Derecho PP Peruano II
Derecho PP Peruano II
Derecho PP Peruano II
Oré
Guardia
Arsenio
Oré
Guardia
TO M O II
TOMO II
ACETA
JU R ID IC A
DERECHO PROCESAL PENAL PERUANO
Análisis y comentarios al Código Procesal Penal
DERECHO
PROCESAL PENAL
.... PERUANO
Análisis y comentarios al Código Procesal Penal
TOM OH
TOMO II
FR IM ER A EDICIÓN
JU N IO 2016
3.090 ejemplares
© A rs e n io O ré G u ard ia
© Gaceta J u ríd ica S,A,
PROHIBIDA SU REPRODUCCION
TOTAL O PARCIAL
DERECHOS RESERVADOS
D.LEG. N° 622
ISBN TOMO II
978-612-311-353-7
DIAGRAMACIÓN DE CARÁTULA
Martha Hidalgo Rivera
DIAGRAMACIÓN DE INTERIORES
José Rivera Ramos
Presentación
5
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
Dicho esto, es preciso indicar que la primera parte de esta obra se di-
vide^ a su vez, en tres capítulos: en el primero estudiamos la parte general
de las medidas de coerción en el proceso penal; en el segundo, las medi
das de coerción personal en el proceso penal; y en el tercero, las medidas
de coerción real en el proceso penal.
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Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesa! Penal peruano
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Presentación
Así, el primer capítulo inicia con una precisión conceptual sobre el em
pleo del término prueba, la que puede ser entendida en sus tres acepciones.
Luego se continúa con los actos de aportación de hechos, que no es otra
cosa que la incorporación de la información al proceso penal. También se
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Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
Otro tema que forma parte de este capítulo es la prueba nueva, que mo
tiva las siguientes interrogantes: ¿qué se entiende por prueba nueva?, ¿en
qué casos procede la prueba nueva tanto en primera como en segunda ins
tancia? Finalmente, el tercer tema comprende a la prueba de oficio, sobre
la cual se ha debatido bastante no solo en el ámbito nacional, sino interna
cional, evidenciándose dos posturas marcadamente opuestas: de un lado,
la que considera que no debe pemiitirse la prueba de oficio o, lo que es lo
mismo, que debe proscribirse su práctica por ser contraria al sistema acu
satorio y vulnerar la imparcialidad del juez; y, de otro, la que considera
que la pm eba de oficio es compatible con cualquier sistema procesal y que
su práctica en algunos casos es determinante para el mejor esclarecimien
to del hecho delictivo.
1 0 ________________________________________________________
Presentación
Como indicamos desde un inicio, esperamos que este texto sea de uti
lidad para todo aquel interesado en conocer los alcances de las medidas de
coerción procesal y de la prueba en el proceso penal, especialmente para
los operadores jurídicos y, por supuesto, para la enseñanza y el aprendiza
je de los estudiantes; propósito este que, desde ya, se habrá alcanzado si se
logra incentivar mayores y mejores estudios respecto de cualquiera de las
instituciones mencionadas.
A rsenio O RÉ GUARDIA
11
SIGLAS Y ABREVIATURAS
• art. artículo
* ibíd. ib ídem
* inc. inciso
* párr. párrafo
• exp. expediente
• lit. literal
* P- página
* PP- páginas
* CC Código Civil
• CP Código Penal
• CPC Código Procesal Civil
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Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
• DL Decreto Ley
• DS Decreto Supremo
* ss. siguientes
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PRIMERA PARTE
MEDIDAS DE COERCIÓN
EN EL PROCESO PENAL
CAPÍTULO I
I. Concepto
(2) C lariá O lmedo, Tratado de Derecho procesal penal, t, V, p. 207; C ubas Villanueva, El nuevo proceso
penal peruano, p, 370; K adagán L ovatón, Manual de Derecho procesal penal, p. 383; entre otros.
(3) A sencio M ellado , Derecho procesal penal, p. 192; M onroy GÁLVez , Temas del proceso civil, p. 21;
entre otros.
(4) O ttolenghi, en Estudios de Derecho procesal en homenaje a Hugo Alsina, p. 507.
(5) A lvarado Velloso , Introducción al estudio del Derecho procesal, p. 319.
(6) Hurtado R e y e s , Fundamentos de Derecho procesal civil, pp. 903-904.
(7) San M artín C astro, Derecho procesa!penal, voi. II, p. 1067.
(8) M artín y M artín , La instrucción penal, p. 168.
(9) M iranda Estrampes, en Derecho procesal penal, p. 185.
(10) En este sentido, N eyra Flores, Manual de! nuevo procesal penal tí de litigación oral, p, 487 y Salas
B eteta, El proceso penal común, pp. 178-179.
(11) Véase la sección Tercera del Libro Segundo del Código Procesa! Penal de 2004.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(12) Llama !a atención que ea la práctica ciertas medidas cautelares vienen siendo empleadas no con la
finalidad de asegurar la eficacia de ta sentencia penal, sino para evitar que la imposición de otra medida
cautelar pierda eficacia. Este es el casa de la detención preliminar judicial que es utilizada no solo para
garantizar la realización de ciertos actos de investigación en fase preliminar-finalidad para la cual fue
configurada-; sino también para asegurar que el procesado, ante el eventual requerimiento de prisión
preventiva, no evada la decisión judicial cautelar posterior. Es decir, en la práctica, se emplea la refe
rida institución como un instrumento para garantizar la eficacia de otro instrumento y no del proceso
principal, con lo que se tergiversa la naturaleza “procesal” de las medidas de coerción y se revela una
función estrictamente preventiva, y no cautelar.
(13) M aier , Derecho procesal penal, 1.1, pp. 515-516.
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
III. Finalidad
(14) M aier , Derecho procesal penal, 1.1, pp. 515-516. En igual sentido, BaRSANT!, en Medidas cautelares
e impugnaciones en el proceso penal, p. 350.
(15) En efecto, según esta acepción del proceso existe un vínculo entre la finalidad del proceso penal y el
deber insoslayable del Estado de brindar tutela jurídica consistente en garantizar la paz social mediante
la resolución del conflicto; aspecto que se alcanza siempre y cuando dicha prestación sea efectiva. ¿Cómo
pueden el legislador y el juez garantizar la efectividad de esta prestación sin vaciar el contenido esen
cial de los derechos fundamentales del justiciable y sin trastocar las bases constitucionales del sistema
procesal penal peruano? A través de la regulación de las medidas de coerción procesal. Para mayores
detalles sobre la citada finalidad general, véase el capitulo primero del tomo primero de esta obra.
(16) Et¡ este sentido, B ovino/B ígliani, Encarcelamiento preventivo y estándares del sistema interamericano,
P- 25.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(17) Si bien tanto en el Código de Procedimientos Penales de 1939 y el Código Procesal Penal de 1991 no se
reguló expresamente ni bajo fórmulas generales la finalidad de las medidas de coerción procesal, ello
no fue impedimento para que la judicatura aplique las medidas de coerción previstas en cada cuerpo
normativo, pues, para tal fin se hizo uso tanto de la jurisprudencia como de la doctrina en tanto fuentes
del Derecho procesal penal (para mayores detalles respecto de la importancia y función de estas fuentes
del Derecho procesal penal, véase nuestro primer capítulo del primer tomo de esta obra). En relación
al mandato de detención, véase el Exp. N° 1945-93 de 17 de setiembre de 1993, donde se señala que el
mandato de detención puede concederse siempre y cuando, entre otros, se advierta que el procesado, en
razón de sus antecedentes, tratará de eludir la acción de la justicia o perturbará la actividad probatoria.
En este mismo sentido, el Exp. N° 3225-93 de 27 de abril de 1994. R ojassi P ella , Ejecutorías Supremas
Penales (1993-1996), pp. 329-330 y 333-334.
(18) Conforme lo señalan B eltrán de F elipe y G onzález G arcía , si bien el término “combatiente enemi
go” es empleado constantemente por la administración estadounidense para distinguir a los detenidos
en las instalaciones militares -como par ejemplo, de Guantánamo-de los prisioneros de guerra y, por
tanto, alegar que el Convenio de Ginebra no es aplicable a la situación jurídica de aquellos; a su vez, no
precisa los criterios a tomar en cuenta para hacer una distinción, advirtiéndose casos, incluso, en donde
el Gobierno mantiene a personas privadas de su libertad sin mayor evidencia que permita mantener
la medida privativa de libertad (caso Hamdi vs. Rumsfeld, 28 de junio de 2004). B eltrán de F elipe /
G onzález G arcía , Las sentencias básicas del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, p. 699,
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
(19) Dentro de este contexto puede apreciarse la nota periodística de E l C omercio , “¿Por qué aún no cierra
la prisión de Guantánamo?”, <http://elcom ercio.pe/m isndo/eeuu/qiie-aun-no-cierra-prision-
gtiantanamo-noticia-I705841>.
(20) Tal sistema se advierte, específicamente, a partir de la promulgación de la ley USA Patriot Act (año
2011) que otorga una serie de poderes extraordinarios al Gobierno para luchar contra el terrorismo;
comprendiendo, incluso, de potestad para realizar investigaciones secretas de los domicilios de los ciu
dadanos, habilitando al fiscal general para detener libremente y sin motivo a extranjeros que él mismo
considere una “amenaza”, otorgando facultades al Gobierno para requerir copias de los libros adquiridos
o consultados en las librerías o bibliotecas e incrementar la vigilancia en otros ámbitos, sin necesidad de
acreditar previamente los hechos o el fundamento de algún tipo de sospecha que la persona o empresa
investigada esté relacionada de alguna manera con la comisión de algún delito. Medidas estas que se
agravan en instalaciones militares que se encuentran fuera del marco lega! estadounidense, pero bajo
su soberanía. Nos referimos a la instalación de Guantánamo, la prisión Abu Grahib (Bagdad), la base
militar de B agram (Afganistán), la isla británica de Diego García en el océano índico, entre otras. En
dichas instalaciones, señala D workin , “[L]a Administración Bush sostiene que estas disposiciones
le permiten detener indefinidamente a algunos prisioneros, a los que llama combatientes ilegales, sin
presentar cargos contra ellos ni procesarles (...)”, bastando, en muchos de los casos, un informe secreto
elaborado sobre la base de conjeturas sin mayor sustento probatorio. Por todo lo expuesto, B eltrán
de Felipe /G onzález G arcía , Las sentencias básicas del Tribunal Supremo de los Estados Unidos,
p. 681 y ss.
Arsenio Oré Guardia! Derecho Procesal Penal peruano
IV. Principios
Los principios son ideas base del ordenamiento normativo, por lo que
la precisión de.sus alcances en tomo a las medidas de coerción procesal re
sulta de suma importancia tanto desde el plano legislativo como judicial.
(21) Dicha situación jurídica fue superada tras ia declaratoria de inconstitucionalidad de tales leyes.
Exp. N° 00010-2002-AI/TC, caso: Marcelino Tineo Silva y más de 5000 ciudadanos.
26 ________________________________________________________
Parte general.de las medidas de coerción en el proceso penal
1. Principio de jurisdiccionalidad
2. Principio de legalidad
3. Principio de necesidad
4. Principio de proporcionalidad
1. Principio de jurisdiccionalidad
Consagrado en el artículo 2.24.f de la Const. y en el artículo VI del TP
del CPP de 2004, el principio de jurisdiccionalidad se constituye como una
garantía bifronte. Por un lado, implica que las medidas de coerción procesal
solo pueden ser adoptadas por el órgano jurisdiccional competente; y, por
otro, que los órganos administrativos o no jurisdiccionales, como regla, no
pueden disponer de la fuerza pública para restringir derechos constitucio
nales sin mandamiento escrito y motivado del juez competente, salvo regu
lación legal expresa (por ejemplo, en el caso de la flagrancia).
1.1. Manifestaciones
De acuerdo a nuestro ordenamiento procesal penal, el principio de ju
risdiccionalidad se pone de manifiesto a través del denominado “control
judicial previo” y “control judicial posterior”(22).
(22) Un breve estudio sobre los alcances del control judicial posterior se puede apreciar en A rias D uque/
AleareacÍN D uran, en: El proceso penal acusatorio colombiano, t. II, p. 61 y ss.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
28
Parte genera] de las medidas de coerción en el proceso penal
2. Principio de legalidad
Recogido en el artículo 2.24.b de la C onst, el principio de legalidad
informa que no está permitida forma alguna de restricción de la libertad
personal distinta a la prevista en la ley. Esta acepción fue ampliada en con
cordancia con los artículos V IT P y 253,1 del CPP de 2004, según los cua
les el principio de legalidad constituye un óbice para que el juez o cual
quier órgano público pueda restringir el ejercicio de cualquiera de los de
rechos de los justiciables en modo y forma (procedimientos) distintos a lo
previsto en la ley.
(23) Desde esta perspectiva, en la actualidad, el cumplimiento de las formas debe comprender !a obser
vancia de un sistema de garantías que solo protege al imputado, la institucionalización del conflicto en
virtud del cual las formas procesales regulan el derecho a la víctima o, en este caso, la buscan tutelar y,
finalmente, se consagran como condición necesaria para garantizar el principio de objetividad que debe
regir en la actividad del Ministerio Público y de cualquier otro funcionario; de modo que el principio
Sub examine no resulta burlado por el mero incumplimiento de la ley, sino cuando, con ocasión de dicho
29
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
2.1. Manifestaciones
El principio de legalidad en materia coercitiva tiene dos manifestacio
nes. Por un lado, según dicho principio, el juez se encuentra impedido de
crear pretorianamente medidas de coerción distintas a las previstas en el
Código procesal penal (art. 253.1 y 2 CPP de 2004), salvo en los supuestos
de las medidas anticipadas (art. 312 CPP de 2004) y, por otro lado, la pro
cedencia de una medida de coerción debe realizarse con estricta sujeción
al procedimiento legalmente establecido (art. 139.3 Const.)(24).
(25) En este sentido, véase el capítulo tercero del tomo primero de esta obra.
31
Arsenio Oré Guardia! Derecho Procesal Penal peruano
(26) Sobre el particular, este instituto procesa! es de larga data en materia civil, conforme se advierte en
C hiqvenda , Instituciones de Derecho procesal civil, vol. 3, pp. 163-164; C alamaNDREI, Introducción
al estudio sistemático de las providencias cautelares, p. 142; K ielmanovich , Medidas cautelares,
pp, 413-423; A m ano D eho , en Problemas del proceso civil, pp. 673-693; entre otros.
(27) En aquella oportunidad, el motivo que llevó al Tribunal Constitucional a declarar fundada la demanda
de hábeas Corpus no fue que la detención se haya producido sin orden judicial ni que los agentes de
policía hayan comunicado con posterioridad al Ministerio Público y ai Poder Judicial de la intervención
realizada ex officio -m ás aun cuando ello se encuentra permitido-; sino que, per se, dicha interven
ción policial se realizó en un caso donde no existia flagrancia. Exp. N° 1318-2000-HC/TC (ff. jj. 2-6),
caso: Cornelio Lino Flores.
3 2 _______________________________________________________
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
3. Principio de necesidad
Se entiende por principio de necesidad a aquel valor en virtud del cual
las medidas de coerción solo podrán ser concedidas cuando sean imprescin
dibles y no existan otros mecanismos más eficientes para conjurar el peli
gro que supone la actitud adoptada por el justiciable respecto de la sustan-
ciación regular del proceso penal o la posterior ejecución de la sentencia<30).
Cabe señalar que los presupuestos sobre los que se basa la medida para
tener la calidad de indispensable deben ser regulados de tal forma que la
afectación del derecho fundamental en cuestión -se a de libertad, intimidad
(28) Ello se advierte, por ejemplo, cuando la policía, fuera de lo previsto por la Ley de Extranjería, detiene a
un ciudadano extranjero por encontrarse en una situación m igratoria irregular. En este sentido, véase el
Exp. N° 849-2000-HC/TC (f. j. 2), caso: James Louis King. Asimismo, M orales Peralta, Diagnóstico
de la actividad funcional de la policía de extranjería en el control de los extranjeros, <http://www.
■ pnp.gob.pe/direcclones/dirseg/biblioteca/EXT/Control%20de%20Extranjeros/CONTROL%20DE%20
EXTRANJERIA.pdf>.
(29) En este sentido, el Tribunal Constitucional ha reiterado que la conducción compulsiva de cualquier
persona a un local policial y su retención en esta sede sin que exista contra ella mandato escrito y
motivado del juez o la circunstancia de comisión de flagrante delito, constituye un atentado contra la
libertad individual. Exp. N° 849-2000-HC/TC (f. j, 5), caso: James Louis King.
(30) Eu este sentido, la Corte Suprema ha señalado que “(...) en materia de derechos fundamentales la lega
lidad ordinaria debe ser interpretada de la forma más favorable para la efectividad de dichos derechos;
de suerte, que la exigencia del principio de necesidad se imponga, en cuya virtud, se requiere: (i) la
excepcionalidad, conforme a la cual la prisión preventiva nunca puede convertirse en regla general y
aplicarse cuando no cabe otra opción para el cumplimiento de los fines que la justifican; y, (ii) la subsi-
diariedad, que obliga al órgano jurisdiccional a examinar, no solo la concurrencia de los presupuestos
materiales que la posibilitan, sino también si existe alguna otra alternativa menos gravosa para el derecho
a la libertad que, asegurando el cumplimiento de los fines de la prisión preventiva, ello no obstante, so
supongan el sacrificio de aquel derecho fundamental (,..)”, Sentencia casatoria N° 631-2015-Arequipa
(f.j. 8).
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
4. Principio de proporcionalidad
Formulado de manera general, el principio de proporcionalidad es un
elemento distintivo de todo ordenamiento jurídico sometido a los princi
pios del Estado de Derecho(31) que, en materia coercitiva dentro del pro
ceso penal, encuentra su reconocimiento expreso en el artículo 253.2 del
CPP de 20Q4(32).
34 ________________________________________________________
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
(33) Así, por ejemplo, los autores que reconocen la consagración de la proporcionalidad en materia de coer
ción rea) son Carrión L ugo, Tratado de Derecho procesal civil, t. V, p. 232; H inostroza M inguez , El
embargo y otras medidas cautelares, pp. 35-36 mientras que, en materia coerción personal, se advierte
lo propio en los estudios de P ujadas Tortosa, Teoría general de medidas cautelares penales, pp. 139
y SS., A sencjo M ellado , en: El nuevo proceso penal, p. 496 y ss.; B arona Vilar, Revista del Poder
Judicial, 2006/19, p, 244-245, entre otros.
(34) En este sentido, P eyrano, E l prin cip io de prop o rcio n a lid a d y su influencia en las decisiones judiciales,
<http://elateneo.org/documents/trabajosBajar/Principio_de_Proporcionalidad.pdi>.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
Sería lo mismo que anticipar una pena a la sentencia, lo cual está en con
tra de principios generales del derecho universalmente reconocidos”05*.
4.1. Que la medida de coerción procesal a elegir debe ser idónea (prin
cipio de idoneidad)
Una prim era exigencia que el juez debe cumplir, a través de la motiva
ción del auto concesorio de la medida de coerción, o, en su caso, que el ac
tor debe fundamentar al momento de solicitarla o al requerir su confirma
ción judicial, es precisar el carácter idóneo de la medida; es decir, precisar
si la afectación del derecho resulta pertinente y adecuada para conseguir el
objetivo propuesto, a la vez que dicho objetivo debe enmarcarse dentro de
un parámetro constitucional07*.
En tal sentido, se tiene que una medida de coerción será idónea cuan
do su aplicación impida (o por lo menos reduzca) la existencia de un ries
go de frustración procesal o la peligrosidad del imputado para materializar
ese riesgo08*, en el caso concreto.35678
(35) SCIDH, caso: Suárez Rosero vs. Ecuador (párr. 77), 12 de noviembre de 1997.
(36) Exp. N” 2915-2004-HC/TC (f. j. 12), caso: Federico Tiberio Berrocal Prudencio.
(37) En este sentido, Castillo C órdova, en: El principio de proporcionalidad en el Derecho contemporá
neo, p. 315. Asimismo, la Corte de Casación italiana, en la Casación Penal, Sección III, 12-2-2004 (dep.
7-4-2004) “Borrelli s/recurso", precisa que la idoneidad resulta observada cuando esta es relacionada
“(■■•) con la naturaleza y el grado de las exigencias cautelares a satisfacer”, M ortllo-G u gu elm i , en
La injerencia en los derechos fundamentales del imputado, t, III, p. 530.
(38) P ujadas T ortosa, Teoría genera! de medidas cautelares penales, p. 143.
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
En este orden, resulta que no se cumplirá con tal exigencia, por ejem
plo, cuando el juez ordena una medida de comparecencia restrictiva bajo la
modalidad de vigilancia electrónica (art. 143. 2 CPP de 1991 y 28B.1 CPP
de 2004) para neutralizar el peligro procesal consistente en que el proce
sado, que tiene doble nacionalidad o viaja constantemente al extranjero, se
sustraiga a la administración de justicia(39)40.Tampoco se satisface esta exi
gencia cuando, por ejemplo, el juez de investigación preparatoria, dentro
de un proceso penal por delito de uso no autorizado de patente (art. 222
CP), ordena, a título cautelar, una medida anticipada con el fin de no inno
var a favor del agraviado constituido en actor civil máxime cuando, en este
caso, dicha medida no impide que el investigado pueda seguir comerciali
zando con la patente que presuntamente es de titularidad del agraviado^5.
(39) En este caso, la medida de coerción idónea hubiera sido que se ordene el impedimento de sal ida del país
(art. 193 del CPP de 1991 y art. 295.1 del CPP de 2004).
(40) En este caso, la medida de coerción idónea hubiera sido una de carácter innovativa, pues así se con
jura un estado de hecho o de derecho cuya alteración es el sustento de la pretensión del actor (art. 682
CPCivil).
(41) Emplean este término, por ejemplo, G onzález -C uéllar Serrano, El principio de proporcionalidad
en el Derecho procesal español, http://w w w .uclm .es/area/procesal/Proporcionalidad.htm ; Pujadas
Tostosa , Teoría general de las medidas cautelares penales, p. 144; entre otros.
(42) Así lo entiende la Corte Suprema cuando expone que “(...) si bien el juez está facultado para imponer
al procesado ciertas medidas restrictivas, su decisión no puede ser arbitraria, sino que debe responder
fundamentalmente al principio de necesidad, esto es, cuando resulte necesariamente indispensable para
asegurar que no exista peligro procesal”. R.N. N° 863-2005, Lima (f. j, 03).
En este mismo sentido, la Corte Interameiicana de Derechos Humanos señala que no basta con et
concurso de indicios suficientes que permitan suponer razonablemente la culpabilidad de la persona
sometida a un proceso, sino que también se exige que la medida a aplicarse sea estrictamente necesaria
para asegurar que el acusado no impedirá el desarrollo eficiente de las investigaciones ni eludirá la acción
de la justicia. SCIDH, caso; Falamara Iribarne vs. Chile (párr. 198), 22 de noviembre de 2005; SCIDH,
caso: Acosta Calderón vs. Ecuador (párr. 111), 24 de junio de 2005; SCIDH, caso: Tibi vs. Ecuador
(párr. 180), 7 de setiembre de 2004, entre otros.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(43) Ello se advierte en la reciente modificatoria del artículo 274 del CPP de 2004, a través de la LeyN030076.
Con la nueva regulación es posible prolongar la prisión preventiva, no solo si concurren circunstancias
que importen “una especial dificultad o prolongación de la investigación y que el imputado pudiera
sustraerse a la acción de la justicia", conforme al texto anterior a la modificación. Con la Ley N° 30076,
la prolongación de la prisión preventiva procede, además, si tales circunstancias de dificultad o exigen
cias de prolongación están referidas al proceso mismo, así como a la posibilidad de que el imputado
obstaculice la actividad probatoria.
(44) En el caso de la señora Bozzo Rotondo, la Sala Pena! Transitoria de la Corte Suprema estableció que
al no existir un plazo para la detención domiciliaria, esta se tenía que aparejar al máximo fijado para la
detención preventiva, esto es, de 18 meses prolongados a 36. Así, con base en esta resolución, la Tercera
38 ___ ______________________________________
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
Sala Penal Especial (Exp. N° 31-2002) otorgó, al vencerse el plazo de 36 meses, ¡a libertad a la señora
B o z zo R otondo , quien continuó asistiendo a! juicio oral en esa calidad,
(45) El señor R odríguez M edrano fue Vocal Supremo del Perú, procesado por la justicia penal especia
lizada en delitos de corrupción de funcionarios. En este caso se violentó el principio de necesidad al
tergiversar el sentido délos presupuestos materiales para habi litar la detención judici al, al entender que
ella se configura principalmente con las actitudes y valores morales del procesado, su ocupación, sus
bienes, sus vínculos familiares y todo otro factor. Exp. N° 1567-2002-HC/TC (f. j. 6), caso: Alejandro
Rodríguez Medrano.
(46) Ello se puede advertir en el auto de vista de fecha 20 de mayo de 201 i, suscrito por la Sala de Apelaciones
de Arequipa en el Exp. N” 01002-2011. En dicho caso, el adquem consideró que el arraigo domiciliario
no resulta acreditado, a pesar de haberse evidenciado que el Investigado vive en la dirección señalada
por su persona, toda vez que los documentos presentados (específicamente, los recibos de servicios
básicos) señalaban que el propietario del inmueble era la abuela del justiciable.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(47) Así, entre otros fines, el artículo 503.1.l.c de la Ley de Enjuiciamiento Criminal señala que la prisión
preventiva tiene como finalidad evitar que el procesado pueda actuar contra Ids bienes jurídicos de la
víctima, mientras que el artículo 274.1.c del Código de Procedimientos Penales italiano establece la
procedencia de la prisión preventiva cuando, de los actos concretos adoptados por el procesado, se colija
que este pueda cometer delitos graves mediante uso de armas u otros medios de violencia personal.
Lo propio se advierte en algunos códigos latinoamericanos, como, por ejemplo, en el artículo 140.C del
Código Procesal Penal chileno, donde la procedencia de la prisión preventiva exige, entre otros pre
supuestos, que la libertad del imputado sea peligrosa para la seguridad de la sociedad o del ofendido.
En el mismo sentido, adviértase el artículo 239 del Código Procesa! Penal de Costa Rica, en el cual
se precisa que la prisión preventiva puede proceder, entre otros requisitos, cuando haya flagrancia en
delitos contra la vida, delitos sexuales y delitos contra la propiedad en los que medie violencia contra
las personas o fuerza sobre las cosas o se trate de casos de reincidencia, entre otros.
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
(48) Es interesante apreciar cómo los reclamos provenientes de dicho sector (medios de prensa y de cierto
sector de la política) en el sentido de que se puede reforzar la seguridad ciudadana manteniendo presos
sin sentenci a o presos provisionales por el tiempo que duren los procesos penales guardan cierta si militad
con los argumentos esgrimidos por la escuela del positivismo criminológico, donde se entendía que el
proceso penal no tiene por finalidad la búsqueda de la verdad, ni obtener el convencimiento del juez a
través del contradictorio, sino únicamente servir como un mecanismo de defensa social. Confróntese
ello en Ferri, L o s nuevos horizontes del Derecho y del procedimiento pena!, p. 304 y ss.
(49) De conformidad con el citado autor, se debe evitar caer en maniobras que respondan a las campañas de
sensación de inseguridad o las campañas de la ley y el orden. “En Latinoamérica existe una tendencia
muy fuerte a generar entre la población una sensación de inseguridad continua; se trasmite el mensaje
de que ‘todos estamos en peligro’, de que en cualquier momento las ciudades van a ser invadidas por
los delincuentes que habitan en los cinturones de la pobreza y que, por tanto, tenemos que encerrarnos
en nuestras casas y poner candados y rejas por todos los lados, transformándolas en pequeños casti
llos feudales. Frecuentemente, la prensa comete ei tremendo error de prestarse a este juego (...) En
Latinoamérica estamos hartos de este tipo de discurso porque, cada vez que viene alguien con mano
dura, quedamos peor que como estábamos antes. Si no están alerta, pues, frente a este tipo de maniobras,
el periodismo judicial puede convertirse en un canal de políticas más nefastas de nuestra sociedad”.
Binder, en Justicia penal y Estado de Derecho, pp. 270 y 271.
(50) Exp. N° 045-2004-AI/TC (f. j. 40), caso: Colegio de Abogados del Cono Norte de Lima.
Arsenío Oré Guardia / Derecho Procesa] Penal peruano
Cabe agregar que dicha situación resultaba más crítica dentro del pro
ceso penal regulado por el Código de 1939 debido a que en dicha norma
tiva no se establecían los plazos legales de cada etapa procesal, aspecto
este que fue parcialmente superado con la entrada en vigencia del Código
Procesal Penal de 2004 (arts. 334.2 y 342).
4 2 ________________________________________________________
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
(54) En este sentido, SCIDH, caso: López Álvarez vs. Honduras (párr. 69), 1 de febrero de 2006.
43
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
V. Características
(55) Cabe apreciar, por ejemplo, la resolución de apelación que revoca el auto desestimatorio de prisión
preventiva dentro del Exp. N° 01002-201 i-43 -anteriormente citado- emitida por la Corte Superior de
Arequipa en la que, al referirse a la actividad probatoria de la defensa en un incidente de prisión pre
ventiva, señala que “(...) no basta demostrar que una persona tiene un lugar donde vivir para demostrar
arraigo. Lo que se tiene que demostrar es que tal domicilio vincula de alguna manera al encausado
para permanecer en la ciudad, como lo tendría el propietario del inmueble, o quien tiene que asumir
un derecho o un deber sobre el mismo (...)”. Lo propio también se advierte en el auto de vista emitido
por la Corte Superior en referencia, dentro del Exp. N° 01630-2011-53 de fecha 4 de julio de 2011.
(56) Lo expuesto es coincidente con lo establecido en el considerando sexto de la Res. Adm. N° 325-2011-
P-PJ que sostiene lo siguiente: “Que un problema fundamental viene dado por la definición del arraigo,
regulado por el artículo 269, apartado 1, del Código Procesal Penal. Un dato fundamental que es de
tener en cuenta en la valoración de los criterios establecidos por los artículos 269 y 270 del mencionado
Código, es que se está ante lo que se puede denominar “tipologías referenciales”, destinadas a guiar
el análisis del riesgo de fuga u obstaculización (peligro procesal). No se está frente a causales de tipo
taxativo, ni frente a presupuestos materiales de la prisión preventiva. Por lo tanto, es necesaria una
valoración de conjunto de todas las circunstancias del caso para evaluar la existencia o inexistencia del
peligrosismo procesal”.
44 _______________________________________________________
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
1. Instrumental idad
2. Provisionalidad
4. Temporalidad
5. Autonomía
6. Urgencia
1. Instrumentalidad
Tomando en consideración el concepto de coerción procesal asumido,
resulta que la instrumentalidad constituye su principal característica, en vir
tud de la cual no se concibe la regulación o aplicación de medidas de esta
naturaleza con fines ajenos del proceso penal.
Así, dichas medidas serán de naturaleza cautelar cuando tengan por fi
nalidad prevenir los riesgos de fuga, de ocultamiento de bienes, de insol
vencia sobrevenida o la obstaculización de la averiguación de la verdad.
En suma, dentro de este contexto nos encontramos frente a un conjunto de
decisiones judiciales producidas con la finalidad de garantizar la emisión
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(57) Destaca dicha particularidad de las medidas anticipatorias, aunque refiriéndose al proceso civil, autores
como Hurtado R eyes, Fundamentos de Derecho procesal civil, pp. 914-915; y O ttolenghi , Estudios
de Derecho procesal en honor a Hugo Ahina, p. 508.
(58) De acuerdo a la citada regulación, no obstante encontrarse prevista dentro del título IX “Otras medi
das reales”, se deduce que la finalidad de dicha medida no solo gira en torno a la satisfacción pronta y
anticipada de un derecho de carácter patrimonial, sino que, a la vez, busca tutelar cierta pretensión de
índole penal. Sobre el particular, abundaremos con mayor precisión en el acápite correspondiente a las
medidas anticipadas.
46 _____________________ ;_________________________________
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
(59) Eo este sentido, C arnelutti sostiene que la “(...) función del proceso cautelar no puede ser indepen
diente del proceso definitivo, ya que existe una situación de subordinación por el cual este - e l proceso
definitivo- no supone la existencia del cautelar, pero este no puede aparecer sin aquel, o, por lo meaos,
sin la supuesta existencia o realización (futura) de aquel”. Carnelutti , citado por O ttolenght, en
Estudios de Derecho procesal en honor a Hugo Alsina, p. 508.
_______________________________________________________ 47
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
2. Provisiotialidad
En virtud de esta característica se tiene que las medidas de coerción pro
cesal mantienen sus efectos hasta el momento en que se emite la sentencia.
(60) Si bien esta es la regla general, en el apartado correspondiente a las medidas de coerción procesal en
particular, se precisarán los aspectos singulares previstos en la ley o que se dan en la práctica.
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
(61) Adviértase dicha posición en A sencio M£I.¡.ado , en El nuevo proceso penal, p. 505; San M artín
Castro, Derecho procesalpenal, vol. II,'p. 1068; L edesma N arváez, L os nuevos procesos de ejecución
y cautelar, p. 40.
(62) P ujadas Tortosa , Teoría general de medidas cautelares penales, p. 235. En este mismo sentido, la
Real Academia de la Lengua Española define “temporal” como aquello que dura por algún tiempo o
que no es eterno, <http;//lema.rae.es/drae/>.
(63) En este sentido, C alamandr E!, Introducción al estudio sistemático de las providencias cautelares,
p. 36.
(64) A tal efecto, M aier precisa cómo, desde las constituciones modernas -y, posteriormente, a través de
los códigos respectivos-, la tendencia del constituyente fue delimitar la indiscriminada práctica del
legislador ordinario en la regulación de la extensión temporal de las medidas de coerción procesal,
específicamente, las privativas de libertad. Así, se advierte ello en “(...) la nueva Constitución española
que obliga a la ley a fijar el plazo máximo de duración del encarcelamiento preventivo; e¡ Código de
■ . Procedimiento Penal francés que limita hoy. para jos asuntos correccionales -es decir, con excepción
de los crímenes- el plazo de la detención provisional a cuatro meses que pueden ser renovados por
decisión fundada; la Ordenanza Procesal Penal alemana (República Federal de Alemania) establece
el plazo máximo de seis meses para el encarcelamiento preventivo si no ha recaído sentencia a pena
privativa de libertad, con posibilidad limitada de prolongación del plazo en casos excepcionales y por
decisión y posterior control del encarcelamiento preventivo por el máximo tribunal de casación de los
Estados federados o de la Corte Suprema Federal según los casos; la Constitución y !a ley procesal penal
italiana limitan también temporalmente el encarcelamiento preventivo a un mes en los procedimientos
de competencia del pretor, a tres meses para los mandatos de detención facultativos si la pena máxima
amenazada para el delito imputado alcanza los cuatro años de reclusión o es menor, a seis meses si la
pena máxi ma amenazada supera jos cuatro años de reclusión, por último, para los m andatos de detención
obligatorios, a un año si se amenaza con la pena de (...) reclusión inferior a veinte años y a dos años si
la amenaza penal supera ese límite. M aier , en Antología, pp. 189-205.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(65) En efecto, conforme lo desarrollamos líneas arriba, si lo que se quiere destacar es la “temporalidad”
como característica consustancial a las medidas de coerción procesal, se debe remitir al derecho al
plazo razonable.
(66) Entre otros, C lariá O lmedo , Tratado de Derecho procesal penal, t. V, p. 210; C ubas V íllanueva , El
nuevo proceso penal peruano, p, 372.
(67) En términos de Calamandrei, el carácter provisorio del conjunto de medidas citadas nace de la posi
bilidad de una ulterior decisión, que puede eventual mente sobrevenir para anular o para modificar ¡os
efectos de la decisión del a quo. Calamandrei, Introducción al estudio sistemático de las providencias
cautelares, p. 39.
50 _______________________________________________________
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
3. La mutabilidad (r e b u s s ic s ta n tib u s )
Derivada de la cláusula rebus sic stantibusü2), la mutabilidad (también
denominada “variabilidad”) supone que las medidas de coerción procesal
pueden ser cambiadas, modificadas o sustituidas tanto en relación a la mis
ma medida o en relación al objeto sobre el que recaen sus efectos, a la vez
que también se puede proceder con la revocación<73).
Así el estado de las cosas, las medidas de coerción pueden ser modifi
cadas, sustituidas o revocadas cuando:
4. Temporalidad
No obstante haberse concebido a la “temporalidad” como una cualidad
derivada del carácter instrumental o provisional de las medidas de coer
ción procesal, en la actualidad, dicha característica puede entenderse des
de dos perspectivas.
(77) Maier, en Antología, pp. 189-205. En este sentido, el Tribunal Constitucional español señala que el
derecho a que la prisión provisional dure el tiempo estrictamente necesario para asegurar la finalidad
que persigue, guarda un estrecho paralelismo con el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas.
STCE 8/1990 (f.j, 3).
(78) No obstante dicha particularidad, en todo momento el juez debe observar esto característica, guiándose
por las reglas propias del principio de proporcionalidad. Asi, por ejemplo, la Sala Penal de Apelaciones
de Piura, en el auto confirmatorio de apelación de auto de prisión preventiva emitido dentro del Exp.
N° 5291-2009 (Cons. 07), de fecha 2 de julio de 2009, señala que la restricción del derecho a la libertad
personal debe obedecer al principio de proporcionalidad, lo que quiere decir que dicha restricción
-refiriéndose a la prisión preventiva ordenada- “(...) solo tendrá lugar cuando fuere indispensable, en
la medida y por el tiempo estrictamente necesario (...) para asegurar los objetivos del proceso penal”.
Tadoada P ilco, Buenas prácticas de la jurisprudencia penal, 1.1, pp. 707-711.
(79) En este sentido, Pujadas Tortosa, T eo ría g e n e r a l d e m e d id a s c a u te la re s p e n a le s , pp. 236-237.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
5. Autonomía
Esta característica, aparentemente contraria al carácter instrumental de
las medidas de coerción procesal, informa que el requerimiento (ejercicio
de la acción “cautelar”), la decisión (la resolución “cautelar”) y la ejecu
ción (del procedimiento “cautelar”) de este tipo de medidas no suponen la
suspensión del proceso principal, sino que debe sustanciarse “por cuerda
separada”, puesto que diversas reglas del proceso penal principal no son
compatibles con la naturaleza del procedimiento cautelar(81).
Así, por ejemplo, con relación al procedimiento previsto para las me
didas de coerción procesal, es compartida la opinión de que la decisión del
juez -salvo excepciones previstas por ley (art. 203.2 CPP de 2004 o art.
271.1 CPP de 2004, entre otros)- no requiere una audiencia previa, a dife
rencia del trámite a seguir para la emisión de un auto de sobreseimiento o
de enjuiciamiento.
(80) Ello se puede advertir, por ejemplo, en la resolución N° 03 del Exp. N° 2006-01417 (f. j. 3) emitida por
el Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Huaura. Villavicencio R íos/R eyes A lvarado,
El nuevo Código Procesal Penal en la jurisprudencia, pp. 134-135.
(81) En este sentido, puede afirmarse que la autonomía de las medidas de coerción procesal está referida al
aspecto estructural de estas; mientras que el carácter instrumental se predica del aspecto teleológico.
M onroy Palacios , Bases para la formación de una teoría cautelar, p. 139 y ss.
5 4 ________________________________________________________
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
6. Urgencia
Relacionada con el periculum in mora , la urgencia constituye una ca
racterística de las medidas de coerción procesal en virtud de la cual estas
deben proceder de manera inmediata y sin solución de continuidad -luego
de satisfechas las exigencias legales- a efectos de conjurar (i) el peligro de
insatisfacción del derecho cuya tutela se exigió oportunamente, (ii) el en
torpecimiento efectivo de los actos de investigación o (iii) la sustracción
efectiva de la administración de justicia(82), pues, caso contrario, tales ries
gos se transformarían en realidad.
(82) En este sentido, R estrefo M edina , Perspectiva constitucional de la tutela cautelar efectiva,
pp. 46-47.
(83) H inostroza M inguez , El embargo y otras medidas cautelares, p. 28.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
56 ______________________________________
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
(86) Así, se comprende como presupuesto procesa] al requerimiento de parte, la audiencia o la motivación.
Estos varían dependiendo de la medida cuya aplicación se decrete,
(87) Así, la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Huaura señaló que no es procedente dictar
prisión preventiva ante la inexistencia del presupuesto material. Exp. N° 2007-0085, res. N° 7 (f. j. 10),
publicado en Villavicencio R íos/R eyes Alvarado, El nuevo Código Procesal Penal en la jurispru
dencia, pp. 102-105.
Lo propio se advierte en la resolución N° 03 del Exp. N° 2007-00102 (Cons. 2). En esta resolución,
la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Huaura dispuso el mandato de comparecencia
restrictiva al advertir que, no obstante concurrir tXfumits comissi delicti, no se configuró en el caso
concreto peligro de fuga alguno por encontrarse uno de los justiciables con “(...) doble fractura en la
pierna izquierda, por lo que corporalmente se encuentra débil a consecuencia de la drogadiccíón”, y el
otro, por tratarse de “un joven mecánico, con trabajo fijo, domicilio en k casa paterna y contar con el
respaldo de sus vecinos”. V illavicencio R íos/R eyes A lvarado, El nuevo Código Procesal Penal en
¡ajurisprudencia, p. 109.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
58 _____________________________
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
(89) P ujadas Tortosa, Teoría genera/ de medidas cautelares penales, pp. ¡34-135.
(90) N ieva F enoll , Fundamentos de Derecho procesal penal, p. 160.
(91) N ieva F enoll , Fundamentos de Derecho procesal penal, p. 160.
(92) Los aspectos referidos al estándar probatorio que se tengan que alcanzar y el objeto concreto de acre
ditación frente a cada medida de coerción procesal serán analizados con mayor detenimiento en e!
siguiente capítulo, al momento de estudiar las medidas de coerción personal en particular.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
2. Peligro procesal
Esta categoría comprende tanto el periculum libertatis(94) como el pe-
riculum in mora , dependiendo del objeto que se pretende proteger median
te la medida de coerción procesal. El primero se encuentra vinculado a las
medidas de coerción que restringen la libertad de los ciudadanos; mientras
que el segundo, a la tutela del objeto civil del proceso penal.
VIL Clasificación
Dado que el proceso penal es la yuxtaposición de dos procesos en uno,
debido a la concurrencia de dos objetos procesales (penal y civil), la regu
lación de las medidas de coerción procesal debe ser tal que su imposición
y mantenimiento evite la defraudación o afectación de alguno de los obje
tos procesales, como consecuencia del actuar malicioso del imputado o del
tercero civilmente responsable.
(93) Villavicencio R íos/R eyes A lvaRado, El nuevo Código Procesal Penal en la jurisprudencia,
pp. 176-177.
(94) N ieva F enoll , Fundamentos de Derecho procesal penal, p. 160.
60 ___________________________________________________________________
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
En tal sentido, siendo que por dicho término (“personal”) se suele ha
cer referencia a las medidas que afectan directamente el derecho a la liber
tad o locomotora(96); dentro de tal categoría no podría comprenderse al con
junto de medidas de coerción procesal que afectan otros derechos de equi
valente rango constitucional. Nos referimos, por ejemplo, a la intervención
preventiva (arts. 293-294 CPP de 2004), a la intervención corporal (arts.
(97) Así, Jas medidas de coerción procesal personal son todas aquellas que se otorgan a efectos de garantizar
el objeto penal del proceso penal, mientras que las medidas de coerción procesal real son aquellas que
se conceden a efectos de garantizar el objeto civil del proceso penal.
Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
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Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
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Parte general de las medidas de coerción en el proceso penal
67
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
68
c a p ít u l o II
_______________________________________________________ 71
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Pena) peruano
I. Concepto
II. M odelos
1. Modelo garantista
El modelo garantista, denominado también “modelo liberal”, se basa en la
idea de que el ejercicio del poder penal, en cualquiera de sus manifestaciones,
2. Modelo eficientista
Este modelo se caracteriza por subordinar el valor libertad al principio
de autoridad, desconociendo la idea de límites al poder penal.
(103) Para Binder, este modelo se caracteriza por tomar decisiones de autolimitación y se basa en Sos prin
cipios de legalidad y certidumbre. B inder, Política criminal, p. 36.
(104) B inder, Política criminal, p. 36.
(105) FekraJoli, Derecho y razón, pp, 851-852.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
74
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(106) Este autor sostiene que el modelo eficientista se caracteriza por el desdibujamiento de la potestad per
secutoria, pues en este se faculta la coerción a órganos no judiciales (por ejemplo, a la Policía); por el
fomento de los juicios paralelos representados por las versiones que ofrecen los medios de comunicación;
por la contemporización con los insistentes discursos mediáticos y sociales de que en el proceso penal se
reconocen demasiados derechos al incriminado, y do a la víctima ni a la sociedad, y que por esta razón
se avanza muy poco o fracasa cualquier esfuerzo de lucha contra una creciente criminalidad; y por la
flexibílización del respeto a la libertad ante las necesidades coyunturales de la inseguridad ciudadana,
Binder, Política criminal, p. 35.
(107) Véase el Proyecto deLeyN0 8038/2003 propuesto por el señor congresista Carlos F uerero. La exposición
de motivos del proyecto señala que “La añadidura 'un plazo igual a aquellos señalados en el párrafo
anterior, según corresponda', aclara el tema: En principio, las detenciones duran 9 y 18 meses. Por el
primer párrafo, algunos casos pueden ascender a 27 y 54 meses. Por disposición del segundo párrafo,
las detenciones que no hayan sido ampliadas según el primer párrafo podrán ascender a 18 y 36 meses,
respectivamente. Las que ya hubiesen sido triplicadas, podrán duplicarse a 54 y 108 meses”, Esta opción
legislativa atentaría contra las principios de proporcionalidad y de excepcionalidad de la detención, pues
_______________________________________________________ 75
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
convertiría a esta en una medida permanente durante todo el proceso posible de extenderse inclusive
hasta 9 años.
76
Medidas de coerción personal en e) proceso penal
(108) En este sentido, el Tribunal Constitucional sostiene que “[l]a existencia o no del peligro procesal debe
determinarse a partir del análisis de una serie de circunstancias que pueden tener lugar antes o durante
el desarrollo de! proceso y que están ligadas, fundamentalmente, a las actitudes y valores morales del
procesado Exp. N° 0298-2003-HC/TC (f. j. 7), caso: Thayron Loza Munárriz.
(109) Exp. N° 3771-2004-HC/TC (f. j. 31), caso: Miguel Cornelio Sánchez Calderón. En dicha resolución, el
Tribuna! Constitucional refiere que “(...) es deplorable que en los casos de crímenes no convencionales
los agentes detenidos por los delitos de terrorismo, tráfico ilícito de drogas, violaciones de derechos
humanos, corrupción de funcionarios, en vista de que los órganos judiciales competentes no han
77
Arsenío Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
sentenciado antes de vencido e! plazo máximo de detención previsto por la ley (Código Procesal Penal;
art. 137), resultan favorecidos en virtud de ello, lo que permite en numerosos casos, la excarcelación
inmediata de prontuariados enemigos públicos de la sociedad, situación que, además, implica riesgo
de fuga”.
(110) Como lo señala Arroyo, la concepción de “tolerancia cero” representa una ruptura con el fatalismo de lo
que solía llamarse el “nada funciona”. De acuerdo a ella, no importa por qué se delinque. Lo importante
es hacer valer la ley, y quien la transgreda se tendrá que atener a las consecuencias, bajo la fórmula de
■ ' “guerra sin cuartel a la delincuencia”, La tolerancia cero es una ideología sobre el delito que abreva de
principios morales y despliega una serie de conocimientos criminológicos de carácter gerencial. A rroyo,
Evaluando la estrategia Giuliani, < http://escholarship.org/uc/item/0p66x3vx.pdf>.
(111) VaSSALLI, en D erech o p e n a l hoy, p. 427.
78 _______________________________________________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
1. Detención policial
El carácter excepcional de esta medida no se funda únicamente en los
supuestos que permiten su aplicación, sino también en que su ejecución
procede sin control judicial previo(m).
1.1. Concepto
La detención policial es una medida precautelar, de carácter extraju
dicial, que consiste en la privación de la libertad de los individuos descu
biertos en flagrante comisión de delito con la finalidad de asegurar la pre
sencia de aquellos ante la autoridad competente y la efectividad del pro
ceso penal.
(112) De ahí que autores como G onzález N avarro prefieran denom inar a esta m edida de coerción
como “detención adm inistrativa”. G onzález N avarro, Sistema de juzgamiento penal acusatorio,
pp. 646-648.
(113) Un ejemplo se advierte en el caso Tibi vs. Ecuador, llevado ante la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. De acuerdo a la demanda, el señor Tibí fue arrestado sin orden judicial por oficiales de la
policía el 27 de setiembre de 1995, mientras conducía su automóvil poruña calle de la ciudad de Quito,
Ecuador. Posteriormente, fue trasladado a la ciudad de Guayaquil, donde fue recluido ilegalmente en
una cárcel durante 28 meses, hasta el 21 de enero de 1998. SCIDH, caso: Tibi vs. Ecuador (párr. 3),
7 de setiembre de 2004.
8 0 ________________________________________ ________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
1.2. Finalidad
La detención policial tiene dos finalidades, las cuales consisten en ase
gurar, por un lado, la presencia del imputado ante la autoridad competen
te0145 y? por otro, la efectividad del proceso penal.
(114) En este sentido, Gimeno Sendra/Conde Pumpido/Garberí Llobregat, L os procesos penales, t. VI,
p. 76; P eña Cabrera Freyre, Derecho procesal penal, t. II, pp. 38-39; San M artín Castro, Estudios
de Derecho procesal penal, pp. 256-257, entre otros.
(115) Con ello comprendemos la función de control que recae sobre el fiscal respecto de la detención. Así
lo sostuvo el Tribunal Constitucional al explicar que el “(...) control del plazo de la detención debe
ser efectuado tanto por el representante de¡ Ministerio Público como por el juez competente, según
corresponda, sin que ambos sean exciuyentes (...)”. Exp. N° 06423-2007-PHC/TC (f. j. 11), caso:
Alí Guillermo Ruiz Dianderas.
(116) B ernal C uéllar /M ontealegre Lynett, El proceso penal II, p. 409; L ópez M asle, en Derecho
procesal penal chileno, 1.1, p. 374; V élez M ariconde, Derecho procesal penal, í. II, p. 503; entre
o tro s..
(117) Así, la Corte Interamericana precisó que con el control judicial inmediato “(...) se evitan las arbitra
riedades, pues con la pronta intervención judicial se perm ite d etectar y prevenir amenazas
__________________________________________________________________ 31
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
contra la vida o tratos inhum anos, com o tam bién lo sostiene la C orte E uropea de D erechos
H um anos, la cual precisó que la falta de reconocim iento de la detención de una persona
es u n a grave violación a este derecho". SCIDH, caso: Bulacio vs. Argentina (párr. 129), 18 de
setiembre de 2003.
(118) A consideración de Brichetti, “(...) el instituto déla flagranc ia fue tratado ampliamente por los prác
ticos medioevales especialmente en relación al arresto, al rito y a las pruebas, y todos concordaban en
afirmar que en la hipótesis de flagrancia el delito es ya, por sí mismo, manifiesto, notorio (entendida
esta última palabra en el sentido de manifiesta), de manera que no es necesaria ulterior prueba para
constatarlo, y que el juez puede tomar inmediatamente conocimiento del mismo”. B richetti, en La
'evidencia' en el Derecho procesa! penal, p, 163.
82 __ _____________________________________________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(119) En este sentido, Exp. N° 01324-2000-HC/TC (f. j. 2), caso: Florencio Chávez Abarca; Exp.
N° 1318-2000-HC/TC (f. j. 2), caso: Cornelio Lino Flores; Exp. N° 00 828-20 03-HC/TC (ff. jj. 2 y 3),
caso: Frida Anita Díaz; Exp. N° 2096-2004-HC/TC (f. j. 4), caso; Eleazar Camacho Fajardo; Exp.
N° 01923-2006-HC/TC (f. j. 5), caso: Jorge Manuel Chipulina Fernández; Exp. N° 06142-2006-HC/TC (ff.
jj. 5 y 6), caso: James Yovani Rodríguez Aguirre; Exp. N° 06646-2006-PHC/TC (f. j. 3), caso: Alberto
Gonzalo Vega Sánchez; Exp. N° 01871-2009-PHC/TC (f. j. 4), caso Daniel Ricardo Ramos Gonzales;
Exp. N° 01203-2012-PHC/TC (f. j. 5), caso: Merlo García Jaramillo; entre otros.
Cabe indicar que dicho desarrollo jurisprudencial no fue uniforme, pues mediante Exp. N° 3766-2004-
PHC/TC (f. j. 4), caso: M.I.V.Ch., el Tribunal Constitucional señaló que “la flagrancia en la comisión
de un delito requiere el cumplimiento de cualquiera de los dos requisitos siguientes: a) la inmediatez
temporal y b) la inmediatez personal”.
(120) Exp. N° 2096-2004-HC/TC (f. j. 4), caso: Eleazar Camacho Fajardo; Exp. N° 03691-2009-HC/TC (f. j. 16),
caso; Luz Emérita Sánchez Chávez; Exp. N° 01203-2012-HC/TC (f. j. 5) caso: Merlo García Jaramillo;
y Exp. N° G7376-2Q05-PHC/TC (f j. 4), caso: Salvador Bailetti Valencia. ■
(121) De acuerdo al artículo 81.1 del CdPP, la flagrancia procedía únicamente si el agente era sorprendido y
capturado en el acto de perpetración del delito o, en su caso, era visto en esas circunstancias y huye,
siendo capturado en el transcurso de la persecución inmediata.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
que revelan que acaba de ejecutarlo.” Este concepto también fue adopta
do en la regulación de la versión original del artículo 259 del CPP de 2004,
suscrito el 22 de julio de 2004.
(122) O ré Guardia/L oza Ávalos, ¿En busca de un proceso pena) eficiente?. Disponible en: <www.incipp.
org,pe>.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
interior del poder legislativo que trastoca la finalidad última del principio
de legalidad en este extremo: brindar seguridad jurídica a la sociedad y do
tar de predictibilidad al ordenamiento en su totalidad(123)12456.
(123) Dicho fenómeno es catalogado por Taruffo como una manifestación de la crisis de la legalidad vincu
lada a la creciente complejidad y confusión de la ley procesal. Taruffo, La prueba, pp. 195-196.
(124) En efecto, dicho fundamento se advierte,.por ejemplo, en la exposición de motivos esbozada en torno
del D. Leg. N° 989. Según dicho documento, la flagrancia virtual se incorporó debido a la necesidad de
que el concepto jurídico de flagrancia debe ser acorde a la realidad actual y a los avances tecno
lógicos (.. .)", a efectos de “(...) revertir la actual y negativa percepción de la ciudadanía sobre la tardía
intervención de la autoridad policial, agravada por la lentitud con la que actúa el aparato judicial”. En
este sentido, agrega la exposición de motivos que las % . .) normas, las instituciones tienen por objeto
procurar satisfacer el interés de la persona, del ciudadano que espera del Estado una respuesta oportuna
y eficaz, que prevenga y sanciona infracciones o violaciones al pacto social de convivencia pacifica”,
por lo que es preciso recoger el clamor de la población destinataria del ‘orden jurídico’ (..,)”.
(125) Si el objetivo de la opción legislativa fuese realmente disminuir la sensación de inseguridad, considera
mos que la medida más idónea sería invertir en medidas de prevención de carácter extrapenal, pues lo
contrario -utilizar el Derecho penal como un instrumento de prima ratio- tiene como resultado el uso
indiscriminado del tuspuniendi que se materializa en la sobrecrlminalización de ciertas conductas que,
a largo plazo, pone en riesgo el aparato judicial en sede penal con la sobrecarga procesal. Un ejemplo
ds los efectos perniciosos de dicho fenómeno se advierte en la tipificación del delito de omisión de
asistencia familiar, cuya represión no tiene un real fin disuasorio, conforme se advierte en el incremento
constante de carga procesal, incluso, en los distritos judiciales que se rigen por el Código Procesal Penal
de 2004. '
Ello se advierte, por ejemplo, en el cuadro estadístico proyectado por el Ministerio Público, en relación
a la incidencia de causas penales por la presunta comisión del delito de omisión de asistencia familiar.
Según dicho cuadro, entre los meses de enero a marzo de 2010 en 22 distritos judiciales se ha identificado
el aumento de procesados en calidad de detenidos, hasta en un 300%, pues de 236 casos pendientes
al comenzar el mes de enero, se ascendió hasta los 647 casos. Sobre el particular, Chávez DE Yara,
Asistencia familiar, <http://www.mpfn. gob.pe/images/carte]era/06092010120315_BOLETIN2.pdf>.
