Fundamentos Bíblicos
Fundamentos Bíblicos
Fundamentos Bíblicos
Conjunto de los tratados teológicos y eclesiológicos, que fundamentan la Misionología como actividad evangelizadora de la
Iglesia para llevar a cabo el mandato de Cristo resucitado, “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos,
bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19).
En la Biblia, de principio a fin, Dios nos habla de la historia de la salvación y el conocimiento necesario para alcanzarla
según la voluntad de Dios:
Es Palabra de Dios escrita por hombres que el Espíritu Santo inspira, que nos provee de conocimiento y nos prepara
como personas y comunidad eclesial para nuestra misión en la sociedad.
Nos revela la voluntad de Dios y su llamado para la misión:
- Dios llama a quien elige para cumplir algún propósito (vocación)
- Dios envía a su ungido para cumplir algún propósito (misión)
Nos muestra los actos de Dios.
- Dios hace una alianza con Abram (Ge 15, 1ss)
Narra la historia de la Salvación.
Nos habla del proyecto de Dios para su pueblo.
Nos narra cómo el pueblo de Israel cumple su misión viviendo de acuerdo al plan de Dios.
Nos presenta cómo Dios Define la misión:
- Jesús les dijo: “Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y terminar su trabajo (Jn 4, 34)
Nos revela el inicio de las misiones con el envío que Jesús hace a sus discípulos para anunciar y significar la Buena
Nueva:
- Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: “No vayan a las regiones de los paganos ni entren en los
pueblos de Samaria; vayan más bien a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Vayan y anuncien que el reino de los
cielos se ha acercado, sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y
expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis ese poder; no cobren tampoco por emplearlo”. (Mt 10, 5 – 8)
- Luego Jesús les dijo otra vez: ¡Paz a ustedes! Cómo el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes. (Jn 20, 21)
San Jerónimo decía que desconocer la Escritura es desconocer a Jesucristo y, sacando la conclusión, Benedicto XVI nos
enseña: “Hemos de fundamentar nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios”. La
Lectio divina es una de las formas privilegiadas de empleo de la Escritura para alimentar el encuentro transformante con
Jesucristo vivo, con que cuenta el discípulo de hoy.
FUNDAMENTOS TRINITARIOS Y ECLESIOLÓGICOS DE LA MISIÓN
Los cristianos mantenemos que el misterio de la Trinidad es el centro de nuestra fe. Un misterio que supone una
compleja tarea de comprensión, pero que encuentra en la realidad humana su esencia y su explicación existencial.
A Dios nadie lo ha visto nunca, el Hijo Unigénito que está en el seno del Padre, él nos lo ha revelado (Jn 1,18)
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo, esté con todos vosotros (2 Co
13,13).
"Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero
y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela, reconcilia consigo a los hombres, apartados por el pecado, y se une con
ellos" (DCG 47) (Cf. Cat.I.C 234)
Por la gracia del bautismo “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” somos llamados a participar en la
vida de la Bienaventurada Trinidad, aquí abajo en la oscuridad de la fe y, después de la muerte, en la luz eterna (cf Pablo
VI)
Jesús ha revelado que Dios es "Padre" en un sentido nuevo: no lo es sólo en cuanto Creador; Él es eternamente Padre en
relación a su Hijo único, el cual eternamente es Hijo sólo en relación a su Padre: "Nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni
al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar" (Mt 11,27). (Cf. Cat.I.C 240)
La Iglesia peregrina es por su propia naturaleza misionera, puesto que tiene su origen en la misión del Hijo y la misión
del Espíritu Santo según el plan de Dios Padre (Ad gentes, 2).
Cristo Jesús fue enviado al mundo como verdadero mediador entre Dios y los hombres. Por ser Dios habita en El
corporalmente toda la plenitud de la divinidad (Cf. Col., 2,9.
Envió Cristo al Espíritu Santo de parte del Padre, para que realizara interiormente su obra salvífica e impulsara a la
Iglesia hacia su propia dilatación. Sin duda, el Espíritu Santo obraba ya en el mundo antes de la glorificación de Cristo.
Sin embargo, descendió sobre los discípulos en el día de Pentecostés, para permanecer con ellos eternamente (Cf. Jn.,
14,16), la Iglesia se manifestó públicamente delante de la multitud, empezó la difusión del Evangelio entre las gentes
por la predicación.
El Señor Jesús, ya desde el principio "llamó así a los que Él quiso, y designó a doce para que lo acompañaran y para
enviarlos a predicar" (Mc., 3,13; Cf. Mt., 10,1-42). De esta forma los Apóstoles fueron los gérmenes del nuevo Israel y
al mismo tiempo origen de la sagrada Jerarquía. Después el Señor, una vez que hubo completado en sí mismo con su
muerte y resurrección los misterios de nuestra salvación y de la renovación de todas las cosas, recibió todo poder en el
cielo y en la tierra (Cf. Mt., 28,18), antes de subir al cielo (Cf. Act., 1,4-8), fundó su Iglesia como sacramento de
salvación, y envió a los Apóstoles a todo el mundo, como Él había sido enviado por el Padre (Cf. Jn., 20,21),
ordenándoles: "Id, pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo: enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado" (Mt., 28,19s).
todos los libros del Antiguo Testamento nos hablan de la misión que Dios Padre desea
de su pueblo
(2Tim 3, 16-17). Según el apóstol, toda la Escritura como Palabra de Dios tiene como
objetivo proveernos una formación integral que nos prepare, como individuos y como
iglesias, para la misión que tenemos en la sociedad.
En el Nuevo Testamento encontramos la instrucción del Señor al enviar a los discípulos,
“como me envió el Padre, así también yo os envío…” (Jn 20, 21). Allí se manifiesta la
totalidad de la tarea que el Señor ha encomendado a su Iglesia y que, de acuerdo con
el pasaje tiene que ver con la continuidad de la obra de Cristo.
LIBERACIÓN: Libertad espiritual del error y del pecado. “La verdad los hará libres”, dice Jesús a los
judíos (Jn8, 32). Los que permanecen en la palabra de Jesús, se hacen sus discípulos, los discípulos
conocen la verdad, y esta verdad los hace libres.
REVELACIÓN: Se da cuando Dios (de muy distintas maneras) hace saber a los hombres sus
misterios y su voluntad, cosas que el hombre por sí solo nunca podría llegar a conocer ni
comprender. La confesión de Jesús como Mesías no llega Pedro por sus propias facultades
humanas, sino por revelación directa del Padre. (Mt 16, 17)
SALVACIÓN: La salvación es la liberación de un peligro o un sufrimiento. La Salvación tiene en el
lenguaje de las Escrituras el significado general de liberación de las necesidades o de otros males, y
de su cambio a un estado de libertad y seguridad (I Re, 11,13; 14, 45. Las Sagradas Escrituras usan la
palabra “salvación” principalmente en el sentido de liberación de la raza humana o del hombre
individual del pecado y sus consecuencias.
CONSAGRACIÓN: Ofrecer a Dios por culto una persona o cosa. Es la dedicación solemne a un
propósito o servicio especial. La palabra consagración significa literalmente "asociación con
lo sagrado ". El apartado para el servicio de Dios, tanto de personas como de objetos.
ENCARNACIÓN: momento en que el Verbo de Dios (Dios Hijo) se encarnó en Jesucristo, por el
poder del Espíritu Santo, asumiendo la naturaleza humana para reconciliar a la humanidad
perdida por el pecado (Jn 1, 14)
INSPIRACIÓN: acción del Espíritu Santo sobre hombres elegidos por Dios para un fin o misión
especial. Dios con su Gracia actúa en el ser humano.