SURCOS Criterio Fok Bishop

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Introducción.

La aplicación de agua por medio de surcos implica que la zona de raíces en el suelo se humedezca
por la infiltración de agua a través del perímetro mojado de pequeños cauces, los surcos, que
constituyen la unidad de riego. Dado un determinado espaciamiento entre surcos, el agua cubre
parcialmente el terreno (inundación parcial) y lo humedece por efecto de su avance tanto en
profundidad como lateralmente. El riego por surcos se adapta especialmente a cultivos en línea
dado que no solo permite humedecer el suelo explorado por las raíces, sino que también se logra
regular la humedad conforme al comportamiento y exigencias del cultivo en sus distintas etapas,
ampliando el espaciamiento inicial y modificando el perfil de humedad. Muchas veces, el surco de
riego es consecuencia de las labores culturales, tal es el caso del cultivo de la vid, maíz, etc. Con
respecto al tipo de suelo, este método es indicado para aquellos con buena velocidad de
infiltración (aunque no excesiva) y baja erosibidad. También se presta para suelos con tendencia a
formar costras, que impiden la germinación. La eficiencia del sistema puede considerarse media
en tanto que los costos de instalación y operación no son elevados pudiéndoselo emplear con
escasos trabajos de nivelación, en la implantación de cultivos anuales.
Marco teórico

El riego por gravedad consiste en el aporte de agua en la cabecera de un canal o cauce inclinado
construido en la parcela, como una melga o un surco, con la finalidad de aprovechar el campo
gravitacional para proporcionar la cantidad necesaria de agua para el desarrollo óptimo de las
plantas cultivadas (Fuentes et al., 2015). En el riego por gravedad se distinguen tres fases: Fase de
avance, fase de almacenamiento y fase de recesión. La modelación del riego por gravedad ha sido
tema de estudios de numerosos investigadores. Fuentes et al., (2012) en su libro Riego por
Gravedad hace una revisión exhaustiva de los modelos que se han venido usando en la literatura
para modelar este evento, que van desde los modelos completamente empíricos (e.g. Fok y
Bishop, 1965; Willardson y Bishop, 1967), hasta los que usan las ecuaciones de Barré de Saint-
Venant (1871) y Richards (1931) para modelar el movimiento superficial y el movimiento
subterráneo, respectivamente (Fuentes et al., 2004; Saucedo et al., 2005; Saucedo et al., 2011). El
uso de estos modelos ha ayudado a comprender el movimiento del agua en un evento de riego, lo
que ha permitido dar recomendaciones pertinentes para la aplicación oportuna del agua en la
parcela.

La predicción del avance del agua en el riego fronterizo es un requisito primordial en el diseño y
mejora de la eficiencia del riego.

 La ecuación de Fok-Bishop para determinar el avance del agua es una solución simple y efectiva al
problema, pero es inexacta para bordes cortos (menos de 100 m) y pendientes poco profundas
(menos de 5 × 10 −3 m / m). Se propone una modificación del parámetro de profundidad del agua
que mejora la precisión de la ecuación dentro de este rango.

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