Nuevo Concepto de Redacción Periodística Enrique de Aguinaga

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Nuevo concepto de Redacción Periodística

ENRIQUE DE AGUINAGA

Catedrático Emérito de Periodismo. UCM

A lo largo de mis cuarenta y seis años de docencia del Periodismo vengo planteando un nuevo
concepto de la Redacción Periodística en general, por superación del sistema binario
"Información-Interpretación" y del sistema ternario "Información-Interpretación-Comentario".

Esta nueva concepción se establece sobre la base de que el Periodismo, por su propia naturaleza,
es interpretativo en todo caso, en cuanto que la simple difusión de informaciones es el resultado
de un proceso selectivo y valorativo y en cuanto que, en definitiva, el Periodismo, en cada caso,
ofrece una determinada versión de la realidad.

La propuesta de un nuevo concepto de la Redacción Periodística se formula desde una triple


lealtad intelectual: al compromiso de investigación, a la libertad de cátedra y a la coherencia del
Departamento Periodismo I (Análisis del Mensaje Informativo) en cuyo seno se ha elaborado la
propuesta final.

Las tres lealtades están presentes, naturalmente, en el programa de Redacción Periodística III
(Análisis sobre el comentario y estudio sobre las tareas de la Redacción) que, con expresión de
todas estas concepciones, se formuló, en su día, en mi proyecto docente para la cátedra.

Propuesta la nueva concepción de la Redacción Periodística como un avance respecto a las


concepciones tradicionales, este articulo trata de dar fundamento científico a aquella concepción
y, de modo principal, a la premisa de que todo Periodismo propiamente dicho es intrínsecamente
interpretativo.

Con fidelidad al planteamiento, se da por supuesto que cuanto se refiere al Periodismo en general
es directa e inmediatamente transportable a la Redacción Periodística en particular, en cuanto su
expresión directa e inmediata, y que, por lo tanto, se parte de la base de que toda Redacción
Periodística, así concebida, es, velis nolis, de índole interpretativa.

El fundamento científico del nuevo concepto de Redacción Periodística utiliza dos ideas básicas
(Redacción Periodística como orden y Redacción Periodística como determinación de
contenidos) para llegar a la idea de la Redacción Periodística como periodificación.
La Redacción Periodística como periodificación es, en definitiva, la idea matriz del nuevo
concepto de Redacción Periodística, que se ofrece como resultado de una perseverante
investigación docente proyectada en setenta cursos académicos. A lo largo de los cuarenta y seis
años de aquella experiencia docente –y a partir del curso 1953-54 sin interrupción alguna-, es
lógico que se haya producido una gran evolución de conceptos de la Redacción Periodística, que
van desde la idea primeriza e instrumental hasta la nueva idea científica, que explica la propia
evolución del Periodismo.

Las ideas dominantes del Periodismo en aquel proceso evolutivo, marcado tanto por los cambios
de tecnología como por los cambios sociales, han pasado del Periodismo como arte al
Periodismo como ciencia, del Periodismo como estilo al Periodismo como sistema, del
Periodismo de filiación literaria, hijo del siglo XIX, al Periodismo generador de conocimiento,
propio del siglo XXI.

En el proceso de ideas dominantes, se produce la devaluación del concepto de periodicidad que,


coincidiendo con la irrupción de los medios de comunicación instantánea y la consolidación de
las Ciencias de la Información, va a ser desplazado por el concepto de periodificación (Beneyto,
1957:5)

La periodificación aparece como un sistema periodístico más estable, por encima de las
variaciones estilísticas o de las variaciones tecnológicas, ya que, en definitiva se asocia a la
teoría del conocimiento, a un modo de transformar la información en conocimiento o, en
definitiva, al saber periodístico, tan característico del hombre de nuestro tiempo.

1. REDACCIÓN PERIODÍSTICA, ORDEN

"El periodista es antes que otra cosa, un ordenador de informaciones y opiniones". De este
juicio de Beneyto (1957:5) se subraya no sólo la oportuna idea del Periodismo y, por ende, de la
Redacción Periodística como la consecución de un orden, sino también la expresión "antes que
otra cosa"; es decir, el carácter dominante de aquella idea.

Efectivamente, el periodista, el Periodismo o la Redacción Periodística pueden definirse de muy


variadas maneras, pueden ser "muchas cosas"; pero lo que se busca en una depuración científica
es lo que periodista, Periodismo o Redacción Periodística sean "antes que otra cosa", su
esencialidad, su última ratio.

La Redacción Periodística, y de ello es una prueba el presente análisis, puede ser considerada
desde muy diversos puntos de vista y, por consiguiente, puede ser objeto de muy variadas
definiciones. Pero un tratamiento científico y didáctico no se puede conformar con cualquiera de
ellas sino que, una vez examinadas las opciones concurrentes, debe señalar la que, por encima de
parcialidades o circunstancias, resulte más permanente y sustantiva.

El proceso que conduce a la idea dominante, a la idea que prevalece sobre las demás ideas
concurrentes, es semejante al de una destilación o al de la búsqueda de un denominador común.
Por la vía de la observación se van desechando las ideas accesorias o circunstanciales para
determinar la que finalmente no sólo prevalece sino que además caracteriza todas sometidas a
examen.

