La Diplomacia Venezolana Tesis de Maestria
La Diplomacia Venezolana Tesis de Maestria
La Diplomacia Venezolana Tesis de Maestria
DEDICATORIA
Equinovarus, a ellos…
AGRADECIMIENTOS
A mi señora golda madre, Nellys Yolanda Torrealba, por su indulgente paciencia ¡Gracias!
Sin duda, a Nelson Manuel Alfonso Torrealba, mi hermano, por todo, sencillamente, por
todo… gracias... A mis hermanos: Marcos, Carlos y Edgar por su apoyo y esfuerzo
económico para ayudarme a solventar mis estudios. Al Embajador Demetrio Boersner (mi
tutor y profesor) por haberme ofrecido su preclara comprensión del Nuevo Orden
Internacional y su invalorable juicio en cada una de las páginas de esta investigación. Al
Embajador Manuel Morales Lama, por haberme ofrecido puntuales e invalorables
omentarios y fuentes de información a pesar de su ajustada agenda de trabajo. Al
Embajador Leandro Area, por hacerme ver que mi investigación no era en nada algo
temeraria, sino al contrario, algo necesario. Sin duda, a María Teresa Miozzy (mi tutora
sentimental) por haberme ofrecido sus experiencias como diplomático y haberme transmitido
su propio interés por los temas concernientes a la diplomacia. Sin duda, a Ricardo Rausseu
y a Miguel Abrams (distinguidos colegas) por haberme ofrecido sus incisivos y precisos
comentarios durante todo el proceso de investigación. Sin duda, a Gabriel Sánchez
(distinguido colega) por su apoyo técnico, el cual, siempre fue excepcionalmente oportuno.
Sin duda, a Benjí, mi Coromoto Gómez Cárdenas, por darme una oportunidad. Y a ellas,
Mariela González, Fabiola Hernández, Nora Montiel, Irimar Parada, Marlene Da Vargen,
Tariana Salazar y a Daniela Méndez, quienes tuvieron la suntuosa paciencia de oírme
hablar sobre estos temas. Y al Sr. Hugo R. Chávez F., por su novedosa manera de ver las
cosas…
RESUMEN
152 162 166 169 169 169 174 178 180 183 183 186 190 198 207 213 217 218 222 224 226
LISTA DE FIGURAS
9
INTRODUCCIÓN
10
Es decir, cuando los agentes diplomáticos del MRE reinventaron su papel como
funcionarios, se hicieron partícipes de un conjunto de prácticas que compaginaban en
algunos aspectos con la línea de pensamiento mundial que sugería que las tradicionales
formas de interacción diplomática estaban cambiando y que los parámetros que sustentaban
la teoría general de la diplomacia parecían quedar rezagados ante la avasallante
modernidad y sus componentes. Si esto era así, entonces era preciso analizar las nuevas
conductas diplomáticas del MRE desde otra óptica teórica para explicar, en profundidad,
cuáles eran las verdaderas incidencias de la nueva voluntad de gobierno que nació con la
llegada del Presidente Hugo R. Chávez F. en la política exterior venezolana.
11
En la presente investigación trataremos de ahondar sobre este tema, pero para lograr ese
objetivo utilizaremos la propuesta del enfoque de la neodiplomacia, el cual, es una fórmula
teórica que da continuidad a la teoría diplomática y la colma de un conjunto de elementos
que la hacen más flexible al estudio de los cambios de las conductas diplomáticas
propiciadas por el MRE y, que a la vez, nos da parámetros de referencia para establecer con
especificidad qué tan neodiplomáticas son estas conductas. Asimismo, para lograr ese
cometido la investigación se dividió en una serie de pasos que presentaremos a manera de
capítulos y cuidando siempre de no desviar la base subyacente de la investigación de las
reflexiones propias de la politología, en el sentido que esta rama del conocimiento nos
muestra un a mayor aproximación a la transmisión autoritativa de valores dentro y en
relación con las instituciones y el sistema político y mundial de un país. Así, en primer lugar,
nos referiremos al planteamiento coherente del problema. En segundo lugar, precisaremos
el marco teórico haciendo énfasis en los elementos que ayudarán a comprender las
dimensiones en que el MRE debe actuar. Allí, analizaremos las características del nuevo
orden internacional y haremos un repaso por las concepciones teóricas de la diplomacia y
los tipos de modalidades de interacción diplomática que son propias de nuestra época. Sin
contar que presentaremos la discusión sobre la crisis de la teoría general de la diplomacia y
la llegada del enfoque neodiplomático. En tercer lugar, mencionaremos las indicaciones
metodológicas que utilizamos para asumir el manejo de la investigación. En cuarto lugar,
mencionaremos las actividades en que el MRE se aleja de la teoría general de la diplomacia
y se adentra a los principios neodiplomáticos, no sin antes armar una discusión científica de
cómo se modificaron el plano político y el institucional en estos cinco años en el MRE.
Finalmente, daremos nuestras conclusiones y recomendaciones.
12
En pocas ocasiones se ha hecho necesidad que los postulados de una teoría deban ser
redefinidos o potenciados para evitar que ésta se erosione y, consecuentemente, se vuelva
inoperante para dar explicaciones fidedignas acerca de su objeto de estudio. Esta actividad,
la cual es netamente un proceso académico de reflexión, quizás, encuentra su origen en un
interés subjetivo difícil de precisar por parte de los estudiosos o cuando se sospecha que
una teoría tiene sus días contados, no obstante, dichos esfuerzos, al ser encaminados en
las sendas de la epistemología, dejan honda huella y aunque a veces no cumplan sino con
el objetivo de extender más aún la agonía de la teoría, dejan evidencias valiosas del cómo
era conformado el pensamiento en una determinada época y, más aún, nos presentan
axiomas que indudablemente nos indican que ese camino teórico ya fue recorrido. Resulta
interesante mencionar que si bien las teorías vienen y van, superándose unas a otras, como
lo ha demostrado la historia, no influyen en el quid del objeto del análisis. Los objetos
analizados, en las ciencias sociales, cambian en forma, pero en fondo poseen una serie de
características inmanentes que los hacen distintivos a la compresión. Por ello, comprender
un hecho social no es tarea fácil, pues su mutabilidad exige un mayor esfuerzo de
introspección, cavilación y definición. Por ejemplo, recordamos los esfuerzos de la escuela
teórica neomarxista, a mediados del siglo XX, por tratar de dar un mayor sustento a las
precarias bases del marxismo. Sus esfuerzos dieron un mayor realce al marxismo, sin
embargo, su aplicabi lidad hoy en día ya luce pobre, al menos para explicar ciertos hechos,
los cuales, para su mayor padecimiento, eran otrora bastiones conquistados. No obstante,
sus postulados filosóficos son valiosos, tal cual, como cuando una vez fueron presentados.
13
Las
escuelas
neofuncionalistas,
neorrealistas,
neoestructuralistas
el
En este orden de ideas, existe un espacio teórico que se encuentra, apa rentemente,
inmiscuido en una crisis de identidad. Nos referimos a la teoría general de la diplomacia. Las
razones que nos llevan a esta suposición surgen de la fractura existente entre la realidad
(objetivo) y lo que la teoría general de la diplomacia conjetura de esa realidad (subjetivo).
Así como una vez el marxismo fue insuficiente para dar explicaciones sobre el ámbito
internacional, el cual se comportaba de un modo que no fue prescrito por ninguna de las
presunciones primas de esta teoría; la teoría general de la diplomacia, como veremos,
también queda insuficiente para explicar ciertos hechos no burdos, sino, más bien, hechos
bien concretos e importantes que resultan dignos de recalcar.
14
Son todos los tratados o convenciones internacionales en donde los Estados firmantes han
establecid o normas entre ellos para organizar y formalizar sus actividades diplomáticas. Por
ejemplo, la Convención de Viena Sobre Relaciones Diplomáticas (1961), la Convención de
Viena Sobre Relaciones Consulares (1963) y la Convención de Viena Sobre el Derecho de
los Tratados (1969), son las fuentes convencionales más recientes, sin embargo, existen
otras convenciones que por igual se considera como fuente, como la de Convención Viena
de 1815. 2 Son todas las prácticas o costumbres diplomáticas y consulares realizadas a
través de la historia por parte de los Estados. 3 Cabe mencionar que sus máximos
representantes son Henry Kissinger, Harold Nicholson, Paul Sharp, Edmund Burke, Phillippe
Cahier, entre muchos otros y la configuran como una subdivisión de las relaciones exteriores
entre los Estados, que a su vez es una subdivisión de las teorías de las relaciones
internacionales.
16 el modelo más ordenado de todos: la globalización” (CFR.- SAMIR AMIN. En: MIRES:
1998). Pero sea de una u otra forma, el colapso del orden bipolar favoreció el escenario para
que nuevas tendencias sociales maduran en poco tiempo lo que no habían hecho en casi
treinta años de crecimiento. Además, después de la caída de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS) el escenario internacional de las naciones fue objeto de un
sinnúmero de estudios e investigaciones que trataron, en un primer momento, de dar una
explicación plausible sobre los procesos que llevaron al decaimiento de aquella fuerza
hegemónica de poder mundial de corte comunista, posteriormente, surgieron diversas
investigaciones que se enfocaban en cómo se d efinía el Nuevo Orden Internacional (NOI)
ahora con la presencia ponderada y aparentemente inagotable de Estados Unidos de
América (EUA), Inglaterra y demás países aliados, mayores exponentes de las doctrinas
capitalistas y democráticas. Los enfoques, teorías y las alusiones provenientes de estos
estudios académicos, lentamente, formaron un conjunto de serias reflexiones que harían
que el área de las Relaciones Internacionales, como campo de estudio, no fuera vista como
antes. Aquel bullir de investigaciones no sólo abrió el camino de la especulación académica
y política hacia esquemas desconocidos, sino que planteó a los Estados infinidades de
recomendaciones y la necesidad de asumir nuevos procedimientos, o mejor, pautas
diplomáticas entre las naciones para responder a los nuevos dogmas imperantes en
descrédito de aquellos más “anticuados” presentes en la Guerra Fría. Ante estas
insinuaciones, los Estados respondieron cautelosamente. Para la época el mundo
vislumbraba un panorama alentador, libre del control de las potencias, por ello, cada país
quería participar en la transformación internacional, pero a su manera. Es decir, lejos de lo
deseado, cada nación generó una percepción muy diferente de lo que significaba y era el
escenario mundial para el momento, por lo cual, rediseñaron sus estructuras, objetivos,
funciones y obligaciones diplomáticas en base a sus circunstancias (CFR.- RAIMUNDI:
2000).
17 Así cada país presentó al mundo su “Nueva Diplomacia” para afrontar los retos y
cambios y, a grosso modo, la gran cantidad de propuestas dejó bien en claro para los
estudiosos que sería difícil precisar, entonces, cuáles eran las características generales de
la Nueva Diplomacia Mundial. Además, las profundas diferencias históricas y culturales de
los Estados del mundo y sus diversas percepciones e intereses en el escenario internacional
hacían en este caso que el término Nueva Diplomacia Mundial resultara incompatible e
irrealista a principios de los años noventa, no obstante, con el paso del tiempo surgieron
algunas corrientes académicas que intentaron arrojar luces al respecto. En este sentido,
Andrew Gebert, llegó a mencionar que la Nueva Diplomacia Mundial se caracteriza por el
hecho que los representantes de la sociedad civil forman asociaciones con los gobiernos
sobre la base de un compromiso compartido (CFR.GEBERT: 2003). Igualmente, Daisaku
Ikeda concibió la Diplomacia Mundial como el trabajo mancomunado entre la sociedad civil y
los gobiernos, orientado a generar reformas fundamentales (CFR.- DAISAKU: 2000). Y
finalmente, en la misma línea de pensamiento, Carlos Raimundi, ve a la Nueva Diplomacia
cuando se coordinan los esfuerzos del sector público y del sector privado para optimizar las
relaciones económico-comerciales con países extranjeros y facilitar la inserción de las
empresas en los negocios internacionales (CFR.- RAIMUNDI: 2000).
“…se requieren cuadros cada vez más preparados que entiendan perfectamente no sólo el
tejido de las relaciones internacionales sino que conozcan bien las necesidades de su propio
país, las necesidades y peculiaridades de todas las regiones suyas” (IVANOV: 2003). Por
otro lado, Oscar Hernández, menciona que las causas no van más allá de la patente
complejidad que han adquirido las relaciones entre los estados:
“Hoy por hoy, las labores de los agentes diplomáticos han variado debido a las propias
complejidades de las relaciones entre los Estados. Tenemos en la agenda diplomática
moderna, tema s tan diversos como los problemas ambientales que sin duda están
íntimamente relacionados con la soberanía, así como el narcotráfico, los derechos de la
mujer, problemas específicos del comercio internacional y muchos otros. No hay un
acontecimiento en el planeta, por muy lejano que acontezca, que no repercuta en nuestras
áreas de acción e influencias” (HERNÁNDEZ: 1997). O según José Fierro, quien considera
que los cambios son consecuencia de la dinámica mundial:
19 etc.— no se le oponen sino que se ‘coaligan’ contra ‘el eje del mal’, es decir todo lo que
se le contraponga a la burguesía yanqui” (FIERRO: 2004). Y vale mencionar las palabras de
Dominique de Villepin, quien considera que las reestructuraciones tienen su origen en la
posición preponderante de los valores democráticos en la actualidad: “…Lo cierto es que la
diplomacia ha cambiado. Ahora es más creativa e imaginativa porque las condiciones son
más difíciles. Si comparamos la situación actual con la de hace una década, observamos
que hay crisis por todas partes. El mundo es distinto. No obstante, después de la caída del
Muro de Berlín y el derrumbamiento de la Unión Soviética, la mayoría de los Estados
abrazaron la democracia, emprendieron el camino hacia la democracia. Y eso ha permitido
que la comunidad inter nacional pueda estar más unida. Es una nueva oportunidad. Todos
perseguimos el mismo objetivo y todos somos conscientes de los grandes retos, del
terrorismo, de las armas y de las crisis” (VILLEPIN: 2003). Estas ideas nos acercan a la
convicción de que necesariamente los ministerios de relaciones exteriores de los diversos
Estados del mundo deben hacer cambios precisos para amoldarse a las nuevas exigencias
del NOI y Venezuela, en este sentido, no es la excepción al respecto.
Después 1999 el MRE ha sido objeto de reestructuraciones que han influido en los diversos
planos administrativos diplomáticos que lo componen. Dichas
reestructuraciones, pueden tener su razón de ser entre las ideas ofrecidas anteriormente,
pero la llegada de la Constitución bolivariana fue el verdadero punto de inflexión que
originaría el replanteamiento de todo el sistema político venezolano.
20 En 1999 ocurrió una de las más interesantes rupturas epistemológicas en la historia del
país 4 . Con motivo de la nueva constitución y la creación e instauración de un sistema
político de democracia participativa, el pueblo venezolano se adentró muy optimista por las
puertas al siglo XXI. Sin embargo, el reto de construir un nuevo país se concentró en un
primer momento en desmontar las bases del sistema político que había nacido en 1961 y
cuya estructura se basaba en el sistema de democracia representativa. Aquel ejercicio de
gobierno se caracterizaba por dejar en un segundo plano a la sociedad civil venezolana
concentrando de manera desmedida las decisiones políticas en un selecto grupo político.
Pero ahora, el replanteamiento d e la nación partía del principio de colocar al pueblo en un
primer plano y amoldar las instituciones venezolanas a ese fin. Ya para el año 2000 la tarea
había comenzado y entre las primeras acciones que haría la Asamblea Nacional para
encaminar al nuevo sistema político se hallaba la necesidad de redefinir el papel del MRE,
por cuanto que en dicho ministerio reposaba la representación oficial del país hacia el
exterior y no podía seguir negándose que el MRE respondía medianamente a la nueva
voluntad de gobierno expresada en la constitución, sea porque su estructura orgánica
respondía a la ya superada democracia representativa propia de la ley del MRE que para el
momento estaba vigente y que databa de 1961 o sea porque el gobierno venezolano supuso
la necesidad de proyectar adecuadamente la imagen internacional del país ante el
cambiante panorama mundial.
Así, ya para el año 2001 estaba siendo aprobada la nueva ley que reconstituiría el papel de
esta importante institución, pero como se vería después, dicha ley no sería suficiente para
labrar un verdadero cambio en el MRE. Hubo que esperar hasta enero de 2005 para la
reforma del reglamento interno. Con dicho reglamento, se trató de resolver el problema de la
naturaleza de la normativa interna anterior, porque no
Otra ruptura epistemológica interesante en la historia venezolana es el proceso de creación
de la Constitución de 1947. Dicha constitución introduce en su texto una serie de materias
nuevas: derecho social, economía nacional, familia, salud, educación y trabajo. De igual
forma, innovó virtualmente la base social y electoral del Poder, su orga nización, los
derechos individuales y las garantías. La materia social de incorporará así al derecho
político venezolano. Estableció el voto directo, universal y secreto para elegir al Presidente
de la República. Tuvo una vigencia muy corta y sus postulados quedaron prácticamente sin
efecto como consecuencia del golpe de estado que derrocó al gobierno al siguiente año de
su promulgación.
4
Inclusive, para dar cabida a este planteamiento, autores como James Der Deriam (CFR.-
DER DERIAN: 1992) (quien trabajó en un enfoque denominado Neo-diplomacy) e Ivo
Duchacek y Panayotis Soldatos (que por su parte desarrollaron un enfoque denominado
Paradiplomacia) (CFR.- KRÄMER), abrieron el debate revisionista de la diplomacia
analizando cómo a nivel mundial las iniciativas civiles organizadas y la tecnología se han
ido, poco a poco, acercando fructífera y convincentemente a los gobiernos y, de cómo éstos,
ahora con una anuencia innovadora que indicaba una subyacente voluntad política atípica,
en ciertos casos, accedían a responder las demandas civiles con profundas reestructuras en
sus instituciones, en especial, en aquellas de repercusión internacional.
Por esa razón, la realización de una investigación sobre estos asuntos en el MRE
ameritaría, a nuestro juicio, el uso de la propuesta de la Neodiplomacia porque potencia las
deficiencias de la teoría general de la diplomacia, dándole continuidad a sus postulados, con
diversos argumentos teóricos novedosos, entre los cuales, 1) se acepta la posibilidad de
comportamientos extraoficiales para el beneficio de las actividades diplomáticas habituales;
por igual, 2) maneja la posibilidad de que los intereses de los estados puedan no ser los
suyos propios sino los de una comunidad o bloque integrado al cual pertenezca; 3) concibe
las acciones de cyberpolitik y soft power en el accionar estatal a nivel internacional; 4)
reflexiona sobre la preparación de los agentes diplomáticos y los planos multifacéticos que
deben esgrimir; 5) reconoce las policéntricas y polifacéticas relaciones del escenario
mundial entre los Actores Tradicionales (Estados), las Organizaciones Internacionales
(públicas y privadas) y los Nuevos Actores Internacionales (Organizaciones No
Gubernamentales); 6) reflexiona la permeabilidad de las soberanías nacionales como un
hecho irrefutable; 7) no niega que el multilateralismo se ha impuesto como una opción
mundial hacia la paz sobre los esquemas bilaterales; 8) reconoce que en años recientes ha
existido un auge de nuevas obligaciones para los funcionarios diplomáticos que por un lado,
ha exigido que ahora
23 sean más preparados, especializados y proactivos, así como también, tengan bien en
cuenta los valores de apego a la institución y al país, junto con la necesidad de estar
concientes del trabajo en conjunto; 9) inserta las teorías de Seguridad Humana, Comercial,
Política, Cultural, Pública, Alimentaria y Financiera para comprender la vistosidad de los
nuevos intereses de los sujetos de derecho internacional; 10) considera el desarrollo de los
medios de comunicación, la tecnología y el conocimiento como elementos simplificadores de
las actividades diplomáticas convencionales; 11) acepta que la correlación de fuerzas entre
los actores internacionales son elementos clave para dirimir los temas internacionales; 12)
acepta que existen elementos de continuidad con la teoría general de la diplomacia,
especialmente, en el área consular; y finalmente, 13) acepta que existen elementos más allá
del control de la voluntad humana.
El uso de este enfoque permitiría explicar ese un conjunto de experiencias tan propias que
son el resultado no esperado del nuevo concepto de Estado venezolano bolivariano que
nació en 1999 y, que por demás, eran necesarias porque si no lo hubiese hecho el MRE,
seguramente, habría corrido el riesgo de ser disfuncional a los intereses de la nación y
desaparecer dando el paso a otra institución más especializada para cumplir con las
funciones encomendadas. Pero, entonces, cabe preguntarse ¿Cómo fue posible eso?
¿Acaso la teoría general de la diplomacia podría ser insuficiente para explicar esas
conductas diplomáticas en Venezuela que fueron el resultado de la conjunción de la llegada
de la Constitución de 1999 y las fuerzas imperantes provenientes del NOI? ¿Acaso se había
creado un tipo de diplomacia única a nivel mundial, tan singular en algunos aspectos como
para distinguirse asimismo en un nuevo plano teórico propio o partícipe de otro? ¿O acaso
Venezuela sin percatarse estaba en la cresta de la ola de una fuerza mundial o nacional que
inevitablemente apuntarían al replanteamiento del servicio diplomático? Dichas preguntas
son de difícil respuesta, sin embargo, en la presente investigación trataremos de abordarlas
a fondo.
La firma de los acuerdos de Malta (1989), suscritos por George Bush (EUA) y Mijail Go
rbachov (URSS), estableció el fin de la Guerra Fría 6 y, con ello, el término de las rivalidades
entre el Este y el Oeste y la inauguración de una nueva etapa en la dinámica internacional
(CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001). Esta nueva dinámica manifestó, desde un principio, un
optimismo que era compartido por la mayoría de los Estados del mundo quienes, confiados,
miraban como el ámbito internacional, poco a poco, quedaba libre de amenazas de guerras
nucleares entre dos superpotencias y abría caminos para iniciar una etapa basada en la
cooperación internacional y el entendimiento político (CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001).
Esta concatenación de sucesos atrajo la atención de las cátedras de relaciones
internacionales del mundo, entre otras, y casi inmediatamente, se inclinaron por componer
en precisos y sistemáticos conceptos los cambios que ocurrían. Inclusive, Andrés Rozental,
a este respecto, mencionó lo siguiente:
Para muchos la reunión de Malta marcó el fin de la guerra fría, pero para otros el fin del
conflicto tuvo lugar el 21 de noviembre de 1990 cuando los EUA y la URSS y otros 30
países participantes en la Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa
firmaron la Carta de París, un documento que tenía como principal finalidad regular las
relaciones internacionales tras el fin de la guerra fría. La Carta incluía un pacto de no
agresión entre la OTAN y el Pacto de Varsovia.
26 naciente globalismo, no globalidad 7 , tal cual como una vez se refirió Silvestre Mendes,
mientras por otro lado, los análisis economistas veían como el NOI favorecía el
multilateralismo económico: “donde las rivalidades militares e ideológicas del pasado serían
sustituidas por una competencia comercial y tecnológica” (MENDES: 1997, 45).
Con posteridad, a éstos elementos se sumaron otros más distintivos del NOI, lo que
consolidó la idea de que los soportes tradicionales del equilibrio internacional después de la
segunda guerra mundial, sin duda, habían cambiado (CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001).
Por ejemplo, Cohen insinúa que los avances tecnológicos y la globalización de los últimos
diez años provocaron no sólo cambios en la mayoría de los pueblos del mundo, sino que
también, provocó cambios institucionales en los Estados, en especial, en las instituciones
diplomáticas:
“La globalización amplió más los espacios meramente económicos incluyendo, los sociales,
políticos y culturales, no sólo ha exigido de una diplomacia más dinámica sino que en su
conjunto ha permitido que las relaciones internacionales tengan más importancia que la que
tradicionalmente habían tenido” (COHEN: 1998, 50). Mientras tanto, Beatriz Ramírez
Vásquez, agrega lo siguiente en un senti do más holístico sobre el tema:
“Apenas hace una década no nos imaginábamos el ritmo de cambios económicos y políticos
que se estarían por producir dentro de la comunidad internacional. No sólo se mueven
aceleradamente informaciones de uno a otro lado del planeta sino también el capital y las
mercancías se desplazan a una velocidad que nos sitúa en un contexto totalmente distinto.
Sin duda estar inmersos en un mundo global, cambió
Para Ulrich Beck, la globalidad es el proceso que crea vínculos y espacios sociales
transnacionales trayendo a un primer plano terceras culturas. Mientras que el Globalismo es
la “concepción según la cual el mercado mundial desaloja o sustituye el quehacer político,
es decir la ideología del dominio del mercado mundial o la ideología del liberalismo. Este
procede de manera monocausal y economicista y reduce la pluridimensionalidad de la
globalización a una sola dimensión, la económica, dimensión que considera asimismo de
manera lineal y pone sobre el tapete (cuando y si es que lo hace) todas las demás
dimensiones – las globalizaciones ecológicas, cultural, política y social – sólo para destacar
el presunto dominio del sistema del mercado mundial”. Esta visión supone también que la
Globalidad se relaciona, de alguna u otra manera, a los hechos positivos que proceden de la
globalización, a diferencia de lo que sería el globalismo.
Y sin embargo, pese al precario avance de las discusiones, Luis Dallanegra describe al
Orden Internacional como el conjunto de reglas de juego que regula las relaciones entre los
actores internacionales y que se da dentro de un Sistema Internacional, el cual, a su vez, es
la suma de los patrones de interacción entre los actores internacionales quienes establecen
relaciones de poder conflictivas o no, creando estructuras cuando éstas revelan
polarizaciones y tendencias de acercamiento o de alejamiento hacia otros actores
internacionales (CFR.- DALLANEGRA: 1998). La naturaleza de estos comportamientos tiene
su origen en el grado de compatibilidad que tengan los actores con respecto a otros actores
y en función a los intereses comunes y no comunes en juego y a los objetivos que se
persiguen.
Ahora bien, sea de una u otra forma, el Sistema Internacional manifiesta las siguientes
características:
De hecho, Henry Kissinger menciona a este respecto que los sistemas internacionales viven
en forma muy precaria. Cada "orden mundial" expresa la aspiración de permanencia. Aún
los elementos que hacen a un nuevo orden mundial están en constante movimiento y la
duración de los sistemas internacionales no es muy equilibrada (CFR.- KISSINGER: 1994,
806) 8 .
“El orden que se originó a causa de la Paz de Westfalia en 1648 duró 150 años. El sistema
internacional creado por el Congreso de Viena en 1815 se mantuvo por 100 años y el orden
internacional caracterizado por la guerra fría culminó después de 45 años. Nunca antes los
componentes del orden mundial, su capacidad para interactuar y sus objetivos cambiaron
tan rápida, profunda y globalmente” (SEGUEL HOLTHEUER: 1999). Entonces, para evitar
ese obstáculo será recomendable que enfoquemos nuestra atención en lo elementos más
trascendentales del NOI que se consolidó a partir de la caída del Sistema Internacional
Bipolar (1989) y dejemos de lado los elementos más cuestionados por los estudiosos.
Desde 1989 se han nombrado varios aspectos puntuales con respecto a los elementos que
caracterizan al NOI. Hasta este punto de nuestra investigación ya hemos nombrado varios
de esos elementos, pero para poder establecer una línea de análisis lógica y racional de
cuáles elementos han influido en las instituciones diplomát icas a nivel mundial, en primer
lugar, comencemos por estudiar la incidencia de un elemento en especial, los nuevos
actores internacionales 9 , los cuáles, para efectos de nuestro estudio, será visto como un
causal de otros elementos que caracterizan al NOI.
32 Humanos. Pero vale mencionar que la presencia de los nuevos actores internacionales
no hubiera sido importante, sino es por la calidad excepcional de su accionar, porque ello ha
ampliado su nivel de participación e influencia en el manejo de los asuntos mundiales, al
punto que hoy la construcción de algunas agendas internacionales es casi impensable sin la
presencia de estos singulares actores (CFR.- SUBDERE: 2005).
El factor innovador de estos actores se centró en tres hechos: por un lado, haber disputado
y arrebatado a los Estados su protagonismo en la escena internacional, es decir, erosionó el
cuasi monopolio de los Estados sobre la acción exterior (CFR.MARÍN: 2000); por otro, haber
simbolizado el puente que insertó a las demandas de la sociedad civil en ese mismo plano y,
finalmente, haber propuesto una nueva conceptualización del poder y de la distribución de
poder como una cuestión exclusivamente estatal 13 .
DANSPECKGRUBER: 2001).
Además, debido a que los nuevos actores poseen intereses específicos, a diferencia de los
Estados, cuyos intereses son diversos, son grupos capaces de proporcionar a otros actores,
incluso cuadros diplomáticos, información detallada con respecto a una situación (CFR.-
DANSPECKGRUBER: 2001) y, también, son capaces de transmitir un alto grado de interés
y entusiasmo por sacar a flote temas poco tradicionales y de pertinencia mundial (CFR.-
MARTINEZ, Freddy: 2003). En síntesis, la exclusiva jurisdicción de los Estados es
cuestionada en algunas esferas internacionales por estos cuerpos y, ahora, las tradicionales
tareas diplomáticas (informar, comunicar, negociar y reportar a través de las fronteras) están
siendo realizadas por agentes no diplomáticos cada vez más fuera y dentro de los gobiernos
(CFR.- COHEN: 1996) 14 .
