Identidades Multiples Hibridismo Cultura
Identidades Multiples Hibridismo Cultura
Identidades Multiples Hibridismo Cultura
Identidades múltiples
Sebastian Imoberdorf
Obergoms (VS)
2020
Genehmigt von der Philosophischen Fakultät auf Antrag der Herren Professoren
Dr. Julio Peñate Rivero (1. Referent) und Dr. Antonio Sánchez Jiménez (2. Referent).
Freiburg, den 25. November 2019. Prof. Dr. Bernadette Charlier, Dekanin.
Kontakt:
[email protected]
© Del texto: Sebastian Imoberdorf, 2019
© De la impresión: UniPrint, 2020
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A Luz María y todas las personas que debieron dejar su patria.
La búsqueda de identidad, sea cultural, social o sexual, es un tema que nos concierne a
todos y, por ello, suele despertar mucho interés en nosotros. Aparte del hecho de que todos
éramos migrantes alguna vez, mi propia familia posee un historial de migración: algunos de
mis antepasados emigraron a la Argentina en el siglo XIX y mi tío bisabuelo incluso a
California, Estados Unidos, para encontrar allí mejores condiciones de vida. Cuando asistí a
un seminario sobre literatura migratoria interamericana durante mi maestría en la Cátedra de
Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Friburgo, inmediatamente sentí
que me gustaría tratar el tema con más detenimiento. Por lo tanto, decidí embarcarme en un
viaje que, parecido a una migración, me condujo a través de la montaña y el valle; un viaje
que a veces me desesperaba, pero que aun así despertaba rayos de esperanza en mí; un viaje
que me parecía infinito, pero que, sin embargo, al final del horizonte me dejaba ver una luz
parpadeante. Esta tesis doctoral es el testimonio de dicho viaje.
Sin embargo, nunca estuve completamente solo, por lo que me gustaría dar las gracias a
los siguientes compañeros de viaje: a la profesora María del Carmen Ruiz de la Cierva y a
Rocío Luque Merino por sus lecturas atentas y minuciosas del manuscrito. Asimismo, me
gustaría manifestar un agradecimiento especial a todos los autores y autoras que se mostraron
dispuestos a realizar una entrevista: Isabel Allende, Daisy Hernández y Edmundo Paz Soldán.
Ellos me animaron a pensar, a cuestionar y a tener esperanza con sus interesantes respuestas.
Agradezco también a las profesoras María Herrera-Sobek y a Ellie D. Hernández por las
entrevistas especializadas que me dieron mucho estímulo para reflexionar, lo que me permitió
avanzar y completar mi estudio.
Además, me gustaría dar las gracias a tres padres diferentes: a mis padres anfitriones, el
profesor Francisco Lomelí y su mujer Sonia Zuniga-Lomelí, quienes hicieron de mi estancia
de investigación en la Universidad de California, Santa Bárbara, una experiencia inolvidable
con su apoyo organizativo y académico; a mis padres intelectuales, el profesor y supervisor
del doctorado Julio Peñate Rivero y a su esposa Ana Alonso, quienes reconocieron mi
potencial, me incentivaron y me apoyaron con consejo y ayuda; a mis padres biológicos, Basil
y Beatriz, quienes siempre me respaldaron y me enseñaron a recorrer la vida con un horizonte
abierto. Por último, mi infinita gratitud a Denise por su apoyo incondicional e indefectible,
que quiera encontrar aquí el testimonio de mi afecto y de mi más profundo reconocimiento.
Índice
1 INTRODUCCIÓN......................................................................................................................17
2.1.2 LAS PRIMERAS COLONIAS HISPANAS EN LO QUE MÁS TARDE SERÍAN LOS ESTADOS UNIDOS .....35
2.1.3 LA SIMULTÁNEA COLONIZACIÓN BRITÁNICA DE LOS ESTADOS UNIDOS .....................................37
2.1.4 LA FUNDACIÓN DE CALIFORNIA Y EL DEBILITAMIENTO DEL TERRITORIO ESTADOUNIDENSE
HISPANO ………………………………………………………………………………………...39
3 PRELIMINARES TEÓRICOS...............................................................................................103
4.4.4 LAS VARIAS FACETAS DE LA IDENTIDAD SEXUAL (FEMENINA): LAS HISTORIAS PROHIBIDAS DE
MARTA VENERANDA DE SONIA RIVERA-VALDÉS ........................................................................302
4.4.5 CONCLUSIONES INTERMEDIAS III: INTERPRETACIONES DISTINTAS DE LA IDENTIDAD SEXUAL
POR AUTORES LGBTQ ...............................................................................................................316
5 CONCLUSIONES ....................................................................................................................323
5.1 HIBRIDISMO CULTURAL: NUEVAS INTERPRETACIONES DE LA LATINID@D .........................323
5.1.1 SIMILITUDES …………………………………………………………………………………..323
5.1.2 PARTICULARIDADES SEGÚN CADA PAÍS .....................................................................................324
5.2 HIBRIDISMO SOCIAL: REPOSICIONAMIENTOS, FORMAS DE VIDA ALTERNATIVAS Y
DIVERSIDAD SEXUAL .................................................................................................................339
6 BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................................355
7 APÉNDICE ...............................................................................................................................383
1 Introducción
1.1 Situación actual: la presencia hispana en los Estados Unidos
Los países, los Estados, pueden tomar sus providencias, sus defensas, sus estrategias para impedir
el flujo migratorio. Pueden organizar bilateralmente, Estados Unidos y México, políticas visibles o
invisibles, legales o alegales, morales o inmorales para evitar que el flujo migratorio siga. Pueden,
Estados Unidos, poner los dispositivos más sofisticados, los muros más sofisticados, para impedir
que pasen los migrantes. Pero ellos siguen yendo1.
PADRE ALEJANDRO SOLALINDE GUERRA
Según el Pew Research Center, más de 53 millones de personas de origen hispano viven
actualmente en los Estados Unidos, lo que corresponde a cerca del 17 % de la población
total2. La comunidad hispana se ha convertido durante las últimas décadas en la minoría más
grande del país. Como lo muestran las encuestas del Pew Research Center3, a diferencia del
número de migrantes mexicanos, ha aumentado sobre todo el número de centroamericanos,
suramericanos y caribeños. Sin embargo, la situación de los migrantes hispanos no es nada
fácil y estos se enfrentan a varios retos. Uno de ellos se centra en el proceso de aculturación al
nuevo entorno: ¿cómo se puede integrar uno adecuadamente en el país de acogida sin perder
los valores de la propia cultura y qué identidad cultural resulta de este proceso aculturativo?
Además, está el problema de la aceptación de los hispanos por parte de los estadounidenses.
La historia contemporánea ha demostrado que la migración hispana a los Estados Unidos no
siempre es tan apreciada, sino que, al contrario, a menudo alberga rechazo, lo que
inevitablemente conduce a la discriminación y al racismo. Con la elección de Donald Trump
como presidente estadounidense en noviembre de 2016, esta problemática ha alcanzado
nuevas dimensiones. No solo decidió continuar con la construcción del muro entre México y
los Estados Unidos, sino que con su proyecto de política migratoria S.354 ha promovido una
serie de cambios que afectan tanto a los migrantes indocumentados como a los calificados
como regulares:
1. Solo se podrán patrocinar los cónyuges y los hijos menores de edad no casados.
2. Aceptarán solo a inmigrantes que sepan inglés y con recursos económicos.
3. Finaliza del programa de visas de diversidad.
4. Endurece los requisitos para obtener visas.
5. Ordena revisar el programa de asilo.
6. Cancela la lotería de visas.
7. Limita el programa de refugiados.
8. Limita los perdones por causa de inadmisibilidad.
9. Plazo para la estadía de no inmigrantes.
1
Gael García Bernal y Marc Silver (dirs.), Los Invisibles, México, Canana Films, 2010, 20’40’’.
2
Gustavo López y Eileen Patten, The Impact of Slowing Immigration: Foreign-Born Share Falls Among 14
Largest U.S. Hispanic Groups, Washington, Pew Research Center, 2015, p. 6. URL =
http://www.pewresearch.org/wp-content/uploads/sites/5/2015/09/2015-09-15_hispanic-origin-profiles-summary-
report_FINAL.pdf (última consulta: 22.10.2018).
3
Ibíd., p. 5.
17
Introducción
4
Redacción de Mundo Hispánico, «El plan migratorio de Trump y todo lo que quiere cambiar», Mundo
Hispánico, 2017. URL = https://mundohispanico.com/noticias/el-plan-migratorio-de-trump-y-todo-lo-que-
quiere-cambiar (última consulta: 23.10.2018).
5
Redacción de CNN Español, «La caravana no se detiene: 2 inmigrantes muertos, más de 1.000 regresaron a
Honduras y unos 7.000 siguen su camino», CNN Español, 23 de octubre de 2018. URL =
https://cnnespanol.cnn.com/2018/10/23/la-caravana-no-se-detiene-2-inmigrantes-muertos-mas-de-1-000-
regresaron-a-honduras-y-unos-7-000-siguen-su-camino/ (última consulta: 23.10.2018).
6
Tyler Hayden, «Latinos Are Being Pushed Out of Santa Barbara in Droves», Santa Barbara Independent, 20 de
septiembre de 2018. URL = https://www.independent.com/news/2018/sep/20/latinos-are-being-pushed-out-
santa-barbara-droves/ (última consulta: 23.10.2018).
18
Introducción
7
Julio Cañero, «Veinte años no es nada… o sí», Diálogo Atlántico, 4 de septiembre de 2014. URL =
http://dialogoatlantico.com/2014/09/veinte-anos-es-nada-o-si/ (última consulta: 23.10.2018).
8
Redacción de Institutional Research, «2017-2018 Campus Profile. University of California - Santa Barbara»,
Institutional Research, Planning & Assessment, enero de 2018, p. 2. URL =
http://bap.ucsb.edu/institutional.research/campus.profiles/campus.profiles.2017.18.pdf (última consulta:
23.10.2018).
19
Introducción
Por lo tanto, la pregunta que se nos plantea es: ¿qué término podríamos escoger para
designar este tipo de narrativa? Y aquí empieza el dilema. Entre otras, existen, por ejemplo,
las denominaciones «transamericano» o «interamericano», pero el problema es que estos
términos describen los contactos entre los países de todo el continente americano. Dicho de
otra forma, también se puede tratar de narrativa que se crea por el intercambio entre Canadá y
los EE. UU. o un país latinoamericano. Si bien las obras que analizaremos forman parte del
conjunto de la narrativa interamericana, no nos parece una denominación del todo exacta.
Luego, también se suelen utilizar las expresiones «narrativa de latinos o hispanos».
Según el Diccionario de la lengua española, «latino, -na» o «hispano, -na» se dice de una
persona que «es de origen latinoamericano o hispánico y vive en los Estados Unidos de
América» 9 , pero también se emplea para denominar a los latinoamericanos o los
hispanoamericanos en general. Por ello, y para ser más exactos, habría que usar las
denominaciones «narrativa de latinos o hispanos en los Estados Unidos», lo cual haría muy
prolijo el texto al repetir siempre esta expresión tan larga.
Por eso, hemos decidido hacer uso del término «narrativa hispanounidense», ya que
implica, de manera más corta, que se trata de un tipo narrativo que tematiza la migración de
los hispanos en los Estados Unidos. Preferimos «hispanounidense» a «latinounidense» porque
con esta primera denominación queda más claro que se trata de narrativa escrita en español,
mientras la segunda podría referirse a obras escritas en portugués (de brasileños en los
Estados Unidos). Sabemos que no existe el término perfecto para designar este tipo de
narrativa, pero conforme a las obras que hemos escogido para nuestro estudio, la opción que
mejor nos conviene es «hispanounidense», aunque en ciertas ocasiones también puede ser que
utilicemos alguna de las otras denominaciones. Por lo tanto, la razón de escoger este tipo de
narrativa para nuestro proyecto reside en el hecho de que la literatura chicana ya ha sido
estudiada en profundidad, pero no la hispanounidense en sentido más amplio. No solo falta un
corpus significativo de obras, sino un trabajo de investigación que trate el tema con detalle.
Aunque cada cultura en sí misma representa una mezcla de diferentes elementos
culturales y, por lo tanto, tiene un carácter híbrido, el concepto de «hibridismo cultural» fue
entendido por Mijail Bajtín en los estudios literarios como un proceso de entrelazamiento de
diferentes culturas. El término «hibridismo» o también «hibridación» proviene
originariamente de la biología y describe, entre otras cosas, la formación de nuevas
variedades vegetales a partir del cruce de plantas ya existentes.
9
Real Academia Española, «latino, na», Diccionario de la lengua española. URL =
http://dle.rae.es/?id=Mz1HIZd|Mz1nsdJ (última consulta: 25.10.2018).
20
Introducción
En los estudios literarios Bajtín 10 aplicó el término por primera vez a los procesos
culturales, donde una especie de cultura entretejida emerge del encuentro de dos culturas
existentes. Se le atribuye un significado especial al término en el contexto de los «Estudios
culturales» de Homi K. Bhabha11 y de Stuart Hall12 y por el modelo de las «Culturas híbridas»
de Néstor García Canclini13. En la narrativa hispanounidense, la representación del proceso de
hibridación cultural se considera un leitmotiv. La llamada in-betweenness entre dos culturas
(hispanoamericana y estadounidense) y la búsqueda de la propia identidad cultural son
características de casi todas las novelas que se examinan y, por lo tanto, su análisis debería
mantenerse como parte integral de este estudio.
No obstante, además del «hibridismo cultural» existe también el «hibridismo social»
que describe, según Thomas Kron14, la mezcla de modelos sociales, entre otras cosas, que a su
vez son procesos culturalmente determinados. Los hombres hispanos, por ejemplo,
frecuentemente juegan el papel de cabeza de familia en sus países de origen. En su cultura
anfitriona norteamericana, donde hombres y mujeres tienen, en gran medida, el mismo
estatus, deben redefinirse a sí mismos y encontrar su propia identidad social al reposicionarse
en la sociedad de acogida. Este proceso de hibridación social solo ha sido abordado de forma
rudimentaria en anteriores trabajos de investigación, por lo que su análisis constituirá otro
foco de atención en este estudio.
Al fin y al cabo es, precisamente, por los diferentes procesos de hibridación que las
figuras de las obras seleccionadas desarrollan identidades múltiples y elásticas. Por ejemplo,
una protagonista homosexual puede estar simultáneamente en busca de una identidad cultural
(entre la hispanoamericana y la norteamericana), social-genérica (entre ama de casa y mujer
independiente) y sexual (entre la heterosexualidad y sexualidades alternativas como la
bisexualidad o la homosexualidad), lo que a su vez revela la complejidad de los personajes y
de la problemática en general.
10
Mijail Bajtín, The Dialogic Imagination: Four Essays, Austin, University of Texas Press, 1981.
11
Homi K. Bhabha, The Location of Culture, Londres/Nueva York, Routledge, 1994.
12
Stuart Hall, Questions of cultural identity, Londres, Sage Publications, 1996.
13
Néstor García Canclini, Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad, México, D.F.,
Editorial Grijalbo, 1990.
14
Thomas Kron (ed.), Hybride Sozialität - soziale Hybridität, Weilerswist, Velbrück Wissenschaft, 2015.
21
Introducción
15
Luis Leal, Aztlán y México. Perfiles literarios e históricos, Binghamton, Bilingual Press/Editorial Bilingüe,
1985, pp. 44-50.
16
Ídem, «Pre-Chicano Literature: Process and Meaning (1539-1959)» en Francisco Lomelí (ed.), Handbook of
Hispanic Cultures in the United States: Literature and Art, Houston, Arte Público Press, 1993, pp. 62-85.
17
María Herrera-Sobek, José F. Aranda, Antonia I. Castañeda, Erlinda Gonzales-Berry, Ramón Arturo Gutiérrez
y Donna M. Kabalen de Bichara, Recovering the U.S. Hispanic literary heritage, vols. 1-9, Houston, Arte
Público Press, 1993-2000.
18
Manuel M. Martín-Rodríguez, La voz urgente. Antología de literatura chicana en español, Madrid,
Fundamentos, 1999, p. 31.
19
José Antonio Gurpegui, Narrativa chicana. Nuevas propuestas analíticas, Alcalá de Henares, Universidad de
Alcalá, Instituto Universitario de Estudios Norteamericanos, 2003, pp. 33-48.
20
Véase: Salvador Rodríguez del Pino, La novela chicana escrita en español. Cinco autores comprometidos,
Ypsilanti, Bilingual Press, 1982, p. 157.
22
Introducción
21
Leal, Aztlán y México, op. cit., pp. 111-119.
22
Francisco Lomelí, «Contemporary Chicano Literature, 1959-1990: From Oblivion to Affirmation to the
Forefront», en Lomelí (ed.), op. cit., pp. 86-108.
23
Martín-Rodríguez, op. cit., p. 62.
24
Gurpegui, op. cit., pp. 49-138.
25
Lomelí, op. cit.
26
Ídem, U.S. latino literatures and cultures. Transnational perspectives, Heidelberg, C. Winter, 2000.
23
Introducción
U.S. Latino/a literature, culture, and identity 27 de Francisco Lomelí, Dance between two
cultures. Latino Caribbean literature written in the United States 28 de Luis William, U.S.
Latino literature. A critical guide for students and teachers29 de Harold Augenbraum, Pasajes
de ida y vuelta. La narrativa puertorriqueña en Estados Unidos30 de Antonia Domínguez
Miguela, Lebensentwürfe zwischen zwei Welten. Migrationsromane karibischer Autorinnen in
den USA 31 de Margarethe Herzog o A companion to US Latino literatures 32 de Carlota
Caulfield y Darién J. Davis.
Existen, además, algunos tratados más amplios de narrativa centro o
suramericanounidense, pero estos también analizan, sobre todo, obras escritas en inglés y no
un corpus amplio de narrativa hispanounidense en español. Es el caso de un capítulo de
Marilyn Espitia sobre «The Other ‘Other Hispanics’: South American-Origin Latinos in the
United States"33 en The Columbia History of Latinos in the United States editado por David
G. Gutiérrez, un número especial editado por Suzanne Oboler y dedicado a «South American
Immigrants in the United States»34 en Latino Studies, un monográfico editado por José Luis
Falconi y José Antonio Mazzotti sobre The ‘Other’ Latinos: Central and South Americans in
the United States35, un capítulo de libro de Ana Patricia Rodríguez titulado «Literatures of
Central Americans in the United States»36 y otro de Juanita Heredia bajo el título «South
American Latino/a Writers in the United States»37 en The Routledge companion to Latino/a
literature editado por Frances R. Aparicio y Suzanne Bost. Además, Juanita Heredia
recientemente ha publicado un monográfico sobre Mapping South American Latina/o
27
Francisco Lomelí, Kevin Concannon, Marc Priewe (eds.), Imagined transnationalism. U.S. Latino/a literature,
culture, and identity, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2009.
28
William Luis, Dance between two cultures. Latino Caribbean literature written in the United States,
Nashville, Vanderbilt University Press, 1997.
29
Harold Augenbraum, U.S. Latino literature. A critical guide for students and teachers, Westport, Greenwood
Press, 2000.
30
Antonia Domínguez Miguela, Pasajes de ida y vuelta. La narrativa puertorriqueña en Estados Unidos,
Huelva, Universidad de Huelva, Servicio de Publicaciones, 2005.
31
Margarethe Herzog, Lebensentwürfe zwischen zwei Welten. Migrationsromane karibischer Autorinnen in den
USA, Fráncfort, Lang, 2003.
32
Carlota Caulfield y Darién J. Davis, A companion to US Latino literatures, Woodbridge, Tamesis, 2007.
33
Marilyn Espitia, «The Other ‘Other Hispanics’: South American-Origin Latinos in the United States», en
David G. Gutiérrez (ed.), The Columbia history of Latinos in the United States since 1960, Nueva York,
Columbia University Press, 2004, pp. 257-280.
34
Suzanne Oboler (ed.), «Special Feature: Los Que Llegaron: South American Immigrants in the United States»,
Latino Studies, 3, 1 (2005), pp. 42-131.
35
José Luis Falconi y José Antonio Mazzotti (eds.), The ‘Other’ Latinos: Central and South Americans in the
United States, Cambridge, Harvard University Press, 2008.
36
Ana Patricia Rodríguez, «Literatures of Central Americans in the United States», en Frances Aparicio y
Suzanne Bost (eds.), The Routledge Companion to Latino/a Literature, Nueva York/Londres, Routledge, 2013,
pp. 445-453.
37
Juanita Heredia, «South American Latino/a Writers in the United States», en Aparicio y Bost, op. cit., pp. 436-
444.
24
Introducción
38
literature in the United States que recopila entrevistas con varios autores
suramericanounidenses.
La situación es diferente para la narrativa hispanounidense escrita en español. A pesar
del creciente número de publicaciones de tales obras, en la actualidad son muy escasas las
investigaciones que abordan esta nueva tendencia literaria. Además, a menudo se trata de
estudios individuales o antologías que tratan solo de un número reducido o muy limitado de
obras en español, pero no de un corpus más completo y maduro. Algunos ejemplos son el
estudio Exile cultures, misplaced identities39 de Paul Allatson y Jo McCormack, el artículo
«Jorge Franco y Paraíso Travel: la identidad como un largo viaje de la ilusión al
desengaño»40 de Julio Peñate Rivero, la antología de estudios (Re)collecting the past. History
and collective memory in Latin American narrative41 editado por Victoria Carpenter o la obra
De islas, puentes y fronteras. Estudios sobre las literaturas del Caribe, de la frontera norte
de México y de los latinos en EE. UU.42 de Frauke Gewecke. No obstante, todos los estudios
anteriormente mencionados nos servirán como base sólida.
38
Juanita Heredia, Mapping South American Latina/o literature in the United States, Cham, Palgrave
Macmillan, 2018.
39
Paul Allatson y Jo McCormack (eds.), Exile cultures, misplaced identities, Amsterdam, Rodopi, 2008.
40
Julio Peñate Rivero, «Jorge Franco y Paraíso Travel: la identidad como un largo viaje de la ilusión al
desengaño», Versants, 55 (2008), pp. 177-192.
41
Victoria Carpenter, (Re)collecting the past. History and collective memory in Latin American narrative,
Oxford, Lang, 2010.
42
Frauke Gewecke, De islas, puentes y fronteras. Estudios sobre las literaturas del Caribe, de la frontera norte
de México y de los latinos en EE.UU., Madrid/Fráncfort, Iberoamericana/Vervuert, 2013.
25
Introducción
del Sur (Colombia, Perú, Bolivia, Chile) y el Caribe (Cuba, Puerto Rico). Así intentaremos
mostrar una gran variedad de narrativa producida por el intercambio entre los Estados Unidos
y varios países latinoamericanos, cada uno con sus propias peculiaridades históricas, políticas,
culturales y literarias o como también lo reconoce Juanita Heredia en su estudio:
While scholars of multi-ethnic American literature have been concerned with expanding the
literary canon to include a plurality of voices from different cultures in the United States, few
critics of U.S. Latina/o literature have examined how migrations from South America to the
United States have affected the representation of Latinas/os in literature and cultural studies in a
transnational context in the twenty-first century. […] At a moment in time when Latinas/os have
become the largest growing cultural ethnic group in the United States, it is necessary to look at the
diversity within this population, because each group brings its own history, cultural practices, and
literary contributions which make the Latina/o community very dynamic and versatile in the
United States43.
Por ello, insistimos, hace falta un estudio más amplio que trate de obras que, en su
mayor parte, han sido ignoradas hasta ahora. Por lo tanto, la narrativa que nosotros
analizaremos no está escrita en inglés, sino en español, a excepción de una novela
autotraducida del inglés al español por la propia autora. Todo eso para no perdernos autoras y
autores reconocidos que escriben en español y que también debaten sobre la diversidad de
voces de hispanos en los Estados Unidos, merecedores de recibir más atención. Además, es
una realidad el hecho de que hay US Latinas/os que hablan muy poco o casi no hablan inglés,
lo que hace aún más necesario un estudio de este tipo.
Por último, el enfoque de la hibridación cultural es predominante en la academia, o sea,
se investiga principalmente el entrelazamiento de dos identidades culturales. La hibridación
social, es decir, la vinculación de dos identidades sociales, a menudo recibe poca atención. Y,
de nuevo, corresponde a la realidad que muchos de los migrantes no solo se enfrentan a la
dificultad de encontrar una identidad cultural, sino que experimentan tensiones migratorias
tan diversas como la mezcla de roles de género, de formas de vida o de sexualidades. Por eso,
nos parece imprescindible poner énfasis en los diferentes procesos de identificación que sean
culturales, genéricos o sexuales. Es así como se justifica la metodología utilizada para nuestro
trabajo que explicaremos a continuación.
43
Heredia, Mapping, op. cit., pp. 1-2.
26
Introducción
44
Gérard Genette, Figures III, coll. «Poétique», París, Éditions du Seuil, 1972.
27
Introducción
45
Heredia, Mapping, op. cit., p. 3.
28
Introducción
Por todo lo anteriormente expuesto, el objetivo de nuestra tesis doctoral es crear una
especie de manual para la narrativa hispanounidense escrita en español. Para ello, se ha
seleccionado un corpus de obras contemporáneas (sobre todo de origen centro y
suramericanounidense y caribeñounidense en español) que será analizado a través de los
procesos de hibridación cultural y social, es decir, en relación con las diferentes dimensiones
de la formación identitaria. En consecuencia, pretendemos elaborar una guía sólida para
futuras investigaciones en este campo extremadamente amplio y en continuo crecimiento y
que pueda servir tanto a académicos, investigadores independientes y profesores como
también a estudiantes de todos los niveles (maestría o doctorado) interesados en la narrativa, o
la literatura en general, de los hispanos en los EE. UU., pero también para teóricos que
analizan otros movimientos interamericanos o la migración mundial, para así averiguar los
paralelismos y las diferencias que existen entre los distintos movimientos migratorios.
29
2 Evolución de la narrativa
hispanounidense
Evolución de la narrativa hispanounidense
Para entender mejor el origen y el desarrollo de lo que hoy en día se conoce por
‘narrativa hispanounidense’, parece oportuno empezar con una breve introducción histórica
de los acontecimientos más importantes que influyeron en las posteriores olas de migración y
las corrientes literarias que las mismas conllevaron. Como es sabido, el descubrimiento de
América o el Encuentro entre dos Mundos (denominación usada para tributar respeto a los
pueblos indígenas)48 tuvo lugar en 1492 por Cristóbal Colón, un navegante al servicio de la
Corona de Castilla, quien inicialmente había creído haber llegado a la India. En realidad, la
expedición de Colón pisó tierras caribeñas (primero la isla Guanahaní en las Bahamas y luego
Cuba, llamada Juana, y Haití/República Dominicana, bautizadas con el nombre de La
Española) y al regresar a Europa en 1493 dio a conocer allí la existencia de un Nuevo Mundo
llamado las Indias en aquel entonces. Para el segundo viaje (1493-1496) los objetivos eran
bien claros: «socorrer a los españoles en el fuerte Natividad; continuar los descubrimientos
para llegar a los dominios del Gran Khan y colonizar las islas ya descubiertas»49. Fue así
como la fuerza expedicionaria descubrió otras islas antillanas como La Deseada, Puerto Rico
y Santiago (hoy conocida como Jamaica). Tras un tercer viaje (en 1498) más hacia el sur
caribeño, después de atracar en Trinidad, los expedicionarios pisaron por primera vez tierra
firme suramericana en Venezuela. En su último viaje (1502-1504), Colón intentó llegar otra
vez a Asia, navegando hacia el oeste, y se encontró con la tierra firme centroamericana. Había
llegado a Honduras y desde allí a Nicaragua, Costa Rica y Panamá50.
46
Por su carácter panorámico, el estudio de Fernández-Armesto (2014) nos sirve como fuente principal. No
obstante, también incluiremos referencias como: Malamud (2010), Weber (2009) y Torres Torres (2006).
47
Octavio Paz, Vislumbres de la India, Barcelona, Seix Barral, 1995, p. 116.
48
Carlos Malamud, Historia de América, Madrid, Alianza Editorial, 2010, p. 42.
49
Ibíd., p. 47.
50
Véase: Ibíd., pp. 45-49.
33
Evolución de la narrativa hispanounidense
A partir de aquel momento, se iniciaron otras expediciones que intentaron seguir los
pasos de Colón. En una de ellas participó Américo Vespucio, quien más tarde daría nombre al
nuevo continente:
Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa, que habían estado con Colón en La Española y tenían
experiencia en el Caribe, organizaron la primera de estas expediciones, en la que también participó
el geógrafo florentino Américo Vespucio. Entre mayo de 1499 y mayo de 1500, esta expedición
exploró la costa de Venezuela, desde la desembocadura del Orinoco hasta el golfo de Maracaibo,
aunque tuvo que enfrentar una dura resistencia indígena, que condicionó sus malos resultados
económicos. Vespucio llamó al territorio Pequeña Venecia o Venezuela, al ver a los indios
viviendo en palafitos. Poco después, Vespucio volvió a América, esta vez al servicio del rey de
Portugal, y recorrió toda la costa brasileña, aunque según algunas versiones habría llegado al Río
de la Plata. Después de este viaje, Vespucio se ufanó en una carta de 1504 a su amigo Pier de
Solderini de haber descubierto la cuarta parte del mundo de la que hablaba Ptolomeo (la quarta
pars), distinta de Europa, Asia y África. Fue el clérigo alemán Martín Waldseemüller, que
trabajaba en la publicación de la Geografía de Ptolomeo, quien se hizo eco del descubrimiento de
Vespucio y en su homenaje decidió darle el nombre de América. El nombre del Nuevo Mundo, de
esa quarta pars incorporada al universo conocido por los europeos, se popularizó rápidamente, ya
que en 1507 se habían hecho seis ediciones de los ocho volúmenes de la obra de Ptolomeo51.
51
Malamud, op. cit., p. 50.
52
Laurio H. Destéfani, «La conquista de América», Revista de Historia de América, 122 (1997), p. 144.
53
Malamud, op. cit., p. 52.
54
Ibíd., p. 54.
34
Evolución de la narrativa hispanounidense
2.1.2 Las primeras colonias hispanas en lo que más tarde serían los Estados Unidos
Los primeros europeos que se asentaron en lo que es hoy el territorio de los Estados Unidos de
América fueron tres cerdos y unas cuantas cabras. Corría el año 1505. El lugar era Puerto Rico55.
Resulta significativo en esta cita que, cuando hablamos de la historia de los Estados
Unidos, no solo se trata de una historia angloamericana de este a oeste, sino también de una
historia hispana que va de sur a norte. Justamente, estas dos historias se influían mutuamente
y contribuían a lo que hoy en día se conoce como los Estados Unidos.
Tras haber colonizado y explotado la isla de Puerto Rico, Ponce de León se encaminó,
en marzo del año 1513, hacia el norte con el objetivo de encontrar oro y nuevas riquezas, y
fue así como tropezó con la península de la Florida que, en un primer momento, identificó
como una isla. Además, también «dio noticia de la existencia de la Corriente del Golfo, que
apresuraría el pasaje de vuelta de las naves españoles desde el Caribe a partir de entonces»58.
Aquel descubrimiento dio lugar a posteriores exploraciones como la de Alonso Álvarez
de Pineda en 1519 cuando atravesó la costa de la Florida occidental, Alabama, Misisipi,
Luisiana y Tejas. Con dicho recorrido le allanó el camino a Alvar Núñez Cabeza de Vaca
55
Felipe Fernández-Armesto, Nuestra América. Una historia hispana de Estados Unidos, Barcelona, Galaxia
Gutenberg, 2014, p. 33.
56
Antonio Torres Torres, “Apuntes sobre la historia y el presente del español en los Estados Unidos”, Estudis
Romànics, XXVIII (2006), p. 299.
57
Fernández-Armesto, op. cit., pp. 33-34.
58
Ibíd., p. 50.
35
Evolución de la narrativa hispanounidense
quien entró, casi una década después, en la bahía de Tampa para llegar a través del sur y el
suroeste estadounidense a Culiacán en México59:
[La trayectoria americana de Cabeza de Vaca] se inició con un real nombramiento para la
malhadada expedición de reconocimiento de la Florida en 1528. Habiendo naufragado en la costa
de Texas en el desastre de esa expedición, dirigió a una partida de supervivientes –otros dos
españoles y un ingenioso esclavo negro, Esteban de Dorantes, conocido como Estebanico– en una
odisea de siete años, en la que fue esclavizado por indios hostiles y objeto de adoración de indios
pacíficos, hasta alcanzar Nueva España. Cuando llegó estaba vestido con pieles, tenía una larga
barba y el pelo hasta la cintura. No sólo parecía un hombre santo: también se comportaba como
tal. Para asombro de los tratantes de esclavos españoles con quienes topó en la frontera, le
acompañaban más de mil indígenas. La narración de sus aventuras es una historia insuperable y
apasionante, y ningún historiador de este episodio puede evitar su fascinación. Fue una hazaña
increíble simplemente llegar a México, siguiendo un camino a través de territorio potencialmente
letal entre enemigos potencialmente asesinos. Haber terminado como capitán de lo que parece
haber sido un extraordinario movimiento multitudinario, casi mesiánico, de indígenas fue un logro
pasmoso60.
59
David J. Weber, The Spanish Frontier in North America, Londres, Yale University Press, 2009, pp. 29-30.
60
Fernández-Armesto, op. cit., p. 74.
61
Torres Torres, op. cit., p. 299.
62
Fernández-Armesto, op. cit., p. 80.
36
Evolución de la narrativa hispanounidense
Así pues, a diferencia de los modestos comienzos de Puerto Rico, el nacimiento de Florida fue
prodigioso, con un largo y doloroso embarazo, un parto violento y mucho alboroto. El capitán
designado para la expedición de 1565 era Pedro Menéndez de Avilés, que tenía un sólido historial
de éxitos en la persecución de los piratas. La expedición comprendía 2.646 personas: soldados,
marineros, colonos y sacerdotes. Los planes, que nunca se cumplirían plenamente, incluían
proyectos visionarios para fortificar una serie de bastiones a lo largo de la costa. Menéndez de
Avilés colocó guarniciones inviables por una ruta que imaginó podría conducir a México por tierra.
El 28 de agosto Menéndez desembarcó cerca del río St. John’s, en lo que se conoce hoy como la
«Primera Costa» de Florida. Por el santo cuya festividad se celebraba, llamó al lugar San Agustín,
cumplió los acostumbrados ritos para la fundación de una ciudad y dispersó, capturó o mató a la
totalidad de la dotación francesa en unos cuantos días de implacable lucha, masacrando a 300
hugonotes en Fort Caroline para «servir a Dios nuestro Señor, así como a Vuestra Majestad, y para
que con ello quedemos más libres de esta malvada secta». El éxito se le subió a la cabeza. Prometió
al rey que «en lo sucesivo Florida será de poco gasto, y rendirá mucho dinero a Vuestra Majestad, y
será de mayor valor para España que la Nueva España y hasta que Perú, y puede decirse que esta
tierra no es más que un arrabal de España, porque no hacen falta más de cuarenta días de navegación
para llegar aquí, y por lo general otros tantos para regresar»63.
Con las expediciones de Oñate a partir del año 1596, España preparó la colonización de
Nuevo México: «[…] dado que estos asentamientos producían más gastos que beneficios, la
Corona se planteó abandonarlos y no lo hizo por la oposición de los franciscanos, quienes en
el siglo XVII se convirtieron en sus principales agentes dinamizadores»64.
A estas alturas no hay que olvidarse de que se realizó de manera paralela una
colonización británica de los Estados Unidos que empezó con la primera colonia en
Jamestown (Virginia) en 1607 y que tuvo que tratar con privilegios y problemas parecidos a
la colonización hispana del territorio estadounidense. Como reconoce Fernández-Armesto, si
bien los ingleses en Virginia disfrutaron de algunas de las mismas ventajas del efecto
extranjero que los españoles en Nuevo México o los puritanos en Massachusetts, reaccionaron
de la misma manera inapropiada hacia los nativos. Según la opinión inglesa, era obvio que los
«indios» querían «procurarse» su tierra para sí mismos: después de todo, era su territorio.
Pero no se les consideraba en absoluto como bárbaros. Por el contrario, poseían los rasgos
básicos que los europeos consideraban esenciales para la civilización: la construcción de casas
y asentamientos, un sistema político organizado, el temor a la ley y un monarca venerable,
aunque algo «bárbaro», protegido por la divinidad66.
63
Fernández-Armesto, op. cit., pp. 61-62.
64
Torres Torres, op. cit., p. 299.
65
Fernández-Armesto, op. cit., p. 123.
66
Ibíd., p. 136.
37
Evolución de la narrativa hispanounidense
Debido a la explotación de los indígenas por parte de los españoles, los nativos se
sublevaron contra los colonos y se fueron desintegrando colonias como las de la Florida o de
Nuevo México. Los pueblos de Nuevo México, por ejemplo, se unieron en 1680 para echar a
los españoles de su territorio y empujarlos hasta El Paso: «[E]n la Florida, aunque faltó una
acción coordinada de los indígenas, la devastación de las misiones y de los asentamientos
españoles […] fue casi absoluta, sin que, por otra parte, se produjera una reconquista»67.
Aparte de los levantamientos de los nativos y de la intromisión de los ingleses, la
Corona también tuvo que enfrentarse a otras potencias imperiales como, por ejemplo, Francia,
que se asentó en la desembocadura del Misisipi en 1682 con la llegada del descubridor
francés René-Robert Cavelier, quien bautizó la zona con el nombre de Luisiana en honor del
Rey Sol Luis XIV68. Pero, casi un siglo más tarde, la situación cambió de nuevo con los
convenios diplomáticos de 1762-1763 cuando España recibió de Francia la Luisiana
occidental y tuvo que ceder la Florida a Inglaterra:
Al final, España no pudo ni robustecer la posición francesa ni proteger la propia. En 1762-63,
nuevas victorias británicas a expensas de ambos aliados significaron que Gran Bretaña dictara las
condiciones de paz: así, arrebató Canadá a Francia y Florida a España. La pérdida fue sólo
transitoria, pues España reconquistó el territorio en el siguiente decenio, pero parte del efecto fue
sellar el destino de Georgia como parte de anglo-América. De nada sirvieron todos los esfuerzos y
los éxitos de España en la defensa de la frontera de Georgia durante el anterior medio siglo. El
resto de los dominios continentales franceses en América del Norte, que Francia ya daba por
perdidos, se repartieron entre Gran Bretaña y España, con una linde en el Misisipi. Fue una
herencia maldita para España: un vasto dominio infrapoblado tras una frontera indefendible69.
67
Torres Torres, op. cit., pp. 299-300.
68
Weber, op. cit., p. 110.
69
Fernández-Armesto, op. cit., p. 148.
70
Ibíd., p. 163.
38
Evolución de la narrativa hispanounidense
71
Garci Rodríguez de Montalvo, Las sergas de Esplandián, Madrid, Castalia, 2003, pp. 727-728.
72
Fernández-Armesto, op. cit., p. 167.
73
Weber, op. cit., pp. 180-190.
74
Torres Torres, op. cit., p. 300.
75
Ibíd.
76
Fernández-Armesto, op. cit., p. 198.
39
Evolución de la narrativa hispanounidense
La situación de México cambió rápidamente con la anexión de Tejas por parte de los
Estados Unidos en 1845 que llevó a la guerra que mantuvieron los dos países entre 1846 y
1848. El Tratado de Guadalupe de Hidalgo, con el que terminó la guerra, pretendía otorgar a
los mexicanos los mismos derechos que tenían los ciudadanos estadounidenses, pero en
realidad México «[…] perdió aproximadamente la mitad de su territorio y unos 80.000
ciudadanos mexicanos entraron en la órbita anglosajona, en un contexto de relación forzada y
a menudo incómoda con una maraña de instituciones legales y políticas que no entendían»78.
En concreto, se trataba de la cesión de todo el territorio mexicano al oeste de Tejas –o sea,
California, Arizona, Nuevo México, Utah, Colorado, Kansas, Nevada, Oklahoma y
Wyoming– a los EE. UU. Este hecho y el trato injusto o, incluso, racista hacia los hispanos
alimentaron el conflicto entre las dos poblaciones como se ve en el siguiente párrafo:
Con la guerra entre México y Estados Unidos el ethos de venganza se intensificó y se incrementó
la escala de expropiaciones. Napoleón Dana comprendió rápidamente que para las milicias texanas
la guerra era «de exterminio», o, como diríamos hoy, de genocidio. El medio más fácil de
apropiarse tierras de los mexicanos era matarlos a cubierto de la guerra y crear una atmósfera de
terror que hiciera huir aterrorizados a los refugiados. El tratado con el que acabó la guerra
garantizaba a los residentes de los territorios ocupados «todos los derechos de los ciudadanos de
Estados Unidos de acuerdo con la Constitución», incluido, en particular, «el libre disfrute de su
libertad y propiedades» y, en conjunción con el tratado que remató la Venta de la Mesilla
(Gadsden Purchase) diez años después, ratificaba «las concesiones de tierras localizadas y
debidamente registradas en los archivos de México». Pero los hombres que actuaban sobre el
terreno no tuvieron jamás la intención de respetar esos apartados de los tratados. Texas alegó que
los términos no eran vinculantes para sus tribunales ni su asamblea legislativa. El estado nombró a
sus propios comisionados para adjudicar las tierras en disputa, con el previsible resultado de
frustrar las reclamaciones de los mexicanos. «Tribunales populares», auto-elegidos y nombrados
por partes interesadas, administraron una «justicia» discriminatoria en ocasiones reforzada con
linchamientos79.
77
David Belasco, The Girl of the Golden West, Fráncfort, Outlook, 2019 [1911], p. 15.
78
Torres Torres, op. cit., p. 300.
79
Fernández-Armesto, op. cit., pp. 218-219.
80
Ibíd., p. 254.
40
Evolución de la narrativa hispanounidense
81
Véase: Fernández-Armesto, op. cit., p. 296.
82
Ibíd., p. 300.
83
Ibíd., p. 313.
84
Jorge Gilbert Ceballos, «Comunidades hispanas en los Estados Unidos: algunos antecedentes socio-políticos e
históricos», Cuadernos de Historia Veracruzana, (2000), p. 6.
41
Evolución de la narrativa hispanounidense
A partir de finales del siglo XIX, empezó la rehispanización de los Estados Unidos
encabezada por el pueblo mexicano. Se trata de una época con grandes oleadas migratorias las
cuales, según Fernández-Armesto, conducían a una especie de contra o recolonización de las
tierras anteriormente perdidas:
En cierto sentido, los transgresores de la frontera, cuando se produjo el repunte en el número de
inmigrantes a fines del siglo XIX, fueron la primera oleada de lo que iba a ser un enorme
fenómeno global del siglo XX. Yo lo denomino «contracolonización»: la inversión de la dirección
de la migración global que, en lugar de fluir hacia fuera –desde el centro a la periferia o desde los
«países madre» metropolitanos hacia tierras colonizadas– empezó a originarse progresivamente
entre los pueblos sometidos o los antiguos perjudicados por el colonialismo. Estos empezaron a
reclamar territorios perdidos, o a colonizar regiones anteriormente reservadas para las razas
imperiales dominantes, o a dirigirse hacia el centro y establecerse en el corazón de los imperios.
Los magrebíes en Francia, los caribeños e indios en Gran Bretaña, surinameses en los Países
Bajos, latinoamericanos en España, somalíes en Italia, y pueblos de Asia central y el Cáucaso en
Rusia son ejemplos de esta tendencia. E igualmente los mexicanos en Estados Unidos86.
85
Fernández-Armesto, op. cit., p. 359.
86
Ibíd., pp. 328-329.
87
Ibíd., p. 345.
42
Evolución de la narrativa hispanounidense
Para mantener a los Estados Unidos como «angloamericanos», a partir del año 1921 se
aprobaron leyes migratorias de restricción. En consecuencia, muchos de los migrantes se
quedaron sin documentos y en una situación de irregularidad (estado que hasta la actualidad
perdura). En 1924 se dio inicio a la autorización del control fronterizo. Quien gestionaba (y
sigue gestionando hasta hoy) este sistema de vigilancia era la policía estadounidense que
operaba según su propia voluntad. Pero ello no hizo que la cifra de migrantes disminuyera,
sino todo lo contrario, que alcanzara un nuevo tope de 283.000 mexicanos entrados en los
Estados Unidos entre 1925 y 1929, así como un millón y medio de migrantes a partir del año
1930 (la mayoría de ellos concentrados en California, Arizona, Colorado, Nuevo México y
Tejas). La situación desfavorable en el país de acogida implicó la formación de varios
movimientos y asociaciones que eran expresión del malestar de los migrantes:
El Movimiento Mexicano-Americano, fundado en 1934, demostró que la identidad mexicano-
americana estaba cuajando, como coágulos de sangre en las heridas de los migrantes. El Congreso
de Pueblos de Habla Española, fundado en Los Ángeles en 1938, era una organización casi
enteramente mexicano-americana, pero por su nombre inclusivo demostraba el potencial para una
alianza o fusión entre diversos grupos hispanos88.
Así que el gobierno estadounidense empezó a negociar acuerdos para poder contratar a
obreros mexicanos, los llamados «braceros». Sin embargo, estos pronto se dieron cuenta de
que la oportunidad de encontrar un puesto de trabajo representaba una moneda de dos caras:
«Los braceros estaban obligados a trabajos específicos, mal pagados, explícitamente
temporales y agotadores: construcción y mantenimiento del ferrocarril y cosechar
manualmente»89.
Por otra parte, estos trabajos permitían a los obreros mexicanos ganar un sueldo mínimo
y mandar algún dinero a sus familiares. Por este motivo, a finales de la guerra hubo unos
75.000 mexicanos en los ferrocarriles y otros 50.000 en la agricultura: «La escasez de mano
de obra descendió, pero los empresarios presionaron para mantener el sistema en
funcionamiento porque preferían la mano de obra barata»90. En aquel entonces ya teníamos
perfiladas las problemáticas que más tarde se tematizarán en las obras de literatura chicana e
hispanounidense: la problemática de los obreros indocumentados; la del peligroso cruce de la
frontera para llegar a la Tierra Prometida; la de la aculturación en el país de acogida. Nos
parece oportuno entrar, a continuación, un poco más en detalle con las distintas nociones aquí
mencionadas.
88
Fernández-Armesto, op. cit., p. 350.
89
Ibíd.
90
Ibíd., p. 352.
43
Evolución de la narrativa hispanounidense
A pesar del miedo de ser deportados, el número de los migrantes indocumentados siguió
creciendo. En el año 1953 se registraron 865.000 arrestos fronterizos y, un año después, se
habló de una cifra aproximativa de un millón de migrantes irregulares anuales. Como se verá
a continuación, estos acontecimientos históricos también influyeron en la formación de
distintas corrientes literarias.
91
Fernández-Armesto, op. cit., p. 353.
44
Evolución de la narrativa hispanounidense
92
José Martí, Ensayos y crónicas, Madrid, Anaya & Muchnik, 1995, p. 126.
93
Véase: Luis Leal, Aztlán y México: perfiles literarios e históricos, Binghamton, Bilingual Press/Editorial
Bilingüe, 1985; Francisco Lomelí (ed.), Handbook of Hispanic Cultures in the United States: Literature and Art,
Houston, Arte Público Press, 1993; Manuel M. Martín-Rodríguez, La voz urgente: antología de literatura
chicana en español, Madrid, Editorial Fundamentos, 1999; José Antonio Gurpegui, Narrativa chicana: nuevas
propuestas analíticas, Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá, Instituto Universitario de Estudios
Norteamericanos, 2003.
94
Véase: Luis Leal, «Pre-Chicano Literature: Process and Meaning (1539-1959)», en Lomelí, op. cit., pp. 62-85
y Gurpegui, op. cit., pp. 33-48.
45
Evolución de la narrativa hispanounidense
La primera etapa, que también contiene una tradición oral difícilmente demostrable que
debe formarse por relatos sobre los acontecimientos ocurridos en esas tierras (p. ej., la
colonización), destaca sobre todo por la existencia de relaciones, crónicas, diarios y otros
textos de parecida índole. Como tal testimonio puede ser considerada la Relación (o
Narración de los naufragios, 1542) de Alvar Núñez Cabeza de Vaca. La crónica trata de la
vida de los indios y nos da una descripción de las tierras recorridas por el conquistador
Cabeza de Vaca. Observa Leal que, según Juan Bruce-Novoa, el relato ya contiene la esencia
de la narrativa chicana. Constata que, cuando Cabeza de Vaca regresó a España, ya no era
español, sino indio, y que en México no fue considerado como mexicano, sino español. El
chicano sufre el mismo fenómeno: en México es pocho y en los Estados Unidos no es cien
por ciento norteamericano, así que es mexicanoamericano y no totalmente estadounidense95.
Si bien es verdad que el conflicto de identidad ya está presente en Cabeza de Vaca, no
estamos por completo ante el mismo fenómeno que caracteriza la narrativa chicana. En el
segundo, se lucha por los derechos en las tierras expropiadas; en el caso de Cabeza de Vaca,
en cambio, el conquistador mismo expropia las tierras a los nativos.
Pérez de Villagrá nos proporciona otro testimonio de conquista: en su Historia del año
1610 se puede presenciar el proceso exploratorio de México a Nuevo México. Otros
documentos escritos durante ese periodo describen la vida en diferentes misiones como la de
los franciscanos en Tejas en la Crónica apostólica y seráphica (1746) de Fray Isidro Félix de
Espinoza, la de Nuevo México descrita por Fray Agustín Morfi en Viaje de indios y diario de
Nuevo México o la de California de Fray Francisco Palou en sus cuatro volúmenes de Noticias
de la Nueva California. Además, se pueden encontrar diarios y cartas en las relaciones y el
diario de Fray Junípero Serra, entre otros.
La producción de crónicas se mantiene en la segunda etapa del periodo de narrativa
prechicana, pero empieza a sobresalir la creación de los llamados «corridos», una forma de
poesía derivada del romance. Los corridos surgen del cambio histórico-político durante el
cual los angloamericanos se apropiaron del territorio que anteriormente había pertenecido a
los mexicanos y tratan del conflicto de los mexicanos restantes al «asimilarse» a una cultura
impuesta por la mayoría angloamericana. Es por eso que algunos especialistas ven en esta
producción literaria el origen de la literatura chicana. Cabe añadir que en muchos de los casos
aún se trata de creaciones populares sin mayor calidad literaria.
No obstante, nos parece necesario mencionar algunos de los corridos significativos que
destacan por su carga temática y sus características chicanas relevantes. Tal es el caso, por
95
Leal, «Pre-Chicano Literature», op. cit., p. 64.
46
Evolución de la narrativa hispanounidense
96
Gurpegui, op. cit., p. 40.
47
Evolución de la narrativa hispanounidense
volver la vista hacia el pasado y señalarle como el primero que emprendió un camino tan
duro97.
Cabe añadir que de las postrimerías de esta tercera etapa también tenemos un testimonio
muy importante de pensamiento transamericano: el ensayo «Nuestra América» de José Martí
del año 1891. En este caso, no se puede hablar de «literatura prechicana» en su sentido
propio. No obstante, el texto tematiza la problemática interamericana en general y destaca por
un lenguaje considerablemente poético y, a su vez, literario con el que se expresa un «análisis
crítico de una situación histórica determinada y, a partir de allí, la formulación de propuestas
para el cambio social, todo lo cual determina el uso de un lenguaje referencial, pero su tejido
verbal está tan empapado de lenguaje expresivo, tan potenciado connotativamente por la
carga poética»98.
En concreto, se trata de una especie de panfleto que critica, de manera explícita, la
política represiva de los angloamericanos frente al pueblo hispano y, por consiguiente, tiene
un enfoque temático parecido a la posterior narrativa chicana y la hispanounidense en un
sentido más amplio. El ensayo, además, tematiza la lucha contra el imperio español e invita,
más generalmente, al pueblo latinoamericano a defender sus derechos y su independencia.
En su ensayo, José Martí indaga en la posesión de las tierras mexicanas e insiste en su
independencia. Por ello, no solo se convierte en héroe en su propia patria cubana, sino en todo
el subcontinente latinoamericano:
La codicia estadounidense despertó sentimientos pan-hispánicos que habían permanecido en buena
medida latentes desde la caída del imperio español. José Martí, héroe del movimiento
independentista cubano, que por entonces trabajaba como periodista en Nueva York, denunció a
los belicistas de Estados Unidos que veían México como propiedad suya y fomentaban el odio de
razas; «nuestra Patria es una, empieza en el Río Grande, y va a parar en los montes de la
Patagonia»99.
Por último, aparece a finales del siglo XIX un debate sobre el uso del inglés en las obras
de temática chicana. Muchos de los autores siguen utilizando el español como lengua de
escritura pero, dado el entorno angloamericano, se va imponiendo progresivamente el inglés
como idioma de creación.
La cuarta y última etapa de narrativa prechicana engloba la primera mitad del siglo XX.
Es en aquel momento, durante la Revolución Mexicana, cuando empiezan las grandes olas
migratorias hacia el norte. Entre los migrantes se encuentran intelectuales y escritores que
favorecen el mantenimiento de la cultura de origen y el rechazo de la asimilación. Por este
97
Gurpegui, op. cit., p. 42.
98
Véase: Luis Navarrete Orta, «Discurso reflexivo y discurso literario en Nuestra América de José Martí»,
Universidad de La Habana, 241 (1991), pp. 23-31.
99
Fernández-Armesto, op. cit., p. 315.
48
Evolución de la narrativa hispanounidense
motivo nace el término «pocho» para designar a personas que traicionan la cultura de sus
padres para asimilarse a las costumbres de la mayoría dominante. Asimismo, se perfila esta
«traición» en la narrativa donde el inglés, con una frecuencia creciente, se impone como
lengua de escritura; incluso se empieza a crear un nuevo tipo de lenguaje, también llamado el
«pocho», que toma el español como base pero que introduce elementos del idioma inglés.
Dentro de los autores mexicanos residentes en los Estados Unidos que se enfrentan al
modelo angloamericano, destacan, entre otros, Julio Arce, Benjamín Padilla y Daniel Venegas
con su novela Las aventuras de Don Chipote, o cuando los pericos mamen (1928). Esta obra
se considera uno de los antecedentes más importantes de la narrativa chicana porque adelanta
algunos rasgos típicos de la corriente: «[e]n esta novela ya es posible encontrar algunos de los
temas recurrentes que aparecerán en las obras típicas del Movimiento, a saber: la denuncia
social, el problema asimilacionista, el tema de la identidad, la complejidad lingüística…
etc.»100. Y tampoco hay que olvidarse de la novela Los pochos (1934) de Jorge Ainslie que
destaca por una estructura y temática similares a varias novelas chicanas posteriores.
Por otro lado, contamos con una serie de autores y, sobre todo, autoras, que escriben en
inglés y según el modelo angloamericano. En este punto, cabe mencionar aquí nombres como
María Cristina Mena, María Esperanza, Nina Otero-Warren con Old Spain in our Southwest
(1936) y, particularmente, Josephina Nigli con su novela Mexican Village (1945). Algunos
críticos, Leal entre otros, consideran esta última obra como modelo de una de las novelas
fundamentales de la narrativa chicana, sobre todo en cuanto a su estructura de cuentos
interrelacionados: … y no se lo tragó la tierra de Tomás Rivera. Además de las anteriormente
citadas autoras prechicanas, hay que añadir a la lista otras dos obras de mujeres escritoras: We
Fed Them Cactus (1954) de Fabiola Cabeza de Baca y Romance of a Little Village Girl
(1955) de Cleofás M. Jaramillo.
Para terminar el recorrido por la cuarta etapa, debemos citar a Mario Suárez: el
protagonista de su cuento más famoso, titulado Señor Garza, representa el arquetipo del
chicano y nos proporciona un buen ejemplo de los desafíos a los que se debe enfrentar dicha
colectividad. Por ese motivo, algunos especialistas ven en Suárez el precursor por excelencia
de la narrativa chicana.
En conclusión, se puede decir que en estas cuatro etapas ya podemos encontrar las bases
y las características que allanaban el camino pedregoso de un tipo de narrativa llamado
«chicana»:
100
Gurpegui, op. cit., p. 47.
49
Evolución de la narrativa hispanounidense
Estos cuatro periodos son el fundamento, los cimientos, la esencia, a partir de la que germinará,
crecerá, y evolucionará la literatura chicana de la segunda mitad del siglo XX. Desde luego que las
condiciones sociales de los chicanos en los estados del sudoeste serán el motor ineludible en la
producción artística de este grupo étnico. Pero tan importante como eso, si no más, fue la herencia,
el bagaje artístico cultural de casi cuatro siglos de historias, cuentos, poemas, corridos… El
siguiente eslabón de esta cadena centenaria es la literatura chicana, una literatura que, como el
tiempo ha demostrado, no intenta únicamente denunciar o reivindicar unas condiciones sociales
marginales y opresivas, sino que va más allá del lógico anhelo identificativo en busca de un
objetivo mucho más ambicioso: hacerse un sitio en el universo literario101.
Todo lo anteriormente dicho nos sirve como introducción al próximo subcapítulo en el que
intentaremos presentar un panorama de la formación, evolución y el estado actual de esta
narrativa.
101
Gurpegui, op. cit., p. 47.
50
Evolución de la narrativa hispanounidense
Para introducir el apartado de la narrativa chicana nos parece oportuno definir, con más
detenimiento, el término «chicano» y hacer un breve inciso histórico sobre las etapas más
relevantes de la historia chicana. Hasta la segunda mitad del siglo XX, el vocablo «chicano»
denominaba «al obrero mexicano recién llegado a los Estados Unidos, mientras que los ya
establecidos eran denominados “pochos”; estos últimos veían a los recién llegados con
desdén, como miembros de una categoría social inferior por ser obreros transitorios»103. Esta
inicial asociación del término con la clase obrera no sorprende si se considera que los
miembros de las primeras oleadas migratorias pertenecían a la clase trabajadora. En la
actualidad, los mexicanos nacidos y residentes en los EE. UU. se califican de «chicano»,
mientras que los recién llegados se autodenominan «mexicanos». No obstante, visto su
desgarro cultural, también se puede aplicar el calificativo «chicano» al segundo grupo.
Como alternativa a dicho término se utilizaba el antes mencionado calificativo «pocho»:
«En esencia, “pocho” denota un hibridismo que se contempla como falta de pureza y, por ello,
se censura por parte de los mexicanos. El pocho se convierte, según esta visión, en una
especie de renegado que “finge” pertenecer a una cultura diferente de la de sus padres»104. Por
su inexactitud (la asimilación de los mexicanos no siempre se llevó a cabo de manera
voluntaria) y su connotación peyorativa, el término resulta poco apropiado en la actualidad.
Otro calificativo que ha permanecido hasta hoy en día es «mexicano-americano». La
desventaja de esta designación reside en la polémica de la colocación de los dos
denominativos por lo que se prefiere utilizar en la crítica actual el término «chicano».
A partir de los años 60, el número de migrantes mexicanos, muchos de ellos
indocumentados, incrementó rápidamente y el calificativo «chicano» se implementó como
denominador identificador común.
102
Martín-Rodríguez, op. cit., p. 14.
103
Ibíd.
104
Ibíd., p. 16.
51
Evolución de la narrativa hispanounidense
105
Véase: Gurpegui, op. cit., pp. 28-29. Se trata de una división completada de la clasificación de: Marcelino
Peñuelas, Cultura Hispánica en Estados Unidos: Los Chicanos, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica del Centro
Iberoamericano de Cooperación, 1978, p. 136.
106
Juan Rodríguez, «Chicano Literary Criticism» en Julia Martínez y Francisco Lomelí (eds.), Chicano
Literature: A Reference Guide, Westport, Greenwood Press, 1985, p. 125.
52
Evolución de la narrativa hispanounidense
Por último, no hay que olvidarse de la división de María Herrera-Sobek, que nos
presenta en la entrevista que le hicimos (véase: Apéndice), y la de José Antonio Gurpegui en
107
Gurpegui, op. cit., p. 52.
108
«The 1950s: A Crossroads of Reclaiming a Literary Past»; «The 1960s: Breaking Social Barriers»; «The
1970s: Ideology Versus Craft»; «The 1980s: From Diversification to Postmodernity»
109
Martín-Rodríguez, op. cit., p. 62
53
Evolución de la narrativa hispanounidense
Narrativa chicana: nuevas propuestas analíticas (2003). Allí establece una clasificación en la
que pretende combinar distintos criterios como el cronológico, el temático, el histórico-social,
el artístico y el pragmático, centrándose siempre en un grupo de autores característicos de
cada categoría 110 . Aunque esta última catalogación resulta innovadora y varias de las
divisiones anteriormente mencionadas nos parecen excelentes, hemos optado, como
referencia de base, por la clasificación «cronológica» de Lomelí, visto el carácter panorámico
de su capítulo. Sin embargo, también tendremos en cuenta el resto de divisiones.
Aunque anteriormente ya existía una narrativa con rasgos chicanos, hasta el año 1959
no se logró una complejidad de composición artística y una toma de conciencia de la
identidad chicana. El consenso de los especialistas coincide en la mención del año 1959 como
inicio de la novela chicana contemporánea cuando se publica Pocho de José Antonio
Villarreal. La obra puede ser considerada como bildungsroman centrado en Juan Rubio, quien
huyó con su esposa de México, y su hijo Richard, el protagonista, quien crece entre dos
mundos: el de México, representado por sus padres, y el de los Estados Unidos, representado
por el entorno extrafamiliar. Por ello, el tema de la crisis de identidad, un rasgo común de la
narrativa chicana, está fuertemente presente en esta primera novela como ya lo alude el título.
A diferencia de los demás críticos, Lomelí menciona otra obra publicada en el mismo
año: Breve reseña de la literatura hispana de Nuevo México y Colorado de José T. López,
Edgardo Núñez y Roberto Lara Vialpando. En este caso estamos ante una especie de
antología que intenta coleccionar muestras de la presencia hispana en el suroeste de los
Estados Unidos (territorio que anteriormente había sido hispánico). En resumen, los dos libros
marcan un cambio importante en la toma de conciencia de una comunidad minoritaria sobre
sus propios derechos.
Con el inicio de los años sesenta también comienza una década de narrativa que intenta
romper tabúes sociales y explorar temáticas poco tratadas hasta el momento. Tal es el caso de
110
Las categorías ofrecidas por Gurpegui son las siguientes: «Inicios»; «Consolidación»; «La literatura chicana
escrita en español»; «Experimentación narrativa»; «Las mujeres hablan».
111
José Antonio Villareal, Pocho, Nueva York, Anchor Books, 1989 [1959], pp. 61-62.
54
Evolución de la narrativa hispanounidense
112
Lomelí, «Contemporary Chicano Literature», op. cit., p. 89.
113
Ibíd., p. 90.
114
Gurpegui, op. cit., p. 58.
115
Véase: Martín-Rodríguez, op. cit., p. 67.
116
Oscar Zeta Acosta, The Autobiography of a Brown Buffalo, Nueva York, Vintage Books, 1989, p. 199.
55
Evolución de la narrativa hispanounidense
117
Lomelí, «Contemporary Chicano Literature», op. cit., p. 95.
56
Evolución de la narrativa hispanounidense
Cockroach People (1973) y Miguel Méndez por su Peregrinos de Aztlán (1974). Acosta
retoma en sus novelas el conflicto de la identidad y, es más, reconoce que «su propia
identidad forma parte de una colectividad mucho mayor, la chicana»118. Méndez, por otro
lado, expresa en su novela una denuncia directa que cursa en contra de las violaciones de los
derechos humanos:
Méndez escribe una novela de claro contenido social, donde pretende mostrar el verdadero alcance
de las injusticias humanas. La política, las leyes, la disposición socioeconómica, todo está
establecido para favorecer a los ricos y explotar a los más desfavorecidos. La justicia social no
existe y la realidad parece un esperpento donde los valores éticos y morales han sufrido una
completa trasformación119.
118
Gurpegui, op. cit., p. 61.
119
Ibíd., p. 82.
120
Lomelí, «Contemporary Chicano Literature», op. cit., p. 97.
57
Evolución de la narrativa hispanounidense
the Alhambra (1977) de Nash Candelaria y Pelón Drops Out (1979) de Celso A. de Casas.
Todos ellos combinan la novela chicana con diferentes puntos de vista e influencias.
Las casas editoriales Arte Público Press, emanación en la década anterior de la Revista
Chicano-Riqueña (1973), y Bilingual Press/Editorial Bilingüe, surgida de Bilingual
Review/Revista Bilingüe (1974), se vuelven, en la década de los ochenta, cada vez más
insistentes en encontrar nuevos talentos y, como consecuencia, se publica un gran número de
obras con temáticas chicanas. La narrativa de esa época se puede resumir en tres tendencias:
una que presenta una imagen más refinada del chicano, otra que pretende internacionalizar la
problemática y una tercera que se forma por autores ya conocidos que intentan renovar su
escritura y la corriente literaria. Precisa el profesor Lomelí que se produce un intento de
experimentación sofisticada hasta 1984; posteriormente, un corpus de obras sólidamente
arraigadas a partir de 1985; más un importante tercer grupo que incluye a escritores que o
bien continúan siendo productivos a partir de los años setenta (Hinojosa-Smith y Portillo-
Trambley) o bien hacen una contribución en ambas mitades de la década (Arturo Islas,
Cherríe Moraga y Gina Valdés). Tras haber recuperado parte del impulso perdido a partir de
finales de los años setenta, la narrativa a principios de la década comienza a renovarse
constantemente; su continua transformación parece transmitir una falta de enfoque colectivo.
Los principales innovadores anteriores a 1980, como Rudolfo Anaya, Ron Arias y Tomás
Rivera, no fomentan nuevas direcciones que se prolongan hasta la década de 1980 ni cultivan
seguidores. Principalmente Rolando Hinojosa-Smith, Gary Soto y Ana Castillo producen
novedades para aumentar aún más el canon literario chicano122.
Una obra bastante particular aparece en 1982 con Hunger of Memory: The Education of
Richard Rodríguez: An Autobiography de Richard Rodríguez. Se trata de una autobiografía
que provoca cierta polémica por enseñar al lector chicano cómo encontrar su propia identidad
al moverse entre el «yo» tradicional y el «yo» asimilado.
Otro autor que sobresale en estos años por sus numerosas publicaciones de alta calidad
artística es, de nuevo, Rolando Hinojosa-Smith. Con su «Klail City Death Trip Series» crea
121
Cherríe Moraga, Loving in the War Years: Lo Que Nunca Paso Por Sus Labios, Cambridge, South End Press,
1983, p. 213.
122
Lomelí, «Contemporary Chicano Literature», op. cit., p. 102.
58
Evolución de la narrativa hispanounidense
un propio universo narrativo que está a la altura del Yoknapatawpha County de William
Faulkner o de Macondo de Gabriel García Márquez. Los títulos más importantes de la serie
«Klail City Death Trip» que pertenecen a esta época son: Mi querido Rafa (1981), Rites and
Witnesses (1982), Partners in Crime (1985) y Claros Varones de Belken (1986). Por su obra
sobresaliente no solo destaca como el escritor chicano más premiado y reconocido
internacionalmente, sino que, según algunos especialistas, inicia el momento «cuando la
literatura chicana queda definitivamente integrada como una nueva incorporación a la
literatura hispano-americana»123.
En la segunda mitad de la década, sobre todo, se hacen notar las autoras mujeres como
Sandra Cisneros con The House on Mango Street (1985), Helen María Viramontes con The
Moths and Other Stories (1985), Margarita Cota-Cárdenas con Puppet (1985), Cecile Pineda
con Face (1985) y Frieze (1986), Ana Castillo con The Mixquiahuala Letters (1986), Denise
Chávez con The Last of the Menu Girls (1986), Cherríe Moraga con Giving Up the Ghost
(1986), Pat Mora con Borders (1986), Gloria Anzaldúa con Borderlands/La Frontera: The
New Mestiza (1987), Alma Luz Villanueva con The Ultraviolet Sky (1988), Lucha Corpi con
Delia's Song (1989) y Mary Helen Ponce con The Wedding (1989). El nuevo enfoque que
adopta una gran mayoría de las citadas autoras no es la simple búsqueda de una identidad
cultural, sino de una identidad femenina propia que se contrapone a la visión patriarcal de los
autores chicanos. En el caso de Moraga y de Anzaldúa se añade el aspecto de la
homosexualidad y, por ende, la búsqueda de una identidad sexual propia.
