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Ryaxkin2014 01
UDI-DEGT-UNAH.
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VAXKIN
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Revista Anual del Instituto Hondureño de Antropología e Historia
Año 36, Volumen XXVII. No. 1, 2014.
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GOBIERNO DE LA
r e p ú b l ic a de H o n d u r a s
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I n s t it u t o h o n d u r e ñ o de
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ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
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A
Edición: J. B. Andrade.
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Diseño interior y diagram ación: J . B. A ndrade.
Diseño de portada: David Ochoa.
Impreso en H onduras.
CyP Flores
C
T-
Tel: 2239-5365
Comité Editorial
In g e n ie r o V irgilio P a red es
Gerente del IHAH
A
L icda. M artha P a tricia C ardona
Subgerencia de Promoción y Coordinación de Regionales
R
Lie. R o la n d o C a ñ iz a le s V ijil
Subgerencia de Patrimonio
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L ie. Ornar T ala v era
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Unidad de Registro y Control
L icda. J o h a n n a B urgos
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Unidad de Divulgación
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VAXKIN
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Parque
Ecoarqueológico
Las Cuevas
de Talgua,
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Olancho, Honduras.
(Foto Unidad de
Museos)
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patrim onio c u ltu ra l tangible e intangible.
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y extranjeros a p re se n ta r su s artículos y revisiones bibliográñcas rela
cionadas con aquellas á re a s o rien tad as por la interdisciplinariedad en la
investigación histórico-antropológica, la inclusión de las com unidades
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en la conservación y re sta u ra c ió n del patrim onio cu ltu ral, la gestión p a r-
ticipativa del patrim onio y la creación de espacios p lu rales de expresión
del acervo c u ltu ra l h o n dureño.
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Se d a preferencia a los estudios inéditos en castellano, pero se
p u ed en co n sid erar originales en inglés y /o trad u ccio n es de artículos in
cluidos en publicaciones de poca difusión en H onduras. Las y los a u to
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conveniencias de la revista.
original.
Todo artículo que no cum pla con los requisitos de form ato, p re
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Contenido
Arqueología
Arqueología Histórica
en el Exconvento
Franciscano de Tegucigalpa, 12
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Honduras
José Roberto Ram írez
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Ranferi Juárez
Oscar Neil Cruz
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Arqueología Histórica en la
Catedral de San Miguel,
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Tegucigalpa 34
Ranferi Ju á rez Silva
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Patricia Urban
Aaron Shugar
Historia
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D ennis Portillo
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Zoé Perla
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Conferencias
Huellas de las C osm ovisiones
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M esoam ericanas
S ín tesis
María del Carmen Lechuga García
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Dossier
Conversatorío
Antonio R. Vallejo: los Oimientos de la
investigación histórica en Honduras’’
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Víctor M anuel Ram os
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biográfícos y su papel en el gobierno de
Marco Aurelio Soto y la Reforma Liberal
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José Heriberto Rodríguez B.
Bibliografía de y acerca de
Antonio R. Vallejo I Q y
Ism ael Zepeda Ordóñez
Douglas Vargas
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R esu m en
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Este trabajo p resen ta los resu ltad o s obtenidos en las exploracio
nes arqueológicas realizadas en el exconvento F ranciscano en Teguci-
galpa, H onduras. En esta investigación se empleó la m etodología de la
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perspectiva de la arqueología histórica, que perm itió com plem entar u n a
variedad de fuentes, históricas y gráficas que enriquecieron la evidencia
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arqueológica p a ra ten er u n a m ejor com prensión del edificio, escenario de
tan to s acontecim ientos culturales, sociales e históricos, haciendo de este
uno de los edificios m ás icónicos del Centro Histórico de Tegucigalpa.
Los objetivos eran identificar las etap as con stru ctivas que pudo h ab er
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tenido el edificio, recolectar m aterial cu ltu ral, gráfico y docum ental que
ap o rtaran mejor entendim iento sobre el inm ueble, previo a su re s ta u ra
ción.
A b s tra c t
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1 José Roberto Ramírez Torres, Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras UNAH. Y
asistente técnico en arqueología. Investigador independiente. (Thank you Rachel B.)
2 Ranferi Juárez Silva: Arqueólogo, Escuela Nacional de Antropología ENAH. México. Arqueólogo de la Unidad de Arqueo
logía del Instituto Hondureño de Antropología e Historia. IHAH.
3 Oscar Neil Cruz: Arqueólogo, Escuela Nacional de Antropología ENAH. México. Jefe de la Unidad de Arqueología e
Historia del Instituto Hondureño de Antropología e Historia. IHAH.
A n te c e d e n te s H is tó r ic o s
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D u ran te la Colonia las órdenes religiosas en Am érica L atina fue
ron las en carg ad as de la conversión de los grupos au tó cto n o s, en esp e
cial la orden F ran ciscan a, que co n tab a con p resen cia en el territorio de
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lo que actu alm en te es H onduras, desde el últim o cu arto del siglo XVI
(Martinez, 2011, p. 53).
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El otorgársele el título de Alcaldía Mayor a Tegucigalpa en 1579,
genera en las au to rid ad es religiosas el deseo de lev an tar tem plos; es así
que el fraile J u a n B a u tista Ponce d a los prim eros p aso s en la c o n stru c
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ción del convento franciscano en Tegucigalpa, por medio de donaciones
p articu lares, tan to en m etálico como en objetos litúrgicos etc. Por o tra
parte, en 1590 C ristóbal Rodríguez Bravo donó c a sa s de su propiedad,
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gares, siendo reem plazados por Fray Jo sé Antonio López, quien no con
tinuó e sta iniciativa (Castillo, 2007, p. 13).
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En noviem bre de 1829, La A sam blea Legislativa del E stado de o
H onduras, acordó que los conventos p a sa ría n al cuidado de las m unici
palidades, con el ñn de p re sta r u n a m ejor utilidad, ya fuera dando cabida
al cuño, im p ren ta o centros de in stru cció n pública. En e sta época por
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En 1847 La C ám ara Legislativa tra sla d a la institución, ah o ra de
nom inada UNAH, al edificio del Convento F ranciscano, presidiendo el
acto, el presidente J u a n Lindo; posteriorm ente en 1869 la U niversidad es
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traslad a d a al convento M ercedario, por ser u n local m ás apropiado p a ra
esa institución (Castillo, 2007, p. 15). En 1854 William Wells, explorador
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N orteam ericano realizó u n viaje por H onduras, en su p erm an en cia por
Tegucigalpa, recibió la invitación de p resen ciar el exam en de u n can d i
dato al bachillerato en la Academ ia Literaria de Tegucigalpa, con sede
en el otrora convento Franciscano. Este acto fue todo u n acontecim iento
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El estreno del inm ueble como cu artel en 1881, fue notificado por
el diario La Paz: “El edificio de San Francisco e sta b a en ru in as: se h a
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Imagen 1. Fachada del exconvento San Diego de Alcalá e iglesia San Francisco. C. 1882
(Mary Lester, “ Un viaje por Honduras” . EDUCA, San José, 1971).
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Imagen 2. Iglesia y Convento San Francisco 1890 (Unidad de Arqueología del
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Imagen 3. Fachada del Exconvento Franciscano. (Harding Davis, Richard: 1896, Three
gringos in Venezuela and Centralamerica. New York. Harpers & Brothers, p. 141)
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En 1953 se publica el libro de la señ o ra G uadalupe F errari de
Hartling, en él describe detalladam ente el interior del edificio p a ra fina
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les del siglo XIX. El siguiente relato aportó datos su stan ciales p a ra esta
investigación sobre el inm ueble:
En otra parte del relato de Ferrari, detalla que: “Al lado oriente del
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cuartel San Francisco existía un gran solar como se p u e d e ver hoy (1953),
en medio habían u nas tapias derruidas, antiguas y posiblem ente de la
época coZomaZ" (1953, p.71). Este com entario de F errari es u n a excelente
fuente que puede ser c o n trasta d a con la im agen 4. La im agen to m ad a
u n o s 70 años an tes del relato, corrobora que no existía n in g u n a co n s
trucción al oriente del cuartel. Es m uy probable que se h ay a realizado
alg u n a construcción calle de por medio, es decir al este del edificio, pero
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Imagen 4. Exconvento e Iglesia San
Francisco, 1883. Vista hacia el su
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reste, obsérvese la construcción de la
sección Este del Inmueble.
(Fotografía del archivo de José Ro
C berto Ramírez).
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Este del cuartel, m ism a que no fue c o n stru id a calle de por medio, como
se h ab ía especificado en el diario la G aceta del 31 Diciembre de 1882 (La
G aceta 1882, en Anales del Archivo Nacional, 1968, p. 31). Es posible
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que e sta construcción que se observa en el lado Este del edificio sea u n a
construcción que realizaba el coronel M anuel Morey y que el gobierno
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considerara conveniente com prar “p a ra a u m e n ta r las dependencias del
C uartel de S an F rancisco” (Docum ento, ANH, 1883). O
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Imágenes 6 y 7: Anverso y Reverso de Documento del Archivo Nocional de Hondu
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ras, en legajos misceláneos. 1880 - 1883. (Foto de José Roberto Ramírez Torres).
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D urante el prim er cuarto del siglo XX, el inm ueble soporta las revuel
tas y diferentes revoluciones, cuyos protagonistas siem pre ven al in m u e
ble como u n lugar estratégico sobre el cual posicionarse. El 1 de agosto
de 1956 estu d ian tes universitarios m iem bros del comité de huelga de
FEUH, m iem bros del partido liberal y ciertos m iem bros del ejército se
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tom aron las instalaciones del inm ueble, exigiendo la liberación de líde
res presos y el cese de persecuciones (Castillo, 2007, p. 25; Fasquelle y
Roque, 2008, p. 80).
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Imagen 8; Costado exterior sur de Iglesia San Francisco, torre original y contra
(Fuente: Guadalupe F. de Hartiing, pág. 109).
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Imagen 1 1. Excavaciones del cimienfo de la torre original. 2004. (Unidad de Ar
queología IHAH. Foto de Oscar Nell Cruz).
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O p . 3. / S u b O p . 6
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□ A r e a d e In v e s tig a c ió n
S e g u n d a fa s e . O p . 2
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de H istoria Militar, quienes actualm en te ocu pan dicho inm ueble, con
la intensión de realizar u n a restau ració n total del inm ueble. En ese
sentido, la Prim era Fase de Investigación arqueológica se concentró en
excavar u n a sección de 17 x 4 m del lado s u r del patio central. En e sta
área se logró identificar diferentes letrinas y su s sistem as de cañ ería y
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área fue siem pre -por lo m enos desde m ediados o finades del siglo XIX-,
u n área en donde se construyeron sistem as de captación de agua, por
ejemplo pilas; fue y co n tin u a siendo u n área donde se colocaron letrin as
en los inicios del siglo XX y baños san itario s en la actu alid ad , inclusive
posterior a la restauración .
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año de 1832, cu an d o la C onfederación C en tro am erican a se en co n trab a
en los últim os días como tal.
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15 r/its
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Imagen I 6: Fotografía que muestra los tres niveles de piso del patio central del excon
vento Franciscano, previo a su restauración. Julio 2008. (Foto de José Roberto Ramírez
Torres, IHAH)
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m osaicos tam bién fueron colocados en los pasillos del exconvento, al
parecer la intención fue darle uniform idad al diseño del patio como a
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los pasillos. P robablem ente estos ladrillos m osaicos fueron colocados en
m ejoras que se realizaron en el inm ueble an terio r a los años de 1950. El
segundo nivel de piso que se identificó, fue probablem ente construido
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en la época del gobierno de Tiburcio C arias Andino (1933 - 1948), este
piso era de ladrillos m osaico, de 0.20 x 0.20 m cad a u n o , de color gris,
con motivos espirales en los extrem os. Se identificaron otros ladrillos
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m osaicos con las m ism as dim ensiones en o tras área s del inm ueble, pero
de diferente color, teniendo la inscripción “ADMÓN CARÍAS”. Elem ento
que nos perm ite a su m ir que este piso de ladrillo m osaico fue colocado en
tiem pos de C arias.
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Imagen 17: Ladrillo mosaico, del tiempo de Carias Imagen 18: Botella Ross Belfast. del S. XIX re
en cuarto suroeste del exconvento San Francisco cuperada durante las excavaciones del patio
previo a su restauración en julio 2008. (Foto de central. (Foto de José Roberto Ramírez Torres).
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Imagen 19. Proceso de limpieza de Imagen 20. Caja de registro de ladrillo y tubería de con
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calabozo, julio 2008. creto de los años 40 y la parte baja drenaje de piedra
(Foto José Roberto Ramírez Torres). labrada de finales del S. XIX.
(foto de José Roberto Ramírez Torres, IHAH).
Otro de los rasgos identificado en el área del patio cen tral fue u n a
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sección de u n a cañería, de piedra lab rad a de can tera, cuyo rasgo fue
identificado en la prim era fase de investigaciones. E sta cañ ería de piedra
tallada que posteriorm ente fue ex p u esta por m iem bros encargados de la
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El exponer la cañ ería en el patio cen tral perm itió identificar que
por debajo del nivel de piso de p ied ra de canto rodado, no existía n in g ú n
rasgo constructivo, por lo que se puede deducir que probablem ente an tes
de ese piso de canto rodado el terreno n a tu ra l pudo h ab e r funcionado
como u n piso como tal. Otro elem ento arquitectónico identificado en el
área cen tral del patio, en su p arte norte, fue u n a sección de cañ ería de
concreto y u n a caja de registro h ech a de ladrillo, e sta sección de cañ ería
se conecta con la cañ ería de p iedra la b ra d a que se identificó en el extre
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mo s u r del patio cen tral en la p rim era fase. Es m uy probable que e sta
cañ ería h ay a sido colocada en la época del gobierno de C arias Andino
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(1933-1948), ya que d u ra n te su adm inistració n previo a la p av im en ta
ción con piedra lab rad a, se colocó sistem a de alcantarillado u sa n d o entre
estos cañ ería de concreto.
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cuarto núm ero 6, ya que las au to rid ad es m ilitares so sp ech ab an que era
en este lugar donde existía u n calabozo o cu arto su b terrán eo . Se logró
efectivam ente, identificar que existía u n cu arto su b terrán eo , tra s rom per
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la losa de cem ento en la esq u in a no reste del piso. Este sótano e sta b a
parcialm ente lleno en el lado s u r de diferentes desechos, tierra, p lásti
cos, m etales, vidrio, pedazos de teja, restos óseos y proyectiles de fusil de
los cuales m uchos e sta b a n pegados a repello de cal y aireña, esto puede o
indicar que posiblem ente h ay an sido extraiídos de las paredes y al m o
m ento de resta u ra rlo sim plem ente los depositaron ahí.
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bozo originalm ente se construyó de otro m aterial y posteriorm ente fue
construido de esta m anera. Es m uy probable que este pozo sea el sótano
que fue term inado de co n stru ir en 1881 en época del presidente Marco
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Aurelio Soto, así lo afirm aba el diario la paz del 14 de febrero de 1880:
"... se están reconstruyendo varios edificios nacionales con ex trao rd in a
ria actividad: el claustro del extinguido convento de San Francisco, p a ra
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alm acén m ilitar y depósito de tabaco, pólvora, etc. Un sótano extenso y
com pletam ente seguro se h a cavado en el m ism o edificio p a ra g u a rd a r la
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pólvora...” (La G aceta, 1882, en Aguilar: 2010).
el techo, pueden leerse varios nom bres y apellidos de soldados, así como
varias fechas y rayas h ech as con grafito; quizás p a ra llevar el conteo de
días dentro del calabozo. Las siguientes im ágenes son evidencia tangible
que m u estran claram ente que ese espacio fue utilizado como calabozo.
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Dibujos: u n a calavera, u n corazón, signos religiosos (cruz), u n a palom a
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(¿símbolo de libertad?), tronco y extrem idades inferiores de figuras a n
tropom orfas.
en las p ared es, hechos con carbón o posiblem ente hollín, que son te s
tim onio de las p erso n as que ahí perm anecieron, m uchos de éstos en
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A dem ás de lo a n te s descrito, se identificó u n grupo de escritos
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tono irónico: “A rm ando A ndrade sa lu d a m uy cariñ o sam en te a todo aquel
tu ris ta que va a p a s a r vacación en S an Chico” o “Rigo Lizardo les d a la
bienvenida a S an P ancho”. Ambos escritos p u ed en ser vistos en la pared
su r del calabozo. Según guías del M useo de H istoria Militar, algunos
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E ntre 1880 y 1883. Q
1. P rim er nivel d e p is o patio cen tral
2 . A lm a c é n d e p ó lv o ra / C a la b o z o
3 .S e c c ió n E s te del E dificio.
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Imagen 23. Plano General del ex convento Franciscano mostrando los elementos arquitec
tónicos de finales del s. XIX. (Dibujo José Roberto Ramírez Torres).
Conclusiones
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tin tas reconstrucciones que tuvo el exconvento a lo largo de los años,
pero h a sido imposible, arqueológicam ente hablando, confirm ar los luga
res específicos a los que estas fuentes se refieren. Por ejemplo, p a ra 1839
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se solicita a la alcadia de Tegucigalpa se reco n stru y a el edificio, ya que
está “arru in ad o ” (Anales del Archivo Nacional de H onduras, julio 2002,
p. 79), p a ra ello vecinos de la plazuela contribuiríain a su reconstrucción
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y tam bién el señor Jo sé Ferrari, padre de G uadalupe Ferrari, contribuyó
con su peculio p a ra reconstruirlo. Este com entario es im portante ya que
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la construcción del convento e Iglesia F ranciscana, posiblem ente fue uno
de los factores iniciales que propició la expansión u rb a n a de Tegucigalpa
hacia el este. Tam bién p a ra 1848 se le notifica al D irector de R entas del
E stado la condición en que se en c u e n tra el inm ueble y se detalla entre
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Por otro lado, la ubicación del calabozo indica que lo con stru y ero n
en u n área del inm ueble que ya existía y ese puede ser otro elem ento por
el cual se puede afirm ar, que la sección E ste del inm ueble fue c o n stru id a
1
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acrecen tan d o de este modo, el sa b er histórico y arqueológico de este in
m ueble icónico de la capitail de H onduras.
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(i)
B ibliografía
Anales del Archivo Nacional de H onduras. (Tomo IV, Ju lio 2002, N°l).
Solicitud de R econstrucción del Convento de San Francisco en 1839 fon
do “Alcaldía de Tegucigalpa”. Pago. 79. Y Edificios públicos de la ciudad
de Tegucigalpa 1848. Pág. 45.
A
Aguilar Flores, J u a n M anuel. (2010) Iglesias Coloniales de Tegucigalpa.
Tegucigalpa: Ediciones G uardabarranco.
R
Aguilar Flores, J u a n M anuel, (2011) Museos, parques arqueológicos y
C
ecoarqueologicos de Honduras. Tegucigalpa: Ediciones G u ard ab arran co .
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Arqueología Histórica en La
Catedral de San Miguel, Tegucigalpa
Ranferi Juárez Silva
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In tr o d u c c ió n
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d eclarad a como C atedral del país. Por ser u n a edificación an tig u a, es
necesario darle m antenim iento tem poralm ente, debido a ello se realizó
la p ro p u e sta de re sta u ra c ió n en la fachada, atrio y patios laterales. El
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In stitu to H ondureño de Antropología e H istoria a través de la U nidad de
Arqueología, realizó la investigación arqueológica dentro de ese m o n u
m ento colonial.
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La arqueología h istó rica es u n a de las form as de investigación en
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la que p articip an dos ciencias sociales, la prim era e stu d ia los resto s m a
teriales que son efecto de la transform ación del ser h u m an o , los cuales
pudieron h ab e r sido dejados en el área, in situ o no. La segunda, se dedi
ca al estudio de docum entos escritos, p a ra llegar al conocim iento del p a
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sado. U nidas e sta s dos ciencias la investigación se com plem enta de for
m a que la h isto ria ay u d a con los datos históricos y la arqueología verifica
si existieron o no, evidencias de dichos eventos a la o tra y viceversa. P ara
e sta investigación la arqueología hace u so de los docum entos escritos,
existentes realizados por los investigadores. La investigación, se realizó
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A n te c e d e n te s H istó r ic o s
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casa al pie de la m ontaña, otra a la orilla del rio grande, o tra a la rivera
del rio oro, otras en la parte alta del cerro, casas u n id as por veredas, a
la orilla de tales veredas fueron construyéndose m ás casas con el correr
del tiem po” (Vázquez, 1948). Uno de los prim eros reportes de u n edificio
religioso es el de La Iglesia de N uestra Señora de la Inm aculada C oncep
ción, co n stru id a en 1621 (Martínez Castillo, 1992), u b icad a en el centro,
al norte de la plaza mayor. En el año de 1746 -125 años m ás tarde-, fue
d estru id a por el fuego y así perm aneció h a sta que el estado la vendió, en
el año de 1856 (Martínez Castillo, 1992), ya que se en co n trab a en ru i
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nas; el dinero obtenido de dicha venta fue utilizado p a ra h acer m ejoras
al Templo de la C atedral de San Miguel.
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En el año de 1762 (Aguilar, 2004) se h ab ía solicitado a E sp añ a
que, “Real de M inas de Tegucigalpa”, fuera n om brada “Villa de S an Mi
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guel de Tegucigalpa de H eredia”, lo cual sucede h a s ta el año de 1768
(Aguilar, 2004); p a ra esto se necesitaba u n a iglesia, ya que la de N uestra
Señora de la Inm aculada Concepción se h ab ía quem ado, y por tal motivo
T-
se com ienza la construcción de la iglesia de San Miguel, en 1765 (Soto y
Lara, 1991), y term in ad a h a s ta el año de 1781 (Martínez Castillo, 1992).
C onstruida en la parte este de la Plaza Mayor; desde su fundación h a s
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pone ñn al segundo cuerpo y sirve a la vez de co rn isa horizontal.
La E sp ad añ a, con tres nichos y u n reloj en el tope que tiene su
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linternilla, se p a ra n los cam panarios, que a su vez tienen dos
pisos, contando cad a u n o con ocho grandes v en tan as de arcos
de medio pun to , en donde se e n c u e n tra n su sp en d id as las cam
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p an as. Siete son en total los nichos que a d o rn a n la fachada,
ocupando el Nicho C entral de la im agen de San Miguel Arcángel
(1992).
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11 de ancho y 18 de alto, es de u n a sola nave cu b ierta con
bóveda de cañón corrido, coronada por u n a cú p u la sobre la
p lan ta de tam bor octagonal que tiene 30 m etros de alto. E sta
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m ism a a ltu ra tienen las torres. El espesor de las paredes va
ría desde 1.25 varas en los m uros laterales h a s ta 2.73 en la
en trad a principal (1992).
