La Diplomacia Venezolana Tesis de Maestria

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DE RELACIONES

EXTERIORES INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS DIPLOMÁTICOS PEDRO GUAL


MAESTRÍA DE RELACIONES EXTERIORES DIRECCIÓN ACADÉMICA

ENFOQUE DE LA NEODIPLOMACIA EN VENEZUELA. CASO MINISTERIO DE


RELACIONES EXTERIORES DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
PERIODO 1999-2005

TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE MAGÍSTER SCIENTIARUM EN RELACIONES


EXTERIORES

CARACAS, MAYO DE 2006

1 República Bolivariana De Venezuela Ministerio De Relaciones Exteriores Instituto De Altos


Estudios Diplomáticos Pedro Gual Maestría De Relaciones Exteriores Dirección Académica

Enfoque De La Neodiplomacia En Venezuela. Caso Ministerio De Relaciones Exteriores De


La República Bolivariana De Venezuela. Periodo 1999-2005

Trabajo Para Optar Al Título De Magíster Scientiarum En Relaciones Exteriores

Tutor: Emb. Demetrio Boersner

Presentado Por: Alfredo Alfonso Torrealba C.I.- 13.252.316

Caracas, Mayo De 2006

DEDICATORIA

Equinovarus, a ellos…

AGRADECIMIENTOS

A mi señora golda madre, Nellys Yolanda Torrealba, por su indulgente paciencia ¡Gracias!
Sin duda, a Nelson Manuel Alfonso Torrealba, mi hermano, por todo, sencillamente, por
todo… gracias... A mis hermanos: Marcos, Carlos y Edgar por su apoyo y esfuerzo
económico para ayudarme a solventar mis estudios. Al Embajador Demetrio Boersner (mi
tutor y profesor) por haberme ofrecido su preclara comprensión del Nuevo Orden
Internacional y su invalorable juicio en cada una de las páginas de esta investigación. Al
Embajador Manuel Morales Lama, por haberme ofrecido puntuales e invalorables
omentarios y fuentes de información a pesar de su ajustada agenda de trabajo. Al
Embajador Leandro Area, por hacerme ver que mi investigación no era en nada algo
temeraria, sino al contrario, algo necesario. Sin duda, a María Teresa Miozzy (mi tutora
sentimental) por haberme ofrecido sus experiencias como diplomático y haberme transmitido
su propio interés por los temas concernientes a la diplomacia. Sin duda, a Ricardo Rausseu
y a Miguel Abrams (distinguidos colegas) por haberme ofrecido sus incisivos y precisos
comentarios durante todo el proceso de investigación. Sin duda, a Gabriel Sánchez
(distinguido colega) por su apoyo técnico, el cual, siempre fue excepcionalmente oportuno.
Sin duda, a Benjí, mi Coromoto Gómez Cárdenas, por darme una oportunidad. Y a ellas,
Mariela González, Fabiola Hernández, Nora Montiel, Irimar Parada, Marlene Da Vargen,
Tariana Salazar y a Daniela Méndez, quienes tuvieron la suntuosa paciencia de oírme
hablar sobre estos temas. Y al Sr. Hugo R. Chávez F., por su novedosa manera de ver las
cosas…

RESUMEN

Entre el año 1999 y el 2005, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República


Bolivariana de Venezuela fue objeto de una serie de reestructuraciones que atendieron,
específicamente, a dos ideas rectoras. En primer lugar, amoldar la estructura orgánica de
esta institución a los nuevos principios constitucionales y, en segundo lugar, optimizar su
capacidad de respuesta en vista a los cambios del nuevo orden internacional y la aparición
de nuevas fórmulas de interacción diplomática. El resultado de la conjunción de estos dos
elementos ha traído como consecue ncia que Venezuela en la actualidad presente al mundo
un ejercicio de representación internacional que constriñe, cuando mucho, a algunas ideas
rectoras que dan conocimiento de la teoría general de la diplomacia. En ese sentido, el país
crea una nueva experiencia diplomática que no es única, pero si diferente en comparación
con los otros estados del mundo; y de hecho, en un plano teórico, la diplomacia venezolana
podría amoldarse al menos en ocho aspectos a lo que hemos denominado neodiplomacia,
enfoque que si bien da continuidad a la teoría general de la diplomacia, reúne una serie de
características que denotan los cambios diplomáticos propios de la modernidad
internacional. La presente investigación analiza estos y otros temas a partir de una
estrategia metodológica exploratoria; de campo con apoyo de fuentes vivas (entrevistas
semi-estructuradas) y documentales; y análisis de contenidos.

PALABRAS CLAVE.Diplomacia. Neodiplomacia. Nuevo Orden Internacional.


Aggiornamento. Capertovetónica.

INDICE DEDICATORIA AGRADECIMIENTOS RESUMEN INDICE LISTA DE FIGURAS


INTRODUCCIÓN CAPÍTULO I.- EL PROBLEMA 1.1.- Planteamiento Del Problema 1.2.-
Objetivos De La Investigación (Generales y Específicos) 1.3.- Justificación De La
Investigación 02 03 04 05 08 09 12 12 24 24

CAPITULO II.- MARCO TEÓRICO 25 2.1.- El Nuevo Orden Internacional (1989-2004) 25


2.1.1.- Nuevos Actores Internacionales 31 2.1.2.- El Ascenso Del Multilateralismo 35 2.1.3.-
La Consolidación Del Derecho Internacional 39 2.1.4.- Los Nuevos Conflictos 46 2.1.5.-
Orden Económico Y Político Multipolar 52 2.1.6.- Crisis Del Modelo Estatal De Corte
Neoliberal 64 2.1.7.- Tendencias Diplomáticas 74 2.2.- La Diplomacia Y Sus Formas 81
2.2.1.- La Diplomacia 81 2.2.2.- Derecho Diplomático Y Consular 89 2.2.3.- Modalidades De
Interacción Diplomática 95 2.2.3.1.- Diplomacia Bilateral 97 2.2.3.2.- Diplomacia Multilateral
98 2.2.3.3.- Diplomacia Permanente y Diplomacia Temporal 100 2.2.3.4.- Diplomacia Directa
(de Cumbre o Presidencial) 101 2.2.3.5.- Diplomacia Secreta 102 2.2.3.6.- Diplomacia
Abierta 102 2.2.3.7.- Diplomacia Doctrinaria 104 2.2.3.8.- Diplomacia Técnica 107 2.2.3.9.-
Diplomacia Realista e Idealista; la Diplomacia Activa O Pasiva y Diplomacia Constitucional
109 2.2. 3.10.- Diplomacia Clásica o Tradicional y Diplomacia Moderna 112 2.2. 3.11.-
Diplomacia de Vía Dos (Oficiosa o Ciudadana) y Diplomacia Multivial 116

6 2.2.3.12.- La Diplomacia Civil No-Violenta 2.2.3.13.- Neo-Diplomacia, Anti-Diplomacia y


Proto-Diplomacia 2.2.3.14.- Diplomacia Paralela 2.3.- Crisis De La Teoría General De La
Diplomacia Y La Neodiplomacia CAPÍTULO III.- MARCO METODOLÓGICO 3.1.- Tipo de
Estudio 3.2.- Tipo de Diseño 3.3.- Unidad de Análisis 3.4.- Fuentes de Información 3.5.-
Instrumentos de Recolección de Datos 3.6.- Estrategia para el procesamiento de Datos
CAPÍTULO IV.- DESARROLLO DE OBJETIVOS 4.1.- Tendencias De Aggiornamento
Versus Tendencias Carpetovetónicas En El Ministerio De Relaciones Exteriores De La
República Bolivariana De Venezuela 4.1.1.- La Reestructuración Orgánica Del Ministerio De
2005 4.1.2.- La Consolidación Del Concurso Público De Oposición en 2001 4.2.- La
Neodiplomacia En El Ministerio De Relaciones Exteriores De La República Boliva riana De
Venezuela 4.2.1.- Comportamientos Extraoficiales 4.2.1.1.- La Paradiplomacia En
Venezuela 4.2.1.2.- Fuera Del Conocimiento Público 4.2.1.3.- Comunicaciones No Oficiales
4.2.1.4.- Embajadores Extranjeros No Oficiales 4.2.2.- Comportamientos Informales 4.2.2.1.-
Las Iniciativas De Los Diputados De La Asamblea Nacional 4.2.2.2.- La Diplomacia Informal
De Las ONG 4.2.3.- Nacionalización De Las Agendas Internacionales 4.2.4.-
Reconquistando La Soberanía Pérdida 4.2.5.- Cyberpolitik y Soft Power En La Cancillería
4.2.6.- La Cancillería Y Los Nuevos Actores Internacionales. Apertura y Preferencias 4.2.7.-
Los Nuevos Temores De La Cancillería 4.2.7.1.- El Temor A Perder Una Oportunidad
4.2.7.2.- El Temor A No Reconocer Una Oportunidad 4.2.7.3.- Aprovechar Correctamente
Las Oportunidades 4.2.8.- Un Viraje En El Campo Del “Entendido Recíproco” Y Acabando
Con Los Conciliadores Impenitentes 121 123 127 132 146 146 147 148 149 149 150 152

152 162 166 169 169 169 174 178 180 183 183 186 190 198 207 213 217 218 222 224 226

CONCLUSIONES RECOMENDACIÓNES En Busca De Un Neodiplomático Hacia Incentivos


No Económicos Hacia una Política Gerencial Moderna Hacia Una Mayor Espiritualidad Para
La Reflexión Volviendo A Los Ensayos BIBLIOGRAFÍA

232 238 238 238 242 245 247 251

LISTA DE FIGURAS

1. Cuadro Comparativo Entre Relaciones Diplomáticos Y Consulares 2. Esquema De La


Administración De La Política Exterior 3. Fuerzas Sociales Entorno A La Diplomacia 4.
Modalidades De Diplomacia Por Categorías De Interés 5. Fuentes De Influencia Del MRE 6.
Reestructuración Orgánica Del Ministerio De 2005 7. Estructura Orgánica Del Ministerio De
2001

92 96 106 131 156 163 164

9
INTRODUCCIÓN

El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela (MRE) es el


órgano institucional oficial por cuyo intermedio el gobierno de Venezuela dirige sus
relaciones internacionales. Los funcionarios de esta institución, por su parte, en especial los
del Servicio Exterior, constituyen la vestidura de Venezuela (CFR.CORDERO CEBALLOS:
1981, 23), por cuanto este despacho es responsable de la imagen que fuera de las fronteras
patrias se tiene de la república. Ahora, para cumplir con ese objetivo, el MRE requiere una
estructura administrativa cónsona con sus tareas, así como un personal idóneo. Ambos
elementos interactúan entre si y sus funciones se ejecutan sin desentenderse de las
exigencias nacionales e internacionales. Por esa razón, la dinámica gerencial de éste
despacho es excepcional debido a la constante metamorfosis de los ámbitos que inspiran su
naturaleza y su ejercicio. Sin cesar, la estructura administrativa del MRE se ajusta a las
necesidades, redefine esquemas y revive o crea formas de acción a partir de la escena
social que le rodea. Sin embargo, desde 1999 el MRE ha tenido que replantear su papel de
forma vertiginosa. Más que todo, por la llegada de la Constitución de 1999 que establecía un
nuevo patrón de relación entre el Estado y la Sociedad Civil (con mayor proximidad); e
instauraba un sistema de democracia participativa a partir del planteamiento de un Estado
Democrático y Social de Derecho y Justicia que, en consecuencia, crearía un nuevo tipo de
sociedad, la sociedad democrática. Además, el MRE también encaró la presencia
insoslayable de nuevas modalidades de interacción diplomática que poseían su origen en el
nuevo orden internacional y a los nuevos imperativos tecnológicos, financieros y culturales
del mundo.

10

De hecho, entre 1999 y el 2005 ocurrieron varias reestructuraciones importantes en el seno


del MRE para asimilar éstos nuevos paradigmas al igual que en todas las instituciones que
componen el sistema político venezolano, con la diferencia que en el MRE el Estado tuvo un
especial interés, porque había que mandar un mensaje preciso al mundo sobre la nueva
voluntad del gobierno de Venezuela y había que recrear una institución que colocara a la
nación en una posición más activa y dinámica en el plano mundial. Pero curiosamente,
durante este proceso de transición, la reunión de estos elementos dio como resultado que el
cuerpo de agentes diplomáticos del MRE tuviera que, en parte, reinventarse asimismo para
asumir los asuntos internacionales de la nación, ya que aún existían elementos propios del
sistema político de la IV república dentro del MRE que aún no habían podido ser arrancados
de raíz pese a las reestructuraciones hechas. Los agentes diplomáticos tenían que
interpretar sus acciones entre la tradición y la modernidad y, aparentemente, quizás fue las
condiciones vividas entre este intervalo de tiempo la causa que originaron un conjunto de
novedosas e innovadoras acciones de carácter diplomático que, inclusive, erosionaban
algunos supuestos de la teoría general de la diplomacia hasta el punto que la fricción entre
lo nuevo y lo viejo esta lló, como veremos más adelante, en abril de 2002.

Es decir, cuando los agentes diplomáticos del MRE reinventaron su papel como
funcionarios, se hicieron partícipes de un conjunto de prácticas que compaginaban en
algunos aspectos con la línea de pensamiento mundial que sugería que las tradicionales
formas de interacción diplomática estaban cambiando y que los parámetros que sustentaban
la teoría general de la diplomacia parecían quedar rezagados ante la avasallante
modernidad y sus componentes. Si esto era así, entonces era preciso analizar las nuevas
conductas diplomáticas del MRE desde otra óptica teórica para explicar, en profundidad,
cuáles eran las verdaderas incidencias de la nueva voluntad de gobierno que nació con la
llegada del Presidente Hugo R. Chávez F. en la política exterior venezolana.

11

En la presente investigación trataremos de ahondar sobre este tema, pero para lograr ese
objetivo utilizaremos la propuesta del enfoque de la neodiplomacia, el cual, es una fórmula
teórica que da continuidad a la teoría diplomática y la colma de un conjunto de elementos
que la hacen más flexible al estudio de los cambios de las conductas diplomáticas
propiciadas por el MRE y, que a la vez, nos da parámetros de referencia para establecer con
especificidad qué tan neodiplomáticas son estas conductas. Asimismo, para lograr ese
cometido la investigación se dividió en una serie de pasos que presentaremos a manera de
capítulos y cuidando siempre de no desviar la base subyacente de la investigación de las
reflexiones propias de la politología, en el sentido que esta rama del conocimiento nos
muestra un a mayor aproximación a la transmisión autoritativa de valores dentro y en
relación con las instituciones y el sistema político y mundial de un país. Así, en primer lugar,
nos referiremos al planteamiento coherente del problema. En segundo lugar, precisaremos
el marco teórico haciendo énfasis en los elementos que ayudarán a comprender las
dimensiones en que el MRE debe actuar. Allí, analizaremos las características del nuevo
orden internacional y haremos un repaso por las concepciones teóricas de la diplomacia y
los tipos de modalidades de interacción diplomática que son propias de nuestra época. Sin
contar que presentaremos la discusión sobre la crisis de la teoría general de la diplomacia y
la llegada del enfoque neodiplomático. En tercer lugar, mencionaremos las indicaciones
metodológicas que utilizamos para asumir el manejo de la investigación. En cuarto lugar,
mencionaremos las actividades en que el MRE se aleja de la teoría general de la diplomacia
y se adentra a los principios neodiplomáticos, no sin antes armar una discusión científica de
cómo se modificaron el plano político y el institucional en estos cinco años en el MRE.
Finalmente, daremos nuestras conclusiones y recomendaciones.

Por demás, esperamos que esta investigación sea de su completo agrado…

12

CAPÍTULO I.- EL PROBLEMA 1.1.- Planteamiento Del Problema:


“La dinámica actual de las relaciones internacionales y los significativos retos que plantea el
nuevo milenio, han incidido evidentemente en los procedimientos de ejecución de la política
exterior del Estado, así como en el rol de los actores que en ella participan.” –Manuel
Morales Lama

En pocas ocasiones se ha hecho necesidad que los postulados de una teoría deban ser
redefinidos o potenciados para evitar que ésta se erosione y, consecuentemente, se vuelva
inoperante para dar explicaciones fidedignas acerca de su objeto de estudio. Esta actividad,
la cual es netamente un proceso académico de reflexión, quizás, encuentra su origen en un
interés subjetivo difícil de precisar por parte de los estudiosos o cuando se sospecha que
una teoría tiene sus días contados, no obstante, dichos esfuerzos, al ser encaminados en
las sendas de la epistemología, dejan honda huella y aunque a veces no cumplan sino con
el objetivo de extender más aún la agonía de la teoría, dejan evidencias valiosas del cómo
era conformado el pensamiento en una determinada época y, más aún, nos presentan
axiomas que indudablemente nos indican que ese camino teórico ya fue recorrido. Resulta
interesante mencionar que si bien las teorías vienen y van, superándose unas a otras, como
lo ha demostrado la historia, no influyen en el quid del objeto del análisis. Los objetos
analizados, en las ciencias sociales, cambian en forma, pero en fondo poseen una serie de
características inmanentes que los hacen distintivos a la compresión. Por ello, comprender
un hecho social no es tarea fácil, pues su mutabilidad exige un mayor esfuerzo de
introspección, cavilación y definición. Por ejemplo, recordamos los esfuerzos de la escuela
teórica neomarxista, a mediados del siglo XX, por tratar de dar un mayor sustento a las
precarias bases del marxismo. Sus esfuerzos dieron un mayor realce al marxismo, sin
embargo, su aplicabi lidad hoy en día ya luce pobre, al menos para explicar ciertos hechos,
los cuales, para su mayor padecimiento, eran otrora bastiones conquistados. No obstante,
sus postulados filosóficos son valiosos, tal cual, como cuando una vez fueron presentados.

13

Las

escuelas

neofuncionalistas,

neorrealistas,

neoestructuralistas

el

postmodernismo, entre otras, son más o menos posiciones teóricas análogas al


neomarxismo ya que pretenden (con cierto éxito y no) replantear viejas teorías de manera
que puedan escapar a la prueba del tiempo, los cuestionamientos, las críticas y la aparición
de nuevas teorías con admirables planteamientos novedosos. A los ojos de Karl Popper,
estas tendencias son genuinamente científicas en cuanto a que su aparición y posterior
desarrollo implica la falsación de antiguos cánones. Visto de esta manera, la ciencia no debe
entenderse como el cúmulo de logros para comprender un hecho, al contrario, es el ámbito,
la punta del iceberg, qué aún no ha sido cuestionada y erosionada por las críticas.
Igualmente, el neoestructuralismo falsea percepciones primitivas del estructuralismo, no
obstante, esta teoría no cambia en demasía su identidad, sigue siendo la misma, en fondo,
aunque ya no sería lo mismo, si se habla de la forma. Pero es ese fondo teórico el elemento
vital de la ciencia, es ese fondo el conocimiento en si mismo, es ese fondo el verdadero
avance del pensamiento humano y éste desaparecerá en el preciso instante en que sea
erosionada sus más íntimas bases hipotéticas y supuestas.

En este orden de ideas, existe un espacio teórico que se encuentra, apa rentemente,
inmiscuido en una crisis de identidad. Nos referimos a la teoría general de la diplomacia. Las
razones que nos llevan a esta suposición surgen de la fractura existente entre la realidad
(objetivo) y lo que la teoría general de la diplomacia conjetura de esa realidad (subjetivo).
Así como una vez el marxismo fue insuficiente para dar explicaciones sobre el ámbito
internacional, el cual se comportaba de un modo que no fue prescrito por ninguna de las
presunciones primas de esta teoría; la teoría general de la diplomacia, como veremos,
también queda insuficiente para explicar ciertos hechos no burdos, sino, más bien, hechos
bien concretos e importantes que resultan dignos de recalcar.

14

Estos elementos inabarcables por la teoría general de la diplomacia deslucen su debido


proceder cognoscitivo y, por esa razón, abren la futura posibilidad de que ésta teoría deba
ser redefinida y potenciada para que adquiera la capacidad de ofrecernos una mínima y
cabal referencia teórica sobre los cambios que suceden; pero para lograr ese objetivo, será
preciso, elevar la teoría a un nivel superior (Estas ideas y planteamientos pueden ser
confrontados con lo expuesto por HURTADO LEON: 1997). Siguiendo el caso de las
experiencias teóricas anteriores, este nivel superior sería conocido como una etapa que sólo
propondría subsanar las deficiencias teóricas de la teoría general de la diplomacia
estrechando el conocimiento adquirido, al mismo paso de cómo evoluciona el conocimiento
humano. Cabe mencionar, según Aymara Hernández Arias, que éstos procesos de
revisionismo no son exclusivos de algunos marcos teóricos, sino más bien, pareciera una
tendencia moderna que se propaga a otras disciplinas: “Cuando se habla de paradigmas y
métodos de investigación en el área de Sistemas de Información es inevitable tratar el tema
relacionado con los impactos de los cambios globales (...) Este tema surge a nivel de todas
las disciplinas, motivando a los investigadores y profesionales de cada área a debatir acerca
de las mejores alternativas de adaptación y necesaria evolución. Los problemas de
investigación se presentan cuando las alternativas teóricas y metodológicas tradicionales no
están en capacidad de dar respuestas a la dinámica de los fenómenos en estos entornos
emergentes. Esta insuficiencia no permite, por lo tanto, dar explicaciones coherentes o
describir de manera estructurada y lógica las diferentes interacciones entre componentes en
una situación social determinada. La realidad se complica y las teorías parecen no tener la
fundamentación correspondiente para comprender tales situaciones. La denominada crisis
de fundamentación teórica se presenta en dimensiones que abarcan la realidad social y
humana y la óptica epistemológica donde las alternativas teóricas existentes no pueden
explicar los cambios y conflictos sociales y, por lo tanto, sus enunciados y lógica discursiva
no se corresponden con las nuevas realidades” (HERNÁNDEZ ARIAS: 2004).

15 Las diversas fuentes de derecho convencional 1 y consuetudinario 2 que en la historia


humana han delimitado la materia diplomática, dan forma a la teoría general de la
diplomacia, y si contrastamos algunos de sus principios teóricos con las prácticas diplomát
icas de nuestros días, podemos reconocer algunas fracturas entre la teoría que
proporcionan y la realidad. Por ejemplo, resulta evidente que la teoría general de la
diplomacia 3 no estaba preparada para manejar la llegada de nuevos actores
internacionales, el avance tecnológico, la globalización, el auge del multilateralismo, la
acentuación del Derecho Internacional Público (DIP), la permeabilidad de la soberanía de
los Estados, el resurgimiento de actividades no formales por parte de los Estados y el auge
de organismos paralelos, entre otros. Cada uno de estos elementos comenzó a mostrar un
marcado desarrollo y expansión a partir de 1989 y, seguramente, la causa de esta
concatenación de sucesos se remonta al fin del período bipolar.

De acuerdo a la lógica bipolar, el mundo se encontraba alineado en dos bloques


geopolíticos que a la vez daban coexistencia y lógica al llamado orden mundial. El colapso
de ese orden desorganizó las relaciones internacionales, incluso, algunos pensadores
llegaron a afirmar que estábamos en las vísperas del “imperio del caos” (CFR.- SAMIR
AMIN. En: MIRES: 1998).
“Quizás es esa imagen generalizada de caos, una de las razones que explica la desorbitada
oferta de nuevos "modelos de orden" que atestan las librerías. Los más conocidos son el
"nuevo orden" de Bush, el "período posthistórico" de Fukuyama, la "guerra de las
civilizaciones" de Huntington, la "triada geoeconómica" de Garten y Thurow, los "seis
poderes" de Kissinger, "el poder único" de Brzezinski y, por cierto,

Son todos los tratados o convenciones internacionales en donde los Estados firmantes han
establecid o normas entre ellos para organizar y formalizar sus actividades diplomáticas. Por
ejemplo, la Convención de Viena Sobre Relaciones Diplomáticas (1961), la Convención de
Viena Sobre Relaciones Consulares (1963) y la Convención de Viena Sobre el Derecho de
los Tratados (1969), son las fuentes convencionales más recientes, sin embargo, existen
otras convenciones que por igual se considera como fuente, como la de Convención Viena
de 1815. 2 Son todas las prácticas o costumbres diplomáticas y consulares realizadas a
través de la historia por parte de los Estados. 3 Cabe mencionar que sus máximos
representantes son Henry Kissinger, Harold Nicholson, Paul Sharp, Edmund Burke, Phillippe
Cahier, entre muchos otros y la configuran como una subdivisión de las relaciones exteriores
entre los Estados, que a su vez es una subdivisión de las teorías de las relaciones
internacionales.

16 el modelo más ordenado de todos: la globalización” (CFR.- SAMIR AMIN. En: MIRES:
1998). Pero sea de una u otra forma, el colapso del orden bipolar favoreció el escenario para
que nuevas tendencias sociales maduran en poco tiempo lo que no habían hecho en casi
treinta años de crecimiento. Además, después de la caída de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS) el escenario internacional de las naciones fue objeto de un
sinnúmero de estudios e investigaciones que trataron, en un primer momento, de dar una
explicación plausible sobre los procesos que llevaron al decaimiento de aquella fuerza
hegemónica de poder mundial de corte comunista, posteriormente, surgieron diversas
investigaciones que se enfocaban en cómo se d efinía el Nuevo Orden Internacional (NOI)
ahora con la presencia ponderada y aparentemente inagotable de Estados Unidos de
América (EUA), Inglaterra y demás países aliados, mayores exponentes de las doctrinas
capitalistas y democráticas. Los enfoques, teorías y las alusiones provenientes de estos
estudios académicos, lentamente, formaron un conjunto de serias reflexiones que harían
que el área de las Relaciones Internacionales, como campo de estudio, no fuera vista como
antes. Aquel bullir de investigaciones no sólo abrió el camino de la especulación académica
y política hacia esquemas desconocidos, sino que planteó a los Estados infinidades de
recomendaciones y la necesidad de asumir nuevos procedimientos, o mejor, pautas
diplomáticas entre las naciones para responder a los nuevos dogmas imperantes en
descrédito de aquellos más “anticuados” presentes en la Guerra Fría. Ante estas
insinuaciones, los Estados respondieron cautelosamente. Para la época el mundo
vislumbraba un panorama alentador, libre del control de las potencias, por ello, cada país
quería participar en la transformación internacional, pero a su manera. Es decir, lejos de lo
deseado, cada nación generó una percepción muy diferente de lo que significaba y era el
escenario mundial para el momento, por lo cual, rediseñaron sus estructuras, objetivos,
funciones y obligaciones diplomáticas en base a sus circunstancias (CFR.- RAIMUNDI:
2000).

17 Así cada país presentó al mundo su “Nueva Diplomacia” para afrontar los retos y
cambios y, a grosso modo, la gran cantidad de propuestas dejó bien en claro para los
estudiosos que sería difícil precisar, entonces, cuáles eran las características generales de
la Nueva Diplomacia Mundial. Además, las profundas diferencias históricas y culturales de
los Estados del mundo y sus diversas percepciones e intereses en el escenario internacional
hacían en este caso que el término Nueva Diplomacia Mundial resultara incompatible e
irrealista a principios de los años noventa, no obstante, con el paso del tiempo surgieron
algunas corrientes académicas que intentaron arrojar luces al respecto. En este sentido,
Andrew Gebert, llegó a mencionar que la Nueva Diplomacia Mundial se caracteriza por el
hecho que los representantes de la sociedad civil forman asociaciones con los gobiernos
sobre la base de un compromiso compartido (CFR.GEBERT: 2003). Igualmente, Daisaku
Ikeda concibió la Diplomacia Mundial como el trabajo mancomunado entre la sociedad civil y
los gobiernos, orientado a generar reformas fundamentales (CFR.- DAISAKU: 2000). Y
finalmente, en la misma línea de pensamiento, Carlos Raimundi, ve a la Nueva Diplomacia
cuando se coordinan los esfuerzos del sector público y del sector privado para optimizar las
relaciones económico-comerciales con países extranjeros y facilitar la inserción de las
empresas en los negocios internacionales (CFR.- RAIMUNDI: 2000).

En síntesis, estas convicciones denotan que, al menos, si es posible hablar de la Nueva


Diplomacia Mundial si se toma en cuenta que el análisis de las nuevas diplomacias
nacionales, después de la caída de la URSS, denuncia un auge de iniciativas por parte de la
sociedad civil dirigida a estrechar lazos con sus gobiernos e incentivar la inclusión d e
nuevos temas en las agendas internacionales de sus diversos Estados. Esta innovadora
voluntad política de la sociedad civil favoreció la aparición de nuevos actores políticos en la
escena mundial que, en algunos casos, no guardan relación con los actores clásicos y
tradicionales que siempre repercutieron en estas instancias.

18 No obstante, el interés de los investigadores por concentrarse en las tendencias de “La


Nueva Diplomacia” y “La Nueva Diplomacia Mundial” ha dejado de lado otros temas, que
igual importantes, están vinculados con los cambios ocurridos en las bases mismas de las
instituciones y agentes diplomáticos, los cuales, en algunos casos, redefinieron sus
estructuras casi completamente. Igor Ivanov, Ministro de Asuntos Exteriores de la
Federación Rusa, incluso menciona que las iniciativas para reestructurar las cancillerías
tienen su causa en las características multifacéticas de las relaciones internacionales
contemporáneas, porque para que un cuerpo diplomático tenga éxito en sus objetivos:

“…se requieren cuadros cada vez más preparados que entiendan perfectamente no sólo el
tejido de las relaciones internacionales sino que conozcan bien las necesidades de su propio
país, las necesidades y peculiaridades de todas las regiones suyas” (IVANOV: 2003). Por
otro lado, Oscar Hernández, menciona que las causas no van más allá de la patente
complejidad que han adquirido las relaciones entre los estados:

“Hoy por hoy, las labores de los agentes diplomáticos han variado debido a las propias
complejidades de las relaciones entre los Estados. Tenemos en la agenda diplomática
moderna, tema s tan diversos como los problemas ambientales que sin duda están
íntimamente relacionados con la soberanía, así como el narcotráfico, los derechos de la
mujer, problemas específicos del comercio internacional y muchos otros. No hay un
acontecimiento en el planeta, por muy lejano que acontezca, que no repercuta en nuestras
áreas de acción e influencias” (HERNÁNDEZ: 1997). O según José Fierro, quien considera
que los cambios son consecuencia de la dinámica mundial:

“… La diplomacia ha cambiado de forma y de contenido antiguo, de aquella del mundo


bipolar, capitalista y socialista, a una de un mundo sin Muro de Berlín, sin el socialismo
‘real’, a una de predominancia absoluta del imperialismo, particularmente del imperialismo
(…) estadounidense, pues los otros —francés, británico, italiano,

19 etc.— no se le oponen sino que se ‘coaligan’ contra ‘el eje del mal’, es decir todo lo que
se le contraponga a la burguesía yanqui” (FIERRO: 2004). Y vale mencionar las palabras de
Dominique de Villepin, quien considera que las reestructuraciones tienen su origen en la
posición preponderante de los valores democráticos en la actualidad: “…Lo cierto es que la
diplomacia ha cambiado. Ahora es más creativa e imaginativa porque las condiciones son
más difíciles. Si comparamos la situación actual con la de hace una década, observamos
que hay crisis por todas partes. El mundo es distinto. No obstante, después de la caída del
Muro de Berlín y el derrumbamiento de la Unión Soviética, la mayoría de los Estados
abrazaron la democracia, emprendieron el camino hacia la democracia. Y eso ha permitido
que la comunidad inter nacional pueda estar más unida. Es una nueva oportunidad. Todos
perseguimos el mismo objetivo y todos somos conscientes de los grandes retos, del
terrorismo, de las armas y de las crisis” (VILLEPIN: 2003). Estas ideas nos acercan a la
convicción de que necesariamente los ministerios de relaciones exteriores de los diversos
Estados del mundo deben hacer cambios precisos para amoldarse a las nuevas exigencias
del NOI y Venezuela, en este sentido, no es la excepción al respecto.

Después 1999 el MRE ha sido objeto de reestructuraciones que han influido en los diversos
planos administrativos diplomáticos que lo componen. Dichas

reestructuraciones, pueden tener su razón de ser entre las ideas ofrecidas anteriormente,
pero la llegada de la Constitución bolivariana fue el verdadero punto de inflexión que
originaría el replanteamiento de todo el sistema político venezolano.

20 En 1999 ocurrió una de las más interesantes rupturas epistemológicas en la historia del
país 4 . Con motivo de la nueva constitución y la creación e instauración de un sistema
político de democracia participativa, el pueblo venezolano se adentró muy optimista por las
puertas al siglo XXI. Sin embargo, el reto de construir un nuevo país se concentró en un
primer momento en desmontar las bases del sistema político que había nacido en 1961 y
cuya estructura se basaba en el sistema de democracia representativa. Aquel ejercicio de
gobierno se caracterizaba por dejar en un segundo plano a la sociedad civil venezolana
concentrando de manera desmedida las decisiones políticas en un selecto grupo político.
Pero ahora, el replanteamiento d e la nación partía del principio de colocar al pueblo en un
primer plano y amoldar las instituciones venezolanas a ese fin. Ya para el año 2000 la tarea
había comenzado y entre las primeras acciones que haría la Asamblea Nacional para
encaminar al nuevo sistema político se hallaba la necesidad de redefinir el papel del MRE,
por cuanto que en dicho ministerio reposaba la representación oficial del país hacia el
exterior y no podía seguir negándose que el MRE respondía medianamente a la nueva
voluntad de gobierno expresada en la constitución, sea porque su estructura orgánica
respondía a la ya superada democracia representativa propia de la ley del MRE que para el
momento estaba vigente y que databa de 1961 o sea porque el gobierno venezolano supuso
la necesidad de proyectar adecuadamente la imagen internacional del país ante el
cambiante panorama mundial.

Así, ya para el año 2001 estaba siendo aprobada la nueva ley que reconstituiría el papel de
esta importante institución, pero como se vería después, dicha ley no sería suficiente para
labrar un verdadero cambio en el MRE. Hubo que esperar hasta enero de 2005 para la
reforma del reglamento interno. Con dicho reglamento, se trató de resolver el problema de la
naturaleza de la normativa interna anterior, porque no
Otra ruptura epistemológica interesante en la historia venezolana es el proceso de creación
de la Constitución de 1947. Dicha constitución introduce en su texto una serie de materias
nuevas: derecho social, economía nacional, familia, salud, educación y trabajo. De igual
forma, innovó virtualmente la base social y electoral del Poder, su orga nización, los
derechos individuales y las garantías. La materia social de incorporará así al derecho
político venezolano. Estableció el voto directo, universal y secreto para elegir al Presidente
de la República. Tuvo una vigencia muy corta y sus postulados quedaron prácticamente sin
efecto como consecuencia del golpe de estado que derrocó al gobierno al siguiente año de
su promulgación.
4

21 favorecía la visión de la Ley de 2001 e interrumpía la acción del cuerpo de agentes


diplomáticos quienes debían afrontar diariamente la incesante llegada de circunstancias que
no eran supuestas por la precedente normativa, sin contar que, además, tuvieron que
aprender a conjugar los viejos patrones del reglamento anterior con la ley de 2001 y, a la
vez, conjugar el ascenso del multilateralismo, la expansión de Internet, la proliferación de los
nuevos actores internacionales, la implantación del DIP, la porosidad de las soberanías de
los estados nacionales, el desarrollo de los proyectos de integración, la presencia de actos
informales en la diplomacia y las nuevas tendencias, entre otros; con los imperantes
designios constitucionales.

El resultado de la conjunción de estos elementos trajo como consecuencia que las


actividades de los agentes diplomáticos venezolanos fueran recreándose y

reinventándose en nuevas conductas y experiencias que, incluso, siendo de carácter


diplomático, eran muy innovadoras, eficientes, versátiles y, especialmente, debido a sus
características más inmanentes, algunas parecían no poseer sustento en los principios
rectores de la teoría general de la diplomacia. Es decir, parecían que habían evolucionado a
un punto único y distintivo de pensamiento, obra y convicción de la actividad diplomática.
Asimismo, esta aparente realidad compaginaba con algunas experiencias internacionales
que insinuaban la necesidad de abrir un proceso de revisionismo sobre la teoría general de
la diplomacia y que había ganado auge desde principios de los años noventa en el sentido
que se sospechaba que ésta teoría quedaba escasa para explicar la naturaleza de cierto
tipo de actividades 5 .

Inclusive, para dar cabida a este planteamiento, autores como James Der Deriam (CFR.-
DER DERIAN: 1992) (quien trabajó en un enfoque denominado Neo-diplomacy) e Ivo
Duchacek y Panayotis Soldatos (que por su parte desarrollaron un enfoque denominado
Paradiplomacia) (CFR.- KRÄMER), abrieron el debate revisionista de la diplomacia
analizando cómo a nivel mundial las iniciativas civiles organizadas y la tecnología se han
ido, poco a poco, acercando fructífera y convincentemente a los gobiernos y, de cómo éstos,
ahora con una anuencia innovadora que indicaba una subyacente voluntad política atípica,
en ciertos casos, accedían a responder las demandas civiles con profundas reestructuras en
sus instituciones, en especial, en aquellas de repercusión internacional.

22 Las experiencias diplomáticas venezolanas han sido producto, en esencia, de la


confrontación entre tradición y modernidad y durante más de cinco años a través de la
redefinieron en forma casi terminante todas las directrices administrativas que sustentaban
sus obligaciones y funciones diplomáticas ha procurado hallar el papel más adecuado ante
el NOI y la Constitución bolivariana aún a costa de un conocimiento que durante 4000 años
estuvo casi intacto. Además, hoy las funciones administrativas de los diplomáticos ya no son
semejantes a aquellas que acaecían hace cincuenta o cuarenta años, por lo que no resulta
inadecuado esbozar un proceso de revisión en la teoría diplomática que se maneja en
muchos Estados del mundo y tampoco resulta inadecuado considerar que un enfoque
alternativo podría explicar más aún la naturaleza de esas funciones administrativas.

Por esa razón, la realización de una investigación sobre estos asuntos en el MRE
ameritaría, a nuestro juicio, el uso de la propuesta de la Neodiplomacia porque potencia las
deficiencias de la teoría general de la diplomacia, dándole continuidad a sus postulados, con
diversos argumentos teóricos novedosos, entre los cuales, 1) se acepta la posibilidad de
comportamientos extraoficiales para el beneficio de las actividades diplomáticas habituales;
por igual, 2) maneja la posibilidad de que los intereses de los estados puedan no ser los
suyos propios sino los de una comunidad o bloque integrado al cual pertenezca; 3) concibe
las acciones de cyberpolitik y soft power en el accionar estatal a nivel internacional; 4)
reflexiona sobre la preparación de los agentes diplomáticos y los planos multifacéticos que
deben esgrimir; 5) reconoce las policéntricas y polifacéticas relaciones del escenario
mundial entre los Actores Tradicionales (Estados), las Organizaciones Internacionales
(públicas y privadas) y los Nuevos Actores Internacionales (Organizaciones No
Gubernamentales); 6) reflexiona la permeabilidad de las soberanías nacionales como un
hecho irrefutable; 7) no niega que el multilateralismo se ha impuesto como una opción
mundial hacia la paz sobre los esquemas bilaterales; 8) reconoce que en años recientes ha
existido un auge de nuevas obligaciones para los funcionarios diplomáticos que por un lado,
ha exigido que ahora

23 sean más preparados, especializados y proactivos, así como también, tengan bien en
cuenta los valores de apego a la institución y al país, junto con la necesidad de estar
concientes del trabajo en conjunto; 9) inserta las teorías de Seguridad Humana, Comercial,
Política, Cultural, Pública, Alimentaria y Financiera para comprender la vistosidad de los
nuevos intereses de los sujetos de derecho internacional; 10) considera el desarrollo de los
medios de comunicación, la tecnología y el conocimiento como elementos simplificadores de
las actividades diplomáticas convencionales; 11) acepta que la correlación de fuerzas entre
los actores internacionales son elementos clave para dirimir los temas internacionales; 12)
acepta que existen elementos de continuidad con la teoría general de la diplomacia,
especialmente, en el área consular; y finalmente, 13) acepta que existen elementos más allá
del control de la voluntad humana.

El uso de este enfoque permitiría explicar ese un conjunto de experiencias tan propias que
son el resultado no esperado del nuevo concepto de Estado venezolano bolivariano que
nació en 1999 y, que por demás, eran necesarias porque si no lo hubiese hecho el MRE,
seguramente, habría corrido el riesgo de ser disfuncional a los intereses de la nación y
desaparecer dando el paso a otra institución más especializada para cumplir con las
funciones encomendadas. Pero, entonces, cabe preguntarse ¿Cómo fue posible eso?
¿Acaso la teoría general de la diplomacia podría ser insuficiente para explicar esas
conductas diplomáticas en Venezuela que fueron el resultado de la conjunción de la llegada
de la Constitución de 1999 y las fuerzas imperantes provenientes del NOI? ¿Acaso se había
creado un tipo de diplomacia única a nivel mundial, tan singular en algunos aspectos como
para distinguirse asimismo en un nuevo plano teórico propio o partícipe de otro? ¿O acaso
Venezuela sin percatarse estaba en la cresta de la ola de una fuerza mundial o nacional que
inevitablemente apuntarían al replanteamiento del servicio diplomático? Dichas preguntas
son de difícil respuesta, sin embargo, en la presente investigación trataremos de abordarlas
a fondo.

24 1.2.- Objetivos De La Investigación (Generales y Específicos) Objetivo General:


Determinar qué acciones del cuerpo diplomático del MRE denotan la presencia de las
nuevas tendencias neodiplomáticas mundiales durante el período 1999-2005 Objetivos
Específicos: 1. Describir a nivel teórico las acciones características de las tendencias
diplomáticas tradicionales. 2. Describir a nivel teórico las acciones características de las
tendencias diplomáticas actuales. 3. Comparar las dos tendencias. 4. Identificar los ámbitos
de acciones en los cuales existen diferencias entre las dos tendencias, para construir el
enfoque teórico neodiplomático. 5. Definir conceptual y operacionalmente estos ámbitos de
acciones a fin de diferenciar las formas típicas que identifican a la neodiplomacia. 6.
Describir a nivel empírico las acciones del cuerpo diplomático del MRE en los ámbitos
diferenciadores de la neodiplomacia durante el periodo de estudio. 7. Comparar las acciones
empericas del cuerpo diplomático del MRE durante el periodo de estudio con las acciones
teóricamente diferenciadores de la neodiplomacia y en función de lo establecido en el
reglamento interno del ministerio. 8. Determinar cuáles agentes diplomáticos son
protagonistas de las actividades regulares del MRE. 1.3.- Justificación De La Investigación:
La utilidad de la presente investigación yace en que: 1) es un marco de referencia para
comprender cómo las funciones administrativas del cuerpo diplomático y no consular del
MRE han sido influenciadas por el NOI y por el nuevo sistema político venezolano que
desde 1999 ha definido una novedosa forma de hacer y ejercer el gobierno a partir de los
principios constitucionales; 2) es una fuente que indica una idea de cómo el MRE puede ser
analizado a través del enfoque neodiplomático; y 3) es un trabajo que abre la discusión
acerca de qué fuerzas profundas movilizan los cambios recientes en el MRE y cómo lo
hacen en vista que ya no resulta conveniente explicar las actividades a través de la Teoría
General de la Diplomacia meramente.

25 CAPÍTULO II.- MARCO TEÓRICO 2.1.- El Nuevo Orden Internacional (1989-2004):


“Nunca antes como ahora han cambiado con tanta rapidez, profundidad y amplitud los
componentes del orden mundial – Frederic Emam-Zadé Gerardino

La firma de los acuerdos de Malta (1989), suscritos por George Bush (EUA) y Mijail Go
rbachov (URSS), estableció el fin de la Guerra Fría 6 y, con ello, el término de las rivalidades
entre el Este y el Oeste y la inauguración de una nueva etapa en la dinámica internacional
(CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001). Esta nueva dinámica manifestó, desde un principio, un
optimismo que era compartido por la mayoría de los Estados del mundo quienes, confiados,
miraban como el ámbito internacional, poco a poco, quedaba libre de amenazas de guerras
nucleares entre dos superpotencias y abría caminos para iniciar una etapa basada en la
cooperación internacional y el entendimiento político (CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001).
Esta concatenación de sucesos atrajo la atención de las cátedras de relaciones
internacionales del mundo, entre otras, y casi inmediatamente, se inclinaron por componer
en precisos y sistemáticos conceptos los cambios que ocurrían. Inclusive, Andrés Rozental,
a este respecto, mencionó lo siguiente:

“Las mentes más privilegiadas se dieron a la tarea de ensayar la definición de un NOI, de


interpretar los cambios globales, de ponerle nombre a la etapa de la historia que comenzaba
a vivirse” (ROZENTAL: 1993, 20). Esta nueva etapa histórica, en primer momento, fue
arduamente analizada desde dos frentes teóricos de explicación, los cuales, se
fundamentaron en el estudio de los dos elementos más sobresalientes de los nuevos
cambios. Por un lado, los análisis políticos notaron cómo en este NOI el Estado Nación
tendía a la desaparición a ultranzas de un

Para muchos la reunión de Malta marcó el fin de la guerra fría, pero para otros el fin del
conflicto tuvo lugar el 21 de noviembre de 1990 cuando los EUA y la URSS y otros 30
países participantes en la Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa
firmaron la Carta de París, un documento que tenía como principal finalidad regular las
relaciones internacionales tras el fin de la guerra fría. La Carta incluía un pacto de no
agresión entre la OTAN y el Pacto de Varsovia.

26 naciente globalismo, no globalidad 7 , tal cual como una vez se refirió Silvestre Mendes,
mientras por otro lado, los análisis economistas veían como el NOI favorecía el
multilateralismo económico: “donde las rivalidades militares e ideológicas del pasado serían
sustituidas por una competencia comercial y tecnológica” (MENDES: 1997, 45).

Con posteridad, a éstos elementos se sumaron otros más distintivos del NOI, lo que
consolidó la idea de que los soportes tradicionales del equilibrio internacional después de la
segunda guerra mundial, sin duda, habían cambiado (CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001).
Por ejemplo, Cohen insinúa que los avances tecnológicos y la globalización de los últimos
diez años provocaron no sólo cambios en la mayoría de los pueblos del mundo, sino que
también, provocó cambios institucionales en los Estados, en especial, en las instituciones
diplomáticas:

“La globalización amplió más los espacios meramente económicos incluyendo, los sociales,
políticos y culturales, no sólo ha exigido de una diplomacia más dinámica sino que en su
conjunto ha permitido que las relaciones internacionales tengan más importancia que la que
tradicionalmente habían tenido” (COHEN: 1998, 50). Mientras tanto, Beatriz Ramírez
Vásquez, agrega lo siguiente en un senti do más holístico sobre el tema:

“Apenas hace una década no nos imaginábamos el ritmo de cambios económicos y políticos
que se estarían por producir dentro de la comunidad internacional. No sólo se mueven
aceleradamente informaciones de uno a otro lado del planeta sino también el capital y las
mercancías se desplazan a una velocidad que nos sitúa en un contexto totalmente distinto.
Sin duda estar inmersos en un mundo global, cambió

Para Ulrich Beck, la globalidad es el proceso que crea vínculos y espacios sociales
transnacionales trayendo a un primer plano terceras culturas. Mientras que el Globalismo es
la “concepción según la cual el mercado mundial desaloja o sustituye el quehacer político,
es decir la ideología del dominio del mercado mundial o la ideología del liberalismo. Este
procede de manera monocausal y economicista y reduce la pluridimensionalidad de la
globalización a una sola dimensión, la económica, dimensión que considera asimismo de
manera lineal y pone sobre el tapete (cuando y si es que lo hace) todas las demás
dimensiones – las globalizaciones ecológicas, cultural, política y social – sólo para destacar
el presunto dominio del sistema del mercado mundial”. Esta visión supone también que la
Globalidad se relaciona, de alguna u otra manera, a los hechos positivos que proceden de la
globalización, a diferencia de lo que sería el globalismo.

27 drásticamente el esquema tradicional en el cual los Estados habían estado inmersos


especialmente a partir de la guerra fría” (RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001). Pero antes de
continuar, vale preguntarnos ¿a qué nos referimos específicamente con el Orden
Internacional? En los últimos cincuenta años ha existido una gran discusión acerca de lo que
significa el Orden Internacional y de cuáles son sus principales características. De esas
reflexiones, se ha tenido un mediano éxito, al menos, para distinguir algunas de las
manifestaciones de este concepto. Pero aún falta por analizar más exhaustivamente cuáles
son sus componentes; cómo nacen y se desarrollan; cómo influyen los Estados y el resto de
los actores que intervienen en el ámbito mundial (CFR.- LE DANTEC GALLARDO: 2001,
132); así como definir qué es el orden y qué requisitos debe reunir el mundo para tener
orden (CFR.- LE DANTEC GALLARDO: 2001, 132).

Y sin embargo, pese al precario avance de las discusiones, Luis Dallanegra describe al
Orden Internacional como el conjunto de reglas de juego que regula las relaciones entre los
actores internacionales y que se da dentro de un Sistema Internacional, el cual, a su vez, es
la suma de los patrones de interacción entre los actores internacionales quienes establecen
relaciones de poder conflictivas o no, creando estructuras cuando éstas revelan
polarizaciones y tendencias de acercamiento o de alejamiento hacia otros actores
internacionales (CFR.- DALLANEGRA: 1998). La naturaleza de estos comportamientos tiene
su origen en el grado de compatibilidad que tengan los actores con respecto a otros actores
y en función a los intereses comunes y no comunes en juego y a los objetivos que se
persiguen.

A lo largo de la historia sucedieron diversos tipos de configuraciones en el sistema


internacional y cada una de ellas dependía de la forma en que se planteaban las relaciones
entre los principales actores. En este sentido, Raymond Aron clasificó los sistemas
internacionales usando dos criterios (CFR.- ARON: 1985):

28 • A través de la ideología: para Raymond Aron, el prisma ideológico podía manifestarse


en dos formas a partir de la tendencia ideológica de los regímenes políticos: Sistema
Internacional Homogéneo, donde los Estados pertenecen al mismo concepto de la política.
Estos sistemas son más estables y moderados, favorecen la imposición de límites a la
violencia, son previsibles, comparten valores y principios y la intención de resolver
problemas comunes. Un ejemplo es el escenario internacional después del Congreso de
Viena (1815) (CFR.- LE DANTEC GALLARDO: 2001, 130). Sistema Internacional
Heterogéneo, donde los Estados están organizados de acuerdo a distintos principios y
proclaman valores contradictorios. Los regímenes políticos se basan en ideologías
contrarias, eliminando la posibilidad de previsibilidad; los actores principales se presentan
como “enemigos” y el objetivo supremo es la propia seguridad y la eliminación del rival. El
ejemplo clásico es el período de la Guerra Fría donde EUA y la Unión Soviética adscribían a
dos conceptos ideológicos y políticos diametralmente opuestos: capitalismo-comunismo)
(CFR.- LE DANTEC GALLARDO: 2001, 131). • A través de la relación de fuerzas o
configuración de poder: para Raymond Aron, la relación de fuerzas o configuración de poder
podía manifestarse de dos formas: Pluripolar o multipolar, donde los actores principales,
cuyas fuerzas no son demasiado desiguales, son relativamente numerosos. En este modelo
aumenta la previsibilidad y disminuye la posibilidad de conflicto y la negociación debe
anteponerse al combate para poder mantener el equilibrio. Un ejemplo es el actual
escenario internacional, donde los polos de poder en el ámbito económico, los ubicamos en
EUA, la Comunidad Económica Europea y Japón (CFR.- LE DANTEC GALLARDO: 2001,
131). Bipolar, donde dos actores dominan a sus rivales hasta el punto que se convierten,
cada uno de ellos, en el centro de una coalición, viéndose obligados los actores secundarios
a situarse con

29 relación a los bloques. El objetivo de los actores principales es el de no encontrarse a


merced de su rival e impedirle la adquisición de medios superiores a los suyos. Las alianzas
son permanentes y existe un sistema de premios y castigos dentro de cada bloque. En este
caso, el ejemplo vuelve a ser el período de Guerra Fría desde el final de la Segunda Guerra
Mundial hasta 1989 (CFR.- LE DANTEC GALLARDO: 2001, 131). Finalmente, cabe
mencionar que hay un tercer modelo que Aron no consideró, pero sí lo hacen otros autores:
el sistema unipolar. La característica distintiva de este sistema es que un actor poderoso
absorbe a los demás, eliminándolos como agentes internacionales. El ejemplo clásico es el
Imperio Romano, donde las unidades políticas eran conquistadas y pasaban a formar parte
del sistema imperial, con mayor o menor grado de dependencia, pero todas respondían al
mismo centro hegemónico (CFR.- LE DANTEC GALLARDO: 2001, 131).

Ahora bien, sea de una u otra forma, el Sistema Internacional manifiesta las siguientes
características:

“a) No está jurídic amente organizado; b) Es descentralizado y carece de gobernante o


autoridades; c) El orden estará dado por los actores que dispongan de mayor poder; d) Las
relaciones que se establecen son de poder, en un marco donde las normas surgen de la
coordinación de los distintos gobernantes; e) No existe un poder que pueda exigir el
cumplimiento de la norma o sancionar por su incumplimiento; f) Es dinámico y está en
constante movimiento de reacomodación; y g) Las partes que lo componen son: la
estructura y los actores internacionales” (LE DANTEC GALLARDO: 2001, 130). Estas
características, en especial la última, nos indica que de ocurrir un cambio en la disposición
de las unidades integrantes del Sistema Internacional, asistiríamos a un cambio en la
estructura que por ende nos llevaría, en teoría, a las puertas de un NOI, aunque éste no
emerja en forma inmediata y automática (CFR.- LE DANTEC GALLARDO: 2001, 133) y
transcurran años de transición intersistémica (CFR.DALLANEGRA: 1998) hasta que el NOI
se consolide. Por consiguiente, el análisis de

30 este campo de estudio con miras a reconocer sus elementos característicos en la


actualidad nos servirá para alcanzar una noción de cuáles, realmente, son las circunstancias
que han influido en las instituciones y en las teorías diplomáticas a nivel mundial. Sin
embargo, el único obstáculo de este análisis, a nuestro juicio, es el riesgo de que sus
conclusiones puedan ser útiles por muy poco tiempo debido a la tendencia de que cuando
llega a la palestra un NOI, éste dura menos tiempo que el modelo anterior (CFR.- SEGUEL
HOLTHEUER: 1999).

De hecho, Henry Kissinger menciona a este respecto que los sistemas internacionales viven
en forma muy precaria. Cada "orden mundial" expresa la aspiración de permanencia. Aún
los elementos que hacen a un nuevo orden mundial están en constante movimiento y la
duración de los sistemas internacionales no es muy equilibrada (CFR.- KISSINGER: 1994,
806) 8 .
“El orden que se originó a causa de la Paz de Westfalia en 1648 duró 150 años. El sistema
internacional creado por el Congreso de Viena en 1815 se mantuvo por 100 años y el orden
internacional caracterizado por la guerra fría culminó después de 45 años. Nunca antes los
componentes del orden mundial, su capacidad para interactuar y sus objetivos cambiaron
tan rápida, profunda y globalmente” (SEGUEL HOLTHEUER: 1999). Entonces, para evitar
ese obstáculo será recomendable que enfoquemos nuestra atención en lo elementos más
trascendentales del NOI que se consolidó a partir de la caída del Sistema Internacional
Bipolar (1989) y dejemos de lado los elementos más cuestionados por los estudiosos.

