Nuevo Concepto de Redacción Periodística Enrique de Aguinaga
Nuevo Concepto de Redacción Periodística Enrique de Aguinaga
Nuevo Concepto de Redacción Periodística Enrique de Aguinaga
ENRIQUE DE AGUINAGA
A lo largo de mis cuarenta y seis años de docencia del Periodismo vengo planteando un nuevo
concepto de la Redacción Periodística en general, por superación del sistema binario
"Información-Interpretación" y del sistema ternario "Información-Interpretación-Comentario".
Esta nueva concepción se establece sobre la base de que el Periodismo, por su propia naturaleza,
es interpretativo en todo caso, en cuanto que la simple difusión de informaciones es el resultado
de un proceso selectivo y valorativo y en cuanto que, en definitiva, el Periodismo, en cada caso,
ofrece una determinada versión de la realidad.
Las tres lealtades están presentes, naturalmente, en el programa de Redacción Periodística III
(Análisis sobre el comentario y estudio sobre las tareas de la Redacción) que, con expresión de
todas estas concepciones, se formuló, en su día, en mi proyecto docente para la cátedra.
Con fidelidad al planteamiento, se da por supuesto que cuanto se refiere al Periodismo en general
es directa e inmediatamente transportable a la Redacción Periodística en particular, en cuanto su
expresión directa e inmediata, y que, por lo tanto, se parte de la base de que toda Redacción
Periodística, así concebida, es, velis nolis, de índole interpretativa.
El fundamento científico del nuevo concepto de Redacción Periodística utiliza dos ideas básicas
(Redacción Periodística como orden y Redacción Periodística como determinación de
contenidos) para llegar a la idea de la Redacción Periodística como periodificación.
La Redacción Periodística como periodificación es, en definitiva, la idea matriz del nuevo
concepto de Redacción Periodística, que se ofrece como resultado de una perseverante
investigación docente proyectada en setenta cursos académicos. A lo largo de los cuarenta y seis
años de aquella experiencia docente –y a partir del curso 1953-54 sin interrupción alguna-, es
lógico que se haya producido una gran evolución de conceptos de la Redacción Periodística, que
van desde la idea primeriza e instrumental hasta la nueva idea científica, que explica la propia
evolución del Periodismo.
Las ideas dominantes del Periodismo en aquel proceso evolutivo, marcado tanto por los cambios
de tecnología como por los cambios sociales, han pasado del Periodismo como arte al
Periodismo como ciencia, del Periodismo como estilo al Periodismo como sistema, del
Periodismo de filiación literaria, hijo del siglo XIX, al Periodismo generador de conocimiento,
propio del siglo XXI.
La periodificación aparece como un sistema periodístico más estable, por encima de las
variaciones estilísticas o de las variaciones tecnológicas, ya que, en definitiva se asocia a la
teoría del conocimiento, a un modo de transformar la información en conocimiento o, en
definitiva, al saber periodístico, tan característico del hombre de nuestro tiempo.
"El periodista es antes que otra cosa, un ordenador de informaciones y opiniones". De este
juicio de Beneyto (1957:5) se subraya no sólo la oportuna idea del Periodismo y, por ende, de la
Redacción Periodística como la consecución de un orden, sino también la expresión "antes que
otra cosa"; es decir, el carácter dominante de aquella idea.
La Redacción Periodística, y de ello es una prueba el presente análisis, puede ser considerada
desde muy diversos puntos de vista y, por consiguiente, puede ser objeto de muy variadas
definiciones. Pero un tratamiento científico y didáctico no se puede conformar con cualquiera de
ellas sino que, una vez examinadas las opciones concurrentes, debe señalar la que, por encima de
parcialidades o circunstancias, resulte más permanente y sustantiva.
El proceso que conduce a la idea dominante, a la idea que prevalece sobre las demás ideas
concurrentes, es semejante al de una destilación o al de la búsqueda de un denominador común.
Por la vía de la observación se van desechando las ideas accesorias o circunstanciales para
determinar la que finalmente no sólo prevalece sino que además caracteriza todas sometidas a
examen.
La identificación de la Redacción Periodística con sus resultados elude la razón de los propios
resultados y puede reducir a una mera dicción aquello que, debidamente entendido,
científicamente considerado, es no sólo un lenguaje, el lenguaje periodístico, sino la expresión
del propio Periodismo, según este se conciba.
Si, según la definición, común "redactar es expresar por escrito los pensamientos o
conocimientos ordenados con anterioridad", salta a la vista que la operación previa y
determinante de la redacción como escritura es la de ordenar aquello que se quiera expresar.
Habrá que invocar, otra vez, la etimología de REDACCION como término derivado de
redactum, supino de redigere, que significa compilar o poner en orden.