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El énfasis sobre las evidencias culturales, entendiendo como “algo extra
somático, de un continuo de cosas temporales y eventos dependientes de
los sim bolism os... Es un mecanismo en función a hacer la vida segura y
trascendente para individuos de la especie hum ana'' (White, 1959).
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recuperados del contexto, sin co n su ltar los datos históricos, e sta s cate
gorías no ten d rán ningún valor ni m edida, siendo que frecuentem ente,
será posible en co n trar en algún libro la inform ación necesaria, en la que
generalm ente se incluyan los nom bres originales de la cerám ica como lo
explica Hume, en su deñnición que sobre la arqueología:
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R e su lta d o s d e I n v e s tig a c ió n
R
El tipo de investigación que se realizó, consistió en excavaciones
sistem áticas, con pozos de 2 X 2 m etros, y de niveles arbitrarios. La ex
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cavación se realizó h a s ta donde ya no aparecieron m ateriales cu ltu rales
en las cap as inferiores. C ada nivel fue registrado y se tom aron fotogra
fías, así como u n dibujo de p lan ta, y los m ateriales recu p erad o s de dicha
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excavación eran p u esto s en bolsas, etiquetados y separados. Adem ás de
que se realizaron dibujos de p la n ta de las d istin tas áreas u operaciones
de trabajo, con el objetivo de u b icar espacigdm ente las u n id ad es de exca
vación. Se elaboraron los dibujos de perfil de cad a u n a de las u n id ad es
EG
em bargo, con e sta inform ación breve se puede concluir lo que a conti
nuación se describe.
U
A
R
C
T-
EG
I-D
ya que las o sam en tas registradas se en cu en tran , entre la prim era g rada
p a ra b ajar y el atrio.
A
R
C
T-
EG
C
O
C o n clu sio n es
A
Al parecer ésta, tenía u n a orientación de este a oeste, y no de
norte a su r como la conocemos ahora, ya que como se m enciona en los
R
antecedentes históricos: La iglesia de la Inm aculada Concepción m iraba
hacia la plaza central, la iglesia se construyó en 1621, y se en co n trab a
en la esq uina noreste de dicha plaza, u n a vez que se decidió co n stru ir
C
la iglesia de San Miguel de Tegucigalpa, p a ra el año de 1765, ya no
había espacio suñciente p ara ésta; por tal razón, se decidió co n stru ir en
T-
el lugar que se en cu en tra actualm ente, al su re ste de la Plaza Francisco
M orazán, que fue en la parte este de dicha plaza, acap aran d o la m itad de
ésta. Y años m ás tarde se derribó la e stru c tu ra que q u ed ab a de la iglesia
de La Inm aculada Concepción, la cual se en co n trab a al norte de la plaza,
EG
B ib liografía
A
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ras. Tegucigalpa: UNAH.
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C
Schiffer, Michael B. 1972. “Archaeology C ontextual an d System ic Con-
T-
text”, en: American Antiquity, vol. 37, (No. 1).
A
Investigación realizada en el marco del Taller de Cobre, Santa Bárbara, Honduras.
R
R esum en
C
Los artefactos de cobre eran m ercancías valoradas en M esoam éri-
ca desde el siglo IX, debido a la co n q u ista esp añ o la en el siglo XVI. Se
h a asum ido d u ra n te m u ch o s años que la m ayoría de estos artefactos de
T-
m etal fueron fabricados en el O ccidente de México. Investigaciones re a
lizadas con el In stitu to H ondureño de Antropología e H istoria en el sitio
de El Coyote en el noroeste de H o n d u ras desafiaron esa interpretación.
Excavaciones en el sitio, recu p eraro n evidencia clara de procesam iento
EG
eran botados. Los m ateriales recu p erad o s del taller de cobre indican
que la m etalurgia en El Coyote ocurrió d u ra n te el 800 h a s ta 1000 d.C., y
posiblem ente co n tin u an d o en el siglo XVI. En este artículo se describe la
evidencia p a ra la m etadurgia an tig u a en El Coyote y se analiza qué papel
pudo d esem p eñ ar e sta in d u stria en la econom ía política local y en las
D
ru ta s del com ercio de larga d istan cia en que los residentes de El Coyote
participaron.
U
a
O)
O
A
ler 1988b; Hosler and M acFarlane 1996; P endergast 1962; Sim m ons and
S hugar 2008; Sim m ons et al. 2001, 2009) y, en m enor escala a lo largo
del su reste de M esoam érica en las áreas contiguas con G uatem ala, El
R
Salvador y H onduras; (Blackiston 1910; Bray 1971; S chortm an an d Ur-
b an 2011; Strong et al. 1936; Wonderley 1981). A unque se h a n en c o n tra
C
do sitios que produjeron pequeñas cantidades de cobre en tierras bajas
y tierras altas de los Mayas, fechadas al final de la etap a precolom bina;
tradicionalm ente en estas tierras h a n sido u su a rio s y no p ro d u cto ras de
T-
artefactos de cobre.
SOUTHEASTERN MESOAMERICA
EG
I-D
D
U
^ • c tflc O c#»n
A
políticas económ icas locales?
El C o y o te
R
El trabajo en el noroeste de H onduras se h a concentrado en el
C
sitio Maya de C opán (Andrews et al 2005; F ash 2001); la gran lla n u ra
co stera del Caribe (Hendon 2010, Joyce 1992; Joyce y H enderson 2001);
el Valle de C om ayagua (Dixon 1989, 1992); la cu en ca del Sulaco y Hu-
T-
m uya a h o ra in u n d a d a por la re p re sa de El Cajón (Hirth et al. 1989); Lago
de Yojoa (ej., B audez y Becquelin 1973); la cu en ca del U lúa-Jicatuyo
(Schortm an et al, 1986); el Valle de Naco ( S chortm an et al, 2001, 2011,
U rban y S chortm an 2012;. U rban et al 2002); y la zona m edia del río
EG
C ham elecón-C acaulapa (Urban 2007); ver tam bién Stone 1957.
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A
R
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I-D
rrro A » M A M rA «a n a a íia ,
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Figura 2. Mapa de El Coyote,
D
U
A
R
C
T-
Figura 3. Concentraciones de
cobre, como medida de las
muestras de suelo, cubiertas en
EG
A
En contraste con el enfoque en espacios cerrados en los m o n u
R
m entos d u ran te el Clásico Tardío, el G rupo Noreste se caracteriza por
u n régimen abierto en el centro, el cual es p resentado en la e stru c tu ra
220, la plataform a m ás grande co n stru id a h a s ta este m om ento en El
C
Coyote. Alrededor de este punto hay áreas p a ra el alm acenaje -y por lo
m enos u n a, era utilizada p a ra alm acenar objetos em pleados en devotos
rituales curativos-, complejos residenciales, u n sitio cerem onial y luga
T-
res que pudieron ser preparados p a ra co n stru ir uno o m ás m o n u m en
tos. G randes edificios se organizaron ap aren tem en te p a ra proporcionar
lugares cerem oniales y reuniones públicas, algo no ta n evidente en la
EG
plaza cerrad a del Clásico Tardío en El Coyote que incluyó m onum entos
y plazas cerem oniales, estos últim os ocultos en gran m an era al público.
El período Clásico Term inal tam bién fue testigo de u n au m en to d ra m á ti
co predom inantem ente de artículos im portados, incluyendo la cerám ica
plomiza de la costa del Pacífico de G uatem ala, policrom os de Las Vegas
que vienen de áreas m ás al su r en América C entral, y de obsidiana de las
I-D
A
M esoam érica d u ra n te el Clásico T erm inal pudo dependido en p arte, de
la habilidad de algunos m ag n ates de ofrecer algo de valor a los socios
R
com erciales d istan tes. D ada la a lta estim a en que se m anejó a lo largo
de gran p arte de M esoam érica, el cobre podría h ab e r sido u n a de estas
cosas valiosas.
C
Las venas de cobre y m alaq u ita son fácilm ente accesibles en los
depósitos en co n trad o s en las colinas a 8 Km al oeste de El Coyote. La
T-
m ayor p arte de este m aterial h a sido extraído en el curso de la explo
tación m in era com ercial en las ú ltim as décadas. E sta ú ltim a actividad
pudo h ab e r destru id o la cueva C am p an a en Q uim istán de la cual se
EG
El Diseño de Investigación
A
u n ía el Grupo Sureste, u n complejo residencial de los élites del Clásico
Term inal, hacia la terraza inferior p a ra d eterm in ar la relación de ese
edificio, si los hubiere, al taller de cobre.
R
Se analizaron los m ateriales recuperados en el tra n sc u rso de este
C
trabajo p a ra proporcionar evaluaciones iniciales de las fechas de o cu p a
ción y la gam a de actividades llevadas a cabo en e sta porción de El Co
yote en diferentes p u n to s en el tiempo. Tam bién se estu d iaro n p ru eb as
T-
de suelos derivadas de las^ excavaciones p a ra definir su s com posiciones
m inerales y quím icas en u n esfuerzo p a ra d eterm in ar la extensión e s
pacial de las actividades del procesam iento del cobre. El análisis fu n
dam ental y que a ú n se está explorando incluye: estudio de m u e stra s de
EG
Resultados
D
EL COYOTE
S u Bálbara. Honduras
A
SOUTHEAST GROUP
R
C
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ti iI i
• t • • ■
EG
A
es la m áxim a 0.34m de profundidad, y colinda con u n a de las rocas en
su borde norte. Un m artillo de piedra fue encontrado en la m ism a pro
fundidad que el nivel de roca tritu rad a. D espués, estos fragm entos ricos
R
en cobre eran llevados a hornos a no m ás de 15m al sur, donde eran
calentados h a s ta el pun to de derretim iento.
C
T-
EL COYOTE
Sta. BáftMra, Honduras
STRUCTÜRE 372
WEST FACE
EG
1 I i I i I
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• M m m m tm
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T-
Figura 6. Estructura 372 mostrando la plataforma baja de piedra a la derecha y
la superficie de piedras a la izquierda.
EG
este pozo son 0,56m de largo por 0,09m de profundidad. Los análisis
quím icos de m u e stra s tom adas de los suelos quem ados en la fosa y su s
alrededores, revelaron que contienen altos niveles de m agnesio y u n a
lim itada can tid ad de hierro en com paración con fundiciones p reh istó ri
cas localizadas en el occidente de México (Kimberly King, com unicación
D
Con base en estos resu ltad o s, parece que el procesam iento de co
U
Yaxkin
A
cercano era tritu ra d a p ara sep arar los fragm entos de cobre puro listos
p ara ser m oldeados. Es probable que el ag u a del cercano Río C acaulapa
R
pudo h ab er sido llevada a lo largo del piso em pedrado p a ra aislar las pie
zas de cobre. El em pedrado se inclina ligeram ente hacia abajo, de oeste a
este, que probablem ente indica la dirección del flujo de ag u a a través de
C
la función. Las losas verticalm ente p u e sta s podrían h ab er sido utilizadas
p a ra el riego directo a través y fuera del pavim ento.
T-
Un sondeo realizado en el m argen del extrem o su r del taller, inm e
diatam ente al su r de la e stru c tu ra 372 pesó 22.2 kg de escoria por 0.2m^
de m aterial excavado. Este escom bro probablem ente fue producido por
EG
ELCOYOTi
Ito Bíftvi, Honim
vwcrmm
WCSTfACC Nm|
A
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C
T-
Figura 7. Sección mostrando las relaciones estratigróficas reveladas en las excava
ciones de 2004 a través de estructura 373.
EG
superficie se encontró al m enos u n fragm ento del horno m ien tras que
u n a roca rica en hierro m uy sim ilar de las rocas com unes se h a asociado
con el procesam iento de cobre en El Coyote estab a in c ru sta d a en el piso.
El piso de piedra está 0 ,1 2m por encim a de la construcción en form a
de 'V descrita anteriorm ente pero no se extiende sobre él. U bicadas en
A
la tierra inm ediatam ente por encim a del piso estas tres piezas de horno
m uy quem adas que fueron ap aren tem en te reciclados como p arte de u n
R
pequeño hoyo p a ra el fuego, con 0.3x0.4m de medición.
Fue d u ran te la siguiente fase que hornos d añ ad o s fueron depositados,
cubriendo u n a gran parte de las construcciones m encionadas. C o n stru i
C
do co n tra y sobre estos escom bros fueron dos paredes de piedras que
corren paralelas, m idiendo 0,2 m de alto por 0,3 m de ancho, y que se
trazaron p a ra 2m y 2,7m al norte del corazón del depósito del horno. E s
T-
ta s paredes fechan p a ra el últim o período de ocupación identificado en
las excavaciones de la e s tru c tu ra 373 y no está n claram ente asociadas
con el trabajo de cobre.
EG
A
totalm ente 13m^ de este edificio fue excavada en 2013. U na plataform a,
m idiendo aprox. l,4 5 m de u n lado, fue descu b ierta. E ra aprox. 0,4m de
R
a ltu ra y e sta b a e n te rra d a h a s ta su cum bre por u n relleno de rocas. En
la cim a de este terrap lén h a b ía varias construcciones m al conservadas,
la m ás clara de que es u n a línea de piedra que se extiende de 3,3m de
C
este a oeste y tiene 0,4m de ancho. E sta construcción pudo h a b e r servi
do como b ase p a ra u n a p ared perecedera que blindado actividades que
o cu rren al sur. Ningún signo de cuál podría ser el tipo de actividades fue
T-
identificado.
ja ro n fueron las e s tru c tu ra s 368, 379, y 4 1 1 . Las tres son relativam ente
bajas, pero son ex ten sas construcciones u b icad as en la p arte este de la
terraza inferior. La E stru c tu ra 368 e stá a 12m al su ro este de e s tru c tu ra
U
369, e s tru c tu ra 379 e stá a 25m al este de la e s tru c tu ra 365, m ien tras la
e s tru c tu ra 411 e stá 45m al norte de la e s tru c tu ra 379. E xtensas excava
ciones en los tres edificios ofrecieron m uy pocos artefactos.
Q
La E stru c tu ra 368, ap arecid a sobre la superficie parecía ser O
O
u n a plataform a orien tad a aproxim adam ente de este a oeste, m idiendo
10x25m y l,5 m de a ltu ra en su lado sur. Este lado se extiende hacia
abajo en la q u eb rad a que define los lím ites m eridionales del Taller. Exca-
A
de piedra de l,3 m de ancho. El m iem bro de la pareja (el único que fue
totalm ente despejada) su r cubre 1,5 x 2m. Los restos de cu arto s peque
R
ños con cim ientos de piedra y construido sobre la superficie de la tierra
an tig u a y linda con esta plataform a en el oeste. Uno de estos cu arto s
cubre 0,4m^. O tras pequeñas salas pueden e sta r situ a d a s al este de las
C
plataform as. Existen indicios de al m enos u n período de construcción
existente an tes del complejo descrito an teriorm ente y toda la colección de
T-
pequeños ediñcios en el noroeste pudieron h ab er sido en terrad o s por u n
terraplén de roca, la superñcie de piedra re su lta n te cubre por lo m enos
20m 2.
EG
tal e stá orientado ca. 228 grados. E stos cam bios en la orientación im pli
can que hubo varios períodos de construcción o que la e s tru c tu ra 379
comenzó con al m enos tres ediñcios d istintos que luego fueron unidos
en u n a sola construcción. En cu alq u iera de los casos, es probable que
la e s tru c tu ra 379 se modiñcó dos o m ás veces en su historia. E sta in te r
D
form a con cinco bloques de piedra que cubre Im^ a 2.7m^ y no son m ás
de 0,2m de alto. Los u so s de e sta s construcciones no son claros, au n q u e
sirvieron p a ra dividir la cim a en diferentes salas.
A
Piedras grandes: u n total de siete rocas grandes que no form an
p arte de o tras e s tru c tu ra s , fueron excavadas. E stas rocas no fueron
p artes de edificios m ás grandes, pero e sta b a n apoyadas por sí m ism as y
R
fueron rodeados por construcciones que, en tre otros fines, funcio n ab an
p a ra apoyar las p ied ras y m an ten erlas en posiciones verticales. E stas
C
co n stru ccio n es in u su a le s se co n cen traro n en la p arte oriental de la te
rraza inferior, donde form aron, m ás o m enos, u n a línea que corría de
norte a sur. El ejemplo m ás im presionante de e sta s construcciones es si
T-
tu ad o 3m al norte de la e s tru c tu ra 379. El p u n to focal de e sta c o n stru c
ción era u n a enorm e p iedra que m ide 0,7m ancho NS, por l,2 m EO, y
0,74m de alto. Su fach ad a d a b a al este por u n a p lataform a de nueve pie
d ras g ran d es que ju n ta s cubrieron u n á re a de 4,7m^. La roca del centro
EG
e sta b a apoyada por todos lados por piedras que fueron cuidadosam ente
en cajad as alrededor de su base. Las o tras construcciones se ce n trab a n
en rocas m ás m o d estas con m edidas de 0 .8 x lm y 0,85m de diám etro (2
ejemplos), 0.6x0.9m , 0 .8 x 1 .Im , y 0 .6 x l.2 m . Excepto en u n caso conoci
do, las piedras grandes e sta b a n lim itadas en u n lado por u n pavim ento o
I-D
A
de alto, ju n to con u n a proyección que se extiende al m enos 0,6m al sur.
La proyección es 0,2m de altura. B asado en artefactos asociados con la
e stru c tu ra 415, el edificio fue levantado y utilizado d u ra n te el Clásico
R
Term inal, pero no estuvo implicado en el trabajo de cobre.
Cronología
C
Los artículos encontrados en el Taller se a ju sta n a las técnicas de
T-
fabricación y con los estilos de los artefactos que pertenecen al Clásico
Term inal y que se encontraron en otros lugares en El Coyote y en los
asentam ientos ru rales (McFarlane 2005; U rban 2007). Así, dos navajas
de obsidiana de P achuca fueron recu p erad as de la zona, uno de las c u a
EG
les fue encontrado tendida directam ente sobre el pavim ento de la e stru c
tu ra 372. El m artillo de piedra y las “b alan zas” en contrad os en el taller
de cobre se h a n fabricado utilizando técnicas con u n a larga h isto ria en
el valle de C acaulapa, au n q u e su s form as no son exactam ente replicadas
fuera de la zona de procesam iento de cobre. Además, el estilo de co n s
I-D
A
in terru m p ir depósitos m ás antiguos. La recuperación de pequeños frag
m entos de cobre a p a rtir de contextos prehistóricos en otros lugares en
R
El Coyote, ju n to con u n g ran pedazo de escoria incorporado en u n a co n s
trucción del Clásico T erm inal en el G rupo S ureste, tienden a apoyar e sta
idea.
C
Ocho m u e stra s que dieron suficientes can tid ad es de restos o r
T-
gánicos que se fech aran por AMS fueron pro cesad as en 2013-2014 por
B eta Analytic y la U niversidad de Arizona (Tabla 1). E stos ensayos son
de variad a utilidad en la asignación de fechas p a ra el procesam iento de
cobre en El Coyote. Cinco de las m u e stra s e sta b a n dentro de 0,4m de la
EG
A
X26980 53CK/003
AA103274 X26981 53CK/002 1.33mg -24.5 122
AA103275 X26982 53CA/077 1.23mg -22.6 347
R
AA103276 X26983A 53CA/062 1.32mg -25.7 187
a m b ig u o s. La m a y o ría de la s m u e s tr a s de d e p ó s ito s re c ie n te s y
q u e fu e ro n de a lg u n a m a n e r a p e r tu r b a d o s , p a r e c e n c o n firm a r la
p r e s e n c ia de u n a o c u p a c ió n a m p lia m e n te d is p e r s a p e ro lig e ra, e n
s u r de El C oyote q u e p e rte n e c e al siglo 19. No e s tá v e r d a d e r a m e n te
c la ro q u e el c o b re fu e se p ro c e s a d o a q u í d u r a n te e s te tie m p o h is
I-D
tó rico . L as fe c h a s m á s te m p r a n a s p a r a la m e ta lu r g ia e n s u r d e El
C oyote (de la s m u e s tr a s de 5 3 C A /7 7 ), u b ic a u n a fa se d el u s o del
ta lle r e n el siglo 16. Si es c o rre c to , e s to im p lic a q u e a l m e n o s algo
d e c o b re fue p ro c e s a d o a q u í in m e d ia ta m e n te a n te s d e la lle g a d a d e
D
c o n m a te ria le s d e C lásico T e rm in a l q u e s o n m a y o re s c ro n o ló g ic a
m e n te al siglo 16 e n p o r lo m e n o s c u a tr o siglos.
E s ta m o s c a d a vez m á s c o n v e n c id o s, p o r lo ta n to , q u e ' la s fe c h a s
de AMS p r o c e d e n te s d el s u r d e El C oyote s o n p o s te rio re s , p r o b a
b le m e n te co m o r e s u lta d o d e la c o n ta m in a c ió n d e la o c u p a c ió n del
siglo 19 e n la z o n a . S e g u ra m e n te , to d a s la s fa s e s d el tr a b a jo c o n
el c o b re a q u í s o n p r e h is tó r ic a s e n fe c h a y, p o s ib le m e n te a b a r c a n
d e s d e el siglo 9 h a s t a el siglo 11.
A
C o n c lu sio n e s
R
P o r m e d io d e la in v e s tig a c ió n , e s p e c ia lm e n te los a n á lis is q u í
m ic o s y m in e ra ló g ic o s d e los s u e lo s y a rte fa c to s , se p u e d e d e c ir
C
q u e la s h ip ó te s is s o b re el T a lle r d e c o b re e n El C oyote se b a s a n e n
los d a to s q u e se tie n e n a m a n o .
T-
El tr a b a jo d e c o b re se c o n c e n tró e n la p a r te s u r o e s te d e la
te r r a z a in fe rio r q u e c u b r e a p ro x . 3 .2 0 0 m ^ . S in e m b a rg o , h a y u n
a lz a e n los s u e lo s ric o s e n c o b re a p ro x . 9 0 m h a c ia el n o r e s te e n la
EG
m is m a te rra z a . H e rr a m ie n ta s , e s c o m b ro s , y c a r a c te r ís tic a s re la c io
n a d a s c o n el p ro c e s o d e c o b re se e n c u e n tr a n c a s i e x c lu s iv a m e n te
e n la z o n a s u r o e s te d e T aller.