En conclusión, podemos constatar que la narrativa chicana ha experimentado a través de
las distintas décadas una evolución destacable o como Lomelí resume adecuadamente:
Chicano literature, then, has taken many unexpected turns and directions. From a relative scarcity
of isolated works from as early as 1959, it is now possible to allude to the literature’s proliferation
and its stature as a world literature. It has undergone many transformations through a series of
metamorphoses, ranging from its historical placement or contextual framework of what Chicanos
are and where they come from, such as Pocho. In the 1960s, the thrust of the literature eventually
led to a search for identity in a critical and affirmative way. The 1970s have been characterized as
concentrating on cultural nationalist questions as well as technical sophistications, but the latter
trend definitely gained vigor and recognition in the 1980s when diversification permeated every
phase of creativity. The result has been greater acceptance on an international scale at the same
time that Chicanos and Chicanas fashion new images and break new ground while re-inventing
themselves. Maturity has had its price, but, above all, it is now producing delight and wondrous
metaphorical adventures124.
123
Gurpegui, op. cit., p. 72.
124
Lomelí, «Contemporary Chicano Literature», op. cit., p. 106.
59
Evolución de la narrativa hispanounidense
No queremos, sin embargo, terminar nuestro recorrido por la narrativa chicana aquí,
dado que en las últimas décadas se ha publicado una serie de obras de autores chicanos, en
parte ya conocidos como Alejandro Morales o Ana Castillo, que intentan dar nuevos rumbos a
su escritura, pero también de jóvenes escritores que tratan la temática partiendo desde un
punto de vista distinto como el mexicano Yuri Herrera.
Para continuar la línea del último subcapítulo, abordamos ahora la década de los
noventa. Es un periodo en el que autores chicanos ya reconocidos empiezan a publicar nuevas
obras con diferentes enfoques. Este es el caso de Alejandro Morales con la novela The Rag
Doll Plagues (1992; en 1997 publica Barrio on the Edge) y el de Ana Castillo con So Far
From God (1993). La obra de Morales se divide en tres libros, que se entrelazan, y cada uno
de ellos se desarrolla en otro espacio y otro momento de la historia: el primero, en el México
de la época colonizadora; el segundo, en la California contemporánea; y, el último, en un
condado surgido en las postrimerías del siglo XXI. Morales no solo hace uso del realismo
mágico, sino que nos presenta una visión futurista de la temática chicana. La novela de
Castillo es una especie de crónica familiar femenina, dado que narra la historia de Sofia y sus
cuatro hijas (Esperanza, Caridad, Fe y La Loca), quienes tienen que enfrentarse, en su
experiencia migratoria, a la pobreza, el racismo y la explotación. El texto de Castillo supera:
[…] creencias basadas en conceptos fijos de pureza cultural, remitiendo a la hibridez como forma
de vivir en la sociedad contemporánea, cada vez más pluralista y multicultural. [Es], además, una
contribución para el redescubrimiento de la identidad de la mujer chicana, una vez que comparte
un valioso conocimiento sobre su herencia étnica o, incluso, sobre experiencias de mujeres
víctimas de tal coyuntura, a través de personajes ficcionales que subvierten los estereotipos
femeninos tradicionales, como Esperanza de Cisneros o Sofi de Castillo. Estos personajes
constituyen ejemplos de revuelta, permitiendo entrever otros caminos fuera de los de su tradición
cultural. Con profunda consciencia de la fragmentación de su identidad, estas escritoras buscan
intervenir a través de su escritura, despertando la consciencia de sus lectores para la necesidad de
cambiar modelos sociales que no se adecuan a su experiencia, con un claro propósito de activismo
social, que además asumen tanto en sus textos como en entrevistas126.
125
Yuri Herrera, Señales que precederán al fin del mundo, Cáceres, Periférica, 2010, p. 21.
126
Patricia Alves Lobo, "Periferias hispánicas de los EEUU: la literatura chicana femenina como manifestación
de los márgenes culturales estadounidenses", Cuadernos de Aleph, 8 (2016), p. 4.
60
Evolución de la narrativa hispanounidense
La literatura chicana femenina florece desde la segunda mitad de los años ochenta y se
extiende en la década de los noventa. Como selección de la narrativa chicana de dicho periodo
se pueden citar: Woman Hollering Creek (1991) de Sandra Cisneros, que trata de mitos
culturales; Paletitas de guayaba (1991) de Erlinda Gonzales-Berry, que destaca por tematizar
el retorno de la mujer chicana a la madre patria mexicana; Eulogy of a Brown Angel (1992) de
Lucha Corpi, que es una novela policial chicana reformada; Margins (1992) de Terri de la
Peña, que retoma la temática de la homosexualidad y la búsqueda sexual; The Memories of
Ana Calderón (1994) de Graciela Limón, que es un buen ejemplo de las complejidades de las
creencias culturales; Canícula: Snapshots of a Girl in La Frontera (1995) de Norma Elia
Cantú que sobresale por tratar la búsqueda de una identidad femenina propia y una
autodeterminación fronteriza, además de por haber sido galardonada con el Premio Aztlán
Literary Prize127.
Dos casos particulares de la segunda mitad de los noventa son la primera novela Only
the Good Times (1995) de Juan Bruce-Novoa y las memorias Entre letras y ladrillos:
autobiografía novelada (1996) del ya conocido Miguel Méndez. La primera presenta el
arriesgado intento de combinar los instintos de crítico literario chicano con una historia de
amor de adolescencia hollywoodense. La autobiografía novelada de Méndez, en cambio, nos
muestra la típica evolución de friegaplatos a millonario del propio autor, quien empezó a
trabajar como obrero y pasó a ser profesor en la universidad.
A partir del año 2000, contamos con otro catálogo de obras chicanas que intentan
traspasar los límites de los tabúes sociales. Hay autores, como Morales y Castillo, que
aparecen desde hace décadas en las listas de nuevas publicaciones chicanas y se ganan, así, el
reconocimiento en la comunidad y a nivel internacional. Alejandro Morales, por ejemplo,
publica las siguientes obras que pueden ser leídas en un contexto chicano: Waiting to Happen
(2001), The Captain of All These Men of Death (2008) y River of Angels (2014). Ana
Castillos escribe las novelas Watercolor Women, Opaque Men: A Novel in Verse (2005), The
Guardians (2007) y Give It to Me (2014) en las que abarca, entre otros temas, la
experimentación de la sexualidad femenina como la bisexualidad.
También en el milenio reciente surgen nuevas voces como Rigoberto González con
Butterfly Boy: Memories of a Chicano Mariposa (2006), quien tematiza en sus memorias la
homosexualidad masculina que se enfrenta al machismo latinoamericano (caso bastante
escaso en toda la literatura chicana).
127
Sebastian Imoberdorf, «Entrevista con Francisco Lomelí», Apéndice, el 19 de enero de 2019, p. 398.
61
Evolución de la narrativa hispanounidense
Por ejemplo, algunas obras abrieron nuevos espacios en múltiples direcciones temáticas con The
People of Paper (2005) de Salvador Plascencia, una deliciosa incursión en el realismo mágico
chicano sin sacrificar el contenido social; La cucaracha (2004) de Lalo Alcaraz, una novela
gráfica de vanguardia de lo subversivo y un humor decolonial; Caramelo, Or, Puro Cuento (2002)
de Sandra Cisneros, un tour de force que mezcla el testimonio con una visión mordaz del
machismo mexicano; Forgetting the Alamo, Or, Blood Memory (2009) de Emma Pérez, el
revisionismo de una vaquera lesbiana sobre la historia de Tejas en la década de 1830; Desert
Blood: The Juárez Murders (2005) de Alicia Gaspar de Alba, una fascinante novela de misterio
sobre el femicidio en la frontera; Into the Beautiful North (2007) de Luis Alberto Urrea, un viaje
casi absurdo pero divertido, en el que se burla de la inmigración de una comunidad transnacional a
la vez que trasciende los estereotipos; Lotería: A Novel (2013) de Mario Alberto Zambrano, una
narrativa lúdica que manipula la forma y el folclore; Across a Hundred Mountains (2006) de
Reyna Grande, un conmovedor relato de abandono y desintegración familiar; The River Flows
North (2009) de Graciela Limón, una historia fascinante que humaniza el proceso de inmigración;
Lunar Braceros 2125-2148 de Rosaura Sánchez y Beatrice Pita, una novela de ciencia ficción de
esclavitud futurista en nuestro espacio; The Distance Between Us: A Memoir (2012) de Reyna
Grande, una mirada introspectiva a las condiciones familiares a través de la inmigración y la
separación que afectan a los niños; A House of My Own: Stories from my Life (2015) de Sandra
Cisneros, un relato del mundo interior de valores y motivaciones de una escritora; 187 Reasons
Mexicanos Can’t Cross the Border (2007) de Juan Felipe Herrera, una meta-épica profunda pero
sardónicamente introspectiva de la psique histórica chicana, que finalmente lo llevó a ser
nominado en 2015 como el primer chicano en ser nombrado U.S. Poet Laureate. Ahora todo lo
que necesitamos es un/a ganador/a del Premio Nobel.
Como podemos ver, los chicanos están remodelando el mapa literario con interesantes incursiones
en una serie de vivencias, formatos experimentales y representaciones, al mismo tiempo que el
Rasquachismo ha evolucionado hacia nuevas dimensiones creativas. Su diversificación temática
está alcanzando proporciones extraordinarias, ofreciendo algo para un mayor número de lectores y,
al mismo tiempo, inculcando un sentido de urgencia para mantener la conciencia de las
condiciones sociales en un mundo global en constante cambio128.
Por lo general, se puede notar en la nueva narrativa chicana una tendencia hacia la
«globalización» de la temática que inspira a otros autores y autoras a levantar la voz y, por
consiguiente, surgen nuevas obras de varios países latinoamericanos. En el siguiente
subcapítulo se analizará esta evolución de la corriente hispanounidense que en un primer
momento se crea en América Central y las islas caribeñas de Cuba, la República Dominicana
y Puerto Rico para luego llegar hasta la Argentina y Chile en América del Sur.
128
Imoberdorf, «Francisco Lomelí», op. cit., pp. 399-400.
62
Evolución de la narrativa hispanounidense
Como se menciona en la cita, existen varios términos para denominar a las personas y
también la narrativa de origen hispano en los Estados Unidos. No nos permitimos proponer,
en nuestro estudio, una denominación irrevocable, dado que cada una de ellas tiene su
legitimidad, pero pretendemos encontrar un término referente al asunto de la presente tesis.
La denominación más general para personas y literaturas que se mueven entre el mundo
latinoamericano y el norteamericano sería ‘transamericano’ o ‘interamericano’ que la RAE
define como: «Perteneciente o relativo a cualquier clase de relaciones multilaterales entre
países americanos»130. Por consiguiente, no solo entra en esta definición la interacción entre
América Latina y los Estados Unidos, sino también la relación de Canadá con los EE. UU. o
con Latinoamérica, por ejemplo. Concluyendo, se puede decir que las personas y narrativas
latinoamericanas en los EE. UU. forman parte del conjunto interamericano, pero que no toda
persona o narrativa interamericana se origina en la relación entre América Latina y los EE.
UU.
Como otra denominación de uso frecuente en el ámbito académico se utiliza ‘latino’ y
la define la RAE de la siguiente manera: «Dicho de una persona: De alguno de los pueblos de
Europa y América que hablan lenguas derivadas del latín» y «Perteneciente o relativo a los
latinos de Europa y América»131. El problema, de nuevo, reside en el hecho de que el término
‘latino’ resulta ser demasiado general, dado que no solo incluye a lo(s) brasileño(s), sino
«agrupa también a poblaciones del Mediterráneo» (portugueses, italianos, etc.)132.
El término ‘hispano’, por último, denomina, según la RAE, a alguien o algo
«Perteneciente o relativo a los hispanos de los Estados Unidos de América», pero al mismo
tiempo también designa algo «Perteneciente o relativo a Hispanoamérica»133, por lo que la
información de la residencia estadounidense no queda latente.
129
Véase: Manuel Garrido Palacio, «“Hispanounidense” o cómo nace una palabra», Fundéu. URL =
http://www.fundeu.es/noticia/hispanounidense-o-como-nace-una-palabra-2768/ (última consulta: 22.03.2017).
130
Real Academia Española, «interamericano, na», op. cit. URL = http://dle.rae.es/?id=LsIwEH0 (última
consulta: 22.03.2017).
131
Ídem, «latino, na», op. cit. URL = http://dle.rae.es/?id=Mz1HIZd (última consulta: 22.03.2017).
132
Cristina F. Pereda, «¿Latinos, hispanos o hispanounidenses?», El País. URL = http://blogs.elpais.com/usa-
espanol/2010/06/latinos-en-california-hispanos-en-texas.html (última consulta: 22.03.2017).
133
Real Academia Española, «hispano, na», op. cit. URL = http://dle.rae.es/?id=KW1s7dJ (última consulta:
22.03.2017).
63
Evolución de la narrativa hispanounidense
Para ser más claros, habría que utilizar una expresión como ‘hispano de los Estados
Unidos’ o ‘hispano-estadounidense’, pero quedaría bastante largo y complicaría el asunto. Por
ello, la Academia Norteamericana de la Lengua Española propuso en 2010 el término
fusionado ‘hispanounidense’ que inicialmente fue un neologismo, pero que, en poco tiempo,
se ha metido en el mundo público y académico. Las ventajas de esta denominación las resume
Emilio Bernal Labrada en una contribución para la Fundación del Español Urgente (Fundéu):
1) Es de significado claro, fácilmente deducible;
2) No contiene combinaciones de letras ni elementos ajenos al español (se limita a unir una palabra
existente, hispano, con la terminación de otra, estadounidense);
3) Es flexible en cuanto a funciones gramaticales (es sustantivo y adjetivo de género común) y se
prestaría incluso para la creación de derivados, y
4) Permite la normal pluralización española.
5) Tiene, además, las virtudes de ahorrar tiempo y espacio, aparte de contribuir a fortalecer el
término hispano-a y de desplazar, por tanto, el equívoco latino-a (latinos, como sabemos, pueden
ser también, entre otros, los franceses y portugueses y, desde luego, los italianos)134.
134
Emilio Bernal Labrada, «Neologismos: hispanounidense, correl», Fundéu. URL =
http://www.fundeu.es/noticia/neologismos-hispanounidense-correl-5456/ (última consulta: 22.03.2017).
64
Evolución de la narrativa hispanounidense
en consideración los diferentes aspectos sin limitarse a solo uno. En primer lugar,
clasificaremos la narrativa hispanounidense en tres zonas geográficas:
centroamericanounidense, suramericanounidense y caribeñounidense 135 . Cada una de estas
tres categorías se introduce con un inciso sociohistórico y se divide, otra vez, en varias
subcategorías según los países correspondientes. Dentro de las subcategorías, las obras y los
autores escogidos se presentarán de forma cronológica.
Cabe subrayar que el corpus presentado en los próximos subcapítulos no es del todo
completo y hay otros autores y obras que entrarían en las distintas categorías, pero los
seleccionados se pueden considerar de los más representativos por su reconocimiento y su
difusión. En la parte analítica del presente trabajo, nos restringiremos a una selección de obras
a fin de efectuar un análisis temático detallado. En conclusión, se puede decir que la
presentación y el análisis de la narrativa hispanounidense tendrán un enfoque polifacético.
Examinaremos, en primer lugar, la migración de América Central hacia los EE. UU.,
dado que, a pesar de las diferencias, tiene la mayor cercanía y similitud con el fenómeno
migratorio del pueblo chicano. El punto en común más fuerte entre las comunidades es la
migración indocumentada. En las últimas décadas, ha ido aumentando el número de migrantes
centroamericanos que intentan cruzar, según el ejemplo mexicano, de manera ilegal la
frontera norte con los EE. UU. La diferencia reside en la doble travesía fronteriza (el
centroamericano tiene que atravesar como mínimo dos fronteras: la de Guatemala con México
y la de México con los EE. UU.) y en la mayor distancia geográfica a recorrer (que aumenta
los riesgos de explotaciones económicas y sexuales).
El peligro es mayor si pensamos que los centroamericanos, en parte, no están cruzando
su propia tierra. No obstante, una vez situados en la frontera entre México y los Estados
Unidos, a los migrantes tanto centroamericanos como mexicanos se les plantean los mismos
problemas y riesgos: el peligro de las pandillas explotadoras en las zonas fronterizas, el cruce
bajo condiciones difíciles, la vigilancia policial de La Migra, etc.
135
Proponemos estas denominaciones como equivalentes al término «hispanounidense».
136
Néstor Rodríguez, «Comparing Mexicans and Central Americans in the Present Wave of U.S. Immigration»,
en José Luis Falconi y José Antonio Mazzotti (eds.), The other Latinos: Central and South Americans in the
United States, Cambridge, Harvard University Press, 2007, p. 92.
65
Evolución de la narrativa hispanounidense
137
Son los países de mayor emigración y, además, se trata de las nacionalidades que aparecen en nuestras obras.
138
María Cristina García, Seeking refuge: Central American migration to Mexico, the United States, and
Canada, Berkeley, University of California Press, 2006, p. 27.
139
Ibíd., p. 29.
66
Evolución de la narrativa hispanounidense
The principal agencies of Salvadoran national security tried to eliminate the rebels and dissenters.
The centralized intelligence agency known as ANSESAL and its affiliate, the Democratic
Nationalist Organization (ORDEN), a nationwide network of government informants and
paramilitary groups founded in 1968, used violent measures to control the civilian population.
Protesters were arrested and beaten, expelled from the country, or murdered. The armed forces
were assisted in these efforts by privately funded paramilitary groups such as the White Warriors
Union, the White Hand, the Anti-Communist Forces for Liberation, and the Organization for the
Liberation from Communism, among many others, whose interlocking membership consisted of
soldiers, off-duty police officers, and «the sick young sons of affluent Salvadorans». Indeed, the
paramilitary groups received their funding from members of the oligarchy, some of them living in
Miami. These groups, appropriately nicknamed the escuadrones de la muerte, or «death squads»,
employed particularly gruesome tactics. Those believed to have ties to insurgent groups or who
challenged the established order in any way –through labor organizing, sermons and public
speaking, classroom instruction, publications and journalism– were tortured, raped, and killed.
[…] One group's signature method of assassination was twelve gunshots in the face at point-blank
range. So many Salvadorans were found dead or missing that the Catholic Church's Legal Office,
the principal agency that documented the abuses, could not keep up with all the reports of the
missing and killed140.
Las consecuencias de esta guerra civil fueron unos 500.000 desplazados internamente y
más de un millón de personas que huyeron al extranjero. Alrededor del año 1980, los
salvadoreños, así como los guatemaltecos exiliados, sobre todo pidieron asilo en los países
contiguos donde pensaban encontrar una situación política más estable y segura, pero solo un
número restringido de ellos encontró refugio en tierras vecinas. La migración salvadoreña
aumentó después de octubre de 1979, cuando los escuadrones de la muerte intensificaron la
campaña contra la oposición. Según el Alto Comicionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR), medio millón de salvadoreños huyeron de su patria durante el periodo
de 1979-1982. A finales de los años ochenta, se estimaba que un millón de personas habían
emigrado y más de medio millón sufrieron desplazos internos. A su vez, la migración
guatemalteca aumentó durante 1982-1984, cuando los gobiernos de Ríos Montt y Mejía
Víctores intensificaron sus campañas contra la insurgencia. Según estimaciones del ACNUR,
más de un millón de personas se convirtieron en migrantes internos o refugiados en
Guatemala durante la década de 1980. Según estimaciones de los EE. UU., solo recibieron
ayuda una cuarta parte de los salvadoreños y guatemaltecos desplazados por la guerra,
principalmente en campamentos y asentamientos ubicados en Honduras, Costa Rica y
México. El ACNUR incluso estima que la cifra equivale a un 10 por ciento141.
Por eso, al inicio, se puede hablar de migraciones principalmente intercentroamericanas.
La migración entre El Salvador y Honduras, por ejemplo, ya era algo común antes del año
1970 sobre todo en el caso de los trabajadores fronterizos. Pero, a causa del traslado de unos
350.000 salvadoreños a Honduras a finales de los sesenta, por los sueldos elevados en las
compañías bananeras, el gobierno hondureño decidió frenar el incremento migratorio a través
140
García, op. cit., pp. 22-23.
141
Ibíd., pp. 34-35.
67
Evolución de la narrativa hispanounidense
142
García, op. cit., pp. 30-31.
143
Ibíd., p. 20.
68
Evolución de la narrativa hispanounidense
144
García, op. cit., pp. 31-32.
145
Ibíd., p. 85.
146
Ibíd., p. 43.
69
Evolución de la narrativa hispanounidense
Al inicio de los noventa, no obstante haber terminado los conflictos armados en Centroamérica, la
emigración continuó creciendo, impulsada por la precariedad laboral, la pobreza, la violencia y, en
algunos países, la inestabilidad política. A estos problemas se han ido sumando otros
fundamentalmente económicos, derivados de los efectos de la caída de los precios del café y de los
desastres ocasionados por fenómenos naturales en la región, como el huracán Mitch en 1998, el
terremoto en El Salvador en 2001 y el huracán Stan en 2005. […] En la última década, estos
movimientos migratorios irregulares hacia Estados Unidos se han producido en un contexto de
incremento de la inseguridad y, por tanto, de mayor vulnerabilidad de las personas migrantes
frente a amenazas de extorsión, asalto, violación, secuestro e incluso homicidio, entre otras. Esta
situación se ha acentuado y agravado por el aumento de la violencia en México, Honduras, El
Salvador y Guatemala, así como por el endurecimiento cada vez mayor del control fronterizo en el
sur de Estados Unidos y la continuidad de las acciones de retención de migrantes indocumentados
por el gobierno mexicano a lo largo de todo el país147.
Estos motivos explican por qué el flujo migratorio no se detuvo después de los acuerdos
de paz, sino que, por el contrario, se incrementó sobre todo hasta 2005, año en que se
contabilizó un número considerable de más de 400.000 migrantes. Entre 2006 y 2009, hubo
un estancamiento migratorio centroamericano por la crisis económica, el mayor control
fronterizo y el aumento de los riesgos migratorios, entre otros motivos. Pero este cese se
superó en los próximos años y, a partir del 2012, se registró, de nuevo, un incremento del
flujo migratorio que se deja notar hasta nuestros días. Además, los centroamericanos
constituyen con gran diferencia el porcentaje más grande de los migrantes que pasan por
México para llegar a los Estados Unidos y, durante los últimos cinco años, incluso llegan a
igualarse a los migrantes mexicanos en su cruce de la frontera norte con los EE. UU.148.
Cabe mencionar, por último, que en su camino hacia los Estados Unidos, los
centroamericanos se exponen a varios tipos de peligros adicionales como el viaje por caminos
difíciles y en medios de transporte inseguros, la explotación económica y sexual por pandillas
delincuentes y autoridades corruptas o las lagunas que presentan las leyes migratorias
mexicanas y estadounidenses 149 . Justamente por el nuevo incremento de movimientos
migratorios y la situación injusta a la que tienen que enfrentarse los afectados, cada vez
aparecen más novelas que denuncian las violaciones de los derechos humanos contra
migrantes centroamericanos, como se verá en el próximo capítulo.
147
Ernesto Rodríguez, Yulma Barrón, Rafael Fernández de Castro y Leandro Rivera, Migración
centroamericana en tránsito por México hacia Estados Unidos: diagnóstico y recomendaciones, México, D.F.,
Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), 2014, p. 10. URL =
http://www.acnur.org/t3/fileadmin/Documentos/Publicaciones/2014/9884.pdf (última consulta: 04.04.2017).
148
Ibíd., pp. 12-14.
149
Ibíd., p. 23.
70
Evolución de la narrativa hispanounidense
La breve cita de Odisea del Norte nos da un buen ejemplo del reflejo de las
circunstancias políticas que se presentan en obras narrativas de distintos países
centroamericanos. A continuación, las obras se clasificarán según el país de origen y, dentro
de cada categoría, cronológicamente. Empezamos la presentación con Guatemala, el país que
queda más cerca de los EE. UU. y, por consiguiente, con el que tienen más interacción mutua.
En la narrativa guatemaltecounidense llaman la atención, entre otros autores, los escritores
Héctor Tobar y Francisco Goldman. The Tattooed Soldier (1998) de Tobar fue la primera
novela escrita en inglés por un autor guatemaltecounidense. La historia trata de Antonio, un
trabajador de clase media que se va de su país natal para escapar de un escuadrón de la muerte
y, en el país de acogida, se convierte en una persona sin hogar. Al haberse escondido, el
escuadrón mata a su esposa y a su hijo. Un día, en el parque MacArthur de Los Ángeles,
Antonio reconoce al asesino de sus familiares, Longoria, por el jaguar que tiene tatuado y jura
vengarse de él. Aunque la historia principal tiene lugar en los Estados Unidos, Guatemala
queda en todo momento en el centro de atención, lo que podría ser visto como símbolo de los
hispanos desapercibidos en los EE. UU. y así lo expresa también Arturo Arias:
What interests […] about this novel is that whereas both characters live in Los Angeles and are
represented as «Latinos» by a Latino writing English, their life is «unpresentable» in this
topographical site of migration. Their lives have no meaning outside of Guatemala. Longoria now
works in El Pulgarcito Express, a courier service specializing in sending money and goods to
Central America. However, he still has «angry eyes» (25). As the text reminds us, «this was his
practiced soldier's gaze, his cara de matón. … Anyone in Central America recognized this look.
… Dead dictators and demagogues lived on in these cold brown eyes» (25-26). Longoria's eyes,
tattoo, and demeanor take Antonio back to Guatemala, and the entire middle section of the novel is
devoted to the relationship between Antonio and Elena in their country of origin prior to her
murder, and his escape to the United States. Once the novel returns in its third part to the Angeleno
landscape, the men's respective imaginations are no longer central to their agency. Neither man
has dreams of reimaging himself, of constructing a new subjectivity. The uncanny situation lived
in their home country shaped their attitudes forever. This Central American «impropriety», this
inability to represent properly a stereotypical immigrant narration, is my principal focus in these
pages. I want to examine here the different baggage that Central Americans bring to the United
States as immigrants, and why they remain invisible to the great majority of U.S. citizens despite
their considerable presence in the country, especially since the wars fought in the 1980s, when
about three to four million Central Americans fled from the nightmare of violence and
massacres151.
150
Mario Bencastro, Odisea del norte, Houston, Arte Público Press, 1999, p. 3.
151
Arturo Arias, «Central American Americans: Invisibility, Power, and Representation», en Falconi y Mazzotti,
op. cit., p. 102.
71
Evolución de la narrativa hispanounidense
novela con toques autobiográficos nos presenta la vida de Goldman tras la muerte de su
esposa Aura Estrada, autora prometedora de la literatura mexicana, que perdió su vida en un
trágico accidente en las playas de Oaxaca: «Aura murió el 25 de julio de 2007. Volví a
México para el primer aniversario porque quería estar donde todo había ocurrido, en esa playa
del Pacífico. Por segunda vez en el mismo año, volvería a casa, a Brooklyn, sin ella»152. A
partir de la historia de Aura y la relación amorosa entre ella y Goldman, la presencia de lo
latinoamericano es ubicua en toda la obra como ya lo hemos visto en la novela de Tobar.
La narrativa salvadoreñounidense, en segundo lugar, se nos presenta, entre otros
autores, a través de Oscar René Benítez con su novela Inmortales (1984) y Mario Bencastro
con Odisea del Norte (1999). En ambas obras la muerte juega un papel importante y, de esta
forma, es una muestra de la violencia que predomina en el país de origen, pero que al mismo
tiempo continúa en el país de acogida. En el caso de Inmortales, por ejemplo, estamos ante un
multiperspectivismo de personajes cuyas historias se entrelazan entre sí, representando así el
flujo migratorio centroamericano de los ochenta. En estas historias se nos ofrece la violencia
que sufrieron los personajes en el país de origen que luego se proyecta al nuevo ambiente,
aunque de forma un poco más velada153. Pasa algo parecido en Odisea del Norte, pero allí
tiene un carácter aún más reducido.
En Odisea del Norte de Mario Bencastro, el protagonista salvadoreño Calixto se queda
sin palabras cuando le preguntan sobre su compañero de trabajo, cuya cuerda se rompió
mientras lavaba ventanas en el octavo piso de un edificio de Adams-Morgan en Washington,
D.C., y que murió al caer al suelo. El triple participio del pasado connota el triple grado de
emoción que siente Calixto: conmoción por la muerte de su compañero, miedo a la policía por
su estatus ilegal, pero también cólera, un subproducto del trauma de la guerra que aún
persigue sus relaciones con la autoridad. No solo teme a la policía porque lo culparían de la
muerte y, por lo tanto, acabaría en la cárcel o deportado por ser indocumentado –temor que
comparte con cualquier otro inmigrante irregular–, sino también porque fue injustamente
perseguido en su patria154.
Como uno de los representantes más importantes de la narrativa hondureñounidense,
sobresale el autor Roberto Quesada con sus dos novelas Big Banana (2000) y Nunca entres
por Miami (2002). La primera se apoya en la típica historia del sueño americano donde el
protagonista pasa de ser friegaplatos a millonario o, en este caso, de albañil a estrella
152
Francisco Goldman, Di su nombre, México D. F., Editorial Sexto Piso, 2012. Traducción de Roberto Frías.
153
Oriel M. Siu, «Suicidio y colonialidad en una novela de la diáspora centroamericana: Inmortales», Mester, 40
(2011), p. 54. URL = http://escholarship.org/uc/item/8s92f12s (última consulta: 04.04.2017).
154
Arias, op. cit., p. 111.
72
Evolución de la narrativa hispanounidense
155
Carlos Portales, «Sudamérica: seguridad regional y relaciones con los Estados Unidos», Estudios
Internacionales, 29 (1986), p. 280.
73
Evolución de la narrativa hispanounidense
La historia interna de Colombia está marcada sobre todo por los conflictos entre el
partido conservador y el liberal que tuvieron como consecuencia varias guerras civiles. En
cuanto a las relaciones internacionales, Colombia no entró en contacto con los Estados Unidos
hasta la pérdida de Panamá en 1903 cuando tropas militares estadounidenses llegaron y
proclamaron la independencia del último país; claro está que los Estados Unidos actuaron por
interés personal. Con la independencia pensaron llevar adelante la construcción del Canal de
Panamá y así sucedió. Años más tarde indemnizaron a los colombianos por haberles
expropiado las tierras «suplementarias»:
[Colombia] logró mantener un régimen basado en elecciones regulares, pero sin renovar su vida
política. Aunque en 1899 estalló una sangrienta guerra civil, la "Guerra de los mil días" entre
conservadores y liberales, que duró tres años, después del término del conflicto, en 1902, no hubo
nuevos enfrentamientos armados y la gran mayoría de los presidentes fueron civiles. Uno solo de
sus gobernantes, el general Rafael Reyes, dirigió el país en forma dictatorial (1905-1910), aunque
hizo mucho por mejorar la situación económica. La pérdida de Panamá, en 1903, no dio lugar a
grandes convulsiones, y en 1922 Colombia aceptó los 25 millones de dólares que Estados Unidos
pagó como indemnización por la secesión del istmo156.
156
José del Pozo, Historia de América Latina y del Caribe, 1825-2001, Santiago de Chile, LOM Ediciones,
2002, p. 96.
157
Véase: Ibíd, pp. 146-147.
74
Evolución de la narrativa hispanounidense
158
Pozo, op. cit., p. 204.
159
Arlene B. Tickner, «Colombia-Estados Unidos: alcances y limitaciones de la guerra contra las drogas y el
terrorismo», en Linda Helfrich y Sabine Kurtenbach (eds.), Colombia. Caminos para salir de la violencia,
Madrid/Fráncfort, Iberoamericana/Vervuert, 2006, p. 420-421.
160
Véase: José Ricardo Arias Trujillo, Historia de Colombia contemporánea (1920-2010), Bogotá, Ediciones
Uniandes, 2011, pp. 165-166.
75
Evolución de la narrativa hispanounidense
Siguiendo esta línea, surgieron nuevos movimientos políticos como el APRA (Alianza
Popular Revolucionaria Americana) o el Partido Socialista (luego Partido Comunista), pero
estos se encontraron con una resistencia bastante fuerte. Es más, el gobierno oligárquico
peruano incluso se alió con el ejército para impedir la subida al poder del APRA, lo que se
traducía en una amenaza para la oligarquía peruana, la influencia de los Estados Unidos y la
opresión de los indígenas que predominaban en el país. Resume del Pozo que los militares
intentaron durante la mayor parte de la década de 1930 impedir que la influencia del APRA se
extendiera, lo que condujo a acciones violentas por ambas partes. En 1932 los apristas
161
Tickner, op. cit., p. 440.
162
Véase: Marta Irurozqui Victoriano (ed.), La mirada esquiva. Reflexiones históricas sobre la interacción del
Estado y la ciudadanía en los Andes (Bolivia, Ecuador y Perú), siglo XIX, Madrid, Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, 2005, p. 282.
163
Pozo, op. cit., pp. 96-97.
76
Evolución de la narrativa hispanounidense
intentaron llevar a cabo una revolución armada en el norte del país que fue violentamente
impedida por el ejército. Los miembros de este partido reaccionaron frustrados con el
asesinato del general Sánchez Cerro en 1933 (elegido presidente en 1931). En los años
siguientes, los militares y la derecha civil se alternaron en el poder, al mismo tiempo que
impedían el surgimiento del APRA. Solo en 1945, como parte de una coalición que llevó al
poder a José Luis Bustamante, este partido logró influir en la política. Pero, en 1948, los
militares volvieron a intervenir con un golpe de estado que llevó al poder al general Odría y
que dejó al APRA de nuevo en un estado de ilegalidad. Su líder, Víctor Raúl Haya de la
Torre, permaneció en la embajada de Colombia como refugiado durante cinco años. Fue con
la elección del civil Manuel Prado en 1956 cuando el Perú alcanzó una situación política más
estable, pero que no fue más democrática que a principios de dicho periodo164.
El APRA no llegó al poder hasta el año 1985 con su candidato Alan García y la IU
(Izquierda Unida) se convirtió en la segunda fuerza política de Perú. Pero el auge de dicho
partido no duró mucho, dado que surgieron dos grupos guerilleros: el MRTA (Movimiento
Revolucionario Tupac Amaru) y el Sendero Luminoso. Este último, dirigido por Abimael
Guzmán, empezó sus acciones armadas en 1980, imponiéndose primero en el campo para
llegar después a las grandes ciudades. Fue un movimiento muy violento que tuvo por
resultado un número elevado de muertos y una crisis económica que dejó el país en un
profundo caos.
Hacia finales del siglo XX, los Estados Unidos intentaron otra vez fortalecer su
hegemonía al explotar recursos petrolíferos, pero los peruanos llegaron a convencer al
gobierno estadounidense de la condición puntual de la nacionalización de la Compañía
Internacional de Petróleo y así llegaron a un acuerdo que mantenía las relaciones mutuas:
En Perú […] 1968 fue también el año del inicio de la experiencia nacionalista. Este año, los
militares tomaron el poder con un golpe incruento, acusando al gobierno de Belaúnde Terry de
haber preparado un tratado demasiado ventajoso para la International Petroleum Company (IPC),
una empresa estadounidense que explotaba yacimientos petrolíferos. Se formó una junta dirigida
por el general Juan Velasco Alvarado, conocido como «el chino», que comenzó a aplicar una
política de corte nacionalista y reformista. La IPC fue nacionalizada y se lanzó un plan de reforma
agraria, ya detallado anteriormente. Además, el régimen velasquista buscó crear un movimiento de
masas, el SINAMOS, aunque sin concebirlo como un partido político semejante al PRI en México.
Otro objetivo fue el de promover la industrialización, a través de créditos a aquellos latifundistas
expropiados dispuestos a invertir en la industria. El nuevo gobierno se proclamó «ni capitalista ni
comunista», e intentó desarrollar una línea «tercermundista», que incluía la reanudación de las
relaciones con Cuba, la intensificación del comercio con China y con la Unión Soviética, a la cual
se empezó a comprar armas. Pese a esto, el Perú logró mantener relaciones normales con Estados
Unidos, tras convencer a Washington que la nacionalización de la IPC había sido una acción
puntual165.
164
Pozo, op. cit., p. 153.
165
Ibíd., p. 214.
77
Evolución de la narrativa hispanounidense
La historia boliviana del siglo XIX estaba en gran medida marcada por la cuestión de la
protección indigenista. Esta preocupación se produjo sobre todo por el nuevo sistema político
que preveía la clásica oposición entre conservadores y liberales, pero que en realidad
desembocó en una oligarquía conservadora entre los años 1885 y 1899. Solo a partir de este
último año los liberales tomaron el poder. En la guerra civil consiguiente también participó un
grupo de indígenas bolivianos en función de ejército auxiliar. En consecuencia, la imagen del
«indígena víctima» empezó a convertirse en la del «indio brutal» y eso resulta paradójico si
pensamos que las personas principales de la guerra eran otras. Lo que compartían los
indígenas con los responsables era el deseo de una identidad nacional:
[…] no se está diciendo que los indios tuvieran una conciencia patriótica especial, sino que tenían
un interés en Bolivia tan mediado por lo local como podrían tenerlo el resto de los pobladores del
país, pero con la diferencia de que ellos tenían que demostrar entonces y ahora lo que a otros se les
daba por consustancial, ya que por el peso de los esencialismos identitarios se les negó una historia
nacional y se les otorgó una de resistencia nacionalista166.
Hubo un acontecimiento clave que cambió por completo la situación de los indígenas: la
revolución boliviana en 1952, dirigida por el MNR (Movimiento Nacional Revolucionario).
Tuvo como resultado la presidencia de Víctor Paz Estenssoro y bajo su gobierno el país vivió
cambios decisivos: la nacionalización de grandes minas de estaño, la aprobación de una
reforma agraria que entregó tierras a comunidades indígenas, el derecho de voto que se otorgó
a los indios, etc. A pesar de los cambios importantes, los bolivianos no lograron superar los
nuevos desafíos por su propia cuenta y dependían, casi por completo, de la ayuda de los
Estados Unidos:
Pese a la importancia de estos cambios, el nuevo régimen enfrentó pronto graves limitaciones. La
principal fue de naturaleza económica: el país fue golpeado por una terrible inflación, que restó
apoyo político al nuevo régimen. Las minas nacionalizadas estaban en fase de poca rentabilidad, y
Bolivia dependía casi totalmente de Estados Unidos, tanto para refinar el estaño como para
venderlo. Por ello, Paz no tuvo más remedio que mantener buenas relaciones con Washington y
apelar a préstamos exteriores para equilibrar sus presupuestos, lo cual fue facilitado por Estados
Unidos, que pasó a ser el principal apoyo financiero del país. Esta situación paradojal se explica
por el hecho de que ninguna de las grandes minas nacionalizadas pertenecía mayoritariamente a
capitales norteamericanos; el principal empresario expropiado era la familia Patiño, que era
boliviana. Al conceder ese apoyo, Washington buscaba domesticar la revolución, obligándola a
adoptar un curso moderado y a hacer concesiones, como el abandono del monopolio del petróleo
por parte del gobierno de La Paz, el rechazo a la propuesta de la Unión Soviética de refinar el
estaño boliviano y el pago adecuado de indemnizaciones a los dueños de minas expropiados, entre
los que había accionistas norteamericanos. Además, parte de la ayuda de Estados Unidos fue al
ejército, que aunque había sido renovado tras la revolución, pronto empezó a conducirse como
elemento represivo, en contra de los mineros. Bajo la presidencia de Hernán Siles (1956-1960), la
orientación revolucionaria disminuyó notoriamente, y aunque el país había dado pasos positivos
hacia una mayor democracia, los graves problemas económicos no fueron solucionados, lo cual
abriría la puerta a nuevas intervenciones militares en los años venideros167.
166
Irurozqui Victoriano, op. cit., p. 320.
167
Pozo, op. cit., pp. 155-156.
78
Evolución de la narrativa hispanounidense
El poder estatal pasó a manos del general Juan José Torres en 1970, pero este fue
derribado un año después por el coronel Hugo Banzer, apoyado por el MNR, quien impuso
una dictadura abierta que duró hasta el año 1980. Se habla aquí de dictadura abierta porque
Banzer prometió la realización de elecciones, pero las anuló tres veces seguidas (en 1974,
1978 y 1979). En 1980 la elección fue cancelada por un golpe militar de otro general, Luis
García Meza, que incluso gobernó con mayor violencia que su antecesor. Por la mala
situación económica de Bolivia y la creciente resistencia, el gobierno de García Meza no
sobrevivió un año. Por fin, el pueblo boliviano pudo elegir de nuevo a su propio presidente: a
Hernán Siles (por segunda vez) en 1982 y a Víctor Paz Estenssoro (por cuarta vez) en 1985:
«[d]esde entonces Bolivia evitó, al menos, caer de nuevo en la dictadura, pero la situación
económica empeoró con la baja del precio del estaño y la baja de las exportaciones petroleras,
todo lo cual generó una fuerte inflación»168.
La historia de Chile presenta un caso un poco distinto en comparación con los demás
países suramericanos. La situación política del país destaca por una relativa estabilidad,
aunque también tuvieron lugar conflictos internos169 . Durante una larga temporada (1830-
1871) el país fue gobernado por el partido conservador, que introdujo un sistema de gobierno
bastante centralizado. A pesar de la supremacía de los conservadores, el partido liberal no fue
el único en ofrecer su resistencia:
Los liberales no cejaron en sus esfuerzos por reformar esta situación. En 1851 y 1859 intentaron
tomar el poder por las armas, en dos guerras civiles contra el gobierno del presidente Manuel
Montt. En la primera de esas ocasiones contaron con el apoyo de grupos de artesanos, que habían
sido la base social de la «Sociedad de la igualdad». Esta institución, que tuvo corta vida, pedía
medidas en favor de la educación popular y de la democratización de las elecciones; sus miembros
se llamaban «ciudadanos», término que revela la influencia francesa. Algunos de sus miembros
combinaban las ideas liberales con las de un cierto socialismo, que incluía ideas como el reparto
de tierras, como aparece en los escritos de Santiago Arcos. Pese a que las dos rebeliones liberales
terminaron en derrotas, sus líderes lograron influir en el debate político en un sentido reformista.
Además, a mediados de los años 1860 surgió un tercer partido político destinado a tener una larga
historia, el Partido Radical, que apoyó también la tendencia renovadora170.
168
Pozo, op. cit., p. 213.
169
Véase: Simon Collier y William F. Sater, Historia de Chile, 1808-1994, Cambridge, Cambridge University
Press, 1998, p. 56.
170
Pozo, op. cit., p. 53.
79
Evolución de la narrativa hispanounidense
estable y abierto a una gran variedad de ideas. Sin embargo, la situación del país sufrió una
importante limitación entre 1948 y 1958 cuando se aplicó la ley de Defensa Permanente de la
Democracia, que declaró ilegal al Partido Comunista y también restringió el funcionamiento
de los sindicatos. Miles de personas perdieron sus derechos civiles y muchas fueron
internadas en campos de prisioneros. Fue al final de este periodo cuando Chile volvió a
respetar plenamente la democracia política171.
A partir del año 1950, hubo un descenso del progreso económico que había
experimentado el país en décadas anteriores. Un cambio estructural era necesario y, por
consiguiente, hacía falta un partido con un fuerte programa reformador: «Los chilenos ya no
estaban dispuestos a aceptar los limitados horizontes de sus padres y de sus abuelos. La
“revolución de expectativas crecientes” del siglo XX había llegado hasta ellos y esperaban
compartir los estilos de vida que otros ya gozaban»172.
Para encontrar el partido que mejor podía promover el adelanto económico de Chile,
tuvieron lugar varios cambios en el gobierno, todos sucesivamente fracasados: entre 1960 y
1964 el poder estaba en manos de la Democracia Cristiana y una alianza de la izquierda; a
partir del 1964 se impuso un candidato de la derecha, Eduardo Frei, quien inició la reforma
agraria; y en 1970 llegó al poder, como cabeza de una alianza de varios partidos izquierdistas,
Salvador Allende. Este último preparaba con su gobierno revolucionario las bases para el
golpe militar venidero que amenazaba con destruir la relativa estabilidad política del país:
Los tres años de la Unidad Popular (1970-1973) constituyeron tal vez la experiencia política más
compleja de la historia latinoamericana. Sin disponer de mayoría en el congreso y habiendo
ganado por mayoría relativa, de solo 36,5 % de los votos, Allende se lanzó a un ambicioso plan de
transformaciones económicas que buscaban iniciar el «camino hacia el socialismo». El plan
incluía, además de acelerar la reforma agraria ya iniciada anteriormente, la nacionalización de las
industrias estimadas estratégicas, del cobre y de los bancos. Este proceso se hizo, salvo en el caso
del cobre, sin la aprobación del poder legislativo, empleando en cambio los llamados «resquicios
legales» que la Constitución permitía. Pese a la furiosa crítica de que fue objeto por parte de la
oposición, la libertad de prensa, de expresión y la existencia de un gran número de diarios y radios
adversos al gobierno fueron rigurosamente respetadas. De este modo, Allende cumplía su promesa
de mantener las instituciones chilenas y de abrir el camino a la nueva sociedad, no a través del
modelo cubano o soviético, sino siguiendo un camino propio «con empanadas y vino tinto», como
le gustaba decir. Pero conciliar la amplitud de esas medidas, que atentaban contra gran parte del
poder de la clase empresarial y del capital extranjero, con un ambiente pacífico y apegado a las
normas institucionales, era buscar la cuadratura del círculo. La oposición, al comienzo
sorprendida, reaccionó y organizó una campaña de desestabilización económica, en la cual
cooperaban el bloqueo financiero de Estados Unidos y algunas de las medidas del gobierno, como
el aumento desmedido del dinero en circulación; desde 1972, la inflación se desató y escasearon
los bienes esenciales, lo que preparó el camino al golpe militar, que en septiembre de 1973 puso
un término a la experiencia socialista chilena. La dictadura que se instalaba respondía entonces a
171
Pozo, op. cit., p. 144.
172
Collier y Sater, op. cit., p. 231.
80
Evolución de la narrativa hispanounidense
una clara amenaza revolucionaria, ya que por más que esta se efectuara sin recurrir a las armas, su
acción amenazaba los fundamentos del sistema económico y social chileno173.
Con la aprobación de una nueva constitución en 1980, Pinochet impuso una serie de
leyes autoritarias: un periodo de presidencia se ascendía a ocho años, el Congreso debía tener
poderes más limitados, se garantizaba la influencia militar en futuros gobiernos, etc. Por ello,
bajo el liderazgo de Pinochet se realizó una drástica reorganización nacional y se impuso un
programa económico neoliberal con resultados que fueron solo en parte satisfactorios: «En un
momento de sostenido crecimiento económico, basado de nuevo en las exportaciones, el
régimen de Pinochet fue desafiado con éxito por la oposición democrática (liderada por los
demócrata-cristianos y los socialistas) que, bajo la forma de una nueva y disciplinada
coalición política, se hicieron cargo del país en marzo de 1990» 174 . No obstante, las
consecuencias de la dictadura de Pinochet se dejan entrever hasta la actualidad y se hacen
notar en la situación migratoria hacia el exterior de Chile.
Mientras que la historia chilena puede ser considerada relativamente estable, la de la
Argentina destaca por ser bastante más agitada. La verdadera unión federal argentina empezó
con la constitución de 1853. Antes, las alianzas entre las distintas provincias eran muy
frágiles: «Una vez establecida la paz, Argentina eligió sus primeros presidentes, Bartolomé
Mitre y luego Domingo Faustino Sarmiento. El país entró en una era de estabilidad política,
adoptando una política de desarrollo inspirada por la experiencia de Estados Unidos, que
incluía medidas en favor de la inmigración, de la educación pública y de la construcción de
ferrocarriles»175.
Durante muchos años, la Argentina fue gobernada de manera oligárquica por el PAN
(Partido Autónomo Nacional). Pero luego entraron en el juego otros partidos como la UCR
(Unión Cívica Radical) y el Partido Socialista que diversificaron la política argentina:
En Argentina, todos los presidentes fueron elegidos entre 1890 y 1929, y aunque hubo en tres
ocasiones disputas armadas por el poder, (en 1890, 1893 y 1905) se trató de episodios mucho
menos violentos y más breves que en el pasado, y ninguno de ellos dio origen a una dictadura. Sin
embargo, durante largos años el estilo político fue de tipo oligárquico, dominado por los militantes
del Partido Autónomo Nacional (PAN), primer partido con existencia en todo el país, que reunía a
los miembros de la elite, como a Julio Argentino Roca, dos veces presidente (1880-1886 y 1898-
1904). Pero la vida política se empezó a diversificar con la creación de la Unión Cívica Radical del
pueblo (UCR), fundada en 1891, entre cuyos objetivos figuraba el de ampliar el derecho a voto, y
que se apoyaba en la emergente clase media. En 1916, gracias a la ley de 1912, que había
implantado el sufragio universal, ganaron la presidencia, con Hipólito Yrigoyen. En 1922 y 1928
de nuevo los radicales ganaron el poder con los triunfos de Alvear y de Yrigoyen, que obtenía así
su segunda presidencia. Sin llegar a transformar profundamente la sociedad argentina, la UCR
propició avances democráticos, como la reforma universitaria (analizada en la sección sobre la
clase media) y una mejor situación para los medianos agricultores. Además, durante todo este
173
Pozo, op. cit., pp. 207-208.
174
Collier y Sater, op. cit., p. 263.
175
Pozo, op. cit., p. 49.
81
Evolución de la narrativa hispanounidense
período, se hizo presente una tercera fuerza, el Partido Socialista, que logró algunos buenos
resultados electorales, aunque su acción se limitó principalmente a Buenos Aires176.
A partir de los años 40 se fomentaron estrechas relaciones con los Estados Unidos para
mejorar la situación económica de Argentina. Eso significaba que había que hacer una
reorientación del estado argentino y un desarrollo de sus instrumentos de intervención: «El
Estado debía movilizar el crédito privado, orientándolo hacia inversiones de largo plazo, entre
ellas las industriales. Las exportaciones de productos manufacturados se beneficiarían con
sistemas de reintegros, leyes contra el dumping y una intensa promoción del intercambio»177.
Estos vínculos con los Estados Unidos se vieron reducidos cuando llegó el GOU (Grupo
de Oficiales Unidos) del cual formaba parte el futuro líder argentino, Juan Perón. Este había
vivido en Italia (1939-1940) durante la dictadura de Mussolini de la cual se dejaba
influenciar: Perón y su grupo de golpistas simpatizaron con la ideología pronazi del dictador
italiano. La idea era mantener la neutralidad de la Argentina durante la guerra y alejarse de los
Estados Unidos y sus aliados. Cuando terminó la guerra, el país estaba obligado a organizar
elecciones de las cuales Perón salió victorioso y los peronistas ganaron la mayoría en el
Congreso. El nuevo presidente gobernaba entre 1946 y 1955, y durante dicho periodo su
popularidad aumentó por el activismo de su mujer, Eva Duarte, que pasó de ser una actriz de
origen social humilde a ídolo de la nación:
Pese a su éxito político, el régimen de Perón comenzó a deteriorarse durante su segundo mandato.
La muerte de Eva, enferma de cáncer, en 1952, le privó de uno de sus pilares. La economía del
país entró en una fase difícil, al disminuir sus exportaciones. Los enemigos del régimen, entre ellos
la derecha, y desde 1953 la Iglesia católica, multiplicaron las críticas sobre el desorden
administrativo y lo que ellos veían como dictadura. En septiembre de 1955 una parte de las
Fuerzas Armadas dio un golpe de Estado en su contra. Perón hubiera podido defenderse, ya que
contaba con tropas leales, pero prefirió abandonar el poder y partió al exilio. Iba a permanecer 18
años fuera del país, sin perder su popularidad, ya que en 1973, cuando retornó, volvió a ser elegido
presidente por amplia mayoría. En este sentido, la experiencia peronista es una de las más
extraordinarias de la historia latinoamericana. Pero resulta difícil valorizar su aporte a la
democracia. Si bien amplió los derechos sociales de vastos sectores, y contribuyó a fortalecer la
clase obrera, su régimen incluyó aspectos autoritarios, como la manipulación de sindicatos, la
intolerancia hacia los intelectuales que no apoyaban su gobierno y el empleo de un discurso
basado en la pasión, que dividió al país, atizando el odio de sus adversarios. Tampoco amenazó los
fundamentos del poder oligárquico, en especial la gran propiedad agraria. Por ello, tras su partida,
Argentina permaneció como un país profundamente inestable, en el cual se alternarían los
regímenes militares y civiles178.
Después del derrocamiento de Perón, las cosas fueron de mal en peor, por lo que en
1973 efectuó su histórico regreso, pero solo pudo gobernar hasta el año siguiente en que
falleció. La situación inestable de Argentina no iba a mejorar en los años venideros. A partir
176
Pozo, op. cit., p. 93.
177
Luis Alberto Romero, Breve historia contemporánea de la Argentina, México, Fondo de Cultura Económica,
1996, p. 119-120.
178
Pozo, op. cit., p. 151.
82
Evolución de la narrativa hispanounidense
de 1981, con la llegada del general Leopoldo Fortunato Galtieri al poder, hubo un intento del
país de entrar en el Primer Mundo al aliarse con los Estados Unidos, pero durante la guerra de
las Malvinas contra Gran Bretaña, el gobierno estadounidense dio la espalda a Argentina:
«Cada vez más solo, el gobierno argentino buscó aliados imposibles –los países del Tercer
Mundo, la Unión Soviética y hasta Cuba– que lo alejaban definitivamente de la ilusión de
entrar al Primer Mundo»179; heridas que se dejan entrever hasta nuestros días.
179
Romero, op. cit., pp. 320-321.
180
Sharon R. Ennis, Merarys Ríos-Vargas y Nora G. Albert, «The Hispanic Population: 2010», United States
Census Bureau, 5 (2011), p. 3. Informe más actual (el próximo se publicará en 2020/2021).
URL = https://www.census.gov/content/dam/Census/library/publications/2011/dec/c2010br-04.pdf (última
consulta: 20.05.2019).
83
Evolución de la narrativa hispanounidense
181
López y Patten, op. cit., p. 5.
84
Evolución de la narrativa hispanounidense
182
Fernando Vallejo, Años de indulgencia, Bogotá, Alfaguara, 1989, p. 165.
85
Evolución de la narrativa hispanounidense
se investiga el caso de una joven latina que en los Estados Unidos es acusada del presunto
asesinato de su esposo y condenada a prisión. La obra nos muestra la diversidad de la
narrativa suramericanounidense y, más generalmente, de la nueva narrativa hispanounidense
por su innovadora forma de proceder, por un lado, al usar nuevas técnicas narratológicas y,
por otro, al traspasar fronteras genéricas.
Un autor relevante de la literatura ecuatorianounidense es Ernesto Quiñonez. En su
novela Bodega Dreams (2000; El vendedor de sueños, 2001) narra la historia de Chino, un
joven ecuatoriano que en el barrio del Spanish Harlem entra en contacto con el legendario
Willie Bodega, el vendedor de sueños, que al mismo tiempo puede ser considerado un
soñador, un activista hispanounidense, pero también un gánster que trafica con drogas. Es
interesante notar que el autor no se restringe a su propia comunidad de los ecuatorianos, sino
que da voz a varias nacionalidades latinoamericanas (puertorriqueños, cubanos, etc.).
En lo que se refiere a la narrativa peruanounidense destacan dos autores reconocidos:
Eduardo González Viaña y Daniel Alarcón. El primero es también un activista en favor de los
derechos de los hispanos en los Estados Unidos, por lo que ha publicado varios ensayos,
cuentos y novelas sobre la temática. Dos de sus publicaciones más importantes son la
colección de cuentos Los sueños de América (2000) y la novela El Corrido de Dante (2006).
En Los sueños de América el autor reúne en veinte relatos a varias voces latinoamericanas. Lo
sorprendente de los distintos cuentos reside en la influencia del realismo mágico al hacer uso
de un estilo que recuerda a la antigua literatura incaica. En su novela El Corrido de Dante
recurre al realismo mágico cuando cuenta la historia migratoria del protagonista Dante quien
va en busca de su hija escapada de casa en compañía de su esposa muerta y de un burro. Se
trata de una obra que hace homenaje a la gran comunidad hispana residente en los EE. UU. y,
es más, lucha por un espacio de las mismas personas en la sociedad de acogida. Sus novelas
migratorias más recientes son El camino de Santiago (2017) y La frontera del paraíso (2018).
El caso del segundo autor peruanounidense es parecido, pero la diferencia es que este
escribe en inglés. Como González Viaña, también Alarcón publicó primero una colección de
cuentos titulada War by Candlelight (2005; Guerra en la penumbra, 2005) que nos presenta
en nueve relatos varios escenarios (de América Latina y de los Estados Unidos) y personajes
que, impulsados por las guerras y economías en crisis, viajan entre mundos diferentes sin
sentirse nunca en casa. En su novela At night we walk in circles (2014; De noche andamos en
círculos, 2014) retoma el tema y lo intensifica: la vida del protagonista está muy determinada
por la imposibilidad de seguir el ejemplo de su hermano de emigrar a los EE. UU. Así, la obra
nos revela otra faceta de la literatura hispanounidense: la migración imposible.
86
Evolución de la narrativa hispanounidense
87
Evolución de la narrativa hispanounidense
eso mismo, otorga otra faceta más auténtica a la corriente, dado que los lectores se convierten
en testigos directos de la realidad hispanounidense y se dan cuenta de que la migración entre
América Latina y los Estados Unidos (y viceversa) es un hecho real y no una simple
construcción de la ficción.
En cuanto a la literatura argentinounidense, nos gustaría hacer referencia a dos autores
destacados: Manuel Puig y Ricardo Piglia. El primero nos presenta en su novela Maldición
eterna a quien lea estas páginas (1980) otra faceta de la literatura hispanounidense. En ella se
encuentran dos personajes solitarios en Nueva York; o sea, un enfermo argentino y su
cuidador norteamericano. A lo largo de la historia, cada uno de ellos se revela al otro y a sí
mismo, superando barreras culturales y creando una amistad profunda (una cercanía
intercultural que no se ha alcanzado en otras obras).
El caso de Ricardo Piglia es algo distinto dado que en su novela policial El camino de
Ida reúne elementos de otras obras ya mencionadas: el desarrollo del argumento en un
ambiente académico, la investigación de una muerte misteriosa y la entrevista del presunto
asesino en la cárcel:
Emilio Renzi ha llegado al campus de una prestigiosa universidad de New Jersey para impartir un
seminario sobre los años argentinos de W. H. Hudson. Fue invitado por la directora del
departamento, la bella y belicosa Ida Brown. Pequeños incidentes y extraños equívocos culminan
con la trágica muerte de la profesora Brown en un inexplicable accidente que incluye un detalle
inquietante: Ida tiene la mano quemada, y eso parece conectarla con una serie de atentados contra
figuras del mundo académico. Cuando finalmente se descubre al responsable de los atentados, el
asombro es mayúsculo. Se trata de Thomas Munk, profesor de matemáticas en Berkeley y autor de
un radical Manifiesto sobre el capitalismo tecnológico. Renzi reconstruye el pasado de Munk y
viaja a California para entrevistarlo en la cárcel. Intuye que el destino de Ida está en juego y que
nada volverá a ser como antes 183.
183
Ricardo Piglia, El camino de Ida, Barcelona, Anagrama, 2013, contraportada.
184
Margarethe Herzog, Lebensentwürfe zwischen zwei Welten. Migrationsromane karibischer Autorinnen in den
USA, Fráncfort del Meno, Lang, 2003, p. 36.
88
Evolución de la narrativa hispanounidense
Por ello, en enero del año 1959 entraron por la Sierra Maestra y el Escambray los
rebeldes a La Habana y dieron oficialmente inicio a la Revolución cubana, motivo que
185
Herzog, op. cit., p. 44.
186
Manuel de Paz-Sánchez, Suite para dos épocas. La caída de Batista y el triunfo de la Revolución Cubana,
París, L'Harmattan, 1997, p. 9.
89
Evolución de la narrativa hispanounidense
impulsó a Fulgencio Batista a huir a Santo Domingo para buscar refugio con el dictador
dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
Durante el año 1959, un primer gobierno revolucionario empezó a tomar decisiones –
entre otras, la Reforma Agraria– que iban a transformar la sociedad cubana y a crear tensiones
entre Cuba y los Estados Unidos:
El nuevo gobierno revolucionario que emerge de aquellas fracturas, encabezado centralmente por
Fidel y Raúl Castro, Ernesto Che Guevara y el presidente Osvaldo Dorticós, impulsa, con una
resolución asombrosa, en menos de dos meses, la nacionalización de la gran mayoría de la
producción industrial y agropecuaria, los servicios públicos y buena parte del mercado interno
insular. A principios del año siguiente, en medio de la creciente confrontación con Estados
Unidos, la dirigencia revolucionaria anunció que la isla entraba en una fase de transición socialista
y se preparó para extender la hegemonía del Estado a todos los sectores de la sociedad, cultura y la
ideología187.
187
Rafael Rojas, Historia mínima de la Revolución cubana, México, D.F., El Colegio de México, 2015,
Introducción, IV.
188
Véase: Ibíd., Introducción, III-IV.
90
Evolución de la narrativa hispanounidense
A pesar de las ideas liberales de Duarte, quien quiso cooperar con los Estados Unidos,
fueron los conservadores los que llegaron al poder. El líder de este grupo, Pedro Santana,
desencadenó una nueva dependencia de España para protegerse de otra invasión haitiana, pero
dicha alianza fue de corta vida dado que no había logrado el fin deseado. No obstante, los
conservadores lograron mantenerse en el poder hasta el año 1879 cuando los liberales
predominaban en el país.
Con motivo de una crisis económica, la República Dominicana otra vez cayó en la
dependencia (esta vez de los Estados Unidos). Precisa José del Pozo que Haití y la República
Dominicana vivieron historias paralelas. Ambos países estuvieron bajo ocupación militar
estadounidense en la segunda parte de esta era: el primero de 1915 a 1934 y el segundo de
1916 a 1924. El país vecino se encontraba en una crisis financiera tras la dictadura del
presidente negro Ulises Heureaux (1882-1899) que condujo a un primer control de los EE.
UU. en 1905, cuando Washington llegó a vigilar las aduanas del país. Bajo el gobierno de
Ramón Cáceres, la situación mejoró un poco, pero su reinado terminó con el asesinato del
189
F. Moya Pons et al., Historia del Caribe, Barcelona, Crítica, 2001, p. 31.
91
Evolución de la narrativa hispanounidense
presidente en 1911, dando paso a una nueva fase de inestabilidad política y dando a los
Estados Unidos la excusa de continuar con la ocupación del país190.
En 1930, Rafael Leónidas Trujillo, jefe de las fuerzas armadas, se apoderó de la
presidencia dominicana y empezó una dictadura patrimonial de más de treinta años en la que
el jefe de gobierno confundió la propiedad pública con la propiedad personal, además de
adoptar un comportamiento grotesco y violento: «El dictador empleó la carta nacionalista para
dar mayor sustento a su régimen, lanzando en 1937 una campaña contra los numerosos
haitianos venidos del país vecino a trabajar, que culminó con una masacre perpetrada por el
ejército, aunque oficialmente se habló de “acciones espontáneas” por parte de la población
dominicana»191. Además, concedió a las mujeres derechos parecidos a los de los hombres
(derecho a voto, igualdad jurídica, etc.) para que ellas estuvieran a favor de su gobierno y lo
apoyaran. Este capítulo oscuro de la historia de la República Dominicana no acabó hasta el
año 1961, cuando el dictador fue asesinado en una persecución automovilística por un grupo
de disidentes dominicanos.
Tras la muerte de Trujillo, empezó un periodo de gran inestabilidad y el camino hacia la
democracia aún fue muy lejano a pesar del breve gobierno del jefe del partido opositor, Juan
Bosch, y de la subsiguiente segunda intervención de los Estados Unidos:
190
Pozo, op. cit., p. 103.
191
Ibíd., p. 159.
192
Ibíd., p. 206.
92
Evolución de la narrativa hispanounidense
Como Cuba, también Puerto Rico permaneció bajo el dominio de España hasta el año
1898 (momento en que se inició la guerra de independencia cubana). Como consecuencia de
este conflicto, y a pesar de no haber participado, Puerto Rico quedó anexionado a los Estados
Unidos tras firmar los españoles el Tratado de París. Con dicha anexión también se inició un
proceso de «americanización» y, por consiguiente, se impuso parcialmente la cultura
estadounidense a la isla. La dominación de Puerto Rico por parte de los Estados Unidos se
reforzó en 1900 con la Ley Foraker, en la que se dispuso de la situación sociopolítica de la
isla: «[The] Foraker Act (First Organic Act of Puerto Rico) passed by U.S. Congress
establishing a system of government dominated by U.S. officials appointed by the U.S.
President and various divisions of the U.S. War Department»194.
No fue hasta el año 1917 cuando el Congreso estadounidense aprobó la Ley Jones con
la que todos los puertorriqueños se convirtieron en ciudadanos estadounidenses. A pesar de la
ciudadanía suplementaria, los derechos de los puertorriqueños se vieron limitados en los
Estados Unidos. No obstante, la nueva situación sociopolítica dio lugar a grandes oleadas
migratorias para encontrar en los Estados Unidos mejores oportunidades y bienestar, pero los
isleños no fueron recibidos por los autóctonos como compatriotas, sino que estos los
rechazaron y discriminaron. Por ello, muchos de los puertorriqueños de nuevo se encontraron
al margen de la sociedad y el sueño americano se transformó para ellos en pesadilla195.
193
Ivonne Acosta, «Breve resumen de la historia de Puerto Rico», en Andrea Barrientos y Doris Morales (eds.),
Cultura y ambiente: el Puerto Rico de hoy, San Juan, MAPFRE, 2007, p. 25.
194
Lisa Pierce Flores, The History of Puerto Rico, Santa Bárbara, Greenwood Press, 2010, p. xxii.
195
Véase: Herzog, op. cit., pp. 44-91.
93
Evolución de la narrativa hispanounidense
A partir de 1929, Puerto Rico se vio enfrentado con la crisis mundial del crash que tuvo
serias consecuencias a nivel social, político y económico. Como respuesta a esta quiebra, el
presidente estadounidense de aquel entonces, Franklin Delano Roosevelt, lanzó una serie de
reformas socioeconómicas, llamadas New Deal (1933), que él mismo también aplicó a Puerto
Rico y con las que intentaba combatir las injusticias sociales (desempleo, pobreza, etc.). La
intromisión de los Estados Unidos no se aprobó por todos y surgieron tendencias
nacionalistas, pero estas fueron sofocadas con la Masacre de Ponce en 1937 dirigida por el
propio gobernador: «Shots are fired at a pro-independence march in Ponce killing at least 19
and injuring 100, though some have put the casualty toll much higher. The incident is called
the Ponce Massacre and triggers unrest that leads President Franklin Roosevelt to replace the
unpopular governor, Blanton Winship»196. Poco después fue elegido Luis Muñoz Marín como
presidente y su Partido Popular Democrático (PPD) permanecía en el poder durante las
próximas tres décadas.
Para asegurar la defensa de los Estados Unidos, se instaló, en plena marcha de la
Segunda Guerra Mundial, una base militar estadounidense en todo el archipiélago de Puerto
Rico conocida con el nombre de Roosevelt Roads, pero rápidamente se levantaron voces que
exigían la independencia y la autodeterminación de la isla. Con la fundación del Estado Libre
Asociado (ELA), adoptado en 1952, solo se logró un estatus intermedio poco satisfactorio:
Luego de la guerra, los independentistas dentro del PPD reanudaron sus esfuerzos para concretar
las promesas de auto-determinación para Puerto Rico, mientras que en la recién creada
Organización de las Naciones Unidas, la Unión Soviética y sus aliados acusaban a los Estados
Unidos de mantener una colonia. Como resultado, se preparó un plan con el respaldo de Muñoz
Marín para resolver el problema colonial. Un estatus medio (ni estadista, ni independentista) fue
diseñado, y luego de un largo proceso –y de una revuelta nacionalista que tuvo que ser controlada
por la Guardia Nacional en 1950– se adoptó una constitución local en 1952. Se creó el Estado
Libre Asociado (ELA), término que se tradujo como un commonwealth. Esto no resolvió la
cuestión del estatus como Muñoz Marín había querido, pero al día de hoy define la relación
política entre Puerto Rico y los Estados Unidos. El debate sobre su naturaleza y su existencia ha
continuado desde su creación"197.
Después de una larga era de gobierno del PPD, fue elegido en 1968 Luis A. Ferré como
representante del Partido Nuevo Progresista (PNP). Hasta el presente hay una alternancia de
poder entre los dos partidos, los cuales no coinciden en la defensa o la disolución del ELA.
Así pues, el pueblo boricua está ante un dilema que se puede resumir de la siguiente manera:
«[…] in his heart every Puerto Rican desires independence but in his brain and for the good of
his wallet he wants some form of continued association with the United States»198.
196
Pierce Flores, op. cit., p. xxiii.
197
Acosta, op. cit., p. 35.
198
Pierce Flores, op. cit., p. 116.
