0 Dios Uno y Trino Gonzalo Lobo

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GONZALO LOBO MÉNDEZ

DIOS UNO Y TRINO


Iniciación Teológica

Sexta edición

EDICIONES RIALP, S. A.
MADRID
© 2015 by GONZALO LOBO MÉNDEZ SUMARIO
© 2015 by EDICIONES RlALP, S. A., Alcalá, 290, 28027 Madrid

Primera edición: noviembre 2002


Sexta edición: mayo 2015

Con aprobación eclesiástica del Arzobispado


de Madrid, noviembre 2002

Capítulo l. LA EXISTENCIA DE UN DIOS QUE REVELA ..... 15

Capítulo II. LA UNICIDAD Y TRASCENDENCIA DE DIOS 40

Capítulo III. EL DIOS VIVO DE LA ALIANZA ........... ..... 70

Capítulo IV LA TruN!DAD EN EL NUEVO TESTAMENTO 95


Ilustración de cubierta: Anónimo s. XVIII, pintura
al fresco, Ahanassi (Bulgaria). Capítulo V HACIA UNA FORMULACION DOGMÁTICA
DE LA FE TRINITARIA ................................................. 123

Capítulo VI. LAS PROCESIONES DIVINAS ...................... 153

Capítulo VII. LAS RELACIONES DIVINAS ...................... 171


No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático,
ni la rransmisión de ninguna forma o por cual.quier medio, ya sea electrónim, meclnico, por
fotocopia, por regisrro u otros mérodo., sin el permiw previo y por eocrito de los titulares del Capítulo VIII. LAs PERSONAS DIVINAS ........................ 186
Copyright
Oirljase a CEDRO (Centro Español de Derechos &,p;ogr:lficos, www.cedro.orgl si necesita
fotocopiar o es<;anear algún fragmento de esta obra.
Capítulo IX. PROPIEDADES Y MISIONES ...................... 209

Capítulo X. DE LA TRINIDAD ECONOMICA A LA TRI-


NIDAD INMANENTE .. .............................. ................... 226
ISBN: 978-84-321-3924-6 Bibliografía .................................................................... 251
Dep6sito legal: M-16913-2015
Impreso en Anzos, S. L., Fuenlabrada (Madrid) Índice general ...... ....... ...... ...... ....... ...... ....... ....... ..... ...... . 2 57

7
INTRODUCCIÓN

Este libro se ha escrito con la pretensión de ofrecer una sín-


tesis de la doctrina católica sobre la Santísima Trinidad para
aquellos fieles que desean conocer y amar al Dios que se nos ha
revelado en Jesucristo. La colección de la que forma parte, Ini-
ciación Teológica, así como los manuales que ya han sido publi-
cados, son la mejor referencia para entender la estructura y el
enfoque de este manual.
En esta sociedad secularizada y de culturas cambiantes y con-
tradictorias, gracias a Dios son muchos los fieles cristianos que
desean tener un conocimiento científico y, a la vez, sencillo de
la fe cristiana. Se trata de ofrecer, a las personas con una cierta
cultura, los contenidos de la fe y los argumentos que se han
considerado más valiosos a lo largo de la historia, para fortale-
cer su fe y su vida espiritual, y para capacitarles en la difusión
de la doctrina revelada. También se ha tenido en cuenta a los
cristianos que por un tiempo se han alejado de la fe y desean
volver a ella para redescubrir al Dios revelado por Jesucristo.
No faltan personas que, sin ser cristianas, buscan con ahínco
una luz y sospechan que la encontrarán en el Dios cristiano.
Por estas razones, buena parte de las citas de los Santos Pa-
dres y de los grandes teólogos se han recogido de libros que es-

9
tán en las librerías, es decir, libros asequibles a quienes desean ABREVIATURAS
profundizar en algún aspecto de la fe, cosa imposible si las refe-
rencias se tomaran de los originales o de las grandes ediciones
críticas.
Agradezco vivamente a Serge Nicoloff la lectura del original
y sus valiosas sugerencias para mejorar el texto.

En las notas a pie de página van las siguientes abreviaturas:

CCE Catecismo de la Iglesia Católica


C. Vat.l Concilio Vaticano I
C. Vat. II Concilio Vaticano II
Con c. Concilio
DV C. Vat. II, Constitución dogmática Dei Verbum,
sobre la Revelación divina (18-11-1965).
DH El Magisterio de la Iglesia, edición de Denzinger-
Hünermann. Herder, Barcelona 2001.
GER Gran Enciclopedia Rialp (25 v.) Rialp, Madrid
1971 y SS.
JP II De V Juan Pablo Il, encíclica Dominum et Vivificantem
(18-05-1986)
JPII DM Juan Pablo Il, encíclica Dives in Misericordia (30-
11-1980)
JP II RH Juan Pablo II, encíclica Redemptor Hominis (4-03-
1979)
GS C. Vat. Il, Constitución pastoral Gaudium et Spes,
sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo (7-
12-1965).
LG C. Vat. Il, Constitución dogmática Lumen Gen-
tium, sobre la Iglesia (21-11-1964).
S.Th. Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica (16 v.).
BAC, Madrid 1948 y ss.

10 11
ABREVIATURAS DE LOS LIBROS
DE LA SAGRADA ESCRITURA

ANTIGUO TESTAMENTO NUEVO TESTAMENTO

Gn Génesis Qo (Qohelet) Eclesiastés Mt Mateo 1 Tm 1 Timoteo


Ex Éxodo Ct Cantar de los Me M ateos 2Tm 2 Timoteo
Lv Levítico cantares Le Lucas Tt Tito
Nm Números Sb Sabiduría Jn Juan Flm Filemón
Dt Deuteronomio Si (Sirácida) Eclesiástico Hch Hechos de los Apóstoles Hb Hebreos
Jos Josué Is Isaías Rm Romanos St Santiago
Jc Jueces Jr Jeremías 1 Co 1 Corintios 1p 1 Pedro
Rt Rut Lm Lamentaciones 2Co 2 Corintios 2P 2 Pedro
1S 1 Samuel Ba Baruc Ga Gálatas 1 Jn l Juan
2S 2 Samuel Ez Ezequiel Ef Efesios 2Jn 2Juan
1R l Reyes Dn Daniel Flp Filipenses 3 Jn 3 Juan
2R 2 Reyes Os Oseas Col Colosenses Judas Judas
lCro l Crónicas JI Joel l Ts 1 Tesalonicenses Ap Apocalipsis
2Cro 2 Crónicas Am Amós 2Ts 2 Tesalonicenses
Esd Esdras Ab Abdias
Ne Nehemfas Jon Jonás
Tb Tobías Mi Miqueas
Jdt Judit Na Nahum
Est Es ter Ha Habacuc
lM l Macabeos So Sofonfas
2M 2 Macabeos Ag Ageo
Jb Job Za Zacarfas
Sal Salmos MI Malaquías
Pr Proverbios

12 13
Capítulo I
LA EXISTENCIA DE UN DIOS QUE REVELA

<<Dios, infinitamente Perfecto y Bienaventurado en sí mismo,


en un designio de pura bondad ha creado libremente al hom-
bre para que tenga parte en su vida bienaventurada. Por eso, en
todo tiempo y en todo lugar, está cerca del hombre. Le llama y
le ayuda a buscarlo, a conocerle y a amarle con todas sus fuer-
zas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la
unidad de su familia, la Iglesia. Lo hace mediante su Hijo que
envió como Redentor y Salvador al llegar la plenitud de los
tiempos. En Él y por Él, llama a los hombres a ser, en el Espí-
ritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de
su vida bienaventurada>> 1 •
Con estas palabras empieza el Catecismo de la Iglesia Católica
la enseñanza sobre Dios, el Dios que existe realmente y se nos
ha manifestado a los hombres de modo progresivo en diversas
etapas históricas, con el fin de que los hombres participemos ya

1
Catecismo de la Iglesia Católica, 1 (en adelante, CCE). Cfr. la voz Dios
en Diccionario de Teología (Izquierdo, Dir.), en adelante, Dic. Teologfa, o. c.,
pp. 233-254.

15
en la tierra de la felicidad de Dios. Por eso, el estudio sobre por los europeos, tenían grandes templos y prácticas religiosas.
Dios no termina en un saber intelectual asequible a algunas 3. En cuanto al espacio, la historia también afirma haber en-
personas, sino que se prolonga en un movimiento de amor a contrado expresiones religiosas en todos los pueblos y culturas
Dios que ilumina y da sentido pleno, grandioso, a toda la exis- conocidos hasta hoy.
tencia humana; comienza por la liberación del pecado, prosi- Tales manifestaciones religiosas son costumbres y tradicio-
gue por la elevación del hombre al plano sobrenatural de la nes populares que ponen al vivo las inquietudes humanas en
gracia divina y descubre el sentido divino de todas las vicisitu- búsqueda del sentido de la vida y de la muerte, del dolor y de la
des de los hombres y de los pueblos. enfermedad, del mal y de la esperanza en el más allá. Estas vi-
Por eso, se comprende con facilidad que la cuestión sobre vencias religiosas son llamadas religiones naturales o positivas,
Dios tiene para un cristiano una importancia capital: a) Es la y las encontramos como tradiciones antiquísimas que afirman
cuestión más radical de toda la Teología, porque el misterio de de diferentes maneras que el hombre de todos los tiempos
la Santísima Trinidad es el misterio central que está en el cora- busca a Dios para guiar su vida por los caminos de una con-
zón de la fe cristiana. Y b) Es la cuestión más radical de la exis- ducta buena.
tencia humana, pues en el Dios vivo se encuentra la razón úl- No consta históricamente que esas tradiciones sean revela-
tima del ser del hombre y el sentido pleno de su dignidad. ciones o manifestaciones de Dios. Más bien habría que decir a
La historia afirma que en todos los pueblos en todas las épo- la luz de la historia y, particularmente, de la fe cristiana, que
cas históricas se encuentran abundantes expresiones religiosas2 • tales revelaciones no tuvieron lugar. No obstante, esas tradicio-
Esta afirmación se basa en tres hechos principales: l. La religio- nes antiguas de los pueblos expresan el deseo de Dios que está
sidad es un hecho muy primitivo que coincide con el origen del «inscrito en el corazón del hombre», como enseña el Cate-
hombre; por ejemplo, en el paleolitico superior (entre los años cismO'. La filosofía ofrece el siguiente argumento: La racionali-
35.000 y 9.000 antes de Cristo) se han encontrado huesos ta- dad del hombre busca una explicación a los misterios de la vida
llados, grabados, pinturas (como las de la cueva de Altamira en humana y esa explicación se encuentra en la aceptación de un
Cantabria), estatuas femeninas y enterramientos que permiten Ser infinito y eterno al que los hombres llaman Dios. Zubiri
afirmar la religiosidad y el culto a Dios de esos pueblos. 2. En afirma que el misterio del hombre sólo se entiende si se acepta
cuanto al tiempo, los documentos históricos (al menos ya desde que «hombre y Dios» son expresión de la genuina estructura
Homero, en el siglo IX antes de Cristo) expresan que la vida
humana, pues sin la referencia a Dios no se puede entender al
humana de todas las épocas está vertebrada por profundas vi-
hombre'.
vencias religiosas; por ejemplo, el descubrimiento de América
La fe cristiana da una explicación más concreta y firme: «El
mostró que los pueblos nativos, desconocidos hasta entonces
hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de
atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre
2
Manuel Guerra ha estudiado muy bien la universalidad del hecho reli-
gioso, su fundamentación histórica y su explicación filosófica en el libro Histo-
ria de las religiones (I-III), o. c. Para lo que aquí concierne, cfr. tomo II, pág. 82 y 3 CCE, 27.
ss.; cfr. Rovira Belloso, o. c., pág. 121 y siguientes, sobre la raíz de la religiosidad. 4 Cfr. Xavier Zubiri, El hombrey Dios, Nacional, Madrid 1984, pág. 11 yss.

16 17
la verdad y la dicha que no cesa de buscan> 5 . San Agustín lo natural de Dios es la antesala para el conocimiento del Dios
expresa de un modo muy bello: <<Nos creaste, Señor, para Ti, y que se ha revelado sobrenaturalmente a los hombres. Hay que
nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti>> 6 • decir que toda la cultura occidental, considerada como la más
El estudio sobre Dios es una cuestión que afecta de modo desarrollada, descansa inicialmente sobre ese hallazgo hu-
decisivo al hombre, pues abarca toda la existencia humana. En mano de Dios7 •
otras palabras: al conocer y tratar a Dios el hombre busca, aun- Pascal, parece que opone el <<Dios de los filósofos>> al <<Dios
que en ocasiones no sea consciente de ello, su verdadera digni- de la fe>> o <<Dios de la revelación>>, es decir, al Dios vivo que se
dad -lo que suele llamarse el <<Sentido de la existencia hu- ha revelado a los hombres en Jesucristo y, antes, a los Patriarcas,
mana>>-, capaz de conocer y amar a Dios. desde Abrahán a Moisés. Según Pascal, el conocimiento de
Dios que el hombre alcanza con su inteligencia no serviría para
conocer mejor al Dios que se nos ha revelado; se trataría de
l. El Dios de los fllósofos y el Dios de la revelación dos mundos o dos planos distintos sin comunicación alguna
entre sí.
Pascal, pensador cristiano francés del siglo XVII, formuló Sin embargo, es claro que el creyente, al aceptar al Dios que
unas expresiones que se hicieron famosas: <<el Dios de los filóso- se ha revelado, tiene antes un concepto o imagen natural de
fos>> y <<el Dios de la fe>> o el <<Dios de JesucristO>>. Para Pascal, la Dios. En estos términos lo expresa el Catecismo: <<La santa Igle-
expresión <<Dios de los filósofos>> quiere decir la imagen o el sia, nuestra madre, mantiene y enseña que Dios, principio y fin
concepto de Dios que llega a conocer el hombre a través de su de todas las cosas, puede ser conocido con certeza mediante _la
inteligencia natural: es el Absoluto, el primer Ser, el Dios infi- luz natural de la razón humana a partir de las cosas creadas. Sm
nito, el Todopoderoso, el Dios de los metafísicos, el primer esta capacidad, el hombre no podría acoger la r~velación de
motor de Aristóteles; en definitiva, el Dios creador de todas las Dios. El hombre tiene esta capacidad porque ha s1do creado a
cosas. A este planteamiento no hay nada que objetar. Se trata .
Imagen de D"lOS}> 8 . .
de un concepto de Dios que es fruto del pensamiento humano En el anterior texto se nos enseñan tres verdades Importan-
y nos dice <<algo>> válido sobre Dios, aunque no llega a desvelar- tes: 1", que el hombre tiene capacidad natural de conocer a
nos su carácter personal con el que estarnos llamados a estable- Dios, principio y fin de todas las cosas; en ~tras pal~bras, que el
cer un diálogo amoroso. Tal planteamiento lo admite Santo hombre es capaz de Dios. 2•, que esta capaCidad le VIene al hom-
Tomás de Aquino y la mayor parte de los filósofos y teólogos bre porque ha sido creado por Dios a su imagen. 3•, que el co-
católicos; y lo ha aceptado el Magisterio de la Iglesia para ex- nocimiento natural de Dios es previo y necesario para acoger la
presar que el pensamiento humano puede alcanzar un conoci- revelación sobrenatural.
miento de Dios cierto, aunque limitado; y que ese conocimiento

7 Cfr. Rovira Belloso, o. c., pág. 23 y ss. acerca del pensamiento occidental
5 CCE. 27. sobre Dios.
6 SanAgustin, Conftsiones, 1, 1, Palabra, Madrid, o.c. 8 CCE. 36.

18 19
En definitiva, no tiene ningún sentido oponer como incom- 2. La revelación de Dios en la historia y en las palabras
patibles el «Dios de los filósofos» y el «Dios de la fe», porque se
trata del único y mismo Dios al que los hombres se han diri- ¿Cómo conocemos que existe Dios? Contamos con dos
gido en sus plegarias. En el primer caso -el «Dios de los filó- fuentes de conocimiento: la fuente de la creación divina, es de-
sofos>>-, nos encontramos con la imagen de Dios a la que llega cir, el conocimiento que nos proporciona el estudio del mundo
la inteligencia humana a través de las cosas creadas por Dios. material y del hombre; y la fuente de la historia, es decir, las
En el segundo caso -el «Dios de la fe»-, nos encontramos intervenciones de Dios en la historia de los hombres.
con la imagen que el propio Dios nos ha manifestado amorosa- El encuentro del hombre con Dios es un encuentro personal
mente a los hombres para ofrecernos la salvación eterna. Po- que incluye los actos de conocimiento y de amor. Nuestro co-
dríamos decir que el primero es un conocimiento elemental y nocimiento de Dios es siempre un encuentro con el misterio:
cierto de Dios, un conocimiento de Dios como «desde fuera»; encuentro con una realidad que nos trasciende, que está aquí y
y el segundo, un conocimiento «desde dentro» y <<desde arriba>>: más allá de nuestro conocimiento. Este conocimiento pide una
el conocimiento seguro y sobrenatural del Dios Uno y Trino y apertura del hombre entero.
de la intimidad de la vida divina que el propio Dios nos ha Sólo en la aceptación de Dios, encuentra el hombre el sen-
manifestado, y a la que nos llama a participar. tido a los interrogantes de su existencia.
Podemos concluir este epígrafe afirmando: 1°, que el cono- El verbo «revelan> 10 significa poner a la vista algo que estaba
cimiento natural de Dios es el inicio necesario para el conoci- escondido, manifestar o descubrir algo que se ignoraba, correr
miento sobrenatural; 2°, que ambos son complementarios: el el velo para poder ver lo que hay tras él. La revelación se refiere
conocimiento humano es inicial; el sobrenatural es conoci- principalmente a Dios; consiste en la acción por la que Dios se
miento de plenitud por ser un don de Dios gratuito y amoroso; manifiesta a los hombres. Hay dos tipos o modos diferentes de
3°, que ese conocimiento humano está subordinado al conoci- revelación:
miento de fe, por ser éste mucho más perfecto, dado que nos a) Revelación natural. Consiste en la manifestación del ser
viene directamente de Dios; 4°, que hay una mutua interde- y de las obras de Dios a través de la naturaleza y del hombre,
pendencia entre uno y otro conocimiento, pues si falta el cono- porque tanto la naturaleza como el hombre son criaturas de
cimiento natural el hombre se incapacita para recibir el conoci- Dios que, de alguna manera, dan a conocer a su Creador. fuí lo
miento de fe; sin embargo, no hay una continuidad mecánica expresa el Compendio: «A partir de la creación, es decir, del
entre uno y otro, pues el primero es fruto de la razón humana mundo y de la persona humana, el hombre, con la sola razón,
que se plantea con honradez el sentido de la vida, y el segundo puede con certeza conocer a Dios como origen y fin del uni-
es fruto de la personal respuesta de fe a la revelación de Dios9. verso y como sumo bien, verdad y belleza infinita» 11 •

9
Cfr. la voz Religión, en Conceptos bdsicos para el estudio de la Teologfa, Jo Cfr. voz Revelación en Conceptos, o. c., pp. 446-450; también en Dic.
Mateo-Seco/Coraz6n, Cristiandad, Madrid 2010, o. c., pp. 434-439; en ade- Teología, o. c., pp.864-887.
lante, Conceptos. 11 Compendio, n. 3.

20 21
Este conocimiento es accesible a todos los hombres, porque error"» 14 • Por esto, como dice el Catecismo en la primera frase
se basa en la razón humana; por eso, todos los hombres son de la cita anterior, <<el hombre necesita ser iluminado por la re-
capaces de conocer que Dios existe, que es bueno, que a todos velación de Dios>>.
e) ¿Y los qne pasan de Dios? Nos encontramos ante una
corresponde la misma dignidad natural, que hay unos valores
situación cultural de ateísmo práccico 15 que rechaza la referen-
morales que brotan del mismo ser del hombre y que todos esta-
cia a Dios. Es fruto del laicismo militante que pretende expul-
mos llamados a una vida eterna, a la vida en Dios 12 •
sar a Dios y a la religión de la vida pública de la humanidad,
b) Revelación sobrenatural. La otra revelación se llama so-
encerrarlo en el ámbito subjetivo de los racionalismos del si-
brenatural y consiste en la manifestación que Dios ha hecho
glo XIX y crear una moral civil individualista carente de valores
libremente en la historia para expresar el misterio de su intimi-
objetivos 16 • •
dad y de su voluntad de salvar a todos los hombres. <<Dios dis- Tras las huellas de una racionalidad foncional es declt, la ra-
puso en su bondad y sabiduría revelarse a sí mismo y dar a co- cionalidad que busca resultados prácticos de orden temporal,
nocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, Europa desarrolla, desde finales del siglo XX, una cultura que,
por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre de una manera desconocida antes por la humanidad, excluye a
en el Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina» 13 • Dios de la conciencia pública, ya sea negándole totalmente, ya
Dios se ha revelado a los hombres -en el modo y en el conte- sea juzgando que su existencia no es demostrabl~, sino inci<;rt~,
nido- de modo gradual, hasta alcanzar su plenitud en Jesu- y por tanto, perteneciente al ámbito de las d~Cisw.nes subJeti-
cristo. vas, algo de todos modos irrelevante para la v1da pubhca.
Necesidad de la revelación sobrenatural. En las condiciones La racionalidad funcional ha producido un desorden en la
históricas en las que se encuentra -y la etapa actual lo mani- conciencia moral. 1) Se dan filosofías positivistas, antimetafísi-
fiesta notoriamente-, el hombre experimenta muchas dificul- cas, en las que Dios no tiene lugar. 2) Autolimitan la liberta~
tades para conocer y amar a Dios con la sola luz de su razón, así humana a la propia decisión. 3) Esa racionalidad funcional di-
como para conocer la propia dignidad de la persona humana. funde: lo que se sabe hacer, se puede hacer; y lo que se puede
El Catecismo enseña que, debido a su situación después del hacer sería moralmente bueno. 4) El laicismo ilustrado rechaza
pecado original, <<el hombre necesita ser iluminado por la reve- la referencia a Dios: es la expresión de una conciencia que
lación de Dios, no solamente acerca de lo que supera su enten- quiere ver a Dios cancelado definitivamente de la vida pública
dimiento, sino también sobre "las verdades religiosas y morales
que de suyo no son inaccesibles a la razón, a fin de que puedan 14 CCE, 38; cfr. C. Vat. !, Const. dogmática Dei Filius, 2, DH, 3004-
ser, en el estado actual del género humano, conocidas por to- 3007.
15 Cfr. la voz Ateísmo, en Conceptos, o. c., pág. 72. Cfr. J. Ratzinger, hom.
dos sin dificultad, con una certeza firme y sin mezcla de
de 20-04-2005; Benedicto XVI, Ene. Caritas in veritate (29-06-2009), n. 29.
16 Cfr. Discurso de Benedicto XVI en Westminster Hall ell?-09-2010,
en el que defiende la fundamentación de la vida civil «sobre firmes principios
" Cfr. CCE, 27-35.
13DIO. éticos, enraizados en la ley natural)),

23
22
de la humanidad, encerrándolo en el ámbito subjetivo de cul- e) Respuesta a la revelación sobrenatural. La respuesta del
turas residuales del pasado 17 • 5) En contra de esas tesis la reve- hombre a la revelación sobrenatural de Dios es la fe, aquella
lación divina afirma la existencia de Dios y la elevaciÓn de los gracia divina por la que el hombre, como enseña el Concilio
baunzados a la condición sobrenatural de hijo de Dios. Vaticano II, <<se entrega entera y libremente a Dios, le ofrece el
d) Motivos de la revelación sobrenatural. Las considera- homenaje rotal de su entendimiento y voluntad, asintiendo li-
ciones anteriores ponen de manifiesto la importancia y la bon- bremente a lo que Dios revela». Y precisa a continuación: <<Para
dad de esa revelación histórica de Dios: Los motivos son varia- dar la respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se
dos; podemos sintetizarlos del modo siguiente: Dios quiere adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio interior del Espíritu
hacer a los hombres capaces de responderle, de conocerle y de Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del '
amarle más allá_de lo que ellos serían capaces por sus propias espíritu y concede a todos gusto en aceptar y creer la verdad» 19 •
fuerzas"; es declf, al revelarse Dios de modo sobrenatural re- Dios, <<el único que es inmortal, el que habita en una luz
vela también al hombre que ha sido llamado a una situaciÓn y inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ven>
a un fin sobrenaturales, para <<vivir en Dios>>. Esta elevación ( 1 Tm 6, 16) por ser enteramente espiritual, ha querido manifes-
sobrenatural: 1) descubre, en primer lugar, lo que Dios es en si tarse a sí mismo a los hombres y comunicarnos su propia vida
mis.mo, es dec!f, mamfiesta la vida íntima de las tres Personas divina. El motivo lo expresa con claridad San Pablo: <<En Él nos
d!Vlnas; 2) al mismo tiempo, ilumina la dignidad excelsa del eligió antes de la creación del mundo, para que fuéramos san-
homb;e, de todo hombre, como don de Dios; 3) descubre tos y sin mancha en su presencia, por el amor; nos predestinó a
tambien la raíz del mal, del pecado de los hombres; 4) mani- ser hijos adoptivos por Jesucristo, conforme al beneplácito de
fiesta el destino último del hombre, la comunión amorosa con su voluntad» (Ef 1, 4-5). Es decir, Dios se reveló a los hombres
Dios en el cielo, en la vida eterna; y esa elevación sobrenatural para hacernos hijos suyos, para introducirnos en el ambiente
qued~ II_tUY bien expresada en la filiación divina que recibimos amoroso de la vida trinitaria.
los cnsnan?s en el sacramento del Bautismo, por la que entra- San Ireneo de Lyon, como nos recuerda el Catecismt? 0 , ex-
n:os a p~rti~Ipar de la intimidad que es propia de Dios, en la presa muy bien esta pedagogía divina bajo la imagen de un
mutuo acostumbrarse entre Dios y los hombres: <<El Verbo de
vida tnmtana; 5) por último, ofrece al hombre la garantía di-
vma de unas verdades y de unos valores morales que el hombre Dios [... ] ha habitado en el hombre y se ha hecho Hijo del
puede alcanzar por sus capacidades naturales, como la digni- hombre, para acostumbrar al hombre a comprender a Dios y
dad human~, ase?tada en la creación del hombre a imagen de para acostumbrar a Dios a habitar en el hombre, según la vo-
Dws, los pnnCip!Os morales básicos que dirigen la vida perso- luntad del Padre».
nal Y la convivencia social, así como el uso de los bienes de la
tierra. 19
DV, 5.; cfr. CCE, 142 y ss. Quien desee conocer mejor qué es la fe cris-
tiana, vea las ensefianzas de Juan Pablo II en las audiencias generales del 13 de
marzo al26 de junio de 1985, recogidas en Creo en Dios Padre. Catequesis sobre el
:: Cfr. la voz lncreencia, en Dic. Teologia, o. c., pp. 493-506. Credo (1), o. c., pp. 37-91. Cfr, S, Hahn, Laft es razonable. Rialp, Madrid 22009.
Cfr. CCE, 52. " CCE, 53.

24 25
3. El Dios de Israel y la polémica con los falsos dioses Por eso, los libros sagrados recuerdan con frecuencia las for-
mas de infidelidad y de negación de Dios. Desde el ateísmo
_All~e~ el Antiguo Testamento salta a la vista que Dios toma -la negación explícita de Dios-, hasta otras decisiones de los
la llllclatlva para relacionarse con los hombres 21 • Lo ha hecho hombres que son auténticos pecados. Por ejemplo, la blasfemia
desde el origen, como veremos en el n. 7.1. Dios se da a cono- del nombre de Dios, cuando los no israelitas niegan que el Se-
cer como ser personal a nuestros primeros padres y les invita a ñor sea la fuente de salvación y de esperanza; pero también
la comunión con Él. Se presenta como el Creador y el Salvador cuando un israelita injuria el nombre de Dios con maldiciones
de los hombres. y juramentos falsos. También es blasfemia atribuirse poderes
El Dios de Israel, además de ser un Dios creador, eterno, justo propios de Dios.
o providente, es un Dios que salva a su Pueblo; en este obrar La idolatría es otra forma grave de infidelidad contra Dios.
salvífica Israel descubre la fidelidad de Dios, su inmutabilidad, El pueblo de Israel sufrió dos grandes tentaciones distintas y
omnipotencia, unicidad y todas las demás perfecciones divinas: paralelas: una fue la tentación de seguir a otros dioses, los de los
<<Yo, el Señor, so~ tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de pueblos vecinos y los de los pueblos dominadores (cananeos,
la casa de la servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante egipcios, fenicios). La otra fue hacerse imágenes de Dios, con la
de mÍ>> (Ex 20, 2-3). Se comunica con el hombre a través de la pretensión de <<tenerlo a su disposición" y a la medida limitada
palabra y del diálogo amistoso que suscita con él: <<Dijo Dios ... , del propio hombre.
(Gn 1, 26). Está presente y providente como un padre en todos La pedagogía de Dios salvador se extiende a lo largo de toda
los acontecimientos de la historia humana: <<No temas, pueblo la historia del pueblo de Israel, con la prohibición de las imáge-
mío>> (~s 1O, 24). _Será el fin y el sentido supremo del hombre y nes, con la predicación contra el seguimiento de Baal, con la
de su v1da, es dear, d juez que juzga con justicia y el Dios amo- burla de los profetas contra los falsos ídolos de los pueblos. El
roso que salva al hombre: <<Pondré mi gloria entre las naciones y pecado de idolatría lleva a los pueblos a la depravación moral, a
conocerán todas las naciones la sentencia que he dictado y la cerrar la vida humana en el horizonte terreno, a la avaricia como
mano que he puesto sobre ellos. Desde aquel día en adelante sa- valor supremo de la existencia.
brá la casa de Israel que Yo soy el Señor, su Dios" (Ez 39, 21-22).
Con una experiencia tan directa y rica de Dios se entiende
4. Sabiduría del creyente y necedad de los que niegan a Dios
qu~ el pueblo de Israel rechace a los falsos dioses de los pueblos
vecmos, que no habían recibido la palabra de Dios; son dioses
<<Mi alma está sedienta de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo po-
<<I_TIUertos,, &bricados por los hombres con metales y barro; son
dré ir a ver el rostro de Dios?" (Sal42, 3). <<De ti piensa mico-
d1oses llenos de todas las miserias humanas; dioses que nacen y
razón: ~(Busca su rostro". Tu rostro, Señor, buscaré. No me es-
mueren como los hombres. Se entiende rambién que sea un gran
condas tu rostro" (Sal27, 8-9).
pecado abandonar al Dios vivo para adherirse a esos dioses fulsos.
Estas palabras de la Sagrada Escritura expresan no sólo que
el hombre tiene capacidad de conocer a Dios, sino también el
21
Cfr. Mateo-Seco, o.c., pág. 42 y ss.; Rovira Belloso, o.c., pág. 195 y ss. afán, la sed, la inquietud o la necesidad -como se quiera de-

26 27
cir- más profunda que el hombre ha manifestado a lo largo de 5. Las vías del conocimiento natural de Dios
la historia. En otras palabras, el hombre está dotado de una
dimensión trascendente y de infinito, por la que ve que las co- Quizás alguno se pregunte: ¿Es posible el conocimiento de
sas terrenas, por maravillosas que sean, no sacian el corazón Dios? La respuesta es clara: sí. ¿Por qué, entonces, no todos
humano ni dan el sentido último y seguro de la vida que busca llegan de hecho a tal conocimiento y viven como si Dios no
y necesita el hombre. existiera? La respuesta hay que buscarla en el interior del hom-
Es sabio creer en Dios, conocerle y amarle, fundamentar bre, pues el conocimiento de Dios exige unas condiciones de
toda.la existencia en Él. Es sabio porque la creencia en Dios honradez intelectual y de bondad moral: por parte de la inteli-
!lumma con esplendor la vida humana, da sentido a todas las gencia, el orgullo, la autosuficiencia, la falta de planteamiento
cosas: el dolor y ~a muerte: la enfermedad y la salud, el éxito y de las cuestiones últimas (¿qué hay después de la muerte?), o
el frac~so, la rectitud de v1da y el padecimiento de injusticias. los razonamientos equivocados dificultan el conocimiento de
Es sab10 porque la creencia en Dios da fuerzas hasta sacrificar Dios; por parte de la voluntad, la conducta inmoral, la degra-
gustosamente la vida por amor de Dios y servicio a los hom- dación de la conciencia moral, el dejarse arrastrar por las pasio-
nes o dar un valor absoluto a las cosas temporales, que son
bres. El creyente sabe que todas las vicisitudes de su vida tienen
siempre relativas, impiden la apertura del hombre a Dios. El
valor de cara al más allá, de cara a la salvación eterna.
pensamiento humano ha elaborado unos argumentos que es-
Por el contrario, es necio negar a Dios, como dice el Salmo: bozamos a continuación23 •
<<Dice en·s·u coraz~n el insensato: "¡No hay Dios!", (Sall4, !). Se llama conocimiento natural de Dios el que el hombre ad-
La negac10n de D10s supone renunciar a descubrir el sentido quiere con la luz de su inteligencia por medio de las cosas crea-
de la vida, reducir la existencia sólo a la historia terrena re- das. Se trata del conocimiento que adquiere el hombre contando
chazar sin fundame?to el más allá, limitarse a valorar el as~ec­ sólo con sus capacidades naturales de conocer y amar'14 •
to sens1ble o matenal de las cosas, ignorando su valor espiri- Suelen distinguirse dos niveles o momentos sucesivos y co-
tual. Como expresa el Catecismo, estas actitudes <<pueden tener nexos en el conocimiento natural de Dios: el espontáneo y el
orígenes muy diversos: la rebelión contra el mal en el mundo racional.
la ignorancia o la indiferencia religiosas, los afanes del m un~
d~ Y de las riquezas, el mal ejemplo de los creyentes, las co- 23
El lector interesado puede leer con provecho, por ejemplo, VVAA, 39
rn~ntes de pensamiento hostiles a la religión, y finalmente esa cuestiones doctrinales, MC, Madrid 6 1995; Juan Luis Lorda, Moral. El arte de
acntud del hombre pecador que, por miedo, se oculta de Dios vivir, MC, Madrid 3 1994; José Orlandis, La vida cristiana en el siglo XXI,
Y huye. ante su llamada>> 22 • Quien así actúa se comporta como Rialp, Madrid 2001; M. Artigas, Ciencia, razón y fi. Palabra, Madrid 1985;
un necto. Ratzinger-Messori, Informe sobre la fi, Bac, Madrid 1985; A. Millán Puelles,
La formación de la personalidad humana, Rialp, Madrid 2 1988; R. Carda de
Haro, La conciencia moral, Rialp, Madrid 2 1978; etc.; G. Lobo Méndez, ¿Ne-
cesita el hombre la religión/Palabra, Madrid 2010, pp. 55-79.
24 Cfr. Lobo Méndez, G., Razones para creer. Manual de Teología Funda-
22
CCE, 29.
mental o.c., pp. 74 y ss., con abundante bibliografía.

28
29
a) Conocimiento espontdneo. El conocimiento espontáneo miento de Dios. Se las llama también "pruebas de la existencia
corresponde a la mayoría de las personas y expresa la admira- de Dios", no en el sentido de las pruebas propias de las ciencias
ción que suscita en el hombre la maravilla de la vida humana naturales, sino en el sentido de "argumentos convergentes y
y la grandeza del universo. Esta experiencia hace que el hom- convincentes" que permiten llegar a verdaderas certezas. _Estas
bre «perciba» o <<entrevea» la existencia de un Ser supremo "vías" para acercarse a Dios tienen como punto de partida la
como principio y fin de toda la realidad, por diversos cami- creación: el mundo material y la persona humana>> 25 •
nos: una intuición luminosa, el dictado seguro de su concien-
cia personal, la expresión sabia del sentido común, en fin, la
convicción profunda de la divinidad. En otras palabras, tal 5.1. Conocimiento de Dios por medio de la naturaleza
percepción expresa el <<deseo natural» que brota en el corazón
del hombre de conocer y amar a Dios, dando origen a la ex- Con respecto al conocimiento de Dios por medio. del
periencia religiosa. Al vivir esta convicción espontánea, el mundo material, los filósofos han perfilado unos razonamien-
hombre se siente ennoblecido y ve con claridad y alegría que tos por los que se puede conocer a Dios como origen y fin del
ha sido creado para llevar una conducta digna y alcanzar una universo: a partir del movimiento y del devenir del mundo se
vida eterna. llega al Ser que tiene la existencia en Sí mismo, es decir, no re-
b) Conocimiento racional E! conocimiento racional de Dios cibida de nadie, y a la causa primera que ha hecho lo que ve-
es una continuación del conocimiento espontáneo. Lo adquiere mos: no hay reloj sin relojero 26; a partir de la contingencia de
el hombre con su sola razón, mediante la reflexión intelectual. las cosas cre~das, es decir, las cosas que existen y que podrían
Consiste en alcanzar cierta «ciencia» sobre Dios, aunque de no haber existido, se llega a la necesidad de un Ser cuya existen-
modo indirecto y mediato, es decir, por medio de las cosas cia es eterna, que existe necesariamente desde siempre y por
creadas: el mundo y el hombre. Este tipo de conocimiento siempre; a través del orden y de la belleza del mu~do se llega a
suele llamarse <<VÍa del saber» y también «VÍa ascendente», pues, la sabiduría que lo ha ordenado y a la belleza pnmera. Santo
por medio de las criaturas, el hombre se eleva hacia Dios le- Tomás de Aquino ha sido quien mejor ha expresado las vías
yendo el testimonio del ser, de la verdad, del bien y de la belleza
para el conocimiento racional de Dios27 • .
que las criaturas tienen en sí mismas.
La Sagrada Escritura confirma y asegura la certez:: del co~lOCI­
Los filósofos han expresado la posibilidad del conocimiento
miento natural de Dios: «Los cielos pregonan la glona de Dws, y
racional de Dios afirmando que la creencia en Dios responde a
el firmamento anuncia la obra de sus manos» (Sall9, 2). Conta-
la estructura propia de la inteligencia humana, cuya capacidad
no se reduce a la mera percepción de los fenómenos sensibles,
sino que se abre al conocimiento racional del valor que encie- " CCE, 31.
rran esos fenómenos; en otras palabras, la inteligencia humana 26 La gran tradición filosófica lo ha denomi.na~o <1motor inmóvil>>. .
27 Santo Tomás de Aquino estructura las stgmentes vías: 1, por el movi-
es capaz de conocer la verdad de las cosas. En efecto, «creado a miento; 2, por la causalidad eficiente; 3, por el ser contingente y el ser n~cesa­
imagen de Dios, llamado a conocer y amar a Dios, el hombre rio; 4, por los grados de perfección que hay en los seres; y 5, por el gobterno
que busca a Dios descubre ciertas "vías" para acceder al conocí- del mundo. Cfr. S. Th., !, 2, 3; cfr. Suma contra los gentiles, !, 13.

30 31
mos con dos grandes testimonios del Antiguo y del Nuevo Tes- siguientes términos: las realidades del mundo material que per-
tamento cibimos y conocemos no han sido hechas por el hombre, pues
El libro de la Sabiduría expresa de un modo bellísimo que el superan nuestra capacidad. Han tenido que ser creadas por una
hombre puede conocer a Dios por medio del poder y de la be- persona todopoderosa, a la que llamamos Dios:
lleza que descubre en el mundo material.
«Lo que se puede conocer de Dios es manifiesto en ellos,
<<Vanos son por naturaleza todos los hombres que han ya que Dios se lo ha mostrado. Pues desde la creación del
vivido en la ignorancia de Dios, que de los bienes visibles mundo las perfecciones invisibles de Dios -su eterno
no fueron capaces de conocer ''Al-que-es", ni al conside- poder y su divinidad- se han hecho visibles a la inteli-
rar las obras reconocieron a su Artífice. gencia a través de las cosas creadas. De modo que son
Sino que al fuego, al viento o al aire veloz, a la órbita inexcusables» (Romanos l, 19-20).
de los astros o a la violencia de las aguas, o a los luceros
del cielo, rectores del cosmos, los tuvieron por dioses.
Y si, fascinados por su belleza, los tomaron por dioses,
que sepan cuánto mejor es el Señor de ellos, pues los creó 5.2. Conocimiento de Dios por medio
el progenitor de la belleza. de las inquietudes del hombre
Y si se asombraron de su potencia y eficacia, que de-
duzcan de ellas cuánto más poderoso es el que los formó. La otra gran vía natural para el conocimiento natural de
Pues por la grandeza y hermosura de las criaturas se Dios es el propio hombre: <<Con su apertura a la verdad y a la
puede contemplar, por analogía, al que las engendró. belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz
Sin embargo, para éstos el reproche es pequeño, pues tal de la conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el
vez andan errados al buscar a Dios y al querer encontrarlo. hombre se interroga sobre la existencia de Dios. En todo esto se
Se ocupan de sus obras, las investigan, pero se dejan perciben signos de su alma espiritual. La "semilla de eternidad
seducir por su apariencia, pues lo que se ve es hermoso. que lleva en sí, al ser irreductible a la sola materia'', su alma, no
A pesar de todo, ni siquiera éstos son excusables; ya puede tener origen más que en Dios» 28 •
que, si fueron capaces de saber tanto, que pudieron es- En un brevísimo resumen que invita a la reflexión, el Cate-
crutar los mundos, ¿cómo no encontraron más pronto a cismo señala las actitudes humanas que llevan al conocimiento
su Señor?» (Sabiduria 13, 1-9). de Dios. Se entiende que bajo tales actitudes hay sinceridad y
rectitud en el corazón del hombre. El tramposo que lleva una
Para el libro de la Sabiduría, el poder y la belleza que el
doble vida no se interroga sobre la existencia de Dios y el más
hombre encuentra en la creación es señal y camino para llegar
allá. Y, si alguna vez pregunta, no lo hace con el deseo de en-
al conocimiento de Dios.
contrar a Dios sino, más bien, con el afán de originar polémica
Por su parte, San Pablo, en la carta a los Romanos, también
recuerda que todo hombre puede encontrar a Dios por medio
de las cosas creadas. El razonamiento puede expresarse en los 28
CCE, 33.

32 33
y ridiculizar a los creyentes; en tal caso, no vale la pena enzar- a persona realizado a través de unos mediadores («los Profetas»)
zarse en discusiones inútiles. y que culmina en la predicación y en la vida histórica de Jesu-
El Catecismo sintetiza la enseñanza bíblica sobre el acceso al cristo. Es, por tanto, una revelación pública, dirigida a todos
conocimiento natural de Dios del modo siguiente: «El mundo y los hombres para realizar una alianza de cara a la salvación
el hombre atestiguan que no tienen en ellos mismos ni su primer eterna.
principio ni su fin último, sino que participan de Aquel que es e) Cercanía y trascendencia de Dios. El Antiguo Testamento
el Ser en sí, sin origen y sin fin. Así, por estas diversas "vías", el narra las intervenciones de Dios en la historia a favor del pue-
hombre puede acceder al conocimiento de la existencia de una blo de Israel. Por un lado, estas narraciones muestran la cerca-
realidad que es la causa primera y el fin último de todo, "y que nía de Dios con los hombres; y, al mismo tiempo, aparece clara
todos llaman Dios" (S. Tomás de Aquino, S.th. 1, 2, 3)>> 29 • la trascendencia de Dios, es decir, que Dios es radicalmente dis-
tinto de todo lo que vemos; más aún, Dios creó el mundo «al
principio» (Gn 1, 1).
6. La revelación progresiva de Dios d) Perftcciones divinas. Por otro lado, vemos que las inter-
en el Antiguo Testamento venciones de Dios por las que manifiesta su voluntad van se-
ñalando progresivamente las perftcciones divinas, !o que Dios
El prólogo de la carta a los Hebreos sintetiza muy bien el es: existe un solo Dios, se manifiesta con amor de padre, es el
camino de la revelación de Dios, desde los orígenes hasta la fundamento de los valores morales, quiere establecer una
plenitud que tiene lugar en Jesucristo. Dice así: <<En diversos alianza de salvación. De ahí que se afirme que la revelación de
momentos y de muchos modos habló Dios en el pasado a nues- Dios es progresiva: va desde la afirmación de que Dios existe
tros padres por medio de los profetas. En estos últimos días nos hasta la realización de la voluntad salvífica por medio de Jesu-
ha hablado por medio de su Hijo, a quien instituyó heredero cristo.
de todas las cosas y por quien hizo también el universo. Él, que
es resplandor de su gloria e impronta de su sustancia y que sus-
tenta todas las cosas con su palabra poderosa, después de llevar
7. Etapas de la intervención de Dios
a cabo la purificación de los pecados, se sentó en los cielos a la
en el Antiguo Testamento
derecha de la Majestad» (Hb 1, 1-3).
a) Iniciativa amorosa. La raíz de la revelación está en la ini- Los autores, según diferentes criterios, señalan diversas eta-
ciativa gratuita y libre de Dios. Se trata de un puro don de Dios pas en la revelación de Dios a los hombres. Aquí seguimos la
que sale amorosamente al encuentro con los hombres. que recoge el Catecismo de la Iglesia Católicd'0 •
b) Culmina en jesús. Tal revelación es la <<palabra de Dios»
(«habló Dios») dirigida a los hombres; es un diálogo de persona
3
° CCE, cfr. 54-64. Cfr. Lobo Méndez, G., ¿Necesita el hombre la religión?
29
CCE, 34. Palabra, Madrid 2010, pp. 133-152.

34 35
11. Desde el origen, Dios se da a conocer imagen de Dios para una vida eterna, la misión humana de
dominar la tierra; y que el mal no procede de Dios sino de las
Dios, Creador y conservador de todas las cosas por su Verbo, decisiones libres de los hombres.
da a los hombres testimonio permanente de Si mismo en las
cosas creadas, como hemos visto anteriormente. Y, queriendo
abrir el camino de la salvación sobrenatural, se manifestó per- 12. La Alianza con Noé
sonalmente a nuestros primeros padres, ya desde el principio:
«Los bendijo Dios, y les dijo: "Creced, multiplicaos, llenad la Después del diluvio, Dios estableció una alianza con Noé.
tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, las aves del Esta alianza se extiende a toda la creación y su señal es el arco
cielo y todos los animales que se mueven por la tierra" (Gn 1, iris: «Dijo Dios a Noé y, con él, a sus hijos: "He aquí que yo
28). Dios invitó a nuestros primeros padres a una estrecha co- establezco mi alianza con vosotros y con vuestra descenden-
munión de vida con Él; para ello los revistió "de una gracia y de cia; con todo ser vivo que esté con vosotros", (Gn 9, 9-10).
una justicia resplandecientes", 31 • Esta alianza expresa el principio de la acción de Dios con los
A pesar de los dones recibidos, el hombre, por instigación «pueblos», es decir, con los hombres agrupados «en sus diver-
del demonio, pecó. Su pecado fue el afán de independencia, sos paises, cada uno en su nación según su lengua y linaje»
como si fuera un dios soberano, e ignorando su excelsa condi- (Gn 10, 5).
ción de criatura hecha a imagen de Dios. A pesar de la caída, la <<La alianza con Noé permanece en vigor mientras dura el
comunicación de Dios con el hombre no se interrumpió, sino tiempo de las naciones, hasta la proclamación universal del Evan-
que, después del pecado original, Dios «alentó en ellos la espe- gelio. La Biblia venera algunas grandes figuras de las "naciones",
ranza de la salvación con la promesa de la redención, y tuvo como "Abe! el justo", el rey-sacerdote Melquisedec, figura de
incesante cuidado del género humano, para dar la vida eterna a Cristo, o los justos Noé, Daniel y Job. De esta manera, la Escri-
todos los que buscan la salvación con la perseverancia en las tura expresa qué altura de santidad pueden alcanzar los que viven
buenas obras» 32 • según la alianza de Noé en la espera de que Cristo "reúna en uno
La revelación hecha a las primeras generaciones refleja el a todos los hijos de Dios dispersos" Gn 11, 52)» 33 •
ambiente cultural de los pueblos vecinos, que manifiesta, en
definitiva, los interrogantes permanentes de los hombres: la au-
tosuficiencia, la idolatría de los bienes terrenos, las envidias, la 13. Dios elige a Abraham
muerte. Al mismo tiempo, esta revelación divina muestra una
profunda originalidad, nunca alcanzada por los otros pueblos: <<Para reunir a la humanidad dispersa, Dios elige a Abram lla-
la existencia de un Dios único y salvador, el hombre creado a mándolo "fuera de su tierra, de su patria y de su casa'' (Gn 12, 1),
para hacer de él "Abraham", es decir, "el padre de una multitud
31
CCE, 54.
32 33
CCE, 55, que recoge la enseñanza del C. Vat. II en DV, 3. CCE, 58.

36 37
de naciones" (Gn 17, 5): "En ti serán benditas todas las nacio- 7.5. El profttismo
nes de la tierra" (Gn 12, 3)»34 •
Con estas palabras el Catecismo nos introduce en la alianza Después de Moisés, durante varios siglos Dios suscitó a los
de Dios con el patriarca Abrabam, cuya descendencia será «el Profetas, tales como Isaias, Jeremías, Ezequiel o Daniel. Los
pueblo de la elección» (cf. Rm 11, 28), el pueblo depositario de profetas son hombres que hablan en nombre de Dios llamando
la revelación de Dios a los patriarcas Abrabam, Isaac y Jacob. al pueblo a la purificación de sus infidelidades, a encender la
La señal de esta alianza es la circuncisión. Y este pueblo, del esperanza en el futuro Mesias, cuya salvación abarcará a todos
que nacerá el Salvador, está llamado a preparar un dia la reu- los pueblos.
nión de todos los hijos de Dios en la unidad de la Iglesia, como Por los Profetas, <<Dios forma a su pueblo en la esperanza de
dice San Juan al hablar de la muerte de Jesucristo: «Jesús iba la salvación, en la espera de una Alianza nueva y eterna desti-
a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino para reunir a nada a todos los hombres, y que será grabada en sus corazones» 36 •
los hijos de Dios que estaban dispersos>> Qn 11, 52). De este
modo, el pueblo de Israel será la raiz en la que serán injertados Los datos que se han mostrado expresan la creencia univer-
los paganos cuando se hagan creyentes. sal en la existencia de Dios, quien da sentido a la existencia y a
las inquietudes del hombre de todas las épocas. Con este cono-
cimiento podemos adentrarnos en el estudio de la naturaleza
7. 4. La Alianza con el pueblo de Israel de Dios y, especialmente, en su unicidad y en su trascendencia
al mundo.
<<Después de la etapa de los patriarcas, Dios constituyó a Is-
rael como su pueblo salvándolo de la esclavitud de Egipto. Es-
tableció con él la alianza del Sinai y le dio por medio de Moisés
su Ley, para que lo reconociese y le sirviera como al único Dios
vivo y verdadero, Padre providente y juez justo, y para que es-
perase al Salvador prometido» 35 •
Israel es el pueblo que invoca al Dios verdadero; el pueblo
de aquellos <<a quienes Dios habló primero», como reza la litur-
gia del Viernes Santo; el pueblo de los <<hermanos mayores» en
la fe de Abrabam, como le gusta decir a Juan Pablo II; el pueblo
del que nació la Virgen Maria y su hijo Jesucristo. Por eso, no
tiene ningún sentido que un cristiano desprecie o trate mal a
un hombre por su pertenencia al pueblo judio.

34
CCE, 59.
35 CCE. 62. " CCE. 64.

38 39
Capítulo H la tierra, ya que la creación es el comienzo y el fundamento de
LA UNICIDAD Y TRASCENDENCIA DE DIOS rodas las obras de Dios» 1•
Aquí nos limitamos a la primera afirmación: <<Creo en Dios».
Esta afirmación de fe es la más fundamental, pues todo el Sím-
bolo es una afirmación de fe en Dios. Cuando habla del hom-
bre y del mundo, lo hace por su relación con Dios: el hombre y
el mundo han sido creados por Dios y para Dios, es decir, para
participar de la felicidad de Dios.
El credo niceno-constantinopolitano se reza ordinariamente
en la celebración eucarística de los domingos, días de precepto y
principales fiestas litúrgicas. Comienza así: <<Creo en un solo
Dios». El Catecismo lo explica del modo siguiente: <<La confesión
de la unicidad de Dios, que tiene su raiz en la Revelación Divina
en la Antigua Alianza, es inseparable de la confesión de la exis-
En este capítulo se expone la doctrina revelada sobre la exis- tencia de Dios y asimismo también fundamental». Leemos en el
tencia de un único Dios, radicalmente distinto del mundo libro del Deuteronomio: <<Escucha Israel: El Señor nuestro Dios es
creado, principio y fin de todas las cosas. En la realidad del el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
Dios único se fundamenta la dimensión trascendente del hom- con toda tu alma y con todas tus fuerzas» (Dt 6, 4-5).
bre; es decir, sólo la fe en el Dios vivo garantiza de una manera
absoluta y plena que hemos sido creados para la vida eterna, Así, pues, la afirmación de que <<Dios es Único» significa que
para la felicidad del cielo. Al final del capítulo van razonamien- no hay más que un solo Dios: El Catecismo enseña que esa uni-
tos filosóficos sobre la unicidad de Dios. cidad de Dios es <<por naturaleza, por substancia y por esencia»2 •
a) Por naturaleza significa que Dios existe por sí mismo
como realidad suprema, absoluta e ilimitada, y por tanto como
1. El Dios único actualidad permanente en la historia de los hombres.
b) Por substancia quiere decir que tiene consistencia propia
El Símbolo de los Apóstoles comienza con la siguiente afir- desde siempre y para siempre, sin que haya un modelo o una
mación: «Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo causa anterior a El. Dios es simplicísima unidad: en Él no hay
y de la tierra>>. El Catecismo explica esta triple confesión de fe accidentes.
con las palabras siguientes: <<Nuestra profesión de fe comienza e) Por esencia significa que tiene un ser propio y exclusivo
por Dios, porque Dios es "el primero y el ... último"» (Is 44, 6), de Él, y que es la plenitud de todo ser y de toda vida; que es la
el principio y el fin de todo. El Credo comienza por Dios Pa-
dre, porque el Padre es la primera Persona de la Santísima Trie 1
CCE, 198.
nidad; nuestro Símbolo se inicia con la creación del cielo y de ' CCE, 200.

40 41
referencia verdadera y suprema a la que tiene acceso el hombre a uno mismo. Al mismo tiempo deja entrever que Él mismo es
y en quien éste descubre su dignidad soberana por haber sido <<el Señor>>, cuando a continuación lanza esta pregunta: <<¿Cómo
creado a imagen de Dios; que es el origen de todo lo que existe, es que dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? El mismo
radicalmente distinto de los demás seres existentes, es decir, de David, movido por el Espíritu Santo, ha dicho: "Dijo el Señor a
todo lo que no es divino3 • Los teólogos dicen que la esencia mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos
de Dios es el ser subsistente, no sólo en el sentido de existencia bajo tus pies". El mismo David le llama "Señor". Entonces,
(hecho de existir), sino de plenitud de todas las perfecciones: ¿cómo va a ser hijo suyo?>> (Me 12, 35-37). Los escribas no saben
plenitud del ser y que existe de modo absoluto por sí mismo4• ni pueden responder a esta pregunta, pues afirmar que el Cristo
El Concilio Vaticano I (afio 1870) describe la esencia de o Mesías es «Señor>> significa su preexistencia y su divinidad (el
Dios en los siguientes términos: Cristo es anterior y superior a David, autor del salmo); y, al
«Hay un solo Dios verdadero y vivo, Creador y Señor mismo tiempo, que el Cristo adquiere o asume una verdadera
del cielo y de la tierra, omnipotente, eterno, inmenso, humanidad, pues es hijo o descendiente de David. Los cristianos
incomprensible, infinito en su entendimiento y volun- conocemos que Jesús es Dios y hombre verdadero; estamos en
tad y en toda perfección; ... una sola substancia espiri- disposición de responder acertadamente la pregunta de Jesús: el
tual, singular, absolutamente simple e incomunicable» 5 • Cristo es Señor de David, es decir, Dios; y el Cristo es hombre,
En la Sagrada Escritura _encontramos que Dios se reveló al pues es un descendiente de David. Nos encontramos ante el mis-
pueblo de Israel como el Unico: <<Escucha, Israel: el Señor es terio maravilloso de la Encarnación del Hijo de Dios.
nuestro Dios, el Señor es Uno>> (Dt 6, 4). El Catecismo enseña esta verdad del modo siguiente: <<Con-
fesar que "Jesús es el Señor" es lo propio de la fe cristiana. Esto
no es contrario a la fe en el Dios único. Creer en el Espíritu
2. Jesús es el Señor Santo, <<que es Señor y dador de vida>>, no introduce ninguna
división en el Dios único>> 6 •
Jesucristo confirma que Dios es <<el único Sefion>. Lo hace,
por ejemplo, en respuesta a la pregunta que le hizo un escriba
en el Templo de Jerusalén sobre cuál es el primer mandamiento 3. No todos creen en el Dios único
(cfr. Me 12, 28-30); en esa respuesta, Jesús se sirve de las mis-
mas palabras del Deuteronomio citadas en el párrafo anterior; Es oportuno anotar que no todos los hombres ni todas las
y añade que el segundo mandamiento es amar al prójimo como religiones aceptan la existencia de un Dios único7 • Más bien
habría que decir que, entre las religiones más conocidas, sólo
3 Cfr. la voz Esencia, en Conceptos, o.c., pp. 196-200.
4 M. Schmaus, Teología Dogmdtica. l. La Trinidad de Dios, o.c., pág. 512 6 CCE, 202.
7 Cfr. Juan Pablo II, discursos sobre la existencia de Dios, 3 a 17 de julio
y ss.
' DH, 3001. de 1985, en Creo en Dios Padre, o.c., pp. 95-106.