In v e s tig a c io n e s e n e s ta z o n a , h a s t a el m o m e n to , h a n d a d o
I-D
u n a se rie d e in d ic io s d e p ro c e s a m ie n to de c o b re . La p r im e r a e ta
p a d e la p r e p a r a c ió n d e m in e ra l d e los q u e te n e m o s e v id e n c ia se
p ro d u jo e n la e s t r u c t u r a 4 0 7 , d o n d e la s ro c a s q u e c o n tie n e n co
b re se re d u je ro n . P o s te rio rm e n te , e s to s fra g m e n to s se f u n d ía n e n
D
p e q u e ñ o s h o r n o s d e a d o b e s itu a d o e n p la ta fo rm a s a d y a c e n te s de
p ie d ra ( e s tr u c tu r a s 3 7 6 y 372). B a s a d o e n la e v id e n c ia b ie n c o n
s e rv a d a r e c u p e r a d a d e la e s t r u c t u r a 3 7 2 , p a re c e q u e el m a te ria l
U
A
p e q u e ñ o s de co b re y u n fra g m e n to g ra n d e de e s c o ria fu e ro n a s o
c ia d o s co n la s c o n s tru c c io n e s de C lásico T e rm in a l e n El C oyote,
R
la m a y o ría de los c u a le s fu e ro n e n c o n tra d o s e n te r r a z a s a r r ib a del
T aller de C obre.
C
E s ta fo rm a de tra b a jo del c o b re c o n tin u ó re la tiv a m e n te s in
c a m b io s a lo largo de la h is to r ia del T alle r y se llevó a c a b o e n El
T-
C oyote a n te s de la lle g a d a de los e s p a ñ o le s e n el s e g u n d o te rc io del
siglo 16. B a s a d o s e n e n s a y o s de AMS de p o r lo m e n o s u n a d e la s
tre s fa s e s de la s a c tiv id a d e s m e ta lú rg ic a s se re ñ e re a la s p rim e ra s
EG
c a s a s o c ia d a s d a e v id e n c ia de p ro c e s a m ie n to d e c o b re e n lo c a le s
s in a lte ra c io n e s , lle v an d o la s fe c h a s del T a lle r d e C o b re e n El C o
y o te h a s t a el C lásico T e rm in a l, p o s ib le m e n te e x te n d ié n d o s e h a s t a
el P o sc lá sic o T e m p ra n o (1 0 0 0 -1 3 0 0 d.C .). P u e d e s e r q u e la o c u
p a c ió n h is tó ric a e n el T a lle r h a c o n ta m in a d o la s fe c h a s d e AMS,
D
h a c ié n d o la s p a re c e r, co m o m ín im o , c u a tr o sig lo s m á s ta r d e d e lo
q u e d e b e ría n ser. Los m o d o s del tra b a jo del c o b re p a re c e q u e se
U
No h a y sig n o s c la ro s de re s id e n c ia e n la z o n a d el T a lle r o
e n o tro s lu g a re s e n la te r r a z a inferior. E s ta in te r p r e ta c ió n se b a s a
e n p r u e b a s n e g a tiv a s; m u y p o c o s d e s e c h o s d o m é s tic o s fu e ro n e n
c o n tra d o s e n to d o el s e c to r in v e stig a d o de la te r r a z a in fe rio r y la s
c o n s tru c c io n e s c la ra m e n te re s id e n c ia le s , ta le s co m o b a n c o s , n o
A
Los g r a n d e s m o n o lito s e n c o n tr a d o s e n la te r r a z a in fe rio r p a
R
re c e n h a b e r sid o lo s focos d e a c tiv id a d e s c o m u n a le s , p o s ib le m e n te
r itu a le s . E s ta in te r p r e ta c ió n se b a s a e n s u a s p e c to d ra m á tic o y la
C
c o la b o ra c ió n n e c e s a r ia p a r a m o v e r y e rig ir e s a s e n o rm e s p ie d ra s .
L as a c e r a s d e r o c a s e x te n s a s in v e s tig a d a s ( e s tr u c tu r a s 3 6 9 y 365)
p u e d e n h a b e r e s ta d o re la c io n a d a s , e n s u v e rs ió n fin al, a la s a c tiv i
T-
d a d e s re a liz a d a s e n y a lre d e d o r d e a lg u n o s d e e s ta s g r a n d e s ro c a s .
La E s t r u c t u r a 3 6 9 , e n p a r tic u la r , e s tá in m e d ia ta m e n te a l e s te de
u n a d e e s ta s ro c a s g ra n d e s .
EG
L as a c tiv id a d e s q u e tu v ie ro n lu g a r e n la te r r a z a in fe rio r fu e
ro n v in c u la d a s a, y p o s ib le m e n te c o n tr o la d a s por, la s p e r s o n a s q u e
v iv ían e n la s g r a n d e s e s t r u c t u r a s q u e c o n fo rm a n el G ru p o S u re s te
q u e d o m in a el T a lle r y s u s a lre d e d o re s . E s ta in te r p re ta c ió n es
I-D
s u g e rid a p o r la s a p a r e n te s e s c a le r a s q u e u n e n el G ru p o S u r e s te
y la te r r a z a in fe rio r (u n a e n el la d o e s te d e la te r r a z a s u p e r io r q u e
fu e in v e s tig a d o y el o tro v isto e n la su p e rfic ie d e la fa ld a s u r d e la
te r r a z a s u p e r io r q u e c o n d u c e d ire c ta m e n te al T a lle r d e S u ro e ste ).
E s p o sib le q u e los r e s id e n te s d el G ru p o S u re s te c o n s titu y e r a n u n a
D
A h o ra p a re c e p la u s ib le q u e los r e s id e n te s d e El C oyote a s e
g u r a r o n ta le s v a lo re s e x tra n je ro s com o o b s id ia n a de M éxico c e n
tra l y o ccid en tad y c e rá m ic a d e la c o s ta d el P acífico a c a m b io de
co b re. E s ta c a p a c id a d p a r a a d q u ir ir y p r o c e s a r el c o b re p u d o h a b e r
co lo cad o a los g o b e r n a n te s d e El C oyote a p a r te d e s u s c o n te m -
p o rá n e o s e n el s u r e s te de M e so a m é ric a , p e rm itié n d o le s m a n te n e r
u n a p o sic ió n v e n ta jo s a d e n tro de la s re d e s del co m ercio a la rg a
d is ta n c ia co n la q u e o tro s e n el á r e a n o p o d ría n co m p etir. T al éxito
eco n ó m ico p o d ría a y u d a r a e x p lic a r la p ro m in e n c ia p o lític a de El
C oyote e n el C lásico T e rm in a l c u a n d o los re in o s v e c in o s e s ta b a n
e n declive. C om o se se ñ a ló a n te rio rm e n te , s in e m b a rg o , n o to d a s
la s elites e n la c a p ita l h a n te n id o ig u a ld a d de a c c e so a, o al c o n tro l
so b re , el T aller de C obre. Q u é p a p e le s ju g ó el c o b re e n la s c o m p e
A
tic io n e s p o lític a s re g io n a le s y lo cales sig u e s in d e te r m in a r s e .
R
C om o co n la m a y o ría de la s te m p o r a d a s e n el c a m p o , se h a
a c a b a d o co n m á s p r e g u n ta s q u e r e s p u e s ta s . H a sid o , co m o s ie m
p re , es e m o c io n a n te tr a b a ja r e n H o n d u ra s d o n d e la a rq u e o lo g ía es
C
ta n d e s a ñ a n te y g ra tiñ c a n te y la g e n te , c o m p a rtie n d o e s p e c ia lm e n
te co n los r e s id e n te s de P u eb lo N uevo y P eto a. E s ta m o s m u y a g r a
T-
d e c id o s co n n u e s tr o s a n fitrio n e s e n el valle d e C a c a u la p a d u r a n te
2 0 0 2 , 2 0 0 4 , y 2 0 1 3 , a s í com o c o n el d ire c to r y el p e r s o n a l del IHAH
p o r to d a s u a y u d a e n e s te y to d o s los a ñ o s q u e h e m o s tr a b a ja d o
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EG
A
R
C
T-
EG
I-D
D
U
A
R
C
T-
EG
I-D
D
HISTORIA
U
P r e se n ta c ió n
A
tu d ia los resto s m ateriales del p asad o del ser h u m an o , es m ás bien u n
com plem ento idóneo p a ra las investigaciones históricas, en u n período
R
caracterizado por la a u se n c ia de docum ento escrito, adem ás, se h a con
vertido en u n a ciencia que va m ás allá de ser u n a sim ple auxiliar de la
historia, ya que los yacim ientos arqueológicos “históricos” proporcionan
C
inform ación de c u ltu ra s que no siem pre coincide con lo que inform an
los docum entos, e incluso en algunos m om entos en que el docum ento
escrito no exista, la arqueología puede llenar ese vacío, por lo que el con
T-
tra s ta r la inform ación arqueológica con la inform ación histórica, perm ite
llegar a u n a verdad m ás concreta.
EG
*c:
o
(/)
iS
A
tipo en el centro y occidente de H onduras, tam bién se pueden m encionar
las excavaciones realizas en la A ntigua U niversidad de Tegucigalpa en la
década de 1970, las investigaciones arqueológicos en la iglesia colonial
R
de S an ta Lucía de Jeto, en la casa Eva de Molina en el centro de la ciu
dad de Com ayagua, al norte de la C atedral realizadas por el Arqueólogo
C
George H assem ann en el año de 1984, excavación del ediñcio del ah o ra
Museo, tam bién en la ciudad de C om ayagua realizada en el año 1996 por
el arqueólogo P astor Gómez y el asisten te técnico Ildefonso O rellana Ro
T-
mero y las excavaciones arqueológicas en la C asa de Tipografía Nacional
en Tegucigalpa en 1998 (Cruz, 2004).
EG
Introducción
des de explotación de los recu rso s existentes, especialm ente los m ineros.
Los centros u rb a n o s fun dad os a p a rtir de entonces ten ían diferentes
rangos, según su tam añ o , im p o rtan cia o función de los m ism os. De e sta
forma se fu n d aro n ciudades, villas, pueblos de indios, reales de m inas y
puertos (Navarrete, 2008, p. 15).
A
cuanto a que la población que se establecía ten ía que a se n ta rse de a c u e r
do a distin to s p atro n es de jerarq u izació n socio económ ico (Jo h n sto n
Aguilar, 2011, p. 1). La Villa de la Nueva Valladolid de C om ayagua se
R
fundó obedeciendo tam bién e sta s n orm as.
C
La d istribu ción de la población en el diseño en form a de dam ero,
centralizaba la localización de la Plaiza Mayor la que m arcab a el centro de
referencia u rb a n a (Imagen 1). Su im portan cia era indiscutible y en ella
T-
se llevaban a cabo los principales actos políticos, sociales, económ icos y
religiosos de la ciud ad y del Reino. Alrededor de ella residía la élite de la
ciudad y desde allí se irra d ia b a la distribución de solares a los poderes
socioeconómico y religioso, m arcan d o así el centro de je ra rq u ía en el e n
EG
A
seguidos por los universitarios, b u ró cratas, m ilitares y propietarios de
pequeños negocios o ñncas agrícolas. Con estos convivía la servidum bre
R
form ada por indios, esclavos y algunos artesan o s. En la periferia vivían
las castas, que estab an form adas por: españoles pobres, esclavos n e
gros, m ulatos, pardos, m estizos e indígenas que d esem p eñ ab an labores
C
como los de m aestros artesan o s y aprendices, carreteros, vendedores
am b u lan tes, zacateros, aguateros con su s respectivas acarread o ras y to
dos aquellos asalariados necesarios p a ra el b u en funcionam iento de los
T-
servicios y obrajes que suplían a la ciudad (2011, p. 2) Las ciudades por
tanto, como centros de población española eran d o tad as de los bienes y
servicios necesarios p a ra garantizar su b u en funcionam iento en m ateria
EG
ción, piedra y plomo u sad o s por los rom anos; y piedra, barro y ladrillos
por los árabes. Precisam ente de piedra, barro y ladrillo son el com ún de
U
los acu ed u cto s construidos por los españoles en América, sin em bargo
las c u ltu ra s au tó cto n as am erican as no desconocían la im portancia de
los acu ed u cto s e incluso ten ían los propios como el acu ed u cto Méxica de
C hapultepec, destruido por H ernán Cortés en 1519, por su p u esto , co n s
truido con m ateriales y técnicas propias pero con la m ism a finalidad, la
de tra n sp o rta r el vital líquido a las zona u rb a n a de T enochtitlan.
A
(Sem blanza H istórica del Agua en México. Com isión Nacional del Agua,
S ecretaría de Medio A m biente y R ecursos N aturales, 2009. P. 20).
R
Es así que el cap itán Alonso de C áceres, sab ía m uy bien lo que
hacía al fu n d a r la Real Villa de S a n ta M aría de la Nueva Valladolid de
C
C om ayagua en u n valle ubicado eq u id istan te a los dos océanos, el cual
a su vez form a p arte de la D epresión T ransversal de H onduras (Imagen
2), este valle c u e n ta con tierra m uy fértil y es drenado por el Río H um u-
T-
ya, en tre otros de m enor calado. Tiene u n a altitu d prom edio de 630 m
sobre el nivel del m ar con u n largo de 52 Km y u n ancho de 15 Km. con
u n a extensión de 535 Kms^ (Imagen 3). La depresión no tiene n in g u n a
in terru p ció n u obstáculo, a excepción de las a ltu ra s de R ancho C hiqui
EG
perdió interés por la a p e rtu ra del C anal de Panam á, el cual h ab ía com en
zado a co n stru irse por los franceses en la seg u n d a m itad del siglo XIX,
U
a
o
co
i:
A
R
C
T-
Imagen 2. Depresión Transversal de Honduras. (Dennis Portillo)
EG
A
R
C
T-
Imagen 3. Valle de Comayagua y sus alrededores.
Imagen 4. El Borbollón.
a
'c:
o
(/)
A
R
C
Imagen 5. Sistema de Agua Potable en la Actualidad. Plano de los acueduc
tos actuales que muestra las tres microcuencas utilizadas en la ciudad de
Comayagua, el círculo rojo muestra La M ajada primera fuente utilizada por
T-
los españoles para el primer acueducto, según Reyna Valenzuela, y que aun
se sigue utilizando.
EG
2. (Del ár. hisp. attasyí', y este del ár. clás. tasyi' acompañamiento’)
1. f. Caja de ladrillo con que se visten las cañerías para su defensa.
2. f. Conducto o encañado por donde las aguas de la casa van al sumidero.
3. f. And., Can. y Méx. Canal pequeño de mampostería, a nivel del suelo o sobre arcos, que sirve para
D
3 Representación hecha por el Ilustrísimo señor Obispo de Comayagua (Fray Joseph de Falencia) sobre que
se introduzcan fuentes en aquella ciudad para evitar las ofensas que se hacen a Dios al tiempo de ir a traer el
agua desde el paraje donde se halla, año de 1774. Fondo Documental del IHAH en el Centro Investigaciones
Históricas de Honduras (CDIHH). Tegucigalpa. Fotocopia del original que se encuentra en el Archivo Gene
ral de Centroamérica (AGCA).
4 Imagen tomada de : El abastecimiento de agua en Santiago, capital del reino de Guatemala; un estudio
histórico-arqueológico. Tesus presentada por Juan Carlos Ramírez previo a conferírsele el grado académico
de Licenciado en Arqueología, Universidad de San Carlos, Guatemala 2006
Imagen 6.
Cañerías Coloniales hechas
de barro
A
cocido encontradas en
ciudad Guatemala, técnica
de construcción utilizada en
R
toda la América Hispana.
C
T-
EG
O
co
A
R
Imagen 8. Caja de agua hecha por
1 Unidad municipal desconcentrada que brinda a la población del radio urbano de Comayagua un servicio
integral de agua potable y saneamiento manejando y cuidando de las cuencas, redes de distribución y demás
componentes del acueducto para dar un buen producto tanto en calidad como en cantidad.
http://www.aguasdecomayagua.hn/MV.html
A
D esafo rtu n ad am en te n in g u n a existe en la actu alid ad a u n q u e este
au to r tam b ién expone que logró ver las ru in a s de dos de ellas, la prim era
se en co n trab a frente al torreón su re ste del cu artel ubicado en el barrio
R
arrib a y la se g u n d a en el barrio M exicapa, siendo d e stru id a a golpes de
✓
C
Incluso V alenzuela (1960) describe el m aterial del que eran h e
chas las pilas, s u s dim ensiones y principales características artísticas:
T-
Todas ellas (las pilas o fuentes, excepto la de la plaza central)
fueron h ec h as de ladrillo con u n a a ltu ra de 2.5 por 1.5 m etros
de form a rectangular, repelladas y con m olduras de gorguera
EG
'C
o
co
2. http://www.aguasdecomayagua.hn/Proyectos/FuentesAgua.html
A
instalado la prim era agua potable que tuvo el país; lo que hizo
correr por tu b erías de barro vidriado; de los que pudim os co
R
nocer tram os de regular extensión que partiendo deT “Alto de
Je to ” p asab an por las tierras de Villa M arina que es en donde
se enco n trab an la acequia haciendo sa lta r el río al acueducto;
C
del cual actualm ente se puede apreciar los canales de piedra
y mezcla, continuando por tu b erías se desplazaba por el lu
gar conocido como el “Chim bo” (próximo a lo que hoy es “La
T-
Reforma”), en donde el Obispo instaló u n molino p a ra obtener
la h a rin a que consum ían los colonos.- Las m uelas de piedra
del molino eran circulares y giraban al im pulso del torrente; y
EG
Alvarado).
A
R
C
T-
Fuente de Paienoa
A
conducción de agua, de tipo potable y útil, pueden ser aéreos (m ediante
arquería), en superficie o su b te rrá n e a por lo que u n acueducto podría
contener las tres form as según la geografía del terreno que le tocaría
R
recorrer (Ver im agen 10 a y b). U na característica esencial de todo acu e
ducto es la utilización de tu b ería de diversas m a n u fa c tu ra s desde barro
cocido p asando por asbesto y hierro lam inado, h a s ta el actu al PVC. Todo
C
este sistem a de conducción del ag u a ten ía que ser protegido por m uros
de m am postería p a ra su protección co n tra golpes y fractu ras de origen
T-
n atu ral.
EG
I-D
D
U
1. http://lema.rae.es/drae/?val=acueducto
2 . http://www.sanaa.hn/infantiles/diccionario/acercandonos% 20 al%20 agua%20 diccionario.htm
A
Imagen 10-B. Sistema subterráneo de Acueductos
R
Siguiendo este principio, se puede establecer que la ciudad de C om aya
C
gua al en co n trarse en u n valle sin u n a topograifía q u eb rad a, su sistem a
de ag u as no necesitó arq u erías ya que lo m ás económico y rápido seria
u n sistem a de tu b e ría s su b te rrá n e a s y de h ab erlas necesitado serian en
T-
su naciente en “La M ajada” donde incluso lo m enciona Folofo B ulnes. Ya
lo decía tam b ién el Obispo Falencia en su m om ento que no disponía sufi
ciente capital p a ra su construcción por lo que pidió perm iso a la C orona
EG
(ver im agen 11), tam bién entre 1925 y 1927 se realizó u n proceso de “...
3 Representación hecha por el Ilustrísimo señor Obispo de Comayagua (Fray Joseph de Falencia) sobre que
se introduzcan fuentes en aquella ciudad para evitar las ofensas que se hacen a Dios al tiempo de ir a traer el
agua desde el paraje donde se halla, año de 1774. Fondo Documental del IHAH en el Centro Investigaciones C
Históricas de Honduras (CDIHH). Tegucigalpa. Fotocopia del original que se encuentra en el Archivo ‘i::
o
General de Centroamérica (AGCA) co
A
R
C
T-
Imagen 1 1. Piedras de Moler, Museo de Comayagua.
EG
esta fuente y sistem a de cañerías fue el m ism o h a s ta la p rim era m itad del
siglo XX, au n q u e en la Memoria de G obernación y J u s tic ia de 1936, se
hace n o tar que las condiciones del ag u a que bebe la población de la ciu
dad de C om ayagua es in sa n a y se recom ienda la b ú sq u e d a y utilización
de nuevas fuentes.
D
A
m andriles de acero^ (el am ian to es conocido com únm ente como asbesto).
E stas tu b e ría s tipo “T ra n site ” in sta la d a s en la d écad a de 1940 son m uy
diferentes a las en c o n trad a s en C om ayagua recientem ente al costado s u r
R
de la catedral, p u es e sta s ú ltim as e stá n fabricadas de b arro cocido.
C
T-
EG
I-D
A
en otras ciudades d u ran te el período colonial, tal es el caso de vestigios
sim ilares en las ciudades de G uatem ala y México, siendo utilizadas al
R
g u n as de estas técnicas en las décadas posteriores al período colonial.
En H onduras se h a docum entado que en la ciudad de La Paz, en el de
partam ento del m ism o nom bre, se construyó en u n período ta n tardío
C
como en los años 1915-1916 u n a tu b ería de características parecidas a
la en co n trad a (Memoria de la S ecretaría de Fom ento, O bras Públicas y
A gricultura al Congreso Nacional de H onduras, 1915-1916, pp. 84-85).
T-
En resum en, la investigación llevada a cabo del 25 de ju n io al 6 de julio
perm ite establecer lo siguiente:
EG
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Previa a conferírsele el grado académ ico de Licenciado en arqueología,
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h ttp :/ / w w w .conagua.gob.m x/C O N A G U A 07/P ublicaciones/P ublicacio
EG
Nelson Carrasco
Martes Reyes
Juan Orellana
A
luis Vásquez
Elsa Velásquez
R
Zoé Perla
C
T-
EG
I-D
Minas de oro del Rosario, San Juancito, Francisco Morazán (Año de 1893)
D
U
C
'C
O
■+-J
co
Introducción
A
toda la docum entación en co n trad a sobre el im pacto de La New York and
H onduras Rosario Mining Com pany en Tegucigadpa desde 1880, año en
R
que se crea la com pañía, h a s ta 1925.
C
versión extranjera, ya que es d u ran te este proceso cuan d o se in stala for
m alm ente la gran com pañía m inera, gracias al enorm e interés que existía
por parte de los reform istas en fortalecer la inversión ex tran jera con el fin
T-
de vincular a H onduras con el resto del m undo; a su vez porque el p rin
cipal accionista hondureño de la Rosario fue Marco Aurelio Soto, quien
fungía como Presidente de la R epública en ese entonces, cuando se crea
EG
com petir al m ás alto nivel con cualquier foráneo que q u isiera invertir en
la nación, lo que le facilitó a La Rosario, posicionarse y consolidarse rá
pidam ente en el país y convertirse en u n a em p resa grande y poderosa.
A
XX llegan y se in sta la n en el país las com pañías b a n a n e ra s, las cuales
tuvieron gran influencia en la econom ía y política h o n d u reñ a, tan to así
R
que ponían y q u ita b a n p resid en tes cuando se les an to jab a y exigían con
cesiones, privilegios y ven tajas a cán taro s, pero que al igual que La Ro
sario se beneficiaron en m uy b u e n a form a con n u e stro s recu rso s, y que
C
ap o rtaro n poco en com paración con todas las g an an cias que obtuvieron.
a m edida que fue creciendo la com pañía. Los índices de población en San
Ju a n c ito variaron debido a diversos factores como visitas sociales o po
líticas realizadas h acia el m ineral, por el reclutam iento que se h acía por
parte del G obierno a petición del señor W ashington Valentino o a que los
trab ajad o res asignados a las m inas decidían huir.
