Separatista - No Separatista
Separatista - No Separatista
Separatista - No Separatista
Henry Van Til dijo que la cultura es religión exteriorizada y hecha explícita. Siempre ha
habido una cultura dominante en toda sociedad que resulta de la religión dominante en esa
sociedad. La religión que gobierne los corazones y las mentes de las personas en cualquier
sociedad es la religión que forma las bases de las leyes y valores de esa sociedad.
La primera cultura comenzó con Adán y Eva. Mientras Adán y Eva obedecieron a Dios,
establecieron en el Jardín de Edén una cultura dominante justa basada en la sumisión a
Dios. El diablo desafió (o contrarrestó) la cultura piadosa en el Jardín de Edén, siendo la
fuente de la primera contracultura. Desde la Caída en el Jardín de Edén, siempre ha habido
una cultura y una contracultura. Algunas veces estas dos culturas (la cultura dominante y la
contracultura) son más visibles que en otras ocasiones (especialmente cuando los hombres
se volvieron epistemológicamente auto-conscientes, como nos enseñó el Dr. Cornelius Van
Til). Estos opuestos están siempre en batalla (antítesis) el uno contra el otro. Cuando el
Cristianismo obtiene dominancia, se convierte en la cultura imperante de una sociedad
particular. A medida que el Cristianismo mengua y el diablo obtiene más control, el
Cristiano se convierte en la contracultura de una sociedad particular.
En última instancia, Dios regirá Su reino y Él establecerá una auténtica cultura piadosa.
Sabemos que esto ocurrirá porque Cristo ha aplastado la cabeza de Satanás bajo Sus pies en
la cruz, y Él nos ha dirigido a orar que Su “voluntad sea hecha en la tierra como se hace en
el cielo.” El diablo, con todos sus seguidores, eventualmente será echado en el Infierno y
nunca más su contracultura va a amenazar la cultura justa de Dios. Sin embargo, hasta ese
tiempo, cada generación tendrá que pelear la batalla de la guerra de las culturas.
Esta Nueva Contracultura Cristiana va más allá del pietismo espiritual que restringe la
religión a una mera experiencia interna. Va más allá de la visión sectaria que divide la vida
en diferentes categorías, donde la religión es solo una parte de la totalidad de la vida. No ha
de ser mal interpretado identificándolo con el evangelio liberal que identificaba el mero
cambio social con el evangelio de la gracia. Es la creencia que por medio del evangelio de
Jesucristo, todo bajo el cielo debe ser traído cautivo al Señorío de Jesucristo. La Biblia es
nuestra guía en todas las áreas de la vida pues ella habla a la iglesia, a la política, la
educación, las ciencias y a todo. No hay neutralidad, solamente antítesis. Está ocurriendo
una guerra que comenzó en el Jardín de Edén, y todos nosotros estamos activamente
involucrados en esa guerra sea que lo sepamos o no. Eventualmente, Cristo pondrá a todos
Sus enemigos, y a los nuestros, bajo Sus pies. Es nuestro privilegio como Cristianos el
perseguir la meta de la victoria mientras Dios gobierna a un pueblo justificado por el poder
del Espíritu Santo hablando por medio de las Santas Escrituras. Su ley establece los
estándares para una cultura justa, y nosotros somos las vasijas que Él ha escogido para
establecer Su reino a través de nuestro creer y vivir el evangelio de la gracia. Cristo
establecerá, más y más, un reino sobre la tierra donde el conocimiento del Señor cubrirá la
tierra como las aguas cubren el mar (Is. 11:9).
Ocupándonos en la Antítesis
Aquellos que leen comúnmente el Reporte Calcedonia aceptan lo que he dicho hasta este
punto. No necesito convencer a tales lectores acerca de la existencia de la guerra. Sin
embargo, aquellos que están a la vanguardia de esta guerra deben aprender cómo pelear la
guerra. Concordamos en la existencia de la guerra, pero no siempre estamos de acuerdo
sobre el mejor método para entablar batalla con el enemigo, si es que acaso. No tenemos
muchos generales. No contamos con un registro de logros. No tenemos mucha experiencia.
Estamos pisando a través de aguas profundas donde pocos han caminado antes que
nosotros. Vivimos en una América post-Cristiana. Las técnicas de aquellos en otras
culturas, y en días pasados, quienes pelearon la misma guerra pueden no ser suficientes para
nuestro tiempo particular en la historia. Obviamente muchas cosas con las mismas en
cualquier guerra, pero debido a los tiempos y a las características de nuestros enemigos
particulares en América, muchas cosas son diferentes.
