Shakespeare
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I.- EL BARROCO
El teatro isabelino se caracteriza, como el teatro en español, por la unión de la tradición culta
renacentista y la tradición popular, aprovechando un momento de estabilidad política y
económica y de cierta libertad creadora que acabará cuando se produzcan las luchas político-
religiosas que enfrentarán a los británicos en las guerras civiles del siglo XVII.
A partir del siglo XVI el teatro abandona sus escenarios populares y abiertos y se convierte en
patrimonio aristocrático con lo cual se inicia su decadencia.
La obra de Shakespeare se inserta justo en este momento de estabilidad que permite al poeta
desarrollar una obra rica y compleja.
El Barroco inglés se caracteriza por aparecer antes y ser más moderado que el español. Muchos
especialistas no utilizan el término “Barroco” para referirse a la literatura isabelina e, incluso, la
posterior (Shakespeare o Milton), sino que siguen hablando de Renaissance y reservan el
término Baroque como un elemento estilístico dentro de este tiempo.
El Barroco inglés se caracteriza por su preciosismo y afición a los juegos verbales, pero sin
llegar nunca a las exageraciones de Quevedo o Góngora.
Generalmente se habla de “pre-barroco” a partir de la obra del poeta John Lyly Euphues, de
1579.
Los cómicos se establecen en teatros estables en Londres a mitad del siglo XVI, aunque
tuvieron que enfrentarse a diferentes directivas municipales en contra del teatro porque era
considerado inmoral o bien para luchar contra la propagación de ciertas plagas.
Las familias nobles tenían su grupo de actores que vestían la librea de la casa. Una de estas
compañías, The Chamberlain’s Men, construyó el teatro The Globe. W. Shakespeare fue co-
propietario de esta compañía, junto con los hermanos Burbage, y escribió para ella.
La tradición de representar obras teatrales en los patios interiores de ciertas posadas y hostales
convirtió a estos espacios en teatros fijos y posteriormente se inició la construcción de edificios
cuya única finalidad era la representación de obras teatrales.
Estos teatros tenían una estructura externa circular. Las galerías de los espectadores estaban
cubiertas, pero no así el patio donde se instalaba la escena y las localidades de pie.
La plataforma del escenario era poligonal, no rectangular como en los corrales castellanos, de
modo que los espectadores rodeaban 3 de los lados del escenario e incluso se reservaban
taburetes para los personajes principales muy cerca del espacio escénico.
El juego escénico se realizaba en la plataforma y se utilizaban los dos pisos siguientes para el
juego escénico en diferentes alturas. El tercer piso sobre el escenario se reservaba a los músicos.
Al igual que en el teatro en españolo, en el teatro inglés la escenografía no existía sino que el
espacio se creaba con la palabra. El vestuario no era en absoluto realista y corría a cargo de cada
actor.
Por motivos morales, las mujeres tenían vedada la actuación y los papeles femeninos eran
interpretados por jóvenes. Esta es una diferencia clave entre el teatro británico y el castellano ya
que en este las mujeres se incorporan (a pesar de las prevenciones morales) al espectáculo desde
la creación de las primeras compañías.
El teatro fue introducido en Inglaterra durante la Edad Media por los normandos. Al igual que el
teatro medieval europeo se trataba de obras que giraban en torno a los episodios del Evangelio y
los milagros de santos y de la Virgen. Estas obras se denominaban milagros (miracle plays). A
medida que estos milagros se van desarrollando y ganando en popularidad se fueron separando
de la liturgia. Al principio se representaban dentro de los templos, pero luego las obras salieron
a los espacios públicos y la Iglesia acabó prohibiendo que los clérigos participaran en estas
representaciones.
En el siglo XIV las obras más importantes son los misterios (mystery plays). El vocablo procede
el latín ministerium que no sólo significa “misterio”, son también “oficio”. Eran obras
patrocinadas e interpretadas por los gremios. Se representaban en procesión en el día del Corpus
Christi. Su temática era bíblica y servían para acercar la Biblia a la gente del pueblo. Se trata de
obras anónimas donde la maquinaria escénica adquiere grandísima importancia así como ciertos
recursos de estilo (ej.- abundancia de aliteraciones y juegos de palabras) y el sentido del humor
(basado en la introducción de temas y tipos de la vida cotidiana que se entremezclan con el
contenido bíblico). Este tipo de teatro se prolonga hasta principios del siglo XVII.
