Cómo Decirle A Dios Que Lo Ama
Cómo Decirle A Dios Que Lo Ama
Cómo Decirle A Dios Que Lo Ama
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente.
Éste es el primero y el más importante de los mandamientos.” Mateo 22:37-38 (NVI)
“Cántenle su gratitud, cante alabanzas a nuestro Dios...” Salmo 147:7 (Biblia al Día)
“Amo al Señor, porque Él escucha mis plegarias y las contesta. Porque se inclina y
escucha, oraré a Él mientras tenga aliento.” Salmo 116:1-2 (Biblia al Día)
“Yo soy el Buen Pastor y conozco mis ovejas, y ellas me conocen,... y ellas
obedecerán mi voz.” Juan 10:14, 16 (Biblia al Día)
“¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús por el bautismo, quedamos
unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos
para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el
glorioso poder del Padre.” Romanos 6:3-4 (Dios Habla Hoy)
“Al ser bautizados, ustedes fueron sepultados con Cristo, y fueron también resucitados
con Él, porque creyeron en el poder de Dios que lo resucitó.” Colosenses 2:12 (Dios
Habla Hoy)
““Al ser bautizados, ustedes fueron sepultados con Cristo, y fueron también resucitados
con Él, porque creyeron en el poder de Dios que lo resucitó.” Gálatas 3:26-27 (Dios
Habla Hoy)
“Les ruego que se entreguen de cuerpo entero a Dios, como sacrificio vivo y santo;
éste es el único sacrificio que Él puede aceptar. Teniendo en cuenta lo que Él ha
hecho por nosotros, ¿será demasiado pedir?” Romanos 12:1 (Biblia al Día)
Si alguien le pidiera que describiera la vida cristiana en unas pocas palabras, ¿qué
diría? Si alguien le preguntara, “Qué es lo que Dios desea de nosotros más que
cualquier otra cosa?”, ¿qué le diría? Si dijera devoción moral, si dijera comportamiento
ético, si dijera ritos religiosos, estaría equivocado. La esencia de la vida cristiana
puede ser resumida en tres palabras: Es “una relación amorosa.” Dios desea tener una
relación amorosa con usted.
La Biblia dice que usted fue creado como un objeto del amor de Dios. Dios lo creó para
amarlo. Él lo creó para ser un objeto de Su amor. Él desea tener una relación con
usted. Eso significa que usted fue creado con el propósito de tener una relación y,
como resultado, la cosa más importante que usted puede saber en la vida es que Dios
lo ama. Y la cosa más importante que usted puede hacer en la vida es amar a Dios
recíprocamente. Jesús lo dijo así en Mateo 22: “Ama al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con todo tu ser y con toda tu mente. Éste es el primero y el más importante
de los mandamientos.” No existe nada más importante. Si usted hace esto, cumplirá
su propósito principal en la vida. Si usted aprende a amar a Dios y deja que Dios lo
ame a usted, su vida ha cumplido su significado, su propósito. Si se pierde esta parte
de su vida, su vida es un fracaso porque usted se ha perdido la razón misma por la cual
Dios lo creó y lo puso en esta tierra—para amar y ser amado.
La Biblia tiene un vocablo para expresar amor hacia Dios. Este vocablo es “adoración”.
Nosotros pensamos en la adoración como un rito o una rutina o algo que uno hace en
la iglesia. No. Adoración simplemente significa expresar amor hacia Dios. En
cualquier momento que usted está expresando amor a Dios, usted está adorando, esté
usted a solas, en un grupo pequeño, en un grupo grande o lo que sea. Cuando usted
expresa amor a Dios de cualquier manera, está adorando.
Quizá usted se haya dado cuenta de que a algunas personas les cuesta decir, “Te
amo.” (especialmente a los hombres). A veces lo sentimos, pero no sabemos cómo
exteriorizarlo, cómo expresarlo. Así que no sabemos cómo expresar nuestro amor a
nuestros hijos, a nuestros cónyuges, a nuestros amigos y vecinos, a nuestros
compañeros de trabajo o aún a Dios. Es algo difícil. ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué
a veces es difícil decir, “Te amo”?
