Miguel Otero Nulidad
Miguel Otero Nulidad
Miguel Otero Nulidad
PÚBLICO
1.- LA INEXISTENCIA
El acto que adolece de un vicio que afecta su existencia legal es inexistente y debiera
|considerarse como no realizado. Existiría una apariencia de acto, pero no un acto jurídico
propiamente tal. Esto es, el acto que adolece de un vicio que afecta a los requisitos
esenciales que la ley exige para su validez y que no es subsanable en modo alguno,
incluida la ratificación de las partes, es inexistente y, consecuencialmente, jamás podrá
producir efecto jurídico alguno
3.- INOPONIBILIDAD.
El inciso segundo del artículo 3° del Código Civil señala:”Las sentencias judiciales
no tienen fuerza obligatoria sino respecto de las causas en que actualmente se
pronunciaren.”
Antes de entrar a analizar la nulidad procesal, resulta indispensable citar los preceptos
constitucionales que tienen directa atingencia con ella y, fundamentalmente, con la garantía
constitucional del debido proceso.
En opinión del autor, las normas constitucionales a considerar son las siguientes:
Artículo 6°:
“Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas
dictadas conforme a ella”.
Artículo 7°:
“Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes,
dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y
sanciones que la ley señale.”
Artículo 19:
Las normas constitucionales precedentes establecen las bases procesales sobre las cuales
debe ejercerse la jurisdicción. Esto es, son imperativas para los tribunales, cualquiera sea su
denominación o competencia y, fundamentalmente, en cuanto a la forma en que deben
ejercerla, con estricta sujeción a las normas que establezca la ley para conocer y resolver
los conflictos de relevancia jurídica que se les sometan.
En el caso de la jurisdicción, la ley ha establecido la forma – el procedimiento – que debe
emplear el tribunal para resolver el conflicto de relevancia jurídica sometido a su
conocimiento y decisión, atendida la materia, la cuantía y el fuero. Es por ello que existen
códigos y leyes especiales que reglamentan el proceder jurisdiccional a que debe someterse
el juez, según el caso. Estas normas garantizan el debido proceso y la igualdad en la
aplicación de la ley procesal.
Las normas procesales que establece la ley son de orden público y no pueden ser
trasgredidas ni ignoradas por el órgano jurisdiccional, como tampoco son
renunciables o sustituibles por la voluntad de las partes ni siquiera con el asentimiento
del tribunal, salvo que la propia ley así lo autorice. Esto ocurre, por ejemplo, con el
derecho a renunciar anticipadamente a las cargas, términos y recursos procesales y a
suspender el procedimiento por tiempo determinado.
La única excepción se da en la jurisdicción arbitral de árbitro arbitrador, en la de árbitro
mixto y en el caso de arbitraje internacional sometidos a la ley chilena de arbitraje
internacional. En estas situaciones las normas de procedimiento las fijan las partes de
común acuerdo y, a falta de acuerdo, el árbitro.
3. LA JURISDICCIÓN
Se entiende por conflicto de relevancia jurídica aquel que conlleva la imputación de una
conducta anti normativa que, real o aparentemente, afecta la paz o la convivencia social o el
orden público o vulnera, amenaza o desconoce un derecho particular, amparado legalmente.
Esto es, real o aparentemente, esta conducta imputada debe contravenir, violentar o
desconocer una norma de conducta obligatoria. Es por ello que los conflictos de orden
moral, religioso, ideológico o deportivo, no son objeto de la jurisdicción. No se requiere la
existencia de contienda o controversia o disputa jurídica alguna. Esta sólo se puede generar
al momento del emplazamiento para contestar la demanda, dado que el demandado puede
allanarse a ésta, o puede no decir nada, o incurrir en rebeldía, o aceptar los hechos y
controvertir el resultado jurídico de éstos, o controvertir la existencia de lo hechos que
fundamentan la demanda u oponer la existencia de excepciones que justifican su proceder.
Ninguna de estas circunstancias altera en absoluto la existencia del conflicto de relevancia
jurídica, el cual nace, independientemente de la actividad del demandado, por el sólo
hecho de entablarse la acción.
Cabe recordar que la acción es el impulso que genera la actividad jurisdiccional.
EL PROCESO
Esto es, un sujeto activo que deduce la acción que pone en marcha la actividad
jurisdiccional y un sujeto pasivo que es aquel en contra de quien se dirige la acción, sea
para sancionarlo, en el caso de un proceso penal, sea para colocarlo en la necesidad de dar,
hacer o no hacer una cosa a favor del demandante, en el caso de un proceso civil.
Es de la esencia de este requisito que las partes estén clara y precisamente identificadas.
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C.- EXISTENCIA DE UN TRIBUNAL ABSOLUTAMENTE COMPETENTE.-
De otro lado, puede haber actos jurídicos que carecen de un vicio que afecte su validez,
no obstante lo cual puede ser procedente una nulidad procesal. Hay dos casos en los cuales
el C. de P. C. establece la procedencia de la nulidad, pese a no existir vicio alguno en los
actos jurídico-procesales realizados:
a) nulidad por fuerza mayor: Ello ocurre respecto de todas las actuaciones que se
hubiesen realizado en el proceso en rebeldía de un litigante, si dicha rebeldía ha sido
ocasionada por fuerza mayor. Así lo establece el artículo 79 del C. de P. C. al
establecer:”Podrá un litigante pedir la rescisión de lo que se haya obrado en el juicio
en rebeldía suya, ofreciendo probar que ha estado impedido por fuerza mayor.”
Un ejemplo: un abogado tiene la vista de una causa en la Corte de Apelación. Al
llegar a la Corte, sufre un accidente que lo priva del conocimiento y obliga a enviarlo a
un centro asistencial donde permanece varios días. La vista de la causa se lleva a efecto
sin su presencia y cumple con todos los requisitos legales para su validez. Ello no
obstante, la ley permite que se declare la nulidad de la vista de la causa, no en razón de
vicios que la afecten, sino resguardando el principio del debido proceso, dado que una
fuerza mayor – imprevisto imposible de resistir - privó a la parte de su legítimo derecho
a la defensa.
b) falta de emplazamiento: Una situación aparentemente similar contempla el artículo 80
del mismo código: “Si al litigante rebelde no se le ha hecho saber en persona ninguna
de las providencias libradas en el juicio, podrá pedir la rescisión de lo obrado,
ofreciendo acreditar que por un hecho que no le sea imputable, han dejado de llegar a
sus manos las copias a que se refieren los artículos 40 y 44, o de que ellas no son
exactas en su parte sustancial.”
En este caso, no se requiere la existencia de una fuerza mayor, sino acreditar que por
un hecho no imputable al demandado éste no recibió las copias de la demanda y de la
resolución recaída en ella o éstas no son exactas en su parte sustancial. Estas
circunstancias denotan que no se cumplió el efecto propio de una notificación, por lo
cual, de hecho, no se materializó la relación procesal con la consiguiente indefensión
del demandado y se afectó el debido proceso.
B.-EXISTENCIA DE UN VICIO QUE CAUSE AGRAVIO Y QUE ÉSTE SEA SÓLO REPARABLE
DECLARANDO LA NULIDAD.
Hoy, en contraposición a lo que ocurría con anterioridad a la reforma del año 1988, el
Código de Procedimiento Civil ha materializado absolutamente el principio aceptado por la
cátedra y la jurisprudencia en materia procesal: No Hay Nulidad Sin Perjuicio. “Pas Nulité
sans Grief”.
Lo dicho no es absoluto, por cuanto puede haber perjuicio y no haber lugar a la nulidad si
el perjuicio causado puede repararse sin necesidad de anular el acto jurídico procesal que
adolece del vicio, o el acto jurídico procesal cumplió su finalidad, pese a adolecer de un
vicio de forma.
Las Cortes de Apelaciones, en su gran mayoría, han optado por seguir esta doctrina al
rechazar los recursos de casación en la forma, no obstante ser posible que exista el vicio de
que se reclama, si el perjuicio puede ser reparado por el fallo de segunda instancia, dado
que la Corte está facultada para conocer de los hechos y el derecho. Esto sólo es posible
cuando se ha invocado alguna de las causales 4ª, 5ª y 7ª del artículo 768 del C. de P. C., o
sea la sentencia incurrió en ultra petita, o con omisión de cualquiera de los requisitos
delartículo 170 o contener decisiones contradictorias. En las demás causales de casación en
la forma, la existencia del vicio sólo puede ser corregida con la nulidad.
A. INCIDENTE DE NULIDAD.
Esta es la forma más habitual de reclamar la nulidad de un determinado acto jurídico
procesal e, incluso, de la nulidad del proceso si el vicio es de tal gravedad que la genera.
El incidente de nulidad está reglado en el artículo 83 del C. de P. C. que establece:
“La nulidad procesal podrá ser declarada, de oficio o a petición de parte, en los
casos que la ley expresamente lo disponga y en todos aquellos en que exista un vicio que
irrogue a alguna de las partes un perjuicio reparable sólo con la declaración de nulidad.
La nulidad sólo podrá impetrarse dentro de cinco días, contados desde que
aparezca o se acredite que quien deba reclamar de la nulidad tuvo conocimiento del vicio,
a menos que se trate de la incompetencia absoluta del tribunal. La parte que ha originado
el vicio o concurrido a su materialización o que ha convalidado tácita o expresamente el
acto nulo, no podrá demandar la nulidad.
La declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad de todo lo obrado. El
tribunal, al declarar la nulidad, deberá establecer precisamente cuáles actos quedan nulos
en razón de su conexión con el acto anulado.”
3. NULIDAD DE OFICIO
El perjuicio procesal a alguna de las partes debe ser reparable sólo por la
declaración de nulidad. Al respecto, rige todo lo ya expuesto sobre esta materia. Al
declarar la nulidad de un acto jurídico procesal, debe establecer cuáles son los otros
actos procesales que quedan nulos con motivo o en razón de la nulidad declarada
No obstante lo anterior, el inciso cuarto y final del artículo 84 del C. P.C. faculta
expresamente al Juez para corregir de oficio los errores que observe en la tramitación
del proceso como también tomar todas las medidas que tiendan a evitar la nulidad de
los actos de procedimiento. La única limitación que impone la ley a esta amplísima
facultad del juez es que éste no puede subsanar las actuaciones viciadas en razón de
haberse realizado éstas fuera del plazo fatal indicado por la ley.
EFECTO EXTENSIVO DE LA NULIDAD PROCESAL
El proceso civil chileno se ajusta al principio consecutivo legal, esto es, la ley establece
los requisitos y la secuencia de cada acto jurídico procesal, hasta llegar al término del
proceso y a la solución definitiva del conflicto. Es por ello que se dice que el proceso es la
concatenación de actos jurídicos procesales, constituyendo cada uno el eslabón inmediato y
necesario para la agregación del otro. De aquí que la nulidad de un acto jurídico procesal,
generalmente, implica dejar sin valor procesal a los actos procesales realizados con
posterioridad a él. Cortado el eslabón de la cadena, los eslabones siguientes dejan de estar
unidos a ella y, por tanto, dejan de formar parte de ella.
De producirse el efecto extensivo de la nulidad, lo que sucede es que los actos
posteriores se han producido extemporáneamente, con anticipación a la oportunidad que les
fija la ley y, por ende, carecen de valor dentro del proceso. En otras palabras, carecen de
existencia legal en el proceso y tanto el órgano jurisdiccional como las partes no pueden
considerarlos de manera alguna.