“International systems live precariously. Every expresses an aspiration to permanence; the


very term has a ring of eternity about it. Yet the elements which comprise it are in constant
flux” (CFR.KISSINGER: 1994, 806).

31 2.1.1- Nuevos Actores Internacionales:

Desde 1989 se han nombrado varios aspectos puntuales con respecto a los elementos que
caracterizan al NOI. Hasta este punto de nuestra investigación ya hemos nombrado varios
de esos elementos, pero para poder establecer una línea de análisis lógica y racional de
cuáles elementos han influido en las instituciones diplomát icas a nivel mundial, en primer
lugar, comencemos por estudiar la incidencia de un elemento en especial, los nuevos
actores internacionales 9 , los cuáles, para efectos de nuestro estudio, será visto como un
causal de otros elementos que caracterizan al NOI.

La llegada y el perfeccionamiento de los nuevos actores internacionales ha sido uno de los


aspectos que ha resaltado en la escena mundial con mayor fuerza social. Su origen se
vincula con el ascenso del Estado Moderno, la consolidación del DIP 10 ; la globalización e
integración económica; el comercio mundial; la incorporación de la sistemática de petición
individual 11 con la consecuente democratización de los instrumentos internacionales 12 ; y
la expansión de los principios de los Derechos
Merle define actor internacional como: “Toda autoridad, organismo, grupo e, incluso en el
caso límite, toda persona capaz de desempeñar una función... en la escena internacional”
(MERLE: 1991, 334). Para su estudio, los actores internacionales se dividen en: Públicos;
Privados; Estados; Provincias; Municipios; Estado-Nación; Actores gubernamentales no
centrales; Organismos intergubernamentales; Grupos e individuos que no representan a los
estados en que se ubican y que ejercen una actividad de relieve en el campo internacional;
Organizaciones No Gubernamentales; Empresas multinacionales; Organizaciones políticas
internacionales y eclesiásticas; Personas de gran prestigio; Organizaciones delictivas;
Redes empresariales y de consumidores; Líderes religiosos; y Opinión pública. (CFR.-
SUBDERE: 2005). “Los actores transnacionales no sólo operan como grupos de p resión en
el marco estatal, sino que han alcanzado, en gran cantidad de casos, la capacidad de operar
como factores de poder. Su principio de funcionamiento es diverso, desde su actuación bajo
el imperio de la ley o al margen de ésta y su criterio valorativo de la racionalidad política,
jurídica y ética es también variado”. (SUBDERE: 2005). 10 El afianzamiento de la seguridad
jurídica a nivel mundial, sin duda, hizo posible que las organizaciones civiles nacionales y
transnacionales ganaran confianza y perdieran el miedo para adentrarse a la mar
internacional y alcanzar diversos objetivos. 11 Sobre este particular, merece ser destacado
el Protocolo No. 11 del Sistema Regional Europeo, que permitió el acceso directo del
individuo a la Corte Europea de Derechos Humanos. Asimismo, cabe agregar la reciente
aprobación del Protocolo Facultativo a la Convención sobre la Eliminación de la
Discriminación contra la Mujer, de 1999, que incorpora la sistemática de petición individual.
En ese mismo sentido, cabe mencionar el proyecto de Protocolo Facultativo al Pacto
Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales que, del mismo modo,
introduce el derecho de petición individual. (Ver.- PIOVESAN: 2004). 12 “Si los Estados
fueron a lo largo de mucho tiempo los protagonistas centrales del orden internacional, hoy
presenciamos el surgimiento de nuevos actores internacionales, como las organizaciones
internacionales, los bloques económicos regionales, los individuos y la sociedad civil
internacional. El fortalecimiento de la sociedad civil internacional, mediante una network que
liga y fomenta una red de interlocución entre entidades locales,
9

32 Humanos. Pero vale mencionar que la presencia de los nuevos actores internacionales
no hubiera sido importante, sino es por la calidad excepcional de su accionar, porque ello ha
ampliado su nivel de participación e influencia en el manejo de los asuntos mundiales, al
punto que hoy la construcción de algunas agendas internacionales es casi impensable sin la
presencia de estos singulares actores (CFR.- SUBDERE: 2005).

El factor innovador de estos actores se centró en tres hechos: por un lado, haber disputado
y arrebatado a los Estados su protagonismo en la escena internacional, es decir, erosionó el
cuasi monopolio de los Estados sobre la acción exterior (CFR.MARÍN: 2000); por otro, haber
simbolizado el puente que insertó a las demandas de la sociedad civil en ese mismo plano y,
finalmente, haber propuesto una nueva conceptualización del poder y de la distribución de
poder como una cuestión exclusivamente estatal 13 .

Estos nuevos actores (grupos o instituciones de diversa disposición a temas ambientales,


políticos, económicos, sociales, culturales e, incluso deportivos, entre otros, que poseen un
grado de influencia capaz de incidir con su comportamiento o acción en la vida internacional)
y sus diversas formas de manifestación (empresas

multinacionales, actores transnacionales de todo orden, la banca privada, fondos de capital,


empresas, organismos internacionales no gubernamentales, grupos

subnacionales, etc.) (CFR.- SOTILLO: 2002); exigieron a las diversas y polifacéticas


instituciones internacionales, públicas y privadas, del mundo hacer ref ormas internas
regionales y globales, y la consolidación del individuo como sujeto de derecho internacional,
demandan la democratización de los instrumentos internacionales. E incluso demandan el
acceso a los mecanismos internacionales y a la propia justicia internacional”. (PIOVESAN:
2004). 13 “El surgimiento de actores transnacionales no estatales –los que en la jerga
estratégica son parte de las amenazas asimétricas- han generado nuevas fuentes de poder,
y obligan a repensar la forma en que se distribuye el poder en la política internacional. Los
atentados terroristas contra Estados Unidos han elevado en la agenda internacional esa
tendencia, que ya existía pero tenía un bajo perfil. Los grupos que perpetraron los atentados
tienen poder, y son capaces de generar hechos de fuerza de alcance global que redefinen la
agenda del actor hegemónico del sistema internacional, una cuestión inalcanzable para
muchos estados. Sin embargo, este fenómeno se encuentra bastante más extendido de lo
que se acostumbra a querer ver. Las organizaciones criminales internacionales, o los
carteles narcotraficantes no tienen menos capacidad que las redes de terroristas islamistas.
Simplemente no han tomado la decisión política de utilizar ese poder de la forma en que lo
hizo Al Qaeda”. (PIOVESAN: 2004).
33 para responder, adecuadamente, a su incesante expansión y establecimiento. Las
actividades diplomáticas de cada Estado, por ejemplo, fueron, quizás, las más afectadas por
estos nuevos actores debido a que compartían estrechamente la naturaleza de una misma
esfera de acción. Sin embargo, para algunos, esa relación afect ó a las bases diplomáticas
hasta el punto de originar una “crisis de la diplomacia” (CFR.DANSPECKGRUBER: 2001), o
como dice Oscar Hernández:

“La realidad en la que se mueve el agente Diplomático ya no es tan simplemente interestatal


como lo era en el pasado, ya que tradicionalmente los actores internacionales habían sido
sólo los Estados. Hoy en día existen también un sinnúmero de organizaciones, factores y
realidades tan dinámicas, que nos sitúan ante un plano tan disímil como retador. Allí están
las organizaciones internacionales, las organizaciones no gubernamentales, los insurgentes
y beligerantes que producen aún un significativo número de conflictos a lo largo y ancho del
planeta” (HERNANDEZ: 1997). Las estructuras diplomáticas más antiguas datan desde
hace más de cuatro mil años (CFR.- COHEN: 1996, 2), y durante todo ese tiempo sólo han
compartido su ámbito natural con los Estados. En los últimos años, ésas estructuras han
encarado el hecho de que las Organizaciones No Gubernamentales, las corporaciones
multinacionales y varios grupos de interés domésticos e internacionales han ocupado y
siguen conquistando puestos privilegiados en ese ámbito natural, lo que significa una
sensible fractura a un modelo institucional que permaneció invariable en sus bases, por más
de cuarenta siglos. Pero, no debemos cometer la equivocación de confundir a los Nuevos
Actores Internacionales como agentes diplomáticos, tal cual como lo afirma Beatriz Ramírez
Vásquez:

“Estos nuevos actores internacionales que responden a intereses de sectores


gubernamentales y no gubernamentales no son considerados diplomático s pese a que
están inmersos en el terreno que comprende a la diplomacia” (RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001,
6).

34 La injerencia de estos nuevos actores en el sistema mundial y su influencia, ayudada por


la globalización y contenida por el aparato de seguridad militar de los Estados, ha extendido
un sentido extenso de legitimidad a cada una de las iniciativas y estrategias diplomáticas
enfocadas hacia la paz, por ello, ahora, son elementos a considerar para cualquier
acercamiento y pretensión exitosa (CFR.-

DANSPECKGRUBER: 2001).

Además, debido a que los nuevos actores poseen intereses específicos, a diferencia de los
Estados, cuyos intereses son diversos, son grupos capaces de proporcionar a otros actores,
incluso cuadros diplomáticos, información detallada con respecto a una situación (CFR.-
DANSPECKGRUBER: 2001) y, también, son capaces de transmitir un alto grado de interés
y entusiasmo por sacar a flote temas poco tradicionales y de pertinencia mundial (CFR.-
MARTINEZ, Freddy: 2003). En síntesis, la exclusiva jurisdicción de los Estados es
cuestionada en algunas esferas internacionales por estos cuerpos y, ahora, las tradicionales
tareas diplomáticas (informar, comunicar, negociar y reportar a través de las fronteras) están
siendo realizadas por agentes no diplomáticos cada vez más fuera y dentro de los gobiernos
(CFR.- COHEN: 1996) 14 .

“The exclusive jurisdiction of states is questioned in some quarters and non-state bodies are
active on the international scene. While international contacts and negotiations proliferate,
the traditional task of the diplomat – to report, communicate, and negotiate across borders-
are being increasingly performed by non-diplomats, inside and outside government” (CFR.-
COHEN: 1996).

14

35 2.1.2.- El Ascenso Del Multilateralismo:

Paralelamente al fenómeno de los nuevos actores internacionales, el surgimiento e


imposición de iniciativas multilaterales ha dado un matiz novedoso a éste NOI.
Históricamente, las relaciones internacionales estuvieron marcadas por las incesantes
prácticas unilaterales y bilaterales entre los Estados nación; no obstante, aunque éstas no
han desaparecido, la vocación internacional por ir en búsqueda de decisiones que influyan
en la escena internacional y cuyo origen sea en base a la concertación multilateral, es un
hecho excepcional y auspicioso para la paz mundial. El multilateralismo

“ha crecido la esperanza de un nuevo mundo, instantáneamente comunicado y solidario,


sustentado en la convicción del imperativo ético de las normas internacionales que
organicen la conducta internacional en torno a valores compartidos universalmente”
(GARCÍA SAYÁN: 2001). Empero, las aspiraciones multilaterales deben reconocer que
unilateralismo (y bilateralismo) han mostrado significativas ventajas en el tratamiento
pragmático de las crisis, de acuerdo a las circunstancias coyunturales y a su interés nacional
(CFR.GARCÍA SAYÁN: 2001), por lo que:

“En el contexto de esta tensión aún no resuelta (…) los beneficios que estas políticas
unilaterales reportan en el corto plazo deben ser cuidadosamente analizados a la luz de sus
costos en el largo plazo por los efectos perniciosos que erosionan el multilateralismo, la
estabilidad de los re ímenes y la legitimidad del sistema internacional como mecanismo
viable para promover la paz mundial, resolver conflictos y promover el desarrollo equilibrado
y sostenible. En los últimos años la nueva realidad política nos convenció de la necesidad de
un cambio sustantivo de las organizaciones internacionales, sus agendas y procesos de
negociación y de la urgencia de un nuevo consenso de aproximación práctica al
multilateralismo. El reto actual para el multilateralismo es planteado como una forma de
organización de la política mundial y la economía global a través de distintos espacios de
diálogo, negociación internacional y fijación de reglas, en torno a una agenda común.
Agenda que refleje no sólo los intereses de los Estados más poderosos y en la que todos los
Estados compartan preocupaciones y desafíos con otros actores transnacionales en

36 torno a la defensa y promoción de la democracia, los derechos humanos, y la


cooperación internacional” (GARCÍA SAYÁN: 2001). En vista de esto, el desarrollo del
multilateralismo, según Kim Holmes, sólo será posible si la diplomacia multilateral deja de
producir más que declaraciones vacías y adelanta de manera tangible la paz, la libertad, el
desarrollo sostenible, la salud y la asistencia humanitaria en beneficio de las personas
comunes en todos los continentes (CFR.- HOLMES: 2003). Aunque, a nuestro juicio, el
desarrollo del multilateralismo avanzará a grandes pasos, en este nuevo orden, cuando EUA
y otras potencias internacionales perciban que las acciones unilaterales no siguen
ofreciendo las mismas ventajas que una vez ofrecieron para su política exte rior y seguridad
nacional, o, en las palabras de Frederic Emam-Zadé Gerardino: “bien podría ser que el
multilateralismo sea el único camino sensato que los EUA podría tomar en materia de
política exterior. Este camino, sin embargo, no le será fácil, pues le resultará muy incómodo
ser un súper poder y limitarse a las decisiones de los demás. Este camino tampoco le será
fácil a la Organización de las Naciones Unidas. Los problemas de Somalía, Haití y la región
Báltica, abrieron la interrogante y han amenazado destruir la buena reputación de la
Organización de las Naciones Unidas como foro de decisiones multilaterales globales, ya
que ambas intervenciones son vistas más como intervenciones de los EUA y no tanto como
intervenciones de la Organización de las Naciones Unidas” (EMAM-ZADÉ GERARDINO:
2000). Las incesantes tendencias multilaterales, bajo la sombra de la globalización, han
hecho que las diversas agencias encargadas de los asuntos exteriores de los Estados
deban afrontar las nuevas dinámicas con la necesidad de preparar a sus cuerpos y agentes
diplomáticos no sólo en tradicionales temas de su política exterior, sino también, en temas
diversos y polifacéticos (CFR.- STEMPEL D.: 1995, 1-6). Entre estos temas, muy propios de
la Diplomacia Multilateral (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 10) 15 , están los relacionados al
desarrollo económico (CFR.- STEMPEL D.: 1995, 2), el

Manuel Morales Lama define a la Diplomacia Multilateral de la siguiente forma: “Es la


modalidad de Diplomacia que generalmente se refiere a las relaciones entre más de dos
Estados (o de éstos con otros sujetos de Derecho Internacional) puede adoptar también
carácter permanente o temporal. La primera es realzada a través de las

15

37 cual, ha sido tema de referencia obligado en las últimas décadas así como los temas
religiosos, militares y científicos (CFR.- STEMPEL D.: 1995, 2). En este sentido, Rosario
Green menciona lo siguiente en referencia de la experiencia Mexicana:

“La continua expansión de la sociedad internacional ha vuelto más compleja la agenda de


las relaciones interestatales, de tal modo que una diplomacia activa y moderada debe reunir
diversos conocimientos, especialidades y experiencia para la inserción de México en la
economía internacional” (GREEN: 1999, 33). Asimismo, el avance de la Diplomacia
Multilateral y su proliferación a nivel mundial donde, ahora, diversas naciones con identidad
cultural heterogénea se reúnen a tratar temas mundiales, ha enfatizado la necesidad de una
Diplomacia Intercultural (CFR.- STEMPEL D.: 1995, 3), la cual, acentúa que los cuerpos
diplomáticos, como organismos institucionales cuya naturaleza no se aparta de la
negociación, deben procurar adquirir conocimiento e información acabada acerca de los
valores e ideologías de las naciones del mundo para obtener una visión más cosmogónica
de los intereses presentes en los procesos de negociación.

La Diplomacia Multilateral tuvo su verdadero impulso al terminar la Guerra Fría, cuando,


después de cuarenta y cinco años, según Henry Kissinger: “los hombres de sombreros
blancos aceptaron la transformación de los hombres de sombrero negro” (KISSINGER:
1994, 130) 16 , creando así, un campo propicio para una diplomacia más activa que
demandaba a las cancillerías poseer una poderosa capacidad de análisis y respuesta, llena
de trabajo técnico de alto nivel y realizado por diplomáticos en propiedad, que cuenten con
los conocimientos y experiencias debidas en el área (CFR.PLANTEY, Alan. En: MORALES
LAMA: 2002, 14).

Organizaciones Internacionales, mientras la segunda se lleva a cabo mediante las


conferencias internacionales” (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 10). 16 “The men in the white
hats accepted the conversion of the men in black hats” (KISSINGER: 1994, 130).
38

Más recientemente, la Diplomacia Multilateral, como manifestación instrumental del


multilateralismo, ha conseguido gran dinamismo en los espacios políticos internacionales
enfocados a los procesos de integración (CFR.- PEÑA: 2000) 17 . En los últimos años, es
común ver en las reuniones y conferencias o cumbres internacionales como los
representantes de muchos países del mundo abogan por la necesidad de elaborar políticas
comunitarias (comunes) entre sus Estados. Estas iniciativas procuran formalizar proyectos
de integración que expresan la voluntad decidida por: construir caminos compartidos,
mediante la cooperación, hacia el desarrollo acelerado de sus economías y obtener un
orden político capaz de profundizar los principios de funcionalidad institucional necesarios
para ese desarrollo, es decir, los principios democráticos (CFR.- OWEN: 2004).

Cuando los proyectos de integración comienzan a tomar forma, la Diplomacia Multilateral


comienza a jugar roles más significativos ya que, a través de ella, se construirán los
lineamientos y reglas formales del proceso que plan tea la unión de las propias voluntades
nacionales.

Las negociaciones multilaterales que preceden un proyecto integrador, sin duda, son
arduas. La superación de las asimetrías entre los Estados interesados en participar en la
unión son temas de gran debate y constante seguimiento, sin contar los cuidadosos debates
sobre el establecimiento del marco jurídico que demarcará las dimensiones de la
organización una vez integrada. Los Estados analizan

cuidadosamente las posiciones de sus contrapartes y en la búsqueda del acuerdo óptimo y


justo, buscarán la concertación, sin embargo, los procesos internacionales de integración
económica siempre serán el resultado de fuerzas incontrolables e

17

Según Félix Peña los proyectos de integración presuponen la existencia de espacios


pertenecientes a dos o más Estados soberanos dispuestos a la cooperación recíproca con el
objetivo de ampliar sus intercambios y estimular su desarrollo mediante instituciones
jurídicas y económicas comunes (CFR.- PEÑA: 2000).

39 irresistibles, por lo cual siempre habrá un margen de riesgo e incertidumbre para las
decisiones tomadas (CFR.- LIZANO: 2000). “En algunos casos, la integración se produce de
forma ordenada, consensuada y equilibrada. En otros casos, movimientos espontáneos de
capitales y migraciones de población masivas conducen a desequilibrios, tensiones,
desigualdades, debilidades y graves riesgos sociales y económicos” (MARTÍNEZ: 2002). De
esta manera, las fuerzas profundas (CFR.- BOERSNER: 2003) 18 de las relaciones
internacionales, también configuran un obstáculo para la prosperidad de las decisiones e
intenciones originadas de la concertación multilateral y un reto para la diplomacia.

2.1.3.- La Consolidación Del Derecho Internacional:

Las relaciones de los Estados en la escena internacional a lo largo de la historia siempre


estuvieron marcadas por incesantes guerras y conflictos. Esto hacía lucir a la escena
mundial como un campo arbitrario y congestionado difícil de reglamentar y, en donde, la paz
era considerada como una aspiración, casi un sueño, inalcanzable por las estructuras
políticas de aquellos tiempos. Pero a partir del siglo XX comenzó a surgir una iniciativa
mundial, un poco más formal, por hacer valer el cumplimiento de un marco jurídico
internacional capaz de solucionar pacíficamente las controversias, así como también, capaz
de regular y penar las conductas de los Estados que atentaran contra la sana convivencia
de la comunidad internacional.

El Derecho Internacional, a partir de entonces, se ha abierto tanto camino que se ha


establecido en años recientes como la rama de la ciencia jurídica más activamente
progresista, la más innovadora y la que mejores expectativas ofrece (CFR.- MORALES
LAMA: 2004, 18). Y aunque hoy sus formas y prácticas no son perfectas, al menos, el
Según Demetrio Boersner: Las fuerzas profundas son tendencias indetectables que perviven
en la escena internacional y las cuáles permanecen ausentes de la atención de los Estados,
investigadores y analistas políticos e internacionalistas, pero que a la vez configuran y
redefinen subrepticiamente la dinámica mundial aunque su propio origen provenga de la
sociedad internacional. Este término fue introducido po r Pierre Renouvin en la década de
los sesenta (60’s). (Ver.- BOERSNER: 2003) o (Ver.- RENOUVIN: 1982).
18

40 Derecho Internacional dio un periódico matiz de estabilidad al ancestral y convulsionado


panorama mundial y construyó caminos pacíficos para la resolución de controversias. Estos
elementos configuraron un nuevo tipo de reglas de juego que llevó a redefinir el orden
mundial como un ámbito sediento de nuevas formas de legalidad y legitimidad (CFR.- HEIN:
2002, 3); y más, cuando las relaciones de los Estados se multiplicaron y tocaron nuevos
temas de interés en los últimos sesenta años, originando que el Derecho Internacional se
extendiera a diversas áreas para fortalecer la armónica convivencia recíproca entre los
Estados.

El Derecho Internacional es un conjunto de principios y normas que determina los derechos


y deberes mutuos de los Estados y otros sujetos de la comunidad internacional (CFR.-
HEIN: 2002, 3). Esta disciplina ha evolucionado de una doctrina clásica (que sólo reconoció
como sujeto de derecho internacional a los Estados), a una doctrina moderna (que admite al
individuo, a los organismos internacionales, a las entidades supranacionales, a las
empresas transnacionales y a los Estados como sujetos de derecho internacional) (CFR.-
HEIN: 2002, 3). Su desarrollo estuvo relacionado con el ascenso de las sociedades
democráticas sobre los sistemas dictatoriales de América Latina, la experiencia de
Yugoslavia, la Segunda Guerra Mundial, el nacimiento de la Organización de Naciones
Unidas (ONU), entre otros, aunque su origen formal fue el Tratado de la Paz de Westfalia en
1648 (CFR.- SA INZ: 2003), luego la Revolución Francesa y el congreso de Viena de 1815
(CFR.- GARCÍA MELENDEZ: 2002). No obstante, sólo en los últimos años ha podido
estructurar un sólido sistema jurídico, específicamente, cuando: A) llegó a definir a qué
sujetos se les podía aplicar la norma y, B) distinguió qué normas eran propias del Derecho
Internacional (CFR.- SAINZ: 2003).

El Derecho Internacional al establecer la norma, restringe los derechos de los Estados en la


materia concerniente y precisa que dichos derechos están limitados por los derechos de los
demás Estados. Este poder decisorio del Derecho Internacional lo define como un marco
extrajurídico; prohíbe los actos contra el orden, la moral y el bien

41 común de la colectividad desde un nivel muy superior a la voluntad de los Estados y a su


concepción de soberanía. ¿Entonces por qué los Estados acatan el Derecho Internacional?
Según Andrea Christianne Zomosa Signoret eso se debe a que:

“A pesar de la falta de un poder legislativo y de una autoridad ejecutiva internacional que


garantice el mantenimiento del orden jurídico, la realidad es que, casi todo el tiempo, las
naciones acatan el derecho internacional, y que éste se ha desarrollado de tal modo que,
hoy por hoy, tiene gran significado para el comportamiento de cualquier nación aunque los
funcionarios gubernamentales apenas lo sepan. Esto se debe a que, sin duda, hay otras
fuerzas extralegales que sirven como estímulo para la observancia de sus principios y el
cumplimiento de sus obligaciones, y que muestran que el derecho internacional no es
únicamente coactivo, sino que se basa en la cooperación y regulación de la conducta de las
naciones y que, como decía Schwarzenberger, además del derecho de poder existe el de
reciprocidad y el de coordinación. Los Estados deciden reconocer la obligatoriedad
intrínseca del derecho internacional y preferir el interés ulterior de tener un sistema mundial
estable antes que otros que pudieran reportarles beneficios más cercanos, pero que podrían
tener consecuencias negativas a corto, mediano o largo plazos” (ZOMOSA SIGNORET:
2003, 187-188). Igualmente, Andrea Zomosa menciona qué razones puede tener un Estado
para violar el Derecho Internacional:

“A pesar de que casi todas las naciones acatan el derecho, asegurar que siempre lo hacen
resultaría una exageración pues, en cambio, también se suele recurrir a violaciones. Aunque
se asume que el cumplimiento de la ley es la política racional, las naciones no siempre lo
son y no siempre realizan conscientemente balances entre costos y beneficios o, al hacerlo,
encuentran que los beneficios por violar una ley son mucho mayores que las desventajas.
Los costos de las violaciones no son tan visibles como sus beneficios y, por el contrario, las
ganancias del cumplimiento son impredecibles y a largo plazo, y una nación podrá tomar la
decisión política de violar la ley siempre y cuando esté dispuesta a tolerar las
consecuencias.” (ZOMOSA SIGNORET: 2003, 190-191). El Derecho Internacional enmarca
así una renuncia a la soberanía ilimitada (CFR.GARCÍA MELENDEZ: 2002) y se estructura
como un lenguaje institucional para organizar las relaciones de poder entre las naciones y
dar fijeza a su sentido (CFR.DECAUX, E. En : ZOMOSA SIGNORET: 2003, 186-191). La
comunidad internacional organizada, ahora, no es tan soberana como antes, pero la justicia,
el orden, la

42 estabilidad y las aspiraciones de paz, son suficientes elementos compensatorios por esa
“pérdida”.

En la actualidad el Derecho Internacional se divide en varias vertientes 19 , y dos de las más


resaltantes son: el DIP y el Derecho Internacional Privado. El Derecho Internacional Privado
se constituye en un conjunto de normas que regulan las relaciones jurídicas y
controversiales entre las personas físicas de diferente nacionalidad, así como también, las
controversias procedentes de sistemas jurídicos antagónicos o incompatibles (CFR.-
GUERRA: 2003). Mientras que el DIP (o Derecho de Gentes) es el conjunto de reglas y
principios que regula las relaciones y principios de las personas o sujetos jurídicos en la
comunidad internacional (CFR.- SAINZ: 2003). Su función, según Manuel Morales Lama es
triple: En primer lugar, establece los deberes y derechos de los actores en la comunidad
internacional. En seguida, determina las competencias de cada Estado y, por último,
reglamenta las organizaciones o instituciones de carácter internacional (CFR.- MORALES
LAMA: 2004, 19).
El paradigma del DIP es proteger al individuo ante el Estado (CFR.- SAINZ: 2003). Esta
novedad es única en el NOI y se centra en el hecho de que el individuo como el Estado son
sujetos de derecho internacional. Pero, para que el DIP logre imponer justicia en estos
casos, deberá proceder desde un nivel superior al alcance y práctica del derecho interno de
los Estados. Por ello, la Corte Intern acional de Derecho Humanos de la Haya y otras
comisiones de Derecho Humanos, fueron creados como instituciones con jurisdicción para
conocer de casos en donde los excesos de los Estados hayan
El Derecho Internacional legisla y regula diversas áreas en función a diversas materias que,
tradicionalmente, eran objeto de reclamo por parte de los Estados. Tal cual como en una
comunidad de vecinos, el Derecho Internacional expone las reglas de la buena vecindad en
muy específicos puntos jurídicos y doctrinarios; así ofrece a los Estados, y sus intereses
antagónicos, una vía para canalizar por parámetros formales su parecer sin necesidad de
utilizar la fuerza. Por ejemplo, entre las materias que regula se pueden nombrar: Derecho
Diplomático, Derecho Internacional Económico, Derecho Internacional de la Cooperación,
Derecho Económico de la Integración, Derecho Comunitario, Derecho Internacional del
Medio Ambiente, Derecho del Mar, Derecho Aeronáutico, Derecho Espacial, Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario, Derecho
Internacional de los Refugiados, Derecho Consular, entre otros. Para que alguna de estas
normativas tenga validez en el sistema jurídico interno de cada Estado, el Estado deberá
firmar y ratificar el tratado que dio origen al marco normativo. Acá aparece la discusión entre
el conflicto Derecho Interno del Estado y el Derecho Internacional. (Ver.- SEPÚLVEDA:
1995).
19

43 perjudicado a los individuos. Sin embargo, su carácter consensual y su debilidad


institucional limitan su eficacia en la actualidad (CFR.- ZOMOSA SIGNORET: 2003, 184),
por esa razón, el D IP luce incompleto y vacío como para exigir obligatoriedad (CFR.-
ZOMOSA SIGNORET: 2003, 180-186).

La obligatoriedad del DIP es un tema arduo en el NOI y esto a debe a que algunos Estados
se resienten como éste derecho limita su propia soberanía. Anteriormente cuando un Estado
violaba el papel del individuo como sujeto de derecho internacional, sobre todo en lo que se
refiere a materia de derechos humanos (principios jus cogens) (CFR.- SEPÚLVEDA: 1995,
176), no existía forma de juzgar las responsabilidades; con la llegada del DIP los
responsables tenían una norma para ser juzgados e, inclusive, los Estados podían ser
llevados a juicio. Sin embargo, a este respecto hay una salvedad: “Los Estados extranjeros
están impedidos para desempeñar funciones legislativas, administrativas o judiciales en el
territorio del estado que allí ejerce soberanía interna exclusiva. Que a una ley extranjera se
le de aplicabilidad en un estado soberano, solo puede ser consecuencia de una norma
jurídica internacional contenida en un tratado o de una norma jurídica interna del estado
receptor que permite la aplicabilidad extraterritorial de esa norma jurídica ajena. Esto ocurre
en materia de conflicto internacional de leyes, en el derecho internacional privado” (CFR.-
GARCÍA MELENDEZ: 2002). Por lo tanto, como los Estados no son capaces de administrar
justicia, son organizaciones internacionales quienes la administran, por lo que los Estados
ven cómo su soberanía se reduce ya que pueden ser intervenidos a la luz de una decisión
vinculante en su contra (CFR.- SAINZ: 2003).

44 La consolidación de las organizaciones internacionales como instrumento político


fundamental en las relaciones de los Estados se desarrolló después de la Segunda Guerra
Mundial. Organismos regionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA);
organismos supranacionales como la Unión Europea (UE); organismos universales y
técnicos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la OMC;
organismos especializados de la ONU como la Asamblea General o la Corte Internacional
de Justicia, y organismos no

gubernamentales como los de defensa de los derechos humanos, el medio ambiente y la


democracia, se volvieron sujetos de derecho internacional de gran importancia. Incluso,
ellos, en la época contemporánea, han enfatizado que el derecho internacional ya no debe
justificar ni su existencia ni su carácter obligatorio (CFR.- ZOMOSA SIGNORET: 2003, 191-
192). Aunque el Derecho Internacional si debe asumir mayores explicaciones sobre la
interpretación y trascendencia de las controversias y su resolución, pues, para algunos, se
esta volviendo discriminatorio ya que su aplicación pareciera depender de los Estados más
poderosos (CFR.- ZOMOSA SIGNORET: 2003, 191-192).

El fortalecimiento del Derecho Internacional y demás estructuras normativas; la sensible


pérdida de soberanía de los Estados; la acentuación de los Derecho Humanos; la
subjetividad del Individuo ante el Estado y la propagación de las organizaciones
internacionales, entre otros, han estructurado un nuevo sentido en las relaciones
internacionales de los Estados. Este panorama obligó a las estructuras diplomáticas de los
países de todo el mundo a hacer grandes reformulaciones en sus instituciones. En este
sentido, Raymond Cohen pensando en éstos fenómenos y la globalización, notó que la
diplomacia ha cambiado substancialmente:

45 “En el pasado, la diplomacia fue vista como el principal mecanismo del manejo
internacional de las transacciones, pero uno de los subproductos de la globalización ha sido
una erosión de las funciones y prerrogativas exclusivas de los Estados y de las profesiones
que una ves le favorecieron. El Estado aún es importante, pero es observable que las
organizaciones supranacionales, las corporaciones comerciales, otros cuerpos
transnacionales y las organizaciones no gubernamentales han revivido los medievales
derechos de las entidades no soberanas para recibir a los enviados, conducir negociaciones
y concluir acuerdos” (COHEN: 1996). 20 Curiosamente, a nuestro juicio, cuando los Estados
tuvieron la necesidad de formar nuevas estructuras diplomáticas para que ejercieran la
representación permanente ante las primeras organizaciones internacionales, como la
Sociedad de Naciones o la subsiguiente ONU, ahí las estructuras diplomáticas conocidas
por más de cuatro mil años y, en si misma, la teoría general de la diplomacia, sufrieron un
sensible cambio que no llamó la atención debida por parte de los estudiosos. Si traemos a
colación el hecho que la teoría marxista, por ejemplo, en un momento no pudo seguir
sosteniendo que los Estados eran los únicos actores en el escenario internacional
(estatocentrismo) y casi, inmediatamente, entró en un proceso de revisionismo que abrió el
paso al neomarxismo, no vemos explicación plausible del por qué l a teoría general de la
diplomacia no haya entrado en un proceso de revisionismo de prioridad con anterioridad a
los trabajos de autores como Ivo Duchacek y James Der Deriam, casi cuarenta años
después de esos sucesos. Pero sea de una u otra forma, el Derecho Internacional
redimensionó las dimensiones de la diplomacia en cuanto a que: a) exigió nuevas
estructuras institucionales para afrontar los cambios; b) ameritó la asimilación de variados y
no tradicionales intereses por parte de los Estados lo que multiplicó los niveles de acción
diplomática; c) promovió la cualitativa proliferación de intereses funcionales para la
comunidad internacional y; d) hizo de la diplomacia un ámbito más dinámico, incesante y
abierta (diplomacia democrática).
“In the past, diplomacy was seen as the key mechanism responsible for managing
international transactions, yet one of the by-products of globalisation is an erosion of the
exclusive functions and prerogatives of the state and the professions that served it. States
remain very important, but observably supranational organizations, trading corporations,
others transactional bodies, and nongovernmental organisations, have revived the medieval
right of non-sovereign entities to send and receive envoys, conduct negotiations, and
conclude agreements” (COHEN: 1996).
20

46 2.1.4.- Los Nuevos Conflictos: Por más de cuarenta años el mundo estuvo dividido
ideológica y políticamente en dos reconocibles, definitorias y contradictorias fuerzas
hegemónicas de poder. Después de finalizada la II Guerra Mundial, dos bloques de países
construyeron hasta 1989 un orden mundial bipola r parecido al que vivió el mundo dos mil
años antes en el imperio romano (entre Atenas y Esparta) (CFR.- JØRGENSEN: 1997).
Pero en esta oportunidad, EUA (exaltando valores democráticos y capitalistas) y la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (defendiendo valores comunistas o socialistas),
encabezaron una pugna por el control de importantes espacios de influencia a nivel mundial,
valiéndose, cada uno, de la ayuda y apoyo de un numeroso grupo de países satélites
regados geográficamente por todo el mundo.

La confrontación y las amenazas de una guerra nuclear cesaron con el colapso de la Unión
Soviética; proceso que, si bien, había comenzado a mediados de los años ochenta 21 y
siguió en paulatino desarrollo hasta los primeros años de la década de los noventa, a los
ojos del mundo había culminado con el derrumbe del muro de Berlín (1989), hecho
simbólico y extraordinario que dio fecha definitiva al fin de la Guerra Fría. A partir de ese
momento un verdadero cambio de era se sentía en el ambiente internacional. Las primeras
tendencias mostraron: a) Como el mundo entraba en un orden político inestable y
fragmentado (CFR.- PAÑEDA REINLEIN: 2002, 2); b) Como se afirmaba la hegemonía
militar-estratégica a nivel mundial de los EUA (CFR.FUENTES: 2004, 1); c) Como se
expandían un sistema de relaciones económicas internacionales basado en los mecanismos
de mercado (CFR.- PAÑEDA REINLEIN: 2002, 1-2); d) Como se expandían los valores
democráticos y el respeto universal a los Derechos Humanos por el mundo como valor
universal (CFR.- PAÑEDA REINLEIN: 2002, 11); e) Como se estructuraba un orden
multipolar económ ico (CFR.- PAÑEDA
El desmantelamiento de la Unión Soviética comienza a manifestarse a partir de la llegada de
Mijail Gorbachov al gobierno y la aplicación de dos doctrinas políticas sin precedentes en la
historia de la comunidad soviética: el Glasnost y la Perestroika.
21

47 REINLEIN: 2002, 10); f) Como ya no hay el mismo control que el vivido en la Guerra Fría
(CFR.- BOERSNER: 2003) y f) Como surgía la esperanza de una paz mundial estable y
duradera.

Pero esa esperanza de paz no duró mucho 22 . Según González Ojeda los conflictos
remanentes en la Europa y otras partes del mundo de la Posguerra Fría, como las tensiones
étnicas y políticas crecientes en Asia septentrional y en la península coreana, y la tendencia
al genocidio en algunas regiones de África, dieron sustento al surgimiento de amenazas
(CFR.- GONZÁLEZ OJEDA: 2001). En cambio, Ernesto López va mucho más allá cuando
menciona reconoce que, hoy en día, hay “nuevas amenazas”: “La multidimensionalidad de la
problemática de la seguridad se manifiesta palmariamente, a mi modo de ver, en las hoy
llamadas ‘nuevas amenazas’. A las clásicas o convencionales amenazas derivadas de la
eventualidad de una agresión militar externa, se agregan estas ‘nuevas’, configurando un
cuadro novedosamente multifacético” (LÓPEZ, Ernesto: 2001, 377). Estas nuevas
amenazas a la seguridad tienen un carácter fractal (CFR.- NEF: 2001, 43), en el que
disfunciones a nivel micro (locales) tiene repercusiones macro, y viceversa. Es por lo
anterior, que la Seguridad Humana 23 es una política de Estado, basada en al cooperación
internacional multilateral, el análisis, planificación y acción multi-sectorial, cuyas
orientaciones son a la vez, preventivas y pro-activas (CFR.- NEF: 2001, 43). Es decir, las
nuevas amenazas y los conflictos ponen en riesgo la Seguridad Humana y para debilitar esa
tendencia es preciso, de alguna forma, que la inseguridad sea manejada cuidadosamente
por los Estados. Sin embargo, hay un problema según Jorge Nef:
Por ejemplo, la Invasión de Irak a Kuwait desencadenó la Guerra del Golfo en 1991. En el
informe anual del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de 1994, Nuevas
Dimensiones de la Seguridad Humana, se hace referencia al concepto de Seguridad
Humana en los terrenos de la seguridad del empleo, el ingreso, la salud, el medio ambiente,
la seguridad respecto al delito y la violencia común. Dicho informe finaliza haciendo un
llamado a la búsqueda de un nuevo paradigma del desarrollo «que coloque al ser humano
en el centro del desarrollo, considere el crecimiento económico como un medio y no como
un fin, proteja las oportunidades de vida de las futuras generaciones al igual que las
generaciones actuales y respete los sistemas naturales de los que dependen todos los seres
humanos». (CFR.- SILVA: 2001, 65).
23 22

48 “En primer lugar, el problema de la inseguridad (…) es transnacional, en lo que fronteras


y soberanías pierden importancia. Frente a ellos, bilateralismo y poder hegemónico tienden
a ser inoperantes y los mecanismos multilaterales existentes, pese a ser esenciales, son
aún inadecuados. Sin embargo, el encarar dichos problemas requiere de acción concertada,
de prevención, y de la configuración de comunidades de se guridad (security communities)
cada vez más amplias. En segundo lugar, la inseguridad es el resultado de amenazas
complejas a la seguridad de todos. En ellas se entremezclan sistémicamente variables
ambientales, económicas, sociales, políticas y culturales que no pueden encararse con las
consabidas herramientas económicas (por ejemplo asistencia técnica o inversión extranjera)
y militares (contrainsurgencia, operaciones de baja intensidad)” (CFR.- NEF: 2001, 42-43).
Esta nueva dinámica internacional superó la amenaza latente y letal, como

previsible, de las relaciones internacionales durante la Guerra Fría y la reemplazó con un


conjunto de amenazas invertebradas, poco predecibles y más reales (CFR.- PALMA: 2001,
108). Al desaparecer el control que mantuvieron EUA y la Unión Soviética en todas las
comunidades del mundo, la nueva escena internacional quedó a la deriva. Ya no había el
mismo control que el vivido en la Guerra Fría (CFR.- BOERSNER: 2003) y los conflictos
menores que durante tanto tiempo estuvieron contenidos por otra amenaza mayor
comenzaron a aparecer en pequeños focos en todos los continentes del mundo. Según
Claudio Fuentes los nuevos conflictos (o nuevas amenazas) mundiales en la etapa Post-
Guerra Fría pueden tener cinco aspectos que determinan su naturaleza o tendencia: “A)
Conflictos Limítrofes Interestatales: En América Latina se constatan 10 conflictos limítrofes
activos y entre 1990 y el 2001 se produjeron 16 disputas militarizadas por conflictos
limítrofes. Sin embargo, se ha producido una significativa disminución de la recurrencia de
este tipo de conflictos. B) Conflictos inte restatales por el acceso y control de tecnología:
Esta tendencia nos acompaña por siglos en especial los ligados al desarrollo militar. Hoy se
traduce en el control del acceso a tecnología nuclear y, más recientemente, a tecnología
para la manipulación genética. Estados Unidos definió como “rogue states” aquellas
naciones que tienen la potencialidad de desarrollar capacidades nucleares incluyendo a Irak,
Irán, Libia, Pakistán y Corea del Norte. C) Conflictos por acceso a recursos naturales,
incluida el agua: Naciones Unidas acaba de publicar un informe donde se señala que la
lucha por el agua será uno de los principales focos de conflictos en el futuro. A ello debe
agregarse la constante presión por el acceso a otros recursos para la producción de

49 energía y alimentos. D) Guerra civil dentro de un Estado: Un cuarto tipo de conflicto se


refiere a guerras civiles ya sea étnica, religiosa, política o derivado de otros conflictos
económico, social o cultural que enfrenta a una fuerza que pretende disputar el control del
poder estatal a los que están en el poder. El caso de Guatemala y el Salvador en décadas
pasadas y, en cierto sentido, Colombia en la actualidad ilustrarían esta situación en la
región. E) Estados Fallidos o tierra sin ley: característicos en países donde se observa la
falta de un estado que organice elementos básicos de la convivencia nacional. Se trata de
situaciones donde institucional severa que se traduce en que las organizaciones del estado
son incapaces de brindar seguridad así como sus servicios básicos (salud, vivienda,
educación, justicia) al conjunto de la sociedad, y un cue stionamiento profundo a la
legitimidad del Estado. Una de las características que definen a un estado fallido se vincula
a la pérdida de control del uso de la fuerza por parte del Estado. Aquel escenario está
relacionado con importantes niveles de pobreza, redes de tráfico de drogas y armas, y la
desintegración de organizaciones sociales básicas en una sociedad. En el último tiempo
hemos visto repetirse este escenario en Afganistán, Angola, Burundi, la República
Democrática de Congo, Haití, Liberia, Sierra Leona y Sudán” (FUENTES: 2004, 4-6). Este
panorama influyó en la concepción de seguridad y la defensa de los Estados y dieron lugar a
la aparición de nuevas condiciones de desenvolvimiento y de nuevas realidades (CFR.-
LÓPEZ, Ernesto: 2001, 376). Por ejemplo, la interdependencia económica alentada por la
globalización y la formación de coaliciones para enfrentar conflictos en la arena internacional
(desde la Guerra del Golfo hasta actual guerra en Afganistán) y el compromiso también cada
vez mayor de países medianos y aún pequeños en la integración de fuerzas destinadas a
misiones de mantenimiento de la paz, lograron cambios significativos en el plano de la
seguridad internacional (CFR.LÓPEZ, Ernesto: 2001, 376) 24 . E incluso, una vez que los
conflictos se transformaron en honda preocupación para la comunidad internacional, no
pasó mucho tiempo para que la ONU tomara cartas en el asunto. Y para el año 2000

24

Vale mencionar que Ernesto López presenta estos ejemplos inspirado en los trabajos de
Keohane R. y Nye J. (CFR.- KEOHANE: 1988).

50 “Se produjo una primera discusión a partir del Info me Brahimi que apuntaba a mejorar la
eficiencia de las operaciones de paz. Luego, la ONU produjo el informe “La Responsabilidad
de Proteger” (2001) donde se puso acento en la seguridad del individuo y, finalmente, la Alta
Comisión establecida por el Secretario general de la ONU para abordar amenazas a la
seguridad global (2004) (…) El espíritu de estas iniciativas han sido el de generar
herramientas de prevención de conflictos tales como los mecanismos de alerta temprana,
las sanciones específicas, las misiones diplomáticas, y el despliegue preventivo de
operaciones de mantenimiento de paz” (FUENTES: 2004, 4-6) 25 . Igualmente, entre otros
elementos que han mutado esta el “objeto de la seguridad internacional”, tal cual, lo afirma
Ernesto López:

“El objeto de la seguridad puede ser, como era antaño con exclusividad, el Estado. Pero
también puede serlo cualquier colectividad amenazada de alguna manera (por ejemplo,
minorías dentro de Estados multiculturales o multinacionales: serbios, bosnios, kurdos,
yanomanis, kamayurás, etc.). O también los individuos que conforman un Estado o una
sociedad, es decir, sencillamente las personas” (CFR.- LÓPEZ, Ernesto: 2001, 377).
Finalmente, Ernesto López también afirma que los actores, los escenarios y los niveles de
acción en la seguridad internacional han cambiado a la luz del conocimiento clásico: “Los
actores también se han multiplicado. Junto al clásico y todavía central Estado, sociedades,
grupos e incluso individuos, han ganado protagonismo en materia de seguridad. Existen,
también, actores transnacionales (la OTAN, por ejemplo). Los escenarios, por su parte , son
supranacionales, nacionales o subnacionales. Al Qaeda, lo organización encabezada por
Bin Laden, es un actor subnacional. Despliega su acción en el escenario trasnacional
cuando ejercita la ofensiva, y subnacional, cuando ejercita la defensiva. Y desde el punto de
vista de los fines de su accionar parece invocar un objeto supranacional y supraterritorial: la
defensa del ´verdadero’ ´islam´” (CFR.LÓPEZ, Ernesto: 2001, 377).

25

“En términos comparativos, es relevante constatar que en los diez años siguientes del
término de la Guerra Fría se evidenciaron 103 conflictos armados de los cuales 93
correspondieron a conflictos internos. Por lo tanto, en la actualidad el mundo enfrenta
mayoritariamente conflictos de naturaleza intraestatal. Una de las principales consecuencias
de este tipo de conflictos es la elevada proporción de víctimas civiles y el aumento de los
desplazamientos forzados y masivos de población, los que en algunos casos desembocó en
matanzas en masas a civiles”. (FUENTES: 2004).

51 En definitiva, los nuevos conflictos y sus diversas maneras de manifestarse han hecho
que el régimen internacional se organizará para focalizar las amenazas y diseñar cursos de
acción concertados (CFR.- ROJAS ARAVENA: 2001, 25). Ese parámetro de acción abrió
inmediatamente el camino a la Diplomacia Preventiva, la cual, como respuesta natural de los
Estados, vino a canalizar las amenazas a partir del análisis anticipado de los riesgos para
así crear espacios oportunos e intempestivos para el diálogo, a penas se sospeche de la
potencialidad dañina de algún nuevo fenómeno social de carácter internacion al. “En esta
perspectiva, valoramos que la diplomacia preventiva haya ido conquistando un ámbito
esencial para la acción en la arena internacional, a través de sus diversas formas, como
gestiones destinadas a prevenir un conflicto armado, como misiones de investigación de los
hechos, buenos oficios y buena voluntad, como la designación de enviados especiales en
zonas de tirantez y las gestiones destinadas a sentar en la mesa de negociaciones a las
partes en un posible conflicto. Por otra parte, tal como la diplomacia preventiva y la solución
de conflictos, funciones inherentes a las Naciones Unidas, la concepción del ‘mantenimiento
de la paz’ ha ido ampliándose hacia una diversidad de actividades y funciones para la ONU.
De allí, que la tarea de mantenimiento de la paz, al igual que la del establecimiento de la
paz, está sujeta a una limitación esencial: para que el mantenimiento de la paz tenga
resultados es fundamental que las partes en un conflicto tengan la voluntad política
necesaria para ello” (ORGANIZACIÓN DEMÓCRATA CRISTIANA DE AMÉRICA: 2001, 36).
La Diplomacia Preventiva obra en los límites permitidos por el Derecho Internacional y
complementa la necesidad de la política exterior del Estado (CFR.MORALES LAMA: 2004-
b). Sino fuera así, la ejecución de procedimientos de carácter preventivo, a partir de el
análisis de grandes fuentes de información, con el propósito de: a) evitar o atenuar las
consecuencias indeseables de acontecimientos internacionales que pudieran incidir
significativamente en el ámbito interno de los países; b) reducir los riesgos para las
personas y, c) consolidar la Seguridad Humana en todos sus niveles y con ello la seguridad
clásica y la seguridad global (CFR.- ROJAS ARAVENA: 2001, 25); sería inútil por su
carencia de representatividad.

52 2.1.5.- Orden Económico Y Político Multipolar: Sería impreciso decir que existe un orden
militar multipolar en este NOI. Anteriormente insinuamos que en ese sentido EUA es una
hegemonía militar y estratégica sin comparación a nivel mundial. Sin embargo, en temas
económicos y políticos la escena cambia. En estos temas el multilateralismo es palpable. En
sentido económico la apertura de los mercados nacionales, el incremento de los flujos
comerciales y financieros internacionales, la reorganización espacial de la producción, la
difusión de tecnologías ahorradoras de mano de obra, la reforma del Estado de bienestar, la
incesante división del trabajo, entre otros, trajo como consecuencia: a) un aumento de la
interdependencia entre países y economías diferentes; b) el nacimiento de un proceso de
fragmentación y diferenciación a escala intraestatal y/o local y, especialmente; c) la
manifiesta tendencia a la formación de polos económicos regionales (CFR.- LÓPEZ,
Ernesto: 2001, 376); d) la creciente conciencia sobre la necesidad de nuevos mecanismos
internacionales que encaucen las energías de la globalización; e) la multiplicación de
unidades políticas supraregionales y f) la creciente adhesión de países a nuevas
instituciones multilaterales (Protocolo de Kyoto, Tribunal Penal Internacional) (CFR.-
PAÑEDA REINLEIN: 2002).

Desde el punto de vista económico existen tres centros de poder: EUA, Japón, Europa con
India y China desarrollando a celeradamente su capacidad industrial y tecnológica (CFR.-
FUENTES: 2004, 2). Estos centros mantienen una atención por el acceso y control de
recursos naturales esenciales para sus economías. En este sentido, dicha carencia estimula
una desigualdad beneficiosa para el orden multipolar, pues al necesitar recursos naturales
como el agua, recursos marinos o recursos energéticos se crea un grado mínimo de
interdependencia necesaria y deseable con otros Estados para el constante desarrollo de
sus sistemas económicos.

53 Sin embargo, frente a crisis comerciales, financieras y ambientales, la mayor


interdependencia crea mayores niveles de vulnerabilidad en las áreas de influencia (CFR.-
BORJAS). Acá se produce una diferencia importante entre países que tienen un “colchón” o
“reserva” estatal para responder a una crisis proveyendo servicios básicos a la población, y
aquellos que no tienen dicha capacidad (CFR.- FUENTES: 2004, 4). Igualmente,

“Mayores niveles de interdependencia también colocan en evidencia la existencia de ‘Bienes


Públicos Globales’, esto es, bienes sobre los cuales no se puede aplicar una exclusión a
ningún ser humano, por ejemplo, vivir en un ambiente no contaminado. Se trata de una
visión sistémica, que reconoce que las naciones y personas no pueden aislarse o excluirse
de un sistema globalmente relacionado. La contaminación de un automóvil en Ohio afecta
directamente la posibilidad que los niños adquieran cáncer en Punta Arenas por el
debilitamiento de la capa de Ozono” (CFR.- FUENTES: 2004, 4) 26 . La interdependencia
recrea, además, una cadena de producción mundial. El acceso a los productos de diferentes
países toma nivel extraordinarios en este orden, no obstante, la globalización de las finanzas
y de la producción no suponen la emergencia de un mundo completamente abierto y sin
fronteras, sino más bien, la aparición de grandes zonas económicas supranacionales, que
practican internamente el libre comercio, y que, externamente, se relacionan con el resto,
configurando un mundo multipolar más complejo (CFR.- PAÑEDA REINLEIN: 2002).
“Varios otros elementos han sido considerados ‘bienes públicos globales’ incluyendo los
derechos humanos, el desarrollo humano, la estabilidad financiera, e incluso la democracia”
(FUENTES: 2004).

26

54 “Hace algunos años, a finales de la década de los años 80, con la caída del muro de
Berlín, la teoría de la ‘tríada’ parecía incontrovertible. En la nueva división del mundo en
esferas de influencia económica, Estados Unidos seguiría conservando su papel de árbitro
mundial y su acción más directa se ejercería sobre el continente americano. Japón, y a su
alrededor los ‘cuatro dragones’ del Pacífico, estructuraban el espacio económico de Asia,
mientras que Europa se abriría hacia las economías en transición de Europa Central y
Oriental. Sin embargo, durante los años 90 han ocurrido algunos cambios substanciales,
debido a la globalización. En Asia, China e India son los nuevos polos en pleno crecimiento,
autosuficientes. Poco a poco se abren paso nuevas asociaciones regionales en aquella
región del mundo. Estados Unidos muestra intereses muy concretos en el continente
americano, fundamentalmente relacionados con recursos estratégicos, mientras que
asociaciones supraregionales latinoamericanas con una gran pujanza y potencial
económico, como Mercado Común del Sur, van mostrando una voluntad de equidistancia
entre los Estados Unidos de América y Europa. Finalmente, la Unión Europea no se limita a
extender su cooperación hacia el Este Europeo, donde diversos países, particularmente (…)
Polonia y Hungría se acercan rápidamente a los estándares europeos de crecimiento, sino
que ha mostrado el deseo de generar una dinámica de creación de un espacio de libre
comercio en el Mediterráneo. En definitiva, el mundo, contra aquellas predicciones, parece
que se va dirigiendo a una configuración multipolar, con nuevos países que pueden
convertirse en futuros epicentros de espacios supranacionales y con nuevas asociaciones
regionales en los cinco continentes” (CFR.- PAÑEDA REINLEIN: 2002). Esta tendencia
mundial hace creer en el desplazamiento de la geopolítica a la geoeconomía como centros
de confrontación y generación de los conflictos (CFR.BORJAS). Este planteamiento se ve
fundamentado en que los agentes económicos internacionales, adquieren el carácter de
nuevos protagonistas de la esfera internacional y al tomar ese papel protagónico las
negociaciones comerciales se transforman en el eje central que determinará no sólo el
futuro de una alianza comercial sino, también, el de la paz mundial. Basta, por ejemplo, con
que un país (o bloque de países integrados) necesite un rubro comercial de otro país (o
bloque de países integrados) y éste último, por considerar nocivo el intercambio, no acceda
a las peticiones de aquel para que se origine una tensión económica y política. Y aunque es
poco probable que hoy en día dicha situación termine en una guerra, la historia mundial esta
llena de experiencias que nos recuerdan que así ha sido. Además, en nuestro tiempo
existente nuevas variables económicas y financieras que, en teoría, podría originar una
tensión por su

55 carácter vulnerable y fluctuante capas de alterar la estabilidad económica de los países y


mercados (CFR.- BORJAS). Por ejemplo, a diferencia de siglos anteriores, aranceles,
políticas comerciales, convertibilidad monetaria, tecnología, ganancias y costos,
compatibilidad de las configuraciones empresariales, políticas macroeconómicas, políticas
fiscales, entre otros, son temas de ardua discusión y con capacidad para crear fricciones
conflictivas.

