Introducción

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

1.

INTRODUCCIÓN

Una vez establecido un sistema de numeración parece lógico que la primera propiedad que se
detectara en un número fuera la de ser par o impar, un concepto muy intuitivo e inmediato. El
siguiente paso era plantearse la factorización de números, lo que lleva a establecer los criterios
de divisibilidad. De esta forma, una cultura que haya establecido su sistema de numeración
tiene una colección de números controlados por unas pocas propiedades fáciles de establecer.
Todos excepto los números primos. Lo único que se sabía a ciencia cierta de estos números es
que no pueden ser pares, ya que entonces serían divisibles por dos. Tampoco cabía tratarlos
como una rareza difícil de descubrir, ya que Euclides había demostrado que eran infinitos. Y no
era posible subestimar su importancia, pues el teorema fundamental de la aritmética los había
situado en el cuadro de honor de las matemáticas. Por consiguiente, se habían constituido en
objeto de estudio.

Esto no lleva a preguntarnos si los números primos son un invento o un descubrimiento.


¿Existirían los primos si no existieran los seres humanos? Esta discusión ha generado y sigue
generando mucha polémica, para algunos apasionante y para otros intrascendente. Lo más
probable es que sea una pregunta sin respuesta ante la cual sólo podemos acceder a
posicionarnos.

2. CONCEPTOS BÁSICOS

2.1. DEFINICIÓN

El conjunto de los números primos es un subconjunto de los números naturales que engloba a
los elementos que sólo son divisibles por sí mismos y por la unidad, es decir, que su división
por cualquier otro número no es entera. Por tanto, todo número primo tiene 2 divisores. La
propiedad de ser número primo se denomina primalidad.

En contraposición encontramos a los números compuestos, aquellos divisibles por ellos


mismos, por la unidad y también por otros números, es decir, los que pueden factorizarse.
Todos los números naturales son divisibles por sí mismos y por la unidad, excepto el 0, ya que
ningún número es divisible entre 0, pero son los primos los que únicamente son divisibles por
sí mismos y la unidad. Además, por convenio, la unidad no se considera ni compuesto ni primo.

Con frecuencia se hace referencia a los primos denominándolos los ladrillos de las
matemáticas, los átomos de la aritmética o el código genético de los números, todo ello bajo
un denominador común, tratarse de los elementos primigenios a partir de los cuales se
generan los números.
La palabra “primo” proviene del latín “primus”, cuyo significado es “primero” haciendo alusión
al concepto de “primario” o “primitivo”, en el sentido de origen, ya que todos los números
pueden obtenerse a partir de ellos. Al igual que se unen los átomos para dar moléculas, los
primos forman números naturales.

Todos los elementos químicos conocidos están formados por átomos que se combinan entre sí
de formas específicas. La tabla periódica de los elementos es una ordenación donde se
aglutinan los elementos químicos naturales y artificialmente. No existe, sin embargo, algo
análogo para los números primos, algún tipo de tabla que permita agruparlos siguiendo un
criterio, alguna ley de formación a la que respondan sin ambigüedades.

Los números primos aparecen como un conjunto caótico, sin orden ni concierto, y en
apariencia presentan una distribución aleatoria por la serie de los naturales, lo cual ha dado
pie a la investigación en la teoría de números: si se consideran números aisladamente, los
primos parecieran estar distribuidos de modo probabilístico, pero su distribución global se
ajusta a leyes bien definidas.

En la teoría algebraica de números, a los números primos se les conoce como


números racionales primos para distinguirlos de los números gaussianos primos. La primalidad
no depende del sistema de numeración, pero sí del anillo donde se estudia la primalidad. Dos
es primo racional; sin embargo tiene factores como entero gaussiano: 2 = (1+i)*(1-i).

El estudio de los números primos es una parte importante de la teoría de números, rama de
las matemáticas que trata las propiedades, básicamente aritméticas, de los números enteros.