Posiblemente usted fue criado en un hogar muy poco expresivo donde había amor o tal
vez no lo había y ustedes no hablaban mucho acerca de ello. Usted no decía
frecuentemente, “Te amo”. O quizá le hayan enseñado a contener sus emociones,
suprimirlas, esconder sus sentimientos. Tal vez usted haya sido lastimado en el
pasado y ahora dice, “Yo no quiero ser lastimado otra vez, de manera que no voy a
decirle a nadie que lo amo.” Ni a Dios. O tal vez usted siente resentimiento por las
ofensas en su pasado y entonces dice, “No quiero amar a Dios. Hay cosas en mi vida
que no me gustan.” O posiblemente usted simplemente no sabe cómo expresarle su
amor a Dios.
Hoy es su día. Hoy vamos a hablar acerca de cómo expresarle su amor a Dios. En el
Internet yo vi un libro titulado Ten Thousand Ways to Say “I Love You” (Diez mil
maneras de decir “Te amo”). Hoy vamos a ver todas esas diez mil maneras. En
realidad he limitado mi lista a seis. Seis maneras de decirle a Dios que lo ame.
Tal vez usted se ha dado cuenta de que la música y el amor van de la mano porque la
música viene del corazón. No es algo que usted hace intelectualmente. Es algo que
sale de su alma, de sus emociones. Hay muchas canciones de amor en el mundo.
Existen emisoras que se dedican totalmente al formato de canciones de amor. Pero
¿sabía usted que existen más canciones escritas acerca de Jesucristo que acerca de
cualquier otro tema en el mundo? No hay otro tema que siquiera se le acerque en un
segundo lugar. En el transcurso de los últimos 2000 años se han escrito más
canciones de amor y canciones dirigidas a Jesucristo que cualquier otro tema. El
cristianismo es una religión que canta, una fe que canta. ¿Por qué? Porque no se
trata de una religión. Se trata de una relación amorosa. Se trata de una relación con
Dios, que Dios lo ama tanto a usted que Él envió a su Hijo a morir por usted y Él quiere
que usted lo ame a Él también.
El Salmo 147:7 dice “Cántenle su gratitud, cante alabanzas a nuestro Dios...” Nada le
hará más conciente del amor de Dios y la presencia de Dios en su vida que cantar y
alabar. Yo sé que algunos de ustedes están diciendo, “Pero usted no comprende. No
puedo cantar.” La Biblia dice, “Aclamen alegres a Dios”. Yo sé que todos ustedes
pueden hacer eso. Si usted asiste a un juego de fútbol o alguien se casa—usted
aclama alegremente. Entonces, sólo déjelo salir. No tiene que tener una voz muy
afinada. Únicamente tiene que aclamar a Dios con alegría.
Yo sé que hay algunas personas que llegan tarde a Saddleback a propósito. Ellos
dicen, “Así puedo evitar tanto el agolpamiento cuando todos están entrando como
Usted ve músicos y cantantes semana tras semana. Usted ve lo que ellos hacen. Pero
quiero que usted oiga la motivación detrás de eso. Hoy voy a preguntarles a algunos
de ellos qué significa la adoración para ellos cuando están dirigiéndonos en la
adoración.
* “Es una oportunidad para enfocar mi mente en cuánto amo al Señor y cuán
agradecido estoy por lo que Él ha hecho por mí.”
* “Cuando adoro a Dios, es asombroso. Me siento muy cerca de Él, me atrae dentro de
Él y el mundo entero retrocede. Mis temores, mis frustraciones y mis fracasos
desaparecen. Solamente estoy aquí con el Señor de la danza.”
* “Para mí, siento que la presencia y el espíritu de Dios son más fuertes durante la
adoración. La adoración me recuerda que la mejor posición para mí es con mi frente a
los pies de Dios.”
* “Para mí la adoración es estar agradecido a Dios por llenar mi corazón con su amor y
su misericordia.”
* “La adoración para mí es cuando estoy adorando al Señor y su paz desciende sobre
mí y entonces de en medio de esa paz viene el gozo. Hay un canto—yo tengo gozo,
gozo, gozo en mi corazón.”