Igualmente, se puede señalar que aparte del desplazamiento de la geopolítica a la


geoconomía, se encuentra el desplazamiento de las relaciones Este-Oeste a las relaciones
Norte-Sur centros de confrontación y generación de los conflictos. Tras la Guerra Fría se
modificó el panorama económico mundial en cuanto que trasladó la naturaleza de las
relaciones económicas de la contradicción “comunismo-capitalismo” a la contradicción
“desarrollo-subdesarrollo”. A partir de la mitad de los años noventa y con la superación del
capitalismo sobre el comunismo, se hizo evidente que el mundo acentuaba el contraste
entre países desarrollados (Estados cuya posición geográfica tendía a ubicarse en el
hemisferio norte del planeta) y países subdesarrollados (países cuya posición geográfica
tendía a estar en el hemisferio sur del planeta). En cambio, otros estudio sos acentuaron el
eje Occidente-Oriente, para dar la misma explicación. Por ejemplo, el Occidente significa el
mundo desarrollado y el Oriente el mundo subdesarrollado, pero en vez de hablar de
fractura o contraste, bajo esta óptica, se dice que el occidente se esta desinteresando de los
países subdesarrollados (CFR.- BOERSNER: 2003).

Los países desarrollados poseían una posición privilegiada con respeto a los países
subdesarrollados quienes, medianamente, podían valerse de la tecnología, educación,
estabilidad económica, capital, medios de producción, entre otros indicadores, que estos
países ostentaban. Y aunque esta percepción era ya muy conocida antes de 1989, es en
esta época que las diferencias ahondaron. Ante esta situación, la respuesta natural de las
regiones subdesarrolladas del mundo fue un vertiginoso y decidido avance hacia los
procesos de integración económica como salida al subdesarrollo (CFR.- OWEN: 2004).

56 El avance los procesos internacionales de integración con vista a bloques económicos


respondieron a fuerzas incontrolables e irresistibles. Sus procesos de constitución, que en la
mayoría de los casos aún están lejos de niveles avanzados, combinan acciones ordenadas,
consensuadas y equilibradas junto con riesgos palpables como movimientos espontáneos
de capital y migraciones masivas de población (CFR.MARTÍNEZ, Juan: 2002) y, además,
conquistan, poco a poco, espacios económicos, financieros y comerciales a nivel mundial
para beneplácito de los países subdesarrollados.

Los bloques regionales complican la concepción de multipolaridad económica porque se han


impuesto como meca nismos prevalecientes en las negociaciones comerciales (CFR.-
MARTÍNEZ, Juan: 2002). Incluso, los flujos de comercio internacional se concentran en
primer lugar en intrabloques y por ultimo extrabloques (CFR.- BORJAS). Los procesos de
integración económica del mundo, por ejemplo, el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la Comunidad Andina (CAN), la
Unión Europea (UE), la Asociación de Estados del Sureste Asiático (ASEAN), la Comunidad
del Caribe (CARICOM), la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), Mercado
Común

Centroamericano (MCCA), la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental


(ECOWAS), el proyecto de Cooperación Económica para Asia y el Pacífico (CEAP), entre
muchos otros, son procesos que reúnen las voluntades de países para encaminarlas hacia
caminos comunitarios en pos del desarrollo económico y social de sus sociedades o, mejor,
en las palabras de María Rubino, son procesos que “presupone la existencia de espacios
pertenecientes a dos o más Estados soberanos dispuestos a la cooperación recíproca con el
objetivo de ampliar sus intercambios y estimular su desarrollo mediante instituciones
jurídicas y económicas comunes” (CFR.- RUBINO: 2000).

57 Su avance configura el orden económico actual como un campo altamente competitivo


(CFR.- CHESNAIS, Françoise. En: SOTELO V.: 1999, 17). Los bloques intentan conquistar
mercados estratégicos a nivel mundial y al hacerlo, curiosamente, debilitan el campo de
acción la globalización. El carácter regional de los proyectos de integración permite que los
valores y formas polít icas, económicas y sociales de los bloques puedan permanecer
intactos antes fuerzas que tienden a la homogeneización (CFR.- BOERSNER: 2003) 27 . En
consecuencia, los bloques regionales no sólo manifiestan la viva encarnación del
compromiso de los gobiernos subdesarrollados y desarrollados por un futuro de desarrollo
social y económico para sus pueblos, sino, también, por mantener en cierto grado intacta su
identidad.

En síntesis, el orden multipolar existe y es comprobable, los centros económicos y


financieros, los centros de producción y comercialización, los bloques regionales y las
empresas multinacionales, indican la descentralización de las fuerzas económicas y lejos de
permanecer en espacios geográficos reducidos tienden a atomizarse y recomponerse aún
más en los próximos años.

Ahora bien, en sentido político el orden multipolar también existe, aunque seriamente
segmentado, inestable y frágil. Los elementos que deslucen su existencia son pocos, pero
muy relevantes. Por un lado, las decisiones sobre temas de interés mundial dentro de estos
organismos internacionales giran en torno a los intereses de las potencias dejando de lado a
los otros países menos influyentes. Por otro lado, “uno de los grandes debates de hoy en
relaciones internacionales se vincula con el carácter, duración y viabilidad de un ‘reticente
imperialismo’ estadounidense” (FUENTES: 2004, 2). La tendencia unilateralista de EUA
quien, usualmente, asume diversas iniciativas y políticas mundiales casi sin seguir el debido
procedimiento de consulta de la Organización de las

27

“La globalización se ve reducida por los bloque s regionalistas” (BOERSNER: 2003).

58 Naciones Unidas, he debilitado considerablemente la confianza mundial en la


organización 28 .

La ONU, la Organización de Estados Americanos (OEA), y demás foros y organizaciones


internacionales del mismo perfil, constantemente ponen aprueba sus mecanismos de
resoluciones políticas ante esas tendencias, sin embargo, la multiplicación de intereses,
actores y escenarios con diversos campos y niveles de acción, aunado a la voluntad política
de la mayoría de los países del mundo por democratizar las decisiones, han favorecido no
muchas grandes conquistas que incrementan la desconfianza de un futuro donde las
decisiones políticas serán coordinas, representativas, democráticas y cualitativamente muy
concernientes a las realidades de los temas en que se debe decidir 29 .

La debilidad del orden político internacional indica el desgaste de la Seguridad Política. Este
concepto es propio para analizar el sistema político del Estado Nación, sin embargo, si
tomamos algunos de sus elementos característicos y los llevamos a analizar la escena
internacional, será posible reunir algunas ideas para conocer la delicada situación de la
escena política internacional de nuestros días. En primer lugar, sí la Seguridad Política
engloba la noción del buen gobierno, resolución de conflictos, consenso, democracia (CFR.-
NEF: 2001, 51) 30 , la posibilidad de que un orden político
Para comprender la posición unilateralista de Estados Unidos de América vale la pena
mencionar, según Jorge Da Silva, que: “En el periódico ‘El Clarín’, en la edición de 18 de
agosto de 2001, se puede leer: ‘Rechazo de Bush al Multilateralismo’. Desde cuando asumió
en febrero pasado, el presidente George Bush ha rechazado todo tratado internacional,
usando siempre el mismo pretexto: ‘son fatalmente defectuosos’. Hasta ahora, el gobierno
de Bush ha rechazado la Convención sobre Armamento Biológico de 1972; el Tratado de
Misiles Antibalísticos, del mismo año; la ratificación de tres iniciativas favorecidas por
Clinton: el Protocolo de Kioto, el Tribunal Criminal Internacional y la Prohibición de Ensayos
Nucleares, firmada por el demócrata pero no ratificada. También, en julio de 2001, Estados
Unidos e Israel abandonaran, unilateralmente, la Conferencia contra el Racismo y la
Intolerancia, de Durban, África del Sur”. (DA SILVA: 2001, 287). 29 Esto de hecho es un
fenómeno mundial que alienta a los Estados a buscar otros caminos para resolver los
problemas. 30 “La política, en cuanto a distribución de cosas valiosas y necesarias por
medio de decisiones de autoridad, constituye el principio organizador de la vida en
comunidad. Sin ella, las otras ‘seguridades’ serían imposibles. En este sentido, el consenso
y la democracia -tanto substantiva, como en cuanto a proceso y norma- son
consubstanciales a la seguridad política. El proceso político implica un flujo continuo de
manejo (y resolución) de conflictos entre tres contradicciones simultáneas. La primera es
entre capacidades económicas y aspiraciones
28

59 internacional pueda enfrentar una crisis y proveer respuestas satisfactorias a los


miembros de la comunidad mundial, no dependerá únicamente de los intereses económicos
o de los intereses particulares, si no de la capacidad aprendida por la colectividad para
manejar los conflictos en todo su contexto. En segundo lugar, la inexistencia de un orden
político internacional eficiente incitará percepciones de ilegitimidad y desconfianza conforme
se vayan tomando acciones. En tercer lugar, un orden político internacional eficiente deberá
mantener reducido al mínimo posible el número de problemas que son atendidos. En cuarto
lugar, si bien todo orden político internacional posee una agenda de temas de interés, su
conducta eficiente dependerá de los criterios bajo los cuales una situación de riesgo o una
amenaza califican para ser incorporada al régimen de urgencia y excepción implícito en la
Agenda.

Visto así, procedamos a desmotar esas concepciones del orden político internacional de
nuestro tiempo. Primero, la conducta unilateral de EUA al publicar la Ley Helms-Burton en
1996, la cual era una ley que pretendía regir temas jurídicos mucho más allá de sus
fronteras, significó el total olvido de la soberanía de los demás países; o la conducta de
Francia cuando practicó ensayos nucleares en el Atolón de Muroroa en 1995, lo que
representó un ultraje a los pedidos de la comunidad internacional porque detuviera sus
intenciones. Segundo, en la actualidad aún existen duros cuestionamientos internacionales
a la manera cómo EUA justificó su ofensiva sobre Irak; o la conducta de Pakistán e India,
quienes sumen a la comunidad internacional en un ambiente de desconfianza con respecto
al probable uso de su arsenal nuclear en una guerra entre ambos Estados. Tercero, las
organizaciones políticas internacionales, por su voca ción internacional, difícilmente pueden
tener un sólo un pequeño puñado de problemas por resolver. Cuarto, la agenda de las
organizaciones políticas internacionales constantemente sigue una programación cerrada y
esta gira en función de los intereses particulares de las potencias. Sin embargo, esto último
puede
sociales. La segunda es entre aquellos que obtienen la mayor parte del excedente (o élites)
y el resto de la población (‘masas’). La tercera contradicción ocurre entre la capacidad de
autogobierno (autonomía) y la subordinación o dependencia a otras unidades” (NEF: 2001).
60 variar. Reacuérdese el caso en que Venezuela hizo girar incisivamente los ámbitos de
diálogo de la OEA para examinar la actitud de EUA con respecto a su probable participación
en los sucesos de Abril de 2002, semanas después de lo ocurrido y la cual no fue entendida
como una situación de riesgo por varios miembros al apoyar indirectamente la injerencia de
EUA en el continente. Todos estos nuevos fenómenos insinúan que nos encontramos en un
mundo en el que el viejo orden internacional no acaba de morir y un nuevo orden multilateral
que no acaba aún de nacer (CFR.PAÑEDA REINLEIN: 2002).

En conclusión, si utilizamos una visión moderada del concepto de Seguridad Política en el


ámbito internacional, es decir, “Seguridad Política Internacional”, el cual podría ser definido
como los principios y funciones que ensalzan y procuran la buena administración de los de
las polifacéticas demandas de los miembros de la comunidad y en donde priva el consenso,
la democracia, la búsqueda de la paz, la legalidad y legitimidad de los orga nismos
internacionales y el alcance de las resoluciones de estos organismos, en concordancia con
valores vinculados a las normas imperativas o ius cogens y el DIP; podemos decir, en razón
de lo anterior, que el orden político internacional actual no merecería una alta calificación
para honrar y levantar, perfectamente, una bandera que inspire el pleno logro de los dogmas
de la Seguridad Política Internacional. De hecho, incluso, medianamente tendría ese
derecho, por no decir que carece de facultades. Sin embargo, la Seguridad Política
Internacional, como concepto, propone un reto, un interesante reto digno de cumplir. Pero
mientras los intereses particulares de los Estados y las actitudes unilaterales pervivan en el
orden político internacional y no ofrezcan mejores resultados que las vías de concertación,
el multilateralismo no podrá establecerse más aún ni se podrá avanzar a grandes pasos a
los beneficios que traería la deseable Seguridad Política Internacional plena.

Entretanto, la diplomacia tendrá entonces una gran responsabilidad. En el aspecto


económico deberá valerse de estructuras especializadas y dinámicas en temas

61 comerciales y financieros 31 para afrontar los nuevos, cambiantes e incesantes retos y


responder a los diferentes frentes económicos mundiales. A la vez, deberá resignarse a
perder ciertos campos de acción en esas mismas áreas, las cuales, después de todo, no
son un genuino ámbito natural diplomático, debido, a la consecuencia palpable que el
Estado Nacional ve erosionado el poder que ejerce por la presencia de las organizaciones
supranacionales, transnacionalización y mul tinacionales (CFR.-

BOERSNER: 2003). “La globalización de la economía mundial, la movilidad de las personas


y el capital, y la penetración mundial de los medios de comunicación se han combinado con
el propósito de limitar la libertad de acción de los Estados” (CUTLER: 1999, 59). Si bien un
factor de cambio en la práctica diplomática moderna ha sido el creciente auge del comercio
internacional, no se puede negar que la diversificación de las interacciones y actores
internacionales han matizado más aún las tradicionales funciones diplomáticas. En este
panorama los actores internacionales, como empresas y corporaciones multinacionales,
desempeñan una diplomacia, su propia diplomacia. En las palabras de Beatriz Ramírez
Vázquez, esta circunstancia da un nuevo sentido a la diplomacia comercial (CFR.-
RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001, 6). La coordinación de actividades de empresas a través de las
fronteras nacionales constituye una forma de diplomacia comercial desempeñada por
actores privados (CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001, 6-8). Estos representantes obran en un
terreno que una vez sólo perteneció a los Estados como lo establece la diplomacia
tradicional (CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001, 6-8). Ellos siguen sus propios intereses y al
hacerlo movilizan relaciones comerciales que, lejos de la supervisión del Estado,
complementan la economía nacional y cumplen

La excepcional naturaleza del comercio internacional exige que la participación del Estado
en estos ámbitos sea canalizada por una fuerza humana muy capacitada, la cual, no
necesariamente, debe pertenecer a la rama diplomática de carrera. Las misiones
comerciales orga nizadas a nivel gubernamental pueden estar compuestas por diplomáticos
de carrera y otros. Estos últimos serían conocidos como agregados comerciales, los cuales,
pueden ser distinguidos con el carácter de diplomáticos, siempre y cuando sea pertinente
hacer la distinción. Las consecuencias del rango de diplomático les confieren inmunidades y
privilegios.

31

62 con los objetivos expuestos por la diplomacia comercial tradicional, o así lo indica la
teoría cuando se trata misiones comerciales organizadas a nivel gubernamental: “Una
misión comercial es un grupo debidamente organizado que viaja al extranjero con el
propósito de incrementar el intercambio de bienes y servicios, y principalmente con la mira
de exportar aquello para lo que hay mercado” (GARCÍA: 1986, 82). Por otro lado, en el
aspecto político, los Estados han desarrollado un renovado diálogo en la Diplomacia de
Cumbres, aún con un bajo nivel operacional, sin embargo, con un fuerte carácter orientador
(CFR.- ROJAS ARAVENA: 2001, 24). Las cumbres en años recientes han evolucionado
como un espacio clave y oportuno para que los Estados puedan dirimir o tratar
controversias. Su progreso, indirectamente, formula el avance de un orden político
multipolar. Además, estos encuentros examinan pacíficamente un considerable número de
problemas y diferencias de acuerdo a derecho y observancia del Derecho Internacional. Y
cuando establecen soluciones, al menos, favorecen la relativa ausencia de conflictos
clásicos entre Estados (CFR.PALMA: 2001, 120), valiéndose de la ayuda de otros
elementos externos al encuentro. “Algunos piensan que los conflictos no ocurren porque ‘la
disuasión’ funciona. No obstante, hay otras razones por las cuales no proliferan los
conflictos clásicos: el peso del derecho internacional, la relación costo beneficio ya que el
conflicto puede ser un pésimo negocio, la mayor interdependencia económica, el
crecimiento de la institucionalidad democrática, el posible deterioro de la imagen
internacional y las presiones internacionales contrarias al conflicto” (PALMA: 2001, 120).
Igualmente, la Diplomacia Parlamentaria y la diplomacia de bloques regionales toman un
papel importante en nuestros días. Ellas permiten un acercamiento entre Estados vecinos
para buscar soluciones y mecanismos de concertación que les favorezcan en conjunto. La
diplomacia de los mecanismos de concertación constituye una fuente muy importante para
la diplomacia multilateral y para la diplomacia personal o directa (CFR.- RAMÍREZ
VÁZQUEZ: 2001, 5). En síntesis, la diplomacia de cumbres, la parlamentaria y la de los
bloques regionales son consecuencias de la

63 predisposición internacional por un orden político multipolar justo y democrático.


Asimismo, éstas siguen las aspiraciones de los miembros de la comunidad internacional por
la paz sin olvidar que:

“… para dejar atrás las hipótesis de conflicto y los aprestos bélicos es preciso la estricta
observancia del derecho internacional y cumplimiento de los compromisos asumidos,
solución pacífica de las diferencias y no uso de la fuerza; concertación política y consulta
diplomática; integración económica, social y cultural, políticas y medidas de fomento de la
confianza; acuerdos de desarrollo fronterizo co njunto; comisiones de vecindad; vinculación
y cooperación militar; y, finalmente, diseño de lineamientos de seguridad cooperativa en
función de las necesidades de los Estados medianos y pequeños, y de las subregionales y
regionales” (CFR.- PALMA: 2001, 120).

64 2.1.6.- Crisis Del Modelo Estatal De Corte Neoliberal:

A partir de 1990, las recesiones y crisis económicas se han hecho comunes en la región
Andina (CFR.- TICKNER; MANSON: 2001, 138). Esta situación ha estado asociada
principalmente con la puesta en práctica de reformas neoliberales 32 y con la incapacidad
de la mayoría de los países de insertarse de manera eficaz en el mercado mundial (CFR.-
TICKNER; MANSON: 2001, 138). Las políticas dirigidas a controlar la desestabilidad, sin
embargo, a parte de llegar tarde en muchos Estados de la región, encontraron la acalorada
fractura entre las relaciones del Estado y la sociedad. Los conflictos internos que sucedieron
complicaron el escenario económico y las salidas favorables para los Estados. Fue evidente,
entonces, que el modelo liberal había entrado en crisis y su respuesta natural, el
neoliberalismo, también. “Algunos estudiosos de la política han coincidido en señalar que la
dimensión y las características de estos conflictos marcan el agotamiento del modelo
económico liberal administrado por un sistema político incompetente y corrupto. En efecto,
estos estallidos sociales vinieron a coronar la profunda crisis de gobernabilidad, sustentada
en acuerdos y pactos interpartidarios pírricos, con partidos políticos más preocupados de
blindar sus conductas de impunidad” (CFR.- QUINTANA: 2001, 208) . Inclusive, si bien la
magnitud de estos conflictos desafía la “gobernabilidad” global, aún vinculada con
cuestiones de poder, también moviliza a un primer plano la Seguridad del Estado sobre la
Seguridad Humana de las poblaciones (CFR.- DA SILVA: 2001, 283-284) y denuncian
fracturas entre el Estado Nacional y los sectores de su nación (CFR.- BOERSNER: 2003), lo
que podría indicar una preponderancia de los principios neoliberales (CFR.- DA SILVA:
2001, 283-284), los cuales establecen que:

En la última década todos los países de América Latina y el Caribe han realizado reformas
estructurales orientadas hacia el mercado y a mejorar la eficiencia de la economía, a
acelerar el crecimiento, etc. Estas reformas se han orientado principalmente a seis áreas: la
liberación comercial, la política tributaria, la desregulación financiera, la privatización, la
legislación laboral y la transformación del sistema de pensiones. (CFR.- BEJARANO).

32

65 “…el desarrollo económico de un país sería la precondición para el desarrollo humano y


el bienestar de sus ciudadanos. Con eso se justifica la miseria de países y pueblos. Con eso
también se justifican las desigualdades inmensas dentro de países con buen desempeño
económico, pero con grupos humanos viviendo en condiciones de pobreza extrema iguales
a las que viven pueblos de países muy pobres en términos económicos. ‘La economía va
bien pero el pueblo va mal’, dijo cierta vez un presidente brasileño, expresando la idea de
que primero es preciso crecer económicamente” (CFR.- DA SILVA: 2001, 283-284). Pero
¿qué es realmente el Neoliberalismo? En primer lugar, el Neoliberalismo significa un nuevo
tipo de liberalismo. Entonces, ¿de qué se trataba el viejo tipo? El liberalismo existe como
doctrina humanista desde el siglo XVII, sin embargo, nace como escuela económica en
1776 cuando, en Europa, Adam Smith publica “La Riqueza de las Naciones”.

En dicho libro se promovía la abolición de la intervención estatal en asuntos económicos: no


a las restricciones a la manufactura, no a las barreras al comercio, no a los aranceles. El
libre comercio era, según Smith, la mejor forma de desarrollo de la economía de una nación.
Tales ideas eran liberales en el sentido de que promovían la ausencia de controles. Esta
aplicación del individualismo estimuló la libre empresa y la libre competencia, es decir, que
los capitalistas pudieron acumular riquezas sin límites. Pero una vez que los postulados
teóricos del liberalismo no pudieron sustentar en la realidad que era la mejor forma de
desarrollo de la economía de una nación, un grupo de pensadores, fieles a la visión de
Adam Smith, construyeron alrededor del liberalismo un soporte teórico más completo. Éste
entrañaba la influencia de los aportes liberales y restauraba los antiguos planteamientos a la
medida de la contemporaneidad. De esta forma nace el neoliberalismo, el cual, según la
biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República de Colombia, puede ser definido
como:

66 “… un programa de reformas económicas que pretende hacer que algunos países no se


rezaguen en su proceso de acoplamiento al mundo globalizado. Sin embargo, los problemas
aparecen al descubrirse que no todos los países tienen capacidad para competir de igual
manera en el mundo globalizado, así como que las jerarquías están ampliamente marcadas.
El neoliberalismo nace en los años ochenta en Estados Unidos, en donde algunos
pensadores económicos de Estados Unidos, Alemania e Inglaterra, apoyados por
profesionales de la economía, son contratados por organismos financieros internacionales
como el Fondo Monetario Internacional para lograr un nuevo modelo económico, modelo
que terminaría por extenderse a gran parte del mundo. El neoliberalismo hace una crítica
constante al llamado Estado de bienestar, que fue un tipo de Estado que funcionó en Europa
y en los países escandinavos con éxito durante algunas décadas, pero que en los años
setenta, debido a la crisis mundial que se vivía, quedó en entredicho. Es así como el
neoliberalismo pretende excluir al Estado de la participación y del control sobre el mercado,
ya que de lo contrario no podrían llevarse a cabo los siguientes puntos: a) Rechazo a la
intervención del Estado en la economía, bien sea en un Estado de bienestar o en un
régimen fundamentado en la noción de socialismo real; b) Defender el mercado como única
forma para lograr la regulación económica en todos los países; c) Defender y promover
constantemente, para lograr el desarrollo máximo de la economía global, la libre
competencia económica. Sin embargo, para lograr esto es obvio que se deben llevar a cabo
algunas reformas para que tales pretensiones sean posibles: 1) Reducción Estatal: Se
busca que el Estado sea más eficiente y sea más fácil de controlar; 2) Apertura comercial:
Se busca, por medio de la eliminación de aranceles, que las import aciones y las
exportaciones funcionen más fluida y efectivamente; 3) Ajuste Estructural: Por medio de los
procesos de ajuste se busca que la economía de los países sea más eficiente. Según lo
anterior, se podría pensar que lo que realmente busca el neoliberalismo es encontrar el
camino para que las naciones con menos posibilidades de exportación y con una capacidad
mínima de participación en el mercado no sufran tanto en el proceso de acoplamiento al
mundo globalizado; sin embargo, hoy en día, la polémica suscitada por la implantación de
este modelo sigue viva, ya que para nadie es un secreto que la mayoría del capital que
circula en el mundo queda en manos de las potencias mundiales como Estados Unidos o de
algunos países europeos” (CFR.BIBLIOTECA LUIS ANGEL ARANGO). También,
específicamente, se puede decir que el liberalismo promueve la no intervención del Estado
en asuntos económicos y el neoliberalismo también lo hace, a no ser, porque añade a la
teoría clásica las siguientes nociones: la privatización de las empresas nacionales; la
reducción del gasto público; reducción de salario; apertura al comercio y a la inversión
internacional; libertad total para el movimiento de capitales, bienes y servicios y; eliminación
del concepto de “bien público” o “comunidad”, y su sustitución por el de "responsabilidad
individual" (CFR.- MARTÍNEZ; GARCÍA: 1999).
67 Por otro lado, Jesús Antonio Bejarano menciona que el neoliberalismo llega a la realidad
(de la teoría) cuando se instrumentaliza en la política económica de los países: “…El
objetivo fundamental de la política económica, según las orientaciones neoliberales, es
propiciar el funcionamiento flexible del mercado eliminando todos los obstáculos que se
levantan a la libre competencia. Apenas es necesario decir que el neoliberalismo ha hecho
suya la teoría del libre cambio en todas sus versiones y se ha apoyado en unas u otras para
justificar su concepción del mundo como un gran mercado donde todos compiten en
condiciones de igualdad entre cada país según sus posibilidades. Ello supone no solamente
la exposición de la economía a la competencia internacional, sino la adopción de tipos de
cambio flexible y en fin el desmonte de todo tipo de protecciones, estímulos y ayudas a los
productores. En esas circunstancias, la confianza en la flexibilidad de la economía y en el
papel de los precios para restaurar las situaciones de equilibrio, la regeneración de los
equilibrios comerciales por la vía de la apertura y el tipo de cambio libre se constituyen en
las orientaciones principales de la política económica” (CFR.- BEJARANO). Las
recomendaciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial tuvieron gran
acogida en los Estados subdesarrollados del mundo y conforme las recomendaciones iban
siendo asumidas, el orden económico internacional fue modificándose, a la vez que iba
ofreciendo resultados muy lejanos a los esperados. La crisis del neoliberalismo, según
Eugenio Espinosa, había comenzado: “Esa crisis del neoliberalismo se manifiesta en las
bajas tasas de crecimiento económico, en el deterioro ambiental, en la creciente pobreza y
exclusión social, en los numerosos conflictos intra e internacionales, en el ejercicio unilateral
de las políticas internacionales, en las recurrentes crisis de la burbuja financiera, en los
reclamos y protestas de indígenas, desempleados y excluidos en todas partes del mundo”
(CFR.ESPINOSA). La crisis asiática, mexicana y argentina en la década de los noventa
sirvieron como ejemplo de las implicaciones de esta crisis, sin embargo, las consecuencias
no fueron ni remotamente regionales ya que se extendieron al resto del mundo. La creciente
interdependencia entre los países ocasionó que las crisis, por distante que pudieran parecer,
incidieran y afectaran sobre el sistema socioeconómico mundial, fomentando profundos
desequilibrios en el sistema financiero internacional, con una enorme

68 repercusión para los habitantes del planeta (CFR.- PERALES SALVADOR: 2002).
Además, la interrelación de las economías y el grado de desarrollo adquirido por el sistema
económico mundial, hizo difícil que los países en crisis se desarrollaran a base del
funcionamiento de sus propias condiciones internas, es decir, era imposible que se cerraran
a los cambios trascendentales que ocurrían y ocurren en el entorno y, era también
imposible, que el entorno escapara a los sucesos (CFR.- PERALES SALVADOR: 2002).

La inseguridad del sistema económico paulatinamente fue arrimando a los países a buscar
salidas a las presiones externas. Quizás, por ello, hubo un notable interés por la
conformación y evolución de proyectos de integración sin dejar de lado el discurso neoliberal
(CFR.- GARCÍA RODRÍGUEZ: 1999). No obstante, en el fondo, esa tendencia pareció
favorecer la idea de que en la economía neoliberal mundial existían un solo tipo de gana dor
y perdedor. Según Adrían Sotelo Valencia: “En la economía neoliberal existen los ganadores
y los perdedores. Entre los primeros, figuran los grandes capitales que se mueven en el
ámbito del capital dinero de préstamo, en rigor, el capital bancario y financiero; las
fracciones del gran capital industrial modernizado y que tiene condiciones económicas y
financieras de reconversión para enfrentar la apertura de los mercados exteriores y, por
último, el gran capital extranjero donde comparecen las corporaciones multinacionales.
Entre los perdedores, figuran las clases y grupos sociales castigados como son proletariado
industrial, el campesinado pobre y sectores de la burguesía industrial, que condujo el
proceso de sustitución de importaciones en el pasado. También las llamadas clases medias
(asalariadas y no asalariadas) se han visto amenazadas por la crisis y por el famélico
comportamiento del modelo neoliberal” (SOTELO V.: 1999, 33).

69 Los gobiernos de los países subdesarrollado al poner la confianza en futuros logros


macroeconómicos: en el nivel de la producción real, en el comportamiento positivo del
empleo y las tendencias a la disminución del desempleo y el subempleo estructural en la
economía, en el marco de una tendencia al mejoramiento de los salarios; en el logro de
inflaciones moderadas y en relaciones externas caracterizadas por mercados cambiarios
estables y, finalmente, en el “equilibrio” de la balanza comercial y de pagos (CFR.- SOTELO
V.: 1999, 31); y al no percibir el advenimiento de éstos, sucumbieron a las presiones
sociales que, sedientas de cambios inmediatos, los gobiernos bus caron salidas de corto
plazo para apaciguar las demandas. Casi todas las salidas que se aplicaron para afrontar
las delicadas situaciones se caracterizaron por aceptar políticas de proteccionismo al irse
negociando y aplicando el desmantelamiento de cuotas o aranceles aplicables, por ejemplo
(CFR.- BORJAS). Incluso, Venezuela dio la espalda a “su manera” a las tesis neoliberales
cuando intervino al sistema bancario en 1994 o cuando en el 2003 restringió su política
monetaria cambiaria.

“Las consecuencias sociales y distributivas del neoliberalismo son materia que debiera
evaluarse con mayor atención y menos pasión. Los sindicatos públicos han satanizado las
privatizaciones y la reducción del Estado, los populistas han hecho de la apertura una
caricatura, muchos gremios de la producción han reaccionado por el desmonte de los
aranceles, todo ello como consecuencia de la reducción de sus privilegios. Pero del lado
neoliberal los éxitos no han sido contundentes. Las privatizaciones han sido utilizadas en
muchos países para negocios oscuros en las altas esferas, el crecimiento no está
garantizado y en muchos casos tampoco la estabilidad, y en no pocos países los efectos
sociales en términos de aumento de la pobreza han sido significativos. En los últimos tres
años y por estas y otras razones, los gobiernos han venido siendo obligados a retroceder en
muchos aspectos de la política de liberación, especialmente en lo que tiene que ver con la
política comercial. En algunas partes la crisis fiscal ha obligado a imponer sobretasas a las
importaciones, en otros casos, como en Venezuela, se ha revertido la libera ción y
unificación del tipo de cambio y en otros países se ha frenado considerablemente el proceso
de privatización. De modo que la fuerza con que los modelos neoliberales se impusieron en
la segunda mitad de la década de los ochenta y los primeros años de la década de los
noventa parece estar en un ligero retroceso” (SOTELO V.: 1999, 31).

70 Pero ¿por qué el modelo neoliberal se hacía tan difícil de sostener? Según Adrían Sotelo
Valencia, y a la luz de la teoría de la dependencia, se debe a dos razones:

“Solamente llamamos la atención en dos hechos. En primer lugar, (…) esta propensión del
patrón capitalista neoliberal no implica que el capitalismo dependiente ‘no crezca’ (…) sino
que, por el contrario, lo hace en función de variables como el endeudamiento externo, la
superexplotación de los trabajadores, la privatización y monopolización de la economía, la
especialización y el desarrollo de las exportaciones, etc., como ha puesto en evidencia la
moderna teoría de la dependencia. En segundo lugar, que este fracaso no lo es para toda la
burguesía, sino solamente para algunas de sus fracciones y para el conjunto de la sociedad
asalariada que no cuenta con los medios adecuados de defensa frente a la crisis y a la
usura de los sistemas cambiarios y financieros” (SOTELO V.: 1999, 31-33). Es decir, como
el neoliberalismo no ofrece seguridad a la sociedad asalariada de los libres vaivenes
económicos, ésta no esta preparada ante crisis económicas y financieras, de tal manera que
pueden quedar en quiebra en cualquier momento y, dos, dado que el neoliberalismo relega
la Seguridad Humana en un segundo plan o, los gobiernos ceden grandes conquistas
democráticas por políticas macroeconómicas que afirman que el desarrollo económico es
base única e indispensable para la consolidación de la Seguridad Humana, así justifican los
sacrificios y nos lleva a las puertas de una sociedad postindustrial (CFR.- OWEN: 2003). Sin
embargo, es preciso destacar que pese a los riesgos del neoliberalismo dentro de la era
postindustrial 33 , la aplicación del modelo neoliberal ha traído consigo ciertas ventajas:

Una interesante definición de una sociedad en la era Postindustrial la encontramos en las


palabras de Abraham Pérez Daza: “En efecto, uno de los rasgos más significativos de las
sociedades de la era postindustrial es la sensación general de inseguridad. Además, la
aparición de los nuevos riesgos se ve, en cierto modo, compensada por la radical reducción
de los peligros procedentes de fuentes naturales (así las consecuencias lesivas de
enfermedades o catástrofes). Por ello, más bien puede sostenerse de modo plausible que,
por muchas y, muy diversas causas, la vivencia subjetiva de los riesgos es claramente
superior a la propia existencia objetiva, existe una elevadísima , sin embargo, los beneficios
que estos riesgos proporcionan a la sociedad los justifican, pero, al mismo tiempo, el
ciudadano, para poder ejercer realmente su libertad precisa tener una cierta seguridad y
confianza en que esos riesgos no son superiores a los que aparentan ser”. (PÉREZ DAZA)
También, a este respecto se recomienda ver: (CFR.- SILVA SANCHEZ: 1999) y (CFR.-
GIDDENS: 2000).

33

71 “Los modelos neoliberales no parecen haber sido tan e xitosos como lo propugnan sus
defensores ni tan desastrosos como lo afirman sus críticos. Han contribuido a moderar el
exceso de intervencionismo y sus consecuencias: ineficiencia económica, exacerbación de
los monopolios, corrupción, inequidad en la distribución del ingreso etc.; ha contribuido a
generar transparencia en los procesos económicos, mejoramiento de la productividad y el
cambio técnico. Pero también ha contribuido a debilitar las políticas sociales, las
posibilidades de acceso de los grupos pobres a los servicios básicos, ha concentrado los
beneficios que brindan las oportunidades de mercado en unos pocos grupos, de modo que
si antes no fueron claras las ventajas del Estado, ahora no son claras las ventajas del
mercado. Hoy se esta buscando en la mayoría de los países una especie de punto medio
entre el mercado y la intervención del Estado. El punto de discusión consiste
fundamentalmente en la manera como el Estado puede ser controlado y vigilado en sus
intervenciones, de modo que éstas realmente respondan a las necesidades colectivas y no a
objetivos de los grupos burocráticos asentados en el Estado. Lo que parece avizorarse
entonces es una discusión más abierta en términos de una mejor democracia para una
mejor acción del Estado en la economía, es decir una capacidad mayor de control de la
sociedad civil sobre el Estado, para asegurar una mayor gobernabilidad, entendida ésta en
el sentido restringido de la capacidad de las políticas públicas de satisfacer expectativas
colectivas” (CFR.BEJARANO). Visto así, el neoliberalismo es una conformación teórica que
en fondo arroja valiosos elemento s lógicos y racionales para el desarrollo social. Lo que ha
fracasado es el modelo estatal de corte neoliberal, el cual debe iniciar un camino de
reconstrucción, tal cual lo afirma Alejandra Liriano:

“Como sabemos, tendencias globalizadoras han venido cuestionando la relevancia del


Estado en la construcción social. Hoy, sin embargo y a partir de las experiencias concretas
de crisis del modelo estatal de corte neoliberal, dicha visión inicia un camino de
reconstrucción. En este contexto se hace necesario repensar su papel en la construcción de
la seguridad humana y las dimensiones en las que el Estado deberá intervenir con eficacia
en su generación” (CFR.- LIRIANO: 2001, 268). Ahora bien, la crisis del modelo estatal de
corte neoliberal al comprometer a los Estados afectados a salir de la dificultad en base a
diferentes tácticas y estrategias económicas, igualmente abrió la necesidad estatal, junto
con las secretarías de asuntos exteriores, de coordinar e idear posibles respuestas efectivas
a través del acercamiento con otros países u bloques económicos. Esta relación supuso que
las características de la

72 fase actual del sistema económico mundial sumarían a los habituales intereses de la
diplomacia comercial nuevos aspectos a manejar. Y ciertamente, la diplomacia
contemporánea de los países subdesarrollados tiene muy presente temas como: la
desinflación acelerada, especialmente para los productos primarios; b) la elevación del
desempleo estructural, sobre todo en los países Europeos y los del Tercer Mundo; c)
deterioro de los instrumentos de la distribución del ingreso (auspiciado por el capital rentista
en la esfera financiera); d) marginación y desvinculación de países y regiones enteras de los
circuitos dinámicos del comercio y las finanzas internacionales; e) intensificación de la
competencia entre los “bloques económicos” fundamentales y f) la modificación de
modificaron la relación social trabajo-capital engendrando nuevas formas salariales
diferenciadas (CFR.- CHESNAIS, F. En: SOTELO V.: 1999, 17). Estos elementos
congestionan aún más el camino a la Seguridad Humana y el Estado, quien vela por los
intereses de la comunidad, asume estos temas seriamente porque se proyectan más allá de
sus fronteras. De tal manera que la diplomacia adquiere acá una importancia coyuntural
estratégica de cuidado (CFR.- ARELLANO: 1980, 67).

La diplomacia de los países ante esta crisis tiende a dividirse en tres conductas. La primera
es la de los países que siguen y defienden los principios neoliberales. En este caso, la
diplomacia procura hacer de ver a la comunidad empresarial y financiera del mundo como el
sistema político, social y económico de su Estado es un ámbito favorable para la inversión
extranjera, asimismo, procura abrir o mantener espacios comerciales para la producción
nacional.

La segunda es la de los países que una vez apoyaron e institucionalizaron el neoliberalismo


o el liberalismo y ahora están inmersas en un proceso para desmontar ese sistema o
desmontaron ya el sistema. En este caso la diplomacia busca decididamente, aunque si bien
en el primer tipo esta igualmente presente, la confianza. Es muy visto como los centros
económicos y financieros del mundo, habituados a un sistema de r elaciones en especial,
prefieren no invertir en aquellos ambientes que les

73 resultan diferentes a los que conocen. Los riesgos se resumen en que las fuerzas
financieras y comerciales del mundo cada vez son más conquistadas por los valores
neoliberales y cuando un país o grupo regional se cierra a esos valores, difícilmente puedan
ofrecer confianza a la inmensa mayoría. Los potenciales inversores tendrían que adaptar
sus plataformas de acción para poder simpatizar con esos espacios comerciales
“disidentes”. Ese esfuerzo implica un doble costo y por ello, sólo el logro de la

confianza sería el canal ideal para hacer desistir las renuencias de los potenciales
inversores. En este tipo de actividad diplomática, las explicaciones son exacerbadas y
constantes; y no es para menos, pues el Estado “disidente” hará todo el esfuerzo posible por
hacer ver como razonables, debidos y legítimos los cambios que ocurren en su sistema y,
por su propia supervivencia en este mundo interdependiente, hará eso y más por congraciar
con la comunidad internacional y promocionar su producción nacional.

La tercera es la de los países que se encuentran en plena fase de crisis. Por un lado no ha
abandonado el neoliberalismo, pero por otro, ha desmontado algunas instituciones
neoliberales. En este caso la diplomacia es una versión moderada de las dos anteriores, a
no ser porque es más coyuntural. Las crisis son coyunturales y cambian, desaparecen o se
transforman. En estos casos la diplomacia está ajustada a las épocas y los procesos. A
diferencia de las otras dos conductas que son más o menos perennes, ésta varía con los
tiempos. Inclusive, dado que algunas crisis económicas pueden extenderse por años, se
podría decir que existe cierto grado de perpetuidad, pero en definitiva esta conducta
diplomática esta más atenta a los cambios internos y dispuesta a informar a la comunidad
financiera internacional de la capacidad del Estado por cumplir con los acuerdos ya hechos
y los que están por hacerse. La promoción, las iniciativas de expansión comercial, la
seguridad política, la búsqueda de confianza serán temas invariables, no obstante, serán
difíciles de sostener cuando existe crisis, por lo cual, se puede afirmar que este tipo de
conducta diplomática es la más laboriosa de las tres. Finalmente, en el actual período de
transición y consolidación de un nuevo estadio del sistema capitalista mundial, los países de
la periferia

74 (Latinoamérica) deben enfocar sus estructuras diplomáticas hacia nuevas estrategias de


desarrollo en dos niveles:

“1.- sobre una decidida cooperación entre el Estado y los agentes privados para el
sostenimiento de un continuado programa de gestión y creación de infraestructuras, que
promueva el progreso social, tecnológico y la competitividad internacional de sus economías
nacionales, y de reformas que inciten y amplien una mayor participación activa de todos los
sectores sociales en la vida económica y productiva del país; 2.sobre la consolidación de
proyectos de integración regional dentro del marco del nuevo regionalismo donde países,
con afinidades geográficas e históricas, deciden unir sus esfuerzos en pos de acuerdos
preferenciales y programas comunes para el desarrollo económico y social de la región”
(GARCÍA RODRÍGUEZ: 1999) 34 . 2.1.7.- Tendencias Diplomáticas: Los sucesos recientes
motivaron a muchos países a cambiar y repleantear sus percepciones del orden
internacional y por ende sus estructuras y agendas diplomáticas. Los cambios que
ocurrieron internamente en los Estados, incluso, fueron denominados de muchas formas, no
obstante, hubo la recurrencia de denominar estos cambios como “La Nueva Diplomacia”,
término con el cual se aspiraba a englobar conceptualmente la totalidad de los cambios que
se venían gestando para encarar la nueva realidad internacional desde el punto de vista de
las Secretarías de Relaciones Exteriores de cada país. Dicho término no era usado para
definir los ámbitos pertinentes que estuvieran más allá de sus fronteras, al contrario, se
comenzó a utilizar en un sentido muy particular en referencia a sus Estados. Es decir, que si
bien el término “La Nueva Diplomacia” daba a entender cambios de percepción particulares
de los Estados en cuanto a su visión política del NOI, éste vocablo no fue importado a la
generalidad de las naciones del mundo, por lo cual se hizo muy común oír sobre la Nueva
Diplomacia Austriaca o la Nueva Diplomacia Japonesa, por ejemplo, pero aún no se hablaba
de la Nueva Diplomacia Mundial. Ahora bien, entre los países que realinearon

Igualmente recomienda las interesantes aportaciones al debate en torno al nuevo marco


económico internacional y las nuevas estrategias de desarrollo de: Jagdish. Bhagwati (CFR.-
BHAGWATI :1992); y Bjorn Hettner (CFR.BJORN: 1994).

34

75 su posición y disposición en los asuntos políticos bajo esta óptica están EUA, México,
Rusia, Reino Unido y China, entre otros; países que si no atendían a las necesidades que
requería el NOI, su preponderancia o posición internacional, con respecto a los demás
países, podría haber decaído, ya que otros países emergentes, sin duda, al tener la
oportunidad de modernizar sus estructuras institucionales diplomáticas y, más que todo,
comerciales, podrían abrirse paso entre estos Estados y conquistar nuevas posiciones más
sobresalientes.

En este sentido, es excepcional la forma en que la Nueva Diplomacia Norteamericana se


manifiesta. Las bases de su diplomacia evolucionan a la par de la tecnología (CFR.-
MARTIN: 2001) y al paso vertiginoso en que recopila información, al mismo paso actúa.

La Nueva Diplomacia Americana se ha caracterizado en estos últimos años por ser más
agresiva, en cuanto a no ceder su posición hegemónica mundial ante las nuevas potencias
emergentes o grupos de menor envergadura terroristas, por ejemplo, y no terroristas que
pretenden debilitar su presencia en el NOI. Específicamente, la movilización de tropas a
manera de herramienta persuasiva o bélica (si fuese necesario), el mayor énfasis a la
implantación de políticas ante la ONU y la redacción de leyes que van más allá de sus
fronteras, dejaron de ser opciones y han pasado a ser conductas institucionalizadas
habituales que no necesitan, en ciertos casos, de la anuencia de los Estados pertenecientes
a las Naciones Unidas, sino que basta la aprobación legal de su propio senado para que
sean efectivas (CFR.- LÓPEZ P.: 2001). Estas fórmulas de acción, basada en la
información, han sido vista s como un retroceso en comparación con las conquistas
diplomáticas que se han logrado (como la afluencia de iniciativas multilaterales), no
obstante, dentro de ellas pervive una diplomacia de fondo muy conciente de sus intereses,
pero en cuanto a sus formas, los procedimientos han sido tan abiertos y unilateralistas
(CFR.- LÓPEZ P.: 2001) que han creado fricciones alrededor de EUA en las sesiones de la
ONU. Este país, que no se desprende de la tecnología de la

76 información militar para sostener su proceder y que tampoco olvida la necesidad de


capacitar a sus diplomáticos, incluso, para actuar en sentido instigador y extraoficial cuando
sea necesario (CFR.- LÓPEZ P.: 2001), no deja muchas dudas de que ha ofrecido una
manera diferente de entender la diplomacia en la actualidad.

Por otro lado, la Nueva Diplomacia Mexicana también presume la existencia de un patrón de
conductas y procedimientos que han modificado su tradicional percepción de las Relaciones
Internacionales desde de la Guerra Fría. Según la opinión del Embajador Jorge Palacios
Treviño, México ingresó a una nueva etapa diplomática cuando superó los lineamientos de
la doctrina Estrada y algunos otros principios que durante años dirigieron la política exterior
mexicana: “La decisión del Gobierno mexicano de intensificar la promoción y el respeto de
los derechos humanos en el mundo, y la participación de México como miembro no
permanente del Consejo de Seguridad (porque se dice que con ello se compran pleitos) son,
entre otros, los motivos señalados por algunos comentaristas para sentenciar el fin de la
Doctrina Estrada. Incluso, hay qui en piensa que, junto con la Doctrina, quedarán atrás
algunos principios que han regido la política exterior de México, como el de la libre
determinación de los pueblos y su correlativo de no-intervención en los asuntos internos de
los Estados, los cuales no sólo están consagrados en la Constitución Política Mexicana sino
también en la Carta de las Naciones Unidas. La Doctrina Estrada es una de las aportaciones
más valiosas de México al Derecho Internacional, quizá la más famosa, pero es poco
conocida y, por ello, se le interpreta de diversas maneras. De ahí que unos la alaben y otros
la denigren, que algunos digan que México la aplica y otros que no. Por ello, estimo que es
útil referirse aquí a lo que es la Doctrina Estrada. En la Doctrina Estrada se pueden distinguir
dos partes: la primera es un rechazo de la práctica de reconocer o no a los gobiernos que
llegan al poder por un medio que no es el previsto en la Constitución respectiva, pues de
esa práctica se aprovechan gobiernos poderosos para obtener ventajas de los países
débiles. México, al igual que otros países de este continente, la sufrió –entre otras
ocasionescomo secuela de la Revolución de 1910, y eso indujo al Gobierno mexicano a
tomar la posición contenida en el comunicado de la Secretaría de Relaciones del 27 de
septiembre de 1930, al que se le dio posteriormente el nombre de Doctrina Estrada en
homenaje a su autor, don Genaro Estrada, entonces Secretario de Relaciones Exteriores”
(PALACIOS TREVIÑO: 2004).

77 Esta percepción también se complementa en que México ha sido, recientemente, un


asiduo avalador del seguimiento de las Normas del DIP sintetizadas en la Carta de Viena,
en cuanto a los Derechos Humanos, la inserción del ciudadano en el campo internacional y,
por otro lado, a tratar de lograr decididamente (como objetivo fundamental) un mayor
acercamiento comercial con EUA y Canadá (CFR.- SUÁREZ M : 2000) 35 para sustentar y
consolidar su presencia en Centroamérica, región que tiende a escapárseles de las manos
debido a la fuerte crisis económica interna que vivió el país a mediados de los años noventa
(CFR.- RAMÍREZ: 2001). También, este tipo de política exterior ha definido a México como
un representante típico del accionar multilateral, el cual, como fenómeno reciente influye en
la compresión académica de su diplomacia (CFR.- BOERSNER: 2003).

Así mismo, la Federación Rusa expone una Nueva Diplomacia que aún no ha superado con
éxito el hecho de que sus instituciones diplomáticas se estructuraron y especializaron
internamente por más de 60 años a objetivos específicos que pertenecían a la URSS. Y
ahora, como esas aspiraciones internacionales han caducado para su realidad, ha buscado
remodelar todo un sistema obsoleto que, en la actualidad, groso modo, aspira a reconstruir
su erosionada actitud imperialista, sea con la firma de múltiples acuerdos internacionales
que anhelan dar soporte a su debilitado sistema político interno (CFR.- IVANOV: 2002). La
Federación Rusa, en la actualidad ha hecho esfuerzos por depurar sus instituciones
diplomáticas y para ello ha tenido que invertir esfuerzos para acercar a sus funcionarios a
temas poco habituales para su agenda internacional. Debido a los cambios a escala
mundial, los funcionar la consecución al mismo tiempo de sus intereses nacionales, Rusia
tuvo que vivir un proceso de repliegue obligado que le impidió desplazarse en lo que se
refiere a política exterior plenamente, esto indudablemente incidió en una especie de
retracción de sus relaciones internacionales (CFR.- JOUBLANC: 2004). En segundo lugar,
posteriormente, la administración del Presidente Putin ha instrumentado una política exterior
basada en una naturaleza pragmática, denominada por ellos como una “orientación

multivectorial” (CFR.- JOUBLANC: 2004).

Seguidamente, el Reino Unido nos presenta una Nueva Diplomacia más acomedida a los
hechos presentes que trascendentales. En alusión a una vertiente de la Nueva Diplomacia
Norteamericana, el Reino Unido ha asumido una postura más dada a analizar los focos de
riesgo internacional desde el mismo momento en que se gestan para actuar sobre ellos y
evitar un conflicto futuro (CFR.- STRAW: 2002). En el perfecto alarde de una poca
preocupación, sino más bien, mucha ocupación (CFR.- FISHER: 2004), la diplomacia
inglesa participa insistentemente en las relaciones internacionales con mayor celeridad y
puntualismo a diferencia de lo que tradicionalmente había ostentado con su típico
conservadurismo. Este cambio se ve fundamentado en el desarrollo de las tecnologías de
comunicación, las cuales, como mencionamos antes, han abreviado las distancias
geográficas permitiendo así un asequible proceder en los asuntos de su interés.

79 Y finalmente, China nos da una idea de una Nueva Diplomacia en cuanto a que su
interés por ser una potencia mundial más declarada (CFR.- OWEN: 2003), al menos, para el
continente asiático, la ha llevado a sumir posturas que a la luz de algunos estudiosos son
excepcionales. China, al igual que Rusia, ha estado sumergida en un proceso de
desideologización de su política exterior con la salvedad que éste comenzó a originarse
desde la segunda mitad del siglo XX y que anhelaba la aceptación de China a nivel
internacional. Además, su sistema político inició la culminación de un proceso de
reestructuración nacional que busca acoplar su sistema de mercado comunista con el
sistema de mercado capitalista presente en la región asiática. Incluso, China fue aceptada
en la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) en el 2004, lo cual le permitirá
acceder en el 2005 a un mercado de más 1700 millones de consumidores. Sin embargo, lo
más resaltante de la actual percepción política internacional de China para Asia y el resto
del mundo es que para ingresar a la ASEAN cumplió con un conjunto de requisitos
inspirados en principios democráticos y neoliberales, en contraste con lo que expresa su
constitución, donde se afirma que es un país comunista. La nueva diplomacia China se
propone crear las bases necesarias para insertar más aún a China en el comercio mundial y
el haber ingresado a la ASEAN puede visualizarse como un inmenso logro diplomático y
comercial, típico de un país conciente de ser una gran potencia en el siglo XXI. En caso
contrario, la diplomacia de China ha tenido un aspecto cuestionable con respecto al tema de
Taiwán. La confrontación se remonta a 1949 cuando las relaciones entre ellos se fracturan.
China considera a la isla de Taiwán como una de sus provincias y, por su parte, Taiwán se
define asimismo como Estado Independiente. China tradicionalmente ha utilizado muchos
recursos diplomáticos y políticos internos oficiales para tratar de persuadir a Taiwán de su
funesta actitud nacionalista (CFR.- MEYER: 1997). Sin embargo, su tradicional postura
conservadora cambió sobre este tema en los últimos años al hacer uso de una política
provocadora mediante prácticas de mísiles y movilización de armamento naval a pocos
kilómetros del territorio de la isla, para dejar bien sentado su poderío militar. Esta actitud que
podría definirse como presumida y ostentosa, indica un pasaje atípico en la historia

80 internacional contemporánea porque pocas veces se había alcanzado un punto en que la


política exterior de un estado asiático haya causado tantas sospechas a los demás Estados
de la región. Además, esa actitud es huella y prueba de que las conquistas del DIP en el
NOI no son tales. Aún luce inimaginable una fecha en que la comunidad internacional pueda
tener mecanismos efectivos de respuestas cuando no tolere más este tipo de
procedimientos. Pero, al menos ya se sabe por donde comenzar, es decir, por dejar atrás el
elemento de las considerables correlaciones de fuerzas que puedan tener los actores que
forman parte en un conflicto como prisma para administrar la justicia internacional.

