Gran Revolución Rusa de Octubre 1917

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Gran Revolución Rusa de Octubre 1917.

También conocida como Gran Revolución


Socialista de Octubre. Abrió una nueva era en la historia de la humanidad. Constituyó
la radicalización de la Revolución Rusa de 1917, tras la Revolución de Febrero y la
abdicación del Zar Nicolás II. Fue conducida por el Partido Bolchevique bajo la
dirección de Vladimir Lenin, significó la primera revolución socialista declarada
del Siglo XX, con la participación de obreros, campesinos y soldados a través de los
soviets. Se planteó, al final de la Primera Guerra Mundial, paz, pan y tierra para el
pueblo. Igualdad entre el hombre y la mujer. Educación y cultura en sus propios
idiomas para las diferentes naciones de la Rusia zarista. Probó que era posible un
gobierno gestionado por campesinos, obreros y soldados. 

La Revolución rusa
La Revolución rusa fue uno de los más importantes hechos ocurridos en la época
contemporánea. Su impacto fue palpable tanto en América como en Europa. Aunque
la Revolución no hizo expandir el Comunismo como un efecto inmediato, le dio a otros
países convulsos del Tercer mundo un ejemplo a seguir. Décadas después, el modelo
filosófico/gubernamental tomaría renovada notoriedad a medida que la Unión
Soviética, convertida en un estado socialista y en una superpotencia económica y
militar, se enfrentara a los Estados Unidos en la Guerra Fría.

Causas de la Revolución
Causas económicas
Vladimir Ilich Lenin (POSD de Rusia)
Las causas económicas de la Revolución rusa se atribuyen en gran medida a la mala
gestión del zar, sumado el Imperio a la Primera Guerra Mundial. Más de quince
millones de hombres se unieron al ejército, que dejó un número insuficiente de
trabajadores en las fábricas y las granjas. El resultado fue una escasez generalizada
de alimentos y materias primas. Los obreros tuvieron que soportar terribles
condiciones de trabajo, incluyendo jornadas de doce a catorce horas y bajos salarios.

Se desencadenaron cuantiosas revueltas y huelgas reivindicando mejores


condiciones y mayores salarios. Aunque algunas fábricas accedieron a las peticiones
para elevar los salarios, la inflación de guerra anuló su efecto. Hubo una protesta ante
la que Nicolás respondió con violencia, en respuesta, los trabajadores de la industria
fueron a la huelga y paralizaron de hecho el ferrocarril y el resto de redes de
transporte. Las pocas mercancías que estaban disponibles no podían llevarse a su
lugar de destino. Los precios se dispararon a medida que los bienes esenciales eran
cada vez más escasos. En 1917, el hambre amenazaba a muchas de las grandes
ciudades.

Causas sociales
Las causas sociales de la Revolución tienen su origen en siglos de opresión del
régimen zarista sobre los desposeídos.

Aproximadamente un 85% del pueblo ruso formaba parte del campesinado, oprimido
por la aristocracia feudal y los funcionarios imperiales. El vasallaje, asociado
comúnmente con la Edad Media, describe con precisión la situación social de la Rusia
de principios del Siglo XX.

La Primera Guerra Mundial sólo aumentó el caos. La ingente demanda de producción


industrial de artículos de guerra y obreros causó muchas más insurrecciones y
huelgas. Además, como se necesitaban a muchos trabajadores en las fábricas, los
campesinos emigraron a las ciudades, que pronto se vieron superpobladas, viviendo
bajo condiciones que rápidamente empeoraron. Para colmo, mientras que la cantidad
de alimentos requerida por el ejército era cada vez mayor, el abastecimiento tras el
frente se empobrecía más y más. En 1917, el hambre amenazaba a la mayoría de las
grandes ciudades. La suma de todos los factores anteriores contribuyó a un creciente
descontento entre los ciudadanos rusos, que posteriormente desembocaría en la
Revolución.

Causas políticas
Desde al menos 1904, los trabajadores de Rusia sufrieron una calamitosa situación
económica. Muchos de ellos trabajaban once horas al día. Las condiciones de salud y
seguridad en el trabajo eran precarias, y los salarios bajaban.

Se produjeron numerosas huelgas y protestas con el paso del tiempo. Casi todas
fueron ignoradas por el gobierno zarista o reprimidas, en ocasiones de una manera
sangrienta.

El fracaso de la política exterior rusa, especialmente en el Lejano Oriente con el


fracasado intento de conquista de Manchuria y la debacle del ejército y la armada
imperial durante la Guerra Ruso-Japonesa de 1905 causaron hondo malestar en
distintos sectores sociales del país.

