$R1B3D8I
$R1B3D8I
$R1B3D8I
I. La Escuela de Antioquía
Es obvio que la escuela de Alejandría estaba justificadamente dispuesta a
aceptar la acusación de que su interpretación se basaba más en la astucia del
intérprete que en la intención original del autor inspirado. Uno podría, y puede,
declarar cualquier interpretación y “comprobarlo” con la Biblia si uno usa este
método. El método de interpretación de Antioquia se enfoca en el significado
obvio y llano del texto de la Escritura.
Su enfoque básico es el entender el mensaje del autor original. Es por eso que se
le llama método hermenéutico histórico gramático. Antioquia insistía tanto en el
contexto histórico como en el uso normal del lenguaje humano. No eliminaba
figuras del habla, profecía, o simbolismos, pero los forzaba a unirse al propósito,
a la condición histórica, y al estilo del autor original, juntamente con la opción
original del autor con relación al género literario.
“La escuela de Antioquia insistía en la realidad histórica de la revelación
bíblica. Ellos no estaban dispuestos a perderse en un mundo de
simbolismos y sombras; eran más Aristotélico que Platónico” (Grant y
Tracy 1984, 66).
Algunos primeros líderes de esta escuela de interpretación fueron: Luciano,
Diodoro de Tarso, Teodoro de Mopsuestia, y Juan Crisóstomo. Esta escuela se
vio involucrada en un énfasis extremoso acerca de la humanidad de Jesús,
denominada la herejía Nestoriana (la que decía que Jesús tenía dos naturalezas,
una divina y una humana)-lo cual era (y es) una herejía (ver 1 Juan 4:1-3). Por
esta razón la escuela perdió su influencia y a muchos de sus seguidores. Su
centro se cambió de Siria a Persia para poder estar fuera del alcance de la
disciplina de la iglesia romana.
II. Los Principios Básicos de la Escuela de Antioquía
Aunque los principios básicos de la escuela de Antioquia continuaron en lugares
aislados, realmente volvieron a surgir con auge con Martin Lutero y Juan
Calvino, así como habían retoñado anteriormente con Nicolás de Lira.
Juntamente con el énfasis en la aplicación (el cual era el punto fuerte de
Orígenes), el método de Antioquia claramente distinguía entre la exegesis y la
aplicación (leer a Moisés Silva, Has the Church Misread the Bible? Pág. 101).
Es éste enfoque histórico, basado en el texto de las Escrituras, el método básico
de interpretación de estos comentarios bíblicos
(ver www.freebiblecommentary.org, Biblical Interpretation Seminar). Está
dirigido a los creyentes que no tienen un entrenamiento teológico y la
metodología se enfoca en el texto de la Escritura y su traducción, no tanto en los
idiomas originales.
Las ayudas de estudios se presentan y son recomendadas, pero el significado
obvio del autor original puede verse y en la gran mayoría de los casos, debe
obtenerse sin mucha ayuda externa. El trabajo ya realizado de eruditos piadosos
y diligentes ayudará en áreas como la información contextual, los pasajes
difíciles, y para entender el cuadro general, mas primero debemos luchar por
obtener por nosotros mismos el significado sencillo directamente de las
Escrituras. Ese es nuestro privilegio, nuestra responsabilidad, y nuestra
protección. ¡La Biblia, el Espíritu, y usted son la prioridad! Los dos pilares de
este método de interpretación contextual-textual son: el entendimiento de cómo
analizar el lenguaje humano a un nivel no técnico, y el poder del Espíritu Santo
habitando en el creyente. El que usted tenga, por así decirlo, algo de libertad
para interpretar la Biblia por usted mismo es la meta principal del Seminario de
Interpretación Bíblico. James W. Sire en su libro Scripture Twisting hace dos
puntos muy buenos:
“La iluminación viene a las mentes del pueblo de Dios – y no solo a una
élite espiritual. No existe una clase gurú en el cristianismo bíblico, ni hay
iluminados, ni personas a través de las cuales exclusivamente provenga
la correcta interpretación. Por eso, aunque el Espíritu Santo provee dones
especiales de sabiduría, conocimiento, y discernimiento espiritual, no por
eso asigna a estos cristianos dotados a ser los únicos intérpretes
autorizados de Su Palabra. Depende entonces de cada uno de los
miembros del pueblo de Dios el aprender, juzgar y discernir, haciendo
referencia a la Biblia, la cual permanece como la autoridad aun por
encima de aquellos a quienes se les han dado estos dones especiales”.
“En resumen, lo que dejo por sentado a través de todo el libro es que la
Biblia es la verdadera revelación de Dios a toda la humanidad, que es
nuestra máxima autoridad en todos los temas de los que habla, que no es
un misterio total sino que puede ser adecuadamente entendida por
personas ordinarias en cualquier cultura” (págs. 17-18).
Que nunca nos atrevamos a, de una manera inocente, confiar a nadie, sea
persona o denominación, la interpretación de las Escrituras, lo que afecta no solo ésta
vida, sino también la venidera. Por ello, la segunda meta del Seminario de
Interpretación Bíblico es el lograr la habilidad de analizar las interpretaciones de los
demás, proveyendo al creyente un método de estudio bíblico personal que le proteja en
contra de las interpretaciones erróneas de otros.
TEMA ESPECIAL: LA ESCUELA ALEJANDRINA DE INTERPRETACIÓN
BÍBLICA
I. Antecedente Judío
El método más consistente usado en el estudio de la Biblia es conocido como el
Método Histórico – Léxico - Gramático (o también conocido como el método
Textual - Contextual). Este método comenzó en Antioquia de Siria, en el Siglo
III d.C., como reacción al método alegórico, el cual se había desarrollado varios
cientos de años anteriormente en Alexandria, Egipto. El método Alejandrino era
una adaptación del método de Filo, un intérprete judío que vivió del 20 a.C al 55
d.C., en Alejandría. El, siendo judío de la Diáspora, no tuvo mucha influencia
entre los rabinos, pero si tuvo un gran impacto entre los intelectuales helenistas
de Alejandría, ciudad que era la cuna del aprendizaje de aquel tiempo. Filo
estaba de acuerdo con los rabinos en cuanto a que el Antiguo Testamento fue
dado por Dios. El creía que Dios había hablado de una manera única a través de
las Escrituras hebreas y de los filósofos griegos, especialmente a través de
Platón. Por lo tanto, cada aspecto del texto tenia significado; cada frase,
clausula, palabra, letra, aun el detalle más pequeño de la idiosincrasia del texto.
La interpretación de los rabinos está caracterizada por un enfoque en el “cómo”,
especialmente en lo relacionado a la Ley de Moisés. Filo, aunque usaba algo de
la misma idiosincrasia de la gramática y el deletreo, encontró mensajes
escondidos en los textos relacionados a lo platónico. Los rabinos estaban
interesados en aplicar la ley de Moisés a la vida diaria, mientras que Filo quería
reinterpretar la historia de Israel a la luz de su entendimiento del mundo
platónico. Para lograr hacer esto él tuvo que remover totalmente el A.T. de su
contexto histórico.
“En su mente, muchas de las verdades del judaísmo correctamente
entendidas, no diferían de las más altas verdades de la filosofía griega. Dios se
revela a Sí Mismo al pueblo escogido de Israel, pero no se reveló a Si Mismo de
una manera mucho más radical que la que Se reveló a los griegos” (Grant y
Tracy 1984, 53-54).
