Tema 8
Tema 8
Tema 8
La situación actual de nuestra sociedad con respecto a aquellos temas que directamente se vinculan con la salud hace
necesaria la intervención directa y eficaz de la escuela a la hora de educar a la población facilitando la adquisición de
estilos de vida adecuados y saludables.
Comenzaremos el tema analizando la posición de la normativa en relación con los valores en general y con el de la
salud en particular para, posteriormente, centrarnos en la educación para la salud, la adquisición de actitudes y hábitos
saludables, las actuaciones más eficaces en relación con los accidentes, los primeros auxilios y las enfermedades
infantiles, terminando con los criterios educativos a tener en cuenta.
El ORIGEN NORMATIVO de los valores que debe transmitir la escuela se encuentra en la Constitución de 1978 que
en su artículo 1 explicita los valores que queremos que caractericen nuestra sociedad. Estos valores se reformulan
como principios y fines en la Ley Orgánica 2 de Educación del 3 de mayo de 2006 (en adelante LOE). En dichos
elementos encontramos referencias claras a los valores como son la transmisión de los mismos, entre los principios, o
el desarrollo de hábitos saludables, el ejercicio físico y el deporte entre los fines.
Las Administraciones educativas adoptarán medidas para que la actividad física y la dieta equilibrada formar parte del
comportamiento infantil y juvenil. A estos efectos, dichas Administraciones promoverán la práctica diaria de deporte y
ejercicio físico por parte de los alumnos y alumnas durante la jornada escolar, en los términos y condiciones que,
siguiendo las recomendaciones de los organismos competentes, garanticen un desarrollo adecuado para favorecer una
vida activa, saludable y autónoma. El diseño, coordinación y supervisión de las medidas que a estos efectos se adopten
en el centro educativo, serán asumidos por el profesorado con cualificación o especialización adecuada en estos
ámbitos.
Estas referencias se concretan, a su vez, en el currículo oficial, fundamentalmente (aunque no exclusivamente) en
aquellos contenidos del mismo que tienen un carácter actitudinal. Además, la educación en valores es nombrada como
elemento transversal del currículo en el artículo 121 de la LOE.
Dicha educación recoge temas moralmente relevantes como son, entre otros, la educación moral y cívica, la educación
para la paz, para la igualdad, medioambiental, del consumidor, para la salud… y es precisamente de esta última de la
que nos vamos a ocupar durante el resto del tema.
Comenzamos el tratamiento de la EDUCACIÓN PARA LA SALUD recogiendo la definición que la OMS hace de
ella. Esta organización entiende la salud no solo como ausencia de enfermedad sino también como un estado de
bienestar físico, mental y social. Se trata, por tanto, de un concepto positivo (puesto que no se define como la ausencia
de algo).
Este concepto parte además de una visión interaccionista puesto que considera que la manera que interactuemos con
nuestro entorno condiciona directamente nuestro estado de salud: alimentos del mismo que tomamos, actividades que
realizamos en dicho entrono, contexto social con el que nos relacionamos, etc.
La finalidad de la educación para la salud es capacitar a los sujetos para adquirir y desarrollar hábitos y costumbres
sanos, valorándolos como aspectos básicos para la calidad de vida y rechazando aquellas conductas que no conduzcan
a un estado de bienestar. Se pretende, por tanto, fomentar la máxima autonomía posible, llevando a cabo actividades:
- De prevención: con la intención de mantener el nivel de salud ya existente
- De promoción: para conseguir mejorar el estado de salud del individuo
Incorporar la EPS en el currículo de las distintas etapas educativas se perfila como una de las formas más eficaces de
hacerla llegar a toda la población, ya que en nuestro país la educación es obligatoria y gratuita en algunas de dichas
etapas.
Las características de estas edades hacen necesario un tratamiento globalizador de los contenidos propios de la EPS.
Para ello será necesario aprovechar los diversos ejes globalizadores (centros de interés, proyectos, cuentos, núcleos
generadores…) para trabajar los diferentes ejes o tópicos del tema que nos ocupa, como son: alimentación y nutrición,
actividad física, higiene, salud sexual, salud mental, prevención de dependencias, de accidentes y educación vial.
Por ejemplo, centros de interés “los alimentos” nos permite tratar, además de la alimentación y la nutrición, otros ejes
como la higiene (lavarse las manos antes de comer), la prevención de accidentes (con cubiertos y utensilios de la
cocina), la salud mental (desarrollando una relación equilibrada con la comida y evitando asociaciones emocionales) o
la prevención de dependencias (insistiendo en la necesidad de comer de todo y no abusar de determinados alimentos
como los dulces).