94
Evolución de la narrativa hispanounidense
199
Julia Álvarez, Something to declare, Chapel Hill, Algonquin Books of Chapel Hill, 1998, pp. 172-173.
95
Evolución de la narrativa hispanounidense
Por último, pero no por ello menos importante, mencionemos otros dos autores
destacados: Gustavo Pérez Firmat con Next Year in Cuba (1995; El año que viene estamos en
Cuba, 1997) y Jesús Díaz con Dime algo sobre Cuba (1998). Además de las memorias Next
Year in Cuba, que tematizan los procesos de aculturación y la búsqueda de una identidad
cultural del propio autor, Pérez Firmat también publica varios libros de crítica literaria y
cultural, respondiendo en ellos a preguntas que luego otra vez plantea en sus memorias (Do
the Americas have a common literature?, 1990; Life on the Hyphen. The Cuban-American
Way, 1994; etc.). En la obra de Díaz, Dime algo sobre Cuba, el protagonista Stalin tiene que
alojarse seis días en el techo del edificio de su hermano para que con su aspecto desastrado
pueda pasar por un balsero al que concedan asilo en los Estados Unidos. En ambas obras
aparece una crítica abierta al régimen de Fidel Castro, que en la novela de Díaz se hace de
manera mucho más irónica.
En lo que se refiere a la narrativa dominicanounidense, resulta imprescindible citar dos
nombres sobresalientes: Julia Álvarez y Junot Díaz. Ambos autores destacan por una serie de
novelas y cuentos, con temática hispanounidense, originariamente escritas en inglés, dado que
los dos emigran a los Estados Unidos a temprana edad. Una de las novelas más conocidas de
Álvarez es How The García Girls Lost Their Accents (1991). La historia trata de la familia
García (de los padres y sus cuatro hijas) que tiene que huir de la República Dominicana
porque el padre se compromete en una rebelión política. De nuevo, destaca la gran alusión a
la búsqueda de identidad de los personajes, atrapados entre las tradiciones de la cultura de
origen y la adaptación al país de acogida para perder, literalmente y en sentido metafórico, el
acento. Su tercera novela ¡Yo! (1997), que por algunos es considerada la continuación de How
The García Girls Lost Their Accents (pero no lo es), se centra en el personaje de Yolanda y el
descubrimiento de sí misma.
Junot Díaz publica, después de la colección de cuentos Drown (1996), su primera
novela titulada The Brief Wondrous Life of Óscar Wao (2007) que gana el Premio Pulitzer y
que presenta, a través del narrador autodiegético Yunior, la vida de un chico dominicano de
peso excesivo que se cría en un barrio de Paterson, Nueva Jersey, y que tiene que luchar
contra prejuicios y discriminaciones. Al final, el protagonista es asesinado por el amante de
una prostituta con la que supuestamente ha realizado el acto sexual. También cabe mencionar
su segunda colección de cuentos publicada con el título This Is How You Lose Her (2012) y
que otra vez es protagonizada por Yunior, quien narra sus experiencias culturales y amorosas
en nueve cuentos entrelazados.
96
Evolución de la narrativa hispanounidense
200
Fátima Rodríguez y Laura Eugenia Tudoras, «Viajes azarosos: la aventura de la insularidad en la narrativa
puertorriqueña: Vecindarios excéntricos de Rosario Ferré», Revista de Filología Románica, 22 (2005), p. 198.
97
Evolución de la narrativa hispanounidense
98
3 Preliminares teóricos
Preliminares teóricos
3 Preliminares teóricos
3.1 El sueño americano: entre utopía y distopía
3.1.1 El concepto de la utopía
Thomas More did not just invent the word ‘utopia’, in a typical witty conflation of two Greek
words (eutopos = ‘good place’, outopos = ‘no place’): he invented the thing. Part of that new thing
was a new literary form or genre; the other, more important, part was a novel and far-reaching
conception of the possibilities of human and social transformation201.
201
Ruth Levitas, The concept of Utopia, Oxford, P. Lang, 2010, p. 191.
202
Fátima Vieira, «The concept of utopia», en Gregory Claeys, The Cambridge companion to utopian literature,
Cambridge, Cambridge University Press, 2010, p. 4.
203
Véase: Karl Mannheim, Ideologie und Utopie, Fráncfort, G. Schulte-Bulmke, 1952, pp. 169-184.
204
Véase: Rainer E. Zimmermann (ed.), Ernst Bloch. Das Prinzip Hoffnung, Berlín, De Gruyter, 2017, pp. 65-
86.
103
Preliminares teóricos
reacción a un presente indeseable y como una aspiración a superar todas las dificultades mediante
la imaginación de posibles alternativas205.
205
Vieira, op. cit., pp. 6-7.
206
Ibíd., p. 8.
104
Preliminares teóricos
207
Levitas, op. cit., 190.
208
Véase: Vieira, op. cit., p. 16.
209
Estrella López Keller, «Distopía: otro final de la utopía», Reis, 55 (1991), p. 11.
105
Preliminares teóricos
sueño americano resulta ser una utopía inalcanzable y se convierte, por ende, en pesadilla y
distopía.
Nos parece oportuno destacar que las experiencias migratorias son muy individuales. Lo
que para un personaje puede ser un objetivo deseable (utopía), para otro puede significar una
experiencia fracasada (distopía). Hay algo en el argumento de que, lo que para una persona es
un terrorista, para otra es un luchador por la libertad, así como la utopía de una persona es una
distopía para otra. Por lo tanto, el hecho de que un texto dado puede ser descrito como una
distopía o una utopía dependerá de la perspectiva que uno tenga del resultado narrativo. Sin
embargo, esta ambigüedad debería ser una fuente provocativa de discusión, más que una
razón para descartar el género como tal210.
Sucede que los personajes a menudo no se enteran de que sus parientes han vivido
experiencias negativas antes de conseguir un empleo y que el sueldo (muchos de ellos lo
comparten con sus familiares enviando dinero a casa) es un salario mínimo; que las
celebridades adoradas, además de ser casos particulares, debieron luchar duro para imponerse
en esta sociedad blanca dominante; que, a pesar del número elevado de los hispanos
emigrados a los Estados Unidos, existe una cifra impactante de migrantes que no logran
cruzar la frontera y que, además, son explotados económica y sexualmente. En consecuencia,
la imagen utópica, transmitida por los familiares residentes en los EE. UU., mediante los
medios de entretenimiento y por los de comunicación, esconde un camino hacia el éxito largo
y complicado y que, a veces, incluso acaba en fracaso y en verdadera distopía.
Antes de explicar el término ‘choque cultural’ nos parece oportuno aclarar, en primer
lugar, que el individuo no nace con una cultura determinada, sino solo con la capacidad de
aprenderla y usarla. Kalervo Oberg explica que no hay nada en un recién nacido que dicte que
eventualmente deba hablar portugués, inglés o francés, ni que coma con un tenedor en la
mano izquierda en vez de la derecha, ni que use palillos. El niño tiene que aprender todas
estas cosas. Los padres tampoco son responsables de la cultura que transmiten a sus hijos. La
210
Gregory Claeys, «The origins of dystopia: Wells, Huxley and Orwell», en Gregory Claeys, op. cit., p. 108.
211
Judith Ortiz Cofer, Bailando en silencio. Escenas de una niñez puertorriqueña, Houston, Piñata Books, 1997,
p. 144.
106
Preliminares teóricos
212
Kalervo Oberg, «Cultural Shock: Adjustment to New Cultural Environments», curare, 29 (2006), p. 144.
Reimpresión de: Kalervo Oberg, «Cultural Shock: Adjustment to New Cultural Environments», Practical
Anthropology, 7 (1960), pp. 177-182.
213
Ibíd., p. 143.
107
Preliminares teóricos
El modelo anterior se complementa con el del choque cultural invertido del sociólogo
Martin Woesler, quien amplió la curva U/V de la emigración con una curva W del retorno
como nos muestra el siguiente esquema:
214
Traducción nuestra: Eje de las ordenadas (Satisfacción): Baja – Mediana – Alta; Eje de abscisas (Periodo):
Viaje de migración (Curva V): Etapa de la luna de miel → Etapa de la crisis o del choque cultural propiamente
dicho → Etapa de recuperación o de negociación → Etapa de aceptación o de adaptación – Viaje de regreso
(Curva W): Choque cultural invertido.
215
Martin Woesler, A new model of cross-cultural communication, Berlín, European University Press, 2009, p.
31.
108
Preliminares teóricos
Esta definición clásica de Robert Redfield, Ralph Linton y Melville Herskovits nos
parece bastante rudimentaria, por lo que haría falta una ampliación del concepto, por ejemplo,
la que nos presenta John W. Berry en su ensayo «Immigration, Acculturation, and
Adaptation» del año 1997. Allí se centra en la pregunta: ¿qué le ocurre a un individuo crecido
en un marco cultural determinado cuando cambia a otro entorno con una cultura distinta?
a. El sujeto continúa actuando en el nuevo contexto como solía hacerlo en el anterior.
b. El individuo cambia su comportamiento para operar de manera más adecuada en su
nuevo entorno.
216
Sebastian Imoberdorf, «Volver a las raíces: la búsqueda de identidad en la narrativa interamericana», en
Adriana López Labourdette, Valeria Wagner y Daniel Bengsch (eds.), Volver. Culturas e imaginarios del
retorno a y desde América Latina, Barcelona, Linkgua, 2018, p. 106.
217
Ibíd., p. 120.
218
Robert Redfield, Ralph Linton y Melville Herskovits, «Memorandum on the study of acculturation»,
American Anthropologist, 38 (1936), p. 149.
109
Preliminares teóricos
3.3.1 La adaptación
In its most general sense, adaptation refers to changes that take place in individuals or groups in
response to environmental demands220.
3.3.2 La integración
When there is an interest in both maintaining one's original culture, while in daily interactions with
other groups, Integration is the option; here, there is some degree of cultural integrity maintained,
while at the same time seeking to participate as an integral part of the larger social network221.
219
Véase: John W. Berry, «Immigration, Acculturation, and Adaptation», Applied Psychology: An International
Review, 46, 1 (1997), p. 6.
220
Ibíd., p. 13.
221
Ibíd., p. 9.
110
Preliminares teóricos
3.3.3 La asimilación
[W]hen individuals do not wish to maintain their cultural identity and seek daily interaction with
other cultures, the Assimilation strategy is defined223.
3.3.4 La separación/segregación
[W]hen individuals place a value on holding on to their original culture, and at the same time wish
to avoid interaction with others, then the Separation alternative is defined. […] but when it is
required of them by the dominant society, the situation is one of Segregation225.
Para esta categoría existen dos variantes dependiendo del iniciador. En otras palabras, si
para el individuo migrante se produce el cese de la adhesión a la nueva forma de vida y se une
a un colectivo aislado de la sociedad de acogida, se habla de ‘separación’. Si la sociedad
dominante excluye al sujeto de la vida cotidiana, se produce un acto de ‘segregación’.
222
Véase: Carlos Giménez y Graciela Malgesini, Guía de conceptos sobre migraciones, racismo e
interculturalidad, Madrid, Catarata, 2000, p. 251.
223
Berry, op. cit., p. 9.
224
Giménez y Malgesini, op. cit., p. 52.
225
Berry, op. cit., pp. 9-10.
111
Preliminares teóricos
3.3.5 La marginación
[W]hen there is little possibility or interest in cultural maintenance (often for reasons of enforced
cultural loss), and little interest in having relations with others (often for reasons of exclusion or
discrimination) then Marginalisation is defined228.
226
Michel Wiewiorka, El espacio del racismo, Barcelona, Paidós, 1992, p. 129.
227
Ibíd.
228
Berry, op. cit., p. 9.
229
Véase: Ibíd.
112
Preliminares teóricos
Finalmente, nos parece imprescindible añadir que existen varios factores adicionales
que influyen en el proceso de aculturación. En primer lugar, puede haber diferencias
generacionales. Mientras que las generaciones más jóvenes, por lo general, son más flexibles
y tienen una disposición elevada a adaptarse a nuevas situaciones, a los miembros de
generaciones mayores, que han vivido una larga temporada en el país de origen, se les
dificulta el proceso de deshacerse de viejos hábitos y costumbres.
En segundo lugar, el género del sujeto migrante representa otro parámetro en la fase de
la aculturación, dado que para una mujer latinoamericana criada en un país patriarcal la
necesidad de acostumbrarse a un reparto de roles más liberal en los Estados Unidos puede
suponer un gran desafío.
En tercer lugar, también es posible que la educación del individuo pueda influir en su
adaptación al nuevo entorno. En general, se supone que cuanto más elevada sea la educación
del migrante, menos estrés aculturativo se creará. Según Berry, existen tres razones para ello.
En primer lugar, la educación es un recurso personal en sí mismo: el análisis de los problemas
y la resolución de los mismos suelen estar inculcados por la educación formal y es probable
que contribuyan a una mejor adaptación; en segundo lugar, la educación es un correlato de
otros recursos, como los ingresos, la situación profesional, las redes de apoyo y otros, todos
230
Berry, op. cit., p. 10.
113
Preliminares teóricos
los cuales son en sí mismo factores de protección; en tercer lugar, para muchos migrantes, la
educación puede sintonizarlos con las características de la sociedad en la que se asientan, ya
que representa una especie de preaculturación de la lengua, la historia, los valores y las
normas de la nueva cultura231.
Por último, existen otros factores que ejercen una influencia sobre el acto de aculturarse
tan diversos como la categoría social, la etnia, la orientación sexual y otros muchos más, lo
que nos permite concluir que la aculturación es un proceso altamente complejo que puede
llegar a matizaciones muy diversas.
231
Berry, op. cit., p. 22.
232
Real Academia Española, «tolerancia», op. cit. URL = http://dle.rae.es/?id=ZyWPzRW (última consulta:
19.01.2018).
233
Giménez y Malgesini, op. cit., p. 394.
114
Preliminares teóricos
3.4.2 La aceptación
En el caso de la relación social que establecen las personas en las interacciones cotidianas, aceptar
es vincularse de manera libre y voluntaria con los otros que forman parte del grupo, aprobando las
características particulares que puedan poseer y las formas de ser y costumbres, aun cuando sean
diferentes a las propias234.
La aceptación ya va un poco más allá del simple acto de tolerar al migrante. La sociedad
de acogida incluye parcialmente al sujeto, es decir, los autóctonos empiezan a formar lazos
con él en determinados sectores como, por ejemplo, el laboral, el vecinal u otros, aceptando
las particularidades culturales del otro. Sin embargo, el nativo puede seguir sintiendo un
cierto escepticismo frente al migrante.
3.4.3 La inclusión
Principio en virtud del cual la sociedad promueve valores compartidos orientados al bien común y
a la cohesión social, permitiendo que todas las personas […] tengan las oportunidades y recursos
necesarios para participar plenamente en la vida política, económica, social, educativa, laboral y
cultural, y para disfrutar de unas condiciones de vida en igualdad con los demás235.
Por lo que respecta a la inclusión, se trata de la máxima aprobación del migrante, o sea,
el individuo está completamente integrado en la sociedad de acogida y ha establecido
relaciones amistosas, amorosas, familiares, culturales, políticas, asociativas, religiosas u otras
más. Por lo general, esta etapa destaca por una falta de prejuicios, estereotipos y resentimiento
y por su carácter de simpatía y de benevolencia mutua.
3.4.4 La exclusión
Entendemos por exclusión al proceso social por el que una persona o grupo social no se desarrolla
en forma integrada dentro de una determinada sociedad, generalmente debido a razones
compulsivas que así lo han determinado236.
234
Hilda Berenice Aguayo Rousell, «El indígena», en Juan Manuel Piña Osorio (ed.), Aceptación, estigma y
discriminación. Estudiantes normalistas ante sectores vulnerables, Madrid, Ediciones Díaz de Santos, 2013,
131.
235
Real Academia Española, «inclusión social», Diccionario del español jurídico. URL =
https://dej.rae.es/lema/inclusión-social (última consulta: 10.05.2019).
236
Giménez y Malgesini, op. cit., p. 173.
115
Preliminares teóricos
Ahora, las preguntas que se nos plantean son: ¿cuál es, exactamente, la diferencia entre
exclusión, segregación y marginación? ¿Y cómo se distingue la inclusión de la integración?
Empezando con la comparación entre exclusión y segregación, podemos constatar que
mientras la segregación condena al migrante a vivir con miembros del mismo colectivo en
una especie de gueto, la exclusión deja al sujeto en un estado de aislamiento completo y sin
interacción con el resto de la sociedad: «A diferencia de la marginación, que indica una
discriminación profunda en la integración, la exclusión se refiere a un proceso estructural de
separación y, por lo tanto, resulta difícil de revertir a menos que se lleven a cabo programas
de integración que ataquen las raíces del problema»237.
En cuanto a la diferencia entre la integración y la inclusión, hace falta subrayar que la
primera no depende necesariamente de la interacción con los miembros de la sociedad de
acogida. Uno puede integrarse en otra cultura sin que el autóctono lo acepte. Un acto de
inclusión, en cambio, solo puede llevarse a cabo cuando tiene lugar un intercambio positivo
entre el individuo migrante y el nativo, es decir, no solo basta con la voluntad del migrante a
integrarse, sino también se considera necesario que el autóctono esté dispuesto a facilitarle su
aculturación. El siguiente gráfico ilustra muy bien las diferencias de los distintos conceptos:
237
Giménez y Malgesini, op. cit., p. 173.
238
Miguel Ángel Verdugo Alonso, «De la segregación a la inclusión escolar», OGCE. Espacio de trabajo de la
materia Organización y Gestión de Centros Educativos. URL = http://ogcugr.webnode.es (última consulta:
19.01.2018).
116
Preliminares teóricos
La imagología no pretende estudiar principalmente las ideas fijas que algunas naciones
tienen de otras, sino los imaginarios sociales que se crean a través de las imágenes que
contiene una creación literaria. Según la especialista María Laura Pérez Gras, existen dos
tipos de imagología:
1) La nacional: tiene lugar en una literatura determinada y comprende el estudio
de las imágenes del Otro y del Yo en las obras de una sola lengua y cultura.
2) La comparatista: abarca las imágenes identitarias y de alteridad a través de una
dimensión comparatista, abarcando y comparando obras de varias lenguas y
culturas240.
En nuestro caso, el de la literatura hispanounidense, seguiremos un enfoque
comparatista. En concreto, se trata del análisis de textos que nacen de la coexistencia o del
enfrentamiento de dos (o más) culturas como la hispanoamericana y la estadounidense. La
imagología sirve, pues, para entender la noción del Otro, y también ayuda a «tomar
conciencia de un Yo con respecto de ese Otro»241, es decir, la imagen del Otro es un reflejo de
lo que uno ve en sí mismo.
En la disciplina de la imagología se habla de imagotipos que son la suma de la imagen
de sí mismo (el autoimagotipo) y de la imagen del Otro (el heteroimagotipo). Esta última se
compone una vez más de prejuicios: imágenes creadas de manera emocional, y de
estereotipos: imaginarios generados de manera cognitiva. A menudo, los estereotipos se basan
en prejuicios, dado que el intelecto se utiliza para justificar las propias emociones242. Todos
estos conceptos también son fundamentales para el estudio de los textos hispanounidenses.
239
Antonio Martí, «Literatura comparada», en Jordi Llovet, Robert Caner, Nora Catelli, Antonio Martí Monterde
y David Viñas Piquer (eds.), Teoría literaria y literatura comparada, Barcelona, Ariel, 2005, p. 384.
240
María Laura Pérez Gras, «Imagología. La evolución de la disciplina y sus posibles aportes a los estudios
literarios actuales», Enfoques, XXVIII, 1 (2016), p. 16.
241
Ibíd., p. 12.
242
Ibíd., p. 19.
117
Preliminares teóricos
Según Daniel-Henry Pageaux existen tres ejes para analizar creaciones literarias a partir
de un enfoque imagológico: el lexical, el estructural y el de las condiciones de producción
textual243:
En el análisis del léxico, plantea no solo el rastreo de palabras clave y explícitas en la construcción
de estereotipos sino también el de los semas virtuales o implícitos, que son más poderosos en este
sentido porque pertenecen al plano de la comunicación simbólica y permiten la transmisión de las
imágenes acerca del Otro, pero también de las autoimágenes. El análisis estructural se basa en
oposiciones fundamentales que estructuran el relato: alteridad vs. identidad, lo propio vs. lo
extraño, Yo vs. el Otro, […]. Finalmente, el análisis de las condiciones de la producción del texto
se centra en el contexto histórico-político en que se gestó la obra, pero también en el autor y su
relación con el lector modelo de su texto, en general contemporáneo y compatriota. De esta
manera, Pageaux propone reconstruir las imágenes encerradas en los textos. Estas son
representaciones cuyo grado de fidelidad respecto de su referente real no debe ocuparnos, sino la
manera en que ellas se ajustan a un esquema cultural que las antecede en el tiempo y las ha
generado. La imagen es un signo y no se confunde con su referente; constituye una forma de
lenguaje y puede ser estudiada semiológicamente; encierra mecanismos ideológicos que es
importante descubrir. Asimismo, el estereotipo, en lugar de un signo, constituye una señal por su
carácter unívoco: remite automáticamente a una sola interpretación244.
3.5.2 La tropicalización
To tropicalize, as we define it, means to trope, to imbue a particular space, geography, group, or
nation with a set of traits, images, and values. These intersecting discourses are distributed among
official texts, history, literature, and the media, thus circulating these ideological constructs
throughout various levels of the receptor society. To tropicalize from a privileged, First World
location is undoubtedly a hegemonic move. […] the sort of tropicalization we are considering here
would be a mythic idea of latinidad based on Anglo (or dominant) projections of fear. It is
intricately connected to the history of political, economic, and ideological agendas of governments
and of social institutions245.
243
Véase: Daniel-Henry Pageaux, «De la imaginería cultural al imaginario», en Pierre Brunel e Yves Chevrel
(eds.), Compendio de Literatura Comparada, México, Siglo XIX, 1994, pp. 101-131.
244
Pérez Gras, op. cit., p. 17.
245
Frances R. Aparicio y Susana Chávez-Silverman, «Introduction», en Frances R. Aparicio y Susana Chávez-
Silverman (eds.), Tropicalizations: Transcultural Representations of Latinidad, Hanover, University Press of
New England, 1997, p. 8.
118
Preliminares teóricos
Cabe añadir que estas imágenes no solo son creadas por los estadounidenses, sino que
los estereotipos han sido adoptados y reforzados por los propios latinos246. Es así como las
estructuras ya estigmatizadas se endurecen y se hace difícil su subversión.
Como intento de subvertir este proceso, podríamos mencionar el concepto de la
‘retropicalización’, o sea, la inversión por parte de los latinos de la visión parcial y
estereotipada que de ellos ofrece la cultura hegemónica angloamericana. Frances R. Aparicio
explica que la ‘plantación’ cultural incluye la recuperación de la historia y la transformación
de las estructuras hegemónicas, así como la ubicación marginada de los latinos. La
‘plantación’ nos mueve desde el borrado cultural al poder y la presencia cultural, desde el
último piso como lugar de los impotentes hasta un último piso que se convierte en la
posicionalidad de los empoderados. A través de la literatura, el lenguaje y la música, los
latinos han subvertido este discurso tropicalizador que los ha objetivado históricamente.
Además, están reclamando los trópicos como un sitio cultural propio, reescribiendo y
transformando la cultura ‘americana’ con sus propios significantes subversivos247.
Sin embargo, en las últimas décadas se ha hecho notar una tendencia contraria –no
menos estigmatizada– en el ámbito de la literatura hispanounidense que representa al
migrante hispano como mera víctima que deja atrás la patria por motivos políticos o
económicos y que se dirige a los Estados Unidos en busca de fortuna248. Por ello, se discutirán
en el próximo subcapítulo las nuevas tendencias dentro de los estudios de la identidad cultural
latina.
Por último, nos parece importante señalar que los imagotipos no solo se crean por parte
de los angloamericanos en función de la ‘tropicalización’ del hispano, sino que, como dijimos
antes, los propios migrantes puedan generar estereotipos, por ejemplo, de otros latinos que se
asimilan a la nueva cultura o de los norteamericanos que tengan valores diferentes a los suyos.
Proponemos hablar, en este caso, de la ‘estadounización’ del individuo. Los procesos
imagológicos se pueden estudiar, por consiguiente, desde ambas perspectivas y así lo haremos
en la parte analítica.
246
Marta Caminero-Santangelo, «Latinidad», en Suzanne Bost y Frances R. Aparicio (eds.), The Routledge
Companion to Latino/a Literature, Londres, Routledge, 2013, p. 21.
247
Véase: Frances R. Aparicio, «On Sub-Versive Signifiers: Tropicalizing Language in the United States», en
Aparicio y Chávez-Silverman, op. cit., p. 209.
248
Sebastian Imoberdorf, «Cine vs. literatura hispanounidenses: dos muestras diferentes de cómo franquear las
barreras artísticas, culturales y sociales», en Víctor Gutiérrez-Sanz, Irene G. Escudero, Pablo Romero-Velasco,
Paulo Camodeca (eds.), Fronteras de la literatura y el cine, Valladolid, Ediciones Universidad de Valladolid,
2018, p. 122.
119
Preliminares teóricos
La latinidad
[W]hat «latinidad» suggests is a Latin-American-heritage identity that crosses boundary lines
among the various specific national-origin groups, and implies a panethnic group. It implies, in
other words, that a «Latino» identity exists that binds these various groups together in some
tangible, substantive ways251.
249
Nohemy Solórzano-Thompson y Cristina Rivera-Garza, «Identidad», en Mónica Szurmuk y Robert McKee
Irwin (eds.), Diccionario de estudios culturales latinoamericanos, México, Siglo Veintiuno Editores, 2009, p.
140.
250
Véase: Stuart Hall, Rassismus und kulturelle Identität, Hamburgo, Argument Verlag, 2000, pp. 181-183.
251
Caminero-Santangelo, op. cit., pp. 14.
120
Preliminares teóricos
El término «latinidad» se considera uno de los calificativos más polémicos dentro de los
Estudios Latinos, dado que tradicionalmente se ha intentado definir la identidad de un
colectivo de personas que, si bien tienen en común una misma área geográfica, proceden de
distintos países con sus propias peculiaridades culturales.
Aunque la gran mayoría de los países latinoamericanos comparten acontecimientos
histórico-políticos parecidos (p. ej., la colonización española y las intervenciones
estadounidenses) y ciertas semejanzas culturales, ha surgido en los últimos años la necesidad
de reinterpretar la concepción de «latinidad». El teórico literario Paul Allatson, por ejemplo,
propone la pluralización «latinidades» para hacerle justicia a la diversidad transcultural252.
Esta nueva acepción, además, se perfila como tendencia en la literatura hispanounidense
actual, en la que la individualización del migrante latino pasa a un primer plano.
De ahí que no sorprenda que en la actualidad se cuestione la tradicional idea de la
latinidad y que los artistas se atrevan a formular otras interpretaciones del concepto. En
concreto, se empieza a evitar generalizaciones y maniqueísmos y a optar por la diferenciación
del migrante. En vez de buscar una identidad colectiva (¿quiénes son los latinos?), se renueva
el interés por el individuo y la identidad personal (¿quién es el latino?, ¿cómo es el sujeto que
se representa?) para mostrar la gran diversidad de migrantes existentes. El replanteamiento de
la narrativa hispanounidense, por lo tanto, crea sujetos excepcionales (como por ejemplo
autistas, asesinos, inconformistas, etc.) que rompen con las convenciones sociohistóricas de
este subgénero narrativo.
La estadounización
El enfoque hacia los EUA y la relacionada forma americana de vivir (American way of living), ha
llevado a una «gringonización» de la cultura […]253.
252
Paul Allatson, «From “Latinidad” to “Latinid@des”: Imagining the Twenty-First Century», en John Morán
González (ed.), The Cambridge Companion to Latina/o American Literature, Nueva York, Cambridge
University Press, 2016, pp. 130.
253
Marije van Lidth de Jeude y Oliver Schütte, GAM(ISMO). Cultura y Desarrollo Urbano en la Gran Área
Metropolitana de Costa Rica, San José, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), 2010, p. 54.
121
Preliminares teóricos
básicas del país, sino de los que sustituyen su cultura nativa por la del país norteamericano,
perdiendo así los valores y las costumbres anteriores y formando una identidad «asimilada».
Además de la pérdida de sus raíces, existen otros desafíos a los que deben enfrentarse
estos sujetos. Por un lado, no solo tienen que vivir, a menudo, con el desprecio de los
familiares que se quedan en el país de origen, sino también con el de los compatriotas que
también emigraron pero que no se adaptan y que se mueven en un entorno aislado del resto de
la sociedad, conservando su cultura. Por lo demás, y a pesar de sus esfuerzos de asimilarse, en
muchos casos no alcanzan una asimilación completa en todos los sectores posibles, dado que
la actitud defensiva de algunos de los autóctonos la impiden y eso también se puede observar
en la narrativa hispanounidense que veremos en la parte analítica de esta tesis.
El mestizaje
Mestizaje is a term that means racial mixture. It originates in racist colonial hierarchies that sought
to demarcate clear racial boundaries and differences. In the modern period, Latino/a cultural and
literary discussions have used the word to connote more varied and richer meanings. It suggests
the productive mixing that characterizes the formation of US Latino/a culture. Mestizaje is an
affirmative recognition of the mixed racial, social, linguistic, national, cultural, and ethnic legacies
inherent to Latino/a cultures and identities. It highlights the idea that cultural mixture represents a
dynamic, driving component of Latino/a literature254.
En el presente estudio nos referimos también al segundo significado del término que
comprende la mezcla de distintas culturas para dar lugar a varias modalidades identitarias
hispanounidenses. A diferencia de las identidades «atribuidas» y «asimiladas» estamos ante
casos «híbridos» que adaptan su modo de ser al entorno cultural en que se encuentran. Si en la
lingüística se habla de ‘alternancia de códigos’, el equivalente en el ámbito de los estudios
culturales y literarios podría ser ‘alternancia de identidades’.
Es más, no solo se trata de una alternancia, sino de la creación de nuevas identidades, es
decir, a pesar de la esencia latina que une a los migrantes hispanounidenses, existe un abanico
muy amplio de modalidades identitarias. A pesar de las conexiones con el cuerpo y el deseo,
el mestizaje en los discursos críticos latinos se entiende como un término táctico. Al evocar
un pasado racialmente mezclado, la palabra ayuda a nombrar una nueva articulación potencial
del yo que incorpora tanto al yo como al otro. El mestizaje plantea una forma relacional de ser
que se posiciona en contra de las nociones de dualidad o binarios. Una manera de interpretarlo
es considerar el mestizaje como un entretejido relacional de discursos y proyecciones
culturales contendientes, a menudo con una visión de las maneras en que la raza y la
diferencia racial han inflexionado la historia de los latinos en los Estados Unidos y en
254
Rafael Pérez-Torres, «Mestizaje», en Bost y Aparicio, op. cit., p. 25.
122
Preliminares teóricos
América Latina. El mestizaje ayuda a nombrar una nueva identidad que habla en contra del
borrado o el silencio debido al dominio de los discursos eurocéntricos. El énfasis está puesto
en la multiplicidad, una audaz descentralización del discurso, las ideas y las identidades255.
No obstante, en el caso del mestizaje es importante entender que no se trata de procesos
poco conflictivos, sino que, por el contrario, se crean muchos focos de tensiones que los
afectados deben superar. En nuestro caso, incluso podríamos decir que el mestizaje es el
producto de una heterogeneidad cultural problemática o de una interacción tensa y asimétrica
entre la cultura estadounidense dominante y la de los hispanos oprimidos.
Cabe añadir, por último, que el mestizaje identitario no se limita al ámbito cultural. Su
campo de acción es mucho más extenso y complejo. Tal como los individuos no deben tener
una identidad cultural única, también se pueden caracterizar por diferentes modalidades
identitarias genéricas y sexuales, así como por distintos roles por sexos. A continuación
discutiremos las múltiples variedades de la identidad social.
255
Pérez-Torres, op. cit., pp. 27-28.
256
Judith Butler, Bodies That Matter, Londres, Routledge, 1993, p. 1.
257
Lucila Vargas, Latina Teens, Migration and Popular Culture, Nueva York, Peter Lang, 2009, pp. 136-137.
123
Preliminares teóricos
258
Maricruz Castro Ricalde, «Género», en Szurmuk e Irwin, op. cit., p. 117.
259
Véase: Jennifer Domino Rudolph, «Masculinities», en Bost y Aparicio, op. cit., pp. 67-74.
124
Preliminares teóricos
Pero es sobre todo con su obra Borderlands/La Frontera: The New Mestiza (1987) que
Anzaldúa propone un replanteamiento de la identidad latina femenina o, mejor dicho, nos
señala, como mujer homosexual y de color, que existe un espectro amplio de identidades muy
diversas261.
260
Cherríe Moraga y Gloria Anzaldúa (eds.), This Bridge Called My Back: Writings by Radical Women of Color,
Nueva York, Women of Color Press, 1983, p. xxiv.
261
Véase: Patricia Marina Trujillo, «Feminisms», en Bost y Aparicio, op. cit., pp. 55-66.
262
Sandra K. Soto, «Queerness», en Bost y Aparicio, op. cit., p. 75.
263
Véase: Robert McKee Irwin, «Teoría queer», en Szurmuk e Irwin, op. cit., pp. 266-270.
125
Preliminares teóricos
264
Leila Gómez, «Hibridez», en Szurmuk e Irwin, op. cit., p. 134.
265
Sabine Haupt (ed.), Tertium Datur! Formen und Facetten interkultureller Hybridität, Zurich, LIT, 2014, pp.
7-22.
266
Gómez, op. cit., p. 137.
267
Peter Burke, Hibridismo cultural, Madrid, Akal, 2010, pp. 64-65.
126
Preliminares teóricos
Dialogic Imagination (1981). Allí define el proceso de hibridación como mezcla de dos
lenguas sociales en una misma unidad de habla o, en otras palabras, como encuentro entre dos
conciencias lingüísticas separadas por distintos factores: «Such mixing of two languages
within the boundaries of a single utterance is, in the novel, an artistic device (or more
accurately, a system of devices) that is deliberate»268.
Además, Bajtín distingue entre un hibridismo consciente y otro inconsciente. En el caso
del primero, el discurso se caracteriza por una duplicación de la voz, en la que una ironiza y
desemboza la otra: «Intentional semantic hybrids are inevitably internally dialogic (as distinct
from organic hybrids). Two points of view are not mixed, but set against each other
dialogically»269. Para el hibridismo inconsciente, en cambio, la mezcla permanece muda y
opaca, sin utilizar nunca contrastes y oposiciones conscientes270.
Posteriormente, el concepto de la hibridación recibió una atención particular sobre todo
en el contexto de los Estudios Culturales, de los que Homi K. Bhabha fue uno de los mayores
representantes. En su obra The Location of Culture (1994) define el hibridismo como
categoría productiva que redistribuye poderes, cuestiona la autoridad discursiva y sugiere que
el discurso colonial nunca queda completamente controlado por el colonizador. Según él, la
hibridez es el signo de la productividad del poder colonial, sus fuerzas y fijaciones
cambiantes; es el nombre para la inversión estratégica del proceso de dominación a través de
la negación (es decir, la producción de identidades discriminatorias que aseguran la identidad
«pura» y original de la autoridad). La hibridez es la revalorización de la asunción de la
identidad colonial a través de la repetición de efectos discriminatorios de identidad y muestra
la deformación y el desplazamiento necesarios de todos los lugares de discriminación y
dominación271.
Asimismo, es Bhabha quien introduce la noción de un ‘tercer espacio’ (una zona de
intercambio y de negociación). Con ella, intenta encontrar la localización de la cultura o el
espacio in-between, como también lo llama272.
Otro aspecto importante que plantea Néstor García Canclini en su trabajo de
investigación titulado Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad
(1989) es el vínculo de la hibridación cultural con la relación entre tradición y modernidad.
Allí reflexiona que como el contraste abrupto entre tradición y modernidad no funciona,
tampoco lo culto, lo popular y lo masivo, los hallamos donde estamos acostumbrados a
268
Bajtín, op. cit., p. 358.
269
Ibíd., p. 360.
270
Ibíd.
271
Bhabha, op. cit., p. 112.
272
Véase: Ibíd., pp. 37-39.
127
Preliminares teóricos
encontrarlos. Según García Canclini es necesario deconstruir esta división en tres dimensiones
y averiguar si su hibridación puede leerse con las herramientas de las disciplinas que los
estudian por separado: la historia del arte y la literaria, que tratan de lo culto; el folclore y la
antropología, que se consagran a lo popular; las obras de comunicación, que se especializan
en la cultura de masas. Añade que necesitamos ciencias sociales elásticas que circulan por las
escaleras que conectan estos tres niveles. O mejor dicho: rediseñar los niveles, comunicarlos
horizontalmente y, así, relacionarlos entre sí273. En el ámbito de la literatura hispanounidense,
la comparación entre la tradición y la modernidad en el contexto del hibridismo representa un
complemento muy importante. Es más, la discrepancia entre las dos nociones puede dar lugar
a procesos de hibridación. Dado que en la cultura hispanounidense el patriarcado tradicional
sigue siendo el sistema dominante, al emigrar a los EE. UU. los sujetos chocan a menudo con
un sistema social diferente. Al adaptarse a la nueva sociedad, las costumbres heredadas de la
cultura de origen empiezan a mezclarse con los nuevos hábitos. En concreto, se va creando
una identidad híbrida que combina valores tradicionales con formas de vida más modernas.
No obstante, no hay que olvidar que debemos diferenciar entre los diferentes países
latinoamericanos como también entre los miembros individuales de las distintas sociedades:
Hoy concebimos a América Latina como una articulación más compleja de tradiciones y
modernidades (diversas, desiguales), un continente heterogéneo formado por países donde, en cada
uno, coexisten múltiples lógicas de desarrollo. Para repensar esta heterogeneidad es útil la
reflexión antievolucionista del postmodernismo, más radical que cualquier otra anterior. Su crítica
a los relatos omnicomprensivos sobre la historia puede servir para detectar las pretensiones
fundamentalistas del tradicionalismo, el etnicismo y el nacionalismo, para entender las
derivaciones autoritarias del liberalismo y el socialismo274.
273
García Canclini, op. cit., pp. 14-15.
274
Ibíd., p. 23.
275
Gabriel Weisz, Tinta del exotismo. Literatura de la Otredad, México, Fondo de Cultura Económica, 2015,
véase subcapítulo «Narrando el borde».
128
Preliminares teóricos
276
Andreas Reckwitz, «Drei Versionen des Hybriden. Ethnische, kulturelle und soziale Hybriditäten», en
Thomas Kron (ed.), Hybride Sozialität – soziale Hybridität, Weilerswist, Velbrück Wissenschaft, 2015, p. 197.
129
Preliminares teóricos
la familia. Hay dos grandes problemas en esta concepción del hombre: por una parte, la
creación de estereotipos; por otra parte, la reproducción de estos en el mismo o en otro
contexto. Jennifer Domino Rudolph afirma: «At the intersection of political, racial, and
economic struggles, expressive cultural productions of Latino masculinities engage traditional
concepts such as machismo and virility, but also challenge these same concepts as overly
simplistic ways of understanding Latino men»277. Es decir, el problema más bien está en la
representación de la masculinidad que en el hombre mismo que puede divergir
significativamente de esta imagen generalizadora. Además, justamente esta estereotipia hace
que los propios sujetos masculinos la reproduzcan en su medio habitual. Cuando emigran a
los Estados Unidos pueden chocar con el reparto de roles del nuevo país, en el que el
machismo se muestra menos recalcitrante que en su tierra natal. Por lo tanto, el gran desafío
para el hombre latinoamericano es el reposicionamiento en la nueva sociedad y la formación
de una identidad social modificada.
En el caso de las mujeres latinoamericanas se observa un fenómeno opuesto: en la
función de sexo «débil», su rol en el país de origen se limita con frecuencia al ámbito
doméstico y al cuidado de los niños. Podríamos decir que interpretan un papel «secundario»
en la jerarquía familiar, por lo cual no sorprende que el cuestionamiento de las estructuras
genéricas y familiares se hiciera de esperar:
En América Latina, el debate feminista llegó tarde a la academia y al ámbito político. En muchos
países, las mujeres no consiguieron el voto hasta después de la segunda guerra mundial. La
influencia del feminismo estadounidense y los cambios sociales causados por el boom económico
de la posguerra en ciertos países latinoamericanos, crearon la oportunidad para desarrollar el
pensamiento feminista latinoamericano. Este pensamiento indudablemente se basa en las teorías
feministas de principio de siglo de activistas laborales anarquistas y socialistas278.
277
Domino Rudolph, op. cit., p. 74.
278
Solórzano-Thompson y Rivera-Garza, op. cit., p. 144.
130
Preliminares teóricos
Para comprender mejor los diferentes procesos de hibridismo cultural y social, nos
gustaría dar algunos ejemplos concretos. Entre otros, podemos evocar un hombre mestizo, de
la clase trabajadora y heterosexual, una mujer autora negra, académica y homosexual o un
hombre blanco, de la clase media y bisexual. Deducimos también que los retos migratorios
son multidimensionales, por lo que se crean tensiones de etnia, de género, de sexualidad o
combinaciones de distintas entidades como, por ejemplo, el vínculo entre la latinidad y la
identidad sexual. Todo eso se analizará a continuación en las obras seleccionadas.
279
Solórzano-Thompson y Rivera-Garza, op. cit., p. 145.
131
4 Sección analítica
Sección analítica
4 Sección analítica
4.1 Presentación del corpus
4.1.1 Presentación de la clasificación
El análisis de la totalidad de los textos narrativos hispanounidenses sería demasiado
exhaustivo para una tesis doctoral, por lo cual limitaremos el proyecto de investigación a una
selección de autores y obras características y de particular importancia para esta corriente
literaria. No obstante, no se trata únicamente de obras escritas por escritores
hispanounidenses, sino también de novelas de autores latinoamericanos que tematizan la
migración hispana en los EE. UU. para no perdernos algunas creaciones fundamentales.
Además, dividiremos las obras en tres categorías para poder demostrar la diversidad de esta
narrativa y para hacer resaltar la complejidad del conflicto identitario en ella.
Hasta el momento, el hibridismo se ha analizado en la ciencia literaria principalmente
como un fenómeno cultural y menos como un proceso social. Asimismo, en el presente
trabajo, el análisis del proceso de hibridación de dos o varias culturas es de gran importancia,
ya que la búsqueda de una identidad cultural constituye un motivo recurrente en la narrativa
hispanounidense seleccionada. Sin embargo, también nos parece importante profundizar en el
fenómeno del hibridismo social. Este puede tomar diferentes formas en distintas
colectividades sociales. En concreto, enfocaremos a tres grupos particulares: el colectivo de
los hombres, el de las mujeres y el de los miembros LGBTQ. Esta tripartición nos permite
recibir una visión más amplia del fenómeno migratorio y nos facilita la comprensión de los
complejos procesos de la construcción identitaria que pueden tomar rumbos polifacéticos.
Para dar un ejemplo: el posicionamiento de los hombres en la nueva sociedad representa
un papel importante en la narrativa masculina. Como hemos avanzado en varias ocasiones, en
su tierra natal, por lo general, ocupan la posición de cabeza de familia que tiene la palabra. En
la sociedad de acogida, en cambio, los roles de género con frecuencia se distribuyen de
manera diferente, lo cual puede conducir a conflictos diversos.
La búsqueda de una identidad de género también puede ser considerada una
característica esencial de la narrativa de migración femenina, pero suele tener lugar un
proceso contrario al de los migrantes masculinos. Mientras que las mujeres en sus países
frecuentemente patriarcales desempeñan el papel de amas de casa y madres, en los Estados
Unidos se les ofrecen nuevas posibilidades de realización personal. Este avance en los roles
de género, en un primer momento, también suele ser problemático para ellas, ya que han sido
condicionadas y determinadas por la distribución tradicional de los roles genéricos.
135
Sección analítica
136
Sección analítica
Todos los autores que se presentarán a continuación son personalidades reconocidas con
una propia historia migratoria o con una afinidad particular por el tema, lo que se refleja en su
producción literaria.
Mujeres autoras
Como punto de partida nos gustaría empezar con una autora de la nueva literatura
mexicana: Guadalupe Sánchez Nettel. Nace en México D. F. en 1973, pero vive parte de su
vida en París, donde también obtiene un doctorado en lingüística de la École des Hautes
Études en Sciences Sociales. Hasta el presente, ha publicado tres novelas y tres colecciones de
cuentos y ha sido galardonada con varias distinciones y reconocimientos como el Premio
Antonin Artaud por su colección de cuentos Pétalos y otras historias incómodas (2008), el
Premio Anna Seghers (2009) y el Premio Herralde por su última novela, con temática
hispanounidense y transatlántica, Después del invierno (2014). Los protagonistas de sus obras
suelen ser sujetos anómalos y marginales, como la de su primera novela El huésped (2006),
que puede ser considerada una marginada con anomalías físicas y fisiológicas lo que le
impide encontrar su propio espacio en el mundo. También en El cuerpo en que nací (2011) el
enfoque está en el carácter marginal de los personajes. La novela, que contiene varios
elementos biográficos, trata de una niña que, tras el divorcio de sus padres, se traslada con su
madre a Francia, donde entra en contacto con otros individuos marginados por su condición
de migrantes. Asimismo, los capítulos que tienen lugar en México ocurren en el pueblo
olímpico que sirvió de refugio a los exiliados argentinos, chilenos y uruguayos en aquella
época. En conclusión, parece que la condición de migrante y sujeto marginado ha marcado
fuertemente la vida de Guadalupe Nettel y que, por ello, su tematización ocupa un espacio
esencial en su producción literaria280.
Otra representante de la corriente hispanounidense es la colombiana Laura Restrepo
que nace en Bogotá en 1950. Como miembro de una familia de clase media, Restrepo tiene la
posibilidad de estudiar literatura y filosofía en la Universidad de los Andes antes de que se le
asigne un puesto docente en la Universidad Nacional de Colombia. En este mismo ámbito
académico es donde entra en contacto con el activismo socialista militante que la hace
trasladarse a España, uniéndose al Partido de Trabajadores Socialistas, y luego a la Argentina,
donde se junta con la resistencia contra el gobierno militar.
280
Véase: Valerie Hecht, «Guadalupe Nettel», en Will H. Corral, Juan E. De Castro y Nicholas Birns (eds.), The
Contemporary Spanish-American Novel: Bolaño and After, Nueva York, Bloomsbury, 2013, pp. 50-54.
137
Sección analítica
281
Kate Averis, «Laura Restrepo», en Corral, De Castro, Birns, op. cit., p. 253.
282
Véase: Ibíd., pp. 252-257.
138
Sección analítica
En 1993, recibe la doble ciudadanía estadounidense lo que la hace asimilar aún más su
conflicto identitario en novelas como Hija de la fortuna (1998), Retrato en sepia (2000), El
cuaderno de Maya (2011) o, la más reciente, Más allá del invierno (2017).
Isabel Allende ha recibido un número considerable de galardones y distinciones. Por
ejemplo, es la primera autora hispana que gana el Premio Literario Harold Washington el 3 de
mayo de 1996, un día antes al Doctorado Honoris Causa por el Columbia College283.
La última mujer escritora que trataremos en esta tesis es la puertorriqueña Esmeralda
Santiago. Nace en San Juan, Puerto Rico, en 1948 y a los trece años se muda con su familia a
Brooklyn, Nueva York. A pesar de pertenecer a la clase social baja, recibe un título de grado
de la Universidad de Harvard y un máster del Sarah Lawrence College. En primer lugar,
Santiago intenta posicionarse en la industria cinematográfica del documental, pero luego
decide dedicarse a la escritura publicando sus memorias Cuando era puertorriqueña (1994;
autotraducción de When I Was Puerto Rican, 1993), en la que asimila su propia experiencia
como sujeto criado en Puerto Rico y migrado a Nueva York. En las memorias subsecuentes
Casi una mujer (Almost a Woman, 1998), tematiza su maduración en la gran ciudad y la lucha
típica del migrante por adaptarse y establecer una identidad cultural y social, así como la
lucha de la adolescente por independizarse de una madre de fuerte voluntad que sigue
aferrándose a viejos hábitos. Esta compleja relación entre hija y madre y las diferentes
interpretaciones generacionales de la latinidad femenina también las abarca en la antología de
ensayos Las Mamis (2000) o en la novela El sueño de América (autotraducción de America’s
Dream, 1997) que se estudiará en la presente tesis. Otro tema notable de la misma obra y de la
novela más reciente de Santiago, El amante turco (2005; My Turkish Lover, 2004), es la
violencia física y psicológica (tema que ha marcado fuertemente a la propia autora)284.
Hombres autores
Para introducir a los autores masculinos elegidos para el presente estudio, quisiéramos
empezar con la presentación del hondureño Roberto Quesada. Nace en Olanchito, Honduras,
en 1962 y se traslada a los Estados Unidos en los años 80. La particularidad de la escritura de
Quesada es su toque humorístico con el que tanto satiriza los motivos de emigración de los
latinoamericanos como también la recepción de los hispanos por los estadounidenses. Entre
sus obras destacan El desertor (1985), Los barcos (1988), El humano y la diosa (1996), Big
Banana (2000), Nunca entres por Miami (2002) y La novela del milenio pasado (2004).
283
Véase: Nicolás Kanellos y Cristelia Pérez, «Allende, Isabel», en Nicolás Kanellos (ed.), The Greenwood
Encyclopedia of Latino Literature, T. 1, Westport, Greenwood Press, 2008, pp. 68-69.
284
Véase: Ídem, «Santiago, Esmeralda», en Kanellos, op. cit., T. 3, p. 1040.
139
Sección analítica
Además de su producción literaria, ha sido fundador y editor de las revistas Nosotros los
latinos y Sobre Vuelo, ambas con sede en Nueva York. Hasta la fecha, una de sus obras más
logradas ha sido Big Banana, una novela picaresca humorística en la tradición de la literatura
de migración, que se centra en la vida de un aspirante a ser actor que deja su Honduras natal
para llegar a los grandes escenarios de la ciudad de Nueva York. Quesada es particularmente
hábil en crear personajes idiosincrásicos obsesionados con lograr sus metas. Nunca entres por
Miami continúa el mismo tema de ir a los Estados Unidos para alcanzar el sueño americano y
enfrentarse a numerosas barreras para lograrlo285.
Un segundo escritor destacable es el colombiano Jorge Franco Ramos, nacido en
Medellín en el año 1962. Franco estudia cine en The London International Film School y
literatura en la Universidad Javeriana de Bogotá, por lo que en su obra encontramos varias
técnicas cinematográficas como, por ejemplo, el uso frecuente de analepsis. La carrera
literaria de Franco se inicia relativamente tardía en 1996 con la publicación de la colección de
cuentos Maldito amor con la que gana el Premio Nacional de Narrativa Pedro Gómez
Valderrama. Lo que llama la atención en la escritura de Franco, además del recurrente
tratamiento de temas como la violencia y la marginalización, es la creación de protagonistas
femeninas muy fuertes como Brenda en su primera novela Mala noche (1997), Rosario de
Rosario Tijeras (1999) –novela sicaresca que le concede éxito comercial y reconocimiento
internacional–, o Reina de la aquí estudiada novela Paraíso Travel (2002). Para esta última
novela ha vivido durante un periodo en EE. UU. para experimentar la migración en carne
propia. Sus últimas tres novelas son Melodrama (2006), Santa suerte (2010) y, la más
reciente, El mundo de afuera (2014) por la que gana el prestigioso Premio Alfaguara de
Novela. Si no ha sido con anterioridad, es con esta novela con la que enseña a sus críticos que
no se le puede considerar un autor de literatura light286.
Otra mención honorable la merece el autor peruanounidense Eduardo González-
Viaña, nacido en Chepén, Perú, el 13 de noviembre de 1941. Es allí donde pasa su infancia y
adolescencia a la que dedica su primera colección de cuentos Los peces muertos (1964). En
1967, termina una licenciatura en derecho en la Universidad Nacional de Trujillo, pero su
pasión sigue siendo la literatura y es así como obtiene un doctorado en Lenguas y Literaturas
Hispanas de la misma universidad en 1973. Posteriormente, además, obtiene un grado en
periodismo, lo que lo lleva a viajar a varias regiones en crisis (en África y en Irán).
285
Véase: Nicolás Kanellos, «Quesada, Roberto», en Kanellos, op. cit., T. 3, pp. 945-946.
286
Véase: Catalina Quesada, «Jorge Franco Ramos», en Corral, De Castro, Birns, op. cit., pp. 238-242.
140
Sección analítica
287
Véase: Carmen Peña Abrego, «González-Viaña, Eduardo», en Kanellos, op. cit., T. 2, pp. 540-542.
288
Véase: J. Andrew Brown, «Edmundo Paz Soldán», en Corral, De Castro, Birns, op. cit., pp. 247-251.
141
Sección analítica
Autores LGBTQ
El primer autor homosexual que incluimos en nuestro corpus es el colombiano
Fernando Vallejo. Nace en Medellín, Colombia, en 1942, como hijo de una familia de alta
clase social. Hace estudios universitarios en Letras y Filosofía en la Universidad de Bogotá y
luego se traslada a Italia para estudiar cine y, posteriormente, a los Estados Unidos. Un
testimonio de estas experiencias migratorias es la serie con toques autobiográficos El río del
tiempo que contiene sus trabajos Los días azules (1985; su infancia en Medellín), El fuego
secreto (1987; su adolescencia en Medellín), Los caminos a Roma (1988; su experiencia
italiana), Años de indulgencia (1989; su experiencia neoyorquina en los Estados Unidos) y
Entre fantasmas (1993; su experiencia mexicana y los recuerdos colombianos). Aprovecha su
función de escritor y cineasta para criticar las instituciones y las injusticias sociales de su
propio país y de los países en los que reside. Después de haber vivido varios años en México,
solicita la nacionalidad mexicana en 2007 para protestar contra la elección de Álvaro Uribe a
la presidencia de la República colombiana. Allí permanece hasta hace poco cuando los
periódicos anuncian su regreso a la tierra natal:
El reconocido escritor colombiano que vivió por más de 40 años en México se muda de nuevo al
país que tanto ha criticado. Esta decisión la toma luego de presenciar un terremoto que dejó su
vivienda deteriorada y de que su pareja por más de medio siglo, David Antón, falleciera en el
pasado mes de diciembre289.
En cuanto a su obra literaria es con la novela La virgen de los sicarios (1994) –obra que
vincula la temática de la violencia colombiana con el narcotráfico y la condición homosexual
del protagonista– con la que fomenta su éxito internacional. Por lo general, sus creaciones
como El desbarrancadero (2001; Premio Rómulo Gallegos), Mi hermano el alcalde (2004) o
El don de la vida (2010) destacan por una gran carga crítica contra la violencia en su país, la
homofobia u otros temas sociales. Su novela más reciente es ¡Llegaron! (2015) que puede ser
considerada una especie de homenaje a sus abuelos y su patria290.
Un segundo ejemplo, pero de sexualidad más velada, es el chileno José Donoso. Nace
en Santiago de Chile en 1924 y muere en la misma ciudad en 1996. Después de haber
estudiado en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, Donoso entra en la
Universidad de Princeton donde recibe un título de grado en 1951. En los años 50, enseña en
la Universidad de Chile y en los 60 tiene un puesto de docente en la Universidad de Iowa.
289
Redacción de Semana, «Fernando Vallejo vuelve a Colombia, después de décadas, para quedarse», Semana,
23 de abril de 2018. URL = https://www.semana.com/cultura/articulo/fernando-vallejo-se-muda-de-mexico-y-
vuelve-a-colombia/564625 (última consulta: 28.04.2018).
290
Véase: François Delprat, «Vallejo Fernando», Encyclopædia Universalis. URL =
https://www.universalis.fr/encyclopedie/fernando-vallejo/ (última consulta: 28.04.2018).
142
Sección analítica
Como uno de los más conocidos autores hispanounidenses gais puede ser considerado el
cubano Reinaldo Arenas, nacido en Holguín, Cuba, en 1943 y fallecido en Nueva York,
Estados Unidos, en 1990. Es conocido por haber sido perseguido por su condición
homosexual bajo el régimen de Fidel Castro, haber exiliado a los EE. UU. y haber fallecido
allí a causa del SIDA. Arenas es criado en condiciones de pobreza por su madre y otras
mujeres. Su talento para la escritura se reconoce pronto y le conceden una beca para ingresar
en la Universidad de La Habana. Es en ese entonces cuando publica su primera y única novela
en tierra cubana, Celestino antes del alba (1967). Para evitar la censura gubernamental, su
segunda novela, El mundo alucinante (1969) se saca del país de contrabando alcanzando así
291
Véase: The Editors of Encyclopædia Britannica, «José Donoso», Encyclopædia Britannica, 25 de octubre de
2000. URL = https://www.britannica.com/biography/Jose-Donoso (última consulta: 28.04.2018).
292
Redacción de noticiaaldia.com, «Una vida callando la homosexualidad», noticiaaldia.com, 5 de octubre de
2018. URL = https://noticiaaldia.com/2018/10/un-5-de-octubre-nacio-el-escritor-jose-donoso-una-vida-callando-
la-homosexualidad/ (última consulta: 04.05.2019).
143
Sección analítica
reconocimiento internacional, lo que no solo hace que sea perseguido por su homosexualidad,
sino también por su labor de escritor anticomunista.
Desde 1974 hasta 1976, Arenas es encarcelado por cargos morales: no se le permite
salir de la cárcel hasta que confiese haber llevado a cabo actividades contrarrevolucionarias y
jure escribir solo novelas «optimistas». En 1980, Arenas escapa (durante el éxodo masivo del
puerto de Mariel) a los Estados Unidos. Allí, finalmente publica Otra vez el mar (1982), cuyo
manuscrito había sido confiscado por el gobierno cubano, además de otras novelas. La obra
más conocida de Arenas, probablemente porque se convierte en una película premiada en el
año 2000, es su autobiografía novelada, Antes que anochezca (1993; publicada
póstumamente), que no solo documenta sus desafíos en Cuba, sino su continua infelicidad en
los Estados Unidos. El libro también anuncia su inminente suicidio por su enfermedad293.
Un ejemplo de la narrativa hispanounidense lésbica, por último, lo constituye la
escritora Sonia Rivera-Valdés. Ella nace en 1937 en Cuba y, años después de contraer
matrimonio (a los 18 años), se traslada, en 1966, con su marido y sus tres hijos a Nueva York,
donde solo permanecen un año (por la situación no menos precaria del movimiento de los
derechos civiles) antes de mudarse a Puerto Rico. Es allí donde la vida de Rivera-Valdés
empieza a cambiar drásticamente. Después de 15 años de matrimonio, ella se divorcia de su
esposo «patológicamente celoso», porque él se enfada por la decisión de ella de volver a
comenzar una formación académica. Al poco tiempo, Rivera-Valdés se enamora de una mujer
y se reinstala en Nueva York, donde vive con su compañera y también autora Jaqueline
Herranz Brooks. En 1997, Rivera-Valdés recibe como solo segunda cubana con residencia
fuera del país el prestigioso Premio de Literatura Casa de las Américas para su recopilación
de cuentos Las historias prohibidas de Marta Veneranda (1998). En parte inspirados en su
vida y como respuesta al tratamiento inhumano de los homosexuales en Cuba, los nueve
cuentos reflejan el erotismo lésbico y LGBTQ y la transgresión de tabúes impuestos por la
sociedad. Rivera-Valdés, además, publica en varias antologías latinoamericanas,
estadounidenses y europeas como, por ejemplo, en Cubana (1998) y Dream with No Name
(1999). Por lo demás, trabaja como profesora en el York College y en la City University of
New York, donde coordina un programa de estudios étnicos y funda la asociación LART (The
Latino Artists Roundtable) para promover la libre expresión de artistas latinos anteriormente
marginados y oprimidos294.
293
Nicolás Kanellos, «Arenas, Reinaldo», en Kanellos, op. cit., T. 1, pp. 85-86.
294
Véase: Eileen McDermott, «Latina Author Inspires Gathering: Sonia Rivera-Valdés, lesbian Latina author,
inspires artists», Gay City News, vol. 2, nr. 43 (2003). URL = https://gaycitynews.nyc/gcn_243/latinaauthor.html
144
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(última consulta: 28.04.2018) y Editores de Seven Stories Press, «Sonia Rivera-Valdés», Seven Stories Press.
URL = https://www.sevenstories.com/authors/344-sonia-rivera-valdes (última consulta: 28.04.2018).
295
Los resúmenes se basan en las sinopsis de las contraportadas de las ediciones utilizadas para este estudio.
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Sección analítica
joven ignora los consejos de su padre y, durante su quinceañera, huye de casa con un latino
tatuado y vestido de negro, que casi no habla español y que desconoce la cultura de sus
antepasados. Es así como comienza la odisea de Dante. Acompañado de Virgilio, un burro, y
el espíritu de su esposa muerta, sale rumbo a Las Vegas, donde supone que vive el novio –o,
según Dante, el raptor– de Emmita. En un viaje turbulento, lleno de recuerdos nostálgicos de
su vida provinciana en México y de los felices días con la difunta esposa Beatriz en los
Estados Unidos, el camino de Dante se cruza con una serie de figuras excéntricas que hacen
de esta agridulce hazaña una impresionante fábula que representa un testimonio de la defensa
de la inmigración, la asimilación cultural y social y un mejor futuro en unos Estados Unidos
híbridos.
Norte (2011) de Edmundo Paz Soldán desarrolla y alterna tres relatos independientes
que solo al final confluyen en una trama común. La novela, construida de forma fragmentaria
y multiperspectivista, narra las historias del pintor autista, Martín, que alcanzó la fama
durante los años cuarenta y cincuenta (basado en el pintor real Martín Ramírez), el asesino en
serie mexicano, Jesús, que llevó a cabo una sucesión de crímenes en territorio estadounidense
durante los años ochenta (inspirado en un auténtico asesino que se dio a conocer como The
Railroad Killer) y la doctoranda bolivianounidense de Cornell, Michelle, que aspira a llegar a
ser dibujante de cómics mientras mantiene una complicada relación con un profesor inestable.
Esta última es la única que también actúa como narradora homodiegética y que enlaza las
distintas secuencias narrativas296.
296
Véase: José Seoane Riveira, «Procedimientos cinemáticos en la narrativa de Edmundo Paz Soldán: Norte
(2011), Billie Ruth (2012) e Iris (2014)», Tropelías. Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada,
27 (2017), p. 267.
147
Sección analítica
del primer mundo como opción para resituar su vida, cuestión que aparece de modo ejemplar
en varias de las novelas de Vallejo297.
Donde van a morir los elefantes (1995) de José Donoso narra la historia de Gustavo
Zuleta, un profesor chileno de literatura que acepta una oferta para trabajar en una pequeña
universidad del medioeste norteamericano. Mientras espera a su mujer, que lo seguirá dos
meses más tarde con su hijo recién nacido, Zuleta experimenta los contrastes injustos de la
vida académica. Junto con Ruby, una joven gorda y misteriosa, el protagonista se convierte en
testigo de envidias y resentimientos, ambiciones de poder, relaciones sexuales cruzadas e,
incluso, un asesinato múltiple. Escrita con mucho humor ácido, parecido al de una comedia
negra, Donde van a morir los elefantes es una metáfora rigurosa de las relaciones conflictivas
que los intelectuales latinoamericanos mantienen con la cultura norteamericana. Además, la
novela reflexiona con lucidez sobre la posición de la mujer, la obsesión sexual, el lugar actual
de la literatura, el prestigio y las nuevas tecnologías.
El 7 de diciembre de 1990 el escritor cubano Reinaldo Arenas, en fase terminal del
SIDA, se suicidó en Nueva York dejando el testimonio personal y político Antes que
anochezca (1993), que había terminado apenas unos días antes de poner fin a su vida. Arenas,
en efecto, reunía las tres condiciones más llamativas para convertirse en uno de los muchos
marginados por el infierno inquisitorial y carcelario de la Cuba castrista: ser homosexual,
escritor y contrarrevolucionario. Silencien o no la presencia de Antes que anochezca los
interesados en perpetuar el engaño, deseamos que sean cada vez menos los que aún digan que
ignoran qué encubría, y encubre, el célebre «paraíso caribeño» del patriarca Fidel Castro. De
los bajos fondos de La Habana, donde permanecían los excluidos del sistema, a la dificultad
de vivir, una vez en el exilio, negándose a la discreta neutralidad que la izquierda bien
pensante espera de un exiliado cubano, la vida de Arenas siguió siendo, muy a pesar suyo,
una continua lucha vital e intelectual.
Las historias prohibidas de Marta Veneranda (1998) es la respuesta de Sonia Rivera-
Valdés a la represión de los homosexuales en Cuba antes de y durante la Revolución. Esta
colección de cuentos, que con una narración marco forma una especie de novela, está
protagonizada por Marta Veneranda, una doctoranda que está redactando una tesis en la que
salta a la vista la discrepancia entre la comprensión individual de la vergüenza y la actitud de
la sociedad hacia la autocensura. Este estudio bien organizado resulta desbordarse cuando los
sujetos entrevistados le revelan a Marta sus historias prohibidas. A pesar de la forma
297
Véase: Diego Falconí Travéz, «De migraciones y homosexualidades latinoamericanas. Viaje, pérdida e
imperceptibilidad en las novelas Los caminos a Roma y Años de indulgencia de Fernando Vallejo», Impossibilia,
9 (2015), pp. 30-31.
148
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La novela Después del invierno se presta perfectamente para el análisis inaugurador del
presente estudio. Si bien no se trata de una novela chicana, representa un testimonio de
narrativa hispanounidense escrito por una autora mexicana con experiencia de migración y
crea así un puente entre la literatura chicana tradicional y la literatura hispanounidense actual.
Además, la obra nos muestra la apertura de la corriente hacia la globalización de la
temática al abarcar dos movimientos migratorios a la vez –el transamericano y el
transatlántico– y al tratar de varias colectividades latinas fuera del propio país, o sea, de los
cubanos Claudio y Mario en los EE. UU. y de la cubana Haydée y la mexicana Cecilia en
Francia.
Por último, no solo presenciamos en la novela la construcción de la identidad social y
sexual femenina, sino también de la masculina, al romper la autora con los estereotipos y los
roles de género referentes a ambos sexos. En resumen, Después del invierno de Guadalupe
Nettel nos proporciona un excelente ejemplo de varios aspectos estudiados en este trabajo, o
más precisamente, de la construcción de identidades múltiples culturales, sociales y sexuales.
Etna Ávalos en su artículo «Discapacidad y construcciones de género en Después del
invierno de Guadalupe Nettel» constata que la transición del invierno a la primavera al final
de la novela puede leerse como un espacio de renacimiento en el que la humanidad
«imperfecta» de los personajes es central. La centralidad de la marginalidad en el texto
invierte la crítica social de la discapacidad y demuestra que las «anomalías» son comunes.
Según ella, la novela de Nettel muestra que en un mundo en el que la norma social asume
298
Etna Ávalos, «Discapacidad y construcciones de género en Después del invierno de Guadalupe Nettel», iMex.
México Interdisciplinario / Interdisciplinary Mexico, 13, 1 (2018), p. 113.
149
Sección analítica
proporciones destructivas, no basta con erradicar lo inusual, eliminar las carencias o curar las
enfermedades, sino que es necesario crear un espacio de reconocimiento de la diferencia en el
que pueden circular las identidades móviles, dado que, en última instancia, nuestra humanidad
no puede ser cuestionada o corregida299.
299
Ávalos, op. cit., p. 125.
300
Guadalupe Nettel, Después del invierno, Barcelona, Anagrama, 2014, pp. 44-45. Todas las páginas se refieren
a esta edición.
301
Ibíd., p. 212.
150
Sección analítica
buscar otras actitudes que reafirmen su masculinidad, lo que lo lleva a los Estados Unidos:
«[…] Claudio decide dejar Cuba. Su partida de la isla se lee como un proceso de
desterritorialización de su identidad sexual y la búsqueda de una nueva identidad de género
que enmascare su pasado»302.
Una vez en la nueva sociedad, Claudio intenta rectificar su virilidad en el ámbito sexual
y reafirma así los estereotipos del hispano prepotente cuando, por ejemplo, le hace el amor
por primera vez a su novia estadounidense Ruth como nadie en su vida, ya que ella nunca
antes había estado con un latino, mucho menos con uno de estos hombres que solo se
producen en la isla donde él nació303. Su manera de practicar el sexo es justamente la que lo
aleja de toda sospecha de ser homosexual o bisexual y la que lo acerca al ideal heterosexual
preferible en la Cuba castrista, como nos muestra el siguiente párrafo:
La temba aprendió muy rápido cuáles son las actitudes que me calientan. Sabe que, al principio,
durante lo que suele llamarse los prolegómenos del sexo, me gusta que de verdad se muestre
asustada ante mi cuerpo, que se debata y huya. No importa si para escapar debe morderme o
enterrarme sus uñas de felina. Pero una vez que la tengo bajo mi vientre, una vez que sus piernas
están abiertas bajo mis ingles furiosas, debe permanecer inmóvil, si es posible ni siquiera respirar,
hasta el momento del orgasmo durante el cual sí le permito desahogarse. Nuestra forma de templar
se asemeja a menudo a la violación. A diferencia de otras mujeres con las que he convivido,
reacciona a la violencia, ya sea física o verbal, de una manera deliciosamente sumisa y ésa es otra
de las características que me hacen sentirme tan a gusto junto a ella304.
