Investigación Cualitativa Hermeneutica

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Investigación cualitativa: Método fenomenológico

hermenéutico

Qualitative Research: Hermeneutical Phenomenological


Method

Doris Elida Fuster Guillen1 ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7889-2243,

1. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú

Resumen

Este artículo presenta nociones fundamentales de uno de los métodos de


investigación cualitativa, nos referimos a la fenomenología hermenéutica
sustentada en las teorías de Van Manen, Raquel Ayala y Miguel Martínez. Este
enfoque conduce a la descripción e interpretación de la esencia de las experiencias
vividas, reconoce el significado y la importancia en la pedagogía, psicología y
sociología según la experiencia recogida. Este método constituye procesos rigurosos
y coherentes de las dimensiones éticas de la experiencia cotidiana, difícilmente
accesibles por otros métodos usuales de investigación. En esta contribución, se
presenta algunas nociones metodológicas centradas en los principios de la
fenomenología y sus fases: etapa previa o clarificación de presupuestos, recoger la
experiencia vivida, reflexionar acerca de la experiencia vivida o etapa estructural y,
finalmente, escribir-reflexionar acerca de la experiencia vivida evidenciada en
fisonomía individual y grupal o llamada también texto fenomenológico.

Palabras clave: Investigación cualitativa; fenomenología hermenéutica;


experiencias vividas.

Summary

This article shows fundamental notions of one of the qualitative research methods,
we refer to the hermeneutical phenomenology based on the theories of Van Manen,
Raquel Ayala and Miguel Martínez. This approach leads to the description and
interpretation of the essence of lived experiences, recognizes the meaning and
importance in pedagogy, psychology and sociology according to the experience
collected. This method constitutes rigorous and consisted processes of the ethical
dimensions of the daily experience, which are difficult to be accessed by other usual
research methods. In this contribution, we present some methodological notions
focused on the principles of phenomenology and its phases: previous stage or
clarification of budgets, collecting the experience lived, reflecting on the lived
experience or structural stage and, finally, writing- reflecting on the lived
experience evidenced in individual and group physiognomy or also called
phenomenological text.

Keywords: Qualitative Research; Phenomenology Hermeneutics; Life experiences.


Introducción

El enfoque fenomenológico de investigación surge como una respuesta al


radicalismo de lo objetivable. Se fundamenta en el estudio de las experiencias de
vida, respecto de un suceso, desde la perspectiva del sujeto. Este enfoque asume el
análisis de los aspectos más complejos de la vida humana, de aquello que se
encuentra más allá de lo cuantificable. Según Husserl (1998), es un paradigma que
pretende explicar la naturaleza de las cosas, la esencia y la veracidad de los
fenómenos. El objetivo que persigue es la comprensión de la experiencia vivida en
su complejidad; esta comprensión, a su vez, busca la toma de conciencia y los
significados en torno del fenómeno. Para llevar a cabo una investigación bajo este
enfoque, es indispensable conocer la concepción y los principios de la
fenomenología así como el método para abordar un campo de estudio y
mecanismos para la búsqueda de significados. Conocer las vivencias por medio de
los relatos, las historias y las anécdotas es fundamental porque permite
comprender la naturaleza de la dinámica del contexto e incluso transformarla.

Aguirre y Jaramillo (2012) indicaron que la fenomenología es una disciplina


filosófica y método. Husserl poco habló de las ciencias sociales; sin embargo,
algunos de sus educandos establecieron importantes relaciones entre la disciplina
fenomenológica y algunas ciencias sociales.

Haciendo referencia al estudio de los hechos sociales, es prioritario concebir las


realidades como una dinámica de factores y actores que integran una totalidad
organizada, interactuante y sistémica, cuyo estudio y comprensión requiere la
captación de esa estructura dinámica interna que la define, precisando el empleo de
una metodología cualitativo-estructural tal como lo señaló Martínez (1994).

Habitualmente, los diferentes aspectos del campo educativo se han emprendido


desde tres racionalidades científicas: analítico-empírica, teoría-crítica y
hermenéutico-fenomenológica. La última de ellas pretende detener aquellos
aspectos que difunden lo objetivable que en el campo de la educación son
cuantiosos. Pero la importancia de esta dimensión no solo radica en la cantidad,
sino en la trascendencia e influencia en el quehacer educativo o hecho social.

Construcción del sentido frente al naturalismo científico.

Si se simplifican algunas nociones centrales de la fenomenología, como reflexión


filosófica y sin minuciosos detalles del pensamiento de Husserl (2008), fundador de
este enfoque, se puede ubicar su postura crítica frente a la ciencia contemporánea,
remarcada en los supuestos y consignas del naturalismo científico, además de las
pretensiones objetivistas de la ciencia. Desde esta postura, el enfoque
fenomenológico plantea la necesidad de abordar y analizar un ámbito relegado por
la ciencia y que; sin embargo, es condición de ella misma y de todo conocimiento:
la vida activa de construcción de sentido que realiza la subjetividad humana,
proceso origen de búsqueda de conocimiento.

El enfoque fenomenológico proyecta una crítica radical frente al naturalismo


científico, el cual asume que el objeto de la ciencia es hallar leyes que gobiernan lo
real, donde la persona es concebida como un objeto más de naturaleza. Esta
postura insinúa que incluso la psicología puede caer en el supuesto al tratar la
conciencia como algo que puede verse reducido a leyes. La fenomenología expone
que la conciencia, tratada como objeto, ofrece un límite a esta pretensión: la
subjetividad humana es el fundamento de todo conocimiento científico. Por ende,
existe un error lógico al tratar de exponer el fundamento a través de lo que este ha
fundado. Entonces, se trata de entender qué nueva aproximación requiere la
subjetividad para ser comprendida.

