Arquitectura Italiana.
Arquitectura Italiana.
Arquitectura Italiana.
El 28 de diciembre de 1993, el decreto 2676 del Poder Ejecutivo Nacional declaró al Palacio del
Congreso “Monumento Histórico y Artístico Nacional”. Entre sus consideraciones, el decreto
establece que el edificio del Congreso constituye un referente de nuestra identidad cultural, por
lo que se considera necesaria la preservación y presencia física de sus valores históricos y
estéticos.
Fue en 1894, con la inauguración de la Avenida de Mayo, el Poder Ejecutivo fue autorizado a
llevar a cabo la construcción del Palacio del Congreso. A tal efecto se llamó a un concurso
internacional, organizado por la Sociedad Central de Arquitectos, y la obra fue adjudicada al
arquitecto italiano Víctor Meano, coautor junto al arquitecto Francisco Tamburini del nuevo
Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires y también proyectó la construcción del Palacio
Legislativo, sede del Parlamento uruguayo, ubicado en la ciudad de Montevideo. Ante
asesinato de Meano en 1904, la obra fue finalizada por el arquitecto belga Julio Dormal, quien
fue uno de los socios fundadores de la Sociedad Central de Arquitectos y releizo impotantes
obras, también se hizo cargo de los trabajos de terminación del Teatro Colón. El edificio del
congreso se inauguró en 1906, pero no se terminaría hasta 40 años más tarde.
El estilo de la obra es un eclecticismo grecorromano, dentro del academicismo italiano del autor
Vittorio Meano. El edificio se distingue por su cúpula, que alcanza los 80 metros de altura y lo
transformó en el edificio más alto de la Argentina al momento de su construcción. Significó una
gran obra de ingeniería, ya que la estructura del edificio debía soportar las 30 mil toneladas de
la superestructura de la cúpula central. El casquete es una estructura reticulada de acero y los
4 pilares bajo el tambor tienen 300 m² de sección de piedra granítica. Su cúpula, de 80 metros
de alto, es una de las más grandes de la Ciudad. El edificio está íntegramente revestido en
piedra caliza gris, con basamento de granito.
El palacio del congreso está emplazado dentro de una superficie de 9000 metros cuadrados,
430 metros cuadrados de patio y 1100 puertas y ventanas. Las alturas de las fachadas son de
27,50 m sobre Hipólito Yrigoyen y 23,60 m sobre Entre Ríos, Rivadavia y Pozos.
Por fuera la planta constituye un basamento de granito gris que apoya un intercolumnio de
estilo corintio sobre los dos primeros pisos. La escalinata se halla flanqueada por la rampa que
conduce al peristilo hexástilo con frontón triangular y sendos pórticos a ambos lados. Pórtico
similar adornado en los costados del edificio.
La entrada principal, llamada Entrada de Honor, está ubicada en la Avenida Entre Ríos. Está
ubicada en un atrio central, decorado con seis columnas de orden corintio que soportan un
frontón triangular, y la puerta está custodiada por dos cariátides de mármol. Detrás del
enrejado del frente que está ubicado sobre la calle Pozos están ubicadas dos puertas más, a
cada lado del cuerpo saliente con forma de hemiciclo de la fachada. Estas puertas son de
herrería artística, flanqueadas por cariátides de bronce.
En un principio a los costados de la escalinata de la entrada principal se encontraban dos
grupos de esculturas de la artista Lola Mora, que simbolizaban la Libertad, el Progreso, la Paz y
la Justicia, pero las figuras desnudas fueron criticadas y retiradas en 1916. El 1 de marzo de
2014, fueron instaladas réplicas exactas de aquellas estatuas. En la escalinata, además, hay
cuatro leones alados, que sirven de base para cuatro faroles artísticos con tulipas de opalina
talladas.
El frontón triangular tiene una cubierta a dos aguas, que a los costados en su parte inferior
tiene esculturas de leones alados, y en su parte superior hay una escultura de piedra con el
escudo nacional. Detrás del frontón hay una plataforma ornamentada, de igual ancho que el
frontón y con un lado de 15 metros. Sobre esta plataforma se encuentra la Cuadriga, una obra
de bronce con 8 metros de altura y 20 toneladas de peso, realizada por el escultor Víctor de
Pol. El carro es tirado por 4 caballos, que simbolizan la República triunfante, y es conducido por
la Victoria alada.
La cúpula tiene una cubierta de cobre, pero el paso del tiempo y la humedad son los que le dan
el color verdoso. La cúpula termina en una corona decorada con figuras quiméricas, a 80
metros de altura, de las que brota un pararrayos.
interior del palacio:
Avanzando por la entrada de honor, sobre la Avenida Entre Ríos, se alinean el peristilo de
acceso con su portal de cariátides, el vestíbulo, el hall, el Salón Azul, el Salón de los Pasos
Perdidos y, finalmente, el hemiciclo de la Cámara de Diputados. El Palacio comprende un
subsuelo, un piso bajo y tres superiores.