Su método básico era el alegorizar el texto:
A. Si el texto hablaba de algo que pareciera indigno de Dios (por ej., lo
físico de Dios)
B. Si el texto contenía alguna aparente inconsistencia
C. Si el texto contenía alguna aparente problema histórico
D. Si el texto podía ser adaptado (alegorizado) a su punto de vista
filosófico (Grant y Tracy 1984, 53)
II. La Escuela Alejandrina
Lo básico del método de Filo para la interpretación fue continuado en la escuela
cristiana de interpretación, la cual se desarrolló en la misma ciudad. Uno de sus
primeros líderes fue Clemente de Alejandría (150-215 d.C.). Él creía que la
Biblia contenía diferentes niveles de significado para poder hacer las Escrituras
relevantes a los diferentes tipos de personas, cultura y épocas. Estos niveles
eran:
A. El sentido literal, histórico
B. El sentido doctrinal
C. El sentido tipológico o profético
D. El sentido filosófico
E. El sentido alegórico o místico (Gran y Tracy 1984, 55-56)
Este método básico fue continuado por Orígenes (185-254 d.C.), quien
probablemente fue el mayor pensador de la iglesia antigua (Silva 1987,
36-37). Él fue el primer crítico textual, apologista, comentarista, y
teólogo sistemático. Un buen ejemplo de su método puede verse en su
interpretación de Proverbios 22:20-21, el cual combina con 1 Ts. 5:23.
De esta manera cada pasaje de la Biblia tiene tres niveles de
interpretación.
1. Un sentido literal o “cuerpo”
2. Un sentido moral o “alma”
3. Un sentido místico/alegórico o “espíritu” (Grant y Tracy 1984,
59)
La hermenéutica de Alejandría tuvo influencia sobre la mayor parte de la
iglesia en el área de la interpretación hasta el tiempo del Reforma Protestante.
Puede ser caracterizada en su forma desarrollada por Agustín (354-430 d.C.) en
sus cuatro niveles de interpretación:
1. El literal, que enseña los eventos históricos
2. El alegórico, que enseña lo que uno debe creer
3. Lo moral, que enseña lo que uno debe hacer
4. Lo místico, que enseña lo que uno debe esperar
Para la iglesia en general, los sentidos no literales (números 2,3,4)
contenían las verdades espirituales puristas. Sin embargo, debido a los
abusos del método, ausente de lo histórico y lo gramático, llevó a la
formulación de otra escuela de interpretación. Esta nueva escuela de
Antioquia de Siria (del siglo III d.C.) con un enfoque textual histórico-
gramático acusó a los alegoristas alejandrinos de:
1. Traer o importar significado al texto
2. Forzar un significad escondido en cada texto
3. Crear una interpretación forzada y extravagante
4. No permitir que las palabras y las frases tengan su significado
normal, obvio (Sire 1980, 107)
5. El permitir que la subjetividad humana dominara el mensaje
obvio del autor original
La alegoría, cuando es hecha por un intérprete piadoso y bien entrenado
puede tener gran valor. Es obvio que ambos, Jesús (Mt. 13:18-23) y
Pablo (1 Co. 9:9-10; 10:1-4; Ga. 4:21-31), establecieron un precedente
bíblico para este método. Sin embargo, cuando se usa para probar la
doctrina favorita que uno tiene o para defender las acciones inapropiadas,
se convierte en una gran piedra de tropiezo. El principal problema es que
no hay manera de muchas veces apoyar el significado tomando el texto
únicamente (Silva 1987, 74). La pecaminosidad de la humanidad ha
convertido este método (y por implicación todos los métodos de alguna
manera), como un medio para probar casi cualquier cosa y entonces decir
que es bíblico.
“Siempre existe el peligro de la eiségesis, es decir, el leer en la
Biblia ideas que hemos recibido de alguna otra parte y recibirla
con la autoridad con que hemos recibido El Libro” (World
Council of Churches Symposium on Biblical Authority for
Today, Oxford, 1949).
“Orígenes, y muchos otros junto con él, han tenido la ocasión de
torturar las Escrituras en todas las maneras posibles, alejados del
verdadero sentido. Ellos concluyeron que el sentido literal es
demasiado negativo y pobre, y que, debajo de la capa exterior de
la letra, se esconden misterios más profundos, los cuales no
pueden ser extraídos sino solo a través del abuso de la alegoría. Y
en esto, ellos no tuvieron ningún problema para lograrlo, porque
las especulaciones que parecen ingeniosas son las que más se
prefieren, y siempre será preferido por el mundo, a la doctrina
solida…con la aprobación del sistema licencioso gradualmente
obtenido a tal altura, que aquel que manejaba la Escritura para su
propia distracción no solo pensaba pasar sin castigo, sino además
obtenía la máxima aprobación con aplausos. Por muchos siglos
no se consideró a ningún hombre ingenioso, si no tenía la
habilidad y el atrevimiento necesarios para cambiar la Palabra de
Dios a una variedad de formas caprichosas. Esto era sin duda una
estratagema de Satán para minar la autoridad de la Escritura, y
quitarle a la lectura de ella su verdadera ventaja. Dios visitó esta
profanación con un justo juicio, cuando toleró que el puro
significado de la Escritura estuviera sepultado bajo las falsas
interpretaciones. La Escritura, dicen ellos, es fértil, y así produce
una variedad de significados. Reconozco que la Escritura es la
más rica e inagotable fuente de toda sabiduría; pero niego que su
fertilidad consista en los varios significados que cualquier
hombre, a su placer, le pueda asignar. Sepamos entonces, que el
verdadero significado de la Escritura es el significado más obvio
y natural; abracemos y permanezcamos en esta resolución. No
solamente rechacemos esos principios como dudosos, sino que
valientemente hagámoslos a un lado como corrupciones mortales,
como exposiciones fingidas, que nos alejan del significado
natural del texto” (John Newport dissertation, N.D., 16-17).
Métodos inapropiados A. Hacer caso omiso del contexto literario de los libros de la Biblia y
hacer uso de cada frase, oración o palabras individuales como declaraciones verdaderas
relacionadas con la intención del autor o del contexto genera. Esto se conoce como “probar el
texto”. B. Ignorar el entorno histórico de los libros mediante la sustitución de un entorno
histórico que tiene poco o nada de sustento en el texto. C. Ignorar el entorno histórico de los
libros y leerla como el periódico matutino del pueblo, escrito principalmente por individuos
Cristianos modernos. D. Ignorar el entorno histórico de los libros mediante la conversión de
alegorías en mensajes filosóficos/teóricos totalmente ajenos a los primeros escuchas de la
Biblia y la intención original del autor. E. Hacer caso omiso del mensaje original mediante la
sustitución de nuestro propio sistema teológico, doctrina favorita o tema relacionado ajeno al
mensaje y propósito del autor original. Este fenómeno a menudo sigue a la lectura inicial de la
Biblia como un medio para establecer autoridad. A esto se le conoce como “respuesta del
lector” (la interpretación de “o que el texto significa para mí”).
Enfrentada
con la
escuela de
Antioquía a la
que acusaba
de carnal por
adherirse a la
letra de la
Escritura.
Teodoro Énfasis en la
de teología
Mopsuesti pastoral y en
a (350- la exégesis
428) científica.
Teodoreto Enfrentada
de Ciro con la
(393-458) escuela de
Alejandría a
Nestorio la que
(381- acusaba de
c.450) destruir el
valor histórico
de la Biblia,
convirtiéndola
en mitología.
Alcanzó su
apogeo en el
siglo IV.