D
la com pañía m inera, sino que tam bién llegaron a la com unidad u n a b u e
n a can tid ad de extranjeros que m otivados por el gran auge de La Rosario,
in stalaro n allí su s residencias y casas com erciales, y que ap o rtaro n a Te
gucigalpa y S an Ju a n c ito u n a im portante cu o ta de progreso económico.
Con el asen tam ien to de dichos extranjeros, em ergen u n a serie de apelli a
dos que inician allí su s linajes, los cuales se pueden en co n trar todavía ‘C
o
actualm ente, participando de m an era m uy activa en las esferas social y (/)
política de n u e stro país.
A
Por otra parte, es im portante m encionar que tra s la revisión de toda la
inform ación recabada se descubrió el hecho de que la com pañía aportó
m ucho a H onduras, sobre todo en el ram o de las com unicaciones, ya
R
que era de su conveniencia que el país o por lo m enos Tegucigalpa y San
Ju a n cíto co n taran con b u en as vías y m edios de com unicación, y a su
C
vez, a fin de estar com unicados por medio de telégrafo y teléfono con el
resto del país y el m undo, p a ra poder tra sla d a r de la m an era m ás cóm o-
da posible su s productos extraídos; de igual form a, realizar la in tro d u c-
T-
ción al país de las m aq u in arias y otros im plem entos que n ecesitab a los
cuales eran im portados del exterior, por lo que contribuyó en cierta parte
con la construcción de la carretera que com unica a Tegucigalpa con los
EG
puertos de A m apala y San Lorenzo debido a que en esa época la zona del
pacífico era la m ás im portante del país.
Uno de los prim eros su p erin ten d en tes de la com pañía, fue el in -
U
A
sión. Pero como siem pre. La Rosario incum plió con lo ofrecido y es h a s ta
cinco años d esp u és cu an d o se le exige por p arte del E stado la c o n stru c
ción de u n b u e n sistem a conductor del agua. O bviam ente la instalación
R
de u n a com pañía de tal m agnitud, generó en Tegucigalpa y S an Ju a n c i-
to, u n a serie de tran sfo rm acio n es sociales, como festejos y adopción de
co stu m b res de la c u ltu ra estad o u n id en se que se in tro d u cen en el ''m odas
C
viven d u s” de la sociedad h o n d u reñ a, lo que contribuyó a que se degene
ra ra la identidad nacional, ya fuese, p a ra bien o p a ra m al. Sin em bargo,
T-
hay que d e sta c a r que gracias a que la com pañía m in era se en co n trab a
en San Ju a n c ito , Tegucigalpa, pudo gozar de u n a serie de privilegios que
serían insospechados p a ra finales del Siglo XIX. El cine, el hielo, la luz
eléctrica y otros, son beneficios que sin d u d a alg u n a elevaron la catego
EG
Tegucigalpa
ganizó con base en las leyes del E stado de New York, y quedó estable
cida el 2 de diciem bre de 1880. El capital inicial de la com pañía ñie de
$1,500,000.00 dividido en 150,000 acciones de dólares $10.00 cad a u n a.
Dando con esto el inicio del enclave m inero en el país.
A
hacía porque en Tegucigalpa se en co n trab an las sedes del Almacén de
G uerra, la C asa de la M oneda y otros. Además expresaba que Tegucigal
pa reu n ía en ese m om ento todos los elem entos necesarios de población y
R
riqueza, que la hacían m erecedora de ser la sede de la C asa de Gobierno
y la Corte S uprem a de Ju sticia. Este traslado q u ed a hecho oñcial tra s
C
su publicación en el Diario Oñcial la G aceta del 2 de noviem bre de 1880,
núm ero 94.
T-
La com pañía m inera estuvo vinculada con Tegucigalpa, desde que
se comenzó a realizar la explotación m ineral en San Ju a n c ito , así uno
de su s prim eras a ta d u ra s fueron por medio de la política. La dinám ica
EG
de la política entre G obierno-com pañía, casi siem pre fue la m ism a en las
décadas de 1880 y 1900. Los motivos de E stas relaciones políticas fueron
debido a las concesiones otorgadas y las obligaciones que debía cum plir
la com pañía m inera.
A
En el libro de ac ta s de Tegucigalpa se establece:
R
La secretaría dio c u e n ta con u n a n o ta del señor gobernador
político del distrito, en la que se sirve tran sc rib ir el acuerdo
relativo a la anexión del m ineral de San Ju a n c ito a e sta com
C
p ren sió n m unicipal y se dispone: que la secretaría com unique
y lo m ande pronto posible a las au to rid ad es de aquel pueblo el
T-
acuerdo referido y prevenga al com isionado y auxiliares com pa
dezcan a la alcaldía dentro del térm ino de 8 días (Libro de actas
m unicipales de Tegucigalpa, 1885).
EG
que se acordó ordenar al tesorero que entregue los 500 p e so s donados por
el Sr. W. S. Valentine, para que los destine a los trabajos del piso bajo del
U
capital, h a sta que se realizó la instalación de la luz eléctrica, las can ti
dades de gas equivalían a los mil pesos que debía pagar de im puestos.
A
a la com pañía todo cu an to pidiera p a ra su beneñcio.
R
II. Influencias Directas e Indirectas en la Modernidad de Tegucigalpa
la ciudad de Tegucigalpa.
E. Lazo, para que inm ediatam ente se ocupara de hacer los estudios del
caso para introducir la mejor agua a dicha ciudad e hiciera los cálculos
respectivos para elaborar un presupuesto aproximado sobre los gastos
que exigiría dicha obra'' (Rivas, 1945).
D
pio -que en aquellos tiem pos eran precarios, el hecho de que el Gobierno
central tuviese que aten d er gran núm ero de obras en ejecución ya que
los servicios públicos cuyos gastos h ab ían au m en tad o por la m ism a o r
ganización ineñciente que el nuevo Gobierno h a b ía introducido en la vida
del E stado-, no perm itieron que se pudiese ñ n a n c ia r la ejecución de la
obra en referencia.
A
con cuero (botas), que era n llevadas en m u ía del río G uaceri-
que a las c a sa s de la entonces Villa de Concepción (Comaya-
güela) y a las de Tegucigalpa o por medio de pozos profundos,
R
se decía entonces, que las ag u as del río G uacerique, eran las
m ás salu d ab les o potables en tre to d as las que corrían en las
proxim idades de am b as poblaciones (Rivas, 1945).
C
T-
Fue h a s ta el gobierno de Luis Bográn que se em ite el acuerdo en
que se dispone in tro d u cir a Tegucigadpa el ag u a potable, pero e sta vez,
no fue n o m b rad a com isión alg u n a p a ra h acer estudios p ertin en tes, le
v an tar planos y calcu lar p re su p u e sto s, porque tales trab ajo s ya e sta b a n
EG
tión del aseo personal. Los pozos, no eran del todo salubres, ni recom en
dados p ara su uso, sobre todo en la época lluviosa, debido al sistem a
primitivo de los excusados de hoyo que por la m ism a in salu b rid ad eran
c a u san tes de peligrosas epidem ias. Esto debido a que encontrándose los
pozos a u n nivel inferior de los excusados-, la filtración de las ag u as llu
vias a rra stra b a gérm enes infecciosos h acia los pozos.
A
que siendo la Capital de la República, era su p e ra d a en m uchos aspectos
por u n a com unidad m ucho m ás pequeña, pero que co n tab a con la di
cha de tener betas riquísim as de oro y plata, lo que la h acía m ucho m ás
R
atractiva que la m ism a Tegucigalpa.
C
Fue el doctor Antonio Ramírez Fontecha, quien form uló u n a pro
p u e sta p a ra co n stru ir u n establecim iento de baños, que se co n stru iría
en el terreno conocido como la isleta que se en co n trab a frente al edificio
T-
que en esa época funcionaba como La C asa de Gobierno. D icha p ro p u es
ta fue acep tad a y el acuerdo p a ra la construcción de este establecim iento
fue publicado en el diario oficial La G aceta, núm ero 375, del 22 de abril
EG
A
zada por el señor m inistro de fom ento y el gobernador político del d e p a r
tam ento. Y es aquí cu an d o aparece la p rim era p ro p u e sta de in tro d u cir
R
el ag u a a la capital, p ro p u e sta h ec h a por el Banco Nacional H ondureño.
E sta solicitud aparece en La G aceta del 1 de mayo de 1889.
C
E sta p ro p u e sta de in sta la r el ag u a en la capital es co n traria a la
anterior idea de to m ar el ag u a desde el río G uacerique (como se pensó en
u n inicio), y se propone in tro d u cirla desde el río J u tia p a , de conform idad
T-
con los planos y estu d io s practicados por c u e n ta del gobierno. El 15 de
junio de 1889, en La G aceta, aparece ya la c o n tra ta form al en tre el Go
bierno y el Banco Nacional H ondureño.
EG
Aceituno, 1996).
c
'C
o
co
A
las m ism as condiciones que las otras que se co n stru irían en las plazas
y parques de Tegucigalpa. Tam bién se obligaban a llevar el agua, a todo
costo, a las casas de p articu lares y a los edificios del Gobierno, m ediante
R
el pago de 50 centavos por cada pie de tubo que tuvieran que colocar.
C
El E stado nom bró al Ing. Jo sé E steban Lazo, p a ra que su p erv isara
dicha obra; el cual dio su s consideraciones con respecto a esta. Gibson
y Colé llevaron el ag u a a m u ch as casas y a varios edificios públicos al
T-
precio de 50 centavos porreada pie de tubo. P ara el 10 de julio de 1891,
en el gobierno de Bográn fue concluida la obra y los prim eros edificios
públicos en tener agu a en Tegucigalpa fueron:
EG
P a la cio N a cio n a l $ 3 4 9 .8 0
H ospital G eneral 2 1 8 .2 5
S e c c ió n de P o licia 4 1 .5 0
C om andancia de A rm as 3 2 .5 5
D
D ire cc ió n de T elég ra fo s 1 9 3 .7 5
S um a en pe.sos. $ 8 3 5 .8 5
U
A
nicipalidad de Com ayagüela, pero al igual que las an terio res p ro p u estas
todas fracasaron.
R
El alum brado que ten ían e sta s dos ciudades era a base de gas,
que era traído por la com pañía de La Rosario y los faroles que h ab ían
C
eran escasos y solo eran encendidos los días en que el calendario indica
b a poca Luna. D esde 1881 la población exigía b u en alum brado público
como en las ciudad es d esarro llad as del continente, p a ra así ten er u n
T-
aum ento de esparcim iento en la vida social y cam in ar por su s calles en
la noche sin tem or alguno.
EG
I-D
D
U
Motores Generadores.
a
o
-♦■o
(/)
Ya p ara entonces La New York and H onduras Rosario Mining Com pany
in stalad a en San Ju an cito , contaba con u n eficiente y m oderno siste
m a de energía eléctrica, movido por la prim er p lan ta hidroeléctrica de
C entroam érica. Según varios autores, an tes de que cualquier ciudad de
C entroam érica tuviera energía eléctrica, Sán Ju a n c ito co n tab a con ella
gracias a La Rosario.
A
n a san ta, ya que p a ra 1887 por ejemplo, cuando se llevaba a cabo u n a
procesión, las calles de Tegucigalpa estab an com pleta y absolutam ente
R
lim pias, sin u n solo rastro de b asu ra. “Esto hacía que los tegucigalpen-
se s desearan y anhelaran que todos los días fu era n de procesión, ya que
decían que ni la mejor ciudad europea de la época podía igualar a Teguci
C
galpa en lo que a limpieza se refiere cada vez que había una actividad de
e s a s ” (La Nación, 1887). Pero en cambio, d en u n ciab an que el alum brado
público se en co n trab a en condiciones deplorables, y reclam aban a las
T-
autoridades m unicipales por el abandono en el que ten ían sum idos a
estos dos im portantes aspectos de la ciudad (La Nación, 1887).
EG
A
Tegucigalpa la m ayor parte del material de la m ism a con un costo de $
i i 0, i 24.67. "(Rivas, 1945)
R
Y fue de e sta m a n e ra que el 15 de septiem bre de 1907, Miguel R.
Dávila in a u g u ra el servicio de luz eléctrica. Tegucigalpa, h a s ta 1907 era
C
la ú n ic a capital de C entroam érica y quizás del m undo, que no co n tab a
con u n m oderno sistem a de alum brado eléctrico, contrario a San J u a n -
cito que desde h acía varios años, co n tab a con ello.
T-
Hay que decir que la fuerza m otriz que se o cu p ab a p a ra la electri
ficación de la ciudad, era a base de la caída del ag u a que era traíd a desde
EG
A
que d erram ab an el agua con tacos de m ad era de cedro, con esto tam bién
se fue desm ejorando lentam ente la fuerza m otriz que se obtenía de la
caída del agua desde el picacho a La Leona, ya que la tu rb in a in stalad a
R
en La Leona no producía el rendim iento norm al de fuerza, debido a los
m uchos derram es de ag ua que producían los tu b o s desde J u tia p a que
C
eran c a u san tes de interrupciones en la energía. Por lo cual se optó por
la antieconóm ica m edida de generar energía m ediante com bustible. “Tan
to el gobierno como la municipalidad carecían de presupuesto, no podían
T-
efectuar un cambio completo de toda la tubería de agua que costaría alre
dedor de $ 500,000.0Cr (Rivas, 1945).
la em p resa m inera New York & H onduras Rosario M ining C om pany, que coin
cidiendo con la ag u d a crisis del agua, la ex p resad a com p añía p resen tó el 17 de
Abril de 1920, u n a solicitud de prórroga por su concesión, ofreciendo en tre o tras
obras, en ju s ta com pensación a dicha prorroga y a lg u n as am pliaciones que p e
día:
I-D
A
servicio eñciente de ag u a en Tegucigalpa y C om ayagüela, con
doble capacidad al que a h o ra existe, y proporcionar la fu e r
R
za m otriz n ecesaria p a ra luz eléctrica... (Memoria de fom ento,
1924-1925).
C
El 20 de septiem bre de 1920 se reglam entan las obligaciones a las
T-
que se com prom etía La Rosario. E ntre las m ás im p o rtan tes se d estacan
las siguientes:
Tigra.
salida por el m uro su r de dicho parque; pero en tal caso se com prom e
te a dejar a la orden del Gobierno, la cantidad suficiente de tub o s p ara
que este p u ed a hacer después la instalación y conexión por el lugar m ás
conveniente.
A
• La obligación que tiene la com pañía de su m in istra r la fuerza motriz
p a ra la luz eléctrica, se considera cum plida con la conducción del agua,
R
h a sta las tu rb in a s de la p lan ta de La Leona, en la form a ya estip u lad a en
los artículos anteriores.
C
• Es entendido que va a g arantizar la com pañía la obra por el térm ino de
veinte años, se refiere a la duración del m aterial, siem pre que el Gobierno
T-
le dedique el cuidado que requieren tales obras, el sostenim iento de la
cañería y su s anexidades^quedará a cargo del Gobierno.
La New York & H onduras Rosario Mining Com pany, comenzó los
trabajos d esp u és de septiem bre de 1920, y en 1921 ya h ab ía concluido
U
A
El Picacho y la p la n ta eléctrica de La Leona por en co n trarse en
perfecto estado. Como este acuerdo co n traría el decreto legisla
tivo N° 7, de 17 de abril de 1920, el Congreso lo im probó en su
R
decreto num ero 112 de 8 de abril de 1923, fu n d án d o se en que
sin el cam bio de la tu b ería indicada no se llena la condición de
C
d a r u n servicio satisfactorio. No o b stan te este últim o decreto, el
poder ejecutivo, en acuerdo de 7 de diciem bre de 1923, declaró
recibida la obra en referencia, por considerarla co n stru id a de
T-
conform idad por lo p receptuado en el decreto núm ero 7; pero
sin efectuarse el cam bio de aquella tubería. De m an era que se
contrarío por seg u n d a vez u n decreto del Congreso Nacional
(Memoria de fom ento, 1923-1924).
EG
A
En este nuevo acuerdo, la C om pañía se com prom etió a u n ir m e
R
diante cañería la q u eb rad a de la Tigra con el rio Ju tia p a : “Za expresada
cañería deberá colocarse en la p resa que la compañía tiene construida en
la quebrada de La Tigra, en conexión con la otra p resa que construyó en
C
J u íia p a ..." (Memoria de fomento, 1924-1925), pero m ás tard e se dieron
cu en ta que las aguas que tra n sp o rta b a la q u eb rad a de La Tigra no eran
del todo potables, ni la fuente de la q u eb rad a ten ía la capacidad nece
T-
saria, por lo que se optó por u n ir las ag u as del rio San J u a n con las de
Ju tia p a , p a ra esto se tuvo que reform ar el contrato.
La com pañía en cum plim iento con lo acordado, colocó por su-
EG
cuenta: “un tubo de presión entre los tanques de El Picacho y las turbinas
de La Leona, de diámetro y longitud necesarios para obtener de dichas
turbinas el máximo de fu erza hidráulica para luz eléctrica, que desarrollen
las aguas de Jutiapa y Tigra J u n ta s..." (Así reza tex tu al el convenio del 9
de diciem bre de 1925, pero al final la fuerza h id ráu lica se tuvo que de
sarro llar con las aguas de J u tia p a y el rio San J u a n , por las c a u sa s ya
I-D
m encionadas).
y convenido que esta cañería es para aum entar la ya existente p u e sta por
la Compañía (en 1921), la cual en am bas ciudades es de 18.378 p ies de
U
A
Ju a n c ito , desde la p rim era concesión realizada el 30 de diciem bre de
1880, la m inería volvía a ser atractiv a como in d u stria en Tegucigalpa y
alrededores, espacialm ente en San Ju a n c ito donde se en co n trab an los
R
m etales preciosos. U na m uy in te resa n te sín tesis de e sta s concesiones la
expresa el extenedor de libros de La Rosario Mining C om pany don Ju lio
Lozano Díaiz:
C
P rin c ip ia el E s ta d o p o r c o n c e d e r el d o m in io d e u n a
T-
z o n a m in e r a m e d ia n te el p ag o d e u n p e q u e ñ o im p u e s
to a n u a l; lu eg o , o to rg a al in te re s a d o , u n a c o n c e s ió n
p o r u n d e te r m in a d o n ú m e r o de a ñ o s , ex im ié n d o lo del
EG
p a g o d e to d o im p u e s to e s ta b le c id o y p o r e s ta b le c e r
s o b re s u c a p ita l, s o b re s u s r e n ta s , y s o b re to d a s s u s
p ro p ie d a d e s . Le otorga además el privilegio de importar al país,
libre de todo gravamen sus maquinarias y materiales necesarios
para el funcionamiento de su empresa, y le concede la franquicia de
I-D
E sta era la form a como La Rosario Mining Com pany aprovechaba toda
la riqueza de H onduras sin dejar n a d a m ás que el empleo a miles de
obreros, que se dirigían a San Ju a n c ito desde todos los p u n to s del país,
U
A
decisiones en cuanto al desarrollo de e sta in d u stria m inera.
R
grán se encargaría de term in ar todo lo establecido por Soto, entre estas
decisiones, seguir concediéndole los privilegios a La Rosario Mining Com-
C
pany, y es en este período de gobierno donde esta com pañía alcanzó la
m ayor atención estatal, tam bién se encargó de seguir con grandes pro
yectos como la carretera que conectaba el puerto de S an Lorenzo con la
T-
capital, y así darle u n a a p e rtu ra com ercial a H onduras en el comercio
internacional, ya que u n a carretera facilitaba el trán sito de las m ercade
rías im portadas y exportadas en H onduras.
EG
A
claro u n a expansión comerciad por la can tid ad de p erso n as que ten d rían
que p a s a r obligadam ente por Tegucigalpa p a ra llegar a distrito m inero de
R
San Ju a n c ito .
C
p erin ten d en te W ashington Valentino se en carg ab a de realizar fiestas en
Tegucigalpa reu n ien d o a todos los de la a lta sociedad y así reiterándoles
T-
el apoyo a la capital y claro m anteniendo su b u e n a relación con las p e r
so n as que podían infiuir en las decisiones del país.
EG
A
W ashington Valentino sabía ag asajar regio al Presidente de la República
y a la sociedad capitalina. Y en San Ju a n c ito se ofrecían barbacoas, b a n
da m arcial en quiosco, pirotecnias y al final ilum inación eléctrica (Gran
R
innovación). A los hijos de los altos dignatarios h o n d u reñ o s. Valenti
no les ausp iciab a viajes de entretenim iento a New York” (Carias, 2007).
Además de las atenciones b rin d ad as a los invitados, estos tam bién eran
C
obsequiados con paseos a las m inas (El C ronista, 1914).
T-
E ra evidente que en el desarrollo de e sta s grandes fiestas, -que n a
die se quería perder- las conversaciones sobre política eran las que m ás
sobresalían, ya que llegaban todas las fam ilias incluidas en los puestos
altos del gobierno, y obviam ente estas fiestas d ab a n m ucho resu ltad o a
EG
Empleo
A
a gran escala, n u n c a a n te s en H o n d uras se habíain concentrado tan to s
obreros en u n solo lugar con u n horario y alta rem u n eració n estableci
da. La escasez de m ano de obra, sería el principal factor que p re se n ta ría
R
m ayores dificultades p a ra la explotación in d u stria l de la m inería a La
Rosario Mining Com pany.
C
P ara 1880 la población H o n d u reña era alrededor de 300,000.
T-
h a b ita n te s distribuidos m ayorm ente en la región cen tro -su r
del país, o tra p arte en el occidente y la ex ten sa región norte,
con m uy poca población.
EG
las g an an cias del Rosario, desde luego por la poca oferta de obreros, di
cho salario au m en tarían : “el salario diario de $ 37 a $50 ctvs., diario. “A
los superintendentes, ingenieros, mecánicos de $ 5 a $ 15 diario. E stos
salarios eran el doble de los salarios ganados en otras m inas del país. ”
fFinney V, 1973) c
o
co
A
d u ras Rosario Mining Company, W ashington Valentine, resi
dente en el pueblo de San Ju an cito , que si no desiste , c u á n ta s
veces fuese necesaria, a la gran R epública u n id a, a la que tanto
R
estim am os por su s leyes altam ente liberales y dem ocráticas, y
por el espíritu em inentem ente progresista, ya que h a s ta hoy
C
aguantarem os a u n súbdito indigno de ella, ruin, m iserable y
judío: que sabem os; h acern o s ju sticia, y que H onduras es m uy
libre e independiente, que no soportarem os, m as a u n gringo
T-
yanke y a u n advenedizo que viene a entrom eterse tam bién en
n u estro s a su n to s políticos, y a d ar leyes como u n rey. Teguci-
gaJpa, 2 de agosto de 1887” (Finney, 1981)
EG
A
h u elg u istas (La h uelga de S an Ju a n c ito , 1912).