* “Para mí, cuando adoro, siento que puedo descargarme de mis problemas cantándole
a Dios. Aun cuando estoy en medio de un tiempo difícil, me siento re-animado y puedo
sentir la presencia de Dios: que Él verdaderamente está a mi favor.”
En cada una de estas seis maneras de expresarle amor a Dios le voy a pedir que usted
se evalúe a sí mismo. ¿Con qué frecuencia canta usted su agradecimiento y su amor a
Dios? ¿Diariamente? ¿Con regularidad? ¿De vez en cuando? ¿Rara vez? Marque
con una equis su posición actual y con una estrella su posición deseada. Cuando de
veras piensa en lo que Dios ha hecho en su vida, de veras se da cuenta de lo que Él ha
hecho, no puede contenerse. La alabanza casi explota de uno. Tiene que adorar.
Yo necesité de tiempo—admito que soy un aprendiz lento—pero por fin descubrí que
esta cosa llamada matrimonio se trata de comunicación. Soy un poco lento pero por
fin me di cuenta de que el ingrediente clave del matrimonio es comunicarse. Descubrí
eso cuando tuve comunicación profunda del alma con Kay—no limitada a: “Hola.
¿Cómo estás? Te amo. Nos veremos más tarde.” Estoy hablando de comunicación
profunda del alma. Esto es cuando nuestra relación crece. Y cuando tenemos poco o
nada de esa comunicación nuestra relación se deteriora. Porque una relación nunca es
estática. O está creciendo o se está deteriorando.
Lo mismo es cierto con Dios. Cuando tiene un diálogo profundo y significativo con Dios
su relación crece. Cuando conversa poco o nada con Dios su relación se deteriora. Es
así de fácil.
Cuando verdaderamente ama a alguien, no desea solamente pasar tiempo con esa
persona. Quiere hablar con esa persona. ¿Recuerda cuando se enamoró de un
adolescente por primera vez y sus padres se molestaban porque siempre estaba
hablando por teléfono? Era como si tuviera un teléfono prendido en el oído. Hablaba y
hablaba y hablaba. Usted estaba conociendo a esa persona. Así es cómo usted llega
a conocerla, por medio de la comunicación. Si su esposo o esposa jamás le habla,
usted tiene toda la razón para empezar a pensar, “¿Me ama?” Por eso, esposos, es
preciso que hablen con sus esposas. Ellas lo necesitan al igual que una multi-vitamina.
Una dosis diaria.
¿De qué le habla a Dios si quiere expresarle su amor? Cualquier cosa que hablaría
con su mejor amigo. Todo. Sus esperanzas, sus temores, sus sueños, sus
preocupaciones, las cosas que le dan vergüenza, las cosas que le enorgullecen, sus
metas, sus ambiciones, sus resentimientos, cada parte de su vida—usted se acerca a
Dios y le habla a Dios acerca de todo. La Biblia dice en Salmo 116: “Amo al Señor,
porque Él escucha mis plegarias y las contesta. Porque se inclina y escucha, oraré a
Él mientras tenga aliento.” Si usted no siente una cercanía a Dios, y algunos de
ustedes no la sienten...algunos de ustedes han sido creyentes durante mucho tiempo y,
honestamente, han perdido su chispa. Su vida cristiana ha llegado a ser rutinaria,
apagada, sin gozo, sin vida. Ya no existe un gozo verdadero o una chispa. Hay un
remedio sencillo para eso. Empiece de nuevo a hablarle a Dios. Usted ya no le habla
como solía hablarle antes. Usted ya no le habla con la sinceridad de antes. Ahora usa
lenguaje arcaico y repite viejos clichés una y otra vez. Usted solamente necesita hablar
con Él con más frecuencia. La oración no es una obligación que debe cumplir. Es un
privilegio que puede ejercer. Usted puede hablar con el creador del universo. Él lo ha
invitado y Él desea hablar con usted.
Califíquese a usted mismo en esto de expresarle su amor a Dios. ¿Con qué frecuencia
hablo con Dios cada día? ¿Le hablo una vez al día? ¿Dos veces al día? ¿Diez veces
al día? ¿En la mañana, en la tarde y en la noche? ¿Le hablo con regularidad? ¿De
vez en cuando? ¿Rara vez? Encierre en un círculo su costumbre actual y marque con
una flecha en donde desea llegar.
