Claudio Pascucci: Palabras Clave: Abstract
Claudio Pascucci: Palabras Clave: Abstract
Claudio Pascucci: Palabras Clave: Abstract
CLAUDIO PASCUCCI
RESUMEN:
ABSTRACT:
Within the essential problems of logic and psychoanalysis there is a question about knowing
whether the One is essentially a subjective constitution. The question of One, of unary trait, is the
key of second identification distinguished by S. Freud. Being One a subjective constitution: does it
eliminate the fact that constitution is real? Frege thought, in the specific domain where One takes
its status, namely the one of Arithmetic; gives us a possible approach to logical steps in the
question of the unary trait.
1
El presente trabajo tiene como objetivo articular la intervención de J-A Miller
pronunciada el 24/2/1965 en las sesiones cerradas de El Seminario, libro 12,
“Problemas Cruciales para el Psicoanálisis” (1964-1965), en el cual trabaja el
concepto de identificación y de rasgo unario a partir de la lógica moderna
propuesta por el matemático-filósofo G. Frege en su tratado “Fundamentos de la
Aritmética”, con respecto a la serie de números naturales y lo trabajado por J.
Lacan en la clase 1 del El Seminario, Libro 20, “Encore” (1972-1973) en relación al
“Y a d´ l´ Un” (Hay Uno).
Comenzaré por una cita tomada del Seminario, Libro 20, Encore, clase 1, de la
versión crítica de Rodríguez Ponte:
1
Lacan, J. (1972-1973): El Seminario libro 20. Versión crítica y revisada de Rodríguez Ponte. p. 11
2
En su Intervención, J - A. Miller establece que entre los problemas esenciales de
la lógica y el psicoanálisis se localiza la pregunta de saber si el Uno es una
constitución subjetiva esencialmente. En Freud se despliegan los dos polos de la
identificación: el yo ideal y el ideal del yo, ambas funciones determinantes del
objeto. Entonces sobre la cuestión del Uno, del trazo unario, que es la llave de la
segunda identificación distinguida por Freud: se desprende la siguiente pregunta:
¿Que ese uno sea la constitución subjetiva aquí elimina que esa constitución sea
real?
Verán que en todo caso la unidad y el cero tan importantes para toda
constitución racional del número, constituyen lo que hay de más resistente a
toda tentativa de génesis experimental del número y especialmente si se
pretende dar una definición homogénea del número como tal reduciendo a
nada todas las génesis que se pueden intentar dar del número a partir de una
colección y de la abstracción de la diferencia a partir de la diversidad.2
Aquí toma valor el hecho al que fui conducido por el recto camino de la
progresión freudiana, al articular de una manera que me pareció necesaria la
función del rasgo unario en tanto hace aparecer la génesis de la diferencia en
una operación que se puede decir se sitúa en la línea de una simplificación
siempre creciente, que es una mira que concluye en la línea de palotes, es
decir que es en la repetición de lo aparentemente idéntico que se crea, se
desprende lo que denomino no el símbolo sino la entrada en lo real como
significante inscripto - y es eso lo que quiere decir el término de primacía - de
la escritura.3
2
Lacan, J. (1963-1964): El Seminario, libro12 Problemas cruciales del psicoanálisis. Sitio web:
www.staferla.free.fr.
3
Lacan, J. (1962): El Seminario, libro 9 La identificación, clase 11 Sitio web: www.staferla.free.fr.
