TEMA 3. Patología Del Oído Medio
TEMA 3. Patología Del Oído Medio
TEMA 3. Patología Del Oído Medio
1. Conceptos básicos
La otitis media (responsable de casi el 30% de las hipoacusias en adultos) es una
inflamació n de la mucosa y el periostio del oído medio y, ocasionalmente, sus cavidades,
inducida por distintas circunstancias patoló gicas, generalmente ligadas al fenó meno de la
infecció n. Recordemos que el oído medio es una formació n cavitaria formada por tres
estructuras huecas: caja timpánica,
antro-celdas mastoideas y trompa de
Eustaquio. Las paredes de todas ellas
está n tapizadas de un revestimiento
muco-perió stico.
La CAJA DEL TÍMPANO es una cavidad que está formada por seis paredes:
La pared lateral está formada principalmente por la membrana timpá nica (MT).
La pared medial está en relació n con las estructuras del oído interno.
La pared superior es una fina lá mina ó sea en relació n con la fosa cerebral media.
La pared inferior está en relació n con el golfo de la yugular.
La pared anterior está en relació n con la trompa de Eustaquio y la caró tida.
La pared posterior en relació n con las celdillas mastoideas.
La membrana timpá nica (MT) se distingue en dos porciones, separadas por los
ligamentos tímpanos-maleolares:
Pars flácida (superior). Dispone de 2 capas (capas externa o epidérmica y capa
interna o mucosa).
Pars tensa (inferior, la má s extensa). Dispones de 3 capas (capa externa o
epidérmica, capa media fibrosa y capa interna o mucosa). A su vez, delimitado por
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eje vertical que coincide con el mango del martillo y otro horizontal perpendicular
al mismo podemos diferenciar 4 cuadrantes:
o Cuadrante anterosuperior.
o Cuadrante anteroinferior.
o Cuadrante posterosuperior.
o Cuadrante posteroinferior. En el interior de la caja timpá nica se
disponen la cadena de huesecillos (martillo, yunque y estribo), ligamentos
y mú sculos (del estribo y del martillo). La cavidad timpá nica se puede
dividir en 3 porciones:
Porció n superior o epitímpano.
Porció n medio o mesotímpano.
Porció n inferior o hipotímpano.
El annulus timpá nico es un anillo fibroso y cartilaginoso que rodea la pars tensa y se
continua con los ligamentos tímpano-maleolares, anclando el tímpano firmemente al
hueso temporal.
El mango del martillo está integrado en el espesor de la MT y hace relieve en la misma, así
como la apó fisis lateral o corta del martillo
que nos sirve como indicador del oído
explorado dependiendo de su disposició n
(oído derecho o izquierdo), así como la
disposició n del triá ngulo luminoso (reflejo
de la luz incidente). La cabeza del martillo se
articula con el cuerpo de yunque y se
disponen en la porció n altea de la cavidad o
epitímpano. El yunque se articula con el
estribo a través de su rama larga,
frecuentemente podemos observarla a
través de la otoscopia localizada en el
cuadrante posteroinferior. El estribo con sus
dos cruras (anterior y posterior) termina en
la platina que cierra la ventana oval.
El OM es un mecanismo adaptador de impedancias entre el medio aéreo (donde se generan y
propagan los estímulos sonoros) y el medio líquido del oído interno.
Funciones del OM:
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c) Protección del oído interno ante sonidos de intensidad externa. Cuando los sonidos
están por debajo de 120 dBs, el estribo se comporta como un pistón con respecto a la
ventana oval. Cuando la intensidad está por encima de los 120 dBs, el estribo se
proyecta hacia atrás, separándose de la ventana oval, protegiéndolos de sonidos de
alta intensidad mantenidos, no tanto de los sonidos bruscos.
d) Mantenimiento del equilibrio de presiones aéreas entre ambos lados de la MT. Para
mantener las presiones aéreas a ambos lados de la MT el OM posee dos sistemas, el
sistema neumático temporal (celdillas mastoideas) y la trompa de Eustaquio. La forma
anatómica de la trompa de Eustaquio es más corta y horizontal en el niño, haciendo
que los procesos de vías respiratorias superiores puedan tener más repercusiones
clínicas, como es la otitis media aguda.
El proceso fisiológico a través del cual la onda sonora estimula el oído interno se denomina
vía aérea, sin embargo, existe otra vía de transmisión de ondas sonoras, la vía ósea.
