Novena Por Las Benditas Almas Del Purgatorio

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NOVENA POR LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO

 
 
 
    
  
 
ORACIÓN
Por la señal de la santa Cruz de nuestros enemigos líbranos señor,
Dios nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen

ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, solo por quien sois,
porque os amo sobre todas las cosas, conociendo lo mucho que he
pecado por mi culpa, una y mil veces, digo que de haberos ofendido
me pesa; misericordia Dios mío, misericordia. Propongo firmemente
la enmienda de mi vida, ayudado por vuestra divina gracia, Amén.

ORACIÓN

Angel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares, ni de


noche ni de día. Hasta que me pongas en paz y alegría, con todos
los santos, con Jesús, José y María, Amen.
 
 
 
OFRECIMIENTO PARA TODOS LOS DÍAS

¡Padre celestial! ¡Padre amorosísimo! que para salvar las almas


quisisteis que vuestro Hijo unigénito, haciéndose hombre, se
sujetase a la vida más pobre y mortificada y derramase su sangre
en la cruz por nuestro amor! ¿Cómo dejarías sufrir largo tiempo en
el purgatorio a unas almas que tanto costaron a Jesucristo y que
son vuestras hijas amadísimas? ¿Cómo permitirías que fuese
malograda sangre de tan gran valor? Compadeceos, pues, de estas
pobrecitas almas y libradlas de sus penas y tormentos.

Compadeceos también de la mía y libradla de la esclavitud del vicio.


Y si vuestra justicia pide satisfacción por las culpas cometidas yo os
ofrezco por las obras buenas que haga en este novenario. ¡A!, de
ningún valor, son en verdad; pero las uno con los méritos infinitos
de vuestro Hijo divino, con los dolores de su Madre Santísima y con
las virtudes heroicas de cuantos han existido en la tierra. Miradnos
a todos, vivos y difuntos, con ojos de compasión y haced que
celebremos un día vuestras misericordias en el eterno descanso de
la gloria.- Amén.
 
 
 
CONSIDERACIÓN

(Reemplazar aquí las consideraciones para los siguientes días,


Segundo día, Tercer día, etc.)

Muchas son las penas que sufren las benditas almas del Purgatorio
pero la mayor de ellas consiste en pensar que por los pecados que
cometieron en vida han sido ellas mismas la causa de sus propios
sufrimientos.

¡Oh Jesús, Salvador mío!, yo que tantas veces he merecido el


infierno, ¿cuánta pena no experimentaría ahora, si me viese
condenado al pensar que yo mismo había sido la causa de mi
condenación? Gracias os doy por la paciencia que conmigo habéis
tenido, dadme gracia para apartarme de las ocasiones de
ofenderos y tened piedad de las almas que sufren en aquel fuego
por causa mía.

Y Vos, ¡Oh María, Madre de Dios! socorredlas con vuestros


poderosos ruegos.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Aquí esforzando cada cual su devoción, pedirá interiormente a


Cristo crucificado lo que desea conseguir por medio de esta novena
para sufragio de las almas del Purgatorio.
 
 
LAMENTOS

Oíd, mortales piadosos,


y ayudadnos a alcanzar:

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

¡Oh vosotros, caminantes,


suspended, oíd, parad,
bastará sólo el oírnos
a mover vuestra piedad!
Hoy pide nuestra aflicción
que queráis cooperar:

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

No hay dolor, tormento, pena,


martirio, cruz ni aflicción,
que lleguen a ser pintura
de nuestra menor pasión;
solo alivia nuestros males
de vuestro amor esperar:

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Aquí estoy en purgatorio


de fuego en cama tendido,
siendo mi mayor tormento
la ausencia de un Dios querido,
padezco sin merecer,
por mí no basta alcanzar:

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

¡Ay de mí, ay, Dios severo,


ay llama voraz, activa,
ay bien merecido fuego,
ay conciencia, siempre viva,
ay justicia, que no cesa,
ay cuándo se ha de acabar!

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

¡Ay culpa, lo que me cuestas,


no imaginé tu fiereza,
pues con tal tormento pago
lo que juzgué ligereza!
¡Cielos, piedad, basta, cielos!
¿Cuándo el día ha de llegar?