Shakespeare se hace eco a lo largo de su obra de algunos elementos de esta tradición de los
mystery plays, sobre todo en la comedia, donde los personajes de baja extracción social
muestran rasgos de este tipo de obras (importancia de las aliteraciones y los juegos de palabras
de tipo sexual). En obras como El sueño de una noche de verano los artesanos realizan ante los
duques una comedia de este tipo aunque su temática no es bíblica, sino de origen mítico, como
corresponde a una obra que se desarrolla en la Atenas clásica.
Sin embargo, el género que más influyó en el teatro isabelino fue el de las obras morales
(morality plays) en cuyo desarrollo toman cada vez más importancia los temas profanos. Se
trata de obras que utilizan la alegoría (con personajes como el Vicio, los Pecados Capitales, la
Virtud, etc.) para ofrecer una enseñanza moral, finalidad que recogerá posteriormente el teatro
isabelino. Estas obras eran representadas por compañías de actores profesionales. En algunos
casos las alegorías se centran en temas históricos o políticos. A pesar de que hubo épocas en que
las compañías representaron estas obras de forma ambulante por las calles y plazas, lo normal es
que se representaran en locales cerrados y para un público más selecto.
A finales del siglo XV aparece otra tradición teatral: el interludio. Estas obras eran de carácter
breve y se representaban en medio de una celebración privada (una fiesta o una cena) y siempre
en un edificio noble (una casa señorial o un castillo). Esto supuso el nacimiento de dos
tradiciones teatrales: la aristocrática y la popular. Los autores de los interludios firmaban sus
obras. Eran autores cultos, interesados en la argumentación y la controversia, y son los primeros
que dividen sus obras en actos.
Un acontecimiento fundamental para el desarrollo del teatro isabelino es el redescubrimiento, a
finales del siglo XV, de la Poética de Aristóteles. Este hecho favoreció la discusión intelectual
sobre el papel de la literatura en la sociedad y, sobre todo, del teatro. La idea de Aristóteles de
que el arte sirve para dar forma a la experiencia humana será fundamental para los dramaturgos
de toda Europa.
a.- Christopher Marlowe (1564-1593).- Autor de vida apasionada, rebelde. Su trágica muerte
creó un halo de misterio y prestigio alrededor de su figura. Fue traductor de Ovidio. Sus obras
principales son Fausto y Edward the Second, considerada la primera tragedia histórica en
lengua inglesa.
b.- Ben Jonson.- Favorito del público, por delante de Marlowe o Shakespeare. Obras principales
son Volpone y Every man in the humour. Escribió también poesía.
Nació en 1564 en Stratford-on-Avon. Fue hijo de un comerciante acomodado y como tal recibió
una educación sólida pero básica en la Grammar School de su localidad.
Se casó con una mujer mayor que ella con la que tuvo tres hijos. Marchó a Londres donde
comenzó en el teatro como actor y se convirtió en un autor teatral.
Su obra dramática le permite vivir con cierta holgura económica, conseguir el título de caballero
para su padre y casar bien a sus hijas. Murió el 23 de abril de 1616.
En vida Shakespeare no fue más considerado que otros autores de su época. La fascinación por
su obra es producto de los autores y especialistas a partir del siglo XVIII.
Según algunos especialistas en el fondo Shakespeare es un poeta que, para vivir, escribe teatro.
Sus sonetos, de profunda raíz petrarquista y gran delicadeza, son considerados una de las
cumbres de la lírica occidental.
Los personajes puede que no estén a veces muy bien definidos pero la fuerza de su
palabra les hace trascender el arquetipo.
Conserva los 5 actos tradicionales de la comedia clásica, pero incumple las unidades de
tiempo y lugar.