El Salón de Pasos Perdidos exhibe dos grandes óleos sobre telas: una de ellas representa el
debate de los Constituyentes del 21 de abril de 1853, del artista argentino Antonio Alice (1886-
1943); la otra obra es del uruguayo Juan Manuel Blanes (1830-1901), pintor de cuadros
históricos. En este salón, los vitreaux que se observan representan: la ciencia, los recursos
económicos, las artes, el trabajo y la guerra.
Edificio de la Inmobiliaria:
Palacio Barolo:
El terreno elegido para materializar el palacio tenía una superficie de 1.365 m2 y un frente de
30,88 metros. Con un total de 24 plantas (22 pisos y 2 subsuelos), los 100 metros de altura se
hicieron posibles gracias a una concesión especial otorgada por el intendente Luis Cantilo en
1921, ya que superaba en casi cuatro veces la máxima permitida por la avenida. La
construcción finalizó y el edificio fue inaugurado en 1923. El punto más alto de la cúpula
alcanza los 90 metros, llegando a los 100 metros con un gran faro giratorio de 300.000 bujías
que lo hacía visible desde Uruguay. El acceso a este espacio, rodeado por una cristalera que
permite una visión de 360º, se realiza a través de una estrecha escalera que permite el paso de
sólo una persona e incluso en ciertos tramos se corre el riesgo de que los hombros rocen con
los muros. Un cartel indica esta particularidad. Sobre el faro está la constelación de la Cruz del
Sur, que en los primeros días de junio, sobre las 19.45hrs, se alinea con el eje del edificio.
La división general del Palacio y de la Divina Comedia es en tres partes: infierno, purgatorio y
cielo.
El infierno está en la planta baja. Allí hay columnas con decoraciones en bronce de dragones,
serpientes y cóndores. El techo está compuesto por nueve arcos, que se corresponden con los
nueve círculos del Infierno. En el piso hay arreglos florales de metal, que solían estar
iluminados desde dentro con luces rojas.
Ya en el piso 14, el último del Purgatorio, hay más luz natural. Y la decoración es minimalista.
Para llegar al Paraíso, sin embargo, faltan seis pisos, que hay que hacer por escalera. Por cada
paso que uno da, la escalera se angosta un poco. Da la sensación de subir por una pequeña
cueva.
En el Paraíso hay un hermoso mirador. Los que no sufren vértigo pueden salir a los pequeños
balcones del lugar y apreciar la ciudad a casi 100 metros de altura. Después, se pueden subir
los últimos dos pisos y llegar al faro. El aparato es idéntico a los que se usan en los puertos.
Estuvo apagado durante 70 años, hasta que fue reparado en 2010. Hoy se enciende a las 22,
por 20 minutos. Cuando se apaga, quedan solo las luces de los edificios de Buenos Aires,
como puntitos en medio de la oscuridad.
Las nueve bóvedas de acceso representan los nueve pasos de iniciación y las nueve jerarquías
infernales. Las 9 bóvedas se dividen, desde el centro, de la siguiente manera: tres hacia la
Avda. de Mayo, tres hacia Hipólito Yrigoyen, la bóveda central se extiende hacia la cúpula, y las
que contienen las escaleras hacia los laterales. Cada una de ellas contienen inscripciones en
latín, algunas pertenecientes a Virgilio y otras a escrituras bíblicas. El faro representaba los
nueve coros angelicales; sobre este está la constelación de la Cruz del Sur que se ve alineada
con el eje de Barolo en los primeros días de junio a las 19:45 horas. La altura del edificio es de
100 metros y 100 son los cantos de la obra de Dante; tiene 22 pisos y 22 estrofas tienen
algunos cantos de la Divina Comedia.
Los detalles cuidados caracterizan este proyecto: desde las citas personales en latín sobre la
obra de Dante en el edificio, hasta la apertura del mismo, llevada a cabo en la fecha del
aniversario del poeta.
El lenguaje arquitectónico del edificio es difícil de inscribir en un estilo o escuela precisa. A
partir de una actitud impresionista, su arquitectura representa un importante intento de conjugar
distintas trazas de la tradición arquitectónica europea (por que ante el temor ante la inminente
segunda guerra mundial, quería preservar los estilos arquitectónicos europeos) presentes en el
neogótico y el neorrománico, con modernas técnicas constructivas a la manera estadounidense
y rasgos de carácter rioplatense y sin olvidar que la cúpula está inspirada en el templo Rajarani
Bhubaneshvar (india, del siglo XII), para representar el amor tántrico entre Dante y Beatriche.El
Barolo es también un buen ejemplo de las aspiraciones para abrir el camino a una arquitectura
nueva, superada de las tensiones a las que había llegado el eclecticismo historicista. Desde el
punto de vista urbanístico, es una pieza única que demuestra la posibilidad de aunar
creatividad y respeto por el entorno. Y ya a una escala regional, con su casi gemelo, el Palacio
Salvo de Montevideo, un monumento mistificador de la civilización rioplatense en su apogeo.
Para su construcción fue necesario pedir un permiso especial ya que superaba casi cuatro
veces la altura máxima permitida a los edificios de la zona. Fue el primer edificio argentino
construido con hormigón armado, las escaleras tienen 1410 peldaños revestidos con mármol
de Carrara y están decoradas con herrajes, vitraux, lámparas y molduras, mientras que las
paredes y columnas fueron cubiertas por granito.