Urbanistico
Urbanistico
Urbanistico
Cinco) Nos hemos ocupado de la normativa legal que rige las urbanizaciones en
los condominios, explicando la nueva ley de libre elección en los servicios de
cable, internet o telefonía, al igual que el alcance de la obligación de
pavimentación de los propietarios acogidos a la Ley de Copropiedad Inmobiliaria;
igualmente, nos ocupamos también del saneamiento de los loteos irregulares.
Abreviaturas
Art. : Artículo
Arts. : Artículos
ADUC : Área de Desarrollo Urbano Condicionado
C. : Corte / Código / Constitución
C.E. : Constitución Española
Cfr. : Confróntese
CGR : Contraloría General de la República
COMONAC : Consejo de Monumentos Nacionales
CONAMA : Comisión Nacional del Medio Ambiente
CONASET : Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito
Cons. : Considerando
Consid. : Considerando
Contr. : Contraloría
COREMA : Comisión Regional del Medio Ambiente
CP : Código Penal
CS : Corte Suprema
CTC : Compañía de Telecomunicaciones de Chile
D.D.U. : Dirección de Desarrollo Urbano
D.F.L. : Decreto con Fuerza de Ley
D.I.A. : Declaración de Impacto Ambiental
D.L. : Decreto Ley
D.O. : Diario Oficial
D.O.M. : Director de Obras Municipales / Dirección de Obras Municipales
D.S. : Decreto Supremo
D.U. : Derecho Urbanístico
dB : Decibeles
E.I.A. : Estudio Impacto Ambiental
E.I.S.T.U. : Estudio de Impacto sobre el Sistema de Transporte Urbano
Excma. : Excelentísima
FM : Fallos del Mes
GJ : Gaceta Jurídica
ha : Hectárea
inc. : Inciso
IPT : Instrumento de Planificación Territorial
ITO : Inspector Técnico de Obra
IVA : Impuesto al Valor Agregado
KVA : Kilovoltios
L.B.P.A. : Ley de Bases de Procedimientos Administrativos
LBMA : Ley de Bases del Medio Ambiente
L.G.U.C. : Ley General de Urbanismo y Construcciones
L.O.C.M. : Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades
L.R.M. : Ley de Rentas Municipales
MINSAL : Ministerio de Salud
MINSEGPRES : Ministerio Secretaría General de la Presidencia
MINTRATEL : Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones
Minvu : Ministerio de la Vivienda y Urbanismo
MOP : Ministerio de Obras Públicas
MTT : Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones´
NCh : Norma Chilena
nPc : Niveles de Presión Corregidos
O.G.U.C. : Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones
O.I.T. : Organización Internacional del Trabajo
OO.MM. : Obras Municipales
Ord. : Ordinario / Ordenanza
Ord. Gral. : Ordenanza General
P.R.C. : Plan Regulador Comunal
P.R.M.S. : Plan Regulador Metropolitano de Santiago
PUC : Pontificia Universidad Católica de Chile
R.P.U. : Reglamento de Planeamiento Urbano
R.C.A. : Resolución de calificación Ambiental
RDJ : Revista de Derecho y Jurisprudencia
Rec. : Recurso
Recl. : Reclamo
Regto. : Reglamento
RSEIA : Reglamento de Sistema de Evaluación Ambiental
S.E.I.A. : Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental
S.I.I. : Servicio de Impuestos Internos
SAG : Servicio Agrícola Ganadero
SECTRA : Secretaría Interministerial de Planificación de Transporte
SEREMI : Secretario(aría) Regional Ministerial
SEREMITT : Secretaría Regional Ministerial de Transporte y Telecomunicaciones
SERVIU : Servicio de Vivienda y Urbanización
SESMA : Servicio de Salud Metropolitano del Ambiente
U.F. : Unidad de Fomento
UOCT : Unidad Operativa de Control de Tránsito
U.T.M. : Unidad Tributaria Mensual
Z.U.D.C. : Zonas Urbanizables con Desarrollo Condicionado
ZDUC o
ZODUC : Zona de Desarrollo Urbano Condicionado
Sobre este particular el autor recién mencionado expresa que los poderes
públicos han de tener un papel preponderante en todo aquello que haga referencia
a la formación y aprobación del planeamiento y al establecimiento del régimen
jurídico del suelo, en tanto que a la iniciativa privada le corresponde una evidente
prevalencia en la preparación del suelo apto para ser edificado, para acto seguido
iniciar la empresa la puesta al mercado de las viviendas que éste solicite, dotadas
de las necesarias infraestructuras y dotaciones que permitan su correcto
funcionamiento y atender las exigencias sociales de sus habitantes, de acuerdo
con los niveles hoy requeribles.
Por otra parte, dentro de nuestro sistema jurídico, la formación y aprobación del
planeamiento, al igual que el establecimiento del régimen jurídico del suelo,
deberán enmarcarse dentro de las garantías que para el derecho de propiedad
establece nuestra Constitución. Los planes reguladores no son simples
instrumentos técnicos, sino que configuran y delimitan el derecho de propiedad,
por lo que en su formulación debieran los afectados tener un papel importante y la
posibilidad de impugnar su aprobación por medio de recursos idóneos.
Como lo señala el autor recién citado 11, cualquiera sea la perspectiva con que se
mire al urbanismo, hay una concepción única: "La ciudad, la región, el suelo será
objeto de su preocupación, el planeamiento su inevitable instrumento y la
ordenación, la escala de su finalidad".
3. Equilibrio Ambiental
3.1. Considerar los sistemas naturales como soporte fundamental en la
planificación y diseño de las intervenciones en el territorio
3.2. Identificar y considerar los riesgos naturales y antrópicos
3.3. Gestionar eficientemente recursos naturales, energía y residuos
3.4. Medir y monitorear variables ambientales urbanas
3.5. Fomentar el uso sustentable del suelo en ciudades y áreas de expansión
3.6. Fomentar la movilidad urbana a través del uso compartido del espacio
público
4. Identidad y Patrimonio
4.1. Valorar el entorno físico, construido o natural, formador de la identidad de
las comunidades
4.2. Valorar la identidad de cada cultura y zona geográfica
4.3. Conocer, valorar, proteger y gestionar el patrimonio cultural
5. Institucionalidad y Gobernanza
5.1. Sistema descentralizado de decisiones urbanas y territoriales
5.2. Reorganización de potestades públicas en cuatro escalas territoriales:
comunal, metropolitana, regional y nacional
5.3. Sistema de planificación integrado
5.4. Participación ciudadana efectiva
5.5. Sistema de información territorial único y completo
5.6. Sistema de medición de la calidad del desarrollo urbano
5.7. Sistemas expeditos de aprobación de iniciativas públicas y privadas
5.8. Continuidad, permanencia e implementación de esta Política.
El art. 2° del Decreto recién mencionado ha creado un Consejo Asesor del
Presidente de la República, que se denominará "Consejo Nacional de Desarrollo
Urbano" cuya función será servir de instancia consultiva y asesora del Presidente
de la República para la implementación de la Política Nacional de Desarrollo
Urbano. Este Consejo está compuesto de 21 miembros, que representan tanto al
sector público como al privado, incluyendo Colegios Profesionales, Universidades,
etc., siendo presidido por un representante del Presidente de la República.
Este Consejo, entre otras materias, ha recibido el encargo de parte del Gobierno
de elaborar una política de suelos para garantizar estándares de desarrollo urbano
equitativos, obligaciones de integración de viviendas aplicables a las comunas y
proyectos, zonificación de suelos con destino exclusivo de viviendas de interés
social, así como incrementar la inversión y gestión directa del Estado en el
desarrollo de proyectos e infraestructuras para revertir las condiciones de
segregación social y de desigualdad urbana de nuestras ciudades.
Capítulo segundo Principio de "legalidad". Marco constitucional y legal del
urbanismo y construcción
. Principio de legalidad16
El "principio de legalidad" -que preside todo el obrar administrativo- es la base fundamental de la Administración Urbanística y de sus
competencias, como también el límite de su potestad interventora y sancionadora.
En primer lugar, señalaremos un aspecto excluyente. Mientras la plataforma de impulsión de las relaciones del Derecho Privado está
constituida, generalmente, por una actividad espontánea de los sujetos, que no tiene su origen en la ley, sino en las necesidades de la vida de
relación, en el Derecho Público ocurre al revés: la base de la existencia de sus órganos y de su manera de comportarse o se encuentra en la
ley o carece de sustento jurídico. De allí deriva el antiguo aforismo que se expresa diciendo que "mientras en el Derecho Privado puede
hacerse todo cuanto la ley no prohíba, en el Derecho Público -en cambio- sólo puede hacerse lo que está expresamente permitido"17.
Una segunda connotación es que -al decir que la legalidad es la base de todo el
Derecho Público- queremos significar que este principio no sólo impera en las
áreas manifiestamente encabezadas por un órgano de poder -como la
organización política o la Administración-, sino que también en cualquiera relación
jurídica de subordinación en la cual uno de los sujetos sea un ente depositario de
ese poder: en el Derecho Penal, en el Derecho Disciplinario, en el Derecho
Procesal y -desde luego- en el Derecho Urbanístico. La ley es el fundamento y la
medida de las vinculaciones de los gobernados en todas estas áreas.
Refiriéndose a la legalidad, dice Garrido Falla que "Constituye este principio una
de las consagraciones políticas del Estado de Derecho Administrativo" 20.
Cabría añadir que este principio no sólo atañe a la norma específica que
denominamos ley, sino a toda la jerarquía de las normas, y -por eso- Merkl lo
designó "principio de juridicidad", para no circunscribirlo a una sola de sus
expresiones. Por parecida razón, entendiendo que abarca todo el ordenamiento
-leyes, costumbres, jurisprudencia, principios generales-, Hauriou se refería al
"bloque de la legalidad".
Dejemos establecido, finalmente, que un límite absoluto del ejercicio del poder
público está constituido por el recinto de los llamados derechos públicos
subjetivos23, subjetivos, porque radican y emanan del sujeto por excelencia de
todo derecho: la persona humana; públicos, porque la calidad de la relación
reconoce en la persona a una entidad de categoría superior y anterior al propio
Estado, creado al servicio de aquélla para posibilitar su plena realización; públicos,
porque -en esta perspectiva- la persona se comporta frente a los entes públicos en
un nivel de igualdad jurídica: es inviolable; públicos, en fin, porque la naturaleza
trascendente, irrenunciable e imprescriptible, de estos derechos, les inscribe en la
esfera del Derecho Público, específicamente, en el Derecho Constitucional del que
forman una parte esencial e indisoluble24.
Es el grado de respeto a ese ámbito de derechos y garantías -de tan alto rango
que sus normas están contenidas en las constituciones- el que posibilita la
ecuación de equilibrio entre la autoridad y la libertad, y el que consolida o erosiona
-según el caso- el principio eminente de la seguridad jurídica.
a) "La igualdad ante la ley", en forma que ni la ley ni autoridad alguna pueden
establecer diferencias arbitrarias (N° 2);
"Nadie puede, en caso alguno, ser privado de su propiedad, del bien sobre que
recae o de alguno de los atributos o facultades esenciales del dominio, sino en
virtud de Ley General o Especial que autorice la expropiación por causa de
utilidad pública o de interés nacional, calificada por el legislador. El expropiado
podrá reclamar...".
Demás está decir que esta garantía determina el verdadero alcance del derecho
de propiedad, y al no hacer distinción entre los distintos tipos de propiedad
(urbana, agrícola, minera, etc.), es aplicable a todo tipo de propiedad. Es una
confirmación del "principio de legalidad", en cuanto a que las limitaciones al
derecho de dominio sólo pueden tener las causales que la Constitución indica y
sólo la ley puede establecerlas, y
Por último, la garantía constitucional del artículo 19 N° 26, que prescribe:
"La seguridad de que los preceptos que por mandato de la Constitución regulen
o complementen las garantías que ésta establece, o que las limiten en los casos
que ella lo autoriza, no podrán afectar los derechos en su esencia, ni imponer
condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio".
Esta garantía constitucional es fundamental, ya que la mayor parte de los
derechos queda sujeta en precisión a la normativa legal, por lo que de no existir
esta disposición, las leyes podrían dejar sin efecto los derechos garantizados por
la Constitución; pues bien, esta norma constitucional impide afectar los derechos
en su esencia. Todas estas garantías constitucionales frente al ordenamiento
urbanístico las desarrollaremos en extenso en el próximo capítulo.
Antes de entrar al estudio de la normativa jurídica relativa a la temática que nos
interesa, conviene considerar las bases constitucionales de la intervención de la
Contraloría General de la República en relación a organismos vinculados al
urbanismo y la construcción.
Sobre este particular conviene tener presente: que el artículo 98 de la
Constitución establece que la Contraloría, entre otras atribuciones, ejercerá el
control de legalidad de los actos de la Administración, conforme a la ley orgánica
constitucional respectiva; que tanto las municipalidades -incluidas las Direcciones
de Obras Municipales-, como el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, y la
Comisión Regional del Medio Ambiente, forman parte de la Administración, según
lo prevé el artículo 1° de la ley N° 18.575, Orgánica Constitucional de Bases
Generales de la Administración del Estado y, por lo mismo, quedan sujetas al
control de legalidad de la Contraloría.
Sin embargo, el actual artículo 21, inciso 3° de la ley N° 18.695, modificado por
el artículo 1°, N° 9, letra F) de la ley N° 19.602, dispone que, adscrito a la
Secretaría Comunal de Planificación, existirá el Asesor Urbanista, estableciendo
los requisitos para ocupar el cargo y señalando sus funciones, entre las cuales no
está comprendida la de dar su autorización para que la Dirección de Obras pueda
extender los permisos de conjuntos armónicos.
Requerida la opinión del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, éste, mediante
oficio N° 3.649 de 2000, manifiesta que, a su juicio, a contar de la fecha en que
entraron en vigencia las modificaciones a ley N° 18.695 introducidas mediante ley
N° 19.602, quedaron tácitamente derogados los artículos 9° y 10 de la Ley
General de Urbanismo y Construcciones, por tanto las facultades del Asesor
Urbanista, actualmente, son las descritas en el artículo 21 de la ley N° 18.695
antes citada.
A mayor abundamiento, cabe reiterar que las funciones del Asesor Urbanista se
encuentran taxativamente señaladas en el referido artículo 21 de la ley N° 18.695
y si la intención del legislador hubiese sido que, además, conservara las que le
encomendaba el artículo 10 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones,
debería haber señalado que las funciones otorgadas son sin perjuicio de "las
demás que le encomiende la ley", lo cual no acontece en la especie.
En consecuencia, cabe concluir que la norma contemplada en el artículo 10 de
la Ley General de Urbanismo y Construcciones, se encuentra tácitamente
derogada, por lo que, en la actualidad, los conjuntos armónicos deben ser
sometidos, únicamente, a la autorización de la respectiva Dirección de Obras
Municipales para obtener permiso de construcción".
"Los reclamos que se interpongan en contra de las resoluciones u omisiones ilegales de la municipalidad se sujetarán a las reglas
siguientes:
a) Cualquier particular podrá reclamar ante el alcalde contra sus resoluciones u omisiones o las de sus func ionarios, que estime ilegales,
cuando éstas afecten el interés general de la comuna. Este reclamo deberá entablarse dentro del plazo de 30 días, contado desde la fecha
de publicación del acto impugnado, tratándose de resoluciones, o desde el requerimiento de las omisiones;
b) El mismo reclamo podrán entablar ante el alcalde los particulares agraviados por toda resolución u omisión de éste o de otros
funcionarios, que estimen ilegales, dentro del plazo señalado en la letra anterior, contado desde la notificación administrativa de la
resolución reclamada o desde el requerimiento, en el caso de las omisiones;
c) Se considerará rechazado el reclamo si el alcalde no se pronunciare dentro del término de quince días, contado desde la fecha de su
recepción en la municipalidad;
19.05.1992
13.04.1976
3. La Ley General de Urbanismo y Construcciones. Decreto supremo N° 458
del Minvu, D.O. 13.04.1976
Como podremos apreciarlo a través del estudio de la ley, ella impone numerosas
obligaciones de control de su cumplimiento a los Notarios y Conservadores de
Bienes Raíces, especialmente en lo que dice relación con actos y contratos
vinculados a loteos y urbanizaciones, al igual que frente a contratos de promesas
de compraventa de propiedades que no cuentan con certificado de recepción final,
y respecto de las cuales se adelante parte del precio al dueño del inmueble.
Oportunamente veremos en detalle estas obligaciones.
4.1. Origen
Sobre el origen de la Ordenanza es útil señalar que el artículo 168 de la
L.G.U.C. del año 1976 autorizó al Minvu para fijar por decreto supremo el nuevo
texto de la Ordenanza General de la ley, lo que éste sólo hizo años después a
través del decreto supremo N° 47 (D.O. 19.05.92). Se trata de un texto muy
extenso y reglamentario, que sin embargo ha sido objeto de numerosas y
continuas modificaciones parciales desde su publicación.
En relación con el urbanismo y la construcción, estimamos de interés reproducir los artículos 1°, 2°, 9° y 11 de esta ley, que prescriben:
"Artículo 1°. El Presidente de la República ejerce el gobierno y la Administración del Estado con la colaboración de los órganos que
establezcan la Constitución y las leyes.
Para los efectos nuestros debemos tener presente que "La Administración del
Estado" incluye, entre otras entidades, los Ministerios, Intendencias y "Las
Municipalidades".
a) El artículo 20, que en su letra f) señala entre las atribuciones del gobierno
regional, la de:
"Aprobar los planes regionales de desarrollo urbano, los planes reguladores
metropolitanos e intercomunales y sus respectivos planos de detalle, los planes
reguladores comunales y seccionales, conforme a lo establecido en los párrafos
segundo y tercero de la letra c) del artículo 36".
b) El artículo 24, relativo a las atribuciones del intendente en su calidad de
órgano ejecutivo del gobierno regional, en cuya letra o) señala:
"Promulgar previo acuerdo del consejo regional, los planes regionales de
desarrollo urbano, los planes reguladores metropolitanos, intercomunales,
comunales y seccionales y los planos de detalle de planes reguladores
intercomunales conforme a las normas de la Ley General de Urbanismo y
Construcciones"; y
c) El artículo 36, relativo a las atribuciones del Consejo Regional, indicando en
su letra c):
"Aprobar los planes regionales de desarrollo urbano, así como los planos de
detalle de estos últimos, los planes reguladores metropolitanos y los planes
reguladores intercomunales propuestos por la Secretaría Regional Ministerial de
Vivienda y Urbanismo".
d) El artículo 108 señala que "Las resoluciones o acuerdos ilegales de los
gobiernos regionales serán reclamables" ante el intendente, en los casos, plazos y
conforme al procedimiento que regula esta norma legal, que contempla un
procedimiento muy similar al del reclamo ante el alcalde, contemplado en el
artículo 151 de la Ley Orgánica Constitucional sobre Municipalidades.
Ley N° 19.880 34
8. Ley sobre Bases de Procedimientos Administrativos que Rigen los Actos de la Administración del Estado. Ley N° 19.880(D.O.
29.05.2003)34
Esta ley tiene importancia en materia de urbanismo y construcciones, ya que si bien la L.G.U.C. y la Ley Orgánica Constitucional de
Municipalidades contienen normas sobre procedimientos administrativos al respecto, las disposiciones de la ley N° 19.880 se aplican con
carácter de supletorias, según lo establece su artículo 1°. En relación al ámbito de aplicación de la ley, su artículo 2° menciona expresamente
a las municipalidades.
"Las resoluciones que dicten las municipalidades estarán exentas del trámite de
toma de razón, pero deberán registrarse en la Contraloría General de la
República cuando afecten a funcionarios municipales.
Para tal objeto, la Contraloría deberá llevar un registro del personal municipal en
la forma y condiciones en que lo hace para el resto del sector público, debiendo
las municipalidades remitir los antecedentes que aquélla solicite".
El art. 21 B de la ley 37expresa: "La Contraloría General, con motivo del control de
legalidad o de las auditorías, no podrá evaluar los aspectos de mérito o de
conveniencia de las decisiones políticas o administrativas", norma de importancia
para establecer la competencia o amplitud que tendría la facultad revisora de la
Contraloría frente a los actos de las Municipalidades y del Seremi, en relación a
urbanismo y construcción, materia que analizaremos en el Capítulo Noveno, punto
8 de este libro.
10. Ley de Bases Generales del Medio Ambiente
La normativa legal ambiental tiene gran importancia en la formulación de los
Planes Reguladores, según lo veremos en el Capítulo IV de este libro sobre la
planificación urbana y sus instrumentos. Es también muy importante esta
normativa para establecer las construcciones que para llevarse a efecto requerirán
de una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) o bien de un Estudio de Impacto
Ambiental (E.I.A.) materia que será analizada en el Capítulo Séptimo de este libro.
