SERAFINI, Felipe. Instituciones de Derecho Romano. Tomo I
SERAFINI, Felipe. Instituciones de Derecho Romano. Tomo I
SERAFINI, Felipe. Instituciones de Derecho Romano. Tomo I
14.
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' 1
•
Felipe Serafini
PROFESOR DE DERECHO ROMANO EN LA. R. UNI V ERSIDAD DE PISA
D. JU AN DE DIOS TRÍAS
ANTIGUO CATEDRÁTICO DB DERECHO ROMANO
EN LA UNIVERSIDAD DB SALAMANCA, HOY DB DERECHO INTERNACIONAL
EN LA DE BARCELONA
BARCELONA
JOSÉ ESPASA, EDITOR
221, CALLE DS LAS CORTES, 221
—.—
Es propiedad
INSTITUCIONES
DE
DERECHO ROMANO
INSTITUCIONES
DE
•
DERECHO ROMANO
POR
FELIPE SERAFINI
PROFESOR DE DERECHO ROMANO EN LA R. UNIVERSIDAD DE PISA
POR
TOMO 1
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•
BARCELONA
JOSÉ ESPASA, EDITOR
221, CALLE DE LAR CORTES, 221
Ea propiedad.
Tipografía de José Espn ..a, Cortes 221. — Barcelona
Felipe Serafini
•
JUAN DE D. TRÍAS.
7
PRÓLOGO
DE LA SEGUNDA EDICIÓN
FELIPE SERAFINI.
CAPÍTULO PRIMERO
CAPÍTULO II
Noción del derecho, y su clasificación en derecho público y privado,
escrito y no escrito
e
' De los derechos en sentido subjetivo hablaremos después
del §
§ 4, Inst. de iustitia et jure, I, r. y. ULPIANO en el fr. i, § 2,
Dig. de just. et itere, I, r: Bulas studii duez sunt positiones, publicum et
privatum. Publicum lar est, quod ad statum rei romana spectat, priva-
tum quod ad singulorum utihtatem: sunt enim queedam publice
¡ruedan: privatim.
8 JULIANO en el fr. 32, § r, Dig. de legibus, I, 3: Inveterata con-
suetudo pro lege non immerito custoditur et hoc est ius, quod dicitur
moribus introductum. Nam cum Osa leges nulla (dio ex causa nos
teneant, guara quod iudicio populi receptte sunt; mérito et ea, qua sine
ullo sceto Mulas probavit, tenebunt manes: nam quid interest, sufra-
gio popular voluntatem suam declara', an rebus ipsis et factis? Véase
también á HERMOGENIANO en el fr. 35 del mismo titulo y el § 9
Inst. I, 2.
T. I. -3 DERECHO ROMANO.
18 IN1RODUCCIÓN
CAPÍTULO III
Leyes del pueblo romano
t GAI, Inst. I, 3: Lex est quod populus jubel atque constituit. Ple-
biscitum est quod plebs jubel atque constituit. Véase también el § 4
Inst. de jure naturali, gentium et civili, I, 2.
DioNtsto (de Halicarnaso), II, 14; Livio, I, 49.
a Acerca de la organización gentilicia, que precedió al estado
prapia y verdaderamente tal, véase la genial obra de CARLE, Le ori-
gini del din/lo pubblico e privato di Roma (Turin, x888), págs. 174 y
siguientes.
20 INTRODUCCIÓN
FORMACIÓN DE LA LEY
" A fines del siglo iv los comicios eran considerados como cosa
muerta desde hacia ya tiempo (AmmtANo MARCELINO, XIV, 6).
15 Acerca de estas formalidades constitucionales, véase á LAN-
DUCCL Storia, I, págs. 63 y siguientes; á KRÜGER, Geschichte der Quellen
und Litteratur des römischen Rechts (Leipzig, 1888) págs. 16 y siguien-
tes; ä KARLOWA, Rechtsgeschichte, I, págs. 425 y siguientes, y ä M0111-
MSEN, Staatsrecht (traducción francesa de GIRARD, Droit. public. rom.
(Paris, 1889-1895) III, I, págs. 369-419 de la edición alemana.
'
CAPÍTULO IV
Senadoconsulto$
r CAPÍTULO V
Edictos de los magistrados
CAPÍTULO VI
Constituciones de los príncipes
CAPÍTULO VII
Respuestas de los jurisconsultos 1
PROCULEVANOS SABINIANOS
(Leipzig, 1890), y las otras autoridades citadas por LANDUCCI, lot cit.,
pág. 172.
18 JUSTINIANUS, C. 12, § 5, C. de legibus et constit. I, ...tam
(militar quam interpres leguas, solus imperator iuste existimabitur.
CAPITULO VII. RESPUESTAS DE LOS JURISCONSULTOS 63
dominar la balumba de aquellas obras, ni mucho menos de pesar
y apreciar los motivos de las decisiones que ciegamente adop-
taban en sus fallos. Generalizóse la abstención de todo exa-
men personal y razonado, de donde resultó una verdadera manía
de citar y alegar las opiniones contenidas en las obras de los
jurisconsultos, sin haberlas ponderado ni entendido bien. Este
deplorable método, que había llegado á ser ya el único en la
práctica del derecho, indujo al emperador Teodosio II á dictar
especialmente una ley para determinar el uso de las obras de
los jurisconsultos.
LEY DE CITAS
" Textes, pág. 476 (2.a ed., pág. 496). Véase también MISPOU-
LET, pág. 699, y HUSCHKE, pág. 647.
" Collectio, III, 20; HUSCHKE, pág. 688; MisPouLET, pág. 759, y
GIRARD, pág. 417 (2.a ed., pág. 435).
84 Véase ALIBRANDI, Studi e doc. di storia e diritto, año IV (1883),
pág. t 2 5; ESMEIN, en la Nouv..Rev. hist., 1833, pág. 479; SCIALOIA, en
la Cultura, 1883, pág. un; y LANDUCCI, Storia, I, pág. 234.
68 INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO VIII
Colecciones de las leyes romanas de los bárbaros 1
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO X
• Ir
CAPITULO X. EXAMEN DE CADA UNA DE LAS COMPILACIONES 79
tas sino extractadas, y á casi, todas les faltan los tres últimos
libros, dedicados al derecho público, la aplicación del cual había
debido de cesar muy pronto, de donde provino la práctica de
que en las escuelas no se enseñaran más que los nueve primeros
libros, los únicos que se hallan en las ediciones antiguas.
EDICIONES DEL CÓDIGO. - Merecen especial mención entre
ellas la Editio princeps impresa en Maguncia en 1475; la de
Aloandro (Meltzer), impresa en Nuremberg; la de Hermann
en 1868, y principalmente la de Krueger en 1879 (estereotipada
también en la edición citada del Corpus iuris, vol. II).
MODO DE CITAR EL CÓDIGO. - Las constituciones del Có-
digo se citan en la misma forma que los fragmentos de las Pan-
dectas, con la diferencia de que, en vez de fr. (fragmento), se
emplea la letra c., que indica constitutio. Ejemplo: c. 12, § I qui
podares VIII, 18. Algunos autores emplean en lugar de las ini-
ciales fr. y c la inicial L, que indica Ley; pero entonces se ven
obligados á añadir una D ó una C, según que la ley sea del
Digesto 6 del Código; y el texto del Código se citaría por este
§
método así: L. 12 i C. qui potiores VIII, 18.
Algunos prefieren citar de este modo: Cod. VIII, 18, qui
potiores, 12, i; Ó simplemente así: C, VIII, 18, 12, I.
A
CAPITULO X. EXAMEN DE CADA UNA DE LAS COMPILACIONES 8I
8 Vol. XLI, págs. 188-200; vol. LV, págs. 506-518, y vol. LXI
págs. 3- 8.
° Las Novelas, como leyes sueltas, estaban destinadas á modificar
paulatinamente el derecho, continuando el desarrollo del mismo;
razón por la cual en caso de contradicción, cualquier Novela debía
tener preferencia sobre las tres colecciones. SAVIGNY, Sistema del
din//o romano, I, § 43; ARNDTS-SERAFINI, Pandette, 1, § 12.
l ° C. 2, § 15, Cod. de ve/eni iure enueleando, I, 17.
INTRODUCCIÓN
84
poseedor supone erróneamente tenerlo. Por el contrario, Ulpiano
en el fr. 27 D. de usurpationibus XLI, 3, y Justiniano en sus Ins-
tituciones § i I, de usucapionibus II, 6, declaran imposible en tal
caso la usuca.pión
La concordancia está en admitir que cuando la errónea supo-
sición de tener un título está justificada por circunstancias tales
que la hacen excusable, por via de excepción suple la presun-
ción á la realidad. 11
Cuando no es posible la concordancia ó conciliación sistemá-
tica, puede darse el caso de ser posible recurrir á la histórica.
Hay, en efecto, casos en los cuales uno de los fragmentos con-
tradictorios contiene una disposición que debe ser considerada
como el último resultado del desarrollo progresivo del derecho,
mientras que el otro no ha sido reproducido más que por inad-
vertencia, ó como simple noticia histórica con el objeto de dar
á comprender mejor la legislación actual por medio del conoci-
miento del derecho antiguo. Un ejemplo de esto nos ofrece
Africano en el fr. 34 pr. D. mandati XVII, en relación con
Ulpiano en el fr. i 1, pr. y 1 5 D. de rebus creditis XII, 1. 12
CAPITULO XI
Del « Corpus hiele eivilie » en su conjunto
CAPÍTULO XII
Vicisitudes del derecho romano en Oriente
CAPÍTULO XIII
Vicisitudes del derecho romano en Occidente 1
CAPÍTULO XIV
\
Historia literaria 'del dererho romano
LOS GLOSADORES
ESCUELA FRANCESA
ESCUELA HOLANDESA
ESCUELA ALEMANA
Una vez más, durante la segunda mitad del siglo xviii, tras-
ladóse el centro de los estudios civilistas, y pasó á Alema-
nia, donde incontestablemente ha permanecido hasta la segunda
mitad del corriente siglo; no sin que, desde fines de la edad
media hasta la segunda mitad del siglo xvili, hubiese tenido ya
'aquel país insignes cultivadores del derecho. Entre los mismos
iniciadores de la escuela de los cultos, hallamos dos insignes ale-
manes, Ulrico ZAS10 (1461-1535), y Gregorio MELTZER HALOA N-
DER (1501-1531).
Además de éstos, merecen ser recordados G. Oldendorp t
RIA 1 Relectiones theologicce); SUÁREZ (De legibus oc Deo legislatore.—
De triplici Virtute theologica); SOTO ( De justitia et de jure); MECHA-
-CA r Controversarium illustrium) todos anteriores a. Gentilis y Grocio,
y AYALA (De jure et officiis be/li), contemporáneo de Gentilis. Véase.
por citar en este sentido sólo los más modernos testimonics: HELI,
Elude sur le Droit de la guerre de Grotius, Paris, 1875 —Nys, Le
Droit de la guerre et les precurseurs de Grutius, Bruselas, i 882.—WEsT-
tAKE (trad. por NYS, Aludes sur les 'lincees de Droit international,
'Bruselas, 1895.— HINOJOSA, Discurso de ingreso en la Real Academia
de la Historia, Madrid, 1889.—PascAL, Un theologien espagnol du
.XVIe siècle rt le droit de la guerre (L'Association catholique, XLIV,
'pág. 18).]
CAPÍTULO XIV. HISTORIA LITERARIA DEL DERECHO ROMANO 107
1567; U. Giphanius f 16.4; C. Rittershusius t 1613; W. A.
Lauterbach f t678; S. Pufendorf t 1694; S. Stryck f 1710;
G. G. Leibniz t 1716; E. de Cocceji t 1719; C. Thoma-
sius t 1728; G. S. Brunquell t 1735; G. I. Heineccius f 1742;
G. Boehmer t 1749; G. A. Hellfeld t 1782; G. A. Spangen-
berg t 1806.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, la escuela que des-
pués llevó el nombre de histórica, surgió especialmente por
obra de G. HUGO, de C. T. HAUBOLD y de A. G. CRAMER.
HUGO, comunmente reconocido como verdadero portaestandarte
de la nueva escuela, nació en 1764. A la edad de veinticuatro
arios, en 1788, era ya profesor en Berlín, y al ario siguiente pu-
blicó una versión alemana de un conocido opúsculo de Gibbon,
con un :nagnífico prefacio que contiene el primer programa de
la escuela histórica. Entre sus muchas obras merece especial
mención la Historia del derecho romano.
La victoria definitiva de la nueva escuela, fué debida
las condiciones políticas de Alemania, y su vigorosa concreción,
científica es debida al eminente ingenio de Federico Carlos de
SAVIGNY, discípulo predilecto de Gustavo Hugo. Nació el insig-
ne jurisconsulto el 21 de Febrero de 1779 en Francfort sobre el
Mein. De privilegiado talento, su disertación para el doctorado.
(de concursu delictorUnz formali) le dió ya á conocer como con-
sumado jurista. Pero su fama quedó definitivamente asegurada
cuando en 1803, á la edad de veinticuatro arios, publicó la mag-
nífica monografía acerca ' de la posesión. En tz14 publicó su
famoso escrito: De la vocación de nuestro siglo por la legisla-
ción, que fué como el estatuto de la escuela histórica, la ban-
dera que debía correr victoriosa renovando los estudios y ser el
símbolo de un tercer renacimiento, no indigno de ser equiparado
al de Irnerio y de Alciato. Los juristas de la escuela filosófica,
capitaneados por el insigne Federico Justo THIBAUT, sostenían-
la necesidad de componer un código general para Alemania, re-
chazando los derechos extranjeros, y entre ellos muy principal-
mente el romano, procurando que tuviese carácter nacional y
se acercase al propio tiempo, en cuanto fuese posible, á los pre-
ceptos de la razón natural.
1o8 INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO XV
Bibliografía del estudiante
1. FUENTES
2. TRATADOS
3. LIBROS AUXILIARES
• [CAPÍTULO XVI
APÉNDICX.—De las fuentes del derecho civil manid
DERECHO ROMANO
COMPARADO CON EL. DERECHD CIVIL PATRIO
LIBRO PRIMERO
TEORÍA GENERAL
CAPÍTULO PRIMERO
DE LOS DERECHOS EN GENERAL
§1
§2
Derecho normal y derecho anormal. — Privilegios en sentido
estricto
CAPÍTULO II
DE LOS SUJETOS DE LOS DERECHOS Ó SEA DE LAS PERSONAS
§3
Concepto de persona
8 CICERO, pro domo XVII, 43: Vetan! XII tabula leges priva/is
hominibus irrogad, id est privilegium.
132 LIBRO I. TEORLA GENERAL
§ 3
en la esfera del derecho el concepto de personalidad coincide
con el de sujetividad jurídica.
Fundado en la posición que el hombre ocupa en el orden
jurídico, el concepto primitivo de persona es sinónimo al de
hombre. De donde se sigue que, según esta idea primitiva, todo
hombre y nadie más que él, debiera ser persona; pero esta
identidad de concepto no fué reconocida por las leyes romanas,
las cuales, restringiendo ó ampliando la idea primitiva, negaron
por una parte la personalidad á ciertos individuos humanos, y se
la concedieron, por otra, á seres no humanos. Y así se admiten
en derecho romano personas que no son individuos humanos,
existiendo en cambio hombres que no son personas, como los
esclavos.
En el derecho moderno, y [muy especialmente en el derecho
civil español], no existen ya esclavos, pues á todos los hombres
se les reconoce capacidad de derecho, ó sea personalidad; mas
también para [este derecho] existen personas que no son seres
humanos, y de aquí que tanto por derecho romano cuanto por
derecho civil moderno se deba dar de la persona la siguiente
definición: persona es todo ser á quien la ley considera capaz de
derechos. Ahora bien, como quiera que esta capacidad jurídica
no sólo se atribuye á individuos humanos, mas también á cier-
tas entidades, de aquí que las personas se dividan en físicas y
jurídicas.
§4
Requisitos de la personalidad física
la madre, sin que por otra parte deban ser tenidos en cuenta lds
medios empleados para obtener dicha separación, la cual puede
ocurrir también por medios artificiales. 1 El feto en el claustro
materno no es más que un embrión que forma parte de las en-
trañas de la madre. Partus enim antequam edatur, mulieris por-
tio est vel viscerum. 2
Aun cuando el feto no sea jurídicamente un hombre, sino
únicamente una esperanza de hombre, la ley respeta en él la
futura humanidad y le reserva los derechos para el caso en que
con el nacimiento adquiera la capacidad jurídica.
Qui in utero est, perinde ac si in rebus kumanis esset, custo-
ditur, quotiens de commodzs ipsius partus quceritur: quamquam
alii, ante quam nascatur, nequaquam prosit. 2
Antiqui libero ventri ita prospexerunt, ut in tempus nascendi
omnia ei jura integra reservarent: sima apparet in iure heredi-
tatium. 4
Para defensa de los derechos reservados al que ha de nacer
(nasciturus ), 5 la ley propone un curador. 6
En segundo lugar, el hombre ha de haber nacido vivo. Si el
infante muere antes de ser separado de las entrañas de la madre,
ya sea que la muerte ocurra en el claustro materno, ya ocurra
durante el parto,‘ se considera aquél como no nacido 7, y por
eso no puede adquirir ni transmitir derechos. En cuanto á la
§5
Del estado de libertad
vera ibi decesserit, ex lege Cornelia, quce perinde successionem eües con-
firmat, atque si in civitate decessisset; PAUL., Sent. 111, 4 A, § 8. Véase
también JULIANO, en el fr. 12, D. qui test. fac. pass., XXVIII, I, y en
el fr. 22, pr. §§ 1-3, D. de captivis, XLIX, 15.
88 ULP1AN., Reg. XI, r r: ...libertas ami/ti/ter, veluti cum incensus
aliquis venierit; NONIUS MARCELLUS, de campead. doct, per litt., 1, 67;
ARRIUS MENANDER, fr. 4, § ro, D. de re mi/it., XLIX, i6,
36 GELuus, Noa. att. XX, : tetes ate/em nundinis eafrite panas
(se. aris confessi rebusque iure iudicati) dabant, auf trans Tiberim ve-
num ibant. Era dudoso que también el ladrón manifiesto fuese de la mis-
ma condición que el adjudico/jis Véase también GA1, Inst. III, 189.
" § 4, Inst. de iure person., I, 3: Servi fiunt iure dviii, quum homo
liber major viginti annis ad pretium pariecipandum sese venumdari
passus est. Fr. 7, pr. §§ 1-2, D. de liberali causa, XL, 12.
88 GAI, Inst. I, 16o: femime, l'u& ex senatuseonsulto Clau-
diana ancillæfiunt eorum dominorum, quibus invitis et denuntiantibus
cum servís eorum coierint. Véase Gar, Inst. I, 91; PAUL., Sent. II, 21
A, § ; ULPIAN., Reg. XI, ; c. un. Cod. de SC.to Claud. toll., VII, 24.
§ 5 DEL ESTADO DE LIBERTAD 143
El condenado á muerte ó á trabajos forzados se convertía en
esclavo y se le llamaba servus penee, precisamente porque no se
convertía en propiedad de alguien sino que era esclavo de la
pena. 39
El dediticius ex lege /Elia Sentia, 40 que penetraba intra
centesimum urbis Romce miliarium, era vendido como esclavo. 41
Otra causa de esclavitud era la revocatio in servitutem propter
ingratitudinem. Los libertos que se hacían culpables por su
ingratitud para con sus patronos podían ser nuevamente redu-
cidos por éste á esclavitud. 42
De las causas de pérdida de libertad que acabamos de indi-
car, sólo cuatro han llegado hasta el derecho justinianeo, y son:
prisión de guerra, condena capital, 43 nueva reducción á esclavitud
por ingratitud, y el fraude de quien se hace vender dolosamente
para participar del precio. 44
EXTINCIÓN DE LA ESCLAVITUD. - La esclavitud se extin-
gue por la ley ó por la manumisión. Entre los casos de extin-
ción por la ley bastará señalar los dos siguientes: La esclava
prostituida por el dueño que la había comprado bajo con -
dición de no prostituirla, quedaba libre por expresa disposi-
ción de la ley; 45 como también quedaba libre, en virtud del se-
39 § 3, Inst. quib. moil. ius pofest. solv., I, 12: Servi au/Cm pana
eiciuntur, qui in me/al/um damnantur et qui bes/jis subiiciuntur. GAIUS,
fr. 8, § 4, D. qui test. fac. poss , XXVIII, : Hi vera, qui ad ferrum
auf ad bestias, auf m meta/mm damnantur, liberta/em perdunt bona que
eorum publicantur: unde apparet ami//ere cas testamenti factionem. Véa-
se fr. 8, §§ 11 y 12; fr. 12; fr. 17, pr. y fr. 29, D. de ptznis, XLVIII,
Véase empero la novela XXII, cap. 8.0
" Véase más adelante, pág. 152.
31 GAI, Inst. I, 27.
43 MARCIANUS, fr. 5, pr. D. de iure patronat., XXXVII, 14; CONS-
TANTINUS, C. I, Cod. Theod. de libertis, IV, 'o; § 1, Inst. de cap. dem.
I, 16.
" § 4, Inst. de jur. pers., I, 3; § I, Inst. de cap. dem., 1, 16.
" JusTirnANo abolió la esclavitud de los condenados ad metalice.
Nov. XXII, cap. 8.° Véase MAREZOLL, die bürgerliche Ehre, p. 31.
45 MODESTINUS, fr. 7, pr. D. de iure patronal., XXXVII, 14; PAU-
• LUS, fr. 7, D. qui sine manumiss. XL, 8; Tit. Cod. si mancip.ne prostit.,
IV, 56.
[44 LIBRO I. TEORIA GENERAL §5
GAI, IV, 16. La in iure cessio era una rei vindicatio, en la cual el con-
venido coefitebatur j iure; y es precisamente la confessio in iure, la
que produce los efectos de que tratamos. Véase más adelante, § 6r.
" ULPIAN., Reg. I, 8: Censu manumittebantur olim qui lustrali
censu Roma iussu dominorum inter sives romanos censum profitebantur.
Véase THEOPHILUS, ad § 4, Inst. de liben., I, 5; DOSITHEUS, .bragm.
regtd., § 17 (Collestio, II, pág. 136); BCETHIUS, ad Topica, I, 2, § ro:
Censebantur enim antiquitus soli cives ;otnani. Si quis ergo consentiente
vel iubente domino nomen detulisset in censum, civis romanas fiebat et
servitutis vinculo solvebatur, &que hoc erat censu fieni liberum, per con-
sensum domini nomen in censum de/erre et e:13*i civem romanum.
DOSITHEUS, 1 C. § 17: Census autem Roma agi solet et peracto
censu lustrum conditur: est autem lustrum quinquennale tempus, quo
Roma lustratur... Magna autem dissensio est inter peritos, utrum ea
tempore vires accipiant omnia, quo in censa asuntar, an ea tempere quo
lustrum conditur. Sunt enim qui existimant non alias vires accipere qua
in censa asuntar, ttisi has dies sequatur, gua lustrum conditur: existi-
mant enim censum descendere ad diem lustri, non lustrum recurrere ad
diem census: quod ideo quasitum est, quoniam maja qua in censu agun-
tur lustro confirman/un. Véase CICERO, de Ore/ore, I, 40. Véase
GCESCHEN, en la Zeitschrift far geschichtliche Rechtswissenschaft,
vol. HI (1817), págs. 269 y siguientes; KELLER, Institutionen, § 216,
págs. 213 y siguientes; MADAI, die statuliberi (Halle, 1834), págs. 12 y
siguientes; PUCHTA, Institutionen, II, § 213; REIN, Röm. Privatrecht,
pág. 574; VANGEROW, Latini Juniani, pág. 79; ZIMMERN, Röm. Rechts-
geschichte, I, págs. 745 y siguientes.
§ DEL ESTADO DE LIBERTAD 147
efecto, las cosas mancipi, como veremos en el capítulo de la
división de las cosas (§ 2 I), constaban inscritas en los libros cen•
suarios. Ahora bien, si una cosa mancipi, cual era el esclavo,
debía aparecer en el censo como perteneciente á un nuevo
propietario, era naturalmente preciso que el censor verificase la
correspondiente transcripción.
En tiempo de Vespasiano desapareció el census lustra lis,
con lo que hubo de cesar también este modo de manumisión. 58
MANUMISIÓN PER TESTAMENTUM.—E1 testador podía hacer
libre ä su esclavo instituyéndole heredero. Originariamente,
para que la institución de heredero en un esclavo fuese válida y
eficaz se requería que fuese acompañada de una declaración de
libertad; 9 pero Justiniano estableció que la simple institución de
heredero implique siempre la manumisión. o
El testador podía, además, manumitir al esclavo mediante
una disposición á título particular, ya otorgándole la libertad di-
rectamente (STicHus SERVUS MEUS I.IBER ESTO; STICHUM SER-
VUM MEUM LIBERUM ESSE 117BE0), ya encargando al heredero ó
á otro fiduciario la manumisión. 61 En el primer caso el esclavo
quedaba libre sin necesidad de otro intermediario (directa liber-
tas); en el segundo caso, para que el esclavo obtuviese la liber-
tad, se requería que el fiduciario procediese efectivamente á
la manumisión (fideicommissaria libertas). 62 El esclavo podía
compeler al fiduciario ä que le manumitiese, y Justiniano esta -
bleció que la sentencia del juez que reconocía el derecho del
esclavo, equivaliese 'á una manumisión. o
64 GAI, Inst. II, 267: ...nec alias alias directo ex testamento liberta-
tem habere otest, quam qui utrcque tempore testa/oris ex iure Quiritium
fuerit, et quo faceret les/amen/am et quo moreretur. Lo mismo dicen
PAULO en el fr. 35, D. de manumiss. test., XL, 4, y JUSTINIANO en sus
Imstituciones, § 2, in fine, de singul. reb. per fideic. rel., II, 24.
" ULPIAN., Reg. II, io: Per fideicommissum libertas dan i potest
tan: proprio servo testatoris, quam heredis aal legatarii vel cuiuslibet ex .
tranei servo. GA1, Inst. II, 263: Libertas quoque servo per fideicommis-
sum dari potest, ut vel Acres rogetur manumitiere, vel legatarias. 264:
Nec interest, utrum de sua proprio servo testator roget, an de ea qui
ipsius heredis aal legatarii vel etiam extranei sil. 265: llague et alienas
servus redimi et manumitti debet. Véase § 2, Inst. de singul. reb perfid.
rel., II, 24.
" ULPIAN., Reg. II, 8: Is, qui directo liben esse iussus est, arcinus
fit libe:tus: is au/em, cui per fideicommissum data es, libertas, non tes-
tatoris, sed manumissoris fit libertas. GAL, Inst. II, 266: Qui autem ex
fideicommisso manumillitur, non testatoris fit libertas, etiamsi kstatoris
servus fuerit, sed eius qui manumittit. 267: qui directo testamento
liber esse iubetur, velut hoc modo STICHUS SERVUS MEUS L1BER ESTO, vel
hoc STICHUM SERVUM MEUM LIBERUM ESSE IUBEO, is :psius testatoris fit
libertas. Véase § II, Inst. II, 24.
" C. r. Cod. de his qui in eccks. manum., I, 13; C. un. Cod. Theod.,
de manum. in cedes., IV, 7.
§ 5 DEL ESTADO DE LIBERTAD 149
dominio civil de sí mismo, 6 sea la libertad y. la ciudadanía
romana.
Pero si el dueño usaba una forma menos solemne escribiendo,
por ejemplo, á su esclavo una carta en la cual le declarase libre
(per epistulam ), 6 manifestando su voluntad con una simple de-
claración hecha en presencia de amigos (tizter amicos ), 6 permi-
tiendo que el esclavo se sentara á su mesa ( inter epulas, per
mensam), el esclavo no adquiría el señorío de sí mismo, sino que
continuaba siendo jurídicamente esclavo. 68 En tal caso el escla-
vo adquiría la simple posesión, pero no el dominio de sí mismo;
en otros términos, adquiría una mera libertad de hecho, pero
no de derecho. 69 Y era natural: los esclavos eran res mancipi:
y para transferir la propiedad de una res mancipi, era preciso un
acto solemne (mancipatio ó in itere cessio ), mientras un acto
menos solemne, como la simple entrega (traditio ), sólo transfería
la posesión, pero no la propiedad.