Debemos pensar concienzudamente nuestra estrategia, y orar que Dios nos impida cometer
errores importantes antes que los hagamos. Solo porque tenemos la valentía para estar en la
batalla, y solo porque creemos en un Dios soberano, no significa que somos inmunes a los
errores importantes y a los tropiezos tácticos. Pueden necesitarse varias generaciones de
Cristianos para aprender de los errores de sus padres antes que esta Nueva Contracultura
Cristiana pueda desarrollar tácticas Bíblicas aceptables.
Debemos asegurarnos que nuestras tácticas al pelear esta guerra no sean meramente una
reacción a la cultura de nuestro tiempo, sino deducciones fidedignas de las Escrituras. Es
más fácil determinar nuestras tácticas por pura reacción emocional en lugar de por la
cuidadosa exégesis Bíblica. Como pastor, a menudo he visto a celosos nuevos conversos
(no solo a la Fe Cristiana, sino también al Reconstruccionismo Cristiano) casi destruirse a sí
mismos y a todos los demás alrededor de ellos. En su reacción lo hacen hasta los extremos,
y se convierten en un nuevo problema para la iglesia. Creo que esta manera de reaccionar
puede hacer un gran daño a muchos, entre ellos a los del movimiento de la Nueva
Contracultura Cristiana. Pablo dijo en Romanos 10 que el celo sin conocimiento es una
cosa peligrosa. A la mayoría de nosotros, mientras crecíamos en América, se nos enseñaron
mentiras en las escuelas del humanismo, y algunas veces en nuestras propias iglesias. Ahora
que hemos redescubierto antiguas verdades, algunos de nosotros estamos molestos porque
aprendimos bastante tarde en la vida.
Algunos estamos desilusionados. Sin embargo, debemos ser cuidadosos que nuestra
reacción emocional no nos ciegue a los claros principios Bíblicos.
Separatistas Cristianos
Uno de los errores más peligrosos que enfrentaremos en los días por venir es lo que percibo
como una Contracultura Separatista Cristiana no balanceada en oposición a una
Contracultura No-separatista Cristiana más equilibrada. El separatismo tiene la tendencia a
abandonar el mundo que Dios hizo para nosotros, y salir por allí para crear su propio
mundo.
Algunas veces esto se alcanza por estrictas limitaciones con respecto a asociaciones, y en
otras, en casos más extremos, resulta en ciudadelas geográficas. A menudo es un mundo sin
contacto, o al menos, un mínimo contacto con los que son no-creyentes. No tiene roce con
aquellos que están en desacuerdo con nosotros. Tiene una tendencia a desarrollar una
mentalidad comunal que sirve como una fortaleza para protegernos de estar en presencia de
nuestros enemigos. Tiende a ser un retirismo comunal en lugar del establecimiento de una
comunidad pactal que sirva como campamento de entrenamiento para prepararnos a
confrontar agresivamente al enemigo en un mundo al que Dios nos ha llamado a vivir y en
un mundo que Dios nos ha llamado a reconquistar.
La Biblia es clara con respecto a que los Cristianos, aún aquellos en el movimiento de la
Nueva Contracultura Cristiana, han de ser “la sal de la tierra” (Mat. 5:13). La sal que se
deja sola en la mesa de la cocina es inútil. Alcanza su potencial solo cuando hace contacto
con los alimentos. Entonces se convierte en un agente para mejorar el sabor o para
preservar la calidad. De igual manera, es mi opinión que nuestros hermanos Separatistas
están fallando en ser usados por Dios cuando huyen corriendo a sus propios pequeños
grupos sin involucrarse en el mundo en el que viven. A menudo edifican sus propios reinos
divididos, los que piensan estarán seguros y en buen estado de los males del mundo. De
manera típica nadie fuera de su reino separado sabe algo acerca de ellos. Su influencia sobre
la sociedad en la que viven es mínima, en la mayor parte de los casos, sino es que es
inexistente.
Jesús dijo en la oración Sumo Sacerdotal, “Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el
mundo” (Juan 17:11). Pablo escribió a los Corintios, en su demanda de que no se asociaran
con personas inmorales que se encontraran bajo la disciplina de la iglesia, que él no quería
dar a entender “los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con
los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo” (1 Cor. 5:10). Pablo una
vez más escribió a los Corintios, satisfecho con que había sido capaz de conducirse a sí
mismo de una manera Cristiana en el mundo fuera de la iglesia, “Porque nuestra gloria es
esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con
sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho
más con vosotros” (2 Cor. 1:12). A los Filipenses Pablo escribió: “Haced todo sin
murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin
mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis
como luminares en el mundo” (Fil. 2:14-15). Es muy difícil ser luminares en un mundo
donde no tengamos presencia y en un mundo que no pueda vernos.