42 43
tres hacen tal afirmación: la cristiana, la judía y la musulmana. La religiosidad popular de Israel era proclive al politeísmo.
Las religiones cristiana y judía afirman la existencia de un Dios Sin embargo, se manifiesta claramente monoteísta. ¿En qué se
único personal basados en la revelación del propio Dios. Los fundamenta esta manifestación? No se fundamenta en la re-
musulmanes, como afirma el Concilio Vaticano II, «adoran flexión filosófica, de la que carecía el pueblo de Israel, sino en la
con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los revelación del Sinai, que origina una experiencia personal y co-
hombres en el día postrero» 8 • Estas tres religiones son llamadas lectiva del Dios único y exclusivo.
«monotefstas~~ 9 .
«Monotefsmm> significa la creencia en un Dios único, al que
se adora como el ser absoluto que es el origen y el fin de todo lo 4. Consecuencias de la fe en el Dios único
que existe. En el libro de Isaías se expresa con estas bellas pala-
bras la existencia de un solo Dios: <No soy el primero y Yo soy El Dios único de Israel se revela también como la verdad y el
el último, fuera de mí no hay Dios ... Así habla el Señor, tu Re- amor que se ofrece al hombre.
dentor, el que te formó desde el seno materno: Yo soy el Señor, Por eso, creer en Dios, el Único, y amarlo con todo el cora-
Hacedor de todas las cosas. Yo solo desplegué los cielos, afiancé zón y con todas nuestras fuerzas, como reveló el Señor a Moisés
la tierra: ¿quién había conmigo?>> (Is, 44, 6. 24). Estas palabras en el Sinaí, tiene consecuencias muy importantes para todos
de la Escritura van dirigidas, a la vez, a la inteligencia soberana los aspectos de la vida de los creyentes 10 •
del hombre, capaz de alcanzar la verdad de las cosas, y a la ex- a) Reconocer la majestad divina. En primer lugar, el verda-
periencia más sencilla y universal: el hombre comprende que dero creyente reconoce la grandeza y la majestad de Dios, como
sólo puede haber un principio y fin de todas las cosas. la reconoció Job en medio de sus aflicciones: «Dios es grande,
«Monolatría>> quiere decir que se adora a un solo dios, por- no podemos abarcarlo, son incontables sus años» (Jb 36, 26). La
que es el dios del pueblo o de la tierra en la que se vive; esta inteligencia humana no es capaz de conocer con profundidad la
creencia no excluye la existencia de otros dioses en los demás sabiduría de las obras de Dios, ni el sentido que tienen tantos
pueblos. acontecimientos (por ejemplo, cataclismos, calamidades), des-
«Politeísmo» significa la creencia en varios dioses, seres más o concertantes para el hombre, pero mediante los cuales Dios
menos poderosos y que constituyen un mundo superior al hom- «gobierna a los pueblos» (Jb 36, 31). Fray Luis de León co-
bre; generalmente están vinculados por lazos familiares, pues menta: «Vemos cómo Dios suspende unas veces la lluvia y otras
aparecen como engendrados por otros anteriores, y, éstos, por copiosamente la envía, y no sabemos la razón que le mueve ni a
otro al que se considera superior. Esta creencia se encuentra en lo uno ni a lo otro; y cómo cubre a tiempos con nubes el cielo y
las mitologías antiguas, por ejemplo, de Egipto, Grecia y Roma. a tiempos lo descubre puro y sereno, y no sabemos la causa de la
serenidad ni del nublado; y cómo truena unas veces y lanza ra-
8
LG. !6. yos, no sabemos por qué; así los días y la vida del hombre los
;~ Juan Pablo II responde a varias preguntas planteadas por el periodista
Vittorio Messori sobre la unicidad de Dios y la pluralidad de religiones én
Cruzando el umbral de la esperanza, Planeta, Barcelona, pág. 93 y ss.
1
° Cfr. CCE, 222-227.

44 45
gobierna Dios con diferentes sucesos, unos prósperos, otros ad- de nuestros compañeros, en las menudencias de la vida de fa-
versos, unos claros, otros turbios y tristes, y algunos mortales y milia. Dios nos llama también a través de los grandes proble-
de postrera calamidad. Y no hay que pedirle cuenta ni alcanzar mas, conflictos y tareas que definen cada época histórica, atra-
lo que hace, como en lo demás no se alcanza» 11 • yendo esfuerzos e ilusiones de gran parte de la humanidad» 12 •
b) Dar gracias. En segundo lugar, de la fe en el Dios único d) Usar con sobriedad las cosas creadas. En cuarto lugar, la fe
brota con facilidad la acción de gracia'S, pues todo lo que somos en Dios lleva al creyente a usar bien las cosas creadas, a usarlas
y todo lo que tenemos viene de Él. Canta el Salmo <<¿Cómo con justeza y mesura, a disfrutar de los bienes materiales con
pagaré al Señor todo el bien que me ha dado?>>. La respuesta del austeridad y a sentir el gozo de ser solidario con las necesidades
creyente es gozosa: <<Alzaré la copa de la salvación e invocaré el ajenas. Podemos decir que el Creador es el primer ecologista y
Nombre del Señor. Cumpliré al Señor mis promesas en presen- quien nos enseña a usar bien las cosas creadas. El Génesis, en el
cia de todo su pueblo» (Sal 116, 12-14). San Pablo lo expresa relato de la creación, por siete veces repite: <<Y vio Dios que era
de una manera escueta y magnífica: <<¿Qué tienes que no hayas bueno» (Gn 1, 10 ss.). Esta expresión significa que todo lo que
recibido?» (1 Co 4, 7). Dios ha creado es bueno en sí mismo, porque de alguna ma-
e) Todos los hombres, creados a imagen de Dios. En tercer lu- nera lleva en sí la huella de su Creador y participa en su bon-
gar, la fe en Dios tiene una consecuencia antropológica y social de dad, ya que ha salido de la bondad divina. <<El mundo es
primera magnitud, como lo comprobamos a diario. El creyente bueno», afirma San Josemaría. Y seguidamente explica la razón
sabe que todos los hombres han sido creados <<a imagen y seme- del mal: <<fue el pecado de Adán el que rompió la divina armo-
janza de Dios» (Gn 1, 26) y, en consecuencia, reconoce la uni- nía de lo creado, pero Dios Padre ha enviado a su Hijo unigé-
dad y la verdadera dignidad de todos los hombres y sabe que nito para que restableciera esa paz. Para que nosotros, hechos
debe tratar a todos con respeto y amor. En cambio, los no cre- hijos de adopción, pudiéramos liberar a la creación del desor-
yentes, o los malos creyentes, con frecuencia cometen injusti- den, reconciliar todas las cosas con Dios>> 13 •
cias, maltratan a los necesitados y a quienes se encuentran en e) Confiar en Dios. Por último, la fe en el Dios único lleva a
situación de inferioridad, o no respetan la vida desde la con- confiar en Él en todas las circunstancias, aunque nos sean adversas,
cepción hasta la muerte natural. Dice San Josemaría: <<Todos pues todas las expresiones de la vida humana son ocasiones para
los hombres son amados de Dios, de todos ellos espera amor. unirnos con Dios. La fe en Dios descubre en todos los aconteci-
De todos, cualesquiera que sean sus condiciones personales, su mientos una dimensión divina; incluso el que pierde la vida por
posición social, su profesión u oficio». Y a continuación nos una acción injusta de otro, sabe que esa injusticia no le aparta de
abre horizontes grandiosos: <<Dios nos llama a través de las inci- Dios, sino, por el contrario, colabora de una manera estrecha en la
dencias de la vida de cada día, en el sufrimiento y en la alegría acción redentora de la muerte salvadora de Jesucristo. Sa~;tta Teresa
de las personas con las que convivimos, en los afanes humanos
12
San Josemaría Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa, Rialp, Madrid,
11
Fray Luis de León, Expositio libri Job, 36, 26. en Obras completas caste-:_ o.c., 110.
llanas de Fray Luis de Le6n, Bac, Madrid 1991. " !bidem, 112.

46 47
expresa bellamente su plena confianza en Dios: «Nada te turbe, nera, comunicarse a sí mismo haciéndose accesible, capaz de ser
nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo más íntimamente conocido y de ser invocado personalmente»".
lo alcanza; quien a Dios tiene nada le fulta: sólo Dios basta>> 14 • b) La revelación fUndamental. Entre los nombres divinos
destaca el de <<Yahvé», revelado a Moisés en el monte Sinaí:
Revelación progresiva. Los teólogos suelen decir que la mani- <<Dios se reveló progresivamente y bajo diversos nombres a su
festación que hace Dios de sí mismo a los hombres es una revela- pueblo, pero la revelación del Nombre Divino, hech_a a Moisés
ción progresiva, en la que Dios va explicitando las perfecciones o en la teofanía de la zarza ardiente, en el umbral del Exodo y de
atributos divinos a través de sus intervenciones en la historia. la Alianza del Sinaí, demostró ser la revelación fundamental
Una primera etapa corresponde a las tribus nómadas. Dios tanto para la Antigua como para la Nueva Alianza>> 16 •
se manifiesta a Abraham como protector y defensor de esas tri- e) Dios de Abraham. La Sagrada Escritura narra que Dios se
bus, a las que ofrece unas promesas. En la segunda etapa se da reveló a Moisés en la teofanía de la zarza ardiente que no se
la revelación del Dios de la Alianza, en la que manifiesta su consumía. Comienza afirmando: <<Yo soy el Dios de tus padres,
nombre: «El que es>> (Ex 3, 14). En la tercera etapa, Dios se el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob» (Ex 3,
manifiesta como el Dios de Israel, defensor del reino de Judá. 6). El Dios que ahora se revela al pueblo de Israel es el mismo
La cuarta etapa se caracteriza porque se manifiesta como Dios que se había manifestado a los patriarcas y que está siempre
de todos los hombres, según testimonian los profetas. Es un presente para salvarlo.
Dios único que ama a todos los hombres. En la quinta etapa, se d) Yhavé = El que es. El relato continúa: <<Moisés dijo a Dios:
manifiesta como el Dios providente del pueblo que está some- "Cuando me acerque a los hijos de Israel y les diga: 'El Dios de
tido a la dominación persa. vuestros padres me envía a vosotros', y me pregunten cuál es su
nombre, ¿qué he de decirles?" Y le dijo Dios a Moisés: "Yo soy el
que es''. Y añadió: ''Así dirás a los hijos de Israel: 'Yo soy' me ha
5. Los nombres de Dios enviado a vosotros ... Éste es mi nombre para siempre; así seré
invocado de generación en generación"» (Ex 3, 13-15).
En la Sagrada Escritura vemos que Dios se manifestó como El Catecismo comenta con mucha claridad esta revelación del
un ser personal distinto del mundo y del hombre y lo expresó Nombre de Dios: <<Al revelar su Nombre misterioso de YHWH,
por medio de varios nombres. "Yo soy el que es'' o "Yo soy el que soy" o también "Yo soy el que
a) Dios tiene nombre. <<A su pueblo Israel -dice el Cate- Yo soy", Dios dice quién es y con qué nombre se le debe llamar.
cismo-- Dios se reveló dándole a conocer su Nombre. El nombre Este Nombre Divino es misterioso como Dios es Misterio. Es a
la vez un Norobre revelado y como el rechazo de un nombre
expresa la esencia, la identidad de la persona y el sentido de su
propio, y por esto mismo expresa mejor a Dios como lo que Él
vida. Dios tiene un nombre. No es una fuerza anónima. Comu-
es, infinitamente por encima de todo lo que podemos compren-
nicar su nombre es darse a conocer a los otros. Es, en cierta ma-

14 15
Santa Teresa de Jesús, Poesia 9. Biblioteca Mistíca Carmelitana, V. 6; CCE, 203.
pág. 90. " CCE, 204.

48 49
der o decir: es "el Dios escondido" (Is 45, 15), su Nombre es Se entiende por perfecciones divinas las cualidades, virtudes
inefable, y es el Dios que se acerca a los hombres>> 17 • o atributos que constituyen la esencia de Dios y que, según
El nombre hebreo YHWH --en castellano ordinariamente nuestro modo de conocer, dimanan de su ser, del ser que existe
Yahvé--, suele traducirse por <<Yo soy el que es>>. Este nombre por si mismo; esto lo expresan los filósofos y los teólogos con la
no es una evasiva de Dios, aunque pueda parecerlo a primera expresión lpsum esse subsistens, Las perfecciones divinas son,
-:ista, pues expresa la existencia soberana de Dios, es decir, que pues, unas características propias que distinguen a Dios de los
El existe por si mismo, a diferencia de los seres creados, que te- demás seres.
nemos la existencia recibida de Dios. Significa también que Dios Las perfecciones son comunes a las tres Personas divinas,
está cercano a los hombres: se da a conocer como el Dios que pues cada una de ellas posee en común y sin división toda la
habló a los patriarcas y que se manifiesta a Moisés para liberar esencia divina.
al pueblo de Israel de la esclavitud; significa, por tanto, su amor Es preciso tener en cuenta que solo podemos hablar de las
eficaz para salvar a Israel. perfecciones divinas de forma analógica: con afirmación, nega-
e) Otros nombres divinos. Además de este Nombre propio y ción y eminencia.
principal, Dios revela otros nombres que señalan algunos atributos Hablando con propiedad, Dios no posee en grado infinito
divinos. En el Antiguo Testamento encontrarnos, en primer lugar, todas las perfecciones, sino que Él es una única perfección en
el nombre común a las lenguas semitas, <<Eh>, que significa la divi- grado infinito; una perfección que contiene en sí mismo rodas
nidad en general. Con frecuencia va unido a otros términos, <<El las perfecciones.
Elyon», que significa Dios Altísimo (Gn 14, 19-22); <<El Sadday>>, Lo que llamamos <<perfecciones divinas» son explicitación de
Dios omnipotente (Gn 17, 1); <<El Olarn», Dios Eterno (Gn 21, la perfección única de Dios que, por la limitación de nuestra
33); <<El Beteh, Dios de Betel (Gn 35, 7); <<Emmanueh, Dios con mente, la captamos en una pluralidad de perfecciones, aunque
nosotros (ls 7, 14). Muchas más veces encontramos la fórmula se identifican plenamente entre si; en otras palabras, puede de-
plural <<Elohim>>, para designar la grandeza de Dios. En el libro de cirse que las perfecciones divinas son la <<descomposición» de
Judit aparece el nombre <<AdonaÍ>>, que significa Señor (16, 16) 18 • una sola perfección, como el arco iris «descompone» la luz sim-
plicísima en sus maravillosos colores.
Los autores suelen hacer la siguiente clasificación de las per-
6. Las perfecciones de Dios fecciones divinas. Unas hacen referencia al ser de Dios, a su
esencia o naturaleza; las otras se refieren a las perfecciones mo-
Al revelarse como un ser personal que actúa en favor de su rales de Dios, al obrar o vida divina 19 •
pueblo, Dios manifiesta algunos rasgos o perfecciones que le
distinguen de todo lo creado.

19 En la Suma Teológica, santo Tomás hace la siguiente clasificación: a) per-


17
CCE, 206. fecciones o atributos entitativos: simplicidad, perfección, bondad, infinitud,
18
Cfr. A. Marangon, voz «Dios», en Nuevo Diccionario de Teologfa BíbliCa, inmutabilidad, eternidad y unidad; b) atributos o perfecciones operativas inma-
o.c, pp. 441-463. nentes: ciencia y voluntad; e) obrar transeúnte: poder (cfr. S. Th. I, qq. 3-25.

50 51
tro mundo; lo que sobrepasa todo lo existente; lo que no puede
ser expresado con palabras humanas. La trascendencia de Dios
se encuentra sólo en la religión de Israel frente a todas las reli-
Dios es (esencia): Dios es (vida divina): giones de su tiempo y de su entorno geográfico y cultural21 •
Todopoderoso Santo El Catecismo enseña que es preciso <<purificar sin cesar nues-
Eterno Justo tro lenguaje de todo lo que tiene de limitado, de expresión por
Infinito Veraz medio de imágenes, de imperfecto, para no confundir al Dios
Sabio Fiel que está por encima de todo nombre y más allá de todo enten-
Inmenso Misericordioso dimiento, el invisible y fuera de todo alcance, con nuestras re-
Inmutable presentaciones humanas. Nuestras palabras humanas quedan
Omnisciente siempre más acá del Misterio de Dios»22 •
Presente a) Panteísmos. Contra la idea del Dios trascendente se levan-
tan numerosas ideas panteístas que afirman que todo es Dios23 •
Las perfecciones o atributos de Dios se identifican con lo Se presentan de diferentes formas. Una de ellas entiende a Dios
que Él es en sí mismo, con su esencia o naturaleza. No son ras- como la única realidad y al mundo como fenómeno divino; otras
gos que Él <<tiene», algo que «está» en Dios como pueden estar describen al mundo como una evolución o desarrollo de Dios;
en nosotros determinadas cualidades, sino que esas perfeccio- otras, en fin, piensan que Dios es el aspecto interior del mundo,
nes manifiestan lo que Él <<es» realmente, aunque a los hom- mientras que la materia sería su aspecto externo. Todas estas ideas
bres, dada nuestra limitación intelectual y moral, nos resulte confunden las cosas que proceden de Dios -o son semejantes a
difícil entenderlo en toda su hondura y expresarlo adecuada- Él, como es el caso del hombre--, con Dios mismo.
mente. San Agustín decía que <<Dios es aquello que tiene» 2o, b) Mitos y magia. Las posturas panteístas se expresan fre-
queriendo decir que cuando afirmamos que Dios es bueno, es- cuentemente en los diversos mitos religiosos y en las activida-
tamos expresando el origen y la plenitud de la bondad misma.
Aquí nos limitamos a ver sólo algunas perfecciones divinas. 21
«El Dios de nuestra fe, el que de modo misterioso reveló su nombre a
Moisés al pie del monte Horeb, afirmando: "Yo soy el que soy'', con relación
al mundo es completamente trascendente. Él "... es real y esencialmente dis-
7. Trascendencia del Dios inefable tinto del mundo ... , e inefablemente elevado sobre todas las cosas, que son y
puedan ser concebidas fuera de Él" (DS 3002) ... ningún signo ninguna ima-
Dios trasciende al hombre y a toda criatura. El término <<tras- gen creada puede desvelar al conocimiento humano la Esencia de Dios como
tal. Sobrepasa todo lo que existe en el mundo creado y todo lo que la mente
cendencia>> significa lo que está más allá de nosotros y de nues- humana puede pensar: Dios es el "inefablemente excelso")), Juan Pablo II,
discurso 28-08-1995, l. Cfr. discursos de 24 de julio a 18 de septiembre de
1985. Cfr. voz Trascendencia, en Conceptos, o. c.
22
20 CCE, 42.
San Agustín, La ciudad de Dios, 11, 1, Bac, Madrid 32007. 23
Cfr. la voz Panteísmo, en Conceptos, o.c. pp. 378-383.

52 53
des mágicas. El sentido misterioso de la vida y la muerte, de la le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de
luz y las tinieblas, de la potencia de los fenómenos atmosféricos, sus pecados» (Mt l, 20-21).
así como también el deseo de eternidad del ser humano, han sido Reflejan muy bien la unicidad y trascendencia de Dios estas
la base en la que los hombres, en la limitación de su inteligencia palabras de San Cipriano de Cartago (+ 258): «Uno solo es el
y en las desviaciones morales de su conducta, crearon los mitos Señor Dios de todos los hombres; pues no es posible que
como un modo seguro y fiícil de alcanzar la salvación. Estas acti- aquella su alta soberanía tenga un coigual siendo ella sola om-
tudes míticas están presentes en el mundo actual de las religiones nipotente». Sigue afirmando: «Y no puede ser visto, porque su
no cristianas, pero también se encuentran en algunos ambientes Jesucristo es más brillante que la luz de los ojos; ni puede ser
cristianos con escasa formación y se manifiestan en la supersti- palpado, porque su pureza es superior al tacto; ni ser com-
ción, la idolatría, la adivinación y la magia24 • prendido, porque está por encima de la comprensión; por lo
e} Fundamento de la trascendencia. La fe cristiana rechaza mismo, lo comprendemos como Dios cuando le decimos
esas ideas y confiesa que existe un único Dios distinto del incomprensible» 25 •
mundo y superior a él; es decir, Dios es trascendente al mundo. Cuando rezamos, por ejemplo, el «Gloria>> en la Misa, con-
El fundamento de esta afirmación es sólido y claro: la revela- fesamos la fe en el único Dios santo y trascendente: «Sólo tú
ción al pueblo de Israel y la encarnación del Hijo de Dios. eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el
En el Antiguo Testamento Dios revela a su pueblo que, con Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre>>. Hay que tener en
la fuerza de su palabra, el mundo ha sido creado por Él; y que cuenta, además, que, de modo inseparable, Dios también es
creó al hombre a su imagen y semejanza, para que el hombre inmanente al mundo que ha creado, pues está presente en to-
dominara sobre el mundo con su trabajo. Dios aparece como das partes por su inmensidad.
Señor de la historia y de la naturaleza, como el Ser que juzgará
al final de los tiempos la vida de los hombres. El Dios que se
revela a los hombres aparece claramente como distinto del 8. Dios es eterno
mundo; la expresión <<Dios está en el cielo» manifiesta esa tras-
cendencia y soberanía de Dios sobre todo lo creado. La palabra eternidad significa ausencia de principio y de fin;
En el Nuevo Testamento se revela a los hombres la encarna- significa, también, ausencia de toda sucesión y cambio. La eter-
ción del Hijo de Dios. Jesucristo viene de arriba, «de lo alto» nidad excluye el tiempo y lo trasciende, por lo que en Dios no
Qn 3, 3), mientras que los hombres somos de «abajo». Jesús hay pasado ni futuro, sino un presente inmutable.
viene de arriba porque ha sido engendrado en el seno de la Vir- Entre los pueblos vecinos a Israel, sus dioses nacen y mueren
gen María por obra del Espíritu Santo. El ángel dice a José que sometidos a la condición universal de los hombres y del mundo;
no tema recibir a María, su esposa, «porque lo que en ella ha esos pueblos son seguidores de los mitos que pretenden expli-
sido concebido es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y
25 San Cipríano, Los ídolos no son dioses, 8-9. Cfr. J. Quasten, Patrología,
24
Cfr. CCE;2111 a2117. O.C., !, pág. 635 SS.

54 55
car los problemas de la vida. Por el contrario, el pueblo de Is- pio ni fin, como algo inacabable; pero la eternidad de Dios ~s
rael confiesa en un lenguaje sencillo que Dios es eterno: «¿No mucho más que eso. La idea de lo que no acaba nunca es preci-
eres Tú, Sefior, desde el principio, Dios mio, Santo mio? ¡Tú samente una consecuencia de la plenitud de vida propia de
no mueres!» (Ha !, 12). El salmo 102, por ejemplo, canta: Dios. En otras palabras, la eternidad de Dios significa que en
<<Ellos perecerán, pero Tú permaneces; todos ellos, como ropa, Él se acumula o concentra la plenitud del ser y de la vida en un
se gastarán; ... pero Tú eres siempre el mismo, y tus afios no solo punto. La vida de Dios es tan absoluta que no puede ser
tienen fin» (Sal102, 27-28). Por su parte, Isaias saca una con- disminuida por el pecado; la vida de Dios es tan plena y rica,
secuencia práctica para las fatigas de los hombres, basándose que no puede ser aumentada por la santidad de los hombres.
precisamente en la eternidad de Dios: <<¿Es que no lo sabes? ¿O De ahí que en Dios no se dé la sucesión de situaciones o activi-
no lo has oído? El Sefior es el Dios eterno, el creador de los dades diversas, como ocurre con la vida humana.
confines de la tierra, que no se cansa ni se fatiga; su discerni-
miento es insondable. Él da fuerzas al cansado, y robustece al
9. Dios es inmutable
que no tiene vigor. Se cansan los muchachos y se fatigan, los
jóvenes desfallecen y caen, pero los que esperan en el Sefior re- Dios no es temporal en el sentido de que tenga una historia; de
nuevan su fuerza, echan alas como las águilas, corren y no se Dios no puede contarse ninguna historia en sentido propio,
fatigan, caminan y no se cansan» (Is 40, 28-31). ningún mito. Los mitos son creaciones imaginativas que pre-
El Dios vivo. Durante los primeros siglos los hebreos desco- tenden explicar lo que el hombre no es capaz de entender; la
nocen el concepto de eternidad -la posesión total y simultá- historia es ~l marco en el que transcurre la vida de los hombres
nea de la vida, según Boecio-, pero expresan certeramente su y de los pueplos.
significado con afirmaciones asequibles a todos: Afirman que a) El Bios inmutable ha entrado en la historia. No obstante,
Yahvé es <<el Dios vivo>> (Dt 5, 26), en contraste con los dioses puede afirmarse que Dios ha entrado en la historia humana; en
muertos de los paganos, a quienes los pueblos adoran como primer lugar, con la creación del mundo <<al principim>, como dice
ídolos de oro o de madera: <<lo cargan a hombros, lo transpor- el Génesis (1, 1); y especialmente con la encarnación del Hijo de
tan, lo instalan en su sitio; pero él se está quieto, no se mueve Dios. Como Sefior de todo lo creado, Dios obra, sin duda, en la
de su sitio, y; aunque uno le grite, no contesta, ni lo librará de historia de los hombres y es el principal Sefior de la historia; pero
su tribulación>> (Is 46, 7). los cambios históricos no llegan a la vida divina, no la transfor-
Con el término eternidad se expresa que en Dios no hay man, no hay en ella pasado ni futuro. En Dios, afirma la carta de
principio ni fin, no hay un antes o un después, no se dan en El Santiago, <<no hay cambio ni sombra de mudanza>> (St 1, 17). Para
los cambios que tienen lugar en nosotros y en el mundo: naci- Dios sólo hay un continuo presente. El Catecismo dice a este res-
miento, desarrollo y muerte; comienzo y destrucción; transfor- pecto: <<Él es "El que es", desde siempre y para siempre y por eso
mación de una cosa en otra. Los hombres nos movemos en el .
permanece siempre fil
e a SI• nusmo
. y a sus promesas»u .
tiempo, en el sucederse de las cosas; y nos resulta dificil enten-
der la eternidad de Dios. Solemos imaginar y expresar la eterni'
dad divina como una existencia larguisima que no tiene princi- " CCE, 212.

56 57
b) Es inmutable en plenitud de vida. Esto nos lleva a considerar <<No es Dios como un hombre capaz de mentir, ni un hijo de
otro aspecto de la inmutabilidad de Dios: la plenitud de vida. <<La Adán para echarse hacia atrás. ¿Es que dice y no lo hace? ¿Es
eternidad, en efecto, entendida como plenimd de vida, está ligada que habla y no cumple?» (N m 23, 19); «Desde antiguo fun-
al concepto de inmutabilidad, no en cuanto este concepto de- daste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perece-
signa simple ausencia de cambios, sino en cuanto este concepto rán, pero Tú permaneces; todos ellos, como ropa, se gastarán;
viene comprendido en la plenimd de la vida. Se trata de una vida ... pero Tú eres siempre el mismo, y tus afíos no tienen fin»
que no disminuye y que, como siempre es plena, tampoco ha (Sall02, 26-28).
crecido>?7 • El término inmutabilidad significa que en Dios no hay e) ¿Insensibilidad? Cercanía amorosa de Dios. La inmutabili-
un devenir o desarrollo, que no hay aumento o disminución, que dad de Dios no puede confundirse con insensibilidad o indo-
no se da en Él evolución de ningún tipo, porque Dios es perfecto lencia -la apatheia de los griegos- ante los sufrimientos y
en sí mismo y siempre acabado. Dios no es inmutable como un necesidades humanas. La revelación nos muestra que la abso-
ser muerto, o como una cosa que se tira en un rincón y allí se luta vitalidad de Dios se manifiesta en su continua misericordia
queda, sino como quien tiene la plenitud de la vida, como quien y fidelidad y, especialmente, en la redención realizada por Jesu-
ama de una manera indecible al hombre para salvarlo. cristo, para liberarnos del pecado e introducirnos en la intimi-
e) Distinto esencialmente del mundo. Los panteístas del si- dad divina. Como recuerda Benedicto XVI, la fe cristiana <<nos
glo XIX, en su afán de mezclar lo divino y lo humano, pensaron ha ensefíado que Dios -la Verdad y el Amor en persona- ha
que era una gran idea aplicar a Dios la hipótesis de la evolución querido sufrir por nosotros y con nosotros. Bernardo de Clara-
del mundo. En contra de tal planteamiento, el Concilio Vati- val acufíó la maravillosa expresión: Impassibilis est Deus, sed non
cano I (1870) ensefía que Dios, <<siendo una sola sustancia espi- incompassibilis, Dios no puede padecer, pero puede compade-
ritual, singular, absolutamente simple e inmutable, debe ser cer. El hombre tiene un valor tan grande para Dios que se hizo
predicado como distinto del mundo, real y esencialmente, feli- hombre para poder com-padecer Él mismo con el hombre, de
císimo en sí y de sí, e inefablemente excelso por encima de todo modo muy real, en carne y sangre, como nos manifiesta el re-
lo que fuera de Él mismo existe o puede ser concebido» 28 • La lato de la Pasión de Jesús. Por eso, en cada pena humana ha
explicación es sencilla: Dios, ser absolutamente espiritual y entrado uno que comparte el sufrir y el padecer; de ahí se di-
simple, plenitud de vida y de felicidad, es incompatible con la funde en cada sufrimiento la con-solatio, el consuelo del amor
posibilidad de cambio. Sólo se da cambio en los seres limitados participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza.» 29 •
e imperfectos, para alcanzar algo de lo que carecen; o en los San Josemaría expresa la cercanía de Dios a los hombres con
seres que pierden su energía hasta perecer. estas palabras: <<El Dios de nuestra fe no es un ser lejano, que
d) Revelación de la Escritura. La inmutabilidad de Dios está contempla indiferente la suerte de los hombres: sus afanes, sus
revelada en la Escritura con las limitadas expresiones humanas: luchas, sus angustias. Es un Padre que ama a sus hijos hasta el
extremo de enviar al Verbo, Segunda Persona de la Trinidad
27 Mateo-Seco, Dios Uno y Trino, o. c., p. 72.
28
DH, 3001.
29 Benedicto XVI, encíclica Spes salvi (30-11-2007), n. 38.

58 59
Santísima, para que, encarnándose, muera por nosotros y nos «Al revelar su Nombre, Dios revela, al mismo tiempo, su fideli-
redima. El mismo Padre amoroso que ahora nos atrae suave- dad que es de siempre y para siempre, valedera para el pasado
mente hacia Él, mediante la acción del Espíritu Santo que ha- ("Yo soy el Dios de tus padres", Ex 3, 6) como para el porve-
bita en nuestros corazones» 30 • nir ("Yo estaré contigo", Ex 3, 12). Dios, que revela su Nombre
f) La foerza de la Encarnación. Quienes hablan de cambios como "Yo soy", se revela como el Dios que está siempre allí,
en Dios cometen el error de comparar el espíritu de Dios, que presente junto a su pueblo para salvarlo>> 32 • De este modo, Dios
es totalmente inmutable, con el espíritu humano, que es limi- expresa que entra en la historia humana como un ser personal
tado y cambiante. en el que se puede confiar y a quien invocar en las necesidades.
Puntualiza Juan Pablo II que mediante la revelación de Jesu- b) La santidad de Dios. Dios también manifiesta que es la
cristo «conocemos a Dios, sobre todo en su relación de amor misma santidad, la bondad infinita que se desborda en la crea-
hacia el hombre: en su "filantropía'' (Tt 3, 4). Es justamente ción del hombre para que éste participe de ella y, de este modo,
ahí donde "sus perfecciones invisibles" se hacen de modo espe- sea feliz en la tierra y se disponga a la salvación eterna. Dios ma-
cial "visibles", incomparablemente más visibles que a través de nifiesta su santidad de modo gráfico a Moisés en el monte Sinai
todas las demás "obras realizadas por Él"; tales perfecciones se y, de una manera eminente, en Jesucristo, que por amor a naso~
hacen visibles en Cristo y por Cristo, a través de sus acciones y tros fue voluntariamente al suplicio de la Cruz. El Catecismo ex-
palabras y, finalmente, mediante su muerte en la cruz y su plica la santidad de Dios recurriendo a varios pasajes de la Escri-
resurrección}~ 31 . tura: <<Ante la presencia atrayente y misteriosa de Dios, el hombre
descubre su pequeñez. Ante la zarza ardiente, Moisés se quita las
sandalias y se cubre el rostro delante de la santidad divina. Ante
10. Perfecciones morales de Dios la gloria del Dios tres veces santo, Isaias exclama: "¡Ay de mí, que
estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros!" (Is 6, 5).
Veamos aquí dos perfecciones morales de Dios: su fidelidad Ante los signos divinos que Jesús realiza, Pedro exclama: "Aléjate
y su santidad. de mí, Señor, que soy un hombre pecador" (Le 5, 8). Pero por-
a) La fidelidad de Dios. Al revelar su Nombre, Dios mani- que Dios es santo, puede perdonar al hombre que se descubre
fiesta ante todo que es fiel a sí mismo, a sus designios, a su pecador delante de Él: "No dejaré que prenda el ardor de mi có-
propio ser (amor, bondad, justicia ... ), a la palabra que ha reve- lera, ... porque Yo soy Dios, y no un hombre; soy el Santo en
lado. La Historia de la Salvación está traspasada por la fidelidad medio de ti" (Os 11, 9). El apóstol Juan dirá igualmente: "Tran-
de Dios. Ella sustenta la noción de inmutabilidad, atributo que quilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos con-
podemos conocer limitadamente con la razón, pero que carece dene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra concien-
de la riqueza que se adivina en el concepto bíblico de Dios fiel. cia y conoce todo" (1 Jn 3, 19-20)»33 •

30
San Josemaría Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa, o. c., 84. 32 CCE, 207.
" JP II DM, 2. 33 CCE, 208.

60 61
El pueblo de Israel expresa de muchas maneras un profundo Quizás para algunos los razonamientos filosóficos resulten
respeto a la santidad de Dios. Nos encontramos con dos ejem- un tanto pesados e incluso poco comprensibles 35 • A otros, sin
plos significativos. Uno es la prohibición de hacer imágenes de embargo, les podrá reforzar la inteligibilidad de la revelación
Yahvé; por un lado, esta prohibición busca no empequeñecer al divina, pues el hombre siempre se ha planteado el origen del
Dios infinito y enteramente santo; por otro lado, se pretende mundo y el sentido de la existencia humana. Esa reflexión inte-
evitar la tentación de politeísmo en la que vivían los pueblos lectual la sintetizamos del siguiente modo:
vecinos a Israel; los respetos humanos o el afán de parecemos a
los demás puede llevar a los creyentes a desfigurar el mensaje de
Dios y «adaptarlo» a lo que hacen los demás. En este caso, tan a) Dios es el Ser subsistente
frecuente hoy día, se da más valor a lo que viven nuestros seme-
jantes que a las verdades que Dios nos ha revelado para orientar El ser pertenece a la sustancia de las cosas. Cuando decimos
con santidad y sabiduría nuestra existencia. que Dios es el Ser subsistente expresamos que Dios existe por sí
Otra manifestación de respeto a la santidad de Dios consiste en mismo y no en otro, que su esencia o naturaleza es sencilla-
que, al leer la Sagrada Escritura, se sustituye el Nombre de Dios mente ser. En otros términos, Dios es el Ser subsistente (Esse
por el titulo divino de <<Señor>> (<<Adonaí» en hebreo; y <<Kyrios» en subsistens), sin que tenga una causa o un origen que no sea Él
griego). En el Nuevo Testamento se afirma y aclama la divinidad mismo. Precisamente por esto Dios no puede no existir, es el
de Jesús precisamente con este titulo: <<Jesús es el Señon>. ser <<necesaria>>. Los otros seres, como el mundo y los hombres,
no existimos por nosotros mismos, sino que hemos recibido la
existencia de Otro. Podríamos no haber existido. Esto quiere
11. Razonamientos ftlosóficos sobre Dios Uno decir que el ser no constituye nuestra esencia, sino que somos
seres <<Contingentes», seres que podríamos no haber existido.
El pensamiento humano en occidente, desde la filosofía
El Ser subsistente es único; no caben dos seres subsistentes.
griega, ha expresado el conocimiento de Dios en el lenguaje del
En otras palabras esto nos dice también que hay un solo Dios
ser, en conceptos metafísicos. La cumbre de estos razonamien-
(un solo Dios significa una sola naturaleza divina). El concepto
tos la encontramos en la Suma Teológica de Santo Tomás de
de <<naturaleza» significa la esencia y propiedad característica de
Aquino. La revelación del Nombre de Dios a Moisés en la zarza
cada ser. La naturaleza de Dios es que existe por sí mismo eter-
que ardía sin consumirse -<<Yo soy el que es» (Ex 3, 14)- se
namente; en cambio, la naturaleza del hombre y del mundo es
expresa en ese mismo lenguaje del ser. Este hecho establece un
recibir la existencia de otro u otros seres y, en último término,
acercamiento entre el lenguaje de la Revelación y el conoci-
miento humano de la realidad, aunque todo lenguaje humano
sobre Dios es siempre un balbuceo, un <<silabean> el Nombre de 35 Como hemos visto en el cap. I (Dios de los filósofos 1 Dios vivo de la
Dios como decía Gilson 34 • revelación), la razón humana, con sus solas fuerzas, llega fatigosamente a ex~
presar cómo es Dios. Para el intento del presente libro se ha escogido enunciar
sólo las cualidades que siguen después -apartados de la a) a lag)- y explicar
34 E. Gilson, Le thomisme. Vrin, París 1944, pp. 155-156. muy sucintamente su significado y cómo se llega a ellas.

62 63
del Ser subsistente. Dios existe necesariamente, como lo mani- -ni primariamente- tener inicio, sino que, con base a la no-
fiesta la existencia de los seres contingentes (el hombre y el ción de participación trascendental, indica ser sin ser el Ser, te-
mundo); nosotros podríamos no haber existido, pues somos ner un acto de ser, que implica la composición radical de esen-
simples receptores de existencia; podemos dar la existencia a cia y esse. Y por eso, esta situación metafísica es de total
otros seres, pero no darnos nuestra propia existencia36 • Si es dependencia en el ser, que toda criatura, en cuanto participante
una realidad palmaria que existen muchos seres, por fuerza ha del ser, tiene respecto a Dios, Ser por Esencia••''.
de existir el Ser subsistente que les da la existencia, pues no hay
efecto sin causa, no hay reloj sin relojero.
e) Dios es indefinible

b) Dios es el Creador de todas las cosas Aunque se llega al conocimiento de la existencia de un solo
Dios a través de la creación, ninguna imagen creada puede des-
La pregunta sobre el origen del mundo y el sentido de la velar al conocimiento humano la Esencia de Dios como tal,
existencia humana sólo se responde adecuadamente con la pues sobrepasa todo lo que existe en el mundo creado y todo lo
aceptación de un ser necesario. El Ser que existe por sí mismo que la mente humana puede pensar: Dios es el Ser excelso in-
es el único que puede dar la existencia a los demás seres; es de- efable, inexpresable con los limitados conceptos humanos39 •
cir, es el único que puede crear. Según la interpretación común, Por eso, a la pregunta: ¿Quién es Dios?, no se puede respon-
la palabra «crean> significa llamar al ser del no-ser, es decir, lla- der con una definición en el sentido estricto del término, como
mar al ser desde la nada. En otras palabras, la creación es un hacemos con los otros seres. La Esencia de Dios, es decir, su
hecho histórico, como sabemos por revelación. Y así tenemos divinidad, está fuera de todas las categorías de género y especie
que <<ser creado» significa no poseer en sí mismo la fuente o que utilizamos para definir las cosas. Al pensar en Dios con las
razón de la propia existencia, sino haberla recibido de Otro. categorías del ser hacemos uso de la analogía, que consiste en la
Esto se expresa en latín con la frase <<ens ab alio>>. El que crea, el relación entre dos cosas por razón de su semejanza (porque am-
Creador, posee la existencia en sí y por sí mismo: es el <<ens a bas participan de las mismas propiedades) o por razón de su
Se», el Ser por si mismo37 • dependencia causal (porque una cosa es causa de la otra), como
Pero el ser creado, el ser-criatura, no consiste sólo en una veremos en el capítulo VI. El conocimiento analógico pone de
relación de origen histórico (en el tiempo) respecto a Dios. relieve mucho más la no semejanza que la semejanza. En conse-
Ocáriz explica que implica, además, <<una situación metafísica cuencia, el conocimiento de Dios a través de las criaturas no
continua de la criatura: el ser-criatura no dice exclusivamente alcanza a comprender a Dios de modo completo y exhaustivo;
es un conocimiento cierto, pero limitado; de ahi que Dios siga
36
Cfr. F. J. Sheed, Teología y sematez, o. c.. pág. 37 y ss.
37
Cfr. la voz Creación/criatura, en Conceptos, o.c., pp. 143-150; cfr. tám- 38
Ocáriz, F., Naturaleza, gracia y gloria, o. c., pág. 27.
bién la voz Creación en Dic. Teología, o.c., pp. 187. 39
Cfr. la voz Inefabilidad, en Conceptos, o.c.

64 65
siendo para la mente humana el Ser inefable e inescrutablé0 , a participar de la felicidad divina. Dios, y sólo Dios, es absoluta-
un misterio. mente Libre; no hace nada condicionado por la limitación o la
maldad, como es frecuente en los hombres; sólo Él es soberana-
mente libre. Por eso, Dios crea porque quiere crear; y salva por-
d) Dios es substancia espiritual que ama con amor eterno a los hombres.

Dios no sólo es el Ser subsistente, sino que, en cuanto tal, es


también Espíritu subsistente. El Ser divino es por propia esencia e) Dios es trascendente al mundo
absolutamente espiritual. La espiritualidad significa inteligencia
y voluntad libre. Dios es Inteligencia, Voluntad y Libertad en En cuanto Ser subsistente, es decir, absoluta plenitud del
grado sumo e infinito. La espiritualidad del Ser divino no se re- Ser y, por tanto, de toda perfección, Dios es completamente
duce a la simple inmaterialidad --carecer de materia-, sino que trascendente respecto al mundo. Con su esencia, con su divi-
ha de afirmarse que es substancia espiritual. Por medio de estos nidad, Él está «más allá», «sobrepasa>> y <<supera>> infinita-
atributos Dios expresa la infinita perfección de su Ser: Por su mente todo lo que es creado, tanto la criatura material como
Inteligencia absoluta Dios supera incomparablemente todo lo la espiritual, la visible como la invisible. Dios está por encima
que existe fuera de Él: Dios es la plenitud de la Verdad y es om- del hombre y del mundo material 41 • Los panteísmos dicen
nisciente, ve todas las cosas. La infinita perfección de su Volun- que Dios y el mundo no son más que una cosa; estas teorías
tad expresa su infinita Bondad: Dios es la plenitud de todo bien, carecen de fundamento, porque confunden al Ser subsistente
un bien que es difusivo, comunicable y que se ha expresado en la y necesario con los seres limitados y creados. Además, los ma-
creación del mundo y en la redención de los hombres, llamados terialismos, al rechazar a Dios como ser infinito y espiritual, y
al rechazar igualmente la espiritualidad del alma humana, no
son capaces de explicar el sentido de la vida ni el imponente
40 A este respecto dice Juan Pablo Il: «En el mundo moderno el pensa-
legado cultural del hombre, como hemos visto al hablar del
miento científico se ha orientado sobre todo hacia lo que es "visible" y de al-
Dios único.
gún modo "mensurable" a la luz de la experiencia de los sentidos y con los
instrumentos de observación y de investigación hoy dfa disponibles. En un
mundo de metodologías positivistas y de aplicaciones tecnológicas, la "in-
comprensibilidad" de Dios es aún más advertida por muchos, especialmente j) Dios es eterno
en el ámbito de la cultura occidental. Han surgido así condiciones especiales
para la expansión de actitudes agnósticas o incluso ateas, debidas a las premi-
sas del pensamiento común a muchos hombres de hoy. Algunos -juzgan que
La eternidad es el elemento que distingue esencialmente a
esta situación intelectual puede favorecer, a su modo, la convicción, que per- Dios del mundo. Mientras el mundo está sujeto a cambios y
tenece también a la tradición religiosa, podría decirse, universal, y que el cris-
tianismo ha acentuado bajo ciertos aspectos, que Dios es incomprensible.
41
Y sería un homenaje a la infinita, trascendente realidad de Dios, que no se Cfr. las voces Trascendencia y Panteismo, en Conceptos, o. c., pp. 494-498
puede catalogar entre las cosas de nuestra común experiencia y conoCi- y 378-383. Cfr. A. Llano, En busca de la trascendencia. Encontrar a Dios en el
miento)), discurso de 28-08-1985, 3. mundo actual Ariel, Barcelona 2007.

66 67
pasa, Dios permanece por encima del devenir del mundo. Por potencia» indica que el influjo de Dios llega a todos y a cada
ser subsistente y necesario, Dios es eterno, ya que no puede uno de los seres que ha creado42 •
no ser, no puede tener principio ni fin, sucesión de momen-
tos en el acto único e infinito de su existencia. La eternidad Hemos visto algunas perfecciones o atributos del Dios Uno
de Dios debe entenderse como posesión indivisible, perfecta y Único que se identifican con su esencia y que, de algún
y simultánea de una vida sin fin y, por lo mismo, como atri- modo, han resaltado los más profundos pensadores a lo largo
buto del ser absolutamente por encima del tiempo. La abso- de la historia.
luta plenitud del ser sólo puede entenderse como eternidad,
es decir, como la total e indivisible posesión de ese ser que es
la vida misma de Dios. La expresión más adecuada sería afir-
mar que Dios es la eternidad misma. Por su eternidad, Dios
es un <<Aquí» y un «Abora» subsistente e inmutable; su modo
de ser se distingue esencialmente del modo de ser de las cria-
turas, que son seres contingentes. Sería un error pensar que
por su eternidad Dios está al margen de la vida de los hom-
bres, según afirman los deístas; su eternidad le hace estar pre-
sente en las vicisitudes de la historia; pensar de otra manera
sería limitar sin ningún fundamento racional la subsistencia y
la eternidad de Dios.

g) Dios estd presente en todas partes por su inmensidad


Además de la presencia sobrenatural de Dios en el mundo,
como fruto de la acción de la gracia, los filósofos hablan de una
presencia de Dios en todas partes. Se trata de la presencia de
Dios que los hombres podemos conocer con la luz natural
de nuestra inteligencia. Los filósofos la llaman presencia de in-
mensidad, porque el Ser infinito lo llena todo; esta presencia
divina se expresa de tres modos: por esencia, por presencia y
por potencia; «por esencia» quiere decir que Dios está presente
en todas las cosas porque Él les da el ser y las conserva en el ser;
«por presencia>> significa que Dios está presente en todas las
cosas porque las conoce a todas con su inteligencia infinita; y «por 42 Cfr. S. Th., 1, 8.

68 69
Capítulo III reconozca que Tú eres el Señor su Dios, y que Tú has hecho
volver de nuevo su corazón». Entonces cayó el fuego del Señor
EL DIOS VIVO DE LA ALIANZA
y devoró el holocausto y la leña, las piedras y la leña, incluso
prendió el agua que había en la zanja» (1 R 18, 36-38). Al poco
rato cayó una gran lluvia. El pueblo volvió a la fe en el Dios
único y vivo, el Dios cercano a las necesidades de los hombres.
En este capítulo analizamos algunos rasgos que expresan la
«personalidad» de Dios, como dicen algunos autores. En con-
creto, siguiendo las páginas de la Escritura, nos encontramos
con diversas formas para expresar el misterio de Dios y sus ras-
gos más fundamentales'.
Hay que tener en cuenta que en la Sagrada Escritura no de-
bemos buscar una enumeración sistemática de las perfecciones
Hay un pasaje en el libro primero de los Reyes (1 R 18, 20- o atributos que la ciencia teológica ha elaborado para «definir>>
40) en el que se distingue con claridad la creencia en los dioses a Dios como ser personal y distinto del hombre y del mundo,
muertos y la fe en el Dios vivo que se ha manifestado a los pues en la Escritura Dios habla a los hombres en el lenguaje
hombres. Cuenta el libro que hubo una gran sequía en Israel humano y manifiesta su ser a través de sus intervenciones en la
como castigo de Dios al pueblo elegido, porque abandonó al historia para conducir a los hombres a una vida santa. También
Señor y dio culto a Baal. Elias, único profeta de Israel, convocó hay que tener en cuenta que las perfecciones y atributos de
en el monte Carmelo a los cuatrocientos profetas de Baal. Dios no son distintos de su naturaleza, sino que son como des-
Mandó preparar dos altares con leña y pusieron encima sendos tellos o resplandores de su infinita perfección y simplicidad.
novillos sacrificados. Elias dijo a los profetas de Baal: <<Vosotros En el ámbito de las cosas creadas vemos que las propiedades
invocaréis el nombre de vuestro dios y yo invocaré el nombre o atributos de los seres expresan unas cualidades que están en
del Señor. El dios que responda con el fuego, ése es el verda- ellos como en un sujeto, pero no constituyen su ser o natura-
dero Dios>> (1 R 18, 24). Durante un largo día los seguidores leza. Así decimos que el hombre «tiene» vida, salud, sabiduría o
de Baal invocaron con gritos a su dios, danzaron y sajaron sus bondad. Esas mismas perfecciones se encuentran en Dios, pero
cuerpos con cuchillos y lancetas hasta chorrear la sangre sobre de manera muy diferente: Como hemos visto antes, Dios no
ellos, pero no hubo voz que escuchara ni quien respondiera a «tiene» vida, sino que «es» la Vida, la Sabiduría o la Bondad
sus gritos. Entonces Elias mandó echar agua abundante sobre infinita. En otros términos, hay que decir que las perfecciones
el novillo y la leña de su altar; y oró a Dios diciendo: «Señor,
Dios de Abraham, Isaac e Israel, muestra hoy que tú eres Dios 1
Cfr. Mateo-Seco, o. c., pág. 68 y ss; y Rovira Belloso, o. c., pág. 331,
en Israel y que yo soy tu siervo, y he hecho todo esto por orden
donde el lector puede encontrar planteamientos más desarrollados sobre los
tuya. Respóndeme, Señor, respóndeme para que este pueblo rasgos y las perfecciones de Dios.

70 71
de Dios que encontramos en la Sagrada Escritura son realmente La manifestación más grandiosa de la cercanía de Dios es el
idénticas a la naturaleza o esencia divina; además, esas perfec- anuncio de Emmanuel, de Dios que se hace hombre: <<Mirad:
ciones son idénticas entre sí debido a la simplicidad de Dios; es la virgen está encinta y dará a luz un hijo, a quien pondrán por
decir, la justicia de Dios, por ejemplo, es la santidad de Dios, nombre Emmanuel» (Is 7, 14), que significa <<Dios con noso-
pues no cabe que la justicia divina no sea al mismo tiempo la tros». Este anuncio se ha cumplido con la encarnación del Hijo
suma bondad y santidad. Si esto nos sorprende se debe a la li- de Dios por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen
mitación de nuestro entendimiento. Pero en Dios no se da esta María. Dios ha irrumpido en la historia humana, en el tiempo
limitación. de los hombres. Como dice Juan Pablo II <<En Jesucristo, Verbo
encarnado, el tiempo llega a ser una dimensión de Dios, que en
sí mismo es eterno. Con la venida de Cristo se inician los "últi-
l. Dios es cercano al hombre mos tiempos" (cf. Hb 1, 2), la "última hora''(cf. 1 Jn 2, 18), se
inicia el tiempo de la Iglesia que durará hasta la Parusía» 2 , es
El primer rasgo de la «personalidad» de Dios es su cercanía decir, cuando vuelva Jesús en gloria al final de los tiempos.
a los hombres. La Biblia presenta a Dios como vecino del
hombre y envuelto en la historia humana y del mundo. El
relato del Génesis, por ejemplo, nos muestra a Dios hablando 2. Dios es omnipotente
con el hombre, paseando por el jardín del Edén a la brisa de
la tarde (cfr. Gn 3, 8) y haciendo túnicas de piel para vestir a Otro rasgo de la <<personalidad» de Dios es su omnipoten-
Adán y a Eva después de que cometieran el pecado original cia'. Se llama omnipotencia divina al atributo que expresa el
(cfr. Gn 3, 21).
poder de Dios sobre todas las cosas. Decimos que Dios es <<to-
El libro de Isaías subraya dos manifestaciones fundamenta-
dopoderoso porque es el único Señor de todo lo que ex1ste y
les de la cercanía y presencia activa de Dios en la historia hu-
vive, y no hay ningún otro poder que sea capaz de oponerse a
mana: la santidad y la gloria de Dios, es decir, su bondad ex-
Él como un rival. Por eso afirmamos que solamente Dios go-
celsa y su grandeza inigualable. La bondad infinita de Dios la
bierna de verdad el universo y la historia de los hombres»4 • El
muestra Isaías, entre otros muchos pasajes, cuando el hombre,
que Dios no pueda hacer el mal no es un límite ~ la omnipo-
escéptico, afirma: «El Señor me ha abandonado, mi Señor me
tencia divina, sino expresión de su bondad mfimta; de modo
ha olvidado>> (Is 49, 14); pero la actitud del Señor es rotunda y
semejante el hombre virtuoso realiza acciones buenas como ex-
consoladora: «¿Es que puede una mujer olvidarse de su niño de
presión de su bondad; en cambio, cuando hace el mal es por su
pecho, no compadecerse del hijo de sus entrañas? ¡Pues aunque
ellas se olvidaran, Yo no te olvidaré!» (Is 49, 15). En otro pa-
saje, Isaías muestra la gloria divina en un trono en el que Dios 2
JP II, Carta Apostólica TertioMil/ennioAdveniente(l0-1!-!994), n. 10.
está flanqueado por dos querubines que cantan: <<¡Santo, Santo, 3 Cfr. CCE, 268-274, que tratan de la omnipotencia divina. Cfr. tam-
biénJP II, discurso de 18-09-1985. Cfr. la voz Omnipotencia, en Conceptos,
Santo es el Señor de los ejércitos! ¡Llena está toda la tierra de su o. c., pp. 364-368.
gloria!» (Is 6, 3). 4
Conferencia Episcopal Española, Esta es nuestra fe, pág. 110.