“The exclusive jurisdiction of states is questioned in some quarters and non-state bodies are
active on the international scene. While international contacts and negotiations proliferate,
the traditional task of the diplomat – to report, communicate, and negotiate across borders-
are being increasingly performed by non-diplomats, inside and outside government” (CFR.-
COHEN: 1996).
14
“En el contexto de esta tensión aún no resuelta (…) los beneficios que estas políticas
unilaterales reportan en el corto plazo deben ser cuidadosamente analizados a la luz de sus
costos en el largo plazo por los efectos perniciosos que erosionan el multilateralismo, la
estabilidad de los re ímenes y la legitimidad del sistema internacional como mecanismo
viable para promover la paz mundial, resolver conflictos y promover el desarrollo equilibrado
y sostenible. En los últimos años la nueva realidad política nos convenció de la necesidad de
un cambio sustantivo de las organizaciones internacionales, sus agendas y procesos de
negociación y de la urgencia de un nuevo consenso de aproximación práctica al
multilateralismo. El reto actual para el multilateralismo es planteado como una forma de
organización de la política mundial y la economía global a través de distintos espacios de
diálogo, negociación internacional y fijación de reglas, en torno a una agenda común.
Agenda que refleje no sólo los intereses de los Estados más poderosos y en la que todos los
Estados compartan preocupaciones y desafíos con otros actores transnacionales en
15
37 cual, ha sido tema de referencia obligado en las últimas décadas así como los temas
religiosos, militares y científicos (CFR.- STEMPEL D.: 1995, 2). En este sentido, Rosario
Green menciona lo siguiente en referencia de la experiencia Mexicana:
Las negociaciones multilaterales que preceden un proyecto integrador, sin duda, son
arduas. La superación de las asimetrías entre los Estados interesados en participar en la
unión son temas de gran debate y constante seguimiento, sin contar los cuidadosos debates
sobre el establecimiento del marco jurídico que demarcará las dimensiones de la
organización una vez integrada. Los Estados analizan
17
39 irresistibles, por lo cual siempre habrá un margen de riesgo e incertidumbre para las
decisiones tomadas (CFR.- LIZANO: 2000). “En algunos casos, la integración se produce de
forma ordenada, consensuada y equilibrada. En otros casos, movimientos espontáneos de
capitales y migraciones de población masivas conducen a desequilibrios, tensiones,
desigualdades, debilidades y graves riesgos sociales y económicos” (MARTÍNEZ: 2002). De
esta manera, las fuerzas profundas (CFR.- BOERSNER: 2003) 18 de las relaciones
internacionales, también configuran un obstáculo para la prosperidad de las decisiones e
intenciones originadas de la concertación multilateral y un reto para la diplomacia.
“A pesar de que casi todas las naciones acatan el derecho, asegurar que siempre lo hacen
resultaría una exageración pues, en cambio, también se suele recurrir a violaciones. Aunque
se asume que el cumplimiento de la ley es la política racional, las naciones no siempre lo
son y no siempre realizan conscientemente balances entre costos y beneficios o, al hacerlo,
encuentran que los beneficios por violar una ley son mucho mayores que las desventajas.
Los costos de las violaciones no son tan visibles como sus beneficios y, por el contrario, las
ganancias del cumplimiento son impredecibles y a largo plazo, y una nación podrá tomar la
decisión política de violar la ley siempre y cuando esté dispuesta a tolerar las
consecuencias.” (ZOMOSA SIGNORET: 2003, 190-191). El Derecho Internacional enmarca
así una renuncia a la soberanía ilimitada (CFR.GARCÍA MELENDEZ: 2002) y se estructura
como un lenguaje institucional para organizar las relaciones de poder entre las naciones y
dar fijeza a su sentido (CFR.DECAUX, E. En : ZOMOSA SIGNORET: 2003, 186-191). La
comunidad internacional organizada, ahora, no es tan soberana como antes, pero la justicia,
el orden, la
42 estabilidad y las aspiraciones de paz, son suficientes elementos compensatorios por esa
“pérdida”.
La obligatoriedad del DIP es un tema arduo en el NOI y esto a debe a que algunos Estados
se resienten como éste derecho limita su propia soberanía. Anteriormente cuando un Estado
violaba el papel del individuo como sujeto de derecho internacional, sobre todo en lo que se
refiere a materia de derechos humanos (principios jus cogens) (CFR.- SEPÚLVEDA: 1995,
176), no existía forma de juzgar las responsabilidades; con la llegada del DIP los
responsables tenían una norma para ser juzgados e, inclusive, los Estados podían ser
llevados a juicio. Sin embargo, a este respecto hay una salvedad: “Los Estados extranjeros
están impedidos para desempeñar funciones legislativas, administrativas o judiciales en el
territorio del estado que allí ejerce soberanía interna exclusiva. Que a una ley extranjera se
le de aplicabilidad en un estado soberano, solo puede ser consecuencia de una norma
jurídica internacional contenida en un tratado o de una norma jurídica interna del estado
receptor que permite la aplicabilidad extraterritorial de esa norma jurídica ajena. Esto ocurre
en materia de conflicto internacional de leyes, en el derecho internacional privado” (CFR.-
GARCÍA MELENDEZ: 2002). Por lo tanto, como los Estados no son capaces de administrar
justicia, son organizaciones internacionales quienes la administran, por lo que los Estados
ven cómo su soberanía se reduce ya que pueden ser intervenidos a la luz de una decisión
vinculante en su contra (CFR.- SAINZ: 2003).
45 “En el pasado, la diplomacia fue vista como el principal mecanismo del manejo
internacional de las transacciones, pero uno de los subproductos de la globalización ha sido
una erosión de las funciones y prerrogativas exclusivas de los Estados y de las profesiones
que una ves le favorecieron. El Estado aún es importante, pero es observable que las
organizaciones supranacionales, las corporaciones comerciales, otros cuerpos
transnacionales y las organizaciones no gubernamentales han revivido los medievales
derechos de las entidades no soberanas para recibir a los enviados, conducir negociaciones
y concluir acuerdos” (COHEN: 1996). 20 Curiosamente, a nuestro juicio, cuando los Estados
tuvieron la necesidad de formar nuevas estructuras diplomáticas para que ejercieran la
representación permanente ante las primeras organizaciones internacionales, como la
Sociedad de Naciones o la subsiguiente ONU, ahí las estructuras diplomáticas conocidas
por más de cuatro mil años y, en si misma, la teoría general de la diplomacia, sufrieron un
sensible cambio que no llamó la atención debida por parte de los estudiosos. Si traemos a
colación el hecho que la teoría marxista, por ejemplo, en un momento no pudo seguir
sosteniendo que los Estados eran los únicos actores en el escenario internacional
(estatocentrismo) y casi, inmediatamente, entró en un proceso de revisionismo que abrió el
paso al neomarxismo, no vemos explicación plausible del por qué l a teoría general de la
diplomacia no haya entrado en un proceso de revisionismo de prioridad con anterioridad a
los trabajos de autores como Ivo Duchacek y James Der Deriam, casi cuarenta años
después de esos sucesos. Pero sea de una u otra forma, el Derecho Internacional
redimensionó las dimensiones de la diplomacia en cuanto a que: a) exigió nuevas
estructuras institucionales para afrontar los cambios; b) ameritó la asimilación de variados y
no tradicionales intereses por parte de los Estados lo que multiplicó los niveles de acción
diplomática; c) promovió la cualitativa proliferación de intereses funcionales para la
comunidad internacional y; d) hizo de la diplomacia un ámbito más dinámico, incesante y
abierta (diplomacia democrática).
“In the past, diplomacy was seen as the key mechanism responsible for managing
international transactions, yet one of the by-products of globalisation is an erosion of the
exclusive functions and prerogatives of the state and the professions that served it. States
remain very important, but observably supranational organizations, trading corporations,
others transactional bodies, and nongovernmental organisations, have revived the medieval
right of non-sovereign entities to send and receive envoys, conduct negotiations, and
conclude agreements” (COHEN: 1996).
20
46 2.1.4.- Los Nuevos Conflictos: Por más de cuarenta años el mundo estuvo dividido
ideológica y políticamente en dos reconocibles, definitorias y contradictorias fuerzas
hegemónicas de poder. Después de finalizada la II Guerra Mundial, dos bloques de países
construyeron hasta 1989 un orden mundial bipola r parecido al que vivió el mundo dos mil
años antes en el imperio romano (entre Atenas y Esparta) (CFR.- JØRGENSEN: 1997).
Pero en esta oportunidad, EUA (exaltando valores democráticos y capitalistas) y la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (defendiendo valores comunistas o socialistas),
encabezaron una pugna por el control de importantes espacios de influencia a nivel mundial,
valiéndose, cada uno, de la ayuda y apoyo de un numeroso grupo de países satélites
regados geográficamente por todo el mundo.
La confrontación y las amenazas de una guerra nuclear cesaron con el colapso de la Unión
Soviética; proceso que, si bien, había comenzado a mediados de los años ochenta 21 y
siguió en paulatino desarrollo hasta los primeros años de la década de los noventa, a los
ojos del mundo había culminado con el derrumbe del muro de Berlín (1989), hecho
simbólico y extraordinario que dio fecha definitiva al fin de la Guerra Fría. A partir de ese
momento un verdadero cambio de era se sentía en el ambiente internacional. Las primeras
tendencias mostraron: a) Como el mundo entraba en un orden político inestable y
fragmentado (CFR.- PAÑEDA REINLEIN: 2002, 2); b) Como se afirmaba la hegemonía
militar-estratégica a nivel mundial de los EUA (CFR.FUENTES: 2004, 1); c) Como se
expandían un sistema de relaciones económicas internacionales basado en los mecanismos
de mercado (CFR.- PAÑEDA REINLEIN: 2002, 1-2); d) Como se expandían los valores
democráticos y el respeto universal a los Derechos Humanos por el mundo como valor
universal (CFR.- PAÑEDA REINLEIN: 2002, 11); e) Como se estructuraba un orden
multipolar económ ico (CFR.- PAÑEDA
El desmantelamiento de la Unión Soviética comienza a manifestarse a partir de la llegada de
Mijail Gorbachov al gobierno y la aplicación de dos doctrinas políticas sin precedentes en la
historia de la comunidad soviética: el Glasnost y la Perestroika.
21
47 REINLEIN: 2002, 10); f) Como ya no hay el mismo control que el vivido en la Guerra Fría
(CFR.- BOERSNER: 2003) y f) Como surgía la esperanza de una paz mundial estable y
duradera.
Pero esa esperanza de paz no duró mucho 22 . Según González Ojeda los conflictos
remanentes en la Europa y otras partes del mundo de la Posguerra Fría, como las tensiones
étnicas y políticas crecientes en Asia septentrional y en la península coreana, y la tendencia
al genocidio en algunas regiones de África, dieron sustento al surgimiento de amenazas
(CFR.- GONZÁLEZ OJEDA: 2001). En cambio, Ernesto López va mucho más allá cuando
menciona reconoce que, hoy en día, hay “nuevas amenazas”: “La multidimensionalidad de la
problemática de la seguridad se manifiesta palmariamente, a mi modo de ver, en las hoy
llamadas ‘nuevas amenazas’. A las clásicas o convencionales amenazas derivadas de la
eventualidad de una agresión militar externa, se agregan estas ‘nuevas’, configurando un
cuadro novedosamente multifacético” (LÓPEZ, Ernesto: 2001, 377). Estas nuevas
amenazas a la seguridad tienen un carácter fractal (CFR.- NEF: 2001, 43), en el que
disfunciones a nivel micro (locales) tiene repercusiones macro, y viceversa. Es por lo
anterior, que la Seguridad Humana 23 es una política de Estado, basada en al cooperación
internacional multilateral, el análisis, planificación y acción multi-sectorial, cuyas
orientaciones son a la vez, preventivas y pro-activas (CFR.- NEF: 2001, 43). Es decir, las
nuevas amenazas y los conflictos ponen en riesgo la Seguridad Humana y para debilitar esa
tendencia es preciso, de alguna forma, que la inseguridad sea manejada cuidadosamente
por los Estados. Sin embargo, hay un problema según Jorge Nef:
Por ejemplo, la Invasión de Irak a Kuwait desencadenó la Guerra del Golfo en 1991. En el
informe anual del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de 1994, Nuevas
Dimensiones de la Seguridad Humana, se hace referencia al concepto de Seguridad
Humana en los terrenos de la seguridad del empleo, el ingreso, la salud, el medio ambiente,
la seguridad respecto al delito y la violencia común. Dicho informe finaliza haciendo un
llamado a la búsqueda de un nuevo paradigma del desarrollo «que coloque al ser humano
en el centro del desarrollo, considere el crecimiento económico como un medio y no como
un fin, proteja las oportunidades de vida de las futuras generaciones al igual que las
generaciones actuales y respete los sistemas naturales de los que dependen todos los seres
humanos». (CFR.- SILVA: 2001, 65).
23 22
24
Vale mencionar que Ernesto López presenta estos ejemplos inspirado en los trabajos de
Keohane R. y Nye J. (CFR.- KEOHANE: 1988).
50 “Se produjo una primera discusión a partir del Info me Brahimi que apuntaba a mejorar la
eficiencia de las operaciones de paz. Luego, la ONU produjo el informe “La Responsabilidad
de Proteger” (2001) donde se puso acento en la seguridad del individuo y, finalmente, la Alta
Comisión establecida por el Secretario general de la ONU para abordar amenazas a la
seguridad global (2004) (…) El espíritu de estas iniciativas han sido el de generar
herramientas de prevención de conflictos tales como los mecanismos de alerta temprana,
las sanciones específicas, las misiones diplomáticas, y el despliegue preventivo de
operaciones de mantenimiento de paz” (FUENTES: 2004, 4-6) 25 . Igualmente, entre otros
elementos que han mutado esta el “objeto de la seguridad internacional”, tal cual, lo afirma
Ernesto López:
“El objeto de la seguridad puede ser, como era antaño con exclusividad, el Estado. Pero
también puede serlo cualquier colectividad amenazada de alguna manera (por ejemplo,
minorías dentro de Estados multiculturales o multinacionales: serbios, bosnios, kurdos,
yanomanis, kamayurás, etc.). O también los individuos que conforman un Estado o una
sociedad, es decir, sencillamente las personas” (CFR.- LÓPEZ, Ernesto: 2001, 377).
Finalmente, Ernesto López también afirma que los actores, los escenarios y los niveles de
acción en la seguridad internacional han cambiado a la luz del conocimiento clásico: “Los
actores también se han multiplicado. Junto al clásico y todavía central Estado, sociedades,
grupos e incluso individuos, han ganado protagonismo en materia de seguridad. Existen,
también, actores transnacionales (la OTAN, por ejemplo). Los escenarios, por su parte , son
supranacionales, nacionales o subnacionales. Al Qaeda, lo organización encabezada por
Bin Laden, es un actor subnacional. Despliega su acción en el escenario trasnacional
cuando ejercita la ofensiva, y subnacional, cuando ejercita la defensiva. Y desde el punto de
vista de los fines de su accionar parece invocar un objeto supranacional y supraterritorial: la
defensa del ´verdadero’ ´islam´” (CFR.LÓPEZ, Ernesto: 2001, 377).
25
“En términos comparativos, es relevante constatar que en los diez años siguientes del
término de la Guerra Fría se evidenciaron 103 conflictos armados de los cuales 93
correspondieron a conflictos internos. Por lo tanto, en la actualidad el mundo enfrenta
mayoritariamente conflictos de naturaleza intraestatal. Una de las principales consecuencias
de este tipo de conflictos es la elevada proporción de víctimas civiles y el aumento de los
desplazamientos forzados y masivos de población, los que en algunos casos desembocó en
matanzas en masas a civiles”. (FUENTES: 2004).
51 En definitiva, los nuevos conflictos y sus diversas maneras de manifestarse han hecho
que el régimen internacional se organizará para focalizar las amenazas y diseñar cursos de
acción concertados (CFR.- ROJAS ARAVENA: 2001, 25). Ese parámetro de acción abrió
inmediatamente el camino a la Diplomacia Preventiva, la cual, como respuesta natural de los
Estados, vino a canalizar las amenazas a partir del análisis anticipado de los riesgos para
así crear espacios oportunos e intempestivos para el diálogo, a penas se sospeche de la
potencialidad dañina de algún nuevo fenómeno social de carácter internacion al. “En esta
perspectiva, valoramos que la diplomacia preventiva haya ido conquistando un ámbito
esencial para la acción en la arena internacional, a través de sus diversas formas, como
gestiones destinadas a prevenir un conflicto armado, como misiones de investigación de los
hechos, buenos oficios y buena voluntad, como la designación de enviados especiales en
zonas de tirantez y las gestiones destinadas a sentar en la mesa de negociaciones a las
partes en un posible conflicto. Por otra parte, tal como la diplomacia preventiva y la solución
de conflictos, funciones inherentes a las Naciones Unidas, la concepción del ‘mantenimiento
de la paz’ ha ido ampliándose hacia una diversidad de actividades y funciones para la ONU.
De allí, que la tarea de mantenimiento de la paz, al igual que la del establecimiento de la
paz, está sujeta a una limitación esencial: para que el mantenimiento de la paz tenga
resultados es fundamental que las partes en un conflicto tengan la voluntad política
necesaria para ello” (ORGANIZACIÓN DEMÓCRATA CRISTIANA DE AMÉRICA: 2001, 36).
La Diplomacia Preventiva obra en los límites permitidos por el Derecho Internacional y
complementa la necesidad de la política exterior del Estado (CFR.MORALES LAMA: 2004-
b). Sino fuera así, la ejecución de procedimientos de carácter preventivo, a partir de el
análisis de grandes fuentes de información, con el propósito de: a) evitar o atenuar las
consecuencias indeseables de acontecimientos internacionales que pudieran incidir
significativamente en el ámbito interno de los países; b) reducir los riesgos para las
personas y, c) consolidar la Seguridad Humana en todos sus niveles y con ello la seguridad
clásica y la seguridad global (CFR.- ROJAS ARAVENA: 2001, 25); sería inútil por su
carencia de representatividad.
52 2.1.5.- Orden Económico Y Político Multipolar: Sería impreciso decir que existe un orden
militar multipolar en este NOI. Anteriormente insinuamos que en ese sentido EUA es una
hegemonía militar y estratégica sin comparación a nivel mundial. Sin embargo, en temas
económicos y políticos la escena cambia. En estos temas el multilateralismo es palpable. En
sentido económico la apertura de los mercados nacionales, el incremento de los flujos
comerciales y financieros internacionales, la reorganización espacial de la producción, la
difusión de tecnologías ahorradoras de mano de obra, la reforma del Estado de bienestar, la
incesante división del trabajo, entre otros, trajo como consecuencia: a) un aumento de la
interdependencia entre países y economías diferentes; b) el nacimiento de un proceso de
fragmentación y diferenciación a escala intraestatal y/o local y, especialmente; c) la
manifiesta tendencia a la formación de polos económicos regionales (CFR.- LÓPEZ,
Ernesto: 2001, 376); d) la creciente conciencia sobre la necesidad de nuevos mecanismos
internacionales que encaucen las energías de la globalización; e) la multiplicación de
unidades políticas supraregionales y f) la creciente adhesión de países a nuevas
instituciones multilaterales (Protocolo de Kyoto, Tribunal Penal Internacional) (CFR.-
PAÑEDA REINLEIN: 2002).
Desde el punto de vista económico existen tres centros de poder: EUA, Japón, Europa con
India y China desarrollando a celeradamente su capacidad industrial y tecnológica (CFR.-
FUENTES: 2004, 2). Estos centros mantienen una atención por el acceso y control de
recursos naturales esenciales para sus economías. En este sentido, dicha carencia estimula
una desigualdad beneficiosa para el orden multipolar, pues al necesitar recursos naturales
como el agua, recursos marinos o recursos energéticos se crea un grado mínimo de
interdependencia necesaria y deseable con otros Estados para el constante desarrollo de
sus sistemas económicos.
26
54 “Hace algunos años, a finales de la década de los años 80, con la caída del muro de
Berlín, la teoría de la ‘tríada’ parecía incontrovertible. En la nueva división del mundo en
esferas de influencia económica, Estados Unidos seguiría conservando su papel de árbitro
mundial y su acción más directa se ejercería sobre el continente americano. Japón, y a su
alrededor los ‘cuatro dragones’ del Pacífico, estructuraban el espacio económico de Asia,
mientras que Europa se abriría hacia las economías en transición de Europa Central y
Oriental. Sin embargo, durante los años 90 han ocurrido algunos cambios substanciales,
debido a la globalización. En Asia, China e India son los nuevos polos en pleno crecimiento,
autosuficientes. Poco a poco se abren paso nuevas asociaciones regionales en aquella
región del mundo. Estados Unidos muestra intereses muy concretos en el continente
americano, fundamentalmente relacionados con recursos estratégicos, mientras que
asociaciones supraregionales latinoamericanas con una gran pujanza y potencial
económico, como Mercado Común del Sur, van mostrando una voluntad de equidistancia
entre los Estados Unidos de América y Europa. Finalmente, la Unión Europea no se limita a
extender su cooperación hacia el Este Europeo, donde diversos países, particularmente (…)
Polonia y Hungría se acercan rápidamente a los estándares europeos de crecimiento, sino
que ha mostrado el deseo de generar una dinámica de creación de un espacio de libre
comercio en el Mediterráneo. En definitiva, el mundo, contra aquellas predicciones, parece
que se va dirigiendo a una configuración multipolar, con nuevos países que pueden
convertirse en futuros epicentros de espacios supranacionales y con nuevas asociaciones
regionales en los cinco continentes” (CFR.- PAÑEDA REINLEIN: 2002). Esta tendencia
mundial hace creer en el desplazamiento de la geopolítica a la geoeconomía como centros
de confrontación y generación de los conflictos (CFR.BORJAS). Este planteamiento se ve
fundamentado en que los agentes económicos internacionales, adquieren el carácter de
nuevos protagonistas de la esfera internacional y al tomar ese papel protagónico las
negociaciones comerciales se transforman en el eje central que determinará no sólo el
futuro de una alianza comercial sino, también, el de la paz mundial. Basta, por ejemplo, con
que un país (o bloque de países integrados) necesite un rubro comercial de otro país (o
bloque de países integrados) y éste último, por considerar nocivo el intercambio, no acceda
a las peticiones de aquel para que se origine una tensión económica y política. Y aunque es
poco probable que hoy en día dicha situación termine en una guerra, la historia mundial esta
llena de experiencias que nos recuerdan que así ha sido. Además, en nuestro tiempo
existente nuevas variables económicas y financieras que, en teoría, podría originar una
tensión por su
Los países desarrollados poseían una posición privilegiada con respeto a los países
subdesarrollados quienes, medianamente, podían valerse de la tecnología, educación,
estabilidad económica, capital, medios de producción, entre otros indicadores, que estos
países ostentaban. Y aunque esta percepción era ya muy conocida antes de 1989, es en
esta época que las diferencias ahondaron. Ante esta situación, la respuesta natural de las
regiones subdesarrolladas del mundo fue un vertiginoso y decidido avance hacia los
procesos de integración económica como salida al subdesarrollo (CFR.- OWEN: 2004).
Ahora bien, en sentido político el orden multipolar también existe, aunque seriamente
segmentado, inestable y frágil. Los elementos que deslucen su existencia son pocos, pero
muy relevantes. Por un lado, las decisiones sobre temas de interés mundial dentro de estos
organismos internacionales giran en torno a los intereses de las potencias dejando de lado a
los otros países menos influyentes. Por otro lado, “uno de los grandes debates de hoy en
relaciones internacionales se vincula con el carácter, duración y viabilidad de un ‘reticente
imperialismo’ estadounidense” (FUENTES: 2004, 2). La tendencia unilateralista de EUA
quien, usualmente, asume diversas iniciativas y políticas mundiales casi sin seguir el debido
procedimiento de consulta de la Organización de las
27
La debilidad del orden político internacional indica el desgaste de la Seguridad Política. Este
concepto es propio para analizar el sistema político del Estado Nación, sin embargo, si
tomamos algunos de sus elementos característicos y los llevamos a analizar la escena
internacional, será posible reunir algunas ideas para conocer la delicada situación de la
escena política internacional de nuestros días. En primer lugar, sí la Seguridad Política
engloba la noción del buen gobierno, resolución de conflictos, consenso, democracia (CFR.-
NEF: 2001, 51) 30 , la posibilidad de que un orden político
Para comprender la posición unilateralista de Estados Unidos de América vale la pena
mencionar, según Jorge Da Silva, que: “En el periódico ‘El Clarín’, en la edición de 18 de
agosto de 2001, se puede leer: ‘Rechazo de Bush al Multilateralismo’. Desde cuando asumió
en febrero pasado, el presidente George Bush ha rechazado todo tratado internacional,
usando siempre el mismo pretexto: ‘son fatalmente defectuosos’. Hasta ahora, el gobierno
de Bush ha rechazado la Convención sobre Armamento Biológico de 1972; el Tratado de
Misiles Antibalísticos, del mismo año; la ratificación de tres iniciativas favorecidas por
Clinton: el Protocolo de Kioto, el Tribunal Criminal Internacional y la Prohibición de Ensayos
Nucleares, firmada por el demócrata pero no ratificada. También, en julio de 2001, Estados
Unidos e Israel abandonaran, unilateralmente, la Conferencia contra el Racismo y la
Intolerancia, de Durban, África del Sur”. (DA SILVA: 2001, 287). 29 Esto de hecho es un
fenómeno mundial que alienta a los Estados a buscar otros caminos para resolver los
problemas. 30 “La política, en cuanto a distribución de cosas valiosas y necesarias por
medio de decisiones de autoridad, constituye el principio organizador de la vida en
comunidad. Sin ella, las otras ‘seguridades’ serían imposibles. En este sentido, el consenso
y la democracia -tanto substantiva, como en cuanto a proceso y norma- son
consubstanciales a la seguridad política. El proceso político implica un flujo continuo de
manejo (y resolución) de conflictos entre tres contradicciones simultáneas. La primera es
entre capacidades económicas y aspiraciones
28
Visto así, procedamos a desmotar esas concepciones del orden político internacional de
nuestro tiempo. Primero, la conducta unilateral de EUA al publicar la Ley Helms-Burton en
1996, la cual era una ley que pretendía regir temas jurídicos mucho más allá de sus
fronteras, significó el total olvido de la soberanía de los demás países; o la conducta de
Francia cuando practicó ensayos nucleares en el Atolón de Muroroa en 1995, lo que
representó un ultraje a los pedidos de la comunidad internacional porque detuviera sus
intenciones. Segundo, en la actualidad aún existen duros cuestionamientos internacionales
a la manera cómo EUA justificó su ofensiva sobre Irak; o la conducta de Pakistán e India,
quienes sumen a la comunidad internacional en un ambiente de desconfianza con respecto
al probable uso de su arsenal nuclear en una guerra entre ambos Estados. Tercero, las
organizaciones políticas internacionales, por su voca ción internacional, difícilmente pueden
tener un sólo un pequeño puñado de problemas por resolver. Cuarto, la agenda de las
organizaciones políticas internacionales constantemente sigue una programación cerrada y
esta gira en función de los intereses particulares de las potencias. Sin embargo, esto último
puede
sociales. La segunda es entre aquellos que obtienen la mayor parte del excedente (o élites)
y el resto de la población (‘masas’). La tercera contradicción ocurre entre la capacidad de
autogobierno (autonomía) y la subordinación o dependencia a otras unidades” (NEF: 2001).
60 variar. Reacuérdese el caso en que Venezuela hizo girar incisivamente los ámbitos de
diálogo de la OEA para examinar la actitud de EUA con respecto a su probable participación
en los sucesos de Abril de 2002, semanas después de lo ocurrido y la cual no fue entendida
como una situación de riesgo por varios miembros al apoyar indirectamente la injerencia de
EUA en el continente. Todos estos nuevos fenómenos insinúan que nos encontramos en un
mundo en el que el viejo orden internacional no acaba de morir y un nuevo orden multilateral
que no acaba aún de nacer (CFR.PAÑEDA REINLEIN: 2002).
La excepcional naturaleza del comercio internacional exige que la participación del Estado
en estos ámbitos sea canalizada por una fuerza humana muy capacitada, la cual, no
necesariamente, debe pertenecer a la rama diplomática de carrera. Las misiones
comerciales orga nizadas a nivel gubernamental pueden estar compuestas por diplomáticos
de carrera y otros. Estos últimos serían conocidos como agregados comerciales, los cuales,
pueden ser distinguidos con el carácter de diplomáticos, siempre y cuando sea pertinente
hacer la distinción. Las consecuencias del rango de diplomático les confieren inmunidades y
privilegios.