De hecho, nuestra habilidad para estar en el mundo y no ser del mundo es una de las
maneras que Dios tiene para que seamos de estímulo para los otros creyentes. En 1 Pedro
5:9, en el contexto del ataque peligroso de las estratagemas del diablo, Pedro dice, “al cual
resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en
vuestros hermanos en todo el mundo.” Pedro no está hablando acerca del mundo en
nosotros, sino acerca de nosotros en el mundo. Es un medio para animar a otros. El que
seamos capaces de vivir en un mundo que se nos opone y aún así mantener nuestro
testimonio Cristiano es una prueba importante para nuestra santificación. Me temo que
demasiados de nosotros disfrutamos de ver películas como Corazón Valiente, y luego nos
retiramos de regreso a nuestras apocadas comunas.
Vaciando el Nido
Otro asunto verdadero que desafía a la mayoría de las familias pactales es cómo movilizar a
sus hijos de un hogar pactal hacia un mundo del cual han sido protegidos la mayor parte de
sus vidas. Esto es verdad especialmente de los Separatistas en el movimiento de la Nueva
Contracultura Cristiana. No comparto el argumento que hemos de lanzar a nuestros hijos a
los leones a una edad temprana para enseñarles como vivir en el mundo (como argumentan
algunos que buscan justificar el envío de sus hijos a las escuelas del gobierno). Nuestros
hijos del pacto han de ser educados por padres en el pacto, y no por una hueste de maestros
escolares del gobierno, quienes en su mayor parte han sido entrenados en la filosofía anti-
Cristiana.
Sin embargo, lo que me preocupa mientras miro el paisaje del movimiento de la Nueva
Contracultura Cristiana es la incapacidad de algunos padres pactales para preparar a sus
hijos para enfrentar un mundo hostil. Nuestros hijos no siempre serán menores de edad, y
tampoco estarán siempre en casa. Necesitan estar preparados para enfrentar no solamente
un mundo hostil, sino también un mundo muy competitivo. No debemos criar enclenques,
especialmente con nuestros hijos varones, sino hombres de valor y coraje. La cuestión
delante de la Nueva Contracultura Cristiana es cómo hacer esto.
Ninguno de nosotros quiere criar hijos que sean incapaces de enfrentar un mundo lleno de
sentimientos anti-Cristianos. La protección es buena para nuestros hijos, pero
eventualmente deben volar del nido y enfrentar al enemigo sin Mamá y Papá presentes. Me
temo que aquellos que he llamado “Separatistas” puedan encontrarse a sí mismos muy
decepcionados, y puedan incluso creer eventualmente que han sido traicionados por Dios,
porque sus hijos, como adultos, no serán capaces de vivir en un mundo fuera de la
seguridad de su nido comunal.
Permítanme sugerir unos pocos principios, no solo para prevenir tales decepciones, sino
también para proveer alguna dirección que capacite a sus hijos a dejar el nido y enfrentar el
mundo.
Primero, mientras sus hijos sean jóvenes y se hallen todavía en el hogar, debe ser Ud. un
ejemplo para ellos de alguien que es capaz de vivir en el mundo, y no obstante, no ser del
mundo. No los críe en un capullo comunal. Como padres, sed lo que Dios espera que seáis
viviendo en un mundo hostil. Por ejemplo, muestre a sus hijos como puede Ud. asistir a la
reunión de la junta de concejales del gobierno local de la ciudad, y hable de los asuntos del
día (sin mencionar la posibilidad de ocupar un puesto en la junta). Muéstreles como jugar
en un partido de tenis en la asociación local de tenis y mantener un testimonio Cristiano
(aún cuando Ud. pierda). Muéstreles como manejar la arrogancia del editor del periódico
humanista local, hablando la verdad en amor. Llévelos con Ud., y déjelos que se sienten en
silencio en una silla fuera de la vista, y que vean como se supone que ha de vivir un hombre
en el mundo y mantener su testimonio Cristiano. Por supuesto esto asume que nuestros
hombres están viviendo en el mundo y han escogido no esquivar al mundo.
Deje que sus hijos, especialmente los muchachos, usen sus talentos en el contexto de los
eventos de la comunidad. Por ejemplo, las Pequeñas Ligas de Baseball proveen un reto para
muchos chicos jóvenes (¡y también para sus padres!). No hay nada pecaminoso en ello.