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Todo lo que aquí padezco,


es justo, santo y debido,
pues no se purga con menos,
haber a un Dios ofendido,
¡Ay, que puede no ofenderle!
¡Ay, que no hay más que esperar!

Que Dios nos saque de penas,


y nos lleve a descansar.

Padres, hermanos, amigos:


¿dónde está la caridad?
¿Favorecéis a un extraño.
y para mí no hay piedad?
¡Ea, venga una limosna,
siquiera sea el rogar!
Que Dios nos saque de penas
y nos lleve a descansar.

Hijo ingrato que paseas


tan ricamente vestido,
y a costa de mis sudores
descansas en tanto olvido:
¡mira a tu padre quemando,
y lo puedes remediar!

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Quizá en ti sería arbitrario,


no obligación de justicia;
pues no cumples testamento,
aquí estoy por tu malicia;
abre los ojos, despierta,
paga, haciendo acelerar:

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Hermanos en Jesucristo,
los que oís estos suspiros,
si queréis, podéis sacarnos
de estos lóbregos retiros,
a la Virgen y a los santos
pedidles quieran mediar:

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

De Getsemaní en el Huerto
sangre sudó el Redentor,
contemplando de estas penas
el gran tormento y rigor:
al Padre Eterno se ofrece,
no cesando allí de orar:

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

En vista de tal piedad,


no te olvides, oh mortal,
de este pío camposanto,
cementerio de hospital;
sigue, pues, la cofradía
que tierna te insta a clamar:

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Atiende y mira, cristiano,


aquí en este cementerio
tal vez tus padres y deudos
esperan de ti el remedio;
sufragios y sacrificios
te suplican sin cesar:

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.

Fieles cristianos, amigos,


dad crédito a estos lamentos,
obrad bien, fuera culpas,
para huir de estos tormentos.

¡Socorro, piedad, alivio!


concluimos con gritar.
Oíd mortales piadosos
y ayudadnos a alcanzar:

Que Dios nos saque de penas


y nos lleve a descansar.
 
 
 

 
 
 
 
ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA
 
 
 ORACIÓN

Recibid, Señor Dios mío, cuantos sacrificios os ha ofrecido y ofrece


hoy por todo el mundo vuestra santa esposa, la santa Iglesia, y os
suplico los apliquéis al alivio y descanso de las afligidas almas por
quienes hago esta novena. Por los acerbos dolores de vuestra
Madre Santísima en el día de vuestra dolorosa Pasión, dadles,
Señor, refrigerio. Convertid a los pecadores, salvad a los
agonizantes y a mí concededme la santificación en mi estado y la
gracia particular que os pido, si es de vuestro beneplácito. Amén.
 

ORACIÓN

¡Abrevia, oh Padre bondadoso! las angustias que sufren las almas


queridas en el Purgatorio. No dilates, Señor, el término de sus
penas, la sangre del Calvario satisfaga tu Justicia y dígnate
admitirla en tu Santa Gloria, en donde nos veamos todos y
podamos ensalzar tus misericordias eternamente. Amen.
 
 
 
CONSIDERACIONES PARA EL DÍA SEGUNDO
 
 
CONSIDERACIÓN

La segunda pena que aflige en alto grado a estas benditas almas


es el tiempo que en vida perdieron, durante el cual habrían podido
adquirir mayores méritos para el cielo, y el pensamiento de que
esta pérdida es para siempre irreparable terminando con la vida el
tiempo de merecer.

¡Infeliz de mí, oh Señor, que por espacio de tantos años he vivido


en la tierra no mereciendo sino los castigos del infierno!
Gracias os doy porque todavía me concedéis tiempo para remediar
el mal que he hecho y el bien que he dejado de hacer.

Concededme vuestro socorro para que lo que me queda en vida, lo


empleé únicamente en serviros y en amaros. Tened piedad de mí y
de esas almas benditas que arden en el Purgatorio por no haber
empleado como debían el tiempo que Vos les disteis para su
santificación.