Por ahora, podemos señalar que la legislación ambiental está representada,
básicamente, por las siguientes normas:
1. Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente: Ley N° l9.300, D.O.
9.03.1994);
2. Ley N° 20.417 (D.O. 26.01.2010) crea el Ministerio del ramo, el Servicio de
Evaluación Ambiental y la Superintendencia del Medio Ambiente;
3. Ley N° 20.600 (D.O. 28.06.2012) que crea los Tribunales Ambientales, y
4. Reglamento del sistema de evaluación ambiental: Decreto N° 40 del Ministerio
del Medio Ambiente (D.O. 12.08.2013).
Este tipo de condominios no existía en la ley anterior, que siempre requería que
se tratase de construcciones emplazadas en un terreno común. Los Condominios
Tipo B son hoy bastante frecuentes tratándose de sitios industriales, en que se
reservan espacios de terrenos para aprovechamiento común de los dueños de
todos los sitios (v. gr., canchas de tenis, centro de convenciones, casinos para
almuerzos, etc.), al igual que ocurre en los centros turístico-residenciales, en que
puede haber sitios para construcción de casas individuales, pero al mismo tiempo
terrenos comunes para canchas de tenis, juegos infantiles, áreas verdes, etc.
El D.F.L. N° 2 sobre "Viviendas Económicas" fue dictado por el Presidente Jorge
Alessandri en el año 1959 (D.O. 31.07.59), en virtud de la delegación que al efecto
le hizo el Congreso Nacional. Este cuerpo legal tuvo como objetivo fundamental el
fomento de la construcción de "viviendas económicas" a fin de paliar el déficit
habitacional que registraba el país a dicha fecha. El D.F.L. N° 2 contempló como
medios para lograr su objetivo otorgar importantes franquicias tributarias a quienes
se dedicaren a la construcción de este tipo de viviendas y, por otra parte,
contemplar franquicias tributarias, de libertad de renta de arrendamiento y otras, a
los adquirentes de las viviendas económicas.
Finalmente, es importante señalar que con ocasión del terremoto del año 2010
se dictó la ley N° 20.455 (D.O. 31.07.2010), la cual estableció nuevas restricciones
de beneficios tributarios en relación a los futuros adquirentes de viviendas D.F.L.
N° 2, disponiendo que cada persona natural sólo podrá acogerse a sus beneficios
hasta por un máximo de dos viviendas, adquiridas nuevas o usadas; hacen
excepción a esta norma las viviendas económicas que pueda adquirir una persona
natural por sucesión por causa de muerte, a contar del 1° de noviembre del año
2010, ya que tal adquisición no se considerará para el límite máximo ya indicado.
Cabe hacer presente que el art. 5° transitorio de la ley reconoce los derechos
adquiridos de los contribuyentes respecto de las personas que hayan sido
propietarias de viviendas económicas a la fecha de entrada en vigencia de la ley,
esto es, se reconocen los beneficios tributarios de los propietarios de viviendas
económicas adquiridas hasta el 31 de octubre de 2010 40.
Como norma complementaria del D.F.L. N° 2 del año 1959, debemos citar la ley
N° 19.021 (D.O. 3.01.91) que amplió el campo de aplicación de las normas del
D.F.L. N° 2 sobre Construcción de Viviendas Económicas a la alteración o
reparación de edificios que se hagan conforme a las normas de la nueva ley, para
facilitar el reciclaje de las construcciones antiguas de las ciudades. Es necesario
que en virtud de la alteración o reparación un edificio se transforme en una o más
viviendas de una superficie edificada no superior a 140 metros cuadrados por
unidad de vivienda; además, si las obras dan lugar al nacimiento de varias
viviendas, será necesario para su enajenación por separado acogerlas a la actual
Ley de Condominios (antes ley N° 6.071). El permiso municipal necesario para la
alteración o reparación del edificio deberá reducirse a escritura pública, teniendo el
carácter de contrato-ley.
1. Generalidades
"Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus
integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse,
ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad de derechos
que lo que expresamente se le hayan conferido en virtud de la Constitución y las
leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las
responsabilidades y sanciones que la ley señale".
"La seguridad de que los preceptos que por mandato de la Constitución regulen
o complementen las garantías que ésta establece o que las limiten en los casos
en que ella lo autoriza, no podrán afectar los derechos en su esencia, ni imponer
condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio".
Para los efectos indicados es necesario, en primer lugar, determinar qué debe
entenderse por principio de "autonomía privada" que ha sido definido "como un
poder complejo, inherente a la persona humana, y que en función de su capacidad
natural de autodeterminarse para la obtención de sus fines existenciales, debe
serle reconocido por el ordenamiento jurídico con el objeto de que se halle en
condiciones de disponer de los derechos subjetivos de que es titular, así como de
generar y regular los efectos jurídicos que derivan de su actuación en sociedad"43.
En nuestro medio existe una clásica definición del orden público económico del
profesor José Luis Cea Egaña, que ha sido recogida en diversos fallos, la cual
señala que es "El conjunto de principios y normas jurídicas que organizan la
economía de un país y facultan a la autoridad para regularla de acuerdo con los
valores de la sociedad nacional articulados en la Constitución"45.
Por su parte, el profesor Enrique Alcalde señala: "El concepto de orden público
económico que consideró el constituyente dice relación claramente con los
derechos de las personas frente al Estado y jamás podría convertirse en un medio
para impedirles o imponerles condiciones, exigencias y cortapisas fundadas en
consideraciones administrativas discrecionales"47.
Por su parte, nuestro Tribunal Constitucional ha señalado que "El orden público
económico en especial, está orientado y comprenderá el establecimiento de
procedimientos obligatorios de efectos inmediatos, inmutables, frente a la
autonomía de la voluntad de los particulares y orientado hacia un ordenamiento
adecuado y racional de las iniciativas y actividades en materia económica, y, por
su parte, las regulaciones de las actividades económicas se refieren a las
facultades legales conferidas a los órganos públicos para fiscalizar, controlar y
supervisar el cumplimiento de las disposiciones generales o especiales que
regulan dichas actividades"49.
La propiedad del suelo a que se refiere el Código Civil la entiende como el más
absoluto dominio que sobre una cosa pueda tenerse y respecto del cual se
derivarían, por sólo nombrar algunas, las siguientes consecuencias:
- El que tiene la propiedad del suelo tiene derecho a cualquier beneficio que el
suelo reciba por una actividad que mejore este dominio, sea o no desarrollada por
el propietario. Así, el aumento del valor que el suelo tuviera por obras de
urbanización, a él le corresponderían;
Conforme al artículo 582 del Código Civil, la propiedad no puede ser entendida
como un derecho absoluto ni de ejercicio incondicionado, sino que debe
ejercitarse en coordinación con los demás derechos y garantías de que goza toda
persona dentro del normal desarrollo de sus relaciones e interacciones dentro del
grupo social y sujeto a las regulaciones y limitaciones que el legislador haga de su
uso, goce o disposición.
Al respecto, siguiendo a Enrique Petar Rajevic 60, pueden advertirse dos posturas
para definir el deslinde entre la ley y los reglamentos de ejecución cuando se trata
de materias reservadas a la ley. La primera tesis denominada "extensiva", la cual
defiende la rigurosidad de la reserva legal, exigiendo que desarrolle
completamente las regulaciones que caen dentro de ella, y una segunda tesis
denominada "restrictiva" que, en cambio, plantea que basta que los preceptos
legales contengan los principios fundamentales de la regulación reservada,
pudiendo remitirse al Reglamento su ejecución o complementación.
Esta tesis extensiva del dominio legal ha sido recogida en diversos fallos del
Tribunal Constitucional. Es así como en el fallo sobre letreros camineros 63se
declaró que el decreto que prohibía instalar avisos publicitarios en las fajas
adyacentes de los caminos públicos constituía una norma reglamentaria que
imponía limitaciones -más bien privaciones- al ejercicio del derecho de propiedad
de los dueños de esas fajas, vulnerando así la reserva legal. Igualmente el
Tribunal Constitucional en el fallo recaído en el Proyecto de Ley sobre "Bases del
Medio Ambiente"64, que rechazó su artículo 49 que permitía a la autoridad
administrativa establecer regulaciones de carácter permanente para las emisiones
contaminantes del aire, aplicables cuando se sobrepasa el nivel de contaminación
constitutivo de una "situación de emergencia ambiental", declarándose
inconstitucional dicho artículo por vulnerar la reserva legal del artículo 19 N°s. 8,
24 y 26 de la Constitución. Finalmente, tal como indica Arturo Fermandois, no hay
sentencia más profunda sobre reserva legal aplicada al derecho de propiedad, que
aquella conocida como "Impacto vial"65, "atendida la frase inicial del inciso
segundo del artículo 19 N° 24, sólo la ley puede... el Tribunal Constitucional ha
entendido que en materia de propiedad la reserva legal es muy intensa o
absoluta"66, en cuyo considerando 31 se señala: "Que establecer, crear o instituir
una obligación que afecte al dominio presupone, lógica e ineludiblemente, que el
legislador no se limite a ello, sino que, además, la configure en sus aspectos y
elementos definitorios o característicos, trazando, con adecuada densidad
normativa, en qué consiste el deber que impone, cuál es el motivo de función
social que lo justifica, cuáles son sus delimitaciones, sobre la base de qué
supuestos fácticos se torna procedente exigirla, cuál es la autoridad competente
para llevarla a efecto y controlarla, a quiénes y por qué motivo se les exime de
ella, etc.". En el mismo sentido, también pueden consultarse las sentencias del
Tribunal Constitucional, en los casos sobre subvenciones escolares 67, y la causa
Mercado de Valores68.
Por su parte, el profesor Jorge Reyes Riveros, citado por Rajevic 73, ha planteado
que el administrador puede, ejerciendo la potestad reglamentaria de ejecución,
complementar -no sólo detallar- la regulación de las garantías constitucionales,
pues la ley sólo establecerá los principios rectores de la normativa que regula el
ejercicio de los derechos inherentes a la persona, de tal forma que, por el
desarrollo de la potestad reglamentaria, se integrarán a las normas básicas
legales los preceptos de carácter reglamentario. Como fundamento de esta tesis el
profesor Reyes señala que el carácter general y complementario que poseen los
reglamentos hace que si la ley no se atuviera a las puras disposiciones básicas,
carecería de sentido la potestad reglamentaria de ejecución, lo cual sería tanto
más absurdo, si se recuerda que el sentido manifiesto de la Constitución en la
materia fue acotar el dominio legal y expandir el reglamentario, citando en su
apoyo, entre otras, la Ley General de Pesca y Acuicultura, que faculta al
administrador para imponer vedas y le entrega otra serie de facultades respecto a
la actividad pesquera; el Código Sanitario, que llena limitaciones entregadas a
regulación reglamentaria, y la Ley General de Urbanismo y Construcciones, que
limita a los propietarios de bienes raíces urbanos.
Por su parte, en el Derecho español, tal como explica Rajevic Mosler 76siguiendo
al profesor García de Enterría: "El principio (de reserva legal) no excluye la
posibilidad de que las leyes contengan remisiones a normas reglamentarias, pero
sin que tales remisiones hagan posible una regulación independiente y no
claramente subordinadas a la ley, lo que supondría una degradación de la reserva
formulada por la Constitución en favor del legislador...".
Sobre el particular, el profesor Luciano Parejo 77señala que la ley debe regular
por sí todo cuanto sea susceptible a ser regulado por normas legales,
caracterizada por su "generalidad, abstracción y vocación de permanencia", de
modo que alcanzando el punto en que la ley, razonablemente, no puede ir más
allá, por la propia naturaleza del objeto normado, debe entenderse que cesa la
exigencia de la reserva material de la ley, abriéndose paso a la posibilidad de la
colaboración de ésta con la potestad reglamentaria 78.
Por su parte, en el caso antes referido conocido como "Impacto vial", el Tribunal
Constitucional chileno ha puntualizado que la configuración de los elementos
concretos que integran la función social es competencia reservada por la Carta
Fundamental al legislador, en el ejercicio de la cual no basta que la ley contenga
preceptos tan amplios y carentes de contenidos sustantivos que, en realidad,
puedan ser calificados de delegación de facultades legislativas al Presidente de la
República. "Que la preocupación de esta magistratura (...) ha sido constatar si, en
tal cúmulo de disposiciones legales se hallan las que establecen la función social
del dominio, en el ámbito de la construcción y el urbanismo, porque sólo tal clase
de preceptos legales puede habilitar, con carácter complementario y subsidiario, el
ejercicio de la potestad reglamentaria preestablecida por el legislador"84. En virtud
de este pronunciamiento el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional el
decreto supremo N° 1 del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, sobre la base de
considerar que no es posible por la vía reglamentaria establecer exigencias que
afecten al Derecho de Propiedad. La normativa declarada inconstitucional estaba
referida a cuáles proyectos inmobiliarios debían contar con un estudio de impacto
vial85.
En nuestra opinión, tal como indica Arturo Fermandois, y ha sido reconocido por
la Excma Corte Suprema, al declarar inaplicable por inconstitucional los artículos
11 y 12 de la Ley de Monumentos Nacionales, en el fallo Maullín con Fisco de
2004, al rechazar la función social como una autorización genérica para gravar la
propiedad de algunos en beneficio de todos -con el consiguiente sacrificio a la
igualdad- refleja un nuevo entendimiento de lo que es la función social 90.
Las "limitaciones" son, en general, prohibiciones de hacer algo, mientras que las
"obligaciones", por el contrario, son deberes de hacer algo. Las limitaciones,
también conocidas como "restricciones" del dominio, han sido definidas como "las
modalidades impuestas a su ejercicio que coartan la libertad del mismo sin afectar
sustancialmente al Derecho, siendo exigidas por su naturaleza social, que supone
la coexistencia armónica de derechos individuales subordinados al bien común"100.
Las restricciones tienen siempre carácter general, ya que afectan necesariamente
a todos los propietarios cuyos bienes están en determinadas condiciones; así, por
ejemplo, las limitaciones o restricciones pueden imponerse por razones de
seguridad, salubridad, planificación u ordenamiento urbanístico, etc.
a) toda su propiedad;
b) sólo de la parte que no resulta directa o inmediatamente afectada con la
intervención programada; o bien,
Por su parte, el profesor José Joaquín Ugarte ha señalado que las meras
restricciones al dominio dan derecho a indemnización cuando afectan en forma
grave al Derecho de Propiedad y cuando imponen un sacrificio especial o
desproporcionado103, quien siguiendo al jurista alemán Otto Mayer, señala que si
las limitaciones o restricciones afectan a un individuo de manera desigual y
desproporcionada y el perjuicio se traduce en un daño material, estamos frente a
un "sacrificio especial", que corresponde al enriquecimiento sin causa y que debe
indemnizarse.
Por su parte, en el fallo conocido como "Inmobiliaria Maullín Limitada con Fisco
de Chile", a que nos hemos referido anteriormente, la Corte Suprema en pleno
declaró inaplicables por inconstitucionales los artículos 11 y 12 de la ley N° 17.288
sobre Monumentos Nacionales, que obligan al propietario particular a conservar
un inmueble declarado monumento nacional por el Estado e impiden destruirlo,
transformarlo o repararlo libremente, estableciendo que ello constituye una
privación de las facultades de uso, goce y disposición y que está en pugna con la
garantía constitucional del Derecho de Propiedad 108.
"Los aumentos que tengan por objeto preciso mitigar los impactos ambientales
adversos que provocare su actividad productiva no estarán afectos a dicho
congelamiento, como asimismo, las obras destinadas a mejorar la calidad de su
arquitectura, de sus estructuras y de sus instalaciones, incluidas aquellas que
tengan un sentido estético que contribuya a mejorar su aspecto".
Si bien conforme a la ley N° 19.744 se han querido flexibilizar los efectos del
congelamiento, la norma precitada vulnera, en nuestra opinión, asimismo, la
garantía constitucional del Derecho de Propiedad, al establecer serias limitaciones
al dominio, que devengan en privaciones de las facultades de uso, goce y
disposición del propietario.
"El artículo 62 inciso 1° del D.F.L. N° 458, tratándose de terrenos respecto a los
cuales el uso no se conformase con el plan regulador -cuyo caso es el sub lite,
por haberse modificado con posterioridad al permiso el plan regulador-, los
entiende congelados en el sentido que: a) No podrá aumentarse el volumen de
construcción; b) No podrán rehacerse las instalaciones existentes y c) No podrá
otorgarse patentes a nuevos propietarios o arrendatarios" 121.
"El artículo 62 establece que los terrenos cuyo uso no se conformare con los
instrumentos de planificación territorial correspondientes, se entenderán
congelados, no correspondiendo que se aumente en ellos el volumen de
construcciones existentes para dicho uso de suelos. Sin embargo, dicha
disposición prevee que para el caso de actividades productivas, los aumentos
que tengan por objeto preciso mitigar los impactos ambientales adversos que
provocare esta actividad productiva no se encuentran afectos a dicho
congelamiento, como asimismo, las obras destinadas a mejorar la calidad de su
arquitectura, de sus estructuras, y de sus instalaciones, incluidas aquellas que
tengan un sentido estético que contribuya a mejorar su aspecto". Agrega la
referida circular que "sobre esta materia, cabe indicar que el inciso primero de la
disposición analizada, que fuera modificada por la ley N° 19.744, ha circunscrito
el congelamiento de terrenos sólo a la prohibición del aumento de volumen de
construcción, dejando abierta la posibilidad de otorgar en dichos terrenos
patente comercial a una tercera persona, siempre que cumpla con los requisitos
necesarios para obtenerla (aplica dictamen N° 011989 de 2007 de CGR)"; y,
finaliza señalando: "En mérito de lo expuesto, es necesario precisar sobre el
mismo tema que, al momento de ser congelado el uso existente en un terreno,
sólo es posible mantener la patente asociada a dicho uso, siendo viable su
renovación e incluso su transferencia a una tercera persona. Para estos casos,
no está permitido, aumentar el volumen de construcción destinado a dicho uso,
salvo cuando contemplen una actividad productiva, para lo cual se permitirán
aumentos de superficie que se realicen con el objeto de mitigar impactos
ambientales adversos producto de su actividad, obras destinadas a mejorar la
calidad de su arquitectura, de sus estructuras, de sus instalaciones y de
aquellas que contribuyan a mejorar su aspecto, de acuerdo a lo señalado en el
artículo 62 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones. En los casos en
que se solicite una nueva patente, con un destino distinto al existente antes de
ser congelado el terreno, esta deberá cumplir con el uso de suelo permitido por
el instrumento de planificación territorial vigente, en concordancia con lo
señalado en el artículo 58 del mismo cuerpo reglamentario" 125.
Del examen del citado artículo 62 inc. 2°, podemos afirmar que para que la
Municipalidad ordene el traslado de una industria mal ubicada y otorgue un plazo
para ello, deben concurrir los siguientes requisitos:
iii) El contenido de los informes previos que se exigen por el legislador para el
ejercicio de la potestad administrativa otorgada a la Municipalidad, los que no
serían vinculantes para el Municipio, ya que la norma no les reconoce dicho
efecto.
iv) El plazo en que puede disponerse el traslado de la industria respectiva, pues
sólo establece un límite el que no puede ordenarse antes de que transcurra un
plazo mínimo de un año contado desde la notificación del acto administrativo, pero
sin fijar pautas, criterios o parámetros objetivos que permitan graduar el
otorgamiento de un plazo mayor127.
iv) Cita las definiciones dadas en el artículo 4.14.2. de la O.G.U.C. referida a los
términos; "peligrosos", "insalubres o contaminantes", "molesto" e "inofensivo",
añadiendo que dichos términos "sirven de guía con el objeto de clarificar caso a
caso el emplazamiento de nuevas instalaciones industriales, pero nada dice
acerca del traslado de ellas. Así esta norma no es apta para morigerar la
aplicación extensiva que una municipalidad pueda darle al artículo 62 inciso
segundo de la L.G.U.C." (considerandos 6° y 7°).
vii) Que los " informes previos" que deben evacuar las Secretarías Regionales
Ministeriales de Salud y de Vivienda y Urbanismo, "no pueden sino resultar
insustanciales frente a la intrínseca vaguedad de la hipótesis que hacen
procedente la imposición de un orden municipal de traslado, salvo los casos
extremos de industrias palmariamente peligrosas, que pueden ser de fácil
evaluación y sencillo diagnóstico, en situaciones de extrema urgencia delineadas
por el legislador" (considerando 12°).
x) Define el término "traslado" como "una orden de retiro que para el afectado
implica -en realidad- una ablación, esto es, la pérdida del derecho a permanecer
en el inmueble de su propiedad, para seguir desarrollando las mismas actividades
a que él lícitamente las destinó. Privación que se produce aunque formalmente
conserve el título de propietario, habida cuenta de que en los asuntos jurídicos
hay que estarse a la esencia de las cosas independientemente de su
denominación", agregando que "la privación del dominio no sólo acontece cuando
se quita o despoja al dueño de lo suyo, en su totalidad, sino también cuando al
titular -aún conservando nominativamente tal carácter- se le desposee,
parcialmente de alguno de los atributos o facultades esenciales que caracterizan
la propiedad" (considerando 22°).
xi) Define los términos "acto regulatorio" y "limitación". El primero como "Aquel
que tiene por objeto determinar las reglas conforme a las cuales se debe usar,
gozar y/o disponer de la propiedad, orientadas precisamente a resguardar su
ejercicio efectivo e impedir que se emplee contra la ley o contra derecho ajeno ".
