Unlicensed Movimientos Sociales y Comunicación TEJERINA ERIKA
Unlicensed Movimientos Sociales y Comunicación TEJERINA ERIKA
Unlicensed Movimientos Sociales y Comunicación TEJERINA ERIKA
Resumen
El espacio público es un escenario que experimenta constantes cambios que responden
a diferentes necesidades y motivos. En él encontramos plasmado diversos discursos a
partir de las múltiples percepciones e infinitas prácticas que ejercen sus habitantes.
Este trabajo se propone analizar cómo se construye aquél espacio (y visibilizar los
procesos comunicativos que contribuyen a constituir las relaciones sociales que se
intercambian en aquella construcción de sentido.
No es ánimo de este trabajo establecer un análisis que comporte algún tipo de
determinismo espacial sobre la ciudad, pero si de comprender que las formas de las
áreas urbanas pueden favorecer o no la posibilidad del uso cotidiano del espacio publico.
Tomaremos el escenario de la ciudad para aproximarnos a nuestro objeto de análisis, el
semáforo.
Primeramente será abordado desde sus raíces funcionales como perfecto instrumento
regulador del transito vehicular y peatonal, un espacio físico que forma parte de la ciudad
y que posee una tarea a cumplir.
En segundo lugar se analizara cómo es que se incorporan nuevas prácticas al semáforo
y cuál es la caracterización de los grupos que conforman aquel espacio. Se abordará
como caso especifico de análisis el de los malabares ya que responde a una practica
ambigua y se permite abordarla desde varios puntos de vista muchas veces
contrapuestos, como arte, como trabajo, etc.
Y finalmente el desarrollo de la apropiación del espacio publico, como se conforman
nuevos matices de significación a las luces de colores: rojo, amarillo y verde, desde el
enfoque de los Estudios Culturales.
A lo largo del trabajo se entrecruzarán ejemplos tomados de la ciudad de San Miguel de
Tucumán principalmente - que son fruto de investigación basada en observaciones,
entrevistas y experiencias de los grupos del semáforo - a modo de ilustrar con acciones
concretas los postulados teóricos.
Desarrollo
1
Barbero, Jesús Martin (1998) En el texto “De los Medios a las Culturas”
2
Fernando Carrión, Dörte Wollrad. “ La ciudad, escenario de comunicación”
comunicativos que se dan dentro de ella - en los grupos sociales que las conforman -
son un factor fundamental para que la comunicación opere como agente articulador en la
ciudadanía.
La ciudad encierra en si misma múltiples variantes que pueden aplicársele, Beatriz Sarlo
realiza un interesante recorrido de esto en su libro La cuidad Vista3, lo hace desde las
mercancías, con el advenimiento de los shoppings; desde la pobreza con aquellos que
viven de la calle y en la calle; recorre la literatura con Arlt, Borges y otros autores,
soñando imaginarios de la ciudad; la cuidad de los turistas que hallan en cotidianeidad
de sus habitantes lo pintoresco. La autora enfatiza que la urbe real esta atravesada por el
desorden y las imperfecciones y que en si misma ofrece una heterogeneidad de símbolos
que se entrecruzan e interactúan constantemente, por lo cual, para su análisis es
necesario abordar aquél espacio urbano desde una postura transdisciplinaria, que permita
el estudio de fusiones y relaciones que a simple vista pueden resultar asimétricas.
3
Sarlo, Beatriz (2009) “La ciudad vista, mercancías y cultura urbana”
interurbanos fueron suprimidos”4. La privatización trajo cambios a enormes escalas que
implicaron el reordenamiento del espacio público ante tal crisis de transporte, por lo que
las relaciones que existían en aquel escenario anterior, exigían medidas nuevas para
poder incursionar en el espacio público que se había modificado.