Los objetivos del currículo relacionados con la EPS se refieren a aspectos como adquirir hábitos de salud, higiene y
nutrición en el área de Conocimiento de sí mismo y autonomía personal, actuar con autonomía, confianza y seguridad
en el medio en el área del Conocimiento del Entorno y comunicar emociones, tensiones y deseos a través de distintas
formas de expresión en el área de Los Lenguajes: Comunicación y Representación.
Entre los contenidos aparecen algunos como:
* Higiene y limpieza en relación con el bienestar personal (entre los contenidos con un componente
conceptual)
* Cuidado y limpieza de las distintas pates del cuerpo y realización autónoma de los hábitos elementales de
higiene corporal, utilizando adecuadamente los espacios y materiales adecuados (entre los de carácter
procedimental)
* Gusto por un aspecto personal cuidado y por desarrollar las actividades en entornos limpios y adecuados
(entre los contenidos con un componente actitudinal).
Dentro de estos contenidos se recogen aquellos que tienen que ver con las ACTITUDES Y HÁBITOS
RELACIONADOS CON LA ALIMENTACIÓN, LA HIGIENE, LA ACTIVIDAD Y EL DESCANSO. Aunque
el epígrafe hable de actitudes no hay que olvidar la importancia que tienen algunos contenidos conceptuales y
procedimentales en relación con los aspectos que se nos pide desarrollar.
A parte de los contenidos explícitamente recogidos en el currículo no debemos olvidar el denominado currículo
oculto, que reviste una enorme importancia en la educación para la salud: las actitudes de los profesores, sus
comentarios, el modelo que suponen para los alumnos, el estado de higiene del centro, la composición de los menús,
etc., constituyen elementos que pueden transmitir a los alumnos actitudes concretas, ya sean positivas o negativas.
En cuanto a los hábitos, es fundamental que los alumnos adquieran hábitos que les ayuden no solo a mantener su
estado de salud sino también a mejorarlo. Hay que insistir en la necesidad de una educación temprana de los mismos,
ya que cuanto más pequeños sean los niños, más fácilmente los asimilan e incorporan dada su plasticidad para el
aprendizaje y el reto con carácter lúdico que en muchas ocasiones representan dichos hábitos para ellos.
A la hora de trabajar los hábitos deben tenerse en cuenta una serie de condiciones como son:
La maduración: el niño debe haber alcanzado el desarrollo cognitivo, motor,…, necesario para llevar a cabo
el hábito sin problemas.
Programa: es necesario trabajar la incorporación del hábito conforme a un programa que tenga en cuenta el
nivel de desarrollo de los niños.
Regularidad: para facilitar la adquisición de los hábitos es necesario trabajarlos de forma rutinaria todos los
días, en los mismos momentos y circunstancias.
Imitación: será necesario que los niños dispongan de modelos que presenten los hábitos que queremos que
adquieran, facilitándonos a través de la imitación
Etc
Entre las actitudes y hábitos más destacables se encuentran algunos de los que detallamos a continuación.
En lo relativo a la alimentación:
- Aceptación de los alimentos que presenta el adulto
- Aprecio hacia las normas de comportamiento correctas en actividades relacionadas con la alimentación
- Autonomía en la realización de dichas actividades
- Hábitos correctos como limpiarse la boca antes de beber, masticar con la boca cerrada,…
Para facilitar la adquisición de estas actitudes y hábitos la intervención educativa deberá:
- Procurar que los momentos relacionados con la alimentación sean agradables
- Regular los horarios de las comidas
- Favorecer la máxima autonomía posible en cada momento del desarrollo
- Evitar que el niño utilice los momentos de las comidas para llamar la atención del adulto
- Etc.
En lo relativo a la higiene:
- Gusto por un aspecto personal limpio y cuidado
- Gusto por desarrollar sus actividades en entornos limpios y ordenados
- Habituarse a lavarse las manos antes de comer
- Adquirir los hábitos elementales relacionados con el control de esfínteres
- Etc.
Para facilitar la adquisición de estas actitudes y hábitos la intervención educativa deberá:
- Favorecer la participación del niño, en la medida de sus posibilidades, en las actividades de higiene
- Promover la máxima autonomía posible en dichas actividades
- Asociar las actividades de higiene a situaciones agradables, por la atención prestada, por el tipo de material
utilizado,…
- Evitar manipular al niño como si fuera un objeto.
- Etc.
En lo relativo a la actividad:
- Confianza en las propias posibilidades de acción
- Gusto por el ejercicio físico
- Habituarse a las rutinas cotidianas
- Habituarse a recoger sus juguetes y sus pertenencias
- Etc.