Visto así, la diplomacia en los últimos años ha tenido tareas vistosas y quizás pueda
entenderse que 1) el NOI favorece y tolera procedimientos diplomáticos poco
convencionales que tiempo atrás no hubieran sido posible ejecutarlos, asimismo, deja
entender que los mecanismos reguladores de las Relaciones Internaciones entre los
Estados (como el DIP o la Organización de las Naciones Unidas con su Consejo de
Seguridad) no son suficientes para controlar los excesos nacionales ni su repercusión en el
panorama internacional. De esa manera, es posible hablar de un NOI más susceptible a la
incidencia de nuevas manifestaciones diplomáticas; 2) conjuntamente, esos nuevos
procedimientos diplomáticos son en su totalidad prácticas innovadoras que los Estados
actuantes, anteriormente en su historia, no habían reparado o pensado en ellos, lo que los
define como prácticas diplomáticas modernas que superan a ciertas prácticas tradicionales
porque con ellas se pueden conseguir con mayor rapidez o seguridad ciertos objetivos; 3)
igualmente, esas prácticas dan noción de una clara intención de ajustar u optimizar las
instituciones internas de los Estados ante los nuevos paradigmas sociales internacionales;
4) estas nuevas prácticas diplomáticas han sido influenciadas por los adelantos tecnológicos
de manera que ahora las conversaciones y comunicaciones escritas se transmiten con
mayor fluidez, lo que ayuda a que las tomas de decisiones se inserten con gran dinamismo
en las relaciones internacionales; 5) y finalmente, dentro de esas prácticas y pese a los
cambios políticos, aún se manifiestan

81 características que nos dan nociones de continuidad de viejas políticas exteriores, como
la doctrina Monroe en formas novedosas, las consideraciones geopolíticas, etc. 2.2.- La
Diplomacia Y Sus Formas: 2.2.1.- La Diplomacia:

La diplomacia es una de las artes más antiguas del mundo (CFR .- COULUMBIS: 1986). Las
evidencias de esta afirmación se remontan a las antiguas culturas asiáticas donde se
practicaba rudimentariamente y a las antiguas culturas europeas donde adquirieron un
sentido más institucional 36 , es decir, la diplomacia en sus orígenes dejó a un lado las
recurrentes actividades de simple mensajería y avanzó a otros niveles, como la negociación
de asuntos de interés entre aquellos primitivos centros de poder (CFR.COHEN: 1996).
Según Guillermo Marín, este avance indica la primera gran revolución de la diplomacia:

“La primera revolución de la diplomacia fue la de su nacimiento como institución. En


realidad, el arte u oficio de las relaciones internacionales existe desde que se produjeron los
primeros contactos entre pueblos diferentes, durante la más remota Antigüedad. Se sabe
que, ya en el siglo XIV A.C., había algún tipo de relación formal entre egipcios y habitantes
de la Mesopotamia. Pero fue el contacto estrecho entre las ciudades-estado de la Grecia
clásica lo que dio origen a la diplomacia institucionalizada. Heraldos y un cierto código de
conducta le otorgaron carta de naturaleza. Las relaciones diplomáticas de esta primera
época tenían carácter puntual. A partir de entonces, paulatinamente, el poder político se fue
centralizando y la comunicación entre las distintas entidades que lo albergaban se fue
intensificando” (MARÍN: 2000).
36

Incluso, en el Imperio Romano fue el primero en otorgar pasaportes a sus ciudadanos con la
finalidad de controlar su tránsito dentro de las posesiones del imperio. Los pasaportes y
salvoconductos eran estampados sobre placas de dob le metal, las cuales se plegaban de
una forma especial. Los romanos llamaban a estos documentos diplomas. (CFR.- RAMÍREZ
VAZQUEZ: 2001, 1). Etimológicamente “Diplomacia deriva de la palabra diploma, que a su
vez proviene del verbo griego diplóo, que significa doblar. Los diplomas eran los
despachados, privilegios u otros instrumentos autorizados por un Soberano y respaldados
por su sello y armas. El original quedaba convenientemente archivado. De ahí que la
diplomacia, durante muchos años, se asoció en la mente humana a la conservación de
archivos, al análisis de antiguos tratados o bien a la licencia o privilegios conferidos a una
persona. Sin embargo, hoy en día, se refiere básicamente al estudio de la formulación y a la
ejecución de la acción exterior de los Estados, realizada por medios pacíficos” (MORALES
LAMA: 2004) (VER.- RAMÍREZ VAZQUEZ: 2001).

82 La segunda gran revolución de la diplomacia ocurrió en las aproximaciones al siglo XIV


en Europa, cuando Italia fomentó que los representantes de las ciudades renacentistas se
establecieran de forma permanente en otras ciudades con el objeto de alejar las amenazas
internas de guerra entre sus principados. El empleo sistemático de enviados con fines
diversos había caducado para dar paso a representaciones más formales y prolongadas
concientes de la búsqueda de la paz y el entendimiento (MARÍN: 2000).

“… -Los - Gabinetes encargados de los negocios extranjeros seguían, desde la corte, las
andanzas de los primeros embajadores. Se había inventado la fórmula de la diplomacia
moderna: una organización apoyada en un Ministerio de Asuntos Exteriores en e l centro y
embajadas en la periferia, y el ejercicio incipiente de una tetralogía de funciones
diplomáticas (observación e información, negociación, representación y protección de los
intereses nacionales). El Estado nación surgido en Westfalia, tres siglos después, consolidó
la segunda revolución de la diplomacia. Las relaciones entre las unidades políticas estatales
estaban canalizadas, y eran controladas desde los polos donde se concentraba el poder”
(MARÍN: 2000). Desde entonces, la prosperidad de la diplomacia recorrió un camino hacia la
madures de una tercera revolución un tanto hipotética para Guillermo Martín:

“La diplomacia de la tercera revolución, si llega, no será ni tan ocasional como la de la


Antigüedad ni tan rígida y canalizada como la moderna, pero tendrá elementos de ambas.
Se parecerá más a un magma de flujos, esporádicos y permanentes a la par, de las más
diversas procedencias y hacia las direcciones más variadas. Escurridiza al control
centralizado, será más dispersa y más global. Más cooperativa y más abierta. Mucho más
compleja. Un desafío para quien la tenga que gestionar” (MARÍN: 2000). No obstante,
Manuel Morales Lama distingue cinco etapas evolutivas de la diplomacia, las cuáles, al igual
que lo señala Guillermo Marín, tuvieron su origen cuando los primeros grupos de poder
organizados trataron de evitar las soluciones violentas por medio del diálogo y la
negociación (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 32).

83 Manuel Morales Lama indica que la primera etapa se extiende desde los orígenes hasta
el siglo XV. Esta etapa se distingue por ser ambulatoria o circunstancial, debido a que se
envían embajadores únicamente cuando hay que resolver asuntos precisos, como
conclusiones de tratados de paz, alianzas, acuerdos comerciales, declaraciones de guerra, y
por ser, además, informal, ya que no se habían establecido reglas fijas. También, agrega,
esta diplomacia era condicionada por la geografía, a causa de las limitaciones de los medios
de comunicación (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 33).

La segunda etapa coincide con la época en que los grandes descubrimientos y el


renacimiento provocaron en Europa un movimiento de interpenetración de los pueblos. El
desarrollo de la diplomacia se vio animado por un rasgo permanente (se destinaron
enviados con la idea de permanecer por largo tiempo en el territorio de otro Estado y se
reglamentaron las funciones diplomáticas), inconstante (las reglas eran imprecisas, en
especial, a lo concerniente a privilegios, inmunidades y precedencias, siendo esto último
motivo de innumerables conflictos), no existía una carrera diplomática (los enviados eran
seleccionados por el Soberano entre los magistrados, grandes comerciantes y otros
hombres de confianza), representación del Soberano (el enviado era considerado un
presentante del gobernante más que de un Estado) y, misión de observación y vigilancia
(debido a que los enviados se convirtieron en centros de espionaje e intriga de los asuntos
del estado receptor, eran mal vistos por esos Estados, hasta que el Tratado de Westfalia de
1648 especificó la necesidad de vigilancia constante y recíproca de las naciones, por lo que
contribuyó de manera significativa a generalizar el sistema de diplomacia permanente en
Europa debido a que estableció la igualdad jurídica de los Estados y la libertad religiosa;
regulando las relaciones entre la Iglesia Católica y la Protestante) (CFR.- MORALES LAMA:
2004, 34-36).

84 En la tercera etapa (diplomacia clásica), la diplomacia adquirió características estables,


gracias al Congreso de Viena de 1815 y la difusión de varias obras (CFR.MORALES LAMA:
2004, 36) 37 . Esta etapa se caracteriza porque: a) los diplomáticos son representantes del
Estado, al igual que las misiones diplomáticas; b) comienza a desaparecer el espionaje y la
subversión de las Misiones Diplomáticas y; c) la diplomacia comienza a ser ejercida por
diplomáticos y se descentralizan las decisiones diplomáticas, las cuales, ahora, no serían
del todo plenipotenciarias (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 37-38).

La cuarta etapa comienza con la mitad del siglo XX. Sus orígenes se vincularon a la
necesidad de revisar los principios vigentes de la convivencia internacional, luego de las
espantosas experiencias de la primera y segunda guerra mundial. En este nivel la
Diplomacia se caracterizó por: a) ser más abierta o pública, porque se inicia con la
publicación y registro de todos los tratados internacionales sin menoscabo, por supuesto, de
la reserva que en general, debe proteger su elaboración y negociación, ocasionando,
además, el fin de la diplomacia secreta; b) por ser una diplomacia de bloques, los Estados
se reunían en bloques que compartieran su misma ideología y las decisiones las tomaba el
Estado que dirigía el bloque; c) las relaciones diplomáticas ahora tienen lugar entre
gobiernos y pueblos; d) la opinión pú blica y los objetivos económicos adquieren importancia
en las tomas de decisiones diplomáticas; e) el abandono de la doctrina de la
extraterritorialidad (ahora las sedes diplomáticas se hallan bajo la soberanía del Estado
receptor, contraviniendo un precepto que imperó por siglos); finalmente, f) aparece la
diplomacia técnica (las decisiones ahora podían ser tomadas por cuadros técnicos en las
reuniones de los organismos internacionales) (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 39-42).

37

Manuel Morales Lama menciona: De Legationibus Libri Tres de Gentili, A. (1612); De Iure
Belli et Pacis de Grotius H. (1625); De La Manière De Nègocier Avec Les Souverains De
Callières (París, 1717); L’ Ambassadeur et ses fonctions de Wicquetfort (La Haya, 1724); y
De Foro Legatorum de Bynkershoek (1727).

85 La quinta etapa, según Manuel Morales Lama, la reconoce como la diplomacia


contemporánea. Acá, la diplomacia esta en un proceso de revisionismo que procura
ajustarse a las nuevas tendencias del orden internacional, como por ejemplo: a) el que la
sociedad internacional se haya transformado en una sociedad eminentemente política; b) el
afianzamiento del Derecho Internacional; c) la aparición del la diplomacia parlamentaria; d) y
la interdependencia de los Estados y el constante aumento de asambleas internacionales
que crean o generan (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 42-43).

Desde entonces es inapropiado negar que la diplomacia no sea una herramienta que sirve
para representar los intereses de un país en sus relaciones con el exterior. La diplomacia es
el motor de las relaciones internacionales, es un medio de comunicación un instrumento
científico y artístico de negociación muy eficiente que se sustenta en la reciprocidad
internacional (CFR.- GARCÍA: 1982, 66) y su ejercicio inteligente supone claridad de
objetivos en materia de política exterior (CFR.- ICAZA: 1999, 11). La diplomacia “permanece
en el cuarto de máquinas de las relaciones internacionales” (COHEN: 1998, 04).

En síntesis, la diplomacia ha cambiado según el contexto histórico en que se ha encontrado,


sin embargo, pareciera que uno de sus aspectos más distintivo e invariable es un rasgo
rígido y canalizado, pero antes de hacer cualquier otra apreciación ante este tema es
conveniente la revisión de ciertos conceptos que de alguna u otra forma han descrito lo que
hemos conocido a través del tiempo como Diplomacia.

86 Específicamente, el uso del término “Diplomacia” es relativamente nuevo y se remonta a


1796 en Inglaterra, cuando Edmund Burke promovió que se le atribuyera éste a las
relaciones formales entre los Estados en el ámbito internacional (CFR.NICHOLSON: 2003)
38 . Tiempo después el Congreso de Viena de 1815 y el Congreso de Aquisgrán de 1818,
sumaron a este concepto nociones que añadían el tema del servicio diplomático como
profesión con reglas y jerarquías propias y como parte del servicio público de los Estados
(CFR.- MORALES LAMA: 2004, 26). En conferencias posteriores la diplomacia adoptó
nociones más precisas en la forma de reglas, inmunidades y privilegios, para el desempeño
de la labor diplomática y del diplomático (CFR.RAMÍREZ VAZQUEZ: 2001), por lo que a
finales del siglo XIX se había progresado en lo referente a la definición de la par te
pragmática de la diplomacia, pero era otra realidad tratar de definir con exactitud las
dimensiones de este término en sentido teórico. Definiciones vacías y vagas venían e iban y
sólo en el siglo XX la teoría comenzó a configurar algunas definiciones valiosas acerca de
este concepto. Una definición de la Diplomacia, un tanto básica, la podemos obtener de la
óptica de Harold Nicholson:

“Diplomacia es el manejo de las relaciones internacionales mediante la negociación; el


método merced al cual se ajustan y manejan esas relaciones por medio de embajadores y
enviados; el oficio o arte del diplomático” (NICHOLSON: 1955, 14).

Harold Nicholson también indica que “Burke criticó a los franceses por su diplomacia
ambivalente durante las Guerras Napoleónicas. Desde entonces el término se circunscribe
al ámbito de la política internacional y de los asuntos exteriores”.

38

87 En cambio, Korovin establece que la diplomacia debe ser considerada como un trabajo
cotidiano y pacífico para el estímulo y mejora de la política exterior y que corre a cargo de
los órganos de los Estados para las relaciones internacionales (CFR.KOROVIN: 1976, 288).
Mientras que José Lión Depetre alude que la Diplomacia es “la ciencia y el arte de la
representación de los Estados y de las negociaciones” (DEPETRE: 1974). Sin embargo,
para él, en un sentido más juicioso, en la actualidad se podría hablar de Diplomacia como:
“El método para establecer, mantener y estrechar las relaciones oficiales entre los Estados,
mediante negociaciones efectuadas por Jefes de Estado o de Gobierno, Ministros de
Relaciones Exteriores y agentes D iplomáticos” (DEPETRE: 1974). Por su parte, José Ángel
Ruiz Jiménez, menciona que: “Tradicionalmente, el término diplomacia se utiliza por lo
menos en dos sentidos: el primero y más restringido hace referencia al proceso por el cual
los gobiernos mantienen relaciones por medio de agentes oficiales y bajo las condiciones
formales del derecho internacional; el segundo, de ámbito más amplio, define a los métodos
o técnicas de la política exterior que influyen en el sistema internacional, o sea, al arte de la
negociación como eje de las relaciones internacionales. Respecto al primer sentido, el
objetivo de la diplomacia convencional es ampliar y mejorar los intereses del Estado. Éstos
se centran sobre todo en salvaguardar su independencia, seguridad e integridad —territorial,
económica y política— y en obtener la más amplia libertad de acción. Además, este tipo de
diplomacia busca obtener las máximas ventajas para la propia nación, preferentemente
evitando el uso de la fuerza y la creación de resentimientos en otros Estados. La diplomacia
tradicional persigue el reforzamiento del Estado obteniendo ventajas y aliados en la arena
internacional al tiempo que neutraliza a sus oponentes, habitualmente mediante el recurso
de generar buena voluntad hacia el Estado que representa. Es una alternativa a la guerra
para la obtención de los objetivos de los países, siendo sus armas la palabra y una voluntad
de negociación que frecuentemente, aunque no en todos los casos, se orientan hacia la
preservación de la paz. De forma general, aunque no invariablemente, la diplomacia negocia
la obtención de acuerdos y resuelve los problemas que surgen entre los Estados. Puede
incluir amenazas coercitivas, estando su alcance, flexibilidad y efectividad íntimamente
ligados al poder del Estado o Estados que recurren a ellas” (RUIZ JIMENEZ: 2004, 82-83).
O, cabe mencionar, la clásica definición de Paúl Sharp, y que, a nuestro juicio, es la más
precisa de las que hemos podido analizar:

88 “Diplomacia es la discreta práctica humana formulada por una explícita construcción;


representación, negociación y la manipulación necesaria de identidades ambiguas. –Y-
Como tal, provee poderosas metáforas no sólo del entendimiento de la labor diplomática,
sino para el entendimiento de las relaciones internacionales en general” (SHARP: 1999, 32).
Finalmente, en el Artículo 3 de la Convención de Viena Sobre Relaciones Diplomáticas,
firmada el 16 de Abril de 1961 se afirma que las funciones diplomáticas son básicamente las
siguientes: “a) Representar al Estado acreditante ante el Estado receptor; b) Proteger en el
Estado receptor los intereses del Estado acreditante y los de sus nacionales dentro de los
límites permitidos por el derecho internacional; c) Negociar con el Gobierno del Estado
receptor; d) Enterarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la evolución de
los acontecimientos en el Estado receptor e informar sobre ello al Gobierno del Estado
acreditante; e) Fomentar las relaciones amistosas y desarrollar las relaciones económicas,
culturales y científicas entre el Estado acreditante y el Estado receptor” (ORGANIZACIÓN
DE LAS NACIONES UNIDAS: 1961). Como vemos, cada uno de estos conceptos deja
entrever que será diplomático, y pertenecerá al derecho diplomático, todo aquel
procedimiento o acción acometida por los Estados para con otros Estados o sujetos del
Derecho Internacional, en donde prive necesariamente la formalidad, la cual se entenderá,
como el acto internacional que goza de cierto grado de legitimidad y legalidad ante los ojos
del Derecho Internacional o demás Estados del mundo (CFR.- CAHIER: 1965). Y
específicamente es más formal el acto diplomático que, según el Derecho Diplomático,
reconozca: “el conjunto de normas jurídicas destinadas a regular las relaciones que se crean
entre los diferentes órganos de los sujetos de derecho internacional encargados de manera
permanente o temporal de las relaciones exteriores de tales sujetos” (CFR.- CAHIER: 1965).

Los actos formales tutelados por la diplomacia definen sus principales funciones, éstas
podrían establecerse en cuatro aspectos: a) nutrir al propio gobierno de información sobre
las condiciones materiales y morales, las vicisitudes políticas y las intenciones del país en el
que el diplomático está acreditado; b) la cual compete
89 principalmente al Ministerio de Asuntos Exteriores y consiste en la lectura y
procesamiento del material informativo obtenido de sus representantes diplomáticos y
consulares, así como de la prensa internacional; c) la diplomacia debe aconsejar a los
gobiernos en circunstancias de política internacional de particular importancia. Esa es, de
largo, la más delicada función y la que pone de manifiesto la ambivalencia de la profesión
diplomática, pues el embajador es un técnico de las relaciones internacionales que debe
sopesar cuidad osamente las consecuencias de sus acciones e iniciativas y; d) es función
de los embajadores informar e ilustrar a los gobiernos extranjeros acerca de las valoraciones
y posturas negociadoras del propio (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 82-84).

La teoría diplomática está estrechamente asociada al derecho internacional. Este marco


jurídico continuamente discutido y modificado conformó reglas de interacción que ejercen
una influencia sobre el concepto moral y el deber internacional (CFR.CAHIER: 1965). Entre
esas reglas, existen dos configuraciones normativas que sustentan, cuando mucho, la teoría
diplomática. Nos referimos al Derecho Diplomático y al Derecho Consular.

2.2.2.- Derecho Diplomático Y Consular: El Derecho Diplomático es una rama del DIP y
regula el status diplomático, así como las relaciones que se crean entre los Estados (o de
éstos con otros sujetos de derecho internacional) de igual manera, establece y regula a los
órganos y agentes encargados de las relaciones exteriores de manera permanente o
temporal. Asimismo, establece las normas que regulan las negociaciones que estas
representaciones han llevado a cabo (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 20). Sin embargo, es
preciso establecer la diferencia entre el Derecho Diplomático y la Diplomacia. Esta última, es
esencialmente la técnica y el arte de conducir la política exterior de los Estados. Mientras
que el derecho diplomático establece las normas y procedimientos que regulan las
relaciones de los mismos. En consecuencia, la Diplomacia viene a ser un componente

90 esencial del Derecho Diplomático, posiblemente su parte más noble (CFR.- MORALES
LA MA: 2004, 20).

El Derecho Consular, por su parte, se refiere al conjunto de normas jurídicas que regulan el
establecimiento de las relaciones consulares, el status de las oficinas consulares así como
la competencia y el ejercicio de las funciones consulares. A diferencia del Derecho
Diplomático, que es una rama del DIP, el Derecho Consular comprende normas jurídicas de
carácter internacional y también las disposiciones propias del derecho interno de los
Estados (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 21). El Derecho Consular configura el papel de la
Sección Consular de los Ministerios de Relaciones Exteriores. La Sección Consular es la
responsable de todas aquellas actividades relacionadas con la actividad consular
propiamente dicha, entre las cuales están aquellas referentes a visas, actividades notariales,
seguimientos de los nacionales radicados en el país receptor (protección y seguridad) 39 ,
emigraciones, despacho de barcos etc. (CFR.- HERNÁNDEZ: 1997).

Tanto el Derecho Diplomático como el Consular, encuentra referencia normativa en la


Convención de Viena Sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 y en la Convención de Viena
Sobre Relaciones Consulares de 1963. Dichas normas, que nacieron como tratados
internacionales, se sustentaron en las conductas habituales y regulares que asumían los
Estados cuando establecían relaciones formales con otros Estados a lo largo de la historia
(derecho consuetudinario); y en los tratados, reglamentos y acuerdos de entendimiento en
materias similares que los Estados hayan suscrito en la historia para dar coherencia a sus
relaciones diplomáticas con otros Estados (derecho conv encional). Una vez constituidas,
establecieron las funciones contemporáneas de la diplomacia, las cuales, fueron más
consolidadas cuando en 1969 se firmó la Convención de Viena Sobre

39

Se dice que el tipo de protección de los nacionales en el exterior determina en su totalidad la


acción consular.

91 el Derecho de Tratados Internacionales. Cada convención fue aprobada por la


Organización de las Naciones Unidas (CFR.- GARCÍA: 1982, 80) 40 .

Estas normativas permitieron categorizar y definir el servicio diplomático y consular 41 .


Gracias a ellas, se realizaron distinciones y categorizaciones básicas en un campo que, si
bien poco estuvo amenazado por el desorden, necesitaba un ordenamiento jurídico
internacional que regulara las acciones diplomáticas para brindar mayor legitimidad y
legalidad a los esfuerzos por contribuir: “al desarrollo de las relaciones amistosas entre las
naciones, prescindiendo de sus diferencias de régimen constitucional y social”
(ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS: 1961), y al “desempeño eficaz de las
funciones de las misiones diplomáticas en calidad de representantes de los Estados”
(ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS: 1961).

Las relaciones diplomáticas y consulares poseen similitudes y diferencias. Similitudes,


porque están unidas por un perfil externo común, es decir, ante todo las relaciones
diplomáticas y consulares van a establecerse y llevarse bajo la supervisión del órgano que,
autorizado por el derecho interno del estado, cumple la función de dirección política exterior
del país. Diferencias, porque pese a que son sistemas de relaciones internacionales c uyas
funciones están precisamente contempladas por el derecho interno y DIP, ambos buscan
fines diferentes. Por ejemplo, las relaciones

diplomáticas pueden ser multilaterales, pero las consulares pueden ser bilaterales; las
relaciones diplomáticas se rigen por el DIP tanto en su forma como en su fondo, mientras
que las relaciones consulares surten efectos de derecho interno; las declaraciones de un
embajador pueden generar consecuencias y obligaciones al Estado, en cambio, las
declaraciones de un cónsul generan consecuencias en el derecho interno. Como vemos, las
relaciones diplomáticas poseen más vínculo con la representación del

O Véase RAMÍREZ VAZQUEZ: 2001. Por ejemplo, la Convención de Viena Sobre


Relaciones Diplomática estableció la jerarquía de los agentes que ejercían la diplomacia, es
decir, los diplomáticos: a) embajadores, legados y nuncios apostólicos; b) enviados
extraordinarios y ministros plenipotenciarios; c) ministros residentes; d) encargados de
negocios.
41

40

92 Estado que las relaciones consulares (actividades más técnicas), por lo cual, no sería
inapropiado pensar que un Estado acredite a sus agentes diplomáticos, de una u otra rama,
haciendo valer la importancia de uno con respecto a la importancia del otro. Tal cual como
así sucede el embajador es nombrado con una carta credencial. Y el agente diplomático de
la rama consular es nombrado con una carta patente. Véase el siguiente gráfico donde se
leen estructuradamente las diferencias:

Relaciones Diplomáticas Es Multilateral y Bilateral. Se rige por el Derecho Internacional


Público Las declaraciones generan consecu encias y obligaciones para el Estado.
Representan al Estado. Se acreditan por cartas credenciales.

Relaciones Consulares Es Bilateral. Se rige por el Derecho Interno y el Derecho


Internacional Público. Las declaraciones sólo generan consecuencias en el derecho Interno.
Es una función de carácter técnico. Se acreditan por cartas patentes.

Las convenciones de Viena, si bien, marcaron las diferencias entre las relaciones
diplomáticas y consulares, también enmarcó algunos principios doctrinarios únicos para
ambas ramas, como el derecho de legación o jus legatio. El derecho de legación es la
facultad que tienen los Estados para enviar o recibir emisarios oficiales en representación de
sus gobiernos (CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001, 3) 42 . El jus legatio cuenta con dos
aspectos: el jus passivum (derecho de recibir) y el jus activum (derecho de enviar), tal
derecho puede ser utilizado libremente por todos los Estados con personalidad jurídica
internacional, ante otros Estados y ante las organizaciones internacionales (CFR.- RAMÍREZ
VÁZQUEZ: 2001, 3).

“El derecho de legación depende del interés de los Estados por mantener relaciones
internacionales. El derecho de legación puede establecerse por medio de tratados en los
que las partes contratantes reconozcan la facultad de usar dicho derecho en sus relaciones
recíprocas” (CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001, 3).

42

O Véase también MORALES: 1986. O Véase MORALES LAMA: 2004, 98.

93 La representación diplomática es ente de derecho internacional siempre y cuando goce


del reconocimiento recíproco entre los Estados. Los Estados de acuerdo a su soberanía
intern a tiene la competencia de nombrar a sus agentes diplomáticos. Un país puede
nombrar a quien mejor le parezca para representarlo en el extranjero: pero es indiscutible,
asimismo, que las autoridades del gobierno que van a recibirle pueden, en virtud de igual
derecho, no aceptarlo en su territorio (persona non grata) (CFR.RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001,
2) 43 . Un agente diplomático tiene la función de representar y proteger los intereses del
Estado que lo envía. La correcta elección de los agentes diplomáticos, normalmente, influye
en el éxito de la representación de un Estado en el exterior. Y decimos normalmente, porque
a veces existen elementos o fuerzas profundas, que están fuera de alcance por parte de los
agentes diplomáticos. En vista de este hecho que genera deficiencia a la labor diplomática,
existe un recurso que compensa esa situación: el sentido de la oportunidad.

Es decir, dado que la diplomacia busca el acercamiento entre los Estados en razón de un
objetivo y cuidando el contenido y la forma de sus relaciones, en base a la negociación
internacional 44 , ésta intentará conseguir los objetivos en razón de bases confiables, pero
como las relaciones sociales no ofrecen este tipo de bases, sólo podrá conjeturar sus
mecanismos y estrategias de negociación en ideas y percepciones endebles de la realidad y
coyuntura internacional que le rodea, a no ser que sustente esa deficiencia natural con
grandes bancos de información. Este escenario de incertidumbre, igualmente, amerita
desarrollar un sentido de la oportunidad para explotar al máximo los hechos internacionales
y, en especial, los hechos fortuitos. A demás, como las actividades diplomáticas pueden
fortalecer la posición de un país dentro de la esfera internacional, el correcto uso de las
oportunidades obtiene un doble valor. La capacidad de respuesta de los cuadros
diplomáticos en la arena internacional es, sin duda, punto

O Véase también MORALES: 1986. O Véase MORALES LAMA: 2004, 154. La Negociación
es la tarea más empleada y conocida en el ámbito diplomático ya que al apoyarse en la
forma, el fondo y los medios para establecer una comunicación intercultural, se vuelve la
herramienta más utilizada y que genera los mejores resultados en materia de política
exterior.
44

43

94 clave para cualquier aspiración de éxito, pero debe tener en cuenta que las fuerzas que
acentúan las asimetrías de poder siempre acarrearán insospechadas consecuencias. Por
ello, la diplomacia en sus largos años de experiencia ha tenido una mayor necesidad de
contar con diplomáticos hábiles capaces de tener éxito ante las orientaciones políticas
dispares, y en especial, para la diplomacia de los países en incipiente desarrollo, los cuales,
como poseen una posición pasiva en el entorno internacional, están más necesitados de
cuadros diplomáticos especializados, cosa que no significa la clave del éxito, pero si
aumenta las posibilidades de no peder terreno y preponderancia en las estructuras de poder
mundial. Así, la negociación internacional puede disminuir las asimetrías de poder
internacional, mientras que la negociación diplomática tiene como finalidad encontrar la
mejor solución posible a conflictos internacionales, que genera alternativas que favorezcan
los intere ses de las partes y establezcan líneas de acercamiento y cooperación, teniendo
cuidado de no desaprovechar las oportunidades.

El derecho internacional establece que entre las funciones que debe desempeñar un
diplomático se encuentran la de la observación. Se debe entender como observación
recopilar información por todos los medios legales sobre la situación del Estado receptor y
enviarla al Estado que lo acredita. Los diplomáticos son extranjeros que representan los
intereses del Estado que los acredita y por ello buscan allegarse información útil para los
fines del gobierno. La observación deja de ser una tarea diplomática cuando los
diplomáticos bajo el amparo de sus privilegios e inmunidades se encargan de recopilar
información confidencial de los gobiernos que los recibe, por esa razón, la diplomacia puede
teñirse de mala fama si la observación se confunde con el espionaje (CFR.- RAMÍREZ
VÁZQUEZ: 2001, 4).

95 2.2.3.- Modalidades De Interacción Diplomática: Las modalidades en las que se realizan


los acercamientos diplomáticos entre los Estados son sumamente complejas, variadas e,
incluso, en diferentes niveles (CFR.RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001, 4-5). Los Estados emplean
determinadas formas o patrones de acercamiento con otros Estados considerando sus
intereses nacionales y sus prioridades en la agenda internacional. No existe una forma única
para realizar un acercamiento diplomático, las circunstancias muestran a los Estados un
mosaico de posibilidades para establecer, mantener y fortalecer las interacciones
diplomáticas con otros Estados (CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001, 4-5). La complejidad y la
divers idad de las interacciones internacionales han llevado a los estudiosos a clasificar de
diversas maneras las modalidades diplomáticas. Por ejemplo, existen clasificaciones en
base: a la pertinencia o conveniencia, a la forma de decidir, a la forma de actuar, a los
actores que intervienen, a períodos históricos, a las zonas geográfica en que se encuentran
los actores y, especialmente, en base a la formula doctrinaria y coyuntural que pueden
asumir los Estados con respecto a los miembros de la escena internacional. Este

horizonte se complica aún más cuando se percibe que cada uno de los elementos a evaluar
puede adoptar o asimilar otros elementos. Es decir, una modalidad de actividad diplomática
puede valerse de otra para aumentar su capacidad funcional. No obstante, antes de
desarrollar este punto hay que indicar cuál es el papel que desarrolla la diplomacia como
elemento administrador de la política exterior de los Estados. Una política exterior es traducir
los intereses nacionales de un Estado en el plano internacional para lograr beneficios a
corto, mediano o largo plazo. En esta perspectiva, no existen gastos en política exterior sino
inversiones (CFR.- MORALES, Miguel: 2000). O en las palabras de Josef Thesing: “La
política exterior es definida como el intento de representar los intereses de un Estado, para
de esta forma lograr influencia con respecto a otros Estados. Este esfuerzo forma parte de
un sistema de intereses y posibilidades internas y externas que también pueden traducirse o
concretarse en la constelación de la política mundial” (CFR.- THESING).

96 En cuanto a los intereses que con orman la política exterior de un Estado, ésta puede ser
dividida en dos fuentes: Intereses del Gobierno e Intereses del Estado. Cada una por su
cuenta conforma la Política Exterior del Gobierno y la Política Exterior del Estado. Una vez
juntas crean la Política Exterior de la Nación, aunque es muy posible que en la unión un tipo
de intereses prevalezca sobre el otro. Posteriormente, las manifestaciones de la Política
Exterior se concentran en el organismo, secretaría o ministerio de asuntos exteriores de la
nación para que ésta institución ejecute la política exterior y le de debido seguimiento. El
organismo ejecutor de la política exterior, por definición, son las actividades diplomáticas, es
decir, las acciones e intereses que se exteriorizan en la labor de los agentes diplomáticos,
los cuales, enfocan las políticas designadas hacia los sujetos de derecho Internacional.
Finalmente, en un sentido dialéctico, los intereses del Estado y del Gobierno analizarán las
respuestas provenientes de los sujetos de derecho internacional. A manera esquemática y
simplificada el procedimiento es como sigue:

ESQUEMA DE LA ADMINISTRACIÓN DE LA POLÍTICA EXTERIOR

Intereses del Gobierno Intereses del Estado

Política Exterior

Ministerio de Relaciones Exteriores

Divisiones Diplomáticas

Mecanismos de Ejecución Análisis Respuestas Sujetos de Derecho Internacional Política


Exterior de la Nación e Intereses de la Nación

97 Los mecanismos de ejecución de las acciones diplomáticas son, en su plena medida,


modalidades de procedimientos de acercamiento e interacción, pero vale mencionar que
dentro de las rela ciones exteriores no todo se vincula a las políticas exteriores, es decir, hay
intereses en juego que no se vinculan a la política exterior de ningún Estado, por ejemplo,
los intereses de los nuevos actores internacionales. En este sentido Luis Dallanegra dice lo
siguiente: “La política exterior es la resultante de la toma de decisiones en función de un
proyecto explícito o implícito, atendiendo al interés nacional, y no el resultado de las
‘reacciones’ frente a ‘impactos’ provenientes del sistema internacional. Las relaciones
exteriores muestran vínculos externos, pero no son la política exterior” (DALLANEGRA:
2004). 2.2.3.1.- Diplomacia Bilateral: Es la modalidad más común y ancestral de la
diplomacia 45 . De hecho, el nacimiento de la diplomacia no puede desprenderse del
nacimiento de esta modalidad de actividad diplomática. La diplomacia bilateral es el
establecimiento de relaciones entre dos Estados o entre uno de éstos y otro sujeto de
derecho internacional (CFR.MORALES LAMA: 2004, 10). La diplomacia bilateral tiene
existencia en el mismo instante en que un sujeto de derecho internacional envía
representantes al ámbito de otro sujeto de derecho internacional y éste los recibe con el
objeto de establecer relaciones, tratar temas comunes e implementar políticas (CFR.-
COHEN: 1996, 3). No
Cabe mencionar que en la Teoría General de la Diplomacia no se concibe la idea de la
“Diplomacia Unilateral”, debido a que no explica otro referente o sujeto de derecho
internacional con quien establecer relaciones. Sin embargo, la más cerca acepción a esta
idea sería los convenios unilaterales, es decir, aquellos que se establecen entre dos Estados
y donde uno acuerda en suministrarle a otro un determinado rubro, sin esperar poca o
ninguna retribución a cambio. No obstante, recientemente se ha hecho usual el uso del
término “Diplomacia Unilateral” para explicar como algunos países, de manera
independiente y sin consulta con la comunidad internacional, llevan a cabo ciertas conductas
más allá de sus fronteras ocasionando consecuencias palpables a la escena internacional.
Esa actitud supondría una política contraria a los valores de buena vecindad del ámbito
internacional, la cual, estaría en contra del máximo principio diplomático: la búsqueda de la
paz. De tal modo, que siendo esa actitud ofensiva o coercitiva o no, sería inapropiado en
considerar el término “Diplomacia Unilateral” como perteneciente a la rama de la teoría
general de la diplomacia. En cambio, podría utilizarse como un sinónimo de un tipo de
política exterior, cuyo valor sería legítimo, pues según Harold Nicholson, la Diplomacia,
como palabra y concepto, posee cinco contextos o significados distintos: como sinónimo de
política exterior; como negociación; como rama del servicio exterior; como una cualidad y;
como el proceso por el cual la negociación se lleva a cabo. El uso indiscriminado de estos
puede causar confusión. (CFR.- NICHOLSON: 1997).
45

98 obstante, los representantes deben gozar del reconocimiento legítimo del Estado que los
avala. Este hecho es tan crucial que la idea de la diplomacia es inconcebible sin una idea de
representación legítima (CFR.- SHARP, Paul. En: HAINE: 1997, 4).

2.2.3.2.- Diplomacia Multilateral: La diplomac ia multilateral se refiere a las relaciones que se


establecen entre más de dos Estados o sujetos de derecho internacional (CFR.- MORALES
LAMA: 2004, 10). Sus orígenes se remontan a los encuentros previos a la firma de la paz de
Westfalia en 1648 cuando por medio de conferencias asistieron los representantes de los
principados que participaron en la Guerra de los Treinta Años (CFR.- MORALES LAMA:
2004, 12). En comparación con la diplomacia bilateral, la diplomacia multilateral es de
reciente data si se toma en cuenta que recientemente comenzó a consolidarse. Su
consolidación estuvo relacionada con el establecimiento y evolución de los organismos e
instituciones y conferencias internacionales, más que todo, porque estas instancias
representan para los Estados foros de discusión y solución de la problemática común de la
comunidad internacional (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 5). La ONU es la instancia modelo
para la evolución la diplomacia multilateral. Allí más 182 Estados soberanos, a través de
órganos y agencias especializadas, buscan administrar los intereses y objetivos de sus
miembros en pos de salidas consensuadas en función de los fundamentos en la Carta de las
Naciones Unidas. Ahora bien, es preciso mencionar que dentro de la rama de la diplomacia
multilateral hay algunas variables que merecen ser estudiadas aparte: la Diplomacia de
Conferencia, la Diplomacia Parlamentaria y la Diplomacia de Bloques Regionales.

La diplomacia de conferencia se caracteriza porque los representantes de gobiernos o


Estados, de comunidades eclesiásticas y de agrupaciones de otra índole, toman cita en un
determinado sitio , bajo el esquema de una gran reunión, para tratar asuntos de su
competencia. Es utilizada en asambleas internacionales como típico

99 mecanismo para negociaciones multilaterales en gran escala, por ello, se utiliza en


cualquier reunión de organizaciones internacionales en la actualidad y se vislumbra como
sinónimo de diplomacia abierta (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 11-12).

La diplomacia parlamentaria se origina a partir de los esquemas y dinámicas de los grupos


regionales 46 . Específicamente, se caracteriza porque los representantes de los gobiernos
o Estados que son miembros de una institución internacional o pertenecen a un proyecto de
integración regional exponen sus intereses a los otros miembros bajo los términos de un
cabildeo legislativo donde se obtienen acuerdos mediante la creación de mayoría. De tal
manera que las decisiones de estos centros de discusión, normalmente, son obligatorias y
vinculantes a todos los miembros de la organización. Para lograr este objetivo los estatutos
jurídicos del bloque deben ser reconocidos y respetados por los congresos nacionales de
cada Estado miembro. El parlamento Latinoamericano es un ejemplo sui generis del espacio
donde se puede desarrollar la diplomacia parlamentaria en cuanto al uso de maniobras
propias de las asambleas nacionales para representar los intereses de cada Estado ante los
otros Estados. En esos centros de discusión, este tipo de diplomacia puede funcionar como
un agente de creación de normas jurídicas, contribuyendo al trabajo preparatorio de la
auténtica legislación internacional (CFR.MORALES LAMA: 2004, 12-13), por ello es vista
com o la modalidad de diplomacia que mejores expectativas ofrece (CFR.- MORALES
LAMA: 2004, 12-13).

Finalmente, la diplomacia regional, lejos de la diplomacia parlamentaria y de la diplomacia


extraregional, fomenta el diálogo entre los Estados de una determinada zona geográfica.
Las cumbres son un medio de acercamiento utilizado de forma regional y permiten al más
alto nivel desempeñar la diplomacia personal entre los jefes de Estado. Este tipo de
diplomacia de bloques regionales es la forma de la práctica

La diplomacia parlamentaria fue denominada así por el académico y político norteamericano


Dean Risk, y para R Alton Lee: “A través de esta modalidad de diplomacia los Estados
menos poderosos suelen obtener una expresión articulada y tangible de sus anhelos y
reivindicaciones” (MORALES LAMA: 2005-b).

46

100 diplomática que se ha popularizado en las últimas décadas (CFR.- RAMIREZ


VÁZQUEZ: 2001: 5).

2.2.3.3.- Diplomacia Permanente y Diplomacia Temporal: Las actividades diplomáticas


permanentes son aquellas en que los sujetos de derecho internacional manifiestan su
decidida intención de establecer representaciones antes otros sujetos de derecho
internacional de forma continua y prevaleciente (CFR.MORALES LAMA: 2004, 10). En el
caso de la diplomacia bilateral, se realiza con la institucionalización de misiones
diplomáticas residentes (Embajadas 47 ) en otros Estados, aunque cincuenta años atrás era
común a través de las Legaciones. Las Legaciones son misiones diplomáticas de rango
inferior a la Embajada, fueron históricamente muy importantes, pero después de la Segunda
Guerra Mundial la mayoría de los Estados optaron por elevar su rango y convertirlas en
embajadas, por lo cual, hoy en día, su franco proceso de desaparición ha llevado a esta
clase de Misión Diplomática a su práctica extinción, aunque aún es posible la conformación
de esta institución por el silencio administrativo de la Convención de Viena Sobre
Relaciones Diplomáticas (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 67). En el caso de la diplomacia
multilateral, se realiza con representaciones diplomáticas en las organizaciones
internacionales (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 10). Las actividades diplomáticas
temporales (también conocida como Diplomacia ad hoc) son aquellas en que los sujetos de
derecho internacional manifiestan su decidida intención de establecer

representaciones antes otros sujetos de derecho internacional de forma transitoria y no


perecedera (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 10). En el caso de la diplomacia bilateral, se
realiza con la institucionalización de misiones especiales que buscan tratar temas muy

“En las relaciones bilaterales, puede darse el caso de “Embajador Concurrente”. Éste es un
jefe de misión que por razones especiales está acreditado ante dos o más Estados, en la
misma región, y tiene su sede en aquél considerado idóneo para sus intereses por el país
acreditante. No obstante, debe tomarse en cuenta que existen países que pueden negarse a
recibir embajadores concurrentes, y que hay otros que se oponen expresamente a
acreditarlos cuando éstos tienen su sede en determinados países que ellos consideran
inconvenientes ‘por razones que no tienen la obligación de explicar’”. (MORALES LAMA:
2004-c).

47

101 puntuales. En el caso de la diplomacia bilateral, se realiza cuando se llevan a cabo


conferencias internacionales (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 10).

2.2.3.4.- Diplomacia Directa (de Cumbre o Presidencial): Este tipo de diplomacia también se
le conoce con el nombre de diplomacia Personal o de Alto Nivel. Su nacimiento se remonta
a la era de las monarquías absolutas. Se caracteriza por la injerencia o participación directa
de los Jefes de Estado o Gobierno o Ministros o Secretarios de Relaciones Exteriores en la
construcción de las relaciones entre sujetos de derecho internacional (CFR.- MORALES
LAMA: 2004, 10). Es una diplomacia al más alto nivel que requiere de una ardua labor de los
agentes diplomáticos de menor nivel; ya que las labores preparatorias que realicen traerán
el éxito o no de las reuniones (CFR.- RAMIREZ VÁZQUEZ: 2001, 5). Estos encuentros
muchas veces son decisivos para el buen entendimiento de las naciones, para la solución
de controversias coyunturales, para fomentar proyectos de cooperación, así como para
promover intercambios económicos y culturales (CFR.- RAMIREZ VÁZQUEZ: 2001, 5).
Igualmente, otra cualidad es lo espectacular de las negociaciones que se llevan a cabo entre
las altas instancias de cada Estado, lo cual, pudiera que el fracaso de la cumbre sea más
sobresaliente, irritante y peligroso (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 11). Sin embargo, en la
actualidad es cada vez más frecuente que los Jefes de Estado o Gobierno entre en
contacto, sin intermediarios, para plantear o resolver asuntos que en otros tiempos hubiera
sido tratado a través de las misiones diplomáticas (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 11).
Finalmente, vale mencionar que este tipo de diplomacia combina elementos tanto de la
diplomacia multilateral como de la bilateral. Por una parte, conserva ciertos rasgos propios
de las negociaciones en los foros internacionales, pero esta libre de complejas reglas de
procedimientos (CFR.- ICAZA: 1999, 33).

102 2.2.3.5.- Diplomacia Secreta: La mala fama de la diplomacia encuentra un ápice a su


favor cuando la actividad diplomática se realiza en un ambiente confidencial. El carácter
secreto de algunas negociaciones internacionales es definido porque los Estados tienen, en
no contadas ocasiones, un gran interés en que los acuerdos por lograr (incluso logrados)
sean equilibrados y duraderos, al no tener que someterse a la opinión pública o internacional
(CFR.- RAMIREZ VÁZQUEZ: 2001, 4). Según Icaza, estas acciones encuentran su
justificación en que las agencias encargadas de la política exterior de un Estado están
convencidas de que existen prejuicios sobre la actividad diplomática, los cuales, revelan una
extraordinaria confusión entre los fines y los medios, es decir, entre la política exterior
propiamente dicha y la negociación diplomática que no es sino un instrumento de aquella
(CFR.- ICAZA: 1999, 09). Aunque Kofi Annan, asoma que las actividades reservadas de la
diplomacia no deberían ser tal, siempre y cuando, la imparcialidad respalde a la democracia
en vez de la fuerza, de tal manera que asoma la posibilidad de que las actividades
reservadas de la diplomacia pueden ser legítimas si éstas obran en pos de mantener la
seguridad contra un probable enemigo (CFR.- ANNAN). 2.2.3.6.- Diplomacia A bierta: El
carácter reservado de la diplomacia comenzó a debilitarse después de la Primera Guerra
Mundial cuando la opinión pública internacional, deseosa de evitar otra guerra tan
inhumana, sanguinaria y desinformada, comenzó a mostrar interés por el punto en que se
encontraban las relaciones diplomáticas entre los Estados que habían participado en el
conflicto. Y no era para menos, pues ya a finales de esa guerra muchos ciudadanos,
incluyendo los mismos soldados en los frentes de batalla y los gobernantes, no tenían
certeza del por qué había comenzado la guerra, del por qué luchaban o de cuáles eran sus
objetivos finales (CFR.- BOERSNER: 2003) 48 . La opinión pública

48

“La razón es que, a diferencia de otras guerras anteriores, impulsadas por motivos limitados
y concretos, la Primera Guerra Mundial perseguía objetivos ilimitados” (HOBSBAWM: 1994).

103 aspiraba construir una diplomacia más efectiva y no tan hermética como la diplomacia
Europea de aquel período, es decir, una diplomacia perecedera y coordinada; una
diplomacia capaz de suplir el vacío moral y ético que dejó el rotundo fracaso experimentado;
en fin, una diplomacia no exclusiva ni excluyente, una diplomacia abierta a los pueblos. “En
1914 Europa se vio sacudida por la I Guerra Mundial y el conflicto acabó con la reputación
del sistema diplomático europeo, en tanto que la diplomacia secreta mantenida por la
mayoría de los estadistas había sido una de sus detonantes. El presidente estadounidense
Thomas Woodrow Wilson se convirtió en el máximo defensor de una diplomacia abierta y
cuyos objetivos prioritarios deberían ser el manteni miento de la seguridad colectiva y el
equilibrio político internacional. En lugar del antiguo sistema, Wilson propuso una nueva
diplomacia que describió en sus catorce puntos. Los borradores de los pactos públicos se
decidirían en conferencias internacionales en las que las pequeñas y grandes potencias
participarían en grado de igualdad. Para mantener la paz se harían coincidir las fronteras
nacionales con las étnicas. Todos los miembros de la comunidad internacional se
comprometerían a defender estas fronteras frente a cualquier nación que pretendiera
cambiarlas por la fuerza. Los países buscarían el interés común en vez del interés nacional
y someterían sus conflictos al arbitraje internacional para su resolución pacífica. Muchas de
las ideas de Wilson se incluyeron en el Tratado de Versalles de 1919 y en la Sociedad de
Naciones. Sin embargo, después de que Estados Unidos rechazase su ingreso en la
Sociedad y volviese a su tradicional política aislacionista, los Estados europeos reiniciaron el
sistema de equilibrio político y la defensa de los intereses nacionales mediante diplomáticos
profesionales” (CFR.- MICROSOFT CORPORATION: 2005). El nacimiento de la Sociedad
de Naciones dio paso a lo que se conocería como diplomacia democrática. Este tipo de
diplomacia pretendía: a) imponer a los Estados la obligación de registrar y publicar los
tratados internacionales; b) impulsar el ejercicio de la diplomacia por medio de conferencias
internacionales; y c) enfatizar la adopción del principio de que ningún tratado podría
considerarse concluido, hasta tanto, éste no haya sido aprobado por los congresos de los
países signatarios (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 11). De esta manera y por primera vez
en siglos, los asuntos de la diplomacia no estaban en estrecha vinculación con los
gobernantes sino con el mismo pueblo. Sin embargo, la diplomacia democrática no tuvo
mayor trascendencia tras la

104 desaparición de la Sociedad de Naciones ya que los términos de obligatoriedad que


exigía nunca encontraron un respaldo jurídico que comprometiera suficientemente a los
Estados. En cambio, con la llegada de la Organización de las Naciones Unidas, ese
respaldo sería precisado en la normativa del DIP. Esta pequeña diferencia de sustentación
jurídica es la que abrió el camino a la diplomacia abierta, la cual, si bien no es perfecta, ha
resumido mayores éxitos que la fórmula diplomática ofrecida por su predecesora.

2.2.3.7.- Diplomacia Doctrinaria: Es muy usual que un Estado asuma una política exterior
que contenga muy poca relación con otras políticas que ha implementado. Cuando esto
ocurre los estudiosos tienden a denominar conceptualmente, casi de inmediato, el fenómeno
para así reconocerlo y distinguirlo como un elemento diferente con respecto de los otros.
Dicha tarea, la denominación, se hace en función de la evaluación del trasfondo que
encierra esa política exterior a través del análisis de los objetivos que persigue. Una vez
cumplido con ese requisito, los estudiosos proceden a emitir o recomendar un concepto
definitorio para esa política exterior con un nombre muy vinculado a la naturaleza de la
política exterior que se está implementando, la cual esconde la particular percepción que
tiene ese Estado sobre la esc ena internacional. La diplomacia del dólar, la diplomacia del
garrote, la diplomacia por la pacificación forzada, la diplomacia por la neutralización, la
diplomacia de la paz negociada, la diplomacia unilateral, la doctrina Betancourt o la doctrina
Estrada, la diplomacia de tocador, entre muchos otros e incontables nombres, son
conceptos que definen bien encausadas políticas exteriores a nivel mundial o tácticas o
argucias del ejercicio de la diplomacia. Cada una de esas denominaciones no se parta de
doctrinas e ideologías típicas de una época, un Estado, una coyuntura y una necesidad, sin
embargo, no son diplomacia, son formas de ejercer y estructurar la diplomacia en el campo
internacional.

105 En el mismo orden de diferenciar qué es la política de lo político, donde aquella es la


transmisión autoritativa de los valores y ésta es cuando la transmisión autoritativa de los
valores cobra vida; la diplomacia que es el juego de influencias entre Estados se diferencia
de las formas en que cobra vida. Es decir, las políticas exteriores que se distinguen como
formas diplomáticas, no son tales, pues son reglas de cómo ejercer la diplomacia con
respecto a otros países (CFR.- NICHOLSON: 1997, 3-4) 49 . Son reglas, órdenes,
condiciones, políticas e incluso tendencias creadas por la voluntad política de los centros
que administran las políticas exteriores de los Estados hacia sus dependencias en el exterior
y, especialmente, no modifican las estructuras diplomáticas conocidas (embajadas,
consulados, agentes y misiones diplomáticas, relaciones multilaterales y bilaterales,
relaciones permanentes y temporales, n egociaciones, intereses, etc.). Las estructuras
diplomáticas permanecen intactas ante las políticas exteriores, de tal modo que la presencia
o inexistencia de estas políticas no afectan ni cambian la esencia misma del centro teórico
de la diplomacia, pero si la habitúan a las circunstancias internacionales. Sin embargo, lo
valioso de su existencia es que si reunimos a todas las políticas exteriores o políticas
doctrinarias de los Estados hacia otros Estados en una sola fórmula conceptual podremos
reconocer una modalidad de interacción diplomática genuina, debido a que es perceptible a
la razón. Esta modalidad la denominaremos Diplomacia Doctrinaria y ésta será comprendida
como la estructura teórica en donde se encuentran y suman las diversas e innumerables
políticas exteriores de los Estados hacia otros Estados en la comunidad internacional. Dicha
modalidad diplomática se encuentran en la regiones más superfluas y lejanas del centro
teórico de la diplomacia, debido a que no redefinen a la diplomacia, sino que la modelan y la
habitúan ante ciertas circunstancias. Incluso, la Diplomacia Doctrinaria tiene la cualidad de
reunir alrededor de la diplomacia el interés o el rechazo de las fuerzas sociales
internacionales. Por ejemplo, las fuerzas sociales giran con fuerza centrípeta a la diplomacia
cuando las políticas exteriores de las naciones tienden a enfatizar una
Harold Nicholson mencionó también que las características de la Diplomacia (como
concepto) facilitan la confusión en cuanto a su verdadero significado. Las razones se
centran en el uso indiscriminado como sustantivo y adjetivo.
49

106 volun tad de unión y paz mundial. En sentido contrario, las fuerzas sociales giran con
fuerza centrífuga a la diplomacia cuando las políticas exteriores de las naciones tienden a
enfatizar acciones basadas en la fuerza antes que las acciones basadas en la como
principio menester para influenciar en las relaciones

concertación,

internacionales. Este tipo de movimiento social pone en riesgo los mismos valores que
anidan en el centro mismo de la diplomacia, tal como lo presentamos en los siguientes
gráficos:

DIPLOMACIA

DIPLOMACIA

Habrá siempre fuerzas sociales girando como fuerzas centrípetas alrededor de la


Diplomacia sólo cuando la política exterior de un Estado proponga una política de paz y
concertación con los demás actores internacionales.