Por su parte "limitación" "consiste en restringir, acortar o ceñir, reduciendo a
menores límites, la extensión donde puede ejercerse el derecho, pero dejando
plenamente vigentes sus facultades esenciales" (considerando 25°).
xii) Que el artículo 62 "no solamente constriñe el ámbito u órbita donde puede
continuar ejerciéndose el dominio, ya que su concreción práctica implica que el
dueño de las instalaciones pierde el derecho a seguir actuando donde se ubican
las mismas. La orden de traslado comporta una expulsión, secuela de la cual es
que el propietario no puede continuar ejerciendo su derecho en el lugar donde
válidamente lo radicó en su oportunidad. Y cuando quiera que un desalojo basado
en esta norma afecte el ejercicio de un derecho de propiedad que se presume
lícito, entonces se priva al titular de aquella facultad esencial del dominio -uso,
goce y disposición- de una manera que no admite la Constitución (artículo 19
N° 24, inciso tercero)" (considerando 26°).
xiii) Que "todas las limitaciones al ejercicio de los derechos deben poseer
determinación y especialidad; no pueden afectar la esencia del derecho
asegurado y, además, han de respetar el principio de la igualdad, especialmente
en cuanto deben estar establecidas con parámetros incuestionables. Esto es, que
deben ser razonables y justificadas, de donde se sigue que han de ser
mesuradas, necesarias y proporcionadas" (considerando 27°).
El voto disidente de este fallo suscrito por 4 ministros del Tribunal Constitucional,
-quienes estuvieron por rechazar el requerimiento de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad-, se basa fundamentalmente en la argumentación contenida
en las causas roles N°s. 2643-2015 y 2644-2015, dictadas por el mismo Tribunal
con fecha 17 de enero de 2015 expuesta precedentemente, conforme a la cual, la
norma legal impugnada no afecta el artículo 19 N° 21 y artículo 19 N° 24 de la
Constitución, fundamentándolo someramente en que:
i) La norma impugnada "sólo se limita a impedir la continuación del giro del
predio actual, por no ajustarse al plan regulador y por generar molestias y daño a
los vecinos. No toca la propiedad del predio y de sus edificaciones ni merma las
posibilidades de realizar otras actividades productivas que no generen las
consecuencias negativas del artículo 62" (considerando 29°).
Agregando que "No se le toca nada que tenga que ver con el proceso
productivo, pues sigue siendo dueña del inmueble, de las máquinas y de las
instalaciones". "Se trata de una medida que beneficia derechos de terceros que
exceden al titular" (considerandos 32° y 33°).
ii) "Las limitaciones al dominio se fundan en la función social de la propiedad.
Esto significa que hay un valor individual y social en el dominio. Por lo mismo,
debe estar al servicio de la persona y de la sociedad. Implica que dejan de ser lo
mismo los intereses privados de la propiedad con los intereses sociales. La
propiedad privada queda, por efecto de la función social, sujeta a los
requerimientos colectivos" (considerando 34°).
iii) "La norma busca proteger la seguridad y salubridad de los vecinos"
(considerando 39°).
iv) "La medida de traslado se enmarca dentro de la función social de la
propiedad" (considerando 41°).
v) "La empresa no sufrirá pérdidas, pues de un lado, se mantiene un uso
alternativo de los bienes involucrados, del otro, porque los bienes que componen
el proceso industrial son bienes transables y liquidables" (considerando 44°).
Del estudio y análisis de las indicadas sentencias, -ambas dictadas en el año
2015-, podemos colegir que estamos en presencia de un tema controvertido
respecto del cual existen opiniones discrepantes en el propio seno del Tribunal
Constitucional.
En nuestra opinión, la norma del artículo 62 inciso 2° de la LGUC, es insuficiente
en la determinación de los aspectos básicos que debe considerar la respectiva
Municipalidad, para el ejercicio de la facultad que le confiere dicha disposición
jurídica a la municipalidad respectiva, para ordenar el traslado de una industria mal
ubicada, lo que puede producir en su aplicación concreta en un caso determinado,
que se generen efectos o consecuencias contrarias a la Constitución, afectando la
esencia de la garantía constitucional del derecho de propiedad, ya que viene a
significar una verdadera privación en el legítimo ejercicio del derecho, privándolo
de las facultades esenciales del dominio, esto es del uso, goce y disposición, sin
ser expropiados y poder recibir una justa indemnización.
De esta forma, conforme a este principio debe tratarse de una manera igual a
aquellos que gozan de la misma cualidad esencial, y en forma desigual a aquellos
que poseen distintas cualidades esenciales, lo que se traduce en que no
corresponde distinguir, al imponer regulaciones, restricciones o al conceder
beneficios, entre quienes se encuentren vinculados por un elemento esencial
común y que, por tanto, pertenecen a la misma categoría de sujetos 141.
Resulta interesante a estas alturas poder determinar cómo juegan las indicadas
garantías de la igualdad ante la ley y de la igualdad en la distribución de las cargas
públicas en materia urbanística, tratándose especialmente en qué situación se
encuentran los predios urbanos que sufren limitaciones, por ejemplo, en cuanto a
la zonificación, usos permitidos, constructibilidad, etc. Al respecto, en nuestra
opinión, si las limitaciones que afectan a un inmueble urbano en particular son de
tal entidad que afectan al contenido esencial de la propiedad, en los términos que
hemos visto anteriormente, o atentan contra una igualitaria y racional distribución
de las cargas urbanísticas, como, por ejemplo, si a un inmueble se le despoja, en
lo sustancial, de su coeficiente de constructibilidad, estimamos que se verían
vulneradas dichas garantías constitucionales, por lo que el daño experimentado
debiera ser indemnizado al propietario, no obstante tratarse de un acto lícito de la
autoridad.
Se entenderá por "normas urbanísticas", "aquellas contenidas en esta ley (L.G.U.C.), en su Ordenanza General y en los instrumentos de
planificación territorial que afecten a edificaciones, subdivisiones, fusiones, loteos o urbanizaciones, en lo relativo a los usos de suelo,
cesiones, sistemas de agrupamiento, coeficientes de constructibilidad, coeficientes de ocupación de suelos o de los pisos superiores,
superficie predial mínima, alturas máximas de edificación, adosamientos, distanciamientos, antejardines, ochavos y rasantes, densidades
máximas, estacionamientos, franjas afectas a declaratoria de utilidad pública y áreas de riesgo o de protección".
Es cierto que los planes, una vez elaborados, se vacían en un determinado tipo
de instrumento normativo, llámese ordenanza, decreto supremo o reglamento.
Pero atribuirles el carácter de éstos sería confundir el continente con el contenido.
2. La planificación territorial
Se ha señalado que la planificación del uso del espacio -como necesidad
formulable a la manera de un principio- deriva, entre otras, de cuatro
circunstancias evidentes.
Agudizan este factor, por una parte, el constante crecimiento demográfico de las
ciudades, en su doble incidencia de incremento numérico de sus habitantes y de la
migración del campo a las urbes y, por otra, la apetencia de más y mejores
servicios que acrecientan la demanda de suelo urbano. Y, como los bienes
escasos y necesarios no pueden quedar sujetos al riesgo de desperdicio, la
planificación -en este aspecto- viene a ser la racionalización de la escasez. Es de
recordar aquí el célebre consejo de Mark Twain: "Amigo mío, allí donde puedas,
trata siempre de conseguir una parcela de tierra, pues, como sabes, este es un
bien que ya ha dejado de fabricarse...".
Por otra parte, advierte esta corriente que el Plan no se inserta, no forma parte
del ordenamiento jurídico; sólo está regulado por él, como todo acto
administrativo. Es un acto ordenado y no una norma ordinamental. Y la mejor
prueba de ello es que, a diferencia de las normas, cuya vigencia es permanente, el
plan agota su eficacia con su cumplimiento. La ejecución del plan -la edificación de
una parcela conforme al plan- es consuntiva, agota el acto, como ocurre con la
ejecución de todo acto administrativo.
Por otra parte, las determinaciones del Plan no se dirigen al caso particular de
cada parcela; se elaboran con generalidad para ordenar el conjunto de un
territorio, con abstracción de las situaciones particulares. Estas características de
generalidad y abstracción son propias de las normas, que no dejan de serlo por la
aplicación particular que ellas tengan. En este último aspecto no es verdad que el
cumplimiento del plan sea consuntivo. El plan, como ordenación normativa, sigue
vigente y obliga a mantener el régimen bajo el cual fue cumplido en algún caso
particular, impidiendo la modificación y aun el cambio de uso o de destino de las
edificaciones, y rigiendo su reconstrucción, si fueren demolidas.
Por último, se señala que la publicidad de los Planes, su carácter vinculante, con
generalidad, para la Administración y los administrados, su vigencia indefinida, así
como su régimen de actualización y revisión, son propios de las normas.
Cabe hacer presente que dentro de la doctrina urbanística hay una marcada
tendencia a impugnar el sistema que genera el concepto de límite urbano, que se
estima corresponde a una planificación centralizada, artificial y que siempre ha
sido sobrepasada por la realidad. Se señala que este límite urbano es el causante
en importante medida del valor especulativo del suelo y de esterilizar la iniciativa
particular, que es el motor del urbanismo. Quienes impugnan la rigidez del límite
urbano insisten en que las ciudades son entidades orgánicas que crecen
respondiendo a necesidades naturales.
Es importante tener presente que las normas del decreto ley N° 3.516 sobre
división de predios agrícolas se remiten y hacen plenamente aplicables a los
Suelos Agrícolas las normas de la L.G.U.C., especialmente los artículos 55 y 56,
relativos a la prohibición de que en predios agrícolas se puedan abrir calles,
subdividir para formar poblaciones, ni levantar construcciones, salvo las
necesarias para la explotación agrícola del predio. 154
Este sistema ha sido analizado en sus aspectos jurídicos por el Profesor don
José Joaquín Ugarte Vial, en artículo ya indicado, quien después de analizar
detenidamente doctrina, jurisprudencia y legislación extranjera llega a la
conclusión de que "el constructor puede ejecutar el sistema de anclajes inyectados
postensados amparado por el derecho a usar inocentemente la propiedad ajena",
señalando luego que se cumplen los requisitos necesarios para ello. En efecto,
señala que en primer lugar resulta claro que el dueño del subsuelo vecino no sufre
daño alguno por la utilización de esta técnica, al tratarse de obra provisoria, que
consiste en la introducción de pequeños cables en el subsuelo del vecino más
debajo de toda porción de terreno que su dueño tenga interés en utilizar y que la
capacidad de soporte y calidad del subsuelo vecino permanecen intactas. Así,
éste no tiene interés en oponerse, ni la ley lo faculta para ello, dado que la
introducción de los anclajes se realiza a tal profundidad que deberá exceder el
ámbito de utilidad que pretenda extraer al bien. También señala el articulista
que se cumple por un lado la moderna ciencia que recomienda la utilización de
estos mecanismos de edificación, y, por el otro, su empleo resulta altamente
conveniente, y en muchos casos necesario, no sólo desde un punto de vista
económico sino que también de la seguridad de la propia excavación y de las
construcciones vecinas, y de la posibilidad de levantar edificios o realizar obras
que requieran bases o fundamentos muy profundos, que sin estos medios no se
podrían efectuar o si se pudiera, sería con muy superiores esfuerzos a los demás
mecanismos. En suma, concluye el profesor Ugarte, siendo el sistema descrito
inocuo para el propietario vecino y útil para el constructor, existe derecho a llevarlo
a efecto, sin que exista facultad del dueño del predio vecino para excluirlo 155.
El artículo 28, en su texto actual dado por la ley N° 20.791 (D.O. 29.10.2014)
señala que la planificación urbana se efectúa en cuatro niveles de acción, que
corresponden a cuatro tipos de áreas: nacional, regional, intercomunal y comunal,
agregando que "Cada instrumento de planificación urbana tendrá un ámbito de
competencia propio en atención al área geográfica que abarca y las materias que
puede regular en el cual prevalecerá sobre los demás". También debemos tener
presente los "Planes Seccionales", a los cuales nos referiremos más adelante.
4.5.1. Concepto
Definido legalmente en el artículo 34 de la L.G.U.C. como:
4.6.1. Concepto
La planificación urbana comunal, esto es, aquella que promueve el desarrollo
armónico del territorio comunal, en especial de sus centros poblados, en
concordancia con las metas regionales de desarrollo económico-social, se realiza
por medio del Plan Regulador Comunal.
Este plan es un instrumento de planificación territorial constituido por un
conjunto de normas sobre adecuadas condiciones de higiene y seguridad en los
edificios y espacios urbanos, y de comodidad en la relación funcional entre las
zonas habitacionales, de trabajo, equipamiento y esparcimiento. Las disposiciones
de este instrumento se refieren al uso del suelo o zonificación, localización del
equipamiento comunitario, estacionamiento, jerarquización de la estructura
vial, fijación de límites urbanos, densidades y determinación de prioridades en la
urbanización de terrenos para la expansión de la ciudad, en función de la
factibilidad de ampliar o dotar de redes sanitarias y energéticas, y demás aspectos
urbanísticos (artículo 41 L.G.U.C.).
Las enmiendas están reguladas en el artículo 2.1.13. según el nuevo texto dado
por el decreto N° 259 del Minvu (D.O. 16.03.2004).
"El Límite Urbano constituye la frontera que separa el territorio que es lícito
someter al uso urbano de aquel en que la ley, de un modo general, veda dicha
posibilidad...".
Asimismo: "El Límite Urbano separa el territorio comunal en dos porciones bien
diferenciadas: en una se encuentran las superficies urbanas ya consolidadas
(áreas urbanas) y las susceptibles de urbanización (áreas de extensión urbana), y
en la otra, el resto del área comunal, llamada rural, donde está prohibido abrir
calles, subdividir, formar poblaciones, construir y demás. El concepto de Límite
Urbano se aplica también a la planificación intercomunal, de modo que los Planes
Reguladores intercomunales no pueden establecer zonas de expansión urbana en
terrenos rurales".
"7°. Que el punto que a esta Corte corresponde dilucidar es, precisamente, si la
omisión que ha motivado este recurso produce leves limitaciones al derecho de
dominio, que la recurrente debe soportar sin indemnización, o si, por el
contrario, tales imitaciones no son tan leves, sino que vulneran la esencia
misma de su derecho de dominio. Para tal efecto, es preciso analizar el alcance
del artículo 62 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, norma que a
juicio de la recurrente vulnera la esencia misma de los atributos del dominio y
que, por el contrario, a juicio de la autoridad regional, garantiza a los
propietarios que resulten afectados con los nuevos usos del suelo el que sigan
disfrutando de los derechos válidamente adquiridos, permitiendo que puedan
continuar ejerciendo el primitivo uso de suelo que tenía la propiedad, con la
limitación de no poder aumentar el volumen de las construcciones, en ellos
existentes, rehacer sus instalaciones, ni otorgar patentes a nuevos propietarios.
8°. Que no es posible imaginar que un proyecto como el de la recurrente, que
cubre 326 hectáreas, en el que ya ha obtenido 226 permisos de edificación, la
conformidad para 10 anteproyectos, con carácter alternativo, que le permitirían
obtener hasta 6.500 permisos de edificación de viviendas y sus equipamientos,
pueda llevarse a cabo con las limitaciones contempladas en el artículo 62 ya
referido, entre las cuales se encuentra, por ejemplo, la de no otorgar patente a
nuevos propietarios o arrendatarios, sin que se afecte la esencia misma del
derecho de propiedad de la recurrente. No es posible concebir que una entidad,
a la que se la ha autorizado para construir un número importante de casas, con
sus correspondientes equipamientos comerciales y de servicios, en un terreno
que en la época en que se otorgaron los permisos y aprobaciones tenía el
carácter de urbano, se cambie la calificación de urbana del terreno y se le
impida aumentar el volumen de construcción, rehacer instalaciones existentes, y
se prohíba el otorgamiento de patentes a nuevos propietarios o arrendatarios,
sin que se le afecte su derecho de dominio. No cabe duda que las casas y su
correspondiente equipamiento comercial y de servicios se construyen para su
posterior venta y/o arriendo y tal fin, absolutamente legítimo y propio de quien es
dueño, difícilmente podría obtenerse si se aplicaren las restricciones ya
aludidas, contempladas en el inciso primero del artículo 62 de la Ley General de
Urbanismo y Construcciones. Tales limitaciones no son una mera o leve
limitación al dominio, susceptible de imponerse sin indemnización alguna en
cumplimiento a la función social de la propiedad, sino que constituyen una grave
violación a las facultades esenciales del dominio de la recurrente, no pudiendo
imponerse en la forma que la autoridad regional pretende, sin vulnerar las
garantías constitucionales de la recurrente, contenidas en el artículo 19 N° 24
de la Constitución Política del Estado.
9°. Que la circunstancia de que la recurrente haya o no estado informada que la
autoridad pretendía modificar las normas sobre uso de suelo, como lo señala la
autoridad regional a fs. 29 vta. no alteran en forma alguna lo ya señalado, toda
vez que la fecha en que la recurrente adquirió los derechos que hoy estima
amagados por la resolución impugnada, fue aquella en que el plano de loteo fue
aprobado por la autoridad comunal e inscrito en el Conservador de Bienes
Raíces de Santiago, hechos que ocurrieron antes de que entrara en vigencia la
resolución impugnada.
Por estas consideraciones y visto, además, lo que dispone el artículo 102 de la
ley N° 19.175, Orgánica Constitucional sobre Gobierno y Administración
Regional, se hace lugar al reclamo de ilegalidad, deducido en lo principal de fs.
1, contra la resolución que aprobó el Plan Regulador Metropolitano en cuanto se
declara que lo dispuesto por el inciso primero del artículo 62 de la Ley General
de Urbanismo y Construcciones, que contiene limitaciones esenciales al
dominio, no le es aplicable al Loteo Ciudad Jardín Lo Prado, aprobado por
resolución N° 03493 de la I. Municipalidad de Pudahuel, de 2 de diciembre de
1993, archivado en el Conservador de Bienes Raíces de Santiago bajo el
N° 34.229, el 18 de febrero de 1994".
particulares
7.1.10. Plan Regulador que para determinado sector no contiene norma que
determine forma de agrupamiento de construcciones en altura. ¿Puede esta
omisión ser suplida por el Seremi por la vía interpretativa?
Corrobora tal conclusión en el hecho que el artículo 38 del mismo cuerpo legal
previene que las disposiciones de los planes reguladores intercomunales
producen el efecto de modificar automáticamente las de los comunales, en cuanto
sean diferentes a éstas, sin que sea procedente lo contrario, por constituir los
primeros instrumentos de mayor jerarquía normativa que los segundos.
d) Sistemas de aguas lluvia de uso público cuya inversión puede ser acometida
y financiada por los sectores beneficiados, a partir del saneamiento y drenaje de
sectores inundables, transformados en suelo útil. El mecanismo de esta ley puede
simplificar y catalizar los aportes de los privados al adjudicatario de la concesión o
contrato en participación.
Cabe destacar que estas obras pueden recaer en inmuebles de dominio o que
se encuentren bajo la administración de cualquier organismo integrante de la
administración del Estado, los que podrán otorgar mandato a los Serviu para que
éstos celebren contratos de participación respecto de bienes de su propiedad.
La ley establece que para celebrar el contrato de participación, los Serviu, previa
autorización del correspondiente Secretario Regional de Vivienda y Urbanismo,
llamarán a licitación. También pueden llamar a licitación los municipios, previa
aprobación del Concejo Municipal si corresponde, de acuerdo a lo establecido en
el artículo 65 de la Ley Orgánica de Municipalidades (N° 18.695).