“El Alto de la Lechuza” no será mas lo que fue hace 70 años atrás, pero sin embargo en la
actualidad adquiere una revalorización como ícono cultural de la historia del folklore
nacional y patrimonio provincial donde se albergó la cultura alternativa. Desde esta
perspectiva constructivista, la identidad cultural no es heredada, es un proceso dinámico
con un sustrato básico sobre el que se trabaja y se moldea, en definitiva se dan
relaciones donde los actores sociales interactúan y configuran nuevos lazos de
sociabilidad. Como bien señala Barbero, “pensar lo urbano no implica sólo ver lo que ha
sido erosionado, deconstruido, sino las nuevas modalidades culturales, las
reterritorializaciones, las recuperaciones y las resignificaciones de espacios geográficos,
políticos y culturales”5. Como ejemplo de lo anteriormente expuesto, podemos hallar una
nota referida a la peña en el diario “La Gaceta” de Tucumán6.
“La calle se considera un elemento constitutivo de la trama vial que forma parte del
espacio público de la ciudad, destinada al desplazamiento de peatones y vehículos. Vista
así reunifica la totalidad enlazando un extremo a otro de la ciudad, manteniendo
continuidad y accesibilidad, esto permite conexiones organizadas y jerarquizadas
alrededor de un eje principal que las soporta y articula”7. Este fragmento analiza a la calle
desde su fase funcional, asimismo a continuación abordaremos al semáforo desde este
punto de vista, si bien la calle sirve para organizar y jerarquizar ciertas zonas de la
ciudad, el semáforo es uno de los instrumentos del que hace uso para cumplir ese
cometido en un sentido mas amplio.
4
Solanas, Pino. (2008) Fragmento extraído de la carta que el director escribió a los espectadores en el marco
de la presentación de su documental “ La próxima Estación, Historia y Reconstruccion de los Ferrocarriles”.
5 Barbero, Jesús Martín 1991, Abril). “Dinámicas urbanas de la cultura”. Ponencia presentada en el seminario “La ciudad: cultura espacios y modos de vida”
(
Medellín, Colombia.
6
(2010, Marzo 31) “El Alto de la Lechuza no puede estar cerrado, es un museo viviente”, “La Gaceta”, en
la sección Espectáculos.
7 Rojas Edilsa y Martha Guerrero(1997) “La calle del barrio popular: fragmento de una ciudad fragmentada”
El semáforo: uso funcional.
El semáforo es un artefacto paradigmático del desarrollo urbano, que en su historia como
en su funcionalidad, condensa los modos de cierto fluir cotidiano, asignando el derecho de
paso o prelación de vehículos y peatones secuencialmente. Los semáforos son
portadores públicos de convenios colectivos respetados a precios altísimos.
Esta compuesto por tres diferentes luces, cada luz tiene su función: Verde, para avanzar,
Rojo, para detenerse y Amarillo como paso intermedio del verde a rojo,
pero si está intermitente quiere decir pasar con precaución, este sistema fue tomado
desde el transporte ferrocarril, sin embargo la elección de sus colores responde a una
conveniencia, ya que se escogieron por su fácil visión a grandes distancias incluso en
condiciones meteorológicas extremas y en personas con problemas de daltonismo.
Sin embargo no existe relación entre el color rojo y su significado: ¡Pare!, esa relación es
arbitraria y se establece simbólicamente para uso social, por ejemplo la descripción
anterior de los colores y sus funciones responden a un tipo de sociedad en un contexto
determinado y nuestra ciudad encaja perfectamente con tal modelo, rojo detenerse, verde
avanzar, amarillo precaución; pero si cambiamos de contexto, ¿seria igual su
significación? Por ejemplo en Nápoles los colores significan lo contrario: amarillo y rojo
quiere decir pasar, y el verde - pese a todas las reglas internacionales - apunta
totalmente a lo contrario, deténgase.
El estallido cultural que produjo la revolución urbana contemporánea hizo necesario
inventar aquel sistema de mandato callejero y permanente que moderara los flujos y
reflujos humanos en todos los sentidos. Se hizo irrenunciable la adopción de imperativos
categóricos para moldear las conductas de las sociedades con una nueva tabla de
mandamientos sintetizada. ¡Pare!
Siguiendo la visión funcionalista podemos decir que el semáforo tiene que ser visualizado
no como un semáforo común y corriente sino como una computadora que no falla en sus
decisiones.