Habrá siempre fuerzas sociales girando como fuerzas centrífugas alrededor de la


Diplomacia sólo cuando la política exterior de un Estado proponga una política basada en la
fuerza e imposición.

Por ejemplo, la diplomacia del garrote promovió fuerzas centrífugas alrededor de las
relaciones entre los Estados del continente americano por cuanto el mensaje de la
diplomacia americana suponía una moderada amenaza o una latente represalia a aquellos
países americanos que no estuvieran acordes con su percepción de lo que debía ser la
escena internacional del continente. Además de las sospechas, intrigas y temor que causó
en algunas esferas políticas de la región, la actitud soberana que pretendía imponer EUA
con esta política exterior deterioró algunos lazos históricos entre éste país con otros vecinos,
pero en ningún caso la política exterior de los Estados americanos quedó en manos de
esferas militares. Las actividades diplomáticas durante este período

107 se redujeron en intensidad, aunque poco en comparación con los niveles bajos en
comparación con las Guerras Mundiales.

En cambio, la diplomacia de la paz negociada promovió fuerzas centrípetas en Colombia


cuanto llevó a las instancias del gobierno (en el período Samper – Pastrana), a reunir
esfuerzos comúnmente compartidos con la guerrilla por buscar salidas al conflicto. La
diferencia de la diplomacia centrífuga con la centrípeta es que la primera no conoce otro
respaldo a sus acciones que aquellos basados en la fuerza o la instigación, a diferencia e la
segunda que tiene muy presente la paz y el entendimiento por mutuo acuerdo como
mecanismo deseable y necesario para la estabilidad política.

En síntesis, si bien la diplomacia doctrinaria se relaciona a las regiones más superfluas la


esfera teórica diplomática, siendo éstas, por naturaleza: las que más están en contacto con
la realidad desde el punto de vista de la teoría; las más conflictivas, cambiantes e
incesantes; ellas ingresan a la teoría general de la diplomacia por ser eso, una región teórica
definible y no por las diferentes maneras en cómo pueda manifestarse. De tal manera que
es más valioso hablar de la Diplomacia Doctrinaria que la Diplomacia del Dólar, por ejemplo,
por cuanto esta última es una vaga composición de aquella, la cual, es la composición
teórica matriz donde están ésta y muchas otras políticas exteriores de diferentes nombres y
formas.

2.2.3.8.- Diplomacia Técnica: El auge de la división del trabajo a lo largo del siglo XX, con
origen en la revolución industrial del siglo XIX y la vertiginosa acumulación de conocimiento,
enfatizó la presencia cada vez mayor de una fuerza laboral humana altamente calificada y
especializada, quienes con conocimientos muy instrumentalizados, iniciaron una verdadera
revolución en todas las ciencias conocidas, porque utilizaban procesos mecánicos para
acceder o modular la realidad y demostraban con patentes resultados,

108 en algunos casos, que los paradigmas teóricos tradicionales ya eran obsoletos. Si bien
este fenómeno prosperó por un tiempo, a la larga corroboró otro panorama donde las
ciencias duras siempre salían más beneficiadas que en el caso de las ciencias blandas o
sociales, en las cuales no se percibían progresos substanciales. El avance de la tecnocracia
(y sus tecnócratas) y de los técnicos en asuntos internacionales, comenzó a menguar en el
preciso instante en que se hizo evidente que los Estados, las comunidades humanas y los
individuos no respondían a leyes fijas y mucho menos moderadas, tal cual como las
máquinas. Sus esfuerzos por manipular la realidad desde un punto de vista fáctico,
considerando a sus objetos de análisis como simples números en una inmensa matriz de
datos, no obtuvieron los resultados esperados y para mediados del siglo XX ya era
inapropiado confiar ciegamente en el conocimiento técnico para dirigir las políticas de los
gobiernos a sus ciudadanos. Sin embargo, pese a ello, los técnicos aún existen y aún están
presentes en las sociedades humanas tomando decisiones. Esto se debe a que algunos
aspectos del conocimiento técnico son valiosos para aplicarlos en muy determinados y
contados casos. En las relaciones internacionales el conocimiento técnico se ha delimitado a
temas comerciales y financieros más que todo. Por ejemplo, es muy utilizado en políticas
macroeconómicas entre Estados y en políticas de intercambio comercial. Esta última, de
mayor desarrollo, ha dado origen a la llamada diplomacia comercial. Pero por lo demás, hay
facetas en que su presencia resulta innecesaria, tal como lo señala Manuel Morales Lama al
mencionar cómo ha sido la experiencia de la diplomacia a la luz de esta tendencia: “Hace
más de cuarenta años se pensó que el fin de la Diplomacia Tradicional estaba cercano,
puesto que muchas de las decisiones estaban siendo tomadas en reuniones de técnicos, en
el seno de los organismos internacionales. Sin embargo, la necesidad de cierta penetración,
tacto y de un arte que los técnicos no poseen, asegura un espacio a la Diplomacia
Tradicional o Clásica, y es así como expertos en esta disciplina son requeridos como
asesores o consejeros en estas reuniones. En la actualidad, la Diplomacia Tradicional tiene
funciones coadyuvantes con la denominada Diplomacia Técnica, puesto que a la Misión
Diplomática permanente (…), le corresponderá

109 participar en la preparación del cónclave, pero también servirá a los técnicos de su
nación como fuente de información acerca del país sede y, finalmente, valiéndose de las
informaciones centralizadas de su Ministerio de Relaciones Exteriores, los diplomáticos allí
acreditados prepararán uno de los expedientes sobre los cuáles trabajará la delegación
técnica de su país” (CFR.- MORALES LAMA: 2 004, 13-14). Finalmente, podemos decir que
este tipo de actividad diplomática se caracteriza porque los temas que se negocian entre
Estados son tratados, mayormente, por agentes diplomáticos que no ostentan el mayor
rango de la misión diplomática, es decir, los técnicos 50 . Igualmente, se puede añadir que
se caracteriza porque los temas tratados se adecuan a términos comerciales, financieros y
de información, excluyendo los temas políticos. Además, el carácter entramado de algunos
temas concernientes a la diplomacia técnica, en especial a temas de políticas
macroeconómicas entre países, dificulta el seguimiento de un cuerpo diplomático colegiado,
y lo cierne a unos pocos agentes especializados sólo en esos temas.

2.2.3.9.- Diplomacia Realista e Idealista; la Diplomacia Activa o Pasiva y Diplomacia


Constitucional: La diplomacia ha sido vista en el aspecto teórico de resumidas maneras en
cuanto a su manera de proceder. Por ejemplo, si los procedimientos diplomáticos de un
Estado o grupo de ellos manifiestan un carácter enfático en defensa e imposición de sus
intereses nacionales valiéndose de su poderío, se podría decir que su diplomacia es realista
51 . César Sepúlveda menciona que este tipo de diplomacia (la cual tiene sus orígenes
teóricos en los trabajos de Hans Morgenthau y George Kennan) se caracteriza: a) por el uso
instrumentado del “Interés Nacional”, el cual deforma mucha veces el sentido ético y b) por
los criterios que entran en juego a la hora de negociar (CFR.SEPÚLVEDA: 1960, 142-144).
Esta cualidad de “paralelismo de rango” ha llevado a muchos autores a considerar que este
tipo de dipl omacia es una forma de “diplomacia paralela”, a parte de que los Técnicos
realizan, a veces, negociaciones que caen en esos ámbitos, sin embargo, lejos de esta
versión, recomendamos leer los trabajos de Ivo Duchacek, sobre “diplomacia paralela”. 51
Vale mencionar que los realistas admiten que as ideologías y los ideales forman parte
importante de una correlación de fuerzas reales. (CFR.- BOERSNER: 2003).
50

110

“El fracaso de todos los anteriores esquemas de paz mundial, debe buscarse en las
persistentes condiciones de las que resultaron las discordancias (...) En todos los grupos
sociales -cualquiera que sea su tamaño- se percibe la lucha por la influencia y el poder (...)
El realista procura mitigar las rivalidades entre las naciones, a través de frenos y
contrapesos y por la transacción y regateo” (CFR.SEPÚLVEDA: 1960, 142-144). En cambio,
Vespasiano De La Rosaleda considera que la Diplomacia Realista es en donde se justifican
acciones de todo tipo, tomando como justificación el “interés nacional” (CFR.- DE LA
ROSALEDA: 2001) y Juan José de Olloqui construye una forma de ver ésta diplomacia al
denominarla Diplomacia Total cuando concibe que éste instrumento de paz exige echar
mano de todos los medios a nuestro alcance para el logro de los objetivos de la Política
Exterior (CFR.- DE OLLOQUI, Juan José. En: DE LA ROSALEDA: 2001).

Ahora bien, si los procedimientos diplomáticos se encaminan con voluntad hacia la


indivisibilidad de la paz o la búsqueda de soluciones consensuadas con la posibilidad de
dejar de lado los propios intereses nacionales, se podría decir que es idealista. Tanto la dipl
macia Realista como la Idealista sólo defienden los postulados de las teorías de donde
obtienen su nombre:

“El realismo es un enfoque doctrinal de las relaciones internacionales que se caracteriza por
suponer que éstas responden a realidades que, sin ser ajenas a los humanos, sobrepasan
habitualmente sus voluntades. El realismo se contrapone al idealismo según el cual las
relaciones internacionales pueden ser libremente determinadas por la voluntad de los
gobiernos y reguladas por el Derecho Internacional” (REVILLA MONTOYA: 2003). El
nacimiento de la diplomacia Realista e Idealista se remonta a la primera mitad del siglo XX.
La primera aparece cuando Theodore Roosevelt asume la presidencia de EUA (1901-1909)
y la segunda cuando su contraparte Woodrow Wilson lo hace años después (1913-1921).

111 “Antes de la Primera Gran Guerra EE.UU. era ya una potencia mundial, sin embargo su
aislacionismo prevaleció en su política exterior. No es hasta la presidencia de Theodore
Roosevelt que EE.UU. entró de lleno a la política mundial, éste ‘insistió en que se atribuyera
un papel internacional a los EE.UU. porque así lo exigía su interés nacional y porque, según
él, un equilibrio global del poder era inconcebible sin la participación norteamericana. Para
Woodrow Wilson, la justificación del papel internacional de los Estados Unidos era
mesiánica: el país no tenía una obligación con el equilibrio del poder, sino la de difundir los
principios norteamericanos por todo el mundo’. Roosevelt, en su discurso anual hacia el
Congreso de 1904 dijo que en América, la adhesión de los EE.UU. a la Doctrina Monroe
puede obl igar a la nación, en casos flagrantes de maldad o incompetencia, a ejercer, aun
con renuencia, un poder policiaco internacional. Wilson, en su primer discurso sobre el
estado de la Unión, el 2 de diciembre de 1913, fijó las directrices de lo que después se
conoció como wilsonismo. El derecho universal y no equilibrio, la integridad nacional y no la
autoafirmación nacional eran, en opinión de Wilson, los fundamentos del orden
internacional. Wilson afirmaba que ‘nada que concierna a la humanidad puede sernos ajeno
o indiferente’”. (REVILLA MONTOYA: 2003). De igual manera, si los procedimientos
diplomáticos de un Estado o grupo de ellos, o de la misma escena internacional, manifiestan
un carácter pausado en situaciones que demandan actividad, se podría decir que la
diplomacia es pasiva. En cambio, si los procedimientos diplomáticos poseen un gran
dinamismo, sería una diplomacia activa. Sin embargo, existen discusión acerca de qué
períodos condicionan la aparición de una diplomacia activa o pasiva. Curiosamente, se
considera que la diplomacia activa es propia de los tiempos de paz, pues lo países tienen
mayor iniciativa de acción que cuando son tiempos de guerra, ya que, en estos períodos las
iniciativas quedan atrás por los riesgos y posibles consecuencias de los conflictos.

Finalmente, a mediados de los años noventa Michael Glennon introdujo al debate moderno
de la diplomacia un análisis sobre el conflicto permanente entre constitucionalismo y
diplomacia que ha caracterizado la definición de la política exterior de los EUA desde 1945.
En su obra “Diplomacia Constitucional” analiza entre otros temas, la relación del presidente
con el Congreso, el papel del Poder Judicial y la tensión entre el derecho internacional y el
derecho estadounidense. Asimismo, reitera la necesidad de elaborar una verdadera
Diplomacia Constitucional, es decir, de abandonar

112 el predominio del Poder Ejecutivo para asegurar la participación activa, inscrita en la
Constitución, de las tres ramas del poder en la definición de la política exterior de los EUA
(CFR.- GLENNON: 1996).

2.2.3.10.- Diplomacia Clásica o Tradicional y Diplomacia Moderna: Hasta ahora se ha


insinuado que los métodos o técnicas de la política exterior que influyen en el sistema
internacional, o sea, al arte de la negociación como eje de las relaciones internacionales,
segundo sentido de la diplomacia (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 82), han sufrido una
considerable transformación, mientras que el primer sentido de la diplomacia, es decir, el
proceso por el cual los gobiernos mantienen relaciones por medio de agentes oficiales y
bajo las condiciones formales del derecho internacional, ha permanecido casi intacto.

Tras la Guerra Fría, cuando las funciones militares sustituían en buena medida a las
diplomáticas y se operaba dentro de ámbitos netamente diferenciados de objetivos comunes
y opuestos, y la negociación adquirió un factor esencial como la fuerza proporcional, la
diplomacia entró en una etapa que cambió considerablemente su forma, pero no así su
fondo. Los nuevos retos y el nuevo ambiente que afloró y, más que todo, el análisis del
conflicto anterior junto con las reflexiones teóricas de las relaciones de las sociedades
humanas, evidenciaron las importantes limitaciones de la perspectiva tradicional de la
diplomacia, en cuanto a su gestión y al modus operandi de ella, así como la ausencia de
instrumentos de prevención de la violencia de suficiente eficacia (CFR.- RUIZ JIMENEZ:
2004, 82). De esta forma, paulatinamente, los diferentes centros de estudio a nivel mundial
sobre relaciones internacionales fueron conciliando la idea que si bien era un hecho que la
labor política de la diplomacia convencional era, desde luego, necesaria, ésta podía ser
susceptible de ser mejorada (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 82). La propia naturaleza de la
política internacional exigía un proceso de revisión sobre la diplomacia y ya a los quince
años se recogían los primeros frutos.

113 Poco a poco nacieron las teorías de la diplomacia moderna, sin olvidar el papel obsoleto
de su predecesora.

“Lo que algunos han llamado diplomacia ‘clásica’, es decir, la diplomacia permanente, la
cual era según Hedley Bull, un elemento crítico en el funcionamiento de una sociedad
internacional, hoy en día es obsoleta. Desde la creación del embajador permanente que es
un suceso cercano al surgimiento del Estado (…) la diplomacia esta en un lento pero
inevitable proceso de declinación. Es más, se defiende a menudo que el moderno desarrollo
de las comunicaciones, el teléfono (…) y ahora Internet, el rol y función de un embajador ha
sido disminuido y que los diplomáticos de hoy han sido reducidos al status de un ‘simple
empleado’ al otro lado de la línea telefónica. Como el Estado esta perdiendo preponderancia
como el actor principal de las relaciones internacionales, asimismo la dip lomacia asume un
decreciente papel. Pero, al mismo tiempo, estamos enfrente de una paradoja: los
diplomáticos existen y se han incrementado en número desde la Segunda Guerra Mundial e
incluso desde el fin de la Guerra Fría. La vieja o clásica diplomacia, caracterizada por su
naturaleza bilateral, secreta y reservada a los intereses políticos oscuros, aún no ha
desaparecido. En muchas instancias, esta clásica diplomacia todavía es útil en nuestros
días.” (HAINE: 1997, 2). Para muchos la diplomacia moderna expone agendas
internacionales llenas de variados temas (CFR.- HERNÁNDEZ: 1997), se aleja de los
contenidos ambiguos (CFR.FIERRO), es más creativa e imaginativa (CFR.- VILLEPIN:
2003) y posee multifacéticos niveles de análisis a la hora de proceder (CFR.- MARTIN:
2001), sin embargo, su mayor característica es que complementa en gran medida a la
diplomacia tradicional. También, existe una cualidad muy definitoria de la diplomacia
moderna y es el manejo, uso y administración de la información y las comunicaciones. En la
última década del siglo XX la tecnología de información y comunicaciones sufrió un
desarrollo que afectó las habituales conductas humanas en muchos países del mundo. Por
ende, las instituciones gubernamentales de los Estados también fueron influenciadas por
ésta repercusión tecnológica que era capaz de optimizar los procedimientos administrativos
y abaratar los costos de éstos. Los diversos cambios suscitados dentro de las instituciones
fueron patentes conforme la revolución tecnológica anidaba en las estructuras institucionales
y, quizás, el cambio más manifiesto se circunscribió al hecho de que las distancias
geográficas entre los países se habían reducido, pero no desde un punto realista y

114 objetivo, sino desde la percepción y convicción subjetiva de la proximidad, es decir, la


tecnología de la información y las telecomunicaciones ha hecho que el parámetro de la
distancia carezca de importancia e, incluso, ahora las zonas más remotas y apartadas del
mundo pueden participar en diversos procesos globales que años atrás no hubieran podido
participar (CFR.- UTSUMI: 2001).

En este contexto, las actividades diplomáticas no han sido ninguna excepción al tema. La
proliferación de redes informáticas (como Internet) capaces de transmitir información a un
ritmo cada vez más rápido hizo posible, que los agentes diplomáticos consiguieran diálogos
más efectivos y recrearan observatorios internacionales (CFR.ROJAS: 1997) que hacen
más eficientes los mecanismos de alerta temprana. También, el avance de las
telecomunicaciones ha hecho en la práctica que las actividades diplomáticas actuales sean
ejecutadas sin la necesidad de enviar al exterior una representación oficial, estrategia que
es una respuesta típica para la reducción de costos por parte de la Administración Pública
de los Estados (CFR.- AREA: 2004).

El secretario de Estado Franz Von Däniken, uno de los diplomáticos de más alto rango en el
Departamento de Asuntos Exteriores de Suiza, afirma que hay determinados elementos
básicos en los deberes tradicionales de la diplomacia que indudablemente no cambian. No
obstante, los instrumentos nuevos, como el correo electrónico y el Internet, propios de la
década de los noventa, producen cierto desplazamiento de las actividades. Debido a esto,
aumenta la relevancia de la presencia personal y de la personalidad del diplomático. En
síntesis, la Vieja Diplomacia existe, como la Nueva Diplomacia ante sus ojos (CFR.- VON
DÄNIUKEN, Franz. En: SAAMELI: 2002).

Esta relación, entre Diplomacia y Tecnología, ha recibido la distinción de Diplomacia Virtual,


que según Smith Gordon podría definirse, en su más básico nivel, como el uso de la
tecnología de la información para ayudar a conducir las actividades

115 de las relaciones internacionales (CFR.- SMITH). Esta forma de asumir la Diplomacia
Moderna fomenta la idea de concebir que la Diplomacia actual se relaciona no solamente a
la persecución de los intereses nacionales sino también a la gestión de temas globales
(CFR.- GILCHRIST: 2004), esto significaría un cambio conceptual en la esencia misma de
entender la Diplomacia en su sentido tradicional, no obstante, Gilchrist, Alan considera que:

“la diplomacia virtual no plantea diferencias esenciales de contenido a la diplomacia clásica,


pero sí cambios de método y enfoque y un abanico más amplio de actores – muchos de los
cuales no son diplomáticos profesionales-. La evolución acelerada del cambio tecnológico
también ha cambiado lo que entendemos por la información. En épocas pasadas el
concepto ‘información’ era, fundamentalmente, la recogida, almacenamiento, transmisión,
análisis y presentación de datos. La próxima revolución plantea la incógnita: ¿Cuál es el
sentido y el propósito de la información? y esta interrogante conlleva una redefinición de las
tareas que requieren soporte informá tico y una redefinición de las instituciones implicadas,
incluida la diplomacia” (GILCHRIST: 2004) Sin embargo, Todd Martín, responde a estos
argumentos de una manera similar. Para él, si bien las realidades actuales de las relaciones
diplomáticas revelan la importancia de la comunicación e información, esto no interfiere con
la función primaria de la Diplomacia que es facilitar la comunicación entre los líderes
políticos de Estados y otras entidades en la política mundial y, asimismo, tampoco impugna
la idea de que la información hace a las instituciones diplomáticas como entes ideales para
explorar cómo el nuevo ambiente de las telecomunicaciones favorece al Estado y a los
Actores No Gubernamentales (CFR.- MARTIN: 2001). Igualmente George Shultz no niega
que la realidad de la Diplomacia actual es alimentarse de la información sea
“consiguiéndola, evaluándola y poniéndola en el sistema para el beneficio y perplejidad de
otros” (SHULTZ: 1997).

116 Finalmente, no es impropio pensar que ésto representa un impacto profundo en la


manera de cómo se dirige y concibe la diplomacia (CFR.- SHULTZ: 1997). La edad de la
información esta socavando las plataformas de la Diplomacia Clásica basada en “realpolitik”
(CFR.- DE RIVERO. 2004) 52 y “hard power” (CFR.- FOIX: 2002) 53 , y en cambio socorre
un nuevo tipo de diplomacia basada en la “cyberpolitik” 54 y con preferencia por el “soft
power”. No obstante, aún hay continuidad, este tipo nuevo de diplomacia aún guarda dentro
de sí algunos elementos propios de la Diplomacia Clásica, por lo que no es conveniente
creer que el cambio de los medios o herramientas de ac ción diplomática es una fractura
total con respecto a la Diplomacia clásica.

2.2.3.11.- Diplomacia de Vía Dos (Oficiosa o Ciudadana) y Diplomacia Multivial: Para


algunos, este tipo de interacción diplomática se limita a los proyectos ciudadanos de base y
a talleres de formación, diálogo o negociación, mientras que otros insisten en que es una
forma de interacción entre los profesionales que están conectados de cerca con los políticos
(CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 85), aunque no se puede dejar de lado su capacidad, al igual
que las otras formas de modalidades de la diplomacia, para la resolución de conflictos.

Este tipo de actividad diplomática extraoficial ya había sido descrita y comentada por el
diplomático estadounidense Joseph Montville en 1982. En aquella oportunidad definió este
tipo de diplomacia como “track two diplomacy”, en referencia a una amplia gama de
contactos extraoficiales y a la interacción encaminada a solucionar conflictos,
De Rivero, Embajador de Perú ante la ONU, menciona en este breve ensayo una idea de lo
que debería entenderse por “realpolitik” en su traducción al español: “… realpolitik, es decir,
(…) la estructura del poder mundial...”. Realpolitik, también, responde a las actividades
políticas humanas que se sustentan sólo y únicamente en la estructura de poder mundial
para esgrimir y fundamentar cualquier acción futura a tomar. (CFR.- DE REIVERO: 2004).
53 Foix menciona en este breve ensayo una idea de lo que debería entenderse por “Hard
Power” en su traducción al español: "…hard power, es decir, su poderío militar...” (CFR.-
FOIX: 2002). 54 Se puede sugerir que Cyberpol itik son las actividades políticas humanas en
que el manejo de información y los medios de comunicación son tan fundamentales, y en
ciertos casos mucho más, como la estructura de poder mundial para esgrimir y fundamentar
cualquier acción futura a tomar.
52

117 tanto internacionales como dentro de los Estados, lejos de los métodos diplomáticos
propios del sistema gubernamental convencional.

Montville, utilizó la expresión en contraste con la diplomacia de vía uno, que comprende los
esfuerzos diplomáticos para solucionar conflictos por la vía oficial de los gobiernos (CFR.-
NOTTER: 1996). Esta percepción respondió a un proceso de revisionismo sobre la materia
diplomática que ya, dentro de la concepción tradicional, quedaba escasa para explicar la
presencia de las actividades extraoficiales. Según Montville, track two diplomacy significaba
“interacción oficiosa y no estructurada entre miembros de grupos o naciones enfrentados
que se orienta hacia la resolución de conflictos primando el tratamiento de factores
psicológicos” (MONTVILLE, Joseph. En: FISCHER: 1997, 17).

Montville consideraba la track two diplomacy como un proceso diseñado para asistir a
líderes oficiales en la exploración de posibles soluciones, fuera del ojo público y sin los
requerimientos necesarios para negociar formalmente, o para buscar situaciones de ventaja.
Según José Ángel Ruiz Jiménez, siguiendo la definición inicial de Montville, otros
académicos ofrecieron sus propias interpretaciones del término. “Mientras numerosos
autores tendían a utilizar los términos diplomacia ciudadana y track two diplomacy como
equivalentes, F ank Dukes y John Burton establecieron una distinción ente ambas, por la
que la primera se refería a toda una clase de procedimientos no oficiales aplicables a nivel
internacional e intercomunal donde existan diferentes culturas y la aparente necesidad de un
mejor entendimiento que no puede alcanzarse a través de contactos más formales. Los
ejemplos que citan en esta categoría incluyen visitas de intercambio entre ciudadanos,
conciertos, hermanamiento de ciudades, intercambios educativos, proyectos de
investigación comunes y ayuda humanitaria. La track two diplomacy, por otra parte, fue
descrita por Burton y Dukes como ‘interacción no oficial, informal, entre miembros de
naciones o grupos adversarios que apuntan a desarrollar estrategias, influenciar la opinión
pública, y organizar recursos humanos y materiales de manera que puedan contribuir a
resolver su conflicto’. La track two diplomacy estaría por tanto diseñada para asistir a líderes
oficiales mediante la compensación de las restricciones impuestas sobre ellos por su
psicológicamente comprensible necesidad tradicional de aparecer fuertes, astutos e
indomables ante su enemigo, o al menos de ser considerados como

118 tales. La definición de Burton y Dukes es muy similar a la de Montville, si bien el primero
acentuó la carencia de formalidad de la comunicación, definió unos objetivos orientados a
influenciar a comunidades amplias, y abordó la importancia de los factores económicos”
(CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 85). Estas formas de diplomacia alternativa sugerían que la
posibilidad de resolver conflictos pacíficamente no reside únicamente en los gobi ernos y
sus representantes oficiales, por lo que fue tomando cuerpo la idea de que ciudadanos
corrientes de variada procedencia, con diversas habilidades y convenientemente
organizados podían jugar un papel relevante en procesos de peacemaking, peacebuilding
55 y resolución de conflictos 56 . John McDonald creyó que el concepto básico concebido
por Montville respecto a la track two diplomacy, estaba creando confusión sobre su
significado y uso, por lo que procedió a diseñar un modelo para la multi-track diplomacy o
diplomacia multivial (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 85).

La diplomacia multivial de McDonald 57 esta basada en cinco niveles y todos implican un


tipo de diplomacia no oficial o ciudadana orientado a ayudar a invertir escaladas de violencia
y a resolver conflictos internacionales (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 87). El primer nivel lo
definió como la diplomacia convencional; el segundo se limitaría a los esfuerzos realizados
por ciudadanos particulares profesionales, bien informados e implicados. El tercer nivel
estaría reservado para las interacciones realizadas por corporaciones, empresas o
individuos del mundo de los negocios. El
“Peacemaking (establecimiento de la paz) se refiere a las actividades orientadas a alcanzar
la finalización de un conflicto armado; peacekeeping o peace enforcement lo hace a las
labores de contención pasiva de grupos enfrentados (como destacamentos de cascos
azules marcando la frontera entre facciones rivales impidiendo de este modo su mutua
agresión); el concepto de peacebuilding es más reciente y también más ambicioso,
relacionándose con las acciones orientadas a for talecer y afianzar la paz, a la construcción
de sociedades pacíficas, democráticas y estables, normalmente en el contexto de
situaciones post-conflicto. También se va consolidando el término diplomacia preventiva,
con la finalidad de anticipar los conflictos y tratar de solucionarlos antes de que irrumpa la
violencia”. Véase: (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 85). 56 Esta idea es la que ha generado
confusión con respecto a la Diplomacia Paralela. 57 Según Carol Coronado : “podemos
decir que la diplomacia de vía dos, la diplomacia extraoficial y la diplomacia de vías múltiples
es sencillamente, lo que conocemos como diplomacia ciudadana, ya que es el trabajo o
participación de ciudadanos comprometidos extraoficialmente en la prevención, resolución y
transformación de conflictos étnicos, nacionales, regionales o internacionales. Su ámbito de
ejercicio es la sociedad civil, la cual le dota esa característica de ciudadana. Esta diplomacia
ciudadana no busca sustituir a la diplomacia oficial, pretende trabajar paralelamente a ella,
para conseguir un objetivo común: la paz”. (CORONADO: 2004).
55

119 cuarto nivel denotaría programas de intercambio directo entre ciudadanos en cualquier
campo de interacción. Finalmente, el quinto nivel se refería a las tentativas desarrolladas
mediante los países en conflicto para educar al público sobre el “otro” (CFR.- RUIZ
JIMENEZ: 2004, 87-89). La base fundamental de esta diplomacia multivial reside en que
individuos y organizaciones son más eficaces trabajando juntos que por separado, sobre
todo considerando que la mayor parte de los conflictos contemporáneos implican una amplia
e intrincada red de partes y factores que requieren un tratamiento sistemático y en que los
Estados no son suficientes para garantizar la cooperación internacional o resolver
diferencias y conflictos 58 .

Cabe mencionar que, las acciones diplomáticas extraoficiales están ubicadas más allá de
las fronteras tradicionales y conceptuales de la Diplomacia. No obstante, éstas ocurren y en
algunos casos son tan beneficiosas (CFR.- NOTTER: 1996) como las acciones diplomáticas
oficiales. En 1991, Louise Diamond, esbozó ocho campos de acción diplomática, a partir de
una clasificación de funcionarios especializados qué realizó en la Secretaría de Asuntos
Exteriores de EUA, en donde las actividades extraoficiales serían susceptibles, además, del
campo oficial, en: 1) Áreas No Gubernamentales, 2) Áreas Empresariales, 3) Áreas
Académicas, 4) Áreas Activistas, 5) Áreas de Temas Religiosos, 6) Áreas de Temas
vinculados a las Filantropías Humanas, 7) Áreas de Temas vinculados a la circulación de
Información y, 8) Áreas vinculadas a los Ciudadanos. Este tinglado de Vías Múltiples (CFR.-
MC DONALD; DIAMOND: 2003) fue la consecuencia de que se había hecho claro que la
interacción extraoficial en pro de la solución de conflictos internacionales era variada y
compleja para que el término de Diplomacia de Vía Dos diera una idea adecuada de la
nueva tendencia de la diplomacia moderna (CFR.- NOTTER: 1996).

Cabe mencionar que Michael Bavly propondría un nuevo modelo de diplomacia multivial que
sugiere para la diplomacia multivial. Él divide la diplomacia para resolución de conflictos en
un modelo jerárquico de cuat ro niveles, en el cual se centra sobre todo en diferenciar las
partes que están en conflicto con una tercera parte neutral, un experto mediador o
facilitador. (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 85-89).

58

120 Vale mencionar que James Notter existen tres categorías de Actividades Diplomáticas
Extraoficiales: •

Consulta: La consulta, quizá la actividad más común de la vía dos, reúne a los
representantes de las partes en conflicto, quienes participan en su carácter personal, para
facilitar la discusión y generar ideas innovadoras para solucionar el problema. Cuando estos
participantes extraoficiales tienen influencia política, existe la oportunidad de que dichas
ideas se incluyan también en el proceso oficial de solución del conflicto (CFR.- NOTTER:
1996).

Diálogo: Dentro del contexto de la diplomacia de vía dos, el diálogo es una forma de
comunicación asistida entre las partes en conflicto, cuando ésta no tiene por objeto
convencer o persuadir, sino explorar un significado, es decir el significado que los grupos le
asignan a su existencia o a circunstancias particulares. Se trata de compartir ese significado
y, al hacerlo, encontrar la conexión o el puente para salvar los obstáculos que dividen a los
grupos en conflicto (CFR.- NOTTER: 1996).

Capacitación: La tercera categoría de intervención en la vía dos es la capacitación. Los


expertos en solución de conflictos utilizan la capacitación para equipar a las partes en
conflicto con las capacidades que les son útiles para solucionar y transformar esos
conflictos. Con frecuencia estas capacidades tienen aplicación en muchas situaciones difer
entes, desde las disputas personales hasta los conflictos nacionales o étnicos arraigados
(CFR.- NOTTER: 1996). También en estos esquemas extraoficiales, Abba Eban, diplomático
Israelí

recientemente fallecido, mencionó que desde hace varios años existe un tipo muy distinto de
la actividad diplomática. Él especuló sobre la diplomacia clandestina 59 que

Es aquel tipo de diplomacia secreta, basada en negociaciones y conversaciones intuitu


personae que están más allá de las vías diplomáticas. (CFR.- HAINE: 1997, 3)

59

121 no es nada formal y se aleja de la vía diplomática 60 : “la diplomacia clandestina en


sociedades libres, aunque más colorida que los funcionarios regulares, pocas veces incide
en los grandes eventos de la historia” (CFR.- EBAN, Abba. En: WHITE, ROBERT: 1997). La
afirmación de Abba Eban reconoce que puede haber diplomacia más allá de las fronteras
taxativas clásicas acerca de su definición, sin embargo, ésta se contraviene a la percepción
de que las actividades diplomáticas que se encuentran más allá de lo formal, efectivamente,
si pueden traen repercusiones a los Estados (CFR.- COLL: 2003). Esta percepción parte del
principio de que en ciertas ocasiones estas acciones clandestinas pueden traer
consecuencias formales.

2.2.3.12.- La Diplomacia Civil No-Violenta: La diplomacia civil no violenta comprende dos


vertientes complementarias pero distintas: por una parte, las actividades organizadas y
desarrolladas por la sociedad civil para la transformación y resolución pacífica de conflictos;
la creación de formas de convivencia y programas de reconciliación e integración intercul
tural; y el mantenimiento de líneas de diálogo en la base, incluso cuando éstas se rompen o
quedan en punto muerto al nivel diplomático convencional; y, por otra parte, es un medio de
influir directamente en las decisiones, comportamientos, relaciones y marcos normativos de
los Estados con objeto de que sus agendas otorguen un papel protagonista a la paz positiva
y a los derechos humanos. Esta idea fue ofrecida por José Ángel Ruiz Jiménez en el 2001 y
aunque afirma que esta en debate, también menciona, a manera de sustento, que esta
modalidad de diplomacia esta inspirada entres conceptos: diplomacia popular noviolenta,
diplomacia de campo, y diplomacia desde la base (CFR.RUIZ JIMENEZ: 2004, 94-96).

La “Vía Diplomática” se refiere básicamente a que determinada gestión, por lo general entre
dos Estados, debe efectuarse a través de las cancillerías y las misiones diplomáticas
correspondientes, de conformidad con los principios, normas y procedimientos que rigen las
acciones en este marco. La vía diplomática, también, no debe confundirse con el “Estilo
Diplomático” que es el conjunto de formas y términos que se usan en las exposiciones
orales y escritas de ese carácter, de conformidad con normas establecidas que rigen con la
debida precisión, su uso (CFR.- MORALES LAMA: 2003-b).

60

122 Según su parecer, todos ellos tienen en común la intervención mediante instancias
ciudadanas sin relación directa con sus gobiernos, sobre el terreno, en conflictos nacionales
o internacionales, con el uso de metodologías inequívocamente no violentas y con la
finalidad de favorecer una evolución pacífica o, al menos , atenuar cuanto sea posible los
niveles de violencia. José Ángel Ruiz Jiménez afirma que: “El término diplomacia popular
noviolenta considera el sentido de la palabra popular como más amplio que civil. Encuentra
su origen en Italia y es una traducción literal del concepto diplomazia popolare nonviolenta,
heredero a su vez de difesa popolare nonviolenta. Éste implica no sólo la intervención de la
sociedad civil laica, sino también de una parte de la sociedad religiosa de base e incluso de
agencias gubernativas de gran autonomía de acción, como universidades y ayuntamientos,
instancias ambas de capacidad jurídica plena e independiente. Respecto a field diplomacy,
se trata de un concepto consolidado en el léxico de Naciones Unidas que implica la
consideración de las diplomacias de primer y segundo nivel —según el esquema de Michael
Bavly -como insuficientes, siendo por tanto necesaria una intervención sobre el terreno. Ésta
no sería alternativa sino complementaria y, en cierta medida, autónoma Además, la
diplomacia desde la base hace especial hincapié en la asunción de que la intervención
diplomática de terceros que implicaría mantenimiento, negociación y construcción de la paz
tiene que hacerse desde y por la base, esto es, debe ser ciudadana y trabajando a pie de
obra desde lo micro. Asimismo, con cede un papel protagonista a la reconstrucción del tejido
social, a elementos interculturales y de reconciliación” (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 94). La
definición propuesta de diplomacia civil noviolenta es un intento de ofrecer una herramienta
de pacificación desde la base lo más completa posible. Para ello: a) Recupera los elementos
comunes de estos tres términos; b) Especifica más claramente su carácter noviolento
respecto a la diplomacia desde la base; c) Reivindica unas mayores posibilidades de
autonomía y una mayor riqueza en su capacidad de acción frente a la field diplomacy, que
parece más restringida al ser ante todo complemento de la diplomacia convencional y estar
más orientada a evitar la violencia directa en casos de conflictos armados en curso o
finalizados, diluyéndose un tanto su capacidad como instrumento de prevención de la
violencia; d) Pretende ir más allá de las actuaciones sobre el terreno, añadiendo la
posibilidad de influir en las agendas de los Estados. Esto puede realizarse mediante
campañas concretas autogestionadas o mediante el apoyo a iniciativas desde la comunidad
internacional para el establecimiento de acuerdos que supongan una mayor protección y
respeto para los derechos humanos; e) finalmente, el término civil no tiene porqué excluir a
ninguno de los actores señalados por el término popular” (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 95).
2.2.3.13.- Neo-Diplomacia, Anti-Diplomacia y Proto-Diplomacia: En 1987 James Der Derian
publicó su excepcional obra On Diplomacy (CFR.- DER DERIAN: 1987). En dicho libro el
presentó al mundo seis modalidades de interacción diplomática, o en sus palabras, seis
paradigmas para interpretar y analizar los orígenes y transformaciones de la diplomacia.
Específicamente, él se refirió a que la diplomacia evolucionó a través de los siguientes
períodos: Mito-Diplomacia; Proto-Diplomacia; Anti-Diplomacia; Diplomacia; Neo-Diplomacia
y; Tecno-Diplomacia (CFR.- AULAGNON: 2004). Sin embargo, de todas esas categorías,
sólo nos limitaremos a estudiar sus aportes más valiosos y originales, por lo cual, en primer
lugar, dejaremos de lado a la Mito-Diplomacia porque establece líneas de relación no
propias de los sujetos de derecho internacional, es decir, en relaciones horizontales 61 . En
segundo término, dejaremos de lado su concepción de Diplomacia 62 y de Tecno-
Diplomacia 63 porque, a nuestro juicio, no agregan más de lo ya comentado.

La llegada de los nuevos actores internacionales a la escena internacional supuso, a los


ojos de Der Derian, una nueva evolución en la diplomacia. Estos actores arrebataron la
plena exclusividad de los Estados en los asuntos internacionales y ahora, con la mayor
insistencia, hacían que las agendas diplomáticas de los Estados del mundo se
Las relaciones horizontales, en los temas teóricos de las relaciones internacionales, fueron
sujetas a las interrelaciones entre sujetos de derecho internacional en igualdad de
condiciones, mientras que las relaciones verticales son aquellas donde existen relaciones
entre sujetos de derecho internacional que son regidas por la prevalencia de un poder o
jerarquía. Der Derian afirma que la primera etapa de la evolución de la diplomacia se centro
en las relaciones verticales, es decir, relaciones conflictivas de poder entre las aspiraciones
de los seres humanos y los designios de los dioses, por ello denominó esta relación Mito-
Diplomacia. 62 Para James Der Derian la etapa evolutiva de la Diplomacia, llamada
“Diplomacia” se caracteriza por la consolidación del Estado Moderno y por la presencia ú
nica y exclusiva de Estados como actores principales en la escena internacional. 63 “James
Der Derian analiza el ‘guión’ (script) de la ‘institución diplomática’ a través de diferentes
textos e intertextos aplicando el método genealógico, es decir, analizando las relaciones de
los diferentes ‘guiones’ en su relación con el poder en diferentes etapas históricas,
interpretando sus orígenes y los cambios en los textosdiscursos. El tema concreto es la
genealogía del ‘extrañamiento occidental’ (la diplomacia sólo puede entenderse en términos
de separación, de extrañamiento frente a otro) desde sus orígenes bíblicos a la actual
situación, definida como ‘tecno-diplomacia’”. Véase SALOMÓN G: 1999).
61

124 desviaran por temas novedosos y pocos tradicionales, como por ejemplo, el feminismo,
el ambientalismo, la lucha contra el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, etc. Su
establecimiento también creó prácticas y nuevos intereses para cada una de las cancillerías
del mundo. A este nuevo orden, Der Derian lo denominó como NeoDiplomacia 64 . Con este
término procuró referirse a éstas formas alternativas de mediación practicadas por los
nuevos actores y agentes no tradicionales en la escena internacional, sin embargo, recalcó
que éstos podrían ayudar o a perjudicar los propósitos de la diplomacia (CFR.- SENG SEE:
2001, 20-21). Para él, las formas neodiplomáticas no son necesariamente nuevas, pero su
auge reciente gracias a la proliferación de relaciones diplomáticas de vía dos (CFR.- SENG
SEE: 2001, 20-21), ha modificado el papel tradicional de la diplomacia agregando nuevos
temas y variedad a las negociacion es y procedimientos, a la vez que transfiere a otras
áreas el habitual control estatal de los asuntos internacionales. Para algunos autores esta
relación de hechos se denomina Post-Diplomacia (CFR.- MORALES LAMA: 2004-c). La
necesidad de ello resulta de la acción internacional de los organismos no gubernamentales
cuya lógica que va más allá del Estado-Nación moderno, y por ende, más allá de la
diplomacia (CFR.- MORALES LAMA: 2004-c). O si se quiere, el término PostDiplomacia
puede ser asistido por la visión de James Baker sobre la moderna injerencia de la opinión
pública en los asuntos internacionales. El rol emergente de la opinión pública en los últimos
diez años ha edificado una incuestionable fuerza influyente en los asuntos exteriores de los
Estados. Dicha fuerza es capaz de crear un contexto donde los diplomáticos sólo podrían
seguir los eventos en vez de crearlos. Esa reducción del rol de los diplomáticos al papel de
espectadores define, para Baker, el fin de la diplomacia (CFR.- BAKER, James. En: HAINE:
1997, 3). Ahora bien, a nuestro juicio, la Post-Diplomacia, también podría ser reducida al
último episodio de la historia de la diplomacia. La extensión y consolidación de los proyectos
de integración por el mundo y su tendencia a comportarse en el escenario internacional
como una sola fuerza, no

64

Para los efectos de esta investigación es sumamente importante hacer notar que en el
término Neo-Diplomacia, existe un guión que diferencia un término del otro. Véase el
capítulo de Neodiplomacia

125 hacen inapropiado imaginar que en el futuro el mundo pueda estar dividido entre
bloques econ ómicos cuya representación internacional estará en hombros de Embajadores
Únicos. Es decir, la consolidación de los proyectos de integración hoy en día ha enfatizado
una reducción de las obligaciones y funciones de la diplomacia moderna (CFR.- BRUTER:
1999, 183-205), en cuanto a que ya es posible hablar de diplomáticos que no representan a
los Estados, sino a un bloque económico, como el es caso de la UE (CFR.- BRUTER: 1999,
183-205), cuyo proyecto de integración interestatal es considerado por algunos como una
alternativa al Estado Nacional y otros como la evolución de nuevos y mayores Estados
(CFR.- STREECK: 1998, 315). Allí los Estados miembros, aunque en la actualidad poseen
embajadas en el exterior, notan como sus embajadas nacionales quedan rezagadas detrás
de las representaciones de la UE en algunos ámbitos que anteriormente les competían. En
sentido hipotético, la UE, así como otro bloque, podría en un futuro designar a un Embajador
Único para representar los intereses de sus países miembros frente a los otros bloques
integrados. Claro esta que para llegar a esa etapa, sin duda, habrá de dejar atrás los
grandes obstáculos y problemas que tenemos en el presente, además, eso sugiere que
habrá de pasar muchos años, incluso siglos, para llegar a ese mundo utópico de total
entendimiento. Y cierto será que la convicción de la diplomacia de aquel entonces no será ni
remotamente como la conocemos y, también, parece cierto que ya se ha comenzado a
caminar en esa dirección o, por lo menos, así lo sugieren las palabras del mandatario
Norteamericano George Bush el 3 de Marzo de 2003 en una Conferencia: “Tod avía
estamos en las últimas etapas de la diplomacia”. Quizás con el tiempo esta tendencia a la
reducción de las competencias y obligaciones de la embajadas modernas y el avance de la
injerencia de la sociedad civil y las corporaciones en estos temas, así como la consolidación
de los otros proyectos de integración del mundo, avancen a tal punto que erosionen por
completo la actividad diplomática en general 65 .

Es muy conocida la frase de Zbigniew Brzezinski en 1970 que decía: “si los ministerios y
embajadas no existieran, ellas –hoy- seguramente no tendrían que ser inventadas”; y la
frase J.K. Galbraith quien llegó a decir: “los diplomáticos son espectaculares ejemplos de
desempleados disfrazados” (HAINE: 1997, 2). Ambos se refirieron así para describir lo
innecesario que son las embajadas y los diplomáticos en este nuevo orden mundial.

65

126 Seguidamente, James Der Derian denominó Anti-Diplomacia a aquellas relaciones entre
el Estado y los No-Estados contrarias a la diplomacia moderna. Es decir, cuando las
revoluciones o levantamientos en contra del status quo internacional son promovidas por
grupos contrarios al régimen que no desean otra salida que la destrucción del orden
mundial, los Estados tendrían la legítima e innegociable tarea de defender sus intereses y
establecer caminos de mediación o negociación con estos grupos, los cuales, sino buscan
acceder o responder a algún tipo de estas insinuaciones, establecerían un tipo de no-
relación. No existe diplomacia en este tipo de relaciones, y sino existe diplomacia, es algo
más que una guerra, es Anti-Diplomacia porque no se busca la paz sino la destrucción.
Finalmente, cabe mencionar que el término Anti-Diplomacia, es utilizado para referirse al
siniestro y desestabilizador imperio antisistema internacional de los terroristas y los
narcotraficantes, los cuales, están en contra del orden establecido (CFR.MORALES LAMA:
2004-c).

Finalmente, James Der Derian nos entrega otra definición importante cuando nos habla de
Proto-Diplomacia. Este término que también fue desarrollado por Ivo Duchacek, implica
todas aquellas formas o gestiones en el extranjero que son realizadas por gobiernos no-
centrales, es decir, por representaciones de organismos que no son aún plenos sujetos de
DIP, pero actúan como tales en cuanto aspiran conseguir ese nivel en el futuro. Sus
objetivos e intereses, en este nivel, son políticos y exponen una identidad separatista (CFR.-
DUCHACEK: 1990, 1-33) 66 .

“Es decir, son iniciativas y actividades de un gobierno subnacional que aspira a establecerse
como Estado plenamente soberano, todo lo cual viene a constituir, eventualmente, el trabajo
preparatorio de cara a una futura secesión y al reconocimiento internacional de tal situación”
(CFR.- DUCHACEK: 1990, 1-33).

La experiencia mexicana de Chiapas o las actividades de la guerrilla en Colombia, o los


esfuerzos de la provincia canadiense de Québec, son ejemplos de este tipo de diplomacia.

66
127 2.2.3.14.- Diplomacia Paralela: En el siglo XX se hizo evidente la presencia en el
escenario internacional de un conjunto de actores que marcaron indiscutiblemente la teoría
general de la diplomacia, nos referimos a las actividades de los Gobiernos No Centrales.
Espe cíficamente, este tipo de actividad diplomática se desarrolla cuando un departamento o
provincia o unidad subpolítica de un Estado-Nación participa en las actividades que están
más allá de las fronteras nacionales paralelamente a la representación del Estado al cual
pertenece con el objetivo de establecer, por su propio interés, contactos o vínculos de
cooperación con otros gobiernos subnacionales o, incluso, con gobiernos (no) centrales
extranjeros (CFR.MORALES LAMA: 2004-c). Ivo Duchacek y Panayotis Soldatos estudiaron

profundamente este tipo de actividades que escapan al control o conocimiento de los


centros que administran los asuntos exteriores del Estado-Nación y los denominaron de
manera diferente (CFR.- KRÄMER). Ivo Duchacek lo denominó “microdiplomacia” 67 y
Soldatos lo reformuló con el término “paradiplomacia”; y su uso está muy consolidado en
EUA y en Canadá (CFR.- FRERES: 2002, 12).

“En la forma en que ellos la vieron, paradiplomacia es un término que describe el papel
internacional de las unidades subestatales principalmente en los países industrializados,
federalmente estructurados. La palabra para indica la distinción entre esta clase de conducta
internacional y la diplomacia de los órganos centrales del Estado. Se refiere a las
actividades de las unidades subnacionales que son paralelas, coordinadas o
complementarias y, algunas veces, conflictivas con la diplomacia de dichos órganos
centrales. El concepto de paradiplomacia intenta reflejar las crecientes actividades
internacionales autónomas de las unidades federadas” (KRÄMER). Sin embargo, la
paradiplomacia tiene un punto débil a los ojos de Raimund Krämer:

También indicó que Macrodiplomacia es propia de la relación entre Estados nacionales.


También, Duchaceck establece una diferencia entre la paradiplomacia transfronteriza, la
transregional (unidades sin frontera común) y la global que trata de “temas globales” tales
como medio ambiente, apartheid o cooperación al desarrollo (CFR.KRÄMER).

67

128 “El (…) término paradiplomacia consiste –tal como yo lo entiendo–, en su íntima
vinculación a la diplomacia del Estado central. El término para al igual que micro sabe a
política de segunda mano y el término diplomacia parece estar primariamente enfocado a la
alta política, con lo que se indica que se copian las actividades diplomáticas del Estado
central. Otros autores utilizan expresiones como o o . Limitándome a las actividades
exteriores de las unidades federadas en el más amplio sentido, me complace utilizar el
término transfederado introducido por el especialista iraní H. E. Chehabi para describir este
tipo de política internacional. Esta definición incluye a ” (KRÄMER). Más recientemente, a
partir del desarrollo teórico y empírico existente, Noé Cornago definió paradiplomacia como
la implicación de gobiernos no centrales en las relaciones internacionales, a través del
establecimiento de contactos permanentes o ad hoc, con entidades públicas o privadas, con
el propósito de promover asuntos socioeconómicos o culturales, así como cualquier otra
dimensión externa de sus competencias constitucionales (CFR.- CORNAGO: 2000). Según,
Duchacek este tipo de diplomacia podía manifestarse en dos campos de acción. En primer
lugar, estas actividades podían iniciarse con establecimiento de oficinas permanentes en las
capitales o centros de comercio o industria extranjeros para representar una rama de un
gobierno no-central. Este tipo de acción debe contar con la anuencia de las autoridades
subnacionales, quienes inician este proceso transnacional para proteger o promover los
intereses domésticos que les conciernen (CFR.- DUCHACEK: 1990). En segundo lugar, la
paradiplomacia podía iniciarse cuando las entidades subnacionales llegan a convertirse en
objetivos de los entes transnacionales y éstas se dejan llevar por la tentación de aceptar en
sus sub-sistemas representaciones internacionales (CFR.DUCHACEK: 1990).

129 La naturaleza de estos comportamientos se fundamenta en la imposibilidad sistémica


del Estado-Nación para satisfacer las demandas de sus subnacionales o subEstados
nacionales; la existencia de un orden constitucional lo suficientemente permisivo para que
los subEstados nacionales puedan asumir, conforme a ley, su proyectos internacionales; la
voluntad de las autoridades subestatales por ingresar a su comunidad dentro de los
procesos de globalización mundial, o en este caso, acudir en ayuda de la “globalización del
provincialismo” (CFR.- DUCHACEK: 1990); y finalmente, que los otros centros
gubernamentales posean la capacidad jurídica e institucional y la voluntad de crear un
vínculo de interacción formal y no formal con estos centros subestatales 68 .

Las formas de acción paradiplomáticas varían en muchas formas, intensidad, frecuencia y


objetivos, los cuales, mayormente, son técnicos, financieros, económicos , turísticos,
culturales y el medio ambiente, en resumidas cuentas, temas de “segundo nivel” (CFR.-
MORALES LAMA: 2004-c), aunque pueden ser políticos cuando se trata de temas de
secesión (CFR.- DUCHACEK: 1990). Por otro lado, su presencia puede perjudicar
significativamente la imagen internacional del país y atenta contra el principio de unidad de
acción en el exterior. Esto sin contar, según Manuel Morales Lama, “con que tales acciones
implican, generalmente, una duplicidad con sus consecuencias en lo concerniente al gasto
público y a los resultados, todo ello al margen de los postulados de la Convención de Viena
sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, y lo que es más grave – al carecer de una
adecuada coordinación institucional interna- plantea incluso contradicciones conceptuales
que son advertidas críticamente por los interlocutores externos” (CFR.- MORALES LAMA:
2004, 11).

Buenos ejemplos de este tipo de diplomacia son las actividades creadas por la provincia de
Canadá, Quebec, quienes tienen oficinas en la ciudad de Dusseldorf; o la representación de
la provincia de Ontario en Frankfurt.