72 73
fragilidad o debilidad, cosa que no tiene lugar en Dios. Como vino que no pueda estar en la justa voluntad de Dios o en su
enseña el Catecismo, <<De todos los atributos divinos, sólo la sabia inteligencia»6 •
omnipotencia de Dios es nombrada en el Símbolo: confesarla La omnipotencia de Dios se manifiesta de manera gráfica
tiene una gran alcance para nuestra vida. Creemos que es esa en el modo de salvar al pueblo de Israel. Los milagros del
omnipotencia universal, porque Dios, que ha creado todo Éxodo son prueba tangible de que Dios todo lo puede: abre el
(cfr. Gn 1, 1; Jn 1, 3), rige todo y lo puede todo; es amorosa, Mar Rojo para que pasen los israelitas, los alimenta con maná
porque Dios es nuestro Padre (cfr. Mt 6, 9); es misteriosa, por- y codornices en su marcha por el desierto, hace brotar agua
que sólo la fe puede descubrirla cuando "se manifiesta en la de una roca y vence a los enemigos (cfr. Ex 16-17). De una
debilidad" (2 Co 12, 9; cfr. 1 Co 1, 18)»5• manera especial, Dios nos ha revelado, del todo, su omnipo-
Desde las primeras palabras del libro del Génesis se destaca tencia al resucitar a su Hijo Jesucristo, muerto para salvarnos
que Dios es Todopoderoso. La creación del mundo manifiesta del pecado.
el poder de Dios sobre todas las cosas, pues todo lo que existe
fuera de Él ha sido creado por Él, por medio de su palabra.
Además Dios dirige el mundo y conserva todas las cosas en su 3. Dios es Creador de todas las cosas
ser. En el libro de Isaías encontramos como un reto dirigido a
la incredulidad del hombre: <<Alzad los ojos a lo alto y mirad: En el libro de Ester encontramos un pasaje que señala la ín-
¿quién creó esas cosas? El que hace salir por orden sus ejércitos, tima conexión entre la omnipotencia divina y la creación reali-
y a cada uno llama por su nombre; tan grande es su poder y zada por Dios. Ante el peligro de exterminio de los judíos de-
tanta su fuerza, que ninguno falta>> (Is 40, 26). cretado por el rey persa Asuero, Mardoqueo reza con gran
Al hombre que ignora a Dios habría que preguntarle con confianza en Dios: «¡Señor, Señor, Rey Omnipotente! Todas las
palabras de Isaias: <<¿Es que no lo sabes? ¿O no lo has oído? El cosas están bajo tu poder; y no hay quien pueda resistirse a tu
Señor es el Dios eterno, el creador de los confines de la tierra, voluntad, si decretas salvar a Israel. Tú hiciste el cielo, y la tierra
que no se cansa ni se fatiga; su discernimiento es insondable. Él y todas las maravillas que hay bajo el firmamento; Tú eres el
da fuerzas al cansado, y robustece al que no tiene vigor>> (Is 40, Señor de todas las cosas» (Est 4, 17b-17d).
28-29). Dios ejercita su omnipotencia de modo amoroso, pues Como ya hemos visto en el capítulo anterior, al exponer las
no usa de su poder para avasallar ni oprimir al hombre, sino
reflexiones filosóficas sobre Dios, se llama creación a la acción
para hacerlo libre y feliz. Santo Tomás de Aquino explica que el
de producir y de dar el ser a lo que no lo tenía en modo alguno,
poder de Dios no es arbitrario porque constituye una sola cosa
es decir, a partir de la nada. Cuando ese término se aplica al
con las otras perfecciones divinas: <<En Dios el poder y la esen-
hombre tiene un significado amplio y relativo, pues las <<crea-
cia, la voluntad y la inteligencia, la sabiduría y la justicia son
una sola cosa, de suerte que nada puede haber en el poder di-
6 S. Th., 1, 25, 5, ad l. Son interesantes las reflexiones que hace Juan Pa-
blo li acerca de quienes dudan sobre la importancia de creer; cfr. Cruzando el
' CCE, n. 268. umbral de la esperanza, pág. 189 y ss.

74 75
ciones» que realiza el hombre son siempre a partir de seres exis- e
rormu 1ad o: "D¿ e d'ond e venimos:
. "'"A¿ d'ond e vamosr"'" ¿C uál
tentes. es nuestro ongen.· e
>" " ¿ u ál es nuestro fiIn:"' "¿D e dó n d e viene
· y
a) Doctrina de la Escritura. La Sagrada Escritura comienza a dónde va todo lo que existe?" Las dos cuestiones, la del origen
con la afirmación de que Dios es Creador: «En el principio creó y la del fin, son inseparables. Son decisivas para el sentido y la
Dios el cielo y la tierra>> (Gn 1, 1); el Credo cristiano utiliza los orientación de nuestra vida y nuestro obrar>> 8 •
mismos términos: confiesa que Dios es <<el Creador del cielo y La creación es el «fundamento de todos los designios salvíficos
de la tierra>>, «de todo lo visible y lo invisible>>. Con las palabras de Dios, el comienzo de la historia de la salvación que culmina en
«cielo>> y «tierra>> la Escritura y la fe de la Iglesia designan todas Cristo>>9 • Y, a la inversa, la redención realizada por Jesucristo es la
las cosas que existen. Con las palabras «visible>> e <<invisible>> la luz decisiva sobre el misterio de la creación y de la vida humana,
fe de la Iglesia afirma que Dios es Creador de la materia y del pues la fe cristiana nos dice que somos hijos de Dios llamados a
espíritu, de los hombres y de los ángeles, y que todo ello cons- participar de la gloria divina: «herederos de Dios, coherederos de
tituye un único universo en el que vivimos los hombres y las Cristo; con tal de que padezcamos con él, para ser con él también
mujeres de todos los tiempos7 • glorificados>> (Rm 8, 17) 10 • Como enseña San Josemaría Escrivá,
b) Importancia antropológica. La verdad sobre la creación tiene «precisamente porque somos hijos de Dios, esa realidad nos lleva
una importancia muy grande en la orientación de la existencia también a contemplar con amor y con admiración todas las cosas
humana. Buena parte de las expresiones culturales de nuestra que hao salido de las maoos de Dios Padre Creadon>n.
época desconocen la verdad de la creación y deslizan las acciones
humanas hacia la manipulación del propio hombre y hacia el uso
indiscriminado de los bienes de la tierra. Aunque se hable mucho 4. Dios es justo
de los derechos fundamentales de la persona humana, es un he-
cho cotidiano muy difundido la conculcación de tales derechos, Además de las perfecciones divinas que se refieren al ser de
la opresión del hombre, la corrupción del poder, el afán insaciable Dios, la Escritura manifiesta lo que la teología ha explicitado
de riquezas, la violencia organizada, la degradación de la vida hu- como perfecciones o atributos morales de Dios, es decir, per-
mana hasta llegar a niveles sorprendentes de deshumanización.
Tales hechos son una de las tristes consecuencias de ignorar que el 8
CCE, 282.
hombre y el mundo hao sido creados por Dios. 9 CCE, 280. Cfr. J. Ratzinger, Creaci6n y pecado. Eunsa, Pamplona 2005,
e) Magisterio. El Catecismo enseña que la catequesis sobre la donde se encuentran unas reflexiones muy sugerentes y clarificadoras.
10
Los tres primeros capítulos del Génesis, en un lenguaje a la vez. sencillo y
creación se refiere «a los fundamentos mismos de la vida hu- solemne, expresan <<las verdades de la creación, de su origen y de su fin en Dios,
mana y cristiana: explicita la respuesta de la fe cristiana a la de su orden y de su bondad, de la vocación del hombre, finalmente, del drama
pregunta básica que los hombres de todos los tiempos se han del pecado y de la esperanza de la salvación. Leídas a la luz de Cristo, en la uni-
dad de la Sagrada Escritura y en la Tradición viva de la Iglesia, estas palabras si-
guen siendo la fuente principal para la catequesis de los misterios del «comienzo>>:
7 creación, caída, promesa de la salvación», según ensefía el Catecismo, 289.
Cfr. CCE, 279-324, en los que se explican los misterios sobre la créa-
ción de Dios. 11
San Josemaría Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa, o. c., 65.

76 77
fecciones de su obrar divino expresado en modos humanos. El una condición óptima del pueblo de Israel, una situación de
Antiguo Testamento destaca las perfecciones de verdad, justi- salud, de bendición divina y de solidaridad espiritual 13 • Estos
cia, fidelidad y amor de Dios. El Nuevo Testamento ofrece el significados fundamentales son fruto de la acción justa y santa
rasgo que resume todas las perfecciones divinas: <<Dios es amor>> de Dios con el pueblo, y de la correspondencia de éste a Dios.
(1 Jn 3, 3). Vamos a considerar ahora la justicia y el amor des- En el pensamiento bíblico, el concepto «justo>> tiene siempre un
bordante de Dios, es decir, su misericordia. marcado acento religioso y jurídico, porque Dios es la fuente de
justicia y santidad. Dios es justo, su obrar está en conformi- todo bien, de todo poder, de toda ley, de todo derecho.
dad con lo que «debe ser>>, con el modo de obrar más perfecto; En la época de los Patriarcas, Dios se revela como quien
podemos decir que la justicia divina se identifica con su santi- ofrece sólidas esperanzas a todos los hombres por medio de Is-
dad12, con la perfección propia de Dios Padre a la que nos llama rael: «Bendeciré a quienes te bendigan, y maldeciré a quienes te
Jesucristo (cfr. Mt 5, 48). La justicia de Dios para con sus cria- maldigan; en ti serán bendecidos todos los pueblos de la tierra>>
turas no es un poder arbitrario al que temer, sino la inmensa dice aAbraham (Gn 12, 3); «Abraham creyó en el Señor, quien
fuerza de su amor que busca la felicidad y la salvación eterna de se lo contó como justicia>> (Gn 15, 6).
los hombres; se expresa de una manera entrañable en la protec- El futuro rey mesiánico se distinguirá por ejercer santamente
ción de los más débiles y necesitados, las viudas, los huérfanos la justicia e implantar el derecho: «Saldrá un vástago de la cepa
y los pobres. de Jesé ... Sobre él reposará el Espíritu del Señor ... No juzgará
Históricamente, la justicia de Dios se manifiesta de un según las apariencias, ni decidirá según los rumores; sino que
modo sobresaliente en la Alianza con el pueblo de Israel: Dios juzgará con justicia a los desvalidos, y decidirá con rectitud a
se compromete a ser fiel, a pesar de las infidelidades de los favor de los pobres de la tierra.... La justicia será el ceñidor de
hombres. Y se manifiesta de una manera más sublime en Jesu- su cintura, y la fe, el cinturón de sus caderas» (Is 11, 1-5).
cristo: la justicia de Dios se expresa de modo pleno en la muerte San Pablo dirá que da justicia de Dios, atestiguada por la
de Jesús para expiar nuestros pecados y en las Bienaventuran- Ley y los Profetas, se ha manifestado con independencia de
zas, retrato de Jesucristo y expresión de lo que debe ser un cris- la Ley: justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para
tiano. todos los que creen>>; la razón es, tanto para los judíos como
Significados principales del término <<justicia». En la Biblia, el para los paganos, la redención realizada por Jesucristo: todos
término «justicia» -en hebreo <<sedaqah>r- presenta dos signi- «son justificados gratuitamente por su gracia>> (Rm 3, 21.24),
ficados principales; a) por un lado, indica una actitud fiel, leal por la gracia de Jesucristo.
y pacificadora en relación con los demás, antes que la obedien- Al leer el Antiguo Testamento pueden resultar chocantes al-
cia a unas normas; b) por otro lado, la justicia bíblica indica gunas expresiones que atribuyen directamente a Dios la ven-
ganza y la aniquilación de los enemigos de Israel. Se trata de las
12
A este respecto, el Catecismo, 271, citando a Santo Tomás (S. Th., I, 25,
5, ad 1), enseña que en Dios están unidas todas las perfecciones; cfr. nota 7 dé
13 Cfr. A Bonora, en Nuevo Diccionario de Teología Biblica, voz ((Justicia)),
este capítulo. pp. 980-994.

78 79
convicciones del pueblo hebreo, que no distingue entre lo que a) Explicación de los teólogos. Algunos teólogos, al hablar de las
<<manda» Dios y lo que <<permite», a causa de la dureza del cora- obras de Dios, afirman que la misericordia es la más grande
zón humano, como enseña Jesucristo (cfr. Mt 19, 8); de modo entre las perfecciones de Dios; con ello quieren expresar que la
semejante, la elección de un personaje -por ejemplo, David- misericordia es el atributo máximamente revelador del ser de
no significa que Dios apruebe rodas sus acciones. La explica- Dios. La Biblia, la Tradición y toda la vida de fe del pueblo de
ción está en el carácter progresivo de la revelación divina a lo Dios dan testimonio de que el hombre se encuentra particular-
largo de la historia, condescendiendo con prácticas que Dios de mente cerca de Dios a causa de su amor desbordante hacia el
ninguna manera podía sugerir ni aprobar. hombre, amor más fuerte que el pecado y que la muerte. Dios
es justo y no deja impune el mal objetivo; pero salva la situa-
ción miserable del hombre con su infinita misericordia.
b) Enseñanza de la Sagrada Escritura. La misericordia mues-
5. La misericordia de Dios
tra al hombre el rostro de Dios; es infinita e inagotable la pron-
titud del Padre en acoger a los pecadores que se arrepienten,
El Catecismo enseña que Dios muestra su paternidad <<por la
como en el caso del adulterio de David (cfr. 2 S 11, 2-12, 25).
manera como cuida de nuestras necesidades; por la adopción
El pueblo de Israel tiene una rica experiencia de la miseri-
filial que nos da ("Yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis cordia de Dios. Ya en el Génesis la misericordia de Dios apa-
para mí hijos e hijas, dice el Señor todopoderoso", 2 Co 6, 18); rece dirigida al primer hombre, tanto en su estado de inocencia
finalmente, por su misericordia infinita, pues muestra su poder (Gn 2, 8) como después de haber pecado (Gn 3, 21); se mani-
en el más alto grado perdonando libremente los pecados» 14 • El fiestaaNoéyasu familia (Gn 7, 1 y 16), a los Patriarcas (Gn 12,
poder, la justicia y la misericordia divinas están estrechamente 2-3; 15, 1-18). En el contexto de la Alianza la misericordia de
entrelazadas en las páginas de la Biblia ya desde los comienzos; Dios se describe como el amor del padre y de la madre al hijo y,
pero la misericordia supera a la justicia 15 • La de Dios es una con los profetas, como el amor del esposo a la esposa.
justicia al servicio del amor, una sabiduría al servicio de la mi- La experiencia fundamental de Israel sobre la misericordia de
sericordia y de la justicia. Las perplejidades que nos pueden Dios la vivió en tiempo del Éxodo. <<El Señor vio la miseria de su
surgir tienen origen en nuestro modo limitado y parcial de co- pueblo -dice Juan Pablo II- reducido a la esclavitud, oyó su
nocer esas cualidades en las criaturas. grito, conoció sus angustias y decidió liberarlo (cfr. Ex 3, 7s). En
este acto de salvación llevado a cabo por el Señor, el profeta supo
individuar su amor y compasión (cfr. Is 63, 9). Es aquí precisa-
H CCE, 270.
15
mente donde radica la seguridad que abriga todo el pueblo y cada
Juan Pablo II dice: ((El amor, por así decirlo, condiciona a la justicia y
en definitiva la justicia es servidora de la caridad. La primacía y la superiori-
uno de sus miembros en la misericordia divina, que se puede in-
dad del amor respecto a la justicia (lo cual es característico de toda la revela- vocar en circunstancias dramáticas» 16 • Después de rota la alianza
ción) se manifiestan precisamente a través de la misericordia. Esto pareció por la infidelidad del becerro de oro, ante la oración de Moisés,
tan claro a los Salmistas y a los Profetas que el término mismo de justicia
terminó por significar la salvación llevada a cabo por el Señor y su misericor-
dia» (DM, 30). 16 Ibídem, 24.

80 81
Dios se manifiesta solemnemente como <<Dios de ternura y de 6. El problema del mal
gracia, lento a la ira y rico en misericordia y fidelidad>> (Ex 34, 6).
El libro de Isaías garantiza la misericordia del Sefior, como en La misericordia desplegada por Dios tan generosamente so-
este texto: <<Aunque vuestros pecados fuesen como la grana, bre el pueblo de Israel se ve con mayor grandeza en el contexto
quedarán blancos como la nieve; aunque fuesen rojos como la de la miseria y el pecado de los hombres. Pero surge de inmediato
púrpura, quedarán como la lana>> (Is 1, 18). El llamado libro de la pregunta: ¿De dónde viene el pecado? ¿Cuál es el origen del
la consolación recuerda al pueblo de Israel la omnipotencia di- mal que invade la historia humana como fuerza devastadora?
vina y los frutos de su misericordia: por ejemplo, «En verdad, el El Catecismo plantea la causa del mal que hay en el mundo y la
Sefior se apiadará de Sión, se apiadará de todas sus ruinas. Cam- responde de un modo sintético y completo con las siguientes
biará su desierto en Edén, y su estepa en jardín del Sefior. En palabras, dignas de ser meditadas serena y profundamente:
ella habrá gozo y alegría, agradecimiento y canciones>> (Is 51, 3).
<<Si Dios Padre todopoderoso, Creador del mundo ordenado
La culminación de la misericordia de Dios está en Jesucristo,
y bueno, tiene cuidado de todas sus criaturas, ¿por qué existe el
el Hijo de Dios encarnado, que da su vida para librarnos del
mal? A esta pregunta tan apremiante como inevitable, tan do-
pecado y hacernos miembros de la familia de Dios por el don
lorosa como misteriosa no se puede dar una respuesta simple.
de la filiación divina.
El conjunto de la fe cristiana constituye la respuesta a esta pre-
e) Magisterio de la Iglesia. Como ensefia el Catecismo, la jus- gunta: la bondad de la creación, el drama del pecado, el amor
tificación de los hombres, es decir, la liberación del pecado y la paciente de Dios que sale al encuentro del hombre con sus
acogida de la justicia de Dios por la fe en Jesucristo, es <<la obra Alianzas, con la Encarnación redentora de su Hijo, con el don
más excelente del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús y del Espíritu, con la congregación de la Iglesia, con la fuerza de
concedido por el Espíritu Santo. San Agustín afirma que "la los sacramentos, con la llamada a una vida bienaventurada que
justificación del impío [... ] es una obra más grande que la crea- las criaturas son invitadas a aceptar libremente, pero a la cual,
ción del cielo y de la tierra'' [ ... ] porque "el cielo y la tierra pa- también libremente, por un misterio terrible, pueden negarse o
sarán, mientras [ ... ] la salvación y la justificación de los elegi- rechazar. No hay rasgo del mensaje cristiano que no sea en
dos permanecerán''. Dice incluso que la justificación de los parte una respuesta a la cuestión del mal» 18 •
pecadores supera a la creación de los ángeles en la justicia por-
que manifiesta una misericordia mayonP. a) Mal ftsico y mal moral. Para clarificar el tema es necesario
Al final de los tiempos, el Juicio universal revelará que la distinguir entre el mal físico y el mal moral. Se entiende por
justicia de Dios triunfa sobre todas las injusticias cometidas por mal físico las imperfecciones, carencias o destrucciones que se
los hombres, y que su amor es más fuerte que la muerte por tener
su origen en Dios; por eso, dos océanos no serían capaces de 18
CCE, 309. San Atanasio dice algo que es muy actual: que el origen del
extinguir el amor>> (cfr. Ct 8, 6.7). mal está en que el hombre dejó de orientar su vida hacia Dios y comenzó a
contemplarse a sí mismo; cfr. Contra los paganos, 3. Cfr. la voz Mal, en los
diccionarios de Bouyer e Izquierdo, o. c. Cfr. G. Lobo Méndez, ¿Necesita el
17
CCE. 1994. hombre la religi6n?Palabra, Madrid 2010, pp. 153-170.

82 83
dan en la naturaleza. El mal moral es el pecado, originado por daño, Dios lo pensó para bien, para hacer sobrevivir ... un pue-
decisiones libres de los hombres. blo numeroso" (Gn 45, 8; 50, 20)>> 22 •
Con respecto al mal físico, la doctrina católica enseña que, e) Solo jesucristo explica el mal. La explicación más contun-
«en su sabiduda y bondad infinitas, Dios quiso libremente dente para todos los males, tanto los físicos como los morales,
crear un mundo "en estado de vía" hacia su perfección última>>, viene de Jesucristo: <<Del mayor mal moral que ha sido cometido
en estado de progreso. A renglón seguido ofrece la siguiente jamás, el rechazo y la muerte del Hijo de Dios, causado por los
explicación: «Este devenir trae consigo en el designio de Dios, pecados de todos los hombres, Dios, por la superabundancia de
junto con la aparición de ciertos seres, la desaparición de otros; su gracia, sacó el mayor de los bienes: la glorificación de Cristo y
junto con lo más perfecto lo menos perfecto; junto con las nuestra Redención. Sin embargo, no por esto el mal se convierte
construcciones de la naturaleza también las destrucciones. Por en un bien>> 23 • San Pablo lo dice con toda claridad: <<Para los que
tanto, con el bien físico existe también "el mal físico", mientras aman a Dios, todas las cosas son para bien>> (Rrn 8, 28).
la creación no haya alcanzado su perfección>> 19 • Solo en la Muerte y Resurrección de Cristo el hombre
Con respecto al mal moral, «los ángeles y los hombres, cria- puede clarificar el problema del mal y superarlo. Cristo muere
turas inteligentes y libres, deben caminar hacia su destino por los pecados de los hombres; de este modo manifiesta la
último por elección libre y amor de preferencia>>, es decir, eli- gravedad de los mismos, porque ofenden a Dios y desvían al
giendo lo mejor. «Por ello pueden desviarse. De hecho pecaron. hombre de su fin eterno. La Muerte de Cristo satisface la jus-
Y fue así como "el mal moral" entró en el mundo, incompara- ticia divina porque Cristo es Dios; y merece la salvación de los
blemente más grave que el mal físico. Dios no es de ninguna hombres, porque es hombre igual a nosotros, excepto en el
manera, ni directa ni indirectamente, la causa del mal moral. pecado. La Resurrección de Cristo manifiesta que ha vencido
Sin embargo, lo permite, respetando la libertad de su criatura, la muerte y el pecado. El fruto de esos hechos, a la vez históri-
y, misteriosamente, sabe sacar de él el bien>> 20 • cos y sobrenaturales, se aplican a nosotros porque Cristo insti-
b) Posible tentaci6n. Las experiencias del mal y del sufri- tuyó los sacramentos: nos hace hijos de Dios en el Bautismo;
miento, de las injusticias, de la marginación, la opresión y la perdona nuestros pecados en la Penitencia; el mismo Cristo
muerte pueden estremecer la fe y llegar a ser una fuerte tenta- nos alimenta en la Eucaristía para que tengamos fuerza divina para
ción 21 • Pero <<con el tiempo, se puede descubrir que Dios, en su superar las tentaciones. La fragilidad humana no es razón para la
providencia todopoderosa, puede sacar un bien de las conse- desesperanza; si es real nuestra fragilidad, más real es la fuerza
cuencias de un mal, incluso moral, causado por sus criaturas: que Cristo nos ofrece en los sacramentos, para que lleguemos
"No fuisteis vosotros, dice José a sus hermanos, los que me en- a identificarnos con Él. Por eso, el cristiano, a pesar de sus
viasteis acá, sino Dios ... , aunque vosotros pensasteis hacerme miserias, es un hombre de esperanza, es un hombre sobre el
que se ha desbordado la misericordia divina, porque cuenta
" CCE, 310.
" CCE, 311. 22
CCE, 312.
21
Cfr. Rovira Belloso, o. c., pág. 342 y ss. 23
Ibidem.

84 85
con la fuerza salvadora de Cristo, que venció el pecado y la 7. La Sabiduría, la Palabra y el Espíritu de Dios
muerte.
El Catecismo concluye su ensefianza sobre el mal con estas La Sagrada Escritura manifiesta con mucha fuerza y abun-
esperanzadoras palabras: «Creemos firmemente que Dios es el dancia de textos la Sabiduría de Dios. Es uno de los atributos
Sefior del mundo y de la historia. Pero los caminos de su provi- que está estrechamente vinculado con el poder de Dios y su ac-
dencia nos son con frecuencia desconocidos. Sólo al final, ción creadora. En muchas ocasiones esas tres expresiones --Sa-
cuando tenga fin nuestro conocimiento parcial, cuando vea- biduría, Palabra, Espíritu de Dios~ tienen un significado
mos a Dios "cara a cara" (1 Co 13, 12), nos serán plenamente idéntico o muy parecido.
conocidos los caminos por los cuales, incluso a través de los a) La Sabiduría de Dios. El Antiguo Testamento expresa en
dramas del mal y del pecado, Dios habrá conducido su crea- muchos lugares que la Sabiduría de Dios está presente en todas
ción hasta el reposo de ese Sabbat definitivo, en vista del cual sus obras: en la creación y en el gobierno del mundo (cfr. Gn 1,
creó el cielo y la tierra» 24 • 1O; 1, 31); en la Ley moral dada por Dios a los hombres (Dt 4,
d) La libertad humana. Muchas objeciones que se plantean 5-6); incluso está en los hombres que son fieles al Sefíor, pues
con respecto al mal provienen de no considerar la libertad hu- <<hay en el hombre un hálito, el espíritu del Poderoso que le
mana. Atribuyen a la acción de Dios lo que es consecuencia de hace inteligente>> Qb 32, 8; Sb 7, 7).
las libres decisiones de los hombres; parece que abunda el Los sabios de Israel proclaman claramente la primacía de la
miedo a considerar en toda su amplitud la libertad humana y Sabiduría de Dios (cfr. Pr 21, 30), la íntima relación entre sabi-
las lógicas consecuencias del ejercicio de la libertad. Por haber duría y justicia (cfr. Pr 1, 7) y la convicción de que es Dios
sido creado por Dios para participar de la vida eterna, las deci- quien concede la sabiduría a los hombres (cfr. Pr 2, 6).
siones libres de los hombres tienen necesariamente consecuen- En el libro de los Proverbios está la culminación de la doc-
cias para la eternidad, para el más allá; de acercamiento a Dios, trina sobre la Sabiduría de Dios (8-9), vigorosamente personi-
si las decisiones son moralmente buenas; de apartamiento, e ficada, y que será desarrollada en libros posteriores (Si 1, 1-20;
incluso de rechazo, si las acciones son moralmente malas. Las 24; Sb 6-9). Ella misma manifiesta su origen eterno: «El Sefíor
libres acciones de los hombres, cuando son malas, hieren al me tuvo al principio de sus caminos, antes de que hiciera cosa
hombre mismo, lo degradan y causan dafío a los demás. alguna, desde antafío. Desde la eternidad fui formad~: desde ~1
Las explicaciones filosóficas que no tienen en cuenta la di- comienzo, antes que la tierra>> (Pr 8, 22-23); tamb1en mam-
mensión trascendente del hombre, así como los planteamien- fiesta su parte activa en la creación: «Cuando asentaba los cie-
tos que muchos se hacen como si la vida terrena fuese la única, los, allí estaba yo, cuando fijaba un límite a la superficie del
de hecho no ofrecen una explicación satisfactoria al problema océano, ... cuando fijaba los cimientos de la tierra, yo estaba
del mal. como artífice junto a Él, lo deleitaba día a día, jugando ante Él
en todo momento, jugando con el orbe de la tierra>> (Pr 8,
27.29-31); y manifiesta igualmente el papel que desempefía
24
CCE, 314. para llevar los hombres a Dios: «Quien me encuentre, encon-

86 87
trará la vida, y obtendrá la complacencia del Señor. Pero quien la Tradición de la Iglesia los ha entendido frecuentemente con
peca contra mí, se daña a sí mismo. Cuantos me odian aman la relación a María (cfr Pr 8, 1-9, 6; Sir 24). María es cantada y re-
muerte» (Pr 8, 35-36). presentada en la Liturgia como el "Trono de la Sabiduría'', 26 •
El libro de la Sabiduría. El libro de la Sabiduría hace un elo- b) La Palabra de Dios. Lo mismo podría decirse del tema
gio de la sabiduría no sólo como virtud sino especialmente bíblico de la <<palabra>> por la que Dios se ha manifestado en la
como una perfección divina, fuertemente personalizada en su historia. Con su palabra poderosa, Dios crea el mundo (cfr. Gn 1,
expresión literaria: «La sabiduría es el más móvil de todos los 3-6) y gobierna el universo y la historia. También con su pala-
movimientos, pues por su pureza atraviesa y penetra todas las bra, Dios se manifiesta al pueblo de Israel -<<Una palabra ha
cosas. Es un hálito del poder de Dios y un destello puro de la proferido el Señor en Jacob, y ha caído en Israel>> dice Isaías
gloria del Todopoderoso: por eso nada inmundo penetra en (9, 7)-. Se trata de una palabra viva, que tiene fuerza por sí
ella. Es reflejo de la luz eterna, espejo sin mancha de la acción misma, dirigida a todos los hombres, y que muchas veces se pre-
de Dios e imagen de su bondad. Aun siendo una, todo lo senta personificada literariamente: <<Como la lluvia y la nieve
puede; y, sin cambiar en nada, todo lo renueva; se comunica a descienden de los cielos, y no vuelven allá, sino que riegan la
las almas santas de cada generación y las convierte en amigos de tierra, la fecundan, la hacen germinar, y dan simiente al sembra-
Dios» (Sb 7, 24-27). No se trata de una persona distinta de Dios, dor y pan a quien ha de comer, así será la palabra que sale de mi
sino de una figuración literaria para expresar la perfección di- boca: no volverá a mí de vacío, sino que hará lo que Yo qwero y
vina de la Sabiduría que Dios otorga a las almas santas. realizará la misión que le haya confiado>> (Is 55, 10-11).
Los Padres de la Iglesia. La personificación de la Sabiduría ha La palabra de Dios es, sin duda, un mensaje divino que se
sido entendida siempre por los Padres de la Iglesia como una dirige a los hombres; pero es también, y antes, una fuerza viva
preparación para la doctrina trinitaria revelada por Jesús en el y poderosa que realiza los designios de Dios. Está en el origen
Nuevo Testamento. San Juan describe la relación entre Dios y del mundo, en la elección del pueblo de Israel y en cuanto
el Verbo en términos semejantes a los utilizados en Pr 8, 22-30. acontece en la historia; manifiesta la trascendencia de Dios y, al
San Pablo designa a Jesucristo como «primogénito de toda cria- mismo tiempo, su amorosa cercanía a los hombres, a quienes
tura» (Col1, 15); y el Apocalipsis llama a Cristo <<principio de llama, enseña y perdona.
la creación de Dios» (Ap 3, 14). Por su parte, San Agustín, para
explicar la unidad entre el Padre y el Hijo, se sirve de Sab 7, 26: e) El Espíritu de Dios. Por último, la expresión <<Espíritu de
<<"Reflejo", porque la claridad de la luz del Padre está en el Hijo; Dios», llamado también <<espíritU>> o «soplo» del Señor, es la
"espejo sin mancha", porque el Padre se ve en el Hijo» 25 • Por personificación de la acción salvífica de Dios que actúa en toda
extensión, la Liturgia aplica a la Virgen María algunos textos la historia bíblica. Se posará sobre un vástago de la cepa de Jesé
sobre la Sabiduría, colaboradora del Redentor, como la Sabidu- (cfr. Is 11, 2), es decir, sobre el Mesías prometido. Está en el
ría lo es del Creador. <<Los más bellos textos sobre la Sabiduría, origen del ser y de la vida de toda criatura (cfr. Gn 1, 2). Juan

25 26 CCE, 721.
San Agustín, Solutiones diversarum quaestionum, 18.

88 89
Pablo II explica que ,el concepto bíblico de creación comporta Dios, el Sefior es Uno>> y, en consecuencia, «amarás al Señor,
«la presenCia del Espmtu de Dios en la creación, o sea, el inicio tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus
de la comunicación salvífica de Dios a las cosas que crea. Lo fuerzaS>> (Dt 6, 4-5; Me 12, 29-30) 28 •
~ual es válido ante todo para el hombre, que ha sido creado a Las perfecciones y los rasgos con que Jesús describe a Dios
Imagen y semejanza de Dios>> 27 • El Espíritu de Dios suscita a los son sustancialmente los mismos que encontrarnos en la revela-
Jueces (cf:. Jc 3, 1O) y da discernimien:o a los ancianos elegidos ción del Antiguo Testamento. No podría ser de otra manera, si
por Mmses (cfr. N m 11, 17); da la sabiduría a José (cfr. Gn 41, Jesús quería hacerse entender por un pueblo que había recibido
38); inspira a los Profetas (cfr. Dt 18, 9-22); y será dado al Me- la palabra de Dios. Al mismo tiempo, Jesús profundiza en esa
sías (cfr. Dt 18, 15-19) en toda su plenitud (Is 11, 2 enumera enseñanza y abre horizontes nuevos a los israelitas y a todos los
los siet~ dones del ~,sp.íritu Santo en la versión de la Vulgata); hombres. En concreto, Jesús habla de Dios como el ser único,
en los nempos mes1amcos realizará una efusión extraordinaria bueno, santo, justo, todopoderoso, sabio, providente, miseri-
Y universal (cfr. Jl3, 1-2; Ez 36, 26-27; Hch 2, 16-18). cordioso y eterno que hemos visto hace poco.
Por ejemplo, Jesús llama a Dios «Señor del cielo y de la tie-
rra» (Mt 11, 25), como aparece tantas veces en el Antiguo Tes-
8. Dios revelado en Jesucristo tamento; lo llama «Padre SantO>> en la Última Cena Qn 17,
11). Igualmente, en plena sintonía con el Antiguo Testamento,
La revelación de Dios en el Antiguo Testamento, con la in- enseña que Dios es radicalmente distinto del mundo, que es el
n::ensa riqueza que hemos visto de modo sucinto, es prepara- Creador y ser trascendente; san Pablo expresa a los atenienses
la enseñanza de Jesús, cuando les dice: «El Dios que hizo el
CiÓn para la revelaCIÓn plena de Dios que realizará Jesucristo.
mundo y todo lo que hay en él, que es Señor del cielo y de la
Se puede afirmar que la revelación de Dios en ambos Testa-
tierra, no habita en templos fabricados por hombres, ni es ser-
mentos se caracteriza por la continuidad y por la novedad.
vido por manos humanas como si necesitara de algo el que da a
a) Continuidad. Hay continuidad entre el Dios del Anti-
todos la vida, el aliento y todas las cosas» (Hch 17, 24-25).
guo Testamento y el Dio~ revelado por Jesucristo. Veamos algu-
Junto a la trascendencia, Jesús habla de la cercanía de Dios a
nos eJemplos de esa connnuidad.
los hombres como nunca se había anunciado al pueblo de
A los saduceos que niegan la resurrección de los muertos,
Je~ús les habla de «el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el
D10s de Jacob>> (Me 12, 26), apelando a la revelación de Dios a 28
La Biblia de Navarra comenta este texto del modo siguiente: ((Es un
Moisés en la zarza ardiente (cfr. Ex 3, 6). Jesús habla del Dios pasaje entrañable, de singular importancia para la fe y la vida del pueblo ele-
gido. El punto culminante es el v. 5, que recuerda otros pasajes del Antiguo
único, para responder a un escriba que le pregunta cuál es el Testamento (Dt 10, 12; Os 2, 21-22; 6, 6). El amor que Dios pide a Israel va
primer mandamiento y para ello cita el texto fundamental de la precedido del amor de Dios por Israel (cfr. Dt 5, 32-33). Aquf se toca uno de
fe del pueblo de Israel: <<Escucha, Israel: el Señor es nuestro los puntos centrales de la Revelación de Díos a los hombres, tanto en el Anti-
guo como en el Nuevo Testamento: por encima de cualquier otra considera-
ción, Dios es Amor (cfr. p. ej., 1 Jn 4, 8.16)}) Sagrada Biblia. Antiguo Testa-
27
JP Il, De V, 12. mento, 1.

90 91
Israel: ese Dios «escondido>> se ha acercado tanto al mundo que últimos días nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien insti-
habita en el interior del hombre y «ve en lo oculto>> (Mt 6, 4.6); tuyó heredero de todas las cosas y por quien hiw también el 1
es más, Dios se ha acercado tanto que «el reino de Dios ya está universo>> (Hb 1, 1-2). San Juan de la Cruz comenta el texto de 1
en medio de vosotros>> (Le 17, 21). El Dios misericordioso del Hebreos de este modo: <<En darnos, como nos dio a su Hijo, que
Antiguo Testamento mandaba atender a los pobres y a la viudas; es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y
Jesús va más allá cuando enseña con la parábola que el pastor, es de una vez en esta sola Palabra ... : porque lo que hablaba antes
decir, Cristo, va en busca de la oveja perdida y la pone sobre sus en partes a los profetas ya lo ha hablado todo en Él, dándonos al
hombros gowso (cfr. Le 15, 4-7), porque quiere la conversión de Todo, que es su Hijo». Y añade una consideración muy adecuada
los hombres para que tengan <<vida eterna>> Qn 3, 16). La raíz para quienes sientan tentaciones esotéricas: <<Por lo cual, el que
de esta proximidad se fundamenta en la novedad del Nuevo ahora quisiese preguntar, o querer alguna visión o revelación, no
Testamento: la Encarnación del Hijo de Dios. sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo
En su enseñanza moral, a la que se opusieron con tanta dureza los ojos totalmente en Cristo, sin querer cosa otra alguna o
los fariseos, Jesús enseña lo que <<fue dichm> por Dios, profundiza novedad» 29 • El Catecismo muestra la razón sencilla y profunda de
en su mensaje y le da un nuevo contenido al situarse en el mismo esa novedad: «Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Pala-
nivel que Dios: <<Habéis oído que se dijo a los antiguos ... Pero bra única, perfecta e insuperable del Padre. En Él lo dice todo,
Yo os digo>> (Mt 5, 21.22). El propio Jesús aclara su función de no habrá otra palabra más que ésta» 30 •
intérprete divino al decir: «No penséis que he venido a abolir la Sfntesis de la novedad cristiana. La novedad de la revelación
Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su pleni- que hace Jesús se sintetiza en tres grandes contenidos: el miste-
tud>>; y refuerza su sintonía con el Dios del Antiguo Testamento rio de la Santísima Trinidad, el misterio de la Encarnación del
cuando añade: «En verdad os digo que mientras no pasen el cielo Verbo o Hijo de Dios y la misión del Espíritu Santo. Como es
y la tierra, de la Ley no pasará ni la más pequeña letra o trazo
sabido, Jesús ha traído la salvación a todos los hombres, espe-
hasta que todo se cumpla>> (Mt 5, 17-18).
cialmente por su Muerte y su Resurrección gloriosa.
b) Novedad. En lo referente a la novedad del Dios revelado
1) La Trinidad de Personas. Jesús revela que el único Dios es
por Jesucristo, cabe afirmar lo siguiente. Jesús habla de Dios en
Trinidad de Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. A este mis-
el Nuevo Testamento refiriéndose al Señor, el único Dios que
terio dedicamos la mayor parte del libro.
se manifestó a Moisés y habló por medio de los Profetas. Al
2) La Encarnación del Verbo. Jesús revela que el único Dios
mismo tiempo, el Dios que revela Jesús es radicalmente nuevo.
es Padre suyo; en otros términos, que Jesús tiene la misma na-
No se trata de una evolución o desarrollo de lo que está implí-
turaleza que el Padre. No se trata de dos dioses, sino del único
cito en el Antiguo Testamento, sino de una novedad radical, de
la novedad que supone la persona, la vida y la palabra de Jesu- Dios, pues Jesús afirma: <<Yo y el Padre somos uno» Qn 10, 30).
cristo, pues Dios se ha revelado personalmente en Cristo, el En definitiva, se trata de una filiación distinta y superior a la
Hijo unigénito. Lo expresa muy bien la carta a los Hebreos:
<<En diversos momentos y de muchos modos habló Dios en el z;~ San Juan de la Cruz, Subida al monte Carmelo, 2, 22, 3-5.
pasado a nuestros padres por medio de los profetas. En estos 30 CCE, 65.

92 93
filiación divina de los hombres, filiación que distingue Jesús Capítulo IV
con toda claridad cuando Él se aparece resucitado a la Magda-
lena y le dice que anuncie a los discípulos: «Subo a mi Padre y LA TRINIDAD EN EL NUEVO TESTAMENTO
a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios>> On 20, 17).
Jesús se presenta como testimonio del Padre, como testigo
directo e inmediato, como quien tiene una intimidad de vida
con Él. Esta verdad fue clara y la entendieron perfectamente los
oyentes de Jesús: <<Los judíos con más ahínco intentaban ma-
tarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también
llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios» On 5, 18).
La intimidad de Jesús con el Padre queda expresada de un
modo gráfico con el término <<Abba», que muestra la confianza
total de Jesús en el Padre (Me 14, 36). Este término es la expre-
sión familiar, <<papá>>, que utilizan los niños hebreos para hablar En este capítulo estudiamos la revelación del misterio de la
con sus padres. Por eso, hay que decir que en Jesús, Dios se Santísima Trinidad tal como aparece en los libros inspirados
hace accesible con rostro humano, lleno de misericordia. del Nuevo Testamento, especialmente en los Evangelios, por-
3) La misión del Espíritu Santo. Jesús también revela que en que en éstos encontramos la revelación original realizada por
Dios, además del Padre y del Hijo, hay otra persona divina a la Jesús. Se trata propiamente de saber lo que es Dios <<en sí mismo>>;
que llama Espíritu Santo (Le 11, 13), Paráclito o Consolador en otras palabras, conocer la revelación a los hombres como
On 14, 16) y Espíritu de la verdad On 14, 17). Jesús anuncia don inefable del vivir íntimo y misterioso de Dios.
que, tras su Resurrección, enviará el Espíritu Santo a los discí- El Catecismo enseña en un párrafo muy rico de doctrina que
pulos, para que les guíe y les haga recordar y comprender <<el misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la
cuanto Él les había enseñado. El envío del Espíritu Santo tuvo fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es,
lugar el día de Pentecostés: <<Ese día conoceréis que yo estoy en pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que
el Padre, y vosotros en mi y yo en vosotroS>> (Jn 14, 20). Preci- los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la
samente el Espíritu Santo nos da a conocer por la fe que el "jerarquía de las verdades de fe". "Toda la historia de la salva-
hombre Jesús es el Hijo Unigénito de Dios: <<Cuando venga el Pa- ción no es otra cosa que la historia del camino y los medios por
ráclito que yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu de la los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu
verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de OÚ>> On 15, Santo, se revela, reconcilia consigo a los hombres, apartados
26). El Espíritu Santo también nos da a conocer que la Santí- por el pecado, y se une con ellos"» 1•
sima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, habita en las almas
que están en gracia, es decir, en quienes aman a Jesús y guardan
sus mandamientos (cfr. Jn 15, 9-11). 1 CCE, 234. Los párrafos entrecomillados están tomados del Directorio
general de pastoral catequética, documento destinado a orientar la ensefianza

94 95
Esto mismo indica que el conocimiento del misterio de la tes para acoger la revelación de Jesús, lo que pone de relieve la
Santísima Trinidad no se reduce simplemente a «saben, sino continuidad a lo largo de toda la Revelación divina.
que se extiende a toda la vida del cristiano. El ser de Dios -lo que
a) Sobre el Padre. Con respecto a los preludios de Dios
es Dios en sí mismo-- es origen y modelo del ser del hombre,
como Padre en el Antiguo Testamento, los libros sagrados
creado a imagen de Dios. De ahí que la doctrina sobre la Santí-
sima Trinidad sea la mejor luz para comprender la dignidad del muestran numerosas veces la paternidad de Dios sobre el pue-
hombre, de todo hombre, y el estilo de vida propio de los cristia- blo de Israel. Esta paternidad tiene un sentido moral y analó-
nos para ser felices en la tierra y alcanzar la vida eterna2 • gico: Dios actúa como un padre lleno de ternura y misericordia3•
Se fundamenta en la elección que hace Dios de Israel como
pueblo suyo, a quien llama su <<primogénito» (Ex 4, 22), y en la
l. ¿Atisbos de la Trinidad en el Antiguo Testamento? Alianza y el don de la Ley: <<El Señor se ha prendado de voso-
tros --dice Moisés- y os ha elegido, no porque seáis el pueblo
No pocos autores han planteado la cuestión de si en el Anti- más grande de todos los pueblos, puesto que sois el más pe-
guo Testamento ya se había revelado el misterio de la Santísima queño, sino que ha sido por el amor del Señor y por su fideli-
Trinidad. La respuesta es claramente negativa, pues quien revela dad a la promesa que hizo a vuestros padres» (Dt 7, 7-8). Se
al Padre y al Espíritu Santo es Jesucristo. Lo que sí se puede trata de una paternidad de elección -llamada también adop-
afirmar es que en el Antiguo Testamento encontramos «atisbos», tiva-, radicada en el misterio de la creación, y que alcanza a
<<preludios», <<indicios>> -<<huellas» lo llama el Catecismo-- que todos los hombres superando la paternidad terrena: <<Aunque
~ejan vislumbrar en el Dios vivo y único lo que luego reveló de mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recogerá>>
El Jesucristo en el Nuevo Testamento; encontramos «anuncios» (Sal 27, 10). En el anuncio del Mesías, la paternidad de Dios
y <<promesas» que tendrán su cumplimiento en Jesús. Las hue- alcanza unos tonos más fuertes y definidos, pues el Mesías es el
llas y anuncios del Antiguo Testamento <<preparan» a los creyen- Hijo de Dios: <<Él me ha dicho: "Tú eres mi hijo. Yo te he en-
gendrado hoy"» (Sal 2, 7); <<Desde el seno, antes de la aurora,
como rocío, te he engendrado>> (SalllO, 3).
de las verdades de la fe con el fin de que sean vividas por todo el pueblo cris-
tiano. Schmaus dice que la importancia de la Revelación de Dios hecha por
b) Sobre el Hijo. Los atisbos sobre el Hijo, además de lo re-
Cristo está sobre todo «en que ofrece conocimientos sobre Dios que trascien- ferido en el párrafo anterior, se presentan bajo formas de me-
den esencialmente las posibilidades de las fuerzas naturales de la razón. Entre diación entre Dios y su pueblo; en concreto, los autores ven
las novedades que contiene el mensaje de Cristo sobre Dios, el hecho de su
trinidad personal constituye el contenido más importante>> (Teología Dogmd-
tica 1, o. c., pág. 205). 3 «Todo el contexto de la Antigua Alianza era rico de alusiones a la ver-
2
Juan Pablo II ha dedicado sendas encíclicas a las tres Personas divinas, dad de la paternidad de Dios, tomada en sentido moral y analógico. Así, Dios
en las que hace un amplio y profundo análisis del Antiguo y del Nuevo Testa- se revela como Padre de su Pueblo, Israel, cuando manda a Moisés que pida su
mento. La dedicada al Padre se titula Dives in Misericordia (30-11-1980); la liberación de Egipto: ''Así habla el Señor: Israel es mi hijo, mi primogénito. Yo
del Hijo, Redemptor Hominis (4-03-1979); y la del Espíritu Santo, Dominúm te mando que dejes a mi hijo ir ... " (Ex 4, 22-23)>1. Juan Pablo II, discurso de
et Vivificantem (18-05-1986). 16-10-1985, 2.

96 97
esos vestigios en la personificación del Angel de Dios, de la Pala- d) Testimonio de la tradición cristiana. Gran parte de la tradi-
bra de Dios y de la Sabiduría. En el capítulo anterior hemos ción cristiana -particularmente San Ireneo de Lyon y Tertu-
visto que Dios actúa por medio de su «Palabra» (cfr. Is 55, 10- liano-- ha visto en el relato de la creación del hombre un reflejo
11; Sal147, 15; Sb 19, 14-16) y de la <<Sabiduría>> (cfr. Pr 8-9), de la Santísima Trinidad en el plural <<Hagamos al hombre a
ambas fuertemente personalizadas. Pero Dios también se mani- nuestra imagen, según nuestra semejanza» (Gn 1, 26). Algunos
fiesta de otras formas: por medio de su <<ángel», o más bien del escritores cristianos, en concordancia con la interpretación ju-
<<ángel del Sefion>, para indicar la presencia y la intervención día antigua, han visto en este <<hagamos» la solemnidad que da
directa de Dios en favor del pueblo elegido, por ejemplo, en la la Escritura a la creación del hombre, como si Dios se reuniese
zarza ardiente: <<El ángel del Sefior se le manifestó [a Moisés] en para deliberar con la corte celestial antes de crear al hombre;
forma de llama de fuego» (Ex 3, 2). otros la ven como reflejo de la grandeza y del poder de Dios 6 •
e) Sobre el Espíritu Santo. Respecto al Espíritu Santo vemos e) La teofonía en el encinar de Mambré. Otro pasaje famoso
que en la Sagrada Escritura Dios también actúa derramando su que prefigura la Santísima Trinidad es la manifestación de Dios
<<espíritu» en la creación del mundo y del hombre: <<La tierra era a Abraham en el encinar de Mambré, en la que le promete un
caos y vacío, la tiniebla cubría la faz del abismo y el espíritu de hijo de su mujer Sara, aún siendo ésta de edad avanzada, y en la
Dios se cernía sobre la superficie de las aguas» (Gn 1, 2). Co- que Abraham intercede a favor de Sodoma y Gomorra. <<Abra-
menta este pasaje la Biblia de Navarra diciendo que «<a presencia ham alzó la vista y vio que tres hombres estaban de pie junto a
del poder amoroso de Dios, simbolizado en un viento suave, o un éh>. Esta nueva aparición de Dios a Abraham está revestida de
soplo -el texto lo llama "espíritu", en hebreo ruaj-, que se un carácter misterioso, comenta la Biblia de Navarra, pues los
cierne velando sobre el mundo todavía en desorden, muestra que tres hombres representan a Dios. Cuando Abraham les habla, a
en el origen del ser y de la vida de la criatura están la Palabra de veces lo hace en singular -<<Mi Sefion>-, como si fuese uno
Dios y su Soplo. De ahí que muchos Santos Padres, como por solo; a veces lo hace en plural como si fuesen tres -<<un poco de
ejemplo San Jerónimo y San Atanasio, hayan visto reflejada en agua para que os lavéis los pies, y descansaréis bajo el árbol; ...
este pasaje la presencia del Espíritu Santo como Persona divina, traeré un trozo de pan para que reparéis vuestras fuerzas, y luego
que actúa, junto con el Padre y el Hijo, en la creación del mundo»4 • seguiréis adelante, pues por algo habéis pasado junto a vuestro
Al hablar de «la Promesa del Padre», Jesús seiíala la venida siervo» (Gn 18, 4.5)-. De ahí que algunos Padres de la Iglesia
del Espíritu Santo, <<ya anunciada de antemano en el Antiguo hayan interpretado esta aparición como un anuncio anticipado
Testamento»\ concretamente: «derramaré mi Espíritu sobre del misterio de la Santísima Trinidad; otros, siguiendo la tradi-
toda carne» (]13, 1); «infundiré en vosotros un espíritu nuevo» ción judía, entendieron que aquellos personajes eran ángeles 7 •
(Ez 36, 26).
6
Cfr. F.J. Knecht, Comentario prdctico de Historia Sagrada. Litúrgica,
4
Facultad de Teología. Universidad de Navarra, Sagrada Biblia. Antiguo Barcelona 1967, pág. 58 y ss.
7
Testamento. 1, in loco. - Cfr. Biblia de Navarra. Edición popular, in loco. Midwest T. F./ Eunsa,
5 Juan Pablo 11, discurso de 24-05-1989, 2. 2008.

98 99
2. El Padre revelado por el Hijo concepto <<Dios Padre» adquiere un significado radicalmente
nuevo. Jesús revela que Dios, el Dios de Abraham, de Isaac y de
La denominación y la invocación de Dios como padre o Jacob, es padre suyo en sentido estricto y exclusivo. Y enseña
como madre se remontan a los orígenes del hecho religioso; de también que los hombres son elevados a la dignidad de hijos de
modo particular lo encontramos en las religiones llamadas ce- Dios Padre por la acción salvadora de Jesús.
lestes y en las telúricas. Por ser espíritu infinito, Dios no es Es preciso anotar que en el Nuevo Testamento la palabra
hombre ni mujer; no encaja con Él la distinción de sexos. Pero «Dios» significa el <<Padre» como primera Persona de la Santí-
las religiones primitivas atribuyeron a Dios la vivencia más sima Trinidad, exceptuando seis veces que se refieren directa-
fuerte y original que identifica personalmente al ser humano, la mente a Jesucristo.
de la paternidad y la de la maternidad'. La revelación que Jesús hace de Dios Padre 10 la sintetizamos
En la Sagrada Escritura el término «Padre» aplicado a Dios en los siguientes enunciados:
tiene un sentido más profundo. Como hemos visto, la paterni-
dad de Dios en el Antiguo Testamento se refiere al pueblo en
general, a la nación elegida por Dios; los hombres individuales a) Jesús llama a Dios Padre
no son llamados hijos de Dios9 • En la revelación de Jesucristo el
En el Discurso del Monte, tal como lo encontramos en el
8
Cfr. M. Guerra, Historia de las relígiones, 1 Eunsa, Pamplona, 79 y ss.; II, Evangelio según San Mateo, Jesús llama a Dios Padre; lo hace
43 y ss., 93 y ss.; voz Dios, en GER. El Catecismo dice: <iAl designar a Dios con numerosas veces significando que Dios es explícita y propia-
el nombre de "Padre", el lenguaje de la fe indica principalmente dos aspectos: mente Padre de todos los hombres. Esta revelación es sorpren-
que Dios es origen primero de todo y autoridad trascendente, y que es al
dente para los judíos, quienes no pronunciaban el nombre de
mismo tiempo bondad y solicitud amorosa para todos sus hijos. Esta ternura
paternal de Dios puede ser expresada también mediante la imagen de la ma- Dios por respeto o por temor. Más sorprendente es la cercanía
ternidad (cfr. Is 66, 13; Sal131, 2), que indica más expresivamente la inma- del Padre hacia los hombres en su providencia y en su amor
nencia de Dios, la intimidad entre Dios y su criatura. El lenguaje de la fe se misericordioso. En las palabras de Jesús hay continuidad con la
sirve así de la experiencia humana de los padres que son en cierta manera los
enseñanza del Antiguo Testamento, pero hay también una go-
primeros representantes de Dios para el hombre. Pero esta experiencia dice
también que los padres humanos son falibles y que pueden desfigurar la ima- zosa novedad: Dios no sólo es el Padre del pueblo elegido; Jesús
gen de la paternidad y de la maternidad. Conviene recordar, entonces, que Dios confirma que el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob es tam-
trasciende la distinción humana de los sexos. No es hombre ni mujer, es Dios. bién y de modo definitivo Padre amoroso de cada uno de los
Trasciende también la paternidad y la maternidad humanas, aunque sea su
hombres. Destacamos estas frases de Jesús en el Discurso del
origen y su medida. Nadie es padre como lo es Dios'> ( CCE, 239).
9 «La invocación de Dios como "Padre" es conocida en muchas religiones. Monte:
La divinidad es con frecuencia considerada como "padre de los dioses y de los
hombres". En Israel Dios es llamado Padre en cuanto Creador del mundo.
Pues aún más, es Padre en razón de la Alianza y del don de la Ley a Israel, su
"primogénito". Es llamado también Padre del rey de Israel. Es muy especial-
mente "el Padre de los pobres", del huérfano y de la viuda, que están bajo sú 1
° Cfr. Comité para el Jubileo del afio 2000, Dios, Padre misericordioso,
protección amorosa)} ( CCE, 238). O. C., pág. 45 y SS.

100 101
«Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cie- cípulos que Dios no es solamente el Padre de Israel, el Padre de
los» (Mt 5, 45); <<sed vosotros perfectos como vuestro los hombres, sino <<mi Padre>>. Precisamente por esto los judíos
Padre celestial es perfecto>> (Mt 5, 48); <<ora a tu Padre, querían matar a Jesús, porque <<llamaba a Dios su Padre>> Qn 5,
que está en lo oculto; y tu Padre, que ve en lo oculto, te 18), «suyo>> en sentido totalmente literal. Jesús revela que está
recompensará>> (Mt 6, 6); <<sabe vuestro Padre de qué te- unido al Padre con un vínculo único y exclusivo: «todo>> lo del
néis necesidad, antes de que se lo pidáis>> (Mt 6, 8). <No- Padre ha sido <<entregado>> por el Padre al Hijo; consiguiente-
sotros, orad así: Padre nuestro>> (Mt 6, 9); <<si les perdo- mente, <<todo>> lo del Hijo es del Padre. Estas expresiones sugie-
náis a los hombres sus ofensas, también os perdonará ren la unidad de naturaleza; en otras palabras, Jesús afirma que el
vuestro Padre celestial>> (Mt 6, 14); «vuestro Padre celes- Hijo es igual al Padre, el Hijo es Dios como el Padre. El texto en
tial las alimenta [a las aves del cielo]>> (Mt 6, 26); <<sabe cuestión también expresa la intimidad de vida entre el Padre y el
vuestro Padre celestial que de todo eso estáis necesitados>> Hijo, pues el Hijo «conoce>> al Padre con el mismo conocimiento
(Mt 6, 36); <<vuestro Padre que está en los cielos dará con que el Padre conoce al Hijo, a quien ha enviado para hablar
cosas buenas a los que se lo pidan>> (Mt 7, 11).
a los hombres y <<lo ha entregado>> para la salvación del mundo''.
Resulta inaudito y asombroso a los israelitas que Jesús hable San Lucas recoge el texto de Mateo 11, 27 al regreso de los
de Dios en unos términos tan familiares e inmediatos, al tiempo setenta y dos discípulos enviados por Jesús para preparar la pre-
que les abre un horizonte tan insospechado: sus vidas tienen dicación del Señor (cfr. Le 1O, 17-24) y destaca que Jesús llena
como modelo la perfección del Padre celestial. Jesús abre a los de júbilo su corazón por los milagros hechos por los discípulos
hombres la intimidad con un Dios personal. Se comprende y alaba al Padre porque los humildes y sencillos entienden y
que las gentes sencillas y rectas se entusiasmaran y siguieran a aceptan la palabra de Diosl2.
Jesús, quien pone al alcance de todos los hombres el tesoro de
felicidad y de seguridad que anhela todo corazón humano.
e) jesús se identifica con el Padre

b) jesús revela que Dios es su Padre <<El que cree en mí, no cree en mí, sino en Aquel que me
ha enviado>> (Jn 12, 44). <<Yo no he hablado por mí
<<Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque mismo, sino que el Padre que me envió, Él me ha orde-
has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y las has nado lo que tengo que decir y hablan> (Jn 12, 49). <<En
revelado a los pequeños [ ... ]Todo me lo ha entregado verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer
mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni nadie nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; pues lo
conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo que Él hace, eso lo hace del mismo modo el Hijo>> (Jn 5,
quiera revelarlo>> (Mt 11, 25.27).
Este pasaje es considerado por todos los especialistas como u Cfr. K. Adam, El Cristo de nuestra ft, o. c., pág. 201 y ss.
de capital importancia, pues en él Jesús da a conocer a sus dis- 12Cfr. CC.E 240; cfr. Juan Pablo II, Creo en jesucristo, o. c., pág. 83 y ss.