Anímeles a involucrarse en deportes de contacto. Esto no los dañará. No le hará daño a un
muchacho salir con una nariz sangrante si intentó robar la tercera base. Esto está
enseñándole simplemente como ser una parte del mundo. Todavía puede estudiar su Latín
cuando regrese a casa del juego de pelota.
Segundo, a medida que sus hijos crecen, diríjalos hacia fuera un poco más cada vez. A
mediados de su adolescencia, sería bueno para ellos trabajar en establecimientos como el
Chick-Fil-A. Aún más retador, anímeles a servir mesas en Pizza Hut. Déjeles ver lo que es
quedarse tenso por alguien que no deje propina. Déjelos que aprendan cómo trabajar bajo
un administrador que se ha divorciado tres veces y que tiene tendencia a buscar pleitos.
También pueden tener que trabajar con otro empleado que tiene una boca que solo arroja
lenguaje sucio y ofensas contra Dios. ¿Qué van a hacer? Guíeles mientras están todavía en
el hogar, de manera que puedan acudir a Ud. en busca de consejo. Van a necesitar su
guianza y ayuda, y será sabio dárselas mientras están todavía bajo su supervisión. Al
salvaguardar a sus hijos en sus años medios de la adolescencia, Ud. no abdicará de su
responsabilidad como padre en pacto. Esto proveerá un ambiente controlado para que sus
hijos puedan dejar el hogar, involucrarse en el mundo, y luego retornar al hogar, a la red
segura provista por sus padres todo en el mismo día. No espere hasta que dejen su hogar
protegido pactalmente. ¡Puede ser demasiado tarde! Una vez que hayan aprendido algunas
habilidades en responder a un mundo hostil usando principios Bíblicos, Ud. no tendrá temor
cuando llegue el día en que dejen el hogar como adultos. Las sociedades separatistas
comunales no proveen tales oportunidades. Las comunidades Cristianas pactales sí lo
hacen.
Antes de concluir este artículo, me gustaría mencionar un asunto más que puede ser
altamente controversial que puede poner furiosos a algunos dentro de la Nueva
Contracultura Cristiana. Esto es solo lo que percibo como una tendencia y es entendible que
haya muchas excepciones. Su hijo puede ser una de las excepciones.
Me parece que, de manera típica, la mayor parte de escuelas y escuelas en el hogar
Cristianas están proveyendo una excelente educación en las artes y en las materias de
humanidades (literatura, filosofía, arte, etc.). Estamos aprendiendo a enseñarles a nuestros
hijos como leer y escribir bien, y como pensar Bíblicamente. Sin embargo, lo que he
notado, solo como una tendencia, les advierto, es que nuestros hijos se han deslizado
quedándose detrás de los niños del mundo, quienes tienen una inteligencia comparable, en
las áreas de matemáticas y ciencias (incluyendo el amplio espectro desde la ingeniería hasta
la medicina). Esto puede ser porque la mayor parte de nuestros líderes y modelos a imitar
en el movimiento Reconstruccionista son gigantes literarios. Las disciplinas como las
matemáticas y las ciencias (y sus derivadas) son muy exigentes, y me parece que a menudo
nuestros hijos (especialmente nuestros jóvenes varones) se hallan bastante atrás de sus
homólogos intelectuales quienes están siendo educados en hogares humanistas.
Es interesante cuántos padres quieren que sus hijos formen parte de un piadoso hogar pactal
de auto-apoyo. Sin embargo, como estamos produciendo jóvenes varones adultos que no
han aprendido a conquistar el mundo de las matemáticas y las ciencias (incluyendo a
disciplinas tales como el campo de la contabilidad), no estamos levantando cabezas
potenciales de hogares que serán capaces de proveerles un medio de vida a nuestras hijas en
pacto. No solo debemos educar a nuestros jóvenes hombres para ser verdaderas cabezas
espirituales de nuestras hijas (siendo capaces de responder a las preguntas de sus esposas
con respecto a la Biblia, lo cual será un reto en sí mismo porque les hemos enseñado a
nuestras hijas mucha teología), sino que debemos formarles para proveer alimento y refugio
adecuados a sus propios hogares. Aunque se reconoce que no todos están llamados a
conquistar los campos de las matemáticas y las ciencias, me temo que no estamos
proveyendo el cambio completo a muchos de nuestros hijos al no prepararles para ir en pos
de llamados que les capacitarán para proveer financieramente a una familia. Los logros en
el campo de las matemáticas y las ciencias todavía pagan un salario suficiente que le
permitirán a la esposa de un hombre cumplir su llamado (¿en criar una docena de hijos?),
porque su esposo puede alimentarlos.
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