Deleuze in The Dark.
Deleuze in The Dark.
Deleuze in The Dark.
Flavio Luzi
Por honestidad intelectual, hay que reconocer al libro de Culp un mérito indiscutible,
el de haber logrado cuestionar radicalmente, en sólo un centenar de páginas, las
interpretaciones "alegres" y "optimistas" de la obra deleuziana, suscitando el interés,
y a veces la molestia, de ambientes académicos y militantes. Se trata de
interpretaciones que se han hecho tan célebres como hegemónicas, y que pueden
circunscribirse en dos grandes corrientes: por una parte, la democrático-reformista,
representada en Italia por Rocco Ronchi, que reduce las posiciones revolucionarias
y las simpatías subversivas de Deleuze a meras "poses" sesentayochistas, dictadas
nada más que por las coyunturas históricas; por otro lado, la
democrático-constituyente, representada por Antonio Negri y Michael Hardt, para la
cual, el acceso a todo "afuera" de la organización imperial del capitalismo financiero
global debe considerarse mera utopía, ya que la revolución sólo puede surgir de una
adhesión sin residuos "dentro" de estas instituciones; esto a veces nos lleva a
sospechar que, a fin de las cuentas, " No nos han avisado, ¡ya hemos ganado sin
darnos cuenta!" 1. Manteniendo firmes estas dos corrientes como objetivo de su
crítica, la pregunta planteada públicamente por Culp es clara y se basa en una
perplejidad que muchos llevaban años planteando: este "canon de la alegría" (canon
of joy) no habrá dejado de lado la fuerza revolucionaria, oscura y destructiva
contenida en los libros de Deleuze, reduciéndolo a nada más que a un inofensivo y
moderado "pensador afirmativo de la conectividad" (p.33)2. ¿Escandalosamente
parecido a los ideólogos progresistas de Silicon Valley? Si, como correctamente
observa Paolo Vignola en su (No)prefacio al texto, Dark Deleuze debe ser
considerado como un personaje conceptual, un hijo deforme engendrado por la
1
Paolo Virno, entrevista del 21 de abril de 2001 publicada en el sitio web:
https://www.autistici.org/operaismo/virno/14_1.htm
2
Las referencias aquí expuestas remiten a la reciente edición y publicación del libro en
italiano. (Dark Deleuze, Mimesis, Milano-Udine 2020) (N de T)
"inmaculada concepción" deleuziana - tratamiento esta vez reservado por Culp al
propio Deleuze -, es posible afirmar que la reserva expresada por Culp es correcta
o, al menos, legítima, y que su intuición constituye el verdadero acto de nacimiento
de Dark Deleuze, evitando el riesgo de hacer del autor de Millepiani una especie de
Eusebio de Cesarea o de Matteo Renzi - o, peor aún, de Jared Coehn.
Dicho esto, los problemas de Dark Deleuze comienzan a surgir a medida que esta
intuición se nutre y alimenta a lo largo del texto. La aspiración a querer formar "un
canon inverso" (p. 34), "un proyecto negativo" (p. 87), una alternativa oscura, suscita
más que una simple duda exegética. Es algo que se impone con una cierta claridad
ya al final de la introducción, donde Culp enumera una serie de oposiciones que
distinguen el Deleuze oscuro (¿nihilista? ¿radical?) del Deleuze alegre
(¿metafísico? ¿moderado?) con respecto a su objetivo, a su sujeto, a su ontología, a
su organización, a su política… Donde el primero destruye mundos, el segundo crea
conceptos, donde el primero está involucrado en un des-devenir (un-becoming), el
segundo está comprometido en un encadenamiento, donde el primero es
materialista el segundo es realista, y así sucesivamente, al infinito. Sin embargo,
uno podría preguntarse: de esta manera, ¿ Culp, no llega a construir - como por otra
parte ejemplifica su significativa predilección por la disyunción exclusiva (o...o...) con
respecto a la disyunción inclusiva (tanto esto… como esto...) - la enésima dualidad,
la enésima máquina binaria, traicionando el auténtico aliento del pensamiento
deleuziano, esto es, el desmarcarse de todo aparato de captura? Como subraya
Francesco Di Maio en su Introducción a la edición italiana, la operación del libro es
del tipo "Oscuridad contra Alegría" y se articula a través de "una serie disyuntiva de
conceptos que divergen unos de otros" (p. 11). Para permanecer dentro de las
referencias deleuzianas, se podría decir que hay una predilección por Nietzsche
contra Spinoza, por la filosofía hecha con el martillo contra la filosofía de la beatitud.
Sin embargo, de este modo el canon oscuro parece quedar atrapado en relación al
canon de la alegría, reafirmando lo que niega, e instaurando con él un sistema dual.
Cualquiera que se acerque sinceramente a la oscuridad, fascinado por la crítica
brutal a la alegría, no logrará escapar ni sustraerse a la relación con esta última,
quedando prendido y enredado en la forma negativa de una filosofía de la
no-alegría, de una política no- reformista, no -constituyente, no- democrática. Como
reconoce el propio Ronchi en su respuesta al texto (una especie de mordaz
post-facción), el elaborado por Dark Deleuze es un programa todo a lo negativo que,
se podría añadir, en un intento de sacar a Deleuze de la hegemonía democrática, lo
acerca paradójicamente a Nechaev y a Renzo Novatore, convirtiéndolo en una
especie de demonio dostoievskiano postmoderno.
Lo desolador de la fórmula (I would prefer not to) consiste en que elimina tan
despiadadamente lo preferible como cualquier no preferencia particular.