R
Como to d a la población se h a b ía concentrado en la actividad m i
n e ra y con esto se produjo el abandono de las tierras, lo que provocó
que la producción de granos y dem ás productos dism inuyera, las aldeas
C
cercan as a S an Ju a n c ito no se d a b a n ab asto p a ra la población que p a ra
1887 era de 3000 h ab itan tes.
T-
Por o tra p arte, Tegucigalpa era la m ás beneficiada, ya que p a ra
ab astecer a S an Ju a n c ito todos los productos que se dirigían a este lugar
debían p a s a r por la recién n o m b rad a capital como los granos básicos,
EG
carne, bebidas, lácteos, etc. Que venían desde m uchos lugares del país,
los que h a b ía n encontrado su desarrollo com ercial vendiendo m ercancía
a La Rosario.
Importación
La com pañía m inera tenia las grandes facilidades que el E stado hon-
dureño le h ab ía brindado por medio de las concesiones y exenciones de
im puestos (esta com pañía estab a libre de im puestos por u n periodo de
20 años), al igual de la estrech a relación que tenía con los E stados Uni
dos lo que traería p a ra H onduras grandes beneficios en especial en las
im portaciones.
A
La im portación de m ateriales fue el prim er privilegio que recibió
R
La Rosario desde la prim era concesión, introduciendo al país libre de
todo gravam en la m aquinaria y equipo p a ra iniciar su s trabajos en la
m ina; adem ás de toda la m aq u in aria intro d u cid a a cad a m om ento, p a ra
C
la renovación de la tecnología utilizada en la m ina, tam bién ingresaban
grandes cantidades de productos como dinam ita, fulm inantes, candelas,
T-
carburo, cianuro, etc.
A
del gobierno e sta com pañía, la introducción libre de derecho
de dicho petróleo y que h ab ía otorgado ya a favor de la com
p a ñ ía el recibo por los mil pesos y se pide al Sr. alcalde que
R
se h ag a llegar con p ro n titu d (Libro de actas m unicipales de
Tegucigalpa, Ju n io 1905).
C
F recuentem ente la com pañía p agaba el im puesto a n u a l con p e
T-
tróleo p a ra el alu m b rado público de la Capital, h a s ta que se realizó la
instalación de la luz eléctrica, las can tid ad es de gas que equivalían a los
mil pesos eran las siguientes:
EG
A parte de los mil pesos tam bién la com pañía cobraba la can tid ad
equivalente al tra n sp o rte del gas de San Lorenzo h a s ta Tegucigalpa. E s
tas can tid ad es de petróleo ad igual que los dem ás m ateriales eran im por
ta d a s desde E stados Unidos, solo que este gas era directaunente p a ra la
capital que era la ú n ic a que recibía el beneficio de u n a ta s a de im puesto
m unicipal an u al, ya que San Ju a n c ito desde 1885 form aba p arte de la ■c
O
jurisdicción m unicipal de Tegucigalpa.
iS
La exención de im puestos por parte del Estado en todas las concesiones fue el
caso m ás destacado, ya que por este privilegio esta com
pañía alcanzó un desarrollo de carácter m undial en explotación m inera, es incalculable la
cantidad de ingresos qué el Estado dejó de percibir en cuanto a la exención de im puestos, prim
eram ente en la introducción de m aquinaria y m ateriales durante todos esos años. La libertad
en el cobro
del gravamen sobre la exportación de los m inerales fue aun mayor, la cantidad de oro y plata
sacado del país por la Rosario y dirigido e invertido en Estados Unidos, no permitió que H
A
onduras alcanzara el despegue económico que pretendió Soto al darle estas concesiones.
R
Una de las profundas críticas que se realizan, sobre estas aprovechadas concesiones es la
de Julio Lozano Díaz:
C
La New York and H onduras Rosario Mining Company en razón de derechos e im
puestos sobre la im portación de sus m ateriales, durante la vida de sus concesiones. R
T-
esultan tan elevados que sería inconcebible que ella hubiese podido pagarlos tom ando
en cuenta el rendim iento probable de su negocio.
EG
Quien quiera que lea este estudio tendrá que convenir en que se ha cometido u n
gravísimo error al otorgar esas concesiones, sin que el Estado perciba otro beneñcio
que el trabajo, pobrem ente rem unerado, que esa industria proporciona a los hijos del
país. Parece que ha llegado la hora de que nosotros despertem os (1971).
I-D
Todo lo que Lozano Díaz propuso en este estudio lo logró al ser presidente de la
D
República.
U
E stas ganancias que tuvo La Rosario Mining Company no hubieran sido tan
cuantiosas, si se le hubiesen aplicado los aranceles ad u aneros correspondientes. En todos los
años de la explotación del distrito minero de San Juancito, el único obstáculo que encontró La
Rosario fue el cobro de los im puestos m unicipales.
A
de 1893 la compañía renovó el contrato para 4 años m ás, pero incrementó
su pago a 1,000 p e so s anuales y se le ordenó term inar la construcción del
mercado'' (Finney V., 1973).
R
A la m unicipalidad de Tegucigalpa le tra ía m ayor beneficio estas
C
c o n tra ta s por cinco años, ya que de e sta form a la com pañía q u ed ab a
en la obligación de cum plir con todos los acuerdos de la co n trata, y así,
al ten er u n a can tid ad de im puesto a n u a l y la colaboración en las obras
T-
públicas por p arte de La Rosario Mining Com pany, se evitaba el cobro
de m uchos im p u esto s de p eq u eñ as can tid ad es establecidos en el plan de
arbitrios de la m unicipalidad.
EG
A
Com unicaciones hacia Tegucigalpa
R
introducción de nuevas tecnologías, que directa o indirectam ente benefi
ciaron a Tegucigalpa, al prom over la a p e rtu ra de nuevas vías de com uni
C
cación, como cam inos, carreteras, las telecom unicaciones y nuevos s e r
vicios im plantados en la capital (como p u n to obligado p a ra La Rosario).
Las tecnologías introducidas por la com pañía a p artir de 1880, fueron los
T-
equipos, h erram ien tas y las m aq u in arias especializadas p a ra trabajos
m ineros, los cuales contribuyeron p a ra el desarrollo de las com unicacio
nes m encionadas.
EG
El Comercio
A
E stos factores dieron paso a u n m ercado com ercial m uy grande,
ya que las necesidades por p arte de la población se a g ra n d a b a n cad a día
R
m ás, y la m oneda en circulación a u m e n ta b a , debido al pago de salarios
a los obreros em pleados por p arte de la com pañía. El trabajo en la m ina
C
no p erm itía que se d esarro llara o tra actividad, debido a eso los com er
ciantes se sintieron atraíd o s por el m ineral de S an Ju a n c ito donde se
podía vender todo lo necesario p a ra la su b sisten c ia y satisfacción de toda
T-
la población.
A San Ju a n cito llegaron la m ayoría de com erciantes que ten ían grandes
tiendas en Yuscsirán, Tegucigalpa y A m apala
A
Ch.W aiss y Cía. Todos ubicaron su s tiendas en el cam po m ine
ro de San Ju an cito .
R
Tam bién la com pañía m inera ten ía su propia tien d a y en u n
inventarío de 1914 se podría encontrar; variedad de zapatos,
C
tiendas de acam par, colchas, jabones, azúcar, cañ as de pescar,
collares, objetos plásticos, ropa, overoles, h arin a, cerveza y m e
dicinas, etc. (Finney V, 1973).
T-
E sta cantidad de casas com erciales establecidas en S an Ju a n c ito
EG
A
pany en el año de 1916 fue el cam bio de m oneda de p lata a su equivalen
cia en billetes, como se ex p resa a continuación:
R
La Rosario Mining Compainy hace u n m es que h a su stitu id o
casi por com pleto la p la ta por m oneda de papel, ta n ta s diñcul-
C
tad es que ocasiona este cam bio, principalm ente los sáb ad o s y
dom ingos, en las tien d as se agota la p lata de tal m a n e ra que a
veces no p u ed en cam biarse cinco pesos (El Heraldo. S em an a
T-
rio Independiente, 1916).
d an u n a idea del im p o rtan te intercam bio com ercial que existía, el cam
bio de m oneda de p la ta a billetes, y que la m oneda circulante se agotara
los ñnes de sem an a, era por u n a au m en to considerable de la actividad
com ercial que se acrecen tab a los ñnes de sem an a con la salida de los
obreros trab ajan d o en el m ineral.
I-D
1886).
A
fluida. Facilitar este tipo de servicio fue clave p a ra el gobierno de Soto,
debido a que casi no existían cam inos-carreteras y estos eran u n a nece
sidad prioritaria p ara el país. Puesto que p a ra el Gobierno era prioritario
R
tener u n a fluida com unicación por medio de carreteras p a ra ejercer u n
m ayor control sobre las zonas de im portancia económ ica.
C
La C om pañía M inera de La Rosario y o tras com pañías m ineras
de los E stados Unidos, term in aro n y ap o rtaro n costos p a ra
T-
com pletar la carretera del su r en el Gobierno del Presidente
Luis Bográn. En el año de (1887). La c o n trata de este proyecto
carretero estuvo a cargo del Ing. F ran k Im boden. El proyecto
com prendía los trayectos entre La Brea, Tegucigalpa, Yusca-
EG
Ju an cito , 1891).
servía p a ra com unicar el m ás rico m ineral del país como lo era La Rosa
rio, quien era al final la m ás beneficiada y la que m ás utilizaba dicha vía
pública. De acuerdo al libro de ac ta s m unicipales, p a ra el año de 1900
se acordó o rd en ar a los auxiliares de El Hatillo, la p ro n ta reparación del
cam ino que de e sta ciudad conduce h acia el m ineral de S an Ju a n c ito ,
h a s ta la p arte que a ellos co rresp o n d a.“La compañía minera también,
participaba en los trabajos carreteros que realizaba la m unicipalidad de
Tegucigalpa, ya que esta em presa en varias ocasiones facilitaba la dina-
A
El acontecim iento se verificó el domingo 26 de m arzo en Te
gucigalpa, y fue u n acto al que concurrió casi toda la pobla
ción de la ciudad. El carro llegó originalm ente a San Lorenzo
R
en el Pacífico del país, y luego fue conducido a la capital por
el em presario de origen suizo Ju lio Villars, quien llevó como
C
invitados especiales al P residente de la República, el G eneral
M anuel Bonilla y a su M inistro de H acienda, el G eneral S a tu r
nino Medal (Amaya, 2010).
T-
E sta noticia sin d u d a alg u n a fue u n a de las m ás im p o rtan tes en
el pais, ya que esto, re p re se n ta b a u n símbolo de m odernidad que venía
EG
Los tres autom óviles, eran tres cam iones m arca Packard, (Elvir
Aceituno, 1996), los cuales fueron los prim eros cam iones de carga que
se introdujeron ai pais; lo que no fue funcional p a ra la com pañía m inera
por las condiciones de la carretera. E sta ca rre te ra debido a su im p o rtan
D
acostum brado a llam arla así, pero en realidad fue solam ente u n sim ple
cam ino de h e rra d u ra en m alas condiciones, debido al poco interés de la
com pañía p a ra realizar su reparación.
a
o
co
A
Para el año de 1914 El Diario El C ronista hacia u n a fuerte crítica hacia
la com pañía m inera p a ra que o rd en ara la reparación de e sta carretera
R
de San Ju a n cito porque e sta vía de com unicación era indispensable y
urgente. “Ya que p a ra el paso de las carretas con cargam entos era difícil,
y debido a los grandes esfuerzos que ten ían que realizar estas nobles
C
bestias les provocaba caer en san g ren tad o s, y a veces h a s ta m u erto s en
la ru ta de esta tierra im placable” (El C ronista, 1914).
T-
Medios de com unicación: telégrafos y teléfonos
A
R
C
T-
EG
I-D
D
U
C
'i::
o
'fo
c/)
Conclusiones
La New York and H onduras Rosairio Mining Com pany jugó u n papel m uy
im portante en los aspectos político y económico del país, tan to así, que
llegó al grado de intervenir en la vida política de la República.
A
política nacional, y d u ran te todos su s años explotando el m ineral de San
Ju an cito , m antuvo b u en as relaciones con el Gobierno C entral, especial
m ente en su s inicios, la am istad con el gobierno de Marco Aurelio Soto
R
y Luis Bográn dejaron a La Rosario Mining C om pany bien posicionada
en el país, con privilegios n u n c a an tes, ni d esp u és vistos en la historia
nacional.
C
La m agnitud de esta com pañía cam bió totalm ente la vida de los
T-
pobladores de San Ju a n c ito y Tegucigalpa, ya que debido a su in sta la
ción dio paso a cam bios ^cu ltu rales y sociales a gran escala en n u e s
tro país. Un ejemplo de esto es el empleo, n u n c a an tes en H onduras se
concentraron tan to s obreros en u n solo pueblo procedentes de distintos
EG
Si bien es cierto cum plieron con la p arte del acuerdo de in tro d u cir
el ag u a h acia la C apital, pero no dieron n in g u n a g a ra n d a por la obra y
aseg u raro n que la tu b e ría era de m uy b u e n a calidad porque era la m ism a
A
que se utilizab a en los E stad o s Unidos desde hace tre in ta años. De esta
m a n e ra fue que em b au caro n al Gobierno, debido a que la tu b ería a los
R
ocho años de h a b e r sido in sta la d a ya p re se n ta b a problem as de fuga por
la m ala calidad de los tu b o s, esto impidió, m ás adelante el b u en y seguro
funcionam iento de la energía eléctrica porque e sta funcionaba a base de
C
la fuerza m otriz que proporcionaba la caída del ag u a que tra n sp o rta b a
dicho conducto.
T-
Fue h a s ta el año de 1920 que La New York & H onduras Rosario
Mining C om pany intervino de u n a m an era directa al com prom eterse con
el E stado en el cam bio de toda la tu b ería y con esto m ejorar el sistem a de
EG
A
R
C
T-
EG
I-D
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Consultas Web
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T-
EG
I-D
D
U
A
seo de Arqueología y el Centro Regional de Investigaciones Arqueológicas
(CRIA); quedé gratam ente im presionada.
R
Agradezco la invitación al In stitu to H ondureño de Antropología e
Historia, al D irector del Parque Arqueológico El P uente, A rm ando Ortiz;
C
en especial a la Licda. M artha Patricia C ardona Vivas, S ubgerente de
Promoción y C oordinación de Regionales, con quien nos com unicam os
T-
desde México; y finalm ente, al Lie. Elíseo Fajardo M adrid por establecer
el vínculo, p u es de m an era pertinaz concibió que estu v iera en este terri
torio.
EG
M esoamérica y Periodización
A
plejas, refiejadas en su religión, así como la escritu ra, la astro n o m ía y el
calendario.
R
En las ú ltim as decadas, los investigadores h a n in ten tad o aplicar
el concepto de M esoam érica bajo u n a óptica crítica, que si bien las so
ciedades m esoam ericanas com partieron u n a h isto ria en com ún, la defi
C
nición de los procesos sociales dentro de e sta área cu ltu ral h a resu ltad o
com plicada por la heterogeneidad que se h a visto en los pueblos p erten e
T-
cientes a ella, así como su s niveles de desarrollo y su s periodizaciones.
A
objeto es u n conjunto sistém ico de coherencia relativa, constituido por
u n a red colectiva de actos m entales, con la que u n a entidad social, en u n
m om ento histórico dado, pretende ap reh en d er el universo en form a ho-
R
lística” (2012, p. 5). Y refiere la im portancia de distinguirla de conceptos
como cosmología y cosmogonía. E sta ú ltim a relativa al origen del m undo,
m ientras la anterior refiere a los actos mentades cognoscitivos y reflexivos
C
entorno al universo, producidos en u n a sociedad (2012, p. 12 y Z ucker-
h u t, 2007, p. 66).
T-
La cosmovisión m esoam ericana responde a u n vínculo y u n a h is
toria en com ún, creando perspectivas com partidas en cu an to el cosm os,
el tiempo, el espacio y los dioses. E sta visión perm itió el entendim iento
EG
hegem ónicas porque las ideas dom inantes coinciden con las ideas de los
dom inantes, así de igual m an era al lado de estas cosm ovisiones existen
otras que integran otros aspectos, contenidos e ideas (2007, p. 66).
tente al cam bio histórico por m ás que otros de su s elem entos sean m ás
flexibles.
A
tan te. Es, adem ás, el p u n to de p a rtid a de la actividad individual. Es al
m ism o tiem po u n a creación inconsciente y u n a construcción racional
R
porque deriva del ejercicio de la com unicación y de la lógica propia de la
p ráctica cotidiana en m uy d istin to s ám bitos de acción. Sin p ro p o n érse
lo y sin saberlo, en u n proceso de m uy larga duración, el hom bre crea
C
colectivam ente sistem as p articu lares y sistem as de sistem as. Su acción
puede ser intencional, pero la intencionalidad va dirigida a fines con
cretos de m uy diferente n atu raleza. Los resu ltad o s últim os de la praxis
T-
colectiva escap an a su conciencia y voluntad. Veamos como ejemplo la
gram ática. Es u n sistem a lógico de creación inconsciente que se produce
por el m ero u so del lenguaje.
EG
d istin tas c u ltu ra s del área poseen los m ism os fundam entos básicos; es
casi como si se h u b ie ra n construido sobre los m ism os pilares. Las dife
rencias en tre ellas son m ás bien en el orden de los detalles de la a p a
U
La Dualidad
A
de esta cosmología era la expresión m ás visible de e sta dinám ica de lo
m asculino y lo femenino.
R
Noemí Q uezada distingue entre u n a dualidad cósm ica y u n a d u a
lidad cotidiana (véase tab la 1), y concluye que la dualidad cósm ica p e r
C
mite u n a com plem entaríedad igualitaria en m uchos aspectos de la vida
cotidiana (1996, p. 22).
T-
Las deidades m esoam erícanas re p re se n ta b a n e sta dualidad, se
necesitaba la constitución de u n dios y u n a diosa, el dios Ometeotl, por
ejemplo, creador suprem o se concebía como u n p ar tan to fem enino como
EG
Las m aterias
I-D
P ara los antiguos m esoam erícanos eran dos las m aterias las que
conform aban todas las cosas, la m ateria ligera y la p esad a, las cuales
e sta b a n divididas en dos grandes opuestos: la m ateria caliente-lum ino-
sa-alta-m asculina-viva-seca y la fría-o scu ra-b aja-fem en in a-m u erta-h ú -
D
m eda (López A ustin, 1996, p. 478). Todas las cosas y los seres se com po
n ían de éstos dos tipos de m aterias, y el predom inio de u n tipo lo h acía
o cu p ar su puesto en el universo. La m ateria d e n sa y p e sa d a era aquella
U
A
Vida*
Energía negativa Energía positiva
Abajo* Amba*
R
Viento* Fuego*
Oscuridad Luz
Noche Día
Occidente*
Fría
C Oriente*
Caliente
T-
Blanco Rojo
^p£C C V owes
S t'S
A
REGIÓN
R
DELA
MUERTE
C
Tomada de Alfredo López Austin.
T-
(PDF, Modificada por María del Carmen Lechuga ).
dios de las cu atro direcciones. Tlaloc es com pañero de los cu atro vientos
por lo cual se puede concluir que form a u n quinto ser, probablem ente
ubicado en el centro de los cu atro p u n to s (Contel, 2009, pp. 22-25).
U
Podem os com p arar los nom bres de los dioses de la lluvia en tre d istin tas
cu ltu ras: Q uiáhuitl, nom bre alternativo de Tlaloc p a ra los n a h u a s tra
ducido al español como lluvia; el dios de la lluvia en C holula se llam aba
C hiconahui Q uiáhuitl; D zahui p a ra los m ixtecas y M u’ye p a ra los otomís.
Todos estos com parten u n significado parecido. Uno de los m últiples
significados de C haac tam bién es lluvia y el dios p u rép ech a Tirípem e
C uricaueri significa “ag u a que se descuelga” (Contel, 2009, pp. 21-24).
A
R
Tomado de López Austin.
C
Por su parte, los p au ah tu n es eran los dioses de los cuatro vientos y aliados de Chaac,
quien es vinculado con el color verde, el color del centro. Tam bién el dios zapoteca
T-
llamado Cocijo tenía cuatro com pañeros cercanos (el viento, la lluvia, las nubes y el
granizo) y se han encontrado representaciones de él relacionadas con la cerem onia de los
voladores, dedicada a los cuatro puntos cairdinales (Wilde, 2011).
EG
Los mexicas crearon su propia cosmovisión, sem ejante a las otras culturas, pero
con elem entos de su contexto n atu ral y social. En su visión la tierra o tlaltícpac se
encontraba rodeado por agua. La superficie estaba dividida en cuadrantes en forma de
cruz, con el centro u n a piedra verde. A cada cuadrante se le asigna u n color y u n
I-D
símbolo que se relaciona con el movimiento del Sol y la vida (UNAM, 2014).
cotidiano donde estaban las personas vivas y trabajadoras; los cielos o el m undo
superior donde m oraban los dioses y los hum anos distinguidos por acciones heroicas en
su vida, como los guerreros m uertos en batalla y las m ujeres fallecidas de parto. Había
U
cinco direcciones: los cuatro puntos cardinales y el cénit, es decir hacia arriba, cada
dirección tenía u n color propio y su dios asignado (UNAM,
a
2014). 'G
a
;
Chicnahtopan
T la ltip a c
A
C h lcnauh-
V9
R
m íc t l a n
C
Tomado de López Austin.
T-
Los pueblos m esoam ericanos com partieron m u ch as creencias
religiosas, tales como: conceptos de la existencia de varios u ltram u n d o s;
varias destrucciones y creaciones del m undo; creían en la existencia de
EG
trece o nueve cielos, la tierra y nueve infram undos (Avila, 2002, p. 33).
En la bóveda celeste se en co n trab an en los prim eros cielos los p lan etas y
los astros, representad o s todos por dioses.
A
Los m ayas ten ian u n esq u em a parecido con trece cielos y nueve
infram undos, las cuevas y los m an an tiales eran sagrados como portales
R
donde se en c o n trab a n los in fram u n d o s con el m undo cotidiano. P ara
realizar labores de siem b ra y cosecha pedian perm iso a la tierra con
ritu ales (algunos de ellos se conservan en la actu alid ad m ezclados con el
cristianism o).
C
Los sacrificios h u m an o s se realizaban p a ra congraciarse con los
T-
dioses y sab er su s designios, los seres h u m an o s e sta b a n a m erced de ellos
que los h a b ia n creado p a ra ten er alguien que reconociera su grandeza y
les rin d iera culto.