Esto no implica que la nulidad de un determinado acto jurídico procesal conlleve la
nulidad de todos los actos jurídicos procesales materializados con posterioridad a él. Estos
actos posteriores son válidos a menos que, en sí, adolezcan de algún vicio de nulidad o el
acto jurídico declarado nulo - conforme al orden consecutivo legal - sea requisito previo
para la materialización de los posteriores. .
Esto permite entender por qué no todos los actos procesales materializados en el proceso
con posterioridad al acto declarado nulo, dejan de tener eficacia procesal, sino que la
conservan íntegramente. La diferencia estriba exclusivamente en lo que a su respecto
disponga el orden consecutivo legal - uno a continuación del otro - que establezca la ley y
si ella permite o no su coexistencia independiente. Así, no puede darse traslado para
replicar sin que previamente se haya contestado o evacuado el trámite de la contestación;
no puede rendirse prueba testimonial sin que se haya recibido la causa a prueba, pero puede
rendirse prueba instrumental, confesional, pericial e inspección personal del tribunal, antes,
durante y después de la vigencia del término probatorio.
Los actos procesales posteriores, que están directamente vinculados a la validez del acto
procesal que legalmente debe antecederlo, pasan a ser procesalmente inexistentes, no
pueden ser ratificados, sino que deben materializarse totalmente de nuevo. De este modo,
una prueba testimonial rendida, si se declara la nulidad del auto de prueba o de la
notificación de éste, será nula y deberán realizarse cabalmente de nuevo todos los actos
procesales necesarios para que exista prueba testimonial, como por ejemplo: presentar lista
de testigos, fijar audiencias de prueba, comparecencia de los testigos, juramentarlos,
tacharlos, etc.
Los siguientes ejemplos permiten aclarar cualquier duda:
1) Se recibe la causa a prueba y se notifica la resolución; se presentan listas de testigos y
se rinde prueba testimonial. Durante el término probatorio, se acompañan
documentos en parte de prueba y se accede a una prueba confesional. Se solicita la
nulidad de la resolución que recibe la causa a prueba (sentencia interlocutoria) y la
nulidad es declarada. ¿Qué actos jurídicos procesales posteriores son nulos
(procesalmente inexistentes) y cuáles válidos?
En consecuencia, son actos procesales conexos con el acto declarado nulo aquellos que
sean una consecuencia directa y necesaria de éste. Como ya se expresara, aquellos que, en
virtud del orden consecutivo legal, no pueden materializarse sin que previamente tenga
existencia procesal válida el acto anulado.
Es útil destacar que el acto declarado legalmente nulo carece absolutamente de valor
jurídico. En cambio, un acto jurídico procesal que pierde su eficacia procesal por ser
extemporáneo, pasa a ser inexistente en el proceso y puede producir efectos legales ajenos
al proceso. Así, por ejemplo, la declaración de un testigo carece de eficacia procesal si
posteriormente es declarada la nulidad de la notificación de la resolución que recibió la
causa a prueba, pero puede producir efectos jurídicos fuera de ese proceso, como si ha
reconocido hechos propios o ha sido injuriosa, valdrá como confesión extrajudicial o podrá
servir de base para un proceso por injuria, según el caso.
A. GENERALIDADES.
El recurso de casación fue modificado por las leyes Nos 18.705, de 24 de mayo de 1988;
18.882, de 20 de diciembre de 1989; 19.334, de 7 de octubre de 1994; 19.374, de 18 de
febrero de 1995; 19.426, de 16 de diciembre de 1995; 19.594, de 1º de diciembre de 1998 y
19.806 de 31 de mayo de 2002.
La Ley 18.705 modificó los artículos 767, 770, 772, 774 incisos 3º y 4º; derogó el
artículo 777; sustituyó los artículos 778, 780, 781, 782, 784, 795 Nº 4, y 803; derogó el
artículo 804; modificó el artículo 805 y sustituyó el artículo 809. La Ley 18.882, de 20 de
diciembre de 1989, sustituyó el artículo 781; el inciso 1º del artículo 782; el Nº 4 del
artículo 795 y el Nº 2 del artículo 800. La Ley 19.334, de 7 de octubre de 1994, modificó el
artículo 789 y el Nº 2 del artículo 795. La Ley 19.374, de 18 de febrero de 1995, sustituyó
los artículos 764 a 787, ambos inclusive; modificó el artículo 797; derogó el artículo 801;
modificó el artículo 808 y derogó el artículo 809. La Ley 19.426, de 16 de diciembre de
1995, modificó el artículo 796 y el Nº 5 del artículo 800. La Ley 19.594, de 1º de diciembre
de 1998, modificó los artículos 789 y 791 y derogó el artículo 792. La Ley 19.806 de 31 de
mayo de 2002 derogó los incisos 2°, 3° y 4° del artículo 803.
En la reforma introducida por la Ley 19.374, de 18 de febrero de 1995, el Senado
propuso sustituir por completo el párrafo 1º del Título XIX del Libro IV del Código de
Procedimiento Civil. Esta modificación comprendió tres aspectos: uno, de ordenamiento
racional de sus disposiciones de manera tal que fueran fácil y claramente determinables las
normas aplicables a cada recurso, diferenciando el de forma del de fondo; dos, dar la
correspondiente numeración a las disposiciones que, en razón del ordenamiento anterior,
debían cambiar de ubicación y establecer la nueva concordancia entre la nueva numeración
y las citas que se hacían a la anterior; y tres, efectuar modificaciones de fondo a la
normativa vigente.
Hoy en día, el recurso de casación, sea de fondo o en la forma, está constreñido
exclusivamente a aquellas causas que se tramitan de conformidad con las normas del
Código de Procedimiento Civil. En el Código Procesal Penal y en la nueva Ley sobre
Procedimiento Laboral, estos recursos se han reemplazado por un recurso único de nulidad.
El Código de procedimiento Civil contempla dos recursos de casación: el recurso de
Casación en el Fondo, destinado a corregir los errores que se hubieren cometido en la
aplicación de la ley en la sentencia definitiva de segunda instancia; y el recurso de casación
en la forma, destinado a corregir los vicios de procedimiento en que se hubiese incurrido en
la tramitación del proceso, tanto en primera como en segunda instancia.
No obstante existir absolutas diferencias en cuanto a su finalidad, requisitos y
resoluciones respecto de las cuales proceden, hay normas de procedimiento que son
comunes a ambos recursos. De aquí que nos referiremos primero a las normas comunes,
para, posteriormente, analizar en particular cada recurso de casación. De otro lado, también
existen requisitos que son comunes en cuanto a la influencia substancial del vicio que se
reclama en lo sustantivo del fallo.
En ambos recursos, los principios que analizamos al tratar de la nulidad procesal civil en
los títulos anteriores se mantienen.
Artículo 764:
“El recurso de casación se concede para invalidar una sentencia en los casos
expresamente señalados por la ley.”
Esta norma es una excepción a lo señalado anteriormente respecto del incidente de
nulidad. Estos recursos sólo se pueden interponer respecto de resoluciones judiciales, en los
plazos y en la forma que la ley expresamente contempla para cada uno. Son absolutamente
formales en cuanto a su interposición.
Artículo 770, inciso primero
“El recurso de casación deberá interponerse dentro de los quince días siguientes a la fecha
de notificación de la sentencia contra la cual se recurre, sin perjuicio de lo establecido en
el artículo 791. En caso que se deduzca recurso de casación de forma y de fondo en contra
de una misma resolución, ambos recursos deberán interponerse simultáneamente y en un
mismo escrito.”
La norma actual establece un único plazo de quince días para la interposición del recurso
de casación, sea éste de forma o de fondo. Este plazo es fatal y no permite aumento alguno,
al eliminarse la disposición que establecía que los plazos para anunciar y formalizar el
recurso se aumentaban “en la misma forma que el de emplazamiento para contestar la
demanda”.
La reforma de la Ley 18.705 puso término a las discusiones acerca del alcance de la
disposición derogada, en cuanto a si comprendía el aumento de los artículos 258 y 259 o
solamente el de este último. Además, habida consideración al adelanto técnico en materia
de comunicaciones y transporte, se estimó que el plazo de quince días era más que
suficiente para deducir los recursos.
Asimismo, se suprimió la diferencia de plazo para interponer uno u otro recurso, de modo
que, de interponerse ambos, ello debe hacerse simultáneamente y en un mismo escrito.
Artículo 771:
“El recurso debe interponerse por la parte agraviada ante el tribunal que haya
pronunciado la sentencia que se trata de invalidar y para ante aquel a quien corresponda
conocer de él conforme a la ley.
La ley usa el concepto de parte agraviada, el cual es independiente de la calidad de
demandante o demandado o tercero. Se requiere ser parte, estos es, haber intervenido en el
juicio y haberse aceptado su intervención. Además de ser parte, se requiere que quien
entable el recurso haya sufrido un agravio en virtud del vicio que reclama, o sea, que con
motivo o en razón de tal causal de nulidad no ha logrado cabalmente sus pretensiones
procesales.
El tribunal que dictó la resolución que motiva el recurso es el tribunal a quo y el tribunal
que va a resolver el recurso es el tribunal ad-quem.
Artículo 773:
Artículo 776:
Artículo 777:
“Si el recurrente no franquea la remisión del proceso, podrá pedirse al tribunal que se le
requiera para ello, bajo apercibimiento de declararse no interpuesto el recurso”.
Esa es una facultad que se otorga al recurrido para evitar la demora en el conocimiento y
resolución del recurso interpuesto. El tribunal no lo hace de oficio, debe ser requerido para
ello y deberá decretar el apercibimiento y el plazo en que debe cumplirse. Vencido el plazo
sin que el recurrente haya franqueado la remisión del proceso, se deberá solicitar que el
tribunal aplique el apercibimiento. La resolución que así lo declare tiene el carácter de
sentencia interlocutoria que pone término o al juicio o hace imposible su continuación.
Artículo 778:
“Si el recurso no cumple con los requisitos establecidos en el inciso primero del artículo
776, el tribunal lo declarará inadmisible, sin más trámite.
En contra del fallo que se dicte, sólo podrá interponerse el recurso de reposición, el que
deberá fundarse en error de hecho y deducirse en el plazo de tercero día. La resolución
que resuelva la reposición será inapelable”.
La modificación que le introdujo la Ley Nº 19.374 al inciso primero determinó que los
requisitos que establece el artículo 776 quedaron reducidos a dos, al eliminarse la exigencia
de la consignación. Estos son: el patrocinio de abogado habilitado y la presentación dentro
de plazo. El incumplimiento de cualquiera de estos dos requisitos obliga a la Corte a
declararlo inadmisible
Dado que las causales de inadmisibilidad son hechos, se estableció el recurso de
reposición sólo para el evento que existiere error en cuantos a estos hechos. Este recurso
debe interponerse dentro de tercero día y la resolución que recaiga sobre éste es inapelable.
Artículo 779:
“Es aplicable al recurso de casación lo dispuesto en los artículos 200, 202 y 211.
El artículo 201 sólo será aplicable en cuanto a la no comparecencia del recurrente
dentro de plazo”.
