HIPERACTIVIDAD
HIPERACTIVIDAD
HIPERACTIVIDAD
HIPERACTIVIDAD
1. CONCEPTO DE HIPERACTIVIDAD:
La falta de atención
Dificultades de aprendizaje perceptivo-cognitivo
Los problemas de conducta
La falta de madurez
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Se da frecuentemente más en varones, en proporciones de 3/1 a 6/1 respecto a niñas.
La incidencia de la población escolar española no es conocida.
A pesar de las confusiones que existen respecto al tema, la mayoría de los autores
están de acuerdo en considerar la actividad excesiva, la falta de atención y la falta de
autocontrol cómo el “corazón” del síndrome.
A nivel conductual:
Hiperactivad: Entendida como movimiento corporal constante, es el más
aparente de los trastornos. Esta movilidad casi permanente la manifiesta el
niño desde muy pequeño. Como consecuencia de ella, puede presentar:
o Hiperactividad verbal
o Destructividad
o Agresividad
Déficit de atención y control: Es otra característica fundamental: Parece
como si el niño se viera forzado a reaccionar ante estímulos, mostrándose
atraído por detalles irrelevantes. Incapacidad para organizarlos
jerárquicamente de forma que el niño reacciona con la misma intensidad
antes lo esencial que ante lo accesorio.
Impulsividad: El niño hiperactivo actúa sin medir las consecuencias de sus
actos; da la impresión de que no puede inhibir sus impulsos.
A nivel emocional:
o Irritabilidad: dado que el niño tiene escaso control sobre la conducta, ésta
se vuelve impredecible generando situaciones de tensión y los
consiguientes berrinches, pataletas… por su escasa tolerancia a la
frustración
o Labialidad afectiva: en este caso, el niño presenta una deficiente
autoestima y dificultades para relacionarse con los compañeros.
A nivel escolar:
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Dificultades de aprendizaje que pueden ser lógica consecuencia de las
características anteriormente mencionadas. Estas dificultades se refieren
fundamentalmente al área perceptivo-cognitiva, aritméticas, lectoescritoras y
de memoria, graficas, de coordinación viso-motora y orientación espacial.
3. CAUSAS:
La etiología puede ser tanto genética como adquirida, pero en ambas circunstancias
con la misma base bioquímica como origen del trastorno. La mayoría de los casos son
hereditarios por vía autonómica dominante por parte de ambos progenitores de
manera similar. Además de los casos hereditarios, están los de origen adquirido. En
estos últimos años se está observando un importante aumento de este grupo debido
fundamentalmente al gran número de niños prematuros y de peso muy bajo, a veces
provenientes de partos múltiples, que salen adelante gracias a los sofisticados
cuidados intensivos neonatales, predominando en sus secuelas la inquietud, la falta de
atención y la impulsividad. En los niños adoptados la etiología
puede ser combinada – constitucional o genética y adquirida – y, además, contar con
la probabilidad de heredar mucha patología comórbida (violencia, conflictividad
personal, tendencia al consumo de alcohol y drogas, etc.)
4. PROCEDIMIENTOS DE EVALUACIÓN:
Como era de esperar, no existe acuerdo sobre el valor de los distintos procedimientos,
sin embargo, parece ser que las medidas más fiables y validas para la evaluación de las
conductas hiperactivas son los cuestionarios y las escalas de comportamiento
observacional. De hecho, los distintos síntomas que aparecen en la DSM-III
constituyen también una escala utilizable a la hora de diagnosticas esta alteración.
4.1 HISTORIAL:
Para un diagnostico correcto de la hiperactividad, lo más importante es obtener un
historial detallado y exacto. Se considera que la historia clínica es la fuente más
importante de datos; desarrollo evolutivo del niño, sintomatología actual, clima
familiar, pautas educativas, etc. Esta información debe ser completada con los datos
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que nos proporciona el profesor sobre la conducta del niño, a través de informes o
escalas de observación.
4.2 ESCALAS:
Existen gran cantidad de inventarios de conductas y escalas de valoración que aportan
información sistemática muy valiosa a la hora de evaluar la hiperactividad infantil.
Difieren en amplitud, especificidad y validez empírica.
De todos ellos el más difundido es el Inventario de Conners, que consta de dos escalas;
la TRS de 39 items, para el profesor; y PSQ con 93 items, para los padres. El valor que
discrimina entre hiperactivos y no hiperactivos es de 15.