68

130 Igualmente Christian Freres cree que este fenómeno de la paradiplomacia, junto con la
globalización, así como de otros procesos socioeconómicos y políticos del último decenio,
reconsideran del concepto de soberanía que antaño fundamentaba el monopolio de los
Estados (CFR.- FRERES: 2002, 14). O en las palabras de Gurutz Jáuregui: “En el mundo
actual el protagonismo de las relaciones internacionales no es ya exclusivo de los Estados,
sino que corresponde a otros muchos entes, instituciones y organiz aciones
(intergubernamentales, no gubernamentales, infraestatales o, incluso, a entidades privadas
de carácter mercantil, profesional, cultural, social, etc.). Junto a la diplomacia, aparecen
varias formas (global, interregional, transfronteriza, intermetropolitana, etc.) de
paradiplomacia cuyo sujeto no es el Estado, y que son perfectamente compatibles con la
diplomacia estatal” (JÁUREGUI: 2001, 223). Finalmente, a manera de resumen pasemos a
ver en esquema como pueden ser clasificadas las diversas formas de diplomacia:
131 MODALIDADES DE DIPLOMACIA POR CATEGORÍAS DE INTERÉS Por la
Conveniencia y Pertinencia
Diplomacia Temporal Diplomacia Permanente Diplomacia Bilateral Diploma Multilateral
Diplomacia Directa Diplomacia Secreta Diplomacia Entre Bloques Regionales Diplomacia
Técnica Diplomacia Preventiva Diplomacia Comercial Diplomacia de Vía Dos Por la Forma
de Actuar Diplomacia Técnica Diplomacia Clásica y Moderna Diplomacia de Vía Dos
Diplomacia Civil No Violenta Diplomacia Paralela Diplomacia Constitucional Diplomacia
Multivial Por las Zonas Geográficas Diplomacia Entre Bloques Regionales Diplomacia Fuera
de Bloques Regionales Por Vínculos Teóricos Diplomacia Realista e Idealista Diplomacia
Activa y Pasiva Micro y Macro Diplomacia Post-Diplomacia Por la Forma de Decidir
Diplomacia Bilateral Diploma Multilateral Diplomacia Parlamentaria Diplomacia Abierta Por
su forma clásica Diplomacia Bilateral Diplomacia Multilateral Diplomacia Comercial
Diplomacia Directa Diplomacia Temporal Diplomacia Permanente Diplomacia Secreta
Protodiplomacia

Por la Forma Doctrinaria y Coyuntural


Diplomacia del Garr ote Diplomacia del Dólar Diplomacia por la Pacificación Forzada
Doctrina Betancourt o Estrada Diplomacia de Paz Diplomacia Preventiva Diplomacia
Intercultural Otros

Por los Actores que Intervienen Diplomacia Paralela Diplomacia Bilateral Neo-Diplomacia
Diplomacia Multilateral Diplomacia Civil No Violenta Protodiplomacia

Por los Períodos Históricos Diplomacia Clásica y Moderna Diplomacia Activa y Pasiva

Por su forma moderna Diplomacia Parlamentaria Diplomacia Abierta Diplomacia Técnica


Diplomacia de Vía Dos Diplomacia Civil No Violenta Diplomacia Paralela Diplomacia Entre
Bloques Regionales Neo-Diplomacia Diplomacia Constitucional Diplomacia Multivial

132 2.3.- Crisis De La Teoría General De La Diplomacia Y La Neodiplomacia: Las


discusiones acerca del rol, del status y de la naturaleza de la diplomacia todavía están muy
lejos de completarse. Inclusive aún no se han superado aspectos que para algunos
entendidos debían haberse superado hace ya mucho. Por ejemplo, una de estas
discusiones que parece interminable, y muy básica, radica en que para unos, la diplomacia
es irrelevante a los problemas de las relaciones internacionales, mientras para otros, los
diplomáticos permanecen esenciales para resolver temas internacionales y para representar
los intereses del Estado en el extranjero (CFR.- HAINE: 1997) ¿entonces cómo avanza un
conocimiento teórico si no es capaz de resolver sus problemas más básicos?, sencillamente,
con dificultad.

La diplomacia en más de cuatro mil años de historia ha generado, por otra parte, algunos
elementos indiscutibles a los cuestionamientos. Éstos fueron esbozados, como ya
mencionamos, en las Convenciones de Viena y otras fuentes de derecho convencional, las
cuales, conforman el marco de la teoría general de la diplomacia y cuya última actualización
formal ocurrió en 1969 con la firma Convención de Viena Sobre el Derecho de los Tratados
Internacionales. En esa época se consideraba que las fuentes convencionales resumían
plenamente las inagotables experiencias del derecho consuetudinario sobre la materia, sin
embargo, más de treinta años después, luce inapropiado considerarlas como tales. Los
cambios en la escena internacional con la globalización, la interdependencia, el nuevo
federalismo, la explosión comercial y financiera, etc, reconstruyeron el área tradicional de la
diplomacia y han socavado las bases de la teoría general de la diplomacia y reformulado el
papel de los diplomáticos.

133 Esta concatenación de hechos levanta la sospecha de que, si bien, la diplomacia ha


sido partícipe en las relaciones entre Estados a través del tiempo, ésta no pudo escapar a
una constante evolución como concepto y teoría. Las fuentes convencionales de la teoría
diplomática conocidas no ofrecen explicaciones acerca de algunas formas y conductas
diplomáticas de nuestra actualidad. Las actividades informales (CFR.- MONTVILLE, Joseph.
En: FISCHER: 1997); los ingerencia de los subsectores políticos nacionales en la escena
internacional (CFR.- DUCHACEK: 1990); la ingerencia de la sociedad civil e individuos en
las políticas exteriores de sus Estados nacionales (CFR.- BAKER, James. En: HAINE: 1997,
3); el avance de la tecnología y los medios de comunicación y el transporte (CFR.-
HARMON: 1971); la masificación de los temas de las agendas de los Estados (CFR.-
HERNÁNDEZ: 1997); la desaparición de las legaciones (CFR.MORALES LAMA: 2004, 67);
el crecimiento de la sociedad de Estados y sujetos de derecho internacional (CFR.-
PLISCHKE: 1979); la aparición de la percepción de una diplomacia democrática (CFR.-
PLISCHKE: 1979); la propagación de nuevos temores y amenazas internacionales (CFR.-
LÓPEZ, Ernesto: 2001); la selección cualitativa de intereses funcionales a nivel internacional
(CFR.- BARSTON: 1988); la masificación de las ramas y métodos de interacción diplomática
(CFR.- SIMPSON: 1987); la multiplicación de las iniciativas multilaterales; las instituciones y
los nuevos actores internacionales (CFR.- DANSPECKGRUBER: 2001), entre otros, podrían
precisar las dinámicas de la diplomacia moderna, no obstante, son temas incomprendidos
por las fuentes de derecho convencional de la teoría diplomática.

La teoría diplomática, y sus estamentos sine qua non, sufren ahora un compromiso: la
modernidad internacional imperante le exige a ese concepto y a la gama teórica de
percepciones que ostenta, alcanzar un grado de flexibilidad para que pueda aunar a su
marco hipotético los hechos y actos diplomáticos de nueva data. La teoría diplomática
convencional cruzó hace mucho las puertas de un giro en su identidad, ahora afronta una
crisis por albergar en su seno explicaciones o razones sobre los nuevos procesos sin alterar
las bases teóricas que fundamentan su misma existencia, porque, después de

134 todo, en la práctica, la cualidades de la diplomacia resuelven con infinidades de tácticas


y estrategias los obstáculos más puntuales dentro sistema internacional. “El desarrollo del
sistema internacional ha creado un escenario de revoluciones diplomáticas. La mayoría de
esos recientes cambios han sido la democratización de la crisis internacional de la
diplomacia. Aunque los actores instrumentos de la diplomacia han experimentado profundos
cambios, los principales objetivos persisten, la paz y la estabilidad han perdurado en la
prueba del tiempo. Durante el siglo XIX, los Estados fueron definidos como la geoestratégica
expresión de poder, economía de intereses, imperios coloniales y como participantes
oficiales de la balanza de poder. Sin embargo, con el tiempo esos intereses desembocaron
en caminos dirigidos hacia los ideales humanitarios, las pugnas ideológicas, las luchas por
el poder político mundial y los problemas por diferencias culturales. A pesar de toda la
naturaleza del conflicto los diplomáticos históricamente han llevado la paz y la estabilidad al
sistema internacional a través del establecimiento de formas de comunicación”
(CFR.DANSPECKGRUBER: 2001). Desde el fin de la Guerra Fría el centro de los debates
se relaciona a la gradual metamorfosis del Estado como principal actor internacional y su
pérdida de soberanía (CFR.- STEMPEL D. 1995, 4); a la expansión internacional de la
democracia; a la proliferación de teorías acerca de las políticas internacionales y burocracia;
a la creciente tendencia de asociar a los intereses nacionales de los Estados con el
desarrollo de su competitividad internacional en vez de ser asociada al ejercicio político de
su soberanía (CFR.- HAINE: 1997 , 4); y de cómo éstos han repercutido en la crisis no sólo
de la teoría general de la diplomacia, hasta el punto que unos hablan del “fin de la
diplomacia” (CFR.- HAINE: 1997, 3), sino en sus mismos agentes diplomáticos, los cuales,
dentro de este proceso de evolución, ya no están seguros de qué o a quiénes ellos
realmente representan (CFR.- HAINE: 1997, 4) 69 , sin contar que se han vuelto inefectivos,
poco importantes y caros (HAINE: 1997,2).

Michael Bruter también ha desarrollado este tema cuando estudió cómo las embajadas de la
Unión Europea asumen diferentes tareas a nivel mundial, partiendo del principio de que ella
no representan a un país en especial, sino a toda la comunidad de Estados que integran la
unión. Para él, la modernidad ha creado una nueva forma de embajada. (CFR.- BRUTER:
1999, 184-185).

69

135 Además, otros pensadores ya analizaron la situación de la Diplomacia y la trataron de


complementar sus deficiencias teóricas, por así decir, con interesantes aportes 70 . Como
ya vimos, Tecno-Diplomacia; Diplomacia Comercial, Neo-Diplomacia,

Diplomacia Civil No Violenta, Diplomacia de Vía Dos, Diplomacia Paralela, Diplomacia


Constitucional, entre otros, son propuestas que perfeccionan la teoría diplomática y, a la
vez, denuncian las insuficiencias de ella misma. No obstante, mientras la primera apela a
criterios expertos y harto especializados para asumir la diplomacia; la segunda a la
ingerencia de valores comerciales para reconstruir una diplomacia más acertada a los
intereses modernos de los Estados; la tercera a la intersubjetividad con que puede
entenderse la diplomacia a ni vel mundial; la cuarta al emergente papel de la sociedad civil
en la conformación de las políticas exteriores de sus Estados nacionales; la quinta a las
formas no oficiales de acción de los agentes diplomáticos; y la sexta a la emergente
injerencia de grupos políticos subnacionales en los asuntos en los asuntos internacionales,
ninguna analiza en detalle la visión cosmogónica de la realidad de la Diplomacia y, quizás,
esto sea por las amplias dimensiones e implicaciones que posee este tema de análisis.

Sin embargo, a nuestro juicio, estos sincretismos teóricos merecen atención, no por el tema
del cual parten, sino por lo que aluden; por la insinuación que gestan. Si vemos la naturaleza
de estas modernas teorías en su totalidad y notamos como complementan con gran
magnitud a la teoría general de la diplomacia, la cual, es precaria para explicar ciertos
hechos de manera lógica y racional, podemos notar como proponen y fundamentan una
nueva fase o etapa teórica en todo su conjunto. Una nueva etapa más flexible. Una nueva
etapa teórica en sincronía con las realidades internacionales. Una nueva etapa que no
pretendería reformular el papel pragmático de las obligaciones y funciones de las
instituciones o agentes diplomáticos, sino, más bien, reformular el conocimiento, el
entendimiento y la reflexión sobre el área.

En este sentido, vale mencionar entre los aportes más interesantes el trabajo de Kalypso
Nicolaïdis (CFR.NICOLAÏDIS: 1996).

70

136 Así como una vez el marxismo y el realismo no aguantaron las críticas hechas a su
estatocentrismo; así como una vez el liberalismo no pudo seguir defendien do su precaria
propuesta de que el intercambio entre las naciones no sólo acrecentará la riqueza mediante
la división internacional del trabajo, sino que también tenderá a reducir las tensiones
políticas y la guerra; así como una vez el funcionalismo no tuvo defensa para su afirmación
sobre como la cultura explicaba la existencia de las instituciones sociales por su capacidad
de satisfacer las necesidades psicológicas humanas en las sociedades complejas; así como
una vez el estructuralismo fue criticado por su devaluación de la autonomía individual y su
aparente desprecio de la historia; así como una vez el modernismo se avocaba sólo al
contacto de la realidad para obtener conocimiento; el neomarxismo, neorrealismo,
neoliberalismo, neofuncionalismo, neoestructuralismo y el postmodernismo fueron en su
auxilio; resulta genuino pensar, en sentido comparativo, que un conglomerado teórico venga
en auxilio de la teoría general de la diplomacia para marcar las diferencias del
institucionalismo diplomático y su teoría. Esta manera de pensar puede leerse desde 1985
cuando las esferas teóricas de la diplomacia comenzaron a ser objeto de tímidos estudios
revisionistas por parte de algunos investigadores a nivel mundial. Pero fue sólo después del
fin de la Guerra Fría y el consecuente desvanecimiento del control ejercido por los otrora
ejes hegemónicos de poder internacional (EUA y la URSS) que los estudios revisionistas se
multiplicaron y tomaron un perfil algo más inquisidor. Esto se hizo posible debido a que las
naciones del mundo se percataron que el nuevo orden mundial que se gestaba ameritaría
un conjunto de instituciones diplomáticas diferentes a aquellas que estuvieron presentes en
la Guerra Fría. Los Estados, valiéndose de los recursos financieros contenidos para una
probable guerra, se animaron por provocar cambios en las estructuras institucionales
diplomáticas de sus países e iniciaron procesos de modernización administrativa en función
de la aspiración de poseer una estructura política completamente operante y competitiva
para representar a su país a nivel internacional ante el nuevo panorama. Sin embargo, se
hizo evidente que los cambios vendrían acompañados de contundentes axiomas. Los
Estados iniciaron a su mejor conveniencia sus cambios en las estructuras

137 diplomáticas sin olvidar las disponibilidades que tenían. Al poco tiempo cada Estado
pasaba por su propio proceso de revisionismo institucional y lo único que parecía estar claro
era la disyuntiva entre la tradición contra la modernidad esparcida por todo el planeta, tal
como una consigna que, incluso, sus consecuencias aún nos acompañan hoy en día. Entre
tanto, los autores revisionistas abrieron el debate de la diplomacia analizando diversos
elementos, más que todo, cómo a nivel mundial las iniciativas civiles organizadas se iban
acercando fructífera y convincentemente a los gobiernos y, de cómo éstos, ahora con una
anuencia innovadora que indicaba una subyacente voluntad política atípica, en ciertos
casos, accedían a responder las demandas civiles con profundas reestructuras y políticas en
sus instituciones, en especial, en aquellas de repercusión internacional. También, sus
trabajos analizaron los hechos ocurridos en la historia reciente del mundo, los cuales, dados
sus matices originales, recreaban la necesidad de revisar la teoría diplomática para hacerla
más accesible de dar una explicación falible de forma, no de fondo, de estos sucesos.
Además, estos hechos, que fueron vinculantes a casi todos los Estados del mundo,
merecieron la atención de las divisiones diplomáticas de los países involucrados debido a la
gran cantidad de intereses en juego, sin embargo, debido a sus características poco usuales
de los nuevos conocimientos y fenómenos, las mismas divisiones diplomáticas optaron por
encarar los preceptos establecidos para poder asumirlos con cabalidad, lo que hizo que
muchos académicos del mundo pensaran que la diplomacia había dado un paso gigante en
su evolución, tanto, que se había superado asimisma para pasar a otro nivel, ya que,
indefectiblemente, algo había cambiado. Las nociones de cambio, a todas estas, iban
encaminadas sobre el análisis del sensible ensanchamiento de la fractura entre la
diplomacia clásica y la diplomacia que estaba tomando forma, y de cómo no lucía
inapropiado asumir las nuevas manifestaciones y procedimientos de los sujetos de derecho
internacional con otras fórmulas teóricas, inclusive, no propias de las relaciones
internaciones y sociales, por ejemplo, las referencias al Interaccionismo Simbólico se
hicieron útiles para explicar

138 profundamente el por qué algunos Estados se enfocaban directamente en algunos


intereses internacionales, cuando los observadores consideraban la existencia de otros
intereses más importantes y cruciales. Igualmente, desde el punto de vista del
Interaccionism o Simbólico, se hacía claro que la teoría diplomática contrastaba con la
realidad en algunos aspectos, como la explicación de la naturaleza de los hechos
diplomáticos, más que todo, porque algunas corrientes del interaccionismo simbólico y de la
etnometodología han centrado sus análisis en aquellas acciones sociales que, como rutinas
humanas institucionalizadas o no, siguen su curso con independencia de la conciencia de
los actores (CFR. JOAS, Hans. En GIDDENS: 1990, 117-125). Según la teoría general de la
diplomacia, un hecho diplomático genuino goza de cierto grado de legalidad, legitimidad y
representatividad de un sujeto de DIP, pero en la realidad dicha teoría no reconoce
taxativamente ese significado cuando un hecho diplomático es informal o extraoficial 71 , es
decir, cuando el hecho diplomático no goza de cierto grado de legitimidad y legalidad por
parte de los sujetos que los provocan. Además, en ciertos casos, los hechos diplomáticos
están fuera del alcance de los agentes diplomáticos en cuanto a su control (y conciencia),
como es el ejemplo de las consultas, diálogos y capacitación (CFR.- NOTTER: 1996), cuyos
orígenes se vinculan a actividades necesarias para determinados fines puntuales y cuyas
consecuencias podían desembocar en obligaciones oficiales y formales para los sujetos de
derecho internacional. Y dado que los mecanismos extraoficiales se han hecho recursos
muy eficaces para afrontar problemas como las grandes migraciones, la piratería, el
contrabando, las actividades de grupos terroristas (sean políticos, ecológicos, tecnológicos,
económicos, informáticos, etc...); y dado que se ha notado cambios institucionales en cuanto
a la organización y estructuración de las divisiones diplomáticas de cada país para encarar
esta tendencia; y dado que el escenario de las relaciones internacionales lo exigía
favorecido por los nuevos intereses, resultaba evidente que el revisionismo, a través del
Interaccionismo

A parte de la legalidad, legitimidad y representatividad, podría agregarse un sustantivo


histórico. En ese sentido los hechos informales y extraoficiales se caracterizan porque no
dejan mayor relatoría de los sucesos en que se circunscriben.

71

139 Simbólico, abriría el camino a una figura teórica capaz de complementar las deficiencias
de la teoría general de la diplomacia.

De lo anteriormente descrito se comprende la necesidad de una nueva conceptualización


que, en relación a la teoría general de la diplomacia, actualizaría su percepción teórica y la
amoldaría más a las exigencias del conocimiento reflexivo moderno. Esta nueva
conceptualización, a la que llamaremos “Neodiplomacia”, será entendida como una versión
más maleable y flexible de la rigidez típica de la vieja o clásica visión y significado de la
Diplomacia. Propiamente, esta innovadora perspectiva se enfoca en el estudio de los
aspectos que la teoría general de la diplomacia no explica satisfactoriamente, pero que de
igual manera adquieren presencia diplomática. Es una fórmula teórica u opción accesible
que aspira superar lo planteado por la teoría tradicional diplomática a través de la
complementación de sus postulados, con objeto de ajustarla a la actual realidad que nos
expone la relación entre los sujetos de derecho internacional. También, así, a través de la
Neodiplomacia se crea una opción estratégica que permitiría incorporar la modernidad a la
teoría general de la diplomacia, poniendo el énfasis en habilitar las características
inmanentes de la teoría en armonía con los nuevos fenómenos, en especial, con el
fenómeno de las prácticas diplomáticas paralelas y extraoficiales 72 , las cuáles, a nuestro
juicio, deben ser habilitadas, como estrategia de consolidación teórica (CFR.- TOKMAN:
2001), dentro del enfoque teórico; sin
La honda idea de que la diplomacia conlleva dentro de sí el método por el cual los sujetos
de derecho internacional, a través de sus funcionarios autorizados, mantienen relaciones
mutuas con otros Estados o actores internacionales, para llevar a cabo transacciones
políticas, económicas y legales, entre otras, indica que la diplomacia, como concepto y
teoría se sumerge en una esfera oficial que representa y simplifica los intereses de toda una
nación o grupo. Es decir, las acciones diplomáticas per se llevan a espaldas los intereses y
conveniencia de la entidad comunal que representan y se reconocen si gozan de cierto
grado de representatividad y, esto será, cuando queda en evidencia que las potestades
legales y legítimas de los Estados descansan inmutables en los hombros de los agentes
diplomáticos que participan en éstas acciones. Pero en la actualidad se perciben elementos
que indican que esto no es así, básicamente porque el Internet de alguna forma deja en
segundo plano las potestades legales y legítimas por cuanto ya no son garantías de
representatividad. Hoy basta con que una p ersona no indicada tenga acceso a un email de
un embajador. Si esa persona envía una comunicación aún canciller, probablemente, el
canciller creerá de buenas a primeras que se trata de una comunicación fidedigna del
embajador. Acá no será importante el mensaje, sino que el canciller no tendrá forma de
comprobar la oficialidad del mensaje que ha recibido. No hay garantías para afirmar lo
fidedigno del mensaje. No obstante, debido a la expansión del Internet por el mundo, el
canciller posiblemente podrá aprobar el mensaje sin estudiar detenidamente las
consecuencias. De tal manera que la representatividad de los funcionarios diplomáticos
busca, hoy en día, nuevos elementos para manifestarse, los cuales, quizás, necesariamente
se encuentren entre las esferas oficiales.
72

140 menoscabo de los principios exigidos por el DIP y de las otras fuentes derecho
diplomático.

La naturaleza de este concepto es establecer una diferencia entre lo expuesto por la teoría
general de la diplomacia y lo que expresaría una teoría general de la diplomacia más
completa. Sin embargo, es preciso mencionar que la Neodiplomacia no significa una fractura
con las nociones diplomáticas. Al contrario, dentro de la Neodiplomacia existe una
continuidad de las bases más profundas de la Diplomacia. Según Jules Cambón la
Diplomacia ha cambiado en apariencia, pero su sustancia aún permanece intangible:

“Hablar de diplomacia nueva y de diplomacia vieja, equivale a establecer una distinción, sin
que exista una diferencia. Es la apariencia externa, o si se prefiere el maquillaje de la
diplomacia el que cambia gradualmente. La sustan cia subsistirá en primer lugar porque la
naturaleza humana no cambia jamás. En segundo término porque solo hay un modo de
arreglar las diferencias internacionales y, finalmente, porque el método más persuasivo de
que dispone un Gobierno, es la palabra de un hombre honrado” (CAMBÓN, Jules. En: DE
LA ROSALEDA: 2001. La Neodiplomacia no niega a la naturaleza de la diplomacia, sólo le
da continuidad y la complementa. La Neodiplomacia suma los estudios de forma realizados
alrededor de la diplomacia y menciona que la diplomacia ha cambiado en fondo en tres
aspectos cruciales. El primero, la presencia de actividades extraformales; la segunda, la
pérdida de control y soberanía de los Estados de las dinámicas mundiales por la presencia
de otros sujetos de derecho internacional, con menor poder, pero influyentes como para
minimizar las actividades de los funcionarios diplomáticos y, la tercera, el desarrollo de los
medios de comunicación, la tecnología y el conocimiento como elementos simplificadores de
las actividades diplomáticas convencionales. Pero en un sentido más práctico, llevado a la
realidad, la Neodiplomacia puede definirse como: la discreta práctica humana en que se
ejecuta la transmisión negociada y cuidadosamente administrada de intereses entre sujetos
de derecho internacional a

141 partir de una representación oficial (la cual puede ser virtual), que siendo de origen
público o privado, en diferentes e idóneas instancias internacionales y por diversas técnicas,
plantea multifacéticos temas, incluso, mucho más allá de los tradicionales intereses de los
Estados, y con vistas a procrear un escenari o pacífico de pleno entendimiento, cooperación
y concertación en salvaguarda de la seguridad humana, pública, alimentaria, comercial,
financiera, cultural y política. Sin embargo, debemos hacer un alto en este instante para
referirnos a la pertinencia del por qué se utilizará esta terminología y no otra.

El prefijo Neo según el Diccionario de la Real Academia Española, significa: nuevo, reciente
(CFR.- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: 2001, 1068). Mientras que Diplomacia significa:
ciencia o conocimiento de los intereses y relaciones de unas naciones con otras; Servicio de
los Estados en sus relaciones internacionales (CFR.- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: 2001,
560). Dichas definiciones evidencia la relación con el tema que nos concierne, sin embargo,
antes de ahondar en las características de la Neodiplomacia, debemos traer a colación la
similitud fonológica de este término con la definición realizada por James Der Derian: Neo-
Diplomacia (traducción de su inglés original: Neo-Diplomacy). James Der Derian utilizó dicho
término para describir la participación de los nuevos actores internacionales en la escena
internacional, lo cual, en base a su derecho genuino de investigador, fue una propuesta
legítima y oportuna para describir el fenómeno que él trataba. No obstante, la manera en
que instrumentalizó ese concepto acarrea confusión, a nuestro parecer, pues la estructura
de idioma inglés que él utilizó se refiere a un hecho nuevo, el cual no lo es (según la misma
opinión de Der Derian 73 ). En segundo lugar, en los espacios teóricos existe la tendencia
de, a excepción de algunos idiomas, utilizar el prefijo “neo” par a mencionar o definir la
presencia de una teoría o conocimiento trascendental que aparte de ser diferente, inspira la
idea de ser una versión complementada, mejorada y perfeccionada de un conocimiento o
teoría anterior que le da origen. James Der Derian al utilizar el prefijo “neo” en su definición
73

Véase DER DERIAN: 1987. O Véase también: SENG SEE: 2001.

142 no da explicaciones conceptuales fidedignas de qué “realmente se ha superado”. Es


decir, rehuye a declarar qué teoría o conocimiento fue superado por su denominación, a no
ser, porque sin duda los nuevos actores internaciones son un fenómeno tan novedoso que
en gran medida influye la teoría general diplomática. No obstante, creemos que no altera el
fondo de la diplomacia, sino su forma. El concepto NeoDiplomacia de James Der Derian
insinúa una modalidad diferente de la diplomacia en fondo y forma, quizás, fue por esa
razón que prefirió utilizar un “guión” para evadir prejuicios, pero incluso así, es de nuestra
consideración que los nuevos actores internacionales, son eso, actores, una nueva
subjetividad internacional a la par de los Estados, la cual, pudo haber sido definida como
“Alter-diplomacia”. Alter (del latín Alter, que significa “otro”) por la presencia de otros actores
con subjetividad internacional; y diplomacia, por la escena teórica internacional en que se
manifiesta este fenómeno. En tercer lugar, dado que el termino de Der Derian propone una
visión evolutiva de la diplomacia, la cual pasó por los siguientes períodos: Mito-Diplomacia,
ProtoDiplomacia, Anti-Diplomacia, Diplomacia, Neo-Diplomacia y Tecno-Diplomacia
(categorizac ión hecha en función de las conquistas y llegada de actores, mecanismos y
mutabilidad de intereses presentes en la esfera diplomática), no llena nuestras expectativas
en cuanto a creer que la Diplomacia evolucionó a un nuevo orden (NeoDiplomacia) con la
llegada de los nuevos actores internacionales. Smith Simpson considera que la diplomacia
es una actividad compuesta por elementos invariables que la han definido a través de la
historia, y aunque sus formas de institucionalización crean nuevos tipos de diplomacia, es
arriesgado definir un tipo de diplomacia con los adjetivos “modernos” o “nuevos”, porque es
probable que sea una reencarnación de un tipo de diplomacia anterior (CFR.- SIMPSON:
1987).

143 “la diplomacia expresa variedad de historias, culturas, filosofías políticas y sistemas,
intereses económicos y valores étnicos de los miembros de la comunidad internacional (...)
la diplomacia opera a través de estrategias, tácticas y técnicas, al igual que cualidades
personales y destrezas de sus practicantes. Esos elementos básicos (...) han caracterizado
a la diplomacia a través de la historia. El análisis del proceso revela lo significante (...) de
que no es necesario redefinir cada década a un nuevo tipo de diplomacia” (SIMPSON:
1987). La temeraria definición de James Der Derian tiene defensa porque las diversas
fuentes convencionales y consuetudinarias de la teoría diplomática plantean un silencio
administrativo en cuanto a la intersubjetividad internacional. Es decir, no menciona nada
acerca de quiénes pueden ser sujetos de derecho internacional ya que ese derecho se
adquiere en la práctica y no en la teoría. Si fuese así, las diversas convenciones de Viena
debieron haber sido reformuladas en los últimos años para dar cabida a los nuevos actores,
y porque así no ocurrió, la diplomacia no evolucionó en fondo sino en forma. La diplomacia
permaneció intacta en sus características más distintivas, aunque los nuevos actores
matizaron sus prácticas habituales de manera contundente. Finalmente, el término Neo-
Diplomacia de James Der Derian puede quedar perfectamente diferenciado del término que
proponemos Neodiplomacia, por el detalle del “guión”, sin embargo, esta última no afirma la
existencia de una situación en especial, como lo hace aquella, sino más bien, afirma la
conglomeración de teorías y enfoques modernos (incluyendo la misma Neo-Diplomacia)
como elementos distintivos de un avance teórico en la conformación de la teoría diplomática.
Mientras que el dentro de la Neo-Diplomacia de Der Derian subyacen los nuevos actores
internacionales, en la Neodiplomacia subyacen la totalidad de los trabajos de Der Derian, Ivo
Duchacek, Panayotis Soldatos, James Notter, Ángel Ruiz Jiménez, Glennon Michael, Frank
Dukes, John Burton, Joseph Montville, Louise Diamond, Abba Eban, etc., pues sus
esfuerzos, a nuestro juicio, complementan la desgastada teoría general de la diplomacia.

144 La Neodiplomacia complementa la diplomacia convencional, es decir, aquella


diplomacia con misiones de los cancilleres y otros funcionarios en el extranjero
(CFR.HEILIGER: 2002) y aquel ámbito internacional que defendía a capa y espada sus
soberanías (CFR.- SAINZ: 2003), la cual ha quedado atrás. Los viejos sistemas diplomátic
os lucen caducados por no haber podido dar los resultados para los que fueron creados, y
ahora, ante nuevos procesos y conocimientos más efectivos, los cimientos hipotéticos de la
teoría general de la diplomacia se han resentido al no poder explicar mancomunadamente
esos procesos. Además, de hecho, las funciones administrativas de los diplomáticos ya no
son semejantes a aquellas que se ejecutaban hace cincuenta o cuarenta años, por lo que
resulta comprensible el por qué surgieron los procesos de revisión de la Teoría Diplomática
en muchos Estados del mundo. El análisis de los nuevos fenómenos en base a la clásica
teoría general de la diplomacia, sería incongruente por el escaso campo de referencia que
abarca para explicar estos nuevos fenómenos. Así, resulta válido partir de la Neodiplomacia
porque podría ser útil al ir más allá cuando potencia las deficiencias de la anterior teoría con
diversos argumentos teóricos, entre los cuales, 1) se acepta la posibilidad de
comportamientos extraoficiales para el beneficio de las actividades diplomáticas habituales;
por igual, 2) maneja la posibilidad de que los intereses de los Estados puedan no ser los
suyos propios sino los de una comunidad o bloque integrado al cual pertenezca; 3) concibe
las acciones de cyberpolitik y soft power en el accionar estatal a nivel internacional; 4)
reflexiona sobre la preparación de los agentes diplomáticos y los planos multifacéticos que
deben esgrimir; 5) reconoce las policéntricas y polifacéticas relaciones del escenario
mundial entre los Actores Tradicionales (Estados), las Organizaciones Internacionales
(públicas y privadas) y los Nuevos Actores Internacionales (Organizaciones No
Gubernamentales); 6) reflexiona la permeabilidad de las soberanías nacionales como un
hecho irrefutable; 7) no niega que el multilateralismo se ha impuesto como una opción
mundial hacia la paz sobre los esquemas bilaterales; 8) reconoce que en años recientes ha
existido un auge de nuevas obligaciones para los funcionarios diplomáticos que por un lado,
ha exigido que ahora sean más preparados, especializados y proactivos, así como también,

145 tengan bien en cuenta los valores de apego a la institución y al país, junto con la
necesidad de estar concientes del trabajo en conjunto; 9) inserta las teorías de Seguridad
Humana, Comercial, Política, Cultural, Pública, Alimentaria y Financiera para comprender la
vistosidad de los nuevos intereses de los sujetos de derecho internacional; 10) considera el
desarrollo de los medios de comunicación, la tecnología y el conocimiento como elementos
simplificadores de las actividades diplomáticas convencionales; 11) acepta que la
correlación de fuerzas entre los actores internacionales son elementos clave para dirimir los
temas internacionales; 12) acepta que existen elementos de continuidad con la teoría
general de la diplomacia, especialmente, en el área consular; y finalmente, 13) acepta que
existen elementos más allá del control de la voluntad humana.

Finalmente, vale mencionar que la Neodiplomacia puede estar ya presente como


manifestación institucional en algunos Estados del mundo, incluso, Stenven Fisher, subjefe
de la misión diplomática del Reino Unido en Venezuela, menciona que EUA, hoy en día,
pose e una diplomacia de alto nivel, tan diferente, que es exclusiva y, a la vez, compartida
por el Reino Unido (CFR.- FISHER: 2004). Igualmente, aclara que esa diferencia estriba en
el grado de integración bilateral de estos países es harto abierto y diáfano. Los
procedimientos diplomáticos entre estos países son sofisticados, organizados, entrelazados
y únicos en comparación con el resto: “La Neodiplomacia existe, pero sólo entre las
relaciones diplomáticas de Estados Unidos y el Reino Unido” (CFR.FISHER: 2004).
Entonces, si ese es el caso ¿el MRE tendrá en su seno algunas atribuciones
neodiplomáticas? A continuación lo veremos...

146 CAPÍTULO III.- MARCO METODOLÓGICO.3.1.- Tipo de Estudio: Debido a la


naturaleza particular de la investigación nos basamos en el modelo teórico metodológico
propuesto por Roberto Hernández Sampieri (CFR.- SAMPIERI HERNÁNDEZ: 2000, 58) 74 ,
ya que consideramos que el tipo de estudio que caracteriza a la investigación es:
exploratorio. Dichos estudios exploratorios se efectúan cuando el objetivo es examinar un
tema o problema de investigación poco estudiado o que no ha sido abordado antes, hay
poca información y, por ello, su metodología es amplia, flexible y dispersa en comparación
con los tipos de estudio descriptivo y explicativo (CFR.- SAMPIERI HERNÁNDEZ: 2000, 58,
59). En ese sentido, el tema de la Neodiplomacia se amolda a lo expuesto por este autor,
por cuanto la investigación se vale de la construcción de esa novedosa identidad teórica y
que raya en temas de crasa reflexión introspectiva que han sido centros de desinterés por
las investigaciones referidas a las rela ciones exteriores de los países en los últimos sesenta
años. De este tema existe una escasísima información, no se ha abordado exhaustivamente
y tampoco ha llamado la atención a la comunidad de investigadores que rodean los temas
internacionales y mucho menos a Venezuela.
NOTA ACLARATORIA: Según las tendencias modernas (muy aceptadas por demás, y
exigidas por la gran mayoría de los institutos de estudios avanzados a nivel mundial),
economicistas y simplistas del pensamiento científico, éste y otros autores se han vuelto un
bastión obligatorio para la estructuración de cualquier investigación científica. Sin embargo,
su uso en esta investigación no refleja el acuerdo del investigador por lo que en su libro se
expresa, de tal manera, que su uso puede ser inequívocamente entendido como una
imposición que esta más allá de la opinión del investigador. La razón de los argumentos es
que tanto las instituciones de estudios avanzados y los profesionales graduados de ellas, así
como estos autores, salvo sus beneficiosas excepciones, reflejan un decidido desinterés por
conocer las normas epistemológicas de la investigación y, mucho peor, un total desinterés
por las estructuras metodológicas de Turabian o de la American Psicology Asociation o la
Modern Language Association, tanto que el 90% de los graduados de las instituciones en
Latinoamérica no conocen de que se tratan estos últimos y, para colmo, no les interesa.
Estos autores proponen unos pasos normativos para la presentación de una investigación
científica y las universidades han encontrado en ellos la NORMA que debe ser impuesta a
los estudiantes, sin tene r en cuenta que hay cientos de formas de expresar las mismas
ideas. Vale mencionar el ejemplo similar de Emile Durkheim que hace casi 100 años tuvo
una misma impresión de esta relación de hechos y a manera de protesta presentó su tesis
doctoral no en su francés natal sino en latín. A lo cual los “conocedores” tuvieron la
necesidad de traducirla al no poder sustentar un mejor alegato que el de su estudiante,
quien afirmaba que de no hacerlo, le darían coto a la ciencia sociológica. Y en efecto, él
tenía razón, porque en dicho documento yacía uno de las investigaciones más
revolucionarias de la historia para la sociología. Finalmente, no es el interés llamar a la
reflexión sobre el tema, sino llamar a ardua lectura a los profesionales, los cuales a juicio del
investigador, se han acercado al mero conformismo y con el se caracterizan hoy en día. El
conocimiento científico goza de libertad, por más lógica se pretenda alegar para alcanzarlo.
Lo que si es requisito prioritario es la racionalidad del conocimiento científico, elemento que
en las ciencias sociales muchas veces llega de forma ilógica. En definitiva, el investigador
presenta sus excusas, porque se siente obligado a seguir este patrón de análisis.
74

147 3.2.- Tipo de Diseño:

Debido a la naturaleza particular de la investigación nos basamos en el modelo teórico


metodológico propuesto por Carlos Sabino (CFR.- SABINO: 1996) 75 , consideramos que el
tipo de diseño que caracterizará la investigación es: de campo con apoyo documental. Los
diseños de campo son los que se refieren a los métodos empleados cuando los datos de
interés se recogen en f orma directa de la realidad, mediante el trabajo concreto del
investigador; estos datos, obtenidos directamente de la experiencia empírica, son llamados
datos primarios. Son datos de primera mano, originales, producto de la investigación en
curso sin intermediación de ninguna naturaleza. Cuando los datos ya han sido recolectados
en otras investigaciones y son conocidos mediante los informes correspondientes, nos
referimos a datos secundarios, porque han sido obtenidos por otros y nos llegan elaborados
y procesados de acuerdo con los fines de quienes inicialmente los obtuvieron y manipularon.
Como estas informaciones proceden siempre de documentos escritos (ésa es la forma en
que se emiten los informes científicos), damos a estos diseños el nombre de bibliográficos
(CFR.- SABINO: 1996), por dar apoyo documental. Todo trabajo bibliográfico no deja por
eso de referirse a la experiencia empírica tanto como los diseños de campo, porque los
datos que nosotros tomamos como secundarios han sido datos primarios para el
investigador inicial, por más que nos lleguen como experiencias ya analizadas y
sintetizadas. De modo que el contacto con los hechos subsiste, aunque se trate de un
contacto indirecto.

En ese sentido, y comprometidos la vertiente postmoderna del conocimiento, la cual afirma


que el conocimiento se adquiere a través de los libros, nuestra investigación es de campo
por cuanto analizamos la interrelación de relaciones humanas circunscritas a los agentes
diplomáticos del MRE. Asimismo, son utilizados una gran cantidad de datos secundarios,
debido a que éstos documentos ya han recorrido gran parte de l
75

NOTA ACLARATORIA: El investigador presenta sus excusas.

148 camino científico que nos proponemos culminar en esta investigación. Los datos
secundarios nos simplifican la tarea de investigación ya que levantar nueva información
sobre los innumerables datos primarios, no evitaría una gran tardanza en la presentación
final de la investigación y no evitaría las críticas a la que pudiera estar sujeta porque se ha
omitido la opinión de excelsos estudiosos en cada una de las materias a desarrollar. La
investigación, en definitiva, es en consecuencia una inmensa compilación de trabajos e
investigaciones que una vez armonizadas, procuran darle forma a la Neodiplomacia y
demás implicaciones en el MRE. 3.3.- Unidad de Análisis: Los actores diplomáticos del
MRE. Las razones de ello se reducen a que éstos son los únicos que transmiten
autoritativamente valores a la hora de construir la política exterior del país e inciden
directamente en la administración de su debida ejecución normativa y política. Los
organismos oficiales que son actores diplomáticos tienen un conjunto de requisitos que los
definen automáticamente, como por ejemplo, un reconocimiento de rango jurídico y de
alcance legal, legítimo y cuyas acciones son vinculantes. Asimismo, dicho alcance tiene no
sólo un rango nacional sino internacional y ellos ocupan espacios administrativos
plenamente reconocidos por dependencias y jerarquías dentro del MRE. Su vestidura quedó
plasmada en la Ley del Servicio Exterior de 2001 y desde entonces forman un organismo
distintivo y único en el sistema político venezolano.

Ahora bien, debido a la naturale za de nuestra investigación y a la presencia de varias


investigaciones hechas desde 1999 sobre este cuerpo singular de funcionarios de la
administración pública, la muestra que pretendemos analizar se realizará sobre la totalidad
de ese cuerpo y no un subgrupo, por temor a incurrir en una visión cegada de la realidad. Si
bien pareciera ambicioso, no es así. Este cuerpo lo integran un conjunto

149 reducidos de actores y las investigaciones hechas en relación con nuestros intereses
académicos resumen casi enteramente el esfuerzo de investigación. 3.4.- Fuentes de
Información: Por defecto, las fuentes de información que sustentan nuestra investigación
parten de las fuentes vivas por un lado, y por otro de fuentes documentales institucionales.
Las fuentes vivas están comprendidas por todos aquellos individuos que integran la totalidad
de los agentes diplomáticos del MRE y, especialmente, por sus comportamientos y
experiencias recogidas a través de los años. A través de visitas y entrevistas semi-
estructuradas con estos agentes, se reunió, analizó e interpretó la información que nos
permitió avanzar en la investigación. Igualmente, también con el empleo de estas fuentes de
datos se sumaron a intermediarios (personas cercanas a la fuente, bien totalmente ajena a
la organización). Además, se convocaron un sinnúmero de fuentes documentales
institucionales (Libros Amarillos y Blancos del MRE, tratados de Venezuela con otros
actores internacionales, diarios oficiales de Venezuela, leyes venezolanas, etc., por ejemplo)
para sustentar lineamientos definitorios de las acciones asumidas por los agentes diplomátic
os en Venezuela. 3.5.- Instrumentos de Recolección de Datos: Después de un arduo análisis
se estableció como instrumento de recolección de datos las entrevistas semi-estructuradas.
Las entrevistas semi-estructuradas son aquellas que constan de preguntas abiertas y una
secuencia prefijada. Específicamente, son una clase de entrevistas que no sigue una
secuencia de preguntas fijas, aunque si se adecuan a un esquema general de pautas. Por lo
general, las preguntas no son preformuladas, sino que surgen de la conversación. Además,
son abiertas en el sentido que el participante puede explicar sus respuestas. Las entrevistas
semi-estructuradas son un medio particularmente eficaz para conocer las opiniones y
actitudes de las

150 personas. En la investigación fueron utilizadas con el objetivo de poder clarificar y


describir mejor las características actuales del proceso de toma de decisiones y tener
elementos para plantear una propuesta contextualizada para la escena neodiplomática en
Venezuela. Acá, y una vez más, existe una gran gama de trabajos científicos que ya han
recogido apreciaciones y conclusiones de los agentes diplomáticos, por lo cual se hace una
compilación de estas y se contrastarán para definir una línea de razón específica y racional.
Ahora bien, debe mencionarse que se diseño un breve cuestionario de donde partió una
secuencia prefijada y en él se preguntaba lo siguiente:

1. ¿En su experiencia como funcionario diplomático ha notado alguna actividad


administrativa que considere usted moderna en comparación con las tradicionales
actividades administrativas que ha desempañado? 2. ¿Acaso ha notado usted en los últimos
años alguna actividad diplomática dentro del escenario de las relaciones internacionales de
los países del mundo que considere innovadora y vanguardista? 3. ¿Usted creé que hoy
podemos hablar de una diplomacia tradicional y otra moderna? 3.6.- Estrategia para el
Procesamiento de Datos:

Hemos convenido que la mejor estrategia para el procesamiento de datos es el análisis de


contenido. El análisis de contenido es una técnica para estudiar y analizar la comunicación
en una manera objetiva, sistemática y cuantitativa. Es hacer inferencias válidas y confiables
de datos con respecto a su contexto. El análisis de contenido puede ser aplicado a cualquier
forma de comunicación (programas televisivos o radiofónicos, artículos de prensa, libros,
conversaciones, discursos, cartas, reglamentos, etc). A través de él se puede conocer
incluso actitudes, preocupaciones, posiciones e intenciones de

151 las personas (CFR.- SAMPIERI HERNÁNDEZ: 2000, 295) 76 . El análisis de contenido
se efectuó por medio de la codificación, el proceso en virtud del cual las características
relevantes del contenido de un mensaje son transformadas a unidades que permitan su
descripción y análisis preciso. Lo importante del mensaje se convertirá en algo susceptible
de describir y analizar (CFR.- SAMPIERI HERNÁNDEZ: 2000, 296) 77 .
76 77

NOTA ACLARATORIA: El investigador presenta sus excusas. NOTA ACLARATORIA: El


investigador presenta sus excusas.

152 CAPÍTULO IV.- DESARROLLO DE OBJETIVOS 4.1.- Tendencias De Aggiornamento


Versus Tendencias Carpetovetónicas En El Ministerio De Relaciones Exteriores D e La
República Bolivariana De Venezuela:
Para que la Diplomacia se pueda ejercer, se necesita de los Diplomáticos. Estos servidores
públicos representan lo que los médicos son a la medicina. –Óscar Hernández

El MRE es el órgano institucional oficial por cuyo intermedio el Gobierno de Venezuela dirige
sus relaciones internacionales. Los funcionarios de esta institución, por su parte, en especial
los del Servicio Exterior, constituyen la vestidura de Venezuela (CFR.- CORDERO
CEBALLOS: 1981, 23), por cuanto este despacho es responsable de la imagen que fuera de
las fronteras patrias se tiene de la república. Ahora, para cumplir con ese objetivo, el MRE
requiere una estructura administrativa cónsona con sus tareas, así como un personal
idóneo. Ambos elementos interactúan entre si y sus funciones se ejecutan sin
desentenderse de las exigencias nacionales e internacionales. Por esa razón, la dinámica
gerencial de éste despacho es excepcional debido a la constante metamorfosis de los
ámbitos que inspiran su naturaleza y su ejercicio. Sin cesar, la estructura administrativa del
MRE se ajusta a las necesidades, redefine esquemas y revive o crea formas de acción a
partir de la escena social que le rodea. Parece indudable que después de los Ministerios o
Secretarías que administran los conocimientos tecnológicos de los países, las instancias
oficiales de los asuntos exteriores son las instituciones más sensibles a los cambios
nacionales y mundiales, en pleno contraste con las instancias jurídicas, por ejemplo, cuyas
estructuras y organizaciones institucionales no varían sino al paso de grandes lapsos de
tiempo La constante presencia de demandas sociales nacionales e internacionales y el nivel
crucial que alcanzan las respuestas, determinan que el MRE posea un orden gerencial
(plano político) y un orden orgánico (plano institucional) capaz de emitir con propiedad las
debidas respuestas diplomáticas. No obstante, estos dos elementos que componen con
creces la capacidad responsiva del MRE se encuentran bajo el influjo de diversas
tendencias que inciden a la hora de actuar. El plano político debe sopesar sus actividades
gerenciales entre las constantes tendencias tradicionales y las tendencias

153 modernas a las cuales se encuentra expuesto. En cambio, el plano institucional debe
sopesar la eficacia de la organización entre las tendencias de aggiornamento 78 contra las
tendencias carpetovetónicas 79 presentes en la estructura orgánica o las normativas de la
institución.

El plano político de una institución como el MRE se percibe en el ámbito de la incertidumbre


en que deben tomarse las decisiones y objetivos, de cómo se deben fiscalizar de los
recursos humanos y financieros, de cómo se debe administrar la información y las
demandas sociales de nivel nacional e internacional y sus respuestas, de cómo se deben
conducir las políticas encauzadas hacia los objetivos y de cómo acatar las órdenes
establecidas bajo la presencia de un conjunto de percepciones tradicionales que están en
plena pugna con percepciones modernas. La dinámica del plano político pone su atención
en el rol de los individuos y de cómo su adaptación a los cambios significa una de las formas
de desarrollo institucional. Desde este punto d e vista, tal cual como lo observa Oscar
Hernández, nace una de las preocupaciones más importantes del MRE como institución:
“Vemos con preocupación que las Misiones Diplomáticas en general, no se adaptan a los
nuevos retos que la comunidad internacional en sus distintas facetas exige. Afirmación un
tanto dura pero cierta. Al igual que en otras áreas del quehacer humano, la modernización
es una necesidad de estos tiempos, no solo de las instituciones sino también de sus
principales protagonistas, sean estos embajadores, cónsules, funcionarios, etc. Las
Misiones Diplomáticas, entendidas como las Embajadas, los Consulados, Misiones ante
Organismos Internacionales, así como sus miembros no se deben mantener como entes
aislados al margen del acelerado mundo que vivimos, lo cual sitúa en otra dimensión a las
relaciones entre los Estados, las Corporaciones, las Organizaciones no Gubernamentales y
los propios individuos. La tradicional manera de hacer Diplomacia y representar los intereses
de los Estados, pareciera quedar fuera de contexto, si no se complementa con modernos
estilos gerenciales y una nueva actitud ante la oportunidad de aprovechar racionalmente los
recursos humanos disponibles y el acceso a los instrumentos
Voz italiana que se refiere a las adaptaciones o cambios que pueden hacer las instituciones,
personas, etc. Voz española que dice de una persona, costumbre, idea etc., que se tiene
muy presentes a ultranza, en especial aquellas que son españolas, y sirven de bandera
frente a todo influjo foráneo. (CFR.- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: 2001, 312).
79 78

154 logísticos que tenemos hoy en nuestras manos, tales como los de la comunicación”
(HERNÁNDEZ: 1997). Por otro lado, el plano institucional de una institución como el MRE
enfatiza cómo la organización o estructura y las dependencias administrativas de la
institución y sus normativas internas se encuentran a la deriva bajo la confluencia de
convicciones de aggiornamento y carpetovetónica. Esta dinámica también pone su atención
en la estructura institucional y de cómo la existencia, pertinencia y concordancia de las
dependencias con las exigencias del ambiente que rodea a la institución significa una de las
formas de desarrollo institucional. Desde este punto de vista, tal cual como lo observa Oscar
Hernández, nace otra de las preocupaciones más importantes del MRE como institución:

“Las cancillerías tienen una nueva generación de recursos humanos mucho más
preparados, actualizados y calificados con relación a épocas anteriores. Dejamos atrás la
guerra fría y nos acercamos al nuevo milenio. Sin embargo, estos recursos tienen muchas
veces que convivir con una estructura organizativa arcaica, que no estimula su máximo
aprovechamiento y por el contrario, los frustran, al tener que sobrevivir con una visión que
se mantiene en la mera formalidad tradicional en detrimento de la efectividad que los nuevos
tiempos exigen. Las Cancillerías tienen hoy más que nunca él deber de exigir lo mejor de un
Servicio Exterior, pero para ello tienen que modernizarse. En otras palabras hay que superar
el pasado para ver con claridad el futuro (...) una nueva visión del mundo y del rol de los
ejecutores de las relaciones internacionales obligan a una redefinición organizativa
fundamental en las Cancillerías y por ende en las Misiones Diplomáticas” (HERNÁNDEZ:
1997). Otra de las diferencia del plano político e institucional al analizar una institución 80 ,
es que la primera se enfoca a la operatividad (en cuanto a materializar las decisiones en la
realidad, es decir, a hacer que las decisiones cobren vida) y la segunda se enfoca en la
efectividad (en cuanto, a la existencia de organismos capaces de instrumentalizar y
jerarquizar las decisiones). O en un plano más realista vinculado al MRE, a manera de
ejemplo, se puede decir que la llegada de Internet a Venezuela a mediados de la pasada
80

Vale mencionar que una institución puede analizarse desde varias ópticas como por
ejemplo: Interaccionismo Simbólico, Neomarxismo, Neofuncionalismo, Conductismo,
Institucionalismo, etc...

155 década no significó un cambio drástico en el plano institucional del ministerio (ya que no
se crearon divisiones ni hondas leyes ni normativas para encargarse y fiscalizar el nuevo
sistema informático, no obstante si se especializaron aún más los empleados encargados en
las áreas técnicas de comunicación y de computación), pero si en el plano político, en
especial, en lo referente a la estructuración de las decisiones, porque Internet facilitaba las
funciones diplomáticas y administrativas en cuanto a que la recopilación de información se
hizo más expedita (CFR.- VITERI: 2003).

Seguidamente, si bien la modernidad y la tradición son semejantes con las ideas de


aggiornamento y carpetovetónica, no lo son así desde el punto de vista del enfoque
conductista y el enfoque institucional ista. La pugna modernidad y tradición influye en el rol
del individuo dentro de un grupo social, en cambio, la pugna aggiornamento y
carpetovetónica influye en el comportamiento y organización de la institución.
Específicamente, las tendencias de aggiornamento indican que cuando una institución actúa
con una exacerbada rigidez en sus principios doctrinarios y administrativos, los cuales,
hacen posible la inmutabilidad de sus estructuras internas, aún bajo la presión de su entorno
social, probablemente en un futuro será incapaz de responder a sus funciones habituales lo
que, consecuentemente, acarrearía su desaparición con la certera llegada de otra institución
que pueda responder modernamente a las nuevas demandas sociales que se presentan, a
menos que acuñé en su vientre un proceso de flexibilización o proceso de adecuación que
se compenetre con las situaciones cambiantes de su entorno social. De ese modo, se
supone que el éxito de una organización o institución a lo largo de su historia dependerá del
grado en que se tenga en cuenta y se asimilen los cambios sociales de su entorno, por ello,
la recurrente reformación y permanente potenciación de las estructuras internas de las
instituciones, se definirá como Aggiornamento. Por ejemplo, cuando la institución
eclesiástica, recientemente en 1992, reconoció su error al condenar a Galileo Galilei, incurrió
en un Aggiornamento que significó una mayor compatibilidad entre la santa sede y la
realidad social imperante. En cambio, las tendencias carpetovetónicas manifiestan una
forma de pensar cerrada y

156 amante de la habitual conformación administrativa d e una institución; es decir, sin


aceptar los requisitos científicos y económicos de los cambios, aferrándose a las viejas
maneras y evitando las consecuencias lógicas del modelo teórico institucional escogido. En
este sentido, Oscar Hernández llegó a ver esta tendencia de la siguiente manera:

“Las grandes transformaciones necesitan de mucha visión de futuro. Siempre hay quienes
creen que es mejor dejar las cosas como están y se conforman con tan pocos resultados.
Esto significa que existen personas dentro de las organizaciones apostando a que las cosas
se mantengan iguales. Quizás para esconder su incapacidad de adaptarse a los nuevos
retos” (HERNÁNDEZ: 1997). A manera de resumen, a continuación veremos de manera
resumida las fuentes de influencia del MRE junto con su principal centro de influencia, el
Poder Ejecutivo de Venezuela:
Ambiente Nacional e Internacional

Poder Ejecutivo de Venezuela Influencias

Tradición Influencias Modernidad


Plano Político (operatividad)

Plano Institucional (efectividad)

Aggiornamento Influencias Carpetovetónica

Ministerio de Relaciones Exteriores

En la historia reciente del MRE se pueden establecer tres procesos recientes de


aggiornamento pleno 81 . El primero se puede relacionar con la promulgación de la LEY
Vale mencionar que las normativas que sustentan al MRE como institución son las
siguientes: La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), la Ley
Orgánica de la Administración Pública (2001), la Ley del
81

157 DE SERVICIO EXTERIOR sancionada el 03 de Julio de 2001 y publicada en la Gaceta


Oficial de la República Bolivar iana de Venezuela Número 37.254 de fecha 06 de Agosto del
2001, la cual derogó la Ley del Personal del Servicio Exterior sancionada el 14 de Diciembre
de 1961 y publicada en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela Número 26.743 de
fecha 3 de Enero de 1962. La segunda, se puede establecer en la REFORMA PARCIAL
DEL REGLAMENTO ORGÁNICO DEL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES,
sancionada el 23 de Diciembre de 2004 y publicada en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Número 38.099 de fecha 04 de Enero del 2005 82 . La tercera se
puede referir LEY DE REFORMA PARCIAL DE LA LEY DE SERVICIO EXTERIOR
sancionada el 21 de Julio de 2005 y publicada en Gaceta Oficial de la República Bolivariana
de Venezuela Número 38.241 de fecha 02 de Agosto de 2005, la cual reformó la ley del
2001 y tenía por objeto la regulación, organización y funcionamiento del Servicio Exterior,
así como de los derechos y deberes del personal que lo compone. Todos estos procesos
modificaron la estructura orgánica del MRE y, en mayor medida, amoldaron las instancias
administrativas del Ministerio a las exigencias actuales, contraviniendo las tendencias
carpetovetónicas que aún prevalecían, por ejemplo, un caso de tendencia carpetovetónica
ocurrió en la rama diplomática 83 , donde durante mucho tiempo estuvo vigente la LEY
ORGANICA DEL SERVICIO DIPLOMÁTICO sancionada el 3 de Julio de 1922 y publicada
en la Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela Número 15.104 de fecha 09 de
Octubre de 1923.