Conocedor del alma humana. Sus personajes están dotados de una gran humanidad.
Estas obras responden al deseo de fortalecer la identidad nacional que es una constante no sólo
en Shakespeare, sino en todos los autores del teatro isabelino. Alguna de sus obras surge para
favorecer a ciertas tendencias políticas, pero recordemos que este aspecto no es extraño en la
época. El teatro durante el Barroco es un instrumento de propaganda política dentro y fuera de
Inglaterra (recordemos, por ejemplo, que el teatro en español es una herramienta básica de
propaganda de la monarquía y de la Contrarreforma).
A través de estas obras Shakespeare hace propaganda de una monarquía fuerte y sólida, pero no
exenta de sus episodios oscuros.
La historia clásica es también un tema de interés. Debemos tener en cuenta que la antigüedad
grecolatina es un referente literario, moral y social. A través de los personajes antiguos se
muestran vicios y virtudes de la sociedad actual y modelos de conducta. Las obras más
importantes de este apartado son Julio César, Antonio y Cleopatra, Tito Andrónico.
Las comedias de Shakespeare se basan, igual que las de Lope o Calderón, en la acumulación de
enredos. El tema amoroso es esencial para el enredo de la comedia.
Los críticos señalan diversos tipos de comedias en Shakespeare: las hay extremadamente
realistas (ej.- Las alegres comadres de Windsor), idealizantes (ej.- Trabajos de amor perdidos,
Mucho ruido y pocas nueces, La fierecilla domada), y fantásticas (ej.- El sueño de una noche de
San Juan, La Tempestad).
Estas comedias se caracterizan por el desarrollode los personajes, la importancia de los juegos
de lenguaje (dobles sentidos, juegos de palabras, aliteraciones, etc.) y por la influencia de los
autores clásicos (Plauto y Terencio).
Cuando hablamos de las grandes tragedias shakesperianas son referimos a obras como Romeo y
Julieta, Hamlet, Otelo, El rey Lear o Macbeth.
Estas obras se caracterizan por la grandeza dramática de los protagonistas cuyas acciones o
moral provocan grandes conflictos, con la intervención del destino.
Muchos de los personajes han sido considerados verdaderos arquetipos: los celos (Otelo), la
duda (Hamlet), la ambición (Macbeth) pero, como ya hemos señalado antes, es difícil que
Shakespeare planteara algo más que la caracterización de un individuo.
En las tragedias de orden señala Frye tres tipos de personajes: el representante del orden, el
rebelde (o usurpador, según el caso) y el/los personaje/s restaurador/es del orden:
Julio César Macbeth Hamlet
Bruto y el resto de
Rebelde / usurpador Macbeth Claudio
conspiradores
En cada una de estas obras el énfasis recae en una figura diferente (Julio César, Macbeth y
Hamlet) y la catadura moral de los personajes usurpadores es muy diferente entre sí (Bruto es un
ser noble pero sus compañeros no los son, mientras que Macbeth es débil y cruel y Claudio un
ser cobarde y lleno de pecado), lo cual hace que sean obras totalmente diferentes entre sí.
En las tragedias de pasión el orden social está roto por diferentes luchas y enfrentamientos
(familiares, sociales o políticos). La consecuencia de esta confrontación es que impide el amor,
la pasión y el sexo y conduce a los personajes inexorablemente hacia la tragedia.
X.- HAMLET
De todas las obras de Shakespeare Hamlet es la que más literatura ha concitado. T. S, Eliot, por
ejemplo, dijo de ella que era un fracaso artístico. Sin embargo el Romanticismo y la crítica
psicologista del siglo XX la han convertido en su predilecta, por los complejos y problemas
psíquicos del protagonista.
FUENTES.- La historia del príncipe de Dinamarca aparece en las sagas nórdicas medievales. En
el siglo XII aparece en la Danorum Regum heorumque Historiae de Saxo Grammaticus.
Seguramente Shakespeare no conoció este original, sino una adaptación francesa de François
Belleforest.