Los hay de varios diseños y tamaños, semáforos suspendidos en los cables, montados en
pequeños postes, o sujetos a un poste lateral, también están aquellos que indican
cuantos segundos dura el ciclo y emprenden junto a los conductores la cuenta regresiva
hacia el arranque. Todos ellos solo buscan optimizar la función asignada, cada
modificación realizada es anteriormente medida y estudiada o debería serlo por las
autoridades que le competen, pero continuando con nuestra línea diremos que este
dispositivo forma parte de un sistema mayor, un sistema al cual debe responder de
manera eficaz - en este caso regular el transito- para mantener la cohesión y el equilibrio
en la sociedad , ya que su función se complementa con las funciones de las demás
instituciones que conforman el sistema.
Talcott Parsons vio a la sociedad como una muy vasta red de interconexiones, cada una
de ellas contribuyendo a mantener el sistema como un todo, sin duda responde a una
ideología de carácter holístico. De esta manera, a la sociedad se la percibe como un
sistema, donde cada una de sus partes cumple un papel o rol bien determinado, esta
visión es claramente aplicable al secuencial movimiento de luces que realiza un semáforo;
pero no basta solo con los indicadores de luz para tener cohesión social, hace falta quien
acate aquel contrato simbólico cultural previamente establecido por las convenciones para
alcanzar dicha armonía.
Sin embargo, a diario, en nuestra ciudad podemos observar como automovilistas,
motociclistas, ciclistas y peatones, violan las normas de tránsito establecidas y ponen en
riesgo su salud y la de los demás integrantes de la sociedad. Afirma un diario local8 que
es justamente el semáforo la señal de tránsito menos respetada por los tucumanos y en
consecuencia se producen accidentes entre vehículos o bien vehículo – peatón, por ello
afirmamos que para alcanzar la cohesión social la institución Estado debe establecer las
pautas, pero también hacerlas cumplir, de otro modo las restantes instituciones entraran
en conflicto con sus funciones.
Si el semáforo ha perdido el valor que reside en él, como dispositivo de organización, el
Estado tiene resolver esa crisis, a través de acciones que permitan reestablecer el orden,
ya sea mediante el uso de medios de comunicación, concretando en campañas de
concientización que otorguen una revalorización del dispositivo u optando por sancionar
8
(2008, Febrero 25) “Una persona muerta y 10 lesionadas en otros choques durante el fin de semana”,
Diario “La Gaceta”
aquellas malas conductas mediante infracciones con costos altísimos - como suele
usualmente hacerse -. Es decir que ante la falencia de una de las instituciones que
componen la sociedad, es necesaria la temprana intervención del Estado, como máxima
institución, para resolver tal crisis u otorgar aquella función a otra parte del sistema. El
paradigma funcionalista enfatiza, por lo tanto, en las medidas que las instituciones toman
para alcanzar los fines socialmente valorados.
Pero ¿Cuándo el semáforo dejó de ser un instrumento mero de repetición? ¿La teoría
funcionalista aprobaría el uso del espacio público que implicaran otras prácticas sociales
como vender, entretener, mendigar y hasta publicitar? ¿Cómo y cuándo surgen estos
grupos que hacen del semáforo un territorio?
9 Augé, Marc. (1993) “Los no lugares, espacios del anonimato. Una antropología de la sobre modernidad”
Barcelona: Gedisa.
Si bien la idea de que el espacio se modifica cuando es “practicado” parece una obviedad
una vez enunciada, en la experiencia cotidiana no siempre se tiene conciencia de la carga
de significados que la propia acción produce sobre un territorio.