En la búsqueda de la idea dominante de la Redacción Periodística hay, por supuesto, que


eliminar todo aquello que es mero aspecto; pero, sobre todo, hay que localizar aquello que, con
independencia de circunstancias de tiempo y lugar, de estilos y de técnicas, es idea prevalente y
denominador común de todas las variedades de la Redacción Periodística.

Existe naturalmente la tendencia a identificar la Redacción Periodística con el acto de redactar;


pero la observación de las Redacciones o lugares donde se redacta introduce una primera
rectificación en aquella idea impulsiva, al buscar el móvil prevalente y el denominador común de
lo que, en definitiva, necesariamente, se hace en todas las Redacciones.

La identificación de la Redacción Periodística con sus resultados elude la razón de los propios
resultados y puede reducir a una mera dicción aquello que, debidamente entendido,
científicamente considerado, es no sólo un lenguaje, el lenguaje periodístico, sino la expresión
del propio Periodismo, según este se conciba.

Si, según la definición, común "redactar es expresar por escrito los pensamientos o
conocimientos ordenados con anterioridad", salta a la vista que la operación previa y
determinante de la redacción como escritura es la de ordenar aquello que se quiera expresar.
Habrá que invocar, otra vez, la etimología de REDACCION como término derivado de
redactum, supino de redigere, que significa compilar o poner en orden.

La idea de la Redacción Periodística, no sólo como orden sino también como compilación, es tan
evidente como evidente es la tarea de ordenar informaciones y opiniones para compilarlas; es
decir para reunirlas en un sólo cuerpo de obra, en un conjunto periodístico que es, como se
confirmará, la finalidad esencial de la Redacción Periodística.

Por supuesto, el orden que establece la Redacción Periodística se refiere a informaciones y


opiniones, en cuanto división clásica de la materia periodística. Pero informaciones y opiniones
provienen, también por definición, de la actualidad y esta, a su vez, está referida a la realidad
toda en un vector temporal.
El orden de la Redacción Periodística se aplica así al universo caótico de la realidad de un
momento dado (Cándido:1986). La enorme acumulación de los hechos susceptibles de
transformarse en informaciones u opiniones se somete efectivamente a la operación ordenadora
de la Redacción Periodística. Y una vez más habrá que repetir que esta operación ordenadora se
efectúa sucesivamente como una selección de la realidad y una valoración de los hechos
seleccionados. Cuales sean los factores que determinan en cada caso la selección y la valoración,
factores de interés y factores de importancia, es cuestión que conduce a otro componente
esencial de la Redacción Periodística como orden y, en definitiva, a su definición como tal,
"antes que otra cosa".

He aquí como las simplificaciones de la Redacción Periodística nos alejan de su consideración


más seria. Ortega y Gasset definió la "seriedad" como un compromiso de poner las cosas "en
serie"; es decir, someterlas a un orden (Pemán:1977). Lo que la Redacción Periodística somete a
orden es el Mundo o un mundo.

No es ciertamente un hecho insignificante el que en los títulos de los periódicos de diversas


épocas y de distintos lugares se repita aquella referencia al sentido mundial de la Redacción
Periodística: "Le Monde", "Die Welt", "Il Mondo", "Mundo", "La Esfera", "El Globo", "El
Universal", "Mundo deportivo", "Mundo obrero", "Mundo financiero" y tantos otros que
subrayan el principio de que la Redacción Periodística actúa sobre un mundo, en cuanto universo
de hechos de un determinado continente, o sobre el Mundo mismo.

El resultado esencial de la Redacción Periodística como consecuencia de la repetición de sus


operaciones según una determinada directriz, es la creación de una imago mundi referida
lógicamente al Mundo o un determinado mundo, de acuerdo con el campo elegido ya que,
completando aquella premisa mundial, la Redacción Periodística se refiere a la realidad actual
del Mundo o a la realidad actual de un mundo elegido.

Una breve antología de juicios puede servir de apoyo y cierre para la idea de la Redacción
Periodística como orden mundial, que crea una imago mundi:

Miguel Ángel Gozalo (Diario-16, 1986): "Los periódicos nos ordenan el mundo; pero cada uno
de una forma distinta, cada uno a su manera".

José Ferrater Mora (El País, 1984): "La televisión como medio de comunicación contribuye a
formar una imagen del mundo".

Máximo San Juan, "Máximo" (El País: 1986): "Los periodistas son necesarios para que el
mundo incomprensible y complejo pueda resumirse a diario en un cuadro inteligible".
Carlos Luis Álvarez, "Cándido" (Interviú, 1986): "Los periodistas colaboran para que los
ciudadanos lleven en la cabeza una imagen del mundo".

Y todo ello, a partir de la gran pregunta ("¿qué pasa por el mundo?") proverbialmente unida al
periodista Stanley (1985:147) y al explorador Livingstone (1984:321)

2. REDACCIÓN PERIODÍSTICA, DETERMINACION DE CONTENIDOS

La Redacción Periodística, concebida como orden, desemboca necesariamente en la Redacción


Periodística concebida como determinación de contenidos, ya que el orden que se propone no es
un orden puramente formal sino que tiene un claro sentido funcional.