Usted dice, “Me gustaría tener más tiempo en oración con Dios. Me gustaría hablar
con Dios. Es sólo que no tengo tiempo.” Entonces usted está demasiado ocupado.
Usted nunca tendrá el tiempo; usted tiene que tomarse el tiempo para orar.
Escuchar es uno de los mayores regalos que usted puede darle a otra persona. El
regalo de escuchar. Todos queremos ser comprendidos. Todos deseamos ser
escuchados. Cuando usted escucha a alguien, está diciendo, “Usted me importa.”
Cuando yo escucho a mis hijos, cuando escucho a mi esposa, a cualquier persona,
estoy diciendo, “Lo que usted tiene dice valor para mí. Estimo su opinión. Usted es
importante pare mi.” Cuando no escucho a alguien, básicamente estoy diciendo,
“Usted no tiene valor para mí. Usted no me importa. Lo que usted dice no tiene valor
para mí.” Una manera de expresar su amor a alguien es escuchándolo.
Lo mismo es cierto con Dios. Cada vez que usted escucha a Dios está diciendo, “Dios,
Tu tienes importancia para mí. Estimo lo que me dices.” Escuchar es la parte más mal
entendida y omitida de la oración. La mayoría de nosotros pensamos que la oración es
sólo hablar con Dios. Esto es únicamente el cincuenta por ciento de la oración. El otro
cincuenta por ciento de la oración es callarse y permanecer quieto y permitir que Dios
nos hable. Generalmente tenemos demasiada prisa para hacer esto. Lo que hacemos
es, “Hola, Dios, soy yo. Tengo diez cosas que necesito de Ti. Gracias. Cambio y
Dios le está hablando todo el tiempo. Por lo menos intenta hablarle todo el tiempo.
Usted dice, “Entonces, ¿por qué nunca lo oigo?” Porque usted no está escuchando.
Usted nunca se toma el tiempo. Usted nunca se sosiega. Usted nunca hace una
pausa en el día y dice, “¿Quieres decirme algo en este momento?” Usted está tan
ocupado, su vida está tan llena de bulla, siempre tiene puesto algún canal—radio,
televisión, celular, algo—Dios no puede ponerse en contacto con usted porque todas
las líneas están siempre ocupadas. Usted no solamente debe apartar el tiempo para
hablarle a Dios. Debe también tomar el tiempo para escuchar a Dios. Usted se detiene
y hace una pausa porque Dios está hablando.
Dos: Él nos habla por medio de las experiencias que tenemos en la vida.
Tres: Dios nos habla a través de las pruebas. Pero usted no está escuchando. No
está leyendo estos principios en este libro y usted no está consciente de que Dios
puede estar tratando de decirle algo por medio de esa irritación.
Dios nos habla por medio de otras personas, por medio de los consejos de cristianos y
gente piadosa quienes dirán, “¿Qué hay de esto?” Frecuentemente Dios le hablará a
través de otra persona.
Dios le hablará por medio de las impresiones. Él pone ideas en su mente. A usted se
le ocurre alguna idea excelente, buena. ¿De dónde piensa que le vino esa idea? Dios
la puso allí. Ahora bien, no toda idea que se le ocurre viene de Dios. Cuando usted
recibe una idea de Dios la llamamos una inspiración. Cuando recibimos una idea del
diablo, la llamamos una tentación. Cuando recibimos una idea de nosotros mismos, ¡la
llamamos tonta! Usted sí tiene algunas buenas ideas porque Dios le dio un cerebro
para que se le ocurran buenas ideas. Pero ¿cómo puede saber si una impresión viene
de Dios o no? Póngala a prueba. La Biblia dice que usted tiene que ponerla a prueba.
Hemos hablado en el pasado acerca de seis maneras de poner a prueba una impresión
o una idea.