Audición por vía aérea: cuando el sonido llega por el aire al oído externo y luego se
transmite a través del OM hasta el interno.
Audición por vía ósea: cuando el sonido es transmitido por los huesos del cráneo, en
especial el hueso temporal, hasta la cóclea del oído interno y estimula a las células
sensoriales del órgano de Corti.
Componentes de la conducción ósea
En la patología crónica del oído medio, en principio, la hipoacusia es fundamentalmente de
transmisión, estando la funcionalidad del oído interno preservado, al menos en etapas
iniciales. El oído externo, medio e interno (que por vía aérea tenemos claro que influyen en
mantener las características de los sonidos) también influyen cuando colocamos el vibrador
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óseo sobre mastoides y también van a influir en los umbrales óseos que después vamos a
reflejar con la audiometría.
Se distinguen 3 componente en la vía ósea:
a) Los componentes de conducción ósea de oído externo están generados por las
paredes cartilaginosas del canal del oído externo. La aportación es pequeña en la
audición normal, pero es enorme cuando hay efecto de oclusión. El oído externo sirve
como un filtro de altas frecuencias mientras que las frecuencias graves se 4 escapan
por la apertura del canal. Cuando hay una oclusión (por ejemplo, un tapón de
cerumen), estas frecuencias graves no se escapan y producen una amplificación extra
en el registro de la vía ósea de hasta 20 dB. Es decir, con la presencia del tapón de
cerumen se produce un descenso en las frecuencias graves por vía aérea, sino que
también se observará una mejoría de umbrales por vía ósea.
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c) Los componentes de la conducción ósea de oído interno. Viene determinado por los
elementos que se encuentran en la cápsula ósea coclear (laberinto óseo). El sonido
genera un movimiento del líquido coclear, y la inercia del fluido coclear y de la lámina
espiral ósea, e incluso la transmisión de la presión sonora a través de los elementos
del cráneo (cerebro, membranas y fluido cefalorraquídeo) van a influir en la
percepción por vía ósea. Por una parte, la inercia del líquido coclear y el movimiento
libre de las ventanas oval y redonda, permiten la audición por debajo de 1000 Hz del
sonido que llega a través del cráneo y, por tanto, la flexibilidad de la lámina espiral
influye en las frecuencias agudas.
Cuando existe una alteración anatómica de la cóclea, por ejemplo, en la dehiscencia
del canal semicircular superior se registra la
presencia de un GAP, con el resultado de una
hipoacusia conductiva o mixta, que realmente
no existe, sino que esta patología genera un
descenso alterado de los umbrales por vía
aérea, ya que al llegar el sonido a la cóclea,
parte es desviado por esta dehiscencia. El
tamaño de esta alteración afectará
proporcionalmente al descenso de los
umbrales audiométricos por vía aérea y
especialmente en las frecuencias graves. Los
umbrales por vía ósea, en cambio, reflejan
exactamente la afectación neurosensorial real del paciente.
En resumen, la conducción del sonido en el OM se realiza desde el tímpano, pasando por la
cadena de huesecillos, que a través del de la platina desplaza el líquido del oído interno que
se transmitirá a lo largo de la cóclea. Una correcta transmisión depende de la correcta
movilidad e integridad del complejo tímpano-osicular y de una adecuada aireación de la caja
timpánica. La regulación de la aireación del OM se produce a través de la Trompa de
Eustaquio, que comunica con el cavum o rinofaringe. Cualquier cambio en la rigidez de la
cadena (miringo o timpanoesclerosis), discontinuidad (perforación timpánica, necrosis óseas,
desarticulación), u ocupación (moco colesteatoma, tumores) producirán hipoacusia de tipo
transmisivo.