2.2. CARACTERÍSTICAS

1. Infinitud. Existen infinitos números primos. Fue Euclides quien realizó la


primera demostración de este hecho en su obra “Elementos”. En su demostración
realizó un razonamiento por reducción al absurdo. Supuso que el conjunto de los
números primos era finito y llegó a una contradicción. El razonamiento que siguió fue
el siguiente:

Supongamos que el conjunto de los números primos es finito con n elementos: P1, P2,
…,Pn. Definimos un número Q de la siguiente forma: Q =P 1* P2*…*Pn+1, donde Q es el
producto de todos los números primos más 1.
Si dividimos Q por cualquiera de los primos del conjunto vemos que el resto es 1. Es
decir, Q no tiene como divisor a ninguno de estos primos. Si Q fuese primo habríamos
encontrado un elemento más del conjunto de los números primos y no hay más. Por
tanto, Q no es primo y debe tener algún divisor primo, algo que hemos visto que es
imposible porque la división por cualquier número primo siempre da resto 1. En el
razonamiento se llega a una contradicción que sólo puede ser causada por una mala
hipótesis de partida: el conjunto de los números primos es finito.

2. Frecuencia. Una vez demostrado la infinitud de los números primos, cabe preguntarse
cómo se distribuyen los primos entre los números naturales, es decir, cuán frecuentes
son y dónde se espera encontrar el n-ésimo número primo. Este estudio lo iniciaron a
finales del siglo XVIII Gauss y Legendre y donde introdujeron la función enumerativa de
los números primos y que se representa de la siguiente manera: π(n). Durante muchos
años se intentó demostrar esta conjetura y fue Chebyshov en 1859 quien pudo
demostrarlo mediante la aritmética. Finalmente, se llegó al llamado teorema de los
números primos, que describe la distribución asintótica de los números primos, dando
una descripción general de cómo están distribuidos en el conjunto de los naturales.
Esto formaliza la idea intuitiva de que los primos son menos comunes cuanto más
grandes son.

3. Diferencia entre dos primos consecutivos. Ligado a la distribución de los números


primos se encuentra el estudio de los intervalos entre dos primos consecutivos. Este
intervalo, con la única salvedad del que hay entre el 2 y el 3, debe ser siempre igual o
mayor que 2, ya que entre dos números primos consecutivos al menos hay un número
par y por tanto compuesto. Si dos números primos tienen por diferencia 2, se dice que
son gemelos, y con la salvedad del «triplete» formado por los números 3, 5 y 7, los
números gemelos se presentan siempre de dos en dos. 

Propiedades. Algunas de las propiedades de los números primos son:

Decimos que un número entero p>1 es primo si sus únicos divisores positivos son 1 y p.

 Si un número entero q >1 no es primo, se le llama número compuesto. Por tanto, un


entero q será compuesto si y sólo si existen a,b enteros positivos (menores que q) tales
que q=ab.
 Si mcd(a,b)=1 se dice que a y b son primos entre sí, coprimos o que son primos
relativos. Esto es, si no tienen ningún factor primo común; es decir, si su máximo
común divisor es 1. Un número primo es, así, coprimo con cualquier número natural
que no sea múltiplo de él mismo.

 El mínimo común múltiplo de dos o más números es el menor de los múltiplos


comunes de todos ellos. Para calcularlo, se descomponen los números en factores
primos y se toman los factores comunes y no comunes con su máximo exponente. Por
ejemplo, el mínimo común múltiplo de 10=2·5 y 12=22·3 es 60=22·3·5.

 El máximo común divisor de dos o más números es el mayor de los divisores comunes
de todos ellos. Es igual al producto de los factores comunes con su mínimo exponente.
En el ejemplo anterior, el máximo común divisor de 10 y 12 es 2.