El naturalismo posee una postura objetivista de la ciencia, que concibe al objeto del
conocimiento como producto apartado de la subjetividad. Es más, este paradigma
de la ciencia pretende cualquier rasgo de subjetividad del conocimiento. La
fenomenología, por su parte, muestra que con ese accionar pierde el fundamento
de su propio proceder. Para lograr validar la ciencia, se trata de abordar la
pregunta que deja de lado: ¿cómo la conciencia constituye el conocimiento? A partir
de ello, se demuestra que no hay posibilidad misma de objeto si no existe
conciencia. El objeto es un correlato de la vida consciente, es decir, todo objeto es
objeto de una conciencia. La ciencia solo puede trabajar sobre una "dación" original
previa, que es condición de toda objetividad.

Por su parte, la fenomenología es entendida no únicamente como un ejercicio


previo al quehacer científico, sino como una metodología que admitía una nueva
modalidad de aproximarse al conocimiento y que facilitaba sus mejores frutos,
aplicada a las ciencias humanas o las ciencias sociales. Como enfoque, se propone
resolver las siguientes cuestiones: cómo estudiar esta subjetividad y cómo abordar
la producción de sentido que le es inherente.

Principios y características de la fenomenología.

El primer principio determinado por Husserl (citado en Villanueva, 2014) para


aproximarse a la subjetividad, es la epojé o puesta entre paréntesis del supuesto
de la actitud natural, presente en nuestro acercamiento habitual al mundo como en
el propio quehacer de la ciencia: la asunción del mundo como algo dado o de los
hechos de este, como una realidad en sí misma, existente más allá de la conciencia
que los piensa, valora o siente.

En otras palabras, "la epojé hace referencia a la eliminación de todo lo que nos
limita percibir las cosas mismas, ya que la actitud natural por su naturaleza
objetiva nos lo impide. Practicar epojé, se refiere, abstenerse o prescindir"
(Villanueva, 2014, p.220).

Este principio no presume el cuestionamiento del mundo como existente ni reduce


este al pensamiento del sujeto. Por lo contrario, trata de dejar de pensar bajo estos
términos, con el objetivo de poder observar la vida de la conciencia que está detrás
de los objetos comprendidos como cosas dadas: abordar cómo esta los representa,
qué significado asume para ella. En resumen, qué sentido original poseen o cómo
se convierten en objetos de conciencia.

De acuerdo con San Martín (1986), se precisan diferentes tipos de epojé en el


desarrollo del análisis fenomenológico. A pesar de ello, se puede aseverar que su
figura esencial es otorgar una condición para un nuevo conocimiento, suspender la
condición natural. Se admite percibir el mundo y sus objetos como fragmento de la
experiencia de una conciencia que les da un sentido. Implica estar advertido de una
tendencia de la conciencia al ver el mundo como ya constituido y de olvidar su
propia actividad, de convertirla en anónima.

La fenomenología surge como un análisis de los fenómenos o la experiencia


significativa que se le muestra (phainomenon) a la conciencia. Se aleja del
conocimiento del objeto en sí mismo desligado de una experiencia. Para este
enfoque, lo primordial es comprender que el fenómeno es parte de un todo
significativo y no hay posibilidad de analizarlo sin el aborde holístico en relación con
la experiencia de la que forma parte.
Villanueva (2012) sostuvo que "la reducción fenomenológica es otro proceso
céntrico del método fenomenológico" (p.48). Este presenta diferentes definiciones
según Husserl.

La reducción se centra en percibir y describir las peculiaridades de la experiencia de


la conciencia y comprender de modo sistemático cómo este mundo subjetivo está
constituido. Este proceso de conocimiento demanda tanto la descripción como
interpretación analítica. El objetivo primordial es reconstruir los ejes articuladores
de la vida de la conciencia, pero esto únicamente se puede ejecutar profundizando
en su experiencia. Exige, describir y comprender la experiencia desde su propia
lógica de organización.

Fundamentación de la fenomenología y hermenéutica.

Barbera e Inciarte (2012) apuntaron que la fenomenología tiene sus orígenes en la


palabra griega fenomenon que vendría a ser "mostrarse a sí misma, poner en la luz
o manifestar que puede volverse visible en sí mismo" (p. 201). La fenomenología es
una corriente filosófica desarrollada por Edmund Husserl en la mitad del siglo XX.
Según Patton (citado en Latorre, 1996), este enfoque está centrado en cómo los
individuos comprenden los significados de las experiencias vividas. El enfoque surge
como contraposición al naturalismo, ya que este había caído en observar al
individuo y erradicar toda intencionalidad e intuición del observador.

Para Husserl (1992), "la fenomenología otorga un nuevo método descriptivo y una
ciencia apriorística que se desglosa de él y que está destinada a subministrar el
órgano fundamental para una filosofía rigurosamente científica" (p.52). En otras
palabras, formaliza una crítica a la ciencia en la modalidad de trabajo, basado en
cantidades medibles, hechos cuantificables; sin tener conciencia de lo que está
haciendo. Por otro lado, Heidegger (2006) sustentó que "la fenomenología pone
énfasis en la ciencia de los fenómenos. Esta radica en permitir y percibir lo que se
muestra, tal como se muestra a sí mismo y en cuanto se muestra por sí mismo; en
consecuencia, es un fenómeno objetivo, por lo tanto, verdadero y a la vez
científico" (p.99). La fenomenología apuesta por efectuar una investigación
exhaustiva y llegar a la raíz, es decir, al campo donde se concreta la experiencia, a
la "cosa misma", como son las cosas para la conciencia.