Lo mismo ocurría cuando se hacía uso de las formas solem-
nes de la manumisión, pero ésta provenía de una persona que
no tuviese la propiedad sobre el esclavo. En efecto, nadie puede
transferir á otro lo que él mismo no tiene, y por consiguiente el
que no es dueño no puede transferir al esclavo un derecho de
que carece.
DE LAS MANUMISIONES QUE PRODUCÍAN LA LIBERTAD LA-
TINA. — De cuanto hemos dicho resulta que, según el derecho
romano antiguo, la manumisión ó producía libertad romana ó
no producía clase alguna de libertad. En otros términos, los
esclavos manumitidos por quien tuviera derecho para ello y con
" Dominan, loc. cit.: Antea una libertas eral (véase la nota si-
guiente).
" GAI, Inst. II, 40: Sequitur ut admoneamus apud peregrinos qui-
dem unum esse dominium; nam aut dominas quisque est, aut dominas
non intellegitur. Quo iure etiam populus romanas ohm utebatur: aut
enim ex jure Quiritiunt unusquisque dominus trat, aut non intellegeba-
tur dominas: sed postea divisionem accepit dominium, ut alias possit
esse ex jure Quiritium. dominas, alias in bonis habere. Véase más ade-
lante, § 6o.
" GAI, Ins!.. 56 (véase la nota siguiente al fin); DOSITHEUS,
op. cit., § 5 (véase en la pág. 149 la nota 68 al fin).
" Dosinisus, § 6: Sed nutre habent propriam liberta/em qui in/er
amifos manumittuntur, et fiunt latini ittniani, quoniam ¡ex junio, qua
liberto/em eis dedil, exaquavit cas latinis coloniariis. GAI, Inst. III, 56:
Adtnonendi sumas, id quod alio loco th'ximus, tos, qui nunc latini juniani
dicuntur, olim ex iure Quiritium servos fuisse, sed auxilio pratoris in
liberta/is forma servar solitos ;. . pos/ea vera per legem juniam cas om-
nes, pos pretor in libertate tuebatur, liberas esse capisse et appellatos
esse latinos junianos. Véase ULPIAN., Reg. I, io. Véase CANTARELLI en
el Archivio Giuridico, vol. XXIX y XXX.
DEL ESTADO DE LIBERTAD 151
§ 5
se formó una clase intermedia entre los ciudadanos y los pere-
grinos, esto es, la de los látini, así llamados por estar equipara-
dos ä los latinos de las colonias, de quienes á su vez se distin-
guían con el nombre de Yuniani, porque habían sido libertados
por la ley Yunia Norbana.
También aquí, como se ve, se repite el mismo hecho que se
verifica en la transmisión de la propiedad de las res mancipi. Si
una cosa mancipable, en vez de ser transmitida con las solemni-
dades de la mancipatio 6 de la in iure cessio, se transmite me-
diante la simple tradición (traditio), la persona á cuyo favor se
verifica, adquiere sólo el dominio bonitario civil. 15 Lo mismo
ocurre en la manumisión, ya que la manumisión sin solemnidad
sólo transfiere al esclavo el simple dominio bonitario de sí mis-
mo, 6 sea la libertad latina.
Justiniano abolió toda diferencia entre la libertad romana y
la libertad latina y estableció que los hombres libres fuesen todos
ciudadanos del imperio. 76 Esta reforma de Justiniano fué con-
secuencia lógica de la abolición del doble dominio.
La absoluta facultad de los dueños, correspondiente al domi.
no, que tenían sobre los esclavos, fue restringida, por haberse
abusado de ella, por varias leyes, entre ellas principalmente la
1Elia Sentia . 18 y la Fufia Caninia.
Las principales disposiciones de la ley "Elia Sentia fueron
las siguientes:
1. a Los esclavos que durante la esclavitud hubiesen su-
frido penas corporales á consecuencia de un delito, no podían
adquirir por manumisión la ciudadanía romana, sino solamente
" GAI, Inst. III, 56: ... Latinos ideo, quia ¡ex co: liberas esse voluit
atque si essent cives romani ingenui, qui ex urbi Roma in latinas colo-
nias deducti Latini coloniarii esse caperunt ; Junianos ideo, quia fter
leg-em Juniam liberi facti sunt.
GAt, Inst. II, 41: Hm si tibi rem mancipi neque mancipavero
neque in jure cessero, sed tau/um tradidero, in bonis quidem tuis ea res
ecitur, ex jure Quiritium vera mea permanebit.
1. Tit. Cod. de latina libertate tollenda, VII, 6.
" Véase más adelante, § 6o.
" Del año 757 de Roma.
" Del ano 761 de Roma.
152 LIBRO I. TEORÍA GENERAL §
la dediticia libertas, lo cual equivale á decir que entraban en la
condición de los pueblos, que vencidos por Roma en la guerra,
se habían rendido á discreción (deditio). 88 Les estaba prohibido
habitar en Roma y dentro de cien millas de Roma, y no podían
adquirir ciudadanía romana. 8t
2.' El dueño que no había cumplido los veinte años no
podía manumitir más que per vindictam y después de haber
probado una justa causa de manumisión en un consilium presi-
dido por el magistrado. 82
3.a Las mismas formalidades debían ser observadas cuando
el esclavo no tenía aún treinta años; y cualquiera otra manumi-
sión sólo podía convertirle en latino juniano. 88
4.' Las manumisiones otorgadas en fraude de los acreedo-
res por el manumissor eran nulas, siempre que hubiesen sido
hechas con la intención de defraudar (dolus) y hubiesen llegado
efectivamente á ser perjudiciales ä los acreedores. 84
La ley Fufia Caninia limitaba de un modo curioso, como
dice Suetonio, el poder de dejar la libertad por testamento, dis-
poniendo que no pudiesen ser manumitidos por acto de última
voluntad más que una parte determinada de los propios escla-
vos, y en conjunto no más de ciento; siendo consideradas como
nulas las manumisiones que excedían el límite permitido. 85
GAL last. 1, 13-15; ULPIAN., Reg. 1, ir; § 3, Inst. de libertinis,
1, 5; THEOPHIL, ad h. 1.
82 GAI, Inst. I, 26-27; véase antes la pág. 143.
92 GAI, last. 1, 38; ULPIAN., Reg. 1, 13; DOSITHEUS, § 13; § 4,
Inst. qui et quib., I, 6; THEOPH., ad h. 1. Acerca de las justas causas
véase GAI, Inst. I, 19-39; § 5, Inst. qui et quib. ex caus. m. n. ý., I, 6;
fr. 9-16, D. de man. vid., XL, 2. JUSTINIANO permitió al que hubiese
cumplido los catorce años manumitir š sus esclavos por testamento
(Nov. CXIX, cap. 2); en las Instituciones, loc. cit., § 7, exigía por lo
menos diez y siete años.
88 GAL last. 1, 17-22* ULPIAN., Reg. 1, 12.
88 GAL Inst. I, 37: , qui in fraudem creditorum vel in fraudem
patroni manumittit, nihil agil, quia ¡ex dElia Sentía impedit libertatem.
Véase § 3, Inst. qui et quib. ex caus, man, non poss., I, 6; ULP., Reg. I,
15; DOSITHEUS, § 16; Fr. 4-i i; fr. z6, §§ 2-5; fr. z8; fr. 23-29, D. qui
et a quib. man. lib. non fiunt, XL, 9.
00
ULPIAN., Reg. I, 24: Lex Fufia Caninia jubel testamento ex tri-
§ 5 DEL ESTADO DE LIBERTAD 153
bus servis non plures quam duos manumitti, et usque ad decem dimidiam
partem manumitiere concedit: a decem usque ad treinta tenían: par-
tem, ut temen adhuc quia que manumitiere liceat eque uf ex priori nu-
mero: a triginta usque ad centum quartant partem, eque uf decem ex
superiori numero liberari possint: a centum usque ad quingentos partem
quintam, similiter uf ex antecedenti numero viginti quia que possint fieri
liben. Et denique precipit, ne plures amaino qualn centum ex cuius-
quam testamento liben i fiant. Véase GAI, Inst. I, 43; PAUL., Sent. IV,
1 4, § 4.
88 § 3, Inst. qui et quib., I, 6. Véase el tomo II, § 158.
87 Fr. 9, D. de obsequiis parent., XXXVII, 15 (ULplituus, libro se-
xagesimo sexto ad Edictum): Liberto et filio semper honesta et sancta
persona patris ac patroni videri debet. Véase fr. 2, 5, 6 y 7, eod. Fr. 1, y
fr. 19, D. de jure patron., XXXVII, 14; fr. 4, § t, D. de in ius voc., II,
4; fr. 7, D. de operis liben., XXXVIII, z; Inst. tit. de successione liber-
tar:" III, 7.
" MODESTINUS, fr. 6, D. de agnosc. et al. lib., XXV, 3; MARC1A-
NUS, fr. 5 in fine, D. de jure patronat., XXXVII, 14.
T. 1. —20. DERECHO ROMANO.
1 54 LIBRO I. TEORfA GENERAL §5
§7
Estado de familia
I" FESTUS, de verb. sign. (BRUNS, Fontes, II, io): Gentils dicitur
et ex todo,: genere ortus, et is, qui simili nomine appellatur. CICERO,
Topica, VI, 29: Gentiles sunt in/er se, qui eodem nomine sutil: non est
satis. Qui ab ingenuis oriundi suat; ne id quidem satis est. Quorum
maiorum tierno servitutem servivit; abest etiam nunc. Qui capite non
sunt deminuti; hoc fortasse satis est; nihil enim video Scavolam ponti-
ficem ad hanc definitionem addidisse.
§ 7 ESTADO DE FAMILIA 167
desuso, tanto que ya en los tiempos de Gayo era una institución
puramente histórica desprovista de valor práctico. 123
DE LA AFINIDAD. — Es la afinidad una relación análoga á la
parentela, y como tal pertenece en cierto modo al derecho de
familia. La afinidad puede definirse diciendo que es el vínculo
que á consecuencia del matrimonio se establece entre uno de los
cónyuges y los parientes del otro. Puede existir en línea recta,
como, por ejemplo, entre uno de los cónyuges y los descendien-
tes ó ascendientes del otro, ó en línea colateral, ó sea entre uno
de los cónyuges y los parientes colaterales del otro. Una de las
personas ligadas por el vínculo de la afinidad es siempre el cón-
yuge: y por eso los parientes de un cónyuge no son afines con
los parientes del otro cónyuge, sino solamente con el cónyuge
mismo. 124 La afinidad no ejerce influencia alguna sobre los dere-
chos de los afines, sino en cuanto puede ser impedimento para
el matrimonio ó crear la obligación de alimentos.
En rigor no hay grados en la afinidad, porque no tiene su
origen en la generación : no obstante lo cual suelen ser aplicados
á la afinidad los grados del parentesco, para lo cual se ha esta-
blecido la siguiente regla: en la misma línea y en el mismo
grado en que uno sea pariente de uno de los cónyuges es afín
con el otro cónyuge.
[Los mencionados principios acerca de la noción y del con-
cepto de la afinidad podemos considerarlos vigentes en el dere-
cho español, pero dicho vínculo sólo tiene importancia en cuanto
es impedimento para el matrimonio, 125 y establece también al-
guna incapacidad para ser testigo. 126
§8
Extinción de la persona física
§9
Condiciones naturales modificativas del estado jurídico de las personas
Edict.): Julianus scribit eos, quibus per pratorem bonis interdictum est,
nihil Irans/erre passe ad aliquem, quia Iquasir7 in bonis non habeant,
cum eis derninutio sil inter&cta. Véase el vol. II, § 178.
vil Fr. 18, pr. D. qui test. fac. poss., XXVIII, i ( ULp ., lib. I, ad
Sabin.): Is sui lege bonis interdictum est testamentum J'acere non potest
et, si fecerit, ipso iure non valet... Medio ergo ner testis ad testamen-
tum adhiberi potent, cum neque testamenti factionem habeat. Véase el
§ 178.
[ " g Art. 213.]
['" Cap. 26, Decretales, De sponsalibus, lib. IV, tít. i.°; o.° a.°,
art. 83, Cód. civ.]
[ 18° N.° a°, art. 663.]
r e' N.° 2.°, art. 12631
[' u Art. 221 y siguientes.]
1 8 2 LIBRO I. TEORÍA GENERAL §9
mento válido sin la observancia de la solemnidades prescritas
para los testamentos de los que no lo son (pag-ani), que los clé-
rigos no pueden contraer matrimonio cuando les han sido confe-
ridas órdenes mayores, que los obispos y los monjes no pueden
ser tutores y otras varias.
RELIGIÓN.- En el derecho justinianeo la religión del Estado
es la cristiana, y sólo el cristiano-católico (fidelis) goza la ple-
nitud de los derechos civiles. La condición jurídica de los here-
jes y de los infieles es peor, toda vez que, por ejemplo, no
pueden deponer en juicio contra los católicos, la dote de sus
mujeres no goza de ciertas ventajas, no está admitido el matri-
monio entre judíos y cristianos, etc. Creemos inútil ocuparnos
aquí de las particularidades relativas á la condición jurídica de
los judíos, de los herejes y de los apóstatas, tanto más cuanto
[nuestro derecho] no tiene en cuenta para nada la diferencia
entre unas y otras religiones.
ORIGEN Y DOMICILIO. - El origen en derecho romano era
de doble especie, á saber: general y especial. El origen general
era Roma, patria común de todos los ciudadanos romanos; y el
origen especial era el lugar donde tenia el domicilio el padre en
el momento del nacimiento del hijo legitimo.
Domicilio de una persona es el lugar donde ésta tiene el
centro de su vida civil y social. El domicilio es, por regla gene-
ral, voluntario, aunque algunas personas le tienen necesario,
como sucede á los relegados respecto del lugar de su relega-
ción, á los militares del de guarnición, á los funcionarios públi-
cos del lugar de su cargo, á la mujer respecto del domi-
cilio de su marido, al pupilo del lugar elegido por su tutor, etc.
Una persona puede tener varios domicilios, como sucede en oca-
siones con los negociantes que tienen establecimientos en lugares
diversos, habitando alternativamente en dichos lugares y dirigen
sus negocios ya desde uno, ya desde otro, como centro de los
mismos. Por el contrario, hay personas sin domicilio á las que
se denomina vagabundas.
El domicilio de una persona produce efectos importantes
en su condición jurídica; así la ley del domicilio determina la
capacidad del hombre, regula sus adquisiciones y sus enajena-
§ 9 CONDICIONES NATURALES MODIFICATIVAS DEL ESTADO JURÍDICO 183
ciones, gobierna la forma externa de sus actos jurídicos y esta-
blece sus cargas personales y la competencia de sus jueces.
[En derecho español el domicilio voluntario se determina
por la residencia, pero existe, además, domicilio legal para las
mujeres casadas, los hijos varones constituidos en la patria po-
testad y las hijas menores de veinticinco años, los comerciantes,
y los empleados cuya determinación se ajusta, en general, á las
reglas referidas. 183
Por lo demás, en derecho español, apenas tiene importancia
el domicilio para otros efectos que el cumplimiento de las
obligaciones y la competencia judicial, toda vez que para los
propiamente internacionales el estado y la capacidad de las per-
sonas se regulan por la ley de la patria, 183 y para los inter-
regionales el Código establece una especie de ciudadanía inte-
rior. 185]
§ Ic)
Poderes de derecho privado ii los cuales pueden estar sujetas las personas
[18$
Art.° 4 0 y 321, Cód. civ.; 64 y siguientes, Ley de Enj.° civil.]
[ a° Véase nota rol, pág. 158.]
["° Art. 15, 05d. civ.]
184 LIBRO I. TEORIA GENERAL § Io
"6 GAI, 1, 48, 49: Quedam persona sui iuris sunt, quea'am alieno
inri sunt subiecte 49. L'aman personarum, qua alieno inri subiecte
sunt, alia in potes tate, alie in manid, alia in mancipio sunt.
§ IO PODERES DE DERECHO PRIVADO 185
§ II
1" GAT, I, 116, 117 y 118. Véase también el vol. II, § 171.
I" GAI, II, 86, oo y.96.
§ II DE LAS PERSONAS JURÍDICAS 187
'' Fr. 1, pr. quod cuiusc. unir'., III, 4 (Gmus, libro tertio ad edic-
tum provinciale): Neque soeietas, neque collegium, neque huius modi
corpus passim omnibus habere conceditur: nam et legibus et senatus con-
sultis el princilalibus constitutionibus ea res ceereetur.
"B ULPIANUS, fr. 7, § 1, qua cuiusc. univ., III, 4: Si quid univer-
sitat debelar, singulis non debe/uy: nee, quod debet universitas, singuli
debent.
§ II DE LAS PERSONAS JURfDICAS 189
no puede demandar en juicio á los deudores de la sociedad á
que pertenece, ni puede ser convenido por los débitos de ésta
por los acreedores de la misma; porque el verdadero sujeto de
derecho es siempre la corporación y no cada uno de los miem-
bros de ella.
Esto no excluye, sin embargo, que en ciertas corporacio -
nes (privadas) cada uno de los asociados tenga derecho á las
rentas y ganancias del patrimonio de la misma, y en caso de
disolución de ella sean partícipes del mismo patrimonio. En una
palabra, todo depende de la cualidad de la corporación: en
algunas, esto es en las públicas, los miembros no participan
directamente de las rentas ni de las ganancias, y en caso de
disolución de la corporación, el patrimonio de ésta no se divide
entre cada uno de sus miembros, sino que siempre y cuando la
corporación no hubiese válidamente dispuesto de él antes de su
disolución, es patrimonio vacante y pasa al Estado; mientras que
en otras (las privadas) tiene participación directa más ó menos
extensa cada uno de los asociados. Pero en todo caso la cor-
poración es siempre el verdadero sujeto de los derechos y de las
obligaciones, y no cada uno de los miembros que la componen.
El vocablo corporación es, como hemos dicho, término gené-
rico comprensivo de toda clase de asociaciones de personas físi-
cas, con tal que el derecho público y las leyes del Estado reco-
nozcan á las mismas el carácter de persona jurídica. Entre los
romanos, por ejemplo, eran también corporaciones, además de
los municipios y comunes, los collegia y sodalicia, los colora
publicanorum, ó sea los de los socii vectig-alium publicorum, sali-
narum, etc.
Es menester no confundir los cuerpos morales legalmente
reconocidos con las simples sociedades civiles, porque entre
unas y otras existen grandes diferencias: 1.0 En las sociedades
civiles el objeto común está totalmente subordinado á los fines
privados de cada uno de los socios; en los cuerpos morales, por
el contrario, predomina el fin común. 2.0 En las sociedades el
socio no se priva entera y definitivamente de los bienes por él
aportados á la sociedad; sino que de dueño exclusivo que antes era
de ellos, se convierte en copropietario de los mismos, ó sea, con-
90 LIBRO I. TEGRiA GENERAL § II
198
BRUGI, Della prima forma che ebbero le pie fondasioni cristiane
nel diritto romano. Venecia, 1896.
¡92 LIBRO I. TEORIA GENERAL §II
1 " ULPIANUS, fr. 34, de acq. rer. dom., XLI, 1: Hereditas defuncti
personan; sustinet. En el fr. 31, § x, de her. inst. (XXVIII, 5), y en el
fr. 13, § 2, ad Leg. Aq. (IX, 2), ä la herencia yacente se la llama do-
mina.
"° La herencia yacente no está, sin embargo, completamente
equiparada á las otras personas jurídicas: así, por ejemplo, no podía
ser instituida heredera. Véase § x79. Y así tampoco el derecho roma-
no admitía furto en perjuicio de la hereditas iacens. Véase Dusi, La
ereditä giacente, Turin, 189 1.
§ II DE LAS PERSONAS JURÍDICAS 193
CAPÍTULO III
DE LOS OBJETOS DEL DERECHO (5 TEORÍA GENERAL
DE LAS COSAS
Gt."39 4.A9litia°
VAI"
tl Concepto de cesa titr\,1
iv
GlIkaJ
En lenguaje -Ordinario se llama cosa á todo IDbjeto naterial
exterior al hombre7 Bajo el aspecto del derecho esta idea, á
semejanza de la de persona, es mas extensa por un lado y más
restringida por otro: es más extensa porque se comprenden en
ella varios entes inmateriales, como son los derechos; 1 y más
restringida por quedar excluidas de ella cosas que no pueden
ser objeto de derechos, como, por ejemplo, la luna, el uni-
ver, etc.
n lenguaje jurídico, pues, es cosa todo lo que puede cons-
tit el objeto de un derecho patrimonial. Rei appellatione et
causa' et jura continentur. 2
Comparando el concepto vulgar con el jurídico de cosa, apa-
§ 13
§ 14
De las cosas que están en el patrimonio y fuera de él
Son cosas que están fuera del patrimonio las que actual-
mente no se hallan en el patrimonio de ningún particular, ya por-
que no puedan hallarse en él, como las cosas comunes y las
demás que están fuera de comercio, ya sea porque pudiendo ser
objeto de tal patrimonio, actualmente no se hallen en él, como las
res nullius. A las res nullius pertenecen: I.° Las cosas que jamás
fueron ocupadas por persona alguna, como por ejemplo, los ani-
males salvajes en su natural libertad, los corales en el mar, las
piedras preciosas que se hallan in litore maris, etc.; 2.° las cosas
derelictas, es decir, las que después de haber tenido dueño
fueron por éste abandonadas, sin que otro alguno se haya seño-
reado de ellas.
§ 15
De las cosas muebles é inmuebles
§ 16
Cosas fungibles y no fungibles, consumibles y no consumibles
[ u Art. 4.1
[ as N.° zo del art. 334 y art.°3 335 y 336. La doctrina por nos-
otros establecida en el texto deriva de la regla formulada por el ar-
ticulo 335 al definir como bienes muebles los susceptibles de apropiación
no comprendidos en el capitulo anterior, Ó sea el art. 334 que enumera
los inmuebles.]
" GAI, Inst. III, go; pr. Inst. quib. mod, re contr., III, 14; GAIUS,
fr. 35, § 5, D. de contr. empt., XVIII, 2; fr. 42, D. de jure dotium, XXIII,
3; fr. I, § 2, D. de oblig. et act., XLIV, 7; PAULUS, fr. 2, I, D. de
reb. cred., XII, i (véase la nota siguiente).
" PAuLus, fr. 2, § I, de reb. cred., XII, 2: Mutui da/jo consistit in
his rebus, quce pondere, numero, mensura consistunt; quoniam eorum da-
tione possumus in creeum ire, quia in genere suo functionem recipiunt
per solutionem magis quam vede. Véase también el fr. 29, de sol.,
XLVI, 3.
206 LIBRO I. TEORIA GENERAL § 16
§ 17
De las cosas divisibles é indivisibles
§ 19
Cosas principales y accesorias 32
" Ast puede uno póseer la casa como propia y tener alguna
pertenencia de la misma en nombre de otro, como puede tener una
posesión separada de la pertenencia (j'Im puro, fr. 7, § I, D. pro empto-
re, XLI, 4).
" Véase SERAFINI, Eiern., II, pág. 47; UNGER , I, pág. 443;
WECHTER, I, pág. 300; GIANTURCO, I, pág. 135.
" ULPIANUS, fr. z3, § 13, D. de act. empti. vend, XIX, x: ... non
tarnen si quid ex re venditoris.
39 Si, por ejemplo, entra uno en la tienda de un droguero y com-
pra una botella de vino, se entiende que la botella va comprendida en
la compra del liquido; pero si entra en una fonda y pide un frasco de
vino, no se le considera con derecho á llevarse el frasco después de
haber consumido aquél.
'°
fr. 13, § 31, y fr. 17, § 2, de act. empti vend., XIX, z
(véase § z5, págs. 202 y 203); PAPINIANUS, fr. 31, §§ 9, 5 y 6, de lega-
lis, 111 (32).
" Fr. 17, § 7, D. de oc!. e. v., XIX, z (ULp1ANus, libro trigesimo
secundo ad edictum): Lobeo generaliter scribit ea, qua perpetui usus
causa in adificiis sunt, adificii ese, qua vera ad prasens , non esse cedi-
2 1 2 LIBRO I. TEORÍA GENERAL § 19
ción con la cosa principal que sirva al interés duradero de la
misma. 42
A las cosas accesorias pertenecen también las impensas y
los frutos que vamos á estudiar á continuación.
§ 20
Impensas y frutos
ficii, ut puta fistula ternporis quidem causa posita non sunt adium,
verum tarnen si perpetuo fuerint posite, adium sunt. Véase JAVOLENUS,
fr. 26, § i, D. de instructo vel instrumento legato, XXXIII, 7.
" Pero, si hubiese sido separada provisionalmente, no perderla su
carácter de pertenencia. Fr. 1 7, § io, de act. empti vend. (ULPIArms,
libro trigesimo tertio ad edictum): Ea, qua ex edificio detracta sunt,
uf reponantur, adificii sunt, al que peralte sunt, uf imponantur, non
sunt adjficii. § i x. Pali, qui vine& causa parati sunt, antequam colla-
centur, fundi non sunt, sed qui exempti sunt hac mente uf collocentur,
fundi sunt.
" Acerca de las irnpensas véase ä RiccosoNo en el Arehivio Giu-
ridico, LVIII,
" ULPIAN., Reg. VI, 14: Impensarum species sunt tres: auf enim
necessarie dicuntur auf utiles auf voluptuosa. 15. Necessarice sunt im-
pensa, quibus non factis dos deterior futura est, velut si quis
ruinosas
cedes refecerit. 16. Utiles sunt, quibus non factis quidem deterior dos
fructuosior Jata est, veluti si vineta et oliveta
non fuerit, factis au fern
feeerit. 17. Voluptuosa sunt, quibus neque omissis deterior dos fieret
negué factis fructuosior efecto est; quod evenit in viridiariis et picturis
similibusque rebus. Véase el fr. 146, D. de impensis in res dot., XXV,
§ 2 O IMPENSAS Y FRUTOS 213
§ 21
CAPÍTULO IV
ADQUISICIÓN Y PÉRDIDA DE DERECHOS
§ 22
Adquisición de los derechos en general
Para la adquisición de un derecho se requiere el concurso de
cuatro condiciones, cuales son: un sujeto que verifica la adquisi-
ción, un objeto de la misma, un hecho creador de la relación ju-
216 LIBRO I. TEORfA GENERAL §22
§ 23
§ 24
De los actos jaridicos como cansa eficiente de los derechos
pérdida, debe ser excusable. Ahora bien, por regla general, sólo
el error de hecho es excusable siempre que no dependa de
supina ignorancia, mientras que el error de derecho no merece
excusa, porque todo el que está dotado de capacidad ordinaria
debe conocer la ley. Mas si por circunstancias especiales, la
persona que fué víctima del error no hubiese tenido medios para
instruirse en aquel punto de derecho en el cual erró, se excusa
también el error de derecho. Por lo demás, los menores, las
mujeres, los soldados, las personas rústicas son tratados con más
indulgencia que las otras, en cuanto al error de derecho, por la
menor oportunidad que tienen de conocer la ley y por la menor
aptitud en que se hallan para entenderla. 22 Reservándonos
examinar en la parte especial la influencia que puede ejercer el
error en cada uno de los casos, ya sea para la adquisición de
ventajas, ya para evitar consecuencias jurídicas perjudiciales,
debemos limitarnos á tratar aquí de la 'influencia que el error
ejerce sobre la declaración de la voluntad en los actos jurí-
dicos.
Los motivos que inducen á una persona á la conclusión de un
acto jurídico, los datos de que partió, y las esperanzas que con-
cibió son actos psíquicos extraños al acto jurídico, el cual está
constituido por la voluntad y no por los motivos que la deter-
minaron. De aquí que el error respecto á los motivos no es
obstáculo para la existencia de la voluntad, y por eso el acto ju-
rídico realizado bajo la influencia de tal error nunca es nulo.