La naturaleza u origen de estos tres procesos de aggiornamento no va más allá del hecho
cada vez mayor de como un con siderable número de países consideran que las reformas
ministeriales como un punto esencial para la consolidación de un proyecto nacional de
desarrollo óptimo. En muchos países las reformas ministeriales se efectúan
Servicio Exterior (2005), el Reglamento Orgánico del MRE (2004), el Reglamento Interno del
MRE y demás resoluciones del MRE. 82 Este reglamento derogó el reglamento orgánico del
22 de Diciembre de 1999 publicado en Gaceta Oficial N° 5.415 Extraordinario. 83 Cabe
mencionar que la rama consular posee su normativa en la Ley Orgánica del Servicio
Consular sancionada el 03 de Agosto de 1987 y publicada en Gaceta Oficial de la República
de Venezuela Número 3398 de fecha 21 de Agosto de 1987.

158 a diversos ritmos. Sin embargo, en Venezuela, la reestructuración de la cancillería


posee cierta importancia por el significado que tiene para el Estado: “En ese sentido, gran
parte de los países del mundo han ido perfeccionando su legislación al respecto, y los
correspondientes órganos, en virtud de lo cual ha podido institucionalizarse la función
diplomática” (MORALES LAMA: 2004-d). En segundo lugar, estos procesos de
aggiornamento también responden a la nueva ética administrativa del país y a su
compromiso por una verdadera operatividad, aparte, de amoldar más al MRE con los
objetivos de la política exterior consagrados en nuestra constitución: “Artículo 152. Las
relaciones internacionales de la República responden a los fines del Estado en función del
ejercicio de la soberanía y de los intereses del pueblo; ellas se rigen por los principios de
independencia, igualdad entre los Estados, libre deter minación y no intervención en sus
asuntos internos, solución pacífica de los conflictos internacionales, cooperación, respeto de
los derechos humanos y solidaridad entre los pueblos en la lucha por su emancipación y el
bienestar de la humanidad. La República mantendrá la más firme y decidida defensa de
estos principios y de la práctica democrática en todos los organismos e instituciones
internacionales. Artículo 153. La República promoverá y favorecerá la integración
latinoamericana y caribeña, en aras de avanzar hacia la creación de una comunidad de
naciones, defendiendo los intereses económicos, sociales, culturales, políticos y
ambientales de la región. La República podrá suscribir tratados internacionales que
conjuguen y coordinen esfuerzos para promover el desarrollo común de nuestras naciones,
y que aseguren el bienestar de los pueblos y la seguridad colectiva de sus habitantes. Para
estos fines, la República podrá atribuir a organizaciones supranacionales, mediante
tratados, el ejercicio de las competencias necesarias para llevar a cabo estos procesos de
integración. Dentro de las políticas de integración y unión con Latinoamérica y el Caribe, la
República privilegiará relaciones con Iberoamérica, procurando sea una política común de
toda nuestra América Latina. Las normas que se adopten en el marco de los acuerdos de
integración serán consideradas parte integrante del ordenamiento legal vigente y de
aplicación directa y preferente a la legislación interna” (REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA: 1999). Cabe mencionar, en sentido específico que el MRE posee los
siguientes objetivos:

159 “1º La a ctuación internacional de la República, la conducción de las relaciones con


otros Estados; la representación de la República en organismos internacionales,
conferencias y cualesquiera otros actos internacionales, salvo que, en este último caso, el
Presidente de la República encargue la representación a otro Ministro o funcionario público,
que así lo disponga expresamente esta Ley o se determine en función de los tratados
firmados por la República. En estos últimos casos, el Ministerio de Relaciones Exteriores
asegurará la coordinación con la política exterior de la República, se hará representar
cuando lo estime necesario y cumplirá los procedimientos requeridos por la Constitución y el
derecho internacional. 2º La negociación, firma, ratificación, aceptación, aprobación,
adhesión, reservas, prórrogas, canje, depósito, ejecución, suspensión, denuncia y
terminación de tratados, convenciones, protocolos, declaraciones, actas, pactos, acuerdos y
demás instrumentos internacionales, salvo en los casos en que esta Ley atribuya
expresamente la negociación a otro ministerio. En estos casos, el Ministerio de Relaciones
Exteriores asegurará la coordinación con la política exterior de la República, se hará
representar en las negociaciones cuando lo estime necesario y cumplirá los procedimientos
requeridos por la Constitución y el derecho internacional para su perfeccionamiento. 3º La
protección de los derechos e intereses de los venezolanos en el exterior, conforme al
Derecho Internacional. 4º La dirección, coordinación y centralización de la política de
comercio exterior y de integración y su información estadíst ica. 5º La representación y
defensa de los intereses de la República en las controversias internacionales, salvo en los
casos en que esta Ley atribuya expresamente la representación a otros Ministerios. En
estos casos, el Ministerio de Relaciones Exteriores asegura la coordinación con la política
exterior de la República, se hará representar en las gestiones cuando lo estime necesario y
cumplirá los procedimientos requeridos por la Constitución y el derecho internacional. 6º La
notificación del estado de emergencia y de guerra internacional. Las cuestiones relativas a la
neutralidad y beligerancia. El mantenimiento de los derechos de la República en tales casos.
7º Las relaciones internacionales con respecto al establecimiento, delimitación y
demarcación de fronteras y la supervisión de los asuntos que a ella se refieran. 8º El
establecimiento de relaciones diplomáticas y consulares y la creación, organización,
dirección, modificación y supresión de misiones diplomáticas y oficinas consulares,
delegaciones y agencias. 9º Las relaciones con las misiones diplomáticas acreditadas ante
el Gobierno Nacional. La legalización de firmas de funcionarios extranjeros que deben
producir efecto en la República conforme al respectivo Reglamento. 10º La admisión de
cónsules, concesión y cancelación de exequátur a los mismos y la supervisión de las
relaciones consulares. 11º El protocolo y ceremonial diplomático. 12º La tramitación para el
otorgamiento de condecoraciones y honores a funcionarios y personalidades extranjeras.

160 13º La legalización de firmas de los Ministerios del Despacho y de los altos funcionari os
que actúen por delegación expresa de aquello, en documentos otorgados en el país y que
deban producir efecto en el exterior. 14º La difusión de informes relacionados con el fomento
de las relaciones comerciales, culturales y de cualquier otro orden que interese a Venezuela.
15º La colaboración en la Vigilancia de lo relativo a derechos y deberes de los extranjeros en
la República. 16º La tramitación internacional de las solicitudes de extradición, exhortos,
comisiones, rogatorias y solicitudes de ejecución de actos y sentencias judiciales. 17º Las
demás que le señalen las leyes” (MRE: 2005-c). En tercer lugar, estos procesos de
aggiornamento tienen fundamento en el plano internacional. Según Manuel Morales Lama,
el proceso evolutivo de las cancillerías no es un elemento particular de nuestra
contemporaneidad, al contrario, hoy en día existen factores que impulsan estas reformas,
por ejemplo:

1. La cada vez mayor importancia de los asuntos internacionales en el ámbito interno de los
Estados (CFR.- MORALES LAMA: 2003). 2. El amplio reconocimiento al Derecho
Internacional, y con ello, la puesta en vigor de los instrumentos jurídicos que rigen los
asuntos internacionales en la actualidad, los cuales, inspiran nociones de seguridad y
estabilidad internacional a los Estados, por cuanto, al menos, buscan regular los excesos y
facultar a la comunidad internacional a actuar en el marco de los deberes y derechos de los
Estados, sólo con las limitaciones consentidas a través de los convenios internacionales
(CFR.- MORALES LAMA: 2003). 3. Asimismo, ha influido la trascendental dinámica de la
política internac ional y la evidente interdependencia de los Estados (CFR.- MORALES
LAMA: 2003). 4. La imprescindible presencia de las cancillerías en la concertación de
tratados y su rol fundamental como centro de gestión para el establecimiento y el eficaz
mantenimiento de las relaciones diplomáticas y vínculos económicos, culturales,
tecnológicos y científicos. Y el papel vital de las relaciones diplomáticas para la obtención de
apoyo en los casos de candidaturas antes los organismos

161 internacionales o cuando las naciones requieren el respaldo internacional por diversos
motivos (CFR.- MORALES LAMA: 2003). 5. Finalmente, es evidente que en un mundo cada
vez más globalizado, la

tendencia actual es favorable al establecimiento de relaciones diplomáticas con el mayor


número posible de países, lo cual no obliga al intercambio de misiones permanentes entre
ellos, puesto que el derecho de legación (o de misión), es facultativo en ese sentido, pero si
obliga a tratar temas de intercambio en lo económico, político, jurídico, cultural, científico y
tecnológico a través de las cancillerías (CFR.- MORALES LAMA: 2003).

En cuarto lugar, pero no menos importante, es que el verdadero punto de inflexión que
motivo el proceso de aggiornamento del MRE fue la llegada de la Constitución de 1999, que
estableció la reforma y organización de toda la gama de instituciones que componen el
sistema político venezolano y la proyección que éstos debían tener en el mundo. En ese
sentido, el MRE se veía como un caso especial porque éste tendría que recomponer en
forma determinante todas las directrices administrativas que sustentaba n sus obligaciones y
funciones a no ser que correría el riesgo de volverse disfuncional a los objetivos e intereses
de la nación.

Los cambios que enfrentaba el MRE para el año 2000 incluían una organización adecuada a
los nuevos principios constitucionales de Democracia Participativa 84 y a las tendencias
internacionales. Así, con la llegada de la Ley del Servicio Exterior de 2001, el MRE se vio
afectado integralmente en su composición e inmediatamente trajo como resultado una lucha
gerencial entre quienes apoyaban las tendencias institucionales
“La democracia participativa tiene como notas características: 1. Es social, pues se orienta a
equilibrar los intereses individuales con los de colectivos más amplios y su entrelazamiento
con la realización del propósito del bien común del Estado. 2. Es aleatoria puesto que
cualquier ciudadano puede eventualmente ser requerido para el ejercicio de
responsabilidades públicas. Por ejemplo, como juez de paz o testigo de mesas electorales.
3. La representación es amplia, y será mejor en la medida que lo sea del mayor número de
intereses organizados. Por eso la consideraremos multirepresentativa. Es la diversidad y
heterogeneidad de intereses articulando sus propósitos en las numerosas agendas lo que
mejor expresa el amplio colorido en el espectro de la representación. Ahora bien, esto no
implica el monopolio o la enajenación del representado respecto del representante electo,
pues éste último es directamente responsable ante el elector”. (CFR.- RODRÍGUEZL.:
2005).
84

162 tradicionales y quienes apoyaban las modernas 85 . Esa lucha gerencial estallaría efect
ivamente en abril de 2002 cuando “Unos embajadores se sumaron al golpe, otros
arremetieron contra los despachos y el resto simplemente guardó silencio” (PÉREZ: 2004).

Ahora bien, si hay que hablar específicamente de un trascendental cambio de


aggiornamento en los últimos años en el MRE con objeto a consolidar los intereses
internacionales de la nación, sin duda tendría que traerse a colación dos sucesos: 1) la
reestructuración orgánica del ministerio en enero de 2005 a raíz de lo expuesto por Reforma
Parcial del Reglamento Orgánico del MRE de Diciembre de 2004 y 2) la consolidación del
Concurso Público de Oposición para los nuevos funcionarios propuesta en la Ley de
Servicio Exterior de 2001, cuyo objetivo, vale indicar, era: “... la regulación, organización y
funcionamiento del Servicio Exterior, así como de los derechos y deberes del personal que
lo compone, a fin de garantizar la ejecución y coordinación de una política exterior dirigida
por el Presidente de la República, enmarcada en los principios fundamentales y valores
universales contenidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tales
como la libertad, la igualdad, la no discriminación, el respeto a la soberanía e integridad
territorial de los Estados, la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, la
garantía de los derechos humanos, la solidaridad y la paz, y orientada hacia la consecución
de un equilibrio mundial entre las naciones y la democratización de la sociedad
internacional, mediante la promoción del reconocimiento y el respeto a las individualidades
nacionales, así como de la cooperación pacífica entre los países y la consolidación de la
integración latinoamericana y caribeña” (REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA:
2001). 4.1.1.- La Reestructuración Orgánica Del Ministerio De 2005:

En la reestructuración de 2005 se crearon cinco (05) viceministerios para descentralizar la


toma de decisiones que estaban concentradas en la Comisión Asesora, oficina que fungía
como la “mano derecha” del despacho del Ministro. Esta instancia quedó suprimida con la
creación del Viceministerio para 1) África; 2) América del
Varios diputados del Movimiento Quinta República en la Asamblea Nacional han dicho que
el verdadero reto del proceso de cambio de estos tiempos es arrancar de raíz los vicios
propios de aquella democracia representativa que desapareció con la Constitución de 1961.
85

163 Norte; 3) Asia, Medio Oriente y Oceanía; 4) Europa; y 5) América Latina y del Caribe,
como se indica en el siguiente cuadro:

Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores

Antes, la composición orgánica del MRE se distribuía de la siguiente forma:

164

Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores

La base de la organización quedó casi intacta después de este cambio, pero los elementos
que constituyen la Planificación, Formulación, Ejecución y la Coordinación y Armonización
del MRE, fueron redefinidos de acuerdo a lo establecido por la Constitución y las Leyes de la
República. Ahora, el MRE tiene como misión planificar, formular y ejecutar, bajo la
conducción directa del Presidente de la República, la política internacional del Estado y la
Nación venezolana, a través de la coordinación y armonización de las accione s de los
diversos órganos del Estado, en lo que concierne a las relaciones internacionales, a objeto
de propiciar una posición estratégica, consecuente con la defensa del Interés Nacional:

165 “PLANIFICACIÓN: A partir de las prioridades, objetivos y metas definidos por el


Presidente de la República, al MRE le corresponde organizar y elaborar los planes
requeridos para la consecución de los objetivos de la Nación en el ámbito internacional. Le
corresponde también orientar y coordinar la ejecución de dichos planes, para lo cual debe
tomar muy en cuenta los principios constitucionales que sustentan la política exterior de
Venezuela y las acciones de las diversas entidades del Estado. FORMULACION: El MRE
tiene a su cargo la formulación conceptual y programática de la política exterior de la
República, de acuerdo con los principios constitucionales, el Interés Nacional, el universo
cambiante de las acciones que se suceden en el ámbito internacional y los insumos
suministrados por los diversos órganos del Estado y los distintos sectores de la sociedad
civil que tienen interés en la política externa del país. EJECUCION: Al mismo tiempo, la
Cancillería es responsable, tanto a nivel nacional como internacional, de la planificación y la
ejecución de la política exterior, a través de la sede central y de las representaciones de la
República en el exterior. COORDINACION Y ARMONIZACION: Corresponde al MRE
coordinar y armonizar eficientemente las necesidades de otros actores públicos y privados
que tienen genuino interés en la acción internacional, a los fines de desarrollar una política
exterior coherente, con o bjetivos y metas claros y con una gerencia óptima de los recursos
y oportunidades disponibles” (MRE: 2005). A partir de las 5 regiones que conforman la visión
geoestratégica mundial más pertinente para los intereses de Venezuela, los viceministerios
se encargan de administrar, en forma puntual, la política exterior del país. Su creación busca
profundizar las alianzas, acercamientos y cooperación entre las naciones de esas regiones y
hacerlas más expeditas, convenientes y eficientes y delegar en un cuerpo colegiado y
especialista el seguimiento de los acuerdos ya suscritos y el planteamiento y manejo de
otros asuntos, como la proyección de la estrategia nacional en el ámbito mundial (CFR.-
RODRÍGUEZ ARAQUE: 2005). La lógica era optimizar los resultados o la capacidad de
respuesta del MRE ante las demandas internacionales, así como también para abrir cauces
y posibilidades en la búsqueda de recursos tendentes a ser aplicados en el desarrollo
interno del país (CFR.-MÉNDEZ: 2005), porque cuando las decisiones eran centralizadas,
se perdían oportunidades para lograr avances en diferentes niveles de interés.

166 “Queremos incrementar las relaciones con otros países y para ello buscamos un mayor
acercamiento. Este es el objetivo de esta reestructuración, (…) es atender de forma más
eficiente a las diferentes regiones del mundo y enfocar mejor las acciones de política
exterior del gobierno nacional. (…) esta reestructuración permitirá atender
convenientemente todas las alianzas políticas que comienzan a arrojar resultados
extraordinarios, además de facilitar el acoplamiento a los nuevos esquemas de diplomac ia
directa y multipolar puestos en práctica por el Presidente de la República” (MÉNDEZ: 2005).
4.1.2.- La Consolidación Del Concurso Público De Oposición en 2001:

La validez de los cambios orgánicos del MRE no habrían tenido cabida sin la imperiosa
necesidad de aunar a ése proceso la formación de profesionales con alto sentido de servicio
público, para que ejerzan cargos, tanto dentro como fuera del país, transmitiendo los valores
nacionales 86 en la escena internacional (CFR.- PÉREZ: 2004), de tal manera que no ocurra
otra vez lo sucedido en abril de 2002.

“En definitiva el Diplomático que se exige hoy, requiere de una serie de aptitudes. De
dominar idiomas distintos al suyo propio, especialmente el inglés, debe manejar la economía
y la politología, debe conocer de informática y debe ser un buen relacionista público, debe
saber compartir los ahítos de un entorno físico tradicional de las Misiones con la realidad del
país. Debe ser un especialista en alguna disciplina necesaria en su profesión, pero a su vez
debe ser capaz de manejar distintos temas y escenarios. Tener una visión de mando, sin
duda lo ayudará a ser más eficiente en su papel como representante de parte de ese
sistema global” (HERNÁNDEZ: 1997). Por ello, Adolfo Salgueiro consideró en una
oportunidad que la profesionalización del Servicio Exterior, cuando mucho, se iniciaría si se
superaban tres grandes condiciones, sine qua non:

86

LEY DE REFORMA PARCIAL DE LA LEY DE SERVICIO EXTERIOR. “Artículo 2: La


actuación del personal del servicio exterior debe estar enmarcada en los principios
fundamentales y valores universales estable cidos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, tales como la libertad, la igualdad, la no discriminación, la justicia
social, el respeto a la soberanía e integridad territorial de los estados, la no intervención, la
autodeterminación de los pueblos, la garantía de los derechos humanos, la solidaridad y la
paz, todos ellos orientados a la búsqueda de un equilibrio mundial entre las naciones y la
democratización de la sociedad internacional, mediante la promoción del reconocimiento y el
respeto a las individualidades nacionales, así como de la cooperación pacífica entre los
países y la consolidación de la integración latinoamericana y caribeña”. (REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA: 2005).

167 1. Voluntad Política: Para encarar las complejas circunstancias nacionales e


internacionales concurrentes y, a la vez, preparar a los funcionarios para enviar el mensaje
que pretende proyectar Venezuela en el mundo de forma eficiente. 2. Conocimiento cabal y
objetivo del tema: Para no hacer una reestructuración mal planteada o apresurada y con
tendencia a la burocracia. La idea de los cambios debía sustentarse en realidades y no en
hipotéticas circunstancias o coyunturas. 3. Los recursos económicos: Aunque la Cancillería
ha sido siempre la cenicienta del Presupuesto Nacional porque sus asignaciones a penas
pasan por encima del uno por ciento (1%), los cambios no deberían tener mayor repercusión
en sus finanzas (CFR.- SALGUEIRO: 1999).

Superados estas condiciones, con el apoyo de la Asamblea Nacional que dio paso a la ley
de 2001, la profesionalización del servicio exterior se hizo posible, al menos como política de
Estado dentro de la democracia participativa. Tanto en la ley de 2001 como en la de 2005 se
recoge esa idea al establecerse el proceso de Concurso Público de Oposición para los
funcionarios que desearan ingresar al MRE que sería observado por un distinguido Jurado
Calificador 87 . Una vez hecha la escogencia de los ganadores del Concurso Público de
Oposición, sería el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual (IAEDPG) 88 ,
órgano del MRE, el encargado “organizar y dictar el programa de formación diplomática
especializada, para los que hayan aprobado el concurso público de oposición para el
ingreso a la carrera del servicio exterior” 89 . Asimismo, dicho instituto “debía coordinar los
estudios y cursos para la capacitación, actualización y especialización del personal del
servicio exterior, considerando los planes de desarrollo profesional y las necesidades de
servicio determinadas por la Dirección General de Recursos Humanos del Ministerio de
Relaciones Exteriores” 90 .

El concurso de oposición no era nuevo dentro del organismo del MRE, pero si lo era en el
marco de la Constitución de 1999. 88 La creación del IAEDPG fue, sin lugar a dudas, al
menos en el aspecto académico, un suceso trascendental en la estructura orgánica del
MRE. 89 Ver Artículo 125 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Servicio Exterior
(2005). 90 Ver Artículo 123 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Servicio Exterior
(2005).

87

168 La consolidación del Concurso Público de Oposición también significó un paso conciso
a la parcial despartidización de la plana laboral del MRE, la cu al, por más de 40 años,
supuso que los méritos y la aptitud, así como la preparación académica, no eran
características deseables en los recursos humanos que manejaban directa o indirectamente
los asuntos internacionales del país, a no ser, sus preferencias y vocaciones políticas y,
especialmente, partidistas. “La mejor manera de asegurar la capacidad en cualquier función
no electiva es, por supuesto, el concurso de oposición de méritos y aptitudes, que permite a
quien nombra al funcionario elegir al que muestra la mayor aptitud. Cuando, en cambio,
estos nombramientos se realizan por satisfacer cuotas o pactos políticos, aun cuando las
personas llamadas al servicio sean excelentes, se niega a la opinión pública y, en realidad,
al país, la oportunidad de saber si eran las mejores posibles. La idea de que se puede usar
el servicio exterior para satisfacer a temporales aliados políticos (…) implica que (…) no –se-
tiene un conocimiento muy acabado de cómo se mueve el mundo de hoy ni de la verdadera
importancia de un manejo serio de las relaciones exteriores” (MINISTERIO DE
RELACIONES EXTERIORES DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY: 2005). Finalmente, hoy
el MRE vive un período de adaptación y se encamina a crear un nuevo tipo de diplomático,
es decir, uno que aparte de sus ya habituales tareas, ahora es un agente multiplicador de
los profundos cambios sociales que experimenta Venezuela. “…la Cancillería venezolana se
ha propuesto redimensionar la política exterior de Venezuela, acorde con los cambios
políticos, jurídicos y de poder que se suscitan en el país y frente a los que dicta una
dinámica mundial globalizad a. Para atender estos desafíos se requiere de una política
externa más audaz, que no se ocupe sólo de lineamientos políticos y protocolares, sino que
esté adscrita a un esquema más realista, que sin dejar de cumplir con la naturaleza de esas
funciones, le permita a Venezuela responder con propiedad a sus intereses políticos y
económicos y asirse de un espacio más digno en el actual contexto internacional (…) Con
esa nueva visión, que busca mayor efectividad en la política externa, el MRE está
trabajando aceleradamente, (…)se ha anotado logros significativos en su agenda, que
desarrolla desde varios flancos (…): el relanzamiento de la diplomacia comercial, económica
y financiera; la revitalización de la política de bloques regionales; una política más audaz
frente a actitudes hegemónicas; y la transformación de la estructura interna de la Cancillería,
imprescindible para hacer posible los cambios planteados” (MRE: 2005-b).

169 4.2.- La Neodiplomacia En El Ministerio De Relaciones Exteriores De La República


Bolivariana De Venezuela: En páginas anteriores habíamos establecido que la
Neodiplomacia complementa la Teoría General de la Diplomacia al dar cabida a nuevos
procesos diplomáticos, conocimientos y tecnologías más efectivos. Nuestra modernidad,
que ya no supone a la soberanía, el formalismo y actores tradicionales como elementos
definitorios de las relaciones exteriores entre los países; debe ser vista con otros ojos. Por
ello, la Neodiplomacia, como enfoque teórico, podría ser útil para comprender en mayor
medida el ámbito multidimensional en que se desenvuelven las cancillerías de los países y e
n especial la cancillería de Venezuela. Y como hasta ahora hemos precisado algunos
elementos distintivos de la Neodiplomacia, a continuación analizaremos la presencia de
esos elementos en este organismo:

4.2.1.- Comportamientos Extraoficiales: 4.2.1.1.- La Paradiplomacia En Venezuela: Como


tal, la ingerencia de los Estados nacionales en la escena internacional de Venezuela tiene
sus límites en la Constitución 91 . Sin embargo, los Estados pueden tomar un lugar en la
escena internacional al aprovechar aquellas figuras jurídicas internacionales que no
comprometen a la nación mediante la creación de obligaciones. En ese sentido, las
gobernaciones o alcaldías pueden hacer uso de las cartas de intención 92 , acuerdos de
cooperación 93 , acuerdos de hermanamiento 94 , etc., para

El Artículo 150 de la CRBV menciona lo siguiente: “La celebración de los contratos de


interés público nacional requerirá la aprobación de la Asamblea Nacional en los casos que
determine la ley. No podrá celebrarse contrato alguno de interés público municipal, estadal o
nacional con Estados o entidades oficiales extranjeras o con sociedades no domiciliadas en
Venezuela, ni traspasarse a ellos sin la aprobación de la Asamblea Nacional. La ley podrá
exigir en los contratos de interés público determinadas condiciones de nacionalidad,
domicilio o de otro orden, o requerir especiales garantías”. 92 La Carta (o acta) de Intención
es el documento mediante el cual un Gobernador de Estado o Provincia o un Alcalde y una
contraparte extranjera, señalan el interés por hermanarse y el deseo mutuo por aunar
esfuerzos y estrategias conjuntas que permitan el desarrollo de un determinado tema.
Aunque el formato es completamente libre, es importante incluir en la comunicación algunos
elementos que determinan la base de la cooperación y la naturaleza del tema en que las
partes desean intentar hacer algo, pero excluye la obligatoriedad de hacerlo. Este tipo de
documento es visto como “un acta madre” a partir del cual nacen diversos acuerdos (CFR.-
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA DE MÉXICO: 2005).

91

170 acercarse a un Estado internacional o a otro gobierno no central. En ese sentido, vale
mencionar que desde 1999 algunos Estados venezolanos han tenido experiencias muy
exitosas en lo internacional, pero a la vez, el MRE 95 ha tenido que actuar en otras
ocasiones para dar marcha atrás a algunas iniciativas estadales por ser

inconstitucionales 96 .

Entre las experiencias exitosas se puede recordar lo ocurrido en Junio de 2003. En aquella
oportunidad el gobernador del Estado Nueva Esparta suscribió varios acuerdos de
cooperación con la República de Cuba. Los acuerdos trataban la materia de compra de
material deportivo a bajo costo y para el montaje de una fábrica de implementos de ese tipo.
Del mismo modo, en Agosto de 2005 la Alcaldía Mayor de Caracas firmó un acuerdo de
hermanamiento con la República Árabe de Saharaui Democrática para fortalecer los lazos
de amistad y de cooperación existentes entre Venezuela y los pueblos de África Occidental.
Este acuerdo tuvo carácter político y de cooperación en los que se tiene previsto compartir
las experiencias que en materia de cultura, salud, educación y deportes ha desarrollado el
gobierno venezolano. Más recientemente, en marzo de 2006, el gobernador del Estado
Apure firmó un acta de intención entre Cuba que garantiza la siembra de 15 mil hectáreas
de caña de azúcar y la posterior instalación de una planta de etanol en el eje Biruaca-
Achaguas. Dicha acta favorece la participación
La finalidad primordial de un acuerdo de cooperación es reforzar el diálogo y la cooperación
entre las partes. Es un instrumento jurídico técnico y escrito que firmará la autoridad
competente de un ente institucional con una persona física o jurídica externa, privada,
pública, nacional o extranjera, mediante el cual las partes reciben u otorgan cooperación
técnica, ayuda o beneficio mutuo o declaran su interés de hacerlo. Mediante este acuerdo
no se exige la contraprestación unilateral de un servicio o bien en beneficio de la otra u otras
partes contratantes. En cambio, el Acuerdo Marco es un convenio jurídico internacional
entre dos o más Estados en el que se establecen objetivos y principios de carácter general,
así como la estructura institucional encargada de desarrollar las normas específicas. 94
Según la Resolución 2861 de la ONU, un acuerdo de hermanamiento es un mecanismo de
cooperación de un valor excepcional, porque pone en contacto entre los países no
solamente a los dirigentes locales sino a poblaciones enteras y destaca también que la
cooperación internacional de las colectividades locales puede desempeñar una función
importante en la unión de los pueblos, por lo que se consideró a la cooperación
intermunicipal mundial como un complemento natural de la cooperación de los estados. 95
En estos casos , el MRE se remite a su departamento de Consultoría Jurídica. 96 Se
recuerda el caso en que un gobernador zuliano firmó un acuerdo improvisado con un
departamento colombiano en donde se establecía la construcción de un punte internacional
entre Venezuela y Colombia que fuera capaz de permitir el paso a vehículos de mayor
carga. Una vez que la cancillería se enteró de lo sucedido, inmediatamente actuó para
invalidar el documento, ya que los puentes venezolanos con Colombia son considerados
“válvulas de negociación”, imprescindibles para Venezuela.
93

171 de los siguientes entes cubanos para la consecución del proyecto azucarero en
Venezuela: Instituto de Investigación de la Caña, Instituto Cubano de Investigación de los
Derivados de la Caña de Azúcar, Instituto Cubano de Investigación Azucarera, Instituto de
Ciencia Animal, Centro de Salud Agropecuaria, Destilería de Alcoholes de Cien Fuegos,
Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y Ministerio del Azúcar.

Ahora bien, esta nueva característica de la estructura y la dinámica de la relaciones


internacionales venezolanas surge como consecuencia, por un lado, de la innegable
incorporación de los nuevos temas, no políticos, en la agenda de política exterior del Estado,
lo cual la hace más compleja y diversificada, y por el otro, al desdibujar la separación entre
los asuntos internacionales de Venezuela y sus asuntos domésticos, se transforma también
la agenda política interna de las gobernaciones del país (CFR.LORENZO: 2003).

“En tal sentido uno de los cambios más significativos que ha sufrido la política interna de los
Estados, es sin lugar a dudas, el proceso de descentralización, el cual, entre otras cosas,
significa la transferencia de competencias específicas desde el nivel central de gobierno a
los niveles subnacionales (estado y municipios o localidades) a través de la modificación de
su ordenamiento jurídico interno, pero más allá de esto significa la posibilidad de ampliar y
diversificar el ámbito de la política exterior, en la medida en que regiones y localidades
practican una suerte de acciones exteriores que pueden ser subordinadas, paralelas,
dependientes, complementarias o autónomas de las relaciones exteriores oficiales”
(LORENZO: 2003). En 1989 se inició el proceso de consolidación de la descentralización en
el país cuando se aprobaron un conjunto de leyes que permitieron la elección popular y
directa de los Gobernadores de Estado (que hasta ese momento eran funcionarios
designados por el Presidente de la República) y los Alcaldes de los municipios que no
existían con anterioridad, sino que existían los presidentes de los Concejos Municipales.
Esto, con el fin de hacer más eficiente el pesado, intervensionista y súper burocratizado
Estado. Sin embargo, al transferir estas competencias a los niveles subnacionales, el Estado
solamente delegó la responsabilidad, porque el nivel real de autonomía financiera de

172 éstos era escaso. Las Gobernaciones y Alcaldías dependían en su gran mayoría de
transferencias de fondos nacionales y sólo con la llegada de la Constitución de 1999, se
comenzó a percibir un verdadero cambio. La escasez de recursos financieros permanentes
para ejecutar políticas en torno a las competencias que le ha n sido legalmente transferidas,
fue lo que hizo que desde hace: “… unos pocos años se observará una diplomacia , o un
conjunto de acciones exteriores de los niveles regionales y locales, entendidas éstas como
todas aquellas actividades que realizan los niveles de la descentralización y que gozan de
cierta autonomía aunque no establecida en el ordenamiento jurídico nacional, fuera de las
fronteras de sus países (…) En este marco, los niveles de la descentralización realizan un
conjunto de actividades, en la práctica, que van más allá de las competencias que le fueron
transferidas por ley. Existe un vacío legal al respecto que abre un espacio de
discrecionalidad que permite, entre otras cosas, a los estados y los municipios realizar una
suerte de relaciones exteriores o más bien acciones exteriores paralelas a las oficiales del
Estado. (…) Desde el punto de vista constitucional, en Venezuela la política exterior es
conducida por el Gobierno Central. Los entes descentralizados no tienen ninguna facultad
explícita para celebrar acuerdos, tratados y convenios con un ente extranjero, así como
tampoco para realizar operaciones de crédito público. Se desprende así que las
Gobernaciones y las Alcaldías tienen un carácter restringido en cuanto a su status jurídico
internacional consagrado explícitamente en la Constitución de 1999. Sin embargo, este tipo
de relaciones tampoco son prohibidas por lo que se dan en la práctica, bien sea de manera
directa o indirecta, directa cuando los actores (nacional, subnacional o supranacional) se
relacionan sin intermediarios a través de sus gobiernos, usando como base jurídica una
carta de intención o un acuerdo de cooperación técnica internacional en el que se transfiera
dinero bajo la figura de donaciones o tecnología bajo la figura de apoyo técnico y/o asesoría
técnica. E indirecta cuando los actores involucrados se relacionan a través de un
intermediario el cual puede ser una ONG internacional, una empresa privada tanto nacional
como internacional o una empresa de capital mixto. También se puede dar a través de
Agencias de Cooperación Técnica Internacional auspiciadas por algún nivel subnacional que
cuente con los recursos suficientes como para establecer este tipo de relaciones. Esto se da
frecuentemente en Europa, donde se inicia el estudio de las acciones exteriores y se
desarrolla su concepto” (LORENZO: 2003).

173 Estas acciones realizadas por los actores subnacionales venezolanos podían ser
clasificadas por su carácter en tres niveles: 1) las relaciones entre los niveles subnacionales
y el Estado Venezolano, a través del Ministerios de Relaciones Exteriores; 2) las relaciones
entre los niveles subnacionales estadales de diferentes países (homólogos); y 3) las
relaciones entre los niveles subnacionales y los organismos internacionales o
supranacionales. Por otro lado, la forma jurídica de estos tres niveles, así como la figura
financiera en cada caso, dependerá del carácter y del contexto de la relación. Es decir, cada
relación es única, porque a la par del interés económico hay un interés político definitorio y
coyuntural por parte de los gobiernos locales que las impulsan. Y aunque, normalmente los
líderes políticos buscan una proyección internacional, la compet itividad ha llegado hasta los
niveles subnacionales de la mano de la globalización, quien definitivamente ha abierto una
variedad compleja de relaciones tanto entre nuevos actores como entre los diversos niveles
de los tradicionales (CFR.- LORENZO: 2003).

Finalmente, desde que se inició en Venezuela el proceso de descentralización


políticoterritorial, que es uno de los principales ejes de la reforma del Estado, los organismos
multilaterales han participado en la modernización administrativa de los Estados gracias a la
incipiente diplomacia de sus gobernadores y alcaldes, instancias responsables en el ámbito
local por la dirección de las competencias descentralizadas. Mientras esta tendencia
continúe el papel de los multilaterales en la reforma del Estado seguirá aumentando en la
presentación de grandes propuestas orientadoras a las comunidades y en su participación a
través del asesoramiento “técnico” para su puesta en práctica (CFR.- FUENMAYOR: 2003,
185-210). De esta manera alentará y ayudará a mantener el proceso de reforma del Estado,
al menos en que:

174 “… 1) Pueden brindar valioso asesoramiento técnico, sobre lo que se debe y lo que no
se debe hacer; 2) Los organismos internacionales pueden aportar un rico acervo de
experiencia internacional acerca de toda una gama de problemas; 3) La asistencia financiera
que facilitan los organismos internacionales puede ayudar (…) a soportar el difícil período
inicial del proceso de reforma, hasta que comiencen a producirse los beneficios; y 4) Estos
organismos pueden ofrecer (…) un mecanismo para la concertación de compromisos
externos, lo que haría má s difícil que dieran marcha atrás en el camino de la reforma”
(FUENMAYOR: 2003, 185-210). 4.2.1.2.- Fuera Del Conocimiento Público: En los últimos
años ha aparecido un movimiento con origen en la sociedad civil que apoya la participación
ciudadana programada en los procesos de construcción de la política exterior del país 97 .
Con argumentos científicos y valores sociales modernos han realizado esfuerzos por abrir
una matriz de opinión pública favorable para que el ciudadano tenga acceso a un asunto
que trata de todos, es decir, la política exterior 98 . Sin embargo, alrededor del MRE donde
el escepticismo reina sobre este tema, también se encuentran algunos adeptos.

La posibilidad que un grupo de “notables” o “expertos” o “representantes sociales” tenga


opción de participar en los asuntos internacionales del país, quizás sea visto para algunos
como una loable aspiración de la sociedad civil 99 , pero para otros el riesgo que ello
conlleva es muy alto, porque decididamente, y así lo evidencia las incontables experiencias
diplomáticas de las naciones del mundo, hay asuntos que la
En el contexto venezolano hay varios investigadores que apoyan la idea que la opinión
pública se convierta en una fuerza indiscutible en los asuntos internacionales del país. Vale
conocer los trabajos de Miguel Ángel Latouche Reyes. (CFR.- LATOUCHE REYES: 2002).
98 Recientemente, el viceministro de Relaciones Exteriores para África, Reinaldo José
Bolívar se refirió a que próximamente se creará una plataforma tecnológica, para que a
través de una página web, los venezolanos puedan hacer seguimiento a los acuerdos y
tratados i nternacionales suscritos por el país, “para que tengamos una diplomacia de los
pueblos, para que todos nuestros ciudadanos tengan acceso a esta información”
(CFR.BOLÍVAR: 2005-b). 99 Hasta ahora, la única y genuina conquista de la Sociedad Civil
con respecto al MRE se establece en el Artículo 114 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley
de Servicio Exterior de 2005. Allí, un representante, miembro de la sociedad civil
venezolana, de reconocida trayectoria profesional y académica en el área de las relaciones
internacionales, que se haya destacado por sus aportes al estudio de los temas
internacionales y por sus conocimientos del servicio exterior venezolano, siendo designado
por la Asamblea Nacional, podrá participar en el Jurado Calificador.
97

175 sociedad civil no debe saber, ni conocer, ni imaginar 100 . Aunque esto haga pensar
que el gobierno no esté respondiendo a lo público y que la democracia no esta trabajando
bien 101 .

La protección de los ciudadanos es un principio constitucional y objeto político del Estado


Venezolano, por ello si esa protección amerita que la sociedad civil no conozca un
determinado asunto, para mantener la paz y la gobernabilidad, así debe de ser. Los Estados
constantemente pactan acuerdos que en la mayoría de los casos son del conocimiento
público, pero a veces, y para sorpresa de muchos, y con la misma recurrencia, se pactan
acuerdos secretos, cuyo conocimiento es exclusivo de un grupo muy reducido de
ciudadanos. Estos acuerdos son, a veces, el trasfondo, el verdadero motivo del nacimiento
de los tratados y acuerdos que ven la luz pública ¿y por qué es así? Porque no es nada fácil
negociar con otro Estado. Cada Estado tiene sus propios intereses y cada quien busca
sacar el máximo provecho de las necesidades del otro. Como en un juego, allí nace la
diplomacia y adquiere los elementos notables que la hacen ser la más artística de las
carreras públicas.

Las razones de fondo que sustentan los acuerdos son también de gran interés para los
Estados que indirectamente puedan ser afectados. Por ello, si no son informados o perciben
algún trance que los involucra, apelan a la diplomacia clandestina u a otras formas de acción
102 , a fin que el santo santorum se devele para su análisis. Los intereses
100
Henry Kissinger, con su libro Diplomacia, fue el primero en abrir el debate sobre este tema
cuando indicó “claramente que no acepta la interferencia de lo público en los asuntos
internacionales” (CFR.- HAINE: 1997, 3). 101 Benjamín J. Page y Jasón Barabas traen a
colación una análisis de la “Democracia Deliberativa”, donde defienden que el Estado
debería responder a las opiniones pensadas y debidamente comentadas de lo “público”; y la
política debería reflejar las preferencias de los ciudadanos, quienes se expresarían una vez
que ellos reciban la información disponible y hayan tenido tiempo para reflexionar acerca de
ella. Ahora bien, los desacuerdos o diferencias entre los ciudadanos y los líderes constituyen
un problema en la construcción de la política exterior por al menos dos razones. Uno,
porque podría acarrear obligaciones a los Estados en cuanto al deber de informar a la
población y dos, porque no necesariamente, la voluntad de la mayoría esté en concordancia
con una realidad vista desde los ojos del conocimiento especializado. (CFR.- PAGE: 2000,
339-364) 102 Paralelo a la diplomacia extraoficial, se encuentra el espionaje y sus
complejas redes de espías, informadores, contactos y agentes secretos al servicio del
Estado. El espionaje es utilizado para ampliar el horizonte de las capacidades de acción del
Estado una vez que la efectividad de los mecanismos diplomáticos se ha agotado. El
espionaje es costoso en términos financieros y humanos, porque es difícil encontrar
personas capacitadas para

176 en juego así lo ameritan y la sociedad civil queda excluida de las circunstancias reales
en que se fraguan las políticas de corte internacional. La información en estos niveles posee
un valor inconmensurable. Son secretos de Estado y el agente diplomático que tenga el
deber de manejarlos debe remitirse al máximo profesionalismo, o mejor, a la máxima
circunspección diplomática para evitar que por imprudencia o sustracción la información
caiga en las manos equivocadas o, mucho peor, en la opinión pública 103 . Esto exige un
tipo de vida que si bien no es privada, al menos es secreta:

“Los Agentes Diplomáticos están constantemente sometidos a situaciones donde deben


aprender que la vanidad es un peligro latente. Al igual que al negociador, la pedantería y la
falta de respeto hacia los valores y opiniones de los demás es la antítesis de quien ejerce
este oficio. Practicar la modestia es mucho más útil tanto en su actitud personal en las
conversaciones personales como en una gran negociación ya que es sumamente grave
cuando se aturde y apabulla a la contraparte (…) Citando (…) las opiniones del autor
Enrique Bernstein, se debe considerar también la prudencia, cautela y reserva. El mismo no
recomienda la excesiva locuacidad. La mayor habilidad consiste en no demostrar que se es
inteligente, culto, perspicaz y hábil. Mientras más aterrizado en el planeta esté el
Diplomático más probabilidades de ser exitoso. (…) Mala imagen también producen aquellos
Embajadores que no dan la sensación de permanencia normal en sus cargos y que los
mismos no son sino una aspiración para mayores triunfos personales. En cuanto a la
prudencia, específicamente, aconseja «abstenerse de expresar opiniones personales sobre
asuntos internacionales que puedan no concordar con las de su Gobierno, ya que las
mismas podrían ser mal interpretadas». Hay que recordar que un Diplomático,
-afirmabaoficialmente es un representante del gobierno al que representa, sus opiniones por
tanto, no son consideradas estrictamente personales aún cuando el mismo insista en
ejercer estas funciones. Además, la creación de una red sólida de espionaje amerita tiempo
y décadas de preparación. Curiosamente, ninguna de las personas entrevistadas en el MRE
sobre este particular (en el lapso que duró esta investigación) reconoció este tipo de
prácticas por parte de Venezuela, aunque en Marzo de 2006, EUA denunció que un
representante venezolano agregado a la Embajada de Venezuela en Colombia era un espía.
103 Es curioso, pero en función de la seguridad algunos diplomáticos de comprobada
experiencia han desechado el uso de agendas, libros de anotaciones, cuadernos, libretas de
teléfonos, agendas electrónicas etc., para no comprometer al Estado y luego a ellos mismos
si ocurriera la pérdida de éstos y su valiosa información. En defecto, humildemente, los
diplomáticos se remiten a su memoria. También, algunos diplomáticos colocan los números
telefónicos en sus celulares con seudónimos o alias, para no indicar los nombres verdaderos
de sus dueños. Asimismo, en los mensajes que se dejan en la contestadora automática de
los celulares se dan nombres falsos con objeto de confundir a quienes llaman. E incluso, la
seguridad es tan importante que los diplomáticos venezolanos en las conferencias a la
prensa utilizan en gran medida las frases: “no sé”, “desconozco alguna información sobre
ese hecho”, “no estamos seguros”, etc., para reservarse ciertas informaciones.

177 que es así. Nos decía un profesor en alguna oportunidad que los diplomáticos no
teníamos vida privada pero sí secreta” (HERNÁNDEZ: 1997). La información acá es poder y,
a la vez, arma que tarde o temprano deberá ser utilizada o instrumentalizada. En este caso
las reuniones o encuentros privados donde la información sale a flote entre partes son el
campo de batalla de los agentes diplomáticos.

Las reuniones pueden ocurrir en sitios controlados, ambientados, programados, cómodos,


discretos, etc., como también pueden ser íntimos, recónditos, escondidos y hasta
sorprendentes si se trata del contexto latinoamericano 104 . Estas reuniones no necesitan
en lo absoluto las numerosas compilaciones científicas universitarias que hablan de
mecanismos para la resolución de conflictos 105 , pero si necesitan de un lenguaje: “el
lenguaje diplomático” 106 , que para el observador inexperto sería como una conversación
que definitivamente trata de asuntos de crucial importancia, aunque se
En la historia diplomática latinoamericana, tan álgida y coyuntural, se han realizado
reuniones clandestinas en diversos sitios y circunstancias: desde humildes baños hasta
reuniones en desolados muelles a altas horas de la noche. Incluso, cabe mencionar, que no
contados diplomáticos de carrera de reconocida experiencia, indican que el mejor sitio de
reunión es un restaurante: “no hay mejor elemento persuasivo que un buen bistec”. 105
Curiosamente, en las reuniones diplomáticas clandestinas asisten de parte y parte agentes
de larga trayectoria y experiencia. Usualmente, éstos personajes se conocen entre si desde
hace años y por eso “ya no tienen nada que ocultar” y sus conversaciones son francas,
puntuales y muy amistosas, tal cual viejos amigos. En ese sentido, los estudios académicos
que tratan sobre mecanismos para la resolución de conflictos tienden a olvidar este crucial
detalle, además, que sus orígenes académicos provienen de escuelas internacionalistas
europeas y norteamericanas y esquemas multilaterales. Vale mencionar, también, que en
una oportunidad “alguien” cuestionó a la Escuela de Relaciones Internacionales de la
Universidad Central de Venezuela al afirmar que sus investigadores y profesores eran
“diplomáticos frustrados”, para hacer referencia de porque ellos describían mucho a la
diplomacia venezolana en su aspecto más superficial y pueril, y no atinaban en descubrir la
realidad diplomática de fondo en que se toman las decisiones. Como argumento, explicó las
difer encias sustanciales que se desprenden de los trabajos de investigación académica
propios de los diplomáticos y la denotada tendencia, no absoluta, de los estudiantes de esa
carrera que miran a la carrera diplomática como un prometedor trabajo para “sólo viajar y
conocer países”. O como dice Oscar Hernández en un sentido más general: “He visto más
preocupación por lo individual que por lo colectivo. He observado el uso de la Diplomacia
como trampolín para aspiraciones políticas, o como refugio de algunos políticos en sus
fracasos ante sus aspiraciones personales” (HERNÁNDEZ: 1997). 106 El lenguaje
diplomático “es, en esencia, una cautelosa forma de expresión que da la oportunidad de
quedarse, en cierta medida, por debajo de la exacerbación cuando ese proceder conviene a
los intereses del Estado que se representa. De uso imprescindible en determinadas
exposiciones orales y escritas de mandatarios, cancilleres, agentes diplomáticos y otros
actores internacionales, el hoy llamado lenguaje profesional de la diplomacia ha demostrado
su indispensable utilidad, por ser el único instrumento que permite, mediante cautelosas
gradacionaes, formular una advertencia seria a su contraparte, de conformidad con las
normas de convivencia internacional, vale decir con la propiedad requerida y sin emplear
necesariamente vocablos amenazadores (…) Su uso descuidado – o bien por inexpertos-
puede otorgar a una situación determinada una gravedad de la que en realidad carece”.
(MORALES LAMA: 2003-b).
104

178 converse de forma difusa, incompleta, incomprensible, tal cual, como un tributo y
ejemplo bien digno de algo que se tiene que ver en perspectiva y leer entre escabrosas
líneas. En suma, incluso así, los diplomáticos saben entenderse, es su idioma.

Y a la par, existe otro comportamiento fuera del conocimiento público propio de los agentes
diplomáticos. Se trata cuando éstos, por motivos personales, no se alejan de su trabajo y
participan en encuentros de “consultas” 107 con sus homólogos para facilitar la discusión
futura y generar ideas innovadoras para solucionar los problemas. El diálogo que resulta de
las consultas no tiene por objetivo convencer o persuadir. Al contrario, busca ahondar en los
temas, descubrir nuevos significados, encontrar nuevas relaciones o intercambiar pareceres
sobre las circunstancias particulares que motivan la reunión. El grado de influencia política
que tenga cada agente diplomático que participen en estas “consultas”, determinará la
oportunidad de que dichas ideas se incluyan también en el proceso oficial de solución del
conflicto 108 .

4.2.1.3.- Comunicaciones No Oficiales: El avance tecnológico de los medios de


comunicación a nivel mundial ha simplificado tan efectivamente las actividades tradicionales
del MRE que, inclusive, ya se percibe una palpable dependencia con respecto a estos
medios por los incontables beneficios que representan a la hora de tomar decisiones 109 y
la capacidad para

107

En páginas anteriores describimos como James Notter había reflexionado sobre este tipo de
comportamiento y lo había referido a la Diplomacia de Vía Dos (CFR.- NOTTER: 1996). Sin
embargo, hemos tomado ideas de su enfoque para describir una realidad muy propia de
Venezuela y Latinoamér ica. La razón, es que Notter describe este comportamiento con la
suposición que son una novedad, pero en América Latina siempre han existido. Quizás ello
se deba a que América Latina tiene más de 150 años sin guerras cruentas, lo que ha
favorecido un ambiente de paz y de acercamiento entre los países que ha mantenido
intangibles ciertas formas primitivas de diplomacia que ahora están redescubriendo en
Europa, América del Norte o Asia. 108 En el cuerpo diplomático del MRE, hasta el 2005,
cada cierto martes de cada mes se hacía una fiesta, a manera de reunión, en un local
nocturno, en donde se invitan a todos los agentes diplomáticos de las embajadas
acreditadas en el país y reporteros internacionales para departir un momento grato. A estas
reuniones asistían los diplomáticas y reporteros “más jóvenes”, sin embargo, allí se tocaban
diversos temas de interés. A todas estas, lógicamente, la entrada a las reuniones tenían
gran exclusividad. 109 De hecho, ha ocurrido una reducción de los viajes de los diplomáticos
al exterior. Gracias al desarrollo de Internet ahora muchas actividades pueden ser realizadas
desde casa sin la necesidad de avalar un viaje al extranjero.

179 coadyuvar el conocimiento al poner a disposición “una amplia red de instituciones e


instrumentos que facilita la tarea de aprovechar los nuevos e incesantes conocimientos que
se generen en el mundo” (ÁLVAREZ: 1998). Sin embargo, esto ha traído como
consecuencia “un exceso de acercamiento” entre los actores internacionales y agentes
diplomáticos. Las distancias se han acabado; el contacto internacional se ha estrechado; la
retroalimenta ción de información es vertiginosa; lo mediato ha desaparecido por lo
inmediato; pero lo más crucial es que la intimidad de las naciones y sus instituciones ya es
más difícil de controlar y supervisar por la masificación de las ramas y métodos de
interacción diplomática. La cercanía es tan próxima que los mismos agentes diplomáticos
del MRE pueden tener acceso a diversas informaciones sin mayores esfuerzos 110 , sin
embargo, para lograrlo deben adecuar su conducta laboral a niveles de altísimo dinamismo,
porque no pueden quedarse rezagados a no ser que deseen incumplir la obligatoria máxima
que les exige cancillería: permanecer informados. Ese dinamismo también lleva a los
agentes diplomáticos a preferir las tecnologías que más simplifiquen sus vidas laborales, por
esa razón, cada vez más centran su atención en canalizar la emisión o intercambio de la
totalidad de sus informes, cartas o documentos a fines, a través de estos medios. No
obstante, esta álgida dinámica ha repercutido en el sacrificio de ciertos formalismos. Por
ejemplo, ahora es más fácil ver como los agentes diplomáticos del MRE se comunican con
otras cancillerías, embajadas u otro actor internacional, a través de vía e-mail, lo cual,
enuncia la desaparición de las cartas o documentos oficiales que constituyen el archivo
histórico del ministerio. La comunicación por vía e-mail, más sencilla, expedita y barata,
además, no requiere de la existencia del distintivo sello y firma de originalidad de la
comunicación, por lo que las comunicaciones de e-mail son refrendadas por mecanismos
electrónicos que no son fiables 111 , no son seguros, son im personales y restan oficialidad,
es decir, no dan

110

Vale mencionar que el valor de las informaciones que no deberían tener acceso público se
han hecho más invaluables, por lo que ha aparecido un nuevo tipo de espionaje, el
espionaje electrónico. 111 Otros riesgos de la comunicación por vía e-mail ya fueron
recogidos en la investigación de Wendy Viteri “EL INTERNET EN VENEZUELA COMO
INSTRUMENTO DE LA DIPLOMACIA”. (VITERI: 2003). Asimismo, se recomienda ver el
trabajo de Mariela González, excepcional investigación sobre Internet y la seguridad en el
caso de Venezuela (CFR.- GONZÁLEZ M.: 2002).