102 103
19). «Pues como el Padre tiene vida en si mismo, así ha Jesús fue acostumbrando a sus oyentes para que entendieran
dado al Hijo tener vida en si mismo» (Jn 5, 26). «El Pa- que en sus labios la palabra Padre para invocar a Dios significaba
dre que tiene la vida me ha enviado, y yo vivo por el padre en sentido propio y exclusivo. En la oración sacerdotal Je-
Padre>> (Jn 6, 57). sús pide a Dios: <<Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo
En plena sintonía con esta revelación, Jesús manifestó públi- para que tu Hijo te glorifique» (Jn 17, 1). Y poco después, insiste:
camente su identidad con el Padre en la fiesta de la Dedicación «Padre justo, el mundo no te conoció; pero yo te conocí, y éstos
del Templo de Jerusalén. Le desafiaban los judíos que habían han conocido que Tú me enviaste» (Jn 17, 25). Ya en el anuncio
subido a la fiesta: «Si tú eres el Cristo, dínoslo claramente» (Jn de las realidades últimas, hecho con la parábola sobre el juicio fi-
10, 24). Jesús les respondió: <<Üs lo he dicho y no creéis; las nal, Jesús se presenta como aquel que proclama: <<Venid, benditos
obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testi- de mi Padre» (Mt 25, 34). Cuando está clavado en la cruz, sus
monio de mi. Pero vosotros no creéis» (Jn 10, 25.26). Termina últimas palabras son: «Padre, en tus manos encomiendo nú espí-
esa respuesta afirmando con toda claridad su identidad con el ritU>> (Le 23, 46). Y, una vez resucitado, anuncia a los discípulos:
Padre: <<Yo y el Padre somos uno» (Jn 1O, 30). <<El Padre está en «Yo os envío al que mi Padre ha prometido» (Le 24, 49).
mí y yo en el Padre» (Jn 10, 38). Este <<Yo» de Jesús tiene la
Además, es muy significativo que Jesús jamás se une con los
misma dignidad que el <<Yo» del Señor cuando se revela a Moi-
discípulos con la expresión <<nuestro Padre». Por el contrario, al
sés en la zarza que no se consume (cfr. Ex 3, 14).
referirse a Dios le llama «mi Padre» (Mt 11, 25) y enseña a los
discípulos a llamar a Dios «Padre nuestro» (Mt 6, 9). De este
d) jesús llama a Dios «Abba, Padre mio>> (Me 14, 36) modo Jesús subraya la exclusividad de su relación filial con Dios,
distinguiendo la paternidad de Dios sobre Jesús, engendrado
Jesús vive y actúa con constante y fundamental referencia al eternamente por el Padre, de la paternidad divina sobre los hom-
Padre. A Él se dirige frecuentemente con la palabra llena de amor bres, que es don alcanzado para nosotros por la acción redentora
filial <<Abba». Antes de su pasión y muerte, Jesús va al huerto de de Jesús. Incluso después de su Resurrección, Jesús dice a María
Getsernaní a orar. Toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan. San Magdalena: «Vete donde están mis hermanos y diJes: "Subo a mi
Marcos conserva la expresión aramea <<Abba» con la que Jesús in- Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" (Jn 20, 17)».
voca a Dios, expresión que será recogida por San Pablo (cfr. Ga 4, Así, pues, «por medio del Hijo (cfr. Hb 1, 2) -afirma Juan
6; Rm 8, 15). En Israel nunca se había invocado a Dios con este Pablo II-, Dios se ha revelado en la plenitud del misterio de
vocablo 13 • Jesús, al designar a Dios de ese modo, utiliza el len- su paternidad. Sólo el Hijo podía revelar esta plenitud del mis-
guaje familiar e íntimo con el que los niños llamaban a sus padres terio, porque sólo "el Hijo conoce al Padre" (Mt 11, 27). ''A
-padre mío, papá-. Los discípulos debieron quedar impresio- Dios nadie lo ha visto jamás; el Dios Unigénito, el que está en
nados de ese trato tan íntimo e incomparable de Jesús con Dios. el seno del Padre, él mismo lo dio a conocer" (Jn 1, 18)» 14 •

13 Cfr. J. Gnilka, El Evangelio según San Marcos, ll, o. c., pág. 300 y ss. 14
Juan Pablo Il, discurso de 23-10-1985, 3.

104 105
3. La divinidad de Jesús en el Nuevo Testamento José encuentran a Jesús <<escuchando y preguntando» a los doc-
tores (2, 46), quienes están <<admirados de su sabiduría y de sus
Jesucristo, al revelar al Padre, se ha manifestado paralela- respuestas» (2, 47). También quedaron admirados Maria y José,
mente a Si mismo como Hijo consustancial al Padre. La pater- pues <<ellos no comprendieron lo que les dijo» (2, 50). Pero
nidad y la filiación divina están en intima correlación entre si Maria nos da la clave para entender la revelación de Dios, por-
dentro del misterio del Dios Uno y Trino; son inseparables. Los que no rechaza lo que no comprende con su inteligencia, sino que
textos que hemos visto en el párrafo anterior, al revelar la pater- piensa en ello, pide luces a Dios y, podríamos decir, acaricia
nidad de Dios también están revelando la filiación divina de esas palabras inauditas que dice su Hijo para intentar compren-
Jesús. En los Evangelios encontramos otras expresiones en las der su significado. San Lucas nos dice que <<su madre guardaba
que Jesús manifiesta su filiación divina. También son numero- rodas estas cosas en su corazón» (2, 51).
sas las palabras con las que los discípulos confiesan la divinidad
de Jesús. Veamos los textos más importantes:
b) jesús se llama <<Hijo del Hombre>>
a) Jesús adolescente manifiesta su divinidad Jesús utilizó habitualmente la profecía del <<Hijo del Hom-
bre>> del libro de Daniel, para expresar principalmente las
En la escena de Jesús perdido y hallado en el Templo deJe-
afrentas de su pasión y para anunciar su triunfo escatológico
rusalén, San Lucas se centra en el diálogo de Jesús con su Ma-
de resurrección, venida gloriosa y juicio final. En el texto se
dre: «Al verlo se maravillaron, y le dijo su madre: "Hijo, por
desvela la divinidad del Mesías prometido: <<Seguí mirando en
qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo, angustiados, te
mi visión nocturna y he aquí que con las nubes del cielo venia
buscábamos". Y él les dijo: "<<¿Por qué me buscabais? ¿No sa-
como un hijo de hombre. Avanzó hasta el anciano venerable y
bíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre?".
fue llevado ante él. A él se le dio dominio, honor y reino. Y
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo» (Le 2, 48-50). todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su dominio
Este relato nos muestra que Jesús, a la edad de doce afíos, es un dominio eterno que no pasará; y su reino no será des-
tenia conciencia de que el Dios al que habían subido a celebrar truido» (Dn 7, 13-14).
en la fiesta de la Pascua, es decir, el Dios de Abraham, de Isaac Jesús habla repetidas veces de la <<elevación» del Hijo del
y de Jacob, es su Padre en sentido estricto y propio 15 • Maria y Hombre, para indicar que, tras la humillación de la cruz, los
hombres verán su glorificación: <<Cuando hayáis levantado al
!5 Cfr. Comisión Teológica Internacional, La conciencia que jesús tenía de sí Hijo del Hombre, entonces conoceréis que Yo soy, y que nada
mismo y de su misión, o. c.: ~<La vida de Jesús testifica la conciencia de su relación hago por mi mismo, sino que como el Padre me ensefíó así
filial al Padre. Su comportamiento y sus palabras, que son las del "servidor" per- hablo» (Jn 8, 28). Jesús afirma que su <<elevación» en la cruz
fecto, implican una autoridad que supera la de los antiguos profetas y que corres-
ponde sólo a Dios. Jesús tomaba esta autoridad incomparable de su relació.n
constituirá su glorificación; al abandonar Judas el Cenáculo,
singular con Dios, a quien él llama "mi Padre". Tenía conciencia de ser el Hijo dice Jesús: <<Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es
único de Dios y, en este sentido, de ser, él mismo, Dios)> (Proposición primera). glorificado en éh> (Jn 13, 31).

106 107
Jesús utiliza esta expresión, por ejemplo, en el diálogo con Jesús confiesa que es el Cristo, el Mesías prometido y se
Nicodemo, miembro del Sanedrín de Jerusalén (Jn 3, 1-21), en identifica con el Mesías trascendente entrevisto por Daniel 16 •
la conversión de Zaqueo (Le 19, 1-10), en el anuncio a los dis-
cípulos de su pasión, muerte y resurrección (Me 8, 31-33),
ante el tribunal de Caifás (Me 14, 53-64). El relato más gráfico e) Jesús manifiesta su divina preexistencia: «Yo soy>>
es el de la curación del paralítico:
«Entró de nuevo en Cafarnaún [ ... ] y les predicaba la La conciencia que Jesús tiene de su misión divina de salva-
palabra. Entonces vinieron trayéndole un paralítico, lle- ción implica la conciencia de su divina preexistencia como
vado entre cuatro. Y como no podían acercarlo hasta él a <<Hijo Unigénito» 17 • El que <<se hizo carne», es decir, hombre en
causa del gentío, levantaron la techumbre por el sitio en el tiempo, es desde la eternidad el Verbo mismo, el Dios que
donde se encontraba y, después de hacer un agujero, des- <<está en el seno del Padre» y por quien <<todas las cosas fueron
colgaron la camilla en la que yacía el paralítico. Al ver hechas>> (Jn 1, 1-18). Jesús declara esta preexistencia o eterni-
Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico: "Hijo, tus peca- dad utilizando el nombre <<Yo soy>>, igual que siglos antes, al pie
dos te son perdonados" [ ... ] "Para que sepáis que el Hijo del monte Horeb, había dicho Dios a Moisés cuando le pre-
del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los guntaba el nombre: <<Yo soy el que es» (Ex 3, 14), significando
pecados -se dirigió al paralítico-, a ti te digo: leván- que Dios es el Ser supremo en sentido absoluto, pleno y eterno,
tate, toma tu camilla y vete a tu casa"» (Me 2, 1-11). y que no depende de ningún otro ser.
Este texto destaca con fuerza el poder divino de Jesús de Después de perdonar a la mujer adúltera (cfr. Jn 8, 3-11),
perdonar los pecados, demostrando tal poder con la curación Jesús dice: <<Yo soy la luz del mundm> (Jn 8, 12). <<Yo soy
del paralítico. el que da testimonio de sí mismo, y el Padre, que me ha
Quizás el pasaje más significativo, y sin duda más dramá- enviado, también da testimonio de mi» (Jn 8, 18). <<Vo-
tico, sea la confesión de Jesús ante el Sanedrín, pues «los prín- sotros sois de abajo; Yo soy de arriba [ ... ] si no creéis que
cipes de los sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban contra Jesús Yo soy, moriréis en vuestros pecados» (Jn 8, 23-24). <<An-
un testimonio para darle muerte, y no lo encontraban» (Me 14, tes de que Abraham naciese, Yo soy>> (Jn 8, 58).
55). Jesús permanece en silencio ante las acusaciones de los fal-
sos testigos, pero confiesa que es el Mesías ante la pregunta que La prueba de que sus oyentes entendieron que Jesús afir-
le hace el sumo sacerdote: maba de sí mismo que era Dios, como el Padre, es que muchos
creyeron en Jesús, mientras que otros le acusaron de blasfemia
<<¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? Yo soy, respon- e «intentaban matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado,
dió Jesús, y veréis al Hijo del Hombre sentado a la dies-
tra del Poder y venir sobre las nubes del cielo». El sumo
sacerdote se rasga las vestiduras y exclama: <<Acabáis de 16 Cfr. el análisis y comentario de J. Gnilka, en El Evangelio según San

oír la blasfemia [ ... ] Todos ellos sentenciaron que era reo Marcos, II, o. c., pág. 322 y ss.
17 Cfr. K. Adam, El Cristo de nuestra fe, o. c., pág. 166 y ss.
de muerte>> (Me 14, 61-64).

108 109
sino que también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual e) Los discípulos proclaman la divinidad de jesús
a Dios» (Jn 5, 18).
Durante la vida histórica de Jesús, los discípulos fueron des-
Al lavar los pies a los Apóstoles antes de la Última Cena, Je- cubriendo progresivamente la divinidad de Jesús y la proclama-
sús enseña que su misión y la de sus discípulos es servir; y anun- ron abiertamente:
cia de antemano la traición de Judas: <<Üs lo digo desde ahora,
«Verdaderamente eres Hijo de Dios>> (Mt 14, 33), dicen
antes de que suceda, para que cuando ocurra creáis que Yo soy>> cuando Jesús camina sobre las aguas del lago de Genesa-
(Jn 15, 19). Poco después les dice: «Salí del Padre y vine al ret. «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo», confiesa
mundo; de nuevo dejo el mundo y voy al Padre» (Jn 16, 28). Pedro en Cesarea de Filipo, lo que confirma Jesús, di-
ciendo: «Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, por-
que no te ha revelado eso ni la carne ni la sangre, sino mi
d) El Padre confirma la divinidad de jesús Padre que está en los cielos» (Mt 16, 16-17).
La filiación divina de Jesús está al comienzo y en el centro de
Las palabras de Jesús sobre su filiación divina han sido con- la predicación apostólica postpascual20 , en la que proclaman a
firmadas por el Padre en dos momentos especialmente solem- Jesús como Hijo de Dios. Esa confesión no es el resultado de
nes: el Bautismo de Jesús en el Jordán y la Transfiguración en el un desarrollo tardío en la Iglesia primitiva, sino que está en el
monte. Al comienzo de su vida pública, cuando Jesús salió del corazón de las más antiguas confesiones de fe:
agua después de haber sido bautizado por Juan, los asistentes Jesucristo, «constituido Hijo de Dios» (Rm 1, 3), <<siendo
oyeron una voz del cielo: «Éste es mi Hijo, el amado, en quien de condición divina ... se anonadó a sí mismo hasta la
me he complacido» (Mt 3, 17). El término «amado» precedido muerte de cruz. Y por eso Dios lo exaltó» (Flp 2, 6.7.8.9).
por el artículo y unido a la expresión «mi Hijo» o «el Hijo mío», «(Cristo es) Dios bendito por los siglos» (Rm 3, 5). Jesús
normalmente se refiere a un hijo único 18 • En la Transfiguración «es la imagen del Dios invisible» (Col1, 15). «En él habita
de Jesús en el monte Tabor, poco antes de su pasión, el Padre toda la plenitud de la divinidad corporalmente» (Col 2,
dice: «Éste es mi Hijo, el amado: escuchadle» (Me 9, 7). La 9). «El Verbo era Dios» (Jn 1, 1). «¡Señor mio y Dios mío!»
(Jn 20, 28). San Juan precisa que escribió su Evangelio
Transfiguración de Jesús viene a ser una llamada a seguirle por
«para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios»
el camino de la cruz, sabiendo que tras la muerte viene la resu- (Jn 20, 31)2 1• En referencia al Padre, Jesús es «el resplan-
rrección y la glorificación del Hijo de Dios 19 • dor de su gloria e impronta de su sustancia» (Hb 1, 3).

18
Cfr., por ejemplo, Gn 22, 2.12.16, que se refiere a Isaac, «tu único
hijo, al que amas». Cfr. CCE, 535-537.
2
° Cfr. CCE, 426-429.
19
Cfr. J. Gnilka, El Evangelio según San Marcos, ll, o.c., pp. 33-45. Cfr.
21 Cfr. CCE, 241. El CCE explica el significado de los títulos que dieron
CCE, 554-556. Cfr. J. Ratzinger-Benedicto XVI, jesús de Nazaret. La Esfera a Jesús los Apóstoles: Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Señor (cfr. 430-455); cfr.
de los Libros, Madrid 2007, pp. 31-47 y 356-370. Ocáriz-Mateo Seco-Riestra, El misterio de jesucristo, o. c., pág. 111 y ss.

110 111
4. Revelación del Espíritu Santo como Persona divína b) El Espíritu Santo es Persona divina

El Hijo de Dios nos ha revelado al Padre en cuanto Padre; Dice Juan Pablo I1 que «la Biblia, y especialmente el Nuevo
también nos ha dado a conocer al Espíritu Santo como Persona Testamento, al hablar del Espíritu Santo, no se refiere al Ser
divina. Al mismo tiempo, el Espíritu Santo nos da a conocer el mismo de Dios, sino a Alguien que está en relación particular
misterio de Jesucristo y, por medio del Hijo, al Padre, pues <<na- con el Padre y el Hijo. Son numerosos los textos, especialmente
die viene a mi si el Padre no le atrae» (Jn 6, 44); muchos exege- en el Evangelio de San Juan, que ponen de relieve este hecho:
tas han entendido que esa <<atracción>> la realiza mediante el de modo particular los pasajes del discurso de despedida de
Espíritu Santo; en consecuencia, el Espíritu Santo nos revela Cristo Señor, el jueves antes de la Pascua, durante la Última
el misterio del Dios Uno y Trino22 • En la revelación del Espíritu Cena» 24 • Analicemos las tres veces que Jesús habla del Espíritu
Santo podemos distinguir los siguientes aspectos: Santo en este texto.
l. La promesa. En la primera referencia (Jn 14, 16), Jesús
a) Los Nombres del Espíritu Santo anuncia la promesa del Espíritu Santo, al que llama Paráclito,
Consolador o Defensor 25 , que enviará el Padre para estar
La palabra <<espíritu» aparece desde las primeras páginas de siempre con los discípulos y para habitar en el interior de sus
la Biblia: <<el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las almas. <<Yo rogaré al Padre y os dará otro Paráclito para que esté
aguas» (Gn 1, 2). El término hebreo <<rua}>> se traduce por <<es- con vosotros siempre: el Espíritu de la Verdad» (] n 14, 16-17).
píritu» y equivale a respiro, soplo, viento; se tradujo al griego <<El Paráclito, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nom-
por <<jJneuma» y al latín por <<spiritus». Como ya hemos visto, la bre, Él os lo enseñará todo» (Jn 14, 26).
espiritualidad es atributo esencial de la divinidad. <<Dios es Es- 2. jesús mismo enviard el Espíritu Santo. En la segunda (Jn
píritu», dijo Jesús en el coloquio con la Samaritana (Jn 4, 24). 14, 26) dice que Jesús mismo enviará, de parte del Padre, el
En el Nuevo Testamento encontramos varios nombres con- Espíritu de la Verdad, que les enseñará y recordará todo lo que
cretos: <<el Espíritu del Padre» (por ejemplo, en Mt 10, 20; les ha dicho Jesús 26 • <<Cuando venga el Paráclito que yo os en-
1 Co 2, 11; Jn 15, 26); <<el Espíritu del Hijo» en Ga 4, 6; <<el
Espíritu de Jesús» en Hch 16, 7. Todas estas expresiones indi-
clíto", porque Cristo es nuestro Abogado y Mediador en el Cielo junto al Pa-
can que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Para dre (cfr. 1 Jn 2, 1), y el Espíritu Santo será dado a los discípulos en lugar suyo
señalar su acción santificadora sobre los hombres, recibe prin- como Abogado o Defensor que les asista. Con esta promesa se revela el miste-
cipalmente el nombre de <<Paráclito» o Consolador23. rio de la Santísima Trinidad)). Sagrada Biblia. Nuevo Testamento. Eunsa, co-
mentario aJn 14, 15-31.
24 Juan Pablo Il, discurso de 13-11-1985,4.
22
Cfr. Juan Pablo II, Creo en el Espíritu Santo, o. c., pág. 144 y ss. " Cfr. CCE, 243.
23
«Paráclito significa "llamado junto a uno" con el fin de acompafíar, 26 {<El origen eterno del Espíritu Santo se revela en su misión temporal.

consolar, proteger, defender ... De ahí que el Paráclito se traduzca por "Con-- El Espíritu Santo es enviado a los Apóstoles y a la Iglesia tanto por el Padre en
solador", "Abogado", etc. Jesús habla del Espíritu Santo como de "otro Pará- nombre del Hijo, como por el Hijo en persona, una vez que vuelve junto al

112 113
1

viaré de parte del Padre, el Espíritu de la Verdad que procede con su sombra; por eso, el que nacerá Santo será llamado Hijo
del Padre, Él dará testimonio de mi>> (Jn 15, 26). de Dios» (Le 1, 35); San Mateo dice que María «había conce-
3. La acción del Espíritu Santo, como fruto de la Cruz. En la bido en su seno por obra del Espíritu Santo» (Mr 1, 18). Ambos
tercera (Jn 15, 26; 16, 14-15) Jesús expresa la acción del Espí- textos revelan la divinidad de Jesús y su concepción virginal.
ritu Santo, que vendrá como fruto de la cruz, realizará la glori- La vida pública de Jesús se desarrolla bajo la presencia viva del
ficación de Jesús, guiará a los discípulos hacia la verdad plena y Espíritu Santo, para realizar su misión salvadora. En el comienzo:
santificará a los hombres. «Él (el Espíritu de la Verdad) me glo- «cuando Jesús fue bautizado, mientras estaba en oración, se abrió
rificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo el cielo y bajó el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como
que tiene el Padre es mío. Por eso dije: "Recibe de lo mío y os una paloma>> (Le 3, 21-22). Jesús siempre se mueve «por impulso
lo anunciará",, (Jn 16, 14-15). del Espíritu» (Le 4, 14), pues estaba «lleno del Espíritu Santo»
(Le 4, 1). San Pedro dirá en casa de Cornelio, en Cesarea, que «a
Juan Pablo II comenta los textos evangélicos citados arriba
Jesús de Nazaret le ungió Dios con el Espíritu Santo y poder, y
de este modo: «Todas estas palabras, como también los otros
pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el
textos que encontramos en el Nuevo Testamento, son extrema-
damente importantes para la comprensión de la economía de la diablo, porque Dios estaba con éb (Hch 1O, 38).
En la sinagoga de Nazaret, Jesús se aplica el texto de Isaías
salvación. Nos dicen quién es el Espíritu Santo en relación con
61, 1-2 para declarar su misión mesiánica: «El Espíritu del Se-
el Padre y el Hijo: es decir, poseen un significado trinitario:
fiar está sobre mí, porque me ha ungido para evangelizar a los
dicen no sólo que el Espíritu Santo es "enviado" por el Padre y
el Hijo, sino también que "procede" del Padw/7. pobres ... ». Y añade: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que
acabáis de oír» (cfr. Le 4, 18-30)28 • Contra la calumnia de los
fariseos, que acusan a Jesús de estar poseído por el demonio,
e) El Espíritu Santo y jesús responde: «Si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios,
es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros» (Mt 12, 28),
En el Nuevo Testamento encontramos numerosos textos que
se refieren a la acción del Espíritu Santo con respecto a Jesu-
cristo. La encarnación virginal de Jesús en el seno de María es d) El Espíritu Santo santifica a los hombres
obra del Espíritu Santo: el ángel Gabriel dice a María <<El Espí-
ritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá Toda la acción evangelizadora de la Iglesia apostólica está
llena de la acción del Espíritu Santo, como se puede compro-
bar por el libro de los Hechos de los Apóstoles.
Padre. El envío de la persona del Espíritu tras la glorificación de Jesús, revela
en plenitud el misterio de la Santísima Trinidad». CCE, 244. El término «mi-
sión» de la cita anterior no significa aquf una tarea o encargo, sino la proce- 28 «Estas frases, según San Lucas, son su primera declaración mesiánica,
sión eterna a la que se añade W1 efecto temporal; su significado lo veremos en a la que siguen los hechos y palabras conocidos a través del Evangelio. Me-
el capítulo IX. diante tales hechos y palabras, Cristo hace presente al Padre entre los hom-
27
Juan Pablo Il, discutso de 13-11-1985,5. bres», JP Il, DM, 13.

114 115
Además, es preciso decir que el Espíritu Santo es la fuente de a) El anuncio de la Encarnación
la santificación de los hombres a lo largo de la historia. El día
de Pentecostés «quedaron todos llenos del Espíritu Santo» La primera revelación de la Trinidad la encontramos en los
(Hch 2, 4), que es concedido a todos los que se abren a su ac- evangelios de Mateo y Lucas en el anuncio de la Encarnación.
ción santificadora, como pedía San Pedro a los reunidos en Je- El ángel Gabriel manifiesta que todo cuanto iba a seguir estaba
rusalén: «Convertíos, y que cada uno de vosotros se bautice en marcado por la Trinidad; habla a la Virgen del Padre y del
el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y re- Verbo que, encarnándose, sería llamado Hijo de Dios, y que el
cibiréis el don del Espíritu Santo>> (Hch 2, 38). San Pedro en- Espíritu Santo cubriría con su sombra a la Madre de Jesús (cfr
seña que la acción santificadora del Espíritu Santo se realiza Le 1, 26-43; Mt 1, 18-23).
por medio de los sacramentos. En la misma línea, San Pablo
pregunta: «¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu
de Dios habita en vosotros?» (1 Co 3, 16). A los tesalonicenses b) El bautismo de jesús
San Pablo exhorta a dar gracias, porque <<os eligió Dios como
primicias para la salvación mediante la acción santificadora del En el bautismo de Jesús se revela de modo muy gráfico el
Espíritu Santo» (2 Ts 2, 13). misterio de la Santísima Trinidad; esta narración se encuentra
en los cuatro libros del Evangelio (cfr. Mt 3, 13-17; Me 1,
9-11; Le 3, 21-22; Jn 1, 32-34).
5. Expresiones trinitarias en el Nuevo Testamento
<<Vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por
Juan en el Jordán. Y nada más salir del agua vio los cielos
Por último, vemos algunos textos en los que se revela de
abiertos y al Espíritu que, en forma de paloma, descendía
modo explícito el misterio de la Santísima Trinidad. Los tex-
sobre él; y se oyó una voz desde los cielos: "Tú eres mi
tos anteriores sobre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no
Hijo, el amado, en ti me he complacido"» (Me 1, 9-11).
nos hablan de tres dioses, sino de un único Dios, cuya vida
íntima y misteriosa está constituida por las tres Personas divi- En ésta y en las otras narraciones del bautismo se nombran
nas en unidad substancial. Las expresiones trinitarias del simultáneamente las tres Personas divinas como distintas entre
Nuevo Testamento confirman la unidad de las tres Personas sí. Jesús acudió a ser bautizado por Juan, aunque no tenía nece-
divinas y constituyen el fundamento escriturístico de la doc- sidad de un bautismo de penitencia. La voz de los cielos y el
trina trinitaria. descenso del Espíritu Santo manifiestan a Jesús como el Hijo
El misterio de la Santísima Trinidad --el más profundo por único y como Mesías. Los Padres de la Iglesia han visto en la
ser el misterio de la vida íntima de Dios mismo- nos lo ha manifestación del Espíritu Santo en forma de paloma un signo
revelado Jesucristo. «El que está en el seno del Padre, él mismo de paz y de reconciliación, ofrecida por Dios a los hombres en
lo dio a conocer» (Jn 1, 18), como dice San Juan. Cristo.
<<El bautismo de Jesús -enseña el Catecism{}-- es, por su
parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo

116 117
doliente. Se deja contar entre los pecadores; es ya "el Cordero se oyó una voz desde la nube: "Éste es mi Hijo, el amado:
de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn 1, 29); anticipa ya escuchadle"» (Me 9, 2-7; cfr. Mt 17, 1-13; Le 9, 28-36).
el "bautismo" de su muerte sangrienta. Viene ya a "cumplir Jesús ya se había dado a conocer a Israel con sus milagros,
toda justicia'' (Mt 3, 15), es decir, se somete enteramente a la sus obras y sus palabras. Abora, en el monte, identificado por la
voluntad del Padre que pone toda su complacencia en su Hijo. tradición con el Tabor, la voz del Padre constituye como una
El Espíritu que Jesús posee en plenitud desde su concepción confirmación «desde lo alto» de lo que estaba madurando en la
viene a "posarse" sobre él. De él manará este Espíritu para toda conciencia de los disdpulos, después de haberles anunciado Je-
la humanidad y traerá la paz. En su bautismo, "se abrieron los sús su próxima muerte y resurrección. Parece que Jesús, «dado
cielos" (Mt 3, 16) que el pecado de Adán había cerrado; y las a conocer ya ahora en su gloria celeste» 30 , quería confirmar l~ fe
aguas fueron santificadas por el descenso de Jesús y del Espíritu de los discípulos en la filiación divina de Jesús y en su acc10n
Santo como preludio de la nueva creacióm> 29 • redentora -«escuchadle»- con la revelación que aquí hace el
mismo Padre''.
Santo Tomás hace una estupenda interpretación de esta es-
e) La Transfiguración del Señor cena: <<Así como en el bautismo de Jesús, donde fue declarado
el misterio de la primera regeneración, se mostró la ace1ón de
La Transfiguración de Jesús narrada por los sinópticos es se- roda la Trinidad, ya que allí estuvo el Hijo Encarnado, se apare-
mejante a la escena del bautismo de Jesús, pero ocurre en un ció el Espíritu Santo en forma de paloma, y allí se escuchó la
contexto distinto: por un lado, la revelación de la Trinidad no voz del Padre; así también en la Transfiguración, que es c~mo
tiene lugar ante todo el pueblo sino ante sólo tres Apóstoles; y el sacramento de la segunda regeneración (la resurreccwn),
por otro, está ya cercana la pasión del Sefior y el acontecimiento apareció toda la Trinidad: el Padre~ la voz, el Hijo en el hom:
pascual con el que Jesús concluye toda su misión. bre, y el Espíritu Santo en la clandad de la .nube; porqu~ as!
<<Jesús se llevó con él a Pedro, a Santiago y a Juan, y los como el Dios Trino da la inocencia en el Bautismo, de la m1sma
condujo, a ellos solos aparte, a un monte alto y se trans- manera dará a los elegidos el fulgor de la gloria y el alivio de
figuró ante ellos. Sus vestidos se volvieron deslumbrantes todo mal en la Resurrección»32 .
y muy blancos ... Y se les aparecieron Elias y Moisés, y
conversaban con Jesús. Pedro, tomando la palabra, le
dice a Jesús: "Maestro, qué bien estamos aquí; hagamos
tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para 30 J. Gnilka, El Evangelío según San Marcos, II, o. c., pág. 38. ., .
Elías". Pero no sabía lo que decia, porque estaban llenos 31 Juan Pablo II comenta: «El Padre, al confirmar ah?ra ~~ revelac10n mte-
de temor. Entonces se formó una nube que los cubrió y rior sobre la filiación divina de Cristo -"Éste es mi HIJO amado: escu-
chadle"- , parece como si quisiera preparar -a quienes ya han creído en ~1
para los acontecimientos de la Pascua que se acerca: para su muerte humi-
29 CCE, 536. Cfr. Benedicto XVI, hom. de 7-01-2007, 25-11-2009 y llante en la cruZ>). Discurso de 27-05-1987, 8.
30-05-2010. " S. Th., 1, 45, 4 ad 2; cfr. CCE, 554-556.

119
118
d) El mandato misional zar -y bautizar quiere decir "sumergir" (por esto, se bautiza
con agua)- en la vida trinitaria>> 35 •
«Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra. Id, La liturgia bautismal se fue llenando del misterio de la San-
pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándoles en el tísima Trinidad, porque toda la liturgia se ordena a la alabanza
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles y adoración de las Personas divinas 36 • Hoy -como a lo largo
a guardar todo cuanto os he mandado. Y sabed que yo estoy con de toda su historia- la Iglesia no administra los sacramentos
vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 18-20). ni recita las oraciones sin invocar al Padre y al Hijo y al Espíritu
Estas palabras finales del Evangelio de San Mateo, dirigidas Santo, como fue proclamado y celebrado por los testigos direc-
a los Apóstoles, expresan el último acto de la misión terrena de tos de Jesús, los Apóstoles, fortalecidos por la acción del Espí-
Jesús después de su resurrección. En ellas se contiene la formu- ritu Santo desde Pentecostés.
lación más explícita del misterio de la Santísima Trinidad 33.
Aparecen claramente diferenciados los nombres Padre, Hijo y
Espíritu Santo, precedidos todos ellos por el artículo que los e) Los escritos apostólicos
personaliza. Además, el texto revela claramente al Espíritu
Santo como Persona, porque lo nombra junto a las otras dos La revelación de Jesús sobre la Santísima Trinidad es reco-
Personas de modo idéntico, sin sugerir ninguna diferencia al gida y expresada en algunas cartas apostólicas, principalmente
respecto: <<el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo>>; esto no fue las de San Pablo:
entendido así por algunos, como veremos en el capitulo si-
<<La gracia del Señor Jesucristo y el amor de Dios (Padre)
guiente. Al mismo tiempo Jesús manda a los Apóstoles que
y la comunión del Espíritu Santo estén con todos voso-
bauncen <<en el nombre>>, en singular, consolidando de este
tros>> (2 Co 13, 13).
modo la verdad sobre la Santísima Trinidad, puesta en la base
<<Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo; y
de la vida sacramental de la Iglesia. En definitiva, en este texto
diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; y di-
se reafirma la unidad substancial de las tres Personas divinas, es
versidad de acciones, pero Dios (Padre) es el mismo, que
decir, el Dios Uno y Trino34 •
obra todo en todos>> (1 Co 12, 4-6).
Comenta Juan Pablo II que <<estas palabras inauguraban la
misión de la Iglesia, indicándole su compromiso fundamental
35
y constitutivo. La primera tarea de la Iglesia es enseñar y bauti- Juan Pablo Il, discurso de 9-10-1985,3.
36
«Este texto, tan importante en cuanto síntesis explicita del misterio trini-
tario, es considerado hoy por la mayoría de los exegetas como un texto en el que
33
En la Promesa de la Última Cena queda también revelado el misterio se resume la práctica bautismal de la iglesia primitiva, una práctica guiada por el
de la Santísima Trinidad (cfr. Jn 14, 16.26; 15, 26; 16, 14-15). Espíritu de Jesucristo y, por tanto, autorizada por Jesús. De hecho, el texto no
34
• «Los cristianos son bautizados en "el nombre" del Padre y del Hijo y del representa novedad alguna, sino que resume la estructura trinitaria de la tradi-
E~pintu Santo y no en "los nombres" de éstos, pues no hay más que un solo_ ción sinóptica y de todo el Nuevo Testamento; expresa, pues, la totalidad del
Dtos, el Padre todopoderoso y su Hijo único y el Espíritu Santo: la Santisima hecho soteriológico que se nos aplica en el bautismo: somos hechos hijos de
Trinidad». CCE, 233. Dios en el Hijo por el Espíritu Santo», Mateo-Seco, o. c., pág. 136.

120 121
<<Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Capítulo V
que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espi-
ritual en los cielos [... ] Por él también vosotros [... ] fuis- HACIA LA FORMULACIÓN DOGMÁTICA
teis sellados con el Espíritu Santo prometido» (Ef 1, 3.13). DE LA FE TRINITARIA
<<Y, puesto que sois hijos, Dios envió a nuestros corazo-
nes el Espíritu de su Hijo, que clama: "¡Abba, Padre!",,
(Ga 4, 6).
<<Elegidos según las presciencia de Dios Padre, mediante
la santificación del Espíritu, para obedecer a Jesucristo»
(2 p 1, 1-2).
Estas fórmulas, la primera de ellas usada en la liturgia, testi-
fican la fe de las primeras comunidades cristianas en la Santí-
sima Trinidad.

Como final de este capítulo, destinado a exponer los textos


Desde el principio de la tradición cristiana, la fe en el Dios
principales de la revelación sobre el misterio de la Santísima
Uno y Trino entró en la vida de la Iglesia y fue un elemento
Trinidad en el Nuevo Testamento, son muy oportunas estas pa-
constitutivo para la incorporación de los hombres al nuevo pue-
labras de Juan Pablo II: <<El Nuevo Testamento contiene la ple-
nitud de la revelación trinitaria. Dios, al revelarse en Jesucristo, blo de Dios. Juan Pablo II dice que <<a la comprensión de este
por una parte desvela quién es Dios para el hombre y, por otra, supremo misterio de la Santísima Trinidad ha contribuido la fe
descubre quién es Dios en Sí mismo, es decir, en su vida ín- en la redención, es decir, la fe en la obra salvífica de Cristo» 1 •
tima. La verdad "Dios es amor" (1 Jn 4, 16), expresada en la Como ya vimos en el capítulo III, Dios se ha revelado al pueblo
primera Carta de Juan, posee aquí el valor de clave de bóveda. de Israel principalmente con sus intervenciones en la historia.
Si por medio de ella se descubre quién es Dios para el hombre, En la plenitud de los tiempos, la Santísima Trinidad se ha reve-
entonces se desvela también (en cuanto es posible que la mente lado, ante todo, por la acción redentora de Jesucristo para sal-
humana lo caEte y nuestras palabras lo expresen), quién es Él varnos del pecado: el Hijo se entrega al Padre hasta la muerte
en Sí mismo. El es Unidad, es decir, Comunión del Padre, del de cruz y, una vez glorificado por la Resurrección y la Ascen-
Hijo y del Espíritu Santo»'?. sión a los cielos, envía junto al Padre al Espíritu Santo.
Conocidas las verdades que nos proporciona la Revelación La acción soteriológica -la llamada economía de la salva-
divina, en el capítulo siguiente veremos cómo esa revelación se ción- nos hace ver, una vez más, que la revelación del Dios
fue plasmando en la vida y en la enseñanza de la Iglesia.
1 Juan Pablo IL discurso de 9-10-1985, 5, en Creo en Dios Padre, o. c.,

37 Juan Pablo Il, ibidem, 6. pág. 145.

122 123
Uno y Trino no es una cuestión para ilustrar simplemente nues- Ante los errores enunciados por algunos, el Magisterio, asistido
tro conocimiento, sino que se dirige espedficamente a nuestra por el Espíritu Santo, formuló progresivamente la doctrina de
vida; en concreto, a nuestra santificación y a la acción evangeli- fe de la Iglesia. Como veremos, no se trata de resolver un pro-
zadora del cristiano en el mundo. La contemplación de la Trini- blema de matemáticas -cómo uno puede ser igual a tres-
dad es el fin y la substancia de nuestra vida en Cristo. Hemos sino de ilustrar racionalmente la verdad revelada de que hay
sido creados y elevados al orden sobrenatural y redimidos preci- tres Personas distintas en una sola naturaleza divina; se trata de
samente para gozar de la Trinidad de Dios. Al mismo tiempo un misterio de fe para el que nuestras palabras son sumamente
nos muestra que el desarrollo progresivo del conocimiento de la limitadas.
Santísima Trinidad no se debe sólo a la reflexión intelectual so-
bre las verdades reveladas, sino que se expresa más profunda y
eficazmente en la Iglesia que reza, celebra los sacramentos y da l. Primeros textos cristianos
testimonio de su fe en Dios en el servicio a los hermanos2 •
Explicación de este proceso. No cabe duda que los cristianos Ya hemos apuntado que algunos textos de las Cartas apostó-
intentaron ilustrar racionalmente las verdades reveladas por licas sirvieron desde los comienzos como doxologías litúrgicas
Dios; de hecho realizaron grandes esfuerzos para entender ra- de la Trinidad. La más difundida proviene de la segunda Carta de
cionalmente y para expresar en lenguaje humano (en cuanto es San Pablo a los Corintios: <<La gracia de nuestro Señor Jesu-
posible que la mente humana lo capte y nuestras palabras lo cristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo es-
expresen) el misterio que encierra el Dios Uno y Trino. Pero es tén con todos VOSOtrOS»4 •
preciso tener en cuenta, principalmente, la vida de fe. A este Algunos textos que se citan a continuación son contemporá-
respecto, dice Juan Pablo II: «Se debe concluir que el Nuevo neos o incluso anteriores a los últimos documentos del Nuevo
Testamento trajo la plenitud de la revelación sobre la Santa Tri- Testamento. Este hecho ilumina el sentido y el contexto de los
nidad y que la verdad trinitaria ha estado desde el principio en escritos que, sin formar parte de la Sagrada Escritura, expresan
la raíz de la fe viva de la comunidad cristiana, por medio del gozosamente la fe trinitaria que vivían los primeros cristianos y
bautismo y de la liturgia. Simultáneamente iban las reglas de la las tradiciones procedentes de los Apóstoles5•
fe, con las que nos encontramos abundantemente tanto en las Didajé, Didaché o Doctrina de los Doce Apóstoles (90-1 00)
Cartas apostólicas, como en el testimonio del Kerigma, de la Es uno de los primeros escritos cristianos, que recoge mate-
catequesis y de la oración de la Iglesia» 3 • riales de diversa época. Suele fecharse su composición entre los
A continuación reseñamos el desarrollo histórico de la ilus- años 90 y 100. Enlaza con la predicación de los Apóstoles y en
tración racional del misterio del Dios Uno y Trino que intenta- este libro se pone de manifiesto la fe trinitaria de la Iglesia pri-
ron algunos estudiosos y pastores, pero no todos acertaron. mitiva y su clara expresión en el sacramento del bautismo, que

2 4
Cfr. Rovira Belloso, o. c., pág. 521 y ss.; Mateo-Seco, o. c., pág. 146 y ss: Misal romano. Ritos iniciales.
3
Juan Pablo Il, Ibídem, 7. 5 Cfr. Mateo-Seco, o. c., pág. 146 y ss.; Rovira Belloso, o. c., pág. 533 y ss.

124 125
se administraba ordinariamente por inmersión en los ríos, aun- <<Los Apóstoles nos predicaron el Evangelio de parte del
que se admitía también por infusión derramando agua sobre la Señor Jesucristo; Jesucristo fue enviado de parte de Dios
cabeza: (Padre). Así pues, Cristo de parte de Dios, y los Apósto-
«En cuanto al bautismo, bautizad de esta manera: Des- les de parte de Cristo. Los dos envíos sucedieron ordena-
pués de haber enseñado todo lo que precede, bautizad damente conforme a la voluntad de Dios. Por tanto, ha-
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, en biendo los Apóstoles recibido el mandato, y plenamente
a¡_;ua viva. Si no tienes agua viva, bautiza con otra agua. convencidos por la resurrección de nuestro Señor Jesu-
S1 no puedes hacerlo con agua fría, hazlo con agua ca- cristo y confirmados en la fe por la palabra de Dios, lle-
liente. Y si no tienes ninguna de las dos, derrama tres nos de la certidumbre que les infundió el Espíritu Santo,
veces agua sobre la cabeza, en el nombre del Padre y del partieron para dar la alegre noticia de que el Reino de
Hijo y del Espíritu Santm> 6 • Dios estaba para llegan> 8 •
Carta a los Corintios de San Clemente romano (96) Carta a los Eftsios, de San Ignacio de Antioquía (+ 107)
El papa Clemente I, tercer sucesor de San Pedro, escribió En esta carta San Ignacio alaba a los efesios por haber recha-
poco antes del año 96 una carta a los Corintios en la que en- zado la mala doctrina que algunos querían difundir entre ellos
contramos la fe trinitaria: y pone como fundamento de tal actitud su fe en la Santísima
Trinidad vivida en el seno de la Iglesia:
<<Aceptad nuestro consejo y no tendréis que arrepentiros.
Porque vive Dios y vive el Señor Jesucristo y el Espíritu <<Sois piedras del templo del Padre, dispuestos para la
Santo, fe y esperanza de los elegidos: el que con senti- edificación de Dios Padre, elevados a lo alto por la má-
mientos de humildad junto a una perseverante modera- quina de Jesucristo, que es la cruz, y ayudados del Espí-
ción, sin echarse atrás, obra las sentencias y los manda- ritu Santo que es la cuerda. Vuestra fe es la cabria; y el
miemos dados por Dios, ése estará colocado y será ilustre amor, el camino que os conduce a Dios» 9 •
entre el nú~ero de los salvados por Jesucristo, por medio El Pastor de Hermas (s. Il)
del cual a Ella gloria por los siglos de los siglos. Amém?. Este libro, escrito en su primera parte, probablemente, al
En la misma carta del papa San Clemente encontramos el comienzo del siglo 11, y la segunda entre los años 140-150, per-
siguiente párrafo de fe trinitaria en el que se nos enseña que tenece a la llamada literatura apocalíptica judía. En él encon-
el ministerio eclesial se ejerce en obediencia a Cristo: tramos, en el primer mandamiento que recibe Hermas, un pá-
rrafo que confiesa la existencia de un Dios único:
6
. J?idajé. 7, 1-3. en La Trinidad en los Padres de la Iglesia. o.c., pág. 28. La
Dzdaje contte~e norm~ morales, ~ttúrgicas y de organización de la Iglesia; pa- 8 San Clemente romano, Ibídem, 42, 1-3, en Padres Apostólicos, o. c.,
rece que su ongen es smo o palestmo; cfr. Padres Apostólicos, o. c., pág. 15 y ss. pág. 175.
7
San Clemente romano, Carta a los Corintios, 58, 2; cfr. Padres Apostóli-- 9 San Ignacio de Antioquía, Carta a los .Efisios, 9, 1, en Padres Apostóli-
cos, O. C., pág. 121 y SS. cos, o.c., pág. 240; cfr. Fuentes patrfsticas L o.c., pág. 113.

126 127
«Ante todo, cree que existe un único Dios. Él ha creado 2. El gnosticismo
y ordenado el universo; ha hecho pasar todas las cosas
del no ser al ser; Él lo abarca todo. En cambio, sólo Él es Al extenderse el cristianismo más allá del ámbito judaico en
inabarcable» 10 •
el que había nacido, los cristianos se encontraron con culturas
Martirio de San Policarpo (156) y creencias muy variadas. En Grecia predominaba la llamada
En una carta escrita en el año 156 por un cristiano llamado filosofía helénica, que analizaba todas las cosas con gran racio-
Marc~ón, de Esmirna, se describe el martirio de San Policarpo, nalidad. Roma puso su fuerte sentido jurídico al servicio de un
ocurndo unos meses antes. El autor pone en labios del mártir Imperio que ya estaba tambaleante por la descomposición so-
una bella doxología trinitaria, es decir, una proclamación de la cial del pueblo. Y en Oriente había numerosos mitos y creen-
gloria divina, que recuerda las fórmulas litúrgicas: cias fantásticas con orientación sincretista. La más poderosa de
<<Señor Dios omnipotente: Padre de tu amado y bende- estas creencias era el gnosticismo, corriente ideológica que se
cido siervo Jesucristo, por el que te hemos conocido, Dios presentaba como sabiduría superior a las creencias religiosas;
de los ángeles y de las potestades y de toda la creación, y de estimaba que sólo estaba al alcance de unas minorías selectas.
todo el pueblo de los santos que viven en tu presencia: Yo La Iglesia sufrió la primera embestida doctrinal, el llamado
te bendigo por haberme juzgado digno, en este dia, de to- gnosticismo; pero los Padres de la Iglesia desenmascararon sus
mar parte en el número de los mártires, en el cáliz de falsos planteamientos y los refutaron desde la revelación y con
Cristo, para la resurrección de la vida eterna del alma y del argumentos racionales; de este modo dieron origen a la pri-
cuerpo, en la incorruptibilidad del Espíritu Santo ... Yo te mera reflexión teológica.
bendigo y te glorifico por medio del Sumo sacerdote
eterno y celestial Jesucristo, tu Hjjo muy amado, por el a) Significado de «gnosis». El término griego «gnosis» signi-
cual sea dada la gloria a Ti junto a El y al Espíritu Santo» 11 • fica conocimiento. La traducción griega de los Setenta utiliza
Estos textos tienen un marcado carácter pastoral. Van dirigi- este término para hablar del conocimiento de Dios. San Juan y
dos a fortalecer la fe de los cristianos en el Dios Uno y Trino, San Pablo utilizan este vocablo para expresar que el conoci-
sea en el contexto del bautismo, sea en el ambiente de la ora- miento de Dios por la fe sobrenatural es un don de Dios: San
ción sencilla y honda de los primeros cristianos a la Trinidad. Juan pone en labios de Cristo: <<Ésta es la vida eterna: que te
No se encuentra en ellos ninguna reflexión teológica, ni nin- conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien
gún afán apologético, sino la enseñanza bíblica sobre Dios y la Tú has enviado>> 'Qn 17, 3). Y San Pablo dice: <<A uno se le con-
alabanza al Dios Uno y Trino. cede por el Espíritu palabra de sabiduría, a otro palabra de
ciencia» (1 Co 12, 8).
10
Cfr. El Pastor de Hermas, 26, 1, en PadresApost6licos, o.c., pág. 411.
Para los creyentes judíos y cristianos, la «gnosis>> es, por tanto,
11
Cfr. J. Quasten, Patrologia!, o.c., pág. 87; cfr. Mateo-Seco, o. c., pág.- un conocimiento sobrenatural que procede de Dios; de ahí que
! 54 y S. los autores hablen de la existencia de una legítima gnosis cris-

128 129
tiana12 • El problema surge cuando algunos pretenden explicar divinidad, «chispas» emanadas del ser superior, que han sido
los misterios cristianos incorporando mitos religiosos de Oriente, arrojadas al mundo material, pero que por la «gnosis» podrán
que desfiguran la revelación, y utilizando sin discernimiento ele- volver a su estado inicial. 2) Dualismo de procedencia persa: en
mentos de la filosofía griega, considerándola como el criterio su- el mundo hay una oposición irreductible entre el espíritu y la
premo de la verdad; de este modo surgieron diversas teorías en el materia, el bien y el mal, la luz y las tinieblas; la materia no
siglo II, que tuvieron amplia difusión hasta mediado el siglo III y puede proceder de Dios sino de una divinidad inferior, de un
que reciben genéricamente el nombre de «gnosticismo». demiurgo, por emanación. 3) Conjunto de ideas astrológicas y
esotéricas: los astros influyen en el mundo y condicionan la
b) Fuentes del gnosticismo. El gnosticismo es una amalgama vida de los hombres. 4) Revelación: descenso de un ser superior
o sincretismo de ideas persas, babilónicas, egipcias y bíblicas a la materia, para despertar al hombre de su situación corporal
con elementos de la filosofía platónica. Se caracteriza por dar y que cobre autoconciencia de sí mismo. 5) Salvación: autoli-
importancia al conocimiento humano, la «gnosis», como clave beración de la prisión corporal y elevación hacia el conoci-
del universo y de la salvación 13 ; el gnosticismo es un movi- miento y la experiencia de un destino superior por la <<gnosis»
miento radicalmente antropocéntrico y elitista14 • personal, que lleva al hombre a tomar conciencia de su paren-
tesco con la divinidad; carece de sentido moral. 6) Ideas e imá-
e} Características. En medio de su variada complejidad se
genes apocalípticas: visión pesimista del mundo. 7) Concep-
pueden destacar en el gnosticismo las siguientes características:
ción platónica del alma: el alma ha caído del cielo y está
1) Antropocentrismo: estima que los hombres son parte de la
aprisionada por un cuerpo material".

12
Cfr. la voz Gnosticismo, en Conceptos y en GER, o. c.; cfr. Bouyer, Dic-
cionario de Teología, o. c., voces «conocimiento>> y «gnosticismo:>>; Mateo-Seco, 3. Los Padres apologistas
o. c., pág. 173 y ss.; Moliné, Los Padres de la Iglesia, o. c., pág. 141; Trevijano,
Patrología, o. c., pág. 67 y ss.
13
Según Moliné, «el peligro que esto (el gnosticismo) constituyó para la Frente a esas teorías dualistas que se difundían por todas
Iglesia fue mucho más considerable que el procedente de la opinión pública partes, surgieron algunos escritores en defensa de la fe cristiana:
contraria o el de las mismas persecuciones; pues este movimiento estaba ex- Arístides, San Justino, Atenágoras, Tertuliano y San Ireneo de
tendido, era vigoroso, tenia un cierto prestigio intelectual, y decía aceptar la fe Lyon. Son llamados Padres apologistas, porque defienden la fe
cristiana y darle su interpretación correcta y profunda; a un nivel más popu-
lar, daba respuestas aparentemente simples y parecidas a las cristianas; en resu-
de la Iglesia expresada en los primeros credos cristianos y ofre-
men, podia atraer no sólo a muchos cristianos con poca formación, intelec- cen argumentos mostrando su fundamento en la Revelación
tuales o no, sino aun falsificar desde dentro el mensaje de la revelación>}, divina, su racionabilidad y su credibilidad 16 •
Moliné, o. c., pág. 143.
14
Según Trevijano, 11el gnosticismo es uno de los movimientos ideológi-
cos, religiosos y filosóficos que a lo largo de la historia han buscado dar res- 15 Los principales representantes de estas teorías son Cerinto, Menandro,

puesta a las preguntas básicas que continuamente se hace el hombre sobre su Carpócrates, Cerdón, Basílides, Valentín, Bardesano y Marción; cfr. Quasten
propia identidad y situación, origen y destinO>>, o.c., pág. 68; cfr. Quasteil, y Moliné, o. c.
Patrología L o.c., pág. 251 y ss.; Moliné, o. c., pág. 141 y ss. 16
Cfr. Quasten I, o. c., pág. 278 y ss; cfr. Moliné, o. c., pág. 77 y ss.

130 131
Los Padres apologistas dirigen sus escritos a tres ámbitos cul- muestra que el dios que los filósofos griegos conciben como ser
turales diferentes: supremo coincide en gran manera con el Dios de Jesucristo,
creador del mundo y autor de la historia de la salvación. Re-
a) Los paganos: Los Padres apologistas enseñan a estas gen-
tes que sólo el Dios cristiano es el Dios vivo y verdadero. Afir- chaza la acusación de ateísmo dirigida contra los cristianos,
man que el politeísmo es falso y que los cristianos no son ateos. afirmando que «No negamos al Dios verdadero, Padre de la
justicia, de la pureza y de las demás virtudes, que no tiene co-
b) Los judíos: Enseñan a los judíos que el Dios de Israel es el munión alguna con el mal>> 18 • En San Justino encontramos los
Padre de Jesucristo, mostrando la continuidad entre el Antiguo primeros balbuceos teológicos sobre la Santísima Trinidad: ha-
y el Nuevo Testamento. bla del Logos, que procede de la voluntad del Padre, y del Espí-
e) Las corrientes dualistas: Contra las opiniones dualistas, los ritu Santo, a quien atribuye la iluminación de los profetas.
Padres proclaman que no hay dos dioses, sino un único Dios Atendgoras (+ h. 177) muestra una incipiente reflexión trini-
enteramente espiritual. Rechazan que el mundo proceda por taria al defender la fe en Dios contra los que acusan a los cris-
emanación, y difunden la enseñanza de la Escritura de que el tianos de ateos: «He demostrado suficientemente que no somos
mundo tiene su origen en la creación del Dios único. ateos: admitimos un solo Dios, increado, eterno, invisible ...
Realmente, uno no puede menos de maravillarse al oír llamar
Los Padres apologistas reflexionan sobre la fe cristiana ateos a quienes admiten a un Dios Padre y a un Dios Hijo y a
usando algunas categorías filosóficas del platonismo. un Dios Espíritu Santo, que muestran su potencia en la unidad
Destacamos los siguientes apologistas. y su distinción en el orden>/ 9 •
Arístides de Atenas(+ h. 140) afirma hacia el año 124 que la San Ireneo de Lyon es el teólogo más importante del siglo II.
consideración del movimiento, del orden y de la belleza del Oriundo de Esmirna (h. 130), fue discípulo de San Policarpo y
mundo lleva a la existencia de un ser supremo, increado, inmu- en el 177 ya es presbítero de Lyon; murió mártir hacia el año
table, perfecto y único creador de todo lo que existe. Y expone 200. Refutó las fantásticas especulaciones de los gnósticos so-
el contenido esencial de la fe cristiana con la confesión de la bre un dios que se degrada en emanaciones, y los errores de los
Trinidad: «Los cristianos toman su origen del Señor Jesucristo. dualistas, según los cuales en Dios habría dos principios, uno
Éste es confesado como Hijo del Dios Altísimo, descendido del bueno y otro malo. Para ello, San Ireneo destaca la unidad ab-
cielo por medio del Espíritu Santo para la salvación de los soluta de Dios, ser enteramente espiritual, justo y santo. Junto
hombres. Y, engendrado de una Virgen santa, sin fecundación a Dios no existe una materia eterna, ni un demiurgo que ori-
ni desfloración, tomó carne y se mostró a los hombres, con el
gina el mundo por emanación. Para ello resalta que sólo el Dios
fin de apartarlos del error del politeísmo>P.
único es creador de todo lo que existe. Este Dios es el autor del
San ]ustino, nacido en Palestina y martirizado hacia el año
165, en su Primera apología, escrita en Roma hacia el año 150,
18
San Justino, Primera Apología, 6, en M. Schmaus, o. c., pág. 423; cfr.
Trevijano, o. c., pág. 105 y ss.
17 19
Arístides, Apologia. !5, en Vives, o. c., pág. 63. Atenágoras, Defensa en fovor de los cristianos, en Vives, o. c., pág. 89.