" PAULUS, fr. 9, pr. de iuris et facti ignor., XXII, 6: Regula est,
iuris quia'em ignorantiam cuique nocere, lacti vero ignora ntiam non
nocere:... tninoribus viginti quittque annis iris ignorare permissum est;
quod et in feminis in quibusdam causis propter sexus infirmitatem di-
citur.
" Fr. 3, § 7, de condict. causaldata causa non sec., XII, 4 (ULPIA-
rws, lib. XXVI, ad Edictum): ...quamquam constet, eum qui dedil ea
spe, quod se ab co, qui acceperit, remunerani existimaret, vel amiciorem
sibi esse eum futurum, repetere non posse opinione falsa deceptum.
Véase también á POMPONIO en el fr. 52 y á PAULO en el fr. 65, § 2, de
cond. id., XII, 6. El error acerca de los motivos Ó causas impulsivas
no debe ser confundido con el error acerca de la causa eficiente. PAU-
tus, fr. 5, g I, de act. empti vend., XIX, r.
24 DE LOS ACTOS JURÍDICOS COMO CAUSA EFICIENTE 225
Esta regla rige para todos los actos jurídicos, ó sea tanto para
los inter vivos cuanto para las declaraciones de última voluntad.
Estas últimas, empero, pueden ser impugnadas como ineficaces
siempre y cuando se pruebe que el testador no hubiera dispues-
to, 6 por lo menos en el modo que lo hizo, si en el momento de
la disposición hubiese conocido el verdadero estado de las cosas.
En cuanto á las demás especies de error es preciso ver si
á pesar de él existe voluntad por parte del agente, ó si por
causa del error falta esta voluntad. Si el error es tal que á con-
secuencia de él falta la voluntad, el acto jurídico es nulo; mas si,
por el contrario, y á pesar del error, existe la voluntad, el acto
jurídico es válido. 24 En el primer caso el acto jurídico es nulo,
no ya porque el agente haya incurrido en error, sino porque á
cuanto f ué por aquél declarado no le corresponde verdadera y
efectiva voluntad. En otros términos, el error no es la causa de
la nulidad de la declaración, sino la causa de que no exista
voluntad. De lo dicho se infiere que en tales casos no puede
establecerse distinción alguna entre error excusable y no excu-
sable, error de derecho y error de hecho. Y en verdad, cuando
se pruebe la falta de voluntad ó consentimiento, supuesta como
requisito esencial del negocio jurídico la declaración de la volun-
tad del que obra, es evidente que no existe tal negocio jurídico;
y es por lo demás indiferente el que la falta de consentimiento ó
de voluntad, dependa de un error de derecho 6 de hecho.
Toda la cuestión se reduce, pues, á fijar los casos en los
cuales el error excluye la voluntad. A este objeto podemos decir
en tesis general que, «el error excluye la voluntad siempre y
cuando lo que el agente ha declarado querer no es lo querido
por él, bien sea en toda su extensión ó en algún elemento esen-
cial de la declaración; » regla que los intérpretes expresan en los
siguientes términos: «solamente el error esencial es causa de
nulidad.» Conviene, pues, saber cuáles sean los momentos esen-
ciales de la declaración de voluntad; 6 en otros términos,
cuándo existe error esencial.
" Si el error se produce por las maquinaciones del otro contra-
yente, puede dar lugar á la acción de rescisión del contrato, como se
dice al fin de este párrafo y en el vol. II, § 103.
T. 1.- 29. DERECHO ROMANO.
2 26 LIBRO I.' TEORIA GENERAL § 24
En primer lugar, es esencial el error acerca de la relación
jurídica que se trata de establecer. Si Ticio, por ejemplo, trata
de dar en arrendamiento el fundo, y Cayo cree comprarlo, hay
aquí error acerca de la naturaleza de la relación jurídica, y el
acto no ha llegado por tanto á existir por falta de acuerdo entre
las dos voluntades. 25
En segundo lugar, es esencial el error acerca de la identidad
de la persona, siempre que por error se haya indicado una per-
sona diversa de la que efectivamente se quería, 26 y la conside-
ración de la persona sea la causa principal del acto jurídico.
En tercer lugar, es esencial el error acerca de la identidad del
objeto (error in corpore). 27 Si el objeto de la declaración de
voluntad se indica cuantitativamente, la declaración es válida
hasta la cantidad que realmente quiso expresar el declarante. 28
Por último, es esencial el error recayente sobre las cualidades
substanciales del objeto. Llámanse substanciales ó esenciales las
" Fr. i8, de reb. cred., XII, i (ULPIANus, lib. VII Disputationum):
Si ego pecuniam tibi quasi donaturus dedero, lii quas ; mutuam accipias,
fulianus scribit, donationan non esse: sed an mutua sil, videndum. Et
puto,nec mutuam esse. Véase también el fr. 36, de acq. rer. dom , XLI, 1.
Fr. q, pr. de hered. inst., XXVIII, 5 (ULrfAxus, libro V, ad
Sabinum): Quotiens volens alium hereden: scribere alium seripserit in
corpore hominis errans, veluti «frater meus» «patronus meus,» placet,
negué eum hereden: esse qui scriptus est, quoniam voluntate deflcitur, ne.
que eum quem voluit, quoniam scriptus non et. No debe confundirse el
error acerca de la identidad de la persona con el error acerca de la
cualidad. Al error acerca de la cualidad de la persona pueden ser
aplicados por analogta los principios relativos al error acerca de la
cualidad del objeto.
" Fr. 9, § I, de &red. inst., XXVIII, 5 (ULHANus, libro V, ad Sa-
binum). § 23, Inst. de Mut. stip., III, 19: Si de alia re stipulator sensc-
rit, de alia promissor, perinde nulla contrahitur obeatio, ac si ad
interrogatum responsunz non esset: veluti si kominem Stichum a te sti-
pulatus quis fuerit, tu de Fam kilo senseris, quem Stickum vocari cre•
dia'eris.
Fr. 9, § 3, de &red. inst., XXVIII, 5 (ULp tANus, libro V, ad Sa-
binum): Sed si maiorem adscripserit testamentarius vel (quod
est probatione) ese 'estatal; uf pro quadrante scmissem, Proculus putat,
ex quadrante ¡ore heredan, quoniam inest quadrans in semisse: quatn
sententiam et Celsus probat. Fr. 52 locati, XIX, 2 (Pomporms,
2 4 DE LOS ACTOS JURiDICOS COMO CAUSA EFICIENTE 221
" Véase el vol. II, § 103, texto y notas. Es superfluo repetir cuanto
230 LIBRO!. TEORÍA GENERAL §24
[El Código civil acepta iguales principios, calificando de
grave el dolo en derecho romano llamado causante, y mante-
niendo su nombre al incidental; 86 en Cataluña rige también el
derecho romano.]
§ 25
Varias especies de actos jurídicos en sentido propio
§ 26
§ 27
De las condiciones 4°
esp., art. 1123.] No obsta la const. 3, Cod. IV, 54, [como tampoco el
articulo 36 de la ley hipotecaria española.] Véase ARNDTS-SERAFINI,
.Pandette, I, § 71, nota 7.
5° ULNANus, fr. 9, § I, de novat., XLVI, 2: «Qui sub conditione
stipulatur, qua omnimodo extitura est, pure videtur stipulari.» Véase
además PAP1NIANUS en el fr. 79, pr. de wad., XXXV, 1, y § i i, Inst.
III, 19.
" Fr. 8, de V. O., XLV, 1: Sed cum ro, qui ita promisit «SI INTRA
KALENDAS DIGITO CCELUM NON TETIGERIT» agi protinus potest. [Véase
también el Cód. civ. esp., § 2.° del art. 1116.] Algunos autores dan ä
estas condiciones necesarias negativas el nombre de condiciones ne-
gativas imposibles, pero esta denominación debe rechazarse, porque
los principios que rigen las condiciones imposibles son muy diversos
de los que rigen para las necesarias.
238 LIBRO I. TEORÍA GENERAL § 27
•" § ir, Inst. de inutil. stipul., III, ic): Impossibilis conditio habetur,
cui natura impedimento est, quo minus exista!, veluti si quis ita dixerit:
si digito ccelum tetigeris dare spondes?
53 MARCIANUS, fr. 31, de oblig. et action., XLIV, 7: Non solum su-
pulo/iones impossibili conditioni aa'plicata nullius momenti sunt, sed
etiam ce/eni quoque contra chis, veluti emptiones loca/iones, impossibili
conditione interposita, ceque nullius mornenti sunt, quia in ea re, qua ex
duorum pluriumve consensu agitur, omnium voluntas spectetur, quorum
procul dubio in huiusmodi actu talis cogitatio est, ut nihil agi existiment
ateosita ea conditione, quam sciant esse impossibilem. GAI, Inst.111, 98;
Inst. de mut. stipul., III, 19. [Cód. civ. esp., § I.o, art. ti i6.]
" Gar, Inst. III, 98:... sed lega/um sub impossibili conditione relic-
tum nostri praceptores proinde debed putant oc si sine conditione relic-
tum esset: diversa schola auctores nihilo minus legatum inutlle
mant, quam stipulationem. Et sane vix idonea diversitat: ratio reddi
potes,. ULPIANUS, fr. 3, de candil. et demonstr., XXXV, i: Obtinuit
impossibiles conditiones testamento adscriptas pro nu/lis habendas. § lo,
Inst. de heredibus ms/it., II, 14: Impossibilis conditio in institutionibus
et legatis, nec non fideicommissis et libertatibus, pro non saeta habetur.
Acerca de este pasaje de las Instituciones véase BUONAMICI, en el Bul-
le/lino dell'Istituto di Din/lo Romano, VIII, 31. [También el 05d. civ.
esp. considera como no puestas las condiciones imposibles y las con-
trarias á las leyes impuestas al heredero 6 legatario, aun cuando el
testador disponga otra cosa (art. 792).] Véase el diligente estudio de
G. MAzzA en la Legge, 1894, I, 102, 136 y r73.
27 DE LAS CONDICIONES 239
§ 28
Del término y del moda
stipulatio; sin au/cm ita se habent, statinz valet. Que enim per rerum
naturan: certa sutil non morantur obligationem, licet apud nos incerta
sint.
" Véase el fr. 77, de reg. jur., citado en la nota 64, pág. 241.
[También el 05d. civ. esp. declara que la aceptación 6 repudiación
de la herencia no podrán hacerse ccndicionalmente (art. 99 0).] Acerca
del matrimonio contraído bajo condición ó á término, véase MANENTI.
Dell'inapponibilitä delle contlizioni ai negozi giuridiei cd in ispecie delle
conelizioni apposte al matrimonio, Siena, 1889 (en donde la materia se
trata ampliamente desde el punto de vista del derecho romano, del
canónico y del civil italiano), y POLACCO, Atti del R. Ist. Ven. di
scienze e le//ere, tomo VII, serie VII, 1895-1896. Véase también
ARNDTS-SERAFINI, Pandette, I, § 68, nota i ( 4.a edición, pág. 213).
lO
Garns, fr. 89 [88], de kered. inst., XXVIII, 5. Véase PAPINIANUS,
fr. 34, eodem, y § 9, Inst. eodem, II, 14. Véase el vol. II, § 187.
a' Una disposición capciosa seria, por ejemplo: «Ticio sea mi
heredero, si instituye heredero á Mevio.» Las condiciones capcio-
sas anulan la institución. PAPINIANUS, fr. 71 [70] de hered. ms/it.,
XXVIII, 5.
§ 28 DEL TÉRMINO Y DEL MODO 241
condietionis adiectionem. Véase el § 27, nota 59, y vol. II, § 187. [Tam-
poco puede, según el Cód. civ. esp., hacerse á término la aceptación
el repudio de la herencia (art. 99 0).]
" Por ejemplo: «Centum millia tibi lego ut monumentum lacias.»
El modus no quita el carácter gratuito del acto, aun cuando el bene-
ficiado debe emplear cuanto ha recibido en un objeto determinado.
Véase FADDA, en el Alangieri, año 1896, pág. 176.
66 SCIEVOLA, fr. 8o, de eond. et dem., XXXV, 2: ...nec enim parem
esse dicemus el4M, cui ita datum su' Si MONUMENTUM FECERIT, et eum,
cui dallan est UT MONUMENTUM FACIAT.
67 C. 9, Cod. de donat., VIII, 54 (53). Véase la nota siguiente.
18 PAULUS, fr. 37, de cond., XXXV, i; ULPIANUS, fr. 8, §§ 6 y 7,
de cond. inst., XXVIII, 7; POMPO NIUS, fr. 7, al fin, de annuis legal.,
XXXIII, 2.
JAvoLENus, fr. 40, § 5, de candil. demonstr., XXXV, ; PAPI-
NIANUS, fr. 7 1 , pr. y § i eodem; SCAVOLA, fr. 8o eodem.
7 ° VALENS, fr. 1 9, de legatis hP (32). Véase también la nota pre-
cedente; pero si el modus no puede ser cumplido, sin culpa del bene-
ficiado, y sólo por puro accidente, el negocio se considera como con-
venido sin el modus.
§ 29 REQUISITOS DE LOS ACTOS JURIDICOS EN SENTIDO PROPIO 243
§ 29
§ 30
" ULPIANUS, fr. 213, § 2, de verb. sign., L, 16: Lata culpa est ni-
mia negligentia, id est, non intelltgere quod omnes intelligunt.
CELSUS, fr. 32, depositi, XVI, 3.
95 ALFENUS, fr. 12 (II), de peric., XVIII, 6; POMPONIUS, fr. 65, pr.
de usufr., VII, I; PAULUS, fr. 31, ad leg. 4., IX, 2; ULPIANUS, fr. 13,
§ I, de pign. ad., XIII, 7; PAULUS, fr. 14, eodem.
T. 1. - 32. DERECHO ROMANO.
250 LIBRO I. TEORÍA GENERAL §
99 Una excepción á esta regla existe para el que recibe una cosa á
titulo precario, el cual no responde más que de la culpa lata aunque
obtenga un provecho. El motivo es puramente histórico y deriva de
que en su origen el precario no era un contrato, sino que se conside-
raba como simple relación de hecho.
I" Una excepción ä esta regla hay respecto al mandatario, el cual,
aunque se proponga tan sólo el interés del otro contrayente, respond e
también de la culpa leve (y lo mismo ocurre respecto al negotiorum
gestor) véase el vol. II, § 136. Es completamente inútil advertir que
del dolo se responde siempre.
Algunos autores distinguen tres grados de culpa (lata, levis,
levissima). Según ellos, aquella de las partes contrayentes que no ob-
tiene provecho alguno de la relación obligatoria responde solamente
de la culpa lata; si ambas partes tienen interés en la relación prestan
también entrambas la culpa leve, y si, por último, una sola de las
partes obtiene ventaja en la relación obligatoria, responde de la
culpa levisima, es decir, que debe usar una diligencia aún mayor
de la de un buen padre de familia. [Véase art." 1103 y i 1 c4, Cód.
civ. esp.]
252 LIBRO I. TEORIA GENERAL § 31
GAIUS, fr. 72, pro socio, XVII, 2; PAULUS, fr. 17, pr. de ¡tire
dot., XXIII, 3; ULPIANUS, fr. I, pr. de tut., XXVII, 3. Entiéndese,
empero, que en tales casos se mira siempre á una disminución de res-
ponsabilidad, y por tanto nunca á un aumento, mucho menos cuando
el marido, el socio, el condomino, el tutor ó el curador suelen usar
una diligencia más que ordinaria en sus propios negocios.
I" Ejemplos de esto hallamos en los fr. 21, § 2, fr. 23, pr. y § 4, ad
legem Aquil., IX, 2; fr. 18, pr. commodati, XIII, 6; fr. 6, § 4, y fr. 13,
pr. y § 2, de act. empti vend., XIX, 1; fr. io, § 1, locati, XIX, 2.
No deben, empero, ser comprendidos entre los danos de que
el deudor debe responder, los que no son sino consecuencia lejana del
dolo ó de la culpa del mismo y que pueden tener otras causas [CM.
civ. esp., art.' z io6 y 1107 ].
'" Pr. Inst. de empt. el vend.,III, 23; ULPIANUS, fr. 5, § 2, commo-
dati, XIII, 6, y fr. 23, de regul. inris, L, 17.
a" ULP1Arms, fr. 23, de reg. jur., L, 17; PAULUS, fr. 27, §§ 3-4, de
pact.,11, 14.
§ 32 EJERCICIO DE LOS DERECHOS 253
CAPÍTULO V
EJ.1)RCICIO Y TUTELA DE LOS DERECHOS 1
§ 32
Ejercicio de los derechos
§ 33
Indicaciones preliminares sobre el procedimiento civil romano
§ 34
Del procedimiento «in jure» en el juicio ordinario
§ 35
De las legis sofiones
" GAI IV, I i: Áctiones, quas in usu veteres habuerunt, legis ac-
tiones appellabantur, vel ideo quod legibus prodiga eran! (queje tu«
edicta pratoris, quibus complures actiones introducía sunt, nondum in
usu habebantur), vel ideo, quia ipsarum legum verbis accomodata eran!,
et ideo immutabiles proinde atgue lega observabantur. Unde eum qui de
vitibus succisis ita egisset, uf in actione viles nominare', responsum est
eum rem perdidisse, quia debuisset arbores nominare, co quod ¡ex XII
tabularum, ex qua de vitibus succisis odio conpeteret generaliter de
arboribus suceisis loqueretur. (Véase GAI, IV, 30).
260 LIBRO I. TEORfA GENERAL § 35
riormente fué sustituido el depósito efectivo de la cantidad por
la simple promesa hecha ante el magistrado jurisdicente y garan-
tizada por medio de fiadores (prades). La leg-is actio sacramento
tenia esencialmente la forma y el carácter de una apuesta, esto
es, los litigantes se obligaban, mediante el cambio de palabras
solemnes y sacramentales, á dejar á favor del erario la suma
por ellos depositada 6 prometida, en cuanto sus respectivas
aserciones no fuesen ciertas. A este fin, las partes que preten-
dían accionar per sacramentum debían exponer al magistrado, \
con palabras claras, precisas y solemnes, sus pretensiones, y se
provocaban recíprocamente á la constitución del depósito ó á la
promesa del sacramentum (provocatio sacramento). 16 Después
de esta recíproca provocación las partes se comprometían mu-
tuamente á presentarse á los treinta días ante el magistrado ad
iudicem capiendum, esto es, á recibir el juez encargado de deci-
dir cuál de los dos había constituido un depósito justo y había,
por consiguiente, ganado el pleito (utrius sacramentum iustum,
utrius iniustum sit). Nombrado el juez, las partes se intimaban
para comparecer ante el mismo á los tres días (comperendinum
diem denuntiabant). Aquí terminaba el procedimiento ante el
magistrado (in iure), y entraba la segunda faz, esto es, el proce-
dimiento ante el juez (in indicio). Empezaba este procedimiento
(in indicio) con una sucinta exposición que las partes debían
hacer al juez de cuanto había ocurrido ante el magistrado (brevis
cause coniectio), para que el juez supiese cuál era el verdadero
punto objeto de la cuestión; seguían luego las disputas, ó sea los
debates, y por último la sentencia, mediante la cual resolvía el juez
cuál de los dos litigantes había ganado la apuesta (sacramentum
iustum). Mas para decidir quién había ganado la apuesta, era
§ 36
Procedimiento formulario (per formulas)
22 GAI, Inst. IV, 40: Demonstratio est ea pars formula, qua ideo
inseritur, ut demonstretur res de qua agitur: velut hac pars formulce
QUOD A. AGERIUS N. NEGIDIO HOMINEM VENDIDIT; item hac QUOD
A. AGERIUS APUD N. NEGIDIUM HOMINEM DEPOSUIT.
22 GAI, Inst. IV, 41: Intentio est ea pars formule qua actor deside-
rizan suum concha:* t , velut hac pars formule SI PARET N. NEGIDIUM
A. AGERIO SESTERTIUM X MILIA DARE OPORTERE; item hec: QUIDQUID
PARET N. NEGIDIUM A. AGERIO DARE FACERE OPORTERE; item hec: SI
PARET HOMINEM EX IURE QUIRITIUM A. AGERII ESSE.
GAI, Inst. IV, 43: Condemnatio est ea pars formule qua iudici
condemnandi absolvendive otestas permittitur, velut hec pars formule:
IUDEX N. NEGIDIUM A. AGERIO SESTERT1UM X MILLA CONDEMNA:
NON PARET, ABSOLVE.
26 GAI, Inst. IV, 42: Adjudicado est ea pare formule, qua permit-
titur iudici rem alicui ex litigatoribus adjudicare: velut si ínter cohere-
des familia erciscunde agatur, aut inter socios communi dividundo,
aut ínter viciaos finium regundorum. Nam illic ita est: QUANTUM ADN-
DICARI OPORTET, IUDEX TITIO ADIUDICATO. Véanse el § 65 y el 152.
17 Por ejemplo: PARETNE OCTAVIUM TITII LIBERTUM ESSE? Véase
TE6rn.o, IV, 6, 13. Véase FERRINI, Note critiche a Teofilo.
T. I. — 34. DERECHO ROMANO.
266 LIBRO I. TEORfA GENERAL § 37
§ 37
reales, hacerse valer contra cualquier persona con la cual (por hallarse
en posesión de la cosa) se establece una relación de derecho, de la
que deriva la obligación que sirve de fundamento ä la acción. Así,
por ejemplo, la odio quod metus causa (§ 24) puede ejercitarse, no sólo
contra el autor de la violencia, sino contra todo el que se aprovecha
de ella. Lo mismo cabe decir de la actio ad exhibendum (§ I50) que
puede promoverse contra cualquier detentador de la cosa cuya exhi-
bición se solicita. Estas acciones personales, que por excepción se
pueden ejercitar contra terceras personas se llaman oc/iones in rem
scriptce (ULPiarrus, fr. 9, § 8, D. quod. me!. causa, IV, 2; fr. 3, § 3
y 15, D, ad exhib. X, 4). Véase ARNDTS-SERAFINI, l'andetta, § 97,
nota 6.
" Existe una excepción en la odio negatoria en la que, á pesar
de ser real, se nombra la persona del demandado.
§ 37 VARIAS ESPECIES DE FÓRMULAS ó DE ACCIONES 269
" GAI, IV, 163; § 31; Inst. IV, 6, CICERÓN, in V e fr. II, C. 12.
En el citado lugar, la Instituta coloca erróneamente la tedio de co quod
cerio loco. Á. ésta se la llama arbitraria en un sentido muy diferente,
esto es, para indicar que en ella el juez puede determinar con toda li-
bertad, cuál sea, y á. cargo de quién corra, la diferencia económica
que surge, según que el pago tenga que realizarse en un lugar y se
haya realizado en otro.
§ 13, Inst, de act. IV, 6, Prceiudiciales actiones in rem esse vi-
dentur: quales sunt per quas quceritur, an aliquis libar vel an libertus
sil: vel de partu agnoscendo.
T. 1. —35. DISki8C110 140MANO.
2 74 LIBRO I. TEORfA GENERAL § 37
es diversa de la de convenido. En tal caso la acción se llama
doble. Pertenecen á esta clase las tres acciones divisorias (actio
communi dividundo, familiœ erciscundce, finium regundorum) y
los interdictos retinendce possessionis.
Acciones privadas y populares.— Son acciones privadas las
que hace valer una persona para la conservación y defensa de sus
intereses particulares; pero como el derecho romano concedía á
veces á cualquier ciudadano el derecho de intentar la acción en
defensa de los intereses públicos, á éstas se las llamaba achimes
populares. Entre éstas algunas podía promoverlas cualquiera,
pero sólo en representación de la comunidad; mas en otras,
promoviéndolas también todo el que quisiera, el actor conseguía
en provecho propio la multa 6 una parte de ella. 13
Acciones rei persecutoria , penales y mixtas.— Las acciones
rei persecutorice tienden á la reparación de un dallo sufrido por
el actor en su patrimonio á consecuencia de una violación de su
derecho, de suerte que la sentencia le restituya simplemente en
la misma situación que hubiera ocupado si el derecho no hubiese
sufrido aquella violación. 41 Las acciones penales van dirigidas á
obtener contra el autor de la ofensa la condena á una pena, cuyo
efecto es el enriquecimiento del patrimonio del actor en determi-
nada cantidad y la disminución del patrimonio del convenido en
una cantidad igual. 45 Las acciones mixtas tienden á reunir á un
tiempo los dos mencionados objetos. 16
§ 38
Partes extraordinarias de la fórmula.—Exeepeiones
§ 39
De la contestación del pleito
§ 40
Del procedimiento «in indicio»
14 GAI, Inst. III, r8o-181; IV, 106-107; fr. 4 0 , pr. de her. pet., V, 3.
[También en el procedimiento español los efectos de la contesta-
ción á la demanda (cuyo momento no se fija con la misma precisión
que en derecho romano) son: 1.° la imposibilidad de repetir la cues-
tión, imposibilidad que se hace efectiva por la excepción dilatoria de
litis-pendencia (n.° 5. 0 del art.° 533, Ley de Enj.° civil), y 2.° la fijación
definitiva de la controversia (notas 51 y.52, pag. 276). Se extinguen
ambos efectos por la caducidad de la instancia (nota 86, pag. 286).]
[ " En el Derecho español regula estas materias el Código civil,
con notable falta de método, al hablar de las obligaciones (De la
prueba de las obligaciones, cap. V, tít. I, lib. IV) La Ley de Enjuicia-
miento civil se ocupa también en ellas, pero desde el punto de vista
meramente procesal.]
T. I. -36. DERECHO ROMANO.
282 LIBRO I. lEORIA GENERAL § 40
hechos en que apoya su acción, y el convenido los en que funda
su excepción. 66 Si, por ejemplo, Aulo Agerio pretende de Nu -
meno Negidio cien sextercios que dice le son debidos á título
de compra 6 por otra cualquier causa, debe probar esta aserción.
Si en contra Numerio Negidio sostiene que el crédito de su ad-
versario se ha extinguido por compensación, ó bien opone otra
acción semejante, debe á su vez probar el fundamento de
ellas. 67
No es necesaria la prueba de los hechos aducidos por las
partes, cuando tales hechos, en vez de ser controvertidos, son
confirmados por el adversario, ó cuando por su naturaleza no
requieren ‚prueba especial. Ocurre esta última hipótesis respecto
de aquellos hechos presumidos por la ley, de suerte, que se repu-
tan verdaderos y probados, mientras el adversario no pruebe lo
contrario (ftreesumptiones iuris). [Así, por ejemplo, la ley presume
legítimos los hijos nacidos después de los 18o días siguientes al
de la celebración del matrimonio, y antes de los 3 00 siguientes
á su disolución ó á la separación de los cónyuges.] El que se
funda en una presunción de la ley queda dispensado de prueba y
toca al que la impugna la prueba del hecho contrario. 68
MEDIOS DE PRUEBA.—Los principales medios de prueba son:
testigos, documentos y juramento.
PRUEBA TESTIFICAL. — Las partes designaban los testigos.
Estos prestaban sus declaraciones oral y públicamente, á presen-
cia de las partes, pudiendo ser preguntados por éstas ó por los
abogados de las mismas. No existía regla que determinase de
una manera formal el grado de credibilidad de las declaraciones
testificales, pero era principio general que el juez, más bien que
contar las testificaciones, debía pesarlas y decidir según la im-
§41
Sentencia y otros medios de terminar el pleito
El procedimiento in indicio, termina regularmente por medio
de la sentencia. Con ella el juez, según la alternativa inserta en
la fórmula, condena 6 absuelve al demandado.
PAULUS, fr. 2, de iurei., XII, 2; ULPIANUS, fr. 3, pr. eod.; BERTO-
LINI, Ii giuram. nel dir. rom., Roma, 1886.
" C. 3 y 12, de reb. cred. et iurei., IV, 1.
PAULUS, fr. 2, § I, de in lit. iur., XII, 3; MARCIANUS, fr. 5, eod.
[" Art. 1232, Cód. civ.; art. 58 0 , Ley de Enj ° civil.]
[7' Art. 1232, CÓd. civ.]
[7 ° Art. 58o, Ley de Enj.° civil.]
[ li Art. 1236, CM. civ.]
[8' Art." 928-93 0 , Ley de Enj.° civil.]
