Eliseo y Naamán
Eliseo y Naamán
Eliseo y Naamán
NARRADOR: Fredymer
Oye Naamán, que feliz estoy con tu trabajo como general del ejercito de Siria, has
sido fuerte, y gracias a ti, hemos obtenido la victoria sobre muchos países.
¿Sabías que en la última victoria que obtuvimos, hay varios judíos en nuestro
poder?, ¿y que muchas cosas de valor han llegado a mi palacio?
Parece ser que nuestro dios Rimón ya no escucha las peticiones que hacemos.
No digas eso Naamán, tu sabes que es por causa del dios Rimón que hemos
obtenido todos estos triunfos; ven, vamos al templo, y postrémonos ante él, se que
nos escuchará y te sanará de la lepra.
No Rey, esta vez no quiero ir a postrarme ante Rimón, he gastado mucho esfuerzo
y dinero ofreciendo sacrificios a su nombre.
Más bien, hablemos de los judíos que tenemos cautivos en nuestro país, después del
ataque que le hicimos al pueblo de Israel, entre ellos, hay una mujer que hace unos
días llegó a mi casa, para ayudarle a mi esposa a realizar los oficios, veo que es una
mujer de mucha oración, a muy tempranas horas la escucho orar, pero pronuncia
un nombre de un Dios que no conocemos, es algo así como Yaveth, y pasa largas
horas orando como si estuviera hablando con otra persona, no es como nosotros
que en todo tiempo repetimos y repetimos lo mismo.
Sabes Rey, voy a pedirle que ore por mi, haber si ese Dios que ella invoca me puede
ayudar, porque nuestro dios Rimón, llevo mucho tiempo rogándole por lo mismo y
no me responde, tampoco a nuestros siervos, que día tras día le ofrecen sacrificios
a él.
REY DE SIRIA-BEN-ADAD (René)-Demostrando interés por Naamán
Oye Naamán tu eres un hombre valiente, eres de guerra, has lo que tienes que
hacer, pero te necesito pronto en medio de la batalla, pues no tengo otro general
como tú, eso si, yo seguiré adorando y suplicando a nuestro dios Rimón.
Hola mi amor, vengo de la presencia del Rey Ben-Adad, pero esta vez no quiero
seguir perdiendo el tiempo con Rimón, le hablo y le hablo y no me responde, y esta
enfermedad me tiene agonizando, estoy a punto de recluirme fuera del país,
porque siento que fastidio soy a tus ojos.
No pienses así, tú sabes que eres lo más importante para mí, pero tengo miedo de
que mueras, como has visto, no hay en este país un médico o un dios quien pueda
sanarte.
Estaba pensando, que la muchacha que nos está ayudando en la casa, pida al Dios,
que ella día tras día invoca, haber si puede ayudarme, porque de lo contrario me
iré lejos, a morirme donde tu no me veas y donde no te contagie.
Está bien mi amor, quédate aquí, hablaré con ella inmediatamente de este asunto.
Mi Señora, agradezco tenerme en cuenta para tan delicado asunto, hoy mismo
pondré delante de la presencia de mi Dios su petición, estoy segura que Jehová
responderá, porque Él es Rey de Reyes y Señor de Señores.
Ve, porque mi marido está delirando, y está a punto de irse lejos, si realmente tu
Dios es real como dices, entonces que mi marido quede sano totalmente y lo antes
posible.
LA CRIADA (MARIBEL)-Se retira la esposa de Naamán, y la criada se arrodilla
para orar.
Sierva, yo pensé que tu Dios iba a sanar a mi esposo de inmediato, pero tu dices
que tiene que hacer un largo viaje a Israel; nosotros estamos acostumbrados a que
todos vengan aquí y nos atiendan, los médicos, los encantadores, los adivinos, y
hasta los sacerdotes de nuestro dios Rimón siempre vienen a nuestra casa; porque
recuerda, que Naamán es el general más importante de Siria.
Yo no estoy de acuerdo con ir a ese país, además tú sabes que mi marido junto con
todo su ejército los trajo cautivos a todos ustedes de allá, ¿y sería mi marido tan
ingenuo de irse para ese lugar a ser asesinado?
Oye Rey, he escuchado a la mujer Judía, la cual me ha dicho que en Israél hay un
profeta, que su Dios utiliza poderosamente, iré donde el, pero quiero que tu le
envíes una carta al rey de Israél Joram para que me reciba, y así poder dirigirme
donde este profeta.
REY DE SIRIA-BEN-ADAD (RENÉ)-Trata de convencer a Naamán
Naamán que ingenuo eres, has visto las personas que hemos traído cautivas de
Israél, personas pobres, sus ropas rotas, muertos de hambre, ¿ y crees que uno de
estos individuos puede sanarte?
Mira Naamán, yo no voy a pasar una vergüenza con el Rey de Israel Joram, le diré
que te sane, a lo mejor él, en su palacio tiene algún adivino que pueda ayudarte,
pero no le hablaré nada del tal Eliseo.