El artículo 200 impone la obligación de comparecer ante el tribunal adquem dentro del plazo
de cinco días contados desde que se reciban los autos en la secretaría de este tribunal. Este
plazo se aumenta en la misma forma que el emplazamiento para contestar demandas, según
lo dispuesto en los artículos 258 y 259.
El artículo 201 es aplicable a la casación sólo en cuanto establece la obligación del
tribunal adquem a declarar, de oficio, la deserción del recurso si el recurrente no
comparece ante el tribunal dentro del plazo que establece el artículo 200.
El artículo 202 se refiere al recurrido que incurre en rebeldía, en cuanto a tenerlo por
notificado desde que se pronuncian las resoluciones y el artículo 211 hace aplicable la
prescripción de tres meses a los recursos de casación.
Artículo 783:
“En la vista de la causa se observarán las reglas establecidas para las apelaciones.
La duración de las alegaciones de cada abogado se limitará a una hora en los recursos
de casación en la forma y a dos horas en los de casación en el fondo. En los demás asuntos
que conozca la Corte Suprema, las alegaciones sólo podrán durar media hora.
El tribunal podrá, sin embargo, por unanimidad, prorrogar por igual tiempo la duración
de las alegaciones. Con todo, si se tratare de una materia distinta de la casación, el
tribunal podrá prorrogar el plazo por simple mayoría.
Las partes podrán, hasta el momento de verse el recurso, consignar en escrito firmado
por un abogado, que no sea procurador del número, las observaciones que estimen
convenientes para el fallo del recurso”.
“El recurrente, hasta antes de la vista del recurso, podrá designar un abogado para que
lo defienda ante el tribunal ad-quem, que podrá ser o no el mismo que patrocinó el
recurso”.
Esta es una facultad que se otorga a las partes y no una exigencia, como ocurría
anteriormente. Es suficiente la designación de abogado patrocinante en el escrito en que se
interpuso el recurso. Se debe recordar que la designación de abogado patrocinante del
recurso, en el escrito mediante el cual se deduce éste, es un requisito de admisibilidad.
Artículo 808:
“El recurso de casación en la forma se concede contra las sentencias definitivas, contra
las interlocutorias cuando ponen término al juicio o hacen imposible su continuación y,
excepcionalmente, contra las sentencias interlocutorias dictadas en segunda instancia sin
previo emplazamiento de la parte agraviada, o sin señalar día para la vista de la causa.
Procederá asimismo respecto de las sentencias que se dicten en los juicios o
reclamaciones regidos por leyes especiales, con excepción de aquellos que se refieran a la
constitución de las juntas electorales y a las reclamaciones de los avalúos que se
practiquen en conformidad a la Ley 17.235, sobre Impuesto Territorial, y de los demás que
prescriban las leyes”.
La regla general es que procede contra las sentencias definitivas de primera y segunda
instancia y, solamente, contra las sentencias interlocutorias de primera o segunda instancia
siempre y cuando éstas pongan término al juicio o hagan imposible su continuación.
La excepción la constituyen la sentencias interlocutorias de segunda instancia, aún
cuando no hayan puesto fin al juicio o hecho imposible su continuación, si han sido
dictadas sin previo emplazamiento de la parte agraviada, o sin señalar día para la vista de
la causa. Al respecto, es preciso recordar que, conforme a lo establecido en el artículo
199, la apelación de toda resolución que no sea sentencia definitiva se verá en cuenta, a
menos que cualquiera de las partes, dentro del plazo para comparecer en segunda instancia,
solicite alegatos. De no solicitarse alegatos, no habrá vista de la causa, por lo cual no
procedería la segunda excepción
Además, es necesario tener presente que toda resolución que declare o rechace una
nulidad procesal tiene el carácter de sentencia interlocutoria, aun cuando la resolución
respectiva este contenida formalmente en una sentencia definitiva. Esta aclaración es
importante, dado que se han interpuesto recursos de casación en la forma en contra de una
sentencia interlocutoria incluida en el texto material de la sentencia definitiva, motivo por
el cual el recurso es improcedente.
Artículo 768:
En cuanto a las causales 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 6ª, y 8ª, su texto es claro y no requiere comentario
adicional alguno.
En cuanto a la causal 5ª, es muy importante recordar que esta causal hace referencia al artículo
170, que está reglamentado por el auto acordado de la Corte Suprema sobre la forma de las
sentencias, de 30 de septiembre de 1920, que se publica como anexo al Código de Procedimiento
Civil.
La jurisprudencia reiterada y uniforme de la Corte Suprema ha establecido que la infracción a las
normas de este auto acordado implica incurrir en esta causal.
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El inciso tercero faculta al tribunal ad-quem para desestimar el recurso “si de los
antecedentes aparece de manifiesto que el recurrente no ha sufrido un perjuicio
reparable sólo con la invalidación del fallo o cuando el vicio no ha influido en lo
dispositivo del mismo.” Esta norma contiene dos causales diferentes para autorizar el
rechazo del recurso:
a) Existencia de un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo. Esta es una
circunstancia que debe considerarse y explicitarse expresamente en el escrito en que se
interpone el recurso, señalando claramente los hechos que demuestran por qué razón el
perjuicio no es reparable sino por la declaración de nulidad. En la práctica,
innumerables recursos de casación en la forma han sido rechazados por esta causa,
precisamente, por cuanto el recurso no ha demostrado esta circunstancia.
Artículo 769:
“Para que pueda ser admitido el recurso de casación en la forma es indispensable que el
que lo entabla haya reclamado de la falta, ejerciendo oportunamente y en todos sus grados
los recursos establecidos por la ley.
No es necesaria esta reclamación cuando la ley no admite recurso alguno contra la
resolución en que se haya cometido la falta, ni cuando ésta haya tenido lugar en el
pronunciamiento mismo de la sentencia que se trata de casar, ni cuando dicha falta haya
llegado al conocimiento de la parte después de pronunciada la sentencia.
Es igualmente innecesario para interponer este recurso contra la sentencia de segunda
instancia por las causales cuarta, sexta y séptima del artículo 768, que se haya reclamado
contra la sentencia de primera instancia, aun cuando hayan afectado también a ésta los
vicios que lo motivan.
La reclamación a que se refiere el inciso primero de este artículo deberá hacerse por la
parte o su abogado antes de verse la causa, en el caso del número 1° del artículo 768.”
Este artículo consagra el examen de admisibilidad que el tribunal ad quem debe hacer del
recurso de casación en la forma interpuesto. En su inciso primero establece las causales por
las cuales puede declararse la inadmisibilidad desde luego, cuales son: no mencionar
expresamente el vicio o defecto en que se funda y la ley que concede el recurso por la
causal que se invoca, no haber sido interpuesto en tiempo y no ser patrocinado por
abogado habilitado (artículo 772, inciso 2º y 776, inciso primero).
El inciso segundo exige que la declaración de inadmisibilidad sea fundada.
El inciso tercero contiene dos disposiciones distintas. La primera es aquella que obliga al
tribunal- en caso de no declarar inadmisible el recurso por omisión de alguno de los
requisitos establecidos en el inciso primero- ordenar traer los autos en relación, sin más
trámites. Esta es una norma imperativa. Establecida la admisibilidad de forma del recurso,
el tribunal debe proceder a su vista.
Esto permite sostener que la resolución que declara admisible el recurso y ordena traer
los autos en relación es una sentencia interlocutoria, por cuanto sirve de base a la dictación
de la sentencia de casación y, además, otorga al recurrente el derecho a que su recurso se
vea. Lo anterior demuestra que, a su respecto, rige tanto la norma del desasimiento como la
de la cosa juzgada. Esta consideración obliga al autor a discrepar de la legalidad de aquellas
resoluciones que, meses después del examen de admisión y de declarado admisible el
recurso y ordenado traer los autos en relación, lo declaran inadmisible por extemporáneo, al
momento de su vista.
La reforma tuvo por objeto, precisamente, evitar este tipo de situaciones. Con
anterioridad a ella, el examen de admisibilidad se hacía al momento de verse el recurso, lo
que significaba que – a veces por años y pese a ser inadmisible por alguna de las causales
que establece el inciso primero de este artículo - el recurso de casación quedara pendiente
hasta que entrara a la tabla, se procediera a su vista para, sólo entonces, ser declarado
inadmisible.
Esto determinó que, en las reformas hechas al Código Orgánico de Tribunales, se
estableciera la obligación de la Corte Suprema de establecer la forma y la periodicidad en
que las salas especializadas deben pronunciarse sobre la admisibilidad de los recursos de
casación en la forma y en fondo. Esta norma obliga a la Corte Suprema a pronunciarse
sobre la admisibilidad de los recursos de casación ingresados a ese tribunal con una
periodicidad no inferior a tres meses. Esto es, ingresado un recurso, la Corte debe decidir
sobre su admisibilidad de forma dentro del plazo máximo de tres meses desde la fecha de
su ingreso. De esta manera, se termina la incertidumbre de la admisibilidad o
inadmisibilidad de los recursos. La declaración de inadmisibilidad permite que quede
ejecutoriada la sentencia recurrida, sin esperar años.
Al efecto, la parte pertinente del inciso primero del artículo 99 del Código Orgánico de
Tribunales establece: “Asimismo, señalará la forma y periodicidad en que las salas
especializadas decidirán acerca de las materias indicadas en el inciso primero del artículo
781 y en los incisos primero y segundo del artículo 782, ambos del Código de
Procedimiento Civil, respecto de los recursos de casación que hayan ingresado hasta
quince días antes de la fecha en que se deba resolver sobre la materia. En todo caso, la
mencionada periodicidad no podrá ser superior a tres meses”.
Lo anterior refuerza el criterio que la resolución que declara admisible el recurso y
ordena traerlo a la vista, es una sentencia interlocutoria. Es más, el propio Tribunal
Constitucional en su sentencia de 1º de febrero de 1995 estableció:
“Declarado admisible el recurso debe aplicarse esta regla y, por lo tanto, la Corte debe
resolver, conociendo del recurso de casación de fondo, si la sentencia está viciada por
error de derecho, y si éste influyere en la parte resolutiva de la sentencia deberá anularla y
reemplazarla por otra en que el error se corrija, sin que le sea lícito evitar
pronunciamiento por carecer el derecho de la litis de relevancia jurídica”.
La segunda disposición que consagra el inciso tercero es aquella que otorga a la Corte
Suprema, una vez declarado inadmisible el recurso y de estimar posible una casación de
oficio, la facultad de ordenar traer los autos en relación. La importancia de esta norma es
que la Corte no debe declarar de oficio la casación sin oír previamente a las partes,
ratificando lo establecido en el artículo 775.
Si el recurrente estima que hay una causal de casación de oficio que no hizo valer
oportunamente, debe hacerla presente por escrito con anterioridad al examen de
admisibilidad para que, de estimarla procedente, el tribunal pueda llamar a las partes a
alegar sobre ella; todo sin perjuicio que el tribunal haga uso de esta facultad sin necesidad
de petición expresa de parte.
Finalmente, el inciso cuarto establece que el único recurso que procede en contra de la
resolución que declara la inadmisibilidad del recurso por las causales establecidas en el
inciso primero, es el de reposición, el cual debe ser fundado e interponerse dentro de
tercero día.
Articulo 786:
“En los casos de casación en la forma, la misma sentencia que declara la casación
determinará el estado en que queda el proceso, el cual se remitirá para su conocimiento al
tribunal correspondiente.