¿Sabía usted que la Biblia dice que oír la voz de Dios, ser capaz de escuchar a Dios y
oírlo hablar es la prueba de si realmente usted es un verdadero creyente o no, si está
en la familia o no, si va camino al cielo o no? Jesús dijo esto en Juan 10 “Yo soy el
Buen Pastor y conozco mis ovejas, y ellas me conocen,... y ellas obedecerán mi voz.”
Si usted nunca jamás ha recibido una idea o una impresión de Dios ni lo ha oído, tiene
toda la razón de preguntarse, “¿Realmente conozco a Dios? ¿Verdaderamente tengo
una relación con Jesucristo? ¿En verdad soy yo un creyente? ¿Será que aún no he
cruzado la línea?” Porque es posible que no lo ha hecho. Porque Dios está intentando
hablarle y quizá usted no ha hecho esa relación.
He aquí la pregunta: ¿Qué tan frecuentemente me detengo cada día para escuchar a
Dios? ¿Lo hago por la mañana, por la tarde y por la noche? ¿Cada hora? ¿De vez en
cuando? ¿Con regularidad? ¿Rara vez? Toma usted el tiempo para decir, “Dios, ¿hay
algo que Tú deseas decirme en cuanto a esto?”, con respecto a una decisión que debe
tomar, un evento al cual piensa asistir, una persona con quien va a hablar? Evalúese a
sí mismo con respecto a esto.
Hoy vamos a recibir juntos la Cena del Señor. Voy a invitar a los que van a servir a
venir y a empezar a servir aún mientras estoy hablando. La Cena del Señor es un
tiempo para escuchar lo que Dios quiera decirle. Al prepararnos para la Cena del
Señor, no más pregunte, “Dios, ¿hay algo que quiere decirme?” Dios desea hablarle.
Él quiere comunicarse con usted. Pero usted tiene que escuchar. Y esa es una de las
maneras de demostrarle su amor a Dios.
¿Lo puede imaginar?: ¿Cómo piensa que se hubiera sentido mi esposa si años atrás
cuando éramos novios, le hubiera dicho: “Casémonos y estemos comprometidos el
uno con el otro pero en secreto. No se lo contemos a nadie. Yo estaré comprometido
contigo y tu conmigo, pero cuando estemos en público hagamos como si no nos
conociéramos. Y actuemos como si fuéramos desconocidos. ¿No será estupendo
eso?” Ella diría, “¿Qué clase de amor es ese?” No es ninguna clase de amor porque
cuando usted verdaderamente ama a alguien, no se avergüenza de él. Usted dice,
“Este/a es mi esposo/esposa” Usted toma un nombre. Llegan a ser una familia y se
identifica el uno con el otro.
Usted no puede decir que ama a Jesucristo y, al la vez, sentirse avergonzado de Él.
Jesús lo dijo así en Marcos 8:38 “Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras,...
también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su
Padre...” Jesús dijo, “Si usted se avergüenza de mi en la tierra, yo voy a estar
avergonzado de ti en el cielo.” Debemos identificarnos públicamente con Cristo. Así
mostramos nuestro amor a Él.
Jesús comprendió el poder del simbolismo y Él nos dio dos símbolos muy poderosos.
El primero es el símbolo de la comunión. La comunión nos ayuda a identificarnos con
lo que Jesucristo hizo por nosotros. ¿Qué hizo Jesús cuando murió por nosotros?
Tres cosas:
1. Él nos salvó de la pena del pecado. Cada cosa mala que jamás ha hecho fue
cancelada en la cruz para que usted pudiera salir libre y perdonado.
2. Él nos salva del poder del pecado. Él rompe el dominio del pecado en
nuestras vidas. Él nos da un nuevo poder para poder hacer cambios de modo que ya
no somos los mismos. Él puede hacer nuevas cosas en nuestras vidas que siempre
deseábamos hacer pero nunca pensábamos que podíamos hacer por nuestra propia
cuenta.
La comunión no es para todos. La Biblia dice que solamente creyentes quienes han
aceptado el regalo de Dios deben participar en la comunión. Si usted no es un
creyente, puede llegar a serlo en este momento. Aún mientras usted recibe estos
elementos, esto puede ser el acto físico de cruzar la línea y decir, “Hoy, Jesucristo, al
comer este pan y tomar este jugo, es mi símbolo para decir, ‘Sí, acepto lo que Tú has
hecho por mí. Reconozco que Tú moriste por mí. Acepto que Tú pagaste el precio por
todos mis pecados, pagaste mi boleto al cielo y Te acepto como el líder de mi vida
desde hoy y para siempre’.” Si usted no ha hecho eso, hágalo cuando recibamos la
comunión en un momento.