(126) O ré Guardia/L oza Avalos, ¿En busca de un proceso penal eficiente?, <www.incipp,org.pe>.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
1.4. Plazo
De acuerdo a lo dispuesto en la Constitución Política, ninguna perso
na puede mantenerse detenida por un plazo mayor de 24 horas más el tér
mino de la distancia, salvo que el delito materia de investigación sea te
rrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas. En estos casos, el plazo no
deberá superar los quince días naturales (art. 2.24.f Const.). Este límite al
ejercicio del poder punitivo también fue recogido en los artículos 264.1 y
264.2 del CPP. de 2004.
Cabe precisar que las posibles variaciones de los plazos legalmente es
tablecidos por razones del término de la distancia no están supeditados a
la discrecionalidad de cada operador, sino que estas deben tomar como re
ferente ¡o establecido en la Res. Adm. N° 1325-CME-PJ que tiene vigen
cia en todo el país.
(127) Sostenemos ello porque si la flagrancia debe suponer una evidencia directa e inmediata del hecho
delictuoso que se viene realizando o qne se acaba de realizar (Exp. N° 05423-2008-PHC (f. j. 10), caso:
Segundo Miguel López Aybar); entonces, el hecho de que la ley flexibilice la exigencia de inmediatez
temporal supone que la privación de libertad puede proceder ante la mera existencia de sospechas 0
indicios, en manifiesta oposición a la necesidad de cautelar la libertad personal.
(128) O ré G uardia /L oza Avalos, ¿En busca de un proceso penal eficiente?, < www.incipp.org.pe>.
86 _____________ ,____________________________________________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(129) En este sentido, el Tribunal Constitucional explica que “{•.,) el límite máximo de la detención será el
que resulte estrictamente necesario para realizar las actuaciones o diligencias Exp, N° 06423-
2007-PHC/TC (f. j. 10), caso: Alí Guillermo Ruiz Dianderas.
(130) Distinto es e] caso de la “cadena ronderil” que se practica al interior de las comunidades campesinas
y nativas, pues de acuerdo a dicho instituto se permite al rondero no solo aprehender sino también
detener al presunto delincuente, con la finalidad de conseguir que admita su responsabilidad O, en su
caso, sancionarlo luego de haber determinado su participación en los hechos. En este sentido, Bazán
CerdÁn , El arresto ciudadano y la "cadena ronderil", <http://www.lozavalos.com.pe/alertainformativa/
modulos/documentos/descargar.php?id=3800>.
De ahí que, a diferencia de la aprehensión por particulares que se configura únicamente como medida
de coerción procesal; la “cadena ronderil” se presenta como un instituto de doble naturaleza: como un
acto de investigación tendiente a la obtención de la declaración del presunto autor del delito y como
una medida de carácter sancionatoria.
Otra diferencia existente entre ambos institutos consiste en que la aprehensión por particulares se en
cuentra regulada dentro del marco de la justicia ordinaria; mientras que la “cadena ronderil” se funda en
el derecho consuetudinario, dentro del marco de la justicia comunal, lo que no impide que, de acuerdo
a la naturaleza del caso, los ronderos también pueden aplicar la aprehensión por particulares, siempre
y cuando respeten los parámetros propios de este instituto.
(131) Nota de prensa de E l C omercio , <http://elcomercio.pe/lima/sucesos/pocos-resultados-leyes-pro-
seguridad-no-han-servido-detener-crimenes-noticia-1542133>.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(132) Sostienen lo contrario, entre otros, CÁRDENAS Ruiz , El arresto ciudadano y laflagrancia en el marco de
la Ley N °29372, <http:,7www.derechoycambiosocial,com/revísta018/flagrancia.htni>; Chang Kcomt,
Análisis comparado del tratamiento que se da a la detención ciudadana en Perú y España, <http://
departamento.pncp.edu.pe/derecho/iraages/documentos/CTNlS ,pdf>; R osas YaTaco, Derecho procesal
pena!, pp. 590-591; SAN CHEZ VEL ARDE, La detención en el nuevo proceso penal peruano, <http://
perso.unifr.ch/derechopenal/assets/files/aniiario/an_i993_06.pdf>; R omero Pacheco, Actualidad
jurídica, 2008/172, p. 33.
(133) VlTEREO Arias, Exposición comentada de! Código de Procedimientos en Materia Penal del Perú de
1863, p. 75. ’ '
(134) García R ada, al referirse al artículo 59 Código de Procedimientos en Materia Criminal de 1920, sos
tenía que este “(.. .) autorizaba la detención por cualquier persona, aun sin orden judicial en los casos de
‘flagrante o cuasiflagrante delito’. Con mayor precisión este inciso lo denominaba ‘acto de la perpetra
ción del delito’. Ambas frases contienen la misma noción referente a ¡a detención del delincuente en el
momento mismo de su comisión, lo que elimina dudas sobre su autoría”. García Rada, Instituciones
de Derecho procesal penal, t. II, p. 328. Véase también Calle, Código de Procedimientos en Materia
Criminal, pp. 38-39.
Medidas de coerción personal en el proceso pena!
del delito, o en los actos preparatorios del mismo, o huya al ser persegui
do inmediatamente por (...) cualquier persona (.. .)”(13Sf Es decir, según el
legislador de 1939, la aprehensión por particulares que haya sido frustrada
porque el indiciado pudo escapar era considerada como un presupuesto, en
tre otros, para que el juez pueda ordenar la detención provisional.
2 .2 . Precisión terminológica
A diferencia de lo que sucede con el concepto de la aprehensión por
particulares, podemos advertir que no existe consenso al momento de de
finir la nomenclatura del instituto en referencia.
(135) Cabe indicar que esta disposición legal se mantuvo por cuatro décadas, siendo derogada et 15 de junio
de 1981, luego de !a promulgación dei Decreto Legislativo N° 126, a diferencia del artículo 193 del CdPP
que, hasta la fecha, sigue vigente. -
(136) En igual sentido opina SÁNCHEZ VELARDE, La detención en el nuevo proceso penal peruano,
disponible en: <http://persa.unifr.ch/derechopenal/assets/files/anuario/an_1993_06.pdf>.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(137) En este sentido, véase el artículo 59 del Código de Procedimientos en Materia Crimina! de 1920; el
artículo 16 de la Const. mexicana; el artículo 287 del Código Procesal Penal para la nación argentina y
el artículo 490 Ley de Enjuiciamiento Criminal. En doctrina, esta denominación también es empleada
por L ópez M asle, en Derecho procesal penal chileno, 1.1, pp. 372-375;'N osete A lmagro/Tomé Paule,
Instituciones de Derecho procesal, p. 256; R osas Yataco, Derecho procesal penal, p. 590; Roxra,
Derecho procesalpenal, p. 278; Sánchez Velarde, La detención en el nuevo proceso penal peruano,
<http://perso.umfr.ch/derechopen2 l/asset5/files/anuario/an_i993 _O6 .pdi> ; entreoíros.
(138) En este sentido, véase el artículo 70 del Código de Procedimientos en Materia Penal de 1863. En la
actualidad, esta denominación se encuentra recogida en el artículo 302 del Código de Procedimientos
Penales colombiano.
(139) Véase el artículo 23.4 de la Const. boliviana.
(140) Véase el artículo 260 del CPP de 2004. En igual sentido, el artículo 382.1 del Código Procesal Penal
italiano. Siguen esta acepción, autores como P eña Cabrera Freyre, Derecho procesal penal, t. II, p.44;
N ota db prensa N° I10/OCII/DP/2009, <http://www.defensoria.gob.pe/modules/Downioads/prensa/
notas^OOO/NP-llO-OS.pdD-; Bazán Cerdán, El arresto ciudadano y la “cadena ronderil", <http://
www.lozavalos.com.pe/alertamformatm/index.php?mod=documento&com=documento&id=1781>;
CÁRDENAS RUIZ, El arresto ciudadano y la flagrancia en el marco de la ley N° 29372, <http://www.
derechoycambiosocial.com/revista018/flagrancia.htm>. Cabe precisar que este último autor entiende
que el arresto es sinónimo de detención. Por su parte, F lores Chávez utiliza la denominación “arresto”
como sinónimo de “aprehensión”, Flores Chávez, en Nuevo Código Procesal Penal comentado, vol.
I, p. 913. '
(141) En este sentido, AA.VV., Enciclopedia jurídica Omeba, 1.1, p. 742.
(142) García Toma explica que la detención se materializa mediante la privación de libertad en un local
policial o penitenciario con carácter preventivo (García Toma, Análisis sistemático de la Constitución
Medidas de coerción personal en el proceso penal
2.3. Concepto
La aprehensión es una medida precautelar, consistente en el acto mate
rial transitorio de privación de la libertad, que no supone propiamente en
carcelamiento, y que obliga al ejecutante a poner inmediatamente al apre
hendido a disposición de la autoridad policial.
peruana de 1993,1.1, pp. 116-117) dentro del plazo establecido también en nuestra Constitución o por
las leyes de segundo orden. .
Por su parte, Urrutia Mejia y Cuesta Hoyos definen el “arresto” como aquella privación de libertad
personal en las salas de arresto de las respectivas unidades militares ó policiales, Urrutia M ejia/
Cuesta Hoyos, La detención y la prisión domiciliaria, p. 128.
(143) Peña Cabrera agrega que ¡a denominación de “arresto ciudadano” es inapropiada, pues dicha potestad
recae sobre las personas que administran justicia en nuestro país, la judicatura. De ahí que, según dicho
autor sea más preciso hablar de “aprehensión” del ciudadano. Peña Cabrera Freyre, en Actualidad
jurídica, 2008/172, p. 14,
En este sentido, Bernales Ballesteros precisa que una regulacióu legal contraria al testo expreso de
la Constitución en este extremo debe ser considerada como inconstitucional. Bernales B allesteros,
La Constitución de 1993, p. 149.
(144) Chincíiay Castillo, La naturaleza del arresto ciudadano, <https://www,google,com.pe/url?5a=t&rc
t=j&q=&esrc=s&source=web&cd=l&ved=0CCoQAA&url=htíp%3A%2F%2Fineipp.org.pe%2Fmo-
du!os%2Fdocumentos%2FarchÍvos%2FLa%2520Natura1eza%2520del%2520Arresto.doc&ei=8xIFU_
eUFor90gGn5oCYCg&usg=AFQiCNGV7hBuPAPQrq2QlToAAW6gOVIÍriA&sig2=i0ad7EG9h-3meU
BqbOEgLg>. En este mismo sentido, F errero C osta explica que la regulación de dicho instituto puede
permitir abusos en los que, consciente o inconscientemente, los ciudadanos legos pueden incurrir. En
N ota de Prensa de El Comercio, <http://elcomercio.pe/lima/ciudad/arresto-ciudadano-puede-generar-
abusos-advierte-jurista-raul-ferrero-naticia-305003>.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
2.5. Finalidad
Dado el carácter precautelar de la aprehensión por particulares, consi
deramos que esta tiene como finalidad evitar la sustracción del sorprendi
do en flagrancia, sin perjuicio de que, desde el punto de vista casuístico, la
intervención del ciudadano pueda devenir en supuestos de interrupción de
la ejecución del iter criminis.
Con ello el legislador ha considerado que incluso las personas sin ciu
dadanía por carecer de nacionalidad (los extranjeros) o por no ser mayores
de 18 años de edad pueden proceder a aprehender a cualquiera que es sor
prendido en flagrancia0525; siempre y cuando que el ejecutante evite “(...)
poner en riesgo su propia vida e integridad personal (.. .),,(153).1523
(152) Ello se desprende del concepto de “ciudadano” descrito en el artículo 30 Consí., según el cual son ciuda
danos los peruanos mayores de dieciocho años. Debido a tal exigencia, Bernai.es Ballesteros sostiene
que solo pueden ser ciudadanos del Estado ios seres humanos que mantienen un vínculo esencialmente
político nacido con ocasión de la nacionalidad y que, a su vez, alcancen cierta edad, que el artículo citado
establece en dieciocho años. Bernales Ballesteros, La Constitución de 1993, p. 274. En igual sentido,
GuevaraP eZO, en: La Constitución comentada, 1.1, pp. 589-590; Rubio Correa, Estudio de la Constitución
Política de 1993, t. II, p. 304.
(153) N ota de prensa N0 110/OCII/DP/2009, <http://www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/preiisa/
notas/2009/NP-110-09,pdf>.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
luego de cometerlo o sea encontrado con las huellas del delito, dentro del
plazo de 24 horas posteriores a su ejecución.
2.8. Procedimiento .
La aprehensión por particulares puede ser aplicada por cualquier per
sona que descubra al agente cuando está por cometer el delito, lo está co
metiendo o lo acaba de cometer.
97
Aisenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(art. 404 CP), interviene con la finalidad de borrar las huellas dejadas por
el autor (art. 405 CP)(160)16, entre otros supuestos análogos.
(160) García Rada, Instituciones de Derecho procesa/ penal, t, H, pp. 128-129. Según dicho autor, el par
ticular también podría ser responsable si, dentro de dicho contexto, se niega a declarar,
(161) En este sentido, la Defensoría del Pueblo precisa que “(...) es necesario que las autoridades competentes
difundan masivamente que las personas solo pueden hacer uso de esta facultad en caso de flagrancia
delictiva, es decir, al momento en que se está produciendo o se acaba de producir un delito. Asimismo,
se invoca a la ciudadanía para que en la utilización del arresto ciudadano evite poner en riesgo su pro
pia vida e integridad personal, debiendo comunicar inmediatamente y entregar al arrestado al efectivo
policial más cercano”. N ota de prensa N° 110/OCII/DP/2009, <http://www.defeflsoria.gob.pe/modules/
Downloads/prensa/notas/2009/NP-110-09,pdf>.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(162) L ópez M asle sostiene, refiriéndose al ordenamiento chileno, que “(...) en el caso de la detención prac
ticada por particulares, la ley los autoriza para entregarlo alternativamente a la policía, al Ministerio
Público o a la autoridad judicial más próxima.” L ópez M asle, en Derecho procesal penal chileno,
1.1, p. 374. '
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
3.1. Concepto
La detención preliminar judicial es la orden privativa de libertad dis
puesta por la autoridad jurisdiccional durante la fase de diligencias preli
minares, a efectos de procurar la debida sustanciación de los actos de in
vestigación urgentes.
3.2. Finalidad
La detención preliminar judicial tiene dos finalidades, que consisten en
asegurar (i) la presencia del imputado ante la autoridad competente y (ii) la
efectividad de los actos de investigación urgentes.
(i63) Si bien este supuesto no se encuentra previsto dentro del marco del Código de Procedimientos Penales
ni del Código Procesal Penal de 1991, consideramos que, dentro del marco de la investigación de ciertos
Medidas de coerción personal en el proceso penal
delitos establecidos en el artículo 1 de la Ley N° 27379, cabe decretar otras medidas de coerción desti
nadas, entre otros, a procurar el peligro de fuga o de entorpecimiento en ausencia de flagrancia. Tales
medidas pueden ser i. La detención domiciliaria, 2. la obligación de someterse a cuidado y vigilancia
en que reside, 3. De no concurrir a determinados lugares, o de presentarse a la autoridad en los días
que se le fijen, 4. La prohibición de comunicarse con personas determinadas, y 5. La caución (art. 2.2
y 2.2.a Ley N° 27379).
(164) En este sentido, López M asle sostiene que la detención preliminar judicial, denominada “detención
imputativa”, es aquella que se decreta o practica, entre otras razones, con el objeto de “(...) asegurar
la presencia del imputado en la audiencia en que se pretende formalizar la investigación (...). López
M asle, cu Derecho procesal penal chileno, í. I, p, 365.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(! 65) Cabe indicar que la exigencia prevista en la Ley N° 27379 gira en tomo de los procesos penales regulados
por el Código de Procedimientos Penales, específicamente, cuando su sustanciados tiene por finali
dad la persecución de los 1. Delitos perpetrados por una pluralidad de personas o por organizaciones
criminales, siempre que en su realización se hayan utilizado recursos públicos o hayan intervenido
funcionarios o servidores públicos o cualquier persona con el consentimiento o aquiescencia de estos;
2. Delitos de peligro común (arts. 279,279-A y 279-B CP), contra la Administración Pública (capitulo II
del título XVIII del libro segundo del Código Penal), delitos agravados {D. Leg. N“ 896), delitos adua
neros (Ley N° 26461), y delitos tributarios (D. Leg. N° 813), siempre que dichos delitos se cometan por
una pluralidad de personas o que el agente integre una organización criminal; 3. Delitos de terrorismo
(D. Ley N“ 25475 y sus normas modificatorias y conexas), de apología del delito en los casos previstos
en el articulo 316 CP; de lavado de activos (Ley N° 27765), de tráfico ilícito de drogas (arts. 296,296-A,
296-B, 297 y 298 CP); delitos contra la Humanidad (capítulos I, II y III del título XIV-A del Código
Penal), y delitos contra el Estado y la Defensa Nacional (capítulos I y II del título XV del libro segundo
del Código Penal); 4. Delitos contra la libertad (arts, 152 al 153-A0 CP) y de extorsión (art. 200 CP),
siempre que dichos delitos se cometan por una pluralidad de personas; y 5. Otros delitos, cuando el
agente integre una organización criminal.
(166) Si bien la Ley N° 27934 (art. 2 in limine) no ba regulado tal exigencia, entendemos que ello no es
impedimento para que ei fiscal deba individualizar a la persona contra quien requiere la medida de
coerción. Lo afirmado se sostiene en el principio de necesidad y al carácter instrumental de toda
medida de coerción procesal, en virtud del cual la detención preliminar únicamente debe ser dictada
cuando materialmente la conducta procesal del investigado ponga en peligro la fase de diligencias
preliminares. Así, si la medida es decretada contra “los que resulten responsables”, entendemos que no
solo se desvirtúa la detención preliminar, pues este se volvería la regla cada vez que se identifica a los
presuntos responsables, sino que, incluso, puede crear escenarios en donde innecesariamente se prive
de la libertad a los investigados, sin evaluar la concurrencia de algún peligro procesal.
Medidas de coerción personal en e! proceso penal
(167) Sostiene lo contrario San M artín C astro, al señalar que la detención preliminar judicial, prevista
por la Ley N° 27934, exige la concurrencia de “razones plausibles que permitan sospechar la comisión
_______'________________________________________________ 103
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
de un delito” (San M artín Castro, D e re ch o p ro c e sa l pen a l, vol. II, p. U08); aunque, conforme se
observará más adelante, dicho estándar tampoco está exento de cuestionamientos.
(168) Esta ley, entre otros aspectos, regula la aplicación de la detención preliminar dentro de los procesos
penales sustanciados en torno a la investigación de los delitos distintos a los previstos en el articulo 1
de la Ley NQ27379.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(169) En efecto, de acuerdo a las reglas de la prisión preventiva, el minimo necesario para que e! acervo pro
batorio sea considerado insuficiente se pone de manifiesto cuando este no supera los indicios suficientes
o elementos de juicio reveladores de la existencia de un delito (art. 77 CdPP o art. 336.1 CPP de 2004).
(170) D e Hoyos Sancho, en C om entarios a l n u evo C ódigo P rocesa! Penal, pp, 255-299. ■
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(171) Taruffo, Tres observaciones sobre "por qué un e stá n d a r deprueba subjetivoy ambiguo n o es im estándar",
deLarryLaudan, <hítp://bib.cervantesvirt¡iai.com/servlet/SirveObras/01350520877793296313802/029105.
pdf#search-’p!ausibilidad”&page=12>.
(172) En este sentido, Taruffo gráfica la plausibilidad al citar como ejemplo que “(...) alguien puede considerar
verosímil que yo esté en Pavía en la Universidad el lunes por la mañana, en época de clases, porque
desde hace muchos años tengo la costumbre de hacer clases los lunes por la mañana y normalmente
tomo el café a las nueve de la mañana del lunes. El propietario del bar donde tomo café podría considerar
ciertamente verosímil mi presencia en Pavía e¡ lunes por la mañana y tendría buenas razones para ello.
Sin embargo, esto no equivale a determinar que yo estaba realmente en Pavía un lunes determinado
porque en esa fecha podría haber estado en otra parte, por ejemplo, en un congreso.” Taruffo, Tres
observaciones s o b r e "por qué un estándar de prueba subjetivo y a m b i g u o no es u n estándar", de Larry
Laudan, <http://bib.cervantesvirtuaI.eom/servlet/SirveObras/01350520877793296313802/029105.pdf#
search=”plausibilidad”&page=12>.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
En esta línea, B ernal C uéllar explica que “(•••) solo es factible cap
turar a una persona antes de la imputación cuando existan elementos que
permitan aseverar objetivamente que es procedente imponer la medida de
[prisión preventiva]”(173), ya que “(...) optar por la captura para efectos de
vincular a una persona en calidad de imputado implicaría un uso despropor
cionado de este mecanismo de restricción de la libertad personal (. ..)”(174)175,
máxime cuando el legislador ha establecido que en el acto procesal en que se
construye la imputación fonnal(17i) no se requiere la presencia del procesado.
Dicho esto, cabe indicar que las críticas formuladas contra la presun
ción de flagrancia o la flagrancia virtual también son aplicables a este su
puesto, pues en cualquiera de los dos casos nos encontramos frente a un
grado de prueba bastante discutible y que, a su vez, no demuestra ni reve
la directamente la comisión del delito.
(176) Cabe indicar que esta modalidad recién fue implementada con ocasión de la promulgación deí Código
Procesal Penal de 2004, por lo que dentro del marco del Código de Procedimientos Penales únicamente
es aplicable la detención preliminar judicial en ausencia de flagrancia. En este sentido, San M artín
Castro, Derecho procesal p e n a l , vol. II, p. 1Í08.
108
Medidas de coerción personal en el proceso penal
Dicho esto, llama la atención que las leyes N° 27934 y N° 27379 no ha
yan previsto este presupuesto, de modo que, dentro de los procesos penales
sustanciados por el Código de Procedimientos Penales, la decisión de or
denar o no la detención preliminar judicial dependerá de la interpretación
que cada juzgador realice en función de los principios y las características
de la parte general de las medidas de coerción procesal.-.,.
(177) En igual sentido, C lariá O lmedo, Tratado de Derecho procesal penal, pp. 265-266.
109
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
3.4. Procedimiento
Dado que la detención preliminar judicial puede distinguirse entre or
dinaria o extraordinaria^7^, en lo sucesivo estudiaremos el procedimiento 178
(178) Si bien esta denominación no tiene base legal, la consideramos oportuna a efectos de distinguir las
particularidades encontradas al interior del procedimiento de cada detención preliminar, conforme lo
emplea San Martín Castro, Derecho procesal penal, vol. II pp. 1108-1112. Asi, dentro del marco del
Medidas de coerción personal en el proceso penal
Por otro lado, cabe indicar que la requisitoria también comparte idén
tico tratamiento, independientemente de la base legal que regule la deten
ción preliminar judicial ordinaria o extraordinaria.
(181) V illavicencio R íos/R eyes Alvar ado, El nuevo Código Procesal Penal en la jurisprudencia, p. 99.
(182) Si bien la Ley N° 27394 no ha regulado esta posibilidad, entendemos que al encontrarse dichas disposi
ciones relacionadas a la forma de notificación, no existe imposibilidad alguna de que tal acto procesal
pueda sustentarse en la Ley ND27934 citada anteriormente.
(183) Si bien la Ley N° 27934 no ha previsto este supuesto, entendemos que ello se subsana en virtud del
artículo 136 del CPP de 1991 que precisa lo siguiente: “(...) Las requisitorias cursadas a la autoridad
policial tendrán una vigencia de seis meses. Vencido este plazo caducarán automáticamente bajo res
ponsabilidad, salvo que fuesen renovadas”.
(184) Si bien la Ley N° 27934 no ha previsto este supuesto, entendemos que ello se subsana en virtud del
artículo 136 del CPP de 1991 que precisa ¡o siguiente: “(...) La vigencia de la requisitoria para los casos
de tráfico ilícito de drogas y terrorismo no caducarán hasta la detención (...) de los requisitoriados”.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
Sobre el particular, precisamos que el plazo que tiene el actor para in
terponer dicho recurso no debe ser mayor de un día, además de que la in
terposición no tiene efecto suspensivo respecto de la ejecución de la medi
da de coerción (art. 2-G Ley N° 27934 y art. 267.1 CPP de 2004),
(185) En igual sentido, véase por ejemplo el Exp. N° 34S5-2010, emitido por el Tercer Juzgado Penal de
Investigación Preparatoria de Trujillo.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal ,Penal peruano
Por este motivo, sostenemos que una opción acorde con el modelo ga-
rantista de la coerción es el que prioriza el control judicial de la intervención 186
(186) Al respecto, véase el extremo referido al peligro procesal y cómo este debe evaluarse en relación al
supuesto de fuga del centro de detención (art. 261.l.c CPP de 2004) en el que incurre el procesado.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(187) Cabe advertir que la ilegalidad señalada no se limita a la verificación de que si la detención se dio con
o sin orden judicial, pues “(...) la licitud inici al de la detención (...) no otorga una patente de impunidad
frente a las sucesivas etapas, si estas sitúan al sujeto activo al margen de la legalidad, como sucede al
golpear los procesados violentamente al detenido causándole las lesiones reseñadas en ios informes
médicos (en los casos de delitos de abuso de autoridad].” STSE 1106/1997, citado por Gimeno Sendra./
C onde-P umpido Tourón/G arberí Llobrboat, L o s p r o c e s o s p e n a l e s , t. IV, p. 118.
_ 115
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
3.5. Duración
La duración de la detención preliminar judicial se fundamenta en la
observancia del derecho al plazo razonable de la detención. De ahí que el
marco legal que regula los plazos de esta medida de coerción procesal —al
igual que en el caso de la prisión preventiva- debe interpretarse como un
límite dentro del cual se puede mantener al procesado privado de su liber
tad por un tiempo estrictamente necesario(18S).
1 1 6 __________________________________________________________
jMedidas de coerción personal en el proceso penal
3.6. Convalidación
Preliminarmente, cabe advertir que en la doctrina existe una distinción
entre la convalidación y prolongación. Así, la convalidación supone evaluar
la legitimidad de la intervención en la esfera de libertad del ciudadano (es
decir, si la detención se produjo por flagrancia, si el hecho es constitutivo de
delito, si no hubo una intervención desproporcionada, etc.)*190); mientras que
la prolongación impone al juez el deber de examinar la necesidad de exten
der la privación de libertad más allá del plazo legal inicialmente previsto (es
decir, si subsiste evidencia que acreditaron el peligro de fuga o que aún es
necesaria la realización de actos de investigación urgentes, entre otros)*19’'.
(1S9) Opina lo contrario, Taboada P ilco, en Estudios sobre la prisión preventiva, pp. 65-94.
(190) Ello se desprende de lo sostenido por B onsignori, Arresto efermo, <http://www.raffaellabonsignori.
!t/arresto__e_fermo.htmI>; C hiavario, Diritto Processuale Penale, pp. 465-466; TONINI, Manrnledi
procedurapenale, pp. 528-531; entre otros.
(191) En este sentido, Cabanellas, Diccionario de Derecho usual, t. III, p. 401; Cordero, Procedimiento
penal, 1.1, p. 269.
(192) En esta misma linea, Taboada P ilco, en Principios fundamentales del nuevo proceso penal, pp. 343-344;
Sánchez Velar.d e , El nuevo proceso penal, p. 334; L azarte F ernández, Gacela Penal & Procesal
Penal, 2010/10, pp. 294-295.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
Por otro lado, cabe señalar que la oportunidad para solicitar la prolon
gación difiere dependiendo de la legislación que regule el proceso penal.
Así, dentro de la fase de investigación preliminar sustanciado por el Có
digo de Procedimientos Penales, el fiscal puede requerir la prolongación
dentro del plazo de las 24 horas de detención (art. 2-B Ley N° 27934)*196*;
mientras que, en el caso de los procesos regulados por el Código Procesal
Penal de 2004, el fiscal podrá solicitar la prolongación luego de vencido el
plazo de detención preliminar197*.
(198) Con la denominación de “plazo absoluto”, en doctrina se hace referencia a aquel plazo determinado
por el legislador que, de ninguna manera, puede ser prorrogado, Ello se desprende, por ejemplo, de
Muñoz Muñoz, en El proceso penal en la doctrina del Tribunal Constitucional (1981-2004), p. 405,
En sede nacional, se advirtió el empleo de esa denominación en el Exp. N° 06423-2007-PHC/TC,
(f. j. 12), caso: Alí Guillermo Ruiz Dianderas,
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
4. Prisión preventiva
El estudio de la prisión preventiva -tam b ién denominado prisión pro
visional o encarcelamiento preventivo- ocupa un lugar especial dentro
de la teoría general de las medidas de coerción procesal en m ateria pe
nal por dos razones. Primero, por cuanto los efectos de su imposición son
semejantes a los efectos propios de la pena -d e ahí que cierto sector de
la doctrina sostenga que la prisión preventiva no es más que un supues
to de pena anticipada 0'99)- y, segundo, porque la innegable afectación dei
derecho a la libertad personal del justiciable deviene en irreparable, a di
ferencia de las medidas de coerción procesal de carácter real(200\ Es de
cir, que la referida afectación, aún en casos de privación cautelar ju sti
ficadas, no puede compensarse si, al final del proceso el juez emite una
sentencia absolutoria.
(199) En este sentido, la Corte Interamericana de Derech os Humanos sostiene que, si bien la prisión preventiva
fue, primero, instrumento de retención en tanto se desarrollaba el proceso y se dictaba sentencia; el
cauteloso y piadoso designio se vio siempre contradicho por la realidad: cárcel es cárcel, por encima
de cualquier deslinde técnico. SC1DH, caso: Tibi vs. Ecuador (párr, 63 del voto concurrente razonado
del juez Sergio Garcia Ramírez).
(200) En este sentido, L ópez M asle sostiene que la tensión existente entre el derecho al juicio previo y la pre
sunción de inocencia alcanza su punto más crítico cuando el debate gira en tomo a la prisión preventiva,
porque ella involucra una forma de afectación del derecho a la libertad personal (encarcelamiento) que
no logra distinguirse de la que produce la pena privativa de libertad. En otras palabras, desde la pers
pectiva de la libertad ambulatoria del afectado, pareciera no existir ninguna diferencia entre la prisión
preventiva y la prisión punitiva. L ópez M asle, en Derecho procesa!penal chileno, t, L pp. 389-390.
120
Medidas de coerción personal en el proceso penal
cuando tengan por finalidad max iraizar la observancia de los derechos fun
damentales a la libertad personal y la dignidad humana en la que se funda
la administración de justicia penal.
4.1. Concepto
La prisión preventiva es una medida de coerción personal de naturale
za cautelar que consiste en la privación de la libertad ambulatoria del impu
tado, en mérito de un mandato judicial a fin de asegurar los fines propios
del proceso penal.
4.2. Finalidad
Dado que la prisión preventiva es concebida como una medida de coer
ción procesal, su finalidad debe tener idéntica naturaleza.
(201) En este sentido, R oxin, Derecho procesal penal, p. 257; M aier, en Doctrina penal, pp. 57-81. Ambos
fines también se encuentran recogidos en ía jurisprudencia nacional. Asi, adviértase en el Exp.
N° 00732-2011, Arequipa (Cons. 2.2.3) de fecha 23 de junio de 2011.
(202) Res. Adm. Nc 325-2011-P-PJ (Cons. 3).
(203) Cabe advertir que si bien la Convención Americana de Derechos Humanos señala, en su artículo 7.5,
precisa que el mantenimiento de la libertad del justiciable se encuentra condicionada a las garantías
que aseguren su comparecencia enjuicio; dicho criterio fue ampliado en el artículo 9.3 del Pacto
Interamericano de Derechos Civiles y Políticos, en el que se establece no solo que la prisión preventiva
debe ser aplicada excepcionalmente, sino que su imposición se encuentra suped itada a que el justi ciable,
en ejercicio de su libertad, decide no comparecer a juicio, a cualquier diligencia en donde sea impres
cindible su presencia o a la ejecución del fallo.
Arsenio Oré Guardia! Derecho Procesal Penal peruano
Por lo pronto, cabe señalar que una interpretación del artículo 253.3 del
CPP de 2004 en virtud del cual se sostenga que la prisión preventiva pue
de imponerse a efectos de “evitar el peligro de la reiteración delictiva”204(205)
contraviene directamente el principio de legalidad y taxatividad de las m e
didas de coerción procesal dé carácter personal, pues se estaría establecien
do un supuesto distinto a los previstos en los artículos 268, 269 y 270 del
CPP de 2004, a diferencia de la opción legislativa contenida en el artículo
297.1 del CPP de 2004 en donde, expresamente, dicha finalidad se predica
de la suspensión preventiva de derecho.
(204) En este mismo sentido, agrega la citada comisión que “[ejsos son criterios basados en la evaluación del
hecho pasado, que no responden a la finalidad de toda medida cautelar por medio de la cual se intenta
prever o evitar hechos que hacen, exclusivamente, a cuestiones procesales del objeto de la investigación
y se viola, así, el principio de inocencia. Este principio impide aplicar una consecuencia de carácter
sancionador a personas que aún no han sido declaradas culpables en el marco de una investigación
penal.” Cabe precisar que si bien dicho criterio es el sostenido recientemente, el mismo no ha sido
necesariamente constante. Asi, en el Informe N° 02/97 del 11 de marzo de 1997. e! citado organismo
internacional precisó, entre otros aspectos vedados hoy en día, que la prisión preventiva podía decretarse
para prevenir el riesgo de nuevos delitos o cuando se producen delitos de especial gravedad que causan
conmoción social.
(205) Lo referido se advierte en lo sostenido -aunque críticamente- por Pasara, quien, ai utilizar como sinó
nimos los términos “prisión preventiva” y “medida cautelar”, informa lo siguiente: “(...) determinados
países no limitan los supuestos de la [prisión preventiva] a los previstos en las normas internacionales,
esto es, a los casos de peligro procesal: riesgo de fuga y posibilidad de que la libertad del acusado haga
factible la alteración de elementos probatorios. En el caso peruano, el numeral 3 del artículo 253 del
Código Procesal Penal incluye entre los fines de la medida cautelar “evitar el peligro de reiteración
delictiva”, si bien la jurisprudencia ha focalizado el uso de la [prisión preventiva] en torno al objetivo de
“Asegurar la futura ejecución penal”. Pasara, La prisión preventiva y el ejercicio de la independencia
judicial, <http://perso.unifr.ch/derechopenal/asscts/files/articulos/a_20140508_01.pdf>.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(206) Conforme lo recordó, por ejemplo, la Sala de Apelaciones de Arequipa en su Exp. N° 011774-2010,
(Cons. 1), emitido el 23 de junio de 2010.
(207) Dado que los presupuestos no pueden crearse pretorianamente, la Corte Suprema ha sostenido que
no constituye presupuesto de la prisión preventiva que el imputado se encuentre sujeto a una medida
provisionalísima de detención, en cualquiera de sus modalidades ni que la negativa de su concesión sea
un óbice para imponer, posteriormente, la prisión preventiva. Cas. 14° 01-2007-Huaura (f. j. 4).
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(208) En este sentido, !a Corte Suprema sostuvo que este “[djebe acreditarse mediante datos objetivos obtenidos
prelimiuarmeute y/o propiamente de investigación que cada uno de los aspectos de la imputación tenga
una probabilidad de ser cierta. Es el llamado fum us delicti comissi, o sea la apariencia de verosimilitud
del hecho delictivo y vulneración del imputado”. Sentencia casatoriaN“ 626-2013, Moquegua (f. j. 26).
(209) A sencio M ellado, La prisión provisional, p. 156. De manera contraria a lo afirmado, el artículo 485.2
del CPP de 2004 permite la aplicación de la prisión preventiva dentro de los procesos por faltas. Toda
vez que dicha opción legislativa es desproporcional en función de la sanción que se puede imponer
mediante la sentencia, consideramos que su carácter inconstitucional debería ser denunciado a través
de las instancias correspondientes,
(210) Cabe advertirse que, dentro de la lógica del Código Procesal Penal de 2004, dicho vicio recién podría
sanearse a través del incidente correspondiente a alguna excepción o medio de defensa técnico, situación
que no resulta problemática dentro del marco del Código de Procedimientos Penales en la medida de
que dicho vicio puede ser saneado o sancionado por el juez al momento de iniciarse la etapa judicial de
Medidas de coerción personal en el proceso penal
investigación, mediante la emisión del auto apertorio de instrucción o auto de no ba lugar, de confor
midad con el artículo 77 del CdPP.
(211) G ascón A bellÁn , Sobre la posibilidad de formular estándares de prueba objetivos, <http://www.
cervantesvirtuat.com/obra/sobre-la-posibilidad-de-formular-estndares-de-prueba-objetivos-0/>,
(212) Cabe agregar que, hasta antes de la entrada en vigencia de la Ley N° 30076 que modificó el articulo 268
del CPP de 2004 bajo comentario, nuestro ordenamiento admitía otro estándar de prueba, cual es el de
exigir “razonables elementos de convicción” acerca de la pertenencia del imputado a una organización
delictiva o su reintegración a la misma,
Aisenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(213) En este sentido, Del R ío Labarthe entiende que M[e]l adjetivo ‘graves’ tampoco ofrece muchas luces en
la interpretación del requisito, en la medida que es verdaderamente oscuro si se le sitúa en el contexto de
interpretación de una norma procesal. No se está frente a una evaluación del grado de responsabilidad
penal del imputado, sino ante la necesidad de verificar la fundabilidad de la pretensión. Un medio de
prueba puede ser más o menos útil para valorar la posible existencia de un hecho delictivo, pero no más
o menos grave. En todo caso, si como se analiza más adelante (periculum in mora) la prisión preventiva
requiere de una prognosis de pena para ser aplicada, es este el escenario donde debe evaluarse la pre
sunta gravedad del delito y no en la verificación del fumtis boni iuris". Del Rio Labarthe, La prisión
preventiva en el nuevo Código Procesal Penal, p. 42.
(214) Así, tenemos que afirmaciones tales como “elementos de convicción suficientes”, “probabilidad” tampoco
aportan criterios objetivos que permitan al juzgador evaluar la concurrencia o uo de este primer presu
puesto. Lo propio también se advierte respecto de “(.. .) la existencia de indicios probatorios fehacientes
que persuadan de la directa responsabilidad del encausado” en tanto de que dicha exigencia supone un
elevado estándar de prueba, en virtud del cual se puede concluir, violando la presunción de inocencia,
que la prisión preventiva es impuesta en un caso concreto cuando el juez se encuentra convencido de
la responsabilidad penal del procesado.
Medidas de coerción persona! en el proceso pena!
Por su parte, N eyra F lores entiende que dicho presupuesto exige al juez
identificar si existen suficientes elementos de convicción que señalan que el
imputado ha cometido el delito en un grado menor que la certeza; mientras
que Reyna A lfaro entiende que tal estándar probatorio debe ser superior
al requerido para la formalización de la investigación preparatoria en direc
ción a alcanzar el grado de probabilidad, pues, solo de este modo se puede
satisfacer el requerimiento legal de razonabilidad de la prisión preventiva1217*.
_______________________________________________________ 127
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
En este sentido, sí, por ejemplo, el órgano requirente afirma “(.-•) que
‘X mató a Y con un revólver que tiene sus huellas digitales’, existen tres
medios eventuales para enervar tal afirmación. El primero de ellos fundado
en la negación del contenido de la proposición diciendo ‘X no mató a Y ’;
el segundo, ofreciendo pruebas de respaldo respecto de una afirmación in
compatible con la sostenida, aseverando, por ejemplo ‘que las huellas en
contradas en el revólver no pertenecen a X ’; el tercero, ofreciendo una ex
plicación diversa, por ejemplo, diciendo ‘que al momento de la muerte de
Y, X se encontraba fuera de la ciudad’. Una vez que la defensa haya efec
tuado cualquiera de estas afirmaciones, corresponderá al Ministerio Público
aportar ese plus adicional al cual se hizo mención, realizando una corrobo
ración de la hipótesis inicialmente sustentada, pero desde una perspectiva
diversa, tendiente a reducirle las posibilidades fácticas. En el caso propues
to, aportando como prueba, por ejemplo, la respectiva pericia dactiJar”(121).
El fundamento de ello consiste en que la segunda disposición legal ha establecido un estándar más
elevado, no equivalente ni eoincidente con el previsto en el artículo 77 del CdPP toda vez que su
cumplimiento tendrá como efecto inmediato -luego de haberse verificado los demás presupuestos-
la privación de libertad del procesado.
Segundo, por cuanto no existe íntima relación desde el punto de vista probatorio entre el estándar exigido
para decretar el auto aperíorio de instrucción y el auto de prisión preventiva, pues, como lo venimos
reiterando, !a exigencia probatoria para la emisión de este segundo tipo de resolución es más elevada.
De este modo, entendemos que el requerimiento fiscal de prisión preventiva sustentado en los mismos
elementos de convicción que el juez observó a! momento de emitir el auto aperíorio de instrucción
debería ser declarado infundado.
(220) B eltrán Calfurr apa, Estándares de prueba y su aplicación sobre el elemento material de la prisión
preventiva en Chile, <http://www.scielo.cl/pdf/politcrim/v7nl4/art06.pdf>.
(221) Andekson, citado por Beltrán Calfurrapa, Estándares de prueba y su aplicación sobre el elemento
material de la prisión preventiva en Chile, <http7/www.scielo.cl/pdf/politcrim/v7n!4/art06.pdf>.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(222) Por el contrario, la práctica indica -seg ú n lo denuncia San M artín Castro- que si bien la imposición
de los cuatro años de pena privativa de libertad se reguló con la finalidad de reducir decididamente ios
casos de presos sin condena, en ciertas judicaturas 0 ciertos jueces lian interpretado este presupuesto
_______________________________________________________________ 129
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
como uno de carácter definitivo coherente dentro del marco de una política crim inal sobrecrim inaliza-
dora. San M artín Castro, Derecho procesal penal, voí. II, p. 1156.
(223) R.N N° 4216-2009, Lima (f. j. 5).
(224) Adviértase un desarrollo más extenso en A sencio M ellado , La prisión provisional, <http://rua.ua.es/
dspace/handle/10045/3483>.
(225) Tonini , Manuale di procedura pénale, p. 415.
(226) En este sentido, el Tribunal Constitucional sostiene que “(...) si principal elemento a considerarse en
el dictado de [una] medida cautelar debe ser el peligro procesal que comporte que e! procesado, ejerza
plenamente su libertad locomotora, en relación con el interés general de la sociedad para reprimir con
ductas consideradas como reprochables jurídicamente. En particular, el peligro de que el procesado no
interferirá u obstaculizará la investigación judicial o evadirá la acción de la justicia” (Exp. N° 1091-2002-
HC/TC (f. j. 15), caso: Vicente Silva Checa), de manera tal que la concurrencia de este presupuesto no
debe tenerse por concretado únicamente sobre ¡abase de la gravedad de la pena. Sanguine , La prisión
provisional y derechos fundamentales, p. 130.
(227) De ahí que Binder sostenga que “{...) es difícil creer que el imputado puede producir por si mismo
más daño a la investigación que el que puede evitar e! Estado con todo su aparato de investigación; la
policía, los fiscales, la propia justicia. Concederles a los órganos de investigación del Estado un poder
tan grande, supondría desequilibrar las reglas de igualdad en el proceso. Además, si el Estado es ineficaz
para proteger su propia investigación, esta ineficacia no se puede cargar en la cuenta del imputado, mucho
menos a costa de la privación de su libertad”. B inder , Introducción al Derecho procesal penal, p. 199.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
Por otro lado, adviértase una tercera postura dentro de la cual se con
sidera que el periculum in mora se concreta con la determinación del peli
gro de fuga o la concurrencia del peligro de obstaculización*2295.
Vale observar que si bien esta propuesta considera un criterio más que
la postura defendida por B inder , ello no implica que la medida de coer
ción pierda su naturaleza procesal, pues su aplicación se realiza a efectos
de garantizar la debida sustanciación del proceso penal y, eventualmente,
la aplicación de la ley p e n a l:'....'
Adviértase que esta postura encuentra, a su vez, respaldo en convenciones internacionales, tales como
el articulo 7.5 CADDHH que solo autoriza la restricción anticipada de la libertad de] imputado para
asegurar “su comparecencia al juicio”, y el artículo 9,3 PIDCP que autoriza las medidas cautelares
exclusivamente para asegurar “(...) la comparecencia del acusado en el acto del juicio o en cualquier
otro momento de las diligencias procesales”.
(228) F errajoli, D erecho y razón, p. 558.
(229) Entre otros, M oreno Catena/C ortés D omínguez , D e re ch o p ro c e sa l p e n a l, p. 292; San M artín
Castro, D erecho p ro c e sa l pen a l, vol. II, p. 1132; BlGLIANl/Bovmo, E ncarcelam iento p re v en tiv o y
estándares d el Sistem a Interam ericano, p. 25.
(230) SCIDH, caso: Suárez Rosero vs. Ecuador, (párr. 77).
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(231) A d e c ir de SANGUINÉ, en muchos ordenamientos del Derecho comparado, y entre ellos el español se
prevén motivos de adopción de la prisión preventiva que distorsionan gravemente la naturaleza cautelar
de esta medida. Asi expone: “La Ley de Enj uiciamiento Criminal, a través de circunstancias tales cómo
la 'gravedad de la pena’, la ‘alarma social’ y la ‘frecuencia con la que se cometan hechos análogos^ ha
introducido respectivamente, lafu n c ió n d e p re v e n c ió n g e n era l para apaciguar y frenar la agresividad,
inseguridad y frustración colectivas, que garantice la seg u rid a d y el orden so ciales y la función de
p re v en c ió n especial de manera que, en la realidad práctica la prisión provisional llega a transformarse
en una pena anticipada o en una medida de seguridad oculta o encubierta (aunque con una naturaleza
aparentemente de medida cautelar) en detrimento de la libertad personal”. Sanguin É, P risión p ro visio n a l
y derechos fu n d a m en ta les, pp. 107 y 108.
(232) Nieva F enoll, F undam entos d e l D erech o p r o c e s a l p en a l, p. 189.
(233) M oreno CATENAyCoRTÉs D omínguez , D erech o p r o c e s a l p e n a l, pp, 292-293.
(234) Entendemos por “alarma social” a aquella reacción que produce en la sociedad la realización de ciertos
delitos. A sencio M ellado , L a p risió n p ro visio n a l, p. 113.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
Sostenemos ello toda vez que la privación de la libertad bajo este cri
terio no responde al peligro que suponga la conducta desplegada por el
investigado al interior del proceso penal; sino al elevado grado de repro-
chabilidad que merece el delito cometido*236), el mismo que no siempre
se debe a las circunstancias propias del conflicto primario, sino al ele
vado grado de mediatización(237). Así, la prisión preventiva ya no res
ponderá a fines estrictamente cautelares, sino que su aplicación es en
tendida como una respuesta de acción directa tomada por el Estado a
efectos de apaciguar el exacerbado clima social en tomo a la comisión
de un delito.
(235) En esta línea, B igliani/B ovino, E ncarcelam iento preven tivo y estándares d e l sistem a interam ericano,
p. 25; M oreno C atena/C ortés D omínguez , D erecho p r o c e sa l p en a l, pp. 293-292; G utiérrez de
Cabiedes, t a p risió n provisional, p, 174; B inder , Introducción a l D erecho p r o c e sa l p e n a l , p. 200. En
este mismo sentido, el Tribunal Constitucional ha vedado la concurrencia de este presupuesto mediante
sentencia recaída en el Exp. N° 04184-2009-HC/TC (f. j. 6), caso Vargas Pacheco.
(236) No obstante el carácter cuestionable de este presupuesto, ei Tribunal Constitucional, por mayoría, ha
señalado, amparándose en una decisiónde la Comisión Interamericana de 1997, que en circunstancias
muy excepcionales, la gravedad especial de un crimen y la reacción del público ante el mismo pueden
justificar la prisión preventiva por un cierto período, por la amenaza de disturbios del orden público
que la liberación del acusado podría ocasionar’”, máxime si no puede legitimarse la fuerza contra el
derecho, como acontece con la figura jurídica de la rebelión, ilicito penal que se imputa al procesado
y que es materia de instrucción en la vía legal competente”. Así, el referido órgano jurisdiccional,
incluso incurriendo en un supuesto de motivación aparente, indica que “[n]o cabe duda pues de la suma
gravedad que comporta el delito de rebelión, contexto jurídico en el que el Tribunal Constitucional no
resulta ajeno a la necesidad de protección y preservación de los bienes constitucionales del derecho a
la paz y el garantizar el sistema democrático, por lo que concluye en señalar que resulta razonable la
prolongación de la detención provisional más allá de los 36 meses cuando se trate de una instrucción por
el delito de rebelión en la que concurre circunstancias que importen una especial dificultad que hagan
razonable la adopción de la medida cuestionada, verbigracia la existencia de más de 150 procesados,
la intensa actividad probatoria y los hechos que constituyen la materia sometida a la investigación en
el proceso que se sigue por los causes de la vía penal ordinaria, como lo es el delito contra la vida. Por
consiguiente la demanda debe ser desestimada.” Exp. N° 02801-2008-PHC/TC, Lima (f. j. 11 y 12), caso;
Antauro Igor Húmala Tasso.
(237) A efectos de dotar de criterios objetivos a este presupuesto, el Tribunal Constitucional consideró que la
prisión preventiva puede decretarse cuando existe riesgo de la viabilidad del sistema democrático (Exp.
N° 1567-20 02-HC/TC (f. j. 10), caso: Alejandro Rodríguez Medrano). Así, sostuvo el referido órgano
de control constitucional: "La medida judicial que restringe la libertad ambulatoria del accionante,
subyace una valoración judicial de los hechos que son materia del proceso pena! y ia repercusión de
los delitos por los cuales se le juzga, no solo en lo que atañe a la afectación de determinados bienes
juridico-penales, sino incluso, y lo que es más grave, a la puesta en riesgo de la viabilidad del sistema
democrático”.
133
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
Así, según dicha disposición legal, el juez deberá tener en cuenta para
calificar el peligro de fuga: a) el arraigo en el país del imputado, determi
nado por el domicilio, residencia habitual, asiento de la familia y de sus
negocios o trabajo y las facilidades para abandonar definitivamente el país
o permanecer oculto; b) la gravedad de la pena que se espera como resul
tado del procedimiento; c) la magnitud del daño causado y la ausencia de
(24!) En este sentido, véase SCIDH, caso: Suárez Rosero vs. Ecuador, (párr. 77), 12 de noviembre de 1997;
SCIDH, caso: Tibí vs. Ecuador, (párr. 180), 7 de setiembre de 2004; SCIDH, caso: Acosta Calderón vs.
Ecuador, (párr. 111), 24 de junio ds 2005; SCIDH, caso: Palamara Iribame vs. Chile, (párr. 198), 22 de
noviembre de 2005; SCIDH, caso: Servellón García y otros vs. Honduras (párr. 90), 21 de setiembre
de 2006; SCIDH, caso: Chaparro Álvarez y Lapo vs, Ecuador (párr. 93), 21 de noviembre del 2007;
SCIDH, caso: Chaparro Álvarez y Lapo Iñiguez vs. Ecuador (párr. 103), 21 de noviembre de 2007;
SCIDH, caso: Barreto Leiva vs. Venezuela (párr. 111), 17 de noviembre de 2009; entre otros.
(242) Exp. N° 0019-2005-AI/TC (f. j, 7), caso: Más del 25% del número legal de miembros del Congreso de
la República.
(243) De ahí que Nieva Fenoll sostenga que el riesgo en referencia no debe sustentarse en una mera con
jetura, “El juez tiene que ser capaz de explicar en su resolución con qué medios el preso (sic.) podría
eludir la acción de la justicia, puesto que en caso de que no pueda explicarlo, tampoco podrá justificar
la existencia del riesgo”. Nieva Fenoll , Fundamentos del Derecho procesal penal, p. 185.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
Asi lo sostiene también la Corte Suprema al precisar que % ..) los cri
terios establecidos por los artículos 269 y 270 del mencionado Código [son]
‘tipologías referenciales’, destinadas a guiar el análisis del riesgo de fuga u
obstaculización (peligro procesal). No se está frente a causales de tipo taxa
tivo, ni frente a presupuestos materiales de la prisión preventiva. Por lo tan
to, es necesaria una valoración de conjunto de todas las circunstancias del
caso para evaluar la existencia o inexistencia del peligrosismo procesal”(Z4A).
(244) Res. Adm. N° 325-2G11-P-PJ (Cons, 6 y 7), En igual sentido, véase las sentencias casatorias N° 631-2015,
Arequipa (ff. jj. 3 y 4) y N° 626-2013, Moquegua (ff. jj. 34-35).
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(245) En este sentido, véase ias sentencias casatoriasN0 631-2015, Arequipa (f, j. 4) o N° 626-2013, Moquegua
(f.j-38). '
(246) Sentencia casatoria N° 631-2015 Arequipa (f. j. 6).
(247) Sentencia casatoria N° 631-2015 Arequipa (f.j.ó). Asi también, véase la sentencia casatoria N° 626-2013,
Moquegua (f.j. 40}
(248) En este sentido, Sanguiné explica: “(■•■) relación al criterio penológico de la gravedad de ¡apena,,
se afirma que generalizar la prisión provisional para todos los supuestos en que la pena prevista exceda
de un determinado quantum, solo encuentra explicación en inconfesadas razones de pretendida defensa
social, conviniendo tal medida en pura anticipación generalizada del cumplimento de la pena en
un momento que sin embargo se dice cubierto por la presunción de inocencia, que de este modo queda
también francamente desnaturalizada en presunción de peligrosidad”. SANGUINÉ, La prisión provi
sional y derechos fundamentales, p. 109.
(249) Sentencia casatoria N° 626-2013, Moquegua (f. j. 43).
Arsenío Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(250) Exp. N° 010-2002-AI/TC (f. j. 126), caso: Marcelino Tinco Silva y más de cinco mil ciudadanos.
(251) Dentro de este contexto, por ejemplo, también se entiende la incorporación de las medidas anticipadas
(art. 312 CPP de 2004).
(252) En igual sentido se ha pronunciado la Corte Suprema, mediante sentencia casatoria N° 626-2013,
Moquegua, (ff. jj. 45,47,49 y 50). ■
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(257) Sostiene lo contrario, la sentencia casatoriaN0 626-2013, Moquegua (ff. jj, 57 y 58), en la cual se destaca
la trascendencia de la organización criminal para la advertir el concurso del peligro procesal.
(258) Roxin, D erecho p ro c e sa l p en a l, p. 261.
(259) Dicho concepto fue explicado por el Tribunal Constitucional (Exp. N° 2915-2004-HC/TC (f. j. 27), caso:
Federico Tiberio Berrocal Prudencio), desarrollado ampliamente por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos en el Informe N° 12/96, Argentina (párr. 103), caso: 11.245 de 1 de m arzo de 1996,
y reiterado en el Informe N® 64/99, Ecuador (pérr. 60), caso: 11.778 de 13 de abril de 1999. En estos
informes, la Comisión señaló que la “{.. .) demora en la tramitación del proceso no se puede atribuir al
detenido, a no ser que se haya abusado del sistema en forma intencional con el propósito de demorar
el procedimiento”. Para tal fin, la Comisión hace uua distinción entre el uso por parte del peticionario
de sus derechos procesales, la falta de cooperación en la investigación o el juicio, y la obstaculización
deliberada.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(260) Así lo recuerda la Comisión Interamericana al destacar que el hecho de que el acusado rehúse a coo
perar con la investigación o que utiliza todos los recursos disponibles solo debe entenderse como un
acto tendiente, por parte de este, a limitarse a ejercer su derecho legal. Por lo que la demora en la
tramitación del proceso no se puede atribuir al detenido, a no ser que se haya abusado del sistema en
forma intencional con eí propósito de demorar el procedimiento”. Informe N° 12/96, Argentina (párr.
103), caso: 11.245 de 1 de m arzo de 1996.
(261) Llama la atención las posturas vertidas por el Tribunal Constitucional en relación al supuesto planteado.