Este tribunal es aquel a quien tocaría conocer del negocio en caso de recusación del juez
o jueces que pronunciaron la sentencia casada.
Si el vicio que diere lugar a la invalidación de la sentencia fuere alguno de los
contemplados en las causales 4ª, 5ª, 6ª y 7ª del artículo 768, deberá el mismo tribunal, acto
continuo y sin nueva vista, pero separadamente, dictar la sentencia que corresponda con
arreglo a la ley.
Lo dispuesto en el inciso precedente regirá, también, en los casos del inciso primero del
artículo 776, si el tribunal respectivo invalida de oficio la sentencia por alguna de las
causales antes señaladas.
El inciso primero reitera el principio contenido en la norma del inciso final del artículo
83 en cuanto a que el tribunal, junto con declarar la nulidad, debe indicar el estado en que
queda el proceso para que éste siga siendo conocido por el tribunal no inhabilitado que
corresponda.
Hay una diferencia con la norma del artículo 83 y ésta. La primera recae en un incidente
de nulidad que puede invalidar sólo un acto jurídico procesal o causar la nulidad de los
subsiguientes si con ello se altera el orden consecutivo legal. En cambio, la norma del
artículo 786 se refiere a la anulación de una sentencia definitiva de primera o de segunda
instancia y la consecuencia de esta nulidad dependerá de la causal que la haya determinado.
Si la causal aceptada sólo afecta a la sentencia, el juicio se retrotraerá a la dictación de una
nueva. Si se fundamenta en un vicio que afecte a un acto jurídico procesal anterior a la
sentencia, anulará todo lo obrado con posterioridad a dicho acto.
Ello no obstante y por razones de estricta economía procesal, en caso que la sentencia
recurrida se anule por alguna de las causales 4ª, 5ª, 6ª y 7ª del artículo 768, el Tribunal de
casación, de inmediato y en sentencia aparte , deberá dictar una sentencia definitiva de
reemplazo. La razón es obvia, las causales referidas son vicios subsanables de la sentencia
recurrida y no afectan la validez del juicio, por lo cual es lógico que el tribunal adquem
pueda dictar la sentencia de reemplazo, reparando con ello los vicios en que incurrió la
sentencia recurrida. Esto sólo es posible respecto de las cuatro causales indicadas. Lo
mismo es aplicable al caso en que el tribunal ad-quem haga uso de la facultad que le otorga
el artículo 775 y case de oficio.
Disposiciones especiales de los recursos de casación en la forma contra sentencias
pronunciadas en primera o en única instancia en juicios de mayor o de menor cuantía
y en juicio especiales
Estas normas, obviamente, se aplican sólo al recurso de casación en la forma, dado que
están en directa conexión con la causal 9ª del artículo 768.
Artículo 795
La reforma de la Ley 18.705 tuvo por objeto terminar definitivamente con la discusión
acerca de la oportunidad y forma de acompañar documentos en parte de prueba. Se precisó
que los documentos sólo se pueden acompañar dentro de los plazos que establece el artículo
348 y que ello debe hacerse bajo el apercibimiento legal que establezca la ley, atendido su
origen, procedencia y naturaleza.
La reforma del año 1989 tuvo como fundamento poner fin a la discusión que se había
producido con la dictación de la Ley 18.705. En efecto, al eliminarse la palabra “citación”,
algunos entendieron que ésta dejaba de ser un trámite esencial desconociendo que el
concepto “apercibimiento legal” la comprendía. De ahí, el texto actual del numeral 5º de
este artículo.
El objeto de la citación es apercibir a la parte contra la cual se presentan para que, dentro
de tercero día, se pronuncie sobre ellos, sea reconociéndolos u objetando su autenticidad.
Toda otra observación que no afecte a su autenticidad o integridad carece de plazo, salvo lo
establecido en el artículo 433. Ello no obsta a que la ley, respecto de determinados
documentos y procedimientos, establezca una forma de apercibimiento distinta y una
oportunidad específica para ejercer este derecho.
Así, por ejemplo, es posible destacar el artículo 255, que da a la parte demandada el
derecho a impugnarlos dentro del término de emplazamiento; el Nº 3º del artículo 342, que
da a la contraparte tres días para objetar las copias acompañadas “como inexactas” bajo el
apercibimiento de considerarlas como instrumentos públicos; el Nº 3º del artículo 346, que
da a la parte contraria el plazo de seis días para alegar “su falsedad o falta de integridad”,
bajo el apercibimiento de tenerlos por tácitamente reconocidos; el inciso segundo del
artículo 347, que da a la contraparte el derecho de pedir, dentro del plazo de seis días, la
revisión por un perito de la traducción acompañada, estableciendo que, de no hacerlo,
valdrá ésta; y el inciso segundo del artículo 714 que señala, respecto de los documentos que
se acompañen al juicio de mínima cuantía: “las partes deberán formular las observaciones
e impugnaciones que procedan en la audiencia en que se acompañen o en la
inmediatamente siguiente”.
Artículo 796:
“En los juicios de mayor cuantía seguidos ante arbitradores son trámites esenciales los
que las partes expresen en el acto constitutivo del compromiso, y, si nada han expresado
acerca de esto, sólo los comprendidos en los números 1º y 5º del artículo precedente”.
En los juicios seguidos ante árbitro arbitrador o árbitro mixto, las partes de común
acuerdo y, en su defecto, el árbitro, son quienes fijan las normas de procedimiento. En este
tipo de juicios rige fundamentalmente la libertad de las partes para ello. Doctrina que ha
seguido absolutamente la ley sobre arbitraje internacional que rige en Chile De todas
formas, si las partes o el árbitro, en su caso, no han determinado expresamente cuáles son
los trámites esenciales del procedimiento acordado, este artículo señala como tales los
establecidos en los números 1° y 5° del artículo 795. Esto es: el debido emplazamiento de
las partes y la agregación de los instrumentos presentados oportunamente por las partes,
con citación o bajo apercibimiento legal que corresponda respecto de aquella contra la cual
se presentan.
Esto no obsta a que deban respetarse las reglas básicas del debido proceso, aun cuando la
ley formalmente no lo diga, por cuanto se trata de una garantía constitucional que debe
primar. La violación de cualquiera de los requisitos del debido proceso dará origen a una
nulidad procesal de derecho público, por cuanto el árbitro tiene el carácter de juez y ejerce
jurisdicción.
Artículo 797:
“Regirán también para los recursos de casación, en los juicios de menor cuantía, lo
dispuesto en el inciso 2º del artículo 699, y en los artículos 701 y 702.”
Estos tres artículos reglamentan la apelación en los juicios de menor cuantía. La primera
norma señala que los alegatos no podrán exceder de quince minutos a menos que el tribunal
acuerde prorrogar este tiempo hasta el doble.
El artículo 701 obliga al tribunal a destinar, por lo menos, un día de cada semana a la
vista preferente de estas causas; y el artículo 702 señala que la sentencia deberá dictarse
dentro del plazo de quince días, contados desde el término de la vista de la causa
Es necesario recordar que son juicios de menor cuantía aquellos de más diez unidades
tributarias mensuales y que no pasen de más de quinientas unidades tributarias mensuales.
No obstante la claridad de esta disposición, la gran mayoría de los juicios de menor cuantía
se están tramitando por las reglas de los juicios de mayor cuantía, con clara violación a lo
establecido en el artículo 7° de la Constitución, por lo cual adolecerían de nulidad procesal
de derecho público. Ello ocurre por cuanto, al momento de proveer la demanda, no se
coteja el monto demandado con la cuantía correspondiente. Simplemente se da traslado y el
juicio se sigue por las reglas del juicio ordinario de mayor cuantía, sin que ninguna de las
partes reclame de este hecho.
El Título XIV del libro Tercero del C. de P. C., establece expresamente las normas de
procedimiento que los tribunales deben aplicar para conocer y resolver los juicios de menor
cuantía, lo que constituye la forma en que deben ejercer la jurisdicción a su respecto, lo que
no se cumple.
Dado lo anterior, en los recursos de casación en la forma interpuestos en estos juicios
tampoco se están aplicando las reglas de los artículos 701 y 702. Se tramitan y tratan como
si fueran juicios de mayor cuantía.
Artículo 798:
Artículo 799:
Artículo 800:
“En general, son trámites o diligencias esenciales en la segunda instancia de los juicios de
mayor o de menor cuantía y en los juicios especiales:
1º El emplazamiento de las partes, hecho antes de que el superior conozca del recurso;
2º La agregación de los instrumentos presentados oportunamente por las partes, con
citación o bajo el apercibimiento legal que corresponda respecto de aquélla contra la cual
se presentan;
3º La citación para oír sentencia definitiva;
4º La fijación de la causa en tabla para su vista en los tribunales colegiados, en la forma
establecida en el artículo 163, y
5º Los indicados en los números 3º, 4º y 6º del artículo 795, en caso de haberse aplicado lo
dispuesto en el artículo 207”.
Los números 3°, 4° y 6° dicen relación con la indefensión que se produce por no haber
recibido la causa a prueba, haber omitido la práctica de de diligencias probatorias y la
omisión de la citación para alguna diligencia de prueba; todo ello referido a la prueba en
segunda instancia.
Artículo 788:
“En los juicios de mínima cuantía sólo hay lugar al recurso de casación en la forma, en
los casos de los números 1°,2°, 4°, 6°, 7° y 9° del artículo 768”.
Artículo 789:
Artículo 794:
“Si la causal alegada necesita probarse, se abrirá un término con tal objeto y se rendirá
la prueba según las reglas establecidas para los incidentes”.
En más cincuenta años de ejercicio profesional y de docencia, no conozco caso alguno en
que se haya deducido un recurso de casación en la forma en contra de una sentencia dictada
en juicio de mínima cuantía. Es más, en la práctica, dicho procedimiento no se usa desde la
eliminación de los Juzgados de Menor Cuantía y de Subdelegación y Distrito.
.
REGLAS ESPECIALES DEL RECURSO DE CASACIÓN EN EL FONDO
Artículo 767:
“El recurso de casación en el fondo tiene lugar contra sentencias definitivas inapelables y
contra sentencias interlocutorias inapelables cuando ponen término al juicio o hacen
imposible su continuación, dictadas por Cortes de Apelaciones o por un tribunal arbitral
de segunda instancia constituido por árbitros de derecho en los casos en que estos árbitros
hayan conocido de negocios de la competencia de dichas Cortes, siempre que se hayan
pronunciado con infracción de ley y esta infracción haya influido substancialmente en lo
dispositivo de la sentencia”.
La reforma del año 1995 tuvo por objeto refundir, en un solo artículo, las disposiciones
que establecían las resoluciones en contra de las cuales procede el recurso de casación en el
fondo y eliminar el requisito de una cuantía mínima para su procedencia.
En virtud de la última reforma, el recurso de casación en el fondo procede en contra de
las resoluciones que señala taxativamente el artículo 767. No hay otras resoluciones
respecto de las cuales proceda. Asimismo, se eliminó el requisito de la cuantía mínima para
su procedencia, con lo cual el recurso procede respecto de las resoluciones señaladas
cuando hay infracción de ley y ésta ha influido substancialmente en lo dispositivo del fallo,
cualquiera sea la cuantía o importancia del asunto.
