La Importancia de La Madurez Espiritual

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Advertencia contra la apostasía

Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os
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habéis hecho tardos para oír.

Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de


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que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de
Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento
sólido.

Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia,


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porque es niño;

pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por
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el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

Hebreos 5:11-14

En el pasaje de hoy se nos recuerda que nuestro crecimiento como cristianos es


un proceso a largo plazo. No entendemos todas las cosas espirituales en el
momento de la salvación. En vez de eso, desarrollamos sabiduría con el tiempo a
través del estudio de la Biblia, la oración y la obediencia a los principios y
mandatos del Señor. Con diligencia, aprendemos cada vez más a distinguir entre
la verdad y el error, el bien y el mal, y la voluntad divina y los sentimientos
personales.

Uno de los mayores peligros para los creyentes es no madurar. Para crecer,
debemos nutrirnos de la Palabra de Dios; y para ser fuertes, necesitamos ejercitar
la obediencia. De lo contrario, seríamos engañados con facilidad, perturbados y
distraídos por cada nueva enseñanza que se nos presente (Ef 4.13, 14). Es más,
no nos familiarizaríamos con las verdades espirituales más profundas. Nuestra
comprensión de la grandeza de Dios sería minúscula y nuestro agradecimiento
por el sacrificio de Cristo, superficial. Y la Biblia seguiría siendo un libro
confuso y poco atractivo para nosotros.

El crecimiento espiritual no debe considerarse opcional en la vida del creyente. A


menudo pensamos que la inmadurez espiritual es normal, pero Dios no piensa
así. El Señor tiene mayores esperanzas y planes para nuestra relación con Él.

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