Así, si bien mediante el Exp. N° 0376-2003-HC/TC (ff. jj. S y 9), caso: Laura Bozzo Rotando, expuso,
luego de identificar las versiones contradictorias o incoherentes que habría vertido la favorecida con el
recurso de agravio constitucional dentro' del proceso ordinario, que “[i]os hechos descritos permiten al
juez penal presumir objetivamente que la demandante tiende a perturbar y obstruir la labor de investiga
ción de los órganos judiciales”, atribuyendo a las diversas versiones que pueda dar el procesado un alto
poder para desviar el camino del aparato estatal en la búsqueda de la verdad dentro del proceso -posi
ción jurisprudencial que fue reiterada en el Exp. N° 2915-2004-HC/TC (f. j. 28), caso: Federico Tiberio
Berrocal Prudencio-; posteriormente expuso que “{..,) el peligro de entorpecim iento^ la actividad
probatoria no puede sustentarse legítimamente en la negativa de los cargos por parte del imputado, lo
que constituye únicamente un ejercicio del derecho defensa”, pues ello “resulta a todas luces ilegítimo
en términos constitucionales, toda vez que implicaría para el imputado la obligación de aceptar la
comisión de los hechos que se le atribuyen como requisito para obtener algún tipo de libertad procesal.
Ello, sin duda, resulta vulneratorio del derecho a no autoincriminarse, elemento implícito de! debido
proceso (art. 139.3 Const.), reconocido de manera expresa en el artículo 8 CADDHH, como parte de
las ‘Garantías Judiciales’ mínimas que tiene todo procesado: ‘g) derecho a no ser obligado a declarar
contra sí mismo ni a declararse culpable (...)”. Exp. N° 05591-2009-HC/TC, (ff. jj. 9 y 10), caso: Flor de
María Sánchez Díaz.
Precisamos que este último pronunciamiento se emitió respecto de un auto de prisión preventiva donde
se había justificado el peligro procesal en que “{...), si bien [la beneficiada] se presentó a la Comisaría
en forma voluntaria, tiene radicación conocida, es madre de familia, ama de casa, tiene posesión de una
vivienda y carece de antecedentes penales, sin embargo, viene entorpeciendo la acción de la justicia, al
negar su participación como señuelo y se contradice cuando por un lado refiere haberle tomado servicio
y por otro lado, refiere que no condujo el motokar porque no sabe manejar, cuando la pregunta no fue
si había manejado sino orientado al agraviado hacia el lugar donde se produjo el robo agravado; refiere
haber tomado servicio a su domicilio cuando en realidad el agraviado jamás lo condujo a su domicilio;
asimismo refiere no conocer la identidad de las prendas de sus codenunciados, hecho que debe saber
habida cuenta que ellos abordaron el vehículo menor cuando se encontraba ella a bordo del mismo (...)”.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
por parte del órgano requirente (ni siquiera con la invocación genérica y
abstracta acerca de la “necesidad de la investigación”), sino con la formu
lación fáctica circunstanciada en que se fundaría el peligro de fuga o el pe
ligro de entorpecimiento y la existencia de suficiente evidencia que per
mita al juzgador reconocer en qué casos el proceso penal se encuentra ex
puesto ante cualquiera de dichos riesgosC262).
4.4. Procedimiento
A partir de la aprobación y promulgación de la Ley N° 30076, los pre
supuestos y el procedimiento (salvo la etapa de impugnación) que se deben
observar a efectos de requerir y aplicar la prisión preventiva han sido unifi
cados. En consecuencia, dentro de este acápite nos referiremos en todo mo
mento a las disposiciones propias del Código Procesal Penal de 2004 cuya
vigencia fue adelantada en todo el país.
4.4.1. Incoación
Con la reciente modificación, la prisión preventiva únicamente puede
aplicarse a pedido de parte legitimada. En consecuencia, solo cabe apertu-
rar este incidente cuando el fiscal, oportunamente, lo requiere262(263)264.
4.4.2. Sustanciación
La s u s ta n c ia c ió n , al igual que la decisión, del requerimiento de prisión
preventiva es de exclusiva responsabilidad del órgano jurisdiccional que
asumió competencia en el proceso penal luego de haberse emitido el auto
(262) Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe 2/97. Caso Argentina (páiT. 30 y 34), 11 de
marzo de 1997.
(263) Ai respecto, la Fiscalía de la Nación precisó, mediante su Directiva N° 002-2013-MP-FN, que “(...) el
requerimiento de prisión preventiva constará en un documento aparte debidamente fundamentado, que
será presentado conjuntamente con la formaiización de la denuncia penal”.
(264) En este sentido, por ejemplo, la Sala de Apelaciones de Tacna, en el Exp. N° 5-2008, revocó el auto de
prisión preventiva que había sido decretado de oficio por el a quo.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(265) Dentro de este contexto, tampoco es relevante si el requerimiento se formula antes o después de la emi
sión del auto de enjuiciamiento o del auto de citación de juicio, pues en cualquiera de los dos supuestos
el órgano jurisdiccional competente es la Sala Penal Superior.
(266) Esta interpretación también se encuentra recogida en el II Pleno Jurisdiccional Distrital en Materia Penal
de la Corte Superior de Justicia de Sullana del 19 de noviembre de 2012 donde se acordó que “(...) los
jueces competentes para resolver [un incidente cautelar] en la etapa de juzgamiento son los jueces del
juzgamiento personal o colegiado, según el caso”.
143
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
del debate promovido por las partes en función de los presupuestos m ate
riales previstos en el artículo 268 del CPP de 2004(267)2689.Tan importante es,
precisamente, la intervención de las partes que la mencionada sanción pue
de ser imputable, incluso, al fiscal o al abogado por haber pretendido frus
trar indebidamente la audiencia.
Por otro lado, no obstante que el artículo 271.1 del CPP de 2004 señala
que la instalación de la audiencia se encuentra supeditada a la concurrencia
obligatoria del fiscal, del imputado y su abogado defensor(27G); cabe precisar
que la ausencia voluntaria y justificada (o no) del este último no frustra la
audiencia mencionada, siempre y cuando concurra su abogado defensor. El
argumento que refuerza esta idea consiste en que, en cualquier caso, dicha
conducta procesal del imputado (la decisión de no concurrir a la audiencia
de pri sión preventiva) guarda estrecha relación con el ejercicio del derecho
de defensa en su vertiente material y de la estrategia que este adopte270(271).
4.4.3. Decisión
De acuerdo a la Ley N° 30076 que adelantó la vigencia de diversas dis
posiciones del Código Procesal Penal de 2004 a lo largo del territorio na
cional, se tiene que la resolución judicial deberá ser pronunciada en la au
diencia sin necesidad de postergación alguna y que además debe estar “es
pecialmente motivada”, con expresión sucinta de la imputación, de los fun
damentos de hecho y de derecho que la sustente, y la invocación de las ci
tas legales correspondientes.
(270) No Obstante lo expuesto, entendemos que dicha obligación de estar presente en la audiencia de prisión
preventiva no impide que el juez, en ejercicio de su poder disciplinario, pueda expulsar al actor procesal
que, mediante actos concretos, busque perturbar la sustanciados de esta fase procesal. Exp. ÑD4814-
2008-HC/TC (ff. jj, 1 y 6), caso; Eduardo Remi Pachas Palacios.
(271) En este sentido, la Corte Suprema sostuvo que “(...) si el imputado se niega a asistir, sea porque huyó,
porque no es habido -lo que denota imposibilidad material del juez para emplazarlo- o porque, sen
cillamente, no quiere hacerla -e n ejercicio de su derecho material de defensa, a su propia estrategia
procesal o por simple ánimo de sustracción o entorpecimiento procesal- la audiencia se lleva a cabo
con la representación técnica del abogado defensor, de confianza o de oficio”. Sentencia casatoriaN" 01
2007, Huaura (f. j. 7).
Siguiendo esta línea, en el Acuerdo Plenario de Jueces de Investigación Preparatoria del Distrito Judicial
de La Libertad N° 02-2008 se acordó que el exhorto no puede utilizarse como medio de notificación en
los casos donde el domicilio real y procesal no se encuentren determinados.
145
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(272) Según el sector que propone este modo de interpretación, entiende que el fundamento se encuentra
en la debida observancia del principio de oralidad y en la ausencia de una disposición que impida este
tipo de decisiones. En este mismo sentido, en el Pleno Jurisdiccional Regional celebrado en Arequipa
el 2009 se concluyó que “[l]as decisiones judiciales deben ser preferentemente orales, en especial las
que se dicten en audiencias preliminares. El registro se encuentra en audios”.
(273) La base legal de esta postura se encuentra en el artículo 139.5 de la Const. y el artículo 125.1 del CPP
de 2004, que dispone, respectivamente, que todos tenemos derecho a la motivación escrita y que las
resoluciones serán firmadas por ios jueces.
(274) Esta opción ecléctica fue recogida en el Acuerdo Pleuario de Juzgados Penales de InvestigaciónPreparatoria
N° 6-200 S, La Libertad al concluir que “ [p]qr regla general ios autos serán dictados oralmente en au
diencia por el juez, teniéndose por notificados a los sujetos procesales participantes, y solo notificarse
e! acta de registro a aquellos que fueron citados y no concurrieron. Por excepción, los autos -que no
requieren audiencia para su decisión- serán redactados y notificados a los sujetos procesales, cuando
se resuelva solicitudes o requerimientos fiscales de imposición de medidas restrictivas de derechos y/o
medidas cautelares reales”. Lo propio también se encuentra recogido en la Cas. N° 61-2009, La Libertad.
De acuerd o a dicho pronunciamiento, la Corte Suprema expresa, sin discutir la necesidad y realidad de
las denominadas “resoluciones orales” que, cuando una resolución entraña un pronunciamiento sobre
el objeto procesal o resuelve una cuestión incidental referida a la regularidad o viabilidad del procedi
miento penal, cuya motivación es indispensable, resulta que la noción de escrituralidad, exigida en el
articulo 139.5 de la Constitución, es indispensable, debiendo, en consecuencia, consignar o transcribir
integramente en el acta, sin-perjuicio de que consten, si fuera el caso, en la reproducción audiovisual
-concordancia de los artículos ¡20.2 y 123.1 del CPP de 2004-; y archivar en un documento escrito O
electrónico, de suerte que permita su ordenación, sistematización, revisión y registro estadistico,
(275) En el período de 1992 a 1993, no existía por ejemplo el acceso a sistemas de registro tecnológico como
lo conocemos ahora. En aquel entonces no era posible imaginar un sistema de registro de causas ex
clusivamente electrónico. Por tanto, la escritura no era necesariamente la mejor opción; era, al fin de
cuentas, la única alternativa. Es conveniente anotar que la escrituralidad se incluye como exigencia,
mas no como característica excluyente de cualquier otra forma de desarrollo del proceso.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
4.4.4. Impugnación
Luego de la entrada en vigencia del D.Leg. N° 1206, a fines de noviem
bre de 2015, el procedimiento recursal en materia de prisión se ha unifi
cado. En consecuencia, el auto de prisión preventiva, independientemente
del proceso penal dentro del cual se emita (ordinario, sumario, común), es
impugnable a través del recurso de apelación.
Ahora bien, el recurso de apelación puede ser interpuesto dentro del ter
cer día de notificado el auto de prisión preventiva (art. 278.1 CPP de 2004),
bajo sanción de improcedencia. Asimismo, el legislador ha establecido que
este medio impugnatorio tiene efecto devolutivo, en consecuencia se debe
rá elevar los actuados, según el citado artículo 278,1, dentro de las veinti
cuatro horas, bajo responsabilidad.
(276) En relación de la distinción entre el recurso de queja y de apelación en sede cautelar véase San M artín
Castro, D erecho p ro c e sa l pen a l, vol. II, p. 1154.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(277) Exp. N° 0377I-2004-HC/TC (f. j. 18), caso: Miguel Cornelio Sánchez Calderón. En este mismo sentido, el
Tribunal agregó que “(...) la existencia del plaza máximo, no resulta el único criterio determinante para
constatar que una detención deviene en desproporcionada y arbitraria luego de vencido el plazo, pudiendo
tornarse en tal, inclusive antes del cumplimiento del mismo, cuando, por ejemplo, desaparezcan las
razones que motivaron el propio mandato”. Exp. N° 0731-2004-HC/TC (f.j. 13), caso: Alfonso Villanueva
Chirinos. No obstante ello, resulta preocupante que posteriormente el Tribunal haya desatendido este
criterio al declarar infundada la demanda de habeas Corpus que alegaba la violación del plazo razonable
de la detención, por considerar que no se había acreditado dicha afectación en tanto que esta medida
cautelar aun no’se ha excedido del plazo legalmente establecido en el artículo 137 del CPP de 1991,
sin hace mayor análisis, por ejemplo, en torno de la necesidad de mantener al procesado encarcelado
provisionalmente. Exp. N° 04894-2011-PHCfTC (f. j, 7), caso: Segundo Cruz Cieza Huanambal.
(278) Exp. N° 29I5-2004-HC/TC (ff. jj. 18-31), caso: Federico Tiberio Berrocal Prudencio y N° 7624-2005-
PHC/TC (ff. jj. 5-19), caso: Hernán Roland Buitrón Rodríguez.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
149
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
4.6. Prolongación
No obstante que la prisión preventiva tiene previstos plazos ordinarios
de insoslayable observancia, en la práctica muchas veces resulta que son
insuficientes.
4.6.1. Procedimiento
Con ocasión de la entrada en vigencia del D. Leg. N° 1206, en noviem
bre de 2015, el procedimiento cautelar de la prisión preventiva, finalmen
te, se unificó a nivel nacional, En consecuencia, a partir de dicha fecha no
solo se rigen por el Código Procesal Penal de 2004 los presupuestos ma
teriales y el peligro procesal, sino también el plazo de la prisión preventi
va, el cese, la prolongación, el cómputo, la revocatoria, la impugnación y
la incomunicación que, eventualmente, se decrete al interior de un proce
so penal formalizado.
Dicho esto, si bien a la fecha todavía coexisten hasta tres códigos pro
cesales (el Código de Procedimientos Penales, el Código Procesal Penal de
(281) Es decir, cuando la investigación: 1. Requiera la actuación de una cantidad significativa de actos de
investigación; 2. Comprenda la investigación de numerosos delitos; 3. Involucra una cantidad importante
de imputados o agraviados; 4. Investiga delitos perpetrados por imputados integrantes o colaborares de
bandas u organizaciones delictivas; 5. Demanda la realización de pericias que comportan la revisión de
una nutrida documentación o de complicados análisis técnicos; 6. Necesita realizar gestiones de carácter
procesal fuera del país; o, 7. Deba revisar la gestión de personas jurídicas o entidades del Estado.
(282) En igual sentido, el Tribunal Constitucional explicó que la prolongación se dicte “(...) sobre la base de
dicho criterio [por ejemplo, si el delito se cometió mediante una organización criminal] (...) no queda
librada al capricho o arbitrio del juzgador, dado que este está en la obligación, por mandato constitu
cional, de motivar adecuadamente ia decisión que expida en ese sentido, en los términos previstos por
el artículo 139,5 de la Constitución”. Exp. N° 00012-2008-AI/TC (f. j. 27), caso: 5393 ciudadanos.
___________________________________ 151
Axsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
4.6.I.I. Incoación
La prolongación de la prisión preventiva opera a pedido de parte le
gitimada, en consecuencia, el juez podrá decretarla luego de que el fiscal
lo haya requerido (art. 274 CPP de 2004) antes del vencimiento del plazo
ordinario12833. A partir de dicha opción legislativa, conviene realizar los si
guientes apuntes.
Primero, que dicha opción legislativa se funda “(-..) hien por razones
de seguridad jurídica [o por] una exigencia lógica para la efectividad del
derecho a la libertad personal por más que no venga expresamente exigida
por el precepto (...)”lz84). Por lo tanto, luego de vencido el plazo ordinario
de prisión preventiva, el pedido fiscal de la prolongación de prisión preven
tiva tendrá más probabilidad de devenir en insubsistente12853.
(283) Entre otros, Cubas Víllanueva, El nuevo proceso penal peruano, p. 388 y Neyra Flores, Manual
del nuevo proceso penal á de litigación oral, pp. 526-527.
(284) B ellido P enadés, en El proceso penal en la doctrina del Tribunal Constitucional (1981-2004), p. 437.
(285) Sánchez V elar DE, Código Procesal Penal comentado, p. 273.
(286) En este sentido, sostiene dicha disposición legal que al vencimiento del plazo, sin haberse dictado sen
tencia de primera instancia, el juez de oficio o a solicitud de las partes decretará la inmediata libertad del
imputado, sin perjuicio de dictar concurrentem ente las medidas necesarias para asegurar su presencia
en las diligencias judiciales.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(287) Según Pastor, este es uno de los criterios que permitiría que el justiciable pueda ser privado de su
libertad, luego de haber sido excarcelado. Así, la segunda privación de libertad, dentro del modelo
propuesto por el citado autor, debería proceder siempre y cuando concurra dicho criterio conjuntamente
con el agotamiento del plazo formal y no supere el plazo material. Cabe anotar que por “plazo mate
rial”, Pastor se refiere al máximo plazo legal que podría establecer el legislador respecto de la prisión
preventiva; mientras que el "plazo formal” es aquel establecido judicialmente, eti torno de cada caso.
La funcionalidad del plazo material dentro de su concepción radica en que su vencimiento significará
también el fin del proceso penal, “Con ello resulta evidente (,,.) que no puede hablarse en verdad de
un límite máximo y absoluto parala duración del encarcelamiento provisional (plazo material) sin que
sea a la vez el límite máximo para el procedimiento (.. .)”. Pastor, en La prueba, reforma del proceso
p e n a l y derechos fu n d am entales, pp. 186-187,
(288) En igual sentido, C ubas Villanueva , El nuevo proceso penal peruano, p. 389.
(289) Aunque las normas citadas no lo refieran, dicha decisión siempre debe girar en torno a! examen de la
concurrencia de los presupuestos materiales y en atención, al principio de proporcionalidad que rige en
todas las medidas de coerción procesal.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
4.6.1.1. Susí a n d a d o n
El requerimiento de prolongación se discutirá mediante la audiencia
correspondiente, a partir del cual el juez deberá adoptar la decisión de ad
mitirla o no.
4.6.1.3. Decisión
La decisión judicial se debe formular mediante un auto debidamen
te motivadoa9Q) (art. 274.2 CPP de 2004), que puede producirse en audien
cia o dentro de las 72 horas posteriores a su culminación. En este segun
do supuesto, la decisión se notificará por escrito a los domicilios procesa
les y real de las partes. -
4.6.1.4. Impugnación
El auto que decide la prolongación de la prisión preventiva es impug
nable, siempre y cuando el recurso de apelación sea interpuesto dentro del
tercer día de notificada (art. 274.3 CPP de 2004).
(291) En este sentido, compartimos la opinión advertida en el Acuerdo Pienario de Jueces de Investigación
Preparatoria N° 01-2009, La Libertad y lo referido en D el R ío Labarthe, La prisión preventiva en el
nuevo Código Procesal Penal, p. 93.
(292) En este sentido, véase el capítulo tercero del tomo primero de esta obra.
(293) Así también lo entiende Asencio M ellado, quien explica que “[e]n ningún caso, como ha puesto de
manifiesto et TEDH, podrá ser de aplicación lo sancionado en este precepto cuando ia dilación dei pro
ceso sea imputable al mal funcionamiento de la Administración de Justicia en virtud de la ya reiterada
falta de medios materiales y humanos”, concluyendo, en este sentido, que “(...) irrogar al imputado los
perjuicios derivados de tal situación supondría un recorte o supresión de sus derechos a la libertad y
_______________________________________________________________ 155
Arsenio Oré Guardia i Derecho Procesal Penal peruano
convicción que dejan sin sustento los presupuestos materiales que el juez
tuvo en consideración al momento de su aplicación, o modulan la intensi
dad del peligro que se pretende procurar. De ahí que, dado el carácter di
námico de toda investigación, dentro de la cual una determinada situación
jurídico procesal puede ser modificada, la decisión judicial de aplicar la
prisión preventiva no tiene carácter definitivo, pues en cualquier momento
puede ser revocada ex officio o a pedido de parte.
(295) En doctrina, y en nuestro ordenamiento, existe otro instituto procesal que tiene como efecto ía variación
de las medidas de coerción: la acumulación (art. 256 CPP de 2004). De acuerdo a dicho instituto, el juez
puede decretar una medida de coerción adicionalmente a la que impuso con anterioridad, sin necesi
dad de hacerla cesar. No obstante ello, en el presente estudio no profundizamos los alcances de dicho
instituto, debido a que nuestro ordenamiento no ha previsto la posibilidad de que pueda acumularse la
prisión preventiva con otra medida de coerción.
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
4,8.2. Revocatoria
La revocatoria es un instituto procesal destinado a obtener la termina
ción de la prisión preventiva, luego de haber desvirtuado alguno o todos los
presupuestos materiales que, en un inicio, habilitaron su aplicación.
4.8.2.1. Procedimiento
La revocatoria procede a pedido del imputado, conforme lo previsto en
el artículo 283 del Código Procesal Penal de 2004. Esta opción legislativa
merece hacer dos precisiones:
(301) Ello también encuentra reflejo en la jurisprudencia, conforme se aprecia en las resolución N° 06 de !a
Sala de Apelación de Píura, emitidael 4 de mayo del 2012 dentro del Exp. N° 5550-2011-28; resolución.
N° 05 de la Sala de Apelación de lea, emitida el 25 de enero de 2013 dentro del Exp. N° 01086-2012-97;
entre otros.
(302) En tal sentido, Devoto explica que “[cjuando un juez envía a una persona (inocente para la Constitución
y la ley) a prisión asume su función de garante respecto del respeto de su integridad psicofísica, la que
difícilmente se resguarda en cárceles superpobladas y hacinadas. [Por este motivo, la opción legislativa
consistente en mantener la] neutralidad de los jueces respecto de la ejecución en la prisión preventiva
no es más que la omisión de su función trascendente: el control de legalidad de garante respecto de
la vida e integridad personal de las personas recluidas”. D evoto, en G arantías constitucionales en la
investigación p en a l, p. 509.
(303) A efectos de viabilizar dicho poder oficioso, otros ordenamientos, como el previsto en el Código Procesal
Penal de la provincia de Chubut, en Argentina (art. 235), han regulado la posibilidad de que el juez
pueda realizar un control periódico de la ejecución de la prisión preventiva en función a la necesidad y
proporcionalidad de la medida. En esta misma línea, García Ramírez afirma que los ordenamientos
de Alemania y de la ex Unión de Repúblicas Soviéticas también prevén dicha posibilidad. Véase en
Silva Silva, D erecho p ro c e sa l p e n a l, p. 511.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
Si bien tal limitación legal puede ser superada sobre la base de los prin
cipios mencionados, consideramos que, a efectos de que el ordenamien
to sea predecible, una opción legislativa respetuosa del modelo garantista
de coerción personal debe ampliar el marco de legitimidad que los actores
pueden tener para solicitar la revocatoria.
(304) En este sentido, nos remitimos al acápite número 3,4,6.1, referido ai procedimiento previsto para decretar
la prolongación de la prisión preventiva.
Arsenio Oié Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
4.8.3. Sustitución
La sustitución es un instituto procesal con el que se busca modular la
intensidad de la medida de coerción dictada en relación del grado del peli
gro que amenaza al objeto de cautela'305306*.
(305) Debido a ello, Ledesma N arváez sostiene que la sustitución “{•■•) opera sobre ¡a forma de la cautela y
sobre los bienes, pero respetando el [objeto de cautela]. La sustitución tiene como finalidad mantener
la garantía causando el menor perjuicio posible al [afectado con la medida cautelar] L edesma
Narváez, L a t u t e l a cautelar e n e l proceso civil, p. 523. Sobre el particular, dado que en m ateria penal no
es posible reem plazar el objeto de cautela personal, el ámbito de aplicación de ia sustitución tm icamente
afecta la posibilidad de renovar una medida de coerción procesal por otra.
(306) López M asle, en Derecho procesal penal chileno, 1.1, p. 424.
(307) Toneni, Manuale diprocedura penaie, pp. 436-437.
(308) Entre otros, Tonini, Manuale diprocedura penaie, pp. 351-352; Chiavario, Diritto Processuale Pénale,
pp. 498-500.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(309) El artículo 276 del CPP de 2004 ha empleado el vocablo “revocar” en vez de “sustituir”. Sobre el par
ticular, consideramos que dicho verbo (revocar) fue utilizado en sentido lato, es decir, como aquel acto
de dejar sin efecto una concesión, un mandato o una resolución (Núñez M artínez, Nuevo diccionario
de Derecho penal, p. 707), pues, conforme se desprende de la disposición en su integridad, técnica
mente se faculta al juzgador para sustituir o reemplazar la medida consistente en que la obligación de
asistir, por parte del imputado, a la citación que se le formule por una medida de coerción más grave. El
fundamento de ello consiste, precisamente en que el incumplimiento de la obligación que recae sobre
el procesado puede configurar un supuesto de intensificación del peligro procesal que, al no haber sido
suficientemente cautelado a través de la restricción dispuesta inicialmente, precisa de la imposición de
otra medida de coerción más aflictiva.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
En este sentido, el articulo 285 del CPP de 2004, por ejemplo, precisa
que la cesación de la prisión preventiva será revocada si el imputado infrin
ge las reglas de conducta o no comparece a las diligencias del proceso sin
excusa suficiente o realice preparativos de fuga o cuando nuevas circuns
tancias exijan que se dicte auto de prisión preventiva en su contra.
(310) Sobre el particular, precisamos que la diferencia entre cese provisional y definitivo no tiene base legal en
nuestro ordenamiento, lo que no impide que podamos utilizar tales denominaciones debido a su carácter
pedagógico. Véase tal distinción en Clariá O lmedo, Tratado de Derecho procesal penal, t. V, p. 250.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(311) En esta línea, véase el Acuerdo Plenario N°.10-2009/CJ-116, Lima (f. j, 8).
165
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(312) En esta linea, véase el Acuerdo Plenario N“ 10-2009/CJ-116, Lima (f. j. 8).
(313) Bíglíani/Bovino, Encarcelamiento preventivo y estándares del Sistema Interamericano,pp. 65-68.
(314) En este sentido, Caferatta Ñores resalta los efectos gravosos de una técnica legislativa que permita
al Estado, de manera indeterminada, reencarcelar al procesado al señalar lo siguiente: “si el peligro
de burla a la acción de la justicia impide la libertad durante el plazo y la sigue impidiendo después de
vencido el plazo [y, puede justificar el reencarcelamiento] ¿para qué sirve el plazo?”. Caferaita N or.ES,
en Cuestiones actuales sobre el proceso penal, p. 107. También asumen una posición crítica sobre el
particular Barona Vilar, Prisión provisional y medidas alternativas, pp. 126-127; A sencio M ellado,
La prisión provisional, <http://rua.ua.e5/dspacc/handle/10045/3483>. .
1 6 6 ________________________________________________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
5. Incomunicación
Históricamente, la incomunicación se presenta como un rezago inqui
sitivo, pues dentro de este sistema era entendida como un acto de investi
gación destinado a obtener la confesión por parte del imputado(317).
5.1. Definición
La incomunicación es una medida coercitiva accesoria, sumamente
aflictiva, que se dicta al momento de decretar o durante la ejecución de la
detención preliminar o la prisión preventiva, siempre y cuando sea indis
pensable para el esclarecimiento de un delito, y se haya aplicado en la for
ma y por el tiempo previstos por la ley.
(315) A consideración de Babona Vilar, “jsjolo en la medida en que se consiga una mayor dotación de medios
materiales humanos, que supongan y traigan consigo una vía de mejora para la organización y funciona
miento de la Administración de Justicia, solo en la medida en que se otorguen los medios necesarios para
salir de esta ‘injusta Justicia’, preparándolos debidamente, eliminando todas aquellas formalidades que
obstaculizan y ponen impedimentos para la consecución de mayor rapidez de los procesos, estableciendo
procedimientos orales basados en los principios de oralídad, concentración, prueba libre, inmediación,
y con la dotación de una policía (...) que favorezca y suponga la facilitación de una mayor rapidez en
la averiguación y determinación de la culpabilidad de los presos preventivos y de los hechos de los que
se les considera culpables, solo así se conseguirá dar vía de solución a la enorme y grave injusticia que
supone el decretar una prisión provisional ilimitada, constriñendo y violando los más elementales prin
cipios y derechos que la persona humana tiene y debe exigir en todo Estado de Derecho, en el que se le
considere como tal, y no como objeto y víctima de utia mala organización y administración del aparato
de Justicia”, Babona Vilar, Prisión provisional y medidas alternativas, pp. 126-127.
(316) En tal sentido, Pastos sostiene que toda reforma destinada a materializar el derecho al plazo razonable
de la prisión preventiva debe formularse como una propuesta que busca destacar, a su vez, la necesi
dad de viabilizar un enjuiciamiento penal rápido. Pastor, en La prueba, reforma del proceso penal y
derechos fundamentales, p. 190.
(317) En este sentido, Clariá Olmedo, Tratado de Derecho procesal penal, t. V, p. 275,
Arseuio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
5.2. Finalidad .
Dada la gravedad inherente a la naturaleza de la incomunicación, este
instituto tiene únicamente como finalidad asegurar la investigación que re
sulte indispensable para el esclarecimiento de los hechos (art. 2.2.a. Ley
N° 27379 y arts. 265 y 280 CPP de 2004).
r '
5.4, Procedimiento
A diferencia de lo dispuesto en el artículo 133 del CdPP, que estable
cía que el juez instructor puede mantener incomunicado al inculpado, el ar
tículo 2.2.2.a de la Ley N° 27379 y los artículos 265 y 280 del CPP de 2004
prescriben que la incomunicación procede únicamente a solicitud del fiscal.
5.5. Variación
No obstante que la incomunicación es entendida como una medida de
coerción procesal, tanto el Código de Procedimientos Penales como el Códi
go Procesal Penal de 2004 no han regulado su revocatoria ni su sustitución.
(319) Cabe indicar que esta posibilidad se encuentra prevista únicamente cuando la incomunicación se
decreta dentro del marco de la prisión preventiva aplicada al interior del proceso penal regido por el
Código Procesal Penal de 2004 (art. 280). De este modo, en virtud del principio de legalidad recursal,
la resolución que ordena la incomunicación sobre la base del artículo 133 del CdPP, artículo 2.2.2.a de
la Ley N° 27379 y el artículo 265 del CPP de 2004 no es impugnable.
5.6, Efectos
La incomunicación tiene como efecto inmediato agravar el régimen cau
telar privativo de libertad en que se encontraba el imputado. Dicho efecto
se materializa en el aislamiento y la supresión de las comunicaciones con
el exterior1^205, siempre que no se restrinja el derecho de defensa que le asis
te en todo momento al imputado320(321)32.
(320) San M artín Castro, Derecho procesal penal, vol. II, p, 1140.
(321) En este sentido, la Corte Interamericana sostiene que, aún en el caso de que se decrete la incomunicación,
“(...) el Estado está obligado a asegurar al detenido el ejercicio de las garantías mínimas e inderogables
establecidas en la Convención y, concretamente, el derecho a cuestionar la legalidad de la detención y
la garantía del acceso, durante su aislamiento, a una defensa efectiva”. SCIDH, caso: Suárez Rosero vs.
Ecuador (párr. 51), 12 de noviembre de 1997. Por su parte, el Tribunal Constitucional, al pronunciarse
respecto de la acción de ínconstitucionalidad interpuesta contra las Leyes N°s 25475, 25659, 25708 y
25880, así como sus normas complementarias y conexas, precisa que “(...) la incomunicación de-un
detenido por el delito de terrorismo no (...) afecta el derecho de defensa, [siempre y cuando se garantice]
1a participación de! abogado defensor en las investigaciones policiales y la entrevista con su patrocinado,
la que no podrá limitarse, ‘aun cuando se hubiera dispuesto la incomunicación del detenido’”. Exp.
N° 010-2002-AI/TC, (f. j. 175), caso: Marcelino Ttneo Silva y más de 5,000 ciudadanos.
(322) Podemos encontrar sustento a dicha práctica en lo dispuesto por el Tribunal Constitucional, cuando
este, en una demanda de hábeas Corpus planteada por Polay Campos, advirtió que la implementación
de un locutorio para la comunicación entre el favorecido y su abogado defensor no supone afectación al
derecho de defensa, siempre y cuando se garantice la confidencialidad necesaria. Exp. N° 0774-2005-
HC/TC (ff. jj. 20-22), caso: Víctor Alfredo Polay Campos.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
5.7. Duración
Como regla general, el estado de incomunicación dentro del cual se en
cuentra sometido el imputado no debe superar los diez días naturales, inde
pendientemente de los delitos que son objeto de investigación (art. 2.2.2.a
Ley N° 27379 y arts, 265 y 280 CPP de 2004).
171
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
6. La comparecencia
La comparecencia se presenta como la medida de coerción procesal
cuya aplicación genera menos aflicción respecto del ejercicio de los dere
chos del procesado. De ello consideramos, aunque en menor grado, que los
principios y características expuestos en el capítulo primero de este tomo
sirven de pautas de interpretación, a efectos de racionalizar la aplicación
de la medida en referencia.
6.1. Definición
La comparecencia es una medida de coerción procesal limitativa del
derecho a la libertad, mediante la cual se le impone al procesado la obliga
ción de acudir al llamado del órgano jurisdiccional o, en su caso, de evitar
influir o violentar la integridad psíquica o psicológica de la víctima o de
otras personas determinadas judicialmente024*.
6.2. Presupuestos
La procedencia de la comparecencia se encuentra supeditada al con
curso del fumas comissi delicti y del peligro procesal. El primer presupues
to consiste en la apariencia de delito. Esta comprende la formulación de la
(323) En este sentido, Comisión Interamericana de Derechos H umanos, Informe sobre el uso de la prisión
preventiva en las Américas, <http://www,oas.org/es/ddh/ppl/inforaies/pdfs/Informe-FP-2013-es.pdf>.
(324) Así, M a n zin i considera que la comparecencia no consiste en una privación de libertad, por lo que su
aplicación impone en el procesado “(...) la obligación de presentarse ante el mag istrado en el lugar, día
y hora establecidos (. . M anzi ni , Tratado de Derecho procesal penal, t. III, p. 566.
Medidas de coerción personal en el proceso penal
6.4. Restricciones
, Las restricciones que el ju ez puede imponer, dependiendo de la in
tensidad del peligro procesal que se busca procurar, pueden ser las que
siguen:
6.4.1. La detención domiciliaria (art. 143.1 CPP de 1991 y art. 290 CPP
de 2004)
La detención domiciliaria aparece como una medida cautelar restricti
va de la libertad ambulatoria de la persona, en virtud de la cual se obliga al
imputado a permanecer en su domicilio o en custodia de otra persona, que
puede ser la autoridad policial u otra entidad prevista por ley.
6.4.2. Vigilancia electrónica personal (art. 143.2 CPP de 1991 y art. 287.1
CPP de 2004)
La vigilancia electrónica personal, a diferencia de la fórmula legal pre
vista en el artículo 143.2 del CPP de 1991, no ha sido recogida expresamen
te en el Código Procesal Penal de 2004.
(328) En este sentido, C ubas Villanueva explica que la detención domiciliaria no es nna medida que se
puede acumular a la comparecencia con restricciones. Cubas Villanueva, El nuevo proceso penal
peruano, pp. 399-400. Gálvez Villegas indica que la “(...) detención o arresto domiciliario es otra
de las medidas cautelares personales a la que el juez puede echar mano con la finalidad de sujetar al
imputado ai proceso o a ¡a investigación". Gálvez Villegas, El Código Procesal Penal, p. 585 y $$.
_______________________________________________________ 175
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
Si bien dicha opción legislativa no está prevista dentro del marco del
Código Procesal Penal de 2004, consideramos que ello no impide al juez
tener en cuenta dicho orden de prelación, pues para ello deberá atender el
criterio que sustentó el artículo 143 del CPP de 1991 anteriormente comen
tado, más aún cuando ella, entendemos, se funda en el grado de vulnera
bilidad en que se encuentra el justiciable y los efectos perniciosos que po
drían suponer la aplicación de una medida de coerción más aflictiva, res
pecto de su persona (por ejemplo, por su estado de salud) o respecto de ter
ceros dependientes de él.
(331) Gálvez Villegas/R abanal Palacios/Castro Tricoso, El Código Procesal Penal, p. 578.
177
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
De ello cabe precisar que las personas a las que se refiere dicha obliga
ción no se limita a la protección de los testigos, sino también a la víctima,
a los coprocesados, o a los familiares de cualquiera de ellos, entre otros.
6.4.7. Prestación de una caución económica (art. 143.7 CPP de 1991 y art.
288.4 CPP de 2004)
La caución es una garantía impuesta judicialmente a efectos de procu
rar el cumplimiento de las restricciones anteriormente expuestas(333).
(334) Por su parte, Crbus considera que la caución también puede ser juratoria. Creus, D erech o p ro c e sa l
p en a l, pp. 337-342. En la misma linea, L orences, E xcarcelación y exención de prisió n , p. 182; JAUCHEN,
Tratado de D erecho p ro c e sa l p e n a l, t. II, pp. 634-636.
(335) Si bien el Código de Procedimientos Penales ni Código Procesal Penal de 1991 no hacen ninguna refe
rencia a tales exigencias, entendemos que dichos criterios pueden aplicarse m uiatis m utandi en virtud
del principio de necesidad y proporcionalidad que sustenta toda medida de coerción.
(336) L orences , E xcarcelación y exención d e p risió n , pp. 184-185.
1 8 0 ________________________________________________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
Finalmente, cabe agregar que la devolución del valor o del bien depo
sitado a título de caución únicamente procederá cuando hayan quedado sin
efecto las otras restricciones que se le impusieron al imputado. Ello suce
de cuando el procesado haya sido favorecido con la emisión de un auto de
sobreseimiento o una sentencia absolutoria (art. 188 CPP de 1991); y, a su
vez, ha cumplido con las obligaciones judicialmente impuestas bajo el títu
lo de restricciones (art. 187, en concordancia con el art. 144 CPP de 1991;
arte. 285 y 289.4 CPP de 2004).
(337) En este último supuesto, los fiadores pueden ser personas naturales o jurídicas. Además, se debe acre
ditar su capacidad para contratar y demostrar una solvencia económica suficiente para cubrir el monto
establecido por el juez (art. 289.2 CPP de 2004).
(338) L orences, E x c a r c e l a c i ó n y e x e n c i ó n d e p r i s i ó n , p. 186.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
6.5. Procedimiento
La comparecencia, simple o con restricciones, puede decretarse ex o fi
cio (art. 143 CPP de 1991; arts. 273, 286.1 y 286.2 CPP de 2004) o a pedi
do de parte (art. 283 CPP de 2004t339J).
(339) Al respecto, conviene indicar que esta disposición ha entrado en vigencia en todo el territorio nacional
con ocasión del D. Leg. N° 1206. En consecuencia, a través de ello se puede advertir que, dentro del
marco del Código Procesal Penal de 1991, el imputado también podrá solicitar el cese de la prisión
preventiva y su sustitución por una comparecencia”.
(340) No obstante que el Código Procesal Penal de 1991 no ha regulado expresamente la posibilidad de que el
fiscal pueda solicitar la comparecencia con restricciones, conviene recordar que ello no es justificación
para restarle legitimidad al Ministerio Público, más aún cuando sobre dicha institución recae el deber
de perseguir el delito y hacer cumplir la ley (arts. 159.1 y 159.4 Const.).
Medidas de coerción personal en el proceso penal
6.6. Duración
De acuerdo al Código de Procedimientos Penales y al Código Proce
sal Penal de 1991, la comparecencia simple no está sujeta a ningún plazo,
por lo que su duración seguirá la suerte del plazo que demande la sustan-
ciación del proceso penal principal.
_______________________________________________________ 183
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
7. Detención domiciliaria
La detención domiciliaria, o arresto domiciliario, se presenta como una
medida restrictiva de libertad, pues su ejecución, a diferencia de la prisión
preventiva cuya ejecución consiste en una privación de libertad, supone una
limitación de carácter breve y menos gravosa realizada con la finalidad de
efectuar determinadas averiguaciones^41),
(341) En esta línea, el Tribunal Constitucional sostiene: “Tales ñguras, desde luego, no pueden ser equiparadas
ni en sus efectos personales, ni en el análisis de sus elementos justificatorios, pues es indudable que la
primera de las mencionadas (la detención domiciliaria) se configura como una de las diversas formas a
las que, de manera alternativa, puede apelar el juzgador con el objeto de evitar la segunda de ellas, esto
es, la detención judicial preventiva, que, como se ha expuesto en la sentencia recaída en el caso Silva
Checa contra el Poder Judicial (Exp. N° 1091-2002-HC/TC), se trata siempre de una medida cuya validez
constitucional se encuentra sujeta a los principios de subsidiafidad, provísionalidad, razonabilidad y
proporcionalidad, en tanto que comporta una restricción, en términos plenarios, de la libertad locomo
tora del afectado con ella”. Exp. N° 209-2 003-HC/TC (f. j. 2), caso: Humberto Fernandini Maraví; Exp.
N° 0376-2003-HC/TC (f. j. 2), caso: Laura Cecilia Bozzo Rotando; entre otros.
Medidas de coerción personal en e! proceso penal
7.1. Concepto
La detención domiciliaria es una medida de coerción de carácter caute
lar dispuesta judicialmente, que consiste en la restricción del ejercicio del
derecho a la libertad ambulatoria del imputado, en virtud de la cual es obli
gado a permanecer en su domicilio o en otro lugar designado expresamen
te por el juez, bajo custodia de la autoridad policial, de cualquier otra ins
titución pública o privada o de tercera persona.
(342) Así lo explicó el Tribunal Constitucional, al precisar que la detención domiciliaria después de la
detención [provisional] es una de las más aflictivas en la escala coercitiva que prevé nuestro ordena
miento legal, razón por el que su aplicación y su plazo debe dosificarse considerando la existencia de
peligro de fuga u obstrucción probatoria por parte del procesado (...)”. Exp. N“ 0GG66-2000-HC/TC
(f. j. 6), caso: Román Bueno Aceña; Exp. N°376-2003-HC/TC (f. j. 1), caso: Laura Bozzo Rotondo; Exp.
N ' 1565-2002-HC/TC (f. j. 3), caso: Héctor Chumpitaz Gonzalos; entre otros.
(343) Exp. N" 0731-2004-HC/TC (f. j. 7), caso: Alfonso Villanueva Chirinos.
(344) C obo del R osal, Tratado de D erecho p ro c e sa l p e n a l español, pp. 558-561. En igual sentido, M orosi/
P érez L ance/P osse/R afscas, en Sistem as procesa les p en a le s com parados, p. 157; B unge CAMPOS, en
S istem as procesa les p e n a le s com parados, p. 354; L ópez M asle, en D erecho p ro c e sa l p e n a l chileno, £,
I, p. 435; D uce /R iego , Introducción a l nuevo sistem a p ro c e sa l penal, p. 27 1; entre otros.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(345) Así, los códigos procesales de Nicaragua (art. 167.1.a) y de Colombia (art. 307.a.2) entienden que la
detención domiciliaria es una medida de coerción alternativa a la prisión provisional.
(346) En este sentido, véase el artículo 209.1 del Código Procesal Penal tipo para Iberoamérica, artículo 227.1
del Código Procesal Penal de Chubut, artículo 244 del Código Procesal Penal de Costa Rica; artículo
508 Ley de Enjuiciamiento Criminal.
(347) Véase el articulo 141.a del Código Procesal Penal de Uruguay.
(348) En este sentido, véase el artículo 155.a del Código Procesal Penal chileno.
(349) Espinoza Goyena, Detención domiciliaria, http://www.incipp.org.pe/roedia/uploads/documentos/
detenciondom iciliariajulioespin.pdf. Esta interpretación fue asumida posteriormente por el Tribunal
Constitucional, conforme se advierte en el Exp. N° 0019-2005-PI/TC (f. j. 14), caso: Más del 25 % del
número legal de miembros del Congreso de la República (demandantes) c. Congreso de la República
(demandado).
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(350) En este sentido, Exp. N“ 2712-2002-HC/TC (ff. jj. 4 y 5), caso: Alex Wolfenson Woloch; Exp. N° 124-
2004-HC/TC (f, j, 4), caso; Gregorio Tícona Gómez; entre otros.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(351) Cabe recordar que, de conformidad con la Ley N° 30076, el articulo 268 del CPP de 2004 tiene vigencia
a lo largo del país, por lo que los juzgadores deben observarlo, incluso, dentro de los procesos que se
sustancian bajo el régimen del Código de Procedimientos Penales.
(352) Estos artículos, ai igual que el citado artículo 268 del CPP de 2004, tienen vigencia nacional en virtud
de la publicación de la Ley N“ 30076.
(353) Artículo 2 de la Res. Adm. N° 029-2011-SP-CS-PJ, suscrito por la Corte Suprema. Al respecto E spinoza
G oyena cita, como ejemplo, el caso de un acusado por delito de violación de su hijastra, quien, luego
de haber incurrido en un supuesto de vencimiento del plazo de prisión preventiva, fue objeto de una
Medidas de coerción persona! en el proceso penal
7.5. Procedimiento
Dado que la detención domiciliaria se encuentra prevista en el Códi
go Procesal Penal de 1991 como un tipo de restricción de la comparecen
cia (art. 143.1), nos remitimos en su totalidad a lo explicado al momento
de estudiar dicho instituto procesal. Por ello, en lo que sigue solo estudia
remos el procedimiento de la detención domiciliaria dentro del marco del
Código Procesal Penal de 2004.
detención domiciliaria. El caso no generaría mayor discusión si no fuera porque la detención domici
liaría la tuvo que cumplir en el mismo domicilio donde vivía la menor agraviada, cuando, conforme
el citado autor, lo más apropiado hubiera sido modular la ejecución de esta medida cautelar. Para ello,
consideramos, se debía modular la ejecución de la detención domiciliaria, a efectos de evitar la doble
victimización por parte de la agraviada.
De otro lado, también llama la atención los supuestos en los que se decreta la detención domiciliaria a
favor, principalmente, dejos extranjeros que no tienen dom icilio en el Lima. En dicho caso, la ejecución
de la detención domiciliaria puede modularse, en el sentido de que se remite al imputado a un centro
institucional policial o, en su caso, a una casa transitoria de arresto domiciliario. Espínoza Goyena,
Detención domiciliaria <http://www.incipp.org.pe/media/uploads/documentos/detenciondomiciliaria-
julioespin.pdf>.
(354) Respecto del carácter humanitario como fundamento de la restricción del ámbito de aplicación de
la detención domiciliaria, véase Gálvbz Villegas/Rabanal Palacíos/Castro Trigoso, El Código
Procesal Penal, p. 587.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(355) Las casas transitorias se establecieron con el objeto de viabílizar la ejecución de la detención domici
liaria, siempre y cuando el justiciable no tenga domicilio conocido dentro del distrito judicial donde se
está tramitando ei proceso. Sin embargo, conviene indicar que en ía práctica estas instalaciones pueden
resultar atentatorias del derecho a la dignidad humana, a la vida y a l a integridad personal, como es
el caso de la casa transitoria de Santa Bárbara”. Para más detalle, véase la siguiente N ota de prensa
N° 306/DP/OCII/2010: “Defensoría del pueblo solicita clausura de la casa de arresto domiciliario”,
<http://www.defensoria.gob.pe/moduIes/Downloads/prensa/notas/2010/NP-306-10.pdP>.
(356) Al respecto el Tribunal Constitucional señaló que, si bien la detención domiciliaria es distinta de la
detención judicial preventiva; la obligación de permanecer, en forma vigilada, dentro del domicilio
también es una limitación seria de la libertad locomotora, cuyo dictado, por cierto, debe necesariamente
justificarse al tratarse de una medida cautelar y no de una sanción. Exp. ND2268-2002-HC/TC (f, j. 4),
caso Moisés Wolfeason Woloch y Exp. N° 1565-2002-HC/TC (f. j. 4), caso: Héctor Chumpitaz Gonzales,
Medidas de coerción personal en el proceso penal
191
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(360) Hasta antes de ocurrida dicha modificatoria, el 19 de abril de 2009, el Tribunal Constitucional sostenía
que “[l]a inexistencia de un plazo máximo legal, de ninguna manera puede admitirse como justificación
válida para ¡a permanencia de una medida restrictiva de derechos, de forma indefinida, arbitraria y
desproporcionada, debiendo más bien, ser valorado en cada caso, según los elementos de juicio objetivos
existentes. Lo contrario llevaría al absurdo de mantener a la persona privada de su libertad -e n mayor
medida- por el establecimiento de medidas cautelares y no a consecuencia de la imposición de una pena;
o, lo que es peor, detenida provisionalmente en prisión o en el domicilio, para luego ser absuelto por
inexistencia del hecho imputado. Estas situaciones, desde ya, terminan por desnaturalizar la finalidad
y función de las medida cautelares, además de perder su justificación como disposición de carácter
procesal preventivo”. En este sentido, Exp. N° 0731-2004-HC/TC (f. j. 13.b), caso: Alfonso Víllanueva
Chirinos.
(361) Exp, N° 0019-2005-PI/TC (f. j, 21), caso: Más del 25 % del número legal de miembros del Congreso de
la República (demandantes) c. Congreso de la República (demandado).
1 9 2 ________________________________________________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(362) Exp. N° 2717-2002-HC/TC (f. j. 2), caso: Mario Ricardo Arbulú Seminario.
(363) Espinoza G oyena, Detención domiciliaria <http://www.incipp.org.pe/media/upioads/documentos/
detenciondomiciliariajulíoespm.pdf>.
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8. Impedimento de salida -
El derecho a la libertad de tránsito o de locomoción forma parte de
los derechos de primera generación, cuyo reconocimiento dentro de nues
tro ordenamiento se remonta a la Constitución de 1826364(365)36. De ahí que
este derecho fundamental en referencia surge como un valor constitucio
nal que deviene en “(•••) una condición indispensable para el libre desa
rrollo de la persona, toda vez que se presenta como el derecho que tiene
esta para poder ingresar, permanecer, circular y salir libremente del te
rritorio nacional”^660.
(364) De acuerdo a la disposición citada, la detención domiciliaria puede ser revocada cuando desaparece la
enfermedad grave o la grave incapacidad física que imposibilitaba el desplazamiento del justiciable o,
en su caso, la procesada ha dejado de ser madre gestante.
(365) El artículo 144 de la Constitución de 1826 establecía que “[t]odo peruano puede permanecer o salir
de! territorio de la República, según le convenga, llevando consigo sus bienes, pero guardando los
reglamentos de policía, y salvo siempre el derecho de tercero". En la actualidad, el artículo 2.11 de la
Constitución de 1993 precisa que “[tjoda persona tiene derecho (...) A elegir su lugar de residencia, a
transitar por el territorio nacional y a salir de él y entrar en él, salvo limitaciones por razones de sanidad
Opor mandato judicial o por aplicación de la ley de extranjería”.
(366) Exp. N° 04893-2011-PHC/TC (f. j. 4), caso: Vivían Giovana Rodríguez Ayra y otra.
1 9 4 _______________________________________________________________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
8.1. Concepto
El impedimento de salida es una medida de coerción jurisdiccional,
privativa del ejercicio del libre tránsito*3695 a efectos de evitar que el impu
tado o el órgano de prueba, dentro de un plazo, abandone el país, la locali
dad de su domicilio o el lugar fijado por el juez.36789
(367) Las razones que justifican dicha, práctica, a consideración de Pasara, se debe a la existencia de 1.
Una cultura jurídica tradicional consistente, por ejemplo, en la incentivación de que el juez solo es un
aplicador de la ley elaborada por otros o, incluso, en el hecho de reducir el conflicto entre las partes a
su versión procedtmental, con lo que la percepción judicial del conflicto rea! es demasiado reducida;
2. Una política pública no escrita, según [a cual “(...) los operadores del sistema de justicia trabajan
dentro de un clima que desaconseja utilizar [la prisión preventiva] como una medida excepcional o
[de] último recurso y están sujetos a presiones, en casos específicos, que conducen a im manejo más
arbitrario de esta medida cautelar”; 3. Una serie de debilidades institucionales, ordenadas en dos sec
ciones. “La primera corresponde a ¡a inhabilidad institucional para desarrollar lineas de comunicación,
limitación que desemboca en la incomprensión social del trabajo realizado y facilita su manipulación
por aquellos interesados que tengan el poder para hacerlo. La segunda guarda relación con ¡a falta de
apoyo y de respaldo adecuados a quienes trabajan en la institución, lo que conduce a la necesidad de
afrontar en soledad situaciones difíciles -e n torno a la [prisión preventiva] como en relación a otros
asuntos conflictivos- que 1legan al cuestionara iento y el maltrato públ icos del funcionario”; entre otros.
Pasara, La prisión preventiva y e l ejercicio d e l a independencia judicial, <www.dplf.org>.
(368) Asi, por ejemplo, el ENPE sostuvo, en un conversatorio sobre las “Medidas de emergencia ante la crisis
generada por el hacinamiento en los establecimientos penitenciarios”, que en el mes de noviembre del
2013 el nivel de hacinamiento ha llegado a un 117 por ciento. Es decir, 36 mil 285 inLernos no tienen
plazas en el sistema penitenciario y, sin embargo, están recluidos en los 68 penales a nivel nacional. N ota
de Prensa N° 08-2Q14-INPE, <http;//www.inpe.gob.pe/contenidosprensa.php?id=1202&direccion-l>.
(369) Esta particularidad fue resaltada por el Tribunal Constitucional, conforme se aprecia en e] Exp.
N° 00213-2010-PHC/TC (f. j. 5), caso; José Antonio Luyo Muchotrigo; Exp. N° 03016-2007-PHC/TC
(f. j. 10), caso: Carlos Alberto Victorio Trejo; Exp. N° 01064-2010-PHC/TC (f. j. 11), caso: Juan Carlos
Ruiz Ríos. Asimismo, también se aprecia tal opinión en la resolución N° 02 (f. j: 03) del Inc. N“ 90-
2009-A, de fecha 20 de enero de 2010, suscrito por ia Primera Sala Penal Especial.
195
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
8.2. Finalidad .
El impedimento de salida se configura como una medida de coerción,
en tanto que su aplicación supone el ejercicio directo de la fuerza pública,
y está destinado a restringir, en este caso, el derecho a la libertad de trán
sito, con el propósito de satisfacer dos tipos de finalidad distintos: uno de
carácter cautelar y otro, asegurativo(370)371.
Así, desde la perspectiva de los interviuientes que sufren los efectos del
impedimento de salida, de acuerdo al artículo 143 del CPP de 1991 y al ar
tículo 2.2 de la Ley N° 27379, estos solo pueden ser los imputados; mien
tras que, desacuerdo al artículo 295.1 del CPP de 2004, el impedimento de
salida puede dictarse contra el imputado o contra el “testigo importante”.
(370) En esta misma línea, San M artín Castro sostiene que “la función de esta medida provisional personal
no es meramente cautelar, también es aseguratoria de la prueba, y se extiende a los testigos, transfor
mándose en este caso en una medida coercitiva tendiente a garantizar la indagación de la verdad".
San M artín C astro, Derecho procesal penal, vot. II p. 1166, Igualmente, véase Gálvez V illegas/
R abanal Palacios, Wiliíam/CASTRo Trigoso , El Código Procesal Penal, p. 593.
(371) Barona Vilar, Prisión preventiva y medidas alternativas, pp. 236-237. Así también lo ha referido el
Tribunal Constitucional al señalar que “(...) el impedimento de salida del país, si bien no supone la
posibilidad absoluta de evitar la posible fuga, sí la hace más difícil, y por ende, la disminución en el
riesgo de fuga, pues, en tales condiciones, el imputado veri dificultada su intención de huir al extranjero,
y más aún, la de subsistir y trabajar en el otro pais". Exp. N° 03016-2007-PHC/TC (f. j. 12), caso: Carlos
Alberto Victorio Trejo.
1 9 6 _______________________________________________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
_______________________________________________________ 197
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
(art. VTI.3 CPP de 2004), en tanto que son aflictivas del ejercicio de los de
rechos fundamentales (como en este caso, del derecho a la libertad de trán
sito) ofrece una solución idónea y coherente con la necesidad de limitar el
ejercicio del iuspuniendi dentro del plano procesal.
1 9 8 ________________________________________________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
8.5. Procedimiento
El impedimento de salida procede a pedido de parte (art. 295.2 CPP de
2004), mediante requerimiento debidamente fundamentado, en el que se
precise el nombre y demás datos necesarios de la persona contra la que se
dictará esta medida, además de indicar su duración (art. 295.2 CPP de 2004).
Por su parte, si bien los artículos 143 CPP de 1991 y 2.2 de la Ley
N° 27379 precisan que el juez puede decretar el impedimento de salida,
de una interpretación sistemática, en concordancia con el artículos 159.4
y 159.5 C onst, y los artículos 1 y 11 LOMP, se tiene que dicha medida de
coerción personal procede únicamente a requerimiento del fiscal. No obs
tante ello, en la práctica, se advierte que la parte civil puede solicitar dicha
medida de coerción personal, teniendo como fundamento, incluso, lo dis
puesto en el artículo 57 del CdPP<372)37.