Rey, envíale la carta para que me reciba, y allí en Israél veremos que pueda pasar
NAAMÁN (EDGAR)-Se despide del rey y sale para donde su esposa, y le habla
como si estuviera de afán.
Sierva, empaca las diez mudas de ropas más costosas que tenga en mi cuarto, y tu
mi amor dame $900.000.000, que es la recompensa que va a recibir quien pueda
sanarme, sea Eliseo el que dice la sierva, o sea Joram como me lo ha dicho el rey.
Así dice la carta “Joram recibe mi mayor afecto, te escribo para que me ayudes
con mi siervo Naamán, el necesita ser sano de su lepra, agradezco lo que puedas
hacer por él”.
Joram, nos alegra verlo, déjeme le cuento algo su majestad, venimos de Siria;
como puede ver, tengo una grave enfermedad, que es incurable, esta mujer es
nuestra criada, y nos ha manifestado que en Israel puedo ser curado.
Aquí traigo una carta la cual me la dio Ben-Adad, nuestro rey de Siria, para
entregársela a usted, por favor ¿me la puede recibir su majestad?
JORAM-REY DE ISRAEL (ORLANDO)-En un tono enojado
Entrégame la carta, yo la leo, “Joram recibe mi mayor afecto, te escribo para que
me ayudes con mi siervo Naamán, el necesita ser sano de su lepra, agradezco lo que
puedas hacer por él”. Ben-Adad.
Oye Naamán, acaso tú crees que yo soy Dios para curarte esa enfermedad, ¿o qué
pretende Ben-.Adad, llevarse más gente cautiva de mi territorio?
Ya basta, les pido que inmediatamente callen, no quiero oírlos más, son unos
traidores, después de todo el daño que nos han hecho, ¿ahora vienen a pedirme
ayuda?
Dile que me envíe estas personas a mi casa, ¿a ver si no hay profeta de Dios en la
tierra de Israel?
Así se hará mi señor, ahora mismo salgo para donde el Rey Joram.
Alteza, soy Giezi, el criado de Eliseo, he venido porque mi señor quiere ver estas
personas que vienen de lejos, el ha escuchado sus ruegos y dice que nuestro Dios
Jehová es el único Dios real, el cual lo puede sanar.
JORAM-REY DE ISRAEL (ORLANDO)-Enojado
Pues que vaya donde Eliseo, porque yo no tengo parte en este asunto, y tu Naamán
dile a Ben-Adad, que no me moleste mas, ahora no quiero saber nada de él, ni de
ustedes tampoco, salgan ahora mismo de mi palacio.
Es en aquella casa.
¡Oh, pero sabes mi amor es una casa muy pobre, si el rey no pudo sanarte, mucho
menos un hombre que vive en un rancho de estos!
Yo creo que apenas vea todo lo que trajimos de Siria se va a desmayar de la
emoción, pues creo que nunca ha visto tantas riquezas como las que traemos.
Dudo mucho que algo pueda hacer por nosotros.
Yo creo que nuestra criada estaba alucinando o nos equivocamos de camino.
Oye sierva, ¿es verdad todo lo que nos ha dicho, la persona que vive en este rancho
puede hacer algo por nosotros?
Afuera está la familia que el rey Joram rechazó, y si usted viera mi señor todo lo
que traen, vamos hacer ricos mi señor, nos vamos a poder ir para otro lugar, el
nombre de ese millonario es Naamán.
¿No te da alegría mi señor semejante noticia?, anda mi señor recíbelo ahora mismo
no perdamos esta oportunidad.
Oye Giezi, en ningún momento te he preguntado que traen en sus manos ni quienes
son.
Se a que han venido, ve y dile a Naamán que debe ir al Río Jordán, y debe lavarse
no una ni dos, sino siete veces, y su lepra desaparecerá.
Mi señor, ¿que le pasa?, ese río es el más sucio de todo Israel, allí no va a sanar, al
contrario su enfermedad va a ser peor.
Oye Giezi es la palabra que ha venido de parte de Jehová, y no será cambiada. Tal
como lo ha dicho así se hará, cuando nuestro Dios piensa hacer algo lo ejecuta, y
cuando dice algo se hace.
No iré, pues no es orden mía, y tampoco soy yo quien lo sanará es orden de nuestro
Dios, y es Él, quien lo sanará
Oye Naamán, escucha lo que te voy a decir: Debes ir al río Jordán, y bañarte siete
veces allí, y en ese mismo instante tu lepra desaparecerá.
Oye, ¿quién eres tú para darme órdenes?, no estoy para nada contento con esto,
primero es mi criada la que me da la orden de venir hasta aquí, ¿ y ahora otro
criado me dice que vaya a una porquería de río como el Jordán?
¿Y el Tal Eliseo dónde está?, yo vine para que el me sanara y no para que un
criado me diera órdenes, dile que salga de inmediato que quiero hablar con él.
Si, dile que nos respete, ¿o es que no sabe quien esta al frente de su pobre casa, o
acaso no necesita lo que hemos traído?
Mi señor….
Mira Giezi ahórrate lo que me vas a decir, porque la orden que se la ha dado es de
Jehová la cual no puede ser cambiada.
