Ensèñame A Orar

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¡ENSÈÑAME A ORAR!

I. ¿QUÈ ES?
“Orar es derramar de modo sincero, consciente y afectuoso el corazón o alma ante Dios, por medio de
Cristo, en el poder y ayuda del Espíritu Santo, buscando las cosas que Dios ha prometido, o que son
conforme a su Palabra, para bien de la iglesia, con fiel sumisión a Su voluntad.” (Juan Bunyan)

 SINCERO: En uno de los sermones mas hermosos registrados en las Escrituras encontramos a
Jesùs hablando acerca de los fariseos y cuestionando con mucha soltura lo que ellos hacían ante el
público cuando oraban. Con mucha pompa se acercaban delante de Dios, creyendo que merecían
tal privilegio y gritaan muy fuerte y hablaban de las cosas que ellos mismo hacían en secreto.
Lamentablemente, esas oraciones, nunca llegaron ante el Señor. ¿Por què? Simple, porque no
estaban reconociendo fielmente su indignidad de la presencia Santa y Gloriosa del Gran Rey. No
estaban siendo honestos respecto a su condición o a sus defectos. Solo querìan que el resto los
aplauda. Eso es abominable delante de Dios, por eso, ellos serán juzgados duramente por ser de
tropiezo para otros. (Sal. 66:17-18; He. 10:22)

 CONSCIENTE: La oración no se trata de hablar muchas cosas incoherentes que ni siquiera


logramos entender nosotros mismos. No se trata de ser lisonjeros y simplemente alabar de manera
repetida las bondades del Señor. La verdadera comunión con Dios, implica que somos realmente
conscientes de las cosas que estamos diciendo, de lo que estamos pidiendo y de la forma en la que
agradecemos las misericordias de Dios que se renuevan en nuestras vidas cada dìa. Es ser
consciente de mi pecado, de la culpa que cargo por el mismo, y de mi fuerte deseo de ser perdonada
por Dios. (Sal. 38:6, 77:2, 103:1-5)

 AFECTUOSO: Un afecto, un sentimiento, estrujar el corazón delante de Dios. Eso es la oración,


tener un verdadero sentir de que estamos en la presencia del Señor. Cuando Cristo oraba lo hacìa
de manera intensa y luchaba fuertemente ante el trono de Dios. Cristo sabìa quièn era su Padre,
sabìa que era el Rey, que no podía no desearlo. Es el Rey, el gran premio, la Gran recompensa.
¿Còmo no desear estar ante Èl? Nos pasaremos toda una eternidad contemplando su majestad, su
poder, señorìo, ¿y no podemos mantenernos un breve tiempo ante su presencia aquí en la tierra?
David, Daniel, Job, tantos hombres de Dios que invocaban dìa y noche al Señor, era su deleite, era
un verdadero deleite gozar de la presencia de Dios. Allì hay gozo, gozo pleno, un gozo
incomparable. Si leemos el Salmos 84, podemos ver como el salmista anhelaba ardientemente estar
en los atrios de su Dios. Nada podía hacer que èl se perdiera ese momento. Nada. Podemos
preguntarnos, y ¿si tengo tarea? O ¿estoy cansada? O ¿quiero pasear? O ¿quedè con alguien para
salir? Enserio ¿es eso más importante?

 POR MEDIO DE CRISTO: “La tierra retumbò, la piedra Èl quitò. Su amor perfecto siempre
vencerà…” (Por siempre – IBI) ¿Somos realmente conscientes de la santidad de Dios? Si Cristo no
hubiera muerto y resucitado por nuestros pecados, no podríamos presentarnos delante del Señor.
Serìamos consumidos en un instante. Estarìa nuestro pecado, en todo su esplendor, desnudo ante la
presencia del Señor. ¿Quièn podría permanecer de pie? PERO, gracias damos a Dios por Cristo. El
velo se rasgò (Mt. 27:51), ahora podemos acercarnos con confianza ante el trono de la gracia para
hallar pleno consuelo y satisfacción en Èl. (He. 4:16) Y Èl mismo dijo:
 AYUDA DEL ESPÌRTU SANTO:
 PROMESAS DE DIOS:
 BIEN DE LA IGLESIA:
 SUMISIÒN A SU VOLUNTAD:

II. ¿POR QUÈ DEBO ORAR?


III. ¿PARA QUÈ DEBO ORAR?
IV. ¿CÒMO ORAR?
V. ¿Y SI NO QUIERO ORAR?
Cristiano...
Sabes por qué te cuesta tanto trabajo orar como Dios te pide que ores? (Me incluyo aquí);
*porque orar te confronta con tu independencia,
*porque orar te recuerda que dependes de Dios,
*porque orar pone en evidencia tu debilidad,
*orar te confirma que no eres el centro de tu vida,
*orar te muestra que no eres capaz,
*orar te recuerda que no se trata de tus planes,
*orar te muestra tus pecados, tu maldad,
*orar te confirma tu necesidad diaria de gracia, perdón y misericordia,
*orar te señala que no se trata de tus sueños y esperanzas, sino de los sueños de Dios para ti,
*orar te recuerda que tu vida no te pertenece, 
*orar te obliga a humillarte ante Aquel a quien oras,
*orar expone quien eres en realidad, 
*orar te recuerda que no estás en control...
Por estas, y muchas más razones, se nos hace muy difícil separar tiempos para apartarnos y hablar con Dios, con Aquel
que todo lo conoce de nosotros, y a quien no podemos engañar.
Ahora... ve y ORA!!!

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