Anula el término al que afecta, y que rechaza, pero también el otro, aquel
que aparentemente conserva, y que se torna imposible. De hecho, convierte
a ambos términos en indistintos: erige una zona de indiscernibilidad, de
indeterminación, incesantemente creciente, entre las actividades no
preferidas y la actividad preferible.3
Culp ve en Bartleby "el peligro más grande", el de comenzar a sentir satisfacción por
una razón u otra y considerar equivalentes las alternativas, terminando por
congelarse "en la celda de la prisión que nosotros mismos hemos creado" (p. 85).
Sin embargo, la única manera de sacar a Deleuze de cualquier hipóstasis de alegría
inofensiva no es reivindicando unilateralmente la "oscura" negatividad, sino
devolviéndole a su reflexión, desmitificando y aniquilando en un solo gesto tanto las
pretensiones del término positivo como las del término negativo que parece seguir
perseverando en la eliminación del primero; se trata entonces de cavar entre el sí y
el no, una zona de indiscernibilidad, un devenir. Como recuerda a menudo Deleuze,
la indiscernibilidad, la indiferencia, no es mera equivalencia. Este es el significado
de los muchos prefijos (de-, a-, en-, no-) que - como, por otra parte, nota el mismo
Culp (p. 34) - animan la terminología deleuziana. Tal vez las formulaciones de Dark
Deleuze no son tan estrictas (y sin embargo anexactas) como en cambio pretende
su autor (p. 87), pero sobre esto, como sobre el resto, se puede discutir
extensamente.
3
-Deleuze, G, Bartleby o la fórmula, en Melville, Deleuze, Agamben, Pardo. Preferiría no
hacerlo . Editorial Pre-textos. (2011, p. 63)
-G. Deleuze, Bartleby o la formula, in G. Agamben e G. Deleuze, Bartleby. La formula della
creazione, Quodlibet, Macerata 1993, p. 15.
Similares cuestiones críticas en la posición teórica de Dark Deleuze - que, por otra
parte, es necesario recordar, decretaron la fortuna editorial - tienen repercusión
incluso en el terreno de la transitabilidad práctico-política de su proyecto. Es preciso
prestar atención, puesto que no se trata del supuesto "infantilismo" (término utilizado
por Ronchi) de quien quiere "el fin de este mundo, la derrota final del Estado y el
comunismo pleno" (p. 48). Ya que todas estas son reivindicaciones perfectamente
legítimas y compartidas. La cuestión es otra: Dark Deleuze apela estratégicamente
a las reflexiones de Giorgio Agamben, de Tiqqun, de Claire Fontaine y del Comité
Invisible, para insertarlas dentro de su "oscura" distorsión del pensamiento
deleuziano, transformándoles, por tanto, en emblemas del nihilismo y,
paradójicamente, reforzando las acusaciones típicamente dirigidas a elles por los
exponentes del canon de la alegría. Tal vez este es uno de los problemas de Culp,
que se ha tomado demasiado en serio algunas acusaciones cuestionables de
aquellos a los que intenta atacar. ¿Que la suya sea una operación defensiva en
lugar de ofensiva? Pero Stirner, Nechaev, Novatore, ya existen y son autores muy
valiosos; ¿para qué leer a Deleuze o al Comité Invisible reduciéndoles nada más
que a sus extraños imitadores? En todo caso, los principales lugares donde esta
deformación "oscura" se hace más evidente son dos: el odio por este mundo y el
cometido de la destrucción de este mundo. ¿Qué significa cultivar el odio por este
mundo, "dar al odio su forma necesaria" (p. 43)? El riesgo es olvidar que el vacío no
existe - ni siquiera como condición provisional -, que la destrucción es creación, y
perder por esto, a lo largo del propio camino, las amistades, las afinidades, los
amores. ¿Qué materialismo sería posible a partir del vacío? ¿Y qué pasaría con
nuestras amigues? Pero este es el precio a pagar por la renuncia a los flujos e
intensidades, a las concatenaciones afectivas. En este sentido, se puede expresar
alguna reserva sobre el hecho de que Dark Deleuze haga, efectivamente, "un buen
uso del complot" (p. 13). La idea de un "comunismo conspirador", la indiscernibilidad
del ser-en-común y la conspiración, se revela intransitable si falta el cum spirare, el
ser animadxs por la misma inspiración común. Un odio que se alimenta de sí mismo,
un odio que se contrapone dualmente al amor, sigue siendo mero ressentiment.
4
-Benjamin, W. Franz Kafka: en el décimo aniversario de su muerte, en Sobre Kafka.
Textos, discusiones, apuntes. Eterna Cadencia Editora. (2014, p. 56).
-W. Benjamin, Franz Kafka, in Id., Angelus Novus. Saggi e frammenti, Einaudi, Torino 2014,
p. 299.
su sustancia, marca un paso de distancia y la mira expirar. La reduce al
conjunto incoherente de sus prácticas y hace un corte en medio ellas.5
¿Qué queda? No un "qué", sino un "cómo", una manera. Conviene recordar una vez
más las palabras del bandido Jacques Mesrine:
5
-Comité invisible. Destituyamos el mundo, en Ahora. (2017)
https://tiqqunim.blogspot.com/2018/06/ahora-comite-invisible.html
-Comitato Invisible, Adesso, in Id., L’insurrezione che viene – Ai nostri amici – Adesso, Not,
Roma 2019, pp. 302-303.v-