1. Finalmente, dos o más números son coprimos, o primos entre sí, Si p es primo, p|
x1.x2...xn ⇒ p|xi para algún i.

2. Teorema Fundamental de la Aritmética: Todo número natural mayor que 1 o bien es


primo, o bien se puede descomponer como producto de números primos. Además
esta descomposición es única -salvo el orden de los factores-.
3. Si un número n es compuesto, se verifica que ha de tener un divisor primo menor o
igual que su raíz cuadrada.
4. Existen infinitos números primos.
5. Si p es un número primo y divisor del producto de números enteros a∙b, entonces p es
divisor de al menos uno de ellos (Lema de Euclides).
6. Si p es primo y a es algún número natural diferente de 1, entonces a p - a es divisible
por p (Pequeño Teorema de Fermat).
7. Un número p es primo si y sólo si el factorial (p-1)! p es divisible por p (Teorema de
Wilson).
8. Si n es un número natural, entonces siempre existe un número primo p tal que n<p<2n
(Postulado de Bertrand).
9. En toda progresión aritmética, an=a + nq donde los enteros positivos a,q>=1 son
primos entre sí, existen infinitos números primos (Teorema de Dirichlet).
10. El número de primos menores que un x dado sigue una función asintótica a f(x)=x/lnx
(Teorema de los números primos).
11. El anillo ℤ /nℤ es un cuerpo si y sólo si n es primo. Equivalentemente: n es primo si y
sólo si ϕ(n)=n-1, donde ϕ(n) es la función fi de Euler.
Factorización. El problema de factorización consiste en escribir cualquier número n como
producto de primos, y es aún más complicado que el problema de primalidad. Un algoritmo
elemental que se enseña en la escuela primaria permite factorizar, con papel, lápiz y
calculadora, cualquier número n (no muy grande) en producto de primos. Pero,
desventajosamente, ese algoritmo requiere conocer previamente todos los números primos
menores o iguales a n; además de mucha paciencia y tiempo.

A diferencia del problema de primalidad, aún no se sabe si el problema de factorización se


puede resolver en computación clásica en tiempo polinomial. Sin embargo, existe un algoritmo
de factorización en tiempo polinomial en lo que se conoce como computación cuántica, que es
otro enfoque a la computación, y que se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo.

Problema de primalidad. Determinar si un cierto número es primo o compuesto se denomina


problema de primalidad. Y los métodos que dan con la solución son algoritmos conocidos como
test de primalidad. Existen dos tipos de test, los deterministas y los probabilísticos. Los test
deterministas son capaces de afirmar con absoluta certeza la primalidad de un número dado. En
cambio, los test probabilísticos sólo nos indican qué tan probable es que dicho número sea
primo, sin ningún tipo de garantía matemática.

El primer test determinista surgió en el siglo II a. C. y se lo conoce como la criba de


Eratóstenes, en honor a su creador, quien fue un matemático y astrónomo griego
contemporáneo a Arquímedes.

2. HISTORIA

2.1. Oriente prehelénico

No está claro cuando los seres humanos reflexionaron por primera vez sobre los misterios de los
números primos. El Hueso de Ishango sugiere que los humanos pensaban sobre los números
primos ya hace mucho tiempo, aproximadamente hace más de 20 000 años (anterior a la
aparición de la escritura) , ya que incluye una cuaterna de primos (11, 13, 17, 19). Aunque
podría ser sólo una coincidencia ya que esto también ocurre al hacer una partición de 60 en
números impares.

Numerosas tablillas de arcilla seca atribuidas a las civilizaciones que se fueron sucediendo


en Mesopotamia a lo largo del II milenio a.C. muestran la resolución de problemas aritméticos y
atestiguan los conocimientos de la época. Los cálculos requerían conocer los inversos de los
naturales, que también se han hallado en tablillas. En el sistema sexagesimal que empleaban
los babilonios para escribir los números, los inversos de los divisores de potencias de 60
(números regulares) se calculan fácilmente; por ejemplo, dividir entre 24 equivale a multiplicar
por 150 (2·60+30) y correr la coma sexagesimal dos lugares. El conocimiento matemático de
los babilonios necesitaba una sólida comprensión de la multiplicación, la división y
la factorización de los naturales.

En las matemáticas egipcias, el cálculo de fracciones requería conocimientos sobre las


operaciones, la división de naturales y la factorización. Los egipcios solo operaban con las
llamadas fracciones egipcias, suma de fracciones unitarias (aquellas cuyo numerador es 1), por
lo que las fracciones de numerador distinto de 1 se escribían como suma de inversos de
naturales, a ser posible sin repetición. Esto es una prueba de su conocimiento, o al menos
intuición, del concepto de número primo.

La evidencia es más convincente con los antiguos egipcios, con su fuerte énfasis en fracciones
de la unidad (o fracciones egipcias). El Papiro Matemático de Rhynd, que data de hace cuatro

mil años, se ocupaba de la expresión   (con n un entero impar en el intervalo   )


como una suma de fracciones de la unidad. Cuando n es primo, extensiones de la fracción
unidad son considerablemente más difíciles de alcanzar.

2.2. Antigua Grecia


Sin embargo, los antiguos griegos de hace 2500 años, a menudo reciben el crédito de ser los
primeros en estudiar los números primos por su propio bien.