Artículo 772, incisos primero y tercero:
Artículo 780:
Esta desigualdad en la aplicación de la ley se agrava por el hecho que una sentencia
de casación en el fondo, para ser tal, sólo requiere la concurrencia del voto de mayoría de
un ministro titular y el de dos abogados integrantes, contra la opinión de los otros dos
miembros titulares. Esto es, la opinión de la Corte Suprema está representada por el voto de
uno solo de sus titulares.
Mayor gravedad aún reviste esta materia tratándose procesos penales. Actualmente,
según sea la composición de la sala, se aplica o no la prescripción penal en el caso de
procesos por violación a los derechos humanos. Así, en iguales circunstancias, unos
resultan absueltos y otros condenados, lo que obviamente constituye una clara violación a
la garantía constitucional de igual aplicación de la ley y un desconocimiento de la razón de
ser del recurso de casación en el fondo.
Es imprescindible hacer una reforma legal que establezca, como obligación del
relator, informar a la Sala de la Corte Suprema la existencia de fallos anteriores recaídos en
la aplicación o interpretación de la misma ley que es materia del recurso. De estimar la
Sala que su opinión es diferente, antes de dictar sentencia, debiera remitir los autos al Pleno
para que éste se pronuncie, en definitiva, sobre la correcta interpretación de la ley. Este
fallo del Pleno debería tener el carácter de vinculante para todos los tribunales, sin perjuicio
que el Pleno pueda variar su decisión ante la presencia de hechos nuevos.
Artículo 782:
Artículo 785:
“Cuando la Corte Suprema invalide una sentencia por casación en el fondo, dictará acto
continuo y sin nueva vista, pero separadamente, sobre la cuestión materia del juicio que
haya sido objeto del recurso, la sentencia que crea conforme a la ley y al mérito de los
hechos tales como se han dado por establecidos en el fallo recurrido, reproduciendo los
fundamentos de derecho de la resolución casada que no se refieran a los puntos que hayan
sido materia del recurso y la parte del fallo no afectado por éste.
En los casos en que desechare el recurso de casación en el fondo por defectos en su
formalización podrá invalidar de oficio la sentencia recurrida, si se hubiere dictado con
infracción de ley y esta infracción haya influido substancialmente en lo dispositivo de la
sentencia. La Corte deberá hacer constar en el fallo de casación esta circunstancia y los
motivos que la determinan, y dictará sentencia de reemplazo con arreglo a lo que dispone
el inciso precedente.”
El inciso tercero tiene dos claras excepciones: la primera, si el Tribunal llama a alegar
sobre posibles vicios de casación en la forma y, la segunda, en caso que, al comenzar la
audiencia, el recurrente alegue la existencia de una nulidad procesal de derecho público,
aún cuando ésta no haya sido alegada anteriormente. En este último caso, el Tribunal
debería escuchar el alegato respectivo por cuanto, de no hacerlo y no considerar dicha
nulidad, estaría validando un proceso que puede ser nulo. Tal como se ha reiterado, la
nulidad procesal de derecho público es imprescriptible, insubsanable e irrenunciable y debe
ser declarada de oficio por el tribunal, conforme lo establece el inciso segundo del artículo
quinto de la Constitución Política..
El autor ha comprobado personalmente, en dos salas distintas de la Corte Suprema, que
tal alegato ha sido permitido y el fallo ha acogido la nulidad invocada.
Artículo 808:
“Si contra una misma sentencia se interponen recursos de casación en la forma y en el
fondo, éstos se tramitarán y verán conjuntamente y se resolverán en un mismo fallo.
Si se acoge el recurso de forma, se tendrá como no interpuesto el de fondo”.
Esta es una norma de lógica, por cuanto si se anula la sentencia definitiva contra la cual
se recurrió, esta sentencia pasa a ser inexistente. Ello no obstante, es necesario recordar que
el tribunal ad-quem debe dictar sentencia de reemplazo en caso que la nulidad haya sido
decretada por las causales 4ª, 5ª, 6ª y 7ª del artículo 768, según los dispone expresamente el
artículo 786.
CASACIÓN DE OFICIO
Artículo 775:
“No obstante lo dispuesto en los artículos 769 y 774, pueden los tribunales, conociendo
por vía de apelación, consulta o casación o en alguna incidencia, invalidar de oficio las
sentencias cuando los antecedentes del recurso manifiesten que ellas adolecen de vicios
que dan lugar a la casación en la forma, debiendo oír sobre este punto a los abogados que
concurran a alegar en la vista de la causa e indicar a los mismos los posibles vicios sobre
los cuales deberán alegar.
Si el defecto que se advierte es la omisión del fallo sobre alguna acción o excepción que
se haya hecho valer en el juicio, el tribunal superior podrá limitarse a ordenar al de la
causa que complete la sentencia, dictando resolución sobre el punto omitido, y entre tanto
suspenderá el fallo del recurso”.
Esta es de aplicación general, tanto por las Cortes de Apelaciones como por la Corte
Suprema y no para los tribunales de primera instancia, no obstante que el artículo no agrega
ningún adjetivo a la palabra “tribunales”. Esto se desprende de las disposiciones del resto
del articulado en cuanto establece: “debiendo oír sobre este punto a los abogados que
concurran a alegar en la vista de la causa e indicar a los mismos los posibles vicios sobre
los cuales deberán alegar.”
Esta facultad es ilimitada en cuanto a cuándo pueden hacer uso de ella las Cortes, dado
que la pueden ejercer cada vez que tomen conocimiento de cualquier materia jurisdiccional
que deban resolver. Sólo se puede ejercer para anular “sentencias” y no para anular otro
acto jurídico procesal que adolezca de un vicio de nulidad, a menos que la nulidad de éste
implique la nulidad de la sentencia. La ley, al usar en forma genérica el vocablo
“sentencias”, no la limitó a las sentencias definitivas, por lo cual es compresiva de toda
sentencia, lo que incluye a las sentencias interlocutorias. Lo que la respectiva Corte debe
analizar es si el vicio que constata anula o no la sentencia o es un vicio que afecta la validez
del juicio. En este último caso deberá anular el juicio y declarar en qué estado queda éste.
Lo anterior reviste mayor validez e importancia cuando se alega la posible existencia de
una nulidad procesal de derecho público, como lo sería que se hubiese violado la garantía
constitucional del debido proceso, o existiera una incompetencia absoluta del tribunal que
dictó el fallo, o éste hubiese aplicado normas de procedimiento distintas a las que establece
la ley respecto de esa determinada materia.
Esta relación queda demostrada con lo establecido en el inciso final del art. 165,
que estatuye: “La solicitud de nulidad constituirá preparación suficiente del recurso de
nulidad para el caso que el tribunal no resolviere la cuestión de conformidad a lo solicitado”.
El Código Procesal Penal, para que la nulidad sea procedente, exige el cumplimiento
de los siguientes requisitos:
El perjuicio sólo pueda ser reparable en virtud de la declaración de nulidad.
Artículo 162:
Artículo 164 :
El “saneamiento” no es otra cosa que la convalidación del acto, esto es, una
renuncia al derecho de impetrar la nulidad de un acto jurídico procesal que afecta a la parte.
En otras palabras, reconocer tácita o expresamente la existencia de tal acto jurídico procesal
y de sus efectos propios, sin reclamar de los vicios de que pueda adolecer y que puedan
originar su nulidad. Esta causal de saneamiento también la contempla el Código de
Procedimiento Civil y existe, a su respecto, abundante jurisprudencia, la que podrá ser útil
en materia penal por cuanto esta forma de saneamiento es igual en ambos códigos.
Artículo 161:
En este caso la nulidad debe impetrarse verbalmente en la misma audiencia y antes del
término de ésta. Esto es, si la actuación afecta a un vicio de nulidad se realiza durante
una audiencia oral, sea ante el juez de garantía o el tribunal penal oral, debe solicitarse
la nulidad en esa misma audiencia y antes de que ésta termine. Si no se hace, precluye
el derecho a reclamarla y, de promoverse posteriormente, debe ser rechazada de plano,
sin perjuicio de la procedencia del recurso de nulidad, en su caso.
La nulidad debe impetrarse en forma fundada y por escrito dentro de los cinco días
siguientes a aquel en que el perjudicado hubiese tomado conocimiento fehaciente del
acto cuya invalidación persiguiere., lo que constituye una excepción a la oralidad.
Dado lo expuesto anteriormente, esta norma sólo puede referirse a aquellos actos
jurídico-procesales que se realicen en la etapa de investigación y hasta el término de la
audiencia preparatoria del juicio penal, por cuanto, con la realización de esta audiencia,
precluye el derecho a reclamar la nulidad. De otro lado, durante el juicio penal, todo el
procedimiento es oral.
El plazo de cinco días corre desde que el afectado tuvo conocimiento “fehaciente”.
del acto viciado. ¿Qué es conocimiento fehaciente? Según el diccionario de la Real
Academia Española, “fehaciente “significa “que hace fe, fidedigno”. A su vez,
“fidedigno” significa “digno de fe y de crédito”. Obviamente, el conocimiento es la
toma de razón de la existencia de un hecho, lo que puede ocurrir por haber presenciado
el hecho o por haber leído o escuchado su ocurrencia. Lo fidedigno del hecho
dependerá de la forma por la cual se tomó conocimiento de éste. Luego, la única
interpretación lógica de esta norma es considerar que se esta refiriendo al momento en
que, sin lugar a dudas, el afectado tuvo conocimiento del o de los hechos que
configuran el vicio de nulidad.
3. LA NULIDAD DE OFICIO
Artículo 163:
Es más, el artículo 163 establece que “la nulidad no se hubiere saneado aún”. Esto
es, para que el juez ejerza esta facultad, se requiere que el vicio de nulidad esté vigente, o
sea, que la nulidad no se haya saneado por cualquiera de las causales que producen tal
efecto, como ser: pérdida de la oportunidad para impetrarla, aceptación expresa o tácita de
los efectos del acto, cumplimiento de la finalidad de éste respecto de todos los
intervinientes y posibilidad de reparar el perjuicio por una vía distinta de la nulidad.
En la situación prevista en el inciso final del artículo 379 se requiere que se haya
interpuesto un recurso de nulidad en favor del imputado, que éste se haya deducido por un
motivo distinto del invocado por el recurrente y que se trate de alguno de los motivos
absolutos de nulidad que contempla el artículo 374.
Artículo 165:
“La declaración de nulidad del acto conlleva la de los actos consecutivos que de él
emanaren o dependieren.
El tribunal, al declarar la nulidad, determinará concretamente cuales son los actos
a los que ella se extendiere y, siendo posible, ordenará que se renueven, rectifiquen o
ratifiquen.
Con todo, la declaración de nulidad no podrá retrotraer el procedimiento a etapas
anteriores, a pretexto de repetición del acto, rectificación del error o cumplimiento del
acto omitido, salvo en los casos en que ello correspondiere de acuerdo con las normas del
recurso de nulidad. De este modo, si durante la audiencia de preparación del juicio oral
se declarare la nulidad de actuaciones judiciales realizadas durante la etapa de
investigación, el tribunal no podrá ordenar la reapertura de ésta. Asimismo las nulidades
declaradas durante el desarrollo de la audiencia del juicio oral no retrotraerán el
procedimiento a la etapa de investigación o a la audiencia de preparación del juicio oral.”