Para los efectos de determinar los posibles "usos del suelo", la normativa
jurídica chilena hace una distinción fundamental entre "Suelos Urbanos" y "Suelos
Agrícolas" o "Rurales", los que están separados por lo que la L.G.U.C.
denomina "límite urbano", al cual define como la línea imaginaria que delimita
las áreas urbanas y de extensión urbana que conforman los centros poblados,
diferenciándolos del resto del área comunal" (art. 52).
Cabe hacer presente que dentro de la doctrina urbanística hay una marcada
tendencia a impugnar el sistema que genera el concepto de límite urbano, que se
estima corresponde a una planificación centralizada, artificial y que siempre ha
sido sobrepasada por la realidad. Se señala que este límite urbano es el causante
en importante medida del valor especulativo del suelo y de esterilizar la iniciativa
particular, que es el motor del urbanismo. Quienes impugnan la rigidez del límite
urbano insisten en que las ciudades son entidades orgánicas que crecen
respondiendo a necesidades naturales.
Cabe señalar que el inciso 5° de este mismo artículo prescribía que en las
escrituras públicas de enajenación de predios resultantes de una división debía
dejarse constancia de la prohibición que acabamos de indicar. Por otra parte, el
art. 3° de la misma ley prescribía que los actos y contratos otorgados o celebrados
en contravención a lo dispuesto en este decreto ley serían absolutamente nulos;
sin embargo, la ley N° 20.263 (D.O. 11.09.2012) en su artículo 1° derogó este
inciso 5° y en su artículo 2° agregó: "Declárase saneado, por el solo ministerio de
la ley, el vicio que pudiere afectar o haber afectado la validez de los actos y
contratos celebrados con omisión de la constancia prevista en el inciso 5° del
artículo 1° del decreto ley N° 3.516, de 1980". Por consiguiente, en la actualidad si
bien la venta de parcelas agrícolas sigue afecta a la prohibición de cambio de
destino, no es necesario dejar constancia en la respectiva escritura de dicha
prohibición y, respecto de las escrituras otorgadas con anterioridad a la ley
N° 20.263, se declara saneada la omisión de la constancia de esta prohibición en
que hayan podido incurrir dichas escrituras.
Es conveniente tener presente que el Plan Regulador Comunal regula el uso del
suelo urbano y debe fijar los límites urbanos de la Comuna (art. 41, inciso final
L.G.U.C.) y a la Dirección de Obras Municipales corresponde dar su aprobación a
las subdivisiones de predios urbanos y urbano rurales (art. 24 L.O.C.M.). Si el
predio que se desea lotear está emplazado en parte en área urbana y el resto en
área rural, "El Director de Obras Municipales tiene facultades para otorgar permiso
y cobrar derechos por el loteo que se desarrollará en la parte del terreno ubicado
al interior del límite urbano, en tanto el saldo de la superficie del predio, emplazado
en área rural, que se genera como efecto jurídico de esta autorización, si requiere
posteriormente ser dividido debe estarse a las disposiciones que regulan estas
acciones en el área rural". Es lo que establece la circular Ord. N° 58 de
16.11.2009 del Jefe de División de Desarrollo Urbano del Minvu.
Es importante tener presente que las normas del decreto ley N° 3.516 sobre
división de predios agrícolas se remiten y hacen plenamente aplicables a los
Suelos Agrícolas las normas de la L.G.U.C., especialmente los artículos 55 y 56,
relativos a la prohibición de que en predios agrícolas se puedan abrir calles,
subdividir para formar poblaciones ni levantar construcciones, salvo las necesarias
para la explotación agrícola del predio180.
2. El subsuelo urbano
. El subsuelo urbano181
Con motivo de la escasez de suelos urbanos en las ciudades más pobladas, se ha ido haciendo cada vez más necesario y frecuente el
aprovechamiento del subsuelo, lo que en nuestro país generó una larga discusión acerca de la naturaleza jurídica del subsuelo urbano, la que
en definitiva fue solucionada por una ley que modificó la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades182que entregó a las municipalidades
la administración del subsuelo de los bienes nacionales de uso público, permitiendo que éstos puedan ser objeto de concesiones y permisos
de construcción, v. gr. para estacionamiento de vehículos. El artículo transitorio de esta ley establece que:
También cabe hacer presente que la División de Desarrollo Urbano del Minvu ha
establecido algunas normas de seguridad relativas a la construcción de
estacionamientos, contenidas en el Ord. N° 450 de 27 de mayo de 1997.
En esta materia adquiere un formidable poder ese instrumento de planificación que se llama Plan Regulador Comunal.
Recordemos que el artículo 41 lo define en su inc. 4° y señala -como la primera de sus funciones- que "sus disposiciones se refieren al Uso
del Suelo o Zonificación...".
"El uso del suelo urbano en las áreas urbanas se regirá por lo dispuesto en los Planes Reguladores, y las construcciones que se levanten
en los terrenos serán concordantes con dicho propósito".
Entre los destinos cabe distinguir usos públicos, como calles, avenidas, plazas,
parques, paseos, miradores, vías peatonales y otros espacios de tránsito o de
esparcimiento públicos; usos comunitarios, tales como hospitales, iglesias,
escuelas, jardines infantiles, retenes de Carabineros, cuarteles de bomberos y
oficinas fiscales o municipales; y usos privados como son el residencial, el
comercial, el de oficinas, servicios y el industrial.
La zonificación o distribución de los distintos usos en el suelo urbano no sólo
debe atender a su armonización, sino a excluir la proximidad de las actividades
incompatibles como sería la de una zona residencial con un enclave industrial
peligroso, insalubre o simplemente molesto para los habitantes de la vecindad.
Es de observar que ya en esta primera fase el Plan Regulador impone drásticas
limitaciones al derecho de dominio. No sólo la zonificación importa la restricción de
dar al suelo solamente el destino previsto en la distribución de los usos, sino que
también puede impedir, absolutamente, darle algún destino de aprovechamiento
particular, como si el terreno de un propietario queda situado en un área verde.
Ahora bien, no se detiene aquí la intervención administrativa del plan en las
facultades emanadas del dominio.
El Plan Regulador puede limitar la altura de los edificios; puede restringir el
volumen de la edificación; señalar aquellos terrenos que "por su especial
naturaleza y ubicación no sean edificables o sean de edificación restringida"
(artículo 60, inc. 1° L.G.U.C. y artículo 2.1.10 N° 3, letra c) Ordenanza General).
El plan señalará los inmuebles o zonas de conservación histórica de la comuna,
situación en la cual los edificios afectados no pueden ser demolidos ni
refaccionados sin previa autorización de la respectiva Secretaría Regional del
Minvu (artículo 60, inc. 2°).
La ley prescribe que "el cambio de uso de suelo se tramitará como Modificación
del Plan Regulador correspondiente" (artículo 61 inc.1°).
En otro aspecto, resulta interesante la curiosa institución jurídica, que consultan
los artículos 62 y 72 de la L.G.U.C. con el nombre de Congelación.
El régimen del uso del suelo no se agota en la obra terminada, sino que persiste
con posterioridad. Las Direcciones de Obras Municipales son responsables
siempre del "control del destino que se dé a los edificios y a sus distintas
dependencias" (artículo 142 ley y artículo 5.2.9. de la Ord. Gral.).
Ahora bien, como toda persona que inicie un giro o actividad gravada con dicha
patente debe presentar una solicitud de autorización para funcionar en un local o
sede determinado (artículo 26 L.R.M.), el citado artículo 58 establece -como
requisito para otorgarla- el informe previo favorable de la Dirección de Obras.
Como la misma disposición señala que "el otorgamiento de patentes municipales
será concordante con dicho uso del suelo", el Director de Obras dispone de un
medio efectivo y de una disposición eficaz para controlar que el asentamiento de
actividades en suelo urbano concuerde con el destino previsto en el Plan
Regulador.
Tan drástico es el legislador en esta materia, que el mismo precepto señala que
"el otorgamiento de patentes que vulnere el uso del suelo establecido en la
planificación urbana acarreará la caducidad automática de éstas, y será causal de
destitución del funcionario o autoridad municipal que las hubiera otorgado".
5.1. Concepto
El loteo de terrenos es el proceso de división del suelo, cualquiera sea el
número de predios resultantes, cuyo proyecto contempla la apertura de nuevas
vías públicas y -su correspondiente urbanización- (L.G.U.C. art. 67, letra b) y
Ordenanza art. 1.1.2).
Es muy importante tener presente que el loteador no sólo deberá cumplir con las
obligaciones de urbanización que indique el D.O.M., sino que, además una vez
recepcionadas las obras de urbanización deberá ceder gratuitamente al Estado las
vías públicas, como calles y pasajes, al igual que las áreas verdes y terrenos
destinados a actividades deportivas y recreacionales que contemple el loteo, como
asimismo cederá en beneficio de la Municipalidad correspondiente, los terrenos
destinados a equipamiento comunitario (art. 134 L.G.U.C.). El total de estas
cesiones gratuitas tienen como tope legal un 44% de la superficie del terreno que
es materia del loteo (art. 70 L.G.U.C.). Cabe señalar que a estas obligaciones
debe agregarse la obligación del loteador, de pago de los derechos municipales
del loteo, a que se refiere el art. 130 de la ley, que ascienden al 2% del avalúo
fiscal del terreno.
Debemos señalar que el porcentaje total máximo a ceder gratuitamente por el
urbanizador corresponde distribuirlo entre superficies destinadas a áreas verdes,
deporte y recreación, áreas de equipamiento y áreas de circulaciones,
distribuyéndose este porcentaje conforme a la densidad de habitantes por
hectárea, de acuerdo a la tabla contenida en el artículo 2.2.5 de la O.G.U.C.
Creemos oportuno señalar que la obligación que establece la ley para el
loteador-urbanizador de tener que ceder gratuitamente al Estado y la
Municipalidad hasta un 44% del total del terreno a urbanizar, en apariencia
chocaría con la garantía constitucional del derecho de propiedad, ya que
equivaldría a un acto expropiatorio, sin indemnización. Sin embargo, la
jurisprudencia se ha inclinado por considerar que no se trataría de un acto
expropiatorio, el cual tiene siempre su origen en la voluntad del ente público, ya
sea el Estado o la Municipalidad; en el caso del loteo, el acto que haría exigible la
obligación legal de cesión gratuita, tendría su origen en un acto voluntario del
propietario, cuál sería su deseo de someter su terreno al régimen legal del loteo-
urbanización184.
La Ley seña que cualquier acto o contrato "que tenga por finalidad última o
inmediata la transferencia del dominio" de un sitio o lote, cuya urbanización no se
hubiere ejecutado, adolecerá de objeto ilícito (artículo 1466 C. Civil) y, por lo
mismo, será nulo, de nulidad absoluta (artículo 1682 C. Civil), por lo que no podrá
ratificarse el acto ni sanearse por un lapso de tiempo inferior a 10 años. Se trata
de una sanción que puede transformarse en perjudicial para el adquirente del sitio,
ya que es posible que la venta o promesa haya violado esta prohibición, pero en la
realidad el enajenante haya cumplido en tiempo y forma con su obligación de
urbanizar y el sitio lo haya entregado el adquirente debidamente urbanizado; sin
embargo, el acto sería nulo de nulidad absoluta.
El establecimiento de esta figura penal tuvo por objeto terminar con lo que se
conoció hace años como los "loteos brujos", en que el sitio sólo existía en el plano,
sin concretarse por el vendedor las obras de urbanización necesarias para cumplir
su destino urbano.
5.4.1. Efectos del certificado de recepción definitiva de la urbanización
respecto de los bienes públicos y/o municipales
a) Tratándose de las calles, áreas verdes y espacios públicos en general
contenidos en el plano de loteo, pasaran automáticamente al dominio nacional de
uso público al momento de extenderse por el Director de Obras Municipales el
correspondiente certificado de recepción definitiva del loteo, y
La ordenanza -en los artículos citados más arriba- complementa estas normas,
especialmente en los siguientes aspectos:
También es oportuno señalar que la ley N° 19.472 del año 1996 denominada de
la "calidad de la construcción", que modificó la L.G.U.C. estableció en su artículo
18, inc. 5°, lo siguiente:
"Las condiciones ofrecidas en la publicidad se entenderán incorporadas al
contrato de compraventa".
De aquí que si ofrece en venta una propiedad, con frente a un área verde (v.
gr., cancha de golf, plaza, etc.), habría un claro incumplimiento de las obligaciones
del vendedor si, en definitiva, se priva de estos beneficios al inmueble vendido.
"Artículo 129. La garantía de urbanización por el monto total de las obras, que
exige esta ley para el efecto de autorizar ventas y adjudicaciones de sitios antes
de estar ejecutada y recibida la urbanización, podrá consistir indistintamente en
valores hipotecarios reajustables u otros garantizados por el Estado, boletas
bancarias o pólizas de seguros.
La instituciones bancarias o aseguradoras, que hubieren emitido el respectivo
documento de garantía por la urbanización, pagarán los valores garantizados o
la parte de ellos que corresponda con el sólo mérito del certificado que otorgue
el Director de Obras Municipales, en el sentido de que las obras no se han
ejecutado total o parcialmente, y que el plazo correspondiente se encuentra
vendido, indicando además el monto proporcional de la garantía que deba
hacerse efectiva".
b) El proyecto de este tipo de condominios debe asimilar las vías que contemple
a las normas que rigen los loteos conforme a la L.G.U.C., "las cuales podrán ser
modificadas por el arquitecto del proyecto, siempre que aseguren condiciones
similares en cuanto a resistencia y durabilidad. Las obras de pavimentación
señaladas no requerirán permisos especiales o aprobación de proyectos, y serán
recepcionadas por la Dirección de Obras Municipales bajo el carácter de obras
complementarias" (Ord., artículo 2.6.17.).
Finalmente, cabe tener presente que conforme a la normativa citada, las calles,
áreas verdes y demás espacios comunes del condominio, serán de propiedad
privada de éste. La excepción a esta norma está representada por aquellas calles,
áreas verdes u otros espacios contemplados como de utilidad pública en el
respectivo Instrumento de Planificación Territorial. La mantención de estos
espacios de dominio común será de cargo de la comunidad, a diferencia de lo que
ocurre con un loteo normal, en que todos los espacios públicos (calles, avenidas,
áreas verdes, de equipamiento) pasan al dominio público o municipal al
recepcionarse la urbanización y, por lo mismo, su mantención es de cargo de la
municipalidad. En relación a lo indicado anteriormente, cabe tener presente la
norma legal interpretativa del Artículo Único de la ley N° 20.841 (D.O. 30.05.2015)
que dispone: "Artículo único: Declárase, interpretando el inciso primero del artículo
10 de la Ley N° 19.537, sobre Copropiedad Inmobiliaria, que los artículos 66, 67,
70, 134, 135 y 136 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones se
entienden incluidos dentro de las normas de este último cuerpo legal que todo
condominio debe cumplir, con excepción del inciso cuarto del artículo 136, y que
las calles, avenidas, plazas y espacios públicos que se incorporarán al dominio
nacional de uso público conforme al artículo 135, antes citado, serán sólo aquellos
que estuvieren considerados en el respectivo plan regulador, quedando los demás
que resulten de la aplicación del mencionado artículo 70 como bienes comunes de
dominio de la respectiva comunidad de copropietarios".
Con todo, es útil tener presente que conforme al artículo 2.2.3. de la OGUC, tal
como lo reconoce el dictamen N° 21.017 de la Contraloría en comento, la
construcción, reconstrucción, reparación, alteración, ampliación o demolición de
edificios, no generan por sí solas, obligación de ejecutar obras de urbanización,
sin perjuicio de las reposiciones que corresponda realizar en el espacio público por
eventuales daños producidos por las faenas de construcción propias del proyecto.
Por otro lado, en lo que respecta a la obligación de pavimentación tratándose de
predios acogidos a la Ley de Copropiedad Inmobiliaria, cabe señalar que de
acuerdo al artículo 2.2.4. N° 2 de la OGUC, el propietario de un inmueble estará
obligado a ejecutar las obras de urbanización, sólo en la medida que el predio esté
afecto a utilidad pública por el instrumento de planificación territorial. A contrario
sensu, si la propiedad en cuestión no se encuentra afecta a declaratoria de
utilidad pública resulta improcedente que el Serviu exija la pavimentación de una
parte de la calzada, ya que esta función le corresponderá asumirla a la Dirección
de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas o a los Serviu y a las entidades
edilicias, según lo reconoce expresamente la Contraloría en dictamen
N° 21.017188.
7.3. Por esta razón, mediante la ley N° 20.812, publicada en el Diario Oficial de
fecha 30 de enero de 2015, se ha extendido la vigencia de la normativa
excepcional de regularización contemplada en la ley N° 20.234 -estableciendo un
nuevo plazo de cinco años-, a fin de otorgar a las familias que habitan en loteos
irregulares un período más amplio para acceder a los beneficios del procedimiento
abreviado. Asimismo, esta legislación realiza algunas adecuaciones para facilitar
la aplicación de este mecanismo simplificado.
b) Para estos efectos requieren 190: i) que las obras o edificaciones se encuentren
materializadas de hecho antes del 31 de diciembre de 2006 o formen parte del
catastro de campamentos que actualmente atiende el Programa de Campamentos
del Ministerio de Vivienda y Urbanismo; ii) que no tengan permiso de loteo o
recepción de loteo; iii) que en más del 40% de los lotes resultantes del loteo
existan residentes, si está ubicado dentro del radio urbano, o 30% en los demás
casos; iv) que las viviendas existentes en el loteo tengan tasación máxima de
2.000 unidades de fomento en promedio191; v) que no se encuentren localizados
en áreas de riesgo o de protección de recursos de valor natural y patrimonial
cultural, o en franjas con declaratoria de utilidad pública, y vi) que no existan
reclamaciones pendientes al 31 de diciembre de 2006 ante la Dirección de Obras
Municipales (D.O.M.) por incumplimiento de normas urbanísticas.
Por consiguiente, tanto el notario que autorice la "primera transferencia" del sitio
de un loteo, como el Conservador de Bienes Raíces que inscriba tal transferencia,
deberán exigir al vendedor el Certificado de Asignación de Rol de Avalúo en
trámite, o, en su defecto, la autorización especial del Servicio, para la transferencia
e inscripción del sitio.
Tanto los notarios como los Conservadores de Bienes Raíces están obligados a
verificar que el número del Rol de Avalúo en trámite corresponda al especificado
en el Formulario N° 2890 de la "Declaración sobre enajenación e inscripción de
bienes raíces", que deben llenar estos funcionarios conforme a lo indicado en la
resolución N° 4.554-ex. de Impuestos Internos (D.O. 4.10.96).
Desde el punto de vista del impuesto territorial, el terreno que ha sido objeto de
un loteo ha estado avaluado solamente por el valor del terreno; ahora bien, como
consecuencia de su urbanización habrá de modificarse este avalúo fiscal (art. l2
de la ley), ya que se habrán ejecutado las obras de urbanización requeridas por la
L.G.U.C., las cuales, naturalmente, significarán un mayor valor proporcional para
los sitios nacidos de este loteo y urbanización.
De esta tasación podrá reclamar tanto el contribuyente como la municipalidad
respectiva, dentro de plazo de 30 días desde la notificación del aviso respectivo.
De esta reclamación conocerá el tribunal tributario y aduanero que corresponda
(nuevo texto arts. 149 y 150 del Código Tributario, conforme ley N° 20.322, D.O.
27.01.2009).
"Los predios rústicos, esto es, los inmuebles de aptitud agrícola, ganadero o
forestal, ubicados fuera de los límites urbanos o fuera de los límites de los
Planes Reguladores Intercomunales de Santiago y Valparaíso y del Plan
Regulador Metropolitano de Concepción, podrán ser divididos libremente por
sus propietarios siempre que los lotes resultantes tengan una superficie no
inferior a 0,5 hectáreas físicas".
De este modo, una vez emitido dicho certificado por la Dirección de Obras
Municipales respectiva, no podría modificarse mientras no se alteren las normas
urbanísticas aplicables al predio, lo que aporta un principio de certeza. Así ha sido
reconocido expresamente por la Corte Suprema, la cual acogió un recurso de
protección interpuesto en contra de la Dirección de Obras Municipales de
Pudahuel, sobre la base de considerar que el Certificado de Informaciones Previas
permite al interesado saber las condiciones bajo las cuales puede construir en los
inmuebles de su propiedad, lo que le da certeza respecto al desarrollo de su
proyecto, no pudiendo la autoridad municipal desconocer las condiciones
indicadas en la certificación otorgada previamente, y por consiguiente, desde el
momento en que es entregado a su solicitante ha producido sus efectos lo que
significa que ha ingresado a su patrimonio, quedando garantizado por el artículo
19 número 24 de la Constitución.195. En el mismo sentido, en forma más reciente, la
Corte Suprema, acogiendo un recurso de casación en el fondo, dejó sin efecto la
invalidación de un permiso de obra y de un certificado de informaciones previas,
en que la Dirección de Obras Municipales de Chillán había ordenado la
paralización de una obra por ejecutarse supuestamente fuera de la línea oficial,
aduciendo que se estaba construyendo en un bien nacional de uso público,
reconociendo dicha Dirección de Obras que el error se había generado al
otorgarse un certificado de informaciones previas que fijó erróneamente el
deslinde. El fundamento para acoger el recurso fue la presunción de legalidad de
los actos administrativos, y los principios de la confianza legítima, de la
conservación del acto administrativo, de la buena fe y de la seguridad jurídica, que
trataremos en profundidad más adelante en esta obra 196.