Basilio el
Grande (3
29-279)
Gregorio
de
Nisa (330-
394)
Gregorio
de
Nacianzo
(330-390)
Escuela antioquia y alejandria
En la época patrística de la Edad Media, la influencia histórica de la
escuela de Antioquía fue, como la de la escuela de Alejandría,
inmensa. Eran centros antiguos venerables de la cultura greco-romana
y también de la teología. Estas ciudades deseaban el control religioso
que disfrutaba Constantinopla, por esto mismo disputaban una con la
otra. Cada una de ellas tenían teologías distintas. La hermenéutica era
totalmente diferente. Antioquía con Teodoro de Mopsuestia (428),
usaba la interpretación “literal e histórico”, esto minimizaba los
aspectos espirituales y divinos, pero sin negarlos. Por otro lado,
Alejandría con Filo, usaba el “valor alegórico” e intentó integrar la
teología con la filosofía griega. Alejandría enfatizaba la divinidad de
Cristo y peligraba en caer en el docetismo (negación de la verdadera
humanidad de Cristo). Cada interpretación que daban estas dos
escuelas llevaba a un desarrollo equivocado en la Soteriología. Por un
lado Antioquía enfatizaba lo moral y la ética (responsabilidad humana
de Cristo en el proceso). Alejandría por su lado, el énfasis era en la
metafísica (unión con Cristo y deificación final). Dentro de lo
Cristológico también habían variantes, para Diodoro de Tarso,
Teodoro de Mopsuestia y Eustaquio de Antioquia el énfasis estaba en
la humanidad de Cristo. Para Atanasio de Alejandría el énfasis era en
la humanidad pasiva e impersonal. Apolinar, era un buen amigo y
colaborador de Atanasio, el líder de la Cristología ortodoxa en contra
del Arrianismo en el Concilio de Nicea, sin embargo, como suele
suceder a menudo, la reacción contra la herejía se convirtió en una
reacción exagerada(2). Apolinar negaba el alma racional de Jesús y la
substituyó por el Logos. Para él, como para los Alejandrinos, la
salvación era posible solamente si Cristo era controlado
completamente por el poder y voluntad divinos. Éste creía imposible
que Cristo tuviera un alma racional, porque así él podría haber
pecado, y también porque así habría dos centros de conciencia-
acción-voluntad de Jesús, lo que sería una unión incompleta. Según
Apolinar, Jesús era una unidad compuesta, parte de la composición
era humana, el resto era divina. Lo que él (Verbo) tomó no fue toda la
humanidad, sino solo la carne, esto es, el cuerpo. Con esto, lo que
proponía Apolinar era que Jesús tendía a convertirse en la práctica en
una sola naturaleza, la divina absorbía la humana. En consecuencia,
la doctrina de Apolinar fue condenada por el Concilio de
Constantinopla en 381, por contener la idea de “una sola naturaleza
del Dio-Hombre después de la unión. Una idea común en Alejandría.
Los alejandrinos creían que como la Trinidad era una sola naturaleza
en tres personas, Jesús era una sola naturaleza y una sola persona.
En él la naturaleza humana y divina se unen y se torna un compuesto
híbrido.
Teodoro de Mopsuestia, defensor de la Cristología de Antioquía del
Dios-Hombre, fue condenado como hereje en el siglo VI por echar las
bases para otras herejías. Su Cristología se basa en dos naturalezas
paralelas, pero la humana asumida por la divina. Él decía que Cristo
tenía que ser completamente humano, pero esta naturaleza fue
asumida por la divina. El Logos en el proceso de encarnación asume
una persona humana. Esto lleva a la recíproca obediencia de la
persona humana al Logos (Cooperación) Los Alejandrinos decían que
esto se trataba de una doctrina semejante a la de Pablo de Samosata,
y que la única diferencia era que este creía que Jesús fue asumido
como hijo en su bautismo y Teodoro creía que eso pasaba en su
concepción, creciendo con el tiempo. En ambos casos, los
alejandrinos argumentaban que la encarnación se trataba de la
adopción de un ser humano por Dios y no una persona divina que
realmente se volvía carne. Los antioquenos creían que Jesús era de
dos naturalezas y dos personas, pero que también puede ser
considerado como una persona, de la misma manera que se
consideran muchas personas en una comunidad como una sola
persona ante la ley. En el 428 Nestóreo es elevado a obispo de
Constantinopla, proveniente de Antioquía. Él decía que no se podría
decir que María había dado a luz a Dios, porque lo que nació fue la
naturaleza humana de Jesús, al mismo tiempo en que la naturaleza
divina no era la misma con la humana. Para Nestóreo, Cristo no podía
ser 100% humano y divino, porque esto era exclusivo entre sí. El
centro de la concepción Nestoreana y Antioquena era que la
verdadera humanidad no puede existir sin que una persona humana e
individual sea el centro de su naturaleza humana. Nestóreo, por lo
tanto, afirma que la encarnación es la habitación mutua de dos
personas, una en la otra: el eterno Hijo de Dios y el ser humano mortal
Jesús. Nestóreo negaba también la comunicación de los atributos:
Cristo es el que hace milagros, y Jesús es el que sufre, y esto no se
confunde porque estaban conjugados pero no mezclados uno en el
otro. Al final, no alcanza a explicar la unidad de Cristo, pues su Cristo
se tornó dos individuos y no uno. El Hijo del Dios no experimentó la
verdadera existencia humana, tan solamente tuvo una asociación con
el hombre. Como hemos visto cada una de estas posturas doctrinales
tienen sus raíces en la Época Patrística, y no se alejan de la realidad
contemporánea de algunas Iglesias, ya que tienen implicancias
profundas en sus mismas raíces. Tanto la escuela de Antioquía como
la de Alejandría han dejado su legado, por lo tanto, muchos al no tener
claro una Cristología caen en herejías. Jesucristo es Dios-Hombre, sin
confusión, sin cambio, sin división, sin separación. Por esto mismo
hablar de una naturaleza híbrida, donde la divina solo tomó parte
humana (carne) sin la parte racional del alma nos deja un Cristo
alejado de la humanidad en esencia, y si tal fue el propósito de la
encarnación, se sigue que “lo que no es asumido por Cristo no es
salvado”. Si Cristo no asumió una mente humana, la mente humana
no se salva. La Palabra de Dios (Logos) debía encarnarse en un ser
humano integral, a fin de salvar al ser humano integral(3). La doctrina
de la humanidad completa de Jesús tiene gran importancia para la fe y
la teología cristiana. No fue alguien extraño a la raza humana el que
murió en la Cruz. Fue uno de nosotros, y por lo tanto podía realmente
ofrecer un sacrificio en nuestro nombre. Como el Sacerdote del
Antiguo Testamento. Jesús de verdad puede compadecernos e
interceder por nosotros. Ha experimentado todo lo que nosotros
podemos pasar, cansancio, soledad.. etc. Él nos entiende (He. 4:15).
Jesús puede ser nuestro ejemplo. Por lo tanto podemos tenerle como
modelo de vida cristiana(4).
Por otro lado, la enseñanza de que el Hijo de Dios no experimentó la
verdadera existencia humana, y que tan solo tuvo una asociación con
el hombre, lleva a varios errores, uno de los cuales fui testigo. Como lo
entendía Nestóreo lo entendió un pastor hace 4 años atrás, el cual
llevo a confusión a la congregación. Se llegó al mismo error, en que se
decía que era “Cristo o la investidura de él” la cual producía milagros,
y que Jesús el hombre era el que sufría o preguntaba ,ya que en ese
momento no estaba la divinidad en él. Por esto, debemos ser
concretos y específicos y tener cuidado siempre con lo que
enseñamos. Ante esto debemos decir que la unión de las dos
naturalezas no funcionan de forma independiente. Jesús no ejerció su
deidad unas veces y otras veces su humanidad. Sus acciones siempre
eran de divinidad-humana. Esta es la clave para entender las
limitaciones funcionales de la humanidad impuestas sobre la divinidad.
Él seguía teniendo el poder de estar en todas partes (omnipresencia).
Sin embargo, como un ser encarnado, se encontraba limitado en el
uso de este poder por la posesión de un cuerpo humano. De forma
similar el seguía siendo omnisciente, pero poseía y ejercitaba esto en
conexión con un organismo humano y creció gradualmente en
concienciación, ya sea del entorno natural o de las verdades eternas.
No obstante, esto no se debería considerar una reducción del poder y
capacidades de la Segunda Persona de la Trinidad, sino una limitación
inducida por las circunstancias en el ejercicio de su poder y
capacidades. Una mala Cristología, como hemos visto, lleva al error y
a la herejía, las cuales fueron condenadas en Concilios siglos atrás.