EG
el trueno Dzahui
Sarpiantt Quetzalcoátl Kukulkáno Coo Dzahui
emplumada Gucamatz
Deidad del fuego Huehuetéotl Ka'wil Cosana Ñuhu
Nchikanchii
Deidad dai maíz Centéotl Yum KaáíTo Nal Pitao Cozobi Cohuy
Deidad del Míctlantecuhtii Ah Puch 0 Yum Pitao Pecelao QCuañe
inframundo Cimil
D
El calendario y la arqueoastronomía
(/)
El estudio del culto prehispánico m u e stra la im portancia que a
‘C
ten ia el calendario en su aplicación a la vida social. Por estas razones
llegó a d esem p eñ ar tam bién u n papel decisivo en la legitim ación del
poder. Se h a n realizado estudios sobre la vinculación entre calendarios o
U
A
m esoamericana parece haber sido la presentación de información política
en una estructura calendárica” (Marcus, 1979, p. 50).
R
Esto indica que el surgim iento paralelo de la observación
astronóm ica, los calendarios, la m atem ática y la esc ritu ra tienen
C
relación con los procesos socioeconómicos de u n a sociedad compleja.
La existencia del sistem a calendárico m esoam ericano im plica en sí la
observación astronóm ica m an ten id a a través de siglos, sólo pudo llegarse
T-
a u n sistem a ta n exacto. E ntre las observaciones ligadas al calendario
d estacan la determ inación exacta del año trópico, los m eses sinódicos
de la Luna, los ciclos de eclipses de Sol y Luna, el ciclo de Venus, la
EG
El ciclo agrícola
A
im portantísim a, h a s ta el p u n to de relacionarlo con su s propios dioses y
convertirlo en el eje principal de la civilización. Fue lo m ás im portante
R
p a ra la c u ltu ra m aya, ad em ás de ser la b ase alim en taria fue la c a u sa de
su s grandes avances astronóm icos y calendáricos, donde se so p o rtab a la
fe religiosa y su a rq u ite c tu ra y el m aterial con el que las deidades dieron
C
form a al hom bre. Todo giraba a su alrededor, el m aíz era el epicentro del
m undo m aya. (Torres, 2011)
T-
En los relatos m íticos es p aten te que las deidades del m aíz son
tan to m ascu lin as como fem eninas, se re p re se n ta la doble n a tu raleza
sexual del maíz. A cad a e ta p a del crecim iento del cereal, correspondía
EG
Por su p arte Michel G raulich (1999, pp. 328-334) propone que esas
D
A
Morley aseg u ra que “el maíz era el p an de cad a día del indio am ericano
precolom bino y co n tin ú a siéndolo h a s ta n u estro s d ías”. R. G irard, en
Origen y desarrollo de las civilizaciones an tig u as de América, 1977, dice
R
los m am es, que son etnológica y lingüísticam ente los m ayas m ás antiguos
en el país, existe u n a localidad llam ada paxil. “Los m am es m antienen la
tradición de que en dicho lugar nació el maíz, es decir que allí fu e donde se
cultivó por primera v e z” (Torres, 2011).
C
T-
Tanto en el Popol Vuh como en los Anales de los C ackchiqueles,
resaltan que el maíz fue descubierto en Paxil, por la fertilidad de su s
tierras. De esta m anera, la p la n ta sag rad a se fue extendiendo por nuevos
territorios y tom ándola como tal por o tras c u ltu ra s posteriores.
EG
I-D
D
U
En resum en
A
En el p an teó n m esoam ericano hay dioses que sim bolizan los astro s
como el sol, la lu n a, el p la n e ta v en us y los dioses de la tierra, el viento, la
R
lluvia, el ag u a y el fuego, así como plan tas: el m aíz y el m aguey. Tam bién
h ab ía objetos sagrados, reliquias de dioses como navajas de pedernal,
C
p u n ta s de m aguey, los palos p a ra sa c a r fuego, espejos o cañones de
p lu m a lleno de ceniza, todos ellos relacionados con los m itos sobre los
dioses.
T-
Con el desarrollo de las d istin ta s civilizaciones m esoam ericainas,
se llegó a u n a concepción m uy com pleja del universo. Los dioses se
diversificaron y se estratificaron, u n o s eran m ás im p o rtan tes que otros.
EG
ITLAZOH KAMATLl!
m
co
a
CJ
c
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A
R
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T-
EG
I-D
D
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A
R
C
T-
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A
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A
R
C
T-
EG
I-D
D
U
A
intelectual le hizo d estacarse en varios aspectos de la vida política y
cu ltu ral del país: como historiógrafo, como filólogo, como latinista, como
R
educador, como periodista, como orador, como funcionario público,
como estadígrafo, como sacerdote, como abogado y como defensor de los
derechos territoriales de H onduras.
C
Fue, indudablem ente, uno de los pilares fu n d am en tales en que se
apoyó la Reforma im p u lsad a por Soto y Rosa.
T-
El prim er aporte fue de tipo diplom ático. El Presidente
guatem alteco. G eneral J u s to Rufino B arrios se proponía la refundación
de la Federación C entroam ericana y con tal fin com enzó a mover peones:
EG
A
el recibim iento de Soto quien d esem b arcaría en Am apala. En Nacaome
se en te ra de que el G eneral B arah o n a se h a traslad ad o a A m apala p a ra
im pedir el desem barco de Soto, por lo que Vallejo interviene y hace que
R
B araiiona d esista, de tal su erte que Soto llega, sin inconveniente alguno, CO
a A m apala, el 27 de agosto. Vallejo h ab ía realizado su prim era labor 3
•y
tra sc e n d e n ta l en favor del proceso reform ador.
C
El prim er p uesto de Vallejo en las filas reform istas es el de
í
<i)
co
T-
Secretario Privado del P residente Soto, cargo que ejerce efím eram ente ’C
'O
porque el m an d atario y su Secretario G eneral Ram ón Rosa, pronto le (0
asig n an nuev as ta re a s que son afines a su sólida form ación. Vallejo era
c;
u n abogado ilustre. 'O
’G
EG
o3)
En 1878, publica la colección de C onstituciones Políticas de la C O
(i)
R epública de H onduras, libro que va a ser definitivo p a ra que el gobierno
reform ador em p ren d a la ta re a de la redacción de u n a nueva C onstitución c
que im p u lsaría las m edidas trasfo rm ad o ras b a sa d a s en el positivism o de
Comte. CO-
I-D
o
c
En el m ism o año, el gobierno encarga a Vallejo la redacción de u n
Com pendio de la H istoria Social y Política de H onduras. Vallejo, adem ás, CO
o
ten ía acceso a los m ás im portantes docum entos necesarios p a ra la o
esc ritu ra de u n a h isto ria que nos m o strara el pasado del país desde G-
D
d
o
por la población y su estado de ignorancia y resen tía el com portam iento c
de los sacerdotes que esquilm aban a los m ás pobres. Vallejo, ju n to ?
o
con Rosa, re sc a ta la figura de M orazán y de los patricios nacionales •C
o
y centroam ericanos y se adhiere al ideal centroam ericanista. La obra CK es
fue com pletada y luego publicada por el gobierno con u n im portante
prólogo escrito por Ram ón Rosa. Un segundo tomo fue reproducido, por
A
Nacional surgió de Vallejo, con motivo del traslad o de la capital de
C om ayagua a Tegucigalpa. «El gobierno de Soto -n o s c u e n ta Vallejo-
R
aplaudió n u e stra idea». El gobierno no co n tab a con los fondos p a ra tal
fin pero autorizó a Vallejo p a ra que realizara, por su cu en ta, las acciones
que consid erara pertinentes. Vallejo era u n au téntico patriota. Primero
C
se dedicó a exam inar el archivo de la M unicipalidad de Tegucigalpa y
organizó m ás de 200 volúm enes con los docum entos que a su juicio eran
los de m ayor interés. Luego, se traslad ó a C om ayagua en donde realizó
T-
la m ism a tarea. Los vecinos de la an tig u a capital, recelosos de la ta re a
de Vallejo, se am otinaron y a c u sa b a n a Vallejo de e sta r traslad an d o las
joyas de la catedral a Tegucigalpa. El alcalde m unicipal y otros notables
EG
y prom over la obra reform adora que im p u lsab a el gobierno. Vallejo ejerció
u n periodism o apegado a la verdad y fue u n m ordaz polem ista. Introdujo
en su s periódicos secciones novedosas: consejos p a ra los agricultores, el
estado del tiem po y noticias de los d ep artam en to s.
A
Bográn y publicó el Prim er A nuario E stadístico de H onduras, considerado
u n a joya de la historiografía por su contenido y por su finísim a edición.
Soto se ve obligado a a b a n d o n a r la presidencia por desavenencias con
R
el G eneral B arrios, en 1883, pero Vallejo sigue im pulsando, con su CO
labor intelectual, el proceso de m odernización del país y del E stado y se 3
ocupó de recopilar y p u b licar im portante docum entación de la h isto ria
C
de H onduras, estudió y docum entó los lím ites de H onduras con su s
vecinos, docum entos que perm itieron al país la defensa de su integridad
á
3
(i)
Q
T-
O
territorial a nivel internacional. Siguió escribiendo y dirigiendo periódicos
'O
p ro g resistas y ejerció, h a s ta su fallecim iento, la docencia u n iv ersitaria y (/)
en u n colegio de seg u n d a enseñanza.
No cabe la m enor d u d a de que Vallejo es el verdadero fundador
EG
I V
o
de la historiografía h o n d u reñ a, no solam ente por los textos que escribió es
'♦o
y las com pilaciones de docum entos que editó, sino fundam entalm ente CO
CD
por su ta re a titán ica de conservar la docum entación que resp ald a la
h isto ria de H o n d u ras d u ra n te la colonia y las prim eras décadas de vida es
independiente. 'e s
I-D
C
O
0
Desde el principio se im puso el sistem a de d o cu m en tar su s
aseveraciones históricas. Todo debería ser com probado, respaldado: 1
nom bres, lugares y fechas p a sa ría n por u n m inucioso exam en. Se im puso CO
o
u n riguroso an álisis de los hechos p a ra poner en su sitio la leyenda y
D
o
la verdad histórica. He aquí algunos de su s principios doctrinarios: «Me 5)
im puse por ley no decir n a d a falso, ni om itir n a d a verdadero, asum iendo
U
A
cronológico de los tratad o s y C onvenciones..., Réplica d o cu m en tad a a
las nuevas y fehacientes p ru eb as de que el Archipiélago de la B ahía de
R
Fonseca pertenece a la R epública de El Salivador, publicadas por el Dr.
Santiago I. B arberena y m uchísim as obras inéditas que el E stado de
H onduras no se h a interesado por d ar a la luz pública.
C
El 18 de enero de 2014, se cum plieron 100 años de la m uerte de
este ilustre hondureño. S orprendentem ente hubo u n silencio sepulcral
T-
en H onduras en torno a e sta grandiosa efeméride. N ada de actos
conm em orativos por p arte del M inisterio de E ducación, como tam poco
h a m ostrado interés la Academ ia H on d u reñ a de la Lengua, en donde
EG
uno de su s sillones lleva, precisam ente, el nom bre Dr. Antonio Ramón
Vallejo, y de la cual fue m iem bro de núm ero cuan d o e sta institución
fungió como Academ ia científico literaria, con reconocim iento de la Real
Academ ia E spañola; no hay reso n an cia en la A cadem ia H o n d u reñ a de
Geografía e Historia, de la cual fue m iem bro fundador; no m u e stra n
signos de agradecim iento las universidades nacionales ni las privadas.
I-D
libro que d em u estra, en base a los docum entos, que las Islas del Golfo de
Fonseca pertenecen a H onduras, tra s h ab e r sufrido u n accidente cerebral
v ascu lar m ien tras im p artía su cáted ra de latín en el In stitu to Nacional.
Q uizás este olvido nacional sobre Vallejo se d eb a a lo que Helidoro Valle
decía acerca del Pater: «era de esos varones benem éritos a quienes no se
les c u e n ta la edad».
A
El ejemplo de ten acid ad dem ostrado por Vallejo, en u n medio ta n
estrecho, sírvanos p a ra llenarnos de en tu siasm o en n u e stra s ta re a s de
d e se n tra ñ a r el pasado, apoyados en la verdad, p a ra que su s lecciones
R
nos m u e stre n el cam ino correcto hacia el futuro. (/)
3
T33
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R
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I-D
A
intachable conducta. Vallejo desde niño dio m u e stra s de inteligencia,
capacidad, y valores que posteriorm ente pond ría al servicio de la patria.
R
E ran los preludios de u n hom bre grande en el am plio sentido de la
palabra. co
3
C
C arm en Fiallos nos dice: “Vallejo no quiso ser el producto del am biente
en que nació y en el que tuvo que lu ch ar a brazo partido p a ra alcanzar
su form ación in telectu al”. (Fiallos, 2013).
á
co
T-
•C
'O
Al leer la vida y obra de Vallejo, nos form am os la idea que desde niño (0
'O
•G
a
visionario y am an te de p lan tearse m etas de a ltu ra e ir tra s ellas h a s ta .'Si
alcanzarlas. co
Vallejo e stu d ia b a con gran dedicación. Victor M anuel Ramos nos dice ::í
que Vallejo practicó el exam en p a ra optar al grado de Bachiller en
Filosofía, el 4 de O ctubre de 1862, y el exam en p a ra el grado de Bachiller •XS
I-D
co
en Derecho Civil, lo realizó el 20 de noviem bre de 1864. Ambos diplom as ■
♦
o
o
C!
le fueron entregados por el Rector de la Academia, h a s ta el 7 de febrero Cü
de 1872. ’G
En 1865 ingresó el Colegio Trídentino donde se ordenó de Sacerdote en o
co
A
que por su propio esfuerzo se convirtió en faro lum inoso que se puede
utilizar como guía de la ju v en tu d . Vallejo era u n polifacético que se
R
destacó en diferentes cam pos del queh acer hum ano. P ara ilustración
veam os algunos de los cam pos que él dom inaba.
Vallejo Orador C
T-
Vallejo por su condición de clérigo y de abogado era u n magnífico
orador. Su ilustración era poco com ún, y adem ás poseía el don de la
elocuencia.
EG
Vallejo Educador
A
e sta fase de su talento m últiple.
R
a u la s de clase, tan to como docente o como director.
CO
D esde la c á te d ra dejaba tra slu c ir su ética rígida, su vida intachable,
C
su agilidad p a ra discernir, valiéndose p a ra ello de la lógica y la razón.
3
á
T-
Como colaborador de la Reform a em prendida por Marco Aurelio
Soto, publicó varios artículos encam inados al m ejoram iento de la ao
'c
educación en H onduras. En u n trabajo publicado en el periódico “La 'O
Pública. c
'O
;
‘G
Q
Vallejo Historiógrafo co
3
Vallejo es el fu ndador de la historiograña h o n d u reñ a. A este 5
I-D
pasado, relacionarlo con el p resente y con esos dos elem entos forjar el ■G
coo
engrandecim iento de H onduras.
D
o
G
Indudablem ente constituye uno de n u estro s m ás activos e
U
Vallejo Político
A
Su idea capital en política era el establecim iento de H onduras, de
u n gobierno de integridad nacional. Creía n ecesaria u n a reform a política,
social y cultural. Creía preciso b u sc a r hom bres con ideas nuevas p a ra
R
h acer u n gobierno en el que participen sin discrim inación alguna, todos
los h o n d u reñ o s con capacidad y b u e n a voluntad.
C
Siem pre aspiró p a ra H onduras, u n régim en nom brado por el
pueblo y enm arcado en las leyes. E ntendía la c u ltu ra que fuese b asad a
T-
en la u n id ad y com prensión de los pueblos, m ediante la libertad.
Vallejo Estadista
EG
1889. Al referirse a e sta obra, el Dr. B arb eren a dice que es u n verdadero
m onum ento literario a su patria.
U
Vallejo Períodista
A
Vallejo era el hom bre de letras, erudito profundo, con gran
capacidad de redacción, con m uchos principios cristianos y m orales
p a ra ceñirse a la verdad, y así a ta c a r a quienes violaban las leyes y
R
defender los derechos de quienes les eran violados. E sa era la n o rm a
que ten ía en su s actividades periodísticas. Fundó periódicos, dirigió (/)
algunos y colaboró en otros. 3
C
Siem pre estuvo d isp u esto a poner su plum a a beneficio de la p atria y al
servicio de los indefensos. Le g u sta b a h ab lar por los que no tienen voz. í
CU
T-
C
O
Vallejo Escritor •c
territorio de La M osquitia.
A
hizo Vallejo, es suñciente p area inm ortalizarlo, p a ra colocarlo en el alto
pedestal de la gloria.
R
Ningún historiador se h ab ía tom ado el costo de h acer u n trabajo
tan amplio y bien docum entado.
C
Vallejo fue u n intelectual com prom etido con su época y su tiempo,
el de la Reforma Liberal iniciada en 1876 por Marco Aurelio Soto y
T-
Ram ón Rosa; los hom bres m ás conocidos de u n a “generación decisiva”
como la llamó Ramón Oquelí. U na lista de la producción bibliográñca
de Vallejo da u n a idea de su capacidad de trabajo y de la diversidad de
EG
A
• En 1885 es nom brado Secretario al organizarse el Comité Especial
p a ra d ictam in ar sobre la d eu d a ex tern a de H onduras.
R
• En 1887 el Suprem o Gobierno lo nom b ra D irector G eneral de E stadística. co
3
de núm ero. C
• En 1888 el Consejo Académico Científico Literario lo n o m b ra Académico
C
O
C)
Q
C
T-
O
• En 1870, asum ió el cargo de M inistro Plenipotenciario de G uatem ala, •C
'O
N icaragua y C osta Rica. co
3
EG
'O
• Fue Secretario del Comité encargado del arreglo de las cu e n ta s 'G
a
docum entos relacionados con el ferrocarril interoceánico. '4o
co
::í
• C olaborador del periódico La Paz. 3
• D irector y fu n d ad o r del periódico H onduras Industrial.
• D irector del Periódico oficial La República. <D
I-D
(0
0
■♦o
• En 1880 es incorporado a la Academ ia Científica Literaria de H onduras cCüi
•?o
correspondiente a Real Academ ia de la Lengua Española. 1
co
o
• En 1890 figuró como socio correspondiente de la Academia de Ciencias o
D
o
• En 1904 es nom brado colaborador de la revista del archivo y la ’C
o
Biblioteca Nacional fundada, dicha revista, por E steban G uardiola. '40
ía ^^
co
• En 1906 se hace cargo de. la Dirección del Colegio El Porvenir en co t
o o
Q O
Tegucigalpa.
A
En todos los trabajos que desem peñó y las responsabilidades
que asum ió, dem ostró capacidad y entrega. Por eso se ganó m uy
m erecidam ente la adm iración y el respeto de su b altern o s, com pañeros y
R
jefes.
A
de J u s to Rufino B arrios. M edina no m b ra a Vallejo su em isario p a ra
que se en trev istara con los m an d atario s centroam ericanos p a ra poder
su p e ra r la crisis. Sin em bargo, Vallejo com prendió que B arrios ya ten ía
R
CO
la determ inación de instadar en H onduras a Soto. La gestión de Vallejo
se limitó a im pedir que u n a fuerza proveniente de G uatem ala invadiera 3
na
'O
De nuevo en G racias, Vadlejo es nom brado Secretario Privado 'C
EG
CO
o
M edina se resistía acep tar la venida de Marco Aurelio Soto. c
•>o
Vallejo urgió a soto p a ra que to m ara la resolución de venir a H onduras,
‘C
y habló con M edina p a ra tra ta r de convencerlo p a ra que acep tara la CO
o
venida de aquel ilu stre ciudadano hondureño. M edina acorralado por o
D
O
•fO
c
o
Vallejo formó p arte de la com isión encargada de entregar el decreto c
a Soto. 8
o
'C
o
H asta ese m om ento, la ta re a de Vallejo h abía sido m uy im portante: a
por encargo de M edina se entrevistó con los m andatarios de Centro
América, y logró evitar que G uatem ala invadiera H onduras; convenció CO í
o §
Q O
A
D espués que Soto asum ió el poder, el 17 de agosto, seleccionó
R
personas altam ente califlcadas p a ra que lo aco m p añ aran en su gobierno.
Uno de los seleccionados fue el presbítero y abogado Antonio Ramón
Vallejo.
C
Papel de Vallejo en el Gobierno de Marco Aurelio Soto y La Reforma
Liberal
T-
C uando Soto se hizo cargo de la presidencia de la república de
H onduras, conociendo la ^preparación, inteligencia y h onestidad de
EG
A
dicho com pendio, pero vio que era m ás adaptable p a ra estu d ia n te s de
seg u n d a en señ an za.
R
En julio de 1883, Vallejo h ab ía cum plido p arte de su trabajo, y co
entregó al gobierno el prim er tomo que contenía los sucesos ocurridos en 'Xj
H o n du ras de 1821 a 1878.
C
- Vallejo planteó al presidente Marco Aurelio Soto que como p u n to
cCi)
es
O
T-
im portante de la Reform a Liberal, e sta b a fu n d ar y organizar la Biblioteca •c
'O
y el Archivo Nacional. Soto aceptó las sugerencias y le asignó tal co
responsabilidad.
'O
'C
EG
o
Oí
Vallejo ejecutó to d as las acciones necesarias p a ra llevar a cabo su plan
co
y fue así que por acuerdo g u b ern am en tal del 11 de febrero de 1880 se
crea la Biblioteca Nacional de H onduras y por acuerdo g u b ern am en tal
del 5 de m arzo del m ism o año se crea el Archivo Nacional de H onduras.
CD
'XS
I-D
co
Vallejo fue nom brado Director, supo darles vida y am plia difusión, o
■♦o
contribuyendo con esto al logro de algunos objetivos de la Reforma CD
plan de Reforma; ya que com partía su s ideas reform istas y las difundía.
Vallejo publicó su s valiosos artículos en el periódico oficial “La G aceta de
H o n d u ras”, en el periódico “El O rden” dirigido por Francisco Cruz, en el
U
A
- Vallejo como educador, estab a convencido de la prem iosa necesidad de
capacitar a la niñez y la ju v en tu d en diferentes cam pos p a ra tran sfo rm ar
R
a H onduras. E sa es la Reforma que Soto quería, por eso fundó escuelas
h a sta en los lugares m ás alejados, y fomentó la educación en los
diferentes niveles.
A
- Se organizó la U niversidad.
R
- Se consolidó la d eu d a pública y se crearon los m edios de arm onizarla. (0
3
E stadística. C
- Se fu n d aro n la Biblioteca, el Archivo Nacional y la Dirección de
í
C
CD
ao
T-
- Se organizó el Servicio de correos y se incorporó la Unión Pastoral 'C
'O
Universal. V)
EG
'O
- Se creó el servicio de telégrafos. ’G
a
'fo
- Se fundó la Tipografía Nacional.