La noche que Jesús fue entregado, Él tomó pan y lo quebró, lo bendijo, lo repartió y
dijo, “Este es para representar lo que yo estoy haciendo para ustedes. Es mi cuerpo
quebrantado en la cruz. Cuando coman esto, háganlo como un recordatorio. Háganlo
para recordarme a mí y a lo que yo he hecho por ustedes.”
Jesucristo pagó por tres cosas en su vida. Quiero que usted le dé las gracias por esas
tres cosas.
Primero, Él pagó por su perdón. Piense en lo que más culpable le hace sentir. La cosa
que le ha causado la mayor vergüenza en su vida, la que usted desea que nunca
hubiera sucedido y que usted lamenta profundamente. Ahora dele gracias a Dios por el
sacrificio de Jesucristo en la cruz que lo canceló y perdonó, lo borró como si nunca
hubiera sucedido en la mente de Dios. Dele gracias por ese perdón y gracia.
Jesucristo pagó por su libertad. Piense en la libertad que usted tiene a causa de
Jesucristo, los cambios que Él ha hecho en su vida. Dele las gracias por esos
cambios. Agradézcale que Él le da el poder de cambiar.
Jesucristo ha pagado por su futuro. Debido a Su sacrificio, usted puede tener un futuro
asegurado en el cielo. “Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente
humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman.” Dele las
gracias por el futuro en el cielo.
Jesús, también, tomó una copa esa noche. Él dijo, “Esta copa representa la sangre
que yo derramaré por ustedes. Y cuando ustedes la toman lo están haciendo como un
recordatorio que derramé mi sangre por ustedes. Yo la di para ustedes. Esto muestra
cuánto los amo. Háganlo para recordarme a Mí.” Debido a Jesucristo y a lo que Él
hizo por nosotros, las cosas nunca jamás serán iguales. Somos gente diferente.
Somos gente perdonada. Eso es algo por lo que todos debemos estar muy
agradecidos.
Me alegro de que nunca voy a ser el mismo de antes. Jesucristo tiene el poder para
cambiar cosas en la vida que nada en el mundo puede cambiar salvo Jesús. Ninguna
novedad, ninguna terapia, ninguna pastilla, nada puede cambiar vidas como Jesucristo
lo puede hacer porque Él es Dios. Jesucristo transforma los fracasos en éxitos. Él
convierte a la gente temerosa, tímida, débil y cobarde en gente confiada. Él transforma
a la gente interesada, egoísta y orgullosa en siervos amorosos y mansos. Él
transforma a los hombres que maltratan a sus esposas en esposos amorosos y a los
padres apartados en padres afectuosos. Él convierte a los enviciados en ciudadanos
responsables.
Hay otra manera de identificarse como un creyente. Es por medio del segundo símbolo
que Jesús nos dio. Por medio del bautismo. ¿De qué se trata el bautismo? ¿Qué
significa ser sumergido en el agua? ¿Por qué es de tanta importancia? Yo me duché
hoy por la mañana. ¿Por qué debo mojarme para Dios?
El bautismo hace tres poderosas declaraciones públicas. Romanos 6:3-4 dice: “¿No
saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús por el bautismo, quedamos unidos
a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, [Es un símbolo.] y
morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por
el glorioso poder del Padre.”
La primera razón para bautizarse es para decir: “Yo creo en la muerte y la resurrección
de Jesús. Creo en la Pascua de la Resurrección.” Y usted da una representación de
esto al ser sumergido en el agua y luego emerger del mismo. Es por eso que Jesús,
mismo como un adulto de treinta años, bajó al Río Jordán y fue bautizado por Juan
para decir, “Así es cómo quiero que lo hagan.” Es un símbolo de la muerte y
resurrección de Jesús.