Para facilitar la adquisición de estas actitudes y hábitos la intervención educativa deberá:
- Aprovechar las oportunidades que ofrece el juego
- Mantener horarios regulares
- Asociar las rutinas a determinadas señales como por ejemplo canciones
- Etc.
En lo relativo al descanso:
- Valoración de la necesidad de descanso
- Actitudes positivas hacia las medidas necesarias para superar la enfermedad
- Habituarse a unos horarios regulares de descanso
- Etc.
Para facilitar la adquisición de estas actitudes y hábitos la intervención educativa deberá:
- Establecer unos horarios adecuados
- Cuidar las condiciones ambientales para asegurar un descanso confortable
- Evitar que el niño se duerma viendo la televisión o realizando otro tipo de actividades ajenas al descanso
- Etc.
La relación estrecha y cooperativa entre familia y escuela será un elemento fundamental para el éxito en la adquisición
de estas actitudes y hábitos.
Además, de estas actitudes y hábitos será necesario que la escuela se ocupe de LA PREVENCIÓN DE
ACCIDENTES, PRIMEROS AUXILIOS Y ENFERMEDADES INFANTILES MÁS FRECUENTES.
Respecto a la prevención de accidentes, hay que destacar la importancia de que la escuela se involucre ya que por las
características físicas y psíquicas inherentes a esta etapa evolutiva, es el período donde se presentan el mayor número
de accidentes, ocupando un lugar prioritario como problema de salud debido a su alta frecuencia y a las secuelas
temporales o permanentes a que pueden dar lugar.
Los factores que inciden en los accidentes pertenecen a diversos ámbitos:
- Del entorno: condiciones peligrosas e inseguras en casa, en el colegio, la calle, parques…
- Del propio niño: edad, actitudes y comportamientos (que sea inquieto, temerario…)
- De los adultos: padres y educadores por escasez o exceso de preocupación y protección
Entre los accidentes más frecuentes a estas edades están las caídas, golpes, intoxicaciones, quemaduras,
atragantamientos… La acción preventiva resulta esencial y puede llevarse a cabo en dos terrenos:
- Desde la legislación, promulgando normas que consigan unas condiciones más seguras (tráfico, fármacos,
productos tóxicos…)
- Desde la educación, enseñando a los niños y adultos que los acompañan a prevenirlos. Para ellos se
trabajarán:
o Capacidades como reconocer las causas que pueden originar accidentes, detectar posibles peligros del
entorno, aplicar las medidas de seguridad elementales…
o Contenidos elementos del botiquín, discriminación de objetos peligrosos, actitudes de respeto y
preocupación ante los mismos.
La intervención educativa deberá realizarse desde un punto de vista positivo, enseñando a los niños a valorar los
riesgos sin angustias ni miedos desmesurados, así como un comportamiento seguro. La escuela deberá además
disponer una serie de medidas preventivas como puertas que abran hacia afuera, vidrios de seguridad, instalación anti
incendios…
Muy relacionados con la prevención de accidentes están los primeros auxilios. La escuela debe cumplir para ellos una
serie de requisitos como la existencia de un botiquín completo, teléfonos de urgencia en un lugar fácilmente
localizable, formación adecuada para el profesorado….
En caso de accidente, la actuación del profesor deberá caracterizarse por mantener la calma, llamar inmediatamente
al médico sin dejar solo al niño, acomodarle sin moverle, tranquilizar al niño y al resto de la clase, evitar los remedios
caseros…. Para ello será necesaria una adecuada formación del profesorado, capacitándole para actuar eficazmente.
Como es lógico y por las edades de esta etapa, la intervención educativa irá dirigida a preparar a los alumnos para
recibir los primeros auxilios más que para proporcionarlos. Para ellos se trabajarán capacidades, como por ejemplo,
desarrollar las habilidades comunicativas que permitan a los niños expresar lo que ha sucedido, desarrollar las
habilidades comunicativas que permitan a los niños expresar lo que ha sucedido, desarrollar una adecuada elaboración
del esquema corporal que permita localizar el malestar o dolor, colaborar con el adulto en las curas,… Estas
capacidades se trabajarán mediante contenidos como elementos del botiquín (para que se familiaricen con ellos,
ejercicios de relajación y respiración o respeto por los profesionales que suministra los primeros auxilios.