(372) Así lo refirió el Tribunal Constitucional, al no cuestionar la aparente falta de legitimidad en que se habría
incurrido al decretar el impedimento de salida solicitado por la parte civil. Exp, N° 1790-2GÓ5-PHC/
TC (f, j. 3), caso: Alan Michael Azizolahoff Gate.
(373) En este sentido, véase el capítulo quinto del primer tomo de esta obra.
Arsenio Oré Guardia /Derecho Procesal Penal peruano
200
Medidas de coerción personal en el proceso penal
8.6. D uración
La ejecución del impedimento de salida no debe superar, en el caso de
los imputados, el plazo de cuatro meses prorrogables por un plazo igual
(art. 296.2 CPP de 2004). '
Sin perjuicio de dichos plazos legales, cabe indicar que el juez, en ob
servancia del principio de necesidad y proporcionalidad, puede establecer
un plazo judicial menor, en función de las particularidades propias del caso.
9. Xnternamiento preventivo
En cuanto a la reacción frente al delito cometido, nuestro sistema penal
ha optado por el sistema vicarial, esto es, el agente puede hacerse merece
dor de una pena; de una medida de seguridad; o de ambas a la vez, aunque
de manera sustitutiva(374). Esta opción político criminal encuentra su reflejo,
(374) Esta opción político criminal constituye una garantía destinada a evitar la aplicación acumulativa de la
pena y de la medida de seguridad, salvo cuando el sentenciado se encuentra dentro de algún supuesto de
inimputabilidad relativa, pues en dichos casos es posible que el juez pueda imponer la pena acompañada
de una medida de seguridad, por ejemplo, de carácter ambulatorio (art. 76 CP).
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
9.1. Definición
El intemamiento preventivo es una medida de coerción jurisdiccional
de carácter cautelar o preventivo, mediante el cual se busca neutralizar el
peligro que el procesado significa para sí mismo, para terceros o para la re
gular sustanciación del proceso penal debido a un conjunto de circunstan
cias que afectan su capacidad cognoscitiva o volitiva.
9.2. Competencia
De acuerdo a la definición expuesta, el intemamiento preventivo se rige
por el principio de jurisdiccionalidad. De ahí que esta m edida solo pueda 375
(375) Dentro del concepto de inimputabilidad, excluimos los supuestos de inimputabilidad por minoría de
edad (ar£. 20.2 CP), pues su concurrencia tiene como efecto inmediato la pérdida de competencia del
juez penal y la inmediata remisión de la causa ante el juez de menores (art, 18 CdPP) o ante el fiscal de
familia (art. 74 CPP de 2004).
Medidas de coerción personal en el proceso penal
9,3. Fines
Desde el punto de vista de los fines del intemamiento preventivo, di
cha medida de coerción ha transitado desde un fin estrictamente preventi
vo a un fin preventivo-cautelar.
(376) En esta m isma línea, G álvez Villeqas /R abanal Palacios/C astro Tricoso , Él Código Procesal
P e n a l , p. 59 L
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
204 __________________________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
293.1.a) y del peligro procesal (art. 293.l.b). Sobre el particular, nos remi
timos a lo expuesto al momento de estudiar la prisión preventiva, sin per
juicio de que a continuación precisemos algunas particularidades relacio
nadas con la naturaleza propia del intemamiento preventivo.
9.5, Procedimiento
De acuerdo al Código de Procedimientos Penales, el incidente de in
temamiento preventivo puede incoarse de oficio o a pedido de la defensa
del imputado o del Ministerio Público (art. 189 CdPP).
(378) Cabe indicar que el dictamen pericial psiquiátrico puede estar precedido de la aplicación del interna-
miento de! procesado a efectos de viabilizar la realización de dicho dictamen en un hospital público
especializado {art. 294,1 CPP de 2004). Dicho intemamiento no puede durar más de un mes (art. 294.3
CPP de 2004). Por su parte, el Código de Procedimientos Penales no ha previsto mayores elementos en
torno al procedimiento requerido para la emisión del dictamen en referencia, lo que no impide que en la
práctica el juez ordene la realización de una pericia psiquiátrica a efectos de decidir lo que corresponda.
Arsenio Oré Guardia 1 Derecho Procesal Penal peruano
Por su parte, el Código Procesal Penal de 2004 precisa que, una vez
iniciado el incidente de internación preventiva, el juez convocará a audien
cia a efectos de evaluar la concurrencia de los presupuestos materiales den
tro del marco del principio de oralidad, igualdad de armas y contradicción.
9.6. D uración
El intemamiento preventivo no se encuentra limitado a un plazo de
terminado. No obstante ello, la ejecución de dicha medida de coerción no
debe superar el plazo que demande la sustanciación del proceso penal, sin
perjuicio de que el juez deba realizar una constante evaluación en fun
ción a la cláusula rebus sic stantibus y a los principios de necesidad y de
proporcionalidad.
206 ______________________________________________________________
Medidas de coerción personal en el proceso penal
(379) La incorporación de las medidas de suspensión preventiva de derechos recién se advierte con la entrada
en vigencia del Código Procesal Penal de 2004. El instituto en referencia no encuentra un antecedente en
el Código de Procedimientos Penales de 1939 ni en el Código Procesal Penal de 1991. En igual seutido,
Gálvez V illegas/R abanal Palacios/Castro Tricoso, E l Código Procesal Penal, p, 596.
(380) R oxin , Derecho procesal penal, p. 321.
Arsenío Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
10.2. Finalidad
Al momento de estudiar las medidas de coerción sostuvimos que es
tas pueden clasificarse, desde una perspectiva teleológica, entre medidas
de coerción sustancial y procesal, según la finalidad de una u otra medida
consista, respectivamente, en 1. Prevenir genéricamente la comisión de los
injustos penales (o, dicho de otro modo, evitar el surgimiento del conflic
to primario) y 2. Procurar la protección de los fines que el proceso penal o
un determinado procedimiento persigue.
Como se puede advertir en dicho caso, que fue recogido de una reso
lución judicial, poco o nada importa, por ejemplo, que el imputado haya
sido diligente en cumplir con todas las citaciones que le cursaron, que
ejerza una defensa activa a fin de colaborar con la investigación o, si se
hubiera tratado, entre otros, de un delito contra la vida, el cuerpo y la sa
lud o contra la propiedad, que el imputado repare el daño ocasionado o
restituya el bien sustraído.
(383) Verapinto M árquez, La suspensión preventiva de derechos en el Código Procesal Penal, <h.ttp://
www.incipp.org.pe/media/uploads/documentos/otto_saiitiago_verapjnto_tii%C3%A1rciuez.pdf>.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
Así, por ejemplo, para algunos magistrados puede ser suficiente que
la imputación sea acreditada en grado de plausibilidad; para otros, en gra
do de probabilidad; para otros, que supere el estándar de indicios revela
dores del delito y que, a su vez, no supere los graves y fundados elemen
tos de convicción o, finalmente, que supere este último estándar, sin nece
sidad de pretender alcanzar la certeza.
Si bien el artículo 297.1 del CPP de 2004 precisa como límite que las
restricciones previstas en el artículo 298 del CPP de 2004 se imponen siem
pre y cuando los delitos presuntamente cometidos sean sancionados con
pena de inhabilitación, sea esta principal o accesoria, consideramos que tal
opción legislativa no es suficiente, pues los fines y los presupuestos mate
riales persisten, a efectos de asegurar situaciones metaprocesales.
211
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
10.5. Procedimiento
La suspensión preventiva de derechos procede a petición del. M iniste
rio Público. El requerimiento puede formularse tanto a nivel de la fase pre
liminar como de investigación preparatoria(384).
10.6. Duración
La ejecución de la suspensión preventiva de derechos no puede supe
rar la mitad del tiempo previsto para la pena concreta de inhabilitación, sea
esta principal o accesoria. En cualquier caso, las medidas pierden eficacia si
transcurre el plazo sin haberse dictado sentencia de primera instancia (art.
299.2 CPP de 2004).
213
CAPÍTULO III
Las medidas de coerción real deben ser entendidas como las limitacio
nes a los derechos civiles del procesado sobre su patrimonio a través de
medidas concretas que recaen sobre los elementos probatorios (distintos de
las personas mismas) o sobre los bienes del imputado y de los terceros ci
vilmente responsables a fin de asegurar la actividad probatoria o la respon
sabilidad patrimonial de una futura sentencia definitiva.
(385) Asi también lo comprende C ucarella G aliana al indicar “ia tutela [de derechos] ofrecida por los'órga-
nos jurisdiccionales de un Estado no podrá ser efectiva si faltan instrumentos cautelares”. C ucarella
G aliana , Revista de Derecho procesal, 1998/1, p. 82.
217
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
Cabe precisar que este tipo de medidas, en contra de lo que opina al
gún sector doctrinal, no anticipan el fallo judicial, sino que lo aseguran. Su
ejecución no supone, pues, la expropiación de los bienes, sino la limitación
2 1 8 ________________ ________________________________________
Medidas de coerción real en el proceso penal
í. Fundamento
Hemos sostenido que las medidas de coerción procesal constituyen ver
daderos instrumentos del proceso penal que hacen frente a aquellos peli
gros que desestabilizan o impidan la culminación del proceso(3S7). Estos pe
ligros son: a) la ausencia o indisponibilidad física y jurídica del imputado,
b) la indeterminación de) hecho y del sujeto por la nula o defectuosa acti
vidad probatoria y c) la insolvencia provocada por el mismo imputado°XX).
2. Finalidad
Hemos ya indicado que la finalidad de las m edidas de coerción p ro
cesal es asegurar el cumplimiento de la futura sentencia que se ha de emi
tir en un proceso penal, tanto en su aspecto punitivo como pecuniario. En
cuanto a, las m edidas de coerción real en específico, su finalidad se cir
cunscribe a este último, es decir, garantizar el cumplimiento del extremo
pecuniario de la futura sentencia penal. Para tal fin, debe procurarse el res
guardo de la actividad probatoria respecto de aquellos elementos de prue
ba vinculados a los hechos investigados y los daños derivados de este, así
como la solvencia económica del imputado a fin de que pueda asumir las
obligaciones pecuniarias que se establezcan en la futura sentencia penal.
219
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
Por el otro lado están las medidas de coerción real cuyo fin es cautelar
las consecuencias pecuniarias derivadas del hecho investigado penalmen
te (o también denominadas medidas cautelares reales). Se trata de aquellas
medidas vinculadas al cumplimiento de las obligaciones de carácter patri
monial o económico que en su momento fije la sentencia condenatoria que
comprende, por un lado, la responsabilidad civil y, por el otro, la pena de
multa, consecuencias accesorias'3891 y las costas procesales*3901.
A estas dos finalidades, la doctrina suele agregar una más: evitar la pro
longación o extensión de los daños que podrían derivarse de los hechos in
vestigados penalmente*3911 (medidas anticipadas). Bajo esta finalidad, algu
nas medidas tutelan la protección económica de la víctima en caso de que
los daños civiles tengan la potencialidad de agravar o crear nuevos daños.
Este es el caso de la pensión provisional de alimentos,.... .
221
A ise n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Tal como veremos más adelante, la precaria regulación que presentan los
textos procesales penales respecto a las medidas de coerción real civil jus
tifica la supletoriedad del ordenamiento procesal civil presentándose como
un mecanismo de integración que garantizará la “plenitud del Derecho”. Así,
para M oreno Caiena , “en cuanto pueda hablarse de la existencia de unas
medidas cautelares reales penales y otras civiles dentro del proceso penal,
cabe que en este puedan tener lugar cuantas medidas cautelares reales prevé
la legislación procesal civil para la garantía de las pretcnsiones indemniza-
torias que se ejercitan dentro del correspondiente proceso civil”, por lo que
“podrán adoptarse en el proceso penal cuantas medidas cautelares se regu
lan en la LEC o en leyes especiales, en cuanto sean necesarias para el ase
guramiento de la condena civil contenida en la sentencia penal”396(397).
(396) En los mismos términos, D oig D íaz señala que “si la acumulación del proceso civil al penal presenta
el inconveniente de obligar a los órganos jurisdiccionales penales a aplicar simultáneamente dos orde
namientos jurídicos completamente distintos, inevitable por razones de economía procesal y de nece
saria reparación del daño causado, parece razonable entender que la aplicación de ordenamiento civil
incluya, además de las cuestiones relacionadas con el ejercicio de la acción civil -sobre el que se puede
transigir, renunciar o reservar-, las medidas cautelares civiles destinadas a asegurar el cumplimiento
de la responsabilidad civil”. D oig D ía z , “Medidas cautelares de aseguramiento de responsabilidades
pecuniarias", en: Revista Justel on Une (última visita, 20 de febrero de 2014).
(397) Moreno C atena y otros: En: Proceso penal, t. II, p, 1832. En sim ilares térm inos, A rmenta D eu,
Lecciones de Derecho procesal penal, p. 192.
M e d id a s de c o e rc ió n real en el p ro ceso p e n a l
4o Principios
223
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(399) Concretamente, para el Código Procesal Penal de 2004, el criterio inaudita pars se aplica a los casos
de embargo (art. 303.3), desalojo preventivo (art. 311.4) e incautación (art. 316.2). Respecto de las otras
medidas: orden de inhibición, medidas anticipadas, medidas contra las personas jurídicas y pensión
anticipada de alimentos rige lo contrario según el artículo 315.2. De ese último grupo de medidas, cabe
señalar que, como se verá más adelante, solo la orden de inhibición constituye medida cautelar, las dos
últimas son formas específicas de medidas anticipadas.
(400) SCIDH, caso; Cesti Hurtado vs. Perú (Párr. 42), 29 de setiembre de 1999.
(401) E spinoza G oyena, za Nuevo proceso penal, p. 333.
(402) M onroy Palacios, Bases para laformación de una teoría cautelar, pp. 355-356.
224 ___________________________________________________ _ _
M e d id a s de c o e rc ió n real en el p ro c e so p e n a l
Es de destacar también que a través del artículo 312 del CPP de 2004,
el legislador recoge -ahora de modo expreso- una suerte de poder general
de cautela aplicable solo al caso de medidas anticipadas403(404).
_______________________________________________________ 225
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
solicitada sea idónea (apta para el fin buscado), necesaria (que sea la me
nos gravosa de entre todas las medidas que han sido calificadas previamen
te de idóneas) y proporcional en sentido estricto (que la medida no sea des
medida en función al fin buscado)(40S).
5. Características
Anteriormente se han descrito y precisado las principales característi
cas de la medidas de coerción procesal. Ahora corresponde explicar su for
ma de manifestación respecto a las medidas de coerción de naturaleza real,
específicamente, respecto a las medidas cautelares.
5.1. Instrumentalidad
Esta característica constituye una de las más peculiares y significati
vas de este tipo de medidas408(409)4102y la distingue de instituciones procesales
próximas<410). Indica que las medidas cautelares, entre ellas las de natura
leza real, no tienen una finalidad propia o, mejor dicho, no tienen un fin en
sí mismas(4!1). Y ello es justamente así, porque estas medidas se encuentran
indefectiblemente preordenadas a la emanación de una ulterior resolución
definitiva, de la que aseguran preventivamente su eficacia y utilidadí4l2); es
decir, la razón de su existencia está orientada a garantizar la efectividad
de posteriores actos procesales que, para el caso en concreto, sería el pro
nunciamiento sobre el extremo pecuniario de la sentencia penal definitiva.
227
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Siendo ello así, habría que descartar aquellas posturas que vinculan la
instrumentalización de las medidas cautelares con otras figuras como la ac
ción (C hiovenda ), el proceso definitivo que es el principal (C arnelutti y
F oschini) o la situación subjetiva cautelada (C alvosa)(414)4156.
(414) Sobre ello, Arangüéna Fanego, Teoría general de medidas cautelares reales en el proceso penal
español, pp. 73-75.
(415) O rtells R amos, RGLJ, 1978/5, p. 466.
(416) P edraz P enalva, XíU medidas cautelares reales en el proceso penal ordinario español, p. 87.
(417) Es por ello que F oschini baya dicho que provisionalidad es una tem poralidad condicionada a la verifi
cación de una futura situación. F oschini , citado por A rangüéna Fanego , Teoría general de medidas
c a u t e l a r e s r e a l e s e n e l p r o c e s o p e n a l e s p a ñ o l , p. 80,
M ed id as de co erció n real en el p ro c e so p e n a l
(418) A ra n GÜENA FaNEGO, Teoría general de medidas cautelares reales en el proceso penal español,
pp. 84-85. " ' '
(419) Serra D omínguez , citada por Arangüena Fanego , Teoría general de medidas cautelares reales en
el proceso penal español, p. 100. .
(420) En similares térm inos, Barona Vilar, en Derecho jurisdiccional II, p, 678.
(421) En similares términos, Barona Vilar, en D e r e c h o ju r is d ic c io n a l II, p. 678.
A rse n io O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Por último, la urgencia exige que las medidas cautelares reales sean
aplicadas de forma inmediata, luego de haberse verificado la concurrencia
de los presupuestos legales, a fin de evitar los peligros de insolvencia pro
vocada por parte del procesado, así como la incapacidad para la investiga
ción respecto al objeto civil por el ocultamíento o menoscabo de elemen
tos probatorios que impidan el esclarecimiento de los hechos y la identifi
cación de su autor. Así, Calamandrei vincula la urgencia al periculum in
mora , ya que -explica el citado autor- no basta con que se tema un daño,
sino que es preciso la inminencia del mismo para queda medida solicitada
tenga carácter de urgente(422).
6. Presupuestos materiales
Las medidas cautelares reales en específico requieren la superación de
los mismos presupuestos materiales que las medidas de coerción procesal
en general: el fumus boni inris y el periculum in mora.
6.1. El f u m u s b o n i iu ris
El fumus boni inris o apariencia de derecho exige que a la adopción
de una medida cautelar procesal debe preceder un preventivo cálculo de
probabilidades respecto de lo que se determinará en el contenido del ex
tremo civil de la futura sentencia penal, cálculo en base al cual el órgano
(422) Calamandrei, citado por Pedraz Penalva, L a s m edidas cautelares reales en el p ro ceso p e n a l ordi
nario español, p, 92,
M e d id a s de co erció n re a l en el p ro c e so p e n a l
(423) Monroy Palacios, B a ses p a ra la fo rm a c ió n de una teoría cautelar, p. 172. A ranoÜena Fanego,
Teoría g e n era l de m edidas cautelares reales en el p ro ceso p e n a l español, p. 22.
(424) En ese sentido, San M artín Castro, D e re c h o p r o c e s a l p e n a l, vol. II, p. 1179. A rangüena
Fanego , T eoría g e n e r a l d e m e d id a s c a u te la res re a les en e l p r o c e s o p e n a l e sp a ñ o l , p. 26 y ss.,
ypp. 46-48.
(425) El pronunciamiento judicial respecto a! fu m u s boni iuris forma parte de la categoría denominada por
Serra Domínguez como "juicios intermedios”; en efecto, si tenemos en cuenta que solo mediante una
sentencia que pone fin al proceso puede determinarse la responsabilidad del procesado, antes de ella
pueden formarse juicios (intermedios) sobre dicha responsabilidad a fin de proceder con la adopción de
ciertas medidas, como son, para este caso en concreto, las cautelares. S erra Domínguez, en E studios
d e D erecho pro cesa l, p, 700.
(426) Juan Sánchez, L a resp o n sa b ilid a d civil en e l p roceso p e n a l (A ctualizado a la L e y de Ju icio s Rápidos),
pp. 482-483. Así también, Sáncer Pelegrina, A nálisis com parativo d e las m edidas cautelares en los
p ro c e so s c iv il y p e n a l, “Economist & Jurist”, 2002/65, pp. 63-64.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
De este modo, es criticable que el legislador del CPP de 2004 exija como
presupuesto de fondo de algunas medidas de coerción real los indicios de
criminalidad. Así por ejemplo, respecto al embargo, el artículo 303.3; o del
desalojo preventivo, el artículo 311.1; entre otros. ■
6.2 . El p e r ic u lu m in m o ra
(429) A rang Üena Fanego , Teoría g e n era l de m edidas cautelares rea les en e l pro ceso p e n a l español, p. 31.
(430) Para Calamandrei, e¡p ericu lu m in m ora se determina por la concurrencia de dos elementos: a) peligro
de retraso (pericolo di tardivitá) derivado justamente del tiempo que supone la culminación del proceso,
y b) peligro de infructuosidad (pericolo di infruttuositá) que indica la posibilidad de que durante ese
tiempo se hayan sucedido hechos o acciones que imposibiliten o dificulten la efectividad práctica del
extremo civil de la sentencia penal. Calamandrei, citado por A rangÜena Fanego, Teoría general
d e m ed id a s cautelares reales en e l p ro ceso p e n a l español, pp. 50-51.
(431) M onroy Palacios, B ases p a r a la fo rm a c ió n de una teoría cautelar, p. 182.
(432) M onroy GÁLVEZ, L a fo rm a c ió n del p ro c e so civil p e ru a n o , p, 128.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
7. Sujetos obligados
Serán obligados de las medidas de coerción real aquellos sujetos so
bre los que recaiga la apariencia de responsabilidad civil (si la medida es
de carácter civil) o penal (si la medida es de carácter penal).
En ese sentido, para el caso de las medidas de coerción real civil, los
obligados serán -conform e al artículo 95 C P - los procesados (que respon
derán solidariamente) y el tercero civilmente responsable. Para las medidas
de coerción real penal, en cambio, los obligados son únicamente los impu
tados, dado que el imputado no puede transferir la responsabilidad penal a
los terceros; de ahí que sea lógico considerar que las medidas de coerción
real penal no puedan aplicarse a dichos terceros.
7.1. El imputado
Como sabemos, el presunto autor de los hechos investigados penal
mente (o imputado) es el obligado a asumir tanto las consecuencias pena
les y civiles que se deriven del mismo. .....
Si bien es verdad que solo mediante una sentencia firme se puede de
clarar tanto la responsabilidad penal como la civil(433) -siendo esta última
la relevante para nuestro análisis-, es necesario para asegurar el cumpli
miento de la responsabilidad civil la adopción de medidas de coerción real
cuando existan suficientes elementos probatorios que vinculen al imputado
con la autoría de los hechos que han ocasionado daños (civiles) en la víc
tima. Siendo ello así, es natural que las medidas de coerción reales afecten
en primer lugar al imputado.
(433) Es de precisar que, debido a la acumulación heterogénea de acciones, el juez penal se encuentra facultado
para pronunciarse ahora también sobre el extremo civil, para lo cual deberá tener en cuenta las normas
penales para el establecimiento de la responsabilidad civil y las civiles para la responsabilidad civil.
Cada objeto (civil y penal) se resuelve conforme a sus propios principios y reglas contenidos en sus
respectivos códigos (civil y penal). De modo que, el juez penal puede declarar la condena en un extremo
y en el otro no, pues -com o venimos indicando- los criterios para declarar cada responsabilidad (civil
y penal) son distintos y no condiciona uno al otro.
M e d id a s de c o e rc ió n real en el p ro c e so p e n a l
Así, por ejemplo, ios artículos 94,1 del CdPP, y 302 y 303.1 del C PPde
2004 prescriben la obligación del juez de imponer la medida de embargo
sobre los bienes suficientes del “imputado” para cubrir el pago de la repa
ración civil. Claro que existen algunas limitaciones, como la prevista en el
artículo 98 CP al disponer que si el condenado no tiene bienes realizables,
el juez señalará hasta un tercio de su remuneración para el pago de la repa
ración civil. Lo que deberá concordarse, a los efectos de la medida caute
lar, con lo previsto en el artículo 648.6 CPC que alude al embargo de re
muneraciones y pensiones.
(434) EL artículo 29 indica lo siguiente: “La responsabilidad civil derivada de los accidentes de tránsito
causados por vehículos automotores es objetiva, de conformidad con lo establecido en el Código Civil.
El conductor, ei propietario del vehículo y, de ser el caso, el prestador del servicio de transporte terrestre
son solidariamente responsables por los daños y perjuicios causados".
235
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(435) El artículo 1321 del CC dispone lo siguiente: “Queda sujeto a la indemnización de daños y perjuicios
quien no ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa inexcusable o culpa leve.
El resarcimiento por la inejecución de la obligación o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso,
comprende tanto el daño emergente como el lucro cesante, en cuanto sean consecuencia inmediata y
directa de tal inejecución.
Si la inejecución o el cumplimiento parcial, tardío o defectuoso de la obligación, obedecieran a culpa
leve, el resarcimiento se limita al daño que podía preverse al tiempo en que ella fue contraída”.
(436) El artículo 1321 de la Ley General de Sociedades dispone lo siguiente; “Quienes no están autoriza
dos para ejercer la representación de la sociedad no la obligan con sus actos, aunque los celebren en
nombre de ella”.
La responsabilidad civil o penal por tales actos recae exclusivamente sobre sus autores”.
(437) El artículo 1321 del CC dispone lo siguiente: “Aquel que tenga a otro bajo sus órdenes responde por
el daño causado por este último, si ese daño se realizó en el ejercicio del cargo o en cumplimiento del
servicio respectivo. El autor directo y el autor indirecto están sujetos a responsabilidad solidaria”.
M e d id a s d e co erció n real en el p ro c e so p en al
Siendo ello así, las personas jurídicas pueden responder por los hechos
investigados en un proceso penal, siempre que esos hechos hayan ocasio
nado daños, y en calidad de terceros civilmente responsables. De modo que
sobre ellas pueden recaer, sin duda, medidas de cautelares reales.
1. Embargo
La figura del embargo es considerada la medida más destacada de en
tre todas las cautelares*446', porque justamente, debido a sus características
instrumental y asegurativa, es la más adecuada para garantizar en los pro
cesos penal o civil la pretensión de condena dineraria; por otro lado, que
su regulación es la más amplia y detallada, a diferencia de la parquedad del
régimen normativo con que cuentan las otras medidas.
1.1. Concepto
El embargo es aquel instrumento cautelar que, a través de la ocupa
ción, aprehensión o retención de bienes pertenecientes al procesado y, en
su caso, al tercero civil, pretende asegurar el cumplimiento de las obliga
ciones pecuniarias que se impondrían en la sentencia final.
mismo o hubiere confesado falsamente el hecho. En este caso se determ inará el porcentaje que debe
pagar”. ■
(446) O rtells R amos, en L a tutela ju d ic ia l cautelar en el D erecho español, p. 37.
(447) En similares térm inos, San M artín Castro, D erecho p ro c e sa l p e n a l, vol. U, p. 1182.
239
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Respecto a los bienes sobre los cuales puede recaer la medida, en prin
cipio, puede ser cualquier bien del imputado y, en su caso, del tercero que
forme parte de su patrimonio; sin embargo, por razones de orden público,
protección de la condición y dignidad humana, subsistencia de actividades
económicas propias del obligado, entre otras, se han fijado límites a este
criterio general. En efecto, aplicando supletoriamente el artículo 648 del
CPC se destaca que existe una relación de bienes o derechos sobre los cua
les no puede disponerse el embargo para responder las obligaciones patri
moniales derivadas de los hechos investigados penalmente. En esta rela
ción figuran: a) los bienes constituidos en patrimonio familiar, sin perjui
cio de los frutos de este que pueden embargarse hasta las dos terceras par
tes; b) los vehículos, máquinas, utensilios y herramientas indispensables
para el ejercicio directo de la profesión, oficio, enseñanza o aprendizaje del
obligado; c) las remuneraciones y pensiones; d) las pensiones alimenticias,
dentro de las cuales debe considerarse al propio derecho a percibir los ali
mentos; entre otros*449*.
(448) Así, Gálvez V illegas/G uerrero L ó pez , C onsecuencias acceso ria s d e l d elito y m edidas cautelares
rea les en e l p ro c e so p e n a l , p. 243.
(449) Cubas Villanueva, E l n u evo p r o c e s o p e n a l , pp. 411-412. Gálvez Villegas/Guerrero L ópez,
C onsecuencias accesorias d e l delito y m edidas cautelares reales en e l p ro c e so p e n a l , p. 244.
M ed id as de c o e rc ió n rea! en e! p ro ceso p e n a l
Lo dicho vendría a ser refrendado por el artículo 302 del CPP de 2004
al indicar que el fin del embargo es “asegurar la efectividad de las respon
sabilidades pecuniarias derivadas del delito [responsabilidad civil y pena
de multa] o el pago de las costas”, superando así la regulación de la legis
lación procesal penal predecesora que condicionaba la figura del embargo
a la sola consecución de solo la responsabilidad civil(450),
1.3. Modalidades
. El artículo 303.1 del CPP de 2004 exige como requisito para tramitar la
solicitud de imposición de embargo: señalar la forma o modalidad en que
se ha de hacer efectivo el embargo. Para tal fin debemos remitimos a las
normas establecidas en la legislación procesal civil.
(450) Gálvez Villegas/Guerrero López, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, pp. 241-242.
(451) C ubas Villanueva, El nuevo proceso penal, p. 409.
(452) Gálvez Villegas/Guerrero L ópez, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el p ro c e so p en a l, p. 246.
241
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P en al p e ru a n o
Por último, como indica el mismo artículo citado, en caso de que los
bienes fueran dinero, joyas, piedras y metales preciosos u otros bienes
similares, serán depositados en el Banco de la Nación. Ello es así por
la facilidad con que pueden ser escondidos este tipo de bienes.
(453) G álvez V illbgas/G ubrrero L ópez , Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p. 245.
(454) C ubas V illanueva , El nuevo proceso penal, p. 410.
(455) Curas Villanueva, El nuevo proceso penal, p. 410.
242 _______________________________________________________
M e d id a s d e co e rc ió n real en el p ro ceso p e n a l
(456) Gálvez Villegas/G uerrero L ópez, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p. 247.
(457) Cubas Villanueva, El nuevo proceso penal, p. 410.
(458) Gálvez Villegas/G uerrero L ópez, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p. 248. '
(459) GÁLVEZ Vjllegas/G uerrero L ópez, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p. 248.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Ello quiere decir que los presupuestos para la imposición del embargo
civil en el proceso penal serán los mismos que se exigen en el proce
so civil, evidentemente porque en ambos casos se mantiene una m is
m a pretensión. Es necesario, entonces, acreditar la afectación de un
derecho patrimonial por los daños derivados de los hechos investiga
dos penalmente y que probablemente serán reconocidos en la senten
cia final, es decir, deberá acreditarse la apariencia de que el derecho
invocado será reconocido a favor del solicitante cíe la medida al final
del proceso (fiumus boni iuris). Lo dicho encuentra corroborado por el
mismo texto procesal penal cuando exige en su artículo 303,1 como
requisito para solicitar la medida de embargo especificar el bien o de
recho afectado.
1.5. Procedimiento
El Código Procesal Penal de 2004 otorga al fiscal poder para indagar
(de oficio o solicitud de parte) en la investigación preparatoria -e inclusive
en las diligencias prelim inares- sobre los bienes libres o derechos embar-
gables del procesado y, de ser el caso, del tercero civil. Esta medida se dicta
en contraposición del artículo 95 del aún vigente Código de Procedimientos4601
(460) Gálvez Villegas/Guerrero López, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p. 275.
(461) Gálvez V illegas/Guerrero López, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p. 267.
245
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Penales que exigía al mismo procesado, con el auto de embargo, señalar los
bienes sobre los cuales debe recaer la medida con lo que en la práctica se le
ponía sobre aviso para que oculte sus bienes a fin de evitar el embargo(462l
Por último, el artículo 303.7 del CPP de 2004 señala que en caso de
apelación de la sentencia condenatoria procede el embargo a solicitud de
parte sin necesidad de contracautela ni de probar la probabilidad delicti
va. Tal como hemos podido destacar en el desarrollo de esta medida, estas
prescripciones legales se deberían al grado de certeza que se adquiere por
la emisión de la sentencia.462
2. incautación
2.1. Concepto
Sobre el tema, conviene traer a colación que las medidas de coerción
comprenden, entre otros: a) las medidas que aseguran la actividad proba
toria y b) las medidas que cautelan el aspecto pecuniario que pudiera deri
varse de los hechos investigados penalmente. Estas últimas -d ijim o s- son
denominadas también medidas cautelares reales.
Siendo ello así, la incautación, al ser una medida de coerción real, tam
bién puede presentarse desde este doble enfoque: como medida que ase
gura la actividad probatoria regulada en los artículos 218 a 223 del CPP de
2004 (incautación instrumental o secuestro) y como medida cautelar real
regulada en los artículos 316 a 320 del CPP de 2004(463)46(incautación cau
telar). Acorde al objeto de nuestro análisis, importa el desarrollo de esta
segunda expresión.
Así, la incautación,- como medida cautelar real, debe ser entendida como
la restricción de los derechos reales del procesado sobre su patrimonio, es
pecíficamente, sobre los bienes muebles e inmuebles relacionados con los
hechos investigados penalmente con el fin de asegurar el cumplimiento de
una concreta sanción pecuniaria de naturaleza penal que probablemente se
ha de fijar en la futura sentencia penal: el decomiso.
247
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Ahora bien, conviene también precisar los límites entre la figuras del
secuestro con el de incautación. Como sostuvimos inicialm ente, la in
cautación puede ser entendida, en cuanto a sus fines, desde dos perspec
tivas; como instrumento que asegura la actividad probatoria y como me
dida cautelar. El secuestro no es otra cosa que la incautación entendida
en esa prim era acepción*471*. Comprende, por tanto, aquellas actuaciones
procesales destinadas a asegurar la fuente de prueba m aterial (función
conservativa) para su futura actuación y debate en el juicio oral (función
probatoria).
(468) Es del mismo parecer San M artín Castro, quien, al referirse al decomiso de ganancias, indica que
conforme a la legislación vigente “tiene como norte cubrir-e n cuanto sea insuficiente- la responsabilidad
pecuniaria de naturaleza civil, lo que es de suyo criticable (...) porque a lo que es intrínsecamente penal
se lo concibe civilmente”. San M artín C astro, D e r e c h o p r o c e s a l p e n a l, vol. II, p. 1195. Para G racia
M artín , las consecuencias accesorias, pese a no tener naturaleza penal, "no son penas ni medidas de
seguridad, y tampoco medidas re p ara d o ras d e daños o de indem nización de perjuicios” (el énfasis
es nuestro). Gracia M artín . L e c c io n e s d e c o n se c u e n c ia s ju r íd ic a s d e l d e lito , p, 204.
(469) Sobre ello, véase el apartado referido a los presupuestos para la imposición de la incautación cautelar.
(470) Aguado C orrea , El comiso, p. 79.
(471) En ese sentido, G álvez V illegas, D e c o m iso , in c a u ta c ió n y s e c u e str o , p. 221. San M artín C astro,
por su parte, equipara ¡os términos “incautación” y “secuestro”, de modo que a la concepción cautelar
denomina “secuestro o incautación cautelar” y a la concepción de aseguramiento probatorio la concibe
como “secuestro o incautación instrumental”. San M artín C astro,/« j e t V eritas, 1999/19, p. 245. Esta
posición ha sido recogida por el Acuerdo PlenarioN0 5-2010/CJ-116.
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
2.3. Modalidades
La incautación cautelar afecta los derechos reales que ostenta el impu
tado y, en su caso, el tercero civil responsable. En concreto, limita los de
rechos sobre bienes o cosas muebles o inmuebles, los mismos que son cla
sificados tradicionalmente de la siguiente manera<472):
a. Bienes que constituyen los efectos del delito (producía scaeleris): son
los objetos obtenidos como producto de la acción delictiva; a modo de
ejemplo, el documento o la moneda falsificados, el precio del cohecho,
la contraprestación recibida por el transporte de la droga, etc.
c. Bienes que constituyen el objeto del delito: son los objetos sobre los
cuales recae la acción delictiva; por ejemplo: el botímobtenido en los
delitos de hurto y robo, la droga en el tráfico ilícito de drogas, las ar
mas en el caso del delito de tenencia ilícita de armas, etc.
la retención del bien no puede ser concebido con ningún otro fin que
no sea el investigativo (secuestro) y nada más.
Hemos dejado en claro que las medidas cautelares reales son aquellas
destinadas a garantizar el cumplimiento de las obligaciones de carácter pa
trimonial o económico contenidas en sentencia, y que comprenden, por un
lado, la responsabilidad civil y, por el otro, la pena de multa, consecuencias
accesorias y las costas procesales*477478*, En el caso específico de la incautación
cautelar, su fin, al igual que las demás medidas, consistirá en garantizar la
eficacia del cumplimiento de las obligaciones pecuniarias contenidas en la
sentencia, pero no cualquier tipo de obligación. Debido al objeto sobre el
cual recae la medida (efectos, instrumentos, ganancias y -e n determinados
supuestos- el objeto del delito), la incautación solo puede tener como fina
lidad la satisfacción de la pretensión del decomiso (art. 102 CP)*478).
(474) Debemos reconocer como elemento integrante del objeto de la incautación a las ganancias provenientes
del acto delictivo, por la lógica razón de que estas mismas constituyen doctrinariamente el objeto sobre
el cual recae el decomiso; recordemos, pues, que el decomiso -com o ya dijimos- es la razón por la
que se promueve la incautación cautelar. Es del mismo parecer, GÁlvez V illegas/G uerres O L ópez ,
Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales en el proceso penal, p. 2! 8.
(475) En ese sentido, G racia M artín, Lecciones de consecuencias jurídicas del delito, p, 209.
(476) Como se deja entrever, al asumir la postura de que los bienes del objeto delito constituyen el objeto
de la incautación, debido a la correspondencia aludida, dichos bienes -los que integran el objeto del
delito—también habrán de formar objeto del decomiso. A esta conclusión también ha arribado GÁlvez
V illegas quien señala “al tratar el decomiso de ‘objetos del delito’, dichos objetos, en casos excepcio
nales, pueden ser materia de decomiso, y por lo tanto, previamente pueden ser materia de incautación”.
GÁlvez V illegas, Decomiso, incautación y secuestro, p. 221. •
(477) M oreno Catena y otros, en Proceso penal, t. II, p. 1778.
(478) San Martín Castro, I us e t V e n t a s , 1999/19, p. 245.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Debido a esta relación causal, todo operador jurídico debe procurar rea
lizar una interpretación sistemática de las normas que regulan la incauta
ción cautelar (arts. 316 y ss. CPP de 2004) y las del decomiso (arts. 102 y
ss. CP), pues -com o hemos podido observar- esta solo es posible por m e
dio de la actuación de aquella(479). Así también parece haberlo entendido
el legislador del CPP de 2004, dado que en el artículo 316.3 ha estipulado
que “para dictar la medida se tendrá en cuenta las previsiones y limitacio
nes establecidas en los artículos 102 y 103 del Código Penal”.
2.4. Principios
La incautación, como toda medida cautelar, conlleva la restricción de
derechos, motivo por el cual dicha restricción debe regirse por principios
procesales a fin de legitimar constitucionalmente la adopción de la medida.
Esta medida se encuentra regulada desde el artículo 316 hasta 320 del
CPP de 2004 en los cuales establece su objeto, presupuestos y procedimien
to (principio de legalidad). Como veremos luego con más detenimiento se
exige el pronunciamiento del juez para su imposición, salvo los casos de
peligro por el tiempo que supone su trámite conforme prescribe el artículo
317 del CPP de 2004 (principio de jurisdiccionalidad). La adopción de la
incautación se circunscribe a los supuestos que lo ameriten, esto es, cuan
do se identifique que los bienes constituyen el objeto, efectos, instrumen
tos y -pese a que la norma no lo reconoce- ganancias del delito (art. 316.1
CPP de 2004) a fin de garantizar la satisfacción de la figura del decomiso
(principio de necesidad). No hay que olvidar que el artículo 103 CP exi
ge la imposición del decomiso respetando el principio de proporcionalidad
según la situación existente, lo que conlleva a su vez a exigir el respeto de
este principio en su fase previa: la incautación cautelar; así se puede dedu
cir del artículo 316 CP que se remite al aludido artículo 103 CP (principio
de proporcionalidad).
252 ____________________________________
M e d id a s de c o e rc ió n real en el p ro c e so p e n a l
Sobre ello, hay que precisar que -com o expusimos en la parte general
de las medidas de coerción procesal- la finalidad de las medidas de coer
ción es asegurar la eficacia de la futura sentencia penal, para lo cual limi
ta los derechos a la libertad (coerción personal) o los de naturaleza real
(coerción real). En este último caso, la incautación, como medida proce
sal que es, se concretará con la aprehensión del bien cuando este se vincu
len con el delito (sea como objeto, efecto, instrumento, o ganancia del de
lito), y no necesitará adelantar la acreditación -n i siquiera indiciaría- de
los presupuestos de la medida penal del decomiso (labor exclusiva del juez
de juicio oral) contenido en el artículo 317 del CPP de 2004 que acabamos
de comentar. Dicho de otro modo, no constituye presupuesto para el dic
tado de la incautación cautelar verificar el peligro de que la libre disponi
bilidad de los bienes relacionados con el delito pueda agravar o prolongar
sus consecuencias o facilitar la comisión de otros delitos, dado que estos4801
Asumir esta tesis no resta eficacia al Derecho penal (en el papel de pre
venir comisión de nuevos delitos ni evitar prolongación de consecuencias
del ya cometido), puesto que la incautación aprehende los bienes bajo un
criterio amplio: la vinculación con el delito(482), para que, luego, el juez de
juicio oral, con criterios más reducidos: peligrosidad del bien, determine
sobre los que corresponda el decomiso. Es decir, la incautación, siguien
do la postura expuesta, no descuida su papel garantizador frente a la efica
cia del decomiso.
2 .6 , Procedimiento
(482) Que se asuma un criterio amplio no quiere decir que ei mismo sea indiscriminado; puesto que con
la referencia: vinculados con el delito, se limita dicho criterio a los objetos, efectos, instrumentos o
ganancias derivados del delito.
M e d id a s de co e rc ió n real en el p ro c e so p en al
una resolución judicial que confirme la medida en el plazo de dos días (art.
316.2 CPP de 2004).
Así también, el literal a) del artículo 139 CPP de 2004 estipula -en con
cordancia con el carácter de variabilidad de las medidas cautelares—la po
sibilidad de levantamiento de la medida de incautación cuando v aríen -h u
biese sido mejor que emplear el ténnino “cesen”- los presupuestos que de
terminaron su imposición.
255
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Por otro lado, el nuevo texto procesal penal también estipula tres pro
cedimientos sobre la ineautación de un bien. Así, establece los siguientes:
a) P r o c e d im ie n to d e in d iv id u a liz a c ió n , r e g is tr o y c u s to d ia d e b ie n e s in
c a u t a d o s (a r t. 3 1 8 . 1 y 2 C P P d e 2 0 0 4 ) . E s t e p r o c e d i m i e n t o e s e s t a b l e
c i d o p a r a g a r a n tiz a r l a t r a n s p o r t a c i ó n d e l o s b i e n e s o b j e t o d e i n c a u t a -
c i ó n (4S7'', d e m o d o q u e n o s e v e a n a f e c t a d o s e n m o d o a lg u n o . P a r a e l l o ,
(48 4) Cabe precisar que el reexamen es independiente de la apelación. Ahora bien, el afectado no tiene que solicitar
primero el reexamen para luego interponer el recurso de apelación, sino que puede, de darse el supuesto,
interponer directamente el recurso. Así lo establece el Acuerdo Plenario N° 5-2010/CJ-l 16 (f. j. 15).
(485) Acuerdo Plenario 5-2010/CJ-l 16 (f. j. 12). ' '
(486) Acuerdo Plenario N° 5-2010/CJ-l ló (f. j. 12).
(487) Ya ip ÉN Z apata, Gaceta Penal & Procesal Penal, 2011/21, p. 236.
M e d id a s d e co e rc ió n real en el p ro c e so p e n a l
257
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e s a l P e n a l p e ru a n o
3. El secuestro conservativo
El secuestro conservativo está regulado en el artículo 643 del CPC, de
modo que su aplicación en el ámbito del proceso penal ya se regía por el
principio de aplicación supletoria previsto en la primera disposición final de
dicho cuerpo normativo. Sin embargo, a partir de agosto de 2015, el legis
lador ha incorporado tal medida de coerción en el artículo 312-A del CPP
de 2004, a través del D.Leg. N° 1190.
3.1. Procedimiento
El secuestro conservativo procede a pedido de parte. En consecuen
cia, el actor civil o, supletoriamente, el fiscal podrá requerirlo cuando ad
vierta que el imputado o el tercero civilmente responsable pretenda pro
vocar su insolvencia, a efectos de evitar el eventual incumplimiento de la
reparación civil. Al respecto, conviene indicar que a esta solicitud se pue
de acumular el pedido de suspensión preventiva de derechos, así como la
imposición de medidas preventivas contra las personas jurídicas (art. 312-
A.9 CPP de 2004). .
3.2. Impugnación
Según el artículo 312-A.4 del CPP de 2004, la resolución que dispone
el secuestro conservativo es impugnable dentro del tercer día de notifica
da. El recurso procede sin efecto suspensivo.
_______________________________________________________ 259
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
3.3. Variación
El secuestro conservativo, como cualquier otra medida de coerción pro
cesal, se rige por el principio de provisionalidad y variabilidad. En conse
cuencia, aun cuando el auto sea firme, la decisión judicial cautelar puede
ser modificada, bien en relación a la modalidad cautelar ordenada o al ob
jeto sobre el cual recae. - .
3.4. Cese
El secuestro conservativo es de carácter instrumental, por lo que la me
dida perdurará mientras el proceso penal siga tramitándose. Así, en caso de
emitida la sentencia absolutoria firme, se deberá proceder con la devolu
ción del bien secuestrado a quien corresponda. Lo propio también ocurre
en el caso de que se hubiere ordenado el auto de sobreseimiento, por ejem
plo, sobre la base del concurso de alguna causal de justificación en rela
ción al hecho imputado, o cualquier otra resolución equivalente (art. 312-
A.7 CPP de 2004).
4. Orden de inhibición
4.1. Concepto
La orden de inhibición es aquella medida de coerción real civil que in
viste al juez del poder de restringir al procesado su derecho a la libre dis
posición de sus bienes registrables con el único fin de asegurar el efecti
vo cumplimiento de la responsabilidad civil que presumiblemente se ha de
M e d id a s d e c o e rc ió n re a i en ei p ro c e so p en al
Cabe precisar que es necesario que los bienes objeto de la medida ten
gan la condición de registrables(497), pues solo así podrá acudirse a los re
gistros públicos a fin de inscribir en estos la medida dictada por el juez,
todo ello con el fin de garantizar la publicidad de aquel acto registral fren
te a cualquier tercero.
4.3. Presupuestos
Para la imposición de la orden de inhibición es necesario que, previa
solicitud por parte del fiscal o del actor civil, se cumplan con determina
dos presupuestos:
Pese a que el artículo 303.3 del CPP de 2004 (en concordancia con el
art. 310.1 del mismo cuerpo legal) exige como presupuesto para la adop
ción de la medida la acreditación razonable de que el imputado es con
probabilidad el autor o partícipe del delito objeto de imputación, de
bemos reconocer que no se trata de acreditar propiamente la comisión
del delito, sino más bien los daños (fundamento de la responsabilidad
civil) derivados de la comisión de los hechos que se presumen consti
tuyen delito. Esto es así porque el objeto de la medida cautelar real de
carácter civil es la consecución de fines civiles y no penales.
262 ________________________________________
M e d id a s de co erció n re a l en el p ro c e so p e n a l
4.4. Procedimiento
El fiscal o actor civil solicitará al juez de la investigación preparato
ria la imposición de la orden de inhibición contra el procesado para dispo
ner o gravar los bienes del imputado o del tercero civil. En dicha solicitud
deberán identificarse el bien o bienes materia de afectación por la medida
y, como dijimos, excepcionalmente se ofrecerá contracautela cuando hay
riesgo de que se generen daños al sujeto contra quien se le impone la or
den de inhibí ción(500>.
(499) Gálvez Villegas/Guerrero L ópez, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p. 284.
(500) Gálvez Villegas/Guerrero L ópez, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p, 284.
(501) Gálvez Villegas/Guerrero L ópez, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p, 284.
_______________________________________________________ 263
A rse n io O ré G u a r d ia ! D e re c h o P ro c e s a l P e n a l p e ru a n o
(502) Cabe señalar que en e! mismo Código Penal -e l artículo 314-C, por ejemplo-, así como en leyes espe
ciales se regulan consecuencias específicas similares a las previstas con carácter general en el indicado
artículo 105 del CP.
(503) San M artín Castro, Estudios de Derecho procesal penal, p. 355.
(504) G racia M artín, en Leccciones de consecuencias jurídicas del delito, p. 205.
(505) San Martín Castro, Estudios de Derecho procesal penal, p. 357.
(506) San Martín Castro, Estudios de Derecho procesal penal, p. 361.
(507) En similares términos, San M artín Castro, Estudios de Derecho procesal penal, p. 359.
(508) G ómez Colomer, Constitución y proceso penal, p. 156.
264 ________________________________________________________
M e d id a s d e c o e rc ió n re a l e n el p ro c e so p e n a l
5.1. Concepto
Las medidas cautelares contra las personas jurídicas son aquellas mo-
dalidadesíi09) que tutelan sus bienes patrimoniales a fin de que, al final del
proceso, pueda cumplir con las obligaciones pecuniarias de naturaleza ci
vil o penal que se puedan establecer en la sentencia. Se encuentra prevista
en el artículo. 313.1 del CPP de 2004.
' La duración de este tipo de medidas no será más de la mitad del tiem
po previsto para las medidas temporales establecidas en el artículo 105 CP.
El artículo 313.3 del CPP de 2004 establece como caso especial los hechos
que son objeto de investigación por la presunta comisión de delitos eco
lógicos, en los cuales la suspensión o clausura durará hasta que se subsa
nen las afectaciones al ambiente que determinaron la intervención judicial.
5.3. Modalidades
De las cinco modalidades de medidas contra las personas jurídicas, solo
dos desempeñan función cautelar, y son:
No podemos negar que esta modalidad tiene como fin tutelar bienes
jurídicos de orden patrim onial517518-', sin embargo, al encontrarse inmer
sa en el proceso penal también cumplirá otros fines, como el de asegu
rar la efectividad de determinadas sanciones penales, así por ejemplo:
el decomiso o las mismas consecuencias accesorias previstas en el ar
tículo del-105 CP.
Vemos, pues, que esta modalidad puede tener distinta naturaleza según
el fin buscado. Si pretende asegurar sanciones civiles, como la repa
ración civil, esta medida cautelar real ostentará la naturaleza civil; en
cambio, si busca asegurar sanciones penales como las consecuencias
accesorias del delito, la naturaleza penal. Esta precisión es importan
te, pues, como veremos a continuación, debido a su naturaleza es que
se determinan sus presupuestos.
Es regla general para poder dictarse este tipo de medidas que el hécho
punible investigado haya sido realizado en el ejercicio de la actividad
social de la persona jurídica o utilizando su organización para favore
cerlo o encubrirlo*3lsh Exigir ello es consecuencia de lo dispuesto en la
(515) GÁLVlz Villegas/Guerrero L ópez, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, pp. 341-342.
(516) En ese mismo sentido, San M artín Castro indica que “[s]u operatividad se da en aquellos casos en
■ que la conducta delictiva, por sí misma o como medio para perpetrarla, haya implicado !a realización
de algún acto o negocio con trascendencia registra! sobre bienes, cuya declaración de nulidad, con la
consiguiente restitución de la situación jurídica al momento anterior a la comisión del hecho punible,
ha de erigirse en el exacto alcance que deba darse en tales supuestos a los pronunciamientos judiciales
sobre la responsabilidad civil enjuiciada en el proceso penal". San M artín Castro, Estudios de Derecho
procesal penal, p. 399. -
(517) E spinoza G oyena, en Nuevo proceso penal, p. 332.
(518) San M artín Castro, Estudios de Derecho procesal penal, p. 356.
267
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
parte final del artículo 313.2 a) que señala como necesaria “la vincu
lación de la persona jurídica en los supuestos previstos en el artículo
105 del Código P e n a r (5]9). Hace bien E s p i n o z a G o y e n a al indicar que
si bien estos presupuestos son los mismos que los exigidos para la im
posición de las consecuencias accesorias (a título de sanción), cuando
las medidas estudiadas se impongan a título cautelar el criterio rector
para dicho presupuesto será el de probabílidad519(520).
En este supuesto, tai como hemos venido sustentando a lo largo del tra
bajo, no debe exigirse propiamente la acreditación sobre la apariencia
de criminalidad [fumus comissi delicti), sino en la apariencia de dere
cho (fumus boni inris), el mismo que recaerá en el deber de acreditar la
probabilidad de la sentencia futura que el juez ha de fallar a favor del
derecho patrimonial reclamado por el solicitante de la medida, dado el
carácter civil que presenta.
5.5. Procedimiento
El fiscal podrá solicitar al juez la imposición contra la persona jurídica
cualquiera de las medidas cautelares estudiadas. El juez concederá la me
dida previo traslado por tres días, a las partes.
1. Concepto
Las medidas anticipadas reales son las limitaciones a los derechos civi
les patrimoniales del procesado o tercero civil producto del adelantamiento
total o parcial, y con carácter provisional, de los efectos de las obligacio
nes pecuniarias de naturaleza civil (responsabilidad civil: restitución, repa
ración e indemnización por daños y perjuicios) y penal (decomiso y otros)
270
M e d id a s de c o e rc ió n real en el p ro c e so p e n a l
(523) En ese sentido, Gomes Santoro cuestiona: “[d]e qué sirve tener utx Derecho protegido, si para hacerlo
valer debo recurrir a un proceso, lento, costos y que no contempla efectividad del Derecho que tiene
que satisfacer, en cuyo caso el proceso se convertiría en un obstáculo en contra de quien lo utiliza”;
de este modo considera importante la regulación de las medidas anticipadas para la efectiva tutela de
derechos. Gomes Santoro, Revista uruguaya de Derecho procesal, 2005/2, p. 342.
(524) R omero Seouel, Curso de Derecho procesal civil, 1.1, p. 41,
(525) A lvarez, Tutela anticipada, p. 31. Por SU parte, D e LOS Santos, pese a reconocer diferencias entre
medidas cautelares y anticipadas, no descarta su naturaleza cautelar. De los Santos, Revista peruana
de Derecho procesal, 1999/III, p. 74,
(526) En ese mismo sentido, M arinoni explica que “[l]a tutela anticipatoria (...) fue tratada como tutela
cautelar; peseaqueestaúltim a tenga por fin apenas asegurar la viabilidad de la realización del derecho.
A ise n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
C o n e l t i e m p o , l a d o c t r in a a t r ib u y ó c a r a c t e r e s m u y p r o p i o s a la s m e
d id a s a n t ic ip a d a s , d o t á n d o l e s a s í d e a u t o n o m í a f r e n t e a la s c a u t e l a r e s , d e
m o d o q u e e n la a c t u a lid a d a m b a s n o p u e d e n s e r e q u ip a r a d a s n i c o n f u n d id a s .