§ 4 1 SENTENCIA Y OTROS MEDIOS DE TERMINAR EL PLEITO 285
§ 42
Extraordinaria «eognitio» 6 «interdicta» 87
§ 43
Procedimiento de ejecución
§ 44
Abolición del «ordo indicioram privatornm»
§ 45
Extinción de las acciones
§ 46
De la restitución por entero IN
DERECHOS REALE k
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...
, -.....,"
§ 47
Nociones preliminares
CAPITULO PRIMERO
DE LA POSESIÓN 1
§ 48
Noridn y naturaleza de la posesión
debet possessio a propicia/e: fieni enim potes!, ut alter possesor sil, do-
minus non sil, alta dominus guidem sil, possessor yero non sil: fieni
potes!, ut et possessor idem et dominus
304 LIBRO II. DERECHOS REALES § 48
§ 49
Clases de posesión y terminología romana
§ 5°
Condiciones objetivas y subjetivas de la posesión
§ SI
Adquisición de la posesión
§ 52
textos de las Pandectas: NERATIUS, fr. 13, pr. de adq. rer. dom., XLI,
i; ULPIANUS, fr. 2C, § 2, ,od.; CALLISTRATUS, fr..59, eod.; ULPIANUS,
fr. 42, § r, h. t. . XLI, 2 ; SCIEVOLA, fr. 135, § 2, de verb. obl., XLV, 1.
" ULPIANUS, fr. 13, de donat., XXXIX, 5. No es Óbice á lo dicho
el fr. 37, § 6, de adq. rer. dom., XLI, i (de JULIANO). ARNDTS-SERAFINI,
Pandette, § 140, nota 5.
El constitutum _Oossessoriunz es precisamente la antítesis de la
traditio brevi mami, de que hemos hablado en el § 5 1, pág. 309. La
traditio brevi mann convierte al detentador en poseedor jurídico, al
paso que el constitutum possessorium convierte al poseedor en detenta-
dor. Fr. 18, pr. h. t., XLI, 2.
4 ° En este sentido se lee en las fuentes que «per procuratorem
etiam ienoranti adquiritur possessio» (§ 5, Inst. II, 9; fr. 49, § 2, de
adq. pass., XLI, 2 ; fr. 47, de USUPP., XLI, 3).
§52 ADQUISICIÓN DE LA POSESIÓN POR MEDIO DE REPRESENTANTE 313
§ 53
Peirdida de la posesión
§ 54
De las acciones posesorias 51
" ULPIANUS, fr. I, § 22, de vi, XLIII, 16; PAULUS, fr. 3, § 18, 4. t.
Si nuestro representante muere, •5 se incapacita para el ejercicio de su
voluntad, Õ cesa de detentar, no perdemos la posesión; sino que se
requiere la manifestación mediante un acto exterior de no querer ya
poseer más por nosotros. C. 12, h. t.
" GiÁkx, Comm. alle Pana'. (continuado por A. UBBELOHDE),
libro XLIII, traducido por V. Pouctitkor, Milán, 1897.
42 § 2, Inst. de interdietis, IV, 15; GAIUS, IV, 143.
" Por ejemplo: si uno abre una zanja en un fundo que yo poseo,
siembra en éste, 6 edifica sobre él, Ó echa sobre él el lodo de su ca-
mino, 6 pasa por el mismo, etc.
" Por ejemplo: uno me impide edificar sobre el fundo que poseo,
6 repararlo, 6 disponer de las plantas que crecen en el mismo, etc.
316 LIBRO II. DERECHOS REALES § 54
el derecho de pedir la cesación de las mismas, ó sea la conser-
vación de la posesión, y la reparación de los daños sufridos á
consecuencia de la lesión ya realizada. 55
En el derecho antiguo los interdictos refinen& e possessionis
eran dos, á saber: el interdictum possidetis para las cosas
inmuebles, y el interdictum utrubi para las cosas muebles. Su
respectivo nombre corresponde á las primeras palabras del inter-
dicto. En el uti possia'etis salía vencedor el que en el momento
de pronunciar el interdicto (interdicto reddito ) poseía nec vi, nec
clam, nec precario frente de su adversario. En el utrubi, en cam-
bio, no se tenía en cuenta la posesión actual, sino que la victoria
se concedía al que había poseído por mayor tiempo durante el
año anterior al interdicto, siempre que, en este caso, la posesión
no fuere viciosa frente del adversario. 56 En el derecho justinia-
neo desaparecen todas las diferencias entre estos dos interdictos,
ambos vienen regulados por los mismos principios, y tanto en
el uno como en el otro sale vencedor el que en el momento de la
litis contestación posee por modo no vicioso enfrente del adver-
sario. 51
El que intenta valerse de los interdictos retinendc possessio-
nis debe probar que en el momento de verse atacado se hallaba
en posesión de la cosa, y que el demandado le ha perturbado ó
le perturba en dicha posesión.
En cuanto al primer requisito no basta que el actor simple-
mente detente la cosa, pues el simple detentador (como por
ejemplo el conductor, el depositario, el comodatario) debe diri-
girse á aquél, en cuyo nombre detente, á fin de que este último
promueva en su lugar la aCción posesoria. 58 No es, pues, nece-
sario que su posesión sea justa, con tal que lo vicioso de su
posesión no exista enfrente de su contrario. Si el vicio de la
violencia, de la clandestinidad ó del precario existe enfrente del
§ 55
[De la posesión por derecho español
i,
" ULPIAN., fr. § 3, de cond. sine causa, XII, 7: Constat id de-
mum posse condici alicui, guod non ex justa causa ad cul po pervenit, vet
redil ad non iustam causam.
77 JULIAN., fr. 19, § 2, de prec., XLIII, 26; PAUL., fr. 13, § I, de°.
XVI, 3, y fr. 3, de cond. furt., XIII, i; ULPIAN., fr. 7, § 2, fr. 8,
pr. § I, y fr. u), pr. eod.
§ 55 DE LA POSESIÓN POR DERECHO ESPAÑOL 321
Clasificaciones de la posesión. —Son aceptables dentro del
Código las romanas de posesión natural y civil, 78 y subdivisión
de ésta en posesión para los efectos de la prescripción y pose-
sión sólo para los interdictos 13 (pero en la inteligencia de que
los interdictos protegen también la posesión natural); 80 posesión
justa é injusta, 81 de buena y de mala fe. 82
Condiciones para la existencia de la posesión.—La tenencia
supone tan solamente el poder físico sin intención.
La posesión civil según el Código supone como en derecho
romano el elemento objetivo ( empus) y el subjetivo ( animus), á
que llama el Código intención de haber la cosa ó derecho como
propios. 83 Tenemos por inexacto lo por algunos supuesto de
que el legislador ha expresado aquí mal su concepto habiendo
empleado la palabra intención en vez de creencia; al razonar así
se olvida que la protección posesoria descansa en el hecho, sin
inquirir su origen puro ó vicioso, se olvida también el prece-
dente romano inspirador de nuestro Código, y tampoco se
atiende á que, de interpretar el animus por creencia se confun-
diría la posesión en general con la posesión de buena fe ó se
excluiría del concepto posesorio á la de mala fe.
La necesidad del coeus ó aprehensión material supone tam-
bién la imposibilidad, por regla general, de la posesión de varios
individuos sobre una misma cosa, salvo el caso de indivisión, 8i
y la del ejercicio de la posesión sobre cosas no susceptibles de
apropiación verdadera. 85
La necesidad del animus ó intención tampoco implica impo-
sibilidad de posesión por parte de los incapacitados ni de las per-
sonas jurídicas, ya que la voluntad deficiente de estas personas
se suple por la de sus respectivos representantes. 83
73 Art. 430.
9 Art.' 44 6, Y 447.
e ° Art. 1654 Ley de Enj.° civil.
81
Art.(' 441 Y 444, C6d. civ.
85 A os
zIrt. 433, 434 Y 435, C6d. civ.
83 Art. 430.
84 Art. 445.
85 Art. 447.
88
Art.°3 38 Y 443.
T. 1. - 41. DERECHO ROMANO.
32 2 LIBRO II. DERECHOS REALES § 55
Adquisición de la posesión.—La posesión natural (3 tenencia
se adquiere simplemente corpus, es decir, por la exterioridad de
la ocupación. 87 La civil requiere el concurso de las dos referidas
condiciones: corpus y animus. 88 La exterioridad de la ocupación
se determina de diferentes maneras, aplicándose prácticamente
las formas reconocidas por el derecho romano. Para darle mayor
autenticidad la entrega de la posesión se verifica á veces por
medio de la autoridad judicial. Esta formalidad se recomienda
en todos los casos en los que, por razón de la incertidumbre
actual ó anterior del derecho, podría de hecho ser desatendida
la posesión por parte de los que especialmente han de respetarla
(por ejemplo, los inquilinos), ó podría ser confundida su adqui-
sición con la violencia privada: de esta suerte, acudiendo á la
autoridad judicial, la posesión tiene en su apoyo una orden del
juez, y negar la posesión es entonces rebelarse contra dicha
orden. 89 Mas para que la adquisición de la posesión, sea judicial
ó extrajudicial, produzca efectos en cuanto á terceras personas
que tengan un derecho inscripto en el registro, es necesario que
también sea objeto de igual inscripción. 98
Adquisición de la posesión por medio de representantes. —
También se realiza ó mediante concurso de la voluntad del ad-
quirente ó sin la existencia de esta voluntad.
Tiene lugar lo primero cuando la posesión se adquiere por
mandatario ó por un tercero sin mandato; pero en este último
caso no se entenderá adquirida la posesión hasta que la persona
en cuyo nombre se adquirió el acto posesorio lo ratifique. 91
Tiene lugar lo segundo en los casos ya mencionados del
incapacitado y de la persona jurídica.
Pérdida de la posesión.—Tiene también lugar, lo mismo que
en derecho romano, por la desaparición de alguno de sus dos
§ 56
CAPÍTULO II
DE LA PROPIEDAD
Noción y objeto
At___x___§ 57 de la propiedad
§ 58
Restricciones legales al ejercicio del derecho de propiedad 2
§ 59
§ 60
Historia del dominio entre los romanos
" Const. 5, Cod. comm. div., III, 37: In communione vel societat
nemo compellitur invitus definen/. [Art. 399, Cód. civ. esp.]
" GAL II, 40: Sequitur uf admoneamus, apud peregrinos quidem
unum esse dominium; ita auf &miaus quisque est, auf dominus non in-
tellegitur. Quo jure etiam popo/os Romanos olim utebatur: auf enim
ex iure Quiritium unusquisque dominus eral, auf non intellegebatur do-
minus.
" GAL ibid.: Sed pos/ea divisionem accepit dominium,ut alius possit
esse ex iure Quiritium dominus, alius in bonis habere.
" GAI, I, 54: Ceterum cum apud cives Romanos duplex sil domi-
nium: nam vel in bonis, vel ex iure Quiritium,vel ex utroque iure cuites-
que servus esse intellegitur, ita demum servum in otestare, etc.
" La propiedad de los peregrinos era quizás reconocida y ampa-
rada por el derecho romano mediante una utilis rei vindicado óehiIio,
fundada en la ficción de que el peregrino era ciudadano romano.
GAL IV, 37. Item civitas Romana peregrino fingitur, si ea nomine agat
auf cum co agatur, quo nomine nostris legibus actio constituta est, si
modo iustum sil, eam actionem diem: ad peregrinum extendi.
§ 6o HISTORIA. DEL DOMINIO ENTRE LOS ROMANOS • 333
fundos provinciales de las que, según el derecho público de los
romanos, pertenecía el dominio al Estado, y tan sólo la pose-
sión y el usufructo á los particulares. 25
PLENUM DOMINIUM EX IURE QUIRITIUM. - El que tenía
tanto el dominio civil como el pretorio sobre una cosa, tenía
el pleno disfrute de todos los derechos de propiedad y, sobre
todo, para proteger su derecho, una acción real, ejercible contra
cualquier detentador, llamada rei vindicatio, cuya conclusión
principal (intentio) era: HANC REM MEAM ESSE AIO EX IURE
QUIRITIUM. Mds para que una cosa pudiera ser propiamente
dicha ex iure Quiritium, era necesaria la reunión de tres con-
diciones, á saber: capacidad de la persona, idoneidad de la cosa
y legitimidad del modo de adquirir.
Capacidad de la persona.— Eran capaces de tener el domi-
nio civil las personas que gozaban del commerciunz iuris civilis,
á saber, los ciudadanos romanos y los latinos, y aquellos pere-
grinos que hubiesen obtenido el commercium por excepción y
por gracia especial.
Idoneidad de la cosa. — Solamente podían ser objeto de do-
minio quiritario las cosas sujetas al comercio del derecho civil,
esto es, las cosas muebles y los fundos itálicos, mas no los fun-
dos provinciales.' 26
Legitimidad del modo de adquirir.— Para adquirir legítima -
a ° PAULUS, fr. 23, pr. de rei vid, VI, r. El adquirente podía uti-
lizar esta acción real aun en el caso en que la cosa que había adquirido
fuere poseída por el transmitente; y si éste se defendía con la excedo
iusti dominii, el primero podía ä su vez oponer la replica& doli (rei
verditce et &adate).
" El dueño bonitario tenia el plenísimo derecho de disfrutar de la
cosa (ius utendi fruendi), de enajenarla y de adquirir el pleno dominio
civil de la misma por medio de la usucapión (Gm, Il., 41 y 204). Sólo
él tenía la potes/as dominica sobre los esclavos (Gat, I, 54), y, por lo
tanto, le pertenecían las adquisiciones que hicieran estos últimos (GA1,
II, 88; III, 166; ULPIANUS, XIX, 20).
" Así, por ejemplo, el dueño bonitario no podía valerse de la rei
vindicatio, ni utilizar ninguno de los modos civiles de transmitir el do-
minio, como son la manceatio,la in jure cessio y el legatum per vindi-
eationem, ni constituir servidumbres civiles sobre las cosas sujetas ä su
dominio bonitario; y los esclavos que él manumitiera no se hacían
ciudadanos romanos, sino solamente latinos.
'336 LIBRO II. DERECHOS REALES § 6o
numisión no había obtenido más que la libertad latina. 33 No
puede, sin embargo, negarse que el nudum ius Quiritium era un
derecho transitorio, el cual sólo duraba hasta tanto que el pa-
trono bonitario hubiese adquirido el dominio quiritario por usu-
capión. 81
EL DOMINIO SEGIVZ EL DERECHO JUSTINIANEO. - En la
época de Justiniano allí las pocas diferencias reales entre el do-
minio quiritario y el bonitario habían desaparecido hacía ya
mucho tiempo, puesto que no tenía ya significación alguna la dis.
tinción entre res mancipi y nec mancipi, y hasta la latina libertas
había sido abolida. Justiniano pudo hacer desaparecer, aun en
la forma, las antiguas distinciones que no tenían ya entonces
ninguna importancia práctica. 33 Por lo demás, este proceso de
simplicación no se había verificado solamente respecto del domi-
nio romano; pues desde que se concedió la ciudadanía á todos
los súbditos del imperio y se equipararon los fundos provinciales
á los itálicos, la tercera especie de propiedad de los no ciudada-
nos y sobre fundos provinciales vino también á desaparecer. De
este modo en el derecho justinianeo el dominio volvió á su pri-
mitiva unidad. A partir de este momento, todas las cosas no
excluidas enteramente del comercio, pueden ser objeto de pro-
piedad; la entrega (traditio) produce los mismos efectos que
producían la mancipatio y la in jure cessio; la usucapión se aplica
á los fundos provinciales lo mismo que á los itálicos; en una pa-
labra, la nueva propiedad, con los requisitos del dominio boni-
tario, produce todos los efectos civiles del pleno dominio guiri-
tario.
[El derecho español, respondiendo á las ideas modernas, no
reconoce sino una propiedad definida por el Código : « derecho
de gozar y disponer de una cosa, sin más limitaciones que las
establecidas en las leyes.» 36] 1/.
§ 61
Modos de adquirir la propiedad
45 GAI, I, 117, 118, 123, 132, 134 y 135. Véase el tomo II, § 171.
'° II, 103-108. En el derecho romano mis antiguo el testa-
mentum per as et libram era una verdadera mancipado familia (GAI,
II, x02).
47 BoRoNA, Le origini dell'in jure cessio, Cagliari, 1896.
GAI, II, 24. ULPIANUS, XIX, 9 y
49 GAI, II, 28-30. ULPIANUS, XIX, 9.
" GAI, IV, 146. Secad viene de secare (dividir).
51 FESTUS, y. Hasta; Frag. Vat., § 37; Cod. Theod., X, 17.
340 LIBRO II. DERECHOS REALES § 6z
ban una corona en la cabeza. 52 En la época imperial, los bienes
del Estado no se vendían ya en conjunto, como una universitas,
sino objeto por objeto al detall, por lo cual desapareció el nom-
bre de sectio bonorum, y empezó á usarse el de subhastatio, 58
nombre que se ha conservado en los códigos modernos.
LEX. — Ulpiano cita, finalmente, la ley como otro de los
modos de adquirir el dominio. 51 Con este nombre comprende
todos los casas en que la propiedad pasa de un individuo á
otro en virtud de una disposición legislativa, sin necesidad de
un acto especial de adquisición (como por ejemplo, en algunas
especies de legados). 55
§ öz
Adquioición del dominio por ocupación
" GAIUS, fr. I, § I, de adj. rer. dom., XLI, Omnia igitur ani-
malla, qua terra, man, calo capiuntur, id est, ferie bestia, et volucres,
pis ce s , capientium ifunt. La ocupación no se considera completa hasta
que el animal ha sido cogido (11 muerto. Discutfase antiguamente si
bastaba haber herido al animal; pero prevaleció la opinión contraria.
§ 13, Inst. de rer. div., II, 1.
68
fr. 3, § i, eod.: Nec interest, quod ad feras bestias et yo -
lucres, utrum in suo fundo quisque tapial, an in aliene. Plan, qui in
alienum fundum ingreditur venandi aucupandive gratia, potest a domi-
no, si is providerit, jure prohiberi, ne ingrederetur. Si se infringe la
prohibiçión, el propietario tiene contra el infractor la actio iniuriarum.
ULPIANUS, fr. 13, § 7, de iniur., XLVII, zo. Véase LANDUCCI, en el
Arch. Giur., XXIX, 3 0 6. [Los art.°9 8.° y 9. 0 de la ley de caza de z o
de Enero de z879 declaran libre el derecho de caza á todo el que
tenga licencia de uso de escopeta y de caza en terrenos del Estado y
de los pueblos, no vedados; mas en los de propiedad particular sólo
podrán cazar el duefio y las personas á quienes autorice por escrito.
Sobre el derecho de penetrar en fundo ajeno para coger la pieza heri-
da s5 muerta, véase art. 161
34 2 LIBRO II. DERECHOS REALES § 62
bito de ir y volver, se hayan convertido nuevamente en res
nullius. 59
INVENCIÓN <5 HALLAZGO.— Por invención ó hallazgo se en-
tiende la ocupación de cosas inanimadas que nunca han tenido
dueño, 6 que han sido abandonadas por éste con la intención de
no quererlas más para sí. Por este medio se adquieren los bri-
llantes, las piedras preciosas, los corales y otros objetos seme-
jantes encontrados en la orilla 6 en el fondo del mar, las islas
que en el mismo se forman, en suma, todas las cosas que actual-
mente no son, pero pueden ser, propiedad de alguien. 60 Las
cosas perdidas y las arrojadas al mar con el único fin de aligerar
la nave que está en peligro, no son objeto de ocupación, porque
tienen todavía un dueño. 61
Entre las cosas que no pertenecen á nadie, se encuentra el
" § 15, Inst. de rer. div., II, 1. [Art.°3 612, Cód. civ. esp., y 4,
Ley de caza.]
" §§ 18 y 22, Inst. de rer. div., II, i. [En esta materia se obser-
van en España principios muy diferentes de los romanos. El principio
general de nuestro derecho atribuye al Estado la propiedad de los ob-
jetos que no tienen dueño conocido (n.° 1 . 0 del art. i.°, ley de 9-16 de
Mayo de 1835, conocida por ley de mostrencos), cuyo principio confir-
man, inspirándose en el mismo criterio, el Decreto-Ley de minas, al
sentar la regla de que el subsuelo se halla bajo el dominio del Estado
(nota 7 de este capítulo, pág. 329), y la ley de puertos de 7 de Mayo
de 188o, atribuyendo al Estado la disposición y arreglo de los aprove-
chamientos en la zona marítima (n.° 2.°, art. r.°) y la propiedad de
todo cuanto el mar arroje á la orilla y no tenga dueño conocido (ar-
ticulo 5.°).]
" El que se apropia una cosa perdida, comete un hurto (ULPIA-
NUS, fr. 43, §§ 4-9, de furtis, XLVII, 2). [Consigna este mismo prin-
cipio el art. 615 del CM. civ. esp., que obliga al que encontrare una
cosa mueble que no sea tesoro, á restituirla á su anterior poseedor, y
si éste no fuere conocido deberá consignarla al alcalde. Si Asados dos
años no se presenta el dueño, se adjudicará la cosa encontrada 6 su
valor al que la hubiere hallado. Esta disposición (que reputamos apli-
cable ä Cataluña) modifica algunas disposiciones de la ley de mostien-
cos, y ha de suscitar en la práctica dificultades en su relación con
dicha ley.] Para la echazón de mercancías véase § 48, Inst. de ver.
div., II, i, fr. 8, de lege Rhodia, XIV, 2, [y n.° 2.°, art.m 811 y 815,
Cód. de com. esp.]
§ 62 ADQUISICIÓN DEL DOMINIO POR OCUPACIÓN 343
§ 63
De la especilleacián 69
§64
De la tradición (traditio)
La entrega ó tradición es el acto de transmitir una persona á
otra la posesión de una cosa. "14 Es el más importante de los
traditione nostra fiunt, iure gentium nobis adquiruntur: nihil enim fam
conveniens est naturali cequitati quam voluntatem domini volentis rem
suam in alium transferre ratam haben.
" Const. 20, de pactis, II, 3: Traditionibus et usucapionibus domi-
nia rerum, non nudis pactis transferuntur. Véase CALLISTRATUS, fr. 5o,
pr. de rei vid., VI, r.
Uusiarrus, fr. zo, pr. de adq. rer. dom., XLI,
SO
Traditio
amplius transferre deba' vel polest ad eum, qui accipit, quam est apud
eum, qui tradit. Si igitur quis dominium in fundo habuit, id tradendo
transfert; si non habuit, ad eum, qui accipit, nihil transfert.
81 GAIUS, fr. 9, § 4, de ae. rer. dom., XLI, r; ALFENUS, fr. 38, §
de don. int. v. et ux.,XXIV , i. Huelga casi el advertir que la entrega
hecha por un legitimo representante, equivale á la entrega hecha por
el mismo propietario (§§ 42 y 43, de rer. div., II, I; ULPIANUS, fr. 4r,
de rei vid., VI,
a * Fr. 46, de adq. rer. dom., XLI, r. Non est novum, uf, qui domi-
nium non habeat, alii dominium prcebeat. Nam et creditor pignus ven-
dendo causam domini i prestat, quam ipse non habuit.
' U C. 2 y 3, Cod. de quadr. prascr., VII, 37.
§ 64 DE LA TRADICIÓN (tRADITIO) 347
con la excepción rd vendita et tradita ; 84 y cuando hubiese
adquirido la cosa de buena fe, puede dirigirse contra cualquier
tercer detentador y aun contra el mismo transmitente y sus suce-
sores ä título universal y singular. Este mismo principio se
aplica al caso en que el propietario resulte heredero de quien ha
enajenado la cosa sin ser su dueño. 85 Finalmente hay que
advertir que no todos los propietarios tienen capacidad de ena-
jenar, y, por consiguiente, de transmitir la propiedad por medio
de la tradición. En general, no tienen aquella capacidad los
impúberes, los locos y los pródigos; los menores tienen señala-
das ciertas limitaciones en cuanto á dicha facultad se refiere. 86
Aprehensión de la posesión. —No basta la sola intención de las
partes de transmitir y de adquirir respectivamente el dominio,
sino que es necesario además que la intención se manifieste
exteriormente por medio de la aprehensión efectiva de la cosa en
nombre propio. Se realiza ésta por todos los modos por los que
se adquiere la posesión. Si el adquirente poseía ya en nombre
propio, basta el reconocimiento de este estado de cosas; 87 si
poseía á nombre del transmitente, basta que éste le permita
poseer para sí (traditio brevi manu ). El dueño de una cosa
que quiere transmitir su propiedad ä un tercero, reteniéndola á
nombre de éste, puede realizar esta traslación de propiedad me-
diante convención, sin necesidad de entregarla y recibirla luego:
basta que declare que retiene la posesión á favor del adquirente
(constitutum possessorium).
Intención de las Partes de transmitir y de adquirir respectiva-
mente la propiedad de la cosa. —La simple entrega de la cosa,
no acompañada de la intención de transmitir la propiedad, rea-
" ULPIANUS, fr. 1, pr. de exc. rei vend. et trad., XXI, 3; POMPO-
NIUS, fr. 2, eod.; HERMOGENIANUS, fr. 3, eod ; ULPIANUS, fr. 72, de rei
vid., VI, i,y fr. 4, § 32, de doli exc., XLIV, 4.
85 Palmos, fr. 73, de evict., XXI, 2; ULPIANUS, fr. i, § 1, de ext.
rei vend., XXI, 3; c. 14, de rei vid., III, 32.
" Véanse los §§ 9 y 29, y el vol. II, § 102.
" POMPONIUS, fr. 21, § 1, de adg. rer. dom., XLI, 1: Si rem meam
possideas, et eam velim tuam esse, fiel tua, guamvis possessio apud me
non fuerit.
348 LIBRO II. DERECHOS REALES § 64
liza la traslación de la posesión ó de la detentación, pero no la
de la propiedad: para que se realice también ésta, es necesaria
la concorde voluntad de las partes de transmitir y de adquirir
respectivamente aquélla. 88 En cuanto á esta voluntad uniforme
de las partes hay que notar lo siguiente :
r.° La voluntad de ambas debe dirigirse precisamente á la
cosa que se entrega. Si erróneamente se entregara una cosa
distinta de la que una ú otra de las partes entendían respecti-
vamente enajenar 6 adquirir, no habría transmisión de propie-
dad. 89 En este caso, existe lo que se llama error in corpore •
Discuten los intérpretes si el error sobre la propiedad es tam-
bién un obstáculo para la transmisión de la misma. A nuestro
parecer pueden establecerse respecto á este punto los siguientes
principios. Para la transmisión de la propiedad no es necesario
que el enajenante conozca su derecho de propiedad; como tam -
poco es necesario que conozca este derecho el adquirente; 9"
pero si el tradente, creyendo erróneamente que pertenece á un
tercero, la entregase con la intención de transmitir el dominio
de este supuesto propietario, esta traslación de dominio no sería
válida. 91 El mismo principio se aplica al caso contrario, en el
que el verdadero propietario de una cosa, que ignora serlo, en-
carga al presunto propietario la transmisión del dominio. Tam-
poco en este caso pasa la propiedad al adquirente, porque el
mandante, ignorando que sea propietario, no tiene la intención
de transmitir su dominio, y el mandatario no es propietario. 92
hoc 'niki propositum fuit, sed quasi tuum dominium ad eum transire; et
ideo etiamsi donaturus mihi rem meam iussu meo alii tradls, idem di-
cendum crit. No es óbice lo que dice MARCELO en el fr. mandat.,
XVII, r, pues aquí se establece solamente que cuando el propietario
está obligado á transmitir la propiedad a quien la cosa fué consignada
por el mandatario, no tiene derecho para reclamarla. Véase JHERING,
Jahrbilcher fitr die Dogmatik, II, 155, y BRINI, In/arno al secando capo
del fr. 49 mandati vel contra, Bolonia, I 86.
11 Así se explica cómo por el iactus missilium, que es una traditio
in incertam personam col/acato, adquiera la propiedad el que recoge las
cosas echadas (GAuis, fr. 9, § 7, de ad?. rer. dom., XLI, t). § 46, Inst.
de rer. div., II, : Hoc,amplius interdum et in incertam personan: colla-
cata va/untas domini transfert rei proprietatem: ut ecce orcetores vel
consules, qui missilia iactant n vulgus, ignorant, quid eorum quisque
excepturus sil, et tarnen quia volant quod quisque exceperit eius esse, sta-
tim eum dominum eciunt. Así no importa para la transmisión de la
propiedad la circunstancia de que el que la transmite no sepa si el que
recibe la cosa quiere adquirir la propiedad para st 6 para un tercero.