Pero según los especialistas Shakespeare tuvo que contar para su versión de Hamlet
necesariamente con una obra puente, hoy perdida. Los estudiosos llaman a esta versión Ur-
Hamlet. Algunos atribuyen su autoría al propio Shakespeare, mientras que otros señalan que el
Ur-Hamlet podría ser La tragedia española de Thomas Kyd, pues en ella aparecen muchos de
los temas de Hamlet.
Los críticos han catalogado Hamlet como una tragedia de venganza. Estas obras constituían un
género habitual en el teatro isabelino. Sus antecedentes literarios son la Orestiada de Esquilo y
las tragedias de Séneca (un autor que en el Renacimiento y Barroco se convierte en referente
para el género dramático a pesar de la incompatibilidad del escepticismo y el cristianismo). Este
género existe también en el teatro en español y en el francés y en todos goza de gran aceptación
por parte del público.
A la hora de plantear sus tragedias Shakespeare tiene en mente dos referentes clásicos
fundamentales: Aristótels y Séneca. De Aristóteles toma la idea del papel del teatro en la
sociedad: el arte debe servir para explicar el alma humana. De Séneca, no sólo Shakespeare sino
todo el teatro isabelino en general, rescata la importancia que Séneca otorga en sus obras a la
libertad humana. Esta idea, aunque pagana en su origen, enlaza con el concepto cristiano del
libre albedrío, fundamental en la obra de Shakespeare (y en todo el Barroco, véase La vida es
sueño de Calderón, o El condenado por desconfiado de Tirso).
Hamlet no es el único personaje de la obra que debe llevar a cabo una venganza y se deja
arrastrar por su locura: Fortinbrás, Laertes, Pirro también llevan a cabo su venganza. Pero ellos
se arrojan a la venganza de un modo casi animal. Para Hamlet es importante el dilema moral
que la venganza plantea. Hamlet parece incapaz de matar con premeditación, deja escapar (por
diferentes motivos) cuantas ocasiones se le presentan y cuando finalmente lo hace es por un
arrebato de ira momentánea, pero nunca a sangre fría.
ESTRUCTURA
Siguiendo el modelo clásico, Shakespeare estructura sus obras en cinco actos. Ya hemos
indicado anteriormente que, en realidad, Shakespeare es un autor continuista, no rompe en esta
circunstancia con los modelos. Sin embargo, Lope de Vega lleva su reforma del teatro también a
la estructura y reduce a tres los cinco actos de la tragedia clásica. Los especialistas señalan dos
modelos estructurales para Hamlet:
MODELO A.- Para algunos autores la obra presenta una estructura tripartita:
a.- Acto I.- Hamlet recibe el encargo de vengar la muerte del rey.
b.- Desde II.i hasta IV.iii.- se cierra con la partida de Hamlet a Inglaterra.
c.- Desde IV.iv hasta el final.- se inicia con la llegada de Fortinbrás.
MODELO B.- Otros críticos prefieren una estructura bipartita, pues consideran que en la obra
hay un punto de inflexión a partir del cual se precipitan los acontecimientos y se van cerrando
las líneas argumentales abiertas. Este modelo propone dos partes:
TIEMPO Y LUGAR
La obra cumple con la unidad de lugar, pero no con la de tiempo. No obstante para Shakespeare
no es importante el cumplimiento de las reglas de los preceptistas.
Toda la acción se lleva a cabo en el palacio de Elsenor o en sus cercanías. Es cierto que los
personajes viajan, van o vienen desde lejos (París, Polonia, Inglaterra) pero la acción se
concentra en la atmósfera claustrofóbica del castillo-palacio de Elsenor. Dinamarca es una
cárcel para Hamlet. Hamlet es un prisionero en el castillo, se siente espiado al tiempo que él
mismo se convierte en espía. Al principio de la obra intenta la huida cuando solicita del rey
permiso para volver a sus estudios, pero la suspicacia del rey (que intuye que hay algo
sospechoso y amenazante en su actitud) le fuerza a permanecer en el palacio. Por otra parte el
mundo exterior es una amenaza, todo lo que llega de fuera es un peligro (el ejército de
Frotinbrás, el vengativo Laertes, los mismísimos Rosencrantz y Guilderstern…). Las salidas al
exterior de Hamlet están presididas por la presencia de la muerte (cuando acude a la guardia se
enfrenta con la terrible visión del espíritu de su padre; el viaje a Inglaterra pone su vida en cierto
peligro de muerte y, finalmente, la escena en el cementerio confirma esa presencia opresiva de
la posibilidad de la muerte).