31
62 con los objetivos expuestos por la diplomacia comercial tradicional, o así lo indica la
teoría cuando se trata misiones comerciales organizadas a nivel gubernamental: “Una
misión comercial es un grupo debidamente organizado que viaja al extranjero con el
propósito de incrementar el intercambio de bienes y servicios, y principalmente con la mira
de exportar aquello para lo que hay mercado” (GARCÍA: 1986, 82). Por otro lado, en el
aspecto político, los Estados han desarrollado un renovado diálogo en la Diplomacia de
Cumbres, aún con un bajo nivel operacional, sin embargo, con un fuerte carácter orientador
(CFR.- ROJAS ARAVENA: 2001, 24). Las cumbres en años recientes han evolucionado
como un espacio clave y oportuno para que los Estados puedan dirimir o tratar
controversias. Su progreso, indirectamente, formula el avance de un orden político
multipolar. Además, estos encuentros examinan pacíficamente un considerable número de
problemas y diferencias de acuerdo a derecho y observancia del Derecho Internacional. Y
cuando establecen soluciones, al menos, favorecen la relativa ausencia de conflictos
clásicos entre Estados (CFR.PALMA: 2001, 120), valiéndose de la ayuda de otros
elementos externos al encuentro. “Algunos piensan que los conflictos no ocurren porque ‘la
disuasión’ funciona. No obstante, hay otras razones por las cuales no proliferan los
conflictos clásicos: el peso del derecho internacional, la relación costo beneficio ya que el
conflicto puede ser un pésimo negocio, la mayor interdependencia económica, el
crecimiento de la institucionalidad democrática, el posible deterioro de la imagen
internacional y las presiones internacionales contrarias al conflicto” (PALMA: 2001, 120).
Igualmente, la Diplomacia Parlamentaria y la diplomacia de bloques regionales toman un
papel importante en nuestros días. Ellas permiten un acercamiento entre Estados vecinos
para buscar soluciones y mecanismos de concertación que les favorezcan en conjunto. La
diplomacia de los mecanismos de concertación constituye una fuente muy importante para
la diplomacia multilateral y para la diplomacia personal o directa (CFR.- RAMÍREZ
VÁZQUEZ: 2001, 5). En síntesis, la diplomacia de cumbres, la parlamentaria y la de los
bloques regionales son consecuencias de la
“… para dejar atrás las hipótesis de conflicto y los aprestos bélicos es preciso la estricta
observancia del derecho internacional y cumplimiento de los compromisos asumidos,
solución pacífica de las diferencias y no uso de la fuerza; concertación política y consulta
diplomática; integración económica, social y cultural, políticas y medidas de fomento de la
confianza; acuerdos de desarrollo fronterizo co njunto; comisiones de vecindad; vinculación
y cooperación militar; y, finalmente, diseño de lineamientos de seguridad cooperativa en
función de las necesidades de los Estados medianos y pequeños, y de las subregionales y
regionales” (CFR.- PALMA: 2001, 120).
A partir de 1990, las recesiones y crisis económicas se han hecho comunes en la región
Andina (CFR.- TICKNER; MANSON: 2001, 138). Esta situación ha estado asociada
principalmente con la puesta en práctica de reformas neoliberales 32 y con la incapacidad
de la mayoría de los países de insertarse de manera eficaz en el mercado mundial (CFR.-
TICKNER; MANSON: 2001, 138). Las políticas dirigidas a controlar la desestabilidad, sin
embargo, a parte de llegar tarde en muchos Estados de la región, encontraron la acalorada
fractura entre las relaciones del Estado y la sociedad. Los conflictos internos que sucedieron
complicaron el escenario económico y las salidas favorables para los Estados. Fue evidente,
entonces, que el modelo liberal había entrado en crisis y su respuesta natural, el
neoliberalismo, también. “Algunos estudiosos de la política han coincidido en señalar que la
dimensión y las características de estos conflictos marcan el agotamiento del modelo
económico liberal administrado por un sistema político incompetente y corrupto. En efecto,
estos estallidos sociales vinieron a coronar la profunda crisis de gobernabilidad, sustentada
en acuerdos y pactos interpartidarios pírricos, con partidos políticos más preocupados de
blindar sus conductas de impunidad” (CFR.- QUINTANA: 2001, 208) . Inclusive, si bien la
magnitud de estos conflictos desafía la “gobernabilidad” global, aún vinculada con
cuestiones de poder, también moviliza a un primer plano la Seguridad del Estado sobre la
Seguridad Humana de las poblaciones (CFR.- DA SILVA: 2001, 283-284) y denuncian
fracturas entre el Estado Nacional y los sectores de su nación (CFR.- BOERSNER: 2003), lo
que podría indicar una preponderancia de los principios neoliberales (CFR.- DA SILVA:
2001, 283-284), los cuales establecen que:
En la última década todos los países de América Latina y el Caribe han realizado reformas
estructurales orientadas hacia el mercado y a mejorar la eficiencia de la economía, a
acelerar el crecimiento, etc. Estas reformas se han orientado principalmente a seis áreas: la
liberación comercial, la política tributaria, la desregulación financiera, la privatización, la
legislación laboral y la transformación del sistema de pensiones. (CFR.- BEJARANO).
32
68 repercusión para los habitantes del planeta (CFR.- PERALES SALVADOR: 2002).
Además, la interrelación de las economías y el grado de desarrollo adquirido por el sistema
económico mundial, hizo difícil que los países en crisis se desarrollaran a base del
funcionamiento de sus propias condiciones internas, es decir, era imposible que se cerraran
a los cambios trascendentales que ocurrían y ocurren en el entorno y, era también
imposible, que el entorno escapara a los sucesos (CFR.- PERALES SALVADOR: 2002).
La inseguridad del sistema económico paulatinamente fue arrimando a los países a buscar
salidas a las presiones externas. Quizás, por ello, hubo un notable interés por la
conformación y evolución de proyectos de integración sin dejar de lado el discurso neoliberal
(CFR.- GARCÍA RODRÍGUEZ: 1999). No obstante, en el fondo, esa tendencia pareció
favorecer la idea de que en la economía neoliberal mundial existían un solo tipo de gana dor
y perdedor. Según Adrían Sotelo Valencia: “En la economía neoliberal existen los ganadores
y los perdedores. Entre los primeros, figuran los grandes capitales que se mueven en el
ámbito del capital dinero de préstamo, en rigor, el capital bancario y financiero; las
fracciones del gran capital industrial modernizado y que tiene condiciones económicas y
financieras de reconversión para enfrentar la apertura de los mercados exteriores y, por
último, el gran capital extranjero donde comparecen las corporaciones multinacionales.
Entre los perdedores, figuran las clases y grupos sociales castigados como son proletariado
industrial, el campesinado pobre y sectores de la burguesía industrial, que condujo el
proceso de sustitución de importaciones en el pasado. También las llamadas clases medias
(asalariadas y no asalariadas) se han visto amenazadas por la crisis y por el famélico
comportamiento del modelo neoliberal” (SOTELO V.: 1999, 33).
“Las consecuencias sociales y distributivas del neoliberalismo son materia que debiera
evaluarse con mayor atención y menos pasión. Los sindicatos públicos han satanizado las
privatizaciones y la reducción del Estado, los populistas han hecho de la apertura una
caricatura, muchos gremios de la producción han reaccionado por el desmonte de los
aranceles, todo ello como consecuencia de la reducción de sus privilegios. Pero del lado
neoliberal los éxitos no han sido contundentes. Las privatizaciones han sido utilizadas en
muchos países para negocios oscuros en las altas esferas, el crecimiento no está
garantizado y en muchos casos tampoco la estabilidad, y en no pocos países los efectos
sociales en términos de aumento de la pobreza han sido significativos. En los últimos tres
años y por estas y otras razones, los gobiernos han venido siendo obligados a retroceder en
muchos aspectos de la política de liberación, especialmente en lo que tiene que ver con la
política comercial. En algunas partes la crisis fiscal ha obligado a imponer sobretasas a las
importaciones, en otros casos, como en Venezuela, se ha revertido la libera ción y
unificación del tipo de cambio y en otros países se ha frenado considerablemente el proceso
de privatización. De modo que la fuerza con que los modelos neoliberales se impusieron en
la segunda mitad de la década de los ochenta y los primeros años de la década de los
noventa parece estar en un ligero retroceso” (SOTELO V.: 1999, 31).
70 Pero ¿por qué el modelo neoliberal se hacía tan difícil de sostener? Según Adrían Sotelo
Valencia, y a la luz de la teoría de la dependencia, se debe a dos razones:
“Solamente llamamos la atención en dos hechos. En primer lugar, (…) esta propensión del
patrón capitalista neoliberal no implica que el capitalismo dependiente ‘no crezca’ (…) sino
que, por el contrario, lo hace en función de variables como el endeudamiento externo, la
superexplotación de los trabajadores, la privatización y monopolización de la economía, la
especialización y el desarrollo de las exportaciones, etc., como ha puesto en evidencia la
moderna teoría de la dependencia. En segundo lugar, que este fracaso no lo es para toda la
burguesía, sino solamente para algunas de sus fracciones y para el conjunto de la sociedad
asalariada que no cuenta con los medios adecuados de defensa frente a la crisis y a la
usura de los sistemas cambiarios y financieros” (SOTELO V.: 1999, 31-33). Es decir, como
el neoliberalismo no ofrece seguridad a la sociedad asalariada de los libres vaivenes
económicos, ésta no esta preparada ante crisis económicas y financieras, de tal manera que
pueden quedar en quiebra en cualquier momento y, dos, dado que el neoliberalismo relega
la Seguridad Humana en un segundo plan o, los gobiernos ceden grandes conquistas
democráticas por políticas macroeconómicas que afirman que el desarrollo económico es
base única e indispensable para la consolidación de la Seguridad Humana, así justifican los
sacrificios y nos lleva a las puertas de una sociedad postindustrial (CFR.- OWEN: 2003). Sin
embargo, es preciso destacar que pese a los riesgos del neoliberalismo dentro de la era
postindustrial 33 , la aplicación del modelo neoliberal ha traído consigo ciertas ventajas:
33
71 “Los modelos neoliberales no parecen haber sido tan e xitosos como lo propugnan sus
defensores ni tan desastrosos como lo afirman sus críticos. Han contribuido a moderar el
exceso de intervencionismo y sus consecuencias: ineficiencia económica, exacerbación de
los monopolios, corrupción, inequidad en la distribución del ingreso etc.; ha contribuido a
generar transparencia en los procesos económicos, mejoramiento de la productividad y el
cambio técnico. Pero también ha contribuido a debilitar las políticas sociales, las
posibilidades de acceso de los grupos pobres a los servicios básicos, ha concentrado los
beneficios que brindan las oportunidades de mercado en unos pocos grupos, de modo que
si antes no fueron claras las ventajas del Estado, ahora no son claras las ventajas del
mercado. Hoy se esta buscando en la mayoría de los países una especie de punto medio
entre el mercado y la intervención del Estado. El punto de discusión consiste
fundamentalmente en la manera como el Estado puede ser controlado y vigilado en sus
intervenciones, de modo que éstas realmente respondan a las necesidades colectivas y no a
objetivos de los grupos burocráticos asentados en el Estado. Lo que parece avizorarse
entonces es una discusión más abierta en términos de una mejor democracia para una
mejor acción del Estado en la economía, es decir una capacidad mayor de control de la
sociedad civil sobre el Estado, para asegurar una mayor gobernabilidad, entendida ésta en
el sentido restringido de la capacidad de las políticas públicas de satisfacer expectativas
colectivas” (CFR.BEJARANO). Visto así, el neoliberalismo es una conformación teórica que
en fondo arroja valiosos elemento s lógicos y racionales para el desarrollo social. Lo que ha
fracasado es el modelo estatal de corte neoliberal, el cual debe iniciar un camino de
reconstrucción, tal cual lo afirma Alejandra Liriano:
72 fase actual del sistema económico mundial sumarían a los habituales intereses de la
diplomacia comercial nuevos aspectos a manejar. Y ciertamente, la diplomacia
contemporánea de los países subdesarrollados tiene muy presente temas como: la
desinflación acelerada, especialmente para los productos primarios; b) la elevación del
desempleo estructural, sobre todo en los países Europeos y los del Tercer Mundo; c)
deterioro de los instrumentos de la distribución del ingreso (auspiciado por el capital rentista
en la esfera financiera); d) marginación y desvinculación de países y regiones enteras de los
circuitos dinámicos del comercio y las finanzas internacionales; e) intensificación de la
competencia entre los “bloques económicos” fundamentales y f) la modificación de
modificaron la relación social trabajo-capital engendrando nuevas formas salariales
diferenciadas (CFR.- CHESNAIS, F. En: SOTELO V.: 1999, 17). Estos elementos
congestionan aún más el camino a la Seguridad Humana y el Estado, quien vela por los
intereses de la comunidad, asume estos temas seriamente porque se proyectan más allá de
sus fronteras. De tal manera que la diplomacia adquiere acá una importancia coyuntural
estratégica de cuidado (CFR.- ARELLANO: 1980, 67).
La diplomacia de los países ante esta crisis tiende a dividirse en tres conductas. La primera
es la de los países que siguen y defienden los principios neoliberales. En este caso, la
diplomacia procura hacer de ver a la comunidad empresarial y financiera del mundo como el
sistema político, social y económico de su Estado es un ámbito favorable para la inversión
extranjera, asimismo, procura abrir o mantener espacios comerciales para la producción
nacional.
73 resultan diferentes a los que conocen. Los riesgos se resumen en que las fuerzas
financieras y comerciales del mundo cada vez son más conquistadas por los valores
neoliberales y cuando un país o grupo regional se cierra a esos valores, difícilmente puedan
ofrecer confianza a la inmensa mayoría. Los potenciales inversores tendrían que adaptar
sus plataformas de acción para poder simpatizar con esos espacios comerciales
“disidentes”. Ese esfuerzo implica un doble costo y por ello, sólo el logro de la
confianza sería el canal ideal para hacer desistir las renuencias de los potenciales
inversores. En este tipo de actividad diplomática, las explicaciones son exacerbadas y
constantes; y no es para menos, pues el Estado “disidente” hará todo el esfuerzo posible por
hacer ver como razonables, debidos y legítimos los cambios que ocurren en su sistema y,
por su propia supervivencia en este mundo interdependiente, hará eso y más por congraciar
con la comunidad internacional y promocionar su producción nacional.
La tercera es la de los países que se encuentran en plena fase de crisis. Por un lado no ha
abandonado el neoliberalismo, pero por otro, ha desmontado algunas instituciones
neoliberales. En este caso la diplomacia es una versión moderada de las dos anteriores, a
no ser porque es más coyuntural. Las crisis son coyunturales y cambian, desaparecen o se
transforman. En estos casos la diplomacia está ajustada a las épocas y los procesos. A
diferencia de las otras dos conductas que son más o menos perennes, ésta varía con los
tiempos. Inclusive, dado que algunas crisis económicas pueden extenderse por años, se
podría decir que existe cierto grado de perpetuidad, pero en definitiva esta conducta
diplomática esta más atenta a los cambios internos y dispuesta a informar a la comunidad
financiera internacional de la capacidad del Estado por cumplir con los acuerdos ya hechos
y los que están por hacerse. La promoción, las iniciativas de expansión comercial, la
seguridad política, la búsqueda de confianza serán temas invariables, no obstante, serán
difíciles de sostener cuando existe crisis, por lo cual, se puede afirmar que este tipo de
conducta diplomática es la más laboriosa de las tres. Finalmente, en el actual período de
transición y consolidación de un nuevo estadio del sistema capitalista mundial, los países de
la periferia
“1.- sobre una decidida cooperación entre el Estado y los agentes privados para el
sostenimiento de un continuado programa de gestión y creación de infraestructuras, que
promueva el progreso social, tecnológico y la competitividad internacional de sus economías
nacionales, y de reformas que inciten y amplien una mayor participación activa de todos los
sectores sociales en la vida económica y productiva del país; 2.sobre la consolidación de
proyectos de integración regional dentro del marco del nuevo regionalismo donde países,
con afinidades geográficas e históricas, deciden unir sus esfuerzos en pos de acuerdos
preferenciales y programas comunes para el desarrollo económico y social de la región”
(GARCÍA RODRÍGUEZ: 1999) 34 . 2.1.7.- Tendencias Diplomáticas: Los sucesos recientes
motivaron a muchos países a cambiar y repleantear sus percepciones del orden
internacional y por ende sus estructuras y agendas diplomáticas. Los cambios que
ocurrieron internamente en los Estados, incluso, fueron denominados de muchas formas, no
obstante, hubo la recurrencia de denominar estos cambios como “La Nueva Diplomacia”,
término con el cual se aspiraba a englobar conceptualmente la totalidad de los cambios que
se venían gestando para encarar la nueva realidad internacional desde el punto de vista de
las Secretarías de Relaciones Exteriores de cada país. Dicho término no era usado para
definir los ámbitos pertinentes que estuvieran más allá de sus fronteras, al contrario, se
comenzó a utilizar en un sentido muy particular en referencia a sus Estados. Es decir, que si
bien el término “La Nueva Diplomacia” daba a entender cambios de percepción particulares
de los Estados en cuanto a su visión política del NOI, éste vocablo no fue importado a la
generalidad de las naciones del mundo, por lo cual se hizo muy común oír sobre la Nueva
Diplomacia Austriaca o la Nueva Diplomacia Japonesa, por ejemplo, pero aún no se hablaba
de la Nueva Diplomacia Mundial. Ahora bien, entre los países que realinearon
34
75 su posición y disposición en los asuntos políticos bajo esta óptica están EUA, México,
Rusia, Reino Unido y China, entre otros; países que si no atendían a las necesidades que
requería el NOI, su preponderancia o posición internacional, con respecto a los demás
países, podría haber decaído, ya que otros países emergentes, sin duda, al tener la
oportunidad de modernizar sus estructuras institucionales diplomáticas y, más que todo,
comerciales, podrían abrirse paso entre estos Estados y conquistar nuevas posiciones más
sobresalientes.
La Nueva Diplomacia Americana se ha caracterizado en estos últimos años por ser más
agresiva, en cuanto a no ceder su posición hegemónica mundial ante las nuevas potencias
emergentes o grupos de menor envergadura terroristas, por ejemplo, y no terroristas que
pretenden debilitar su presencia en el NOI. Específicamente, la movilización de tropas a
manera de herramienta persuasiva o bélica (si fuese necesario), el mayor énfasis a la
implantación de políticas ante la ONU y la redacción de leyes que van más allá de sus
fronteras, dejaron de ser opciones y han pasado a ser conductas institucionalizadas
habituales que no necesitan, en ciertos casos, de la anuencia de los Estados pertenecientes
a las Naciones Unidas, sino que basta la aprobación legal de su propio senado para que
sean efectivas (CFR.- LÓPEZ P.: 2001). Estas fórmulas de acción, basada en la
información, han sido vista s como un retroceso en comparación con las conquistas
diplomáticas que se han logrado (como la afluencia de iniciativas multilaterales), no
obstante, dentro de ellas pervive una diplomacia de fondo muy conciente de sus intereses,
pero en cuanto a sus formas, los procedimientos han sido tan abiertos y unilateralistas
(CFR.- LÓPEZ P.: 2001) que han creado fricciones alrededor de EUA en las sesiones de la
ONU. Este país, que no se desprende de la tecnología de la
Por otro lado, la Nueva Diplomacia Mexicana también presume la existencia de un patrón de
conductas y procedimientos que han modificado su tradicional percepción de las Relaciones
Internacionales desde de la Guerra Fría. Según la opinión del Embajador Jorge Palacios
Treviño, México ingresó a una nueva etapa diplomática cuando superó los lineamientos de
la doctrina Estrada y algunos otros principios que durante años dirigieron la política exterior
mexicana: “La decisión del Gobierno mexicano de intensificar la promoción y el respeto de
los derechos humanos en el mundo, y la participación de México como miembro no
permanente del Consejo de Seguridad (porque se dice que con ello se compran pleitos) son,
entre otros, los motivos señalados por algunos comentaristas para sentenciar el fin de la
Doctrina Estrada. Incluso, hay qui en piensa que, junto con la Doctrina, quedarán atrás
algunos principios que han regido la política exterior de México, como el de la libre
determinación de los pueblos y su correlativo de no-intervención en los asuntos internos de
los Estados, los cuales no sólo están consagrados en la Constitución Política Mexicana sino
también en la Carta de las Naciones Unidas. La Doctrina Estrada es una de las aportaciones
más valiosas de México al Derecho Internacional, quizá la más famosa, pero es poco
conocida y, por ello, se le interpreta de diversas maneras. De ahí que unos la alaben y otros
la denigren, que algunos digan que México la aplica y otros que no. Por ello, estimo que es
útil referirse aquí a lo que es la Doctrina Estrada. En la Doctrina Estrada se pueden distinguir
dos partes: la primera es un rechazo de la práctica de reconocer o no a los gobiernos que
llegan al poder por un medio que no es el previsto en la Constitución respectiva, pues de
esa práctica se aprovechan gobiernos poderosos para obtener ventajas de los países
débiles. México, al igual que otros países de este continente, la sufrió –entre otras
ocasionescomo secuela de la Revolución de 1910, y eso indujo al Gobierno mexicano a
tomar la posición contenida en el comunicado de la Secretaría de Relaciones del 27 de
septiembre de 1930, al que se le dio posteriormente el nombre de Doctrina Estrada en
homenaje a su autor, don Genaro Estrada, entonces Secretario de Relaciones Exteriores”
(PALACIOS TREVIÑO: 2004).
Así mismo, la Federación Rusa expone una Nueva Diplomacia que aún no ha superado con
éxito el hecho de que sus instituciones diplomáticas se estructuraron y especializaron
internamente por más de 60 años a objetivos específicos que pertenecían a la URSS. Y
ahora, como esas aspiraciones internacionales han caducado para su realidad, ha buscado
remodelar todo un sistema obsoleto que, en la actualidad, groso modo, aspira a reconstruir
su erosionada actitud imperialista, sea con la firma de múltiples acuerdos internacionales
que anhelan dar soporte a su debilitado sistema político interno (CFR.- IVANOV: 2002). La
Federación Rusa, en la actualidad ha hecho esfuerzos por depurar sus instituciones
diplomáticas y para ello ha tenido que invertir esfuerzos para acercar a sus funcionarios a
temas poco habituales para su agenda internacional. Debido a los cambios a escala
mundial, los funcionar la consecución al mismo tiempo de sus intereses nacionales, Rusia
tuvo que vivir un proceso de repliegue obligado que le impidió desplazarse en lo que se
refiere a política exterior plenamente, esto indudablemente incidió en una especie de
retracción de sus relaciones internacionales (CFR.- JOUBLANC: 2004). En segundo lugar,
posteriormente, la administración del Presidente Putin ha instrumentado una política exterior
basada en una naturaleza pragmática, denominada por ellos como una “orientación
Seguidamente, el Reino Unido nos presenta una Nueva Diplomacia más acomedida a los
hechos presentes que trascendentales. En alusión a una vertiente de la Nueva Diplomacia
Norteamericana, el Reino Unido ha asumido una postura más dada a analizar los focos de
riesgo internacional desde el mismo momento en que se gestan para actuar sobre ellos y
evitar un conflicto futuro (CFR.- STRAW: 2002). En el perfecto alarde de una poca
preocupación, sino más bien, mucha ocupación (CFR.- FISHER: 2004), la diplomacia
inglesa participa insistentemente en las relaciones internacionales con mayor celeridad y
puntualismo a diferencia de lo que tradicionalmente había ostentado con su típico
conservadurismo. Este cambio se ve fundamentado en el desarrollo de las tecnologías de
comunicación, las cuales, como mencionamos antes, han abreviado las distancias
geográficas permitiendo así un asequible proceder en los asuntos de su interés.
79 Y finalmente, China nos da una idea de una Nueva Diplomacia en cuanto a que su
interés por ser una potencia mundial más declarada (CFR.- OWEN: 2003), al menos, para el
continente asiático, la ha llevado a sumir posturas que a la luz de algunos estudiosos son
excepcionales. China, al igual que Rusia, ha estado sumergida en un proceso de
desideologización de su política exterior con la salvedad que éste comenzó a originarse
desde la segunda mitad del siglo XX y que anhelaba la aceptación de China a nivel
internacional. Además, su sistema político inició la culminación de un proceso de
reestructuración nacional que busca acoplar su sistema de mercado comunista con el
sistema de mercado capitalista presente en la región asiática. Incluso, China fue aceptada
en la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) en el 2004, lo cual le permitirá
acceder en el 2005 a un mercado de más 1700 millones de consumidores. Sin embargo, lo
más resaltante de la actual percepción política internacional de China para Asia y el resto
del mundo es que para ingresar a la ASEAN cumplió con un conjunto de requisitos
inspirados en principios democráticos y neoliberales, en contraste con lo que expresa su
constitución, donde se afirma que es un país comunista. La nueva diplomacia China se
propone crear las bases necesarias para insertar más aún a China en el comercio mundial y
el haber ingresado a la ASEAN puede visualizarse como un inmenso logro diplomático y
comercial, típico de un país conciente de ser una gran potencia en el siglo XXI. En caso
contrario, la diplomacia de China ha tenido un aspecto cuestionable con respecto al tema de
Taiwán. La confrontación se remonta a 1949 cuando las relaciones entre ellos se fracturan.
China considera a la isla de Taiwán como una de sus provincias y, por su parte, Taiwán se
define asimismo como Estado Independiente. China tradicionalmente ha utilizado muchos
recursos diplomáticos y políticos internos oficiales para tratar de persuadir a Taiwán de su
funesta actitud nacionalista (CFR.- MEYER: 1997). Sin embargo, su tradicional postura
conservadora cambió sobre este tema en los últimos años al hacer uso de una política
provocadora mediante prácticas de mísiles y movilización de armamento naval a pocos
kilómetros del territorio de la isla, para dejar bien sentado su poderío militar. Esta actitud que
podría definirse como presumida y ostentosa, indica un pasaje atípico en la historia
Visto así, la diplomacia en los últimos años ha tenido tareas vistosas y quizás pueda
entenderse que 1) el NOI favorece y tolera procedimientos diplomáticos poco
convencionales que tiempo atrás no hubieran sido posible ejecutarlos, asimismo, deja
entender que los mecanismos reguladores de las Relaciones Internaciones entre los
Estados (como el DIP o la Organización de las Naciones Unidas con su Consejo de
Seguridad) no son suficientes para controlar los excesos nacionales ni su repercusión en el
panorama internacional. De esa manera, es posible hablar de un NOI más susceptible a la
incidencia de nuevas manifestaciones diplomáticas; 2) conjuntamente, esos nuevos
procedimientos diplomáticos son en su totalidad prácticas innovadoras que los Estados
actuantes, anteriormente en su historia, no habían reparado o pensado en ellos, lo que los
define como prácticas diplomáticas modernas que superan a ciertas prácticas tradicionales
porque con ellas se pueden conseguir con mayor rapidez o seguridad ciertos objetivos; 3)
igualmente, esas prácticas dan noción de una clara intención de ajustar u optimizar las
instituciones internas de los Estados ante los nuevos paradigmas sociales internacionales;
4) estas nuevas prácticas diplomáticas han sido influenciadas por los adelantos tecnológicos
de manera que ahora las conversaciones y comunicaciones escritas se transmiten con
mayor fluidez, lo que ayuda a que las tomas de decisiones se inserten con gran dinamismo
en las relaciones internacionales; 5) y finalmente, dentro de esas prácticas y pese a los
cambios políticos, aún se manifiestan
81 características que nos dan nociones de continuidad de viejas políticas exteriores, como
la doctrina Monroe en formas novedosas, las consideraciones geopolíticas, etc. 2.2.- La
Diplomacia Y Sus Formas: 2.2.1.- La Diplomacia:
La diplomacia es una de las artes más antiguas del mundo (CFR .- COULUMBIS: 1986). Las
evidencias de esta afirmación se remontan a las antiguas culturas asiáticas donde se
practicaba rudimentariamente y a las antiguas culturas europeas donde adquirieron un
sentido más institucional 36 , es decir, la diplomacia en sus orígenes dejó a un lado las
recurrentes actividades de simple mensajería y avanzó a otros niveles, como la negociación
de asuntos de interés entre aquellos primitivos centros de poder (CFR.COHEN: 1996).
Según Guillermo Marín, este avance indica la primera gran revolución de la diplomacia:
Incluso, en el Imperio Romano fue el primero en otorgar pasaportes a sus ciudadanos con la
finalidad de controlar su tránsito dentro de las posesiones del imperio. Los pasaportes y
salvoconductos eran estampados sobre placas de dob le metal, las cuales se plegaban de
una forma especial. Los romanos llamaban a estos documentos diplomas. (CFR.- RAMÍREZ
VAZQUEZ: 2001, 1). Etimológicamente “Diplomacia deriva de la palabra diploma, que a su
vez proviene del verbo griego diplóo, que significa doblar. Los diplomas eran los
despachados, privilegios u otros instrumentos autorizados por un Soberano y respaldados
por su sello y armas. El original quedaba convenientemente archivado. De ahí que la
diplomacia, durante muchos años, se asoció en la mente humana a la conservación de
archivos, al análisis de antiguos tratados o bien a la licencia o privilegios conferidos a una
persona. Sin embargo, hoy en día, se refiere básicamente al estudio de la formulación y a la
ejecución de la acción exterior de los Estados, realizada por medios pacíficos” (MORALES
LAMA: 2004) (VER.- RAMÍREZ VAZQUEZ: 2001).