Esta regla permite hacer una clara distinción entre los efectos de la nulidad y los
efectos del fallo que acoge un recurso de nulidad. La nulidad afecta al acto jurídico procesal
determinado que adolece del vicio y sólo es extensiva a los actos que, como consecuencia
de esa nulidad, el tribunal determina expresa y específicamente que quedan nulos por ser
actos consecutivos que dependen o emanan del acto nulo, con la sola limitación que no
puede retrotraer el procedimiento a etapas anteriores. Asimismo, “siendo posible ordenará
que se renueven, rectifiquen o ratifiquen.” Esto es, debe determinar la forma de sanear la
nulidad, cuando ello sea posible.
PENALES
GENERALIDADES.
La letra a) del artículo 373 establece como causal de nulidad del juicio oral y de la
sentencia la infracción sustancial a los derechos o garantías asegurados por la Constitución
o por los tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes.
Conforme a esta norma, rige en Chile la Convención Americana de Derechos Humanos o
Pacto de San José de Costa Rica. Esta establece:
“Artículo 8. Garantías Judiciales
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con
anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o
para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier
otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no
comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal;
b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;
c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su
defensa;
d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su
elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado, remunerado
o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare
defensor dentro del plazo establecido por la ley;
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la
comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los
hechos;
g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y
h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los
mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de
la justicia.
Artículo 9. Principio de Legalidad y de Retroactividad
Nadie puede ser condenado por acciones u omisiones que en el momento de cometerse
no fueran delictivos según el derecho aplicable. Tampoco se puede imponer pena más
grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si con posterioridad a la
comisión del delito la ley dispone la imposición de una pena más leve, el delincuente se
beneficiará de ello.”
A diferencia del Pacto de San José de Costa Rica, nuestra Constitución Política no
enumera cuales son los elementos de un justo y racional procedimiento en materia penal,
como tampoco lo hace respecto de ningún otro proceso jurisdiccional. Tal como se señaló
al tratar el debido proceso en materia civil, se limita a exigir al legislador establecer
siempre las garantías de un procedimiento y una investigación razonables y justos. Las
normas del Pacto de San José de Costa Rica, antes trascritas, lo precisan.
Ello no obstante, en el N° 3° del artículo 19 de la Constitución se consagran
muchos de estos requisitos, como ser: el derecho a la defensa jurídica; el otorgamiento de
ésta a quien no pueda proporcionársela; sólo se puede ser juzgado por el tribunal que señale
la ley y que se halle establecido con anterioridad por ésta; toda sentencia jurisdiccional
debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado; no se puede presumir de derecho
la responsabilidad penal; ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley
promulgada con anterioridad a la comisión del delito, a menos que la nueva ley favorezca al
afectado, y ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté
expresamente descrita en ella.
A su vez, el Código Procesal Penal chileno en su artículo 4° consagra la presunción
de inocencia del imputado; el artículo 7° establece la calidad de imputado y los derechos
que, por el solo hecho de serlo, le garantiza la ley y que se establecen en el artículo 93; el 8°
ratifica el derecho a la defensa; y el 9° establece el requisito de la autorización
jurisdiccional previa para afectar un derecho constitucionalmente garantizado.
En la Comisión Técnica del Senado y de la Cámara de Diputados se discutió
latamente si el hecho de eliminar la apelación de la sentencia definitiva dictada en el juicio
oral violaba o no lo establecido en la letra h) del número 2 del artículo 8° “derecho a
recurrir del fallo ante juez o tribunal superior”.
La conclusión del legislador fue que la Constitución y los tratados internacionales
establecen como obligatoria la posibilidad de interponer recursos ante un tribunal superior,
lo que no implica necesariamente que la apelación sea mandatoria, sino que basta con que
exista la posibilidad de interponer recursos, ante un tribunal superior, fundados en causales
relativamente amplias.
El nuevo sistema procesal penal acusatorio descansa sobre los siguientes principios a) la
separación de las funciones de investigar, acusar y fallar; b) el establecimiento de un juez
sentenciador colegiado en el caso del juicio oral; c) limitación a la posibilidad de interponer
recursos, tanto respecto al número de recursos existentes, como respecto de los legitimados
para entablarlos; d) desaparición del conocimiento del asunto en doble instancia como regla
general; y e) el establecimiento de los principios de oralidad y concentración como
formativos del procedimiento penal.
Consecuente con ello, el Código Procesal Penal ha limitado los recursos y los ha
establecido para circunstancias muy precisas y por causales específicamente determinadas.
Sólo puede recurrir alguno de los intervinientes y siempre que éste haya sido agraviado por
la resolución. Además, para poder recurrir, es de la esencia que exista agravio real y
efectivo para el recurrente y, en el caso de la nulidad, que éste sólo sea posible repararlo
mediante la declaración de la nulidad.
Artículo 266:
“La audiencia de preparación del juicio oral será dirigida por el juez de garantía,
quien la presenciará en su integridad, se desarrollará oralmente y durante su realización no
se admitirá la presentación de escritos”. A su vez los incisos 1º y 2º del art. 291 señalan: “La
audiencia del juicio se desarrollará en forma oral, tanto en lo relativo a las alegaciones y
argumentaciones de las partes como a las declaraciones del acusado, a la recepción de las
pruebas y, en general, a toda intervención de quienes participaren en ella. Las resoluciones
serán dictadas y fundamentadas verbalmente por el tribunal y se entenderán notificadas desde
el momento de su pronunciamiento, debiendo constar en el registro del juicio”. “El tribunal
no admitirá la presentación de argumentaciones o peticiones por escrito durante la audiencia
del juicio oral”.
Artículo 339:
”Inmediatamente después de clausurado el debate, los miembros del tribunal que hubieren
asistido a él pasarán a deliberar en privado.”
”El tribunal formará su convicción sobre la base de la prueba producida durante el juicio
oral”.
EVOLUCIÓN LEGISLATIVA
Una segunda crítica emanaba del hecho de que si se establecía que si el recurso
extraordinario perseguía anular la sentencia cuando el tribunal se apartaba manifiesta y
arbitrariamente de la prueba rendida, significaba que existió una infracción a las leyes
reguladoras de la prueba, por lo tanto existía una infracción a una norma de rango legal, que ya
se encontraba amparada por el recurso de casación (art. 415 inc. 1° del proyecto de la
Cámara), y, por lo tanto, se amparaba la misma causal por vía de 2 recursos distintos, lo que
no tenía lógica alguna5.
Artículo 352:
Cabe recordar que, según el artículo 12, sólo tienen la calidad de intervinientes el
fiscal, el imputado, el defensor, la víctima y el querellante.
El querellante, según el artículo 112, sólo adquiere la calidad de tal una vez que el
juez de garantía admite a tramitación la querella.
Artículo 353:
“Aumento de los plazos. Si el juicio oral hubiere sido conocido por un tribunal que se
hubiese constituido y funcionado en una localidad situada fuera de su lugar de asiento, los
plazos legales establecidos para la interposición de los recursos se aumentarán conforme a
la tabla de emplazamiento prevista en el artículo 259 del Código de Procedimiento Civil.”
Artículo 354:
Artículo 355:
Esto es, los recursos sólo se conceden en el efecto devolutivo, salvo el recurso de
nulidad que se interponga contra una sentencia definitiva condenatoria, que generará ambos
efectos, el suspensivo y el devolutivo.
Artículo 356:
Esta norma rige tanto para las Cortes de Apelaciones como para la Corte Suprema.
Establece una preferencia absoluta para las causas penales sobre cualquier otra, en cuanto a
la efectiva integración del tribunal. A diferencia de lo que ocurre en materia civil, la
implicancia o recusación de un miembro del tribunal no suspende la vista de la causa y el
tribunal deberá integrarse de inmediato con otros ministros no inhabilitados.
Artículo 357:
“Suspensión de la vista de la causa por otras causales. La vista de los recursos penales no
podrá suspenderse por las causales previstas en los numerales 1, 5, 6 y 7 del artículo 165
del Código de Procedimiento Civil.
Al confeccionar la tabla o disponer la agregación extraordinaria de recursos o
determinar la continuación para el día siguiente de un pleito, la Corte adoptará las
medidas necesarias para que la sala que correspondiere no viere alterada su labor.
Si en la causa hubiere personas privadas de libertad, sólo se suspenderá la vista de
la causa por muerte del abogado del recurrente, del cónyuge o de alguno de sus
ascendientes o descendientes, ocurrida dentro de los ocho días anteriores al designado
para la vista del recurso.
En los demás casos la vista sólo podrá suspenderse si lo solicitare el recurrente o
todos los intervinientes facultados para concurrir a ella, de común acuerdo. Este derecho
podrá ejercerse una sola vez por el recurrente o por todos los intervinientes, por medio de
un escrito que deberá presentarse hasta las doce horas del día hábil anterior a la
audiencia correspondiente, a menos que la agregación de la causa se hubiere efectuado
con menos de setenta y dos horas antes de la vista, caso en el cual la suspensión podrá
solicitarse hasta antes de que comenzare la audiencia.”
Artículo 358:
Artículo 360:
“Decisiones sobre los recursos. El tribunal que conociere de un recurso sólo podrá
pronunciarse sobre las solicitudes formuladas por los recurrentes, quedándole vedado
extender el efecto de su decisión a cuestiones no planteadas por ellos o más allá de los
límites de lo solicitado, salvo en los casos previstos en este artículo y en el artículo 379
inciso segundo.
Si sólo uno de varios imputados por el mismo delito entablare el recurso contra la
resolución, la decisión favorable que se dictare aprovechará a los demás, a menos que los
fundamentos fueren exclusivamente personales del recurrente, debiendo el tribunal
declararlo así expresamente.
Si la resolución judicial hubiere sido objeto de recurso por un solo interviniente, la
Corte no podrá reformarla en perjuicio del recurrente.
Esta norma es similar a la que existe en materia civil. Una vez interpuesto el
recurso, el tribunal superior sólo podrá pronunciarse sobre las causales indicadas en el
recurso, salvo lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 379. Este inciso establece la
facultad de la Corte de anular de oficio el fallo por causales distintas a las invocadas en el
recurso, siempre y cuando se tratare de alguna de las causales establecidas en el artículo
374.
Artículo 361:
“
Aplicación supletoria. Los recursos se regirán por las normas de este Libro.
Supletoriamente, serán aplicables las reglas del Título III del Libro Segundo de este
Código.”
Artículo 372:
“El recurso de nulidad se concede para invalidar el juicio oral y la sentencia definitiva, o
solamente ésta, por las causales expresamente señaladas en la ley”.
Además, la ley lo concede para anular las sentencias definitivas dictadas en dos
procedimientos distintos al juicio oral:
En el procedimiento simplificado, que sentencia el tribunal de garantías, con la
salvedad de que puede ser interpuesto por el fiscal y el querellante sólo si han
concurrido al juicio (art. 399).
En los procedimientos por delitos de acción privada, que también son fallados
por el juez de garantía (art. 405).
CAUSALES GENÉRICAS:
Artículo 373:
Esta es una materia de hecho que queda a criterio del tribunal que conozca del
recurso de nulidad. Cabe recordar que la infracción es un hecho que se determina comparando
la norma con la respectiva actuación del tribunal durante el juicio oral, o con el contenido y
fundamentos de la sentencia o con los requisitos de validez de la actuación o del juicio, según
el caso.