Parte de la clase intelectual (educada en muchos casos en Occidente) también


rechazaba la autocracia zarista. En 1915, la situación se tornó crítica cuando Nicolás
decidió tomar el control directo del ejército, supervisando personalmente el frente de
guerra y dejando a su incapaz esposa Alejandra al cargo del gobierno. Sobre octubre
de 1916, Rusia había perdido entre 1,6 y 1,8 millones de soldados, a los que había
que añadir dos millones de prisioneros de guerra y un millón de desaparecidos. Poco
ayudaron estas cifras a la moral del ejército. Comenzaron los motines, y en 1916
empezaron a circular rumores de confraternización con el enemigo. Los soldados
estaban hambrientos y faltos de calzado, munición e incluso de armas. Se culpó a
Nicolás de estas calamidades, y el pequeño apoyo que todavía le quedaba empezó a
tambalearse.

A medida que este descontento general y odio hacia Nicolás II crecían, la


Duma(cámara baja del parlamento ruso integrada por terratenientes, ciudadanos,
trabajadores de la industria y campesinos) emitió una advertencia al zar, en
noviembre de 1916, declarando que se avecinaba el desastre sobre la nación si no se
ponían en marcha reformas constitucionales. Como era de esperar, Nicolás hizo caso
omiso. El resultado no se demoró, y, varios meses después, el régimen colapsó
durante la Revolución de febrero de 1917.

La Revolución de Octubre
El 25 de octubre de 1917 (7 de noviembre según el Calendario gregoriano), el máximo
líder del Partido bolchevique, Vladimir Ilich Ulianov Lenin, dirigió el alzamiento
en Petrogrado, la entonces capital de Rusia, contra el gobierno provisional
de Alexander Feodoróvich Kerenski.

La Guardia Roja, dirigida por los bolcheviques, se hizo con los principales edificios
gubernamentales antes de lanzar un asalto final sobre el Palacio de Invierno durante
la noche del 7 al 8 de noviembre. El asalto, dirigido por Vladímir Antónov Ovséyenko,
fue lanzado a las 9:45 PM tras un disparo de salva desde el Crucero Aurora. El
palacio fue tomado hacia las dos de la madrugada del día 8; el 7 de noviembre
sería establecido oficialmente como fecha de la Revolución.

Consecuencias
Las heroicas jornadas de octubre —como las describió el periodista
norteamericano John Reed— estremecieron al mundo. Se abrió una nueva época
para la humanidad. Ningún hecho posterior puede opacar la grandeza de los
bolcheviques rusos. El 7 de noviembre de 1917 se conjugó lo más alto de la
intelectualidad política europea con el espíritu revolucionario de la clase obrera rusa y
la lucha de los campesinos por la tierra y sus derechos.

Las hazañas de 1917 y de los años en que Lenin tuvo la conducción del proceso
constituyen hitos de valor ejemplar e imperecedero en la lucha de los pueblos por la
conquista de la libertad. Durante años y décadas, los comunistas y el pueblo de
la URSS libraron batallas colosales y alcanzaron, en los campos económico, social,
político, cultural y militar, avances prodigiosos. En relativamente corto tiempo
histórico, convirtieron al empobrecido y explotado país que heredaron en una potencia
mundial de primer orden.

La Revolución rusa fue la primera que ganó el proletariado, pues la Revolución


Francesa –de carácter burgués– dejó intacta la propiedad privada capitalista de los
medios de producción como sistema económico imperante. En cambio, la Revolución
rusa fue la prueba tangible que necesitaban los parias de la tierra para estar seguros
de que el sueño de Marx no era irreal.

La Gran Revolución Socialista de Octubre abrió para la Humanidad una nueva era, la
del paso de la teoría del socialismo científico a la práctica humana del socialismo.

Revolución Socialista
No es mas que una radical transformación cualitativa de la sociedad, que señala el
paso del capitalismo al socialismo. La revolución socialista sustituye las relaciones de
producción de dominio y subordinación, basado en la propiedad privada, por las
relaciones de colaboración y ayuda mutua, con lo cual líquida la explotación del
hombre por el hombre. Tiene un carácter creador.

Fuente
 León Trotsky: “Historia de la Revolución Rusa”; Editor general, Jaime Chihuán
Gálvez. Prólogos de Antonio Zapata y de César Lévano. Sinco Editores, Lima.
Primera edición octubre de 2017. ISBN 978-612-47371-1-4

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