Y Vos, ¡oh María, Madre de Dios! socorredlas con vuestros


poderosos ruegos.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria


 

 
CONSIDERACIONES PARA EL DÍA TERCERO
 
 
CONSIDERACIÓN
Otra de las mayores penas que afligen a esas benditas ánimas es
la vista espantosa de los pecados que están expiando. En la vida
presente no se conoce la fealdad del pecado, pero bien se conoce
en la otra, y este conocimiento es uno de los más vivos dolores que
sufren las almas en el Purgatorio.

¡Oh Dios mío!, os amo sobre todas las cosas porque sois infinita
bondad; duélome con todo mi corazón de haberos ofendido;
concededme la santa perseverancia; tened piedad de mí y de
aquellas santas almas atormentadas con la vista de los pecados
que no quisieron evitar y cometieron sin horror.

Y Vos ¡Oh María, Madre de Dios! socorredlas con vuestros ruegos


poderosos y rogad también por nosotros que estamos aún en
peligro de condenarnos.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria


 
 
 
CONSIDERACIONES PARA EL DIA CUARTO
 
CONSIDERACIÓN

Una de las penas que más afligen a aquellas almas, esposas de


Jesucristo, es el pensar que en vida, por sus culpas, disgustaron a
aquel Dios a quien tanto aman. Se han visto penitentes morir de
dolor al pensar que habían ofendido a un Dios tan bueno. Mucho
mejor que nosotros conocen las almas del Purgatorio cuán amable
es Dios y por consiguiente lo aman con todas sus fuerzas; por eso,
al pensar que lo disgustaron en la vida, experimentan un dolor
superior a todo otro dolor.

¡Oh, Dios mío!, y yo que os ofendo con tanta facilidad, sin que me
mueva lo mucho que habéis hecho por mí, ni las penas que me
esperan en el Purgatorio; tened piedad de mí y de aquellas santas
almas que arden en ese fuego por el desprecio que hicieron de las
faltas veniales y que ahora os aman de todo corazón.

Y Vos, oh María, protegednos a nosotros para que acertemos a


llevar vida perfecta y socorredlas a ellas para que mitiguen sus
dolores.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria


 
 
 
 
CONSIDERACIONES PARA EL DÍA QUINTO
 
CONSIDERACIÓN
Otra de las grandes penas que afligen a aquellas benditas almas es
el sufrir aquel fuego sin saber cuándo tendrán fin sus tormentos. Es
verdad que tienen la certidumbre de verse un día libre de ellos; pero
la incertidumbre del tiempo en que se habrán de acabar, les causa
un gravísimo tormento.

¡Oh, Señor, qué desgracia tan grande sería la mía si me hubieseis


enviado al infierno, a esa cárcel de tormentos, teniendo la
seguridad de no salir de ella jamás! Gracias os doy conmigo;
perdonadme, que quisiera antes morir que volver a ofenderos.
Tened piedad de mí y de las benditas almas que en la tierra no han
temido bastante las penas del Purgatorio. Y Vos, oh Madre de Dios
y Madre mía, socorredlas con vuestro poder y abreviad el tiempo
que las espera de la eterna posesión de Dios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
 
 
 
 
CONSIDERACIONES PARA EL DÍA SEXTO
 
CONSIDERACIÓN
Cuanto mayor es el consuelo que aquellas benditas almas les
causa el recuerdo de la Pasión de Jesucristo, por cuya virtud se
salvaron, y del Santísimo Sacramento del Altar, que les proporcionó
y aún les proporciona tantas gracias, por medio de misas y
comuniones tanto más les atormenta el pensamiento de no haber
correspondido en vida a estos dos grandes beneficios del amor de
Jesucristo.

Òh Dios mío! Vos moristeis también por mí, y os habéis dado


muchas veces a mí en la sagrada comunión, y yo siempre os he
correspondido con negra ingratitud; más ahora os amo sobre todas
las cosas, oh Supremo Bien mío! me arrepiento muy de todo
corazón de haberos ofendido y con vuestra gracia propongo la
enmienda. Dádmela Señor, y tened piedad de mí y de las almas
que arden en el fuego del Purgatorio por la poca estima que
hicieron de vuestra dolorosa pasión y por las comuniones omitidas
por negligencia, o hechas con tibieza.