&&&&&&
Es por ello que, en esta situación, el tribunal revisor está limitado a analizar
exclusivamente si se aplicó bien o mal la norma de derecho a los hechos establecidos por
el tribunal recurrido8. En el recurso de nulidad, el tribunal que lo conoce debe estarse a los
hechos tal cual fueron establecidos en el tribunal penal oral, a menos que se trate de una
causal de nulidad que permita anular la sentencia y el juicio oral. Cabe recordar que el
derecho sin hechos no existe. Son los hechos los que determinan la norma a aplicar al caso
de que se trate.
En primer lugar, cabe señalar que algunos de estos motivos son literalmente iguales
a las causales de casación en la forma que se contenían en el artículo 541 del antiguo
Código de Procedimiento Penal. Ello no obstante, la razón de ser de las mismas difiere
sustancialmente.
En segundo lugar, cabe señalar que cualquiera de esta causales puede subsumirse
en la causal genérica de la letra a) del art. 373, antes analizada, por cuanto cada una de ellas
implica una vulneración a derechos o garantías asegurados por la Constitución o por
tratados internacionales .Sin embargo, el legislador prefirió establecerlas expresamente para
evitar toda discrecionalidad de la Corte y asegurar, así, el debido respeto a estos derechos y
garantías.
Como se señalara anteriormente, frente al una causal genérica la Corte tiene una
mayor latitud de apreciación, lo que permite un mayor subjetivismo en la decisión. En
cambio, en el caso del artículo 374, el legislador estableció claramente aquellos hechos o
circunstancias que constituyen una causal ineludible de nulidad.
Artículo 374:
“Motivos absolutos de nulidad. El juicio y la sentencia serán siempre anulados:
a) “Cuando la sentencia hubiere sido pronunciada por un tribunal incompetente, o no
integrado por los jueces designados por la ley; cuando hubiere sido pronunciada por un
juez de garantía o con la concurrencia de un juez de tribunal de juicio oral en lo penal
legalmente implicado, o cuya recusación estuviere pendiente o hubiere sido declarada por
tribunal competente; y cuando hubiere sido acordada por un menor número de votos o
pronunciada por menor número de jueces que el requerido por la ley, o con concurrencia
de jueces que no hubieren asistido al juicio.”
Estos motivos son idénticos a las causales 6ª, 7ª, y 8ª, del artículo 541 del antiguo
Código de Procedimiento Penal. Ello nos evita formular mayores comentarios por
cuanto su extensión y aplicación han sido objeto de extensos análisis doctrinarios y de
numerosa jurisprudencia, con la salvedad hecha anteriormente en cuanto a la finalidad
de las causales.
b) “Cuando la audiencia del juicio oral hubiere tenido lugar en ausencia de alguna de las
personas cuya presencia continuada exigen, bajo sanción de nulidad, los artículos 284 y
286”
Estas personas son: los jueces que conforman el tribunal, el fiscal y el defensor.
c) “Cuando al defensor se le hubiere impedido ejercer las facultades que la ley le otorga”.
Tal como se señaló anteriormente, esta es una situación de hecho que deberá calificar
el tribunal que conoce del recurso.
d) “Cuando en el juicio oral hubieren sido violadas las disposiciones establecidas por la ley
sobre publicidad y continuidad del juicio.”
a) “la exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias
que se dieren por probados, fueren ellos favorables o desfavorables al acusado, y de la
valoración de los medios de prueba que fundamentaren dichas conclusiones”;
b) “las razones legales o doctrinales que sirvieren para calificar jurídicamente cada
uno de los hechos y sus circunstancias y para fundar el fallo”; y
c) la resolución que condenare o absolviere a cada uno de los acusados por cada uno
de los delitos que la acusación les hubiere atribuido; la que se pronunciare sobre la
responsabilidad civil de los mismos y fijare el monto de las indemnizaciones a que
hubiere lugar. “
d) “Cuando la sentencia se hubiere dictado con infracción de lo prescrito en el
artículo
341.”
El artículo 341, en lo pertinente, establece:”La sentencia condenatoria no podrá
exceder el contenido de la acusación. En consecuencia, no se podrá condenar por hechos o
circunstancias no contenidos en ella.” En otras palabras, consagra el mismo principio que
contenía el N° 10 del artículo 541 del antiguo C. de P. P., o sea la ultrapetita.
A lo anterior cabe agregar que, conforme lo establece el inciso final del
artículo
259, “La acusación sólo podrá referirse a hechos y personas incluidos en la formalización de
la investigación, aunque se efectuare una distinta calificación jurídica. Esto es, lo no
formalizado, sea en cuanto a los hechos o a los responsables de los mismos, no puede ser
objeto de acusación y, de consiguiente, de un juicio penal oral.
g) “Cuando la sentencia hubiere sido dictada en oposición a otra sentencia criminal pasada
en autoridad de cosa juzgada.”
La razón esgrimida por la Comisión del Senado para que la competencia, en estos
casos, la tuviera una Corte de Apelaciones fue: “… que las controversias de fondo
en cuanto a la aplicación de la ley penal, con toda la trascendencia que tienen, es una
materia que las Cortes de Apelaciones están, o deberían estar, perfectamente capacitadas
para dirimir”.
“Si tales conflictos tuviesen que ser resueltos siempre en último término por
la Corte Suprema, tal como ocurre en buena medida a consecuencia del recurso de
casación, se liberaría a las Cortes de Apelaciones de una responsabilidad que deben
asumir cabalmente y haría recaer sobre la Corte Suprema un peso que retrasaría y
dificultaría el despacho de los numerosos otros asuntos que reclaman su atención. Por lo
demás, no se recarga el trabajo actual de las Cortes de Apelaciones, considerando que,
con el nuevo sistema, se contemplan varios mecanismos alternativos, de forma tal que
sólo llegará a juicio oral una parte muy reducida de las causas actuales, y el trabajo de
apelación de las resoluciones relativas a las libertades provisionales también se verá
disminuido, a consecuencia de que sólo podrá apelarse de aquellas que se hayan
debatido en una audiencia, por lo que su labor penal debería verse reducida
significativamente”.
Sin embargo, esta regla general, según lo establece el inciso tercero del artículo
376, no se aplica en los siguientes tres casos, en los cuales será la Corte Suprema la que
conozca y resuelva el recurso:
Cuando el recurso se fundare en la causal prevista en el artículo 373, letra b) (errónea
aplicación del derecho) y cuando respecto de la materia de derecho objeto del mismo
existieren distintas interpretaciones sostenidas en diversos fallos emanados de los
tribunales superiores. Se trata de uniformar la jurisprudencia respecto de dicha
materia, lo que obviamente es de la exclusiva competencia de la Corte Suprema.
Si un recurso se fundare en distintas causales y por aplicación de las reglas de
competencia correspondiere el conocimiento de al menos una de ellas a la Corte
Suprema, ésta se pronunciará sobre todas.
Si se dedujeren distintos recursos de nulidad contra la sentencia y entre las causales que
los fundaren hubiere una respecto de la cual correspondiere pronunciarse a la Corte
Suprema.
En estos dos últimos casos, la razón esgrimida por el Senado para radicar la competencia
en la Corte Suprema fueron razones de economía procesal.
B. Corte Suprema
“Deberá interponerse por escrito, dentro de los diez días siguientes a la notificación de la
sentencia definitiva ante el tribunal que hubiere conocido del juicio oral”
Artículo 353:
“Si el juicio oral hubiere sido conocido por un tribunal que se hubiese constituido y
funcionado en una localidad situada fuera de su lugar de asiento, los plazos establecidos
para la interposición de los recursos se aumentarán conforme a la tabla de emplazamiento
prevista en el artículo 259 del Código de Procedimiento Civil.”
resolución que contuviere el vicio o defecto, cuando éste hubiere tenido lugar en el
pronunciamiento mismo de la sentencia que se tratare de anular, ni cuando dicho vicio o
defecto hubiere llegado al conocimiento de la parte después de pronunciada la sentencia.”
En el caso que la causal invocada requiera de prueba, ésta deberá ser ofrecida en el
mismo escrito, conforme lo señala el artículo 359.
Artículo 381:
Artículo 382:
“Ingresado el recurso a la Corte, se abrirá un plazo de cinco días para que las demás
partes solicitaren que se le declare inadmisible, se adhirieren a él o le formularen
observaciones por escrito.
La adhesión al recurso deberá cumplir con todos los requisitos necesarios para
interponerlo y su admisibilidad se resolverá de plano por la Corte.
Hasta antes de la audiencia en que se conociere el recurso, el acusado podrá
solicitar la designación de un defensor penal público con domicilio en la ciudad asiento de
la Corte, para que asuma su representación, cuando el juicio oral se hubiere desarrollado
en una ciudad distinta.”
Vencido el plazo de cinco días para que las partes soliciten se declare su
inadmisibilidad, se adhieran a él o le formularen observaciones por escrito, el tribunal ad
quem se pronunciará en cuenta acerca de su admisibilidad. Lo declarará inadmisible si
se dedujo el recurso en contra de resolución que no fuere impugnable por este medio.
se dedujo fuera de plazo.
el escrito de interposición careciere de fundamentos de hecho y de derecho o
de peticiones concretas.
el recurso no se hubiere preparado oportunamente.
Ello no obstante, si el recurso se hubiere deducido para ante la Corte Suprema, ésta
no se pronunciará sobre su admisibilidad y ordenará que sea remitido junto con sus
antecedentes a la Corte de Apelaciones respectiva para que, si lo estima admisible, entre a
conocerlo y fallarlo, en cualquiera de los casos contemplados en las letras a), b) y c) del
inciso final de este artículo.
Artículo 379:
“La interposición del recurso de nulidad suspende los efectos de la sentencia condenatoria
recurrida. En lo demás se aplicará lo dispuesto en el artículo 355.
Interpuesto el recurso no podrán invocarse nuevas causales. Con todo, la Corte, de
oficio, podrá acoger el recurso que se hubiere deducido a favor del imputado por motivo
distinto del invocado por el recurrente, siempre que aquel fuere alguno de los señalados en
el artículo 374.”
La primera parte del inciso primero reitera lo dispuesto en el artículo 355 en cuanto
a que sólo procede el efecto suspensivo respecto de las sentencias condenatorias. En lo
demás casos, no suspende la ejecución de la sentencia recurrida.
I. PRUEBA EN EL RECURSO
Artículo 359:
“Prueba en los recursos. En el recurso de nulidad podrá producirse prueba sobre las
circunstancias que constituyeren la causal invocada, siempre que se hubiere ofrecido en el
escrito de interposición del recurso.
Esta prueba se recibirá en la audiencia conforme con las reglas que rigen su
recepción en el juicio oral. En caso alguno la circunstancia de que no pudiere rendirse la
prueba dará lugar la suspensión de la audiencia.”
Artículo 384:
“Fallo del recurso. La Corte deberá fallar el recurso dentro de los veinte días siguientes a
la fecha en que hubiere terminado de conocer de él.
En la sentencia, el tribunal deberá exponer los fundamentos que sirvieren de base a
su decisión; pronunciarse sobre las cuestiones controvertidas, salvo que acogiere el
recurso, en cuyo caso podrá limitarse a la causal o causales que le hubieren sido
suficientes, y declarar si es nulo o no el juicio oral y la sentencia definitiva reclamados, o
si solamente es nula dicha sentencia, en los casos que se indican en el artículo siguiente.