La idea de la Redacción Periodística, no sólo como orden sino también como compilación, es tan
evidente como evidente es la tarea de ordenar informaciones y opiniones para compilarlas; es
decir para reunirlas en un sólo cuerpo de obra, en un conjunto periodístico que es, como se
confirmará, la finalidad esencial de la Redacción Periodística.
Una breve antología de juicios puede servir de apoyo y cierre para la idea de la Redacción
Periodística como orden mundial, que crea una imago mundi:
Miguel Ángel Gozalo (Diario-16, 1986): "Los periódicos nos ordenan el mundo; pero cada uno
de una forma distinta, cada uno a su manera".
José Ferrater Mora (El País, 1984): "La televisión como medio de comunicación contribuye a
formar una imagen del mundo".
Máximo San Juan, "Máximo" (El País: 1986): "Los periodistas son necesarios para que el
mundo incomprensible y complejo pueda resumirse a diario en un cuadro inteligible".
Carlos Luis Álvarez, "Cándido" (Interviú, 1986): "Los periodistas colaboran para que los
ciudadanos lleven en la cabeza una imagen del mundo".
Y todo ello, a partir de la gran pregunta ("¿qué pasa por el mundo?") proverbialmente unida al
periodista Stanley (1985:147) y al explorador Livingstone (1984:321)
El orden que la Redacción Periodística establece para las informaciones y las opiniones está
referido a un continente periodístico, que es la imagen sintética y comprimida de aquel otro
continente de la realidad o mundo, sobre el que la Redacción Periodística actúa según los
presupuestos de cada medio periodístico.
Desde aquella consideración, cabría plantear una teoría del continente periodístico, sin perjuicio
de todos los tratamientos tecnológicos del mismo (por ej., Martín Aguado, 1981). La teoría del
continente periodístico, como campo estricto de la proyección de la Redacción Periodística,
fundamenta la idea capital de que el producto de la Redacción Periodística es necesariamente un
conjunto periodístico y que, por lo tanto, para esta concepción no existen actos periodísticos
aislados. Por vía de ejemplo, el producto de la Redacción Periodística es como una urbanización
en la que no hay edificios exentos.
El continente periodístico está determinado por un espacio o por un tiempo, según se trate de
medios impresos o de medios audiovisuales. Partiendo de esta primera distinción, el continente
periodístico puede ser unitario o intermitente con posibilidades distintas sobre su elasticidad y
sus limites. Pero la idea básica del continente periodístico prevalece en ambos casos hasta el
punto de que, por inercia del lenguaje, al tiempo de Radio y Televisión se le suele llamar
espacio.
En un nuevo concepto de la Redacción Periodística no se puede sustraer el estudio del continente
periodístico, en el que necesariamente se han de ordenar las informaciones y opiniones y, en
general, los contenidos periodísticos que, con independencia de su naturaleza, también pueden y
deben ser objeto de una consideración teórica semejante.
Hechas estas aclaraciones, para una comprensión rápida, se puede repetir que el objeto de la
determinación periodística son las informaciones y las opiniones, haciendo la salvedad de que
también existen otros contenidos periodísticos que propiamente no son informaciones ni
opiniones; pero no modifican este planteamiento fundamental.
El redactor, en contra de lo que dice el Diccionario de la Real Academia Española, no es la persona que
"pone por escrito cosas sucedidas, acordadas o pensadas con anterioridad". El redactor corresponde a lo
que los sociólogos norteamericanos llaman el codificador. Yo prefiero describirlo como operador
semántico. Pero llámese como se prefiera, el redactor-codificador-operador semántico es el profesional
que dentro de un medio de comunicación periodística tiene habitualmente capacidad de decisión sobre
estas tres cuestiones: sobre los temas o asuntos que van a ser abordados, sobre las fuentes que van a ser
utilizadas y sobre las formas expresivas concretas en que los mensajes informativos van a ser plasmados
Y todavía añade precisiones más concretas para perfilar, sin lugar a duda, la personalidad y la
función de los determinadores de contenidos:
De entrada, codificadores son de modo fundamental todos los redactores: directores, redactores-jefes,
jefes de sección, encargados de páginas, jefes de diseño, directores artísticos o de fotografía, secretarios
de redacción, coordinadores de ediciones, responsables de documentación, etcétera. Todos tienen una
cosa en común dentro del trabajo periodístico: clasifican la realidad, según feliz descripción de
AGUINAGA. Es decir, deciden que cosas y como han de ser trasmitidas a los lectores u oyentes. Aíslan,
ordenan e interpretan los hechos que continuamente se están produciendo en el devenir histórico, para
elaborar con estos hechos las noticias (M. Albertos, 1982)
El primero y más evidente de los conflictos está en la elección entre publicar, por una parte, aquello que
más fácilmente puede interesar a un mayor número de lectores más inmediatamente -es decir, periodismo
amarillo- o, por otra parte, ofrecer, incluso con perdidas comerciales, una versión correcta de lo que el
público, a plazo más largo, necesita saber. Esto es periodismo responsable, en último análisis, por la
propia convicción del director respecto a lo que, ya sea interesante o solamente importante, sirve al interés
público.