“… -Los - Gabinetes encargados de los negocios extranjeros seguían, desde la corte, las
andanzas de los primeros embajadores. Se había inventado la fórmula de la diplomacia
moderna: una organización apoyada en un Ministerio de Asuntos Exteriores en e l centro y
embajadas en la periferia, y el ejercicio incipiente de una tetralogía de funciones
diplomáticas (observación e información, negociación, representación y protección de los
intereses nacionales). El Estado nación surgido en Westfalia, tres siglos después, consolidó
la segunda revolución de la diplomacia. Las relaciones entre las unidades políticas estatales
estaban canalizadas, y eran controladas desde los polos donde se concentraba el poder”
(MARÍN: 2000). Desde entonces, la prosperidad de la diplomacia recorrió un camino hacia la
madures de una tercera revolución un tanto hipotética para Guillermo Martín:
83 Manuel Morales Lama indica que la primera etapa se extiende desde los orígenes hasta
el siglo XV. Esta etapa se distingue por ser ambulatoria o circunstancial, debido a que se
envían embajadores únicamente cuando hay que resolver asuntos precisos, como
conclusiones de tratados de paz, alianzas, acuerdos comerciales, declaraciones de guerra, y
por ser, además, informal, ya que no se habían establecido reglas fijas. También, agrega,
esta diplomacia era condicionada por la geografía, a causa de las limitaciones de los medios
de comunicación (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 33).
La cuarta etapa comienza con la mitad del siglo XX. Sus orígenes se vincularon a la
necesidad de revisar los principios vigentes de la convivencia internacional, luego de las
espantosas experiencias de la primera y segunda guerra mundial. En este nivel la
Diplomacia se caracterizó por: a) ser más abierta o pública, porque se inicia con la
publicación y registro de todos los tratados internacionales sin menoscabo, por supuesto, de
la reserva que en general, debe proteger su elaboración y negociación, ocasionando,
además, el fin de la diplomacia secreta; b) por ser una diplomacia de bloques, los Estados
se reunían en bloques que compartieran su misma ideología y las decisiones las tomaba el
Estado que dirigía el bloque; c) las relaciones diplomáticas ahora tienen lugar entre
gobiernos y pueblos; d) la opinión pú blica y los objetivos económicos adquieren importancia
en las tomas de decisiones diplomáticas; e) el abandono de la doctrina de la
extraterritorialidad (ahora las sedes diplomáticas se hallan bajo la soberanía del Estado
receptor, contraviniendo un precepto que imperó por siglos); finalmente, f) aparece la
diplomacia técnica (las decisiones ahora podían ser tomadas por cuadros técnicos en las
reuniones de los organismos internacionales) (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 39-42).
37
Manuel Morales Lama menciona: De Legationibus Libri Tres de Gentili, A. (1612); De Iure
Belli et Pacis de Grotius H. (1625); De La Manière De Nègocier Avec Les Souverains De
Callières (París, 1717); L’ Ambassadeur et ses fonctions de Wicquetfort (La Haya, 1724); y
De Foro Legatorum de Bynkershoek (1727).
Desde entonces es inapropiado negar que la diplomacia no sea una herramienta que sirve
para representar los intereses de un país en sus relaciones con el exterior. La diplomacia es
el motor de las relaciones internacionales, es un medio de comunicación un instrumento
científico y artístico de negociación muy eficiente que se sustenta en la reciprocidad
internacional (CFR.- GARCÍA: 1982, 66) y su ejercicio inteligente supone claridad de
objetivos en materia de política exterior (CFR.- ICAZA: 1999, 11). La diplomacia “permanece
en el cuarto de máquinas de las relaciones internacionales” (COHEN: 1998, 04).
Harold Nicholson también indica que “Burke criticó a los franceses por su diplomacia
ambivalente durante las Guerras Napoleónicas. Desde entonces el término se circunscribe
al ámbito de la política internacional y de los asuntos exteriores”.
38
87 En cambio, Korovin establece que la diplomacia debe ser considerada como un trabajo
cotidiano y pacífico para el estímulo y mejora de la política exterior y que corre a cargo de
los órganos de los Estados para las relaciones internacionales (CFR.KOROVIN: 1976, 288).
Mientras que José Lión Depetre alude que la Diplomacia es “la ciencia y el arte de la
representación de los Estados y de las negociaciones” (DEPETRE: 1974). Sin embargo,
para él, en un sentido más juicioso, en la actualidad se podría hablar de Diplomacia como:
“El método para establecer, mantener y estrechar las relaciones oficiales entre los Estados,
mediante negociaciones efectuadas por Jefes de Estado o de Gobierno, Ministros de
Relaciones Exteriores y agentes D iplomáticos” (DEPETRE: 1974). Por su parte, José Ángel
Ruiz Jiménez, menciona que: “Tradicionalmente, el término diplomacia se utiliza por lo
menos en dos sentidos: el primero y más restringido hace referencia al proceso por el cual
los gobiernos mantienen relaciones por medio de agentes oficiales y bajo las condiciones
formales del derecho internacional; el segundo, de ámbito más amplio, define a los métodos
o técnicas de la política exterior que influyen en el sistema internacional, o sea, al arte de la
negociación como eje de las relaciones internacionales. Respecto al primer sentido, el
objetivo de la diplomacia convencional es ampliar y mejorar los intereses del Estado. Éstos
se centran sobre todo en salvaguardar su independencia, seguridad e integridad —territorial,
económica y política— y en obtener la más amplia libertad de acción. Además, este tipo de
diplomacia busca obtener las máximas ventajas para la propia nación, preferentemente
evitando el uso de la fuerza y la creación de resentimientos en otros Estados. La diplomacia
tradicional persigue el reforzamiento del Estado obteniendo ventajas y aliados en la arena
internacional al tiempo que neutraliza a sus oponentes, habitualmente mediante el recurso
de generar buena voluntad hacia el Estado que representa. Es una alternativa a la guerra
para la obtención de los objetivos de los países, siendo sus armas la palabra y una voluntad
de negociación que frecuentemente, aunque no en todos los casos, se orientan hacia la
preservación de la paz. De forma general, aunque no invariablemente, la diplomacia negocia
la obtención de acuerdos y resuelve los problemas que surgen entre los Estados. Puede
incluir amenazas coercitivas, estando su alcance, flexibilidad y efectividad íntimamente
ligados al poder del Estado o Estados que recurren a ellas” (RUIZ JIMENEZ: 2004, 82-83).
O, cabe mencionar, la clásica definición de Paúl Sharp, y que, a nuestro juicio, es la más
precisa de las que hemos podido analizar:
Los actos formales tutelados por la diplomacia definen sus principales funciones, éstas
podrían establecerse en cuatro aspectos: a) nutrir al propio gobierno de información sobre
las condiciones materiales y morales, las vicisitudes políticas y las intenciones del país en el
que el diplomático está acreditado; b) la cual compete
89 principalmente al Ministerio de Asuntos Exteriores y consiste en la lectura y
procesamiento del material informativo obtenido de sus representantes diplomáticos y
consulares, así como de la prensa internacional; c) la diplomacia debe aconsejar a los
gobiernos en circunstancias de política internacional de particular importancia. Esa es, de
largo, la más delicada función y la que pone de manifiesto la ambivalencia de la profesión
diplomática, pues el embajador es un técnico de las relaciones internacionales que debe
sopesar cuidad osamente las consecuencias de sus acciones e iniciativas y; d) es función
de los embajadores informar e ilustrar a los gobiernos extranjeros acerca de las valoraciones
y posturas negociadoras del propio (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 82-84).
2.2.2.- Derecho Diplomático Y Consular: El Derecho Diplomático es una rama del DIP y
regula el status diplomático, así como las relaciones que se crean entre los Estados (o de
éstos con otros sujetos de derecho internacional) de igual manera, establece y regula a los
órganos y agentes encargados de las relaciones exteriores de manera permanente o
temporal. Asimismo, establece las normas que regulan las negociaciones que estas
representaciones han llevado a cabo (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 20). Sin embargo, es
preciso establecer la diferencia entre el Derecho Diplomático y la Diplomacia. Esta última, es
esencialmente la técnica y el arte de conducir la política exterior de los Estados. Mientras
que el derecho diplomático establece las normas y procedimientos que regulan las
relaciones de los mismos. En consecuencia, la Diplomacia viene a ser un componente
90 esencial del Derecho Diplomático, posiblemente su parte más noble (CFR.- MORALES
LA MA: 2004, 20).
El Derecho Consular, por su parte, se refiere al conjunto de normas jurídicas que regulan el
establecimiento de las relaciones consulares, el status de las oficinas consulares así como
la competencia y el ejercicio de las funciones consulares. A diferencia del Derecho
Diplomático, que es una rama del DIP, el Derecho Consular comprende normas jurídicas de
carácter internacional y también las disposiciones propias del derecho interno de los
Estados (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 21). El Derecho Consular configura el papel de la
Sección Consular de los Ministerios de Relaciones Exteriores. La Sección Consular es la
responsable de todas aquellas actividades relacionadas con la actividad consular
propiamente dicha, entre las cuales están aquellas referentes a visas, actividades notariales,
seguimientos de los nacionales radicados en el país receptor (protección y seguridad) 39 ,
emigraciones, despacho de barcos etc. (CFR.- HERNÁNDEZ: 1997).
39
diplomáticas pueden ser multilaterales, pero las consulares pueden ser bilaterales; las
relaciones diplomáticas se rigen por el DIP tanto en su forma como en su fondo, mientras
que las relaciones consulares surten efectos de derecho interno; las declaraciones de un
embajador pueden generar consecuencias y obligaciones al Estado, en cambio, las
declaraciones de un cónsul generan consecuencias en el derecho interno. Como vemos, las
relaciones diplomáticas poseen más vínculo con la representación del
40
92 Estado que las relaciones consulares (actividades más técnicas), por lo cual, no sería
inapropiado pensar que un Estado acredite a sus agentes diplomáticos, de una u otra rama,
haciendo valer la importancia de uno con respecto a la importancia del otro. Tal cual como
así sucede el embajador es nombrado con una carta credencial. Y el agente diplomático de
la rama consular es nombrado con una carta patente. Véase el siguiente gráfico donde se
leen estructuradamente las diferencias:
Las convenciones de Viena, si bien, marcaron las diferencias entre las relaciones
diplomáticas y consulares, también enmarcó algunos principios doctrinarios únicos para
ambas ramas, como el derecho de legación o jus legatio. El derecho de legación es la
facultad que tienen los Estados para enviar o recibir emisarios oficiales en representación de
sus gobiernos (CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001, 3) 42 . El jus legatio cuenta con dos
aspectos: el jus passivum (derecho de recibir) y el jus activum (derecho de enviar), tal
derecho puede ser utilizado libremente por todos los Estados con personalidad jurídica
internacional, ante otros Estados y ante las organizaciones internacionales (CFR.- RAMÍREZ
VÁZQUEZ: 2001, 3).
“El derecho de legación depende del interés de los Estados por mantener relaciones
internacionales. El derecho de legación puede establecerse por medio de tratados en los
que las partes contratantes reconozcan la facultad de usar dicho derecho en sus relaciones
recíprocas” (CFR.- RAMÍREZ VÁZQUEZ: 2001, 3).
42
Es decir, dado que la diplomacia busca el acercamiento entre los Estados en razón de un
objetivo y cuidando el contenido y la forma de sus relaciones, en base a la negociación
internacional 44 , ésta intentará conseguir los objetivos en razón de bases confiables, pero
como las relaciones sociales no ofrecen este tipo de bases, sólo podrá conjeturar sus
mecanismos y estrategias de negociación en ideas y percepciones endebles de la realidad y
coyuntura internacional que le rodea, a no ser que sustente esa deficiencia natural con
grandes bancos de información. Este escenario de incertidumbre, igualmente, amerita
desarrollar un sentido de la oportunidad para explotar al máximo los hechos internacionales
y, en especial, los hechos fortuitos. A demás, como las actividades diplomáticas pueden
fortalecer la posición de un país dentro de la esfera internacional, el correcto uso de las
oportunidades obtiene un doble valor. La capacidad de respuesta de los cuadros
diplomáticos en la arena internacional es, sin duda, punto
O Véase también MORALES: 1986. O Véase MORALES LAMA: 2004, 154. La Negociación
es la tarea más empleada y conocida en el ámbito diplomático ya que al apoyarse en la
forma, el fondo y los medios para establecer una comunicación intercultural, se vuelve la
herramienta más utilizada y que genera los mejores resultados en materia de política
exterior.
44
43
94 clave para cualquier aspiración de éxito, pero debe tener en cuenta que las fuerzas que
acentúan las asimetrías de poder siempre acarrearán insospechadas consecuencias. Por
ello, la diplomacia en sus largos años de experiencia ha tenido una mayor necesidad de
contar con diplomáticos hábiles capaces de tener éxito ante las orientaciones políticas
dispares, y en especial, para la diplomacia de los países en incipiente desarrollo, los cuales,
como poseen una posición pasiva en el entorno internacional, están más necesitados de
cuadros diplomáticos especializados, cosa que no significa la clave del éxito, pero si
aumenta las posibilidades de no peder terreno y preponderancia en las estructuras de poder
mundial. Así, la negociación internacional puede disminuir las asimetrías de poder
internacional, mientras que la negociación diplomática tiene como finalidad encontrar la
mejor solución posible a conflictos internacionales, que genera alternativas que favorezcan
los intere ses de las partes y establezcan líneas de acercamiento y cooperación, teniendo
cuidado de no desaprovechar las oportunidades.
El derecho internacional establece que entre las funciones que debe desempeñar un
diplomático se encuentran la de la observación. Se debe entender como observación
recopilar información por todos los medios legales sobre la situación del Estado receptor y
enviarla al Estado que lo acredita. Los diplomáticos son extranjeros que representan los
intereses del Estado que los acredita y por ello buscan allegarse información útil para los
fines del gobierno. La observación deja de ser una tarea diplomática cuando los
diplomáticos bajo el amparo de sus privilegios e inmunidades se encargan de recopilar
información confidencial de los gobiernos que los recibe, por esa razón, la diplomacia puede
teñirse de mala fama si la observación se confunde con el espionaje (CFR.- RAMÍREZ
VÁZQUEZ: 2001, 4).
horizonte se complica aún más cuando se percibe que cada uno de los elementos a evaluar
puede adoptar o asimilar otros elementos. Es decir, una modalidad de actividad diplomática
puede valerse de otra para aumentar su capacidad funcional. No obstante, antes de
desarrollar este punto hay que indicar cuál es el papel que desarrolla la diplomacia como
elemento administrador de la política exterior de los Estados. Una política exterior es traducir
los intereses nacionales de un Estado en el plano internacional para lograr beneficios a
corto, mediano o largo plazo. En esta perspectiva, no existen gastos en política exterior sino
inversiones (CFR.- MORALES, Miguel: 2000). O en las palabras de Josef Thesing: “La
política exterior es definida como el intento de representar los intereses de un Estado, para
de esta forma lograr influencia con respecto a otros Estados. Este esfuerzo forma parte de
un sistema de intereses y posibilidades internas y externas que también pueden traducirse o
concretarse en la constelación de la política mundial” (CFR.- THESING).
96 En cuanto a los intereses que con orman la política exterior de un Estado, ésta puede ser
dividida en dos fuentes: Intereses del Gobierno e Intereses del Estado. Cada una por su
cuenta conforma la Política Exterior del Gobierno y la Política Exterior del Estado. Una vez
juntas crean la Política Exterior de la Nación, aunque es muy posible que en la unión un tipo
de intereses prevalezca sobre el otro. Posteriormente, las manifestaciones de la Política
Exterior se concentran en el organismo, secretaría o ministerio de asuntos exteriores de la
nación para que ésta institución ejecute la política exterior y le de debido seguimiento. El
organismo ejecutor de la política exterior, por definición, son las actividades diplomáticas, es
decir, las acciones e intereses que se exteriorizan en la labor de los agentes diplomáticos,
los cuales, enfocan las políticas designadas hacia los sujetos de derecho Internacional.
Finalmente, en un sentido dialéctico, los intereses del Estado y del Gobierno analizarán las
respuestas provenientes de los sujetos de derecho internacional. A manera esquemática y
simplificada el procedimiento es como sigue:
Política Exterior
Divisiones Diplomáticas
98 obstante, los representantes deben gozar del reconocimiento legítimo del Estado que los
avala. Este hecho es tan crucial que la idea de la diplomacia es inconcebible sin una idea de
representación legítima (CFR.- SHARP, Paul. En: HAINE: 1997, 4).
46
“En las relaciones bilaterales, puede darse el caso de “Embajador Concurrente”. Éste es un
jefe de misión que por razones especiales está acreditado ante dos o más Estados, en la
misma región, y tiene su sede en aquél considerado idóneo para sus intereses por el país
acreditante. No obstante, debe tomarse en cuenta que existen países que pueden negarse a
recibir embajadores concurrentes, y que hay otros que se oponen expresamente a
acreditarlos cuando éstos tienen su sede en determinados países que ellos consideran
inconvenientes ‘por razones que no tienen la obligación de explicar’”. (MORALES LAMA:
2004-c).
47
2.2.3.4.- Diplomacia Directa (de Cumbre o Presidencial): Este tipo de diplomacia también se
le conoce con el nombre de diplomacia Personal o de Alto Nivel. Su nacimiento se remonta
a la era de las monarquías absolutas. Se caracteriza por la injerencia o participación directa
de los Jefes de Estado o Gobierno o Ministros o Secretarios de Relaciones Exteriores en la
construcción de las relaciones entre sujetos de derecho internacional (CFR.- MORALES
LAMA: 2004, 10). Es una diplomacia al más alto nivel que requiere de una ardua labor de los
agentes diplomáticos de menor nivel; ya que las labores preparatorias que realicen traerán
el éxito o no de las reuniones (CFR.- RAMIREZ VÁZQUEZ: 2001, 5). Estos encuentros
muchas veces son decisivos para el buen entendimiento de las naciones, para la solución
de controversias coyunturales, para fomentar proyectos de cooperación, así como para
promover intercambios económicos y culturales (CFR.- RAMIREZ VÁZQUEZ: 2001, 5).
Igualmente, otra cualidad es lo espectacular de las negociaciones que se llevan a cabo entre
las altas instancias de cada Estado, lo cual, pudiera que el fracaso de la cumbre sea más
sobresaliente, irritante y peligroso (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 11). Sin embargo, en la
actualidad es cada vez más frecuente que los Jefes de Estado o Gobierno entre en
contacto, sin intermediarios, para plantear o resolver asuntos que en otros tiempos hubiera
sido tratado a través de las misiones diplomáticas (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 11).
Finalmente, vale mencionar que este tipo de diplomacia combina elementos tanto de la
diplomacia multilateral como de la bilateral. Por una parte, conserva ciertos rasgos propios
de las negociaciones en los foros internacionales, pero esta libre de complejas reglas de
procedimientos (CFR.- ICAZA: 1999, 33).
48
“La razón es que, a diferencia de otras guerras anteriores, impulsadas por motivos limitados
y concretos, la Primera Guerra Mundial perseguía objetivos ilimitados” (HOBSBAWM: 1994).
103 aspiraba construir una diplomacia más efectiva y no tan hermética como la diplomacia
Europea de aquel período, es decir, una diplomacia perecedera y coordinada; una
diplomacia capaz de suplir el vacío moral y ético que dejó el rotundo fracaso experimentado;
en fin, una diplomacia no exclusiva ni excluyente, una diplomacia abierta a los pueblos. “En
1914 Europa se vio sacudida por la I Guerra Mundial y el conflicto acabó con la reputación
del sistema diplomático europeo, en tanto que la diplomacia secreta mantenida por la
mayoría de los estadistas había sido una de sus detonantes. El presidente estadounidense
Thomas Woodrow Wilson se convirtió en el máximo defensor de una diplomacia abierta y
cuyos objetivos prioritarios deberían ser el manteni miento de la seguridad colectiva y el
equilibrio político internacional. En lugar del antiguo sistema, Wilson propuso una nueva
diplomacia que describió en sus catorce puntos. Los borradores de los pactos públicos se
decidirían en conferencias internacionales en las que las pequeñas y grandes potencias
participarían en grado de igualdad. Para mantener la paz se harían coincidir las fronteras
nacionales con las étnicas. Todos los miembros de la comunidad internacional se
comprometerían a defender estas fronteras frente a cualquier nación que pretendiera
cambiarlas por la fuerza. Los países buscarían el interés común en vez del interés nacional
y someterían sus conflictos al arbitraje internacional para su resolución pacífica. Muchas de
las ideas de Wilson se incluyeron en el Tratado de Versalles de 1919 y en la Sociedad de
Naciones. Sin embargo, después de que Estados Unidos rechazase su ingreso en la
Sociedad y volviese a su tradicional política aislacionista, los Estados europeos reiniciaron el
sistema de equilibrio político y la defensa de los intereses nacionales mediante diplomáticos
profesionales” (CFR.- MICROSOFT CORPORATION: 2005). El nacimiento de la Sociedad
de Naciones dio paso a lo que se conocería como diplomacia democrática. Este tipo de
diplomacia pretendía: a) imponer a los Estados la obligación de registrar y publicar los
tratados internacionales; b) impulsar el ejercicio de la diplomacia por medio de conferencias
internacionales; y c) enfatizar la adopción del principio de que ningún tratado podría
considerarse concluido, hasta tanto, éste no haya sido aprobado por los congresos de los
países signatarios (CFR.- MORALES LAMA: 2004, 11). De esta manera y por primera vez
en siglos, los asuntos de la diplomacia no estaban en estrecha vinculación con los
gobernantes sino con el mismo pueblo. Sin embargo, la diplomacia democrática no tuvo
mayor trascendencia tras la
2.2.3.7.- Diplomacia Doctrinaria: Es muy usual que un Estado asuma una política exterior
que contenga muy poca relación con otras políticas que ha implementado. Cuando esto
ocurre los estudiosos tienden a denominar conceptualmente, casi de inmediato, el fenómeno
para así reconocerlo y distinguirlo como un elemento diferente con respecto de los otros.
Dicha tarea, la denominación, se hace en función de la evaluación del trasfondo que
encierra esa política exterior a través del análisis de los objetivos que persigue. Una vez
cumplido con ese requisito, los estudiosos proceden a emitir o recomendar un concepto
definitorio para esa política exterior con un nombre muy vinculado a la naturaleza de la
política exterior que se está implementando, la cual esconde la particular percepción que
tiene ese Estado sobre la esc ena internacional. La diplomacia del dólar, la diplomacia del
garrote, la diplomacia por la pacificación forzada, la diplomacia por la neutralización, la
diplomacia de la paz negociada, la diplomacia unilateral, la doctrina Betancourt o la doctrina
Estrada, la diplomacia de tocador, entre muchos otros e incontables nombres, son
conceptos que definen bien encausadas políticas exteriores a nivel mundial o tácticas o
argucias del ejercicio de la diplomacia. Cada una de esas denominaciones no se parta de
doctrinas e ideologías típicas de una época, un Estado, una coyuntura y una necesidad, sin
embargo, no son diplomacia, son formas de ejercer y estructurar la diplomacia en el campo
internacional.
106 volun tad de unión y paz mundial. En sentido contrario, las fuerzas sociales giran con
fuerza centrífuga a la diplomacia cuando las políticas exteriores de las naciones tienden a
enfatizar acciones basadas en la fuerza antes que las acciones basadas en la como
principio menester para influenciar en las relaciones
concertación,
internacionales. Este tipo de movimiento social pone en riesgo los mismos valores que
anidan en el centro mismo de la diplomacia, tal como lo presentamos en los siguientes
gráficos:
DIPLOMACIA
DIPLOMACIA
Por ejemplo, la diplomacia del garrote promovió fuerzas centrífugas alrededor de las
relaciones entre los Estados del continente americano por cuanto el mensaje de la
diplomacia americana suponía una moderada amenaza o una latente represalia a aquellos
países americanos que no estuvieran acordes con su percepción de lo que debía ser la
escena internacional del continente. Además de las sospechas, intrigas y temor que causó
en algunas esferas políticas de la región, la actitud soberana que pretendía imponer EUA
con esta política exterior deterioró algunos lazos históricos entre éste país con otros vecinos,
pero en ningún caso la política exterior de los Estados americanos quedó en manos de
esferas militares. Las actividades diplomáticas durante este período
107 se redujeron en intensidad, aunque poco en comparación con los niveles bajos en
comparación con las Guerras Mundiales.
2.2.3.8.- Diplomacia Técnica: El auge de la división del trabajo a lo largo del siglo XX, con
origen en la revolución industrial del siglo XIX y la vertiginosa acumulación de conocimiento,
enfatizó la presencia cada vez mayor de una fuerza laboral humana altamente calificada y
especializada, quienes con conocimientos muy instrumentalizados, iniciaron una verdadera
revolución en todas las ciencias conocidas, porque utilizaban procesos mecánicos para
acceder o modular la realidad y demostraban con patentes resultados,
108 en algunos casos, que los paradigmas teóricos tradicionales ya eran obsoletos. Si bien
este fenómeno prosperó por un tiempo, a la larga corroboró otro panorama donde las
ciencias duras siempre salían más beneficiadas que en el caso de las ciencias blandas o
sociales, en las cuales no se percibían progresos substanciales. El avance de la tecnocracia
(y sus tecnócratas) y de los técnicos en asuntos internacionales, comenzó a menguar en el
preciso instante en que se hizo evidente que los Estados, las comunidades humanas y los
individuos no respondían a leyes fijas y mucho menos moderadas, tal cual como las
máquinas. Sus esfuerzos por manipular la realidad desde un punto de vista fáctico,
considerando a sus objetos de análisis como simples números en una inmensa matriz de
datos, no obtuvieron los resultados esperados y para mediados del siglo XX ya era
inapropiado confiar ciegamente en el conocimiento técnico para dirigir las políticas de los
gobiernos a sus ciudadanos. Sin embargo, pese a ello, los técnicos aún existen y aún están
presentes en las sociedades humanas tomando decisiones. Esto se debe a que algunos
aspectos del conocimiento técnico son valiosos para aplicarlos en muy determinados y
contados casos. En las relaciones internacionales el conocimiento técnico se ha delimitado a
temas comerciales y financieros más que todo. Por ejemplo, es muy utilizado en políticas
macroeconómicas entre Estados y en políticas de intercambio comercial. Esta última, de
mayor desarrollo, ha dado origen a la llamada diplomacia comercial. Pero por lo demás, hay
facetas en que su presencia resulta innecesaria, tal como lo señala Manuel Morales Lama al
mencionar cómo ha sido la experiencia de la diplomacia a la luz de esta tendencia: “Hace
más de cuarenta años se pensó que el fin de la Diplomacia Tradicional estaba cercano,
puesto que muchas de las decisiones estaban siendo tomadas en reuniones de técnicos, en
el seno de los organismos internacionales. Sin embargo, la necesidad de cierta penetración,
tacto y de un arte que los técnicos no poseen, asegura un espacio a la Diplomacia
Tradicional o Clásica, y es así como expertos en esta disciplina son requeridos como
asesores o consejeros en estas reuniones. En la actualidad, la Diplomacia Tradicional tiene
funciones coadyuvantes con la denominada Diplomacia Técnica, puesto que a la Misión
Diplomática permanente (…), le corresponderá
109 participar en la preparación del cónclave, pero también servirá a los técnicos de su
nación como fuente de información acerca del país sede y, finalmente, valiéndose de las
informaciones centralizadas de su Ministerio de Relaciones Exteriores, los diplomáticos allí
acreditados prepararán uno de los expedientes sobre los cuáles trabajará la delegación
técnica de su país” (CFR.- MORALES LAMA: 2 004, 13-14). Finalmente, podemos decir que
este tipo de actividad diplomática se caracteriza porque los temas que se negocian entre
Estados son tratados, mayormente, por agentes diplomáticos que no ostentan el mayor
rango de la misión diplomática, es decir, los técnicos 50 . Igualmente, se puede añadir que
se caracteriza porque los temas tratados se adecuan a términos comerciales, financieros y
de información, excluyendo los temas políticos. Además, el carácter entramado de algunos
temas concernientes a la diplomacia técnica, en especial a temas de políticas
macroeconómicas entre países, dificulta el seguimiento de un cuerpo diplomático colegiado,
y lo cierne a unos pocos agentes especializados sólo en esos temas.
110
“El fracaso de todos los anteriores esquemas de paz mundial, debe buscarse en las
persistentes condiciones de las que resultaron las discordancias (...) En todos los grupos
sociales -cualquiera que sea su tamaño- se percibe la lucha por la influencia y el poder (...)
El realista procura mitigar las rivalidades entre las naciones, a través de frenos y
contrapesos y por la transacción y regateo” (CFR.SEPÚLVEDA: 1960, 142-144). En cambio,
Vespasiano De La Rosaleda considera que la Diplomacia Realista es en donde se justifican
acciones de todo tipo, tomando como justificación el “interés nacional” (CFR.- DE LA
ROSALEDA: 2001) y Juan José de Olloqui construye una forma de ver ésta diplomacia al
denominarla Diplomacia Total cuando concibe que éste instrumento de paz exige echar
mano de todos los medios a nuestro alcance para el logro de los objetivos de la Política
Exterior (CFR.- DE OLLOQUI, Juan José. En: DE LA ROSALEDA: 2001).
“El realismo es un enfoque doctrinal de las relaciones internacionales que se caracteriza por
suponer que éstas responden a realidades que, sin ser ajenas a los humanos, sobrepasan
habitualmente sus voluntades. El realismo se contrapone al idealismo según el cual las
relaciones internacionales pueden ser libremente determinadas por la voluntad de los
gobiernos y reguladas por el Derecho Internacional” (REVILLA MONTOYA: 2003). El
nacimiento de la diplomacia Realista e Idealista se remonta a la primera mitad del siglo XX.