3
Es allí, en la función de la escritura, donde la meditación de G. Frege en el
dominio específico del Uno, a saber, aquel de la Aritmética hace excluir al sujeto
en su función de nombrar. Es decir, excluye de su discurso aquel sujeto definido
por sus atributos psicológicos y detentor de un poder de memoria que le permite
circunscribir esa colección de objetos y nombrarlos. Y es allí, por otro lado, donde
Lacan considera únicamente al uno, como uno matemático, no el uno resultante
de la experiencia empírica o de la intuición. Él mismo, recomienda en varias
instancias de los seminarios la lectura del tratado Fundamentos de la Aritmética de
G. Frege. En este punto recurrí a un investigador contemporáneo de la obra de G.
Frege, Anthony Kenny, en este caso con su libro Introducción a Frege. En dicha
bibliografía, encontré los caminos del razonamiento del matemático sobre la
naturaleza del número. Establece una discusión y al mismo tiempo sus diferencias
con el empirismo de la mano del filósofo John Stuart Mill y del racionalismo de
Kant. Este último consideraba a cada fórmula aritmética como una irreducible
verdad sintética, conocida a priori por la intuición. En cambio Mill sostenía que
cada número envolvía la aserción de un hecho físico: la referencia a una
aglomeración de cosas que nosotros mentamos por el nombre, el pasaje de la
colección de cosas y de ahí el salto a la numeración de las mismas. En esta línea
los argumentos que Frege dirige contra Mill logran mostrar que el número no es
una propiedad física o tangible de las cosas y menos aún, engloba un agregado
de cosas, sino que él mismo se deduce de una serie de operaciones lógicas que
se fundamenta en los conceptos de identidad y de repetición de lo idéntico.
Veamos que dice J. A. Miller en su intervención en El Seminario libro 12, con
relación al 0 y al 1:
4
Lacan - J. (1964-1965): Seminario N° 12 Problemas cruciales del psicoanálisis. Sitio web: Staferla.fr.free.
Clase: 5. p.126.
4
Parto de una premisa que en el transcurso del trabajo intentaré elaborarla: en el
proceso lógico de la constitución de la serie, en la génesis de la progresión, la
función del sujeto, desconocido, opera. En este sentido el discurso lógico de G.
Frege se inicia excluyendo lo que en una teoría llamada empirista, se verifica
esencial, el de hacer pasar la cosa a la unidad y la colección de unidades a la
unidad del número. Lo que permite, en esa teoría empirista, el pasaje de la
colección de unidades a la unidad del número, es la función del sujeto, el cual es
referible a la actividad de un sujeto psicológico. Por ejemplo: un caballo y otro
caballo y otro caballo. Esta colección de caballos distintos en su aspecto, puede
intuitivamente ser contado como tres caballos, pero se establece allí un salto,
realizado por el sujeto, de la simple colección de cosas al número. Nada indica en
la naturaleza que existan allí tres caballos.
La unidad así asignada de la colección solo perdura si el número funciona allí
como un nombre: nombre de la colección. Nombre que ha debido venir para que
esa transformación se complete en unidad.
Al decir de Miller, el discurso de Frege se erige de entrada en el juego contra la
fundación psicológica de la Aritmética, excluye el sujeto del campo donde el
concepto de número ha de aparecer. Hay una analogía entre el 0 como falta de
objeto y el sujeto que esta por fuera de la serie de números y que esta exclusión
aparece allí (en la serie) como la repetición de lo idéntico en el Uno. Esta es la
hipótesis principal con el cual G. Frege introduce la lógica en el fundamento del
número:
La identidad de las cosas no existe sino la identidad del concepto, por el cual
las cosas caen debajo de él.5
De hecho no es cierto que dos unidades tengan que tener todas sus
propiedades en común para ser enumerables. Lo que sí es cierto es que en
orden a ser reunidas, dos cosas tienen que caer bajo un solo concepto.6
5
Kenny, A. (1982): Introducción a Frege. Madrid. Ediciones Catedra. p. 75.
6
Idem. p. 87.
5
El contenido de una proposición numérica es una aserción acerca de un
concepto. Es decir, los números atañen a los conceptos no a las cosas.7
Esquema:
Concepto Número
Objetos
7
Idem. p. 88.
6
La definición de concepto se relaciona con su función de reunir, congregar,
manifestar. Lo específicamente lógico es que el concepto está definido por la
única relación que mantiene con lo subsumido, o sea con el objeto.