El orden que la Redacción Periodística establece para las informaciones y las opiniones está
referido a un continente periodístico, que es la imagen sintética y comprimida de aquel otro
continente de la realidad o mundo, sobre el que la Redacción Periodística actúa según los
presupuestos de cada medio periodístico.

En la didáctica del Periodismo es muy frecuente la referencia a los contenidos periodísticos


como elementos del mensaje global y unitario. Pero no es tan frecuente la referencia al
continente periodístico, al alojamiento de aquellos contenidos, no desde una consideración
tecnológica, que esa es tradicional, sino desde una consideración ontológica, en cuanto idea del
ser periodístico.

Desde aquella consideración, cabría plantear una teoría del continente periodístico, sin perjuicio
de todos los tratamientos tecnológicos del mismo (por ej., Martín Aguado, 1981). La teoría del
continente periodístico, como campo estricto de la proyección de la Redacción Periodística,
fundamenta la idea capital de que el producto de la Redacción Periodística es necesariamente un
conjunto periodístico y que, por lo tanto, para esta concepción no existen actos periodísticos
aislados. Por vía de ejemplo, el producto de la Redacción Periodística es como una urbanización
en la que no hay edificios exentos.

El continente periodístico está determinado por un espacio o por un tiempo, según se trate de
medios impresos o de medios audiovisuales. Partiendo de esta primera distinción, el continente
periodístico puede ser unitario o intermitente con posibilidades distintas sobre su elasticidad y
sus limites. Pero la idea básica del continente periodístico prevalece en ambos casos hasta el
punto de que, por inercia del lenguaje, al tiempo de Radio y Televisión se le suele llamar
espacio.
En un nuevo concepto de la Redacción Periodística no se puede sustraer el estudio del continente
periodístico, en el que necesariamente se han de ordenar las informaciones y opiniones y, en
general, los contenidos periodísticos que, con independencia de su naturaleza, también pueden y
deben ser objeto de una consideración teórica semejante.

La ordenación de los contenidos en un continente, como operación básica de la Redacción


Periodística, no sólo determina el principio de que el Periodismo se produce por conjuntos y que,
por lo tanto, no hay actos periodísticos exentos, sino también la existencia de las secciones
periodísticas como estructura de aquella ordenación y objeto de análisis en cuanto que tales
secciones están generadas por unos principios generales.

La confirmación y estudio del continente periodístico, de los contenidos periodísticos, de la


formación del conjunto periodístico y de la estructura del conjunto periodístico, que en el
siguiente apartado se asentarán según el discurso científico, constituyen a priori la determinación
de contenidos como operación básica de la Redacción Periodística.

Cuatro características principales pueden definir la naturaleza de la determinación de contenidos:


el objeto, el sujeto, el modo y la finalidad. Es decir, qué es lo que se determina, quien lo
determina, cómo lo determina y para qué lo determina.

En cuanto al objeto de la determinación de contenidos como base de la Redacción Periodística,


habrá que repetir una vez más que lo que aquí se determina son las informaciones y las
opiniones; pero también habrá que matizar que no se trata de dos materias radicalmente distintas
y, como algunos pretenden, incomunicadas entre sí. Frente a la idea, tan aséptica como ingenua,
de la separación de las informaciones y de las opiniones, en este punto ya se puede afirmar que el
objeto de la determinación de contenidos es una misma materia, la materia interpretativa de la
acción periodística; es decir, la materia de la versión periodística de la realidad. Lo que ocurre es
que la materia interpretativa en versión periodística inmanente es la información, en tanto que la
materia interpretativa en versión periodística contingente es la opinión.

De otro modo: la materia de la determinación de contenidos de la Redacción Periodística es, en


un caso, la interpretación elíptica por medio de informaciones y, en otro caso, la interpretación
expresa por medio de opiniones presentadas como tales y atribuibles subjetivamente a una
determinada persona o al propio medio periodístico en cuanto órgano de opinión.

Hechas estas aclaraciones, para una comprensión rápida, se puede repetir que el objeto de la
determinación periodística son las informaciones y las opiniones, haciendo la salvedad de que
también existen otros contenidos periodísticos que propiamente no son informaciones ni
opiniones; pero no modifican este planteamiento fundamental.

En cuanto al sujeto de la determinación de contenidos como base de la Redacción Periodística,


habrá que repetir una vez más que aquí quien determina es el redactor o periodista; pero también
habrá que matizar que no se trata de cualquier redactor o periodista, así llamado por una
extensión de vocabulario, sino del redactor o periodista que efectivamente ejerza aquella función
determinativa.