Este pasaje contiene tres elementos importantes que subrayan la idea tradicional y
patriarcal acerca del sexo:
1. El acto sexual se asemeja a una demostración de dominación en la que el hombre y la
mujer tienen roles bien definidos.
2. El hombre toma la parte activa y dominadora.
3. A la mujer se le atribuye el papel pasivo y sumiso.
Es precisamente de esta manera como Claudio intenta huir de su pasado humillante e
indeseable: negando y suprimiendo su lado débil y «femenino» y demostrando y subrayando
su lado fuerte y «masculino». No obstante, y como se verá a continuación, el personaje de
Claudio se somete a lo largo de la novela a un proceso de evolución.
302
Ávalos, op. cit., p. 121.
303
Véase: Nettel, op. cit., pp. 28-29.
304
Ibíd., pp. 74-75.
151
Sección analítica
educación universitaria, con buen trabajo, de buena complexión, peso y altura, y además
deportista»305. Queda claro que Claudio, en su condición de migrante, no puede lograr por
completo estos ideales, pero hace todo lo posible para reducir su alteridad en el nuevo entorno
al aspirar a una novia estadounidense y un trabajo estable y al cuidar su cuerpo.
En concreto, se trata de tres factores primordiales en la construcción de lo «masculino»
en la actualidad. También el académico Vinodh Venkatesh realza que en la sociedad
contemporánea la virilidad se construye en relación directa con el modelo político y
económico predominante y, además, se constituye alrededor de la «capitalización» del
cuerpo306. Son precisamente estos tres componentes que le permiten a Claudio impulsar el
proceso de su aculturación en la sociedad de acogida:
1. El cultivo del cuerpo le posibilita aumentar su prestigio y le gana el reconocimiento
de las mujeres, como por ejemplo, el de la estadounidense Ruth.
2. Ella es otra de las razones que ayudan a Claudio en su proceso de integración en
Nueva York, ya que lo apoya en su crecimiento profesional.
3. Además, Ruth opera como una especie de fuente para que él tenga acceso a
comodidades y beneficios materiales.
No obstante, y a pesar de los esfuerzos de Claudio por asimilarse, no llega a cumplir por
completo el proceso de aculturación como nos enseña el siguiente párrafo:
Mi departamento está sobre la calle Ochenta y siete en el Upper West Side de la ciudad de Nueva
York. Se trata de un pasillo de piedra muy semejante a un calabozo. No tengo plantas. Todo lo
vivo me provoca un horror inexplicable, igual al que algunos sienten frente a un nido de arañas. Lo
vivo me amenaza, hay que cuidarlo o se muere. En pocas palabras, roba atención y tiempo y yo no
estoy para regalarle eso a nadie. Aunque algunas veces logre disfrutarla, esta ciudad, cuando uno
lo permite, puede llegar a ser enloquecedora. Para defenderme del caos, he establecido en mi vida
cotidiana una serie muy estricta de hábitos y restricciones. Entre ellos, la absoluta privacidad de mi
guarida. Desde que me mudé, ningunos pies excepto los míos han cruzado la puerta del
departamento. La sola idea de que alguien más camine por este suelo puede desquiciarme. No
siempre me siento orgulloso de mi manera de ser. Hay días en que anhelo una familia, una mujer
silenciosa y discreta, un niño mudo, de preferencia. La semana en que me instalé, hablé con los
vecinos del edificio –la mayoría inmigrantes– para dejar claras las reglas. Les pedí, de una manera
correcta, con un dejo de amenaza, que se abstuvieran de hacer el menor ruido después de las nueve
de la noche, hora a la que suelo volver del trabajo. Hasta este momento, mi orden ha sido acatada.
En los dos años que llevo aquí, nunca se ha hecho una fiesta en el edificio. Pero esa exigencia mía
también me obliga a asumir ciertas responsabilidades. Me he impuesto, por ejemplo, la costumbre
de escuchar música únicamente con audífonos o susurrar en el auricular si llamo por teléfono,
cuyo timbre mantengo inaudible igual que el contestador. Una vez al día, reviso a un volumen casi
imperceptible los mensajes, por lo demás bastante escasos. La mayoría de las veces los recados
son de Ruth, aun si le he pedido, en varias ocasiones, que no me llame jamás y espere a que sea yo
quien lo haga.
Compré este departamento por una buena razón: su precio. Durante la primera visita, cuando la
vendedora de la agencia inmobiliaria pronunció la cantidad, sentí un hormigueo en el estómago:
por fin me sería posible hacerme de algo en Manhattan. Mi sentido del ridículo –siempre
305
Ávalos, op. cit., p. 121.
306
Vinodh Venkatesh, The Body as Capital: Masculinities in Contemporary Latin American Fiction, Arizona,
The University of Arizona Press, 2015, p. 6.
152
Sección analítica
Aquí vemos que también Claudio vive en una especie de enclave. Solo puede permitirse
comprar un apartamento en un edificio con otros migrantes, lo que frena su propia
aculturación. No obstante, y como ya lo hemos mencionado anteriormente, Claudio intenta
distinguirse de otros miembros de la misma colectividad y los trata con superioridad como
muestra el hecho de dictarles reglas a los demás.
En cuanto al grado de aprobación, por los ideales hegemónicos anteriormente
expuestos, no podemos hablar en el caso de Claudio de una inclusión. Si bien logra formar
lazos en el sector laboral, al trabajar como lector para una editorial, y en el ámbito de amor, al
tener una relación con una estadounidense, no llega a establecer grandes vínculos amistosos o
familiares y mantiene cierta distancia frente a la nueva sociedad:
Me doy cuenta de que en Nueva York mi casa ha venido a sustituir las funciones que suele cumplir
una familia o una madre durante la primera etapa de vida. Aquí −y le doy gracias a Dios por eso−
no tengo ni parientes ni amigos demasiado cercanos. He conseguido preservar mi intimidad todo
lo necesario para sentirme tranquilo. Sin embargo, como cualquier ser humano, necesito disfrutar
de un territorio propio, un refugio en el cual pueda sentirme protegido. Ese territorio es mi
departamento, y mi manera de agradecer que exista es cuidarlo al máximo como se cuida de un ser
querido. Limpiarlo, ordenarlo, darle una estructura, practicar en él una serie de rutinas de buen
comportamiento. Preservarlo de cualquier intruso es mi manera de honrar mi santuario y
convertirlo −la imagen me gusta muchísimo− en el panteón donde me gustaría ser enterrado para
la eternidad308.
En resumen, podríamos decir que, a pesar de sus intentos de asimilarse, Claudio no llega a
integrarse completa pero parcialmente en el nuevo entorno y eso, entre otras cosas, también
debido a la distancia que mantiene la sociedad de acogida: él es aceptado pero no incluido por
completo.
307
Nettel, op. cit., pp. 15-16.
308
Ibíd., p. 76.
309
Ibíd., p. 74.
153
Sección analítica
310
Ávalos, op. cit., p. 123.
154
Sección analítica
de Claudio a lo largo de la novela, entendemos que sus experiencias físicas son primordiales
para la formación de su identidad. La aceptación de su condición humana implica una
modificación de su subjetividad y, por ende, la aceptación de las inestabilidades identitarias311.
La percepción de la identidad de género de Claudio cambia en el transcurso de la trama.
Al inicio reproduce la estereotipia heredada del patriarcado cubano en el nuevo contexto en el
que vive. Cuando emigra a los Estados Unidos choca, en un primer momento, con el reparto
de roles del nuevo país, en el que el machismo se muestra menos recalcitrante que en su tierra
natal, por lo que debe reposicionarse en la nueva sociedad y formar una nueva identidad
social, lo cual solo consigue a partir de su discapacidad. No se puede saber con certeza si en
su caso tiene lugar un hibridismo social, pero sí que alcanza cierto grado de percatación al
tomar conciencia de la elasticidad de sus propias identidades y aceptándolas como elementos
integrales de su personalidad: «[…] regresé a Nueva York no más fuerte, como había soñado
al partir, sino aceptando de la forma más serena y digna posible lo que Mario insiste en llamar
“nuestra condición humana”»312.
311
Ávalos, op. cit., p. 124.
312
Nettel, op. cit., p. 251.
313
Laila Abu Shihab, «‘El cuerpo en que nací’, libro íntimo de la mexicana Guadalupe Nettel», El Tiempo, 6 de
mayo de 2012. URL = http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-11733923 (última consulta:
26.06.2018).
155
Sección analítica
Es quizás por eso que Nettel siempre ha sentido cierta fascinación por los seres anómalos, que
viven al margen de la sociedad y que por eso tienen que encontrar su propio camino, al igual
que la autora.
Al descubrir que Ruth sufre de una enfermedad mental, Claudio no se preocupa en la menor
medida por la salud de su novia, sino que incluso da las gracias al psiquiatra que la llena de
medicamentos y así la hace obediente y dócil a sus propias necesidades.
En cuanto a la diacronía de la narración, se puede destacar que la historia marco se narra
de manera bastante lineal, mientras que los episodios intercalados y fragmentarios se cuentan
en forma de analepsis, expresando así que la memoria de los personajes es importante para
314
Nettel, op. cit., p. 96.
156
Sección analítica
comprender el presente de los mismos. A pesar de la desgracia que los alcanza (la amputación
de la pierna de Claudio y el fallecimiento del novio de Cecilia), los dos protagonistas se
reconcilian con sus destinos al final de sus historias. Reconoce Claudio:
Recordé las palabras de Ribeyro, uno de los más ilustres compatriotas de César Vallejo que Cecilia
me hizo descubrir: «Seres imperfectos viviendo en un mundo imperfecto, estamos condenados a
encontrar sólo migajas de felicidad.» ¿Cuál es la alternativa? Quizás aceptar nuestros límites,
nuestras contradicciones, nuestras muchas necesidades, tratar de ser más fuertes que el peso de
toda culpa. Concentrar nuestra habilidad en lo que mejor podamos hacer y nuestra lucidez en lo
que mejor podamos entender: one thing at a time. One life at a time. Vivir sin perder, en la medida
de nuestras posibilidades, la capacidad para volver a un centro desde donde se puede confiar,
esperar, ser-feliz-ahora-mismo-a-pesar-de-todo, a pesar del dolor y de la certeza de que la vida es,
básicamente, imposibilidad y dolor. Seguí pensando en esto mientras viajaba en el taxi. Llegué al
edificio de Ruth y marqué el código de entrada, sorprendido de recordarlo todavía. Atendió su voz
en el telefonillo y reconocí esa nota de excitación vibrante que no le había escuchado en muchos
meses. Apenas abrió la puerta, me recibió el aroma a strudel de manzana y la sensación agradecida
de quien regresa a casa después de un largo viaje315.
El final de Cecilia, además, resulta ser circular, porque su narración se enlaza con la de
Claudio y, a pesar de su separación, nos damos cuenta de que el destino los unió a los dos y
de que sus historias solo pueden leerse en consonancia, inseparable la una de la otra:
Entre los diferentes temas que abordamos ese día, Haydée me preguntó si tenía noticias de
Claudio.
−Hace mucho que dejó de escribirme −le respondí.
−Seguro que sigue corriendo como Forrest Gump −dijo ella, y ambas nos echamos a reír con una
suerte de sorna cariñosa316.
La novela acaba con una reflexión de Cecilia sobre la importancia de los niños y el
círculo de la vida. Precisamente esta idea nos hace volver sobre el título de la obra del que la
propia autora dijo en una entrevista con El País: «[…] si atravesamos el dolor de la pérdida,
con todo lo que implica y sus etapas, puede haber un renacimiento, un resurgimiento de la
vida»317. Y con este rayo de esperanza minúsculo termina la historia.
315
Nettel, op. cit., pp. 265-266.
316
Ibíd., p. 268.
317
Jan Martínez Ahrens, «Guadalupe Nettel: “No creo que sea provechoso negar el dolor”, entrevista», El País,
6 de diciembre de 2014. URL = https://elpais.com/cultura/2014/12/04/babelia/1417700666_856424.html (última
consulta: 26.06.2018).
157
Sección analítica
descubre a los autores latinoamericanos más importantes, pero también a varios escritores
franceses como, por ejemplo, a Balzac, Chateaubriand, Théophile Gautier, Lautréamont,
Huysmans y Guy de Maupassant. A través de un grupo de chicos gruftis, que comparten su
fascinación por los cementerios, incluso llega a conocer a algunos autores estadounidenses e
ingleses:
Hacia mis quince años conocí a un grupo de chicos que se reunían en la Plaza de la Constitución.
Su vestimenta los destacaba del resto de los habitantes de la ciudad: usaban ropa oscura y
desgastada con motivos de calaveras, zapatos industriales, chaquetas de cuero negro. A primera
vista yo no tenía nada que ver con esa gente, excepto que su lugar predilecto para reunirse era el
Panteón San Miguel. Aproveché la primera oportunidad que tuve para demostrar que conocía
todos sus recovecos. La afición de estos chicos por lo fúnebre me hacía pensar en mis autores más
queridos. Empecé a hablarles de ellos, a contarles historias de apariciones y fantasmas, y terminé
por convertirme en una integrante del grupo. Fueron ellos quienes me iniciaron en Tim Burton, en
Philip K. Dick cuyas novelas adoré desde el principio, y en otros autores como Lobsang Rampa
que nunca acabaron de gustarme318.
318
Nettel, op. cit., p. 23.
319
Ibíd., p. 52-53.
158
Sección analítica
discutiendo sobre los libros que él le presta a ella. Por último, es la literatura la que vincula a
Claudio con Cecilia, según lo mencionado ambos altamente cultos, y que hace que estos
mantengan una relación efímera. La citación de César Vallejo en una carta de amor que
escribe Claudio a Cecilia es una prueba de ello:
Cecilia:
Imagino que algún día, un día de éstos, escribirte y hablarte −o callarme al lado tuyo, contigo−
sean no sólo esta tersa alegría de abrir una ventana y ver detrás de tus ojos. Aunque breve, el
encuentro del domingo me enseñó cuán fuertes pueden ser las ganas de sentarse a caminar, como
diría el bueno de César Vallejo, por tus ojos.
Si yo estuviera en París esta tarde y pudiera caminar a tu lado, o sentarme a tu lado, y dejar,
suavemente, que Claudio fuese lo que Cecilia ve en él, sería un hombre feliz, incluso más de lo
que soy ahora mismo, por el mero hecho de poder escribirte.
Gracias por haber venido con Haydée a la cita, por la exacta distancia de tu calor, por estar en mí,
por llamarte Cecilia, Cecilia Rangel, y deslumbrarme hasta la ceguera320.
César Vallejo incluso se convierte en símbolo de la relación entre ambos, dado que la
búsqueda de su tumba en los cementerios de París recorre la historia como un hilo conductor
y constituye, en consecuencia, un elemento importante en el tratamiento de la literatura en la
novela.
320
Nettel, op. cit., pp. 130-131.
321
Ibíd., pp. 178-179.
322
Ibíd., op. cit., p. 186.
159
Sección analítica
160
Sección analítica
No obstante, también Claudio, tras la separación con Cecilia, cae en una depresión, lo
que resalta su lado «débil» que tenía desde su niñez. De este modo, la autora consigue, en
cierta medida, subvertir los estereotipos sobre la percepción de los géneros, alcanzando así un
gran logro de toda su obra.
4.2.2 Criminalización injustificada de la figura hispana femenina en los EE. UU.: Hot
sur de Laura Restrepo
4.2.2.1 Análisis temático
Ya tenemos encima al Sur, al desmadrado y temible Sur, quinientos millones de seres de piel
oscura que hablan español y que vienen subiendo desde la Patagonia, se multiplican en Colombia,
atraviesan Nicaragua, en México se vuelven marejada y ya son horda cuando se cuelan por los
huecos de nuestra frontera vulnerable324.
Otro caso bastante particular de narrativa hispanounidense recae en la novela Hot sur de
Laura Restrepo, dado que destaca por tres rasgos distintivos que hacen la obra muy
interesante para un análisis en nuestro estudio:
1. Por una parte, nos hacemos testigos de la migración de la protagonista colombiana,
María Paz, su madre y su hermana a los Estados Unidos con todos los desafíos que
eso implica y, por otra parte, también nos enteramos de la migración del protagonista
estadounidense, Cleve (que se convierte en novio de la colombiana María Paz), y de
su familia a Colombia, lo que nos posibilita una doble visión sobre el tema de la
migración.
323
Ávalos, op. cit., pp. 119-120.
324
Laura Restrepo, Hot sur, Barcelona, Planeta, 2014, p. 7. Todas las páginas se refieren a esta edición.
161
Sección analítica
325
Restrepo, op. cit., p. 160.
326
Ibíd., p. 30.
162
Sección analítica
pero trasciende sus fronteras para ocuparse de la sociedad latinoamericana, de los problemas
políticos, económicos y culturales que le son comunes a sus hombres y mujeres sin importar
su raza ni su nacionalidad»327.
Como en el caso de los motivos de la emigración, también en cuanto a la imagen previa
de los Estados Unidos es a través de Bolivia que se nos presenta la utopía del sueño
americano:
Bolivia me decía por teléfono, aquí las calles son seguras, hija, y los camiones recogen la basura
casi todos los días y no hay quien no tenga automóvil. Eso me decía Bolivia, y me aseguraba que
América olía a limpio y yo se lo creía, porque a la gente hay que creerla, y soñaba con ese olor, y
con el sabor del Milky Way, y además daba por sentado que Bolivia tenía automóvil; si todo el
mundo tenía uno, mi mamá por qué no. Ella llamaba todos los meses sin falta, una vez al mes, y
mandaba dinero para nuestra manutención328.
Otra imagen bastante típica en la migración hacia los EE. UU. que se transmite por la
madre es la de la nieve y eso fascina a María Paz, dado que «Colombia es trópico y en el
trópico no hay invierno». Además, Bolivia describe a su hija la nieve como si fuera «helado
de limón»329. Y son justamente estas imágenes que se graban en la memoria de María Paz
hasta que debe reconocer que la realidad soñada es bastante distinta a la realidad vivida y que
«[l]a inmortalidad sería la verdadera utopía americana»330. A continuación, veremos con más
detalle por qué el sueño americano se convierte en pesadilla para Bolivia, María Paz y su
hermana Violeta.
Al llegar a los Estados Unidos, María Paz se ve confrontada de inmediato con tres
grandes decepciones que no equivalen para nada a la imagen previa que ha tenido del país de
acogida:
1. Su madre no tiene coche.
2. En América hace mucho calor, lo que impide la producción de nieve.
3. En la zona en la que vive Bolivia se habla mucho español porque es un barrio latino
donde el inglés se escucha muy poco o casi nunca331.
El descontento de María Paz llega hasta el grado de pensar no haber llegado todavía al
país de acogida y de animar a su madre a continuar el viaje para llegar cuanto antes a la tierra
prometida, según lo muestra el siguiente pasaje en el que Bolivia está buscando un lugar para
alojar a sus hijas la primera noche que están en los Estados Unidos:
327
Clemencia Ardila-Jaramillo, «Fronteras en vilo. Un estudio sobre Hot Sur de Laura Restrepo», Anuario de
Estudios Americanos, 73, 2 (2016), p. 459.
328
Restrepo, op. cit., pp. 79-80.
329
Véase: Ibíd., p. 195.
330
Ibíd., p. 303.
331
Véase: Ibíd., pp. 91-92.
163
Sección analítica
−Siga por aquí, que ya le digo. Siga, siga por aquí, que yo le voy indicando, cruce por aquella
calle, siga derecho otro poco −respondía Bolivia sólo por decir algo, por mantener el coche en
marcha, por matar tiempo mientras se le ocurría alguna idea, y mientras tanto rezaba, ayúdame,
Diosito lindo, ayúdame, ilumíname, dime adonde llevo a estas niñas a pasar la noche.
−¡Aquí! −dijo por fin, frente a un hotel.
Mejor dicho un hotelucho, un hueco de mala muerte que olía a rancio, con sábanas sucias, tapete
manchado, muebles con quemaduras de cigarro y una única ventana que daba contra un muro
negro. ¿Qué sentía yo, a todas éstas? No recuerdo, supongo que cansancio. Aquello debió
parecerme muy por debajo de las expectativas. Ya había sido de por sí un desencanto comprobar
que Bolivia no tenía ningún carro, pero ese hotel de mierda sí rebasó la copa para la
preadolescente con pretensiones en que me había convertido donde las Nava. En todo caso, cuando
Bolivia despertó, al otro día muy de madrugada, yo ya estaba lista, tenía lista a Violeta y las
maletas empacadas y cerradas.
−Vístase, mamá, que nos vamos de aquí −le anuncié a Bolivia.
−Pero adónde, hija.
−A América −le dije−. Todavía no hemos llegado.
−Pero si esto es América, mi linda −me dijo.
−No me mienta, mamá, esto no es América332.
La estancia de María Paz en los Estados Unidos no se mejora: se casa con un criminal
estadounidense y, tras su asesinato, ella es culpada por error como asesina de su propio
esposo y llevada a la cárcel de Manninpox. Incluso después de su puesta en libertad, no llega
a encontrar la suerte en los Estados Unidos, sino que es perseguida por los verdaderos
asesinos de su marido y la desgracia no la abandona. Para ella, la utopía americana se
convierte en distopía y, por eso, decide buscar su fortuna junto con su hermana Violeta al otro
lado del mundo: «−Me voy al carajo, míster Rose. Hasta aquí llegó mi American dream −le
dijo ella, y le contó que ya tenía el contacto con el coyote que iba a cruzar con ellas la frontera
norte, para sacarlas al otro lado»333.
Clemencia Ardila-Jaramillo considera, entre otras cosas, el hecho de que la gente habla
de los Estados Unidos como de la tierra prometida, que los ve como un paraíso donde
prevalecen riqueza y oportunidades, el hecho de señalar hacia el norte cuando se piensa en la
libertad y la igualdad y de definir a la sociedad norteamericana como el máximo modelo de la
civilización occidental como algunas de las razones que motivan el viaje de Bolivia y María
Paz hacia dicho país334. Como tantos otros latinos, estos dos personajes persiguen el sueño
americano que se revela más temprano que tarde como una verdadera pesadilla cuando María
Paz reconoce: «[…] América no está en ningún lado. América solo está en los sueños de los
que soñamos con América»335. Esta frase, además, resume perfectamente la intención de Hot
sur de deconstruir la imagen de los Estados Unidos como la tierra de las oportunidades. Esta
postura también la reafirma Luz Mary Giraldo en su estudio sobre migraciones en la narrativa
332
Restrepo, op. cit., pp. 284-285.
333
Ibíd., p. 442.
334
Ardila-Jaramillo, op. cit., p. 469.
335
Restrepo, op. cit., p. 49.
164
Sección analítica
colombiana donde dice que quien «[…] migra o emigra, se desplaza, vive la realidad de una
diáspora»336.
Como ya hemos mencionado, la imagen previa que se nos presenta de Colombia en Hot
sur es la de un país muy peligroso. Pero mientras para la madre de Cleve, Edith, los temores
se hacen realidad («[…] ni ella ni el niño iban a permanecer ni un día más en ese lugar
calamitoso donde en cualquier momento podría ocurrirles una desgracia» 337 ), para Cleve
mismo, Colombia se convierte en algo como su segunda patria de la que incluso llega a sentir
nostalgia al regresar a los Estados Unidos:
«A mi madre la estadía en Colombia la marcó con pesadillas recurrentes de las que despertaba
gritando cosas, inclusive cuando ya no estábamos allí. Cosas como que la guerrilla nos iba a
secuestrar, que los ladrones nos robaban los espejos retrovisores del carro, que los volcanes de los
Andes escupían ríos de lava, que yo me tragaba unas pepitas rojas y venenosas y que tenían que
llevarme intoxicado al hospital. Yo en cambio siento nostalgia desde que abandonamos ese país,
aunque no sé exactamente de qué. Algo echo terriblemente de menos, algo indefinido que me hace
cosquillas en la boca del estómago, tal vez ese olor intenso y húmedo a color verde que le
alborotaba los sentidos al niño reprimido y tímido que era yo […]»338
Una vez que los personajes están en su «nuevo» país, estos empiezan a hacer búsquedas
de diferente tipo. En el caso de Bolivia, se trata de una búsqueda laboral y económica para
lograr su meta de ahorrar dinero y poder traer a sus hijas a los Estados Unidos; lo que ella
busca es un trabajo fijo y la estabilidad económica. Por eso, Bolivia acepta varios empleos
humillantes como, por ejemplo, el de obrera en una fábrica de jeans (en la que no solo se
convierte en esclava laboral sino también sexual) o el de teibolera339.
En lo que respecta a María Paz, se trata más bien de una búsqueda sexual. Ella se casa
con Greg, pero en secreto siente una gran atracción por su hermano Sleepy Joe:
Pese a sus groserías y sus rudezas, Sleepy Joe no era alguien que me disgustara del todo. Más bien
al contrario, tendía a gustarme. Físicamente, quiero decir. Y lo que sí me disgustaba era
precisamente eso, que me gustara. Cómo le dijera, Greg se me iba volviendo cada día más viejo y
en cambio Sleepy Joe era como estar viendo a Greg, pero de joven. Tenían estatura y facciones
similares, pero Joe exhibía el cuerpazo en unas camisetas licradas que se arremangaba con todo
cuidado en forma de rollito sobre el bíceps, y usaba unos jeans stretch que invitaban a adivinarle el
culo y las piernas, para no hablar del paquete, que se le marcaba por delante de manera
provocadora. Era evidente que se cuidaba mucho, debía desvivirse en el gimnasio y pasar muchas
horas en las cámaras bronceadoras, sabe Dios dónde haría todo eso, debía de ser en su otra casa, la
que tuviera lejos de la mía, aunque siempre lo negó; aseguraba que para él no había otro arraigo
que los moteles de carretera, para qué quiero más, suspiraba haciéndose el desamparado. A mí me
entraban unos deseos locos de abrazarlo, de protegerlo, de abrigarlo, y él se daba cuenta, claro que
se daba cuenta, y aprovechaba340.
336
Luz Mary Giraldo, «En otro lugar: migraciones y desplazamientos en la narrativa colombiana», Cuadernos de
Literatura, 13-24 (2008), p. 13.
337
Restrepo, op. cit., p. 31.
338
Ibíd., p. 36.
339
Ibíd., pp. 164-165.
340
Ibíd., pp. 230-231.
165
Sección analítica
En cuanto a Cleve, también se trata de una búsqueda sexual al sentirse atraído por su
niñera colombiana de una belleza incomparable que más tarde reencuentra en su alumna de
las clases de escritura en Manninpox: María Paz.
Por último, María Paz y Cleve experimentan una especie de retorno al subcontinente de
origen. En el caso de María Paz, en un primer momento piensa pasar, con la ayuda de un
coyote, por la frontera con Canadá para que desde allí pueda trasladarse a Europa, pero nos
enteramos de que «[y]a le había aplazado fecha en sucesivas ocasiones, y ahora lo ponía en el
pereque de desmontar el paso por Canadá e improvisarlo por México; con razón el hombre
andaba cabreado y cobrando a lo loco penalizaciones adicionales»341. Aunque sea de manera
efímera, ella piensa atravesar la frontera con América Latina ya no de sur a norte, sino de
norte a sur, y eso puede tener, según nuestro juicio, dos razones: por una parte, se siente más
cómoda al pasar por la frontera con México porque la conoce y sabe los peligros que la
esperan y, por otra, no llama tanta atención como si pasara por la de Canadá.
Por lo que se refiere a Cleve, se trata, como ya hemos mencionado, de un retorno
impuesto. En Colombia, él empieza a acomodarse al nuevo entorno y a apreciar la compañía
de su niñera colombiana. Pero como la madre tiene miedo de este país, decide regresar con su
hijo a los Estados Unidos: «Ya después mi madre y yo regresamos a Chicago y no volvió a
haber camiones suicidas en abismos de niebla, ni olor penetrante a verde, ni shots de
adrenalina por peleas a machete, ni muñeco aprendiendo a bailar salsa, ni tampoco maracuyá,
ni guanábana ni arequipe, y sobre todo nunca, nunca más la esplendorosa María Aleida
diciéndome mi negro»342.
Eso nos hace llegar a la conclusión de que Cleve, al regresar a los Estados Unidos, sufre
de un choque cultural invertido. Esta hipótesis viene reforzada por el hecho de que el mismo
Cleve se da cuenta de las fealdades y las debilidades de su país de origen al compararlo con
una montaña gigante de basura, Fresh Kills, que cada vez se hace mayor generación tras
generación. Añade que todos los pueblos de nuestro mundo acumulan desperdicios, pero que
ninguno de los países puede igualar el tamaño de basura de los Estados Unidos. Es por ello
que Cleve concluye con las siguientes palabras: «Aquí están enterrados nuestros muertos; su
descomposición y fetidez abonan esta tierra, sobre cuya superficie se solidifican, en capas
geológicas, las cordilleras de escoria que nuestra civilización ha ido dejando a su paso. Ergo,
esta tierra es nuestra»343.
341
Restrepo, op. cit., p. 507.
342
Ibíd., p. 39.
343
Ibíd., p. 142.
166
Sección analítica
Este pasaje nos muestra, por una parte, que los grados de aprobación son opuestos. El
empleado de la migración podría ser entendido como personificación de estos diferentes
grados: se considera superior frente al migrante, pero lo tolera (de lo que la entrega de la
green card es un símbolo).
Por otra parte, vemos que Bolivia sí hace esfuerzos de aculturarse al nuevo entorno al
intentar hablar inglés (aunque de forma muy básica) y al conseguir un trabajo bastante estable
y un apartamento. No obstante, solo se trata de una integración mínima, dado que no logra
formar grandes lazos con los nativos, viviendo en el barrio latino de Spanish Harlem y
hablando un inglés rudimentario.
En cuanto a María Paz, podríamos decir que se trata de un caso extremo de segregación
y de separación, dado que termina en una cárcel. La descripción deprimente de Manninpox
subraya esta idea de enclave, ya que una prisión es un lugar desconectado del mundo y, por
consiguiente, la máxima expresión de la segregación:
Los encerraron bajo llave en lo que llamaban Conference Hall, un recinto de techos opresivamente
altos que tenía por mobiliario cinco mesas metálicas con cuatro sillas cada una, suficientemente
distanciadas entre sí como para que las conversaciones no se cruzaran. La única mesa ocupada era
la suya, y Rose sintió que no podía existir en el mundo un lugar más desolado. Para mitigar la
angustia quiso saber hacia dónde estaría su casa, en qué dirección, pero aquel recinto no tenía
ventanas, ninguna ventana, no era posible orientarse345.
344
Restrepo, op. cit., p. 192.
345
Ibíd., p. 304.
167
Sección analítica
Mientras María Paz intenta asimilarse antes de su detención, una vez que la encarcelan
se reconcilia con sus raíces hispanas según ella misma reconoce: «Me dio por pensar:
mientras estuve en libertad, mi meta era borrarme lo latino como si fuera una mancha, y desde
que estoy presa me ando volviendo una fundamentalista de la latinidad»346. Al final de la
obra, ella rompe tanto con su país de origen como con el de acogida y decide marcharse a
Europa. Por eso, en su caso incluso podríamos hablar de marginación como consecuencia de
una aculturación forzada (en la cárcel les prohíben hablar español) combinada con una
segregación impuesta (dado que «[l]as presas somos casi todas oscuras, las guardias casi todas
blancas»347). Así lo sintetiza la propia autora en una entrevista con El Colombiano donde
admite que se trata de una novela de frontera entre norte y sur; inglés y español; el viejo sueño
americano que se desintegra y el nuevo sueño que los protagonistas persiguen sin conocer su
futuro. Además, con Hot sur quiso crear miradas cruzadas: por una parte, el resentimiento de
los gringos frente a la migración masiva de los latinos y, por otra, las expectativas de los
hispanos y la realidad que los espera al otro lado de la frontera348.
En cuanto a Cleve y su familia, por último, no tenemos informaciones sobre el grado de
aprobación, pero sí sobre el de aculturación según lo muestra el siguiente párrafo:
Rose no tenía dificultad con el español, que había aprendido durante su estadía en Colombia, no
muy bien, con demasiado acento, pero algo era algo, y en cambio Edith casi nada, su fastidio por
Colombia había redundado en su negativa de aprender la lengua. Cleve sí lo había asimilado
perfectamente, a la manera de los niños, sin proponérselo ni hacer esfuerzo349.
Aún más que en el caso de María Paz y su madre, nos damos cuenta de los distintos grados de
aculturación debidos a las diferencias generacionales. Mientras Cleve llega a integrarse
perfectamente en la nueva sociedad (en cuanto a la lengua, pero también al formar lazos con
los nativos como, por ejemplo, con la niñera colombiana), sus padres tienen más dificultades
a la hora de aculturarse. No obstante, también en la generación mayor hay diferencias: Edith
rompe por completo con el país de acogida y se queda segregada de la nueva sociedad; por su
parte, Ian al menos hace esfuerzos por adaptarse (al aprender el español y al aceptar la nueva
situación). A pesar de todo, Cleve, a diferencia de su padre, intenta ofrecer una visión distinta
sobre Colombia y los latinos, aunque no logra por completo romper las estructuras
estigmatizadas de tropicalización existentes. No obstante, sí nos hace reflexionar sobre la
sociedad estadounidense y su trato con los flujos migratorios latinoamericanos. La influencia
de las diferencias generacionales en los grados de aprobación y de aculturación también la
346
Restrepo, op. cit., p. 88.
347
Ibíd., p. 83.
348
Mónica Quintero Restrepo, «El sueño no americano de Laura Restrepo», El Colombiano, 15 de abril de 2013.
URL = http://bit.ly/28OuzCz (última consulta: 01.07.2018).
349
Restrepo, op. cit., p. 36.
168
Sección analítica
observa Ardila-Jaramillo, añadiendo a esta idea que las generaciones más jóvenes ocupan un
papel muy importante en el cambio de la percepción y el tratamiento de las diferencias
culturales y también en su función de representantes de una generación globalizada con una
sensibilidad más elevada acerca de otras formas de vida y de la mezcla de diferentes culturas
y costumbres350.
Como afirma Ardila-Jaramillo adecuadamente, los hispanos son ajenos a la sociedad
norteamericana y a sus ciudadanos; los habitantes del sur representan una amenaza para la
seguridad de los ciudadanos estadounidenses debido a su barbarie y su violencia históricas.
Esto da como resultado una posición que Ian, el padre, comparte con muchos de sus
conciudadanos y a la que Cleve, el hijo, se opone. Para este último, los argumentos de los
oponentes no son más que sesgos, sobre cuya base se cometen errores, como la
discriminación, el encarcelamiento y el aislamiento de María Paz. Es así como se dan dos
puntos de vista generacionalmente opuestos sobre los migrantes latinos. Una tercera visión la
ofrece la propia María Paz como portavoz de los propios hispanos que junto con la de Cleve
nos proporciona un punto de vista diferente sobre la problemática; «[…] uno y otro, como
representantes de una nueva generación que quizá asuma de otra manera las diferencias
raciales y culturales»351.
350
Véase: Ardila-Jaramillo, op. cit., p. 466.
351
Ibíd., p. 468.
169
Sección analítica
domingo preparándolos, y hasta me tomé el trabajo de explicarle a Greg que se trataba de un plato
precolombino, y luego tuve que explicarle también qué cosa era precolombino352.
Pero como ya hemos mencionado, sobre todo al estar presa en una cárcel que oprime la
diversidad cultural, María Paz empieza a reprimir su proceso de americanización y vuelve a
descubrir su propia latinidad. También Ardila-Jaramillo lo reconoce cuando dice que el relato
de María Paz va acompañado de una serie de reflexiones sobre cómo, por ejemplo, las
diferencias de raza y lengua influyen en la aceptación o exclusión de un grupo social, ya sea
en Nueva York o en Manninpox, en libertad o en la cárcel, en el mercado laboral o entre
presos. Se presentan dos espacios para migrantes: uno dentro de las cárceles norteamericanas
y otro fuera de ellas. La propia María Paz sintetiza de manera adecuada cuando dice: «[…]
mientras estuve en libertad, mi meta era borrarme lo latino como si fuera una mancha, y desde
que estoy presa me ando volviendo una fundamentalista de la latinidad»353. Esto muestra lo
estigmatizada que está la situación de los hispanos, que tienen que ser de color y hablar
español de acuerdo a los estándares norteamericanos. Porque, como denuncia la novela, según
los habitantes del norte, no hay diferencias significativas en cuanto a la identidad latina y las
características del color de la piel y del idioma son suficientes para agrupar a los mexicanos,
colombianos, peruanos, ecuatorianos, panameños y, finalmente, a todos los latinoamericanos
en un mismo colectivo, sin tener en cuenta sus diferencias culturales354.
A pesar de todo, es hacia el final de la novela que nos enteramos de que María Paz
rompe tanto con su cultura de origen como también con la de acogida al decidir dejar el
continente de América y al emigrar a Europa, por lo que se queda, al menos temporalmente,
sin hogar ni identidad:
Y justo en ese momento le entran unas ganas inusitadas por volver a casa. De repente echa de
menos las Navas, añora a Bolivia, necesita a Mandra X, quisiera abrazar a Violeta, acariciar a
Hero, tener una moneda para llamar de un público a Corina. O estar agarrada de la mano grande y
segura de Greg. O de la mano de su padre, quienquiera que haya sido; hasta aquel desgraciado
marinero peruano que debió ser su padre se le cruza de golpe en esa película paralizante. ¡Si con
sólo cerrar los ojos pudiera volver a casa! La ha invadido una oleada repentina de nostalgia, un
bajonazo traicionero de adrenalina, un autogol que la deja drenada de fuerzas y le pone las piernas
de trapo. Donde unos minutos antes había decisión, ahora se esponja una blandura sentimentaloide
que no ayuda para nada. Pero el trance crítico sólo dura un instante, porque enseguida le cae como
rayo una revelación: ¿Casa? ¿Cuál casa? ¿A qué coños de casa quiere volver, si hace mucho no
tiene casa, si en realidad nunca la ha tenido355?
Como hemos visto, por lo que se refiere a la modalidad identitaria de Cleve, tras su
migración a Colombia de niño se asimila bastante al nuevo entorno y al regresar a los Estados
Unidos sufre de un choque cultural invertido al sentir nostalgia por el país de acogida.
352
Restrepo, op. cit., p. 203.
353
Ibíd., p. 88.
354
Ardila-Jaramillo, op. cit., p. 472.
355
Restrepo, op. cit., p. 390.
170
Sección analítica
356
Restrepo, op. cit., p. 37.
357
Ardila-Jaramillo, op. cit., p. 466.
358
Véase: Restrepo, op. cit., pp. 251-256.
171
Sección analítica
tapón y por ahí me fuera vaciando. Como si al no poder salir de estos muros, hubiera decidido
salirme de mí misma. […] Mi piel ya no es mía, yo me quedé sin piel, yo soy una que anda en
carne viva»359. Este episodio nos demuestra que María Paz, además de vivir una pérdida de
identidad cultural, experimenta otra de identidad social y de género, ya que ella queda
desapercibida como muchas otras mujeres migrantes.
Es más, la hemorragia permanente tiene otro significado figurativo, porque vincula a la
protagonista con el asco y convierte así la figura del migrante en un símbolo de lo sucio y lo
contaminante según afirma la propia María Paz: «Todo se tolera menos la sangre, que marca
el límite del aguante. La sangre ajena es tabú. Una sola gota es suficiente para el contagio, una
sola […] En la sangre está la plaga»360. Asimismo, la interpretación de la teórica Orfa Kelita
Vanegas en su estudio sobre metáforas políticas del asco en Hot sur de Laura Restrepo va en
esta dirección. Según ella, la sangre, y especialmente la sangre vaginal, es en realidad una
sustancia desagradable que está asociada con lo que está sucio. Por eso, casi siempre causa
repugnancia porque la imaginación cultural la asocia con cosas contaminadas o viciosas. En el
pasaje citado, la sangre, además, está cargada de una resonancia semántica mayor, ya que es
resultado de un aborto que a menudo se considera un acto éticamente cuestionable y
reprobable361. En resumen, podríamos concluir que la identidad femenina y sexual se asocia en
la obra con la suciedad y la deshumanización del migrante (imagen que se subvierte, en parte,
por la visión diferenciada de Cleve).
359
Véase: Restrepo, op. cit., pp. 178-251.
360
Ibíd., pp. 188-189.
361
Orfa Kelita Vanegas, «Metáforas políticas del asco en Hot Sur de Laura Restrepo y Plegarias Nocturnas de
Santiago Gamboa», Literatura y Lingüística, 35 (2006), p. 53.
362
Véase: Quintero Restrepo, op. cit.
363
Véase: Ibíd.
364
Véase: Restrepo, op. cit., p. 5.
172
Sección analítica
En general, no es una tarea fácil categorizar una novela que envuelve el tema de la
migración en una historia policial. La novela trata de varias cuestiones como, por ejemplo, de
las mujeres latinoamericanas en busca del sueño americano. Además, tiene un carácter híbrido
y pluralista, ya que combina varios géneros discursivos como el diario, la autobiografía y un
reportaje salpicado de reflexiones metaficcionales. De esta manera, la autora abre
repetidamente una discusión sobre la forma genérica y estética de esta obra365.
Así pues, y lo hemos mencionado en otra ocasión, Restrepo cataloga su propio texto
como ‘novela de frontera’. Este término puede ser considerado un símbolo de la ruptura con
las tradiciones nacionalistas y de la apertura de los límites hacia otros horizontes
(trans)culturales, en los que se mezclan tradiciones y costumbres de varias sociedades (por
ejemplo, la latina con la norteamericana), según ratifica la autora en una entrevista con
ABC.es:
Esta es una novela de frontera, que reivindica la mezcla. Estamos ante realidades nuevas. Las
categorías viejas no nos sirven y es lícito echar mano de lo que tú quieras. Nosotros venimos de la
tradición del «boom», pero también de una reacción contra eso. Ellos delimitaron el territorio, le
dieron cuerpo y presencia, pero estamos en una época en la que las literaturas nacionales ya no
tienen sentido366.
365
Ardila-Jaramillo, op. cit., p. 459.
366
Inés Martín Rodrigo, «Laura Restrepo: “Estamos próximos al exterminio por cuenta de la depredación del
planeta”», ABC.es, 15 de abril de 2013. URL = http://bit.ly/28NYNHA (última consulta: 03.07.2018).
173
Sección analítica
Paz. Pero Laura Restrepo enlaza las distintas secuencias narrativas con la técnica de los vasos
comunicantes, lo cual le permite al lector seguir el hilo conductor y mantener así la visión
general. Dado que dicha técnica también se utiliza en otras novelas que analizaremos en este
trabajo, conviene retomar esta definición de la teórica María del Carmen Bobes Naves:
El recurso [de los vasos comunicantes] es lo que Vargas Llosa llamaría una muda temporal, es
decir, una alteración de la cronología literaria. Consiste en superponer dos escenas o en enmarcar
una en otra, cuando realmente están alejadas en el tiempo, pero transcurren en el mismo espacio.
Espacio y tiempo se independizan y funcionan cada uno con su propia trayectoria. La superación
de las exigencias cronotópicas siempre fue una aspiración del discurso novelesco. Bajtín ha
señalado la vinculación de las dos categorías kantianas de la sensibilidad en el relato. La
sucesividad de las escenas en el mismo espacio, o la simultaneidad en espacios diferentes,
permiten al narrador actuar como un observador de la escena y lo obligan a seguir los pasos de los
personajes, o bien a ejercer una omnisciencia temporal o espacial. A lo largo de la historia de la
novela pueden espigarse ejemplos bien conocidos en los que el narrador se queda con un personaje
presenciando su presente, oyendo sus conversaciones con otros y olvidándose de estos cuando se
alejan, o bien encomendando a otros narradores que cuenten lo que él no ha podido observar ni oír
por la distancia, porque permanece en un lugar y lógicamente no puede dar testimonio de lo que
ocurre en otro367.
Por eso, los vasos comunicantes operan como nexos o puentes entre las diferentes distancias
temporales y espaciales.
Al fin y al cabo, las distintas secuencias narrativas confluyen cuando María Paz le
entrega el cuaderno de Cleve a Ian. No obstante, la obra termina con un final abierto: si bien
sabemos que María Paz pone fin a su experiencia americana, cuando dice a su madre difunta
que «[…] a ti te tocó el sueño y a mí la pesadilla, y ahora sí, adiós […]»368, desconocemos el
futuro que les espera a ella y a su hermana Violeta en Europa.
367
María del Carmen Bobes Naves, «Algunos recursos narrativos de Mario Vargas Llosa», Biblioteca Virtual
Universal, 2010, p. 6. URL = http://www.biblioteca.org.ar/libros/152974.pdf (última consulta: 03.07.2018).
368
Restrepo, op. cit., p. 552.
174
Sección analítica
Sólo le digo una cosa, fui bautizada con el nombre de un país. ¿Le parece raro? It's an hispanic
thing, you know, eso de andar poniéndole a la gente nombres de países, de animales, de vírgenes y
369
Ardila-Jaramillo, op. cit., p. 474.
370
Restrepo, op. cit., p. 141.
371
Ardila-Jaramillo, op. cit., p. 479.
175
Sección analítica
de santas, ya usted comprenderá, porque aunque es gringo tampoco se salva, no por nada le
chantaron apellido de flor372.
Pero vuelvo a lo del formulario, ese que llenamos con la Jessica Ojeda. Ella vio que donde
preguntaban «ojos y pelo», yo ponía coffee. «Color de pelo»: Coffee. «Ojos»: Coffee. «Piel»:
coffee with milk. Así lo puse porque entre nosotros ese color se llama así, café, o mejor dicho varía
en tres nombres, según el tono: trigueño, o sea color trigo; canela y café373.
Lo que quiero que sepa es que hasta eso teníamos en mi apartamento, azotea con barbecue, diga si
no es la propia American way of life […]374.
Lo interesante es que estas alternancias de código en la mayoría de los casos aparecen cuando
se trata de cuestiones de identidad, por lo que nos deja suponer que los cambios de una lengua
a otra son señales de un proceso híbrido de identificación.
372
Restrepo, op. cit., p. 50.
373
Ibíd., p. 92.
374
Ibíd., p. 208.
375
Adrila-Jaramillo, op. cit., p. 468.
176
Sección analítica
A fin de cuentas, es debido al personaje de Cleve que Ian, quien inicialmente tiene una
postura bastante distanciada frente a los migrantes, logra cambiar su limitada visión y se
acerca a María Paz. Ella se lo agradece simbólicamente al entregarle el cuaderno de su hijo.
Tampoco el hacer uso de la metarreflexión y de la intertextualidad son recursos
gratuitos. Por lo que se refiere a la metatextualidad, esta le permite a Laura Restrepo ganar
cierta distancia frente al asunto y así tratar la temática de manera más objetiva. Dice la propia
autora en una entrevista con El Colombiano que en Hot sur ella misma no habla directamente
al lector, sino que deja que sus personajes escriban su propia historia. En el espacio ficticio,
María Paz cuenta su vida a través de ejercicios de escritura que presenta a Cleve. Este, a su
vez, toma notas en un cuaderno, es autor de novelas gráficas y publica una serie que él llama
El poeta suicida y su novia Dorita. Además, hace referencias a la dificultad de recuperar
manuscritos perdidos, notas periodísticas o cartas privadas. Por eso, Restrepo opina que esta
novela puede ser considerada una especie de literatura sobre literatura o, por así decirlo, de
metaliteratura377. La intertextualidad, en cambio, sirve para introducir otras voces al discurso
y para dar más peso a los argumentos de los diferentes personajes.
La alternancia de códigos, para concluir, se utiliza, como ya hemos indicado, en la
mayoría de los casos para visualizar el proceso de identificación. La lengua es para el ser
376
Restrepo, op. cit., p. 553.
377
Véase: Quintero Restrepo, op. cit.
177
Sección analítica
humano una de las máximas expresiones de identidad, por lo que María Paz se vuelve tan
fundamentalista en la cárcel, ya que le están robando su única referencia a la cultura de
origen. En la obra el idioma es visto simbólicamente como una especie de olla en la que se
cocinan diferentes acentos y dialectos que se mezclan con el inglés. Para los personajes, la
lengua representa una característica común importante que los conecta y los mantiene unidos.
Por esta razón, la reacción de María Paz no es de ninguna manera sorprendente cuando a ella
y a sus camaradas de prisión se les prohíbe hablar en español, ya que lo perciben como un
ataque contra su identidad, su intimidad y su espíritu. El idioma es lo único que aún no les ha
sido arrebatado, por eso lo defienden hasta la muerte378.
378
Quintero Restrepo, op. cit.
379
Este capítulo se basa en el siguiente artículo: Imoberdorf, «Volver a las raíces», op. cit., pp. 101-124.
380
Amaryll Beatrice Chanady, «El viaje y la búsqueda de los orígenes en la literatura Argentina y Canadiense»,
Río de la Plata, 15-16 (1992), p. 311.
178
Sección analítica
381
Véase: Nicolás Kanellos, Hispanic immigrant literature: el sueño del retorno, Austin, University of Texas
Press, 2011, p. 52.
382
Isabel Allende, El cuaderno de Maya, Barcelona, Plaza & Janés, 2011, p. 19. Todos los números de página se
refieren a esta edición.
383
Ibíd., p. 28.
179
Sección analítica
Sin embargo, después de un tiempo, Maya ya no se fija en los aspectos negativos del
país de origen, sino que cada vez se siente mejor en su nuevo entorno. Empieza a crear redes
sociales con la gente nativa e incluso profesionales cuando enseña a los niños de la escuela
local. Según el modelo de Woesler, logra superar el choque cultural al integrarse en la nueva
sociedad y al adoptar sus valores y costumbres. La misma Isabel Allende declara en una
entrevista con Ventana Latina que Maya es una niña americana mimada por sus abuelos y
que, como la mayoría de los adolescentes, es egocéntrica e inmadura, pero en el fondo buena
persona con sentimientos nobles. Cuando se encuentra escondida como una especie de
fugitiva en Chiloé, aprende a relacionarse con la gente sencilla y pobre que vive en la isla.
Debe ayudar y servir, hacerse amar y respetar, implicarse en los problemas de la comunidad y
descubrir el misterio del hombre que le abre su casa. Por primera vez deja de mirarse el
ombligo y comienza a asumir responsabilidades y participa activamente en el mundo 386.
Maya no solo parece «reintegrarse», en gran parte, en su país de origen, sino que
incluso toma en consideración una estancia definitiva en su patria adoptiva cuando el lector se
entera de que ella pidió a su exnovio, Daniel, que regresara a la isla con ella a quedarse para
siempre387. Inicialmente, Maya no busca la fortuna como primer objetivo, pero a pesar de
todo la encuentra en su patria.
384
Herzog, op. cit., p. 184.
385
Allende, op. cit., p. 62.
386
Marisel Mendoza, «Interview with Isabel Allende», Ventana Latina, 10 de abril de 2013. URL =
http://www.ventanalatina.co.uk/2013/04/interview-with-isabel-allende (última consulta: 09.07.2018).
387
Allende, op. cit., p. 394.
180
Sección analítica
De nuevo, nos gustaría destacar que la forma del choque cultural y su intensidad están
fuertemente ligadas a la generación a la que pertenece la/el protagonista. En los personajes de
la primera generación, a menudo se produce un choque cultural al entrar en los Estados
Unidos y no logran o no quieren adaptarse al nuevo entorno: rechazan la otra cultura y siguen
conservando los valores y los hábitos de la sociedad de origen. Al regresar al país natal no
tiene lugar, en muchos de los casos, ningún tipo de choque cultural invertido porque los
personajes se mantuvieron «nativos», como ocurre con la abuela en El cuaderno de Maya,
que intenta integrarse en la nueva sociedad, pero «[…] defiende ferozmente sus costumbres
chilenas y todavía se emociona cuando cuelga la bandera tricolor de su balcón en
septiembre»388.
Para las primeras generaciones, la abuela y el padre de Maya, la migración durante la
dictadura de Augusto Pinochet constituye un proceso involuntario y el regreso algo deseable.
Pero también en las/los representantes de la generación más joven puede producirse
consciente –o en el caso de Maya inconscientemente– un deseo de conocer las propias raíces
culturales y este anhelo se convierte en búsqueda de los orígenes en la tierra natal.
Así pues, discutiremos en primer lugar cómo los chilotes reaccionan frente a la llegada
de una chica gringa con raíces chilenas a su isla. Al inicio, la gente reacciona con bastante
desconfianza y distanciamiento cuando una mujer le hace preguntas sobre Maya a Manuel
Arias, el amigo de la abuela Nini y el tutor de su nieta durante la estancia en Chiloé: «–
¿Americana? –le preguntó a Manuel. –¿No se nota? –dijo él. –¿Y qué le pasó en la cabeza? –
388
Allende, op. cit., p. 69.
389
Ibíd., p. 15.
181
Sección analítica
agregó ella, señalando mi pelo teñido. –Nací así –le informé, picada. –¡La gringuita habla
cristiano!»390. Y no es el único caso. Nos enteramos de que la política de migración en la isla
siempre ha sido muy excluyente con respecto a asiáticos, negros e indígenas ajenos. Solo los
europeos blancos fueron aceptados. Con la idea de «mejorar» la raza, un presidente del siglo
XIX introdujo a unos alemanes de la Selva Negra y les asignó algunas de las tierras del sur
que antes pertenecían a los indios mapuches: quería que los alemanes transmitieran
puntualidad, diligencia y disciplina a los chilenos. El resultado fue que los alemanes con sus
ambiciones construyeron algunas provincias del sur y las poblaron con sus descendientes de
ojos azules391.
Eso nos demuestra que algunos de los problemas que encontramos en cuanto a la
migración de gente del sur al norte también los podemos hallar con personas que emigran del
norte al sur. Pero la situación cambia cuando Maya se integra cada vez más en la nueva
sociedad. Al enseñar a niños de la escuela, estos, en vez de llamarla «gringuita», le dan el
nombre de «tía Gringa» lo cual constituye una señal de aprobación, dado que «[e]n Chile las
personas mayores reciben el título de tío o tía»392.
Además, Maya se hace miembro de un círculo de «brujas» que, en realidad, es algo
como una reunión de psicoterapia en la que un grupo de mujeres de la isla se cuentan sus
problemas e inquietudes. La admisión de Maya en este círculo puede ser interpretada como
máxima señal de la aprobación según se lee en el siguiente pasaje:
He faltado dos veces a la reunión de brujas buenas en la ruca, la primera cuando Daniel estaba
aquí y la segunda este mes, porque Blanca y yo no pudimos ir a la Isla Grande, había amenaza de
tormenta y el alcalde de mar prohibió la navegación. Lo lamenté mucho, porque íbamos a bendecir
al recién nacido de una de ellas y me aprontaba para olisquearlo, me gustan los niños cuando
todavía no contestan. Me ha hecho mucha falta nuestro aquelarre mensual en el vientre de la
Pachamama con esas mujeres jóvenes, sensuales, sanas de mente y corazón. Entre ellas me siento
aceptada, no soy la gringa, soy Maya, soy una de las brujas, y pertenezco a esta tierra393.
Por ello, el grado de aprobación que mejor equivale a la situación final de Maya más
bien será la inclusión, dado que ella está bastante integrada en la sociedad de acogida y ha
establecido varias relaciones a lo largo de la historia como la laboral (en una escuela local), la
asociativa (en el círculo de la Pachamama), la amistosa (con las «brujas»), la familiar (con
Manuel Arias) y otras más. Si bien al inicio los nativos le muestran desconfianza y
resentimiento, su relación al final destaca por un carácter de simpatía y benevolencia mutuas.
En cuanto al grado de aculturación de Maya presenciamos un proceso paralelo. Como
ya lo hemos avanzado, inicialmente reacciona de manera bastante escéptica ante la nueva
390
Allende, op. cit., p. 29.
391
Ibíd., p. 66.
392
Ibíd., p. 160.
393
Ibíd., pp. 348-349.
182
Sección analítica
sociedad e incluso experimenta una especie de choque cultural cuando constata que en Chiloé
«[…] el tiempo se estira y escribir es una forma de ocupar las horas. Esta primera semana de
exilio ha sido larga para mí. Estoy en un islote casi invisible en el mapa, en plena Edad
Media»394. El hecho de que ella considere su estancia como un exilio subraya esta idea y
también de que el médico le diagnostique «[…] chilenitis, el mal de los extranjeros que
vienen a Chile»395. Pero después de algún tiempo, Maya empieza a acostumbrarse al ritmo de
la isla y poco a poco se adapta al nuevo entorno al mejorar su español, al hablar con los
vecinos e, incluso, forma lazos amistosos con ellos.
En un momento determinado, ella misma reconoce su aculturación al país de acogida
cuando dice: «Estoy echando raíces en esta isla, nunca lo hubiera imaginado» 396 . Si bien
Maya reconoce hacia el final que «[e]n Chiloé no estoy sola. La verdad es que nunca había
estado más acompañada que en esta isla, en esta casita, con este caballero neurótico que es
Manuel Arias»397, nos parece más pertinente hablar en su caso de integración, dado que no
está perdiendo por completo los elementos de la cultura anterior como se verá en el siguiente
subcapítulo.
394
Allende, op. cit., p. 14.
395
Ibíd., p. 44.
396
Ibíd., p. 160.
397
Ibíd., p. 337.
398
Alexander Thomas, Handbuch Interkulturelle Kommunikation und Kooperation, Gotinga, Vandenhoeck &
Ruprecht, 2003, pp. 127-128. Libre traducción nuestra.
183
Sección analítica
incomunicada, escondida, entre extraños y muy lejos de todo lo que me es familiar, sin sentirme
sola399.
Podemos ver que ella experimenta una especie de autorrealización en la isla, aunque
también en El cuaderno de Maya prevalezca un reparto de roles muy tradicional. En su tierra
natal encuentra todo lo que le hacía falta en los Estados Unidos: un trascurso del día bien
arreglado, un hogar protegido y, sobre todo, gente que la quiere. Así llega a la conclusión: «–
Yo vine a esconderme y mira todo lo que he encontrado, a ustedes y a Daniel, seguridad,
naturaleza y un pueblo de trescientos chilotes a quienes querer. Hasta mi Popo está a gusto
aquí, lo he visto paseando en el cerro»400.
No obstante, Maya armoniza más con el tipo sintetizador de la categorización
anteriormente propuesta. En cierta forma rompe con todo lo que le había pasado en Las Vegas
y se integra de la mejor manera posible en la nueva sociedad al crear redes profesionales y
sociales. Es más, como se pudo constatar en la cita anterior, parece haber encontrado una
nueva familia en la isla chilena: todo lo que siempre había anhelado. Pero, a pesar de ello, no
rechaza por completo la cultura anterior: es el punto de contacto con su «abuelo» fallecido y
con su (ex)novio Daniel.
Así pues, la protagonista llega a una especie de hibridismo cultural positivo, porque se
da cuenta de que su identidad no se compone por completo ni de una cultura ni de otra sino de
ambas al mismo tiempo. Esta noción de una identidad compuesta nos podría parecer
romántica e idealizada, pero no lo es en absoluto. El proceso de la formación identitaria es
complejo e implica, para las/los protagonistas, una serie de dificultades que deben superar.
Más aún, y como lo constata también Gustavo Pérez Firmat, la condición «bicultural» o
«intermedia» de las/los protagonistas no es su propia voluntad sino su –buena o mala– fortuna
y, por consiguiente, no les queda otro remedio que aceptarla y vivir con ella:
No cabe duda de que vivir en vilo, de que sentirse suspendido entre países e idiomas, no es
únicamente un atributo generacional. Puede ser también una disposición, un talante, un talento que
trasciende patrones cronológicos. Bien visto, la «generación» es más bien un «contingente» que
agrupa a personas que comparten una misma sensibilidad. Pero para los integrantes de la
generación del medio, el vilo no es una elección sino un destino; justo o injusto, el «medio» es
nuestro medio: en vilo veritas401.
399
Allende, op. cit., p. 288.
400
Ibíd., p. 382.
401
Gustavo Pérez Firmat, Vidas en vilo: la cultura cubanoamericana, Madrid, Colibrí Editorial, 1994, p. 18.
184
Sección analítica
pero con reglas bien definidas y algunas palmaditas: «Una vez la amenacé con denunciarla a
la policía por abuso de menores y me dio tal golpe con el cucharón de la sopa que me dejó un
huevo en la cabeza. Eso cortó mi iniciativa en seco»402. Esta enseñanza de la sumisión nos
hace pensar en la concepción del marianismo, según la que la hembra hispana debe
sacrificarse para atender al varón latino. La mujer, pues, desempeña un papel secundario que
se limita al ámbito doméstico y no se le permite desarrollar una propia opinión («Mi Nini, en
cambio, nunca apreció mi pensamiento crítico y solía desalentarlo a coscorrones»403).
Es muy probable que este estricto estilo educativo sea una de las causas de los
posteriores deslices de Maya, en los que se rebela con vehemencia contra todo tipo de reglas
de comportamiento: «Los dos primeros años yo había sido buena alumna y deportista, pero en
cuestión de tres meses descendí a la última categoría, mis notas se fueron a pique, peleaba,
robaba, fumaba marihuana y me dormía en las clases»404. Y es este el inicio de la tragedia de
Maya que empieza a consumir drogas, se entrega a la prostitución y termina perseguida por la
policía y una pandilla de narcotraficantes.
Aunque Maya emigra a un lugar que tiene estructuras sociales más patriarcales que su
país de nacimiento, es en Chiloé donde llega a desarrollar una latinidad femenina:
La ceremonia de mujeres en el vientre de la Pachamama me conectó definitivamente con este
Chiloé fantástico y, de alguna extraña manera, con mi propio cuerpo. El año pasado llevaba una
existencia quebrantada, creía que mi vida estaba acabada y mi cuerpo estaba irremisiblemente
mancillado. Ahora estoy entera y siento un respeto por mi cuerpo que nunca tuve antes, cuando
vivía examinándome en el espejo para llevar la cuenta de mis defectos. Me gusta como soy, no
quiero cambiar nada. En esta isla bendita nada alimenta mis malos recuerdos, pero hago el
esfuerzo de escribirlos en este cuaderno para que no me pase lo que a Manuel, que tiene sus
recuerdos encerrados en una cueva y si se descuida lo asaltan de noche como perros rabiosos405.
Así que podemos concluir que al volver Maya a sus raíces no solo se produce un
hibridismo cultural sino también un proceso de hibridación social. No obstante, queremos
señalar que, como en otros casos, se trata de identidades flexibles que no se estancan, sino que
sufren una evolución continua.
402
Allende, op. cit., p. 75.
403
Ibíd., p. 46.
404
Ibíd., 94.
405
Ibíd., p. 217.
185
Sección analítica
Escribió la novela en 2009, cuando sus seis nietos eran adolescentes, por lo que estaba
rodeada de gente joven. Como reconoce ella, los niños de esa edad están expuestos a muchos
peligros: drogas, alcohol, delincuencia callejera, vulgaridad y pornografía en Internet,
violencia en vídeos, televisión, películas, etc. Además, comprendía que no podía proteger a
sus nietos de todo eso, que solo podía confiar en que la suerte los acompañara y que pasaran
los años difíciles de la adolescencia sin demasiados problemas. En consecuencia, no era
difícil para Allende imaginar a Maya Vidal porque tenía como modelos a sus nietos que la
rodeaban. Aunque ninguno de ellos pasaba por los mismos horrores que Maya, podía darle
una voz a su protagonista porque escuchaba a sus nietos, encontrando así una manera de
describir los problemas y sentimientos de Maya observando los de ellos406.
Para darle a la obra un poco más de credibilidad, y como ya lo indica el título El
cuaderno de Maya, Allende escoge como forma una especie de diario novelado (dividido en
las cuatro estaciones del año) que en sí destaca por su carácter parcial. De nuevo, conviene
realzar que esta fragmentación, común a muchas de las novelas hispanounidenses, no es un
recurso casual, sino que evoca el carácter parcial y fragmentario de las identidades híbridas de
las protagonistas.
En comparación con el resto de novelas hasta ahora analizadas, la historia no se narra
por varios protagonistas, sino por Maya, el personaje principal. Si bien a través de su
narración llegamos a conocer a otros personajes, estos, a diferencia de Maya, no se dirigen
directamente al lector. Esto se debe al hecho de que un diario es algo extremadamente
personal y, por lo general, refleja los pensamientos de la persona que lo escribe.
Además, parecido a Hot sur, la historia no se narra de manera lineal, sino que tenemos
varios saltos al pasado y de allí de nuevo al presente. En este contexto las analepsis sirven de
explicación del presente, para que el lector entienda que Maya debió emigrar de los Estados
Unidos a la isla remota de Chiloé por órdenes de su abuela Nini y de O’Kelly y que incluso
allí la persiguen, porque Joe Martin y el Chino están tras el dinero (falsificado) y porque la
policía quiere detener a Adam Trevor, quien ansía recuperar sus placas antes que el FBI.
Maya, en eso, opera como nexo entre todas las partes implicadas y, por ello, teme que la
localicen407.
Como en otros casos, El cuaderno de Maya termina con un final circular en el que
confluyen las secuencias narrativas y en el que el pasado alcanza a la protagonista de la
historia. El «policía» Arana, que aparentemente trabaja para el FBI, encuentra a Maya y le
406
Véase: Mendoza, op. cit.
407
Allende, op. cit., p. 323.
186
Sección analítica
pide el dinero y las placas para falsificar más billetes. Pero ella le contesta que, por miedo de
que la acusaran, había quemado el dinero y tirado las placas en la bahía de San Francisco.
Como Arana no le cree, la ataca y en la pelea ambos se caen del saliente de una roca:
Juanito explicó que me encontró tirada en la angosta faja de arena entre la boca de la gruta y el
mar, y que el hombre había aterrizado sobre las rocas y tenía medio cuerpo en el agua. Pedro
dudaba de haber visto el cuerpo del hombre, se asustó al verme cubierta de sangre y no pudo
pensar, dijo. Trató de levantarme, pero Juanito se acordó del curso de primeros auxilios de Liliana
Treviño, decidió que era mejor no moverme y mandó a Pedro a buscar ayuda, mientras él se quedó
conmigo, sosteniéndome, preocupado porque la marea podía alcanzarnos. No se le ocurrió ayudar
al hombre, concluyó que estaba muerto, porque nadie sobreviviría una caída desde esa altura a las
rocas408.
A pesar de todo, la historia termina con una especie de final feliz dado que nos enteramos de
que toda la familia pasa la fiesta de Navidad junta y que Nini no había tirado las placas al
mar, sino que las conservaba para tiempos de emergencia como, por ejemplo, la crisis
económica mundial.
Por lo general, Allende hace bastante uso de técnicas cinematográficas en esta novela como
los antes citados saltos de tiempo o los cambios de ritmo entre la aceleración y la
desaceleración narrativa.
408
Allende, op. cit., p. 433.
409
Ibíd., p. 167.
187
Sección analítica
410
Allende, op. cit., p. 310.
411
Ibíd., p. 323.
412
Ibíd., p. 365.
413
Ibíd., p. 373.
414
Véase: Marcela Álvarez, «Isabel Allende returns with El cuaderno de Maya», La Prensa San Diego, 5 de
agosto de 2011. URL = https://laprensa-sandiego.org/stories/isabel-allende-returns-with-“el-cuaderno-de-maya”
(última consulta: 10.07.2018).
188
Sección analítica
415
Este capítulo se basa en el siguiente artículo: Sebastian Imoberdorf, «Al margen del margen: violaciones de
los derechos humanos de indocumentados, homosexuales y mujeres en la narrativa interamericana», sometido.
416
Véase: Hector A. Reyes-Zaga, «Teatro y Derechos Humanos: Representaciones de la Experiencia Migratoria
Mexicana en Los ilegales y El viaje de los cantores», A Contracorriente, 13, 2, (2016), p. 123.
189
Sección analítica
417
Judith Butler, Violencia de Estado, guerra, resistencia. Por una nueva política de la izquierda, Madrid, Katz
Editores, 2011, pp. 64-65.