91. ULPIANUS, fr. 13, de donat., XXXIX, 5, y fr. 43, § i, de/anis,
XLVII, 2; JULIANUS, fr. 37, § 6, de adq. rer. dom., XLI,
M/ECIANUS, fr. 65, § 4, ad Sc. Trebell., XXXVI, r.
" Véase á este propósito todo el titulo de condiaione indebiti, XII,
6, y PAPINIANO, en el fr. 5, § 1, de cond. sine causa, XII, 7. El que en .
trega á otro una cosa que cree deberle, pero que en realidad no le
debe, transmite la propiedad de aquélla al que la recibe, y éste sólo
tiene la obligación personal de restituir lo que indebidamente retiene.
35 0 LIBRO IL DERECHOS REALES § 64
otra adquirirla, cuando en general están conformes en dichas
transmisión y adquisición. Vi
4 •0 Esta voluntad puede someterse á una condición: en tal
caso, ä pesar de la tradición ya realizada, la propiedad no se
transmite hasta después de cumplirse la condición. 98
Por último, advertiremos que la transmisión de la propiedad
puede ser nula, por oponerse á ella una prohibición legal. 99
Réstanos ahora solamente tratar de los efectos de la tradi-
ción. Cuando la tradición reune los requisitos antes señalados,
produce el efecto de transmitir al adquirente la propiedad de ,la
cosa entregada; pero como nadie puede transmitir más de lo que
tiene, el dominio pasa al adquirente en las mismas condiciones
en que lo tenía el transmitente. De donde, si estaba limitado
por servidumbres, hipotecas ó algún otro derecho real, pasa con
estas limitaciones; pero, por otra parte, si existían servidumbres
activas y otros derechos reales á favor de la cosa transmitida,
estos derechos competen también al nuevo propietario. 199 Hay
que advertir que sólo pasan al adquirente los derechos y los
gravámenes inherentes á la cosa ( jura in re), pero no las obliga-
ciones y los derechos personales del transmitente. De aquí se
deduce que si el que ha arrendado un fundo lo vende, antes de
que haya espirado el plazo de la locación, y lo entrega al com-
prador, éste no viene obligado á respetar la locación, puesto que
el derecho del arrendatario no es un derecho real, sino un dere-
cho de crédito que puede hacer valer contra el arrendador. 101
97 JULIANUS, fr. 36, de adq. rer. dom., XLI, r. El fr. 18, pr. de rebus
creditis, XII, i (de ULPIANO), que parece oponerse á esta máxima, dice
solamente que no se transmite la propiedad cuando el adquirente no
tenia intención de adquirirla, sino que recibió la cosa con otro propó-
sito, por ejemplo, á titulo de depósito Ó de comodato (véase la mono-
grafía del autor en el Arch. Giur., I, 51).
" JuLmbius, fr. 38, § i, de adq. pass., XLI, 2; ULPIANUS, fr. 7, § 3,
y fr. 9, pr. y § I, de iure dotium, XXIII, 3.
" Inst. quib. al. lic., II, 8; Cod. IV, 5i; VIII, 36; Dig XXIIT, 5.
899 ULPIANUS, fr. 20, § I, de adq rer. dom., XLI, r.
991 GAIUS, fr. 25, § r, locati, XIX, 2; JULIANUS, fr. 32, eod. [Como
en España los arrendamientos son en ciertos casos inscribibles en el
registro de la propiedad (n.° 5 0, art. 2.° de la Ley hipotecaria), y el
64 DE LA TRADICIÓN (TRADITIO) 351
§ 65
De la adjudicación
§ 66
De la noncapión. Noción 6 historia
Const. 8, pr. de priescr. XXX ann., VII, 39: «Si quis emptionis
vel donationis vel alterius clliuscumque contrac/us titulo rem aiiquam
bona fide per decem vel vt:{rinti annos possedtrit... posteaque fortuito casu
possessionem eius rei perdiderit, posse eum etiam actionem ad vindican-
dam rem eandem hab ere sancimus; hoc enim et veteres leges, si quis cas
recte inspexerit, sanciebant.»
§ 66 DE LA USUCAPIÓN. NOCIÓN 6 HISTORIA 359
pudieran adquirirse por la posesión de diez ó ysi.o.te años; am-
pliando hasta tres años la usucapión de los muebles. 141
§ 67
Usneaphin ordinaria del derecho jastinianeo
i" PAULUS, fr. 23, § 7, de rei vid., VI, 1: Item si quis ex alienis
ccementis in solo suo adificaverit, domum quidem vindicare pot nrit, ce-
menta au/cm resoluta prior dominus vindicabit, etiam si post tempus
usucapionis dissolutum sil adificium, postquam a bona fidei emptore
possessum sil : nec mim singula cementa usucapiuntur, si domus per
temporis spatium nostra fiat.
'u PAPINIANUS, fr. 44, § 4, de usurp., XLI, 3: Filius familias emplor
§ 67 USUCAPIÓN ORDINARIA DEL DERECHO JUSTINIANEO 36 1
jer dona al marido una cosa ajena, el marido que acepta la do-
nación creyendo erróneamente que la cosa pertenecía á la mujer,
puede adquirir su propiedad por usucapión, aun cuando sepa que
la mujer no podía transferirle el dominio por causa de la nulidad
de las donaciones entre cónyuges. 144
Por otra parte, el convencimiento de adquirir la propiedad
de la cosa sobre la que se toma posesión, no siempre es su-
ficiente para constituir la buena fe. 145
La buena fe debe existir en el momento de adquirir la pose-
sión, pero no es precisa su continuación por todo el tiempo pos-
terior. 146 Cuando la posesión de la cosa se adquiere en virtud de
un contrato de compra-venta, la buena fe debe existir no sólo
en el acto de la entrega, sino también en el momento del con-
trato. 147 En el caso en que se adquiera la posesión por medio
de un representante, no se tiene en cuenta la buena fe de éste,
sino la del representado, la cual debe existir en el momento en
que el representado tiene noticia de la aprehensión, pues la usu -
aliente rei, cum patrem familias se factum ignoret, «epit rem sibi tradi-
tam possidere: cur non capiat usu, cum bona fides initio possesionis adsit,
quamvis eunz se per errorem esse arbitretur, qui rem ex causa peculiari
quasitam nec possiere possit?
1" POMPONIUS, fr. 3, pro donato, XLI, 6. El mismo POMPONIO en
el fr. 5, pr. pro derelict., XLI, 7, propone el siguiente caso: Yo compro
una cosa á Ticio, constándome que le ha sido donada por su mujer:
aun cuando sepa que él no era propietario de aquélla (por ser nulas
las donaciones entre los cónyuges) y que, por lo tanto, no podía con-
vertirme en propietario; sin embargo, como yo sé que él estaba en
posesión y disponía de la cosa por expresa voluntad de la mujer, no
cometo injusticia alguna al apropiarme la cosa que me vende, y, por lo
tanto, debo ser considerado como poseedor de buena fe y puedo llegar
á ser propietario de aquélla por usucapión. Otros ejemplos se encuen-
tran en el fr. 28, de ~al. net., IX, 4, en el fr. 19, pr. y en el fr. 25,
de donat. in/er vir. et uxor., XXIV, I.
"IS PAULUS, fr. 48, de usurp., XLI, 3. JULIANUS, fr. 7, § 6, pro empt.,
XLI, 4. POMPONIUS, fr. 3, pro suo, XLI,
16 PAULUS, fr. 48, § z, de adq. rer. dom.; XLI, i. Const un. Cod.
de usucap. transform., VII, 31.
"7 PAULUS, fr. 2, pr. y § 13, pro tel., XLI, 4, y fr. 48, de usurp.,
XLI, 3.
T. I. — 46. DERECHO ROMANO.
362 LIBRO II. DERECHOS REMIS § 67
capión empieza precisamente en dicho instante. 148 La regla de
que no se tiene en cuenta la buena 6 mala fe del representante,
no es aplicable á los casos excepcionales, en los que se ad-
quiere la posesión sin el concurso de la propia voluntad, pues
entonces se requiere aquélla. Aun en estos casos, el adquirente
no podría usucapir, si en el momento de tomar posesión estu-
viese en mala fe. 149
La buena fe se deduce de las circunstancias que acompaña-
ron al acto de adquisición. Cuando el usucapiente produce la
prueba de las circunstancias acreditativas de su buena fe, corres-
ponde al adversario probar que aquél conocía la injusticia -de
la adquisición ó que el error en que estaba era inexcusable;
siendo de advertir que en general sólo es excusable el error de
hecho.
Justo título.—La posesión debe ser adquirida del modo y bajo
un título (z'usta causa) por el que, en general, podría haberse ad-
quirido la propiedad, bien que en aquel caso determinado la ad-
quisición de la posesión por sí sola no pueda por algún obstáculo
conducir á la adquisición de la propiedad. El que pretende haber
usucapido la propiedad, en caso de contradicción, debe aducir
la prueba de haber adquirido la posesión en aquella forma; en
otros términos, debe probar el título de la usucapión, un iustus
titulus possessionis. El título es justo, cuando existe un hecho ó
motivo jurídico que en abstracto es válido para atribuir la pro-
piedad, aunque en concreto exista un obstáculo que lo impida.
En general, este obstáculo provicne de que el tradente no era
propietario ó no tenía el derecho de enajenar; pero puede tam-
bién provenir de otros motivos. De todos modos, el que realiza
el acto adquisitivo debe ignorar la existencia del obstáculo que
vicia su adquisición, pues de otro modo procedería con mala fe.
Los títulos justos son tantos cuantos son los actos atributivos
de la propiedad. Encontramos especialmente mencionados en
348 PAULUS, fr. 47, h. t., XLI, 3, y fr. 2, § 12, pro empt., XLI, 4.
PAPINIANUS, fr. 49, § 2, de adg. pass, XLI, 2. Const. r, de a. p.,
VII, 32.
I" PAULUS, fr. 2, §§ IO 13, pro empt., XLI, 4. PAPINIANUS, fr. 43,
§ r, h. t., XLI, 3.
USUCAPIÓN ORDINARIA DEL DERECHO JUSTINIANEO 363
§ 67
§ 68
§ 69
De la usucapión extraordinaria (prreseriptio longissimi tampons)
§ 70
[De la prescripción según el derecho español 166
innecesidad del titulo, véase nota 181 de este párrafo, y cap. 7, De-
cretales, De prascrip., lib. II, tit. 26, (qui alieno nomine possidet, non
prascribit).
1" Cap. 10, Decretales, De prcescript., lib. II, tit. 26. En la práctica
se ha dado desmedida generalización ä la regla non valen/em agere,
prascriptio non currit. Ha de restringirse á los casos taxativamente ad-
mitidos en el derecho romano, que es nuestro derecho supletorio: para
los demás queda á las personas impedidas de administrar sus bienes de-
recho contra sus representantes (art. 1932, C6d. civ.) Véase pág. 369.
Sent." del T. S. de 16 de Enero de 1897. Puede caber alguna
duda acerca del carácter interruptor de los actos de reconocimiento no
hechos con intervención .5 acuerdo del propietario.
" Contra los menores púberes corre la prescripción, pero podrán
ampararse en el beneficio de la restitución in integrulz. Esta distinción
entre la impubertad y la pubertad para los efectos de la prescripción
se deduce de la const. 3.a, Cod. de prascretione 30 vel 40 ann,
VII, 39, en relación con el Usaje Omnes causa,. La admiten CAN-
CER, Var. Res., parte 1, cap. 15, n.° 68; FALGUERA, Compendio de
la prescripción catalana; DURÁN, Memoria acerca de las Instituciones
del Derecho civil de Cataluña (Barcelona, 1883), parte 7.a. La moder-
na jurisprudencia del T. S. es contradictoria (véase BROCÁ y AMELL,
Instituciones, n.° 30).
§ 7 0 DE LA PRESCRIPCIÓN SEGÚN EL DERECHO ESPAÑOL 373
derecho romano con las siguientes modificaciones: 1 •° La nece-
sidad de la buena fe no al iniciarse la posesión sino por todo el
decurso de los tres años, regla de derecho canónico modificativa
de las romanas relativas á la successio possessionis. 191 2. a La
doctrina. del Código relativa á la interrupción civil, á la inte-
rrupción de la posesión de la cosa habida en condominio, á la
recuperación de la posesión y á la renuncia de la posesión
(págs. 368 y 369).
Entre las prescripciones extraordinarias las hay comunes á
las cosas inmuebles y á las muebles, y propias de unas ú otras.
Pertenece á la primera clase la de ochenta arios contra los bienes
del Real Patrimonio. 195 Peculiares á los inmuebles la de cua-
renta arios contra las iglesias inferiores, y de cien contra la Igle-
sia romana. 196 Peculiares á los muebles la treintenaria del dere-
cho romano (§ 69) y las privilegiadas establecidas por el Código
sobre las cosas adquiridas en venta pública, las empeñadas en
Montes de Piedad y las abandonadas, las de la ley de aguas y
las del Código de comercio (págs. 37 0 y 371).]
(2. 7
§ 22, Inst. de ver. div., II, 1. GAIUS, fr. 7, § 4, de adq. rer. dom.,
XLI, 1. POMPONIUS, fr. 3 0, § 2, eod. [En el mismo sentido el art. 45
de la Ley de aguas y el 374 del Cód. civ. esp.]
'" FLORENTINUS, fr. 16, de ad g. rer. dom., XLI, I. ULPIANUS, fr. 1,
§§ 6 y 7, de flum., XLIII, 12. Para estos casos de accesión véase
BRUGI, Delle alluvioni secondo i Iitri dei gromatici veteres (Catania,
5885). BRUGI (págs. 46 y siguientes) observa que los agrimensores
sostienen el principio de que el cauce del rio en los agri limitad es
cosa pública, por lo tanto que no puede pasar al dominio particular
(véase el propio BRUGI en el Arch. Giur., XLII, 316), mientras que,
según ULPIANO, el cauce de tales ríos es del primer ocupante (fr. I,
§ 8, de XLIII, 12); y explica la contradicción por la transforma-
ción que sufrió el ager ¡imita/u:, cual condicitn de publicus fué bo-
rrándose poco á poco.
'°6 §§ 31 y 32, Inst. de rer. div., II, 1. GAIUS, fr. 7, § 53, y fr. 9,
pr. de adq. rer. dom., XLI, r. PAULUS, fr. 26, § 2, eod.
20
1 Desde que los árboles y las semillas se han unido al fundo, en
el que han arraigado ó germinado, pertenecen al propietario del fundo
por formar parte integrante de él (PomPornus, fr. 4 0, de act. empt.
vend., XIX, 1: arborum, qua in fundo continentur, non est separa/um
colus a fundo); y cuando los árboles y sus frutos fueren derribados, (5
§ 7 1 UNIÓN DE LA COSA PROPIA Ä LA AJENA (ACCESIÓN) 377
árbol crecido en la linde de los predios, y cuyas raíces se intro-
ducen en ambos fundos, es de propiedad común á los dueños de
aquéllos. 202 En cambio, si el árbol del fundo donde ha crecido
extiende sus raíces solamente hacia el predio vecino, pertenece
por entero al dueño del fundo donde ha crecido. 209
Incedificatio. —Réstanos hablar de la unión mecánica de una
cosa mueble con una inmueble. Lo que se construye de una
manera estable en un fundo pertenece, mientras dura la unión,
al propietario de este último, del que la cosa unida se ha
convertido en parte integrante; 210 pero si el edificio se arruina
se le derriba voluntariamente, los materiales separados pertene-
cen nuevamente á su antiguo dueño, 211 á no ser que él mismo
haya hecho aquella unión con la intención de desprenderse de la
propiedad de cada uno de los materiales. 212 Una terminante dis-
posición de la ley de las doce tablas prohibe al propietario de
los materiales empleados en un edificio de un tercero, demandar
por medio de la actio ad exhibendum la separación de aquellos
para reivindicarlos; pero en compensación le da la acción de
11g-no iuncto, con la que obtiene el doble de su valor, ä no ser
que la unión se hubiese realizado por su voluntad. 213
recogidos los frutos de las semillas, esos arboles y esos frutos no pene-
necen al antiguo propietario del árbol y de la semilla porque ya no
son lo que antes (KuLus, fr. 26, § 2, de adq. rer. dom , XLI, r: nam
credibile est alio terne, alimento aliant factam).
"a § 31, Inst. de rer. div., II, r. GAIUS, fr. 7, § 13, de adq. rer.
dom., XLI, I. MARCIANUS, fr. 8, eod.
"9 El vecino, sin embargo, no estará obligado á soportar las raí-
ces en su predio (Pom por.ous, fr. 6, § 2, arb. furt. eres., XLVII, 7).
" a § 29, Inst. de rer. div., II, s. GAIUS, fr. 7, § ro, de adq. rer.
dom., XLI, : omite quod ituedificatur solo cedit.
" De hecho los materiales separados vuelven á ser lo que eran
antes, y bajo este aspecto puede decirse que la propiedad de los mis-
mos no se ha perdido definitivamente, sino tan sólo que ha quedado
en suspenso (Gmus, fr. 7, § so, de atlq. rer. dom., XLI, nec lamen
ideo is, qui materia dominus Juli, desiit eius dominas esse).
Mi C. 2, de rei vid., 11I, 32; ULPIANUS, fr. 39, pr. de rei vid.,
VI, 1.
I " § 2 9, Inst. de rer. &v.,' II, s. PAULUS, fr. 23, § 6, de rei vid.,
VI, I, y fr. 6, pr. ad exhibend., X, 4. GAIUS, fr. 7, § ico, de adq. rer.
T. L - 48. DERECHO ROMANO.
37 8 LIBRO II. DERECHOS REALES § 71
[Estas accesiones de mueble á inmueble se regulan en el
Código civil español de la siguiente manera: 214
L er caso. Suelo propio y materiales ajenos.—Si el propieta-
rio del suelo procede con buena fe se limita su obligación al abono
del valor de los materiales ajenos. Si de mala fe, estará, además,
obligado al resarcimiento de los daños y perjuicios. No existirá
accesión si el propietario de los materiales opta por llevarse
éstos, lo cual podrá hacer cuanda no ocasione menoscabo en
la obra Ó en las plantaciones.
2.° caso. Suelo ajeno y materiales propios.— Si el dueño de
éstos procedió con buena fe, el propietario del terreno puede
optar por quedarse la obra, siembra ó plantación, previa indem-
nización, ó bien en el caso de edificación y plantación por obli-
gar al que edificó ó plantó ä pagarle el precio del terreno, y en
el caso de siembra la renta correspondiente. Si procedió con
mala fe, el dueño del terreno puede optar por quedarse lo plan-
tado, sembrado ó edificado sin indemnización, ó bien por exigir
la demolición de la obra 6 arranque de lo plantado ó sembrado,
reponiendo las cosas á su ser y estado primitivos. Si ambos
proceden con mala fe, se regularán las relaciones como si ambos
estuvieran en buena fe.
3. er caso. Suelo ajeno y materiales ajenos. — Las relaciones
entre el. propietario del terreno y el edificante, plantador ó sem-
dom., XLI, r; FESTUS, y. lignum (BRUNS, Fontes, ed. 6. a , II, pág. 44).
Véase PAMPALONI, en el Archivs.o Giuridico, XXX, 253, y XXXIV,
pág. 153. Sobre el caso de unión por voluntad del dueño de los
materiales, véase PAULUS, fr. 63, de don. int. vir. et ux., XXIV, z
quia decemviros non est credibile de his sensisse, quorum voluntate res
eorum in alienum adificium coniuncta essent. (Acerca de este fragmento
PAHPALONI, en el Archivio Giuridico, XXXVIII, 15 -, 165, y Riccono-
No, ibid., LIII, 521, y LIV, 265). Es natural que en el caso en que el
propietario de los materiales haya obtenido el doble de su valor, éstos
permanezcan en la plena y absoluta propiedad del pos,:edor (§ 29,
Inst., loc. cit.), á no ser que éste los hubiese usado con mala fe (UL-
PIANUS, fr. 2, de tigno iuncto, XLVII, 3). Los mismos principios se han
aplicado á los materiales de madera que se emplean en las viñas (UL-
PIANUS, fr. r, pr. y § r, de tigno iuncto, XLVII, 3).
[ " 4 Art.c's 358 y siguientes á. 365.]
§ UNIÓN DE LA COSA PROPIA it LA AJENA (ACCESIÓN) 37 9
brador, se regulan como en las tres hipótesis del caso segundo.
En cuanto al tercero dueño de los materiales si procedió con
buena fe, el propietario del terreno está subsidiariamente obliga-
do al pago de los materiales en el caso de que el que los empleó
carezca de bienes con que pagar; pero puede liberarse de esta
obligación si exige la demolición de la obra ó arranque de lo
plantado ó sembrado. Si procedió con mala fe, el propietario del
terreno no contrae frente de él ninguna obligación.
En Cataluña rige el derecho romano, del que se aparta algo
el Usaje Si guis in alieno en la hipótesis de edificación con mate-
riales propios en suelo de otro. 215 Si el edificante obra de buena
fe, creyendo que el solar es suyo, tiene derecho á indemnización,
en garantía de la cual puede ejercer un ius retentionis: si edifica
sabiendo que lo hace en suelo ajeno, se presume quiso hacer
donación de ellos al propietario.]
ACCESIÓN DE UNA COSA MUEBLE Á. OTRA MUEBLE (ADIUNC-
ULPIANUS, fr. 5, pr. de rei vmd., VI, 1; § 28, Inst. de rer. div.,
II, 1.
• JAVOLENUS, fr.78, de solutionibus, XLVI, 3.
• Véase Ascou, en la Riv. ital., IV, 43, y en oposición al mismo
SEGRE, en el Filangieri, XIII, pág. '16, y BARSANTI, en el Arehivio
Giuridico, XLVIII, 201. La adquisición de la propiedad en el caso de
mezcla de dinero ofrece muy fácil explicación, teniendo presente la
naturaleza especial de este objeto, esencialmente destinado ä la circu-
lación, para la que precisa ante todo apartar los obstáculos jurídicos
que se opongan ä la libertad de ésta.
GAIUS, fr. 7, § 9, de adq. rer. dom., XLI, 1; § 27, Inst. de rer.
div., II, z.
r" Art." 381 y 382.]
§ 7 2 ADQUISICIÓN DE LOS FRUTOS "383
§ 72
Adquisición de los frutos 232
§73
Adquisición de la propiedad ä título universal
§ 74
Pdrdida de la propiedad
§ 75
Tutela de la propiedad. Reivindicación
"3 Fr. 15, § 3; fr. 16, pr.; fr. 17, § 1; fr. 62, pr. de rei vind., VI, 1;
fr. 20, § 21, y fr. 40, pr. de hered. pet., V, 3; fr. 82, § i. de verb. obl.,
XLV, i. Si el demandado ha obrado con dolo() culpa grave, se per-
mite al propietario fijar bajo juramento estimatoria la cantidad á que
ascienden los danos (fr. 68, de rei vid., VI, 1). [No se conoce este ju.
ramento en el derecho español (§ 4 0, pág. 284 y nota Si de este tomo).]
"3 ULPIANUS, fr. 13, fr. 15, pr., fr. 45, de rei vid., VI, I, y fr. 31.
de her. jet., V, 3. PAnms, fr. 14, de rei vid., VI, I.
§ 2, Inst. de of. iud., IV, 17; § 35, Inst. de rer. div., II,
PAULUS, fr. 33, de rei vid., VI, I. PAPINIANUS, fr. 62, eod. [Establecen
principios muy semejantes los art. °' 451 y 452, del Cód. dv. esp.]
Excepto el verdadero y propiamente dicho fur. C. i, Cod. de
inf. expos., VIII, 52 [5 ; PAULUS, fr. 13, de cond. furt., XIII, z. PAPI-
NIANUS, fr. 65, pr. de rd vid., VI, I. RICCOBONO, en el Archivio Giu-
ridico, LVIII, 61 y siguientes.
331 §§ 30, 32 y 33, Inst. de rer. div., II, 1. GAIUS, fr. 7, § 12; fr. go
pr. y § I, de adq. rer. dom., XLI, 1. Citisus, fr. 38, h. t., VI, 1. C.
y 16, Cód. h. t., III, 32.
390 LIBRO II. DERECHOS REALES § 75
15
8 ULPIANUS, fr. 37, h. t., VI, t, y las leyes citadas en la nota an-
terior.
259 PAULUS, fr. 27, § 5, y CELSUS, fr. 38, h. t., VI, t. ULPIANUS,
fr. 9, de impens., XXV, r. [El CÓd. civ. esp. establece sobre derecho
al abono de impensas Ó mejoras principios análogos ä los romanos
(art." 452 á 455)1
262 ULPIANUS, fr. 3, § r, y NERATIUS, fr. 16, de impens., XXVI, I.
ULPIANUS, fr. 46, de usur., XXII t. C. 1, de fruct., VII, 51.
ULPIANUS, fr. I, de exc. rei vend., XXI, 3; fr. 4, § 32. de doli
exc., XLIV, 4; fr. 72, de rd vid., VI, r, y fr. 77, de evict., XXI, 2.
POMPONIUS, fr. 2, de exc. rei vend , XXI, 3.
262 ULPIANUS, fr. r, § i, de exc. rei vend., XXI, 3. PAULUS, fr . 73,
de evict., XXI, 2. C. z4, de rei vid., III, 32. C. 14, de evict., VIII,
44 [e].
262 ULPIANUS, fr. 7, § 3, de iure dot., XXIII, 3. NERATIUS, fr. 8, de
cand. caus. data c. n. s., XII, 4.
§ 75 TUTELA DE LA PROPIEDAD. REIVINDICACIÓN 391
§ 76
/lesión negatoria
'7° POMPONIUS, fr. 14, pr., y ALFRENUS, fr. 17, § 2, si serv. vid.,
VIII, 5.
' 77 ULPIANUS, fr. 4, § 2. PAULUS, fr. 7. JAVOLENUS, fr. 12,
y Pom-
PONIUS, fr. 14, si serv. vid., VIII, 5. ULPIANUS, fr. 5, § 6, si
ususfr.
pet., VII, 6.
172 ULPIANUS, fr. 5, pr. si ususfr. pet., VII, 6. Véase FERRINI, Studi
giur. pubbl. per ¡'o/lavo centenario dell' Universitä di Bologna, pág. 83.
T. I. - 50. DERECHO ROMANO.
LIBRO H. DERECHOS REALES §77
394
§ 77
CAPÍTULO III
DE LAS SERVIDUMBRES 1
§ 78
§ 79
Distintas especies de servidumbre
§ 8o
De las servidumbres prediales 13
C.,
I. Las servidumbres prediales están constituidas sobre un
predio á favor de otro. Presuponen, pues, siempre dos predios,
§ 81
De las distintas especies de servidumbres prediales
" Gmus, fr. 2 y 6, de serv. pr. urb., VIII, 2, y fr. 62, de verb. sign.,
L, 16. ULPIANUS, fr. 8, §§ 1-2, y POMPONIUS, fr. 14, pr. si serv. vid.,
VIII, 5.
84 ULPIANUS, fr. 6, § 2, y fr. 8, pr. § 2, si serv. vid., VIII, 5. El
propietario del predio sirviente debe reparar la pared, no como una
obligación especial, sino en virtud de la misma servidumbre, pues
de otro modo con sus actos vendría ä destruir el objeto de ésta.
Véase SCIALOJA, en el Archivio Giuridito , XXVII, 145, y BUR-
ZIO, ibid., LIV, 314 y 526. Para las relaciones entre una paries
eommunis y una paries oneris lerendo, véase Bayo', Riv. it. se. giur.,
IV, i6i.
