El Color en El Rococó
El Color en El Rococó
El Color en El Rococó
Hipótesis
En las obras de arte de estilo rococó – caracterizado por expresar el estilo de vida y
las costumbres de la aristocracia europea del Siglo 18 – se visualiza una aplicación de
una paleta de colores claros que simbolizan a través de un estilo suave y luminoso el
estilo refinado y ostentoso de la época. Los colores funcionan como lenguaje y como
una herramienta de narración a través de la cual se transmiten sensaciones a los
espectadores, por lo cual constituye la esencia del arte visual.
Introducción
El estilo artístico conocido como rococó nació en Francia durante el Siglo 18, y sus
orígenes se encuentran estrechamente relacionados con la vida de la aristocracia en
esa época, sus gustos en diversos ámbitos y sus costumbres. En términos de
colorimetría, el rococó se define por la predilección por colores claros – sobre todo el
blanco –, luminosos y suaves. Lo que busca expresar este estilo es la faceta refinada,
exótica, sensual y agradable de las cosas, tanto de la naturaleza como de la relación
del hombre con ella. Los pintores rococó buscaron representar las costumbres de una
sociedad en permanente búsqueda de la felicidad. Entre los artistas más
representativos del estilo se destacan François Boucher, Antoine Watteau y Jean-
Honoré Fragonard, quienes combinaron en sus pinturas lo erótico, los juegos y lo
mundano, como así también la elegancia de la clase cuyas actitudes buscaban reflejar.
“La pintura rococó es, ante todo, intimista y por ende no está destinada al
público en general sino que más bien su consumo fue dedicado a la nobleza
ilustrada y ociosa de la burguesía más acomodada, teniendo un carácter
eminentemente decorativo, reteniendo mucha inspiración de la literatura
clásica. La técnica es sutil y tiende al virtuosismo, con pinceladas libres y , que
de cierta forma prefigura el impresionismo y una rica paleta de colores, con un
predominio de los tonos claros, buscando efectos evocativos de la atmósfera”
(Rococó, presentación utilizada en la cátedra).
Según Wucius Wong (2017), el color, junto con la forma, la medida, y la textura,
constituye uno de los elementos visuales en el análisis de una obra pictórica. Según el
autor, el lenguaje visual es la base de la creación de un diseño, y su comprensión
contribuye a la capacidad del diseñador para la organización visual (Wong, 2017).
Itten (1961) desarrolla que en 1976, el físico Isaac Newton comprobó de forma
experimental – utilizando un prisma triangular – que la luz solar blanca se descompone
en los colores del espectro. Este espectro contiene los colores principales, excepto el
púrpura (Itten, 1961). Las conclusiones de Newton consisten en el descubrimiento de
que la luz se compone de longitudes de onda separadas que se perciben como rayos
cuando se refractan a través de un prisma en una superficie, revelando siete colores
distintos, correspondiente a los siete colores del arcoiris: rojo, anaranjado, amarillo,
verde, azul, añil y violeta.
“El color es la vida, pues un mundo sin colores parece muerto. Los colores son
las ideas originales, los hijos de la luz y de la sombra, ambas sin incoloras en
el principio del mundo. Si la llama engendra la luz, la luz engendra los colores.
Los colores provienen de la luz y la luz es el alma de los colores. La luz,
fenómeno fundamental del mundo, nos revela a través de los colores el alma
viva de este mundo” (Itten, 1961, p. 8).
Los contrastes no son muy utilizados, y en el movimiento de las obras se refleja cómo
era la vida aristocrática de la época, en la que las relaciones sociales constituían un
eje central, desarrolladas en un ambiente ostentoso, suntuoso y opulento. En las obras
de este estilo, los colores claros y la asimetría juegan un papel muy importante para la
composición final de la obra. Es así que los colores utilizados por los pintores rococó
son centralmente los tonos pastel (amarillos claros, rosas, verdes pálidos, azules
celeste, grises perla, combinados con blanco).
En los efectos de luz que se utilizan en las obras rococó, se observan juegos en
perspectiva y efectos luminosos a través del claro y el oscuro, en donde se expresa
también una búsqueda de la sorpresa.
La observación de las atmósferas es una actividad necesaria para luego insinuar un
estado determinado. La representación de una atmósfera se logra a través de los
elementos que la conforman, esencialmente con sus formas, colores y la relación entre
ellos, que juntos conforman la composición visual. La suma de todos esos elementos y
la visión global de los mismos es la que en definitiva expresa una emoción o sensación
que surge del creador de la obra y que en caso de ser leída de forma adecuada, llega
también al espectador. Se establece así una relación entre el creador y el receptor, en
el que se articulan dos niveles: “la historia —lo narrado, el qué—y el discurso —el
modo de narrarlo, el cómo—, es decir, el plano del contenido y el plano de la
expresión” (García García y Rajas, 2011, p.12).
Una de las obras características del estilo rococó es El Columpio, de Jean Honoré
Fragonard (1732-1806). También conocido como Los felices azares del columpio, es
realizada en óleo sobre lienzo que muestra una escena galante que representa una de
las diversiones del Siglo 18. Sus pinceladas son fuertes y parecen espontáneas
aunque en el detalle se nota una mayor precisión. En cuanto a los colores, los
utilizados son suaves y alegres, y predominan los tonos pasteles característicos de
este estilo. Resaltan sobre todo los tonos verdosos y amarillos de la flora que rodea a
la protagonista y que contrastan con el color rosado de su vestido.
En ambos casos se trata de obras que expresan todas las características del estilo
rococó, pero particularmente la paleta de colores y la iluminación, que es lo que este
trabajo se propone analizar.
Como conclusión, a partir del análisis de ciertas obras y tomando los elementos
trabajados en la asignatura, se puede afirmar que los pintores rococó lograban
expresar a través de los colores los estados de ánimo, actitudes y estilos de la clase
cuya vida pretendían reflejar.
Referencias bibliográficas