La primera aparece cuando Theodore Roosevelt asume la presidencia de EUA (1901-1909)
y la segunda cuando su contraparte Woodrow Wilson lo hace años después (1913-1921).
111 “Antes de la Primera Gran Guerra EE.UU. era ya una potencia mundial, sin embargo su
aislacionismo prevaleció en su política exterior. No es hasta la presidencia de Theodore
Roosevelt que EE.UU. entró de lleno a la política mundial, éste ‘insistió en que se atribuyera
un papel internacional a los EE.UU. porque así lo exigía su interés nacional y porque, según
él, un equilibrio global del poder era inconcebible sin la participación norteamericana. Para
Woodrow Wilson, la justificación del papel internacional de los Estados Unidos era
mesiánica: el país no tenía una obligación con el equilibrio del poder, sino la de difundir los
principios norteamericanos por todo el mundo’. Roosevelt, en su discurso anual hacia el
Congreso de 1904 dijo que en América, la adhesión de los EE.UU. a la Doctrina Monroe
puede obl igar a la nación, en casos flagrantes de maldad o incompetencia, a ejercer, aun
con renuencia, un poder policiaco internacional. Wilson, en su primer discurso sobre el
estado de la Unión, el 2 de diciembre de 1913, fijó las directrices de lo que después se
conoció como wilsonismo. El derecho universal y no equilibrio, la integridad nacional y no la
autoafirmación nacional eran, en opinión de Wilson, los fundamentos del orden
internacional. Wilson afirmaba que ‘nada que concierna a la humanidad puede sernos ajeno
o indiferente’”. (REVILLA MONTOYA: 2003). De igual manera, si los procedimientos
diplomáticos de un Estado o grupo de ellos, o de la misma escena internacional, manifiestan
un carácter pausado en situaciones que demandan actividad, se podría decir que la
diplomacia es pasiva. En cambio, si los procedimientos diplomáticos poseen un gran
dinamismo, sería una diplomacia activa. Sin embargo, existen discusión acerca de qué
períodos condicionan la aparición de una diplomacia activa o pasiva. Curiosamente, se
considera que la diplomacia activa es propia de los tiempos de paz, pues lo países tienen
mayor iniciativa de acción que cuando son tiempos de guerra, ya que, en estos períodos las
iniciativas quedan atrás por los riesgos y posibles consecuencias de los conflictos.
Finalmente, a mediados de los años noventa Michael Glennon introdujo al debate moderno
de la diplomacia un análisis sobre el conflicto permanente entre constitucionalismo y
diplomacia que ha caracterizado la definición de la política exterior de los EUA desde 1945.
En su obra “Diplomacia Constitucional” analiza entre otros temas, la relación del presidente
con el Congreso, el papel del Poder Judicial y la tensión entre el derecho internacional y el
derecho estadounidense. Asimismo, reitera la necesidad de elaborar una verdadera
Diplomacia Constitucional, es decir, de abandonar
112 el predominio del Poder Ejecutivo para asegurar la participación activa, inscrita en la
Constitución, de las tres ramas del poder en la definición de la política exterior de los EUA
(CFR.- GLENNON: 1996).
Tras la Guerra Fría, cuando las funciones militares sustituían en buena medida a las
diplomáticas y se operaba dentro de ámbitos netamente diferenciados de objetivos comunes
y opuestos, y la negociación adquirió un factor esencial como la fuerza proporcional, la
diplomacia entró en una etapa que cambió considerablemente su forma, pero no así su
fondo. Los nuevos retos y el nuevo ambiente que afloró y, más que todo, el análisis del
conflicto anterior junto con las reflexiones teóricas de las relaciones de las sociedades
humanas, evidenciaron las importantes limitaciones de la perspectiva tradicional de la
diplomacia, en cuanto a su gestión y al modus operandi de ella, así como la ausencia de
instrumentos de prevención de la violencia de suficiente eficacia (CFR.- RUIZ JIMENEZ:
2004, 82). De esta forma, paulatinamente, los diferentes centros de estudio a nivel mundial
sobre relaciones internacionales fueron conciliando la idea que si bien era un hecho que la
labor política de la diplomacia convencional era, desde luego, necesaria, ésta podía ser
susceptible de ser mejorada (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 82). La propia naturaleza de la
política internacional exigía un proceso de revisión sobre la diplomacia y ya a los quince
años se recogían los primeros frutos.
113 Poco a poco nacieron las teorías de la diplomacia moderna, sin olvidar el papel obsoleto
de su predecesora.
“Lo que algunos han llamado diplomacia ‘clásica’, es decir, la diplomacia permanente, la
cual era según Hedley Bull, un elemento crítico en el funcionamiento de una sociedad
internacional, hoy en día es obsoleta. Desde la creación del embajador permanente que es
un suceso cercano al surgimiento del Estado (…) la diplomacia esta en un lento pero
inevitable proceso de declinación. Es más, se defiende a menudo que el moderno desarrollo
de las comunicaciones, el teléfono (…) y ahora Internet, el rol y función de un embajador ha
sido disminuido y que los diplomáticos de hoy han sido reducidos al status de un ‘simple
empleado’ al otro lado de la línea telefónica. Como el Estado esta perdiendo preponderancia
como el actor principal de las relaciones internacionales, asimismo la dip lomacia asume un
decreciente papel. Pero, al mismo tiempo, estamos enfrente de una paradoja: los
diplomáticos existen y se han incrementado en número desde la Segunda Guerra Mundial e
incluso desde el fin de la Guerra Fría. La vieja o clásica diplomacia, caracterizada por su
naturaleza bilateral, secreta y reservada a los intereses políticos oscuros, aún no ha
desaparecido. En muchas instancias, esta clásica diplomacia todavía es útil en nuestros
días.” (HAINE: 1997, 2). Para muchos la diplomacia moderna expone agendas
internacionales llenas de variados temas (CFR.- HERNÁNDEZ: 1997), se aleja de los
contenidos ambiguos (CFR.FIERRO), es más creativa e imaginativa (CFR.- VILLEPIN:
2003) y posee multifacéticos niveles de análisis a la hora de proceder (CFR.- MARTIN:
2001), sin embargo, su mayor característica es que complementa en gran medida a la
diplomacia tradicional. También, existe una cualidad muy definitoria de la diplomacia
moderna y es el manejo, uso y administración de la información y las comunicaciones. En la
última década del siglo XX la tecnología de información y comunicaciones sufrió un
desarrollo que afectó las habituales conductas humanas en muchos países del mundo. Por
ende, las instituciones gubernamentales de los Estados también fueron influenciadas por
ésta repercusión tecnológica que era capaz de optimizar los procedimientos administrativos
y abaratar los costos de éstos. Los diversos cambios suscitados dentro de las instituciones
fueron patentes conforme la revolución tecnológica anidaba en las estructuras institucionales
y, quizás, el cambio más manifiesto se circunscribió al hecho de que las distancias
geográficas entre los países se habían reducido, pero no desde un punto realista y
En este contexto, las actividades diplomáticas no han sido ninguna excepción al tema. La
proliferación de redes informáticas (como Internet) capaces de transmitir información a un
ritmo cada vez más rápido hizo posible, que los agentes diplomáticos consiguieran diálogos
más efectivos y recrearan observatorios internacionales (CFR.ROJAS: 1997) que hacen
más eficientes los mecanismos de alerta temprana. También, el avance de las
telecomunicaciones ha hecho en la práctica que las actividades diplomáticas actuales sean
ejecutadas sin la necesidad de enviar al exterior una representación oficial, estrategia que
es una respuesta típica para la reducción de costos por parte de la Administración Pública
de los Estados (CFR.- AREA: 2004).
El secretario de Estado Franz Von Däniken, uno de los diplomáticos de más alto rango en el
Departamento de Asuntos Exteriores de Suiza, afirma que hay determinados elementos
básicos en los deberes tradicionales de la diplomacia que indudablemente no cambian. No
obstante, los instrumentos nuevos, como el correo electrónico y el Internet, propios de la
década de los noventa, producen cierto desplazamiento de las actividades. Debido a esto,
aumenta la relevancia de la presencia personal y de la personalidad del diplomático. En
síntesis, la Vieja Diplomacia existe, como la Nueva Diplomacia ante sus ojos (CFR.- VON
DÄNIUKEN, Franz. En: SAAMELI: 2002).
115 de las relaciones internacionales (CFR.- SMITH). Esta forma de asumir la Diplomacia
Moderna fomenta la idea de concebir que la Diplomacia actual se relaciona no solamente a
la persecución de los intereses nacionales sino también a la gestión de temas globales
(CFR.- GILCHRIST: 2004), esto significaría un cambio conceptual en la esencia misma de
entender la Diplomacia en su sentido tradicional, no obstante, Gilchrist, Alan considera que:
Este tipo de actividad diplomática extraoficial ya había sido descrita y comentada por el
diplomático estadounidense Joseph Montville en 1982. En aquella oportunidad definió este
tipo de diplomacia como “track two diplomacy”, en referencia a una amplia gama de
contactos extraoficiales y a la interacción encaminada a solucionar conflictos,
De Rivero, Embajador de Perú ante la ONU, menciona en este breve ensayo una idea de lo
que debería entenderse por “realpolitik” en su traducción al español: “… realpolitik, es decir,
(…) la estructura del poder mundial...”. Realpolitik, también, responde a las actividades
políticas humanas que se sustentan sólo y únicamente en la estructura de poder mundial
para esgrimir y fundamentar cualquier acción futura a tomar. (CFR.- DE REIVERO: 2004).
53 Foix menciona en este breve ensayo una idea de lo que debería entenderse por “Hard
Power” en su traducción al español: "…hard power, es decir, su poderío militar...” (CFR.-
FOIX: 2002). 54 Se puede sugerir que Cyberpol itik son las actividades políticas humanas en
que el manejo de información y los medios de comunicación son tan fundamentales, y en
ciertos casos mucho más, como la estructura de poder mundial para esgrimir y fundamentar
cualquier acción futura a tomar.
52
117 tanto internacionales como dentro de los Estados, lejos de los métodos diplomáticos
propios del sistema gubernamental convencional.
Montville, utilizó la expresión en contraste con la diplomacia de vía uno, que comprende los
esfuerzos diplomáticos para solucionar conflictos por la vía oficial de los gobiernos (CFR.-
NOTTER: 1996). Esta percepción respondió a un proceso de revisionismo sobre la materia
diplomática que ya, dentro de la concepción tradicional, quedaba escasa para explicar la
presencia de las actividades extraoficiales. Según Montville, track two diplomacy significaba
“interacción oficiosa y no estructurada entre miembros de grupos o naciones enfrentados
que se orienta hacia la resolución de conflictos primando el tratamiento de factores
psicológicos” (MONTVILLE, Joseph. En: FISCHER: 1997, 17).
Montville consideraba la track two diplomacy como un proceso diseñado para asistir a
líderes oficiales en la exploración de posibles soluciones, fuera del ojo público y sin los
requerimientos necesarios para negociar formalmente, o para buscar situaciones de ventaja.
Según José Ángel Ruiz Jiménez, siguiendo la definición inicial de Montville, otros
académicos ofrecieron sus propias interpretaciones del término. “Mientras numerosos
autores tendían a utilizar los términos diplomacia ciudadana y track two diplomacy como
equivalentes, F ank Dukes y John Burton establecieron una distinción ente ambas, por la
que la primera se refería a toda una clase de procedimientos no oficiales aplicables a nivel
internacional e intercomunal donde existan diferentes culturas y la aparente necesidad de un
mejor entendimiento que no puede alcanzarse a través de contactos más formales. Los
ejemplos que citan en esta categoría incluyen visitas de intercambio entre ciudadanos,
conciertos, hermanamiento de ciudades, intercambios educativos, proyectos de
investigación comunes y ayuda humanitaria. La track two diplomacy, por otra parte, fue
descrita por Burton y Dukes como ‘interacción no oficial, informal, entre miembros de
naciones o grupos adversarios que apuntan a desarrollar estrategias, influenciar la opinión
pública, y organizar recursos humanos y materiales de manera que puedan contribuir a
resolver su conflicto’. La track two diplomacy estaría por tanto diseñada para asistir a líderes
oficiales mediante la compensación de las restricciones impuestas sobre ellos por su
psicológicamente comprensible necesidad tradicional de aparecer fuertes, astutos e
indomables ante su enemigo, o al menos de ser considerados como
118 tales. La definición de Burton y Dukes es muy similar a la de Montville, si bien el primero
acentuó la carencia de formalidad de la comunicación, definió unos objetivos orientados a
influenciar a comunidades amplias, y abordó la importancia de los factores económicos”
(CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 85). Estas formas de diplomacia alternativa sugerían que la
posibilidad de resolver conflictos pacíficamente no reside únicamente en los gobi ernos y
sus representantes oficiales, por lo que fue tomando cuerpo la idea de que ciudadanos
corrientes de variada procedencia, con diversas habilidades y convenientemente
organizados podían jugar un papel relevante en procesos de peacemaking, peacebuilding
55 y resolución de conflictos 56 . John McDonald creyó que el concepto básico concebido
por Montville respecto a la track two diplomacy, estaba creando confusión sobre su
significado y uso, por lo que procedió a diseñar un modelo para la multi-track diplomacy o
diplomacia multivial (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 85).
119 cuarto nivel denotaría programas de intercambio directo entre ciudadanos en cualquier
campo de interacción. Finalmente, el quinto nivel se refería a las tentativas desarrolladas
mediante los países en conflicto para educar al público sobre el “otro” (CFR.- RUIZ
JIMENEZ: 2004, 87-89). La base fundamental de esta diplomacia multivial reside en que
individuos y organizaciones son más eficaces trabajando juntos que por separado, sobre
todo considerando que la mayor parte de los conflictos contemporáneos implican una amplia
e intrincada red de partes y factores que requieren un tratamiento sistemático y en que los
Estados no son suficientes para garantizar la cooperación internacional o resolver
diferencias y conflictos 58 .
Cabe mencionar que, las acciones diplomáticas extraoficiales están ubicadas más allá de
las fronteras tradicionales y conceptuales de la Diplomacia. No obstante, éstas ocurren y en
algunos casos son tan beneficiosas (CFR.- NOTTER: 1996) como las acciones diplomáticas
oficiales. En 1991, Louise Diamond, esbozó ocho campos de acción diplomática, a partir de
una clasificación de funcionarios especializados qué realizó en la Secretaría de Asuntos
Exteriores de EUA, en donde las actividades extraoficiales serían susceptibles, además, del
campo oficial, en: 1) Áreas No Gubernamentales, 2) Áreas Empresariales, 3) Áreas
Académicas, 4) Áreas Activistas, 5) Áreas de Temas Religiosos, 6) Áreas de Temas
vinculados a las Filantropías Humanas, 7) Áreas de Temas vinculados a la circulación de
Información y, 8) Áreas vinculadas a los Ciudadanos. Este tinglado de Vías Múltiples (CFR.-
MC DONALD; DIAMOND: 2003) fue la consecuencia de que se había hecho claro que la
interacción extraoficial en pro de la solución de conflictos internacionales era variada y
compleja para que el término de Diplomacia de Vía Dos diera una idea adecuada de la
nueva tendencia de la diplomacia moderna (CFR.- NOTTER: 1996).
Cabe mencionar que Michael Bavly propondría un nuevo modelo de diplomacia multivial que
sugiere para la diplomacia multivial. Él divide la diplomacia para resolución de conflictos en
un modelo jerárquico de cuat ro niveles, en el cual se centra sobre todo en diferenciar las
partes que están en conflicto con una tercera parte neutral, un experto mediador o
facilitador. (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 85-89).
58
120 Vale mencionar que James Notter existen tres categorías de Actividades Diplomáticas
Extraoficiales: •
Consulta: La consulta, quizá la actividad más común de la vía dos, reúne a los
representantes de las partes en conflicto, quienes participan en su carácter personal, para
facilitar la discusión y generar ideas innovadoras para solucionar el problema. Cuando estos
participantes extraoficiales tienen influencia política, existe la oportunidad de que dichas
ideas se incluyan también en el proceso oficial de solución del conflicto (CFR.- NOTTER:
1996).
Diálogo: Dentro del contexto de la diplomacia de vía dos, el diálogo es una forma de
comunicación asistida entre las partes en conflicto, cuando ésta no tiene por objeto
convencer o persuadir, sino explorar un significado, es decir el significado que los grupos le
asignan a su existencia o a circunstancias particulares. Se trata de compartir ese significado
y, al hacerlo, encontrar la conexión o el puente para salvar los obstáculos que dividen a los
grupos en conflicto (CFR.- NOTTER: 1996).
recientemente fallecido, mencionó que desde hace varios años existe un tipo muy distinto de
la actividad diplomática. Él especuló sobre la diplomacia clandestina 59 que
59
La “Vía Diplomática” se refiere básicamente a que determinada gestión, por lo general entre
dos Estados, debe efectuarse a través de las cancillerías y las misiones diplomáticas
correspondientes, de conformidad con los principios, normas y procedimientos que rigen las
acciones en este marco. La vía diplomática, también, no debe confundirse con el “Estilo
Diplomático” que es el conjunto de formas y términos que se usan en las exposiciones
orales y escritas de ese carácter, de conformidad con normas establecidas que rigen con la
debida precisión, su uso (CFR.- MORALES LAMA: 2003-b).
60
122 Según su parecer, todos ellos tienen en común la intervención mediante instancias
ciudadanas sin relación directa con sus gobiernos, sobre el terreno, en conflictos nacionales
o internacionales, con el uso de metodologías inequívocamente no violentas y con la
finalidad de favorecer una evolución pacífica o, al menos , atenuar cuanto sea posible los
niveles de violencia. José Ángel Ruiz Jiménez afirma que: “El término diplomacia popular
noviolenta considera el sentido de la palabra popular como más amplio que civil. Encuentra
su origen en Italia y es una traducción literal del concepto diplomazia popolare nonviolenta,
heredero a su vez de difesa popolare nonviolenta. Éste implica no sólo la intervención de la
sociedad civil laica, sino también de una parte de la sociedad religiosa de base e incluso de
agencias gubernativas de gran autonomía de acción, como universidades y ayuntamientos,
instancias ambas de capacidad jurídica plena e independiente. Respecto a field diplomacy,
se trata de un concepto consolidado en el léxico de Naciones Unidas que implica la
consideración de las diplomacias de primer y segundo nivel —según el esquema de Michael
Bavly -como insuficientes, siendo por tanto necesaria una intervención sobre el terreno. Ésta
no sería alternativa sino complementaria y, en cierta medida, autónoma Además, la
diplomacia desde la base hace especial hincapié en la asunción de que la intervención
diplomática de terceros que implicaría mantenimiento, negociación y construcción de la paz
tiene que hacerse desde y por la base, esto es, debe ser ciudadana y trabajando a pie de
obra desde lo micro. Asimismo, con cede un papel protagonista a la reconstrucción del tejido
social, a elementos interculturales y de reconciliación” (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 94). La
definición propuesta de diplomacia civil noviolenta es un intento de ofrecer una herramienta
de pacificación desde la base lo más completa posible. Para ello: a) Recupera los elementos
comunes de estos tres términos; b) Especifica más claramente su carácter noviolento
respecto a la diplomacia desde la base; c) Reivindica unas mayores posibilidades de
autonomía y una mayor riqueza en su capacidad de acción frente a la field diplomacy, que
parece más restringida al ser ante todo complemento de la diplomacia convencional y estar
más orientada a evitar la violencia directa en casos de conflictos armados en curso o
finalizados, diluyéndose un tanto su capacidad como instrumento de prevención de la
violencia; d) Pretende ir más allá de las actuaciones sobre el terreno, añadiendo la
posibilidad de influir en las agendas de los Estados. Esto puede realizarse mediante
campañas concretas autogestionadas o mediante el apoyo a iniciativas desde la comunidad
internacional para el establecimiento de acuerdos que supongan una mayor protección y
respeto para los derechos humanos; e) finalmente, el término civil no tiene porqué excluir a
ninguno de los actores señalados por el término popular” (CFR.- RUIZ JIMENEZ: 2004, 95).
2.2.3.13.- Neo-Diplomacia, Anti-Diplomacia y Proto-Diplomacia: En 1987 James Der Derian
publicó su excepcional obra On Diplomacy (CFR.- DER DERIAN: 1987). En dicho libro el
presentó al mundo seis modalidades de interacción diplomática, o en sus palabras, seis
paradigmas para interpretar y analizar los orígenes y transformaciones de la diplomacia.
Específicamente, él se refirió a que la diplomacia evolucionó a través de los siguientes
períodos: Mito-Diplomacia; Proto-Diplomacia; Anti-Diplomacia; Diplomacia; Neo-Diplomacia
y; Tecno-Diplomacia (CFR.- AULAGNON: 2004). Sin embargo, de todas esas categorías,
sólo nos limitaremos a estudiar sus aportes más valiosos y originales, por lo cual, en primer
lugar, dejaremos de lado a la Mito-Diplomacia porque establece líneas de relación no
propias de los sujetos de derecho internacional, es decir, en relaciones horizontales 61 . En
segundo término, dejaremos de lado su concepción de Diplomacia 62 y de Tecno-
Diplomacia 63 porque, a nuestro juicio, no agregan más de lo ya comentado.
124 desviaran por temas novedosos y pocos tradicionales, como por ejemplo, el feminismo,
el ambientalismo, la lucha contra el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, etc. Su
establecimiento también creó prácticas y nuevos intereses para cada una de las cancillerías
del mundo. A este nuevo orden, Der Derian lo denominó como NeoDiplomacia 64 . Con este
término procuró referirse a éstas formas alternativas de mediación practicadas por los
nuevos actores y agentes no tradicionales en la escena internacional, sin embargo, recalcó
que éstos podrían ayudar o a perjudicar los propósitos de la diplomacia (CFR.- SENG SEE:
2001, 20-21). Para él, las formas neodiplomáticas no son necesariamente nuevas, pero su
auge reciente gracias a la proliferación de relaciones diplomáticas de vía dos (CFR.- SENG
SEE: 2001, 20-21), ha modificado el papel tradicional de la diplomacia agregando nuevos
temas y variedad a las negociacion es y procedimientos, a la vez que transfiere a otras
áreas el habitual control estatal de los asuntos internacionales. Para algunos autores esta
relación de hechos se denomina Post-Diplomacia (CFR.- MORALES LAMA: 2004-c). La
necesidad de ello resulta de la acción internacional de los organismos no gubernamentales
cuya lógica que va más allá del Estado-Nación moderno, y por ende, más allá de la
diplomacia (CFR.- MORALES LAMA: 2004-c). O si se quiere, el término PostDiplomacia
puede ser asistido por la visión de James Baker sobre la moderna injerencia de la opinión
pública en los asuntos internacionales. El rol emergente de la opinión pública en los últimos
diez años ha edificado una incuestionable fuerza influyente en los asuntos exteriores de los
Estados. Dicha fuerza es capaz de crear un contexto donde los diplomáticos sólo podrían
seguir los eventos en vez de crearlos. Esa reducción del rol de los diplomáticos al papel de
espectadores define, para Baker, el fin de la diplomacia (CFR.- BAKER, James. En: HAINE:
1997, 3). Ahora bien, a nuestro juicio, la Post-Diplomacia, también podría ser reducida al
último episodio de la historia de la diplomacia. La extensión y consolidación de los proyectos
de integración por el mundo y su tendencia a comportarse en el escenario internacional
como una sola fuerza, no
64
Para los efectos de esta investigación es sumamente importante hacer notar que en el
término Neo-Diplomacia, existe un guión que diferencia un término del otro. Véase el
capítulo de Neodiplomacia
125 hacen inapropiado imaginar que en el futuro el mundo pueda estar dividido entre
bloques econ ómicos cuya representación internacional estará en hombros de Embajadores
Únicos. Es decir, la consolidación de los proyectos de integración hoy en día ha enfatizado
una reducción de las obligaciones y funciones de la diplomacia moderna (CFR.- BRUTER:
1999, 183-205), en cuanto a que ya es posible hablar de diplomáticos que no representan a
los Estados, sino a un bloque económico, como el es caso de la UE (CFR.- BRUTER: 1999,
183-205), cuyo proyecto de integración interestatal es considerado por algunos como una
alternativa al Estado Nacional y otros como la evolución de nuevos y mayores Estados
(CFR.- STREECK: 1998, 315). Allí los Estados miembros, aunque en la actualidad poseen
embajadas en el exterior, notan como sus embajadas nacionales quedan rezagadas detrás
de las representaciones de la UE en algunos ámbitos que anteriormente les competían. En
sentido hipotético, la UE, así como otro bloque, podría en un futuro designar a un Embajador
Único para representar los intereses de sus países miembros frente a los otros bloques
integrados. Claro esta que para llegar a esa etapa, sin duda, habrá de dejar atrás los
grandes obstáculos y problemas que tenemos en el presente, además, eso sugiere que
habrá de pasar muchos años, incluso siglos, para llegar a ese mundo utópico de total
entendimiento. Y cierto será que la convicción de la diplomacia de aquel entonces no será ni
remotamente como la conocemos y, también, parece cierto que ya se ha comenzado a
caminar en esa dirección o, por lo menos, así lo sugieren las palabras del mandatario
Norteamericano George Bush el 3 de Marzo de 2003 en una Conferencia: “Tod avía
estamos en las últimas etapas de la diplomacia”. Quizás con el tiempo esta tendencia a la
reducción de las competencias y obligaciones de la embajadas modernas y el avance de la
injerencia de la sociedad civil y las corporaciones en estos temas, así como la consolidación
de los otros proyectos de integración del mundo, avancen a tal punto que erosionen por
completo la actividad diplomática en general 65 .
Es muy conocida la frase de Zbigniew Brzezinski en 1970 que decía: “si los ministerios y
embajadas no existieran, ellas –hoy- seguramente no tendrían que ser inventadas”; y la
frase J.K. Galbraith quien llegó a decir: “los diplomáticos son espectaculares ejemplos de
desempleados disfrazados” (HAINE: 1997, 2). Ambos se refirieron así para describir lo
innecesario que son las embajadas y los diplomáticos en este nuevo orden mundial.
65
126 Seguidamente, James Der Derian denominó Anti-Diplomacia a aquellas relaciones entre
el Estado y los No-Estados contrarias a la diplomacia moderna. Es decir, cuando las
revoluciones o levantamientos en contra del status quo internacional son promovidas por
grupos contrarios al régimen que no desean otra salida que la destrucción del orden
mundial, los Estados tendrían la legítima e innegociable tarea de defender sus intereses y
establecer caminos de mediación o negociación con estos grupos, los cuales, sino buscan
acceder o responder a algún tipo de estas insinuaciones, establecerían un tipo de no-
relación. No existe diplomacia en este tipo de relaciones, y sino existe diplomacia, es algo
más que una guerra, es Anti-Diplomacia porque no se busca la paz sino la destrucción.
Finalmente, cabe mencionar que el término Anti-Diplomacia, es utilizado para referirse al
siniestro y desestabilizador imperio antisistema internacional de los terroristas y los
narcotraficantes, los cuales, están en contra del orden establecido (CFR.MORALES LAMA:
2004-c).
Finalmente, James Der Derian nos entrega otra definición importante cuando nos habla de
Proto-Diplomacia. Este término que también fue desarrollado por Ivo Duchacek, implica
todas aquellas formas o gestiones en el extranjero que son realizadas por gobiernos no-
centrales, es decir, por representaciones de organismos que no son aún plenos sujetos de
DIP, pero actúan como tales en cuanto aspiran conseguir ese nivel en el futuro. Sus
objetivos e intereses, en este nivel, son políticos y exponen una identidad separatista (CFR.-
DUCHACEK: 1990, 1-33) 66 .
“Es decir, son iniciativas y actividades de un gobierno subnacional que aspira a establecerse
como Estado plenamente soberano, todo lo cual viene a constituir, eventualmente, el trabajo
preparatorio de cara a una futura secesión y al reconocimiento internacional de tal situación”
(CFR.- DUCHACEK: 1990, 1-33).
66
127 2.2.3.14.- Diplomacia Paralela: En el siglo XX se hizo evidente la presencia en el
escenario internacional de un conjunto de actores que marcaron indiscutiblemente la teoría
general de la diplomacia, nos referimos a las actividades de los Gobiernos No Centrales.