§ 81 DIC LAS DISTINTAS ESPECIES DE SERVIDUMBRES PREDIALES 407
§ 82
De las servidumbres personales 58
48 GLÜCK, Comm. alle Pandette, lib. VII, trad. y anot. por F. SE-
RAFINI. [Las servidumbres personales se regulan en Cataluña por el de-
recho romano y algunas muy escasas disposiciones del derecho canó-
nico que no lo modifican, sin otra ingerencia de la legislación común
del Reino que la hipotecaria y la relativa á. determinados usufructos
legales. El T. S., en sent a de io de Marzo de 1893, declara inapli-
cable el Código civil en una cuestión relativa á usufructo.]
" Cuestión muy discutible. Véase . el § 8o, pág. 404 nota 14.
" Pr. Inst. de usufr., II, 4: Ususfructus est ius alienis rebus utendi
fruendi, salva rerum substantia. [El 05d. civ. esp. af .ade á esta defini-
ción: d no ser que el titulo de su constitución 6 la ley autoricen otra cosa
(art. 467).]
82 DE LAS SERVIDUMBRES PERSONALES 413
sujeta al usufructo, dominus proprietatis 6 proprietarius. El usu-
fructo es un derecho divisible, es decir, puede constituirse sobre
una cosa por una parte intelectual de la misma; en este caso, la
parte restante puede estar consolidada con la propiedad, ó puede
pertenecer á otro usufructuario. 61
Derechos del usufructuario. — El usufructo, como hemos
dicho, consta de dos elementos, esto es, del derecho á los frutos
de la cosa y del derecho de servirse de la misma de cualquier
modo que no perjudique su substancia. El usufructuario, pues,
tiene derecho á apropiarse todos los frutos naturales y civiles
que produzca la cosa cuyo usufructo tiene. 62 Para adquirir la
propiedad de los frutos naturales necesita percibirlos, de tal
modo, que todos aquellos que al acabar el usufructo no ha per-
cibido todavía 68 no pertenecen á sus herederos, sino al propie-
tario de la cosa sujeta al usufructo. 6-1 El bosque tallar puede
ser cortado según las reglas del arte por el usufructuario, en las
66 Sobre esta materia véase fr. 9, § 7; fr. ro; fr. 12, pr.; fr. 18;
fr. 48, § i; fr. 59, § 2, h. t., VII, i, [y acerca su interpretación por lo
que al derecho catalán se refiere, sent. a del 1'. S. de ro de Marzo de
1893. El CM. civ. esp. contiene sobre estos particulares disposiciones
semejantes ä las del derecho romano (art." 483-485)1
46 ULPIANUS, fr. 9, §§ 2-3, y fr. 13, §§ 5-6, h. t VII, t. Por dere-
cho romano, puede el usufructuario abrir nuevas excavaciones y minas
en una parte del predio usufructuado, en cuanto no cambie el destino
6 la forma del predio y no cause daño al cultivo (fr. 9, § 3, y fr. 13,
§ 5, citados). [El Cód. civ. esp. por regla general no concede tal dere-
cho al usufructuario (art." 476-478).]
417 ULPIANUS, fr. 25, § 2, XII; SC/EVOLA, fr. 58; PAULUS, fr. 26 y
fr. 59, § 2, h. t., VII, i. [Cód. civ. esp., art." 473-475.] Según el de-
recho romano, el contrato de locación no pasa del propietario al usu-
fructuario, ni del usufructuario al propietario: ninguno de ellos tiene
derechos y obligaciones mis que respecto de su propio arrendatario
en proporción al goce obtenido (véanse los textos citados). Por tanto,
si el usufructuario, por haberse obligado expresamente á ello, C• por
otras razones, respeta la locación hecha por el propietario, es él, y no
este último, quien concede el uso y disfrute al arrendatario, por mien-
tras dure el usufructo; y, viceversa, si acabado el usufructo el propie-
tario respeta la locación hecha por el usufructuario, sólo él desde este
§ 82 • DE LAS SERVIDUMBRES PERSONALES 415/
El usufructuario, además del derecho de percibir los frutos,
tiene el de usar de la cosa en toda la extensión como si fuese
propietario, con tal que deje á salvo la substancia y use d
aquélla como buen padre de familia, en la forma que la natura-
leza y el destino de la misma permitan (salva rei substantia et
secundum conditionem suam). Así, pues, no sólo debe observar,
en el uso de la cosa, las reglas de buena economía, 68 sino además
debe servirse de aquélla segün el destino que le ha dado el pro-
pietario, 69 pero no puede hacer modificaciones que alteren
substancialmente la forma. 713
El usufructuario puede disponer, en cierto sentido, de su
derecho como más le plazca, cediendo ä un tercero en todo ó en
parte su ejercicio, sea á título oneroso, sea á título gratuito, por
un cierto tiempo 6 por toda la duración del usufructo, de forma
que el cesionario pueda, en interés propio, hacer valer el usu-
fructo contra terceros mediante las acciones reales competentes
al cedente. Empero el usufructuario no puede, rigurosamente
hablando, transmitir á un tercero su derecho de tal suerte que
éste se ponga en su lugar, ni se convierta en verdadero usufruc-
tuario, ni se regule la duración del usufructo por la duración
de la vida de dicho tercero. 11 El usufructuario no puede consti-
vel vendat nummo uno, ut :sum quidem ius remaneat penes man/um,
perceptio vera fructuum ad mulierem pertineat. § 3, Inst. de usufr. II, 4:
nam cedendo ex/ronco (usumfructum) nihil agitur. De todos estos tex-
tos resulta evidentemente que las expresiones «vendere, tocare, donare,
usumfructum» no indican que el derecho pase al comprador, al arren-
datario, al donatario, sino el ejercicio del derecho. Lo mismo debe de-
cirse de la pignoración del usufructo; no es el objeto de la prenda el
derecho de usufructo, sino el ejercicio del mismo, de modo que si, por
muerte del usufructuario Ó por otra causa, cesa el usufructo, cesa tam-
bién inmediatamente el derecho de prenda del acreedor. (MARCIANUS,
fr. 8, pr. quib. mod., XX, 6: «usufructu extincto pignus hypothecave pe-
ño» [Al contrario, según el art. 48 0 del Cód. civ. esp., puede el usu-
fructuario enajenar su derecho de usufructo; pero esta cesión se resuelve
al terminar éste. La Ley hipotecaria no permitía más que la hipoteca
del derecho de percibir los frutos (n.° 2, art. 10 7)]
" El usufructuario puede dar en prenda el usufructo, pero el ob-
jeto de la prenda no es la cosa usufructuada, ni el derecho de usufruc-
to, sino el ejercicio de este derecho (véase el § 63).
73 ULPIANUS, fr. 15, § 7, y fr. 17, pr.; PAULUS, fr. 16, h. t., VII, r.
En el antiguó ius civile el propietario no podía constituir servidum-
bres sobre la res fructuaria, ni aun con el consentimiento del que tenía
el usufructo, pero ese principio anticuado no tiene aplicación en el
derecho justinianeo (véase ARNDTS-SERAFINI, .Pandette,§ 179, nota 9).
[Art. 489, Cód. civ. esp.; n.° 3. 0 , art. 107, Ley hip.]
7‘ ULPIANUS, fr. i, § 3, usufructuarius quemadm. can., VII, 9.
[Art." 496 y 497, Cód. civ. esp.]
f 82 DE LAS SERVIDUMBRES PERSONALES 417
en los corrales y rebaños, de los animales que hayan pere-
cido, etc. 15 Debe finalmente soportar todas las cargas inhe-
rentes á la cosa, como, por ejemplo, los impuestos, las contribu-
ciones de guerra, los gastos de seguro.16
51,7 ~ele el usufructo, debe restituir la cosa, con los frutos no
j F percibidos todavía, en el estado en que la recibió, pero no es
J." responsable de los perjuicios sufridos sin culpa suya. 17 Si abu-
sare de la cosa usufructuada, el propietario podrá exigirle la
restitución aún antes de terminar el usufructo."
El usufructuario aceptaba estas obligaciones mediante una
cautio ó promesa en forma de stipu/atio, á la cual el pretor le
obligaba indirectamente, subordinando á la misma la concesión
de la acción para conseguir el usufructo. Andando el tiempo se
concedió al propietario la facultad de exigir la prestación de
la cautio, aun cuando hubiese entregado espontáneamente la
cosa. 19
Están exentos de la obligación de prestar caución: el padre
respecto al usufructo del peculio adventicio del hijo; el donante
que se reserva el usufructo de la cosa donada; el cónyuge que
pasando á segundas nupcias conserva el usufructo sobre los lu-
[ 88 Según el art. 492 del Cód. civ. esp., están dispensados de cau-
ción: I.° el vendedor ó donante que se hubiesen reservado el usufructo
respecto de los bienes vendidos 6 donados; 2.° los padres usufructua-
rios de los bienes de los hijos; 3.° el cónyuge respecto de la cuota
hereditaria; pero tanto los padres como el cónyuge estarán obligados
á la caución si contrajeren segundas nupcias. La disposición referente
á los padres rige en Cataluña como modificativa de la ley de matri-
monio civil y del reglamento de la hipotecaria.]
81 ULPIANUS, fr. 64, y POMPONIUS, fr. 65, h. t., VII,
82 ULPIANUS, fr. 1, de usufr. ear. rer. qua us. cons., VII, 5: Sena-
tus censuit: ut omnium rerum, quas in cuius que patrimonio esse consta-
re!, ususfructus legad possit: quo Senatusconsulto inductum videtur,
ut earum rerum, qua usu tolluntur vel minuuntur, possit ususfructus
legad.
5: Quo Senatusconsulto non id efec-
83 GAIUS, fr. 2, § I, 1. C., VII,
tum est, uf pecunia ususfructus proprie esset; nec enim natura& ratio
auctoritate Senatus commutari potuit; sed remedio introducid ccepit
quasi ususfruaus habed.
ULetAlms, fr. 3, y PAULUS, fr. 4, 1. c., VII, 5.
§ 82 DE LAS SERVIDUMBRES PERSONALES 419
caso, existirá un verdadero usufructo relativamente á las cosas
no consumibles, y un cuasi-usufructo respecto de las consumi-
bles. 85
El cuasi-usufructo confiere al que lo disfruta la propiedad
de las cosas, dándole además el derecho de consumirlas, me-
diante la obligación de restituir igual cantidad y calidad de las
mismas, ó su valor estimado en dinero. Esta obligación de
restituir está garantizada por medio de una caución, que el cuasi-
usufructuario debe prestar á aquel á quien deba hacerse la res-
titución. 88
Respecto á las cosas que no se destruyen con el uso, pero
pierden su valor, como por ejemplo, los vestidos, puede consti-
tuirse un verdadero usufructo 6 un cuasi-usufructo: lo que decide
es la intención del constituyente. 87 Puede constituirse un verda-
dero usufructo sobre los derechos de crédito, si se concede sola-
mente el derecho de exigir ó disfrutar los intereses: pero si,
como hay que suponerlo en caso de duda, se ha concedido tam-
bién el derecho de exigir el objeto del crédito, existirá un ver-
dadero usufructo ó un cuasi-usufructo, según la naturaleza del
objeto: si se trata del derecho de exigir un capital, se tiene un
cuasi-usufructo, puesto que el dinero metálico pertenece á las
cosas consumibles:
DEL us0. — El usufructo se compone de dos elementos: el
derecho de usar y el derecho de disfrutar de la cosa. Si el pri-
mero de estos dos derechos constituye una servidumbre sepa-
rada, existe el nudus usus sine fructu ó sea la servidumbre de
uso (usus). El usus puede definirse: el derecho de usar de una
cosa ajena según su naturaleza y destino, sin el derecho de perci-
ULPIANUS, fr. 2, pr. de usu, VII, 8: Cui usas relictus est, uti po-
test, frui non potest; Gmus, fr. I, § i, eod.: Constituitur etiam nudus
usus, i. e. sine fructu. Según una opinión algún tiempo dominante, el
usas no se distingue del ususfructus por la clase de disfrute á que da
derecho sobre la cosa, sino por la medida de tal disfrute, y ast el usas
vendría á ser, según esta opinión, un fruc/us limitado, reducido á las
necesidades personales de aquel á cuyo favor se constituyó. [El con-
cepto que del uso da el Código civil español, recuerda esta opinión
antigua, si bien extiende el derecho del usuario á sus necesidades y d
las de su familia, aunque ésta se aumente (art. 524).]
" ULPIANUS, fr. 8, pr.; GAIUS, fr. ir, h. t., VII, 8.
9 ° ULPIANUS, fr. 2, § i; fr. 4,6 y 8, § ; PAULUS, fr. 3 y 5; Pom-
PONIUS, fr. 7, de usa et hab., VII, 8. [Según el Código civil español no
se puede arrendar ni traspasar por ninguna clase de título (art. 525).]
" ULPIANUS, fr. 1c, § 4, hasta fr. 12, § i; PAULUS, fr. 15, h. t.,
VII, 8.
82 DE LAS SERVIDUMBRES PERSONALES 421
§83
Fr. 32, 36, § r, y fr. 54, de US., VII, 1; fr. 34, de s. p. u., VIII,
2; fr. 3 0 , de s. p. r., VIII, 3; fr. 3, 5, 6, pr.; fr. 7, 8 y lo, com. pr.,
VIII. 4.
ULPIANUS, fr. I, § i, commun. prod., VIII, 4: Ideo autem ha
servitutes pradiorum appellantur, quoniam sine pradiis constitui non
possunt; nemo enim potest servitutem adquirere vel urbani, vel rustici
pradii; nisi qui habet pradium. Véase fr. 6, pr., y fr. 8, eod., y fr. 6,
§ 5, de act. empt. vend., XIX, 1. Si existen varios copropietarios, la
servidumbre es común ä todos ellos (véase el § 8o).
Const. 6, de bon. q. lib., VI, 61.
'" GAIUS, fr. 6, § I, de usufr., VII, i; ULPIANUS, fr. 16, § z, fam.
erc., X, 2, y fr. 7 § 1, comm. div., X, 3.
La posesión consiste en el ejercicio del derecho de servidum-
bre (iuris quasi possessio: véase el § 56, págs. 325 y 326). En derecho
428 LIBRO II. DERECHOS REALES § 83
derecho justinianeo exige para esta posesión, son los siguientes:
Debe ser continua sin interrupción; el que ejercita el derecho no
debe perder el ejercicio del mismo, lo que puede, por ejemplo,
ocurrir en las servidumbres discontinuas, á consecuencia de una
larga interrupción de sus actos constitutivos. No debe tampoco
ser perturbado, lo que acontece mediante la litis contestación. 119
La posesión ha de ser jurídica, esto es, debe existir la intención
de ejercitar un derecho de servidumbre (animus ius siói ha-
bendi.) 120 Dicha posesión no ha de estar viciada por la clandes-
tinidad, la violencia 6 el precario; 121 pero, según la opinión más
admitida, no se exigen la buena fe, ni el justo título. 122 Final-
mente, debe continuar por diez años entre presentes y veinte
entre ausentes. 123
[ DERECHO ESPAÑOL. — Muy deficiente aparece la materia
de constitución de servidumbres en el Código civil. Distingue
éste la adquisición por titulo de la adquisición por prescripción,
y aparte la imperfección técnica que estas palabras revelan, ape-
antiguo existía una mucapio servitutium, abolida por una ley Scribonia
(PAuLus, fr. 4, § 28 [29 ], de usurp., XLI, 3. y fr. 14, de serv., VIII, 1).
Pero frente á la regla de que las servidumbres no pueden ser objeto
de usucapión, se estableció poco ä poco el principio de que podtan
adquirirse por un direturnus usus, por una longa quasi possessio (UL-
PIANUS, fr. xo, pr. si serv. vind., VIII, 5; fr. i, § últ., de agua et aq. pl.
art., XXXIX, 3, y fr. 5, § 3, de ihn., XLIII, 19), y en atención á este
largo uso se concedió una utilis confessoria arIjo. Véase PICCINELLI,
en los Studi Senesi, II, 273-303 (y sobre este autor, PAMPALONI, en el
Archivio Giuridico, XXXV, 147-157), y Ascom, La usucapione delle
servitie in dir. rom. (en el Archivio Giuridico, XXXVIII, 51 y 198).
Para el derecho italiano véase L. CoviELLo, Dell'usucapione delle ser-
vitzi pred., en la Riv. it. di Scienze giur., 1891.
' I° Arg. Const. 2, Cod. de aun. except., VII, 40.
120
PAuLus, fr. 25, quemadm. serv. amitt., VIII, 6; ULPIANUS, fr. r,
§ 6, y CELSUS, fr. 7, de itinere art, pr., XLIII, 19.
in ULPIANUS, fr. lo, pr. si serv., VIII, 5, y fr. x, § 23, de agua, et
aq. pluv. are. XXXIX, 3.
"‘ De opuesto parecer es Ascom, en el Arch. Giur., XXXVIII,
pág. 51.
ita PAULUS, Sent. V, 5, a, § 8. Const. 2, de serv., III, 34. Const. 12,
VII, 33.
§ 83 CONSTITUCIÓN DE LAS SERVIDUMBRES 429
nas nada dice el Código acerca del titulo, ó con más propiedad,
de los modos de adquirir la servidumbre distintos de la pres-
cripción.
No puede caber la menor duda acerca de la admisión del
contrato y de la última voluntad; en cambio creemos no ser
admisible en nuestro derecho la adjudicación.
Ley.— Este modo de adquirir existe para las servidumbres
prediales y para las personales. En las primeras se crea la servi-
dumbre por ministerio de la ley cuando, existiendo signos de
esta especie de derecho real entre dos fincas pertenecientes á un
mismo propietario, al enajenarse una de ellas no se destruye
aquel signo ó no se renuncia expresamente á la servidumbre: en
ambas hipótesis la ley da por constituída la servidumbre expre-
sada ó revelada por medio de aquel signo. 124 En las personales
se crea por ministerio de la ley el usufructo, conforme veremos
en sus respectivos lugares.
Prescripción. — Se gobierna esta prescripción adquisitiva por
las mismas reglas establecidas para el derecho de propiedad
(§ 70, págs. 367 y siguientes). La posesión adquisitiva en las
servidumbres prediales afirmativas empieza desde el día en que
el dueño del predio dominante, ó el que haya aprovechado la
servidumbre, hubiera empezado á ejercerla sobre el predio sir-
viente; y en las negativas desde el en que el dueño del predio
dominante hubiera prohibido por un acto formal, al del sirviente,
la ejecución del hecho que sería lícito sin la servidumbre. 125 No
se adquieren por prescripción ni las servidumbres no aparentes,
ni las discontinuas. 126
Según los principios de la ley hipotecaria, para que la servi-
dumbre surta sus efectos contra tercer poseedor del inmueble
sirviente, deben constar en el Registro de la Propiedad el título
[t
a7 N. a 2, art. 2,, y art." 23 y 35, Ley hip.]
[ 1 " Sent." del T. S. de 26 de Junio de 1893, II de Enero de
1895, 7 de Febrero de 1896 y otras.]
r 89 Véase § 7 0, págs. 371-373. Como las especialidades del Usaje
en relación con el derecho romano se reducen al lapso del tiempo y
ä la innecesidad del justo titulo y de la buena fe, se observan en lo
demás las disposiciones del derecho romano compartidas con las del
Código que en dicho lugar hemos reputado vigentes en Cataluña:
Pueden, por consiguiente, adquirirse por prescripción, según aquel de-
recho, tanto las servidumbres continuas como las discontinuas (Senten-
cia del 'I'. S. de 1.° de Junio de 1866.]
[ 1 " Ordinacións I.a, 2. a , ID, 14, 32, 34, 62 y 63 de la I •a parte
(De servituts, tít. II, lib. IV, vol. 2.°, Const. de Cat.); cap. 58, Recog.
proc. (De las consuetuts de Barcelona, tit. XIII, lib. I, vol. 1.°, Const.
de Cat.). Determinadas servidumbres no pueden adquirirse por pres-
cripción como las ventanas en pared de tapia, las aberturas de paso
en tapias, paredes de ladrillo st) de madera, ciertas aberturas insigni-
ficantes en la pared lindante con el fundo vecino y otras.]
§84 EXTINCIÓN DE LAS SERVIDUMBRES
431
§ 84
13. PAUL., Sent. III, 6, § 31; ULPIANUS, fr. 5, § 2, quib. mod. ususfr.,
VII, 4. [El Código civil español admite también la extinción de las
servidumbres por destrucción (.> pérdida de la cosa, pero exige que la
destrucción sea total (n.° 5, art. 513, art. 514 y n.° 3, art. 546). La ser-
vidumbre predial se restablece, si después de la destrucción el estado
de los predios vuelve ä permitir el uso de aquélla. El usufructo de un
edificio no se extingue á pesar de la destrucción de aquél, pues el
usufructuario tendrá derecho á disfrutar del suelo y de los materiales:
cuando el usufructo estuviere constituido solamente sobre un edificio,
si éste pereciere y el nudo propietario quisiere construir otro edificio
podrá hacerlo ocupando el solar y empleando materiales, pero pagan-
do al usufructuario los intereses de las sumas correspondientes al valor
de uno y otros (art. 517). Contiene también reglas especiales en caso
de seguro sobre el edificio destruido y en el de expropiación forzosa,
que consideramos vigentes en Cataluña (art.° 3 518 y 519).]
131 ULPIANUS, fr. 70, § 8, quib. mod. ususfr., VII, 4.
'38 PAULUS, fr. 20, § 2, de serv. leca. urb., VIII, 2. [N.° 3, art. 546
del C6d. civ. esp.] Según algunos autores, la servidumbre se extingue
cuando el predio sirviente se hace res nullius. Sobre esta cuestión
véase FADDA, en los Studi giuridici per il XXXV anno d'insegnamento
diJilppo Serafini, Florencia, 1892, págs. 67-74; BRUGI, append. cit. ä
GLÜCK, y el mismo FADDA, Fllangieri, 1897.
'" § 3, Inst. de usufr., II, 4, pr. de usu et hab., II, 5; ULPIANUS,
fr. 3, § 3, quib. motl. ususfr. am., VII, 4 ; Const. 12, pr. de usufr., III,
33 ( JUSTINIANO ): « ... ad posteritatem usumfructum transmitti non
est possibile, quum morte usumfructum penitus extingui, inris indu-
bitati sit.» Fr. 38, § io, de verb. obl., XLV, r (ULPIAN.): «Si quis ita
stipulatus fuerit, uti frui sibi licere, ad heredem isla stulatio non ter-
und.» Siendo licito, empero, estipular ä favor de los propios herede-
§ 84 EXTINCIÓN DE LAS SERVIDUMBRES 433
personales constituidas á favor de una persona jurídica no pue-
den en ningún caso exceder de la duracicn de cien arios. te
Renuncia. —El que tiene un derecho de servidumbre puede
renunciarlo mediante contrato ó por disposición de última volun-
tad. El derecho civil antiguo exigía para la extinción de la ser-
vidumbre mediante actos entre vivos la in iure cessio, esto es,
una simbólica vindicado libertatis rei ó la remancipatio. 141 El
simple contrato, sin la solemnidad de la j iure cessio 6 de la
remancipatio, no concedía al propietario más que una excepción
para oponerse al ulterior ejercicio de la servidumbre renunciada.
En el derecho justinianeo basta el simple contrato, el cual puede
perfeccionarse tácitamente, como sucede en el caso en que el
usufructuario consienta sin reserva alguna la venta de la cosa
usufructuada. Para la renuncia de una servidumbre predial, en
el caso de existir condominio, se requiere el consentimiento
de todos los copropietarios del predio dominante y del sir-
viente. 142
Prescripción. -- Las servidumbres se extinguen por prescrip-
ros, en este caso la estipulación UTI FRUÍ LICERE SIBI HEREDIQUE SUO
tiene por objeto dos usufructos distintos (fructus diversi, como dice
ULPIANO) prometidos uno al estipulante, y otro ä su heredero. El de
éste es un usufructo nuevo, adquirido, no por virtud de la sucesión
hereditaria, sino por derecho propio, después de la muerte del estipu-
lante fr. 33, § 12, de verb. obl., XLV, r). La Const. 14, de usufr.,
III, 33, autoriza el principio de que la estipulación UT1 FRUÍ LICERE
HEREDI es válida para el heredero inmediato, pero no para los herede-
ros del heredero. [También, según el C6d. civ. esp., se extinguen las
servidumbres personales por la muerte del que las disfruta (n.° t, ar-
ticulo 5(3); pero si se han constitutdo en provecho de varias personas
vivas al tiempo de su constitución, no se extingue hasta la muerte de
la última que sobreviviere (art. 521)1
Gatos, fr. 56, de usufr., VII, 1. [El Cód. civ. esp. reduce el
término ä treinta años, y hasta prohibe la constitución de la servidum-
bre por mayor tiempo (art. 515)1
'"' GAL Inst. II, 30; PAUL., Sent. III, 6, § 32.
"I ULPIANUS, fr. 4, § 12, de doli exc., XLIV, 4; PAULUS, fr. 8, pr.
quemadm. serv. am., VIII, 6; ULPIANUS, fr. 64, de usufr.,VII, z. [Tam-
bién se extingue la servidumbre por renuncia, según el CM. civ. esp.
(n.° 4, art. 513, y n.° 5, art. 546).]
T. 1.-55. DERECHO ROMANO.
434 LIBRO II. DERECHOS REALES § 84
ción, cuando dejan de ejercitarse por diez ó veinte arios. 143 Para
la extinción de las servidumbres personales y de las prediales
rústicas, basta el no uso de diez ó veinte arios; I41 pero para la
extinción de las servidumbres urbanas, que son susceptibles de
un ejercicio continuo, se requiere además la usucapio libertatis;
es decir, es preciso que el propietario de la cosa sirviente haya
obrado en oposición á la servidumbre, que el propietario del
predio dominante no se haya opuesto á ello, que el acto no esté
afectado de clandestinidad ó precario, y que el estado de cosas
producido por el mismo haya durado diez 6 veinte años. 115
Const. 16, § 1, de usufr., III, 33; Const. 13, de serv., III, 34.
En el antiguo derecho las servidumbres prediales se extinguían
por el no uso de dos años; las personales por el no uso de uno •5 dos
años, según que estuvieran constituidas sobre una cosa mueble 6 sobre
una inmueble.
i" GAIUS, fr. 6, de serv. prad. urb., VIII, 2: Hac au fern jura
uf rusticorum quo que pradiorum, certo tempore non utendo pe-
reunt; nisi quod hac dissimilitudo est, quod non omnimodo pereunt non
utendo, sed ita si vicinus simul libertatem usucapiat, veluti si edes fue
edibus meis serviant, ne altius tollantur, ne luminibus mearum, adium
officiatur, et ego per statu/um tempus Jenes tras meas prefixas habuero
vel obstruxero: ita demum ius meum ornato, si tu per hoc tempus edes
tuas altius sublatas habueris; alio quin si nihil novi feceris, retineo ser -
vitutem. Item si tigni immissi cedes tue servitutem debent et ego exem(ro
lignum, ita demum amitto ius meum, si tu foramen, unde exemptum est
lignum, obturaveris et per constitutum tempus ita habueris; alio qui
nihil novi feceris, integrum ius tuum (meum)permanet. Véase JULIA -
NUS, fr. 32, eod., y PAULUS, fr. 4, § 2, de usurp., XLI, 3. Antes de
Justiniano el término de la liberta/is usucapio era de un bienio, lo mis-
mo que para el non usus (véase la nota 157). [Las servidumbres reales
según el CM. civ. esp. se extinguen por el no uso durante veinte años,
los que empiezan á contarse en las discontinuas desde que deja de
usarse la servidumbre, y en las continuas desde que haya tenido lugar
un acto contrario ä la servidumbre (n.° 2, art. 546): las personales re-
gulan esta prescripción extintiva por los principios generales (n.° 7,
art. 513, 1940, 1955, 1957, 2959, 1961-1963. Véase § 7 , pági- 0
nas 367 y siguientes). En Cataluña rigen para unas y otras servidum-
bres los principios generales, 6 sea el Usaje Omnes causa, combinado
con el derecho romano y algunas disposiciones del Código civil en la
0
forma expuesta en el § 7 , págs. 371-373)1
§ 8 4 EXTINCIÓN DE LAS SERVIDUMBRES 435
Finalmente, hay que advertir que las servidumbres persona-
les se extinguen de pleno derecho por verificarse la condición
resolutoria ó por expirar el término convenido. 146 Las servi-
dumbres prediales, en cambio, no se extinguen ipso iure por
aquellos dos modos, sino solamente ope exceptionis.141
§ 85
Acciones que protegen ä las servidumbres
146 ULPIANUS, fr. 15, quib. mod. ususf, VII, 4. [N.° 2, art. 513, y
ii.° 4, art. 546, Cód: Chr . esp.]