Esto, llevó a crear declaraciones teológicas y doctrinales, donde los
padres de la Iglesia formularon nuestros credos, los cuales todos
somos responsables de conocer y estudiar. “Nosotros, entonces,
siguiendo a los santos Padres, todos de común consentimiento,
enseñamos a los hombres a confesar a Uno y el mismo Hijo, nuestro
Señor Jesucristo, el mismo perfecto en Deidad y también perfecto en
humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y alma
racional; consustancial (coesencial) con el Padre de acuerdo a la
Deidad, y consustancial con nosotros de acuerdo a la Humanidad; en
todas las cosas como nosotros, sin pecado; engendrado del Padre
antes de todas las edades, de acuerdo a la Deidad; y en estos
postreros días, para nosotros, y por nuestra salvación, nacido de la
virgen María, de acuerdo a la Humanidad; uno y el mismo, Cristo, Hijo,
Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas,
inconfundibles, incambiables, indivisibles, inseparables; por ningún
medio la distinción de naturalezas desaparece por la unión, más bien
es preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en una
Persona y una Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino
uno y el mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo;
como los profetas desde el principio lo han declarado con respecto a
Él, y como el Señor Jesucristo mismo nos lo ha enseñado, y el Credo
de los Santos Padres que nos ha sido dado” (Credo de Calcedonia.
451 d. c)
1 Millard Erickson, Teología Sistemática, pág. 673.
2 Millard Erickson, Teología Sistemática, pág. 726.
3 Justo González, Diccionario Teológico, pág. 37
4 Millard Erickson, Teología Sistemática, págs. 733-734
Escrito Por Pablo Flores Figueroa
INTRODUCCIÓN
La interpretación alegórica ha sido la más común en la enseñanza tradicional de la iglesia.
Según esta interpretación, cada término en el relato se presenta como un criptograma de
una idea, de modo que la totalidad del discurso debe ser decodificada palabra por palabra.
Generalmente se da una espiritualización del significado, más que una aplicación directa a
las cuestiones de la vida cotidiana. …Este tipo de interpretación alegórica prevaleció en la
iglesia hasta no hace mucho tiempo atrás. Todavía hay predicadores en América Latina que
interpretan las parábolas siguiendo más o menos el mismo método. No obstante, hay dos
cosas en cuanto a este tipo de interpretación, que debemos tener presentes. Por un lado, la
alegoría no fue el tipo de interpretación más característico de Jesús. Si él hubiese usado la
alegoría para comunicar su enseñanza sobre el reino, ninguno de los que lo escucharon por
primera vez la hubiese entendido. Por otro lado, otras interpretaciones alegóricas son
diferentes, de modo que se multiplican enormemente las posibilidades de caer en un
subjetivismo descontrolado en la interpretación (Pablo A. Deiros (2008). El Evangelio que
proclamamos (pp. 77, 78).
Pentecost afirma: "Puesto que el intérprete no está manejando un libro de origen humano,
sino la Palabra de Dios, tiene que estar provisto de un método preciso de interpretación; de
lo contrario, el error será el resultado necesario de su estudio. El hecho de que la Palabra de
Dios no puede ser correctamente interpretada aparte de un método correcto y reglas
auténticas de interpretación, da al estudio una importancia suprema". (J. Dwight
Pentecost, Eventos del porvenir 1989, P. 3).
Tomás De la Fuente señala:
Algunos creyentes cristianos de Alejandría, incapaces de explicar ciertas dificultades
bíblicas, adoptaron este método para recomendar las Escrituras y la fe cristiana a sus
amigos educados. Aunque los líderes cristianos de Antioquía se oponían, este método siguió
afectando toda la historia de la interpretación bíblica, aun hasta el tiempo presente. Era
usado especialmente durante la Edad Media. Hoy, la Iglesia Católica Romana apoya
algunas doctrinas que tuvieron su origen en este método. Aun entre los evangélicos, hay
algunas creencias basadas en el método alegórico-místico.
Parece que una de las razones del porqué algunas sectas modernas usan este método es la
misma que le dio origen entre los griegos antiguos; ayudar a desvanecer todo aquello que
ellos creen ser contradicciones científicas. Porque cuando se hace a un lado el sentido literal
del texto, ya no hay necesidad de preocuparse por su exactitud. … El gran error de este
método es que los intérpretes hacen a un lado los hechos importantes de la historia bíblica y
perjudican así el sentido claro de la Escritura histórica. (Tomas De la Fuente (1985). Claves
de interpretación bíblica - edición actualizada, p. 32).
DEFINICIONES
Método
(Del gr. meta, hacia; y jodos, vía, camino). René Descartes (1596–1650) definía: «Entiendo
por m, reglas ciertas y fáciles, gracias a las cuales quien las observe exactamente no tomará
nunca lo falso por verdadero, y llegará, sin gastar inútilmente esfuerzo alguno de su
espíritu, sino aumentando siempre, gradualmente, su ciencia, al
verdadero conocimiento de todo aquello de que sea capaz.» (Pablo A. Deiros (2006).
In Diccionario Hispano-Americano de la misión (Nueva edición revisada.). Logos
Research Systems).
Método Alegórico
Bernard, Ramm define el método alegórico así: "La alegoría es el método de interpretar
textos literarios que considera el sentido literal como vehículo para un segundo sentido más
espiritual y más profundo"". En este método el valor histórico es, o negado o ignorado, y el
énfasis se pone enteramente sobre un sentido secundario, de manera que las palabras o
los eventos originales tienen poco significado o ninguno. Fritsch lo resume así: "De acuerdo
con este método, el sentido literal e histórico de la Escritura se pasa por alto
completamente, y cada palabra y evento se convierte en alegoría de alguna clase, bien para
escapar de las dificultades teológicas o para defender ciertos puntos religiosos peculiares".
Perecería que el propósito del método alegórico no fuera el de interpretar la Escritura, sino
el de pervertir el verdadero significado de la Escritura, con el pretexto de buscar un
significado más profundo y más espiritual. (Citado por J. Dwight Pentecost, en Eventos del
porvenir 1989, P. 3).
El método alegórico-místico es otra manera de interpretar la Biblia. Este considera que
toda la Biblia fue escrita como una serie de alegorías. Insiste en que no es el significado
natural y evidente el que da a la Biblia su importancia, sino el sentido "místico". Para ellos,
"místico" significa oculto o espiritual. (De la Fuente, T. (1985). Claves de interpretación
bíblica - edición actualizada (p. 32, 33).
La interpretación alegórica consiste en no tener en cuenta el sentido literal y propio de un
pasaje. En cambio, se le da un significado sugerido por la mente de quien lo interpreta,
algún significado de carácter moral, religioso, o espiritual, que puede o no ser doctrina
verdadera enseñada en otra parte de la Biblia, pero que seguramente no pertenece al pasaje
que se está interpretando. (Gillis, C. (1991). El Antiguo Testamento: Un Comentario Sobre
Su Historia y Literatura, Tomos I-V (Vol. 1, p. 66).
ORIGEN DEL MÉTODO ALEGÓRICO
Los filósofos griegos
Los griegos encontraron en la alegoría una forma de preservar los mitos homéricos que les
parecían ofensivos si se tomaban al pie de la letra. En el método, p. ej. la forma de manejar
los nombres, el tratamiento judío y cristiano del AT debió mucho a la exposición que los
griegos hacían de Homero (Kittel, G., Friedrich, G., & Bromiley, G. W. (2002). Compendio
del diccionario teológico del Nuevo Testamento, p. 49).
Filón
Filón (20 a.C.–50 d.C.), probablemente vio poca diferencia entre los dos sistemas, leyendo
a Moisés a través de Platón y a Platón a través de Moisés.