Frente a la tendencia a considerar como periodista a cuantos trabajan o colaboran en una


Redacción ("No todos los que trabajan en un quirófano son cirujanos"), hay que depurar este
concepto y precisamente hay que depurarlo en función de la determinación de contenidos, de
modo que, desde este punto de vista, sólo habría que considerar periodista a quien, de una forma
u otra, interviene en la determinación de contenidos, según Ramírez (1980:58), "el profesional
que procesa la información de acuerdo con unas técnicas de control, selección y síntesis, que
requieren unos fundamentos teóricos y un aprendizaje práctico". Martínez Albertos (1981) es
más preciso:

El redactor, en contra de lo que dice el Diccionario de la Real Academia Española, no es la persona que
"pone por escrito cosas sucedidas, acordadas o pensadas con anterioridad". El redactor corresponde a lo
que los sociólogos norteamericanos llaman el codificador. Yo prefiero describirlo como operador
semántico. Pero llámese como se prefiera, el redactor-codificador-operador semántico es el profesional
que dentro de un medio de comunicación periodística tiene habitualmente capacidad de decisión sobre
estas tres cuestiones: sobre los temas o asuntos que van a ser abordados, sobre las fuentes que van a ser
utilizadas y sobre las formas expresivas concretas en que los mensajes informativos van a ser plasmados
Y todavía añade precisiones más concretas para perfilar, sin lugar a duda, la personalidad y la
función de los determinadores de contenidos:
De entrada, codificadores son de modo fundamental todos los redactores: directores, redactores-jefes,
jefes de sección, encargados de páginas, jefes de diseño, directores artísticos o de fotografía, secretarios
de redacción, coordinadores de ediciones, responsables de documentación, etcétera. Todos tienen una
cosa en común dentro del trabajo periodístico: clasifican la realidad, según feliz descripción de
AGUINAGA. Es decir, deciden que cosas y como han de ser trasmitidas a los lectores u oyentes. Aíslan,
ordenan e interpretan los hechos que continuamente se están produciendo en el devenir histórico, para
elaborar con estos hechos las noticias (M. Albertos, 1982)

En resumen; el periodista no es sólo quien determina los contenidos periodísticos en la operación


básica de la Redacción Periodística, sino que es fundamentalmente un determinador de
contenidos.

En cuanto al modo de la determinación de contenidos como base de la Redacción Periodística,


habrá que repetir, una vez más, que el cómo se determina aquí es la doble operación que decide
los contenidos que se difunden y los contenidos que no se difunden, así como la forma en que se
difunden aquellos; pero también habrá que matizar que no se trata de una censura arbitraria, sino
de la aplicación sistemática de criterios previamente establecidos en orden a la selección y
valoración de 1os contenidos, según factores de interés e importancia, propios de cada medio
periodístico.

En cuanto a la finalidad de la determinación de contenidos como base de la Redacción


Periodística, habrá que repetir, una vez más, que para lo que aquí se determina es para la propia
finalidad del medio periodístico en cuestión; pero también habrá que matizar que no se trata de
una simple finalidad sino de la conjunción de la idea empresarial y la línea periodística que
atienden simultáneamente al destinatario del continente periodístico como cliente al que hay que
satisfacer y como ciudadano al que hay que servir, aunque no se le satisfaga como cliente. Esta
es al menos la idea de Lippman (1965):

El primero y más evidente de los conflictos está en la elección entre publicar, por una parte, aquello que
más fácilmente puede interesar a un mayor número de lectores más inmediatamente -es decir, periodismo
amarillo- o, por otra parte, ofrecer, incluso con perdidas comerciales, una versión correcta de lo que el
público, a plazo más largo, necesita saber. Esto es periodismo responsable, en último análisis, por la
propia convicción del director respecto a lo que, ya sea interesante o solamente importante, sirve al interés
público.
Cuanto más se profundiza en el estudio de la determinación de contenidos como base de la
Redacción Periodística, más se confirma la idea de la superación de los sistemas binario,
"Información-Interpretación", y ternario, "Información-Interpretación-Comentario", en cuanto
que en el análisis de la determinación de contenidos se encuentra la prueba concluyente de que
todo Periodismo es interpretativo.

Al presentar la tesis de Gomis, Gutiérrez Palacio (1984:13) lo expresa así: "En un sistema
abierto donde hay interacciones no parece fácil separar netamente información y opinión.
Lorenzo Gomis considera el periodismo como un método de interpretación, de modo que
información y opinión serían dos grados de interpretación". Estas son algunas de las
afirmaciones de Gomis (1974:13) al respecto:

Todo periódico es el resultado de un proceso complejo... A mi entender, este proceso es fundamentalmente


un proceso de interpretación. El periódico actúa como un interprete, más aun, el periódico es un interprete
y el periodismo un método de interpretación de la realidad... La tarea de interpretación suele concederse a
los periódicos en cuanto comentan la realidad, en cuanto opinan sobre los hechos que se producen. Se
habla así de información e interpretación como de dos aspectos del periodismo y se habla también de
géneros informativos y géneros interpretativos. El inconveniente de esta división, más o menos
convencional y aceptada, y de la visión que la sustenta es que no explica la unidad del periodismo como
actividad... En resumen, el periodismo es un método de interpretación. Primero porque escoge, entre todo
lo que pasa, aquello que considera "interesante". Segundo porque traduce a lenguaje inteligible cada
unidad que decide aislar (noticia) y además distingue en ella entre lo que es más interesante (recogido en
el lead o primer párrafo y destacado en el título) y lo que lo es menos. Tercero, porque, además de
comunicar las informaciones así elaboradas, trata también de situarlas y ambientarlas para que se
comprendan (reportaje, crónica) y de explicarlas y juzgarlas (editorial y en general comentarios).

