues-


tra más representativa de nuestra producción artesanal y en la más gustada de tu-
ristas nacionales y extranjeros. Es un hombre mayor de 40 años, blanco, de fac-
ciones regulares, nariz y boca de tipo europeo y de luengas barbas. Su cabeza
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está cubierta por un sombrero grande que le proteje del sol. Lleva cargado en
sus espaldas un costal o un atado con sus enseres, alpargatas, etc., es decir, lleva
su casa a cuestas. Su mano se apoya en un bastón, rama de árbol cualquiera y la
Otra sostiene un pilche que le sirve para comer y pedir alimento o agua al paso
por donde viaja. En la mayoría de las veces, está simbolizado junto a un perro,
fiel y leal compañero de su aventura y de su largo viaje que se pierde en el
tiempo.

Esta pieza se asentó en San Antonio por la causa que a continuación se expresa:
nuestro pueblo se halla en el camino a Ibarra, y en otros tiempos era paso obliga-
do de caminantes a pie, a caballo, en ferrocarril o en carro. H o y , la carretera Pa-
namericana asfaltada pasa por un lado de la población, cambiando el panorama
de años atrás, porque la mayoría de los viandantes pasan en elegantes automó-
viles y buses. De los viajeros mencionados, el que llama la atención es el peatón.

Hasta hace unos 15 años, la plaza central de la parroquia estaba rodeada de


casitas, en su mayoría bajas, casi todas con un corredor hacia adelante, con
pilares de madera, amplios alares, techos de teja, etc. El corredor tenía arrima-
dos a sus paredes los poyos que le convertían en lugar de reunión de gentes del
pueblo en las noches silenciosas, pero sobre todo, ofrecían alojamiento generoso
a los caminantes a quienes sorprendía la oscuridad. Nuestra tierra nativa
ofertaba hospedaje gratuito y acogedor, posiblemente cumpliendo con las
enseñanzas cristianas de dar posada al peregrino, agua al sediento y de comer al
hambriento. El trotamundos se instalaba en el corredor y los poyos eran su
cama. Pedía un poco de agua, a veces, comida; al día siguiente guardaba sus
pertenencias y emprendía una nueva jomada de camino. Era un vagabundo en
búsqueda de su destino. Otras ocasiones, era un hombre que se trasladaba de un
pueblo a otro para realizar compras, trabajar, en fin, cumplir distintas tareas.
Viajaba entre Ibarra y Otavalo o viceversa, o desde muy lejos.

Mientras esto sucedía en forma rutinaria, en los talleres de imaginería de la


población, muchos jóvenes eran discípulos que estaban aprendiendo el oficio de
escultores. A ellos les llamó la atención el personaje, era pintoresco, poético, un
tema social. Llevaba en su mente un destino secreto, una esperanza incierta, una
angustia disimulada, una sonrisa de agradecimiento por el gesto generoso encon-
trado en la localidad que le ofrecía albergue. Les pareció atractivo y le configu-
raron en madera como parte de sus inquietudes de aprendices, a escondidas del
maestro que pensaba que la escultura solo debe representar personajes virtuosos,
religiosos y bíblicos. Probablemente, fue en el taller de don Mariano Reyes
donde apareció por primera vez esta figura, cuando uno de los ayudantes deseoso
por hacer temas diferentes trabajó con preciosismo sorprendente el primer
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"caminante", que al ser visto y admirado por un turista le encuentra bonito y


adquiere la obra, pero comete un error, un perjuicio a nuestra Patria Chica, a sus
artesanías y a sus cultores al bautizar a esta escultura con el nombre de " M E N D I -
G O " , como resultado de una confusión.

Como es una figura de movimiento y con diversidad de elementos, se presta a las


más variadas formas de interpretación y dimensiones. Aparecen cargados cada
vez más de cosas y hasta llevan instrumentos musicales, guitarras, flautas, ron-
dadores, violines, etc. que aumentan su encanto e imprimen mayor expresión de
romance y bohemia al espíritu del " C A M I N A N T E " . .

Más, el desafortunado nombre se propaga fácilmente y los turistas buscan "men-


digos". Los artesanos se multiplican trabajando tales motivos y en forma espon-
tánea crece el "mendigo" como expresión de la artesanía de San Antonio. Hay
de todas las calidades. Unos, de un apegado realismo; los realizados por quienes
estudiaron un largo período con buenos maestros y, otros, que son el resultado
de la aptitud artesanal del hombre que ha incursionado en la talla, poniendo en
juego su observación, espontaneidad y deseo de dominar la forma y para ello
cuenta con un pequeño equipo de herramientas y un trozo de madera.

Los de menor precio y calidad caminan por las ciudades del país y del mundo.
El'mendigo? por ser un personaje universal se lo encuentra en todas las ciudades
de la tierra denunciando un problema social. En la expresión artesanal, se lo
confunde y es objeto de mala interpretación, acentuándose cada vez más el falso
nombre de "Mendigo" o " V i e j o " .

Entonces, vuelven la mirada hacia nosotros para preguntarnos: ¿Por qué se tra-
bajan tantos "Mendigos"?. . .¿Por qué esta artesanía interpreta la figura que
constituye una lacra social?. . . Porque muchos olvidaron la historia de su origen
y los demás no la conocieron.

La pieza de madera llamada "Mendigo" es el "Caminante" y ésta, su explicación


histórica.

Estas línea» aclararán y rectificarán el error del que no es culpable el tallador y


peor la escultura. El *CamlnantB" es el producto de la observación e interpreta-
y

ción da un motivo diferente al que se imponía como modelo para el aprendizaje


de imaginería.

Desde ahora y para siempre debemos llamarle en forma única: "Caminante".


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Se popularizó tanto que su calidad artesanal bajó considerablemente. Los teóri­


cos y los prácticos en artesan(as, as{ como los turistas le han tratado en forma
peyorativa.

Esta singuJar muestra de nuestro quehacer artfstico no es como S(:) cree ajena a la
realidad del lugar natal propio, es parte de su apacible y tranquila vida que captó
su Imagen, la plasmó en tabla o tronco y se quedó en él como un miembro más
de su admirable familia.

No se encuentra representada en este tema la mujer. Imaginamos que se debe a


su formación moral y condiciones naturales, por supuesto, ella no sale a los cami­
nos a recorrer los pueblos en razón de los peligros que esto encierra. As(, el artis ­

ta no tuvo modelo para la captación de la figura que debió ser la compañera del
"Caminante" en la obra escultórica.

El "Caminante" es la expresión de un tema circundante, realidad y sueño, paisaje


y encanto, unidad y diversidad, parte y conjunto, idea y presencia. Es el "Cami­
nante", por último, hombre de paso y huésped familiar de la artizada vida de San
Antonio.

Artesano trabajando la figura de madera más conocida de San Antonio, llamada: "Mendigo
o "Caminante".
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Uno de los cientos de artesanos talladores. En la fotografra, realizando el tallado ornamen­


tal aplicado al mueble.

5.8 Desarrollo de las Artesan(as

En la década del 60, se registran los primeros s(ntomas de crecimiento de la pro­


ducción artesanal, determinado por las causas que enumeramos a continuación:

1. la presencia del Colegio "Daniel Reyes" logra una estabilidad e identidad


como institución valiosa para los intereses de la población. Comienza a
dar resultados objetivos mediante exposiciones de los trabajos de estudian­
tes y, particularmente, de las piezas de escultura costumbrista, lo que des­
pertó la admiración de todos. Las obras expuestas por primera vez inter­
pretaban diversidad de temas, motivos y formas, El plantel influye direc­
ta o indirectamente con sus egresados que cambian la mentalidad, la visión,
los conceptos y los problemas del arte.
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2. La situación geográfica de la parroquia ha propiciado su propio desenvol-


vimiento. La carretera Panamericana hasta el año 69, en el que se constru-
ye la nueva, pasaba por el centro del pueblo atravesándolo de sur a norte
en toda su extensión, obligando a los transeúntes a cruzarla totalmente, a
diferencia de la Iínea férrea que sólo toca la parte sur.

3. El turismo, cada vez más creciente, se desarrolla en la década antes indica-


da. Muchos países alcanzan su apogeo económico y los hombres impulsan
dicha industria en forma planificada y organizada. Norteamericanos, euro-
peos, / japoneses y latinoamericanos viajan para conocer otras naciones.
América Latina es preferida por americanos y europeos y, como conse-
cuencia, el Ecuador es visitado por turistas que llegan a San Antonio, con
bastante facilidad.

4. La realización del Concilio Vaticano II terminó con la fastuosidad decora-


tiva interna de las iglesias: Algunos sacerdotes cayeron en la exageración y
destruyeron altares e imágenes. Esta situación afectó temporalmente al
escultor imaginero que debió enfocar su mirada hacia otros temas y moti-
vos, diversificando su producción.

5. El aparecimiento de tiendas y almacenes alrededor del paque central de la


cabecera parroquial dedicados a la comercialización de artesanías:"costum-
bres", "mendigos" y una variedad de motivos y aplicaciones. Esta actividad
comercial ofrece a visitantes y turistas la oportunidad de admirar y adqui-
rir esculturas, así como de conocer los talleres para informarse de los sin-
gulares procesos de producción artesanal. Este conocimiento despierta
admiración por la obra ejecutada y por el mecanismo (manual) utilizado
en su realización.

Como respuesta a las causas anotadas, tenemos la expansión incontrolada de las


artesanías que ocupan una mano de obra reclutada, incluso, entre peluqueros,
tejedores, jornaleros, sastres, carpinteros, etc., los cuales abandonan sus antiguos
oficios por uno nuevo de mayor demanda, seguridad ocupacional y mejor renta-
bilidad. Este crecimiento implica también mejoramiento de la calidad configura-
tiva, aumento de la productividad y producción y diversificación de temas y mo-
tivos. El mercadeo de una producción tan amplia crea puestos de trabajo y ex-
tiende el sector geográfico del mercado. Así aparecen varios comerciantes que
llevan la mercancía a las principales ciudades del Ecuador, Colombia, Panamá,
Venezuela y Estados Unidos, preferentemente, y en algunas ocasiones a países
europeos.
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En resumen, los arlos 60 constituyen un período de promoción artístico-artesa-


nal en los ámbitos nacional e internacional.

Sin embargo, dicha época trae consigo aspectos negativos, tales como aquella
falsa apreciación de que en San Antonio todos son artistas. Sin duda alguna, hay
grandes exponentes de la plástica, pero éstos son pocos, y el otro, relacionado
con la confusión creada por la inmensa gama de piezas talladas en madera que
ocasionalmente están ejecutadas con buen conocimiento del oficio, gran habili-
dad y motivos nuevos, aunque no alcanzan la calidad plástico-estética para que la
crítica las catalogue como obras de arte. Otras, son muy lindas y bien logradas,
tal que constituyen motivos decorativos. En general, podemos afirmar que los
objetos producidos en nuestro asentamiento geográfico están destinados a orna-
mentar el interior de residencias y oficinas y que es fácil observar la diversidad de
calidad de estos, su variedad de formas que van de lo artesanal a lo artístico, y la
cantidad considerable de copias distribuidas entre lo puramente ornamental y
utilitario. Tales formas son tomadas de la figura humana, la vegetación, la flora
y la fauna. Los motivos son precolombinos en su mayoría y el paisaje es emplea-
do como una manera de interpretación que limita las dificultades técnicas.

Algunos turistas manifiestan un equivocado criterio sobre trabajos mal ejecuta-


dos e inconclusos, aun sin la proporción adecuada, sobrestimando en ellos cuali-
dades de espontaneidad, primitivismo expresivo y originalidad de formas, califi-
cándoles de artísticos y de artistas a sus autores.

Desde el punto de vista socio-económico, San Antonio ha logrado un éxito inusi-


tado porque ha introducido en el mercado todos sus productos, hasta los de
dudosa calidad. Objetos sin valor artesanal hechos de madera sin selección, ni
tratamiento y.por aprendices,son negociados. Aquí se vende todo lo que se pro-
duce. Esto ha beneficiado a los pobladores dando una fuente de ingresos a quie-
nes se dedican a las artesan ías.

El mercado de la demanda lo componen:

El turista norteamericano o europeo que a su itinerario agrega el paso por Ecua-


dor, incluido San Antonio. Adquiere recuerdos pequeños como testimonio de su
estadía en nuestra tierra. Los primeros prefieren trabajos estilizados y de líneas
modernas. Los europeos gustan más de las obras realistas y clásicas.

El turista colombiano que viene en su propio vehículo, encuentra atractivos los


trabajos y los compra en mayor cantidad y calidad, de acuerdo con la capacidad
de su medio de transporte. Su preferencia se inclina hacia el producto costum-
brista.
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El turista ecuatoriano que visita San Antonio y queda deslumbrado al mirar sus
artesanías, las admira y las valora cada vez más. Lleva a su casa lo que más le
gusta, inclusive, realiza encargos. Muchos de ellos se convierten en asiduos visi-
tantes del pueblo durante los fines de .semana.

La clase acomodada ecuatoriana:(burócratas, comerciantes, políticos y profesio-


nales), que en el período de bonanza petrolera aprendió a vivir bien, busca mue-
bles elaborados a mano, tallas de buen acabado y muestras escultóricas para
adornar su residencia u obsequiar en cumplidos sociales.

El visitante que pertenece al pueblo de menos recursos. Estudiantes de colegios


y universidades, en sus paseos de fin de año, llegan a la parroquia y al hallar
novedosas y admirables las artesanías, las adquieren como recuerdo para la fami-
lia o sus amistades.

Los sacerdotes o sus representantes vienen para contratar obras escultóricas o ta-
lladas: cristos, santos, altares, nichos y elementos ornamentales de templos y
capillas.

Grupos de gente muy notable que asiste a citas internacionales realizadas en


Quito, Guayaquil u otras ciudades del Ecuador. Reuniones de periodistas, polí-
ticos prominentes, cineastas, etc. Es decir, San Antonio se ha convertido en el
punto obligado de los recorridos turísticos. Con todas sus deficiencias, las arte-
sanías de este pueblo difícilmente se encuentran en otro lugar de América y, por
tanto, son apreciadas por quienes llegan a conocerlas. Algunas de sus piezas
cuestan menos que las similares ofrecidas en bazares de ciudades, como las elabo-
radas de origen asiático; China Continental, Hon Kong o Taiwan. Felizmente,
el público sabe valorar la calidad del producto nacional y retorna a nuestra tierra
en busca de éste.

La parroquia se ha desarrollado artística, artesanal y comercial mente y miles de


personas transitan por sus calles y almacenes, sobre todo, los días sábados. Su
economía se ha polarizado alrededor de su producción y no dispone del total
servicio complementario que requiere toda población económica y turísticamen-
te activa y continúa de esta manera dificultando su desarrollo integral.

En seminarios y congresos que tratan de estos temas, sugieren la estandarización


de los precios para comodidad de los turistas que tienen dificultad en la
compra. En la realización de objetos de otra índole y diferente procesamiento
inciden para su cotización el margen de ganancia y los costos de producción. En
la artesanía artística, en cambio, en lo que concierne a su comercialización, pesa
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más el valor intrínseco de la obra, su calidad estética y la autoestimación de su


autor y, entonces, no es posible establecer precios comunes.

La escultura formal, de carácter plástico-artístico, también es cultivada cuidado-


samente en el taller de Carlos Rodríguez, un investigador y trabajador infatiga-
ble con sentido y conceptos contemporáneos sobre el arte plástico. Ha logrado
algunos premios y menciones.

Entre los años 70 y 80 ocurre la masificación de la producción artesanal; sin


embargo, hay quienes se superan y sobresalen nítidamente, estos son los que
mantienen el prestigio bien ganado por el pueblo.

Entre los escultores imagineros hay un grupo pequeño que mantiene la trayecto-
ria artística de sus antecesores.

Gonzalo Montesdeoca trabaja imágenes y cristos con un policromado precioso.


Su larga vida dedicada con pasión a la escultura hace de él un verdadero maestro
de esta rama de la plástica. Domina la forma y el color.

Alcides Montesdeoca, sobrino de Gonzalo, expresa en sus obras grandes virtuali-


dades de la escuela de los Reyes y los Montesdeoca.

Vicente Venegas es un hábil intérprete de la escultura religiosa.

José Terán mantiene un taller igual que los descritos anteriormente y de tipo
familiar, realiza imágenes religiosas y reproducciones de esculturas clásicas y pa-
ganas, técnicamente muy bien logradas.

Esculturas en madera de nogal de carácter decorativo con juego de formas estili-


zadas o costumbristas, otras veces, incursiones en el desnudo femenino y relieves
con motivos precolombinos de tamaño grande, todo con sentido ornamental, son
producidos en el taller de Luis Potosí, y vendidos con mayor éxito económico en
su propia galería.

Después del año 70, San Antonio sufre un cambio total en su vida cultural, so-
cial, artística y económica; la expansión incontrolada e indiscriminada, referida
anteriormente, alcanza la cresta; proliferan en el centro parroquial y en su calle
principal Incontables tiendas, almacenes y galerías de artesanías (algunos mal
llamados almacenes de turismo). Los resultados económicos benefician a los
comerciantes, pero, perjudican el desarrollo cultural y. estético-plástico de nues-
tra población. Estos se apoderan de un espacio geográfico, cultural, artesanal y
político importante que controla todo cambio, aun el crecimiento urbano de la
88

localidad. El comerciante inexperto es el peor enemigo del artesano y de las ar-


tesanías en los campos ótico y profesional. El turista, por consecuencia, no se
relaciona directamente con el productor, el cual en la mayoría de casos es
un simple dependiente de aquel mercader. El intermediario hace mucho daño
por lo que debe ser eliminado mediante las ferias que ponen en contacto directo
la oferta y la demanda, el autor y el comprador.

En los últimos años, quizá desde el 78, se nota un crecimiento de los talleres de
tallado dedicados a la fabricación de muebles de estilo francés (Luises). Aconte-
ce lo mismo que en las otras ramas, la calidad de la muestra está comprendida
entre regular y sorprendente, desde lo mediocre hasta lo maravilloso.

Hay, además, 4 o 5 talleres de talla en piedra con iguales características para


producir obras ornamentales y arquitectónicas: pilas, pórticos, columnas, etc.
Debido al material empleado y a la índole del trabajo, estos objetos son de gran
tamaño.

Otro de los errores de nuestra productividad artesanal es la aceptación de temas


ajenos a la realidad cultural que nos es propia, restando así la identidad de San
Antonio y de Imbabura. En todas las tiendas es fácil encontrar quijotes, téjanos
y diferentes personajes de otros países y no los artículos costumbristas que indi-
vidualizan a la parroquia y a la provincia. Nuestras artesanías deben enfocar el
problema del diseño, para resolverlo, aprovechando que el oficio está dado
gracias a la capacidad de abstracción de la forma y a la habilidad que como
virtudes tiene el artesano de esta tierra privilegiada.
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Aspecto que presentan los almacenes, galedas o tiendas de a r te y artesanías del lugar. Como
ésta hay varias que son parte de la atracción de turistas y comerciantes.

Rincón de una galería que expone tallas con motivos precolombinos.


to
5.7 La Música

En las décadas finales del siglo X I X y en las primeras de esta centuria, fue la mú-
sica la que hizo hablar mucho y muy bien de nuestra tierra en las provincias de
Imbabura, Carchi y Pichincha porque el prestigio y fama alcanzados por los
Teanga y José Dalgo rebasaron las fronteras comarqueñ8S y aun las provinciales.
Ellos llevaron al arte musical a un florecimiento comparable al de Otavalo de los
Chávez, con el de Cotacachi de los Páliz y al de Ibarra de los De la Torre.

Al igual que don Daniel Reyes en la plástica, don Ramón Teanga (el viejo) en la
música es el tronco que da frutos y sus ramas se multiplican conservando la savia
de su arte.

5.7.1 Ramón Teanga (el viejo)

Sus primeros años fueron de autoeducación, y la madre naturaleza así como las
melodías populares de su época dieron forma a su recia personalidad. Se dice que
frecuentaba la vecina quebrada y al ritmo del canto cristalino del arroyo, em-
belesado, escribía notas musicales en una hoja de penco, sirviéndole de pluma la
misma espina, y nacía así una nueva pieza de música. Como incentivo para
atraer a la gente y seleccionar otros elementos que integren la banda y la orques-
ta, en su casa, estableció la enseñanza de la cartilla, un método sencillo para
aprender a leer y escribir.

Insatisfecho con su desarrollo musical empírico, aprovechó la ocasión de que en


Ibarra un grupo de aficionados se organizaba bajo la dirección de don Miguel Ga-
llegos, diestro ejecutante de flauta y clarinete y compositor de contradanzas,
para integrarse al conjunto y conseguir un progreso notable en la técnica del
clarinete, requinto, flauta y de los demás instrumentos de una banda, y adqui-
rir experiencia en la formación y dirección de conjuntos de música.

En 1850, fue discípulo del famoso músico otavaleño Rafael Chávez, ejecu-
tante de varios instrumentos y profesor de esta rama de las artes temporales, para
cuyo efecto ten (a que trasladarse desde San Antonio hasta Otavalo, sin importar-
le la distancia que separa las 2 poblaciones. Con él aprendió: Teoría del Arte y
a tocar el órgano y el violín; fue condiscípulo de los hijos del maestro y de don
José Reyes quien viajaba desde Cotacachi.

En 1859 se casó con doña Mercedes Jurado, tuvieron 5 hijos, de los cuales tres
son también músicos: Ramón, Aurelio y Víctor. Toda su afición por la música
la concretó en la organización y capacitación de los integrantes de la banda de
músicos de su pueblo, la cual muy pronto obtuvo un alto nivel de interpretación
91

y su prestigio voló de comarca en comarca hasta convertirse en la invitada perma-


nente a las fiestas de ciudades y parroquias de Imbabura. Desempeñaba paralela-
mente la tarea de maestro de capilla de la iglesia de su lugar natal.

Segundo Luis Moreno, reconocido musicólogo cotacacheño, anota en su obra


"La Música en la Provincia de Imbabura": " D o n Ramón Teanga, venciendo toda
clase de dificultades, con inquebrantable constancia, empleando más de un año
en la obra, llegó a construir un órgano para el templo de San Agustfn de Ibarra,
sirviéndole de modelo el que existia en su parroquia. Años después, el órgano
construido por Teanga fue trasladado a la iglesia de Tumbabiro". Igual constru-
yó un melodio para enseñar el arte musical a sus hijos y organizó con ellos y
otros familiares una orquesta especializada en música religiosa y popular.