La acción tarda mucho en desarrollarse. La incapacidad de Hamlet para decidir cómo y cuándo
actuar eterniza la acción. Los viajes de los personajes (Hamlet va y vuelve a Inglaterra) también
la dilatan. El paso del tiempo es otro de los motivos que angustian a Hamlet pues supone una
victoria de los criminales. Cada día sin venganza, es un día de triunfo para Claudius y un día
más sin descanso para el espíritu del padre de Hamlet y para el propio Hamlet que se debate
entre el deber de vengar la sangre de su padre y su necesidad de asegurar la justicia de su
venganza.
Uno de los motivos por los que Hamlet ha ejercido tanta fascinación sobre espectadores,
lectores y estudiosos es precisamente por la diversidad de temas que aparecen en la obra y por
las diferentes posibilidades de interpretación a las que se presta debido a la ambigüedad que
preside la obra. A partir del siglo XIX la crítica ha visto en Hamlet el prototipo del nuevo
hombre que, aislado del universo, reflexiona sobre la imposibilidad de conocer la verdad, el
amor y la amistad. Hamlet es un ser que se nos aparece enormemente contemporáneo: está solo,
en un mundo donde es difícil distinguir la ficción de la realidad, y donde no parece haber nada
sólido (el amor, el matrimonio, los lazos de la sangre, la amistad, el estado). A través de los
temas que presentamos a continuación se ofrecen diversas interpretaciones de la obra:
LA VERDAD.- La originalidad del argumento de Hamlet es que la acción se ve pospuesta una y
otra vez por el deseo del protagonista de tener la absoluta certeza de que su venganza es justa.
Así pues se plantea una serie de interrogantes que ponen en duda la capacidad de acceder a la
verdad: ¿se puede obtener la verdad de un fantasma?, ¿el fantasma es real o proyección de los
temores de Hamlet?, ¿se puede llegar a saber la verdad de un crimen sin testigos?, ¿puede
Hamlet conocer la verdad sólo observando el comportamiento de Claudius?, ¿la locura de
Hamlet es real o artificio?
Muchos autores han señalado que Hamlet es una obra sobre la indecisión y sobre la
imposibilidad de Hamlet de cumplir su cometido, pero tal vez hemos de considerarla como una
obra sobre las incertezas sobre las que se funda nuestra vida, sobre el hecho de que nunca
podremos alcanzar la verdad.
Relación Hamlet-Edipo
LA LOCURA.- uno de los mayores interrogantes que plantea la obra es saber si la locura de
Hamlet es fingida o no. La venganza supone un rechazo de la racionalidad ya que implica
intentar remediar un agravio ejerciendo una violencia que, en realidad, va en contra de las leyes
sociales. Sin embargo Hamlet avisa en distintas ocasiones de que se dispone a adoptar una
actitud que parecerá inexplicable, lo cual parece premeditado. No obstante el comportamiento
cambiante de Hamlet, neurótico, responde al prototipo del melancólico retratado en la literatura
médica de la época. Así que, al mismo tiempo, la locura de Hamlet es real, pero también
fingida, producto de su deseo de venganza y su necesidad de ocultar sus intenciones ante sus
enemigos.
Hamlet está obsesionado con su propia muerte y en diversas ocasiones se plantea la legitimidad
del suicidio. Su sufrimiento le lleva a ansiar la muerte pero teme el suicidio pues, como
cristiano, sabe que supone la condenación eterna.
Este es también un vínculo de unión entre Hamlet y Edipo, pues en ambos casos los
protagonistas sustituyen la figura del padre (Edipo literalmente y Hamlet espiritualmente).