Segú n la duració n de su evolució n en el tiempo, podemos considerar o separar las otitis
medias, en otitis medias agudas y cró nicas. Las agudas será n aquellas que evolucionan en
un breve espacio de tiempo hacia la restitució n a la normalidad o curació n (agudas:
menos de 2 semanas y las subagudas: entre 3 semanas y 3 meses). Por el contrario, las
cró nicas serían las que evolucionan durante largo tiempo sin tendencia a la curació n (má s
de 3 meses). De esta manera, encontramos otitis media aguda (de cará cter agudo),
otitis media secretora (de cará cter subagudo, con evolució n de semanas o meses) y
otitis media crónica (de cará cter cró nico que tienen un inicio tó rpido desde el inicio). A
su vez, la otitis media cró nica puede clasificarse en otitis crónica simple con
perforación central (presenta una perforació n que respeta los má rgenes del tímpano),
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2.1. Fisiopatología
El origen de la OMA puede ser muy variado, pero sea cual sea, todos producen
inflamació n. Puede ser de origen infeccioso (bacteriano o viral), puede deberse a
una disfunció n tubá rica mecá nica (por vegetaciones o tumores) o funcional
(malformaciones velopalatinas, como el labio leporino) o incluso alergias.
2.2. Clasificación
Las OMAs tienen una duració n limitada. Poseen una evolució n corta en el tiempo
(suelen durar semanas). Estas se dividen a su vez en:
a) Exudativas: está causada por un gérmen que llega al oído medio
vehiculizado por la trompa de Eustaquio y, se caracteriza por la presencia de
una colecció n purulenta en el oído medio del sujeto que la padece. Es muy
frecuente en la infancia. Como hemos señ alado el
agente que la produce es un gérmen , que desde la
rinofaringe invade el oído a
través de la trompa de
Eustaquio. Se va a producir
una inflamació n de la
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mucosa del oído medio, así como de la membrana timpá nica. La supuració n
que llena la caja del tímpano termina ejerciendo una gran presió n sobre la
membrana timpá nica que acabará rompiéndose y, por esta perforació n se
vierte hacia el conducto la supuració n acumulada.
b) Secretoras, serosas o transudativas: a diferencia de las exudativas, no
está n provocadas por gérmenes, son formas abacterianas ocasionadas por
una disfunció n de la trompa de Eustaquio, que determina una acumulació n
de líquido seroso en el oído medio. Es muy frecuente en niñ os por debajo de
los siete añ os. Se desencadena por una obstrucció n tubá rica, que impide la
renovació n del aire en la caja del tímpano. La hipertrofia de la amígdala
faríngea o vegetaciones adenoideas constituyen la causa má s frecuente de
obstrucció n de la trompa. La disfunció n tubá rica ocasiona una presió n
negativa en la caja timpá nica, que provoca una succió n de la mucosa y
membrana timpá nica, apareciendo un líquido que progresivamente va
llenando la cavidad, con la consiguiente alteració n en la transmisió n sonora.
c) Necrosantes. en los casos de otitis media necrotizante aguda, desde el
principio, la resistencia disminuida del huésped se
combina con las toxinas necrotizantes de
microorganismos virulentos, para causar necrosis
verdadera de los tejidos locales. Las toxinas
acarrean la muerte de tejidos con baja irrigació n,
de ahí que la lesió n comienza en la pars tensa de la
membrana timpá nica, entre su periferia y el mango
del martillo produciendo una gran perforació n.
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lacerante (mejor tolerado por niñ os) frecuente de madrugada por la mayor
actividad bacteriana y por la disminució n de la defensa inmunitaria, fiebre
alta y exudado purulento, que ha rellenado la caja timpá nica. También
podemos encontrar hipoacusia y acú fenos. É stos ú ltimos son objetivables
pero no se miden debido al dolor que presenta el paciente. En esta fase el
exudado es purulento y la membrana timpá nica protruye hacia fuera, lo que
provoca el dolor.
3. Fase de supuración (12-72 horas después). En esta fase se produce una
supuració n externa abundante (durante 2-3 días)
por perforació n timpá nica, desapareciendo el
dolor y la fiebre y manteniéndose la hipoacusia.
4. Fase de resolución (1-2 semanas después): La
supuració n es escasa y la hipoacusia persiste. La
membrana timpá nica puede regenerarse si la
perforació n es pequeñ a, pero si es muy grande
queda con una perforació n permanente.
En muchas ocasiones, en la fase congestiva el médico
prescribe antibió ticos de primera línea de forma erró nea,
lo que debilita la flora del oído medio o perpetú a el proceso. En este caso no se llega
a la fase de colecció n cerrada sino que hay un exudado aséptico no purulento y se
llega a otro cuadro: la otitis media secretora.