Don Ramón cultivó con esmero tres amores: la banda, la orquesta y el canto
religioso. Instruyó a sus hijos con verdadera devoción y les preparó a cada uno
de ellos en funciones directivas de grupos musicales y de acompañamiento en las
prácticas religiosas realizadas en la iglesia parroquial.

El nivel artístico alcanzado por él le coloca entre los grandes hombres de San
Antonio. Su talento posee cualidades de ejecutante, director y creador de músi-
ca estéticamente bien lograda, además, es un didacta consagrado a difundir "el
divino arte" entre sus coterráneos.

Falleció en 1905, a los cien y más años de edad y su obra fue continuada por sus
descendientes con orgullo y verdadera entrega.

(No ha sido posible investigar por falta de fuentes de información sobre la vida y
obra del gran compositor sanantoneño, José Dalgo, quien, de acuerdo a lo que
conocemos, junto a Ramón Teanga son los pilares del arte musical de San Anto-
nio).

De los hijos suyos, Ramón fue un hábil ejecutante de instrumentos musicales:


violín, pistón, etc., matuvo la dirección y prestigio de la banda de músicos del
pueblo que en la noches domingueras alegraba a los lugareños con retretas ejecu-
tadas en el viejo pretil de la plaza mayor. Integraban dicho conjunto 17 instru-
mentos distribuidos así: 3 pistones, 2 clarinetes, 1 requinto, 2 saxos, 2 tambores,
2 barítonos, 2 bajos, 1 caja, 1 bombo y 1 par de platillos, y fueron músicos de
aquella época: Ramón, Víctor, Eduardo y Samuel Teanga, Manuel Andrade, An-
tonio Guzmán, Leónidas Castillo, Antonio Días, etc. Abandonó por un lapso la
dirección del grupo musical y emigró a Otavalo, donde se desempeñó como
maestro de capilla de la iglesia de San Francisco. Después, al retornar a su tierra
organizó otro grupo musical. En su matrimonio con Beatriz Cevallos tuvo 4
92

hijos, de los cuales el único varón y que lleva su mismo nombre es también músi-
co y toca el pistón.

Aurelio, fue maestro de capilla de la iglesia de San Antonio durante 40 años,


hasta su muerte. Preparaba el grupo de danzantes de Corpus Cristi (cuyo relato
lo hacemos en el capítulo de Costumbres, Tradiciones y Leyendas). Se casó con
Rosario Saa y de este matrimonio nacieron 3 hijos: Sergio Enrique, Marco Tulio
y Samuel.

5.7.2 Víctor Teanga

Hubo mucha dificultad en recopilar los datos necesarios para relatar con más
amplitud su vida y su obra musical; pero, el comentario general de los pobladores
que vivieron aquella época afirma la calidad de Víctor Teanga como el más aven-
tajado de los músicos de la familia: maestro en la ejecución de varios instrumen-
tos y compositor notable. La familia Teanga-García conserva sus partituras
musicales, gran número de ellas son composiciones inéditas de pasillos y sanjua-
nitos y una buena cantidad de arreglos de música clásica demuestran la capaci-
dad interpretativa y creadora de Víctor.

Su nieto, el arquitecto Gonzalo Temístocles Cevallos Teanga, cultor de la


música, director de conjuntos y coros y autor del himno a San Antonio, ha estu-
diado la producción musical de su abuelo, y es de desear que esta obra descono-
cida salga a la luz para que la Historia se pronuncie y su justo veredicto rescate
a don Víctor Teanga de la cuasi obscuridad en la que vive su nombre y le
coloque, entonces, en el sitial que merece. Vivió él para la música y a ella se
entregó con mística dedicación. En su matrimonio tuvo 2 hijos: Eduardo y
María.

5.7.3 Eduardo Teanga León (1891-1973)

Desde temprana edad ejecutaba el piano, la flauta, el requinto y la guitarra; en su


alma se anidaba una sana ambición no solo de igualar a su padre y a sus tíos, sino
de superarlos, para cuyo efecto requería de un aprendizaje metódico que el Con-
servatorio de Música de Quito podía darlo; un buen día desapareció de su casa y
en la capital de la república, viéndose desamparado, pudo entrevistarse con el
general Eloy Alfaro para pedirle ayuda en el ingreso al Conservatorio. Alfaro,
luego de escuchar el relato del largo viaje y los anhelos y esperanzas de Eduardo,
ordenó la entrada del joven al citado plantel de formación artística y a la Escuela
Militar en calidad de ayudante de la banda para que escribiera las diferentes
partituras o arreglos musicales.
93

Desgraciadamente, al poco tiempo apareció su padre, quien le llevó de nuevo a


casa, causándole grave frustración que impactó mucho su vida, y volviéndole
introvertido y poco comunicativo.

En 1930, aceptó contratos para formar bandas en Carpuela, Pablo Arenas e


Imantag; su labor en Carpuela fue fecunda en creaciones y arreglos, son de su ins-
piración los pasillos: "Laurita", " T 6 amor es m i v i q V ' , ^Qujéro wnarte", " E n -
cantos de Judith", "Marta" y "Sufrir amando", contemplando ei río Chota,
compuso el fox-trop "A orillas del río Chota". Desde Carpuela atendía los com-
promisos en el Ángel, San Gabriel, Bolívar, Mira, Pioter, allí se casó con Inés
García Bolaños con quien procreó sus 2 hijos: Bélgica y Wilson.

(Su primo, Marco T. Teanga S., proyectó la música a través de su hijo Carlos,
quien descolló en la guitarra y en canto; formó dos tríos y con el segundo
denominado "Canción" ha alcanzado fama e incluso esta traspasa las fronteras
patrias).

5.7.4 Música popular y religiosa

En distintos períodos de vida de San Antonio, muchos de sus habitantes se han


dedicado a cultivar estos dos géneros musicales, como cantantes o integrando
conjuntos orquestales.

La música popular ha servido casi siempre de fondo o marco de veladas artísti-


cas, horas sociales, festividades locales, patrias y universales y reuniones de bohe-
mia y diversión. Según las épocas y a tono con las preferencias de la moda, la
música nacional, la latinoamericana, la caribeña y la nueva olera han logrado
atraer el gusto y la aceptación mayoritarios.

En distintas etapas y en diferentes melodías se han destacado:

- El dúo Rivadeneira-Estévez, formado por las señoritas Inés Rivadeneira S.


Zoila Estévez D., con la canción " V a n cantando por la Sierra*' triunfó en
la velada de arte dramático del 23 de mayo de 1935, con oportunidad de la
inauguración del monumento a Francisco Calderón García.

- El conjunto integrado por Leonardo y Manuel Cevallos, Manuel Tobar y


Marcos T. Teanga S. cantando pasillos de la vieja guardia.

- Los tríos "Amazonas ( V . Terán, A. Rivadeneira y O. Garrido) y de los


Hnos. Rivadeneira Montalvo en música romántica.
94

— Los solistas Jorge Rivadeneira Ponce, Gerardo E. Reyes Peñaherrera,


Vitaliano Terán O., Daniel Rivadeneira, Víctor Yépez y su Hno. David,
Homero G. Benavides, Leónidas Rivadeneira, Olmedo Cevallos O, Juan Al-
meida "Chueca", Juan Manuel Almeida, César Benalcázar, César Montes-
deoca, Antonio Almeida Reyes, Carlos Negrete, Marco T. Rodríguez,
Carlos Santacruz I., Luis Delgado, Carlos Delgado, Jorge Rivadeneira D.,
Luciano López, etc. en canciones nacionales y latinoamericanas.

— Odila Rivadeneira A. en tangos del inmortal Carlos Gardel.

— Los guitarristas en prima Ulpiano Rivadeneira, Luis Quelal, Honorio Gó-


mez P., Jorge Duran E., etc. en valses, pasillos, pasodobles, pasacalles, etc.

— El grupo musical de César Saa en melodías del país.

— La orquesta de la familia Limaico en música aborigen.

— Los ejecutantes de instrumentos de soplo: Segundo Cevallos, Pedro Caice-


do, Rafael Almeida, Hnos. Villalba C, Manuel Rivadeneira A., Flavio
Orbe, Alfonso Garrido V . , Hnos. Echeverría R., Miguel A. Andrade, Julio
Viten E., Hnos. Salas C, Luis Montesdeoca V . , Manuel Andrade (hijo),
Alfredo Terán R., etc. en música popular, sagrada y fúnebre. Y,

— Julio Garrido V. en la hoja y Vicente Villacís en el tambor, dentro de las


melodías nacional y marcial, respectivamente.

En cuanto a la música religiosa, ésta ha tenido como escenario la iglesia y en


raras ocasiones algún lugar seleccionado y adecuado para el propósito. Merecen
mención dentro de este género el coro a dos voces integrado por Leónidas y José
Elias Rivadeneira, Luis Dalgo T . , David Salas y Aurelio Teanga, el dueto Riva-
deneira-Teanga constituido por la señorita Inés Rivadeneira y señora Mercedes
Teanga, la orquesta de la familia Teanga que actuaba en las solemnidades de Se-
mana Santa, Las voces de las Hnas. Carmen y Rosa Salas, etc.
95

6. ECONOMÍA Y D E S R O L L O

6.1 Visión Histórica de la Problemática Económica, Social y Política de


la Parroquia:

Nuestro indio, convertido en mecanismo de producción durante la Colonia, es,


además, despojado de sus buenas tierras y arrinconado hacia otras de bajo rendi-
miento económico por desequilibrios ecológicos, o a sitios de d i f í c i l acceso y la-
boreo. Inclusive, la naturaleza se ensaña ocasionando grandes sequías que traen
como consecuencia: empobrecimiento general, desastrosas hambrunas, desnu-
trición, enfermedades, muertes,- etc. Dos son las que recoge nuestra Historia
Local:

La de 1574 que obligó al Cacique de Tuariquí, don Gaspar Guazaquelfn, padre


de Alonso Flores (principal) y abuelo político de Andrés de la Cadena, Goberna-
dor de San A n t o n i o , trasladarse con t o d o su ayllu a Chulrabiquinbné, tierras
cedidas por el Jefe de Caranqui, don Cristóbal Ango.

Chulrabiquinchu está situado al este de nuestra parroquia, aledaño a\ actual ba-


rrio de Santo Domingo, y limitado por el Chorlaví, la quebrada de Piacuzabi y
otra quebradilla que desemboca en el referido r í o . En esta zona se cazaban co-
nejos y perdices. Los indígenas de don Gaspar construyeron en este lugar una
acequia para riego y una capilla destinada a las prácticas religiosas dirigidas por
el cura de Caranqui, el franciscano Gabriel (no se conoce su apellido). Por la
mitad de estos terrenos, bien cultivados, cruzaba el Camino Real de Caranqui
a Otavalo, construido por los incas y del que nos habla Pedro Cieza de León en
96

sus crónicas de viaje. Este carretero es más antiguo que la "Calle Oscura",aunque
no pasó por San A n t o n i o y A t u n t a q u i . La propiedad de Chulrabiquinchu moti-
vó la formación de un litigio j u r í d i c o entre los caciques de San A n t o n i o : Alonso
Flores y Andrés de la Cadena y los de Caranqui: Juan Coquilinango y Pedro
Quilominango, en 1594-1595. Triunfaron los dirigentes de nuestra Patria Chica,
según se desprende del auto de posesión expedido por el Alcalde Juan Espinosa,
el 9 de abril de 1594. Guazaquelfn y sus indios, después de 1574, fueron redu-
cidos a Caranqui y el viejo Jefe continuó siendo principal en su nueva población.

Un testigo de aquel juicio, don Francisco Cahuascango, Cacique otavaleño, ase-


gura que don Gaspar Guazaquelín era natural de Tuariquí (lugar de San A n t o -
nio), otros afirman que era nativo de la cabecera parroquial. Los demás aborí-
genes, en esta misma sequía, huyeron a A t u n t a q u i . (Toponimia y Antroponimia
del Carchi, Obando, Túquerrese Imbabura. Carlos E. Grijalva. 1947).

La otra sequía memorable tiene realización en 1926 y afecta a toda la provincia


de Imbabura con su secuela de hambre y de pérdidas para los agricultores de la
zona.

Una plaga de langostas dañó la agricultura y economía de nuestro terruño. Des-


pués de una lucha desigual, sin técnica, ni ciencia, únicamente con voluntad
férrea, titánico esfuerzo, desesperación y profunda fe religiosa, tanto que traje-
ron en peregrinación por las tierras infestadas a la Virgen del Quinche, triunfaron
nuestros mayores sobre la cruel naturaleza que atacó mediante un azote maldito.
Como recuerdo de aquella brutal guerra entre hombres e insectos, el pueblo
agradecido donó a la Virgen una langosta de oro.

Sequía y escasez de tierras laborables (la mayoría perteneció a las haciendas


vecinas), situaciones críticas de una agricultura local condenada al fracaso, hacen
que el habitante de esta porción geográfica imbabureña - p a r a poder subsistir—
se convierta en peón de hacienda en sitios de la jurisdicción parroquial o fuera
de ella, tal como deja entrever el acta de fundación y demarcación de límites
firmada el 24 de marzo de 1693. (Algunos debieron ingresar a los obrajes de
Pinsaquí para no morir de hambre). El peón de hacienda existió hasta pasada
la primera mitad del presente siglo X X , desapareció cuando murieron los latifun
dios de nuestra extensión territorial.

Como soluciones parciales e históricas a tan graves problemas han surgido a


través del tiempo:

- Emigración a otros lugares con mayores perspectivas agrícolas.


97

- Adquisición de tierras laborables en distintas jurisdicciones (Pimampiro,


Mira, Tumbabiro, Salinas, etc.).
- Parcelación de latifundios.
- Mecanización agrícola y tecnif icación del cultivo.
- Adquisición de aguas de regadío (Peguché y Agualongo).
- Construcción de acequias para el riego tales c o m o : la denominada del
" P u e b l o " que recoge las aguas de las fuentes de la'Teña Colorada", te d i r i -
ge al poblado, atraviesa un túnel y llega al " C h o r r o " , desde donde se repar-
ten canales secundarios para regar terrenos del norte sanantoneño; la de
Cobuendo o " C a n t a r i l l a " que cruza la antigua hacienda Chortaví pasando
por Moras y la quebrada de San A n t o n i o ; la de " L o s Chavarreas" que
naciendo en los " p o g y o s " situados en la orilla occidental de la referida
quebrada, en la subida a la loma de " L o s Cali ¡picos" y cercanos a los
manantiales citados anteriormente, recorría varias lomas hasta llegar al
valle de Santiago, en los tiempos que precedieron al sismo del 16 de agosto
de 1868. Dicho terremoto borró casi por completo esta fuente de agua y
su canal de riego.
- Reforma agraria, etc.

Algunos sitios han mejorado con estas medidas su productividad y producción.


Otros siguen siendo secos e infecundos y, por consiguiente, impiden un adecua-
do desarrollo de la agricultura.

Para conservar sus derechos legítimos y antiguos, adquiridos en aguas de territo-


rios vecinos al cerro Imbabura, el pueblo debió librar verdaderas batallas judicia-
les, así como para una mejor distribución de las tierras adyacentes a su platafor-
ma geográfica. En el logro del primer objetivo, es célebre el pleito mantenido
con la familia Larrea J i j ó n , propietaria de la hacienda Pinsaquí, c u y o desenlace
final ocurrió en la década de los años sesenta de este siglo. En el cumplimiento
del segundo objetivo (liderado por don José Rafael V i t e n Cervantes), luego de
tenaz lucha, la Asamblea Constituyente del Ecuador de 1938 decreta la
expropiación y parcelación de la parte seca de la hacienda Chorlaví. Más tarde,
en forma voluntaria, se lotiza el resto de la indicada propiedad al igual que otras
estancias de la localidad.

La desaparición de las haciendas de Tanguarín, Natabuela y Cobuendo ayuda a


mejorar la distribución de la tierra en algunos anejos de San A n t o n i o que le per-
tenecieron hasta 1935; sin embargo, su actual agricultura es minifundista, satis-
face la economía familiar, pero carece de proyección hacia la colectividad.

La construcción de vías de comunicación entre Sierra y Costa, en diferentes épo-


cas de nuestra Historia Patria convirtieron al morador de San A n t o n i o en peón
de caminos para la subsistencia propia y de su familia.
98

El primer camino que conectó Ibarra con Esmeraldas fue realizado debido al
interés del Corregidor de la "Ciudad Blanca", capitán Pablo Ourango Delgadillo.
La vía desapareció en 1594'tragada por la selva. Otra carretera se ejecutó por
iniciativa del sabio Pedro Vicente Maldonado; una tercera tuvo el diseño del
indicado geógrafo; una cuarta, en 1803, logra la colaboración del Presidente de la
Real Audiencia, de Q u i t o , barón de Carondelet, del Obispo Cuero y Caicedo y
del ilustre colombiano Francisco José de Caldas, la de Malbucho -cercana a
Cuajara—. Muerto el barón, el camino corre igual suerte que tos anteriores:
abandono y destrucción. Un q u i n t o y sexto intentos se realizaron en la etapa
republicana, bajo las administraciones de García Moreno y J . M . Plácido Caama-
ño, la carretera del " P a i l ó n " con el segundo de los presidentes mencionados. El
final es el mismo. Por f i n , en 1957, en la administración de Camilo Ponce Enrí-
quez, se termina de construir la línea férrea que une ¡barra con San Lorenzo,
puerto del Pacífico en la zona norteña de la provincia de Esmeraldas, después de
transcurridos largos años de iniciada oficialmente el 1o. de enero de 1930.
Actualmente, se hace una vía carrozable entre las dos ciudades últimamente
nombradas, y antes fueron construidos o reconstruidos caminos vecinales, inter-
cantonales e interprovinciales.

Algunas artesanías domésticas y aun artísticas pudieron manifestarse en la etapa


anterior a la orientada y dirigida por don Daniel Reyes. Sus maestros fueron los
franciscanos, quienes en su colegio "San A n d r é s " , de Q u i t o , prepararon a los
hijos de caciques para d i f u n d i r entre sus hermanos de raza conocimientos de
artes y oficios. Es más, tales enseñanzas también las daban en sus doctrinas.
Carpintería de ribera y de muebles, ebanistería, artes de la construcción, modela-
do y, sobre t o d o , el tallado en piedra, como es el caso de la hermosa y artística
pila que graciosamente lució sus galas hasta 1935, año en el que fue sustituida
por el actual monumento a Francisco Calderón y, lamentablemente, no fue con-
servada a plenitud para admirarla en todo su valor intrínseco en o t r o lugar
condigno y celoso guardián de las reliquias del pasado. El pretil antiguo, con su
singular graderío central servía de cómoda platea a los viejos lugareños para
contemplar risueños y con el corazón en los ojos,«en las noches de luna esplen-
dorosa,-los juguetones hilos de agua argentados por los brillantes rayos del ple-
nilunio, haciendo arabescos-y figuras de extrañas beldades, acompañadas de qui-
méricos arpegios de ta banda, en retretas nocturnas, y configurando poemas da
nostálgicas rememoranzas. Hebras vertidas por la pila cuando su tubería de
piedra albergaba a las 10 pajas de agua obsequiadas para el efecto y acudían muy
presurosas cruzando por la mitad geométrica de la plaza, desde el sur hacia tu
centro. H o y , sólo son imágenes y recuerdos de tiempos pasados. Las arquerías
del arcaico cementerio de la iglesia, testigo m u d o de dramas humanos y quizá
de heroísmos allá, a lo lejos, en la batalla de San A n t o n i o ; la cruz da piedra
situada en un rincón de aquel camposanto y el pretil de la iglesia, muchas
99

veces reformado y posiblemente reconstruido, j u n t o al t e m p l o , después del terre-


moto de la madrugada del 16 de agosto de 1868, eje.

Para diversificar y mejorar la economía los pobladores buscan nuevos mecanis-


mos de desarrollo, aprovechan espacios y tiempo de auge comercial provincial y
regional con el afán de incentivar la arriería. En realidad, los moradores de Chai-
tura, Natabuela y Bellavista mantien esta industria por muchos arlos, logrando
su apogeo a principios de este siglo.

Su agonía iniciase al llegar el ferrocarril a Ibarra.al 17 de j u l i o de 1929 y pocos


días antes a San A n t o n i o , continúa con la construocipVí eje la carretera Panameri-
cana norte hasta Tulcán, haciéndola carrozable, y acelera por la penetración
hacia el occidente imbabureño, (Intag) mediante vías aptas para automotores.
Constituye su f i n , la ejecución de caminos vecinales con transporte vehicular.

Las dos guerras mundiales de este siglo, tanto la de 1914 como la de1939, con
sus períodos respectivos de postguerra que comprendieron hasta los años 1920
y 1950, en su orden, magnificaron la producción de sombreros de paja toqui-
lla elaborados por obreros y obreras de la cabecera parroquial y del barrio Bella-
vista, porque los países que manufacturaban este artículo estuvieron inmersos
en los dos conflictos. La elaboración de esta prenda de vestir implica peligro
para la salud del operario y siempre fue muy mal pagada, quizá mejor en las dos
épocas de gran desarrollo.

La búsqueda de trabajo para sobrevivir jamás ha sido fácil, los gobiernos de siem-
pre, poco o nada han realizado para propiciar la ocupación, aunque muchos han
ofrecido remediarla con oportunidad de las campañas electorales, Ante esta
realidad dura, la juventud de nuestro terruño ha tenido que elegir en los primeros
50 años de la presente centuria y los últimos de la anterior entra; abandonar la
propia tierra para enrolarse en los cuarteles del ejército, marina, aviación y poli-
cía, ingresar en calidad de obreros a la fábrica t e x t i l " I m b a b u r a " de Atuntaqui, ó
dedicarse al sacerdocio, magisterio, artesanías, peones de hacienda y de caminos,
y,algunas mujeres,vestir hábitos religiosos, (La fábrica textil " I m b a b u r a ' ' d e b i ó
ser construida a orillas del Chorlaví, a pocos metros del puente sobre dicho r í o
en la Panamericana vieja, j u n t o a los molinos de propiedad de la familia Cepeda;
la falta de visión de algunas autoridades de (barra de aquel entonces Impidió
estructurar esta fuente de trabajo que es aún polo de desarrollo socio-econó-
mico).

