Apuntes Sobre Analisis Institucional
Apuntes Sobre Analisis Institucional
Apuntes Sobre Analisis Institucional
INSTITUCIONAL
INDICADORES, FUNCIONES, VISIÓN Y
MODELOS
Autor
Dr. Ricardo Herrera
Diciembre 2017
Web: analisis.ufro.cl Fono: (56) 45 2325143 e-mail: [email protected]
DIRECCIÓN DE ANÁLISIS Y DESARROLLO INSTITUCIONAL
¿QUÉ ES EL ANÁLISIS INSTITUCIONAL?
El Análisis Institucional debe jugar un rol preponderante en responder a tres preguntas que son
centrales para el desarrollo de cualquier organización:
¿Dónde va la organización?
¿Qué cambios en el escenario pueden afectar a la universidad? ¿Cuáles son los cambios en las
carreras, programas y servicios que la harían más consistente con su misión y más proactiva
frente a los cambios de escenarios?
Estas tres preguntas y la búsqueda de las posibles respuestas, sirven de fundamento para la siguiente
definición de Análisis Institucional (Middaugh 1990):
MEDIO EXTERNO
Consideraciones Económicas y de Consideraciones de los Marcos
Financiamiento Regulatorios
Consideraciones de Demandas Otras consideraciones relativas a la
Sociales y Mercados Laborales Misión
Habiendo examinado los componentes centrales del modelo de sistema abierto, es posible
establecer un conjunto de medidas concretas para cuantificar los inputs, procesos y outputs así
como las transacciones organizacionales con el medio externo.
Esas medidas pueden estar representadas en un conjunto de indicadores de gestión.
Por otra parte, existe la necesidad de tener información a la mano de los indicadores sensibles
de las fuentes de financiamiento variables como son el AFD y los del Convenio Marco. En ese
sentido, se plantea que los indicadores usados para el análisis institucional sean aquellos
considerados en la encuesta encargada por el Ministerio de Educación. Ello permite una mejor
evaluación comparada (benchmarking entre instituciones).
Debemos reconocer que hasta ahora hemos trabajado en una mixtura de funciones que van
desde la planificación estratégica a los procesos de aseguramiento de la calidad centrada
fundamentalmente en los apoyos a las acreditaciones tanto de carreras y programas como la
institucional; pasando por la provisión de información e indicadores para la gestión y demandas
de organismos externos.
De acuerdo al informe DPM el desarrollo de las UAI en el país es muy heterogéneo, pero aun así
se caracteriza por tratar de entregar cierta información para la gestión institucional. En nuestro
estado actual, si seguimos un modelo linear de desarrollo, llegará un momento en que estas
unidades se van a sentir sobrepasadas en su capacidad de respuesta a una gran demanda de
información e indicadores (de algún modo ya lo estamos viviendo).
Otro estudio hecho en las universidades públicas norteamericanas concluyó que las unidades de
análisis institucional están “inundadas por demandas de recolección de datos e informes que
obstaculizan el tiempo y la atención para análisis e investigación en profundidad y la
comunicación de los mismos” (Gagliardi y Wellman, 2014).
La carga no asumida de trabajo que ahoga a las unidades de análisis institucional se debe en
parte a su estructura organizacional que las define como unidades técnicas de servicio. Aunque
como se demuestra en el estudio de DPM, la cantidad de personas que la constituyen varía
enormemente, estas unidades prestan servicios a usuarios jerarquizados, siendo el equipo
directivo superior, su principal “cliente”.
La experiencia muestra que, con el tiempo, se va ampliando el espectro de clientes lo que hace
que sus posibilidades de alcanzar a los usuarios en la base del sistema se hagan muy escasa, lo
que produce frustración y acceso limitado de éstos a datos y servicios analíticos. De ese modo,
la imagen promisoria que se empezó a gestar en las IES con la instalación de las UAI a instancias
del MINEDUC, se irá deteriorando, así como también se deteriora la calidad del servicio que
entrega a sus usuarios. Las buenas prácticas en este sector claman porque estos usuarios tengan
el mayor acceso posible a la mayor cantidad de conjuntos interactivos de datos posible.
Son varias y variadas las medidas y acciones que debemos asumir. Siempre mirando la
experiencia internacional, podemos decir que históricamente las UAI mantuvieron el derecho
sin contrapeso de ser la “única fuente de la verdad” debido a las habilidades necesarias para
acceder a la información institucional y usar herramientas analíticas sofisticadas. Ese es el estado
del arte hoy en Chile (cf. Informe DPM). En los países desarrollados (y es también la
recomendación de DPM) la “única fuente de la verdad” está siendo reemplazada rápidamente
por el acceso y análisis de los datos con variados lentes creando un conjunto variado de
conclusiones a partir de los mismos datos crudos en los distintos niveles de la organización y en
función de sus necesidades de toma de decisiones a tiempo.