El método alegórico ampliaba el significado de un texto y ayudaba a identificar un
significado "más profundo" en él. Por ejemplo, en el relato de la creación, Filón buscó
comprender las plantas del jardín como virtudes diferentes, de las cuales el árbol de la vida
era la más grande ya que representaba la piedad hacia Dios (Filón, "On the Creation", 56).
En On the Posterity of Cain and His Exile, Filón interpreta el éxodo de Egipto como el
rechazo de las pasiones corporales, y el deseo de los israelitas de regresar a Egipto como el
deseo de someterse a esas pasiones otra vez. En su obra On the Birth of Abel, Filón sugiere
que Dios rechazó el fruto de Caín porque fue traído "después de algunos días" en lugar de
"forma inmediata", y porque trajo simplemente sus frutos en lugar de sus "primeros frutos"
(Thornhill, C. (2014). Filón el judío. In J. D. Barry & L. Wentz (Eds.), Diccionario Bíblico
Lexham).
Filón no desechó del todo el sentido literal de la Escritura, sino que lo miraba como una
concesión para los débiles. Para él sólo era símbolo de cosas más profundas: El sentido
oculto de la Escritura era lo más importante. ((Berkhof, L. (2005). Principios de
interpretación bíblica (p. 15).
El historiador Justo González certifica que: "Algunos pensadores cristianos adoptaron estas
ideas propuestas por Filón, con todas sus ventajas y sus peligros. (Justo L. González
(2003). Historia del cristianismo: Tomo 1 (Vol. 1, p. 30). Unos de estos pensadores se
postulaban por la metodología de interpretación alegórica griega, porque en ella les parecía
encontrar hermosas enseñanzas espirituales que no afloraban a la superficie del texto.
Además la exposición se exhibía más adornada e ilustrada y útil para el enriquecimiento
y el aprendizaje del pueblo. Otros rechazaban esta metodología porque advertían en ella
una adaptación de carácter filosófico humanista al pensamiento espiritual inspirado por el
Espíritu Santo a los escritores originales del Texto Sagrado. Consideraban al método
alegórico como una forma siniestra de distorsionar la verdad escrita de Dios. Pronto se llegó
a una polarización en materia de interpretación del Texto bíblico. Se fundaron dos escuelas
interpretativas. Como asegura Mather, G. A. "Algunas mentes fértiles de la iglesia se
enfrentaron con las cuestiones doctrinales profundas. Se desarrollaron dos escuelas, cada
una de ellas centrada en una región geográfica del Este, es decir, Antioquía y Alejandría"
(Mather, G. A., & Nichols, L. A. (2001). In Diccionario de creencias, religiones, sectas y
ocultismo (p. 133).
Primero explicaré las bases alegóricas sobre las que se cimentaba la interpretación bíblica
de la iglesia ubicada en Alejandría Egipto, más adelante consideraré la metodología literal
gramático-histórica, sobre la cual descansaba la interpretación de los teólogos de Antioquia
en Siria.
La Escuela de Alejandría
Al principio del tercer siglo de la era cristiana, la escuela catequística de Alejandría influyó
fuertemente la interpretación bíblica. Esta ciudad era un gran centro cultural, donde
la religión judía y la filosofía griega convergieron y se influyeron mutuamente. La filosofía
platónica todavía era popular en las formas de neoplatonismo y gnosticismo, y no es
extraño que la famosa escuela catequística de esta ciudad fuera influenciada por la filosofía
popular, acomodando su interpretación de la Biblia a dicha filosofía. El método natural
para armonizar la religión y la filosofía fue la interpretación alegórica, debido a las
siguientes razones:
(a) Los filósofos paganos (estoicos) ya habían estado aplicando por mucho tiempo este
método en la interpretación de Homero, por lo cual fueron ellos los que indicaron el camino
a seguir.
(b) Filón, que también era oriundo de Alejandría, cedió a este método el peso de
su autoridad, reduciéndolo a sistema, y lo aplicó aún a las narraciones más sencillas.
Los principales representantes de esta escuela fueron: Clemente de Alejandría y su
discípulo Orígenes (185–254) (Berkhof, L. (2005). Principios de interpretacio´n bi
´blica (pp. 19–20).
En Alejandría, por lo menos desde tiempos de Clemente a fines del siglo segundo, los
teólogos cristianos habían interpretado su fe a la luz de la tradición platónica. Para ellos, lo
importante era descubrir las verdades eternas, de igual modo que Platón había intentado
conocer el mundo de las ideas inmutables. El cristianismo era ante todo la verdadera
filosofía, superior al platonismo, no porque fuera distinto de él, sino porque lo superaba. La
Biblia era un conjunto de alegorías en las que el lector avisado podía descubrir las verdades
eternas. (Justo L. González, Op. Cit., p. 291).
Orígenes
La alegorización de las parábolas de Jesús comenzó hacia fines del primer siglo, pero su
mayor desarrollo tuvo lugar bajo Orígenes de Alejandría (185–254) quien, siguiendo el
método hermenéutico del erudito judío Filón de Alejandría (20 a.C.–54 d.C.), adoptó la
alegorización como la manera más común de interpretación bíblica. Esto afectó
negativamente a los padres de la iglesia, que hicieron de la interpretación alegórica su
método característico para comprender las parábolas de Jesús. (Pablo, A. Deiros (2008). El
Evangelio que proclamamos (p. 74).
Clemente
En su Exhortación a los paganos, Clemente da muestras de su método teológico al apelar a
Platón y otros filósofos. "Busco conocer a Dios, y no sólo las obras de Dios. ¿Quién me
ayudará en mi búsqueda? [...] ¿Cómo entonces, oh Platón, ha de buscarse a Dios?" El
propósito de Clemente en este pasaje es mostrarles a sus lectores paganos que buena parte
de las doctrinas cristianas encuentra apoyo en las enseñanzas de Platón. De ese modo los
paganos podrán acercarse al cristianismo sin creer que se trata, como decían muchos, de
una religión de gentes ignorantes y supersticiosas.
Pero la razón por la que Clemente apela a Platón no es sólo la conveniencia del argumento.
Clemente está convencido de que la verdad es una sola, y que por tanto cualquier verdad
que Platón haya conocido no puede ser distinta de la verdad que se ha revelado en
Jesucristo y en las Escrituras. Según él, la filosofía les ha sido dada a los griegos de igual
modo que la Ley les ha sido dada a los judíos. Y tanto la filosofía como la Ley tienen el
propósito de llevar a la verdad última, que nos ha sido revelada en Jesucristo. Los filósofos
son a los griegos lo que los profetas fueron a los judíos. Con los judíos Dios ha establecido el
pacto de la Ley; y con los griegos, el de la filosofía.
Clemente afirmaba que todas las Escrituras están escritas en alegorías o, en parábolas. El
texto sagrado tiene siempre más de un sentido. El sentido literal no ha de despreciarse.
Pero quien se queda en él es como el niño que se contenta con beber leche, y nunca llega a
ser adulto. Más allá del sentido literal se encuentran otros sentidos que el verdadero sabio
ha de descubrir. En cuanto al contenido mismo de la teología de Clemente, hemos de decir
poco. Aunque él piensa estar sencillamente interpretando las Escrituras, su exégesis
alegórica le hace posible encontrar en ellas ideas y doctrinas que vienen más bien de la
tradición platónica. (González, J. L. Op. Cit., p. 93).
PELIGROS DEL MÉTODO ALEGÓRICO
El método alegórico está lleno de peligros que lo hacen inaceptable al intérprete de la
Palabra.
1. El primer gran peligro del método alegórico es que no interpreta la Escritura. Terry dice:
…en seguida se notará que su práctica es hacer caso omiso del significado común de las
palabras y dar lugar a toda suerte de especulación de la fantasía. No extrae el significado
legítimo del lenguaje del autor, sino que introduce en él cualquier capricho o fantasía que
algún intérprete desee. Como sistema, por lo tanto, se coloca fuera de todo principio y de
toda ley.