Espe cíficamente, este tipo de actividad diplomática se desarrolla cuando un departamento o
provincia o unidad subpolítica de un Estado-Nación participa en las actividades que están
más allá de las fronteras nacionales paralelamente a la representación del Estado al cual
pertenece con el objetivo de establecer, por su propio interés, contactos o vínculos de
cooperación con otros gobiernos subnacionales o, incluso, con gobiernos (no) centrales
extranjeros (CFR.MORALES LAMA: 2004-c). Ivo Duchacek y Panayotis Soldatos estudiaron
“En la forma en que ellos la vieron, paradiplomacia es un término que describe el papel
internacional de las unidades subestatales principalmente en los países industrializados,
federalmente estructurados. La palabra para indica la distinción entre esta clase de conducta
internacional y la diplomacia de los órganos centrales del Estado. Se refiere a las
actividades de las unidades subnacionales que son paralelas, coordinadas o
complementarias y, algunas veces, conflictivas con la diplomacia de dichos órganos
centrales. El concepto de paradiplomacia intenta reflejar las crecientes actividades
internacionales autónomas de las unidades federadas” (KRÄMER). Sin embargo, la
paradiplomacia tiene un punto débil a los ojos de Raimund Krämer:
67
128 “El (…) término paradiplomacia consiste –tal como yo lo entiendo–, en su íntima
vinculación a la diplomacia del Estado central. El término para al igual que micro sabe a
política de segunda mano y el término diplomacia parece estar primariamente enfocado a la
alta política, con lo que se indica que se copian las actividades diplomáticas del Estado
central. Otros autores utilizan expresiones como o o . Limitándome a las actividades
exteriores de las unidades federadas en el más amplio sentido, me complace utilizar el
término transfederado introducido por el especialista iraní H. E. Chehabi para describir este
tipo de política internacional. Esta definición incluye a ” (KRÄMER). Más recientemente, a
partir del desarrollo teórico y empírico existente, Noé Cornago definió paradiplomacia como
la implicación de gobiernos no centrales en las relaciones internacionales, a través del
establecimiento de contactos permanentes o ad hoc, con entidades públicas o privadas, con
el propósito de promover asuntos socioeconómicos o culturales, así como cualquier otra
dimensión externa de sus competencias constitucionales (CFR.- CORNAGO: 2000). Según,
Duchacek este tipo de diplomacia podía manifestarse en dos campos de acción. En primer
lugar, estas actividades podían iniciarse con establecimiento de oficinas permanentes en las
capitales o centros de comercio o industria extranjeros para representar una rama de un
gobierno no-central. Este tipo de acción debe contar con la anuencia de las autoridades
subnacionales, quienes inician este proceso transnacional para proteger o promover los
intereses domésticos que les conciernen (CFR.- DUCHACEK: 1990). En segundo lugar, la
paradiplomacia podía iniciarse cuando las entidades subnacionales llegan a convertirse en
objetivos de los entes transnacionales y éstas se dejan llevar por la tentación de aceptar en
sus sub-sistemas representaciones internacionales (CFR.DUCHACEK: 1990).
Buenos ejemplos de este tipo de diplomacia son las actividades creadas por la provincia de
Canadá, Quebec, quienes tienen oficinas en la ciudad de Dusseldorf; o la representación de
la provincia de Ontario en Frankfurt.
68
130 Igualmente Christian Freres cree que este fenómeno de la paradiplomacia, junto con la
globalización, así como de otros procesos socioeconómicos y políticos del último decenio,
reconsideran del concepto de soberanía que antaño fundamentaba el monopolio de los
Estados (CFR.- FRERES: 2002, 14). O en las palabras de Gurutz Jáuregui: “En el mundo
actual el protagonismo de las relaciones internacionales no es ya exclusivo de los Estados,
sino que corresponde a otros muchos entes, instituciones y organiz aciones
(intergubernamentales, no gubernamentales, infraestatales o, incluso, a entidades privadas
de carácter mercantil, profesional, cultural, social, etc.). Junto a la diplomacia, aparecen
varias formas (global, interregional, transfronteriza, intermetropolitana, etc.) de
paradiplomacia cuyo sujeto no es el Estado, y que son perfectamente compatibles con la
diplomacia estatal” (JÁUREGUI: 2001, 223). Finalmente, a manera de resumen pasemos a
ver en esquema como pueden ser clasificadas las diversas formas de diplomacia:
131 MODALIDADES DE DIPLOMACIA POR CATEGORÍAS DE INTERÉS Por la
Conveniencia y Pertinencia
Diplomacia Temporal Diplomacia Permanente Diplomacia Bilateral Diploma Multilateral
Diplomacia Directa Diplomacia Secreta Diplomacia Entre Bloques Regionales Diplomacia
Técnica Diplomacia Preventiva Diplomacia Comercial Diplomacia de Vía Dos Por la Forma
de Actuar Diplomacia Técnica Diplomacia Clásica y Moderna Diplomacia de Vía Dos
Diplomacia Civil No Violenta Diplomacia Paralela Diplomacia Constitucional Diplomacia
Multivial Por las Zonas Geográficas Diplomacia Entre Bloques Regionales Diplomacia Fuera
de Bloques Regionales Por Vínculos Teóricos Diplomacia Realista e Idealista Diplomacia
Activa y Pasiva Micro y Macro Diplomacia Post-Diplomacia Por la Forma de Decidir
Diplomacia Bilateral Diploma Multilateral Diplomacia Parlamentaria Diplomacia Abierta Por
su forma clásica Diplomacia Bilateral Diplomacia Multilateral Diplomacia Comercial
Diplomacia Directa Diplomacia Temporal Diplomacia Permanente Diplomacia Secreta
Protodiplomacia
Por los Actores que Intervienen Diplomacia Paralela Diplomacia Bilateral Neo-Diplomacia
Diplomacia Multilateral Diplomacia Civil No Violenta Protodiplomacia
Por los Períodos Históricos Diplomacia Clásica y Moderna Diplomacia Activa y Pasiva
La diplomacia en más de cuatro mil años de historia ha generado, por otra parte, algunos
elementos indiscutibles a los cuestionamientos. Éstos fueron esbozados, como ya
mencionamos, en las Convenciones de Viena y otras fuentes de derecho convencional, las
cuales, conforman el marco de la teoría general de la diplomacia y cuya última actualización
formal ocurrió en 1969 con la firma Convención de Viena Sobre el Derecho de los Tratados
Internacionales. En esa época se consideraba que las fuentes convencionales resumían
plenamente las inagotables experiencias del derecho consuetudinario sobre la materia, sin
embargo, más de treinta años después, luce inapropiado considerarlas como tales. Los
cambios en la escena internacional con la globalización, la interdependencia, el nuevo
federalismo, la explosión comercial y financiera, etc, reconstruyeron el área tradicional de la
diplomacia y han socavado las bases de la teoría general de la diplomacia y reformulado el
papel de los diplomáticos.
La teoría diplomática, y sus estamentos sine qua non, sufren ahora un compromiso: la
modernidad internacional imperante le exige a ese concepto y a la gama teórica de
percepciones que ostenta, alcanzar un grado de flexibilidad para que pueda aunar a su
marco hipotético los hechos y actos diplomáticos de nueva data. La teoría diplomática
convencional cruzó hace mucho las puertas de un giro en su identidad, ahora afronta una
crisis por albergar en su seno explicaciones o razones sobre los nuevos procesos sin alterar
las bases teóricas que fundamentan su misma existencia, porque, después de
Michael Bruter también ha desarrollado este tema cuando estudió cómo las embajadas de la
Unión Europea asumen diferentes tareas a nivel mundial, partiendo del principio de que ella
no representan a un país en especial, sino a toda la comunidad de Estados que integran la
unión. Para él, la modernidad ha creado una nueva forma de embajada. (CFR.- BRUTER:
1999, 184-185).
69
Sin embargo, a nuestro juicio, estos sincretismos teóricos merecen atención, no por el tema
del cual parten, sino por lo que aluden; por la insinuación que gestan. Si vemos la naturaleza
de estas modernas teorías en su totalidad y notamos como complementan con gran
magnitud a la teoría general de la diplomacia, la cual, es precaria para explicar ciertos
hechos de manera lógica y racional, podemos notar como proponen y fundamentan una
nueva fase o etapa teórica en todo su conjunto. Una nueva etapa más flexible. Una nueva
etapa teórica en sincronía con las realidades internacionales. Una nueva etapa que no
pretendería reformular el papel pragmático de las obligaciones y funciones de las
instituciones o agentes diplomáticos, sino, más bien, reformular el conocimiento, el
entendimiento y la reflexión sobre el área.
En este sentido, vale mencionar entre los aportes más interesantes el trabajo de Kalypso
Nicolaïdis (CFR.NICOLAÏDIS: 1996).
70
136 Así como una vez el marxismo y el realismo no aguantaron las críticas hechas a su
estatocentrismo; así como una vez el liberalismo no pudo seguir defendien do su precaria
propuesta de que el intercambio entre las naciones no sólo acrecentará la riqueza mediante
la división internacional del trabajo, sino que también tenderá a reducir las tensiones
políticas y la guerra; así como una vez el funcionalismo no tuvo defensa para su afirmación
sobre como la cultura explicaba la existencia de las instituciones sociales por su capacidad
de satisfacer las necesidades psicológicas humanas en las sociedades complejas; así como
una vez el estructuralismo fue criticado por su devaluación de la autonomía individual y su
aparente desprecio de la historia; así como una vez el modernismo se avocaba sólo al
contacto de la realidad para obtener conocimiento; el neomarxismo, neorrealismo,
neoliberalismo, neofuncionalismo, neoestructuralismo y el postmodernismo fueron en su
auxilio; resulta genuino pensar, en sentido comparativo, que un conglomerado teórico venga
en auxilio de la teoría general de la diplomacia para marcar las diferencias del
institucionalismo diplomático y su teoría. Esta manera de pensar puede leerse desde 1985
cuando las esferas teóricas de la diplomacia comenzaron a ser objeto de tímidos estudios
revisionistas por parte de algunos investigadores a nivel mundial. Pero fue sólo después del
fin de la Guerra Fría y el consecuente desvanecimiento del control ejercido por los otrora
ejes hegemónicos de poder internacional (EUA y la URSS) que los estudios revisionistas se
multiplicaron y tomaron un perfil algo más inquisidor. Esto se hizo posible debido a que las
naciones del mundo se percataron que el nuevo orden mundial que se gestaba ameritaría
un conjunto de instituciones diplomáticas diferentes a aquellas que estuvieron presentes en
la Guerra Fría. Los Estados, valiéndose de los recursos financieros contenidos para una
probable guerra, se animaron por provocar cambios en las estructuras institucionales
diplomáticas de sus países e iniciaron procesos de modernización administrativa en función
de la aspiración de poseer una estructura política completamente operante y competitiva
para representar a su país a nivel internacional ante el nuevo panorama. Sin embargo, se
hizo evidente que los cambios vendrían acompañados de contundentes axiomas. Los
Estados iniciaron a su mejor conveniencia sus cambios en las estructuras
137 diplomáticas sin olvidar las disponibilidades que tenían. Al poco tiempo cada Estado
pasaba por su propio proceso de revisionismo institucional y lo único que parecía estar claro
era la disyuntiva entre la tradición contra la modernidad esparcida por todo el planeta, tal
como una consigna que, incluso, sus consecuencias aún nos acompañan hoy en día. Entre
tanto, los autores revisionistas abrieron el debate de la diplomacia analizando diversos
elementos, más que todo, cómo a nivel mundial las iniciativas civiles organizadas se iban
acercando fructífera y convincentemente a los gobiernos y, de cómo éstos, ahora con una
anuencia innovadora que indicaba una subyacente voluntad política atípica, en ciertos
casos, accedían a responder las demandas civiles con profundas reestructuras y políticas en
sus instituciones, en especial, en aquellas de repercusión internacional. También, sus
trabajos analizaron los hechos ocurridos en la historia reciente del mundo, los cuales, dados
sus matices originales, recreaban la necesidad de revisar la teoría diplomática para hacerla
más accesible de dar una explicación falible de forma, no de fondo, de estos sucesos.
Además, estos hechos, que fueron vinculantes a casi todos los Estados del mundo,
merecieron la atención de las divisiones diplomáticas de los países involucrados debido a la
gran cantidad de intereses en juego, sin embargo, debido a sus características poco usuales
de los nuevos conocimientos y fenómenos, las mismas divisiones diplomáticas optaron por
encarar los preceptos establecidos para poder asumirlos con cabalidad, lo que hizo que
muchos académicos del mundo pensaran que la diplomacia había dado un paso gigante en
su evolución, tanto, que se había superado asimisma para pasar a otro nivel, ya que,
indefectiblemente, algo había cambiado. Las nociones de cambio, a todas estas, iban
encaminadas sobre el análisis del sensible ensanchamiento de la fractura entre la
diplomacia clásica y la diplomacia que estaba tomando forma, y de cómo no lucía
inapropiado asumir las nuevas manifestaciones y procedimientos de los sujetos de derecho
internacional con otras fórmulas teóricas, inclusive, no propias de las relaciones
internaciones y sociales, por ejemplo, las referencias al Interaccionismo Simbólico se
hicieron útiles para explicar
71
139 Simbólico, abriría el camino a una figura teórica capaz de complementar las deficiencias
de la teoría general de la diplomacia.
140 menoscabo de los principios exigidos por el DIP y de las otras fuentes derecho
diplomático.
La naturaleza de este concepto es establecer una diferencia entre lo expuesto por la teoría
general de la diplomacia y lo que expresaría una teoría general de la diplomacia más
completa. Sin embargo, es preciso mencionar que la Neodiplomacia no significa una fractura
con las nociones diplomáticas. Al contrario, dentro de la Neodiplomacia existe una
continuidad de las bases más profundas de la Diplomacia. Según Jules Cambón la
Diplomacia ha cambiado en apariencia, pero su sustancia aún permanece intangible:
“Hablar de diplomacia nueva y de diplomacia vieja, equivale a establecer una distinción, sin
que exista una diferencia. Es la apariencia externa, o si se prefiere el maquillaje de la
diplomacia el que cambia gradualmente. La sustan cia subsistirá en primer lugar porque la
naturaleza humana no cambia jamás. En segundo término porque solo hay un modo de
arreglar las diferencias internacionales y, finalmente, porque el método más persuasivo de
que dispone un Gobierno, es la palabra de un hombre honrado” (CAMBÓN, Jules. En: DE
LA ROSALEDA: 2001. La Neodiplomacia no niega a la naturaleza de la diplomacia, sólo le
da continuidad y la complementa. La Neodiplomacia suma los estudios de forma realizados
alrededor de la diplomacia y menciona que la diplomacia ha cambiado en fondo en tres
aspectos cruciales. El primero, la presencia de actividades extraformales; la segunda, la
pérdida de control y soberanía de los Estados de las dinámicas mundiales por la presencia
de otros sujetos de derecho internacional, con menor poder, pero influyentes como para
minimizar las actividades de los funcionarios diplomáticos y, la tercera, el desarrollo de los
medios de comunicación, la tecnología y el conocimiento como elementos simplificadores de
las actividades diplomáticas convencionales. Pero en un sentido más práctico, llevado a la
realidad, la Neodiplomacia puede definirse como: la discreta práctica humana en que se
ejecuta la transmisión negociada y cuidadosamente administrada de intereses entre sujetos
de derecho internacional a
141 partir de una representación oficial (la cual puede ser virtual), que siendo de origen
público o privado, en diferentes e idóneas instancias internacionales y por diversas técnicas,
plantea multifacéticos temas, incluso, mucho más allá de los tradicionales intereses de los
Estados, y con vistas a procrear un escenari o pacífico de pleno entendimiento, cooperación
y concertación en salvaguarda de la seguridad humana, pública, alimentaria, comercial,
financiera, cultural y política. Sin embargo, debemos hacer un alto en este instante para
referirnos a la pertinencia del por qué se utilizará esta terminología y no otra.
El prefijo Neo según el Diccionario de la Real Academia Española, significa: nuevo, reciente
(CFR.- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: 2001, 1068). Mientras que Diplomacia significa:
ciencia o conocimiento de los intereses y relaciones de unas naciones con otras; Servicio de
los Estados en sus relaciones internacionales (CFR.- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: 2001,
560). Dichas definiciones evidencia la relación con el tema que nos concierne, sin embargo,
antes de ahondar en las características de la Neodiplomacia, debemos traer a colación la
similitud fonológica de este término con la definición realizada por James Der Derian: Neo-
Diplomacia (traducción de su inglés original: Neo-Diplomacy). James Der Derian utilizó dicho
término para describir la participación de los nuevos actores internacionales en la escena
internacional, lo cual, en base a su derecho genuino de investigador, fue una propuesta
legítima y oportuna para describir el fenómeno que él trataba. No obstante, la manera en
que instrumentalizó ese concepto acarrea confusión, a nuestro parecer, pues la estructura
de idioma inglés que él utilizó se refiere a un hecho nuevo, el cual no lo es (según la misma
opinión de Der Derian 73 ). En segundo lugar, en los espacios teóricos existe la tendencia
de, a excepción de algunos idiomas, utilizar el prefijo “neo” par a mencionar o definir la
presencia de una teoría o conocimiento trascendental que aparte de ser diferente, inspira la
idea de ser una versión complementada, mejorada y perfeccionada de un conocimiento o
teoría anterior que le da origen. James Der Derian al utilizar el prefijo “neo” en su definición
73
143 “la diplomacia expresa variedad de historias, culturas, filosofías políticas y sistemas,
intereses económicos y valores étnicos de los miembros de la comunidad internacional (...)
la diplomacia opera a través de estrategias, tácticas y técnicas, al igual que cualidades
personales y destrezas de sus practicantes. Esos elementos básicos (...) han caracterizado
a la diplomacia a través de la historia. El análisis del proceso revela lo significante (...) de
que no es necesario redefinir cada década a un nuevo tipo de diplomacia” (SIMPSON:
1987). La temeraria definición de James Der Derian tiene defensa porque las diversas
fuentes convencionales y consuetudinarias de la teoría diplomática plantean un silencio
administrativo en cuanto a la intersubjetividad internacional. Es decir, no menciona nada
acerca de quiénes pueden ser sujetos de derecho internacional ya que ese derecho se
adquiere en la práctica y no en la teoría. Si fuese así, las diversas convenciones de Viena
debieron haber sido reformuladas en los últimos años para dar cabida a los nuevos actores,
y porque así no ocurrió, la diplomacia no evolucionó en fondo sino en forma. La diplomacia
permaneció intacta en sus características más distintivas, aunque los nuevos actores
matizaron sus prácticas habituales de manera contundente. Finalmente, el término Neo-
Diplomacia de James Der Derian puede quedar perfectamente diferenciado del término que
proponemos Neodiplomacia, por el detalle del “guión”, sin embargo, esta última no afirma la
existencia de una situación en especial, como lo hace aquella, sino más bien, afirma la
conglomeración de teorías y enfoques modernos (incluyendo la misma Neo-Diplomacia)
como elementos distintivos de un avance teórico en la conformación de la teoría diplomática.
Mientras que el dentro de la Neo-Diplomacia de Der Derian subyacen los nuevos actores
internacionales, en la Neodiplomacia subyacen la totalidad de los trabajos de Der Derian, Ivo
Duchacek, Panayotis Soldatos, James Notter, Ángel Ruiz Jiménez, Glennon Michael, Frank
Dukes, John Burton, Joseph Montville, Louise Diamond, Abba Eban, etc., pues sus
esfuerzos, a nuestro juicio, complementan la desgastada teoría general de la diplomacia.
145 tengan bien en cuenta los valores de apego a la institución y al país, junto con la
necesidad de estar concientes del trabajo en conjunto; 9) inserta las teorías de Seguridad
Humana, Comercial, Política, Cultural, Pública, Alimentaria y Financiera para comprender la
vistosidad de los nuevos intereses de los sujetos de derecho internacional; 10) considera el
desarrollo de los medios de comunicación, la tecnología y el conocimiento como elementos
simplificadores de las actividades diplomáticas convencionales; 11) acepta que la
correlación de fuerzas entre los actores internacionales son elementos clave para dirimir los
temas internacionales; 12) acepta que existen elementos de continuidad con la teoría
general de la diplomacia, especialmente, en el área consular; y finalmente, 13) acepta que
existen elementos más allá del control de la voluntad humana.
148 camino científico que nos proponemos culminar en esta investigación. Los datos
secundarios nos simplifican la tarea de investigación ya que levantar nueva información
sobre los innumerables datos primarios, no evitaría una gran tardanza en la presentación
final de la investigación y no evitaría las críticas a la que pudiera estar sujeta porque se ha
omitido la opinión de excelsos estudiosos en cada una de las materias a desarrollar. La
investigación, en definitiva, es en consecuencia una inmensa compilación de trabajos e
investigaciones que una vez armonizadas, procuran darle forma a la Neodiplomacia y
demás implicaciones en el MRE. 3.3.- Unidad de Análisis: Los actores diplomáticos del
MRE. Las razones de ello se reducen a que éstos son los únicos que transmiten
autoritativamente valores a la hora de construir la política exterior del país e inciden
directamente en la administración de su debida ejecución normativa y política. Los
organismos oficiales que son actores diplomáticos tienen un conjunto de requisitos que los
definen automáticamente, como por ejemplo, un reconocimiento de rango jurídico y de
alcance legal, legítimo y cuyas acciones son vinculantes. Asimismo, dicho alcance tiene no
sólo un rango nacional sino internacional y ellos ocupan espacios administrativos
plenamente reconocidos por dependencias y jerarquías dentro del MRE. Su vestidura quedó
plasmada en la Ley del Servicio Exterior de 2001 y desde entonces forman un organismo
distintivo y único en el sistema político venezolano.
149 reducidos de actores y las investigaciones hechas en relación con nuestros intereses
académicos resumen casi enteramente el esfuerzo de investigación. 3.4.- Fuentes de
Información: Por defecto, las fuentes de información que sustentan nuestra investigación
parten de las fuentes vivas por un lado, y por otro de fuentes documentales institucionales.
Las fuentes vivas están comprendidas por todos aquellos individuos que integran la totalidad
de los agentes diplomáticos del MRE y, especialmente, por sus comportamientos y
experiencias recogidas a través de los años. A través de visitas y entrevistas semi-
estructuradas con estos agentes, se reunió, analizó e interpretó la información que nos
permitió avanzar en la investigación. Igualmente, también con el empleo de estas fuentes de
datos se sumaron a intermediarios (personas cercanas a la fuente, bien totalmente ajena a
la organización). Además, se convocaron un sinnúmero de fuentes documentales
institucionales (Libros Amarillos y Blancos del MRE, tratados de Venezuela con otros
actores internacionales, diarios oficiales de Venezuela, leyes venezolanas, etc., por ejemplo)
para sustentar lineamientos definitorios de las acciones asumidas por los agentes diplomátic
os en Venezuela. 3.5.- Instrumentos de Recolección de Datos: Después de un arduo análisis
se estableció como instrumento de recolección de datos las entrevistas semi-estructuradas.
Las entrevistas semi-estructuradas son aquellas que constan de preguntas abiertas y una
secuencia prefijada. Específicamente, son una clase de entrevistas que no sigue una
secuencia de preguntas fijas, aunque si se adecuan a un esquema general de pautas. Por lo
general, las preguntas no son preformuladas, sino que surgen de la conversación. Además,
son abiertas en el sentido que el participante puede explicar sus respuestas. Las entrevistas
semi-estructuradas son un medio particularmente eficaz para conocer las opiniones y
actitudes de las
151 las personas (CFR.- SAMPIERI HERNÁNDEZ: 2000, 295) 76 . El análisis de contenido
se efectuó por medio de la codificación, el proceso en virtud del cual las características
relevantes del contenido de un mensaje son transformadas a unidades que permitan su
descripción y análisis preciso. Lo importante del mensaje se convertirá en algo susceptible
de describir y analizar (CFR.- SAMPIERI HERNÁNDEZ: 2000, 296) 77 .
76 77
El MRE es el órgano institucional oficial por cuyo intermedio el Gobierno de Venezuela dirige
sus relaciones internacionales. Los funcionarios de esta institución, por su parte, en especial
los del Servicio Exterior, constituyen la vestidura de Venezuela (CFR.- CORDERO
CEBALLOS: 1981, 23), por cuanto este despacho es responsable de la imagen que fuera de
las fronteras patrias se tiene de la república. Ahora, para cumplir con ese objetivo, el MRE
requiere una estructura administrativa cónsona con sus tareas, así como un personal
idóneo. Ambos elementos interactúan entre si y sus funciones se ejecutan sin
desentenderse de las exigencias nacionales e internacionales. Por esa razón, la dinámica
gerencial de éste despacho es excepcional debido a la constante metamorfosis de los
ámbitos que inspiran su naturaleza y su ejercicio. Sin cesar, la estructura administrativa del
MRE se ajusta a las necesidades, redefine esquemas y revive o crea formas de acción a
partir de la escena social que le rodea. Parece indudable que después de los Ministerios o
Secretarías que administran los conocimientos tecnológicos de los países, las instancias
oficiales de los asuntos exteriores son las instituciones más sensibles a los cambios
nacionales y mundiales, en pleno contraste con las instancias jurídicas, por ejemplo, cuyas
estructuras y organizaciones institucionales no varían sino al paso de grandes lapsos de
tiempo La constante presencia de demandas sociales nacionales e internacionales y el nivel
crucial que alcanzan las respuestas, determinan que el MRE posea un orden gerencial
(plano político) y un orden orgánico (plano institucional) capaz de emitir con propiedad las
debidas respuestas diplomáticas. No obstante, estos dos elementos que componen con
creces la capacidad responsiva del MRE se encuentran bajo el influjo de diversas
tendencias que inciden a la hora de actuar. El plano político debe sopesar sus actividades
gerenciales entre las constantes tendencias tradicionales y las tendencias
153 modernas a las cuales se encuentra expuesto. En cambio, el plano institucional debe
sopesar la eficacia de la organización entre las tendencias de aggiornamento 78 contra las
tendencias carpetovetónicas 79 presentes en la estructura orgánica o las normativas de la
institución.
154 logísticos que tenemos hoy en nuestras manos, tales como los de la comunicación”
(HERNÁNDEZ: 1997). Por otro lado, el plano institucional de una institución como el MRE
enfatiza cómo la organización o estructura y las dependencias administrativas de la
institución y sus normativas internas se encuentran a la deriva bajo la confluencia de
convicciones de aggiornamento y carpetovetónica. Esta dinámica también pone su atención
en la estructura institucional y de cómo la existencia, pertinencia y concordancia de las
dependencias con las exigencias del ambiente que rodea a la institución significa una de las
formas de desarrollo institucional. Desde este punto de vista, tal cual como lo observa Oscar
Hernández, nace otra de las preocupaciones más importantes del MRE como institución:
“Las cancillerías tienen una nueva generación de recursos humanos mucho más
preparados, actualizados y calificados con relación a épocas anteriores. Dejamos atrás la
guerra fría y nos acercamos al nuevo milenio. Sin embargo, estos recursos tienen muchas
veces que convivir con una estructura organizativa arcaica, que no estimula su máximo
aprovechamiento y por el contrario, los frustran, al tener que sobrevivir con una visión que
se mantiene en la mera formalidad tradicional en detrimento de la efectividad que los nuevos
tiempos exigen. Las Cancillerías tienen hoy más que nunca él deber de exigir lo mejor de un
Servicio Exterior, pero para ello tienen que modernizarse. En otras palabras hay que superar
el pasado para ver con claridad el futuro (...) una nueva visión del mundo y del rol de los
ejecutores de las relaciones internacionales obligan a una redefinición organizativa
fundamental en las Cancillerías y por ende en las Misiones Diplomáticas” (HERNÁNDEZ:
1997). Otra de las diferencia del plano político e institucional al analizar una institución 80 ,
es que la primera se enfoca a la operatividad (en cuanto a materializar las decisiones en la
realidad, es decir, a hacer que las decisiones cobren vida) y la segunda se enfoca en la
efectividad (en cuanto, a la existencia de organismos capaces de instrumentalizar y
jerarquizar las decisiones). O en un plano más realista vinculado al MRE, a manera de
ejemplo, se puede decir que la llegada de Internet a Venezuela a mediados de la pasada
80
Vale mencionar que una institución puede analizarse desde varias ópticas como por
ejemplo: Interaccionismo Simbólico, Neomarxismo, Neofuncionalismo, Conductismo,
Institucionalismo, etc...
155 década no significó un cambio drástico en el plano institucional del ministerio (ya que no
se crearon divisiones ni hondas leyes ni normativas para encargarse y fiscalizar el nuevo
sistema informático, no obstante si se especializaron aún más los empleados encargados en
las áreas técnicas de comunicación y de computación), pero si en el plano político, en
especial, en lo referente a la estructuración de las decisiones, porque Internet facilitaba las
funciones diplomáticas y administrativas en cuanto a que la recopilación de información se
hizo más expedita (CFR.- VITERI: 2003).
“Las grandes transformaciones necesitan de mucha visión de futuro. Siempre hay quienes
creen que es mejor dejar las cosas como están y se conforman con tan pocos resultados.
Esto significa que existen personas dentro de las organizaciones apostando a que las cosas
se mantengan iguales. Quizás para esconder su incapacidad de adaptarse a los nuevos
retos” (HERNÁNDEZ: 1997). A manera de resumen, a continuación veremos de manera
resumida las fuentes de influencia del MRE junto con su principal centro de influencia, el
Poder Ejecutivo de Venezuela:
Ambiente Nacional e Internacional
La naturaleza u origen de estos tres procesos de aggiornamento no va más allá del hecho
cada vez mayor de como un con siderable número de países consideran que las reformas
ministeriales como un punto esencial para la consolidación de un proyecto nacional de
desarrollo óptimo. En muchos países las reformas ministeriales se efectúan
Servicio Exterior (2005), el Reglamento Orgánico del MRE (2004), el Reglamento Interno del
MRE y demás resoluciones del MRE. 82 Este reglamento derogó el reglamento orgánico del
22 de Diciembre de 1999 publicado en Gaceta Oficial N° 5.415 Extraordinario. 83 Cabe
mencionar que la rama consular posee su normativa en la Ley Orgánica del Servicio
Consular sancionada el 03 de Agosto de 1987 y publicada en Gaceta Oficial de la República
de Venezuela Número 3398 de fecha 21 de Agosto de 1987.