1 " PAPINIANUS, fr. 4, pr. de serv., VIII, z. Véase el § 83. [Se ex-
tinguen también las servidumbres por la resolución del derecho del
constituyente y por redención previamente convenida (n.° 6, art. 513,
y n.° 6, art. 546, art. 546, Cód. civ. esp.), modos extintivos á nuestro
juicio aplicables á toda clase de servidumbres, si bien el Código sólo
menciona el primero á propósito de las personales, y el segundo de
las reales. Hay, ademas, modos peculiares ä determinadas servidum-
bres, como por ejemplo, el abuso grave respecto del uso y de la habi-
tación (art. 529, Cód. civ.); y en Cataluña se pierden por el solo hecho
de hacer desaparecer el señor dominante el signo de servidumbre las
stillicidii y Aminis (Ordinació 42 d' en S'ancla Cilia, na parte, De
servituts, tit. II, lib. IV, vol. 2.°, Const. de Cat.), y la de claraboya,
pero ésta sólo en el caso de haber sido adquirida por prescripción
(Ordinacibns 51 y 54, t.a parte, y cap. 46 del Recog. proc., De las
consuetuts de Barcelona, M. XIII, lib. I, vol. a.°, Const. de Cat.).]
El procedimiento de la actio confessoria ha sido siempre aná-
logo al de la rei vindicatio.
436 LIBRO II. DERECHOS REALES § 85
La acción confesoria compete al que tiene un derecho de
servidumbre contra cualquiera que se lo dispute ó turbe su ejer-
cicio. El actor debe probar la existencia de su derecho, y en
las servidumbres prediales, debe probar además su cualidad de
propietario del predio dominante, 149 prescindiendo de si tiene ó
no su posesión. '51 Se concede utiliter la acción confesoria á los
que están directamente interesados en la existencia de la ser-
vidumbre por causa de un derecho de enfiteusis, de superficie
ó de prenda, y á los que adquirieron la servidumbre de un
enfiteuta ó de un superficiario. /91
CAPÍTULO IV
ENFITEUSIS Y SUPERFICIE [ROMANAS. — CENSOS ESPAÑOLES 1 1
[INTRODUCCIÓN
§ 86
Antecedentes históricos sobre la enfiteusis antes de Justiniano 6
§ 87
§ 87 DE LA ENFITEUSIS EN EL DERECHO JUSTINIANEO 445
por una acción real, análoga á la que compete al propietario
(utilis rei petitio, llamada también actio vectrgalis) contra cual-
quiera que le prive de la posesión de la cosa. 20 Tiene también
la actio negatoria utilis contra el que se arrogare una servidum-
bre ó otro cualquier derecho real sobre la cosa, y la actio emites-
soria utilis para hacer valer las servidumbres constituidas á favor
del fundo enfitéutico. 2: El que adquirió de buena fe la enfiteu-
sis de quien no era propietario, puede valerse de la acción publi-
ciana. 22 El enfiteuta tiene, además, las acciones posesorias para
proteger su posesión. 23
Obe,:aciones del enfilada. — El enfiteuta está obligado á
mantener el fundo enfitéutico en buen estado, á satisfacer los
impuestos y cualquier otra carga afectante al mismo, 24 y
cap. 8. Por derecho romano el enfiteuta no puede exigir abono por las
mejoras hechas, cuando se vea privado de la enfiteusis á título de pena;
[mas el Código civil español le concede tal derecho (art. 1652).]
" Const. r, de iure emph., IV, 66; § 3, Inst. de loc., III, 24. [Lo
mismo establece el Código civil español (art.' 1614 y 1624); pero
concede al enfiteuta el derecho de descontar de la pensión la parte de
impuestos correspondiente al censalista (art. 1622.)1 Nótese que para
el cobro de las pensiones atrasadas, el propietario tiene preferencia
sobre el acreedor á quien se hubiese dado en prenda por el enfiteuta
el predio enfitéutico. (PAuLus, fr. 16, § 2, MARCIANUS, fr. 17, de pign.
act., XIII, 7; humus, fr. 15, qui potior. in pign., XX, 4); [pero, según
la Ley hipotecaria española, no podrá el señor directo repetir contra la
finca acensuada en perjuicio de tercero que tenga su derecho inscrip-
to, sino por el importe de las dos últimas anualidades y prorrata de la
corriente (art.°' 114 y 7).]
Const. 21, de loc., IV, 65. [Art. 1613, CM. civ. esp.]
" Const. 3, de iure IV, 66. [Según hemos indicado ya, este
derecho de tanteo y de retracto, según el Código civil español, es reci-
proco. Consiste el de tanteo en quedarse con el derecho enajenado
por el mismo precio en que el dueño directo of) útil trataba de enaje-
narlo ä un tercero, para lo que debe el enajenante avisar á
su con-
dueño, quien podrá usar el derecho dentro de los veinte días siguien-
t e s al aviso (art. 1 637). El retracto es el de quedarse con el derecho
después de consumada su enajenación por el precio en que se enajenó:
se ejercita este derecho dentro del término de nueve días útiles si-
§ 87 DE LA ENFITEUSIS EN EL DERECHO JUSTINIANEO 447
de la enfiteusis. 28 Los derechos y las obligaciones del enfiteuta
pueden ser modificados, esto es, extendidos ó limitados según
los casos, pero el pago de un canon 'es requisito esencial para la
existencia del derecho dc enfiteusis. Considerando la extensión
é importancia de los derechos competentes al en fiteuta, quien,
como hemos visto, goza del fundo enfitéutico en el modo más
amplio posible, y tiene una vindicatio utilis, análoga á la rei vin-
dicatio correspondiente al propietario, los glosadores y luego
todos los prácticos en general, han considerado á la enfiteusis
como una especie de dominio, al cual han dado el nombre de
dominio útil, en contraposición al dominio directo del propietario.
Sin embargo, tanto la nomenclatura como el concepto son contra-
rios á la esencia del derecho de propiedad y extraños al dere-
cho romano, que en la enfiteusis reconoció constantemente un
ins in re aliena. 29 Según la opinión de un docto escritor, las
meliorationes (mejoras hechas en el predio) revisten en la en-
[" Const. 5.a Del dret emphiteeltic, nt. XXXI, lib. IV, vol. 1,,
Const. de Cat.]
[$6 Cap. 66, Recog. proc., De las consuetuts de Barcelona, ti t. XIII,
lib. I, vol. 2. 0 ; cap. 7, Const. 2.' De homens propris, tít. XIII, lib. IV,
vol. 2.°, Const. de Cat.]
[" Tos, Tratado de la cabrevación, cap. VIII; BROCA Y AMELL,
Instituciones, § 303]
[ 38 RIPOLL, Variar. Resol. n.° 14 de iure emphyt.]
[$9 Sent.a arbitral, Const. La, Del dret einphitebtic, tít. XII, lib IV,
vol. 2.°, Const. de Cat.]
[" Deriva esta aplicación de la circunstancia de haber considerado
§ 87 DE LA ENFITEUSIS EN EL DERECHO JUSTINIANEO 451
§ 88
Constitución de la enfiteusis
§ 89
Extinción de la enfiteusis
[" Art. 162 0, Cód. civ. esp. En Cataluña ha sido cuestión moder-
namente muy discutida. La opinión general es contraria ä la pres-
cripción por el simple lapso del tiempo de treinta años, porque el en-
fiteuta no tiene possessio ad usucapionem. Su posesión es la de derecho
enfitéutico, no la de dominio, y por consiguiente, le falta el animus con
arreglo a. los principios nema ipse sibi causam possessionis mutare po-
test; qui alieno nomine possidet, non preescribit (véanse notas 181 y 190,
págs. 370-371): para que la prescripción se produjese sería necesario
un acto ostensible de cambio de voluntad frente al dueño directo
(págs. 309 y 310); con este cambio nacería la nueva posesión y á par-
tir de ella el plazo necesario para prescribir. A despecho de tan ra-
cional doctrina, nuestros tribunales admiten fácilmente la prescripción
extintiva, como lo ha hecho también el T. S. (Sent. a de 2 0 de Febrero
de 1877). Véase tratada extensamente esta cuestión: FALGUERA, Com-
pendio de la prescripción catalana (apéndice á GIBERT, Arte de Nota-
ria).—BROCÁ Y AMELL, Instituciones, § 401.1
" Nov. 120, cap. 8. Esta ley habla solamente de las enfiteusis
eclesiásticas; pero, por analogía con las reglas de la locación, el dete-
rioro debería también ser causa de extinción en las enfiteusis laicas
(C. 3, de beato et cond., IV, 65). Naturalmente, los deterioros de
una parte del fundo se compensan con las mejoras hechas en otras
partes.
#49 EXTINCIÓN DE LA ENFITEUSIS 459
cas; 74 y, finalmente, cuando al enajenar su derecho no cumpla
las obligaciones arriba referidas.
En estos casos el enfiteuta ipso iure decae de su derecho;
pero el propietario puede renunciar á utilizar el suyo á que
se declare la caducidad, y desde entonces se entiende que la
enfiteusis ya no cesará nunca. 74
Hay que advertir, finalmente, que la enfiteusis se extingue
cuando el enfiteuta muere sin sucesión, y sin haber dispuesto de
otro modo de su derecho. 77
[En el derecho español son además casos de extinción la
redención del enfiteusis (nota 19, págs. 444 Y 445) Y la expro-
piación forzosa de la finca enfitéutica. 18 En Cataluña también la
dimisión ó abandono de la finca por el enfiteuta (pág. 450).]
§ 90
Del derecho de superficie 79 [y de los censos de derecho español
similares al enfiteusis]
47 PAULUS, fr. 74, de r. y., VI, i, y fr. 15, qui pot., XX, 4.
88 ULPIANUS, fr. i, § 4, h. t., XLIII, 18, y fr. 3, § 7, uti poss.,
XLIII, i7.
81 ULPIANUS, fr. r, § i, h. t., XLIII, 18; POMPONIUS, fr. 32, de jur.
dot., XXIII, 3.
8 ° ULPIANUS, fr. i, § 3, h. t., XLIII, 18, donde se dice que el pre-
tor concede la actio de super ficie, al que non ad modicum tempus super-
ficiem conduxit. No es óbice el fr. i, § 7, de superf. XLIII, 18 (Sed et
tradi passe intelligendum est, ut et legani et donani possit), puesto que,
prescindiendo de que aqui se trata de tradición de un derecho ya
constituido, es innegable que aquellas palabras hablan solamente de
la posibilidad de una tradición, pero no suponen que ésta sea absolu-
tamente necesaria.
9' Véase el § 88, pág. 455. El fr. 26, de usurp., XLI, 3, excluye 'a
posibilidad de usucapir la propiedad de un edificio sin el terreno,
sobre el que éste se ha construido; pero no el derecho de superficie
(véase fr. 23, pr. de usurp., XLI, 3).
§ 90 DEL DERECHO DE SUPERFICIE 463
EXTINCIÓN DEL DERECHO DE SUPERFICIE.— El derecho de
superficie se extingue por las mismas causas por las que se extin-
gue la enfiteusis, excepto los casos de privación á título de pena,
que no le son aplicables. Cuando el edificio se arruine por caso
fortuito, ó sea legalmente destruido, en todo 6 en parte, por el
superficiario, los materiales pertenecen á dicho superficiario
siempre que no se haya limitado el derecho de disponer de la
substancia, y especialmente cuando el edificio ha sido cons-
truido por aquél con materiales propios. 92 Arruinándose el edi-
ficio, puede suceder que, según lo convenido en el acto de
constitución de la superficie, el superficiario tenga derecho ä
reedificarlo.
El derecho de superficie es una institución jurídica análoga
ä la enfiteusis: pero se distingue principalmente de ella en que
aquél recae no ya sobre el terreno, sino sobre la superficie; 93 en
que no es condición esencial, como en la enfiteusis, el pago de
un canon anual: y finalmente, en que no se extingue por todas
las causas que extinguen la enfiteusis. Difiere de las servidum-
bres en que éstas se conceden siempre en beneficio exclusivo de
una persona <5 de fundo determinados; mientras que el derecho
de superficie es enajenable por actos entre vivos y transmisible
en caso de muerte, y confiere otros derechos más extensos.
[DERECHO ESPAÑOL.— El derecho real de supetficie es en
nuestro país my poco conocido, y el Código civil ni siquiera
hace más que me cionarlo. 94
En algunas co r.cas regid por el Código civil (principal-
mente Galicia, Asturia y Leó , se conserva el foro, muy seme-
jante á la enfiteusis co ún„ de la cual difería por su carácter
temporal, pero aun esta d rencia de hecho ha desaparecido, ya
que prácticamente invocánd)e las reales provisiones de i i de
Mayo de 1763 y 28 de Junio"e 1768 se desechaban las deman-
das de despojo, hoy caídas completamente en desuso. 95 En cam-
" C. 2, § I, de rei vid., 111, 32 (véase la pág. 461, nota 84).
" Para la opinión contraria, véase SEGRÉ en el Foro :Val., XVI,
págs. 367-369.
E" Art.° 26221
[" Se discute la existencia de los derechos de comiso y laudemio.}
464 LIBRO II. DERECHOS REALES §
§ 90 DEL DERECHO DE SUPERFICIE 465
ción; 101 pero hay dos modos peculiares de extinción, que son el
transcurso del plazo estipulado y en defecto de estipulación el
de 50 años, 1 ° 1 y antes de este plazo, la destrucción de dos terce-
ras partes de las cepas. 103
La cuestión de abono de mejoras á favor del rabassaire al
extinguirse la rabassa, la ha resuelto el Código, negándole en
general tal derecho y concediéndolo tan sólo en cuanto á las
mejoras útiles hechas por el rabassaire espontáneamente (no por
obligación del contrato mismo), y mediante consentimiento escri-
to del dueño del terreno. 101
También ha confirmado la jurisprudencia anterior atribu-
yendo al propietario del terreno la acción de desahucio para
expeler al rabassaire una vez extinguida la rabassa.1011
VIVES, Constituciones de Cataluña, nota 4. a al tít. XXX, lib. IV, vol. i.°;
DURÁN, Memoria, parte 4. a cap. 2.°; sentencias del T. S. de 5 de
Diciembre de 1863, 9 de Mayo de 1865, ro de Noviembre de 1868,
23 de Marzo de 1982, 5 de Enero de 1883, 9 de Julio de 1884 y 9 de
Marzo de 1886; regla i. del art.° 1656, Cód. civ. Si pasados los
5 0 años continúa pór tácita prórroga el aprovechamiento (Iel rabassai-
re, no podrá éste ser desahuciado, sino mediante aviso con un afro de
anticipación (regla ro, • del art.° 1656, Cód. civ.).]
[ 103 DURÁN, lugar citado en la nota anterior; BROCi. y AmELL, Ins-
tituciones, § 485; regla 2 • a del art .° 1656, Cód. civ. La jurisprudencia
del Tribunal Supremo establecía con poca precisión esta causa extin-
tiva. La senta de ro de Noviembre de 1868 consideraba extinguiea
una rabassa no por la destrucción de dos tercios, sino por quedar las
cepas reducidas a dos tercios por haberse así pactado en el contrato de
autos. La de 9 de Julio de 1884 por haberse perdido la mayor parte de
las cepas.]
['°' 8. a , art.° 1656.]
['°' del T. S. de 9 de Julio de 1884 y 3 0 de Diciembre
de 1890; regla 9 • a, art.° 1656, Código civil.]
CAPÍTULO V
DERECHO DE PRENDA Y DE HIPOTECA
§ 91
Antecedentes históricos acerca del derecho de prenda 1
" GAI, IV, 47: « Interdicturn quoque, quod appellalter Salvi anum,
adipiscendee possessionis compara/um est, coque utitur dominus fundi de
rebus coloni, quasi pro mercedibus fundi pignori futuras pepigisset.»
Véase Dig. XLIII, 33. de Salv. interd.; Cod. VIII, 9, de pret. et .Salv.
interd. (véase mas adelante, § 98).
" § 7, Inst. de act., IV, 6; fr. t, § t, y fr. 2, de Salv. interd.,
XLIII, 33.
" § 7, Inst, de act., IV, 6 (véase la nota siguiente). Se la llama
también pigneraticia (in rem) techo, por ejemplo, en los fr. 3, § 3, ad
exhib., X, 4, y fr. 3 0 , § 1, de exc. rei iud., XLIV, 2.
" § 7, Inst. de act., IV, 6: hem Serviana et quasi Seryiana, qua
etiam hypothecaria vocatur, ex iftsius pratoris iurisclictione substantiam
capit. Serviana au/ein experitur quis de rebus coloni, quce pignoris jure
pro mercedibus ei tenentur; quasi Serviana au/em (gua] creditores pi-
gnora hypothecasque persequuntur.
470 LIBRO II. DERECHOS REALES § 91
Es preciso advertir desde luego que después de la introducción
de la hipoteca, los nombres de hypotheca y de pirita fueron
equivalentes; pero se tomaron también en un sentido especial
más limitado, sirviendo precisamente la posesión de criterio dis-
tintivo. En efecto, ya desde el principio los romanos solían de-
signar con el nombre de pignus la pignoración de una cosa
(especialmente mueble) unida á la posesión de la misma, y con
el nombre de hypotheca la pignoración de una cosa, para la
cual no se puso en práctica la tradición. 14
[DERECHO ESPAÑOL. - El Código civil español señala tres
instituciones de garantía real, la prenda, la hipoteca y la anticre-
sis, institución esta última por el derecho romano considerada
con mejor acuerdo como modalidad 6 pacto especial de la prenda
y de la hipoteca. 15 Apartándose el Código de los buenos prin-
cipios, señala como objeto de prenda los bienes muebles, y como
objeto de hipoteca los inmuebles. 16
§ 7, Inst. IV, 6:... Inter pignus au/cm et hypothecerm, quantum
ad actionem hypothecariam attinet, nihil interest; nan: de qua re in/er
creditcrem et debitorem convenerit, uf sil pro debito ob//gata, utraque
hac appellatione continetur. Sed in aliis differentia est. Nam pignoris
appellatione ea: proprie rem con finen dicimus, qua simul e//am tradi-
tur creaitori, maxtme si mobilis sil; al eam, qua sine traditione nuda
conventione tenetur, proprie hypotheca appellatione con finen dicimus.
Véase fr. 9, § 2, de pita. act., XIII, 7; fr. 5, § I, de pignor., XX, z.
[ 15 El Código no menciona estas instituciones como derechos rea-
les, sino como contratos.]
pl Art." 1861 y 1874. No obstante, á despecho de este criterio, la
ley ha reconocido la hipoteca sobre la nave, y el legislador ha que-
dado sin duda satisfecho y convencido de no haber alterado aquel
criterio calificando á la nave de cosa inmueble para el solo efecto de la
hipoteca (art. Ley de 21 de Agosto de 1893). A este paso se po-
dría decir con mayor propiedad, no que la hipoteca sea tal por recaer
sobre inmueble, sino que una cosa es inmueble por ser susceptible de
hipoteca. Nosotros creemos que el derecho no puede prohibir ni el
pacto de hipoteca sobre muebles, ni la garantía pignoraticia sobre
fincas, y acaso la invención de la anticresis como garantía especial,
sea también la fórmula encontrada por el legislador para salvar sus
prejuicios. El sistema de derecho español sobre las que denominamos
prendas é hipotecas judiciales es también contrario al criterio del 05d.
(§ 93, págs. 485 y 486).]
•
9 E ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL DERECHO DE PRENDA
471
Esta última se regula especialmente por la ley hipotecaria, la
cual apoya todo su sistema en los dos principios de publicidad
y especialidad. Por razón del primero sólo pueden afectar á
terceros las hipotecas debidamente inscriptas en el Registro de la
propiedad, y por razón del segundo la responsabilidad hipoteca-
ria afecta á cada finca, debe constar por modo bien preciso y
determinado: conforme veremos, ambos principios separan de
una manera notable el sistema español del romano, singular-
mente en cuanto por el español quedan proscritas las antiguas
hipotecas tácitas y generales. 17
La base del sistema catalán sobre prenda é hipoteca afectan-
tes á las cosas muebles es la romana, y por tanto opinamos que
pueden indistintamente estas cosas ser objeto de aquellos dere-
chos. Pero todo lo afectante á la forma externa de constitución,
objeto y efectos de la hipoteca sobre inmuebles se regula tam-
bién por la Ley hipotecaria. Asimismo se regulan por la legisla-
ción general las garantías pignoraticias de naturaleza judicial,
que han venido á sustituir en nuestro procedimiento á las anti-
guas prendas é hipotecas judiciales.]
§ 92
Noción y requisitos del derecho de prenda y de hipoteca
De las nociones hiztóricas anteriormente expuestas resulta
que el derecho de prenda ó de hipoteca, tal como nos lo presen-
ta en su última forma el derecho justinianeo, es el derecho real
sobre cosa ajena, por virtud del cual el acreedor, en cuya garan-
tía fué constituida aquélla, tiene la facultad de tomar posesión de
la misma, y venderla satisfaciéndose con el precio cuando el deu-
dor no cumpla su obligación.
El derecho de prenda ó de hipoteca se distingue de todos
§93
Objeto del derecho de prenda 6 de hipoteca
25 MARCIANUS, fr. 16, pr., y LABEO, fr. 35, de pign., XX, 1; PAU-
tus, fr. 29, § 2, eod., fr. 18, § t, y fr. 21, de ptgn. act.,XIII, 7. [Cód.
civ. esp., art. 1877, y Ley hip., art.'" 'ro y iii. A consecuencia de
estos principios, estos textos extienden la hipoteca á las indemniza-
ciones provenientes de seguros, y á las de expropiación forzosa. En
cambio, no se extiende á las agregaciones artificiales de terrenos, ni á
las nuevas construcciones de edificios donde antes no los hubiere.]
PAPINIANUS, fr. 1, § 2; MODESTINUS, fr. 26, § 2, y PAULUS, fr. 29,
§ t, pign., XX, t. C. 3, in quib. caus. pign., VIII, r 5 [14]. En sen-
tido contrario, PAUL., Senf., II, 5, § 2. Véase GLÜCK, Comm. alle Fand.,
lib. XX, § 1083, pág. 118.
" MARCIANUS, fr. 13, pr., de pign., XX, Grege p ignori obliga/o,
quce pos/ea nascuntur, tenentur, sed et si prioribus capitibus decedenti-
bus lotus grex fuerit renovatus, pignori tenebitur.
§ 93 OBJETO DEL DERECHO DE PRENDA 6 DE HIPOTECA 475
y continuos cambios: el que acepte una hipoteca sobre seme-
jante universitas, sabe ó debe saber, que las cosas comprendidas
en la misma están destinadas á continuos cambios, y se presume
por tanto en él la intención de limitar su derecho á las mercade-
rías existentes en el almacén, el día en que proceda á la ejecu-
ción sobre los bienes hipotecados. 28
La prenda 6 la hipoteca de todo el patrimonio se extiende
no solamente á los bienes que de presente componen el del
deudor, mas también á los futuros. 29 El derecho de prenda ó de
hipoteca gravitante sobre las cosas que componen el patrimonio
no cesa por el solo motivo de que dichas cosas pasen por enaje-
nación á terceras manos, puesto que es un derecho real que per •
sigue á la cosa en poder de quien quiera que se halle. 39 Ciertas
cosas, empero, no se entienden comprendidas en la hipoteca total
del patrimonio, como por ejemplo, los vestidos, los utensilios y
menaje propios del oficio del deudor y los muebles y enseres
indispensables á la vida y de uso cuotidiano. 31 Del mismo
modo está permitida la libre manumisión de los esclavos que
forman parte del patrimonio hipotecado, pero no pueden ser
manumitidos los jure pignaris specialiter obligati. 32
Finalmente, se consideren también como susceptibles de
prenda ó de hipoteca las cosas incorporales, ó sea los derechos
y más particularmente los créditos, los derechos de enfiteusis y
de superficie, el ejercicio de la servidumbre de usufructo y de
habitación y hasta el mismo derecho de prenda (pig-nus pignori
datutn).
§ 94
Constitución del derecho de prenda 6 de hipoteca
[ 61 Art.°' 1875, Cód. civ.; 158, 159, 218 .22T, Ley hip.; 18, Instr. de
9 de Noviembre de 1874 sobre redacción de instrumentos públicos.]
[ 1" Art." 160 y 162, Ley hip.]
[" Esta distinción, que en el terreno de los principios no se justi-
fica, en la práctica es de muy dudosa utilidad.]
[ 15 Art. 1327, C6d. civ.; n.° I.°, art. 168, y art. i8i, Ley hip.]
[ 5' N.° 2.°, art. 168, Ley hip.]
[17 Art." 163 y 166, Cód. civ.; n.° 2.°, art. 168, y n.° 2.°, art. 202,
Ley hip. El padre <S madre que ejercen la patria potestad por virtud de
reconocimiento sobre sus hijos naturales, ó por virtud de adopción, están
obligados en todo caso á constituir hipoteca por los bienes que de sus
referidos hijos administren. Pero los que la ejercen sobre hijos legfti-
mos y naturales (comprendiendo también como tales los legitimados
por subsiguiente matrimonio) sólo están obligados á constituir hipoteca
en el caso de contraer segundas nupcias. Esta interpretación resulta
de los art." 163 y 122 del Cód. civ., en relación con el 492 del mismo
Ofid., y con los citados textos de la Ley hip., completados é interpretados
§ 94 CONSTITUCIÓN DEL DERECHO DE PRENDA Ó DE HIPOTECA 483
•
4 a En favor de los menores ó incapacitados, sobre los
bienes de sus tutores, por los muebles que éstos hayan recibido
de ellos, y por el producto de las rentas de un ario de los inmue-
bles, ó de la empresa industrial ó mercantil perteneciente á los
mismos (hipoteca por razón de tutela). 68
5.a La perteneciente al Estado, á la provincia 6 al munici-
pio sobre los bienes de los que manejan sus fondos, ó desempe-
ñan cargos sujetos á fianza en los casos y en la forma que pres-
criban las disposiciones legales respectivas. 69
6 • a La perteneciente á las mismas entidades sobre el in-
mueble del contribuyente por razón de los impuestos, la cual en
cuanto á la última anualidad existe de oficio en la forma antes
dicha, pero en cuanto á las anteriores que hubieren quedado
pendientes de cobro ha de constituirse en la forma que determi-
nen los reglamentos administrativos 1°
7.a En favor de los aseguradores sobre el inmueble asegu-
rado, la cual en cuanto á las dos últimas primas anuales ó á los
dos últimos dividendos también existe de oficio como ya se ha
dicho, pero en cuanto á los anteriores ha de constituirse como
todas las demás hipotecas. 11
por el art. 143 del Reglamento para la ejecución de dicha Ley. Con-
formes con esta interpretación, SÁNCHEZ Roba/4, Estudios de Derecho
civil (Madrid, 1890-1898), parte especial, lib. I, sección 7. a, n.° 54; GA-
LINDO Y ESCOSURA, Comentarios d la legislación hipotecaria (Madrid,
1890-1895), Com. á los are" 202 al 2°6, § I.°. En cuanto a, la madre
sólo puede referirse al caso, de que su difunto marido la hubiese auto-
rizado en testamento para la continuación en el ejercicio de la patria
potestad ä perar de ulterior matrimonio (art. 168, Cód. civ.)]
['a Art. 254, Cód. civ., y n.° 4. 0 , art. 168, Ley hip. Debe advertirse
que la seguridad de los bienes inmuebles propios de las personas que
disfrutan el derecho de hipoteca legal, no necesita esta garantla, en
lugar de la cual existe la inscripción en el Registro de la propiedad
de los aludidos inmuebles como propios de la mujer, de los hijos, del
menor 6 incapacitado, etc. Asi, pues, la hipoteca sólo asegura la
propiedad de los muebles, y tratándose de la hipoteca por razón de
tutela, asegura, además, las rentas.]
