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Etapas Del Sueño. VVAA

El documento describe las diferentes etapas del sueño humano. Estas incluyen cuatro fases del sueño no MOR (fases 1-3 y sueño profundo), así como el sueño MOR. Las necesidades de sueño varían según la edad, desde dormir la mayor parte del día en bebés recién nacidos hasta 7-8 horas por noche en adultos mayores. El sueño es vital para la restauración física y cognitiva, y juega un papel importante en la consolidación de la memoria y el procesamiento de la información.

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Etapas Del Sueño. VVAA

El documento describe las diferentes etapas del sueño humano. Estas incluyen cuatro fases del sueño no MOR (fases 1-3 y sueño profundo), así como el sueño MOR. Las necesidades de sueño varían según la edad, desde dormir la mayor parte del día en bebés recién nacidos hasta 7-8 horas por noche en adultos mayores. El sueño es vital para la restauración física y cognitiva, y juega un papel importante en la consolidación de la memoria y el procesamiento de la información.

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Etapas del sueño

Los niños pequeños deben dormir a intervalos varias veces en el día.

En el adulto, el sueño nocturno de unas ocho horas se organiza en 4-5 ciclos de unos 90-
120 minutos, durante los cuales se pasa de la vigilia a la somnolencia (estadio o fase I), de
allí al sueño ligero (fase II), de allí al sueño lento o profundo (fase III) y finalmente al
sueño MOR (fase IV). Su distribución estándar en un adulto sano es aproximadamente la
siguiente: Fase I, el 5 %; Fase II, el 50 %; Fase III, el 20 % y Fase MOR, el 25 %.

Los estados y fases del sueño humano se definen según los patrones característicos que se
observan mediante el electroencefalograma (EEG), el electrooculograma (EOG, una
medición de los movimientos oculares) y el electromiograma de superficie (EMG,
movimiento de los músculos esqueléticos). El registro de estos parámetros
electrofisiológicos para definir los estados de sueño y de vigilia se denomina
polisomnografía.

Estos perfiles describen dos estados del sueño:

• Sueño sin movimientos oculares rápidos (sueño no MOR, o NMOR; NREM en


inglés). En el que se pueden diferenciar tres fases:
o La Fase I del NMOR (fase del sueño ligero) es la transición desde la vigilia
al sueño; se reconoce por la desaparición del patrón regular α (alfa, de
amplitud de onda alta y regular, de 8 a 13 Hz) y la instauración de la onda θ
(theta, de un patrón de amplitud baja y de frecuencia mixta,
predominantemente en el intervalo de 2 a 7 Hz), con movimientos oculares
lentos "en balancín".
o La Fase II del NMOR se define por la aparición de complejos K y de husos
de sueño superpuestos a una actividad de base similar a la del estado 1. Los
complejos K son descargas lentas, negativas (hacia arriba) y de amplitud
elevada que se continúan inmediatamente después por una deflexión positiva
(hacia abajo). Los husos de sueño son descargas de alta frecuencia de corta
duración que presentan una amplitud característica con subidas y bajadas.
No hay actividad ocular y el EMG da un resultado similar al estado 1.
o La Fase III del NMOR (previamente dividida en fases III y IV) es la fase de
mayor profundidad en el sueño, y se caracteriza por ser un sueño de entre
20 % a % de actividad δ (delta, de amplitud elevada, > 75 microV, y de 0,5
a 2 Hz). Los husos del sueño pueden persistir y sigue sin haber actividad
ocular. La actividad del EMG permanece en un nivel reducido y de alto
voltaje, que comprende al menos el 50% del registro. La fase III del NMOR
se denomina sueño de ondas lentas (SOL), sueño delta o sueño profundo.