2.4. Diagnóstico
ANAMNESIS: es necesario hacer hincapié en los antecedentes etioló gicos causantes
de la OMA, preguntar por catarro previo o si se padece amigdalitis con frecuencia,
alergias, etc.
EXPLORACIÓ N FUNCIONAL:
o TIMPANOMETRÍA (FASE I): para demostrar el aumento de las presiones
negativas en el interior de la cavidad timpá nica, ú nicamente si el tímpano
está intacto.
o AUDIOMETRÍA (FASE III-IV): podrá demostrar la existencia de una
hipoacusia de transmisió n.
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De izquierda a derecha: Fase de congestió n, fase de colecció n cerrada (dos imá genes), fase de
supuració n y resolució n.
2.5. Tratamiento
PROCESO INFECCIOSO: por un lado está el tratamiento médico basado en
antibió ticos y antiinflamatorios. Los antibió ticos de primera elecció n suelen ser
betalactá micos (normalmente con clavulá nico); de segunda línea, tenemos los
macró lidos y la quinolonas y de tercera, las cefalosporinas de tercera generació n. El
problema es que, a veces, no se eligen de primera línea o no se consigue la dosis
correcta pues no hay compliance (el paciente no sigue el tratamiento). Se debe
mantener el tratamiento de primera línea seis días como mínimo y también sería
bueno realizar un seguimiento del paciente. A veces incluso dando betalactá micos
no conseguimos el objetivo deseado, perpetuando en el tiempo el proceso.
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La OMC es un proceso inflamatorio cró nico de la mucosa del oído medio, que cursa con
afectació n del mucoperiostio y, ocasionalmente, del hueso (cavidad timpá nica y su
contenido, bloque mastoideo y trompa de Eustaquio), de comienzo insidioso, curso lento
con tendencia a la persistencia y a dejar secuelas definitivas, se presenta en la prá ctica bajo
mú ltiples formas clínicas. Se prolonga por encima de 3 meses. Se mantiene a lo largo del
tiempo de manera ininterrumpida y sin evolucionar hacia la curació n. Esta situació n se
expresa con la persistencia de una otorrea continua o intermitente.
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OMC SIMPLE
Esta entidad representa la forma má s característica de otitis media cró nica. Se define
como la inflamació n cró nica de la mucosa del oído medio con episodios de otorrea
(supuració n proveniente del oído) a través de una perforació n de la membrana
timpá nica.
Después de otitis frecuentes, incluso tras un ú nico episodio de otitis media aguda
supurada, puede no cerrar espontá neamente la membrana timpá nica, o dejar otras
secuelas que afecten a la cadena de huesecillos. La secuela má s comú n es la
perforació n timpá nica y dependiendo del tamañ o de ésta producirá mayor o menor
hipoacusia.
Clínica
• OTORREA. El término que sin duda caracteriza mejor a esta entidad es el de
“oído
hú medo”. Puede haber periodos de inactividad, que pueden llegar a ser
incluso de larga duració n. Puede haber otorrea continua, aunque sea mínima,
filante e inodora. Puede haber episodios de reactivació n secundarios a
inflamació n agudas de la esfera rinosinusal o al bañ o, convirtiéndose en
purulenta y maloliente
• HIPOACUSIA de intensidad variable, dependiendo del tamañ o de la
perforació n y de si hay afectació n de la cadena de huesecillos. la hipoacusia
de transmisió n varía entre 20 y 50 dB. La afectació n de la conducció n ó sea es
bastante má s tardía.
Exploración
ANAMNESIS: Típica de sujeto joven adulto que acude por supuració n escasa
desde hace tiempo, es decir, de cará cter cró nico (mancha la almohada), dolor
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OTOSCOPIA:
Perforación de características centrales, afectando a la pars tensa. A través de la
perforación podemos apreciar mucosa inactiva y características fisiológicas o
encontrarnos con mucosa edematosa, incluso con granulaciones y pólipos. Los
huesecillos suelen ser normales, aunque a veces presentan lesiones variables
según el grado y duración de la afección: inclinación hacia el promontorio o lisis
del extremo del mango del martillo, osteítis con o sin interrupción de la
articulación incudo-estapedial o destrucción de la rama larga del yunque. Los
restos timpánicos pueden presentar MIRINGOESCLEROSIS, en forma de placas o
depósitos cálcicos y que no suelen producir mucha hipoacusia dependiendo del
volumen de afectación timpánica.