3. REDACCIÓN PERIODÍSTICA, PERIODIFICACION

En el apartado anterior, "Redacción Periodística, determinación de contenidos", se ha remitido a


este otro el encaje científico de la teoría del conjunto periodístico con la afirmación de sus
elementos (continente, contenido y estructura) y con la negación de los actos periodísticos
exentos.

También en el apartado anterior se ha acogido la idea de que el Periodismo es un método de


interpretación de la realidad porque de ella escoge, traduce, distingue, comunica, sitúa, ambienta,
explica y juzga.

La propuesta de la Redacción Periodística como periodificación es que, tanto la teoría del


conjunto como la teoría de la interpretación, encuentran fundamento científico en la
consideración del Periodismo como sistema de clasificación de la realidad (periodificación) que
corresponde a la idea de Redacción Periodística como ciencia, según la investigación del autor
(Aguinaga, 1984) realizada a partir de la idea expuesta por Beneyto en l957

Con arranque etimológico, en la inauguración del curso 1957-1958 de la Escuela Oficial de


Periodismo, en calidad de Director del Centro, Juan Beneyto (1957) introduce el neologismo
periodificación:

Una de las raíces olvidadas, entre las que pueden servir a la etimología del término "Periodismo", es
aquella que nos trae como regalo el concepto de "periodizar" o "periodificar", que consiste en agrupar
ideas, los hechos y los acaeceres en las parcelas determinadas por la cronología. Partiendo de ahí, los
hontanares del Periodismo encuentran sabores de ritmo y vigores de método. Porque, en realidad el
periodista es, antes que otra cosa, un ordenador de informaciones y opiniones.

Fundamentalmente, el periódico aparece como un anaquel. Cuando vemos una página "cajón de sastre"
falla la aplicación de la técnica periodística. El armado del periódico expresa el conjunto; pero tal
proyección no hace sino proyectar un sistema de ideas -en lo externo, del confeccionador; y en lo interno,
del redactor-. El desconocimiento de aquella raíz hace explicable la presente confusión en torno a la
esencia del saber periodístico. Y conviene tenerlo bien en cuenta, porque, sin sistema de ideas, falla el
motor que impulsa y que mantiene tensa la vida misma de toda publicación ligada a la actualidad. El
Periodismo no puede ser ciencia sin contar con principios, y sólo cuando esos principios le hagan trabajar
con rendimiento máximo, quedará constituido como tal ciencia
En el texto anterior no sólo se propone el concepto de periodificación sino que su brevedad se
cuaja de expresiones sugerentes, ámbito de aquel concepto: el periodista como ordenador, el
periódico como casillero (anaquel), la página desordenada (caótica), la expresión del conjunto,
el sistema de ideas, el saber periodístico, los principios periodísticos y el Periodismo como
ciencia.

La propuesta de la periodificación es calificada por P. Equiza (1986:33,142,150) como


"importante hallazgo terminológico en el campo científico del Periodismo", "valioso hallazgo" y
"uno de los hallazgos más importantes de Beneyto". Por eso no deja de sorprender el hecho de
que Beneyto no vuelva sobre este hallazgo en su obra posterior, estudiada y clasificada
metódicamente por Equiza (1986)

Hasta tal punto es así, que cuando, en 1982, solicité la localización del texto para apoyar la tesis
del Periodismo como sistema de clasificación de la realidad, Beneyto me responde:

Solamente en "El saber periodístico" (Madrid, Editora Nacional, 1974) y en "Conocimiento de la


información" (Madrid, Alianza, 1973) encuentro referencias útiles. Generalmente los artículos de revista
han sido primeras versiones de textos que reelaborados han pasado a libros. Puede ser sin embargo que
alguno -acaso el que buscas- haya quedado fuera, pero en conjunto mis ideas están en esos dos libros... Y
en el viejo "Mass comunications" de 1957, luego bien decantado
El lance viene a demostrar la naturalidad de la idea de la periodificación, que se desprende
naturalmente en la búsqueda de la última ratio del Periodismo, que no es una ocurrencia más o
menos afortunada, sino que está en el fondo de toda investigación sobre la naturaleza
periodística.