190
Sección analítica
de raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna»418, esta se mantiene bastante general. Un poco
más específica, pero de manera tardía, se adopta en 1994 la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer («Convención de Belém do
Pará») que, en su Artículo 4, de nuevo realza los derechos de la mujer:
Toda mujer tiene derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los derechos
humanos y a las libertades consagradas por los instrumentos regionales e internacionales sobre
derechos humanos. Estos derechos comprenden, entre otros:
a. el derecho a que se respete su vida;
b. el derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral;
c. el derecho a la libertad y a la seguridad personales;
d. el derecho a no ser sometida a torturas;
e. el derecho a que se respete la dignidad inherente a su persona y que se proteja a su
familia;
f. el derecho a igualdad de protección ante la ley y de la ley […]419.
A pesar de todos estos derechos sobre el papel, las condiciones de las mujeres en las
Américas no siempre resultan ser las mejores y, por eso, las infracciones a las leyes están
«preprogramadas». En sus países de origen, donde a menudo predomina el sistema patriarcal,
las mujeres deben enfrentarse a presiones sociales, religiosas, económicas, físicas y psíquicas.
Si quieren liberarse de ese sistema, muchas veces recurren a la emigración como último
remedio.
Pero al tomar la decisión de emigrar, deben enfrentarse a situaciones nuevas, difíciles y
peligrosas, afines al proceso de migración irregular como, por ejemplo, la extorsión
económica o la explotación sexual. Y al llegar, finalmente, a los Estados Unidos suelen sufrir
por el desarraigo y abandono de sus familias o por la discriminación que les manifiesta la
sociedad de acogida, según se verá a continuación.
418
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, 1948, p. 2. URL = www.oas.org/es/cidh/mandato/documentos-basicos/declaracion-americana-
derechos-deberes-hombre.pdf (última consulta: 13.05.2016).
419
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia Contra la Mujer, «Convención de Belém do Pará», 1994, p. 2. URL =
http://www.oas.org/es/cidh/mandato/documentos-basicos/belem-do-para-convencion-prevenir-sancionar-
erradicar-violencia-mujer.pdf (última consulta: 26.05.2016).
420
Ibíd.
191
Sección analítica
421
Esmeralda Santiago, El sueño de América, Nueva York, Harper Collins, 1997, p. 27. Todos los números de
página se refieren a esta autotraducción de la propia autora.
422
Véase: Ibíd., pp. 46-47.
423
Elizabeth Coonrod Martínez, «Cultural Lessons by a Puerto Rican American: Esmeralda Santiago's First
Novel, América's Dream», Bilingual Review/La Revista Bilingüe, 23, 1 (1998), p. 91.
424
Santiago, op. cit., 32.
192
Sección analítica
también el cruce fronterizo puede significar, para una mujer, un acto altamente peligroso.
Según lo muestra el documental Los Invisibles, dirigido por Gael García Bernal y Marc
Silver, las mujeres migrantes se exponen a un riesgo elevado de extorsión sexual, dado que
seis de cada diez mujeres son asaltadas, robadas y violadas por miembros de pandillas y de
grupos delincuentes en su camino hacia los Estados Unidos425.
Una vez llegadas al país de acogida, las mujeres migrantes con frecuencia se encuentran
con un nuevo reparto de roles genéricos. Su función no se limita principalmente al ámbito
doméstico, sino que a menudo se les ofrecen varias posibilidades de autorrealización. Así
también lo ve la profesora Antonia Domínguez Miguela que opina que en Puerto Rico no está
bien visto que las mujeres vayan a bares donde los hombres estén bebiendo y jugando. Según
ella, el deber principal de la mujer es ocuparse de las tareas domésticas, lo cual es diferente en
los Estados Unidos, donde las mujeres no se hallan tan reprimidas por las normas culturales.
El machismo no está tan representado como en la isla, donde una mujer soltera puede
convertirse en objeto de desprecio y burla426.
Sin embargo, a una mujer como América, que interiorizó el sistema patriarcal, no le
resulta fácil liberarse del corsé que le impuso la sociedad de origen. Pero también ella, poco a
poco, aprende a gozar de sus nuevas libertades, tal como se puede comprobar en este pasaje
de El sueño de América:
Yo soy América González, se dice, la misma mujer que hace quince días dobló su uniforme de
camarera y lo guardó en la última gaveta de un aparador vacío por si lo necesitaba otra vez. Sólo
porque estoy guiando un Volvo casi nuevo, y vivo en una casa grande, y me puedo montar sola en
un tren hacia la ciudad… está sonriendo. Capta su reflejo en la ventana y ve una gran sonrisa de
satisfacción en su cara. Se reprende a sí misma por olvidar que su vida ahora es la misma que trajo
consigo. Pero es distinta, argumenta consigo misma, es distinta. Por primera vez en mi vida yo soy
la que tengo el control. Eso no lo podía decir hace dos semanas427.
425
Gael García Bernal y Marc Silver, Los Invisibles, México, Canana Films, 2010, 8’07’’.
426
Antonia Domínguez Miguela, Pasajes de ida y vuelta: la narratia puertorriqueña en Estados Unidos,
Huelva, Universidad de Huelva, 2005, p. 243.
427
Santiago, op. cit., pp. 192-193.
428
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, «Convención de Belém do Pará», op. cit., p. 3.
193
Sección analítica
Se quedan silenciosas de nuevo, pensando en la misma cosa. La mujer no se asustó por la caída de
su nena, sino por ver a una mujer de piel oscura agachada al lado de ella.
–«No la toques», me dijo, como si yo fuera contagiosa o algo. […]
Ellas vieron desconfianza en los ojos de la mujer, el resentimiento. La mirada que dice «¿Por qué
no te vuelves al lugar de donde viniste?» sigue a las empleadas dondequiera que van. En las
tiendas, los dependientes no las dejan solas, esperando que se roben todo lo que tocan. En las
guaguas y los trenes, nadie se quiere sentar al lado de ellas, como si el compartir un asiento fuera
una asociación demasiado íntima. En la calle, la gente evita mirarlas, como si el no verlas hiciera
que desaparecieran429.
429
Santiago, op. cit., pp. 239-240.
430
Coonrod Martínez, op. cit., pp. 90-91.
194
Sección analítica
431
Véase: Reyes-Zaga, op. cit., p. 146.
432
Santiago, op. cit., p. 72.
195
Sección analítica
cuando tratan de brincar charcos fangosos con el viento soplando fuerte como un huracán, sus
ropas pesadas haciéndoles parecer osos con bufandas. Cuando los turistas de Nueva York se
aparecen aquí, se ven pálidos y enfermizos, y tardan unos días en verse saludables, una vez que el
sol toca sus mejillas y pueden moverse libremente ya que no están envueltos en tanta ropa. No, yo
no puedo vivir así. Correa nunca dejará que me vaya433.
Este ejemplo también nos muestra, de nuevo, lo coartada y sumisa que es América, lo que se
refuerza cuando Correa les dice a sus amigos que las mujeres puertorriqueñas «están bien
entrenadas»434. A pesar de todo, ella finalmente toma la decisión de irse a los Estados Unidos
a trabajar para los Leverett y dar así un primer paso hacia su emancipación.
Al llegar finalmente a los Estados Unidos, sus temores se vuelven reales. La imagen
previa que ella tenía del país de acogida no parece ser tan distinta de la realidad que encuentra
a su llegada a Nueva York; asimismo, el arrepentimiento no tarda en aparecer cuando
América se da cuenta de que está vestida con demasiada elegancia y cuando la Sra. Leverett
le entrega un abrigo y un gorro para el frío y la nieve que la espera en la metrópoli
estadounidense, por lo cual empieza a inquietarse: «¿Qué he hecho?, se pregunta, incrédula de
que haya venido desde tan lejos y ya se esté arrepintiendo»435.
Al inicio, América no hace grandes esfuerzos de integrarse y restablece relaciones con
su entorno anterior cuando visita a sus familiares que viven en un enclave en el Bronx o
cuando se une a un grupo de empleadas latinas. Además, siente una gran nostalgia por su
patria:
Tarda un rato en darse cuenta de que siente nostalgia por las vistas familiares de Vieques, por las
verdes colinas y la luz amarilla del sol cálido, las brisas saladas del mar, las casas bajas, cerca del
suelo. América se aparta de la ventana como para borrar este mundo nuevo, tan duro y gris, tan
frío, desprovisto de memorias436.
Pero tras haber pasado cierto tiempo en los Estados Unidos, América poco a poco se
acostumbra a los nuevos hábitos como también lo indica el capítulo «Aprendiendo sus
costumbres». Además, según Coonrod Martínez, logra liberarse poco a poco de las cadenas
que la sociedad, y sobre todo Ester y Correa, le han impuesto. El título del tercer capítulo, «A
fuerza de puños», establece la filosofía de control patriarcal bajo la que vive. Una vez que
América se entera de que le gusta conducir un automóvil (Correa nunca se lo permitió), tomar
sus propias decisiones y tener su propia cuenta bancaria, se siente más fuerte. Mientras estaba
en la isla, tenía dudas al decidir sobre su propia vida y, en vez de sacar conclusiones, las
negó437.
433
Santiago, op. cit., pp. 124-125.
434
Ibíd., p. 125.
435
Ibíd., p. 139.
436
Ibíd., p. 225.
437
Coonrod Martínez, op. cit., p. 90.
196
Sección analítica
Este proceso va hasta tal punto que incluso decide olvidarse de su pasado y empezar a
pensar solo en sí misma. Es un paso enorme para América que antes dependía de Correa y que
no hacía otra cosa que complacerle como si fuera una esclava. La conclusión a la que llega a
continuación puede ser considerada la máxima expresión de su propia emancipación:
América se recuesta contra sus almohadas, abraza su gato blanco de peluche. Todos parecen estar
tan lejos. Ester con su cerveza, Correa en modo conciliador, Rosalinda ensayando su vida como
vedette. Todos parecen protagonistas de un cuento, no como la gente que hasta hace dos meses
dominaba sus pensamientos y sus acciones. ¿Cuántas veces le cerró Rosalinda la puerta en la cara?
¿Cuántas cajas de cerveza consumió Ester sólo el año pasado? ¿Cuántas veces le cayó Correa
encima?
Se sorprende de que esto sea todo lo que recuerda de ellos. El malhumor y la rebeldía de
Rosalinda. Las borracheras de Ester. Las pelas de Correa. ¿Es eso todo lo que significan para mí?
No personas, sino problemas.
No quiero tener nada que ver con ellos, América le dice al gato. De ahora en adelante sólo voy a
pensar en mí misma, lo que yo quiero y lo que necesito. No puedo contar con ninguno de ellos.
Con nadie. Estoy sola, y es mi vida, y no voy a dejar que nadie más me la arruine438.
Además, América se busca amigas del colectivo latino que comparten una experiencia
migratoria parecida a la suya, a pesar de que ella, como puertorriqueña, ya tiene la ciudadanía
estadounidense.
438
Santiago, op. cit., pp. 243-244.
439
Ibíd., p. 196.
197
Sección analítica
440
Santiago, op. cit., p. 231.
441
Ibíd., p. 304.
442
Ibíd., pp. 281-282.
198
Sección analítica
Por lo demás, ella se da cuenta de que no necesita a un hombre en su vida para sentirse
completa. Eso nos demuestra el episodio en el que los familiares de América intentan
emparejarla con el latino Darío y ella lo niega:
Al darle mi número, lo estoy provocando. Le voy a decir rápidito que sólo quiero que seamos
amigos. Así no le dan ideas que no debe de tener. ¡Qué presumida! Sólo porque un hombre quiere
hablarme, ya sospecho que tiene otras ideas. Pero así fue como sucedió con Correa. Él empezó
hablándome, y cuando vine a ver, me estaba fugando con él. Puede ser que lo mismo le haya
sucedido a Rosalinda. Le hablas a un hombre y, cuando agota la conversación, tienes que
encontrar algo para darle picante. Un besito por aquí, un abrazo por allá, y antes de que te des
cuenta, ya no estás hablando. Estás oyéndole a él gritándote. No, olvídalo, yo no quiero hablarle a
ningún hombre por ahora. Cuando él me llame, le voy a decir sin rodeos que no me llame más.
Debo acabarlo antes de que empiece443.
443
Santiago, op. cit., p. 264.
444
Bliss Broyard, «The Turkish Lover: Life Under Control», The New York Times, 7 de noviembre de 2004.
URL = https://www.nytimes.com/2004/11/07/books/review/the-turkish-lover-life-under-control.html (última
consulta: 12.07.2018).
199
Sección analítica
Santiago describe cómo se siente sofocada por la posesividad de Dogan, resentida por sus
coqueteos con otras mujeres e insegura de sus propios sentimientos hacia él.
Santiago deja a Dogan, pero, a pesar de todo, busca más justificaciones: «he understood
I needed taking care of» y «Ulvi gave me entry into a world that until he came along had ben
inaccessible to me»445 . Cuando Santiago y Dogan finalmente se separan para siempre en la
víspera de su graduación de Harvard, todavía no puede explicar por qué se quedó con él tanto
tiempo. Si bien Santiago huye de la casa ya estando en los Estados Unidos y su amante era
turco y no puertorriqueño, el triángulo de poderes (madre-hija-amante), en el que Santiago
desempeña el papel de la víctima, también está trazado en El sueño de América.
Por eso, a pesar de haber una pluralidad de protagonistas, la historia se narra sobre todo desde
el punto de vista de América. Eso significa que también es ella que caracteriza a los demás
personajes, lo que les impide dar una autorrepresentación y su propia visión de los sucesos.
Parecido a El cuaderno de Maya, también El sueño de América termina con una pelea,
en la que el agresor se muere y la protagonista sobrevive gravemente herida. A las dos
protagonistas les alcanza su pasado, pero ambas salen bien paradas. Así es como en las dos
novelas la migración toma un final bastante feliz. Mientras que Maya se reconcilia con sus
raíces y empieza a planificar su estancia definitiva en la isla de Chiloé, América encuentra un
trabajo como mujer de limpieza en un gran hotel, un pequeño apartamento en el Bronx y un
445
Véase: Broyard, op. cit.
446
Santiago, op. cit., p. 120.
200
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nuevo amor (Darío) y, más importante aún, hace las paces con su hija, que viene a vivir con
ella en los Estados Unidos y que se adapta bien al nuevo entorno:
Le sorprende a América que Rosalinda parezca adaptarse tan bien. Está en la escuela, está
aprendiendo el inglés más rápido de lo que América hubiese pronosticado y parece que le gusta el
Bronx, aunque América frunce el ceño cada vez que ve a sus nuevas amistades. Muchachas con
demasiado maquillaje y expresiones aburridas, muchachos con pantalones demasiado grandes, tan
bajos en sus caderas que América les puede ver la raja del culo por sus calzoncillos.
[…]
Cuando América brilla los espejos en el hotel, no puede evitar ver su cara. Hay una cicatriz en su
nariz. […] Para ella, la cicatriz no es invisible. Le irrita cuando la gente finge no verla. Es un
recuerdo de quién es ella hoy y de quién era antes. La mujer de Correa no tenía cicatrices, pero
América González luce la que él le dejó de la misma manera que un teniente de la Marina luce sus
galones. Están ahí para recordarle que luchó por su vida y que, no importa cómo otros decidan
interpretarla, ella tiene el derecho de vivir esa vida como le dé la gana. Es, después de todo, su
vida, y es ella quien la vive447.
447
Santiago, op. cit., pp. 343-344.
448
Real Academia Española, «correa», op. cit. URL = http://dle.rae.es/?id=Awwz8hW (última consulta:
13.07.2018).
201
Sección analítica
América estira su vestido sobre sus caderas, surca su pelo con sus dedos y se dirige no hacia
Esperanza, sino en la otra dirección, hacia Destino.
[…]
Es cuesta arriba desde Esperanza hasta Destino. Los llanos de la costa sur de la isla suben suave
pero implacablemente hacia montes salpicados con casas de techo plano. Antes, este llano era un
mar de caña de azúcar, supervisado por señores elegantes montados en coquetos caballos Paso
Fino. Pero cuando la Marina de los Estados Unidos se apropió de dos terceras partes de la isla para
sus maniobras, las grandes haciendas azucareras desaparecieron, y las altas chimeneas que
resaltaban en el paisaje fueron arrasadas con motoniveladoras. Eso es historia, pero América no
piensa en eso mientras camina cuesta arriba por la angosta carretera, sudando entre sombra y
sombra en trechos soleados. Varias veces se para y mira detenidamente el camino frente a ella,
tratando de medir la distancia con el ojo y de calcular cuánto más tiene que caminar. Es una
perspectiva limitada, ya que las curvas de la carretera se tuercen a la derecha o a la izquierda. En
los pocos trechos largos, no hay sombra. Un calor visible sube del asfalto hasta que se siente como
si estuviera lentamente asándose y sus ropas fueran las envolturas que contienen su jugo449.
Este pasaje puede leerse de manera bastante simbólica. Por una parte, América no toma el
camino más fácil hacia Esperanza, sino que decide emprender el viaje hacia su propio destino,
aunque sea un camino más empinado. América sigue el camino cuesta arriba, lo que podría
simbolizar de cierta manera su propia emigración hacia el norte que está dominada por varios
desafíos como la preponderancia estadounidense («Estados Unidos se apropió de dos terceras
partes de la isla para sus maniobras»), la incertidumbre («Es una perspectiva limitada») y la
dureza del traspaso («Un calor visible sube del asfalto hasta que se siente como si estuviera
lentamente asándose») que justamente representa un episodio clave que nos muestra la
voluntad inquebrantable de América.
449
Santiago, op. cit., pp. 16-17.
450
Véase: Ibíd., pp. 2-3.
451
Ibíd., p. 101.
452
Ibíd., p. 121.
202
Sección analítica
453
Aurora Sambolín Santiago, «Escritoras bilingües creando y recreando identidades híbridas en Puerto Rico y
en la diáspora puertorriqueña estadounidense: Un análisis de las técnicas de inclusión del español en América’s
Dream (Esmeralda Santiago, 1996) y en The House on the Lagoon (Rosario Ferré, 1995)», en Pilar Caballero-
Alías, Félix Ernesto Chávez y Blanca Ripoll Sintes (eds.), Del verbo al espejo. Reflejos y miradas de la
literatura hispánica, Barcelona, PPU. Promociones y Publicaciones Universitarias, 2011, pp. 429-430.
203
Sección analítica
Y es por eso que hemos incluido el análisis de su obra en nuestro estudio: para dar más
variedad y para presentar un espectro más amplio de lo que es la narrativa hispanounidense
contemporánea.
Otra dificultad con la que se puede encontrar la mujer migrante en el país anfitrión es el
hecho de aculturarse al nuevo entorno. Según Isabel Allende, las mujeres latinas que emigran
a los Estados Unidos se integran a medias porque viven entre otros migrantes, reproduciendo
454
Sambolín Santiago, op. cit., pp. 424-425.
455
Sebastian Imoberdorf, «Entrevista con María Herrera-Sobek», Apéndice, 26 de julio de 2018, p. 391.
204
Sección analítica
así de la mejor medida posible la vida y las costumbres anteriores. Las que pueden regresan a
su patria o a la de sus padres, como nos muestra El cuaderno de Maya, pero muchas se
encuentran en una situación de irregularidad y no pueden volver libremente, según pasa en
Más allá del invierno. El retorno definitivo no se produce con frecuencia porque los hijos y
después los nietos de las mujeres migrantes son estadounidenses y, por ello, tendrían que
regresar solas456.
Lo interesante es que el fenómeno del hibridismo cultural puede producirse tanto en las
migrantes que emigran a los Estados Unidos (si observamos el personaje de América en el
texto de Esmeralda Santiago) como en las que vuelven a sus raíces (por lo que se refiere a
Maya en la novela de Isabel Allende). En ambos casos, las protagonistas logran integrarse
hasta cierto grado en la nueva sociedad sin perder por completo los elementos de la cultura en
que se criaron.
Ligado a este proceso de aculturación se encuentra el cambio de la perspectiva genérica
que toma dimensiones opuestas en las obras anteriormente citadas. Mientras que Maya emigra
de una sociedad con ideales progresistas a otra que cree en valores más tradicionales
(disponibilidad para ayudar, solidaridad, cohesión familiar, etc.), América se libera del corsé
patriarcal al huir a la tierra de las oportunidades (emancipación, independización,
autorrealización, etc.). A pesar de las evoluciones contrarias, las historias de ambas mujeres
terminan con un desenlace mayoritariamente positivo.
Sin embargo, uno de los mayores desafíos en la formación de una nueva identidad
social es la ruptura de las estructuras fuertemente patriarcales y el reposicionamiento de la
mujer en la otra sociedad. Para superar estos retos, Herrera-Sobek, por ejemplo, nos propone
aprender de las culturas donde el patriarcado no es tan dominante. Además, subraya que se
debe evolucionar en la propia cultura, o sea, concientizar a los niños (como se ha hecho en los
Estados Unidos), eliminar los patrones de que las niñas juegan con muñecas y los niños con
automóviles o aviones, y educarles sin marcarlos genéricamente. Pero también admite que es
muy difícil llevar a cabo estos procedimientos porque, aunque uno trate de inculcarles nuevos
hábitos a los niños, los otros familiares pueden seguir enseñándoles estructuras patriarcales457.
Otro aspecto importante es la concientización de la mujer acerca del concepto del
feminismo. Según Daisy Hernández, existe una división en el feminismo, donde los que
tienen acceso a la universidad o a los círculos activistas son más propensos a identificarse
como feministas. Eso es cierto para las latinas y para todas las mujeres en los Estados Unidos.
456
Sebastian Imoberdorf, «Entrevista con Isabel Allende», Apéndice, 30 de julio de 2018, p. 384.
457
Ídem, «María Herrera-Sobek», op. cit., p. 392.
205
Sección analítica
Añade ella que las latinas están escuchando la palabra «feminismo» o viéndola en los medios
sociales, pero todavía hay preguntas sobre lo que realmente significa; sin embargo, lo que ha
cambiado es que el acceso al activismo expone a más mujeres al feminismo458.
Es más, estamos de acuerdo con la opinión de María Herrera-Sobek de que no solo debe
haber una concientización de la mujer sino también la del hombre, ya que tendría que ser una
combinación de hombres y mujeres luchando en contra de la explotación de la mujer o el
dominio sobre ella. Si bien las nuevas parejas están más conscientes de tratar de no oprimir el
uno al otro y de mantener una relación equitativa, en ciertas partes del mundo las estructuras
patriarcales no se romperán hasta que no haya un número elevado que esté en contra de
ellas 459 . Este derrumbamiento del machismo se muestra, por ejemplo, si bien de manera
simbólica, en Después del invierno de Guadalupe Nettel, cuando Claudio pierde su
«virilidad» en una explosión y con ella se reconcilia con su lado femenino y sensible.
Este pasaje, que nos muestra la situación absurda que le espera al protagonista Elías al
entrar en los Estados Unidos, se ubica al inicio de la novela Nunca entres por Miami y con
esta nos gustaría introducir el nuevo grupo de obras que analizaremos a continuación: novelas
de escritores hispanounidenses masculinos. Escogemos al autor hondureño Roberto Quesada
y su obra Nunca entres por Miami por tres razones:
458
Sebastian Imoberdorf, «Interview with Daisy Hernández», Apéndice, 8 de enero de 2019, pp. 405-406.
459
Ídem, «María Herrera-Sobek», op. cit., p. 392.
460
Roberto Quesada, Nunca entres por Miami, México, Mondadori, 2009, pp. 8-10. Todos los números de
página se refieren a esta edición. Dado que las páginas no se enumeran, empezamos la numeración (p. 1) en la
página con el título «Aeropuerto Internacional de Miami».
206
Sección analítica
1. Queríamos mostrar las dificultades a las que se enfrenta el hombre latino en los
Estados Unidos, que puede tener desafíos similares a las de la mujer, a pesar de
aprovechar del «privilegio» del patriarcado aún existente. Nunca entres por Miami
nos da un buen ejemplo de estos retos masculinos que pueden ser tanto culturales
como sociales, por ejemplo, en cuanto al posicionamiento del hombre en la nueva
sociedad.
2. Queríamos incluir en nuestro estudio a un autor que trate la migración
centroamericanounidense. Esta corriente, en comparación con la literatura chicana o
la caribeñounidense, se ha estudiado poco y aún menos la que está escrita en español.
3. Esta obra se acerca a la temática con una gran carga de humor. Muchas de las
narrativas hispanounidenses, incluyendo las hasta ahora analizadas, tratan el tema de
la migración con mucha seriedad y eso se justifica perfectamente. No obstante,
Nunca entres por Miami recurre a distintos elementos humorísticos y absurdos que
no reducen la gravedad de la situación migratoria.
Sin embargo, ya en Nunca entres por Miami se tematiza esta situación política precaria
que prevalece en Honduras y en otros países latinoamericanos desde hace mucho tiempo. Un
debate entre Mario y Elías nos muestra que la desestabilidad política también es una de las
razones por las que emigraron, a pesar de que Elías subraye que él es apolítico:
–No es un chiste. [Janeth, la novia estadounidense, no] es culpable de que los sandinistas perdieran
el poder en Nicaragua, ni del asesinato de Salvador Allende, de que la guerra en El Salvador haya
dejado tantas muertes, de los treinta mil desaparecidos en Argentina, de que Honduras se haya
461
Véase: Roberto Quesada, «Carta al presidente de EE. UU. Donald Trump», Tiempo Digital, 18 de septiembre
de 2017. URL = https://tiempo.hn/escritor-hondureno-envia-carta-al-presidente-donald-trump/ (última consulta:
16.07.2018).
207
Sección analítica
convertido en una inmensa base militar extranjera, de que Costa Rica se volviera cómplice de
Estados Unidos, de que en Guatemala continúen maltratando a los indígenas…
[…]
–Tal vez tengas razón, pero la gente es gente y los gobiernos son gobiernos. La gente sí puede
amar, los gobiernos no, ellos están para odiar. Los gobiernos no quieren ni a sus mismos
compatriotas; por supuesto, unos más que otros. Nuestros gobiernos latinoamericanos se
caracterizan y sobresalen por odiar a su propia gente, ¿o no? Si no odiaran a sus compatriotas no
robarían tanto, no venderían el país a extranjeros a precios irrisorios, no ordenarían a los ejércitos
hacer masacres cuando los pueblos reclaman sus derechos… ¿Qué dices? La gente ama y los
gobiernos odian. Un simple ciudadano no tiene ni voz ni voto contra un gobierno que va a cometer
una atrocidad dentro o fuera de su país. Un pobre ciudadano no es más que eso, un pobre
ciudadano.
Mario lanza una carcajada:
–Te felicito… ya veo que no eres vacío sino medio hipócrita. Acabas de dar un discurso político,
apolítico462.
Pero no es el único motivo, ya que cada protagonista tiene sus propias razones para
emigrar. En cuanto al escultor Elías, su idea es hacerse famoso con sus obras de arte, no solo
para ganarse una situación económica más estable, sino también para traer a su novia Helena
a los Estados Unidos como muestra el siguiente pasaje:
–¿Se podrá hacer algo con la escultura?
[…]
–Nadie dijo que era fácil, pero tampoco alguien dijo que era imposible. Te ayudo con lo que esté a
mi alcance, y una cosa es pasarte mi secreto: no desesperarte. Para vivir aquí en Nueva York,
bueno, y en cualquier parte del mundo, lo importante es soñar. Soñar que vas a llegar a ser alguien;
mientras no lo realizas, suéñalo, igual se disfruta. Yo, por ejemplo, me sueño en revistas como
Life, Times, Art News o en revistas europeas de prestigio. Aunque sé que a lo mejor eso nunca va a
suceder, mientras lo sueño lo disfruto y mientras lo disfruto trabajo para que crezca la posibilidad
de que suceda, pero si no sucede, me agarrarán setenta años soñando y moriré feliz, como en un
sueño.
Elías fijó los ojos en el mapa del subterráneo:
–Si Helena está conmigo puedo soñar. Tengo que traerla463.
462
Quesada, Nunca entres, op. cit., pp. 108-109.
463
Ibíd., p. 18.
464
Ibíd., p. 29.
208
Sección analítica
europeos que debieron haber nacido en una jungla y andar en taparrabos con esa gente
africana»465. En esta cita vemos muy bien que Dina rechaza su país de origen y que, además,
se siente superior a sus compatriotas, razón por la que reclama una mejor vida para sí misma y
para su hija Helena. Miami parece ser el lugar ideal para ellas, dado que las revistas y la
televisión les transmiten la imagen de un lugar donde vive gente famosa como las estrellas de
la música pop latina o los presentadores televisivos, donde se vive en lujo466 y donde se puede
multiplicar el dinero467.
No obstante, para Elías hay una gran discrepancia entre el sueño de su novia y la
realidad vivida. Eso nos muestra el episodio inicial en el Aeropuerto Internacional de Miami
en el que Elías es enviado, de manera kafkiana, de un agente a otro, quienes lo hacen esperar
hasta que pierde su vuelo de conexión a Nueva York.
La desilusión de Elías no termina allí. Tras dos semanas en Nueva York todavía no ha
encontrado trabajo. Y al conseguir, finalmente, un puesto como ayudante de mesero, tiene que
realizar tareas que están muy por debajo de su nivel intelectual:
¿Qué significaba en su país trabajar de ayudante de mesero? Debía olvidar esa pregunta. En
América Latina los trabajos hablan por la gente: un empleadito de banco, aunque gane una
miseria, está por encima de un albañil o un mesero, aunque éstos ganen más que él. La vida no se
mide en términos reales de cuánto tiene cada cual sino en vías ilusorias: quién aparenta más que
los demás. Incluso los empleos pueden generar trifulcas. Una madre puede reprender a una hija
diciéndole: «Terminarás casándote con un carpintero». La hija puede llegar a tal grado de ofensa
que para vengarse y demostrarle que no es así se acuesta unos días con un carpintero y luego lo
olvida, como si nada pasara. El carpintero también lo sabe y disfrutará esa aventura de la
muchacha que le cayó del cielo durante unos días cada vez que se reúna con sus amigos de
parranda. La historia se contará una y otra vez y cada vez será como si el carpintero volviera a
hacer el amor con ella. La muchacha tratará de olvidar pero siempre evitará dirigir la mirada hacia
las construcciones. Así que el único ganador es el carpintero, porque dentro de su filosofía
proletaria todo lo bueno que se obtiene sin habérselo propuesto es ganancia, aunque sólo sea para
que viva en su recuerdo. Al principio Elías limpiaba las mesas maldiciendo hacer ese trabajo, con
lo que terminaba doblemente agotado. Agotado por el imparable correr de una mesa a otra; y
agotado por la vergüenza de sentirse inferior, de verse como esclavo, imaginando que atendía a
personas intelectualmente muy por debajo de su nivel468.
465
Quesada, Nunca entres, op. cit., p. 100.
466
Ibíd., pp. 28-29.
467
Ibíd., p. 39.
468
Ibíd., p. 31.
209
Sección analítica
Este fragmento del discurso no solo nos proporciona un buen resumen de cómo los personajes
de la novela se sienten rechazados, sino que también deja entrever el activismo de Roberto
Quesada que se nos presenta a través de la boca del embajador ecuatoriano.
A pesar de (o gracias a) la sensación de ser excluido por la sociedad de acogida, nos
damos cuenta de los esfuerzos de los personajes por aculturarse. De Mario, por ejemplo,
469
Quesada, Nunca entres, op. cit., p. 80.
470
Ibíd., pp. 87-88.
210
Sección analítica
sabemos que tiene un trabajo a tiempo parcial en un laboratorio y que también hace fotos para
un pequeño periódico de Long Island. Además, liga con la estadounidense Janeth con la idea
de recibir la green card al casarse con ella. Quizás no podemos hablar en su caso de una
asimilación, pero sí de un intento de integrarse en el nuevo país. El caso de Elías es parecido:
si bien al inicio tiene algunos problemas al encontrar un puesto, pronto halla un trabajo como
ayudante de mesero y en poco tiempo asciende a mesero. Al final, además, logra exponer sus
esculturas e incluso puede vender una de ellas. A pesar de su fidelidad, Elías también está
ligando poco a poco con una chica que tiene un pasaporte estadounidense, la chicana Laura.
Pero su integración al nuevo entorno mejor se expresa lingüísticamente. El español de Elías se
adapta al de otros latinos en los Estados Unidos dado que utiliza el «tú» en vez de «vos», para
que lo entiendan y para que no lo confundan con un argentino como sospecha la madre de
Helena471.
471
Quesada, Nunca entres, op. cit., p. 24.
472
Ibíd., p. 133.
211
Sección analítica
473
Quesada, Nunca entres, op. cit., p. 133.
474
Venkatesh, op. cit., p. 3.
212
Sección analítica
Es verdad que en este episodio la discusión sobre el machismo se lleva a cabo con una gran
carga de humor, a pesar de la verdad que hay en las reflexiones de los personajes. Parece que
en el caso de Elías podríamos hablar de un hibridismo social, dado que se ha liberado en gran
parte de las presiones sociales de su país de origen y ha adaptado una actitud más liberal
frente a los roles sociales. No obstante, también en él hay un resto del condicionamiento
patriarcal cuando ordena a Helena no pasar por Miami para entrar en los Estados Unidos.
Al final, es a causa de que insiste en que Helena no entre por Miami y, en consecuencia,
por su comportamiento «machista», que pierde a su novia. Es más, la orden que da Elías a
Helena de no volar a Florida y dirigirse directamente a Nueva York es contraproducente. Ella
se ve acuciada por la prohibición de su novio, entra por Miami y conoce allí a su futuro
esposo, por lo que podríamos interpretarlo como castigo a la actitud patriarcal de Elías.
Para terminar, ya podemos formular dos conclusiones en cuanto a la masculinidad
latina: primero, que el patriarcado solo puede ser eliminado por el diálogo entre los estudios
feministas y los que analizan la masculinidad latina y, segundo, tendríamos que evitar, tanto
en la literatura como también en la academia, crear estereotipos que vayan en distintas
direcciones. Por eso, según Vinodh Venkatesh, debemos postular que la crítica de género
puede leerse únicamente en contra de las rutas ginocéntricas, centrándose en el esquema
estructural y semántico masculino existente en ciertas novelas y leyendo más allá de la
arquetípica tropa «femenina transgresora» sin negar la continuidad de la opresión de las
feminidades y las mujeres476.
Sin embargo, el argumento que aquí se expone postula que, al evitar esta ruta crítica y al
comprometerse con los sistemas y estructuras de lo masculino (a través de un estudio de todos
los cuerpos de género), la crítica se sitúa como un agente dialogante que puede encontrar
potencialmente una salida al patriarcado. La segunda tangente subraya la necesidad de que se
475
Quesada, Nunca entres, op. cit., pp. 72-74.
476
Venkatesh, op. cit., pp. 154-155.
213
Sección analítica
477
Venkatesh, op. cit., pp. 154-155.
478
Javier Benítez, «Roberto Quesada: “Nunca entres por Miami”», Sputnik Mundo, 7 de junio de 2018. URL =
https://mundo.sputniknews.com/radio_hoy_con_nosotros/201806071079383757-escritor-hondureno-
estadounidense-entrevista (última consulta: 17.07.2018).
479
Quesada, Nunca entres, op. cit., pp. 86-87.
214
Sección analítica
emoción no la deja responder de inmediato. Ella también –como los teléfonos– necesita su
pausa. Desde el código 718 se repite la voz y por fin sale la respuesta desde su número»480. Y
también aquí podríamos reflexionar sobre la función de estos códigos: ¿será que se trate de un
recurso meramente técnico para distinguir a los dos locutores o tiene que ver con la idea de
anonimizar a los personajes para hacerlos más vulnerables? Más adelante, entraremos en
detalle con todas estas preguntas cuando hablemos de la relación entre la forma (los recursos
expresivos) y el fondo (el contenido).
Otro recurso estructural llamativo es la pluralidad de protagonistas y el
multiperspectivismo. Los cuatro personajes principales son Mario, Elías, Helena y Dina.
Mientras que Mario actúa en calidad de consejero de Elías y tiene cierta influencia en él, Dina
manipula a Helena para que pueda cumplir su propio sueño a través de su hija. Es por eso que
Helena se convierte en la reproducción de su madre quien, a su vez, puede ser considerada
una copia infiel de las damas de la clase alta. Y, por la misma razón, Helena conoce Miami
tan bien como su madre y tiene el mismo deseo de realizar sus sueños al viajar/emigrar un día
a su paraíso terrenal que para ellas incluso es el verdadero paraíso y el otro solo representa
una copia de Miami481.
No obstante, es en los momentos en los que hay cambio de narrador heterodiegético a
homodiegético cuando entramos en los protagonistas Elías y Helena, y cuando se nos revelan
su verdadero modo de ser. Eso, por ejemplo, nos muestra el soliloquio de Helena en el que
intenta expresar su impulso «de no seguir siendo copia» 482 de su madre Dina, pero no lo
logra:
Así como vimos en la tele el otro día que vos dijiste: «No hay como Miami». Pa, pero vos dijiste
que pronto te vas a ir, ¿nos vas a mandar a traer, pa? ¿Y por qué no nos vamos los tres juntos?
¿No hay escuelas en Miami, ma? En Miami sólo hay cosas buenas y bonitas y si no hay escuelas
ha de ser porque las escuelas no son buenas ni son bonitas. Mami, ¿por qué Miami se parece a
mami? Mami Miami. Porque es bonita como vos, mami, ¿verdad, pa? Nos vamos a traer el carro
rojo para acá, va a ser el carro más bonito de todas estas casas, de toda la gente, de todo el
mundo. Y cuando yo esté grande lo voy a manejar, ¿verdad, pa? ¿Verdad que vos no sabes
manejar porque nunca has tenido uno? ¿Por qué nosotros no somos ni ricos ni pobres? ¿Qué
somos nosotros, ma? Yo ya quiero que nos vayamos para Miami483.
Parecido a otras obras, también Nunca entres por Miami termina con un final circular y
el título de la novela tiene que ver al respecto. La experiencia negativa de Elías de entrar a los
Estados Unidos por Miami lo marca de tal manera que no quiere que Helena emigre al nuevo
país pasando por esta ciudad y la pide varias veces que no lo haga, por lo que el lema «Nunca
480
Quesada, Nunca entres, op. cit., p. 21.
481
Ibíd., p. 49.
482
Ibíd., p. 65.
483
Ibíd., p. 67.
215
Sección analítica
entres por Miami» se convierte en hilo conductor de la obra. Helena, como mujer caprichosa,
no le hace caso y vuela al Aeropuerto Internacional de Miami donde conoce al mismo agente
que casi no había dejado entrar a Elías. A diferencia de la experiencia de él, la de ella es
positiva e incluso se casa con el agente, por lo que el destino ha engañado a Elías. Cuando
este finalmente decide casarse con Laura y le pregunta a Mario dónde podrían pasar su luna
de miel, este le contesta cerrando el círculo: «–Espérate… A ver qué se me ocurre… ¿Sabes
qué? Tiene que ser un lugar que le guste a Laura, porque ella te ama y me dijo que no le
importa correr el riesgo. Y si lo dijo es verdad porque yo la conozco muy bien, desde hace
mucho… ¿Qué te parece, digamos… Miami?»484. Este final nos da un buen ejemplo del tono
humorístico con el que Quesada trata el tema de la migración y que será estudiado con más
detenimiento a continuación.
484
Quesada, Nunca entres, op. cit., p. 144.
485
Ibíd., pp. 13-14.
486
Ibíd., p. 27.
216
Sección analítica
Helena también, no nos dejen entrar. Yo dije que tienen cara de malos, que no es lo mismo que
decir que son malos.
718: Debe entenderme, profesora…
504: Todo menos eso. No voy a dejar que mi hija pierda el sueño que yo no pude realizar cuando
está al alcance de la mano. Ella tiene que irse por Miami487.
En las obras hasta ahora analizadas, el tema de la migración se trata con bastante seriedad. Por
los ejemplos que acabamos de leer, vemos que no es el caso de Roberto Quesada. El humor y
el sarcasmo son recursos frecuentes en toda su obra literaria y reflexionaremos, en el
subcapítulo que estudia la relación entre forma y fondo, sobre la función de narrar la
migración desde lo absurdo.
Cabe mencionar que Mario y Elías en varias ocasiones discuten sobre la utilidad del arte
y de la fotografía y abren así un debate metarreflexivo. El debate gira en torno a la pregunta
de cuál de los tipos artísticos es el mejor: el arte plástico que ejerce Elías o la fotografía que
practica Mario. En la discusión, incluso llegan hasta tal punto que se burlan de la propia obra
de la que forman parte y del autor que la escribió: «Es como si tú y yo fuéramos personajes de
una novela. Muy imbécil habría de ser el escritor que quisiera utilizar este diálogo y a la vez
intentara describir esta oscuridad. Es solamente un diálogo» 488 . Este ejemplo podría ser
considerado el clímax del metadiscurso que están manteniendo Mario y Elías.
No es el único ejemplo: cuando Elías por fin puede exponer sus esculturas, otra vez
discute con Mario sobre lo que es arte (y lo que no es) cuando este critica una de sus obras
que ni siquiera considera como tal. Elías, en cambio, está orgulloso de su escultura y aclara
que de todas formas la expondrá, ya que empieza a gustarle como dice él489. Y como vemos
muy bien, en Nunca entres por Miami la noción de la metaliteratura casi siempre se lleva a
cabo a través de una gran carga de humor.
487
Quesada, Nunca entres, op. cit., pp. 33-34.
488
Ibíd., p. 55.
489
Ibíd., p. 110.
217
Sección analítica
–Tienes razón. Anda corazón, preparémonos desde ya… Consigue el remote control y pon un
canal en inglés del cable tivi, pero antes apaga la light490.
Una vez que Helena está en los Estados Unidos y le manda una carta a Elías, nos damos
cuenta de que ya ha aprendido algo de inglés y que ha americanizado su nombre: «Take care,
Helen. P. S. Mamá te manda besitos. ¿Y sabes qué? Se va a casar. Tienes que venir a Miami.
¿OK?»491 . Precisamente este cambio lingüístico nos da un indicio sobre la disposición de
Helena a americanizarse.
490
Quesada, Nunca entres, op. cit., p. 41.
491
Ibíd., p. 139.
218
Sección analítica
desobediente y pasa por Miami donde conoce a su futuro marido, el agente que casi había
negado la entrada a Elías. Es así como Elías rompe con Helena y como también este se libera
de las estructuras estigmatizadas de su país de origen. Helena, en cambio, da un paso atrás y
se casa con un cubanoamericano celoso y machista, por lo que también ella paga por su
conducta poco amable con Elías.
Por lo anteriormente expuesto podríamos preguntarnos: ¿por qué se trata un tema serio
como la migración de manera tan humorística? Es posible que sea para provocar y chocar al
lector. Como vemos en la actualidad, los medios de comunicación nos transmiten imágenes
muy fuertes de la migración, pero muchas personas siguen cerrando los ojos frente a la
realidad. Quizás es así, con un toque de sátira y provocación, que Quesada intenta abrir los
ojos a la gente para despertar la conciencia sobre el tema de la migración y la importancia del
arte al hablar sobre esta temática.
Los recursos lingüísticos, por último, reflejan de cierta manera el intento de los
personajes de aculturarse al nuevo entorno. Además, vemos que el deseo de Helena es tan
grande que incluso norteamericaniza su nombre.
492
Jorge Franco, Paraíso Travel, Barcelona, Mondadori, 2002, p. 9. Todos los números de página se refieren a
esta edición.
219
Sección analítica
493
Franco, op. cit., p. 10.
494
Ibíd., p. 11.
495
Julio Peñate Rivero, «Jorge Franco y Paraíso Travel: la identidad como un largo viaje de la ilusión al
desengaño», Versants. Revista suiza de literaturas románicas, 55 (2008), pp. 180-181.
496
Franco, op. cit., p. 75.
220
Sección analítica
Ella era la que me contaba como si ya conociera todo, como si ya hubiera venido antes a preparar
la llegada: es un apartamento blanco con vista al río y a la Estatua de la Libertad, en un piso alto
con una terracita que tiene un jardín chiquito y dos sillas para sentarse a mirar el atardecer en
Nueva York. Me habló de un perro que tendríamos y que sacaríamos a pasear después del trabajo
y que cuidaría el apartamento mientras estuviéramos fuera. Me contó de una cocina muy limpia,
llena de electrodomésticos, y de un baño blanco con bañera blanca y grande donde nos meteríamos
todas las noches a hacer el amor. […]
Pero el verdadero cuarto era como un calabozo que nos dejaron por los billetes que nos quedaron,
y que tomamos porque no había otra opción. No encontramos a Gloria, su prima, la que le mandó
las fotos, la que le dañó la cabeza, la que le dijo: vente, vente prima para acá, que aquí hay plata y
trabajo para todos; y le mandó la foto de su apartamento, y sí, era mucho mejor, y otra foto al lado
de un carro, que ahora dudo que fuera suyo, y otra foto con un perro y en la nieve junto a un
muñeco también de nieve con dos ramas por brazos, una zanahoria por nariz y dos cosas negras
por ojos, y todos en la foto riendo, pero extraños, ajenos, como unos micos en el polo norte497.
Así que también vemos que la imagen previa se transmite a través de una prima de Reina que
ya está en los Estados Unidos desde algún tiempo y que allí se ha situado bastante. Lo que
desconocemos es la experiencia migratoria inicial de ella que posiblemente no había sido muy
diferente a la de Marlon y Reina. Mientras la imagen previa de Reina desde el inicio, o sea,
desde el momento en que se conocen ella y Marlon, es bastante positiva, él ve el acto de
emigrar con más escepticismo. No obstante, también Marlon debe reconocer que el futuro de
su patria no es muy prometedor, vistas las perspectivas de formación y laborales más escasas
y aún peores sin la presencia de su querida Reina:
Yo llevaba año y medio tratando de entrar a la universidad, a la pública porque para las otras no
había plata ni cupo ni rosca. Pero las públicas cuando no estaban en huelga estaban en bancarrota o
tenía uno que ser el recomendado de un político, o el superdotado o el afortunado entre miles para
ingresar. Yo no cumplía ninguno de esos requisitos y mi única suerte hasta entonces, grande
además, había sido que Reina se fijara en mí.
–¿Sí ves? –me decía ella–. Aquí no se puede hacer nada así uno quiera. Ahí te van a dejar
haciendo fila hasta que les dé la gana de recibirte498.
Pero después de haberse perdido en las calles de Nueva York y al buscar a Reina en los
Estados Unidos, Marlon debe reconocer que «[…] mientras no encontrara a Reina viviría lo
que Nueva York tiene de infierno»499, por lo que, en un primer momento, la migración se
convierte en distopía para él.
En el caso de Marlon se dan, como mínimo, dos tipos de búsqueda. La primera es la
material que se le impone a través de Reina. Para no perderla, también persigue su sueño de
encontrar mejores condiciones de vida en los Estados Unidos. Desempeña, pues, en esta
búsqueda un papel secundario. Explica el profesor Julio Peñate que Reina actúa como la
verdadera protagonista de la migración. Marlon solo ocupa la función de acompañante, una
categoría conocida pero no siempre necesaria de la literatura de viajes. Reina insiste una y
otra vez en que se las arreglaría sin Marlon. La jerarquía de su relación se enfatiza una y otra
497
Franco, op. cit., pp. 11-12.
498
Ibíd., p. 36.
499
Ibíd., p. 123.
221
Sección analítica
vez. Durante todo el viaje no hay un diálogo real entre los dos protagonistas. Reina domina el
discurso, lo abre por iniciativa propia, lo cierra sin consideración y así marca su supremacía
sobre su interlocutor, quien se deja guiar por ella de manera sumisa500.
Una vez que los caminos de Marlon y Reina se pierden, él está en busca de amor y
seguridad. Es su verdadero anhelo por lo que se convierte en protagonista de esta segunda
búsqueda. Mientras Reina es la protagonista de la primera, al final de la historia más bien es
desplazada al segundo plano y ya solo intenta encontrar maneras de sobrevivir.
500
Peñate, op. cit., p. 181.
501
Franco, op. cit., p. 129.
222
Sección analítica
alma cada vez que pienso en ese otro que podría ser yo mismo. Aunque digan Pastor Gómez y su
mujer que sí lo era, yo lo niego: no fui yo quien estuvo en ese cuerpo.
[…]
Me contaron los muchachos del restaurante que ese resto de día me quedé ahí tumbado en el andén
de enfrente, inmóvil, con la mirada fija en la puerta del local. También me dijeron los muchachos
que don Pastor se quedó intranquilo y a cada instante miraba a través de su vidriera para verificar
si yo seguía ahí. Y allí seguí hasta que anocheció, y según me cuentan los muchachos, Patricia, la
mujer de don Pastor, antes de cerrar fue a la cocina y cogió algunas empanadas frías que no se
vendieron. Cuentan que las envolvió en una servilleta y que mientras su marido aseguraba la
puerta y bajaba la reja, ella cruzó la calle, se me acercó y dejó junto a mis pies el envuelto que me
habría de salvar del hambre502.
Vemos, asimismo, que el choque cultural inicial de Marlon es tan fuerte que parece
haberse quedado paralizado y fuera de su propio cuerpo. Eso también lo presenciamos cuando
Marlon admite a Patricia que está perdido y que casi no se acuerda de cómo entró en los
Estados Unidos y dónde perdió a su novia Reina503. Pero, una vez que Patricia y su esposo
Don Pastor lo acogen, Marlon se adapta cada vez más al nuevo entorno, si bien se encuentra
en un ambiente bastante latino que no le es muy ajeno:
–¿Cómo se llama esto? –le pregunté.
–¿Qué?
–La calle.
–Roosevelt Avenue.
Me resultaba incomprensible que llevara un nombre en inglés una calle donde todo lo que veía
tenía letreros en español. Vallenatos, merengues y rancheras salían a todo volumen de los carros,
de las peluquerías y de las tiendas de discos. No había que hacer mucho esfuerzo para sentirse en
una calle del centro de Bogotá o de Medellín.
–Esto no parece Estados Unidos –le comenté a Giovanny.
–Esto es más Estados Unidos que cualquier otra parte –dijo él.
Daba trabajo creerlo pero después lo entendí. No es que Nueva York fuera únicamente más
Estados Unidos sino que también era el mundo. Y ahí estaba yo en ese pedazo de mundo que me
correspondía, asediado por mi música, por mi idioma en todas partes, por gente parecida a mí;
pero sin un lugar donde quedarme504.
Más adelante, cuando Marlon ya tiene trabajo (puede limpiar los baños en el restaurante
colombiano) y alojamiento (en un apartamento con otro colombiano, Roger Pena), nos
enteramos de que se está adaptando un poco al nuevo entorno o, como dice él, más bien
resignándose ante su situación. Menciona que se había acostumbrado a la frialdad de su
habitación, a la ausencia de Javier y a las extrañas frases y ronquidos de Roger Pena, pero que
no se había adaptado del todo a la vida en Nueva York; más bien se había retirado y había
aprendido a vivir y alimentarse de las entrañas de esta ciudad como un parásito, «[…] siempre
atento para no provocar a la bestia»505.
La situación de Marlon empieza a cambiar cuando conoce a Milagros Valdés, una chica
que aspira a ser cantante de salsa. En la medida que establece una relación con ella, también
502
Franco, op. cit., pp. 24-27.
503
Véase: Ibíd., pp. 39 y 60.
504
Ibíd., p. 95.
505
Ibíd., p. 131.
223
Sección analítica
se adapta cada vez mejor a su nuevo entorno, ya que ella está más integrada y, por eso, le
ayuda en su proceso de «aculturación». Con su apoyo, aprende a reconciliarse con Nueva
York e incluso a entender la ciudad. Al menos, gracias a Milagros logra sobrevivir en esta
metrópoli. Para que Marlon no se pierda de nuevo, Milagros camina con él por las calles de la
ciudad y se la acerca poco a poco para que primero se enamore de Nueva York y luego de
ella506.
A pesar de todo, no creemos que en el caso de Marlon se pueda hablar de una
integración en el país de acogida, ya que solo se mueve en un micromundo latino dentro del
macromundo estadounidense. Solo al final cuando Marlon reencuentra a Reina y termina la
relación con ella, este se libera en cierto modo de las cadenas de su pasado y es quizás en ese
momento cuando abre el paso a una nueva aculturación.
Reina, físicamente ausente durante casi toda la historia, parece haberse aculturado
bastante. No sabemos hasta qué punto podemos hablar de una integración o una asimilación
de ella, pero lo que sí presenciamos es su intento de americanizarse cuando Marlon la llama
por teléfono y se pone el contestador automático en el que habla en «[…] un claro e
impecable inglés»507 o cuando finalmente la encuentra en Miami, físicamente convertida en
una gringa:
–¿Qué te pasó en los ojos? –le pregunto.
–Así es como tenían que haber sido siempre.
Ahora los tiene del mismo color. Y el pelo rubio, no tanto como el de Raquel, pero tan rubio como
si hubiera nacido aquí. Hay algo en ella que no me cuadra, y no es el paso del tiempo508.
506
Franco, op. cit., pp. 197-198.
507
Ibíd., p. 201.
508
Ibíd., p. 211.
224
Sección analítica
le han preparado para la ruptura final con su compañera. En cierto sentido, su doloroso frotamiento
con la alteridad le ha convertido en otro para sí mismo: para el Marlon desorientado y sumiso de
meses atrás, cuya existencia parecía hipotecada a una voluntad externa509.
Y eso nos lleva al próximo subcapítulo en el que trataremos la evolución que experimenta
Marlon en cuanto a su identificación social.
509
Peñate, op. cit., pp. 182-183.
510
Franco, op. cit., p. 127.
511
Venkatesh, op. cit., p. 5.
225
Sección analítica
este caso, desempeña el papel de opresora. Por eso, para Marlon casi es una suerte que se
pierda en las calles de Nueva York porque es así como aprende a arreglarse las cosas por sí
mismo: encontrar un trabajo, un alojamiento y establecer relaciones de amistad o, incluso, de
amor. En resumen, aprende a emanciparse de la relación opresor-oprimido que mantenía con
Reina. La máxima expresión de esta emancipación se produce cuando Marlon emprende, por
sí solo, el viaje final a Miami para reencontrarse con Reina y confrontarla:
–No has cambiado, Marlon.
Quisiera alegarle pero se me hace un nudo, ahora mismo soy todo un nudo para contarle por las
que he pasado, para decirle que un año es mucho tiempo y más si se ha vivido con miedo y que
todas las noches me despierta un brinco, que estoy cansado como si no hubiera parado de correr
desde aquella noche en que me advirtió que no saliera; que buscar y no encontrar cansa, que la
vida cansa y que todo cansa.
–Buscarte cansa, Reina –le digo por fin.
–¿Y por qué no te mataste? –me dice con una rabia de antes–. ¡¿Por qué mejor no te matas […]?!
Unos goterones caen sobre el vidrio como si Dios nos escupiera por haber desafiado su voluntad.
Reina me está mirando con los ojos lagrimosos esperando una respuesta o esperando mi muerte.
Tengo los ojos inundados como los de ella.
Hoy no quiero morirme, Reina, porque el tiempo a veces es generoso y ahora está jugando limpio.
Ya terminé de buscarte, ya salí de eso, ya entiendo qué estoy haciendo aquí con vos y por qué salí
corriendo, ya sé más. Fijate que hasta entiendo el dolor y la incertidumbre de ser colombiano; y
que cuando quisiste cambiar de patria, Reina, no entendiste que la patria es cualquier lugar donde
esté el afecto. Ahora sé para dónde van mis pasos; no tengo callos únicamente en los pies. Ése es
el regalo del tiempo, aunque a vos solamente te cambió los ojos.
Fijate que el pie ya no me tiembla, y aunque me tiembla la voz, voy a soltarla para decirte […]:
–Matate vos, Reina, si querés.
Salgo a recoger mis cosas. La lluvia me aporrea la cara. Reina queda en el carro con la frente
pegada al volante512.
Comprobamos, pues, que, a pesar del reproche de Reina, Marlon sí ha cambiado, pero que su
transformación ha sido interior, ya que se ha emancipado de viejos modelos de conducta,
mientras que Reina solo ha cambiado exteriormente, o sea, su aspecto físico. De hecho, es ella
la perdedora, al fin y al cabo, porque termina ejerciendo la prostitución. Marlon, en cambio,
ha logrado construirse una nueva vida.
512
Franco, op. cit., pp. 213-214.
226
Sección analítica
Paraíso Travel que nos cuenta un periplo en parte recorrido por el propio autor, como este
afirma en una entrevista con Terra España:
Estuve dos meses conviviendo con inmigrantes latinoamericanos en Queens, en Nueva York, y
escuchando sus historias. Pero más que en busca de historias, yo voy a la caza de sensaciones. Por
ejemplo: saber a qué le temen, qué extrañan, qué les gusta de esta nueva cultura y qué odian, cómo
viven…
En la historia aparece un viaje de treinta horas en bus que realiza el narrador de Nueva York a
Miami. Yo también hice ese trayecto. Y otro viaje que hice fue a la frontera de México con
Estados Unidos.
Lo que descubrí es que hay una transposición de lo local, del país de donde se es, a esta nueva
cultura, con lo bueno y con lo malo. Hay algo que me sorprendió de los inmigrantes colombianos
y que al mismo tiempo me dolió mucho. En Queens existen los mismos problemas sociales y de
violencia que tiene Colombia. Me encontré con casos de extorsión, de secuestro, grupos de
narcotraficantes, de guerrilla, de paramilitares… Pero no sólo está lo malo, sino también lo bueno:
el trabajo, la solidaridad, el apoyo o la cultura513.
Como veremos más adelante, también podemos tener un fenómeno contrario en el caso
de las autobiografías noveladas. Allí, la mayor parte del relato es real, pero contiene
elementos de ficción. Otro ejemplo parecido lo encontramos en la literatura de viaje (de la que
forma parte, en cierto modo, la narrativa de migración, solo que allí son viajes frecuentemente
no tan voluntarios) como también reconoce el profesor Julio Peñate quien dice que la
ficcionalización no solo tiene lugar en los textos que se distinguen por este atributo, sino que
también se puede dar a través de diálogos, descripciones, aventuras o ciertos solapamientos
como el encuentro de varios viajes, espacios o figuras en textos factuales. Así que cada libro
de viaje es una especie de construcción discursiva y nunca uno a uno el viaje en sí mismo. Así
como un texto innegablemente ficticio como Paraíso Travel no es el resultado de la pura
imaginación de Jorge Franco, sino de la realidad de la inmigración sudamericana a los
Estados Unidos que el autor experimentó de primera mano como acabamos de ver514.
513
Véase: Redacción de Terra España, «Más que buscar historias voy a la caza de sensaciones», Terra España,
julio de 2002. URL = http://jorge-franco.com/jf/?p=1968 (última consulta: 24.07.2018).
514
Peñate, op. cit., pp. 178-179.
227
Sección analítica
Ejemplo 1:
Ahora cierro los ojos para escuchar los pasos de Reina sobre el piso, esa música que tenemos todos
al andar, única y propia como una huella digital, pero que tiene que ver más con nuestra historia
que las mismas marcas del pulgar. Porque va cambiando con el paso de la vida, con la llegada de
los malvados años y con los problemas, los entuertos y las penas. Entonces los pasos que una vez
sonaron templados terminan escuchándose como palmadas sobre un cuero viejo. Pero hasta esos
pasos arrastrados son diferentes en cada quien, y tal vez Reina, al igual que yo, habrá alterado su
ritmo; seguramente ya no caminamos como un año atrás, no por viejos sino por cansados. Por eso
tendremos que mirarnos a los ojos para reconocernos, y no conformarnos con sentirnos llegar. Es
posible que me tiemble el pie cuando la vea y ella tendrá que apretarme la mano y decirme: dejá
quieto el pie.
–Dejá quieto el pie –me ordenó esa vez cuando apareció aquella señora, Fabiola, y con una
sonrisa gratuita que a mí nunca me gustó, nos dijo:
–Listo, muchachos, esta misma tarde salen los papeles para las oficinas. Esperemos que todo salga
bien515.
En esta cita tenemos dos momentos distintos del pasado. El primero es cuando Marlon y
Reina se conocieron e iban ligando poco a poco y el segundo nos muestra la fase de
planificación, llevada a cabo por la agencia Paraíso Travel, para marcharse a los Estados
Unidos. Ambos tiempos se conectan por la expresión «Dejá quieto el pie» y es lo que se llama
un vaso comunicante. Esta técnica, además, se utiliza en otros episodios de la novela:
Ejemplo 2:
Por eso, porque ella andaría sola en Nueva York, fue que decidí quedarme y domar la bestia.
–No te tomés muy en serio lo de domar la bestia –me dijo Giovanny cuando le conté mis
intenciones–516.
Ejemplo 3:
Me sentía cansado y liviano a la vez, como si acabara de hacer el amor.
–¿Hace cuánto que no tiras, niño? –me preguntó Roger Pena517.
Este último ejemplo nos muestra que, para hablar de un vaso comunicante, no debe tratarse
exactamente de la misma expresión, sino que también puede ser otra conforme al sentido.
Otro recurso muy interesante es el cambio del punto de vista. Tenemos dos personajes
principales: Marlon y Reina. Aunque el narrador homo o incluso autodiegético es Marlon, la
primera parte de la historia casi solo gira alrededor de Reina. Ella es la que toma la decisión
de emigrar y desempeña el papel de motor del viaje hacia los Estados Unidos. Aún cuando
Marlon se pierde en las calles de Nueva York y hay una larga ausencia de Reina en la historia,
ella sigue formando el centro de atención por la búsqueda desesperada de Marlon: «Sigo
pensando en ella. Tiene que llover para arriba el día que deje de pensar en Reina. ¿O en qué
otra cosa puede pensar un perdido que no sea en el único lugar que recuerda? Reina también
es ese lugar adonde la dejé sola y esa valla que es lo único que recuerdo»518.
515
Franco, op. cit., pp. 36-37. Las negritas son nuestras.
516
Ibíd., p. 76. Las negritas son nuestras.
517
Ibíd., p. 164. Las negritas son nuestras.
518
Ibíd., pp. 74-75.
228
Sección analítica
Este diálogo, además, nos muestra de manera humorística que Marlon todavía no se ha
adaptado lo suficiente para entender los términos ingleses españolizados. ‘Groserías’, que en
519
Peñate, op. cit., p. 181.
520
Véase: Ibíd., nota a pie de página.
521
Franco, op. cit., p. 152.
229
Sección analítica
español es una palabra bastante frívola, significa en inglés, como lo explica Milagros, ‘cosas
para comer’. Y por los latinos en los Estados Unidos se ha adoptado esta palabra como calco
semántico. Un calco semántico, según el Diccionario de la lengua española es una
«[a]daptación de un significado extranjero para una palabra ya existente en una lengua»522, es
decir, el significado de ‘groserías’ ha pasado para los hispanounidenses a ‘cosas que se
pueden comprar en una tienda’. Pero, en general, podemos encontrar pocos recursos
lingüísticos en la novela y ello se debe al hecho de que la interacción con los nativos es muy
escasa hasta casi inexistente.
522
Real Academia Española, «calco semántico», Diccionario de la lengua española. URL =
http://dle.rae.es/srv/fetch?id=6kG5DDl#JsFbK7b (última consulta: 24.07.2018).
230
Sección analítica
523
Este capítulo se basa en el siguiente artículo: Sebastian Imoberdorf, «Al margen del margen», op. cit.,
sometido.
524
Pablo Rodríguez, «Judith Butler, filósofa feminista: “La lucha debe ser por una vida vivible”»,
elciudadano.com, 7 de agosto de 2010. URL = https://www.elciudadano.cl/justicia/judith-butler-filosofa-
feminista-la-lucha-debe-ser-por-una-vida-vivible/08/07/ (última consulta: 06.05.2019).
525
Eduardo González Viaña, El Corrido de Dante, Murcia, Alfaqueque, 2008, contraportada. Todos los números
de página se refieren a esta edición.
231
Sección analítica
526
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Declaración Americana, op. cit., p. 3.
527
Ibíd., p. 4.
232
Sección analítica
Podríamos decir, con Audrey García, que esta decisión transforma a Dante en el arquetipo del
migrante mexicano ilegal que intenta encontrar trabajo en el norte y mejores posibilidades
como muchos otros de sus compatriotas531.
528
Guillermo Galdós y Luis del Valle, La ruta de la muerte, Perú, Pacha Films, 2011.
529
Reyes-Zaga, op. cit., p. 126.
530
González Viaña, op. cit., p. 61.
233
Sección analítica
Para el paso y cruce irregular de la frontera, como segunda etapa del proceso
migratorio, existen varias posibilidades que pueden implicar, cada una de ellas, un alto riesgo
de infracciones de los derechos humanos del migrante: «el cruce a través del Río Bravo, el
recorrido por el desierto, el acceso a través de las cercas fronterizas, el viaje escondido en
auto o tren, el traslado con la ayuda del coyote o sin él, etcétera»532.
En el caso de Dante, nos enteramos de que, en su primera entrada en los Estados
Unidos, había optado por realizar la travesía del desierto con otros dos muchachos533 . La
dimensión del peligro de este tipo de cruce de frontera se manifiesta al lector cuando ellos
descubren tres cuerpos muertos (o por lo menos ven una fatamorgana de tres cadáveres) y
cuando Dante y sus dos compañeros son detenidos por agentes de inmigración que los
interrogan antes de enviarlos de vuelta a México.
Tampoco el paso de Beatriz, la esposa de Dante, se lleva a cabo sin problemas o bajo
mejores circunstancias. Sus intentos de cruzar la frontera son varios y todos se realizan con
ayuda de coyotes. En el primero, ella pretende entrar en los Estados Unidos atravesando el río
y logra hacerlo. Pero al llegar a la otra orilla es inmediatamente detenida por el Servicio de
Inmigración de los Estados Unidos y deportada al otro lado de la frontera. Otro intento aún se
revela peor: Beatriz se dirige a una banda de coyotes delincuentes cuyo único objetivo es
sacar provecho de la situación desesperada de los migrantes. Además, el lector se entera de
que ella se salva por los pelos de un intento de abuso sexual y esto nos muestra otro peligro
más al cual se enfrenta la mujer migrante. Javier Manzano Franco, por ejemplo, constata que:
«[…] el viaje solitario de Beatriz refleja […] las condiciones mucho peores en que se
desarrolla la emigración femenina a Estados Unidos, en tanto que las mujeres son víctimas
frecuentes no sólo ya de la extorsión económica, sino también de la extorsión sexual»534. Esta
cita nos muestra, por lo demás, el mecanismo comercial que está detrás del tráfico ilegal de
personas, en el cual los coyotes son los hombres de negocio y los migrantes, muchas veces,
una simple mercancía535 . Pero, por último, Beatriz se dirige a la misma familia con cuya
ayuda Dante pudo entrar en los Estados Unidos. La familia Facundo tiene diversos contactos
531
Audrey E. García, «Mexican Immigration and Popular Culture in El corrido de Dante by Eduardo González
Viana», en Victoria Carpenter (ed.), (Re)Collecting the Past: History and Collective Memory in Latin American
Narrative, Oxford/Berna, Peter Lang, 2010, p. 223.
532
Reyes-Zaga, op. cit., p. 129.
533
González Viaña, op. cit., pp. 47-50.
534
Javier Manzano Franco, «El Corrido de Dante de Eduardo González Viaña y la irrupción de lo mítico en la
novela de la inmigración», Activarte. Revista independiente de Arte, Teoría de las Artes, Pedagogía, Nuevas
Tecnologías, 2 (2009), p. 44.
535
«[L]os Estados ya están comenzando a poner atención al tráfico ilícito de inmigrantes (pensemos, por
ejemplo, en el Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes por tierra, mar y aire del 2006) […]» (Reyes-Zaga,
op. cit., p. 143; pero el problema y las violaciones de los derechos humanos que conlleva, siguen existiendo).
234
Sección analítica
por toda la frontera mexicano-estadounidense y, así, Beatriz logra cruzar a través de un túnel
y encontrarse finalmente con su marido. Por lo anteriormente expuesto, las experiencias
migratorias de Dante y de su esposa Beatriz ya se convierten en pesadilla y distopía en el
camino hacia los Estados Unidos, ni siquiera dentro del país.
Una vez entrado en los Estados Unidos el inmigrante, comienza la siguiente y, en el
caso de El Corrido de Dante, también última fase del proceso migratorio. Se trata de una
etapa que para algunos se desarrolla de manera poco problemática, pero que para una gran
mayoría conlleva muchas dificultades y conflictos como, entre otros, el choque cultural, la
carencia de papeles y, por consiguiente, la falta de trabajo. Esto lo fundamenta la declaración
de la profesora Audrey García: «For illegal Mexican immigrants the American dream is not to
have material richness and freedom. Their only dream is to have a visa that enables them to
work legally in the United States»536. Y este es el caso de Dante cuya búsqueda es encontrar
un trabajo en los Estados Unidos (para mantener a su familia) y mejores condiciones de vida.