Otra prueba de gran utilidad es la Escala de clasificación de Werry,Weiss y Peters muy
utilizada por los padres y valiosa para evaluar la eficacia del tratamiento, aunque no
hay que olvidar que evalúa solamente la dimensión de hiperactividad. Proporciona
información sobre la actividad del niño en diferentes contextos; cualquier puntuación
superior a 15 puede considerarse significativa.
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- Exploración psicopedagógica. Las pruebas del C. I no suelen ser de gran utilidad
porque no sirven para determinar las dificultades de aprendizaje específicas de estos
niños, que suelen obtener valores medios en dichas pruebas. Por el contrario si nos
proporcionan mayor información la exploración de sub-tests específico, (por ejemplo:
la escala de Wescheler) o áreas concretas, vasomotoras, perceptiva etc.
Señalamos una serie de criterios que deben tenerse en cuenta a la hora de diagnóstico
diferencial de la hiperactividad:
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-Presencia de:
o Déficit de atención
o Impulsividad
o Actividad motora excesiva
o Inteligencia normal
o Opinión de padres y profesores respecto a la conducta del niño
o Sintomatología iniciada en la infancia y persistencia de la misma
o Sintomatología asociadas: agresividad, dificultad de relaciones interpersonales
-Ausencia de:
o Lesiones cerebrales demostradas
o Condiciones socioambientales muy deficitarias.
Dado que el grupo tan heterogéneo de niños con conductas hiperactivas, cabría pensar
que la mejor de todas las terapias es la multidisciplinaria. Aunque en la práctica, el
enfoque farmacológico y el de terapia de conducta suelen ser los más eficaces.
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disminución de la actividad física y un aumento de los periodos de atención y cómo
consecuencia un mejor rendimiento escolar.
Ámbito familiar:
Ámbito escolar:
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En la escuela los niños hiperactivos viven un mayor reto que en su entorno familiar
porque en la escuela no tienen su apoyo habitual que suelen ser los padres. En el
colegio muchos profesores no suelen saber como tratarlos porque estos niños rompen
los esquemas de la clase que pudieran tener pre-establecidos los maestros. A veces les
regañan o les castigan porque alborotan o no prestan atención pero hay que pensar
que un niño hiperactivo no sabe porqué actúa como lo hace, no tiene la intención de
ser del modo que es, simplemente no puede evitarlo.
Una estrategia que puede resultar más positiva con los niños hiperactivos es aceptar
que hay un problema y adaptar el aprendizaje a ese problema. Por ejemplo si se tiene
que aprender algo nuevo deberá hacerse paso a paso y a pequeñas dosis porque estos
niños no pueden mantener la atención tanto tiempo como el resto de niños. Hay que
tener en cuenta que también se cansan más, así es que deberán de incorporarse más
periodos de descanso para que el resultado final sea mejor.
Cuando enseñas a niños con ADHD hay que tener en cuenta que no pueden prestar
atención a un gran abanico de conceptos, así es que en su caso debemos resaltar lo
importante. Su ritmo de aprendizaje será distinto del resto del grupo pero hay que
tratar al niño individualmente para evitar que el aprendizaje escolar sea la causa de
problemática añadida. La escuela debe ser flexible y tratar a estos niños según las
necesidades de cada uno.
El tema de los compañeros es otra fuente de problemas; los niños con ADHD son niños
poco populares y normalmente rechazados por su habitual inconformismo e
impaciencia. Una manera de ayudarlo es estimularlo a que siga adelante, que no se dé
por vencido, que trate de entender cómo se sienten los otros niños frente a sus
reacciones.
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pero éstos se agrandan porque toman como base un niño normal y un niño con ADHD
no lo es. Si en vez de esto trataran de reconocer los puntos positivos de su conducta
seguro que el niño se sentiría más apoyado. Si se parte de la base de que el niño
hiperactivo no atiende y no para quieto y nos fijamos en el rato que pasa quieto y
atendiendo seguro que lo veremos de otra manera. Además si le reforzamos
positivamente por cada rato que pasa atendiendo o quieto potenciaremos su
autoestima y lo ayudaremos a desarrollarse más eficazmente. A menudo la mejor
recompensa que pueden recibir es la atención de los padres.
6. CONCLUSIÓN:
Es muy recomendable que se detecte este trastorno a tiempo y saber distinguirlo entre
los diferentes síntomas que presenta. Es muy importante que el niño reciba
principalmente apoyo de su familia ya que convive con ellos diariamente y pueden
darle al niño normas y responsabilidades y que acepten al niño tal como es y que no
sufra de discriminaciones.
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7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
o J.R. Gallardo Ruiz/ J.L. Gallego Ortega “Manual De Logopedia Escolar”. Aljibe
S.L. Archidona (Málaga) 2003
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