Cuanto más se profundiza en el estudio de la determinación de contenidos como base de la
Redacción Periodística, más se confirma la idea de la superación de los sistemas binario,
"Información-Interpretación", y ternario, "Información-Interpretación-Comentario", en cuanto
que en el análisis de la determinación de contenidos se encuentra la prueba concluyente de que
todo Periodismo es interpretativo.
Al presentar la tesis de Gomis, Gutiérrez Palacio (1984:13) lo expresa así: "En un sistema
abierto donde hay interacciones no parece fácil separar netamente información y opinión.
Lorenzo Gomis considera el periodismo como un método de interpretación, de modo que
información y opinión serían dos grados de interpretación". Estas son algunas de las
afirmaciones de Gomis (1974:13) al respecto:
Una de las raíces olvidadas, entre las que pueden servir a la etimología del término "Periodismo", es
aquella que nos trae como regalo el concepto de "periodizar" o "periodificar", que consiste en agrupar
ideas, los hechos y los acaeceres en las parcelas determinadas por la cronología. Partiendo de ahí, los
hontanares del Periodismo encuentran sabores de ritmo y vigores de método. Porque, en realidad el
periodista es, antes que otra cosa, un ordenador de informaciones y opiniones.
Fundamentalmente, el periódico aparece como un anaquel. Cuando vemos una página "cajón de sastre"
falla la aplicación de la técnica periodística. El armado del periódico expresa el conjunto; pero tal
proyección no hace sino proyectar un sistema de ideas -en lo externo, del confeccionador; y en lo interno,
del redactor-. El desconocimiento de aquella raíz hace explicable la presente confusión en torno a la
esencia del saber periodístico. Y conviene tenerlo bien en cuenta, porque, sin sistema de ideas, falla el
motor que impulsa y que mantiene tensa la vida misma de toda publicación ligada a la actualidad. El
Periodismo no puede ser ciencia sin contar con principios, y sólo cuando esos principios le hagan trabajar
con rendimiento máximo, quedará constituido como tal ciencia
En el texto anterior no sólo se propone el concepto de periodificación sino que su brevedad se
cuaja de expresiones sugerentes, ámbito de aquel concepto: el periodista como ordenador, el
periódico como casillero (anaquel), la página desordenada (caótica), la expresión del conjunto,
el sistema de ideas, el saber periodístico, los principios periodísticos y el Periodismo como
ciencia.
Hasta tal punto es así, que cuando, en 1982, solicité la localización del texto para apoyar la tesis
del Periodismo como sistema de clasificación de la realidad, Beneyto me responde:
A lo largo de este examen hemos visto como por diversos y a veces complicados procedimientos, el
reportero procura contestar a aquella pregunta del explorador Livingstone ("¿Qué pasa por el mundo?"),
que es la pregunta del lector de periódicos. El reportero, desde su quehacer particular, responde
fragmentariamente. Tiene que haber una mente superior en el periódico para ensamblar las piezas del
mosaico de la realidad. La cuestión final es la de si tal composición se verifica correctamente, en la debida
proporción. Pero la respuesta a esta pregunta es harina de otro costal .
La tendencia a identificar el Periodismo con el Reporterismo es tan parcializadora como la
tendencia a identificar el Periodismo con la Literatura o un género literario. Por eso en la
búsqueda de la esencialidad del Periodismo, del Periodismo propiamente dicho, no sólo hay que
elevarse sobre las operaciones del Reporterismo y de la Literatura, sino también sobre todas las
operaciones de auxiliaría e instrumentación, tan eficaces y necesarias para el Periodismo, pero
que no son el Periodismo mismo.
En esta búsqueda, según el discurso científico, se llega a una primera conclusión: que el
Periodismo más que un estilo es un sistema. Siguiendo el discurso, enseguida se entiende que el
sistema del Periodismo es un sistema de clasificación de la realidad y que esta idea tiene, por lo
pronto, una condición sistémica: la estabilidad, su validez para cualquier estilo, para cualquier
tecnología, para cualquier finalidad.
La previa idea del Periodismo como orden se encuentra más fácilmente en los tradicionales
análisis de la investigación y de la docencia; pero es difícil encontrar alguna referencia al
Periodismo como sistema de clasificación de la realidad; es decir no como simple orden, sino
como orden clasificatorio que tiene sus propias virtudes valorativas. Muchísimo más difícil es
encontrar alguna referencia a este concepto del Periodismo con el nombre de periodificación.