132 133
Antiguo y del Nuevo Testamento y el que se ha revelado plena- ello se sirve de la argumentación que le brindan las pruebas de
mente en Cristo: <<Será bueno que comencemos por lo primero la existencia de Dios: por definición, Dios tiene que ser infi-
y más importante, a saber, Dios, el creador que hizo el cielo y la nito; en consecuencia, el ser infinito tiene que ser único.
tierra y todo lo que en ellos hay ... Él hizo todas las cosas por Frente al dualismo de Marción (que distinguía entre el dios
s_u propia y libre decisión, sin que nadie le empujara a ello; pues del AT y el dios del NT), Clemente afirma que existe una total
El es el único Dios, el único Señor, el único Creador, el único unidad entre ambos Testamentos, pues el Creador del hombre es
Padre, el único Soberano de todo, el que da la existencia a todas quien, al mismo tiempo, quiere salvarlo. Y da este argumento:
las cosas ¿Cómo podría haber sobre Él otra totalidad, otro pertenece a la misma persona hacer el bien y hacer justicia.
principio, otro poder u otro dios? Porque Dios ha de ser la to- Origenes (1851255) sucede a Clemente en la escuela de Ale-
talidad de todas las cosas, el que las contiene a todas en su infi- jandría. Considera la existencia de Dios como una verdad ase-
nitud, mientras que a Él nada puede contenerle. Si algo hu- quible a la inteligencia del hombre; se llega al conocimiento del
biera fuera de Él, ya no sería la totalidad de todas las cosas, ni Dios único mediante la contemplación de la naturaleza y la rec-
las contendría a todas>> 20 • titud de vida, porque <<todo lugar es parte del universo, y todo el
Al hablar de la Santísima Trinidad, distingue claramente en- mundo es templo de Dios>> 22 ; y <<el que tenga el corazón limpio
tre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y lo hace siempre en la verá a Dios; y el que no lo tenga, no verá lo que aquél puede
perspectiva de la economía de la salvación: <<Quienes pertene- ven>'3 • Orígenes enseña que la unicidad de Dios es la verdad pri-
cen a la Iglesia siguen una voz única que atraviesa el mundo mordial sobre Dios: «Un solo Dios, creador y ordenador de to-
entero. Es una tradición segura que nos viene de los Apóstoles, das las cosas, que ha sacado el universo de la nada, Dios de todos
y que nos hace recibir una misma y única fe, creyendo todos en los justos desde el origen del mundo ... Dios justo y bueno como
un solo y mismo Dios, el Padre; creyendo todos en la misma Padre de Nuestro Señor Jesucristo, autor de la Ley y los Profetas,
economía de la Encarnación del Hijo de Dios; reconociendo del Evangelio y de los Apóstoles, Dios del Antiguo y del Nuevo
todos el mismo don del Espíritw>21 • Testamento>>24 • También afirma que en Dios están unidas la jus-
ticia y la bondad infinitas. No son incompatibles, sino insepara-
Escuela alejandrina. Después de los Padres apologistas nos bles: no existe lo bueno sin lo justo, ni lo justo sin lo bueno. El
mal no proviene de Dios, sino de la libertad humana.
encontramos con un grupo de grandes teólogos de la escuela
En lo referente a la Trinidad, Orígenes la considera en el
alejandrina, que profundizan en la explicación sistemática y ar-
marco de la economía de la salvación: el Padre es el creador y
moniosa de toda la doctrina cristiana: entre ellos descuellan
principio de todas las cosas; el Logos es el mediador; el Espíritu
Clemente de Alejandría y Orígenes.
Santo está presente dondequiera que hay santidad. Frente a los
A comienzos del siglo III Clemente de Alejandría (+ 211/215)
defiende la unicidad de Dios frente al politeísmo pagano; para
22 Orígenes, Contra Celso, 7, 44, en Vives, o.c., pág. 256; cfr. Trevijano,
O. C., pág. 160 y SS.
20
San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 2, 1, 1, en Vives, o. c., pág. 113. 23 Orígenes, Homilíaín Lucam, 1, 3, en Vives, o. c., pág. 258.
21
San Ireneo de Lyon, Ibídem, 5, 20, en Mateo-Seco, o.c., pág. 181. 24 Orígenes, De Príncipiis, 1, 4, en Mateo-Seco, o. c., pág.186.

134 135
gnósticos afirma que el Hijo no procede del Padre por división de Dios, algo que aparecía tan evidente y racional, que sufrie-
o emanación, sino que procede <<de una generación desde siem- ron la tentación de sacrificar la trinidad de personas en aras de
pre y eterna, a la manera como el resplandor viene de la luz>> 2\ la unidad. Otros, por el contrario, defendieron la trinidad di-
por esto, no hubo momento en el que el Hijo no existiera. vina de tal modo que de hecho destruían la unidad de Dios.
También afirma la divinidad del Espíritu Santo: <<Hasta ahora Entre los primeros está la herejía del monarquianismo, que
no he hallado pasaje alguno de las Escrituras que sugiera que el pretende defender una unidad absoluta en Dios en la que no.es
Espíritu Santo sea un ser creadm>26 ; el Espíritu Santo <<está eter- posible admitir la trinidad de personas. El vocablo <<monarqma-
namente con el Padre y el Hijo, y como el Padre y el Hijo existe nismo» se debe a Tertuliano, quien agrupa bajo este término a
siempre, existió y existirá}) 27 . los que, al defender la unidad de Dios, caen en el error de admi-
tir en Dios una sola persona, un solo monarca29 . El monarquía-
nismo presenta dos caminos: el adopcionista y el modalista.
4. Monarquianismo y modalismo
a) Monarquianismo adopcionista. Esta teoría defiende la
La doctrina sobre la unicidad de Dios se fue imponiendo en unidad de Dios y la distinción personal entre el Padre y el Hijo;
el ambiente cultural. Quedó clara frente al particular mono- pero para defender la unidad no ve otro camino que negar la
divinidad del Hijo. En tal caso, Cristo, el Hijo de Dios, tendría
teísmo judío, que rechazaba la trinidad de personas, y frente al
que ser un hombre que recibió la dignidad divina al descender
politeísmo pagano, carente de la más elemental racionalidad.
sobre él el Espíritu de Dios; el término <<adopcionismo» quiere
No obstante, surgieron algunos problemas en el seno de los
expresar que Jesús sería hijo de Dios simplemente por adop-
propios cristianos, en buena parte debido a la propia profundi-
ción, es decir, por una concesión libre y amorosa del Padre.
dad del misterio revelado y, en parte también, debido a la falta
Según San Ireneo de Lyon, los ebionitas, un grupo de cristianos
de una filosofía y de unos términos que lo explicasen adecuada-
judaizantes, decían en torno al año 180 que Cristo fue un hombre
mente28. Algunos pusieron tal énfasis en la defensa de la unidad
<<elegido por Dios» y el mayor de los profetas, pero un <<mero
hombre» engendrado por María y José, no nacido virginalmente.
25
Orígenes, De Principiis, 1, 2, 4, en Vives, o. c., pág. 264. Según el historiador Eusebio de Cesarea30 , el primer defen-
"' Orígenes, lbidem, 1, 3, 3, en Vives, o. c., pág. 264. sor de la teoría adopcionista fue Teódoto de Bizancio, discípulo
27
Orígenes, Com. in Rom., 6, 7, en Vives, o. c., pág. 265.
28
Juan Pablo II describe así la hondura del misterio trinitario: ,,La verdad
sobre Dios uno y trino es el más profundo misterio de la fe y también el más 29 Argumenta Tertuliano diciendo: (10 es Padre, o es Hijo; pues el día no es
difícil de comprender: se presentaba, pues, la posibilidad de interpretaciones lo mismo que la noche, ni el Padre es el mismo que el Hijo, de forma que ambos
equívocas, especialmente cuando el cristianismo se puso en contacto con la sean al mismo tiempo uno y otro, que es lo que quieren estos superficiales mo-
cultura y la filosofía griegas. Se trataba de "inscribir" correctamente el miste- narquianos)), Tertuliano, Adversus Praxeam, 10, 1, en Mateo-Seco, o. c., pág. 194.
rio del Dios trino y uno "en la terminología del 'ser'", es decir, de expresar de .3° Eusebio de Cesarea dice que el papa San Víctor l (189-198) <<excluyó
manera precisa en el lenguaje filosófico de la época los conceptos que definían de la comunión a Teódoto el curtidor, cabecilla y padre de esta apostasía nega-
inequívocamente tanto la unidad como la trinidad del Dios de nuestra Reve-· dora de Dios, y primero en decir que Cristo fue un simple hombre>>, Historia
!ación)), discurso de 9-10-1985, 8. eclesidstíca, 5, 28, 6, en Mateo-Seco, o.c., pág. 195.

136 137
de Valentín y residente en Roma a finales del siglo Il. Para Teó- niega que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean personas o
doto, Cristo sería un hombre común, nacido de la Virgen Ma- sujetos divinos real y eternamente distintos; no reconoce en
ría, que recibió una «djnamis» o fuerza divina al descender el ellos más que unos modos de manifestación en la historia de la
Espíritu Santo sobre él en el Bautismo. Esta djnamis habría salvación de un Dios unipersonal. Al querer afirmar, al mismo
convertido a Cristo en un hombre superior, pero simplemente tiempo, que Cristo es Dios lo explica no corno la Persona di-
hombre. vina que tiene la misma substancia que el Padre, sino corno un
El adopcionista más famoso fue Pablo de Samosata, ministro modo distinto de manifestarse el Padre.
de la reina Zenobia de Palmira y después, entre los años 260 Según Sabelio, Dios se habría manifestado corno Padre en la
y 280, obispo de Antioquía. Pensaba de Cristo <<Cosas bajas y creación, después corno Hijo en la redención y, finalmente,
mezquinas, contrarias a la enseñanza de la Iglesia», según Euse- como Espíritu Santo en la santificación de los fieles; pero siem-
bio de Cesarea31 • Decía que Cristo era un hombre común y que pre sería la misma persona la que se habría manifestado en for-
el Logos no era más que una fuerza divina impersonal que fue mas o modos diversos. Para expresar esta triple modalidad de
dada a Cristo para que le guiase. El Hijo y el Espíritu sólo se- manifestación, Sabelio emplea el término griego <prósopon>> =
rían fuerzas divinas identificadas con la persona del Padre. Pa- persona, uno de los que será utilizado más adelante para explicar
blo de Samosata utiliza el término <<homousios» = consubstan- el misterio de la Trinidad; pero aquí Sabelio lo utiliza sólo en su
cial, para afirmar que el Lagos forma con el Padre una esencia, primer significado etimológico de «máscara>> o <<careta>>. Según
pero niega la diferencia personal entre el Padre y el Hijo; no esto, Dios se habría puesto la careta, en primer lugar, de Padre,
reconocía tres personas en Dios, sino que dio el nombre de después la de Hijo y finalmente la de Espíritu Santo. Aunque
Padre al Dios que creó todas las cosas; el de Hijo, al que era Sabelio habla de una trinidad en Dios, no se trata de la Trinidad
meramente hombre; y el de Espíritu, a la gracia que residía en de personas realmente distintas, sino de una simple apariencia.
los Apóstoles32 • Más tarde, el concilio de Nicea utilizará el tér- Corno salta a la vista, hay mucha imaginación en Sabelio y
mino <<homousios» para afirmar la perfecta igualdad de natura- ausencia de análisis racional de la realidad divina. A los moda-
leza del Hijo con el Padre al mismo tiempo que afirma la dife- listas se les llama también <patripasianos>>, porque una de sus
rencia personal entre el Padre y el Hijo. corrientes afirma que <<Cristo era el mismo Padre, y que el Pa-
La herejía adopcionista no caló en el pueblo cristiano, de- dre fue el que había nacido, padecido y sufrido>> en la cruz>> 33 •
bido quizá a la frialdad de su planteamiento, tan ajeno a la go- Estas afirmaciones dan la impresión de encontrarnos en el am-
zosa contemplación de un Dios encarnado, que ha venido al
mundo para salvar a los hombres.
33 Según San Hipólito de Roma, Contra Noeto, 1. En otro escrito San
b) Monarquianisrno rnodalista. Este error fue defendido Hipólito dice que los modalistas afirman que <<el Padre y el llamado Hijo son
por Noeto, Práxeas y especialmente por Sabelio. El rnodalisrno uno y el mismo, no uno que procede del otro, sino el mismo de sí mismo,
llamado tanto Padre como Hijo según el orden temporal», RefUtación de las
herejías, 9, 10. Por su parte, Tertuliano dice que Práxeas afirmaba que ((fue el
31
Cfr. ibidem, 7, 27, 2. Padre el que descendió a la Virgen, nació de ella, sufrió. Él fue en realidad
32
Cfr. Quasten, Patrologia l, o. c., pág. 446 y ss. Jesucristm,, Adversus Prdxeam, l.

138 139
biente de los mitos orientales, que buscan fascinar la imagina- rencia o precedencia. También es oportuno distinguir la subor-
ción del hombre, porque carecen de los argumentos intelectua- dinación real de la subordinación meramente literaria, es decir,
les que explican el misterio trinitario. en los modos de expresarse. a) Hay subordinación en el ser
Carece de sentido hablar de una Trinidad que se manifiesta cuando un ser es menos perfecto que otro; por ejemplo, el
de modo sucesivo en la historia de la salvación, es decir una hombre con respecto a Dios. b) Hay subordinación en el orden
1rinidad económica o funcional, si no se admite la Trinidad en cuando un ser es posterior a otro, aunque tenga el mismo ser o
naturaleza, como ocurre entre el hijo y su padre; ambos son
sí misma, en el mismo ser de Dios. Si no hubiera Trinidad en el
personas humanas, con el mismo ser o naturaleza, pero uno es
mismo seno de Dios, no se podría hablar de una Trinidad que
anterior al otro y goza de una mayor veneración o preeminen-
salva a los hombres.
cia por razón de que el padre ha dado la vida al hijo. e) Hay
El Papa Ceferino (198/217) rechazó el patripasianismo, afir-
subordinación en los modos de expresarse cuando encontra-
mando que «no fue el Padre el que murió, sino el Hijo» 34 . Y el mos defectos en el lenguaje o en el razonamiento de los escrito-
Papa San Dionisia (259/268) condenó a Sabelio con palabras res, pero sus ideas responden plenamente a la fe cristiana.
muy duras. «Éste (Sabelio) blasfema diciendo que el mismo Por eso es lícito hablar, no de una subordinación, sino de un
Hijo es el Padre y viceversa>> 35 • orden en las Personas divinas, pues el Padre es fuente y origen de
roda la Trinidad. De hecho en el lenguaje cristiano es corriente
llamar al Padre la <<primera>> persona de la Santísima Trinidad, al
5. Subordinacionismo: la crisis arriana Hijo la <<segunda>>, y al Espíritu Santo la <<tercera>>. La fe católica
afirma que <<en la Santísima Trinidad nadie es antes ni después,
En la línea de defender la unidad de Dios también se dieron nada mayor o menor, sino que las tres Personas son coeternas e
otros errores que llenaron de confusión el siglo IV. El error que iguales entre sÍ», como confiesa el Símbolo Atanasiano, 25-26.
más se extendió, principalmente en Oriente y produjo un daño La herejía del subordinacionismo trinitario consiste en afir-
grande entre los fieles, fue el arrianismo, que defendía un cris- mar una diferencia en el ser, es decir una diferencia y subordi-
tianismo adaptado a la filosofía y a la mentalidad de la época; nación ontológica entre las Personas divinas. Se trata de una
para ello subordinaba el Hijo al Padre hasta el punto de negar subordinación real que lleva a negar la divinidad del Hijo y del
la divinidad del Hijo. La designación de <<Hijo de Dios>> apli- Espíritu Santo. La subordinación en el modo de expresarse que
cada a Jesucristo no debía tomarse literalmente sino de modo encontrarnos en no pocos escritores cristianos del siglo IV (por
figurado. Sus seguidores fueron muy polémicos, obstinados y ejemplo, Orígenes), se debe a una deficiencia en el uso de unos
con argumentos variados. términos que aún no estaban perfectamente aquilatados y defi-
Distinción. Al hablar de subordinación conviene distinguir nidos, o a error en los razonamientos, pero en plena adhesión
la subordinación en el ser de la subordinación en el orden, refe- personal a la fe cristiana.
Arrio (2561336), presbítero de Alejandría, queriendo defen-
34
der la unidad del Dios trinitario, no vio otra manera de expli-
Cfr. DH, 105.
35 Cfr. DH, 112. carlo que recurrir al fácil expediente de subordinar de modo

141
140
real al Hijo con respecto al Padre. Arrío temía que la divinidad 6. El Concilio de Nicea (325)
de las tres Personas divinas llevara a los cristianos a aceptar el
politeísmo de los paganos. En su razonamiento, Arrío entendió En el año 325 se reunió el Concilio de Nicea en presencia
que el Hijo de Dios era «desigual» al Padre -<<de una sustancia del emperador Constantino con la asistencia de más de 300
distinta de la del Padre»-, pues no habría sido engendrado en obispos. El Concilio estudió los planteamientos de Arrío y dio
toda la eternidad, sino que habría sido «hechO>> de la nada por una definición de fe basándose en el testimonio dado por Jesu-
el Padre en el tiempo, y «adoptado» como Hijo; es decir, sería cristo:
Dios en sentido impropio, no por naturaleza sino por gracia o
adopción. Arrío no sólo niega la existencia eterna del Hijo, sino «Creemos en un solo Dios, Padre omnipotente, creador
la eterna paternidad del Padre36 • de todas las cosas visibles e invisibles; y en un solo Señor,
El error fundamental de Arrío está en que niega la genera- Jesucristo, el Hijo de Dios, engendrado unigénito del
ción eterna en Dios y, en consecuencia, niega la auténtica pa- Padre, es decir, de la sustancia - ''ousfa"- del Padre,
ternidad del Padre. Arrío aplica a Dios el concepto de genera- Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verda-
ción material; por tanto, si Dios engendrase, habría dos dioses, dero, engendrado, no hecho, consustancial- "homou-
el engendrante y el engendrado; en consecuencia, Dios no sion'-'-al Padre, por quien todas las cosas fueron hechas,
puede ser Padre en sentido propio, sino sólo en sentido figu- las que hay en el cielo y las que hay en la tierra [... ] y
rado. Además, si el Verbo fuera engendrado, tendría que ser (creemos) en el Espíritu Santo» 37 •
posterior al engendran te y, en consecuencia, no puede ser eterno; La confesión de fe de Nicea tiene una estructura claramente
por tanto, tampoco el Hijo puede ser Hijo en sentido propio, trinitaria: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Afirma la unici-
sino de modo relativo, por adopción. Hay un subordinacio- dad de Dios -hay un solo Dios, una única sustancia- y la
nismo radical al considerar al Hijo hecho en el tiempo. Ante tal
Trinidad de Personas. a) Para entender cabalmente esta decla-
planteamiento, Arrío no ve más salida que afirmar que el Hijo
ración hay que tener en cuenta la evolución del significado de
no puede ser de la misma sustancia que el Padre; ha de ser cria-
las palabras con el correr de los tiempos. Por ejemplo, para ha-
tura, un ser intermedio entre Dios y los hombres, a quien Dios
blar de la Trinidad el Concilio de Nicea no utiliza el término
dio la existencia para crear el mundo.
«persona», entonces aún no perfilado, sino simplemente los
nombres bíblicos de Padre, Hijo y Espíritu Santo. b) En se-
36
Después del afio 320 Arria escribió asi su teoría: «El Dios no siempre gundo lugar, a partir de Nicea, los Padres, particularmente San
fue Padre; sino que alguna vez el Dios estaba solo sin ser Padre y más tarde se Atanasio de Alejandría(+ 373) 38 , incorporan a la explicación
hizo Padre. No siempre existió el Hijo; porque habiendo sido hechas todaS las
cosas de la nada, y siendo todas las cosas criaturas y obras, también el Verbo de la fe de la Iglesia un término que no es bíblico, aunque sí la
de Dios fue hecho de la nada, y alguna vez no existía; ni exístia antes de ser realidad que designa; se trata del término «sustancia», en griego
hecho, sino que también él tuvo principio al ser creado. Porque Dios estaba
solo y no existían aún el Verbo y la Sabiduría. Más tarde, cuando quiso crear-
nos, entonces hizo a uno y lo llamó Verbo y Sabiduría e Hijo, para crearnos a· 37 DH, 125, traducción de la versión griega.
38
nosotros por su medio» Tha!ía, en Mateo-Seco, o. c., pág. 204. Cfr. Trevijano, o. c., pág. 175 y ss.

142 143
«ousía», utilizado pata salir al paso de la afirmación de Arrío de 7. Controversias y progreso teológico
que el Verbo era de una sustancia diversa de la divina, de la
sustancia del Padre, y que se llamaba Hijo no en sentido pro- No todos los obispos fueron fieles a la ensefíanza de Nicea y
pio, sino adoptivo. En la generación eterna del Verbo, el Padre buscaron fórmulas de compromiso entre Nicea y Arria. Así, en
entrega al Hijo su propia sustancia, es decir, el Hijo es de la Asia Menor surgieron muchas variantes conocidas con el nom-
misma naturaleza que el Padre -«homousios>> = consustan- bre de <<semiarrianos», que utilizaban diversas sutilezas para evi-
cial-; puntualizan esa identidad de naturaleza al rechazar el tar el término <<consustancial» aplicado al Hijo con relación al
término criatura que usaba Arria. e) En tercer lugar, al referirse Padre. Pata esto afirmaban que el Verbo era <<desemejante», <<se-
al Hijo, el Concilio en un apéndice al símbolo condena expre- mejante}>, de «sustancia semejante>>, etc.
siones concretas utilizadas por los arrianos: <<Los que, en cam- Para explicar la fe cristiana Juan Pablo II dice: <<Según la en-
bio, dicen: "Hubo un tiempo en que no fue", y: "Antes de ser sefíanza apostólica, el Hijo es de la misma naturaleza que el
engendrado, no era" y que fue hecho de la nada, dicen que el Padre porque es el Dios-Verbo. En este Verbo y por medio de
Hijo de Dios es de otra hipóstasis o sustancia o creado, o cam- Él todo ha sido hecho, ha sido creado el universo. Antes de la
biable o mudable, los anatematiza la Iglesia católica»39. d) En creación, antes del comienzo de "todas las cosas visibles e invi-
cuarto lugar, el Concilio no hace ninguna declaración doctrinal sibles", el Verbo tiene en común con el Padre el Ser eterno y la
acerca de la Persona del Espíritu Santo, ya que aún no se había Vida divina, siendo "la irradiación de su gloria y la impronta de
dado ningún motivo para ello (las herejías sobre la Tercera Per- su sustancia'' (Hb 1, 3). En este Principio sin principio el Verbo
sona aparecerán un tiempo más tarde). es el Hijo, porque es eternamente engendrado por el Padre. El
El Catecismo resume las vicisitudes que atravesó la Iglesia en Nuevo Testamento nos revela este misterio para nosotros in-
la formación de la doctrina trinitaria en estos términos: <<Para la comprensible de un Dios que es Uno yTrino>> 41 •
formulación del dogma de la Trinidad, la Iglesia debió crear a} Explicación racional del misterio. No se trata de una cues-
una terminología propia con ayuda de nociones de origen filo- tión aritmética (tres en uno}, sino de intentar comprender,
sófico: "substancia", "persona" o "hipóstasiS", "relación", etc. Al aunque sea de modo elemental, el significado de los conceptos
hacer esto, no sometía la fe a una sabiduría humana, sino que <persona» y «naturaleza». Si tenemos en cuenta al ser humano,
daba un sentido nuevo, sorprendente, a estos términos destina- la palabra naturaleza responde a la pregunta <<qué» es, <<qué»
dos también a significar en adelante un Misterio inefable, "in- somos todos los hombres; en cambio, la palabra persona res-
finitamente más allá de todo lo que podemos concebir según la ponde a la pregunta <<quién» es el hombre. La naturaleza dice
medida humana"» 40 • relación a nuestro obrar; nos dice que no somos piedras, ni ár-
boles, ni peces; nuestra naturaleza indica lo que somos y lo que

41 Juan Pablo Il, discurso de 6-11-1985, 2; cfr. J. Ratzinger, Teoría de los


39
DH, 126. principios teológicos, o.c., pág. 131 y ss., donde hace un agudo análisis de la
4
° CCE, 251. controversia.

144 145
podernos hacer de acuerdo con lo que somos; por ejemplo, po- e) Controversia posterior a Nicea. La controversia teológica
dernos pensar, pero no podernos volar por nosotros mismos. La posterior a Nicea contrae! arrianismo la realizan San Atanasio de
persona se ha definido corno «sustancia individual de natura- Alejandría(+ 373) y los Padres capadocios-San Basilio(+ 379),
leza racional» (Boecio); en otras palabras, el término persona San Gregorio de Nacianzo (+ h. 390) y San Gregorio de Nisa
indica que tenernos la capacidad de pensar y de decidir por (+ h. 396)- quienes desarrollan la teología trinitaria y perfilan
nosotros mismos y que somos los sujetos de todas nuestras ac- los conceptos de sustancia y persona. Entienden por «ousía» la natu-
ciones, sea pensar, decidir o correr42 • En definitiva, la persona raleza, sustancia o esencia, que es común a todos los seres de la
es un todo del que la naturaleza es la parte fundamental. misma especie; «homousios» significa consustancial, que tiene
la misma sustancia o naturaleza que el otro ser con el que se rela-
b) Una generación espiritual. Con esas premisas podernos ciona; y perfilan el concepto de <<hipóstasis» entendiéndolo corno
decir que la eterna generación en Dios es de naturaleza absolu- la realidad individual que distingue a lo concreto en contraposi-
tamente espiritual, por la sencilla razón de que Dios es espíritu. ción al concepto de «ousía» y que terminará significando per-
Arrio cometió la torpeza intelectual de aplicar a Dios la genera- sona. Consideraron corno nota característica del Padre el ser
ción que se da en los seres corporales. Nicea, basándose en la fuente originaria y no ser engendrado; del Hijo, el ser engen-
Revelación, afirma que Jesucristo es el Hijo de Dios; si es Hijo drado; y del Espíritu Santo, proceder del Padre y del Hijo43 •
ha de ser engendrado y, por consiguiente, tiene la misma sus-
tancia que el Padre y no distinta.
La teología aplica el concepto de generación a Dios por ana- 8. La divinidad del Espíritu Santo
logía con el proceso de conocimiento humano: el hombre, al
conocerse a sí mismo, produce una imagen de sí mismo, un Después del Concilio de Nicea hubo un período de luchas
«concepto», es decir, una <<idea concebida», que basándose en el enconadas especialmente sobre el término <<novedoso» utili-
término latino <<verbum>> es llamada con frecuencia verbo inte- zado por el Concilio: el <<homousios», consustancial, para definir
rior. De este modo, se aplica a la generación del Hijo el tér- la identidad numérica de naturaleza entre el Padre y el Hijo.
mino «concepto» eterno y Verbo interior de Dios. La explica- Pero la lógica arriana, que niega la divinidad del Hijo, llevaría a
ción que dan los Padres de la Iglesia es la siguiente: Dios, negar también la divinidad del Espíritu Santo.
conociéndose a Sí mismo, engendra al Verbo-Hijo, que es Dios Un grupo enemigo de Arrio, dirigido por Macedonio (+ h.
corno el Padre, corno el que engendra, e Hijo, corno el que es 362), obispo de Constantinopla, defiende que el Hijo tiene la
engendrado, en la suprema identidad de la Divinidad, que ex-
cluye una pluralidad de dioses. El Verbo es el Hijo de la misma 43 El Catecismo explica esos términos del modo siguiente. «La Iglesia uti-
naturaleza que el Padre, y es con Él el Dios único de la revela- liza el término "substancia" (traducido a veces también por "esencia" o por
ción del Antiguo y del Nuevo Testamento. "naturaleza"') para designar el Ser Divino en su unidad; el término "persona" o
"hipóstasis" para designar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en su distinción
real entre sí; el término "relación" para designar el hecho de que su distinción
42
Cfr. Sheed, F. J, Teologla y sensatez, o. c., pág. 73 y ss. reside en la referencia de cada uno a los otros>>, CCE, 252.

146 147
misma sustancia del Padre por haber sido engendrado; se basa Espíritu Santo no fuese Dios, no podría hacernos partícipes de
en esto para negar la divinidad del Espíritu Santo, pues Éste no la vida divina.
ha sido engendrado. El arriano Eunomio dice: «Uno solo es el Un estupendo resumen de la doctrina de San Basilio sobre el
Espíritu Santo, la primera y la mayor de todas las cosas hechas Espíritu Santo nos la ofrece Juan Pablo II: <<Es el Espíritu dado a
por el Hijo, por mandato del Padre, creado por la actividad y por todo el que se bautiza quien infunde en cada uno los carismas y
el poder del Hijo>> 44 ; a este grupo se les llama «pneumatóma- les recuerda los preceptos del Señor; es el Espíritu quien anima
cos» por ser adversarios del Espíritu Santo; y «macedonianos»
a toda la Iglesia y la ordena y vivifica con sus dones, haciendo de
por ser seguidores de Macedonio45.
toda ella un cuerpo espiritual y carismático. De aquí se eleva
Los Padres capadocios plantean el monoteísmo cristiano
San Basilio a la serena contemplación de la gloria del Espíritu,
desde la contemplación de la Trinidad: <<Desde la luz, que es el
misteriosa e inaccesible, confesándolo, por encima de toda crea-
Padre, entendemos al Hijo en la luz, esto es, en el Espíritu;
teología breve y simple de la Trinidad», dice San Gregario de ruta, Rey y Señor, porque por Él hemos sido divinizados, y
Nacianzo46 • Y argumenta a continuación: <<Si hubo un tiempo Santo, porque por Él somos santificados. Así, pues, San Basilio,
en el que el Padre no era, hubo un tiempo en el que no era el habiendo contribuido a la formulación de la fe trinitaria de la
Hijo. Si hubo un tiempo en el que el Hijo no era, hubo un Iglesia, le habla todavía hoy a su corazón y la consuela, especial-
tiempo en el que tampoco era el Espíritu. Y si uno de ellos era mente con la luminosa confesión de su Consoladon> 48 •
"desde el principio"» (1 Jn 1, 1), también eran los tres. Si tu San Basilio plantea la divinidad del Espíritu Santo desde la
abajas a uno solo, oso decirte que destronas de lo alto a los oración de la Iglesia; en concreto, desde la liturgia bautismal en
otros dos)}. obediencia al mandato de Mt 28, 19. El mandato del bautismo
San Basilio de Cesarea (+ 379) es el primero que escribe un en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo muestra
tratado <<Sobre el Espíritu Santo» en el afio 375 47 y perfila la tanto la igualdad entre las Personas divinas como la plena co-
doctrina que culminará en el primer Concilio de Constantino- munión entre ellas de los atributos divinos y del honor que les
pla. Su planteamiento descansa en la consideración de la mi- tributa la liturgia. San Basilio utilizaba indistintamente estas
sión del Espíritu Santo, es decir, en su función en la historia de dos fórmulas: la tradicional <<Gloria al Padre por medio del
la salvación, argumentando contra los macedonianos que si el Hijo en el Espíritu Santo» y otra que él formuló: <<Gloria al
Padre con el Hijo y con el Espíritu Santo»49.
44
Eunomio, Apología, 28, en Basilio de Cesarea, El Espíritu Santo, o.c.,
Progreso en la terminologia trinitaria. A partir del Concilio
pág. 20; cfr. Trevijano, o.c., pág. 191 y ss. de Alejandría (362) se va perfilando la terminología trinitaria y
45 Cfr. M. Schmaus !, o. c., pág. 431 y ss.
la declaración explícita de la divinidad del Espíritu Santo. Al
46
Gregario Nacianceno, Los cinco discursos teológicos, o. c., 5,3. conocimiento sigue el amor. Cuando conocemos algo, si este
47
San Basilio de Cesarea, El EspirituSanto, o. e; cfr. Quasten, Patrología JI,
o. c., pág. 224. También escribieron sobre el EspirituSanto, entre otros, San
Cirilo de Jerusalén en su catequesis del año 350, Dídimo el Ciego hacia el 4S Juan Pablo II, Patres Ecclesiae (Carta Apostólica con ocasión del XVI Cen-
año 375, San Gregario Nacianceno hacia al afio 380, obras citadas en la m.: tenario de la muerte de San Basilio), 2-01-1980, en Mateo-Seco, o. c., pág. 238.
bliografía. 49 Cfr. Basilio de Cesarea, Sobre el EspirituSanto, 1, 3, en o. c., pág. 106.

148 149
algo es bueno y perfecto, despierta en nosotros un amor pro- <<Y (creemos) en el Espíritu Santo, Señor y dador de
porcionado a su bondad. Este amor que procede de nuestro vida, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo
acto de voluntad, es un impulso hacia el ser amado, una fuerza, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
un aliento vital, que nos lleva a él, que nos une, que nos vin- los profetas» 51 •
cula, nos encadena. De modo análogo a aquel acto infinito y Argumentos. Esta definición ofrece los siguientes argumen-
eterno de conocimiento con el que el Padre engendra al Verbo tos sobre la divinidad del Espíritu Santo. En primer lugar, con
por vía de generación, así el acto de amor eterno con el que el el calificativo bíblico <<Santo» (Le 1, 35; Jn 14, 26) que, en su
Padre y el Hijo se aman mutuamente, da origen por vía de pro- radicalidad, sólo se aplica a Dios: sólo Dios es santo; en se-
cedencia, como de un solo principio, a la Persona del Espíritu gundo lugar, con el nombre <<Sefíot>>, utilizado por la Escritura
para expresar la divinidad del Hijo y del Espíritu Santo (como
Santo, vinculación de Dios con Dios -después de haber vin-
ya se ha dicho, el término <<Dios>> se reserva para la persona del
culado al Padre y al Hijo en la común espiración-, que cierra,
Padre); en tercer lugar, la expresión <<dador de vida>>, queriendo
por decirlo así, el círculo de las operaciones intratrinitarias, en expresar que se atribuye al Espíritu Santo la tarea de santificar a
una unidad perfecta, infinitamente activa y completa, fecunda los fieles y de resucitar los cuerpos al fin del mundo (cfr. Rm 8,
y gozosa50 • 11); en cuarto lugar, con la afirmación de Jesucristo <<que pro-
En el afio 381, en el primer Concilio de Constantinopla se cede del Padre>> On 15, 26), para expresar su origen y su misión
define la divinidad del Espíritu Santo y se completa el símbolo divinas; en quinto lugar, mostrando que el Espíritu Santo me-
de Nicea. Dice así en lo referente al Espíritu Santo: rece igual <<adoración y gloria>> que el Padre y el Hijo, lo que no
ocurriría si el Espíritu Santo no fuese Persona divina; por úl-
50
timo, la expresión <<habló por los profetas>> reafirma la divini-
Santo Tomás da la siguiente explicación del Amor de Dios: En Dios
hay Voluntad y su acto propio es el Amor; luego en Dios hay Amor. Conocida dad del Espíritu Santo.
la existencia del Amor en Dios nos preguntamos sobre qué objetos recae. Esto Con la doctrina del Concilio de Constantinopla queda defi-
nos lleva a considerar el Amor de Dios con relación a si mismo y con relación nida de modo completo la fe cristiana sobre la Santísima Trini-
a las criaturas. Aqui nos interesa el primer aspecto y decimos que el Amor in- dad. A raíz de este concilio disminuyeron las polémicas y se
terno de Dios se puede considerar desde tres puntos de vista: l. Esencialmente;
extendió por Oriente y por Occidente el símbolo niceno-cons-
en este sentido el Amor de Dios es el acto de la Voluntad por el que Dios se
ama. Este Amor conviene por igual a las tres divinas Personas, porque en Dios tantinopolitano como la expresión genuina de la fe católica. El
la Voluntad y los actos de amor y gozo se identifican con la esencia divina. 2. Catecismo resume la doctrina sobre el Padre y el Hijo en estos
Como el on"gen activo del Espíritu Santo -Amor originante-; aquí se trata del términos: <<Siguiendo la tradición apostólica, la Iglesia confesó
acto de amor con que el Padre y el Hijo se aman mutuamente, dando origen en el afio 325 en el primer Concilio Ecuménico de Nicea que
por vía de procedencia a la Tercera Persona, el Espíritu Santo. Este Amor
convienen al Padre y al Hijo, pero no al Espíritu Santo, que es término de ese
el Hijo es "de la misma naturaleza que el Padre", es decir, un
amor. Se llama Amor originan te del Espíritu Santo. 3. Como término de la solo Dios con él. El segundo Concilio Ecuménico, reunido en
espiración activa -Amor originado-; es decir, el Espíritu Santo como Persona
divina. Este Amor conviene únicamente al Espíritu Santo y no al Padre ni ál
51 DH, !50.
Hijo (cfr. S. Th., 1, 36 y 37).

150 151
Constantinopla en el año 381, conservó esta expresión en su Capitulo VI
formulación del Credo de Ni cea y confesó "al Hijo Único
de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, Luz de Luz, LAS PROCESIONES DIVINAS
Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,
consubstancial al Padre" , 52

En los capítulos siguientes nos corresponde analizar los con-


ceptos y las razones teológicas de esta expresión de fe trinitaria.
Los teólogos llaman <<teología sistemática>> al estudio de tales
conceptos y razonamientos.

Después de haber considerado las verdades reveladas y la for-


mulación de la doctrina sobre la Santísima Trinidad, nos corres-
ponde ahora analizar los conceptos teológicos que se usan para
declarar tan admirable misterio divino. Empezamos con una
síntesis de la revelación trinitaria y del Magisterio; a continua-
ción intentamos ilustrar ese misterio con una breve referencia al
conocimiento analógico antes del estudio de las procesiones.

l. La fe en el Dios Trino

a) Expresiones bíblicas. La primera Persona de la Santísima


Trinidad es llamada por Jesús Padre: «Padre, ha llegado la hora.
Glorifica a tu Hijo» Qn 17, 1), dice Jesús al comienzo de su ora-
ción sacerdotal. Poco antes habla dicho a los Apóstoles: «Sali del
Padre y vine al mundo; de nuevo dejo el mundo y voy al Padre»
Qn 16, 28). Si no se despoja a estas palabras de su sentido obvio,
aparece que el Hijo procede del Padre por via de generación.
La segunda Persona recibe el nombre de Hijo: <<Éste es mi
" CCE, 242. Hijo>> (Mt 3, 17), dice la voz del Padre en el bautismo de Jesús.

152 153
El evangelista San Juan le llama <<Verbo>> y <<Dios Unigénito>> El Símbolo «Quicumque», también llamado atanasiano,
On 1, 1; 1, 18). En su primera carta, San Juan especifica: «Dios confiesa: <<La fe católica es que veneremos a un solo Dios en la
envió a su Hijo Unigénito al mundo para que recibiéramos por Trinidad, y a la Trinidad en la unidad; sin confundir las perso-
él la vida» (1 Jn 4, 9). nas ni separar la substancia. Porque una es la persona del Padre,
La tercera Persona recibe varios nombres: «Espíritu Santo» otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo; pero el Padre y el
(Mt 28, 19), <<Espíritu de la verdad» (Jn 14, 17), «Paráclito» (Jn Hijo y el Espíritu Santo tienen una sola divinidad, gloria igual
14, 26). En la primera carta de San Juan se le llama <<Amon> y coeterna majestad» 4•
(1 Jn 4, 8) y en los Hechos de los Apóstoles se le llama <<Don» Más explícita y elaborada es la definición del IV Concilio de
(Hch 2, 38). Nunca se dice de Él que es engendrado, sino que Letrán: «Firmemente creemos y simplemente confesamos, que
<<proced~ del Padre» por medio de Jesús, pues el mismo Jesús uno solo es el verdadero Dios, eterno, inmenso e inconmuta-
dice de El <<que yo enviaré de parte del Padre» (J n 15, 26). ble, incomprensible, omnipotente e inefable, Padre, Hijo y Es-
b) La tradición de la Iglesia. La revelación trinitaria hecha píritu Santo: tres personas ciertamente, pero una sola esencia,
por Jesucristo ha sido recogida en la tradición viva de la Igle- sustancia o naturaleza absolutamente simple. El Padre no viene
sia y expresada por el Magisterio, principalmente en los Sím- de nadie, el Hijo del Padre solo, y el Espíritu Santo a la vez de
bolos de la fe. Dice el Catecismo: <<La Trinidad es un misterio uno y otro, sin comienzo, siempre y sin fin. El Padre que en-
de fe en sentido estricto, uno de los "misterios escondidos en gendra, el Hijo que nace y el Espíritu Santo que procede: con-
sustanciales, coiguales, coomnipotemes y coeternos; un solo
Dios, que no pueden ser conocidos si no son revelados desde
principio de todas las cosas» 5•
lo alto". Dios, ciertamente, ha dejado huellas de su obra en la
d) Magisterio reciente. En los últimos años, el Magisterio ha
Creación y en su Revelación a lo largo del Antiguo Testa-
expresado la fe trinitaria principalmente en el «Credo del Pueblo
mento. Pero la intimidad de su Ser como Trinidad Santa
de Dios», de Pablo VI (30-06-1968), y en el Catecismo (15-08-
constituye un misterio inaccesible a la sola razón e incluso a la 1997)6. Ya en 1972, una Declaración de la Congregación para
fe de Israel antes de la Encarnación del Hijo de Dios y el en- la Doctrina de la Fe, salió al paso de ciertos errores sobre la
vío del Espíritu Santo» 1 • Santísima Trinidad y, particularmente, sobre el Espíritu Santo.
e) Primeros Simbo/os. El Símbolo de los Apóstoles confiesa: La Declaración alerta sobre las teorías de algunos autores que
<<Creo en Dios, Padre Todopoderoso ... Creo en Jesucristo, su
único Hijo ... Creo en el Espíritu Santo» 2 •
4 DH, 75. En la actualidad predomina la opinión de que esta confesión
El Credo Niceno-Constantinopolitano dice: <<Creo en un
de fe fue compuesta, por un autor desconocido entre los años 430 y 500, en el
solo Dios, Padre Todopoderoso, ... Creo en un solo Señor, Je- mediodía de Francia, probablemente en la provincia de Arlés. Con el paso del
sucristo, Hijo único de Dios, ... Creo en el Espíritu Santo» 3• tiempo, esta confesión de fe adquirió tal importancia, tanto en Occidente
como en Oriente, que durante la Edad Media fue equiparada al Credo Apos-
tólico y al Credo Niceno, y se utilizó en la liturgia.
' CCE,237. 5 IV Conc. de Letrán, 1215, Definición contra los Albigenses y los Cdtaros,
' CCE, pág. 55-56; cfr. DH, 30. DH,SOO.
3
CCE, pág. 55-56; cfr. Conc. 1 de Constantinopla, 381, DH, 150. 6 Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 232-267.

154 155
rechazan la Persona divina de Cristo, pues estiman que no se Pablo VI en el «Credo del Pueblo de Dios>> resalta que nos
puede afirmar que el hombre Jesús sea Dios; en consecuencia, encontramos ante un misterio divino que conocemos por reve-
h~blan de la presencia de Dios en la persona humana de Jesu- lación de Dios: «Sólo Dios puede otorgarnos un conocimiento
cnsto; al mismo tiempo, cuestionan la doctrina de la personali- recto y pleno de sí mismo, revelándose a sí mismo como Padre,
dad divina del Espíritu Santo: «Se aparta de la fe la opinión Hijo y Espíritu Santo, de cuya vida eterna estarnos llamados
según la cual la Revelación nos dejaría inciertos sobre la eterni- por la gracia a participar aquí, en la tierra, en la oscuridad de la
dad de la Trinidad y, particularmente, sobre la eterna existencia fe, y, después de la muerte, en la luz sempiterna;> 9•
del Espíritu Santo como persona distinta, en Dios, del Padre Como puede deducirse de los textos de la Sagrada Escritura,
Y del Hijo. Es verdad que el misterio de la Santísima Trinidad la Trinidad se presenta con expresiones concretas, sencillas, ase-
nos ha sido revelado en la. economía de la salvación, principal- quibles a toda inteligencia. Así, las tres Personas se nombran
mente en Cnsto, que ha s1do enviado al mundo por el Padre y con clara distinción y con mutuas relaciones reales de existen-
que, J:U:tarnente con el Padre, envía al Pueblo de Dios el Espí- cia y de acción. Como hemos visto, Jesús es el Hijo de Dios,
ntu VIVIficador. Pero con esta Revelación ha sido dado a los sobre Él desciende el Espíritu Santo y resuena la voz del Padre
creyentes también un cierto conocimiento de la vida íntima de «Este es mi Hijo Unigénito»; este Hijo de Dios obra como Dios
Dios, en la cual. "el Padre que engendra, el Hijo que es engen- (por ejemplo, perdona los pecados) y sólo el Hijo conoce per-
drado y el Espíntu Santo que procede" son "de la misma natu- fectamente al. Padre.
raleza, coiguales, coomnipotentes y coeternos''>/. e) Conclusión teológica. En conclusión, los Evangelios reve-
• P~r su parte, el Catecismo resume la fe de la Iglesia en estos lan que existen dos procesiones en la Trinidad: una por vía de
termmos: «Las personas divinas son realmente distintas entre generación, la del Hijo; y la otra, que procede del Padre a través
sí. Di~s es únic? pero no solitario. "Padre", '(Hijo", "Espíritu del Hijo, es la procesión del Espíritu Santo.
Santo no son simplemente nombres que designan modalida- Como revelan los textos de la Escritura, en Dios se ponen dos
des del ser divino, pues son realmente distintos entre sí: El que procesiones inmanentes (es decir, en el seno mismo de la Santí-
es el• Hijo no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el sima Trinidad) como origen de un término de otro (el Hijo pro-
cede del Padre; el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo). De
Espmtu Santo el que es el Padre o el Hijo. Son distintos entre
hecho, en Dios existen las dos operaciones propias del espíritu: la
sí r,or ms relaciones de origen: El Padre es quien engendra, el
intelección y la volición, es decir las capacidades de entender y de
H1¡o qu1en es engendrado, y el Espíritu Santo es quien pro-
amar. Estas operaciones, aunque se identifican con la naturaleza
cede. La U nidad divina es Trina» 8 •
divina (por analogía a lo que ocurre en nosotros), se conciben
como relaciones entre dos términos (operante-operado: la persona
7
Congr. para la Doctrina de la Fe, Declaración de 21-02-1972 acerca que actúa y la persona sobre la que se actúa). De aquí la necesidad
de algunos errores recientes sobre la Encarnación y la Trinidad, n. 5, e~ Docu- de considerar antes el llamado conocimiento analógico.
menta, o.c.• pp. 58-61.
8
CCE, 254. La doctrina del Catecismo ha sido recogida de la llamada
«Pides Dámasi» (Dff. 71-72), del símbolo del XI Concilio de Toledo (DB, 9 Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 9, en C. Pozo, o. c.. pág. 59 y ss.,
530) y del IV Concrho de Letrán (DH, 804). · donde comenta este texto.

156 157
2. El conocimiento analógico Los teólogos suelen decir que el ser de Dios y el ser de las
criaturas no son unívocos ni equívocos, sino análogos. Esto
Para alcanzar un conocimiento cabal de Dios, dentro de las mismo se aplica también a los conceptos de Dios y de las cria-
limitaciones propias de los hombres, parece necesario tener en turas. l) Los seres son unívocos cuando significan la misma
cuenta el método del conocimiento analógico que, para nues- realidad, cuando son idénticos en el ser (un hombre y otro hom-
tro caso, analizarnos en tres epígrafes: el concepto de analogía, bre); 2) son equívocos cuando significan realidades completa-
el proceso que es propio de este método de conocimiento y la mente diferentes, extrafías entre sí y sin relación alguna entre
analogía basada en el conocimiento del hombre. ellas (una piedra y el mito de pegaso); 3) son análogos cuando
los seres tienen algo semejante y algo desemejante; por ejem-
plo, el concepto <<sano>> es un término análogo que tiene diver-
a) Concepto de analogia sos significados, pues puede aplicarse a los animales, a los cli-
mas o a las costumbres de los hombres.
Se entiende por analogía la relación entre dos o más cosas por Hay dos modos de semejanza entre el ser de Dios y el ser de
razón de semejanza o por razón de dependencia causal; en nues- las criaturas. l. La relación de semejanza entre Dios y las criatu-
tro caso se trata de ver la relación que hay entre Dios y el hombre. ras se llama analogía de atribución cuando consiste en una de-
La analogía es algo ordinario en el lenguaje humano; el pendencia causal: Dios es el Creador de todo lo que existe; en
hombre razona y conoce haciendo comparaciones y buscando otras palabras, cuando entre Dios y las criaturas se da la simple
semejanzas entre las cosas; esto es posible porque las palabras relación del efecto con respecto a su causa, sin una razón de
pueden tener diversos significados.
semejanza intrínseca, por ejemplo, la relación entre la materia y
La analogía aplicada al conocimiento de Dios se llama «ana-
Dios. 2. Si la relación incluye, además de la dependencia cau-
logía del ser», o <<analogía real», y se basa en el supuesto de que
sal, una semejanza formal entre la criatura y Dios, entonces se
Dios es la causa de todo lo que existe, pues las criaturas proce-
llama analogía de proporcionalidad. Es el caso del hombre, do-
den de Dios y únicamente de Dios, aunque no son como Dios;
tado de un elemento espiritual, y Dios, que es espíritu puro.
por consiguiente, debe existir entre Dios y las criaturas una
Basados en esta última analogía podemos atribuir a Dios
cierta semejanza, porque las criaturas proceden de Dios; y una
clara desemejanza, porque las criaturas no son Dios ni afíaden conceptos o perfecciones que descubrimos en el hombre, por
nada a Dios. Las criaturas son seres limitados, contingentes, ejemplo, la bondad; de otra manera no podríamos decir nada
que tienen en Dios su origen y su consistencia, y sólo en Él de Dios. Pero, al aplicar a Dios los conceptos que vemos en las
encuentran su sentido 10 • criaturas, debemos hacerlo teniendo en cuenta la desemejanza
que hay entre Dios y el hombre, pues existe una diferencia ra-

w Además de la <<analogía del sen>, los autores hablan de la «analogía psi-


cológica)), que tiene su punto de partida en los actos de conocimiento y de verdades de la fe entre sí y en el proyecto toral de la Revelación>> ( CCE, 114).
amor. San Agustín y Santo Tomás la utilizan para el estudio de la teología Cfr. las voces Analogfa, Analogfa de la ft y Analogfa psicológica en Conceptos,
trinitaria. Por «analogía de la fe>> se entiende el estudio de la ~<cohesión de las o. c., pp. 54-63.

158 159
dical entre Él y nosotros: Dios es infinito y el hombre es limi- entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de modo imper-
tado. Se comprende con facilidad que el hombre participa de la fecto, entonces conoceré como soy conocido» (1 Co 13, 12). San
bondad divina imperfectamente, de modo muy limitado, en Pablo se refiere al conocimiento y a la intimidad que tendremos
tanto que Dios es la misma bondad. con Dios en el cielo, cuando Él se nos manifieste plenamente,
El conocimiento analógico tiene un proceso de reflexión pues «seremos semejantes a él, porque le veremos tal como es»
que se indica en los párrafos siguientes: (1 Jn 3, 2). De ahí que se pueda afirmar con todo rigor que los
santos son los que mejor conocen a Dios; en efecto, ellos nos han
expresado con mayor claridad los misterios insondables de la in-
b) El proceso analógico: afirmación, negación y eminencia timidad divina.

Para profundizar en el conocimiento de Dios, los Padres de


la Iglesia utilizaron el camino de la afirmación, de la negación y e) La analogia del hombre
de la eminencia. l. El momento de la afirmación expresa que
en Dios se dan todas las perfecciones que encontramos en las Entre las muchas imágenes creadas que examina San Agus-
cosas -verdad, bondad, belleza, amor, etc.-, porque Dios es tín para ayudarse a comprender la verdad de la Trinidad, se
el creador de todo lo que existe. 2. El momento de la negación centró especialmente en la consideración del hombre, al tra-
consiste en negar que Dios posea una cualidad como la poseen tarse de una criatura espiritual hecha a imagen de Dios. San
las criaturas, es decir, en Dios no se dan las imperfecciones y las Agustín vislumbró en los procesos de conocimiento y de amor
limitaciones que encontramos en las cosas terrenas, porque de que es capaz nuestra alma, algo «en parte igual» y algo «en
Dios es infinito; por ejemplo, el razonamiento es una perfec- parte distinto» a lo que tiene lugar en el seno de Dios. Conoci-
ción humana para descubrir la verdad; pero Dios no necesita el miento y amor podían ser, por lo tanto, de modo analógico,
razonamiento porque Él ve y sabe inmediatamente lo que son realidades válidas para alcanzar cierta comprensión del ser ín-
las cosas sin necesidad de razonar. 3. El momento de la eminen- timo de la Trinidad, pues vio que la procesión del Hijo es igual
cia consiste en que en Dios se dan las perfecciones en grado a la que se produce en la inteligencia humana a partir de la
infinito, sin límites, porque Dios es perfecto. Por eso se dice mente, mientras que la procesión del Espíritu Santo es igual a
que conocemos de Dios más «lo que no es» que <<lo que es>>, la de la voluntad, que procede necesariamente de la inteligen-
debido a nuestra limitación. cia. La llamada «analogía psicológica» de San Agustín es, preci-
Incluso las afirmaciones eminentes sobre Dios -por ejem- samente, el modelo explicativo que él dejó para ejemplificar la
plo, Dios es santo--, son una imagen pálida de la realidad divina vida íntima trinitaria a semejanza de la vida íntima que existe
(no entramos en el misterio que la envuelve); sin embargo, aun- en el ser espiritual.
que estos conceptos no expresan adecuadamente la divinidad de Explicación de esta analogía. De todos es sabido que el ser
Dios, podemos estar seguros de que tienen un sentido que ilu- humano, compuesto de un elemento material, el cuerpo, y de
mina la vida del hombre. Lo expresó muy bien San Pablo cuando un elemento espiritual, el alma, constituye una unidad perso-
escribió que «ahora vemos como en un espejo, borrosamente; nal en cuerpo y alma. El elemento espiritual es el que nos d1s-

160 161
tingue esencialmente de los otros seres vivos que conocemos. otra el entendimiento y otra la caridad o dilección; pues todo
Ese elemento espiritual se expresa por la actividad intelectual esto, como la sabiduría, forma en la divinidad una sola cosa, y
entendida en toda su plenitud, es decir, abarcante de los dos todo esto existe en la naturaleza de cada una de las tres perso-
actos vitales de la inteligencia y de la voluntad, que son el co- nas, de suerte que el que las tiene es lo mismo que tiene, como
nocer y el amar. Mediante el conocimiento el hombre crea un sucede con la inmutable y simplicísima sustancia» 12 •
concepto, una idea verdadera de lo que conoce, llamada pala- Como hemos visto en el primer epígrafe de este capítulo, los
bra o verbo interior, porque permanece en el interior del hom- textos del Nuevo Testamento revelan las personas del Hijo y del
bre. El conocimiento más primario e importante no es conocer Espíritu Santo mediante nociones que tienen connotaciones
las cosas que están fuera del hombre, sino conocerse el hombre próximas al conocimiento y al amor: Verbo, Imagen, Amor,
a sí mismo, adquirir conciencia de la propia dignidad y del Don, etc. La genialidad de San Agustín en su intuición de la
sentido de su vida. El conocimiento intelectual no se acaba con analogía psicológica del alma humana con Dios no queda mer-
el simple conocer, sino que se proyecta espontáneamente sobre mada por la base bíblica en la que se mueve este Padre de la
la verdad conocida y la hace suya amándola. Todo amor viene Iglesia.
como consecuencia de conocer.
Razonamiento de San Agustin. El siguiente texto de San
Agustín muestra uno de sus razonamientos para llegar a la Tri- 3. Concepto de procesión
nidad divina a través de las tres facultades del alma: memoria,
inteligencia y voluntad. «Aunque el alma humana no es de la Se llama <<procesión» a la acción por la que un ser tiene su
misma naturaleza que Dios, no obstante, la imagen de aquella origen en otro ser, como, por ejemplo, un hijo tiene su origen
naturaleza, a la que ninguna naturaleza vence en bondad, se ha en sus padres, o un río tiene su origen en la fuente de la que
de buscar y encontrar en la parte más noble de nuestra natura- mana. Con otras palabras suele decirse que el término <<proce-
leza ... El alma se recuerda, se comprende y se ama; si esto ve- sión» se utiliza para designar el origen de una cosa en relación
mos, vemos ya una trinidad; aún no vemos a Dios, pero sí una con otra que es su principio.
imagen de Dios>> 11 • Poco después dice: «No hemos de imaginar Santo Tomás define las procesiones como un <<orden de
a la Trinidad divina, que es Dios, a la luz de las tres potencias origen» 13 , esto es, como el orden que se sigue de que una per-
mencionadas en la trilogía de nuestra mente; como si allí el sona tenga su origen en otra. En los seres corporales, la proce-
Padre fuera la memoria de los tres, el Hijo la inteligencia de los sión es una actividad que produce un fruto externo, es decir,
tres y el Espíritu Santo el amor de los tres ... Más bien se ha de origina «otro» ser, un segundo ser igual en naturaleza pero dis-
entender que todas y cada una de las tres divinas personas tie- tinto en número (un hijo y su padre tienen la misma natura-
nen en su esencia estas tres perfecciones. En ellas no difieren leza, la humanidad, pero son dos seres distintos). No ocurre así
estas facultades, sí en nosotros, donde una cosa es la memoria,
" San Agustín, Ibidem, 15, 17, 28.
B S.Th.,1,41,1,ad2.
" San Agustín. La Trinidad. o. c., 14. 8, 1 J.