No hay que olvidar que a muchos de los migrantes, sin perspectivas en su tierra natal, no les
queda otro remedio que el de buscar fortuna en un país distinto.
Así pues, en El Corrido de Dante se violan, a la vez, varios derechos como el del
Artículo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que pide, sin discriminación,
536
García, op. cit., p. 234.
537
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-18/03, 2003, p. 125. URL =
www.corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_18_esp.pdf (última consulta: 19.05.2016).
235
Sección analítica
«igual salario por trabajo igual»538 o el del Artículo XIV de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre que dice: «Toda persona que trabaja tiene derecho de recibir
una remuneración que, en relación con su capacidad y destreza le asegure un nivel de vida
conveniente para sí misma y su familia»539.
Nos damos cuenta de las vulneraciones de los derechos humanos en el terreno laboral
cuando nos enteramos de que Dante no recibe para nada el mismo salario que los trabajadores
regulares y que él debe trabajar mucho más para mantener a su familia. Dice el narrador de El
Corrido de Dante: «Todo lo que había gastado, a pesar del apoyo de sus amigos, era producto
de muchos años a sueldo mínimo que era lo máximo que le pagaban a un hombre sin green
card»540.
No obstante, las infracciones de los derechos laborales ni con mucho son las únicas a las
que deben enfrentarse Dante y su familia. Un episodio clave de la obra, donde Eduardo
González Viaña demuestra su gran fineza irónica al revelar la discrepancia entre la fingida
política intercultural de los Estados Unidos y una realidad más bien discriminatoria, es cuando
Dante da parte de la desaparición de su hija a la policía y a una intérprete poco delicada:
Al final, le leyó la declaración de igualdad de oportunidades según la cual todos son iguales ante la
ley y no se hace ningún tipo de discriminación por el origen, las convicciones ni la raza de las
personas.
– A continuación, se pregunta aquí cuál es la raza de tu hija. ¿Puedes decir cuál es la raza de tu
hija?
Dante se quedó callado un instante asombrado por el contrasentido, pero la señora no lo dejó
responder.
– De color. Voy a poner aquí «de color» porque todos los hispanos son de color. Y ahora los datos
del demandante…
[…]
– ¿Quiere usted decirme que Emmita no va a volver? ¿Que la policía no va a ayudarme a
encontrarla?
– ¡Cómo se nota que vienes de una cultura atrasada y patriarcal! Si quieres quedarte aquí, tienes
que ser moderno. No puedes ser un macho anticuado sino una persona políticamente correcta. Éste
es un país libre en el que deseamos la diversidad pero no queremos esa clase de inmigrantes…541
Este fragmento está lleno de contradicciones y la intérprete, que puede ser considerada el
estereotipo de una mujer estadounidense, ignora con su conducta retrógrada y racista varios
de los derechos humanos básicos y no es el único caso, según observa Javier Manzano
Franco. Para él, la anécdota de la incompetente traductora de la comisaría policial, donde
Dante da parte de la desaparición de Emmita, está estrechamente relacionada con el episodio
en el que Emmita, aunque tiene la ciudadanía americana y habla perfectamente inglés, es
enviada por sus profesores a una clase de apoyo para minorías étnicas donde recibe una
538
Naciones Unidas, Declaración Universal de Derechos Humanos, 1948, p. 7. URL =
http://www.ohchr.org/EN/UDHR/Documents/UDHR_Translations/spn.pdf (última consulta: 19.05.2016).
539
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Declaración Americana, op. cit., p. 4.
540
González Viaña, op. cit., p. 17.
541
Ibíd., pp. 36-38.
236
Sección analítica
542
Manzano Franco, op. cit., p. 46.
543
González Viaña, op. cit., p. 83.
544
Véase: Ibíd., pp. 13-14.
545
Ibíd., p. 163.
237
Sección analítica
Me voy, Dad, no me siento bien en este environment que tú tienes para mí. Remember, Dad, ya no
estás en México y yo no soy una chiquilla. Mom y tú siempre me llevaron a las fiestas de
hispanos, a la iglesia, a las clases en español, y luego me hiciste esa fiesta ridícula. Dad, yo soy
una chica americana. Johnny y yo hemos estado saliendo for a long time, como más de seis meses.
Ahora voy a vivir con él… Cómo querías que te lo dijera, Dad, si tú no quieres a los chicos que
hablan inglés, si te choca que los jóvenes lleven aretes y usen tatuajes… Dad, ya no estás en tu
tiempo ni en tu patria. Dad, ya tengo quince años y tú no me permites ni siquiera salir de noche.
[…] Wake up, Dad, yo soy una chica americana. Yo no nací en Michoacán. […] Dad, tú eres casi
un analfabeto, y no puedes ofrecerme el futuro que tú mismo no tienes. […] Y no te preocupes
mucho, quizás algún día regrese, pero será cuando haya cumplido mi sueño de ser una gran
cantante como Selena. […] I’m gonna be famous, Dad546.
También vemos en este párrafo las diferencias generacionales que suele haber a menudo en
cuanto a los grados de aculturación. Mientras Dante se aferra a los viejos hábitos, Emmita
quiere adoptar las mismas costumbres que sus compañeros estadounidenses de la misma edad.
Y hay otros ejemplos en los que se expresa este conflicto generacional cuando Emma se
rebela contra la autoridad patriarcal al abandonar su casa y la escuela para seguir a su novio
Johnny, porque sus padres, y sobre todo Dante, no la dejan salir de noche o quedarse a dormir
fuera de casa547.
Solo al final, cuando Dante salva la vida a su hija, empiezan a enterrar sus diferencias
generacionales y Emmita ayuda a su padre a avanzar en su proceso de aculturación como
muestra este pasaje:
Emma Celestino ha dedicado su tiempo a dar clases de lectura y escritura a su padre, y este año va
a entrar a Western Oregon University. Alex ha propuesto que padre e hija formen un dúo musical,
y ellos lo están pensando. A mi llegada, me invitaron a tomar un café en el comedor de la casa en
el que una pintura ornada con un marco plateado representa a José y María huyendo a Egipto
mientras un sobrio asno conduce al Niño Jesús de pocos días de nacido548.
546
González Viaña, op. cit., p. 23-24.
547
Ibíd., p. 226.
548
Ibíd., p. 279.
238
Sección analítica
encerrado, como si no tuviera forma de salir» 549 . Pero en vez de rendirse, supera su
desesperación con el anhelo de encontrar a su hija550.
549
González Viaña, op. cit., 43.
550
García, op. cit., p. 236.
551
Ibíd., p. 234.
239
Sección analítica
entre la herencia cultural de sus padres y la lucha por encajar en la sociedad dominante del
país donde nació552.
552
Fredrik Olsson, «Ballads without Borders. Transnational Identities and Voices of Latino/a Migrant
Experiences in El Corrido de Dante by Eduardo González Viaña», American Studies in Scandinavia, 43, 1
(2011), pp. 66-67.
553
González Viaña, op. cit., p. 184.
240
Sección analítica
niveles narrativos: un marco y una narración interna principal. Mientras que la acción
principal es contada en tiempo pasado por un narrador extradiegético, para usar la
nomenclatura de Genette, la narrativa marco es una versión intradiegética, en primera
persona, tanto en el presente como en el pasado, por el reportero que comenta sobre su
investigación. Dante y algunos otros personajes del relato principal aparecen en el marco
narrativo como informantes554. Solo una vez el reportero entra en el relato principal como
personaje: el reportero casualmente se encuentra con Dante en una boda, pero «[n]o adivinaba
que un año más tarde estaría escribiendo sobre Dante»555.
Como ya nos indica el título, la historia de Dante nos hace pensar en un corrido. El
corrido mexicano tradicional contiene cuatro elementos estructurales: el corridista da la
bienvenida al público, la presentación del protagonista, la historia de este y la despedida556. Y
esta estructura se explica en la propia novela por el corridista El Peregrino:
– Hacer un corrido es fácil. Al principio, la salutación. Al final, la despedida. Porque en todo esto
hay que ser cortés y bien educado con el público que lo va a escuchar. Y luego en el centro, allí
hay que contar lo que el personaje de la canción quiere que se cuente sobre él. […] Es importante
que hayan hecho algo en la vida para merecer el corrido. El resto lo puedo inventar yo557.
554
Olsson, op. cit., p. 58.
555
González Viaña, op. cit., p. 138.
556
García, op. cit., p. 220.
557
González Viaña, op. cit., pp. 218-219.
558
Olsson, op. cit., p. 70.
241
Sección analítica
mexicano indocumentado– sino que habla por el Otro, desde la posición de sujeto del Otro y
como si fuera el Otro, (re)creando un universo cultural que permite al lector «vivir» con los
migrantes y conocer sus pensamientos y sentimientos internos. El migrante indocumentado no
habla por sí solo, pero en El Corrido de Dante transmite un retrato verdaderamente original
de la realidad idiosincrásica de los latinoamericanos en los Estados Unidos con sus miedos,
alegrías, esperanzas e ilusiones559.
Así pues, vemos que en el caso de El corrido de Dante obviamente se trata de una obra
de ficción, pero que de nuevo contiene elementos reales. González Viaña mismo ha
experimentado la migración en carne propia y reside hace muchos años en los Estados
Unidos. Además de su trabajo como autor, también aboga por los derechos de los latinos en
los Estados Unidos y, en consecuencia, podría conocer una u otra anécdota que influyera en
su escritura.
La estructura de la novela, por lo demás, destaca por una gran fragmentación y
anacronía. Los episodios narrados en la historia principal solo son fragmentos y se cuentan en
el momento en que son de importancia para la comprensión de la historia, siempre saltando en
el tiempo con distintas analepsis y retrospectivas. Es decir, la narración de Dante se sitúa en
torno a dos grandes ejes espacio-temporales: por un lado, una serie de retrospecciones;
fragmentos de su vida que cuenta a su amigo e interlocutor silencioso, el burro Virgilio, así
como imágenes del pasado que siguen reapareciendo en sus sueños: la precaria situación de su
ciudad natal en Michoacán, el viaje hacia el norte y los peligrosos cruces fronterizos, el abuso
de los empleadores norteamericanos de la mano de obra indocumentada, las dificultades para
traer a su amada Beatriz y la interminable búsqueda de un permiso de trabajo. Por otro lado,
su vida actual: cómo su única hija Emma o Emmita se fuga con su criminal novio chicano
Johnny en su quinceañera, y cómo Dante emprende una odisea en su vieja camioneta,
acompañado por Virgilio y la voz ocasional de su difunta esposa, para reunir a su fragmentada
familia560. Por eso, tenemos en la novela un gran multiperspectivismo, porque la historia no
solo se cuenta a través del reportero o de Dante, sino también mediante otros miembros de la
familia u otras personas que cruzan su camino con el protagonista.
La obra termina con un final circular y es así como se cierra un corrido. Pero, en el caso
de Dante, se trata de un final bastante feliz, dado que él no solo encuentra a su hija, sino que
también se reconcilia con ella y las diferencias generacionales parecen disminuirse. La odisea
559
Olsson, op. cit., p. 70.
560
Ibíd., pp. 57-58.
242
Sección analítica
561
González Viaña, op. cit., p. 279.
562
Olsson, op. cit., pp. 61-62.
563
Véase: Ibíd., p. 62.
243
Sección analítica
564
González Viaña, op. cit., p. 279.
565
Olsson, op. cit., pp. 60-61.
566
González Viaña, op. cit., p. 54.
244
Sección analítica
ni entiende inglés, su hija, que se ha asimilado bastante al nuevo entorno, utiliza un inglés
perfecto y se expresa en spanglish cuando habla con su padre o cuando le escribe la carta de
despedida. En esta, podemos encontrar varios ejemplos de alternancia de códigos: for a long
time, I’m gonna be famous, remember, Mom y, en varias ocasiones, Dad. El boyfriend de
Emma, en cambio, es un chicano que casi no habla español. Vemos, pues, que Emma está
entre los dos extremos. Por la importancia que Dante da a la conservación de su lengua
materna, ella mantiene cierto nivel de español, pero dado que su novio se ha asimilado
completamente, para ella también es necesario hablar un buen inglés. Eso tiene como
consecuencia una mixtura de ambas lenguas lo que se hace notar en el uso del spanglish.
Además de Emma, hay algunos personajes secundarios que también se expresan en
spanglish como por ejemplo el chicano: «–Hold on. No te vayas a caer –grito [sic] el chicano
quien se comía las palabras con la risa–. No te vayas a caer… a caer. […] –Get off. Oye, tú,
get off with your ass»567. Una vez, además, aparece en la novela un policía estadounidense
que solo habla en inglés: «–Este burro no es mío y quiero que se lo entreguen a su familia. Y
el policía declinaba el supuesto regalo: –No, no, no. Thank you… Thank you!… But it is not
necessary»568. Así que podemos encontrar en El corrido de Dante tres tipos de lenguaje: el
español, el spanglish y el inglés.
567
González Viaña, op. cit., p. 135.
568
Ibíd., p. 36.
245
Sección analítica
que nos recuerdan la condición personal de la experiencia migratoria y que los individuos
pueden sufrir conflictos identitarios muy diversos, lo cual también equivale a la realidad, dado
que el proceso migratorio no se lleva a cabo de la misma forma para cada migrante.
Para acabar con los recursos estructurales hemos mencionado que la obra tiene un final
feliz. A ello hay que añadir que, a pesar de que Dante no llega por completo a su paraíso, ya
que sigue estando sin visado laboral legal, sí que se reconcilia con su hija y eso, quizás, es la
verdadera felicidad.
El corrido de Dante también es una obra extremadamente rica en cuanto a recursos
retóricos como el uso de la intertextualidad. Además de referirse a los corridos tradicionales,
también hace referencia a telenovelas, talk shows, La Divina Commedia de Dante Alighieri,
La Biblia y a otras creencias religiosas como, por ejemplo, el culto de la Santa Muerte, lo cual
otorga a la obra una gran calidad estética. Además, hay en la novela un continuo juego entre
lo mítico y el humor, lo que para unos puede ser considerado una parodia del realismo mágico
y un homenaje a lo real maravilloso para otros.
En cuanto a los recursos lingüísticos, para terminar, podemos comprobar que la forma
de hablar de cada personaje refleja su modalidad identitaria y, además, nos representa los
diferentes conflictos que tienen lugar en El corrido de Dante: primero, el conflicto
generacional entre Dante y su hija Emma; segundo, el conflicto intercolectivo entre los
chicanos y otras colectividades de latinos; tercero, el conflicto interamericano entre los
migrantes latinoamericanos y los nativos estadounidenses. En consecuencia, El Corrido de
Dante muestra una vasta galería de personajes procedentes de toda América Latina, pero
según Fredrik Olsson predomina en la novela la tendencia a traducir el habla heterolingüe y a
homogeneizar el repertorio lingüístico de los hispanos de los Estados Unidos en un español
estadounidense estándar, principalmente literario y a menudo poético. Esta tendencia sitúa el
texto en una tradición literaria latinoamericana más amplia y enfatiza la idea de una identidad
hispana o latinoamericana común, sin por ello borrar las diferencias internas dentro de esta
etiqueta general. De hecho, el lenguaje se utiliza estilísticamente como marcador cultural,
nacional y étnico, como puede verse en la (re)creación estratégica de diferentes variedades de
español y en las distintas instancias de alternancia de códigos entre español e inglés, pero la
marcación de las diferencias también se consigue mediante técnicas de homogeneización.
Además, en la novela se pueden ubicar tres áreas cruciales de conflictos de identidad. La
trama es impulsada por el conflicto familiar entre Dante, un migrante mexicano
indocumentado, y su hija Emma, nacida en los Estados Unidos, que sufre de una crisis de
identidad, ya que repudia su origen mexicano al mismo tiempo que se constituye como Otra
246
Sección analítica
569
Fredrik Olsson, «“Dad, yo soy una chica americana”: Migration, Identity and Language in Eduardo González
Viaña's El Corrido de Dante», CALL: Irish Journal for Culture, Arts, Literature and Language, 1, 1 (2016), pp.
14-15. URL = http://arrow.dit.ie/priamls/vol1/iss1/16 (última consulta: 27.07.2018).
570
Este capítulo se basa en los siguientes artículos: Sebastian Imoberdorf, «De autistas, asesinos e
inconformistas: hacia otra interpretación de la “latinidad” en Norte (2011) de Edmundo Paz Soldán», en José
Antonio Gurpegui (ed.), Hacia nuevas interpretaciones de la latinidad en el siglo XXI, Alcalá de Henares,
Servicio de Publicaciones UAH, 2019, pp. 59-70; Imoberdorf, «Cine vs. literatura», op. cit., pp. 113-128.
571
Edmundo Paz Soldán, Norte, Barcelona, Mondadori, 2011, pp. 279-280. Todos los números de página se
refieren a esta edición.
247
Sección analítica
novedoso para tratar el tema de la migración y no por nada Mario Vargas Llosa
calificó a Paz Soldán: «Una de las voces más creativas de la actual literatura
hispanoamericana»572.
2. En cuanto al género negro, además, es interesante mencionar que en el caso de Norte
no solo contamos, como en otras obras, con un delincuente migrante, sino también
con un policía hispano, lo que le otorga a la novela un doble punto de vista del latino:
se nos presenta al culpable, pero también al que culpabiliza.
3. Por ello, la novela nos da un buen ejemplo de las distintas formas de aculturación
que existen, o sea, el proceso de adaptación no siempre es constructivo sino a veces
también puede desarrollarse de manera bastante destructiva.
Se despidió de cada una de sus hijas. Partía rumbo al otro lado con cuatro amigos. ¿Qué opción le
quedaba? Le iba bien el rancho, pero aun así, no era suficiente para pagar las deudas573.
Imaginar que no era él ni otros mexicanos los que eran expulsados de su país y debían buscarse la
vida en el norte, ganarse unos pesos para que sus familias pudieran vivir dignamente, enfrentarse a
la noche solos, sin sus mujeres, sin sus hijos, lejos, bien lejos, extrañando574.
Es más, Martín sobre todo emigra para posibilitar una vida más digna a su familia.
El impulso de salir de Jesús no lo tiene él mismo en un primer momento. Su jefe le pide
buscar coches robados en los Estados Unidos para poder venderlos en México: «No era
difícil, todo estaba arreglado, le hacían cruzar la línea y lo esperaban en El Paso o Landslide,
donde le entregarían el carro. Luego volvía y lo dejaban ingresar al país sin problemas»575.
Además, también nos enteramos de que su padre se había ido al otro lado para buscar trabajo,
sin despedirse de él ni su hermana.
Sobre Michelle, por último, fueron los padres quienes emigraron de Bolivia a los
Estados Unidos. No conocemos los motivos, pero se puede suponer que también fue por
causas económico-laborales. Sobre todo, nos enteramos de que su padre insiste en regresar a
572
Véase: Paz Soldán, op. cit., contraportada.
573
Ibíd., p. 33.
574
Ibíd., p. 74.
575
Ibíd., p. 45.
248
Sección analítica
Bolivia porque está cansado de reparar televisores para Best Buy. Desde su llegada a Tejas, se
ha convertido en un nostálgico incurable, para quien es necesario mencionar repetida y
enfáticamente la posibilidad de regresar a Santa Cruz para sobrevivir las fases difíciles en su
país anfitrión y, en última instancia, solo así logra quedarse en los Estados Unidos576. A pesar
de que el factor económico es fuerte en los tres casos, también está ligado a una dimensión
personal según el personaje: el mantenimiento de la familia en el caso de Martín, la
recuperación del amor paternal en cuanto a Jesús y el anhelo de éxito en el ámbito del cómic
por lo que se refiere a Michelle.
La imagen previa del nuevo país es bastante restringida en Norte. Sorprendentemente,
se nos da a través de Jesús que asocia los Estados Unidos con bancos y riqueza: «A lo lejos se
recortaba la promesa del otro lado, con un cielo de edificios en los que destacaban algunos
nombres: Wells Fargo, Chase»577. Pero vemos, sobre todo en el personaje de Martín, que la
realidad a veces es muy distinta y que muchos migrantes viven también en los Estados Unidos
en condiciones precarias y por debajo del nivel de subsistencia, sobre todo cuando mandan
gran parte de lo que ganan a casa:
Tiene hambre pero está sin un centavo. Eso le pasa por ser tan generoso. Por quedarse con lo
mínimo, por mandar todo a casa. Y ni siquiera son capaces de apreciar el sacrificio. No saben lo
que es vivir solo. Sin un perro que nos ladre. Y luego piensan que uno está ahí para enviar dinero.
Fue creado para eso. Ésa es su existencia.
Y ahora que no hay trabajo, ¿qué? No puede volver a la habitación que alquilaba, allá tan lejos,
más allá de los allases, en las barracas junto a tantos otros compañeros, de Jalisco, Zacatecas,
Chihuahua, Guanajuato, Michoacán, porque no tiene forma de pagarla. En la cocina compartida
había huevos y frijoles, hubiera podido prepararse algo, pero no le gustaba estar ahí porque había
cucarachas por todas partes, el fregadero rebalsaba de platos sucios y las sartenes eran grasosas y
olían mal578.
576
Paz Soldán, op. cit., p. 25.
577
Ibíd., p. 46.
578
Ibíd., p. 33.
249
Sección analítica
que no aparecía por ninguna parte (¿lo habrían llevado al veterinario?, ¿estarían experimentando con
él?).
Cuando se cercioró de que la mujer no respiraba se incorporó y se acercó a la cocina y alzó el ojo y lo
tiró al basurero. Regresó donde la mujer y le cortó la lengua con el cuchillo. Eso debía hacer con Renata
[su esposa]. Hablaba tanto.
La desvistió. Tenía los calzones orinados, puerca. Hizo una pila con su ropa y la tiró al tacho de basura.
Volvió a sentarse sobre Joanna. Se masturbó frente a ella. La penetró. Se fijó en la masa sanguinolenta
en el lugar en que antes había estado su rostro. Se movió rítmicamente, con furia, hasta que sintió un
ramalazo eléctrico que venía de lo más profundo. Sacó su verga y se acercó al lugar del rostro y terminó
sobre él.
El semen se mezclaba con la sangre. Estaba temblando. El corazón latía acelerado y no había forma de
tranquilizarlo.
Se acercó a una de las paredes blancas de la cocina y escribió con la sangre en uno de sus dedos:
INOMBRABLE
Se percató de su error y volvió a escribir: INNOMBRABLE579.
Los actos violentos de Jesús están descritos tan detalladamente que en el lector se crean
imágenes muy fuertes. La desaceleración temporal hace que prácticamente presenciemos el
abuso y este aspecto es muy intenso en toda la obra. Siempre que aparece el personaje de
Jesús y se describen sus violaciones (mayoritariamente intercomunitarias), se desacelera el
tiempo y nos encontramos en una situación casi fílmica. Es más, el hecho de ejercer violencia
sobre una víctima inocente despierta en Jesús un deseo carnal por lo que sus asesinatos casi
siempre están vinculados con una acción sexual (masturbación, abuso de la víctima o del
cadáver, etc.). Por lo tanto, se podría hablar de una especie de «pornificación» de la violencia.
El propio Jesús se da cuenta de su deseo de «pornificar» los crímenes que comete al
proponerse que «[c]uando volviera a cruzar al otro lado se llevaría la cámara. Filmaría a esas
puercas tiradas en el piso con un cuchillo en el cuello y la sangre manchando la alfombra»580.
En el caso de Michelle, por último, se trata de una búsqueda personal. Después de sus
estudios solicita una beca para un doctorado en literatura latinoamericana, pero dado que esto
no la satisface, decide trabajar en Taco Hut para poder escribir en su tiempo libre una
historieta de zombis. Su verdadera búsqueda, pues, es la realización artística, o sea, de
convertirse en dibujante de cómics y tener éxito con ello:
Quería dibujar un relato que llevaba semanas dándome vueltas. Debía aprovechar que era mi día
libre en Taco Hut, que no habría niños de manos pringadas pidiéndome crayones ni gordas
quejándose de que las fajitas de pollo estaban frías ni fratboys bulliciosos que tirarían cerveza en la
mesa y me pedirían el número del celular apenas se descuidaran sus novias. El título no era
original: Los muertos vivos. Una historia de zombis: adultos que se convierten en muertos
vivientes cuando pierden su capacidad de rebeldía, se adaptan al sistema, se casan, tienen hijos, un
trabajo de ocho a cinco. Un mundo de muertos vivientes: eran pocos los que se salvaban. Mi
heroína, Samanta, se enfrentaba a los zombis. Se infiltraba en sus guaridas y los mataba con una
daga de plata. El problema era que los zombis siempre resucitaban; por algo eran zombis.
Debía encontrar una salida narrativa. Ver la forma de que Samanta los matara de una vez por todas
y para siempre581.
579
Paz Soldán, op. cit., pp. 162-163. La grafía es la del texto original.
580
Ibíd., p. 216.
581
Ibíd., p. 25.
250
Sección analítica
582
Sara Rosell, «Latinidad y retropicalización: la identidad chicana en las novelas detectivescas de Gloria White
y Lucha Corpi», Hispanic Journal, 26, 1/2 (2005), pp. 152-153.
583
Frances R. Aparicio, «On Sub-Versive Signifiers», op. cit., p. 198.
584
Véase: Inés Martín Rodrigo, «Edmundo Paz Soldán: “La literatura se consolida sobreviviendo en los
márgenes de la sociedad”», ABC Libros, 1 de abril de 2011. URL = https://www.abc.es/20110401/cultura-
libros/abci-entrevista-edmundo-soldan-201103311933.html (última consulta: 06.12.2018).
251
Sección analítica
Llama la atención en Norte la creación de figuras migrantes bastante atípicas con grados
de aculturación muy diversos. Con el personaje del pintor mexicano autista, Martín Ramírez,
tenemos un ejemplo extremo de pérdida identitaria y de marginación. Y es principalmente el
desconocimiento de la lengua lo que le impide una integración positiva:
Debió haber aprendido inglés. Sobre todo para venirse aquí. La pasó mal durante la construcción
de las vías, aunque después mejoró el trabajo durante una temporada. Para recolectar fresas o
naranjas no era necesario hablar. En las minas también le estaba yendo bien. Ahí se amontonaba
con otros hombres como él, de su edad o mayores y hasta chamacos, y de todos los pueblos.
Algunos llevaban sombreros y otros no. Algunos llevaban cintos con hebillas enormes con figuras
de pistolas y otros no. Algunos llevaban botas y otros huaraches de llanta. Ahora, en la estación,
está contando sus dedos. Sí, le había ido bien durante un tiempo. Pero hoy no tiene trabajo. Lo que
hay no es para mexicanos, dicen. Le han dicho que se cuide. A los que están como él, vagando por
las calles, los agarran y los regresan a México586.
Su experiencia migratoria es, pues, traumática y tiene por resultado la desconexión entre sí
mismo y la realidad que lo rodea por lo que no solo se le imposibilita su integración cultural y
lingüística en la nueva sociedad, sino que también se encuentra desarraigado de su propia
cultura y lengua quedándose completamente silenciado.
El asesino en serie mexicano, Jesús, en cambio, sí llega a integrarse hasta cierto grado,
aprendiendo inglés y ejerciendo temporalmente un trabajo como profesor del mismo idioma
585
Paz Soldán, op. cit., pp. 168-169.
586
Ibíd., p. 32.
252
Sección analítica
lo cual le posibilita construir cierta especie de mundo aparente, fingiendo ser un ciudadano
honesto para dar una buena impresión a su hermana, de la que está enamorado, al beber
menos y al lograr no tomar tantas drogas: «Quería que su hermana se llevara una buena
impresión cuando lo viera. Al poco tiempo consiguió un empleo como profesor de inglés de
una escuelita administrada por el convento Fray Bartolomé de las Casas. La escuela estaba al
frente de la única estación de policía del pueblo. Jesús sonrió: si supieran» 587 . Pero, en
realidad, este proceso de aculturación aún agrava su estado patológico y tiene por resultado un
hibridismo cultural anómalo y lejos de la tradicional concepción de la «latinidad»588.
Otro caso particular representa la exdoctoranda boliviana, Michelle, que muestra una
actitud bastante inconformista y eso nos lleva a otro fenómeno: el cuestionamiento del
discurso identitario por los propios personajes, que le concede a la obra una dimensión
metarreflexiva. La interpretación heterodoxa de Michelle de la «latinidad» ya se deja entrever
hacia el inicio de la obra cuando disputa con su hermano Toño sobre sus dibujos que ignoran
«la lucha de una minoría oprimida por la mayoría anglo»589. Mientras Toño sugiere a una
protagonista con rasgos latinos, Michelle prefiere esbozarla según los modelos
estadounidenses de Will Eisner590.
Uno de los episodios clave, en este asunto, lo constituye la discusión académica entre la
profesora Ruth, que opina que debía referirse al pintor «[…] Ramírez no como un mexicano
sino como un latino, un hispano, un chicano, un mexicano-americano (había vivido en los
Estados Unidos cuarenta de sus sesenta y ocho años)» y el profesor amante de Michelle,
Fabián, que replica que «Ramírez es mexicano, no chicano, por más que haya vivido toda su
vida en California»591.
De nuevo, resulta ser Michelle la que muestra una aversión contra la disputa identitaria
y que así provoca una reflexión sobre la conceptualización de la «latinidad», aunque tampoco
llegue a una respuesta satisfactoria como lo constata el teórico Pablo Sánchez cuando
reconoce que los personajes más intelectuales como Michelle y Fabián buscan nuevas
definiciones de la latinidad. Según él, ambos tratan de interpretar esta cultura desde fuera de
América Latina, pero es precisamente esta exterioridad la que se convierte en su perdición y
587
Paz Soldán, op. cit., p. 138.
588
Pablo Sánchez, «Después de cruzar la frontera se llega al límite: Norte, de Edmundo Paz Soldán», Anuario de
Estudios Americanos, 73, 2 (2016), pp. 494-495.
589
Paz Soldán, op. cit., p. 26.
590
«[E]l maestro de maestros del cómic norteamericano, creador de personajes tan importantes como The
Spirit y precursor de un concepto que hoy en día marca tendencias en el mundo del cómic: la novela gráfica para
adultos» (URL = https://www.normaeditorial.com/ficha/012043000/will-eisner-el-espiritu-de-una-vida/; última
consulta: 06.05.2019).
591
Paz Soldán, op. cit., pp. 209-211.
253
Sección analítica
en frustración. Michelle, por un lado, quiere encontrar nuevas fórmulas estéticas, una
autointerpretación latinoamericana que vaya más allá del narcisismo teórico de críticos e
intelectuales; Fabián, por otro lado, trata de ser un creador, pero apunta a una teoría
«unificadora» de la literatura latinoamericana 592 . Lo que hace aún más necesaria una
reinterpretación de la tradicional comprensión de la «latinidad» si recordamos las propias
condiciones de Paz Soldán como migrante hispano, profesor de universidad y buen conocedor
del discurso identitario en la academia.
No obstante, es por este estado de autismo que Martín logra desarrollar su talento de pintar y
convertirse en uno de los pintores más conocidos del siglo XX.
Por lo que se refiere a Jesús, sí que tiene lugar una especie de hibridismo cultural, pero
no se trata de un proceso de hibridación sano, sino que agrava su situación patológica. Su
aparente integración le permite moverse libremente en el territorio estadounidense y realizar
sus delitos sin llamar demasiada atención.
En cuanto a Michelle, por último, también tenemos un proceso de identificación
bastante particular. Dado que siente una aversión contra la unificación de la latinidad, de
cierta manera se distancia de sus raíces latinas y uno podría pensar que ha tenido lugar en su
caso una estadounización, pero creemos que el personaje es bastante complejo. Es más
probable que ella no quiera rechazar por completo su origen, pero sí que desee enfatizar el
peligro de poner etiquetas a las personas. El ser humano no se compone de una identidad fija,
592
Sánchez, op. cit., p. 487.
593
Paz Soldán, op. cit., p. 145.
254
Sección analítica
sino que puede identificarse, según cada situación, con una modalidad identitaria diferente o
puede estar integrado por varias identidades a la vez. Por eso, también en su caso, se podría
hablar de hibridismo cultural.
594
Paz Soldán, op. cit., p. 254.
255
Sección analítica
autonomía femenina. Sin embargo, no puede deshacer la pérdida de su hija, por lo que su
hibridismo social conserva un regusto desagradable.
Como ya hemos mencionado, Norte destaca por una gran mezcla de subgéneros. En
concreto, tenemos una novela de migración que se sirve de elementos del género policial y
que al final se fusiona en un guión de un cómic que enlaza las distintas secuencias narrativas:
Ésta la historia de un científico casado con una pintora, y con
una hija de cuatro años. Viven en la Línea, una ciudad de frontera
que por el día pertenece al Norte y por la noche al Sur. Un fin de
semana que él se va a un congreso, un asesino en serie entra a la
casa, descuartiza a su hija, viola a su mujer y se va, dándola por
muerta. […] Lo que en realidad quiere hacer es encontrarse con el
asesino de su hija, vengar su muerte597.
Aquí vemos muy bien que la historieta de Michelle se inspira en las biografías de Martín y de
Jesús y que esta vez sí también integra el tema de la migración. Pero nos dijo Edmundo Paz
595
Véase: Martín Rodrigo, op. cit.
596
Paz Soldán, op. cit., p. 281.
597
Ibíd., pp. 259-260. Este tipo de letra es el del texto original.
256
Sección analítica
Soldán en la entrevista que le hicimos que Norte era más que una novela policial o una novela
de migración y que era precisamente esta indefinición lo que le gustaba de ella (véase:
Apéndice).
Ejemplo 1:
En su puerta había un afiche anunciando para abril del próximo año una exposición de Martín
Ramírez, un pintor autodidacta de mediados del siglo pasado, canonizado recientemente599.
Ejemplo 2:
Su entusiasmo terminó por hacer que me interesara en el Railroad Killer. Un mexicano, un asesino
en serie latino, como el Night Stalker. Ahí podía haber algo. Un país inmenso en el que se
extraviaban y encontraban los latinos. Pensé en los extremos de la locura600.
598
Caminero-Santangelo, op. cit., p. 24.
599
Paz Soldán, op. cit., p. 63.
600
Ibíd., p. 258.
257
Sección analítica
Ejemplo 3:
Cuando Sam le preguntó por qué había cometido los crímenes, Jesús contestó: «una fuersa
maligna salia de las casas. el Innombrable me dirijia a personas que meresian morir. soy un angel
enviado por el Innombrable solo seguia susordenes».
La última frase que escribió fue: «Estoy en un viaje sin retorno en un tren que lleba a la muerte y
del que no me puedo bajar. pero despues de la muerte volvere»601.
Este último ejemplo, en el que Sam (amigo/amante de Michelle) tiene correspondencia con
Jesús, ocurre justo antes de la ejecución de este, en la que también participa Michelle.
601
Paz Soldán, op. cit., p. 278. La grafía es la del texto original.
602
Seoane Riveira, op. cit., p. 271.
603
Edmundo Paz Soldán, «Vanguardia e imaginario cinemático: Vicente Huidobro y la novela-film», Revista
Iberoamericana, LXVIII, 198 (2002), p. 158.
258
Sección analítica
cómics, se inspira en los dibujos del artista autista Martín Ramírez y en la biografía del
asesino en serie Jesús María José González Reyes para llevar a cabo el guión de su propia
historieta.
Por último, también es llamativa la intertextualidad en la obra. Sobre todo en los
capítulos que se centran en los personajes de Michelle, Fabián y Sam, que vienen de un
entorno universitario, se hace una gran cantidad de referencias a teóricos, autores y obras
literarias: Bhabha, García Canclini, Spivak, Darío, Borges, Bolaño, La Celestina, el Quijote y
Cien años de soledad solo son algunas de ellas. Y otra vez es Michelle la que muestra una
actitud autocrítica frente a la literatura:
Sobre todo estoy dibujando, dije. En realidad creo que la literatura como la conocemos tiene sus
días contados. Este va a ser el siglo del relato gráfico, de los vooks y las novelas electrónicas en
las que uno va a poder hacer links con Wikipedia, con YouTube.
Otra que quiere matar la literatura. Ponete en la fila.
Académicos como vos también la matan todos los días. Usan la teoría como un fin en sí mismo. Y
escriben esos libros que sólo leen otros académicos604.
Y este diálogo, en el que Michelle no muestra ningún miedo al criticar al círculo en el que ella
misma se mueve, nos da un excelente ejemplo de su carácter inconformista.
Por las noches no podía dormir. Y soñaba con los ojos despiertos: veía enormes alebrijes que
cobraban vida y se disponían a devorarlo. Escuchaba la voz del Innombrable y luego copiaba en
un cuaderno las frases que le había dictado. «ELIMINAR A TODOS LOS IMBECILES. Las mujeres y los
niños primero. Las MUJERES y los niños PRImero. mitad hombre mitad ángel.
hombreangelhombreangel»605.
604
Paz Soldán, Norte, op. cit., p. 66.
605
Ibíd., p. 133. La grafía es la del texto original.
606
Ibíd., p. 156. La grafía es la del texto original.
259
Sección analítica
un bilingüismo violento y patológico, ya que las palabras que utiliza son bastante vulgares y
fuertes.
Pero también Michelle hace uso, en ciertas ocasiones, de la alternancia de códigos:
«Nos vimos en Chip & Dip, al lado de Comics for Dummies (Chuck, el dueño, me obligó a
comprar Fun Home, sobre una chica lesbiana que descubre que su papá es gay, “very
Proustian”)»607. Solo que en su caso es una muestra de su aculturación a la sociedad en la que
vive.
[E]n Norte la prioridad no es la representatividad social de los migrantes, sino que precisamente lo
importante es la excepcionalidad psicológica individual con la que algunos desarrollan un proceso
identitario anómalo e incomparable en el país de destino y sufren una transculturación de
resultados imprevisibles o desconcertantes. La exploración fundamental del texto es la radical
imprevisibilidad de la respuesta del migrante: su identidad se vuelve multiforme e impredecible a
partir de una soledad esencial, porque no hay una esencia única y absoluta que lo condicione todo.
Los esquemas nacionales y las ideologías son insuficientes frente a la inconmensurabilidad de la
experiencia, que genera en cada caso una identidad excepcional e irreductible. Igualmente, el
propio esfuerzo de autointerpretación de la cultura latinoamericana, tan extendido en el circuito
607
Paz Soldán, Norte, op. cit., p. 28.
608
Ibíd. p. 281.
260
Sección analítica
609
Sánchez, op. cit., p. 495.
610
Véase: Martín Rodrigo, op. cit.
261
Sección analítica
Precisamente por este motivo, Edmundo Paz Soldán esbozó un personaje como Jesús, bien
sabiendo que la creación de una figura tan violenta y monstruosa podría llevar a una
tropicalización del migrante hispano, sobre todo en un momento en que la política migratoria
criminaliza a los latinos («los mexicanos son violadores y asesinos»). No obstante, añade que
la literatura no se preocupa de generalizaciones de este tipo, sino que se interesa por la
individualización del migrante y la construcción de sujetos específicos, dado que el lector es,
en su opinión, suficiente maduro para no pluralizar612.
Cabe añadir que en algunos casos presenciamos diferencias generacionales en cuanto a
la aculturación de los personajes. Por ejemplo, en El corrido de Dante de González Viaña o
en Norte de Paz Soldán, las hijas se rebelan contra los valores de sus padres. Eso se puede ver
en Emmita como también en Michelle quienes, a diferencia de sus padres, intentan aculturarse
de la mejor manera posible. Vemos, pues, que el conflicto generacional a menudo está
relacionado con el genérico. Mientras que los padres se aferran a valores tradicionales y más
bien patriarcales, sus hijas intentan adoptar los de la sociedad de acogida y obligar así a sus
padres a redefinir su propia masculinidad. En el caso de Dante este intento parece conducir a
un desenlace positivo, ya que al final de la historia hace paces con su hija e incluso deja que
ella le acerque a una aculturación más elevada al enseñarle el inglés.
Si bien el patriarcado persiste obstinadamente en muchos países latinoamericanos, los
textos que acabamos de analizar pretenden romper con estereotipos relacionados con el
611
Sebastian Imoberdorf, «Entrevista con Edmundo Paz Soldán», Apéndice, 3 de septiembre de 2018, p. 393.
612
Ibíd., p. 396.
262
Sección analítica
Es más, esta discusión de la latinidad masculina no puede llevarse a cabo sin el diálogo
entre las tres colectividades que enfocamos en este trabajo y es importante que ellas colaboren
e intenten buscar soluciones comunes en la lucha contra el patriarcado y la heteronorma. A
este respecto, nos dijo Edmundo Paz Soldán en la entrevista que le hicimos que el mayor
desafío es que «[…] el hombre latino saque lo mejor de ese debate y se dé cuenta que tanto el
feminismo como los asuntos LGBTQ tienen mucho que enseñarle para reposicionarse no solo
en su sociedad de acogida sino en la vida en general»614.
Es normal que un colectivo oprimido luche por sus propios derechos, pero también
necesita la participación de quienes no pertenecen directamente a uno u otro grupo para lograr
un cambio y un progreso positivo. Así pues, es importante el diálogo entre los distintos
colectivos.
613
Imoberdorf, «Francisco Lomelí», op. cit, p. 402.
614
Ídem, «Edmundo Paz Soldán», op. cit, p. 394.
263
Sección analítica
615
Falconí Travéz, op. cit., p. 45.
264
Sección analítica
Pero su salida de Colombia también está motivada por la esperanza de encontrarse con una
mayor aceptación de su condición homosexual, a pesar de que no se atreve a admitir
explícitamente que él y su «hermano» forman parte de la comunidad LGBTQ y así niega su
propia sexualidad como también lo constata Falconí Travéz. En Años de indulgencia nunca se
menciona explícitamente que la migración del protagonista está motivada por la búsqueda de
la libertad sexual. Sin embargo, el deseo de encontrar mejores posibilidades por parte del
protagonista representa un pretexto para tomar conciencia de la propia sexualidad en el nuevo
entorno (proceso que le es negado en su patria)617.
Por eso, pues, reconocemos que, a pesar de las dificultades de admitirlo, el protagonista
está buscando subconscientemente un libre despliegue de su sexualidad que espera
encontrarlo en sitios generalmente conocidos como espacios seguros para gente gay en aquel
entonces. El barrio The Village en Nueva York, por ejemplo, fue un espacio de «[…]
reinvención subjetiva para personas sexualmente diversas»618 y fue también un lugar para
desarrollar una identidad homosexual o gay que se distanciaba del trato homofóbico contra
los «maricones» o las «locas» como se las denominaba peyorativamente. Por eso, Nueva
York también es un espacio atrayente y una especie de utopía para el protagonista de Años de
indulgencia de un «mundo» en el que puede vivir su propia sexualidad sin el miedo de
exponerse constantemente a actitudes atadas a la heteronorma y, por consiguiente,
homofóbicas.
Por ello, debemos preguntarnos cuál es la experiencia de Vallejo, como sujeto con una
identidad reprimida en su país natal, al llegar a un espacio más benévolo frente a la diversidad
sexual. Y, ¿se cumple la utopía del despliegue sexual dentro de la nueva sociedad o resulta ser
616
Fernando Vallejo, Años de indulgencia, Bogotá, Alfaguara, 2004, pp. 43-47. Todos los números de página se
refieren a esta edición.
617
Falconí Travéz, op. cit., p. 39.
618
Ibíd.
265
Sección analítica
¿Sí te acordás, Salvador, cuando nos conocimos? ¿En Bogotá? ¿En tu apartamento de la
Veintiuno, arribita del Arlequín? ¿Sí te acordás? ¡Los bailes que hacías que te desbarataba la
policía! Cómo no te los iba a desbaratar con las ventanas abiertas, ¿bailando hombres solos? Y
fiesta que no te desbarataba ella te la desbarataba yo. […] ¿Sí te acordás? Y hoy andando juntos en
Nueva York, ¡quién iba a pensar! Lo que me entristece verte aquí, viejo, pobre y marica en esta
ciudad tan mala… Como en cumplimiento de la maldición…620
Mientras que en el primer pasaje Fernando parece disfrutar de las nuevas libertades en los
Estados Unidos, por ejemplo, de la vida nocturna, las fiestas y de otros lugares de interés para
el público gay como los baños turcos, en el segundo párrafo se muestra mucho más
desilusionado cuando ve a su amigo Salvador. No solo es que ha envejecido y empobrecido,
sino que también vive su sexualidad de manera libre y todo eso tiene para el protagonista una
connotación negativa. Lo que antes anhelaba en secreto, para él llega a ser una condición
rechazable y distópica. Salvador es para Fernando el reflejo de algo que él mismo no quiere
representar.
Lo anteriormente expuesto tiene para el protagonista una sola consecuencia: el retorno a
la patria al final de la obra. Todo el ciclo de El río del tiempo representa para Fernando
Vallejo una especie de descubrimiento de sí mismo y también en Años de indulgencia se
pregunta por el porqué de sus continuos regresos a su origen. Esta reflexión es
particularmente interesante si consideramos que el autor volvió a su patria después de haber
vivido gran parte de su vida en México. Como razón principal de su(s) retorno(s) el
protagonista nombra la nostalgia: «La nostalgia que puso a nuestro padre Ulises a dar tumbos
veinte años por el mar. La nostalgia capaz de emborracharse sola oyendo una noche entera un
viejo disco rayado en una pobre vitrola. La nostalgia, la cieguita, la bobita, la pendejita»621.
619
Vallejo, op. cit., pp. 35-36.
620
Ibíd., pp. 59-60.
621
Ibíd., p. 155.
266
Sección analítica
del colectivo LGBTQ fuera mayor en el país de acogida que en el de origen no significaba
que no hubiera discriminaciones comunitarias. Eso lo vive el protagonista cuando se dirige a
uno de los famosos baños turcos, lugar conocido para encuentros homosexuales:
¡Qué aparición! Salvador en pelota, en su prístina forma: los ojos hundidos, los pelos parados, las
piernas peludas, las cejas hirsutas, la barriga inflada, el colgajo triste, las nalgas éticas. Trae la
dentadura postiza en la mano, su «caja de dientes», y el dedo gordo del pie se le asoma por la
abertura de la pantufla como la cabeza de una tortuga estúpida. […] La risa que me acomete no
tiene madre, no tiene nombre. Es un ataque que no puedo parar, que me va a matar. Y pienso
seriamente que voy a morir. ¿Aquí? ¿En Nueva York? Ajá. Y con mi hermano. Revolcándonos por
el piso, sujetándonos las barrigas se nos van a reventar las tripas. Su risa alimenta la mía, la mía la
suya y no podemos parar. Nadie entiende nada. Miradas indignadas nos fulminan, una avalancha
de silencioso reproche. ¿Y a estas cabras sueltas del trópico qué les pasó? Y fulminándonos nos
discriminan, nos descriminan. Conque descriminándonos, ¿eh? ¿Exiliados de los exiliados,
proscritos de los proscritos, parias de los parias? ¡A la mierda! ¡Vámonos Salvador de estos baños
de mierda622!
En este pasaje podemos comprobar estas dos dimensiones de discriminación. A pesar de ser
miembros del colectivo LGBTQ, Fernando y Salvador están siendo expulsados (exclusión) de
la colectividad por no equivaler a los estándares hipócritas que prevalecen en esta comunidad.
Es más, los atributos físicos se relacionan con la etnia de los dos personajes y, por
consiguiente, no solo se producen reacciones racistas, sino también homofóbicas por los
propios miembros de la colectividad. Esto, justamente, es un problema que perdura hasta
nuestros días, en los que los miembros de la comunidad LGBTQ discriminan a otros sujetos
del mismo colectivo por no equivaler a los propios ideales comunitarios: aspecto físico
cuidado, presencia fuerte, comportamiento masculino, etc. Falconí Travéz señala a este
respecto que la burla es generada por los diferentes cuerpos, algunos de los cuales no se
ajustan a la norma, en el mundo gay uniformador, como una especie de símbolo de
carnavalización al estilo de Bajtín, donde por unos instantes el espacio homoerótico oficial
americano representa la desacralización del propio cuerpo. En el texto de Vallejo, los cuerpos
sudamericanos están condicionados por «cuerpos tradicionales» y deben someterse a la
economía consumista y aséptica del deseo primermundista gay. Es en este mismo momento
cuando Fernando deja de ser viajero y se degrada a migrante, es decir, se hace evidente la
desigualdad estructural que lo discrimina en cuanto a su lugar de origen623.
Esta experiencia marca fuertemente al protagonista y, por consiguiente, también lo
condiciona. Es en este sentido más bien social que tiene lugar la adaptación de Fernando,
dado que el mismo comportamiento discriminatorio que aprende de los nativos en la sauna, lo
reproduce en otros sujetos migrantes que él mismo considera inferior a sí mismo: los
622
Vallejo, op. cit., pp. 66-67.
623
Falconí Travéz, op. cit., p. 42.
267
Sección analítica
Vemos, pues, que, como consecuencia al racismo, las estructuras estigmatizadas se arraigan
también en el colectivo LGBTQ y en el de los migrantes y llevan a una reproducción de los
mismos modos de actuar dentro de las colectividades lo cual hace aún más difícil la
subversión de la heteronorma y de actitudes xenofóbicas. Falconí Travéz lo resume de esta
manera:
En esta cita [véase cita anterior], otra vez aparece un personaje Fernando voyeur, testigo ya no del
acto carnal heterosexual en un avión sino del acto carnal homosexual e interracial en un parque.
Eso le sirve al narrador para reflexionar (seguir reflexionando, en realidad) de modo peyorativo
sobre los negros. […] Es el African American, el nigger, aquel sujeto politizado desde la
reivindicación antiesclavista y pan-africanista, el que molesta a Fernando. Aunque pueda ser
«placentero» para la mirada, en la estructura mental del personaje y narrador (proveniente de la
clase pudiente colombiana), el afro-descendiente no es del todo sujeto disparando ideales de
racismo poscolonial. […] El joven negro es despreciado por salir de «su» lugar periférico y
colonizado, por «contaminar» el deseo homoerótico que tiene un ideal de belleza greco-latino y
una construcción del gay blanco, clase media y primermundista que, no obstante, tampoco recibe a
Fernando por ser latinoamericano. Sus amigos gays colombianos (inmigrantes de la misma clase y
la misma etnia mestizo-blanqueada que Fernando) beben aguardiente pues ellos dicen que «aquí
[en Nueva York] sabe mejor» y no beben whisky porque «es bebida de negros» (50), aunque sí
puedan utilizar a un joven afro en el parque como objeto sexual. Resulta irónico, además, que
Fernando y su hermano putativo –que hace un máster en la Universidad de Columbia y es definido
por el narrador como «blanco, educado, decente» (40)– en su realidad de inmigrantes precarios y
«venidos a menos», trabajen como conserjes de un edificio de puertorriqueños y afros, llamado
Admiral Jet «limpiándoles a los negros la escalera» (40).
De hecho, en aquel momento incómodo para la mayoría de latinos, cuando se llega al servicio de
inmigración estadounidense, Fernando relata cómo estaba «en el fondo de un alto cubo de cristales
ante un oficial negro de inmigración, y arriba en lo alto del alto cubo una multitud gesticulando,
tratando de comunicarse a señas, golpeando tras los vidrios, con los recién llegados de abajo. Todo
es grotesco y los negros altaneros» (48)625.
624
Vallejo, op. cit., pp. 36-37.
625
Falconí Travéz, op. cit., pp. 43-44.
626
Vallejo, op. cit., p. 11.
268
Sección analítica
estaciones de moho y orín la vida es mierda» 627 ; «Aunque hayan corrido los años y mi
esplendor trocado en miseria, en esta fiesta de colombianos, en este barrio de Queens, en esta
noche de invierno aprendo que lo que un día fue, algún otro volverá, así no sea más que por
un solo, mísero instante»628. No obstante, el protagonista se adapta de tal forma que no se
considera a sí mismo como migrante y reproduce los modos de pensar racistas (de los nativos)
frente a los migrantes afroamericanos que él ve como sujetos inferiores, sacados de la noche
africana por el diablo y mandados a Nueva York para destruir el mundo: «De la negra cópula
salen más negros, más holgazanes que a su vez proliferan. Todo lo empuercan: las calles, las
casas, las escaleras. […] Destruirán la tierra»629. No tiene lugar, pues, un hibridismo cultural
positivo, ya que no logra integrarse mucho en la nueva sociedad, pero sí adapta el hábito de
crear prejuicios de otros grupos considerados minoritarios para delimitarse y demostrar
superioridad frente a ellos.
627
Vallejo, op. cit., p. 61.
628
Ibíd., p. 139.
629
Ibíd., p. 32.
269
Sección analítica
su patria no es forastero pero debe reprimir sus propios deseos sexuales, en el país de acogida
podría vivir más libremente en términos de sexualidad aun siendo discriminado por su
procedencia, lo cual casi le imposibilita desarrollar un proceso de identificación saludable y
positivo. Por ello, Fernando se convierte en un personaje invisible según Falconí Travéz:
Resulta complejo entender cómo un personaje que quiere ser el centro de la narrativa y se une
constantemente al autor Vallejo para sobre-exponerse (por tanto, vuelve a contar de modo casi
exhibicionista sus historias), sea también un personaje que decide ser discreto respecto a la
homosexualidad y sus discriminaciones como causa inicial del viaje y motivo para seguir
buscándose en otros espacios y personas. Esta suerte de esquizofrenia textual puede deberse a que
el nomadismo (privilegiado) de Fernando lo obliga a usar, pero también a desconocer, las
categorías de «migrante» y «gay» para darle coherencia y posibilidad activa a su propia travesía.
Aunque también es un recuerdo de que ciertos motivos (y sujetos) migratorios han permanecido
invisibles para las lecturas heterocentradas630.
630
Falconí Travéz, op. cit., p. 45.
631
Dimitris Papadopoulos y Vassilis Tsian, «The Autonomy of Migration: The Animals of Undocumented
Mobility», en Anna Hickey-Moody y Peta Malin (eds.), Deleuzian Encounters. Studies in Contemporary Social
Issues, London, Palgrave Macmillan, 2007, p. 229.
632
Falconí Travéz, op. cit., p. 45.
270
Sección analítica
autobiográfico determina la vida, y que lo que el escritor hace está, de hecho, gobernado por los
requisitos técnicos del autorretrato, y está, por lo tanto, determinado, en todos sus aspectos por los
recursos de su medio? Y, puesto que la mimesis que se asume como operante en la autobiografía
es un modo de figuración entre otros, ¿es el referente quien determina la figura o al revés? ¿No
será que la ilusión referencial proviene de la estructura de la figura, es decir, que no hay clara y
simplemente un referente en absoluto, sino algo similar a una ficción, la cual, sin embargo,
adquiere a su vez cierto grado de productividad referencial633?
633
Paul De Man, «La autobiografía como desfiguración», Anthropos. Boletín de información y documentación,
29 (1991), p. 113.
634
Vallejo, op. cit., pp. 43-44.
635
Ibíd., p. 154.
271
Sección analítica
propio narrador, quien reconoce hacia el final de la obra: «Como debe ser: soy el autor, el
narrador, el novelista, el impune. Esta noche dejo pues el incómodo papel de protagonista que
tantas críticas suscita y me convierto en el simple espectador. Abro los ojos y veo»636.
La conclusión de la experiencia migratoria estadounidense no resulta ser en absoluto
positiva para el protagonista. La utopía de encontrar su libertad sexual se convierte para
Fernando en una gran distopía, por lo que rompe con el país de acogida y vuelve a su
Colombia natal: «Y ahora sí me voy. Me voy de este país emberrinchado como río salido de
madre, como tigra parida. Ni un minuto más. Ni un cagatintas más. Ni un muerto. Ni un
policía. A ver la roña humana a otro lado. Y me voy. […] la gran metrópoli, la megápolis,
Nueva York: aquí te están esperando con los brazos abiertos para que vengas a lavarles los
inodoros»637.
Ejemplo 2:
Don Tulio Jaramillo es un personaje notable. De mi tierra, Antioquia, y los tiempos de Procinal, la
era heroica, conoció a Camilo Correa, trabajó con él, y todo lo que aquí cuento de Procinal él me
lo contó, no es invento mío de narrador omnisciente639.
Ejemplo 3:
Quería escribir un libro sobre Nueva York, mi estancia en Nueva York, con unidad de espacio,
tiempo y acción, con triple fuerza. Pero una cosa es lo que uno quiere y otra lo que uno puede, la
vida es así. O por lo menos así es la mía y así este libro, proyecto disparatado. El presente se
entremete en el pasado y el pasado no deja vivir. Y el futuro enterito se lo regalo. La vida enciende
las ilusiones y las apaga640.
Podemos comprobar cómo el narrador reflexiona dentro la historia sobre el método para crear
una narración (monólogo interior, narrador omnisciente, espacio, tiempo, acción, etc.),
interactuando de este modo con el lector.
636
Vallejo, op. cit., p. 170.
637
Ibíd., p. 165.
638
Ibíd., p. 93. Las negritas son nuestras.
639
Ibíd., p. 113. Las negritas son nuestras.
640
Ibíd., p. 134. Las negritas son nuestras.
272
Sección analítica
Esta misma inmediatez también se hace notar en cuanto a la lengua. Se podría decir que
Fernando Vallejo utiliza en Años de indulgencia un lenguaje casi oral que crea una especie de
comunicación «frente a frente» con el receptor. Y esta interacción es importante, para que no
se pierda en el discurso casi monológico del autor-narrador: «Te voy a contar… O mejor
dicho ya te conté. ¿Y repitiéndome yo? ¿Tu servidor convertido en un viejo anecdotero dale
que dale con las mismas historias? ¡Dios libre y guarde! ¡Jamás! No me repito. Si alguna vez
vuelvo atrás es p’afinar» 641 . Mantiene, pues, una metacomunicación con el interlocutor y
sostiene así una conexión con él para guiarlo por los diversos saltos temporales y temáticos. A
continuación, hablaremos sobre la relación entre la forma y el contenido y entraremos más en
detalle con esta idea.
Por ello, podemos concluir que en el caso de Años de indulgencia, y de El río del tiempo, en
general, no se trata de una autobiografía común, sino de una novelada con grandes
pretensiones artísticas.
Un segundo rasgo característico de la escritura de Vallejo, y también de Años de
indulgencia, es la forma particular de la novela en hacernos pensar en un largo discurso de
liberación: es como si el autor nos quisiera hacer vivir y sufrir los mismos desafíos que él
había vivido. Las pausas apelativas, en ello, nos sirven para tomar un respiro y no perdernos
en la lectura de esta historia densa y de alto nivel intelectual. Tienen, pues, la función de
despertarnos, centrarnos de nuevo e inculcarnos las reflexiones de Vallejo para que no nos
deshagamos de ellas.
En Años de indulgencia se produce una focalización en el personaje de Fernando porque
es su propia historia y quiere que nos identifiquemos con él. No obstante, también se
641
Vallejo, op. cit., p. 61.
642
Jacques Joset, La muerte y la gramática. Los derroteros de Fernando Vallejo, Bogotá, Taurus, 2010, p. 124.
273
Sección analítica
describen otros personajes que irrumpen en los diálogos, de nuevo, para romper el ritmo
rápido y para que el lector pueda tomar un breve descanso.
El final de la obra, para acabar con los elementos estructurales, nos muestra que cada
experiencia migratoria no termina con un final positivo y un cumplimiento de los sueños, sino
que la utopía a menudo se convierte en una pesadilla y, por consiguiente, en una gran distopía
para el migrante.
Los elementos metanarrativos, por otra parte, nos muestran que no solo se trata de una
historia real, sino de una creación con elementos ficcionales. El autor mismo se da cuenta de
este hecho, dado que reflexiona abiertamente sobre cómo y con qué técnicas narrativas podría
ficcionalizar su obra personal.
Eso también se hace notar en el lenguaje, con el que Vallejo se dirige directamente al
lector y «conversa» con él para convertir su historia en una creación accesible y digna de leer.
Según Alberto Cueva Lobelle, el poder de la metacomunicación influye en el tipo de relación
que se mantiene con el lector. Con la ayuda de vocativos, exclamaciones e interrupciones, el
canal de comunicación se rompe y se expande. De esta manera, la atención y la comprensión
del lector permanecen intactas y no se ven influenciadas por los cambios repentinos de humor
del orador ni por los continuos saltos temáticos y temporales. Por lo tanto, las interrupciones
no son molestas para el lector, sino que permiten entender lo que se dice antes de que la
conciencia crítica deje de leer. Es una forma de consolidar, confirmar y modificar la relación
que el narrador mantiene con sus lectores. Lo que se dice se vuelve verosímil y más creíble a
través del metamensaje implícito643.
643
Alberto Cueva Lobelle, Lengua, poder e imaginario de nación en el ciclo autobiográfico El río del tiempo de
Fernando Vallejo (tesis doctoral), Oviedo, Universidad de Oviedo, 2011, pp. 374-375.
URL = http://digibuo.uniovi.es/dspace/bitstream/10651/12796/5/TD_Alberto%20Cueva%20Lobelle.pdf (última
consulta: 06.08.2018).
274
Sección analítica
4.4.2 La búsqueda sexual velada: Donde van a morir los elefantes de José Donoso
4.4.2.1 Análisis temático
Se había levantado de su asiento y había abandonado el televisor. Con un asombro no desprovisto
de regocijo, Gustavo pudo ver que las mejillas de la conserje no estaban hinchadas de aire:
pertenecían, de manera impecable, a la arquitectura de una de esas gordas espléndidas y
ligeramente obscenas que lo habían maravillado en el lobby. Elástica y, al parecer, liviana,
semejaba una muñeca-flotador para piscina, una figura que –a Gustavo le resultaba fácil
imaginarla– un perverso o un tímido sin remedio inflaría para acompañar sus desvelos solitarios.
Por discreción, prefirió no levantar la vista de los formularios que la muñeca le tendía. Ansiaba
hacerlo, para observarla minuciosamente. Mientras escribía –no estaba muy seguro de lo que
anotaba en los casilleros destinados al número de su oficina, su dirección y su teléfono, aún
indefinidos–, sintió desde el otro lado del mesón el poderoso resuello de maquinaria del cuerpo de
la conserje. Por el rabillo del ojo se percató no solamente de que era rubia y muy linda, y de piel
muy lisa y blanca, sino de que todo en ella hacía juego con una minúscula banderita
norteamericana de esmalte y metal dorado, chuchería a punto de naufragar en el proceloso ponto
de su escote, allí donde se le juntaba la carne un poquito sudada de ambos pechos. Si la palpara –
fantaseó mientras escribía–, ella se remontaría como un globo e, ingrávida, lejos, se desinflaría con
un ruido indecente al dar con el techo, y caería a sus pies reducida a un pellejo644.
644
José Donoso, Donde van a morir los elefantes, Madrid, Alfaguara, 1995, pp. 42-43. Todos los números de
página se refieren a esta edición.
275
Sección analítica
PD: El sueldo es tres mil dólares al mes, para comenzar. Te conviene, porque la vida en Saint Jo
es muy barata645.
Precisamente de esta razón derivan otros motivos como el deseo de tener una mejor
situación económica («[…] venimos a este país a ganar dólares»646) o la salida del país de
origen como única posibilidad de escaparse de los problemas políticos («¿No estás de acuerdo
con la idea de que todos los novelistas latinoamericanos que permanecen en el exilio,
voluntario o no, buscan alejarse para tener una mejor perspectiva sobre sus verdades?»647).
645
Donoso, op. cit., p. 28.
646
Ibíd., p. 98.
647
Ibíd., p. 252.
276
Sección analítica
No obstante, sobre todo para la esposa de Gustavo, Nina, la realidad soñada no equivale
a la realidad vivida y, por eso, sufre de un choque cultural al llegar a los Estados Unidos.
Además, comprueba que todo es tan grande y que se vive en la abundancia, muy diferente a
su biografía anterior, cuando en un restaurante le ponen un bife enorme y un montón de
patatas fritas y ella admite que no puede comer el plato por las siguientes razones: «–Todo es
tan grande. Hay tanto de más. Mira cómo pasan los platos de vuelta, a medio comer. ¿Qué
hacen con tanto que sobra? ¿Lo botan? ¿Basura? ¿Lo queman todo, lo venden, lo reciclan?
Seguro que aquí no hay monjitas adonde mandarlo… ¿Qué hacen con todo lo que sobra?»648.
El choque llega a su clímax cuando el hijo de Gustavo y Nina tiene fiebre y ninguno de los
dos sabe cómo actuar en este país que no es el suyo y del cual no conocen el sistema sanitario.
Además de la búsqueda material, está muy presente la sexual, sobre todo en cuanto al
personaje de Gustavo. Este, al conocer a Ruby, una joven obesa, se enamora locamente de
ella y desarrolla grandes anhelos de poseerla. La mayor expresión de este deseo es un sueño
que tiene y que refleja la búsqueda sexual subconsciente de Gustavo:
Se tendió en su cama, a media luz. Tenía el miembro erguido. La Ruby, desnuda, nacarada,
resbalosa como el interior de un caracol fragante y vivo, se prestaba a ser su interlocutora: él
jugueteaba con su mano derecha, convocándola con sus papilas ansiosas. Mientras tanto, el índice
de su mano izquierda indagaba en el agujero caluroso del bivalvo de raso que empapaba sus
vellos649.
Es justamente este contraste el que atrae a Gustavo y el que le hace enamorarse locamente de
Ruby. Comparando a las dos mujeres, Gustavo concluye que Nina es «[e]ncantadora, finita,
648
Donoso, op. cit., p. 339.
649
Ibíd., op. cit., p. 123.
650
Ibíd., pp. 335-336.
277
Sección analítica
pero no estupenda»651 y hasta recrea el cuerpo abundante de Ruby mientras hace el amor con
la «piel lisa pero fría»652 de Nina653.
Sin embargo, Gustavo se decide al final de la novela en contra de su deseo sexual
(Ruby) y en favor de su razón conyugal (Nina), por lo que regresa a Chile para quedarse allí
con su familia: «Fundamentalmente, parece que al final, a pesar de la posibilidad de que sólo
pueda “completarse” con ella (407), Gustavo decide no ver a Ruby de nuevo sino quedarse en
Chile con su familia aceptando los límites de la experiencia humana»654.
De hecho, es Nina la que toma la decisión de volver a la patria, ya que los Estados
Unidos le causaron un choque enorme a nivel cultural pero también personal porque se da
cuenta de que su marido se complace no solo con el nuevo país, sino, sobre todo, con la Ruby.
Así lo expresa en una carta de despedida a Gustavo:
Amor mío:
Me vuelvo a Chile con Nat. No puedo seguir soportando ni un día más el terror que me produce
este país: por su obesidad generalizada, por su despilfarro, por crímenes como el de esta mañana.
Tampoco soporto la soledad en que me dejas, ni esa aterrorizante casa amarilla, sin servicio, sin
mi mamá, mis hermanas, mis primas que me ayuden a criar a Nat. Soy un ser limitado, una
persona modesta que sólo sabe vivir una vida; no la que me ofreces en Estados Unidos, que a ti,
según parece, te excita tanto. Me voy porque no puedo más con mi miedo a todo esto. La hostia
enorme todavía me raspa la garganta. Adiós, amor mío. Te espero en El Quisco, cuando toda esta
tormenta haya pasado. Un beso muy grande de tu Nina655.
Mientras para Nina el acto de regresar a su tierra natal es un retorno deseado, para Gustavo –
quien, después de haber leído la carta, compra un billete para seguir a su esposa el día
siguiente y, por eso, ni siquiera se despide de Ruby– se trata de una vuelta más bien impuesta
por su mujer y las normas sociales.
651
Donoso, op. cit., p. 114.
652
Ibíd., p. 316.
653
Véase: Philip Swanson, «El número primo dos y la pareja de tres: binarios falsos en Donde van a morir los
elefantes de José Donoso», Delaware Review of Latin American Studies, 7, 2 (2006). URL =
http://www1.udel.edu/LAS/Vol7-2Swanson.html (última consulta: 07.08.2018).
654
Ibíd.
655
Donoso, op. cit., p. 381.
278
Sección analítica
entonces no podemos ser objeto de ninguna policy de salvataje, de ésas con que ellos se
admiran a sí mismos por lo buenos que son»656.
Lo interesante de esta novela es que los prejuicios no solo los dirigen los
estadounidenses hacia los latinos, sino que los hispanos los producen en relación con los
asiáticos y estos, de nuevo, con respecto a los occidentales. Es precisamente esta
incomunicación entre las distintas colectividades que en la obra lleva a un círculo vicioso que
prohibe un hibridismo cultural positivo. El estudioso Philip Swanson resume este fenómeno
con las siguientes palabras:
En la novela Donde van a morir los elefantes, todas las culturas se ven implicadas en el juego de la
estereotipización. Una norteamericana no distingue entre los chilenos, colombianos y mexicanos
porque «todos los latinoamericanos son iguales» (54), mientras que un chileno piensa que «todos
los chinos son iguales» (50). Al mismo tiempo, los chinos no entienden «la jerigonza occidental»
(198), aunque, para los mismos occidentales, ellos hablan una «ininteligible cháchara» (199). Para
complicar la situación aun más, hay muchos momentos en Donde van a morir los elefantes en que
se valoriza implícita o explícitamente a la cultura europea, lo que puede sugerir tanto una crítica de
la cultura estadounidense, como el relativo atraso cultural de América Latina. Al mismo tiempo
problematiza el tópico del eurocentrismo en relación con los Estados Unidos, noción tan
omnipresente en los estudios de la literatura hispanoamericana657.