El objeto que cae bajo el concepto toma su sentido de la diferencia con la cosa,
simple cuerpo ocupante en un cierto espacio-tiempo en el mundo. En este sentido
el objeto está definido únicamente por su propiedad de caer bajo un concepto sin
tener en cuenta sus determinaciones, que una investigación otra que la lógica
podría descubrirlo. El objeto está privado de sus determinaciones empíricas.
Por lo tanto, como lo hemos dicho más arriba, el concepto que será operatorio en
el sistema fregeano, no sería el concepto formado por las determinaciones
empíricas del objeto, sino el concepto de la identidad a un concepto. Es,
asimismo, por esta repetición que nosotros entramos en la dimensión lógica como
tal.
En este punto es esencial ver que la entrada a la dimensión lógica como tal es
producida por la aparición de la identidad, pero se trata de la identidad de
concepto y no el de la identidad de la cosa.
Frege brinda un ejemplo: está el concepto “luna de la tierra” y el concepto idéntico
al concepto “luna de la tierra”. Como se trata de un concepto idéntico al concepto
“luna del tierra”, lo que cae bajo el concepto, no es la cosa como tal, sino
solamente la cosa en tanto que es una:
8
Kenny A. (1982): Introducción a Frege. Madrid. Ediciones Catedra. pág. 87.
7
La fórmula de Frege es leída en tal sentido: el número asignado a un concepto F
es la extensión del concepto “idéntico al concepto F”. Hay que tener en cuenta que
el número es una extensión del concepto, más específicamente es una extensión
de la identidad de concepto, es decir, es una asignación del concepto y no de los
objetos que caen bajo ese concepto. Como veremos más adelante, el número 0 es
una extensión del concepto no idéntico a sí, no de la ausencia de objetos. El 0
como número es equivalente al concepto no idéntico a sí. Esto puede
interpretarse del siguiente modo: el concepto de no identidad no subsume (no cae)
ningún objeto y a ese concepto de no identidad a sí, se le asigna un número, que
es el número 0.
Esta tripartición tiene pues por efecto no dejar a la cosa más que el único soporte
de su identidad consigo misma: esa identidad es el objeto de ese concepto.
En este sentido la identidad, en tanto función, es la que cumple la transformación
de toda cosa en objeto, no dejarle a él más que la determinación de su unidad.
Esta función establece el estatuto de objeto, como tal, numerable. La unidad que
podría decirse unificante del concepto como asignado al número está subordinada
a la función de la unidad como distintiva. Por ejemplo, lo que reúne a una
colección de gatos de distintas razas es la unidad del concepto “gato”.
En este punto, Frege considera al número como un conjunto. La palabra conjunto,
advierte Frege, evoca de inmediato la imagen de un montón de cosas en el
espacio, por ejemplo una pila de platos. Pero, lo que Frege se pregunta es ¿De
qué cosas es un conjunto el número? La respuesta tradicional dada a esta
pregunta es que un número es un conjunto de unidades.
Por tanto, siguiendo con el razonamiento, necesitamos preguntarnos ¿qué es una
unidad?
Frege dice que una respuesta común entre los filósofos es que cuando
describimos dos elementos que van a figurar como unidades les estamos
adscribiendo una cierta identidad entre sí. Pero él disiente con esto, argumentando
que, si para convertirse en unidades numerables dos cosas tienen que ser
idénticas, entonces no habría unidades en absoluto, pues no hay dos cosas que
sean exactamente iguales.
8
Lo que se trata es de la identidad del concepto en la cual todas las cosas se
reúnen. Por otra parte, la función de lo idéntico en el concepto -que asegura la
identidad permitiendo que las cosas del mundo reciban su estatuto de significante-
es la emergencia de la verdad como necesaria a lo que funciona la identidad. La
verdad que asegura la identidad de los conceptos es una suposición necesaria en
la repetición de lo idéntico en los conceptos. Frege toma la definición de verdad de
su predecesor Leibniz, en el llamado Principios de identidad de los indiscernibles.
Dice:
Idénticas son las cosas que pueden sustituirse la una por la otra, sin que la
verdad se pierda.