E n c u a n t o a s u s d i f e r e n c i a s p o d e m o s s e ñ a la r la s s i g u i e n t e s p r in c ip a le s :
a ) la s m e d id a s c a u te la r e s s ir v e n p a r a a se g u r a r e l c u m p lim ie n to d e la s e n
t e n c i a a d ic t a r s e p o s t e r i o r m e n t e , m i e n t r a s q u e la s a n t i c i p a d a s im p o r t a n e l
c u m p l i m i e n t o o s a t i s f a c c i ó n d e l a p r e t e n s i ó n a n t e s d e d ic t a r s e d i c h a s e n
t e n c ia - 527'; b ) l o s p r e s u p u e s t o s s o n d i s t i n t o s , p u e s , c o m o v e r e m o s m á s a d e
la n t e , l a s m e d i d a s c a u t e la r e s e x i g e n e l fu m u s ( a p a r i e n c i a ) , m i e n t r a s q u e la s
a n t ic ip a d a s r e q u ie r e n u n g r a d o m á s d e v e r o s i m i l i t u d , u n a c u a s i c e r t e z a ; c )
e n e l c a s o d e la s m e d i d a s c a u t e l a r e s s e s u e l e - e n p a la b r a s d e P é r e z R a -
g o n e - - “ q u it a r ” e l b i e n a l im p u t a d o , p e r o n o s e h a c e e n t r e g a d e l m i s m o a l
r e q u ir e n t e d e l a m e d i d a , m i e n t r a s q u e l a s m e d i d a s a n t i c i p a d a s , a d e m á s d e
“ q u it á r s e le ” e l b i e n , s e l e a t r ib u y e e l m i s m o a l r e q u i r e n t e C528) h a s t a l a e m i
s i ó n d e l a s e n t e n c i a q u e c o n f ir m a r á o r e v o c a r á l a d e c i s i ó n ; y d ) l a s m e d i
d a s c a u t e l a r e s t i e n e n p r e s e n t e e l p r i n c i p i o rebus s ic sta n tib u s, s e g ú n e l c u a l
p u e d e n le v a n t a r s e e n c u a lq u ie r m o m e n t o e n t a n t o q u e d e s a p a r e z c a n l o s m o
t i v o s p o r l o s c u a le s d e d i c t ó , m ie n t r a s q u e l a s m e d i d a s a n t i c i p a d a s , p o r r e
g la g e n e r a l y s in p e r ju ic io d e c a s o s e s p e c íf ic o s , n o p o d r á n d e ja r s e s in e f e c
t o h a s t a l a e m i s i ó n d e l a s e n t c n c i a (;29;’_
S in e m b a r g o , p e s e a a s u m ir e s t o s c r i t e r i o s d e d i s t i n c i ó n y c o m p r e n d e r
q u e c a d a u n a m a n t i e n e f i n a l i d a d e s p a r t i c u l a r e s , d e b e m o s r e c o n o c e r q u e la
t u t e l a c a u t e la r y l a a n t i c i p a d a p r e t e n d e n u n a f i n a l i d a d c o m ú n m á s g e n e r a l:
l a t u t e la u r g e n te':-530). C o m o d e j a e n t r e v e r V é l e l a C a r b a j a l , s i la t u t e l a u r
g e n t e e s e l g é n e r o , l a s e s p e c i e s s o n - e n t r e o t r a s - la t u t e l a c a u t e la r y l a t u
t e l a a n t ic ip a t o r ia {531).
Es claro que esta distorsión fue fruto de la necesidad de celeridad y, en otras palabras, de la exigencia
de efectividad de Sa tutela de derechos”. M a rin o n i , Revista de Derecho procesa!, 2002/1-3, p. 380.
(527) R ivas, Revista peruana de Derecho procesal, 1998/11, p. 555.
(528) P érez R agone , Revista de Derecho procesal, 2000/1, p, 177.
(529) De los Santos hace bien en señalar que si bien el “alcance de la ‘piovisoriedad’ de las medidas antici
padas no son compartidas de manera uniforme por la doctrina”, sin duda ello depende de la fisonomía
legal que se acuerde a la medida. D e los Santos , Revista peruana de Derecho procesal, 1999/TH,
p.73.
(530) P érez Ragone, Revista de Derecho procesal, 2000/1, pp. 168 y 172. En términos similares, Á lvarez,
Tutela anticipada, p. 11 y ss.
(531) Vitela Carbajal, Revista de Derecho, 2007/8, p. 40.
M e d id a s de c o e rc ió n real en el p ro c e so p en al
Otra de las figuras con la cual podría identificarse las medidas antici
padas es con la medida cautelar innovativa, figura originaria del proceso
civil. El Acuerdo Plenario N° 7-2011/CJ-l 16 indica que el juez, al encon
trarse dotado del poder general de cautela, puede aplicar la Ley procesal
común, es decir, el Código Procesal Civil e incorporar así las medidas in-
novativas (art. 682 CPC) y de no innovar (art. 687 CPC). Las primeras re
ponen el estado de hecho o de derecho en el cual se encontraba la víctima
antes de que los hechos investigados penalmente provocaran dicho cam
bio de estado (función reconstituyente); las segundas conservan la situa
ción de hecho o de derecho existente al momento de incoarse el proceso
(función conservativa).
7 S o b r e e l l o , c a b e s e ñ a la r q u e , s i g u i e n d o l o s l i n c a m i e n t o s g e n e r a l e s s e n
t a d o s p o r R iv a s , s i la s m e d i d a s i n n o v a t i v a s t i e n d e n a s a t i s f a c e r l a p r e t e n
s i ó n p r in c ip a l d e l a c c i o n a n t e , n o s e n c o n t r a r e m o s e n e l c a m p o d e l a s m e d i
d a s a n t i c i p a t o r í a s (532), y a q u e c o n d i c h a s a t i s f a c c i ó n s e e s t a r ía n a d e la n t a n
d o lo s e f e c t o s d e la fu tu r a s e n te n c ia .
Por último, cabe precisar los márgenes que existen entre los conceptos
de medidas anticipadas y medidas preventivas. Para empezar, la tutela pre
ventiva encuentra expresión en las tres funciones del Estado: administrati
va, legislativa y jurisdiccional^533}. En cuanto a la función jurisdiccional pre
ventiva^34*, que se encuentra orientada a evitar -antes que reparar- la pro
ducción de daños(535) (originarios o derivados de otro que le prccede(536)537),
se presenta como una característica funcional común a diversos tipos de
acciones, es decir, la función preventiva puede ser cumplida por distintos
tipos de tutela de estructura diversa a nivel jurisdiccional'-37'1, entre ellas,
(532) R ivas, Revista peruana de Derecho procesal, 1998/11, p. 557. En contra, P érez R agone, Revista de
Derecho procesal, 2000/1, p. 177.
(533) B ello Castillo, Tutela preventiva, medidas cautelares y su vinculación con la tutelajudicial efectiva,
Tesis, p, 71.
(534) PEYRANOUsa la expresión “ función judicial preventiva” y “función jurisdiccional preventiva” indistin
tamente. P eyrano, Revista peruana de Derecho procesal, 2004/7, p. 366 y SS. Consideramos mejor la
últim a expresión, pues evoca correctamente la función de los tribunales de im partir justicia.
(535) Sobre ello, Calamandrei indicaba que para ciertos casos “la tutela jurisdiccional en lugar de funcionar
con la finalidad de eliminar a posteriori el daño producido por la lesión de un derecho, funciona apriori
con la finalidad de evitar la lesión de un derecho de la que existe la amenaza todavía no realizada. Se
habla en estos casos, en contraposición a la tutela sucesiva o represiva, de tutela jurisdiccional preven
tiva”, Calamandrei, Introducción al estadio sistemático de las providencias cautelares, p. 41.
(536) R iviriego , Árs Boni et Aequi, 2012/1, pp. 136-137 y 141-142,
(537) En ese sentido, L edesma N arváEZ, Revista Derecho y sociedad, 2005/25, p, 76.
273
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
medidas anticipadas (tanto en sede civil como penal), las medidas caute
lares (tanto en sede civil como penaí)C5385, los procesos de hábeas corpus y
amparo538(539), la condena de futuro(540)541,sentencias declarativas (decisión diri
gida a deshacer una incertidumbre jurídica)*541ú etc.
3. Objeto y finalidad
Conforme al concepto expuesto, el objeto sobre el cual han de recaer
las medidas anticipadas será el mismo de toda medida de coerción real en
general: los derechos civiles que el imputado puede ejercer sobre su patri
monio. Ello debe ser así, porque este tipo de medidas no constituyen otra
cosa que verdaderas medidas de coerción, solo que, a diferencia del resto,
se caracterizan por tener efectos anticipativos.
Ahora bien, hemos sostenido que el criterio que distingue a las me
didas de coerción real civil de las medidas de coerción penal es su finali
dad, Señalamos que si el fin de la medida de coerción se funda en la sa
tisfacción de la pretensión pecuniaria de naturaleza civil (responsabilidad
civil), estas medidas serían de carácter civil. Si, en cambio, la pretensión
pecuniaria fuere de naturaleza penal o procesal (pena de multa, decomi
so o costas procesales) las medidas de coerción serían de carácter penal y
procesal, respectivamente.
274 ___________________________:____________________________________
M e d id a s d e co erció n real en el p ro c e so p en al
Tanto las medidas anticipadas civiles como las penales cumplen la fun
ción de evitar los perjuicios o daños que los hechos investigados penal
mente pudiesen seguir ocasionando en el tiempo. Vale precisar que, sien
do exhaustivos en los términos empleados, los aludidos perjuicios o lesio
nes que siguen produciéndose no son realmente productos del “ilícito pe
nal” o del “ilícito civil”, sino, más bien, de los “hechos investigados” so
bre los cuales se presume que infringen una norma penal y civil. No olvi
demos que solamente se puede hablar de ilícito penal y civil cuando hay
certeza (y no presunción) con la emisión de la sentencia final (y no en la
etapa de investigación).
___________________________________________________ _ _ _ 275
A rse n io O ré G u a rd ia I D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
4. Principios y características
Las medidas anticipadas, como medidas de coerción que son, se rigen
también por los principios que legitiman a las medidas cautelares.
Por otro lado, hay que reconocer que estas medidas pueden ser dictadas
solo por el órgano jurisdiccional sin excepción alguna (principio de jurisdic-
cionalidad); y en los casos en que se acredíte la necesidad de su imposición,
(544) B erizonce explica que la decisión respecto a una medida anticipatoria no altera la secuela del juicio
n i agota, claro está, su contenido porque que no se trata de medidas autosatisfactivas; estas, a dife
rencia de aquella, dispensan a través de un proceso urgente una satisfacción o efectividad inmediata y
definitiva que agota y consume la litis tornando innecesaria la continuación del proceso, B erizónce,
“La tutela anticipatoria en la A rgentina”, Lexis Nexis on line.
(545) Á lvarez, Tutela anticipada, p. 33.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
5. Presupuestos materiales
En el caso de las medidas anticipadas, dado que no se trata de “asegu
rar” bienes para garantizar la ejecución de la futura sentencia, sino de “ade
lantar” sus efectos, es evidente encontrar un m ayor nivel de exigencia so
bre sus presupuestos. ■
(546) Para B erizonce, las medidas anticipadas son provisionalidad incluso el transcurso del proceso, ya que
en esa etapa pueden cambiar los presupuestos tanto para imponer, variar o alzar la medida. B erizonce,
“La tutela anticipatoria en la Argentina”, Lexis Nexis on line.
(547) B erizonce, “La tutela anticipatoria en la Argentina”, Lexis Nexis on line. Á lvarez, Tutela anticipada,
p. 41. P eyrano, “La tutela de urgencia en general y la tutela anticipatoria en particular”, ED, p. 786.
Para P érez R agone constituye un presupuesto adicional “la conducta abusiva del derecho”, sobre ello,
véase Pérez Ragone, Revista de Derecho procesal, 2000/1, p. 185 y ss.
(548) En ese sentido, De los Santos, Revista peruana de Derecho procesal, 1999/III, p. 73.
278 ________________________________________________________
M ed id as d e c o e rc ió n re a l en el p ro c e so p e n a l
significar un daño irreparable para quien deba cumplirla, pues de esta ma
nera se estaría quebrantando la igualdad de las partes en el proceso”(559).
Pese a todo ello, “cabe interpretar que aún cuando la anticipación pu
diera producir efectos irreparables, no existe obstáculo para concederla si,
tratándose de derechos puramente patrimoniales, se prestare caución sufi
ciente [contracautela] para satisfacer pecuniariamente los perjuicios que
pudieren resultar”(560). Lo dicho no sería aplicable a las medidas anticipa
das de naturaleza penal.
5.4. Contracautela
Es necesario ofrecer “contracautela” suficiente para el otorgamiento
de la tutela anticipada, pues solo así se puede asegurar al procesado por los
daños que pudiera ocasionarle la imposición de la medida en caso de serle
denegado, en la sentencia, el derecho pretendido(561). El juez analizará en
el caso concreto cuál será la contracautela que exigirá en atención a la tu
tela que deba anticipar y a la posición del procesado ante la posibilidad de
verse afectado con la adopción de la medida(562).
E n t r e o tr a s c u e s t i o n e s , l a d o c t r i n a p o n e é n f a s i s e n la n e c e s i d a d d e l
c o n t r a d ic t o r io , p u e s , a t r a v é s d e l a s m e d i d a s a n t ic ip a d a s , n o s e p r e t e n d e u n
m e r o a s e g u r a m i e n t o d e la e f i c a c i a d e l a s e n t e n c i a , s i n o u n v e r d a d e r o a d e
la n t a m i e n t o d e la s c o n s e c u e n c i a s d e la m i s m a , p o r lo q u e - e x p l i c a A r i a n o
D e h o - c o n s t i t u y e u n a g a r a n t ía m í n i m a d e u n p r o c e s o a la l u z d e l o s p r in
c i p i o s g a r a n t is t a s e l r e s p e t o d e l c o n t r a d i c t o r i o (563). ..
(559) C ordeiro y G onzález Z amar, citado por Á lvarez, Tutela anticipada, pp. 86-87,
(560) BERIZONCE, “La tutela anticipaíoria en ia Argentina”, LexisNexis on Une.
(561) Á lvarez, Tutela anticipada, p. 89.
(562) C ordeiro y G onzález Zamar, citado por Á lvarez, Tutela anticipada, pp. 86-89.
(563) ARIANO Deho, Problemas del proceso civil, p. 674 (nota al pie N° 31)
281
A rse n io O ré G u a r d ia ! D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p eru an o
que cualquier sujeto puedan interponerla cuando considere que sus dere
chos de este tipo son menoscabado y, de este modo, defenderse de los ata
ques de algún tercero; así, tenemos, por ejemplo, la demanda de mejor de
recho de propiedad, reivindicación, desalojo, entre otros.
6.1.1. Concepto
El desalojo preventivo debe ser entendido como aquella medida an
ticipada real civil por la cual el juez obliga a abandonar preventivamente
un bien inmueble, lugar de operación, fábrica u otros recintos a la perso
na que lo ocupa ilegalmente mediante el uso de la fuerza pública o la poli-
cía(566). Por otro lado, la ministración provisional es aquella medida dicta
da como consecuencia de la anterior a fin de conceder al agraviado la ad
ministración provisional de la posesión y goce del bien ya desalojado(567).
6.1.3. Presupuestos
Para la imposición de las medidas de desalojo y ministración provisio
nal, es necesario cumplir, conforme al artículo 311.1 CPP, con presupues
tos formales y materiales.
284 ___________________________________:____________________
M ed id as de c o e rc ió n re a l en el p ro c e so p en al
_______________________________________________________ 285
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
6.1.4. Procedimiento
La solicitud del desalojo preventivo y ministración provisional podrá
ser presentada durante las diligencias preliminares o en cualquier estado 5723
(572) San M artín Castro, Derecho procesal penal, vol. II, pp. 887-888.
(573) Cabe señalar que, como indica Á lvarez, “un sector de la doctrina entiende, en aquellos casos en que
el grado de verosimilitud del derecho invocado tenga una fuerte probabilidad, podrá no requerirse
contracauíela”. Á lvarez, Tutela anticipada, p. 90.
M e d id a s d e c o e rc ió n real en el p ro c e so p e n a l
Los actos de investigación tendrán por objeto recoger in situ los ele
mentos de prueba que sean necesarios a efectos de determinar la proceden
cia o no de la medida cautelar. El fiscal deberá, entonces, recolectar ele
mentos que permitan la superación de los presupuestos antes expuestos.
Una vez que el juez reciba la solicitud de la medida cautelar deberá re
solver sin trámite alguno en el plazo de veinticuatro horas, es decir, se re
solverá a mérito de la solicitud, sin traslado a los demás sujetos procesa
les —inaudita pars— sin audiencia pública y, por lo tanto, sin contradicto
rio procesal. Por tal motivo, es necesario que la solicitud deba contener to
dos los elementos de convicción que a criterio del solicitante legitimen su
derecho(574). En caso de que el juez ampare la solicitud ordenará el desalojo
preventivo del inmueble ocupado en el plazo de veinticuatro horas, conta
dos desde la notificación de la resolución bajo apercibimiento de que, en
(574) L oyola Floriá N, Gaceta penal & procesal penal, 2010/15, p. 299.
287
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(575) Cáceres Julca /L una H ernández , Las medidas cautelares en el proceso penal, p. 547.
(576) L oyola F loríÁn , G aceta P en a l & P ro c e sa l P enal, 2010/15, p. 301.
M e d id a s d e c o e rc ió n real en el p ro c e so p en al
6.2.1, Concepto
La pensión anticipada de alimentos es aquella medida de coerción real
que otorga el poder al juez de imponer al procesado y, de ser el caso, al ter
cero civil la obligación (anticipada) de otorgar una pensión de alimentos a
los directamente ofendidos cuando estos se encuentren imposibilitados de
obtener el sustento para sus necesidades como consecuencia del hecho pu
nible perpetrado en su agravio. Debe señalarse, que los únicos hechos de
lictivos que dan lugar a la concesión de esta medida cautelar, son los previs
tos en el inc. 1) del artículo 314 CPP, referidos a: homicidio, lesiones gra
ves, omisión de asistencia familiar prevista en el artículo 150 CP, violación
de la libertad sexual, o delitos que se relacionan con la violencia familiar.
En vista de ello, el artículo 178 del Código Penal establece que en los
supuestos de delitos de violación de la libertad sexual, si la agraviada que
dara embarazada, la pensión anticipada de alimentos tendrá como destino
el cubrir los gastos que se irroguen por el embarazo a fin de evitar que por
falta de recursos económicos, la mujer embarazada quede en un estado de
desatención. “La práctica identidad entre lo pretendido y lo que se declara
rá en la sentencia condenatoria en relación al hijo producto de la violación
sexual, tom a razonable reconocer esta posibilidad”(578).
(577) G álvez V illegas/G uerrero L ópez , Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, pp. 345-346.
(57S) San M artín Castro, Derecho procesal penal, vol. II, p. 1213.
_______,________________________________________________________ 289
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
tuitivo en función a la víctima, ya que busca evitar que el paso del tiem
po necesario para la sustanciación del proceso redunde en su perjuicio^580.
6.2.3. Presupuestos
Para la imposición de la medida de pensión anticipada de alimentos,
es necesario cumplir, conforme al artículo 314 del CPP de 2004, con pre
supuestos formales y materiales.
291
A rse n ío O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(582) C alvez V illegas /G u er r er o L ó pe z , Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p. 343.
M ed id as d e c o e rc ió n real en el p ro c e so p en al
6.2.4. Procedimiento
El fiscal solicitará al juez -e n los casos de delitos de homicidio, lesio
nes graves, omisión de asistencia familiar, violación de la libertad sexual
u otros relacionados con la violencia fam iliar- la imposición de la pensión
anticipada de alimentos a favor de los directamente ofendidos por los he
chos investigados y que, como consecuencia de la realización de los m is
mos, se encuentran imposibilitados de obtener el sustento para sus princi
pales necesidades. .
(583) Gálvez V illegas /G uerrero L ó pe z , Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, pp. 343-344. ■
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Por otro lado, conforme al artículo 3 13.3 del CPP de 2004, la duración
de este tipo de medidas no será más de la mitad del tiempo previsto para las
medidas temporales establecidas en el artículo 105 CP. El citado artículo
del texto penal establece como caso especial los hechos investigados por
la presunta comisión de delitos ambientales, en los cuales la suspensión o
clausura durará hasta que se subsanen las afectaciones al ambiente que de
terminaron la intervención judicial.
7.3. M odalidades
De las cinco modalidades de medidas contra las personas jurídicas, solo
tres desempeñan función anticipatoria y son:
(586) G álvez V illegas /G u errero L ó pe z , Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p. 337.
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Por último, es de señalar que el artículo 237 del CPP de 2004 regu
la también bajo el nombre de “clausura de locales” otro tipo de actos
procesales. Como explican G álvez V illegas y G uerrero L ópez , esta
otra medida posee una finalidad estrictamente investigativa que permite
asegurar evidencias, huellas, rastros y demás efectos vinculados al de
lito para su posterior secuestro; mientras que la que viene siendo obje
to de estudio presenta como fin evitar la continuación de las activida
des criminógenas que se hayan podido cometer a través de la persona
jurídica(589). ' ‘
b. La suspensión tem poral de todas o alguna de sus actividades. M e
diante esta modalidad se prohíbe temporalmente la práctica de alguna
(587) Así, Gálvez Villegas/G uerrero López, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares
reales en el proceso penal, pp. 338 y 339.
(588) En similares términos, Espinosa G oyena, en Nuevo proceso penal, p. 328.
(589) Gálvez Villegas/Guerrero L ópez, Consecuencias accesorias del delito y medidas cautelares reales
en el proceso penal, p. 338.
M e d id a s de co erció n real en el p ro c e so p e n a l
297
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
7.4. Presupuestos
Como hemos señalado en la parte general de las medidas anticipadas,
la imposición de las medidas contra las personas jurídicas se sujeta a la su
peración de los siguientes presupuestos:
298 _________________________________
M e d id a s de c o erció n re a l en el p ro c e so p e n a l
7.5. Procedimiento
AI respecto, nos remitimos a lo señalado en la parte correspondiente
al procedimiento para la imposición de las medidas cautelares contra las
personas jurídicas.594
299
SEGUNDA PARTE
LA PRUEBA:
CONSIDERACIONES GENERALES
La prueba: consideraciones generales
I. Precisión conceptual
305
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
los hechos al proceso. Esta acepción está especialmente vinculada a los ac
tos de investigación.
como siendo necesaria tal investigación, la misma no forma parte del fe
nómeno probatorio”(59S).
través de los órganos públicos autorizados por ley(602); los actos de prueba
se rigen, principalmente, por el principio de aportación de parte, en la me
dida en que la validez de estos últimos depende de la intervención que so
bre ella hubieren tenido el M inisterio Público, el actor civil, el imputado y
el tercero civilmente responsable.
(602) El principio de investigación oficial también es denominado como principio inquisitivo. G 5 ssel, en E l
D erecho p ro c e sa l p e n a l e n e l E sta d o de D erech o , p. 83.
(603) Gómez Colomer, en D e r e c h o ju r is d ic c io n a l III, p. 153.
308 ________________________________________________________
L a p ru eb a: c o n sid e ra c io n es g en erales
(604) Na obstante la reforma procesal que subyace a la elaboración del Código Procesal Penal de 2004, en lo
sustancial, se ha mantenido la estructura “inquisitiva” de la investigación oficial, ¡o que eo constituye a
priori un despropósito de la reforma. Todo lo contrarío, antes de discutir el particular diseño legislativo
(que, además, sigue la tradición eurocontinental), lo importante es evaluar la efectividad y los niveles
de legitimidad que dicho diseño aporta para al servicio de administración de justicia en lo penal. Sobre
el particul ar, también puede verse Damaska. Aspectos globales de la reforma del proceso penal. Véase
en: <http://w ww .congresoson.gob.m x/docs_biblio/docBiblio_31.pdfi-.
(605) F ernández L ópez , Prueba y presunción de inocencia, p. 310.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
las reglas que cada actor debe observar durante su interacción en el marco
procesal. Nos referimos al principio de presunción de inocencia y al dere
cho a la prueba.
(609) Entre otros, véanse las sentencias casatorias 73-2010, Moquegua (f, j. 5); N° 03-2007-Húaura
(f. j. 7); N° 10-2007-Huaura (f. j. 5); 14-2009-La Libertad (f. j. 5); y N° 96-2010-Huaura (f, j. 5);
N° 40-2011, Huaura (f. j. 4).
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
2. Derecho a la prueba
Nuestra Constitución no ha previsto ninguna norma expresa que reco
nozca el derecho a la prueba como derecho fundamental; no obstante ello,
el Tribunal Constitucional le ha otorgado dicha categoría luego de advertir
que se trata de un derecho implícito, es decir, se encuentra contenido den
tro del derecho al debido proceso6106(612) que sí está regulado de forma explíci
ta en el artículo 139.3 de la Constitución Política del Perú(613)614.
En virtud del derecho a la prueba, todo litigante puede exigir a los tri
bunales, independientemente de la materia de que se trate(fil4j, que admi
tan, practiquen y valoren todas aquellas pruebas pertinentes, útiles y lícitas,
2.1. Contenido -
El derecho a la prueba, en tanto derecho fundamental, está conforma
da por dos vertientes: una objetiva y otra subjetiva(620).
(615) En igual sentido, Picó i Junqy. El derecho constitucional a la prueba y su configuración legal en el
nuevo proceso civil español Véase en: <http://biblio.jurídícas.unam .m x/libros/6/2554/31.pdf>.
(616) Sentencia casaíoria N° 281-2011-Moquegua (coas. 3.3).
(617) SCIDH, caso: Loayza Tamayo vs. Perú (párr. 62), 27 de noviembre de 2002.
(61S) SCIDH, caso: Castillo Petruzzi y otros vs. Perú (párr. 155), 3 de julio de 2031. '
(619) SCIDH, caso: Castillo Petruzzi y otros vs. Perú (párr, 153), 1 de julio de 2011.
(620) En este sentido, O ller Sala, en La prueba judicial, pp. 307-308.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(621) M uñoz Sabaté, Técnica probatoria, pp. 146-147. Comparte esta opinión Sentís M elendo , al señalar
que “(...) el desarrollo de nn proceso tiene muchos vericnetos y muchos m isterios; y un hecho que parece
no conducente y una prueba que parece no relevante, pueden mostrar más adelante su conducencia y su
relevancia. Por eso, en la duda, el juez deberá proceder con amplitud; acaso el litigante no puso todas
las cartas sobre la mesa; no ‘vació el saco’ como diría un italiano: la amplitud tiene más fácil remedio
que la restricción”. Sentís M elendo , La prueba, p. 283.
(622) Así, autores como Jauchen entienden que “(...) en caso de dudas deberá estarse por un criterio amplio
que considere pertinente al elemento probatorio”. Jauchen , Tratado de la prueba en materia penal, p.
25. Por su parte, Torres Traba entiende que los efectos de este principio fiexibilizan, incluso, las reglas
para la admisión de la prueba indiciaria. Torres T raba, Reflexiones sobre la teoría de la prueba y el
procedimiento probatorio. Véase en: <http://w w w .catedragozaini.com .ar/fiIes/145-Teoria% 20
de% 201os% 20M edÍos% 20y% 20fuentes% 20dc% 20prueba% 20FIN A L.pdf>
L a p ru eb a: co n sid e ra c io n es g en erales
315
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(623) En este sentido, Exp. N® 6712-2005-HC/TC (f. j. 15), caso: Magaly Medina Vela,
(624) En igual sentido, aunque reconociendo mayor amplitud al derecho a la prueba, véase la sentencia ca-
satoriaN® 2 B1-2011 -Moquegua (cons. 3.3).
(625) En igual sentido, TAR.UFFO, La prueba de ¡os hechos, p. 358.
(626) Por su parte, el Tribunal Constitucional (Exp. N° 483I-2005-PHC/TC (f. j. 6), caso: Rubén Silvio
Curse Castro) y la Corte Suprema (R.N. N° 449-2009-Lima (cons. 5) hacen referencia al derecho a
la postulación de la prueba pertinente como una facultad propia del derecho a la prueba. Por nuestra
parte, consideramos que lo sostenido por ambos órganos jurisdiccionales incide en un mismo objeto,
aunque apreciado desde un ángulo particular. Así, mientras el derecho a la postulación de la prueba
pertinente -o , incluso, el derecho a la admisión de la prueba pertinente- se pone de manifiesto desde
la perspectiva de la parte; desde la perspectiva del juez, dicho derecho constituye el deber judicial de
admitir toda prueba pertinente.
En cualquier caso, lo importante es el carácter pertinente que debe caracterizar a toda la prueba para
ser admitida, más aún cuando es esta exigencia, entre otras, la que finalmente vincula al juzgador a
adoptar una determinada decisión.
(627) Picó i Junoy, en Estudios sobre prueba penal, vol. I, p. 37.
3 1 6 ____________________ ____________________________________
L a p ru eb a: c o n sid e ra c io n es g e n e ra le s
P i c ó i J u n o y i n d i c a q u e e s t e a s p e c t o t a m b i é n s u p o n e q u e e l t r ib u n a l
d e b e o r d e n a r la r e a l i z a c i ó n d e d i l i g e n c i a s f i n a l e s c u a n d o u n a p r u e b a ,
a p e s a r d e h a b e r s i d o a d m it id a , n o h a y a p o d i d o s e r a c t u a d a e n e l m o -
m e n t ó i n d i c a d o p o r e l t r ib u n a l p o r r a z o n e s n o im p u t a b l e s a la p a r te
o f e r e n t e <629).
(628) Exp. N° 010-2002-AI/TC (f. j. 148), caso: Marcelino Tineo Silva y más de 5000 ciudadanos.
(629) Picó i Junoy, Estudios sobre prueba penal, vol. I, p. 38.
(630) En igual sentido, PICÓ I JUNOY, Estudios sobre prueba penal, vot. I, p. 45. Sobre e¡ particular, con
viene indicar que la exigencia déla prueba pertinente no solo permite tutelar el derecho a [a prueba, sino
también el derecho de defensa de la parte interesada en su práctica. Y es que, conforme lo ha indicado
la Corte Suprema,"(...) el derecho a la prueba pertinente está ligado al derecho de defensa. No se puede
ejercer tal derecho si no se permite a las partes llevar al proceso los medios que puedan justificar los
_______________________________________________________________ 317
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Y. Objeto de prueba
hechos que han alegado; siempre que: a) la prueba haya sido solicitada en ¡a forma y momento procesal
mente establecido, b) sea pertinente, es decir, debe argumentarse de forma convincente y adecuada el
fin que persigue; y, c) que la prueba sea relevante”. Sentencia casatoria N° 9-2007-Huaura (f. j. 2), Sobre
el particular, volveremos a! momento de estudiar las reglas de la admisión de la prueba,
(631) Guasp, Derecho procesal civil, 1.1, p. 307.
(632) Esta noción es compartida por M uñoz Sabaté, Curso superior deprobáticajudicial, p. 75 y ss. M atheus
López, Reflexiones en torno a lafuncióny objeto de la prueba. Véase en: <http://m ingaonlinc.uach.
cl/p df/revider/vl4/artl0.pdf>.
3 1 8 ___________________________ ;____________________________________
L a p ru eb a: c o n sid e ra c io n e s g en erales
(633) Ibáñez, Acerca de la motivación de los hechos en la sentencia penal, Véase en: <http://rua.ua.es/
dspace/bitstrearn/10045/10731 /1/doxa 12_0S .pdf>.
(634) Florián, De las pruebas penales. 1. 1, 2.a ed , p. 96. .
(63Í) Cafferata Ñores, La prueba en el proceso penal, p. 25. ' >
(636) Stein , El conocimiento privado deljuez, p. 30,
(637) TALAYERA E louera , L a p r u e b a en e l n u e v o p r o c e s o p e n a l , p. 55.
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
'(641) M atheus L ópez, Reflexiones en torno ala función y objeto de la prueba, <http://riiingaonline.udch.
cl/pdf/reviderM 4/artl0.pdi> . ■ . •. -
(642) Lo señalado se desprende de A r a zi , en Actos del juez y prueba civil, pp. 417-418.
A rsen io O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
' En cuanto a los efectos respecto de las partes, si bien el hecho noto
rio exime al actor que lo alega de la carga de probarlo, ello no implica que
este pueda asumir que todo hecho notorio sea necesariamente de conoci
miento del juez. De ahí que, en cualquier caso, la parte no está impedida
de alegarlo-64^.
Por otro lado, dado que el hecho notorio supone que este sea compar
tido por la cultura media y haya sido difundido en un determinado país, re
gión o sector, tenemos que esta institución no debe ser confundida con el
conocimiento privado del juez, que, valga la redundancia, proviene de su
aprehensión personal y privada, y no de la notoriedad pública.
Toda vez que el hecho notorio sienta sus bases en aspectos estrictamente
extrajurídicos, su determinación no se encuentra definida por la afirmación
que realice el juez respecto de alguna circunstancia que, a su consideración,
sea de conocimiento público; sino de que, en efecto, el hecho tenido como
notorio por-dicho órgano jurisdiccional sea compartido por la comunidad.
322 _________________________________________
L a p ru eb a: c o n sid e ra c io n es g en erales
De otro lado, si bien el hecho notorio guarda cierta similitud con el he
cho evidente, en la medida en que ambos son indiscutibles, pues produ
cen en el juez la certeza en tomo de su existencia sin la necesidad de ac
tuación probaíoria(64S); conviene destacar que ambos se diferencian en que
mientras el conocimiento del primero (el hecho notorio) forma parte de la
cultura de un determinado círculo social en el tiempo en que tiene lugar la
decisión del magistrado, el conocimiento del segundo (él hecho evidente)
está relacionado con lo que es cierto de un modo seguro e inmediato por
parte del juzgador(649).
Dicho esto, consideramos que el artículo 156.3 del CPP de 2004 incu
rre en una imprecisión, al establecer que las convenciones probatorias se
rán valoradas como un hecho notorio cuando, en realidad, nos encontramos
frente a un supuesto de hecho evidente. Y es que, en efecto, de la lectura
del acuerdo de determinadas circunstancias propuesta por las partes puede
aparecer evidente la voluntad de estas para tener como ciertos determina
dos hechos sin necesidad de la actuación probatoria, sin que ello suponga
que tal voluntad sea, a su vez, de conocimiento por toda una comunidad(650).
Finalmente, dado que la notoriedad del hecho constituye una prueba por
sí misma, es preciso destacar que la decisión del juez que desconociese su
323
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P rocesal- P e n a l p e ru a n o
32 4
L a p ru eb a: c o n sid e ra c io n e s g en erales
325
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
326 _______________________________________________________
L a p ru e b a : c o n sid e ra c io n e s g en erales
Las presunciones iure ei iure son las que se encuentran exentas de todo
tipo de acreditación, dado que estas constituyen verdades indubitables asu
midas de manera absoluta por la ley{660).
1. Fuente de prueba
La fuente de prueba es todo aquello que da origen a un medio o elemen
to de prueba. Existe con independencia y anterioridad al proceso.601
2. Elemento de prueba
El elemento de prueba es todo dato objetivo que se incorpora legalmen
te al proceso, capaz de producir un conocimiento cierto o probable acerca
de los extremos de la imputación delictiva'662663*.
Tales datos objetivos están conformados por los rastros o huellas pro
ducidos durante o con posterioridad a la comisión del hecho delictivo, y que
hubieren recaído en las cosas, en el cuerpo o en la psiquis de las personas.
También están comprendidos dentro de esta categoría los resultados obte
nidos con ocasión de los exámenes periciales.
3. Medio de prueba
Es el procedimiento reglado por la ley que posibilita la introducción
de los elementos de prueba al proceso. Es el vehículo que se utiliza para
llevar al juez el conocimiento sobre lo que se desea probar. Por ejemplo,
De ahí que, técnicamente, los medios de prueba solo sean tales al in
terior del juicio oral, pues fuera de este constituyen fuentes de prueba, sin
ningún valor probatorio de cara a la sentencia penal, en tanto no sea incor
porados a través del procedimiento legítimo*6653.
Así, por ejemplo, si bien una persona reúne las cualidades para ser con
siderado testigo (por ejemplo, cuando ha tomado conocimiento de un hecho
delictivo); en sentido estricto, recién obtendrá el carácter de testigo cuando
sea citado al proceso en tal condición.
329
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
4. Órgano de prueba
Es ía persona física que aporta al proceso el elemento de prueba, in
dependientemente de su situación jurídico-procesal. En consecuencia, es a
través de este instituto que el juez y las partes toman conocimiento del re
ferido elemento probatorio.
1. La certeza
Es aquel grado de conocimiento seguro y claro que tiene el juez res
pecto de la realización o no de los hechos imputados, que le permite adop
tar una decisión terminante y categórica.69
(669) Vale precisar que lo señalado es estrictamente referencial, pues no siempre un proceso penal se apertura
sobre la base de la sospecha de la notitia criminis, sino que, en ocasiones, puede iniciarse sobre la base
de la certeza, que se presenta, por ejemplo, cuando el investigado es descubierto por la policía en el
preciso momento en que se encuentra cometiendo el delito.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l V enal p e ru a n o
Así, por ejemplo, que Ticio tenga la certeza de que Cayo mató a Pa
blo no significa que, en realidad, Cayo le haya quitado la vida a Pablo<670),
pues en el proceso cognoscitivo de Ticio pudieron intervenir otros facto
res, tales como, la escases de información sobre la cual este último for
mó su convicción o que, al momento de valorar la información, hayan
influido sobre Ticio una serie de valores compartidos en la sociedad, ta
les como ciertos usos, costumbres o, incluso, sus propias máximas de la
experiencia16715.
(670) A ello apunta B richetti , luego de considerar que: “mientras la verdad es la conformidad de nuestros
juicios con la naturaleza de las cosas, la certeza es un estado de ánimo respecto de la verdad de las cosas
[De ahí que la] certeza humana en general, y la judicial en particular, no es pues apodíctica, absoluta,
y puede siempre en ella anidarse el error. Esto ocurre tanto más fácilmente en cuanto el error no se
' presenta aislado sino entrelazado con elementos de verdad que son los que lo sostienen”. B richettí ,
La "evidencia" en el Derecho procesal penal, pp. 30-31, En igual sentido, M zxán MÁss, Cuestiones
epistemológicas de la investigación y de la prueba, pp. 50-51.
(671) En este sentido, Brichetti precisa que la certeza “(...) es el producto no de la impresión en nuestro
espíritu de los datos probatorios, singularmente considerados, sino de la actividad, de la síntesis del
sujeto que compara los varios datos”. B r ic h ett i , La "evidencia" en el Derecho procesal penal,
p. 10.
(672) R.N. N° 503-2011-Ica (eons. 3).
L a p ru e b a : c o n sid e ra c io n es g en erales
2. La duda
La duda es aquel estado de incertidumbre que se pone de manifiesto
cuando el intérprete debe adoptar una decisión entre dos o más hipótesis
fácticas alternativas.
3. La probabilidad
_______________________________________________________ 333
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Los que se han pronunciado en contra de esta tesis sostienen que los
criterios señalados solo son posibles dentro de un número "limitado de si
tuaciones hipotéticas, en las cuales el juzgador deba tener conocim ien
to pleno del universo de m uestras para determinar, dentro de este con
texto, la frecuencia con la que un determinado fenómeno se produce en
larealid ad 673(674)675.
Así, por ejemplo, para saber cuán probable es que el auto que ha atro
pellado a la víctima ha sido un taxi de color amarillo con franjas blancas,
el juzgador deberá saber cuántos taxis transitan por la avenida y en la hora
en que ocurrió el suceso, situación que, evidentemente, solo es posible den
tro del campo de la estadística o de la teoría de los juegos en donde el ob
servador tiene, de antemano, conocimiento pleno respecto del universo de
muestras16755, lo que no se advierte en los procesos judiciales.
Dicho esto, Taruffo explica que “la teoría bayesiana no es, en realidad,
una doctrina de la prueba; es un método de cálculo sobre la base del cual,
frente a la necesidad de valorar la aceptabilidad de la hipótesis sobre el he
cho X, se establece la probable frecuencia de X dentro de una clase deter
minada de eventos teniendo en cuenta la distribución precedente de los X
en esa clase. El teorema de Bayes permite atribuir a esa frecuencia proba
ble un valor numérico fraccionario comprendido entre 0 y 1: este valor re
presenta el grado de convencimiento racional sobre X ”(676).
4. La posibilidad
De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, la posibilidad
es aquella “aptitud, potencia u ocasión para ser o existir algo”'679).
337
C A P I T U L O II
L A A C T IV ID A D P R O B A T O R IA ,
L A P R U E B A P O R IN D IC IO S , Y L A
P R U E B A IL ÍC IT A Y P R O H IB ID A
Capítulo II
La actividad probatoria, la prueba
por indicios, y la prueba ilícita y prohibida
Las razones por las que presentamos ambos estudios de forma indepen
diente obedecen a criterios meramente pedagógicos. Tanto uno como otro
han sido desarrollados por la doctrina de forma amplia y abarcan, a su vez,
muchos asuntos de verdadero interés para el procedimiento probatorio que
amerita, a nuestro juicio, un desarrollo autónomo, que perm ita brindarle al
lector un análisis más profundo y detallado de estos.
A rse n io O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(683) Entre oíros, véase el RN. N° 2976-2004-Lima (cons. 6), las conclusiones del Pleno Jurisdiccional Nacional
del 21 de junio de 2008, del Pleno Jurisdiccional Regional de 11 de abril de 2008.
(684) De ahí que la Corte Suprema considere que este principio está relacionado con el ofrecimiento y la
admisión de prueba. Sentencia casatoria N° 56-2010-La Libertad (f. j. 11).
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilícita y p ro h ib id a
Este principio está prescrito en el artículo 157.1 del CPP de 2004 bajo
el siguiente tenor: “Los hechos objeto de prueba pueden ser acreditados por
cualquier medio de prueba permitido por la ley. Excepcionaímente, pueden
utilizarse otros distintos, siempre que no vulneren los derechos y garantías
de la persona, así como las facultades de los sujetos procesales reconoci
das por la ley. La forma de su incorporación se adecuará al medio de prue
ba más análogo de los previstos, en lo posible”.
Este principio encuentra amparo legal en el artículo IX. 1 del Título Pre
liminar del Código de 2004 que prescribe lo siguiente: “Toda persona tie
ne derecho inviolable e irrestricto a (...) utilizar los medios de prueba per
tinentes” o, dentro del marco del Código de Procedimientos Penales, en el
Acuerdo PlenarioN 0 01-2011/CJ-l 16 (f. j. 29).685
Así, una prueba será “conducente por la forma” cuando, por ejemplo,
la ley establece que los miembros del cuerpo diplomático o consular testi
ficarán mediante informe escrito (art. 168 CPP de 2004), de modo que será
344 ______________________________ ■
L a activ id ad p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilic ita y p ro h ib id a
(6S8) En igual sentido, D evis Echandía explica lo siguiente: “(. . .) es posible que, no obstante existir idoneidad,
el juez no resulte convencido por la prueba (el testimonio puede ser idóneo o conducente para probar
un contrato y, sin embargo, por deficiencias del contenido de las declaraciones, puede ocurrir que no
baya mérito de convicción alguno ( . . D evis E chandía , Teoría general de la prueba judicial, p, 126,
(689) A efectos de determinar cuándo una prueba es relevante, “decisiva” en los términos de la Corte Suprema,
esta “(.. .) acude al método de la supresión hipotética: La prueba será decisiva, y su validez afectará de
manera fundamental a la motivación cuando -s i mentalmente se la repusiera- las conclusiones hubieran
sido necesariamente distintas”. Entre otros, véase las sentencias casatorias N° 7-2010, Huaura (f. j. 8);
N° 73-2010-Moquegua (f. j. 6); N° 96-2010-Huaura (f. j. 5); N° 40-2011-Huaura (f. j. 4).
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
A ello apunta el artículo 155.2 del CPP de 2004, al prescribir que el juez
solo podrá excluir, además de las pruebas que no sean pertinentes o estén
prohibidas por la ley, aquellas que resulten manifiestamente sobreabundantes.
346
L a activ id ad p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
un juicio con todas las garantías bajo la inmediación del órgano judicial decisor y con observancia de
los principios de contradicción y oralidad. En este sentido, DEL CACHO, Una crítica a la valoración
anticipada de la prueba penal, véase em <http://w w w .terragm jurista.com ,ar/doctrina/art_rpj.
htm >; GÓSSEL, En búsqueda de la verdad y la justicia, p. 151.
(694) En este sentido, Taruffo explica que la utilidad como un criterio de la relevancia que se evalúa al mo
mento de examinar la admisibilidad de la prueba es una “exigencia de orden generalísimo, vinculada
al principio de economía procesal que está bien expresada por la regla tradicional según la cual frusta
probatur quod probatum non relevat". Taruffo, La prueba de los hechos, 2.a. ed., p. 364.
(695) D el Cacho, Una critica a la valoración anticipada de la prueba penal, véase én: <http://w ww .
terragnijnrista.com.ar/doctrina/art_rpj.htm>.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
que la admisión no tiene como objeto permitir que el juez construya for
malmente y en grado de certeza los hechos producidos por la prueba, sino
únicamente preparar el escenario idóneo para que el juez de mérito, con
ocasión de la actuación probatoria, forme su convicción acerca de la ver
dad de los hechos.
(696) Literalmente, el Tribunal Constitucional sostuvo lo siguiente: “(...) para que la (...) prueba ofrecida
por un inculpado tenga un grado de eficacia tal que pueda ser admitida en un proceso, debe presentar
elementos de juicio irrebatibles a la luz de la responsabilidad penal atribuida”. Exp. N° 6712-2005-HC/
TC (f. j. 22), caso: Magaly Medina Vela.
(697) D evis E cha NDÍa , Teoría general de la prueba judicial, p. 125.
Este principio exige que la prueba esté acompañada de una serie de re
quisitos extrínsecos e intrínsecos. El primero se refiere a las circunstancias
de tiempo, modo y lugar; mientras que el segundo contempla esencialmen
te la ausencia de vicios, tales como el error, dolo, violencia e inmoralidad
en el medio mismo. . ,
(698) Exp. N" 6712-2005-HC/TC (f. j. 26), caso: Magaly Medina Vela; Exp. N° 05876-2008-PA/TC (f. j, 6),
caso: Miguel Angel Acufia Gavidia.
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
En este sentido, la Corte Suprema afirma que “(• •■) el principio de ne
cesidad de la prueba se erige como pauta rectora y fundamental para la se
guridad jurídica; [pues solo] la prueba permite la aplicación de las normas
jurídicas sea para tipificar el delito, derivar la antijuridicidad de la conduc
ta y la culpabilidad o para concluir la inexistencia de esos fenómenos ju
rídicos
Vale precisar que este principio, de amplios alcances dentro del mar
co del Código de Procedimientos Penales, es relativizado por la regulación
de las convenciones probatorias en el texto del Código Procesal Penal de
2004, toda vez que, de acuerdo a dicho instituto, el juez penal formará su
convicción sobre la base de los términos acordados por las partes, sin ne
cesidad de la correspondiente actuación probatoria.
(699) A l respecto, M idón se refiere a ¡a garantía de seguridad jurídica bajo el título de “certeza”. M idón ,
Tratado de ¡aprueba, pp. 111-112,
(700) M idón, Tratado de la prueba, p. 112. '
(701) Talavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 59.
(702) Talavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 59,
(703) RN. N° 1346-2011-Puno (coas. 5). En igual sentido, RN. N° 4669-2009-Ancash (cons. 3).
350 ________________________________________________________
La actividad probatoria, la prueba por indicios y la prueba ilícita y prohibida
Este grupo de principios constituye una serie de pautas que el juzgador debe
tener presente al momento de tomar una decisión. De hecho, estos principios
se instituirán como un método axiológico de amparo constitucional que -m e
díante su observancia- permitirá la debida construcción formal de los hechos.
(704) En esta línea, M idón , Tratado de la prueba, pp. 113-114; Chamorro B ernal , La prueba judicial,
pp. 326-327.
(705) Tal dificultad probatoria se puede observar, por ejemplo, cuando se admite, por un tema de urgencia, el
cargo de la solicitud de un documento, sabiendo que esta se obtendrá después del trámite administrativo
regular.
(706) La duda se podrá manifestar, por ejemplo, cuando el testigo relate hechos que no ha percibido por sus
propios sentidos y que solo conoce por ios dichos de otras personas, en este caso, sus declaraciones se
estimará con base en una presunción judicial. Tal es el caso del testigo de oídas.
351
Arsenio Oré Guardia / Derecho Procesal Penal peruano
la valoración que realice el juez sobre los elementos de prueba que se pro
ducen durante la actuación probatoria.
Así, por ejemplo, la declaración del testigo debe ser corroborada, míni
mamente, con otros medios de prueba, personal, documental, pericial o mate
rial, construidos de tal forma que converjan respecto del hecho principal(714)715.
1. Proposición
La proposición es la etapa de la actividad probatoria destinada a la in
corporación formal de la evidencia al proceso penal, a efectos de consti
tuir, luego de su eventual admisión, los medios de prueba.
(716) A la misma conclusión llega G óssel, quien, al distinguir entre la petición de indagación probatoria
y la petición de prueba, afirma que el primero se pone de manifiesto durante la etapa de instrucción,
mientras que el segundo está relacionado con la necesidad de constatar ciertos hechos sobre ¡os que se
basaría la culpabilidad y la pena alegadas por la fiscalía. GOssel, En búsqueda de la verdad y lajusticia,
pp. 152-154.
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilícita y p ro h ib id a
1.2. Modalidades
Dado que la proposición constituye la etapa de la actividad probatoria
a través de la cual se incorpora formalmente evidencia al proceso penal,
(717) Así lo resolvió la Corte Suprema al exponer que “si bien es cierto e! imputado tenia la condición
de reo ausente, ello en modo alguno puede limitar su derecho a ia prueba pertinente (...)”. R.N.
N® 1768-2006-Loreto (coas. 3).
(718) F lorián , De las pruebas penales, 1.1,2.a ed., p. 279.
(719) Llama la atención que el Código Procesal Penal de 2004 prescriba como derechos del abogado defen
sor, entre otros, el acto de “aportar los medios de (...) prueba que estime pertinentes” cuando este, en
realidad, es una manifestación propia del derecho a la prueba, cuya titularidad le corresponde a las
partes y respecto de ia cual el abogado defensor es un auxiliar.
355
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
1.4. Procedimiento
El procedimiento para la proposición de prueba varía dependiendo de
la modalidad (esto es, dependiendo del sujeto procesal que lo inste) y de la
etapa procesal en la que se produzca.
(723) Técnicamente, no se ofrecen nuevos “medios de prueba”, dado que los medios de prueba recién tienen
virtualidad propia una vez que son adm itidos por el juez. En su lugar, lo que se ofrecen serían “nuevos
elementos de convicción”.
(724) Dentro del Código de Procedimientos Penales, véase el R.N. N° 2976-2004-Lima (cons. 6), las conclu
siones del Pleno Jurisdiccional Nacional del 21 de junio de 2008, del Pleno Jurisdiccional Regional del
11 de abril de 2008, entre otros.
357
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
358 _____________________________
L a a c tiv id ad p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
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A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
sustenta las “dudas razonables” sobre la imputabilidad por parte del fiscal),
acompañada de la imposibilidad razonable de incorporar mayores pruebas,
constituye una causal de sobreseimiento.
1.4.2.1. El ofrecimiento de prueba al inicio del juicio por las partes pro
cesales distintas al fiscal
Dado que el único facultado para ofrecer prueba en la etapa interme
dia, de a c u e r d o al Código de Procedimientos Penales, es el fiscal superior;
el acto de ofrecimiento probatorio previsto para las demás partes recién se
habilita luego de la emisión del auto de enjuiciamiento y hasta tres días an
tes de instada la audiencia de juicio oral (art. 232.1)(726).
362 ___________________
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
La misma regla rige cuando el tribunal advierta a las partes sobre la po
sibilidad de proponer una calificación jurídica (de los hechos objeto de de
bate) que no ha sido considerada por el Ministerio Público. En esta oportu
nidad, las partes se pronunciarán expresamente sobre la tesis planteada por
el órgano jurisdiccional y, en su caso, propondrán la prueba necesaria que
corresponda (art. 285-A.2 CdPP y art. 374. 1 CPP de 2004).
364 ________________________________________________________
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
Una vez ofrecida la prueba, la Sala Penal Superior correrá traslado del
escrito correspondiente a las demás partes por el plazo de tres (3) días, ante
cuyo vencimiento deberá decidir acerca de la admisión o inadmisión de ta
les pruebas.
365
A rse n io O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
el recurso y haya informado a las partes que pueden ofrecer medios proba
torios en el plazo de cinco (5) días (art. 421.2).
2. Admisión
La sola proposición de una prueba no genera en las partes el derecho
a actuarlas ni obliga al juez a que las valore. Antes de ello, dicha prueba
debe ser admitida.
(733) San M artín C astro. Teoría de la impugnación, p. 21. En esta misma línea, C amarena A liaga /
Valenzuela Y liza Rbe , Caceta Penal &. Procesal Penal, 44 (2013/2), pp. 209-223.
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilícita y p ro h ib id a
En caso de que la prueba ofrecida no supere tales reglas, el juez las de
berá rechazar liminarmente. A tal efecto, dicha decisión deberá ser espe
cialmente motivada (art. 155.2 CPP de 2004)(735).
(734) En cualquier caso, D evis E chandía entiende que el concepto de decreto judicial de prueba comprende
tanto a aquellas pruebas admitidas con ocasión del ofrecimiento de las partes como a aquellas cuya
práctica ordena el juez. D evis E chandía , Teoría general de la prueba judicial, 1.1, 5.a ed., p. 168.
(735) Dentro del marco del Código de Procedimientos Penales rigen supletoriamente los artículos 121 y 122
del Código Procesal Civil.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
373.1 y 373.2) o durante la sustanciación del juicio oral (arts. 374.3 y 385.2);
y los jueces superiores, durante la tramitación del procedimiento recursal
de apelación (arts. 422.4 y 423.1).
Así, el juez solo admitirá aquella prueba que mantenga una relación ló
gica con su objeto (pertinencia); tenga la relevancia suficiente para descu
brir, hipotéticamente, la verdad de los hechos durante la actuación proba
toria (utilidad)(739) y, a su vez, su práctica sea imprescindible o indispensa
ble al objeto que se pretenda probar (necesidad).
(736) La distinción entre las limitaciones intrínsecas y extrínsecas de la prueba se desprende, a su vez, de la
sentencia casatoría Ns 283-2011-Moquegua (cons. 3.3).
(737) Chiesa A ponte, Tratado de Derecho probatorio, 1.1, p, 1.
(738) Picó i Junoy, Estudios sobre prueba penal, vol. I, p. 45.
(739) Siguiendo a Taruffo, esta evaluación se realiza en grado de hipótesis, pues, en la medida en que durante
el examen de la admisibilidad probatoria no se actúa pruebas, el juez se encuentra impedido de evaluar
la utilidad de prueba en grado de certeza, lo que se produce recién en la siguiente etapa. Taruffo, La
prueba de los hechos, 2 “ ed., p. 366.
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
Así, por ejemplo, si bien la declaración del testigo directo que presen
ció el momento en que el acusado sustrajo la cartera dé la víctima puede
ser pertinente, útil y necesaria a efectos de acreditar uno de los elemen
tos del delito de robo; tenemos que, de existir un vínculo conyugal entre
el testigo y el acusado, la declaración de aquel será, en principio, incon
ducente, salvo que dicho órgano de prueba decida voluntariamente pres
tar su declaración.
Dado que los criterios en los que se fundamentan las reglas extrínsecas
no son de carácter epistémico, C h i e s a P o n t e destaca que en el desarrollo
de estas existe una marcada influencia de la política en el Derecho proba-
torio{740), que se pone de manifiesto, en el ejemplo citado, en la necesidad
del legislador de preferir la unidad conyugal y familiar antes que determi
nar la verdad de los hechos. Y es que, de otra forma no sería comprensi
ble el establecimiento de una regla de abstención que le exima al testigo
de su deber de concurrir y colaborar con la investigación, cuando es cón
yuge del procesado. .
369
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
a. Limitaciones genéricas
b. Limitaciones específicas
Por su parte, dentro del marco del Código Procesal Penal de 2004, la
admisión de la prueba como etapa de la actividad probatoria se pone de
manifiesto durante la fase intermedia (art. 352.5), durante el juicio oral
(743) Este aspecto será desarrollado con más detenimiento en el quinto capítulo de la segunda parte de esta
obra..
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
2.4. Procedimiento
N o obstante que la admisión de pruebas es competencia exclusiva del
órgano jurisdiccional, ello no impide que durante la tramitación se puedan
advertir ciertos matices.
Ahora bien, que no se haya previsto una audiencia para discutir la ad
misibilidad de la prueba, no significa que el Código haya prescindido de
esta etapa probatoria, sino que únicamente su tramitación se hará por escri
to, conforme se desprende del artículo 229, al prescribir que, dentro de los74
(744) Sobre el particular, véase el Auto casatorio N" 80-2010-Piura (f. j. 8).
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L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y ia p ru e b a ilícita y p ro h ib id a
373
A xsenio O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Toda vez que las audiencias del juicio oral se rigen por el principio
de concentración, el juez deberá pronunciarse, en la medida de lo posible,
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y ia p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
Para tal efecto, el juez deberá examinar si la prueba ofrecida por las
partes satisface las reglas intrínsecas y extrínsecas antes estudiadas.
375
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
En este sentido, las partes podrán ofrecer la prueba documental cuyo co
nocimiento se haya tomado con posterioridad a la interposición del recurso de
apelación o, de conformidad con el artículo 420.3, agregar “(...) algún acto
de investigación actuado con posterioridad a la interposición del recurso”.
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3. Actuación
La actuación probatoria es la etapa de la actividad probatoria que posi
bilita el efectivo ingreso del dato probatorio obtenido como consecuencia de
la práctica de la prueba1'747' durante el enjuiciamiento. A continuación, expli-"
caremos las reglas generales aplicables a esta etapa y sus excepciones; sin
perjuicio de que más adelante se estudien las reglas especiales que se desa
rrollan en función a cada medio de prueba en concreto.