Algunos años antes de la reveladora expresión de Beneyto, en un curso sobre Reporterismo, ya


anticipé que el Periodismo es algo más que la búsqueda de la noticia:

A lo largo de este examen hemos visto como por diversos y a veces complicados procedimientos, el
reportero procura contestar a aquella pregunta del explorador Livingstone ("¿Qué pasa por el mundo?"),
que es la pregunta del lector de periódicos. El reportero, desde su quehacer particular, responde
fragmentariamente. Tiene que haber una mente superior en el periódico para ensamblar las piezas del
mosaico de la realidad. La cuestión final es la de si tal composición se verifica correctamente, en la debida
proporción. Pero la respuesta a esta pregunta es harina de otro costal .
La tendencia a identificar el Periodismo con el Reporterismo es tan parcializadora como la
tendencia a identificar el Periodismo con la Literatura o un género literario. Por eso en la
búsqueda de la esencialidad del Periodismo, del Periodismo propiamente dicho, no sólo hay que
elevarse sobre las operaciones del Reporterismo y de la Literatura, sino también sobre todas las
operaciones de auxiliaría e instrumentación, tan eficaces y necesarias para el Periodismo, pero
que no son el Periodismo mismo.
En esta búsqueda, según el discurso científico, se llega a una primera conclusión: que el
Periodismo más que un estilo es un sistema. Siguiendo el discurso, enseguida se entiende que el
sistema del Periodismo es un sistema de clasificación de la realidad y que esta idea tiene, por lo
pronto, una condición sistémica: la estabilidad, su validez para cualquier estilo, para cualquier
tecnología, para cualquier finalidad.

La previa idea del Periodismo como orden se encuentra más fácilmente en los tradicionales
análisis de la investigación y de la docencia; pero es difícil encontrar alguna referencia al
Periodismo como sistema de clasificación de la realidad; es decir no como simple orden, sino
como orden clasificatorio que tiene sus propias virtudes valorativas. Muchísimo más difícil es
encontrar alguna referencia a este concepto del Periodismo con el nombre de periodificación.

Por eso sorprende que en 1921, cuando la concepción periodística está dominada por su raíz
literaria o por la acción del reporterismo, se escriba en un diccionario enciclopédico
(Enciclopedia Universal Ilustrada, 1921:861) que el Periodismo "exige un talento sintético... de
clasificación de hechos":

Hay en el Periodismo algo que impide encuadrarlo en un género literario determinado. Exige un talento
sintético, de cultura enciclopédica y superficial, de agilidad mental, de clasificación de hechos, de crítica
que gradue la importancia de cuanto desfila por la vida, de distribución de cosas, que no hay nada que
pueda confundirse con el Periodismo.
Hay un antecedente del siglo XIX en el que quizá no se repara por estar demasiado a la vista: La
ley periódica de los elementos químicos de Dimitri Ivanovich Mendeleyev (1879). El llamado
sistema periódico se estudia en la Química como un sistema de clasificación de los elementos a
partir de los pesos atómicos; pero normalmente el estudiante no relaciona el término periódico
propio de la Química con el término periódico propio del Periodismo, porque no considera que
ambos tengan un mismo fundamento: la idea de clasificación.

Precisamente, el Periodismo como periodificación, como sistema periódico es la moderna


aportación al análisis periodístico: la consideración del Periodismo como un sistema de
clasificación, como un sistema que clasifica la realidad, como un sistema que clasifica el
universo de los hechos actuales.

En esta depuración científica, se descarga al Periodismo de todas las atribuciones clásicas y


románticas, muchas veces hiperbólicas, muchas veces obsesionadas por la genealogía literaria,
muchas veces reducidas al arte, muchas veces complicadas con toda suerte de interpretaciones y
concomitancias políticas, económicas y sociales, para llegar a la conclusión de que el Periodismo
es, sobre todo y en definitiva, un sistema de clasificación de los hechos y de las opiniones que
generan.
Llama la atención el que un principio tan claro y tan sencillo haya tardado tanto en adquirir una
enunciación científica. La compleja y pluriforme naturaleza del Periodismo, tan inmerso en la
sociedad y, por tanto, tan inmerso en la trama de influencias, ha desviado la atención hacia los
aspectos parciales del periodismo, que pueden ser muy importantes y seductores en un momento
dado, pero que no dan la clave de la esencialidad periodística en la medida que la da la idea del
Periodismo como sistema de clasificación de la realidad.

El Periodismo es efectivamente una emanación de la sociedad, un modo de narrar los


acontecimientos, una circulación de opiniones, un sistema de expresión espontánea regulador de
las expresiones orgánicas, un poder vigilante de los poderes, una residencia de la literatura
urgente, un instrumento de la política, una historia cotidiana, un género de conocimiento
universal, una satisfacción del ansia de comunicación y tantas otras definiciones formuladas o
por formular; pero todas ellas tienen el mismo fundamento y el mismo método: la clasificación.

Dos son las operaciones clasificatorias del Periodismo: selección y valoración. Y dos son los
factores que animan aquellas operaciones: el interés y la importancia; los factores objetivos de
interés general y los factores subjetivos de importancia periodística, según la terminología ya
clásica en la didáctica del Periodismo. El entendimiento de la Redacción Periodística como
periodificación exige un cabal conocimiento de los dos sistemas "selección-valoración" e
"interés-importancia".

Sencillamente, la selección periodística consiste en determinar qué hechos, de todo el universo


de la realidad, van a ser difundidos por un medio determinado y, por lo tanto, qué hechos, todos
los demás, no van a obtener la difusión.

Igualmente, la valoración periodística consiste en determinar en que forma se van a difundir los
hechos seleccionados, ya que la difusión se puede hacer cuantitativa y cualitativamente en
formas muy diversas, desde el grado más ínfimo al grado más relevante de la jerarquización
posible.