• Sueño de movimientos oculares rápidos (MOR; REM en inglés), o fase IV del


sueño, conocido también como sueño paradójico, sueño desincronizado o sueño D,
se caracteriza por un EEG de baja amplitud y de frecuencia mixta similar al de la
fase I del NMOR. Se producen brotes de actividad más lenta (3 a 5 Hz) con
deflexiones negativas superficiales ("ondas en diente de sierra") que se superponen
con frecuencia a este patrón. El EOG da muestras de movimientos oculares rápidos
similares a las que se observan cuando la persona permanece despierta y con los
ojos abiertos. La actividad del EMG permanece ausente, un reflejo de la atonía
muscular completa de la parálisis motora descendente característica de este estado.
En esta etapa se presentan las ensoñaciones (fase onírica). Es habitual que se
presenten de 4 a 6 periodos de sueño MOR durante la noche.3

Fase 1

Fase 2

Fase 3

Sueño MOR
Necesidades de sueño y edad

Las necesidades de sueño varían según la edad. El niño recién nacido duerme casi todo el
día, con una proporción próxima al 50 % del denominado sueño «activo», que es el
equivalente del sueño MOR. A lo largo de la lactancia los períodos de vigilia son
progresivamente más prolongados y se consolida el sueño de la noche; además, la
proporción de sueño MOR desciende al 25-30 %, que se mantendrá durante toda la vida.
De 1-3 años de edad, el niño ya solo duerme una o dos siestas. Entre los 4-5 años y la
adolescencia los niños son hipervigilantes, muy pocos duermen siesta pero tienen un sueño
nocturno de 9 horas bien estructurado en cinco ciclos o más. En los individuos jóvenes
reaparece en muchos casos la necesidad fisiológica de una siesta a mitad del día. La
necesidad de sueño en un adulto puede oscilar entre 5 y 9 horas. Los adultos mayores (65
años y más) necesitan 7 u 8 horas de sueño por la noche, a medida que se envejece, se
producen cambios en los patrones de su sueño. Estos cambios causan insomnio o
problemas para dormir.

Asimismo, varía notablemente el horario de sueño entre noctámbulos y madrugadores. En


épocas de mucha actividad intelectual o de crecimiento o durante los meses del embarazo,
puede aumentar la necesidad de sueño, mientras que el estrés, la ansiedad o el ejercicio
físico practicado por la tarde pueden disminuir la cantidad de sueño. Los estudios
efectuados en individuos aislados de influencias exteriores han mostrado que la tendencia
fisiológica general es a retrasar ligeramente la fase de sueño con respecto al ciclo
convencional de 24 horas y a dormir una corta siesta «de mediodía» (Vallejo, 2006, 232).
En los ancianos se va fragmentando el sueño nocturno con frecuentes episodios de
despertar y se reduce mucho el porcentaje de sueño en fase IV y no tanto el de sueño MOR,
que se mantiene más constante a lo largo de la vida. Las personas de edad avanzada tienden
a aumentar el tiempo de permanencia en la cama. Muchas de ellas dormitan fácilmente
durante el día varias siestas cortas.

El sueño representa una función vital, por ser imprescindible (el ser humano no puede vivir
sin dormir), restauradora (el sueño repara el cuerpo cada día), complementaria y
fundamental para asegurar la vigilia (se duerme para poder sentirse despierto al día
siguiente), fisiológicamente necesario.

Durante el sueño profundo (Fase III), se produce la restauración física y durante el sueño
MOR la restauración de la función cognitiva (proceso de aprendizaje, memoria y
concentración).

Función biológica del sueño


Sopor, de Mauricio García Vega.

Eliminación de residuos celulares del cerebro

Durante el estado de sueño, el sistema glinfático (equivalente al sistema linfático del resto
del cuerpo), se activa 10 veces más en comparación al estado de vigilia, permitiendo que
los residuos de las células cerebrales se eliminen con mayor eficacia. Durante el sueño se
produciría una contracción de las células cerebrales, creándose así más espacio entre ellas y
con ello permitiendo que el líquido cefalorraquídeo circule más fácilmente a través del
tejido cerebral; limpiándose así más libremente los residuos, tales como la proteína beta-
amiloide responsable de la enfermedad de Alzheimer.4

Además, el cuerpo, durante el sueño entra en estado anabólico, el cual sirve para desarrollar
numerosas funciones de reparación en nuestro organismo.