(Varios sacerdotes se han destacado ocupando importantes posiciones tales


como: vicarías generales, dirección de conventos, misiones, jefaturas y cátedras
de enseñanza, conducción de parroquias, el primer obispado de indios, etc. Igual
100

cosa sucede en la milicia dentro de directivas institucionales, comisiones l i m í t r o -


fes, estudios realizados, acciones de armas, grados obtenidos, etc.).

En 1944, inicia su tercera etapa de vida el liceo artístico "Daniel Reyes" trans-
formando la economía del pueblo.

El cambio es estructural debido a:

— Inyección de un desarrollo de la artesanía artística.


— Prospección y desenvolvimiento de turismo nacional e internacional.
— Creación de la actividad comercial complementaria rentable.
— Transformación socio-económica de la población, reflejada en el progreso
colectivo e individual, especialmente, en esta segunda mitad de nuestro
siglo.

(Circulan rumores que ya tienen confirmación policial y judicial de la existencia


de negocios ¡lícitos de narcotráfico, un terrible mal agudizado en nuestra Améri-
ca del siglo X X ) .

6.1.1 Esquema de cambios socio-económico-políticos

Históricamente, los estamentos del habitante de nuestro pueblo son los siguien-
tes, en relación con la estructura social, política y económica de la unidad geo-
gráfica, y acorde con el pensamiento prevaleciente de la época y del grupo:

Cacicazgo Autocrático.- Hombre guerrero, tejedor y constructor de armas.


A d i c t o a la bebida alcohólica. Mujer agricultora.
Poder político y económico del cacique. Migraciones.

Imperialismo Incásico.' Genocidio y destierro vitalicio. Guerrero, construc-


t o r de armas, caminos, edificios, etc. Poder absoluto
del Inca. Agricultor, tejedor, orfebre, ceramista, be-
bedor, etc.

Coloniaje €sp»ftot.- Creación de encomiendas, obrajes, reducciones, etc.


Imposición de nueva cultura. Esclavitud. Agricultor y
servicios domésticos. Miseria y alcoholismo. Mestiza-
j e , Bftts, Oficios, etc. Peón detiadenda y de caminos.
Migraciones. Enfermedades y calamidades.
101

Etapa Republicana.- Cambio de patrón. Restricción y extinción de la es-


clavitud. Acceso a la educación. Agricultor, peón
de hacienda y de caminos, arriero, artesano, tejedor,
militar, policía, obrero de fábrica, sacerdote, maestro.
Fanatismo religioso y p o l í t i c o . Aparecimiento de
ideas liberales y socialistas. Arte religioso (imagine-
ría). Clases sociales definidas. Alcoholismo, desnutri-
c i ó n , enfermedades, etc.

Etapa Restricción del fanatismo religioso y político. Adve-


Contemporánea nimiento de nuevas doctrinas e ideologías políticas.
La artesanía artística ocupa el 90o/o de la población
económicamente activa, 10o/o restante copa diferen-
tes artesanías, negocios y otras actividades. Libertad
de cultos. Carreras universitarias liberales y técnicas.
Progreso físico y social. Mantiénense magisterio, mili-
cia y policía. Incremento de servicios. Creación de
nuevas industrias: hotelera y turismo. Liberación del
pensamiento y de la mujer. A u m e n t o poblacional y
de migraciones. Elevación del nivel cultural y de for-
mas de vida, etc. Desaparición de clases sociales beli-
gerantes por decrecimiento de la brecha de separa-
ción.

6.1.2 Aspectos demográficos

San A n t o n i o , una de las siete parroquias que actualmente posee el cantón Ibarra,
tiene una superficie de 26 km cuadrados y, según el ú l t i m o censo de 1982, 8.383
habitantes.

Al relacionar esta superficie con la población total de los tres censos últimamen-
te realizados, se tienen las siguientes cifras de densidad poblacional:

Año Población Superficie Habitantes K m 2

1962 5.192 26Km2 200


1974 6.977 26 " 268
1982 8.383 2.6 " 322

Los guarismos anteriormente indicados señalan la alta concentración de habitan-


tes de esta jurisdicción territorial, mayor incluso que las cabeceras cantonales, a
excepción de Otavalo. El censo de 1982 muestra también que nuestro pueblo
102

tiene más pobladores que los demás de la provincia, absorbiendo el 3.4 o/o del
total de Imbabura y el 8.5 o/o del cantón Ibarra.

Su crecimiento poblacional, no obstante el flujo migratorio registrado sobre todo


de estudiantes y profesionales hacia la capital del país, es bastante significativo;
en los 12 años transcurridos desde 1962 a 1974 su población aumentó en un
34.4o/o, es decir,a una tasa de incremento promedio anual equivalente al 2.5o/o.
En el siguiente período, o sea, de 1974 a 1982, el ritmo de crecimiento es un
tanto menor, puesto que en estos 8 años corridos aquélla se eleva en un 20.2o/o,
o lo que es lo mismo, a una tasa anual de 1.5o/o.

En cuanto a su distribución por sexo, conviene afirmar que según el censo de


1982 existe una aproximación porcentual de los totales de hombres y mujeres,
ya que el 49o/o del monto de habitantes correspondió al sexo masculino y el
51 o / o , al femenino, con un exceso de 159 mujeres sobre el número de varones.

La distribución según los grupos de edad, de acuerdo a la información del último


censo, consta en el siguiente cuadro:

Grupos de edad Total o/o Hombres o/o Mujeres o/o

0-4 1.116 13.3 585 14.2 531 12.4


5-9 1.146 13.7 585 14.2 561 13.1
10-19 1.964 23.4 948 23.1 1.016 23.8
20-39 2.108 25.1 1.007 24.5 1.101 25.8
40-59 1.265 15.1 625 15.2 640 15.0
60 y más 784 9.4 362 8.8 422 9.9

TOTAL 8.383 100,0 4.112 100,0 4.271 100,0

El análisis por sexo y grupos de edad revela que la población es bastante joven, la
mitad de ella (50.4o/o) es menor de 20 años. Esta situación se presenta más
acentuada en los hombres que en las mujeres, porque el 51.5o/o de aquéllos y el
49.3o/o de aquéllas están por debajo de esta cota. El conjunto de personas de
20 a 59 años de edad, que en teoría tiene bajo su responsabilidad económica y
de mantenimiento a los demás, representa el 40.2o/o. Se observa también la
existencia de un alto porcentaje de ancianos por cuanto este grupo significa el
9.4o/o del total. Resulta interesante mencionar que en el país aproximadamente
el 5o/o de sus habitantes es mayor de 60 años y que el elevado tanto por ciento
de ciudadanos que sobrepasan este límite es propio de naciones más desarrolla-
das económica y socialmente.
103

La característica de nuestra población de ser esencialmente joven indica por sí


sola hacia donde deben orientarse las inversiones, especialmente, en los sectores
de educación y salud.

Con los datos actuales y la tasa de crecimiento promedio anual obtenida en el


período 1974-1982 se ha proyectado el número de pobladores hasta el año
2010, cuyos resultados son éstos:

AÑO POBLACIÓN T O T A L HOMBRES MUJERES

1982 8.383 4.112 4.271


1985 8.766 4.304 4.462
1990 9.443 4.637 4.806
1995 10.173 4.995 5.178
2000 10.959 5.381 5.578
2005 11.806 5.797 6.977
2010 12.718 6.245 6.473

Estas cifras muestran que, de continuar la misma tendencia, San A n t o n i o tendrá


en el año 2000 una cantidad cercana a las 11.000 personas y en el año 2JD10,
aproximadamente, 13.000.

En lo relacionado con la población económicamente activa, cabe indicar que no


existe información censal a nivel de parroquias; sin embargo, vale hacer los si-
guientes comentarios:

a. 5.662 son los pobladores mayores de 12 años de acuerdo con el censo de


1982, lo cual representa el 6 8 0 / 0 del total.

b. El pueblo económicamente activo abarca 2.049 individuos, de los cuales


1.735, es decir, el 85 0 / 0 , pertenecen al sexo masculino y tan sólo el
15o/o restante, o sea , 3 1 4 , al sexo femenino. Por consiguiente, las tasas
totales de actividad (relación entre población económicamente activa y po-
blación global) son bajas, sobre t o d o , en las mujeres, tal como se señala de
inmediato:

Tasas totales de actividad

Total 24.4
Hombres 42.2
Mujeres 7.4
104

c. Las personas inactivas, entre las que se encuentran estudiantes, jubilados,


pensionistas y amas de casa, sumaron 3.418, siendo la mayor parte
(2.613), equivalente al 7 5 o / o , del sexo femenino.

d. Conviene y debe anotarse que, al margen de la definición de los censos


sobre quienes son considerados como inactivos, el papel de la mujer en la
economía de los hogares es muy representativo. Elia, aparte de las funcio-
nes netamente domésticas, cumple tareas productivas ayudando al esposo
en las actividades artesanales y agrícolas.

e La ¡.reducción de attesanías aitísticas es preponderante en San A n t o n i o y


genera la m a y o r parte de sus ingresos monetarios. La agricultura y la gana-
deríai pueden tomarse como actividades secundarias y sin mayor signifi-

f. En cuanto a la categoría de ocupación de la población económicamente


activa es posible determinar que la mayor parte de los habitantes de la pa-
rroquia pertenecen a la denominada: "Cuenta Propia", ya que debido al
tipo de actividad sobresaliente casi la totalidad de los artesanos tienen sus
propios talleres d o n d e trabajan con sus familiares. Como inferencia de lo
anterior, la existencia de " o b r e r o s " o "asalariados" es muy reducida, en
t a n t o que las demás categorías carecen prácticamente de importancia.

(Las principales características demográficas del pueblo y sus anejos han sido
estudiadas en términos muy generales en esta exposición).

6.2 Servicios

Las VÍHS de comunicación de San A n t o n i o con otros pueblos de la provincia y de


tuera ;\a olla, on orden de antigüedad, son las siguientes:

Comino Real de Caranqui a Otavalo, atravesando las tierras de Chulrabi-


q u i n c h u , sin pasar por la cabecera parroquial, ni A t u n t a q u i , cruza las faldas
del I m b a b u r a ; es relativamente corto y fue construido por los incas.

C a m i n o de Ibarra a Otavalo, pasando por San A n t o n i o y A t u n t a q u i , más


largo que el anterior, por el debió transitar Bolívar en su viaje triunfal
hacia Quito. Existen vestigios: "Calle Oscura", la "Paccha",el "Callejón
de los Chivos Suárez", la entrada de los "Calistos" en la antigua Paname-
ricana, el chaquiñán de la loma de Pugacho, etc. De la existencia y mante-
nimiento de ambas vías se trata en la sesión del Cabildo ¡barreño de 8 de
febrero de 1608.
105

- Carretero dé San A n t o n i o a Caranqui, uniendo Tanguarín, Santo Domin-


go y el Ejido de Caranqui.

- Panamericana vieja que atraviesa el pueblo de sur a norte, y va por su


"Calle Real" empedrada y en buenas condiciones de tránsito.

- Línea férrea inaugurada en 1929, prestó invalorables servicios por mucho


tiempo.

Caminos vecinales a Bellavista, Cobuendo, A t u n t a q u i , Chaltura, etc.

Carretera Panamericana actual rectificada y asfaltada.

Los'servicios de telégrafo, teléfono y correo son muy antiguos, conseguidos por


gestión de sus hijos. A poco de la llegada del ferrocarril a nuestro centro pobla-
do, obtiene, para iluminar sus polvorientas calles y casitas blancas, el alumbrado
eléctrico mediante convenio entre el Municipio de Ibarra y los propietarios de la
fábrica de A t u n t a q u i , poseedores también de una planta hidroeléctrica en el
río A m b i . En los siguientes años, la instalación de una pequeña red de agua
potable que cubre desde la calle " E l o y A l f a r o " hacia el norte, por existir poca
agua y el nivel de sus fuentes en la "Peña Colorada" no permitir el cubrimiento
de la parte sur. Hace c o r t o tiempo, este servicio se completa extendiéndose
hasta los barrios apartados y dando lugar a un mejor saneamiento ambiental, de-
bido a la construcción del alcantarillado. En la consecusión de la luz eléctrica
y el agua potable inicial se destaca la diligencia del profesor Néstor Cevallos y en
la ampliación de este ú l t i m o servicio público, así como en el arreglo definitivo
del litigio de aguas con la familia Larrea Jijón, es notoria la labor del profesor
Carlos A. Viteri Garrido.

En la década de los años 3 0 , transfórmase la vieja "Cuadra del Convento" en la


plaza "Heleodoro A y a l a " , En su ala sur se construye la primera casa del pueblo
(hoy parte del local del Colegio " V í c t o r Manuel Mideros, en cuyo interior se
hizo una piscina, en actual desuso, que d i o oportunidad a la juventud para apren-
der a nadar, tan en boga en el Ecuador de ayer por el t r i u n f o inolvidable del país
en el campeonato sudamericano de natación, efectuado en la ciudad de Lima en
1938, logrado por los cuatro famosos mosqueteros: Hnos. Carlos Luis y Abel
Gilbert, Luis Alcívar Elizalde y Ricardo Planas, " E l Pechón").

En la ejecución de las obras mencionadas interviene un buen hijo de San A n t o -


nio: Tnte. coronel Ezequiel Rivadeneira. La citada plaza adquiere el diseño de
estadio a partir de 1949, la conscripción vial habida en dicho año inició los terra-
plenes; más adelante, algunas administraciones municipales, motivadas por la pe-
106

tición y entusiasmo de los pobladores, contribuyeron para su terminación, inclu-


sive, con figuras de piedra que debieron tener una mejor y feliz ubicación, cohe-
sionando el tema con el objetivo. El proyecto inicial contemplaba la realización
de un conjunto escultórico con el " p e l o t a r i s " como figura principal, en home-
naje al deportista colonial; la estatua fue concebida y ejecutada en madera por el
escultor Ernesto Andrade C, residente en Venezuela.

En 1934-35, se remodela la plaza_ denominada "Francisco Calderón" y en ella


se levanta el monumento de piedra que actualmente existe, diseñado y esculpi-
do por don Alfonso Reyes, hijo del lugar y ahora habitante de Colombia,
con la ayuda de varios canterones de la localidad, entre ellos: Alejandro López,
Miguel Ángel Andrade y Luis Montesdeoca. El referido remodelado se comple-
ta con la construcción de un parque en aquel sitio, paraje que, más tarde, en los
años 1962, 1963 y 1964, es rediseñado -mediante concurso cuyo triunfador fue
Manuel Ti te, alumno del colegio "Daniel Reyes", y también embaldosado con
fondos municipales y con el aporte económico y el trabajo de los moradores de
San A n t o n i o . En 1985-86, el viejo pretil colonial de la misma plaza cambió de
modelo para construir en él "covachas" o tiendas comerciales —un irrespeto a la
Historia y a la Estética—. La segunda casa del pueblo se edificó en la entrada sur
del templo parroquial, j u n t o al antiguo cementerio (hoy coliseo abierto de
deportes). (En esta obra pública aparece como gestor don Polibio Navarrete O.).

La última dictadura, la de los Triunviros, en j u n i o de 1976, crea y equipa el


Subcentro de Salud para atender a nuestros coterráneos. Anteriormente.y adscri-
tas al instituto "Inocencio Jácome", funcionaron una posta de primeros auxilios
y una farmacia, atendidas por las monjas dominicanas colombianas que regentan
el centro educativo citado. En las décadas 3ra. y 5ta. de nuestro siglo existieron
boticas y, últimamente, servicio odontológico particular y estatal, y para la aten-
ción de las comunidades vecinas de nuestra jurisdicción, servicio médico del
IESS, en relación con el Seguro Campesino.

Los llamados "Altavoces de la V i r g e n " fueron utilizados no sólo para prácticas


religiosas, convocatorias y arengas patrióticas, sino también para promoción co-
mercial, aunque en forma modesta y elemental. En la parte sur del poblado, cer-
cano a la " Y " , hace poco tiempo fue construido un nuevo estadio que sirve a
los jóvenes del sector.

Por f i n , y desde el año 1987, la población cuenta con el servicio moderno de


teléfonos de discado directo.
107

6.3 Educación

La autorización del rey español para la fundación de doctrinas de indios, en pue-


blos, iglesias y monasterios, son factores decisivos en el inicio de la educación
considerada como sostén y difusión de la cultura y de la religión. En ellas,
además del catolicismo, se enseñaron las primeras letras del español y aun las
artes para la vida. Por disposición superior, el maestro de capilla tenía la obliga-
ción de enseñar a los niños indígenas a leer, escribir, contar y el catecismo.

Transcurrido el año 1559, luego de la pacificación de la Colonia realizada por La


Gasea y terminadas las guerras civiles entre conquistadores españoles, la dispo-
sición anterior tuvo vigencia primero en Otavalo, después en Caranqui y al fin en
las demás doctrinas de aborígenes ya fundadas. En la administración del Obispo
fray Luis Solís, con ocasión del Si'nodo reunido en Q u i t o , se insiste en el manda-
to antes aludido, tan es así que en la Ordenanza de 14 de j u l i o de 1611 créanse
impuestos para pagar salarios a quienes instruyen en lectura y escritura a los hijos
de caciques y a otros indios que desearen aprender. El Decreto de 1612, dictado
en Otavalo por el Ledo. Diego Torilla, asigna maestros de capilla y sus salarios.
Fray Jodoko Rikie proyecta para el Colegio "San Andrés", de Q u i t o , recibir
como alumnos a los hijos de los principales indios y convertirlos en elementos
multiplicadores de enseñanza-aprendizaje entre los hermanos de raza, el Virrey
de Lima, duque de la Palata, dispone el 20 de agosto de 1683 que en los pueblos
donde exista un cura haya también un preceptor de castellano para enseñar a los
indígenas. Los jesuítas, en las parroquias que tomaron a su cargo y no eran villas
fundaron escuelas privadas con programas domésticos. La Bula Pontificia de 21
de j u l i o de 1795 y la Cédula Real de 6 de octubre de 1796 autorizan crear esta-
blecimientos educativos para niñas y es así como el párroco de San A n t o n i o ,
doctor Fernando Terán, por medio de la circular de 27 de octubre de 1818,
fechada en Q u i t o , recibe el encargo de hacer cumplir esta orden, creando un
plantel escolar femenino en el convento de las madres conceptas de Ibarra.

Todas estas citas traen consigo el deliberado propósito de mostrar un panorama


educacional del que también forma parte representativa y cronológica nuestra
Patria Chica.

Histórica y específicamente, las inquietudes educativas de San A n t o n i o , con


carácter institucional y continuado, aparecen en el período correspondiente a la
Gran Colombia. Se conoce que mediante oficios números 468 y 4 8 6 de la go-
bernación de Imbabura, el pueblo organizado se propone crear una escuela de
"primeras letras" a partir de octubre de 1825, con la colaboración de los padres
de familia (Historia de la Instrucción Pública de la Antigua Provincia de Imba-
bura. C. E Grijalva. 19471 Se ignora si el proyecto tuvo acogida y
108

realización en el mes y año señalados. Hay un informe del Gobernador de Imba-


bura de aquellos tiempos; el caleño don Eusebio Borrero, que da cuenta de la
existencia de 35 escuelas primarias, con 869 alumnos, en dicha sección territo-
rial, y al referirse a la calidad de ellas agrega que únicamente la de Ibarra es de
tipo lancasteriano (enseñanza normal) y próximamente la de Otavalo; sobre las
demás dice: " U t i l i z a n métodos antiguos y la mayoría de los profesores son inep-
tos, prefiriendo su inexistencia". No se descartan las probabilidades de que u n o
de los 35 planteles referidos por la primera autoridad provincial, en 1826, haya
sido ubicado en nuestra cabecera parroquial. En forma cierta y de manera oficial
conocemos, según L. Madera, del funcionamiento de una escuela desde 1853 en
San A n t o n i o . Esta dependía del Seminario San Diego de Ibarra y estuvo costea-
da por el gobierno nacional, con parte del impuesto a las salinas de Imbabura
creado por el Congreso de la República. El Liceo A r t í s t i c o , fundado en las pos-
trimerías del siglo X I X , tuvo una sección para enseñar a los niños el abecedario.
(Geografía de Imbabura. L. F. Madera. 2a. edición. 1918). Es muy posible tam-
bién que alumnos de nuestro pueblo, entre ellos, José Dalgo, renombrado com-
positor de música, hayan concurrido al Colegio Imbabureño de San Basilio, crea-
do en Ibarra el 14 de junio de 1828 y clausurado en 1834.

