Sensores Capacitivos e Inductivos

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Los sensores inductivos son una clase especial de sensores que sirve para la detección

sin contacto de objetos de metal que se aproximan, un sensor inductivo tiene la tarea de
determinar sin contacto la distancia hasta un objeto metálico. Si no se llega a una
distancia determinada (la distancia de conmutación S) el sensor dispara una acción. Por
tanto, es una herramienta indispensable en la automatización, p.ej. como ayuda para el
guiado de brazos manipuladores de máquinas industriales. No obstante, sus campos de
aplicación son claramente más amplios. Así, por ejemplo, un sensor inductivo también
puede supervisar niveles de líquidos con ayuda de flotadores metálicos. Su versatilidad
lo convierte en un valioso medio auxiliar en todos los sectores industriales y en una gran
cantidad de máquinas.

¿Cómo funciona un sensor inductivo?


Registra un contacto con un objeto
introducido sin tocarlo. Para ello, el sensor
dispone de una superficie activa en su lado
frontal que fácticamente es un oscilador.
Dicho oscilador produce un campo
magnético en un semicírculo. Un objeto
metálico introducido en el campo lo debilita.
De este modo el sensor puede reconocer a
qué distancia está y actuar en correspondencia. Dependiendo del modelo, la distancia
de medición está entre 0,5 y 50 milímetros.
Un ejemplo procedente de la automatización industrial: El acero suele tener una distancia
de conmutación nominal (Sn) de 6 milímetros. Si una pieza determinada se encuentra
por debajo de esta distancia, el sensor inicia el movimiento de un brazo. El número de
acciones que puede activar un sensor inductivo por segundo se llama frecuencia de
conmutación. Este valor suele encontrarse entre varios centenares y varios miles de
conmutaciones. Por tanto, los sensores son aptos para procesos de producción rápidos
o la supervisión a tiempo real, por ejemplo, en el depósito de gasolina.

Los diferentes tipos de sensores inductivos


En un sensor de proximidad sencillo (denominado a veces interruptor de proximidad o
prox), el dispositivo cuenta con suministro eléctrico, lo que provoca que fluya una
corriente alterna en una bobina (denominada a veces circuito, carrete o bobinado).
Cuando un objetivo conductivo o permeable magnéticamente, como un disco de acero,
se acerca a la bobina, cambia su impedancia. Cuando sobrepasa el umbral, actúa como
una señal de que el objetivo está presente. Los sensores de proximidad se suelen utilizar
para detectar la presencia o ausencia de objetivos de metal y sus resultados suelen
parecerse a los de un interruptor. Estos sensores se utilizan con frecuencia en muchas
aplicaciones industriales en las que los contactos eléctricos de un interruptor tradicional
darían problemas, especialmente cuando hay mucha suciedad o agua.
Los sensores de inductancia y resistencia variable suelen producir una señal eléctrica
proporcional al desplazamiento de un objeto conductivo o permeable magnéticamente
(normalmente una varilla de acero) con
respecto a una bobina. Al igual que con
el sensor de proximidad, la impedancia
de una bobina varía según el
desplazamiento de un objetivo con
respecto a una bobina cargada con
corriente alterna. Estos dispositivos se
suelen utilizar para medir el
desplazamiento de los pistones de los
cilindros, por ejemplo, en sistemas
neumáticos o hidráulicos. El pistón se
puede disponer de forma que pase sobre el diámetro exterior de la bobina.
Los sincronizadores miden el acoplamiento inductivo entre bobinas, ya que se mueven
uno con respecto a otro. Suelen ser rotatorios y necesitan conexiones eléctricas para la
parte en movimiento y la parte fija (se suelen denominar rotor y estátor). Ofrecen una
elevada precisión y se utilizan en la metrología industrial, las antenas de radar y los
telescopios.

Ventajas y desventajas
➢ Ventajas:
– sin contacto y, por tanto, sin apenas desgaste
– exactitud de conmutación y frecuencias de conmutación elevadas
– insensible a la suciedad
– insensible a vibraciones y sacudidas
– resistente a cortocircuitos
➢ Desventajas:
– solo pueden detectarse metales
– la distancia de conmutación es tan baja que casi siempre deben conectarse
varios sensores en serie
– debido a campos magnéticos pueden darse errores en la exactitud de
medición, lo que puede ser una desventaja para algunos tipos de motores
(híbridos)

Los sensores capacitivos son un tipo de sensor eléctrico.