La mayoría de las universidades que lo han hecho hasta ahora, han experimentado un tremendo
desarrollo a través de la descentralización de las capacidades de análisis en la medida que se les
ha permitido acceso a la información y a las herramientas analíticas a unidades que
históricamente habían quedado fuera de alcance. Nosotros contamos con la ventaja de tener
profesionales instalados en las facultades que, previa capacitación y empoderamiento, pueden
liderar estas capacidades.
El desafío es diseñar un sistema que evite dejar el análisis institucional en tierra de nadie o que
se convierta en una torre de babel. Para este propósito, se han desarrollado dos modelos
exitosos: el modelo de redes y el modelo matricial.
En el modelo de redes el cambio principal es el incremento de las capacidades que ocurren fuera
de la unidad de análisis. La mayor demanda por análisis podría llevar a un incremento en la
dotación de la Dirección de Análisis, pero si se hace una reubicación de recursos dentro de las
unidades principales que toman decisiones (algunas Vicerrectorías y Facultades) se produce el
incremento de las capacidades de análisis de la universidad como un todo (rol de los
profesionales contratados y ubicados en la VRIP y VIPRE además de las Facultades). Es la
expansión hacia usuarios no tradicionales acompañada de acceso a herramientas e información
(no el detrimento de la Dirección Central o el abandono de los clientes jerarquizados), lo que
crea la nueva escala de trabajo en el análisis institucional.
Para evitar ese riesgo, debemos invertir en la construcción de capacidades para apoyar la
función de análisis institucional en red. La tarea no es tener un ejército de profesionales que
pudiesen trabajar en la DADI, si no que más bien desarrollar un nivel apropiado de alfabetización
en la construcción y uso de la información para análisis en los profesionales de apoyo que ya
existen. Deberemos establecer un plan de capacitación apropiado a esos fines.
Aún no son muchas las universidades que han alcanzado un nivel pleno de madurez en el modelo
de redes. Las dificultades que comienzan a aparecer en términos de la capacitación continua del
personal de apoyo, sugiere que el modelo de redes es un paso más (muy avanzado en
consideración a lo que tenemos), pero solo un paso en hacia una solución más definitiva y
eficiente. El modelo del futuro es probable que venga en la forma de una estructura matricial
en la que los profesionales se alineen con múltiples equipos en vez de dedicarse a una sola línea
de trabajo o reporte de y para la gestión.
El foco en la tarea, más que el foco en la organización, minimiza el valor idealizado de “una sola
fuente de verdad” y hace menos probable la lucha territorial sobre la propiedad de los datos.
Por ejemplo, los profesionales con habilidades sobresalientes en visualización de datos y
construcción de información, análisis predictivos, desarrollo de instrumentos, o en la
conducción de focus groups, pueden capacitar a otros equipos o unidades que solo
ocasionalmente necesitan de estos talentos. En esta forma de transición desde lo actual a lo
Esta transición debe hacerse no sólo para obviar los problemas de agobio por requerimientos
de información, sino que debemos garantizar que la toma de decisiones informada ocurra de
forma rutinaria en todos los niveles de la organización con la velocidad y flexibilidad requerida
por gestión en el mundo real actual de la educación superior.
El apoyo a la toma de decisiones continuará siendo la piedra angular del análisis institucional,
pero muchas veces ocurre que partimos a la búsqueda frenética de datos cuando una decisión
ya está sobre la mesa. Una nueva visión para el análisis institucional requiere de una
revitalización de la indagación e investigación como trabajo central en el área. De seguro, la
identificación y pronóstico de las decisiones que debieran tomarse es tan o más importante que
la entrega de información relevante para la toma de decisiones inmediatas. Así como se habla
de integrar disciplinas académicas, el análisis institucional debería contar con los
descubrimientos y conocimientos que se construyen en la academia (sin entrar en esa dinámica)
para tener una visión de la educación superior relevante con el mundo real, con los problemas
y oportunidades centrados en lo local. Es muy poco probable que la investigación tradicional
básica o académica pueda aportar un poco más allá de un rol de asesoría no muy relevante para
el análisis institucional como soporte a la toma de decisiones.
REFERENCIAS
Boyer, E. L. (1990). Scholarship reconsidered: Priorities of the professoriate. New York, NY:The
Carnegie Foundation for the Advancement of Teaching.
Gagliardi, J. S., & Wellman, J. (2014). Meeting demand for improvements in public system
institutional research: Progress report on the NASH project in IR. Washington, DC: National
Association of System Heads.
Middaugh, M (1990). The Nature and Scope of Institutional Research. En New Directions for
Institutional Research. N° 66.
Swing Randy L., L. E. Ross (2016). A New Vision for Institutional Research. En, Change. Mar/Apr.