Dormir de lado (y en posición fetal), en comparación con dormir boca arriba o boca abajo,
puede eliminar de manera más efectiva los desechos cerebrales durante el sueño y puede ser
una práctica importante para ayudar a reducir las posibilidades de desarrollar Alzheimer,
Parkinson y otras enfermedades neurológicas, según investigadores de la Universidad de
Stony Brook.5

Efectos del sueño


Consolidación de la memoria

La hipótesis de que el sueño participa en la consolidación de la memoria reciente ha sido


investigada mediante cuatro paradigmas:

1. Efectos de la privación del sueño sobre la consolidación de recuerdos;


2. Efectos del aprendizaje sobre el sueño posentrenamiento;
3. Efectos de la estimulación durante el sueño sobre los patrones de sueño y sobre la
memoria,
4. Reexpresión de los patrones de comportamiento específico neuronal durante el
sueño posentrenamiento.

Algunos de estos estudios confirman la idea de que el sueño está profundamente implicado
en las funciones de la memoria en humanos y animales. Sin embargo, los datos disponibles
aún son demasiado escasos y en ocasiones contradictorios para confirmar o rechazar
inequívocamente la hipótesis de que la consolidación de memorias no declarativa y
declarativa, respectivamente, dependan de los procesos de sueño MOR y NMOR. Por otra
parte, no se ha encontrado ninguna correlación entre la cantidad de sueño que se registra en
una especie y su capacidad intelectual; si el sueño sirviera para consolidar la memoria, un
gato que duerme 16 horas diarias debería tener una memoria prodigiosa, superior a la de un
ser humano que solo duerme ocho horas. También, personas que no presentan sueño MOR,
por ejemplo, por lesiones traumáticas en el rombencéfalo o debido al consumo de fármacos,
no tienen ningún problema en consolidar sus aprendizajes.[cita requerida]

Otros estudios más recientes comparan el proceso de ordenamiento de la memoria durante


el sueño con el proceso de desfragmentación de la memoria de las computadoras, ambos
persiguiendo un mismo objetivo de mantenimiento y economía de recursos, preparándonos
para una mejor disponibilidad operativa de la memoria durante los momentos de mayor
utilidad, como el estar despierto o en actividad.[cita requerida]

Véase también: Consolidación de la memoria

Procesamiento de la memoria

Los científicos han demostrado de muchas maneras que el sueño está relacionado con la
memoria. En un estudio realizado por Turner, Drummond, Salamat y Brown en personas y
animales durante el sueño se demostró que la memoria de trabajo se ve afectada por la falta
de sueño. La memoria de trabajo es importante porque mantiene activa la información para
su posterior procesamiento y apoya las funciones cognitivas de alto nivel, como la toma de
decisiones, el razonamiento y la memoria episódica. El estudio permitió a 18 mujeres y 22
hombres dormir solo 26 minutos por la noche durante un periodo de cuatro días. Al
principio los sujetos fueron puestos a prueba en tests cognitivos (descansados), luego de
nuevo dos veces al día durante los cuatro días de privación de sueño. En la prueba final, la
media de memoria de trabajo del grupo privado de sueño se había reducido en un 38 por
ciento, en comparación con el grupo de control.

Parece que la memoria se ve afectada por diferentes etapas del sueño, como el sueño MOR
y el sueño de baja onda (SBO). En un estudio realizado por Born, Rasch y Gays, se
tomaron varios grupos de sujetos humanos: el grupo de control y el grupo de ensayo. Se
encomendó una tarea mental a medianoche (grupo de ensayo) y otra tarea al final de la
noche (grupo de control). En cuanto los sujetos dormían, los hipnogramas marcaban un 23
por ciento de SBO, lo que nos hace saber que durante la medianoche el tipo de sueño
predominante es el SBO. El grupo de ensayo dio un 16 por ciento más que el grupo de
control (en memoria declarativa), mientras que el grupo de control dio un 25 por ciento más
que el grupo de ensayo (en memoria de trabajo). Esto indica que la memoria de trabajo (la
que más necesitamos) es más alta después del periodo de sueño MOR más extenso (hacia el
final de la noche) y que, en cambio, la memoria declarativa (la que menos necesitamos) se
enriquece con el SBO.