Es más, la novela deroga así la tropicalización por parte de los Estados Unidos y la
invierte ejerciendo una especie de retropicalización como reconoce el propio autor-narrador:
«¿Por qué no escribir, entonces, la novela de una invasión nuestra del territorio de ellos,
salpicando nuestro texto de anglicismos, caricaturizando tan cruelmente el mundo
norteamericano, que los personajes se transformen también en clichés, ejerciendo así nuestro
derecho de invadirlos y colonizarlos […]?»658. Y es justamente este el caso de Donde van a
morir los elefantes donde no solo encontramos estereotipos de los yanquis frente a la cultura
latinoamericana (como, por ejemplo, una sociedad de salvajes, de bárbaros, de violadores,
etc.), sino también prejuicios de los hispanos hacia la sociedad estadounidense (cultura de
consumo, de la obesidad, de la superficialidad, etc.). Además, el choque cultural que el país
de acogida provoca en Nina, la triste y dramática historia sobre la juventud de Ruby y los
homicidios hacia el final de la novela muestran que la realidad brutal en los Estados Unidos
no es muy distinta de la de algunos países latinoamericanos. Como último indicio de esta
inversión, el teórico Brent J. Carbajal remite al título del estudio más conocido de Gustavo
Zuleta: Perspectivas/Savitcepsrep. Este opera como alegorización del cambio de perspectiva
y de la infalibilidad de una sociedad659.
656
Donoso, op. cit., p. 97.
657
Véase: Swanson, op. cit.
658
Donoso, op. cit., p. 390.
659
Brent J. Carbajal, The Veracity of Disguise in Selected Works of José Donoso,
Lewiston/Queenston/Lampeter, Edwin Mellen, 2000, p. 79.
279
Sección analítica
Todo lo anteriormente expuesto no quiere decir que los personajes de la novela sean
unidimensionales, sino que, todo lo contrario, muestran no equivaler a los estereotipos
impuestos por la sociedad «adversaria». Ruby constituye un buen ejemplo de ello: «La obesa
joven norteamericana Ruby encarna la gordura en la novela (“yo soy mi gordura”, dice a
menudo). Pero Ruby encarna también la idea de “las ambivalencias” (289), “las transiciones”
(116), y las identidades múltiples: “ha habido tantas Rubys…”, dice ella (297)»660.
En general, los personajes en Donde van a morir los elefantes tienen bastantes
dificultades para aculturarse, según lo muestran los siguientes ejemplos que llegan desde la
adaptación o una integración parcial hacia la separación total de la cultura de acogida:
Ejemplo 1 (Josefina):
Despachaba esta ceremonia con tal maestría, que resultaba difícil comprender cómo, tras vivir
quince años en un país donde se hablaba inglés, aún mostraba serias dificultades de pronunciación,
gramática y léxico661.
Ejemplo 3 (Nina):
Decían que en Estados Unidos había tanto crimen y tanta droga, y tanto negro suelto y tanto chino,
sí, los chinos, sobre todo, le daban miedo. Y le decían que los techos de asbesto daban cáncer y
que hasta las aspirinas eran peligrosas, porque producían… ¿diabetes?, ¿cirrosis?, ¿úlceras?,
¿sida? ¿Cómo saber quién tenía sida y quién no, y quién podía contagiarlo… dentistas, peluqueros,
pedicuros? Ella estaba habituada a una vida muy diferente663.
660
Véase: Swanson, op. cit.
661
Donoso, op. cit., p. 51.
662
Ibíd., p. 201.
663
Ibíd., p. 342.
664
Ibíd., p. 158.
665
Ibíd., p. 339.
280
Sección analítica
666
Donoso, op. cit., p. 106.
667
Ibíd.
668
Véase: Swanson, op. cit.
281
Sección analítica
decisión de emigrar a los Estados Unidos y Nina tiene que seguirle, según los modelos
tradicionales del reparto de roles. En los Estados Unidos, el protagonista no solo se deja
dominar por la Ruby, sino más tarde también por su esposa, quien decide volver a la patria y
Gustavo regresa tras ella. También aquí ha tenido lugar, pues, una inversión de los roles de
género.
Por lo que respecta a la identidad sexual, en segundo lugar, podemos observar en
Gustavo un deseo que por la mayoría heteronormativa es visto como algo anómalo: la
atracción por una mujer obesa. Justamente eso constituye un paralelismo con el propio autor
que tuvo en su vida anhelos sexuales reprimidos. Además, Gustavo, quien se revela en el
epílogo como autor-narrador, se distancia del homosexualismo cuando denomina a los chinos
«maricones»:
–¡Son los chinos! –exclamó muy bajito.
La Ruby se quedó mirando a Gustavo. Los chinos se inclinaron sobre el tocadiscos. ¿Qué oían?
¿Una mazurca, tal vez? Se enlazaron para bailar, girando y saltando, pasando y volviendo a pasar
con sus pasitos y sus piruetas tras el cristal de las ventanas.
–¡Chopin! –dijo la Ruby.
–¡Maricones! –exclamó Gustavo.
–De maricones, nada –lo contradijo la Ruby–. Están divirtiéndose. Bailan como creen que
bailamos en Occidente. Son distintos.
–Yo los encuentro iguales.
–¡Tonto! Distintos de nosotros, quiero decir. Para ellos, nosotros somos los otros, los demás, los
raros; y ellos los de adentro, los normales.
Como en un ballet de gran aparato, ambos chinos se hacían reverencias, se saludaban y se
despedían con venias. Se ofrecían mutuamente vasos de agua con expresión de aprecio, aunque no
de afecto. Se ponían y quitaban sillas, se arrodillaban, riendo –pero sin audio– al pasar frente a las
ventanas. Hasta que desaparecieron los dos en el fondo de la habitación. Inmediatamente cortaron
la música y apagaron la luz.
–¿Ves que son maricones? –dijo Gustavo–. ¿Por qué apagan la luz si no son maricones669?
Este pasaje no solo muestra el racismo que está presente en Gustavo sino también la actitud
homofóbica que adopta el protagonista y eso, de nuevo, podría vincularse con la propia vida
del autor que probablemente se ha mostrado distanciado frente a los homosexuales para no
levantar sospechas de ser uno de ellos. Ruby, en cambio, se muestra solidaria con el colectivo
LGBTQ: «Desde entonces me encantan los maricas. Incluso he desfilado, sin serlo, en
manifestaciones por los derechos de los homosexuales»670. Lo que, por otra parte, representa
una especie de reconocimiento del tema en la novela. En general, se puede decir que la
homosexualidad solo se tematiza de manera muy velada en la obra; no obstante, nos damos
cuenta del conflicto del propio autor sobre la temática, representado por los personajes de
Gustavo y de Ruby.
669
Donoso, op. cit., pp. 135-136.
670
Ibíd., 293.
282
Sección analítica
671
Véase: Swanson, op. cit.
672
Véase: Ibíd.
283
Sección analítica
673
Donoso, op. cit., pp. 385-386.
674
Ibíd., p. 387.
284
Sección analítica
Ejemplo 1:
Nadie ha pretendido jamás que La caja sin secreto sea light. Es como alegar que Borges o Perec
son light. El hecho es que, aun siendo pesos pesados, todo el mundo los venera y los imita. Pero
que La caja sin secreto es una piedra fundamental de nuestra novelística, nadie lo puede negar. La
literatura hay que juzgarla con otros parámetros, Gorsk. Tú, en vez de estudiar las fuentes italianas
de La Celestina o la pérdida de las raíces visigodas en la transición al latín vulgar, si realmente
quieres tener un departamento de Español que nos prestigie, un departamento contemporáneo y
vigente, deberías no sólo incluir en nuestros programas La caja sin secreto, sino moverte por cielo
y tierra para ubicar a Chiriboga en Chicago y traerlo de una oreja a Saint Jo. ¡Que dicte una
conferencia y le dé tema de conversación a todo el Medioeste! Para algo hemos traído al
chiriboguista más prestigioso de Latinoamérica, Zuleta, alguien capaz de hablarnos de lo más alto
y lo más comprometido de nuestra literatura675.
Ejemplo 2:
–A book is a writer’s secret life, the dark twin of a man… –Gustavo disertaba sobre las ideas
estéticas de Faulkner. Repitió la frase, sotto voce, en el oído de la Ruby, que se paralogizó con las
enigmáticas palabras del maestro.
–The dark twin of a man! No me vengan a mí con gemelitos oscuros, que me los conozco de
memoria. Me basta con la especulación literaria en vez de la literatura misma: para estimularme,
prefiero leer al viejo Coleridge676.
Ejemplo 3:
Igual que Borges, Sábato le negaba la ceguera al autor de Ficciones, calificándola de afectación…
sin imaginar, acaso, que de ese modo Borges escrutaba otros ámbitos. Y esta enigmática mirada
blanca del matemático equivalía, tal vez, a la penetrante adivinación de aquellos otros ojos
ciegos677.
675
Donoso, op. cit., pp. 108-109.
676
Ibíd., p. 181.
677
Ibíd., p. 326.
678
Véase: Swanson, op. cit.
285
Sección analítica
Este pasaje, además, nos muestra otro buen ejemplo del metadiscurso que podemos encontrar
a lo largo de todo el relato; aquí se centra en la pregunta cuándo hablamos de literatura trivial
y cuándo de creaciones literarias de alta calidad. A continuación, nos detendremos en la
función de todos los recursos estéticos anteriormente expuestos.
679
Donoso, op. cit., pp. 234-236.
286
Sección analítica
4.4.3 La falta de identidad cultural y sexual dentro y fuera de la patria: Antes que
anochezca de Reinaldo Arenas
4.4.3.1 Análisis temático
Otras veces soñaba que, aunque había estado en Estados Unidos, había regresado a Cuba no sé por
qué razón –tal vez por el desvío de algún avión o porque me habían engañado y me habían dicho
que podía ir sin ningún problema– y me veía de nuevo allí; en mi cuarto calenturiento y sin poder
salir; estaba condenado a quedarme allí para siempre681.
680
Donoso, op. cit., pp. 233-234.
681
Reinaldo Arenas, Antes que anochezca, Barcelona, Tusquets, 1992, pp. 335-336. Todos los números de
página se refieren a esta edición.
287
Sección analítica
Antes que anochezca es una de las obras más conocidas y canónicas que reúne el tema
de la migración/el exilio con el de la búsqueda sexual. Como ya hemos indicado, esta doble
condición implica varias tensiones y violaciones de los derechos humanos con las que se ven
confrontados los personajes. A continuación, aportaremos tres razones por las que hemos
incluído dicha obra en nuestro corpus hispanounidense:
1. La obra se creó en un contexto histórico particular. Si bien en los países de los textos
hasta ahora analizados prevalece un sistema patriarcal y heteronormativo, Cuba fue
durante muchos años un país que favoreció la persecución de homosexuales,
proclamando leyes en contra de ellos por las que muchas personas afectadas negaron
su propia sexualidad. Pero, al mismo tiempo, fueron encerradas en la isla, con
anterioridad a la salida de los marielitos, sin grandes posibilidades de irse de ella.
Prevaleció, entonces, una situación panóptica en la cual Cuba representaba una
cárcel enorme en la que se vigilaba cada paso de personas sospechosas.
2. Antes que anochezca constituye uno de los pocos ejemplos de autobiografías tratadas
en este estudio. No obstante, por su estructura y el lenguaje poético, se trata más bien
de una novela autobiográfica, motivo por el que la incorporamos a nuestra tesis. En
general, y como lo hemos visto hasta ahora, la narrativa hispanounidense es un tipo
de escritura que se acerca mucho a la realidad y casi cada obra contiene, en menor o
mayor grado, elementos autobiográficos o, al menos, muy verosímiles.
3. Por último, vinculada al tema de la sexualidad, que ocupa un espacio muy importante
en la obra, encontramos la infección del protagonista con el sida. Esta condición le
dificulta la vida y hace que tampoco en el exilio en los EE. UU. logre la libertad
esperada y se encuentre con una situación carcelaria ya conocida en su país de origen
(véase: cita introductoria a este subcapítulo).
288
Sección analítica
alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición»682.
Obviamente, también se incluyen en esta definición los homosexuales u otros miembros
de la comunidad LGBTQ, pero no se mencionan explícitamente. Es posible que sea justo este
hecho el que pueda llevar a falsas aplicaciones o a la ausencia de aplicación, sobre todo, en
países donde la homosexualidad es/era considerada poco natural, pecaminosa o incluso ilegal
y punible, como era el caso de Cuba entre los años 60 y 80. Parece imprescindible añadir que
en aquella época (y hasta incluso el año 2009) Cuba estaba suspendida por la Organización de
los Estados Americanos (OEA) y, por ello, carecía del control de dicha organización y, por
ende, de toda forma de protección. En consecuencia, se produjeron varias violaciones de los
derechos humanos e incluso se aprobaron leyes que contradecían a los mismos, como
visualiza la siguiente secuencia del documental Conducta impropia de Néstor Almendros y
Orlando Jiménez Leal en la que se entrevistó a Reinaldo Arenas:
45’55’’ Reinaldo Arenas
- Cuando Fidel Castro habla, incluso cuando pronuncia o publica, aquellas leyes que
condenan a los mismos homosexuales o a cualquier ser humano, estos seres humanos tienen
que ir a la Plaza de la Revolución y aplaudir aquellas leyes. O sea, es increíble que aquellas
leyes, por las cuales a lo mejor vamos a ir a campos de trabajo forzado o a la cárcel,
nosotros tenemos que aprobarlas y aplaudirlas. Todo ser humano tiene que hacer esta
simulación porque uno depende del Estado. El Estado es que le da a uno trabajo, el Estado
es que nos puede meter en la cárcel o que nos puede dar la posibilidad que uno puede, por
ejemplo, estudiar en una universidad o que puede que uno pueda mejorar su empleo. Es
decir que todo este tipo de leyes delirantes llevan a la persona a un estado paranoico y, por
ejemplo, si esa persona en este estado paranoico, con la ley de extravagancia, la ley contra
la vagancia, la ley del diversionismo ideológico, la protección sexual y normal del
desarrollo de la familia, intenta irse del país, pues entonces hay otra ley que se llama la “ley
de las salidas ilegales del país”. Es decir que, si usted intenta irse con una lancha o una
cámara nadando, como pueda, o un avión, sencillamente está yéndose ilegal del país, se
llama «salidas ilegales» y es condenado a 5, 6 o 4 años de cárcel683.
No fue hasta el año 2013 cuando se creó la Convención Interamericana contra toda
Forma de Discriminación e Intolerancia que en su Artículo 1 sí especifica la orientación
sexual como factor independiente:
La discriminación puede estar basada en motivos de nacionalidad, edad, sexo, orientación sexual,
identidad y expresión de género, idioma, religión, identidad cultural, opiniones políticas o de
cualquier otra naturaleza, origen social, posición socioeconómica, nivel de educación, condición
migratoria, de refugiado, repatriado, apátrida o desplazado interno, discapacidad, característica
genética, condición de salud mental o física, incluyendo infectocontagiosa, psíquica incapacitante
o cualquier otra684.
682
Naciones Unidas, op. cit., p. 2.
683
Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal (dirs.), Conducta impropia, París, Les films du Losange, 1984.
684
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Convención Interamericana contra toda Forma de
Discriminación e Intolerancia, 2013, p. 2. URL = www.oas.org/es/cidh/mandato/documentos-
basicos/convencion-interamericana-toda-discriminacion-intolerancia.pdf (última consulta: 20 de mayo de 2016).
Las negritas son nuestras.
289
Sección analítica
Hay que añadir a esto que todavía no todos los Estados Partes firmaron el nuevo tratado: entre
otras, falta la aprobación de Cuba.
Así pues, como también lo tematiza el documental Conducta impropia, los homosexuales no
solo tenían que esconder sus preferencias sexuales, sino que debían reprimirlas e incluso
negarlas.
En el caso de Reinaldo Arenas se añadió otra problemática: su condición de escritor.
Aunque existen varias leyes sobre la libertad de opinión y expresión, como el Artículo IV
685
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Declaración Americana, op. cit., p. 2.
686
Arenas, op. cit., pp. 71-72.
290
Sección analítica
Arenas, al formar parte de ambas colectividades, los homosexuales y los escritores, se dio
cuenta de la «inutilidad» de su existencia dentro de la sociedad cubana cuando en una
entrevista declaró: «Tanto el homosexualismo como la creación artística se ven unidos porque
son ambos proscritos, puesto que no conducen a producciones prácticas en la vida»688.
Además de las violaciones de los derechos humanos que la discriminación conllevaba,
la hicieron sentir a cualquier persona que intentaba criticar el Estado, pero sobre todo se
dirigió contra los intelectuales homosexuales con el llamado parametraje: «[…] es decir cada
escritor, cada artista, cada dramaturgo homosexual, recibía un telegrama en el que se le decía
que no reunía los parámetros políticos y morales para desempeñar el cargo que ocupaba y, por
tanto, era dejado sin empleo o se le ofertaba otro en un campo de trabajos forzados» 689 .
Incluso los detuvieron y los encarcelaron, como también fue el caso del propio Reinaldo
Arenas.
Las infracciones de los derechos humanos no terminaron allí. Desde el año 2008 existen
los Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad
en las Américas. Allí se explicitan, entre otras cosas, el trato humano, la igualdad y no-
discriminación y la libertad de expresión, asociación y reunión de los presos. Incluso ya en la
687
Arenas, op. cit., pp. 152-161.
688
Jacobo Machover, La memoria frente al poder. Escritores cubanos del exilio: Guillermo Cabrera Infante,
Severo Sarduy, Reinaldo Arenas, Valencia, Universidad de Valencia, 2001, p. 266.
689
Arenas, op. cit., p. 164.
291
Sección analítica
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre del año 1948 hay un artículo
(Artículo XXV) sobre el «Derecho de protección contra la detención arbitraria» que dice:
Nadie puede ser privado de su libertad sino en los casos y según las formas establecidas por leyes
preexistentes.
Nadie puede ser detenido por incumplimiento de obligaciones de carácter netamente civil.
Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene derecho a que el juez verifique sin
demora la legalidad de la medida y a ser juzgado sin dilación injustificada, o, de lo contrario, a ser
puesto en libertad. Tiene derecho también a un tratamiento humano durante la privación de su
libertad690.
No es solo que la detención de Reinaldo Arenas resulte más que arbitraria. En Antes que
anochezca también nos damos cuenta de que el tratamiento en la prisión del Morro era
sumamente inhumano: «Los homosexuales ocupaban las dos peores galeras del Morro; eran
unas galeras subterráneas en la planta baja, que se llenaban de agua cuando subía la marea;
era un sitio asfixiante y sin baño. A los homosexuales no se les trataba allí como a seres
humanos, sino como bestias»691.
La imagen previa de los Estados Unidos, principalmente negativa, se transmite en la
novela autobiográfica a través de Fidel Castro quien estaba en contra de cualquier contacto
con dicho país y quien hizo creer al pueblo cubano que el «vecino» del norte era el peor
enemigo. Por ejemplo, tuvieron que repetir la difamación contra el imperialismo
estadounidense y sus habitantes, considerados enemigos692. Otro ejemplo nos proporciona la
siguiente cita:
Desde luego, como siempre, Castro se negó a reconocer su error y trató de desviar la atención del
fracaso de la zafra hacia otros acontecimientos; entre ellos, desde luego, estaba su odio a Estados
Unidos, que según él habían sido los culpables. En aquel momento se inventó la historia de que
unos pescadores habían sido raptados por agentes de la CIA en una isla del Caribe y, de repente,
toda aquella muchedumbre, que había cortado caña durante un año, ahora tenía que concentrarse
en la Plaza de la Revolución o frente a la que había sido la embajada norteamericana en La
Habana, para protestar por el rapto supuesto de aquellos pescadores. Era grotesco ver a aquellos
jóvenes desfilando y gritando horrores contra Estados Unidos, donde quizá ni se sabía cuál era el
motivo de aquello. Recuerdo escuchar a Alicia Alonso pronunciar las palabras más soeces contra
el presidente Nixon, algo así como: «Nixon, hijo de puta, devuelva a los pescadores». […] Al cabo
de una semana aparecieron los pescadores y Fidel pronunció un discurso «heroico» donde decía
que había logrado intimidar a Estados Unidos que le había devuelto a los pescadores. […] De ese
modo, aquellos pescadores regresaban convertidos en héroes que se habían escapado de las garras
del imperialismo norteamericano693.
No obstante, esta manipulación por parte de Castro no mostró efecto con todos los
cubanos, sino que se halló con la resistencia de aquellos que vislumbraron los engaños de su
gobernador o de los que eran oprimidos y perseguidos en el propio país, como los
intelectuales o los homosexuales. Arenas, formando parte de ambos grupos, es un excelente
690
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Declaración Americana, op. cit., p. 5.
691
Arenas, op. cit., p. 206.
692
Ibíd., p. 83.
693
Ibíd., pp. 158-159.
292
Sección analítica
De esta manera, y al cambiar una letra de su nombre en el pasaporte, también logró escapar el
propio Arenas, quien notó en los EE. UU. una seria discrepancia entre la realidad soñada y la
vivida al encontrarse con un mundo artificial e insolidario que le hizo extrañar su Cuba natal,
pero su «[…] memoria enfurecida fue más poderosa que cualquier nostalgia»696.
La búsqueda de Arenas en el nuevo país fue doble: por una parte, tenía el deseo de
poder expresar su opinión política libremente y, por otra, el de tener la posibilidad de vivir su
propia sexualidad sin represiones, lo que se convirtió en otra restricción como nos revela la
opinión del académico Michael Tolan. Según él, la situación en términos de libertad sexual
era diferente en el exilio. De hecho, ya no existía una fuerte represión estatal contra los actos
694
Arenas, op. cit., p. 299.
695
Ibíd., p. 301.
696
Ibíd., p. 314.
293
Sección analítica
697
Véase: Michael Tolan, «Paraíso dependiente: la represión y el erotismo en Antes que anochezca», Gaceta
Hispánica de Madrid, VIII (2009), pp. 1-7.
URL = http://gacetahispanica.com/wp-content/uploads/2013/03/GH8_MichaelTolan_ParaisoDependiente.pdf
(última consulta: 11.09.2018).
698
Véase: Arenas, op. cit., pp. 306-312.
699
Ibíd., pp. 313-314.
294
Sección analítica
Miami. En un primer momento, Arenas parecía aprovechar las nuevas posibilidades que le
ofrecía el nuevo lugar como él mismo reconoce:
El desterrado es ese tipo de persona que ha perdido a su amante y busca en cada rostro nuevo el
rostro querido y, siempre autoengañándose, piensa que lo ha encontrado. Ese rostro pensé hallarlo
en Nueva York, cuando llegué aquí en 1980; la ciudad me envolvió. Pensé que había llegado a una
Habana en todo su esplendor, con grandes aceras, con fabulosos teatros, con un sistema de
transporte que funcionaba a las mil maravillas, con gente de todo tipo, con la mentalidad de un
pueblo que vivía en la calle, que hablaba todos los idiomas; no me sentí extranjero al llegar a
Nueva York. Aquella misma noche comencé a caminar por la ciudad; me pareció que en otra
encarnación, en otra vida, yo había vivido en esta ciudad700.
Pero a causa de su enfermedad, el sida, Arenas pronto se dio cuenta del círculo vicioso que
determinaba su vida y del cual no parecía haber salida. Constata la estudiosa Beatriz Flores
que fue únicamente durante el exilio cuando Arenas volvió a ser humano, porque en los
Estados Unidos se permite su homosexualidad sin opresión alguna. Sin embargo, la crítica al
nuevo sistema, en el que vivió, apareció en un breve periodo de tiempo. Su recién ganada
libertad sexual dio paso al horror de la enfermedad mortal, por la que su vida (la única cosa
que tenía en Cuba) perdió su significado701.
No fue el único desafío al que tuvo que enfrentarse Arenas, dado que su situación como
escritor apátrida le causó problemas. En el exterior debió soportar las mismas actitudes y
discriminaciones que había sufrido ya en su patria. De modo que, el exilio, para él, significó
una gran desilusión: «Ahí donde pensaba encontrar cierta solidaridad frente a los sufrimientos
que padeció en la isla, solamente encontró desconfianza, hostilidad o incomprensión»702 y
citamos a Arenas en Antes que anochezca: «Era una especie de paradoja y, a la vez, ejemplo
de las circunstancias trágicas que han padecido todos los escritores cubanos, a través de todos
los tiempos; en la Isla éramos condenados al silencio, al ostracismo, a la censura y a la
prisión; en el exilio, al desprecio y al olvido por parte de los mismos exiliados»703.
Por ello, también en el exilio Arenas se quedó en un estado de completa exclusión y
marginación, es decir, al margen del margen. Por un lado, se vio excluido por la nueva
sociedad al rechazarla no una sino al menos dos veces: primero en Miami y luego en Nueva
York. Por otro lado, también se enfrentó al desprecio de sus compatriotas quienes lo
calificaron como ser presuntuoso y arrogante, ya que había «[…] una especie de sentido de
destrucción y de envidia en el cubano»704 que no toleraba que alguien se hiciera famoso y que
destacara entre todos los demás. En conclusión, se puede considerar como probable que todas
700
Arenas, op. cit., p. 315.
701
Beatriz Flores, «La retórica de la autobiografía en Antes que anochezca», en María Teresa Miaja, Del alba al
anochecer: la escritura en Reinaldo Arenas, Madrid/Fráncfort, Iberoamericana/Vervuert, 2008, p. 141.
702
Machover, op. cit., p. 195.
703
Arenas, op. cit., p. 312.
704
Ibíd.
295
Sección analítica
estas condiciones, o sea, el no poder vivir nunca completamente en libertad emparejado con
su estado de salud cada vez peor por el sida, contribuyeran a su suicidio al final de la obra.
Como advierte Emilio Bejel, el deseo está condicionado por el poder; sin la existencia
del poder, el deseo carecería de sentido y expresión. Contrariamente a esta idea, el texto de
Arenas no se cansa de presentarnos a un protagonista-narrador que se describe a sí mismo
como sujeto de una crisis y esta casi siempre ocurre como resultado de influencias externas
causadas por tres potencias entrelazadas: «la tradición (machista), la familia (específicamente
la del protagonista-narrador como representación de la tradición) y el estado (el gobierno
socialista cubano)»705. Estas tres fuerzas afectan a Arenas en diferentes intensidades y por lo
tanto llevan a la limitación de su persona. El deseo de Arenas, a su vez, solo es el de poder
vivir libre de cualquier regla o régimen.
Se ve, pues, que el trauma del exilio fue tan fuerte que el proceso de identificación en el caso
de Arenas, y probablemente también de muchos otros exiliados, se interrumpió y se
imposibilitó. No es que el protagonista solo rechazó su país de origen y todo lo que tenía que
ver con él (la política, la cultura, etc.), sino que tampoco logró vincularse con el nuevo país y
sus costumbres, lo cual resulta en una pérdida y falta completa de una identidad cultural: «Y
nosotros los cubanos, los que sufrimos por veinte años aquella persecución, aquel mundo
terrible, somos personas que no podemos encontrar sosiego en ningún lugar; el sufrimiento
705
Emilio Bejel, «Antes que anochezca: Autobiografía de un disidente cubano homosexual», Hispamérica, 25,
74 (1996), pp. 31-32. URL = http://www.jstor.org/stable/20539913 (última consulta: 12.09.2018).
706
Arenas, op. cit., p. 320.
707
Ibíd., p. 343.
296
Sección analítica
nos marcó para siempre y sólo con las personas que han padecido lo mismo, tal vez podemos
encontrar cierta comunicación»708.
708
Arenas, op. cit., p. 330.
709
Ibíd., p. 90.
297
Sección analítica
terms are fundamentally dependent on those terms for “our” existence» (2). La liberación sexual
cubana es una reacción en contra de una fuerza opresiva, el régimen de Castro y su represión
sexual; de modo que si la fuerza represiva fuera eliminada, el movimiento en contra de ella
también perdería su causa.
[…]
Arenas presenta una imagen idílica de la liberación sexual cubana: una reacción generacional en
contra de la represión de Castro. Pero también él necesita esa represión de una manera
inconsciente. Como dice Butler: «It is not simply that one requires the recognition of the other and
that a form of recognition is conferred through subordination, but rather that one is dependent on
power for one's very formation, that that formation is impossible without dependency, and that the
posture of the adult subject consist precisely in the denial and reenactment of this dependency»
(9). La subjetividad de Arenas se basa en su lucha en contra de la represión sexual y la censura del
régimen de Castro. En el exilio, su relación con esa fuerza opresiva cambia, su enemigo ya no está
tan presente, y pierde en parte su identidad. Escribe: «en el exilio uno no es más que un fantasma,
una sombra de alguien que nunca llega a alcanzar su completa realidad; yo no existo desde que
llegué al exilio; desde entonces comencé a huir de mí mismo» (314). Se siente incompleto,
atribuye su estado a una huida de sí mismo. Esto es cierto con respecto a su identidad sexual. Al
abandonar la isla, también abandona la represión que utilizó para definirse como un disidente
sexual710.
710
Véase: Tolan, op. cit., pp. 4-6.
298
Sección analítica
primera crisis de autoridad del texto. De hecho, la misma familia (aun la madre) parecía despreciar
a aquel «hijo del pecado»; pero fue precisamente este desprecio y despreocupación (actitud que
llega por momentos a ser abusiva), lo que, según el protagonista-narrador, le abrió un espacio a su
fuga creativa: «Mi existencia ni siquiera estaba justificada y a nadie le interesaba; eso me ofrecía
un enorme margen para escaparme»711.
La escritura de Arenas puede ser entendida, pues, como un grito de liberación de las
cadenas que se le han impuesto desde muy temprana edad. Pero, como cada autobiografía, la
realidad de Antes que anochezca converge con elementos ficticios. Es más, la obra destaca
por un carácter fuertemente literario y afirma la académica Beatriz Flores que, como lectores,
reconocemos un entrelazamiento de lo real y lo ficticio a través del evidente carácter literario
de la autobiografía. Además, la memoria debe ser percibida como un artefacto que recupera el
pasado de un conglomerado de recuerdos, teniendo en cuenta que cada autobiografía es una
interpretación de la propia vida desde una perspectiva contemporánea712.
Visto el elemento lúdico entre realidad y ficción que marca el estilo de Arenas,
preferimos denominar Antes que anochezca como novela autobiográfica. Según nuestro
juicio, no puede interpretarse como una mera descripción de la vida de Arenas, sino como una
creación literaria de alta calidad estética, por lo que intentaremos presentar, a continuación,
los diferentes recursos estéticos que ennoblecen esta obra.
El resto de los sesenta y nueve capítulos marca el recorrido de la vida de Arenas en los
que se cuenta la lucha del autor por la libertad sexual y de expresión que, al fin y al cabo, ha
711
Bejel, op. cit., p. 30.
712
Flores, op. cit., p. 128.
713
Arenas, op. cit., p. 16.
299
Sección analítica
llevado a su decisión de acabar con su vida, lo cual expresa en su carta de despedida, escrita
para ser publicada:
Queridos amigos: debido al estado precario de mi salud y a la terrible depresión sentimental que
siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida. […]
Al pueblo cubano tanto en el exilio como en la Isla los exhorto a que sigan luchando por la
libertad. Mi mensaje no es un mensaje de derrota, sino de lucha y esperanza.
Cuba será libre. Yo ya lo soy714.
Con estos testimonios finales, Arenas resume en muy pocas palabras su propia tragedia: en
toda su vida nunca ha sido completamente libre: en Cuba se vio reprimido y perseguido por su
condición de autor homosexual disidente; en los Estados Unidos vivió de manera aislada y
marginada, sin tampoco poder desplegar su sexualidad y sus pensamientos. La única libertad
que le quedó fue la de decidir sobre su propia vida y solo al acabar con ella se sintió liberado.
Lo que anunció en el primer capítulo se confirmó al final de la obra y así se cierra el círculo:
Arenas abandonó este mundo, dejándonos un amplio y rico legado para la literatura universal.
Es precisamente este metadiscurso que otra vez justifica denominar la obra como novela
autobiográfica. La vida agitada de Arenas le proporcionó la materia para escribir sus obras,
mientras que su escritura le ayudó a asimilar sus experiencias frecuentemente negativas. Lo
714
Arenas, op. cit., p. 343.
715
Bejel, op. cit., pp. 39-40.
300
Sección analítica
real y lo ficticio se fusionaron entre sí y dieron lugar a este producto particular que es Antes
que anochezca.
De nuevo, estas explicaciones nos muestran que la vida (o sea, la realidad de Arenas)
fue inseparable de su escritura (es decir, de la ficción), lo cual justifica la calificación de Antes
que anochezca como novela autobiográfica. Además, la forma circular de la obra también
tiene su lógica: con la anunciación de su muerte en la introducción llegamos a conocer a lo
largo de la lectura las razones por las que quiere acabar con su vida y terminamos, como
716
Véase: Arenas, op. cit., p. 332.
717
Véase: Ibíd., pp. 103-104.
718
Ibíd., p. 11.
301
Sección analítica
cierre del círculo, con la carta de despedida «antes que anochezca», o sea, antes de que llegue
la muerte del autor. Para el lector, así lo añade Bejel, más bien se trata de un «después que
anocheció», porque este testimonio solo se lee póstumamente:
Se dice en el texto de Arenas que el significado del título es doble: al principio, cuando se
comenzó a escribir esta autobiografía en el momento de fuga del protagonista-narrador escondido
en el Parque Lenín de La Habana, tenía el significado de escribir antes que llegara la oscuridad de
la noche y no le permitiera seguir escribiendo; en el presente de la enunciación del texto significa
la necesidad de apresurarse a terminarlo antes que llegue otra forma de oscuridad, la muerte
inminente del SIDA. Aunque en el caso de la obra de Arenas, el concepto de la muerte es más
dramático que en otros textos autobiográficos, en realidad éstos siempre abordan la imagen de una
vida que se desfigura porque tiene que escribirse desde el momento donde ya no es vida, desde el
momento donde ha dejado de ser vida para convertirse en escritura, la escritura como la muerte de
la vida y a la vez como el deseo incontrolable de preservarla. Es por esto que el título de la última
obra de Arenas bien le cabría a todas las autobiografías, las cuales siempre están en una especie de
delirio «antes que anochezca», antes de que llegue la muerte, anunciándola; o tal vez también
pudiera decirse lo contrario, y habría que titular ésta (y todas las autobiografías) «después que
anocheció», ya que, desde el punto de vista del lector, la vida que se hace escritura –la bio que se
hace grafía– se lee cuando sólo ha comenzado a reinar la última719.
En conclusión, se puede decir que la vida de Arenas siempre fue condicionada (su escritura a
través de sus experiencias negativas y su sexualidad a través del poder político) y que la única
verdadera decisión libre fue su huida hacia una muerte trágica.
4.4.4 Las varias facetas de la identidad sexual (femenina): Las historias prohibidas de
Marta Veneranda de Sonia Rivera-Valdés
4.4.4.1 Análisis temático
¿Adónde han ido a parar mi formación religiosa y mi cultura?, me digo a cada rato, porque con
todo lo adaptada a esta sociedad que una pueda estar, vamos a dejarnos de boberías, entre nosotros
el homosexualismo no es normal. No es que yo sea homofóbica, al contrario. En mi trabajo he
defendido el derecho de la gente gay cada vez que ha surgido un problema con ellos, pero ahora, al
tocarme en carne propia, me ha problematizado más de lo que hubiera supuesto, si alguna vez
hubiera imaginado que podía pasarme algo así. Jamás lo supuse, y además, de haber sido sexo
puro no me resultaría tan inquietante. La carne es débil, como decían las monjas en la escuela de
Caibarién, y a cualquiera se le suelta un tornillo un día.
Lo peor fue… Me da hasta pena decírselo… que me enamoré de ella720.
Esta cita de nuestro último objeto de estudio nos muestra varias dimensiones sobre las
que se puede producir un conflicto identitario. A pesar de que un migrante se integre
perfectamente en la nueva sociedad y supere así el choque cultural inicial, pueden surgir otros
conflictos a nivel social o sexual. Las historias prohibidas de Marta Veneranda es una
compilación de distintas tensiones y su análisis se puede justificar por varias razones:
1. En primer lugar, constituye un ejemplo genérico no exactamente definible. En otros
términos, se trata de una colección de cuentos que, por el uso de una narración
719
Bejel, op. cit., pp. 36-37.
720
Sonia Rivera-Valdés, Las historias prohibidas de Marta Veneranda, Tafalla, Editorial Txalaparta, 1998, p.
12. Todos los números de página se refieren a esta edición.
302
Sección analítica
Llegué a Nueva York en 1966, cuando andaba la guerra de Vietnam. Fue una época en que
llegabas a una fábrica cualquiera, decías I want a job y de inmediato te sentaban, o paraban,
delante de una máquina que nunca habías visto ni tenías idea de cómo funcionaba y comenzabas a
empacar destornilladores o salchichas722.
Si en el primer ejemplo la abundancia de regalos del tío Silvestre promete bienestar y riqueza,
en el segundo el país de acogida atrae con la perspectiva de encontrar trabajo y estabilidad
económica.
Vinculado a este primer motivo se encuentra el anhelo que tienen algunos personajes de
ser alguien mejor y de gozar de una posición social más prestigiosa. Este deseo provoca como
consecuencia una especie de racismo comunitario, ya que la madre de una de las narradoras
721
Rivera-Valdés, op. cit., p. 34.
722
Ibíd., p. 69.
303
Sección analítica
prefiere a un yerno blanco, además de médico, para que sus nietos no sean mulatos723. La
actitud de la madre de la protagonista muestra que esta opinión es una consecuencia de la
supuesta superioridad y hegemonía del pueblo blanco frente a las personas de color y que, por
eso, se reproduce el mismo pensamiento racial en los propios colectivos minoritarios.
Por último, y otra de las razones más frecuentes de los migrantes cubanos, debemos
mencionar el motivo político, sobre todo para gente que no estaba de acuerdo con el batistato
y esperaba la Revolución (que estaba a punto de realizarse): «En noviembre de 1958 mi
mamá, sin pensarlo mucho y tratando, la pobre, de aliviar su depresión perpetua, alejarse un
tiempito de la atmósfera de terror que sufría en La Habana debido a la situación política
[…]»724.
De los ejemplos anteriores podemos deducir que una de las principales búsquedas de los
personajes es la material: encontrar cierta estabilidad económica, una vida mejor y éxito. A
esta se añade otro tipo de búsqueda aún más llamativa en Las historias prohibidas que es la
sexual. En el caso de Martirio del relato «La más prohibida de todas» se reúnen las diferentes
dimensiones de búsquedas como muestra el siguiente pasaje:
Hice miles de cosas antes de encontrar mi caminito como escritora: camarera en cafeterías, cajera
en supermercados, vendedora de hamburgers en McDonalds, just name it, pero mis empleos
favoritos eran los relacionados con el arte. Uno de los más frecuentes y mejor pagado era
modelando en escuelas de pintura. Una vez me tocó hacerlo junto a un muchacho del sur de la
India. […]
Shrinivas, como se llamaba, desconocía el acompañamiento verbal del acto de amor cubano, pero
parecía haber estudiado el Kama Sutra sin saltar una página. Fue la primera vez que hice el amor,
la primera vez que me lo hicieron. Hacer el amor. Esa expresión cobró una vida en mí después de
aquel encuentro, sólo comparable con la de haber entendido, ante la visión de un ser humano, el
origen de los ojos de las imágenes indias725.
En este ejemplo se puede ver que Martirio tiene su primera experiencia sexual con un
hombre: con el indio Shrinivas disfruta de un acto sexual-sensual tan extraordinario y exótico,
que desde entonces no tiene ilusión en el amor. Pero la situación cambia cuando ella se entera
de que él también mantiene una relación con un hombre. Shrinivas, pues, revela su
homosexualidad o, al menos, bisexualidad al confesarle a Martirio que no se acuesta con
mujeres frecuentemente. También sabremos que las relaciones de la protagonista-narradora,
que en el presente de la narración tiene cincuenta y cuatro años, han sido mayoritariamente
lesbianas. Sin embargo, a pesar de la confesión lésbica, su sexualidad está lejos de ser
completamente «homosexual» como muestra el episodio con Shrinivas y algunas otras
experiencias con hombres. Por ende, uno de los pocos actos carnales heterosexuales de toda la
723
Rivera-Valdés, op. cit., p. 143.
724
Ibíd., p. 105.
725
Ibíd., pp. 106-107.
304
Sección analítica
recopilación ocurre entre un hombre, que se declara más homosexual que heterosexual, y una
mujer, que se describe a sí misma como lesbiana. Este es el máximo ejemplo de la
indefinibilidad de la sexualidad de los personajes en toda la obra y nos muestra que la
búsqueda sexual puede desarrollarse en dimensiones inesperadas.
Por último, Martirio además está en busca de algo que va más allá de lo meramente
material o sexual, algo que traspasa los límites de lo concreto y que se inscribe en lo abstracto
y en lo espiritual:
Por suerte estaba sola. Ausente el esposo rico que siempre acompañaba la desilusión de mis viejas
heroínas, no tuve necesidad de complacer fingidamente a nadie y de repente reinó en mí una paz
desconocida hasta entonces. Verdadera paz, y entendí en el corazón, donde se entienden las cosas
de verdad, que aquel desasosiego y vacío cuando no estaba con alguien, aquella necesidad de estar
enamorada, en paz o en guerra, pero nunca sola, no era soledad de otro ni de otra, era soledad de
mí, de mi centro, del que me había desenganchado muy temprano para poner en su lugar el dolor
de mi madre. Junta conmigo misma finalmente, tuve lo más cercano a la felicidad que había
conocido. Escribí más que antes, me dediqué al yoga, a meditar, a ir a un ashram los fines de
semana, a leer sin descanso sobre iluminados y cómo se iluminaron. Salí en busca de mi
crecimiento espiritual con la misma dedicación con que busqué todo lo anterior en la vida726.
726
Rivera-Valdés, op. cit., pp. 120-121.
727
Patricia Valladares-Ruiz, «Lo más prohibido: sexualidad femenina y relaciones de poder en Sonia Rivera-
Valdés», Letras Femeninas, 36, 1 (2010), p. 259.
728
Rivera-Valdés, op. cit., p. 128.
305
Sección analítica
parte de muchos de los padres de sus compañeros de clase: prohíben a sus niños ir a estudiar a
casa de Martirio y la excluyen de las fiestas de cumpleaños729.
En «Los ojos lindos de Adela», por otra parte, explotan a las empleadas latinas en las
fábricas de cosméticos, además de exponerlas a condiciones inhumanas y perjudicar su salud
como se puede leer en el siguiente párrafo:
Al regresar a mi apartamento por la tarde, tomando café, discutimos las cinco ofertas hechas. […]
Al fin escogimos el sitio más cercano al edificio donde vivíamos las dos. Sólo pagaban $1.25 la
hora, pero para nosotras, las dos criando niños, distancia y facilidad de transporte eran factores
decisivos. […]
Cada departamento tenía una supervisora con un uniforme azul, igual al de nosotras, pero la jefa
principal llevaba uno blanco ajustado, de su talla. Era corpulenta, con pelo corto y canoso, casi
blanco. Al uniforme y al pelo se unían medias y zapatos también blancos. Las latinas la llamaban
La paloma. Desde el primer día le caí bien. Sonreía cuando nos cruzábamos y yo correspondía el
saludo con gran deferencia. Mi mamá decía que en la mujer una linda sonrisa abre cualquier
puerta, y a mí desde niña me habían celebrado la risa. Todo el mundo acusaba a La paloma de
intransigente y tirana. Sin embargo, conmigo fue amable hasta que presenté la renuncia. Ahí se
puso grosera730.
A pesar de la escasa aparición de nativos, podemos deducir que los migrantes experimentan
una situación de exclusión en el país de acogida, ya que casi solo desarrollan relaciones entre
ellos y viven en diferentes tipos de enclaves.
Este hecho también nos proporciona una tendencia en los niveles de aculturación de los
diferentes personajes que tiende a una separación de la sociedad de acogida, aunque los
grados varían según los protagonistas de los distintos relatos como explicaremos a
continuación. En «Cinco ventanas del mismo lado»731 nos enteramos de que la madre envió a
la protagonista Mayté a los Estados Unidos cuando apenas tenía trece años y que allí debía
vivir en foster homes, desconociendo la lengua y las costumbres del país de acogida. Sin
embargo, también sabemos que ella dispone de pasaporte estadounidense y que ha adaptado
su nombre a las circunstancias al poner un guión entre los dos apellidos. Podemos, pues,
entrever cierto grado de aculturación. A pesar de todo, el elemento que la vincula con el país
de origen es su prima segunda, Laura, que se marcha a Miami tras el divorcio de su marido y
con la que Mayté empieza a desarrollar una relación amorosa: «Yo no sé por qué lloró ella,
puedo decirle que para mí el encuentro significó tener delante, más que a una parienta a quien
veía por primera vez, a alguien de mi sangre cuyos ojos veían todos los días el sol salir y
ponerse sobre Caibarién, que al despertar oía cantar los pájaros cubanos y pisaba yerba
cubana cuando salía al patio. La miraba, no podía dejar de pensar en eso, y lloraba»732. Si bien
Mayté escucha un poco de salsa como los Van Van, Pablo Milanés o Silvio Rodríguez,
729
Rivera-Valdés, op. cit., pp. 104-105.
730
Ibíd., pp. 72-73.
731
Ibíd., 11-23.
732
Ibíd., p. 18.
306
Sección analítica
733
Rivera-Valdés, op. cit., p. 27.
734
Emilio Bejel, «Las historias prohibidas de Marta Veneranda: una estética de la desestabilización»,
Confluencia, 14, 1 (1998), pp. 91-92.
307
Sección analítica
Por ello, también el encuentro íntimo que Rodolfo tiene con su vecina gorda que huele a
pescado lo liga al olor a mar de su patria. Este olor, Rodolfo lo mantiene guardado en su
subconsciencia y resurge cuando ve a su vecina de la fetidez marina. El acto sexual con ella,
finalmente, le permite emprender un viaje hacia su niñez y su tierra natal perdida.
El relato «Desvaríos» conserva ciertos paralelismos con «El olor del desenfreno», ya
que son los dos únicos cuentos protagonizados por hombres y ambos relatos pueden ser
interpretados desde un enfoque psicoanalítico. Los deseos «extraordinarios» de los
protagonistas tienen las raíces en su niñez. Mientras la atracción de Rodolfo por el olor a
pescado de su vecina lo vincula con el mar cubano, el deseo del homosexual Angel de
«Desvaríos» de poseer las mujeres en los vídeos pornográficos heterosexuales, que él mira
secretamente, se origina en la relación semierótica con su niñera Teresita. Además, su
preferencia por los hombres negros tiene que ver con la idealización del hijo mulato de
Teresita:
En «Desvaríos» el narrador-personaje se llama Angel […] Aunque este narrador-protagonista se
identifica como homosexual, el cuento tiene ciertos parecidos estructurales con «El olor del
desenfreno». También en «Desvaríos» la explicación que privilegia el cuento es sicoanalítica de
manera bastante obvia, y el lugar utópico es un pueblecito cerca del río Mayabeque en la provincia
de La Habana donde Angel vivió durante su niñez. Lo primero que Angel le dice a Marta
Veneranda es que «Hace más de veinte años […] no me acuesto con una mujer. Siempre con
hombres, y negros». Pero Angel, que ya en el momento de su confesión a Veneranda es un hombre
adulto profesor de matemáticas, se debate entre dos simbolismos mentales impostados desde su
niñez y que parecen afectarle de manera paradójica el objeto de su deseo: el de Teresita y el de
Sandokan. Curiosamente estos dos personajes de su niñez son pobres y poseen un status de criados
o hijos de criados de la casa de Angel. Teresita es una criada de la casa que cuida al niño Angel y
con la cual existe una relación bastante erótica y de dependencia; mientras Sandokan es un
muchacho que se supone negro o mulato hijo de la sirvienta. En su niñez, Angel percibía a
Sandokan como un superniño. Esta percepción se debe a que Angel era un niño mimadísimo al
que, entre otras cosas, no le permitían comer pescado con espinas […], mientras él ve que
Sandokan se come los pescados con espina, cabeza y todo. Supuestamente, de aquí le viene la
idealización de los hombres negros a Angel735.
735
Bejel, «Las historias prohibidas», op. cit., pp. 92-93.
308
Sección analítica
que confundía el español constantemente. No tenía nada que perder con intentarlo y mucho
que ganar»736.
Una primera señal de la continua aculturación de las dos protagonistas surge cuando se
dan cuenta de que, para recibir un empleo, deben refinar su lenguaje y decir «I am looking for
a job» en vez de «I want a job»737 y es así como las contratan. El triunfo aculturativo, no
obstante, tiene lugar hacia el final del cuento cuando la narradora castra simbólicamente a uno
de los nativos. Cuando quieren echar a Adela de la fábrica antes de la fiesta de Thanksgiving,
la narradora decide acostarse con el jefe supermachista para que este retire su decisión. El jefe
se jacta de su masculinidad y potencia sexual, pero cuando la narradora decide practicar el
coito con él para que no despida a Adela, no tiene una erección. El episodio está lleno de
humillación. Su incapacidad de ponerse erecto prueba que todo ha sido una farsa. Sin
embargo, el trato entre él y la narradora está concluido y no puede terminar su contrato con
Adela. Rivera Valdés ha logrado así castrar narrativamente al «supermacho»
autoproclamado738.
En el relato «Los venenitos» la narradora incluso ayuda a la amante de su marido (una
guatemalteca sin papeles) en su proceso de aculturación, después de haber matado al esposo:
La ayudé a mudarse tan pronto terminó el funeral. Eso fue hace tres años y aún está conmigo. Es
inteligente, limpia, hacendosa, agradecida. Desde el primer momento me recordó a mí misma a esa
edad. Le busqué una escuela para que comenzara a aprender inglés, la ayudé a entrar en la
universidad, la puse en contacto con Iris, mi amiga abogada y le arregló los papeles de residencia.
En realidad, nos hemos ayudado mutuamente. Al comenzar a vaciar el cuarto de Raúl para ubicar
en él a Fermina, me di cuenta de la desolación que hubiera sentido sin su presencia, de no haber
tenido a la muchacha compartiendo la casa conmigo739.
Por último, como ya lo hemos avanzado, Martirio de «La más prohibida de todas»
puede ser considerada una migrante largamente establecida en los Estados Unidos, o sea, su
grado de aculturación la acerca a la asimilación, pero por el encuentro y la relación con Rocío,
se reconcilia con sus raíces cubanas. Podemos constatar, pues, que muchos (o casi todos) de
los procesos de transculturación de los personajes en Las historias prohibidas también están
ligados a procesos de identificación sexual, por lo que a continuación nos enfocaremos con
más detenimiento en las modalidades de identidad de los personajes.
736
Rivera-Valdés, op. cit., p. 71.
737
Ibíd., p. 72.
738
Bejel, «Las historias prohibidas», op. cit., p. 94.
739
Rivera-Valdés, op. cit., p. 92.
309
Sección analítica
Este hibridismo sexual no solo se nos presenta en el relato de Angel, sino en varios
cuentos de la colección. En «Cinco ventanas del mismo lado» la narradora-protagonista
Mayté, casada con un hombre llamado Alberto, descubre su homosexualidad con su prima
Laura sin renunciar por completo a su heterosexualidad. Rodolfo, el protagonista de «El dolor
del desenfreno», se acuesta con su vecina gorda y fétida que lo repugna, pero al mismo
tiempo le atrae. En «Caer en la cuenta» hay un juego amoroso entre dos amigas casadas y
heterosexuales. Y no hay que olvidarse de «La más prohibida de todas» en la que Shrinivas,
un hombre supuestamente homosexual, celebra un acto sexual muy sensual con Martirio, una
mujer que se considera lesbiana, pero que ha mantenido varias relaciones heterosexuales.
Todos estos ejemplos nos muestran que, parecido a la identidad cultural, no hay identidades
sexuales fijas, sino que deberían ser entendidas como modalidades complejas y elásticas, que
varían según cada individuo y que pueden modificarse durante toda nuestra vida.
Otro aspecto importante de la obra es la distribución de los roles y del poder. Si hasta
ahora hemos visto muchos ejemplos en los que el sistema colonial y patriarcal ha llevado a la
inferioridad de la mujer, Las historias prohibidas nos muestran que las mismas estructuras
también se reproducen entre los homosexuales. Judith Butler en su reconocido estudio Gender
trouble sostiene que si la sexualidad se construye culturalmente dentro de las relaciones de
poder existentes, entonces la postulación de una sexualidad normativa que está «antes»,
«fuera» o «más allá» del poder es una imposibilidad cultural y un sueño políticamente
740
Bejel, «Las historias prohibidas», op. cit., p. 93.
310
Sección analítica
Este episodio reclama una ruptura de las estructuras patriarcales para crear distribuciones de
poderes alternativas. El hecho de que Rocío sepa de antemano lo que Martirio va a decir en su
discurso de sexo hablado, es una prueba que ha sido condicionada por el mismo sistema. Pero,
en vez de que se reproduzcan los estigmatismos de dominio, que ambas mujeres han
aprendido en la isla, esta última secuencia nos muestra la sensualidad equilibrada que reina
entre ellas.
741
Judith Butler, Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity, Nueva York, Routledge, 1990, p.
30.
742
Rivera-Valdés, op. cit., p. 129.
743
Ibíd., p. 130.
311
Sección analítica
años y que formaron parte, en sus comienzos, de una investigación para un curso de estudios
graduados»744.
Es más, Marta Veneranda podría ser considerada el alter ego de la autora, ya que esta
última llevó a cabo entrevistas con diferentes latinas y latinos en los Estados Unidos
preparando un doctorado y, más tarde, su proyecto doctoral se convirtió en la creación
literaria Las historias prohibidas de Marta Veneranda por la que obtuvo, según ya
apuntamos, como solo segunda cubana fuera de la patria, el prestigioso Premio Casa de las
Américas en Literatura Hispana en los EE. UU. No obstante, también el personaje de Martirio
posee muchos parecidos con la propia autora: es escritora y profesora de origen cubano pero
reside en Nueva York, está a punto de publicar su colección de cuentos Historias de mujeres
grandes y chiquitas, mantiene relaciones con hombres, pero se considera lesbiana y se
enamora de otra autora treinta años menor que ella:
El hecho de que Martirio sea en el momento de la narración no sólo una informante (es uno de los
personajes de las historias de Marta Veneranda) sino también una escritora (ella misma se declara
como tal), desestabiliza los niveles diegéticos que se habían establecido en los demás textos de
esta colección. Martirio le dice a Veneranda: «Espero sacar de esta conversación mi propio cuento
sobre el episodio, por eso voy a grabar». Además, Martirio declara que esta historia será parte de
una colección titulada Historias de mujeres grandes y chiquitas (de hecho, esta es una colección
[…] de Rivera-Valdés). Martirio dice que quiere establecer una distancia entre el personaje y la
narradora, pero en cierto sentido sucede exactamente lo contrario, pues mientras más Martirio
insiste en esta distancia más se parece a Marta Veneranda y Marta Veneranda a Sonia Rivera-
Valdés. Es obvio que los niveles diegéticos se subvierten en estas declaraciones. Y aun más,
Martirio dice algo que problematiza mucho tales niveles: ella quiere que Veneranda escuche
«desde dos ángulos: oyendo la historia para tú recrearla, y a la vez con un sentido crítico, según yo
vaya explicando los problemas estéticos que preveo en la escritura de mi texto y las soluciones que
he imaginado para sortearlos». (102) Con estas declaraciones Martirio expresa su intención de que
esta historia posea varias perspectivas escriturales y de lectura: la del personaje-narrador Martirio
como informante, la de Veneranda como oyente activo y pasivo, la visión crítica del lector, etc.
Todo este esfuerzo apunta más bien hacia una síntesis de Martirio y Veneranda como alter egos de
Rivera-Valdés. Acaso todo esto produzca una invitación para el lector como crítico, pero a la vez
acerca la narradora-protagonista (Martirio) a la oyente-terapista (Veneranda), y sugiere a la vez
que los demás protagonistas y personajes de los otros cuentos también poseen características
autobiográficas de Rivera-Valdés745.
744
Véase: Rivera-Valdés, op. cit., pp. 7-9.
745
Bejel, «Las historias prohibidas», op. cit., pp. 95-96.
312
Sección analítica
avergüenzan. La narradora Marta Veneranda termina por resistirse al método del Dr. Haley –quien
viene a representar el patriarca norteamericano con el poder discursivo de la ciencia–, y prefiere
acercarse al asunto por medio de la literatura. Claro que se supone que las ocho historias
prohibidas que los demás personajes le cuentan a Marta Veneranda son «reales», pero ella
prescinde de la metodología científica para su «estudio». Esas ocho narraciones son más bien
confesiones algo terapéuticas que los personajes-narradores le cuentan a Veneranda. Ya desde este
momento inicial del libro la ruptura de varios códigos comienza a aparecer. Marta Veneranda se
resiste al discurso científico y a la tutela del hombre norteamericano. Una mujer hispana o latina
residente en Nueva York se adjudica la autoridad para escoger tanto el método como los
informantes de sus historias, y con este gesto comienza lo que pudiéramos llamar el proyecto de
reclamación en el que se descentran ciertas estructuras de poder para abrir un espacio público a
personajes marginados746.
Ésta será la historia más prohibida del libro, una joya, ya verás. La única condición para
entregártela es que sea la última, la que lo cierre. Es tan buena que reclamo ese privilegio para ella.
[…]
746
Bejel, «Las historias prohibidas», op. cit., p. 90.
313
Sección analítica
Bueno, si pensara que vas a escribir el cuento definitivo, el único posible sobre este relato, no lo
daría, no soy así de generosa, pero esa posibilidad no me amenaza. Tu historia será sólo una de las
múltiples que pueden hacerse sobre cualquier anécdota. Si una tercera persona la oyera saldría
algo diferente, bien lo sabes.
Por otra parte vine, como dije antes, debido a un interés profesional específico. Espero sacar de
esta conversación mi propio cuento sobre el episodio, por eso voy a grabar. Espero no te moleste.
Quiero hablar sin editarme, sin pensar si lo que estoy diciendo está bien o mal, correcto o
incorrecto, sin censura. Lo importante es contarlo todo. Necesito ganar perspectiva antes de
emprender mi trabajo. Nunca antes he hecho algo así y estoy curiosa por ver el resultado747.
Precisamente este juego entre los diferentes niveles diegéticos otorga a la obra un
carácter metanarrativo. La narradora del cuento marco, Marta Veneranda, que recibe un
doctorado, parecido a la propia Rivera-Valdés, por haber convertido su proyecto doctoral en
una obra literaria, entrevista a Martirio que, como la propia autora, es una escritora y
profesora lesbiana y cubana en el exilio en los Estados Unidos y que cuenta su historia
personal grabándola para que luego pueda escribir su propio relato sobre la base de la historia
grabada y la que redactará Marta Veneranda. Así que, el cuento se construye pasando por tres
niveles: la versión que nos cuenta Martirio, la reescritura de esta versión por Veneranda y el
producto final que crea Rivera-Valdés a partir de las primeras dos versiones de sus «alter
egos».
747
Rivera-Valdés, op. cit., pp. 95-96.
314
Sección analítica
748
Valladares-Ruiz, op. cit., p. 258.
315
Sección analítica
través de un personaje, cuya versión se altera en la de la entrevistadora y que será otra vez
modificada en la versión final de la autora.
El lenguaje procaz o el «sexo hablado», por último, ilustran las estructuras patriarcales
en la obra, es decir, el papel dominante masculino que se contrapone al papel sumiso
femenino. La mujer cubana está tan condicionada por esta distribución de roles de género que
incluso reproduce el mismo reparto de papeles en sus relaciones lésbicas. No obstante, estas
estructuras también pueden ser rotas como muestra el episodio final entre Martirio y Rocío:
[A] pesar de que parece que tanto las palabras de Martirio hacia Rocío como las de Rocío hacia
Martirio copian exactamente las que emitieron los hombres de la juventud de la narradora, en
realidad no son las mismas. Ha habido un condicionamiento pero no una copia; el texto reclama
una reestructuración de las formas colonizadas para crear una nueva realidad. La fuerza de la
expresión procede de los regímenes de dominio que han aprendido las dos mujeres (es obvio que
también Rocío ha aprendido este «sexo hablado» o sabe mágicamente lo que va a decir Martirio),
pero esta última escena es más bien de sensualidad mutua, de comprensión igualitaria. Se debe
notar que el mismo hecho de que Rocío sepa de antemano lo que Martirio va a decir o ha
aprendido de joven, es una ruptura del realismo del texto, que sólo en este momento parece
mágico, sobrenatural. El texto termina diciendo que hace tres años que estas relaciones están
funcionando, lo cual parece implicar que todo, al fin, marcha bien. El momento mágico de la
repetición reclamada de las palabras aprendidas en la juventud, más este final feliz apuntan a una
utopía lesbiana. El texto, a pesar de los vericuetos de amores fracasados y de pasiones frustradas,
termina en una nota utópica. Este final presenta una paradoja, pues por un lado subraya el
condicionamiento efectuado por los mecanismos de poder del falocentrismo cubano, y por otro
hace un gesto utópico que apunta a una liberación total de esos mismos mecanismos. Es
precisamente en la intersección de esta paradoja donde cabría una posibilidad para un modelo
teóricamente más sofisticado para analizar tanto las tecnologías de control sin proponerlos
simplemente como derivativos de una fuente de poder monolíticamente inevitable, como los
gestos y posturas de resistencia y subversión sin atribuirlos simplemente a posiciones fuera del
sistema de control o interpretándolos como indicaciones del colapso inminente del sistema de
dominio749.
749
Bejel, «Las historias prohibidas», op. cit., p. 98.
316
Sección analítica
shared their languages and concerns. Finally I think immigrants and LGBTQ folks have a shared
vision: to make a safe home, a place where they can breathe750.
La migración no convierte a una persona en un sujeto LGBTQ, pero lo que sí hace es ofrecele
la oportunidad de crear una nueva identidad (cultural, social y sexual) y explorar la propia
sexualidad.
Dicha búsqueda sexual está presente en los cuatro textos que componen este último
apartado, pero los grados en que se presenta la bisexualidad u homosexualidad son bien
diferentes. Mientras que en Donde van a morir los elefantes solo aparece de forma muy
velada al expresar deseos que, por la heteronormatividad, se consideran anómalos y en Años
de indulgencia el protagonista niega su propia sexualidad, en Antes que anochezca Reinaldo
la vive de manera muy abierta e incluso la utiliza como arma de rebelión y de liberación. La
obra más interesante a este respecto es Las historias prohibidas de Marta Veneranda, ya que
combina varios relatos en un mismo libro y, por ende, diferentes grados de explicitud sexual.
750
Imoberdorf, «Daisy Hernández», op. cit, p. 404.
751
Ídem, «Interview with Ellie D. Hernández», Apéndice, el 24 de agosto de 2018, p. 409.
752
Dulce Reyes Bonilla, «“Primero Puta que Pájara”: Sexuality and Dominicanness», en Ramona Hernández,
Blas R. Jiménez y Silvio Torres-Saillant (eds.), Desde la Orilla: hacia una nacionalidad sin desalojos, Santo
Domingo, Manatí, 2004, pp. 370.
317
Sección analítica
Además, las vivencias de la sexualidad en los textos del corpus son muy diversas.
Mientras que en Años de indulgencia vemos una división bastante tradicional en activo y
pasivo, en Las historias prohibidas de Marta Veneranda observamos una más diversificada y
que subvierte los papeles tradicionales, sobre todo en el cuento «La más prohibida de todas»
donde, al final, se rompe la dominación (heredada de la cultura original) de una pareja sobre
la otra.
A este respecto, agrega la estudiosa Ellie D. Hernández que cuanto más diversos somos
respecto a otras culturas, otros géneros e identidades sexuales, más se presenta un desafío a la
heteronormatividad. Si bien en los Estados Unidos ya se está haciendo mucho para cambiar
este aspecto en los medios de comunicación, en la televisión, en las escuelas y las
universidades hay que progresar más para ampliar los derechos contra la discriminación y la
protección en el lugar de trabajo, dado que la heteronormatividad ha existido durante mucho
tiempo. Cabe añadir que la generación más joven está presionando para que se respeten y
reconozcan las diversas identidades sexuales y eso será fundamental para crear un futuro
sostenible. Por ello, reconoce Hernández que «seguimos avanzando para hacer de la
diversidad sexual un camino universal hacia la libertad»753.
Además, según Hernández, para eliminar la heteronormatividad debemos enfatizar el
valor de las diversas orientaciones, la raza, las diferencias étnicas y culturales que forman
parte de la experiencia humana. La heteronorma es solo una parte del problema: el problema
principal para los migrantes LGBTQ y para aquellos que buscan asilo a causa de la
persecución es el racismo y los sentimientos antilatinos. El racismo, junto con la
heteronormatividad, hace que la situación sea muy grave para aquellos que buscan el estatuto
de refugiado porque tienen dos sistemas que están en su contra. Si se añade el estatus de
transgénero, se hace más difícil, y hay muchos que sufren: la sexualidad no puede separarse
de la raza y la identidad étnica. Todo esto, según Hernández, complica mucho el hecho de que
los inmigrantes LGBTQ tengan una oportunidad justa para comenzar sus vidas en los Estados
Unidos754.
Por último, debería haber en el propio colectivo LGBTQ una concientización de estas
problemáticas. Como vemos en los textos analizados, aún existe mucha negación de la
identidad sexual en los migrantes queer. También existen varios tipos de discriminación y
racismo dentro de las propias filas, según se puede ver en Años de indulgencia donde los
homosexuales hispanos son discriminados por los autóctonos y los afroamericanos por los
753
Imoberdorf, «Ellie D. Hernández», op. cit, p. 409. La traducción es nuestra.
754
Ibíd., p. 409.
318
Sección analítica
hispanos. Además, aún queda mucho por hacer en términos de redefinición de los roles
sociales como subraya María Herrera-Sobek:
[C]reo que los movimientos LGBTQ tienen mucha importancia en la ruptura de estas estructuras
tan estrictas y que los jóvenes están siendo más flexibles. Y también tenemos a muchas mujeres y
hombres autores del colectivo LGBTQ que nos proponen modelos alternativos de formas de vida.
Pero es curioso que también en estas colectividades a veces se reproduzcan patrones con la
tradicional división hombre-mujer755.
En conclusión, se puede decir que mientras que no haya consenso entre los afectados,
será muy difícil que otros individuos o grupos independientes formen alianzas con
miembros LGBTQ y que luchen por sus derechos.
755
Imoberdorf, «María Herrera-Sobek», op. cit, p. 392.
319
5 Conclusiones
Conclusiones
5 Conclusiones
5.1 Hibridismo cultural: nuevas interpretaciones de la latinid@d
The «@» recognizes that, like writers across the globe, Latin@ authors are using and gaining
creative and fan base traction from digital and other platforms for their work, alongside traditional
print media. The orthographic shift thus accepts that the technologies of literary production also
influence how Latin@ writings are formulated and presented, read, and received. In this context,
moreover, latinid@d should be understood in its plural form of latinid@des, which emerge in and
as multiple transcultural and transnational identifications, and attendant aesthetic practices756.
En los preliminares teóricos a este estudio (capítulo 3) hemos visto que la denominación
de «latinidad» tradicionalmente ha servido como término identificador de un colectivo de
personas que comparten una misma área geográfica, pero que proceden de países bastante
distintos en términos sociohistóricos y culturales. En consecuencia, y así también lo afirma
Paul Allatson en la cita introductoria, la tendencia va hacia la pluralización de «latinidad»
para incluir a los diferentes tipos transculturales existentes. Por ello, nos gustaría comparar, a
modo de conclusión, las distintas experiencias migratorias analizadas en esta tesis doctoral
para así poder esbozar algunos parecidos y diferencias entre las diversas nacionalidades
(México, Honduras, Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Cuba y Puerto Rico) que se embarcan en
el difícil viaje hacia el norte (Estados Unidos).