Ya no es casual recorrer las arterias principales de la ciudad sin encontrarlos parados allí,
esperando la luz roja, calculando el tiempo que tienen para realizar su actividad -
cualquiera que fuere - y estudiando a sus posibles interesados; por delante de los autos,
entre medio de los mismos, o en la platabanda de una avenida, los podemos reconocer:
son los grupos sociales que han incursionado en una nueva practica propia de las
ciudades, trabajar el semáforo, les presentamos a la “sociedad del semáforo”10
Sus siluetas se vislumbran ya como parte del paisaje urbano, limpiavidrios; artistas;
mendigos; vendedores y promotoras, hacen del semáforo su territorio, entendiendo por
ello que un territorio se configura a partir de la apropiación que la gente hace de él,
desde el pensar, el construir y el habitar. Es intención de este trabajo abordar una
definición del concepto de territorio que nos obligue a superar la idea de que el territorio
es un espacio de tierra sobre el cual se desenvuelve - sin más - la vida humana, así
como la idea de que el territorio es tan sólo la organización político administrativa que se
derivó de la aparición del Estado-nación. En otras palabras, el territorio no es tan sólo
nuestra ubicación espacial, es también nuestro referente de ubicación social y, por tanto,
el referente para nuestro comportamiento en la relación con los demás, en cada instante
de nuestra vida.
Es así como el espacio físico del semáforo se articula como dispositivo regulador del
tránsito y a la vez como territorio comercial, solidario y escenario artístico para aquellos
que se quieran mostrar.
Actualmente el semáforo se configura con cierta ambigüedad ante la sociedad, ya que de
antemano el conductor prevé encontrar en aquel espacio no solo la luz roja o verde que
indique la norma a acatar, sino también comprar el diario, entretenerse con un breve
show de malabares o acrobacias o evitar a los limpiavidrios - quienes son los más
10 “La sociedad del semáforo” es un película colombiana, dirigida por Rubén Mendoza, que cuenta la
historia de un hombre reciclador que esta empeñado en extender la luz roja del semáforo para que sus pares
realicen actos mas largos.
estigmatizados socialmente -. Pero esta relación no solo ocurre con el semáforo, como
señala García Canclini:
“Desde las visiones clásicas, era posible distinguir, separar y - en algunos casos -
confrontar tipos o formas de cultura: existía una 'cultura dominante', otra 'dominada’;
'hegemónica' y 'subalterna'; 'masiva' y 'popular'. Cada tipo cultural era objeto de
reflexión de distintas disciplinas: los folkloristas hacían suyo 'lo popular', los críticos
de arte, los estudiosos de letras, aquellas manifestaciones comprendidas en el
circuito de la cultura 'culta' o de elite. A posteriori, los comunicólogos delimitaron su
propio campo para examinar las producciones vinculadas con el desarrollo de los
medios masivos de información”11.
11
García Canclini, Néstor (1990) “Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad”.
Grijalbo. México
delineado territorios delimitados que poseen normas y reglas que antes no existían. La
configuración de nuevas practicas sociales que se han inscripto en el semáforo no solo
persigue su fin cometido, sino que lo adapta bajo las condiciones – sobre todo de tiempo-
que impone el espacio del semáforo, por ello nos es familiar recorrer la ciudad y en cada
luz roja observar los diferentes objetivos que persigue un semáforo mas allá de la
función que ejerce el dispositivo. Hay una fusión entre lo funcional del poste lumínico y las
representaciones que sus habitantes ejercen en él, el semáforo deja de ser un lugar de
paso para transformarse en territorio.
En esta cita están presentes dos de los más importantes elementos del análisis de
Williams: por un lado, el papel activo de los hombres al crear sus condiciones históricas;
al mismo tiempo, la relación entre el proceso social y la dinámica del lenguaje.
Siguiendo el postulado que el autor plantea podemos concertar las representaciones que
se dan en el semáforo como parte de la cultura, una cultura propia que sigue
configurándose en base a sus normas, sus formas de pertenencia y la interrelación de
sus actores, hombres y mujeres que encontraron en ese espacio urbano la alternativa de
forjar su medio de supervivencia, son la nueva cultura que se conforman a partir de la
necesidad por mantenerse dentro de la sociedad de manera no formal. Desde una
perspectiva socio-cultural12 se refiere a un nuevo conocimiento que irrumpe en nuestro
contexto, cuando comienza a visibilizarse en el mapa las prácticas de semáforos, estas se
definen como zonas o procesos emergentes, y cuando se expresan cultural y
artísticamente se definen ya como culturas emergentes.