El fallo del recurso se dará a conocer en la audiencia indicada al efecto, con la
lectura de su parte resolutiva o de una breve síntesis de la misma.”
K. EFECTOS DE LA DECLARACIÓN DE NULIDAD
Artículo 386:
“Nulidad del juicio oral y de la sentencia. Salvo los casos mencionados en el
artículo 385, si la Corte acogiere el recurso anulará la sentencia y el juicio oral,
determinará el estado en que hubiere de quedar el procedimiento y ordenará la remisión
de los autos al tribunal no inhabilitado que correspondiere, para que éste disponga la
realización de un nuevo juicio oral.
No será obstáculo para que se ordene efectuar un nuevo juicio oral la circunstancia
de haberse dado lugar al recurso por un vicio o defecto cometido en el pronunciamiento
mismo de la sentencia.”
En el caso que la Corte acoja el recurso de nulidad, por regla general, deberá declarar la
nulidad del juicio oral y de la sentencia. En esta misma sentencia determinará el estado en
que hubiere de quedar el procedimiento y ordenará remitir los autos a un tribunal no
inhabilitado para que se proceda a realizar un nuevo juicio oral.
El inc. 2° establece que, por regla general, serán improcedentes los recursos
interpuestos en contra de la sentencia que se dictare en el nuevo juicio que se realizare
como consecuencia de la resolución que hubiere acogido el recurso de nulidad, a menos
que la sentencia fuere condenatoria y la que se hubiere anulado hubiese sido
absolutoria, en cuyo caso procederá el recurso de nulidad en favor del acusado, conforme a
las reglas generales.
&&&&&&&&&&
En materia penal, los recursos de nulidad, en su gran mayoría, son resueltos por las
Cortes de Apelaciones, por lo cual no hay una jurisprudencia uniforme a nivel nacional.
Cada Corte crea su propia jurisprudencia, dado que la Corte Suprema sólo conoce de los
recursos fundados en la letra a) del artículo 373, o sea violación al debido proceso.
TITULO PRIMERO
FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES
Artículo 6°:
“Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas
conforme a ella.”
Artículo 7°:
“Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes,
dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.” “Todo acto en contravención
a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y las sanciones que la ley señale.”
Profesor Eduardo Soto Kloss: “La Nulidad de Derecho Público en los actos estatales y
su imprescriptibilidad en el Derecho Chileno”, Ius Publicum
N°4/2000, extractos de páginas 55 a 62.
.
Profesor Jaime Jara Schnettler, Capítulo II. Revisión Crítica de la Nulidad de Derecho Publico.
La Nulidad de Derecho Público ante la Doctrina y la Jurisprudencia. Editorial Libromar, Santiago,
2004, pág. 47
1. LA NULIDAD IPSO IURE: UN MITO
JURÍDICO
La afirmación de la existencia de nulidades de pleno derecho constituye un punto de partida
equivocado para la construcción adecuada del fenómeno de la invalidez y de la ineficacia en el
Derecho Público.
Así lo reconoce ampliamente la reciente doctrina comparada. Los autores ponen de
manifiesto
cómo la categoría de la nulidad ipso iure configura un típico mito jurídico: un fenómeno
que presenta como incuestionables ideas que carecen de apoyo en la realidad, pero que a pesar de
ello,
son aceptadas pacíficamente por la comunidad
jurídica.
El autor ha preferido transcribir las opiniones a reiterarlas en lenguaje propio, a objeto que
el lector personalmente aprecie la distinta argumentación que fundamentan dos posiciones
relativamente contradictorias.
CAUSALES ADICIONALES
En materia procesal, además de lo antes señalado, hay dos causales adicionales que
producen la nulidad procesal de derecho público La primera, es la inobservancia de las normas
de procedimiento establecidas por la ley para el conocimiento y resolución del conflicto de
relevancia procesal sometido a la jurisdicción. La segunda, es la violación a las normas del
debido proceso
A. Inobservancia de las normas de procedimiento
En materia civil, penal o cualquiera otra que sea sometida a su conocimiento y
resolución, el órgano jurisdiccional debe conocer y resolver el conflicto de acuerdo a las
normas de procedimiento que le establece la ley. El tribunal ni las partes, ni aun cuando todos
estén de acuerdo, pueden modificar las normas de procedimiento, a menos que la ley
expresamente otorgue esta facultad. De hacerlo, el o los actos procesales realizados adolecen
de nulidad de derecho público, la que el tribunal debe declarar de oficio, sin que exista forma
alguna de saneamiento y aun cuando no exista perjuicio alguno para las partes.
La Cuarta Sala de la Corte Suprema, en sentencia de 24 de abril de 2.000, en los autos rol
4.443-99, acogió esta tesis y de oficio declaró nulo todo lo obrado por una Corte de Apelaciones,
al conocer de una materia en forma distinta a la señalada por la ley. Así, en su considerando
tercero, señaló:
“Tercero: Que en los antecedentes de que se trata, tanto los litigantes como la Corte de
Apelaciones de Valparaíso, no han considerado las disposiciones contenidas en el Auto acordado
sobre la Tramitación y Fallo del Recurso de Protección de las Garantías Constitucionales, el cual
ha establecido, expresamente, las medidas a decretarse en caso de incumplimiento de la decisión
que en la mencionada acción cautelar se adopte por el Tribunal pertinente, medidas que se
encuentran señaladas en el Nº 15, citado por la decisión que se intenta cumplir en los autos
traídos a la vista, ninguna de las cuales ha sido ordenada, sino que, por el contrario, se ha
adoptado un procedimiento inaplicable en la especie, circunstancia que justifica la intervención
de esta Corte a objeto de corregir los errores de procedimiento en que se ha incurrido en la
tramitación del cumplimiento del fallo dictado en el recurso de protección en cuestión.”
“Por estas consideraciones y normas legales citadas, se anulan, de oficio, todas las resoluciones
y notificaciones realizadas desde ........”
Es útil señalar que esta resolución anuló actos procesales realizados con más de un
año de anterioridad, que ninguna de las partes había reclamado del procedimiento
empleado por la Corte de Apelaciones de Valparaíso y que la nulidad se decretó al
conocer la Corte Suprema de un recurso de hecho interpuesto en el procedimiento
inadecuado.
Así, por ejemplo, hay múltiples juicios de menor cuantía que se han tramitado bajo
las normas del procedimiento de mayor cuantía, sin que ello haya implicado un perjuicio
para las partes, por lo cual estiman que la nulidad no debería ser procedente no obstante
existir un vicio de nulidad de derecho público por haberse aplicado un procedimiento
distinto al establecido en la ley para la resolución del conflicto.
El reparo que se formula carece de sustento jurídico. En realidad, tales sentencias
son inexistentes, por cuanto si el proceso es nulo, la sentencia es igualmente nula y no
puede producir efecto legal alguno, por lo cual jamás se ha materializado la cosa juzgada.
Sin proceso válido no hay sentencia ni solución al conflicto. El proceso jurisdiccional que
adolece de un vicio procesal de derecho público es nulo por mandato constitucional y, en
consecuencia, no puede ser validado en forma alguna, dado que la norma constitucional
que establece la nulidad persigue una finalidad muy superior al interés particular, cual es
la protección del Estado de Derecho.
Tanto es así que, en materia penal, el Código Procesal Penal establece la revisión
de las sentencias firmes en los casos que señala el artículo 473, todos los cuales implican
la falta de un debido proceso, sin establecer plazo alguno para su interposición. En otras
palabras, este recurso viene a equivaler a una acción de nulidad procesal de derecho
público, en contra de una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada.
Jurisprudencia
El hecho que da origen a una nulidad procesal de derecho público genera una
acción de nulidad que es totalmente ajena al conflicto de fondo, por lo cual no puede ser
causal de una casación en el fondo, como bien lo señala la Corte Suprema, por cuanto este
recurso está limitado a la correcta aplicación e interpretación de las leyes del fondo, es de
derecho estricto y los aspectos procedimentales quedan fuera de su órbita. El recurrente
de la casación en el fondo debió ejercer la acción de nulidad procesal de derecho público,
lo que pudo hacer ante la Corte Suprema hasta el momento mismo del alegato, máxime
cuando la nulidad se fundamentaba en la ausencia de una notificación legal, lo que
importaba una clara infracción a las normas del debido proceso.
Este fallo es importante por cuanto reconoce que la acción de nulidad procesal de
derecho público puede interponerse en juicio aparte ante los tribunales ordinarios de
justicia y, con ello, que la sentencia de término de un proceso que adolece de esta nulidad
pasa a tener la calidad de cosa juzgada aparente.
JURISPRUDENCIA
JURISPRUDENCIA
Quinto: “los principios inspiradores del orden penal contemplados en la Constitución Política
han de aplicarse, por regla general, al Derecho Administrativo sancionador, puesto que ambos
son manifestaciones del ius puniendi propio del Estado. Así, para que una sanción sea legal
debe ser típica, lo que requiere de una precisa definición de la conducta que la ley considera
reprochable”.
El proceso administrativo, para aplicar una sanción, debe observar cabalmente las
normas del debido proceso y, de no hacerse, éste estará afecto a una nulidad procesal de
derecho público, como lo sería en los siguientes casos:
El requisito que el juez sea independiente e imparcial es uno de los elementos básicos
del “debido proceso”. Así lo señaló el Tribunal Constitucional en sentencia de 5 de abril
de 1988, en los autos rol N° 53, al establecer:
“H.-La independencia y la imparcialidad no sólo son componentes de todo proceso justo y
racional, sino que, además son elementos consustanciales al concepto mismo de juez.
Este Tribunal está de acuerdo en que todo juzgamiento debe emanar de un órgano
objetivamente imparcial, elementos esenciales del debido proceso que consagra toda la doctrina
procesal contemporánea. Es más, a juicio de este Tribunal, la independencia e imparcialidad del
juez no sólo son componentes de todo proceso justo y racional, sino que, además son elementos
consustanciales al concepto mismo de tal.”
b) Delegación de la jurisdicción
La Corte Suprema, en fallos reiterados, anuló todo lo obrado por el delegado del
Director Regional de Impuestos Internos por la razón antes señalada. Igual situación se
produce cuando un Superintendente con facultades jurisdiccionales las delega en un
intendente o en otro funcionario. La función jurisdiccional es una sola, indivisible y única,
por la cual no puede separarse en actos de instrucción y actos decisorios. Así, por ejemplo,
si en el curso de un proceso administrativo que implica el ejercicio de la jurisdicción, el
Superintendente delega en otros funcionarios la tramitación del procedimiento, también se
produce la nulidad de lo obrado por cuanto es el Superintendente quien debe conocer y
resolver la materia objeto del accionar jurisdiccional y sólo él puede dictar resoluciones en
el procedimiento.
Jurisprudencia:
Tribunal Constitucional Rol 499
Santiago 5 de septiembre de 2006
Vigésimo tercero: “Que si la jurisdicción sólo puede ejercerse por los tribunales establecidos por
la ley, sean ordinarios o especiales, toda persona que pretenda desempeñarse como juez de esos
tribunales, sin haber sido instituida por el legislador, sino por un acto administrativo, se constituye
en una comisión especial expresamente prohibida por la Carta Fundamental.”