EXPLORACIÓ N FUNCIONAL
o Audiometría: Se muestra normal o bien ligera hipoacusia de
transmisió n, de no má s de 30 dB.
o Examen funcional de la trompa de Eustaquio (E.F.T.2): Una
trompa disfuncional permite la perpetuació n del cuadro. [Recordad, si
la trompa es disfuncional, la presió n permanece constante a pesar de
la deglució n.]
o TOMOGRAFÍA COMPUTERIZADA (TC): suele mostrar una veladura
de las mastoides, que traduce la reacció n inflamatoria de la mucosa
con eventual osteítis sobreañ adida.
o Exploración de toda la esfera ORL, especialmente en las fosas
nasales y rinofaringe, para conocer la patogenia y plantear el
tratamiento de la afecció n.
Tratamiento
Bá sicamente empleamos un tratamiento médico local (antiinflamatorios y
antibió ticos locales teniendo cuidado con los que son ototó xicos, lavado de oídos,
curas) o regional (antiinflamatorios y antibioterapia oral, descongestionantes,
lavados, correcció n de factores coexistentes, como la sinusitis o la desviació n septal,
mediante técnicas quirú rgicas como la septoplastia, la adenoidectomía y la cirugía
velopalatina).
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Con respecto al tratamiento quirú rgico con objetivo funcional se podría realizar una
reconstrucció n osicular (timpanoplastias I, II y III) que es muy ú til para evitar
procesos de reagudizació n, aunque es opcional en situació n basal. La audiopró tesis
puede estar indicada en casos de hipoacusia bilateral moderada o en caso de
negació n ante cirugía.
Otorrea + hipoacusia de
transmisión
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CLASIFICACIÓN
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Tratamiento
El tratamiento es QUIRÚ RGICO. Se debe realizar una TIMPANOPLASTIA
(reconstrucció n de la membrana timpá nica y cadena de huesecillos) con/sin
MASTOIDECTOMÍA dependiendo de la extensió n del colesteatoma.
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o Evitar recidivas
o Evitar reinfecciones
o Evitar el fallo funcional
Mantener o mejorar el umbral auditivo, si fuera posible. A veces es necesario
un segundo tiempo funcional. A pesar de ello puede resultar insuficiente y
precisar una pró tesis auditiva.
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Afecta sobre todo a niñ os menores de 8 añ os, sobre todo en la edad preescolar, con
un pico de mayor incidencia entre los 6 y 18 meses. Se considera que al menos un
70% de los niñ os tienen al menos un episodio de otitis serosa antes de los 3 añ os.
Determina un compromiso funcional silente, sobre todo en niñ os, cuya detecció n es
compleja y es la afectació n de lenguaje o retraso escolar las razones por las que se
inicia el estudio del paciente. Es muy importante el diagnó stico precoz, ya que la
efectividad de éste en fases precoces evitaría secuelas prá cticamente irreversibles.
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FISIOPATOLOGÍA
Hoy en día, se admite que la inflamació n es uno de los principales factores causales
de la otitis seromucosa de la infancia. La persistencia del proceso inflamatorio
desencadenado por una otitis aguda o una infecció n de las vías respiratorias
superiores varían segú n los niñ os y segú n determinados factores: hipertrofia
adenoidea y amigdalar, recidiva de episodios infecciosos, uso inadecuado de la
antibioticoterapia, etc. De este modo, la otitis seromucosa sería la consecuencia de
una inflamació n o de una infecció n de la esfera otorrinolaringoló gica, que
desencadenaría, en el seno de la mucosa del oído, un proceso exudativo o secretor.
Segú n las características de la secreció n, las podemos definir como serosa,
seromucosa, mucosa o glue, dependiente de la consistencia de esta, definida por la
densidad y concentració n de glucoproteínas).
El bloqueo tubá rico crea una hipopresió n de la cavidad timpá nica por la reabsorció n
del aire del oído medio. Esta variació n de las concentraciones de O2 y CO2 de la caja
determinan la transformació n de la mucosa en células productoras de moco, de
mayor o menor densidad.
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SINTOMATOLOGÍA O CLÍNICA
Aunque en general va a ser una enfermedad silente e hiposintomá tica, hay algunos
aspectos que hay que destacar:
Hipoacusia en adultos (en niñ os pasa desapercibida) que implican una
pérdida de 30-40 dB, en estadio I y II, que puede aumentar a 60-80 dB en
estadio III (fases avanzadas de la enfermedad).