El semáforo encierra en él una complejidad social y cultural. Es un escenario
comunicativo donde se dan distintos niveles de interacción, ya sea entre grupos que
comparten el sitio o entre los automovilistas y transeúntes que pasan cruzando la calle o
avenida ¿Cómo es la relación entre las agrupaciones y el resto de la sociedad?
12
Desde el materialismo histórico que plantea Williams
No todos los grupos del semáforo son siempre bienvenidos, existen algunos estigmas y
discriminación sobre alguno de ellos. De antemano el conductor prevé hallar en el poste
luminoso toda una gama de opciones entre vendedores, artistas y limpiavidrios, va
interactuando y estableciendo una relación con cada uno de ellos, igualmente el peatón
en esos escasos segundos.
En cada luz roja los que habitan el semáforo esperan por autos particulares, quienes son
los principales contribuyentes, ya que motos, taxis y bicicletas no suelen presentar una
significativa demanda de sus productos.
Los vendedores y en espacial los de diarios, son los que suelen establecer un lazo
frecuente con sus clientes, de modo que muchas veces estos ya tienen listo el encargo a
determinada hora. Este grupo constituye el más estable y mayormente aceptado
socialmente, ya que aquellos que hacen uso de sus servicios, relacionan su labor como
un trabajo más dentro la sociedad -una especie de institucionalización informal del trabajo
informal-.
Los mendigos también son acogidos tanto por automovilistas y peatones, ya que ellos
constituyen el grupo mas vulnerable al ser integrado por niños y ancianos y personas con
alguna discapacidad, en ellos se refleja la injusticia de la sociedad, y se visibilizan como
victimas del sistema, pero sin embargo su interacción es una colaboración o comida, no
suele establecerse con ellos lazos de cotidianeidad significativos.
Los limpiavidrios, que si bien brindar un servicio no son reconocidos como trabajadores,
muchas veces los automovilistas tienen dificultades con ellos, le atribuyen mala
educación, prepotencia y también que le ensucian el auto - justamente su labor es limpiar
-. El caso de los limpiavidrios esta sujeto a imaginarios de delincuencia, vicios y droga.
Muchas veces estos discursos son emitidos desde los conglomerados de información
donde se muestran sermones extremos que atribuyen los males de la sociedad a este
grupo. Es así que son evitados por peatones que temen a ser asaltados, mientras que
los conductores suben la ventanilla de su auto para no establecer relación con ellos. Lo
cierto es que se ha marginado a este grupo, tanto así que muchos de ellos comienzan a
vender para otro o aprender malabares para escapar a la categorización que implica ser
un limpiavidrios.
Los “artistas” son un grupo bastante heterogéneo (bailarines, malabaristas, acróbatas,
mimos, lanzallamas), entre ellos los mas comunes en nuestros semáforos de destacan
los malabaristas
El público se convierte en un desafío para los artistas, porque ya no son como en el teatro
o el circo, personas que van en busca de un espectáculo dispuestos a pagar su entrada,
sino que entre ellos puede haber conductores apurados, impacientes, que no están
dispuestos a dedicar ni un minuto de su viaje. Y evocando esta preocupación, Facundo13
cuenta que "el conductor es un público dificil: para atraer su atención tenés que
sorprenderlo, no basta con hacer lo que otros hacen, tu rutina debe destacarse del
resto.". Los espectadores son variados y obtienen de ellos diferentes respuestas: "a
muchos automovilistas no les gusta que nos pongamos adelante a hacer nuestro show.
Pero la mayoría, nos deja alguna moneda o simplemente nos devuelve el gesto con una
sonrisa", continúa el malabarista.
¿Pero que son los malabares?
No existe una respuesta única a esta pregunta, ya que sus actores lo practican con
matices de diferente significación. Definen al malabarismo como un arte, una manera de
convertir la mirada rutinaria; como un trabajo, su medio de subsistencia y también están
aquellos que lo adoptan como deporte, destrezas y competencias. Lo cierto es que los
malabares son juegos y sus ejecutantes “juegan” con sus elementos: las clavas,
pelotitas, banderas, diábolo y devil sticks vuelan por el aire y en cada partida se pone a
prueba la capacidad del malabarista para demostrarnos los trucos de sus elementos.