Tercero, el bautismo simboliza su nueva vida en Jesucristo. Gálatas 3:26-27 dice: “Al
ser bautizados, ustedes fueron sepultados con Cristo, y fueron también resucitados con
Él, porque creyeron en el poder de Dios que lo resucitó.” Un vestuario de fe adulto.
Tengo una pregunta honesta para algunos de ustedes. Dicen que aman a Jesús.
Entonces, ¿por qué no lo han seguido en el acto más básico del bautismo? ¿Están
avergonzados de Él? ¿Están más preocupados por mojarse el pelo delante de alguien
que por hacer la declaración: “Yo no estoy avergonzado de Jesucristo”? ¿Cómo
puede usted decir que lo ama si no cumple con su primer mandamiento y testifica
públicamente en las aguas del bautismo que usted es seguidor de Cristo?
Estaremos bautizando cada semana de aquí hasta el fin del año. Usted debe ser
bautizado antes del fin de este siglo. Si usted está en un grupo pequeño ¿por qué no
se asegura que todos los miembros de su grupo pequeño han tomado este siguiente
paso antes del fin del año?
su futuro. Usted está llegando a ser la cosa con la cual está comprometido. Entonces,
debe escoger cuidadosamente sus compromisos. Si usted está comprometido con
algo equivocado, usted va a llegar a ser una persona errada. No puede perder o estar
equivocado si está comprometido con Dios. La gente débil está definida por sus
circunstancias. Pero la gente fuerte está definida por sus compromisos. La Biblia nos
dice en 2 Crónicas 16:9 que Dios está buscando personas que tienen el corazón
comprometido con Él para poder Él bendecirlos y usarlos.
¿Qué significa estar comprometido con Dios? Existen cinco compromisos básicos.
Hemos construido la Iglesia Saddleback alrededor de estos cinco compromisos.
Hablamos de ellos una y otra vez.
Estos son los cinco compromisos básicos. En Saddleback usamos las bases de un
campo de béisbol para ilustrarlos. ¿Cuál es el siguiente paso para usted? ¿Dar su
vida a Cristo? ¿Unirse a su familia de la iglesia y ser bautizado? ¿Empezar a crecer
como cristiano? ¿Encontrar su ministerio? ¿Empezar a cumplir la misión de su vida y
descubrir por qué Dios lo puso en este mundo?
El tema de hoy—la adoración—no es solamente algo que sucede dentro de las cuatro
paredes del edificio de una iglesia. La adoración puede acontecer dondequiera. Su
vida puede adorar a Dios.
“Les ruego que se entreguen de cuerpo entero a Dios, como sacrificio vivo y santo;
éste es el único sacrificio que Él puede aceptar. Teniendo en cuenta lo que Él ha
hecho por nosotros, ¿será demasiado pedir?” Entregue su vida a Él.
6. Finalmente, la sexta manera de decirle a Dios que lo ama es: POR MEDIO DE DAR
A ÉL.
El dar, en el fondo, es la esencia del amor. “Amor” se deletrea D-A-R porque en esto
consiste el amor. Cuando usted ama a alguien, desea dar a él. Puede dar sin amar
pero no puede amar sin dar. Es imposible hacer eso. Usted dice que ama a Dios;
entonces, eso será aparente por su generoso estilo de vida. Yo puedo afirmar que soy
un cristiano, un seguidor de Cristo. Yo puedo afirmar amar a Dios. Pero la Biblia dice
que existe una manera de realmente comprobar la sinceridad de su amor. 2 Corintios
8:7-8 “Pero ustedes, así como sobresalen en todo—en fe, en palabras, en
¿Por qué hace Dios eso? Dios no necesita su tiempo. Él no necesita su dinero. ¿Qué
es lo que Él necesita? Él desea su corazón. Él desea lo que representa su acción de
dar. Y Él desea que usted llegue a ser como Él. “Porque de tal manera amó Dios al
mundo que dio...” O usted llega a ser más como Dios y llega a ser una persona que da
generosamente o puede llegar a ser más como Satanás y llegar a ser una persona
mezquina que acumula y guarda su dinero.
Los que dan con alegría dicen, “Voy a dar. De todos modos, todo le pertenece a Dios.