La verdad se vuelve a encontrar en que la cosa sustituida, por ser idéntica a si
misma, puede ser el objeto de un juicio y entrar en el orden de un discurso:
idéntico a sí mismo es articulable
Es así que a partir del sistema ternario fregeano en tanto que está sostenida por
la función de la identidad, Frege puede completar el engendramiento de la serie de
números naturales según un orden.
9
asignado al concepto de lo no idéntico a sí es 0, donde se sutura el discurso
lógico.
Entonces para realizar esta primordial suturación, dice Miller, he tenido que evocar
al nivel del concepto ese objeto no idéntico a sí que fue encontrado expulsado, a
continuación de la dimensión de la verdad y del cual el 0 que se inscribe en el
lugar del número, traza la marca de la exclusión. No hay en el lugar del objeto
subsumido mismo, en ese lugar en el interior del sistema, no hay escritura posible
y el 0 que allí se inscribe, no sería sino la justificación de un blanco. En este punto
el 0 como número es escritura de la falta cuando él mismo es tomado como
concepto y objeto, como veremos más adelante, a través del concepto idéntico al
concepto 0.
En un pasaje de importancia filosófica Frege propone una analogía entre la
existencia y el número. Cito al respecto:
Lo que quiere decir con esto es que una afirmación de existencia es la aserción
de que un concepto tiene algo que cae bajo él. Y decir que un concepto tiene algo
que cae bajo él es decir que el número que se le asigna es distinto de cero. Por
tanto un concepto tiene la propiedad de la existencia si tiene al menos un objeto
que cae bajo él (es decir, si no le pertenece el número 0).
Por otra parte, el 1 se engendra de lo que el 0 como número es susceptible de
devenir concepto y objeto.
Es necesario pasar por el 0 para engendrar el 1; y esto es una ficción, ya que
estamos en el dominio lógico, dado que una vez que se obtiene el número 0 se
tiene el primer objeto:
El Uno debe considerarse, entonces, como el símbolo originario de la
emergencia de la falta en el campo de la verdad.10
9
Kenny , A. (1995): Introducción a Frege. Madrid. Ediciones Catedra. p. 101.
10
Miller, J - A. (1984): Sutura. Matemas II. México. Manantiales. p. 54.
10
Entonces ¿Cómo engendrar el 1 a partir de ese primer objeto que es el numero
0?
Qué dice Frege al respecto: Damos entonces el concepto “idéntico al concepto del
número 0”
El objeto que cae bajo ese concepto es el número 0 mismo y el número que se le
asigna al concepto es el Uno.
La fórmula que pone en evidencia y que tiene su valor para engendrar la serie de
números es que: el 0 es contado por el uno; es decir, que su asignación
conceptual no subsume bajo él más que la ausencia de objeto, más que un
blanco.
1
n n’ (n + 1)
0
De allí se percibe que el ser del sujeto es la sutura de una falta. Precisamente de
la falta que, al escamotearse en el número, lo sostiene con su recurrencia; aunque
lo sostiene allí, sólo por ser lo que falta al significante para ser el Uno del sujeto,
es decir, ese término que en otro contexto llamamos rasgo unario, marca de una
identificación primaria que funcionará como ideal:
Conclusion
11
Lacan, J. (1972-1973): El Seminario, Libro 20, clase 1. Madrid. Paidós. p: 21.
12
Idem. p 22.
12
simbólica y debiendo ser leído como matemático, según lo desarrolla en su
seminario N° 12. Allí intenta explicar el rasgo unario, mirando más de cerca lo
que hacen los matemáticos con las letras, de manera fundada y bajo el nombre de
teoría de conjuntos, y abordado desde ahí el Uno de un modo que no tiene por
qué ser intuitivo, fusional, amoroso.
Finalmente podemos decir al respecto, que el jeroglífico sea egipcio o chino da lo
mismo. Siempre se trata de una configuración del rasgo. No en balde la
numeración binaria sólo se escribe con 1 y 0.
BIBLIOGRAFÍA
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