Asimismo, Bolio (2012) afirmó:

El sentido y el significado del mundo y de su entorno es una formación subjetiva,


en la que el mundo vale para quien lo experimenta y se interroga sobre cómo ha
operado y aplicado la razón. A partir de ese razonar autocrítico, controlado y
aplicado metódicamente objetiva al mundo y se asegura de construir una
"objetividad" que trasciende al individuo que la ha verificado. Está allí, al servicio de
otras subjetividades, aunque él, su autor, ya no esté allí. (p. 24).

En otras palabras, el método fenomenológico admite explorar en la conciencia de la


persona, es decir, entender la esencia misma, el modo de percibir la vida a través
de experiencias, los significados que las rodean y son definidas en la vida psíquica
del individuo.

En resumen, la fenomenología conduce a encontrar la relación entre la objetividad y


subjetividad, que se presenta en cada instante de la experiencia humana. La
trascendencia no se reduce al simple hecho de conocer los relatos u objetos físicos;
por el contrario, intenta comprender estos relatos desde la perspectiva valorativa,
normativa y prácticas en general, tal y como lo señaló Rizo- Patrón (2015).
Por otra parte, el término "hermenéutica" proviene del verbo griego hermeneuein
que viene a ser "interpretar". El padre de la hermenéutica filosófica es Gadamer,
quien pretendía integrar el avance de la ciencia y del pensamiento por medio del
lenguaje. Como Heidegger afirmó que "el lenguaje es la casa del ser", la
hermenéutica está en la búsqueda de comprender al otro, no solo a través de la
conversación, sino en lo que encuentra detrás de lo no dicho, en alusión a lo
señalado por Aguilar (2004).

Dilthey (citado en Martínez, 2014), principal exponente del método, la define como
el proceso que permite revelar los significados de las cosas que se encuentran en la
conciencia de la persona e interpretarlas por medio de la palabra. Postula también
que los textos escritos, las actitudes, acciones y todo tipo de expresión del hombre
nos llevan a descubrir los significados.

Sandoval (1996) indicó:

Gadamer acentúa el carácter lingüístico del entendimiento esto en virtud de que las
interpretaciones se enuncian lingüísticamente pero a la vez el entendimiento se
posa en las categorías de pensamiento que el lenguaje ha facilitado. Ricoeur añade
el concepto de "círculo hermenéutico" –perfeccionado por Dilthey– el cual describe
el movimiento entre la forma de ser el intérprete y el ser que es revelado por el
texto. (p. 67).

Vélez y Galeano (2002) alegaron que la hermenéutica es un enfoque que explicita


el comportamiento, las formas verbales y no verbales de la conducta, la cultura, los
sistemas de organizaciones y revela los significados que encierra, pero conservando
la singularidad. Asimismo, mencionaron que la hermenéutica está presente durante
todo el proceso investigativo en la construcción, el diseño metodológico y teórico,
así como en la interpretación y discusión de los resultados.

La fenomenología hermenéutica en educación.

La palabra pedagogía proviene del griego "paidos" que significa ‘niño’ y "agein" que
significa ‘guiar, conducir’. Por tanto, la pedagogía se apoya en acciones,
procedimientos y métodos prioritarios para la solución de problemas existentes en
el proceso de enseñanza-aprendizaje. Al mismo tiempo, es una ciencia
multidisciplinaria y fusiona áreas como la filosofía, psicología, antropología,
sociología y economía. Destaca el papel de la filosofía, ya que, por medio de ella, el
individuo se reconoce como parte y transformador del mundo.

En el mismo contexto, se puede hablar de educación. Guzmán (2007) mencionó


que educere proviene de "fuera" y ducere implica "llevar", el cual es un proceso
personal, seguido del social que se lleva a cabo entre quien enseña y aprende a
través de la transferencia de valores, conocimientos, costumbres y formas de
comportamiento. Con ello, se logra el desarrollo integral del individuo, con la
aplicación de estos aprendizajes a las exigencias de la sociedad.

Desde su postura, Van Manen (2003) expresó:

La fenomenología en educación, no es simplemente un "enfoque" del estudio de la


pedagogía, no se limita a ofrecer simples descripciones o explicaciones"
alternativas" de los fenómenos educacionales, sino que las ciencias humanas
apuestan a recuperar de forma reflexiva las bases que, en un sentido profundo,
proporcionan la posibilidad de nuestras preocupaciones pedagógicas con los
estudiantes. (p. 189).
Las experiencias, recopiladas por la fenomenología hermenéutica y luego
plasmadas en descripciones, serán eficaces para analizar los aspectos pedagógicos
en la cual el educador debe interesarse a profundidad por los acontecimientos que
ocurren en el aula y optimizar la práctica pedagógica. En tal sentido, la
fenomenología nace de la realidad educative; desde la observación se describe lo
esencial de la experiencia, tanto externa e internamente (análisis de la conciencia).

Tal como lo describió Fermoso (1989):

La fenomenología busca aspectos invariantes, que lo conlleven a generalizar y


descubrir la esencia de la educación social. Hallados los aspectos invariantes, el
método fenomenológico despliega toda su capacidad representativa, cabe decir,
describir la educación social y conceptualizar como lo estipula la fenomenología, es
decir, sin prejuicios y de reservas mentales. (p.129).