180 posibilidades para constatar la legitimidad o lo fidedigno del remitente del comunicado
porque éste pudo ser redactado por otras manos y con otras intenciones a las deseables por
el MRE u otro actor internacional. Esto vulnera los principios de seguridad institucional,
coadyuva a crear un ambiente de zozobra a la hora de tomar una decisión y dificulta la
distribución de responsabilidades administrativas al momento de aplicarse sanciones. Si
bien podría hablarse de exceso de confianza, la comunicación vía e-mail aún sólo es propia
de los comunicados poco importantes, porque en temas de elocuente importancia para el
MRE, la comunicación oficial, con sello y firma distintivo, se establece como requisito
ceremonial y protocolar imprescindible por las diferentes divisiones del organismo.

Lo cierto de la inobservancia del MRE a este tipo de comportamiento administrativo es la


aceptación, no declarada, de que existen prácticas administrativas que indefectiblemente ya
no representan el mismo valor que una vez tuvieron y que, además, son breve evidencia
que la modernidad y el aggiornamento han encontrado cobijo y tolerancia a los ojos de los
más altos directivos, quienes seguramente, están concientes de la necesidad de adaptarse
a los nuevos tiempos. De seguir esta tendencia probablemente en un futuro no muy lejano
estas prácticas serán tan recurrentes y habituales como una vez lo fue la figura del
pendolista 112 , y sólo será el tiempo quien dirá si serán sustituidas por otras prácticas más
rentables o económicas.

4.2.1.4.- Embajadores Extranjeros No Oficiales: Es un hecho notorio que el Presidente de la


República Hugo Chávez posee desde 1999 una agenda de trabajo diaria agolpada de
diligencias. La administración de los asuntos nacionales, tan multifacéticos y
multidimensionales, le exige una total entrega a
112

La figura del pendolista fue característica distintiva de las cancillerías a nivel mundial hasta
mediados del siglo pasado. Su trabajo de ornar con clásica y esbelta escritura las cartas
oficiales entre los mandatarios de los países fue sustituido por las imprentas modernas. Hoy
sólo quedan reductos de éste orfebre de la escritura en algunas universidades nacionales
que instan a sus nuevos profesionales a ir a un pendolista para que les rubriquen sus
nombren en sus títulos universitarios.

181 su trabajo desde tempranas horas de la mañana hasta altas horas de la noche a lo largo
de los 365 días del año. Y como la rutina laboral del mandatario no da basto, supone una
concisa discriminación de los eventos, reuniones, actividades y demás en los que debe
participar por parte de la secretar ía de su despacho. Así, las actividades más prioritarias
tienen una denotada preferencia a la hora de ser incluidas en su agenda de trabajo; en
defecto de aquellas actividades que si bien son importantes, pueden quedar en un segundo
o tercer plano para ser atendidas. En ese sentido, se puede hablar de retrazo, no obstante,
la práctica ha demostrado que tarde o temprano el mandatario presidencial atiende todos los
asuntos que le exige la constitución, las leyes de la república y, especialmente, las
necesidades del pueblo.

Sin embargo, con respecto al ámbito diplomático, se ha percibido cierto grado de


incomodidad por parte de los embajadores extranjeros recién acreditados en el país por sus
respectivos Estados u organizaciones internacionales, debido a que deben esperar días,
semanas o meses para presentar sus cartas credenciales al presidente, por cuanto éste no
ha tenido la posibilidad de atenderlos o incluirlos en su agenda de trabajo. En ese lapso de
tiempo, los embajadores realizan la presentación de sus cartas de estilo al MRE, pero ello
no es suficiente si se trata de otorgarles a estos excelentísimos funcionarios el debido grado
de legitimidad, legalidad y oficialidad que merecen para actuar en el ámbito nacional 113 .
En efecto, mientras ellos no cumplan con el acto protocolar de entrega de cartas
credenciales al presidente, ellos serán embajadores de hecho, pero no de derecho a los ojos
institucionales de Venezuela. Esto les resta un campo valiosísimo de acción y aunque no
estanca “del todo” 114 los objetivos para los
113

El artículo 13 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomát icas (1961) menciona:


“1. Se considerará que el jefe de misión ha asumido sus funciones en el Estado receptor
desde el momento en que haya presentado sus cartas credenciales o en que haya
comunicado su llegada y presentado copia de estilo de sus cartas credenciales al Ministerio
de Relaciones Exteriores, o al Ministerio que se haya convenido, según la práctica en vigor
en el Estado receptor, que deberá aplicarse de manera uniforme. 2. El orden de
presentación de las cartas credenciales o de su copia de estilo se determinará por la fecha y
hora de llegada del jefe de misión”. 114 Hasta que no presente un embajador sus cartas
credenciales al presidente de un país (las copias de estilo al MRE no son suficientes), éste
no podrá “hablar oficialmente en nombre de su país”. Para los efectos, el Encargado de
Negocios de la Embajada hará la representación oficial de su Estado y será quien firme las
comunicaciones, sin embargo, el embajador será quien mande en efecto, de forma informal,
dentro de la embajada. Asimismo, el

182 cuales fueron designados en el país, comienzan a realizar sus labores más allá de la
franja mínima, necesaria y deseable de la oficialidad, es decir, actúan extraoficialmente
dentro del sistema político venezolano. Aunado a esto, incluso, los embajadores que han
podido presentar sus credenciales al presidente tampoco tienen mucho acceso a él para
tratar temas bilaterales, a lo que la vicepresidencia ha sustituido, cuando mucho, esas
necesidades de atención.

“La forma de relacionarse del gobierno del Presidente Chávez con el cuerpo diplomático ha
sido muy -sui generis-, por calificarlo de alguna forma. De hecho los Embajadores son
recibidos con poca frecuencia, y en circunstancias especiales, a muchos les tomó meses
presentar sus cartas de estilo al Ministro de Relaciones Exteriores y por ende al Presidente
de la República (…) lo cual genera por supuesto incomodidades entre los representantes
extranjeros, respetuosos todos de las fórmulas y usos diplomáticos. El Vaticano por
supuesto no es la excepción, pero en su caso las cosas han sido aun más difíciles pues el
representante del Papa tiene un doble carácter de funcionario de Estado y miembro de la
iglesia, institución con la cual el Presidente Chávez tiene un enfrentamiento”.
(BETANCOURT: 2002, 60). Además, este tipo de comunicaciones rompen con el tradicional
“vía y estilo diplomático”, en el sentido que no se cumplen el conjunto de formas y términos
que se usan en las exposiciones orales y escritas de ese carácter, de conformidad con
normas establecidas que rigen con la debida precisión su uso, embajador designado, pero
no reconocido, podrá hacer y participar en reuniones de forma discreta, informal, reservada
y a título propio o personal con sus homólogos para ir avanzado en los acercamientos
diplomáticos habituales mientras llega la presentación de las cartas credenciales. Incluso,
las reuniones que éste embajador pueda realizar con representantes del Grupo
Latinoamericano (GRULA) serán vistas como un acercamiento más de índole personal que
de interés nacional por parte del Estado que esta representando el embajador. 115 Se
recomienda ver.- MORALES LAMA: 2003-b., quien desarrolla la idea del “estilo diplomático”.
3 4.2.2.- Comportamientos Informales: 4.2.2.1.- Las Iniciativas De Los Diputados De La
Asamblea Nacional: Las facultades que le otorga la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela a la Asamblea Nacional (AN) le permite, que de una manera más informal (no
extraoficial), espontánea y con menor exposición pública, se entablen vínculos y relaciones
bilaterales y multilaterales con diversos actores internaciones través de los Acuerdos
presentados y aprobados por la plenaria (CFR.- REPÚBLICA DE ARGENTINA: 2006).
Incluso, a veces esas acciones han sido más eficaces por sus modalidades y
características, las cuales priorizan la búsqueda de consensos destinados a lograr los
resultados esperados, que las acciones realizadas a través del cumplimiento de reglas
protocolares del MRE o la iniciativa de los funcionarios gubernamentales por comunicar sus
opiniones. Y quizás sea por la menor presión política y el compromiso público que tiene la
AN con respecto al MRE en el inconmensurable escenario internacional lo que ha facilitado
que los acuerdos no hubieran sido obtenidos de otro modo. Por ejemplo, vale recordar la:
“Declaración conjunta entre los presidentes Haddad Adel, presidente de la Asamblea
Consultiva Islámica de la República Islámica de Irán y Nicolás Maduro Moros, presidente de
la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela” firmado el 16 de febrero de
2006; el “Acuerdo para rechazar las declaraciones emitidas por el Primer Ministro de Antigua
y Barbuda, Baldwin Spencer; el Canciller de Dominica, Charles Savarin; y el Director
General de la Organización de Estados del caribe Orien tal (OECO) Len Ismael, el pasado
08 de noviembre, en torno a la soberanía venezolana en las Isla de Aves“ firmado el 15 de
noviembre de 2005; el “Acuerdo en rechazo a la injerencia del Gobierno estadounidense en
los asuntos internos de la República Árabe Siria” firmado el 02 de noviembre de 2005; y el
“Acuerdo de solidaridad y condolencias con el pueblo de los Estados Unidos, así como para
las autoridades locales y habitantes de las zonas afectadas por el huracán Katrina” firmado
el 06 de septiembre de 2005.

184 Por otro lado, en el continente americano los Parlamentos manejan sus relaciones
internacionales en forma autónoma gracias al criterio democrático basado en la división de
poderes 116 . Esta autonomía lleva a la AN a imprimir a esas actividades un estilo y un ritmo
que corresponden a su composición pluralista y sus funciones primeras, es decir legislar,
fiscalizar la acción del gobierno, tomar en consideración cuestiones de interés público y
representar a la población. Además de la autonomía, el segundo principio que fundamenta
la acción internacional de los Parlamentos y les confiere su especificidad es el respeto del
pluralismo político. En efecto, las relaciones internacionales de la AN van en consideración
los intereses y las sensibilidades políticas de los diversos partidos representados en dichos
Parlamentos. Concretamente, este principio se traduce en la constitución de delegaciones
pluralistas para la participación en las actividades interparlamentarias, garantizando así su
carácter no partidario.

La participación de la Asamblea Nacional en organizaciones interparlamentarias multi


laterales y las relaciones bilaterales que mantiene con Parlamentos extranjeros se articulan
en torno a cuatro grandes ejes: a) mantenimiento y fortalecimiento de la eficiencia de la
institución parlamentaria y de los representantes elegidos en sus funciones de legislación,
fiscalización de la acción gubernamental, toma en consideración de asuntos de interés
público, representación y participación; b) activa participación de la Asamblea Nacional en la
edificación de una comunidad mundial basada en la democracia participativa, la paz, la
justicia y la prosperidad; c) mejora del posicionamiento internacional de la Asamblea
Nacional en la escena internacional, al

Miguel Ángel Orozco Deza, ofrece un panorama general de la práctica conocida en el


ámbito de las relaciones internacionales actuales como diplomacia parlamentaria. Establece
las diferencias entre ésta y la diplomacia clásica y presenta algunos ejemplos, resultados y
beneficios de las relaciones interparlamentarias. Destaca que el objetivo principal de la
diplomacia parlamentaria, a la que designa como un nuevo fenómeno en el mundo, es crear
vínculos entre todos los congresos y parlamentos con la finalidad de intercambiar
información legislativa sobre temas de interés fundamental, entre ellos, la seguridad y las
relaciones económicas entre los Estados. Asimismo, señala que la diplomacia parlamentaria
es producto del proceso de globalización y de la separación de poderes que se observan en
los sistemas políticos. (CFR.- OROZCO DAZA).

116

185 igual que acrecentamiento de la proyección de la sociedad venezolana; d) proyección


institucional d e la Asamblea Nacional dentro de las redes interparlamentarias 117 .

En ese sentido, las relaciones interparlamentarias e internacionales de la Asamblea


Nacional pueden agruparse en tres grandes categorías: las actividades multilaterales, las
relaciones bilaterales y la cooperación interparlamentaria. Estas relaciones están a cargo de
nueve secciones o delegaciones, cuatro para las actividades multilaterales y cinco para las
relaciones bilaterales. Las actividades de cooperación interparlamentaria, por su parte, están
bajo la responsabilidad directa del Presidente de la Asamblea Nacional. “Las relaciones
interparlamentaria internacionales, han tomado en los últimos tiempos importante desarrollo.
Su progresiva importancia en las relaciones internacionales de los Estados entre sí, así
como entre comunidades de Estados ha permitido que los históricos procesos de
relacionamiento cultural o económico, sumen hoy día con gran protagonismo el
relacionamiento político, en el cual los contactos y la cooperación parlamentaria tienen un
creciente protagonismo. Uno de los instrumentos que facilitan el desarrollo de las relaciones
políticas es la denominada . Debe tenerse especialmente en cuenta en los Parlamentos
están en general representadas las fuerzas o corrientes políticas diversas de mayor
representación popular, lo que agrega una mayor profundidad al compromiso político de
cooperación que se expresa a través de la tradicional relación entre gobiernos. Es así que
Parlamentos de distintos países del mundo desarrollan una agresiva política de relaciones
interparlamentarias y de cooperación entre los Parlamentos y en esa actividad actúa la
diversidad del arco político nacional representado en el Poder Legislativo. Esto ocurre con
instituciones parlamentarias europeas, americanas, asiáticas, africanas, en fin, de distintas
culturas, constatándose que los países más importantes del mundo trabajan en esta
dirección, dándole mucha importancia a estas acciones a las que les reservan un espacio
importante en su política exterior” (REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY: 2004).

117

Estas ideas se pueden confrontar con la posición de la Asamblea Nacional de Québec en


cuanto al manejo de sus relaciones internacionales.

186 En la actualidad, los objetivos de cooperación presentes en la AN se centran en


encuentros interparlamentarios bilaterales con Cuba, y en encuentros multilaterales con
países africanos, latinoamericanos y caribeños 118 . Además, en un futuro se piensa

concretar la Unión Interparlamentaria Suramericana que tratará de los problemas comunes


de trescientos sesenta millones de personas.

4.2.2.2.- La Diplomacia Informal De Las ONG: En efecto, las ONG han ido adquiriendo un
papel cada vez más importante en el escenario internacional al grado que algunos gobiernos
las consideran abiertamente como multiplicadores de influencia. Pero a diferencia del caso
norteamericano, donde algunas ONG son financiadas con objeto de ser utilizadas como
mecanismos diplomáticos indirectos del gobierno para inmiscuirse en los asuntos internos
de otras naciones del mundo (CFR.- PÉROUSE DE MONTCLOS: 2005), Venezuela ha
asumido una actitud menos manipuladora con estas organizaciones y, al contrario, es uno
más de los países que es objeto de ataque por varias ONG internacionales que defienden
los intereses norteamericanos. La imagen favorable de las ONG alrededor del mundo parte
del elemento de la solidaridad, el cual usan como móvil principal para justificar su accionar
119 . Con ideas vinculadas a una sociedad sin iniquidades, a veces tienen que oponerse a
los abusos o indiferencias de los Estados, valiéndose de su capacidad de convocatoria e
influencia en la sociedad civil, de modo tal que en la mayoría de circunstancias las ONG
actúan como entes fiscalizadores y duros críticos de la gestión gubernamental (CFR.- JUAN
Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional de octubre de 2005, menciona
en su Artículo 178: “La Asamblea Nacional forma parte de los siguientes foros
internacionales: Unión Interparlamentaria, Parlamento Amazónico y Parlamento Indígena de
América; a tal efecto, acreditará sus representantes ante dichos organismos de conformidad
con los estatutos respectivos. Asimismo, la Asamblea Nacional podrá integrarse a otros
foros internacionales”. Y el Artículo 177 menciona: “Los diputados y diputadas venezolanos
electos para integrar el Parlamento Andino y el Parlamento Latinoamericana…”. 119 Según
Julie Fischer, las ONG son, en parte, el producto del sistema que ahora adversan. La
incapacidad de los gobiernos para empezar a afrontar los retos crecientes del desarrollo
sustentable ha ampliado enormemente la brecha que separa a la realidad de lo que el
pueblo cree posible y ello estimula a que aparezcan las ONG y participen para coadyuvar en
ese esfuerzo (CFR.- FISCHER: 1998).
AGUILAR & ASOCIADOS S. C: 2004). Sin embargo, las ONG no escapan de ser
organizaciones que actúan sin ningún control y en beneficio propio 8º (o de otros) y para eso
se valen de campañas de desprestigio, a través de los medios masivos de comunicación,
debilitando la imagen ante sus donantes y sus beneficiarios.

Por ejemplo, el gobierno de Venezuela ha acusado duramente a la ONG denominada


SUMATE. Dicha ONG está acusada ante la Fiscalía General de la República por conspirar
contra el sistema democrático de Venezuela al recibir fondos de 31 mil dólares de la
Fundación Nacional para la Democracia 120 entre 2004 y 2005 que sirvieron para armar una
campaña de desprestigio nacional e internacional contra el país y movimientos
desestabilizadores contra el gobierno nacional 121 . Muy aparte de profundizar la
democracia en Venezuela, como lo indica los objetivos de esta ONG, la misma ha sido
tachada de actuar en nombre de intereses norteamericanos para desequilibrar el régimen
del Presidente Hugo Chávez. Las evidencias se remontan a que sus máximos
representantes apoyaron el intento de golpe de Estado de Abril de 2002 y firmaron el
“Decreto de Carmona” en el período de la “ausencia” del presidente, sin contar que a
mediados de 2005 se reunieron con el presidente norteamericano George Bush para
denunciar la violación de los principios democráticos en Venezuela 122 . Para el gobierno,
esta ONG favorece la conspiración y la “intervención de un organismo extranjero” (ORTEGA
DÍAZ: 2006) en los asuntos del país y por tanto, el MRE ha tenido el deber de combatir la
campaña de descrédito que esta organización ha mon tado contra Venezuela. El trabajo del
MRE ha sido arduo, y no es para menos,
National Endowment for Democracy (nombre oficial en inglés) es un ente independiente que
recibe aportes del Congreso estadounidense para apoyar movimientos democráticos en el
mundo. 121 En Febrero de 2006 el Ministerio Público pidió al tribunal la detención de los
directivos de SÚMATE, Alejandro Plaz, María Corina, Ricardo Estévez y Luís Enrique
Palacios Machado. Sin embargo, el retardo procesal que ha caracterizado este caso se
debe, según los grupos opositores al gobierno de Chávez, a que el gobierno no desea
sentar la sentencia por temor a hacer ilegal recibir donaciones del extranjero, lo cual haría
posible que el presidente Chávez se le inicie un juicio por recibir de España 2 millones de
dólares para financiar una campaña electoral. 122 En efecto, SUMATE, PROVEA y otras
ONG afirman que en Venezuela existe una violación constante de derechos humanos y
democráticos. Para ello, manejan una serie de denuncias puntuales que acompañadas de la
“evidente” conspiración de los medios de comunicación contra el gobierno del presidente
Hugo Chávez han podido calar en la opinión pública nacional e internacional. El Estado
venezolano, por su parte, ha tratado de hacer ver a la comunidad nacional e internacional
que existe otra realidad, no una sola, y para ello el MRE ha hecho un esfuerzo de
información a nivel mundial para hacer llegar las pruebas a quien desee verlas.
120

188 porque de no hacer las debidas aclaratorias sobre este asunto la confianza en el país
podría decaer y, en el peor de los casos, los inversionistas extranje ros ya no verían a
Venezuela como un buen partido financiero y comercial.

En cambio, Venezuela ha reunido incontables y provechosas experiencias trabajando al lado


de los nuevos actores. El gobierno y la cancillería no desconocen la innata y legítima
preocupación de estas modernas figuras sobre diversos asuntos del Estado y ponen su
atención en ellos 123 , en especial, cuando se trata del comercio y la violación de derechos
humanos, mientras “la red de protección de los derechos humanos internacionales busca
redefinir lo que es materia de exclusiva jurisdicción doméstica de los Estados” (SIKKINK:
1993, 413) 124 . Vale recordar, por ejemplo, el papel que jugó el MRE cuando el 23 de
diciembre de 2005 el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), ONG dedicada a la
defensa de los reclusos en Venezuela, solicitó a la Comisión Interamericana de los
Derechos Humanos que elevara su voz ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) el caso sobre las irregularidades que ocurrían en el Centro Penitenciario de Oriente,
ubicado en el Estado Monagas. La CIDH, con sede en San José de Costa Rica, decidió
acordar las medidas de protección a los reclusos con base en el artículo 63.2 de la
Convención Americana de los Derechos Humanos a fin de que el Estado venezolano
“proteja la vida y la integridad personal de las personas privadas de la libertad en el
Internado Judicial de Monagas” 125 . En la resolución del CIDH, también se acordó que la
ONG debería trabajar conjuntamente con el Estado
123

En la década pasada era usual ver como varias ONG solicitaron al MRE que dieran difusión
pública a los informes a nuales que debía entregar Venezuela a los Comités de la ONU
encargados del control de las obligaciones consagradas en seis (6) tratados internacionales
de derechos humanos. Estos informes eran de carácter público y debían ser discutidos
ampliamente en los países de origen. Sin embargo, la Dirección de Asuntos Multilaterales
del MRE era reacia a dar copia de estos informes a las ONGs que los solicitaban para su
análisis. Pero los cambios a este respecto comenzaron a partir de 1999, cuando con la
llegada de la nueva constitución el Estado venezolano comenzó a actuar en cumplimiento
del espíritu que inspira a los mecanismos de control de la ONU y reconoció las obligaciones
nacidas de los respectivos tratados de derechos humanos (CFR.- PROVEA: 1999). Hoy en
día, las ONG cooperan con las instancias del MRE y la institución esta conciencie que “La
estabilidad interna es fuente de la credibilidad externa porque permite a los actores
internacionales acompañar el desarrollo de las políticas de sus pares, pudiendo construir
expectativas y creencias positivas en relación con él, a la vez que permite a los actores
hacer lo que se espera que ellos hagan dentro del acuerdo internacional” (DUARTE VILLA:
2004, 28-29). 124 Ver también.- PIOVESAN: 2004. 125 Resolución del 13 de enero de 2006
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

189 para hacer el seguimiento de la protección acordada. El MRE prestó apoyo al


representante del Estado Venezolano ante el CIDH, el Director de Custodia y Rehabilitación
del Ministerio de Interior y Justicia y, por igual, a los representantes del OVP para
establecieran una agenda concertada. Además, el MRE favoreció la posición oficial de
Venezuela a lo largo de todas las embajadas en el exterior sobre la imagen dañina que
había recibido el país ante la comunidad internacional por grupos opositores al gobierno que
pretendieron aprovechar lo ocurrido con la penitenciaría a favor de sus intereses.

Finalmente, hay que destacar que en la mayoría de los países de Centro y Sudamérica se
han implementado normas de fiscalización de las ONG (CFR.- JUAN AGUILAR &
ASOCIADOS S. C.: 2004), sin embargo, en Venezuela no existe ninguna ley moderna 126 u
institución específica que controle el área o fiscalice la información proporcionada por las
ONG respecto a sus actividades ni a las donaciones que perciben 127 . El MRE ha venido a
llenar parte de este vacío junto con el Ministerio de Interior y Justicia, pero si el Estado no
llega a actuar de manera puntual, colabora en el aumento de la amenaza de intromisión de
las ONG en el poder político 128 , cuando deberían fortalecer adecuadamente la
gobernabilidad del Estado y el capital social 129 .

126 127

La Ley de Cooperación Internacional, por ejemplo, data del 08 de Enero de 1958, Gaceta
Oficial Nº 25.554. En efecto, las ONG en Venezuela se fortalecieron cualitativa como
cuantitativamente en los años noventa parasitando los presupuestos públicos y participando
en proyectos financiados con fondos de organismos multilaterales, sin ningún control por
parte de la Contraloría de la República, organismo responsable de asegurar el buen uso de
los fondos públicos. Vale recordar, por ejemplo, el caso de las “asociaciones civiles”, figuras
que rec ibían donativos de las gobernaciones y que fueron desmontadas en el último
gobierno de caldera. 128 “En América Latina ya es de conocimiento público que las ONG en
Venezuela colaboraron con el fallido golpe de estado a Hugo Chávez en 2002”. (PELAEZ:
2005). 129 El capital social es un concepto que ha resurgido como respuesta a los fracasos
de las ideas economicistas del desarrollo, resaltando la necesidad de incluir y rejerarquizar
en este proceso, valores como la confianza interpersonal, la asociatividad, la conciencia
cívica, la ética y los valores predominantes en la cultura de una sociedad, a fin de formular
políticas públicas, con objetivos de lograr una estrategia de desarrollo auto sostenido,
participativo y equitativo. El capital social contribuye a fortalecer los actores y redes sociales
(sociedad civil), por tanto facilita un sistema transparente y eficiente en la gestión pública en
todos los niveles de gobierno y hace más eficiente la lucha contra la pobreza y la exclusión
social, ya que en el nuevo enfoque de las políticas sociales, los pobres dejan de verse como
un problema para convertirse en actores protagónicos en la búsqueda de un mejor destino.
(CFR.- UNIVERSIDAD METROPOLITANA: 2006).

190 Por ahora, el espacio de las ONG en Venezuela está garantizado, siempre y cuando
sepan incorporarse, sin mediatizar su participación a los intereses partidistas o extranjeros,
a un proyecto nacional de desarrollo 130 . Pero, dentro de este amplio espectro, podemos
considerar que el desarrollo del campo de la ONG es aún incipiente en nuestro país 131 si lo
comparamos con las experiencias que han ten ido otros países latinoamericanos, aún con
menos tradición de participación popular y con sociedades civiles menos estructuradas 132 ,
al menos a los ojos de la teoría de la democracia participativa.

4.2.3.- Nacionalización De Las Agendas Internacionales: En páginas anteriores ya habíamos


sugerido la idea que la contemporaneidad, como hecho notorio, ha traído como
consecuencia que las agendas internacionales 133 de los Estados se vean agolpadas por
temas diversos que incluyen asuntos como los ambientales; los derechos de la mujer, los
homosexuales y las lesbianas; los derechos indígenas; el narcotráfico; el comercio
internacional; seguridad humana y alimentaria; el terrorismo; entre otros. Sin embargo, si
bien esto es un elemento definitorio sobre este particular, podríamos decir en un segundo
plano que, a parte que estos asuntos han aparecido en los últimos 50 años, existe una
tendencia de algunos gobiernos, como el de Venezuela, por nacionalizar las agendas
internacionales 134 , es decir, que se vuelvan una vez más un objeto completo, no parcial,
de interés nacional.

Hoy en día, el Estado venezolano esta considerando seriamente dos iniciativas políticas con
respecto a las ONG a través de la Asamblea Nacional. La primera, es que toda ONG que
pretenda trabajar en el país sea aprobada por la Asamblea Nacional, y la segunda, es que
se cree un mecanismo de supervigilancia del financiamiento externo de las ONG en
Venezuela (CFR.- BERTONI: 2005). 131 Para ver algo sobre la historia de las ONG en
Venezuela se recomienda ver: (LÓPEZ C.: 2004). 132 Ver el caso de las ONG en el Perú.
133 Conjunto estructur ado de pasos y etapas que se establecen entre los Estados y otros
actores internacionales para asumir una postura en algún tema de la escena internacional y
en cuya creación participan diversos actores (oficiales y no) de manera concertada. 134 La
idea de “nacionalización de las agendas internacionales” supone que ahora los Estados por
primera vez tendrán una verdadera agenda nacional; sin embargo, el término a nuestro
juicio debería ser “renacionalización de las agendas internacionales”, por cuanto es más
preciso en el sentido que sugiere la reconquista de un privilegio que perdieron los Estados a
mediados del siglo XX conforme se acentuaba las formas de imperialismo político en el
mundo.

130

191 La diversidad de temas tratados por la comunidad internacional ha sido la causa del
problema. El carácter multifacético de las agendas internacionales ha facilitado una lucha
entre los Estados por tratar de imponer en las agendas de los organismos políticos
internacionales como la ONU y la OEA los temas que son más pertinentes para sus
intereses nacionales. Dicha lucha, que no es nueva, describe el enfrentamiento entre el
poder hegemónico de las potencias mundiales y los países más débiles, quienes desean
una verdadera equidad internacional en el análisis de los problemas.

“…el problema de la distribución del poder continúa siendo fundamental. Por un lado, los
regímenes internacionales son estrategias de coordinación intergubernamental que
distribuyen poder desde y hacia los estados. Y por el otro, los regímenes internacionales no
regulan todas las dimensiones, ni todas las regiones geográficas de la política internacional,
especialmente en las cuestiones relacionadas con el empleo de la fuerza. El poder duro
continúa siendo así la forma de poder primaria y última sobre la cual se continúa ordenando
el sistema internacional” (ROBLEDO: 2001). Los Estados más poderosos no dejan de lado
su declarada voluntad por dar prioridad a puntos temáticos vitales para sus intereses y al
hacerlo, imponen sobre el resto de países su particular manera de ver el mundo, aunque
hay algunos que se inhiben (CFR.- TUSSIE, Diana: 2003). Los Estados más poderosos se
aprovechan de su condición ventajosa y hacen alusión al “efecto convoy” para lograr su
cometido. Ese efecto indica que los avances en las materias que las potencias proponen
son superiores a cualquier propuesta hecha por otro país y así debe asumirla, inclusive, el
país más reacio (CFR.- BOTTO: 2003, 2). Las presiones diplomáticas alcanzan tal algidez
que si algún país del mundo considera en el seno de una organización política internacional,
por ejemplo, que su problema fronterizo o de lucha contra la pobreza es más importante que
las discusiones que tratan de combatir el terrorismo por parte de EUA, seguramente su
posición será criticada por los miembros asociados de la organización y, en especial, por los
aliados de esa potencia, lo cual no traería represalias, pero si una pérdida de influencia en la
escena de las alianzas, lo que ya es mucho. Lógicamente, este país deberá seguir las reglas
del juego y esperar porque los poderosos resuelvan los

192 temas más prioritarios para la organización o para EUA, como es el caso. Asimismo,
ese país “débil” tendrá que participar y firmar en declaraciones cuyos intereses no se
asemejan a los propios, a fin de lograr discutir posteriormente su tema de pobreza o
fronterizo con éxito.

Esta dinámica política, tampoco no es nueva, pero si lo es cuando un país adopta y acepta
actuar sobre temas internacionales que no son propios a sus intereses soberanos. Los
países en desventaja 135 , exigidos por el ambiente internacional, incluyen en sus agendas
internacionales temas no importantes para ellos y se ven compelidos en defenderlos para
lograr una posterior aceptación o beneficio entre los países de una determinada región.

Esto se ha visto más después del 11 de septiembre de 2001. Desde esa fecha la agenda
internacional ha quedado irrevocablemente marcada por los temas del terrorismo 136 , la
posesión de armas de destrucción masiva por parte de Estados o grupos al margen de la
legalidad internacional y la acción preventiva sostenida (como legítima) por quienes hoy
encabezan la coalición de países que se han internado en la Mesopotamia del Tigris y del
Eufrates (CFR.- ROMERO: 2003). Atrás quedó la tendencia de las agendas internacionales
que abanderaban la dimensión social como máxima prioridad y se adentró a un mundo que
olvida temas más importantes:

135

Según Mercedes Botto pueden ser muchos los factores que pueden contribuir a explicar la
decisión “de los gobiernos de internalizar una agenda externa” (BOTTO: 2003, 3). 136
François Heisbourg afirmó: “El 11 de septiembre ha marcado una doble ruptura. Por una
parte el paso al hiperterrorismo, vale decir, la conjunción de la destrucción en masa, posible
gracias a las tecnologías actuales, y la naturaleza apocalíptica de los organizadores de
éstas, y por la otra, el fin brutal de la Posguerra Fría” (HEISBOURG: 2002). En cambio J.
Nye, sostiene que el terrorismo: “No tiene nada que ver con el terrorismo de los años 70, del
IRA, ETA o las Brigadas Rojas. No una sino muchas sociedades son vulnerables a él” (NYE,
Joseph S.: 2003). Recuérdese que a mediados del siglo XX las organizaciones de ese
carácter solían tener objetivos políticos en cierta forma tangibles, vale decir, relativamente
bien definidos, a los que la destrucción masiva podría hacer un flaco servicio. Entonces
muchos de éstos recibían apoyo de determinados gobiernos y éstos, encubiertamente los
controlaban (CFR.- MORALES LAMA: 2005).

193 “Así, la agenda internacional ha presenciado el auge de las medidas aplicadas en


diferentes magnitudes por los países para contrarrestar la amenaza terrorista. Ello, aunque
entendible, se produce a costa de la atención a diversos temas que son también
importantes. El sacrificio de determinados tópicos de la agenda internacional –por ejemplo
los que tienen que ver con la llamada seguridad humana- a favor del combate al terrorismo –
i. e. para fortalecer la seguridad del Estado- entraña riesgos. El que el financiamiento al
desarrollo reciba menos atención que el combate al financiamiento del terrorismo; el que el
principal compromiso del Grupo de los Ocho sea hacer frente a la amenaza terrorista; el que
la declaración más importante emitida en ocasión del encuentro que en la ciudad de Los
Cabos sostuvieron las 21 economías que pertenecen al Foro de Cooperación Económica
Asia-Pacífico (APEC) haya sido en torno a cooperar en la cruzada contra el terrorismo, dan
cuenta de lo difícil que resulta abordar otros temas, incluso aquellos que, como en el caso
de la ONU y del APEC son -propios de sus agendas-, por ejemplo, el impulso al desarrollo
de los países, la lucha contra la pobreza, la facilitación del comercio, etcétera” (ROSAS
2003). Ahora bien, la nacionalización de la agenda internacional recrea otros riesgos
diferentes a perder aliados. La agenda internacional se complica conforme avanza el tiempo
y los instrumentos tradicionales de análisis y acción ya no son tan eficaces como antes, lo
que crea un intrincado proceder y creciente burocratización de las relaciones entre los
Estados y las organizaciones internacionales (CFR.- SANINT: 2006). Las causas pueden
hallarse en diversas propuestas, pero, irreductiblemente la característica principal es el
aceleramiento en los cambios y los códigos de conducta que ocurren a nivel mundial, lo
cual, exige a los ojos de Álvaro Gabriel Zopatti, un cambio en el modo de pensar la realidad:

“Justo o injusto, el mundo de hoy es uno. Las relaciones que en él se desenvuelven lo hacen
mediante una lógica determinada, altamente competitiva por cierto. Es preciso para cada
estado estar lo más adaptado posible a los nuevos desafíos y a los cambios que se suceden
en las relaciones internacionales, así como también dilucidar como son las relaciones entre
los grupos de poder de cada uno. Por ello, es preciso ampliar el campo visual del
pensamiento e imaginar alternativas fuera de los parámetros convencionales que en los que
sólo s e encuentran opciones políticas. Así el desafío mayor es un cambio en el modo de
pensar la realidad, lo que generará respuestas al menos nuevas a estos fenómenos
mundiales, cuya característica principal es el aceleramiento en los cambios y en los códigos
de conducta. Al mismo tiempo los temas prioritarios de las agendas se multiplican en
número y en complejidad, lo cual exige

194 una preparación cada vez más profesionalizada de la labor política y planificadora”
(ZOPATTI: 2005). Entonces, ¿cómo nacionalizar una agenda si el debate en torno a la
llamada seguridad hemisférica es de la mayor importancia en un ambiente internacional
crecientemente belicoso y en el que la lucha contra el terrorismo ha sido elevada, gracias a
la resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad de la ONU, a la categoría de “principal”
prioridad para la seguridad internacional? ¿Acaso hay que darle la espalda a la ONU y la
OEA en el caso de Venezuela? ¿Acaso los problemas de desigualdad y pobreza de
Venezuela deben quedar en segundo plano bajo los intereses de EUA y las organizaciones
internacionales que funcionan en ocasiones como mismos misterios nacionales de ese
país? ¿Acaso Venezuela es el único país con este modo de pensar la realidad? En ese
sentido, Venezuela a través de su MRE ha reaccionado acercándose a nuevos aliados y
concentrándose en su propia agenda internacional, actitud casi en contra de la inercia
mundial.

La cancillería ha “impulsado esfuerzos que permitan alcanzar el fortalecimiento de la


soberanía nacional, tanto en el ámbito bilateral como multilateral, mediante la
implementación y el seguimiento de políticas que permitan garantizar el bienestar del pueblo
venezolano con base en un modelo de desarrollo endógeno, mediante la búsqueda de
nuevos aliados internacionales y de ese modo, contribuir al crecimiento económico.
Mantenemos como foco central al ser humano y los principios de justicia social, paz, y
desarrollo; dentro de una óptica de multipolaridad” (MRE: 2005-c). En ese sentido, la
posición de la cancillería esta enmarcada dentro del Plan Operativo Anual Nacional 2001 –
2007, allí se enuncia las cinco directrices hacia donde va encaminada Venezuela en el plano
internacional y detalla las bases hacia una agenda nacionalizada de la nación que sólo
busca “fortalecer la soberanía nacional y promover un mundo multipolar”:
195 “1) Impulsar una intensa cooperación energética mundial, en la defensa de los precios
del petróleo. 2) Impulsar la participación venezolana en el diálogo político mundial. 3)
Impulsar el desarrollo de nuestras fronteras. 4) Conformación y articulación de los sistemas
y redes de cooperación. 5) Difusión, expansión y desarrollo de tecnologías de información”
(POAN: 2001). Con estas acciones el MRE responde a las asimetrías y la parcialidad de las
agendas internacionales, las cuales evitan hablar sobre temas de interés nacional como los
recursos para aliviar las “tensiones distributivas” generadas por la globalización tanto dentro
como entre las naciones. Hay, en suma, un abismo entre problemas globales y normas
políticas limitadas a esferas de acción nacionales y “cada vez más”, locales (CFR.-
FUENTES: 2006), por ello, es fácil comprender porque muchos estudiosos creen cono cer la
verdadera acción diplomática del presidente Hugo Chávez Frías:

“… la acción diplomática en su gestión ha intentado mostrar cómo un actor internacional de


pequeño porte sería capaz de tener una política externa relativamente autónoma. Es este
último objetivo la principal fuente de conflictos entre la administración de Chávez y
Washington en los planos de las relaciones bilaterales y multilaterales” (DUARTE VILLA:
2004, 28-29). Hasta antes del 2001, la agenda internacional se definía entorno a la
Declaración del Milenio de Naciones Unidas, a través de los siguientes objetivos: 1) La paz,
la seguridad y el desarme; 2) El desarrollo y la erradicación de la pobreza; 3) Protección de
nuestro entorno común; 4) Derechos humanos, democracia y buen gobierno; 5) Atención a
las necesidades especiales de África; 6) Fortalecimiento de las Naciones Unidas; 7)
Protección de las personas vulnerables; 8) El combate al VIH-SIDA; 9) Libre comercio; 10)
Integración económica; 11) el crimen organizado; 12) la energía; 13) el terrorismo; y 11) La
migración. Pero luego, EUA sube al primer plano temas relacionados con la seguridad 137 :

137

Antes de 1999, el debate sobre las agendas internacionales se centraba en la masificación


de los temas que la componían. Ver: HERNÁNDEZ: 1997.

196 “El uso de la fuerza militar del Gobierno norteamericano en contra del terrorismo
internacional vulnera la seguridad de los estados y crea una nueva agenda de seguridad
que podría incidir en las soberanías nacionales, sobre todo latinoamericanas, por la
imposición de fuerzas externas, mediante la violencia o la amenaza, con el objetivo de
mantener su hegemonía”. Esa imposición de EUA ha desviado la atención de temas como,
por ejemplo, el petróleo. Incluso, en el 2002 los precios internacionales del petróleo
rompieron los máximos históricos debido a una mayor demanda y el temor de que no
existan suficientes reservas para cubrirla. Sobre todo después de las intervenciones en
Afganistán e Irak, donde se dañaron importantes oleoductos. Y a pesar de que éste ya era
un tema de la agenda internacional, su combate acentuado no fue considerado como grave
problema a la seguridad nacional de algunos países.

“La prioridad para los Estados, a partir de la política Bush, fue responder a nuevos retos que
garantizaran la seguridad nacional y regional. Intercambio abierto de información, la
cooperación de grupos policiales y la detección de redes de dinero supuestamente ligados al
terrorismo” (SUBDERE: 2005). Estas circunstancias hicieron que las relaciones de Europa y
América Latina, se tornaran tensas por la serie de cambios en las prioridades de la agenda
internacional, porque se restaba importancia a temas como la financiación al desarrollo o los
procesos de asociación económica y la seguridad 138 , y favorecía en su lugar, esquemas
relacionados a la construcción de una agenda social, es decir,

“… Gobernar y planificar la política social exige, conformar agendas que tengan como
referencia un modelo de gobierno descentralizado, participativo y orientado a resultados,
entendidos estos últimos como incrementos sustantivos en el acceso y disfrute de los
derechos constitucionalmente establecidos. Es en este contexto donde la Agenda Socia l
adquiere, además de su significado como instrumento de gobierno y de planificación, el
carácter de espacio para la articulación de compromisos, esfuerzos y
138

“No encontraremos hoy un líder en el hemisferio que no incluya dentro de su agenda de


política exterior, la consecución de la integración con sus vecinos como un deber y una
búsqueda permanente. Pero dentro de esta perspectiva coincidente, encontraremos puntos
de vista variados, que en su conjunto nos sitúan por lo menos en tres o cuatro puntos de
vista” (HERNÁNDEZ: 1997).

197 voluntades entre actores distintos; es decir el espacio donde se escenifican procesos
participativos de gobierno y planificación. (…) La Agenda Social es el producto, en constante
revisión, de un proceso de reflexión entre diversos actores y sujetos sociales
(gubernamentales y no gubernamentales) que sistematiza un conjunto de prioridades
compartidas de gestión, definidas en términos de propósitos (objetivos) y medios (políticas),
que expresan la intención colectiva de enfrentar problemas o satisfacer necesidades
sociales asimiladas a derechos, en un espacio social determinado. Las agendas sociales
son agendas de gobierno (…) son agendas políticas (…) son agendas transectoriales (…)
son agendas interorganizacionales (…) sistematizan objetivos asociados con el acceso o
disfrute de los derechos sociales” (CARUCCI T: 2005, 39). Para Venezuela no es justificable
que la agenda internacional se reduzca sólo a tratar prácticamente al terrorismo y,
recientemente, ha abogado por una agenda internacional más social, o mejor, una agenda
social para el mundo. En el transcurso del año 2003, la posición asumida por Venezuela en
los diversos foros internacionales, estuvo orientada hacia la promoción de la agenda social,
como elemento clave de nuestra política exterior, la cual ha venido colocando un acento
relevante en la búsqueda de la justicia social. Esto se vio reflejado tanto a nivel subregional,
durante la XIV Cumbre Presidencial Andina, como a nivel hemisférico, en el marco de la
Reunión de Alto Nivel sobre Pobreza, Equidad y Exclusión Social realizada en Margarita en
Octubre del pasado año 2003 para citar dos ejemplos recientes. En ambos casos el tema
fue propuesto por Venezuela como señal de compromiso en esta materia.

Finalmente, este nuevo enfoque destaca la necesidad de asumir los acuerdos de integración
como un instrumento del desarrollo, que debe otorgar máxima prioridad a los temas
sociales, específicamente en lo que se refiere a la superación de la pobreza y la exclusión
social.

198 4.2.4.- Reconquistando La Soberanía Pérdida: Para 1999 era evidente que si se
deseaba hacer un profundo proceso de cambios en el país, el sistema político venezolano
no podía darse el lujo de ceder ante la vertiginosa ola mundial de la globalización que había
arrebatado a los países parte de su soberanía ¿Pero cómo hacer? ¿Cómo negar la
creciente pérdida del poder estatal a nivel internacional y los cuestionamientos internos que
sufren los Estados lo que hace aparecer nuevas formas de definición de soberanía que nos
llevan a pensar que ésta no es un atributo absoluto, sino que por el contrario se ha
transformado en un atributo relativo que puede ser alcanzado en diferentes di mensiones?
¿Acaso Venezuela debía desconocer las obligaciones que se habían adquirido durante la IV
república 139 ? La situación era compleja, había que reconquistar la soberanía pérdida. Sin
embargo, al menos, en unos grupos políticos 140 se tenía la suposición que para hacer algo
al respecto, primero había que establecer qué tanta soberanía aún tenía Venezuela, es
decir, determinar qué era lo que se había heredado, lo quedaba de la noción jurídica, política
y operativa de la soberanía venezolana (CFR.- TOKATLIAN: 2002); por que había que
“recuperar la soberanía sobre nuestros asuntos. De lo contrario, nuestros países dejaran de
ser tales, transformándose en masas pobres, sin Estado ni sociedad” (ROJAS
HERNÁNDEZ: 2002, 221).

Por ejemplo, varios voceros del MRE se oponen a que Venezuela suscriba o ratifique ciertos
tratados internacionales puestos hoy en la palestra, y cuestionan algunos que ya fueron
ratificados. No obstante, han existido mayores iniciativas para que Venezuela no cumpla con
las obligaciones vinculadas al pago de la Deuda Externa. Vale mencionar que el diputado
Elías Mata propuso un plan de auditoria en marzo de 2005, con motivo de la visita de José
Luís Zapatero, para analizar la “legalidad” de la deuda externa venezolana en base a un
exhaustivo estudio de los compromisos adquiridos durante el sistema político partidista que
acabó con la llegada de la constitución de 1999 (…) “Al ser consultado sobre cuál sería el
procedimiento que se llevaría a cabo para realizar una investigación de este tipo, dijo que en
primer lugar hay que conformar una comisión multidisciplinaria que cuente con un equipo
técnico muy serio que analice, entre otras cosas, todos los papeles y documentos que
existen sobre la llamada deuda externa y que reposan en el Ministerio de Finanzas. Afirmó
que luego de este análisis y de haber obtenido los primeros resultados y estimaciones, se
debe establecer un puente de comunicación y renegociación con todos aquellos bancos y
organismos internacionales con los que se contrajeron compromisos económicos (…)
(DEPARTAMENTO DE PRENSA DE LA VICEPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA: 2005). 140 Las intervenciones de los constituyentes en la
Asamblea Nacional Constituyente de 1999 dan una idea clara de vocación política de aquel
año. En especial, se puede mencionar las intervenciones de Hernán Escarrá, Blancanieve
Portocarrero, Luís Vallenilla, Gastón Parra, entre muchos otros.

139

199 En primer lugar, se sabía que la capacidad soberana de Venezuela en su noción


jurídica todavía estaba intacta. Esta noción era entendida como el derecho que adquirió el
Estado de ser reconocido como tal por parte de la sociedad internacional, lo cual lo hacía
detentar la capacidad de controlar su territorio donde él es el garante de la seguridad y lo
facultaba para gozar de los mismos derechos y atribuciones que el resto de los demás
Estados y ser sujeto de derecho internacional (CFR.- ROJO: 2002). En segundo lugar, en
cuanto a la noción política, que hace referencia a su capacidad para garantizar bienestar
mínimo a sus habitantes en términos de calidad de vida, condiciones de desarrollo y
participación política, más allá de la seguridad militar, se sabía que estaba muy
comprometida (CFR.- ROJO: 2002). Y del mismo modo, ya en tercer lugar, la noción
operativa, que se refiere a la capacidad para poder guiar y coordinar transacciones
económicas que son utilizadas para lograr un mayor grado de desarrollo en términos
económicos, no estaba comprometida, mucho peor, estaba hipotecada (CFR.- CHÁVEZ:
2006).

La noción política y la operativa de la soberanía venezolana estaban muy debilitadas. En


comparación con el sistema internacional, Venezuela ocupaba una posición desfavorable
como recuerdo del esquema de democracia representativa que reinó en el país por más de
treinta años. Afuera, los Estados más poderosos 141 (que detentan las tres nociones de
soberanía), eran seguidos en la escala por los países 142 que tenían limitada su soberanía
operativa por las preferencias y poder de otros Estados con mayores márgenes de maniobra
a nivel internacional. Más atrás venía Venezuela entre el resto de países soberanos en
términos jurídicos, pero que no tenían las capacidades suficientes como para garantizar el
bienestar y la seguridad de sus ciudadanos; como tampoco la suficiente capacidad de
transacción y negociación internacional para imponer sus preferencias tanto frente a otros
Estados como ante los sectores económicos privados que operan en el ámbito global.

141 142

Estados Unidos de América, los países que integran la Unión Europea y China, por ejemplo.
Canadá, Alemania, Japón e India, por ejemplo.

200 Y si bien la situación no era grata, comenzó a declinar al hacerse evidente e irrefutable
que Venezuela basaba su soberanía jurídica (la cual era compartida con el sis tema jurídico
internacional y con coherencia interna gracias a los tratados firmados) en principios que
podían restringir su capacidad de maniobra política, social y económica tanto a nivel interno
como externo, pese a que brindaba un marco estable y de previsibilidad para las inversiones
y, además, que garantiza de forma unívoca la interpretación de las reglas, los valores
democráticos, la defensa a los derechos humanos, entre otros 143 . El país estaba
enrumbado a profundizar su condición de dependencia y subordinación política frente a
diversos actores nacionales y extranjeros, pero las acciones para cambiar esta circunstancia
no se hicieron esperar. Sino entonces ¿cómo explicar la Sentencia 1942 de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia del 15 de Julio de 2003? o ¿la reticencia de
Venezuela a firmar la Carta Democrática de Québec en el 2001? y ¿su oposición al Área de
Libre Comercio de la América (ALCA) y su respuesta izquierdista de consolidar el Alternativa
Bolivariana de la América (ALBA)?

La sentencia del TSJ, en un contexto politológico, fue el primer mensaje oficial al mundo que
Venezuela estaba decidida a retomar su soberanía, o al menos, su soberanía jurídica: “1) El
fallo sostiene que por encima del Tribunal Supremo de Justicia Venezolano, y a los efectos
del Derecho Interno, no hay ningún Tribunal supranacional, transnacional o internacional. En
consecuencia, no se ejecutan en Venezuela sentencias de esos Tribunales que contraríen la
Constitución venezolana, siendo solamente en materia de integración latinoamericana y
caribeña (artículo 153 Constitucional) donde pueden transferirse competencias de los
Tribunales Venezolanos a los órganos supranacionales. 2) Que carece de aplicación en el
país cualquier decisión de órganos jurisdiccionales supranacionales, transnacionales o
internacionales que violen la Constitución, o que no hayan agotado el trámite del derecho
interno, en Venezuela.

143

Para Angelos Pagkratis éstas son las características que determinan la confianza de la
Unión Europea cuando se trata de cómo los países sudamericanos integran sus sistemas
jurídicos nacionales con los internacionales (Ver.PAGKRATIS: 2005).

201 3) Que las recomendaciones de los organismos internacionales, en particular la


Comisión Interamericana de Derechos Humanos, tienen un carácter diferente a las
sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y no son de obligatorio
cumplimiento, siendo -como lo dice la propia palabra- recomendaciones, no vinculantes”
(TSJ: 2003). Para algunos, la sentencia contiene argumentos que constituyen un desacato a
la doctrina de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos y a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos de San José de Costa Rica del 22 de noviembre de 1969, ratificada por
Venezuela conforme a la Ley Aprobatoria publicada en la Gaceta Oficial N° 31.256 del 14 de
junio de 1977 (CFR.- AYALA CORAO: 2003) 144 . Sin embargo, dicha decisión contrarresta
el temor por la injerencia internacional y deja la puerta abierta para que Venezuela reafirme
su soberanía jurídica ahora con la autoridad para desconocer las decisiones de tribunales y
organismos intern acionales salvo que la Constitución y la Ley así lo señalen 145 . Esta
decisión en ningún momento creó un incidente internacional, pero en contexto dio mayor
desarrollo a la básica intención del gobierno en el plano exterior desde 1999, que según
Carlos Escarrá: “…es recuperar la soberanía perdida de la Nación que se había perdido a
través de un proceso de entrega del país (…) y ahora se busca recuperar esos tributos para
el bienestar de la población” (ESCARRÁ: 2006).

Por otro lado, en la Cumbre de las Américas de la OEA, realizada en Québec en el año
2001, Venezuela fue el único país americano en poner “Reserva” a la Carta Democrática
Interamericana. La reserva se hizo en razón de lo que la declaración “no decía”, por cuanto
en el párrafo que afirma el compromiso y que adopta un Plan de

144

Según Judith Useche “Es inaceptable que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, sostenga que es esta Sala quien determina cual norma sobre derechos humanos
de los tratados, pactos y convenios suscritos por la República, prevalecen en el orden
interno; (…) interpretando que los Estados-partes del Tratado al consultar a organismos
internacionales acerca de la interpretación de los derechos referidos en la Convención o
Pacto se estaría ante una forma de enmienda constitucional, trasladando dicha competencia
a entes multinacionales o transnacionales”. (USECHE: 2003). 145 Vale mencionar que el
gobierno venezolano busca recuperar la soberanía energética, alimentaria, petrolera,
monetaria, militar, etc. “… nosotros hemos llegado para recuperar la soberanía y estamos
con un plan en marcha” (CHÁVEZ: 2005).

202 Acción para fortalecer la democracia representativa en todo el continente, no se incluyó


el calificativo de “Democracia Participativa” 146 , el cual prevé la Constitución Bolivariana
(CFR.- RIVERO LOZADA: 2001) 147 .

“Las divergencias de perspectivas entre el gobierno venezolano y la OEA habían aparecido


por primera vez ante el derrocamiento del presidente ecuatoriano Jamil Mahuad, cuando el
gobierno de Hugo Chávez estrenó su concepción de democracia en un comunicado emitido
por la cancillería el 21 de enero del 2.000, en el cual dio su respaldo ; declaración que
contrasta con el tradicional rechazo de los gobiernos democráticos venezolanos frente a
cualquier intento de vulnerar el orden constitucional, así como con el respaldo al Gobierno
Constitucional de la república de Ecuador y el apoyo a los esfuerzos del nuevo presidente
Gustavo Noboa Bejarano por la estabilidad democrática de su país, en una interpretación
arbitraria de la normativa otorgado en la reunión extraordinaria del Consejo Permanente de
la OEA efectuada el 26 de enero del año 2000” (CFR.- GAMUS: 2003, 5-6). A partir de ese
momento, el MRE ha procurado dejar en claro el sistema político que tiene Venezuela y así
lo ha hecho en las posteriores reuniones de la OEA, aunque para algunos esto no tenga
mayor importancia (CFR.- HERRAN ROSEMBERG: 2006, 12). Sin embargo, el objetivo de
la diplomacia venezolana era evitar que,

“… en perspectiva, el propio principio de la democracia representativa se institucionalizase


en el subsistema diplomático de la OEA como un instrumento neointervencionista en los
asuntos internos del Estado venezolano o de otros estados – posibilidad que ya se había
presentado en el caso de las elecciones peruanas de 2000, cuando después de la primera
vuelta que daba ganador a Alberto Fujimori por algún margen sobre la oposición, EUA
presionó a los gobiernos de la región para que el proceso electoral fuese considerado
ilegítimo. Como reconoce un observador:

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