En cuanto a las enfermedades infantiles más frecuentes hay que destacar que la función de la escuela es preventiva,
no curativa. Entre los tipos de enfermedades más frecuentes se encuentran las infecciosas como meningitis, hepatitis,
sarampión, parasitarias,… Dentro de estas últimas hay que incidir por su enorme frecuencia en la pediculosis o piojos
y en el papel que la escuela puede ejercer en su prevención y erradicación asesorando a los padres. Además destacan
las respiratorias como catarros, faringitis, otitis… ante las que la escuela debe actuar enseñando a los niños medidas
preventivas como ponerse el pañuelo o la mano delante de la boca antes de toser o estornudar, lavarse las manos a
menudo,… En cuanto a las alergias la escuela debe estar debidamente informada de las que padezcan los alumnos y
recogerlas en una dicha junto con otro tipo de datos importantes sobre la salud si los hubiera.
Muchas de las enfermedades citadas pueden combinarse a través de las vacunas respecto a las cuales la escuela puede
colaborar de formas muy diversas (participando en campañas de vacunación si fuera necesario, por ejemplo). En
muchas ocasiones, el profesor es quien primero tiene la ocasión de detectar los primeros síntomas de enfermedad y
actuar con eficacia, ahora bien, lo más importante será su labor preventiva promocionando buenos hábitos de salud
entre los alumnos.
En muchas ocasiones, el profesor es quien primero tiene la ocasión de detectar los primeros síntomas de enfermedad y
actuar con eficacia, ahora bien, lo más importante será su labor preventiva promocionando buenos hábitos de salud
entre los alumnos.
Mención aparte merece el caso de niños que tienen una enfermedad crónica o alguna discapacidad. El centro puede
contribuir no sólo haciendo más fácil y cómoda la estancia del niño “frágil” en la escuela sino también proporcionando
apoyo a la familia. Si en estos u otros casos es necesario administrar algún medicamento o tratamiento, será necesario
la solicitud por escrito de la familia, avalada por especialistas que especifiquen claramente las condiciones a tener en
cuenta y los procedimientos a seguir y que éstos sean conocidos por todos los trabajadores del centro.
Las enfermedades graves de padres o incluso abuelos también suelen afectar de forma importante a los niños que
pueden presentar ansiedad, baja autoestima y depresión que puede pasar desapercibida a los adultos. Desde la escuela
se pueden llevar a cabo programas de salud psicológica con todo el grupo que beneficiarán específicamente al alumno
con un familiar cercano enfermo y de manera preventiva al resto. Se centrarán en trabajar relajación, resolución de
problemas, autoestima, habilidades sociales…
Por tanto, la EPS requiere una actuación adecuada por parte de la escuela. Pasamos a continuación a analizar los
CRITERIOS PARA LA INTERVECIÓN EDUCATIVA.
Dicha intervención deberá planificarse sistemáticamente en los diferentes documentos del centro.
En el Proyecto Educativo (PE) se comenzará por realizar un análisis de las condiciones del entorno en relación con el
tema que nos ocupa: estado de limpieza de las calles, lugares peligrosos de la zona, modelos que las familias están
transmitiendo a sus hijos, etc. A partir de este análisis, se integrará la EPS en los siguientes elementos del PE:
- Valores, objetivos y prioridades (que se vincularán lógicamente con la EPS)
- Concreción del currículo a través de la Propuesta Pedagógica (especificando aquellos elementos del
currículo que pueden relacionarse con la salud)
- Tratamiento transversal de la educación en valores y, dentro de ellos, de la salud.
Por su parte, la Programación General Anual recogerá:
- Aquellas modificaciones al PE que se consideren necesarias
- Las actividades complementarias y extraescolares que en algunos casos servirán para la prevención y
promoción de la salud.
- Actividades de participación global de la comunidad educativa como, por ejemplo, la celebración de
efemérides como el día mundial de la salud (7 de abril)
En las programaciones didácticas de aula se hará un análisis de aquellas unidades didácticas que permiten
desarrollar el tema de la salud para, posteriormente, elaborar los objetivos, contenidos, recursos, actividades y criterios
de evaluación correspondientes.
Por último, y a modo de conclusión, podemos afirmar que incluir la EPS dentro del currículo escolar es buscar una
nueva forma de educar desde y para la vida. La salud es en toda sociedad el valor importante, y como tal valor que
debe ser descubierto, asumido y desarrollado se convierte en objeto de educación.
Para la elaboración de este tema nos hemos basado, además de las mencionadas a lo largo del desarrollo de este tema,
en diferentes referentes bibliográficos, entre los que cabe destacar:
o MARCHESI, COLL y PALACIOS. (2007): Desarrollo Psicológico y Educación I. Psicología Evolutiva
Alianza Psicología, Madrid.
o MARTINEZ, P. (2001): Hábitos para la salud. Madrid, FUNDEI.
o ROCHA, N. (2010): Educación para la salud e educación infantil. Lulu Enterprises, Madrid.