ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE
Un sueño soñaba anoche soñito del alma mía,
soñaba con mis amores, que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca, muy más que la nieve fría.
—¿Por dónde has entrado, amor? ¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas, ventanas y celosías.
—No soy el amor, amante: la Muerte que Dios te envía.
—¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día!
—Un día no puede ser, una hora tienes de vida.
Muy deprisa se calzaba, más deprisa se vestía;
ya se va para la calle, en donde su amor vivía.
—¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta, niña!
—¿Cómo te podré yo abrir si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio, mi madre no está dormida.
—Si no me abres esta noche, ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando, junto a ti vida sería.
—Vete bajo la ventana donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare, mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe; la muerte que allí venía:
—Vamos, el enamorado, que la hora ya está cumplida.
ACTIVIDADES
1-Resume en unas líneas el argumento de este texto: ¿Dónde está el enamorado?
¿Quién viene a visitarle? ¿Dónde está la amada? ¿Qué solución encuentran para
poder verse? ¿Qué sucede al final?
2. Indica la estructura del texto siguiendo el esquema de planteamiento, nudo y
desenlace.
ROMANCE DE LA DONCELLA
GUERRERA Don Martín deja las flores, un vara va a cortar:
—¡Oh, qué varita de fresno para el caballo
Pregonadas son las guerras de Francia para arrear!
Aragón, —Hijo, arrójale al regazo tus anillas al jugar:
¡Cómo las haré yo, triste, viejo y cano, pecador! si Don Martín es varón, las rodillas juntará;
¡No reventaras, condesa, por medio del corazón, pero si las separase, por mujer se mostrará.
que me diste siete hijas, y entre ellas ningún Don Martín muy avisado hubiéralas de juntar.
varón! —Herido vengo, mi madre, amores me han de
Allí habló la más chiquita, en razones la mayor: matar; los ojos de Don Martín nunca los puedo
—No maldigáis a mi madre, que a la guerra me olvidar.
iré yo; me daréis las vuestras armas, vuestro —Convídalo tú, mi hijo, en los baños a nadar.
caballo trotón. Todos se están desnudando; Don Martín muy
—Conoceránte en los pechos, que asoman bajo triste está:
el jubón. —Cartas me fueron venidas, cartas de grande
—Yo los apretaré, padre, al par de mi corazón. pesar,
—Tienes las manos muy blancas, hija no son de que se halla el Conde mi padre enfermo para
varón. finar.
—Yo les quitaré los guantes para que las queme Licencia le pido al rey para irle a visitar.
el sol. —Don Martín, esa licencia no te la quiero
—Conocerante en los ojos, que otros más lindos estorbar.
no son. Ensilla el caballo blanco, de un salto en él va a
—Yo los revolveré, padre, como si fuera un montar;
traidor. por unas vegas arriba corre como un gavilán:
Al despedirse de todos, se le olvida lo mejor: —Adiós, adiós, el buen rey, y tu palacio real;
—¿Cómo me he de llamar, padre? —Don Martín que dos años te sirvió una doncella leal!.
el de Aragón. Óyela el hijo del rey, trás ella va a cabalgar.
—Y para entrar en las cortes, padre ¿cómo diré —Corre, corre, hijo del rey que no me habrás de
yo? alcanzar
—Besoos la mano, buen rey, las cortes las hasta en casa de mi padre si quieres irme a
guarde Dios. buscar.
Dos años anduvo en guerra y nadie la conoció Campanitas de mi iglesia, ya os oigo repicar;
si no fue el hijo del rey que en sus ojos se puentecito, puentecito del río de mi lugar,
prendó. una vez te pasé virgen, virgen te vuelvo a pasar.
—Herido vengo, mi madre, de amores me muero Abra las puertas, mi padre, ábralas de par en par.
yo; Madre, sáqueme la rueca que traigo ganas de
los ojos de Don Martín son de mujer, de hombre hilar,
no. que las armas y el caballo bien los supe manejar.
—Convídalo tú, mi hijo, a las tiendas a feriar, Tras ella el hijo del rey a la puerta fue a llamar.
si Don Martín es mujer, las galas ha de mirar.
Don Martín como discreto, a mirar las armas va: Anónimo
—¡Qué rico puñal es éste, para con moros
pelear!
—Herido vengo, mi madre, amores me han de
matar,los ojos de Don Martín roban el alma al
mirar.
—Llevarasla tú, hijo mío, a la huerta a solazar;
si Don Martín es mujer, a los almendros irá.
ACTIVIDADES
1. ¿Cómo se encuentra el padre? ¿Por qué razón?
2. Uno de los versos señala “Allí habló la más chiquita / en razones la mayor”, ¿Qué quiere decir con ello el
que habla?
3. Nombre todas las acciones que la princesa tuvo que hacer para esconder que era mujer.
4. ¿Por qué la doncella tiene que esconder que es mujer?
5. Si hoy una mujer quisiera participar como soldado en una guerra, ¿cree que tendría que hacer lo mismo
que la doncella? Argumente su respuesta.
6. ¿Qué características le permitieron a esta doncella pelear en la guerra? Escriba dos.
7. ¿Cree usted que la doncella realmente pudo transformarse en un varón?
8. ¿Por qué no quiso la doncella guerrera mostrarle al hijo del Rey su verdadera identidad hasta llegar a la
casa de su padre