Dentro del prim er grupo, los sujetos con facultad de impulsar la apre
hensión o tom ar la prueba son aquellos que pueden poner en función el
órgano de prueba, cuando promueve su intervención en el proceso, cuando
lo actúa para extraer de él los elementos de conocimiento que le es dado
producir. Con ello nos referimos a la facultad reconocida a las partes para
poder interrogar a los testigos, de formular preguntas a los peritos, de inter
pelarlos, de pedir aclaraciones al acusado, etc. Son sujetos de la aprehen
sión o adquisición de la prueba, agrega F lorián 748(749), los que, en presencia
Por otro lado, la categoría referida a los sujetos que dirigen la aprehen
sión o adquisición de la prueba está conformada por el juez(751), quien, en
tanto principal interesado en contar con la información necesaria para rea
lizar una correcta valoración, puede intervenir excepcionalmente a efectos
de: 1. Formular algunas preguntas aclaratorias a las partes o a los órganos
de prueba (art. 375.4 CPP de 2004, art. 247.3 CdPP), 2. Garantizar, en ejer
cicio de sus facultades de dirección, la debida sustanciación del interrogato
rio (por ejemplo, evitando que las partes formulen preguntas capciosas du
rante el interrogatorio directo, art. 378.4 CPP de 2004) o de la oralización
de las piezas documentales o, finalmente, 3. En ejercicio de sus facultades
disciplinarias, exhortar, expulsar u ordenar la detención hasta por 24 horas
del interviniente, incluso de alguien del público, que perturbe el desarrollo
de la audiencia (art. 364,1 CPP de 2004, art. 217.1 CdPP).
(750) San M artín C astro, Derecho procesal penal, vol. II, p. 819.
(751) F l o r i Án , D e las p ru e b a s penales, 1.1,2.aed., p. 293.
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
4. Valoración
La valoración de la prueba, en tanto actividad intelectual influenciada
por las leyes naturales (propias de la psicología), no es privativa del juez,
sino que también la pueden realizar las partes.
De otro lado, la valoración tam bién se distingue por ser la etapa cul
m inante de la actividad probatoria<756), en la que, finalm ente, se define la
utilidad de la prueba ofrecida en relación de su objeto, tanto más cuan
do es en este momento que el juez de mérito, luego de haber presencia
do la actuación probatoria, determ ina “(-•■) la eficacia o influencia que
los datos o elem entos probatorios aportados al proceso, m ediante los
(753) Para mayores detalles, nos referimos a lo expuesto en el segundo capítulo de esta obra.
(754) A dicha actividad se refiere Gascón A bellán bajo el título de “fijación judicial de los hechos”. Gascón
A bellÁn , L o s hechos en el derecho, p. 157.
(755) F lorián, De las pruebas penales, t, I, 2.° ed., p. 358; D evis E chand Ía , Teoría general de la prueba
judicial, 1.1, 5." ed., p. 273.
(756) D evis E chandía , Teoría general de la prueba judicial, 5 “ed., p. 273; Fenech , El proceso penal, t, I,
p. 704.
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
(757) M iranda E strampes , La mínima actividad probatoria, p. 105, Comparte esta opinión, F errer
B eltrán , La valoración racional de la prueba, p. 91, Así, Gascón A bellán define la valoración como
el juicio de aceptabilidad de los resultados producidos por los medios probatorios. Gascón A bellán ,
Los hechos en el derecho, p. 157.
(758) N ieva F enoll , La valoración de 1aprueba, p. 37,
(759) D evis E chandía, Teoría general de la prueba judicial, 5.a ed., p. 77; Gascón A bellán, L os hechos en
el derecho, p. 157. ,
(760) Entre otros, véase Carnelutti , Sistema de Derecho procesal civil, t. II, p. 473; C outure , Estudios de
Derecho procesal civil, t, II, p. 85; Guasp, Derecho procesal civil, 1.1, p. 350; F lorián , De las pruebas
penales, L I, 2.* ed., p. 359; Framarino DEI M aLatesta, Lógica de las pruebas en materia criminal,
1.1, pp. 45-46; G orphe , Crítica del testimonio, pp, 35-36; M ittermaier , Tratado de la prueba en
materia criminal, p. 92; y Sentís M elendo , La prueba, p. 248.
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
s a r q u e l a d e n o m i n a c i ó n d e “p r u e b a l e g a l ” n a d a a p o r t a a l p r e s e n t e s i s
t e m a , p u e s , e n c u a lq u i e r c a s o , e l c a r á c t e r l e g a l d e la p r u e b a e s c o n d i
c ió n n e c e s a r ia p a r a q u e e sta s e a a d m is ib le , in c lu s o , d e n tr o d e l s is te m a
d e la lib r e v a l o r a c i ó n .
D e a h í q u e , s i g u i e n d o a D e v i s E c h a n d í a (76!), c o n s i d e r a m o s m á s a p r o
p i a d o a lu d ir a l s i s t e m a d e “ t a r if a l e g a l ” , p u e s c o n t a l d e n o m i n a c i ó n n o s r e
f e r i m o s a l a t é c n i c a l e g i s l a t i v a q u e t i e n e p o r o b j e t o d e f in ir o e s t a b l e c e r e l
v a l o r p r o b a t o r io d e l a p r u e b a a n t e s d e s u a c t u a c i ó n p r o b a t o r ia , s i e m p r e y
c u a n d o s e c o r r e s p o n d a c o n l a s e x i g e n c i a s e s t a b l e c i d a s e n la le y . A e s t e s i s
te m a ta m b ié n s e le s u e le d e n o m in a r “p r u e b a ta s a d a ” .
b. Concepto
E l s i s t e m a d e t a r ifa l e g a l e s a q u e l q u e i n s t i t u y e d e f o r m a p r e d e t e r m i
n a d a e l v a l o r p r o b a t o r io d e l a s p r u e b a s a t r a v é s d e u n a le y . E n e s t e e s c e n a
r i o , e l j u e z s o l o d e b e r á v e r i f i c a r s i s o b r e la p r u e b a c o n c u r r e n l o s r e q u i s i t o s
l e g a l e s n e c e s a r i o s p a r a a lc a n z a r l a “ c e r t e z a ” q u e , c o m o v e n i m o s d i c i e n d o ,
y a s e e n c u e n tr a p r e e s ta b le c id a n o r m a tiv a m e n te .
c. Alcances
E s te s is te m a s e e n c u e n tr a e s tr e c h a m e n te r e la c io n a d o c o n lo s p r o c e s o s
i n q u i s i t i v o s , e n l o s q u e , s i b i e n e l j u e z t e n í a a m p l i o s p o d e r e s d e i n ic i a t i v a ,
d e i n v e s t i g a c i ó n y d e d e c i s i ó n , e l e s t a b l e c i m i e n t o a p r io r ís t ic o d e l v a l o r d e
c a d a p r u e b a c o n s titu ía u n a o p c ió n p o lít ic a d e s tin a d a a lim ita r lo s r e fe r id o s
p o d e r e s ju d ic ia le s e n e l m o m e n to m á s c r ític o d e l p r o c e d im ie n to , e s to e s,
c u a n d o e l j u e z d e b e d e c id ir p o r l a a b s o l u c i ó n o la c o n d e n a d e l ju s t ic ia b le ^ 761762).
N o o b s t a n t e e l l o , F l o r i á n e x p l i c a q u e e l s i s t e m a d e t a r if a l e g a l , “ ( . . . )
a n t e s q u e c o n s t i t u i r u n m e c a n i s m o d e c o e r c i ó n d e la c o n c i e n c i a d e l j u e z ,
s e in t e r p r e t ó ( . . . ) c o m o u n p o d e r o s o a u x i l i o p r e s t a d o a l j u e z , el auxilio d e
u n a e x p e r i e n c i a a m p l ia y p r o f u n d a , d e u n a e x p e r i e n c i a s e c u l a r y c o l e c t i v a ,
(761) Devis Eckandía, Teoría general de la prueba judicial, 5.a ed., p. 78.
(762) Florián, De las pruebas penales, 1.1,2.a ed., p. 360. En igual sentido, B rusa señalaba que “Investido
por la ley de una confianza desmesurada, el juez, que en el proceso inquisitorio reunía en sus manos las
funciones de acusador y de defensor, parecía más bien prisionero del enorme peso de sus facultades, que
dueño y señor de la materia con la cual debía formar la sentencia”. BRUSA, “Prefacio”. En: F ramarino
dei Malatesta, Lógica de las pruebas en materia criminal, 1.1,4.a ed,, p. IX.
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
de una experiencia, por decirlo así, codificada,,(763). Visto ello así, la doctri
na ha reconocido ciertas ventajas del sistema de tarifa legal, siendo una de
las más destacadas la predictibilidad sobre el resultado probatorio.
Pese a todo esfuerzo por reconocer algún valor positivo al sistema de ta
rifa legal, lo cierto es que al final dicho sistema probatorio no hace otra cosa
que sustraer los elevados criterios subjetivistas de la propia actividad de valo
ración que, muchas veces, se puede confundir con actos de arbitrariedad763(764)765.
Autores como D evis E chandía (76S} o G ascón Abeli ,án (7ó6; indican que
tales ventajas son solo aparentes si se las confronta con las dificultades pro
pias del sistema de tarifa legal, tales como: 1. Que el establecimiento legal
del valor probatorio tiende a automatizar la función del juez, con lo cual
este debe aplicar la norma, aun en contra de su convencimiento lógico y
razonado; 2. Restringe la finalidad del proceso penal a la búsqueda de una
verdad legal, con lo cual poco o nada importa la búsqueda de la verdad en
términos epistemológicos; y, 3. La finalidad de la actividad judicial se ale
ja de los valores de justicia, por lo que, a su vez, el proceso se aparta de su
fin social, que consiste en la resolución del conflicto.
Así, dado que tales reglas no necesitan ser explicitadas en la ley, pues
la valoración debe ser, en todos los casos, razonada, crítica y lógica(771); te
nemos que no existe mayor distinción entre la fórmula legal adoptada en el
artículo 283 del CdPP, que hace referencia al “criterio de conciencia”(772)73,
y el artículo 158.1 del CPP de 2004, que prescribe que el juez, en la valo
ración, deberá observar las reglas de la lógica, la ciencia y las m áxi
mas de la experiencia ( .. .),!(773). .. „...
(767) Así lo entiende G ómez C olomer al explicar que “ ‘Libre’ significa, evidentemente, solo que el juez no está
ligado a reglas probatorias legales, no significa que el juez pueda prescindir, por ejemplo, de conocimientos
y experiencias criminalísticas”. G ómez C olomer, El proceso penal alemán, p. 133.
(768) Sentís M elendo, La prueba, p. 272.
(769) Así lo entiende Falcón, Tratado de la prueba, 1.1, pp. 562 y ss.
(770) Así, Tomé G arcía explica que la libre valoración de la prueba no significa discrecionalidad o arbi
trariedad, sino que la valoración de la prueba se ha de efectuar, como señala el artículo 717 para la
prueba testifical, ‘según las reglas del criterio racional’ ( . . T omé García , Derecho procesal penal,
7.a ed., p. 473.
(771) DeVis E chan DÍa, Teoría general de la prueba judicial, 5.’ ed., p. 90.
(772) Al referirse a la legislación española, Tomé García sostiene que el “(...) proceso penal está regido
por el principio de la líbre valoración de la prueba: el Tribunal, apreciando, según su conciencia las
pruebas practicadas en el juicio, (. . .) dictará sentencia”. Tomé García, Derecho procesal p enal 7." ed.,
p. 473. . . . .
(773) En tal sentido, la Corte Suprema sostiene expresamente que el artículo 283 del CdPP regula la libre
apreciación de la prueba. Acuerdo Plenario N° 02-2005/CJ-116 (f. j. 7).
385
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(777) STS del 19 de noviembre de 1997, del 18 de abril de 1988 y del 4 de abril de 1989. En igual sentido,
■Moreno Catena, Cuadernos penales José Moría Lidón, 2010/7, p. 51.
(778) En el mismo sentido se ha pronunciado el Tribunal Constitucional, luego de exponer que “es importante
precisar que, por disposición de la ley procesal especifica, todos los medios probatorios de un proceso
penal son actuados durante el juicio oral, estación procesal en la cual el valor probatorio de los medios
será compulsado y corroborado con otros medios de prueba que, valorados de acuerdo con el criterio de
conciencia del juzgador, serán determinantes para establecer la responsabilidad penal; debiendo indicar
el juzgador, al expedir sentencia, las razones que le llevaron a determinar la inocencia o culpabilidad
del procesado”. Exp. N° 2101-2005-HC/TC (f. j. 4), caso: Luis Zevallos Chávez. Lo propio también se
desprende de lo resuelto por la Corte Suprema en el R.N. N° 1738-2005 -Tacna (cons. 3), al ordenar la
nulidad de la sentencia impugnada luego de que e! a quo haya incurrido en una valoración indebida
de las pruebas. En igual sentido, en el R.N. N° 3998-2005, Cusco (cons. 5) se ordenó la nulidad de la
resolución venida en grado, luego de advertir que “(...) la absolución no importa una razonable y fun
dada apreciación de los hechos materia de acusación ni consecuentemente ha realizado una completa
y correcta valoración de las pruebas de cargo (..
L a a c tiv id ad p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y ia p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
Dicho esto, aun cuando el artículo 283 del CdPP haga referencia al
“criterio de conciencia” , damos cuenta que, técnicamente, este sistema de
valoración probatoria no ha sido recogido en nuestro ordenamiento en los
términos expuestos, pues, en cualquier caso, el juzgador encargado de va
lorar las pruebas se encuentra obligado, a su vez, a motivar racionalmente
su decisión por mandato constitucional (art. 139.5 Const.).
387
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
388 ________________________________________________________
L a a c tiv id a d probatoria;, la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
evidencia actuada enjuicio oral se concluye que el acusado actuó con dolo”,
sin precisar realmente qué medios de prueba específicos motivaron tal con
clusión. Este tipo de prácticas constituyen motivaciones aparentes que aten-
tan contra el derecho a la motivación de la resolución judicial.
(786) STS del 29 de mayo de 1997, citado por Muñoz Sabaté, Técnica procesal, p, 53.
(787) Walter, L ib re a p r e c ia c ió n d e la p r u e b a , p. 357.
389
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
390 _____________________________
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilícita y p ro h ib id a
poruña sentencia absolutoria, aun cuando el juez tenga duda razonable res
pecto de la pretensión incriminatoria (art. II. 1 TP CPP de 2004).
bajo los criterios de la sana crítica—, de que los hechos investigados consti
tuyen delito y que este mismo es atribuible al que viene siendo procesado.
Este nivel de certeza se alcanza de manera óptima con las pruebas directas,
pero el juez no siempre contará con ellas para resolver un caso.
1. Concepto
El legislador del CPP de 2004 no ha previsto una definición para la
prueba por indicios; sin embargo, fija los elementos que la estructuran, así
como los requisitos que permiten realizar una valoración adecuada794(795)796.Por
otra parte, el Código de Procedimientos Penales no regula la prueba indi
ciaría, “(...) lo cual por cierto no significa que los tribunales no deban uti
lizarla, puesto que la prueba indiciaría no es más que un mecanismo inte
lectivo para la pm eba” -796).
Como puede desprenderse del párrafo anterior, más que una “prueba”,
se trata de mostrar una técnica de valoración por la cual el juez, con base
en una construcción lógica elaborada, puede arribar a un grado de “certe
za” probatoria sobre los hechos investigados partiendo del análisis de al
gunos elementos que la doctrina ha denominado “indicios” .
2. Características
De la definición expuesta podemos extraer las siguientes característi
cas: en primer lugar, se trata de una técnica de valoración de la prueba; en
segundo lugar, por su particular diseño o estructura de valoración, es cali
ficada como una prueba indirecta; y, por último, no puede ser vista como
una prueba histórica. A continuación explicaremos con más detenimiento
cada una de estas características. .
(797) Scapini, La prova per indizi nel vigente sistema del processo penale, pp. 114-116.
(798) R jves Seva, La prueba en el proceso penal, p. 121.
(799) Jauchen, La prueba en materia penal, p. 29. Así también. M oreno Catena y otros, El proceso penal.
t. XXX, p. 2230; D e M iranda Vázquez , Estudios sobre prueba penal, t. III, p. 356.
L a activ id ad p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
(800) M ontón R edondo , Derechojurisdiccional III, p. 334. En igual sentido, Paz R ubio y otros, l a prueba
en el proceso penal, p. 288.
(801) D elgado G arcía , La prueba en el proceso penal II, p. 389.
(802) Talavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 138. En este sentido, la Corte Suprema
ha sostenido que el objeto de la prueba indiciaría “no es [probar] directamente el hecho constitutivo
del delito, tal y como está regulado en la ley penal, sino otro hecho intermedio que permite llegar al
primero por medio de un razonamiento basado en el nexo causal y lógico existente entre los hechos
probados y los que se tratan de probar (...)”. R.N. N® 1912-2005-Piura (cons. 4); asi también, R.N.
N° 3594-2009, lea (cons. 4). ,
(803) García Cavero, La prueba por indicios en el proceso penal, p. 30. En similares términos, Talayera
E lguera, La prueba en el nuevo proceso penal, p. 138.
(804) D elgado García , La prueba en el proceso penal II, p. 377.
A rse n io O ré G u a rd ia i D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
pues en ella se hace mucho más presente el proceso mental del juzgador
que en la objetividad de las pruebas directas”(8!2J.
3. Deslinde conceptual
Se incurre usualmente en error al equiparar los términos “indicio” y
“presunción”. El indicio es una circunstancia o hecho probado que permi
te a través de un razonamiento lógico inferir la existencia o inexistencia de
otros hechos necesitados de prueba(814)815.La presunción, por otro lado, puede
ser de tipo legal o judicial. La primera alude a normas que indican la forma
o modo de valoración de ciertos hechos sobre la cual el juez no puede apar
tarse; son aquellas en que las conclusiones son establecidas por el legisla
d o r ^ , así tenemos las presunciones inris et de iure (no admiten prueba en
contrario) y inris tantum (permiten prueba en contrario). La presunción ju
dicial, en cambio, es el juicio de valoración realizado por el juez mediante
el cual logra extraer, a partir de hechos conocidos y probados, conclusiones
sobre la ocurrencia de hechos desconocidos y de difícil probanza. Esta úl
tima acepción de presunción es también concebida por un importante sec
tor de la doctrina como prueba indiciaria(816)817.Así, el hecho probado (o in
dicio) podría ser considerado como la causa de la presunción, y esta ven
dría a ser el efecto de aquel(gl7h -
(812) Pastor A lcoy, Prueba por indicios, credibilidad del acusado y presunción de inocencia, p, 27,
(813) M artínez A rrieta, Colección CURSOS; La prueba en el proceso penal, 1993/12, p. 56.
(814) Jauchen, La prueba en materia penal, p. 28, •
(815) L eguisamón, Las presuncionesjudiciales y los indicios, p. 8.
(816) Así parece haberlo entendido M oreno Catena y otros, El proceso penal, t, II, p, 231. En ese mismo
sentido, Cafferata Ñ ores , La prueba en el proceso penal, pp. 201-202; C ordón A gujlar , Prueba
indiciaríay presunción de inocencia en elproceso penal, p. 62; D e M iranda Vázquez , Estudios sobre
prueba penal, t. III, p. 357 y ss; B ajo Fernández , citado por Pastor A lcoy, Prueba por indicios,
credibilidad del acusado y presunción de inocencia, p. 160.
(817) Cáíferata Ñ ores, La prueba en elproceso penal, p. 202.
4. Fundamento
La convicción del juez puede producirse como consecuencia de la ac
tuación de pruebas directas o a través de la llamada prueba por indicios(821)82;
y es que, como indica Rtves Seva, prescindir de. la prueba indiciaría
conduciría en ocasiones a la impunidad de ciertos delitos, especialmente
los perpetrados con particular astucia, lo que provocaría una grave inde
fensión social”'8221. En efecto, la mayoría de los casos penales sometidos a
(818) Explica M ixán M áss que. en sus inicios, la “prueba indiciaria” centra su atención en el indicio enten
dido como sospecha. Bastaba que del indicio surgiera la sospecha de incriminación para que puedan
emanar sus efectos. En la actualidad, esta técnica de valoración probatoria no puede reducirse a la mera
apreciación del indicio, sino que adquiere mucha mayor importancia la “inferencia lógica” que, como
se verá mis adelante, constituye la pieza principal en el procedimiento probatorio indiciario. M ixán
M ass, Indicio, elementos de convicción de carácter indiciario, prueba indiciaría, p. 16.
(819) T alavera Elguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 139.
(820) R.N. N° 4901-2009-Ayacucho (cons. 6). Es por ello que la misma Corte Suprema consideró en otra
resolución, y con razón, que no se puede justificar una sentencia condenatoria en base a una mera sos
pecha; en sus palabras: “no se puede enervar la presunción de inocencia de los acusados, pues la tesis
incriminatoria, en el caso particular, no trasciende m ásalládeunam era conjetura o sospecha, la cual no
cuenta con elementos de convicción adicionales que permitan inferir razonablemente que participaron
en los actos de planificación o ejecución del hecho acusado”. R.N. N° 4826-2005-LÍma (cons.5).
(821) En ese sentido, la Corte Suprema ha señalado que la presunción de inocencia no solo puede desvirtuar
se a través de la prueba directa, sino también a través de la prueba indiciaria. R.N. N° 3594-2009-Ica
(cons. 4).
(822) R ives Seva. La prueba en el proceso penal, p. 74.
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
5. Finalidad
La finalidad de la prueba por indicios es, tal como veremos más ade
lante, acreditar la comisión del hecho delictivo y determinar fácticamen-
te la participación en el mismo de la persona acusada(S23); lo que consis
tirá concretamente en acreditar la existencia de los elementos objetivos y
subjetivos823(824)82567del tipo penal que motivó la apertura del proceso, las causas
de justificación si fueron alegadas por la defensa, así como la culpabilidad
del procesado(S25).
a. Los indicios no forman parte del delito que se pretende probar. Los da
tos, hechos o circunstancias pueden aportar información directa o in
directa sobre la comisión del delito. Aquellos que aportan información
de forma indirecta vendrían a ser lo que conocemos como “indicios”,
toda vez que si bien no aportan información sobre los- elementos del
tipo de un delito concreto, sí lo hacen sobre hechos circunstanciales
que podrían conllevar a inferir razonablemente la existencia de los re
feridos elementos del tipo en un caso concreto.
400 ____________________________________
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , !a p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilícita y p ro h ib id a
(839) Al respecto, véase García. Cavero, La prueba por indicios en el proceso penal, p. 48 y ss.
(840) García Cavero, La prueba por indicios en el proceso penal, pp, 48-53.
(841) G arcía Cavero, La prueba por indicios en el proceso penal, p. 49.
(842) García Cavero, La prueba por indicios en el proceso penal, p. 49. Al respecto, véase el R.N. N° 3651-
2006-Lima (cons.lj.e).
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
(845) Leguisamón, siguiendo a D evis E chandía, explica la distinción entre indicios necesarios e indicios
contingentes. Los primeros hacen referencia a la posibilidad de que un único indicio pueda producir el
convencimiento del hecho indicado o inferido, en razón de que la inferencia lógica corresponde a una
ley física inmutable, de causalidad necesaria, etc. Los segundos constituyen apenas una inferencia de
probabilidad. Leguisamón, Las presunciones judiciales y los indicios, p. 88. Teniendo en cuenta ello,
en el ejemplo citado en el cuerpo del texto, si el número de personas con capacidad para cometer el
delito se redujera a uno, estaríamos ante un indicio necesario.
(846) García Cavero, La prueba por indicios en el proceso penal, p. 52. En este sentido, véase el R.N.
N° 3651-2006, Lima (cons. 13.a y b).
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
(847) G arcía Cavero, La prueba por indicios en elproceso penal, pp. 53-65.
(848) En ese mismo sentido, Pastor ALCOY, Prueba por indicios, credibilidad del acusado y presunción de
inocencia, p. 49. Así también, R.N. N° 198-2008, Junín (cons. 4 y 5).
(849) En similares términos, M artín ez A rrieta , Colección CURSOS: La prueba en el proceso penal,
1993/12, p. 61
(850) Talavera E lg u era , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 142. Asimismo, véase el R.N.
N° 3651-2006, Lima (cons.l3.f).
(851) Sobre esto último, Talavera E lguera, La prueba en el nuevoproceso penal, p. 142
(852) Al respecto, véase R.N. N° 1912-2005, Piura (cons. 4); R.N. N° 3594-2009-Ica (cons. 4); Exp. N” 00728-
2008-PHC/TC, caso: Ginliana Llamoja Linares (f. j. 26).
(853) Pastor At_coy, P rueba p o r indicios , cred ib ilid a d d e l acusado y p re su n c ió n de inocencia , p. 49.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(854) En este sentido, véase R.N. N® 1932-2005-Piura (cons. 4); R.N. N° 3594-2009, lea (cons. 4); asimismo,
véase el R.N. N° 3653-2006-Lima (cons,13.h). '
(855) Cañón Ramírez, Práctica de la prueba judicial, p. 343.
(856) Talavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 141.
(857) Talavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 141.
(858) Cañón R amírez, Práctica de la prueba judicial, p, 347.
(859) T alavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 141.
406 ________________________________________________________
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilícita y p ro h ib id a
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A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(868) Así, R ives Seva afirma que la prueba indiciarla se dirige a demostrar la certeza de los hechos delictivos
y la participación del acusado en el mismo a través de una inferencia lógica que tiene como base hechos
que no son constitutivos del delito objeto de investigación (los indicios). R ives Seva, La prueba en el
proceso penal, p. 73. En ese mismo sentido, G arcía Cavero, La prueba por indicios en el proceso
penal, p. 69.
(869) García Cavero, La prueba por indicios en el proceso pena!, p. 71.
(870) Así, P érez del Valle explica que la probanza del dolo se realiza a través de la prueba indiciaría,
“consistente (...) en la averiguación de un elemento que permanece en la esfera interna del acusado a
partir de datos externos”. Pérez del Valle, Teoría de la prueba y Derecho penal, p. 24.
(871) García Cavero, La prueba por indicios en el proceso penal, p. 75.
(872) M í XÁN MÁSs, Indicio, elementos de convicción de carácter indiciario, prueba indiciaría, p. 16.
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Es importante señalar que los indicios deben ser sometidos a una cons
tante verificación que afecte no solo a su acreditación, sino también a su ca
pacidad deductiva; siendo que esa verificación tiende a evitar, en lo posi
ble, la incidencia del azar y la posibilidad de su falsificación. Esta actividad
(873) Así, D óhring , citado por G arcía Cavero, La pnieba por indicios en el proceso penal, p. 47.
(874) Suárez Vargas precisa que la inferencia inductiva en la valoración probatoria es en concreto una
inferencia deductiva (y no inductiva), dado que se parte de la ley o leyes a! caso en concreto. Suárez
Vargas, La prueba indiciaría en el proceso civil y en el proceso penal, pp. 113-114
(875) Cañón R amírez , Práctica de la prueba judicial, p. 341.
(876) Sobre el particular, véase R,N. N° 1912-2005-Piura (cons. 4); R.N. N° 3594-2009, lea (cons. 4).
(877) Várela, Valoración de la Prueba, p. 177.
4 1 0 ______________________________________________________________ _
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilícita y p ro h ib id a
Ya hemos indicado que los indicios pueden seguir una clasificación que
los distingue en necesarios y contingentes. Los primeros son aquellos indi
cios que guardan una relación directa y necesaria con el hecho indicado*885^,
es decir, cuando el hecho indicado no puede tener por causa otra distinta al
indicio. Los segundos, en cambio, posibilitan la deducción de una amplia
gama de hechos indicados o inferidos(886); es así que este tipo de indicios
pueden a su vez clasificarse en graves (cuando presenten un grado de pro
babilidad considerable para conducir al hecho indicado(S87)) o leves (cuan
do del indicio pueden deducirse apenas circunstancias del hecho indicado,
es decir, cuando el hecho indicado es apenas una consecuencia probable
que puede inferirse del hecho indicadori888*). ....... ~
4 1 2 ________________________________________________________
L a a ctiv id ad p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru eb a ilícita y p ro h ib id a
(889) Como indica P érez -C ruz M artín , cuanto más variada y plural es la concurrencia de hechos indicia-
rios concluyentes, tanto m ás correcta intrínsecam ente podrá considerarse la presunción que de ellos se
deriva, permitiendo de esa form a controlar en mayor medida la seguridad de la relación efecto-causa.
P érez -C ruz M artín , Derecho procesal penal , p. 544.
(8 9 0 ) MARTÍNEZ ARRIETA, C olección CU RSO S: L a p ru e b a en e l pro ceso p en a l, 1993/12, p. 65.
(891) Talavera Elguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p, 142. Para MARTÍNEZ A rrieta , si uno de
los indicios diverge, o se aparta del resto, el conjunto de la prueba indiciaría perderá eficacia probatoria,
porque potenciará la posibil idad de la concurrencia del azar. M artínez A rrieta , Colección CURSOS:
La prueba en el proceso penal, 1993/12, p. 65.
(892) Talavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 143. Sobre ello, M artínez A rrieta
explica a la conclusión se debe de arribar de manera inmediata, sin que sea admisible que al hecho
indicado pueda llegarse a través de varias deducciones o cadenas de silogismos. M artínez A rrieta ,
Colección CURSOS: La prueba en el proceso penal, 1993/12, p. 65.
(893) Talavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 143.
(894) R.N. N° 5267-2008-Lima (cons. 6.d), En igual sentido, véase el Exp. N° 00728-2008-PHC/TC-
Lima, caso: Giuliana Llamoja (f. j. 25); Exp. N° 4278-2011-PHC/TC Lima, caso: Edgar Culquimboz
(ff. jj. 3 y 4); Exp. N“ 03495-20I0-PHC/TC, Arequipa, caso: Ytalo Loza (f. j. 3).
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(895) Pastor A lcoy, Prueba por indicios, credibilidad del acusado y presunción de inocencia, pp. 32-33.
(896) C opi, citado por Cañón R amírez , Práctica de ¡aprueba judicial, p. 341.
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L a a ctiv id ad p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
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A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
2. Deslinde conceptual
M i r a n d a E s t r a m p e s advierte que la terminología que se viene utili
zando tanto en la doctrina como en la jurisprudencia dista bastante de ser
uniforme*90 Se suele emplear de forma indistinta términos como prueba
prohibida o prohibiciones probatorias, prueba ilegal o ilegalmente obtenida,
pmeba ilícita o ilícitamente obtenida, prueba ilegítimamente obtenida, prue
ba inconstitucional, pm eba nula, pm eba viciada, pm eba irregular, pmeba
clandestina, entre otros.
Lo cierto es que, como indica A rmenta D eu , esta figura puede ser es
tudiada desde varías aristas, en razón de sus distintas causas y los momen
tos en que se producen, lo que dificulta mantener un concepto unívoco al
abarcar una amplia diversidad de supuestos*9025. A ello contribuye -conti
núa la citada autora- la falta de una regulación legal específica sobre esta
materia o su regulación dispersa según figuras específicas*9035.
Puestas así las cosas, advertimos que la doctrina suele comparar con
más asiduidad el concepto de “pm eba ilícita” con los de “paieba irregular”
y “pm eba prohibida” que, como se ha de suponer, la doctrina tampoco en
cuentra criterios uniformes que permitan diferenciar una figura de las otras.
(901) M iranda E strampes, El concepto de prueba ilícita y su tratamiento en el proceso penal, p, 59. En ese
mismo sentido, M artínez García, Actos de investigación e ilicitud de laprueba, p, 38.
(902) Armenta Deu, La prueba ilícita, p. 34. En términos similares, A sencio M ellado, La prueba prohibida
y la prueba preconstituida en el proceso penal, p. 105.
(903) A rmenta D eu, La prueba ilícita, pp. 34-35.
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
que podrá derivar incluso en la absolución del acusado sin motivar algún
tipo de nulidad procesaF04).
417
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Por otro lado, si dichos elementos o medios de prueba han sido obte
nidos afectando el “contenido no esencial” de algún derecho fundamental
—incluyendo a normas ordinarias que regulan, por ejemplo, el mero proce
dimiento de obtención o práctica de la prueba- estaremos ante una “prueba
irregular (o ilegal)” que, a diferencia de las ilícitas, no necesariamente aca
rrean inutilizabilidad del medio de prueba obtenido(908)90. Ajuicio de M a r t í n e z
G a r c í a , de este último concepto puede derivarse también su prohibición
probatoria, es decir, podrá considerársele como “prueba prohibida”, aun
que con eficacia diferente al anterior supuesto'5050. En efecto, en estos casos
(prueba irregular) existe la posibilidad de subsanar el acto. .
(907) Para Picó i Junoy , los conceptos de “prueba ilícita” y “prueba prohibida” guardan relación, la prohi
bición de uso de la prueba es una consecuencia o efecto de la declaración de ilicitud. Picó i Junoy ,
El derecho a 1aprueba en el proceso civil, p. 290. Sigue esta linea, M iranda E strampes, El concepto
de prueba ilícita y st/ tratamiento en el proceso penal, p. 80. A diferencia de lo señalado, la Corte
Suprema se refiere indistintamente a la prueba ilícita y a la prueba prohibida, conforme se desprende
del R.N. N° 05-02-2008 (cons. 6.C). ' '
(908) Si somos consecuentes con la declaración del artículo V1II.2 TP CPP de 2004, no pueden considerarse
“prueba ilícita” aquellas obtenidas a través de actos que, si bien han podido quebrantar una norma
constitucional que tutela un derecho fundamental, no han logrado afectar su contenido esencial. En
estos supuestos nos encontraremos, por criterio de exclusión, ante “pruebas irregulares”.
(909) M artínez García , Actos de investigación e ilicitud de la prueba, p. 47.
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L a activ id ad p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilícita y p ro h ib id a
3. Presupuestos
Un medio probatorio podrá considerarse ilícito cuando exista: a) una
lesión de un derecho fundamental (en su contenido esencial); b) una activi
dad probatoria (actividad de obtención del medio de prueba) que haya oca
sionado esa lesión; y c) un nexo de causalidad entre ambos(91l). Así, D íaz
Cabíale y M artín M orales indican que la “obtención de la fuente de prue
ba tiene que ser el resultado de lesionar el derecho fundamental”, como es
el caso de la lesión del derecha a la integridad física para obtener la confe
sión de una persona. En sus palabras: “La característica que define la prue
ba ilícitamente obtenida es que la lesión del derecho fundamental se provo
ca para poder obtener una fuente de prueba que de otra manera sería muy
dudoso que se lograra [su obtención]”'512'.
(910) A sencio M ellado , La prueba prohibida y la prueba preconstituida en el proceso penal, p. 114.
(911) En similares términos, San M artín Castro , en Estudios de Derecho procesal, p. 112. Asi también,
D íaz Cabiale/M artín M orales, La garantía constitucional de la inadmisión de la prueba ilícitamente
obtenida, p. 22.
(912) D íaz Cabiale/M artín M orales, La garantía constitucional de la inadmisión de la prueba ¡licitamente
obtenida, p. 22. Así también, A sencio M ellado , La prueba prohibida y la prueba preconstituida en
el proceso penal, p. 118.
(913) D íaz Cabiale/M artín M orales, La garantía constitucional de la inadmisión de la prueba ilícitamente
obtenida, pp. 23-24.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
4. Clasificación
Siguiendo el criterio de las causas que determinan la ilicitud de la prue
ba, San M artín C astro propone la siguiente clasificación(9I4)915:
5. Características
Acorde a la definición de prueba ilícita, podemos identificar algunas de
sus características. Estas son:
420
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
Estos derechos fundamentales a los que se hace alusión son los recogi
dos en el Capítulo I: “Derechos fundamentales de la persona” del Título
I de la Constitución; con más habitualidad, la integridad física, la liber
tad personal, la intimidad, a la inviolabilidad del domicilio, el secreto de
las comunicaciones, entre otros(519). Cabe precisar que, en concordancia
con el artículo 3 del mismo texto normativo, no deben considerarse dere
chos fundamentales solo los descritos en el referido Capítulo I, sino tam
bién los demás que la Constitución garantiza, los que son de naturaleza
análoga o se deriven de la dignidad humana, entre otros. En ese sentido,
podemos mencionar a los. derechos fundamentales de naturaleza proce
sal como los contenidos en el artículo 139 de la Constitución0*205.
Por último, importa destacar que la proscripción del uso de las pruebas
rige siempre que, tal como dispone el artículo VIII.2 TP CPP de 2004,
hayan sido obtenidas con violación “directa” o “indirecta” del conte
nido esencial de los derechos fundamentales de la persona. Esto quie
re decir que, siguiendo a G m en o S endra , el legislador ha optado por
seguir la teoría refleja o indirecta respecto a-los efectos que produce la
prueba ilícita, es decir, no solo afectará al acto mismo que la generó,
sino también a los que derivan de ella(921). Estas cuestiones serán ex
puestas con mayor profundidad cuando tratemos la teoría de los frutos
del árbol envenenado. ..-
corroborada con el (...) Certificado Médico Legal (..,) realizado el día siguiente de su detención (.. .);
que meridianamente estamos ante lo que la doctrina ha denominado ‘prueba prohibida 0 ilícita’ que
incluye a la prueba practicada con violación de derechos fiindamentaíes absolutos en tanto se vulneró
el derecho a la integridad física; que en ese sentido (...) esta declaración obtenida por violencia carece
de valor probatorio”. R.N. N° 1376-2010, Lima{cons. 7). En igual sentido, R.N, N“ 373-2005, Huánuco
(cons. 5); Exp. N° 1142-2007, Primer Juzgado Colegiado de La Libertad (cons. 16 y 17), Espinoza
G oyena, Nueva jurisprudencia 2006-2008, pp. 167-177.
En esta misma línea, el Tribunal Constitucional definió a la prueba ilícita como “(...) aquella en cuya
obtención o actuación se lesionan derechos fundamentales o se viola la legalidad procesa!, de modo
que la misma deviene procesalmente inefectiva e inutilizable (..,)”. Exp. N° 02053-2003-HC/TC, caso:
Edmi Lastra Quiñones, (f. j. 3). .
(921) G imeno Sendra , Derecho procesal penal,-p. 753.
(922) Talavera Elguera, La prueba en el nuevo proceso penal, p. 164.
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L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
(923) Así, respecto al proceso penal español, M oreno Catena, en Prueba y proceso penal, p. 103.
(924) Para GONZÁLEZ C ussac, la prueba ilícita debe ser inadm itida en el proceso bajo el criterio de la imper
tinencia. G onzález C ussac, en Prueba y proceso penal, pp. 280-281.
(925) Talavera E louera , L a p ru e b a en e l nuevo p ro c e so p e n a l, p. 165.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
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L a ac tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d icio s y la p ru e b a ilícita y p ro h ib id a
Puestas así las cosas, cabe concluir que, en primer lugar, si la infracción
afecta al contenido esencial de un derecho fundamental (prueba ilícita)
no cabe duda de que el medio de prueba obtenido carece de todo valor
y eficacia, debiendo ser excl uido*9285, lo que significa, que no puede ser
admitido ni, en su caso, valorado en sede jurisdiccional*9295. A modo de
ejemplo, si un procesado ha brindado su declaración bajo tortura, su
declaración —inculpatoria o no—evidentemente carecerá de efecto le
gal, por lo que no podrá servir para condenarle si esta fue de conteni
do inculpatorio. -
(927) STSE 1270/1998 (f. j, 4). Así también, San M artín C astro , en Estudios de Derecho procesal,
,p. 110.
(928) En ese sentido, M oreno Catena , Prueba y proceso penal, p. 104. Cabe precisar que el citado autor ha
preferido denominar “prueba prohibida” a aquel medio de prueba obtenido mediante la afectación del
contenido esencial de un derecho fundamental, lo que para nosotros, como ya explicamos, es “prueba
ilícita".
(929) D e U rbano Castrillo /T orres M orato , La prueba ilícita penal: estudio jurisprudencial, p. 47. Así
también, San M artín Castro, Estudios de Derecho procesal, p. 106.
(930) Así también parece haberlo entendido M oreno Catena, Prueba y proceso penal, p. 105.
425
A xsenio O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(93 í)En ese sentido, M oreno Catena, Prueba y proceso penal, p. 105.
(932) M oreno Catena, Prueba y proceso penal, pp. 104-105.
(933) M oreno C atena, Prueba y proceso penal, p. 105.
(934) En ese sentido, D íaz C abiale/M aKTÍn M orales, La garantía constitucional de la inadmisión de ¡a
prueba ilícitamente obtenida, p, 22.
(935) GASCÓN A bellán, en Estudios sobre la prueba, p. 57.
(936) En ese sentido, A sencio M ellado, La prueba prohibida y la prueba preconstiluida en el proceso
penal, p. 118.
Visto ello así, pueden acarrear ilicitud probatoria las actuaciones de los
miembros de la Policía, el fiscal, el órgano jurisdiccional, los funcio
narios públicos o inclusive las propias partes cuando aportan elemen
tos que son de utilidad para el inicio o desarrollo de la investigación,
pero que '-como venimos sosteniendo- han sido obtenidas vulnerando
el contenido esencial de algún derecho fundamental*93793840). En ese tenor,
podría también pensarse en sujetos ajenos al proceso que en conocimien
to del desarrollo de ciertas investigaciones no tienen reparo en afectar
algún derecho para obtener información relacionada con dichas inves
tigaciones y aportarla a las autoridades*93®). En este último supuesto, la
aportación de este tipo de pruebas también podría constituir claramen
te un caso de prueba ilícita.
(937) R ovira canto , citado por D e U rbano Castrillo /T orres M orato, La prueba ilícita penal: estudio
jurisprudencial, p. 48.
(938) M iranda E strampes , El concepto de prueba ilícita y su tratamiento en el proceso penal, pp. 74-75.
(939) í a z C abíale, p. 118. Teniendo en cuenta ello, Gascón A bellán indica que “[Ija prohibición de prueba
D
ilícita no requiere regulación legislativa expresa, sino que deriva directamente de la Constitución por la
posición preferente de los derechos fundamentales en el ordenamiento y su condición de inviolables".
Gascón A bellán, Estudios sobre la prueba, p. 61. En ese sentido, M agro Servet, Guía de problemas
prácticos y soluciones deljuicio oral, p. 73.
(940) San M artín Castro, siguiendo a Carrió, considera que el fundamento por el cual ciertos culpables no
son penados no es la regla de exclusión probatoria, sino la misma Constitución que prohíbe la admisión
de medios de prueba obtenidas a través de dichas afectaciones a derechos fundamentales, San M artín
Castro, E s t u d i o s d e D e r e c h o p r o c e s a l , p. 107.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
En tal virtud,. San M artín C astro considera que son dos los efectos
de la prueba ilícita: “el primero, negativo, que significa que la vulneración
de las disposiciones que la regulan [a la prueba ilícita] da lugar a la fal
ta de efectos de la prueba obtenida, a la imposibilidad de apreciación e in
cluso de aportación al proceso. El segundo, positivo, que se concreta en la
obligación que a todos produce de respetar la normativa procesal garantis-
ta y que, a su vez, conduce a que se cumplan las prescripciones normati
vas, obligando a que el proceso se someta al derecho, cumpliéndose enton
ces uno de los pilares del Estado de Derecho”94192(943).
6.1. Teoría de los frutos del árbol envenenado y las reglas de exclusión
La regla de exclusión (exclusionary rulé), terminología empleada por
la jurisprudencia norteamericana, puede ser entendida en nuestro sistema
como aquella según la cual los materiales probatorios obtenidos por cual
quier sujeto, sea funcionario público o particular, mediante una actividad
que lesiona el contenido esencial de algún derecho fundamental no podrán
ser admitidos ni valorados por el órgano jurisdiccional en cualquiera de sus
decisiones, siendo la más importante aquella en la que justifica la respon
sabilidad del procesado(946>. El fundamento de esta postura está en el reco
nocimiento de la preeminencia de los derechos fundamentales y su respeto
frente a cualquier otra actividad, aun cuando esta fuera pública{947).
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A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(948) M iranda E strampes, El concepto de prueba ilícita y su tratamiento en el proceso penal, p. 190.
(949) Baria de Quiroga, Las escuchas telefónicas y la prueba ilegalmente obtenida, pp. 117-118.
(950) F idalgo G allardo , Las "prueba ilegales ", p. 434.
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(951) En ese sentido, D íaz Cabiale/M artín M orales, La garantía constitucional de la inadmisión de la
prueba ilícitamente obtenida, p. 77.
(952) Fidalgo Gallardo, Las “'prueba ilegales", pp. 49 y 302 y ss.
(953) DÍAZ Cabiale/M artín M orales, La garantía constitucional de la inadmisión de la prueba ilícitamente
obtenida, p. 78,
(954) San M artín Castro, Estudios de Derecho procesal, p. 116,
(955) G ascón A bellán, Estudios sobre la prueba, pp. 68 y 86-87.
431
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(956) E spinoza G oyena, La prueba prohibida en la jurisprudencia nacional, véase en: <http://w w w .
lozavalos.com .pe/alertainform ativa/im agenes/A nuario_A lerta_Infonnativa_2013.pdf> ,
(957) San M artín C astro, en Estudios de Derecho procesal, p. 119.
(95 8) Di az Cabiale/M artín M orales, La garantía constitucional de la inadmisión de la prueba ilícitamente
obtenida, p. 82.
(959) Gascón A bellán , en Estudios sobre la prueba, p. 68.
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A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
problema según cada caso concreto. De hecho, en los mismos Estados Uni
dos, hay estados que han rechazado la aplicación de esta excepción, justa
mente por considerar que la buena fe es un aspecto puramente subjetivo y,
consecuentemente, de difícil comprobación.
(964) M iranda Estrampes, El concepto de prueba ilícita y su tratamiento en el proceso penal, pp. 180-181.
Para Gómez C olomer, la excepción de buena fe es una “doctrina criticable, porque es demasiado amplia
no quedando asegurada la garantía constitucional que se protege con la regla de exclusión”. G ómez
Colomer, Prueba y proceso penal, p. 144.
L a a c tiv id a d p ro b a to ria , la p ru e b a p o r in d ic io s y la p ru e b a ilíc ita y p ro h ib id a
Esta regla viene siendo matizada por diversos criterios que limitan su
aplicación, reconociéndole así un carácter relativo. U na vez más, la cues
tión que sale a relucir gira en tomo al fundamento de la prueba ilícita y pue
de ser presentada a través de la siguiente interrogante: ¿la prueba indirecta
o derivada de un acto que lesiona el contenido esencial de un derecho fun
damental, al ser obtenida lícitamente, es aprovechable o debe ser exclui
da del proceso por tener su origen mediato en un acto ilícito? Si tenemos
en cuenta el carácter preeminente de los derechos fundamentales frente a
cualquier actividad estatal, habría que considerar, siguiendo a E dwards,
• que el Estado no puede beneficiarse con ningún material probatorio obte
nido ilegalmente, aun cuando este fuere derivado(965).
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A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
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CAPITULO III
CONVENCIONES PROBATORIAS,
PRUEBA NUEVA Y PRUEBA DE O FICIO
Capítulo III
Convenciones probatorias,
prueba nueva y prueba de oficio
_______________________________________________________ 443
A ise n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro cesa] P e n a l p e ru a n o
1. Concepto
Las convenciones probatorias son aquellos actos procesales que, pre
via aprobación judicial, tienen como finalidad, de un lado, dar por cierto
determinados hechos sin necesidad de la correspondiente actuación proba
toria y, de otro, informar al juez penal que un determinado hecho se acre
ditará a través de un medio de prueba específico.
AAA
C o n v e n c io n e s p ro b a to ria s, p ru e b a n u e v a y p ru e b a d e oficio
2. Sujetos legitimados
B ernal C uéllar y M ontealegre Lvnett (984) sostienen que las esti
pulaciones probatorias (denominación legal empleada en el ordenamiento
colombiano) son acuerdos entre la defensa del imputado y la fiscalía sobre
el material probatorio que será presentado en el juicio oral.
(984) Bernal CuÉllar/Montealegre Lynett, El proceso penal, t. II, 6.1 ed., p. 795.
(985) Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia del 16 de julio de 2012, ref. N° 11001-02
04-000-2012-01083-01; Sala de Casación Penal, sentencia del 19 de julio de 2012, ref. acta N° 267.
(986) Hermosilla Iriarte, Práctica de la prueba en eljuicio oral p. 243.
(987) H érmosiEla I riarte , Práctica de laprueba en eljuicio oral, p. 244. En igual sentido, H orvitz L ennon ,
en Derecho procesal penal chileno, p. 41.
(988) Talavera Elguera, La prueba en el nuevo proceso penal, p. 61.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
3. Elementos
(989) B ernal C uéllar /M qntealeore L ynett , El proceso penal, t. II, 6.a ed„ p, 796.
(990) G uerrero P eralta, Institutos probatorios, p. 118.
(991) Guerrero P eralta, Institutos probatorios, p. 321.
(992) Esta opinión es compartida por Hinostroza Minguez, aunque refiriéndose al ámbito civil. H enostRoza
Minguez, Comentarios al Código Procesal Civil, 1.1,3.8 ed., p. 562.
(993) G uerrero P eralta, Institutos probatorios, p. 135.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
4. Objeto
El artículo 156.3 del CPP de 2004 ha prescrito que la convención pro
batoria recaerá sobre “determinadas circunstancias” . Sin embargo, a efec
tos de delimitar los alcances de las convenciones probatorias, tenemos que,
a través de una interpretación sistemática con el artículo 350.2 del mismo
cueipo normativo, la locución “determinadas circunstancias”, en realidad,
está referida a los hechos que sustentan la pretensión penal o la pretensión
civil(994), o los medios de prueba que serán necesarios para que determina
dos hechos se estimen probados.
En este sentido, la Corte Suprema señala que el artículo 350.2 “(...) re
gula los acuerdos probatorios de los sujetos procesales referidos a los con
venios de las partes sobre determinados hechos, siempre que no se acep
te responsabilidad, pues si se admiten pactos sobre la ocurrencia del hecho
punible y responsabilidad del imputado, involucraría aceptar preacuerdos
con la finalidad de poner fin anticipadamente al proceso”(995).
(994) En el mismo sentido, aunque refiriéndose únicam ente a la pretensión penal, Talavera E lguéra , La
■ prueba en el nuevo proceso penal, p. 61.
(9 9 5 ) A u to d e c a s a c ió n N ° 12-2010, H u a u ra (f. j . 8).
(996) La denominación de “hechos periféricos” es empleada por Hermosilla Iriarte, en Práctica de la
prueba en eljuicio oral, p. 248.
(997) U gaz Zegarra, Las convenciones probatorias y los hechos en elproceso penal, véase en: <http://www.
Io2avalos.com.pe/alertainforrnativa/index.php?modiadocnmento&com=documento&id=3097>.
(998) En igual sentido, David C órdoba/E raso M uños /L ópez G óme2 /M altricio Suárez /T orres S ilva,
Estipulaciones probatorias, véase en: <https://prezi.com/uo03k-f9gkd _/estlpulaciones-probatorias/>.
_______________________________________________________ 449
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5, Efectos
La aprobación de la convención probatoria tiene como consecuencia
que el hecho que conforma su objeto tenga el carácter de cierto y, a la vez,
provisional. .
6. Finalidad
La finalidad de las convenciones probatorias puede estudiarse desde la
perspectiva del juez y de las partes.
(1002) Conviene indicar que lo expuesto en estas lineas no es una opinión compartida en !a legislación
comparada, pues en ella influye ¡a concepción que cada cultura jurídica tenga del rol que debe tener
el juez respecto de la determinación de los hechos. Así, por ejemplo, G uerrero P eralta indica que
“La diferencia que encuentran los expertos italianos entre [su] modelo y el de los Estados Unidos,
realmente se da en el campo de los poderes probatorios del juez, pues mientras en Italia la recons
trucción del hecho es uno de los poderes conferidos al órgano jurisdiccional, incluso de oficio, no
ocurre lo mismo y en similar extensión con el juez norteamericano”, Guerrerq PERALTA, Institutos
probatorios, p. 135.
(1003) Sentencia C-327/97, Bogotá. En igual sentido se ha pronunciado la Corte Suprema colombiana, me
diante sentencia casatoria N° 40171, del 28 de noviembre de 2012. En doctrina, véase Aguirre Ch,
“Las convenciones o estipulaciones probatorias y su aplicación en el proceso penal peruano”, Gaceta
Penal & Procesal Penal, 2013/47, pp. 232-233; y David C órdqba/E raso M uños/LÓpez Gómez/
M auricio Suárez/T orres Silva, Estipulaciones probatorias, véase en: <https://prezi.com/uo03k-
f9gkd_/estipulaciones-probatorias/>.
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7. Procedimiento
7.1. Proposición
La opción legislativa ha circunscrito la proposición de convenciones pro
batorias, vía acuerdos o admisión de hechos, a la etapa intermedia (art. 350.2),
siempre y cuando este sea ofrecido, de acuerdo al artículo 350.1, dentro del
plazo de diez días computados a partir de notificada la acusación escrita.
Se advierte que los jueces están asumiendo un rol proactivo, pues, lue
go de escuchar los respectivos alegatos durante la audiencia de control de
acusación, invitan a las partes para que acuerden sobre ciertos hechos o
medios de prueba. ....
(1004) B ernal C uéllar /M ontealegre Lynett , El proceso penal, t. II, 6.a ed., p. 796.
(1005) En igual sentido, H ermosilla I riarte, Práctica de la prueba en el juicio oral, pp. 249-251.
C o n v e n c io n e s p ro b a to ria s, p ru e b a n u e v a y p ru e b a d e oficio
parte menos favorecida a una situación tal que únicamente le quedaría so
portar los efectos de la convención probatoria, aun cuando no necesaria
mente esté conforme con todos los extremos de su objeto.
7.2. Admisión
Conforme indicamos anteriormente, la intervención del órgano juris
diccional como elemento de la convención probatoria es de vital impor
tancia, pues es a través de ella que se podrá evaluar la pertinencia, condu
cencia y utilidad del acuerdo o de la aceptación de los hechos formulados.
Finalmente, el artículo 353.2.c del CPP de 2004 prescribe que las con
venciones probatorias admitidas por el juez serán aprobadas mediante el
auto de enjuiciamiento que se emite al finalizar la audiencia de control de
acusación. En esta oportunidad, el juez de investigación preparatoria, conti
núa el artículo 352.6 del CPP de 2004, deberá indicar los hechos específicos
(1006) David C órdoba/E raso Muños/LÓpez G ómez/M auricio Suárez/Torres Silva, Estipulaciones
probatorias, véase es: <https://prezi.com/uo03k-f9gkd_/estipulaciones-probatorias/>.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
que se dieren por acreditados o ios medios de prueba necesarios para con
siderarlos probados.
7.3. Actuación
Toda vez que la convención probatoria tiene como objeto evitar la ac
tuación de prueba, tenemos que la incorporación de los datos contenidos en
el acuerdo probatorio al juicio se produce mediante sú lectura*1008*, no obs
tante que la Corte Suprema haya señalado que la actuación de los acuerdos
probatorios se limitará “(...) solo a la actuación de esas instrumentales”*1009*.
7.4, V aloración
El Código Procesal Penal de 2004 ha prescrito que el hecho acordado
“( .. .) se valorará como un hecho notorio” (art. 156.3), con lo cual el juzga
dor, por una cuestión conceptual de la fórmula legal adoptada, queda vincu
lado a los términos del acuerdo promovido por las partes.
(1007) Comparte esta línea de interpretación, A rbulú M artínez, La prueba en el Código Procesal Penal
de 2004, pp. 105-106. '
(1008) David Cókdoba/E raso Muños/L ópez Gómez/M auricio Suárez /Torres Silva, Estipulaciones
probatorias, víase en: <https://prezi.com/uo03k-f9gkd_/estipulaciones-probatorias/>.
(1009) Auto de casación N* 12-2010, Huaura (f. j. 8).
C o n v e n c io n e s p ro b a to ria s, p ru e b a n u e v a y p ru e b a d e oficio
1. Concepto
Con la prueba nueva se hace referencia a la posibilidad que tienen las par
tes o el propio juez para proponer medios de prueba de forma extemporánea 10
(1010) U gaz Z eGarra , Las convenciones probatorias y los hechos en el proceso penal: hechos secundarios
como objeto de las convenciones probatorias, véase en: <h ttp ://w w w .lo za v alo s.co m .p e/ale rta in -
fo rm a tiv a/in d e x .p h p ?m o d = d o c u m en to & co m = d o c u m en to & id = 3 0 9 7 >.