162 163
en Dios, porque es enteramente espiritual y las procesiones di- nes en Dios. Conocemos la existencia de las procesiones divinas
vinas se dan con toda simplicidad y perfección, pues los seres porque Dios nos ha revelado la intimidad de su vida.
espirituales son simples y no se pueden dividir como ocurre San Gregorio Nacianceno adopta el término <<procesión»
con los seres materiales 14 • para explicar las relaciones de las personas divinas: <<El Padre es
Clases de procesiones. Las procesiones pueden ser inmanentes Padre sin principio, porque no procede de nadie. El Hijo es
y transeúntes. Son procesiones «inmanentes» aquellas cuyos tér- Hijo y no es sin principio, porque procede del Padre. Pero si
minos permanecen dentro del ser que los originó; así ocurre hablas de principio en el tiempo, también Él es sin principio,
con nuestros pensamientos, llamados palabra o verbo interior, porque es el Hacedor del tiempo y no está sometido al tiempo.
pues proceden de nuestra inteligencia y permanecen dentro de El Espíritu Santo es espíritu de verdad que procede del Padre,
ella; lo mismo pasa con nuestros actos de amor, que permane- pero no a manera de filiación, porque no procede por genera-
cen en nuestro corazón sin haber sido manifestados al exterior. ción, sino por procesión (me veo precisado a acuñar palabras por
En cambio, son procesiones «transeúntes» aquellas cuyos térmi- amor a la claridad). Porque ni el Padre dejó de ser ingénito
nos salen fuera del ser del que proceden; esto ocurre con las por haber engendrado, ni el Hijo dejó de ser engendrado por
palabras por las que manifestamos nuestros pensamientos y proceder del ingénito. ¿Cómo podrían hacerlo? Tampoco el Es-
con los afectos con los que expresamos nuestro amor. píritu se ha convertido en Padre o Hijo porque procede, o por-
que es Dios, aunque no lo crean así los impíos» 15 •

4. Las procesiones divinas


5. Características de las procesiones divinas
Es verdad de fe la existencia de procesiones reales en Dios. En Las procesiones que se dan en la Santísima Trinidad tienen
los Evangelios encontramos el fundamento de las procesiones di- las siguientes características: son procesiones inmanentes y rea-
vinas e incluso el propio término procesión. En el Bautismo de les, presuponen una acción vital, su sujeto son las personas y
Jesús, la voz del Padre dice: <<Éste es mi Hijo>> (Mt 3, 17). Y Jesús sólo hay dos procesiones en Dios.
dice que el Espíritu Santo <<procede del Padre» 0n 15, 26) y que
<<todo lo que tiene el Padre es mío» y, por eso, puede decir que el
Espíritu Santo <<recibe de lo mío» 0n 16, 16). Se trata, evidente- a) Son procesiones inmanentes
mente, de tres personas.
La existencia de las procesiones en Dios no se puede demos- Las procesiones divinas se llaman «inmanentes» porque per-
trar por vía racional, pues se trata de realidades divinas que están manecen dentro del ser divino 16 ; son procesiones que tienen
más allá de nuestra capacidad de conocer; pero la razón nos dice
que no se da ninguna contradicción en la existencia de procesio- 15 San Gregario Nacianceno, Discursos, 39, 12, en La Trinidad en los Pa-
dres de la Iglesia, 35.
16
Además de las procesiones inmanentes, en Dios hay una procesión
14
Cfr. la voz Procesión, en Conceptos, o. c., pp. 410-412. transeúnte, que es la creación. Es transeúnte precisamente porque el término

164 165
lugar eternamente en la intimidad de Dios por vía de conoci- b) Son procesiones reales
miento y de amor. Debido a la simplicidad de Dios, las proce-
siones divinas no se distinguen de Dios, sino que son Dios Las procesiones divinas son «reales>>; no se trata de un simple
mismo; más aún, constituyen la vida íntima de Dios. Por con- nombre, imaginación o figura ficticia. Algunos teólogos, en su
siguiente, las procesiones no multiplican la esencia divina; es intento de no caer en el triteísmo al explicar la unicidad de
decir, no crean {<otros)) dioses, cosa que sería absurda, puesto Dios, dijeron que las procesiones divinas eran simples nombres
que si hubiese un <<OtrO>> ya no sería infinito y, por tanto, no o modos de expresar la Trinidad; esta afirmación está en contra
sería Dios 17 • del símbolo de la fe y admitiría en Dios algo accidental y cam-
Arrío y Sabelio no entendieron así las cosas. Arrío venía a biante, cosa que es absurda; de ahí que no sea ocioso ver que las
decir que las procesiones que se dan en Dios son a la manera procesiones divinas son reales.
como el efecto procede de la causa, es decir, como una opera- Las procesiones divinas son reales porque el origen de las
ción <<ad extra>> en la que el Hijo procede del Padre como su mismas es real y porque las acciones intratrinitarias son tam-
primera criatura, y el Espíritu Santo, del Padre y del Hijo como bién reales, pues no cabe en la simplicidad espiritual de Dios
criatura de los dos, con lo que ni el Hijo ni el Espíritu Santo algo que sea ficticio o accidente. Por ejemplo, la paternidad del
Padre es real porque el Padre es una persona real, lo cual está
serían Dios, en contra de lo revelado en la Escritura. Sabelio
revelado en la Escritura; y la acción por la que el Padre engen-
entendía las procesiones divinas como otros modos de manifes-
dra al Hijo es también real, cosa que también está revelada en la
tarse el Padre, de suerte que el mismo Padre es el que se llama Escritura. No cabe que la acción de engendrar al Hijo sea ficti-
Hijo, en cuanto toma carne de la Santísima Virgen, y que, así cia, porque entonces el Padre realizaría una operación irreal o
mismo, se llama Espíritu Santo en cuanto el Padre santifica a falsa, cosa que no cabe en Dios; ni tampoco existiría el Hijo, en
los hombres y los llama a la vida eterna 18 • contra de lo revelado; en otros términos, la realidad de la gene-
ración exige que el Hijo proceda realmente del Padre por un
de la acción creadora, d mundo, se encuentra fuera de la intimidad divina. Por acto real de generación por el que recibe realmente la sustancia
ser objeto de una procesión transeúnte, el mundo no es Dios, sino criatura, y no del Padre.
se puede confundir con Dios. De alú que los diversos panteísmos, que identifi-
can al mundo con Dios, carecen de todo fundamento racional. Decía Santo
Tomás que «lo que procede según una procesión transeúnte o hacia fuera es
forzosamente distinto de aquello de que procede>) (S. Th., 1, 27, 1, ad 2). e) Son acciones u operaciones
17 En Teología trinitaria se dice lo anterior afirmando que en la procesión

de una persona divina de otra se mantiene la identidad numérica de la esencia Las procesiones presuponen unas «operaciones» de Dios.
divina, es decir, se mantiene la unidad de Dios, Ser enteramente espiritual e Toda procesión presupone una acción u operación que la ori-
indivisible. Cuando dedamos que el Hijo es consustancial al Padre no sólo se
afirma que el Hijo es una sustancia igual al Padre, sino que es de la misma
gina. Y toda procesión divina inmanente presupone una acción
sustancia numérica que el Padre; por eso hay un solo Dios. Lo mismo cabe u operación vital que permanece dentro de Dios. Estas opera-
decir del Espíritu Santo. ciones inmanentes no tienen lugar en el tiempo, ni producen
18
Cfr. S. Th., 1, 27, resp. algo nuevo o distinto, ni perfeccionan al ser divino, sino que,

166 167
en coherencia con la simplicidad, la perfección y la naturaleza más bien como "espíritu'', en el sentido de cierto dinamismo o
espiritual de Dios, son operaciones eternas y espirituales que se impulso vital, a la manera como alguien es movido o impul-
identifican con la esencia divina. La eternidad de las operacio- sado por el amor a realizar alguna cosa» 19 •
nes no debe llevarnos a pensar que han tenido lugar antes de la Las operaciones inmanentes son propias y exclusivas de l;~.s
creación del mundo y que ya se han acabado; las operaciones personas que las originan: sólo el Padre engendra, y sólo el Hijo
divinas de conocer y de amar se dan continuamente, atrave- es engendrado; sólo el Padre y el Hijo espiran, y sólo el Espíritu
sando la historia, y constituyen la vida íntima, fecunda y di- Santo es espirado.
chosa de la Trinidad Santísima. El lenguaje humano es pobre
para expresar la riqueza de la vida divina; hemos de despojar-
nos de las dimensiones de tiempo y de lugar, en las que nos d) Tienen su origen y su término en las Personas
movemos, para intentar comprender un poco la grandeza de las
operaciones divinas. Las procesiones tienen su origen y su término en las «perso-
En analogía con las acciones de conocimiento y de amor nas>>, no en la esencia divina. La esencia divina en cuanto tal no
propias de la naturaleza racional del hombre, las operaciones es sujeto de acción, como tampoco lo es la naturaleza humana,
divinas son operaciones de conocimiento y de amor que per- pues los sujetos de las procesiones son siempre las personas, no
manecen en Dios mismo y constituyen el dinamismo inefable la naturaleza o esencia de las mismas. El IV Concilio de Letrán
de la vida intratrinitaria; se trata de la vida desbordante y fe- enseña que la naturaleza o esencia divina «ni engendra, ni es
cunda de Dios. engendrada, ni procede; sino que el Padre es el que engendra;
1) En Dios se da una operación por vía de entendimiento: el el Hijo, el que es engendrado; y el Espíritu Santo, el que pro-
Hijo procede del Padre según la acción de entender, es decir de cede; de modo que las distinciones están en las personas y la
concebir, con lo que la procesión del Verbo, en Dios, se llama
unidad en la naturaleza» 20 •
Verbo, y el Verbo que procede se llama engendrado e Hijo.
2) Se da otra operación que permanece en la intimidad di-
vina, que es por vía de amor. El dinamismo propio de la acción
e) Sólo hay dos procesiones en Dios
de entender lleva a amar lo que se ha concebido. Por consi-
guiente, la acción divina espiritual no se agota en el puro en-
En Dios hay sólo «dos procesiones inmanentes>>: una por vía
tender, sino que se expresa en el querer. Y, así, tenemos que en
de generación y otra por vía de espiración. El Padre no procede
Dios se da una operación de amor, por la cual lo amado está en
de nadie. El Hijo procede del Padre por generación eterna; al
el que ama.
La tradición cristiana ha entendido que la procesión divina Hijo se le llama Verbo porque Dios, conociéndose eternamente
de amar no debe llamarse generación, sino espiración, porque el a sí mismo, engendra por modo de operación intelectual al
fruto de tal acción no es algo semejante, sino un impulso vital
hacia algo. Santo Tomás dice que «lo que en Dios procede por " S. Th., !, 27, 4, resp.
vía de amor no procede como engendrado ni como hijo, sino zo DH, 804.

168 169
Hijo, que es idéntico e igual al Padre en la esencia. El Espíritu Capítulo VII
Santo procede del Padre y del Hijo por espiración, por vía de
voluntad, a modo de amor. Las tres divinas personas son con- LAS RELACIONES DMNAS
sustanciales, es decir, poseen la misma y única esencia divina.
«Los Tres son uno en cuanto a la divinidad, y el Uno es tres en
cuanto a las propiedades», dice San Gregorio Nacianceno21 •
San Agustín, en analogía con las acciones humanas de conocer
y de amar, explica que las operaciones divinas inmanentes son
operaciones internas de la inteligencia y del amor. El Verbo pro-
cede del Padre por vía de entendimiento; y el Espíritu Santo
procede del Padre y del Hijo por vía de amor"2 •

El estudio concreto de cada Persona divina lo veremos des-


pués de analizar las relaciones que se dan en Dios.
Las procesiones divinas llevan de la mano al estudio de las
relaciones que se dan en el seno de la Santísima Trinidad. Entre
la fuente y el arroyo, entre un padre y un hijo, hay ~utuas.rela­
ciones reales. Y, así, tenemos que, en Dios, las acciOnes vttales
de engendrar y de ser engendrado señalan .las. relaci~nes divi-
nas las comunicaciones que se dan en la innmtdad dtvma, per-
m~eciendo intacta la única esencia de Dios. La explicación es,
a la vez, sencilla y profunda: en todo origen, lo que procede de
otro dice relación real a ese otro.
En este capítulo analizamos las mutuas relaciones que se dan
en las Personas divinas como consecuencia lógica de las proce-
21
San Gregario Nacianceno, Los cinco discursos teológicos, o. c., 31, 9. siones. La importancia de las relaciones radica en que explican
22
Juan Pablo II dice: «Sólo el Verbo, el Hijo, "procede" del Padre por ge-
la distinción y la igualdad entre las Personas divinas.
neración eterna. Dios, que eternamente se conoce a Sf mismo y en Si mismo
a todo, engendra el Verbo. En esta generación eterna, que tiene lugar poi' vía
intelectual, Dios, en la absoluta unidad de su naturaleza, es decir, de su divi-
nidad, es Padre e Hijo. "Es", y no: "se convierte en", lo "es" eternamente. "Es" l. Concepto de relación
desde el principio y sin principio. Bajo este aspecto, la palabra "procesión"
debe entenderse correctamente: sin connotación alguna propia de un devenir
temporal. Lo mismo vale para la "procesión" del Espíritu Santo>}. Discurso de- a) Planteamiento cldsico. Este planteamiento define la rela-
20-11-1985, 2. ción como accidente y la entiende normalmente como orden o

170 171
relación de una cosa a otra1. Toda relación, como veremos más Esta perspectiva nos ayuda a vislumbrar las relaciones que se
abajo, implica un sujeto (por ejemplo, el padre), un término (el dan en las Personas divinas, pues la dimensión relacional del
hijo), y un fUndamento o razón según la cual el sujeto se refiere hombre es reflejo o imagen de las relaciones intratrinitarias.
al término (generación entre el padre y el hijo). La Iglesia utiliza «el término "relación" para designar el he-
A diferencia de otros accidentes, que dicen siempre una per- cho de que su distinción [se refiere al Padre, al Hijo y al Espí-
fecoón realmente unida al sujeto, como por ejemplo la canti- ritu Santo] reside en la referencia de cada uno a los otros»'.
dad, el accidente relación, más que una perfección en el sujeto,
d1ce un algo respecto al término. Aquí reside la nota esencial de
la relación, llamada por los clásicos «esse ad», es decir, referencia 2. Elementos de las relaciones
a otro, ser para otro, alteridad, mientras que su inhesión o
unión con el sujeto, llamada por los clásicos «esse in», es secun- Los estudiosos dicen que toda relación está constituida por
daria y puede ser real o lógica. Éste es el caso de la paternidad. cuatro elementos: el sujeto, el término, el fundamento y la rela-
b) Planteamiento moderno. El planteamiento moderno so- ción misma.
bre la relación es algo distinto al clásico; en concreto, referida al 1°. El sujeto es la persona o la cosa que se relaciona con otro,
hombre, pone el acento en su dimensión relacional: el hombre, llamado por los filósofos «términus a quo», es decir, el sujeto del
e~ su íntima ~aturaleza, aparece como un ser social que des- que parte la acción de relacionarse.
phega sus cualidades personales al relacionarse consciente y li- 2°. El término es la persona o la cosa hacia la cual tiende el
bremente con los demás, con el mundo y con su Creador, que sujeto de la relación; en otras palabras, la persona o cosa a la
lo ha hecho a Imagen suya. El carácter relacional de la existen- que el sujeto dice orden o referencia; se llama <<términus ad
cia humana se manifiesta en que, por encima de otras dimen- quem>>, es decir, la cosa a la que se refiere el sujeto que realiza la
siones, d hombre es un ser-para-el-otro, un ser-para-el-don, relación.
comun1ón de personas. <<Las dimensiones "con los otros,, "en- 3°. El fUndamento, causa o razón de la relación es el hecho
tre los otros" y "para los otros", propias de la persona humana según el cual el sujeto se refiere al término. Entre las cosas, el
en cuanto "imagen de Dios", establece desde el principio el fundamento de las relaciones puede ser, por ejemplo, de simple
puesto del hombre entre las criaturas. Con esta finalidad es lla- orden: primero, segundo, tercero; o de situación en el lugar: a
mado el hombre a la existencia como sujeto (como "yo" con- la derecha, a la izquierda, arriba o abajo; o de pura imagina-
creto), dotado de conciencia intelectual y de libertad» 2• ción: un caballo con alas. En las relaciones interpersonales, el
fundamento puede ser de distinto y variado nivel o calidad: por
1
ejemplo, la consaguinidad, la amistad, el compañerismo, el
Cfr. GER, voces Relacíón y Trinidad; Schmaus I, o. c., pág. 487 y ss.;
Mateo-Seco, o. c., pág. 585 y ss.; Revira Belloso, o. c., pág. 598 y ss.
2
Juan Pablo, II, discurso de 23-04-1986, en Creo en Dios Padre, o.c., n. dos. Utilizando una analogía sugerida por la biología, diríamos que el ser
4; cfr. GS, 12: A este respecto, dice Benedicto XVI: «La prueba más fuerte de humano lleva en su "genoma" la huella profunda de la Trinidad, de Dios-
que hemos s1do creados a imagen de la Trinidad es ésta: sólo el amor nos Amor.» (Angelus, 7·07-2009).
hace felices, porque vivimos en relación, y vivimos para amar y ser ama- 3
CCh; 252. Cfr. la voz Relaci6n. en Conceptos. o. c., pp. 430-433.

172 173
afán apostólico, la solidaridad, etc.; entre estas relaciones des- Simple referencia de una cosa a otra. Al aplicar la analogía a
taca la generación, que origina relaciones naturales de paterni- las relaciones divinas hemos de centrarnos en lo específico del
dad y de filiación; o el amor conyugal que lleva al matrimonio concepto de relación, es decir, en la simple referencia de una
y que origina relaciones de exclusividad y de fidelidad entre cosa a otra; como ya hemos visto, esa referencia u orden de la
~arido y mujer. En Dios, el fundamento es siempre una acción relación no modifica para nada los términos relacionados, pues,
Inmanente. lo propio de la relación es el <<esse ad», la alteridad, el ser para: el
4°. La relación misma entre los elementos. Al aplicarlo a padre se refiere al hijo en su paternidad, el hijo al padre en su
Di?~ tenemos la relación de paternidad, de filiación y de espi- filiación y el enamorado a la persona que ama en su amor, sin
raclon. que estas relaciones modifiquen en nada los conceptos de pa-
dre, de hijo o de enamorado4• Esta es la razón por la que, desde
San Atanasia, pasando por los Padres capadocios, San Agustín
3. Las relaciones reales y Santo Tomás, los teólogos emplean con abundancia la analo-
gía de la relación para explicar el misterio trinitario.
Las relaciones divinas están basadas en las dos acciones que A primera vista puede resultar extraño que se hable de la
se producen en el seno de la Trinidad, engendrar y espirar; y existencia de relaciones en Dios, debido a que las relaciones son
estas acciones son reales. accidentes, cosa que no se da en Dios porque es un ser simpli-
Para que una relación sea real, es necesario que todos los císimo; también porque las relaciones entre los seres creados
elementos de la relación sean reales. suponen ordinariamente algunos cambios, aunque sean de es-
El hecho m!SJ:no de que la Escritura nos hable del origen de casa importancia; pero los cambios tampoco se dan en Dios
las Personas dJVmas -el Padre engendra al Hijo; el Espíritu porque es perfectísimo. Por eso, al aplicar a Dios el concepto de
Santo <<procede» del Padre por medio del Hijo- indica que en relación se pone el acento en que la relación es puro <<esse ad»,
el seno de Dios hay unas relaciones reales. Para ilustrar racio- simple y total referencia al otro, plena relación de alteridad sin
nalmente las relaciones intratrinitarias, los teólogos aplican la que modifique para nada la sustancia divina. De ahí que no se
analogía del hombre, por ser éste la única criatura que conoce- diga que <<Dios tiene», sino <<Dios es»: los hombres tienen hijos,
mos con espíritu. La analogía del hombre con Dios exige que
despojemos a las relaciones divinas del carácter accidental que 4
«Comparado el ser propio de la relación con el de los demás acciden-
e~ propio de las relaciones que se dan entre los hombres; por tes, hallamos esta diferencia: que mientras los otros accidentes afectan a la
eJemplo, un hombre y una mujer antes de engendrar son sim- sustancia, modificándola intrínseca o extrinsecamente, la relación no se toma
plemente un hombre y una mujer; después de engendrar, son en orden al sujeto en que se halla, sino en orden a un término, con el que es-
un padre y una madre, cualidad accidental que modifica de tablece una referencia. Así, por ejemplo, la relación de paternidad no es en el
padre otra cosa que orden al hijo; y. viceversa, la de filiación, orden del hijo al
modo muy importante su vida, pues origina una relación con padre. Por esto los escolásticos definían la relación predicamental diciendo
el hijo engendrado. Ya hemos visto que en Dios no hay un an~ que es un accidente cuyo ser propio y especifico consiste en un orden o refe-
tes ni un después; en otros términos, en Dios no caben los ac- rencia entre dos cosas distintas»; M. Cuervo, Introducción a la cuestión 28, en
cidentes debido a su unidad simplicísima y perfectísima. S. Th., o.c., pág. 57-58.

174 175
pero Dios es Padre e Hijo; los hombres tienen relaciones, pero 2. 0 Las relaciones divinas intratrinitarias se identifican real-
Dios «es» relación. Como explica Mateo-Seco, «dada la infinita mente con la esencia divin'a: el Padre es Dios, el Hijo es Dios,
simplicidad divina, esa referencia al otro se identifica con cada el Espíritu Santo es Dios; Padre, Hijo y Espíritu Santo son un
uno de los sujetos de la relación -las personas del Padre, del único Dios. Las relaciones divinas se distinguen de la esencia
Hijo y del Espíritu Santo-, y se identifican realmente con la divina tan sólo con distinción de razón.
única esencia divina, poseída por las tres relaciones divinas» 5• 3. 0 Las relaciones reales, formalmente existentes en Dios,
no son más que cuatro: paternidad, filiación, espiración activa
y espiración pasiva o procesión.
4. Las relaciones subsistentes 4. 0 En Dios solamente existen tres relaciones reales opues-
tas entre sí; y, por lo mismo, sólo hay tres Personas divinas real-
Existen relaciones reales en Dios y, sin embargo, Él es absolu- mente distintas entre sí, como veremos a continuación.
tamente simple, es decir, hay un solo Dios. Cuando decimos que
hay un solo Dios, se está diciendo necesariamente que hay una
sola sustancia o naturaleza divina. Y cuando se afirma que el Pa-
dre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres Personas, se está diciendo 5. Las relaciones divinas
que las Personas se distinguen realmente entre sí. Como ya he-
mos visto, esta distinción no puede situarse en la sustancia di- a) Concepto. Se entiende por relación divina todo aquello
vina, que es única, ni en que se produzcan modificaciones acci- que en Dios no es «según la sustancia>>; se trata de relaciones
dentales en la misma, pues en Dios no hay nada accidental. Para reales inmanentes que se dan en el seno de la Trinidad. Como
referirse a esa distinción entre las Personas divinas, es necesario en el Dios único hay tres Personas distintas que se relacionan
acudir a una realidad que no sea sustancia ni accidente. Esta rea- entre sí, se comprende que hay «algo» en Dios que es propio de
lidad es la relación, precisamente porque la relación consiste en las Personas y que no puede entenderse como de la sustancia
ser pura referencia a algo; pero esa referencia no puede ser algo divina. En concreto, la vida íntima de Dios está constituida por
accidental sino real, pues establece una distinción real entre las la referencia del Hijo al Padre y del Espíritu Santo al Padre y al
Personas. Esto nos lleva al concepto de relación subsistente. Hijo. Ya hemos visto que quien engendra es el Padre y no la
Se entiende por relación subsistente la relación real que se da sustancia; de igual modo, quien espira es el Padre y el Hijo y no
entre las Personas divinas y que se identifica con la esencia o la sustancia, pues las acciones divinas son de las personas, no de la
naturaleza de Dios. En síntesis podemos decir lo siguiente: sustancia o naturaleza.
l. 0 Existen en Dios relaciones reales internas, es decir, rela- b) Razones para el uso del concepto «relación». El uso del con-
ciones entre las Personas divinas: el Hijo se relaciona con el cepto relación para explicar la vida de la Santísima Trinidad
Padre; y el Espíritu Santo con el Padre y el Hijo. descansa en varias razones. 1) Una es que la revelación del mis-
terio trinitario nos habla de Padre, Hijo y Espíritu o Don,
5
Mateo-Seco, o. c., pág. 589 y ss. nombres de personas que están vinculadas por la paternidad, la

176 177
filiación y el amor6 • 2) Otra razón está en que el concepto filo- según lo que Él mismo atestigua: "Lo que a mi me dio el Padre,
sófico de relación no incluye en si mismo, <<esencialmente», la es mayor que todo" (Jn 10, 29). Y no puede decirse que le diera
noción de accidente o cambio -cosa que no puede darse en una parte de su sustancia y otra se la retuviera para si, como
Dios-, sino únicamente la de simple referencia de una cosa a quiera que la sustancia del Padre es indivisible, por ser absolu-
otra. Precisamente la revelación de esos nombres nos da a co- tamente simple. Pero tampoco puede decirse que el Padre tras-
nocer que en Dios existen procesiones y relaciones, pues como pasara al Hijo su sustancia al engendrarle, c.omo si d<; tal mod~
enseña en el año 675 el XI Concilio de Toledo: <<en los nombres se la hubiera dado al Hijo que no se la hub1era retemdo para s1
de relación de las Personas, el Padre se refiere al Hijo, el Hijo al mismo, pues de otro modo hubiera dejado de ser sustancia. Es,
Padre, el Espíritu Santo a uno y a otro; y, al mismo tiempo, pues, evidente, que el Hijo al nacer re~!bió sin distinóón al-
cuando se habla de la relación de estas tres Personas, se cree en guna la sustancia del Padre, y, así, el HIJO y el Padre nenen la
una sola naturaleza o sustancia. No afirmamos tres sustancias misma sustancia: y, de este modo, la misma cosa es el Padre y el
como afirmamos tres Personas, sino una sola sustancia y tres Hijo, y también el Espíritu Santo que procede de ambos>> 8 •
Personas}/.
e) Magisterio de la Iglesia. El IV Concilio de Letrán (1215)
enseña que las tres Personas se identifican con la sustancia di- 6. Características de las relaciones divinas
vina y se distinguen exclusivamente por sus relaciones de ori-
gen; y, <<aunque uno sea el Padre, otro el Hijo, y otro el Espíritu Las relaciones divinas tienen estas dos características: se
Santo, sin embargo no son realidades distintas, sino que, lo que identifican con la esencia divina y se distinguen realmente en-
es el Padre, lo mismo absolutamente es el Hijo y el Espíritu tre sí.
Santo». Y, a continuación, da una explicación muy clara: <<El
Padre, engendrando eternamente al Hijo, le dio su sustancia,
a) Se identifican con la esencia divina
6 Por ejemplo, San Agustín da una respuesta clara a la principal objeción
Las relaciones divinas son reales y subsistentes por el hecho
de los arrianos, quienes afirmaban que los conceptos <~ser padre» y <<ser hijo» no
podían aplicarse a una sola sustancia, como lo es Dios; de ahí concluían que el de identificarse con la esencia divina. El Padre no engendra
Hijo no puede ser consustancial al Padre. San Agustín razona de este modo: después de estar constituido como Padre, sino que. es una per-
(<Como el Padre es Padre por tener un Hijo, y el Hijo es Hijo porque tiene un sona que se constituye precisamente por su patermdad. El Pa-
Padre, estas relaciones no son según la sustancia, porque cada una de estas
dre es, todo él, relación de paternidad que se entrega al HIJO, Y
personas divinas no dice relación a sí misma, sino a otra persona o entre sí; mas
tampoco se ha de afirmar que las relaciones sean en la Trinidad accidentes, que Éste recibe en su filiación: <<Yo y el Padre som?s un?», dice
porque el ser Padre y el ser Hijo es en ellos eterno y no mudable. En conse- Jesús (Jn 10, 30). Si las relaciones divinas no se 1dennficaran
cuencia, aunque sean cosas diversas ser Padre y ser Hijo, no es esencia distinta; con la esencia divina, habría que admitir en Dios un antes y un
porque estos nombres se dicen no según la sustancia, sino según la relación; }'
la relación no es accidente, pues no es mudable>), La Trinidad, o. c., 5, 5, 6.
7 Xl Conc. de Toledo, Conftsíón de ft, 15-16, DH, 528.
s IV Corre. de Letrán, sobre el error del abad Joaquín, Dli 804.805.

178 179
después, es decir la existencia de accidentes, lo que es absurdo; gue a las Personas en cuanto que, por tener origen distinto,
o habría que admitir la existencia de varios dioses, lo que es aún aparecen opuestas entre sí. Como enseña el XI Concilio de To-
más absurdo. Al confesar que el Padre es Dios, el Hijo es Dios ledo: «Padre, Hijo, Espíritu Santo no son simplemente nom-
y el Espíritu Santo es Dios, no confesamos la existencia de tres bres que designan modalidades del ser divino, pues son real-
dioses, sino un solo y único Dios. Es oportuno añadir que, si la mente distintos entre sí. El que es el Hijo no es el Padre, y el
relación subsistente se identifica con la esencia divina, sin em- que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el Pa-
bargo, los conceptos de «esencia» y de <<relación subsistente>> se dre o el Hijo>> 11 •
distinguen racionalmente, pues son nociones distintas: la sus-
tancia es el ser considerado en sí mismo; en cambio, la relación
es el ser considerado exclusivamente en su referencia a otro. Por 7. En Dios hay cuatro relaciones
tanto, «relación}} y «sustancia>' son dos conceptos distintos,
que, en Dios, son una sola cosa; por esta razón, entre las rela- Las dos procesiones divinas inmanentes de engendrar y de
ciones y la esencia divina existe una distinción de razón9. La espirar originan cuatro relaciones: A la procesión del Verbo co-
identidad con la esencia divina muestra la igualdad de las tres rresponde la relación paternidad-filiación; y a la procesión del
Personas en Dios. La absoluta simplicidad de Dios reclama la Amor corresponden la espiración activa y la espiración pasiva.
identidad entre la esencia y las Personas. La fe de la Iglesia afirma que «en Dios todo es uno donde no
existe relación de oposicióm> 12 • Los teólogos suelen explicar las
relaciones divinas del siguiente modo:
b) Se distinguen realmente entre si l. Paternidad. Es la relación del Padre con su Hijo; consiste
en el acto de engendrar eternamente. Es una relación real, por-
El Catecismo enseña: «La distinción real de las Personas entre que una cosa es el Padre y otra el Hijo. Es imposible que el Pa-
si reside únicamente en las relaciones que las refieren unas a dre sea el Hijo, pues sería al mismo tiempo Él mismo y lo
otras>> lO. La explicación está en que las relaciones divinas son opuesto a sí mismo. Los teólogos dicen que es una relación de
consecuencia de las procesiones divinas de conocer y amar. El oposición.
Padre engendra eternamente por vía intelectual al Hijo. El Hijo 2. Filiaci6n. Es la relación del Hijo con el Padre; consiste en
procede del Padre y no de sí mismo, pues el Hijo no puede ser engendrado eternamente. También es una relación real,
engendrarse a sí mismo. Padre e Hijo son distintos entre sí; en porque el Hijo es realmente distinto del Padre; de ahí que se
lenguaje filosófico se dice que el Padre se opone al Hijo, y que afirme que esta relación se opone al Padre.
el Hijo se opone al Padre. Lo mismo ocurre con el Espíritu 3. Espiraci6n activa del Padre y el Hijo. Es la relación con-
Santo, que es distinto del Padre y del Hijo. La relación distin- junta del Padre y del Hijo al Espíritu Santo. La espiración ac-

9Cfr. Mateo-Seco, o. c., pág. 592 y ss. 11


XI Conc. de Toledo, Confosi6n de fo, DH, 530.
° CCE, 255.
1 12
Conc. de Florencia, año 1442, Decr. para los jacobitas, DH, 1330.

180 181
tiva consiste en <<espirar>>: el Padre puede ser Padre y espirar sin decir, en cuanto son espiración activa en la que el Padre por
contradicción; y el Hijo puede ser Hijo y espirar sin contradic- medio del Hijo espira al Espíritu Santo.
ción; es más: siendo Padre, el Padre ama al Hijo y así espira al En conclusión, hay cuatro relaciones en Dios, pero sólo tres
Espíritu Santo; igual hace el Hijo: ama profundamente al Pa- se oponen entre sí, coincidiendo con las tres Personas divinas
dre y, en íntima unión con el Padre-siendo un único princi- del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. <<Entre Padre, Hijo y
pio con el Padre-, espira al Espíritu Santo. Siendo, por tanto, Espíritu se da, por tanto, auténtica alteridad, ya que se encuen-
el sujeto de esta relación el Padre y el Hijo, la relación como tal tran realmente distinguidos por la oposición de su relación,
no se opone a la de paternidad ni a la de filiación, sino que se que es una relación real. Se encuentran distinguidos y, a la vez,
identifica con ellas en cuanto que el Padre y el Hijo espiran unidos>) 13 .
conjuntamente, como único principio, el Amor, precisamente
en cuanto son Padre e Hijo. Aunque es una relación real, no se
opone al Padre y al Hijo y, por tanto, carece de oposición; en 8. La vida íntima y dichosa del Dios santísimo
otras palabras, la acción por la cual el Padre y el Hijo, al amarse
mutuamente, espiran como un único principio al Espíritu El tema de las relaciones divinas pudiera sugerir a alguno
Santo --espiración activa- no es Persona divina, sino una ac- una <<racionalización» de lo que constituye la intimidad divina,
ción personal del Padre y del Hijo de la que <<procede>> el Espí- pero no es así. Nos ayuda a elevar el nivel de nuestra reflexión y
ritu Santo. El Amor mutuo del Padre y del Hijo es el amor de nuestra mirada la confesión de fe de Pablo VI. En ella utiliza
originante cuyo término, amor originado, es el Espíritu Santo. la expresión <<vínculos mutuos>> para hablar de las relaciones y
4. Espiración pasiva o procesión. Es la relación del Espíritu descubre la grandeza sobrenatural de la vida divina: <<Los víncu-
Santo con el Padre y el Hijo. La espiración pasiva consiste en los mutuos que constituyen a las tres Personas desde toda la
<<ser espirado>>: el Padre no puede ser espirado, porque es prin- eternidad, cada una de las cuales es el único y mismo Ser di-
cipio sin principio; el Hijo tampoco puede ser espirado, por- vino, son la vida íntima y dichosa del Dios santísimo, la cual
que justamente es engendrado ya. Sólo el Espíritu Santo puede supera infinitamente todo aquello que nosotros podemos en-
ser espirado, lo que opone la espiración pasiva a la paternidad y tender de modo humano. Sin embargo, damos gracias a la di-
a la filiación. Se trata de la diferencia real que existe entre el
vina bondad de que tantísimos creyentes puedan testificar con
Padre y el Hijo con respecto al Espíritu Santo. El Padre se dife-
nosotros ante los hombres la unidad de Dios, aunque no co-
rencia del Hijo. El Hijo se diferencia del Padre. Y el Espíritu
nozcan el misterio de la Santísima Trinidad>> 14 •
Santo se diferencia tanto del Padre como del Hijo; no se puede
a) Valor antropológico de las relaciones divinas. Las relaciones
confundir con ellos. Así tenemos que el Espíritu Santo brota
eternamente, como nexo o unión, del amor entre el Padre y el divinas tienen un alto valor antropológico, pues son la fuente y
Hijo. Es el Amor donado. Es una relación real en la que se da
oposición entre el Espíritu Santo y el Padre y el Hijo. El Espí- 13
Mateo-Seco, o. c., pág. 598.
ritu Santo se opone al Padre y al Hijo, no en cuanto Padre e 14Pablo VI, Credo del Puebh de Dios, 9, en C. Pozo, o. c., pág. 59-60 con
Hijo, sino en cuanto forman un único principio espirador, es comentario a partir de la pág. 75.

182 183
el modelo de la vida y de las relaciones humanas, ya que el mis- de fastidiarnos (oración de la carne, oración de los sentidos)
terio trinitario es el misterio de «la vida íntima y dichosa del por ellos, para que todos seamos uno en el corazón y en la inte-
Dios santísimo». El profundo entender del Padre engendra al ligencia y en la voluntad. Uno en Cristo, conservando la propia
Hijo, a la Sabiduría que encontramos hecha vida y palabra en personalidad» 16 •
Jesucristo, imagen del Padre, y abre la inteligencia humana e) Magisterio sobre las relaciones divinas. Un buen resumen
para la contemplación de la belleza fascinante de Dios. El amor de la doctrina católica sobre las relaciones divinas nos lo ofrece
pleno del Padre y del Hijo espiran al Don por excelencia, al el Catecismo: <<Las Personas divinas son relativas unas a otras. La
Espíritu Santo, quien irrumpe en el alma para hacernos partíci- distinción real de las Personas entre sí, porque no divide la uni-
pes de la gozosa intimidad divina con la llamada a la santidad. dad divina, reside únicamente en las relaciones que las refieren
b) Comunión entre personas. A la luz de las relaciones divi- unas a otras: "En los nombres relativos de las personas, el Padre
nas, la Trinidad se nos revela como «la más perfecta realización es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es
de la "comunión entre distintos" y, como tal, es luz que ilumina a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas tres personas
la pantalla humana de nuestras relaciones interpersonales y nos considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o
permite comprender a qué comunión real de conocimiento y substancia''. En efecto, "todo es uno [en ellos] donde no existe
de amor estamos llamados los hijos de Dios. Así, la Trinidad, oposición de relación". "A causa de esta unidad, el Padre está
todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en
en su dimensión de comunión, es buena noticia evangélica
el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo
para la convivencia humana. Efectivamente: los que somos
en el Padre, todo en el Hijo» 17 • Este último párrafo expresa
"distintos" estamos llamados a una "comunión plena". Esta co-
lo que suele llamarse «mutua inmanencia de las personas divi-
munió;> es con el Padre y con el Hijo en un mismo Espíritw> 15.
nas», que veremos en el capítulo siguiente.
En la Ultima Cena, Jesús nos revela la unidad de las tres Perso-
nas divinas como origen y modelo para la unión entre los hom-
bres: <<Que todos sean uno, como Tú, Padre, estás en mí y yo
en ti, para que también ellos sean uno en nosotros» (Jn 17, 21).
A este respecto, en el contexto de la guerra civil española,
que generó tanto odio, muerte y destrucción, San Josemaría
Escrivá predicaba a quienes estaban recluidos en una legación
diplomática: <<»Ut omnes unum sint. .. » (Jn 17, 21). Que sea-
mos todos una sola cosa. Lo pide Jesús a su Padre en la Ultima
Cena. [... ] Se precisa, por tanto, unidad de inteligencia, uni-
dad de voluntad y unidad de corazón. [... ] Tenemos obligación
de rezar por todos esos hermanos nuestros y de mortificarnos,
16 Texto de 1937 recogido por P. Rodríguez en Camino. Edición crítico-
histórica, o. c., pág. 674.
15 " CCE, 255.
Rovira Belloso, o.c., pág. 612.

184 185
que conocemos, solamente los que tienen naturaleza racional,
Capítulo VIII
capaz de conocer, de amar y de libertad, pueden ser llamados
LAS PERSONAS DMNAS personas. Otra definición i~portante ~s la de Santo Tomas,
que, basándose en la de Boec10, la mod1fica afirmando que la
persona es <<el subsistente de naturaleza racio~ah>: Es intere-
sante leer el razonamiento que hace: <<Persona s1gmfica lo más
perfecto que hay en toda naturaleza, es decir, el _ser. subsistente
en la naturaleza racional. Si, pues, todo lo que s1gmfica perfec-
ción debe atribuirse a Dios, porque su esencia contiene en sí
rodas las perfecciones, es justo que el nombre de persona se
atribuya a Dios. Sin embargo, no le compete del m1smo modo
que a las criaturas, sino de modo más excelente, a la man~ra
como le convienen otros nombres que fueron dados a las cna-
turas y se atribuyen a Dios»3 • .
Después del análisis de las relaciones que se dan en Dios, a) Aplicación analógica del concepto de <persona» a Dtos. El
nos adentramos en el estudio concreto de las Personas divinas: nombre de persona puede aplicarse a Dios, como lo hace el Ma-
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. gisterio y los teólogos, en sentido analógico y dep~rado de las
imperfecciones que adquiere en las ~natu:as. E? Dws, el nom-
bre de persona no designa a la esencia d1vma, su.lO a las relaciO-
l. Concepto de persona
nes subsistentes. Si el nombre de persona des1gnara dHecta-
En la Sagrada Escritura no encontramos el término «persona>>; mente la esencia divina, habría que concluir que en Dios hay
pero a falta de otro más adecuado, los teólogos y el Magisterio de tres esencias divinas, o sea tres dioses. Por eso, con la palabra
la Iglesia lo utilizan para hablar de los «tres de la divinidad», pues persona se designa en Dios a las relaciones reales intratr~nitarias
los hombres tenemos una conciencia viva de lo que es ser per- en cuanto subsistentes y opuestas entre sí de un modo Irreduc-
sona --comportarse como una persona, ser buena persona, fu- tible, por lo que se requieren sujetos distint~,' de atribu.ción, por
lano no es una persona cabal, etc.-, aunque los filósofos y los ejemplo, la paternidad en el Padre, la fihacwn en el H1¡o.
teólogos manifiesten sus diferencias al definir lo que es persona1. b) Perspectiva ontológica de <persona>>. Es 1mporta~J.te no per-
Es famosa la definición de persona que da Boecio (+ 525): der de vista que la persona descansa en una perspecnva ontoló-
«sustancia individual de naturaleza racionah» 2 ; entre los seres gica; en otras palabras, la persona es un ser individual que sub-

1
Cfr. la voz Persona, en Conceptos, o. c., pp.399-406; y en Dic. Teología, 3 S. Th., 1, 29, 3, resp. En el libro De potencia perfecciona esta defi?ición
o.c., pp. 808-821. afirmando que la persona es ¡,el subsistente individual de naturale~ rac10nah;
2
S. Boedo, De duabus naturis, 3, en Mateo-Seco, o. c., pág. 609 y ss.; cff. pone el acento no en la esencia, sino en la relación, en el <<ser haclal>.
Revira Belloso, o.c., pág. 615 y ss.; Schmaus, o.c. pág. 329 y ss.

187
186
siste en sí mismo con capacidad de conocer y de tomar decisiones En esta confesión de fe encontramos los principales concep-
conscientes y libres desde su interior, no por la presión del am- tos teológicos referentes a la persona del Padre: que es origen de
biente; de otro modo no sería fácil conocer lo que es la persona roda la Trinidad, y que se le aplican los nombres de principio,
humana y, mucho menos, conocer las personas divinas. Esra Padre e ingénito.
importancia viene porque no pocos reducen la persona a la pers-
pectiva psicológica de autoconciencia; otros, a una superficial a) El Padre es foente y origen de toda la Trinidad
solidaridad y entrega incondicionada a los demás a cualquier
precio. La persona riene una subsistencia en sí misma, que se des- Esta expresión quiere decir que el Padre no procede de otra
pliega en conocimiento de sí mismo y de los demás, y que se persona divina, ni de la esencia divina, sino que es principio sin
siente impelida a darse generosamente a los demás siguiendo el principio, o principio no producido ..«El Padre, cuam~ es o
modelo de las personas divinas, que por amor nos han creado y riene, no lo tiene de otro, sino de sí mismo; y es pnnClpio sm
por amor nos ha redimido nuestro Señor Jesucristo4 . principio>>, dice el Concilio de Florencia6 . El Padre es Dios,
pero no recibe su divinidad de nadie; al contrano, el Padre es ':'¡
fundamento y el principio de la unidad de las tres Personas di-
2. El Padre, principio sin principio vinas, porque eternamente se comunica tan íntimamente a los
que proceden de Él, el Hijo y el Espíritu Santo, que les comu-
En el año 675 el XI Concilio de Toledo formuló una confe- nica su propia esencia divina, de modo que constituyen con Él
sión de fe en la que se dice: «El Padre no es engendrado ni desde toda la eternidad un único y mismo Dios.
creado, sino ingénito. Porque Él de ninguno trae su origen, y Va en contra de la simplicidad y de la unidad divinas pensar
de Él recibió su nacimiento el Hijo, y el Espíritu Santo su pro- que existiera Dios desde siempre, pero que en un cierro. mo-
cesión. Él es, pues, la fuente y el origen de la divinidad entera. mento engendrara al Hijo. El Padre es antes de todos los siglos,
Él es también el Padre de su esencia, que de su inefable sustan- de modo que jamás existió sin el Hijo y el Hijo sin el Padre; el
cia engendró al Hijo. El Padre, esencia inefable, de su sustancia Hijo es en todo igual al Padre, porque ni empezó alguna vez .a
engendró inefablemente al Hijo y, sin embargo, no engendró nacer ni tampoco cesó. Hay, pues, unidad en las Personas divi-
otra cosa que lo que Él es» 5• nas, ya que se identifican con la única esencia de Dios.

4 Cfr. Congregación para la Doctrina de la fe, Notificación sobre el libro b) El Padre es principio sin principio
«]esus Symbol ofGod, del padre Roger Haight, S.], en Documenta, o. c., pp.
519-524. Entre otros errores, el P. Haight entiende que la doctrina del Magis- El término «principio>> se puede aplicar a Dios, a roda la
terio sobre la Trínidad es fruto de una sucesiva inculturación que llevó a con-
siderar como entidades reales en Dios «los símbolos Lagos y Espíritu;¡,
Trinidad, cuando se habla de la esencia divina con respecto a lo
5 XI Conc. de Toledo, Conflsión de fl, 2-3, DH, 525; cfr. los discursos de
Juan Pablo II sobre la persona del Padre, recogidos en Creo en Dios Padre, o. c.;
6 Conc. de Florencia, Decreto para los jacobitas, DH, 1331.
pág. 143 y SS.

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188
que no es Dios; así, la Trinidad es principio de todo lo creado. Padre no porque sea principio del Hijo, sino propiamente por-
Pero aquí se utiliza como nombre que se circunscribe sólo al que en verdad engendra al Hijo desde toda la eternidad me-
Padre, es decir, en referencia a las otras personas divinas, pues el diante una auténtica generación intelectual y de modo perfec-
Hijo y el Espíritu Santo proceden del Padre, aunque no después tísimo. Enseña el Concilio de Florencia que «sólo el Padre
de ÉL En este sentido, sólo le corresponde al Padre ser principio engendró de su sustancia al Hijo, solamente el Hijo del solo
no principiado. El Hijo, en cambio, es principio principiado que Padre es engendrado, solamente el Espíritu Santo procede jun-
procede sólo del Padre; y el Espíritu Santo también es principio tamente del Padre y del Hijo>> 8 •
principiado que procede del Padre y del Hijo. Esto no quiere El Padre nunca estuvo sin el Hijo, ni el Hijo sin el Padre,
decir que en Dios haya diferencias de prioridad, de superiori- porque se trata de una generación eterna, una ge~~ración que
dad o de poder en las Personas divinas. <<Ninguno precede a no tuvo lugar en el tiempo. Aunque el Padre tamb~en sea pnn-
otro en eternidad, o le excede en grandeza o le sobrepuja en cipio del Espíritu Santo no se le llama padre del Espíritu Santo.
potestad>>, pues las tres Personas divinas tienen una única esen- Santo Tomás explica el sentido relacional del término Padre,
cia y las tres son igualmente eternas. al decir que <<aquello por lo que la persona del Padre se distingue
El Padre es, pues, en el misterio trinitario el <<principio sin de las otras es la paternidad. Por tanto, el nombre propw de la
principio>>. «El Padre no ha sido hecho por nadie, ni creado, ni persona del Padre es éste: Padre, que significa l.a paternidad>> 9•
engendrado>> dice el Símbolo <<Quicumque>?. Además, el Padre Lo constitutivo de la persona del Padre es preCisamente la pa-
es por sí solo el «Principio de la Vida>> que Dios tiene en sí ternidad.
mismo. Esta Vida, es decir, la misma divinidad, la posee el Pa-
dre en absoluta comunión con el Hijo y con el Espíritu Santo,
que son consustanciales con ÉL Qué cosa más lógica que San d) El Padre es ingénito
Pablo caiga en adoración <<ante el Padre, de quien toma nombre
toda familia en los cielos y en la tierra» (Ef3, 14-15). Con los nombres «ingénito>> e «inengendrado>> se traduce el
vocablo griego «agénnetos>> para expresar que el Padre ~o pro-
cede de nadie. San Basilio cifra aquí la característica pnnc1pal
e) Es Padre del Hijo del Padre, pues es la única persona de la Trinidad que no pro-
cede de otra. El Hijo es «gennetós>>, engendrado, y el Espíritu
Como en el caso anterior, el término <<padre>> tiene diversas Santo procede del Padre y del Hijo. Santo Tomás dice que <<el
significaciones, como hemos visto en el capítulo IV. En sentido
genérico, es Padre de todos los hombres y, en un sentido más
s DH, 1330. La explicación teológica puede expresarse así: El Padre en-
elevado, es Padre de los bautizados. En sentido propio y exclu-
gendra al Hijo con suma complacend.a, ~e:o no con volun~~d antecedente, de
sivo es Padre de Jesucristo, Padre del Hijo unigénito. Se le llama cualquier clase que sea (porque el pnnctpw de la generacton ~el Ver?o es el
entendimiento y no la voluntad), ni tampoco con voluntad hbre, smo por
naturaleza (cfr. DH, 276).
7
Cfr. DH. 75. ' S. Th., 1, 33, 2, resp.

190 191
Padre, con respecto a las personas procedentes de Él, se conoce se produce y se destruye, y, en este sentido, la generación no es
por la paternidad y la común espiración; mas en cuanto es más que el cambio del no ser al ser. De otro modo, la usamos
principio sin principio, se conoce porque no procede de otro; y en sentido propio para los seres vivos: en este caso la generación
esto es lo que corresponde a la propiedad de la innascibilidad, significa el origen de un ser vivo que proviene de otro ser vivo
significada con la palabra "ingénito"» 10 • con el cual está unido; y a esta generación se llama propiamente
"nacimiento". Sin embargo, no todo lo que así procede puede
en rigor llamarse engendrado, sino que en sentido propio sólo
3. El Verbo e Hijo de Dios es engendrado lo que procede según la razón de semejanza. Por
esta razón el pelo o el cabello no tienen razón de engendrados
«Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso ... Creo en ... ni de hijos ... , sino que para la razón de verdadera generación se
Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos requiere que procedan según la razón de semejanza que da el
los siglos; Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios tener la misma naturaleza específica, que así es como el hombre
verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que procede del hombre, y el caballo del caballo» 13 •
el Padre ... »11 • Con estas palabras, la Iglesia profesa la fe en el 2) Caracterfsticas del concepto «generación». Destacamos las
Hijo de Dios. siguientes: a) La generación, en sentido propio, tiene lugar por
En el Nuevo Testamento aparece expresada de modo inequí- una acción vital que crea semejanza, es decir, la acción por la
voco la filiación natural de Jesús por la que se revela su divini- que el padre comunica a otro ser su misma naturaleza. b) En
dad: es <<el Hijo de Dios vivo>> (Mt 16, 16), «el Verbo» que «es- Dios, la generación del Verbo es eterna, es decir, carece de prin-
taba junto a Dios» y que «era Dios» ün 1, 1), «<a imagen del cipio, de transcurso temporal y de fin; en la generación del
Dios invisible» (Col!, 15), «el resplandor de su gloria e im- Hijo no hay un proceso temporal, no hay un antes y un des-
pronta de su sustancia» (Hb 1, 3). La Escritura revela que Jesús pués, no hay varón ni hembra, como en los seres corpóreos,
es el Hijo de Dios; en otros términos, se afirma que en Dios porque la generación intratrinitaria es un acto eterno, entera-
hay un Padre y un Hijo, y, en consecuencia, que existe una ge- mente espiritual y por vía de entendimiento; la generación di-
neración eterna en Dios 12 • vina es un acto puro, inmanente y perfecto que es su misma
1) La generación en Santo Tomás. Santo Tomas explica el esencia. Con este acto de conocimiento Dios conoce y se co-
concepto de generación de la siguiente manera: «La procesión noce a sí mismo. Y en este conocimiento el Padre engendra un
del Verbo en Dios se llama generación. Para entender esto hay concepto, expresa el Verbo, el Lagos, la palabra interior. Esta es
que tener en cuenta que usamos la palabra "generación" en dos la procesión del Verbo concebido por el Padre ingénito. e) En
sentidos. Primero, de un modo general, aplicada a todo lo que los seres vivos corpóreos la generación origina dos seres diferentes
de la misma naturaleza o especie, pero distintos en número.
10
Ibidem, 1, 33, 4, resp. d) Por el contrario, en la intimidad divina la generación no ori-
11
Simbo/o Niceno-Constantinopolitano, DH, 150.
12
Cfr. los discursos de Juan Pablo II sobre la persona del Hijo, recogidós
en Creo en jesucristo, o. c., pág. 17 y ss. 13
S. Th., !, 27, 2, resp.