Y Vos, oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, interceded por


ellas para que obtengan el perdón.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria


 
 
 
CONSIDERACIONES PARA EL DÍA SÉPTIMO
 
 
CONSIDERACIÓN

Aumentan también las penas de aquellas benditas almas todos los


beneficios particulares que recibieron de Dios, como el haber
recibido el bautismo, el haber nacido en país católico, el haberles
esperado Dios a penitencia y alcanzar el perdón de sus pecados
tantas veces; porque todos esos favores les hacen conocer mejor la
ingratitud con que han correspondido a Dios.

Pero, ¡Dios mío! ¿Quién ha sido más ingrato que yo? Vos me
habéis esperado con tanta paciencia, me habéis perdonado tantas
veces con amor, y yo, después de tantas promesas, os he vuelto a
ofender. No me arrojéis al infierno porque os quiero amar y en el
infierno no podría hacerlo. Tened lástima de mi alma y piedad de
las del Purgatorio, que por sus muchas culpas se han hecho menos
acreedoras a vuestra misericordia.

Y Vos, oh Madre de misericordia, mitigad con vuestro poder sus


sufrimientos.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria


 
 

 
CONSIDERACIONES PARA EL DÍA OCTAVO
 
 
 
CONSIDERACIÓN

Otra pena, en extremo amarga para aquellas benditas almas, es el


pensar que durante su vida uso Dios con ellas de muchas
misericordias especiales que no tuvo con los demás, y ellas con sus
pecados le obligaron a que las condenara al infierno, aunque
después por su misericordia las haya perdonado y salvado,
viéndolas arrepentidas.

Vedme aquí, ¡oh Dios mío! Yo soy uno de aquellos ingratos que
después de haber recibido de Vos tantas gracias, he despreciado
vuestro amor y os he obligado a condenarme al infierno. Gracias os
doy por la misericordia y paciencia que habéis tenido en esperarme,
me arrepiento con toda mi alma de haberos ofendido, y propongo la
enmienda con vuestra gracia. Tened piedad de mí y de aquellas
benditas almas que habiendo podido llegar a un alto grado de
perfección en la tierra, merecen ahora estar más tiempo en el
Purgatorio por sus continuas infidelidades a los llamamientos a
vuestra gracia.
Y Vos, Virgen fidelísima, interponed vuestros méritos en su favor.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria


 
 
 
CONSIDERACIONES PARA EL DIA NOVENO
 
CONSIDERACIÓN

Grandes son las penas que sufren aquellas santas almas: el fuego,
el tedio, la oscuridad, la incertidumbre del tiempo en que han de
verse libres de aquella cárcel; pero de todas, la mayor para esas
santas esposas, es la de verse separadas de su divino Esposo y
privadas de su vista y presencia.

¡Oh Dios mío! ¿cómo he podido yo vivir tantos años lejos de Vos,
privado de vuestra gracia? ¡Oh Bondad infinita! os amo sobre todas
las cosas, me arrepiento con todo mi corazón de haberos ofendido
y quisiera antes morir que volver a ofenderos.
Concededme la santa perseverancia y no permitáis que vuelva a
caer otra vez en vuestra desgracia. Os suplico tengáis piedad de
las almas del Purgatorio, especialmente las de mis padres, mis
hermanos, mis parientes, mis amigos... y de todos aquellos por
quienes mi corazón y mi conciencia me obligan a pediros con más
empeño; que no sea por mi indiferencia o por mis culpas por lo que
ellas permanezcan allí alejadas de Vos. Abreviad el tiempo de su
destierro y admitidlas cuanto antes a la dicha de amaros para
siempre en el cielo.
Y Vos, ¡oh dulce Virgen María, consoladora de los afligidos, Madre
de nuestro Salvador Jesús y de todos los fieles. Vos sois también la
Madre de las pobres almas que sufren en el Purgatorio, yo imploro
con confianza la inmensa bondad de vuestro Corazón y os ruego
intercedáis con vuestro divino Hijo, para que por los méritos de su
santo sacrificio en la cruz, obtengan el alivio y la libertad a que
aspiran. Así sea.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