(1011) H er m o silla I r ia r t e , P ráctica d e la p ru eb a en el ju icio oral, p, 254.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
2. Características
Del concepto expuesto, podemos extraer las siguientes características:
________________________________________________________457
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e s a l P e n a l p e ru a n o
(1016) Así io considera Rivera Morales cuando trata la iniciativa probatoria del juez. Rivera M orales,
La prueba: un análisis racional y práctico, p. 138.
(1017) B aytelman A./D uce J., Litigación penal, juicio oral y prueba, p. 58.
(1018) M iranda Estrampes, A nuario A lerta Info rm a tiva 2013, p. 98.
(1019) B aytelman A./ü u c e J., Litigación penal, juicio oral y prueba, p. 58.
(1020) Baytelman A./D uce J.( Litigación penal, juicio oral y prueba, p. 58.
458 ________________________________________________________
C o n v e n c io n e s p ro b a to ria s, p ru e b a n u e v a y p ru e b a d e oficio
459
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
. El inc. 2 del artículo 373 del CPP de 2004 dispone lo siguiente: “excep
cionalmente, las partes podrán reiterar el ofrecimiento de medios de prueba 10234
Sobre ello, hay que decir, en prim er lugar, que su proposición puede
ser tanto a pedido de parte como dispuesta oficiosamente, lo que hace cons
tar que su práctica se dispondrá luego de la actuación de aquellos medios
de prueba aportados de forma regular o, también, luego de la actuación de
los dos supuestos de prueba nueva ya indicados. Es de destacar que con es
tas disposiciones, “(■■•) el órgano judicial no está llevando a cabo ninguna
labor de investigación”0025) ni rebasa los Emites antes referidos (principio
acusatorio y de imparcialidad), pues solo complementa la actividad proba
toria desplegada por las partes.
Siendo ello así, esta modalidad de prueba nueva no puede ser emplea
da como una especie de segunda oportunidad para que las partes puedan 10256
(1027) G ascón I nchausti, El control de la fiabilidad probatoria: "Prueba sobre prueba" en el proceso
penal, p, 145.
(1028) Sobre el particular, la Corte Suprema señaló que “(...) las reglas generales de admisión de los medios
probatorios no rigen para la admisión de ios medios probatorios en segunda instancia”; toda vez que,
a tal efecto, continúa la Corte, el artículo 422.2 d d CPP de 2004 señala que "solo se admitirán los
siguientes medios de prueba: a) los que no se pudo proponer en primera instancia por desconocimiento
de su existencia; b) los propuestos que fueron indebidamente denegados, siempre que hubiere formu
lado en su momento la oportuna reserva; y, c) los admitidos que no fueron practicados por causas no
imputable a él”. Sentencia casatoriaN” 56-2010, La Libertad (f. j. 11),
De nuestra parte, consideramos que tal exigencia encuentra justificación en la naturaleza del proce
dimiento recursal de apelación limitada, en virtud del cual la actuación de la prueba no tiene como
objeto promover nuevamente la práctica de todos los medios de prueba que hubieren sido ofrecidos,
admitidos y acusados en primera instancia.
463
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
indicar que el legislador del CPP de 2004 hace bien en prever la posibili
dad de que puedan aparecer elementos de prueba cuyo conocimiento es re
portado cuando ya ha transcurrido o culminado la fase de proposición de
medios probatorios de la primera instancia. Esta situación, si es acreditada
debidamente, debe ser suficiente para que el juez ad quem admita el medio
de prueba propuesto “(••-) sin perjuicio de que si el tribunal considera la di
ligencia redundante, superñua, inútil o desproporcionada la inadmita” (l029)103.
(1029) Bañeres Santos, Manuales de Formación continuada: La prueba en el proceso penal, 2000/12,
p. 100.
(1030) B añeres Santos, Manuales de Formación continuada: La prueba en el proceso penal, 2000/12,
p. 83. .
C o n v e n c io n e s p ro b a to ria s, p ru e b a n u e v a y p ru e b a d e oficio
(1031) Tribuna! Supremo español, citado por Bañeres Santos, Manuales de Formación continuada: La
prueba en el proceso penal, 2000/12, p. 84, ■
(1032) S T C E 2 5 /1 9 9 7 ( f .j. 5). .
(1033) M agro Servet, Guia de problemas y soluciones en eljuicio oral, p. 167.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
En los demás supuestos de prueba nueva -sean los del inciso 1 del ar
tículo 385 (prueba nueva limitada) o inciso 2 del mismo artículo (prue
ba sobre prueba)-, su proposición parte de una necesidad derivada de
la propia actuación probatoria -d e ahí que también la pueda proponer
el juez de oficio-, sea para conocer mejor los hechos (prueba nueva li
mitada), o para corroborar o desvirtuar otros medios probatorios pre
viamente actuados (prueba sobre prueba). Su admisión será discutida
conforme a lo establecido por el artículo 385.1 del CPP de 2004; este
criterio también se predica del supuesto de “prueba sobre prueba” re
gulado en el inciso 2 del mismo artículo. .
(1034) En ese sentido, respecto al procedimiento abreviado español, M agro S ervet, Guía de problemas y
soluciones en eljuicio oral, p. 171.
466 _______________________________________________________
C o n v e n c io n e s p ro b a to ria s, p ru e b a n u e v a y p ru e b a de oficio
Respecto del asunto a probar, el artículo 422.3 del CPP de 2004 pres
cribe que, en el caso de medios de prueba nueva en segunda instancia,
“Solo se admitirán medios de prueba cuando se impugne el juicio de
culpabilidad o de inocencia. Si solo se cuestiona la determinación ju
dicial de la sanción, las pruebas estarán referidas a ese único extremo.
Si la apelación en su conjunto solo se refiere al objeto civil del proce
so, rigen los límites estipulados en el artículo 374 del Código Procesal
Civil”.
(1035) Gañeres Santos, Manuales de Formación continuada: La prueba en el proceso penal, 2000/12,
p. 100.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Estas serían las reglas que establece el aún vigente Código de Proce
dimientos Penales en tomo a la presentación de testigo y/o perito nuevo en
audiencia, acto procesal más cercano a la figura que hemos venido estu
diando: la prueba nueva.
Lo que hay que destacar para el modelo seguido por el texto procesal
de 1939 es que el testigo o perito a presentar en audiencia debe tener la ca
lidad de nuevo. “Es decir, que ellos no hayan testimoniado ni dictamina
do en la etapa de investigación; que intervengan por primera vez en el pro
cedimiento y en la etapa de juzgamiento. Esta calidad es otra de las condi
ciones a tener en cuenta para la procedencia del pedido',(1036). Es de tener
en cuenta que, como explica M i x á n M á s s , es “( . . .) conveniente tener pre
sente que la permisión de presentar testigos o peritos nuevos en audiencia
es de carácter excepcional; por tanto, se aplican estrictamente los requisi
tos previstos para el caso (.. ,)”{!037\ que son justamente los recogidos en el-
artículo 238 del mencionado cuerpo legal.
468 _
C o n v e n c io n e s p ro b a to ria s, p ru e b a n u e v a y p ru e b a d e oficio
(puro) a todo sistema procesal que concibe al juez como un sujeto pasi
vo rígidamente separado de las partes que actúan activamente en condi
ciones iguales. Es notorio el papel antagónico que desempeña el juez en
cada sistema. En el prim ero asume todo el rol dentro del proceso (inves
tiga y juzga), mientras que en el segundo su rol es completamente pasi
vo frente al rol activo de las partes que son quienes inician y desarrollan
todo el debate.
2. Concepto
Con la prueba de oficio se hace referencia a la proposición de actuación
probatoria del juez durante las sesiones del juicio oral respecto a aquel ma
terial (probatorio) que en su momento no fue ofrecido por las partes y con
el único fin de conocer mejor ciertos hechos (prueba nueva limitada) o, si
fuere el caso, esclarecerlos (prueba sobre prueba)^04^.
3. Fundamento y límites
La prueba ex officio se fundamenta en la “búsqueda de la verdad ma
terial” que, pese a que nos encontremos ante un modelo, procesal de ten
dencia acusatoria, no debe descartase como una finalidad del proceso. En
efecto, si bien debemos reconocer que en ocasiones no es posible hallar la
verdad material o histórica, ello no supone que su búsqueda deba ser aban
donada; en realidad, el descubrimiento de la verdad debe guiar la actividad
del juez en el proceso penal(I047h Es por ello que, en la búsqueda de tal fi
nalidad, debe otorgársele ai juez limitadas facultades probatorias, como es
la prueba de oficio, para que así se garantice con mayor precisión el cono
cimiento de los hechos materia de enjuiciamiento.
(1046) En térm inos similares, Angulo Arana, Actualidad Jurídica, 2008/175, p. 154; Miranda Estrampes,
Anuario Alerta Informativa 2013, p. 68.
(1047) En ese mismo sentido, Taruffo considera que “la idea general de verdad se puede concebir como
una especie de ‘ideal regulativo’, esto es, como un punto de referencia teórico que se debe seguir a
fin de orientar la empresa del conocimiento en ía experiencia real del mundo". Taruffo, La prueba,
p. 26. Así también, Florián, Elementos de Derecho procesal penal, pp. 58-63; M uñoz C onde,
La búsqueda de la verdad en el proceso penal, pp. 97-98; y M aier, Derecho procesal penal, t. II,
pp. 146-157. , '
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1048) La facultad oficiosa del juez para incorporar prueba al juicio debe tener límites claros, a fin de no
afectar la imparcialidad del juez y para garantizar los derechos fundamentales de los intervinientes.
CORDÓN A guilar, Prueba indiciaría y presunción de inocencia en elproceso penal, véase en: <http7/
gredos.usal.es/jspui/bitstream/]0366/n0651/l/DDAPP_Cordon_Aguilar_JC_PruebaIniciaria.pdf>.
C o n v e n c io n e s p ro b a to ria s, p ru e b a n u e v a y p ru e b a de oficio
La exigencia que deriva de este límite es que el juez permita a las par
tes debatir sobre el medio probatorio que ha sido incorporado de ofi
cio, dando plena vigencia a un importante principio informador del sis
tema acusatorio: el principio de contradicción.
(1049) M iranda Estrampes, Anuario Alerta Informativa 2013, p. 98. En igual sentido se tía manifestado la
Corte Superior de Justicia de Huaura, al expresar que la práctica de la prueba de oficio desnaturaliza
el proceso penal cuando, a través de dicha institución, el juez sustituye a las partes en la actuación de
las pruebas. Exp. N° 2007-00469, Sala Penal Permanente de la Corte Superior de Justicia de Huaura,
en Gaceta Penal & Procesal Penal, 2009/4, pp. 277, (f. j. 3.C).
(1050) M iranda E strampes, Anuario Alerta Informativa 2013, p. 98. En sentido contrario, Taruffo con
sidera que el juez sí tiene la facultad para elim inar las lagunas defensivas tanto del fiscal como del
abogado defensor del imputado, y es que si las partes actuaron diligentemente, explica este autor, el
ju ez no tendría necesidad de recurrir a la prueba de oficio. Afirma incluso que ei ju ez actúa solamente
en aquellos casos en los que exista una insuficiencia probatoria en la defensa de las partes. Taruffo,
entrevista realizada para Anuario Alerta Informativa 2013, p. 313.
(1051) Picó I J unoy, El juez y la prueba, p. 174.
473
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Este limite impide tam bién que el juez ofrezca pruebas que haya co
nocido fuera del proceso por más importantes que sean. Si lo hicie
ra, el juez actuaría conforme a su conocimiento privado, pues estaría
pretendiendo dem ostrar aspectos que no han sido m encionados por
las partes, perdiendo su im parcialidad y convirtiendo su decisión en
arbitraria. ....
e. La prueba de oficio solo puede ser acordada una vez finalizada la prác
tica de las pruebas aportadas por las partes. Este límite precisa el mo
mento en el cual procede la práctica de prueba ex officio. En concor
dancia con el límite anterior, si la necesidad de actuación de la prueba
de oficio surge durante el debate oral del juicio, es comprensible fijar
el momento de su proposición luego de su culminación.
(1052) STSE 8855/2002 (cons. 3), del 26 de diciembre de 2002; en esta linea, STCE 188/2000 (f. j. 2) del 10
de julio de 2002.
(1053) M iranda E strampes, Anuario Alerta Informativa 2013, p, 98.
C o n v e n c io n e s p ro b a to ria s, p ru e b a n u e v a y p ru e b a d e oficio
4, Características
Del concepto propuesto, cabe señalar las siguientes características:
a. La prueba de oficio se circunscribe al ámbito proyectado por la prue
ba nueva. En efecto, y tal como desarrollaremos luego con más dete
nimiento, los casos de prueba de oficio regulados por el CPP de 2004
se enmarcan en dos supuestos de prueba nueva, la prueba nueva limi
tada (art. 358.1) y la prueba sobre prueba (art. 358.2).
b. La prueba de oficio tiene un carácter excepcional, subsidiario y com
plementario. En primer lugar, en concordancia con lo dispuesto por el
475
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
476
C o n v e n c io n e s p ro b a to ria s, p ru e b a n u e v a y p ru e b a d e o ñ cio
5. M odalidades
Antes de la entrada en vigencia del CPP de 2004, ningún texto proce
sal regulaba la prueba de oficio. No existía mayor discusión respecto de la
iniciativa probatoria ex officio del tribunal, pues se entendía que dicha fa
cultad -pese a que no se encontraba expresamente establecida en el Códi
go de Procedimientos Penales- era algo propio del sistema procesal mixto
que imperaba en ese momento. La falta de regulación, ya sea proscribién
dola o admitiéndola, originó que existan diversidad de criterios en cuanto
a los límites, presupuestos y procedimiento para su actuación, lo que origi
nó la pérdida de imparcialidad de algunos jueces<1056).
(1056) En esta línea, San Martín Castro, Laprueba en elprocesopenal, véase en: <http://www.pj.gob.pe/
wps/wcm/connect/58c38a8046el050590129]44013c2be7/Tema+ni.-.pdf?MOD=AJPERES&CACH
EID=58c38a8046 el050590I29144013c2be7>.
(1057) San M artín Castro, D e r e c h o p r o c e s a ! p e n a l, t, I, pp. 663-664.
_ ______________________________________________________ 477
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
conocer los hechos, siempre que sea posible, que no se halla [sic] realiza
do dicha diligencia en la investigación preparatoria o esta resultara m ani
fiestamente insuficiente, el juez penal, de oficio o a pedido de parte, previo
debate de los intervinientes, ordenará la realización de una inspección o
de una reconstrucción, disponiendo las medidas necesarias para llevarlas
a cabo”. .
(1058) Con la “forma extemporánea de presentación de medios de pruebas” nos referimos a aquellos medios
probatorios que no han podido ser presentadas en el plazo regular de la etapa intermedia.
C o n v e n c io n e s p ro b a to ria s, p ru e b a n u e v a y p ru e b a d e oficio
Sobre este supuesto, hay que decir que, en primer lugar, nos encontra
mos ante una modalidad de prueba nueva conocida también como “prue
ba sobre prueba” . Su particularidad está en que mediante su proposición
y práctica se pretende complementar o, en sentido contrario, desvirtuar un
medio probatorio previamente practicado, todo ello con el fin de dejar me
jo r esclarecido los hechos (esclarecer la verdad)(1059). A modo de ejemplo,
si la credibilidad de un testigo es cuestionada puede llamarse a otros tes
tigos -o , incluso, a uno que ya declaró- para testificar únicamente sobre
este cuestionamiento.
Tal como hemos apuntado, la “prueba sobre prueba” está prevista para
superar a una necesidad que sobreviene durante el desarrollo de la activi
dad probatoria en el juicio oral, esto es, corroborar o desvirtuar la eficacia
de otros medios de prueba. Siendo ello así, esta modalidad de prueba nueva
no puede ser empleada como una especie de segunda oportunidad para que
las partes puedan remediar las negligencias en su estrategia probatoria(1060)106.
En ese mismo sentido, el abogado defensor, bajo el supuesto de “prueba
sobre prueba”, no podrá solicitar la práctica de una pericia para verificar la
autenticidad de un documento, cuando se constate que dicho medio proba
torio ha podido ser ofrecido en la etapa correspondiente.
(1059) Gascón InchauSTI, El control de la fiabilidad probatoria: "Prueba sobre prueba" en el proceso
penal, p. 15.
(1060) Gascón InCHausti, El control de la fiabilidad probatoria: "Prueba sobre prueba" en el proceso
penal, p. 145.
(1061) Baytelman A./D uce J., Litigación penal, juicio oral y prueba.
479
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
L A P R U E B A A N T IC IP A D A
Y L A P R U E B A P R E C O N S T IT U ID A
Capítulo IV
La prueba anticipada y la prueba preconstituida
Hemos ya indicado que el juez penal solo puede adoptar una decisión
de mérito sobre la base de los medios de prueba actuados durante la vista
de la causaa°63). A ello apunta, precisamente, la distinción entre los actos
de investigación y los actos de prueba, en la medida de que mientras aque
llos tienen como finalidad principal acopiar los elementos de convicción
suficientes para fundamentar el inicio del juicio oral; estos solo proceden a
efectos de sustentar el juicio de aceptabilidad de los hechos que debe rea
lizar el juez de mérito.
I. Fundamento constitucional
El establecimiento de los procedimientos de aseguramiento probatorio se
asienta en la necesidad de garantizar mayor eficacia y virtualidad del derecho
a la prueba''lrt65), garantizando que las partes litigantes puedan justificar debi
damente las razones o hechos en que apoyan sus respectivas pretensiones1065(1066).
esta opinión, al reconducir el carácter irreproducible a laprueba preconstituida, Neyra Flores, Tratado
d e D erecho p ro c e sa l p en a l, t. II, pp. 351 y 357; RN. ND001723-2011-Lima (cons. 3).
(1069) GuzmÁN F luía, A nticipación y p re c o n stitu c ió n de la p ru e b a en el p ro c e so penal, pp. 211-212.
(1070) En este sentido, C esari señala que el concepto de “irrepetibilidad” no puede llevar a identificar el medio
de investigación con el medio de prueba, ni puede llevar a considerar que un acto de investigación se
convierta en su “correlativo” de prueba. Esto seria una metamorfosis que acentuaría la identificación
o aproximación entre fase de instrucción y fase del juicio oral, cuando, todo lo contrario, el medio de
investigación es una operación preparatoria dei medio de prueba. El medio de investigación allega un
conocimiento, una información, y se trata a través del medio de prueba de incorporar el conocimiento o
información “equivalente”. Para ello, muchas veces hay una operación semejante u homónima a la del
medio de investigación, pero esto no hace que se puedan identificar. Son dos medios distintos de extraer
información a una misma fuente, extracción de información con finalidades distintas. C esari, citado
por G uzmán F luía , A nticipación y p reconstitución de ¡a pru eb a en el pro ceso p en a l, pp, 211-212.
______________________________________________________________________ 4 8 5
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1071) Guzm án F luía , Anticipación y preconstitución de la prueba en el proceso penal, pp. 211-211.
(1072) Guzmán F luía , Anticipación y preconstitución de la prueba en el proceso penal, p. 213; Talavera
E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 71.
L a p ru e b a a n tic ip a d a y la p ru e b a p re c o n stitu id a
1. Naturaleza jurídica
Al momento de estudiar la actividad probatoria se advirtió que el juez
solo deberá emitir su sentencia sobre la base de los actos de prueba produ
cidos durante el juicio oral, una vez que los medios de prueba hayan sido
actuados y valorados.
(1073) Por su parte, SÁNCHEZ V elarde sostiene que la prueba anticipada tiene su antecedente en el Proyecto
de Código Procesal Penal de 1995, que lo regulaba bajo el título de “prueba de urgencia”. Sánchez
V elarde , Manual de Derecho procesal penal, pp. 660-661.
(1074) Entre otros, véase el Acuerdo Plenario N° 1-2011/CJ-116, Lima (f. j. 38); RN. N° 1723-2011-Lima
(f. j. 3); RN. N° ¡48-2006-Cusco. (f. j. 4); RN. N° 449-2009-Liraa (f. j. 5).
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1075) No obstante lo señalado, su imprecisa regulación (que no es privativa de nuestro ordenamiento, sino
también del ordenamiento español) ha generado que la prueba anticipada (que constituye acto de prueba),
en la práctica, reciba el tratamiento de un elemento de convicción, a resultas de fundamentar alguna
medida de coerción o, incluso, sustentar el escrito de requerimiento acusatorio, como si su incorpo
ración se produjese a través de algún medio de prueba o su valor probatorio estuviese condicionado
a su correspondiente actuación durante el plenario. Al respecto, critica la imprecisa regulación de la
prueba anticipada, y su generalizada confusión entre esta institución y la prueba preconstituida en
diversos pronunciamientos del Tribunal Constitucional, MARTÍN PASTOR, El proceso penal en la
Doctrina del Tribunal Constitucional (1981-2004), pp. 737-739.
(1076) M iranda E strampes, La mínima actividadprobatoria en el proceso penal, p. 331. Evidentemente, lo
señalado do impide que la prueba anticipada pueda ser utilizada para fundamentar alguna medida de
coerción, siempre y cuando este se formule dentro del marco en que la referida modalidad probatoria
sea procedente,
(1077) A sencio M ellado , Prueba prohibida y prueba preconstituida en el proceso penal, p. 281.
(1078) M iranda E strampes, La mínima actividad probatoria en elproceso penal, p. 346 y Gálvez V illegas/
R abanal Palacjos/C astro Trigoso , El Código Procesal Penal, p. 325.
4 8 8 ______________________________________________________________________
L a p ru e b a a n tic ip a d a y la p ru e b a p re c o n stitu id a
2. Presupuestos .
El carácter excepcional de la prueba anticipada implica que la interpre
tación de sus normas debe tender a evitar que su práctica sea generalizada.
489
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1086) Entre otros, comparten esta opinión A ngulo Arana., Nuevo Código Procesal Penal comentado, Vol. I,
pp. 858-859; M iranda E strampes, Aí¡ mínima actividad probatoria en elproceso penal, pp, 324-326;
M iranda Estrampes, Práctica de la prueba en el juicio oral, pp. 96-97; Rjf.á Soler, en Estudios
sobre prueba penal, Vol. I, p. 155; U gaz Z egarra, Nuevo Código Procesal Penal comentado, vol. I,
p. 844.
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1087) En este sentido, véase los Exps. N° 6219-2010-4, (cons.2) y N” 1956-2011-72 (cons. 2) del Cuarto
Juzgado de Investigación Preparatoria de Trujillo, En: Ju risp ru d e n c ia nacional, 1.1, pp. 79-80.
(1088) Talavera E lguera , L a p r u e b a en el n u evo p ro c e so p e n a l, p. 66.
(1089) Talayera Elguera , L a p r u e b a en el n u evo p ro c e so p en a l, p, 66.
L a p ru e b a a n tic ip a d a y la p ru e b a p re c o n stitu id a
Por nuestra parte, consideramos que este presupuesto tiene como ob
jeto flexibilizar el carácter excepcional de la práctica anticipada de la
prueba, al fundam entar su procedencia en la inoperancia o ineficacia de
las medidas de prevención de la eventual comisión del delito -ta l como
(1090) E n igual sentido, M ir a n d a E stram fes , Práctica de la prueba en el juicio oral, p. 201.
A rse n io O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1091) R.N. N° 3991-2009-Áncash (cons. 5). En igual sentido, Exp. N° 20Q9-151-0-JIPZ, (cons. 2 y 3) del
Juzgado de Investigación Preparatoria de Zarumilla, en Jurisprudencia nacional, 1.1, pp. 83-84.
L a p ru e b a a n tic ip a d a y la p ru e b a p re c o n stitu id a
asegurar deba ser el juicio oral. De ahí su carácter excepcional, pues ade
lanta la práctica de una etapa procesal regular a otra inusual.
De ahí que, lo apropiado hubiera sido que el legislador regule este su
puesto como una modalidad de prueba preconstituida(1092)10934, más aún cuan
do la Corte Suprema ya ha definido al reconocimiento como “(...) una di
ligencia sumarial de carácter preconstituido que se debe realizar inmedia
tamente de cometido el hecho -c o n lo que se evita un cambio de aparien
cia del presunto autor—, así como probables distorsiones en la memoria o
recuerdo del testigo como consecuencia del transcurso del tiempo o la con
currencia de influencias ilícitas sobre él (. ..)”(:053l
(1092) En igual sentido, Talavera Elguera, La prueba en el nuevo proceso penal, p. 68.
(1093) Sentencia casatoria N ' 03-2007, Huaura (f. j. 8).
(1094) Talayera E lguera, L a p r u e b a en el n u e v o p r o c e s o p e n a l , p. 68.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
497
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
3. Ámbito de aplicación
U n primer sector de la doctrina sostiene que la prueba anticipada pro
cede durante la etapa instructiva y hasta antes de que se instale el acto de
vista de la causa o enjuiciamiento^0?6;i.
(1095) A partir de dicha precisión, por ejemplo, en el ordenamiento italiano se distingue entre aquellos do
cum entos que se incorporan en calidad de actos de prueba al “fascículo para ei debate o el Tribunal”
frente a aquellos que se incorporan en calidad de medio de prueba al “fascículo para el M inisterio
Público”: mientras los datos probatorios contenidos en el primer fascícu lo - c o m o es el caso del
acta de prueba anticipada- son conocidos directamente por el Tribunal sentenciador, sin necesidad
de actuación probatoria -aunque sí de su lectura, por razones de publicidad-; el valor de los datos
probatorios contenidos en el “fascículo para el M inisterio Público” está condicionado a su oportuna
actuación durante el enjuiciamiento.
En consecuencia, respecto de estos últim os, el tribunal no podrá otorgar mérito probatorio a aquellos
datos que, sí bien estuvieron contenidos en el “fascículo para el M inisterio Público”, nunca fue actuado
por las partes. A sencio M ellado , Prueba prohibida y prueba preconstituida en el proceso penal,
p. 281, '
(1096) En este sentido, A sencio M ellado , Prueba prohibida y prueba preconstituida en el proceso penal,
p. 273; B arona V ilar , Derecho jurisdiccional III, 2 0 ’ ed., p. 298; D e L amo R ubio /E scudero
M oratalla/R obledo V illar/F rigola Vallina, Elproceso penal, p. 137; D uart A lbiol, Inspecciones,
, registros e intervenciones corporales en el proceso pena!, p. 137; G onzález i Jiménez , Las diligencias
policiales como supuesto de prueba preconstituida y su incorporación al proceso, < http://app.vlex.
com/#W W /search/jurisdict!on:ES+content_type:4+categorías:05/prueba+anticípada/vid/559017554>;
G imeno Sendra , Derecho procesal penal, p. 500; L luch , Derecho probatorio, p. 216; M artín
Pastor, en El proceso penal en la doctrina del Tribunal Constitucional (1981-2004), p. 737; M arca
M atute , en Estudios sobre prueba penal, Vol. III, p. 212; R ifa Soler /R ichard G onzález /I ñaki
R iaño , Derecho procesal penal, p. 339; San M artín Castro , Derecho procesal penal, Vol. II,
p. 798; R ifa S oler, en Estudios sobre prueba penal, Vol. I, p, 152.
(1097) G uzm Án Fluía., Anticipación y preconstitución de la prueba en el proceso penal, p. 271; 238; M iranda
E strampes, La mínima actividad probatoria en el proceso penal, pp. 319-320.
(1098) A ngulo A rana , en Nuevo Código Procesal Penal comentado, vol. I, p. 860; C ubas V illanueva ,
El nuevo procesal penal peruano, p. 346; Gálvez V illegas/R abanal Palacios/C astro T rigoso ,
El Código Procesal Penal, pp. 242-243; López M asle, Derecho procesal penal chileno, t. II, p. 143;
M iranda E strampes, en Práctica de la prueba en eljuicio oral, pp. 97-99; Sánchez Velarde , Código
L a p ru e b a an tic ip a d a y ia p ru e b a p re c o n stitu id a
Finalmente, una cuarta postura, que fue la adoptada por el Código Proce
sal Penal de 2004, establece que la prueba anticipada no solo procede duran
te la investigación preparatoria formalizada o la etapa intermedia, sino tam
bién luego de emitido el auto de enjuiciamiento, mientras la causa no haya
sido remitida al juicio oral (incisos 1 y 2 d e l artículo 242yartículo 243. 1)°099\ .
Procesal Penal comentado, p. 242; Talavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 68;
y U gaz Z egarra , La prueba en el proceso penal, p. 100.
(1099) Castro O spina , Cinco estudios sobre el sistema acusatorio, pp. 132-133.
(1100) M iranda Estrampes, La mínima actividad probatoria en el proceso penal, p. 326.
(1101) En este sentido, M iranda E strampes sostiene que % ..) la prueba anticipada debería reservarse
únicam ente para designar este últim o supuesto y, por tanto, que la prueba anticipada presupone,
siempre, el inicio del proceso penal propiamente dicho y [a su vez] la formulación, en los escritos de
conclusiones provisionales, de las afirmaciones de hecho que van a constituir el' objeto de la prue
ba. Durante la fase sumarial o de instrucción no cabe hablar de actos de prueba y s£, solamente, de
A rse n io O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Así las cosas, no obstante que cierto sector de la doctrina admite que el
carácter excepcional de la prueba anticipada supone la flexibilización del
principio de inmediación0102); consideramos que dicha línea de interpreta
ción no debe admitirse, pues, en realidad, con tal flexibilización no solo se
compromete los alcances del principio en referencia, sino también la valo
ración probatoria como acto procesal complejo01035, el principio de inme
diación material u objetivo, el principio de proscripción del estado de in
defensión y el principio de igualdad.
500 ___________________________________
L a p ru e b a a n tic ip a d a y la p ru e b a p re c o n stitu id a
(1104) En este seotido, A sencio M ellado sostiene que "el acta en que se plasma el resultado de una d ili
gencia sumaria no solo se opone al contacto directo, sino que, incluso, contiene siempre, aunque lo
sea de forma inconsciente, componentes interpretativos del pensamiento del interrogado por parte del
interrogador. Por tanto, es la práctica personal de las pruebas la única que garantiza la espontaneidad,
genuidad y completitud de la prueba y perm ite una valoración total del resultado”. A sencio Mellado,
Prueba prohibida y prueba preconstituida en el proceso penal, pp, 255-256.
(1105) En igual sentido, GuzmÁn F luja explica lo siguiente: “(...) Yo puedo afirmar que anticipo la prueba
en el sentido de que la adelanto temporalmente en relación al momento y lugar en que debería reali
zarse, o sea, el juicio oral. Pero necesitaría saber coa certeza que el juicio oral se va a realizar, porque
solo sabiendo si ello es así podría saber si necesito anticipar una prueba. Qué sentido tendría, si luego
resulta que en la fase intermedia o juicio de acusación se cierra el proceso penal ( . . GuzmÁn F luja,
Anticipación y preconstitución de la prueba en el proceso penal, pp. 258-259.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
4. Procedim iento
El Código Procesal Penal de 2004 prescribe que la prueba anticipada
procede dentro del proceso penal formalizado, hasta antes de remitirse los
actuados ante el juez penal, aun cuando ya se hubiere emitido el auto de
enjuiciamiento (arts. 242 y 243.1).
4.1. Ofrecimiento
El acto’de ofrecimiento o postulación de la prueba anticipada se pro
duce a impulso de parte, es decir, a iniciativa del Ministerio Público, del
imputado, del actor civil o del tercero civilmente responsable.106
(1106) En esta línea, aunque sin apartarse de la opción legislativa adoptada en relación al ámbito de aplicación
de la prueba anticipada previsto en el Código Procesal Penal de 2004, T alavera E lguera explica
que la fórmula legal vigente no im pide que la prueba anticipada pueda ser deducida una vez iniciado
el juicio sobre la base de uu considerable volum en de pruebas admitidas, siempre y cuando surja el
riesgo de que no se puede disponer de tal evidencia una vez llegado el momento idóneo. Talayera
E lguera , L a p ru e b a en el nuevo p r o c e s o pen a l, p. 69.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
4.2. Admisión ■
Luego de dos días de que el juez haya emplazado a las demás partes
(art. 244.1), este examinará los escritos formulados y decidirá lo que co
rresponda, en cualquier caso, dentro de un plazo similar (art. 244.3).
5 0 4 _____________________________ __________________________________________
L a p ru e b a a n tic ip a d a y la p ru e b a p re c o n stitu id a
505
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
4.3. Actuación
A tal efecto, los demás sujetos procesales también deberán ser citados
y tendrán derecho a estar presentes durante la actuación anticipada de la
prueba. Su inconcurrencia no frustra la audiencia (art. 245.2).
S 0 6 ______________________________________________________________________
L a p ru e b a a n tic ip a d a y la p ru e b a p re c o n stitu id a
4.4. Valoración
La valoración de la prueba anticipada se produce durante el plenario,
luego de que el acta correspondiente haya sido incorporada en calidad de
acto de prueba (art. 325).
A tal efecto, el juzgador deberá examinar los elementos de prueba con
tenidos en el acta en función de las reglas de la libre valoración de la prueba.
1. Concepto
La prueba preconstituida es una medida de aseguramiento*11095, desti
nada a la conservación de la fuente de prueba indisponible con la finalidad 10789
(1107) H ernández G il , en La prueba en el proceso penal, p. 80. En igual sentido, M iranda E strampes,
La mínima actividad probatoria, p. 321.
(1108) H ernández G il , en La prueba en el proceso penal, p, 80.
(1109) Lo señalado se desprende de San M artín Castro /A zabache Caracciolo , Obtención y valoración
de la prueba, pp. 393-40,
507
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
2. Naturaleza jurídica
Técnicamente, la prueba preconstituida no supone una situación excep
cional respecto de la actividad probatoria, pues su incorporación y posterior
valoración debe ajustarse a las etapas estudiadas en el capítulo II.
(1110) Ello es lo que distingue a ia prueba preconstituida de la prueba anticipada, pues mientras aquella
solo tiene como objeto asegurar la fuente de prueba a resultas de su posterior incorporación a través
del acta; estas comprenden tanto el aseguramiento de la fuente de prueba com o su práctica. En este
sentido, A rmenta D bu , Lecciones de Derecho procesal civil, p. 178; L lu c h , Derecho probatorio,
pp. 221-222; M ontero A roca , Derecho jurisdiccional II, 20.1 ed., p. 248.
(1111) En igual sentido, G álvez Villegas/R abanal Palacíos/C aSTRO Trigoso , El Código Procesal Penal,
p. 659; San M artín Castro, en Estudias de Derecho procesal penal, p, 212; y Talavera E lguera ,
La prueba en el nuevo proceso penal, p. 72.
(1112) A diferencia de lo señalado, en el Código de Procedim ientos Penales de 1939 no se advierte ninguna
disposición que expresamente se refiera a la prueba preconstifuda, lo que no ha impedido su aplicación
en la práctica.
(1113) C ubas V illanueva , El nuevo proceso penal peruano, 2.' ed., p. 405; G imeno Señora , Derecho
procesal penal, p. 422; y Talavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 73.
(1114) Miranda Estrampes, La mínima actividad probatoria, p. 341.
5 0 8 _________________________________________________________ ______________
L a p ru e b a a n tic ip a d a y la p ru e b a p re c o n stitu id a
3. Presupuestos
La prueba preconstituida procede cuando la fuente de prueba es
indisponible. . .
(1115) Esta precisión se desprende de lo expuesto por M iranda E strampes, ai distinguir entre la. diligencia
sumarial y el acta en el que se reflejan los resultados de dicha diligencia. M iranda E strampes, La
mínima actividadprobatoria, p. 341.
(1116) Es conveniente aclarar que con “evidencia" no nos referimos a la fuente de prueba que conforma el
objeto de aseguramiento -q u e, conviene recordar, es indisponible-; sino al acta en que se recogen los
elem entos de prueba necesarios para acreditar el hecho que conforma el objeto del proceso penal.
(1117) M iranda E strampes, La mínima actividadprobatoria, p. 342.
(1118) Sobre el particular, si bien ¡a Corte Suprema ha reconocido que el informe elaborado por la Contraloria
General de la República seria una m odalidad de prueba preconstituida, debido a la complejidad de l a .
auditoría gubernamental que se encuentra debidamente reglada, y, a su vez, sobre su objeto concurren
los presupuestos de urgencia e indisponibilidad (R.N. N° 2736-2009-H uánuco (cons. 10); vale indicar
que dicha línea de interpretación es ciertamente discutible, dado que el carácter preconstituido de la
prueba no puede ser definido apriorísticamente. En cualquier caso, la regla es que, al m enos dentro
del marco del Código Procesal Penal de 2004, dicho tipo de evidencia recibirá el tratamiento de una
prueba pericial extraprocesal, conforme lo prescrito en el artículo 201-A del CPP de 2004, incorporado
el 29 de junio de 2014.
509
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
4. Ámbito de aplicación
Dado que lo importante para ordenar la preconstitución probatoria es
el concurso de la indisponibilidad de la fuente de prueba, entendemos que
la procedencia de este mecanismo de aseguramiento se produce a lo largo
del proceso penal(1119)120,sin perjuicio de que la etapa estelar por el mayor nú
mero de incidencias que se presenta en la práctica es la fase de diligencias
preliminares, debido a que es en dicho momento procesal en que los órga
nos encargados de la persecución del delito toman contacto por vez prim e
ra con la escena del crimen.
5. Procedimiento
El procedimiento para la producción de la prueba preconstituida no está
uniformizado. En consecuencia, este puede variar dependiendo del tipo de
fuente de prueba que se pretende asegurar, de las facultades que tenga el
funcionario encargado de elaborarlo o de las circunstancias en que la in
disponibilidad de la fuente de prueba se presente(U20>.
(1119) A sí, San M artín C astro indica que la prueba preconstitaida procede “(...) tanto antes del inicio
formal del proceso penal cnanto en la propia fase de investigación ( . . San M artín Castro , Derecho
procesal penal, Vol. II, p. 798. V éase también, Talavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso
penal, p. 72.
(1120) Sobre el particular, no profundizam os en este extrem o ya que ello supondría desarrollar propiamente
los actos de investigación que, en principio, se encuentran fuera del objeto de estudio del presente
tomo.
L a p ru e b a a n tic ip a d a y la p ru e b a p re c o n stitu id a
La valoración del acta como medio de prueba precisa que se hayan su
perado las reglas de la actividad probatoria estudiadas en el capítulo II de
esta obra. En consecuencia, el juez solo podrá determinar la relevancia de
la prueba preconstituida cuando esta haya sido “objeto de examen y, en su
caso, de cuestionamiento en la estación pertinente de la ejecución de di
cha prueba0122).12
(1121) H ernández G il , La prueba en el proceso penal, p. 85. En igual sentido, sostienen que la prueba
preconstituida se ordena para guardar o custodiar las fuentes de prueba, a efectos de posibilitar su
actuación una vez llegada la etapa de juicio oral. C uras Villanueva , El nuevoproceso penalperuano,
p. 345; G álvez V illegas/R abanal Palacios/C astro Trigoso , El Código ProcesalPenal comentado,
p. 325; y U gaz Z ecarra , “La prueba ilícita, prueba anticipada y preconstituida”. En; <http://www.
m pfn.gob.pe/escuela/contenido/actividades/docs/3047_5_Ó 3pruebaanticipada_pruebailicita,pdf>,
(1122) Sala P enal E special de la C orte Suprema , Reglas para la práctica de la prueba documentaly do
cum entada, véase en; <http://bistorico.pj.gob.pe/CorteSuprema/docuinentos/..%5C..%5CCorteSupretn
a% 5Cspe%5CDocuraentos%5CSPE_REGLAS_PRACTICA_PRUEBAJDOCUMENTADA_030908.
pdf5>.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1123) Talayera Elguera, La prueba en el nuevo proceso penal, p. 73. A ello se refiere Gimeno Sendra,
luego de señalar que la prueba preconstituida es prueba documental. Gimeno Sendra, La prueba
preconstituida de l a p o l i c í a j u d i c i a l , véase en: <http://www.raco.cat/index.pIip/rcsp/article/viewFi-
le/194212/260386>. ' '
(1124) En efecto, dicho artículo prescribe que serán leídas “las actas levantadas por la Policía, el fiscal o el
juez de la investigación preparatoria que contienen diligencias objetivas e irreproducibles actuadas
conforme a lo previsto es-este Código o la Ley, tales como las actas de detención, reconocimiento,
registro, inspección, revisión, pesaje, hallazgo, incautación y allanamiento, entre otras”,
(1125) Climent D uran, La prueba penal, 2.1 ed., t. II, p. 1097. Lo señalado, a su vez, se desprende del RN.
' N° 3289-2009-Lima (cons. 5).
(1126) H ernández Gil , La prueba en el proceso penal, p. 80.
(1127) En este sentido, ARMENTA DEU, Lecciones de Derecho procesal penal, 3.’ ed., p. 345; GIMENO
SENDRA, La prueba preconstituida de la policía judicial, véase en: <http://www.raco. cat/index.php/
rcsp/article/viewFile/194212/260386>.
5 1 2 _______________________________________________________________________
L a p ru e b a a n tic ip a d a y la p ru e b a p re c o n stitu id a
513
CAPITULO V
517
A rse n io O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
E s t a d i s t i n c ió n t i e n e c o m o r e f e r e n c i a u n a s e r i e d e c r i t e r io s e s t r ic t a m e n
t e f u n c i o n a l e s ; A s í , s i b i e n u n a p r u e b a p u e d e s e r d ir e c t a r e s p e c t o d e u n d e
t e r m i n a d o h e c h o p r in c ip a l, e l l o n o s i g n i f i c a q u e t e n d r á e l c a r á c t e r d e d i r e c
to r e s p e c to d e lo s d e m á s h e c h o s q u e c o n fo r m a n e l c o m p o n e n te fá c tic o d e l
o b je to d e l p r o c e s o . D e a h í q u e Ta r u f f o d e s ta q u e q u e lo s c r ite r io s a te n e r
e n c u e n t a p a r a r e a liz a r e s t a d i s t i n c ió n , a d e m á s , n o s o n i n h e r e n t e s a l a n a
t u r a l e z a d e la p r u e b a (ll3,).
(3129) En igual sentido se pronunció la Corte Suprema, mediante su R.N. N° 3099-2011-Ayacucho (cons. 4).
(1130) Taruffo , La prueba de los hechos, pp. 455-456.
(1131) T aruffo , La prueba, p. 60.
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P arte esp e c ia l
3. Orales y escritas
Esta clasificación no toma como referencia el objeto de prueba, ni la
relación que debe existir entre este y el hecho que se pretende demostrar,
sino que atiende a los modos de producción de la prueba.
520 ______________________________________________
L a p ru e b a e n el p ro c e so p en al. P arte esp ecial
particular deberá merecer. Dicho esto, son medios de prueba típicos la tes
timonial, la pericial, la documental y material.
n . Testimonio
1. Concepto ■*
El testimonio es el medio de prueba personal a través del cual se intro
duce al proceso información sobre los hechos materia de investigación (lu
gar, tiempo, circunstancias, sujetos, objetos, etc.).
2. Características
Del concepto propuesto podemos extraer las siguientes características:
Sobre esto último, cabe precisar que si bien el testimonio puede reco
gerse en un documento, ello no lo convierte en este ultimo. No olvide
mos, pues, que, como se dijo, el testimonio proviene de una persona (el
testigo) y no del soporte que lo contiene (el documento, por ejemplo).
En estos supuestos, el documento constituye solo un medio que permi
te su ulterior reproducción, pero no condiciona su naturaleza que, re
petimos, es de carácter personal. Visto ello así, cabe la posibilidad de
hablar de “testimonios documentados” .
(3138) Teniendo en cuenta que lo aportado al proceso es en realidad una experiencia, Carnelutti señala
que el testigo no es un "narrador de un hecho” sino un “narrador de una experiencia”. Carnelutti,
citado por JaUCHEN, La prueba en materia penal, p. 108,
(1139) Dicho esto, no compartimos lo sostenido por R ives Seva, quien considera que el testigo es el que
ha presenciado los hechos solo de forma visual o auditiva. RtVES S eva, La prueba de testigos en la
jurisprudencia penal, p. 96.
L a p ru e b a e n el p ro c e so p e n a l. P a rte esp ecial
523
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1145) En ese sentido, L luch , El interrogatorio de testigos, p. 55 y ss.; Jauchen , La prueba en materia penal,
p. 108. '
(1146) Taruffo , La prueba, p. 62.
(1147) Dicho artículo se encuentra regulado dentro del título V, del Libro II que se refiere a los “testigos”.
(1148) Así también se pronuncia T aruffo respecto del proceso civil alemán. Taruffo , La prueba,
pp. 68yss.
(1149) En ese sentido, F erresro Baamonde, La víctima en el proceso penal, p. 320; Tomé García, Derecho
procesal penal, p. 492.
L a p ru e b a e n e l p ro c e so p e n a l. P a rte esp ecial
(1150) Acuerdo PlenarioN0 02-2005/CJ-U6 (cons. 10). En igual sentido, R.N. N° 1261-2008, Piura (cons. 3);
y R.N. N° 4687-2009-La Libertad (cons. 3).
(1151) La Corte Suprema, con base en este segundo criterio, considera que, en un caso concreto, la decla
ración del agraviado pierde credibilidad cuando no se puede corroborar su dicho mediante otros
medios probatorios. R.N. ND49CU-2009-Cajamarca (cons, 7); y R.N. N° 1885-2009-Callao (cons. 6).
En otra resolución, el Tribunal sigue esta misma línea de razonamiento y señala lo siguiente: “no basta
que las declaraciones hayan sido reiterativas pues deben estar rodeadas de ciertas corroboraciones
periféricas, de carácter objetivo, que la doten de aptitud probatoria, lo que no ha ocurrido en autos,
ya que las anotadas declaraciones no han sido corroboradas con prueba alguna; que, eu tal virtud, su
absolución se encuentra arreglada a ley”. R.N, N° 3682-2009-La Libertad (cons. 3); así.también, R.N.
N° 1647-2012, Amazonas (cons. 5).
(1152) Con base en este tercer criterio, a consideración de la Corte Suprema, pierde credibilidad la declaración
de un menor que no mantuvo una sindicación uniforme y coherente durante e! desarrollo del proceso.
R.N. N° 1376-2010-Lima (coas. 10). En igual sentido, R.N. N° 272-2010-Piura (cons. 5). .
Ahora bien, la Corte Suprema indicó que la sola pérdida de la persistencia en la declaración, cuando
la víctima se retracta de su versión de los hechos no invalida automáticamente su declaración prestada
con anterioridad. Y es que, a consideración de la Corte Suprema, “la validez de la retractación de
la victima está en función de las resultas tanto de una evaluación de carácter interna como externa.
En cuanto a la primera, se trata de indagar: a) la solidez o debilidad de la declaración incriminatoria
y la corroboración coetánea -en los términos expuestos- que exista; b) la coherencia interna y ex-
haustividad del nuevo relato y su capacidad corroborativa; y, c) la razonabilidad de la justificación de
haber brindado una versión falsa, verificando la proporcionalidad entre el fin buscado -venganza u
odio- y la acción de denunciar falsamente. Respecto de la perspectiva externa, se ha de examinar: d)
los probados contactos que haya tenido el procesado con la víctima o de su objetiva posibilidad, que
permitan inferir que la víctima ha sido manipulada o influenciada para cambiar su verdadera versión;
y, e) la intensidad de las consecuencias negativas generadas con la denuncia en el plano económico,
afectivo y familiar. A estos efectos, el propio relato de la víctima se erige en la herramienta más sólida
para advertir estos indicadores, al igual que la información que puedan proporcionar sus familiares
cercanos”. Acuerdo Plenario N° 1-2011/CJ-l 16 (f. j. 26).
525
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
5 2 6 _________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p en al. P arte esp ecial ,
tanto, distinguir cuándo nos encontramos ante unas y otras para una
mejor valoración del testimonio. Pese a ello, debemos considerar tam
bién, siguiendo a J a u c h e n , que si bien lo que se pretende evitar es que
el testigo exprese su juicio sobre la experiencia vivenciada, “el juicio
sobre la experiencia propia no solo es a veces inseparable del testimo
nio sino también [es] valioso para su ponderación”(1154).
Una persona no puede ser considerada testigo por el solo hecho de ha
ber percibido los hechos materia del proceso. Es necesario que ostente cier
tas cualidades personales y jurídicas. Así, el artículo 162 del CPP de 2004
reconoce que toda persona es, en principio, hábil para prestar testimonio, a
excepción del inhábil por razones naturales o porque la misma ley lo impi
da. La primera excepción se refiere a los sujetos que por condiciones psí
quicas o físicas no pueden percibir (mediante sus sentidos) lo que ocurre en
la realidad(11S7). Vale aclarar que no toda indisposición sensorial puede de
rivar en la incapacidad de brindar testimonio; a modo de ejemplo, un ciego
no puede declarar lo que efectivamente no ha visto, pero sí puede hacerlo
respecto de lo que ha podido escuchar, palpar, oler o degustar, por lo que
respecto de estos últimos sí puede considerársele testigo.
4. Clases de testigo
En atención al modo en que ha llegado a conocer los hechos, el testigo
puede ser “presencial” cuando ha llegado a percibir sensorialmente lo acon
tecido de modo directo -e s decir, el testigo ha presenciado los hechos tal y
como han sucedido- o “referencial” cuando ha tenido conocimiento de los
hechos por otros medios que se interponen a su posible percepción directa.
En este último supuesto, se suele identificar al testigo que ha llegado a cono
cer los hechos (de relevancia jurídica) por el relato de otro sujeto que sí ha
podido percibir directamente lo sucedido (testigo de oídas). En estos casos, la
declaración del testigo referencial asume un papel subsidiario frente a la que
5 2 8 ______________________________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P a rte esp ecial
brinda el testigo directo*21595, lo que quiere decir que su declaración tendrá va
lidez, siempre que el testigo directo confirme lo afirmado por el de referencia.
■; Cabe precisar que el testigo técnico no puede ser tratado como un pe
rito. Si bien la norma posibilita la aportación de conocimientos especiales
a su declaración, aún sigue siendo un testigo. Se trata, pues, como indica
L l u c h , de un “testigo cualificado por su conocimiento”*111
6°5. Las razones
por las cuales negamos que el testigo técnico sea considerado como un pe
rito son las siguientes: 1. Lo que origina formalmente el llamamiento del
testigo al proceso es la condición de que el sujeto haya percibido a través
de sus sentidos los hechos investigados y no propiamente los conocimien
tos especiales que posee (como sucede en el caso del perito); y, en concor
dancia con ello, 2. La experiencia que ha percibido debe constituir en su de
claración lo principal, mientras que el juicio técnico o científico solo debe
ser un agregado accesorio, de lo contrario se invadiría irregularmente en el
terreno de la prueba pericial'11615.
Los miembros del cuerpo diplomático o consular, por otro lado, podrán
prestar testimonio mediante informe escrito, para lo cual se les enviará un
interrogatorio por conducto del Ministerio de Relaciones Exteriores y que
será resuelto bajo juramento o promesa de decir la verdad. Estas reglas se
aplican incluso cuando el agente diplomático ha terminado su misión y se
encuentra en el extranjero (art. 618 CPP de 2004).
531
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Como podemos observar, en todos estos supuestos existe una razón que
justificaría la exención de comparecer a las instancias judiciales, pero no de
declarar, por lo que los testigos tendrán que hacerlo por escrito o, sí fuere
el caso, por videoconferencia. En los primeros casos, la justificante estaría
en las importantes funciones públicas que desempeñan los altos dignata
rios, las cuales no podrían ser interrumpidas ni siquiera por un llamamien
to judicial; mientras que en los segundos la justificante estaría en la impo
sibilidad del sujeto de poder acudir físicamente a los despachos judiciales
para brindar su testimonio.
533
A ise n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
El inciso 2 del mismo artículo regula, por otro lado, la excepción del
deber de declarar cuando existe de por medio otro deber, él de guardar el
secreto profesional o de Estado. Así, dispone lo siguiente:
534
L a p ru e b a e n el p ro c e so p en al. P a rte e sp e c ia l
Respecto de este último caso, el artículo 165.3 del CPP de 2004 indica
que “Si la información requerida al testigo no se encuentra incursa en
las excepciones previstas en la ley de la materia, se dispondrá la conti
nuación de la declaración. Si la información ha sido clasificada como
secreta o reservada, el juez, de oficio o a solicitud de parte, en tanto
considere imprescindible la información, requerirá la información por
escrito e inclusive podrá citar a declarar al o los funcionarios públicos
que correspondan, incluso al testigo inicialmente emplazado, para los
esclarecimientos correspondientes”.
______________________________________________________________________ 5 3 5
A rse n io O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1170) El artículo 170.1 prescribe que “el testigo será instruido acerca de sus obligaciones y de la responsa
bilidad por su incumplimiento”; entre estas obligaciones se encuentra el de declarar con la verdad.
(1171) Montero Aroca, La prueba en el proceso civil, p. 410.
(1172) Chozas Alonso, La prueba de interrogatorio de testigos en el proceso civil, p. 64.
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P arte esp e c ia l
537
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro cesa] P e n a l p e ru a n o
6. Procedimiento probatorio
6.1. Proposición
El Ministerio Público, conforme a los artículos 155.2 y 349.1 .h del CPP
de 2004, podrá solicitar la admisión de los medios de prueba testimonial al
formular acusación (etapa intermedia). Las demás partes también podrán
proponer la admisión de testimonios una vez que les haya notificado la acu
sación en un plazo de diez días (art. 350.1 ,f CPP de 2004).
6.2. Admisión
Una vez presentados la acusación fiscal y los escritos de las partes que
contienen sendas solicitudes de admisión de testimonios, o vencido el pla
zo de 10 días que concede el artículo 350.1 del CPP de 2004, el juez de in
vestigación preparatoria -e n conformidad con el artículo 351.1 del'CPP de
2004—fijará día y hora para la realización de una audiencia preliminar (eta
pa intermedia). Se correrán traslado los documentos presentados con la fi
nalidad de que las partes tomen posición sobre la admisión, y en la audien
cia -con presencia obligatoria del fiscal y abogado defensor—se debatirán la
5 3 8 ______________________________________________________________________
L a p ru e b a e n el p ro c e so p en al. P arte esp ecial
Tal como se desprende del artículo 352.5.b del CPP de 2004, en caso de
ser admitido un testimonio, e_s_competencia del juez de investigación pre
paratoria disponer todo lo necesario para que el medio probatorio se actúe
oportunamente en el ulterior juicio oral; es decir, si fuere el caso, debe pre
ver la disponibilidad de medios auxiliares técnicos (traductores, intérpre
tes, etc.) para facilitar el interrogatorio del testigo. Lo dicho no constituye,
evidentemente, una prohibición al desempeño de esta misma función por
parte del juez de juicio oral en la referida etapa procesal.
539
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Una vez notificadas las partes (acusados, actor civil y terceros respon
sables) con el señalamiento de día y hora de realización de la audiencia de
juicio oral y la acusación escrita, estas pueden proponer medios de prue
ba testimonial de descargo basta tres días antes del inicio de la referida au
diencia (art. 232 GdPP). Para ello presentarán un escrito indicando quie
nes son los testigos, además de señalar los puntos sobre los cuales declara
rán. El artículo 227 limita a tres el número de testigos que puede presentar
el actor civil y, del mismo modo, las demás partestn78).
5 4 0 _____________________________________________ _________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p en al. P a rte esp e c ia l
6.4. Práctica
6.4.1. Citación
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A rse n io O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
544
L a p ru e b a e n e l p ro c e so p e n a l. P arte esp ecial
(1 í 88) En vista de ello, la Corte Suprema comprende que la declaración jurada (documento) no puede reemplazar
la prestación de ta declaración testimonial (testimonio); en sus propios vocablos: “la inidoneidad como
medio de prueba de una constancia o una declaración jurada, pues si se trata de realizar afirmaciones
sobre un suceso -d e haberlo presenciado- el medio de prueba idóneo es la testimonial, no la prueba
documental. (...) [las personas] debieron ser ofrecidos como testigos y, como tales, declarar perso
nalmente ante el juzgado con arreglo a los principios de contradicción e inmediación judicial”. R.N.
N° 552-2010-Huánuco (cons. 4).
(1189) Talayera Elguera, La prueba en el nuevo proceso penal, p. 90.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1190) F ontanet, citado por Talavera ELGUERA, La prueba en el nuevo proceso penal, p. 95.
(1191) Talavera E lguera , La prueba en el nuevo proceso penal, p. 95.