6.3.1 Educadores

Muchos son los nombres de educadores destacados a nivel local, provincial,


nacional y aun internacional. La huella profunda de su obra positiva en benefi-
cio de la niñez y juventud orla el alma de sus discípulos y en el corazón de ellos
halló para siempre su feliz regazo. Varios maestros sembraron en dos siglos y el
agosto de sus mieses aureoló sus sienes antes de su ocaso. Citaremos únicamente
a los que sucumbieron al paso de los años y al peso de su inmenso y responsable
esfuerzo al modelar generaciones (la sucesión del listado obedece al rigor del
orden alfabético):

Almeida Cerón Carlos Profesor de Pintura y Rector del Colegio


"Daniel Reyes".
Almeida Páez Rosario Profesora de educación primaria.
Almeida Reyes Ana María Profesora de nivel primario.
Alemida Reyes Nicolás. Profesor primario. Hermano de la anterior.
Benalcazar Nicolás Profesor primario (2 siglos).
Cervantes Heleodoro Profesor primario (2 siglos).
Cevallos Almeida Esther Profesora y directora de escuela primaria.
Cevallos Almeida Juan Francisco Profesor primario. Director y profesor de
colegios secundarios. Director General de
Educación a nivel nacional Legislador y
Vicepresidente del Consejo Municipal de
109

Ibarra. Director Provincial de Educación de


Imbabura.
Cevallos Almeida Luis Enrique Profesor y director de escuela primaria.
Profesor de nivel medio. Concejal del Cabil-
do Ibarreño y consultor espiritual de su pue-
blo. Tres hermanos.
Cevallos T. J. Leonardo Doctor en leyes y profesor secundario. Con-
cejal del Municipio de ibarra.
Cevallos C. Amable Profesor primario (2 siglos).
Cevallos C. Néstor Profesor primario. Gestor de algunas obras
de San A n t o n i o . Teniente Político, etc.
Hermano del anterior.
Dalgo T. Alejandro N. Profesor primario.
Dalgo A. Alfredo Eustorgio Profesor primario y secundario. Rector del
Colegio "Daniel Reyes".'; Director Provin-
cial de Educación de Imbabura y Jefe de
Educación Media del Ministerio de Educa-
c i ó n , hijo del anterior. ¡
Duran S. Alfredo Enrique Profesor de Dibujo en escuelas primarias.
Estévez V. Medardo Profesor secundario.
Estévez V. Sixto H. Profesor primario.
Gómez T. Rosa Isabel Profesora primaria.
León Cevallos Alejandro Profesor y director de primaria. Director
Provincial de Educación de Los Ríos.
León Cevallos T i t o . Profesor primario. Coronel de E. M. del
Ejército Ecuatoriano con estudios en Euro-
pa: Italia y Alemania.
León Cevallos Zoila Victoria Profesora primaria. 3 hermanos (2 siglos).
León Montesdeoca Sara Profesora primaria. (Murió muy joven).
López S. Celso Profesor primario y secundario. Supervisor
de Educación.
Mideros Julio Profesor primario.
Mideros Cevallos Virginia Profesora primaria (2 siglos).
Páez Lucio Tarquino Dr. en Jurisprudencia. Profesor secundario.
Presidente del Concejo Municipal de Ibarra.
Legislador en 1938. Desempeñó importan-
tes cargos públicos. Nació en Bellavista.
Proaño Virginia Profesora primaria (2 siglos).
Reyes Daniel Profesor de Escultura y Dibujo. Fundador
del Liceo A r t í s t i c o ,
Reyes Fidel Profesor del Liceo Artístico.
110

Reyes Luis Profesor de Pintura del Colegio "Daniel


Reyes". Tres hermanos.
Reyes Mariano Profesor de Escultura del l Colegio "Daniel
Reyes".
Reyes Zoila Profesora primaria. Fundadora de la Escuela
Mixta de Chaltura 1894 (2 siglos), y herma-
na de don Gregorio Reyes, primer arquitecto
de San A n t o n i o ; una de sus obras existe
hasta h o y , es la casa con portal situada en la
esquina noreste de la plaza "Francisco Cal-
derón".
Rivadeneira Ezequiel Profesor primario. Tnte. Coronel del Ejérci-
to Ecuatoriano. Ingeniero militar. Director
del Instituto Geográfico Militar.
Salas Hortensia Profesora primaria.
Sevilla Lidia Profesora primaria. Deportista destacada,
asistió como basquetbolista a la Primera
Olimpiada Bolivariana de Bogotá en 1938,
representando al Ecuador.
Teanga Saa Sergio Enrique Profesor de Música en la provincia de Ma-
nabí.
Tobar Albuja Luis Fernando Profesor primario (2 siglos).
Velasco José Elias Profesor de Tallado del Colegio "Daniel
Reyes".
Villacís F. Luis H. Profesor primario y secundario. Profesor dé
Educación Física.
ViIIalba D. Jorge Profesor de Dibujo y Pintura. Director del
Colegio "Daniel Reyes".
Viteri Garrido Carlos Alfonso Profesor primario. Concejal del» Municipio
de Ibarra.
Yépez León Francelina Profesora primaria.
Yépez T. Hortensia Profesora y directora de escuela primaria.

(Si algún nombre no consta en esta lista se debe a un error involuntario).

6.3.2 Estado actual de la educación

Tomando como fuente las cifras de los censos de 1974 y 1982, conviene exami-
nar el nivel educativo de la población y dentro de este marco, en primer t é r m i n o ,
el analfabetismo y el grado de instrucción, con la finalidad de comprender los
cambios experimentados durante estos 8 años, para lo cual debemos analizar los
estratos de la educación, utilizando para ello los principales indicadores:
111

Según el censo de 1982, la población de 10 o más años de edad de nuestra parro-


quia alcanzó un total de 6.121 individuos. De éstos,644, es decir, el 10.5o/o
eran analfabetos; a su vez, de este subtotal, 429 (67o/o) pertenecían al sexo fe-
menino y los 125 restantes (33o/o), al sexo masculino.

Si se relacionan estos números con los correspondientes del censo de 1974, la


situación es la siguiente:

a) En este año, los mayores de 10 años de edad fueron 4.919 y los analfabe-
tos sumaron 8 7 3 , o sea, el 18o/o.

b) Estos datos indican también que mientras la población de más de 10 años


de edad creció en un 24.4o/o, las personas iletradas disminuyeron en un
35.5o/o.

c) En cuanto al analfabetismo por sexo, cabe hacer notar que los porcentajes
de iletrados correspondientes a los dos sexos no han tenido variaciones sig-
nificativas; en efecto, en el censo de 1974, el tanto por ciento de mujeres
analfabetas era del orden del 65o/o y en el de 1982, del 67o/o y de los
hombres, el 35o/o y el 3 3 o / o , respectivamente.

En lo que respecta al grado de instrucción, su estado es el que sigue:

La información censal de 1982 pone de manifiesto que de los pobladores con 6


o más años de edad, cuyo total ascendió a 7.011 personas, 871 no tenían ningu-
na instrucción, 39 se encontraban asistiendo al centro de alfabetización, 1.667
(23.8o/o) tenían nivel primario inferior, es decir, de uno a tres años, 2.847, equi-
valente al 40.8o/o, habían completado de 4 a 6 años de primaria, 1.238, o sea,
el 17.6o/o, algún curso de secundaria, y apenas 170 individuos (2.4o/o) poseían
educación superior.

Estas cifran superan el promedio provincial y denotan, lógicamente, mejores ni-


veles de educación que en el resto de la provincia. Sin embargo, hay méritos
para señalar que el relativamente bajo porcentaje de ciudadanos con grado educa-
cional superior en San A n t o n i o , se debe, probablemente, a que una buena parte
de universitarios y profesionales titulados residen en la capital de la república y
en otras ciudades del país o del exterior.

El nivel pre-primario

Funcionan 2 planteles de este nivel, el uno ubicado en el barrio de Santo


Domingo, cuenta con una profesora y 17 alumnos; el o t r o está locali-
112

zade- en la cabecera parroquial, posee un edificio moderno construido especial-


mente para este f i n , tiene 4 profesoras y una auxiliar. En el año lectivo (1986-
1987) tuvo una asistencia de 100 párvulos distribuidos en 4 paralelos; hay,
además, un buen equipamiento y el material didáctico indispensable.

El nivel primario

Según informaciones proporcionadas por la Unidad de Estadística de la Direc-


ción Provincial de Educación de Imbabura, nuestro solar nativo tuvo,en el año
escolar 1985-1986,10 escuelas primarias, de las cuales 8 fueron mixtas y de las
restantes una de varones y otra de mujeres, ambas ubicadas en el centro de la
población. Clasificando a estos planteles por el número de docentes a su servi-
cio, se observa que 4 eran completas, 4 pluridocentes y 2 unitarias.

El personal de profesores sumó 4 7 , constatándose que la mayor parte (32)


fueron mujeres.

Relacionando con el total provincial, las escuelas de San A n t o n i o representaron


apenas el 2.6o/o de los 383 establecimientos educativos de la provincia; en tanto
que el total de maestros significó el 2.9o/o de los 1.616 existentes en Imbabura.

En el siguiente cuadro, elaborado con datos proporcionados por la Dirección


Nacional de Educación, se aprecian los principales indicadores de la educación
primaria:

Alumnos matriculados 1.170 lOO.Oo/o

Promovidos 1.069 91.4o/o


No promovidos 83 7.1o/o
Desertores 18 1.5o/o

De acuerdo con el listado anterior, el índice de deserción es relativamente bajo


y se localiza fundamentalmente en las escuelas de los barrios periféricos, en
donde la apremiante situación económica de los hogares campesinos hace que el
niño se constituya todavía en " m a n o de o b r a " para incrementar la economía
familiar, facilitando de esta forma la deserción escolar.

Con el objeto de analizar, aunque sea de manera muy elemental, el crecimiento


de la matrícula y el número de escuelas y maestros, se han tomado las informa-
ciones correspondientes al año lectivo 1980-1981. De la comparación de estas
cantidades se puede extraer las siguientes conclusiones:
113

a) La matrícula en el período al que se hace referencia aumentó tan sólo en


34 niños, lo cual significa el 3 o / o ; esto obedece presumiblemente a que
varios de ellos se incriben cada año en las escuelas de Ibarra, dada la cerca-
nía existente.

b) En lo que tiene que ver con el número de planteles y maestros, es necesa-


rio puntualizar que en estos 5 años el incremento fue de 2 escuelas y de 11
docentes; en efecto, de 36 profesores existentes en 1980 sumaron 47 en
1985, o lo que es lo mismo, el crecimiento fue del orden del 30.6o/o.

c) Cabe relievar, por ú l t i m o , que el incremento relativo de maestros fue su-


perior al de alumnos y por esta causa ta relación de estudiantes por profe-
sor se redujo en este lapso; en el año escolar 1980-1981 ésta fue de cerca
de 32 niños por docente, mientras que en el año 1985-1986 esta carga des-
cendió a 25 discípulos por cada orientador del aprendizaje.

Esta aceptable relación puede ser uno de los factores, entre otros, para que el
rendimiento escolar y, en general, los indicadores educativos de nuestra pobla-
ción sean relativamente mejores que los correspondientes provinciales.

El nivel medio

La instrucción secundaria se la imparte en la actualidad en dos establecimientos:


en el Instituto Técnico Superior de Artes Plásticas "Daniel Reyes" que cuenta
con 2 secciones diurna y nocturna, la primera de las cuales tiene ciclo básico, di-
versificado con las especializaciones en artes, diseño y decoración, y superior,
siendo el único plantel de este t i p o en el norte del país. La sección nocturna
posee ciclo básico y, últimamente, diversificado técnico. El o t r o centro educa-
tivo es el Colegio " V í c t o r M. Mideros", de reciente creación con ciclo básico y
diversificado en Humanidades Modernas.

En el cuadro adjunto se hace un resumen de los principales indicadores de la edu-


cación media, elaborado con la información obtenida en la Unidad de Estadística
de la Dirección Provincial de Educación de Imbabura:

D. REYES O. REYES V. MIDEROS TOTAL


DIURNO % NOCT. ) % DIUR. % NOCT. %

Matriculados 248 100.0 58 100.0 283 100.0 589 100.0


Promovidos 206 80.2 35 60.4 221 78.1 462 78.5
No promovidos 30 15.0 6 10.3 29 10.2 65 11.0
Desertores 12 4.9 17 29.3 33 11.7 62 10.5
114

De los datos expuestos, puede deducirse que la deserción es particularmente alta


en la sección nocturna del Colegio "Daniel Reyes", en vista de que de los 58
alumnos matriculados, 17, o sea,el 29.3o/o, se retiraron. Del mismo m o d o , los
otros indicadores son bastante desalentadores, puesto que algo más de la mitad
(35) pasaron de año. En el "Daniel Reyes" diurno y en el " V í c t o r M. Mideros",
la promoción es del orden del 80.2o/o y 78.1o/o, respectivamente, mientras que
el retiro alcanza el 4.9o/o y el 11.7o/o, en su orden.

Es necesario destacar también que en el año lectivo mencionado se graduaron en


el "Daniel Reyes" 30 estudiantes.

La distribución de docentes por colegios y secciones es ésta:

23 profesores de la sección diurna del Instituto Superior "Daniel Reyes".


8 profesores de la sección nocturna del Instituto Superior "Daniel Reyes"
18 profesores del Colegio " V í c t o r M. Mideros".

Por ú l t i m o , es importante enfatizar en que los establecimientos de enseñanza


media no cubren las necesidades de la educación secundaria de San A n t o n i o ,
razón por la cual un crecido número de estudiantes asiste a los colegios de
Ibarra, especialmente al Normal Superior " A l f r e d o Pérez Guerrero" de San
Pablo del Lago y a los centros educativos de A t u n t a q u i , con miras a graduarse
de bachilleres en Humanidades Modernas en las diferentes especialidades y
a obtener el t í t u l o de maestro primario en el caso de los concurrentes al Normal
antes referido.

Este déficit educacional debe ser corregido de manera inmediata y aunque par-
cialmente con el incremento del ciclo diversificado en la modalidad de Humani-
dades Modernas está remediado; hace falta un estudio científico sobre pobla-
ción, economía, ocupación, industrias, rentabilidad, proyección ocupacional y
económica, etc. que posibilite un diagnóstico serio como base para la creación de
especialidades adecuadas, con f u t u r o y de carácter técnico.

6.4 Deportas

Dos son los deportes con desarrollo masivo en nuestra parroquia:

El más antiguo, posiblemente, desde la época colonial, es el de la pelota (guante,


tabla y mano). En el Ecuador, se juega más en la Sierra que en la Costa. Las
provincias del norte y centro de la Serranía cultivan en mayor grado esta activi-
115

dad deportiva. Familias enteras de la localidad se han dedicado a su práctica,


formando verdaderos grupos de "pelotaris", tales c o m o :

Aguirre (Ezequiel Chugsi), Benalcázar, Benavides, Dalgo, Echeverría, Fuentes,


Montalvo, Orbe, Rodríguez, Sevilla, Terán, Villalba, Villaruel, Rivadeneira, Já-
come. Rivera, Montesdeoca, López, Vaca, Carrillo, Cevallos, Vásquez, etc. El
o t r o es más joven, apareció a fines de la primera mitad del siglo actual. El
fútbol organizado iniciase en 1947 con el club deportivo "Bayardo T o b a r " y
se mantiene aún en la cateogría amateur. Actualmente, a esta actividad se dedi-
ca más del 90o/o de la población juvenil de esta zona geográfica, constituyendo
un buen recurso de antidrogadicción. Las mujeres también juegan este deporte
de masas.

El basquetbol se ha desarrollado relativamente. En distintas épocas han surgido


quintetos bien estructurados y con un nivel basquetbolístico aceptable. Su ini-
ciador es el club " L i b e r t a d " fundado por el subteniente César León Benavides
(hijo de San A n t o n i o ) , allá por la década de los años treinta. El ciclismo ha
tenido buenos cultores, uno de ellos, don Elias Tobar Albuja, obtuvo el vicecam-
peonato nacional en la Olimpiada de Riobamba, corrió por Pichincha j u n t o al
famoso " Ñ a t o Recalde", toda vez que residía en Q u i t o . Otros han intervenido
en pruebas intercantonales y hasta en vueltas a la república.

La residencia en centros de mayor desarrollo deportivo ha permitido a personas


nativas de San A n t o n i o practicar el atletismo. Tal es el caso del sargento Vicente
Cevallos Orbe, habitando en la capital de la república, participó en algunas carre-
ras de "Ultimas Noticias" cuando había rebasado el medio siglo de existencia,
igual oportunidad tuvo el Ledo. Wilson Teanga, cultor de pruebas de campo (lan-
zador). Representó al país en las Olimpiadas Boliviarianas realizadas en Quito
en 1965. Otros jóvenes, en tiempos idos, practicaron carreras de gran fondo
(Maratón). Miguel Ángel Andrade y W i l f r i d o Orbe iniciaron el programa de inau-
guración del monumento a Francisco Calderón, en mayo de 1935, efectuando
una carrera de resistencia alrededor de la plaza principal. El triunfador fue el
2do. de los nombrados. Antes, y en el mismo escenario concursaron el sananto-
nense Gustavo Páez Jaramillo y el chileno Manuel Kalquín, especialista en esta
clase de pruebas.

La piscina del pueblo ha servido para que muchos de sus hijos adolescentes y
niños aprendan la natación y en este deporte se ha distinguido Guillermo Suárez
C, fue ganador en más de una ocasión en el cruce del lago de San Pablo.
116

6.5 Morbilidad y Salubridad

6.5.1 La Morbilidad y sus principales causas

En el campo de la salud, la situación de la parroquia es bastante preocupante.

La cercanía a la capital provincial que dispone de mejores centros de curación


y saneamiento ambiental de la provincia hace pensar en la existencia de acepta-
bles niveles de salubridad; no obstante esto, la mala distribución de los ingresos
que genera pobreza, la ausencia de una mínima educación para la salud en la
mayoría de la población, la falta de servicios de higiene en algunos barrios y las
deficiencias provenientes de las agencias asistenciales del Estado, determinan en
alguna medida la precaria situación sanitaria de esta jurisdicción territorial.

Según declaraciones del médico que dirige el Subcentro de Salud de San A n t o -


nio, la morbilidad está dada principalmente por la prevalencia de enfermedades
infecciosas y parasitarias: diarreas causadas sobre t o d c p o r la deficiente alimen-
tación y afecciones de la piel con mayor inicidencia en los niños. Se observa
también, de acuerdo con el citado galeno, altos porcentajes de dolencias relacio-
nadas con el embarazo, parto y puerperio debido a la carencia de atención médi-
ca; las madres gestantes y lactantes todavía suelen hacerse atender por comadro-
nas y empíricos. Otra importante causa de la referida morbilidad tiene que ver
con los bajos patrones nutricionales existentes, productos del consumo de dietas
diarias inadecuadas, especialmente, de la población infantil.

Estos tres factores negativos: saneamiento ambiental insuficiente, inatención


médica (un apreciable número de habitantes prefiere la asistencia de curanderos)
y existencia de dietas alimentarias no adecuadas, provocan la permanencia en
alto grado de enfermedades que a su vez son causa principal de morbilidad,
siendo éstas:

— Poliparasitosis intestinal.
— Diarrea aguda.
— Enfermedades del embarazo, parto y puerperio, en todas sus formas.
— Desnutrición.

6.5.2 Condición sanitaria de la vivienda

Como se conoce, existe una correlación muy amplia entre el t i p o de materiales


de que está construida la vivienda, el sistema de abastecimiento de agua potable
y la disposición sanitaria de excretas con otros componentes de importancia
117

socio-económica como son: la educación, la mortalidad, la morbilidad general


e infantil, el ingreso per cápita, etc.

En cuanto a la clase de vivienda, el censo de 1982 señala que en San A n t o n i o de


las 1.765 habitaciones censadas, el 61.5o/o pertenecían a la categoría "casa o
v i l l a " , siguiéndola en importancia con el 33.8o/o la denominada "mediagua";
las demás categorías apenas representaron individualmente el 1 o 2 o / o .

En lo que respecta a la forma de abastecimiento de agua de las viviendas ocupa-


das: el 4 0 o / o lo hace de la red pública dentro de casa, el 22o/o fuera de la habi-
tación pero el edificio, el 24o/o se provee de este elemental servicio fuera de la
viienda y el 14o/o restante se abastece en acequias, vertientes o pozos.

En relación con otros servicios habitacionales, el censo de 1982 pone de mani-


fiesto lo siguiente: un 17o/o de viviendas carece de alumbrado eléctrico, un
50o/o de ellas no dispone de servicios higiénicos y un 20o/o utiliza el sistema de
letrinas.

La eliminación de aguas servidas se halla en una situación muy crítica (es una de
las principales causas para la propagación de enfermedades de carácter infantil es-
pecialmente), el censo de vivienda del año tantas veces aludido indica que el
60o/o de casas no tiene acceso al alcantarillado, el 15o/o usa pozo ciego y sólo la
cuarta p a r t e , 26.5o/o,utiliza el alcantarillado.

6.5.3 El Subcentro de Salud y sus actuales deficiencias

La parroquia cuenta con un Subcentro de Salud en buen estado, fue construido


su edificio recientemente en 1 9 8 1 , dispone de vivienda para el medido y carece
de ella tanto para el odontólogo como para la enfermera. El personal técnico
que labora en él está integrado por un galeno del Plan de Medicina Rural, un
dentista, una auxiliar de enfermería y un inspector sanitario, renovables anual-
mente de conformidad con las disposiciones legales del caso.

Cabe señalar también que este establecimiento de salud tiene el equipamiento


médico en condiciones aceptables, aunque no incluye en él el equipo de resuci-
tación, un buen tensiómetro y un fonendoscopio.

El aspecto más grave del sanatorio es la falta casi total de medicamentos necesa-
rios para atender emergencias y a la población de escasos recursos económicos.

Actualmente, por iniciativa del módico de este centro asistencial, se están hacien-
do esfuerzos para mejorar su planta física, dotarle de enseres de oficina, etc.
118

7. ORGANIZACIÓN Y ADMINISTRACIÓN

7.1 Estructural Socio-Político-Administrativas

De ayllu a tribu en la Prehistoria pasa a doctrina y pueblo indígena en la Histo-


ria; en la Colonia e Independencia, de poblado con mayoría indígena y minoría
blanca y mestiza a parroquia rural del cantón Ibarra, provincia de Imbabura, en
forma oficial, al promulgarse el 25 de j u n i o de 1824 la Ley Territorial aprobada
por el Congreso de la Gran Colombia reunido en Bogotá en dicho año. (Por falta
de rentas, la provincia de Imbabura fue suprimida el 24 de noviembre de 1826 y
restablecida el 20 de j u n i o de 1827 por el Vicepresidente Grancolombiano gene-
ral Francisco de Paula Santander). Durante toda la vida republicana, hasta estos
días, ha permanecido en calidad de simple población de campo, cambiando su
nombre español original: San A n t o n i o de Carangue por San A n t o n i o de Imbabu-
ra o San A n t o n i o de Ibarra sucesiva o alternadamente. Creemos sinceramente
que debió conservarse su primera denominación mantenida hasta 1870, a fin de
retener enlazadas sus dos culturas y sus dos épocas, quizá con una ligera m o d i f i -
cación que incluya al hombre y adquiera mayor significación histórica: SAN
A N T O N I O DE LOS C A R A N Q U I S .

Es justo también restituir a la Historia de esta Tierra su nombre aborigen,


mediante algún mecanismo que perennice el sustantivo Tuariquí.