Trastornos del lenguaje (indicativo en los niñ os) que puede derivar en
retraso escolar y aislamiento.
Aislamiento: factor importante, ya que no se comunican bien.
Retraso escolar: también debido a la hipoacusia, no pueden prestar atenció n
ya que no oyen.
Síntomas propios de la patología causal, muy característica de la hipertrofia
adenoidea (sudoració n nocturna profusa, ronquidos, etc.). Se habla incluso
de “fascies adenoidea” (boca entreabierta, nariz y labio superior antevertido,
etc.).
Punzadas ocasionales y transitorias en el adulto (por traspaso de secreciones
a través de la membrana timpá nica).
Es importante resaltar que para el diagnó stico en los niñ os es fundamental la ayuda
de los padres, profesores o pediatras ya que ellos por si mismos no dicen nada.
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Las ADENOIDES HIPERTRÓFICAS pueden obstruir el paso del aire por las fosas
nasales provocando respiració n oral de suplencia, ronquidos nocturnos, apneas del
sueñ o, voz nasal o rinolalia clausa y mucosidad nasal persistente. Las dificultades
respiratorias son má s patentes durante la noche debido a la relajació n de la
musculatura faríngea. Estos niñ os suelen tener pesadillas nocturnas, sueñ o
irregular, despertares frecuentes e incluso apneas nocturnas. El niñ o duerme mal,
no descansa adecuadamente y se pasa el día irritado, somnoliento, cansado e
incluso con déficit de atenció n. Esta hipertrofia determina que respiren
persistentemente por la boca, halitosis, produciendo alteraciones en la cara, cavidad
oral y dientes, provocando lo que se denomina facies adenoidea. Poseen rostro
alargado, cansado, dientes incisivos prominentes, dientes agrupados, mandíbula
poco desarrollada, labio superior corto, orificios nasales elevados y un paladar
arqueado u ojival.
Pueden asociar problemas deglutorios, sobre todo si asocian hipertrofia amigdalar.
DIAGNÓSTICO
ANAMNESIS (enfermedad de cará cter solapado y cronificado). Tener en cuenta la
sintomatología característica (retraso escolar en niñ os/hipoacusia en adultos). El
cuadro má s comú n es de padres y maestros preocupados por el aislamiento o
dificultad de aprendizaje del niñ o.
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aparece opaca, engrosada y a veces retrá ctil. El color puede ser pá lida, rojiza,
amarillenta o azulada, dependiendo de la consistencia y tipo de las secreciones.
TRATAMIENTO
Lo má s importante es la adopció n de medidas generales a nivel escolar y familiar,
informando a padres y maestros para reducir los problemas que genera la
hipoacusia en estos niñ os (evitando el retraso en el lenguaje, el aislamiento, etc.). Se
sugiere ademá s la protecció n del niñ o frente a cambios térmicos.
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Hay que destacar que en fases avanzadas (estadío III) sería conveniente valorar una
audiopró tesis externa, siendo ademá s muy importante vigilar la aparició n de un
colesteatoma secundario al hundimiento de la pars flá cida.
PRINCIPIOS TERAPÉUTICOS
Los procesos agudos o subagudos suelen solucionarse en un 80% con medidas
terapéuticas bá sicas. El tratamiento médico de las fases iniciales y reagudizaciones
consiste en usar antiinflamatorios no esteroideos (AINES), corticoides orales y
tó picos nasales, incluso antibió ticos orales si asocia otitis media aguda. Los
antihistamínicos, segú n estudios recientes, no se recomiendan salva que haya
patología nasal alérgica asociada.
EVOLUCIÓ N Y SECUELAS
Si el proceso tubá rico cró nico no ha sido solucionado, y no se han colocado drenajes
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4.2. Fisiopatología
Ante una OMC activa se lleva a cabo un tratamiento, este puede llevar a la
recuperació n del paciente, o a una reagudizació n del proceso, que es la que puede
llevar a una complicació n. Otra posibilidad es que el tratamiento de lugar a una
mejoría enmascarada por una serie de factores:
Locales: anató micos, como puede ser la neumatizació n (se bloquean accesos
de drenaje en la mastoides), fisiopatoló gicos…
Generales: inmunitarios (VIH), metabó licos (diabetes, pH).
