Orgullo y Humildad
Orgullo y Humildad
Orgullo y Humildad
ORGULLO Y HUMILDAD
1 Cor. 4: 6-13
b. (Leer v.7). En este versículo Pablo plantea tres preguntas que evidencias la
necedad del envanecimiento orgulloso de los corintios. ¿Quién te distingue?
En otras palabras: “¿Por qué se creen distintos?” o “¿Qué les hace creer que
son superiores?”. Los hermanos en pecado veían con desprecio a los que eran
de “otro partido” o “filiación” en Corinto. La Biblia expone la igualdad de los
santos frente a Dios, es decir, que aquellos que están en Cristo tienen en su
totalidad las vestiduras de santidad del Salvador, por ende, están completos en
Él: “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis
revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni
mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” Gál. 3:27-28.
Dice MacArthur sobre esta porción: “Pablo no iba a permitir que los corintios
siguieran engañándose. Los despojó de cualquier excusa y desmanteló todas
las defensas". El orgullo es una necedad porque el que vive en esa condición
está cegado por su propio razonamiento, incapaz de ver sus errores.
c. (Leer v. 8). Este pasaje muestra un tono irónico que se deduce por la
explicación que Pablo está desarrollando. Para los corintios ellos ya estaban
“saciados, ricos y reinando”, supuestamente, los hermanos ya no necesitaban de
alimento, tenían todos los tesoros que se pueden obtener y reinaban como si ya
estuvieran en el reino milenial de Cristo. Comparemos esta actitud con la de la
iglesia en Laodicea: “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de
ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado,
miserable, pobre, ciego y desnudo.” Apocalipsis 3:17.
El texto dice que los apóstoles eran puestos en esa misma condición frente al
mundo, ángeles (caídos y celestiales) y frente a todos los hombres. La idea era
mostrarles a los hermanos lo insensato de su orgullo en comparación a la
condición de sufrimiento con la que convivían los ministros fuera de Corinto.
c. (Leer vv. 11-13) En esta porción bíblica, el apóstol Pablo hace una lista de lo
que enfrentaron los ministros del Evangelio en ese entonces:
¿Tenía Pablo razones para tener un orgullo como el que dominaba a los
corintios? Sí, Él podía jactarse de sus sufrimientos y menosprecio para
considerarse más que todos los demás apóstoles o líderes, pero Pablo expresó
sobre sí las siguientes palabras “Soy menos que el más pequeño de todos los
santos” (Éf. 3:8). Su petición de ver su ejemplo, no fue un acto hipócrita, sino
una muestra de sencillez y humildad.
III. APLICACIONES FINALES
a. Las iglesias debemos ver el orgullo como un cáncer, debe destruirse de raíz.
Este pecado siempre se manifestará de manera sutil, se ocultará bajo un celo
religioso, o bien, detrás del conocimiento que alguien haya podido adquirir.
Nunca el orgullo se presentará y no dejará consecuencias. Su daño es profundo
y terrible para las iglesias del Señor.
CONCLUSIÓN
28 de marzo de 2021