Ha pertenecido sucesivamente a tres corregimientos en los inicios de la Conquis-


ta Española, en calidad de parcialidad de Caranqui,forma parte del corregimiento
cuya población principal es precisamente dicho pueblo. Desde 1541 ingresa a la
jurisdicción de la nueva provincia de Otavalo y, por f i n , desde 1606 hasta los pre-
sentes días al corregimiento de Ibarra, más tarde llamado provincia de Imbabura.
119

Nuestra parroquia, desde la época colonial hasta 1935, geográficamente, fue muy
extensa. A ella pertenecieron la cabecera parroquial San A n t o n i o , los barrios de
San Luis de Cobuendo, San José de Chaltura, San Miguel de Bellavista, San Fran-
cisco de Natabuela, San Vicente de los Óvalos, San Isidro de Tanguarfn, Santo
Domingo, Chilcapamba (Santa Mañanita de Jesús), Moras, Los Calistos, Chorlavf,
Loma de Soles y Chichabal, viejos y los nuevos de La Cruz, Barrio Obrero, José
Tobar, la " Y " , etc., más los llanos de Las Parcelas, San Agustín, La Olimpia,
Morascocha, Angarrumi, Santa Clara, Santa A n a , Las Tolas, El Chorro, La Isla,
El Tambo, Monjaspamba, Guatabiro, Guayllabamba, El Chilcal, Los Colegiales,
etc. Sus límites llegaron por el noroccidente hasta el río A m b i , colindaba con
Urcuquí y por el suroeste lamía las goteras de la "Cequialta", actual Andrade
Marín.

7.2 Desmembramiento territorial

Varias son las causas por las que nuestro territorio se fraccionó. En él se asientan
hoy 4 poblaciones capesinas en lugar de una sola como sucedió antaño y por va-
rios siglos. Estos pueblos son: San A n t o n i o de Ibarra, Imbaya (Cobuendo),
Chaltura y Natabuela.

Entre las mencionadas causas citaremos las siguientes:

1. Distancia considerable entre la cabecera parroquial y sus barrios, dificul-


tando la administración civil y eclesiástica.

2. Cercanía a otros centros poblados (Atuntaqui para el caso de Chaltura, Na-


tabuela y Los Óvalos, e Ibarra para Cobuendo).

3. Centralismo excesivo del núcleo de la parroquia en lo que se relaciona con


el incremento de servicios públicos.

4. Aparición de un nuevo polo de desarrollo económico en A t u n t a q u i : la fá-


brica textil " I m b a b u r a " .

5. Derecho de libre autodeterminación de los pueblos.

6. Subestimación y apocamiento a los moradores del sector rural (chagras).

7. Promoción y apoyo moral al movimiento separatista de parte de Atunta-


q u i , aspiraba anexarles cuando se cantonizara, lo que sucedió pocos años
después.
120

8. Aceptación de las autoridades civiles del cantón Ibarra, de la provincia y de


las eclesiásticas correspondientes.

Como en todo cambio, hubo resistencia, en especial, de los habitantes del centro
parroquial. Gestiones de oposición y réplica fueron realizadas por las partes en
c o n f l i c t o , empleando en algunas oportunidades el clásico recurso de aquellos
tiempos: publicación y reparto de hojas volantes.

La separación se produjo inicialmente a nivel eclesiástico, puesto que el 9 de no-


viembre de 1932, la Curia de la Ciudad Blanca y su Obispo Alejandro Pasquel
Monge crearon las parroquias de Natabuela (incluyendo en ella el asentamiento
de Los Óvalos) y Chaltura. Bellavista y Cobuendo continuaron perteneciendo a
San A n t o n i o .

En septiembre de 1935, Natabuela y Chaltura son declaradas parroquias civiles.

En marzo de 1938, Atuntaqui se hace cantón, anexándose las nuevas jurisdiccio-


nes parroquiales y sorpresivamente sus límites orientales se fijan en la quebrada
de San A n t o n i o , a 4 escasas cuadras de la plaza principal. Además, Bellavista y
Cobuendo son partes integrantes de esta flamante unidad territorial, Cobuendo
acepta ser desde entonces caserío de Chaltura hasta 1945, año en que se hace pa-
rroquia rural del cantón A n t o n i o A n t e , con el nombre de Imbaya, mas no Bella-
vista, prefiere continuar siendo un barrio de San A n t o n i o , jamás anejo de San
José de Chaltura.

Dos tesis diferentes del Derecho Territorial se contraponen en este caso y el liti-
gio nace de inmediato: el nuevo cantón interpone el tema del límite natural
(quebrada de San A n t o n i o ) . Una proposición sustentada en la geografía, en la
parte material, física del problema. Nuestra defensa, se fundamenta en el dere-
cho a la libre autodeterminación de los pueblos (la libérrima y unánime voluntad
de los habitantes de Bellavista), consagrado por la O E A y la O N U , inclusive.
Este argumento de índole humanista y concepción pacifista tuvo inmediata aco-
gida de parte del gobierno del general Alberto Enríquez Gallo, y su Ministro del
Interior dispuso el estudio de la litis en el terreno de los hechos, designado al
coronel Pinto del Instituto Geográfico Militar para que realizara la misión e in-
formara al respecto. El informe fue favorable a nuestra tesis y el decreto refor-
matorio de los límites en referencia fue promulgado prontamente. Los linderos
establecidos en la citada ley son los mismos de hoy.

Gestionaron tan importante rectificación l i m í t r o f e y la expedición del decreto


que la consolidara destacados hijos de nuestra tierra, residentes en Q u i t o : profe-
sor Néstor Cevallos, teniente coronel Ezequiel Rivadeneira, coronel de E. M. T i t o
121

León, general Marco T. León, etc. (Este ú l t i m o desempeñaba a la sazón el cargo


de Ministro de Educación, fue inspirador y propulsor de la reforma educativa en
lo referente al nivel medio, al crear los 2 ciclos: Cultura General o Básico y
Especialización).

7.3 Instituciones

La organización social ha tenido cabida en la población a través del tiempo y


conforme a los objetivos previstos y circunstancias reinantes. Agrupándolas por
sus finalidades, estas instituciones se clasifican en:

— Sociales
— Educativas
— Patrióticas
— De defensa de derechos
— Pol íticas
— Culturales
— Deportivas
— De varios objetivos o mixtas, y
— De aguas.

Entre las de carácter social merecen citarse 2. La más antigua quizá y con mu-
chos años de vida, se aproxima a un siglo de existencia, es la Hermandad Funera-
ria; fundada en el siglo X I X , construye en 1898 el actual cementerio, segundo en
La Diócesis de Ibarra por su belleza, según lo afirmado por L.F. Madera en su
referida Geografía de Imbabura, editada por segunda vez en 1918. Fundadores
de esta institución son el cura párroco de aquellos años, enterrado en el panteón
antes mencionado, Dr. Teodoro Miguel Egas y don Leonardo Cevallos (padre de
los 3 maestros Cevallos Almeida), entre otros. Esta sociedad funeraria cumple
una buena etapa de organización bajo la presidencia de don Heleodoro Ayala,
propietario de la vecina hacienda de Santo Domingo, que en el período colonial
perteneció a la comunidad de los dominicanos, quienes la permutaron con una
estancia de la jurisdicción de Urcuquf.

La segunda denominada Sociedad Obrera "Cristo R e y " , fue creada por monse-
ñor Leónidas E. Proaño V . , en sus primeros años de vida sacerdotal, con una in-
teresante organización social que avisoraba a su fundador como un innovador de
la comunidad dentro del cristianismo. No nos equivocamos al pronosticar su
labor y proyección episcopal, con oportunidad de su consagración como obispo
de Riobamba, en mayo de 1954, al decir que en la Sultana de los Andes deslum-
hrar ía por su pobreza y por sus obras. Un prelado fuera de serie, con concepcio-
nes y realizaciones pragmáticas y objetivas de la religión y del apostolado. Re-
122

dentor de los pobres y liberador de los indios según el evangelio. Ellos, los
marginados de siempre y- el país le deben inmensa gratitud y la Academia de
Ciencias de Suecia, el Premio Nobel de la Paz para el que fuera candidatizado
por América India. Fue el primer Obispo de los Indios, doctor Honoris causa de
la Politécnica del Chimborazo y de la Nacional de Q u i t o , al par que de la Univer-
sidad Central del Ecuador y la de Saabrucküen de Alemania Federal, obtenido
este ú l t i m o el 26 de octubre de 1987.

De las asociaciones con fines educativos conviene referirse a las siguientes:

La que propugnó la fundación de la primera escuela de niños del pueblo en


1825, la que con toda seguridad se organizó para fundar la primera escuela de
niñas, en el siglo pasado. Las tres juntas que propiciaron el funcionamiento de
las correspondientes 3 etapas de vida del Liceo A r t í s t i c o . En las dos primeras, el
papel principal lo protagonizó su fundador, don Daniel Reyes, con la ayuda muy
importante en la primera del maestro y periodista quiteño que tanto amó y sir-
vió a San A n t o n i o , don Camilo Pompeyo Guzmán. En la tercera y última lideró
el Dr. Miguel Ángel Rojas, por entonces párroco del lugar.

Entre las de propósitos patrióticos hay muchas:

La Junta Patriótica que proyectó e inauguró el monumento a Francisco


Calderón. Vivió aproximadamente dos años: 1934 y 1935. Dirigió el párroco
de los referidos años, Dr. José Miguel Flores, la presidió don Leonardo F. Ceva-
llos Almeida y su secretario fue el profesor Luis H. Villacís F. (El monumento
fue inaugurado el 24 de mayo de 1935). La Junta Pro-Mejoras de San A n t o n i o
que remodeló y embaldosó el parque "Francisco Calderón". Inició sus labores
en 1962 y las terminó en 1964, luego de la solemne inauguración de la obra en
abril del año últimamente citado. La presidieron los hermanos Viteri Garrido.
Las juntas establecidas para reconstruir el t e m p l o , la primera afrontó la destruc-
ción de la iglesia cuando el terremoto de 1868, c u m p l i ó su cometido con la
ayuda del gobierno nacional presidido por Gabriel García Moreno, el cual da
cuenta de este hecho al congreso reunido en 1873, mediante el mensaje respecti-
vo. (Escritos y discursos de García Moreno. Manuel María Pólit Laso. 2do.
t o m o . 2da. edición. 1923). La 2da. reparó la cubierta en 1945 y la 3era. está
empeñada en restaurar la pintura interior efectuada a principios del siglo por el
maestro Luis Reyes. La organizada por García Moreno y encargada de distribuir
los 600 pesos donados por el Poder Ejecutivo para la reconstrucción de las casas
de San A n t o n i o afectadas por el sismo ya referido, compuesta por las personas
más respetables de aquella época: Dr. José Pon ce (párroco), Ramón Reyes
123

(depositario), A d o l f o Rivadeneira, Manuel Rivadeneira Viteri y Amadeo Espi-


nosa (cita del libro últimamente indicado). No hay datos, pero es de suponer
que una organización ayudó para la construcción de la monumental iglesia de
nuestro pueblo, posiblemente ejecutada en el siglo X V I I I . Las juntas o consejos
parroquiales merecen incluirse dentro de esta dase de sociedades por sus objeti-
vos y realizaciones. Los últimos han dedicado sus esfuerzos a la celebración de
las fiestas patronales de la localidad, el 13 de junio de cada año.

Dentro de las instituciones de defensa de intereses y derechos comunales,es justo


citar a la que mantuvo por mucho tiempo el pleito contra la familia Larrea Jijón,
defendiendo la propiedad de la población de una parte de las aguas cuyas fuentes
están en "San Juan Pogyo", lugar cercano a la hacienda Pinsaquí y al pueblo de
Human, lamentablemente, perdió el juicio respectivo, y también a la que
derrotó a la maldita plaga de langostas y regaló a la Virgen del Quinche el insecto
de oro antes mencionado.

Las de t i p o político se han caracterizado por su efímera existencia, aparecen en


períodos eleccionarios para elegir concejales, consejeros, alcaldes, legisladores,
vicepresidentes y presidentes de la república. Organizan los distintos partidos
políticos existentes de acuerdo a las etapas históricas.

Algo semejante ocurre con las sociedades culturales. Estas se forman para prepa-
rar y representar una pieza teatral popular u organizar una orquesta o banda de
músicos, siendo un ejemplo notorio de está afirmación la coexistencia pasajera
de 2 grupos musicales, el uno dirigido por el maestro A d o l f o Brito y el o t r o con-
formado por la familia Teanga.

En el campo deportivo, hay muchas organizaciones, siendo su decana la Sociedad


Deportiva " L i b e r t a d " , a cuya fundación nos referimos anteriormente. Practica
solo basquetbol. Luego se fundan los clubes: " A b d ó n Calderón" y "García
M o r e n o " con cuadros de volleybol, en 1939, "Miguel Ángel T e r á n " en 1942,
"Bayardo T o b a r " con equipos de basquetbol y por primera vez de f ú t b o l , en
1947, "Gran C o l o m b i a " en 1950, con quintetos de basquetbol y oncenas de
f ú t b o l , "Caupolicán" con f ú t b o l y basquetbol, en 1955, " 2 4 de M a r z o " , coetá-
neo del "Bayardo T o b a r " , y practicando basquetbol y f ú t b o l , etc. Realizada la
siembra, la cosecha ha sido ó p t i m a ; se forman muchas instituciones deportivas
juveniles casi en su totalidad de f ú t b o l . Actualmente, se cuentan por decenas y
son parte de la Liga Parroquial que año tras año organiza campeonatos de este
deporte en la modalidad amateur, eventos que cuentan con varios equipos parti-
cipantes y muchas fechas de realización.
124

Hay otras asociaciones con varios objetivos: comerciales, artísticos y culturales.


Estas agrupan a los artesanos talladores y escultores que reciben cursos sobre
técnicas artesanales, comerciales, organizacionales y de otra índole. Ocasional-
mente, preparan exposiciones de sus trabajos y creaciones, constituyendo astas
verdaderos acontecimientos artísticos y hasta económicos. Disponen de ayuda
estatal y, en la actualidad, poseen un edificio propio para la ejecución de los
actos de cultura relatados.

Las juntas de aguas de las diferentes acequias de regadío habidas en la parroquia


tienen de vida muchas decenas de años. Se modifican al r i t m o de las variaciones
legales motivadas por los cambios impuestos por otras ideas de nuevas estructu-
ras sociales contemporáneas
125

8. CIVISMO, DEMOGRACIA Y LIBERTAD

8.1 Jornadas del Recuerdo

" L o s moradores de San A n t o n i o tienen la reputación de ser valientes y patrio-


tas", sentencia L. F. Madera en su ya menciona obra: "Geografía de Imbabura".
2da. edición. 1918.

Lo han demostrado a lo largo y ancho de su Historia y Prehistoria, uniéndose y


apoyando la realización de grandes obras beneficiosas para su pueblo. La cons-
trucción de su adoratorio, sus tolas fúnebres, acequias de regadío y caminos en
sus primeros siglos de existencia; el levantamiento de su primera iglesia, conven-
to y cementerio en los años de inicial contacto con la religión venida de España;
la pila de piedra y el pretil, j u n t o al inmenso templo, realizados durante la Colo-
nia; las reconstrucciones de la iglesia y casas cúrales, la fundación de centros edu-
cativos y la apertura de calles y carreteras en la era republicana, etc. son mues-
tras inequ ívocas de amor patrio.

Las mingas, cuyo relato sus autores escribieron usando el pico como pluma y
el sudor de sus poros como tinta en el papel imborrable de su tierra generosa,
centinela de sus obras y memorias, lograron el milagro del progreso. Son muchas
y famosas, todas ellas manifestaciones reales de fervor cívico y de trabajo. Enun-
ciaremos algunas como ejemplo para las nuevas generaciones y como recuerdo
para la Historia:

Las de reconstrucción del pueblo luego del terremoto de la madrugada del 16 de


agosto de 1868. Es célebre la que trajo desde Quitumba, en las breñas del cerro
126

Cotacachi, madera de montaña para la iglesia, igual que la efectuada con idéntico
propósito y al mismo lugar, en 1945. Es muy recordada por sexagenarios y otros
mayores la serie de mingas que para aplanar la plaza principal se hicieron durante
un año, todos los lunes de todas las semanas, mediante concursos entre barrios
de la parroquia, doblándose barras y trabajando hasta las primeras horas de la
noche para extraer piedras gigantescas. (Es memorable aquella competición
entre Tanguarín, liderado por don José Peregrino Almeida —sanantoneño— y
Chorlaví, por don Rodrigo Ayala, propietario de la hacienda " E l M i l a g r o " , cer-
cana al pueblo, hijo de don Heleodoro Ayala, benefactor de nuestro terruño. La
banda de músicos cuyo instrumental fue traído desde Bélgica y obsequiado a la
población por la familia Tobar Landázuri, con sus alegres notas alentaba a los
mingueros, igual efecto conseguían la chicha y el aguardiente. Al final de cada
minga, la gente bailaba contenta, visitaba la casa del párroco y en su espacioso
patio danzaba al r i t m o de aires musicales, era obsequiada con una copa de vino
en recipiente de plata, y, al final, se divertía hasta altas horas de la noche en las
moradas de sus amistades o de sus amores).

¡Cómo no recordar!. . . la legendaria minga realizada por todos los pueblos de


Imbabura en enero de 1930, cuando el Presidente de la República de esos tiem-
pos, doctor Isidro A y o r a , diera la primera palada para la construcción del ferro-
carril Ibarra-San Lorenzo. Nuestros padres trabajaron en el sector de la hacienda
"Cananvalle". Se derrochó entusiasmo fundado en la esperanza de mejores días
para la provincia y la Patria toda. Es también histórica la que con participación
masiva de hombres y mujeres de la localidad tuvo lugar en Yahuarcocha en la
apertura de su autopista, a fines de 1 9 6 1 , por especial invitación de don José
Tobar y Tobar, igual que la realizada en 1938 para arreglar caminos y cercos con
oportunidad de la posesión de Las Parcelas. Se mantienen vivas en el recuerdo de
nuestro conglomerado humano aquellas mingas que abrieron zanjas y taparon
tuberías tanto en la construcción de la vieja red de agua potable, en los primeros
años de la década del 30 del siglo actual, como en la de la nueva que iniciase en
"San Juan Pogyo" y termina en nuestra localidad (llumán-San A n t o n i o ) . Son
célebres también las efectuadas para abrir caminos vecinales, hacer terraplanes
del ferrocarril Quito-lbarra ubicados en su jurisdicción parroquial, construir y
mantener la vieja carretera panamericana, etc.

8.2 Acciones y Episodios de Defensa de la Democracia

En los albores del liberalismo ecuatoriano, cuando todavía no estaban consolida-


dos su ideario y programa de transformaciones y las ideas se imponían o eran
combatidas a sangre y fuego, en San A n t o n i o , el 8 de enero de 1899, hay un
combate entre liberales y conservadores, durante la tarde. El t r i u n f o es de color
127

azul, gracias a los refuerzos llegados desde Ibarra. El grupo liberal se dispersa y
algunos son tomados prisioneros. En la mañana de aquel día y entre los mismos
bandos hay una refriega en Agualongo, donde tirunfaron los rojos; en ambas
batallas, las bajas suman 10 muertos. En esos tiempos, la mayoría casi absolu-
ta de la población era conservadora; sin embargo, algunos jóvenes tenían ideas
liberales, vislumbraban estructuras democráticas y habían de participaren accio-
nes de su defensa. Ingresaron en las filas de Veintimilla y A l f a r o , como es el caso
de los comandantes: Julio Cervantes Rivadeneira y Tomás León (viejo). Otros,
en calidad de reservistas voluntarios, contribuyeron con su grano de arena a la
victoria del " V i e j o Luchador", entre ellos: Rafael Orbe y Rafael V i t e r i . El capi-
tán Tomás León (hijo) luchó por el pendón rojo. En las filas opuestas, se da el
hecho de don David Zaráuz, el cual es, tomado prisionero por las fuerzas guber-
namentales luego de la derrota de los conservadores en San José de Urcuquí, en
1924, acaudillados por Jacinto Jijón y Caamaño.perdedor de las elecciones presi-
denciales acaecidas en dicho año; es conducido al penal García Moreno de Q u i t o
y apodado por tal suceso como "Capitán A r a ñ a " .

La guerra de los "Cuatro Días" realizada en la capital del Ecuador, en los últimos
días de agosto y primeros de septiembre de 1932 dio al país el t r i u n f o de la cons-
titucional ¡dad; en San A n t o n i o y al paso por este lugar de la columna roja for-
mada por los " P u p o s " , en el corredor de una casa aledaña a la estación del ferro-
carril cae abatido Amador Estévez, nativo de la parroquia, probable simpatizante
del conservadorismo y miembro del grupo que hostilizaba a los carchenses por
liberales y también porque de acuerdo con la tradición, otros grupos saquearon
pueblos ubicados en su ruta y creyeron los de la jorga en la repetición de un acto
semejante o, por lo menos, de un requisamiento forzado de acémilas. Según un
testigo del episodio, integrante de la columna liberal, quien disparó y mató al
joven Estévez fue Ariosto Borja, ya fallecido. En la citada guerra participaron
militares de nuestra tierra, tales como los soldados: Miguel Almeida, Gustavo
Páez, Pedro Delgado, José L. Estévez, etc.

El mayor del ejército ecuatoriano Cosme Galo Yépez León, coterráneo nuestro,
protestó enérgicamente contra el gobierno de Velasco Ibarra al romper éste la
constitución de la república el 30 de marzo de 1946. La defensa de ta democra-
cia le significó el retiro de las fuerzas armadas al no tener eco en el servicio activo
su posición de soldado rectilíneo que j u r ó defender no sólo la Patria, sino tam-
bién la carta pol(tica y las leyes de la nación.

En 1947, con ocasión del golpe de Estado conocido con el nombre de "Manche-
n a z o " , un hijo de San A n t o n i o : teniente coronel Jorge Armando Cevallos A . , de
la guarnición de Tulcán, protesta y defiende el orden constituido (la democra-
128

cia). El dictador Carlos Mancheno C. ordenó la reclusión del oficial Cevallos y


éste es conducido en calidad de prisionero al penal de la capital de la república.

Después de la "gloriosa" revolución política del 28 de mayo de 1944, se produjo


en el pueblo un enfrentamiento de carácter ideológico entre dos bandos antagó-
nicos, el de derecha, mayoritario, dirigido por el cura párroco de entonces, Dr.
Miguel Ángel Rojas, y el o t r o , izquierdista, integrado por jóvenes del lugar. La
lucha que en un principio aparentó ser efímera fue agrandándose poco a poco en
tiempo, espacio, estrategias y consecuencias que aun motivaron el colocar a la
población en un verdadero estado de sitio, suprimiéndose garantías individuales
como la de transitar libremente por las calles formando grupos de más de 3
personas.