Sin embargo, a pesar que estimamos que el criterio sostenido en los dos fallos
anteriores, es la sana doctrina, debemos admitir que se trata de un tema no
pacífico, existiendo al menos dos pronunciamientos de nuestra Corte Suprema en
sentido contrario. En el primero de ellos, se señaló que: "la inmutabilidad que el
reclamante cree ver en el certificado de informaciones previas no es tal. En efecto,
para que tal documento tuviera la señalada característica, sería necesario que la
información que en él se proporcionara, estuviera de acuerdo con las normas
urbanísticas derivadas del instrumento de planificación territorial respectivo, como
lo exige el inciso 6° del artículo 116 de la Ley de Urbanismo"197. En el segundo
pronunciamiento, se negó lugar al recurso de casación en la forma y en el fondo
interpuesto por una Inmobiliaria en contra de la sentencia de la Corte de Santiago
que rechazó una demanda indemnizatoria respecto a la Municipalidad de Lo
Barnechea, la cual desconoció los efectos de un Certificado de Informaciones
Previas, en base a la interpretación de la Seremi de Vivienda, lo que significó que
en definitiva la Dirección de Obras no aprobara el proyecto definitivo 198.
Ahora bien, dado que el Certificado de Informaciones Previas, tal como hemos
dicho, sólo mantiene su validez mientras no se modifiquen las normas
urbanísticas, éste no ofrece al interesado la seguridad necesaria para desarrollar
su proyecto, por lo cual debe presentarlo ante la Dirección de Obras Municipales y
obtener la aprobación del denominado "Anteproyecto de Construcción".
3. El anteproyecto de construcción
La aprobación de un anteproyecto de construcción se encuentra regulada por la
L.G.U.C. (artículo 116, inc. 7°), complementado por la Ordenanza (artículo 5.1.5.).
PERMISO DE EDIFICACION
independiente
Esta prórroga debe ser dispuesta por decreto supremo del Minvu "dictado por
orden del Presidente de la República o por resolución del Seremi de Vivienda y
Urbanismo respectivo, según se trate de estudios sobre modificaciones de un Plan
Regulador Intercomunal o de un Plan Regulador Comunal, en su caso".
Sabemos que la D.O.M. tiene un plazo de 30 días, que se cuenta desde la presentación de la solicitud, o desde que se acompaña el último
de los antecedentes que la complementan, para pronunciarse sobre los permisos de edificación, plazo que se reduce a 15 días si a la solicitud
se acompaña el informe favorable de un revisor independiente o del arquitecto proyectista, en su caso.
En los casos b) y c) el interesado puede reclamar ante las Seremi de Vivienda y Urbanismo.
La Seremi, dentro de los tres días hábiles siguientes a la recepción del reclamo,
deberá solicitar a la D.O.M. que dicte su resolución si no se hubiere pronunciado o
evacue el informe correspondiente en el caso de denegación del permiso.
En este último caso y vencido este nuevo plazo sin que aún hubiere
pronunciamiento, se entenderá denegado el permiso.
N° 6 "Que, así las cosas, al rechazar la recurrida la petición de caducidad del
señalado permiso que se le formulara por los recurrentes, actuó en forma ilegal y
arbitraria, vulnerando la garantía constitucional contemplada en el artículo 19
N° 24 de la Constitución Política de la República, pues con ello permite la
construcción de un edificio de mayor altura en un área en que actualmente,
conforme a la reglamentación municipal, sólo se pueden levantar edificaciones de
menor altura que la proyectada inicialmente lo cual, evidentemente, aparte de ser
ilegal, afecta a los actores".
Por su parte, la DDU precisa sobre este tema que el plazo de prórroga que
puede autorizar la Seremi de Vivienda no puede ser entendido como indefinido,
así como tampoco susceptible de ampliarse cuantas veces el Municipio estime,
puesto que tal proceder sería arbitrario y se apartaría del espíritu de la norma 228.
Por su parte, la DDU ha definido qué debe entenderse por locales habitables,
señalando que los locales comerciales livianos instalados dentro de un centro
comercial no cumplen con la exigencia del artículo 5.1.2 N° 2, ya que no se trata
de elementos exteriores sobrepuestos que no requieran cimientos, ya que son
obras que ocupan dependencias al interior de un centro comercial mayor tales
como pasillos y estacionamientos, afectando la carga de ocupación del proyecto
original, que se supone cuenta con permiso y recepción municipal, de modo que
dichas edificaciones están alterando las condiciones bajo las cuales fue autorizado
el centro235.
a) Subdivisiones;
b) Loteos y urbanizaciones;
c) Edificaciones, y
d) Cambio de destino de un edificio existente.
b) Su estabilidad, esto es, que perdura, permanece, no puede ser revocado,
salvo que exista mala fe del beneficiario o destinatario.
Es más, tal como explica el profesor Aróstica 294, la invalidación unilateral resulta
del todo improcedente, aun cuando la autoridad invoque la mala fe del interesado,
porque la determinación de esta circunstancia constituye un asunto de exclusiva
reserva judicial, que los tribunales habrán de declarar en un previo y racional
procedimiento de nulidad. Así ha sido resuelto en los casos Bernal Jonson
(1984)295, Pacheco Becerra (1989)296, Arriagada Vicencio (1990)297, Lathrop Zavala
(1991)298, Espinoza Briceño (1994)299, Boggiano Zelada (1995)300, Yáñez Heredia
(1995)301, Castillo Dublas (1995)302, Muñoz Candia (1996)303, Pesquera Mar del Sur
(1996)304y Gallardo Muñoz (1997).305
Luego señala: "Los efectos jurídicos favorables que emanan de dichos actos
administrativos ingresan al patrimonio de sus destinatarios, es decir sus
beneficiarios, o también, terceros de buena fe, devienen adquiridos, por lo que no
pueden ser afectados a posteriori por el Estado, salvo que medie -y siempre que
sea posible configurar una causal de utilidad pública o interés nacional- la
correspondiente ley expropiatoria y en las condiciones que la Constitución prevé
(artículo 19 N° 24, incs. 3° y ss.)".
Respecto del concepto de "tercero", el profesor Soto Kloss, en nota marginal
señala: "...como el acto administrativo configura un típico acto unilateral, y para
marcar la diferencia con la persona jurídica de derecho público del cual emana, se
dice que el destinatario, su receptor, la persona a quien va dirigido es un 'tercero'.
Como precisa la Contraloría General, la persona señalada en el acto principal
interesado, tiene ese carácter (v. gr. dictámenes N°s. 23.804 de 1989 y 31.493 de
1995, entre otros)".
Por último, sobre esta materia Olga Feliú Segovia señala que "Los actos
administrativos dictados en contravención a la legislación aplicable, no debieran
ser dejados sin efecto, si es que en su dictación no ha mediado mala fe de parte
del beneficiario. Los errores que pudiera haber cometido la Administración, deben
ser asumidos por ella, y no por el particular beneficiario del acto; que la
jurisprudencia fundada en los principios de seguridad jurídica y confianza legítima
ha reconocido que no procede la invalidación de actos dictados en contravención
a la legislación cuando existe buena fe del beneficiario. Tampoco es posible
ordenarla cuando ha transcurrido el plazo de prescripción adquisitiva o fundada en
el principio de la proporcionalidad" 313.
Atendidos los graves efectos que puede producir la "revocación" del acto
administrativo -en nuestro caso del permiso de edificación-, la autoridad no puede
hacer uso de esta atribución si se trata de "actos administrativos o creadores de
derechos adquiridos legítimamente". En el caso del "permiso de construcción"
-como ya lo hemos explicado-, el permiso es el acto mediante el cual la autoridad
competente -el Director de Obras Municipales- reconoce que el proyecto
presentado por el propietario está ajustado a la normativa urbana y de
construcción y, por lo mismo, es el reconocimiento o declaración de su derecho a
efectuar la construcción proyectada, y que una vez efectuada, le sea recepcionada
por la misma autoridad.
Como muy bien dice el profesor Soto Kloss, en su artículo antes mencionado, "si
el órgano administrativo quiere que se deje sin efecto ese acto suyo que sería nulo
por haberse incurrido en un vicio, y que habiendo tenido efecto y aplicado ha
originado derechos a sus destinatarios, dicho órgano debe recurrir a la justicia
ordinaria para que el juez decida, en un debido proceso, acerca de la validez o
nulidad de ese acto, y será ese órgano administrativo quien deberá probar la mala
fe de ese destinatario/beneficiario"320.
Por otro lado, siguiendo al profesor Aróstica 321, el artículo 53 debe interpretarse
en armonía con el artículo 52 de la ley N° 19.880, que, a su turno, señala: "Los
actos administrativos no tendrán efecto retroactivo, salvo cuando produzcan
consecuencias favorables para los interesados y no lesionen derechos de
terceros", lo que significa que la regla general es la irretroactividad de los actos
administrativos, de lo que se sigue, a contrario sensu, una conclusión evidente,
cual es, que a la autoridad administrativa le está prohibido volver sobre sus
propios actos cuando ellos repercutan negativamente en el patrimonio de sus
receptores.
Con todo, debemos admitir que existen algunos autores que aceptan la
invalidación, incluso de permisos urbanísticos. Así, Urbano Marín soporta la
invalidación "en el principio de autotutela con que la Administración puede y debe
operar para atender los intereses sociales" 322. Igualmente, Raúl Letelier
oponiéndose a la tesis que impide invalidar cuando el acto ha generado derechos,
afirma: "El ejemplo más característico es el de la revocación de un permiso de
edificación dado en contravención a la ley. No podemos compartir esta opinión;
nada se puede adquirir al margen de la ley, y sólo ella puede establecer el modo
de adquirir la propiedad". Es más: Letelier incluso niega el derecho a la
indemnización del tercero afectado por el acto invalidado (revocado), señalando "e
ahí que no proceda derecho a indemnización, toda vez que por el solo hecho de la
revocación, ningún derecho se ha privado al particular, pues aquel derecho que
dice habérsele privado no pudo ingresar válidamente a su patrimonio". Sin
embargo, en ciertos casos admite la indemnización, al afirmar: "Otra cosa distinta
es que por la dictación de un acto ilegal el beneficiario haya realizado inversiones
o gastos de buena fe, ante la apariencia de legalidad del acto administrativo. En
este caso, claramente procede la indemnización de dichos daños, y ello debido a
que existe responsabilidad de acuerdo al sistema general de responsabilidad
estatal o municipal por falta de servicio, sistema establecido en la Ley de Bases
Generales de la Administración del Estado y en la Ley de Municipalidades
respectivamente"323.
Por su parte, el artículo 109 de la misma ley indica que las condiciones mínimas
de uso, localización, dimensión o ampliación, para aplicar el concepto de
"Conjunto Armónico" serán reglamentadas en la Ordenanza Local.
1. Condición de dimensión:
2. Condición de uso:
Luego, el artículo 2.6.5 prescribe que: "Los proyectos que cumplan con la
condición de dimensión a que se refieren las letras a) o b) del N° 1 del artículo
2.6.4, podrán exceder hasta en un 50% el coeficiente de constructibilidad
establecido en el Plan Regulador respectivo. Los proyectos que cumplan con la
condición de dimensión a que se refiere la letra c) del N° 1 del artículo 2.6.4,
podrá exceder hasta en un 30% el coeficiente de constructibilidad establecido en
el Plan Regulador respectivo".
Las normas urbanísticas se aplicarán a los proyectos de que trata este artículo
como si se tratara de un solo predio, y en el caso que el predio o los predios
queden afectos a dos o más zonas o subzonas del instrumento de planificación
territorial, se aplicará lo preceptuado en el artículo 2.1.21. de esta Ordenanza.
iv) Un plano de fusión firmado por el poseedor (propietario) de los predios y por
el arquitecto proyectista, en donde se grafique la situación anterior y la propuesta,
indicando los lotes involucrados y sus roles, sus medidas perimetrales, la
ubicación de los predios y un cuadro de superficie;
A estas alturas resulta útil determinar cómo juegan las normas sobre fusión de
terrenos, tratándose de inmuebles que han sido acogidos a la Ley N° 19.587 sobre
Copropiedad Inmobiliaria.
Como hemos podido observar, para poder fusionar un terreno individual con
otros terrenos que se encuentran acogidos a la Ley sobre
Copropiedad Inmobiliaria, es menester se dé cumplimiento estricto a las normas
especiales establecidas al efecto en la Ley sobre Copropiedad Inmobiliaria, que
pasamos a comentar.
Si bien la Ley sobre Copropiedad Inmobiliaria no regula específicamente la
situación que nos interesa, esto es, la fusión de un terreno acogido a la ley
N° 19.587 con otro terreno individual, sí establece algunas normas relativas a la
modificación del régimen sobre Copropiedad Inmobiliaria y a la ampliación de los
condominios.
Al efecto, conforme a lo dispuesto en los artículos 38 en relación al artículo 17
de la Ley sobre Copropiedad Inmobiliaria, se establece que la Asamblea de
Copropietarios -órgano supremo de administración- reunida en sesión
extraordinaria puede convenir, entre otras cosas, la ampliación de un condominio
(artículo 17 N° 12 ). Si bien el vocablo "ampliación" no se encuentra definido en la
ley, debemos entenderlo en su sentido natural y obvio dado por el diccionario de la
Real Academia Española, cual es: "Ampliar": "extender, dilatar", lo que nos lleva a
concluir que la expresión "ampliación" puede estar referida no sólo a la
construcción de más metros cuadrados si no que perfectamente a la incorporación
de nuevos terrenos al condominio en cuestión.
Para los efectos de materializar la "ampliación" e incorporación de nuevos
terrenos a un condominio acogido a la Ley sobre Copropiedad Inmobiliaria es
menester que la Asamblea Extraordinaria de Copropietarios se reúna válidamente,
con un quórum de funcionamiento de un 80%, en primera citación y en segunda
citación de un 60% de los derechos en el condominio, y con un quórum para tomar
acuerdos de un 75% de los derechos en el condominio (artículo 19 de la Ley sobre
Copropiedad Inmobiliaria); lo anterior es sin perjuicio de la obligación de cumplir
con las normas vigentes establecidas al efecto relativas a las fusiones de la Ley
General de Urbanismo y Construcciones y de su Ordenanza General, a que nos
hemos referido precedentemente.
En esta forma se tipifica una nueva conducta penada por la ley, que sanciona al
que, con ánimo de defraudar, con o sin representación de persona natural o
jurídica dedicada al rubro inmobiliario o de la construcción, suscribiere o hiciere
suscribir contrato de promesa de compraventa de inmueble dedicado a la vivienda,
local comercial u oficina, sin cumplir con las exigencias establecidas en el artículo
138 bis de la L.G.U.C. siempre que se produzca perjuicio patrimonial para el
promitente comprador.
Esta disposición establece que, para perseguir penalmente la firma del contrato
de promesa sin dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 138 bis, es
necesario que se cumpla una "condición objetiva de punibilidad" como es el
perjuicio patrimonial para el promitente comprador, así como que exista un ánimo
especial (el ánimo de defraudar por parte del promitente vendedor).
Finalmente, es necesario señalar que las hipótesis de fraude por engaño que
podrían llevarse a cabo mediante la celebración de una promesa de compraventa
ya se encontraban cubiertas por las figuras de estafa que establece el Código
Penal.
.5.1. Causa Terminal de Buses Los Héroes S.A. contra Ministro de la Vivienda y Director de Obras de la Municipalidad de Santiago 339
Cabe señalar que en este caso se había autorizado por la Dirección de Obras Municipales la construcción de un terminal de buses
rodoviario dentro del área céntrica de la ciudad de Santiago, lo que disgustó a las autoridades de Vivienda y de la municipalidad que
asumieron sus funciones en el año 1990, por lo que -entre otras cosas- pretendieron establecer exigencias adicionales a las del permiso de
edificación para efectuar la "recepción municipal" del rodoviario, que estaba terminado y construido conforme al permiso. La Corte de
Apelaciones acogió el recurso de protección de la Soc. Terminal de Buses Los Héroes en un fallo de 18 considerandos, que contienen un
acertado análisis de la materia, señalando que el Director de Obras de la I. Municipalidad de Santiago cometió un acto arbitrario e ilegal al
negarse a autorizar la recepción parcial del terminal de buses, exigiendo requisitos no contemplados al otorgarse el permiso de edificación.
(Fallo redactado por el Abogado Integrante señor Fernando Castro Álamos).
.5.2. Causa González Martín, Isabel contra Seremi de Vivienda y Director de Obras de Municipalidad de Providencia340
De especial interés son los considerandos del fallo de la Corte Suprema que pasamos a reproducir:
"4°) Que del otorgamiento del Permiso de Edificación y del Certificado de Recepción Final de la construcción, nacen para el propietario
importantes consecuencias patrimoniales, que son atributo del derecho de propiedad que garantiza el N° 24 del artículo 19 de la
Constitución Política, entre ellas la facultad del propietario de poder disponer libremente del edificio o de los diversos departamentos de que
se compone, de acuerdo con las disposiciones de la ley N° 6.071, cual es el caso de autos".
"11°) Que, en todo caso, cabe dejar establecido que, el Certificado de Recepción Final N° 32 referido, fue otorgado por el Director de Obras
de Providencia por haber sido ejecutada la construcción de acuerdo con el permiso correspondiente y conforme a las normas vigentes, sin
que existan en autos antecedentes técnicos que puedan avalar la resolución adoptada por el Secretario Regional Ministerial Metropolitano
de Vivienda y Urbanismo -que había dejado sin efecto recepción final del edificio-, por lo que esta Corte habrá de tener por legal el
Certificado de Recepción ya aludido, el que se ordena mantener vigente".
.5.3. Causa Sociedad Educacional San Esteban S.A. contra Seremi de Vivienda y Director de Obras Municipales de Colina341
En esta causa la Corte de Apelaciones acogió recurso de protección de la Sociedad Educacional San Esteban S.A., dejando sin efecto la
paralización de la construcción de la obra que había decretado la Seremi, en base a presuntas irregularidades del permiso de construcción. La
Corte acogió el recurso fundada en que el permiso estaba vigente, por lo que sus efectos no podían ser desconocidos por autoridad alguna.
Su desconocimiento -por cualquier modo que se produzca- constituye -dijo la Corte- un acto ilegal y arbitrario y una amenaza al derecho de
propiedad de su titular; además, el fallo señala la circunstancia de que la paralización de obras decretada por la Seremi no correspondía a
ninguna de las situaciones descritas en el artículo 146 de la L.G.U.C. La Corte Suprema confirmó este fallo.
.5.3. Causa Sociedad Educacional San Esteban S.A. contra Seremi de Vivienda y Director de Obras Municipales de Colina341
En esta causa la Corte de Apelaciones acogió recurso de protección de la Sociedad Educacional San Esteban S.A., dejando sin efecto la
paralización de la construcción de la obra que había decretado la Seremi, en base a presuntas irregularidades del permiso de construcción. La
Corte acogió el recurso fundada en que el permiso estaba vigente, por lo que sus efectos no podían ser desconocidos por autoridad alguna.
Su desconocimiento -por cualquier modo que se produzca- constituye -dijo la Corte- un acto ilegal y arbitrario y una amenaza al derecho de
propiedad de su titular; además, el fallo señala la circunstancia de que la paralización de obras decretada por la Seremi no correspondía a
ninguna de las situaciones descritas en el artículo 146 de la L.G.U.C. La Corte Suprema confirmó este fallo.
.5.4. Causa Comunidad Campo Lindo contra I. Municipalidad de El Tabo. Recurso de protección342
Se trataba en este caso de que la recurrente, con el objeto de construir viviendas de veraneo, había solicitado el cambio de uso de suelo al
SAG y al Seremi de Vivienda de la V Región, solicitud que había sido acogida, instruyendo el Seremi a la D.O.M. para que aprobare el
proyecto de urbanización; sin embargo, este último rehusó hacerlo, invocando que existía un tercero que reclamaba la propiedad de
pertenencias mineras existentes en el predio. La recurrente sostuvo que tal proceder constituía una actuación arbitraria e ilegal de la D.O.M., al
suspender obras que se estaban ejecutando desde hacía un año conforme a proyecto aprobado por la municipalidad.