Angus y Green expresan el mismo peligro cuando escriben:
Hay… un campo ilimitado para la fantasía tan pronto como se admite el principio, y la única
base de la exposición se encuentra en la mente del expositor. El texto no podrá ofrecer
interpretación alguna propiamente dicha, aunque posiblemente podrá ilustrar algunas
verdades valiosas.
2. La cita mencionada arriba sugiere también un segundo gran peligro en el método
alegórico: la autoridad básica de la interpretación cesa de ser la de las Escrituras y pasa a
ser la de la mente del intérprete. "La interpretación podrá así ser torcida por las posiciones
doctrinales del intérprete, por la autoridad de la iglesia a la cual éste está unido, por su
posición social o educativa, o por una hueste de otros factores".
Jerónimo: …se queja de que el método más defectuoso de enseñar es el de corromper el
significado de la Escritura, y rebajar su firme expresión a nuestra propia voluntad,
creando misterios escriturarios con nuestras propias imaginaciones.
Farrar agrega:
"Cuando se admite el principio de la alegoría, cuando comenzamos con la regla de que
pasajes y libros enteros de la Escritura dicen una cosa pero significan otra, el lector queda
sometido, atado de manos y de pies al capricho del intérprete.
3. Un tercer gran peligro del método alegórico es que uno queda sin medio alguno para
probar las conclusiones del intérprete. El autor arriba mencionado declara:
No puede estar seguro de nada absolutamente, excepto de lo que le dicta la iglesia, y en
todas las edades se ha insistido falsamente en la autoridad de la iglesia contra la presunta
tiranía de las falsas opiniones prevalecientes.
Ramm agrega:
…declarar que el significado principal de la Biblia es un significado de segundo sentido, y
que el método principal de interpretación es la espiritualización, es abrir la puerta a la
especulación y a la imaginación casi incontrolables. Por esta razón hemos insistido en que
el control de la interpretación es el método literal.
Oswald T. Allis, que es defensor del método alegórico en el campo de la escatología, admite
que estos peligros existen y que ese método de interpretación es usado para pervertir la
Escritura. Así dice él:
Si la interpretación figurada o "espiritual" de un pasaje dado se justifica o no, depende
solamente de si él da el verdadero significado. Si se usa para quitar de las palabras su
significado sencillo y obvio, para sacar de ellas lo que claramente se quiere decir, entonces
alegorizar o espiritualizar es un término que bien merece el reproche.
Así los grandes peligros inherentes en este sistema están en que quitan la autoridad de la
Escritura, nos dejan sin base alguna sobre la cual puedan ser probadas las interpretaciones,
reducen la Escritura a lo que parece ser razonable al intérprete y, como resultado, hacen
imposible la verdadera interpretación de la Escritura. (J. Dwight Pentecost, Eventos del
porvenir 1989, pp. 3-5).
La interpretación alegórica se ha prestado a toda clase de errores, ya que, en realidad, no es
un sistema de interpretación, y no conoce regla sino el capricho del intérprete: su propio
propósito preconcebido, y la doctrina ya pensada que él quiere fundar sobre un pasaje dado.
Se ha dicho que se puede comprobar cualquier cosa con la Biblia. Esto es verdad si se
emplea un sistema de interpretación alegórica, o algún otro sistema que no tenga en cuenta
las reglas de la interpretación, y el carácter espiritual tan propio de la Biblia. (Gillis, C.
(1991). El Antiguo Testamento: Un Comentario Sobre Su Historia y Literatura, Tomos I-
V, Vol. 1, p. 66).
Es significativo que el Señor Jesús nunca emplea la interpretación alegórica. Su
interpretación del Antiguo Testamento es perfecta. Se había compenetrado del Antiguo
Testamento, y los pasajes que El cita están siempre de acuerdo con el contexto: están
citados para enseñar la misma idea que el autor original quería enseñar. Ya que para
nosotros el Señor Jesús es el mejor ejemplo de lo que quisiéramos ser, sigámosle en esto
también, y procuremos ser fieles intérpretes de la Biblia, como Él lo fue siempre. (Ibíd. P.
67).
DIFERENCIAS ENTRE ALEGORÍA Y ALEGORIZACIÓN
Antes de proseguir hemos de hacer notar y recalcar la diferencia entre alegoría y
alegorización. La alegoría es un medio legítimo usado por algunos autores bíblicos para
enseñar. La alegorización es, como vimos, un método de interpretación mediante el cual el
intérprete da arbitrariamente a un texto un significado que se aparta completamente del
pensamiento y propósito del autor. Es interesante observar que tanto en el Antiguo como en
el Nuevo Testamento el uso de la alegoría es más bien limitado. En el Nuevo, si excluimos el
Apocalipsis, solamente Pablo emplea este tipo de lenguaje figurado.
Los escritores sagrados casi no utilizaron la alegoría en sus exposiciones. Los dos ejemplos
más claros se encuentran en la literatura paulina. En 1 Corintios 9:9–10 Pablo cita una ley
acerca de los bueyes (Dt. 25:4) para aplicarla simbólicamente al derecho de los apóstoles de
recibir sostén económico. El segundo ejemplo es Gálatas 4:21–31, donde Pablo
explícitamente señala que está tomando la historia de Sara, Agar y sus hijos como una
alegoría (4:24). (Melgares, J. (2009). Uso del Antiguo Testamento en el Nuevo: Asuntos
generales. Kairós 45: Julio–Diciembre 2009, 57).
Un ejemplo de interpretación alegórica lo tenemos en los escritos del filósofo judío Filón,
que interpretó los cuatro ríos de Gén. 2:10–14 como referentes a las cuatro virtudes: la
prudencia, la templanza, el valor, y la justicia. (Gillis, C. Op. Cit., p. 66).
La distinción entre el sentido literal y el sentido «más elevado» de la Escritura dio como
resultado la doctrina medieval del sentido cuádruple—(a) un sentido literal, que se refiere a
las cosas hechas y dichas en el relato bíblico, (b) el sentido alegórico, que deduce doctrinas
de la narración, (c) el sentido moral, que extrae lecciones para la vida y la conducta, (d) el
sentido analógico, que derivaba significados celestiales de hechos terrenales. Agua podía
significar, entonces, (a) agua literal, (b) bautismo, (c) pureza moral (d) vida eterna en la
Jerusalén celestial. (Bruce, F. F. (2006). INTERPRETACIÓN (BÍBLICA). In E. F. Harrison,
G. W. Bromiley, & C. F. H. Henry (Eds.), Diccionario de Teología, p. 328).
DIFERENCIAS ENTRE PARÁBOLAS Y ALEGORÍAS
Alegoría
Esta figura es considerada como una metáfora continuada pues es la correspondencia
prolongada de varias metáforas a lo largo de todo un poema o una parte de un texto. Es una
figura literaria o tema artístico que pretende representar una idea valiéndose de formas
humanas, animales o de objetos cotidianos, de cuyo significado literal se prescinde. Se
caracteriza por la pluralidad de puntos de aplicación a diferencia de la metáfora simple en
la que el punto de comparación y aplicación es solamente uno. La alegoría siempre se
refiere a un tiempo pasado; en esto se distingue de la profecía, la cual siempre se refiere al
futuro. (Otis Pinkston J. Principios de interpretación bíblica, 1989).
Parábola
Normalmente, la parábola está compuesta de tres partes: la ocasión, la narración, y
la lección espiritual. …La interpretación correcta de las parábolas demanda que las tres
partes de la parábola se tomen en cuenta. Cualquiera interpretación que resulte contraria a
la razón por qué fue narrada, o a la lección que indicó Jesús, tiene que ser equivocada. Pero
cuando el intérprete examina estas tres partes, no hace más que cumplir otra regla
frecuentemente mencionada, la de observar el contexto. Una segunda regla es comprender
que la parábola normalmente enseña una sola verdad. Una tercera regla será esta:
comprender que muchos detalles de la parábola son incluidos solamente porque son
necesarios para la narración humana o terrenal. (De la Fuente, T. (1985). Claves de
interpretación bíblica - edición actualizada, pp. 114–115).