160 13º La legalización de firmas de los Ministerios del Despacho y de los altos funcionari os
que actúen por delegación expresa de aquello, en documentos otorgados en el país y que
deban producir efecto en el exterior. 14º La difusión de informes relacionados con el fomento
de las relaciones comerciales, culturales y de cualquier otro orden que interese a Venezuela.
15º La colaboración en la Vigilancia de lo relativo a derechos y deberes de los extranjeros en
la República. 16º La tramitación internacional de las solicitudes de extradición, exhortos,
comisiones, rogatorias y solicitudes de ejecución de actos y sentencias judiciales. 17º Las
demás que le señalen las leyes” (MRE: 2005-c). En tercer lugar, estos procesos de
aggiornamento tienen fundamento en el plano internacional. Según Manuel Morales Lama,
el proceso evolutivo de las cancillerías no es un elemento particular de nuestra
contemporaneidad, al contrario, hoy en día existen factores que impulsan estas reformas,
por ejemplo:
1. La cada vez mayor importancia de los asuntos internacionales en el ámbito interno de los
Estados (CFR.- MORALES LAMA: 2003). 2. El amplio reconocimiento al Derecho
Internacional, y con ello, la puesta en vigor de los instrumentos jurídicos que rigen los
asuntos internacionales en la actualidad, los cuales, inspiran nociones de seguridad y
estabilidad internacional a los Estados, por cuanto, al menos, buscan regular los excesos y
facultar a la comunidad internacional a actuar en el marco de los deberes y derechos de los
Estados, sólo con las limitaciones consentidas a través de los convenios internacionales
(CFR.- MORALES LAMA: 2003). 3. Asimismo, ha influido la trascendental dinámica de la
política internac ional y la evidente interdependencia de los Estados (CFR.- MORALES
LAMA: 2003). 4. La imprescindible presencia de las cancillerías en la concertación de
tratados y su rol fundamental como centro de gestión para el establecimiento y el eficaz
mantenimiento de las relaciones diplomáticas y vínculos económicos, culturales,
tecnológicos y científicos. Y el papel vital de las relaciones diplomáticas para la obtención de
apoyo en los casos de candidaturas antes los organismos
161 internacionales o cuando las naciones requieren el respaldo internacional por diversos
motivos (CFR.- MORALES LAMA: 2003). 5. Finalmente, es evidente que en un mundo cada
vez más globalizado, la
En cuarto lugar, pero no menos importante, es que el verdadero punto de inflexión que
motivo el proceso de aggiornamento del MRE fue la llegada de la Constitución de 1999, que
estableció la reforma y organización de toda la gama de instituciones que componen el
sistema político venezolano y la proyección que éstos debían tener en el mundo. En ese
sentido, el MRE se veía como un caso especial porque éste tendría que recomponer en
forma determinante todas las directrices administrativas que sustentaba n sus obligaciones y
funciones a no ser que correría el riesgo de volverse disfuncional a los objetivos e intereses
de la nación.
Los cambios que enfrentaba el MRE para el año 2000 incluían una organización adecuada a
los nuevos principios constitucionales de Democracia Participativa 84 y a las tendencias
internacionales. Así, con la llegada de la Ley del Servicio Exterior de 2001, el MRE se vio
afectado integralmente en su composición e inmediatamente trajo como resultado una lucha
gerencial entre quienes apoyaban las tendencias institucionales
“La democracia participativa tiene como notas características: 1. Es social, pues se orienta a
equilibrar los intereses individuales con los de colectivos más amplios y su entrelazamiento
con la realización del propósito del bien común del Estado. 2. Es aleatoria puesto que
cualquier ciudadano puede eventualmente ser requerido para el ejercicio de
responsabilidades públicas. Por ejemplo, como juez de paz o testigo de mesas electorales.
3. La representación es amplia, y será mejor en la medida que lo sea del mayor número de
intereses organizados. Por eso la consideraremos multirepresentativa. Es la diversidad y
heterogeneidad de intereses articulando sus propósitos en las numerosas agendas lo que
mejor expresa el amplio colorido en el espectro de la representación. Ahora bien, esto no
implica el monopolio o la enajenación del representado respecto del representante electo,
pues éste último es directamente responsable ante el elector”. (CFR.- RODRÍGUEZL.:
2005).
84
162 tradicionales y quienes apoyaban las modernas 85 . Esa lucha gerencial estallaría efect
ivamente en abril de 2002 cuando “Unos embajadores se sumaron al golpe, otros
arremetieron contra los despachos y el resto simplemente guardó silencio” (PÉREZ: 2004).
163 Norte; 3) Asia, Medio Oriente y Oceanía; 4) Europa; y 5) América Latina y del Caribe,
como se indica en el siguiente cuadro:
164
La base de la organización quedó casi intacta después de este cambio, pero los elementos
que constituyen la Planificación, Formulación, Ejecución y la Coordinación y Armonización
del MRE, fueron redefinidos de acuerdo a lo establecido por la Constitución y las Leyes de la
República. Ahora, el MRE tiene como misión planificar, formular y ejecutar, bajo la
conducción directa del Presidente de la República, la política internacional del Estado y la
Nación venezolana, a través de la coordinación y armonización de las accione s de los
diversos órganos del Estado, en lo que concierne a las relaciones internacionales, a objeto
de propiciar una posición estratégica, consecuente con la defensa del Interés Nacional:
166 “Queremos incrementar las relaciones con otros países y para ello buscamos un mayor
acercamiento. Este es el objetivo de esta reestructuración, (…) es atender de forma más
eficiente a las diferentes regiones del mundo y enfocar mejor las acciones de política
exterior del gobierno nacional. (…) esta reestructuración permitirá atender
convenientemente todas las alianzas políticas que comienzan a arrojar resultados
extraordinarios, además de facilitar el acoplamiento a los nuevos esquemas de diplomac ia
directa y multipolar puestos en práctica por el Presidente de la República” (MÉNDEZ: 2005).
4.1.2.- La Consolidación Del Concurso Público De Oposición en 2001:
La validez de los cambios orgánicos del MRE no habrían tenido cabida sin la imperiosa
necesidad de aunar a ése proceso la formación de profesionales con alto sentido de servicio
público, para que ejerzan cargos, tanto dentro como fuera del país, transmitiendo los valores
nacionales 86 en la escena internacional (CFR.- PÉREZ: 2004), de tal manera que no ocurra
otra vez lo sucedido en abril de 2002.
“En definitiva el Diplomático que se exige hoy, requiere de una serie de aptitudes. De
dominar idiomas distintos al suyo propio, especialmente el inglés, debe manejar la economía
y la politología, debe conocer de informática y debe ser un buen relacionista público, debe
saber compartir los ahítos de un entorno físico tradicional de las Misiones con la realidad del
país. Debe ser un especialista en alguna disciplina necesaria en su profesión, pero a su vez
debe ser capaz de manejar distintos temas y escenarios. Tener una visión de mando, sin
duda lo ayudará a ser más eficiente en su papel como representante de parte de ese
sistema global” (HERNÁNDEZ: 1997). Por ello, Adolfo Salgueiro consideró en una
oportunidad que la profesionalización del Servicio Exterior, cuando mucho, se iniciaría si se
superaban tres grandes condiciones, sine qua non:
86
Superados estas condiciones, con el apoyo de la Asamblea Nacional que dio paso a la ley
de 2001, la profesionalización del servicio exterior se hizo posible, al menos como política de
Estado dentro de la democracia participativa. Tanto en la ley de 2001 como en la de 2005 se
recoge esa idea al establecerse el proceso de Concurso Público de Oposición para los
funcionarios que desearan ingresar al MRE que sería observado por un distinguido Jurado
Calificador 87 . Una vez hecha la escogencia de los ganadores del Concurso Público de
Oposición, sería el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual (IAEDPG) 88 ,
órgano del MRE, el encargado “organizar y dictar el programa de formación diplomática
especializada, para los que hayan aprobado el concurso público de oposición para el
ingreso a la carrera del servicio exterior” 89 . Asimismo, dicho instituto “debía coordinar los
estudios y cursos para la capacitación, actualización y especialización del personal del
servicio exterior, considerando los planes de desarrollo profesional y las necesidades de
servicio determinadas por la Dirección General de Recursos Humanos del Ministerio de
Relaciones Exteriores” 90 .
El concurso de oposición no era nuevo dentro del organismo del MRE, pero si lo era en el
marco de la Constitución de 1999. 88 La creación del IAEDPG fue, sin lugar a dudas, al
menos en el aspecto académico, un suceso trascendental en la estructura orgánica del
MRE. 89 Ver Artículo 125 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Servicio Exterior
(2005). 90 Ver Artículo 123 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Servicio Exterior
(2005).
87
168 La consolidación del Concurso Público de Oposición también significó un paso conciso
a la parcial despartidización de la plana laboral del MRE, la cu al, por más de 40 años,
supuso que los méritos y la aptitud, así como la preparación académica, no eran
características deseables en los recursos humanos que manejaban directa o indirectamente
los asuntos internacionales del país, a no ser, sus preferencias y vocaciones políticas y,
especialmente, partidistas. “La mejor manera de asegurar la capacidad en cualquier función
no electiva es, por supuesto, el concurso de oposición de méritos y aptitudes, que permite a
quien nombra al funcionario elegir al que muestra la mayor aptitud. Cuando, en cambio,
estos nombramientos se realizan por satisfacer cuotas o pactos políticos, aun cuando las
personas llamadas al servicio sean excelentes, se niega a la opinión pública y, en realidad,
al país, la oportunidad de saber si eran las mejores posibles. La idea de que se puede usar
el servicio exterior para satisfacer a temporales aliados políticos (…) implica que (…) no –se-
tiene un conocimiento muy acabado de cómo se mueve el mundo de hoy ni de la verdadera
importancia de un manejo serio de las relaciones exteriores” (MINISTERIO DE
RELACIONES EXTERIORES DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY: 2005). Finalmente, hoy
el MRE vive un período de adaptación y se encamina a crear un nuevo tipo de diplomático,
es decir, uno que aparte de sus ya habituales tareas, ahora es un agente multiplicador de
los profundos cambios sociales que experimenta Venezuela. “…la Cancillería venezolana se
ha propuesto redimensionar la política exterior de Venezuela, acorde con los cambios
políticos, jurídicos y de poder que se suscitan en el país y frente a los que dicta una
dinámica mundial globalizad a. Para atender estos desafíos se requiere de una política
externa más audaz, que no se ocupe sólo de lineamientos políticos y protocolares, sino que
esté adscrita a un esquema más realista, que sin dejar de cumplir con la naturaleza de esas
funciones, le permita a Venezuela responder con propiedad a sus intereses políticos y
económicos y asirse de un espacio más digno en el actual contexto internacional (…) Con
esa nueva visión, que busca mayor efectividad en la política externa, el MRE está
trabajando aceleradamente, (…)se ha anotado logros significativos en su agenda, que
desarrolla desde varios flancos (…): el relanzamiento de la diplomacia comercial, económica
y financiera; la revitalización de la política de bloques regionales; una política más audaz
frente a actitudes hegemónicas; y la transformación de la estructura interna de la Cancillería,
imprescindible para hacer posible los cambios planteados” (MRE: 2005-b).
91
170 acercarse a un Estado internacional o a otro gobierno no central. En ese sentido, vale
mencionar que desde 1999 algunos Estados venezolanos han tenido experiencias muy
exitosas en lo internacional, pero a la vez, el MRE 95 ha tenido que actuar en otras
ocasiones para dar marcha atrás a algunas iniciativas estadales por ser
inconstitucionales 96 .
Entre las experiencias exitosas se puede recordar lo ocurrido en Junio de 2003. En aquella
oportunidad el gobernador del Estado Nueva Esparta suscribió varios acuerdos de
cooperación con la República de Cuba. Los acuerdos trataban la materia de compra de
material deportivo a bajo costo y para el montaje de una fábrica de implementos de ese tipo.
Del mismo modo, en Agosto de 2005 la Alcaldía Mayor de Caracas firmó un acuerdo de
hermanamiento con la República Árabe de Saharaui Democrática para fortalecer los lazos
de amistad y de cooperación existentes entre Venezuela y los pueblos de África Occidental.
Este acuerdo tuvo carácter político y de cooperación en los que se tiene previsto compartir
las experiencias que en materia de cultura, salud, educación y deportes ha desarrollado el
gobierno venezolano. Más recientemente, en marzo de 2006, el gobernador del Estado
Apure firmó un acta de intención entre Cuba que garantiza la siembra de 15 mil hectáreas
de caña de azúcar y la posterior instalación de una planta de etanol en el eje Biruaca-
Achaguas. Dicha acta favorece la participación
La finalidad primordial de un acuerdo de cooperación es reforzar el diálogo y la cooperación
entre las partes. Es un instrumento jurídico técnico y escrito que firmará la autoridad
competente de un ente institucional con una persona física o jurídica externa, privada,
pública, nacional o extranjera, mediante el cual las partes reciben u otorgan cooperación
técnica, ayuda o beneficio mutuo o declaran su interés de hacerlo. Mediante este acuerdo
no se exige la contraprestación unilateral de un servicio o bien en beneficio de la otra u otras
partes contratantes. En cambio, el Acuerdo Marco es un convenio jurídico internacional
entre dos o más Estados en el que se establecen objetivos y principios de carácter general,
así como la estructura institucional encargada de desarrollar las normas específicas. 94
Según la Resolución 2861 de la ONU, un acuerdo de hermanamiento es un mecanismo de
cooperación de un valor excepcional, porque pone en contacto entre los países no
solamente a los dirigentes locales sino a poblaciones enteras y destaca también que la
cooperación internacional de las colectividades locales puede desempeñar una función
importante en la unión de los pueblos, por lo que se consideró a la cooperación
intermunicipal mundial como un complemento natural de la cooperación de los estados. 95
En estos casos , el MRE se remite a su departamento de Consultoría Jurídica. 96 Se
recuerda el caso en que un gobernador zuliano firmó un acuerdo improvisado con un
departamento colombiano en donde se establecía la construcción de un punte internacional
entre Venezuela y Colombia que fuera capaz de permitir el paso a vehículos de mayor
carga. Una vez que la cancillería se enteró de lo sucedido, inmediatamente actuó para
invalidar el documento, ya que los puentes venezolanos con Colombia son considerados
“válvulas de negociación”, imprescindibles para Venezuela.
93
171 de los siguientes entes cubanos para la consecución del proyecto azucarero en
Venezuela: Instituto de Investigación de la Caña, Instituto Cubano de Investigación de los
Derivados de la Caña de Azúcar, Instituto Cubano de Investigación Azucarera, Instituto de
Ciencia Animal, Centro de Salud Agropecuaria, Destilería de Alcoholes de Cien Fuegos,
Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y Ministerio del Azúcar.
“En tal sentido uno de los cambios más significativos que ha sufrido la política interna de los
Estados, es sin lugar a dudas, el proceso de descentralización, el cual, entre otras cosas,
significa la transferencia de competencias específicas desde el nivel central de gobierno a
los niveles subnacionales (estado y municipios o localidades) a través de la modificación de
su ordenamiento jurídico interno, pero más allá de esto significa la posibilidad de ampliar y
diversificar el ámbito de la política exterior, en la medida en que regiones y localidades
practican una suerte de acciones exteriores que pueden ser subordinadas, paralelas,
dependientes, complementarias o autónomas de las relaciones exteriores oficiales”
(LORENZO: 2003). En 1989 se inició el proceso de consolidación de la descentralización en
el país cuando se aprobaron un conjunto de leyes que permitieron la elección popular y
directa de los Gobernadores de Estado (que hasta ese momento eran funcionarios
designados por el Presidente de la República) y los Alcaldes de los municipios que no
existían con anterioridad, sino que existían los presidentes de los Concejos Municipales.
Esto, con el fin de hacer más eficiente el pesado, intervensionista y súper burocratizado
Estado. Sin embargo, al transferir estas competencias a los niveles subnacionales, el Estado
solamente delegó la responsabilidad, porque el nivel real de autonomía financiera de
172 éstos era escaso. Las Gobernaciones y Alcaldías dependían en su gran mayoría de
transferencias de fondos nacionales y sólo con la llegada de la Constitución de 1999, se
comenzó a percibir un verdadero cambio. La escasez de recursos financieros permanentes
para ejecutar políticas en torno a las competencias que le ha n sido legalmente transferidas,
fue lo que hizo que desde hace: “… unos pocos años se observará una diplomacia , o un
conjunto de acciones exteriores de los niveles regionales y locales, entendidas éstas como
todas aquellas actividades que realizan los niveles de la descentralización y que gozan de
cierta autonomía aunque no establecida en el ordenamiento jurídico nacional, fuera de las
fronteras de sus países (…) En este marco, los niveles de la descentralización realizan un
conjunto de actividades, en la práctica, que van más allá de las competencias que le fueron
transferidas por ley. Existe un vacío legal al respecto que abre un espacio de
discrecionalidad que permite, entre otras cosas, a los estados y los municipios realizar una
suerte de relaciones exteriores o más bien acciones exteriores paralelas a las oficiales del
Estado. (…) Desde el punto de vista constitucional, en Venezuela la política exterior es
conducida por el Gobierno Central. Los entes descentralizados no tienen ninguna facultad
explícita para celebrar acuerdos, tratados y convenios con un ente extranjero, así como
tampoco para realizar operaciones de crédito público. Se desprende así que las
Gobernaciones y las Alcaldías tienen un carácter restringido en cuanto a su status jurídico
internacional consagrado explícitamente en la Constitución de 1999. Sin embargo, este tipo
de relaciones tampoco son prohibidas por lo que se dan en la práctica, bien sea de manera
directa o indirecta, directa cuando los actores (nacional, subnacional o supranacional) se
relacionan sin intermediarios a través de sus gobiernos, usando como base jurídica una
carta de intención o un acuerdo de cooperación técnica internacional en el que se transfiera
dinero bajo la figura de donaciones o tecnología bajo la figura de apoyo técnico y/o asesoría
técnica. E indirecta cuando los actores involucrados se relacionan a través de un
intermediario el cual puede ser una ONG internacional, una empresa privada tanto nacional
como internacional o una empresa de capital mixto. También se puede dar a través de
Agencias de Cooperación Técnica Internacional auspiciadas por algún nivel subnacional que
cuente con los recursos suficientes como para establecer este tipo de relaciones. Esto se da
frecuentemente en Europa, donde se inicia el estudio de las acciones exteriores y se
desarrolla su concepto” (LORENZO: 2003).
173 Estas acciones realizadas por los actores subnacionales venezolanos podían ser
clasificadas por su carácter en tres niveles: 1) las relaciones entre los niveles subnacionales
y el Estado Venezolano, a través del Ministerios de Relaciones Exteriores; 2) las relaciones
entre los niveles subnacionales estadales de diferentes países (homólogos); y 3) las
relaciones entre los niveles subnacionales y los organismos internacionales o
supranacionales. Por otro lado, la forma jurídica de estos tres niveles, así como la figura
financiera en cada caso, dependerá del carácter y del contexto de la relación. Es decir, cada
relación es única, porque a la par del interés económico hay un interés político definitorio y
coyuntural por parte de los gobiernos locales que las impulsan. Y aunque, normalmente los
líderes políticos buscan una proyección internacional, la compet itividad ha llegado hasta los
niveles subnacionales de la mano de la globalización, quien definitivamente ha abierto una
variedad compleja de relaciones tanto entre nuevos actores como entre los diversos niveles
de los tradicionales (CFR.- LORENZO: 2003).
174 “… 1) Pueden brindar valioso asesoramiento técnico, sobre lo que se debe y lo que no
se debe hacer; 2) Los organismos internacionales pueden aportar un rico acervo de
experiencia internacional acerca de toda una gama de problemas; 3) La asistencia financiera
que facilitan los organismos internacionales puede ayudar (…) a soportar el difícil período
inicial del proceso de reforma, hasta que comiencen a producirse los beneficios; y 4) Estos
organismos pueden ofrecer (…) un mecanismo para la concertación de compromisos
externos, lo que haría má s difícil que dieran marcha atrás en el camino de la reforma”
(FUENMAYOR: 2003, 185-210). 4.2.1.2.- Fuera Del Conocimiento Público: En los últimos
años ha aparecido un movimiento con origen en la sociedad civil que apoya la participación
ciudadana programada en los procesos de construcción de la política exterior del país 97 .
Con argumentos científicos y valores sociales modernos han realizado esfuerzos por abrir
una matriz de opinión pública favorable para que el ciudadano tenga acceso a un asunto
que trata de todos, es decir, la política exterior 98 . Sin embargo, alrededor del MRE donde
el escepticismo reina sobre este tema, también se encuentran algunos adeptos.
175 sociedad civil no debe saber, ni conocer, ni imaginar 100 . Aunque esto haga pensar
que el gobierno no esté respondiendo a lo público y que la democracia no esta trabajando
bien 101 .
Las razones de fondo que sustentan los acuerdos son también de gran interés para los
Estados que indirectamente puedan ser afectados. Por ello, si no son informados o perciben
algún trance que los involucra, apelan a la diplomacia clandestina u a otras formas de acción
102 , a fin que el santo santorum se devele para su análisis. Los intereses
100
Henry Kissinger, con su libro Diplomacia, fue el primero en abrir el debate sobre este tema
cuando indicó “claramente que no acepta la interferencia de lo público en los asuntos
internacionales” (CFR.- HAINE: 1997, 3). 101 Benjamín J. Page y Jasón Barabas traen a
colación una análisis de la “Democracia Deliberativa”, donde defienden que el Estado
debería responder a las opiniones pensadas y debidamente comentadas de lo “público”; y la
política debería reflejar las preferencias de los ciudadanos, quienes se expresarían una vez
que ellos reciban la información disponible y hayan tenido tiempo para reflexionar acerca de
ella. Ahora bien, los desacuerdos o diferencias entre los ciudadanos y los líderes constituyen
un problema en la construcción de la política exterior por al menos dos razones. Uno,
porque podría acarrear obligaciones a los Estados en cuanto al deber de informar a la
población y dos, porque no necesariamente, la voluntad de la mayoría esté en concordancia
con una realidad vista desde los ojos del conocimiento especializado. (CFR.- PAGE: 2000,
339-364) 102 Paralelo a la diplomacia extraoficial, se encuentra el espionaje y sus
complejas redes de espías, informadores, contactos y agentes secretos al servicio del
Estado. El espionaje es utilizado para ampliar el horizonte de las capacidades de acción del
Estado una vez que la efectividad de los mecanismos diplomáticos se ha agotado. El
espionaje es costoso en términos financieros y humanos, porque es difícil encontrar
personas capacitadas para
176 en juego así lo ameritan y la sociedad civil queda excluida de las circunstancias reales
en que se fraguan las políticas de corte internacional. La información en estos niveles posee
un valor inconmensurable. Son secretos de Estado y el agente diplomático que tenga el
deber de manejarlos debe remitirse al máximo profesionalismo, o mejor, a la máxima
circunspección diplomática para evitar que por imprudencia o sustracción la información
caiga en las manos equivocadas o, mucho peor, en la opinión pública 103 . Esto exige un
tipo de vida que si bien no es privada, al menos es secreta:
177 que es así. Nos decía un profesor en alguna oportunidad que los diplomáticos no
teníamos vida privada pero sí secreta” (HERNÁNDEZ: 1997). La información acá es poder y,
a la vez, arma que tarde o temprano deberá ser utilizada o instrumentalizada. En este caso
las reuniones o encuentros privados donde la información sale a flote entre partes son el
campo de batalla de los agentes diplomáticos.
178 converse de forma difusa, incompleta, incomprensible, tal cual, como un tributo y
ejemplo bien digno de algo que se tiene que ver en perspectiva y leer entre escabrosas
líneas. En suma, incluso así, los diplomáticos saben entenderse, es su idioma.
Y a la par, existe otro comportamiento fuera del conocimiento público propio de los agentes
diplomáticos. Se trata cuando éstos, por motivos personales, no se alejan de su trabajo y
participan en encuentros de “consultas” 107 con sus homólogos para facilitar la discusión
futura y generar ideas innovadoras para solucionar los problemas. El diálogo que resulta de
las consultas no tiene por objetivo convencer o persuadir. Al contrario, busca ahondar en los
temas, descubrir nuevos significados, encontrar nuevas relaciones o intercambiar pareceres
sobre las circunstancias particulares que motivan la reunión. El grado de influencia política
que tenga cada agente diplomático que participen en estas “consultas”, determinará la
oportunidad de que dichas ideas se incluyan también en el proceso oficial de solución del
conflicto 108 .
107
En páginas anteriores describimos como James Notter había reflexionado sobre este tipo de
comportamiento y lo había referido a la Diplomacia de Vía Dos (CFR.- NOTTER: 1996). Sin
embargo, hemos tomado ideas de su enfoque para describir una realidad muy propia de
Venezuela y Latinoamér ica. La razón, es que Notter describe este comportamiento con la
suposición que son una novedad, pero en América Latina siempre han existido. Quizás ello
se deba a que América Latina tiene más de 150 años sin guerras cruentas, lo que ha
favorecido un ambiente de paz y de acercamiento entre los países que ha mantenido
intangibles ciertas formas primitivas de diplomacia que ahora están redescubriendo en
Europa, América del Norte o Asia. 108 En el cuerpo diplomático del MRE, hasta el 2005,
cada cierto martes de cada mes se hacía una fiesta, a manera de reunión, en un local
nocturno, en donde se invitan a todos los agentes diplomáticos de las embajadas
acreditadas en el país y reporteros internacionales para departir un momento grato. A estas
reuniones asistían los diplomáticas y reporteros “más jóvenes”, sin embargo, allí se tocaban
diversos temas de interés. A todas estas, lógicamente, la entrada a las reuniones tenían
gran exclusividad. 109 De hecho, ha ocurrido una reducción de los viajes de los diplomáticos
al exterior. Gracias al desarrollo de Internet ahora muchas actividades pueden ser realizadas
desde casa sin la necesidad de avalar un viaje al extranjero.
110
Vale mencionar que el valor de las informaciones que no deberían tener acceso público se
han hecho más invaluables, por lo que ha aparecido un nuevo tipo de espionaje, el
espionaje electrónico. 111 Otros riesgos de la comunicación por vía e-mail ya fueron
recogidos en la investigación de Wendy Viteri “EL INTERNET EN VENEZUELA COMO
INSTRUMENTO DE LA DIPLOMACIA”. (VITERI: 2003). Asimismo, se recomienda ver el
trabajo de Mariela González, excepcional investigación sobre Internet y la seguridad en el
caso de Venezuela (CFR.- GONZÁLEZ M.: 2002).
180 posibilidades para constatar la legitimidad o lo fidedigno del remitente del comunicado
porque éste pudo ser redactado por otras manos y con otras intenciones a las deseables por
el MRE u otro actor internacional. Esto vulnera los principios de seguridad institucional,
coadyuva a crear un ambiente de zozobra a la hora de tomar una decisión y dificulta la
distribución de responsabilidades administrativas al momento de aplicarse sanciones. Si
bien podría hablarse de exceso de confianza, la comunicación vía e-mail aún sólo es propia
de los comunicados poco importantes, porque en temas de elocuente importancia para el
MRE, la comunicación oficial, con sello y firma distintivo, se establece como requisito
ceremonial y protocolar imprescindible por las diferentes divisiones del organismo.
La figura del pendolista fue característica distintiva de las cancillerías a nivel mundial hasta
mediados del siglo pasado. Su trabajo de ornar con clásica y esbelta escritura las cartas
oficiales entre los mandatarios de los países fue sustituido por las imprentas modernas. Hoy
sólo quedan reductos de éste orfebre de la escritura en algunas universidades nacionales
que instan a sus nuevos profesionales a ir a un pendolista para que les rubriquen sus
nombren en sus títulos universitarios.
181 su trabajo desde tempranas horas de la mañana hasta altas horas de la noche a lo largo
de los 365 días del año. Y como la rutina laboral del mandatario no da basto, supone una
concisa discriminación de los eventos, reuniones, actividades y demás en los que debe
participar por parte de la secretar ía de su despacho. Así, las actividades más prioritarias
tienen una denotada preferencia a la hora de ser incluidas en su agenda de trabajo; en
defecto de aquellas actividades que si bien son importantes, pueden quedar en un segundo
o tercer plano para ser atendidas. En ese sentido, se puede hablar de retrazo, no obstante,
la práctica ha demostrado que tarde o temprano el mandatario presidencial atiende todos los
asuntos que le exige la constitución, las leyes de la república y, especialmente, las
necesidades del pueblo.
182 cuales fueron designados en el país, comienzan a realizar sus labores más allá de la
franja mínima, necesaria y deseable de la oficialidad, es decir, actúan extraoficialmente
dentro del sistema político venezolano. Aunado a esto, incluso, los embajadores que han
podido presentar sus credenciales al presidente tampoco tienen mucho acceso a él para
tratar temas bilaterales, a lo que la vicepresidencia ha sustituido, cuando mucho, esas
necesidades de atención.
“La forma de relacionarse del gobierno del Presidente Chávez con el cuerpo diplomático ha
sido muy -sui generis-, por calificarlo de alguna forma. De hecho los Embajadores son
recibidos con poca frecuencia, y en circunstancias especiales, a muchos les tomó meses
presentar sus cartas de estilo al Ministro de Relaciones Exteriores y por ende al Presidente
de la República (…) lo cual genera por supuesto incomodidades entre los representantes
extranjeros, respetuosos todos de las fórmulas y usos diplomáticos. El Vaticano por
supuesto no es la excepción, pero en su caso las cosas han sido aun más difíciles pues el
representante del Papa tiene un doble carácter de funcionario de Estado y miembro de la
iglesia, institución con la cual el Presidente Chávez tiene un enfrentamiento”.