GIEZI (ALEJANDRO)- le habla con tristeza pero mirando las cosas que trajo
Naamán
¿Porqué me tiene que pasar esto a mi?, yo pensé que el tal Eliseo salía a la puerta
me colocaba sus manos encima, rogaba a su Dios y de inmediato sanaba de esta
horrible enfermedad.
¿No me pregunto porqué tiene que ser en el Jordán?, acaso el Abana y el Farfar
Ríos de Damasco no son más limpios que todas las cochinas aguas de Israel.
Volvámonos para Asiria, todo fue una tontería, iniciada por esta criada.
No es como usted dice mi señor, usted venia para hacer caso a todo lo que el
profeta ordenara, ¿y ahora porqué no cumple con lo que él manda?
Si mi amor hazle caso al profeta, mira todo el tiempo que hemos perdido tratando
de encontrar una solución y no hemos podido.
Está bien, iremos al Jordán, toma las cosas sierva e iniciemos otro arduo viaje.
NAAMÁN (EDGAR)-Cuando llega al Jordán lo mira con fastidio y habla con asco.
¡Oh, que porquería de Río, y que mal olor tiene!, no entiendo porqué tiene que ser
aquí, pero bien, voy a introducirme de inmediato en el.
¡Ya me bañé una vez en el, no aguanto más este mal olor!
¿Qué es lo que estoy sintiendo?, mi piel es suave como la de un bebé, ¡Soy sano!,
¡Soy sano!, ¡he sido libre!, ahora me doy cuenta que el único Dios real es Jehová,
no puedo creerlo, tanto tiempo que perdí, adorando a dioses falsos, ahora conozco
que solo tu eres Dios Jehová.
Mi amor, no sabes lo feliz que estoy al verte sano, era verdad lo que decía el
profeta y nuestra criada.
Ahora, debemos ir donde el profeta a darle las gracias por la ayuda que nos ha
prestado.
Eliseo, estoy feliz, por el milagro que he recibido, y le ruego que me reciba todas
estas riquezas que he traído, o pídame lo que usted quiera, porque es mucho el
agradecimiento que siente su siervo Naamán con usted.
En cuanto a las riquezas que traes, vive Jehová en cuya presencia estoy que nos las
recibiré, porque vuelvo y te repito, no fui yo el que te sanó, y si hubiese sido yo,
tampoco te las recibiría, porque no hago mi trabajo por dinero sino por amor al
Señor.
Señor, recibe por favor esto, te lo damos con agrado, ahora entiendo que las
riquezas no son nada, que realmente es Jehová quien tiene todo el poder.
Esta bien varón de Dios, pero permite yo me llevo algo de esta tierra, dos asnos
pueden ser suficientes, pues quiero de ahora en adelante hacer sacrificios solo a
Jehová.
Si me toca ir al templo de Rimón, es porque me veo obligado, ya que mi rey Ben-
adad lo adora, y tengo que acompañarlo, si esto llegara a suceder así, le pido mi
señor Eliseo que perdone a tu siervo Naamán.
Llévate los dos asnos y ve en paz, y que el ángel de Jehová acampe sobre ti y sobre
tu familia.
GIEZI (ALEJANDRO)-Al ver que sale Naamán habla el solo en voz baja y con
disgusto
Si, todo va bien Naamán, lo que pasa es que vinieron dos profetas amigos nuestros
del monte de Efraín; entonces mi señor Eliseo le manda a decir, que si usted le
puede enviar $55.000.000 y dos vestidos nuevos para ellos.
Oye, Giezi, cómo no te voy a dar lo que Eliseo me pida, no te voy a dar solo lo que
me pediste sino que te daré el doble, toma llévatelos.
Vete Giezi con mi esposa y mi criada, ellas te acompañarán, para que nada malo te
pase en el camino, yo esperaré aquí.
GIEZI (ALEJANDRO)-Se niega porque sabe que puede tener problemas con
Eliseo
No Naamán no es necesario, conozco muy bien el camino, iré solo.
No Giezi iremos contigo, ustedes han tenido una obra grande con nosotros, y ya
que no quisieron recibir todo lo que les traíamos, entonces permítanos
acompañarlo.
Miren, hasta ese lugar me acompañarán, no permitiré que vayan hasta donde mi
señor Eliseo.
Mira Giezi, ¿porqué pones tantos obstáculos para acompañarte?, ¿acaso hay algo
oculto en este asunto?
Nada oculto hay sierva, no quiera que se cansen, pues sé del arduo trabajo que han
tenido al venir hasta aquí.
¡Que bien! logré lo que quería, ahora, voy a poder comprarme todo lo que he
anhelado durante tanto tiempo.
GIEZI (ALEJANDRO)-Se dirige hacia donde Eliseo muy Feliz, Eliseo se encuentra
orando
Mi señor, disculpe que le interrumpa, se que ha sido un día de mucho trabajo para
usted, es hora de comer, ¿desea que le prepare algo de inmediato?
No mi señor Eliseo perdóneme, no quise hacerlo así, ruega a mi Dios para que
vuelva a sanarme.