Reflexionar acerca de la pedagogía conduce a ser conscientes acerca de los


métodos, las técnicas que se utilizan y las dificultades que se muestran en el
proceso de enseñanza-aprendizaje; así como también hace que el educador tome
posición y replantee su práctica, evadiendo la improvisación y comprometiéndose a
ser un ejemplo y guía del educando.

Ayala (2008) afirmó que la fenomenología hermenéutica es un procedimiento que


lleva a la reflexión a los agentes educativos con respecto a su experiencia personal
y labor profesional que llevan a cabo y de esta manera analizar los aspectos
esenciales de esta experiencia, otorgándole sentido e importancia debida a estos
fenómenos. Aguirre y Jaramillo (2012) apuntaron que "la fenomenología favorece a
la comprensión de las realidades escolares, haciendo hincapié, a las experiencias de
los representantes del proceso formativo" (p.51).

Por lo antes mencionado, es prioritario que el docente admita la importancia del


método fenomenológico, pues conlleva a reflexionar en profundidad acerca de las
experiencias cotidianas, encontrar el significado de estas experiencias de modo
único en cada individuo con el fin de poseer capacidad de tomar acciones que lleven
a mejorar la práctica pedagógica. Esta práctica se torna trascendental debido que la
esfera educativa gira en torno de la dimensión subjetiva de los actores que lo
conforman, cuya comprensión de los sentidos y significados son fundamentales, ya
que permitiría conocerlo, comprenderlo, reproducirlo y, si es preciso, transformarlo.

La reflexión fenomenológica admite pensar e investigar campos esenciales de la


educación y articularla en el análisis de la complejidad de los problemas humanos
que exige toda ciencia social, debido a que hace de la existencia y de experiencia
vivida el núcleo de sus planteamientos; el mundo en el que estamos inmersos
siempre.

La fenomenología por su naturaleza se enfoca en las vivencias y destaca el sentido


que envuelve lo cotidiano, el significado del ser humano, es decir, la experiencia
que somos. La fenomenología es sensible a la problemática desatada en torno al
mundo de la vida.

El mundo de la vida representa a la realidad en que se vive diariamente, el cual se


investiga bajo una mirada no ingenua. Este mundo sin categorías o explicaciones,
provenientes de la ciencia, es la dimensión precientífica de la vida, caracterizado
por ser extremadamente rico, un mundo de las vivencias y de la experiencia. En
este, se examinan las ciencias objetivas como los hechos culturales. Es la suma de
franjas y horizontes en los cuales nacen y se establecen los hechos mundanos y
que tienen que ser regenerados por la experiencia. Este estudio corresponde a la
fenomenología mundana.

El método fenomenológico-hermenéutico y su pertinencia en la educación.

La relación entre la fenomenología y la educación se establece a partir de la noción


de "sentido"; tomando en cuenta que la educación es la transmisión que una
sociedad le hace a sus miembros acerca del sentido que una cultura le ha dado a su
relación en el mundo. San Martín (1986) consideró que "la fenomenología radica en
comprender y hablar de la realidad desde la experiencia de la realidad" (p. 9). Al
igual que se percibe el sentido que transfiere la educación, únicamente es factible
de hallar en la experiencia el conjunto que una sociedad ha poseído de la realidad.

De esta manera, se consuma que la educación sitúa en el método fenomenológico


no solo una alternativa de interpretación y comprensión. Además de ello, encuentra
en este método su propio sentido; estableciendo cómo desde la fenomenología se
puede restablecer la atención de la reflexión educativa hacia su propia esencia.

La fenomenología toma como cimiento de todo conocimiento la experiencia desde la


superación del dualismo sujeto-objeto de la modernidad. Esto conlleva a que no se
concibe al sujeto y objeto como entes separados, presupuesto que la modernidad
ha determinado.

Para la modernidad, el mundo está compuesto de hechos, donde el individuo es un


hecho entre tantos y la realidad se reconoce como algo ajeno a la conciencia del
humano. Para la fenomenología, la existencia de los objetos del mundo como algo
diferenciado de la conciencia del ser humano no se presupone, por el contrario, se
pone entre paréntesis. De allí surge el concepto de Epojé (proceso mediante el cual
relegamos o excluimos de nuestra consideración todo supuesto sobre el mundo y
nos reducimos a la conciencia y sus fenómenos).

El método fenomenológico es la disminución de todo el conjunto de experiencias a


la conciencia de las vivencias más genuinas. Pues este método se detiene en la
experiencia y no presupone al mundo más allá de la experiencia.

La fenomenología hermenéutica como método.

Este enfoque está orientado a la descripción e interpretación de las estructuras


fundamentales de la experiencia vivida, al reconocimiento del significado del valor
pedagógico de esta experiencia. Este método compone un acercamiento coherente
y estricto al análisis de las dimensiones éticas, relacionales y prácticas propias de la
pedagogía cotidiana, dificultosamente accesible, a través de los habituales enfoques
de investigación. En esta contribución, se exhibe la potencialidad y aporte particular
del método para la indagación educativa y se presentan ciertas nociones
metodológicas y actividades básicas para la práctica investigativa.

La fenomenología en la educación se ajusta a las experiencias de los agentes de la


comunidad educativa, así como en el entendimiento del significado y sentido de
estas. En este método, se patrocinan procedimientos y técnicas específicas para la
recopilación de información, tratamiento e interpretación de las mismas. Es
oportuno recalcar que el enfoque fenomenológico demanda, como condición
indefectible, el conocimiento de los principios filosóficos que sostienen esta teoría.