Si se considera que la operación "selección-valoración" gobernada con el impulso "interés-


importancia" es realmente la esencia del Periodismo, en cuanto que su auténtica índole sea la
"vis clasificatoria", inmediatamente se produce una reducción de todos los tópicos artístico-
literarios que sobre el Periodismo se han acumulado con mayor intensidad a partir del siglo XIX,
de modo que ya, a estas alturas, por contraposición se puede hablar de un concepto
decimonónico del Periodismo.
La tesis del Periodismo como periodificación es, en primer término, una superación del concepto
decimonónico del Periodismo. Las cuestiones literarias, los problemas estilísticos e incluso la
acción informativa o reporterismo pasan, con toda su importancia, a un segundo término porque
ya no se trata de establecer la diferencia urgente entre "escribir en los periódicos", "escribir los
periódicos" y "hacer los periódicos", sino que se trata de llegar al fondo de la cuestión y dilucidar
en qué consiste ese "hacer los periódicos", en qué consiste la operación esencial del Periodismo.

Si se considera que la operación esencial del Periodismo es la clasificación de la realidad, se


produce una revolución de los conceptos habituales y una crisis de muchas ideas instaladas en la
tradición. El concepto de la periodicidad, etimología inmediata de Periodismo, se supera por el
concepto de periodificación, de naturaleza científica que permite clasificar el propio Periodismo,
del mismo modo que por la tabla de Mendeleyev se podían describir las características de
elementos que todavía no se conocían.

Sobre el análisis científico surge la idea de un Periodismo moderno y, más aun, de un


Periodismo futuro, liberado de la dependencia literaria. Desde este concepto ya se puede
imaginar el más intenso y responsable ejercicio periodístico, al margen de las condiciones de
escritor. En este sentido cabe considerar al primer Luca de Tena como un precursor, según
escribió Salaverría (ABC, 1929), en sus exequias:

Algunos adversarios han sólido apedrearle... con esta curiosa inepcia: don Torcuato Luca de Tena,
fundador y director de periódicos, no era literato. Con lo cual se pretendía, poco menos que acusarle de
un delito. Efectivamente... la tradición... exigía que todo periódico estuviera encabezado por un político o
por un escritor o por ambos a la vez, y al ver que ABC lo manejaban un hombre que carecía de "pluma
brillante", los periodistas del viejo estilo se sorprendían y se indignaban. No acababan de comprender que
Luca de Tena venia precisamente al Periodismo español para libertarlo de su antigua dependencia.
Establecido así el estado de la cuestión, es fácil derivar las consecuencias de la periodificación
sobre la idea del conjunto periodístico, sobre el concepto interpretativo del periodismo y sobre la
figura del periodista.

La clasificación debe referirse necesariamente a la variedad ya que la unidad no es clasificable


por sí sola. Por lo tanto el resultado de la periodificación periodística es necesariamente un
conjunto de informaciones y opiniones. Más aun, la selección y la valoración son operaciones
relativas que se efectúan con referencia a un conjunto en función de las diversas características
de los elementos concurrentes. Esta es en definitiva la expresión del principio de la relatividad de
la importancia de la noticia y de que en el Periodismo como periodificación no se pueden
considerar contenidos exentos, sin referencia al resto de los contenidos.
Si todo Periodismo es interpretativo per se es porque previamente se ha efectuado una
periodificación, una clasificación necesariamente valorativa. La clasificación de la realidad que
efectúa el Periodismo se convierte automáticamente en interpretación de la realidad. Aquí el
término "interpretación" trasmite directamente su significado de traducción o versión, en cuanto
que la clasificación valorativa de la realidad (la imago mundi periodística) lo que ofrece, en
suma, es una versión de la realidad calibrada en términos de importancia e interés por las
operaciones de selección y valoración.

En cuanto a la figura del periodista la deducción es clara y ya ha sido sintetizada:

Así se ha llegado al concepto moderno del periodista, que esencialmente no es quien escribe con mayor o
menor oportunidad en los periódicos, sino quien clasifica, periodifica, la realidad; quien procesa y
codifica la información; quien de algún modo determina, por selección o valoración los contenidos
informativos o interpretativos de los medios de comunicación social (Aguinaga, 1981).

El concepto de la Redacción Periodística como sistema se concreta y perfecciona en la medida


en que se admita el hallazgo de Beneyto: el Periodismo responde en definitiva más que a un
ritmo (periodicidad) a una naturaleza (periodificación), dando por supuesto que la periodicidad
sirve a la periodificación y que la Redacción Periodística, más que arte y técnica de redactar
comunicaciones unitarias, es un sistema científico de determinación de contenidos de cada
conjunto de comunicaciones objeto de periodificación.

Quede apuntada y abierta la gran cuestión en la que la periodificación culmina, más allá de su
función interpretativa de la realidad: la generación de nueva realidad. Si la periodificación
transforma la información en conocimiento el conocimiento puede transformar la realidad. El
conocimiento es, en efecto, la información seleccionada y organizada (Cleveland, 1983) que crea
una imagen del mundo. Así, el saber periodístico es una forma de conocimiento procurada por la
periodificación y procuradora de una realidad, la realidad artificial (lo cual no quiere decir que
sea falsa) en que vivimos como consecuencia de la información periodificada.