La policía montada controlaba el orden y hacía la ronda hasta la madrugada, evi-


tando refriegas entre los contrincantes. La paz y la tranquilidad de los habitan-
tes habían sido alteradas con graves secuelas en los hogares que afrontaban divi-
sionismos entre familiares. La intervención oportuna del coronel Bayardo Tobar
Albuja, Comandante General de la Aviación en 1946 (nacido en esta tierra nues-
tra), ante el gobierno nacional devolvió la calma a los lares de nuestro histórico
relato. El presidente Velasco Ibarra pidió a las autoridades eclesiásticas el pase y
cese de funciones del referido párroco.

El mar embravecido de las pasiones fue aquietándose con el transcurso de los


años y el olvido cerró heridas y esfumó resentimientos. Hemos guardado silen-
cio por muchos lustros y tan sólo lo interrumpimos por un instante para escribir
estas líneas y hacer historia. Luego, las voces callan y el corazón tranquilo mira
como el silencio j u n t o al sosiego van de brazo por el camino, reanudando su
largo viaje.

8.3 Epopeyas de la Libertad

Yahuarcocha y Huambracuna son dos vocablos que a más de recordar la fiereza


y crueldad del conquistador Huayna-Cápac, significan ejemplo y heredad obse-
quiadas a los siglos por los héroes de antaño. Ellos abrazaron a la muerte con dig-
nidad y orgullo y no al subyugador que a cambio de la vida despojaba la libertad.
Ni el genocidio, el destierro perpetuo, el espionaje, la guerra, el respeto a rangos
sociales, el matrimonio p o l í t i c o , ni siquiera el idioma doblegaron a nuestros ma-
yores. Libres como los cielos, ríos y montañas continuaron hablando su propio
idioma, así lo refiere Pedro Cieza de León en sus crónicas de viaje tanta veces re-
feridas.
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Los niños, mujeres y ancianos que escaparon a la muerte, debieron afrontar la


invasión de los blancos en 1534. Pese a circunstancias tan adversas, lograron
resistir en forma organizada aunque por poco tiempo. Más pudieron la barbarie
de Benalcázar, Ampudia y Puelles y la traición de la concubina de Atahualpa, la
cuzqueña Isabel Juana Pulla, quien delató de la resistencia de Imbabura a los
españoles, valiéndose de Divina Lorenzo, india amiga del capitán español Diego
de Lobato, y éste informó a Puelles, según afirma doña Laura Pérez de Oleas
Zambrano en su obra: " D i n a s t í a d e l S o l " .

En el levantamiento indígena iniciado en Cotacachi el domingo 9 de noviembre


de 1777 y sofocado el siguiente, 16 del mismo mes y año, con el ahorcamiento
de 2 naturales y un mestizo en Ibarra, luego de ser apresados en Agualongo el
viernes 14 del mes y año en referencia, con toda seguridad debieron participar
aborígenes de San A n t o n i o de Carangue, aunque específicamente no lo señalan
los informes históricos, debido a que a nuestra población se la incluía dentro
del nombre global de Caranqui. Lo contrario, sería absurdo pensarlo. La escla-
vitud era igual para todos los indios de la región. Todos ellos sentían odio por
blancos y mestizos, conocieron de la rebelión por los agitadores desplazados en
varias direcciones. Si hubo ausencia por la lejanía de los puestos de trabajo,
aquélla no pudo ser t o t a l . Cobardía tampoco, habían demostrado siempre valen-
tía y amor a la libertad.

Muchos desmanes se cometieron en la revuelta. Los indios asesinaron a blancos,


expusieron sus cadáveres, saquearon, incendiarion y no respetaron ni iglesias, ni
frailes, ni conventos. En Agualongo, al enfrentarse los 2.000 indígenas con los
milicianos blancos reclutados en Ibarra, murieron 39 del bando rebelde y este
grupo fue derrotado. En t o t a l , murieron 48 indios durante el tiempo que duró el
levantamiento. A la llegada de las tropas de Q u i t o , al mando de Joseff Diguja,
Presidente de la Real Audiencia, la situación estaba dominada. 40 días permane-
ció en Imbabura: investigando, castigando, perdonando y convenciendo a los
habitantes de que no se trata de crear más impuestos, ni esclavizar a sus hijos,
como parece se interpretó cuando en Cotacachi imprudentemente un cura leyó
sobre un censo proyectado. Pacificada la provincia, Diguja y sus tropas retorna-
ron a su sede. (Historia General del Ecuador. E. Salvat).

Cuenta la tradición, con sabor a leyenda, que Bolívar dentro de sus preparativos
para la batalla de Ibarra, del 17 de j u l i o de 1823, dispuso que la plaza de San A n -
t o n i o sea llenada con ganado para engañar y distraer la atención de los hombres
de Agualongo con puestos de observación en A l o b u r o , mientras el Libertador
entra en Ibarra por la vía inesperada: el lecho del r í o Tahuando. Una buena tác-
tica de sorpresa que incide en las batallas, semejante a la utilizada por el inca
Huayna-Cápac cuando sorprendió a Cacha al llegar a A t u n t a q u i por la ruta occi-
130

dental, la menos esperada. Actividades de logística, exploración, observación y


aun combate debieron realizar varios de nuestros mayores en la memorable c o n -
tienda efectuada en las calles de Ibarra y en las riberas del Tahuando, sellando
con laureles la independencia del territorio ecuatoriano.

En los 8 años que el Ecuador perteneció a la Gran Colombia, el pueblo ecuatoria-


no protestó y aun se sublevó en contra de las autoridades extranjeras con juris-
dicción en nuestro t e r r i t o r i o (militares neogranadinos y venezolanos principal-
mente), por el abuso de ellas y la miseria a la cual le habían conducido. San
A n t o n i o , precursor del cantón Ibarra en este aspecto, no podía ser ta excepción,
siempre amó la libertad y se rebeló ante la injusticia, y es así como el 15 de abril
de 1827, un grupo de mujeres y 3 ancianos pone en fuga a la escolta dirigida por
José Lara y libera a 38 reclutas que viajaban hacia Q u i t o , enganchados a la fuerza
por las autoridades municipales de Ibarra y a petición expresa del Comandante
del Departamento del Sur de la Gran Colombia. En la acción,mueren un hombre
y una mujer de los liberadores y hay varios heridos en ambos bandos. Para casti-
gar este hecho, se instauró el juicio respectivo, púsose en conocimiento de los
superiores y se apresó a don Mariano Cevallos j u n t o a sus hijos, coterráneos nues-
tros, bajo el pretexto de investigar el asunto. Además, ordénase también trami-
tar la causa correspondiente en contra de quienes, ciudadanos del mismo pueblo,
quitaron y castigaron a los indios que por disposición superior requisaron 8 caba-
llos en dicha población.

El reclutamiento y la requisa constituyeron, entre otros, los tremendos abusos


del militarismo colombo-venezolano que sustituyó al gobierno español, t a n t o
que hicieron decir a los de ayer: "Hace falta liberarse de los libertadores" y en
nuestra primera constitución política, aprobada en Riobamba en septiembre de
1830, se proscribió para siempre ta requisa. (Tomado en parte del " L i b r o copia-
dor de comunicaciones del I. Municipio de I b a r r a " y traducido por el Ledo.
Jorge I. Caso ría. Archivo Histórico del Banco Central, Ibarra. 1988).

En todas las ocasiones que el país ha estado al borde de la guerra con su vecino
del sur, la juventud estuvo presta para asir el arma y defender a la Patria.
En 1910, ante el llamado de A l f a r o , acudió gustosa y se alistaba para
marchar a las fronteras. En 1 9 4 1 , año de la invasión peruana, muchos jóvenes se
enrolaron en las fuerzas armadas ecuatorianas y combatieron en defensa de nues-
tra integridad territorial y nuestro honor nacional. Dos de ellos: Miguel Ángel
Terán y Ricardo Villegas ofrendaron sus vidas a la Madre Patria y a la Libertad.
En todas las oportunidades, cuando el peligro de guerra asomaba de negro en
nuestros claros horizontes, la totalidad de los hombres hábiles se preparaba entu-
siasta para empuñar las armas, concurriendo cumplidamente a las milicias y así
ejercitarse en el arte de la guerra.
131

8.3.1 Batalla de San Antonio

Al día siguiente de la entrada de Montes a Q u i t o (8 de noviembre de 1812),


Sámano parte hacia el norte en persecución del ejército patriota. Lleva 520
soldados de infantería y 80 de caballería. Los patriotas están divididos en dos
facciones: Sanchistas y Montufaristas. Los primeros comandados por el coronel
cubano Francisco Calderón y los segundos, por el coronel Carlos Montúfar. A m -
bos se atacan mutuamente y ninguno cede un palmo, el primero acusa al segundo
de haber sido derrotado en Q u i t o , pudiendo haber ganado esa batalla en el Pane-
cillo, el segundo no quiere renunciar el mando en favor de Calderón porque a
éste le considera como un subalterno, y él, con la calidad de Jefe de las Fuerzas
Libertadoras. La lamentable división manifestada desde la campaña del sur no
era sólo cuestión de mando y de rivalidad entre comandantes, era de f o n d o : di-
ferencias ideológicas.

Sámano ocupa Atuntaqui entre el 11 y 12 de noviembre. Este hecho inquieta a


los rebeldes y motiva el olvido de rencillas para afrontar juntos la defensa. El
jefe español se sorprende al ver un ejército organizado y listo para el combate,
en lugar de uno derrotado tal como presumió encontrarlo. Está escaso de pertre-
chos, no llegan todavía los que le ofreció remitir el general Montes. Calcula y
engaña, su experiencia y habilidad le ayudan para salir del apuro mediante una
concertación. Propone una reconciliación que es inmediatamente aceptada por
los incautos patriotas, quienes cansados de una larga campaña para la cual nunca
estuvieron preparados, y sin suficientes armas y municiones, deseaban terminar-
la cuanto antes, aun a costa de la postergación o frustración de sus aspiraciones
libertarias. Los respectivos tratados debieron firmarse en Ibarra. Ofrece inter-
ceder ante Montes para que las cosas queden tal cual estaban; d ícese que los 2
ejércitos caminaron juntos desde Atuntaqui hasta San A n t o n i o en su viaje a
Ibarra, circunstancia aprovechada por Sámano para estudiar a sus enemigos. En
esta parroquia alegó que sus soldados necesitaban descanso y racionamiento y se
quedó en ella. No cumplió su oferta de acuartelarse en Ibarra como así lo pedía
Montúfar. En nuestro pueblo se fortifico', cerró bocacalles, instaló cañones y
envió posta tras posta para acelerar la llegada de los refuerzos. Estos preparati-
vos fueron realizados durante la noche.

El párroco de San A n t o n i o , Dr. Fernando Terán, patriota a carta cabal, se dio


cuenta de los ajetreos de los chapetones y sin dilación remitió mensajes a Montú-
far informándole de la situación. En un comienzo, estas noticias no fueron acep-
tadas como reales, pero, ante la insistencia y con más detalles de los mensajeros,
nuestros coterráneos, el ejército patriota decide atacar y es así como el 27 de no-
viembre de 1812, a las 11 horas, desde 4 puntos y dirigidas las columnas respec-
tivamente por Montúfar, Calderón, Gullón y Pólit, se abren los fuegos. El corrí»
132

bate iniciase desde el cementerio del templo donde se halla la columna de Pólit
que parece se adelantó a las demás. Pronto, la lucha se extiende por todos los
4 costados. El arrojo de las fuerzas nacionales hace que los españoles abandonen
los cañones de la plaza, caigan abatidos algunos realistas y los demás se refugien
en el templo, desde donde burlonamente disparan cartuchos fabricados con las
hojas de los misales, exclamando: " A l l á va la epístola de San Pablo", "Esa antí-
f o n a " , etc.

Hay dos versiones distintas sobre el desenlace de la batalla:

La del boletín de la Academia Nacional de Historia manifiesta que Sámano, ha-


biendo agotado sus municiones, ordena cargar con arma blanca y derrota a nues-
tros antepasados.

La otra, la de Pedro Fermín Cevallos (cuyo t e x t o nos ha servido de consulta pa-


ra este tramo) indica que, terminado el fuego a la entrada de la noche, corrió
entre los patriotas la noticia de la aproximación a San A n t o n i o de una división
española en auxilio del realista Sámano. Esta desmoralizó a nuestro ejército y
motivó su retirada hacia Ibarra; entre t a n t o , el jefe chapetón había resuelto ren-
dirse al día siguiente, mas las circunstancias variaron, de vencido pasó a vence-
dor. Recibió, además, algunos pertrechos y un o f i c i o dirigido por Montúfar y el
Marqués de Villa Orellana, en el que proponían una capitulación para restable-
cer la armonía y la unión de españoles y americanos, cuya causa común era la lu-
cha por Fernando V I I . Sobre este asunto informó a Montes y sin dilación se d i r i -
gió a Ibarra. A q u í y en Yahuarcocha combatió el primero de diciembre de 1812,
derrotándoles nuevamente. Calderón, Aguilar y Gullón (herido en el combate
de San Antonio) cayeron prisioneros el día 4 de dicho mes, cuando pretendían
huir hacia Colombia e incorporarse a las tropas libertadoras organizadas en Popa-
yán. Fueron fusilados de inmediato. Se dice que el francés Gullón, un gran
servidor de la causa independentista, murió ahorcado. En una hacienda situada
en el camino de Malbucho fue apresado el obispo Cuero y Caicedo y traído a
Q u i t o , en compañía de otros cautivos. Peña y su esposa, Rosa Zarate, Pontón y
algunos más fueron hechos prisioneros en Barbacoas. Carlos Montúfar pudo
llegar a sus propiedades de Los Chillos, más tarde, fue capturado y remitido a Pa-
namá de donde consiguió fugar. Pasó el t i e m p o , se enroló en el ejército de
Bolívar y con el grado de general nuevamente fue hecho prisionero. Murió fusi-
lado en la ciudad colombiana de Buga. Su padre, el Marqués de Selva Alegre,
j u n t o al Otro, el de Villa Orellana, fueron desterrados a Loja.

Esta la narración sintética del ocaso de la gesta libertaria iniciada el 10 de Agosto


de 1809, cuya sangre derramada, el retumbar de los cañones, los gritos desespe-
rados de los heridos y la rabia contenida recogió en sus entrañas el viejo y acón-
133

gojado Imbabura, y a los 11 años los descargó entre furioso y alegre, para rociar
el pecho de sus hijos de ímpetu y valor y, entonces, las rosas, las blancas rosas de
las riberas del Tahuando orlen las guirnaldas de Bolívar y sus huestes en aquel
17 de j u l i o . No se aró en el mar, ni tampoco fue inútil la sangre vertida. La jus-
ticia, aunque tarde, llegó, llegó despojada de venganza. Así lo comprendieron y
así lo celebraron los hombres del pasado.

Terminaremos este relato con las frases de P. Fermín Cevallos llenas de verdad y
poesía:

". . .Verdeloma, San Miguel, Mocha, Latacunga, Jalupana, Panecillo y San A n t o -


nio serán siempre lugares que refresquen la memoria de nuestro proceres, si no la
gloria,puesto que no alcanzaron a conquistar la libertad de su Patria, al menos
grata por haber pensado en ella, por haberla defendido con su sangre, y
aun por el simple ensayo de haber lidiado para adquirirla".

A esto añadiremos:

Amaron tanto la libertad nuestros mayores que el celo encegueció sus mentes.
La pasión motivó muchos errores en la búsqueda del único camino que conduce
a ella: la unión. Fue tan intenso el amor que opacó el yerro y la Historia perdo-
nó el equívoco, porque más admiró la hazaña heroica que el laurel del t r i u n f o .
134

9. COSTUMBRES, T R A D I C I O N E S Y L E Y E N D A S

9.1 Costumbres y Tradiciones

San A n t o n i o es rico en costumbres y tradiciones. Por el predominio de algunos


caracteres en la concepción y ejecución de las mismas, es posible clasificarlas en:

Religiosas, sociales, socio-económicas y artístíco-folklóricas.

9.1.1 Religiosas

En este á m b i t o , cinco son las principales fiestas que año tras año se suceden en
nuestra tierra, celebrándose cada una de ellas mediante actos folklóricos y reli-
giosos prioritariamente. En algunas hay actividades deportivas, culturales, socia-
les, etc.

Fiesta de San Antonio.- Tiene lugar el 13 de junio en honor a su patrono, San


A n t o n i o de Padua. Además de castillos y cohetes que a manera de concurso
se alternan, llama la atención la chamarasca (chamiza) recolectada por medio de
mingas de los nativos y en vísperas de la fiesta transportada con general algarabía
en yuntas de bueyes o al hombro de indígenas, al son de música ejecutada por la
banda venida para el efecto, y anunciada por estentóreos voladores. En las p r i -
meras horas de la noche y antes de quemar los castillos —verdaderas joyas artís-
ticas modeladas con luces, pólvora y humo— acontece una real batalla campal
entre grupos humanos que desde las 4 esquinas de la plaza se atacan con cohe-
tes, " c u y e s " , ruedas, candelillas, etc. En el día festivo, después de la misa y pro-
136

cesión, los aborígenes solían reunirse en el viejo cementerio de la iglesia para


hacer las cuentas, entre copas de aguardiente, pilches de chicha de jora y bocados
de mote. Con "sanjuanes" y "cachullapis", entonados por la banda alquilada,
danzaban algunos hasta embriagarse de alegría y alcohol y Otros embrutecerse
para terminar en riñas entre amigos, pariente», vecinos, etc. Hoy, muchas cosas
han cambiado: elígese y corónase e una reina del pueblo, se presencia un desfile
de carros alegóricos y comparsas, con verbenas y bailes populares alégrase el
ambiente, los encuentros de fútbol y de pelota de guante divierten a los aficiona-
dos, muchos aplausos reciben los recitales de música, danza, etc., en fin, se par-
ticipa en la sesión solemne del Consejo Parroquial.

Fiesta de la Virgen de Las Lajas.- Se realiza el 15 de septiembre en homenaje a


su patrona, la Virgen de Las Lajas. Es casi idéntica a la anterior, se diferencia
porque a esta celebración acuden romeriantes de distintas parroquias de ta pro-
vincia, preferentemente, gente indígena, en búsqueda de gracias que la virgen
concede a los devotos llenos de fe religiosa y que con un cirio encendido en la
mano alumbran ta imagen y solicitan sus favores y, además, porque en esta fies-
ta no hay elección ni coronación de reina alguna, ni tampoco desfile de carros
alegóricos y comparsas.

Fiesta de Corpus Cristi.- A más de las vísperas de tradición acompañadas de fue-


gos artificiales y las misas solemnes hay tres características que la dan identidad:

a. Muchos días antes de su celebración, el abago o mugía y sus danzantes


(con cascabeles y ropa especial) bailan en calles y plazas al compás de las
notas de un pífano y un tambor. El danzante de nuestro pueblo, al decir
de Segundo Luis Moreno, en su obra: Historia de la Música en el Ecuador,
* " E s melodía gallarda, fluida y noble".

b. La procesión majestuosa visita los altares previamente compuestos en las


bocacalles principales de la parroquia por blancos, mestizos e indios; ella
remata con la quema de la famosa sarta de varios metros de longitud que
entre un ruido ensordecedor y abundante humo, asciende hasta la copa de
un "chaguarquero" colocado en una esquina visible de la plaza, con la
debida antelación, y al final una blanca paloma inicia el vuelo desde aquel
madero, surcando el cielo azul que nos cobija. Y,

c. La gente se retira a sus moradas y en ellas come las "cosas secas" (rosque-
tes, mojicones, panuchas, galletas, etc.).

Lamentablemente, la fiesta pierde cada vez su distinción y algunas de sus


circunstancias han sido olvidadas.
136

Semana Santa.- Los naturales construyen el monte calvario para la crucif icción
de Jesucristo. El viernes de concilio, en las primeras horas de la noche, tiene lu-
gar la procesión más conocida como la de los "Soldados Romanos"; en ésta se re-
presentan pasajes bíblicos con verdadera maestría admirada por propios y extra-
ños y, además, se pone en juego la creatividad de sus autores y su fe cristiana, y
al igual que en otras poblaciones, se consume también la tradicional fanesca.

Oía de Difuntos.- Acuden los pobladores a los dos cementerios del lugar a visitar
las tumbas de sus parientes fallecidos, con flores y tarjetas. Los indígenas pagan
por el rezo o canto de responsos ofrecidos a sus familiares muertos. Antes, en
septiembre u octubre, algunas familias faenan chanchos gordos para con la man-
teca obtenida elaborar pan en hornos de leña, así como guaguas y caballos de
masa, en los días inmediatamente anteriores al 2 de noviembre. En este día,
acostumbran comer el " c h a m p u z " con pan: un elaborado de harina de maíz,
panela, mote, hojas de naranjo, etc., agradable bebida fresca propia del Ecuador
y Perú.

9.1.2 Sociales

Las Navidades.- Hasta 1932, año en el que fueron creadas las parroquias ecle-
siásticas de Natabuela y Chaltura, los habitantes de la cabecera parroquial acos-
tumbraban ir el 25 de diciembre a Natabuela para comer los tamales hechos por
las mujeres de quel poblado. Después de ese año, en la noche del 24 de diciem-
bre, al salir de la misa del gallo realizada a medianoche, adquiríanlos en la plaza
"Francisco Calderón"; algunas amas de casa los preparaban en sus propias vivien-
das. Las escuelas de la localidad solían entretener a los padres de familia con
representaciones teatrales y musicales en la horas anteriores a la referida misa de
medianoche. Los pases del niño y los nacimientos mostraban la tendencia artís-
tica de nuestros coterráneos. H o y , la invasión de culturas extrañas ha trastoca-
do las bellas costumbres heredadas de los.sigios pretéritos y la gente habla, por
t a n t o , del árbol de navidad, de Santa Claus, del viejo Noel, del intercambio de
obsequios, etc. Los más ancianos rememoran el juego de los aguinaldos que
en dicha época tenía realidad. (Una tradición más que desaparece talvez para
siempre).