9.5.5. Causa Lizana y otros con I. Municipalidad de Puente Alto y otros (La
Cañamera)
Sobre esta materia sólo podemos señalar que en el Capítulo Noveno de este
libro nos ocuparemos de las acciones de tipo administrativo y/o jurisdiccional
que podrá entablar el "interesado" que estime se le está privando
injustificadamente, de su derecho a que se le efectúe la recepción de la obra
construida conforme al permiso de edificación otorgado.
Con el fin de aliviar este trabajo de los D.O.M. y, al mismo tiempo, dar mayor
celeridad a las complejas tramitaciones relacionadas con los actos ya indicados, la
ley N° 19.472 (D.O. 16.09.1996), conocida como de la "Calidad de la
Construcción", incorporó a la L.G.U.C. el artículo 116 Bis 344, creando la institución
denominada de los "Revisores Independientes". Por su parte, en virtud del decreto
N° 223, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, publicado en el Diario Oficial de
fecha 16 de febrero de 2006, se aprobó el Reglamento de la ley N° 20.071 del
Registro Nacional de Revisores Independientes de Obras de Edificación.
El decreto supremo del Minvu N° 177 (D.O. 17.03.1997) dio lugar al Reglamento
del denominado "Registro Nacional de Revisores Independientes de Obras de
Construcción", que fue objeto de modificaciones menores, mediante los decretos
supremos del Minvu N° 44 (D.O. 4.06.2004) y N° 110 (D.O. 29.11.2004), normativa
que ha sido derogada por el decreto N° 85 del Minvu (D.O. 27.05.2005).
Finalmente, a fin de reglar jurídicamente el Registro de Revisores Independientes,
se dictó la ley N° 20.071 (D.O. 22.11.2005) que elevó a nivel legal las anteriores
normas reglamentarias que habían sido rechazadas por inconstitucionales por el
Tribunal Constitucional (fallo 21.04.2005, rol N° 437).
En cuanto a los plazos para la recepción definitiva, el inciso final de este artículo
se remite al 118. A nuestro juicio, el nuevo texto de este artículo 144 comprueba
que el informe favorable del revisor independiente para solicitar la recepción
definitiva de una obra será antecedente a tener en consideración por el Director de
Obras Municipales, pero no es suficiente para la certeza de obtener la recepción
municipal.
CAPITULO SEPTIMO
Es deber del Estado el velar por el cumplimiento de dicha garantía, tanto como
ente fiscalizador y regulador de las actividades productivas privadas como cuando
corresponda, limitando sus propios impactos negativos al medio ambiente.
Lo anterior implica que todos los sectores del país deben desarrollar las
actividades que les son propias dentro de un esquema de respeto por el medio
ambiente, y que la explotación de los recursos naturales debe ser realizada de tal
modo que asegure su sustentabilidad en el futuro. En este cuerpo legal existe una
nueva visión de la gestión productiva, que deberá ser considerada por las
empresas y agentes económicos -dentro de ellos por los empresarios e
inversionistas inmobiliarios-, en la cual se da preeminencia al hecho de que
ninguna actividad -por legítima que sea- puede desenvolverse a costa del medio
ambiente346.
La D.I.A. debe ser capaz de facilitar una evaluación rápida y más automática del
proyecto o actividad por parte de la autoridad encargada de otorgar el respectivo
permiso ambiental, la cual evaluará si el impacto ambiental se ajusta o no a las
normas vigentes. En función de la rapidez, se ha optado por un control ex-
post, con sanciones específicas, lo cual constituye la esencia de toda declaración
jurada.
El E.I.A. tiene carácter preventivo, lo que implica que los proyectos se presenten
con sus efectos ambientales diagnosticados y con posibles soluciones,
correspondiéndole a la autoridad determinar si la identificación de los problemas
ha sido la correcta, si las soluciones propuestas son apropiadas o no y exigir los
cambios requeridos, y si esa determinación es política y no rigurosamente técnica,
obedece a la voluntad de armonizar, atendida la escasez de recursos, la
protección del medio ambiente con otras necesidades de mayor importancia, como
la de erradicar la extrema pobreza, por ejemplo 348.
El proceso de evaluación, tanto de la D.I.A. como del E.I.A., concluye con una
resolución del Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental, labor que antes le
correspondía a la Conama o Corema -dependiendo de su área de jurisdicción o
competencia-, que califica ambientalmente el proyecto o actividad, que constituye
un supra-permiso ambiental si éste es positivo, ya que ningún organismo del
Estado podrá negar en dicho caso particular las autorizaciones ambientales
sectoriales pertinentes. Por el contrario, si dicha resolución es negativa o
desfavorable, los organismos del Estado estarán obligados a rechazar las
correspondientes autorizaciones, todo ello conforme a lo dispuesto en el artículo
24 de la ley N° 19.300.
La calificación ambiental efectuada por el Servicio de Evaluación de Impacto
Ambiental respecto a proyectos que se han sometido a su resolución ha sido
muchas veces impugnada por la vía del recurso de protección, fundado en que se
trataría de actuaciones ilegales y arbitrarias., situación que ha ido recientemente
evolucionando con motivo de la creación de los Tribunales Ambientales, que
explicaremos a continuación349.
1.3.1. Generalidades
La ley N° 20.417 en esta materia establece modificaciones en la forma de cómo
los proyectos o actividades señaladas en el artículo 10 de la Ley de Bases serán
presentados y aprobados, ahora por un nuevo órgano que es el continuador de la
Conama.
Así, se incorporan dos nuevos artículos al párrafo 2°, que trata esta materia,
estableciendo lo siguiente:
"Si el titular del proyecto es una empresa que según la ley califica como de
menor tamaño y debe presentar una Declaración de Impacto Ambiental podrá
comprometer a su costo, someterse a un proceso de evaluación y certificación
de conformidad, respecto del cumplimiento de la normativa ambiental aplicable
al proyecto o actividad. En este caso, la Comisión establecida en el artículo 86 o
el Director Ejecutivo, en su caso, observará el siguiente procedimiento:
Con todo, sobre el particular es menester tener presente que se introdujo una
excepción para los proyectos inmobiliarios, de los mencionados en el artículo 3
letra h), respecto de los cuales, pese a cumplirse los requisitos y condiciones
contenidos en la norma y, que por lo tanto, los obligaría a ingresar al SEIA, se ven
exceptuados de cumplir con la obligación de tramitación ante el SEIA, en la
medida que dichos proyectos pese a ejecutarse en zonas declaradas latentes o
saturadas cumplan con los siguiente requisitos:
Es por ello que no todos los proyectos inmobiliarios ingresan al SEIA, sino que
deben presentarse ciertas condiciones para que esta norma se cumpla.
Así, este numeral establece una condición copulativa que debe cumplirse para
que el titular del proyecto deba ingresar al SEIA la cual está determinada por el
tipo de proyecto y la zona donde se ejecuta para enmarcarse en esta exigencia.
De esta forma, establece el nuevo Reglamento del SEIA que se entenderá por
proyecto inmobiliario aquellos loteos o conjuntos de viviendas que contemplen
obras de edificación y/o urbanización, así como los proyectos destinados a
equipamiento; y que presente, al menos, alguna de las 4 características
contempladas desde la letra h.1.1 a h.1.4 antes indicadas.
En este caso, el ingreso se debe a la falta de regulación del área en donde éste,
excepcionalmente, se emplaza. En este caso, la evaluación de su impacto
ambiental se justifica porque suple casuísticamente la evaluación ambiental
estratégica del instrumento de planificación, inexistente en este caso.
Es necesario revisar en este punto, qué se entiende por área bajo protección
oficial para efectos de esta letra. Al respecto, el Reglamento del SEIA vigente
define qué debe entenderse por "área protegida", señalando al efecto que
corresponde a "cualquier porción de territorio, delimitada geográficamente y
establecida mediante acto de autoridad pública, colocada bajo protección oficial
con la finalidad de asegurar la diversidad biológica, tutelar la preservación de la
naturaleza y conservar el patrimonio ambiental 356.
- Letra i) Mineras
- Letra j) Ductos Mineros
- Letra k) Fábricas en general
- Letra l) Agroindustriales o Alimenticias
- Letra m) Forestales
- Letra n) Recursos Hidrobiológicos
- Letra ñ) Sustancias Peligrosas
1.3.3.3. Infraestructura
Para estos efectos se entenderá por redes y trazados, todos los componentes
de conducción, distribución, traslado o evacuación, asociados a los elementos de
infraestructura indicados en el inciso anterior.
El Instrumento de Planificación Territorial respectivo definirá en las áreas al
interior del límite urbano, las normas urbanísticas que regulen el emplazamiento
de las instalaciones o edificaciones necesarias para este tipo de uso, que no
formen parte de la red, sin perjuicio del cumplimiento de las normas ambientales,
de las normas de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, de esta
Ordenanza y demás disposiciones pertinentes. En el área rural de los planes
reguladores intercomunales o metropolitanos, dichas instalaciones o edificaciones
estarán siempre admitidas y se sujetarán a las disposiciones que establezcan los
organismos competentes, sin perjuicio del cumplimiento de la ley N° 19.300 y de lo
dispuesto en el artículo 55 de Ley General de Urbanismo y Construcciones.
Las infraestructuras del artículo 3 del Reglamento del SEIA pueden agruparse
de la siguiente manera, siguiendo el art. 2.1.29 de la OGUC:
a) De transporte
b) Sanitaria
c) Energética y Telecomunicaciones
- Letra a) Presas, Embalses.
- Letra b) Línea de Transmisión Eléctrica de alto voltaje y Subestaciones.
- Letra c) Centrales Generadoras de Energía.
- Letra j) Oleoductos, Gasoductos.
d) Lavado del lodo de las ruedas de los vehículos que abandonen la faena.
Igualmente es útil tener presente que por la vía de las Ordenanzas Municipales
Locales se complementan o modifican las normas antes reseñadas,
estableciéndose en algunos casos obligaciones más detalladas que le asisten al
constructor especialmente frente a los vecinos para mitigar las externalidades que
producen los proyectos en construcción.361
Zona i 55 55 45 45
Zona ii 60 60 45 50
Zona iii 65 65 50 55
Zona iv 70 70 70 70
a) Locales que, por sus características, deben ser totalmente aislados del ruido
exterior y además el ruido que generan en su interior no debe salir al exterior.
Estos locales son: estudios de grabación de películas cinematográficas o de
discos, salas de transmisión de radiotelefonía, salas de hospitales, estudios de
música, bibliotecas y audición de alta calidad;
b) Locales con aislación parcial que pueden recibir ruido del exterior, siempre
que este ruido no genere desviaciones de la atención. Estos locales son: hoteles,
departamentos, casas habitación, locales destinados al culto, oficinas
profesionales o comerciales y otras salas de audición no comprendidas en la
categoría anterior;
Con todo, a pesar que no se cumpla con ninguno de los parámetros anteriores,
pero si se afecta una red vial básica o si se enfrenta un camino Público (acceso)
las DOM exigen la ejecución de un análisis Vial Básico, según resulta de la
aplicación del artículo 3° del D.S. N° 83 del MOP, que al efecto establece:
Por otro lado, es importante tener presente que no es lo mismo un EISTU que el
"estudio de capacidad vial", toda vez que mientras el primero responde al impacto
sobre la vialidad afectada por un proyecto residencial o no residencial concreto, el
segundo se vincula a metas y antecedentes que justifican la planificación del
territorio a nivel del Plan Regulador Comunal 369.
Con todo, es importante tener presente que conforme a estudios realizados por
el Ministerio de Vivienda y Urbanismo en conjunto con el Ministerio de Transportes
y Telecomunicaciones, el 95% de los proyectos inmobiliarios que se desarrollan no
mitiga los efectos viales que se producen en la ciudad, dejando solo un 5% del
total de los proyectos que cumplen con la normativa vigente 375. Lo anterior ocurre
muchas veces dado que el proyecto se fragmenta, desarrollándose por etapas
para evitar así que se vea forzado a realizar un EISTU.
Mediante este proyecto de ley se busca que todos los proyectos de desarrollo
inmobiliario -sean públicos o privados, grandes o pequeños- deban aportar, no
solo para atenuar el efecto que genera el proyecto en construcción en el sistema
de transporte local, sino adicionalmente incorporar mitigaciones en relación al
proyecto en su totalidad y sus impactos con respecto a toda la ciudad. En
consecuencia, los proyectos deberán serán evaluados desde dos puntos de vista,
uno local y uno general con respecto al sistema de transporte público o privado.
El proyecto contempla que las cesiones gratuitas de terreno por parte de los
desarrolladores puedan cumplirse mediante el pago a la Municipalidad respectiva
del valor equivalente del terreno a ceder a través ya sea de pago en dinero, en
obras en el espacio público o mediante la cesión de terrenos para áreas verdes o
equipamiento, incluso en terrenos distintos al proyecto.
Por otro lado, todos los proyectos que impliquen un crecimiento urbano por
densificación estarán obligados a realizar un aporte a un fondo que tendrá como
finalidad el desarrollo de obras en espacios públicos y al sistema de transporte de
acuerdo a un "Plan de Inversión en el Transporte y Espacios Públicos", que las
Municipalidades elaboren, que incluya todos los ensanches y aperturas viales
contempladas en el respectivo plan regulador comunal, además de obras de
mejoramiento de avenidas, calles y plazas, construcción de parques y áreas
verdes y obras de equipamiento público. 378
Los aportes podrán ser materializados ya sea pagándose en dinero, antes que el
proyecto obtenga el Permiso de Edificación, o realizando estudios de
prefactibilidad o relacionados con el Plan de Inversión en Transporte y Espacio
Público.
"Severa congestión del flujo vehicular considerando las velocidades medias, los
tiempos de viaje promedio, los índices de saturación en las intersecciones, el
exceso de demanda, entre otras variables de niveles de servicio" 381.
Para cumplir con lo anterior, esta ley, por un lado, le encarga a la Ordenanza
General de Urbanismo y Construcciones establecer "el alcance, las condiciones,
las diversidades geográficas y los demás aspectos que deberán contemplarse en
la revisión de cálculo estructural". Y, por otro lado, señala que se dictará un
Reglamento para regular el Registro de Revisores de Proyectos de Cálculo
Estructural, en el cual se establecerán "los requisitos de inscripción, las causales
de inhabilidad, de incompatibilidad, así como las de amonestación, suspensión y
eliminación del mismo".
Por su parte, cabe tener presente que conforme al decreto supremo N° 134 de
Vivienda, publicado en el Diario Oficial de 24 de octubre de 2002, se aprobó el
Reglamento del Registro Nacional de Revisores de Proyecto de Cálculo
Estructural, el cual regula los requisitos de inscripción, causales de inhabilidad, de
incompatibilidad, así como las infracciones y sanciones, estableciéndose que es el
Minvu a quien le corresponde mantener este Reglamento, sin perjuicio de poder
encomendar su administración al Instituto de la Construcción. 383
Sobre esta materia, resulta útil tener presente que en la actualidad, tratándose
de las normas sísmicas, la norma sísmica chilena actual NCh433 Of 96 modificada
en el año 2009, que estaba orientada a lograr que las estructuras "puedan
presentar daños durante sismos de intensidad excepcionalmente severa, pero
siempre evitando el colapso", ha experimentado recientemente las siguientes
modificaciones: i) luego del terremoto del año 2010, se aprobó en noviembre de
ese año, como norma de emergencia el decreto N° 117, que define un nuevo
ensayo de suelos, el que consiste en evaluar la rigidez de los suelos para bajas
deformaciones para todos los estratos de suelos en los primeros 30 metros de
terreno, se modifica totalmente el espectro de diseño, principalmente para las
estructuras más flexibles; y se define el espectro elástico de desplazamientos, con
el fin de aportar al desarrollo del diseño de muros de hormigón armado (NCh430)
con base en la demanda de desplazamiento de techos; ii) posteriormente, en
noviembre de 2011, se aprobó el Decreto 61, que derogó el decreto N° 117,
estableciendo: que se crea un nuevo tipo de suelos entre los suelos II y III ahora
definidos como B y D respectivamente, con lo cual se busca aminorar la diferencia
que entregan los diseños basados en los suelos tipos II o tipo III, los que a veces
presentan hasta un 50% de diferencia en las armaduras de las estructuras.
EXIGENCIAS ESPECIALES PARA EL DESARROLLO DE PROYECTOS
INMOBILIARIOS EN ZONAS DECLARADAS TIPICAS Y AFECTAS A A LEY
SOBRE MONUMENTOS NACIONALES
5.1. Generalidades
La protección del patrimonio histórico se encuentra reglamentada en la Ley
N° 17.288 de 1970 sobre Monumentos Nacionales, la cual vino a reemplazar la
normativa del decreto ley N° 651 del año 1925.
Tal como señalamos en el capítulo tercero de esta obra, en nuestra opinión, esta
normativa no cumple con el objetivo que inspiró su dictación, ya que establece
serios gravámenes para el propietario particular, sin compensación alguna,
desconociendo que la mantención y existencia de los monumentos debe ser de
interés de toda la comunidad, habiendo sido dictada en una época en que la
función social de la propiedad tenía una dimensión muy distinta a la consignada en
la Constitución de 1980, donde la función social consiste en otorgar a la persona
un espacio para su autonomía y su realización personal, y dentro de ella habrá de
afrontar limitaciones, las que serán aceptables para la Constitución en la medida
que no infrinjan el derecho a la igualdad ante las cargas públicas y sean
proporcionales y razonables385.
La Ley de Monumentos Nacionales actual es deficiente por cuanto no establece procesos formales de participación ciudadana y genera
una carga discriminatoria sobre el propietario del inmueble. En efecto, tal como hemos analizado, la ley sólo establece deberes y
responsabilidades que el privado propietario del inmueble monumental debe asumir, sin que se le reconozca derecho alguno. Al tener el
particular la obligación de asumir todo el costo asociado al inmueble y ser su valor particular mucho menor que el social, se encuentra muchas
veces en una situación de pérdida patrimonial personal y tiene, por tanto, incentivo de buscar manera de que la obra pierda su declaratoria de
monumento nacional para recuperar el patrimonio perdido, llegando incluso al extremo de destruirlo391.
CONSERVACION HISTORICA
"El Plan Regulador señalará los terrenos que por su especial naturaleza y
ubicación no sean edificables. Estos terrenos no podrán subdividirse y sólo se
aceptará en ellos la ubicación de las actividades transitorias, manteniéndose las
características rústicas del predio. Entre ellos, se incluirán, cuando corresponda,
las áreas de restricción de los aeropuertos.
Igualmente el plan regulador señalará los inmuebles o zonas de conservación
histórica, en cuyo caso los edificios existentes no podrán ser demolidos o
refaccionados sin previa autorización de la Secretaría Regional de Vivienda y
Urbanismo correspondiente".
Para los efectos indicados, la Ordenanza General de Urbanismo y
Construcciones en su artículo 1.1.2. define a la "Zona de conservación histórica"
como:
v) En cuanto al rol del sector privado, junto con establecerse los canales de
participación ciudadana adecuados, tanto en la discusión de qué queremos
conservar como en la declaración de los monumentos nacionales y zonas típicas,
al mismo tiempo deben crearse los incentivos adecuados.
RESPONSABILIDAD CIVIL
Con todo, tal como señala Hernán Corral 425, las tendencias modernas del
llamado "Derecho de Daños" ponen el acento en su carácter protector de la
víctima, más que en su función sancionatoria de actos ilícitos. La responsabilidad
se concibe más centrada en la persona que sufre el daño y no tanto en aquel que
lo causa. En razón de ello la frontera entre la responsabilidad civil contractual y
extracontractual tiende a hacerse cada vez más flexible e interconectada, cual se
aprecia especialmente en el régimen de responsabilidad por los daños producidos
en la actividad de la construcción, donde, tal como veremos, se transita hacia un
régimen de responsabilidad objetiva, en el que el deber de reparar surge de
factores diversos de la culpa del agente.
2.1. Generalidades
El contrato de obra, cuando tiene por objeto realizar la construcción de un
inmueble, recibe el nombre de contrato de construcción, el que se encuentra
regulado en los artículos 1996 y siguientes del Código Civil, como una clase de
arrendamiento de servicios, siguiendo en ello la tradición romanista. Tratándose
de la construcción de un edificio, sólo dos artículos del Código Civil se refieren a
ello, esto es, las normas establecidas en los artículos 2003 y 2004 que
analizaremos posteriormente. Esta regulación resulta del todo insuficiente con lo
que hoy en día es el contrato de construcción, como asimismo con las costumbres
y prácticas modernas.