Martínez (1996) aseguró que de allí se centra en el fenómeno, tal cual se muestra
en la conciencia del individuo, lo cual destaca "la significación que da este método
al mundo vivido" (p.168) y que forma parte del trasfondo que sustenta su
comportamiento. Para Husserl (citado en Martínez, 2008), la fenomenología no
ansía descartar nada de lo representado en la conciencia. Sin embargo, prioriza
aquello que se ‘muestra’, ya que el individuo únicamente puede hablar de su
experiencia, de aquí se deriva que el comportamiento del ser humano está definido
por sus vivencias.

Al respecto, Van Manen (1999), con relación al objetivo de la fenomenología,


refiere:

Su objetivo reside en transformar la experiencia vivida en una expresión textual de


su esencia, de manera que el efecto del texto represente un revivir reflejo y una
apropiación reflexiva de algo significativo: en la que el leyente cobre vida con
fuerza en su propia experiencia vivida. (p.56).

Respecto al significado de experiencias percibidas, Dilthey (citado en Van Manen,


2003) sustentó que "como el cuerpo requiere respirar, el alma demanda la
satisfacción plena y la expansión de su existencia en las reverberaciones de la vida
emocional" (p.56). Es decir, el núcleo en la fenomenología son las experiencias
vividas, que conlleva a reflexionar acerca de los actos y a través de las pláticas se
les establece un significado, haciendo hincapié que tendrán que ser revelados sin
alterar su estructura.

Van Manen (2003) reafirma que "la fenomenología es una ciencia humana y se
deslinda como ciencia natural, debido que el objeto de estudio son las estructuras
de significado del mundo vivido" (p.30), pues como ciencia humana consiente
interiorizarnos y entender las situaciones significativas del ser y explicar tal como
somos en nuestro día a día. Del mismo modo, describe a las características del
enfoque, en la cual destaca que da explicación a los fenómenos que, representados
en la conciencia, revelan la naturaleza y la estructura de la experiencia tal como las
vivimos sin efectuar generalizaciones. Da un carácter reflexivo al quehacer
cotidiano, impide categorizar o conceptuar el modo en cómo experimentamos el
mundo y trata que el individuo comprenda el significado de ser único y conocerse
plenamente.

Para abordar los principios generales de la esencia, la fenomenología explora las


realidades vivenciales que son poco comunicables; pero primordiales para entender
la vida psíquica de cada individuo. Por ende, es primordial una sistemática y
detallada descripción que ponga en reflexión todo prejuicio, de los interactuantes:
investigador y el individuo que se estudia. En este proceso, es primordial subrayar
que el acceso a estas realidades no observables se consigue por medio de una
"comprensión interpretativa". Según Martínez (2008), ello admitirá revelar la
estructura subyacente que da sentido a los actos externos, los que a su vez deben
ser considerados en conjunto con la estructura personal, de cada individuo motivo
de estudio. Para conseguir esta comprensión interpretativa, es primordial aplicar
diversos procesos de pensamiento los cuales serán específicos de acuerdo con los
objetivos de cada etapa y fase del enfoque (p. 102).

Fases del método fenomenológico hermenéutico.

Primera fase: Etapa previa o clarificación de presupuestos.

La libertad de prejuicios de la que un investigador pueda sospechar será con


considerable probabilidad, contaminada por la tradición, religión, códigos éticos y la
cultura misma que conforman el mundo preconcebido. A pesar de ello, el
sociopedagogo deberá de liberarse de estos, para no afectar lo que, con buena
voluntad, puede ser transparente. Admite al sociopedagogo ser aséptico y crítico. El
fenomenólogo no relega a los teóricos, pero prefiere prescindir de ellos para
obtener la libertad de pensamiento. Martínez (2004) hizo alusión al descenso de las
teorías es una epogé metodológicamente habilidosa, que se cumple en esta etapa.

Se trata de establecer los presupuestos, hipótesis, preconceptos desde los cuales


parte el investigador y reconocer que podrían intervenir sobre la investigación. Del
mismo modo, son mostrados las concepciones teóricas sobre las cuales está
estructurado el marco teórico que orienta la investigación, así como los sistemas
referenciales, espacio-temporales y sociológicos que tengan relación con los datos
obtenidos del fenómeno en estudio. Ello se realizará por medio de respuestas a las
cuestiones postuladas sobre nuestras actitudes, valores, creencias,
presentimientos, conjeturas, interés, etc., en relación a la investigación con el
objetivo de evitar la presencia de estas en la interpretación de las experiencias.

Segunda fase: Recoger la experiencia vivida.

Es la etapa descriptiva, pues aquí se obtienen datos de la experiencia vivida desde


numerosas fuentes: relatos de la experiencia personal, protocolos de la experiencia
de algunos docentes, entrevistas, relatos autobiográficos y observación-descripción
de un documental. Se otorga apertura a la investigación con la escritura de
anécdotas, una herramienta metodológica usual en FH. Consideramos a Max Van
Manen (2003) quien encomendó que "antes de solicitar a otros que nos brinden una
descripción sobre un fenómeno a explorar, tendríamos que intentar hacer una
primera nosotros, para poseer una percepción más puntual de lo que pretendemos
obtener" (p. 82), para ello hemos redactado una experiencia personal (anécdota
personal) tal como lo vivimos respecto a nuestra exploración (noción) de
investigación.

Según Van Manen (2003), "la anécdota simboliza a una de las herramientas con la
cual se pone al descubierto los significados ocultos" (p. 132), por lo que se puede
concebir como herramienta metodológica en las ciencias humanas para comprender
cierta noción que fácilmente se nos escapa.

