Dominación Burocratica en Weber

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Dominación en Weber.

Consideraciones sobre la dominación racional


legal/burocrática

Cuando analizamos los tipos de dominación en Weber nos referimos a la dominación


legal, haciendo quizás poco énfasis en la burocracia que fue el centro del análisis de la
obra de Weber. Se presentará a la burocracia como un instrumento de dominación que
surge por necesidades históricas y que, en su aspecto positivo, será un instrumento de
administración del Estado para favorecer a la sociedad en general y, en el negativo,
utilizará su posición para perpetuar su control y dominio de los gobernados.

Weber planteó esta teoría de corte racionalista mediante un enfoque eficiente, siendo ésta
aplicable a las fábricas y a las diferentes formas de organización humana.

La teoría de la burocracia de Weber consiste en una forma de organización jerárquica


del trabajo donde los funcionarios o trabajadores están especializados en su campo y
funciones. Para Weber, la burocracia es un instrumento de dominación.

Weber establece las condiciones para que una persona con poder justifique su legitimidad;
además, explica cómo los sujetos sobre los que se ejerce tal poder son sometidos a él.

Además de legitimar el poder, para que sea posible el ejercicio del poder es necesario
cierto grado de organización administrativa. La organización administrativa de tipo
burocrático planteada por Weber proporcionará el más alto grado de eficacia en el trabajo
y la organización. El objetivo de tal organización será resolver los problemas de la
sociedad.

Como características positivas de su teoría de la burocracia versus otros tipos de


organización del trabajo Weber defiende que esta es: precisa, rápida y uniforme, entre
otras. Además, destaca que su organización ahorra costos objetivos y personales.
Sumado ello a la necesidad de predictibilidad que señalara Weber para el siglo XX y que
parece incrementarse de manera exponencial en este XXI dominado por la incertidumbre.

Es estos momentos de crisis de liderazgo carismático y sobre todo tradicional, parece que
el individuo sí se deja dominar bajo una racionalidad de normas y controles, sean estos
humanos o mecánicos, que suelen confundirse con lo tradicional, ya que de tal manera se
hallan incorporados a nuestro “obedecer”.

Esta dominación debe ser analizada en sus aspectos positivos y negativos, toda vez que
en puridad debe ser distinguida de la labor que desarrolla el Estado moderno como

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empresa de dominación tal y como la describiera el citado Weber. Así es que no podemos
dejar de relacionar estos conceptos con lo que significa para Weber el Estado.

Para Weber, la relación social puede derivar en una comunidad cuando “la acción social
se inspira en el sentimiento subjetivo de los partícipes de constituir un todo” (Weber,
1983, p. 33), o puede derivar en una sociedad cuando “la acción social se inspira en una
compensación de intereses por motivos racionales (fines o valores) o también en una
unión de intereses con igual motivación” (Weber, 1983, p. 33).

Ya hemos hablado sobre la necesidad de contar con un sistema de administración pública


que permitiera el ejercicio del poder político.

Recordemos que Weber hace una diferenciación entre comunidad y el concepto


asociación, como “relación social con una regulación limitadora hacia fuera cuando el
mantenimiento de su orden está garantizado por la conducta de determinados hombres
destinada en especial a ese propósito: un dirigente y, eventualmente, un cuadro
administrativo” Es decir , una sociedad que limite la participación en ella a ordenaciones
propias (regulación limitadora hacia fuera) y que se base en el respeto a la acción de
determinados hombres que la dirigen y/o administran. En una asociación es indispensable
la presencia de un dirigente y de un cuadro administrativo, sin importar la forma de su
elección, sea otorgado desde afuera, o pactado en su interior. Lo importante es que se
establezca un gobierno al cual someterse.
Una asociación debe llamarse territorial cuando sus ordenaciones se ejecuten en un
determinado territorio, y debe llamarse de “dominación cuando sus miembros están
sometidos a relaciones de dominación en virtud del orden vigente”
Las relaciones de dominación hacen referencia a la “probabilidad de encontrar
obediencia para un mandato de determinado contenido entre personas dadas” Es decir,
hay dominación cuando un individuo obedece el mandato dado por otro, sin importar los
motivos por los cuales obedece. La estabilidad de toda asociación de dominación debe
basarse en la creencia en la legitimidad de obedecer al dirigente o gobernante.
Una asociación de dominación será llamada asociación política cuando “su existencia y
la validez de sus ordenaciones, dentro de un ámbito geográfico determinado, estén
garantizados de un modo continuo por la amenaza y aplicación de la fuerza física por
parte de su cuadro administrativo” (Weber, 1983, p. 43).

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A la exigencia de la existencia de un territorio determinado, de un personal gubernativo
y de una relación de dominación, se suma la probabilidad de usar la fuerza física para
proteger la asociación.
El uso de la fuerza física no debe entenderse como la única forma de demostrar la
existencia de una asociación política, es sólo el recurso último que se utilizará cuando no
quede otra opción y se hayan agotado todos los recursos: En las asociaciones políticas
no es la coacción física el único medio administrativo, ni tampoco el normal. Sus
dirigentes utilizan todos los medios posibles para la realización de sus fines
Una asociación política se llamará Estado cuando ejerce un monopolio legítimo sobre el
uso de la fuerza sobre un territorio determinado. Weber define al Estado como:
(…) un orden jurídico y administrativo por el que se orienta la actividad del cuadro
administrativo y el cual pretende validez no sólo frente a los miembros de la
asociación, sino también respecto de toda acción ejecutada en el territorio a que se
extiende la dominación. Es además característico el que sólo exista coacción legítima
en tanto que el orden estatal la permita o prescriba (Weber, 1983, p. 43; Weber, 2001,
p. 94).
Por lo tanto, es en el Estado donde se manifiesta, de mejor manera, lo que Weber señala
como dominación, ya que éste se basa en la obediencia de los subordinados y tiene los
instrumentos necesarios para hacer cumplir permanentemente dicha obediencia y
sancionar las desobediencias.

Bibliografía:

Max Weber, Economía y Sociedad, Fondo de Cultura Económica, México D.F. 1996.

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