Un estudio realizado por Datta, un neurocientífico de la Escuela de Medicina en la


Universidad de Boston, apoya indirectamente estos resultados. Los sujetos fueron 22 ratas
macho. Se construyó una caja donde una rata podía moverse libremente de un lado a otro.
El fondo de la caja estaba hecho con una rejilla de acero. Se ponía una rata en la caja y una
activaba una potente luz acompañada de un sonido. Después de cinco segundos, se aplicaba
una descarga eléctrica en la rata. Una vez aplicada la descarga, la rata se podía mover al
otro lado de la caja y evitar la descarga. La duración de la descarga nunca era de más de 5
segundos. Esto se repitió 30 veces en la mitad de las ratas. A la otra mitad, el grupo de
control, le hicieron lo mismo pero sin tener en cuenta su reacción; después de las sesiones,
se puso a las ratas en otra caja y les hicieron registros poligráficos flotando seis horas. Este
proceso se repitió durante tres días. Este estudio determinó que, después de las sesiones
(descargas eléctricas), las ratas pasaban un 25,47 por ciento más tiempo en sueño MOR.
Estas pruebas apoyan los resultados del estudio de Born y su equipo, que indica una
correlación entre el sueño MOR y el conocimiento procedimental.

También se realizó un estudio acerca de la participación de la estimulación de corriente


continua en la corteza prefrontal para aumentar la cantidad de oscilaciones lentas durante el
SWSfe. La estimulación de corriente continua mejora muchísimo la retención de parejas de
palabras al día siguiente, lo que demuestra que el SWS tiene un papel importante en la
consolidación de los recuerdos episódicos.6

Los diversos estudios sugieren que existe una correlación entre el sueño y las funciones de
la memoria. Los investigadores del sueño de Harvard Saper7 y Stickgold8 dijeron que una
parte esencial de la memoria y del aprendizaje consiste en que las dendritas de las células
nerviosas envíen información a las células para hacer nuevas conexiones neuronales. Para
hacer este proceso, las dendritas no deben recibir ningún tipo de información externa y por
ello se sugiere que ocurre durante el sueño.

Áreas del encéfalo implicadas en el sueño


• Región anterior del hipotálamo, área del prosencéfalo basal (sueño);
• Región posterior del hipotálamo, área del mesencéfalo (vigilia).

Estas dos áreas del encéfalo que están involucradas en la regulación del sueño fueron
descubiertas, a principios del siglo XX, antes de que surgiera la neurociencia
comportamental moderna, por el neurólogo vienés barón Constantin Von Economo.
Posteriormente la implicación de estas dos áreas se confirmó mediante estudios de lesión en
animales experimentales (Saper, Chou y Scammell, 2001).

Aunque no se han aclarado los factores que desencadenan el sueño, varias líneas de
investigación hacen pensar que en el encéfalo existen sustancias que lo inducen. Una de
ellas podría ser la adenosina, que se acumula durante los periodos de uso intenso del ATP
(adenosín trifosfato) en el sistema nervioso, y se une a receptores específicos, los A1, e
inhibe ciertas neuronas colinérgicas (liberadoras de acetilcolina) del sistema de activación
reticular que participan en el despertar. Así pues, la actividad del sistema reticular durante
el sueño es baja por el efecto inhibitorio de la adenosina. La cafeína (del café) y otras
metilxantinas, sustancias conocidas por su efecto de mantener la vigilia, se unen con los
receptores A1 y los bloquean, con lo que impiden que la adenosina se fije a ellos e induzca
el sueño.9

Fármacos que afectan al sueño

La mayoría de los fármacos que influyen en el sueño pueden clasificarse en una de dos
categorías diferentes:

• Hipnóticos: aumentan la cantidad de sueño.


• Antihipnóticos: disminuyen la cantidad de sueño.10

Hay una tercera categoría que cabría introducir, la de los fármacos que influyen sobre la
ritmicidad circardiana, siendo el principal fármaco la melatonina.