Él me lo dio todo. No tendría nada si no fuera por Dios, así que voy a darle todo a Él
y Él puede encargarse de todas mis necesidades.” Personas que dan con alegría—
esta es la clase de persona que Dios ama.
Luego están los que dan con temor: “No me alcanza para hacer esto. No me alcanza
para dar. Tengo que acumular y guardar. Tengo que vigilar lo mío. Tengo que
proteger mis intereses egoístas.”
El acto de dar es otro acto de adoración. Es tanto un acto de adoración como el cantar,
orar, agradecer, escuchar y todo lo demás. Equivale a decir, “Dios, Te amo tanto que
quiero devolverte algo. Tú salvaste mi vida y yo deseo darte algo a cambio.” Todo lo
que tenemos viene de Dios. No podemos ser más generosos que Dios porque Él nos
dio todo en primer lugar.
Aquí llegamos a la médula: Hay muchas, muchas maneras de expresar su amor a Dios.
Hemos visto seis. Dios lo ha creado de tal forma que algunas maneras le serán más
atractivas que otras. Y Dios lo desea a usted. Dios usa nuestras manos, nuestros
pies, ojos, oídos y cada parte de nosotros porque Él nos ama y nosotros lo amamos a
Él. Primero usted debe establecer esa relación con Dios.
Oración:
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente.
Éste es el primero y el más importante de los mandamientos.” Mateo 22:37-38 (NVI)
Hoy en día las personas están involucradas en muchas clases de relaciones amorosas:
con el dinero, la carrera, los carros, las casas y con ellos mismos. Incluso existe un
sitio en el Internet con más de 100 maneras de decir: “yo le amo”. Debemos
enfocarnos en nuestra verdadera relación amorosa, nuestra relación con Jesucristo.
Dios nos ama y Él nos creó para amarle a Él recíprocamente. Nuestro primer propósito
es aprendera amar a Dios. Algunas maneras de lograr esto son por medio del
ministerio, los grupos pequeños, la familia y el compañerismo. Podemos alabarlo en
una variedad de maneras; con nuestros labios, Sal. 63:3-5; a través de la música, 2
Crónicas 7:6; y públicamente, Sal 9:14.
ÉSTA ES SÓLO UNA GUÍA; PUEDE ESCOGER LAS PREGUNTAS QUE VA A USAR
O AGREGAR OTRAS.
comunicación con Dios. ¿Cómo podemos hablar con Dios y de qué le podemos
hablar?
¿Cuál es el ejemplo de oración de Pablo en Romanos 1:9, 10?
¿Por qué se considera que hablar con Dios es una expresión de amor hacia
Él?
¿Qué actitud debemos tener cuando estamos hablando con Dios?
(Colosenses 4:2)
Membresía – Los miembros de una familia que tienen una comunicación abierta
tienen mejores relaciones. Debemos hablar con el Señor acerca de las cosas que
tenemos en nuestros corazones para que esto nos acerque más a Él, para que nos
dé confianza y para que profundice nuestra relación con Él. ¿Cómo podemos
apartar el tiempo en forma habitual para orar?
En su vida ¿qué tan activos son el cantar, el orar, el escuchar y el dar? ¿Ha sido
bautizado usted? Comparta su experiencia con el grupo. ¿Qué diferencia ha hecho en
su vida esa expresión pública de su amor por Cristo? Si no ha hecho una diferencia,
evalúe por qué no. Repase los capítulos 6 y 8 de Romanos para llegar a una
comprensión de qué pasó cuando usted aceptó a Cristo. Pase tiempo en oración
escuchando a Dios para determinar lo que debe cambiar. Ore que Dios le dé un
corazón dispuesto a demostrar su amor hacia Él. Esté dispuesto a informarle a su
grupo acerca de sus logros. Haga un compromiso de mostrar su amor a Dios pasando
más tiempo cantándole a Él, hablando con Él en oración, y escuchando Su voz por
medio de parar tiempo en Su Palabra. Piense en asistir al próximo C.L.A.S.E.S. en la
serie Saddleback (101, 201, 301 ó 401) como un grupo, para que Dios pueda
profundizar su nivel de compromiso con Él.