2.2.1. Escuela pitagórica


Los matemáticos de la escuela de Pitágoras, entre ellos mujeres (500 a. C – 300 a. C) se
interesaron en los números por sus propiedades místicas y numerológicas. Entendieron la idea
de primo y estaban interesados en los números perfectos y amigos.

 Un número perfecto es aquel que es suma de sus propios divisores. Por ejemplo, el
número 6 tiene por divisores 1, 2, y 3, además 1 + 2 +3 = 6. El número 28 tiene por
divisores 1, 2, 4, 7 y 14, además 1 + 2 + 4 + 7 + 14 = 28.

 Un par de números amigos es un par como 220 y 284 tal que los divisores propios de
uno suman el otro número y viceversa.
2.2.2. Euclides
La primera prueba indiscutible del conocimiento de los números primos se remonta a alrededor
del año 300 a. C. y se encuentra en los Elementos de Euclides (tomos VII a IX). Euclides define
los números primos, demuestra que hay infinitos de ellos, define el máximo común divisor y
el mínimo común múltiplo y proporciona un método para determinarlos que hoy en día se
conoce como el algoritmo de Euclides. Los Elementos contienen asimismo el teorema
fundamental de la aritmética y la manera de construir un número perfecto a partir de un número
primo de Mersenne.

2.2.3. Eratóstenes
La criba de Eratóstenes, atribuida a Eratóstenes de Cirene, es un método sencillo que permite
encontrar números primos. Hoy en día, empero, los mayores números primos que se encuentran
con la ayuda de ordenadores emplean otros algoritmos más rápidos y complejos.

La criba de Eratóstenes no sólo permite deducir la primalidad de un número dado n,


sino que también encuentra todos los números primos menores que n. Funciona de la
siguiente manera:

La criba de Eratóstenes es un algoritmo que permite hallar todos los números


primos menores que un número natural dado. Partimos de una lista de números que van de 2
hasta un determinado número.
Eliminamos de la lista los múltiplos de 2. Luego tomamos el primer número después del 2 que
no fue eliminado (el 3) y eliminamos de la lista sus múltiplos, y así sucesivamente.
El proceso termina cuando el cuadrado del mayor número confirmado como primo es menor
que el número final de la lista. Los números que permanecen en la lista son los primos.

Si bien la criba de Eratóstenes es un método determinista para el análisis de primalidad,


es ineficiente cuando se aplica a n grandes, pues requiere de tiempos de cómputo muy
prolongados.

Un resultado teórico muy bello que podría ser utilizado como test de primalidad determinista
es el llamado Teorema de Wilson:

Teorema de Wilson: El número entero n > 1 es primo si y sólo si n


divide a (n − 1)! + 1:
Desafortunadamente, al igual que la criba de Eratóstenes, en la práctica, usar el Teorema
De Wilson para determinar la primalidad de un número dado es muy costoso
computacionalmente.

En el año 2002 un grupo de investigadores desarrolló un test de primalidad determinista


con la característica de ser un algoritmo que se ejecuta en tiempo polinomial. Sin entrar en
detalles técnicos, eso quiere decir que el tiempo que le lleva a una computadora completar
el procedimiento es bastante “aceptable". El test se denomina Test de primalidad AKS [3],
por las siglas de sus diseñadores. Y está basado en una generalización del Pequeño Teorema
de Fermat:
Pequeño Teorema de Fermat: Sea p un número primo y a un
número natural, entonces p divide a ap − a.

Una consecuencia directa del Pequeño Teorema de Fermat es la siguiente:


Corolario del PTF: Si p es un número primo y a es un número natural no divisible por p,
entonces p divide a ap−1 − 1. Si bien la recíproca del corolario no vale, hay muchos valores de p
para la cual sí se verifica. En ese hecho se basa un test probabilístico conocido como Test de
primalidad de Fermat [4]. Los números en donde falla este test se llaman Números de
Carmichel, por el matemático Robert Carmichel (1879 - 1967), quien se dedicó a estudiarlos. El
número de Carmichael más pequeño es n = 561 = 3 × 11 × 17, que no es primo. Sin embargo,
a560 – 1 es divisible por 561 para cualquier a coprimo con 561.

También podría gustarte