Tal es así que siguiendo el enfoque artístico nos encontramos con convenciones
artísticas de circo, convenciones de malabares, encuentro de malabares; en ellas el
malabarista se sitúa principalmente como artista, sujeto transformador y creador,
participa con su show en varietés abierta a la comunidad, los malabares son practicados
en un marco teatral, con escenario, luces, música, palabra, el cuerpo en escena con el
objeto a manipular, se persigue una intencionalidad estética.
13
Facundo, 22 años, malabarista oriundo de Tucuman, que viaja por latinoamerica practicando y valiéndose
de los malabares.
El enfoque deportivo de los malabares se hace presente mediante grandes competencias
a nivel internacional, en este sentido damos cuenta de la WJF (World Juggling
Federation) que es un organismo fundado en el año 2000 por el malabarista Jason
Garfield, que concibe al malabarismo como deporte, y en tal sentido impulsa a sus
participantes a llegar a un nivel de malabares mas alto. Cuenta con varios niveles de
participación y un sistema de puntuación al estilo de las competiciones gimnásticas de las
olimpiadas. En este enfoque son de suma importancia aspectos como la técnica, la
resistencia, nivel de dificultad en un truco, números de objetos que se manipulan.
Ambas miradas y otras convergen en las luces roja, amarilla y verde.
La cultura se renueva y se amplía en todas las direcciones, a través del recorrido que
hicimos podemos concluir que el semáforo es un dispositivo articulador, un punto de la
ciudad que adquirió una nueva significación a partir de la incorporación de las
agrupaciones sociales que infunden distintas practicas en él, estos grupos estudian las
calles las hacen suyas, los semáforos son su principal objeto de estudio, analizan sus
tiempos, calculan sus pasos, todos los sentidos alertas, aquí se combina la tecnología y
sus nuevos usos sociales, mas allá del establecido inicialmente.
¿Cuánto dura un semáforo? Alrededor de unas 45 segundo y dependiendo del tráfico que
regule quizás mas, pero en esos escasos segundos se forjan relaciones que suelen ser
invisibles a los ojos de cualquier espectador y en general de la sociedad, que niega y
margina aquellas representaciones que no son mas que parte de ella.
La ciudad, los limpiavidrios, los malabaristas y sus vendedores están configurando un
nuevo tramo de la cultura de las urbes, así el espacio público se convierte en territorio, lo
dotan de significación, luchan por ella, le inscriben nuevos contenidos simbólicos y en
este sentido no se concibe otra forma más comunicacional de dar cuenta de ello que
reconociéndolas.
A manera de cierre expresamos que las prácticas sociales son más que acciones,
actuaciones. Representan pero solo a veces operan como acción. Esto ocurre no solo en
las actividades culturales expresamente organizadas y reconocidas como tales, también
en los comportamientos ordinarios se agrupen o no en instituciones.
Bibliografía
Ardila, Gerardo: (2003) “Territorio y Sociedad: El caso del Plan de Ordenamiento Territorial de la
ciudad de Bogotá”. Bogota: Editorial de la Universidad Nacional de Colombia.
Augé, Marc: (1993) “Los no lugares, espacios del anonimato. Una antropología de la
sobremodernidad”. Barcelona: Gedisa.
Carvajalino Bayona, Hernando (1997). “La calle, lo ajeno, lo público” Barrio Taller, Serie Ciudad y
Habitat Nº4 , Santa Fe de Bogotá
Rojas, Edilsa y Guerrero, Martha. (1997) “La calle del barrio popular: fragmento de una ciudad
fragmentada”. Barrio Taller, Serie Ciudad y Hábitat, Nº 4. Santa Fe de Bogotá.
Sarlo, Beatriz; (2009) “La ciudad Vista: Mercancías y cultura urbana”. Buenos Aires: Siglo XXI
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