En los siguientes días del 25 de diciembre, los jóvenes bailaban en la plaza públi-
ca con banda de músicos y, ocasionalmente, acompañados de señoritas que
osaban desafiar la censura de personas intransigentes c o n los cambios de la era
moderna. Los disfraces más comunes de los bailarines fueron las vestimentas de
chinos e indios, caretas de metal, cushmas, poncho plisado, pantalón y camisa
blanca y sombrero de alas grandes adornado de cintas de colores, etc.
137

En el período de inocentes, eran fomosos los remedos de personajes típicos


locales, provinciales, nacionales y hasta extranjeros. Tres son los que más han
causado la admiración popular y la Historia los ha recogido en su seno:

- La caracterización del presidente Velasco Ibarra, depuesto por el "Manche-


nazo", adquirió realidad e identidad tal que el pueblo frenético, luego de
escuchar el primer discurso pronunciado desde los balcones de una casa
particular, obliga ir a Ibarra. Una ruidosa manifestación perturba la tran-
quilidad de los ¡barrerlos que festejan jubilosos y divertidos los dos discur-
sos fogosos que el personaje pronuncia, el primero en el atrio de la Casa
Municipal y el segundo desde las ventanas del club "Imbabura". Esta me-
morable caracterización improvisada la hizo el profesor Carlos A. Viteri
Garrido, el 6 de enero de 1948.

- El buen remedo efectuado por don Absalón Orbe V. al representar el papel


de "Pepito Morales", profesor de Música de origen quiteño, con todos sus
atuendos y hasta con melodio.

- La copia espléndida que don Ramón Teanga, "el viejo", hace de un gringo
turista y logra engañar a un adolescente de la época, llamado Ezequiel
Aguirre (El Chugsi), a quien le pide le sirva de guía hasta Ibarra; en el cami-
no, diole de azotes al incauto y al final accedió ser identificado por el
zurriado acompañante.

Excursiones y Paseos.- En el mes de febrero, familias o grupos de amigos, los


fines de semana, concurren a las faldas del cerro Imbabura en busca de moras.
Los domingos de abril y mayo acuden a los sembríos de "Las Parcelas" y San
Agustín a recoger cañas de maíz (amarillas y violetas) y chuparlas, son dulces y
jugosas; les sementeras reciben muchos daños reclamados por sus dueños. En el
mes de junio, ascienden al Imbabura en búsqueda del hualicón, fruta dulce y
agradable producida por un árbol crecido en el monte circundante al páramo.
En agosto, el paseo se extiende al pajonal hasta culminar la cima de la "Loma
Redonda", tras el mortiño y, más arriba, el motilón, frutas silvestres de color
negro y agradables especialmente para los niños. En los meses de septiembre y
octubre, las excursiones se hacen a Cobuendo en pos de los pepinos que crecen
con mucho zumo y abundantes en el clima subtropical de la región. Cuando
hay molienda en localidades vecinas, los pobladores van a ellas a comprar caña
de azúcar, panela, miel, otavaliilo, guarapo, etc.

Los Exámenes Finales.- Hasta hace poco tiempo, al finalizar cada año lectivo,
los padres de familia con sus hijos de la mano y ataviados sus retoños con traje
nuevo, asistían a la escuela para presenciar el examen oral de sus niños y la hora
138

social. Muchas veces había banda de músicos, hasta aguardiente y chicha. A


la tarde, ya eufóricos, agradecían a maestros y al Comisionado (Representante de
la Dirección Provincial de Educación), libando y festejando el acontecimiento
muy emocionados. Quizá había algunos padres tristes porque sus vastagos no
rindieron como ellos esperaban.

La Ronda de Pájaros.- Los amigos del barrio acudían por la noche a la quebrada
de San A n t o n i o , alumbrándose con cirios protegidos del viento por medio de
cartuchos hechos de papel transparente, un farol o una linterna, según la época,
a la cacería de pájaros dormidos en los chilcales y usando la bodoquera los
mataban. Algunas veces, estas rondas sirvieron para asustar a los integrantes del
grupo con bromas fuertes, tal como aquella que la tradición cuenta fue realiza-
da por ese personaje ya conocido, don Ramón Teanga, "el v i e j o " , quien al ser
eliminado de su jorga se vistió de diablo, con una vela encendida y una caja des-
templada protagonizó un acto de terror y pánico en la quebrada obscura y al
filo de la madrugada; tuvo que identificarse prontamente ante uno de ellos, el
más corto de estatura, don Francisco Almeida, para evitar un colapso talvez
fatal, puesto que éste no podía franquear una pared y huir de aquella horrible
visión.

Las Fiestas de San Juan y San Pedro.- Antes del desmembramiento territorial
de nuestra parroquia, sus parcialidades aborígenes, en un día determinado de la
semana de festividades, bailaban en la plaza "Francisco Calderón". Formábanse
dos bandos rivales y frenéticos por la " t o m a de la plaza": los "Guangudos",
conjunto al que pertenecían indios de Natabuela, Los Óvalos, Monjaspamba, El
Tambo y Pucahuaico, de pelo largo, con ponchos de vistosos colores (dominan-
do el rojo), sombreros de copa alta y ancha ala, camisa, alpargatas y pantalón
blancos, algunos utilizaban oshota, y los " M o c h o s " , grupo de naturales, de pelo
corto, con vestimenta híbrida: saco y chaleco de blanco (mishu) y camisa,
pantalón y alpargatas indígenas, oriundos de Cobuendo, Chaltura, Tanguarín,
Chorlaví, Loma de Soles, Chilcapamba, Chichabal, etc. Para impedir la pelea
sangrienta a golpes de puños, de cuernos o de flautas, entre las dos facciones,
un cordón de policías se colocaba en la mitad dé la plaza. Al menor descuido
de su parte, el ataque m u t u o era inmediato y siempre vencía la minoritaria, la
de los " M o c h o s " , puesto que sus integrantes asían de los "guangos" a sus con-
trincantes y los enviaban al suelo. Los indios embriagados buscaban la pelea
con delirio y locura. . . ICuánta actividad y cuidado debió desplegar la fuerza
pública de aquel entonces!, muchos años comandada por el simpático jefe ¡ba-
rreño, capitán Paredes, a fin de evitar la refriega peligrosa que incluso dejaba
muertos y heridos en distintos enfrentamientos entre "guangudos", efectuados
139

en otros sitios, tal el caso del lugar de concentración de amerindios de Natabuela,


para bailes y peleas, denominado " E l C o c o " .

El Encuentro.- Antiguamente, cuando tos viajes se realizaban a pie o e caballo y


casi siempre en grupo a tin de contrarrestar los peligros del tránsito por cami-
nos desolados e inseguros, ayudarse mutuamente para mejorar las circunstancias
de una ausencia prolongada, combatir la monotonía de una marcha silenciosa,
etc., los preparativos se iniciaban semanas antes de emprenderlos. Hacer el avío
para varios días y personas que por romería o deseos de conocer iban a los san-
tuarios del Quinche y de Las Lajas o a la capital de ta república, llevaba tiempo,
exigía gastos y demandaba la cooperación de familiares y vecinos; hornear el
pan, fanear el chancho, freír carnes adobadas, elaborar morcillas, longanizas, etc.
no eran cosas fáciles. »

Liadas las maletas, alistados los animales y dispuesto el ánimo para iniciar la mar-
cha, el día señalado y en las primeras horas de la madrugada, el cortejo salía de la
casa y tomaba la ruta respectiva; algunos familiares y amigos acompañaban a los
viajeros hasta llegar a un punto determinado de la vía, aquí, igual que en la
puerta de la habitación familiar, una nueva despedida entre abrazos, sollozos y
buenos deseos de felicidades; después de encaminar a sus allegados, retornaban
a sus lares para iniciar de inmediato la preparación de la fiesta que significaba el
retorno de los viandantes.

En la puerta de calle del edificio de propiedad del viajero o de sus padres se con-
feccionaba un arco con palmeras y flores, un verdadero arco de t r i u n f o , por él
debía pasar el esperado familiar (familiares) en su vuelta a! hogar; se preparaba
un banquete criollo con abundante chicha y aguardiente y a! son de la música
ss le (les) daba la más calurosa bienvenida; la alegría y el baile entre gritos, eufo-
ria, brindis, etc. continuaban por varias horas hasta que el cansancio rendía,sobre
todo, a los recién llegados, obligándolos a retirarse al descanso y finalizar así la
grata fiesta. Antes del arribo a casa, el día destinado para ingresar al pueblo, en
horas convenientemente calculadas, los amigos y los íntimos iban a su encuentro
a un sitio cercano y previamente fijado; éstos se preocupaban, luego del cordialí-
simo saludo, una verdadera muestra de afecto y gratitud, de las valijas y las acé-
milas. Una breve conversación sobre las impresiones del viaje y la estadía y una
corta répl ica acerca de las circunstancias y vivencias de los que en casa se queda-
ron, los entretiene mientras llegan a su morada que tanto extrañaron en la
ausencia. Todas estas actividades y emotivas experiencias, a más del reparto de
las señas del viaje (obsequios y recuercjps) durante la recepción, configuraron
aquella hermosa costumbre del encuentro, hoy venida a menos, quizá en proceso
de desaparición.
140

9.1.3 Socio-Económicas

Cosechas.- En los meses de j u n i o , j u l i o y agosto, época de cosechas de maíz, cor-


tes y trillas de cebada y trigo, acontecían antaño verdaderas fiestas sociales y fol-
klóricas.

En los cortes de cebada o trigo actuaban los mingueros al son de cánticos y bajo
los efectos de la chicha y el aguardiente. Después del desayuno con mote, ají y
chicha, la faena se animaba y adquiría colorido. Luego el acarreo, el almuerzo y
la construcción de la gavilla (parva) cerraba el ciclo de trabajo. La minga termi-
naba en baile y, algunas veces, en riñas.

En las trillas, la yunta de bueyes o los caballos voladores daban el atractivo al


espectáculo f o l k l ó r i c o , además del viento, la pala, las horquetas y el tamo.

Sobre las eras se coloca el maíz de cosecha, recolectado por cogedoras (campe-
sinas) (tras de ellas van las "chugchidoras") y transportado por cargadores. Des-
pués del reparto del grano previamente clasificado en bueno y podrido, entre el
dueño y " p a r t i d a r i o " , las mazorcas son ensacadas en costales y al lomo de bes-
tias, llevadas a casa. Tanto cereal bueno como podrido se daba como ración a los
mingueros, a cambio de su ayuda. Al mediodía,el propietario recibe el "media-
n o " (gallina o cuyes preparados con papas doradas, huevos cocidos y la mal-
ta de chicha). En correspondencia, el aparcero acepta el aguardiente. La cose-
cha concluye con baile animado de todos, incluyendo familiares, mingueros e
invitados y, en ocasiones, en orgía y peleas.

Recolección y Acarreo de Leña.- Anterior a las creaciones de la tecnología en


relación con la utilería de cocina y del aparecimiento de muchos combustibles
baratos, el jefe del hogar, el ama de casa y los hijos iban al monte con machete
y sogas en la mano y con acémilas para "hacer leña" y transportarla a la vivienda
bajo el sol o la lluvia, no i m p o r t a . . . El cerro era el padre de todos.

Recreaba la vista observar el desfile de cargas de leña que al lomo de seres huma-
nos y bestias, serpenteando sonderos estrechos, en su mayoría llenos de polvo,
lodo o piedras, hábilmente esquivadas por los pies callosos de hombres, mujeres
y niños campesinos y por los cascos de famélicos animales, descendía desde la
montaña y por las cañadas llegaba a las blancas casitas o a los pajizos albergues
de alegres o míseros poblados. ^(Algunos negociaban la leña y con el producto de
la venta podían subsistir).

Pastoreo.- Al f i l o de las cosechas y hasta la siembra próxima, los niños, converti-


dos en pastores, arreaban ganados desde sus hogares humildes hacia las tierras
141

altas, todos los días, al rayar el alba, y pasado el mediodía iban en busca de agua
para calmar la sed de los animales, cuando estos tenían la panza a plenitud por
haber comido toda la mañana: "sarapanga", hierba, tamo, etc. Los apacentado-
res llevaban el "cucabe" para su sustento envuelto en un mantel o un pedazo de
papel, y el " p u r o de agua" para bebería cuando la sed arrecie. Al regreso, el bali-
do de ovejas, el mugido de bueyes, vacas y terneros y el rebuznar de asnos albo-
rotaba el ambiente, anunciando el retorno esperado de pastores y ganados y la
llegada de las sombras de la noche.

Viajes en "Busca de la Vida".- Cuando el pueblo era muy pobre y los caminos
malos, únicamente de herradura, muchos habitantes con uno o más burros que
sobre sus lomos llevaban algunos comestibles: sal, panela, maíz, etc. solían ir a
los sectores altos de Imbabura y Pichincha donde cultivaban papas, mellocos,
ocas, cebada, trigo, etc. para intercambiar productos (cambalache) con los mora-
dores aborígenes de aquellas regiones. Desde esos lares también venían a San
A n t o n i o con igual propósito. Esta actividad comercial legítima y con tintes
folklóricos se denominaba: "buscar la v i d a " .

"Cavar Plata".- Antiguamente, cuando no existían bancos y la moneda circu-


lante era metálica, generalmente de plata y oro de buena ley, la gente guardaba
su fortuna enterrando en algún sitio sus piezas monetarias. El olvido, la muerte
repentina, etc. hacían que tales entierros permanezcan en el misterio por muchos
años o quizá para siempre. Los buscadores de dinero usando varillas imantadas,
en la obscuridad de la noche, encontraban el lugar indicado por aquellos instru-
mentillos y, después, excavaban la tierra, tomando previamente las seguridades
del caso con el fin de evitar ser delatados o descubiertos y perder así la sereni-
dad que conducía al pánico provocado por la imaginación febril configuradora
de escenas diabólicas y terroríficas. Esta costumbre asociaba a personas de
invención fácil y soñadoras en riquezas adquiridas sin mayor esfuerzo que, deta-
llada y periódicamente, practicaban esta aventura. También buscaban protec-
ción de gases venenosos al hallar el tesoro ansiado.

"Acabarse de Ir".- Las migraciones hacia otras latitudes en busca de mejores


oportunidades para el trabajo o la educación de los hijos, por sus características
especiales, se dividen en 2 clases:

— La una constituida por individuos o familias que tienen asegurado el pues-


to de ocupación y cambian de residencia para mejorar su rentabilidad, pro-
fesión, cargo, ambiente social, etc., o van en pos de centros de formación
no disponibles en la parroquia y en lugares vecinos para la profesionaliza-
ción de sus vastagos. A esta clase pertenecen también los estudiantes de
distintas ramas y especializaciones, becarios o por cuenta propia y los que
142

abandonan temporalmente sus hogares para cumplir contratos de índole


artesanal principalmente. Este t i p o de movimiento migratorio, en los úl-
timos tiempos, se ha reducido en virtud de 2 razones: la creación de uni-
versidades en la capital provincial y el mejoramiento del statu quo en lo
relacionado con la economía de la población, la cual brinda nuevas formas
de actividad provistas de rentabilidad y propicia el pulimento del ámbito
social.

— La otra está formada también por personas o familias que dejan su solar
nativo tras de lo que la suerte depare: unos tienen conocimientos arte-
sanales o de otra especie para defenderse en la dura lucha por la vida y
otros, " n i oficio,ni beneficio" (a este grupo está referido preferentemente
el nombre que la gente asigna a la " c o s t u m b r e " de nuestra narración). Este
f l u j o migratorio, así mismo, se ha restringido en la actualidad debido al
mejoramiento económico y ocupacional que San A n t o n i o alcanzó en años
recientes.

En ambos casos, algunos han retornado al inicio, a la mitad o al final del camino,
para morir en su propia tierra: fracasados, arrepentidos, cansados o retirados del
servicio; otros vuelven de visita o de turistas y hay quienes no regresaron jamás:
resentidos, ingratos, sin familiares en el pueblo, sin recursos monetarios, residen-
tes en países lejanos, fallecidos, etc. Muchos cruzaron las fronteras patrias y has-
ta saltaron el gran charco para radicarse en España, Alemania, etc. Colombia,
Venezuela y el Perú fueron las naciones de mayor predilección de nuestros emi-
grantes, al menos en el pasado; h o y , prefieren ir a los Estados Unidos de Norte
América, sobre t o d o las mujeres, el dólar es muy atrayente.

Hay casos singulares entre nuestros trotamundos como aquel del sastre Manan-
gón que luciera su artesanía en la gran ciudad de Santa María de los Buenos Aires
de Argentina, del fotógrafo Luis Almeida que en la misma metrópoli ejercieray
perfeccionara su arte fotográfico y el del marino mercante, Alfonso Mideros, que
diera varias veces la vuelta al mundo al servicio de la navegación norteamericana,
etc.

Hubo quienes triunfaron en el espacio p o l í t i c o , como ejemplos citaremos: el de


don Victoriano Chávez Dávila que llegó a ser concejal del municipio de Q u i t o , a
más de próspero transportista y excelente guía turístico admirado por naciona-
les y extranjeros, y el de don Guillermo Quelal que también fuera edil de uno de
los concejos municipales de la provincia del Guayas.

" L o s acabados de i r " , así llamados por el vulgo, en los viejos tiempos se despe-
dían de la tierra y de sus habitantes con serenatas en la noche o madrugada en la
143

que partían hacia otros rumbos, generalmente lo hacían en grupos y después de


las grandes fiestas lugareñas como la de la virgen de Las Lajas.

En Ibarra, Q u i t o , Guayaquil, A m b a t o , Loja, Portoviejo, Babahoyo, Riobamba,


Manta, Bogotá, Cali, Popayán, Maracaibo, San Cristóbal, Mérida, San José de
Costa Rica, Houstori, New Y o r k , Madrid, etc. lucen rótulos de profesionales que
triunfaron por sus méritos y, en sus comienzos, engrosaron las filas de aquel ejér-
cito cuya bandera era la ilusión y su única arma, la ventura y que, pintoresca-
mente, el pueblo los bautizara con el mote de: " L b s acabados de i r " .

9.1.4 Artístico-Folklóricas

Rodeo de Castillos.- Durante la semana ocupada por las fiestas de San Juan y
San Pedro, indios, mestizos y hasta blancos forman grupos con alguien que los li-
dere y un aficionado o músico con guitarra o bandolín en mano. El líder lleva
en sus bolsillos una botella de aguardiente para obsequiar una copa al dueño del
castillo cuando éste brinda a sus acompañantes un vaso o pilche de chicha, al ter-
minar el zapateado que a r i t m o ligero y jadeante ejecutan los bailarines en el
centro del cuarto de cuyo techo está colgada la tarima de carrizo contenedora de
pan, plátanos, etc., denominada castillo. El que toma cualquier cosa del entra-
mado está obligado a devolverla el siguiente año, duplicada la cantidad. Los
amigos se amanecen bailando y visitando casas que con la imagen de San Juan
arreglan esta especie de estrado.

Entierro del Guagua Muerto.- El cadáver de un niño aborigen ocupa una silla
adornada con banderas de colores y el guagua muerto tiene una corona de cartón
forrada de oropel y un vestido (mortaja) igualmente decorado. Sobre la silla
construyen algo semejante a un nicho, el padre del d i f u n t o lleva sobre sus hom-
bros el féretro y el cortejo lo forman sus familiares, amigos y vecinos.

Antes de dirigirse al cementerio para la inhumación del occiso, colocado dentro


de un ataúd, todos bailan en las cuatro esquinas de la plaza principal al compás
de música ejecutada por un grupo orquestal compuesto de guitarras, violines,
bandolines, flautas, triángulos, etc.

La "Ultima Teja".- En la construcción de una casa, la faena final es el entejado


que tradicionalmente lo hacen mediante una minga. La colocación de la última
teja constituye un acto ceremonioso porque implica la culminación de la obra
tan anhelada por su dueño y su familia, y la terminación de esfuerzos, sufri-
mientos y gastos. Esta teja forrada con papel de color, orlada de arcos sucesi-
vos y vistosos adornos y, casi siempre, en su centro, la figura de un animal que
muchos servicios presta al hombre (buey, caballo, etc.) y que conforma el menso-
144

je del autor de aquella muestra de arte popular: el apego a la tierra con el que
nace y muere el auténtico campesino. En el instante solemne y dichoso en el
que el dueño de casa asienta la teja con manos temblorosas, rostro alegre y pala-
bras de agradecimiento, entre vítores, algarabías y música, se da inicio a la fiesta
saturada de danza, chicha, lágrimas, risas y abrazos.

9.2 Leyendas

Del "Taita Imbabura".- Esta leyenda se repite en todos los pueblos antiguos del
contorno del monte Imbabura, con diferencias localistas naturalmente. En San
A n t o n i o , ésta personifica y humaniza al " T a i t a Imbabura", tal que la gente afir-
ma haberlo visto un domingo cualquiera entrar a la iglesia parroquial, por la
puerta del cementerio, a escuchar la misa de las lOhOO, muy acicalado y con
luenga barba. Cuando la cima del cerro o su parte media están cubiertas de
neblina, los moradores dicen que el " V i e j o Imbabura" tiene dolor de cabeza o de
barriga, según el caso. Si en las tardes veraniegas, al ocultarse el sol, se viste el
monte con esplendorosos colores dorados, argentinos y violetas, y de bronce,
plata y cobre policromando el horizonte i n f i n i t o , para recibir engalanado la
lluvia de estrellas que la noche enamorada le envía entre sombras y destellos,
en esos instantes de recia contemplación, los mayores de ayer, hoy y siempre
dirán que el " V i e j o " está de fiesta esperando la visita de su amada. En f i n , si en
otras tardes invernales las tempestades de viento, lluvia, rayos y truenos arrecian,
nosotros y ellos decimos que "Taita Imbabura" está furioso desatando su ira.

De la Virgen de Las Lajas.- Cuentan que nuestros antepasados encontraron la


piedra en cuya superficie estaba impregnada la sombra de la virgen, en un rústico
rincón de la loma de Pugacho. Muchos pueblos pretendieron llevársela para
venerarla en su iglesia sirviéndose de hombres y animales fuertes para el efecto.
Mas, todo esfuerzo fue i n ú t i l ; en cambio, los habitantes de San A n t o n i o , con una
simple yunta de bueyes flacos y pocos hombres no seleccionados, levantaron en
vilo la piedra y la yunta la arrastró hasta los altares en los que todos le rinden
culto.

Del Arco Iris.- Igual a la del " T a i t a Imbabura", esta leyenda es conocida en mu-
chos pueblos de naturales. Se refiere al temor que las indias solteras sienten al
mirar el arco iris o " C u i c h e " por ser el autor de su encintamiento, cuando sor-
presivamente aparece en el horizonte en una tarde o mañana de sol y de lluvia.

De la Batalla de San Antonio.- Esta relata sobre la retirada de las tropas patrio-
tas hacia Ibarra, con ocasión del asedio de los realistas atrincherados en la iglesia
y al borde de la derrota en la memorable batalla del 27 de noviembre de 1812,
causada por la alarma de una mujer que gritaba en las calles del pueblo anuncian-
145

do la llegada de refuerzos para Sámano. Leyenda o n o , la Historia registra el des-


calabro de las fuerzas libertarias y la implacable persecusión de que fueran objeto
por parte del jefe español y su ejército.