Enfermedades del sueño

• Apnea del sueño. Trastorno en que la persona deja de respirar durante 10s o más, en
forma repetitiva, mientras está dormida, Lo más frecuente es que se deba a pérdida
del tono en los músculos de la faringe, lo cual permite que ocurra el colapso de las
vías respiratorias.11

• Insomnio. Dificultad para conciliar el sueño y quedarse dormido.11

• Narcolepsia. Estado en que no se puede inhibir el sueño REM durante los períodos
de vigilia. En consecuencia, sobrevienen durante el día episodios de sueño
involuntarios con duración de unos 15 minutos cada uno.11

• Insomnio familiar fatal. Enfermedad hereditaria muy poco frecuente.

Aspectos genéticos que influyen en la duración del sueño

Recientes estudios han puesto de manifiesto que existen tres variantes genéticas
relacionadas con la duración del sueño:

• Variante genética cercana al gen PAX 8, que produce cambios con un promedio de
2,6 minutos por alelo en la duración del sueño. Es la variante más fuertemente
asociada a la duración del sueño.
• Variante aguas abajo del gen VRK2, que produce cambios con un promedio de 2
minutos por alelo en la duración del sueño.
• Variante agua arriba del gen VRK2, que produce cambios con un promedio de 1,6
minutos en la duración del sueño.12

Duración del sueño y enfermedad

Desde hace algún tiempo, es conocido que la duración del sueño está asociada con
determinadas enfermedades metabólicas, tales como obesidad y diabetes tipo 2. Nuevos
estudios en esta línea han puesto de manifiesto que existe una clara correlación genética
entre la corta duración del sueño y el índice de masa corporal (IMC), pero no con diabetes
tipo 2; sin embargo, existe una clara correlación genética entre una duración larga del
sueño, IMC y diabetes tipo 2. Sin embargo no se han podido establecer fenómenos de
causa-efecto en estos parámetros, debido a los múltiples factores que afectan a los
mismos.121314

El sueño en los animales

Cantidad en horas que duermen diferentes mamíferos por día.

El acto de soñar ha sido solo confirmado en el Homo sapiens. Algunos animales también
pasan por la fase MOR del sueño, pero su experiencia subjetiva es difícil de determinar.
Parece que los mamíferos son los animales con mayor probabilidad de soñar debido a su
ciclo del sueño similar al humano. En el primer lugar de las estadísticas en términos de
sueño se encuentra el gato, que pasa un 70 % de su vida durmiendo y, a medida que
envejece, su etapa de vigilia disminuye ostensiblemente.

Los caballos, los patos y las ovejas pueden dormir de pie o echados. Sin embargo, no
pueden experimentar sueño MOR mientras están de pie. El animal que más tiempo pasa en
fase MOR durante el sueño es el armadillo. Las ballenas y los delfines son diferentes al
resto de los mamíferos: siempre tienen que estar conscientes, ya que necesitan salir a la
superficie a respirar, solo una parte de su cerebro duerme cada vez.15

Casi todos los mamíferos que han sido estudiados muestran ciclos MOR o NMOR, lo que
sugiere un mecanismo compartido a través de especies, con un significado funcional
universal.16

Un macaco japonés durmiendo.

Un dragón de Komodo durmiendo.

Los felinos son propensos a dormir durante el día.

Véase también
• Ensueño
• Fases del sueño
• Inercia del sueño
• Medicina del sueño
• Ritmo circadiano
• Ronquido
• Trastorno del sueño

Referencias
1.

• «¿Cuántas horas necesitamos dormir según nuestra edad?». BBC Mundo. Consultado el
3 de septiembre de 2016.
• • Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014).
«sueño». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-
670-4189-7.
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Aplicación del Inventario de Salud, Estilos de Vida y Comportamiento (S.E.Vi.C.). Tesis de
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• • «SUEÑO».
• • Tortora, Gerard J. & Reynolds, Sandra. Principios de anatomía y fisiología.
Traducción Rubén I. Sánchez M. Oxford University Press. México. 2002. pp. 513.
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16. • Hobson JA. «Sleep is of the brain, by the brain and for the brain». Nature 437
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