Bacteriológicos: agresividad y resistencia a los antibió ticos.
Iatrógenos: Terapia antibió tica insuficiente, control evolutivo defectuoso,
cirugía agresiva…
4.3. Sintomatología
Podemos clasificar los síntomas que nos ayudan a orientar el diagnó stico hacia una
OMC en dos tipos:
Síntomas premonitorios, que nos ponen en alerta de posibles
complicaciones:
o SÍNDROME DE AGUDIZACIÓ N DE LA OMC: ocurre por un problema
de drenaje, por ejemplo, un pó lipo obstruyendo el drenaje, haciendo
que el cuadro se agudice.
o EVOLUCIÓ N TÓ RPIDA: por problemas de inmunidad del paciente o
resistencia de los agentes pató genos, que hace que el cuadro no
termine de resolverse por completo.
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Es NECESARIO llevar a cabo la cirugía abierta cuando hay certeza de que existe una
de las complicaciones anteriormente mencionadas.
TIMPANOPLASTIA: operación quirúrgica dirigida a eliminación de las lesiones del oído medio
y la reconstrucción del mismo (membrana timpánica y/o cadena de huesecillos). Dentro del
proceso de eliminación de lesiones del oído medio viene incluida o no, la
TIPOS DE TIMPANOPLASTIAS
MIRINGOPLASTIA: reparación de una perforación de la membrana timpánica
TIMPANOPLASTIA: en términos generales se trata en la eliminación de las lesiones
secuelas de la OMC y reparación de las mismas, ya sea de la membrana timpánica
y/o cadena de huesecillos.
o TIMPANOPLASTIA SIN MASTOIDECTOMÍA, la mencionada anteriormente
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OSICULOPLASTIA PARCIAL / TOTAL. Reparació n parcial / total de la cadena de huesecillos con pró tesis
o material autó go
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6. Enfermedades no inflamatorias OM
De las patologías no infecciosas ni inflamatorias que pueden provocar hipoacusia de
transmisió n, es quizá s la OTOSCLEROSIS una de las má s frecuentes. Se trata de una
enfermedad hereditaria en la que, por una causa no muy bien conocida, se produce un
crecimiento y calcificació n del hueso laberíntico. Esta osificació n se inicia alrededor de
la ventana oval provocando una fijació n del estribo y la consiguiente hipoacusia de
conducció n.
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Por otro lado, pueden aparecer acú fenos de tonos graves y vértigos momentá neos y
ocasionales, indicando la afectació n coclear. Recalcar que es muy frecuente en mujeres
embarazadas y jó venes con antecedentes familiares.
Los focos de otosclerosis pueden afectar al estribo a nivel de la ventana oval o a la có clea
en distintos niveles. En el caso de afectar selectivamente al estribo ocasionará una
hipoacusia de transmisió n. Si afecta al estribo y al oído interno, la hipoacusia puede ser
mixta. raramente, pero posible, cuando la afectació n es exclusivamente coclear se
producirá una hipoacusia puramente neurosensorial. En casos severos, de muchos añ os
de evolució n (otosclerosis avanzadas), se va produciendo una hipoacusia progresiva de
grado severo a profundo. Los focos de otosclerosis que afectan al estribo son los má s
frecuentes.
ACUMETRÍA, Rinne (-) y Weber lateralizado al oído con hipoacusia, típica de hipoacusia
de transmisió n.
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En el TC se pueden observar los focos otoscleró ticos, tanto pericocleares como los focos
platinares o promontoriales que nos ayudan al diagnó stico. También es de utilidad para
prevenir complicaciones durante la cirugía al ponernos de manifiesto la presencia de
variantes anató micas.
La cirugía de la otosclerosis se basa en la sustitució n del estribo fijo por una pró tesis
biocompatible con la finalidad de restablecer el movimiento del sistema tímpano-
osicular.
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diagnó stico diferencial con la DEHISCENCIA DEL CANAL SEMICIRCULAR SUPERIOR que
puede presentar una hipoacusia de transmisió n difícil de diferenciar de la otosclerosis.
En este caso, presenta una hipoacusia de transmisió n en frecuencias muy graves, junto a
síntomas vertiginosos en relació n con cambios de presió n o ruidos elevados
(FENÓ MENO DE TULIO).
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