¡i
5
- Se hizo efectiva la anexión de las Islas de la B ahía a H onduras (Fonseca,
(i)
1983). 'Q
I-D
o
La Reform a de Soto quedó incom pleta, no h ab ía provocado en H onduras c
•Si
el surgim iento de u n a sociedad m oderna, a p esar de su deseo y •G
preocupación porque e sta q u ed ara cristalizada y que fuera perdurable, co
o
a p esar que Rosa y Zúñiga como grandes reform adores crearon leyes o
D
.2
co
D espués de que Soto dejó la presidencia, algunos aspectos de la Reforma c
h a n cam biado.
o
'C
o
Qí a
co 2
co c
O§
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D
Introducción
A
El objetivo de este artículo es el analizar la obra del considerado
pad re de los estu d io s históricos en H onduras Antonio Ram ón Vallejo
R
CO
desde el enfoque de la función social del h isto riad o r al ser este au to r
quien crea en el prim er d iscu rso histórico fu ndente sobre el pasado 3
•TS
C
h o n d u reñ o y reflexionar sobre la ciencia histórica en su m etodología y
perspectiva de análisis. 3
0)
C
O
T-
El por qué analizar la obra de este personaje, va m ás allá, ’C
'O
•♦o
que este año se conm em ore el prim er centenario de su m uerte, sino co
por su profundidad h erm en éu tica p a ra la com presión de la sociedad 3
'O
h o n d u reñ a, como de las y los h o n d u reñ o s. Antonio Vallejo, según el ‘G
EG
G
historiador guatem alteco E rnesto Chinchilla: “Desde su ju v e n tu d se •i-»
•♦o
puso en contacto con la tragedia política que afligía a C entro América y cCoú
se le vio dedicarse a a su n to s de gran interés nacional que le convertiríain
en u n o de los intelectuales m ás destacados de su p a tria ” (Chinchilla, E., c
1948, p. 173). 'G
I-D
co
o
Ha sido Vallejo el prim er h o n d u reñ o en forjarse en este oflcio y
b u sc a r en la h isto ria su función social de relacionar el p resen te con el 'G
pasado, ya que como lo h a planteado el historiador m exicano E nrique coo
Florescano que en el paso de los siglos en todo el m undo la historia h a o
D
G racias a ello, u n a com unidad puede identificar lo rem oto, perm itiéndole
u n reconocim iento de lo extraño, aquello qué la antropología denom ina la
otredad. Así, se puede entender la historia como forjadora de identidad,
la cual por medio de u n a introspección se llega a definir la identidad
A
propia por medio de u n a im agen del otro, se reconoce el yo en cuanto
se establece la diferencia y lo que se com parte con él.
R
Aun cuando, p a ra Florescano, la historia no se h a dem ostrado
como u n a b u en a m aestra, sino m ás bien como u n a p o rtad o ra de sab id u ría
C
a la que se debe ap ren d er a interrogar criticam ente, sin dogm atism os,
reconociendo la pluralidad de voces (contradictorias incluso) que en ella
T-
coexisten y que h a n quedado opacadas bajo el peso de la u n id ad estatal.
De Clérigo a Historiador
A
de Bográn ni de Vásquez, pero tuvo que a b a n d o n a r el país
a la llegada de las tro p as de Policarpo Bonilla, a quienes
previam ente h ab ía calificado de 'a n a rq u ista s (Oquelí, R;
R
1995, p. 23). co
g
3
C
Fue u n hom bre con u n a sólida form ación y u n historiador p a ra su
m om ento actualizado: “A dm irador de Adolfo Q uetételet, realizo m últiples
á
C
T-
O
ta re a s en los cam pos de la historia, la estad ística y del periodism o” •c
'O
'O
sen ten cias im presionaron profundam ente su espíritu. Conoció las ideas ‘C
c
del positivism o y del liberalism o político, y deben agregarse como factor
CO
im portante de su form ación las lectu ras d eterm in ad as por su m inisterio Cü
religioso. 5
d)
I-D
• •
A
Centroamérica, publicado en inglés y traducido por u n hondureño en 1856,
im preso en París; luego estab a la obra de William V. Wells. Explorations
R
and A dventures in H onduras, publicado en 1857 por H arpers y B rothers
de Nueva York. No obstante, am bos libros en H onduras no h ab ían sido
los suñcientem ente difundidos, como m uy poco conocida era tam bién la
C
prim era descripción histórico-geográñca de la Provincia de H onduras,
del obispo D. Cristóbal de Pedraza, que d a ta de 1544.
T-
Según Jo sé Reina Valenzuela, h a s ta e sta fecha la en señ an za de la
historia se im partía en form a anecdótica o u sa n d o los textos de historia
de C entroam érica, que contenían m uchos errores con perspectivas
EG
A
sociedad h o n d u re ñ a m ediante la b ú sq u e d a de u n a integración h acia el
exterior e interior. El E stado se vio fortalecido institucionalm ente por u n a
actividad económ ica de exportación, por la prom ulgación de nuevas leyes
R
CO
y por el intento articu lad o r de la educación de los diversos sectores del
país, favoreciendo el fortalecim iento institucional, jurídico, de capacidad 3
siglo XX2. C
h u m a n a y organizativa que lentam ente se h a increm entado a lo largo del
á
C
ü
T-
E ntre o tras acciones, el gobierno reform ista de Soto y Rosa •c
'O
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im pulsó u n a política de fom ento al café y a la m inería, la reorganización (/)
fiscal, u n a política ferrocarrilera, la m odernización de la legislación 3
'O
económ ica, la estru c tu rac ió n del sistem a educativo y la creación de u n a ’G
EG
co
En el m arco de este proceso de reform a Antonio R. Vallejo se convirtió c
en u n o de los soportes intelectuales del régim en de Marco A. Soto y ?
o
R am ón.R osa, al contribuir a se n ta r las b ases p a ra el surgim iento de 'C
o
u n a institucionalidad m ínim a en lo referente al estudio de la historia, la
CO ^
2. Para el estudio de la reforma liberal Honduteña pueden verse los trabajos de Brignoli, Molina Chocano, CO t
o o
Reina Valenzuela y Argueta y el trabajo de Zelaya, Gustavo. Q O
A
De esta m anera, por Acuerdo del 5 de m arzo de 1880, el gobierno
dispuso organizar el Archivo y Biblioteca Nacional nom brando como
su D irector al Licenciado Antonio Ram ón Vallejo, tal como él m ism o lo
R
relata:
El d e c re to de 5 de m a rz o de 1 8 8 0 n o s p u s o al fre n te ,
C
s in m é rito p ro p io , de los tr a b a jo s d el A rchivo N acio n al.
D esd e ese m o m e n to n o s d e d ic a m o s u n d ía y o tro , s in
T-
in te r ru p c ió n a lg u n a , a r e g is tr a r el A rchivo M u n ic ip a l
d e la c iu d a d de T e g u c ig a lp a , q u e n o h a b ía sid o re c ib i
do n u n c a . B a s ta n te s u frim o s e n d o s c ie n to s v o lú m e n e s ,
EG
q u e c o n tie n e n los d o c u m e n to s q u e , a n u e s tr o ju ic io , s o n
de m a y o r in te ré s . E s ta fu e la p r im e ra b a s e d el A rchivo
N acio n al. D e s p u é s p a s a m o s a r e g is tr a r el d e la c iu d a d
de C o m a y a g u a , y p a r a n o h e r ir el s e n tim ie n to lo cal, ta n
p r o n u n c ia d o e n s u s h a b ita n te s , p e d ía m o s s e c r e ta m e n
I-D
s io n e s , s in q u e n a d ie s u p ie r a q u e tr a n s p o r tá b a m o s el
a rc h iv o d e la c a p ita l a la c iu d a d d e T eg u cig ad p a” (Vallejo,
A. AAN, p. 76).
A
form ando c u a d ern o s y cuadernillos cosidos con cáñam o y debidam ente
rotulados.
R
U na vez que organizó la docum entación, acondicionó el local en CO
que debería in sta la rse el Archivo y la Biblioteca Nacionales. Prácticam ente
C
el único edificio disponible en Tegucigalpa era el antiguo convento de La
Merced, que casi e sta b a en ru in a s (Reina, J ., 1970, p. 58).
í
ao
T-
Fue, tam bién bajo el m andato de Marco Aurelio Soto y Ram ón Rosa 'C
'O
que Vallejo se d a a la ta re a de escribir la prim era historia de H onduras. ÍO
P ara ello el Ejecutivo emitió el siguiente Acuerdo del 15 de septiem bre de
'O
1878:
EG
CO
o
c:
CÜ
2° A utorizar al Secretario G eneral de los D espachos de Go
bierno p a ra que proporcione al Señor Vallejo todos los m e ‘G
C
CO
D
dios que faciliten el cum plim iento de la im portante comisión
que se le encarga y regístrese (citado por Reina Valenzuela, J ; o
D
G
1965: 102).
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c
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0^ C3
A
intento de Vallejo de su p e ra r las leyendas y las creencias de la historia
nacional, y, a u n cuando es u n a historia por encargo gubernam ental,
R
b u sc a su p e ra r los paxcialism os políticos e ideológicos. D urante m ucho
tiempo este libro será el texto de en señ an za de la h isto ria nacional.
C
Por otra parte, este libro, si bien no tiene el carácter de historia
general, ya que su período de estudio se u b ica en tre 1821 h a s ta 1878,
es decir la fase republicana, coincidiendo con esa visión positivista de
T-
in te rp re ta r la época colonial española como u n período de oscurantism o
y de u n pasado que h ab ía que superar, es el prim er discurso histórico
como tal construido sobre H onduras.
EG
A
e n c u e n tra n inéditos, no seria posible adquirir certidum bre y
con ese fin no quiero om itirlos. Com prendo perfectam ente que
R
e sta m a n e ra de proceder h a rá u n tan to p esad a la lectura; pero
desde que en ello se establece la verdad del derecho histórico- <0
geográfico, me som eto desde luego, a la critica y sacrifico las 3
C
form as literarias a la evidencia de la p ru eb a docum entada,
como lo he repetido m ás de u n a vez» (Vallejo, A; 1882, p. 13).
S
c
T-
ao
•C
'O
Vallejo, tiene u n a ilim itada confianza en el conocim iento histórico (O
que es, según él, “la ú n ic a luz capaz de guiar a la h u m an id ad en su
EG
al partido en que e stá n afiliados” (Vallejo, A; 1882, p. 10). Así m ism o coo
in te n ta su p e ra r la visión ideológica de la historia, cuando expresa: “É sta, c
adem ás de ser u n a insigne m u ch ac h ad a o niñería, en la que a sab ien d as
‘G
no in c u rrirá n u n ca, ni por pasión de b an d era ni por odios personales, coo
ni por miedo, tan to por negligencia, m enos por debilidad, es faltar a la
D
o
m isión im parcial de la h isto ria y m entir, sin razón n in g u n a y respeto G
alguno, al siglo p resen te y a los futuros siglos” (Vallejo, A; 1882, p. 11).
U
A
que no estu d ia -dice-, que no h a querido estu d ia r los acontecim ientos
en su verdadero punto de vista, que los altera, que los desñgura, que
los omite, o que cita únicam ente los que convienen y como convienen,
R
ap en as creo que p u ed a llevar el nom bre de ta l...” (Vallejo, A; 1882, p.
12 ).
C
El sujeto de la historia en e sta obra de Vallejo se cen tra
principalm ente en las ñguras y los hechos políticos de la R epública de
T-
H onduras. Ú nicam ente la época colonial, pone de relieve la im portancia
indiscutible de C om ayagua y el tardío surgim iento de Tegucigalpa; en
el período de la independencia, expone con m u c h a claridad la especial
EG
que contiene 61 docum entos que resp ald an y com plem entan el texto de
la obra pu b licad a el 27 de agosto de 1882.
U
A
la historia. Es u n texto de su m a im portancia p a ra conocer la vida de
u n a de las figuras m ás activas del clero hondu reñ o en el cam po político
R
de la seg u n d a m itad del siglo XIX. E sta “Necrología” es n ecesaria p a ra
CO
en ten d er el confiicto conocido como la “guerra de los p a d re s” entre el
Vicario Miguel Del Cid y el presidente S antos G uardiola en 1861. En este 3
C
texto Vallejo resaltó el carácter contradictorio de la historia h o n d u reñ a,
al ex p resar que H onduras es “el país de los co n trasen tid o s” aludiendo
con esto a que u n a de las tendencias de la larga duración de la historia
.O
C
(i)
ao
T-
de H ond u ras es la inestabilidad. •C
'O
co
Vallejo tam bién se hizo cargo de u n o s de los tem as propios de la 'í
EG
'O
historiografía cen tro am erican a de finales del siglo XIX como fue el de ’G
los problem as limítrofes. En e sta línea escribió por encargo del Jefe de a
ve
co
E stado G eneral Domingo Vásquez. Historia docum entada de los límites
del estado de H onduras con Nicaragua (1893); tam bién publicó. A sunto
limítrofe con G uatem ala (1894) y que fue com plem entada con la H istoria c
d o cu m en tad a de los lím ites entre H onduras y El Salvador (1926), siendo
I-D
o
Por o tra parte, un o de los trabajos por el cual Vallejo h a tenido u n G-
reconocim iento académ ico im perecedero es: Primer anuario estadístico
de Honduras, Tegucigalpa, 1892, que si bien es u n texto de estadística CK
U
Consideraciones Finales
A
No cabe d u d a que Vallejo, como h a dicho Jo sé Francisco M artínez,
“fu n d a n u e stra conciencia histórica y reconstituye el h áb eas fundam ental
R
de n u e stra historia, en su interpretación geográfica, social y política, a
p artir de u n a docum entación tram ad a en vivo y reco n stitu id a a p artir
casi del hecho histórico. Es vital, por ejemplo, su aporte docum ental a
C
la historia geográfica de H onduras. S us estudios jurídicos constituyen
la colum na vertebral de la soberanía de H onduras, en su exposición
documentad sobre la territorialidad, lím ites y su sten tació n legal de la
T-
m ism a (Martínez, J. F; 1987, pp. 120-121).
respete los tom os que dejó en el anaquel dom éstico; m ien tras h ay a gloria
local y el sol cabrillee sobre la b an d e ra azul y blanco; h ay a casitas como
en la que él m urió, n a ra n ja s asoleándose en las v en tan as an tig u as, y en
la iglesia de San Francisco la trib u n a eclesiástica se acuerde de aquel
Padre Antonio, que en las tard es de mayo, frente a los devotos auditorios,
D
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Tegucigalpa: Editorial U niversitaria.
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co
c
(1892) . Primer anuario estadístico de Honduras, Tegucigalpa. ?
o
•C
o
-w
(1893) Historia docum entada de los límites del estado de H onduras con a
Nicaragua, Tegucigalpa. y ^
co 2
co 2
2
Q O
o
A
R
C
T-
EG
I-D
D
U
A
Primer Centenario de la Muerte del Historiador Hondureño Antonio
Ramón Vallejo B ustillo”, así m ism o decretó que el “Día 17 de Marzo”
sea declarado “Día del Historiador Nacional” en m em oria de su fecha
R
CO
de nacim iento, 17 de m arzo de 1844. En e sta oportunidad. La Asociación
de H istoriadores Locales y Regionales com parte u n a actualización del 3
C
C
trabajo bibliográñco del historiador M artín Alvarado Echeverría, de y
acerca del antólogo, ñlólogo, periodista, catedrático, prim er D irector
del Archivo y Biblioteca Nacional, estadígrafo, presbítero y abogado
á
CD
ao
T-
Antonio Ram ón Vallejo B us tillo. La Asociación de H istoriadores Locales •c
'O
•♦o
y Regionales y el In stitu to H ondureño de Antropología e H istoria (IHAH), co
co
1. Carta dirigida al Señor Rector de la Universidad el 28 de agosto de o
1875, Com ayagua. Im prenta Nacional. ss
CD
'G
2. Colección de Constituciones Políticas de la República de H onduras co
o
(Desde la Federal em itida el 22 de Noviembre de 1824, abarcando u n o
D
A
7. H onduras Industrial. Abril - diciem bre 1884, Tegucigalpa. Tipografía
R
Nacional.
C
de 1889. I Tomo 217 páginas 1889. Tegucigalpa. Tipografía Nacional.
A
tom o 426 Páginas. Tegucigalpa. 1906. Tipografía Nacional.
19. F iestas celebradas en H onduras con motivo del III Centenario del
R
CO
Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Tegucigalpa. Tipografía
Nacional. 1905. 3
C
20. G uía A grim ensores o sea recopilación de Leyes, desde la c a rta de
H ernán Cortés al Rey de E sp añ a en que se dice como en aquella época
í
O
O
T-
era re p a ra d a la tierra, h a s ta u ltim a ley vigente en 1887, Tegucigalpa. •c
'O
■♦o
Tipografía Nacional. 1914. Edición de PROCARA. 1975. CO
c
'O
21. Límites de H onduras con las Repúblicas de Nicaragua, El Salvador •G
EG
y G uatem ala contiene los Límites de H onduras con El Salvador. Tomo II, Q
-«O
Tipolitografía y Fotograbados Nacionales. Tegucigalpa Prim era edición. CO
cu
S egunda edición 1926. Con n o ta de rem isión (Tegucigalpa enero 1889)
Editor S.A. C astañ ed a S. Incluye la República al Dr. B arberena inconclusa a
por h ab erse extraviado el resto del m anuscrito que el Dr. Vallejo dejó cu
'Q
I-D
.2
co
II Obras Inéditas
o
23. Recopilación de leyes patrias por orden cronológico y de materias, ’C
o
d esd e 1821 hasta 1890. Con inclusión de las que están vigentes y las
que no lo está n 400 páginas p a ra cada uno de los seis tom os de que CO 2
CO 2
constara. O o
Q O
A
28. Colección completa de Tratados, Convenios, Capitulaciones Armisticios,
Dietas, Protocolos de conferencias cuestiones de límites, contratas del
R
ferrocarril interoceánico y otros actos diplomáticos de la República de
H onduras d esd e el 1873 hasta 1889 precedida de una noticia histórica
C
sobre cada uno de los tratados m as im portantes y de un diccionario de las
voces técnicas m as u sa d a s por los grandes m aestros de la diplomacia.
Cinco Tomos con 500 páginas cad a tomo.
T-
2 9 . Compendio de Historia Social y Política de Honduras. Tomo II.
EG
A
• S alavarría H, Nazario. ¿Tiene o no El Salvador derecho a reivindicar las
Islas de Zacate Grande, El Tigre e Islotes Antiguos, situados en el Golfo de
Fonseca?. Tesis doctoral. U niversidad de El Salvador.
R
co
• Revista del Archivo y la Biblioteca Nacional de H onduras Tomo I, No. 1
C
Tegucigalpa 10 de Noviembre de 1904.
__ ^ __ C
• Z úñiga H uete, Angel. Puntos de Vista sobre la cuestión de límites entre
á
Q
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T-
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Noviembre 30 de 1927 p. 205-207. c
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Tegucigalpa, H onduras, Tipo Litografía Nacional Noviembre 11, 1927 y C)
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Tegucigalpa, pp. 28-37.
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A
com prendió de m a n e ra te m p ra n a la im portancia de los docum entos como
fuente de conocim iento, su disciplina de trabajo le ayudó a im prim ir
R
V)
a todas su s iniciativas ese esp íritu de excelencia y dedicación que lo 3
caracterizo siem pre. 'Q
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Sacerdote, au to d id acta, aficionado a la geografía, amigo de
las m atem áticas, y estad ísticas, en algún m om ento dejó entrever su s
conocim iento sobre derecho internacional y lo que m ás nos in teresa
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Nacional, obra cum bre de su vida y que h a servido a la nación por ciento cu
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p a ra intercam bio de inform ación y descubrim ientos científicos que se
firm a en B ruselas, Bélgica, h erram ien ta que ay u d aría al país a m an ten erse
al día con la inform ación que se 'p ro d u cía en las diversas latitu d es del
R
m undo, por lo an terio r y m u ch as cosas m ás Antonio Ram ón Vallejo es
el au to r de u n legado inolvidable y que h a soportado la p ru eb a m ás d u ra
C
p a ra cualquier persona: “la p ru e b a del tiem po”.
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A rqueólogo m e x ic a n o , e g re s a d o de la U n iv e rsid a d N acio n al de
A n tro p o lo g ía e H isto ria , co n m á s de 17 a ñ o s de e x p e rie n c ia e n
R
in v e stig a c io n e s e n M éxico y H o n d u ra s . H a p u b lic a d o d iv e rso s
tr a b a jo s so b re a rq u e o lo g ía h is tó ric a y p r e h is p á n ic a . A c tu a lm e n te
se d e s e m p e ñ a com o J e fe de la U n id a d d e A rq u eo lo g ía e n el I n s titu to
C
H o n d u re ñ o de A n tro p o lo g ía e H isto ria .
T-
R anferi J u á r e z S ilv a (M éxico)
A rqueólogo e g re s a d o de la E s c u e la N acio n al de A n tro p o lo g ía
e H isto ria , c o n m á s d e 13 a ñ o s d e e x p e rie n c ia d e in v e stig a c ió n
EG
V ícto r R a m o s (H onduras)
P o e ta , m éd ico , n a r r a d o r , crític o de a rte , c a te d rá tic o , h is to ria d o r,
p e rio d is ta , c re a d o r d e a n to lo g ía s de p o e s ía , e d ito r y d ire c to r
d e re v is ta s u n iv e r s ita r ia s ; m ie m b ro de n ú m e r o d e la A c a d e m ia
H o n d u r e ñ a d e la L e n g u a , a s im is m o V ic e p re sid e n te de la A c ad em ia
H o n d u r e ñ a d e G e o g ra fía e H is to ria y d e la A so ciació n de P re n s a
H o n d u r e ñ a (APH).
A
la s id e a s e h is to r ia p o lític a y e c le sia l de H o n d u ra s .
R
Ism a e l Z ep ed a (C h o lu teca , H onduras)
L ic en ciad o e n H isto ria , U n iv e rsid a d N acio n al A u tó n o m a de
H o n d u r a s . A so c ia c ió n d e H is to ria d o re s L ocales y R eg io n ales de
C
H o n d u ra s .
T-
J o s é R ob erto R am írez T orres (H onduras)
L ic en ciad o e n H isto ria , U n iv e rsid a d N acio n al A u tó n o m a de
H o n d u r a s . A s is te n te T écn ico de A rq u eo lo g ía e n d iv e rsa s
EG
in v e s tig a c io n e s n a c io n a le s e in te rn a c io n a le s .