De la Ahorcada.- En la esquina nororiente de la manzana donde se hallan situa-


dos los dos cementerios del lugar, según la tradición fue enterrada una mujer que
puso fin a sus días ahorcándose en las ramas de un árbol, motivando este suceso
la negativa de la iglesia para permitir sea sepultada en el panteón parroquial. La
leyenda afirma que en las noches obscuras aparece en dicho sitio el cuerpo de la
infeliz suicida balanceándose de una cuerda atada a una rama de uno de los
árboles de aquel rincón.

De los Aparecidos.- Con esta temática, hay muchas leyendas en pueblos y ciuda-
des de antigua existencia. Citaremos algunas de nuestro terruño:

" L a Caja R o n c a " de la "Calle Oscura", " E l Padre sin Cabeza" de la carrera "Su-
c r e " , a la altura del actual convento de las madres dominicanas, " L a V i u d a " e n
la "Calle Real", " L a Luterana" en la carrera "Teanga" o en la plaza "Francisco
Calderón", etc.

Hay otras leyendas relacionadas con la ventana del cráter del Imbabura y el vaso
de nieve formado en una arruga de la mole que corona nuestra legendaria mon-
taña, cuando ocasionalmente nievan sus cumbres. La primera habla de que tan
grande tronera fue hecha por el brazo de un gigante que emergió de las aguas de
la laguna de San Pablo. La segunda explica que con aquella vasija nivea calma la
sed el "Taita Imbabura". Una tercera, al referirse a las siluetas que la naturaleza
dibuja en una de las breñas de la cordillera de Angochagua -visible desde nuestro
lugar natal— asevera que se trata del encantamiento de un sacerdote celebrando
misa y de una monja arrodillada j u n t o a él.
146

10. REMEMBRANZAS

10.1 Sucesos y Lugares

En el antiquísimo camino de Ibarra a San A n t o n i o (aquel que fuera destruido


parcialmente por el terremoto de agosto de 1868 y por orden del Jefe Civil y
Militar, doctor Gabriel García Moreno, reparado el 12 de octubre del citado año,
con peones de la región y otros traídos desde Colombia), en el sitio denominado
"Entrada de los Calistos", ubicado a pocos metros al norte de la unión de las dos
panamericanas: vieja y nueva, los niños de hace muchos años recogían el barro
que les servía para las clases de Modelado en la escuela "Juan Montalvo".

En la empinada cuesta de la loma de la vieja vía a Bellavista y Chaltura, en su


costado derecho, si se toma en cuenta la dirección este-oeste, en la mitad de la
subida había minas de arenilla de colores, útil en esa época para secar los escritos
realizados a tinta que por algunos minutos conservaban la humedad y se desco-
nocía el papel secante, peor aún tinturas de secado instantáneo.

Sobre la senda antigua, arriba mencionada, en el cruce con la carrera "Camilo


Pompeyo G u z m á n " , la quebradilla formada en el lugar conocido con el nombre
de "Calle Oscura", al desembocar en la quebrada de San A n t o n i o , estructura una
especie de acantilado bautizado con el sustantivo aborigen "Paccha". En los días
invernales y cuando por la aludida quebradilla corrían grandes cantidades de
agua lluvia y otros materiales, en aquel sitio configurábase una espectacular cas-
cada que atraía la curiosidad de los habitantes del pueblo.
147

Vecino a la "Paceña", cuando todavía no existía el puente de piedra en la ruta


a Bellavista y otros pueblos del oeste, se hallaba el "atravieso" de la quebrada
que lleva el mismo nombre de la parroquia: una cuesta en zigzag con sombrajo
de "guarangos" y espinos en la orilla anterior y en la posterior, de eucaliptos del
bosquecillo de don José A n t o n i o Proaño. En sus alrededores, de varios de sus
manantiales se recogía el agua para el consumo humano, antes de que hubiera
en el poblado el servicio de agua potable; en ese entonces, acudían las personas
a bañarse y lavar su ropa, tomando las precauciones indispensables para evitar
ser sorprendidas por una creciente del caudal de agua que arrase sus pertenencias,
ponga en peligro la vida y dificulte el cruce del torrente originado por violentos
aguaceros sucedidos en el sur de la población o en las faldas del monte Imbabura.

En la intersección de la carrera "Hnos. Mideros" con la "Calle Oscura" hállase el


" C h o r r o " , un repartidor de las aguas de la acequia del pueblo, hecho de piedra.
Ese lugar fue una lavandería pública, un sitio de hacer amistades y el amor, pro-
picio al chismorreo y apto para bebedero de animales, cuando San A n t o n i o care-
cía parcial o totalmente de agua potable.

En la esquina de las calles ' T e a n g a " y "teniente coronel Ezequiel Rivadeneira",


como recuerdo de las misiones efectuadas por frailes franciscanos de Quito y
Otavalo, dichos religiosos plantaron una cruz de madera tal como lo hicieran sus
antecesores al fundar la doctrina de indios; sobre ella, los moradores dei barrio
levantaron la capilla que todavía está en pie.

En las fuentes de la "Peña Colorada", se construyó un dique para recolectar


más líquido que incrementara el agua de la acequia de la parroquia; como resul-
tado de la construcción se f o r m ó un estanque usado para el baño y el aprendiza-
je de natación, además del lavado de ropa y de recoger agua limpia para uso do-
méstico en pasados períodos de nuestra historia local. Desde el norte se llegaba
a él por una larga cuesta paralela a la quebrada, delineada sobre el camino que
pasa por la loma de " L o s Callipicos" y continúa hacia Natabuela, y por un sen-
dero trazado en la playa de "Mama Ignacia". Por el sur, siguiendo un "chaqui-
ñ á n " en descenso y en zigzag, iniciado en una de las peñas y finalizado al pie
del muro de contención de aguas.

La prolongación de la calle "García M o r e n o " , mediante una rampa pronunciada,


alcanza el lecho de la tantas veces mencionada quebrada, la franquea y asciende e
la loma de Carapungo hasta encontrar el vetusto carretero a Natabuela y Atunta-
q u i ; en las playas del indicado sector también se lavaba ropa, de algún " p o g y o "
se recogía agua para el consumo de las personas que no tenían cubos en sus
casas (pozos construidos a más de 10 m de profundidad, de donde se extraía
148

el agua por medio de cubetas haladas por poleas), abrevaba el ganado y bañá-
banse los pobladores con las mismas precauciones anteriormente enunciadas.

El paso más difícil de la quebrada de. San A n t o n i o es el conocido con el nombre


de " L a Cantarilla" en la antigua vía a Cobuendo: una bajada de fuerte gradiente
al canto oriental y una cuesta muy escarpada en el lado occidental. Pese a lo
escabroso del camino, las moles de piedra que sirvieron para forjar la estatua de
Francisco Calderón, integrada al monumento de la plaza principal de nuestra
tierra, fueron transportadas, en 1935, por los esforzados lugareños hasta el sitio
de trabajo, el patio del edificio de propiedad de don Néstor Cevallos (desapare-
cido), hoy casa de don Ángel María Egas; aquí fueron esculpidas y una de ellas se
rompió a medio hacer.

Por un desvío del "Callejón de los Chivos Suárez" que atraviesa la indicada que-
brada; viajaban a Ibarra los antiguos moradores de Bellavista, Chaltura, etc.
Cuenta la tradición que un habitante de Bellavista Baja, de apellido Cevallos, en
una de sus varias madrugadas para ir a la ciudad de Ibarra, sede de su trabajo,
tuvo la suerte de encontrarse algunas muías cargadas de plata, completamente
abandonadas cerca del cruce en referencia; mejoró ostensiblemente su situación
económica, nació un nuevo rico. Se especula sobre el origen de aquel dinero,
alguien dice que al ser derrotadas las fuerzas conservadoras por el ejercito leal al
gobierno, en la rebelión de San José, en 1924, esas acémillas se desviaron y el
conductor las perdió. Con esa suma debió financiarse la señalada revuelta.

Hacia el sur, en plena "Peña Colorada", se levanta el puente sobre la línea fé-
rrea, llamado "9 de Octubre"; una singular obra de ingeniería construida en una
curva de casi 180 grados, entre 2 taludes. Constituía un lugar de paseo domini-
cal de las gentes del pueblo que gustaban de admirar la tecnología de la construc-
ción o el paisaje circundante. En la actualidad, se halla casi olvidado puesto que
la vía del ferrocarril está abandonada.

A finales del siglo pasado, en años en los que todavía regía la pena de muerte por
delitos no políticos, murió en el cadalso el uxoricida Pablo Cevallos. Asesinó a
su esposa aprovechando de la ausencia del hijo de ambos. El desdichado vastago
tuvo el valor moral de denunciar el horrendo crimen cometido por su propio
padre en contra de su madre.

En la unión de la calle " L u i s E. Cevallos A . " con la quebrada Lacacho, años


antes existió un canal de madera de coco por el que pasaba el agua de regadío a
los terrenos aledaños y también los peatones que no querían o no podían atrave-
149

sar la citada quebrada por lo difícil de la operación. Este instrumento sencillo


ofreció su nombre para bautizar al barrio estructurado en sus alrededores.

Los terrenos donde actualmente se levantan las dependencias del I.T.S. "Daniel
Reyes", hace mucho tiempo, formaron parte de una estancia o finca de propie-
dad del patrono del indicado establecimiento educacional, llamada " E l Jericó".

Conocimos la portada de piedra en ruinas, igual que una mediagua y una pese-
brera; estas construcciones se hallaban ubicadas al sur de la susodicha propiedad,
sobre la carrera "Camilo Pompeyo Guzmán". Hacia el oeste de aquella se
conservaban otros vestigios que delataban lo poblado del sector en pasados tiem-
pos.

El carretero sur culmina en la " Y " , llamada así por su similitud con la letra co-
rrespondiente; sus brazos lo forman la antigua Panamericana y el viejo camino
de herradura o " r u c u ñ á n " que conduce a "Las Parcelas", San Agustín. El Potre-
r i l l o . La Olimpia, El Morían, Morascocha, Angarrumi y al cerro Imbabura. Una
vía casi borrada por el tiempo, por ella caminaron pastores, excursionistas,
labriegos, recogedores de leña y el ganado. A q u í retumbaron las bocinas de
arrieros madrugadores que transportaban las boyadas a la capital de la república
desde las comarcas carchenses y el acial hizo lemniscatas al zumbar por los aires
en las hábiles manos de rústicos boyeros. En su seno, el viento, los árboles, la
quebrada, las guijas, los maizales, la "sarapanga", quizá una v e n t a n a . . . , recibie-
ron en caricia las voces de remotas canciones que nuestros abuelos cantaron emo-
cionados al volver de la cosecha, la siembra, el pastoreo, la minga o el paseo:

"En lo más oculto de


la hermosa serranía,
donde vive mi novia
que me quiere a mí,
porque Dios lo manda así
que me quiera a m í . . . "

"Era un domingo, ya por la tarde,


ella me dijo que me querría
cuando florearan los arrayanes..."

"En el eucalipto
el "viracchurito"
parece que canta,
parece que r í e . . . " .
150

Son versos de amor que el pueblo trémulo exprime al alma al igual que la música
de ella habitante.

Vivió entre nosotros un humilde hombre de pueblo, muy católico, quizá fanáti-
co, con un propósito firme en su vida: construir una capilla para adorar a Dios.
Su existencia tuvo dos actividades: negociar sombreros de paja toquilla en la
ciudad de Quito para su subsistencia y pedir limosna para edificar el pequeño
templo. Se llamó Heleodoro Dávila y era más conocido como " E l Papa Santo".
Ya en la senectud, su antigua casa se transformó en capilla que los humoristas de
la población la denominaron " E l V a t i c a n o " . La autorización eclesiástica para su
iglesia fue negada, y el inmueble heredaron las madres dominicanas colombianas
que regentan el instituto "Inocencio Jácome'J a la muerte del personaje descrito.

La depresión económica de principios de este siglo impactó demasiado en la eco-


nomía de nuestro pueblo, acentuada por una larga sequía y la decadencia de la
poco rentable industria manufacturera del sombrero de paja toquilla, luego del
período de postguerra de la primera conflagración mundial de 1914. La desocu-
pación como secuela de la recesión combinada con el alcoholismo hicieron que
un grupo de desadaptados y beodos, amaestrados por un mal colombiano, se
dedicara a la estafa y a falsificar moneda. Un desajuste socio-económico de este
tipo acarrea otros problemas y conflictos: formáronse dos bandos enemigos y
rivales; la venganza, producto de los celos, empujó a uno de ellos al asalto del
o t r o y culminó este con el asesinato de un miembro del grupúsculo atacado.
La justicia castigó a los victimarios y eclipsó totalmente este brote de violencia
y crimen de un pequeño sector de la población. Las 2^orgas*se autodestruyeron;
unos fueron a la prisión, algunos se autoex¡liaron avergonzados y arrepentidos y
otros, de menor participación en la inconducta y en la crisis moral, cambiaron
de rumbo.

Después de la batalla del Pichincha y antes de la entrada triunfal a Q u i t o , Bolí-


var, el Libertador, el 15 de junio de 1822 pasó por San A n t o n i o , recorriéndolo
de norte a sur por la arcaica carretera de tantas historias y de algunas centu-
rias de existir para el bien de las gentes, hoy llamada carrera " 1 0 de A g o s t o " .
Este hecho fue recordado el 17 de diciembre de 1930, con oportunidad de cele-
brarse el primer centenario de la muerte del "Padre de cinco Naciones", y su
memoria fue grabada en piedra, la que incrustada en los muros de la casa de don
Javier Garrido se convirtió en documento de nuestro convivir histórico.

García Moreno, cuando Jefe Civil y Militar de Imbabura a raíz del terremoto de
1868, visitó San A n t o n i o para constatar los daños sufridos por la población, en
septiembre del citado año, usando la tantas veces referida vía. En su informe al
gobierno de Javier Espinosa pide la construcción de un camino Quito-lbarra, si-
161

guiando la ruta: Cotocollao, Pomasquí, r i o Guayllabamba, Malchlnguí, Cajas,


lago San Pablo, Agato, Arcos, San A n t o n i o y la Ciudad Blanca, proyecto del
ingeniero Wisse —amigo y profesor del célebre presidente ecuatoriano—. Un
tramo de aquel proyecto modificado y conocido como carretero Quito-Tulcán
se realizó cuando presidió el país el general Ignacio de Veinti mil la (1878-1882).
(Escritos y Discursos de García Moreno. Manuel M. Pólit Laso. 1923. Colec-
ción de Presidentes del Ecuador. Editorial Pedagógica " C e n t r o " . Riobamba.
Ecuador. 1988).

Juan Montalvo, al ser desterrado a Ipiales por García Moreno durante 7 años, a
poco del terremoto de Imbabura de 1868, en los viajes de ida y vuelta, cruzó
San A n t o n i o en toda su extensión longitudinal (norte-sur) a lomo de muía. Con-
taron los muy viejos que en uno de ellos se apeó del cuadrúpedo para descansar
un momento, tomó un poco de chicha ofrecida por una mujer vendedora de ese
líquido espumoso, bajo el alar de su casa, a los caminantes sudorosos en tránsito
por la vereda del pueblo. Así, el " C o s m o p o l i t a " calmó su sed y luego continuó
su largo viaje en pos de su meta, sobre su cabalgadura.

La difícil situación económica anterior a la actual bonanza hizo que una parte
de la población, desesperada por la poca renta obtenida del sombrero de paja
toquilla y de las artesanías de pequeña demanda: alpargatería, picapedrería,
etc., convirtiera al tramo de la calle "González Suárez, comprendido entre la
plazoleta de la estación ferroviaria y la carrera "teniente coronel Ezequiel Riva-
deneira", en una sucesión de chicherías y cantinas a las que asistían indios, mes-
tizos y blancos, especialmente los fines de semana, creando en la vecindad un
ambiente de escándalo t a l , que el ingenio popular motejara al sitio como " E l
Infiernillo" o "Barrio Caliente",etc.

10.2 Coplas

Coplas y copleros nunca han faltado en estas tierras nuestras de América que
de España heredaron la afición para hacer versos y recitarlos o cantarlos en
buena ocasión.

Citaremos algunas estrofas, de las que ignoramos su cuna y autor, pero, estamos
seguros fueron expresadas con música o sin ella por labios de gentes de nuestra
querencia. También, otras escuchadas de boca del propio creador en gratas
veladas de buen humor y entusiasmo.

Entre las primeras, estas son las más conocidas:


152

1. "Allá arriba en esa loma


está la muerte parada
y no baja a beber agua'
del miedo de los ladrones".

2. "Achachay aguacerito,
no me vayas a mojar
porque soy un pobreci to-
que no tengo que mudar".

3. "Ayer pasé por tu casa


con esta mi mala traza
y continuaré pasando
hasta que te caiga en gracia,
guambrita".

4. "Dizque dices que no me quieres


porque soy de sangre baja,
si quieres querer a reyes,
cuatro tiene la baraja".

5. "Ya se fue el coronel Laso,


ya se fue de esta nación
del miedo que vierta sangre*
de su tierno corazón".

6. "Viva Cordero,
digo no más.
Camilo Pon ce
me gusta más".

7. " Y o no soy conservador,


ni tampoco liberal,
yo soy hombre que difiendo
la (bandera nacional".

"Aquí, aquí me he de sentar


al lado, al lado
de amor ajeno,
aunque, aunque reviente su dueño"
153

9. Mi garganta no es de palo,
ni hechura de carpintero.
Si quieren oir cantando,
den una copa primero".

10. "Bien hechito que ya me voy,


sólita te has de quedar,
sin nada te he de dejar,
ay, bandida, guambrita".

11. "Dizque dices que te vas


solo por verme llorar,
lloraré porque te quise
y no porque me has de faltar".

Don Absalón Orbe V., autoapodado " E l T e r r i b l e " , hace algunos años, compuso
varias coplas relacionadas con personajes de San A n t o n i o que tenían en común
una característica física. Mencionamos cuatro de ellas, las más recordadas:

I'. Los Lluros

"Las lluras Ceronas de arriba,


las lluras Ceronas de abajo. .
El lluro Puebla y el lluro Chuspagui,
de por aquí.
El lluro Pulo y el lluro Sevilla,
cejas de balcón, en Bellavista.
Don lluro Vaca en Chorlaví
y el lluro Rivera en Cahuasquí".

II. Mama Tomasa

"Doña Tomasa, ¿por qué no amasa


si tiene el Juajolote en casa?"

III. El Pizarrón

" L a espalda de la negra Virginia de tablero,


don A n t o n i o Tobar y el t í o Victoriano de largueros,
la Ester Betancourt como tiza blanca
y la Flora Estévez de borrador y banca".
154

IV. Lo» "CabecMuchos"

" D o n Manuel Castelo con prosa de arrebato,


el Juan José Flores, y tal como lo verán
con el calzón hasta el pecho al colérico " M a r a t o " ,
y don " C h u v i c o " , don Miguel Quelal y don Segundo N. T e r á n " .
155

BIBLIOGRAFÍA

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166

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Villacís Terán Enrique María. La evangelización de Quito. 1987.
Wolf Teodoro. Terremotos en el Ecuador.
ÍNDICE

1
PROEMIO • • •
INTRODUCCIÓN • .11

EL H A B I T A T . 13
- Entorno Geográfico 13
- Rasgos Ecológicos 14
- Situación Geoastronómica 16
7
PREHISTORIA 1"
- Visión Estructural de la Prehistoria Ecuatoriana 17
- Migraciones 18
- Cultura Caranqui 19
- Toponimia y Antroponimia de San A n t o n i o 21
- Fundación Aborigen de San A n t o n i o 33
- Fundación Cayapa 33
- Fundación Colorada .34
- Conquista Incásica 38
HISTORIA • 40
- Conquista Española 40
- Reducciones y Doctrinas de Indios 41
- Fundación Española de San A n t o n i o 43
- Creación de la Doctrina de Indios 43
- Datos Demográficos y Viales Anteriores a 1693 46
- Fundación Civil 47
ARTE Y ARTESANÍA 49
- Espacio Vital y el Hombre 49
- Los Maestros de la Plástica 54
- Daniel Reyes 54
- Los Hermanos Mideros 57
- V íctor Mideros 57
- Luis Mideros 62
- Jorge Mideros 63
- Jonás Mideros 64
- Gilberto Almeida 65
- Artistas Populares 70
- Imaginería y Talla . . . 71
- Presencia del Instituto Técnico
Superior de Artes Plásticas "Daniel Reyes" 73
- Temática Social de la Artesanía Artística 77
- Las Costumbres o " B a r t o l o s " 77
- El Mendigo 79
- Desarrollo de las Artesanías 83
- La Música 90
- Ramón Teanga 90
- V í c t o r Teanga 92
- Eduardo Teanga 92
- Música Popular Religiosa 93
ECONOMÍA Y D E S A R R O L L O 95
- Visión Histórica de la Problemática
Económica, Social y Política de la Parroquia ' 95
- Esquema de Cambios Socio-Económico-Políticos 100
- Aspectos Demográficos 101
- Servicios 104
- Educación 107
- Educadores 108
- Estado Actual de la Educación 110
- Deportes 114
- Morbilidad y Salubridad 116
ORGANIZACIÓN Y ADMINISTRACIÓN 118
- Estructura Socio-Político-Administrativa 118
- Desmembramiento Territorial 119
- Instituciones 121
CIVISMO. D E M O C R A C I A Y L I B E R T A D 125
- Jornadas del Recuerdo 125
- Acciones y Episodios de Defensa de la Democracia 126
- Epopeyas de la Libertad 128
- Batalla de San A n t o n i o 131
COSTUMBRES, T R A D I C I O N E S Y L E Y E N D A S 134
- Costumbres y Tradiciones 134
- Religiosas 134
- Sociales 136
- Socio-Económicas 140
- Artístico-Folklóricas 143
- Leyendas. 144
REMEMBRANZAS 146
- Sucesos y Lugares 146
- Coplas 151
BIBLIOGRAFÍA 155
Impreso en tos Talleres Gráficos
del Instituto Andino de Artes Populares
del Convenio Andrés Bello
Junio - 1989
Quito • Ecuador

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