5 4 6 _____________________________________________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p en al. P arte esp ecial
Ahora bien, hay medidas particulares que regirán la práctica del testi
monio cuando se presenten situaciones especiales de carácter temporal, re
sidencia o circunstancias que ponen en peligro la espontaneidad del testigo
al momento de declarar. Estas son:
______________________________________________________________________ 547
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Por último, cabe señalar que este límite legal (dieciséis años de edad)
no debe ser interpretado de modo restrictivo, es decir, el límite de los
dieciséis años no debe ser considerado solo para el momento de decla
rar, sino también para el momento en el que el sujeto ba percibido los
hechos. Lo que pretende la norma, al fijar este límite, es reconocer las
cualidades personales para testificar y, evidentemente, dichas cualida
des -p a ra ser testigo- no se pueden restringir solo a la. capacidad de de
clarar, sino que debe comprender también la capacidad de percibir. De
hecho, como indica M é n d e z T o m á s , la idoneidad para ser considera
do testigo gira en tomo a la percepción de los hechos y no a la capaci
dad de declarar lo percibido1195(1196).
(1195) Gutiérrez Sanz , citado por M éndez Tomás, E l i n t e r r o g a t o r i o d e te s tig o s , pp. 163-164.
(1196) MÉNDEZ Tomás, E l i n t e r r o g a t o r i o d e t e s t i g o s , pp. 163-164.
5 4 8 ____________________ __________________________________________
L a p ru e b a e n el p ro c e so p e n a l. P a rte esp ecial
549
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Conforme al artículo 241 del CdPP, antes de que empiece el debate, las
partes pueden pedir que se postergue la audiencia hasta que vengan los tes
tigos citados que no han concurrido o los nuevos testigos que han sido re
cientemente propuestos (al inicio del juicio oral). Previa consulta a la con
traparte, el tribunal resolverá inmediatamente señalando, en su caso, la nue
va fecha. Por otro lado, el artículo 249 del CdPP prescribe lo siguiente: “Si
alguno de los testigos que deban declarar en la audiencia, no concurre al
comenzar los debates ni cuando sea llamado, pero se presenta antes de que
se produzca la acusación, se le tomará declaración”.
(1199) En caso parcialidad de testigos, el artículo 253 del CdPP de 1939 prescribe lo siguiente: “Los testigos
que se ofrezca para demostrar los motivos de parcialidad que tiene un testigo del juicio, y cuyo número
no puede exceder de dos, se limitarán a declarar sobre esta materia”.
(1200) Sánchez V elarde , M anual de D e re ch o p ro c e sa l p e n a l, p. 588.
5 5 0 ______________________________________________________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p en al. P arte esp ecial
(1201) San M artín Castro explica ¡o siguiente: “la regla básica del sisteme de valoración probatoria, según
se ba dicho y ha sido consagrado legislativamente por el artículo 283 del CPP de 1939, es el criterio
de conciencia, esto es, la sana crítica racional o del criterio racional, acorde con el sistema de la libre
apreciación judicial”. San M artín C astro, Derecho procesal penal, Vol. II, p. 908.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1202) A sí, por ejemplo, la Partida III, tít, X V I, L ey 32 prescribe lo siguiente: “D os testigos que sean de
buena fama e que sean atales que non los puedan desechar por aquellas cosas que mandan las leyes
deste nuestro libro, ahonda para probar todo pleito en juyzio: fueras ende en razón de quitamiento de
deuda sobre que fuese fecha carta de escriurano público”.
(1203) En este sentido, véase R.N. N° 114-2008-La Libertad (cons. 4).
(1204) R ives S bva, L a p ru e b a de testigos en la ju risp ru d e n c ia p e n a l, p. 95.
(1205) STSE de fecha 12 de noviembre de 1995, citado por Rives Seva, L a p ru e b a de testigos en la ju r is p r u
dencia pen a l, p. 95.
(1206) R.N. N° 1324-2007, Puno (cons. 3). Para el Tribunal Constitucional, este criterio (corroboración del
testimonio único) también se ha de tener en cuenta por el juez de segunda instancia; así, el Tribunal
de apelación señaló lo siguiente: “se colige que siendo este la única prueba testimonial de cargo, ya
que no fue ofrecida ni actuada la declaración de los presuntos agraviados, ni existió el careo entre
las partes, aquel testimonio por si solo resulta insuficiente, toda vez que al no haberse demostrado
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P arte e sp e c ia l
Para ello, es imprescindible -tal cual sostuvimos líneas arriba- que di
cha valoración vaya precedida de la práctica del testimonio respetando los
principios de inmediación, oralídad, publicidad y contradicción*12081209*. Como
justifica la Corte Suprema, “La inmediación garantiza que el juez encar
gado de sentenciar tenga contacto directo con la pruebas. Si el juez no oye
directamente la declaración del testigo sino que lee de un acta, no está en
condiciones -p o r capaz que sea- de realizar un juicio de credibilidad res
pecto de lo que el testigo ha dicho, además, tal declaración no puede ser
contraexaminada y por tanto sometida al test de la contradictoriedad. Sin
inmediación la Información ostenta una bajísima calidad y no satisface un
control de confiabilidad mínimo, de ahí, que debe protegerse la inmediación
del juez, pues la escritura no permite conocer directamente la prueba”(120s*.
la credibilidad del testigo, no es posible juzgar si este puede o no apreciar el hecho”; asimismo, “la
prueba testimonial por sí sola, por creíble que parezca pero no corroborada, no es suficiente para formar
convicción, sin que ello signifique otorgar diferente valor a la prueba del que ya le otorgó e! juez por
el principio de inmediación". Exp. N° 02201-2012-PA/TC (f. j. 10), caso: Francisco Castañeda y otra.
(1207) L luch , E ! interrogatorio de testigos, pp. 101 y ss.
(1208) Estos criterios deben ser matizados si analizamos la situación desde la perspectiva de! juzgador de
segunda instancia. En Huaura, Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia indicó que
por principio de inmediación “la Sala Penal Superior DO puede otorgar diferente valor probatorio a
la prueba personal que fue objeto de inmediación por el juez de primera instancia, salvo que su valor
probatorio sea cuestionado por una prueba actuada en segunda instancia”. Exp. N° 2007-00214-Huaura
(cons. 4).
(1209) Cas. N" 09-2007-Huaura (f. j. 2). No obstante ello, llama la atención que el mismo órgano jurisdic
cional permita el examen de las declaraciones vertidas a nivel preliminar, aun cuando estas no hu
bieran sido ratificadas en el plenario (R.N. N° 2134-2010-Lima (cons. 5); en ese mismo sentido, R.N,
N” 2398-2009-Ica (cons. 3 y 4). Y es que, no obstante que la Corte Suprema exija en estos casos que la
declaración sumarial no ratificada esté acompañada de otros medios de prueba periféricos; tenemos que
la inmediación necesaria para proceder al examen de dicha declaración no es plenamente satisfecha.
(1210) Es im portante destacar, como indica C esano, que la valoración del testimonio debe recurrir a otras
disciplinas (psicología, psiquiatría, antropología) para obtener un m áximo de verdad con un mínimo
de error cuando se escucha a un testigo. .
(1211) G orphe , L a crítica d el testim onio, pp. 288-289. Así también, G ómez Colomer , L a p ru eb a , p. 269.
_______________________________________________________________ _ _ 553
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Por último, cabe señalar algunos criterios especiales que debe tener
presente el juez para valorar algunos testimonios según la persona que los
brinda y sus cualidades. Asi, tenemos:
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L a p ru e b a en el p ro c e so p en al. P a rte esp e c ia l
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A rs e n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
378.6 CPP de 2004-, sino el resultado que produce en ejercicio del de
recho de defensa y, específicamente, el de contradicción024^.
III. Pericia
1. Concepto
La pericia es un medio de prueba de carácter personal a través del cual
un sujeto con conocimientos especíales, por encargo del juez o de las par
tes, introduce al proceso información y valoraciones de carácter técnico,
científico o artístico sobre hechos o cosas que han sido objeto de examen
o análisis, precisamente por encontrarse vinculados con la comisión del
delito investigado.
2. Características
Del. mencionado concepto de pericia podemos extraer las siguientes
características:
(1240) Tribunal Supremo español, citado por R ives S eva, La prueba de testigos en lajurisprudencia penal,
p. 114. ’ ' ......................... '
(1241) Tribunal Supremo español, citado por R i v e s S e v a , La prueba de testigos en lajurisprudencia penal,
p. 115. '
(1242) Tribunal Supremo español, citado por R i v e s S e v a , ¿ a prueba de testigos en la jurisprudencia penal,
p. 115.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1243) Critican esta postura, R i c h a r d G o n z á l e z , Estudios sobre la prueba penal, t. II, p. 464.
(1244) C a j a l A l o n s o , La prueba en elproceso penal, p. 784; a s í t a m b i é n , C a f f b r a t a N o r e s / H a i r a b e d i á n ,
La prueba en el proceso penal, p. 67.
(1245) A r o c e N a , Prueba en materia penal, p. 310; C a f f e RA T a N o r e s / H a i r a B ED IÁ n , La prueba en el proceso
penal, pp. 67-68.
(1246) A s í , M a n z i n i señala que el perito aporta una “contribución original suya de observaciones y de
juicios al objeto de la prueba”. M a n z i n i , citado por C a f f e r a t a N o r e s / H a i r a b e d i á n , La prueba en
el proceso penal, p. 67 (nota al pie N° 2)
L a p ru e b a e n el p ro c e so p e n a l. P arte esp ecial
b. El sujeto que elabora la pericia (el perito) solo puede asumir el car
go por designación y no debe guardar vínculo alguno con las partes ni
con el objeto del proceso. En primer lugar, el perito no puede partici
par en el proceso, si no es mediante designación por el juez competente
(art. 173.1 CPP de 2004) o por las partes del proceso (art. 177.1 CPP
de 2004).
Cabe precisar al respecto, que una cosa es “designar” que, como veni
mos indicando, pueden hacerlo el juez o las partes, y otra es “nombrar”
que, para fines procesales, es un acto jurídicamente formal que solo lo
puede hacer el órgano jurisdiccional. Con más detenimiento veremos
estas cuestiones en la parte del procedimiento probatorio.
Por otro lado, cabe precisar que el análisis pericial no solo puede re
caer sobre hechos que sucedieron o que vienen sucediendo, como es
el caso del testimonio, sino también, sobre hechos futuros. A modo de
ejemplo, en el examen físico de una persona que ha sufrido lesiones
por un accidente automovilístico, el perito podrá proyectar su estudio
a las consecuencias futuras de los daños sufridos si así fuera necesario
para cumplir con los fines del proceso.
3. Fundamento
Un criterio que rige la práctica probatoria es el de la “necesidad de
prueba”, según el cual “todo hecho que constituye objeto del proceso debe
ser corroborado solo mediante pruebas introducidas legalmente al mismo
con independencia del conocimiento que de tales hechos tenga[n] el órga
no jurisdiccional’^125^. Es decir, el juez, en situaciones que requieren una
explicación científica, técnica o artística, no puede basar su razonamiento
lógico-valorativo (respecto de las pruebas) en conocimientos personales o
privados, aun cuando estos searftambién científicos, técnicos o artísticos.
Es necesario que en dichas situaciones, conforme a este criterio, el juez re
curra a medios de prueba especiales (o pericias) a fin de justificar su ulte
rior decisión.
565
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
4. Finalidad
L a f i n a l i d a d d e l a p e r i c i a e s p r o p o r c io n a r c r i t e r i o s e s p e c i a l e s q u e p e r
m i t a n a l j u z g a d o r d e s c u b r ir o v a lo r a r l o s e l e m e n t o s d e p r u e b a , s in l o s c u a le s
n o p o d r í a d e s e m p a ñ a r c o r r e c t a m e n t e s u f u n c i ó n i n t e r p r e t a t iv a . E n e s e s e n
t i d o , M i x á n M á s s i n d i c a q u e la p e r i c i a “ t i e n e c o m o f i n a l i d a d ú n ic a m e n t e
d e s c u b r ir , e n e l p r o b l e m a a s i g n a d o a l p e r it o , l a v e r d a d c o n c r e t a y e x p li c a r
l a c i e n t í f i c a m e n t e o t é c n i c a o s e g ú n la r e g l a d e l a e x p e r i e n c i a ” (1258).
5. Naturaleza jurídica
La pericia asume el papel de “medio probatorio” en la etapa de juicio
oral, y de “medio de investigación” cuando se practica en "la fase de inves
tigación preparatoria.
6. Clases de pericias
A t e n d i e n d o a la a c t iv id a d p e r i c i a l y s u f in a lid a d , M o n t e r o A r o c a c o n
s i d e r a q u e l a s p e r i c i a s p u e d e n s e r c l a s i f i c a d a s e n d o s g r a n d e s g r u p o s * 12685.
(1269) Desde luego que ello no impide que e! juez pueda cuestionar, si fuere el caso, la cadena de custodia del
objeto o cosa sometido a examen, el método de análisis empleado, entre otros. No obstante, cuando
nos referirnos a “pericias científicas objetivas” partimos del presupuesto de que aquellas pericias han
sido practicadas siguiendo correctamente los procedimientos científicos establecidos.
(1270) M ontero A roca , La prueba en el proceso civil, p p. 339-340
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Las cualidades o capacidades que debe tener una persona para ser nom
brada perito son:
Sobre la referida cualidad que debe ostentar un sujeto para ser nombra
do perito, el legislador del Código de Procedimientos Penales (arts. 164 y
165) reguló que los peritos pueden excusarse siempre que incurran en las
causales para los testigos y, del mismo modo, que estos pueden ser tacha
dos siempre que incurran en las mismas causales de los testigos. En este
Último caso, en el supuesto de que la tacha sea declarada fundada, no im
pedirá la entrega del informe pericial (art. 165 CdPP).
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A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
8. Clases de perito
Atendiendo a la relación de dependencia con la administración de ju s
ticia, podemos distinguir a los “peritos oficiales” y “particulares”. Estos
últimos, a diferencia de los primeros, no pertenecen a dependencia ofi
cial alguna ni participan en las actividades de aquellos organismos oficia
les, cuya misión es realizar pericias en los procesos en que se les desig
ne. Son pues agentes que desempeñan su profesión de forma particular y
su participación en el proceso se define por designación del juez o de las
mismas partes.
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L a p ru eb a en el p ro c e so p e n a l. P a ite especial
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A rse n io O ré G u a rd ia i D erech o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
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L a p ru e b a e n el p ro c e so p e n a l. P a rte esp e c ia l
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A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
En efecto, el artículo 177.2 del CPP de 2004 establece como regla ge
neral que la actuación del perito de parte será la de un contralor de las
actuaciones del perito de oficio. Teniendo en cuenta ello, podemos distin
guir entre informe de perito de oficio y de parte.
Así, el artículo 178.1 del CPP de 2004 prescribe que el “informe de pe
rito de oficio” - y no de “peritos oficiales”, como detalla la norma—segui
rá la siguiente estructura:
Por otro lado, conforme a lo dispuesto por el artículo 179 del CPP de
2004, la emisión del “informe de perito de parte”, en caso de discrepancia
con las conclusiones del informe de perito de oficio, se ajustará a la estruc
tura de este último y, respecto a su contenido, además de detallar las con
clusiones de su propio análisis, podrá exponer las críticas que merezca se
gún su juicio el informe emitido por el perito de oficio.
(1286) El artículo 179 del CPP de 2004 prescribe lo siguiente: “El perito de parte, que discrepe con las con
clusiones del informe pericial oficial puede presentar su propio informe”. '
(1287) C hinchay Castillo , La pericia y la prueba pericial, véase en: <http://www.mpfn.gob.pe/escuela/
contenido/actividades/docs/2448Ja_pericia_y_la_prueba_peric¡al.pdf>,
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1288) A juicio de C hinchay C astillo , la decisión del juez de investigación preparatoria que revoca la del
fiscal deriva en el supuesto del artículo 173.1 del CPP de 2004, según el cual este mismo juez nom
braría un perito para la práctica de la pericia, dando posibilidad a la formación del informe pericial
originariamente de parte. Chinchay Castillo , La pericia y la prueba pericial, véase en: <http://
www.mpfn.gob.pe/escuela/contenido/aetividades/docs/2448_la_pericia_y_la_prueba_perieial.pdf>.
No es de recibo tal postura, porque el supuesto del articulo 173.1 CPP de 2004 se refiere únicamente
a los casos de prueba anticipada, dispuesta para otro tipo de situaciones y presupuesto distintos.
5 7 8 ______________________________________________________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p en al. P arte especia]
Pese a ello, el CPP de 2004 regula -entre los artículos 172 y 181- a la
pericia bajo el rótulo del Título II: “medios probatorios” abarcando cues
tiones que pertenecen propiamente a su concepción de “medio de investi
gación”. Es por ello que conviene estudiar esta figura en función a las eta
pas de elaboración, proposición, admisión y práctica de la pericia; y no con
base en las etapas propias del proceso penal.
(1289) San M artín Castro, Derecho procesal penal, Vol. I, p. 696; R ichard G onzález , Estudios sobre
la prueba penal, t. II, pp. 464-465.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Ahora bien, el CPP de 2004 reconoce que ante la existencia de una es
cena criminal deben acudir inmediatamente los representantes de la Direc
ción Ejecutiva de Criminalística de la Policía Nacional del Perú, del Ins
tituto de Medicina Legal, de la Dirección de Policía Contra la Corrupción
o de organismos del Estado que desarrollan labor científica o técnica para
el desarrollo de las primeras diligencias (recolección de huellas, incauta
ción de instrumentos del delito, levantamiento del cadáver, etc.)°z92). Des
de luego, hay que tener en cuenta que la actuación inmediata de estos or
ganismos en ciertos escenarios es imprescindible, por lo que no es necesa
ria la designación expresa de un perito. '
siempre que reúnan las cualidades necesarias para tal fin y con conocimien
to de las partes (art. 173.2 CPP de 2004).
581
A rse n io O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Por último, los informes periciales formarán parte del expediente fiscal
y judicial (arts. 134.1, y 136.1.dy f CPP de 2004 respectivamente).
11.2, Proposición
Conforme a los artículos 155.2 y 349.l.h del CPP de 2004, el fiscal po
drá solicitar la admisión del medio probatorio pericial -o , sencillamente, la
pericia- al formular acusación (etapa intermedia). La proposición implica,
en concreto, la presentación de una lista de peritos con indicación del nom
bre y domicilio, y de los puntos sobre los que habrán de recaer sus decla
raciones o exposiciones (349.l.h y 350.l . f CPP de 2004).
11.3. Admisión
Habiéndose presentado la acusación fiscal y los escritos de las partes
con las respectivas solicitudes de admisión de los medios probatorios, o ha
biéndose vencido el plazo de diez días concedido por el artículo 350.1 CPP
de 2004, el juez de investigación preparatoria fijará día y hora para la rea
lización de una audiencia preliminar (etapa intermedia) -conform e al ar
tículo 351.1 del CPP de 2004- en la que se debatirán, previo traslado de la
acusación y los escritos de partes, la pertinencia, conducencia y utilidad de
los medios de prueba presentados (art. 351.3 y 352.5.b CPP de 2004), en
tre ellos, las pericias.
Cabe señalar que, tal como se desprende del artículo 352.5.b del CPP
de 2004, en caso de ser admitido un informe pericial, es competencia del
juez de investigación preparatoria disponer todo lo necesario para que el
medio probatorio se actúe oportunamente en el ulterior juicio oral; es de
cir, debe prever, si fuere el caso, la disponibilidad de medios auxiliares téc
nicos para facilitar el interrogatorio del perito.
11.4. Práctica
Hemos destacado que la formación del informe pericial, así como la
proposición y admisión de la pericia podrían ocurrir en cualquier etapa del
proceso, e incluso a inicios del juicio oral cuando se trate de prueba nueva;
5 8 4 ______________________________________________________________________
L a p ru e b a e n el p ro c e so p e n a l. P a rte esp ecial
En este sentido, el artículo 181.1 del CPP de 2004 indica que “El exa
men o interrogatorio del perito en la audiencia se orientará a obtener una
mejor explicación sobre la comprobación que se haya efectuado respecto
al objeto de la pericia, sobre los fundamentos y la conclusión que sostie
ne”; exigencia que, de conformidad a lo previsto en el artículo 201-A del
CPP de 2004, es predicable, incluso, de los informes de la Contraloría Ge
neral de la República.
(1295) R.Q. N° 1346-2006-Ica (cons. 2), U rquizo O laechea /S alazar Sánchez , Jurisprudencia penal de
la Corte Suprema de Justicia (2006-2010), t. III, pp. 537-538.
A rse n ío O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1296) Asi validó dicha práctica, por ejemplo, en el R.N. N“ 3116-2006-Junín (cons. 4).
(1297) Acuerdo Plenario 02-2007/CJ-l 16 (f. j. 8). .
(1298) Acuerdo plenario 02-2007/CJ-l 16 (f. j. 9).
(1299) R ichard G onzález, en Estudios sobre la prueba penal, t, II. p. 471
586
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P arte esp ecial
11.4.1. Citación
Sobre el particular, nos remitimos a lo ya expuesto al momento de es
tudiar la citación de los testigos03011. .
589
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Ahora bien, hay medidas particulares que regirán la práctica del tes
timonio cuando se presenten situaciones especiales de carácter personal,
geográficas o circunstancias que ponen en peligro la espontaneidad del
perito al momento de declarar. Estas son:
No obstante ello, podemos observar, desde ya, que los artículos 167 y
168 del mencionado cuerpo normativo refieren al examen del informe pe
ricial sumarial, mientras que el artículo 259, al examen pericial del juicio
oral. S a n M a r t í n Castro explica al respecto que, debido a las etapas pro
cesales, podemos hablar de pericias según el momento de su elaboración;
así podemos identificar al informe pericial preliminar, informe pericial su
marial e informe pericial plenarial(1306>.
(1306) San M artín C astro, Derecho procesal penal, vol. I., p. 695.
(1307) San M artín Castro, Derecho procesal penal, vol. I., p. 695.
(1308) San M artín Castro, Derecho procesal penal, vol. I., p. 695,
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
juicio oral (o auto de enjuiciamiento), en cuyo caso deben cursarse las ci
taciones con la debida antelación03095.
Una vez notificadas las partes (acusados, actor civil y terceros respon
sables) con el señalamiento del día y hora de realización de la audiencia de
juicio oral y la acusación escrita, estas pueden proponer medios de prueba
pericial de descargo hasta tres (3) días antes del inicio de la referida audien
cia (art. 232.1 CdPP) indicando los puntos sobre los cuales se pronuncia
rán. El artículo 227 limita a dos el número de peritos que puede presentar
el actor civil y, del mismo modo, las demás partes03105.
5 9 2 ______________ :______________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P arte esp ecial
La sana crítica instituye así la regla general de que el juez puede va
lorar libremente la pericia. Dicho de otro modo, ningún informe pericial
puede vincular o condicionar al juez al momento de la valoración de algún
elemento probatorio'!354>. Ello, desde luego, no niega la existencia de dictá
menes periciales que, por sus propias características, aumenten el grado de
vinculación del juez hacia sus conclusiones, pero ello no significa un con
dicionamiento a priori(i315f Siendo ello así, es correcto afirmar que la va
loración de la pericia vendrá asociada únicamente al grado de vinculación
del juez respecto a dicha pericia.
(1313) San M artín Castro explica lo siguiente: “La regla básica del sistema de valoración probatoria, según
se ha dicho y ha sido consagrado legislativamente por el artículo 283 del CPP de 1939, es el criterio
de conciencia, esto es, la sana crítica racional o del criterio racional, acorde con el sistema de la libre
apreciación judicial”. San M artín Castro , Derecho procesal penal, Vol. II, p. 908.
(1314) R ichard G onzález , Estudios sobre la prueba penal, t. II, p. 502.
(1315) C ajal A lonso , La prueba en el proceso penal, p. 786 y ss.
A xsenio O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1316) STS español, 28 de abril de 1987, R J 2232 C ajal A lonso , en La prueba en el proceso penal,
p. 786 y ss.
(1317) R ichard G onzález , Estudios sobre la prueba penal, t. II, p. 502.
(1318) M ontero A roca considera que en estos supuestos no debe baber valoración alguna por parte del
juez. M ontero A roca, La prueba en el proceso civil, pp. 383-384, Sin embargo, tal como venimos
sosteniendo, en realidad sí existe un juicio de valoración en función del cual el juez decide otorgarle
plena eficacia probatoria. Pensar de otro modo, supondría justificar el condicionamiento del juez al
dictamen pericial de forma a priori, negando la libre valoración de los medios probatorios y la sana
crítica.
(1319) F ont S erra, La prueba, pp, 102-104.
594 ___________________________________
L a p ru e b a e n el p ro c e so p en al. P a rte esp e c ia l
1. Concepto
Por prueba material debemos entender a todo aquel medio probato
rio de naturaleza real a través del cual se introduce al proceso elementos 1320
probatorios físicos que guardan vinculación directa con el delito —ya sea
porque constituyen objeto, efectos, instrumentos o ganancias del m ism o-
mediante su exhibición en el debate del juicio oral.
2. Características
Del concepto brindado, podemos extraer las siguientes características:
Al respecto, el artículo 382.1 del CPP 2004 (y, en el caso del CdPP, el
artículo 240) indica que prueba material lo constituyen., por un lado,
los instrumentos o efectos del delito y, por el otro, los objetos o vesti
gios incautados o recogidos. La norma redunda, pues cuando se refiere
a los segundos está repitiendo los primeros. Recordemos que la incau
tación no solo se dispone respecto a los instrumentos y efectos del de
lito -c o n consta en el prim er supuesto-, sino también respecto a su ob
jeto y ganancias03245.1324
(1323) F r a m a h in o d e i m a l a t e s t a indica que las huellas dejadas como consecuencia de la com isión del
delito no requieren su percepción mediante la prueba material, pues puede quedar satisfactoriamente
comprobado con la sim ple afirmación de testigos. F r a m a r i n o d e i m a l a t e s t a , L ó g ic a d e la s p r u e b a s
en m a te ria c rim in a l, t. II, p. 423. En el caso de haberse encontrado sangre u otros vestigios probatorios,
su introducción al proceso puede ser a través del documento (fotos, videos, etc.) y, desde luego, de la
pericia. En ese sentido, ESCOBEDO E s p i n o z a , In tr o d u c c ió n d e la p r u e b a m a te r ia l en e l ju ic io o ra l,
véase en: < http://www.lozavalos.com .pe/alertainform ativa/iadex.php?m od=contenido& com =conten
ido&id=147J6>.
(1324) El artículo 218.1 CPP 2004 señala que son objeto de incautación: el bien que constituye cuerpo del
delito, las cosas que se relacionen con el delito, o - e n sentido am plio- las que sean necesarias para
el esclarecim iento de los hechos investigados. D e este modo, con el fin netamente investigativo que
prescribe la norma, serían objeto de incautación el cuerpo del delito, los m edios o instrumentos que
permitieron su com isión, los efectos derivados del m ism o y, además, las ganancias obtenidas. N o
olvidem os que estas expresiones no solo podrán ser objeto de incautación en su sentido investigativo
(incautación instrumental o secuestro), sino también con fines cautelares (incautación cautelar).
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
• Bienes que constituyen el objeto del delito, que son los objetos so
bre los cuales recae la acción delictiva; por ejemplo: el botín obte
nido en los delitos de hurto y robo, la droga en el tráfico ilícito de
drogas, las armas en el caso del delito de tenencia ilícita de armas,
etc. "
Por último, el artículo 382.1 del CPP 2004 establece que los elementos
probatorios recogidos, para constituir prueba material, deben obrar o ha
ber sido incorporados con anterioridad al juicio. Ello evidentemente ocu
rrirá así, porque el hecho delictivo siempre precederá al inicio del proceso.
5 9 8 _____________________ . ________________ _
L a p ru e b a en ei p ro c e so p e n a l. P a rte esp ecial
3. Deslinde conceptual
En la doctrina comparada, se suele distinguir entre prueba real y prue
ba demostrativa. Por prueba real debemos entender, como dijimos, al medio
de prueba que permite introducir al proceso todo elemento probatorio físi
co vinculado directamente a la comisión del delito; mientras que por prue
ba demostrativa, todo objeto que, sin ser una expresión material del delito
(ya sea como objeto, instrumento, efecto o ganancia), lo representa03265. La
prueba demostrativa sirve, así, para ilustrar, clarificar o explicar otro medio
probatorio, como el testimonio, la pericia o, inclusive, la prueba material03375.
4. Fundamento y finalidad
El núcleo central del proceso penal es el juicio oral, etapa en la cual el
juez pronuncia su sentencia de acuerdo al mérito de la prueba que ve y per
cibe directamente, esto es, a través de sus propios sentidos y no por medio
de actas o informes escritos de lo que han presenciado otros sujetos (actas
de incautación, pesquisa, registro corporal, etc.)03285. Así, el fundamento de
la regulación y práctica de la prueba material está en garantizar el princi
pio de inmediación procesal03295, según el cual, el juez debe apreciar direc
tamente los elementos probatorios -q u e han sido incautados o recogidos-
para poder valorarlos y, con base en ello, determinar el sentido de la sen
tencia. No es acorde a los principios sentados por el CPP de 2004, la lec
tura de las actas de incautación, registro corporal, entre otros, pues no ha
bría un verdadero respeto al principio de la inmediación y, en vinculación
con ella, a los principios de oralidad y publicidad.
Su finalidad es, pues, que el juez pueda valorar dichos elementos pro
batorios del modo más eficaz posible. Y ello no se puede garantizar de otro
modo que percibiendo de forma directa (a través de sus sentidos) aquellos
objetos o cosas que son de relevancia para el esclarecimiento de los he
chos. En conformidad con ello, y a la luz del sistema probatorio estableci
do por el CPP de 2004, debe erradicarse la aún practicada presentación y
lectura del acta de incautación (y similares)03305, dándose preferencia a la
exhibición del elemento probatorio incautado (hallado o recogido) para el
debate. Pese a ello, cabe reconocer que solo si fuere necesario (cuando las132890
600
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P a rte esp ecial
5. Procedimiento probatorio
5.1. Proposición
El M inisterio Público, conforme a los artículos 155.2 y 349.l.h del
CPP de 2004, podrá solicitar la admisión de los medios de prueba material
al formular acusación (etapa intermedia). Asimismo, deberá especificar el
aporte que supondrá la admisión del medio probatorio para el mejor cono
cimiento del caso (art. 352.5.a CPP 2004), es decir, deberá señalar la perti
nencia, conducencia y utilidad del medio de prueba material.
(1331) Pareciere que la redacción del literal f) del artículo 350.1 CPP, al disponer que los demás sujetos
distintos al fiscal podrán “ofrecer pruebas para el ju icio”, sí perm ite la proposición de los m edios
de prueba material por parte de estos sujeto, no obstante a continuación lim ita esta facultad a los
testim onios, pericias y, finalm ente, docum entos. A sí, C h i n c h a y C a s t i l l o , Prueba documental y
prueba material, véase en: <http://www.mpfn.gob.pe/escuela/contenido/actividades/docs/2448_prue-
ba_docum ental_y_prueba_m aterial.pdL>.
(1332) C hinchay Castillo, Prueba documental y prueba material, véase en: <http://www.mpfn.gob.pe/
escue]a/conte^ido/actividades/docs/2448_pr^eba_docu^lental_y_pnleba_material,pdb^
A rse n io O ré G u ard ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
5.2. Admisión
Una vez presentada la acusación fiscal con la solicitud de admisión de
los medios de prueba material, así como los escritos de las partes con so
licitudes de otros medios probatorios, o vencido el plazo de 10 días que
concede el artículo 350.1 del CPP de 2004, el juez de investigación prepa
ratoria -e n conformidad con el artículo 351.1 CPP 2004- fijará día y hora
para la realización de una audiencia preliminar (etapa intermedia). Se co
rrerá traslado la acusación fiscal a las demás partes con la finalidad de que
tomen posición sobre la admisión de los medios propuestos por el órgano
acusador, y en la audiencia -co n presencia obligatoria del fiscal y abogado
defensor- se debatirán la pertinencia, conducencia y utilidad de los medios
de prueba material ofrecidos (art. 351.3 y 352.5.b CPP 2004).
5.3. P ráctica
Luego de que el juez de investigación preparatoria declare la admisibi
lidad de los documentos pertinentes, conducentes y útiles, se puede dar ini
cio a la práctica de los medios de prueba material. Pedagógicamente, pode
mos distinguir dos momentos para la práctica de los elementos probatorios
602 I
L a p ru e b a en el p ro c e so p en al. P arte esp ecial
(1337) Así, O ficina de las N aciones U nidas contra la droga y el delito , La escena del delito y las
pruebas materiales, p. 4.
(1338) D efensoría d e l P ueblo , La prueba en el sistema penal acusatorio colombiano, véase ea: <http://
adalid.com/material/la%20prueba%20en%20ei%20sis tem a% 20penal% 20acusatorio.pdf>.
(1339) En ese sentido, E scobedo E spinoza , Introducción de la prueba material en el juicio oral, véase
en: <http;//www.lozava]o$.conLpe/alertamforrnativa/index.php?mod=contenido&com=contenido&
i<M4716>.
(1340) En ese sentido, B aytelman A ./D uce í ,, Litigación penal, juicio oral y prueba, p.,287.
6 0 4 ______________________________________________________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P a rte e sp e c ia l
s Testigo: sí, es uno que mide doce pulgadas, de mango negro y tenía
también la punta rota.
• Testigo: sí
6 0 6 ______________________________________________________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p en al. P a rte esp ecial
e Fiscal: ¿cómo sabe que es el mismo que fue usado al momento de los
hechos?
(1345) En ese sentido, E scobedo Espinoza , Introducción de la prueba material en el Juicio oral, véase
en: <http://www.lozavalos.cMn.pe/alertamformativa/index.pbp?mDd=contemdo&CGm=contemdo&
id“ 14716>. ‘ '
(1346) N eyra F lores , Manual del nuevo proceso penal & litigación oral, p. 910.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1347) D efensor Ía del P ueblo, La prueba en el sistema penal acusatorio colombiano, véase en: <http://
adalid.com/material/la%20prueba%20en%20el%20sistenia%20pettal%20acüsatorio.pdf>.
L a p ru e b a en el p ro c e s o p en al. P a rte esp ecial
(1348) En ese sentido, ChieSa A ponte, Derecho procesal penal de Puerto Rico y Estados Unidos, t. III,
p. 369.
A rse n io O ré G u a rd ia / .D erech o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Continúa el ya citado artículo 240: “Las peticiones que sobre esta mate
ria [presentación en audiencia de los objetos vinculados con el delito] haga
el fiscal, el acusado o la parte civil serán resueltas por el Tribunal inmedia
tamente. En caso de negativa podrá el peticionario hacer constar en el acta
los motivos de la petición” .
6 1 0 ______________________________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P arte esp ecial
V. Documento
El documento es uno de los medios probatorios, cuyo concepto ha va
riado y continuará haciéndolo a medida que continúe la aparición y el de
sarrollo de las nuevas tecnologías. Resulta muy ilustrativa la exposición
que realiza D e M i r a n d a V á s q u e z sobre el traspaso del documentó clási
co -asociado al p ap el- al documento audiovisual para finalmente dar paso
al documento digital0353).
(1351) Vásquez Ganoza. La prueba materia!y su incorporación ajuicio oral en el nuevo Código Procesal
Penal, En: <http://es .scribd.com/doc/98265278/La-Prueba-Malerial-y'Su-Incorporadon-Al-Juicio-
O ra^.
(1352) Cafferata Ñ ores indica que “[e]l elemento de prueba será tal, no solo cuando produzca certeza sobre
la existencia o inexistencia del hecho que con él se pretende acreditar, sino también cuando permita
fundar sobre este [hecho] un juicio de probabilidad”; “[e]sta idoneidad conviccional se conoce cómo
‘relevancia' o utilidad fe la prueba". C afferata Ñ ores, Laprueba en elproceso penal, p. 22.
(1353) D e M iranda Vá zquez , Estudios sobre la prueba penal, t. III, pp. 406-410.
___________________________________________'___________________________ 611
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1354) H orvitz L ennon y L ópez M asle, citando a R oxin , señalan que “la doctrina alemana, aduciendo
razones de texto legal, restringe el concepto juridíco-procesal de d o c u m e n to a cualquier escrito que
■ contenga o exprese un pensamiento, excluyendo las manifestaciones de ideas no corporeizadas en un
soporte escrito”. H orvitz L ennon /LÓPEZ M asle, Derecho procesalpenal chileno, t. II, p, 304.
(1355) Sacristán R epresa , La prueba, p. 323.
(1356) O r tiz N avacerrada, La prueba de documentos en el proceso civil: estudio jurisprudencial,
p. 17.
(1357) En el caso del Derecho procesal civil español, L luch explica que, ante la aparición de las nuevas evi
dencias electrónicas, el legislador español, en vez de aportaron nuevo concepto de documento acorde
a las actuales exigencias -lo que a su juicio sería lo más apropiado-, ha optado por crear un nuevo
medio de prueba: las denominadas pruebas electrónicas. L luch , Diario La Ley (on line), 2011/7667.
. En el mismo sentido, O rmazábal Sá nchez , La prueba documental y ios medios e instrumentos
idóneos para reproducir imágenes o sonidos o archivar y conocer datos, p. 161 y ss.
(1358) To nin i , La prova pénale, p, 92. Asi también. M ontero A roca, Laprueba en elproceso civil, p. 281.
(1359) En sentido similar, Climent D u ran , La prueba documental. Proceso penal, p. 13.
(1360) C liment D u ran , La prueba documental. Proceso penal, p. 17.
6 1 2 ______________________________________________________________________
L a p ru e b a e n el p ro c e so p e n a l. P a rte esp ecial
(1361) M oreno N avarrete reconoce la actual necesidad de elaborar un concepto que supere la clásica noción
de documento ligada al papel escrito; señala que hoy en día “se hace necesario un concepto actual
de documento que aglutine todas sus formas posibles como medio de acreditación enjuicio y en el
tráfico jurídico”. M oreno N avarrete, La prueba documental. Estudio histérico-jurídico y dogmático,
pp. 21-22. ’ . . . . . .
(1362) No debemos olvidar la distinción entre fuente y medio probatorio; como indica Sacristán R epresa,
la fuente es el principio es el principio, fundamento u origen de una prueba, por tanto, anterior e inde
pendiente del proceso, mientras que el medio es la actividad que debe desarrollarse para que la fuente
, llegue y sea introducida al proceso. Sacristán R epresa, La prueba, p, 325.
(1363) Así, M odesto V illavicencio sostenía que “fijos documentos hay que tomarlos en su sentido res
tringido, huyendo del criterio elástico del principio que acepta todas las cosas como documentos”;
por lo que, “ [hjablando técnicamente, documento es todo objeto material en el que se hace constar
algo por escrito, a mano, máquina, fotostática, interesante para el proceso como una letra de cambio,
etc. Puede ser escritura en sentido amplio, como folios a máquina o manuscrito, que se pueda utilizar
como prueba en el proceso”. M odesto Villavicencio, Derecho procesal penal, p. 198, Comparte
esta opinión, L ecca G uillen , Derecho procesal penal práctico, t. II, p. 152.
A rs e n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
2. Características
(1364) Llijch agrega que el documentó es un medio de prueba de carácter procesal, dado que es en el mar
co del proceso que, con su proposición y práctica, se pretende acreditar esas afirmaciones. L luch,
La prueba documental, t, IV, p, 21,
(1365) Jauchen , La prueba en materia penal, p. 272.
(1366) Guasp, Estudios jurídicos, pp. 410 y ss.
(1367) M ontero A roca, La prueba en el proceso civil, p. 281.
6 1 4 ______________________________________________________ _________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P arte esp ecial
Cabe anotar que esta consideración no puede ser tenida como un crite
rio abierto, sino más bien como uno restringido. Los objetos, como los an
tes señalados, podrán ser considerados documentos siempre que la prácti
ca de la diligencia procesal sea irreproducible, así por ejemplo, cuando las
huellas de sangre o muestra de semen del cuerpo de la víctima no puedan
ser llevadas al juicio.para su exhibición como prueba material (son irrepro-
ducibles, procesalmente hablando). Este parece ser el fundamento de los
artículos 325 infine y 383.l.d del CPP de 2004.
617
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
Por último, conviene traer a colación lo apuntado líneas arriba, que solo
respecto de este primer elemento (el soporte material) es que podemos con
siderar al documento como objeto de prueba (y no propiamente como me
dio de prueba) cuando, por ejemplo, el documento aportado al proceso es
cuestionado respecto a su autenticidad o cuando constituye el cuerpo m is
mo del delito.
(1384) En similares términos, Pardo Iranzo , La prueba documental en el proceso penal, p. 52.
(1385) M ontero Aroca, La prueba en el proceso civil, p, 283.
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
3.3. El autor
El autor es el sujeto quien elaboró el documento. Ya decía C a r n e l u t t i
que “representar el hecho de un hombre quiere decir representar un hom
bre que hace”0386).
4. Objeto
Hemos sostenido que el documento es un medio probatorio de natura
leza real, lo que quiere decir que la noción de documento puede recaer so
bre cualquier objeto o cosa, mas no sobre personas ni actividades. En ese
sentido, Lluch indica que frente a la noción de prueba personal (como la
del testimonio o la pericia), en la que el instrumento probatorio se encuen
tra en las personas (las partes, testigos o peritos), se levanta la de prueba
real, en la que el instrumento probatorio lo constituyen las cosas°391l Así,
para G u a s p , por “cosas” debemos entender a “todos aquellos objetos del
mundo exterior que aparecen al hombre como desligados de su propia per
sonalidad o de la de cualquier sujeto”0 3921.
b. Las pericias; al igual que el testimonio, las pericias son medios pro
batorios personales, por lo que no constituyen documentos. La infor
mación proviene del perito y no propiamente del documento que este
sujeto elabora. En ese sentido, la pericia como prueba personal se prac
tica enjuicio oral con el interrogatorio del perito y no con la lectura del
informe pericial, salvo casos excepcionales como los indicados en el1392
621
A xsenio O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
artículo 383.l.c del CPP de 2004, esto es, cuando “el perito no hubie
se podido concurrir al juicio por fallecimiento, enfermedad, ausencia
del lugar de su residencia, desconocimiento de su paradero o por cau
sas independientes de la voluntad de las partes”. Conforme al mismo
artículo citado, también “se darán lectura a los dictámenes producidos
por comisión, exhorto o informe” . Habrá algunos supuestos concretos
en los que también se podrán leer partes específicas del informe peri
cial cuando, por ejemplo, el perito en su interrogatorio necesita preci
sar o recordar algún detalle específico, tal como hemos apuntado cuan
do estudiamos la pericia.
5. Finalidad
6 2 2 _______________________________________________________________________
L a p ru e b a e n el p ro c e s o p en al. P a rte e sp e c ia l
Laronga explica que esta finalidad es posible por la triple función que
cumple el documentocl393): a) representativo, porque es idóneo para crear
en la mente humana la representación de los hechos a los cuales se refie
re el documento; b) demostrativo, en tanto posee una función probatoria;
y c) informativo, porque contribuye tanto al proceso de formación del acto
(hechos que son fijados en el documento) como al proceso de formación
del documento mismo.
6. Clases de documento
En virtud del contenido ideológico podemos clasificar a los documen
tos en “meramente representativos” o “declarativos”. Los primeros son
aquellos documentos que concretan materialmente un hecho vacío de toda
declaración expresa de quien es su autor (fotografías, planos, radiografías,
etc.); mientras que los segundos son aquellos en los que el autor manifiesta
una especial declaración de su pensamiento (escritos, cintas grabadas, los
CD con grabaciones de audio y/o vídeo, etc.)139(1394). Este último (los decla
rativos) puede ser clasificado, a su vez en dos tipos: por un lado, los testi
moniales, que son aquellos que. plasman una declaración de conocimiento
o un simple acontecimiento que pueden tener consecuencias jurídicas (des
criben el estado de las cosas), y, por el otro, los dispositivos, que son los
que incorporan una declaración de voluntad constitutiva (pretenden modi
ficar el estado de las cosas)(1395). _
7.1. Proposición
Los soportes de cualquier índole (fuentes de prueba) que contengan
información sobre los hechos investigados pueden ser propuestos e intro
ducidos al proceso a través del medio de prueba documental. A estos efec
tos, el CPP de 2004 prescribe lo siguiente:
• Los documentos con relevancia para la resolución del proceso deben ser
obligatoriamente presentados, exhibidos o permitirse su conocimiento
por quien lo tenga en su poder, salvo dispensa, prohibición legal o ne
cesidad de previa orden judicial (art. 184.1).
624 ________________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p en al. P a rte esp ecial
consideren que deben ser requeridos—una vez que les haya notificado la
acusación en un plazo de diez días (art. 350. l . f CPP de 2004). Es necesario
que los sujetos especifiquen el aporte que supondrá la admisión del medio
probatorio que proponen para el m ejor conocimiento del caso (art. 352.5.a
CPP de 2004), es decir, deberán precisar la pertinencia, conducencia y uti
lidad del documento.
(1400) Taormtna señala que son anónimos aquellos documentos de los cuales se ignora la paternidad.
Taormina , II regim e della p ro va nel p ro c e so p en a le , p. 381.
(1401) P a r d o I ranzo , L a p ru eb a docum ental en e l p ro c e so p e n a l , p. 93.
(1402) En ese sentido, TONINI, La prava penale, p. 97.
(1403) Montero A roca, L a p r u e b a en el p ro c e so civil , p. 283.
A rs e n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
7.2. Admisión
Una vez presentados la acusación y los escritos de parte con las res
pectivas solicitudes de admisión de documentos, o vencidos el plazo de 10
días que concede el artículo 350.1 del CPP de 2004 para la presentación de
medios de prueba, el juez de investigación preparatoria, en cumplimiento
del artículo 351.1 del mencionado cuerpo legal, fijará el día y la hora para
la realización de la audiencia preliminar (etapa intermedia). Se correrán
traslado los documentos presentados con la finalidad de que las partes to
men posición sobre la admisión, y en la audiencia —con presencia obliga
toria del fiscal y abogado defensor- se debatirán la pertinencia, conducen
cia y utilidad de los documentos ofrecidos (art. 351.3)....... -
(1404) E! artículo 240.1 del Códice di procedura penale italiano prescribe lo siguiente: “I documeníi che
contengono dichiarazioni anonime non possono essere acquisiti né ín alcun modo utilizzati, salvo che
costituiscano corpo del reato o provengano comunque dalVimputato”.
(1405) En similares términos, Cument Duran, La prueba documental: proceso penal, pp, 42-43,
solo podrá excluir las que no sean pertinentes y prohibidas por la ley; po
drá también limitar los medios de prueba cuando resulten manifiestamente
sobreabundantes o de imposible consecución (art. 155.2 CPP de 2004).
Tal como se desprende del artículo 352.5.b del CPP de 2004, en caso
de ser admitido un documento, es competencia del juez de investigación
preparatoria disponer todo lo necesario para que el medio probatorio se
actúe oportunamente en el ulterior juicio oral; es decir, debe prever la dis
ponibilidad de medios auxiliares técnicos para la reproducción de los do
cumentos que así lo requieran, a fin de que su contenido pueda ser conoci
do y debatido en la etapa de juzgamiento.
7.3. Práctica
Luego de que el juez de investigación preparatoria declare la admi
sibilidad de los documentos pertinentes, conducentes y útiles, se inicia la
práctica de la prueba documental que se divide en dos grandes momentos:
el primero referido a la acreditación de la autenticidad de los documentos
admitidos y el segundo relativo a la oralización de estos.
627
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
628 ______________________________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P a rte e sp e c ia l
(1408) Enel caso de un libro elaboradopor el órgano de prueba o una entrevista que este hubiere prestado,
la Sala Penal Especial de la Corte Suprema ba sostenido que la concurrencia de este no tiene como
objeto su ratificación que, además, no es necesaria toda vez que dicbos supuestos constituyen, a
consideración de la Corte, medios de prueba documental.
De ahí que, continúa laCorte Suprema, encualquiercaso el libroo laentrevistapodránservalorados de
maneraautónoma, independientementedelaconcurrenciadel órgano deprueba, cuyo“(,..) interrogatorio
no sirve para dar valor probatorio a la información, sino para confirmar su veracidad y garantizar la
contradicción”. Exp. A.V. 19-2001 (cons. 72), SalaPenal Especial de la Corte Suprema de Justicia.
(1409) C liment D uran, L a p r u e b a docum ental: p r o c e s o p e n a l, pp. 51-52.
(1410) M ontero Aroca, L a p r u e b a en e l p ro c e so civil, p. 320.
629
A xsenio O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
(1411) P ietro Castro Ferrandiz, citado por Climent Duran, L a p r u e b a docum ental: p ro c e so p e n a l,
■p. 55. ‘
(1412) C liment D uran, L a p ru e b a docum ental: p ro c e so p e n a l, p. 61.
(1413) R ivera M orales, L a pru eb a : Un a n álisis ra cio n a l y p rá c tic o , p. 289.
(1414) Rivera M orales, L a pru eb a : Un a n á lisis racional y p rá c tic o , p. 289. Es de acotar que durante la
investigación preparatoria, y en concordancia con el artículo 184.2 del CPP de 2004, la presentación
de la copia podría motivar al fiscal solicitar la exhibición voluntaria del documento original a quien
corresponday, encaso denegativa, solicitaraljuez laordende incautación correspondiente conforme
al artículo 233.1 CPPde 2004. ■
L a p ru e b a en el p ro c e so p e n a l. P a rte especial
documentos [se refiere a las copias], tienen que ser legalizados”; agre
ga, además, que no son válidas las copias de copias04155.
Es preciso anotar que el artículo 383.1 del CPP de 2004, como dijimos
líneas arriba, enumera una serie de actuaciones que, pese a que no constitu
yen documentos, se introducen al proceso mediante su lectura, justamente
porque es el único medio por el cual se puede conocer su contenido. Así te
nemos a las actas de pruebas anticipadas -p o r ejemplo, los testim onios-; la
denuncia, las actas levantadas por la Policía, el fiscal o el juez de investi
gación preparatoria —que son actos procesales documentados y no propia
mente un documento-; los dictámenes periciales que no puedan ser intro
ducidos al juicio por medio del perito sea por fallecimiento, enfermedad,
entre otros -p ese a ello, siguen siendo pericias-; y otros.
6 3 2 _________________________________________
L a p ru e b a e n e l p ro c e so p en al. P arte esp ecial
(¡422) García Rada, Instituciones de Derecho procesal penal, 1.111, pp. 337 y 338. En igual sentido se ha
pronunciadoel Tribunal Constitucional, mediante suExp. NM032-2004-AA/TC-Liina, (f j. 4), caso:
Guillermo Venegas Pinto,
(1423) O livera D ía z , El proceso penal peruano, p. 334.
(1424) Así lo resolvió la Corte Superior de Justicia de Lima, mediante su ejecutoria superior emitida en el
Exp. N° 4155-097, al sostener lo siguiente: “Conforme a lo señalado en el artículo 298 inciso 1 del
Código de Procedimientos Penales, constituye causal de nulidad el hecho que el a quo no se haya
pronunciado sobre la tacha formulada por una de las partes respecto aundocumento de importancia
dentro del proceso”. Rojas Vargas, Código de Procedimientos Penales, p. 213.
633
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
6 3 4 _______________________________________________________________________
L a p ru e b a en el p ro c e so p en al. P arte esp ecial
Dicho esto, el juez de juicio oral debe valorar, en primer lugar, la au
tenticidad de los documentos. Conforme a los lineamientos ya expuestos
en el apartado anterior (el tipo de documento: público o privado, la prác
tica de reconocimiento o pericias, etc.), si el juez declara la autenticidad
de un documento le dotará, asimismo, de la aptitud o capacidad para hacer
(1428) Sala P enal Especial de la Corte Suprema, Reglas para la práctica de la prueba documental y
documentada, véase en: <htíp://historico.pj.gob.pe/CorteSuprema/documentos/..%5C..%5CCorteSupre
ma%5Cspe°/»5CDocumentos%5CSPE_imGLAS_PRACnCA_PRUEBA_DOCUMENTADAJ)30908.
pdf>.
(1429) O livera Díaz , El proceso penal peruano, p. 333.
(1430) Olivera Díaz, El proceso penal peruano, p, 333.
(1431) O livera Díaz , El proceso penal peruano, p. 334.
(1432) Auto casatorio N° 42-2010, Huaura (f. j. 4.2).
635
A rsen io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
prueba por sí mismos, ello, claro, solo respecto de los hechos a los que su
contenido se refiere.
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672
B ib lio g ra fía g e n e ra l
Presentación........................................................... ............................ 5
Siglas y abreviaturas................................................................................. 13
..CAPÍTULO I
PARTE GENERAL DE LAS MEDIDAS
DE COERCIÓN EN EL PROCESO PENAL
I. Concepto................................................. 20
II. Deslinde conceptual.......................................................................... 20
III. Finalidad....................................................................................... 23
TV. Principios............. ............................................................................... 26
2. Principio de legalidad................................................................. 29
2.1. Manifestaciones................................................................... 30
3. Principio de necesidad................................................................ 33
4. Principio de proporcionalidad......................... 34
1. Instramentalidad .................................... 45
2. Provisionalidad................................................................. 48
4. Temporalidad.................................................................... 53
5. Autonomía........................................................... 54
6 . U rgencia.......................................................... 55
2 . Peligro procesal........................................................................... 60
VH. Clasificación............................................ 60
V n i. Estado actual del procesó dé implementación en materia de coer
ción procesal................................................................................ 68
CAPÍTULO n
MEDIDAS DE COERCIÓN PERSONAL
EN EL PROCESO PENAL
I. Concepto.......................................................... 72
II. M odelos................................... 72
1. M odelo garantista........................................................................... 72
2. . Modelo eficientista........................................................ 73
3. Modelo preventivo radical.................................................... 78
____________________ __________________________________________________ 6 7 9
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
1.2. Finalidad............................ 81
1.4. P lazo..................................................................................... 86
2.3; Concepto............................................................. 91
2.5. Finalidad............................................................................... 93
2.6. Competencia........................................................................ 94
5. Incomunicación............................................................................ 167
682
ín d ic e g e n e ra l
6 .6 . D uración.............................................................................. 183
_______________________________________________________________ _ 683
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
8 .6 . D uración................ 201
CAPÍTULO III
MEDIDAS DE COERCIÓN REAL
EN EL PROCESO PENAL
4. Principios............................................. 223
5. Características............................................................................. 227
_______________________________________________________________________ 6 8 5
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
1. Em bargo..................... 239
2. Incautación..................................... 247
686
ín d ic e g en eral
______________________________________________________________________ 6 8 7
A rse n io O ré G u a rd ia ! D e re c h o P ro cesa] P e n a l p e ru a n o
688
ín d ic e g e n e ra l
SEGUNDA PARTE
LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL
CAPÍTULO I
LA PRUEBA:
CONSIDERACIONES GENERALES
2 . 1 . C ontenido............................................................................ 313
1. La certeza....................... 331
2. La duda.......................................................... 333
3. La probabilidad............................................................................ 333
4. La posibilidad........................................................................... 335
CAPÍTULO n
LA ACTIVIDAD PROBATORIA,
LA PRUEBA POR INDICIOS,
Y LA PRUEBA ILÍCITA Y PROHIBIDA
692
ín d ic e g en eral
4. Fundamento.................................................................................. 398
5. Finalidad...................................................................................... 399
1. C oncepto.................................................................... 415
3. Presupuestos...................................... 419
4. Clasificación........................................................................ 420
5. Características............................................................................. 420
Efectos de la prueba ilícita.............................................................. 427
CAPÍTULO m
CONVENCIONES PROBATORIAS,
PRUEBA NUEVA Y PRUEBA DE OFICIO
1. C oncepto...................................................................................... 444
2. Sujetos legitim ados.................................................................... 445
3. Elementos.............................. 446
695
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
4. O bjeto............................................................................................ 448
5. Efectos.......................................................................................... 450
6. Finalidad...................................................................................... 451
1. Concepto.......................................................... 455
2. Características........................................... 456
2. C oncepto...................................................................................... 471
4. Características.............................................................................. 475
5. M odalidades................................................................................. 477
696
ín d ic e g e n e ra l
CAPÍTULO IV
LA PRUEBA ANTICIPADA
Y LA PRUEBA PRECONSTITUIDA
2. Presupuestos........................... 489
697
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
1. Concepto......................... 507
3. Presupuestos................................................................................. 509
5. Procedimiento.................................... 510
CAPÍTULO V
LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL.
PARTE ESPECIAL
1. Concepto....................................................................................... 522
1. Concepto...................................................................................... 561
3. Fundamento.................................................................................. 565
4. Finalidad...................................................................................... 566
_______________________________________________________________________, 6 9 9
t
A rse n io O ré G u a rd ia / D e re c h o P ro c e sa l P e n a l p e ru a n o
1. Concepto............................................................................... 595
2. Características..................................................................... 596
2. Características............................,................................................ 614
ín d ic e g e n e ra l
5. Finalidad.......................... 622