D e n n is P o rtillo (H onduras)
L icen ciad o e n H is to ria U n iv e rsid a d N acio n al A u tó n o m a de
H o n d u r a s , A u x ilia r de H is to ria e n el In s titu to H o n d u re ñ o de
I-D
u n id a d de h is to r ia d el I n s titu to H o n d u re ñ o de A n tro p o lo g ía e
H isto ria (IHAH)
U
A
In d e p e n d ie n te .
R
E lsa D o lo res V elá sq u ez V alle, (H onduras)
L ic e n c ia d a e n H isto ria U n iv e rsid a d N acio n al A u tó n o m a de
H o n d u ra s) a c tu a lm e n te se d e s e m p e ñ a com o In v e s tig a d o ra
C
In d e p e n d ie n te .
T-
Zoé Irem Perla M o n tes, (H onduras)
L ic e n c ia d a e n H isto ria , U n iv e rsid a d N acio n al A u tó n o m a de
H o n d u ra s , a c tu a lm e n te se d e s e m p e ñ a co m o In v e s tig a d o ra
EG
F ra n c is c o M o ra z á n , c o n e s p e c ia lid a d e n S u p e rv is ió n E d u c a tiv a .
de H o n d u ra s .
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toria de u n a d eterm in ad a ciudad, que por lo tanto, rep resen tan form as
de construcción, econom ía y c u ltu ra propias de la época en que fueron
R
construidos.
C edros
C
D entro de la zona histórica del m unicipio de Cedros, se en cu en
tra n u b icad as edificaciones im portantes como ser: la iglesia dedicada al
T-
Señor del B uen Fin o Cristo Negro, El Mirador, La Cruz, la casa donde
nació el periodista Alvaro C ontreras, la casa donde se celebró la Prim era
A sam blea Nacional, Las Pilas del Socorro. E stas últim as fueron refor
EG
A
R
C
T-
EG
Yuscarán, El Paraíso
A
prende la delim itación siguiente:
R
- Al Noreste: tom ando las dos calles que salen del Parque C entral
y que van hacia el Barrio San J u a n , h a s ta donde se u n e n dichas calles
en el oriente.
C
- Al Sureste: Siguiendo la calle del Calvario y H um uya, h a sta
donde se u n e n am bas calles tom ando de referencia el p u n to final de los
T-
lotes del cem enterio particular.
A
S u s inm uebles m ás representativos se en c u en tra n articulados
alrededor del P arque p resen tan d o u n a relación directa con la iglesia, y
R
la m unicipalidad.
C
T-
EG
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T rujillo, C olón
A
núcleo fundacional español, su tejido u rb an o evidencia el modelo de la
estratiñcación social de los años de la colonia, en el centro se u bica el
R
parque, la iglesia, la m unicipalidad, entre otras.
C
Fortaleza de S an ta B árbara, la cual se integra al núcleo central en los
alrededores del parque por lo que contribuye a deñnir esas característi
cas identitarías ú n icas al centro u rb an o patrim onial; adem ás se observa
T-
desde la parte baja de la ciudad donde se e n c u e n tra la zona tu rística y
de servicio de re sta u ra n te s que está n a la orilla de la playa. El em pla
zam iento de la iglesia tam bién contribuye a la im agen u rb a n a en ese
EG
C h o lu te c a , C h o lu te c a
A
inm uebles públicos y privados, calles y plazas de incalculable valor h is
tórico y arquitectónico.
R
El centro histórico com prende alrededor de 22 m anzanas; con
form ado por los inm uebles ubicados en las siguientes calles y avenidas:
desde la avenida M arte a la avenida Rosa, siguiendo la calla Colón, la
C
avenida N Lardizábad a la avenida Rosa, siguiendo la calle C abañas, La
avenida Vigil a la avenida Rosa siguiendo la calle M orazán, lo m ismo que
las calles que se entrelazan de Norte a Sur. El trazo urbanístico obedece
T-
al de Plano en Parrilla o diseño de dam ero.
EG
I-D
D
A
m ateriales tradicionales como ser las paredes de adobe y el bahareque,
la teja y loseta de barro en tejados y pisos respectivam ente, la m adera
R
en elem entos estru c tu rales y decorativos, y la piedra y cal en su s p u e n
tes; rep resen tando las m anifestaciones de la arq u itectu ra v ernácu la y
sistem as constructivos de la época colonial y los prim eros años de la
república.
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conform a u n núcleo con valor arquitectónico que vale la p en a conservar
y proteger.
R
C
T-
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A
adobe y de bahareque, la teja en cubiertas, losetas de barro en pisos y
la m adera en elem entos estru c tu rales y decorativos, representando las
R
m anifestaciones de la arq u itectu ra v ernácula y sistem as constructivos
de la época colonial y los prim eros años de la república.
C
Los inm uebles patrim oniales del centro histórico de G racias con
servan u n a serie de detalles estilísticos y decorativos que su m an a su
diversidad y valor arquitectónico patrim onial, entre las que sobresalen
T-
su s vanos rem arcados, balconcillos y el ritm o y proporción de vanos en
su s fachadas; conservando su s valores de auten ticid ad e integridad.
La ciudad de G racias p resen ta u n núcleo histórico y patrim onial, bien
EG
A
de la a rq u ite c tu ra v ern ácu la y sistem as constructivos de la época colo
nial y los prim eros añ o s de la república.
R
P resen ta adem ás, u n a serie de detalles estilísticos que su m an a
su diversidad y valor patrim onial, m ism os que pueden apreciarse en la
C
iglesia, la m unicipalidad y los edificios aledaños que son los m ás rep re
sentativos.
T-
T am bién se conservan alg u n as casas m uy sencillas de fachadas
rectas y lisas caracterizad as por el u so del b ah areq u e y las paredes
en caladas. La conglom eración de estos inm uebles en u n sector bien de
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C om ayagua, C om ayagua
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ta n la sociedad de la H onduras colonial, éntre los que sobresalen las
iglesias de la Merced, San Francisco, La C aridad, San S ebastián y la
im ponente C atedral de la Inm aculada Concepción, que conserva h a sta
R
n u estro s días el reloj m ás antiguo de América en funcionam iento. C ada
uno de estos tem plos, adem ás de poseer u n valor histórico (mayoría
C
d atan del siglo XVII), poseen valor arquitectónico y cultural, p ues en la
H onduras colonial la figura de la iglesia tenía m u ch a im portancia y a u
toridad.
T-
Por la evidencia de la arq u ite c tu ra colonial, principalm ente
de estilo barroco, que se aprecia en su s edificaciones, la cual caracterizó
EG
A
R
C
T-
EG
A m apala, V alle
A
fundacionales y alberga en su em plazam iento alrededor de c u a re n ta y
ocho inm uebles con valor patrim onial, y m uchos otros inm uebles com
R
patibles o con valor am biental, que le dan u n valor agregado al núcleo
patrim onial; el conjunto de estas edificaciones, espacios públicos y u r
banos definen claram ente el núcleo u rb an o patrim onial, cuyo corazón
C
se ubica en los barrios fundacionales: Barrio El Centro y Barrio La Bol
sa.
T-
El valor u rb an o de la ciudad de A m apala es único y singular pues
evidencia el intercam bio cu ltu ral reflejado en su im agen u rb a n a , carac
terizada por el uso de la m adera y detalles decorativos con influencia de
EG
A
R
C
T-
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I-D
D
A
Para m ediados del siglo XVII, el Real de M inas se convirtió en uno
de los centros de m ayor riqueza del Reino de G uatem ala y en u n a de las
m ás herm osas poblaciones de Centro América; atrib u to s que generaron
R
que el 18 de ju n io de 1792 el C apitán General de G uatem ala Don Alfon
so H ernández de H eredia d isp u siera ascender al Real de M inas a la cate
C
goría de “Villa” con el nom bre de San Miguel de H eredia de Tegucigalpa.
E sta situación fue notablem ente m ejorada por Don Narciso Ma-
llol, últim o Alcalde Mayor, quien tomó las m edidas ad ecu ad as p a ra re s
tablecer la an tig u a p u jan za económ ica del área. El Alcalde Mallol ta m
bién se preocupó por el desarrollo u rb an ístico de la Villa im pulsando el
I-D
A
se constituye como u n a de las de m ás peso en la nación. Un refiejo de la
prosperidad económ ica de la sociedad de la época fue la construcción de
R
viviendas con fach ad as neoclásicas. Tegucigalpa es desde entonces en
el centro político adm inistrativo e intelectual del país, es por ello que la
desaparición del centro m inero de La Rosario, a m ediados del siglo XX,
C
no afectó el crecim iento de la ya consolidada ciudad.
dentada.
A
R
C
T-
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A
In d udablem ente que La Ceiba tiene u n valor patrim onial al que
se su m a su valor eco turístico, ya que conserva elem entos y conjuntos
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de m ucho interés en su em plazam iento u rb an o , como son las in sta la
ciones de las an tig u as com pañías b a n a n e ra s y toda la in fra e stru c tu ra
que é sta s generaron (Ferrocarril); adem ás conserva gran can tidad de
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inm uebles con valor patrim onial característicos de u n a zona o región y
u n a época en particular.
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Las características u rb a n a s de los diferentes conjuntos que con
form an el centro histórico de La Ceiba, constituyen u n testim onio de
la historia, la c u ltu ra y las form as de vida de u n a población en u n a
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mentativos para la historiografía centroamericana del siglo XIX
en cuanto al tema de la historia política y la formación del Estado.
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En la coyuntura del contexto político que vive nuestro país esta
contribución es de suma importancia puesto que el libro ofrece
un marco histórico profundo que debemos tener como referente al
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reñexionar sobre el sistema político actual. D a río E u ra q u e .
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C artilla de m a n te n im ie n to y c o n se r v a c ió n de la a rq u itectu ra
p a trim o n ia l
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La r e s ta u r a c ió n de los edificios p a trim o n ia le s n o e s se n c illa e n
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H o n d u ra s , d eb id o e n b u e n a p a rte a la a u s e n c ia e n n u e s tr a s u n i
v e rs id a d e s de d is c ip lin a s d irig id a s a fo rm a r p ro fe sio n a le s e n la
re s ta u ra c ió n .
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E s ta c a rtilla de m a n te n im ie n to y c o n s e rv a c ió n e s tá a c o m p a ñ a d a
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de te x to s y g ráfico s a m a n e r a de p a u ta s p a r a la r e p a ra c ió n de los
edificios y re c o m e n d a c io n e s b á s ic a s p a r a p re v e n ir la s c a u s a s q u e
p ro v o c a n s u d e te rio ro . P a ra la e la b o ra c ió n de la c a rtilla , la a u to r a
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D iv ersid a d p a tr im o n ia l e n la s c iu d a d e s de H onduras
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La categoría de Monumento Nacional ha sido conferida a algunos
centros históricos de antiguas fundaciones españolas coloniales:
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Comayagua, Choluteca, Yuscarán, Cedros, Trujillo, San Antonio
de Oriente, Tegucigalpa, Ojojona, Santa Rosa de Copán, Gracias,
Santa Lucía y algunos conjuntos históricos en Juticalpa y Omoa.
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La calidad arquitectónica de sus construcciones y la voluntad de
sus instituciones y de sus habitantes han permitido la conserva
ción y restauración de los centros de Comayagua y Santa Rosa de
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O rn ar A quilas V a lla d a re s
C olección: C e n tro s h is tó ric o s
ISBN: 9 7 8 -9 9 9 2 6 -1 7 - 17-5
75 p á g in a s
25 X 19 cm .
2008
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L. 1 5 0 .0 0
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Se t r a t a de u n folleto q u e c o n tie n e u n a h is to r ia m ín im a de T e
g u c ig a lp a , ilu s tra d o co n fotos h is tó ric a s q u e n o s m u e s tr a n cóm o
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e ra la c iu d a d e n s u s é p o c a s p a s a d a s . El re la to a r r a n c a d e s d e q u e
T e g u c ig a lp a e ra u n a p e q u e ñ a c iu d a d b u c ó lic a , a s e n ta m ie n to de
a c tiv id a d e s m in e ra s q u e le d a b a n u n a g ra n im p o rta n c ia e c o n ó m i
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ca, h a s t a lle g a r a la m o d e rn id a d e n q u e la c iu d a d se c o n v ie rte e n
u n a u r b e b u llic io sa , a c o g e d o ra de to d o s los a v a n c e s ta le s com o el
c in e m a tó g ra fo , los a u to m ó v ile s, los ta x is , los n u e v o s h o s p ita le s ,
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la p a v im e n ta c ió n de la s c a lle s c o n a d o q u in e s de p ie d ra ta lla d a , el
a lu m b ra d o eléc trico y el s is te m a telefó n ico y la s n u e v a s ed ificacio
n e s g u b e r n a m e n ta le s y o tr a s o b ra s a rq u ite c tó n ic a s p a r tic u la r e s ,
r e s a lta n d o los n o m b re de los c o n s tru c to r e s : M e d in a P la n a s , A u
g u s to B re s s a n i y A n to n io Salvo.
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El manual tiene el objetivo de proporcionar a la población una
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serie de elementos que posibiliten su participación en la protec
ción y conservación del Patrimonio Cultural. El IHAH renueva sus
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esfuerzos en lograr un acercamiento con las comunidades locales.
El Patrimonio Cultural no puede ser separado de su comunidad y
lugar original sin que pierda su sentido. El Manual Básico para el
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Guarda recursos Cultural de Honduras trata de manera general
y práctica muchos temas y conocimientos necesarios para la pro
tección y conservación del Patrimonio Cultural y de las maneras
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El M a n u a l B ásico de A rte R u p e s tre de H o n d u ra s b u s c a d o ta r al
p ú b lic o , p a r tic u la r m e n te a la s c o m u n id a d e s c e rc a n a s a sitio s co n
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a rte r u p e s tr e , de los c o n o c im ie n to s m ín im o s n e c e s a rio s so b re la s
m a n ife s ta c io n e s de e s te tip o de a rte . El fin es q u e el a rte r u p e s tr e
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s e a a p re c ia d o , v a lo ra d o , p ro te g id o y p ro m o v id o p o r to d o s los h o n -
d u re ñ o s .
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L as p rim e ra s in v e s tig a c io n e s so b re el a rte r u p e s tr e te n ía n i n te r
p re ta c io n e s d irig id a s a lo m ítico m ágico. S in e m b a rg o , la s ú ltim a s
in te rp re ta c io n e s te ó ric a s n o s in d ic a n q u e es u n a r e s p u e s ta a d a p -
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ta tiv a a u n e n to rn o .
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E tn o lo g ía y e tn o h is to r ia de H on d u ras. E n sa y o s
William Davidson
Colección: Estudios Antropológicos e Históricos 21
ISBN: 978-99926-17-36-6
351 páginas
21.5 X 15.5 cm
L. 170.00
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El lector tiene en sus manos una valiosa colección de ensayos, pro
ducto de las investigaciones tanto archivísticas como de campo,
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realizadas en diversas épocas por el geógrafo William Davidson.
Su lectura arroja luz sobre las contribuciones de distintos grupos
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étnicos y culturales, indígenas, negros, blancos en la construcción
de la sociedad. Otra temática que atrae la curiosidad intelectual
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de Davidson tiene que ver con el origen de las toponimias, los
aspectos demográficos, migraciones internas, asentamientos, co
lonización de espacios. La lectura de estas páginas brindará a los
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U n im p o rta n te a c to r de la v id a p ú b lic a h o n d u r e ñ a se h a d e d ic a d o
a c o n ta r n o s s u vida. El g é n e ro de la m e m o ria es m u y poco c u ltiv a
do p o r n u e s tr o s c o m p a trio ta s y e s a es la ra z ó n p o r la c u a l m u c h o s
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e v e n to s im p o rta n te s de n u e s t r a h is to r ia n o lo g ra n e x p lic a rse c o m
p le ta m e n te p o rq u e fa lta el te s tim o n io de s u s a c to re s f u n d a m e n ta
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les. A tra v é s de e s ta s p á g in a s p o d e m o s s e g u ir la s e c u e n c ia de la
v id a de e s te im p o rta n te p e rs o n a je , q u e fue u n o de los p rin c ip a le s
a c to re s e n la g u e r r a e n tr e H o n d u ra s y El S a lv a d o r (1969) y q u e
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e n q u e e s te m ilita r se d is p o n ía a e n s a n g r e n ta r m á s a H o n d u ra s .
S e g u ro s e s ta m o s de q u e los le c to re s d is f r u ta r á n m u c h o de la le c
t u r a de e s ta s m e m o ria s y q u e , a d e m á s , e n c o n tr a r á n v a lio sa in fo r
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Gracias es una de las ciudades más antiguas, no solo de Hondu
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ras sino del continente americano. Está situada en la parte occi
dental y montañosa de Honduras, fundada en 1538, fue sede de
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una de las primeras instituciones reales en tierra firme: la Audien
cia de los Confines (1542). El Instituto Hondureño de Antropología
e Historia reproduce este libro, escrito originalmente en francés,
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porque constituye un aporte importantísimo para el conocimiento
de la historia de la ciudad de Gracias a Dios (como realmente se
llama esta ciudad) y de la región, sobre todo las etapas de la con
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2009
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E n el 2 0 0 9 se c u m p lió el c in c u e n ta a n iv e rs a rio de la m u e rte de
R afael H eliodoro Valle (1 8 9 1 -1 9 5 9 ) a c a e c id a e n la c iu d a d de M éxi
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co. C on m otivo del tr á n s ito de t a n n o ta b le in te le c tu a l h o n d u re ñ o ,
el g o b ie rn o de M éxico, e n c a b e z a d o p o r el P re s id e n te Adolfo R uiz
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M ateo s, q u ie n h a b ia sid o s u a lu m n o e n la E s c u e la N acio n al P re
p a r a to r ia , p ó s tu m a m e n te y p o r p rim e ra vez, y e n a g ra d e c im ie n to
a u n hijo ad o p tiv o q u e b rin d ó t a n t a s lu c e s a la in v e stig a c ió n h is
tó ric a de la P a tria de B e n ito J u á r e z , le im p u s o la c o n d e c o ra c ió n
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Se trata de una selección de documentos clasificados que pertene
cieron a la policía secreta del régimen de Tiburcio Carias Andino.
Su rápida lectura nos transporta al ambiente en que se desen
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volvió la dictadura, al atropello de los elementales derechos de
los opositores del gobierno: la violación de la correspondencia, el
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“orejismo” llevado al extremo de la infidelidad de los empleados
domésticos hacia sus patrones, la intriga para desacreditar fun
cionarios, la corrupción administrativa, la persecución, el asesi
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La h is to ria y a c tu a lid a d de la s e tn ia s de H o n d u ra s e s tá p o r in
v e s tig a rs e , r e d a c ta r s e y p u b lic a rs e . El h e c h o es q u e la a te n c ió n
so b re la s e tn ia s h a p riv ileg iad o a u n o s g ru p o s m á s q u e a o tro s.
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Los P ech h a n sid o d e los m e n o s fav o recid o s. S in e m b a rg o , c o n
ta m o s co n p o c a s p u b lic a c io n e s q u e de m a n e r a s e n c illa c a r a c
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te ric e n la la rg a h is to r ia y c u ltu r a de los P ech . E s ta p u b lic a c ió n
de la s in v e s tig a c io n e s d e W endy G rifñ n , a n tro p ó lo g o n o r te a m e
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r ic a n a c o n la rg a e x p e rie n c ia d e viaje e n tre los P ech y a m o r p o r
ellos, c o n trib u y e a lle n a r e se vacío. El I n s titu to H o n d u re ñ o de
A n tro p o lo g ía e H is to ria (IHAH) se e n o rg u lle c e d e p u b lic a r e s ta
o b ra p o r el h e c h o d e q u e G rifñ n in c o rp o ra e n s u p r e s e n ta c ió n los
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G rifñ n , d o n H e rn á n y d o ñ a J u a n a C a ro lin a p o r el s u f r ir y fu tu ro
de los P ech .
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Corresponde a Oscar Gerardo Zelaya Garay, docente, historiador
profesional, antólogo, relatarnos su travesía por un periodo tan
interesante como inexplorado en materia educativa: el régimen
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dictatorial en la Honduras de 1933 a 1949. Ahí está el abundante
y minucioso soporte documental, riquísimo en información pun
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tual y oportuna, acerca de concepciones, estrategias y planifica
ciones, hechos y personajes de toda una época. Para quien todavía
concibe la docencia como el más difícil aunque más gratificante
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E ste lib ro de L ibny R odrigo V e n tu ra L a ra c o n s titu y e , q u iz á s,
la in v e stig a c ió n h is tó ric a co lo n ial m á s im p o rta n te q u e se h a y a
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re a liz a d o e n H o n d u ra s so b re u n a fam ilia e n p a rtic u la r, c u y o s
a n te c e d e n te s se r e m o n ta n a la s re la c io n e s de p a r e n te s c o e n la
c iu d a d de S evilla y a la p r e s e n c ia física del c a p itá n d o n F e r n a n
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do de L a ra e n el p u e b lo in d io de T e n c o a , e n los c o m ie n z o s de la
e r a co lo n ial h o n d u r e ñ a , poco d e s p u é s d el in te n s o p e rio d o de la
c o n q u is ta . El r a s tr e o h istó ric o -a n tro p o ló g ic o de e s to s e x tra ñ o s
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La distinguida escritora peruana, Emilia Romero, viuda de Ra
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fael Heliodoro Valle, antes de morir, donó a la Biblioteca Nacio
nal de México, la biblioteca, con todos sus libros, cartas y miles
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de recortes de prensa, del ilustre polígrafo hondureño. Eso se
ha traducido en la organización, en el seno del la Biblioteca Na
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cional de México, del Fondo Rafael Heliodoro Valle, considerada
como una las colecciones más ricas y valiosas. La doctora María
de los Ángeles Chapa Bezanilla, investigadora del Instituto de In
vestigaciones Bibliográficas de la Universidad nacional Autóno
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Y axkin
A ño 3 4 , v o lu m e n XXV, No. 1, 2 0 0 9
R e v ista del I n s titu to H o n d u re ñ o de A n tro p o lo g ía e H isto ria
3 0 0 p á g in a s .
21 X 16.5 cm .
2011
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Y axkín
Año 34, volumen XXV, NO. 2, 2009
Revista del Instituto Hondureño de Antropología e Historia.
341 páginas
21 X 16.5 cm.
2011
L. 200.00
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Y axkin
A ño 3 5 , v o lu m e n XXVI, NO. 1, 2 0 1 0
R ev ista del I n s titu to H o n d u re ñ o de A n tro p o lo g ía e H isto ria
2 4 0 p á g in a s
L. 1 6 0 .0 0
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gación con Johanna Burgos.
Correo electrónico: [email protected]
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Tel: (504) 2238-0608
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Para Canje escribir a la Biblioteca “Jesús Núñez Chinchilla”, con
Guadalupe Armijo.
Correo electrónico: [email protected]
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