(BETANCOURT: 2002, 60). Además, este tipo de comunicaciones rompen con el tradicional
“vía y estilo diplomático”, en el sentido que no se cumplen el conjunto de formas y términos
que se usan en las exposiciones orales y escritas de ese carácter, de conformidad con
normas establecidas que rigen con la debida precisión su uso, embajador designado, pero
no reconocido, podrá hacer y participar en reuniones de forma discreta, informal, reservada
y a título propio o personal con sus homólogos para ir avanzado en los acercamientos
diplomáticos habituales mientras llega la presentación de las cartas credenciales. Incluso,
las reuniones que éste embajador pueda realizar con representantes del Grupo
Latinoamericano (GRULA) serán vistas como un acercamiento más de índole personal que
de interés nacional por parte del Estado que esta representando el embajador. 115 Se
recomienda ver.- MORALES LAMA: 2003-b., quien desarrolla la idea del “estilo diplomático”.
3 4.2.2.- Comportamientos Informales: 4.2.2.1.- Las Iniciativas De Los Diputados De La
Asamblea Nacional: Las facultades que le otorga la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela a la Asamblea Nacional (AN) le permite, que de una manera más informal (no
extraoficial), espontánea y con menor exposición pública, se entablen vínculos y relaciones
bilaterales y multilaterales con diversos actores internaciones través de los Acuerdos
presentados y aprobados por la plenaria (CFR.- REPÚBLICA DE ARGENTINA: 2006).
Incluso, a veces esas acciones han sido más eficaces por sus modalidades y
características, las cuales priorizan la búsqueda de consensos destinados a lograr los
resultados esperados, que las acciones realizadas a través del cumplimiento de reglas
protocolares del MRE o la iniciativa de los funcionarios gubernamentales por comunicar sus
opiniones. Y quizás sea por la menor presión política y el compromiso público que tiene la
AN con respecto al MRE en el inconmensurable escenario internacional lo que ha facilitado
que los acuerdos no hubieran sido obtenidos de otro modo. Por ejemplo, vale recordar la:
“Declaración conjunta entre los presidentes Haddad Adel, presidente de la Asamblea
Consultiva Islámica de la República Islámica de Irán y Nicolás Maduro Moros, presidente de
la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela” firmado el 16 de febrero de
2006; el “Acuerdo para rechazar las declaraciones emitidas por el Primer Ministro de Antigua
y Barbuda, Baldwin Spencer; el Canciller de Dominica, Charles Savarin; y el Director
General de la Organización de Estados del caribe Orien tal (OECO) Len Ismael, el pasado
08 de noviembre, en torno a la soberanía venezolana en las Isla de Aves“ firmado el 15 de
noviembre de 2005; el “Acuerdo en rechazo a la injerencia del Gobierno estadounidense en
los asuntos internos de la República Árabe Siria” firmado el 02 de noviembre de 2005; y el
“Acuerdo de solidaridad y condolencias con el pueblo de los Estados Unidos, así como para
las autoridades locales y habitantes de las zonas afectadas por el huracán Katrina” firmado
el 06 de septiembre de 2005.
184 Por otro lado, en el continente americano los Parlamentos manejan sus relaciones
internacionales en forma autónoma gracias al criterio democrático basado en la división de
poderes 116 . Esta autonomía lleva a la AN a imprimir a esas actividades un estilo y un ritmo
que corresponden a su composición pluralista y sus funciones primeras, es decir legislar,
fiscalizar la acción del gobierno, tomar en consideración cuestiones de interés público y
representar a la población. Además de la autonomía, el segundo principio que fundamenta
la acción internacional de los Parlamentos y les confiere su especificidad es el respeto del
pluralismo político. En efecto, las relaciones internacionales de la AN van en consideración
los intereses y las sensibilidades políticas de los diversos partidos representados en dichos
Parlamentos. Concretamente, este principio se traduce en la constitución de delegaciones
pluralistas para la participación en las actividades interparlamentarias, garantizando así su
carácter no partidario.
116
117
4.2.2.2.- La Diplomacia Informal De Las ONG: En efecto, las ONG han ido adquiriendo un
papel cada vez más importante en el escenario internacional al grado que algunos gobiernos
las consideran abiertamente como multiplicadores de influencia. Pero a diferencia del caso
norteamericano, donde algunas ONG son financiadas con objeto de ser utilizadas como
mecanismos diplomáticos indirectos del gobierno para inmiscuirse en los asuntos internos
de otras naciones del mundo (CFR.- PÉROUSE DE MONTCLOS: 2005), Venezuela ha
asumido una actitud menos manipuladora con estas organizaciones y, al contrario, es uno
más de los países que es objeto de ataque por varias ONG internacionales que defienden
los intereses norteamericanos. La imagen favorable de las ONG alrededor del mundo parte
del elemento de la solidaridad, el cual usan como móvil principal para justificar su accionar
119 . Con ideas vinculadas a una sociedad sin iniquidades, a veces tienen que oponerse a
los abusos o indiferencias de los Estados, valiéndose de su capacidad de convocatoria e
influencia en la sociedad civil, de modo tal que en la mayoría de circunstancias las ONG
actúan como entes fiscalizadores y duros críticos de la gestión gubernamental (CFR.- JUAN
Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional de octubre de 2005, menciona
en su Artículo 178: “La Asamblea Nacional forma parte de los siguientes foros
internacionales: Unión Interparlamentaria, Parlamento Amazónico y Parlamento Indígena de
América; a tal efecto, acreditará sus representantes ante dichos organismos de conformidad
con los estatutos respectivos. Asimismo, la Asamblea Nacional podrá integrarse a otros
foros internacionales”. Y el Artículo 177 menciona: “Los diputados y diputadas venezolanos
electos para integrar el Parlamento Andino y el Parlamento Latinoamericana…”. 119 Según
Julie Fischer, las ONG son, en parte, el producto del sistema que ahora adversan. La
incapacidad de los gobiernos para empezar a afrontar los retos crecientes del desarrollo
sustentable ha ampliado enormemente la brecha que separa a la realidad de lo que el
pueblo cree posible y ello estimula a que aparezcan las ONG y participen para coadyuvar en
ese esfuerzo (CFR.- FISCHER: 1998).
AGUILAR & ASOCIADOS S. C: 2004). Sin embargo, las ONG no escapan de ser
organizaciones que actúan sin ningún control y en beneficio propio 8º (o de otros) y para eso
se valen de campañas de desprestigio, a través de los medios masivos de comunicación,
debilitando la imagen ante sus donantes y sus beneficiarios.
188 porque de no hacer las debidas aclaratorias sobre este asunto la confianza en el país
podría decaer y, en el peor de los casos, los inversionistas extranje ros ya no verían a
Venezuela como un buen partido financiero y comercial.
En la década pasada era usual ver como varias ONG solicitaron al MRE que dieran difusión
pública a los informes a nuales que debía entregar Venezuela a los Comités de la ONU
encargados del control de las obligaciones consagradas en seis (6) tratados internacionales
de derechos humanos. Estos informes eran de carácter público y debían ser discutidos
ampliamente en los países de origen. Sin embargo, la Dirección de Asuntos Multilaterales
del MRE era reacia a dar copia de estos informes a las ONGs que los solicitaban para su
análisis. Pero los cambios a este respecto comenzaron a partir de 1999, cuando con la
llegada de la nueva constitución el Estado venezolano comenzó a actuar en cumplimiento
del espíritu que inspira a los mecanismos de control de la ONU y reconoció las obligaciones
nacidas de los respectivos tratados de derechos humanos (CFR.- PROVEA: 1999). Hoy en
día, las ONG cooperan con las instancias del MRE y la institución esta conciencie que “La
estabilidad interna es fuente de la credibilidad externa porque permite a los actores
internacionales acompañar el desarrollo de las políticas de sus pares, pudiendo construir
expectativas y creencias positivas en relación con él, a la vez que permite a los actores
hacer lo que se espera que ellos hagan dentro del acuerdo internacional” (DUARTE VILLA:
2004, 28-29). 124 Ver también.- PIOVESAN: 2004. 125 Resolución del 13 de enero de 2006
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Finalmente, hay que destacar que en la mayoría de los países de Centro y Sudamérica se
han implementado normas de fiscalización de las ONG (CFR.- JUAN AGUILAR &
ASOCIADOS S. C.: 2004), sin embargo, en Venezuela no existe ninguna ley moderna 126 u
institución específica que controle el área o fiscalice la información proporcionada por las
ONG respecto a sus actividades ni a las donaciones que perciben 127 . El MRE ha venido a
llenar parte de este vacío junto con el Ministerio de Interior y Justicia, pero si el Estado no
llega a actuar de manera puntual, colabora en el aumento de la amenaza de intromisión de
las ONG en el poder político 128 , cuando deberían fortalecer adecuadamente la
gobernabilidad del Estado y el capital social 129 .
126 127
La Ley de Cooperación Internacional, por ejemplo, data del 08 de Enero de 1958, Gaceta
Oficial Nº 25.554. En efecto, las ONG en Venezuela se fortalecieron cualitativa como
cuantitativamente en los años noventa parasitando los presupuestos públicos y participando
en proyectos financiados con fondos de organismos multilaterales, sin ningún control por
parte de la Contraloría de la República, organismo responsable de asegurar el buen uso de
los fondos públicos. Vale recordar, por ejemplo, el caso de las “asociaciones civiles”, figuras
que rec ibían donativos de las gobernaciones y que fueron desmontadas en el último
gobierno de caldera. 128 “En América Latina ya es de conocimiento público que las ONG en
Venezuela colaboraron con el fallido golpe de estado a Hugo Chávez en 2002”. (PELAEZ:
2005). 129 El capital social es un concepto que ha resurgido como respuesta a los fracasos
de las ideas economicistas del desarrollo, resaltando la necesidad de incluir y rejerarquizar
en este proceso, valores como la confianza interpersonal, la asociatividad, la conciencia
cívica, la ética y los valores predominantes en la cultura de una sociedad, a fin de formular
políticas públicas, con objetivos de lograr una estrategia de desarrollo auto sostenido,
participativo y equitativo. El capital social contribuye a fortalecer los actores y redes sociales
(sociedad civil), por tanto facilita un sistema transparente y eficiente en la gestión pública en
todos los niveles de gobierno y hace más eficiente la lucha contra la pobreza y la exclusión
social, ya que en el nuevo enfoque de las políticas sociales, los pobres dejan de verse como
un problema para convertirse en actores protagónicos en la búsqueda de un mejor destino.
(CFR.- UNIVERSIDAD METROPOLITANA: 2006).
190 Por ahora, el espacio de las ONG en Venezuela está garantizado, siempre y cuando
sepan incorporarse, sin mediatizar su participación a los intereses partidistas o extranjeros,
a un proyecto nacional de desarrollo 130 . Pero, dentro de este amplio espectro, podemos
considerar que el desarrollo del campo de la ONG es aún incipiente en nuestro país 131 si lo
comparamos con las experiencias que han ten ido otros países latinoamericanos, aún con
menos tradición de participación popular y con sociedades civiles menos estructuradas 132 ,
al menos a los ojos de la teoría de la democracia participativa.
Hoy en día, el Estado venezolano esta considerando seriamente dos iniciativas políticas con
respecto a las ONG a través de la Asamblea Nacional. La primera, es que toda ONG que
pretenda trabajar en el país sea aprobada por la Asamblea Nacional, y la segunda, es que
se cree un mecanismo de supervigilancia del financiamiento externo de las ONG en
Venezuela (CFR.- BERTONI: 2005). 131 Para ver algo sobre la historia de las ONG en
Venezuela se recomienda ver: (LÓPEZ C.: 2004). 132 Ver el caso de las ONG en el Perú.
133 Conjunto estructur ado de pasos y etapas que se establecen entre los Estados y otros
actores internacionales para asumir una postura en algún tema de la escena internacional y
en cuya creación participan diversos actores (oficiales y no) de manera concertada. 134 La
idea de “nacionalización de las agendas internacionales” supone que ahora los Estados por
primera vez tendrán una verdadera agenda nacional; sin embargo, el término a nuestro
juicio debería ser “renacionalización de las agendas internacionales”, por cuanto es más
preciso en el sentido que sugiere la reconquista de un privilegio que perdieron los Estados a
mediados del siglo XX conforme se acentuaba las formas de imperialismo político en el
mundo.
130
191 La diversidad de temas tratados por la comunidad internacional ha sido la causa del
problema. El carácter multifacético de las agendas internacionales ha facilitado una lucha
entre los Estados por tratar de imponer en las agendas de los organismos políticos
internacionales como la ONU y la OEA los temas que son más pertinentes para sus
intereses nacionales. Dicha lucha, que no es nueva, describe el enfrentamiento entre el
poder hegemónico de las potencias mundiales y los países más débiles, quienes desean
una verdadera equidad internacional en el análisis de los problemas.
“…el problema de la distribución del poder continúa siendo fundamental. Por un lado, los
regímenes internacionales son estrategias de coordinación intergubernamental que
distribuyen poder desde y hacia los estados. Y por el otro, los regímenes internacionales no
regulan todas las dimensiones, ni todas las regiones geográficas de la política internacional,
especialmente en las cuestiones relacionadas con el empleo de la fuerza. El poder duro
continúa siendo así la forma de poder primaria y última sobre la cual se continúa ordenando
el sistema internacional” (ROBLEDO: 2001). Los Estados más poderosos no dejan de lado
su declarada voluntad por dar prioridad a puntos temáticos vitales para sus intereses y al
hacerlo, imponen sobre el resto de países su particular manera de ver el mundo, aunque
hay algunos que se inhiben (CFR.- TUSSIE, Diana: 2003). Los Estados más poderosos se
aprovechan de su condición ventajosa y hacen alusión al “efecto convoy” para lograr su
cometido. Ese efecto indica que los avances en las materias que las potencias proponen
son superiores a cualquier propuesta hecha por otro país y así debe asumirla, inclusive, el
país más reacio (CFR.- BOTTO: 2003, 2). Las presiones diplomáticas alcanzan tal algidez
que si algún país del mundo considera en el seno de una organización política internacional,
por ejemplo, que su problema fronterizo o de lucha contra la pobreza es más importante que
las discusiones que tratan de combatir el terrorismo por parte de EUA, seguramente su
posición será criticada por los miembros asociados de la organización y, en especial, por los
aliados de esa potencia, lo cual no traería represalias, pero si una pérdida de influencia en la
escena de las alianzas, lo que ya es mucho. Lógicamente, este país deberá seguir las reglas
del juego y esperar porque los poderosos resuelvan los
192 temas más prioritarios para la organización o para EUA, como es el caso. Asimismo,
ese país “débil” tendrá que participar y firmar en declaraciones cuyos intereses no se
asemejan a los propios, a fin de lograr discutir posteriormente su tema de pobreza o
fronterizo con éxito.
Esta dinámica política, tampoco no es nueva, pero si lo es cuando un país adopta y acepta
actuar sobre temas internacionales que no son propios a sus intereses soberanos. Los
países en desventaja 135 , exigidos por el ambiente internacional, incluyen en sus agendas
internacionales temas no importantes para ellos y se ven compelidos en defenderlos para
lograr una posterior aceptación o beneficio entre los países de una determinada región.
Esto se ha visto más después del 11 de septiembre de 2001. Desde esa fecha la agenda
internacional ha quedado irrevocablemente marcada por los temas del terrorismo 136 , la
posesión de armas de destrucción masiva por parte de Estados o grupos al margen de la
legalidad internacional y la acción preventiva sostenida (como legítima) por quienes hoy
encabezan la coalición de países que se han internado en la Mesopotamia del Tigris y del
Eufrates (CFR.- ROMERO: 2003). Atrás quedó la tendencia de las agendas internacionales
que abanderaban la dimensión social como máxima prioridad y se adentró a un mundo que
olvida temas más importantes:
135
Según Mercedes Botto pueden ser muchos los factores que pueden contribuir a explicar la
decisión “de los gobiernos de internalizar una agenda externa” (BOTTO: 2003, 3). 136
François Heisbourg afirmó: “El 11 de septiembre ha marcado una doble ruptura. Por una
parte el paso al hiperterrorismo, vale decir, la conjunción de la destrucción en masa, posible
gracias a las tecnologías actuales, y la naturaleza apocalíptica de los organizadores de
éstas, y por la otra, el fin brutal de la Posguerra Fría” (HEISBOURG: 2002). En cambio J.
Nye, sostiene que el terrorismo: “No tiene nada que ver con el terrorismo de los años 70, del
IRA, ETA o las Brigadas Rojas. No una sino muchas sociedades son vulnerables a él” (NYE,
Joseph S.: 2003). Recuérdese que a mediados del siglo XX las organizaciones de ese
carácter solían tener objetivos políticos en cierta forma tangibles, vale decir, relativamente
bien definidos, a los que la destrucción masiva podría hacer un flaco servicio. Entonces
muchos de éstos recibían apoyo de determinados gobiernos y éstos, encubiertamente los
controlaban (CFR.- MORALES LAMA: 2005).
“Justo o injusto, el mundo de hoy es uno. Las relaciones que en él se desenvuelven lo hacen
mediante una lógica determinada, altamente competitiva por cierto. Es preciso para cada
estado estar lo más adaptado posible a los nuevos desafíos y a los cambios que se suceden
en las relaciones internacionales, así como también dilucidar como son las relaciones entre
los grupos de poder de cada uno. Por ello, es preciso ampliar el campo visual del
pensamiento e imaginar alternativas fuera de los parámetros convencionales que en los que
sólo s e encuentran opciones políticas. Así el desafío mayor es un cambio en el modo de
pensar la realidad, lo que generará respuestas al menos nuevas a estos fenómenos
mundiales, cuya característica principal es el aceleramiento en los cambios y en los códigos
de conducta. Al mismo tiempo los temas prioritarios de las agendas se multiplican en
número y en complejidad, lo cual exige
194 una preparación cada vez más profesionalizada de la labor política y planificadora”
(ZOPATTI: 2005). Entonces, ¿cómo nacionalizar una agenda si el debate en torno a la
llamada seguridad hemisférica es de la mayor importancia en un ambiente internacional
crecientemente belicoso y en el que la lucha contra el terrorismo ha sido elevada, gracias a
la resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad de la ONU, a la categoría de “principal”
prioridad para la seguridad internacional? ¿Acaso hay que darle la espalda a la ONU y la
OEA en el caso de Venezuela? ¿Acaso los problemas de desigualdad y pobreza de
Venezuela deben quedar en segundo plano bajo los intereses de EUA y las organizaciones
internacionales que funcionan en ocasiones como mismos misterios nacionales de ese
país? ¿Acaso Venezuela es el único país con este modo de pensar la realidad? En ese
sentido, Venezuela a través de su MRE ha reaccionado acercándose a nuevos aliados y
concentrándose en su propia agenda internacional, actitud casi en contra de la inercia
mundial.
137
196 “El uso de la fuerza militar del Gobierno norteamericano en contra del terrorismo
internacional vulnera la seguridad de los estados y crea una nueva agenda de seguridad
que podría incidir en las soberanías nacionales, sobre todo latinoamericanas, por la
imposición de fuerzas externas, mediante la violencia o la amenaza, con el objetivo de
mantener su hegemonía”. Esa imposición de EUA ha desviado la atención de temas como,
por ejemplo, el petróleo. Incluso, en el 2002 los precios internacionales del petróleo
rompieron los máximos históricos debido a una mayor demanda y el temor de que no
existan suficientes reservas para cubrirla. Sobre todo después de las intervenciones en
Afganistán e Irak, donde se dañaron importantes oleoductos. Y a pesar de que éste ya era
un tema de la agenda internacional, su combate acentuado no fue considerado como grave
problema a la seguridad nacional de algunos países.
“La prioridad para los Estados, a partir de la política Bush, fue responder a nuevos retos que
garantizaran la seguridad nacional y regional. Intercambio abierto de información, la
cooperación de grupos policiales y la detección de redes de dinero supuestamente ligados al
terrorismo” (SUBDERE: 2005). Estas circunstancias hicieron que las relaciones de Europa y
América Latina, se tornaran tensas por la serie de cambios en las prioridades de la agenda
internacional, porque se restaba importancia a temas como la financiación al desarrollo o los
procesos de asociación económica y la seguridad 138 , y favorecía en su lugar, esquemas
relacionados a la construcción de una agenda social, es decir,
“… Gobernar y planificar la política social exige, conformar agendas que tengan como
referencia un modelo de gobierno descentralizado, participativo y orientado a resultados,
entendidos estos últimos como incrementos sustantivos en el acceso y disfrute de los
derechos constitucionalmente establecidos. Es en este contexto donde la Agenda Socia l
adquiere, además de su significado como instrumento de gobierno y de planificación, el
carácter de espacio para la articulación de compromisos, esfuerzos y
138
197 voluntades entre actores distintos; es decir el espacio donde se escenifican procesos
participativos de gobierno y planificación. (…) La Agenda Social es el producto, en constante
revisión, de un proceso de reflexión entre diversos actores y sujetos sociales
(gubernamentales y no gubernamentales) que sistematiza un conjunto de prioridades
compartidas de gestión, definidas en términos de propósitos (objetivos) y medios (políticas),
que expresan la intención colectiva de enfrentar problemas o satisfacer necesidades
sociales asimiladas a derechos, en un espacio social determinado. Las agendas sociales
son agendas de gobierno (…) son agendas políticas (…) son agendas transectoriales (…)
son agendas interorganizacionales (…) sistematizan objetivos asociados con el acceso o
disfrute de los derechos sociales” (CARUCCI T: 2005, 39). Para Venezuela no es justificable
que la agenda internacional se reduzca sólo a tratar prácticamente al terrorismo y,
recientemente, ha abogado por una agenda internacional más social, o mejor, una agenda
social para el mundo. En el transcurso del año 2003, la posición asumida por Venezuela en
los diversos foros internacionales, estuvo orientada hacia la promoción de la agenda social,
como elemento clave de nuestra política exterior, la cual ha venido colocando un acento
relevante en la búsqueda de la justicia social. Esto se vio reflejado tanto a nivel subregional,
durante la XIV Cumbre Presidencial Andina, como a nivel hemisférico, en el marco de la
Reunión de Alto Nivel sobre Pobreza, Equidad y Exclusión Social realizada en Margarita en
Octubre del pasado año 2003 para citar dos ejemplos recientes. En ambos casos el tema
fue propuesto por Venezuela como señal de compromiso en esta materia.
Finalmente, este nuevo enfoque destaca la necesidad de asumir los acuerdos de integración
como un instrumento del desarrollo, que debe otorgar máxima prioridad a los temas
sociales, específicamente en lo que se refiere a la superación de la pobreza y la exclusión
social.
198 4.2.4.- Reconquistando La Soberanía Pérdida: Para 1999 era evidente que si se
deseaba hacer un profundo proceso de cambios en el país, el sistema político venezolano
no podía darse el lujo de ceder ante la vertiginosa ola mundial de la globalización que había
arrebatado a los países parte de su soberanía ¿Pero cómo hacer? ¿Cómo negar la
creciente pérdida del poder estatal a nivel internacional y los cuestionamientos internos que
sufren los Estados lo que hace aparecer nuevas formas de definición de soberanía que nos
llevan a pensar que ésta no es un atributo absoluto, sino que por el contrario se ha
transformado en un atributo relativo que puede ser alcanzado en diferentes di mensiones?
¿Acaso Venezuela debía desconocer las obligaciones que se habían adquirido durante la IV
república 139 ? La situación era compleja, había que reconquistar la soberanía pérdida. Sin
embargo, al menos, en unos grupos políticos 140 se tenía la suposición que para hacer algo
al respecto, primero había que establecer qué tanta soberanía aún tenía Venezuela, es
decir, determinar qué era lo que se había heredado, lo quedaba de la noción jurídica, política
y operativa de la soberanía venezolana (CFR.- TOKATLIAN: 2002); por que había que
“recuperar la soberanía sobre nuestros asuntos. De lo contrario, nuestros países dejaran de
ser tales, transformándose en masas pobres, sin Estado ni sociedad” (ROJAS
HERNÁNDEZ: 2002, 221).
Por ejemplo, varios voceros del MRE se oponen a que Venezuela suscriba o ratifique ciertos
tratados internacionales puestos hoy en la palestra, y cuestionan algunos que ya fueron
ratificados. No obstante, han existido mayores iniciativas para que Venezuela no cumpla con
las obligaciones vinculadas al pago de la Deuda Externa. Vale mencionar que el diputado
Elías Mata propuso un plan de auditoria en marzo de 2005, con motivo de la visita de José
Luís Zapatero, para analizar la “legalidad” de la deuda externa venezolana en base a un
exhaustivo estudio de los compromisos adquiridos durante el sistema político partidista que
acabó con la llegada de la constitución de 1999 (…) “Al ser consultado sobre cuál sería el
procedimiento que se llevaría a cabo para realizar una investigación de este tipo, dijo que en
primer lugar hay que conformar una comisión multidisciplinaria que cuente con un equipo
técnico muy serio que analice, entre otras cosas, todos los papeles y documentos que
existen sobre la llamada deuda externa y que reposan en el Ministerio de Finanzas. Afirmó
que luego de este análisis y de haber obtenido los primeros resultados y estimaciones, se
debe establecer un puente de comunicación y renegociación con todos aquellos bancos y
organismos internacionales con los que se contrajeron compromisos económicos (…)
(DEPARTAMENTO DE PRENSA DE LA VICEPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA: 2005). 140 Las intervenciones de los constituyentes en la
Asamblea Nacional Constituyente de 1999 dan una idea clara de vocación política de aquel
año. En especial, se puede mencionar las intervenciones de Hernán Escarrá, Blancanieve
Portocarrero, Luís Vallenilla, Gastón Parra, entre muchos otros.
139
141 142
Estados Unidos de América, los países que integran la Unión Europea y China, por ejemplo.
Canadá, Alemania, Japón e India, por ejemplo.
200 Y si bien la situación no era grata, comenzó a declinar al hacerse evidente e irrefutable
que Venezuela basaba su soberanía jurídica (la cual era compartida con el sis tema jurídico
internacional y con coherencia interna gracias a los tratados firmados) en principios que
podían restringir su capacidad de maniobra política, social y económica tanto a nivel interno
como externo, pese a que brindaba un marco estable y de previsibilidad para las inversiones
y, además, que garantiza de forma unívoca la interpretación de las reglas, los valores
democráticos, la defensa a los derechos humanos, entre otros 143 . El país estaba
enrumbado a profundizar su condición de dependencia y subordinación política frente a
diversos actores nacionales y extranjeros, pero las acciones para cambiar esta circunstancia
no se hicieron esperar. Sino entonces ¿cómo explicar la Sentencia 1942 de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia del 15 de Julio de 2003? o ¿la reticencia de
Venezuela a firmar la Carta Democrática de Québec en el 2001? y ¿su oposición al Área de
Libre Comercio de la América (ALCA) y su respuesta izquierdista de consolidar el Alternativa
Bolivariana de la América (ALBA)?
La sentencia del TSJ, en un contexto politológico, fue el primer mensaje oficial al mundo que
Venezuela estaba decidida a retomar su soberanía, o al menos, su soberanía jurídica: “1) El
fallo sostiene que por encima del Tribunal Supremo de Justicia Venezolano, y a los efectos
del Derecho Interno, no hay ningún Tribunal supranacional, transnacional o internacional. En
consecuencia, no se ejecutan en Venezuela sentencias de esos Tribunales que contraríen la
Constitución venezolana, siendo solamente en materia de integración latinoamericana y
caribeña (artículo 153 Constitucional) donde pueden transferirse competencias de los
Tribunales Venezolanos a los órganos supranacionales. 2) Que carece de aplicación en el
país cualquier decisión de órganos jurisdiccionales supranacionales, transnacionales o
internacionales que violen la Constitución, o que no hayan agotado el trámite del derecho
interno, en Venezuela.
143
Para Angelos Pagkratis éstas son las características que determinan la confianza de la
Unión Europea cuando se trata de cómo los países sudamericanos integran sus sistemas
jurídicos nacionales con los internacionales (Ver.PAGKRATIS: 2005).
Por otro lado, en la Cumbre de las Américas de la OEA, realizada en Québec en el año
2001, Venezuela fue el único país americano en poner “Reserva” a la Carta Democrática
Interamericana. La reserva se hizo en razón de lo que la declaración “no decía”, por cuanto
en el párrafo que afirma el compromiso y que adopta un Plan de
144
Según Judith Useche “Es inaceptable que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, sostenga que es esta Sala quien determina cual norma sobre derechos humanos
de los tratados, pactos y convenios suscritos por la República, prevalecen en el orden
interno; (…) interpretando que los Estados-partes del Tratado al consultar a organismos
internacionales acerca de la interpretación de los derechos referidos en la Convención o
Pacto se estaría ante una forma de enmienda constitucional, trasladando dicha competencia
a entes multinacionales o transnacionales”. (USECHE: 2003). 145 Vale mencionar que el
gobierno venezolano busca recuperar la soberanía energética, alimentaria, petrolera,
monetaria, militar, etc. “… nosotros hemos llegado para recuperar la soberanía y estamos
con un plan en marcha” (CHÁVEZ: 2005).