Una palabra más de advertencia: se debe emplear mucho cuidado en el uso de las parábolas
como la base de doctrina, especialmente cuando no se puede encontrar apoyo para la
doctrina en otras partes de la Biblia. Al mismo tiempo, las parábolas pueden usarse de esta
manera cuando las doctrinas enseñadas se encuentran en otros textos. Además, otros
puntos de apoyo se pueden basar en las parábolas, siempre que no estén en conflicto con el
mensaje central de la parábola. (Ibíd. p. 116).
¡Cuidado con alegorizar las parábolas!
Nuestra interpretación será cristiana sólo si concuerda con toda la enseñanza que se
encuentra en otras partes del Nuevo Testamento. Cometeríamos un error serio si la
enseñanza que sacamos de una parábola usando el método alegórico va en contra de otras
enseñanzas claras en el Nuevo Testamento. Debemos ser cuidadosos de no alegorizar la
Biblia, ya que el método alegórico no es el más seguro para dar con el significado que Dios
quiere que entendamos (Deiros, P. A. (2008). El Evangelio que proclamamos (p. 78).
David H. Wallace dijo: "El expositor de hoy en día no tiene derecho a ignorar las
características propias de una parábola y proceder a alegorizarla. Con buena razón el
esquema alegórico ha llegado a ser llamado en algunos países "el método interpretativo de
la nariz de cera" puesto que la naturaleza incontrolable de la alegoría da rienda suelta a
cualquier deformación del texto. La alegorización de las parábolas ha sido durante siglos
una fuente de penurias para la correcta interpretación histórica de las parábolas de Jesús."
(Ibíd. p. 79).
Agustín alegorizó la Parábola del Samaritano
La interpretación alegórica más conocida es la de Agustín (354-430) sobre el buen
samaritano (Lc. 10:30-37):
Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó: Adán.
Jerusalén: La ciudad de paz celestial, de la cual cayó Adán.
Jericó: La luna, y por eso significa la mortalidad de Adán.
Ladrones: el diablo y sus ángeles.
Le despojaron de su inmortalidad
Hiriéndole:
Dejándole medio muerto: como hombre vive, pero murió espiritualmente; por eso
está medio muerto.
El sacerdote y el levita: el sacerdocio y ministerio del Antiguo Testamento.
El Samaritano: se dice que significa "guardián": por lo tanto implica que se refiere a
Cristo mismo.
Vendó sus heridas: significa que vendó las limitaciones impuestas por el pecado.
Aceite: el consuelo de la buena esperanza.
Vino: una exhortación a caminar con espíritu ferviente.
Cabalgadura: la carne de Cristo encarnado.
El ser colocado sobre la cabalgadura es la fe en la encarnación de Cristo.
Mesón: la Iglesia.
Otro día: después de la resurrección del Señor.
Dos denarios: promesa para esta vida y para la venidera.
Mesonero: el Apóstol Pablo.
Agustín ha encontrado en esta parábola una alegoría que resume la historia de la caída y
salvación de la humanidad, y cada elemento de la historia tiene un significado figurativo
que apoya esa interpretación. …hay un problema muy importante en esta interpretación.
Esta historia del buen samaritano es una parábola, y una parábola es un cuento que enseña
un principio. Una parábola no es una alegoría. En una alegoría las conexiones entre la
figura y la verdad que señala son complejas y cada elemento tiene su significado como parte
de la alegoría. Pero la parábola es una historia que enseña solo un principio, y el principio
surge de la historia entera, no de la interpretación alegórica de las partes. Entonces, ¿por
qué esta Agustín interpretando una parábola como si fuera una alegoría?
Peor todavía, esta parábola existe en un contexto bíblico y cumple su función específica en
ese contexto. Como muchas de las parábolas, esta surge de una conversación de Jesús, en
este caso con un maestro de la ley (Lucas 10:25-29). El maestro le pregunta a Jesús qué se
debe de hacer para heredar la vida eterna, y la respuesta es que uno debe amar a Dios y
amar al prójimo. Pero como esta respuesta le resulta un poco incomoda al maestro de la ley,
él responde con otra pregunta "¿Quién es mi prójimo?". Parece querer implicar que el
mandamiento de amar al prójimo es demasiado ambiguo, y que por eso no es tan fácil de
guardar. Es importantísimo para la interpretación de la parábola del buen samaritano
entender que la parábola misma es la respuesta de Jesús a la pregunta "¿Quién es mi
prójimo?". Entonces, a menos que creamos que Jesús era un personaje muy distraído y
confuso debemos interpretar la parábola como algo relacionado con el amor al prójimo. Y
una lectura sencilla de la misma confirma que sí es una respuesta a la pregunta del maestro
de la ley, pues la historia enseña que nuestro prójimo es cualquier persona con la que nos
encontremos que necesite de nuestra ayuda, o sea, de nuestro amor.
Pero la interpretación de Agustín no tiene ni la más mínima cosa que ver con el amor al
prójimo. Seguramente si nos pudiéramos sentar a discutir el asunto con él, Agustín no
negaría que la parábola del buen samaritano trata del tema del amor al prójimo. Pero
su hermenéutica platónica le da la opción de también introducir otro sentido a la parábola.
El problema más serio de esta interpretación no son las conclusiones a las que ha llegado
sino las que ha ignorado. Su interpretación ha ocultado el sentido original de la parábola, y
por tanto ha ocultado el mensaje bíblico. Jesús dio esta parábola para enseñarnos algo.
Lucas incluyó esta parábola en su evangelio para resaltar esa misma lección. Entonces, ¿qué
derecho tiene un intérprete de salir con otra interpretación completamente diferente que
oculta la lección del pasaje? La ironía es que la interpretación de Agustín le interesaría
mucho al maestro de la ley. Como ya vimos, él intentaba justificar su falta de amor al
prójimo por el hecho de la ambigüedad del mandamiento. Jesús le presenta una clara
identificación del prójimo y termina con: "ve tú y haz lo mismo". Más le convendría la
maestro de la ley meditar en la interpretación de Agustín, que no requiere nada, que solo
resalta lo que ya sabemos y no es tan especifico como para generar convicción. No creo que
esta sea la razón por la cual Agustín abarca esa interpretación. Pero este si es uno de
los problemas importantísimos de la interpretación alegórica o de cualquier otro tipo de
sistema que nos dé las herramientas y el permiso para encontrar un mensaje alternativo al
sentido normal del texto de la Biblia. Solo aprendemos algo que ya sabíamos, e ignoramos
el mensaje real, ignoramos lo que nos está diciendo Dios. (Haskell Rob., Hermenéutica,
Interpretación eficaz hoy, 2009, P 121-124).
Los fundamentos de interpretación de la parábola del Samaritano según J. Masters son:
(a) que la respuesta a la pregunta del intérprete de la Ley exigía una respuesta de
gracia (opuesta a las "obras"); y (b) que la parábola tenía claramente un significado que
llegaría a ser completamente diáfano para el intérprete de la Ley cuando Cristo —
despreciado como un samaritano— fuese a la Cruz por los demás en un actitud compasiva.
Sobre la base de un "significado cumplido más tarde", el intérprete de la Ley vería que la
parábola era un cuadro de la obra del Mesías. (Masters, J. (2007). Enseñanzas para toda la
vida 2. Primera edición., p. 174).