El contrato de construcción ha sido definido como "aquel en que una de las
partes, denominada comitente o dueño de la obra, encarga a la otra, denominada
contratista o constructor, la construcción de una obra determinada con relación a
un plano o proyecto, obligándose a pagar por ello un precio cierto"427.
Con todo, habrá que estarse a los términos del contrato de construcción en
particular para apreciar si lo configurado por las partes es una relación laboral, un
arrendamiento de servicios o de obra, un mandato o quizá una figura mixta, pues
la calificación de una obligación como de actividad (medios) o de resultados
conlleva diferentes consecuencias jurídicas en materia de responsabilidad y
riesgos, tal como analizaremos más adelante.
Como hemos podido ver, la responsabilidad por los vicios de construcción que
establece el Código Civil está referida a los "edificios", por lo que resulta de
especial interés determinar qué se entiende específicamente por dicha expresión.
Al respecto, en nuestro medio ha predominado una interpretación amplia fundada
en el artículo 568 del Código Civil, conforme a la cual incluyen, en su concepto, no
sólo los edificios propiamente tales, sino las obras de arte de toda especie, tales
como puentes, alcantarillas, diques, malecones, túneles, acueductos, pozos, etc.,
con tal que estén incorporados o adhieran al suelo en forma permanente. 447
Por su parte, tratándose de los vicios del suelo, la ley se refiere a la utilización
inadecuada del terreno, puesto que éste, en estricto rigor, no puede ser
considerado vicioso. El suelo puede no ser apropiado para emplazar la
construcción que se levantó en él y el constructor o arquitecto podía preverlo y no
lo hizo, lo que se traduce en una categoría de vicio del proyecto.
El vicio del suelo ha sido definido como "aquel vicio constructivo localizado en
una parte o elemento de la obra destinado a dar solidez y fijeza al edificio en el
terreno sobre el que se asienta, que tiene su causa en la deficiente actuación del
arquitecto al proyectar la obra"453.
Luego, conforme al artículo 2003 regla 3ª del Código Civil, así como al artículo
18 inciso 3° de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, que analizaremos
posteriormente, se reconocen los vicios de los materiales que son imputables al
empresario constructor, en la medida en que le es exigible emplear materiales que
sean de una calidad y naturaleza adecuadas para la construcción de la obra;
incluso, subsistirá la responsabilidad del constructor si es el dueño el que
suministra los materiales, si por su oficio debía conocer el vicio de la materia
suministrada o si conociéndolo no previno al dueño de esa circunstancia, según
resulta de lo dispuesto en el artículo recién precitado y en el artículo 2000 N° 3 del
Código Civil.
Los vicios del proyecto están referidos a los defectos técnicos de concepción y
disposición que violen las reglas de arte o afecten de cualquier manera la solidez,
al destino o al uso normal del edificio, lo que puede ser consecuencia no sólo de
deficiencia en los planos, sino también en cualquiera de los demás elementos que
integran el proyecto como, por ejemplo, en las indicaciones contenidas en las
memorias, especificaciones técnicas, cálculos, etc., dentro de los cuales se
comprenden los vicios de diseño o de concepción, por ejemplo, si el proyecto es
contrario al encargo profesional o al destino y naturaleza de la obra o a las leyes o
disposiciones generales o a las normas urbanísticas 455.
No obstante lo anterior, por aplicación de las normas de los artículos 2003, 2004
y 2324 del Código Civil sobre responsabilidad por la ruina de un edificio, se ha
alterado la carga de la prueba de la culpa de la negligencia específica en beneficio
del perjudicado, lo que significa que a éste le bastará establecer la ruina del
edificio y la existencia de un vicio de construcción para que se presuma la falta de
diligencia del constructor, independientemente de que quien demande sea el
propietario o un tercero afectado por la ruina del edificio.
Si la ruina de la obra se produce por fuerza mayor o caso fortuito, o por la acción
de un tercero del cual no responde el constructor o arquitecto o de la propia
víctima, no habrá lugar a responsabilidad.
Con todo, en cuanto a los hechos del propietario de la obra, tampoco servirá de
excusa al constructor o arquitecto el señalar que se limitó a cumplir las
instrucciones expresas que le dio el mandante, ya que de acuerdo al artículo 2003
regla 3ª y artículo 2000 inciso final del Código Civil, podemos concluir que sólo si
el empresario o profesional representa oportunamente al propietario el error de
sus órdenes o instrucciones, podría exonerarse de las consecuencias de ejecutar
trabajos defectuosos459.
No existe en el Código Civil precepto que exija que las obras hayan sido
formalmente recibidas a satisfacción por parte del propietario, por lo que para el
cómputo del plazo es indiferente que ésta haya tenido o no lugar.
Esta responsabilidad, tal como hemos dicho, es estricta o sin culpa ya que se
extiende a los daños que provengan de cualquier falla, error o defecto en la
construcción, sin importar que puedan ser atribuibles sólo a una determinada
especialidad o agente que haya intervenido en la construcción. Así ha sido
reconocido recientemente por nuestra Corte Suprema y por la Corte de
Apelaciones de Concepción, dentro de la jurisprudencia disponible 477.
Con todo, debemos tener presente que, conforme al mismo artículo 18 inciso 1°
de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, se establece que la
mencionada responsabilidad es sin perjuicio del derecho a repetir en contra de
quienes sean "responsables" de las fallas o defectos de construcción que hayan
dado origen a los daños y perjuicios.
Con todo, siguiendo a Enrique Barros, estimamos que no parece que sea interés
del legislador que el constructor se haga cargo de cualquier riesgo asociado a su
actividad, sino sólo de los que son atribuibles a su esfera de control. Por eso debe
entenderse que la regla de la norma recién indicada no persigue imponer una
responsabilidad a todo riesgo, sino simplemente imponer responsabilidad por
defectos que sean atribuibles a su propio hecho 485.
Por su parte, tratándose de los vicios del suelo la ley se refiere a la utilización
inadecuada del terreno, puesto que éste, en estricto rigor, no puede ser
considerado vicioso. El suelo puede no ser apropiado para emplazar la
construcción que se levantó en él y el constructor o arquitecto podía preverlo y no
lo hizo, lo que se traduce en una categoría de vicio del proyecto.
El vicio del suelo ha sido definido como "aquel vicio constructivo localizado en
una parte o elemento de la obra destinado a dar solidez y fijeza al edificio en el
terreno sobre el que se asienta, que tiene su causa en la deficiente actuación del
arquitecto al proyectar la obra"490.
Por otro lado, debemos entender que la responsabilidad del constructor respecto
a las obras ejecutadas por los subcontratistas está referida únicamente a aquellos
que tienen el carácter de subcontratistas que el mismo constructor ha contratado,
pero no se extiende en relación a los subcontratos contratados por el mandante o
dueño de la obra492.
Para facilitar el ejercicio de las acciones por parte del comprador se obliga al
primer vendedor a identificar en las respectivas escrituras de compraventa a los
proyectistas y constructores a los cuales pueda caber responsabilidad; en el
mismo sentido ello debe consignarse en los planos, especificaciones técnicas,
libros de obras, permisos de edificación, certificado de recepción final municipal,
etc. (artículo 18, inciso 5° Ley General de Urbanismo y Construcciones).
Sobre el particular, cabe tener presente que se precisa una materia importante
en cuanto a qué debe entenderse por normas técnicas, señalándose en el artículo
2° de la Ley General de Urbanismo y Construcciones que las normas son aquellas
que contienen y definen las características técnicas de los proyectos, materiales y
sistemas de construcción y urbanización, de acuerdo a los requisitos de
obligatoriedad que establece la Ordenanza General. Las normas técnicas de
aplicación obligatoria deberán publicarse en internet y mantenerse a disposición
de cualquier interesado de forma gratuita; iv) Tratándose de los revisores
independientes, se modifica el artículo 116 bis de la Ley General de Urbanismo y
Construcciones, estableciéndose en su inciso 3° que el revisor independiente será
subsidiariamente responsable al arquitecto que realice el proyecto de arquitectura,
en lo relativo a que el proyecto de construcción y sus obras cumplan con todas las
normas legales y reglamentarias aplicables a dicho proyecto; al mismo tiempo, se
establecen las funciones que le corresponden a este profesional, señalando que
debe supervisar que los proyectos de construcción y sus obras cumplan con las
disposiciones legales y reglamentarias y emitir los informes que se requieran para
tales efectos, cuyo contenido debe determinarse en la Ordenanza General de
Urbanismo y Construcciones. Con todo, los revisores independientes no
supervisarán el proyecto de cálculo estructural ni los proyectos de ingeniería
referidos a las obras de urbanización en su caso. En cuanto a la necesidad de
concurrir un revisor independiente, se establece que será obligatoria su
contratación cuando se trate de edificios públicos, lo que guarda armonía con lo
que ya establecía el artículo 5.2.5 de la Ordenanza General de Urbanismo y
Construcciones.
Las principales modificaciones en la materia que nos interesa son las siguientes:
Sobre el particular, se debe tener presente que el artículo 3° N° 20 del Código
de Comercio señala que son actos de comercio, para una o para ambas partes,
"Las empresas de construcción de bienes inmuebles por adherencia, edificios,
caminos, puentes, canales, desagües, instalaciones industriales y de otros
similares de la misma naturaleza".
Por consiguiente, todas las acciones por daños y perjuicios que provengan de
fallas o defectos atribuibles a la responsabilidad del constructor o propietario
primer vendedor, como, asimismo, aquellas relativas al cumplimiento o no de las
condiciones ofrecidas en la publicidad, quedan excluidas de la aplicación de esta
ley, ya que están sujetas a una normativa especial, en virtud de la cual dichas
acciones se someten al procedimiento sumario, ante la justicia ordinaria, pudiendo
las partes de común acuerdo someter las controversias a un árbitro mixto, esto es,
a un árbitro de derecho que, en cuanto al procedimiento, tenga las facultades de
arbitrador.
Igualmente, han sido condenadas por la justicia, por infracción a la ley del
consumidor, inmobiliarias que en la venta de proyectos nuevos introducen
cláusulas abusivas o entregan información poco veraz y oportuna. Así, por
ejemplo, el Juzgado de Policía Local de Copiapó sancionó la conducta de una
inmobiliaria que se negó a devolver al promitente comprador el dinero pagado al
firmarse una promesa, en la cual el promitente comprador no pudo finalmente
adquirir frente a la negativa del Banco de otorgarle un crédito hipotecario,
condenándola a pagar una indemnización de aproximadamente $ 1.000.000 y una
multa de 10 unidades tributarias mensuales. También se condenó a una
inmobiliaria que se negó a devolver el monto entregado como reserva equivalente
a 23,19 unidades de fomento, por la compra de un departamento en Vitacura, en
el caso de un interesado que se desistió de comprar al percatarse, al recibir el
borrador de la promesa de compraventa, que el terreno del proyecto aún no era de
propiedad de la inmobiliaria, sino que se encontraba en proceso de compra, en
cuyo caso se condenó a la inmobiliaria a pagar una indemnización de $ 500.000 y
una multa por el mismo valor por infracción a la Ley del Consumidor 502.
Con todo, se ha planteado la duda si, por ejemplo, en un conflicto acerca de las
condiciones ofrecidas en la publicidad de un proyecto inmobiliario se sujetaría la
acción judicial respectiva a las normas especiales de la Ley General de Urbanismo
y Construcciones o si, por el contrario, tal acción quedaría regida por la Ley de
Defensa al Consumidor. En nuestra opinión, estimamos que la aplicación de la Ley
de Defensa al Consumidor debemos entenderla en sentido restrictivo, ya que
constituye una norma de excepción frente al régimen general de responsabilidad
civil tanto del derecho común como de la Ley General de Urbanismo y
Construcciones y, especialmente, de los artículos 18 y 19 de esta ley, los cuales
regulan materias que, como hemos visto, quedan exceptuadas de la aplicación de
la Ley de Defensa al Consumidor.
1. Introducción
2.1. Concepto
En este escrito lo que se solicita es la nulidad total o parcial del acto impugnado
o la dictación de la resolución que corresponda para subsanar la omisión o
reemplazar la resolución anulada (artículo 151, letra h).
Como dijimos, la resolución que falle el reclamo de ilegalidad debe ser notificada
por el secretario municipal, personalmente o por cédula dejada en el domicilio del
reclamante.
Vencido el término de prueba, se remitirán los autos al fiscal para que emita su
informe; la ley no le fija plazo para emitir el informe.
3.1. Concepto
Se puede definir como el recurso que se interpone ante el Secretario Regional
del Ministerio de Vivienda y Urbanismo correspondiente, para que revise o revea
las resoluciones de los Directores de Obras Municipales, de tal modo que pueda
modificar o dejar sin efecto dichas resoluciones si lo estima conducente, en virtud
del deber de supervigilancia que le corresponde en el cumplimiento de la Ley
General de Urbanismo y Construcciones y demás normas reglamentarias.
3.5. Procedimiento
Por disposición del artículo 12 de la Ley General de Urbanismo y
Construcciones, el procedimiento aplicable es aquel que dispone el artículo 118 de
la citada ley.
Este artículo contiene el procedimiento para reclamar de la negativa del Director
de Obras, expresa o tácita, a otorgar un permiso de edificación. Dado que la
reclamación que contempla el artículo 12 de la ley obedece a causas más amplias
que el solo rechazo al permiso de edificación, debe entenderse que el
procedimiento contemplado en el artículo 118 debe adecuarse al carácter general
de esta reclamación.
.9. Tramitación514
Por aplicación de lo dispuesto en el artículo 118 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, la tramitación de este reclamo, una vez
presentado, presenta los siguientes pasos:
1° La Secretaría Regional Ministerial deberá solicitar a la Dirección de Obras Municipales correspondiente que evacue informe respecto de
la resolución recurrida. La Secretaría debe solicitar dicho informe dentro de los 3 días hábiles siguientes a la recepción del reclamo.
2° La Dirección de Obras Municipales dispondrá de un plazo de 15 días para evacuar el informe, o dictar la resolución, según corresponda.
3° Transcurrido el plazo de 15 días, haya o no evacuado el informe la Dirección de Obras, la Secretaría Regional deberá pronunciarse
sobre el reclamo. La Secretaría debe emitir su resolución dentro del plazo de 15 días hábiles, procediéndose en la forma que indica el inciso
cuarto del artículo 118, recién transcrito.
Sin embargo, no podría dictar una resolución que reemplace aquella recurrida,
en atención a lo que dispone el artículo 5° de la Ley General de Urbanismo y
Construcciones, que otorga a las Municipalidades la facultad de aplicar esta ley, la
Ordenanza General, las normas técnicas y demás reglamentos, en sus acciones
administrativas relacionadas con la planificación urbana, urbanización y
construcción; y de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 20 letra g) de la Ley
Orgánica Constitucional de Municipalidades, a la unidad encargada de obras
municipales corresponderá: g) en general, aplicar las normas generales sobre
construcción y urbanización en la comuna.
3.12. Notificación
Aun cuando la Ley General de Urbanismo y Construcciones no dispone cómo
debe notificarse la resolución dictada por el Secretario Regional Ministerial en el
ejercicio de las atribuciones que le confieren su artículo 12, es principio general de
nuestro ordenamiento jurídico que las resoluciones producen sus efectos desde
que son notificadas.
4.1. Posición que sostiene que las resoluciones ilegales de los Directores de
Obras Municipales sólo son reclamables ante el Seremi de Vivienda (artículo
12 L.G.U.C.)
Esta posición tiene varios fallos a su favor 522, y se basa en las siguientes
razones:
Enseguida, la Ley Orgánica del Ministerio de la Vivienda (D.L. N° 1.305 del año
1976), establece en su artículo. 24 que corresponderá a cada Secretaría
Ministerial en su jurisdicción el ejercicio de las facultades señaladas en el art. 12
del mismo cuerpo legal, y, entre ellas, la de la letra j) que se refiere a "Resolver en
segunda instancia las reclamaciones interpuestas en contra de las resoluciones
adoptadas por los Directores de Obras Municipales en asuntos relativos a la
construcción y urbanización, siempre que la apelación sea fundada", y,
Por último, las funciones técnicas que ejerce el Director de Obras Municipales,
de acuerdo a las normas propias de la Ley de Municipalidades (artículo 24) y
L.G.U.C. (artículo 9°), constituyen funciones privativas del Director de OO.MM. que
ejerce con autonomía respecto del alcalde, por lo que no podría éste modificar sus
resoluciones por la vía del reclamo de ilegalidad.
Esta posición también tiene varios fallos a su favor 523y sus argumentos
principales podemos resumirlos en la siguiente forma:
"2°. Que es un error común creer que los problemas que se suscitan en una
determinada área de actividad sólo pueden ser resueltos adecuadamente por
los especialistas de esa área. Se atribuye a Georges Clemenceau la aguda
observación de que 'la guerra es un asunto demasiado serio como para dejarlo
en manos de los militares'. Se podría parafrasearla, señalando que los
problemas urbanísticos son demasiados complejos como para que sólo lo
urbanistas sean los llamados a resolverlos.
Esto es así porque el urbanismo compendia y exterioriza toda la gama de
valores vigentes en la sociedad que lo elabora. De allí que el Derecho
Urbanístico -que no es otra cosa que la juridización de sus principios y de sus
normas y requerimientos técnicos, para hacerlos vinculantes- concierne no sólo
al interés privado sino, principalmente, al interés público y social, porque la
ciudad, la calidad de vida y las posibilidades de realización personal que ella
proporciona constituyen un bien común destinado a todos y valioso para todos.
De allí también que la solución de los problemas que la gestión urbanística
suscita, requiera la aplicación de elementos ajenos a las puras técnicas
urbanísticas -como son, entre otros, los principios generales del Derecho o las
elaboraciones de la doctrina administrativa- valores, principios y normas, que los
jueces manejan con holgura por vocación y por oficio.
Cierto es que los jueces no pueden ser especialistas en todas las áreas de la
actividad humana, ni lo necesitan. Los jueces son especialistas en hacer justicia
y, cuando ignoran una actividad que requiere especialización, cuentan con
medios jurídicos de asesoría para entender cabalmente la problemática en
juego y, así, poder resolverla correctamente.
Todo lo anterior no obsta a que, ante un problema o dificultad meramente
técnico, que pueda ser resuelto en sede administrativa, la ley provea los medios
para que el interesado recurra a esa vía y encuentre en ella la solución
adecuada; pero quedándole siempre abierta ante cualquiera lesión a sus
derechos, la vía judicial. Porque, como unánimemente reconocen los
juspublicistas, uno de los signos distintivos del Estado de Derecho es el control
judicial de los actos de la Administración.
3° Que la misma distribución de competencias contenida en la reflexión
precedente, viene dada en nuestro ordenamiento jurídico por dos normas de
distintos rangos: la Constitución Política y el art. 12 de la llamada 'Ley General
de Urbanismo y Construcciones' (L.G.U.C.).
En efecto, es la propia Constitución Política la que, en su artículo 20, atribuye a
esta Corte competencia para conocer y resolver el recurso de protección relativo
al legítimo ejercicio del derecho de propiedad que se encuentra expresamente
amparado por dicha disposición.
Lo cual no obsta, conforme al propio precepto citado, a que quien se considere
afectado en algún aspecto técnico de la ejecución del permiso concedido, y
durante el desarrollo de las faenas a que dé lugar, pueda reclamar ante el
propio Director de Obras Municipales conforme al artículo 9° de la citada
L.G.U.C. y si no queda conforme con lo resuelto por este organismo, pueda
alzarse en sede administrativa, que no es instancia jurisdiccional, ante la
Secretaría Regional correspondiente del Ministerio de Vivienda y Urbanismo,
conforme al art. 12 del mismo cuerpo normativo.
Las diferencias entre la acción constitucional de protección u otras
acciones,judiciales que pudieran entablarse contra decisiones de la autoridad
urbanística y la reclamación regulada en los arts. 9° y 12 de la L.G.U.C.
consisten en que, mientras aquéllas son de naturaleza jurisdiccional, la segunda
es de naturaleza administrativa; mientras aquéllas proceden en las
oportunidades y plazos que la ley provee, la reclamación administrativa sólo
procede "durante las faenas" a que da lugar el respectivo permiso; mientras las
decisiones que se adoptan respecto de las primeras están dotadas de efectos
jurisdiccionales, entre ellos, la cosa juzgada y la ejecutoriedad, la segunda
genera decisiones de efecto y alcance administrativo y -a su vez- son
susceptibles de revisión judicial, si afectan derechos subjetivos, conforme al
principio general de tutela jurisdiccional de los derechos, positivado en el art. 19
N° 3 de la Constitución.