De esta observación se deducen inmediatamente dos consideraciones. La primera, la función


decisiva de la base del sistema periodístico. La segunda, la responsabilidad del Periodismo.

Cada medio establece la base de su sistema periodístico como composición de la fuerza del
interés y la fuerza de la importancia; pero hay una base dominante de todo el sistema periodístico
en el que estamos inmersos: la alteración. Si un cambio radical de mentalidad, una nueva época,
sustituyese aquella base, verbi gratia, por la normalidad, se podría pronosticar científicamente un
cambio de la realidad toda, siempre que previamente se hubiera dilucidado la relación causa-
efecto. Las consideraciones sobre el Periodismo como creación, excitan, en definitiva, el sentido
universitario frente a las posibilidades de manipulación de la realidad, como una razón más, la
más profunda, para acentuar y garantizar la responsabilidad del Periodismo y, por ende, del
periodista (Aguinaga, 1984)

Ya en este punto, es oportuno observar el cuidado puesto en definir la Redacción Periodística


como periodificación con las fórmulas "es más que" o "es antes que", queriendo indicar que el
entusiasmo científico no debe hacer tabla rasa de los planteamientos anteriores. En primer lugar,
porque la periodificación es una consideración del Periodismo pero no todas las consideraciones
posibles. En segundo lugar, porque desde el punto de vista didáctico conviene mantener aquellos
aspectos que la periodificación no alcanza, precisamente por su carácter de idea capital pero no
única de la Redacción Periodística.

La Redacción Periodística como sistema debe tener una precedencia en el conjunto de conceptos
sin que esto quiera decir que 1os conceptos restantes sean eliminados de una programación
completa en el plan de estudios de la Sección de Periodismo de las Facultades de Ciencias de la
Información, que según el criterio insistente del autor se justifica como materia vertebral,
continuada a 1o largo de los cinco cursos de la Licenciatura: 1, Géneros. 2, Información. 3,
Opinión. 4, Organización. 5, Especialización.

Siempre en el seno de un esquema científico, la Redacción Periodística concebida


primordialmente como sistema de clasificación de la realidad actual es y debe ser compatible con
el tratamiento gradual de los conceptos de arte, técnica y saber profesional. Se propone, pues,
estimar los antecedentes docentes de la Redacción Periodística, su acervo histórico y, por
supuesto, su actual cristalización científica, producto del estudio y de la investigación de quienes
forman hoy el cuadro de maestros universitarios en la materia.

La propuesta, en definitiva y en resumen, consiste en acentuar el concepto de la Redacción


Periodística como sistema científico sobre bases que pueden reconocerse en los trabajos de
Beneyto, Benito, Martínez Albertos y Núñez Ladevéze, según citas de la tesis doctoral
Epistemología del ejercicio periodístico (Aguinaga, 1984) ya mencionada como una de las
fuentes del presente análisis.

A tal efecto se consideran ideas básicas de la Redacción Periodística como periodificación:

1. El Periodismo es esencialmente periodificación; es decir, un sistema de clasificación de la


realidad actual.
2. La clasificación de la realidad actual se efectúa mediante la selección y valoración de los
hechos y las opiniones.
3. La selección y valoración periodística se efectúan mediante la aplicación de los factores de
interés e importancia.
4. Los factores de interés e importancia se conocen mediante métodos científicos aplicables en
cada momento.
5. Las operaciones de selección y valoración periodística exigen la aplicación de conocimientos
y métodos científicos.
6. Las operaciones de selección y valoración periodística se resumen en la operación de
determinación de contenidos.
7. La determinación de contenidos eleva la periodificación a un plano superior a la
comunicación, al publicismo, al reporterismo y al noticierismo.
8. La periodificación actúa necesariamente sobre conjuntos y no sobre presentaciones unitarias
de comunicación.
9. En la periodificación de la realidad por conjuntos, el simple acto de informar ya es un acto
interpretativo.
10. La periodificación de la realidad equivale a una interpretación valorativa de la realidad
misma.
11. La periodificación supera la dualidad información-interpretación y la dicotomía información-
opinión.
12. La interpretación valorativa de la realidad, constituida en hábito social, genera opinión y
conducta en la sociedad.
13. La generación de opinión y conducta en la sociedad contribuye a la creación de nueva
realidad periodificable.
14. Las operaciones de selección y valoración periodística son tareas fundamentales de la
Redacción Periodística.
15. El conocimiento científico de los sistemas de interés e importancia es fundamento de la
Redacción Periodística.
16. La estructura de los conjuntos periodificados es estructura fundamental de la Redacción
Periodística.
17. Asisten a la periodificación las disposiciones previas para la obtención de la materia de la
Redacción Periodística.
18. Asisten a la periodificación las disposiciones previas sobre las formas o estilos de la
Redacción Periodística.
19. Asisten a la periodificación las disposiciones previas sobre la organización de la Redacción
Periodística.
20. La experiencia (saber profesional) y la investigación (saber científico) forman la metodología
de la Redacción Periodística.

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