Recojo de anécdotas de otras personas.

Para solicitar la anécdota del educador u otro agente, nos respaldamos en Van
Manen (2003, p.83) quien señala que para acceder a las experiencias de las
personas, se les solicita que escriban sobre una experiencia propia. En ese sentido,
las anécdotas nos conducen a buscar la relación entre vivir y pensar, entre
situación y reflexión. Además, estas narraciones son significativas para la
pedagogía por el funcionamiento como casos vivenciales, que nos permiten llevar a
cabo una reflexión pedagógica (p.137).

Van Manen (2003, p. 82) y Ayala (2008, p.416) mostraron algunas indicaciones
para confeccionar una descripción correcta de una experiencia vivida.

La descripción se establece tal como la vive o la ha vivido, evitando explicaciones


causales, generalizaciones o interpretaciones abstractas.

Detalle la experiencia desde dentro como si fuera un estado mental: sentimientos,


estado de ánimo, emociones, etc.

Centralícese en un suceso específico del objeto de experiencia: describa situaciones


específicas, una aventura, un suceso o una experiencia concreta.
Procure focalizarse en una experiencia que enfatice por su intensidad como si se
tratara de la primera vez.

Concéntrese en las respuestas de su cuerpo, en cómo huelen u olían determinadas


cosas, en cómo suenan o sonaban, etc.

Evite enunciar su narración con frases hermosas o rimbombantes. La experiencia


narrada podría ser grabada por la practicidad.

En esta etapa, se busca la descripción completa y sin prejuicios, el fenómeno en


estudio. Según Martínez (2014), la narración debe reflejar de modo legitimo la
realidad vivida.

Seguido de la anécdota, se planea la ampliación y reescritura de anécdotas, en la


cual se maneja la entrevista conversacional. Por ende, se formulan interrogantes
(¿cómo es la experiencia?, ¿cuál es su valor pedagógico?) y se elabora una guía de
preguntas a partir del análisis de cada protocolo.

En este proceso, no se realizan preguntas preparadas y, por lo general, no es


necesario realizar tantas preguntas según Van Manen (2003). La paciencia o el
silencio suelen incitar al otro a reunir recuerdos y continuar con la historia. Si
percibimos un bloqueo, se repite la última frase en tono interrogativo y de esta
manera provocar que el otro siga, para ello se recomienda tener en cuenta dos
tipos de silencio.

Silencio literal está presente en la entrevista conversacional llamada también


silencio epistemológico. - concerniente a aquello que no se puede pronunciar. En
referencia a ello, Polanyi (1969) expuso que existe una forma tácita de
conocimiento, cuando tenemos la sensación "de que sabemos más de lo que
podemos decir". Más allá de lo que decimos y escribimos naturalmente, existe un
terreno amplio constituido por aquello que no se puede decir, pero que
constantemente llama nuestra atención (Van Manen, 2003).

En el silencio ontológico, nos percatamos de que nuestro dilema esencial siempre


vuelve al silencio, incluso después del más ilustrativo de los discursos, las lecturas
o las conversaciones. Es en esos instantes en que alcanzamos un conocimiento
mayor y placentero o una experiencia significativa. Bollnow (1982) lo describió
como el silencio gratificante, el estar en presencia de la verdad (Van Manen, 2003).

La fenomenología hermenéutica de investigación se lleva a cabo a través de


actividades de naturaleza empírica (recoge la experiencia) y naturaleza reflexiva
(analizar sus significados). En ese sentido, para Van Manen, los métodos son la
descripción de experiencias personales, la entrevista conversacional y la
observación de cerca.

La recogida de material experiencial tiene su origen en las descripciones de la


experiencia vivida (DEV) de un grupo de educadores. Se recogen por medio de
entrevistas conversacionales y/o escritura de protocolos en forma de anécdotas y
relatos de lo experimentado. De modo general, se sigue la siguiente secuencia:
entrevista conversacional, escritura de descripciones, formulación de preguntas,
entrevista conversacional, reescritura de descripciones y reformulación de
descripciones en el texto fenomenológico final (Van Manen, 1985).

Entrevistas y observación en fenomenología.


La entrevista en profundidad espera adquirir información acerca del objeto de
estudio, teniendo en cuenta que esta información está presente en la biografía del
individuo entrevistado. En esta entrevista, se recopila la interpretación que el sujeto
evaluado posee con referencia a su experiencia. Por otro lado, la entrevista
conversacional desea conseguir el significado vivido de una experiencia específica
relegando las interpretaciones subjetivas acerca de ello.

La observación de cerca procura acercarse, lo más próximo posible, al mundo vital


del individuo observado con el objetivo de llegar a aprehender in situ el significado
de la experiencia vivida por él. De otro lado, en la observación participante, el
investigador procura introducirse y formar parte de la cultura y contexto del que es
parte quien está en estudio. Otra discrepancia esencial radica en que la observación
de cerca obvia formular esquemas de pensamiento previos (personales o teóricos),
mientras que la participante parte de categorías previas –aun cuando sean
temporales– o llega a ellas al final del proceso.

Del mismo modo, en este tipo de observación se verifica un proceso de


categorización de aspectos fundamentales de la realidad, mientras que en la
observación de cerca su elemento distintivo al final del proceso es la elaboración de
anécdotas (Van Manen, 2003).

Durante la segunda etapa, se pretende describir de la manera más completa y no


prejuiciosa el fenómeno en estudio. Al respecto, Martínez (2008) señaló que en esta
etapa tiene que quedar reflejada de manera auténtica la realidad vivida por cada
uno de los sujetos investigados.