[ 69 N.° 5.°, art. 168, y art. 217, Ley hip.]
[ 10 N.° 5.0, art. 168, y art. 218, Ley hip.]
[ 7i N.° 6.°, art. 168, y art." 219-221, Ley hip. La hipoteca á favor
484 LIBRO II. DERECHOS REALES § 94
Constan en forma de anotaciones preventivas : I. a La del
legatario que según las leyes no tenga derecho á promover
juicio de testamentaria en seguridad del pago de su legado,
sobre el inmueble especialmente legado ó especialmente asig-
nado por el testador ó sobre cualquier otro inmueble de la
herencia. 12 Esta garantía es temporal, pues la anotación pre-
ventiva caduca al año de su fecha, y si el legado no fuese exigi-
ble á los diez meses, la anotación continuará subsistente hasta
dos meses después del vencimiento del legado. 13 Se exceptúan
de estas reglas los legados de prestaciones periódicas, en los cua-
les no tan sólo no caduca la anotación preventiva por simple
transcurso, sino que atribuyen al legatario derecho á la constitu-
ción de verdadera hipoteca. 14
2 • a La del acreedor refaccionario en garantía de las canti-
dades que anticipare para la realización de obras . sobre la finca
objeto de ellas. Duran los efectos de la garantía mientras las
obras se realizan y sesenta días después de realizadas; pero si al
espirar este término no estuviere satisfecho podrá el acreedor
convertir la anotación en verdadera hipoteca. 15]
DISPOSICIÓN DE LA AUTORIDAD JUDICIAL—El juez puede
crear un derecho de prenda ó de hipoteca de varias maneras, á
del hijo por razón de bienes por la madre reservables, sobre fincas
del padrastro, mencionada en el n.° 3. 0 , art. 168, y art." 200 y
205 de la Ley hip., se considera hoy derogada á tenor del art. 534 del
Reglamento. Este artículo está en contradicción con el 537 del Regla-
mento, y con el 52 de la Instrucción sobre redacción de instrumentos
públicos de 9 de Noviembre de 1874. El art. 208 de la Ley hip.
de Filipinas, concordante con el 205 de la Península, no menciona
al segundo marido, omisión que no deja de ser un argumento en favor
de nuestra opinión. En el mismo sentido, GALINDO Y ESCOSURA,
Comentarios (com. ä los art." 194-201, § 5.91
[" N.° 6, art. 42, y art." 45-58, Ley hip. Para la inteligencia de
estas disposiciones, debe advertirse que los legatarios facultados para
promover el juicio de testamentaria son los de parte alícuota del cau-
dal,, y por tanto este legado no puede obtener á su favor la garantía
hipotecaria (n.° 4 • 0, art. 5038, Ley de Enj.° civ.).]
[' s Art. 86, Ley hip.]
Art." 88-91, Ley hip.; n." 6.° y 8.°, art. 74, Reglamento.]
[11 N.° 7.0, art. 42, y art." 59, 92-94, Ley hip.]
§ 94 CONSTITUCIÓN DEL DERECHO DE PRENDA 6 DE HIPOTECA 485
saber, por via de adjudicación, de ejecución de una sentencia y
de inmisión en posesión. Puede, en efecto, en un juicio divisorio
condenar ä uno de los codividentes ä una prestación en favor de
otro de ellos adjudicando ä éste un derecho de prenda sobre la
cosa asignada al primero. Al ejecutar la sentencia, el magistrado
toma posesión ex officio de cada una de las cosas del deudor
insolvente para venderlas en subasta transcurrido el término de
dos meses, y con su importe hacer pago al actor (pignus in causa
iudicati cap/um. 76 Por este medio las cosas pignoradas quedan
sustraídas ä las consecuencias de cualquier acto de ulterior dis-
posición por parte del deudor, pero el actor no adquiere derecho
especial ä venderlas por sí mismo. 71 Nace, en fin, un derecho
de prenda cuando el magistrado pone ä unos en posesión de
una cosa singular 6 de todo un patrimonio (pignus prato-
rium). 78 Para que se produzca es preciso que la inmisión tenga
por objeto garantizar la satisfacción de un derecho, y que realmen-
te se haya obtenido la posesión por el missus in possessionem.
Éste se halla especialmente protegido en la posesión obtenida 79
18 ULPIANUS, fr. 15, § 2, y CALLISTRATUS, fr. 31, de re iud., XLII, r.
Parece que esta medida de ejecución fué especialmente introducida
por Antonino Pío: His, qui fatebuntur debere auf ex re iudicata ne-
cesse habebunt reddere, tempus ad solvendum detur, quod sufficere pro
facultate cuiusque videbitur: eorum, qui infra diem vel ab initio datum
vel ex ea causa pos/ea prorogatum sibi non reddiderint, pignora capi:
eaque, si intra duos menses non solverint, vendantur: si quid ex pretiis
supersit, reddatur ei, cuius pignora vendita erant.
" Const. 2, si in catira iud., VIII, 22 [23]: Quum in causa iudicati
aliqua res pignori capitur, per oficium eius, qui ita decrevit, venumdari
solet, non per eum, qui iudicatum fieni postulavit. Véase ULPIANUS,
fr. 5 0, y HERMOGENIANUS, fr. 74, § I, de evict., XXI, 2.
18 ULPIANUS, fr. 26, pr. de pigner. act., XIII, 7: Non est mirum, si
ex quacun que causa magistratus in possessionem aliquem miserit, pignus
constitui; guum testamento quoque pignus constitui posse, Imperator
nos/en cum pa/re sapissime rescripsit. ID., fr. 3, § 1, de reb. con.,
XXVII, 9.
" El derecho antejustinianeo sólo concedía una acción personal al
que había sido lesionado en la posesión. ULPIANUS, fr. I, pr., fr. 4, pr.
§§ 2 Y 4, ne vis fiat ei, XLIII, 4, y fr. 15, § 36, de damno inf., XXXIX,
2. Justiniano le concedió un oc/jo in rem contra cualquier posesor
(Const. 2, de pat. pign., VIII, 22 [22].
4 86 LIBRO II. DERECHOS REALES § 94
" Const. 3, ut in osses. leg., VI. 54; const. 2, gui pot., VIII, r8.
81 Const. 1, si in causa iud., VIII, 22 [23].
81 ULP1ANUS, fr. 5, §§ 16 y 2 I , UI in pass., XXXVI, 4. Los demac
casos de la missio in'ossessionem son los legatorum servandorum cau-
sa, cuando el heredero rehusó prestar la debida caución damni infecti
nomine, ven tris nomine. IDEM, fr. 1, guib. ex caus., XLII, 4. Por lo
demás, á este tercer modo de constitución de una prenda ó hipoteca
por disposición del magistrado se da muy impropiamente tal nombre,
toda vez que sirve para garantir un derecho, pero no atribuye todas
las facultades inherentes á la prenda ordinaria. Asi, por ejemplo, dice
el mismo ULPIANO en el citado fr. 5, § 21, ut in poss : sed pignora
guidem veis et distrahere polest, hic autem frui tantum ei constitutio
permisit, ut festinetur ad sententiam.
[ 8s Pertenecen á esta clase los embargos que se traban sobre bienes
del deudor para la ejecución de una sentencia recaída en juicio civil
de cualquier clase que sea, y aun en causa criminal (articulo 922,
Ley de Enj.° civ., y arg.°, art. 996, Ley de Enj.° crim.).]
[ 8' Pertenecen á esta clase los embargos preventivos, los decretados
en juicio ejecutivo al dictar auto despachando ejecución ó después,
pero antes de que sea firme la sentencia de remate; las fianzas y em-
bargos decretados en causa criminal durante el periodo instructor ()
después, pero antes de que sea firme la sentencia (art.°' 140 0, 1401
Y 1440, Ley de Enj.° civ.; art." 591-603, Ley de Enj.° crim.; y 42,
Reglam.° de la Ley hip.), y las varias anotaciones preventivas de de-
manda establecidas por la Ley hip. (n. 05 1.0, 4. 0 y 5.0, art. 42). Damos
por repetida la observación que respecto al derecho romano hace
SERAFINI en la nota 82 de este párrafo.]
CONSTITUCIÓN DEL DERECHO DE PRENDA 6 DE HIPOTECA 487
§ 94
jenación de la cosa pignorada ó hipotecada, las segundas, como
no tienen otro objeto que asegurar al éxito del litigio, pueden
conducir ó no ä dicho resultado según que la sentencia en defini-
tiva importe ó no semejante medio de ejecución; pero en todo
caso la enajenación no puede llevarse á cabo por el acreedor
victorioso, sino por autoridad judicial. Cuando estas garantías
recaen sobre inmuebles, se constituyen en el Registro de la pro-
piedad en forma de anotaciones preventivas. Cuando facultan al
acreedor para privar al deudor del goce y de la posesión de la
cosa, toman el nombre de embargo: su naturaleza jurídica es,
por tanto, la de verdadera prenda, aunque recaigan sobre inmue-
bles, bien que las cosas embargadas no se ponen en la adminis-
tración ni tenencia directa del acreedor, sino en la de un admi-
nistrador ó depositario nombrados por el juez. 851
§ 95
Efectos del derecho de prenda 6 de hipoteea
[ SS Art." 1450 y 1 454, Ley de Enj.° civ., 1601, Ley de Enj.° crim.]
8 ° POMPONIUS, fr. 205, de re. giur., L, 17. C. 15, de pign., VIII, 14.
488 LIBRO II. DERECHOS REALES § 95
cosa hipotecada, 87 á menos que se trate de cosas muebles grava-
das con prenda especial, en cuyo caso la enajenación hecha sin
conocimiento y contra la voluntad del acreedor se considera
como un hurto, porque hace más difícil el ejercicio de la acción
hipotecaria, ya que el acreedor puede ignorar á qué manos han
pasado los muebles. 88 Por lo demás, el deudor puede renunciar
al derecho de enajenar la cosa. 89
El deudor concede á veces al acreedor el derecho de usar ó
de percibir en su propio interés los frutos de la cosa empeñada.
Esta convención se llama anticresis y es lícita siempre que no
encubra préstamo usurario. 99 La anticresis se verifica también,
sin necesidad de pacto expreso, cuando la prenda se constituye
sobre cosa fructífera, en garantía de un préstamo sin interés.
En este caso el acreedor tiene derecho á percibir por su propia
cuenta los frutos en lugar y hasta la cuantía de los intereses
legales del capital mutuado, con la obligación, empero, de com-
putar el exceso en el capital ó restituirlo al deudor. 91
La cosa hipotecada continúa corriendo á cuenta y riesgo del
§ 96
Coexistencia y colisión de varios derechos de prenda y de hipoteca
ULPIANUS, fr. io, de .pign., XX, i y PAULUS, fr. 14, qui pat.,
XX, 4.
H ° C. 1, si unus ex plur., VIII, 31 [32].
GAIUS, fr. 15, § 2, de pign., XX, 1. C. i, qui pot., VIII, i8.
lis MARC1ANUS, fr. 12, § 5, qui pot., XX, 4. C. 8, qui pot., VIII,
18 [ 1 7]; Diversis temporibus eadem re duobus iure pignoris obliga/a,
cum qui prior data mutua pecunia pignus accepit, potiorem haben,
certi
oc manifesti juris est, nec alias secundum distrahendi potestatem huius
pignoris consequi, nisi superiori creditori debita fuerit soluta quantitas.
No por eso el derecho del acreedor posterior ha de ser considerado
menos perfecto, 6, como algunos suponen, condicional; porque sólo se
ve limitado por el mejor derecho del acreedor precedente.
i,
I" PAPINIANUS, fr. de distr. pign , XX, 5.
MARCIANUS, fr. 12, §§ 6 y 9, qui pot., XX, 4: PAULUS, fr. 16 y
TRYPHONINUS, fr. 20 eod. PAULUS, fr. 3, gua res psgn , XX, 3 . C. 4, de
his qui in prior. cred. I. s., VIII, 19.
494 LIBRO H. DERECHOS REALES § 96
hipoteca constituidos sobre un mismo objeto es el tiempo de su
constitución (prior tempore, potior iure). 115 Hay que observar á.
este propósito que tales derechos pueden tomar grado á partir
de un tiempo durante el cual no podían aún verdadera y propia-
mente hacerse efectivos. Así, debe graduarse desde el momento
de su constitución el derecho de prenda 6 de hipoteca, sujeto ä
término ó á condición, como también .el constituido en garantía
de una obligación á la cual hayan sido impuestas las mismas
modalidades. 116. Por el contrario, el mismo derecho constituido
en garantía de una obligación futura no se gradúa sino desde el
momento en que nace la obligación, precisamente porque el
derecho de prenda ó de hipoteca supone siempre la existencia
de aquélla. 117. Asimismo la no existencia actual del objeto de
la prenda y de la hipoteca en el patrimonio del deudor, ó el
defecto de propiedad en el mismo, no impiden que la prenda y
la hipoteca se gradúen, á partir del momento de su constitución:
la misma regla se observa respecto á la hipoteca de cosas futu-
ras, 118 y á lq llamada prenda general de un patrimonio que se
extiende á las adquisiciones futuras. Estos principios rigen, no
sólo para las prendas y para las hipotecas convencionales, sino
también para las constituidas por acto de última voluntad ó por
disposición de la autoridad judicial. El momento que determina
el grado es para las primeras la muerte del testador y para las
segundas la sentencia de división, la pignoración, ó la verdadera
inmisión en la posesión.
Los derechos legales de prenda 6 de hipoteca nacen con la
causa de que derivan, y no á consecuencia del verdadero y propio
nacimiento de la obligación que están llamados á garantir. Así,
por ejemplo, el derecho de prenda sobre el patrimonio del tutor
nace con el principio de la tutela, no al realizarse el perjuicio
C. 4, qui pot., VIII, 18:-. sieut prior est tempore,ita prior est jure.
II. MARCIANUS, fr. 1 2, § 2; AFRICANUS, fr. 9, pr. §§ 1 .2; GAIUS,
fr. ii, § i y SCIEVOLA, fr. 18, qui pot., XX, 4; ARNDTS-SERAFINI,
Fand., II, § 384.
117 GAIUS, fr. it, pr. y § I, qui pot., XX, 4; PAULUS, fr. 4, qua res
pign., XX, 3. Es punto controvertido; ARNDTS-SERAFINI, II, § 385.
118 GAIUS, fr. ir, §§ 2-4, qui poi., XX, 4.
§ 96 COEXISTENCIA Y COLISIÓN DE VARIOS DERECHOS DE PRENDA 495
en el patrimonio pupilar, ni cuando, llegado el término de la tu-
tela, el tutor está obligado á la restitución del patrimonio. 119
Publicidad del instrumento.— Una constitución del empera-
dor León, del año 469, determinó que los derechos de prenda
de hipoteca de cualquiera especie, constituidos mediante instru-
mento público ó mediante instrumento privado suscrito por tres
testigos respetables, tuviesen prelación sobre los resultantes de
simple escritura privada. 120
Privilegios.—La ley asegura, por último, una prelación á de-
terminadas prendas 6 hipotecas por el orden y el grado siguien-
tes: 1 .0 el derecho de prenda ó hipoteca del fisco por los im-
puestos atrasados; 121 2.° el de la mujer casada por sus créditos
dotales; In 3.° el del que ha hecho gastos para la adquisición,
conservación ó reconstrucción de la cosa del deudor; 123 4.° el
del fisco por contratos con particulares sobre los bienes adqui-
ridos posteriormente por el deudor. 124
Todos estos derechos privilegiados de prenda ó de hipoteca
son, pues, por su singular naturaleza, preferidos á cualquier otra
hipoteca, aunque de fecha anterior. Si concurren varios privile-
rencia entre sf, á pesar del orden de sus fechas. 129 3.11 Las anota-
ciones preventivas judiciales, las cuales, á pesar de constar en el
Registro, sólo dan preferencia respecto de los créditos posterio-
res á la anotación, mas no respecto á los anteriores, de confor-
midad con el principio hipotecario, según el cual dichas anota-
ciones no alteran la naturaleza jurídica del crédito en relación
con los acreedores existentes. 188 4. a Agotados los acreedores
hipotecarios inscriptos ó los de anotación preventiva, siguen los
refaccionarios no anotados ni inscriptos, por orden inverso al
de su antigüedad. 181
2. 0 grupo. — Pago privilegiado sobre la totalidad del patri-
monio. Forman los siguientes grupos y prelación :
1. 0 Créditos privilegiados por razón del sujeto acreedor y
de la naturaleza del titulo: á favor de la provincia y del munici-
pio por los impuestos de la última anualidad, vencida y no
pagada, que carecen de carácter hipotecario 132 En caso de
concurso entre acreedores de esta clase, la base es el pro-
rrateo.
2. 0 Créditos privilegiados por la naturaleza del titulo, por
ejemplo, gastos de justicia y administración del concurso, fune-
rales, última enfermedad durante el alío anterior al fallecimiento,
jornales y salarios del último año, comestibles, etc., etc. Tam-
bién en caso de concurso la base es el prorrateo. 133
3.0 Créditos privilegiados por razón de la autenticidad del
titulo. Tales son los resultantes de escritura pública y de senten-
cia firme recaída en juicio declarativo ó ejecutivo: la base de
prelación en caso de concurso es la antigüedad de fechas. 181
3• er Grupo.—Créditos comunes. Son los no comprendidos en
§ 97
De la subrogación hipotecaria y de la subprenda
§ 98
Acciones resultantes del derecho de prenda 15 de hipoteca
"4 Los romanos decían que en este caso remanet obligatio natura-
lis probter pignus (fr. 59, pr. ad Sc. Treb., XXXVI, r), es decir, que
por razón de la prenda viene en cierto modo inducida la necesidad de
una obligación natural (véase IRNERIO, IV, pág. 290). Por otra parte,
la acción hipotecaria ptiede extinguirse antes de la prescripción de la
acción personal, lo cual ocurria siempre y cuando un tercer poseedor
de buena fe usucapiera la libertad de la cosa pignorada (véase el § si-
guiente).
"5 GAI, IV, 147, § 3. Inü de interd., IV, 15. Dig., de Salv. interd.
'u Los que extienden el interdicto Salviano á relaciones distintas
de la locación, se fundan principalmente en los siguientes textos:
PAUL., Sentent., V, 6, i6; Const. r, de pret. et Salv. int., VIII, 9. Véase
PAULUS, fr. 2, § 3, de interd., XLIII, 1.
GAI, IV, 147. § 3, Inst. cit.; fr. I, y 2, de Salv. int , XLIII, 33.
n'a C i, de pret. et Salv. int., VIII, o: Si te non remittente pignus,
debitor tuus ea, qute tibi obnoxia sunt, venumdedit, internen tibi
est ea persequi, non interdicto Salviano (id enim tantummodo adversus
cona'uctorem debitoremve compete?) sed Serviana actione vel quo are'
exemfrlum eins instituitur, utili adversus emptorein exercenda.
"5 Fr. 1-2, de Salv. int., XLIII, 33; THEOPH., IV, I5, § 3. Acerca
de la antinomia entre estos textos y la C. i, Cod. de prec. et Salv. int.
(citada en la nota precedente), véase Ascou, Le orig. dell'ipot. e
T. 1.-64. DERECHO ROMANO.
506 LIBRO H. DERECHOS REALES § 98
procurar una mera garantía de hecho al actor atribuyéndole la
posesión de la cosa. 160
Acciones posesorias.— Competen al acreedor pignoraticio que
recibió la posesión de la cosa pignorada. En este caso, aun cuando
faltaba evidentemente al acreedor la voluntad de retener la cosa
como propia, le fueron concedidos los interdictos retinenda et
recuperando possessionis, mientras que el propietario conservaba
la posesión ad usucapionem. Lo mismo debe decirse del acreedor
puramente hipotecario, tan luego como ha obtenido la posesión
de la cosa, ya sea mediante el interdicto Salviano, ya mediante
la acción Serviana.
Otras acciones.—Al acreedor pignoraticio ó hipotecario se
le conceden además por analogía (utiliter) algunas acciones
competentes directamente al propietario, y en particular la
negatoria , y la confesoria actio, la actio finium regundorum, la
actio legis Agudice y la condicho furtiva.
§ 99
Extinción del derecho de prenda ó de hipoteca
17° Si yo, por ejemplo, poseo de buena fe durante diez años la casa
de Ticio, sobre la cual sé que existe una hipoteca en favor de Cayo,
me convierto en propietario de la casa por usucapión, pero no puedo
usucapir la libertad, precisamente porque conocienio la existen-
cia de la hipoteca me faltaba el requisito de la buena fe; pero si yo
ignoraba la existencia de aquel vínculo hipotecario, usucapio la casa
libre de la hipoteca. (ULPIANUS, fr. 5, § I, y PAULUS, fr. 12, de div.
temp. prcescr., XLIV, 3. C. 7 y z4, de obl. et act., IV, lo).
17 ' C. 1 y 2, Si adv. cred., VII, 36. [En España la acción hipote-
caria sobre inmuebles prescribe á los veinte años (art. 134, Ley hip.).
El derecho de reclamar contra tercer detentador los bienes muebles
sobre los que recae prelación de cosa determinada (que hemos cali-
ficado de verdadera hipoteca, pág. 481), prescribe, según el Código
civil, á los treinta días (pár. último, art. 1922).]
'" JuLiartus, fr. 29, de piga. act., 3CTIT 7, y fr. 33, § 5, de usurp.,
XLI, 3; PAULUS, fr. 3 0, § 1, in fi., de exc. rei iud., XLIV, 2. ULPIA-
NUS, fr. 45, de reg. iuris, L, 7.
"a Véase mas arriba, § 97, nota 139. [Esta doctrina romana es de
tan buen sentido, que la reputamos aplicable al derecho general espa-
ñol, aunque no la mencionen sus textos positivos.]
§ 99 EXTINCIÓN DEL DERECHO DE PRENDA 6 DE HIPOTECA 509
Culpa, 249; sus especies, 249; le- Derecho común, 16; público y pri-
gis Aquilix, 250; grados, 25 0 . vado, x7.
- in faciendo, in non faciendo; - divino (Cosas de), 200.
lata, levis, legis Aquiliæ, 249. - honorario, 44.
Curator ventris, 133. - pretorio, 42.
Curados (comicios). 19. - romano: definición - perio-
Curia, 19. dos, 15; público y privado, 17;
Curso de las aguas, 328. escrito y consuetudinario, 17;
Cuyacio, 102. tralaticio, pretorio y honorario,
42; en Oriente, 87; en Occiden-
te, 90.
Derecho (sujetos de) 15 personas,
Daño, 2 84. 131 y sigs.; objetos Ó cosas,
Date (leges), 47. 197 y siguientes.
De aqua quotidiana et oestiva - en sentido objetivo, 125.
438. - en sentido subjetivo, 125.
- clandestina possessione, 320. - absolutos y relativos, 126.
- cloacis, 438. -- de familia, patrimoniales, rea-
- fonte et de fonte reficiendo les y de obligación, 127-128;
438. derechos normales ( iura ) y
- glande legenda, 328. anormales (privilegia) y bene-
- itinere actuque privato, 438. ficios, 129; derechos civiles y
- precario, 319. políticos, según las leyes de
- rivis reficiendis, 438. España, 157 y sigs.
- tigno iuncto (actio), 377. - de autor, 327.
- V, 318. - su adquisición y pérdida, 215.
Decadencia de la enfiteusis, 458. - su ejercicio y tutela, 253.
- de la ciencia del derecho, - real, 301; de propiedad, 326
62. y sigs.; de servidumbre, 396 y
Decemvirat (Ley), 29. siguientes; de enfiteusis, 439;
Decemviros, 3 0 . de superficie, 459; de prenda só
Decisorio juramento, 284. de hipoteca, 466. •
Decreta, 47. Derecho civil español (Fuentes del),
Deere/um, 47. 11[8.
Delitos, 248. Derelictio, 202.
De Luca, 109. Derelicto (titulo pro), 363.
Deminutiones, capitis, 172. Derivativa (Adquisición), 216.
Demonstratio en la fórmula, 265. Destrucción de la cosa sirviente y
Denuntiatio, actionis, 292; 1.111s, dominante lien las servidumbres,
258. 431.
Deportación, 173. Detención, 302-303.
Derecho (en sentido objetivo), 16. Dialécticos y comentaristas, 99.
iNDICE ALFABtTICO-ANALiTICO 527
Dies á quo y ad quem, 240. Ediciones del corpus iuris, 85.
Digesta, 16; digesto nuevo y an- - y de sus varias partes, 74, 77,
tiguo, 84, 85. 79, 8o•
Diligentia, 249. - glosadas y no glosadas, 85.
Directo y útil (Dominio), 447. - de la paráfrasis de Teófilo, 87.
Distractio bonorum, - del Proquiro, Epanagoge, Epi•
Distrahendi ius, 489. tome, 88.
Divisibles é indivisibles (Cosas), - de las Basílicas, 88.
207. Edicta, 47.
Doce tablas (Ley de las), 29. Edicto de Teodorico, 69.
Documentos, 283. - perpetuo, 42.
Dolo, 228. Edictos de los magistrados -
Domicilio, 182 edicto perpetuo - tralaticio,
Dominio, 326; noción y objeto, pretorio ú honorario - de Sal.
326; restricción, 328; condomi- vioJuliano, 42; Comentarios de
nio, 33!; historia del, 332; Gayo, Pomponio, Ulpiano, Pau-
dominio quiritario y bonitario, lo, etc., 44.
332; en el derecho justinianeo, Edictum perpetuum, 41:
336; en el Código Civil, 336; - Theodorici, 69.
modos de adquirirle, 337 y sigs.; - tralatititun, 42.
pérdida, 385; acciones que le Edificación, 377.
tutelan, 386. Ejecución (Procedimiento de): ma-
Dominio, Enfiteusis (con domi- nus iniectio - pignoris capio
nio en Cataluña), 448. - bonorum venditio - cessio
Dominium (directum), 447- bonorum, 289.
Domitius (Ulpianus), 59. Ejercicio de los derechos; via de
Donato (Antonio), 112. hecho ó de derecho, 253; pro-
Donato (título pro), 363. cedimiento civil romano, 256;
Donello (Hugo), 103. legis actiones, 259; formulx et
Doroteo (el Comisionado), 88. actiones, 263; procedimiento
Dosithei (fragmentum), 67. in iuditio, 258; in iure, 258;
Dote (título pro), 363. procedimiento de ejecución,
Duareno, 203. 289.
Duodecim tabularum lex, 29. - del usufructo (cesión), 415.
Elementos esenciales, naturales y
accidentales de los actos jurídi-
cos, 23I.
Edad -infantes- impúberos - Elio, Peto, 33, nota.
púberos menores y mayores, &Olio sub corona, 339.
174 s'olor bonorum, 290.
Edere actionem, 258. Emptore (título pro), 363.
Edicendi ius, 42. Enfiteusis; 439: antecedentes his-
528 INDICE ALFABÉTICO ANALITICO
\
ÍNDICE
Pag.
INTRODUCCIÓN
I. Significación del derecho romano en general, y de las Institucio-
nes en particular 5
II. Noción del derecho, y su clasificación en derecho pUblico y pri-
vado, escrito y no escrito. 16
III. Leyes del pueblo romano. 19
IV. Senadoconsultos 37
V. Edictos de los magistrados. 41
VI. Constituciones de los príncipes. 45
VII. Respuestas de los jurisconsultos. 51
VIII. Colecciones de las leyes romanas de los bárbaros 68
IX. Sumario histórico de la legislación de Justiniano 70
X. Examen de cada una de las compilaciones de la legislación justi-
nianea. División, manuscritos, ediciones, modo de citación é
interpretación de las mismas. 73
XI. Del .,Corpus iuris civilis› en su conjunto. 84
XII. Vicisitudes del derecho romano en Oriente 87
XIII. Vicisitudes del derecho romano en Occidente. 90
XIV. Historia literaria del dereeho romano. 93
XV. Bibliografía del estudiante 514
[XVI. APÜNDICE. — De las fuentes del derecho civil español ] s8
LIBRO PRIMERO
Teoría general
LIBRO SEGUNDO
Derechos reales
§ 47. Nociones preliminares. 3 01