No obstante lo cual, el ejercicio de aquéllas y de ésta no es incompatible, por su
distinta naturaleza y por las esferas diversas de acción de los órganos ante los
cuales se ejercitan unas y otras, quedando su elección sujeta a la voluntad del
afectado.
De todo lo anterior cabe concluir la competencia de esta Corte para conocer del
recurso interpuesto, sin perjuicio de la reclamación administrativa de que da
cuenta el Informe de la D.O.M. recurrida.
4° Con todo, y a mayor abundamiento esta Corte quiere enfatizar la
imposibilidad de atribuir carácter jurisdiccional a la reclamación de los arts. 9° y
12 de la L.G.U.C., y de tribunales especiales, a los órganos que conocen de
ella, puntualizando el rango normativo de la denominada 'Ley General de
Urbanismo y Construcciones', contenida en el decreto supremo N° 458/75 del
Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, que tampoco es decreto con fuerza de
ley como erróneamente se ha sostenido. En efecto, el cuerpo de normas
referido tiene su origen en el D.L. N° 602 de 5 de agosto de 1974, el cual no
delegó facultades legislativas en el Presidente de la República para que pudiera
hablarse con propiedad de un D.F.L., sino que facultó al Ministerio de la
Vivienda y Urbanismo para fijar los textos definitivos de las leyes relativas a
construcciones y urbanización; el cual lo hizo mediante el decreto supremo
N° 458 del 18 de diciembre de 1975, dictado con posterioridad mayor a un año
respecto del D.L. habilitante, y publicado, con ese carácter, en el Diario Oficial
del 13 de abril de 1976.
Siendo así que los tribunales de justicia sólo pueden establecerse por ley, no
puede un decreto supremo -ni fue ése su cometido- transformar las Direcciones
de Obras Municipales y las Secretarías Regionales del Ministerio de Vivienda y
Urbanismo en tribunales especiales de justicia".
Esta posición también tiene varios fallos a su favor 523y sus argumentos
principales podemos resumirlos en la siguiente forma:
"2°. Que es un error común creer que los problemas que se suscitan en una
determinada área de actividad sólo pueden ser resueltos adecuadamente por
los especialistas de esa área. Se atribuye a Georges Clemenceau la aguda
observación de que 'la guerra es un asunto demasiado serio como para dejarlo
en manos de los militares'. Se podría parafrasearla, señalando que los
problemas urbanísticos son demasiados complejos como para que sólo lo
urbanistas sean los llamados a resolverlos.
Esto es así porque el urbanismo compendia y exterioriza toda la gama de
valores vigentes en la sociedad que lo elabora. De allí que el Derecho
Urbanístico -que no es otra cosa que la juridización de sus principios y de sus
normas y requerimientos técnicos, para hacerlos vinculantes- concierne no sólo
al interés privado sino, principalmente, al interés público y social, porque la
ciudad, la calidad de vida y las posibilidades de realización personal que ella
proporciona constituyen un bien común destinado a todos y valioso para todos.
De allí también que la solución de los problemas que la gestión urbanística
suscita, requiera la aplicación de elementos ajenos a las puras técnicas
urbanísticas -como son, entre otros, los principios generales del Derecho o las
elaboraciones de la doctrina administrativa- valores, principios y normas, que los
jueces manejan con holgura por vocación y por oficio.
Cierto es que los jueces no pueden ser especialistas en todas las áreas de la
actividad humana, ni lo necesitan. Los jueces son especialistas en hacer justicia
y, cuando ignoran una actividad que requiere especialización, cuentan con
medios jurídicos de asesoría para entender cabalmente la problemática en
juego y, así, poder resolverla correctamente.
Todo lo anterior no obsta a que, ante un problema o dificultad meramente
técnico, que pueda ser resuelto en sede administrativa, la ley provea los medios
para que el interesado recurra a esa vía y encuentre en ella la solución
adecuada; pero quedándole siempre abierta ante cualquiera lesión a sus
derechos, la vía judicial. Porque, como unánimemente reconocen los
juspublicistas, uno de los signos distintivos del Estado de Derecho es el control
judicial de los actos de la Administración.
3° Que la misma distribución de competencias contenida en la reflexión
precedente, viene dada en nuestro ordenamiento jurídico por dos normas de
distintos rangos: la Constitución Política y el art. 12 de la llamada 'Ley General
de Urbanismo y Construcciones' (L.G.U.C.).
En efecto, es la propia Constitución Política la que, en su artículo 20, atribuye a
esta Corte competencia para conocer y resolver el recurso de protección relativo
al legítimo ejercicio del derecho de propiedad que se encuentra expresamente
amparado por dicha disposición.
Lo cual no obsta, conforme al propio precepto citado, a que quien se considere
afectado en algún aspecto técnico de la ejecución del permiso concedido, y
durante el desarrollo de las faenas a que dé lugar, pueda reclamar ante el
propio Director de Obras Municipales conforme al artículo 9° de la citada
L.G.U.C. y si no queda conforme con lo resuelto por este organismo, pueda
alzarse en sede administrativa, que no es instancia jurisdiccional, ante la
Secretaría Regional correspondiente del Ministerio de Vivienda y Urbanismo,
conforme al art. 12 del mismo cuerpo normativo.
Las diferencias entre la acción constitucional de protección u otras
acciones,judiciales que pudieran entablarse contra decisiones de la autoridad
urbanística y la reclamación regulada en los arts. 9° y 12 de la L.G.U.C.
consisten en que, mientras aquéllas son de naturaleza jurisdiccional, la segunda
es de naturaleza administrativa; mientras aquéllas proceden en las
oportunidades y plazos que la ley provee, la reclamación administrativa sólo
procede "durante las faenas" a que da lugar el respectivo permiso; mientras las
decisiones que se adoptan respecto de las primeras están dotadas de efectos
jurisdiccionales, entre ellos, la cosa juzgada y la ejecutoriedad, la segunda
genera decisiones de efecto y alcance administrativo y -a su vez- son
susceptibles de revisión judicial, si afectan derechos subjetivos, conforme al
principio general de tutela jurisdiccional de los derechos, positivado en el art. 19
N° 3 de la Constitución.
No obstante lo cual, el ejercicio de aquéllas y de ésta no es incompatible, por su
distinta naturaleza y por las esferas diversas de acción de los órganos ante los
cuales se ejercitan unas y otras, quedando su elección sujeta a la voluntad del
afectado.
De todo lo anterior cabe concluir la competencia de esta Corte para conocer del
recurso interpuesto, sin perjuicio de la reclamación administrativa de que da
cuenta el Informe de la D.O.M. recurrida.
4° Con todo, y a mayor abundamiento esta Corte quiere enfatizar la
imposibilidad de atribuir carácter jurisdiccional a la reclamación de los arts. 9° y
12 de la L.G.U.C., y de tribunales especiales, a los órganos que conocen de
ella, puntualizando el rango normativo de la denominada 'Ley General de
Urbanismo y Construcciones', contenida en el decreto supremo N° 458/75 del
Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, que tampoco es decreto con fuerza de
ley como erróneamente se ha sostenido. En efecto, el cuerpo de normas
referido tiene su origen en el D.L. N° 602 de 5 de agosto de 1974, el cual no
delegó facultades legislativas en el Presidente de la República para que pudiera
hablarse con propiedad de un D.F.L., sino que facultó al Ministerio de la
Vivienda y Urbanismo para fijar los textos definitivos de las leyes relativas a
construcciones y urbanización; el cual lo hizo mediante el decreto supremo
N° 458 del 18 de diciembre de 1975, dictado con posterioridad mayor a un año
respecto del D.L. habilitante, y publicado, con ese carácter, en el Diario Oficial
del 13 de abril de 1976.
Siendo así que los tribunales de justicia sólo pueden establecerse por ley, no
puede un decreto supremo -ni fue ése su cometido- transformar las Direcciones
de Obras Municipales y las Secretarías Regionales del Ministerio de Vivienda y
Urbanismo en tribunales especiales de justicia".
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Tabla de Contenido
Urbanismo y Construcción
URBANISMO Y CONSTRUCCIÓN. 2° ED.
INICIO DE:
URBANISMO Y CONSTRUCCIÓN
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN
ABREVIATURAS
CAPÍTULO PRIMERO. EL DERECHO URBANÍSTICO
CAPÍTULO SEGUNDO PRINCIPIO DE "LEGALIDAD". MARCO
CONSTITUCIONAL Y LEGAL DEL URBANISMO Y CONSTRUCCIÓN
CAPÍTULO TERCERO LAS GARANTÍAS CONSTITUCIONALES FRENTE A LA
NORMATIVA URBANÍSTICA
CAPÍTULO CUARTO LA PLANIFICACIÓN URBANA Y SUS INSTRUMENTOS
CAPÍTULO QUINTO RÉGIMEN DEL SUELO: DIVISIÓN Y URBANIZACIÓN
CAPÍTULO SEXTO FASES DEL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN
CAPÍTULO SÉPTIMO EXIGENCIAS ESPECIALES PARA EL DESARROLLO DE
PROYECTOS INMOBILIARIOS
CAPÍTULO OCTAVO RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS PROFESIONALES
QUE INTERVIENEN EN LA CONSTRUCCIÓN Y DEL PROPIETARIO PRIMER
VENDEDOR
CAPÍTULO NOVENO RECLAMACIONES ADMINISTRATIVAS Y
JURISDICCIONALES EN MATERIA DE URBANISMO Y CONSTRUCCIÓN
CAPÍTULO DÉCIMO LA AUTOTUTELA EN EL DERECHO URBANÍSTICO
BIBLIOGRAFÍA
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INICIO DE:
CAPÍTULO NOVENO RECLAMACIONES ADMINISTRATIVAS Y
JURISDICCIONALES EN MATERIA DE URBANISMO Y CONSTRUCCIÓN
1. INTRODUCCIÓN
2. EL RECLAMO DE ILEGALIDAD MUNICIPAL
3. RECLAMOS INTERPUESTOS ANTE LAS SECRETARÍAS REGIONALES DEL
MINISTERIO DE VIVIENDA Y URBANISMO ("SEREMI")
4. EL RECLAMO DE ILEGALIDAD MUNICIPAL Y LA RECLAMACIÓN
ADMINISTRATIVA DEL ARTÍCULO 12 DE LA L.G.U.C
5. RECLAMACIONES ANTE EL SEREMI Y EL RECURSO DE PROTECCIÓN
6. PROCEDIMIENTOS PARA OBTENER LA PARALIZACIÓN DE OBRAS Y/O SU
DEMOLICIÓN
7. RECLAMACIONES DE NATURALEZA JURISDICCIONAL EN MATERIA DE
URBANISMO Y CONSTRUCCIONES
8. CONTROL DE LEGALIDAD DE LA CONTRALORÍA GENERAL DE LA
REPÚBLICA EN RELACIÓN A MATERIAS DE URBANISMO Y CONSTRUCCIÓN
VOLVER
INICIO DE:
7. RECLAMACIONES DE NATURALEZA JURISDICCIONAL EN MATERIA DE
URBANISMO Y CONSTRUCCIONES
7.1. COMPETENCIA DE LOS JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL
7.2. COMPETENCIA DE LOS JUZGADOS CIVILES
7.3. JUICIOS O ACCIONES DE COMPETENCIA DE LAS CORTES DE
APELACIONES
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7.2.2. Igualmente, tienen competencia los juzgados civiles para conocer de las
demandas ejecutivas de cobro de gastos comunes en los condominios (ley
N° 19.537, art. 33, inciso final).
La disposición del art. 565 del Código de Procedimiento Civil señala que solo
basta la presentación de la demanda de "obra nueva denunciable" para que el
Juez decrete provisionalmente la suspensión de la obra, sin necesidad de que se
acompañen antecedentes que respalden la petición. Pensamos que es importante
tener presente que la orden judicial de suspensión de una obra en construcción
puede ocasionar inmensos perjuicios económicos al propietario y constructor,
obligándolos a desahuciar personal que trabaja en ella, incurrir en elevadas multas
por atraso en la entrega de la obra, dificultades para restituir préstamos bancarios
en los plazos acordados, etc., prestándose esta acción para que personas
inescrupulosas se valgan de ella para presionar indebidamente al propietario y/o
constructor para pagarles elevadas sumas de dinero a título de presuntos
perjuicios -muchas veces imaginarios- que ocasionaría la ejecución de la obra. De
aquí que esta acción, en la forma establecida en el art. 565 del C. de P. Civil ha
sido duramente criticada por la doctrina, dándose razones de tipo histórico,
constitucional, y de interpretación sistemática de la ley para sostener que, no
obstante el tenor literal de la disposición ya indicada, el Juez, antes de ordenar la
paralización de la obra, debería hacer un análisis preliminar de los antecedentes
que se invocan y, sólo en el caso de que los antecedentes lo justifiquen, ordenar la
suspensión. Creemos que esta interpretación se refuerza si consideramos que
este interdicto es para suspender una "obra nueva denunciable"; ahora bien, algo
es denunciable cuando se está haciendo en forma indebida, lo que tratándose de
una construcción supondría que ella se ejecuta sin permiso de la autoridad
competente o contraviniendo lo establecido por el permiso de edificación. Si la
construcción de la obra cuenta con permiso y su ejecución se efectúa conforme a
dicho permiso, no podemos hablar de una "obra nueva denunciable". De aquí que
para dar curso a la acción el juez debería, a nuestro juicio, asegurarse de que
realmente se trata de una obra nueva denunciable, en los términos que hemos
indicado, lo que supone la ejecución de una obra en violación de la normativa legal
aplicable al caso528.
El propietario de un terreno goza del poder jurídico más amplio que puede
tenerse sobre una cosa, conforme a la definición del derecho de dominio (artículo
582 C. Civil). Dentro de las facultades que el dominio otorga al dueño está la de
construir sobre su terreno, naturalmente ajustándose a las normas legales y
reglamentarias que rigen la construcción. Este derecho tan amplio suele en
algunos casos colisionar con el derecho que la ley minera otorga al concesionario
minero, quien tiene facultades exclusivas para poder explorar y explotar el
yacimiento sobre el que recae su concesión, haciéndose dueño de las sustancias
minerales que extraiga y que estén comprendidas dentro del territorio de su
concesión. Por otra parte, la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones
Mineras, en su artículo 8° establece que "Los titulares de concesiones mineras
tienen derecho a que se constituyan las servidumbres convenientes a la
exploración y explotación mineras. Respecto de esas concesiones, los predios
superficiales están sujetos al gravamen de ser ocupados en toda la extensión
necesaria para trabajos mineros" y luego detalla algunas labores consideradas
como tales.529
Juan Pablo Bambach y María Paz Pulgar en obra recién citada expresan:
"Nuestra jurisprudencia ha sido abundante en decisiones que señalan que la sola
existencia de una concesión minera no basta para invocar una Denuncia de Obra
Nueva".
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8. Control de legalidad de la Contraloría General de la República en relación
a materias de urbanismo y construcción
1. Introducción
El ordenamiento urbanístico impone una obligación general de respeto y
observancia que vincula tanto a la Administración como a los administrados 542.
RESTITUTORIA
De especial interés son los considerandos 7°, 8° y 15° del fallo de la Corte de
Apelaciones.
Cabe agregar que la paralización había sido decretada por la D.O.M. fundada en
el artículo 146 de la L.G.U.C., por estimar estaba mal otorgado el permiso de
construcción. En consecuencia, la Corte rechaza no sólo que el D.O.M. tenga
competencia para dejar sin efecto permisos de construcción otorgados por el
mismo, sino también para paralizar la construcción misma de la obra, por estar
fuera de los casos del artículo 146 de la L.G.U.C.
"El Alcalde, a petición del Director de Obras, podrá ordenar la demolición, total o
parcial, a costa del propietario, de cualquiera obra en los siguientes casos:
1) Obras que se ejecuten en disconformidad con las disposiciones de la
presente Ley, su Ordenanza General u Ordenanza Local respectiva.
2) Obras que se ejecuten fuera de la línea de cierro o en bienes de uso público,
sin la autorización correspondiente.
3) Obras que no ofrezcan las debidas garantías de salubridad y seguridad, o
que amenacen ruina.
4) Obras ejecutadas de conformidad a las autorizaciones señaladas en los
artículos 121, 122 y 123, que no se hubieren demolido al vencimiento de los
plazos estipulados".
Los artículos 121, 122 y 123 -a los que se remite el apartado 4 que antecede-
regulan ciertas autorizaciones especiales que el D.O.M. puede conceder para
edificar -con carácter provisorio y previa autorización del Municipio- en terrenos
particulares afectos a uso público o comunitario por el Plan Regulador Comunal;
para la transformación provisoria de edificios fuera de ordenación, en casos
calificados de interés general y en determinadas condiciones; o para la ejecución
de reparaciones de emergencia y de carácter transitorio, en el caso de edificios
afectados por siniestros, que no cumplan las disposiciones del Plan. En todos
estos casos se encuentra implícita la obligación de demoler, impuesta al
propietario, una vez cumplida la condición o vencido el plazo preestablecido.
Las dos situaciones más netas de autotutela legal son, sin duda, las
contempladas en los apartados 1 y 2 del artículo 148.
Existe también una variante de la situación prevista en el apartado 3, en la que
el alcalde no requiere de la petición formulada por el D.O.M.
Dice el artículo 156 L.G.U.C.548:
"Cuando el peligro de derrumbe de una obra o de parte de ella fuere inminente,
la Alcaldía podrá adoptar de inmediato todas las medidas necesarias para
eliminar el peligro, incluso la de demoler sin más trámite, total o parcialmente la
obra, todo por cuenta del propietario del inmueble.
En este caso, deberán hacerse constar en un acta los trabajos que se ejecuten,
los gastos que éstos originen y los demás antecedentes e informaciones que
procedan. Esta acta será firmada por el Director de Obras Municipales, el Jefe
de Carabineros del sector y un actuario o ministro de fe, que designará el
Alcalde".
Sólo cabe comentar que no hay una diferencia sustancial entre los apartados 1)
y 2) del artículo 148 que permiten al alcalde decretar una orden de demolición, con
las causales que según el artículo 157 autorizan al Seremi para dictar una "orden
de demolición", por lo que en relación a estas circunstancias habría una
inconveniente dualidad de atribuciones entre el órgano administrativo (Seremi) y el
municipal (alcalde), siendo que estas atribuciones, por su naturaleza ejecutiva y de
carácter local, debieren estar, exclusivamente, en manos del alcalde, sin perjuicio
de las denuncias que ante ellos pudieren hacer los Secretarios Regionales en
cumplimiento de sus funciones de vigilancia y fiscalización.
Los artículos 150 al 155 inclusive -a los cuales nos remitimos- establecen la
forma de tramitación de esta denuncia y los recursos que proceden contra la orden
de demolición que dicte el Alcalde, materias que se entregan a la competencia del
Juez de Letras de Mayor Cuantía en Lo Civil del Departamento en que esté
ubicado el inmueble, correspondiendo tramitar la reclamación como juicio sumario.
Sobre esta misma materia cabe señalar que nuestro Código Civil contempla, al
final del Libro III, dedicado a los "Bienes", diversas acciones destinadas a derribar
edificios ruinosos para precaver la seguridad personal del perjudicado (artículo
932) o la seguridad colectiva (artículo 935 en relación con el 932), concediendo
"acciones municipales o populares) (artículos 948 y 949), sin perjuicio de las
acciones indemnizatorias (artículo 950).
RETRIBUTIVA
En cambio, el artículo 23 contempla -en su inciso 1°- una acción mucho más
drástica, destinada a hacer efectiva la responsabilidad penal de los alcaldes. Dice
así:
En materia penal, la ley contempla -en el párrafo que trata "De las Obligaciones
del Urbanizador"- la configuración de un ilícito imputable al propietario, loteador o
urbanizador de terrenos, que luego castiga como delito y con respecto al cual
obliga a ciertos órganos a ejercitar la correspondiente acción penal.
El artículo 467 del Código Penal sanciona al que defrauda a otro en la sustancia,
cantidad o calidad de las cosas que le entregare en virtud de un título obligatorio,
estableciendo penas que varían según el monto de la defraudación.
Bibliografía
Obras jurídicas
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Superintendencia del Medio Ambiente.
- Ley N° 20.443, que modifica el artículo N° 19 del Decreto con Fuerza de Ley
N° 458, LGUC.
- Ley N° 20.600, que crea los Tribunales Ambientales.
- Ley N° 20.703, crea y regula los registros nacionales de inspectores técnicos de
obra (ITO) y de revisores de proyectos de cálculo estructural y perfecciona
régimen de responsabilidad civil por fallas o defectos de construcción.
_ Ley N° 20.812, relativa a saneamiento y regularización de loteos, y amplía su
plazo de vigencia.
- NCh433 Of. 96, Norma Sísmica Chilena.