Tercera fase: Reflexionar acerca de la experiencia vivida- etapa


estructural.

En esta fase, el propósito radica en intentar aprehender el significado esencial de


algo. La reflexión fenomenológica es a la vez fácil y difícil. Es fácil debido a que
examinar el significado o la esencia de un fenómeno es un proceso ejecutado
constantemente en la vida cotidiana. Para Husserl (1980), cuando percibimos a un
profesor, no solo observamos un hombre o una mujer. Vemos a un individuo
diferente de los demás específicamente en ese aspecto que nos conlleva a hablar
de él. En otras palabras, yo, como el resto del mundo, tengo un concepto de
profesor, pero lo que resulta complicado es llegar a una determinación y explicación
reflexiva de lo que "es un professor". Según Max Van Manen (2003), esta búsqueda
del significado es la tarea más dificultosa de la reflexión fenomenológica.

En esta fase, se trata de efectuar un contacto más directo con la experiencia tal
como se ha vivido. Se pretende captar el significado del hecho de ser profesor,
madre o padre, para poder vivir mi vida pedagógica con los educandos de modo
pleno. Por ende, cuando reflexiono sobre la experiencia de enseñar, no lo hago
como psicólogo ni sociólogo, etc. Por lo contrario, Van Manen (2003) enfatizó en la
siguiente frase: "Reflexiono fenomenológicamente acerca de las experiencias de ser
profesor o ser padre en tanto que profesor o padre. En resumen: intento captar la
esencia pedagógica de una determinada experiencia" (p. 96).

El tema fenomenológico.

Para llevar a cabo la reflexión fenomenológica, es importante poseer claridad que la


investigación en ciencias humanas es el tema; cuyo concepto se comprende
analizando su carácter metodológico y filosófico. Frecuentemente, el análisis del
tema es entendido como una aplicación poco confusa y demasiado mecánica de
algún método de cálculo de frecuencias o codificación de términos seleccionados en
transcripciones o textos, o algún otro desglose del contenido del material de
protocolo o documental. En base a estas aplicaciones, existen en la actualidad
programas informáticos que realizan el análisis temático para el investigador.

Van Manen (2003) indicó que el concepto de tema resulta irrelevante y puede ser
considerado simplemente un medio para llegar a la noción que estamos estudiando.
La investigación en ciencias humanas se hace cargo del significado, puesto que "ser
humano" significa interesarse por el significado, desear el significado. El deseo se
refiere a cierta atención y profundo interés por un aspecto de la vida. Por ejemplo,
cuando percibimos la conducta de un niño que provocaba curiosidad,
experimentamos ese "deseo de dar sentido", este "deseo de lograr un significado".
El deseo no es únicamente un estado psicológico, es un estado del ser.

Los temas vendrían a ser como las "estructura de las experiencias", pues cuando
analizamos un fenómeno, pretendemos establecer cuáles son los temas, las
estructuras experienciales que conforman la experiencia. Sería un error pensar en
los temas como en formulaciones conceptuales o afirmaciones categóricas, debido a
que es la experiencia vivida lo que se intenta describir y esta no se puede captar en
abstracciones conceptuales.

a. El significado fenomenológico

De acuerdo con lo afirmado por Van Manen (2003), el significado está en la


práctica, es el hecho de reflexionar acerca de situaciones concretas: los
niños: nuestras vidas con los niños nos llevan a plantearnos cuestiones más
reflexivas. La pregunta ¿lo he hecho bien? nos conlleva a enfrentarnos con
lo "particular", es decir, este niño, esta situación, esta acción, siguiendo la
orientación que nos otorga nuestro conocimiento de lo universal; por ello
nos preguntamos ¿cuál es el significado aquí de la pedagogía del hecho de
ser profesor?

b. Destapar aspectos temáticos

Los temas fenomenológicos vienen a ser nudos en los entramados de


nuestras experiencias y en torno a ellos se van hilando ciertas experiencias
vividas como un todo significativo. Los temas gozan poder cuando nos
admiten llevar a cabo descripciones fenomenológicas. Por ejemplo, 1)
cuando examinamos un libro, "entramos en él", por así decirlo. 2) Leer una
novela significa que "nos empezamos a interesar" por los personajes que la
componen. 3) Mientras analizamos una historia, "experimentamos la acción
sin tener que actuar".

Comprensión de la experiencia: elaborar significados de un mismo hecho.

Reflexión macrotemática de los significados esenciales de la experiencia.

Reflexión e interpretación del material experiencial o elaboración del material


experiencial. En este instante, es prioritario gran tolerancia a la ambigüedad y a la
contradicción; resistencia a la necesidad de otorgar sentido a todo y oposición a la
precipitación por categorizar las cosas de acuerdo con los esquemas conocidos.
Debemos dejar de lado todo aquello que no surja de la descripción protocolar. De
otra manera, no veremos más de lo que ya sabemos y no haremos más que
confirmarnos en nuestras viejas ideas y aun en nuestros propios prejuicios, tal
como lo afirmó Martínez (2014).

La aproximación holística o sentenciosa o descripción de cada protocolo.


Aquí procuramos estar atentos a los textos como un conjunto y nos cuestionamos
qué frase podría englobar el significado esencial del texto como un todo (Van
Manen, 2003). Entonces, procuramos expresar ese significado formulando tal frase.

El objeto es realizar una visión de conjunto para conseguir una idea general del
contenido que se presenta en el protocolo. Según Martínez (2014), será prioritario
ejecutar un sin número de revisiones del mismo protocolo y para ello es
imprescindible intentar realizarlas con la "mente en blanco", conseguido ello se
puede ir al siguiente paso.