ROSARIO DE LOS DIFUNTOS


Se repite cinco veces para formar un Rosario de cinco dieces. Oración inicial:

Abrid, Señor, nuestros labios; alentad nuestros corazones y limpiadlos de vanos, impuros e
impertinentes pensamientos; ilustrad nuestro entendimiento, inflamad nuestra voluntad, para que,
con todo nuestro corazón, meditemos los pasos de vuestra Sagrada Pasión y muerte, con los
acerbísimos dolores de vuestra Madre Santísima, y merezcamos sor oídos ante el acatamiento de
vuestra Divina Majestad, que vivís y reináis en todos los siglos. Amén.

   
1. Jesús mío, por aquel sudor Instrumentos de la Pasión 6. Jesús mío, por tu santísimo
copioso de sangre que sudaste de N. S. Jesucristo rostro lleno de sangre, que
en el huerto, ten misericordia de dejaste impreso en el velo de la
las almas del Purgatorio (o del Verónica, ten misericordia de las
alma de N.) almas del Purgatorio...
2. Jesús mío, por la bofetada 7. Jesús mío, por la vestidura
que recibió tu rostro venerable, sangrienta que con violencia te
ten misericordia de las almas del desnudaron los sayones, ten
Purgatorio... misericordia de las almas del
Purgatorio...
3. Jesús mío, por los crueles 8. Jesús mío, por tu santísimo
azotes que sufriste, ten Cuerpo clavado en la cruz, ten
misericordia de las almas del misericordia de las almas del
Purgatorio... Purgatorio...
4. Jesús mío, por la corona de 9. Jesús mío, por tus santísimos
agudas espinas que traspasaron pies y manos clavados con duros
tu santísima cabeza, ten clavos, ten misericordia de las
misericordia de las almas del almas del Purgatorio...
Purgatorio...
5. Jesús mío, por los pasos que 10. Jesús mío, por tu costado
diste en la calle de la Amargura abierto al borde de una lanzada,
con la cruz a cuestas, ten de donde manó sangre y agua,
misericordia de las almas del ten misericordia de las almas del
Purgatorio… Purgatorio (o del alma de N.)
   

En lugar del Padrenuestro se dirá la siguiente oración:

Piadosísimo Jesús mío, mira con benignos ojos las almas de los fieles difuntos por las cuales has
muerto y recibido tormento de cruz. Amén.

ROSARIO "MILAGROSA"

PRIMER MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron
las sensaciones de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre, en la
noche de vuestra dolorosa Pasión y cruel agonía en el huerto de las Olivos.

Y vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos conseguir por intercesión de la
Santísima Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad
por nosotros que recurrimos a Vos.

SEGUNDO MISTERIO

Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron
las sensaciones de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre con el
tormento de los crueles azotes que sufristeis amarrado a una columna.

Y vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos conseguir por intercesión de la
Santísima Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad
por nosotros que recurrimos a vos.

TERCER MISTERIO

Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron
las sensaciones de dolor que sufrió Vuestro amantísimo Corazón y el de vuestra Purísima Madre con la
cruel coronación de espinas, burlas y escarnios.

Y vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos conseguir por intercesión de la
Santísima Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad
por nosotros que recurrimos a Vos.

CUARTO MISTERIO

Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron
las sensaciones de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre en el
encuentro de la calle de la Amargura caminando con pesada cruz de nuestros pecados.

Y vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos conseguir por intercesión de la
Santísima Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad
por nosotros que recurrimos a Vos.

QUINTO MISTERIO

Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron
las sensaciones de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre en las tres
horas de mortal agonía y afrentosa muerte en la Cruz.

Y vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos conseguir por intercesión de la
Santísima Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado concebida, rogad
por nosotros que recurrimos a Vos.

Se concluye el rosario rezando el Credo y la Salve.

Pedid con fe y recibiréis.

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