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gina dos seres o sustancias divinas, sino dos personas realmente le entrega amorosamente toda su sustancia; por eso, el Verbo es
diferentes entre sí, pero con la misma y única sustancia divina, persona realmente distinta del Padre, es otro yo, otro sujeto,
porque la sustancia o esencia divina es simplicísima e indivisi- «imagen del Dios invisible» (Col 1, 15), al tiempo que es uno
ble. Por eso, al hablar de generación en Dios hay que tener en con el Padre porque tiene su misma sustancia o naturaleza 15 •
cuenta el sentido analógico de las palabras que usamos. Como Dios es acto simple y único, el Verbo de Dios es necesa-
riamente único, es decir, Unigénito.

a) El Hijo es el Verbo de Dios


b) El Hijo es imagen del Padre
El Hijo recibe en la Escritura los nombres de Verbo, Logos y
Palabra. Por ejemplo, el apóstol San Juan escribe: <<En el princi- Toda imagen refleja un modelo, refleja el original. El tér-
pio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo mino «imagen» utilizado por la Escritura para hablar del Hijo
era Dios» (J n 1, 1), enseñando la eternidad del Verbo con el nos muestra otro aspecto de la segunda Persona de la Santísima
Padre y con el Espíritu Santo y que el Hijo es de la misma na- Trinidad. Este término nos enseña que, en la identidad de
turaleza que el Padre, porque es el Dios-Verbo. Los nombres esencia divina, el Hijo refleja perfectamente lo que es el Padre.
bíblicos sobre el Hijo llevaron a San Agustín a decir que la ge- Por eso Jesús dice que «el que me ha visto a mí ha visto al Pa-
neración del Hijo se realiza por un acto de conocimiento: «El dre» (Jn 14, 9). El Hijo, en cuanto imagen fidelísima, revela
Padre y el Hijo son juntamente una esencia, una grandeza, una plenamente al Padre.
verdad y una sabiduría. Pero el Padre y el Hijo juntos no son
un Verbo, porque los dos no son un Hijo. Hijo dice relación al
Padre, no a sí mismo; así, cuando se habla del Verbo, el Verbo 4. El Espíritu Santo, Amor
dice relación a aquel de quien es Verbo. Por la misma razón que
es Verbo es Hijo, y por la misma razón que es Hijo es Verbo>> 14 • <<Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que pro-
Efectivamente, es cierto que la generación eterna en Dios es cede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe la
de naturaleza absolutamente espiritual, porque «Dios es Espí- misma adoración y gloria, y que habló por los Profetas». La
ritU>>, como dijo Jesús a la Samaritana (Jn 4, 24). El Padre, al Iglesia confiesa la divinidad del Espíritu Santo con estas pala-
conocerse o pensarse a sí mismo en la eternidad, expresa la bras del Símbolo de Constantinopla. El Hijo, que nos ha reve-
imagen exacta de sí mismo, es decir, engendra al Verbo, a quien lado al Padre, ha dado a conocer también al Espíritu Santo.
«Cual el Padre, tal el Hijo, tal el Espíritu Santo», proclama el
14
San Agustín, La Trinidad, o. c., 7, 2, 3. Santo Tomás lo expresa así: {<Es
Símbolo «Quicumque>>. Ese «tal» lo explica el Símbolo con las
evidente que Dios se conoce a sí mismo. El objeto conocido está en el que palabras que siguen: increado, inmenso, eterno, omnipotente.
conoce en cuanto conocido, pues conocer no significa otra cosa que la expre-
sión intelectual del objeto que se conoce ... Dios está en si mismo como en-
15 Cfr. Schmaus !, o. c., pág. 608 y ss.
tendido, en su propio conocerse>), Contra gentes, 4, 11.

194 195
Propiedades del Espíritu Santo: • en el Magisterio de la Iglesia, al que Él asiste;
• en la liturgia sacramental, a través de sus palabras y sus
a) El Espíritu Santo es la segunda procesión inmanente de símbolos, en donde el Espíritu Santo nos pone en comu-
la Santísima Trinidad. nión con Cristo;
b) La Sagrada Escritura dice simplemente que el Espíritu • en la oración, en la cual Él intercede por nosotros;
Santo <<procede» del Padre (Jn 15, 26) y recibe numerosos • en los carismas y ministerios mediante los que se edifica la
nombres: Paráclito, Consolador, Espíritu de la Verdad, Espíritu Iglesia;
de Dios, Amor, Don ... 16. • en los signos de vida apostólica y misionera;
e) Jesús nos revela al Espíritu Santo como otra persona di- • en el testimonio de los santos, donde Él manifiesta su san-
vina distinta del Padre y del Hijo: <<Yo rogaré al Padre y os dará tidad y continúa la obra de la salvación» 17 •
otro Paráclito>> (] n 14, 16). Y revela que su marcha del mundo Explicación teológica de la procesión del Espíritu Santo. La ex-
para volver junto al Padre después de la Resurrección es causa plicación teológica del modo de proceder el Espíritu Santo ha
de la venida del Espíritu Santo a la Iglesia (cfr. Jn 16). sido polémica en la Iglesia. Los Padres latinos afirman que el
d) El Espíritu Santo nos da a conocer que el hombre Jesús Espíritu Santo «procede del Padre y del Hijo». Los Padres grie-
de Nazaret es el Hijo Unigénito de Dios que se ha encarnado gos dicen que «procede del Padre por medio del Hijo». Salvo
para la salvación de los hombres. que se lleven a un extremo absoluto, estas afirmaciones no se
e) Los teólogos afirman que el Espíritu Santo es conocido oponen entre sí, sino que son complementarias. Una explica-
por su acción santificadora. Este conocimiento está en la línea ción sucinta puede ser la siguiente:
de que Dios se ha revelado principalmente en sus intervencio-
nes en la historia, intervenciones que están testificadas en la
Sagrada Escritura y en la Tradición. a) El Espfritu Santo, Amor subsistente
Lugares de conocimiento del Espfritu Santo. A este respecto
La procesión del Espíritu Santo no es a modo de generación,
enseña el Catecismo: <<La Iglesia, comunión viviente en la fe de
sino de espiración. Los Padres latinos utilizan la analogía con la
los Apóstoles que ella transmite, es el lugar de nuestro conoci-
naturaleza racional del hombre, para explicar las dos procesio-
miento del Espíritu Santo:
nes divinas que tienen lugar por conocimiento y por amor; el
• en las Escrituras que Él ha inspirado;
acto de amor sigue al acto de conocer como su fruto necesario;
• en la Tradición, de la cual los Padres de la Iglesia son testi-
afirman que si el Verbo procede del Padre por un acto eterno
gos siempre actuales; de generación intelectual, el Espíritu Santo procede del Padre
por un acto de amor eterno.
16
El Catecismo distingue el nombre propio del Espíritu Santo, de sus
apelativos y de sus símbolos, cfr. CCE, 691-70 l. Ver los discursos de Juan
Pablo II sobre el Espíritu Santo, recogidos en Creo en el EspirituSanto, o. c.,-
17
pág. 17 y ss. Cfr. la voz Esplritu Santo, en Dic. Teologla, pp. 321-335. CCE, 688.

196 197
Base de esta analogia. En la base de esta analogía está el nom- pues la unidad está en la sustancia; y la diversidad o distinción
bre propio del Espíritu Santo -espíritu-; está también la real, en las personas.
esencia divina, que es amor -«Dios es Amor», dice San Juan
(1 Jn 4, 8)-; está igualmente la función del Espíritu Santo en
la encarnación del Verbo para la salvación de los hombres; y b) El Espíritu Santo procede del amor mutuo
está, por último, la acción santificadora de los hombres que
realiza el Espíritu Santo, que es tarea de amor. Avanzando más, los Padres latinos hacen dos afirmaciones:
Explicación de San Agustín y de Santo Tomds. San Agustín que el Espíritu Santo procede del amor mutuo del Padre y del
dice que «el Espíritu Santo subsiste en la unidad e igualdad de Hijo; y que el Espíritu Santo es el nexo o lazo de unión entre el
substancia. Ya se le llame unión, santidad o amor de ambos [del Padre y el Hijo.
Padre y del Hijo]; o se le llame unidad porque es amor, o amor 1) Con respecto a la primera afirmación -que el Espíritu
porque es santidad ... Este amor ha de ser substancial, porque Santo procede del amor mutuo del Padre y del Hijo-, San
Dios es substancia>> 18 • Agustín dice que «el amor con que el Padre ama al Hijo y el
Santo Tomás acoge esta intuición de San Agustín y desarro- Hijo al Padre muestra de modo inefable la comunión de los
lla con claridad los actos de conocer y de amar, aplicándolos a dos»; de ahí concluye que do más conveniente es llamar pro-
Dios: <<En la naturaleza intelectual, los actos propios son los del piamente amor a aquel que es el Espíritu común de ambos» 20 •
entendimiento y los de la voluntad. Por la acción de la inteli- Esta idea es aceptada por todos los teólogos, latinos y griegos, y
gencia se produce el verbo [el concepto o palabra interior]; y está expresada en el Magisterio de la Iglesia. Una de las primeras
por la operación de la voluntad hay también en nosotros otra formulaciones doctrinales es la del X1 Concilio de Toledo (675):
procesión, que es la del amor, por la cual lo amado está en el << [el Espíritu Santo] procede a la vez del uno y del otro [del Pa-
que ama, como por la concepción del verbo la cosa dicha o dre y del Hijo], porque se reconoce que es la caridad o santidad
entendida está en el que entiende o conoce. De aquí, pues, que, de ambos» 21 • Pablo VI dice en el <<Credo del Pueblo de Dios»:
además de la procesión del Verbo, se admita en Dios otra pro- <<Creemos en el Espíritu Santo, persona increada, que procede
cesión, que es la procesión del amor» 19 • del Padre y del Hijo como Amor sempiterno de ellos»22 •
De ahí que la teología afirme que el Verbo o Hijo es Dios, 2) Con respecto a la segunda afirmación -que el Espíritu
porque procede del Padre por una generación intelectual; y que Santo es el nexo de unión entre el Padre y el Hijo- hay una
el Espíritu Santo es Dios, porque procede del Padre por una notable divergencia entre los teólogos. Baste decir que el Padre
espiración de amor. Como Dios es espiritual y simplicísimo, el y el Hijo se aman mutuamente; ese Amor mutuo procede del
Hijo y el Espíritu Santo no pueden ser sustancias distintas del uno y del otro y no puede ser otra cosa que el Espíritu Santo,
Padre, sino que tienen la misma y única sustancia del Padre,
20
San Agustín, La Trinidad, o.c., 15, 19, 37.
18
San Agustín, La Trinidad, o. c., 6, 5, 7. 21
Xl Conc. de Toledo, Confosi6n de fo, DH, 527.
19
S. Th., 1, 27, 3, resp; cfr. Mateo-Seco, o. c., pág 569 y ss. " Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 1O; cfr. C. Pozo, o. c., pág. 79.

198 199
Amor personal que procede del Padre y del Hijo, porque sólo vida de Dios. La divinización del hombre, su elevación sobre-
las personas realizan actos, no la substancia; de abí que se pueda natural como hijo de Dios en el sacramento del bautismo, es
afirmar que el Espíritu Santo es nexo del Padre y del Hijo pre- obra del Espíritu Santo, pues Él nos introduce en el misterio de
cisamente porque es Amor.
Cristo y nos llama a la santidad del Padre; se trata de una ac-
ción tan profunda y radical que sólo Dios mismo puede llevarla
a cabo. Dice San Josemaría Escrivá que <<el Espíritu Santo es el
5. El Espíritu Santo como Don
Espíritu enviado por Cristo, para obrar en nosotros la santifica-
ción que Él nos mereció en la tierra>> 24 •
Jesús revela tres verdades principales sobre el Espíritu Santo:
Don de Dios por excelencia. El Espíritu Santo tiene como
que es un Don del Padre que recibe Jesús; que es un Don de
nombre propio el de Don, tanto en su acción intratrinitaria
Jesús a los Apóstoles; y que es un Don del Padre a los hombres.
como en su acción de Don de Dios a los hombres; tanto en su
a) Don del Padre a Jesús. El Espíritu Santo es, ante todo,
acción de donar como en su condición de ser donado. Los Pa-
don del Padre a Jesús, pues <<el Padre ama al Hijo y todo lo ha
dres de la Iglesia, desde San Hilario y San Agustín, han puesto
puesto en sus manos» (Jn 3, 35). Toda la vida de Jesús, desde su
de relieve que el Espíritu Santo es el Don de Dios por excelen-
concepción virginal hasta su Ascensión a los cielos, es obra del
Espíritu Santo. cia, Don que expresa su propiedad personal. San Hilario lo
dice con gran claridad: Jesucristo <<ordenó bautizar en el nom-
b) Don de jesús a los Apóstoles. Jesús da el Espíritu Santo a
los Apóstoles el día de la Resurrección: <<Recibid el Espíritu bre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, es decir, confe-
Santo» (Jn 20, 22). sando al Autor, al Hijo único y al Don. Uno solo es el Autor de
e) Don del Padre a los hombres. Al ensefiar a las gentes la todo, porque no hay más que un solo Dios, el Padre de quien
importancia de la oración, Jesús se refiere al Espíritu Santo vienen rodas las cosas. Y un solo Hijo único, Nuestro Señor
como un don de Dios a los hombres: <<Si vosotros, siendo ma- Jesucristo, por quien son rodas las cosas. Y un solo Espíritu, el
los, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más el Don, en rodas las cosas>>25 •
Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?>> Don y Amor. San Juan dice que <<Dios es Amor>> (1 Jn 4, 8).
(Le 11, 13; cfr. Jn 4, 19; Hch 2, 20). También dice que el Espí- Basándose en esta verdad revelada, San Agustín afirma que el
ritu Santo es fuente de todas las gracias (cfr. 1 Co 12, 7-13) 23 • Espíritu Santo es don y amor. Razona del modo siguie~te: no
El Espíritu Santo es la mayor donación, el mayor bien que hay don más grande que el amor, pues el amor busca el b1en del
podemos recibir los hombres, porque es recibir el amor y la amado de modo gratuito, sin buscar recompensa. En conse-
cuencia, no hay mayor donación ni mayor don que el que Dios
hace de sí mismo. En la vida trinitaria, el Espíritu Santo es
2
3 La fe de la Iglesia enseña que el Espíritu Santo es siempre el Espíritu de amor y donación mutua, es nexo entre el Padre y el Hijo.
Cristo enviado por el Padre, y que actúa siempre en modo salvífica tanto en
los cristianos como en los no cristianos. Tergiversa esta doctrina Jacques Du-
puis, S.J., en su obra Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso, Sal - 24
San Josemaria Escrivá, Es Cristo que pasa, o. c., 130.
Terrae, Maliaño 2000; cfr. Documenta, o.c., pp. 453-461. 25 San Hilario, De Trinitate, 2, 1, en Mateo-Seco, o.c., pág. 580.

200 201
6. La cuestión del «Filioque» b) Polémica y división. En el año 867, Focio, patriarca de
Constantinopla, se opuso a las tradiciones litúrgicas de Occi-
La expresión «Filioque» significa «y del Hijo» y expresa la dente y a la inclusión del <<Filioque» en el Credo, afirmando
verdad de fe de que el Espíritu Santo <<procede del Padre y del que el Espíritu Santo procede <<únicamente» del Padre, con lo
Hijo». Los griegos afirman la misma verdad con la fórmula de que se aparta tanto de la tradición occidental como de la orien-
que el Espíritu Santo «procede del Padre por el Hijo>>. Ambas tal. Enredados en polémicas doctrinales, litúrgicas y políticas,
fórmulas son legítimas, pero si son mal interpretadas pueden dos siglos después, en el año 1054, Miguel Cerulario, patriarca
llevar a errores dogmáticos. La historia del <<Filioque» es larga y de Constantinopla, rompe con la Iglesia e inicia el Cisma de
se puede sintetizar en tres etapas: Oriente. En busca de la unidad, los Concilios IV de Letrán
(1215), II de Lyon (1274) y Florencia (1439) precisan aspectos
a) Convivencia pacífica entre Oriente y Occidente hasta el doctrinales, pero no fue eficaz.
siglo IX. El «Filioque» fue utilizado en muchos lugares como ex-
presión de la fe y la piedad cristiana y lo encontrarnos ya en el
e) Clarificación de la doctrina. En 1995 el Pontificio Con-
Símbolo «Quicumque» de mediados del siglo V: <<El Padre por na-
sejo para la promoción de la Unidad de los Cristianos publicó
die fue hecho ni creado ni engendrado; el Hijo es sólo del Padre,
una clarificación doctrinal sobre la procesión del Espíritu Santo
no hecho ni creado sino engendrado; el Espíritu Santo, del Padre
en las tradiciones griega y latina, fruto del intenso diálogo teo-
y del Hijo, no hecho ni creado ni engendrado, sino que procede» 26 •
lógico de los últimos años28 •
En el año 589 fue incluido en la liturgia por el III Concilio de
Toledo para combatir los errores de Prisciliano y de Arrio27 • La síntesis teológica del <<Filioque>> se concreta en las siguien-
La polémica y el cisma que se originó después se explican tes cuestiones:
por los planteamientos diferentes de griegos y latinos; los grie- l. El Magisterio de la Iglesia no puede cambiar el símbolo,
gos explican la Trinidad desde las personas; los latinos desde la pero puede completarlo añadiendo algunas frases o, incluso,
unidad de la esencia divina. A esto hay que añadir la diferencia alguna verdad de fe, por ejemplo, la Eucaristía.
del vocabulario utilizado por unos y otros. 2. La adición del <<Filioque>>es legítima, ya que el texto de Jn 15,
26 dice expresamente: <<el Paráclito que os enviaré»; y Jn 16,
14, al referirse al Espíritu Santo, afirma <<recibirá de lo mío»;
26 DH, 75. Rm 8, 9 se refiere al Espíritu Santo como <<Espíritu de Cristo».
27 «La afirmación del "Filioque" no figuraba en el símbolo confesado el
año 381 en Constantinopla. Pero sobre la base de una antigua tradición latina Estas expresiones no se entenderían si no se admite la proce-
y alejandrina, el Papa san León la había ya confesado dogmáticamente el ~o sión del Espíritu Santo no sólo del Padre sino también del
447 antes incluso que Roma conociese y recibiese el año 451, en el Conaho Hijo.
de Calcedonia, el símbolo del 381. El uso de esta fórmula en el Credo fue
poco a poco admitido en la liturgia latina (entre los siglos VIII y XI). La intro-
ducción del "Fílioque" en el Símbolo Niceno-Constantinopolitano por la li-: . 28 Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los Cristianos,
turgia latina constituye, todavía hoy, un motivo de disensión con las Iglesias «La procesión del Espíritu Santo en las tradiciones griega y latinaN, en L'Osservatore
ortodoxas))' CCE, 247. Romano, 13-09-1995.

202 203
3. En cuanto a la Tradición, los griegos están de acuerdo en Personas están en Uno, en el Único Dios, en la naturaleza di-
afirmar que el Espíritu Santo deriva del Padre y del Hijo, pero vina, por la mutua inmanencia.
prefieren la fórmula <<j>er Filium». Es evidente que ambas fórmu- a) Concepto de «mutua inmanencia». La expresión «mutua
las expresan sustancialmente lo mismo29 • inmanencia» significa la unidad estrechísima entre las Personas
divinas y que cada Persona es realmente distinta de las demás;
ni se rompe la unidad de Dios, ni se confunden las Personas,
7. Mutua inmanencia de las Personas divinas conservando cada una sus propiedades.
b) Unidad de jesús y el Padre. Las palabras de Jesucristo en el
Las procesiones y las relaciones divinas nos llevan a conside-
Evangelio nos describen con claridad meridiana su unión con
rar la <<situación>> de las tres Personas divinas en la unidad de
Dios. ¿Cómo se explica la existencia de Tres en Uno? Lo pri- el Padre: <<Yo y el Padre somos uno» (Jn 10, 30); <<el Padre está
mero que hay que decir es que se trata de un misterio divino en mí y yo en el Padre» (Jn 10, 38); <<el que me ha visto a mí ha
que nos ha revelado Jesucristo. Lo segundo, que la doctrina visto al Padre» (Jn 10, 10). Lo más sorprendente es que Jesús
católica da una explicación racional de este misterio. Las Tres pide esa unidad para sus discípulos: <<Que todos sean uno;
como Tú, Padre, en mí y yo en Ti» (Jn 17, 21). La unidad de
Dios y la distinción de las Personas divinas es doctrina de fe
29
El Catecismo muestra un resumen claro de las posiciones doctrinales de enseñada por el Concilio de Florencia (1442):
Occidente y de Oriente. Respecto a Occidente dice: «La tradición latina del
Credo confiesa que el Espíritu "procede del Padre y del Hijo (FilioqueJ'. El <<Estas tres Personas son un solo Dios y no tres dioses»; a
Concilio de Florencia, en el año 1438, explicita: "El Espíritu Santo[ ... ] tiene continuación ofrece las siguientes razones: «porque las
su esencia y su ser a la vez del Padre y del Hijo y procede eternamente tanto
del Uno como del Otro como de un solo Principio y por una sola espiración
tres tienen una sola sustancia, una sola esencia, una sola
[... }.Y porque todo lo que pertenece al Padre, el Padre lo dio a su Hijo único, naturaleza, una sola divinidad, una sola inmensidad, una
al engendrarlo, a excepción de su ser de Padre, esta procesión misma del Espí- sola eternidad, todo es uno, donde no obsta la oposición
ritu Santo a partir del Hijo, éste la tiene eternamente de su Padre que lo en- de relación. [... ] Por razón de esta unidad, el Padre está
gendró eternamente"» ( CCE, 246).
Poco después explicita los planteamientos de ambas posiciones: «La tradi-
todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está to-
ción oriental expresa en primer lugar el carácter de origen primero del Padre do en el Padre, todo en el Espíritu Santo; y el Espíritu
por relación al Espíritu Santo. Al confesar al Espíritu como "salido del Padre" Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo» 30 •
Gn 15, 16), esa tradición afirma que éste procede del Padre por el Hijo. La
tradición occidental expresa en primer lugar la comunión consubstancial en- Esta enseñanza nos dice que el único Dios es las tres Perso-
tre el Padre y el Hijo diciendo que el Espíritu procede del Padre y del Hijo nas y, al mismo tiempo, cada una de las Personas es total-
(Filioque). Lo dice "de manera legítima y razonable", porque el orden eterno mente Dios; con otras palabras, esta doctrina nos habla de la
de las personas divinas en su comunión consubstancial implica que el Padre
sea el origen primero del Espíritu en tanto que "principio sin principio" pero mutua inhabitación de las Personas divinas en la Santísima
también que, en cuanto Padre del Hijo Único, sea con él "el único principio Trinidad.
del que procede el Espíritu Santo". Esta legítima complementariedad, si no se
desorbita, no afecta a la identidad de la fe en la realidad del mismo misterio
confesado» (CCE, 248). 30
Conc. de Florencia, 1442, Decr. para los jacobitas, DH, 1330-1331.

204 205
e) Explicación teológica. Los teólogos utilizan dos términos relativamente entra en el concepto del otro. Según el ori-
para explicar este misterio; los griegos, el de <perichóresis», que gen, es también indudable que la procesión del Verbo
significa la compenetración vital y dinámica de las Personas di- inteligible no termina fuera, sino que permanece en
vinas; los latinos, el de <<circumimessio>>, que parte de considerar quien lo dice; y, así mismo, lo que se dice en el verbo está
la unidad de Dios y tiene un significado semejante: la unicidad contenido en él. Las mismas razones son aplicables
de sustancia en Dios. La argumentación es como sigue: si las cuando se habla del Espíritu Santo» 33 •
Personas son la misma esencia divina -toda la esencia di- Las razones que da Santo Tomás sobre la inhabitación mu-
vina-, es necesario que las unas estén en las otras, ya que sólo tua de las Personas divinas son: a) Por razón de la «esencia di-
se distinguen entre sí por la relación de oposición, la cual no vina», que es la misma para las tres divinas Personas. b) Porra-
introduce división alguna en la sustancia; la alteridad que se zón de las «relaciones personales», que son correlativas y no
sigue de las relaciones divinas no origina división o separación pueden concebirse las unas sin las otras. El Padre no puede
entre las Personas. Los Tres poseen la misma sustancia en forma concebirse sin el Hijo, que es su Verbo; y ambas sin el Espíritu
indivisa31 • Santo, que es su mutuo amor. e) Por razón de los orígenes o
San Agustín dice con un grafismo fuerte: <<En los seres cor- «procesiones divinas») que no son transeúntes --como la crea-
póreos, una cosa no es lo mismo que tres juntas, y dos suman ción de las criaturas- sino inmanentes, lo que supone la mu-
más que una. En la Trinidad excelsa, en cambio, una persona es tua inhesión y permanencia de las tres divinas Personas entre sí.
igual a las otras dos, y dos no son mayores que una sola de ellas, d) Importancia de la doctrina de la mutua inmanencia. La
y en sí son infinitas. Y cada una de ellas está en cada una de las doctrina de la mutua inhabitación o inmanencia de las Perso-
otras, y todas en una, y una en todas, y todas en todas, y todas nas divinas tiene importancia por varios motivos, que sólo
son unidad»32 • apuntamos: 1°, pertenece a la fe de la Iglesia; 2°, muestra la
Tomando como hilo conductor la unidad entre el Padre y el infinita perfección y fecundidad de la generación y de la espira-
Hijo, Santo Tomás considera la mutua inhabitación de las Per- ción en Dios; 3°, explica la unidad de la esencia divina y la di-
sonas divinas desde la esencia divina, sus relaciones y su origen: versidad de Personas; 4°, ayuda a plantear adecuadamente la
dimensión dialógica de la persona humana, es decir, la convi-
«En el Padre y en el Hijo es preciso tomar en cuenta tres
vencia fraterna de los hombres, de las familias y de los pueblos;
cosas: la esencia, las relaciones y el origen; y, según cada
5o, ayuda a resaltar la comunión de los fieles en la Iglesia; el
una de ellas, el Hijo está en el Padre y el Padre en el Hijo.
propio Jesucristo, en la oración sacerdotal, ensancha nuestro
En cuanto a la esencia, el Padre está en el Hijo, porque el
horizonte para que veamos en la inhabitación de las Personas
Padre es su esencia, y comunica su esencia al Hijo sin
divinas la unidad de los cristianos, como signo para que los
ningún cambio. [... ] Si se atiende a las relaciones, sabe-
hombres crean en Él: «Que todos sean uno; como Tú, Padre,
mos que uno cualquiera de los términos que se oponen
en mí y yo en Ti, que así ellos estén en nosotros, para que el

31 Cfr. Mateo-Seco, o. c., pág. 632; cfr. Schmaus, o.c., 495 y ss.
32 San Agustín, La Trinidad, o.c., 6, 9, 12.
33 S. Th., !, 42, 5, resp.

207
206
mundo crea que Tú me has enviado» (Jn 17, 21); 6°, mani- Capítulo IX
fiesta el origen y la fuerza de la unidad de la Iglesia, a la que
muestra como «un pueblo reunido en virtud de la unidad del PROPIEDADES Y MISIONES
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo>> 34 •
El Catecismo finaliza su enseñanza sobre la Santísima Trini-
dad con un texto de San Gregario Nacianceno, dirigido a los
catecúmenos que iba a bautizar, en el que hace un precioso re-
sumen de la fe trinitaria:
<<Ante todo, guardadme este buen depósito, por el cual vivo
y combato, con el cual quiero morir, que me hace soportar to-
dos los males y despreciar todos los placeres: quiero decir la
profesión de fe en el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. Os
la confío hoy. Por ella os introduciré dentro de poco en el agua
y os sacaré de ella. Os la doy como compañera y patrona de
vuestra vida. Os doy una sola Divinidad y Poder, que existe Siguiendo el hilo del capítulo anterior, estudiarnos en éste las
Una en los Tres, y contiene los Tres de una manera distinta. propiedades de las Personas divinas y las atribuciones que a ellas
Divinidad sin distinción de substancia o de naturaleza, sin se hacen, antes de entrar en el análisis de las misiones divinas. La
grado superior que eleve o grado inferior que abaje [... ] Es la razón principal está en que las misiones divinas del Hijo y del
infinita connaturalidad de tres infinitos. Cada uno, conside- Espíritu Santo manifiestan con gran claridad las propiedades de
rado en sí mismo, es Dios todo entero [... ] Dios los Tres consi- las Personas divinas, como veremos a continuación.
derados en conjunto [... ] No he comenzado a pensar en la Comenzamos con un texto del Catecismo que ofrece un be-
Unidad cuando ya la Trinidad me baña con su esplendor. No llo resumen de la acción de Dios en nuestras almas:
he comenzado a pensar en la Trinidad cuando ya la Unidad me
posee de nuevo» 35 • <<O lux beata Trínítas et príncípalís Unítas! ("¡Oh Trinidad,
luz bienaventurada y unidad esencial!"). Dios es eterna
beatitud, vida inmortal, luz sin ocaso. Dios es amor: Pa-
dre, Hijo y Espíritu Santo. Dios quiere comunicar libre-
mente la gloria de su vida bienaventurada. Tal es el "de-
signio benevolente" (Ef 1, 9) que concibió antes de la
creación del mundo en su Hijo amado, "predestinándo-
nos a la adopción filial en Él" (Ef 1, 5), es decir, "a repro-
ducir la imagen de su Hijo" (Rom 8, 29), gracias al "Espí-
34 San Cipriano, De oratione dominica, 23, en LG, 4. ritu de adopción filial" (Rom 8, 15). Este designio es una
35 San Gregorio Nacianceno, Oratio, 40, 41, en CCE, 256. "gracia dada antes de todos los siglos" (2 Tim 1, 9), na-

208 209
cido inmediatamente del amor trinitario. Se despliega en 1. Las propiedades de las Personas divinas
la obra de la creación, en toda la historia de la salvación
después de la caída, en las misiones del Hijo y del Espí- a) Concepto. Se llaman propiedades a las características o
ritu, cuya prolongación es la misión de la Iglesia;> 1• notas que distinguen a una Persona de otra. Es patente que sólo
La contemplación del misterio trinitario nos hace ver con Dios, al revelarse como Trinidad, nos puede dar a conocer las
mayor claridad que hay algo que es común a las tres Personas, propiedades de cada Persona divina. Las propiedades persona-
ya que poseen la misma esencia divina, y algo que es propio de les se identifican con las Personas y nos dan a conocer algo de
cada una de ellas, puesto que se diferencian realmente entre si. su peculiaridad. Entre los diversos planteamientos que encon-
Esta verdad tiene una importancia decisiva en lo que el Magis- tramos ya en los Padres de la Iglesia, de modo especial entre los
terio y los teólogos llaman la <<economía divina», es decir, la griegos, para nuestro estudio parece suficiente tener en cuenta
acción de Dios en la historia de la salvación de los hombres; lo siguiente:
también tiene una gran importancia en el progreso de la vida b) Planteamiento de San Basilio. <<Si se quiere aceptar lo que
espiritual de los cristianos, que no es un mero sentimiento, es verdad ---dice San Basilio-, es decir, que "inengendrado" Y
sino la respuesta amorosa, confiada y sobrenatural a la acción "engendrado" son propiedades distintivas: .. que. conducen
de las Personas divinas enviadas a nuestras almas. El Catecismo como de la mano hacia la noción neta y sm amb1guedad de
lo expresa del modo siguiente: Padre e Hijo, se evitará hacer daño a la piedad, y se guardará
<<Toda la economía divina es la obra común de las tres Perso- coherencia con el discurso. Pues las propiedades realizan una
nas divinas. Porque la Trinidad, del mismo modo que tiene una distinción en lo que es común, gracias a las características que
sola y misma naturaleza, así también tiene una sola y misma las particularizan .... Por ejemplo, la divinida~ es común; "p~­
operación. "El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son tres ternidad" y "filiación" , en cambio, son propiedades. Combi-
principios de las criaturas, sino un solo principio". Sin em- nando ambos elementos - lo que es común y lo que es pro-
bargo, cada Persona divina realiza la obra común según su pro- pio- se opera en nosotros la comprensión de la verdad. Así,
piedad personal. Así la Iglesia confiesa, siguiendo al Nuevo Tes- cuando oímos hablar de una luz inengendrada, pensamos en el
tamento: "uno es Dios [ ... ] y Padre de quien proceden todas Padre; y cuando oímos hablar de una luz engendrada, .pensa-
las cosas, uno solo el Señor Jesucristo por el cual son todas las mos en el Hijo. En lo que respecta a la luz, no hay nmguna
cosas, y uno el Espíritu Santo en quien son todas las cosas". oposición entre ellos; pero en lo que respecta a engendr~do_ e
Son, sobre todo, las misiones divinas de la Encarnación del inengendrado, se les considera bajo el aspecto de su anntesis.
Hijo y del don del Espíritu Santo las que manifiestan las pro- En efecto, la ~aturaleza de las propiedades consiste en m?strar
piedades de las Personas divinas» 2 • la alteridad [de las Personas] en la identidad de la sustancia»'.

3 San Basilio Contra Eunomium, 2, 28, en Mateo-Seco, o. c., pág. 618. A


1
CCE,257. finales del siglo ~. Vassula Rydén, greco-católica residente en. S~iza, difundió
2
CCE, 258. con un lenguaje ambiguo algunos errores sobre las Personas dtvmas y sus fun-

210 211
e) Explicación de San Gregorio Nacianceno. San Gregario de de ellas; esto último no se hace caprichosa o arbitrariamente
Nacianzo explicita de modo escueto y ordenado las propieda- sino por la mayor coincidencia de la acción o de la perfección
des de las Personas divinas: «Padre, Hijo y Espíritu Santo tie- común con lo que es propio de esa Persona divina. Este modo
nen en común la naturaleza divina y el no haber sido hechos; de expresarse lo encontramos en la Sagrada Escritura y en los
Hijo y Espíritu Santo tienen en común recibir su origen del Padres de la Iglesia, aunque fue estructurado por los teólogos
Padre. Es propio del Padre ser inengendrado, del Hijo el ser de la Edad Media6 • La apropiación es un concepto muy ade-
engendrado y del Espíritu Santo el ser enviado» 4• cuado para expresar con claridad y precisión alguna peculiari-
d) Enseñanza del Catecismo. El Catecismo enseña que las dad personal y para comprender mejor su relación con el
obras de Dios en la historia de la salvación nos dan a conocer mundo y la naturaleza sobrenatural de la vida cristiana.
las propiedades de las Personas y que la vida cristiana es comu- b) Apropiaciones mds frecuentes. Entre las apropiaciones más
nión con cada una de las Personas divinas: «Toda la economía frecuentes tenemos las siguientes: a) al Padre, en cuanto es ori-
divina, obra a la vez común y personal, da a conocer la propie- gen y fuente de toda la Trinidad, se le atribuyen la eternidad, la
dad de las Personas divinas y su naturaleza única. Así, toda la unidad y la omnipotencia; b) al Hijo, en cuanto Verbo y Pala-
vida cristiana es comunión con cada una de las Personas divinas, bra de Dios, se le atribuyen la verdad, la sabiduría, la belleza y
sin separarlas de ningún modo. El que da gloria al Padre lo ha- la igualdad; y e) al Espíritu Santo, en cuanto vínculo amoroso
ce por el Hijo en el Espíritu Santo; el que sigue a Cristo, lo del Padre y del Hijo, se le atribuyen la bondad, la santidad y la
hace porque el Padre lo atrae y el Espíritu lo mueve>> S. felicidad eterna. Es patente que tales atributos son comunes a
las tres Personas divinas, aunque se prediquen ordinariamente
de una Persona concreta, porque, teniendo en cuenta nuestro
2. Las apropiaciones modo de conocer, resalta o conviene más a una de ellas.

a) Concepto. Se denomina apropiación la atribución a una e) Fuentes de las apropiaciones: Son la Sagrada Escritura, los
Persona divina de una acción «ad extra» de la Trinidad o de una Símbolos de la fe, los Padres de la Iglesia y la Liturgia.
perfección determinada que es común a las tres Personas divi- 1) Sagrada Escritura: Atribuye de modo preferente el nom-
nas. La apropiación es un método de conocimiento, cuyo fun- bre de Dios al Padre, y el de Señor al Hijo: «Bendito sea el Dios
damento es también la analogía. Se comprende a primera vista y Padre de nuestro Señor Jesucristo» (2 Co 1, 3); asigna a las
que hay una gran diferencia entre lo que es propio y exclusivo Personas acciones diferentes en la obra de nuestra salvación:
de una Persona, y lo que es común a las tres y se atribuye a una <<La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comu-
nión del Espíritu Santo estén con todos vosotros» (2 Co 13,
13); <<hay diversidad de dones [en la Iglesia], pero el Espíritu es
ciones específicas; cfr. Nota sobre los escritos y actividades de la señora Vassula el mismo; y diversidad de ministerios, pero el Señor es el
Rydén, en Documenta, o. c., pág. 386.
4
San Gregario de Nacianzo, Oratio 25, 16, en ibidetn, pág. 619.
5 CCE, 259. 6 Cfr. Schmaus, o. c., pág. 455 y ss.; cfr. Mareo-Seco, o. c., pág. 623 y ss.

212 213
mismo; y diversidad de acciones, pero Dios es el mismo, que 3. La misión divina
obra todo en todos>> (1 Co 12, 4-6); atribuye al Espíritu Santo
la inspiración de la Sagrada Escritura: <<nunca profecía alguna Concepto. Se entiende por misión divina el envío de una Per-
ha venido por voluntad humana, sino que, impulsados por el sona por Otra para hacerse presente de modo nuevo entre los
Espíritu Santo, aquellos hombres hablaron de parte de Dios>> hombres, de modo visible o invisible. Las misiones divinas re-
(2 p 1, 21). velan la irrupción de la Trinidad en la historia de los hombres,
2) Símbolos de la ft: Confiesan la fe en un solo Dios, Padre para hacernos participes de la salvación realizada por Cristo y
todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; y en Jesucristo, su elevarnos a la vida divina. Se trata, pues, de misiones que se
único Hijo, Nuestro Señor, por quien todo fue hecho; y en el realizan en el tiempo, en la historia, y expresan la fecundidad
Espíritu Santo, Señor y dador de vida. vital de Dios que viene a los hombres; esta condición temporal
3) Padres de la Iglesia: San Hilaría de Poitiers dice: «Uno o histórica distingue a las misiones divinas de las procesiones,
solo es el Creador de todas las cosas; uno es, efectivamente, ya que éstas son eternas e inmanentes a la Trinidad.
Dios Padre, del cual provienen todas las cosas; y uno solo es el
Unigénito, nuestro Señor Jesucristo, por el cual se ha hecho Características. La importancia de las misiones divinas se de-
todo; y uno solo es el Espíritu, Don que está en todos>?; San duce de la Sagrada Escritura y se puede ver por las siguientes
Agustín hace las siguientes apropiaciones: «En el Padre está la características9:
unidad, en el Hijo la igualdad, en el Espíritu Santo la concor- a) El Padre no es enviado. La Sagrada Escritura no dice
dia de la unidad con la igualdad ... Estas tres cosas son una por nunca que el Padre es enviado, sino que Él envía al Hijo y al
el Padre, iguales por el Hijo y conexas por el Espíritu Santo>> 8• Espíritu Santo, como luego veremos. Jesús dice que el Padre
4) Liturgia: Dirige las oraciones al Padre por Cristo en el viene a los hombres: «Si alguno me ama, guardará mi palabra,
Espíritu Santo: «Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en éh
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por Qn 14, 23). El Padre viene con el Hijo, pero no es enviado,
los siglos de los siglos>>. El himno «l7eni, Creator» atribuye al porque no procede de ninguna Persona, sino que es principio
Espíritu Santo la creación: « Veni, Creator SpirituS». no principiado.
La riqueza de las apropiaciones es inmensa y nos ayuda a b) La Persona enviada procede de la Persona que envía. Santo
entender mejor la acción de las Personas divinas en nuestra Tomás explica que procede por el origen que una Persona tiene
alma; es decir, nos ayuda a contemplar agradecidos a Dios y a de Otra, como la flor sale de la savia de la planta10 • No se trata de
descubrirlo en las vicisitudes de la vida ordinaria. un mandato del Padre, ajeno a la igualdad de las Personas divi-
nas, sino de la plena comunión amorosa que se da entre ellas.

7 9 Cfr. Schmaus, o. c., pág. 447 y ss.; Mateo-Seco, o. c., pág. 703 y ss.;
San Hilario de Poitiers (+h. 367), La Trinidad, 2, l, en La Trinidad en
los Padres de la Iglesia, o. c., pág. 46. · Rovira Belloso, o. c., pág. 572 y ss.
8
San Agustin, De doctrina cristiana, 1, 5, en Mateo-Seco, o. c., pág. 624. " Cfr. S. Th., l, 43, 1, resp.

214 215
Tampoco consiste en un movimiento local de traslación, puesto por la filiación divina, para entrar en comunión amorosa con el
que Dios está siempre en todo lugar por su inmensidad, sino de Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
un nuevo modo de estar presente y operante entre los hombres e) Relación entre la misión del Hijo y la misión de la Iglesia.
por medio de la gracia. Jesucristo ha revelado la vinculación profunda entre su envío al
e) Comunión de las Personas divinas. Las misiones nos reve- mundo y la misión de la Iglesia que confió a los Apóstoles:
lan que la vida íntima de Dios es una infinita y feliz comunión «Como el Padre me envió, así os envío yo>> (Jn 20, 21). Este
personal. Por las misiones sabemos que Dios no es un ser soli- envío tiene como finalidad perdonar nuestros pecados y esta-
tario, sino que tiene un Hijo, porque Jesús nos ha revelado su blecer una nueva comunión sobrenatural con Dios. Como dice
filiación divina; también Jesús nos ha revelado que en Dios hay el Catecismo, <<el fin último de toda la economía divina es la
un Espíritu, que es Amor y Don; y el Espíritu Santo, precisa- entrada de las criaturas en la unidad perfecta de la Bienaventu-
mente en su misión a los hombres, nos ha revelado su presencia rada Trinidad» 12 • La Iglesia tiene su origen y su meta en la vida
en la intimidad de nuestro corazón. La misión del Hijo y del íntima de la Santísima Trinidad.
Espíritu Santo no les distancia del Padre ni entre sí, porque, El Concilio Vaticano II ha resaltado que la Iglesia brota de
como ya hemos visto, cada Persona divina está toda ella en las las misiones trinitarias: <<La Iglesia peregrina es, por su propia
otras dos (mutua inmanencia). naturaleza, misionera, puesto que tiene su origen en la misión
d) Comunión de Dios con los hombres. Jesús ha revelado que del Hijo y la misión del Espíritu Santo según el plan de Dios
la misión del Hijo y del Espíritu Santo a los hombres tiene Padre» 13 • El Padre comunica la vida divina por medio del envío
como fin producir en nosotros una nueva comunión entre del Hijo, para redimirnos y elevarnos a la filiación divina; y
Dios y nosotros y, en consecuencia, una nueva comunión de envía al Espíritu Santo para santificarnos; y, así, toda la Iglesia
los hombres entre sí: la armonía o coherencia interior, la comu- aparece como <mn pueblo reunido en virtud de la unidad del
nión fraterna y pacífica con los demás y con el mundo en el Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» 14.
que vivimos, y la comunión final con Dios en el cielo. «Las
Personas divinas -dice el CatecismiJ--, inseparables en su ser,
son también inseparables en su obrar. Pero en la única opera- 4. Misión visible del Verbo
ción divina cada una manifiesta lo que le es propio en la Trini-
dad, sobre todo en las misiones divinas de la Encarnación del a) Testimonio de la Escritura. La Sagrada Escritura atestigua
Hijo y del don del Espíritu Santo» 11 • Las misiones divinas ori- en numerosos pasajes la misión visible del Hijo a este mundo
ginan una relación personal entre Dios y los hombres, la rela-
ción de quien personalmente nos llama y la respuesta que da- 12
CCE, 260.
mos cada uno de nosotros. Más aún: esta nueva relación B C. Vat. II, Ad Gentes, 2; cfr. especialmente los nn. 2 a 9, que exponen
personal transforma al hombre, le capacita sobrenaturalmente los principios doctrinales de las misiones divinas.
14 Cfr. LG, 2-4; el texto entre comillas es de San Cipriano; cfr. Juan Pablo

Il, ene. Redentoris Missio (7-12-1990), 4-11; 21-30; B. Forte, La Iglesia, icono
11
CCE. 267. de la Trinidad, o.c., pág. 15 y ss.

216 217
con las palabras <<entregar>> y <<envían>; también nos dice la e) Misión del Verbo y anuncio de Cristo. Esta comunión con
fuente y la finalidad de esta misión: <<Tanto amó Dios al mundo Dios por medio de Jesucristo impulsa al apostolado; comen-
que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree tando el pasaje anterior, el Catecismo dice: <<La transmisión de
en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Pues Dios no en- la fe cristiana es ante todo el anuncio de Jesucristo para llevar a
vió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el los hombres a la fe en Él. Desde el principio, los primeros dis-
mundo se salve por éh On 3, 16-17). <<Al llegar la plenitud de cípulos ardieron en deseos de anunciar a Cristo: "No podemos
los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído" (Hch 4,
bajo la Ley, para redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de 20). Y ellos mismos invitan a los hombres de todos los tiempos
que recibiésemos la adopción de hijos» (Ga 4, 4-5). a entrar en la alegría de su comunión con Cristo» 15 •
Después de la curación del paralítico en la piscina Bethzata, d) Origen de la misión del Hijo. Como toda operación <<ad
o de los cinco pórticos, Jesús afirma a los judíos su procedencia extra», la Encarnación es obra de la Trinidad; pero considerada
del Padre apelando a cuatro testimonios: el de Juan Bautista, el como misión en sentido propio, la Encarnación procede exclu-
de los milagros, el del Padre en el Bautismo del Jordán y en la sivamente del Padre: sólo el Padre envía al Hijo en razón de su
Transfiguración, y el de las Escrituras (cfr. Jn 5, 31-40). paternidad. Cuando habla de su misión salvadora y de su ense-
b) Encarnación y misión. La misión del Hijo se plasma o ñanza, Jesús remite al Padre y sólo al Padre: <<Las obras que
realiza en la Encarnación. Se trata de una misión visible por la hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí.
que Dios ha visitado a su pueblo (cfr. Le 1, 68) y ha cumplido Pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas
la promesa de salvación hecha a Abraham y a su descendencia escuchan mi voz, yo las conozco y me siguen. Yo les doy vida
(cfr. Le 1, 55). eterna ... Mi Padre, que me las dio, es mayor que todos; y nadie
En la Encarnación se cumple el concepto de misión en toda su puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos
plenitud. El Hijo, presente de modo substancial en la humanidad uno» On 10, 25-30). Jesús es el enviado del Padre, obediente
de Jesús, es enviado por el Padre para realizar la salvación de los hasta la muerte de cruz (cfr. Flp 2, 5-9).
hombres por medio del sacrificio redentor de la cruz, y elevarlos a e) Contenido de esta misión. La misión comporta, en sí
la condición sobrenatural de hijos de Dios. San Juan describe esta misma, la manifestación de la Persona enviada en cuanto en-
misión visible con un grafismo inigualable: <<Lo que existía desde viada. Por ello, nos da un conocimiento de Ella misma y de la
el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros Persona de la cual procede. En consecuencia, la misión visible
ojos, lo que hemos contemplado y han palpado nuestras manos a del Hijo manifiesta la filiación exclusiva de Jesús al Padre, testi-
propósito del Verbo de la vida -pues la vida se ha manifestado: moniada con abundancia en el Evangelio, por su actitud filial
nosotros la hemos visto y darnos testimonio y os anunciamos la al Padre, por sus milagros realizados en comunión con el Padre
vida eterna, que estaba junto al Padre y que se nos ha manifes- y por su enseñanza, que es la palabra del Padre. En esta misión
tado--; lo que hemos visto y oído, os lo anunciarnos, para que también se revela al Padre, que es quien envía al Hijo, pues
también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nuestra co-
munión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos
esto para que nuestra alegría sea completa» (1 Jn 1, 1-4). " CCE, 425.

219
218
quien ha visto a Jesús ha visto al Padre (cfr. Jn 14, 9). E igual- no ausentarse de Jerusalén, sino esperar la Promesa del Padre: la
mente se revela al Espíritu Santo, porque Jesús nos ensefia cómo que oísteis de mis labios: que Juan bautizó con agua; vosotros,
vamos a ser salvados; Jesús envía al Espíritu a los que creen en Él: en cambio, seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de po-
<<si no me voy -dice Jesús a los discípulos después de prometer- cos días» (Hch 1, 4-5).
les el envío del Espíritu Santo- el Paráclito no vendrá a voso- b) Misión conjunta del Hijo y del Espiritu Santo. La misión
tros. En cambio, si yo me voy, os lo enviaré» Qn 16, 7). del Espíritu Santo está tan estrechamente relacionada con la
misión del Hijo que aquella es «inseparable» de ésta; el Cate-
cismo la llama «misión conjunta». Comienza afirmando la divi-
5. Misión del Espíritu Santo nidad del Espíritu Santo: «Aquél al que el Padre ha enviado a
nuestros corazones, el Espíritu de su Hijo (Ga 4, 6), es real-
a) Anuncios del envío del Espíritu Santo. En varias ocasiones, mente Dios». A continuación da esta explicación: «Consubs-
Jesús anuncia el envío del Espíritu Santo. En las palabras de la tancial con el Padre y el Hijo, es inseparable de ellos, tanto en
Última Cena, después de anunciar a los discípulos el manda- la vida íntima de la Trinidad como en su don de amor para el
miento nuevo y la revelación del Padre, Jesús les promete el mundo». La consecuencia lógica es adorar a la Trinidad distin-
envío del Espíritu Santo: «Si me amáis, guardaréis mis manda- guiendo a las tres Personas divinas: «Pero al adorar a la Santí-
mientos; y yo rogaré al Padre y os dará otro Paráclito, para que sima Trinidad vivificante, consubstancial e indivisible, la fe de
esté con vosotros siempre:»; y especifica más: «el Espíritu de la la Iglesia profesa también la distinción de las Personas. Cuando
verdad, al que el mundo no puede recibir porque no le ve ni le el Padre envía su Verbo, envía también su Aliento: misión con-
conoce; vosotros le conocéis porque permanece a vuestro lado y junta en la que el Hijo y el Espíritu Santo son distintos pero
está en vosotros>> Qn 14, 15-17). Un poco más adelante, y des- inseparables. Sin ninguna duda, Cristo es quien se manifiesta,
pués de advertirles que el mundo odiará a los discípulos como Imagen visible de Dios invisible, pero es el Espíritu Santo quien
le ha odiado a él, Jesús vuelve sobre el envío del Espíritu Santo:
lo revela» 16 • Esta maravilla de Personas, realmente distintas y
«Cuando venga el Paráclito que yo os enviaré de parte del Pa-
esencialmente unidas, son el criterio y la fuerza para la unión
dre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, Él dará tes-
de los hombres con Dios y con los otros hombres.
timonio de mÍ». Jesús ensefia la consecuencia lógica de recibir al
e} El Espíritu Santo, fruto de la Cruz. La misión conjunta del
Espíritu Santo, al decir que «también vosotros daréis testimo-
Hijo con el Espíritu es fruto de la Cruz: «La "partida'' de Cristo
nio, porque desde el principio estáis conmigo» Qn 15, 26-27).
a través de la Cruz -escribe Juan Pablo II- tiene la fuerza de
En las apariciones de Jesús resucitado, San Lucas dice que
la Redención; y esto significa también una nueva presencia del
antes de volver Jesús al Padre les anuncia el envío del Espíritu
Espíritu de Dios en la creación: el nuevo inicio de la comunica-
Santo en Pentecostés: «Vosotros sois testigos de todas estas co-
sas. Y sabed que yo os envío al que mi Padre ha prometido. ción de Dios al hombre por el Espíritu Santo» 17 •
Vosotros permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de
la fuerza de lo alto» (Le 24, 48-49). Y en el libro de los Hechos " CCE. 689.
puntualiza que «mientras estaba a la mesa con ellos les mandó 17
J P !1, De V, !4.

220 221
Este nuevo inicio de comunicación se da en la comunidad misión invisible porque carece de todo signo sensible, como
de los creyentes en Cristo, es decir, en la Iglesia. De ahí que se ocurre en la inhabitación del Espíritu Santo en el alma.
llame a este tiempo, después de Pentecostés, el tiempo del Espí- a) Misión visible del Hijo. La misión del Hijo es visible, pues
ritu Santo. Describe muy bien esta presencia vivificante el si- acontece con la Encarnación; pero el Hijo también tiene una
guiente texto de San Josemaría Escrivá: misión invisible, pues inhabita en el alma en gracia. Con res-
«La victoria que Cristo -con su obediencia, con su in- pecto a la misión visible, tenemos el relato de San Lucas sobre
molación en la Cruz y con su Resurrección- había ob- el nacimiento de Jesús: Encontrándose María y José en Belén
tenido sobre la muerte y sobre el pecado, se reveló en- para empadronarse, a María «<e llegó la hora del parto, y dio a
tonces en toda su divina claridad ... La venida solemne luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pafiales y lo recostó en
del Espíritu en el día de Pentecostés no fue un suceso un pesebre» (Le 2, 6). Toda la vida de Jesús, su pasión y su
aislado. Apenas hay una página de los Hechos de los muerte es un conjunto de signos sensibles en los que se mani-
Apóstoles en la que no se nos hable de Él y de la acción fiesta su divinidad; lo mismo hay que decir de los signos de la
por la que guía, dirige y anima la vida y las obras de la Resurrección de Jesús, es decir, sus diversas apariciones, así
primitiva comunidad cristiana: Él es quien inspira la pre- como su Ascensión a los cielos. Esta misión visible del Hijo le
dicación de San Pedro (cfr. Hch 4, 8), quien confirma en ha llevado al Concilio Vaticano II a decir que <<el Hijo de Dios
su fe a los discípulos (cfr. Hch 4, 31), quien sella con su con su encarnación se ha unido en cierto modo con todo
presencia la llamada dirigida a los gentiles (cfr. Hch 1O, hombre» 19 , pues significa la irrupción soberana de Dios en la
44-47), quien envía a Saulo y a Bernabé hacia tierras le- historia.
janas para abrir nuevos caminos a la ensefianza de Jesús b) Misión visible del Espíritu Santo. La misión del Espíritu
(cfr. Hch 13, 2-4). En una palabra, su presencia y su ac- Santo se manifiesta igualmente tanto de modo visible como de
tuación lo dominan todo» 18 • modo invisible. Entre las misiones visibles tenemos los cuatro
momentos siguientes: El Espíritu Santo es enviado en forma
de paloma en el Bautismo de Jesús (cfr. Mt 3, 16); en forma de
nube en la Transfiguración (cfr. Mt 17, 5); en forma de soplo,
6. Misión invisible y misión visible cuando Jesús resucitado dio a los Apóstoles el poder de perdo-
nar los pecados (cfr. Jn 20, 22); y en forma de lenguas como de
Como colofón de este capítulo sobre las misiones sólo nos fuego el día de Pentecostés (cfr. Hch 2, 3-4).
queda considerar los modos de envío de las Personas divinas. e) Misión invisible del Espíritu Santo. Respecto a la misión
Uno de ellos se llama misión visible porque la comunicación de invisible del Espíritu Santo, leemos en la carta de San Pablo a
la Persona enviada está acompafiada por algún signo sensible, los Gálatas que Dios ofrece a todos los hombres la posibilidad
como las lenguas de fuego el día de Pentecostés; el otro se llama de llegar a ser hijos suyos por la acción salvadora de Cristo: <<Al

18
San Josemaría Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa, o. c., 127. 19
GS, 22.

222 223
llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo ... para adecuada por parte del hombre a la acción de Dios: «El Espí-
redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiésemos ritu Santo es el Espíritu er:viado por Cristo, para obrar en no-
la adopción de hijos. Y, puesto que sois hijos, Dios envió a sotros la santificación que El nos mereció en la tierra. No puede
nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: 'jAbba, haber por eso fe en el Espíritu Santo, si no hay fe en Cristo, en
Padre!';, (Ga 4, 4-6). En otros textos se nos revela el envío invi- la doctrina de Cristo, en los sacramentos de Cristo, en la Iglesia
sible del Espíritu Santo a los hombres, que nos llama a la santi- de Cristo»; de ahí que <<lo más importante en la Iglesia no es ver
dad en lo íntimo de nuestro corazón: «La esperanza no de- cómo respondemos los hombres, sino ver lo que hace Dios. La
frauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros Iglesia es eso: Cristo presente entre nosotros» 21 • Tal grandeza de
corazones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado» horizontes es la consecuencia de la promesa divina: <<Si alguno
(Rm 5, 5); «¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espí- me ama -dice Jesús-, guardará mi palabra, y mi Padre le
ritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo amará, y vendremos a él y haremos morada en él» (Jn 14, 23).
de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, que Esa acción de Dios por la que hace morada en el hombre la
sois vosotros, es santo» (1 Co 3, 16-17). La misión invisible del expresa muy bien el siguiente texto: <<La fuerza y el poder de
Espíritu Santo eleva al hombre por encima de toda la creación, Dios ilumina la faz de la tierra. El Espíritu Santo continúa asis-
lo transforma por la gracia y lo introduce en la familia de Dios, tiendo a la Iglesia de Cristo, para que sea -siempre y en todo-
en la intimidad trinitaria. signo levantado ante las naciones, que anuncia a la humanidad
d) Explicación de Santo Tomds. Santo Tomás explica la inha- la benevolencia y el amor de Dios (cfr. Is 11, 12). Por grandes
bitación del Hijo y del Espíritu Santo en el alma del modo si- que sean nuestras limitaciones, los hombres podemos mirar con
guiente: «El alma por la gracia se hace conforme con Dios. Por confianza a los cielos y sentirnos llenos de alegría: Dios nos
consiguiente, para que alguna Persona divina sea enviada a al- ama y nos libra de nuestros pecados. La presencia y la acción del
Espíritu Santo en la Iglesia son la prenda y la anticipación de la
guien por la gracia es necesario que se verifique su asimilación a
felicidad eterna, de esa alegria y de esa paz que Dios nos
la Persona que es enviada por algún don de gracia. Y puesto que
depara» 22 •
el Espíritu Santo es el Amor, el alma es asimilada al Espíritu
Santo por el don de la caridad; de aquí que la misión del Espí-
ritu Santo se considere según el don de la caridad. El Hijo, en
cambio, es el Verbo, pero no un verbo cualquiera, sino el Verbo
que espira el Amor ... Por consiguiente, el Hijo no es enviado
por un perfeccionamiento cualquiera de la inteligencia, sino
por una instrucción tal que prorrumpa en afectos de amor» 20 •
e) Finalidad de las misiones. El fin de las misiones divinas es
la santificación de los hombres, tarea que supone una respuesta
21 San Josemaría Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa, o. c., 130.131.
20
S. Th., !, 43, 5, ad 2. 22 Jbidem, 128.