Expresar el significado fundamental de un texto es una llamada al discernimiento.


Diferentes lectores pueden estimar diversos significados fundamentales y ello no
indica que una interpretación sea mejor que la otra, pero sí que existen más
posibilidades de equivocarse o percibir estos como idiosincrásicos, es allí donde se
debe tener mucho cuidado con los prejuicios delinvestigador.

Reflexión micro temática de los significados esenciales de la experiencia

Conjunto de frases que obtendrán significados fundamentales de la experiencia.

Aproximación selectiva o de marcaje.

En el marcaje a la lectura, escuchamos o leemos un texto un número de veces y


nos cuestionamos:

¿Qué frase o frases se consideran especialmente fundamentales o reveladoras a


cerca del fenómeno o la experiencia que se está describiendo? Estas serán las que
rodearemos en círculo y recalcaremos.

Delimitación de unidades temáticas naturales o aproximación detallada


línea a línea.

Para Martínez (2014), esta representa la fisonomía individual. En la aproximación


de lectura detallada, analizamos cada frase o cada grupo de estas y preguntamos:
"¿Qué revela esta frase o este grupo de frases acerca del fenómeno o la experiencia
que se describe?" (Manen, 2003). Para ello, se lee atentamente cada frase o cada
grupo de estas, luego se pregunta qué es lo que parece revelar cada una de las
frases o los grupos de estas acerca de la naturaleza del hecho y, finalmente, elegir
unidades temáticas. Una experiencia puede tener pocas o muchas unidades
temáticas, esto dependerá de su naturaleza.

Determinación del tema central que domina cada unidad temática.

En este proceso, se realizan dos pasos: primero, se eliminan las redundancias y


repeticiones de cada unidad temática; segundo, se determina el tema central de
cada unidad aclarando y elaborando su significado. La expresión del tema central
debe realizarse en una frase breve que conserva todavía el lenguaje del sujeto,
esta actividad es eminentemente creativa. Se aconseja recurrir de vez en cuando al
mismo sujeto informante para que aclare el significado.(Martínez, 2014).

Expresión del tema central en lenguaje científico.

El investigador reflexiona acerca de los temas centrales y expresa su contenido en


el lenguaje técnico o científico apropiado. Para este desarrollo, se interrogará sobre
cada tema central, qué es lo que revela acerca del tema que se investiga en esa
situación y para ese sujeto y la respuesta se expresa en lenguaje científico
(psicológico, pedagógico, sociológico, etc). Aquí podemos consultar diversas
fuentes para respaldar el tema. Estos tres últimos pasos deben ser trabajados en
un cuadro para ver la coherencia (Martínez, 2014).

Integración de todos los temas centrales en una estructura particular.

Este paso constituye la parte central e importante de la investigación en la que se


debe descubrir las estructuras básicas del fenómeno investigado. Dicha estructura
constituye la fisonomía individual que permite distinguir al sujeto de todos los
demás. Todos los temas centrales de cada unidad temática deben ser integrados en
un tema central que identifica al sujeto respecto a la esencia de la experiencia
vivida (Martínez, 2014).

Cuarta fase: Escribir-reflexionar acerca de la experiencia vivida.

Integración de todos las estructuras particulares en una estructura


general.

La finalidad de este paso es integrar en una sola descripción todas las fisonomías
individuales de todos los sujetos estudiados, con ello determinamos la fisonomía
grupal, es decir, la estructura que caracteriza al grupo estudiado. La formación
deberá consistir en una descripción sistética; pero completa del fenómeno
investigado. Aquí la descripción consistirá en superponer, por así decirlo, la
estructura de cada fisonomía individual en una estructura general lo cual
representa la fisonomía común del grupo. Husserl afirma que la finalidad del
método fenomenológico es lograr pasar de las cosas singulares al ser universal, una
descripción fenomenológica completa (Martínez, 2014).

Para Van Manen (2003), este proceso se denomina texto fenomenológico. El


objetivo es "diseñar una descripción (textual) inspiradora y recordatoria de
acciones, conductas, intenciones y experiencias de los individuos tal como las
conocemos en el mundo de la vida" (p.37). Este texto deberá de enunciar, a la vez,
el significado de tipo expositivo y no cognitivo. En el primer caso, referirá a las
significaciones semánticas de las palabras y discursos del habla y escritura; y, en el
segundo, a la cualidad expresiva de los textos. En esta dimension, no cognitiva o
pática se solicita la participación del lenguaje poético: al "cómo" se escribe.

Con el texto fenomenológico, se procura llevar al lector a experimentar una forma


de "epifanía" del significado. Es decir, el texto tiene que provocar "un efecto
transformativo de modo que su significado más profundo produzca una evocación
gratificante al yo del lector. Epifanía hace referencia a la súbita percepción de una
comprensión intuitiva del significado vivido de algo. Esta experiencia es tan
significativa que consigue conmovernos en el núcleo de nuestro ser" (Ayala, 1997).

Agregado a ello, en esta fase se lleva a cabo una revisión de fuentes


fenomenológicas o confrontación del trabajo final con otros estudios del mismo
enfoque. En esta confrontación, encontramos coincidencias y no coincidencias con
las reflexiones del autor. Con todo, nuestro texto y comprensión final sobre la
experiencia de ofrecer y recibir reconocimiento pedagógico se ha enriquecido al
entrar en "diálogo" con una descripción fenomenológica penetrante.

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Heidegger

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