5.1.1 Similitudes
Para empezar, quisiéramos hablar de algunos aspectos que muchos de los migrantes
latinoamericanos tienen en común y que, por eso, con frecuencia se tematizan en la narrativa
hispanounidense, independientemente del país de origen del autor o la autora. Primero, cabe
mencionar el a menudo citado «sueño americano». En gran parte de las obras, como mínimo
uno de los personajes sueña con la utopía de encontrar en los Estados Unidos algo parecido al
paraíso terrenal. Esta idea no surge de la nada, considerando que tal imagen es transmitida a
los personajes por miembros de la familia que ya viven en este país o por los medios de
comunicación. A través de la televisión, por ejemplo, ven a otros latinos que dejaron la
miseria de su país natal y que en los EE. UU. llegaron a ser celebridades. Lo que no ven es el
largo y difícil trayecto que estas mismas personas tuvieron que recorrer para convertirse de un
«don nadie» en un «don alguien». Es más, estos pueden ser considerados casos aislados. Para
una mayoría de los personajes la vida estadounidense no es nada glamurosa sino, al contrario,
bastante dura y algunos incluso deben vivir en condiciones parecidas a las de su patria.
756
Paul Allatson, «From “Latinidad” to “Latinidades”: Imagining the Twenty-First Century», en John Morán
González (ed.), The Cambridge Companion to Latina/o American Literature, Nueva York, Cambridge
University Press, 2016, p. 130.
323
Conclusiones
Precisamente por este motivo hay en muchas obras hispanounidenses una discrepancia
entre la realidad soñada y la vivida. Con frecuencia, los personajes se ven confrontados con
un choque cultural que hace que la utopía se transforme en distopía. En consecuencia, algunos
de ellos recurren, como último recurso, al retorno al país de origen donde se puede producir
un choque cultural invertido constante. Lo que Woesler define como curva W, para ciertos
migrantes se convierte en movimientos ondulatorios. Este caso, por ejemplo, se da para un
número elevado de puertorriqueños que tienen la doble ciudadanía y que, por este motivo,
mantienen fuertes lazos con su entorno original al moverse con facilidad entre los dos
mundos. Por consiguiente, las fases de choque y de ajuste para ellos se alternan en un bucle
sin fin y el proceso de identificación no se cierra nunca. La consecuencia de estos procesos es
el hibridismo cultural, o sea, los personajes de las obras analizadas en este estudio no tienen
una sola identidad fija, sino modalidades identitarias muy diversas y elásticas que pueden ser
consideradas productos de la mezcla de culturas en las que viven y evolucionan.
324
Conclusiones
325
Conclusiones
como hemos podido comprobar a lo largo de este estudio y como también lo demuestran otras
obras, en la narrativa hispanounidense contemporánea ese fenómeno no constituye un caso
aislado, sino que sigue una tendencia que se va imponiendo poco a poco en esa corriente
literaria: la globalización del tema migratorio.
5.1.2.2 Honduras
En el caso de Honduras se dan dos momentos opuestos. En primer lugar, puede ser
considerado un país de inmigración por los salvadoreños que llegan a causa de la guerra civil
en su propio país y que solicitan asilo a su vecino. Por esta llegada masiva de migrantes se
crea una legislación migratoria más restrictiva que tiene como consecuencia la repatriación de
muchos salvadoreños. Pero el clímax del conflicto entre los dos países llega con la «Guerra
del fútbol» en 1969: se trata de actos de violencia en partidos de fútbol entre los dos países
por el resentimiento de los hondureños ante la causa de inmigración ilegal de los salvadoreños
a su país. Como consecuencia, Honduras cierra las fronteras a futuras inmigraciones.
En segundo lugar, y a pesar de una situación inicial mejor, también Honduras se
convierte en un país de emigración por motivos económicos, políticos y sociales (por
ejemplo, la violencia que se instala en el país), pero también por catástrofes naturales como el
huracán Mitch en el año 1998. Según el modelo mexicano, empiezan a emigrar cada vez más
hondureños o centroamericanos en general hacia los Estados Unidos y, si bien se ven
enfrentados a desafíos parecidos a los de los migrantes de México (leyes migratorias cada vez
más estrictas, etc.), tienen que recorrer un trayecto aún más largo y peligroso atravesando no
solo una frontera, sino varias (en el caso de Honduras: tres).
Según Isabel Allende, que en su novela más reciente, Más allá del invierno, entre otras
tematiza la migración guatemalteca a los EE. UU., los motivos de migración son bien claros:
«Guatemala, El Salvador y Honduras, el llamado “triángulo del norte” sufre la peor crisis de
violencia institucionalizada, pandillas brutales, narcotráfico, pobreza, corrupción y
negligencia de sus gobiernos. La gente está desesperada»757.
Como nos han mostrado acontecimientos recientes, estos migrantes, y particularmente
los hondureños, intentan marcharse en octubre del 2018 en una especie de caravanas hacia los
EE. UU., en cuya frontera los espera una defensa fronteriza armada. Claro está, este peligro
también espera a los migrantes mexicanos, pero para llegar hasta allí, los centroamericanos
han tenido que recorrer una mayor distancia geográfica y un número de peligros más elevado.
757
Imoberdorf, «Isabel Allende», op. cit., p. 385.
326
Conclusiones
758
Quesada, op. cit., p. 108.
327
Conclusiones
5.1.2.3 Colombia
En el caso de Colombia, hay que realzar dos momentos históricos que influyeron en las
relaciones con los Estados Unidos y los movimientos migratorios a dicho país. Primero, los
EE. UU. ayudan a Panamá en su proceso de independización de Colombia para poder
construir el canal de Panamá. En segundo lugar, cabe mencionar el periodo de la Violencia en
Colombia (1948-1958). Es precisamente este conflicto bipartidista que posteriormente da
lugar a otros focos de tensiones como el surgimiento de las guerrillas (a partir del año 1960),
el narcotráfico (que surgió en los años 1970), los paramilitares (que empezaron a combatir a
los grupos guerrilleros en 1980) y otras variedades de violencia como los grupos armados, los
secuestros y el sicariato, entre otras, que siguen existiendo hasta la actualidad y que eran y son
motivos por la migración interna (campo-ciudad), pero también intercontinental (Colombia-
EE. UU.).
Es por este motivo que la imagen y descripción de Colombia en la narrativa resulta ser
bastante negativa. En Hot sur, se describe como país altamente peligroso (ladrones, guerillas,
secuestros, etc.) donde en cualquier momento a uno le puede ocurrir una desgracia según
Edith, pero también como un lugar exótico y mágico para Cleve. En Paraíso Travel,
Colombia se presenta como uno de los países latinoamericanos más violentos (por el
empobrecimiento, los secuestros y la muerte) por los propios personajes colombianos, Reina y
Marlón, que lo llaman «país asesino» 759 (una imagen que también se esboza en Años de
indulgencia).
Es porque Colombia se percibe como país altamente peligroso que en la narrativa
colombianounidense, por lo general, tiene lugar una criminalización generalizadora (o
tropicalización) de los migrantes a quienes los comparan con asesinos o sicarios como, por
ejemplo, en el caso de María Paz, en el de Marlon (como migrante indocumentado que huye
de la policía) o en el de Fernando y sus amigos (como pederastas y voyeures).
Pero también llama la atención la atracción que emana de las mujeres colombianas,
como, por ejemplo, el impacto que deja la niñera colombiana (que había sido coronada Reina
regional de Currulao) en Cleve –atractivo que luego reencuentra en su alumna María Paz– o
la fascinación que siente Marlon por su Reina. Es más, casi tiene lugar una
sexualización/pornificación de esta atracción de las protagonistas colombianas según se puede
ver con Bolivia que tiene que trabajar como teibolera o Reina que termina en la prostitución.
Otro rasgo que podemos encontrar en las tres novelas seleccionadas de narrativa
colombianounidense (o sea, Hot sur, Paraíso Travel y Años de indulgencia) es que los
759
Franco, op. cit., p. 75.
328
Conclusiones
5.1.2.4 Perú
Por lo que se refiere a la historia de Perú en tiempos actuales, llama la atención el
conflicto de intereses entre la protección de los indígenas, por un lado, y la exportación de la
producción agrícola, por otro. Es allí donde los Estados Unidos fomentan sus relaciones con
los peruanos al proporcionarles, junto con Inglaterra, préstamos importantes. Luego surgen
nuevos movimientos políticos como el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana),
las cuales suponen amenazas frente a la oligarquía peruana, el imperialismo de los Estados
Unidos y la opresión de los indígenas que predomina en el país. Al llegar el APRA al poder
(1980/90), también surgen algunos grupos guerrilleros (el MRTA –Movimiento
Revolucionario Tupac Amaru– y el Sendero Luminoso) que dan lugar a una gran ola de
violencia en Perú que continúa hasta el día de hoy. Todas estas son razones para la migración
peruana a los Estados Unidos.
Es interesante que la única obra en nuestro corpus de un autor peruanounidense no trate
de esta migración, sino de la chicana; sin embargo, como ya hemos mencionado, se trata de
una tendencia actual que los autores a menudo no tematicen la migración del colectivo al que
pertenecen, sino que traten la problemática migratoria en un contexto más amplio y
globalizado. No obstante, nos gustaría esbozar algunas particularidades culturales de la
migración entre Perú y los EE. UU. apoyándonos en otra obra de González Viaña y en otros
artistas peruanounidenses.
329
Conclusiones
En primer lugar, quisiéramos hablar un poco más de los motivos de la migración. Según
dijimos, uno de ellos son las guerrillas como el Sendero Luminoso y las guerras sucias
internas en Perú. La masacre de Accomarca (con interrogatorios, torturas, violaciones y
asesinatos) por ejemplo se tematiza en la novela El camino de Santiago de Eduardo González
Viaña en la que el camino de uno de los migrantes, el excomandante del ejército peruano que
dio orden a la masacre, se cruza con el de otro, el hijo de una víctima de esta misma masacre
y que hubiera tenido que ser exterminado como testigo potencial: «[…] en la novela al mismo
tiempo se describe el drama de la inmigración latinoamericana a los Estados Unidos así como
la terrible historia presente de las guerras sucias en el Perú y en el continente»760.
En segundo lugar, cabe mencionar las influencias de autores y cineastas peruanos en la
narrativa peruanounidense, por ejemplo, la de Conversación en la catedral (1969) de Mario
Vargas Llosa en Radio Ciudad Perdida (Lost City Radio, 2007) de Daniel Alarcón o la de
producciones cinematográficas de Claudia Llosa (sobrina del propio Vargas Llosa), como
Madeinusa (2006) o La teta asustada (2009) en la misma novela. En las nuevas novelas de
Eduardo González Viaña, El camino de Santiago (2017) y La frontera del paraíso (2018),
incluso estamos ante casos de metadiscursos directos, ya que en ambas obras se relatan
episodios de nuestro objeto de estudio, El corrido de Dante (2006).
Sin embargo, salta a la vista una especie de invisibilidad de la comunidad de los
peruanos en los Estados Unidos como también lo admite el propio Daniel Alarcón en una
entrevista con Juanita Heredia en Mapping South American Latina/o Literature in the United
States. Este subraya que en términos de América Latina y visibilidad en los Estados Unidos,
los países que vienen a la mente son México, Venezuela por Chávez y Bolivia por Morales.
Añade, además, que hay diferencias locales: en Nueva York, por ejemplo, es más probable
que se escuchen noticias de Puerto Rico, o que los candidatos presidenciales dominicanos
hagan paradas de campaña en Washington Heights. En Florida, hay una gran presencia de los
cubanos y en Los Ángeles de gente de Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras, o sea,
de países centroamericanos con una gran población local. Continúa precisando que Perú no
encaja en ninguna de esas rúbricas. En realidad solo hay un lugar en los Estados Unidos con
una alta concentración de peruanos: Paterson, Nueva Jersey. Hay muchos peruanos en
Queens, Nueva York, pero, entre los colombianos y los ecuatorianos, no destacan tanto. Lo
mismo sucede en Miami. Por lo tanto, no se trata de una colectividad latina particularmente
visible. Es muy probable que Perú no vaya a estar nunca en el centro del mapa imaginario que
760
Redacción de Mariategui, «Eduardo González Viaña y El camino de Santiago», Mariategui, la revista de las
ideas, 20 de septiembre de 2017. URL = https://mariategui.blogspot.com/2017/09/audio-peru-eduardo-gonzalez-
viana-y-el.html (última consulta: 11.11.2018).
330
Conclusiones
los estadounidenses utilizan para organizar el mundo. Por ello, destaca Alarcón que le
gustaría que las personas que leyeran sus libros tuvieran una visión más matizada y
complicada de Perú y América Latina en general. Lo que a menudo le preocupa es la
tendencia de que solo haya una imagen de un país como, por ejemplo, el Machu Picchu en el
caso de Perú, lo cual considera como limitante. Pero reconoce que no puede ser su objetivo
deshacer estas definiciones simplistas y que él tiene otras preocupaciones al escribir que son
mucho más personales y que tienen poco que ver con sus lectores reales o imaginarios761.
No obstante, hay cierta unidad suramericanounidense que se distingue de la
centroamericanounidense y la caribeñounidense, pero también existe una unidad
hispanounidense amplia como realza la escritora US-peruana Marie Arana. Según ella, como
hispanos en los Estados Unidos, se tiende a pensar que todos son iguales. Ciertamente, si uno
está en Perú, no cree que es como un chileno, su vecino en el sur, y tampoco cree que es como
un ecuatoriano, su vecino en el norte. Por lo tanto, hay puntos de vista muy distintos de quién
uno es, dependiendo de dónde se encuentra en América (Latina). Pero añade Marie Arana que
sí cree que la historia de América del Sur es muy diferente de la historia de América Central o
del Caribe y que todos están relacionados de alguna manera. Y sí que hay una historia
latinoamericana más grande, pero definitivamente hay una percepción sudamericana en
términos de terreno e historia, y en términos de identidad colonial. Además, reflexiona que si
ella estuviera sentada en Lima y nunca se hubiera ido e investigado sobre la región más
grande, podría tener la sensación de que los peruanos son peruanos y nada más. En este
sentido, los norteamericanos a veces olvidan que los sudamericanos son parte de la gran
América o, como dijo el uruguayo Eduardo Galeano refiriéndose a los latinoamericanos,
como «Nosotros, los americanos». Por último, recuerda la autora Marie Arana que su abuelo
insistía que los Estados Unidos les robaron la denominación «América» a los
latinoamericanos, porque ellos también forman parte de las Américas762.
5.1.2.5 Bolivia
Parecida a la historia peruana, también la boliviana está marcada con la cuestión de la
protección indigenista. Esta preocupación sobre todo se produce por el nuevo sistema político
que se basa en la oposición clásica entre liberales y conservadores. Sin embargo, entre 1885 y
1899 hay un largo periodo de oligarquía conservadora hasta que se instala una guerra civil a
partir del 1899 con los liberales en el poder, participando en ella también los indígenas
761
Heredia, Mapping, op. cit., pp. 19-20.
762
Ibíd., pp. 34-35.
331
Conclusiones
quienes son estigmatizados como «indios brutales». En 1952 tiene lugar la Revolución
boliviana, dirigida por el MNR (Movimiento Nacional Revolucionario) que lleva a la
presidencia de Víctor Paz Estenssoro y que impulsa grandes cambios: la nacionalización de
grandes minas de estaño, la aprobación de una reforma agraria que entrega tierras a
comunidades indígenas, el derecho de voto que se otorga a los indios, etc. A pesar de estos
cambios, el gobierno boliviano no logra salvar el país de la miseria y, por eso, Bolivia
depende de la ayuda financiera de los Estados Unidos. A partir de 1971 y hasta 1980 se
instala una dictadura abierta, la de Hugo Banzer apoyada por el MNR. Hasta que en 1980 se
arma un golpe militar por Luis García Meza que gobierna de manera muy violenta, pero
también por un periodo bastante corto. Por fin, el pueblo boliviano otra vez puede elegir a
su(s) nuevo(s) presidente(s): Hernán Siles (por segunda vez) en 1982 y Víctor Paz Estenssoro
(por cuarta vez) en 1985. Desde entonces, Bolivia evita, por lo menos, caer de nuevo en la
dictadura, pero la situación económica empeora con la baja del precio del estaño y el descenso
de las exportaciones petroleras, todo lo cual genera una fuerte inflación y olas de migración.
En cuanto a las particularidades culturales en la narrativa bolivianounidense, no
podemos llegar a grandes conclusiones, ya que Michelle y sus padres (de la novela Norte) son
los únicos personajes de origen boliviano. No obstante, se dejan esbozar algunas diferencias
generacionales de aculturación y de roles de género: la aculturación mínima y el retorno a la
patria de los padres de Michelle se opone a la aculturación avanzada de ella y la negación del
retorno a América Latina. Además, el rol de género tradicional de la madre contrasta con el
rol progresista de Michelle. Eso, además, se ve en las diferentes concepciones de la latinidad
de Michelle y su hermano Toño: mientras que él defiende la definición tradicional de
latinidad y del rol de la mujer, ella tiene una definición más inconformista. En general,
podemos observar que Michelle toma una posición mucho más crítica en toda la obra, eso
también frente al ámbito académico y a las definiciones generalizadoras de la latinidad o a la
«unificación» de la literatura latinoamericana, etc.
Por eso, Michelle podría interpretarse como personificación del pensamiento de Paz
Soldán. Admite este en la entrevista que le hicimos:
[La latinidad e]s un término muy amplio que trata de englobar, y a la vez simplificar, la
experiencia de las diferentes comunidades de inmigrantes relacionados con América Latina en los
Estados Unidos. Ocurre que en los Estados Unidos todo pasa por las políticas de la identidad: no
eres nadie si no eres parte de un colectivo que te agrupa; ese colectivo que te da cierto poder
paradójicamente te muestra tus limitaciones, porque hay ciertos temas de la experiencia de ese
colectivo que no puedes tocar porque, digamos, no perteneces a él. Por eso me interesaba ver
cómo esos conceptos funcionan en el mundo académico del cual Michelle forma o formaba
parte763.
763
Imoberdorf, «Edmundo Paz Soldán», op. cit., p. 395.
332
Conclusiones
5.1.2.6 Chile
En el caso de Chile, durante una larga temporada (1830-1871) el país es gobernado por
el partido conservador que introduce un sistema de gobierno bastante centralizado, hasta que
los partidos liberal y radical muestran su resistencia. Esta da lugar a una evolución hacia un
sistema multipartidista: además de los conservadores, liberales y radicales surgen el Partido
Demócrata en 1887 y el Partido Obrero Socialista (más tarde: Partido Comunista) en 1912. A
partir del año 1950, se produce un descenso del progreso económico que experimentó el país
en décadas anteriores y, en consecuencia, es necesario un cambio estructural. Eso tiene como
consecuencia varios cambios de gobierno. Entre 1960 y 1964, el poder está en manos de la
Democracia Cristiana y una alianza de la izquierda. A partir del 1964, se impone un candidato
de la derecha, Eduardo Frei, quien inicia una reforma agraria y en 1970 llega al poder, como
cabeza de una alianza de varios partidos izquierdistas, Salvador Allende con la Unidad
Popular con el objetivo de abrir el camino hacia el socialismo.
Poco tiempo después, como explica del Pozo, la oposición reacciona y organiza una
campaña de desestabilización económica en la que colaboran el bloqueo financiero de los
Estados Unidos y algunas medidas gubernamentales, como el excesivo aumento de la oferta
monetaria. A partir de 1972, se desencadena la inflación y los bienes de primera necesidad se
hacen escasos, allanando el camino para el golpe militar que pone fin a la experiencia
socialista en septiembre de 1973. La dictadura fundada en esa época reacciona ante una clara
amenaza revolucionaria, porque aunque se lleva a cabo sin armas, sus acciones amenazan los
cimientos del sistema económico y social chileno765.
764
Imoberdorf, «Edmundo Paz Soldán», op. cit., pp. 394-395.
765
Pozo, op. cit., pp. 207-208.
333
Conclusiones
A partir de 1973 (hasta 1990) se impone una dictadura y una nueva constitución por
Augusto Pinochet. Esta indica que un periodo de presidencia se asciende a ocho años, el
Congreso debe tener poderes más limitados y se garantiza la influencia militar en futuros
gobiernos, entre otros. Esta dictadura representa el principal motivo de la migración chilena,
como también constata Isabel Allende:
Los chilenos recibíamos inmigrantes, pero no teníamos tradición de emigrar hasta 1973, cuando el
golpe militar forzó a cientos de miles de chilenos a salir del país. Yo pertenezco a esa generación.
Muchos que se fueron ya no pudieron regresar. Se ha calculado que el promedio de tiempo que un
refugiado pasa fuera de su país son 17 años. Eso es exactamente lo que duró la dictadura en Chile.
Los chilenos como yo, que salieron entonces, hicieron una vida afuera, sus hijos se formaron en
otro país, perdieron todo lo que tenían en Chile. El «desexilio» puede ser tan duro como el exilio.
Actualmente Chile es un país próspero comparado con cualquier otro en América Latina, tiene
estabilidad política, social y económica, por eso atrae inmigrantes de los países limítrofes, de
Colombia y sobre todo de Venezuela, por la situación política en ese país766.
Uno de estos valores que se reproducen, por ejemplo, es la educación chilena estricta y
de roles de género tradicionales. La Nini educa a Maya a la chilena (con «comida y cariño en
abundancia, reglas claras y algunas palmadas, no muchas» 768 ), le prohíbe desarrollar un
pensamiento crítico y le impone un rol de género bastante tradicional frente al cual Maya se
rebela al fumar, beber y tomar drogas. Por eso, es interesante que en su exilio en la isla (lugar
766
Imoberdorf, «Isabel Allende», op. cit., p. 385.
767
Ibíd., p. 384.
768
Allende, op. cit., p. 75.
334
Conclusiones
5.1.2.7 Cuba
El contexto sociohistórico de Cuba destaca por sus varias etapas de dependencia. En
primer lugar, la colonización por los españoles de las tierras inicialmente pertenecientes a los
pueblos indígenas de los guanahatabey, de los siboney y de los taínos y, en segundo lugar, la
dependencia de los estadounidenses después de que los Estados Unidos hubieran intervenido
en las Guerras de Independencia contra España. Luego empieza la imposición de las
dictaduras de Machado (1925-1933) y de Batista (1940-1944 y 1952-1959). Sobre todo este
último mantiene estrechas relaciones con los EE. UU., lo cual aumenta la aversión de muchos
cubanos contra la situación sociopolítica. Eso lleva a la revolución cubana encabezada por
Che Guevara y Fidel Castro. Este último inicia una reforma agraria con consecuentes
tensiones entre Cuba y los EE. UU. La transición al socialismo, además, tiene como resultado
la expulsión de Cuba de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la ruptura de
buena parte de las relaciones con otros países latinoamericanos. Como respuesta a la
769
Imoberdorf, «Isabel Allende», op. cit., p. 384.
770
Heredia, Mapping, op. cit., p. 199.
335
Conclusiones
336
Conclusiones
337
Conclusiones
Puerto Rico, todos los niños tienen que estudiar doce años de inglés para graduarse de la
escuela»771. Por eso, hay una tendencia aún más fuerte de los autores puertorriqueñounidenses
de escribir sus novelas en inglés. No obstante, hay muchos que autotraducen sus obras como
es el caso de la propia Esmeralda Santiago o también de Rosario Ferré (La casa de la
laguna/The House on the Lagoon).
Por otra parte, existe la percepción errónea (los mismos latinoamericanos pueden
reproducir esta idea) de que la migración puertorriqueña a los EE. UU. se lleva a cabo más
fácilmente, ya que los puertorriqueños tienen la doble ciudadanía y, por lo tanto, pueden
emigrar de manera regular automáticamente. No obstante, los desafíos migratorios pueden ser
parecidos a los de otros colectivos latinoamericanos. Todo eso se puede comprobar a través
del personaje América en El sueño de América de Esmeralda Santiago cuando las otras
empleadas domésticas latinas se asombran de que América solo trabaja como niñera a pesar
de su estatus legal. Sin embargo, por la doble ciudadanía y su estatus regular, los migrantes
puertorriqueñounidenses se mueven con más facilidad entre su país de origen y los EE. UU.
Por eso, con frecuencia se da una dicotomía entre la migración y el retorno y la ida y vuelta,
cuyo fenómeno se denomina en la ciencia literaria como «puerta giratoria».
Por este motivo, en el caso de los puertorriqueñounidenses, los movimientos
ondulatorios de choques culturales y fases de ajuste pueden ser particularmente intensos. Si
bien este vaivén no se muestra en El sueño de América, sí que es un elemento constitutivo,
por ejemplo, en Bailando en silencio. Escenas de una niñez puertorriqueña (título original:
Silent Dancing. A Partial Remembrance of a Puerto Rican Childhood) de Judith Ortiz Cofer.
Como en el caso de otros países, también aparecen algunas costumbres puertorriqueñas
típicas y recibimos una idea de la concepción sobre los papeles de género de dicha cultura.
Por ejemplo, llama la atención el mantenimiento de lazos familiares estrechos y el patriarcado
recalcitrante que ha condicionado persistentemente a América en la novela de Esmeralda
Santiago y que esta reproduce en los EE. UU. Pero también en Bailando en silencio se
esbozan roles de género parecidos: la mujer como ama de casa que se sacrifica (marianismo)
vs. el hombre que puede irse de juerga (machismo).
771
Ortiz Cofer, op. cit., pp. 51-52.
338
Conclusiones
Como bien lo expresa Daisy Hernández en la entrevista con Juanita Heredia para el
estudio Mapping South American Latina/o Literature in the United States, en un mismo autor
o una misma autora hispanounidense no solo puede tener lugar un hibridismo entre dos o
varias culturas, sino también uno que combina distintas identidades sociales y sexuales. Por
ello, a continuación nos gustaría hacer una comparación de las tres colectividades analizadas
en esta tesis para identificar algunos rasgos similares pero también diferentes (es decir,
desafíos particulares) de cada colectivo para resaltar así la gran diversidad existente en la
narrativa hispanounidense actual.
5.2.1 Paralelismos
En primer lugar, podemos encontrar en las obras analizadas desafíos comunes a los
diferentes colectivos, como también lo admite la profesora de literatura chicana LGBTQ, Ellie
D. Hernández: «There are stories of language difference, there are stories of migration, stories
of coming of age or of dealing with harship and discrimination. These elements are critical to
other minorities who might experience similar facets of difficulty or success»773.
Un segundo paralelismo es que un elevado número de los personajes tiene que
reposicionarse en la nueva sociedad: las protagonistas femeninas, por ejemplo, se encuentran
entre la posición de mujer tradicional (esposa, madre, ama de casa) y la de mujer
independiente (mujer feminista que trabaja y realiza sus sueños), mientras que los personajes
masculinos se ubican entre los polos de cabeza de la familia (sostenedor de la familia, macho,
etc.) y el de hombre progresista (que se dedica a hacer trabajos domésticos, cuida a sus niños,
etc.). Las/Los protagonistas LGBTQ, por último, a menudo son consideradas/os como seres
inferiores en la sociedad de origen («débiles», sumisos, etc.), mientras que en la de acogida se
encuentran con una mayor aceptación (calificados de personas como tú y yo).
Por lo demás, está presente en muchos de los protagonistas de nuestras obras analizadas
una búsqueda sexual. Mientras que las mujeres intentan desarrollar una sexualidad femenina,
también los hombres están buscando una sexualidad que vaya más allá de la división
772
Heredia, Mapping, op. cit., p. 129.
773
Imoberdorf, «Ellie D. Hernández», op. cit., p. 407.
339
Conclusiones
exclusiva entre rol activo y pasivo (fenómeno que, además, encontramos en los miembros
LGBTQ que en vez de buscar la tradicional división –dominador-sumiso– buscan la
diversidad sexual).
Es más, los desafíos y peligros para las mujeres en las diferentes fases migratorias son
elevados:
1) En el país de origen, las mujeres tienen que luchar contra el sistema patriarcal, la
sumisión y, a veces, incluso el abuso. América, de El sueño de América, es un
buen ejemplo de ello. No solo se ve confrontada con la violencia psicológica
(sumisión por parte de su amante Correa), sino con la física y la sexual (maltrato y
abuso, de nuevo, por Correa).
2) En el camino hacia el nuevo país y en el cruce de la frontera, las mujeres se
exponen tanto al peligro de la extorsión económica como a la explotación sexual
por parte de pandillas o coyotes delincuentes, entre otros. Algunos ejemplos son
Beatriz, de El corrido de Dante, que se salva ante el abuso sexual de un coyote o
Sayra, de la película Sin nombre, que casi es violada por uno de los líderes de la
Mara. Estos peligros, además, se hacen visibles por excelencia en el documental
Los invisibles de Marc Silver y Gael García Bernal en el que se detecta que seis de
cada diez mujeres son violadas en su camino hacia los Estados Unidos.
3) En el país de acogida, por último, las mujeres se enfrentan, entre otras cosas, al
racismo y a la explotación laboral según pasa a América en El sueño de América,
a la criminalización y a la detención sin pruebas en el caso de María Paz de Hot
774
Imoberdorf, «Isabel Allende», op. cit., p. 383.
340
Conclusiones
775
Imoberdorf, «Isabel Allende», op. cit., p. 383-384.
341
Conclusiones
776
Imoberdorf, «Edmundo Paz Soldán», op. cit., p. 394.
777
Ídem, «Ellie D. Hernández», op. cit., pp. 408-409.
342
Conclusiones
distanciarse de otros que son más femeninos o que pertenecen a una clase social más baja o a
una etnia que ellos consideran como «inferior», según se puede ver en el caso de Fernando en
Años de indulgencia, que sufre de racismo por parte de los homosexuales estadounidenses,
pero luego también él muestra superioridad frente al migrante afroamericano.
Por lo demás, prevalece la idea de que en una pareja LGBTQ debe haber un papel
activo y otro pasivo. El relato «La más prohibida de todas» de Las historias prohibidas es un
buen ejemplo de cómo se pueden romper estas estructuras estigmatizadas. La amante de
Mayté, Rocío, le muestra que no debe haber la división en activo-pasivo.
Por último, existe una gran diversidad dentro del colectivo LGBTQ y las identidades
sexuales no son fijas, sino elásticas. Así pues, un hombre que se considera a sí mismo como
homosexual también puede tener deseos heterosexuales y viceversa como lo muestra el
cuento «Desvaríos» en la colección de Sonia Rivera-Valdés. Es por eso que hoy en día se usa
con más frecuencia el término «queer» para denominar la elasticidad de la identidad sexual.
343
Conclusiones
se establecen en San Diego. Después de terminar allí la escuela secundaria en 1967, Herrera
asiste a la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), con una beca de Educational
Opportunity Program (EOP). En UCLA estudia antropología social y teatro experimental.
Mientras está en la universidad, participa activamente en el movimiento chicano de
derechos civiles, una causa con la que se mantiene comprometido a lo largo de su carrera.
Obtiene su licenciatura en UCLA en 1972 y continúa sus estudios de antropología social en la
Universidad de Stanford (M.A., 1980). Se muda a la zona de San Francisco, donde escribe
poemas y también enseña poesía a estudiantes de primaria hasta estudiantes universitarios.
Herrera ha publicado tres libros de poesía antes de asistir al Taller de Escritores de la
Universidad de Iowa en 1988 (M.F.A., 1990). Poco después de obtener su maestría, es
nombrado profesor en el Departamento de Estudios Chicanos y Latinoamericanos de la
Universidad Estatal de California, Fresno (1990-2004). Durante la década de los 90 publica
numerosas obras. Sus libros de poesía de esa época incluyen Night Train to Tuxtla: New
Stories and Poems (1994), Mayan Drifter: Chicano Poet in the Lowlands of America (1997),
y Lotería Cards & Fortune Poems: A Book of Lives and Border-Crosser with a Lamborghini
Dream (1999)778.
778
Naomi Blumberg, «Juan Felipe Herrera. American poet, author, and activist», Encyclopaedia Britannica, 11
de junio de 2015. URL = https://www.britannica.com/biography/Juan-Felipe-Herrera#accordion-article-history
(última consulta: 15.11.2018).
779
Editores, «Consuelo Hernández», en Carlos Aguasaco, José Jesús Osorio y Rafael Hernández Saavedra (eds.),
10 Poetas Latinoamericanos en USA, Nueva York, Sin Frontera editores, 2003, p. 39.
344
Conclusiones
780
Redacción de Teatro de la luna, «Yrene Santos», Teatro de la luna, 2018. URL =
http://teatrodelaluna.org/amigos/poetas/yrene_santos.htm (última consulta: 15.11.2018).
781
Rafael E. Martínez, Un año de silencio, México, D.F., Paso de Gato, 2007, p. 2.
782
Ibíd., contraportada.
345
Conclusiones
783
Félix Luis Viera, «Pedro R. Monge Rafuls, Nueva York», Cubaencuentro, 30 de mayo de 2012. URL =
https://www.cubaencuentro.com/entrevistas/articulos/pedro-r-monge-rafuls-nueva-york-277190 (última
consulta: 15.11.2018).
784
Pablo García Gámez, «Otra historia», El Blog de Pablo, 2 de mayo de 2017. URL =
http://blogdepablogg.blogspot.com/2017/05/otra-historia-en-ferzafest-18-y-20-de.html (última consulta:
15.11.2018).
346
Conclusiones
785
Coordinación Nacional de Literatura, «Víctor Hugo Rascón Banda», Enciclopedia de la literatura en México,
22 de enero de 2011. URL = http://www.elem.mx/autor/datos/903 (última consulta: 15.11.2018).
786
Reyes-Zaga, op. cit., pp. 125-126.
347
Conclusiones
sus propios cortometrajes. En 2013, presenta su primer largometraje, La jaula de oro, con el
que gana varios premios787.
La jaula de oro trata de tres jóvenes de los barrios bajos de Guatemala que viajan a los
Estados Unidos en busca de una vida mejor. En el camino, a través de México, conocen a
Chauk, un indígena de la sierra de Chiapas que no habla castellano. Viajando juntos en trenes
de carga, caminando entre las vías del tren, pronto tendrán que enfrentarse a la dura realidad:
el tráfico de personas, la explotación económica y sexual, entre otras cosas788.
787
Véase: URL = https://www.sensacine.com.mx/actores/actor-639286/biografia/ (última consulta: 07.02.2019).
788
Diego Quemada-Díez (dir.), La jaula de oro, México/España, Animal de Luz Films/Castafiore Films, 2013,
contraportada [dvd].
789
Imoberdorf, «Cine vs. literatura hispanounidenses», op. cit., p. 115.
348
Conclusiones
790
Redacción de Filmaffinity, «Al otro lado», Filmaffinity, 2018. URL =
https://www.filmaffinity.com/es/film222191.html (última consulta: 15.11.2018).
791
Véase: Jesús Jiménez, «Matt Fraction: “Los norteamericanos somos muy hipócritas respecto al sexo”»,
rtve.es, 12 de abril de 2018. URL = http://www.rtve.es/noticias/20180412/matt-fraction-sex-
criminals/1712785.shtml (última consulta: 07.02.2019).
792
Rodrigo Pardo Fernández, «La hiperviolencia fronteriza en el espejo de la violencia en el cómic: «Juárez» 30
Days of Night: Bloodsucker Tales», BRUMAL. Revista de Investigación sobre lo Fantástico, V, 1 (2017), p. 191.
URL = https://ddd.uab.cat/pub/brumal/brumal_a2017v5n1/brumal_a2017v5n1p191.pdf (última consulta:
15.11.2018).
349
Conclusiones
793
Redacción de Conexión Migrante, «No soy de aquí, ni soy de allá el cómic zacatecano para hablar de los
migrantes», Conexión Migrante, 8 de abril de 2018. URL = http://www.conexionmigrante.com/2018-/04-/08/no-
soy-de-aqui-ni-soy-de-alla-el-comic-zacatecano-para-hablar-de-los-migrantes/ (última consulta: 15.11.2018).
794
Véase: URL = https://www.planetadelibros.com/autor/daniel-alarcon/000028958 (última consulta:
07.02.2019).
350
Conclusiones
se basa en observar y contar la vida de los demás, las rarezas que le puede interesar a la gente,
las historias de personas cualquiera. Sin embargo, la muerte de su padre, llorada por dos
viudas y cuatro hijos en total, no es nada sensacional, pero sí representa el estímulo para que
Óscar empiece a recorrer el relato de su propia vida795.
795
Elisa Cairati, «Daniel Alarcón y Sheila Alvarado, Ciudad de payasos», Altre Modernità/Otras Modernidades,
10, 11 (2013), p. 327.
351
6 Bibliografía
Bibliografía
6 Bibliografía
6.1 Bibliografía primaria
6.1.1 Corpus primario seleccionado
6.1.1.1 Mujeres autoras
ALLENDE, Isabel, El cuaderno de Maya, Barcelona, Plaza & Janés, 2011.
NETTEL, Guadalupe, Después del invierno, Barcelona, Anagrama, 2014.
RESTREPO, Laura, Hot Sur, Barcelona, Planeta, 2014.
SANTIAGO, Esmeralda, El sueño de América, Nueva York, Harper Collins, 1997.
6.1.1.2 Hombres autores
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PAZ SOLDÁN, Edmundo, Norte, Barcelona, Mondadori, 2011.
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6.1.3.8 Narrativa peruanounidense
ALARCÓN, Daniel, Radio ciudad perdida, Madrid, Alfaguara, 2007 (1era edición: Lost City
Radio, 2007).
GONZÁLEZ VIAÑA, Eduardo, Los sueños de América, Lima, Alfaguara, 2000.
6.1.3.9 Narrativa puertorriqueñounidense
FERRÉ, Rosario, La casa de la laguna, Nueva York, Vintage Books, 1996 (1era edición: The
House on the Lagoon, 1995).
ORTIZ COFER, Judith, Bailando en silencio: escenas de una niñez puertorriqueña, Houston,
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THOMAS, Piri, Por estas calles bravas, Nueva York, Vintage Books, 1998 (1era edición:
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6.1.3.10 Otras narrativas:
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6.1.3.11 Antologías:
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2018, pp. 407-410.
379
7 Apéndice
Apéndice
7 Apéndice
7.1 Entrevista con Isabel Allende
383
Apéndice
cambio. El patriarcado tiene raíces muy profundas y recién ahora, en los últimos tiempos, se
encuentra desafiado por un número creciente de mujeres, pero falta mucho para vencerlo.
III) La vida y obra literaria: El cuaderno de Maya (2011) y Más allá del invierno (2017)
3) Hace muchos años que usted vive en los Estados Unidos. ¿Cómo se identifica?
¿Se considera una autora americana, latina, suramericana, chilena o todas las
denominaciones a la vez? ¿Sería un retorno a su patria una posibilidad para
usted? ¿Por qué sí/no?
Cuando me preguntan de dónde soy, digo automáticamente que soy chilena, pero la
verdad es que soy de muchas partes. Me identifico como autora latinoamericana e
internacional. Hace 43 años que dejé Chile. Tengo doble ciudadanía chilena/estadounidense,
mi hijo, mis nietos y mi compañero viven en los EE. UU., mi casa, mi oficina, mi fundación y
la mayoría de mis amigos están en California. En Chile me quedan unos pocos amigos y mis
padres, que ya tienen 102 y 97 años respectivamente [mientras tanto la madre murió]. Voy a
menudo a verlos, de modo que siempre estoy en contacto con Chile. No tengo planes de
volver a vivir allí por el momento, pero nunca se sabe, la vida tiene muchas sorpresas.
4) El tema del retorno a las raíces está muy presente en El cuaderno de Maya. ¿Qué
importancia tiene el regreso para la mujer latina afincada en los EE. UU.? ¿Por
qué, a pesar de emigrar de un sistema más liberal a otro más patriarcal, se
integra Maya tan bien en la sociedad chilote?
Las mujeres latinas que emigran a los Estados Unidos se integran a medias, porque las
costumbres y el idioma son diferentes, han perdido su tierra, su familia, sus amistades: en fin,
todo lo conocido. Por lo general viven entre otros inmigrantes, reproduciendo como pueden la
vida de antes, la comida, las tradiciones, la música, los valores. Si pueden, van a visitar sus
países, pero muchas son indocumentadas y no pueden viajar libremente. El retorno definitivo
no se da a menudo, porque sus hijos y después sus nietos son americanos. Tendrían que
regresar solas.
Maya es un caso especial, se trata de una chica traumatizada y que está huyendo de una
situación peligrosa. En Chiloé encuentra tranquilidad, vida comunitaria, seguridad, un
protector y amigos. Chile es un país muy hospitalario, no es raro que Maya se encuentre a
gusto, porque muchos extranjeros se integran fácilmente. Además, ella está de visita y no le
toca de cerca el machismo. Tal vez si se quedara a vivir en Chiloé resentiría mucho el sistema
patriarcal.
384
Apéndice
5) En comparación con sus novelas anteriores, tanto El cuaderno de Maya como Más
allá del invierno tienen lugar en un ambiente menos mítico y más realista. ¿Por
qué? ¿Para dar más verosimilitud a la temática?
El realismo mágico no es como sal y pimientas para condimentar cualquier historia. Sirve
a veces, no siempre. Me parece que mis libros son realistas; los personajes y las situaciones
son basadas en gente común y en hechos fácilmente comprobables. Cada novela se
fundamenta en exhaustiva investigación, pero no todo es razonable y claro. Creo que el
mundo es misterioso, que hay muchas incógnitas, que no tenemos explicación racional para
todo, que controlamos muy poco. Acepto el misterio como parte de la naturaleza, del universo
y de cada ser viviente.
6) Su última novela no solo trata de la migración chilena a EE. UU, sino también de
la guatemalteca. Según su juicio, ¿cuáles son las particularidades de la migración
chilena y cómo se distingue esta de la guatemalteca, por ejemplo, o de otras
migraciones latinoamericanas?
Los chilenos recibíamos inmigrantes, pero no teníamos tradición de emigrar hasta l973,
cuando el golpe militar forzó a cientos de miles de chilenos a salir del país. Yo pertenezco a
esa generación. Muchos que se fueron ya no pudieron regresar. Se ha calculado que el
promedio de tiempo que un refugiado pasa fuera de su país son 17 años. Eso es exactamente
lo que duró la dictadura en Chile. Los chilenos como yo, que salieron entonces, hicieron una
vida afuera, sus hijos se formaron en otro país, perdieron todo lo que tenían en Chile. El
«desexilio» puede ser tan duro como el exilio. Actualmente Chile es un país próspero
comparado con cualquier otro en América Latina, tiene estabilidad política, social y
económica, por eso atrae inmigrantes de los países limítrofes, de Colombia y sobre todo de
Venezuela, por la situación política en ese país. Los chilenos no tienen necesidad de emigrar.
Tengo una Fundación que trabaja con organismos de ayuda a refugiados. No tuve que
inventar el personaje de Evelyn Ortega en Más allá del invierno, conozco varios casos como
el de ella y algunos aún más trágicos. Guatemala, El Salvador y Honduras, el llamado
«triángulo del norte» sufre la peor crisis de violencia institucionalizada, pandillas brutales,
narcotráfico, pobreza, corrupción y negligencia de sus gobiernos, la gente está desesperada.
Los refugiados de esos países que llegan a la frontera de los Estados Unidos están huyendo
para salvar sus vidas y las de sus hijos.
385
Apéndice
I) La evolución de la literatura chicana hacia una literatura de latinos en los EE. UU.
1) Desde los inicios hasta la actualidad: ¿cómo ha cambiado la literatura/narrativa
chicana, por ejemplo, en cuanto a los personajes/los temas tratados/etc.?
En primer lugar, en las décadas de los 1950-1960, existía una fuerte controversia con
respecto a cuándo comenzó la literatura chicana. Muchos de nosotros, los críticos y peritos de
la literatura chicana, estábamos de acuerdo que la literatura de los grupos hispanos en los
Estados Unidos existía desde los tiempos de la colonia española en el suroeste de los EE. UU.
Entonces comenzamos a proponer que la literatura de los españoles que vinieron a Tejas, a
California, Nuevo México y otros estados del suroeste y que instituyeron las misiones,
escribieron de lo que exploraban y experimentaban a lo largo de sus viajes de exploración y
colonización. Investigadores de alto prestigio, como el distinguido crítico literario Luis Leal,
comenzaron a proponer estas nuevas teorías sobre los orígenes de la literatura Chicana. Así
vemos como la fundación de lo que fue y vino a ser la literatura chicana data desde el periodo
colonial. Aunque el término «chicano» no comenzó a tener auge hasta los 1960, porque para
antes de los 1950 había otro término peyorativo para la gente México-americana que era
«pocho». Este término se usó en la novela Pocho (1959), escrita por José Antonio Villarreal.
Así es que la historia literaria de la literatura chicana comprende (I) el Periodo Colonial. (II)
El Periodo del siglo XIX. Este periodo incluye la guerra de México-Estados Unidos (1846-
1848) y la pérdida del territorio mexicano que ahora es básicamente el suroeste de Estados
Unidos. Fue un trauma fundacional, histórico en nuestra psicología a causa de la guerra y la
pérdida de gran parte del territorio mexicano. Yo he escrito un poco acerca del trauma
histórico, y hay otros libros que abarcan esta temática, y cómo afecta a las poblaciones
subsecuentemente. (III) El Periodo de la Revolución Mexicana 1900-1920. (IV) El Periodo de
las fundaciones de las comunidades mexicanas a causa de la gran inmigración como
consecuencia de la Revolución (1920-1930). (V) El Periodo de la Gran Depresión económica
y grandes deportaciones de Mexicanos (1930-1942). (VI) El Periodo de grandes
inmigraciones a cause de la Segunda Guerra Mundial (1942-1964). (VII) El Periodo del
«renacimiento» de la literaria chicana en los años más contemporáneos (1965-1980). (VIII) El
Periodo de la literatura feminista (1980-presente).
Con respecto a la pregunta de cómo ha cambiado la literatura chicana: pues, en primer
lugar, en los años de la década de los 60, el periodo más reciente de los orígenes de la
386
Apéndice
literatura chicana, fue con el teatro campesino; con los escritos un poco más tarde de autores
de la talla de Tomás Rivera, de Rolando Hinojosa, de Rudolfo Anaya y de Miguel Méndez
que fueron los fundadores. Como se puede ver, todos masculinos. Ellos ayudaron a formar lo
que después llamamos el Chicano Renaissance, el renacimiento de la literatura chicana, y que
también se enfocó en ese periodo de los chicanos y el movimiento de los derechos civiles de
los chicano, que se estaba efectuando paralelamente con el movimientos de los derechos
civiles de los afroamericanos. Después, también con el movimiento de derechos para las
mujeres y los gais. Entonces, todos estos movimientos de los 1960, dieron ímpetu al
desarrollo de la literatura chicana y otras expresiones culturales como la pintura, el teatro, el
cine, etc. comenzaron a tener mucho auge.
Los murales, por ejemplo, comenzaron a aparecer en los barrios chicanos y estaban
relacionados con las luchas políticas de estos movimientos. Los murales han sido muy
populares para nosotros los México-americanos que heredamos la tradición muralista de
México. Los grandes muralistas mexicanos como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y
José Clemente Orozco influyeron a nuestros artistas chicanos/as. Había mucha expresión
cultural en los años de 1960 y los 1970 con el renacimiento cultural de los chicanos. Dentro
de este renacimiento cultural estaba la literatura. La literatura en aquel entonces se había
enfocado en la escritura narrativa producida por los hombres, que fueron más publicados,
pero después hubo una evolución. Ya había autoras en los 60 y 70, pero la producción más
destacada y más amplia fue en los 80, en 1983/84, con esa generación de mujeres escritoras.
El enfoque en la producción literaria fue más feminista con Sandra Cisneros, Ana Castillo,
Lucha Corpi y Helena María Viramontes entre muchas otras. Entonces surgieron autoras que
comenzaron a escribir acerca de la lucha de las mujeres dentro del movimiento chicano. En
los escritos de este nuevo grupo de escritoras, hay un tema constante y es el de la inmigración.
La inmigración que estamos viendo en este momento va a seguir siendo un tema constante
indudablemente por el sufrimiento que está causando la separación de las familias, los niños,
los bebés, las mujeres, los hombres, las deportaciones inmensas y crueles. Esta nueva etapa de
crueldad contra los inmigrantes va a suscitar mucha literatura, mucha poesía, mucho arte,
mucho movimiento cultural. El sufrimiento muchas veces motiva a la expresión humana a
tratar de comprenderlo a través de plasmarlo en obras literarias y artísticas, es decir, ya sea
por la palabra, por la imagen, etc. Entonces eso percibo en la evolución de la literatura
chicana desde los inicios hasta la actualidad: cambió de un enfoque muy masculino a otro más
femenino pero con una constante del tema de la inmigración, a través de todas las diferentes
etapas de la literatura, la narrativa chicana, y toda la producción cultural.
387
Apéndice
388
Apéndice
Pero los otros también: guatemaltecos, nicaragüenses o sudamericanos como los peruanos,
ecuatorianos o los argentinos. Todas las guerras entre sí y problemas económicos han
suscitado el movimiento humano de esos países hacia los Estados Unidos. Así es que van a
seguir viniendo y a seguir escribiendo. Otro detalle concerniente a la globalización es también
la globalización de la lectura. Como, por ejemplo, los europeos que comenzaron a notar este
tipo de literatura tales como los franceses, españoles y alemanes. En Europa hay estos
movimientos migratorios de los africanos que cruzan el Mediterráneo en barquitos no muy
seguros que se hunden y en los que se ahoga y muere la gente. El sufrimiento va a suscitar
mucha literatura de inmigración. Uno que escribe acerca de este tema es Manuel Martín-
Rodríguez. Él escribe mucho de la migración de personas del norte de África a España, por
ejemplo. Se encuentran ya novelas plasmando estas experiencias y películas también.
Entonces el tema se está globalizando por todos los movimientos migratorios que están
surgiendo en estas décadas.
389
Apéndice
390
Apéndice
Cuando nosotros criticábamos a los Estados Unidos la gente nos veía como malcriados,
revoltosos, que éramos malagradecidos y todo eso. Pero ahora los latinos y también los
chicanos están ampliando ese concepto de latinidad, por ejemplo, los cubanos eran más
conservadores y republicanos, en los años 60. Entonces los chicanos también rechazaban a los
conservadores. Aunque eran latinos, no los veían como si conocieran los problemas que había
con los latinos y creo que por eso ahora hay ese movimiento a juntarnos, a tener más
conocimiento el uno del otro. Especialmente es importante estar unidos con la gente de los
países centroamericanos porque son más pobres y sufren más. Es lo opuesto a cuando primero
llegó la gente de los estratos sociales más pudientes, más ricos de Cuba o la élite de Argentina
y de Chile. Hay muchos prejuicios en Latinoamérica acerca de las clases sociales. En los
Estados Unidos es más profundo el concepto de raza que de clase, mientras que en
Latinoamérica el concepto de clase es más fuerte. Pues creo que están cambiando estos
modales. Los Estados Unidos están influyendo en los prejuicios de raza. Entonces creo que
nuestra latinidad en los EE. UU. se está asimilando una a la otra. En vez de tener su país
originario y ser más regionalista, desde ese punto nos estamos convirtiendo en
estadounidenses/latinos.
391
Apéndice
8) Según usted, ¿cuáles podrían ser otros procedimientos posibles para romper las
estructuras del patriarcado o, por lo menos, mejorar la situación?
Podemos aprender de otras culturas donde el patriarcado no es tan fuerte, no es tan
dominante, y aprender de estas otras culturas y dentro de la nuestra, como ya he dicho,
concientizar a los niños, lo que se ha hecho aquí, quitar esos patrones de que las niñas juegan
con muñecas y los niños con automóviles o aviones y enseñarles a cocinar y es bueno que los
dos aprendan todo sin marcarlos genéricamente. Hay que comenzar a romper esas divisiones
de que las mujercitas juegan con eso y los hombrecitos con lo otro, pero es muy difícil porque
aunque uno trate de enseñarles nuevos hábitos, los otros abuelos pueden seguir enseñándoles
el mismo tipo de estructuras patriarcales.
Además, creo que los movimientos LGBTQ tienen mucha importancia en la ruptura de
estas estructuras tan estrictas y que los jóvenes están siendo más flexibles. Y también tenemos
a muchas mujeres y hombres autores del colectivo LGBTQ que nos proponen modelos
alternativos de formas de vida. Pero es curioso que también en estas colectividades a veces se
reproduzcan patrones con la tradicional división hombre-mujer.
392
Apéndice
I) La evolución de la literatura chicana hacia una literatura de latinos en los EE. UU.
1) ¿Cómo ve usted la evolución/ampliación de una literatura tradicionalmente
chicana hacia una más globalizada de los latinos en los EE. UU.? ¿Cómo ha
evolucionado la literatura suramericanounidense en los últimos años (quizás con
algunos ejemplos concretos: autores, obras, etc.)?
La literatura latina en los Estados Unidos ha sido siempre muy amplia; uno de los grandes
del siglo XIX en este país fue el cubano José Martí, que escribió algunas de sus mejores
crónicas desde Nueva York. Ocurre que en los años setenta/ochenta, cuando aparece la
literatura latina como un campo específico en el mundo académico, está sobre todo conectada
al trabajo de grandes escritores chicanos como Gloria Anzaldúa o Sandra Cisneros, y a los
poetas nuyoricans. Ha sido inevitable que eso se diversifique en los últimos años, con la
llegada de latinoamericanos de distintos países –desde el peruano Daniel Alarcón hasta el
argentino Hernan Diaz–, y que a la vez eso haya contribuido a recuperar las distintas
tradiciones de la literatura latina en los Estados Unidos a lo largo de las décadas. Por
supuesto, la literatura latina conectada a México sigue siendo la central –hay que pensar hoy
en Valeria Luiselli–, y cerca de ella la de la inmigración caribeña –de Junot Diaz a Cristina
García–.
393
Apéndice
394
Apéndice
verdaderamente funcionaban desde el punto de vista literario, que eran tres y que estaban
conectados con la frontera Estados Unidos-México.
9) ¿Nos puede explicar por qué escogió el género policial para construir esta novela
de migración? ¿Cómo definiría usted el género de Norte? ¿Novela de migración?
¿Novela policial? ¿Novela film?
He sido un fanático de la literatura policial desde mi adolescencia temprana. Mi educación
sentimental del descubrimiento de la lectura está conectada a Agatha Christie, Conan Doyle,
395
Apéndice
etc. Con los años, dejé de interesarme por la figura del detective, que me fascinaba en la
adolescencia –mi héroe era Hércules Poirot–, y comencé a preocuparme por la figura del
criminal. Indagar en su estado alterado de conciencia me interesaba más que la cosa más
racional del detective. De ahí salió Norte. No creo que sea del todo una novela policial, ni
tampoco una novela de migración. Esa indefinición es lo que me gusta de ella.
10) Además, Norte reúne diferentes tipos artísticos (la pintura, la escritura y el
cómic) con el discurso académico (la investigación, la cuestión de la latinidad,
etc.). ¿Se podría decir que es también una especie de metanovela con un
metadiscurso?
Pues sí. Quería hablar sobre la experiencia de tres inmigrantes latinos en los Estados
Unidos, a la vez que sobre la forma en que el mundo académico construye discursos sobre esa
experiencia. Lo mismo con los géneros artísticos que aparecen en la novela.
12) Usted no solo es autor sino también profesor de la Universidad de Cornell. ¿En
qué medida influye una actividad en la otra? ¿Y cómo encuentra el
tiempo/balance para avanzar en ambas áreas?
Enseñar me ha ayudado a conocer mejor la tradición de la que formo parte, a leer de
manera más crítica. Eso es esencial a la hora de escribir. Y la escritura me ha hecho más
consciente de los peligros del discurso académico, que inevitablemente generaliza. Trato de
balancear ambas actividades, pero a ratos el sistema colapsa y hay meses en que solo puedo
dedicarme a la enseñanza y al trabajo administrativo. Pero por suerte llegan las vacaciones.
396
Apéndice
397
Apéndice
398
Apéndice
399
Apéndice
Rosaura Sánchez y Beatrice Pita, una novela de ciencia ficción de esclavitud futurista en
nuestro espacio; The Distance Between Us: A Memoir (2012) de Reyna Grande, una mirada
introspectiva a las condiciones familiares a través de la inmigración y la separación que
afectan a los niños; A House of My Own: Stories from my Life (2015) de Sandra Cisneros, un
relato del mundo interior de valores y motivaciones de una escritora; 187 Reasons Mexicanos
Can’t Cross the Border (2007) de Juan Felipe Herrera, una meta-épica profunda pero
sardónicamente introspectiva de la psique histórica chicana, que finalmente lo llevó a ser
nominado en 2015 como el primer chicano en ser nombrado U.S. Poet Laureate. Ahora todo
lo que necesitamos es un/a ganador/a del Premio Nobel.
Como podemos ver, los chicanos están remodelando el mapa literario con interesantes
incursiones en una serie de vivencias, formatos experimentales y representaciones, al mismo
tiempo que el Rasquachismo ha evolucionado hacia nuevas dimensiones creativas. Su
diversificación temática está alcanzando proporciones extraordinarias, ofreciendo algo para
un mayor número de lectores y, al mismo tiempo, inculcando un sentido de urgencia para
mantener la conciencia de las condiciones sociales en un mundo global en constante cambio.
400
Apéndice
Actualmente (del último año) hay una obra de teatro que anda rodando que se llama Trumpus
Ceasar de Carlos Morton, que en sí no es sobre la migración pero que contiene parte de ese
fondo.
Lo que hemos descubierto es que no podemos alejarnos del tema de la migración porque es
elemento fundamental de nuestra existencia de alguna manera u otra. No podemos
divorciarnos completamente de ese proceso vivencial porque nos sigue como sombra y sueño
(a veces pesadilla) donde el sueño americano se disuelve en pedazos o nos reta a tener que
luchar constantemente para superarnos y salir adelante pese a los muchos obstáculos.
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7) How do you identify yourself? Do you consider yourself a U.S., Latina, South
American, Colombian, Cuban, Colombianocubanounidense author or all
denominations at the same time?
I generally call myself a Latina writer. When I was in Colombia promoting my book in
Spanish, I made sure to tell people that I was the American daughter of a Colombian mother. I
generally say that I am a Latina writer and my family is from Cuba and Colombia because I
want people to know which countries shaped me.
8) What is your relationship with Spanish? For a Latina/o writer, what are the
reasons for choosing one or the other language?
I speak Spanish mostly with my parents and often with my sister and friends who are
bilingual. I wrote completely in English because it’s the language I studied and that I am the
most skilled in using. But I did write an epilogue in Spanish to the Spanish edition of my
memoir and it was a fantastic experience. I just lacked the confidence in using an informal
approach to the language.
405
Apéndice
but there are still questions about what it actually means. What has changed is that access to
colleges and to activism expose more women to feminism.
10) In your memoirs A Cup of Water Under My Bed (2014) you outline an expressive
portrait of the bisexual Latina. What impact/influence does growing up between
different cultures have on sexual identification?
I sometimes think that having grown up in three cultures –those of Colombia, Cuba, and
the United States– made me more open in matters of sexual identity. I have never harbored
any self-hatred as a queer woman. Then again, I am also a femme so my gender expression is
very normative and that makes a huge difference to how the world treats me… but I’m still
thinking that moving in and around three cultures made me acutely aware that people have
different beliefs and different ways of living and that perhaps made me less judgmental with
my own sexuality.
406
Apéndice
I) The Evolution from Chicana/o Literature to Latina/o Literature in the United States
1. How do you see the evolution/extension of a traditional Chicano literature towards
a more globalized literature of Latinas/os in the United States?
I definitely see an evolution of traditional Chicana/o literatura embracing a more global
and even transnational literary expression. This has been happening for 30 years or so. This
can be seen in the different immigrant stories. Reyna Grande and Rigoberto Rodriguez’s
stories are especially noteworthy. But this ability to redirect and embrace global and
transnational literary expressions returns to the dynamic aspects of latina/o U.S identity,
where chicana/o and latina/o literary expressions find influence, resonance and relevance.
Others will find familiarity with the culture because Chicana/os reveal intimate stories that
help others living in the United States see their stories reflected. More than any other U.S
literature reflects the different population shifts as an ethnic literature in the U.S. because of
the major influx of immigrants comes of Mexico, Central or South America.
Chicana/o literature extends beyond the Mexican-American experience and many other
latina/o such as central americans, south americans and even minorities such as philipinos and
pacific islanders find a sense of identification with Chicana/os in the U.S ethnic experience.
There are stories of language difference, there are stories of migration, stories of coming of
age or of dealing with harship and discrimination. These elements are critical to other
minorities who might be experience similar facets of difficulty or success.
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Apéndice
The most obvious shift is the change in subject matter from male stories to varied
experiences that deal specifically with gender or sexuality. The stories by LGBTQ Chicana/os
and Latina/os as well represent the inter-American literary voice. Without these authors, the
literature would be very different.
3. According to you, which are the main representatives of Latino LGBTQ writers?
Do US-South-American authors count among them?
Here is a list of the major and most influential Chicana/o and Latina/o LGBTQ writers. If
the subject matter works, yes I sometimes include South-American writers:
John Rechy Reinado Arenas
Gloria Anzaldúa Manuel Puig
Cherríe Moraga Adelina Anthony
Ana Castillo Arturo Islas
Rigoberto Rodríguez Richard Rodriguez
Virginia Griese Alicia Gaspar de Alba
Emma Pérez Francisco Alarcón
5. What are the biggest challenges that LGBTQ migrants face (when migrating to the
USA and in the host country)?
Language is the first issue. Without access to communication, it becomes difficult to find
community and engage in a discussion about the issues one faces. The other main issue is the
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Apéndice
representation in the immigration system. There are countless stories that indicate
margizalization exists in the immigration process.
Many LGBTQ people across the Americas face violence and marginalization in their own
countries, only to come to the United States in search of freedom and encounter racism and
homophobia. The other issue is isolation from community and isolation from society in
general. All of this adds up and you find many LGBTQ people struggling to find themselves,
their voices.
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Apéndice
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Apéndice
Aculturación. Fenómeno que resulta cuando grupos de individuos con diferentes culturas
entran en continuo contacto con los cambios subsiguientes en los patrones culturales
originales de uno o ambos grupos. Véase Redfield, Linton y Herskovits (1936: 149).
Bracero. Obrero mexicano. El Programa Bracero (1942-1964) tuvo como objetivo de
contratar a mexicanos para trabajo temporal en EE. UU. Véase Castro (2001: 25).
Coyote. También ‘pollero’. Es un contrabandista de personas que puede trabajar por su propia
cuenta o formar parte de un grupo organizado. Véase Castro (2001: 70).
Diáspora. Dispersión de grupos humanos que abandonan su lugar de origen. Generalmente
las poblaciones mantienen lazos con su entorno familiar. Véase Organización
Internacional para las Migraciones (2006: 20).
Espalda mojada. También ‘wetback’. Migrante indocumentado que entra clandestinamente
en EE. UU. cruzando el Río Grande. Véase D’Ors (2002: 59).
Flujo migratorio. También ‘caravana migratoria’. Cantidad elevada de migrantes que se
mueve desde o hacia un país con la idea de encontrar mejores condiciones de vida.
Véase Organización Internacional para las Migraciones (2006: 14).
Green card. También ‘tarjeta verde’. Documento que concede el permiso de residencia
permanente en EE. UU. Véase Castro (2001: 157).
Hibridismo. Término proveniente de la biología. Mezcla de dos (o varios) sistemas culturales
o sociales que da lugar a múltiples modalidades identitarias. Véase Bajtín (1981: 358).
Indocumentado. También ‘irregular’. Término con connotación peyorativa que denomina a
un migrante que carece de la documentación necesaria para permanecer en el país de
acogida. Véase Giménez y Malgesini (2000: 261).
Juárez. También Ciudad Juárez. Ciudad mexicana que se encuentra en la frontera con
Estados Unidos (El Paso, Tejas) y que es uno de los municipios con más feminicidios
(sobre todo de migrantes) en México.
Kafkiano. Relativo a Franz Kafka. Dicho de una situación absurda o angustiosa. En el
contexto de la migración el término está relacionado frecuentemente a los trámites
burocráticos complicados e incomprensibles. Véase Nunca entres por Miami (Quesada).
LGBTQ. Acrónimo para denominar a las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero y
queer. Véase también ‘queer’.
Migra. Vocablo para referirse a las patrullas fronterizas. En concreto: al U.S. Department of
Homeland Security (DHS) y a la U.S. Border Patrol (USBP). Véase Castro (2001: 158).
Nacionalidad. Vínculo jurídico entre un individuo y un Estado. Véase Organización
Internacional para las Migraciones (2006: 45).
Origen. También ‘patria’. País donde alguien ha nacido o donde tuvo principio su familia o
de donde alguien proviene. Véase Real Academia Española (2020).
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Apéndice
Patriarcado. Organización social primitiva en que la autoridad es ejercida por un varón jefe
de cada familia, extendiéndose este poder a los parientes aun lejanos de un mismo
linaje. Véase Real Academia Española (2020).
Queer. Al inicio sirvió a la mayoría heterosexual dominante para llamar de manera despectiva
a los homosexuales, pero con el paso del tiempo se convirtió en un calificativo positivo
de los propios miembros del colectivo LGBTQ para denominar la diversidad sexual con
todas sus modalidades identitarias. Véase McKee Irwin (2009: 266-270).
Refugiado. Persona que con «fundados temores de ser perseguida por motivos de raza,
religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se
encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no
quiera acogerse a la protección de tal país». Véase Convención sobre el Estatuto de los
Refugiados (1951: 2).
Sexo. Género femenino, masculino o diverso. Asignado a un ser humano, con frecuencia
basándose en la anatomía externa. Véase National LGBT Health Education Center
(2018: 5).
Trata de personas/blancas. «La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la
recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de
coacción, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o
a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una
persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación». Véase Organización
Internacional para las Migraciones (2006: 76).
US Latina/o. También hispanounidense. Individuo que nace o reside en EE. UU., pero que
tiene raíces latinoamericanas. Véase Pereda (2010).
Visa/do. Certificado de identidad que indica que «el titular está en la categoría de no
nacionales del Estado emisor y que puede ser admitido en su territorio, de acuerdo con
las normas legales». Véase Organización Internacional para las Migraciones (2006: 79).
Wetback. Véase ‘espalda mojada’.
Xenofobia. Rechazo generado por uno de los rasgos comunes de un grupo estigmatizado:
como la calidad migratoria, genérica o sexual. Véase Giménez y Malgesini (2000: 261).
Yanqui. Término coloquial utilizado por los latinoamericanos para denominar a una persona
estadounidense. Véase Real Academia Española (2020).
Zona fronteriza. Zona que separa dos Estados. En el caso de la migración hispanounidense
se trata de un territorio de alta vulnerabilidad ya que los migrantes están expuestos a
diversas amenazas como la explotación económica o sexual por parte de las bandas o el
crimen organizado. Véase Organización Internacional para las Migraciones (2006: 27-
36).
412
SEBASTIAN IMOBERDORF (Suiza, 1987). Estudios universitarios en las universidades de
Madrid (CEU San Pablo), de Berna y de Friburgo-Suiza y Máster en Literatura Española e
Hispanoamericana por la Universidad de Friburgo-Suiza. Posee también una formación
pedagógica en lenguas y culturas extranjeras (alemán y español) y una amplia experiencia
como docente en diversas instituciones de nivel medio y superior. En la actualidad es
Encargado de Curso en la Universidad de Friburgo y acaba de doctorarse con una tesis
titulada Identidades múltiples: hibridismo cultural y social en la narrativa hispanounidense
de los siglos XX y XXI. Sus principales campos de investigación son la violencia en la
literatura latinoamericana, la migración en la literatura y el cine, la literatura de minorías
étnicas y sexuales y la traductología (teoría y práctica).
Ha expuesto sus análisis y resultados en congresos como el Romanistentag de la
Universidad de Mannheim (2015), el Congreso Bianual de la Asociación Internacional de
Estudios Interamericanos en la Universidad de California, Santa Barbara (2016), el Congreso
Internacional de Jóvenes Hispanistas, Teóricos y Comparatistas en la Universidad de
Valladolid (2017), el Congreso Internacional de Literatura Chicana y Estudios Latinos
(organizado por HispaUSA y el Instituto Franklin-UAH) en la Universidad de Salamanca
(2018) y el Congreso Internacional para el Diálogo con las Culturas Hispanas de América del
Norte (2019).
Entre sus publicaciones destacan los artículos: «Eine Minderheit zwischen Stuhl und
Bank» (Universitas, 2015), «Volver a las raíces: la búsqueda de identidad en la narrativa
interamericana» (Linkgua, 2018), «Cine vs. literatura hispanounidenses: dos muestras
diferentes de cómo franquear las barreras artísticas, culturales y sociales» (Ediciones
Universidad de Valladolid, 2018), «De asesinos, autistas e inconformistas: hacia otra
interpretación de la “latinidad” en Norte de Edmundo Paz Soldán» (Servicio de Publicaciones
de la Universidad de Alcalá de Henares, 2019) y «Al margen del margen: violaciones de los
derechos humanos de indocumentados, homosexuales y mujeres en la narrativa
interamericana» (sometido).