224 225
Capitulo X por la acción salvadora de Cristo, está llamado a participar de
la vida íntima de las Personas divinas 1•
DE LA TRINIDAD ECONÓMICA El Catecismo explica muy bien estos dos aspectos del miste-
A LA TRINIDAD INMANENTE rio trinitario: «Los Padres de la Iglesia distinguen entre la
"Theologia"y la "Oikonomia'; designando con el primer tér-
mino el misterio de la vida íntima del Dios-Trinidad, con el
segundo todas las obras de Dios por las que se revela y comu-
nica su vida. Por la "Oikonomid' nos es revelada la "Theologia'';
pero inversamente, es la "Theologia" la que esclarece toda la
"Oikonomia'\,. Y continúa con la siguiente matización: <<Las
obras de Dios revelan quién es en sí mismo; e inversamente, el
misterio de su Ser íntimo ilumina la inteligencia de todas sus
obras. Así sucede, analógicamente, entre las personas humanas.
La persona se muestra en su obrar y a medida que conocernos
mejor a una persona, mejor comprendernos su obrar» 2 •
Después de haber estudiado las misiones divinas, podemos Así, pues, tenernos que el estudio de las tres Personas divi-
comprender mejor el tema de este capítulo: el itinerario del nas, consideradas en sí mismas, es « Theologia», o más específi-
cristiano desde la Trinidad económica hasta la Trinidad inma- camente teología trinitaria, o intimidad del Ser divino corno
nente, itinerario que convierte los acontecimientos de la histo- Trinidad Santísima, misterio estrictamente sobrenatural, que es
ria personal y social en lugar y camino para alcanzar la intimi- inaccesible a la sola razón antes de la Encarnación del Hijo de
dad de vida plena con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en la Dios y el envío del Espíritu Santo: «La Trinidad es un misterio
felicidad del cielo. de fe en sentido estricto -enseña el Catecismo--, uno de los
misterios escondidos en Dios, que no pueden ser conocidos si
no son revelados desde lo alto>>; e insiste, «la intimidad de su
l. Distinción entre Trinidad económica y Trinidad Ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la
inmanente sola razón e incluso a la fe de Israel antes de la Encarnación del
Hijo de Dios y el envío del Espíritu Santo» 3 • En cambio, las
obras, acciones u operaciones de las Personas divinas, y en con-
Llamamos Trinidad económica a las tres Personas divinas
que se nos han revelado y comunicado en la venida del Padre y
en las misiones del Hijo y del Espíritu Santo. Estarnos, pues, en 1 Un amplio análisis de la divinización del hombre se encuentra en F.
Ocáriz, Naturaleza, gracia y gloria, o. c., pdg. 69 y ss. También es muy intere-
el contexto de la salvación. Y se entiende por Trinidad inma-
sante el capítulo María y la Trinidad, pp. 133-155.
nente el misterio de la vida íntima de las tres Personas divinas 2
CCE. 236.
consideradas en sí mismas. El hombre, regenerado y elevado 3 CCE. 237.

226 227
creto su envio al mundo para salvar a los hombres, es «Oikono- manifiestan en el tiempo las procesiones eternas, porque la re-
mia», es decir, economía salvífica, acción salvadora de Dios. Ya velación de la Trinidad a los hombres responde al ser íntimo de
hemos visto que Dios se revela en su obrar, es decir, en su inter- Dios5 •
vención en la historia de los hombres, con el fin de abrir nues-
tras vidas a la salvación eterna; este obrar divino consiste en
hechos y en palabras que, al menos en su aspecto sensible, po- 2. Introducidos en el misterio trinitario
demos conocer los hombres; por ejemplo, el nacimiento deJe-
sús es un hecho semejante al nacimiento de cualquier ser hu- Dios se ha revelado para comunicarnos la vida feliz de las
mano; a ese conocimiento común a todos los hombres, se añade Personas de la Trinidad y ofrecernos la salvación. La comunica-
la revelación de Dios por la que se nos anuncia que Jesús no es ción de la vida divina tiene su comienzo en la recepción del
sólo un hombre sino el Hijo de Dios que se ha encarnado para bautismo, sacramento por el que se nos perdona el pecado ori-
la salvación de los hombres; somos capaces de aceptar la divini- ginal y los pecados personales que hayamos podido cometer, al
dad de Jesús -la teología de Jesús- por la acción del Espíritu tiempo que nos infunde la gracia santifican te y las virtudes teo-
Santo en nuestras almas, es decir, por la economía salvífica. logales de fe, esperanza y caridad, y nos hace hijos de Dios. En
Importancia de los hechos sensibles. No cabe duda que el co- esra acción divina recibimos <<el tesoro incalculable de la inha-
nocimiento de unos hechos sensibles, como el nacimiento de bitación de la Trinidad Santísima en el alma» 6 • De un modo
Jesús o la aparición de lenguas como de fuego sobre los Apósto- más explícito dice San Josemaría Escrivá: «En el bautismo,
les el día de la fiesta judía de Pentecostés, facilita grandemente, Nuestro Padre Dios ha tomado posesión de nuestras vidas, nos
con la ayuda de la gracia divina, el conocimiento de quién es el ha incorporado a la de Cristo y nos ha enviado el Espíritu
Hijo de Dios y el envío del Espíritu Santo. Por eso dice el Ca- Santo. El Señor, nos dice la Escritura Santa, nos ha salvado
tecismo que «las obras de Dios revelan quién es en sí mismo>>. «haciéndonos renacer por el bautismo, renovándonos por el
Como dice Mateo-Seco, «la Trinidad inmanente se hace Trini- Espíritu Santo, que Él derramó copiosamente sobre nosotros
dad económica -se revela y se comunica al hombre--- precisa-
por Jesucristo Salvador nuestro, para que, justificados por la gra-
mente en las misiones de las Personas divinas. Las misiones re-
cia, vengamos a ser herederos de la vida eterna conforme a la
miten necesariamente al origen de la Persona enviada. Esto es
así por la naturaleza misma del misterio trinitario y de la salva-
ción del hombre» 4 • 5 «El conocimiento nocional de la Trinidad económica nos remite al cono-

Aunque se distinguen la Trinidad económica y la Trinidad cimiento nocional de la Trinidad inmanente: esta última, a su vez, esclarece
desde arriba el conocimiento de la Trinidad económica. No se puede identifi-
inmanente, no pueden separarse entre ellas, pues las acciones car estos dos conocimientos, pero tampoco puede separárseles. Es esta distin-
salvíficas de las tres Personas conducen a la contemplación de ción lo que aseguraban los Padres griegos al distinguir la "Teología" --ocupada
la Trinidad; o, en lenguaje más teológico, las misiones divinas de Dios en sí mismo-- y la "Economía", ocupada de la obra salvífica, operada
por las tres Personas, y que conduce, en definitiva, a la contemplación de la
Trinidad,), J. H. Nicolas, Synthese Dogmatique, en Mateo-Seco, o. c., pág. 721.
4 6 San Josemaria Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa, o. c., 78.
Mateo-Seco, o. c., pág. 718.

228 229
esperanza que tenemos» (Tt 3, 5-7)>/. Esta presencia activa del las que Él ha dado el ser (por esencia, dando el ser a todas las
Espíritu Santo en nuestras almas se llama inhabitación, habitar cosas; por presencia, ante sus ojos están todas las cosas; por po-
dentro'. tencia, puesto que todo está sometido a su poder). La presencia
de inmensidad origina una relación de sujeto (Dios creador) a
objeto (la cosa creada). 2) <por inhabitación>>: es la presencia de
3. La inhabitación divina en el alma del justo las Personas divinas en el hombre para comunicarle la vida di-
vina. Este modo de presencia supone la que tiene lugar por in-
El misterio divino de la inhabitación de Dios en el cristiano mensidad y consiste en un nuevo modo de presencia que ori-
que se encuentra en amistad con Dios, en gracia, abarca varios gina una relación de persona a persona, más aún, una comunión
aspectos que vamos a señalar: entre personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se relacio-
nan con el hombre de un modo nuevo: es una presencia gra-
a) Concepto de inhabitación. Se llama inhabitación del Espí- tuita, por decisión libre de Dios; es una presencia amorosa en la
ritu Santo, o de la Santísima Trinidad, en el alma del justo la que Dios se da al hombre; es una presencia transformadora por
presencia sobrenatural de Dios en el hombre, por la que éste es la que el hombre, liberado del pecado, es convertido en hijo de
transformado interiormente, deificado, endiosado o divini- Dios, capaz de participar en la intimidad de la vida divina.
zado, según expresan los Padres de la Iglesia. La inhabitación Finalidad de esta presencia. La finalidad que se alcanza con la
es, por tanto, la existencia real de las Personas divinas en el presencia de inhabitación se resume diciendo que nos hace parti-
alma del justo; tal presencia incluye la misión del Hijo y del cipar de la vida íntima de la Trinidad; el Espíritu Santo se une al
Espíritu Santo; incluye también la donación que hace el Padre alma como motor y regla de nuestros actos; y la Trinidad -cada
de sí mismo: el Padre es el que envía a las otras dos Personas, una de las Personas- se constituye en objeto de gozo de expe-
pero Él viene, se dona a sí mismo. La inhabitación tiene como riencias inefables, es decir, se alcanza un conocimiento experi-
mental y feliz de Dios.
fin la santificación plena de los hombres y su glorificación, ini-
De ahí que a este modo de presencia se le llame «sobrenatu-
ciada en la tierra y consumada en el cielo'.
rab, por ser una iniciativa divina que busca la salvación del
Modos de presencia de Dios. Dios puede estar presente en el
hombre; y se dice que es una inhabitación «en el alma del justo»,
mundo de varias maneras; aquí nos interesan las dos siguientes:
para indicar que se trata de una relación de amistad del hombre
1) <por inmensidad»: es la presencia de Dios en todas las cosas a
con Dios, o en el lenguaje clásico, que el hombre ha de estar en
gracia para que tenga lugar esa relación; por último, el fruto de
7 Ibidem, !28. esta presencia es la transformación interior del hombre, lla-
8
Cfr. Juan Pablo Il, Creo en el EspirituSanto, o. c., pp. 337 y ss. en las que mada con frecuencia por los Padres de la Iglesia «endiosa-
explica la acción del Espíritu Santo como fuente de los sacramentos y princi-
miento>> o «divinización>>. Esta presencia exige una respuesta
pio de la vida nueva del alma.
9 El lector interesado puede encontrar un magnífico estudio sobre la libre por parte del hombre en la que entra la confianza en Dios
divinización del hombre en F. Ocáriz, Naturaleza, gracia y gloria, o. c., pág. 69 y el seguimiento que busca la identificación con Cristo, imagen
y SS. del Dios invisible.

230 231
Esta presencia divina en el hombre, por ser una operación menso de esa transformación interior que es la filiación divina,
<<ad extra>>, es nna acción de roda la Trinidad, pero se atribuye al fundamento de toda la vida cristiana: «los que son guiados por
Espíritu Santo por tratarse de una acción santificadora. el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios», que claman con
gozo y confianza plena: <<¡Abba, Padre!» (Rm 8, 14.15).
b) Testimonio de la Escritura. La inhabitación de la Santí- Ante las contiendas y divisiones que se daban en algunos
sima Trinidad en el alma del justo es un hecho real que está fieles de Corinto, San Pablo les amonesta con fuerza: <<¿No
testimoniado con frecuencia en la Escritura. El Espíritu Santo sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu Santo habita
se hace presente y actúa en toda la Iglesia y en cada fiel que en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le
vive en gracia de Dios. Las palabras de Jesús a los Apóstoles en destruirá a él; porque el templo de Dios, que sois vosotros, es
la Última Cena son claras: <<Si alguno me ama, guardará mi santo» (1 Co 3, 17). Con ocasión de condenar los pecados
palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos mo- de fornicación, enseña que <<el cuerpo no es para la fornica-
rada en él» (Jn 14, 23); no se trata del conocimiento y del ción sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo»; e insiste:
amor a Dios de que es capaz todo ser humano, sino de un <<ha- <<¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo,
bitan> las Personas divinas en el hombre en un ambiente de que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os
profunda y reciproca amistad personal. Jesús dice varias veces pertenecéis? Habéis sido comprados a gran precio. Glorifi-
que enviará al Espíritu Santo a los discípulos (cfr. Jn 15, 26; cad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo» (1 Co 6, 13.19-
16, 7). En la llamada oración sacerdotal, Jesús suplica emocio- 20). Estas palabras de la Escritura manifiestan la impresio-
nado al Padre: <<Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo nante dignidad y grandeza de la carne humana, asumida
para que tu Hijo te glorifique; ya que le diste potestad sobre plenamente por el Hijo de Dios en la Encarnación salvo el
toda carne, que él dé vida eterna a todos los que Tú le has pecado; y nos muestran que lo propio de la fe es estar unida
dado» (Jn 17, 1-2); Jesús pide para los discípulos la vida eterna a la vida, que la visión sobrenatural no es un espiritualismo
que, fruto de la Cruz, nos comunica el Espíritu Santo reci- ajeno a nuestros problemas, sino la fuerza que nos da el Es-
biéndola de Cristo: <<Él me glorificará, porque recibirá de lo píritu Santo para que en cuerpo y alma, en unidad de vida,
mío y os lo anunciará» (J n 16, 14). seamos santos.
San Pablo predica con abundancia esta enseñanza del Señor:
fruto de la acción redentora de Jesús en la Cruz, <<el amor de e) Enseñanza de los Padres. La doctrina patrística sobre la
Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del inhabitación se puede concretar en tres afirmaciones principa-
Espíritu Santo que se nos ha dado» (Rm 5, 5); los cristianos en les: 1) Dios inhabita propiamente en el alma de los justos, es
gracia, dice San Pablo, <<no caminamos según la carne, sino se- decir, en quienes viven en amistad y familiaridad con Dios;
gún el Espíritu[ ... ] Y si el Espíritu de Aquel que resucitó aJe- 2) Las tres Personas divinas están presentes en el alma en gracia
sús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo. que resu- por la inhabitación; 3) Esta presencia sobrenatural de Dios es
citó a Cristo de entre los muertos dará vida también a vuestros obra del Espíritu Santo. Destaca la doctrina de San Basilio se-
cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que habita en vaso- · gún la cual por medio del Espíritu Santo el bautizado recibe <<la
tros» (Rm 8, 4.11); un poco más adelante habla del don in- adopción filial, la confiada libertad de llamar Padre nuestro a

232 233
Dios, de participar en la gracia de Cristo ... y de estar en la ple- en 1943. Últimamente, Juan Pablo II ha escrito sobre la inha-
nitud de la bendición, en esta vida y en la futura>> 10 • bitación trinitaria como una mutua apertura vital entre las Per-
Comentando un texto de San Cirilo de Jerusalén sobre la Eu- so~as divinas y el hombre por impulso del Espíritu Santo:
caristía, dice San Josemaría Escrivá: «"Cuando participamos de la <<DIOs Uno y Trmo se abre al hombre, al espíritu humano. El
Eucaristía, escribe San Cirilo de Jerusalén, experimentamos la es- soplo oculto del Espíritu divino hace que el espíritu humano se
piritualización deificante del Espíritu Santo, que no sólo nos con- abra, a su vez, a la acción de Dios salvífica y santificante. Me-
figura con Cristo, como sucede en el bautismo, sino que nos cris- diante el don de la gracia que viene del Espíritu, el hombre
tifica por entero, asociándonos a la plenitud de Cristo Jesús" entra en "una nueva vida", es introducido en la realidad sobre-
(Catequesis, 22, 3). La efusión del Espíritu Santo, al cristificarnos, natural de la misma vida divina y llega a ser "santuario del Es-
nos lleva a que nos reconozcamos hijos de Dios. El Paráclito, que píritu Santo", "templo vivo de Dios" (cfr. Rm 8, 9; 1 Co 6, 19).
es caridad, nos ensefía a fundir con esa virtud toda nuestra vida; y En efecto, por el Espíritu Santo, el Padre y el Hijo vienen al
«consummati in unum» (Jn 17, 23), hechos una sola cosa con hombre y ponen en él su morada (cfr. Jn 14, 23). En la comu-
Cristo, podemos ser entre los hombres lo que San Agustín afirma nión de gracia con la Trinidad se dilata el "área viral" del hom-
de la Eucaristía: "signo de unidad, vínculo de Amor"»ll. bre, elevada a nivel sobrenatural por la vida divina. El hombre
Precisamente San Agustín habla de la inhabitación de Dios vive en Dios y de Dios: vive "según el Espíritu"» y "desea lo
espiritual" ~, 13 •
en el alma del justo como obra del amor que es propiamente el
Espíritu Santo: «El amor que viene de Dios, y es Dios, es pro- La doctrina de que la gracia viene del Espíritu Santo la en-
piamente el Espíritu Santo, por el que se derrama en nuestros sefía el Catecismo: <<La gracia de Cristo es el don gratuito que
corazones la caridad de Dios, por la cual nos inhabita toda la Dws nos hace de su vida infundida por el Espíritu Santo en
Trinidad. Por esta causa el Espíritu Santo, aún siendo Dios, es nuema alm! P";;a.s~n~rla delpeca~o y santificarla: es la "gracia
llamado Don de Dios con toda propiedad. ¿Y qué puede ser sanuficante o d!vmlzadora , reobida en el Bautismo. Es en
este Don, sino amor que nos conduce a Dios, y sin el cual nin- nosotros la fuente de la obra de la santificación: "Por tanto, el
gún don de Dios conduce a Dios?» 12 • que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es
nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo
por Cristo" (2 Co 5, 17-18)»14.
d) Magisterio de la Iglesia. Aunque la doctrina de la inhabi-
tación de Dios en el alma es doctrina de fe testimoniada en la
Escritura y desarrollada por los Padres, el Magisterio se ocupó 4. Al Padre, por el Hijo, en el Espíritu
de ella sólo a partir del siglo XIX: León XIII en 1897 y Pío XII
. ~an Bernardo habla de tres venidas del Sefíor: La primera,
10 San Basilio de Cesarea, EL Espiritu Santo, o. c., 15, 36; son numerosos VISible, es por la Encarnación. La segunda es invisible y es lo
los pasajes en los que dice que el bautismo deifica por la acción del Espíritu
Santo. Cfr. E!Espfritu Santo en los Padres de la Iglesia, o. c., pág. 124 y ss.
11 San Josemaria Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa, o. c., 87. -
13
J P II, De V,
58.
14
12 San Agustín, La Trinidad. o. c., 15, 18, 32. CCE, 1999; cfr. 1996-2005.

234 235
que los teólogos llaman la Trinidad económica; la tercera será la sar su fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu: Pides omnium
venida gloriosa al final de los tiempos: christianorum in Trinitate consistit ("La fe de todos los cristianos
«Sabemos de una triple venida del Señor. Además de la pri- se cimenta en la Santísima Trinidad"),, 16,
mera y de la última, hay una venida intermedia. Aquéllas son Tal inhabitación es la fuente de la felicidad más grande del
visibles, pero ésta no. En la primera, el Señor se manifestó en la hombre en la tierra y anticipo de la plenitud de vida que el hom-
tierra y convivió con los hombres, cuando, como atestigua Él bre está llamado a tener en el cielo,
mismo, lo vieron y lo odiaron. En la última, todos verdn la salva-
ción de Dios y mirardn al que traspasaron (J n 19, 3 7). La inter-
media, en cambio, es oculta, y en ella sólo los elegidos ven al a) La meta del hombre: alcanzar al Padre
Señor en lo más íntimo de sí mismos, y así sus almas se salvan.
De manera que, en la primera venida, el Señor vino en carne y El fin último del hombre es alcanzar la vida eterna, la gloria
debilidad; en esta segunda, en espíritu y poder; y, en la última, del cielo. El Catecismo !o expresa en estos términos trinitarios:
en gloria y majestad. Esta venida intermedia es como una senda <<El fin último de toda la economía divina es la entrada de las
por la que se pasa de la primera a la última: en la primera, Cristo criaturas en la unidad perfecta de la Bienaventurada Trinidad»".
fue nuestra redención; en la última, aparecerá como nuestra <<Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo,
vida; en ésta, es nuestro descanso y nuestro consuelo>' 15 • en un designio de pura bondad ha creado libremente al hom-
Hacia la Trinidad inmanente. Con la inhabitación de la San- bre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada ... Para lo-
tísima Trinidad en el alma, estamos en la senda que nos con- grarlo, llegada la plenitud de los tiempos, envió a su Hijo como
duce a la Trinidad inmanente: Redentor y Salvador. En Él y por Él, llama a los hombres a ser,
La liturgia de la Iglesia se dirige en oración al Padre por me- en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y, por tanto, los
dio del Hijo en el Espíritu Santo, con el fin de alcanzar la salva- herederos de su vida bienaventurada,, 18 • Los medios más signi-
ción eterna. Esta invocación resume al Dios Uno y Trino que ficativos de los hijos de Dios para llegar al Padre son la oración
nos ha revelado Jesucristo para introducirnos en la vida divina, y la santidad.
de un modo inicial o incoado aquí en la tierra y de un modo
pleno en la eternidad: El Hijo, revelado en la carne y en la de- 1) Hijos de Dios. «''Al llegar la plenitud de los tiempos, en-
bilidad, nos conduce al Padre a través de la acción santificante vió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para
del Espíritu Santo. rescatar a los que se hallaban bajo la Ley, y para que recibiéra-
El Catecismo enseña que «los cristianos son bautizados "en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28, 19). 16
CCE, 232. Cfr. Directorio sobre la piedad popular, de la Congr. para el
Antes responden "Creo" a la triple pregunta que les pide confe- Culto Divino (17-12-2001), donde se recoge y se impulsa la devoción de los
fieles a la Santísima Trinidad (nn. 157-159).
17
CCE, 260; cfr. los discursos de Juan Pablo II sobre los nuevos cielos y
15 San Bernardo, Sermón 5 en el Adviento del Señor L en Obras completas, la nueva tierra (del 3-01-2001 al21-03-2001), en Alabanza a la Trinidad, o. c.,
vol. 3, pp. 95,96. 18
CCE, l.

236 237
mos la filiación adoptiva" (Ga 4, 4-5). He aquí "la Buena
dad y gratitud hacia el Padre; expresada en una fraternidad so-
Nueva de Jesucristo, Hijo de Dios" (cfr. Me 1, 1)» 19 • El Padre
lidaria con nuestro hermano mayor Jesucristo, que se entregó a
nos ha hecho «hijos en el Hijo», como dicen con frecuencia los
la muerte de Cruz para restablecer y mejorar la relación con el
Padres griegos. Se trata de una «divinización» o «deificación» Padre; y envuelta por el lazo amoroso del Espíritu Santo, que
consistente en «participar de la naturaleza divina>> ( 2 P 1, 4): nos lleva a encontrarnos con Jesús en las encrucijadas de la vida
«Entramos a formar parte de la naturaleza divina mediante la y a amar la voluntad de Dios en todas las cosas. San Josemaría
participación en el Espíritu ... He aquí por qué el Espíritu divi- Escrivá dice que da oración es el fundamento de toda la labor
niza a aquellos en quienes se hace presente» 20 • sobrenatural; con la oración somos omnipotentes y, sí prescin-
diésemos de este recurso, no lograríamos nada» 24; de ahí la im-
2) La oración: La oración es la primera forma de vida interior portancia y la necesidad de que <<no falten en nuestra jornada
y de trato con Dios. <<La oración cristiana es una relación de unos momentos dedicados especialmente a frecuentar a Dios,
Alianza entre Dios y el hombre en Cristo. Es acción de Dios y del elevando hacia Él nuestro pensamiento, sin que las palabras
hombre; brota del Espíritu Santo y de nosotros, dirigida por tengan necesidad de asomarse a los labios, porque cantan en el
completo al Padre, en unión con la voluntad humana del Hijo de corazón>> 25 .
Dios hecho hombre» 21 • <<En la Nueva Alianza, la oración es la re-
lación viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente bueno, 3) La santidadpersonal Para llegar al Padre hay que ser san-
con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo. La gracia del Reino tos, como ha revelado de modo expreso Jesucristo: <<Sed perfec-
es "la unión de la Santísima Trinidad toda entera con el espíritu tos como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5, 48). Santi-
todo entero" 22 • Así, la vida de oración es estar habitualmente en dad es, más que un tarea (procurar ser buenos), una cualidad
presencia de Dios, tres veces Santo, y en comunión con ÉL Esta entitativa, un don sobrenatural mediante el cual el hombre
comunión de vida es posible siempre porque, mediante el Bau- puede ser llamado a participar de la vida divina. Dios es Santo;
tismo, nos hemos convertido en un mismo ser con Cristo (cfr. nos santifica la gracia santificante. Por eso es una llamada y un
Rm 6, 5). La oración es cristiana en tanto en cuanto es comunión compromiso: <<Si el bautismo es una verdadera entrada en la
con Cristo y se extiende por la Iglesia que es su Cuerpo. Sus di- santidad de Dios -dice Juan Pablo JI- por medio de la inser-
mensiones son las del Amor de Cristo (cfr. Ef3, 18-21)»23 • ción en Cristo y la inhabitación de su Espíritu, seria un contra-
En el cristiano, la vida de oración es un traro amoroso y sentido contentarse con una vida mediocre, vivida según una
confiado con cada una de las Personas divinas: llena de docili- ética minimalista y una religiosidad superficial>> 26 . <<Esta es la
voluntad de Dios: vuestra santificación>> (1 Ts 4, 3). Es un
19
CCE. 422.
20 San Atanasia, Cartas a Serapión, 1, 14. Cfr. la voz Filiación divina, en 24
San Josemaría Escrivá de Balaguer, Amigos de Dios, o. c., 238.
Dic. Teohgia, o. c., pp. 415-420. 25
Ibídem, 249; el Catecismo dedica la última parte a la oración con abun-
n CCE, 2564. Cfr. la voz Oración, en Dic. Teologia, o. c., pp.749-759.
22
dantes testimonios de los sant~s y muchas sugerencias para la vida cristiana,
San Gregario Nacianceno, Oratio 16, 9.
23
cfr. 2558-2865.
CCE, 2565. 26 Juan Pablo 11, carta apostólica Novo Millennio Ineunte (6-01-2001 ), 31.

238 239
compromiso que no afecta sólo a algunos cristianos, pues <<to- bres, el único Salvador: <<El Padre envió a su Hijo como salva-
dos los cristianos, de cualquier clase o condición, están llama- dor del mundo» (1 Jn 4, 14); <<Éste es el Cordero de Dios que
dos a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del aman>, quita el pecado del mundo» (Jn 1, 29); <<[Dios] quiere que to-
como enseña el Concilio Vaticano II 27 • Éste es el nervio del dos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la
mensaje de San Josemaría Escrivá desde 1928: todo cristiano verdad. Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador
está llamado a santificarse en la vida ordinaria: <<Tienes obliga- entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se
ción de santificarte. -Tu también. -¿Quién piensa que ésta entregó a sí mismo en redención por todos» (1 Tm 2, 4-6).
es labor exclusiva de sacerdotes y religiosos? A todos, sin excep- Esta verdad de fe tiene especial importancia en nuestros
ción, dijo el Señor: "Sed perfectos, como mi Padre Celestial es días, cuando algunos niegan que Jesucristo sea el Salvador
perfecto", 28 • La santidad es seguir de cerca a Jesucristo, lu- único para todos los hombres, mientras que ensalzan el valor
chando para vivir su vida, en un discurrir la existencia personal de algunas experiencias religiosas no cristianas, mostrándolas
y social, el trabajo y las vicisitudes cotidianas, embebidos en el como medios de salvación en sí mismas. Los elementos positi-
ambiente de familia que procede del Padre. vos que puedan tener esas religiones, en cuanto inducen a sus
fieles a la oración, a la confianza en Dios y al servicio de los
demás, no les confiere el estatuto de mediadores; en el mejor de
b) Por medio de jesucristo los casos, se trata de «mediaciones parciales» que <<cobran signi-
ficado y valor únicamente por la mediación de Cristo, y no
La Iglesia cree firmemente <<como verdad de fe católica que pueden ser entendidas como paralelas y complementarias>> 30 ,
la voluntad salvífica universal de Dios Uno y Trino es ofrecida porque sólo Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, muerto
y cumplida una vez para siempre en el misterio de la encarna- y resucitado, ha sido enviado por el Padre para dar a los hom-
ción, muerte y resurrección del Hijo de Dios» 29 • Los testimo- bres la revelación y la salvación a toda la humanidad y a cada
nios de la Escritura certifican con claridad que Jesús, el Hijo de hombre.
Dios encarnado, es el único mediador entre Dios y los hom- El Catecismo dice que Jesucristo «es el único intercesor ante
el Padre a favor de todos los hombres, de los pecadores en par-
27 LG, 40. Esta constitución dogmática dedica todo un capítulo a la lla- ticular. Es capaz de <<salvar perfectamente a los que por Él se
mada universal a la santidad. llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su
28 SanJosemaría Escrivá de Balaguer, Camino, 291; <1En el.Decret? de ~a
f.tvon> (Hb 7, 25)» 31 •
Santa Sede que declara las virtudes heroicas de Josemaria ~c~tvá se dt~e .. ~I­
tando este punto de Camino, que el Fundador del Opus Det, desde eltmc~o
de su ministerio sacerdotal, se esfonó por recordar a todos, en concordancia 1) jesucristo estd en la Iglesia. En conexión con la verdad de
profética con el Concilio Vaticano II, la llam~da eva.n~élica ~e to~os ~os cris- fe anterior, encontramos que Jesucristo «constituyó a la Iglesia
tianos a la santidad'\>, en P. Rodríguez, Camzno. Edtct6n crittco-htst6nca, o. c.,
pág. 462. . '
29 Congr. para la Doctrina de la Fe, Declaraczón Dommus Iesus (6-08- 30
Ibidem.
2000), n. 14, en Documenta, o.c., pág. 429. 31
CCE, 2634.

240 241
como misterio salvífico: Él mismo está en la Iglesia y la Iglesia 2) jesucristo estd en la Eucaristía. Entre los modos de presen-
está en Él; por eso, la plenitud del misterio salvífico de Cristo cia de Cristo en la Iglesia destaca sobremanera la Eucaristía,
pertenece también a la Iglesia, inseparablemente unida a su Se- suprema celebración terrena de la gloria de Dios 34 • Aquí está
ñor. Jesucristo, en efecto, continúa su presencia y su obra de realmente presente, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad,
salvación en la Iglesia y a través de la Iglesia, que es su cuerpo. Y bajo los signos de pan y de vino, como fruto del sacrificio euca-
así como la cabeza y los miembros de un cuerpo vivo aunque no rístico de la Santa Misa, que actualiza o renueva el sacrificio de
se identifiquen son inseparables, Cristo y la Iglesia no se pueden Jesús en el Calvario.
confundir pero tampoco separar, y constituyen un único "Cristo San Josemaría Escrivá resalta con vigor que la Misa es <<ac-
total". Esta misma inseparabilidad se expresa también en el ción divina, trinitaria, no humana. El sacerdote que celebra
Nuevo Testamento mediante la analogía de la Iglesia como Es- sirve al designio del Señor, prestando su cuerpo y su voz; pero
posa de Cristo (cfr. 2 Co 11, 2; Ef 5, 25-29; Ap 21, 2.9)» 32 • no obra en nombre propio, sino "in persona et in nomine
Fuera de la Iglesia el hombre puede conseguir multitud de Christi", en la Persona de Cristo, y en nombre de Cristo. El
bienes científicos, culturales y materiales. Pero a Cristo sólo se amor de la Trinidad a los hombres hace que, de la presencia de
puede encontrar en la Iglesia, pues sólo en ésta se halla el verda- Cristo en la Eucaristía, nazcan para la Iglesia y para la humani-
dero Evangelio de Cristo y los sacramentos instituidos por dad todas las gracias ... La Santa Misa nos sitúa de ese modo
Cristo; es decir, sólo en la Iglesia el hombre tiene garantía ante los misterios primordiales de la fe, porque es la donación
acerca de la Revelación divina y de la fuente de la gracia sobre- misma de la Trinidad a la Iglesia. Así se entiende que la Misa
natural para ir al Padre. A pesar de las infidelidades de los cris- sea el centro y la raiz de la vida espiritual del cristiano>> 35 •
tianos -divisiones, herejías, escándalos- existe una continui- En esta sociedad, cada vez más plural en culturas y en religio-
dad histórica, radicada en la sucesión apostólica, entre la Iglesia nes, a los cristianos les corresponde estar vigilantes para no dis-
fundada por Cristo y la Iglesia católica. El Concilio Vaticano II persarse con las voces de «los falsos profetas>> (Mt 7, 15) y perder
enseña con toda claridad: «Esta es la única Iglesia de Cristo ... su identidad cristiana; más aún, están llamados a ser luz y sal del
que nuestro Salvador confió después de su resurrección a Pedro Evangelio, como enseña Jesucristo (cfr. Mt 5, 13-16), para vivifi-
para que la apacentara, confiándole a él y a los demás Apóstoles car el mundo actual. Un signo concreto y decisivo de la identi-
su difusión y gobierno, y la erigió para siempre como «columna dad cristiana es la Eucaristía dominical, como recientemente ha
y fundamento de la verdad» (1 Tm 3, 15). Esta Iglesia, consti- recordado Juan Pablo II: <<Es un deber irrenunciable, que se ha de
tuida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste vivir no sólo para cumplir un precepto, sino como necesidad
en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por de una vida cristiana verdaderamente consciente y coherente>> 36 •
los Obispos en comunión con éh> 33 •
34 Juan Pablo 11, discursos de 27-09-2000 a 15-11-2000, en Alabanza a
la Trinidad, o.c.
32 Congr. para la Doctrina de la Fe, Decl. Dominus Iesus (6-08-2000), n. 14, 35 San Josemaría Escrívá de Balaguer, Es Cristo que pasa, o. c., 86.87.
en Documenta o. c. 36 Juan Pablo II, Carta ap. Novo Millennio Ineunte, 36; cfr. Carta ap. Dies
33
LG, 8. Domini (31-05-1998), sobre la santificación del domingo.

242 243
e) Inmersos en el Espíritu Santo hacer nada'' (cfr. Jn 15, 5)» 39 . «La gracia, dice el Catecismo, es el
favor, el auxilio gratuito que Dios nos da para responder a su
El Espíritu Santo es prenda de la esperanza para alcanzar el llamada ... [y poder participar] de la vida eterna>>40 ; «La gracia
cielo y fuente de la perseverancia final. Para ir al cielo, el cris- es, ante todo y principalmente, el don del Espíritu que nos
tiano ha de dejarse invadir por la acción del Espíritu Santo, justifica y nos santifica. Pero la gracia comprende también los
pues «el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones dones que el Espíritu Santo nos concede para asociarnos a su
por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado» (Rm 5, 5). obra, para hacernos capaces de colaborar en la salvación de los
Advierte Juan Pablo II que al Don del Espíritu Santo «hay que otros y en el crecimiento del Cuerpo de Cristo, que es la
prestarle una atención particular, sobre todo en nuestro tiempo, Iglesia» 41 • Es buena experiencia de los frutos de la gracia recor-
en el que muchos hombres, y no pocos cristianos, se debaten dar la narración evangélica de la pesca milagrosa: «Maestro, he-
entre la ilusión y el mito de una capacidad infinita de auto-re- mos estado bregando durante toda la noche y no hemos pes-
dención y de realización de sí mismos, y la tentación del pesi- cado nada» (Le 5, 5); éste es el momento de abrir el corazón a
mismo al sufrir frecuentes decepciones y derrotas» 37 • la acción del Espíritu Santo y permitir a la palabra de Jesús que
La esperanza de ir al cielo supone, entre otras cosas, dar pri- pase por el cristiano con toda su fuerza para subir al Padre:
macía a la gracia, dar testimonio cristiano y aprender a ser libres, «Duc in altum!- ¡Mar adentro!» (Le 5, 4).
pues la vida cristiana es «como una iniciación en la participación
plena en la gloria de Dios; y el Espíritu Santo es la garantía de 2) Ser testigos del Amor: Apostolado. E! Espíritu Santo es el
alcanzar la plenitud de la vida eterna, cuando, por efecto de la nexo entre el Padre y el Hijo; de modo semejante, el Espíritu
redención, sean vencidos también los restos del pecado, como el Santo origina la unión, la comunión de los cristianos entre sí y
dolor y la muerte. Así, la esperanza cristiana no sólo es garantía, de los cristianos con los demás hombres. «La comunión es el
sino también anticipación de la realidad futura» 38 • fruto y la manifestación de aquel Amor que, surgiendo del co-
razón eterno del Padre, se derrama en nosotros a través del Es-
1) Primacía de la gracia. Pensar que el éxito humano y la píritu que Jesús nos da (cfr. Rm 5, 5), para hacer de todos no-
conquista del cielo dependen principalmente de la capacidad sotros "un solo corazón y una sola alma" (Hch 4, 32).
personal de hacer es una tentación por la que el hombre cierra Realizando esta comunión de amor, la Iglesia se manifiesta
su vida a la acción de Dios. <<Ciertamente -recuerda Juan Pa- como ~'sacramento", o sea, "signo e instrumento de la íntima
blo Il-, Dios nos pide una colaboración real a su gracia y, por unión con Dios y de la unidad del género humano''» 42 •
tanto, nos invita a utilizar todos los recursos de nuestra inteli-
gencia y capacidad operativa en nuestro servicio a la causa del 39
Juan Pablo U, Carta ap. Novo Míllennio Ineunte, 38.
40 CCE, 1996.
Reino. Pero no se ha de olvidar que, sin Cristo, "no podemos 41 CCE, 2003.
42 Juan Pablo II, Carta ap. Novo Millennio Ineunte, 42. Precisamente esa

37 Juan Pablo 11, discurso de 3-07-1991, l. {(comunión de amon> rechaza todo tipo de violencia, tanto para la unión per-
38 Juan Pablo 11, discurso de 3-07-1991, 2. sonal con Dios, como para la difusión de la fe. Son interesantes las reflexiones

244 245

1
Esa vitalidad sobrenatural, participación en la tierra de la vida Libertad y responsabilidad. <<El modo específico de contribuir
eterna que aguarda en el cielo, se llama apostolado y puede des- los laicos a la santidad y al apostolado de la Iglesia es la acción
plegarse de formas muy variadas, pero siempre es un desbordar el libre y responsable en el seno de las estructuras temporales, lle-
corazón en el afán de servir a los demás, principalmente en la vando allí el fermento del mensaje cristiano. El tesrimonio de
mayor riqueza del hombre: la fe cristiana. El Espíritu Santo, Da- vida cristiana, la palabra que ilumina en nombre de Dios, y la
dor de vida, impulsa a comunicar a los demás esa vida divina, acción responsable, para servir a los demás contribuyendo a
para que sean más libres y limpios, para hacer de la tierra un es- la resolución de los problemas comunes, son otras tantas mani-
pacio de comunión fraterna, una familia bien avenida, un cielo, festaciones de esa presencia con la que el cristiano corriente
como se pide en el Padrenuestro: <<Venga a nosotros tu Reino»43. cumple su misión divinaé5.
El don del Espíritu es el germen de una vida armoniosa que
3) Aprender a ser libres. El dinamismo de la vida cristiana, si potencia la libertad como fruto del Espíritu Santo: existe un
no se ponen obstáculos, lleva al cristiano a ser, en el Espíritu, fruto del Espíritu que brota de la filiación divina y de la cari-
<<otro Cristo>>, a vivir con la lógica del <<hombre nuevo» que no dad: la libertad de los hijos de Dios. <Nosotros, hermanos --di-
entristece al Espíritu Santo (cfr. Ef 4, 17-32), porque ha logrado ce San Pablo-, estáis llamados a la libertad. Pero que esta li-
tener «los mismos sentimientos de Cristo Jesús» (Flp 2, 5). San bertad no sea pretexto para la carne, sino servíos unos a otros
Josemaría Escrivá desarrolló la doctrina del <<otro Cristo», apli- con amor ... Si os dejáis conducir por el Espíritu, ya no estáis
cándola a todos los bautizados, hasta culminar en la identifica- bajo la Le}"> (Ga 5, 13.18). El cristiano es verdaderamente libre
ción con Cristo, en ser <<el mismo Cristo»: <<La llamada de Dios, cuando sigue «la ley del Espíritu de la vida que está en Cristo
el carácter bautismal y la gracia, hacen que cada cristiano pueda Jesús», porque <<lo libera de la ley del pecado y de la muerte»
y deba encarnar plenamente la fe. Cada cristiano debe ser alter (Rm 8, 2). De ahí la íntima conexión que hay entre libertad
Christus, ipse Christus, presente entre los hombres»44 • cristiana y castidad y, en general, con toda virtud; de hecho, la
Aquí descansa la visión de la Iglesia como comunión de los libertad se realiza en la verdad y en el bien, es decir, en el ejerci-
creyentes en Cristo, solidarios todos en la difusión del mensaje cio de las virtudes, expresión del señorío del hombre sobre sí
cristiano dentro y fuera de la Iglesia. Y aquí descansa también mismo y sobre el mundo.
el imperativo de la libertad dentro de la Iglesia como conse- La libertad en Santo Tomds. Santo Tomas dice que «cuanta
cuencia de la libertad que ha conquistado Cristo y alimenta el más caridad tiene uno, tanto más tiene la libertad, porque "el
Espíritu Santo. Señor es Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay liber-
tad" (2 Co 3, 17). Y quien tiene la caridad perfecta, tiene en
grado eminente la libertad» 46 • Comentando el texto de Corin-
de Benedicto XVI en su discurso en la Universidad de Ratisbona (12-09-
tios, reafirma: <<Ahora es cuando obra el Espíritu Santo, el cual
2006) sobre la relación de la fe y la razón.
43 Cfr. discursos de Juan Pablo II sobre el trabajo por el Reino de Dios en
el mundo (de 22-11-2000 a 24-01-2001) en Alabanza a la Trinidad, o. c. 45
44 San Josemaria Escrivá de Balaguer, Conversaciones, o. c., 58. Cfr. la voz Ibídem, 59.
46 Santo Tomás, In III Sent, 29, 1, 8.
Libertad, en Dic. Teologfa, o. c., pp. 567-575.

247
246
perfecciona interiormente nuestro espíritu comunicándole un del alma contemplativa. Vivimos de Fe, y de Esperanza,
dinamismo nuevo, de manera que él se abstiene del mal por y de Amor; y la Esperanza nos vuelve poderosos. ¿Recor-
amor ... ; y de tal manera es libre, no en el sentido de que no dáis a San Juan?: "a vosotros escribo, jóvenes, porque sois
está sometido a la ley divina, sino es libre porque su dinamismo valientes y la palabra de Dios permanece en vosotros, y
interior lo lleva a hacer lo que prescribe la ley divina»47 • vencisteis al maligno" (1 J n 2, 14). Dios nos urge, para la
juventud eterna de la Iglesia y de la humanidad entera.
4) Con la mirada en el Cielo. Una buena conclusión del es- ¡Podéis transformar en divino todo lo humano, como el
tudio sobre la Santísima Trinidad son las siguientes palabras de rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba!
San Josemaría, transidas de alta contemplación de la Trinidad y No olvidéis nunca: después de la muerte, os recibirá el
que dan el sentido exacto que tiene la vida de los hombres en la Amor. Y en el amor de Dios encontraréis, además, todos
tierra: los amores limpios que habéis tenido en la tierra. El Se-
ñor ha dispuesto que pasemos esta breve jornada de
«Vosotros habéis experimentado, como yo, que la per-
nuestra existencia trabajando y, como su Unigénito, "ha-
sona enamorada se entrega segura, con una sintonía ma-
ciendo el bien'' (Hch 10, 38). Entretanto, hemos de estar
ravillosa, en la que los corazones laten en un mismo que-
alerta, a la escucha de aquellas llamadas que San Ignacio
rer. ¿Y qué será el Amor de Dios? ¿No conocéis que por de Antioquia notaba en su alma, al acercarse la hora del
cada uno de nosotros ha muerto Cristo? Sí, por este co- martirio: "ven al Padre"48 , ven hacia tu Padre, que te es-
razón nuestro, pobre, pequeño, se ha consumado el sa-
pera ansioso.
crificio redentor de Jesús.
Pidamos a Santa María, Spes nostra, que nos encienda
Frecuentemente nos habla el Señor del premio que en el afán santo de habitar todos juntos en la casa del
nos ha ganado con su Muerte y su Resurrección. "Yo voy Padre. Nada podrá preocuparnos, si decidimos anclar el
a preparar un lugar para vosotros. Y cuando hubiere ido, corazón en el deseo de la verdadera Patria: el Señor nos
y os haya preparado lugar, vendré otra vez y os llevaré conducirá con su gracia, y empujará la barca con buen
conmigo, para que donde yo estoy estéis también voso- viento a tan claras riberas»49 •
tros" Qn 14, 2-3). El Cielo es la meta de nuestra senda
terrena. Jesucristo nos ha precedido y allí, en compañía
de la Virgen y de San José -a quien tanto venero--, de
los Ángeles y de los Santos, aguarda nuestra llegada ...
¡Qué maravilloso será cuando Nuestro Padre nos diga:
"siervo bueno y fiel, porque has sido fiel en las cosas pe-
queñas, yo te confiaré las grandes: ¡entra en el gozo de tu
Señor!" (Mt 25, 21). ¡Esperanzados! Ése es el prodigio
48 San Ignacio de Amioquia, Carta a los Romanos, 7.
47
Santo Tomás, In 2 Co 3, 17, lect. 3. 49 San Josemaría Escrivá de Balaguer, Amigos de Dios, o. c., 220-221.

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254 255
ÍNDICE GENERAL

Introducción ......................................... .................... .... 9


Abreviaturas ........................ ........ .................................. 11
Capítulo J. lA EXISTENCIA DE UN DIOS QUE REVELA •• 15
l. El Dios de los filósofos y el Dios de la revelación .. 18
2. La revelación de Dios en la historia y en las palabras . 21
a) Revelación natural ......... .................................. 21
b) Revelación sobrenatural ........ ...... ...... .............. 22
e) ¿Y los que pasan de Dios? ................................ 23
d) Motivos de la revelación sobrenatural ............ .. 24
e) Respuesta a la revelación sobrenatural ............. 25
3. El Dios de Israel y la polémica con los fulsos dioses . 26
4. Sabiduría del creyente y necedad de los que niegan
a Dios .................................................................. 27
5. Las vías del conocimiento natural de Dios ............ 29
5.1. Conocimiento de Dios por medio de la natu-
raleza ........................................................... 31
5 .2. Conocimiento de Dios por medio de las in-
quietudes del hombre .................................. 33
6. La revelación progresiva de Dios en el Antiguo Tes-
tamento ............................................................... 34

257
f
7. Etapas de la intervención de Dios en el Antiguo
1 5. La misericordia de Dios ....................................... 80
¡' 6. El problema del mal .. .............. ............................. 83
Testamento ......................................................... . 35 1 7. La Sabiduría, la Palabra y el Espíritu de Dios ....... 87
7.1. Desde el origen, Dios se da a conocer ......... . 36 a) La Sabiduría de Dios ...................................... 87
7.2. La Alianza con Noé ..................................... . 37 1 b) La Palabra de Dios .............................. ............ 89
7.3. Dios elige aAbraham .................................. . 37 e) El Espíritu de Dios ......................................... 89
7.4. La Alianza con el pueblo de Israel ............... . 38 1 8. Dios revelado en Jesucristo ................................... 90
7.5. El profetismo .............................................. . 39 1 a) Continuidad ... ........ .............. .................... ...... 90
1 b) Novedad......................................................... 92
Capítulo Il. LA UNICIDAD Y TRASCENDENCIA DE DIOS .. 40
l. El Dios único ..................................................... . 40 Capítulo N. LA TRINIDAD EN EL NUEVO TESTAMENTO 95
2. Jesús es el Señor ................................................. .. 42 l. ¿Atisbos de la Trinidad en el Antiguo Testamento?... 96
3. No todos creen en el Dios único ......................... . 43 2. El Padre revelado por el Hijo ............. ............. ...... 100
4. Consecuencias de la fe en el Dios único .............. . 45 a) Jesús llama a Dios Padre ................................. 101
5. Los nombres de Dios ......................................... .. 48 b) Jesús revela que Dios es su Padre .................... 102
6. Las perfecciones de Dios .................................... . 50 e) Jesús se identifica con el Padre........................ 103
7. Trascendencia del Dios inefable .......................... . 52 d) Jesús llama a Dios <<Abba, Padre mío»
8. Dios es eterno ................................................... .. 55 (Me 14, 36) ................................................... 104
9. Dios es inmutable ............................................. .. 57 3. La divinidad de Jesús en el Nuevo Testamento ..... 106
10. Perfecciones morales de Dios .............................. . 60 a) Jesús adolescente manifiesta su divinidad ....... 106
11. Razonamientos filosóficos sobre Dios Uno ......... . 62 b) Jesús se llama «Hijo del Hombre» ................... 107
a) Dios es el Ser subsistente ............................... . 63 e) Jesús manifiesta su divina preexistencia: «Yo soy>> 109
b) Dios es el Creador de todas las cosas ............. . 64 d) El Padre confirma la divinidad de Jesús .......... 110
e) Dios es indefinible ........................................ . 65 e) Los discípulos proclaman la divinidad de Jesús . 111
d) Dios es substancia espiritual .......................... . 66 4. Revelación del Espíritu Santo como Persona divina. 112
e) Dios es trascendente al mundo ...................... . 67 a) Los Nombres del Espíritu Santo ..................... 112
f) Dios es eterno .............................................. .. b) El Espíritu Santo es Persona divina ...... ........... 113
67
g) Dios está presente en todas partes por su in- e) El Espíritu Santo y Jesús ................................. 114
d) El Espíritu Santo santifica a los hombres ........ 115
mensidad ...................................................... . 68
5. Expresiones trinitarias del Nuevo Testamento ...... 116
a) El anuncio de la Encarnación ......................... 117
Capítulo III. EL DIOS VNO DE LA ALIANZA ............... . 70
b) El bautismo de Jesús ...................................... 117
l. Dios es cercano al hombre .................................. . 72
2 . D"ws es o mm.potente .......................................... . e) La Transfiguración del Señor .......................... 118
73 d) El mandato misional ...................................... 120
3. Dios es Creador de todas las cosas ...................... . 75 1 e) Los escritos apostólicos ................................... 121
4. Dios es justo ....................................................... . 77
259
258 1¡
1
_j
Capítulo V. HACIA UNA FORMULACIÓN DOGMÁTICA 5. Las relaciones divinas .......................................... 177
DE LA FE TRINITARIA.................................................. 123 6. Características de las relaciones divinas ................ 179
l. Primeros textos cristianos .................................... 125 a) Se identifican con la esencia divina ... .............. 179
2. El gnosticismo ..................................................... 129 b) Se distinguen realmente entre sí ........... ...... .... 180
3. Los Padres apologistas ......................................... 131 7. En Dios hay cuatro relaciones ................. ........ .... 181
4. Monarquianismo y modalismo ............................ 136 8. La vida íntima y dichosa del Dios santísimo ........ 183
a) Monarquianismo adopcionista ....................... 137
b) Monarquianismo modalista ..... ..... ....... ...... ... .. 138 Capítulo VIII. LAS PERSONAS DIVINAS ........................ 186
5. Subordinacionismo: la crisis arriana ... ...... ....... ..... 140 l. Concepto de persona ..... ........ ....... ...... ................. 186
6. El Concilio de Nicea (325) .................................. 143 2. El Padre, principio sin principio .......................... 188
7. Controversias y progreso teológico ...................... 145 a) El Padre es fuente y origen de roda la Trini-
8. La divinidad del Espíritu Santo ........................... 147 dad ................................................................ 189
b) El Padre es principio sin principio .................. 189
Capítulo VI. LAS PROCESIONES DIVINAS ...................... 153 e) Es Padre del Hijo ........................................... 190
l. La fe en el Dios Trino .......................................... 153 d) El Padre es ingénito ........................... ............. 191
2. El conocimiento analógico .......... ...... .................. 158 3. El Verbo e Hijo de Dios ...................................... 192
a) Concepto de analogía ........... .......................... 158 a) El Hijo es el Verbo de Dios .... .............. ....... ... 194
b) El proceso analógico: afirmación, negación y b) El Hijo es imagen del Padre ........................... 195
emmenC!a ............ ...... ..... ..... ...... ........... .......... 160 4. El Espíritu Santo, Amor ...................................... 195
e) La analogía del hombre .................................. 161 a) El Espíritu Santo, Amor subsistente ......... ...... 197
3. Concepto de procesión ........................................ 163 b) El Espíritu Santo procede del amor mutuo .... 199
4. Las procesiones divinas ............ .......... .................. 164 5. El Espíritu Santo como Don ............................... 200
5. Características de las procesiones divinas ............. 165 6. La cuestión del «Fílíoque» ........... ... ......... ............. 202
a) Son procesiones inmanentes ........................... 165 7. Mutua inmanencia de las Personas divinas .. ......... 204
b) Son procesiones reales .................................... 167
e) Son acciones u operaciones ............................. 167 Capítulo IX. PROPIEDADES Y MISIONES ...................... 209
d) Tienen su origen y su término en las Personas ... 169 l. Las propiedades de las Personas divinas ................ 211
e) Sólo hay dos procesiones en Dios ................... 169 2. Las apropiaciones ................................................ 212
3. La misión divina ................................................. 215
Capítulo VII. LAS RELACIONES DIVINAS ...................... 171 4. Misión visible del Verbo ...................................... 217
l. Concepto de relación .......................................... 171 5. Misión del Espíritu Santo .................................... 220
2. Elementos de las relaciones .................................. 173 6. Misión invisible y misión visible .... . ..... ................ 222
3. Las relaciones reales ............................................. 174
4. Las relaciones subsistentes ................................... 176

260 261
Capítulo X. DE LA TRINIDAD ECONÓMICA A LA TRINI-
DAD INMANENTE .... ..... .... .............. ..... ..................... 226
l. Distinción entre Trinidad económica y Trinidad
inmanente .... ........... ............................................ 226
2. Introducidos en el misterio trinitario ... ...... .......... 229
3. La inhabitación divina en el alma del justo .......... 230
a) Concepto de inhabitación ....... ............. ...... .... 230
b) Testimonio de la Escritura.............................. 232
e) Ensefianza de los Padres ................................. 233
d) Magisterio de la Iglesia .............. ....... ...... ........ 234 ESTE LIBRO, PUBLICADO POR
4. Al Padre, por el Hijo, en el Espíritu ..................... 235 EDICIONES RlALP, S. A.,
a) La meta del hombre: alcanzar al Padre ............ 237 ALCALA, 290, 28207 MADRID,
b) Por medio de Jesucristo .................................. 240 SE TERMINÓ DE IMPRIMIR
e) Inmersos en el Espíritu Santo ......................... 244
EN ANzos, S. L.,
FUENLABRADA (MADRID),
Bibliografía .................................................................... 251
EL DlA 15 DE MAYO DE 2015

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