Orígenes de Alejandría alegorizó la Parábola del Samaritano
En su homilía acerca de esta parábola, Orígenes cita a un presbítero con quien está bastante
de acuerdo en su interpretación alegórica de la parábola. En este caso, el herido es Adán,
Jerusalén es el paraíso, Jericó el mundo, los ladrones los poderes hostiles, el sacerdote la
ley, el levita los profetas, el Samaritano es Jesús, las heridas son la desobediencia, el mesón
la Iglesia, la bestia el cuerpo del Señor, el mesonero el rector de la Iglesia, los dos denarios
el Padre y el Hijo y la promesa del Samaritano que volverá es la segunda venida de Cristo.
Orígenes está de acuerdo con esta interpretación pero no está de acuerdo en que todo ser
humano va de "Jerusalén" a "Jericó".
Orígenes concluye que debemos ser imitadores de Cristo, hacer como el samaritano
teniendo compasión de aquellos que han caído en manos de los ladrones.
DIFERENCIAS ENTRE EXÉGESIS Y EISÉGESIS
Exégesis:
Viene de la palabra griega: ????e?µa? "exegeomai" y significa "sacar hacia afuera". Por lo
tanto es el proceso por el cual nosotros extraemos el significado original de lo que dice un
texto bíblico literalmente. Luego hacemos un análisis de palabras, y después se estudian en
su conjunto. En otras palabras, cuando hacemos la exégesis de un texto bíblico, lo que
queremos saber es que dice literalmente ese texto.
La Exégesis, es el primer paso que debemos de dar para hacer una interpretación bíblica.
Eiségesis:
Es lo contrario de la exégesis. Es lo malo de la interpretación.
? La exégesis significa ? "sacar hacia afuera" ? Que dice Dios en el texto original.
? La eiségesis significa ? "insertar hacia adentro" ? Que dicen mis propias ideas.
Es el proceso mediante el cual introducimos palabras que no están en el texto original. Es
cuando tenemos una idea preconcebida, un concepto creado por uno mismo, para tratar de
meterlo en el texto Bíblico y tratar de justificarlo a toda costa, haciendo que las palabras
digan lo que no dicen.
? Cuando hacemos exégesis ? somos obedientes a la Palabra de Dios.
? Cuando hacemos eiségesis ? somos rebeldes a la Palabra de Dios.
? Cuando hacemos exégesis ? estamos proclamando la Palabra de Dios.
? Cuando hacemos eiségesis ? estamos proclamando nuestra palabra como si fuera la de
Dios.
? Cuando hacemos exégesis ? buscamos la verdad.
? Cuando hacemos eiségesis ? buscamos la mentira.
? Dios quiere que hagamos exégesis, Jn. 5:39.
? Dios condena la eiségesis, Ap. 22:18. (Sangoquiza, J. (2013). Técnicas de Estudios
Bíblicos y Reglas de Interpretación (p. 48).
¿Cuál es la diferencia?
¿ Quién determina que es alegórico y que es literal, el autor o el lector?
¿Cómo se reconoce cuando algo es literal o alegórico?
Alegoría, del griego allegorein «hablar figuradamente», es una figura literaria o
tema artístico que pretende representar una idea valiéndose de formas
humanas, animales o de objetos cotidianos.
Literal,Lo que se lee o reproduce "al pie de la letra" (completamente y
con exactitud)
Contenidos
1. 1 El Método Alegórico de Interpretación
2. 2 El Método Literal de Interpretación
El Método Alegórico de Interpretación
Un método antiguo de interpretación que ha tenido un avivamiento actual es
el método alegórico.
"La alegoría es el método de interpretar textos literarios que considera el
sentido literal como vehículo para un segundo sentido más espiritual y más
profundo".
SE IGNORA:
Autor
Propósito
Historia
Destinatario
Texto
Evidencias
- La interpretación podría así ser torcida por las posiciones doctrinales del
intérprete, por la autoridad de la iglesia a la cual éste está unido, por su
posición social o educativa, o por una hueste de otros factores.
3. No hay medio alguno para probar las conclusiones del intérprete (sin
evidencias)
El Método Literal de Interpretación
En oposición directa al método alegórico de interpretación está el literal, o
método gramático-histórico.
Quizá una de las evidencias más fuertes del método literal es el uso que
hace el Nuevo Testamento del Antiguo. Cuando el Antiguo Testamento se usa
en el Nuevo, sólo se usa en un sentido literal. No tiene uno que estudiar sino
las profecías que fueron cumplidas en la primera venida de Cristo, en su vida,
su ministerio, y su muerte, para establecer ese hecho.
Además de las ventajas mencionadas arriba se puede agregar (4) que nos
da una autoridad básica por la cual las interpretaciones pueden ser probadas.
El método alegórico, que depende del planteamiento racionalista del intérprete,
o de la conformidad con un sistema teológico predeterminado, nos deja sin una
prueba básica autorizada. Con el método literal, la Escritura se puede comparar
con la Escritura, la cual, como la Palabra inspirada de Dios, es terminante y es
la norma por la cual toda verdad debe ser probada. En relación con esto
podríamos observar (5) que nos libra tanto de la razón como del misticismo
como requisitos para la interpretación. Uno no tiene que depender de
entrenamiento o habilidades intelectuales, ni del desarrollo de percepciones
místicas, sino más bien del entendimiento de lo que está escrito en su sentido
generalmente aceptado. Sólo sobre esa base puede el individuo
común entender o interpretar las Escrituras por sí mismo
16 casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las
cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes
tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición."
2 Pedro 3:15-17
Y esto último ocurre, cuando algo que no nos gusta en la Biblia lo
queremos cambiar, y por consecuencia por no aceptar una sola verdad, se
verán en la tentación de torcer las escrituras porque esa verdad que
no aceptaron, no esta en un solo lugar, sino que es ampliada, afirmada,
repetida, ejemplificada y explicada en toda la Biblia en varios lugares.
1 Timoteo 4:1
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos
apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas
de demonios;
Pero en medio de todo esto, el despertar vendrá de nuevo como se ha
repetido en la historia de la iglesia, por el volver a la interpretación LITERAL de
la Biblia; como pasó en el tiempo de Esdras, Nehemías, Jeremías, etc
Habacuc 2:14
Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de
Jehová, como las aguas cubren el mar.
Interpretación Literal vs
Interpretación Alegórica
24102010
En post anterior vimos que las divergencias entre los que usan la Biblia surgen por diversas maneras
de interpretar la Biblia, y no por la Biblia en sí (ya que es la misma). En este post veremos lo que
quizás sea el mayor divisor de aguas en este asunto, a saber, las dos principales escuelas de
interpretación: La alegórica y la literal.
La escuela alegórica: Esta linea entiende que uno debe buscar los símbolos por detrás de las frases de
la Biblia, el significado oculto.
La escuela literal: Esta por su vez dice que uno debe interpretar la Biblia en el sentido común. Cada
palabra y frase debe ser entendida en su uso primario, normal, literal.
Utilizando un texto, que tomé por acaso, veamos ambas en la práctica: “Mi siervo Moisés ha muerto;
ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos
de Israel.” (Josué 1.2)
Ejemplo de interpretación alegórica: Moisés representa a algo que nos da seguridad, que nos guía. La
tierra es lo que Dios tiene para nosotros. El Jordán es el obstáculo que nos separa de la voluntad de
Dios. Entonces, si perdiste tu empleo, no es momento de desesperarse, hay que tener ánimo y
enfrentar la situación, porque al otro lado del río está lo que Dios tiene para vos.
Ejemplo de interpretación literal: Es una narrativa histórica, que simplemente narra el momento en el
cual, habiendo muerto Moisés, Dios dice a Josué (ver versículo 1) que pase el río Jordán, con todo el
pueblo, a la tierra que Dios les estaba dando.
La interpretación alegórica es subjetiva y depende del que lee. La literal es objetiva y depende del que
escribió. Hay que saber elegir entre ellas, porque ambas llevan a lugares completamente distintos.
Estoy profundamente convencido de que la literal es la correcta. La Biblia es la revelación de Dios, en
la cual Dios nos habla de manera clara. En otro momento veremos más sobre la interpretación literal.