Por eso sorprende que en 1921, cuando la concepción periodística está dominada por su raíz
literaria o por la acción del reporterismo, se escriba en un diccionario enciclopédico
(Enciclopedia Universal Ilustrada, 1921:861) que el Periodismo "exige un talento sintético... de
clasificación de hechos":
Hay en el Periodismo algo que impide encuadrarlo en un género literario determinado. Exige un talento
sintético, de cultura enciclopédica y superficial, de agilidad mental, de clasificación de hechos, de crítica
que gradue la importancia de cuanto desfila por la vida, de distribución de cosas, que no hay nada que
pueda confundirse con el Periodismo.
Hay un antecedente del siglo XIX en el que quizá no se repara por estar demasiado a la vista: La
ley periódica de los elementos químicos de Dimitri Ivanovich Mendeleyev (1879). El llamado
sistema periódico se estudia en la Química como un sistema de clasificación de los elementos a
partir de los pesos atómicos; pero normalmente el estudiante no relaciona el término periódico
propio de la Química con el término periódico propio del Periodismo, porque no considera que
ambos tengan un mismo fundamento: la idea de clasificación.
Dos son las operaciones clasificatorias del Periodismo: selección y valoración. Y dos son los
factores que animan aquellas operaciones: el interés y la importancia; los factores objetivos de
interés general y los factores subjetivos de importancia periodística, según la terminología ya
clásica en la didáctica del Periodismo. El entendimiento de la Redacción Periodística como
periodificación exige un cabal conocimiento de los dos sistemas "selección-valoración" e
"interés-importancia".
Igualmente, la valoración periodística consiste en determinar en que forma se van a difundir los
hechos seleccionados, ya que la difusión se puede hacer cuantitativa y cualitativamente en
formas muy diversas, desde el grado más ínfimo al grado más relevante de la jerarquización
posible.
Algunos adversarios han sólido apedrearle... con esta curiosa inepcia: don Torcuato Luca de Tena,
fundador y director de periódicos, no era literato. Con lo cual se pretendía, poco menos que acusarle de
un delito. Efectivamente... la tradición... exigía que todo periódico estuviera encabezado por un político o
por un escritor o por ambos a la vez, y al ver que ABC lo manejaban un hombre que carecía de "pluma
brillante", los periodistas del viejo estilo se sorprendían y se indignaban. No acababan de comprender que
Luca de Tena venia precisamente al Periodismo español para libertarlo de su antigua dependencia.
Establecido así el estado de la cuestión, es fácil derivar las consecuencias de la periodificación
sobre la idea del conjunto periodístico, sobre el concepto interpretativo del periodismo y sobre la
figura del periodista.
Así se ha llegado al concepto moderno del periodista, que esencialmente no es quien escribe con mayor o
menor oportunidad en los periódicos, sino quien clasifica, periodifica, la realidad; quien procesa y
codifica la información; quien de algún modo determina, por selección o valoración los contenidos
informativos o interpretativos de los medios de comunicación social (Aguinaga, 1981).
Quede apuntada y abierta la gran cuestión en la que la periodificación culmina, más allá de su
función interpretativa de la realidad: la generación de nueva realidad. Si la periodificación
transforma la información en conocimiento el conocimiento puede transformar la realidad. El
conocimiento es, en efecto, la información seleccionada y organizada (Cleveland, 1983) que crea
una imagen del mundo. Así, el saber periodístico es una forma de conocimiento procurada por la
periodificación y procuradora de una realidad, la realidad artificial (lo cual no quiere decir que
sea falsa) en que vivimos como consecuencia de la información periodificada.
Cada medio establece la base de su sistema periodístico como composición de la fuerza del
interés y la fuerza de la importancia; pero hay una base dominante de todo el sistema periodístico
en el que estamos inmersos: la alteración. Si un cambio radical de mentalidad, una nueva época,
sustituyese aquella base, verbi gratia, por la normalidad, se podría pronosticar científicamente un
cambio de la realidad toda, siempre que previamente se hubiera dilucidado la relación causa-
efecto. Las consideraciones sobre el Periodismo como creación, excitan, en definitiva, el sentido
universitario frente a las posibilidades de manipulación de la realidad, como una razón más, la
más profunda, para acentuar y garantizar la responsabilidad del Periodismo y, por ende, del
periodista (Aguinaga, 1984)
La Redacción Periodística como sistema debe tener una precedencia en el conjunto de conceptos
sin que esto quiera decir que 1os conceptos restantes sean eliminados de una programación
completa en el plan de estudios de la Sección de Periodismo de las Facultades de Ciencias de la
Información, que según el criterio insistente del autor se justifica como materia vertebral,
continuada a 1o largo de los cinco cursos de la Licenciatura: 1, Géneros. 2, Información. 3,
Opinión. 4, Organización. 5, Especialización.