Hamlet siente más rabia por la debilidad de su madre que por el asesinato de su padre.
EL AMOR.- Es un tema de tratamiento complejo en la obra. Por una parte existe la duda sobre
la sinceridad de los sentimientos de Hamlet hacia Ophelia desde el principio de la obra. Laertes
y Polonius dudan de estos sentimientos y advierten a la joven, lo cual nos pone sobre aviso de
su posible insinceridad. Sin embargo no podemos saber si las relaciones con Ophelia forman
parte también del plan de venganza de Hamlet. Recordemos también que según la medicina y la
tradición el amor es fuente de locura. Lo vemos en la desesperación de Ophelia que, realmente
sí está enamorada, ante el rechazo de Hamlet. Esta desesperación lleva a Ophelia a la locura y a
la muerte (o al suicidio). Al principio de la obra Polonius cree ver en el amor la causa de la
locura de Hamlet. Interpreta que el extraño comportamiento del príncipe tiene su causa en la
actitud reservada de Ophelia, impuesta por él mismo. Sin embargo no podemos estar seguros de
cuáles son los verdaderos sentimientos de Hamlet, pues están contaminados por la ambigüedad
del personaje.
La relación entre la reina y Claudius no entra en la categoría de amor, sino en la del deseo
lujurioso. Su matrimonio es una señal más de su corrupción moral: el sexo no es más que uno de
los pecados que engrosan la lista de maldades de estos dos personajes.
EL ESPIONAJE.- La obra es un cruce de miradas, de espías que se esconden tras los tapices, de
cartas interceptadas que muestran horribles conspiraciones. Nadie en Elsenor se ve libre de
espiar o ser espiado y esto crea una atmósfera opresiva que influye negativamente sobre los
personajes. Hamlet observa minuciosamente las reacciones de su madre y su tío con el afán de
descifrar la verdad sobre la muerte de su padre y, al mismo tiempo, es consciente de que es
igualmente espiado por el rey y sus secuaces. Esta certeza produce la muerte de Polonius y
desencadena la tragedia. En cierto sentido Hamlet estaría también incluido en el género
policiaco pues Hamlet lleva a cabo una verdadera investigación para conseguir averiguar la
verdad (al igual que Edipo en la obra de Sófocles).
PERSONAJES
GERTRUDE.- su actitud también aparece marcada por la ambigüedad. No queda claro hasta
qué punto es cómplice del asesinato de su marido. De hecho, realmente parece no haber
participado y se muestra asombrada y ofendida cuando Hamlet se lo insinúa. Sin embargo no
reniega de su situación cuando llega a la conclusión de que Claudius ha asesinado a su anterior
marido. La actitud hacia su propio hijo también es ambigua: por una parte parece preocupada
por la melancolía y el aislamiento de su hijo pero acepta sin discutir todas las decisiones que
toma Claudius sobre él. Hamlet se muestra muy duro con ella cuando le reprocha el matrimonio
incestuoso con el asesino de su padre. Finalmente muere de forma accidental al beber de la copa
envenenada destinada a Hamlet, con lo cual recibe el castigo que merece por su matrimonio y su
debilidad de carácter.
REY CLAUDIUS.- su figura aparece desde el principio marcada por el asesinato del rey
Hamlet. Él mismo declara haber sido el autor y dice no poder vivir a causa de los
remordimientos. Sin embargo no hace pública confesión de su pecado, sino que va engrosado
esta lista de pecados añadiendo el incesto, la traición y el asesinato. Desde el principio ve en la
actitud de su sobrino una amenaza. Intuye que su extraña actitud responde al hecho de que
conoce la verdad sobre la muerte del rey. Por ello no duda en poner en marcha toda la
maquinaria de su poder real para espiar y asesinar a Hamlet. Finalmente su crimen recibe el
castigo que merece aunque logra su objetivo de asesinar a Hamlet. Su muerte y el nuevo reinado
de Fortinbrás suponen una esperanza de regeneración para un estado que se había corrompido
por la corrupción de sus gobernantes.