Los sensores capacitivos (KAS) reaccionan ante metales y no metales que al
aproximarse a la superficie activa sobrepasan una determinada capacidad. La distancia
de conexión respecto a un determinado material es tanto mayor cuanto más elevada sea
su constante dieléctrica.
Un sensor capacitivo es especialmente adecuado para efectuar controles de presencia
y mediciones de distancia en espacios muy pequeños. Los valores pueden determinarse
con una exactitud nanométrica. Por tanto, los sensores son aptos para un amplio abanico
de aplicaciones. Se usan, por ejemplo, en pantallas táctiles de teléfonos inteligentes, en
microscopios de túneles de barrido o en instalaciones de montaje.

¿Cómo funciona un sensor capacitivo?


Desde el punto de vista puramente teórico, se dice que el sensor está formado por un
oscilador cuya capacidad la forman un
electrodo interno (parte del propio
sensor) y otro externo (constituido por
una pieza conectada a masa). El
electrodo externo puede estar realizado
de dos modos diferentes; en algunas
aplicaciones dicho electrodo es el propio
objeto a sensar, previamente conectado
a masa; entonces la capacidad en
cuestión variará en función de la
distancia que hay entre el sensor y el
objeto. En cambio, en otras aplicaciones
se coloca una masa fija y, entonces, el
cuerpo a detectar se utiliza como dieléctrico se introduce entre la masa y la placa activa,
modificando así las características del condensador equivalente.
Los sensores capacitivos funcionan según el principio de un condensador de placas
ideal. Una de las placas es el sensor propiamente dicho. La otra es el objeto de medición
opuesto. Entre las dos placas se genera un campo eléctrico. Un anillo protector alrededor
de la estructura garantiza que el campo eléctrico sea lo más homogéneo posible. Si un
cuerpo entra en el campo cambia la distancia entre las dos placas. Esto puede medirse.

Aplicaciones
Estos sensores se emplean para la
identificación de objetos, para funciones
contadoras y para toda clase de control
de nivel de carga de materiales sólidos
o líquidos. También son utilizados para
muchos dispositivos con pantalla táctil,
como teléfonos móviles o computadoras
ya que el sensor percibe la pequeña
diferencia de potencial entre
membranas de los dedos eléctricamente
polarizados de una persona adulta.
Detección de nivel
En esta aplicación, cuando un objeto
(líquidos, granulados, metales,
aislantes, etc.) penetra en el campo
eléctrico que hay entre las placas sensor, varía el dieléctrico, variando
consecuentemente el valor de capacidad.
Sensor de humedad
El principio de funcionamiento de esta aplicación es similar a la anterior. En esta ocasión
el dieléctrico, por ejemplo, el aire, cambia su permitividad con respecto a la humedad del
ambiente.
Detección de posición
Esta aplicación es básicamente un condensador variable, en el cual una de las placas
es móvil, pudiendo de esta manera tener mayor o menor superficie efectiva entre las dos
placas, variando también el valor de la capacidad, y también puede ser usado en
industrias químicas, pero como sabemos este tipo de aplicación no suele ser lo correcto.

Ventajas e inconvenientes
Las ventajas de este dispositivo son algunas más que en el caso de los sensores
inductivos. La primera ventaja es común para ambos, detectan sin necesidad de contacto
físico, pero con la posibilidad de detectar materiales distintos del metal. Además, debido
a su funcionamiento tiene muy buena adaptación a los entornos industriales, adecuado
para la detección de materiales polvorientos o granulados. La duración de este sensor
es independiente del número de maniobras que realice y soporta bien las carencias de
funcionamiento elevadas.
Entre los inconvenientes se encuentra el alcance, dependiendo del diámetro del sensor,
puede alcanzar hasta los 60mm, igual que la modalidad inductiva. Otro inconveniente es
que depende de la masa a detectar, si se quiere realizar una detección de cualquier tipo
de objeto este sensor no sirve, puesto que depende de la constante eléctrica. Esta
desventaja viene encadenada con la puesta en servicio, antes de colocar el sensor se
debe de instalar; los detectores cuentan con un potenciómetro que permite ajustar la
sensibilidad. Según la aplicación será necesario ajustar la sensibilidad para que se
adapte al material, por ejemplo, para materiales de constante dieléctrica débil como el
papel, cartón o vidrio se tiene que aumentar la sensibilidad, y en caso de tener una
constante dieléctrica fuerte hay que reducir la sensibilidad, por ejemplo con objetos
metálicos o líquidos.

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